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Cuadro delirante

Consideraciones terminológicas
La palabra ha evolucionado hasta significar la creencia de que «se sale» de la norma
establecida por el grupo social. En el lenguaje cotidiano, describe una creencia que es
falsa, extravagante o derivada de un engaño. En psiquiatría, implica que la creencia
es patológica (el resultado de una enfermedad o proceso de una enfermedad). Como
patología, es distinta de una creencia basada en información falsa o incompleta o de
ciertos efectos de la percepción que se denominan, con más
precisión, apercepción o ilusión.

Los delirios suceden normalmente en un contexto neurológico, aunque no están


vinculados a ninguna enfermedad en particular y se ha encontrado que ocurren en el
contexto de muchos estados patológicos (físicos y mentales). Sin embargo, tienen
importancia particular en el diagnóstico de las psicosis y, particularmente, en
la esquizofrenia, lamanía y los episodios del trastorno bipolar. También pertenece a
la nosología psiquiátrica en forma de un síndromedelirante, definitorio junto a los
síndromes alucinatorios y disociativo-autistas de todas las psicosis.

El delirio o idea delirante debe cumplir varios requisitos:

 ser firmemente sostenida pero con fundamentos lógicos inadecuados;


 ser incorregible con la experiencia o con la demostración de su imposibilidad;
 ser inadecuada para el contexto (por ejemplo, cultural) del sujeto que la sostiene.

Estos requisitos son necesarios porque hay muchas ideas que pueden ser sostenidas
con firmeza y convicción más o menos incorregibles por diversas personas (por
ejemplo, ideas religiosas o políticas) y, sin embargo, no constituir delirios: se requiere
que el proceso por el que se llega a la convicción sea inadecuado.

Por ejemplo, un sujeto puede afirmar que es portador de una verdad que debe
propagar por el mundo, dado que escuchó su nombre en la televisión. El delirio no se
diagnostica por la convicción de «ser portador de una verdad que revelar» (muchas
personas podrían decir algo parecido), sino por la forma extravagante por la que llega
a esa convicción (haber escuchado su nombre por la televisión).

Generalmente, ante la argumentación de que eso no tiene lógica, el sujeto persiste en


su convicción. Dado que no es una convicción habitual, habría que verificar si acaso
pertenece a algún grupo religioso que sostenga convicciones similares; sin embargo,
incluso en este caso, los propios miembros de su grupo podrían haber detectado una
alteración de la lógica del pensamiento que considerarían extraña. En ese caso, la
idea se considera delirante.

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