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Universidad Nacional de Asunción

Facultad de Ciencias Médicas

Cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica

Monografía

Abordaje Quirúrgico del Esófago

Autores:
Allende Chávez, María Camila

Almada Mareco, Rocío

Almirón Ayala, Andrea

Almirón Santacruz, José

Álvarez Safuán, Fernando

Amarilla Acosta, Julio

Aparicio Lugo, Valeria

Aquino Correa, Micaella

Ayala, Rocío

Arza Gusto, Richard

Tutor:
Dr. Manuel Bernal

Asunción – Paraguay

2013
“Abordaje Quirúrgico de Esófago” – Cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica – Grupo A2

Índice
Índice………………………………………………………………………….…….1

Introducción………………………………………………………………….……..2

Esófago……………………………………………………………………….…….3

Consideraciones Quirúrgicas…………………………………………………….6

Patologías…………………………………………………………………….……8

Conclusión……………………………………………………………….….…….15

Anexos…………….......................................................................................16

Bibliografía………………………………………………………………………..1

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“Abordaje Quirúrgico de Esófago” – Cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica – Grupo A2

Introducción
Al hablar del aparato digestivo, se mencionan varios componentes que
van desde la boca hasta el ano. Uno de ellos es el esófago, que tiene como
función primordial el transporte del bolo alimenticio hacia el estómago. Por ende,
es crucial conocer bien a esta víscera, desde su ubicación, trayecto, relaciones
hasta las patologías vinculadas.

En cuanto a la anatomía, ocupa varios segmentos del grupo


topográficamente hablando desde el cuello hasta el abdomen, adquiriendo
relaciones, irrigación, drenaje e inervación diferente dependiendo de cuál de las
porciones se mencione.

En cuanto al punto de vista quirúrgico, se debe conocer bien los


procedimientos que se debe realizar en el momento de la cirugía para evitar
equivocaciones o daños a estructuras vecinas.

En cuanto a las patologías, como ya se mencionó, el esófago tiene una


función fundamental en el transporte de alimentos; y por ende, sus trastornos
pueden afectar el procesamiento de los alimentos y como consecuencia, varios
órganos se pueden ver afectados.

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“Abordaje Quirúrgico de Esófago” – Cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica – Grupo A2

Generalidades de Esófago
El esófago es un conducto musculomembranoso, destinado a conducir los
alimentos desde la faringe, de la que es continuación, hasta el estómago, que lo
subsigue. El tercer tiempo de la deglución se verifica en el esófago.

En el adulto el esófago mide término medio 25 cm; 5 cm en la región


cervical, 16 a 20 cm en el tórax, 1 a 1,5 cm para la travesía diafragmática, 3 a 4
cm en el abdomen.

Topográficamente el esófago consta de cuatro porciones: la porción


cervical, desde el cartílago cricoides hasta un plano horizontal formado por la
horquilla esternal; una porción torácica, que desde este mismo plano se
prolonga hasta el diafragma; una porción diafragmática, que corresponde al
anillo esofágico del diafragma; una porción abdominal, comprendida entre el
diafragma y el estómago. Estrecheces del esófago

Mayores:

1. Cricofaringea o faringoesofagica (diámetros 1.7 x2.3)


2. Broncoaortica: aortica a nivel de T4 (1.9 x 2.3)
3. Bronquial a nivel de T5 (1.7 x 2.3)
4. Diafragmática a nivel de T9 T10 con un ( 2.3 cm de diámetro)
5. Que delimitan las estrecheces superior e inferior
Menores

1. Retrosternal, entre las estrecheces faringoesofágicas y aortica


2. Cardiaca, detrás del pericardio y se debe al crecimiento de la aurícula
derecha
3. Supradiafragmática, que puede originarse por una aorta arteriosclerótica
tortuosa

El esófago consta de cuatro porciones: la porción cervical, desde el


cartílago cricoides hasta un plano horizontal formado por la horquilla esternal;
una porción torácica, que desde este mismo plano se prolonga hasta el
diafragma; una porción diafragmática, que corresponde al anillo esofágico del
diafragma; una porción abdominal, comprendida entre el diafragma y el
estómago.

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Origen
Se origina a nivel de la 6ta vértebra cervical, frente al borde inferior del
cartílago tiroides.

Situación y trayecto
Ocupa la región pre vertebral en el tercio inferior del cuello. Penetra en el
tórax, situado en el mediastino posterior. Atraviesa la parte muscular del
diafragma y llega al abdomen donde se continúa con el estómago.

Terminación
El esófago se abre en la parte interna del tercio superior del estómago por
el orificio del cardias. Este se halla situado a la altura del flanco izquierdo de la
décima o undécima vertebra dorsal.

Irrigación y drenaje venoso


Esófago cervical: Las arterias esofágicas superiores provienen de la
tiroidea inferior. Las venas son muy numerosas especialmente en la porción
inferior del conducto se vierten en las venas tiroideas inferiores.

Esófago torácico: Las arterias esofágicas medias que provienen


directamente de la aorta, de las bronquiales y de las intercostales. Las venas
esofágicas terminan en las venas diafragmáticas superiores, bronquiales,
pericárdicas y en la ácigos.

Esófago abdominal: Las arterias esofágicas inferiores provienen de las


diafragmáticas inferiores, de la coronaria estomáquica, de la
esofagocardiotuberositaria anterior (de la coronaria estomáquica) y posterior (de
la esplénica). Las venas se echan en la coronaria estomáquica.

Inervación
Esófago cervical: Proviene de los laríngeos recurrentes y del simpático cervical.

Esófago torácico: En el segmento supra bronquial el recurrente izquierdo y el


vago derecho. En el segmento infra bronquial ramas de ambos vagos muy
ramificados y anastomosados entre sí se reparten por sus paredes antes de
penetrar en él.

Esófago abdominal: Recibe ramas directas de los nervios esplácnicos.

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Drenaje linfático
Esófago cervical: Se originan en una red sub mucosa y se vierten en los ganglios
de la cadena recurrencial.

Esófago torácico: Se originan en una red sub mucosa y se vierten en los ganglios
mediastinales: intertraqueobronquiales, laterotraqueales, recurrenciales y en
ganglios situados en las caras anterior y posterior del esófago.

Esófago abdominal: Se originan en una red sub mucosa y se vierten en ganglios


abdominales: coronarios y celíacos.

Medios de fijación

A. Hacia arriba, por su continuidad con la faringe y por las conexiones de


su túnica muscular con la cara posterior del cartílago cricoides.
B. Hacia abajo, por su continuidad con el estómago y por repliegues
peritoneales que unen su porción abdominal al hígado y diafragma.
C. En toda su longitud, por fascículos de tejido conjuntivo que lo unen a
los órganos vecinos, y también por fascículos musculares que van a
fijarse a la traquea, bronquios, aorta y anillo esofágico del diafragma.

Relaciones
Para describir sus relaciones se divide al esófago en tres porciones: cervical,
torácica y abdominal.

A. Porción cervical. Por delante. Por detrás, con la columna cervical,


separado por los músculos prevertebrales y su aponeurosis.
Lateralmente, relaciones inmediatas: a la derecha con la tráquea, a la
izquierda con el lóbulo del cuerpo tiroides, con la arteria tiroidea inferior
que lo cruza horizontalmente, con las venas tiroideas medias e inferiores
y los nervios recurrentes; relaciones mediatas: con las carótidas
primitivas, la izquierda está más próxima al esófago, el simpático cervical
y los músculos esternotiroideo, esternocleidohioideo, homohioideo.

B. Porción torácica. Desde D2 a D7 o D8. Se divide en dos segmentos,


superior e inferior, por el paso del cayado de la aorta y de la vena ácigos
mayor.
 Porción supraaórtica o retrotraqueal. Se extiende hasta D4-5. Por
delante; con la traquea, con los troncos venosos braquiocefálicos,
con la porción ascendente de la aorta, el cayado aórtico, el tronco
braquiocefálico derecho, la carótida y la subclavia. Por detrás; con
la columna vertebral. A la izquierda; con la arteria carótida primitiva

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izquierda, con los nervios cardiacos superiores, con la arteria


subclavia izquierda y el neumogástrico izquierdo. A la derecha; con
la traquea, con el tronco arterial braquiocefálico derecho, con lasr
arterias subclavias y carótida primitiva derechas, y el neumogástrico
derecho.
 Porción retrocardiaca. Se extiende hasta D9-10. Por delante; con
el bronquio izquierdo. Por detrás; con la aorta, la vena ácigos
mayor, la vena ácigos menor, el conducto torácico

C. Porción abdominal. Por delante; siempre seguido del neumogástrico


izquierdo, que tiende a pasar a su borde derecho, en relación con la cara
posterior del lóbulo izquierdo del hígado. Por detrás; acompañado por el
neumogástrico derecho, descansa en el pilar izquierdo del diafragma, en
relación con la arteria diafragmática izquierda y los vasos capsulares
superiores izquierdos. A la izquierda; con la arteria diafragmática inferior
y la tuberosidad mayor del estómago. A la derecha; con el lóbulo de
Spiegel.

Consideraciones quirúrgicas
Desde un punto de vista quirúrgico, las lesiones de la mitad superior del
esófago torácico deben explorarse a través de una toracotomía derecha a fin de
evitar problemas técnicos con el cayado aórtico. Las lesiones de la mitad inferior
del esófago torácico pueden explorarse a través de una toracotomía izquierda o
derecha

En el acceso del lado derecho, debe ligarse la vena ácigos y cortarse en


donde cruza la pared derecha del esófago para desembocar en la pared posterior
de la vena cava superior. La vena ácigos puede ligarse sin problemas. Sin
embargo, no se tolera la ligadura de la vena cava superior entre la aurícula y
vena ácigos cuando se ligó esta ultima

En el lado izquierdo del mediastino, el triángulo esofágico está formado por


la porción descendente del cayado aórtico, la arteria subclavia y la columna
vertebral. El piso del triángulo está constituido por la pleura mediastínica inferior,
debajo de la cual se localiza el esófago.

El extremo inferior del esófago torácico, recubierto por pleura, puede


encontrarse en el triángulo de Truesdale, que está formado por el diafragma
abajo, el pericardio arriba y adelante y la aorta descendente en la parte posterior.
La aproximación posterior de las pleuras derecha e izquierda entre el esófago y
la aorta forma el llamado mesoesófago. La pleura derecha está en contacto con
el tercio inferior del esófago, casi hasta el hiato diafragmático. Esta proximidad
de la pleura derecha con el hiato origina el riesgo de neumotórax durante

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operaciones abdominales en el hiato. La aproximación anterior de las dos


pleuras se encuentra en el ángulo esternal.

Puntos débiles anatómicos.


Suelen mencionarse dos áreas de la pared del esófago anatómicamente
débiles, una arriba y otra abajo del musculo cricoides. Pueden constituirse en los
sitios de divertículo por pulsión. Otra zona débil, la pared posteroexterna
izquierda del esófago cercano l diafragma es en ocasiones el sitio de una rotura
idiopática espontanea del esófago sano.

Hiato y pilares del esófago, Consideraciones quirúrgicas.


A fin de estrechar el hiato es absolutamente necesario colocar suturas
profundas con seda en los pilares incluyendo la pleura unida, en las porciones
tendinosas no solo en la muscular.

En el sitio en que el esófago pasa al abdomen a través del hiato se requiere


un sello hermético, fuerte, flexible, que debe ser lo bastante potente para resistir
la presión del abdomen y lo bastante flexible para ceder a los cambios de presión
determinados por la respiración y los movimientos de la deglución. Este sello,
ligamento freno esofágico, consiste en la pleura fascia subpleural, fascia freno
esofágica, fascia transversal y peritoneo.

Este ligamento existe en lactantes, esta atenuado en adultos y no se


encuentra e pacientes adultos con hernia hiatal.

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Patologías
a) Trastornos Motores
1) Acalasia
Definición. Acalasia significa en griego falta de relajación, Ellis y Olsen (1969)
han definido a la acalasia como una enfermedad caracterizada por la ausencia
o el déficit de relajación del esfínter esofágico inferior, en asociación con una
falta de peristalsis del cuerpo esofágico.

Epidemiologia. Aparece a cualquier edad, con mayor frecuencia entre la tercera


y cuarta década de la vida y con incidencia similar en el varón y la mujer. Es una
enfermedad difundida en todo el mundo y endémica en Brasil, donde se asocia
en el 90 % de los casos con la enfermedad de Chagas. En la Argentina, no más
del 10 % de los enfermos son chagásicos.

Etiopatogenia. El único agente etiológico reconocido es el Trypanosoma cruzi;


sin embargo, esta forma clínica de la acalasia, asociada con megaesófago,
ocurre en el marco de la enfermedad de Chagas, entidad caracterizada por
dilataciones viscerales múltiples (megacolon, megauréter, etc.). Este no es el
caso de la Acalasia no chagásica, cuya etiología es aún desconocida.

Cualquiera que sea la forma clínica, el mecanismo patogénico de la


Acalasia es una alteración neuromuscular de las paredes del esófago, que puede
ser reproducida experimentalmente por la lesión del núcleo motor dorsal del
vago, el núcleo ambiguo, la médula espinal o los troncos vagales. De hecho, la
alteración anatomopatológica casi constante en la acalasia humana es la
destrucción neuronal del plexo intramural de Auerbach. Al parecer, las
principales neuronas destruidas son las argirófilas, o sea, las transmisoras de la
información que coordina la actividad motriz.

Diagnóstico. Presentación Clínica. Los síntomas más frecuentes son disfagia


(100 % de los casos), regurgitaciones (60 %) y pérdida de peso (50 %). Otros
síntomas consisten en dolor retroesternal, crisis asfícticas, pirosis y tos.

La disfagia tiene la particularidad de producirse tanto con sólidos como


con líquidos, y es más notoria al comienzo de la ingesta. Al avanzar la
enfermedad, la disfagia puede no ser percibida por el enfermo debido a que,
durante la ingesta, los alimentos se estancan en la dilatación esofágica.

Diagnóstico. La radiología demuestra dilatación del cuerpo gástrico y estrechez


del esófago distal en una longitud de 3 a 6 cm, fina, infundibuliforme, con imagen
típica que se ha denominado “en cola de ratón”.

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La dilatación está relacionada con el grado de acalasia: grado I


(incipiente), grado II (hasta 4 cm), grado III (de 4 a 7 cm), grado IV avanzado
(mayor de 7 cm).
En la endoscopía se encuentra el esófago dilatado, sin motilidad; el cardias
cerrado, pero es característico que el endoscopio trasponga sin mayor dificultad
la unión esofagogástrica.
En la manometría se puede constatar aumento de la presión E.E.I. que en
promedio llega a 40 mmHg; con relajación incompleta; correlacionada con el
avance de la enfermedad se presenta aperistalsis del cuerpo y ondas de baja
amplitud. Pueden ayudar a esclarecer la patología el examen fluoroscópico,
cintigrafía y reacción de hemoaglutinación cuando se sospecha enfermedad de
Chagas.

Formas Clínicas. Se describen dos formas clínicas de Acalasia, hipotónica e


hipertónica. La primera se observa con mayor frecuencia en asociación con la
enfermedad de Chagas. Se caracteriza clínicamente por una marcada dilatación
esofágica, escaso dolor, adaptación a la disfagia por la retención alimentaria y
frecuentes complicaciones pulmonares. La hipertónica se observa sobre todo en
pacientes no chagásicos. La dilatación esofágica es poco acentuada, el dolor es
importante, las disfagia paroxística –dura pocos segundos o minutos- y las
complicaciones pulmonares son poco comunes. La Acalasia vigorosa es una
modalidad de la forma hipertónica caracterizada clínicamente por dolor intenso
y continuo.

Tratamiento. Los únicos medicamentos que han demostrado ser útiles en la


Acalasia son los bloqueadores de calcio. Estas drogas impiden al ion entrar en
la célula y por ende, inhiben la contracción muscular. El tratamiento debe ser
continuo ya que si se suspende la medicación aparece la recidiva.

Tratamiento Quirúrgico. El procedimiento que se emplea es la


esofagocardiomiotomía de Helller. Esta operación se realiza vía abdominal y
consiste en la miotomía de los últimos 8 o 10 cm del esófago inferior, incluido el
cardias. Para prevenir la esofagitis por reflujo, secundaria a la insuficiencia
esfinteriana, es necesario agregar un procedimiento valvular antirreflujo. En la
actualidad la operación de Heller puede ser ejecutada por videoendoscopia, con
excelentes resultados mayor comodidad para el enfermo.

Resultados. En el tratamiento de la acalasia se considera como resultado


satisfactorio la desaparición completa del dolor, la pérdida de peso y las
regurgitaciones. Una reducción del 90 % en la disfagia también debe
considerarse un resultado satisfactorio, ya que ningún tratamiento puede
restablecer la peristalsis esofágica.

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2) Espasmo Difuso
Definición. Bajo esta denominación se incluye un grupo heterogéneo de
enfermos que consultan por dolor retroesternal con grados variables de disfagia,
y en los que la manometría, demuestra un esfínter esofágico inferior normotenso,
asociado con la presencia de ondas simultáneas muy amplias, especialmente en
el tercio inferior.

Etiopatogenia. A menudo se trata de pacientes con una constitución psíquica


inestable, en los que la sintomatología aparece sobre todo durante periodos de
estrés emocional. En ocasiones esta entidad se asocia con la presencia de
reflujo gastroesofágico, con hernia hiatal o sin ella (espasmo difuso secundario).
Otras veces la enfermedad evoluciona a medida que pasa el tiempo hacia la
acalasia, con aperistalsis y ausencia de relajación.

Diagnóstico. Dado que la clínica es inespecífica, el diagnóstico se basa en la


demostración del patrón manométrico.

Tratamiento. Consiste en la administración de bloqueadores de calcio, nitritos,


sedantes y psicoterapia. Cuando fracasa todo tipo de tratamiento farmacológico
y la sintomatología afecta significativamente la calidad de vida puede estar
indicada la operación de Effier, que consiste en una miotomía extensa del
esófago a través de toracotomía izquierda. Cuando el espasmo difuso se asocia
con reflujo gastroesofágico está indicado el bloqueo farmacológico de la
secreción ácida. Si este tratamiento fracasa está indicado realizar una miotomía
extensa combinada con un procedimiento antirreflujo.

3) Esófago en cascanueces
Es un trastorno caracterizado manométricamente por la presencia de ondas
muy amplias en el esófago inferior que conservan la secuencia peristáltica. Esto
último permite diferenciarlas de las ondas de espasmo difuso, que en su mayoría
son simultáneas.

4) Esfínter esofágico inferior hipertensivo


Como su nombre lo indica, es un trastorno motor cuya única alteración
manométrica es la presencia de esfínter esofágico inferior hipertensivo. La
sintomatología clínica consiste en dolor torácico, disfagia y regurgitaciones. El
tratamiento se basa en sedantes y bloqueadores cálcicos, aunque en ocasiones
puede estar indicado realizar una dilatación neumática.

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b) Trastornos motores en las enfermedades del colágeno.

5) Esclerodermia.
Es una enfermedad caracterizada por esclerosis del colágeno intercelular,
fibrosis de la capa media de las arterias y atrofia del musculo liso, sin compromiso
de los plexos nerviosos. En el 90 % de los enfermos de esclerodermia está
afectado el esófago.

Fisiopatología. La atrofia de las fibras musculares lisas del cuerpo esofágico es


lo que provoca las alteraciones motoras, aunque también sospecha que existe
cierto grado de bloque neuromuscular. Las consecuencias funcionales incluyen
la hipotensión del esfínter esofágico inferior y una actividad contráctil pobre o
nula en los dos tercios inferiores del esófago. Debido a la evacuación esofágica
lenta y a la existencia de reflujo gastroesofágico en el 80 % de los casos, la
esogagitis péptica es una complicación muy frecuente.

Diagnóstico. El síntoma más común es la disfagia progresiva, que puede


acelerarse cuando se instala la esofagitis péptica. El tránsito esofágico muestra
el esófago lleno de aire, con escasa contractilidad y vaciamiento muy lento.
También puede relevar el reflujo y eventualmente una estenosis péptica. En el
30 % de los casos existe una hernia hiatal.

Tratamiento. Consiste en la medicación habitual para la esofagitis péptica. La


cirugía antirreflujo está indicada cuando el tratamiento clínico es inoperante y
cuando la esofagitis es ulcerativa o estenosante. El esófago debe ser abordado
por vía abdominal, ya que la función pulmonar esta alterada por la enfermedad
base. Cuando la cirugía fracasa, lo cual no es infrecuente, está indicada la
resección esofágica.

6) Lupus eritematoso
El compromiso esofágico ocurre en el 20 % de los enfermos de lupus
eritematoso. Las lesiones consisten en esofagitis ulcerativa, secundaria a la
arteritis de los vasos que irrigan la mucosa. Las manifestaciones clínicas y los
hallazgos radiológicos pueden ser similares a los de la esclerodermia, no así el
patrón de motilidad esofágica, ya que en el lupus la alteración muscular es
parcelar. El tratamiento es sintomático a casusa de la elevada morbimortalidad
de la cirugía en esta enfermedad.

7) Dermatomiositis
En el 50 % de los afectados por esta enfermedad hay disfagia por
compromiso esofágico. Las lesiones predominan en el musculo estriado del
tercio superior del esófago, aunque también existe hipotensión del esfínter

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esofágico inferior. Dado que la disfagia es alta, son frecuentes los episodios de
broncoaspiración

La remisión de la sintomatología con tratamiento corticoesteroide es


espectacular y de gran valor diagnóstico. La cirugía puede estar indicada en caso
de reflujo intratable.

c) Enfermedad por reflujo gastroesofágico

Se denomina enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) a la presencia


de síntomas clínicos y/o lesiones anatomopatológicas como consecuencia del
reflujo de contenido gástrico al esófago. Esta definición implica que pueden
existir manifestaciones clínicas de reflujo sin lesiones de esofagitis, y a la inversa,
que la esofagitis por reflujo puede ser asintomática.

La ERGE es la patología digestiva más frecuente del mundo occidental. Se


calcula que el 7 a 10% de una población sana sufre al menos una vez por mes.

Patogenia. Aunque la patogenia de la ERGE es multifactorial, los principales


mecanismos involucrados son la incompetencia del esfínter esofágico inferior, la
ineficaz depuración esofágica del material refluido y las alteraciones del
reservorio gástrico.

Incompetencia del esfínter esofágico inferior. El esfínter esofágico inferior


puede ser mecánicamente incompetente por relajaciones transitorias de su
musculatura o por una disminución de su presión de reposo. Las relajaciones
transitorias son responsables del reflujo fisiológico que se observa en individuos
normales. Estas relajaciones son desencadenadas por estímulos faríngeos y por
la distención del fondo gástrico; son breves y desaparecen con la subsecuente
onda peristáltica. En los pacientes con ERGE se ha observado un aumento
significativo en la frecuencia de las relajaciones transitorias, y son muchos los
autores que lo consideran un factor patogénico fundamental del reflujo
gastroesofágico.

Depuración esofágica ineficaz. Una depuración esofágica ineficaz puede


facilitar el desarrollo de esofagitis aun cuando el esfínter esofágico inferior fuera
competente. Esto ocurre en individuos que por hipoperistalsis o aperistalsis del
esófago no pueden eliminar el material refluido fisiológicamente. En condiciones
normales una onda peristáltica puede eliminar un altísimo porcentaje del reflujo
fisiológico y el remanente es neutralizado por la salida. Cuando existen
trastornos motores del cuerpo esofágico o la producción de saliva es insuficiente,
la depuración esofágica fracasa. Los trastornos motores pueden ser la causa
primaria de la esofagitis o, a la inversa, pueden ser la consecuencia de ella, caso
en el cual se crea un círculo vicioso irreversible.

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Alteraciones del reservorio gástrico. Incluyen la hipersecreción ácida, la


dilatación gástrica y el malvaciamiento. Es obvio que si el material refluido tiene
alta concentración de ácido mayor será su poder deletéreo sobre la mucosa
esofágica e incluso podría ejercerlo aun si el tiempo de contacto fuera corto. Se
halló que del 48% de los pacientes con ERGE y esfínter esofágico inferior normal
eran hipersecretores, mientras que solo lo eran el 20% de los pacientes con
ERGE y esfínter esofágico inferior defectuoso.

Anatomía patológica. La lesión inicial en la esofagitis por reflujo consistente en


una hiperplasia de la zona basal de la capa epitelial que alcanza el 50% del
espesor total del epitelio. También existe formación de papilas con dilataciones
vasculares en su interior.

Diagnóstico. Se puede presumir la existencia de una ERGE a partir de la


sintomatología clínica. El hallazgo de una hernia hiatal, una esofagitis
endoscópica o un esfínter esofágico inferior hipotenso y sin segmento abdominal
refuerza la presunción diagnóstica; sin embargo solo la demostración de reflujo
gastroesofágico mediante el tránsito de bario, la pHmetría de 24 horas o el
centellograma radioisotópico permite confirmar el diagnóstico.

Presentación clínica. Se denomina reflujo gastroesofágico fisiológico al que


ocurre normalmente postingesta y que por lo general es asintomático u
oligosintomático. En cambio, el reflujo gastroesofágico patológico es aquel que
determina las manifestaciones clínicas y/o anatomopatológicas de la ERGE.

El reflujo patológico tanto puede provocar síntomas típicos como cursar


asintomático o con sintomatología atípica. Los síntomas típicos son la pirosis y
la regurgitación. La pirosis es una sensación de ardor o quemazón retroesternal,
que puede irradiarse al epigastrio alto, al dorso interescapular, a la base del
cuello o a ambos brazos. Esta sensación puede convertirse en dolor, sin
diferenciación clara entre estos síntomas. La regurgitación es el ascenso o
expulsión por la boca de contenido gástrico con sabor ácido, amargo o ambos.
Se diferencia del vómito por no estar precedida por esfuerzos, y de la
regurgitación de la acalasia por no contener restos alimentarios ni presentar
sabor desagradable. A menudo los síntomas despiertan al enfermo, quien suele
sentir acidez o sabor amargo en la boca o la faringe.

La ERGE puede manifestarse por síntomas atípicos que son consecuencia de


los efectos del reflujo sobre órganos extraesofágicos.

Tratamiento. Los pacientes con ERGE, pero sin esofagitis, pueden ser
manejados mediante medidas higienicodietéticas y tratamiento farmacológico
basado en bloqueadores H, cisaprida y sucralfato. Estos pacientes rara vez
sufren complicaciones y además no requieren exámenes repetidos.

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En los pacientes con ERGE y esofagitis, el objetivo del tratamiento es


eliminar los síntomas, curar la inflamación y prevenir sus complicaciones. En los
casos de esofagitis de grados 1 al 3, los bloqueadores H2 pueden ser
reemplazados por bloqueadores de la bomba de protones (PPI), mientras que
en los grados 4 y 5 la base del tratamiento la constituyen los PPI en altas dosis.
De ser necesario, deben realizarse dilataciones hasta obtener un calibre
esofágico adecuado para la nutrición. Debido a que la tasa de recaída es elevada
(alrededor del (80% a los 6 meses) se suele utilizar un régimen de mantenimiento
con PPI al 50% de la dosis empleada para la terapéutica activa.

Se debe considerar que el tratamiento médico ha fracasado cuando con


todas las medidas antes mencionadas no se obtienen una respuesta satisfactoria
o cuando el paciente requiere dosis elevada de PPI para evitar la recaída. Es
imprescindible investigar la causa del fracaso; de hecho, algunas situaciones
clínicas especiales deben ser descartadas antes de considerar la terapéutica
quirúrgica.

Indicaciones quirúrgicas. Esta cirugía ha avanzado notablemente en los


últimos años, en parte debido a que la nueva tecnología diagnostica permite una
selección más adecuada a los enfermos. Además, la posibilidad actual de
realizar los procedimientos antirreflujo por vía laparoscópica ha hecho más
atractiva la cirugía para internistas y pacientes.

Procedimientos quirúrgicos. El 85 a 90% de los enfermos con indicación


quirúrgica pueden ser tratados satisfactoriamente mediante algún procedimiento
antirreflujo o valvuloplastia. La técnica universalmente más empleada es la
fundoplicatura descrita por Nissen en 1956. Esta técnica requiere para su
ejecución que el esófago abdominal mida por lo menos 4 cm y que el fondo
gástrico permita una sutura sin tensión.

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Conclusión
El esófago es un componente del tubo digestivo con bastante importancia
en el transporte del bolo alimenticio. Posee segmentos en el cuello, tórax y
abdomen. Cada uno de ellos posee relaciones, irrigación e inervación propia a
ser tenidos en cuenta en las cirugías correspondientes.

Además de la anatomía, es fundamental conocer las patologías más


frecuentes con sus respectivos signos, síntomas, medios de diagnóstico y
tratamientos. Podemos citar a la acalasia, el espasmo difuso, el esófago en
cascanueces, el esfínter esofágico inferior hipertensivo (todas estas
considerándose trastornos motores); la esclerodermia, el lupus eritematoso, la
dermatomiositis y enfermedad por reflujo gastroesofágico (estas bajo la
denominación de trastornos motores en las enfermedades de colágeno).

Cada uno de estos aspectos son claves y tienen que ser considerados por
los profesionales pertinentes a la hora de llevar a la práctica procedimientos
quirúrgicos relacionados con esta víscera o en la inferencia de ciertas
enfermedades para su respectivo tratamiento.

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Anexos

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Bibliografía
1. L. Testut, A. Latarjet. Tratado de anatomía humana; tomo cuarto; novena edición; salvat
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2. Bouchet, A; Cuilleret, J. Anatomía descriptiva, topográfica y funcional. 1a edición,


editorial Panamericana. Buenos Aires, Argentina; 1985.

3. Latarjet, M; Ruiz Liard, A. Anatomía Humana, tomo 2. 4a edición, editorial


Panamericana. Buenos Aires, Argentina; 2007.

4. Oria, A: Ferreira, P. Cirugia de Michain. 5ª ed. Argentina: Editorial El Ateneo; 2003.

5. Skandalakis, J., Skandalakis, P. y Skandalakis, L. (2002). Anatomía y técnica


quirurgica. México. Mc Graw-Hill.

6. Pérez Écija RA. Enfermedades quirúrgicas del esófago. Disponible en:


http://www.uco.es/organiza/departamentos/anatomia-y-anat-
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