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SECRETARIA GENERAL:
Dra. JUDITH HERRERA CADAVID
RESEÑA DE PROVIDENCIAS
SANDRA LILIANA PÉREZ HENAO
Relatora
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CONTENIDO
ACCIONES DE TUTELA
ACCIONES POPULARES
NULIDAD ELECTORAL
REPARACIÓN DIRECTA
CONTROVERSIAS CONTRACTUALES
EJECUTIVOS
REVISIÓN/OBJECIÓN DE ACUERDOS
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RESEÑA DE PROVIDENCIAS
ACCIONES DE TUTELA
Síntesis del caso: Correspondió al Tribunal determinar i) si los accionantes tienen legitimación
en la causa para solicitar a través de la acción de tutela que se ordene a UNE EPM
Telecomunicaciones S.A. iniciar la etapa de arreglo directo para solucionar el conflicto colectivo
de trabajo y de no hacerlo, si igualmente tienen legitimación en la causa para que a través de
esta acción se le ordene al Ministerio de Trabajo reconvenga a UNE EPM Telecomunicaciones
S.A. para que inicie la etapa de arreglo directo para solucionar el conflicto colectivo de trabajo y
(ii) si la acción de tutela es procedente o no para reclamar incremento salarial.
Extracto: (…) en la presente acción de tutela masiva, no se indicó, el motivo por el cual el
representante legal no pudo presentar la tutela para defender los intereses del sindicato.
CONSULTA POPULAR
Síntesis del caso: El problema jurídico radicó en determinar, en primer lugar, si el asunto
sometido a consulta popular es del resorte de tal mecanismo; en segundo lugar, si la
aprobación dada por el Concejo Municipal mediante Acuerdo se ajusta a lo exigido por la
norma; y en tercer lugar, si la pregunta que pretende someterse a consulta popular se ajusta a
la Constitución y a la Ley.
Extracto: (…)La discusión que hoy ocupa a la Sala, ha dejado en evidencia tensiones entre el
principio de autonomía territorial y el principio de organización unitaria del Estado, de
conformidad con los argumentos presentados por los intervinientes.
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En efecto, la Constitución Política de 1991, establece en sus artículos 311 y siguientes la facultad
con que cuentan los municipios para ordenar el desarrollo de su territorio, promover la
participación comunitaria, el mejoramiento social y cultural de sus habitantes y cumplir con las
demás funciones que le asignen la Constitución y las Leyes. Igualmente les permite,
reglamentar los usos del suelo y dictar las normas necesarias para el control, la preservación y
la defensa del patrimonio ecológico. Así pues, en desarrollo del principio de la organización
unitaria del Estado y del precepto constitucional que así lo contempla, se expidió la Ley 685 de
2001, “por la cual se expide el Código de Minas y se dictan otras disposiciones”, a través del cual
reitera la propiedad del Estado sobre los recursos mineros hallados en el suelo y en el subsuelo
del territorio nacional.
(…) es claro que en la actualidad no existe prohibición legal para las entidades territoriales en
poder participar de forma activa sobre asuntos de carácter minero en su territorio, siendo
viable que los burgomaestres como la ciudadanía, puedan ser promotores de iniciativas de
participación ciudadana, como lo es, precisamente la promoción de consultas populares.
RECURSO DE INSISTENCIA
Extracto: Las peticiones de información y entrega de documentos pueden ser rechazadas por
motivo de reserva legal en los términos del artículo 25 de la citada ley, decisión que debe ser
motivada y notificada al interesado, quien puede insistir ante la entidad que invocó la reserva,
caso en el cual le corresponde decidir al Tribunal o juez Administrativo si se niega o se acepta la
petición formulada.
(…) En principio no existe disposición legal o constitucional que establezca reserva expresa de
los videos de seguridad de las instituciones de salud, sin embargo debe estudiarse cada caso y
los límites al acceso a la información pública señalados en el artículo 18 de la Ley 1712 de 2014,
en especial el que se refiere a la afectación o puesta en peligro de derechos fundamentales de
otras personas cuando se divulga la información.
SIMPLE NULIDAD
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Síntesis del caso: Corresponde a la Sala establecer si la Contraloría General de Antioquia,
mediante la expedición de los actos demandados, vulneró los principios de un control fiscal
selectivo y posterior, al disponer el mecanismo “Gestión Transparente” para solicitar
información permanente de las actuaciones contractuales realizadas por las entidades objeto
de control.
Extracto: Ahora bien, en cuanto a las obligaciones contenidas en las normas demandadas, que
implican el registro en la web de actividades contractuales de negocios que aún se están
ejecutando, las mismas no conllevan a un control previo, pues es claro que la Contraloría no
está elevando ninguna valoración; se trata solo de una fuente de información organizada y
sistematizada que se tendrá en cuenta al momento de las auditorias. Ello, en consideración de
la Sala, permite que el órgano de control realice un trabajo más organizado, eficiente y eficaz a
la hora de hacer el respectivo control del gasto público, de forma posterior, además, permite la
elección de un método para la selección de los contratos más efectivo, que permita garantizar
el interés general y el cumplimiento de los fines del Estado.
(…)En conclusión, la Sala estima que la vigilancia de la gestión fiscal tiene como fin la
protección del patrimonio público, la transparencia en todas las operaciones relacionadas con
el manejo y utilización de los bienes y recursos públicos, y la eficiencia y eficacia de la
administración en el cumplimiento de los fines del Estado. Además dichas medidas se enmarcan
en la concepción del Estado social de derecho, fundado en la prevalencia del interés general, y
propenden por el cumplimiento de los fines esenciales del Estado, como lo ha expresado la
Corte Constitucional en diversas sentencias.
Por tanto, como consecuencia de lo expuesto, la Sala estima que el registro electrónico de la
actividad contractual realizada por las entidades objeto de control, dispuesto por la Contraloría
General de la Nación en las normas demandadas, no conlleva un control previo y total de la
administración del gasto público por parte de dichas entidades.
Síntesis del caso: El problema jurídico se contrae a establecer si entre el SENA y el demandante,
existió una verdadera relación laboral, y en consecuencia, le asiste al demandante, el derecho
de percibir las prestaciones sociales que surgen de dicha vinculación.
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(…) Pues bien, de las pruebas obrantes en el proceso, estima la Sala que se encuentran
acreditados los elementos necesarios para considerar que en efecto existió una verdadera
relación laboral:
Primero, está acreditada la prestación personal del servicio, pues los testimonios acreditan que
las funciones de instructor, docente y asesoría que se desarrollaba en el SENA, y que era el
objeto de los contratos celebrados por el demandante con dicha entidad, debían ejecutarse de
manera personal, al punto que ellos mismos no podían designar su reemplazo sino que la
entidad autorizaba el mismo, lo que resulta lógico para el desempeño de tal labor, dado los
conocimientos profesionales específicos que se requiere para impartir la formación en
determinada área.
(…) Aunado a ello, también se certificó que en la planta de personal del SENA, se encuentra el
cargo de instructor, incluso en el área del demandante23 y que recibían una remuneración y
prestaciones sociales
Extracto: (…) lo referente a la relación porcentual mínima que el actor considera contenida en
el Decreto 53 de 1993, lo cual no comparte esta Corporación, pues una vez analizadas en detalle
las disposiciones del Decreto aludido y las del Decreto 109 de 1993 que lo modificó, no se
encuentra previsión normativa alguna que indique que el Gobierno Nacional consagró un
parámetro porcentual mínimo y/o máximo que debía seguirse entre los salarios de uno u otro
de los cargos de la FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN, como sí lo hace, verbi gratia, el artículo
14 de la Ley 4ª de 1992, cuando afirma que se establecerá una prima “no inferior al 30% ni
superior al 60% del salario básico (…)”, o como lo hace el artículo 1º del Decreto 610 de 1998
que, al crear la bonificación por compensación, dispone que la misma deberá igualar el “60% de
los ingresos laborales que por todo concepto perciben (…)”; normas que de manera clara
establecen un mínimo porcentaje que debe respetarse a la hora de otorgar determinados
beneficios salariales.
Estas últimas normas se traen a colación para ejemplificar la manera en que el Congreso de la
República o el Gobierno Nacional han previsto relaciones porcentuales a la hora de establecer
emolumentos salariales, donde dicho mandato normativo resulta claro y no requiere de
mayores elucubraciones frente a la norma para encontrar el imperativo a seguir, lo cual no
ocurre respecto del Decreto 53 de 1993, pues en este caso sólo se observa que el Gobierno
Nacional, en ejercicio de las atribuciones conferidas por el Congreso de la República, estableció
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la remuneración salarial de cada uno de los cargos de la entidad, sin que estableciera que entre
uno y otro cargo debía conservarse un porcentaje mínimo de diferencia.
3. Jornada ordinaria de trabajo de los empleados públicos a nivel territorial. Horas extras.
Trabajo ordinario en dominicales y festivos y su retribución, descanso compensatorio.
Reliquidación de prestaciones sociales y liquidación de cesantías e intereses
Síntesis del Caso: En el presente asunto, la parte actora muestra su desacuerdo con la decisión
de primera instancia, porque considera que se deben reconocer la totalidad de las pretensiones
invocadas y por su parte, el apoderado de la demandada considera que no hay razón para
acceder a las súplicas invocadas por cuanto la liquidación efectuada por la ESE METROSALUD es
acorde a la legalidad.
Extracto: (…) Así las cosas, concluye la Sala que, tal como lo dispuso el A quo frente a los
conceptos de reajuste por domingos y festivos laborados, no hay lugar a que se reconozca tal
pretensión puesto que según las colillas de pago aportadas y los cuadros de turnos , es claro
que METROSALUD ha pagado conforme a los parámetros legales y jurisprudenciales tales
conceptos, pues el trabajo realizado en días domingos y festivos se remunera con el
equivalente al doble del valor de un día de trabajo por cada dominical o festivo laborado, es
decir, se remunera con un recargo del 100% sobre el valor del trabajo realizado que, sumado al
pago ordinario, suma 200% y no como erradamente lo interpreta el apoderado de la parte
actora, al pretender, que al pago ordinario se le suma 200%.
(…) Por otra parte, sobre la pretensión relacionada con la incidencia de las horas extras en la
liquidación de las cesantías, la Sala encuentra acertado lo manifestado en primera instancia,
toda vez que el Honorable Consejo de Estado , así lo ha ordenado en reiteradas ocasiones, en la
liquidación de las cesantías reconocidas se debe incluir como factor salarial para su liquidación
los pagos que se hagan por trabajo suplementario (horas extras), para lo cual se tendrá en
cuenta del régimen de liquidación de cesantías que le corresponda, es decir, si la actora se
encuentra en el régimen de retroactividad de cesantías, la inclusión de los valores ordenados
repercutirá en el momento en que se haga la liquidación definitiva; y si se encuentra en régimen
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anualizado se deberán realizar año por año debiendo consignar la diferencia que corresponda
al fondo al cual se encuentre afiliado la demandante.
Síntesis del caso: Solicitó la parte actora, la nulidad del acto administrativo que le negó el
reconocimiento, y pago de la prima de vida cara y aguinaldo y, a título de restablecimiento del
derecho, solicita (i) se le ordene al MUNICIPIO DE MEDELLÍN reconocer, liquidar y pagar la
Prima de Vida Cara y aguinaldo desde la fecha que la entidad territorial ceso el pago y hacia el
futuro; (ii) el reajuste de salarios, prestaciones legales y extralegales teniendo en cuenta los
anteriores conceptos; (iii) los reajustes de los aportes al Sistema de Seguridad Social, desde la
fecha de vinculación; (iiii) los respectivos conceptos sean reajustados en la forma prevista por
los artículos 187 al 189 y el 192 de la ley 1437 de 2011. .
Extracto: (…) ha sido reiterada la jurisprudencia del H. Consejo de Estado, en la cual se señala
que las Asambleas Departamentales y los Concejos Municipales no están facultados, y por
tanto carecen de competencia para establecer el régimen prestacional y salarial de los
empleados públicos, como quiera que ello implica una usurpación de competencias, pues el
único competente para ello, por mandato constitucional es el Congreso de la República, con
apoyo del Presidente de la República.
(…) De lo anterior concluye la Sala que las normas expedidas tanto por las Asambleas
Departamentales como por los Concejos Municipales no son aplicables para efectos del
reconocimiento de las prestaciones salariales y sociales no reguladas por el Gobierno Nacional,
denominadas primas extralegales, por ser esto contrario a las competencias establecidas tanto
en la Constitución de 1886, como en la actual Constitución Política, pues según las normas antes
transcritas y la jurisprudencia anotada, la facultad exclusiva para fijar el régimen salarial y
prestacional de los empleados públicos, le corresponde al Congreso de la República, en
competencia concurrente con el Presidente de la República. Además, se debe tener en cuenta
que no es dable invocar derechos adquiridos con prerrogativas cuyo fundamento es
inconstitucional e ilegal.
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con la demanda, para que sean tenidos en cuenta para efectos prestacionales, en especial para
el reajuste y reliquidación de su asignación de retiro o pensión, por cumplir todos los requisitos
exigidos para ello.
Extracto: (…) el beneficio del cómputo de tiempo doble para efectos de las prestaciones
sociales de los Agentes de la Policía Nacional, tuvo su origen con el Decreto 3187 de 1968 y
perduró hasta la vigencia del Decreto 2340 de 1971, para cuyo reconocimiento se requería el
cumplimiento de una serie de requisitos derivados de la normatividad que lo creó, a saber: (i) La
declaratoria por parte del Estado, de la existencia de un estado de turbación de orden público,
por causa de guerra exterior o por conmoción interior –artículo 121, Constitución de 1886-; (ii)
La prestación de tiempo de servicio en estado de guerra internacional o conmoción interior; (iii)
La determinación, por parte del Gobierno, de las zonas del país donde ameritaba el
reconocimiento de este tiempo; y (iv) Que la determinación antes indicada estuviera soportada
en el concepto del Consejo de Ministros sobre la justificación de esta medida..
Síntesis del caso: El problema jurídico en el presente caso, se contrajo a determinar la legalidad
de las resoluciones proferidas por el Ministerio de Transporte, efectuando un análisis en cuanto
a si se desconoció el debido proceso de la demandante, por encontrarse en firme resoluciones
que habían autorizado la prestación del servicio público a la actora en la ruta Apartado – San
Pedro de Urabá y viceversa, o si la omisión en la inclusión de la citada ruta en el marco del
Decreto 608 de 1991 está ajustada a derecho.
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(…) se concluye que la revocatoria de actos administrativos creadores de situaciones jurídicas
particulares, requieren el consentimiento expreso y escrito del titular, salvo que (i.) el acto
administrativo provenga del silencio administrativo positivo y se hayan configurado las causales
señaladas en el artículo 69, y (iii.) si el acto administrativo ocurrió por medios ilegales.
Síntesis del caso: Se ocupó la providencia reseñada de analizar si la entidad demandada vulneró
los derechos constitucionales al debido proceso y a la defensa de la sociedad demandante y
expidió con infracción de las normas en que debieron fundarse y falsa motivación, los actos
administrativos proferidos dentro del procedimiento administrativo que culminó con la
expedición de la Resolución por medio de la cual se resolvió en última instancia la reclamación
interpuesta por ésta, en contra de las Facturas que liquidaron la tasa retributiva por
vertimientos puntuales a un afluente; supuestamente, porque se aplicó un factor regional de
5.5 bajo el entendido de que se estaba en el año tercero y cuarto del quinquenio estipulado en
el Acuerdo 262 de 2007 publicado en el boletín oficial de la entidad en el mes de junio de 2009,
éste último considerado por la accionada un acto de carácter particular, sin que se efectuara en
debida forma su notificación. Además, si para el cálculo de la tasa retributiva se rechazó la
autodeclaración de la sociedad actora y se utilizaron datos presuntamente errados, dejando de
lado el informe oficial de la Corporación, en contravía del Decreto 3100 de 2003.
Extracto: (…)En atención a la cita jurisprudencial precedente, contrastada con el contenido del
Acuerdo 262 de 2007, es claro el carácter particular del mismo, puesto que hace una
delimitación puntual de las zonas objeto de la meta global de reducción de carga contaminante,
que de conformidad con el artículo 7 del Decreto 3100 de 2003 deberá fijarse cada cinco (5)
años los destinatarios del acuerdo, frente a los cuales se crea una situación jurídica, esto es, una
meta individual de reducción de carga contaminante para la liquidación de la tasa retributiva,
puesto que, dependiendo del cumplimiento o no de la meta individual o sectorial, se aplicará el
Factor Regional de 1 a 5.5, como lo establecen los artículos 15 y 16 del Decreto 3100 de 2003.
No queda duda entonces del carácter particular del Acuerdo 262 de 2007, pues contrario a un
acto administrativo de carácter general que tiene como destinatarios a sujetos indeterminados,
señaló de manera específica a los destinatarios de su decisión.
(…) para que el particular interesado o afectado con una decisión de la Administración se
entienda notificado por conducta concluyente, deberá manifestar su conocimiento, convenir en
la decisión o utilizar en tiempo los recursos legales.
En atención a la cita jurisprudencial precedente, contrastada con el contenido del Acuerdo 262
de 2007, es claro el carácter particular del mismo, puesto que hace una delimitación puntual de
las zonas objeto de la meta global de reducción de carga contaminante, que de conformidad
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con el artículo 7 del Decreto 3100 de 2003 deberá fijarse cada cinco (5) años los destinatarios
del acuerdo, frente a los cuales se crea una situación jurídica, esto es, una meta individual de
reducción de carga contaminante para la liquidación de la tasa retributiva, puesto que,
dependiendo del cumplimiento o no de la meta individual o sectorial, se aplicará el Factor
Regional de 1 a 5.5, como lo establecen los artículos 15 y 16 del Decreto 3100 de 2003.
No queda duda entonces del carácter particular del Acuerdo 262 de 2007, pues contrario a un
acto administrativo de carácter general que tiene como destinatarios a sujetos indeterminados,
señaló de manera específica a los destinatarios de su decisión.
(…) para que el particular interesado o afectado con una decisión de la Administración se
entienda notificado por conducta concluyente, deberá manifestar su conocimiento, convenir en
la decisión o utilizar en tiempo los recursos legales.
De manera que, el pago de una factura o suscribir un convenio de pago no constituye una
manifestación de conocimiento de un acuerdo y toda vez que contra del Acuerdo 262 de 2007
no se previó recurso alguno, no se pudo efectuar la notificación por conducta concluyente por
el ejercicio de los mismos.
Extracto: El artículo 77 del Decreto 1848 de 1969 estableció la incompatibilidad del goce de la
pensión de jubilación proveniente de servicios prestados en el sector público con una
asignación proveniente de entidades de Derecho Público, Establecimientos Públicos, empresas
oficiales y sociedades de economía mixta, cualesquiera sea la denominación que se adopte para
el pago de la contraprestación del servicio.
(…) El artículo 49 del Decreto 758 de 1990 estableció, a su turno, de manera expresa que "Las
pensiones e indemnizaciones sustitutivas que cubre el I.S.S.” eran incompatibles entre sí y con
otras pensiones y asignaciones del sector público.
(…)es claro lo dispuesto por el artículo 128 de la Constitución Política al indicar que nadie podrá
recibir más de una asignación que provenga del tesoro público o de empresas o de instituciones
en las que tenga mayoría el Estado, salvo los casos expresamente determinados en la ley y que
el artículo 19 de la Ley 4ª de 1992 dispone que nadie podrá recibir más de una asignación que
provenga del tesoro público o de empresas o de instituciones en las que tenga parte
mayoritaria el Estado y tratándose de pensiones en el literal c) exceptúa las que se perciben
por concepto de sustitución pensional.
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SENTENCIA DEL 30/11/2017, RADICADO 05001233300020140069300. MAGISTRADA PONENTE:
DRA. BEATRIZ ELENA JARAMILLO MUÑOZ.
Extracto: (…)Ahora bien, estando estipulado de manera precisa el contenido de dicho acto
precontractual, también se ha establecido que el mismo no puede contener condiciones y
exigencias de imposible cumplimiento, exenciones de responsabilidad, reglas que induzcan a
errar a los proponentes, reglas que permitan la presentación de ofrecimientos de extensión
ilimitada, reglas que dependan de la voluntad unilateral de la entidad contratante y exigencia
de soportes o documentación para validar la información contenida en el RUP, es decir, que
avale la inscripción del proponente en dicho registro. Tales parámetros que si bien ciñen los
pliegos de condiciones, no implican su estandarización, sino que en cada caso concreto el
objeto del contrato, determinará los requisitos que debe cumplir la propuesta, así como la
forma en que se efectuará su calificación.
De ahí entonces, que se dote al pliego de condiciones del carácter de verdadera norma
vinculante en el marco del proceso de selección, no sólo para los proponentes sino también
para la Administración, que se encuentra obligada a someter a los proponentes a unas mismas
reglas, claras y objetivas.
Tiene también el pliego de condiciones la calidad de acto jurídico fundamental que no solo rige
el escenario precontractual, esto es, el proceso de selección del contratista, sino también el
contrato, tal y como lo ha expuesto el Máximo Tribunal de lo Contencioso Administrativo.
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Síntesis del caso: Se debate la legalidad de la Resolución por medio de la cual se expide licencia
de construcción para ampliación y se aprueba variación de la propiedad horizontal, endilgando
como vicios de nulidad, que la citada resolución fue expedida irregularmente, por cuanto se
ignoró el trámite legal que imponía la obligación de obtener el consentimiento de terceras
personas que pudieran resultar afectadas con su emisión y que asimismo, el acto se encuentra
falsamente motivado, toda vez que no es cierto que el solicitante de la licencia hubiese
presentado la totalidad de los documentos exigidos en el Decreto 564 de 2006.
Extracto: (…) Se puede concluir que el curador urbano es un particular encargado de tramitar,
estudiar y expedir licencias de construcción o de urbanismo, y que el ejercicio de sus
actividades implica el desarrollo de una función pública que el Estado, por mandato
constitucional, ha conferido a los particulares de conformidad con los artículos 123 y 210 de la
Constitución Política, y como consecuencia de ello, dichas actuaciones se encuentran sujetas a
los controles y responsabilidades que se derivan de la naturaleza de su función.
Ahora, teniendo en cuenta entonces que las curadurías urbanas carecen de personería jurídica,
y que por ende, recae en el curador urbano la responsabilidad que surja de dichas actuaciones,
encuentra la Sala, en concordancia con el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, que la
parte actora, acertadamente dirigió la demanda en contra del Curador Urbano, quien otorgó la
licencia de construcción cuya nulidad se depreca y que en tal sentido, la Curaduría XXX de
Medellín como tal, no era la llamada a conformar la litis, como en su momento lo estimó el
Despacho de conocimiento, pues, como se explicó, las curadurías urbanas no son personas
jurídicas y, por lo tanto, no tienen capacidad para ejercer derechos, contraer obligaciones y ser
representadas en un proceso judicial
REPARACION DIRECTA
Síntesis del asunto: Correspondió a la Sala determinar, si las entidades demandadas, son
administrativa y patrimonialmente responsables por los daños y perjuicios ocasionados a los
demandantes por la desaparición forzada y posterior muerte de la víctima, derivada del
comportamiento omisivo o connivente de las entidades con grupos armados de autodefensa
en el casco urbano y rural del ente territorial.
Extracto: En cuanto a la responsabilidad del Estado en relación con los daños causados a los
particulares ajenos al conflicto armado, derivados de actos violentos cometidos por personas al
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margen de la ley, ha señalado la jurisprudencia que se debe partir del hecho de establecer si el
daño causado a los demandantes se puede imputar al Estado. Al respecto se ha previsto por el
H. Consejo de Estado, que se puede imputar al Estado los daños sufridos por las víctimas de
hechos violentos cometidos por terceros, cuando en la producción del hecho interviene la
Administración, a través de una acción u omisión constitutivas de una falla del servicio, como
cuando el hecho se ejecuta con la complicidad de miembros activos del Estado, o, cuando se
había solicitado protección a las autoridades y éstas no la brindaron, o como cuando en razón
de las especiales circunstancias que se vivían en el momento, se podía prever el hecho y no se
realizó ninguna actividad dirigida a evitar o enfrentar eficientemente el ataque.
(…) Se configura entonces la responsabilidad del Estado por los ataques perpetrados por
terceros, cuando se advierte la falla del servicio, sea por acción u omisión en el cumplimiento
del deber legal de protección; en otros eventos, si los daños causados contra ciudadanos
inocentes son el resultado de un ataque dirigido contra verbigracia, un destacamento militar
del gobierno, un centro de comunicaciones al servicio del mismo o un personaje representativo
de la cúpula administrativa, éstos no tienen por qué soportar solos el daño causado, a pesar de
la legitimidad y legalidad de la actuación del Estado, en razón a que tal situación denota un
claro desequilibrio en las cargas que no tienen el deber de soportar los administrados
Síntesis del caso: Correspondió al Tribunal resolver el recurso de apelación interpuesto por las
partes, demandante y demandada, contra la sentencia de primera instancia, por medio de la
cual se declaró administrativamente responsable a la Nación – Ministerio de Defensa –
Dirección Ejecutiva de la Justicia Penal Militar-, por la privación injusta de la libertad a la que fue
sometido el demandante.
Extracto: En el sub lite, se tiene entonces que en el contexto propio del caso se establecían
serios elementos materiales probatorios y evidencias físicas que permitían imponer la medida
de aseguramiento en centro carcelario al demandante, y que autorizaban al Estado para poner
en juicio su presunción de inocencia.
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estructuraban suficientemente los requisitos para dictar medida de aseguramiento con
privación efectiva de la libertad contra el sindicado, basándose para ello en la denuncia de la
víctima, sin que fuera necesario para imponer esa medida tener certeza de la responsabilidad
del sindicado, pues, en esa etapa de la investigación solo se requiere la mera probabilidad de la
comisión del ilícito por parte de quien es cobijado con esa medida.
Síntesis del caso: Correspondió al Tribunal establecer si existe responsabilidad del Estado por la
muerte de la víctima, causada por miembros de la Policía Nacional, la cual, según los
demandantes, se produjo por un exceso en el uso de la fuerza o, si por el contrario, se presentó
una eximente de responsabilidad, tal como se concluyó en el fallo de primera instancia.
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Extracto: (…) aunque la A quo examinó la responsabilidad de la entidad demandada a partir de
un régimen subjetivo de responsabilidad, es decir, el régimen por falla en el servicio, ha de
indicarse que la jurisprudencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado ha dicho que los
casos que se analizan por vía de ese régimen subjetivo de responsabilidad, ocurre cuando en el
uso de armas de dotación oficial, se configuran los elementos necesarios para deducir
responsabilidad patrimonial de la entidad demandada con fundamento en la ocurrencia de una
falla efectiva en el servicio, falla que debe estar suficientemente acreditada en el plenario, lo
que lleva a que la condena se profiera con fundamento en este régimen y no aplicando el
régimen objetivo de responsabilidad.
En los demás eventos en donde se debate la responsabilidad del Estado por daños causados
con el uso de armas de fuego de dotación oficial, por regla general, se acude a la aplicación de
la teoría del riesgo excepcional, título de imputación en donde el demandante tiene el deber de
probar la existencia del daño y el nexo causal entre este y una acción u omisión de la entidad
pública demandada, para que se pueda deducir la responsabilidad patrimonial, sin entrar a
analizar la licitud o ilicitud de la conducta del agente, la cual resulta irrelevante para el caso. En
este caso la Administración, para exonerarse de responsabilidad, debe acreditar la presencia de
una causa extraña, como el hecho exclusivo de la víctima, la fuerza mayor o el hecho exclusivo y
determinante de un tercero.
EJECUTIVO
Ahora bien, la compensación en materia tributaria, según la norma antes citada, opera en caso
de existir saldos a favor del contribuyente o responsable en las declaraciones tributarias, y es
aplicada de dos formas:
1.- Respecto de un mismo impuesto que requiera declaraciones tributarias sucesivas, para
imputarla al periodo siguiente.
2.- Del saldo de las declaraciones tributarias, pagar deudas de distintos tipo de impuesto,
anticipos, retenciones, intereses y sanciones que figuren a su cargo.
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En ambos casos, se debe seguir un procedimiento que inicia con una solicitud del contribuyente
o responsable de la declaración tributaria.
REVISIÓN/OBJECIÓN DE ACUERDOS
Síntesis del caso: En virtud de la competencia de este Tribunal para revisar los Acuerdos
expedidos por los Concejos Municipales y teniendo en cuenta los conceptos de invalidez que
expone la Gobernación de Antioquia a través de la Secretaría General, le correspondió a la Sala
analizar si proceden las observaciones realizadas al Acuerdo No. 09 de 2017 expedido por el
Concejo Municipal de JERICÓ mediante el cual se prohíbe en la jurisdicción de dicho municipio,
el desarrollo de actividades mineras de metálicos y la gran y mediana minería de los demás
minerales tendientes a la defensa del patrimonio ecológico y cultural en dicha localidad, siendo
necesario determinar si la corporación territorial tiene o no competencia para regular dichos
asuntos.
Extracto: (…) el contenido mínimo de la autonomía territorial está contenido en el artículo 287
de la Constitución, pues consagra algunos derechos esenciales de las entidades territoriales y,
en consecuencia, vinculan al legislador, pues aquellas están habilitadas para: ejercer las
competencias que les correspondan, gobernarse por autoridades propias, establecer los
tributos necesarios para cumplir sus tareas, administrar los recursos para la realización efectiva
de sus funciones, y participar en las rentas nacionales .
En este contexto, en lo que atañe al reparto de competencias entre la Nación y los Municipios,
la conclusión es obvia: los municipios tienen autonomía para ejercerla siempre que haya sido
previamente asignada por la Constitución; de lo contrario, se habilita las potestades del
Congreso de la República, pues ostenta la cláusula general de competencia normativa.
Síntesis del caso: Se ocupó el Tribunal de analizar la validez del Acuerdo 007 del 30 de agosto
de 2016 expedido por el Concejo de Toledo- Antioquia. Para el efecto, debe resolver si la citada
Corporación es competente para crear y reglamentar el “Consejo Municipal de Protección al
Consumidor” y si excedió sus competencias legales y constitucionales.
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Extracto: Mediante el artículo 76 de la Ley 1480 de 2011 que se refiere a las “Políticas
sectoriales para la protección de los derechos de los consumidores” se confieren
responsabilidades a los ministerios para propiciar espacios que se relacionen con la protección
y difusión de los derechos de los consumidores, y establece que los alcaldes y gobernadores
deben garantizar el funcionamiento de los Consejos de Protección al Consumidor que
correspondan a sus respectiva jurisdicción en los términos de las normas que regulan la
materia, y en especial de los Decretos 3168 de 1983, 1009 de 1988 y la Directiva Presidencial 04
de 2006.
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