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Como si estuvieran atrapadas en un callejón sin salida, la gente busca una solución que les permita
resolver sus necesidades de vida. La experiencia dice que no siempre es fácil.
No hay que desesperar.
Como discípulos de Jesús hemos de llevar nuestros problemas, incluyendo por supuesto los económicos,
a la Palabra de Dios. En ella el Señor siempre nos da la respuesta que necesitamos. Leerla, y orarla, bajo
la guía del Espíritu Santo, transforma nuestro corazón y nuestra mente. Ella es luz en el sendero, y
lámpara para nuestros pasos (Salm. 118, 105).
¿Cómo nos enseña la Biblia a enfrentar los problemas económicos? A continuación 6 consejos muy
luminosos de la Palabra sobre este tema tan importante:
2.- ¡Trabaja!
La Palabra enseña que el medio normal para ganarse el sustento diario es el trabajo. Este principio rige
a toda la estirpe de Adán, que ha de ganarse el pan con el sudor de su frente (Gen. 3, 19). Así mismo, el
trabajo forma parte de la vocación humana universal: vayan y sometan la tierra (Gen. 1, 28).
La actitud de abandono y de confianza que nos aconseja Jesús no nos exime del deber de
trabajar, sumando esfuerzo e inteligencia, para lograr satisfacer las necesidades de vida.
Para un cristiano el trabajar no es un castigo, es un modo de servir a la comunidad y una fuente de
bendición: ¡Trabajar no es un castigo!: una teología positiva del trabajo.
San Pablo nos da ejemplo, él compartía el oficio de la predicación con el arte de tejer tiendas (Hch. 18,
3). Además nos previene de la tentación de ser negligentes en la tarea, como, aparentemente, ocurría
en la comunidad de Tesalónica (2 Tes. 3, 6-7), pues el que no trabaje que tampoco coma, por lo que se
nos exhorta a trabajar con sosiego para ganar el propio pan y no ser una carga para nadie (2 Tes. 3, 8-
12).
Por cierto, si hemos perdido el empleo, ello no significa que no tengamos trabajo, pues buscar colocarse
es ya de por si un trabajo, y bien gordo.
3.- Descubre tu talento
En la parábola de los talentos Jesús nos dice que a cada uno de nosotros se nos han confiado unos dones,
nuestra misión es descubrirlos y crecer en ellos para que la gracia se multiplique en los campos de Dios.
Como enseña Jesús, salgamos a negociar el talento para que aumente, y recibir aún más (Mt. 25, 14-30)
Estoy convencido que está parábola encierra un gran secreto incluso para que prosperemos
económicamente: descubrir el propio talento, trabajarlo, ponerlo al servicio redundará en beneficios
para nosotros.
Lamentablemente, muchos hacemos como el siervo perezoso de la parábola, escondemos los dones
recibidos, los enterramos, y ello se refleja en los resultados que obtenemos.
6.- Sé agradecido.
Dar gracias a Dios, tanto en la prosperidad como en la escasez, es proclamar nuestra confianza en la
fidelidad y el amor de Dios (1 Tes. 5, 18), quien se toma el trabajo de cuidarnos y de proveer a todas
nuestras necesidades con largueza (Filp. 4,19).
Cuando damos gracias confesamos y reconocemos que Dios es el dador de toda bendición (Stg. 1, 17),
todo viene de su mano, él dirige nuestra vida según sus designios de amor y misericordia (Rom. 8, 28).
La acción de gracias es siempre fuente de nuevas bendiciones, y trae gozo y paz al corazón.
Para terminar, un consejo de oro: ¡Acude a la Virgen María!, ella es nuestra abogada e intercesora
delante de Jesús, la que adelanta su hora como hizo en las Bodas de Caná (Jn. 2, 1-12), la que ha creído
en el cumplimiento de las promesas divinas (Lc. 1, 45) Ella es la madre llena de amor que Jesús nos confió
antes de morir en la cruz (Jn. 19, 25-27)
María, Madre de Misericordia, asístenos en nuestras necesidades, y llévanos siempre a Jesús, el dador
y la fuente de toda bendición. Amén.
Fuente: https://www.pildorasdefe.net/m/noticias/Como-enfrentar-los-problemas-economicos-6-consejos-de-la-Biblia