Sunteți pe pagina 1din 7

 Fideicomiso

Antes de referirnos al fideicomiso stricto sensu es preciso hacer referencia a las sustituciones
hereditarias y a la sustitución fideicomisaria, por cuanto sin tales presupuestos no es posible
determinar aquél.

I. SUSTITUCIONES HEREDITARIAS

1. Concepto y fundamento

La doctrina define la sustitución hereditaria, en general, como una disposición testamentaria por
la cual un tercero es llamado a recibir una herencia o legado en defecto de otra persona o
después de ella.

En consecuencia, de tal concepto se ha de derivar que se trata de una institución de heredero no


hecha de forma conjunta sino sucesiva, es decir, en una de sus variantes una persona hereda en
defecto de otra (sustitución directa) y en otra variante hereda uno después de otro (sustitución
indirecta).

Las sustituciones hereditarias en el Derecho romano se fundamentaron en la idea de evitar que


una persona falleciese intestado, por suponer que el fallecer sin testamento implicaba algo
ignominioso, por lo que el testador evitaba que su testamento quedase ineficaz por falta del (o
los) heredero designado, por lo que designaba uno en defecto de otro o después del otro. Ahora
bien, en la actualidad las sustituciones no tienen otro fundamento que la voluntad del causante
para ordenar su sucesión de la forma que crea más conveniente, siempre que se someta a las
normas vigentes sobre su libertad de testar.

2. Clases

Como hemos señalado, del concepto de sustitución se han de derivar las dos especies
principales:

 a) La sustitución directa se produce cuando el sustituto recibe la herencia en defecto del


primer instituido que no quiere o no puede aceptarla.
 b) La sustitución indirecta (oblicua o gradual) en la que el sustituto recibe la herencia
después del primer instituido que la ha disfrutado durante el tiempo previsto.

Entre ambas se señalan las siguientes diferencias:

 1. En la sustitución directa hay varias liberalidades, unas inmediatas y otras eventuales,


no llevándose a efecto más que una (pues sólo se hereda en defecto de), mientras en la
indirecta hay dos o más liberalidades, y todas se realizan, aunque de manera sucesiva.
 2. En la sustitución directa los herederos que reciben los bienes relictos pueden disponer
de los mismos, sin obligación alguna de restituirlos o entregarlos a terceros; en la
sustitución indirecta el heredero primeramente instituido no tiene, en general, la libre
disposición de los bienes, por cuanto ha de conservarlos en provecho de los herederos
sucesivos.
 3. La sustitución directa sirve para eliminar la apertura de la sucesión abintestato; por el
contrario, la sustitución indirecta tiene una finalidad social, al imponer el destino de los
bienes de la herencia.

Sobre la distinción entre sustituciones directas e indirectas se estructura en la actualidad, la


clasificación de sustitución vulgar, pupilar, cuasi pupilar o ejemplar y la fideicomisaria. La
vulgar y la fideicomisaria se consideran, respectivamente, como prototipos de la directa y de la
indirecta. Es más dudoso en cuanto a la pupilar y la ejemplar, aunque se consideran como
sustituciones directas, pero sin olvidar que también pueden, a veces, implicar la existencia de
dos transmisiones.

Con un mero carácter histórico cabe señalar las llamadas sustitución compendiosa o brevilocua
que reunía en una sola fórmula la sustitución vulgar, pupilar y la ejemplar; y la sustitución
recíproca o mutua, en la que los instituidos se sustituyen recíprocamente.

El Código Civil regula las sustituciones en los artículos 774 a 789 del Código
Civil distinguiendo cuatro tipos de sustituciones: vulgar, pupilar, ejemplar y fideicomisaria. A
su vez, el artículo 789 dispone que “todo lo dispuesto en este capítulo respecto a los herederos
se entenderá también aplicable a los legatarios”.

II. LA SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA

1. Concepto

En virtud de la sustitución fideicomisaria el testador (fideicomitente) impone al heredero o


legatario (fiduciario) la obligación de conservar los bienes o cosa legada para entregarlos, a su
fallecimiento, a otra u otras personas designadas por el mismo (fideicomisarios).

Esta definición se deriva del artículo 781 del Código Civil al disponer que “las sustituciones
fideicomisarias en cuya virtud se encarga al heredero que conserve y transmita a un tercero el
todo o parte de la herencia, serán válidas y surtirán efecto siempre que no pasen del segundo
grado, o que se hagan en favor de personas que vivan al tiempo del fallecimiento del testador”.

A diferencia de la sustitución vulgar, en la fideicomisaria hay al menos dos liberalidades


efectivas (primera, la del fiduciario, y después, la del fideicomisario), mientras que en la vulgar
hay una sola, por cuanto el sustituto sólo entra en el disfrute de la herencia si el sustituido no
llega a cumplir los catorce años. Ahora bien, en caso de duda ha de entenderse que se trata de
una sustitución vulgar y no fideicomisaria.

2. Requisitos

Los requisitos esenciales de la sustitución fideicomisaria se derivan del artículo 781, que se
complementa, principalmente, por los artículos 783, 785, 787 y 788, todos ellos del Código
Civil.

Del artículo 781, ya citado, se derivan los siguientes requisitos:

 a) Doble o múltiple vocación hereditaria.

Hay una doble o múltiple vocación hereditaria, que ha de ser consignada de manera
expresa e inequívoca en el testamento, como se corrobora por el artículo 783 párrafo
primero, al disponer que "para que sean válidos los llamamientos a la sustitución
fideicomisaria, deberán ser expresos", aunque no es imprescindible que se designe de
forma nominal al fideicomisario, sino que será suficiente que se pueda identificar por
las circunstancias que respecto del mismo se indique.
El doble llamamiento ha de recaer sobre los mismos bienes y el mismo objeto; por lo
que no habrá sustitución fideicomisaria en el supuesto de ser llamada una persona al
usufructo y otra a la nuda propiedad.

Las normas establecidas en los artículos 781 y 785 tienen carácter imperativo.

 b) Conservación de los bienes por el fiduciario.

La obligación del fiduciario es la de conservar los bienes para que a su fallecimiento se


entreguen a los fideicomisarios, requisito ineludible para la sustitución fideicomisaria,
que puede ir implícita por el hecho de hacer un segundo llamamiento, pero que, en todo
caso, la voluntad del testador ha de estar manifestada de forma clara.

 c) Orden sucesivo de los adquirentes de la herencia.

Ha de establecerse un orden sucesivo y cronológico para la adquisición de la herencia o


legado, por el sustituido, en primer lugar, y después por el sustituto. Este requisito
conlleva, como regla general, que cada uno de los titulares temporales carezcan del
poder de disposición sobre los bienes objeto de la misma; por lo tanto, la temporalidad y
la indisponibilidad son también requisitos esenciales de la sustitución fideicomisaria.

3. Límites

a) No ha de pasar del segundo grado

Tal y como dispone el artículo 781 las sustituciones fideicomisarias, para ser válidas y surtir
efectos no han de pasar “del segundo grado, o que se hagan en favor de personas que vivan al
tiempo del fallecimiento del testador”.

En cuanto a qué ha de entenderse por segundo grado, la jurisprudencia lo ha interpretado en el


sentido invariable de sustitución o llamamiento efectivo, es decir, transmisión. Por lo tanto,
caben dos transmisiones a dos fideicomisarios, sin contar la transmisión inicial al fiduciario.

b) No podrán gravar las legítimas

Esta limitación viene dada por la norma imperativa del artículo 782 del Código Civil al disponer
que “las sustituciones fideicomisarias nunca podrán gravar la legítima, salvo que graven la
legítima estricta en beneficio de un hijo o descendiente judicialmente incapacitado en los
términos establecidos en el artículo 808. Si recayeren sobre el tercio destinado a la mejora,
sólo podrán hacerse en favor de los descendientes”.

Este precepto concuerda con el artículo 813 del Código Civil, sobre intangibilidad de la
legítima.

c) Limitaciones derivadas del artículo 785 del Código Civil

De conformidad al artículo 785 del Código Civil, no surtirán efecto:

 1. Las sustituciones fideicomisarias que no se hagan de una manera expresa, ya


dándoles este nombre, ya imponiendo al sustituido la obligación terminante de entregar
los bienes a un segundo heredero.
 2. Las disposiciones que contengan prohibición perpetua de enajenar, y aun la temporal,
fuera del límite señalado en el artículo 781.
 3. Las que impongan al heredero el encargo de pagar a varias personas sucesivamente,
más allá del segundo grado, cierta renta o pensión.
 4. Las que tengan por objeto dejar a una persona el todo o parte de los bienes
hereditarios para que los aplique o invierta según instrucciones reservadas que le
hubiese comunicado el testador.

En el número 4 se prohíbe los fideicomisos tácitos o albaceazgos o herencias de confianza.

d) Modos o cargas que pesan sobre el heredero

El artículo 788 del Código Civil se refiere a supuestos que, en puridad, no implican
sustituciones fideicomisarias sino como modos o cargas que pesan sobre el heredero.

El artículo 788 dispone que “será válida la disposición que imponga al heredero la obligación
de invertir ciertas cantidades periódicamente en obras benéficas, como dotes para doncellas
pobres, pensiones para estudiantes o en favor de los pobres o de cualquier establecimiento de
beneficencia o de instrucción pública, bajo las condiciones siguientes:

Si la carga se impusiere sobre bienes inmuebles y fuere temporal, el heredero o herederos


podrán disponer de la finca gravada, sin que cese el gravamen mientras que su inscripción no
se cancele.

Si la carga fuere perpetua, el heredero podrá capitalizarla e imponer el capital a interés con
primera y suficiente hipoteca.

La capitalización e imposición del capital se hará interviniendo el Gobernador civil de la


provincia y con audiencia del Ministerio público. En todo caso, cuando el testador no hubiere
establecido un orden para la administración y aplicación de la manda benéfica, lo hará la
Autoridad administrativa a quien corresponda con arreglo a las leyes”.

4. Sustituciones fideicomisarias condicional y a plazo

En la condicional, el derecho del fideicomisario aparece subordinado en su existencia al hecho


futuro e incierto que constituye la condición, así cuando se establezca que el fiduciario cuando
fallezca no deje hijos. Pueden constituirse al amparo del artículo 790 al disponer que “las
disposiciones testamentarias, tanto a título universal como particular, podrán hacerse bajo
condición”, por lo que al no excluir ninguna de las disposiciones se deberá de entender que cabe
en relación a las sustituciones fideicomisarias. Y en cuanto a sus efectos serán los del artículo
759 “el heredero o legatario que muera antes de que la condición se cumpla, aunque sobreviva
al testador, no transmite derecho alguno a sus herederos”, por lo que el fideicomisario que
fallezca antes de que la condición se cumpla, carecerá de derecho alguno sobre los bienes
fideicomitidos, y de igual modo sus herederos. Ahora bien, el fiduciario, mientras la condición
no se cumpla, sólo podrá disponer de los bienes de la herencia quedando éstos sujetos al
cumplimiento de la condición.

En cuanto a la sustitución fideicomisaria a término, aunque éste sea incierto, el fideicomisario


que fallezca antes que el fiduciario trasmite su derechos a sus herederos, puesto que en este caso
la sustitución se equipara a la pura y simple y en éstas “el fideicomisario adquirirá derecho a la
sucesión desde la muerte del testador, aunque muera antes que el fiduciario. El derecho de
aquél pasará a sus herederos” (artículo 784 del Código Civil).

5. La sustitución fideicomisaria y el usufructo


De conformidad al artículo 787 del Código Civil“la disposición en que el testador deje a una
persona el todo o parte de la herencia, y a otra el usufructo, será válida. Si llamare al usufructo
a varias personas, no simultánea, sino sucesivamente, se estará a lo dispuesto en el artículo
781”.

La primera parte del precepto proclama la validez de la disposición testamentaria en la que se


nombra a una persona heredero, y se lega a otra el usufructo, en todo o en parte de la herencia.
La segunda parte desarrolla la constitución del usufructo simultáneo, que se extinguirá cuando
fallezca el último de los usufructuarios designados, o el usufructo sucesivo, el cual no podrá
pasar de un segundo llamamiento cuando se trate de personas que no vivan al fallecer el
testador.

6. Efectos de la sustitución fideicomisaria

Los efectos se han de distinguir según se refieran al fiduciario o al fideicomisario.

a) En relación al fiduciario

El fiduciario es heredero del causante-fideicomitente, y como tal titular del patrimonio y


propietario de los bienes relictos. Ahora bien, la citada titularidad se encuentra sometida al
término, o a la condición, en cuyo momento el titular pasará a serlo el fideicomisario.

La consecuencia del carácter de heredero del fiduciario se concreta, en que en el supuesto de


resultar ineficaz la sustitución fideicomisaria, quedará aquél liberado de restituir los bienes
fideicomitidos, por cuanto “la nulidad de la sustitución fideicomisaria no perjudicará a la
validez de la institución ni a los herederos del primer llamamiento; sólo se tendrá por no
escrita la cláusula fideicomisaria” (artículo 786 del Código Civil), salvo que, por voluntad del
testador o por aplicación de otras normas, no se llegue a ese resultado.

A su vez, el fiduciario responde ilimitadamente de todas las deudas del causante, salvo que haya
aceptado la herencia a beneficio de inventario; pero deberá de conservar la herencia, para la
entrega al fideicomisario “sin otras deducciones que las que correspondan por gastos legítimos,
créditos y mejoras, salvo el caso en que el testador haya dispuesto otra cosa”(artículo 783 del
Código Civil).

El heredero fiduciario no viene obligado a prestar fianza para garantizar la entrega, en su


momento, de los bienes hereditarios, pero sí deberá de hacer inventario, como medio idóneo
para saber si la restitución al fideicomisario comprende los bienes hereditarios sin más
deducciones que las permitidas por la ley.

b) Con relación al fideicomisario

El fideicomisario es heredero del fideicomitente, único causante de la sustitución fideicomisaria,


pero no se trata de un heredero único o directo, sino heredero después de que lo sea el
fiduciario, tras el vencimiento del término o el cumplimiento de una condición.

Por lo tanto, se deberá de distinguir la posición del fideicomisario según que el plazo señalado
no haya transcurrido o la condición no se haya cumplido, y los supuestos en que el plazo o la
condición ya se han cumplido.

Cuando el plazo no ha transcurrido y la condición se encuentra pendiente, el fideicomisario no


tiene la cualidad de heredero ni es dueño de los bienes de la herencia, aunque sí tiene una
expectativa de derecho sobre los bienes fideicomitidos, consistente en la facultad de adquirirlos
en su momento, derecho o facultad que pasará a sus herederos si el fideicomisario fallece antes
que el fiduciario y la sustitución fideicomisaria es a término (artículo 784 del Código Civil), y
por el contrario, no pasará a sus herederos si está sometido a condición (artículo 759 del Código
Civil).

Cumplido el término o la condición, el fideicomisario pasa a ser heredero y propietario de los


bienes relictos. Ahora bien, un sector doctrinal entiende que el fideicomisario, aunque lo sea con
carácter universal, nunca será heredero del causante-fideicomitente, sino que su posición
jurídica se aproximará a la de legatario de parte alícuota o de una universalidad de derecho. En
todo caso, el fideicomisario no es heredero de fiduciario y no responderá de las obligaciones
contraídas por éste, excepto de aquellas que se deriven de la normal administración de los
bienes fideicomitidos, aparte de las mejoras (artículo 783 párrafo segundo del Código Civil).

7. Extinción de la sustitución fideicomisaria

El Código Civil sólo se refiere como causa específica de extinción la nulidad de la sustitución
fideicomisaria (artículo 786), aunque tal nulidad no perjudicará a la validez de la institución ni a
los herederos del primer llamamiento; sólo se tendrá por no escrita la cláusula fideicomisaria.

A su vez, la doctrina (Santos Briz) señala como causas de extinción, las siguientes:

 1. La nulidad del testamento en el que se constituyó.


 2. La incapacidad de los fideicomisarios o la premoriencia de los mismos al testador o
al cumplimiento de la condición en las condicionales.
 3. Cuando en los condicionales queda incumplida la condición.
 4. Cuando todos los fideicomisarios renuncian a sus derechos a la sustitución
fideicomisaria.

III. LOS FIDEICOMISOS

La obligación de conservar los bienes, y por lo tanto, su indisponibilidad por parte del heredero
fiduciario, que son las notas esenciales en la sustitución fideicomisaria, pueden ser dispensadas
por el testador en beneficio primer llamado, por lo que aparece la figura del fideicomiso o
legado de residuo.

Por lo tanto, el fideicomiso de residuo podemos definirlo como la sustitución fideicomisaria en


la que el causante, de una manera expresa o tácita, exime al fiduciario de la limitación de poder
disponer por actos inter vivos, y en concepto de libres, de los bienes de la herencia (Santos
Briz).

A esta figura se alude en el artículo 783 párrafo segundo del Código Civil al disponer
que “salvo el caso en que el testador haya dispuesto otra cosa”por lo que se ha de entender que
se permite que el testador autorice al fiduciario para no hacer entrega de la herencia al
fideicomisario.

Se distinguen dos tipos de fideicomiso de residuo:

 1. Fideicomiso “si quid supererit” (si queda algo) que confiere al fiduciario un amplio
poder de disposición sobre los bienes, por lo que el fideicomisario sólo recibirá en su
día lo que quede o resta, si algo efectivamente queda de la herencia.
 2. Fideicomiso “de eo quod supererit” (de aquello que deba quedar), en el cual el
fiduciario no podrá disponer de algo de la herencia, viniendo obligado a restituir este
algo, más aquello que, pudiendo, no hubiera dispuesto. Por lo tanto, en esta variedad los
fideicomisarios han de recibir siempre un mínimo del caudal hereditario que
necesariamente ha de recaer sobre aquellos que de manera expresa estableció el
testador.

Las facultades del fiduciario en el fideicomiso de residuo serán las que de manera expresa le
establezca el testador, y las mismas se deberán de interpretar de manera restrictiva.

La doctrina mayoritaria entiende que al fideicomiso de residuo le es de aplicación el límite del


segundo grado (llamamiento) que establece el artículo 781 del Código Civil.

S-ar putea să vă placă și