La responsabilidad es un hecho y una cuestión de derecho que implica la existencia y
convivencia pacífica, de valores y de modos de vida diversos; pero además es un ejercicio de voluntades y un compromiso moral, porque los conocimientos de por sí, no mejoran necesariamente la comprensión del otro, ni la relación. Se trata de entender que se ha modificado de tal manera el marco del desarrollo humano que el reto es hacer frente a la responsabilidad compartida corporativamente, sin renunciar a las competencias de cada una de las instituciones implicadas. Ni los padres son los profesionales de la educación, ni la escuela tiene que suplantar o sustituir la función de la familia, ni el educando debe dejar de ser agente de su educación. Sociedad civil, familia, Estado y escuela afrontan el reto de la formación, no sólo como una cuestión de hecho, sino como un compromiso de voluntades hacia lo que es valioso en la educación: el desarrollo personal y la convivencia pacífica en la sociedad abierta y pluralista. De tal manera que, la solución en la educación no está en elegir en lugar del educando su modo de vida, sino en elegir aquellos modos de intervención pedagógica que garantizan la capacitación del educando para elegir, aprendiendo a construir y usar experiencia para responder a las exigencias en cada situación, de acuerdo con las oportunidades. También es importante para tener en el país la paz, mejor convivencia con todos los ciudadanos que conforman dicho país, buenas relaciones de modo disminuyendo la violencia buenas impresiones hacia lugares extranjeros de modo que la región sea admirada y respetada. Acuerdos de Paz
vivió un conflicto armado interno, en el cual se manifestaron actos de crueldad, desprecio
a la vida y a la dignidad de la población guatemalteca, a través de métodos han causado horror, por lo que el país ha buscado formas de no repetición y una justicia de transición.
Después de 36 años de conflicto armado interno que vivió la población guatemalteca,
finalmente el 29 de diciembre de 1996 se llevó a cabo en Guatemala la firma de la paz firme y duradera entre la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (URNG) y el Estado de Guatemala, acontecimiento que puso fin al conflicto.
El Acuerdo de Paz Firme y Duradera, firmado el 29 de Diciembre de 1996, introduce las
bases necesarias para un desarrollo en paz y augurar un futuro moderno para el país.
El acuerdo contiene 17 puntos, ante todo, declaraciones de voluntad política. La adhesión
a los principios orientados a garantizar y proteger la plena observancia y el respeto de los derechos humanos, el compromiso de investigar las violaciones de los derechos humanos ocurridos en el marco del enfrentamiento interno para contribuir a fortalecer el proceso de conciliación nacional y la democratización en el país, el reconocimiento de la identidad y derechos de los pueblos indígenas como base para la construcción de una nación multiétnica, pluricultural y multilingüe. Forma parte del catálogo de objetivos políticos la necesidad de un desarrollo socioeconómicos participativo orientado al bien común. Lograr una situación social más justa se relaciona con la necesidad de un sistema fiscal más equitativo y eficiente. Erradicar la pobreza y el desempleo, mejorar la salud, la educación y capacitación y la seguridad social son consideradas tareas prioritarias del desarrollo. Otro aspecto planteado es la reforma del Estado y del Ejército. Al costado encuentra los enlaces a 14 documentos que forman parte de los Acuerdos de Paz.