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PRÓLOGO

Día tras día crece el número de personas que se preocupan por el estado que
guarda la naturaleza. Ante la gravedad de la crisis ambiental –que tan sólo
constituye una dimensión adicional de una crisis mayor de carácter civilizatorio- no
hacerlo, denota un peligroso problema de alienación y, también, de falta de
responsabilidad y de compromiso para con quienes vendrán después de nosotros.

La preocupación por restaurar y conservar el equilibrio natural, por cambiar la forma


en que hemos concebido y desarrollado nuestra relación con la naturaleza -como
entre nosotros mismos-, no es exclusiva de una sola disciplina científica, como
tampoco lo es de los ecologistas. La crisis ambiental toca todas las esferas de la
vida y, como tal, ha forzado el encuentro y/o reencuentro entre activistas,
instituciones, organizaciones, intelectuales, campesinos, jóvenes, religiosos,
etcétera. Por sus consecuencias de espectro total, antropólogos, sociólogos,
psicólogos, juristas, trabajadores sociales, geógrafos, economistas, filósofos,
internacionalistas, biólogos, médicos, agrónomos, veterinarios, meteorólogos,
urbanistas, ingenieros, entre otros profesionistas, se han abocado al estudio de las
consecuencias de la degradación ambiental. Desde estas disciplinas, como fuera
del campo intelectual, se han compartido visiones y alternativas contra-
hegemónicas. Movimientos sociales del campo y de la ciudad han incorporado la
agenda ambiental. Como muestra de ello se encuentran los defensores del territorio
esparcidos a lo ancho y largo del planeta. Ciertamente, el problema no sólo se
reduce a cuestiones de falta de información o de conocimiento. Existen intereses
concretos de agentes y corporaciones empresariales (legales e ilegales; locales,
nacionales y extranjeras) que únicamentepueden prosperar bajo un esquema de
despojo y degradación, tanto humana como ambiental. Esto es muy fácilmente
observableen el campo de la minería extractiva.

Dentro de este contexto, no son pocos los que advierten que el patrón de poder
estructural actual -cimentado en la sobre explotación y la exclusión humana y en la
extrema degradación de la naturaleza- nos está conduciendo a un callejón sin
6

salida, a un futuro sin futuro, al precipicio. Así, por ejemplo, lo considera Alfonso
Ibáñez, para quien “la civilización de la riqueza y el despilfarro, que no es
universable, nos está llevando en su marcha desbocada a un callejón sin salida, a
la destrucción de la vida y la autodestrucción”.1Todo indica que dicho destino, que
se esboza día tras día, es ya una realidad presente y que tratar de frenar y
direccionar el tren de la muerte en el que todos nos hallamos [incluidos los VIP que
viajan en primera clase protegidos por sus guardianes y sus leyes]implicará
esfuerzos individuales y colectivos inconmensurables; entre otras razones debido a
que quienes, por el momento, se benefician de este orden de cosas acuden a todos
los medios a su alcance para impedir el cambio.

El capitalismo es, entre otras cosas, un sistema de poder concentrado en personas,


organizaciones e instituciones para guarecer el egoísmo a través del despojo. Hoy,
en tiempos de interconexión global, del imperialismo desenfrenado que se mueve a
sus anchas, el arrebato por la acumulación sin fin ha asumido características
francamente sociópatas en virtud de que sus consecuencias negativas sobre la
naturaleza y las vidas humanas se viven a escala planetaria. El neoliberalismo es la
culminación de dicha expresión, sus síntomas nos advierten sobre la existencia de
una crisis civilizatoria en virtud de que la clase dominante –triunfante en esta lucha
de clases- ha impuesto su orden a plenitud.

Hoy, a diferencia de antes, con los acelerados procesos de interconexión global en


curso, ningún ecosistema del planeta está a salvo de los intereses mercantiles que,
sobre todo, se orientan a satisfacer las necesidades de un reducido grupo de
consumidores. ¿Cómo esperar alternativa alguna dentro del patrón civilizatorio en
curso cuando a) su sostén descansa en la exclusión de por lo menos el 70% de la
población mundial; b) el sistema se oxigena gracias a la destrucción del medio
ambiente y al derroche energético; y c) la longevidad del modelo sólo resulta viable


1
Alfonso Ibáñez. “Los desafíos del diálogo intercultural.”, en: Contextualizaciones Latinoamericanas. Revista
del Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad de Guadalajara, número 4,
Guadalajara, enero-junio 2011: 5.
http://www.contextualizacioneslatinoamericanas.com.mx/numeros_anteriores/contextualizaciones_n_4/pdf/n4
_contex/alfonso_ibanez.pdf

7

profundizando la desigualdad, ahondando el neocolonialismo, incrementando los


niveles de sobreexplotación de los trabajadores, acrecentando el desempleo,
despojando a las comunidades rurales de sus bienes naturales y criminalizando a
los portadores de alternativas? El panorama anterior permite hablar de un proceso
de metástasis global, en virtud de que el avance del progresoobligatoriamente
conduce a la muerte, a la violencia y, entre otras cosas, al despojo de los derechos
de ciudadanía. Lasmanifiestas carencias sociales y ambientales -tras casi cuatro
décadas de predominio neoliberal- son suficientes para mostrar la inviabilidad de un
modelo civilizatorio que sólo puede prosperar a costa de la degradación de la
condición humana, como de la naturaleza.

De acuerdo con el Informe Planeta Vivo 2014 (resumen)2 de la Global Footprint


Network, miles de millones de personas viven bajo condiciones indignas dentro de
un marco de creciente desigualdad. El Informe señala que hacia el año 2050 la
población humana se habrá incrementado en dos mil millones. Se trata de personas
que requerirán agua, alimentos, vivienda, educación, salud, trabajo, etc., pero que
nacerán dentro de un mundo que hoy acusa fuertes déficits sociales y ambientales:
hoy día casi mil millones de personas padecen hambre crónica, casi 800 millones
viven sin agua potable y 1,400 millones de personas no cuenta con acceso
constante de electricidad. En este tenor, el Informe de Desarrollo Humano 2015
(PNUD 2015)3advierte que cada año mueren cerca de seis millones de niños y niñas
menores de cinco años (la población total de Nicaragua, a manera de ejemplo); hay
casi mil millones de analfabetos; 1,500 millones de personas cuentan con un empleo
vulnerable; y el 20% de los habitantes del planeta posee el 94% de la riqueza global.
En 2014, OXFAM mostró el grado de inequidad al que se había llegado en ése
momento: el 1% de la población posee casi la mitad de la riqueza mundial; las 85
personas más ricas del mundo poseen la misma riqueza que la mitad de la población
mundial; siete de cada diez personas viven en países donde durante los últimos
treinta años ha aumentado la desigualdad. El Informe de OXFAM Gobernar para las


2
http://www.footprintnetwork.org/images/article_uploads/Informe-PlanetaVivo2014_LowRES.pdf
3
http://hdr.undp.org/sites/default/files/2015_human_development_report_overview_-_es.pdf

8

élites. Secuestro democrático y desigualdad económica dio cuenta de la


interdependencia que existe entre las políticas públicas neoliberales al servicio de
los grupos oligárquicos y el crecimiento de la desigualdad.4

Cabe admitir que con el crecimiento de la población mundial, del aumento de los
desechos tecnologícos e industriales destructivos, del número de consumidores
(ciertamente diferenciados en cuanto a riqueza y hábitos), del pillaje neoliberal de
las riquezas de los países periféricos y de la globalización económica neoliberal, ha
crecido exponencialmente la degradación ambiental.

Los habitantes que residen dentro de los países del Norte global –aunque no sólo
ellos- son los que mayor huella ecológica están generando. Al caso –señala el
Informe Planeta Vivo 2014- se encuentra el ejemplo de los consumidores
estadounidenses: “si tuviésemos el estilo de vida de un residente típico de Estados
Unidos, necesitaríamos 3,9 planetas”.5 De acuerdo con este trabajo “Durante más
de 40 años, la presión de la humanidad sobre la naturaleza ha excedido lo que el
Planeta puede reponer. Necesitaríamos la capacidad regenerativa de 1,5 planetas
Tierra para brindar los servicios ecológicos que usamos cada año. El “exceso
ecológico” es posible –por ahora- porque podemos talar árboles a mayor velocidad
que el tiempo que requieren para madurar, pescar más peces que lo que los
océanos pueden reponer, o emitir más carbono a la atmósfera del que los bosques
y océanos pueden absorber. Las consecuencias son una reducción de la cantidad
de recursos y la acumulación de desechos a tasas mayores que las que pueden
absorber o reciclar”.6 Cabe agregar que el “exceso ecológico” también es posible –
por ahora- gracias a la extracción de gigantescos volúmenes de minerales metálicos
y no metálicos, principalmente, en los territorios de los países periféricos, poblados
por comunidades rurales que se resisten al despojo; las cuales, simultáneamente,
encaran al terrorismo empresarial, al estatal, como al delincuencial.


4
http://www.oxfamintermon.org/es/documentos/17/01/14/gobernar-para-elites-secuestro-democratico-
desigualdad-economica
5
http://www.footprintnetwork.org/images/article_uploads/Informe-PlanetaVivo2014_LowRES.pdf (cita
p.13).
6
Ibíd., p. 10.

9

Hoy los protectores del territorio –junto con los defensores de los derechos
humanos- se encuentran en primera línea en la defensa de la vida; y como tales,
dadas las condiciones que impone el capitalismo de nuestros días, han sido
forzados a convertirse en actores anti-sistémicos. Su oposición al despojo,
maquillado como desarrollo, los ha enfrentado a adversarios políticos,
empresariales y criminales sumamente poderosos. Estos tres últimos no escatiman
en acudir a cualquier medio a su alcance para imponer su voluntad Dichas prácticas
van desde el engaño y la división de las comunidades, la criminalización de la
protesta, el uso del terror para intimidar a los opositores y, entre otras, el
desplazamiento forzado con el afán de ocupar y saquear los territorios.

Es dentro de dicho contexto que Global Witness identificó el año 2015 como el más
grave en cuanto a asesinatos en contra de los defensores del territorio y del medio
ambiente. Según el organismo se trató de 185 casos que ocurrieron en 16 países.
En su informe Sobre territorios peligrosos, subrayó que Brasil (50), Filipinas (33) y
Colombia (26) ocuparon los primeros tres lugares.7 Y a pesar de que el organismo
admitió que las cifras reales (globales y por país) podrán ser muy superiores a las
presentadas por ellos, se quedó muy lejos de la realidad. Al respecto, cabe recordar
el caso de Cherán, Michoacán, que en el transcurso de varios años sumó 25
víctimas entre asesinatos y desapariciones. En este caso, la violencia cesó cuando
el pueblo optó por la auto-organización y la autodefensa y, con ello, recuperó el
control de sus bosques y de su vida comunitaria.

Es dentro de todo este contexto que el libro Minería extractiva y deterioro ambiental
en América Latina de Ignacio Medina cobra mucha importancia. El trabajo ilustra la
inseparable relación que existe entre el modelo extractivista y la degradación
ambiental. La industria minera es una industria sucia que consume inmensos
volúmenes de agua dulce (recurso limitado y, por lo tanto, fuertemente disputado),
contamina el suelo y el subsuelo y hereda su destrucción a las futuras generaciones.
Estamos lejos de los tiempos de Hernán Cortés y de Francisco Pizarro, no tanto por
los métodos con que éstos trataban a sus trabajadores (recuérdese el caso de Pasta

7
file:///C:/Users/Hogar/Desktop/On_Dangerous_Ground%20(1).pdf
10

de Conchos en México, 2006), sino “por la intensidad en los procesos productivos


a través de una elevada tecnología y también el gran deterioro ambiental que se
deja como resultado de la deforestación, de las minas a cielo abierto, del uso de
tantos químicos que envenenan la tierra y el agua utilizada”, advierte el autor.

Se reconoce que la lucha de las comunidades resulta estratégica por tratarse de un


pilar fundamental para frenar la voracidad de las empresas extractivas, las cuales a
su vez deberán enfrentar a los gobiernos, quienes les han abierto a los empresarios
las puertas de par. Se destaca como los movimientos en defensa del territorio se
han visto forzados a encarar tanto a las derechas duras que gobiernan en países
como México, Honduras, Guatemala, Colombia o Perú; como a aquellos gobiernos
que se dicen progresistas y de izquierda, como los de Venezuela, Ecuador,
Argentina [durante el mandato de los Kirchner], Brasil [durante las administraciones
de Lula da Silva y Dilma Roussef], Uruguay y Nicaragua. Con respecto a los
segundos, Ignacio Medina subraya que en dichos gobiernos “los proyectos
extractivistas no se han detenido; han sufrido modificaciones notables como el
hecho de que la apropiación de más recursos en los lugares donde se desarrollan
los proyectos son dedicados a la obra pública y a la educación pero las
características fundamentales permanecen en cuanto al destino de los productos, a
la intensidad en los procesos de producción y sobre todo en relación a la
contaminación del medio ambiente”. Lo cual, ante la crisis civilizatoria que
enfrentamos, nos cuestiona acerca de la naturaleza de semejante izquierda que, en
algunos casos, guardaría un “parecido de familia” más cercano a una derecha
socialdemócrata. Sin duda, en un futuro no tan lejano, los países y pueblos en mejor
condición serán aquellos que hayan logrado la conservación de la naturaleza: unos
a costa de los demás, otros a costa de su propia resistencia y de la estatura moral
de sus gobernantes. El fenómeno de los refugiados ambientales es un síntoma del
mundo que hemos venido construyendo.

Minería extractiva y deterioro ambiental en América Latina recorre la geografía de


nuestra región y, como botón de muestra, exhibe casos de emporios mineros en
México (Zacatecas y Sonora), Brasil (Roraima, Minas Gerais), Chile (Valle del
Huasco), Paraguay (Paso Yobay), Uruguay (caso minera Aratirí), Guatemala (San
11

Marcos, Izabal, San Juan Zacatapéquez, Santa Rosa, San Pedro Ayampuc y
Jutiapa), El Salvador (Santa Ana y Cabañas), Honduras (Francisco Morazán, Santa
Bárbara, Atlántida y La Unión), Nicaragua (León y Chontales) y Costa Rica (El Limón
y el proyecto Crucitas).

En todos los casos se da cuenta de los ajustes realizados al marco jurídico para
calzarlo al apetito voraz [eufemísticamente llamado “clima de negocios”] de los
empresarios; de la entrega gubernamental de concesiones a los emporios sin haber
consultado a los pueblos y comunidades asentadas en los territorios; del
contubernio entre empresarios y autoridades gubernamentales; del surgimiento y
desarrollo de movimientos sociales que defienden sus territorios, la naturaleza,
como sus formas de vida; de la división generada dentro de las comunidades ante
las promesas de eventuales beneficios a los habitantes; de la presencia de intereses
transnacionales; de los costos ambientales que los proyectos mineros han causado;
de la pérdida de legitimidad democrática de las autoridades gubernamentales por
realmente representar los intereses de los poderes fácticos, y no del pueblo, como
dicta la teoría.

Es así como Medina da cuenta de “un patrón similar en todos estos caso:
concesiones de los gobiernos a empresas extranjeras o nacionales para extraer
recursos minerales en grandes cantidades sin tomar en cuenta el punto de vista de
las comunidades locales; en su ejecución todos los proyectos provocan un gran
deterioro ambiental” Así mientras las ganancias se van a los bolsillos de los
accionistas, en los territorios donde se arrancan los minerales quedan inmensos
cráteres y paisajes naturales modificados, suelos áridos y erosionados, sin flora y
fauna, altamente contaminados y sin agua potable para varias generaciones
humanas posteriores. “En la alquimia colonial y neocolonial –escribió Eduardo
Galeano-, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en
veneno.”8


8
Eduardo Galeano. La venas abiertas de América Latina. México: Siglo XXI Editores, 2004, p. 16-17.
12

El uruguayo dijo alguna vez que “…los latinoamericanos somos pobres porque es
rico el suelo que pisamos y que los lugares privilegiados por la naturaleza han sido
malditos por la historia.”9

Desde la invasión ibérica a estas tierras hasta nuestros días, los pueblos indígenas
han librado incontables luchas en defensa de sus territorios. En la mayoría de ellas
resultaron derrotados. Hoy, dados los intensos procesos de despojo en curso, estas
luchas se han extendido a todos los territorios rurales, independientemente de que
en ellos residan o no pueblos originarios. Los casos de Cherán (comentado líneas
arriba), los que Ignacio Medina muestra en este libro, como de muchos otros
pueblos y comunidades que resisten, son una muestra de que la “maldición de la
historia” puede ser superada; sin embargo, el éxito sólo será duradero en la medida
en que, desde esos mismos espacios locales, se abone a la construcción de nuevas
sociedades donde, entre otros cambios urgentes, la naturaleza y los seres humanos
dejen de ser considerados como mercancías, como cosas.

Dr. Jorge Ceja Martínez


Universidad de Guadalajara
Sistema Nacional de Investigadores, de CONACYT


9
Ibíd., p. 341.
13

MINERÍA EXTRACTIVA

Y DETERIORO AMBIENTAL EN AMÉRICA LATINA

Ignacio Medina Núñez10

Introducción

Hay en el mundo contemporáneo una verdad que incomoda, la progresiva


destrucción del planeta por numerosos grupos sociales. Esta “verdad incómoda” fue
difundida por Al Gore cuando era vicepresidente (1993-2001) de los Estados Unidos
y sintetizaba la exposición de un proceso terrible de deterioro ambiental en el mundo
bajo diversas facetas: desde la contaminación de las tierras y los ríos hasta el
calentamiento global11. Se trataba de llamar la atención sobre un deterioro del cual
las Naciones Unidas, a través de las conferencias sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, ya habían emitido alertas urgentes desde la Cumbre de la Tierra en
Estocolmo, en 1972, y a la cual siguieron otras como la de Río de Janeiro en 1992,
Johannesburgo en el 2002, y la realizada con el nombre de Conferencia sobre el
Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro, en junio del 201212. Y recientemente, en el
2015, el Papa Francisco hizo un llamado urgente sobre este problema en su
encíclica Laudato Si: “Frente al deterioro ambiental global, quiero dirigirme a cada
persona que habita este planeta” (Francisco, 2015), recordando que también el


10El profesor Medina es Doctor en Ciencias Sociales e investigador en el Departamento de Estudios Ibéricos y
Latinoamericanos de la Universidad de Guadalajara, México. Mail: medina48@yahoo.com

11
Tomando como fuente el “Quinto Informe de Evaluación del Panel Intergubernametnal sobre el Cambio
Climático (IPCC), en el período que comprende de 1880 a 2012 la temperatura mundial promedio aumentó 0.85
grados Celsius… y el nivel del mar subió 0.19 metros”. Con base en esta misma fuente, “la temperatura puede
aumentar por encima de los 2 grados Celsius para finales del siglo XXI” (Bugeda y Alarcón, 2015: 2). La
conclusión de este fenómeno es clara: “para algunos países, más de 2 grados Celsius significa devastación”
(Idem, 2015: 3).
12
A esta Cumbre del 2012 en Río de Janeiro se le ha llamado Río + 20, para conmemorar la continuidad de esta
temática sobre la sostenibilidad en diversas reuniones internacionales, especialmente después de la realizada en
1992 también en la ciudad de Brasil.
14

Papa Paulo VI había presentado la problemática ecológica en 1971 “como una crisis
que es una consecuencia dramática de la actividad descontrolada del ser humano:
Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, el ser humano corre el
riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación” (Idem). Y de
manera específica hay que resaltar por último la llamada COP21, la Cumbre Mundial
de las Naciones Unidas enfocada particularmente al tema del calentamiento global
con su importante Declaración de París, en diciembre del 2015. Esta Conferencia
internacional fue muy clara en relación a los grandes peligros del cambio climático,
y logró un consenso de todos los países en el pronunciamiento de tratar de impedir
que la temperatura mundial se eleve en el siglo XXI a los 2 grados C.

El problema se sitúa tanto en el ámbito individual y colectivo de nuestras costumbres


en relación con la naturaleza, como sobre todo en el hecho de estar viviendo
dominados por un sistema de capitalismo salvaje en donde el único dios es la
búsqueda incansable del dinero sin importar los problemas humanos que se causen
y el deterioro del medio ambiente. Especialmente en el ámbito estructural hemos
encontrado una relación desequilibrante que se ha dado entre la perspectiva de los
países industrializados y el mundo del subdesarrollo. Desde el punto de vista
sociológico, de acuerdo con Samir Amín (1973), durante el siglo XIX y XX se
estableció un modelo de desarrollo muy desigual entre los países entonces
llamados de Primer Mundo, las naciones altamente industrializadas, y los del Tercer
Mundo13, en donde se englobaban claramente los países africanos, América Latina
y diversos países asiáticos. Desde un punto de vista estructural, estos países
subdesarrollados –en contraposición a la teoría del desarrollismo expuesta por Walt
Rostow al hablar de la Alianza para el Progreso en el continente americano-
cumplían tres funciones primordiales: proveer de recursos naturales y minerales a
los países industrializados, servir de mano de obra barata para las empresas
trasnacionales provenientes de los países centrales y ofrecer un gran mercado de
compra para los productos manufacturados e industrializados. Esto llevaba a la


13
Este concepto de Tercer Mundo se aplicó en la década de los setentas del siglo XX a los países
subdesarrollados o países periféricos; actualmente está ya en desuso por el proceso de desaparición del mundo
del comunismo antiguamente dominado por la Unión Soviética, pero el contenido del concepto sigue vigente
designando a estos países como subdesarrollados.
15

concepción clara de que el subdesarrollo no era un proceso natural sino histórico,


producto de estas relaciones de desarrollo desigual que, en el caso de América
Latina y desde tiempo de la colonia, había surgido con la trasferencia masiva de oro
y plata particularmente hacia España y Portugal.

El deterioro ambiental mundial se puede mostrar en muchos aspectos, pero en este


caso, nos vamos a dirigir especialmente al producido por la extracción de los
recursos minerales, muy acorde con la lógica de un sistema de capitalismo salvaje
que se ha acentuado en los últimos tiempos a través de una complementación
diabólica entre empresas trasnacionales y las instituciones de los Estados
nacionales: “La apropiación de dichos recursos naturales (materias primas) se
caracteriza por un coloniaje formal e informal que impone una lógica de acumulación
a través de los mecanismos de compra, el alquiler o la concesión; estos
mecanismos logran ser utilizados para dominar los recursos naturales (RN) gracias
a dos protagonistas claves: el Estado-nación y el capital, que configuran espacios y
lugares para la explotación de los RN” (Merchand R., 2016: 156). En la relación de
Europa con África, por ejemplo, resulta ya clásico el ejemplo de cómo los europeos
llegaban con espejitos para ofrecerlos a los nativos a cambio de cantidades
inmensas de marfil, oro, plata y otros recursos naturales, bajo la complacencia de
los Estados nacionales. Y esto sucedía más allá de la pesada explotación salvaje y
violenta como la expresada por Mario Vargas Llosa en su novela histórica de 2011,
El Sueño del Celta, al hablar de cómo se enriquecía Europa de una manera salvaje
a partir de la explotación del territorio y población del Congo y cómo lo hacía
Inglaterra también a partir del territorio de la selva peruana del norte. Y esta relación
de intercambio desequilibrante es herencia de la misma época colonial que se aplicó
también al continente americano: “las principales riquezas encontradas en el Nuevo
Mundo fueron, en primer lugar, la fuerza de trabajo y, en segundo lugar, los
inmensos yacimientos de plata localizados sobre todo en México y Perú” (Cuevas y
Mora, 2015: 17).América latina sigue siendo considerado comoEl Doradoque
pensaban los conquistadores españoles, como el objeto deseable donde pueden
extraerse las grandes riquezas naturales. Como dato específico, se puede decir que
“en el siglo XIX, el 65% del total del oro existente era originario de nuestro
16

continente” (Delgado, G. C., 2010: 360).Pero entonces se trataba de una tecnología


básica de pico y pala dentro de los cerros y montañas a través de la fuerza de trabajo
de esclavos e indios; eso ha cambiado radicalmente sobre todo por la intensidad de
los procesos contemporáneos “a partir del desarrollo tecnológico de máquinas-
herramientas para la perforación, excavación, el desarrollo de explosivos de
procesos químicos para la recuperación masiva de minerales de baja
concentración, etc.” (Delgado, G.C., 2010: 9). El salto se ha dado de la actividad
manual del pico y la pala hasta el uso de las retroexcavadoras, camiones de varias
toneladas y explosivos para recurrir luego a la separación del oro de los diversos
minerales a través de elementos químicos como cianuro, mercurio y ácido sulfúrico,
con lo cual tenemos además un elemento terrible adicional para destruir la ecología
por mucho tiempo aun después de que la explotación haya terminado. Este es el
nuevo contexto que ha empezado a producir numerosos movimientos de
pobladores locales para defensa de sus territorios y de su modo de vida.

Nuestra pretensión en este escrito es mostrar cómo este esquema de intercambio


desigual ha perdurado y se encuentra en un proceso de expansión hasta el siglo
XXI en el caso particular de la región latinoamericana y especialmente
Centroamérica, pero agravado ahora de una manera intensiva por las modernas
tecnologías utilizadas por las empresas nacionales y trasnacionales en la extracción
de los recursos minerales, en donde solamente ofrecen a cambio exiguos beneficios
a las comunidades locales y una gran destrucción de la ecología.

Ofreceremos primero un apartado teórico tratando relacionar el complejo concepto


de Desarrollo con el deterioro ambiental y el modelo extractivista en la extracción
de minerales, buscando sobre todo definir las características fundamentales de este
último; en seguida mostraremos una visión sobre nuestro subcontinente a través de
múltiples estudios de caso latinoamericanos: primero en México y América del Sur,
para detenernos particularmente en Centroamérica, una región sobre la que
hablaremos con más profundidad porque ha sido nuestro objeto de estudio por
varios años desde la perspectiva, económica, política y cultural (Medina, 1997;
Medina, 1998; Medina, 2010).
17

Esta región, que dio origen al concepto de Países Bananeros14 por la particularidad
de su riqueza natural y cultivos que fueron apreciados y explotados por compañías
trasnacionales en alianza con fuerzas locales de los gobiernos en turno, sigue
teniendo características de un profundo subdesarrollo no solamente por sus bajos
índices de Desarrollo Humano sino también en las últimas décadas por el
agravamiento de la violencia y la inseguridad. “La violencia ha sido algo recurrente
desde hace décadas. Primero fue la violencia política, el enfrentamiento armado
que duró más de treinta años y que dejó países y regiones devastadas, como
Nicaragua y el altiplano guatemalteco. Luego, cuando se logró salir de la guerra,
vino otro tipo de violencia, que hereda los males que dejaron las guerras y le agrega
nuevos elementos. Es la violencia provocada por el crimen organizado, por la
desestructuración de las relaciones sociales, por la inequidad, por la falta de
oportunidades y por la desesperación, que ha provocado una verdadera cultura de
la violencia” (AUNA-Costa Rica, 2016). De esta manera, con la abundancia de sus
recursos naturales, con una debilidad de sus instituciones estatales, con un gran
nivel de pobreza y en un contexto de inseguridad y violencia, esta región se ha
convertido también en presa fácil del modelo extractivista.


14
Esta palabra ha llegado a ser el símbolo de un país atrasado, inestable, corrupto y con un gobierno sometido
a intereses oligárquicos nacionales y extranjeros. Se encuentra por primera vez en la obra del norteamericano
O. Henry (quien usó el seudónimo de William Sidney Porter 1862-1910), porque vivió varios años en América
Central siendo un humorista y cuentista pero que experimentó la relación económica y política de subordinación
que tenía Guatemala con la United Fruit Company. El término lo encontramos en su obraOf Cabbages and
Kings, al referirse a un país imaginario al que llama Anchuria (haciendo referencia a Honduras) y al que
menciona como“this small, maritime banana republic…”
18

CAPÍTULO I

DESARROLLO, MODELO EXTRACTIVISTA Y DETERIORO AMBIENTAL

“La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino
del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la
armonía con la naturaleza y el respeto a la vida” (Conferencia Mundial de
los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra,
2010)

Comenzamos con la discusión sobre el concepto de desarrollo porque cada vez que
uno critica los grandes proyectos mineros pareciera que estamos atentando contra
el crecimiento económico y contra el progreso de un país. Nuestra pretensión no es
enarbolar una posición contra todo aprovechamiento de los recursos naturales sino
especialmente contra un modo de hacerlo que no tiene al ser humano como objetivo
y mucho menos se preocupa por la conservación de la naturaleza, que a fin de
cuentas es la casa donde habitamos todas las comunidades humanas.

El concepto tiene raíces etimológicas que llegan a los griegos y romanos antiguos
para presentar por ejemplo el desenvolvimiento de la lectura de un rollo que tiene
un antes y un después. Por la forma como estaban hechos los papiros y pergaminos
antiguos, su lectura significaba irlos desenrollando para avanzar hasta el final y por
ello la palabra desenrollar está implicada en la idea de desarrollo: ir avanzando de
una etapa a otra progresando de un punto a otro que significa avanzar para llegar
hasta el final. Pero es hasta el siglo XVIII cuando este concepto se vincula con la
economía europea en la coyuntura tan importante de la revolución industrial: se
pasaba de una etapa a otra en la humanidad al vincularse la producción con la
introducción de las máquinas, mostrando un salto significativo de una etapa a otra:
la humanidad estaba progresando, estaba desarrollándose al mostrar tan gran
cantidad de productos15 que los seres humanos podían acercarse a una felicidad


15
Fue precisamente con Adam Smith en su libro La riqueza de las Naciones que el concepto de Desarrollo se
vinculó directamente con la economía por la producción de recursos materiales dentro de los nacientes Estados
modernos. En la introducción a su libro sobre la Riqueza de las Naciones, Smith “aclara que su tema principal
es el desarrollo económico: las fuerzas que gobiernan a largo plazo el crecimiento de la riqueza de las naciones”
(Berton, 2009: 196).
19

plena; todo esto combinaba con el reciente descubrimiento de Darwin sobre la teoría
de la evolución en donde se descubrían los grandes estadios de la humanidad para
llegar tanto al Homo Sapiens como nuevas etapas en donde podría desaparecer el
hambre con la posibilidad de disfrutar todo lo que la naturaleza podía ofrecer a
través de una mano de obra tan productiva. De hecho, la gran riqueza producida
fue suficiente como para revitalizar la utopía de un planeta total próspero en paz.
Menciona, por ejemplo, Armand Mattelart que “sólo en el siglo XVIII, se pueden
contar más de una veintena de proyectos de pacificación general, universal o
europea, publicados fundamentalmente en francés, inglés, italiano y alemán”
(Mattelart, 2000: 80).

Pero esta gran ilusión del progreso y el desarrollo dentro del modelo capitalista fue
confrontada de manera radical por Marx y Engels en el siglo XIX, cuando estos
autores postularon y pudieron probar cómo a pesar de la gran riqueza de las
naciones propuesta por Adam Smith tenía un gran contraste en la manera de
apropiación: dicha riqueza se concentraba en pocas manos mientras que la gran
mayoría de los trabajadores vivía con un salario miserable en bajas condiciones de
vida. Esta es la gran crítica que sigue siendo válida en la sociedad contemporánea
del siglo XXI: sigue habiendo una gran producción económica mostrada en los PIB
(Producto Interno Bruto) de cada país y muchos autores ponen este indicador como
clave al considerar el grado de desarrollo de un país; sin embargo, la realidad es
que puede haber crecimiento y riqueza social pero acompañado de gran pobreza
para gran parte de la población y entonces una gran desigualdad. “Debemos evitar
la confusión tan común entre crecimiento y desarrollo; y hacemos mucho hincapié
en que el objetivo primordial del desarrollo consiste en lograr la autosatisfacción y
la participación creativa en el uso de las fuerzas productivas de la nación y de todo
su potencial humano” (Goulet y Kwan, 1989: 20). Por lo tanto es un gran engaño el
hablar de desarrollo económico con la creación de gran riqueza social cuando una
gran parte de la población de cada país sufre hambre.

Lo que queremos entonces enfatizar es la falacia de un concepto de desarrollo


enfocado solamente al crecimiento económico y la ganancia de las empresas
cuando se descuida lo importante de una sociedad, el bienestar del ser humano y
20

el cuidado del medio ambiente, que es lo que ha estado pasando en nuestra región
en los comienzos del siglo XXI, como lo señala Walter Pengue, del Grupo de
Ecología del Paisaje y del Medio Ambiente en Buenos Aires: “En muchos países de
América Latina estamos afrontando procesos de crecimiento muy fuertes que
vienen de la mano de la transformación intensiva de los recursos naturales. Este
crecimiento implica efectos sobre el ambiente y las sociedades latinoamericanas
que en general no han sido positivos. Así, mientras las exportaciones de materias
primas han tenido un aumento explosivo, hay un crecimiento más que importante
de la pobreza, de la imposibilidad del acceso a los recursos y de la falta de trabajo.
Otra cosa distinta es el desarrollo. Porque se puede crecer de la mano de uno, dos
o tres productos; en cambio desarrollo implica tomar infinidad de productos para la
producción y que a partir de ahí muchísimos de nuestros trabajadores ocupen
nuevos trabajos, haya diversidad en el trabajo y haya aumento del trabajo para las
distintas necesidades y capacitaciones que se tienen… Se pueden exportar
millones de toneladas de soja o de combustibles y seguir teniendo una población
hambreada o sin ningún tipo de acceso a nuevos trabajos” (Rebelión, 2007).

Cuando se acusa a los opositores de los proyectos mineros extractivistas de estar


en contra del progreso y del desarrollo, debemos tener en cuenta que el problema
principal está en la manera como suele concebirse erróneamente el llamado
desarrollo económico, basado únicamente, en la perspectiva de las empresas, de
lograr una alta ganancia a costa de cualquier cosa. El desarrollo no puede
identificarse con la pura ganancia empresarial y el crecimiento del PIB en un país
determinado y peor aún cuando los efectos de tales actividades productivas a gran
escala dejan una ecología casi inservible para las comunidades donde se
encuentran los recursos buscados por las mineras. Y sin embargo, parece ser que
esto es lo que ha imperado en los últimos siglos: “la idea motriz que ha vertebrado
tanto la investigación como la elaboración de políticas en torno al desarrollo, ha sido
la de la acumulación, la creencia en que el progreso de las sociedades estaba
directa y casi únicamente relacionada con su capacidad para producir bienes
materiales” (Ibarra y Unceta, 2001: 11).
21

En los años 60s y 70s del siglo XX se expandió con fuerza en América Latina la
Teoría de la Dependencia, con autores como Ruy Mauro Marini, Theotonio dos
Santos, Cardoso y Faletto, Celso Furtado,… quienes tuvieron un gran acierto para
expresar la contradicción existente a nivel planetario entre países centrales
industrializados y países dependientes o subdesarrollados, acusando a las grandes
empresas de los primeros de aprovecharse de los recursos naturales del llamado
bloque del Tercer Mundo, a través de un intercambio desigual. Fue muy interesante
esa perspectiva pero dos elementos fundamentales le hicieron falta a este análisis
de la dependencia: primero, nunca se habló del gran deterioro ecológico que dejaba
la explotación de los recursos naturales y, segundo, le faltó resaltar cómo la
dependencia y explotación de recursos no solamente proviene de los actores
procedentes de los países industrializados sino que también existen actores
nacionales y locales al interior de los países subdesarrollados –aliados con las
empresas trasnacionales- que siguen las mismas reglas de la ganancia y deterioro
ambiental. De esta manera, veremos en nuestro análisis cómo empresas de capital
mexicano, peruano, colombiano, etc. siguen las mismas reglas de explotación y
daños ecológicos en perjuicio de las comunidades locales, las cuales en ellas
mismas también se encuentran divididas con sectores de la población en contra y
también en apoyo de la producción minera extractivista.

Por lo menos en la discusión teórica ha estado ganando influencia un concepto


alternativo al puro crecimiento económico a través de lo impulsado por las Naciones
Unidas (ONU) desde 1990 al hablar del Desarrollo Humano expresado en un Índice
que se puede medir cronológicamente año con año en cada uno de los países. El
PIB seguirá siendo un indicador importante, pero lo determinante al hablar del
Desarrollo serán estos tres elementos: el ingreso de la población, el nivel de salud
y de la educación. Y a éstos, de manera clara, la ONU ha añadido el cuarto
elemento de la sostenibilidad, de tal manera que no se puede concebir el desarrollo
cuando la actividad productiva destruye los bosques, la tierra y las fuentes de
agua,…Por ello, de manera oficial en la ONU ha quedado desbancado ese indicador
del puro crecimiento económico como único símbolo del desarrollo, lo cual se
convertía en el mensaje más importante de ese Informe de 1990: “si bien es
22

absolutamente necesario aumentar la producción nacional (PIB) para alcanzar


todos los objetivos esenciales del hombre, lo más importante es estudiar cómo se
traduce este crecimiento -o deja de traducirse- en desarrollo humano en diversas
sociedades” (PNUD, 1990: 13). Con ello, hay ejemplos sugerentes como el de
Buthan, en donde el indicador fundamental para el desarrollo del país es lo que
llaman la Felicidad Nacional Bruta16.

De esta manera, se puede afirmar con claridad que de nada sirve la ganancia de
las grandes empresas y la producción de la riqueza cuando se concentra en muy
pocas manos y sobre todo cuando no se resuelven cuatro grandes problemas de
nuestras sociedades: el ingreso de la población, el mejoramiento de su salud, el
nivel de educación y la conservación de la naturaleza y del medio ambiente en que
vivimos, lo cual ha sido definido sobre todo bajo la perspectiva de la sostenibilidad.

En el año 2006, Al Gore, quien había sido vicepresidente de los Estados Unidos en
el gobierno de Bill Clinton de 1993 a 2001, mencionó lo que el llamaba una Verdad
Incómoda, porque había querido llamar la atención de la opinión pública y del
congreso estadounidense con la voz de numerosos científicos que alertaban sobre
pronto destrucción del planeta a través de la acción depredadora de las grandes
industrias que habían empezado a producir en el siglo XX un calentamiento global.
Pero la alerta mundial ya había empezado a sonar desde la conferencia de la ONU
sobre cuestiones ambientales realizada en 1972 en Suecia: por primera vez se avisó
sobre la posibilidad de un desastre ecológico 17 a nivel planetario; a estas
conferencias mundiales se les empezó a conocer con el nombre de Cumbres de la
Tierra.Se realizó una segunda conferencia sobre este tema en 1992 en Río de


16Así se constata de manera oficial: “Felicidad Nacional Bruta (FNB) mide la calidad de un país en una manera
más holística [que PNB: Producto Nacional Bruto] y considera que el desarrollo beneficioso de la sociedad
humana tiene lugar cuando el desarrollo material y espiritual se produce lado a lado para complementar y
reforzarse mutuamente” (Ura et al, 2015: 3). Y se trata de una tradición del país ya mencionada en el código
legal de 1729, donde se señala el objetivo de cualquier gobierno: crear felicidad para su gente; de otra manera
no tiene razón para existir. En su Constitución se habla, además, de los diversos indicadores con los que puede
apreciar esa Felicidad Nacional Bruta (Medina, 2016: 65).
17
Se alertaba por primera vez sobre el gran peligro en que estábamos poniendo el planeta como casa en que
todos habitamos: “Por ignorancia o indiferencia podemos causar daños inmensos e irreparables al medio
terráqueo del que dependen nuestra vida y nuestro bienestar” (ONU, 1973: 76). Mucha gente consideró
demasiado catastrofista esta declaración de alerta; gobiernos y empresas consideraban también demasiado
costosas las medidas de prevención para cuidar la ecología y el medio ambiente.
23

Janeiro, Brasil, cuando ya habían surgido numerosos movimientos de la sociedad


civil en diversos países que denunciaban la excesiva extracción de recursos
naturales enfocada solamente a la acumulación de ganancias, sin tener en cuenta
las terribles consecuencias sobre la ecología18. Hubo una tercera cumbre mundial
sobre el mismo tema en el 2002 en Sudáfrica; otra más en donde se generalizó el
nombre de Desarrollo Sostenible de nuevo en Río de Janeiro en el 201219.

Empezó también a surgir una conciencia en la opinión pública sobre lo no renovable


de muchos recursos naturales, indispensables para la sobrevivencia humana pero
sobre los cuales el sistema capitalista impulsaba una apropiación sin precedentes
dejando destrozos no cuantificables sobre la tierra, la vegetación y el
medioambiente. Cuando se acabe el agua potable, los bosques, la biodiversidad,
etc. ¿qué tipo de vida podría quedarle a los seres humanos? Ningún tipo de
crecimiento económico y riqueza social puede denominarse desarrollo cuando deja
sin casa habitable a las futuras generaciones.

La sostenibilidad como parte fundamental del concepto de desarrollo había surgido


por primera vez en lo que en 1987 se llamó el Informe Brundtland dentro de la
Comisión Mundial para el Medio Ambiente, dirigida por la entonces primera ministra
de Noruega, Go Harlem Brundtland con un postulado muy claro: la actividad
económica mundial no puede llevarse a cabo a costa de sacrificar las necesidades
de futuras generaciones, puesto que lo que estaba ocurriendo a fin de siglo estaba
teniendo un costo ambiental tan alto que afectaría negativamente el ecosistema en
que vivirían los seres humanos del siglo XXI. Así quedó definido con claridad este
principio elemental del Desarrollo Sostenible: “A fin de alcanzar el desarrollo
sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituir parte integrante del
proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada” (ONU, 1992: 255).


18
Algunos de estos movimientos sociales son, por ejemplo, los siguientes mencionados por Delgado (2010: 53):
Confederación de Comunidades Afectadas por la Minería; Red Mexicana de Afectados por la Minería, Red de
Comunidades Afectadas por la Minería en Argentina; Frente de Defensa de Tambogrande en el Perú; Asamblea
de Vecinos Autoconvocados de Esquel en Argentina; Acción Ecológica en Ecuador; Censat en Colombia,
Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina; MineWatch (USA), Mines and Communities (USA),
MiningWatch Candá; Global Response (USA), etc.
19
Los lugares de estas Cumbres internacionales han sido los siguientes:Suecia, en Estocolmo, del 5 al 16 de
junio de 1972;Brasil, en Río de Janeiro, del 2 de junio al 13 de junio de 1992; Sudáfrica, en Johannesburgo, del
23 de agosto al 5 de septiembre del 2002, y de nuevo en Río de Janeiro en el 2012.
24

Así quedó asentado con claridad en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en


1992.

De esta perspectiva nació posteriormente la lucha específica contra el Cambio


Climático que llegó a establecer el llamado Protocolo de Kyoto en 1997. El llamado
calentamiento global tenía un efecto visible e inmediato: el descongelamiento de los
polos de hielo en el norte y en el sur que provocaba una elevación del nivel del agua
del mar. Aunque pocos países firmaron este Protocolo de Kyoto, en donde de
manera particular se excluyeron numerosos países industrializados, se empezó a
dar la lucha por comprometer a los gobiernos a disminuir la emisión de gases
invernadero, los que más afectaban el calentamiento del planeta. Con cierto
optimismo en relación a Kyoto, hay que observar un avance la declaración verbal
de la COP21en París en Diciembre del 2015 en donde se llegaron a sumar todos
los gobiernos del planeta en la lucha contra el calentamiento global.

La Tercera Cumbre de la Tierra en Sudáfrica en el 2002 llegó a lamentar


expresamente cómo muy pocas naciones tomaron con seriedad el problema del
deterioro ambiental: “El medio ambiente mundial sigue deteriorándose. Continúa la
pérdida de biodiversidad; siguen agotándose las poblaciones de peces; la
desertificación avanza cobrándose cada vez más tierras fértiles; ya se hacen
evidentes los efectos adversos del cambio del clima; los desastres naturales son
más frecuentes y más devastadores, y los países en desarrollo se han vuelto más
vulnerables, en tanto que la contaminación del aire, el agua y los mares sigue
privando a millones de seres humanos de una vida digna” (ONU, 2002).

Cuando en 2012 se realizó una nueva cumbre de la Tierra, otra vez en Río de
Janeiro, 20 años después de 1992, los postulados teóricos sobre el Desarrollo
siguen siendo bastante claros: en primer lugar, es necesario impulsar el crecimiento
porque se necesitan recursos naturales para la sobrevivencia del género humano.
Aquí se observa ciertamente cómo el ser humano tiene que trabajar la tierra para
beneficio de la propia sociedad; pero, en segundo lugar y no menos importante es
el aspecto social: el concepto no se puede reducir solamente al crecimiento
económico, porque la distribución de la riqueza social teniendo como centro al ser
25

humano se tiene que convertir en el objetivo fundamental: “La erradicación de la


pobreza es el mayor problema que afronta el mundo en la actualidad y una condición
indispensable del desarrollo sostenible” (Rio+20, 2012). En tercer lugar, todo esto
tiene que hacerse con una “ordenación integrada y sostenible de los recursos
naturales y los ecosistemas que preste apoyo, entre otras cosas, al desarrollo
económico, social y humano, y facilite al mismo tiempo la conservación, la
regeneración, el restablecimiento y la resiliencia de los ecosistemas frente a los
problemas nuevos y emergentes” (Idem).

Sin embargo, junto con las optimistas declaraciones de organismos internacionales,


hay que tener en cuenta la práctica nefasta de numerosas empresas que siguen
ancladas en el único objetivo de la ganancia. Llama poderosamente la atención
casos como el ocurrido en Alemania, en el segundo semestre del 2015, siendo éste
un país que es famoso por una cultura de defensa constante de la ecología. En
septiembre del 2015 fue conocido mundialmente el fraude de la empresa VW que,
utilizando un software sofisticado, era capaz de cambiar los resultados de la
contaminación realizada por más de 11 millones de vehículos para hacer aparecer
que cumplían las normas establecidas por la Agencia de Protección Ambiental de
Norteamérica cuando en realidad emitían gases muy venenosos en su
funcionamiento: vehículos producidos entre el 2009 y 2015 estaban produciendo un
óxido de carbono muy por arriba de los límites legales establecidos.

Estamos viendo que se trata de una lógica del capital en donde lo que prevalece es
el deseo de ganancia a costa de la salud de millones de seres humanos. Y esto vale
donde quiera que el capital quiere invertir, trátese de países industrializados o en
vías de desarrollo.

Pero ahora vamos a insistir en la gran diferencia entre estos dos grandes bloques
de países en el mundo, en donde la situación se ha convertido más extrema y
urgente en los llamados países del Tercer Mundo que en los países desarrollados
porque en estos últimos ha habido un poco más de control sobre la extracción de
los recursos y sobre los efectos en la destrucción de los ecosistemas.
26

Siguiendo a Samir Amin (1974) en la diferencia que hace entre países centrales y
periféricos, se ha llegado a mostrar cómo estos últimos han cumplido
estructuralmente tres grandes funciones en beneficio de las élites de los polos
industrializados:ser lugar preferido deextracción de recursos naturales;lugares
preferidos de inversión por lo barato de la mano de obra, y el ser mercado para
productos de las empresas trasnacionales de la gran industria. Esta es una
caracterización que viene sobre todo desde finales del siglo XIX cuando el capital
de países europeos y de Norteamérica empezaron a asentarse en todo el mundo a
través de subsidiarias o sucursales; esta estructurade explotación e intercambio
desigual sigue presente en los comienzos del siglo XXI, agravados ahora con
muestras extremas de destrucción del medio ambiente en las zonas donde se ubica
tal extracción de recursos.

La tesis fundamental de Carlos Marx sobre el modelo capitalista no ha perdido


vigencia en el siglo XXI: vivimos dominados por un sistema en que el funcionamiento
económico se determina solamente por la ganancia, la cual se extrae de la fuerza
de trabajo de los asalariados. Con este único criterio, los capitalistas individuales
con sus empresas priorizan proyectos en donde los números finales del producto
neto determinan todo su modo de operar. De esta manera, como lo declaró la
Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de
la Madre Tierra, en Bolivia, en el 2010: “El sistema capitalista nos ha impuesto una
lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de
producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de
la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo
en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la
biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida
misma.Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias
primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas
que valen por lo que tienen y no por lo que son” (Conferencia Mundial, 2010).

La relación costo-beneficio es la regla fundamental, pero aunque pueda haber


muchos costos en una operación, si éstos recaen en otros lugares y en otros actores
sociales diferentes a los de la empresa, la operación no se detiene puesto que el
27

beneficio es mucho mayor para el inversionista. Se trata del trastocamiento de un


sistema de valores en donde la mayoría de los seres humanos y la misma naturaleza
no tienen prioridad: “En algo más que un par de siglos, el capitalismo impuso la
competencia, el progreso y el crecimiento ilimitado como valores supremos, bajo un
esquema de dominación de clases y sobre los bienes comunes naturales. La
búsqueda de la ganancia sin límites desvinculó al ser humano de la Madre Tierra y
convirtió todo en mercancía: el suelo, el agua, la biodiversidad, las semillas, el
genoma humano, las culturas, la justicia, los derechos individuales y colectivos, la
vida y la muerte” (Acedo, A., 2015).

De esta manera, si las empresas trasnacionales –mineras en este caso- logran con
facilidad concesiones de tierras en países subdesarrollados a partir de pagos
regulares o sobornos a los gobiernos y autoridades locales, si pagan salarios bajos
a los trabajadores locales, si dejan obras sociales como construcción de carreteras,
apoyo a equipos de futbol, construcción de algunas escuelas, etc., se puede analizar
fácilmente que todos esos gastos como costos de producción son ínfimos
comparados con el precio de los productos extraídos como oro, plata, cobre y otros
en el mercado internacional. Si, además, hay protestas por los daños ecológicos,
las compañías extractoras quieren convencer a los gobiernos y a sus pobladores de
que son empresas sostenibles, que protegen la naturaleza y, como tienen
suficientes recursos, logran conseguir los estudios favorables de impacto ambiental
para hacerluego la propaganda de una “minería verde” protectora de la naturaleza,
a pesar de toda la contaminación de agua y suelo que necesariamente dejan con
los ingredientes químicos venenosos que se utilizan particularmente en los
procesos de lixiviación metalúrgica.

Se puede ver con claridad que el modelo extractivista no ha pasado de moda dentro
del período de la globalización iniciado a finales del siglo XX sino que se ha
rejuvenecido y ha tomado un nuevo auge con los productos naturales demandados
por la industrialización y con la nueva tecnología para extraerlos. Como lo dice
Alimonda, “A comienzos del siglo XXI, pasados quinientos años, la intensidad
renovada por la apropiación y explotación de los recursos minerales se expresa en
la multiplicación de megaproyectos de extracción en todo el continente” (Alimonda,
28

2011: 12). En Chile, por ejemplo, la minería representa el rubro más importante de
exportación y consume el 37% de la electricidad pero solamente representa el 1%
del empleo; en Argentina no se explotan tantos minerales pero se practican
megaproyectos de un modelo agrícola extractivo que deja grandes residuos de
plaguicidas que perdurarán por décadas, como el proyecto de Monsanto, en las
Malvinas argentinas, cerca de Córdova. “Según el Observatorio de Conflictos
Mineros de América Latina (OCMAL), hay más de 195 conflictos activos por la
megaminería en la región: Perú y Chile encabezan la lista con 34 y 33 conflictos
respectivamente, le siguen México con 28, Argentina con 26, Brasil con 20 y
Colombia con doce. Los que menos conflictos mineros presentan son Trinidad y
Tobago, Paraguay y Uruguay con uno” (Zibechi, 2013b: 1).

Por ello y sobre todo por las terribles consecuencias ambientales que esta práctica
está dejando a través de los numerosos proyectos de extracción, se están
realizando numerosas actividades de análisis y reflexión para inspirar alternativas
diferentes. De esta manera, como ejemplo, podemos mencionar el seminario
titulado Desde el extractivismo a la re-construcción de alternativas ocurrido el 29 de
agosto del 2013, en Buenos Aires, Argentina, que estuvo promovido por la
asociación Bienaventurados los Pobres (BEPE), la Red Agroforestal del Chaco y la
Red de Asistencia Jurídica contra la Megaminería. Hay que tener en cuenta que,
aunque tienen un gran peso económico mundial los proyectos extractivistas
apoyados por los gobiernos locales, se pueden analizar numerosos casos en donde
las movilizaciones sociales han logrado éxitos parciales para detener o clausurar
una mina y para detener las expropiaciones de terrenos comunales que quieren
destinarse a producciones agrícolas extractivas. Esta perspectiva particular de
lucha política de las comunidades es algo estratégico porque son el pilar
fundamental para detener la voracidad de las empresas extractivas.

Nos interesa conocer aquí las características principales de este modelo y sus
consecuencias sobre el medio ambiente. Podemos afirmar que su elemento
principal consiste en la extracción de productos mineros y agrarios dedicados a la
exportación en donde también el petróleo e hidrocarburos son algo fundamental,
pero todos estos productos se exportan sin procesar o con algún tratamiento
29

mínimo, dejando más consecuencias negativas que positivas: “el extractivismo está
asociado a la existencia de enclaves, explotación laboral sin límite, violaciones de
derechos humanos, el exterminio de grupos indígenas y la subordinación de los
Gobiernos al poder de empresas multinacionales” (Cuevas y Mora, 2015: 193-4).

Hay que señalar que esta práctica de exportación de recursos naturales ha existido
desde el período colonial y en todo el siglo pasado, pero lo novedoso a finales del
siglo XX y principios del XXI en plena época de la globalización, siguiendo a
Eduardo Gudinas (2012b)20, es el volumen de los productos extraídos, la intensidad
de la extracción con novedosos instrumentos de tecnología avanzada utilizando
explosivos y múltiples sustancias tóxicas, y sobre todo las terribles consecuencias
en el medio ambiente cuando se dejan tantos desechos tóxicos como el cianuro y
el mercurio en los ríos o a cielo abierto. A manera de ejemplo, se puede ver que por
cada tonelada de cobre, se tienen que sacar también 500 toneladas de otros
materiales que pueden desperdiciarse; por cada kilogramo de oro se tienen que
utilizar millones de litros de agua y se producen grandes toneladas de residuos
adyacentes y diversos químicos malignos21; siempre hay una gran tala de árboles y
deforestación en las áreas de concesión minera que ocasionan, además, una gran
pérdida de biodiversidad; en toda extracción o cultivo masivo de productos agrícolas
como la soya se tienen que usar cantidades exorbitantes de energía; hay
recolección de pesca (salmón, camarón, langosta, tiburón y otro tipo de pescados)
en grandes dimensiones en zonas marítimas o en disputa por conflictos de frontera
pero que llegan a agotar el producto en pocos años con efectos de contaminación
de la ecología y dañinos para la salud. Hay diversos hechos de este tipo que se
conocen en Chile 22 , pero un acontecimiento específico ha llamado mucho la


20Dice Eduardo Gudinas: “El extractivismo es aquí definido como un tipo de extracción de recursos naturales,
en gran volumen o alta intensidad, y que están orientados esencialmente a ser exportados como materias primas
sin procesar, o con un procesamiento mínimo” (Gudinas, 2012b: 3).
21
“De todos los minerales, la obtención del oro es la que más residuos produce en proporción a la cantidad que
se halla: en una mina de gran explotación pueden generarse hasta 250 toneladas de residuos como roca, tierra
y minerales por cada onza de oro que se obtiene (un anillo). Según la Organización de las Naciones Unidas para
el Desarrollo Industrial, UNIDO, en una mina pequeña, por cada gramo de oro que se obtiene, se disemina en
el ambiente entre dos y cinco gramos de mercurio, que a la larga puede afectar el sistema nervioso de los
trabajadores y otros órganos importantes del cuerpo humano” (Delgado, G. C. 2010: 361).
22
Han sucedido otros sucesos similares dentro del mismo país: “En paralelo a la crisis ambiental y social de
Chiloé, en diferentes zonas de Chile se han producido nuevas varazones de especies. En Arica, en el extremo
30

atención en los últimos años con la llamada Marea Roja a lo largo del archipiélago
de Chiloé, tan peligrosa para los recursos marítimos como para la alimentación del
ser humano, debido a la permisividad tan laxa del gobierno al concesionar grandes
extensiones de mar para la explotación del salmón;se trata de una devastación
marina con pocas ventajas económicas para los habitantes y pérdida de vidas
humanas para la población de los alrededores de Chiloé, debido a un proyecto a
gran escala de explotación del salmón que comenzó desde 1974 cuando el gobierno
de Pinochet -el que realizó el golpe militar para derrocar por la fuerza al presidente
de Chile, Salvador Allende-, empezó con las licitaciones de aguas de mar a
empresas trasnacionales y a la propia industria pesquera nacional. Las
consecuencias se expresan de la siguiente manera: “El nuevo extractivismo
marítimo opera bajo el principio laissez faire, laissez passer exacerbado, tan propio
de la forma de acumulación neoliberal. Ello implicó que el Estado dejó prácticamente
de actuar en los espacios marítimos concesionados, ni estableció las trabas legales
adecuadas ni ejerció las fiscalizaciones ni controles necesarios que evitaran la
devastación medio ambiental, territorial y humana, o sea, sobre la vida, que generó
la explotación indiscriminada e irracional del salmón” (AUNA-Costa Rica, 2016). Una
expresión irracional de este proceso se dio cuando las compañías encargadas de
la explotación vertieron sobre el mar toneladas de salmones afectados por virus y
por el Piojo de mar y con altos índices de toxinas por el gran uso de pesticidas
químicos. Aunque algunos todavía ingenuamente quieren defender que se trata de
un fenómeno natural, el hecho es que “El vertimiento de cuatro mil toneladas de
peces descompuestos en el mar coincidió con el desastre provocado por la marea
roja”, como lo mencionóla DW el 17.05.2016.Las movilizaciones de los pescadores
y población en general paralizaron desde el 2 de mayo 2016 por varios días las
principales rutas de acceso y los caminos interiores en protesta por esta hecatombe.


norte, cerca de 250 metros de costa aparecieron con langostinos, que tiñeron de un rojo profundo la playa. En
la Araucanía, a unos 900 kilómetros al sur de Santiago, el fin de semana pasado se hallaron más de 20 toneladas
de sardinas. En la región del Biobío, también en el sur, aparecieron miles de jibias muertas en la isla Santa
María. Este año se han producido 17 sucesos similares en el territorio, cuatro más que en 2015 a esta misma
fecha” (http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/11/actualidad/1463003849_442614.html)
31

En el caso de la minería a cielo abierto, con la intensidad de la extracción, se llegan


a utilizar gran cantidad de explosivos que destrozan flora y fauna, dejando
elementos tóxicos como cianuro y mercurio que se dejan a flor de tierra o se
escurren a los ríos. En el caso de que una empresa termine la extracción que
consideran rentable en algún lugar, simplemente cierran operaciones y se
abandona el área sin pensar en reconstituir el medio ambiente.

La gran demanda del oro en el siglo XXI ha incentivado mucho la llamada minería
a cielo abierto, que tiene tan graves efectos nocivos para la naturaleza y para la
salud de la población. “En la mayoría de los nuevos emprendimientos auríferos las
minas son a rajo abierto y utilizan la lixiviación con cianuro como tecnología de
beneficio. Movilizan una gran cantidad de roca, creando un paisaje de cráter y
montañas de estériles residuos. Uno de los mayores impactos de la minería a cielo
abierto es la acidificación de las aguas que escurren desde este paisaje: es el
llamado drenaje ácido de mina. Además, la minería utiliza grandes cantidades de
agua y peligrosos insumos como el cianuro” (Urkidi, en Delgado, 2010: 388).

Todos podemos entender que para la sobrevivencia de los seres humanos se hace
necesaria la extracción de productos de la tierra y del mar, pero uno tiene que
distinguir con claridad las circunstancias. Hay recursos que se producen y se
consumen localmente, los cuales pueden irse regenerando de nuevo poco a poco;
hay también recursos que se procesan y se transportan al consumo nacional de otro
lugar dentro del mismo país (aunque hay que distinguir las empresas trasnacionales
establecidas ya en los países subdesarrollados con productos de consumo global).
Cuando hablamos del extractivismo, señalamos que éste se enfoca solamente a los
productos sobre los cuales no se realiza ningún proceso de transformación o
manufactura local de la industria nacional dentro del país sino que son exportados
directamente fuera de las fronteras nacionales; se trata de productos primarios
exigidos como materia prima de empresas nacionales y trasnacionales, cuya
explotación se realiza de manera intensiva y con una gran tecnología exractiva para
producir grandes cantidades que provocan también grandes desechos y
contaminantes tóxicos.
32

Si bien este es el caso general del modelo extractivista, hay sucesos extremos en
donde se han practicado acciones ilegales y extremas para apropiarse del territorio
de comunidades indígenas, para desplazar a grandes cantidades de población de
las áreas donde se van a realizar estos proyectos, para poder desechar grandes
cantidades de sustancias tóxicas sin tener que pagar por los daños ambientales,
para asesinar a líderes que se mantienen en la defensa de sus comunidades y de
sus usos y costumbres. De esta manera, cuando el extractivismo se impone con
violencia e incluso contra el estado de derecho, se empieza a utilizar el concepto de
Extraección, para indicar que se trata de un modelo depredador y salvaje que llega
a romper con los marcos legales de un país o región determinada. De esta manera,
en ocasiones vemos una alianza entre los intereses de las trasnacionales con los
gobiernos nacionales y locales, llevando el modelo a situaciones extremas de
ilegalidad: apropiación de territorios de comunidades indígenas, desplazamiento
forzado de grandes sectores de población en áreas escogidas como enclave,
contaminaciones extremas al medio ambiente por el envenenamiento de los ríos o
la destrucción ilegal de bosques, asesinatos de líderes que quieren defender sus
recursos naturales o su modo de vida y costumbres, etc. Es el extremo de un modelo
llevado a acciones ilegales de violencia, ilegalidad, asesinatos, todo como medio
que juzgan necesario para conseguir sus objetivos de grandes ganancias para sus
empresas.

De esta manera, las denuncias que hacemos contra el extractivismo no van sobre
todo tipo de extracción de los recursos naturales –dado que ello en principio es parte
de la sobrevivencia del ser humano- sino solamente en contra de una manera
específica de extraer los minerales y productos agrícolas: cuando la intensidad de
extracción del recurso desborda la capacidad de producción de la propia naturaleza
y sin ningún cuidado con el medio ambiente y la regeneración de los propios
recursos naturales. Se plantea por ejemplo, en una previsión científica, que, al ritmo
masivo de extracción de peces en el Mediterráneo, en 2048 en adelante
simplemente ya no habrá peces23; se plantea también que el ritmo de calentamiento


23
Hay que consultar el estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en el
2011: no solamente desaparecerán los peces en el Mediterráneo para la pesca profesional sino también las
33

global a partir de las industrias contaminantes van a destruir pronto los glaciares y
la nieve de los polos y, con ello, el océano puede elevarse entre 6 y 9 metros, con
terribles consecuencias en todas las costas y, sin embargo, sigue la emisión
incontrolada de gases24 y la exploración de recursos en el hielo de los polos de la
tierra.

El daño a la naturaleza, a la salud y al medio ambiente son consecuencias


necesarias de una manera de producción y extracción de recursos en donde
solamente se tiene como objetivo la ganancia. “Los impactos de la minería
contemporánea tanto ambientales como sociales y a la salud destacan no sólo por
ser cuantitativa sino cualitativamente más agresivos en el tiempo y en el espacio.
Típicamente, incluyen la agudización de los procesos de apropiación y despojo de
tierras, agua y otros recursos naturales; se observan impactos en muchos casos
irreversibles al medio ambiente y a la salud de la población en el mediano y largo
plazo, y no solamente durante el tiempo de la actividad minera; se agrava el
descontento social y los escenarios de violencia y conflicto, entre otros aspectos”
(Delgado, G. C., 2010: 10).

Se puede comprobar también cómo el extractivismo tiene muy poca contribución a


las economías locales donde se localiza la minería. Quedan solamente los bajos
salarios pagados a algunos pocos trabajadores locales y algunas pocas obras
sociales como construcción de caminos en la región: la mayoría de las ganancias
siempre va a las casas matrices de las empresas trasnacionales que viven de la
venta por demanda global de productos extraídos a bajo costo. En México todavía
observamos cómo el Estado de Chiapas contribuye con el 40% de la extracción del
petróleo nacional mientras que la mayoría de sus habitantes siguen viviendo en la


especies que se encuentran actualmente amenazadas como tiburones, rayas, delfines, ballenas y tortugas. La
causa de ello es y será la sobrepesca.
24
“El promedio anual de las concentraciones de dióxido de carbono (CO 2), principal gas de efecto invernadero,
ha rebasado ya las 400 partes por millón, una cifra que no se producía en la atmósfera terrestre desde hace algo
más de un millón de años… El cambio climático, que representa una amenaza creciente para los ecosistemas,
así como para las infraestructuras, los asentamientos, los procesos productivos, la salud pública y otros factores
que afectan al desarrollo, aparece como el principal problema internacional de la humanidad en el siglo XXI”
(Tudela, F., 2015: 8). Este es un tema de preocupación mundial que se ha tratado de resolver en la reunión
internacional de Paris (la llamada Conferencia de las Partes COP-21), del 30 de noviembre al 11 de diciembre
del 2015).
34

pobreza y la pobreza extrema. Más que una bendición, parece que una región en
donde se descubre una riqueza de productos naturales demandada por las
empresas trasnacionales atrae la maldición dentro de un sistema capitalista que
busca solamente la ganancia; así lo menciona Acosta (2009) en su texto sobre la
Maldición de la Abundancia: parecería que el hecho de encontrar abundantes
recursos que necesitan las empresas globalizadas se puede convertir en miseria y
devastación para las comunidades locales.

Esto se puede aplicar con claridad a nuestra región latinoamericana. Por ejemplo,
si ubicamos los 12 países incluidos en la llamada Unión de Naciones del Sur
(UNASUR), se podrían observar los siguientes datos: “Bajo la superficie de 17
millones de kilómetros cuadrados que ocupan los 12 países agrupados en
UNASUR, se encuentra el 20% de las reservas mundiales probadas de petróleo,
así como cantidades impresionantes de reservas minerales: litio (65%), plata (42%),
cobre (38%), estaño (33%), hierro (21%) y bauxita (18%), entre otros. Además, en
ese territorio está casi un tercio de los recursos hídricos del mundo, una
concentración de biodiversidad y millones de hectáreas de tierras cultivables”
(Torres, Ramón, en Sierra González, 2015: 71). ¿Cuántas cosas no podríamos
hacer con tal cantidad de recursos en beneficio de nuestros pueblos? Y, sin
embargo, con esta “impresionante reserva de recursos naturales”, lo que tenemos
es que, sobre esta riqueza, “130 millones de suramericanos sobrevivan en estado
de pobreza y, de éstos, más de 60 millones en pobreza crítica” (Idem, 2015: 72).

Habría que hacer notar también que el modelo extractivista ya no es exclusivo de


gobiernos de derecha y ultraderecha aliados a los Estados Unidos, aunque son
éstos los que más favorecen los intereses de estas compañías trasnacionales25. En

Se puede ver con claridad en el caso de Argentina que los gobiernos de los Kirchner (Néstor y Cristina)
25

fomentaron las actividades extractivistas pero les impusieron impuestos y retenciones a sus actividades
económicas con el fin de generar recursos para el Estado que fueron redistribuidos en las regiones, pero con la
toma de poder del derechista Mauricio Macri en diciembre del 2015, una de las medidas en relación a la minería
fue la eliminación de dichas retenciones en febrero de 2016: Macri declaró “Quiero decirles que se terminan
las retenciones a las exportaciones mineras. Vamos a trabajar junto a los gobernadores para desarrollar nuevos
proyectos” http://mineriaenlinea.com/2016/02/macri-anuncio-en-san-juan-la-quita-de-retenciones-minera/
35

América Latina hemos visto cómo ha habido en el nacer del siglo XXI movimientos
sociales que se han expresado en posiciones políticas que dentro de la competencia
electoral democrática han llegado al poder gubernamental en períodos
determinados; es algo que se ha dado en la Venezuela con Hugo Chávez y Nicolás
Maduro, en Ecuador con Rafael Correa, en Argentina con el matrimonio Kirchner en
la presidencia, en Brasil con Lula da Silva y Dilma Roussef, en Uruguay con el
Frente Amplio, en Nicaragua con el gobierno de los sandinistas en el siglo XXI, etc.
En todos estos gobiernos catalogados como progresistas y de izquierda, los
proyectos extractivistas no se han detenido; han sufrido modificaciones notables
como el hecho de que la apropiación de más recursos en los lugares donde se
desarrollan los proyectos son dedicados a obra pública y a educación pero las
características fundamentales permanecen en cuanto al destino de los productos, a
la intensidad en los procesos de producción y sobre todo en relación a la
contaminación del medio ambiente. Incluso los gobiernos de Rusia con Putin y el
“socialismo de mercado” de la nueva China enfatizan la necesidad extraer de donde
puedan los recursos naturales que su industria necesita sin importar que sea en el
Ártico o en regiones de América Latina o de África. “Lo relevante del punto es que
la extracción minera por parte del capital internacional (y muchas veces por parte
de monopolios nacionales) suele ser extractivista en sumo grado, con pocos
encadenamientos productivos endógenos, y socioambientalmente devastadora
tanto en países subordinados y neoliberales como México como en aquellos de
gobierno alternativo o progresista” (Delgado, 2010: 22-23). Por ello, encontramos
dichos proyectos extractivos tanto en Ecuador como Venezuela, Brasil, Bolivia y
Nicaragua.

En todo este contexto de globalización, debido al gran deterioro ambiental en todo


el mundo, también han surgido las voces y movimientos ecologistas que se
enfrentan al gran poder de las trasnacionales en su lógica de la prioridad de la
ganancia en sus empresas sobre cualquier otra consideración humana, social o
ambiental. Ciertamente, como indica Manuel Castells (2000) el “reverdecimiento del
yo” no se manifiesta en una sola dirección porque hay múltiples movimientos: unos
que tienden a conservar la naturaleza, otros a defender el espacio propio local, otros
36

quieren salvar el planeta, otros más hablan de una política verde en la vida misma.
Lo que es evidente en el caso de la minería extractivista que estamos tratando es
que la política pública de la mayoría de los gobiernos está subordinada al poder y
extorsión de las trasnacionales y, por tanto, los esfuerzos de cambio tendrán que
surgir desde abajo, desde la sociedad civil organizada: los movimientos han surgido
de hecho en su gran mayoría por la defensa del espacio local propio frente a la
remoción masiva de tierra y bosque realizada por las mineras, y frente a la
contaminación real o posible de recursos fundamentales como el agua debido al
uso de químicos venenosos para el ser humano y para la ecología que son utilizados
para extraer el oro, plata, cobre, etc. Si no existe esa movilización organizada de los
pobladores, el proceso del extractivismo salvaje no se detendrá; no solamente
perderán las propias comunidades locales sino el planeta entero estará avanzando
progresivamente hacia su destrucción; y ahora la situación es cada vez más urgente
y el tiempo apremio; por ello, “Esta vez, las manifestaciones globales tendrán que
ser masivas, unitarias, contundentes, decisivas” (Alejo, A, 2015).

Si miramos las relaciones internacionales, es todavía válida la gran diferencia entre


países centrales desarrollados e industrializados y países periféricos,
subdesarrollados o en vías de desarrollo. Lo que ya no es válido es señalar, como
lo hacía Walt Rostow en la década de los 60s del siglo XX, que la diferencia se
encuentra entre países adelantados y países atrasados en su camino al desarrollo.
Esta visión del “atraso” desvirtúa totalmente la realidad porque quiere dar a entender
que nos encontramos en un proceso natural en que solamente es cuestión de
tiempo para que los países subdesarrollados vayan encontrando un futuro mejor y
llegar a tener el nivel de vida de los países industrializados. Lo que ha sucedido
históricamente es que con el desarrollo industrial del capitalismo europeo y
extendido luego al estadounidense se fomentó una relación estructural con los
países periféricos enfocados éstos a promover una producción y consumo
destinados, por un lado, a proveerles de toda clase de recursos naturales y de mano
de obra barata y, por otro lado, para consumir los productos de las empresas
trasnacionales de los países centrales.
37

Toda esta relación de intercambio desigual es un proceso histórico creado


precisamente para que el centro se desarrolle a partir del subdesarrollo de la
periferia. El llamado “atraso” no es un atraso natural que lentamente se va a ir
resolviendo sino algo impuesto desde el centro como necesidad histórica en la
lógica de un capitalismo salvaje que solamente beneficia a las élites tanto de los
países centrales como de los periféricos. “En la periferia capitalista no nos
encontramos con países que se hallarían en una etapa inferior del desarrollo
capitalista, sino con una formación económico-social bien diferenciada” (Cuevas y
Mora, 2015: 16) que se encuentra subordinada estructuralmente para satisfacer las
necesidades del exterior. Pero en esta lógica, jamás la población mayoritaria de los
países subdesarrollados llegará a tener las condiciones sociales de la población
media de los países centrales. Parece que se trata de un modelo impuesto casi
como necesario también en la nueva época de la globalización mundial pero que
solamente puede ser detenido y controlado por las movilizaciones sociales desde la
organización ciudadana para defender sus espacios locales y para que influyan de
manera efectiva en proyectos nacionales gubernamentales progresistas con
políticas públicas que se resistan a permanecer solamente en una situación de
periferia.

Sin embargo, no podemos quedarnos en la posición tradicional que tenía la teoría


de la dependencia de los años de 1960 y 1970, en el sentido de poner de manera
simple un marco en que los países periféricos son los explotados por los países
industrializados del primer mundo. Nosotros nos estamos refiriendo a un sistema de
capitalismo salvaje que ha establecido estructuralmente para todos el fetichismo de
la mercancía y del dinero, recordando las tesis vigentes de Marx26 sobre cómo el
mundo entero se está doblegando ante el ídolo de la ganancia y del dinero; esto es


26
En la primera sección de El Capital referida al análisis de la mercancía y del dinero, Marx analiza el fetichismo
de la mercancía expresado en el dinero; la fórmula del mercantilismo M-D-M se transforma en el capitalismo
en D-M-D´ en donde el incremento del Dinero es el objetivo fundamental del sistema. Desde el Antiguo
Testamento de la Biblia, se menciona la adoración del dinero como el gran pecado contra Dios: Cuando Moisés
subió al monte para recibir las Tablas de la ley, los israelitas recogieron todos sus objetos pequeños de metales
preciosos para fundirlos y construir un becerro de oro, ante el cual se postraron para adorarlo. Se trata de un
ídolo creado por el propio ser humano pero ante el cual posteriormente se doblega para adorarlo. El sistema
capitalista ha construido un nuevo ídolo de oro con el ansia irrefrenable de ganar sin importar las consecuencias:
el fetiche de la ganancia es el que domina actualmente las relaciones de la economía contemporánea.
38

algo que afecta estructuralmente tanto a países desarrollados como


subdesarrollados en donde las élites en cada uno de los polos –en alianza con las
instituciones estatales- explotan y empobrecen a las mayorías de la población sin
importar su situación ni la destrucción misma de la naturaleza.

Para hacer funcionable la extracción de los recursos minerales, las instituciones


estatales en los diferentes países han realizado numerosas reformas desde finales
del siglo XX: por un lado, las modificaciones a las leyes mineras han querido
proporcionar seguridad jurídica a la operación en las fases exploratoria y extractiva
de las empresas a través de las concesiones por grandes períodos de tiempo, con
lo cual hacen muy difícil revertir la actividad a pesar de la oposición de las
comunidades locales organizadas que se oponen; por otro lado, al mismo tiempo
que les han otorgado grandes beneficios fiscales y comerciales para un mejor
funcionamiento de la actividad minera también ha quedado demasiado ambigua la
obligación de estas empresas en relación a los cuidados del medio ambiente de tal
manera que tanto en su operación como después de terminado el período de la
extracción nadie sabe con seguridad cómo se va a revertir el efecto de deterioro en
la ecología y sobre todo en relación al agotamiento de las fuentes acuíferas.

Por ello, si ahora ponemos atención a la concepción del Desarrollo Sostenible


aprobada por la ONU y especialmente a los Objetivos del Desarrollo Sostenible
(ODS) aprobados en el 2015, fijando como meta para cumplirlos en el año 2030 y a
los cuales se han comprometido todos gobiernos del mundo27, queda claro que los
mega proyectos de minería a cielo abierto bajo la perspectiva del extractivismo que
aquí hemos desarrollado se encuentran en abierta contradicción. En el fondo existe
una concepción muy equivocada del concepto del desarrollo de un país cuando


27
Del 25 al 27 de septiembre del 2015, 193 países de la ONUen la Asamblea General en Nueva York
suscribieron 17 objetivos y 169 metas, que debían cumplirse por todos los países para el 2030:1) Terminar con
pobreza, 2) Hambre cero, 3) Salud y bienestar, 4) Educación de calidad, 5) Igualdad de género, 6) Agua limpia
y saneamiento, 7) Energía asequible y no contaminante, 8) Trabajo decente y crecimiento económico, 9)
Industria inclusiva, innovación e infraestructura resilente, 10) Reducción de las desigualdades, 11) Ciudades y
comunidades sostenibles, 12) Producción y consumo responsables, 13) Medidas urgentes para combatir el
cambio climático, 14) Uso y conservación de océanos y recursos del mar, 15) Proteger y promover la vida de
ecosistemas terrestres, 16) Paz, justicia e instituciones sólidas, 17) Promover las alianzas para lograr estos
objetivos.
39

solamente se mira el objetivo del crecimiento económico y la ganancia desmesurada


de las empresas, sin tener en cuenta los elementos básicos de un desarrollo
humano en cuanto a los niveles de ingreso y consumo de la población, el nivel
educativo y las condiciones fundamentales para la salud, tal como muchos autores
lo han recalcado: “se imagina al desarrollo solamente como crecimiento económico
y generación de riqueza, obviando los costos sociales y ambientales que genera el
modelo de acumulación adoptado para hacerlo posible… (este)desarrollo se lleva
de maravillas con el despojo, la profundización de la dependencia, la degradación
de la naturaleza, el empobrecimiento de las mayorías y la puesta en marcha de un
capitalismo salvaje y mafioso que desprecia y desconoce los derechos de los
trabajadores y, en nombre del progreso, acude, en caso de resultarle necesario, al
terrorismo de Estado y a la criminalización de los defensores del territorio”(Ceja, J.,
en Medina, 2016: 220).

Si realmente queremos, además, la sostenibilidad del desarrollo en cuanto al


aseguramiento de que los recursos de este planeta también deben servir para las
futuras generaciones, no podemos dejar que unos pocos controlen todos los
recursos naturales, extrayéndolos de manera masiva enfocados a la pura ganancia
en un sistema tan desigual. La propia ONU ha señalado la necesidad de integrar los
criterios del Desarrollo Humano con el cuidado del medio ambiente:“La necesidad
de transitar hacia un nuevo modelo de desarrollo, que tenga el valor de la igualdad
en el centro de sus acciones y que sea capaz de ir adelante en forma simultánea
con el desarrollo social, el crecimiento de la economía y la sostenibilidad ambiental
pone a la región y al mundo ante un imperativo de cambio. El desarrollo no puede
seguir perpetuando la pobreza y la desigualdad, ni deteriorando permanentemente
los recursos naturales y los ecosistemas. Existe ya una irrefutable evidencia que
demuestra que la protección de los ecosistemas y de sus servicios redunda en la
calidad de las condiciones de salud, de integridad física, de seguridad alimentaria y
de otros aspectos básicos para la seguridad humana y para el bienestar de las
personas y las comunidades”(ONU, 2012: 6).

Estos postulados, aparte de que han sido adoptados oficialmente por todos los
gobiernos del mundo con objetivos específicos a cumplirse para el 2030, resuenan
40

también como necesidad para la conciencia individual de todos aquellos que están
ligados de alguna manera a la religión católica –que todavía es mayoritaria en
México y gran parte de América latina-, a través de las palabras del Papa
Francisco:“El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la
preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo
sostenible e integral” (Francisco, 2015: 12). ¿Estaremos ante un sueño periclitado
sobre esta casa común para todos? Todo dependerá de las acciones urgentes que
podamos tomar para detener el proceso de deterioro ambienta.

Si bien el término extractivismo se extiende también a numerosas áreas de


producción en el ámbito agrario y marítimo, en este escrito solamente tomamos en
consideración la actividad minera. Así este modelo depredatorio también se aplica
al petróleo, a la pesca y otros productos agrarios fomentados con el uso de
transgénicos, recolectados masivamente y dirigidos solamente a la exportación
porque se tiene una gran intensividad en el proceso productivo para lograr un
enorme volumen exportable, realizando todas estas actividades con adelantos
tecnológicos de punta pero utilizando también numerosos materiales tóxicos. En
este trabajo, el modelo de explotación solamente lo vamos a analizar sobre
numerosos casos de proyectos de extracción de recursos mineros a gran escala.
41

CAPÍTULO II

EXTRACTIVISMO MINERO EN EL NORTE Y EN EL SUR

Al continente americano, desde tiempos de la colonia, se le consideró como un


objeto de posesión con la esperanza de obtener recursos valiosos; en un primer
momento, los españoles pensaron prioritariamente en el oro y la plata y por eso
inventaron la leyenda de El Dorado para buscar en todos lados lugares donde poder
extraer con facilidad los metales preciosos. Con el derecho de ser poseedores de
las nuevas tierras descubiertas, España no tenía obstáculo legal para la extracción
de los productos; llegó a ser, por ejemplo, el cerro rico de Potosí (el Sumac Orcko),
en Bolivia, la veta de plata más importante del mundo cuando la mina Pallaviri
empezó a trabajar desde 1545; a este lugar, Diego de Ocaña llegó a llamarlo “Cerro
de Potosí, Octava maravilla del mundo” (Ocaña y Álvarez, 1969). Toda esta época
ha sido brillantemente reseñada por Eduardo Galeano (2006) al hablar del
espantoso saqueo del que fueron objeto las tierras descubiertas del continente
americano durante la época colonial. “La extracción de recursos naturales en la
periferia a favor de los países metropolitanos no se limita a los últimos tiempos.
Tiene sus orígenes desde inicios de la expansión del sistema capitalista de
producción. La época colonia se caracterizó por el saqueo masivo de metales
preciosos u otros recursos estratégicos –como el guano, en su momento. Se calcula
que en América Latina entre 1503 y 1660, con base en datos de los Archivos de las
Indias, el saqueo representó una extracción, tan solo de metales preciosos, del
orden de unos 185 mil kilos de oro y unos 16 millones de kilos de plata. Para el caso
puntual de México, la extracción de plata, entre 1521 y 1921, representó cerca de
dos terceras partes del total de la producción mundial de ese metal o más de 155
mil toneladas con un valor estimado para ese último año de 3 mil millones de
dólares” (Kluckhohn, en Delgado, 2010: 17).

A veces, de manera ilusoria celebramos la época de la independencia de la mayoría


de los países latinoamericanos en el siglo XIX como el acontecimiento definitivo que
42

nos encaminó hacia la libertad y el desarrollo nacional. No cabe duda que en nuestra
historia hay que mencionar esas fechas como un gran salto que nos llevó a una
nueva identidad; sin embargo, con la independencia, no desaparecieron los rasgos
de la explotación colonial; se puede vislumbrar con claridad que en vez de ser
dominados por los españoles nacidos en España, surgió una generación de
caudillos, militares y políticos criollos (españoles nacidos en América) que
dominaron el escenario de los nacientes países independientes. Tuvimos
ciertamente más autonomía política pero en lo económico la transferencia de
recursos vía el comercio internacional y la implantación de empresas de los países
industrializados se asentó de manera permanente en un intercambio desigual que
todavía perdura hasta hoy.

Lo que Manuel Castells (2000) ha llamado la época de la Globalización con sus


nuevas características de veloz información y trasmisión de datos y tecnología no
ha hecho más que profundizar ese mismo intercambio en donde de manera especial
África y la región latinoamericana son lugares preferidos para seguir extrayendo
productos que necesita la industria trasnacional. Lo nuevo, como ya lo hemos
señalado, es la intensidad en los procesos productivos a través de una elevada
tecnología y también el gran deterioro ambiental que se deja como resultado de la
deforestación, de las minas a cielo abierto, del uso de tantos químicos que
envenenan la tierra y el agua utilizada.

El origen del capital que se invierte en minería en América Latina es de Australia,


Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica y Brasil. “Es de advertirse cómo
el capital minero internacional maniobra con un formidable apoyo por parte de los
gobiernos latinoamericanos que incentivan la transferencia de la riqueza mineral por
la vía de otorgar facilidades e incentivos económicos al capital extranjero (e.g., pago
minúsculo por derechos de extracción y exportación –en México, este último
impuesto no se cobra-, importación libre de aranceles de maquinaria y equipo,
escasa regulación ambiental y laboral, certeza jurídica a la inversión extranjera
directa, etc.)” (Delgado, 2010: 22).
43

Si la dinámica sigue igual, el mundo continuará deteriorándose, como lo prevé la


misma ONU, y especialmente agravada la situación futura en nuestra región
latinoamericana. Ya desde el informe del 2002 (el GEO-3) del Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2012)28 dado a conocer en San
José, Costa Rica, se planteaba que América Latina sería la zona más castigada por
el deterioro ambiental en una perspectiva de 30 años. Hay una alusión clara a la
intensidad productiva en las formas de extracción de los recursos naturales como
materias primas: “La presión sobre los recursos del suelo del planeta ha aumentado
en los últimos años. El crecimiento económico ha tenido lugar a expensas de los
recursos naturales y los ecosistemas; debido a los incentivos perjudiciales, es
probable que solo la deforestación y la degradación de los bosques supongan un
costo para la economía mundial incluso superior a las pérdidas derivadas de la crisis
financiera de 2008” (PNUMA, 2012: 9). Con otras palabras lo ha estado alertando a
nivel general el papa Francisco en su encíclica Laudato Si: “La tierra, nuestra casa,
parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería” (Francisco,
2015: 19).

Y el caso latinoamericano nos llama la atención porque es la región que habitamos


y porque “se convirtió en un centro privilegiado para la radicación de grandes
inversiones mineras a nivel mundial… La producción minera regional se incrementó
en términos absolutos y relativos, llegando a constituirse en la principal proveedora
de buena parte de los recursos mineros demandados a nivel mundial” (Machado,
2009: 1-2); estamos notando de manera especial cómo nuestro subcontinente está
siendo depredado a través de muchas promesas de desarrollo de las empresas,
apoyadas en la mayoría de los casos por gobiernos locales, pero con pocos efectos
positivos y ciertamente muchos negativos: “La mega minería de oro, plata y cobre
es de las que típicamente viene implementándose bajo el denominado sistema de
tajo a cielo abierto, el cual implica la remoción de toneladas de tierra por gramos o


28
La ONU ha trabajado este tema especialmente a través del PNUMA en sus documentos de 1997 (GEO-1),
1999 (GEO-2), 2002 (GEO-3), 2009 (GEO-4) y el último en el 2012 (GEO-5). En el GEO 5, se enumeran las
graves consecuencias del deterioro del medio ambiente para el bienestar humano: frecuencia y gravedad de
fenómenos climáticos como las sequías e inundaciones, aumento de la temperatura media, aumento del nivel
del mar por derretimiento de los polos, pérdida de diversidad biológica y extinción de especies, etc.
44

fracciones de gramo de material recuperable; desarrollo viable gracias al uso de


procesos químicos de flotación o lixiviación por cianuro, mercurio u otros químicos
altamente tóxicos. Los impactos de la minería contemporánea tanto ambientales
como sociales y a la salud destacan no sólo por ser cuantitativa sino
cualitativamente más agresivos en el tiempo y en el espacio. Típicamente, incluyen
la agudización de los procesos de apropiación y despojo de tierras, agua y otros
recursos naturales; se observan impactos en muchos casos irreversibles al medio
ambiente y a la salud de la población en el mediano y largo plazo, y no solamente
durante el tiempo de la actividad minera; se agrava el descontento social y los
escenarios de violencia y conflicto, entre otros aspectos” (Delgado, 2010: 9-10).
Estos impactos son lo que queremos mostrar en el análisis de los casos que se
mostrarán a continuación.

Las situaciones son múltiples en Nuestra América: el caso de Cerro de San Pedro
en el Estado mexicano de San Luis Potosí con el proyecto de la empresa
canadiense Metallica Resources Inc y su dependiente Minera San Xavier, que
históricamente en siglos anteriores ha extraído manganeso, mercurio, plomo, cobre,
y últimamente planea sacar abundante oro y plata a cielo abierto; la minería de los
glaciares y el monocultivo de soya en Argentina; deforestación de la Amazonía,
cultivo de soya y reubicación de comunidades en Brasil; la minería Corocoro,
extracción de petróleo y cultivo de soya en tierras indígenas Guaraní; el proyecto
minero Conga y sector minero metalúrgico en la Oroya, en Perú; los derrames
petroleros en el lago Maracaibo en Venezuela; los proyectos de minería en Mirados
y Panantza y la contaminación producida por la Chevron-Texaco en Ecuador;
monocultivos intensivos de soya y el caso de la papelera en la frontera de Uruguay
con Argentina, etc. Son tan numerosos los casos y de mayor o menor gravedad,
que solamente vamos a seleccionar algunos de ellos en algunas áreas.

¿Qué tipo de recursos extrae actualmente la minería? Ciertamente nos referimos al


oro y la plata, que son llamados metales preciosos, pero hay otros muchos más que
actualmente son requeridos por la industria moderna29. Algunos de estos materiales

29
Estados Unidos, por ejemplo, ha importado numerosas cantidades de los siguientes minerales: la roca blanca
llamada bauxita (hidróxido de aluminio), el zinc, el cromo, níquel, cobre, arsénico, cromo, grafito natural, indio,
45

han sido clasificados como estratégicos (porque son usados para armamento
militar) y muchos de ellos son denominados materiales críticos por su escasez o por
estar situados en regiones consideradas como conflictivas. De esta manera, la
prioridad en la extracción de estos recursos no solamente está puesta por la
necesidad de ellos para el ámbito estrictamente productivo sino sobre todo desde
la perspectiva de la construcción de armamento militar, lo que hace que las
dimensiones sociales y ecológicas queden totalmente subordinadas a estos
objetivos.

Y se dan efectivamente numerosos casos de desposesión de los pobladores en los


lugares que tienen la suerte o maldición en donde se localizan los recursos
minerales metálicos y no metálicos. Tenemos que insistir en el método particular de
la llamada minería a cielo abierto porque es considerada la más perjudicial. Se trata
de la apropiación de grandes territorios en donde, a través una moderna tecnología,
la tierra es removida de una manera brutal con rapidez y bajo costo, en donde se
empiezan a procesar grandes toneladas de todo tipo de material. El elemento
necesario en todo este proceso es la deforestación y extinción de todo tipo de vida
animal en todo el territorio removido, la gran cantidad de agua utilizada para el
proceso de limpieza de los minerales y todo el material sólido y líquido desechado
pero con altos niveles de contaminación que se deja en diversas zonas y además
de manera peligrosa en arroyos y ríos que fluyen a otros lugares. Anterior a la
operación se necesitan los permisos correspondientes del gobierno nacional y
estatal, lo cual implica la libertad para apoderarse de territorios enteros donde ya
existen comunidades asentadas, que en muchas ocasiones resisten este tipo de
ocupación, porque pierden sus asentamientos, sus recursos ecológicos, su modo
de vida al verse obligados a abandonar sus lugares. Algunos funcionarios de
gobierno o empresas los llegan a acusar de oponerse al desarrollo del país pero se
puede ver con claridad que no son ellos la causa de los conflictos puesto que los
pobladores solamente están reaccionando a una política depredadora sin alma en
donde poco cuenta el ser humano sino la ganancia de una empresa a costa de


manganeso, niobio, cuarzo, asbestos, rubidio, estroncio, tántalo, torio, vanadio, itrio, galio, bismutio, titanio,
litio, las llamadas tierras raras (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, ), renio, cobalto, berilio, germanio, etc.
46

cualquier medio. “Lo común en todos estos conflictos es la reacción defensiva de


grupos sociales campesinos a la ocupación de sus tierras y a las afectaciones
indirectas provocadas por la actividad minera: abatimiento de los mantos acuíferos;
contaminación de aguas; afectaciones a la salud de personas y animales; afectación
a parcelas de uso agrícolas, pastoril o de recolección; y, en general, la remoción del
paisaje cultural vivido en sus usos prácticos y simbólicos. A estas razones se
añaden aquellas derivadas de la forma como la corporación logra la ocupación de
la territorialidad campesina, tales como: contratos firmados bajo engaño o coerción;
sobornos a autoridades comunitarias; recusación de licencias gubernamentales
otorgadas a la corporación, y también aquellas derivadas de la misma resistencia
campesina: detención de líderes; apertura de procesos judiciales; amenazas y
agresiones; violación de derechos civiles y humanos” (Garibay Orozco Claudio, en
Delgado, 2010: 142-3).

Para este trabajo, vamos a exponer nuestro análisis dela región latinoamericana en
tres apartados geográficos. Primero nos referimos a México (un país que registra
37 conflictos, el mayor número, según OCMAL); en seguida vamos a América del
Sur(donde Perú registra 36 conflictos y Chile 35) en un solo bloque con casos
variados, y posteriormente con más detallenos detenemos en el área
centroamericana (en donde se registran en su conjunto 25 conflictos), sobre la que
hemos venido trabajando en los últimos años. Además, en términos generales, si
vemos la región en conjunto, tomando como referencia al Observatorio de Conflictos
Mineros en América Latina (OCMAL) cuando nos ofrece el número global de 210
conflictos registrados en su base de datos del 2015, vemos que seis de ellos se
convierten claramente en disputas transfronterizas. Todos ellos están afectando
actualmente a 315 comunidades del área aunque en diferentes niveles de gravedad.

La revisión y análisis de todos estos casos nos muestran una tendencia común:
conflictos entre la acción de las empresas mineras y las comunidades locales,
especialmente a causa de los daños ocasionados a la ecología regional, que tienen
efectos devastadores sobre el nivel de vida de la población, en un contexto en donde
las empresas suelen estar apoyadas por las dependencias del Estado a nivel estatal
y municipal. Así que se puede ver una tendencia común: “en cada región donde se
47

ubica una corporación minera se abre un conflicto social de suma cero en el que la
empresa gana en la toma de control territorial, despoja a los propietarios de sus
tierras y arrasa su paisaje, o bien las sociedades locales resisten la coerción,
impiden su desposesión territorial y no sin heridas salvan su modo de vida” (Garibay,
2015: 114). Existe una constante de conflictividad en la medida en que existan
comunidades organizadas que puedan reaccionar ante la depredación y explotación
de los recursos naturales, porque esto último como daño –la mayoría de las veces
irreversible- se ha convertido en una característica fundamental del extractivismo
minero. Esta actividad “instala una dinámica vertical que irrumpe en los territorios y
a su paso va desestructurando economías regionales, destruyendo biodiversidad y
profundizando de modo peligroso el proceso de acaparamiento de tierras al expulsar
o desplazar a comunidades rurales, campesinas e indígenas, así como violentando
procesos de decisión ciudadana” (Merchand, 2016: 173). Esta es la base para
comprender la causa de los numerosos conflictos socioambientales en el
subcontinente a través de movimientos sociales locales en defensa de su territorio
y de su modo de vida; por lo general, al hablar de minería siempre aparecen
conflictos locales y nacionales debido a los efectos nocivos producidos por el tipo
de actividades extractivas.
48

Podemos observar este mismo mapa en un solo cuadro en términos de mayor a


menor número de conflictos registrados por OCMAL de la siguiente forma:
49


Conflictos mineros en América
Latina

México 37
Perú 36
Chile 35
Argentina 26
Brasil 20
Colombia 13
Bolivia 9
Ecuador 7
Guatemala 6
Panamá 6
Honduras 4
Nicaragua 4
Rep. Dominicana 4
El Salvador 3
Costa Rica 2
Guyana Francesa 1
Paraguay 1
Trinidad y Tobago 1
Uruguay 1
Fuente: Con datos de OCMAL (2015)

2.1México

¿Qué tan importante es la minería en México? “Como resultado de la gran


complejidad y diversidad geológica que presenta el territorio de México, uno de sus
rasgos mas notorios es la riqueza de sus recursos minerales metálicos y no
metálicos, que ha hecho de la minería una de las actividades económicas de mayor
tradición histórica desde la época prehispánica… Es innegable el papel que la
minería ha desempeñado en la estructuración y organización socioeconómica del
territorio del país, pues constituyó uno de los motores fundamentales de la
colonización del territorio y del patrón de asentamientos conformado durante el
período colonial y que en lo esencial ha pervivido hasta nuestros días, al grado de
50

que varias capitales de estados surgieron gracias al florecimiento de esta actividad”


(Sánchez Salazar María Teresa, en Delgado, 2010: 97-98). Sin embargo, aunque la
minería actualmente ya no tiene el papel tan destacado que tuvo en los siglos
pasados, hay regiones con gran extracción de recursos minerales como Coahuila,
Durango, Estado de México, Sonora, Chihuahua, Zacatecas y Nuevo León. Hay que
destacar también el origen del capital de las empresas extranjeras que operan en el
país: considerando las tres más importantes, destaca Canadá con 196 empresas,
Estados Unidos con 36 y el Reino Unido con seis30. Tuvimos, además, en México
un cambio fundamental en 1992 cuando se cambió el artículo 27 de la constitución
para permitir la mercantilización de tierras indígenas y ejidales para luego publicar
una nueva legislación parra la minería donde se otorgaban múltiples ventajas para
quienes presentaran sus proyectos extractivos, al calificarlos de utilidad pública: 50
años de concesión prorrogables a un segundo período; se les otorga el derecho de
expropiación o concesión temporal para todo tipo de exploración y actividad de
extracción de productos minerales sin derechos patrimoniales y de consulta a la
población local, basado sobre todo en la reforma al artículo 27 constitucional en
donde los ejidos ya podían convertirse en propiedad privada; no existe un marco
jurídico establecido para sancionar los daños ambientales y de salud de la población
afectada, llegando a casos como el de Zacatecas, en donde la Comisión Nacional
del Agua (CONAGUA) autoriza a las mineras tan ingente uso del agua que el
consumo anual del líquido por estas empresas es mayor a la cantidad de agua
destinada al consumo de toda la población del Estado31.

De acuerdo a OCMAL, se puede notar que los conflictos más numerosos se


encuentran en México puesto que se reconocen 37 casos, lo cual ameritaría un


30
Esto lo atestiguaba la Secretaría de Economía en el 2009, según Sánchez Salazar, en Delgado, 2010: 111.
Ahí mismo se habla de la ubicación geográfica de los proyectos mineros de capital extranjero: 154 en Sonora,
87 en Chihuahua, 70 en Durango, 66 en Sinaloa, 50 en Zacatecas, 35 en Jalisco, 31 en Oaxaca, etc.
31
La fuente de estos datos es el estudio de Federico Guzmán López, de la Universidad Autónoma de Zacatecas,
titulado Impactos ambientales de la megaminería en Zacatecas. Cfr. Periódico La Jornada, de México, el 7 de
junio del 2016, página 27: “Guzmán López encontró que las compañías que más consumen son: Peñasquito, de
la canadiense Goldcorp, la cual extrae del subsuelo 43 millones 900 mil litros, al amparo de 67 títulos de
explotación que le otorgó la Conagua. Le sigue Minera Frisco, de Carlos Slim, con 5 millones 590 mil litros
sustraídos con base en nueve títulos de extracción, y Grupo México, de Germán Larrea Mota Velasco, con 3
millones 841 mil litros”.
51

tratamiento mucho más amplio. Otras fuentes como la Campaña en Defensa de la


Madre Tierra y del Territorio nos hablan de unas cien comunidades que se
encuentran en resistencia a partir de proyectos así llamados de desarrollo
relacionados con la minería, la privatización del agua y la generación de energía, en
donde Chiapas y Oaxaca son los escenarios más sobresalientes32. El texto de Jorge
Ceja (2016) ofrece un panorama detallado de este mismo asunto de la minería
mexicana y sus terribles efectos sociales y ecológicos; nosotros aquí nos reducimos
a la exposición de varios casos solamente de manera ilustrativa. Se puede ver que
México entra en la dinámica plena de este modelo cuando se aplica a toda la región
latinoamericana tanto por la gran cantidad de recursos extraídos como por la
destrucción ecológica que todo ello representa. “El rol abastecedor de América
Latina por la vía de economías extractivas de enclave ha dejado y parece que
seguirá dejando poco más que despojo, explotación y una creciente deuda
ecológica. El caso mexicano es un claro modelo de este tipo de economías. Además
de la inusitada trasferencia de crudo …, la transferencia de minerales tan sólo hacia
EUA rondó en el 2008 el orden del 60% del total de las exportaciones o poco más
de la mitad de la producción minera nacional, mientras que un 18% se fue hacia
Europa” (Delgado, 2010: 28), citando fuentes del Gobierno Federal en el 2009.

Junto a las poblaciones asentadas en las concesiones, el efecto se muestra en la


superficie que es afectada en esos proyectos Open Mining. “En México, los
emplazamientos de tajo a cielo abierto típicamente miden de 1,000 a más de 8,000
hectáreas de área cercada donde la destrucción del paisaje es absoluta. Pero la
superficie de afectación indirecta puede multiplicarse de forma exponencial según
el caso” (Garibay, C., 2015: 114).

Aquí reseñamos solamente algunos de los casos mexicanos, desde la perspectiva


de su conflictividad relacionada con los daños ecológicos:

1) Tenemos en primer lugar el proyecto minero de Peñasquito, en Mazapil,


Zacatecas, operado por la Goldcorp Inc 33 canadiense, localizado cerca de


32
Esta información es proveniente del periódico La Jornada, México, del 20 de junio 2016, página 35.
33
Esta empresa, aparte de Zacatecas, también tiene proyectos en Guerrero y en Chihuahua. Su sede es
Vancouver, Canadá, y opera, aparte de su propio país, en Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras,
52

Concepción del Oro, en la carretera que va de Zacatecas a Saltillo y Monterrey. “Los


estudios de mineralogía de Goldcorp arrojan reservas probadas y probables de 17.4
millones de onzas de oro; 1,046 millones de onzas de plata; 15,334 millones de
libras de Zinc y 7,062 millones de libras de plomo Metales que serán extraídos en
un período de 22 años a partir del año 2008. El valor total de estas reservas puestas
en el mercado es de 40,965 millones de dólares según precios promedio
establecidos en el reporte” del 2009 (Garibay Orozco, en Delgado, 2010: 159). Para
empezar, la empresa se apropió de todos los recursos hídricos del subsuelo. Según
este autor, son 4 mil hectáreas de tierra agrícola en el Ejido Cedros y Cerro Gordo
del municipio de Mazapil, que, restando los totales costos de producción (16,135
millones de dólares), redituarán una ganancia neta a la empresa de 24,829 millones
de dólares, dejando posteriormente inservible toda la superficie para un posible uso
agropecuario. El investigador señala que este es un caso “ejemplar de un proceso
generalizado de desposesión de territorialidades campesinas emprendido por
decenas de corporaciones mineras en centenas de regiones del país, motivadas por
la apropiación de las reservas minerales subyacentes” (Garibay, C., 2015: 114).

La empresa se presentó en el 2006 cuando los abogados de la minera canadiense


se relacionaron con los ejidos Cedros, Cerro Gordo, el Vergel y Mazapil para buscar
en un arreglo con los campesinos para una cesión legal de la tierra. Las reformas
promovidas por el presidente Carlos Salinas en 1992 habían abierto el camino de
los ejidos para realizar Convenios de Ocupación Temporal, en donde se podían
ceder las tierras ejidales a cambio de una compensación, con la presencia de las
dos partes y la intermediación de las instituciones agrarias.

Esto sucedió con los ejidatarios de Cedros, quienes firmaron un convenio legal para
ceder 4,525 hectáreas a la minera por 30 años y la prorrogación de otros 30 más,
autorizando también el traslado de los pobladores de Peñasquito, lugar donde se


República Dominicana, Chile y Argentina. “Es una corporación con gran fortaleza financiera. El valor de sus
reservas minerales cotizadas a precio de mercado alcanzó al cierre de 2011 un monto del orden de los 180000
millones de dólares.Al cierre de 2009 sus activos estaban calculados en más de 40000 millones de dólares, con
un ingreso anual por ventas de 4000 millones de dólares” (Garibay et al, 2014: 116). La producción total fue de
3.464,400 onzas de oro en el 2015, mayor que en el 2014 que había sido de 2.871,200 onzas de oro
(goldcorp.com/English/Investor-Resources/Financial-Highlights/default.aspx)
53

encontraba la mayor parte de los minerales; con la firma del convenio, la empresa
entregó poco más de 22 millones de pesos a los ejidatarios34. Aparte de ser una
cantidad fija –que en realidad resulta irrisoria en comparación con las ganancias tan
grandes de la explotación de minerales-, el gran problema ecológico se expresaba
en lo asentado en el convenio: “el ejido acepta desde ahora que la devolución (del
terreno) se realizará con los cambios y alteraciones que sufra el inmueble como
resultado de las actividades mineras de La Compañía renunciando expresamente a
cualquier reclamación por este concepto” (Convenio Cedros 2006, citado en
Garibay et al, 2014: 123).

La forma como se firmó el convenio y se entregó el dinero sigue siendo objeto de


polémica debido a todos los instrumentos de presión utilizados por la empresa: hay
testimonios que señalan la corrupción de la dirigencia ejidal de ese momento, la
inexistencia de una asamblea de todos los ejidatarios, el desconocimiento del
contenido del convenio por parte de la población afectada, el señalamiento de
algunos campesinos sobre el cambio posterior de algunas hojas del mismo
convenio, la falta de abogados por parte del ejido para discutir con los numerosos
abogados de la empresa, la presencia de los visitadores de la Procuraduría Agraria
y del gobierno de Zacatecas para avalar el convenio, etc. En una conferencia de
prensa en enero del 2015algunos campesinos manifestaron lo siguiente:
“Aceptamos el convenio porque sólo en las películas habíamos escuchado de una
cantidad tan enorme –22 millones de pesos–, y porque nos prometieron hospitales,
universidades, becas para nuestros hijos, caminos y empleos. Hoy vemos que el
dinero que recibimos lo gastamos en llevar a nuestros hijos, padres o esposas a los
hospitales porque con frecuencia están enfermos de las vías respiratorias, de
conjuntivitis, entre otras” (Pérez, M., 2015). Otro ejidatario de Cedros, Lauro Ortega,
lo expresa de la siguiente manera: “Al lado de la minera más grande a nivel mundial


34
En una estimación posterior, juntando este dinero con otros 40 millones que se otorgaron posteriormente, con
7.5 millones al ejido El Vergel para perforar pozos de agua, con unos 6 millones para construir casas de interés
social para los pobladores de Peñasquito en su nuevo asentamiento, con otros millones dados a otros ejidos, con
muchos egresos para regalar animales, reparar caminos, construir escuelas, regalar juguetes, cooperación para
las fiestas, etc. “estimo que la minera ha desembolsado para los ejidos un pago acumulado no mayor a 100
millones de pesos por un período de 30 años” (Garibay, en Delgado, 2010: 154). Toda esta cantidad resulta
irrisoria si se compara con las ganancias generadas por la minera.
54

y vea cómo estamos viviendo. Abusaron de nuestra ignorancia y nuestra jodidez.


Ellos nos prometieron el cielo y las estrellas y no hicieron más que destruir nuestras
tierras, porque ya no van a servir por nada, no sacaremos ya nada de ellas”
(Garibay, 2014: 132).

El proceso de apropiación de la tierra no se detuvo en el ejido Cedros sino que se


fue extendiendo a otros ejidos cercanos para abarcar una gran zona donde estaban
asentados más minerales: “Entre 2006 y 2010 Goldcorp adquirió 7,971 hectáreas
de cuatro ejidos: Cedros, 5,790 hectáreas; El Vergel, 1,067 hectáreas; Mazapil, 447
hectáreas, y Cerro Gordo, 667 hectáreas. Además, compró una propiedad privada
de 103 hectáreas… La adquisición de esta tierra ha resultado no sólo en la remoción
e inutilización permanente de la mayoría del suelo agrícola y ganadero de esta
superficie, sino también en la afectación de prácticamente todas las granjas
campesinas del valle de Mazapil por el despojo de las aguas del subsuelo” (Garibay,
2015: 124).

Uno de los puntos centrales de la experiencia es la devastación de la zona en pocos


años de operación, no sólo en cuanto a la limpieza de todo tipo de vegetación sino
especialmente en lo referente a los manantiales de agua porque la minera se ha
apropiado de todo el líquido subterráneo de una cuenca hidrológica que la Comisión
Nacional del Agua (CONAGUA) ha llamado Acuífero Cedros, que tiene una
superficie total de 557 mil hectáreas.Los convenios de la minera con los ejidos
Cedros y El Vergel le dieron acceso a la parte profunda del Acuífero en donde
perforaron pozos, construyeron ductos para succionar el agua; con ello, los pozos
adyacentes que abastecían a los pobladores se han ido secando y las norias
resultaron inservibles. En esto último, si toda esa cuenca hidrológica tiene una
capacidad de recarga de 10 millones de metros cúbicos al año, para 2009 la
compañía ya estaba extrayendo 13.7 millones de metros cúbicos al año; se había
concedido que la empresa perforara solamente 7 pozos profundos pero, tres años
después, ya tenía perforados 30 operando la extracción del agua a través de
múltiples ductos que la llevaban a las grandes concentraciones del líquido para el
proceso mineral.
55

Para intentar calmar los reclamos de la población –pero ocasionando también su


enojo-, la empresa se dedicó a llevar agua a las comunidades en pipas. Lo que ha
quedado claro es que el agua es un recurso no renovable y que cuando de un
acuífero se extrae más de lo que es abastecido, se empieza a secar. “El fenómeno
tiene una explicación conceptualmente sencilla. Un acuífero con balance hídrico
positivo es aquel en el que las salidas de agua se compensan con las entradas, de
modo que el nivel freático se mantiene constante y sólo muestra variaciones
estacionales. Un acuífero en déficit hídrico es aquel en el que de manera sostenida
las salidas superan la recarga, con un efecto de descenso progresivo del nivel
freático. Cuando la explotación es excesiva el fenómeno se tipifica como minería de
agua subterránea. Algunos expertos afirman que el abatimiento del nivel freático en
zonas áridas, como la del presente caso, puede tardar siglos en restablecerse luego
de suspender la extracción” (Garibay, 2014: 127). Este es el verdadero desastre
ecológico que puede ocasionar esta actividad minera: una vez que terminen de
extraer los minerales con abundantes ganancias que saldrán fuera del país
abandonarán la región mientras que ésta quedará ya sin vegetación y sin recursos
hídricos para varias generaciones humanas posteriores.

Si podemos hacer una comparación simple entre todo lo que ha ganado la empresa
y lo desembolsado a favor de las comunidades (unos 100 millones de pesos) por
ceder la propiedad y su uso y el acceso al agua: “Aquí se concluye que por cada mil
dólares de mineral extraído y vendido la corporación toma 999.82 y las comunidades
reciben sólo ¡18 centavos de dólar!” (Garibay, en Delgado, 2010: 156).

Parece entonces que ante el poder y recursos de una gran compañía minera aliada
con gobiernos nacionales y locales, no queda más que la organización local de las
comunidades: por un lado, para impedir los destrozos ecológicos y la contaminación
ambiental y, por otro, una vez otorgada la concesión legal, para exigir renegociación
y mayor participación de las ganancias generadas en toda la actividad extractiva.
Es una tarea de gigantes porque se requiere luchar contra las instituciones estatales
y la fuerza económica y política de las empresas trasnacionales que, en muchísimas
ocasiones, despliegan una enorme propaganda para convencer a la ciudadanía
sobre una “minería verde” junto con los supuestos beneficios que chorrean a través
56

de empleos mal pagados y ciertas obras aparentes de beneficio para las


comunidades locales.

2) Tenemos otro caso mexicano en el Estado de Sonora, donde se concentra el


mayor número de proyectos de minería que tienen capital extranjero; ahí los
municipios mineros más importantes son Nacozari de García, Cananea, Álamos,
Caborca y Sahuaripa, enfocándose sobre todo a la extracción de oro y cobre.

En México, el 6 de agosto del 2014, los ríos Sonora y Bacanuchi, en el Estado de


Sonora, fueron contaminados con 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico,
proveniente de la mina Buenavista del Cobre, del Grupo México; como antecedente,
el 31 de julio del 2014, en un accidente de volcadura en la carretera Ures-
Mazocahui, un pipa derramó 14 mil litros de ácido sulfúrico de los 28 mil que
transportaba. El caso del río Sonora en 2014 se puede considerar el peor desastre
ecológico y ambiental de la industria minera en este país. Hay que notar otro caso
de gran riesgo también cuando 6 vagones cisterna de la empresa Ferromex,
también propiedad del Grupo México, que habían cargado 240 toneladas de ácido
sulfúrico de la misma mina Buenavista del Cobre, se descarrilaron varios días
después.

La terrible y más grande contaminación de tierras y agua ocurrió por el derrame del
ácido sulfúrico, pero existen en pocas semanas otros hechos parecidos: el arroyo
La Cruz que conecta en Durango con el río Magistral fue contaminado con cianuro;
el río San Juan en Nuevo León fue contaminado con petróleo.

En el caso del río Sonora, siete municipios35 del Estado fueron afectados con una
población de más de 24 mil personas. No es sólo el hecho de quedarse sin agua
(tanto la del río como la de los múltiples pozos para consumo personal y agrícola)
sino sobre todo la situación en que queda el río y toda la tierra que es afectada por
él: los productos presentes y en el futuro cercano ya han quedado afectados. La
empresa, muy atenta al percance y reconociendo su responsabilidad, empezó


35
Estos municipios afectados fueron los siguientes: Arizpe, Aconchi, Baviácora, Banámichi, Huépac, San Felipe
de Jesús, Ures.
57

ofreciendo 100 millones de pesos cuando para la difícil recuperación se calculaban


alrededor de 8 mil millones.

¿Quién es esta compañía mexicana que empezó a operar en 194236 a través de


varios nombres, que tiene actividades también en transportes ferroviarios y en
actividades de construcción, que se considera líder en el desarrollo global (se ubica
en México, Estados Unidos y Perú) y sostenible al haber llegado en 1989 a la
producción de 70 a 90 mil toneladas métricas de mineral de plata, oro, cobre, plomo
y zinc por día? Se ostenta como la minera más grande en el país y en cuanto a
producción de cobre la más grande del mundo. Se fundó en 1942 y tiene como
director ejecutivo a Germán Larrea Mota Velasco.

Teniendo esta empresa su principal actividad en la minería, declara abiertamente


que “El presente y futuro que estamos forjando con base en el Desarrollo Sostenible
significa que llevamos a cabo todas nuestras operaciones bajo un estricto respeto
al medio ambiente y buscando el progreso y desarrollo de nuestra gente”37. Declaró
públicamente en su página oficial que en el 2012 tuvo ventas totales por valor de
10,183 millones de dólares, de lo cual tuvo una utilidad neta de 2,402 millones de
dólares. Además, en un comunicado oficial afirman que específicamente Buenavista
del Cobre tiene planes de inversión para pasar de 200 mil toneladas a 510 mil en el
2016.

Ellos mismos afirman no haber afectado negativamente el medio ambiente en los


últimos 23 años hasta el caso del río Sonora, pero declaran que “Buenavista del
Cobre, en coordinación con las autoridades competentes, ha tomado desde el inicio
las medidas necesarias para neutralizar los efectos del incidente”. Así catalogan
como “incidente” lo ocurrido el 6 de agosto del 2014 y achacan el derrame de la
solución simplemente al exceso de lluvias en un área en proceso de construcción –
aunque la Semarnat descartó que haya habido precipitación fluvial en la zona 4 días
antes del suceso-, con lo cual se alegran de que no se va a afectar el proceso de


36
El antecedente de Buenavista del Cobre es la mina de Cananea, que empezó a operar en esa zona desde 1899.
Tiene los más importantes yacimientos de cobre en el mundo.
37
Texto tomado de la página oficial de Grupo México: http://www.gmexico.com.mx/companias/mineria.php
58

producción del mineral en la mina. En este sentido, a pesar del “incidente”, seguirán
contando con “la certificación de industria limpia y calidad ambiental”.

Ciertamente, desde el punto de vista de las ganancias en un modelo capitalista, la


empresa es todo un éxito, a pesar de todo lo que tenga que desembolsar por
requerimiento de daños por la terrible contaminación de las aguas de ríos. Sin
embargo, al hablar del desarrollo, la empresa habla de las grandes ganancias de un
extractivismo casi sin control. Ciertamente hay derramas locales que faltarían por
comprobar: la empresa declara estar produciendo 9 mil empleos directos y una
derrama mensual de 1,004 millones al mes. Pero hasta ahora, ahí está un gran
deterioro ambiental por un derrame con causas oscuras. Además, cuando se acabe
el yacimiento de minerales, solamente quedará de nuevo un gran segmento de
población sin empleo y en un contexto de terreno con graves daños ecológicos. ¿A
esto se podrá llamar desarrollo sustentable?

Dejemos por lo pronto a México, que seguirá siendo objeto de estudio y de conflictos
locales por tantos proyectos de minería extractiva que dejan tremendos daños en
nuestra ecología. De manera particular recomendamos las investigaciones
contenidas en Delgado (2010) donde se habla de “La estructura territorial de la
minería mexicana” (María Teresa Sánchez Salazar), de la “Minería y desarrollo
regional en Zacatecas” (Arturo Burnes Ortíz), del “Proceso de evaluación del
impacto ambiental de minera San Xavier” en San Luis Potosí (Letizia Silva), de la
“Minería y respuestas sociales en Mezcala, Guerrero” (Carlos Rodríguez Wallenius),
de la “Apropiación minera y derechos humanos en México” (Rodrigo Gutiérrez
Rivas). Cada país tiene su particularidad a descubrir dentro de esta tendencia
general del extractivismo minero.

2.2 América del sur

En esta región sur del continente, siguiendo todavía el mapa de OCMAL (2015),
encontramos los siguientes casos: Perú (36), Chile (35), Argentina (26), Brasil (20)
y Colombia (13). Pero además, siguiendo a Gudynas, Merchand (2016: 65) nos
habla de cómo el gobierno de Ecuador con Rafael Correa aprobó un proyecto de
59

megaminería provocando una gran marcha nacional en su contra y en defensa del


agua; cómo en Bolivia se incentivó la explotación de gas y minerales y se
extendieron las concesiones petroleras; cómo en Chile han crecido
exponencialmente los conflictos por problemas de escasez de agua y deforestación
por causa de la minería; cómo en Colombia se declaró la minería como una
Locomotora del desarrollo; cómo Brasil se ha convertido en el siglo XXI en “el mayor
país extractivista de América latina”; cómo en Uruguay ha comenzado la minería a
cielo abierto; cómo Argentina ha profundizado la explotación minera,…

Ya que no podemos tener una visión exhaustiva de todos ellos, recordamos que
solamente buscamos ilustrar con mayor detalle algunos de ellos para encontrar
rasgos comunes. Nos enfocaremos en varios procesos contemporáneos en
América del sur, que muestran las consecuencias de este modelo extractivista en
nuestro continente.

1) En la parte sur del continente, comenzamos con Brasil, partiendo primero de la


alarma y denuncia de etnocidio cometido por petroleras, hidroeléctricas y mineras,
presentada por el obispo Erwin Kraütler en un Informe del 2013 a la Conferencia
Episcopal Brasileña. Se hace una reseña de cómo diversas hidroeléctricas y
actividades de minería en la provincia de Roraima, cerca de la frontera con Guyana
y Venezuela, han cortado diversos ríos y corrientes que antes fluían al gran río
Amazonas, con lo cual han puesto en peligro la sobrevivencia de numerosas
comunidades indígenas. Se trata en su visión de una verdadera agresión que
amenaza con destruir la vida de los indios. Aquí hay una consideración general
sobre cómo el llamado desarrollo, cuando se expresa en la extracción capitalista
intensiva de los recursos naturales, destruye la vida de muchos sólo para que un
pequeño grupo se aproveche con grandes ganancias; la ejemplificación de todo este
proceso estaba expresado en un documento particular presentado por el obispo
Roque Paloschi tituladoMineração e Hidrelétricas em Terras Indígenas. Los obispos
denuncian un etnocidio cometido en Brasil contra los indígenas por parte de las
petroleras, la minería y las hidroeléctricas en este informe a la Conferencia
Episcopal. Se señala que “sonmás de 12 mil indígenas los que sufren racismo,
amenazas, abusos de poder o que son asesinados por omisiones de las
60

autoridades. En todo el país, en 2013, se registraron 97 casos de violencia en contra


del patrimonio de estas poblaciones (violación de tierras, invasión de propiedad,
explotación ilegal de recursos naturales y retrasos en la regularización de los
contratos agrarios)”(Sol de Pando, 2014). Y el documento hace alusión al concepto
del desarrollo que ya hemos discutido anteriormente: “Para nosotros, desarrollo y
progreso deberían significar una mayor calidad de vida, pero no solo para un par de
brasileños, sino para todo Brasil, en particular para las poblaciones indígenas que
representan los segmentos de la sociedad más marginados de hoy, en términos de
salud, instrucción, transportes, vivienda y seguridad pública” (Idem).

De manera particular encontramos especialmente en la Amazonía en los límites con


la Guyana inglesa y Venezuela numerosas comunidades indígenas 38 que han
sufrido el despojo de sus tierras por parte de las compañías mineras y por parte de
proyectos de construir hidroeléctricas sobre sus tierras. En este sentido fue
contundente su postura: no creen en los supuestos beneficios del progreso que
pueden traer todos estos proyectos porque ellos prefieren estar en su actual forma
de vida ya que es la única que les garantiza la existencia de sus futuras
generaciones; denuncian que el 68% de la Guyana está ya comprometida con
proyectos minerales e hidroeléctricos, que avanzan las concesiones para extracción
de mineral en vastas áreas del Estado de Bolívar y en el Amazonas, que dichos
grandes proyectos solamente benefician a las empresas sin tener en cuenta el
bienestar de los pueblos indígenas porque destruyen todo su medio ambiente;
denuncian que los gobiernos de Venezuela, Guyana y Brasil nunca consultan a los
indígenas sobre los planes para realizar estos proyectos; exigen que los gobiernos
respeten las obligaciones adquiridas en la Convención 169 de la OIT. Después de
todo el análisis realizado en este seminario se declaran con claridad “en contra de


38
Se trató de un seminario sobre minería e hidroeléctricas del 22 al 24 de mayo del 2014, donde se concentraron
líderes indígenas de Brasil como los Macuxi, Wapichana, Ingaricó, Ye’kuana, Yanomami do Brasil, con líderes
indígenas de la Guyana inglesa como los Arauak, Wapichana, Akawaio, y líderes indígenas de Venezuela como
Ye’kuana, Uwottuja, Yanomami, Yabarana e Baré, juntamente con organizaciones indígenas como el Conselho
Indígena de Roraima (CIR), Hutukara Associação Yanomami (HAY), Associação dos Povos Indígenas da Terra
São Marcos (APITSM), Conselho do Povo Ingaricó(COPING), Organização Regional dos Povos Indígenasdo
Amazonas (ORPIA)y otras organizacione aliadas como el Instituto Socioambiental(ISA) y el Conselho
Indigenista Missionário(CIMI). Todos ellos coincidieron en la Declaração da Tabalascada donde propusieron
un rechazo rotundo contra la minería y las hidroeléctricas en tierras indígenas.
61

la minería e hidroeléctricas en tierras indígenas” (Declaração da Tabalascada,


2014).

En este mismo país, nos fijamos ahora en el estado Minas Gerais, con el desastre
ocurrido en las represas Bento Rodríguez, con la fuga detectada el 5 de noviembre
del 2015. Tales represas son controladas por la compañía minera Samarco
Mineraçao porque fueron construidas para almacenar los residuos tóxicos de la
extracción del hierro sacados de varias minas de esa área. Este suceso tiene
semejanza con lo que relatamos sobre la mina Buenavista del Cobre en Sonora, del
Grupo México, cuando derramaron más de 14 mil litros de ácido sulfúrico en ríos de
ese Estado, y también con lo acontecido en el oeste de Hungría en el 2010, cuando
un mar de lodo tóxico con residuos de aluminio procedente del almacenamiento de
una mina arrasó diversos lugares y poblados en un área de 50 kilómetros cuadrados
para llegar hasta el Danuvio39. En el caso de Bento Rodríguez el desastre empezó
con una fuga que luego, una hora después, hizo explotar todo el muro de contención
para lanzar todos los lodos tóxicos acumulados hacia el valle Santarém
convirtiéndose en una riada que arrasó todo a su paso. Todo el valle debajo de la
presa junto con todos los pueblos asentados en el área fue completamente
inundado por una inmensa cantidad de lodo y barro: fueron arrasadas 158 de las
180 casas ubicadas en el distrito. Todo el valle quedó inaccesible y solamente se
podía llegar por helicóptero. Nunca había previsto la compañía minera algún plan
de contingencia y de protección civil; nunca pensaron que podía pasar, o si lo
pensaron renunciaron a dichos planes por los costos que podía tener intentar
proteger el área y los pobladores de una tal desgracia. Estamos tratando de
imaginar todos los efectos que tuvo esta inundación de lodo –que en algunos


39
Los hechos fueron reseñados por la DW el 07.10.2010: “La reseca masa inunda casas, jardines y vehículos,
ha fluido hasta los ríos Marcal y Raab y ahora también al Danubio…La catástrofe puede poner en peligro los
ecosistemas, los paisajes ribereños, el subsuelo y el suelo, además de las reservas de agua de Hungría… El
almacenamiento de este tipo de productos en plena naturaleza ha levantado tras lo sucedido una ola de críticas
a la gestión gubernamental en Hungría. A la industria del aluminio, privatizada en los años 90, se la debería
haber sometido a reglas de control y seguridad más estrictas… No hay indicios que apunten a que la catástrofe
se produjo por causas naturales”http://www.dw.com/es/el-barro-t%C3%B3xico-sigue-asfixiando-a-
hungr%C3%ADa-y-alcanza-el-danubio/a-6088172
62

lugares llegó hasta metro y medio de atura- tanto en lo ecológico como en vidas
humanas40.

Pero volvemos ahora al problema de la contaminación del agua. Toda esa inmensa
cantidad de lodo tóxico que arrasó poblados, viviendas, vehículos y vidas humanas
llegó al río Doce, que sale más allá de Minas Gerais para llegar también a Espírito
Santo. Alrededor del río hay 230 municipios que viven de sus aguas, las cuales han
quedado inservibles porque, según algunos biólogos y ambientalistas, los residuos
minerales como arsénico, plomo, mercurio, etc. van a perdurar por lo menos unos
100 años. El gobierno ha tenido que montar una distribución gratuita del agua en
todos los poblados alrededor del Doce.

En una catástrofe como ésta, es increíble observar en el momento todas las


muestras de solidaridad que se dan con los afectados: desde la propia compañía
minera hasta las diferentes instancias de gobierno; desde los propios afectados
sobrevivientes hasta la sociedad civil organizada tanto en Brasil como a nivel
internacional. Pero surge una gran pregunta: ¿Cómo catalogar este
acontecimiento? ¿Cómo un desastre natural, como un lamentable accidente o como
un crimen ambiental? Las consecuencias de la forma en que cataloguemos la
inundación de lodo tóxico tiene diferentes consecuencias sociales. Sería un
desastre natural si lo ocurrido se debió a la naturaleza misma y a esa causa se
querrá aferrar la empresa, pero tendríamos que buscar una investigación para
determinar cómo ocurrió el suceso. Si todo el proceso de averiguaciones quedara
en la propia empresa, podríamos imaginarnos todo el resultado en donde lo
sucedido puede achacarse a causas que no podían evitar como la hipótesis de una
causa que ya anunciaron: un posible movimiento telúrico que nadie podía prever.
Desde esta perspectiva, encontramos adecuado el papel del Estado que, a través


40
Así menciona el reportaje del periódico El País, el 8 de noviembre 2015: “El mar de lodo ya ha avanzado
cientos de kilómetros y ha llegado a los embalses que abastecen a otras ciudades, lo que ha suscitado temores
acerca de la calidad del agua para el consumo. Al menos 15 municipios de Minas Gerais y el estado de Espírito
Santo pueden verse afectados. Según el ayuntamiento de Mariana, la ola ya ha llegado a las afueras de Ipatinga,
una ciudad minera situada a 229 kilómetros de la tragedia. Las autoridades de la ciudad de Governador
Valadares, a 328 kilómetros de allí, afirmaron que el lodo pasará por su municipio el domingo y que, en ese
momento, tendrán que parar las bombas de captación de agua para evaluar su calidad”
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/05/actualidad/1446760230_611130.html
63

del aparato legislativo, puede iniciar todo un proceso serio de investigación. Sin
embargo, cuando dicho proceso queda integrado por diputados como Lelo Coimbra
(del PMDB), cuya campaña política fue apoyada con recursos por la propia empresa
minera de Bento Rodríguez, entonces tampoco las instituciones estatales pueden
garantizar una verdadera imparcialidad en los resultados. Realmente cuando uno
ve la fotografía del diputado Coimbra, acompañado amigablemente del presidente
de la compañía minera Samarco y del entonces vicepresidente Michel Temer, hoy
convertido en 2016 en Presidente de Brasil mediante golpe legislativo a Dilma
Roussef, no puede uno más que ser pesimista en cuanto a si se llevará ante la
justicia a los responsables de este crimen ecológico.

En el caso de Buena Vista del Cobre, en Sonora, México, la empresa trató de culpar
a las constantes lluvias que habían ocasionado el rompimiento del muro de
contención. ¿Quién será el responsable del rompimiento de la muralla de la represa
de Bento Rodríguez?

Mucho habrá que luchar en los espacios nacionales para que los responsables de
las catástrofes ambientales comparezcan ante la justicia, sean exhibidos y puedan
pagar multas económicas o de prisión. Porque habría que impulsar fuertes
legislaciones en contra de todos los vertederos de desechos tóxicos, en contra de
toda la falta de previsión para contener materiales dañinos para la población y para
la ecología. Debemos defender que el papel primordial del Estado no es defender
solamente a los empresarios debido a su capacidad de generar actividad económica
y empleo sino sobre todo regular cualquier actividad económica bajo el principio del
interés colectivo. De seguir impulsando la lógica de negocios del capital para
generar ganancia a cualquier costo, pronto no tendremos un lugar habitable para
hacer ni siquiera los mínimos negocios. Aunque la empresa llegara a pagar la multa
de 250 millones de reales, que ciertamente es una cantidad pequeña que en algo
puede atenuar todos los efectos desastrosos causados a la vida humana (muertos
y desaparecidos) y la ecología local, nada podrá restituir las vidas perdidas y el
entorno de esa región.
64

2) En un segundo caso nos fijaremos en la zona del proyecto Pascua-Lama en Chile


y frontera con Argentina, porque su modelo pareció representar un modelo minero,
según las recomendaciones de la Escuela de Chicago, dado que es un país en
donde el cobre representa el 50% de sus exportaciones y el 10% de su PIB (Cfr.
Urkidi, en Delgado, 2010: 384). De hecho las reformas legislativas a través del
Tratado sobre Integración y Complementación Minera entre Chile y Argentina de
1997 facilitaban la inversión minera extranjera a través de una cesión de soberanía
en áreas donde no se aplicaban las leyes nacionales. Según el Simposio
Internacional del Oro, realizado en mayo del 2008 en Lima, Perú, “América Latina
fue la región que más exploración aurífera recibió durante los 90 y 2000 y con mayor
proyección futura” (Delgado, 2010: 385).

Pascua-Lama está situado en el Valle del Huasco, en Chile, al norte de Santiago y


cercano a la frontera con Argentina y que pasa de una altura de 674 metros hasta
más de 5 mil metros en los Andes donde se ubican varias masas de glaciares y
donde habita una importante población indígena; se piensa que es la segunda mina
más grande oro en América del Sur, propiedad de la empresa canadiense Barrick
Gold y que en 2008 ya había invertido 2,700 millones de dólares.

Las exploraciones de la empresa en el Valle de Huasco empezaron desde 1970,


pero los conflictos empezaron cuando se hizo público el primero y el segundo
Estudio de Impacto Ambiental en 2000 y 2004, a través de las protestas de diversas
organizaciones religiosas: “Los riesgos de disminución de caudal por la afectación
de los glaciares, los riesgos de contaminación hídrica, la usurpación de terrenos
comunales, el nulo respeto a las tradiciones huascoaltinas, la incompatibilidad
agricultura minería y los perjuicios socioeconómicos para todo el valle son sus
principales ejes reivindicativos” (Urkidi, en Delgado, 2010: 393). Aunque la
oposición social se amplía, tanto el gobierno chileno como el argentino dan el visto
bueno legal a todo el proyecto de la empresa mientras el movimiento opositor
mostraba una gran escisión cuando la Junta de Vigilancia de Huasco habían llegado
a un acuerdo con Barrick para la explotación de la zona, a través de grandes
aportaciones económicas ofrecidas por la empresa; de la misma manera, los
65

municipios de Vallenar y Alto del Carmen dentro del Valle optaron –aunque con
oposición de algunos concejales- por apoyar el proyecto de la mina.

Ciertamente el movimiento opositor es bastante heterogéneo y se ha debilitado con


divisiones internas, pero una de las interrogantes fundamentales se centra en la
posibilidad de transformar un movimiento de protesta en uno de propuesta. Hay
quienes plantean que es absurdo e irracional oponerse al progreso y al desarrollo
al pretender restringir y controlar las actividades de la minería, pero el planteamiento
no es para oponerse al desarrollo sino para definir qué tipo de progreso y desarrollo
queremos y qué herencia les dejamos a las generaciones venideras. Los proyectos
de minería quieren imponerse con el análisis básico de que ahí existen minerales
necesarios para el mundo que hay que extraer, sobre todo porque garantizan
grandes ganancias. El problema entonces se debe centrar en quién paga los costos
de tal extracción, y el argumento específico que se ha generalizado entre el
movimiento opositor es la gran probabilidad de destrucción de los glaciares y la
contaminación del agua. Por más que las empresas mineras quieran presumir sus
estudios medioambientales para garantizar que no van a hacer daños ecológicos,
todas las experiencias locales en donde se han instalado las minas a cielo abierto
son una prueba contundente de que los medios para la extracción de los recursos
y la transferencia de las mayores ganancias va hacia fuera de la región, dejando
eventualmente bajos salarios, algunas obras sociales, grandes tajadas de recursos
para corrupción de las élites regionales y nacionales y sobre todo una destrucción
casi irreparable en la ecología local41.

Para el caso de Pascua-Lama, la correlación de fuerzas todavía ha favorecido al


proyecto de la empresa, porque tanto los gobiernos de Ricardo Lagos y Bachelet
dejaron pasar el proyecto: no se ha aprobado la ley de glaciares, no se ha aprobado


41
Hay un precedente importante con la empresa canadiense: “Después de investigar la mina Porgera en Papua
Nueva Guinea, el gobierno noruego decidió excluir a Barrick Gold de su fondo estatal de inversión, reprochando
a la minera llevar a cabo actividades que implican un riesgo inaceptable de grandes e irreversibles daños al
medio ambiente. Esta decisión estuvo sin duda afectada por las numerosas denuncias internacionales que se han
ido realizando desde ONGS y plataformas ecologistas y de defensa de los derechos humanos” (Urkidi, en
Delgado, 2010: 405).
66

el proyecto de ninguna comisión investigadora, sigue sin respuesta la solicitud de


que se declare el Valle de Huasco como zona libre de explotaciones.

3) Seguimos con un tercer caso en América del Sur, en Paraguay, donde se han
descubierto las minas de oro en Paso Yobay explotadas desde finales del siglo XX
por diversos pobladores locales; sin embargo, la empresa canadiense Latin
American Minerals Paraguay (LAMPA) ha recibido la autorización legal, a quien el
gobierno le otorgó una concesión total. Aunque la minería en Paraguay no alcanza
actualmente el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, se trata de una
actividad que ha crecido significativamente en los últimos años, alimentado el
proceso por las facilidades y ventajas ofrecidas por el gobierno.

Se trata de una zona predominantemente agrícola, pero en 1994 se descubrieron


partículas de oro en el arroyo Guazú, creando sorpresa y alegría para ciertos
sectores al imaginar una gran fuente de riqueza muy cerca de sus hogares; los
propios pobladores empezaron a trabajar en las vetas con métodos rudimentarios:
“las primeras familias iniciaron los trabajos de búsqueda, desprovistas de cualquier
conocimiento y técnica. Lo hicieron manualmente y las circunstancias les empujaron
a usar platillos y baldes, con lo que se iniciaron en el método de la batea, que
consiste en usar un recipiente para zarandear en su interior las partículas de tierra,
rocas y agua de tal modo que las pepitas queden en el fondo por su mayor peso.
Después empezaron a usar cedazos, picos y palas para obtener una mayor cantidad
del metal” (Villagra y González, en Delgado, 2010: 367). Sin embargo, ante las
perspectivas de la magnitud del yacimiento, posteriormente empezaron a intervenir
los primeros consorcios mineros, hasta que llegó a establecerse legalmente
LAMPA42, con sede matriz en Toronto, Canadá, que logró en el 2007 la concesión


42
Esta empresa canadiense acababa de ser expulsada de Mendoza, Argentina por haberse expedido una ley que
prohibía la utilización de químicos en el procesamiento de minerales, precisamente en el año 2007. La ley en
la provincia de Mendoza declaraba lo siguiente: “El Senado y Cámara de Diputados de la Provincia de
Mendoza, sancionan con fuerza de ley: Artículo 1 – A los efectos de garantizar debidamente los recursos
naturales con especial énfasis en la tutela del recurso hídrico, se prohíbe en el territorio de la Provincia de
Mendoza el uso de sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias tóxicas
similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o
industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo” (MAOP, 2007).
Con esta ley, se les proponía tramitar una “orden de partida” para que cesen su actividad y adecuen sus procesos
mineros.
67

en Paso Yobai sobre 15,332 has. Hasta ahora, sectores de la población del lugar
también han podido seguir trabajando para conseguir oro con sus propios métodos
mientras que otros rentan sus propias tierras a la empresa, la cual, en
contraparte,ha utilizado tecnología muy avanzada para la exploración y explotación.
Hasta el 2010, se habían extraído cerca de 2 mil kilos de oro, pero se supone que
apenas es el 1% de este mineral precioso que subyace en esas tierras, aunque las
vetas más importantes se encuentran a 40 metros abajo.

El gran problema en todo este proceso es el uso del mercurio, el cual usan los
habitantes cuando trasladan grandes cantidades de tierra a sus propios molinos. El
efecto ha sido manifiesto según las denuncias: los arroyos se han empezado a
contaminar por los desechos de rocas y tierra y por el mercurio, sin saber hasta
ahora todas las consecuencias que traerá el uso del mercurio para la salud de todos
los involucrados. Hasta ahora, la empresa LAMPA apenas está terminando las
labores de dos años de estudio y exploración con una inversión inicial de 4.2
millones de dólares, y todavía no han determinado si va a ser mina a cielo abierto o
subterránea. Pero en algunos casos en donde la empresa han encontrado ya
grandes vetas, incluso los arrendadores de terreno han sido desalojados sin orden
judicial.

¿Qué disyuntiva podrán encontrar los pobladores de Paso Yobai? Si la empresa no


decide hacer una explotación en gran escala, seguirá realizándose el trabajo con
medios artesanales a través de mineros individuales o cooperativas de mineros.
Pero, con la concesión autorizada, si la empresa opta posiblemente por una gran
explotación –y más aún con la gran alternativa de un proyecto de mina a cielo
abierto, donde se remueven y extraen las capas de tierra para poder llegar
fácilmente a mayores profundidades donde se encuentran las mejores vetas-, ya no
habrá espacio para trabajo de los locales por sus propios medios de trabajo y
probablemente tampoco como trabajadores de la mina. Esta es la posibilidad de
extractivismo que se avecina con todas las características propias del modelo:
pocos beneficios para la población local, grandes recursos minerales que salen para
la empresa trasnacional, destrozos inmensos para el territorio local en las venas de
68

agua y la naturaleza del medio ambiente por el mercurio, zinc, ácido sulfúrico y el
cianuro utilizado.

4) Como un cuarto ejemplo,nos referimos a lo que nos muestra Zibechi (2013ª): en


el Uruguay progresista del Frente Amplio, en donde también ha llegado la extracción
de minerales y la especulación para contaminar el medio ambiente, especialmente
los ríos. “Aunque no era un país minero, vive la insólita situación de un Gobierno
que apoya el inicio de la megaminería de hierro a cielo abierto, lo que ha
desencadenado la protesta de la sociedad civil” (Merchand, 2016: 165). Aunque se
puede hablar mucho del acaparamiento de tierras en manos de empresas
trasnacionales en el caso de la producción de soya y sus terribles efectos en la
contaminación del agua de los ríos, queremos resaltar el caso de la minería, que
actualmente ha producido grandes movilizaciones sociales en contra y que afecta
también a Brasil y Perú. Se trata de la producción de hierro, que abarca la mayoría
de los metales que toda industria necesita. “Minera Aratirí pertenece a Zamin
Ferrous, grupo indio con sede en Londres. Cuenta con siete proyectos en
Sudamérica, cinco de ellos en Brasil, uno en Perú y otro en Uruguay, y espera
producir en todo el continente unos 50 millones de toneladas de mineral de hierro
para 2013. Pero el potencial de la empresa en la región se eleva a 10 mil millones
de toneladas.En Uruguay se les concesionaron unas 110 mil hectáreas en zonas
dedicadas a la ganadería extensiva y la forestación, donde realizaron perforaciones
para detectar las áreas de mayor densidad de mineral de hierro. El proyecto minero
tiene tres partes: la zona de explotación, el mineroducto de unos 220 kilómetros
hasta la costa de Rocha y la terminal de carga. En total estiman invertir 2.000
millones de dólares.A fines de 2010 cuando el parlamento aprobó el Código de
Minería los pequeños productores rurales de las localidades donde se instalará
Aratirí, Valentines y Cerro Chato (180 y 3.000 habitantes cada una), comenzaron a
movilizarse. En enero de 2011 comisiones de vecinos de la costa, donde se instalará
el puerto para la exportación del hierro, iniciaron una recogida de firmas contra el
proyecto” (Zibechi, 2013ª).

La primera marcha nacional en la capital Montevideo ocurrida en mayo del 2011


tuvo la siguiente consigna: “No a la minería, sí a los recursos naturales”. Se llegó a
69

formar luego la Confederación de Pueblos Costeros y, a final de ese año, la


Asamblea Nacional Permanente en defensa de la Tierra y los Bienes Naturales. Sin
embargo, el gobierno procedió adelante en el 2012 con el proyecto de creación de
un puerto de aguas profundas para explotar hierro y otros productos. Pero el
movimiento sigue adelante; como dice Zibechi, “Ha nacido el primer movimiento
social bajo un gobierno progresista. Cuestiona de modo frontal el modelo
extractivista y la contaminación del agua le da argumentos potentes ante la
población” (Zibechi, 2013ª).

De esta manera, hay un patrón similar en todos estos casos: concesiones de los
gobiernos a empresas extranjeras o nacionales para extraer recursos minerales en
grandes cantidades sin tomar en cuenta el punto de vista de las comunidades
locales; en su ejecución todos estos proyectos provocan un gran deterioro ambiental
que en lo general es minimizado en los medios de comunicación nacionales.

Los gobiernos que otorgan las concesiones y las empresas mineras siempre están
hablando de un desarrollo reducido a la necesidad del crecimiento económico pero
en realidad están refiriéndose a las grandes ganancias generadas por la extracción
de recursos con un bajo costo; los gobiernos en general se han mostrado como
grandes facilitadores de los permisos a las mineras debido a los beneficios fiscales
generados, a cuantiosas cantidades repartidas en una red de corrupción múltiple, a
exiguos recursos y empleos a bajo costo que llegan incluso a las comunidades
locales, a muchas reglamentaciones en materia ecológica que son demasiado
ambiguas y sin repercusiones en multas significativas. Incluso, por la presencia de
la cuestión ambiental en los medios de comunicación y en la percepción ciudadana,
muchas empresas han tenido que hablar de sus proyectos de una Minería verde,
es decir una minería preocupada por la conservación ambiental en donde se
promete gran cuidado en la explotación de los recursos; sin embargo, en la realidad
de los negocios, el deterioro ambiental está apareciendo como parte integrante
fundamental de este tipo de extracción minera porque un verdadero cuidado de la
naturaleza ciertamente afectaría su nivel de ganancia.
70

CAPÍTULO III

ESTUDIOS DE CASO EN CENTROAMÉRICA

El extractivismo de recursos minerales, especialmente a través de un trabajo


intensivo a cielo abierto, se ha estado expandiendo casi como un virus en grandes
territorios del planeta donde se descubren yacimientos importantes. Dentro de la
lógica del sistema capitalista se trata de “la proliferación de un enfoque extractivista
del desarrollo que privilegia la obtención de beneficios económicos y financieros en
un cortísimo plazo sin considerar la opinión y participación de la población,
organizaciones de sociedad civil de base e incluso de gobiernos locales” (Suazo,
2016). De esta manera, se trata de un impulso depredador en donde se rinde tributo
permanente de adoración al ídolo del dinero, a quien se le ofrenda la naturaleza
como sacrificio junto con la vida de múltiples seres humanos.

Especialmente la mercantilización de los productos metálicos se intensificó por la


codicia que traían los conquistadores españoles. Si bien la atención principal se
focalizó en el imperio azteca y en el inca, el área de Centroamérica también atrajo
mucho la atención: el nombre de Costa Rica proviene de los españoles que
acompañaban a Colón durante su cuarto viaje a las tierras recién descubiertas
cuando observabanno sólo la exuberante vegetación sino sobre todo los objetos de
oro enel mundo indígena; a la posterior capital de Honduras se le nombró Real de
Minas de San Miguel de Tegucigalpa, en donde este último nombre proviene de un
vocablo náhuatl que significa cerros de plata, algo relacionado con la explotación de
metales preciosos en las laderas del cerro El Picacho; una parte del territorio
panameño junto con zonas de Costa Rica y Nicaragua también fue bautizado como
laCastilla de Oro.

Lo que tratamos de mostrar es la particularidad de la depredación contemporánea


en la ecología con la extracción de minerales en áreas específicas y casos como
los que vamos a analizar. “La región centroamericana presenta dos crecientes focos
de inestabilidad económica y social. La primera es la llamada crisis ambiental
71

estructural por la pérdida de los bosques que amenaza por convertir a países como
Honduras en desiertos, sumado a problemas de sequía agrícola y dependencia
alimentaria por el cambio climático. La segunda es la crisis de empleo, donde el
grupo de jóvenes que no estudia ni trabaja (Niní) se multiplica” (Suazo, 2016). En
este trabajo nos interesa enfatizar en la primera de las características, sobre todo
en el nuevo siglo XXI con las facilidades otorgadas por los gobiernos a la minería
en una coyuntura internacional donde subieron los precios del oro y otros minerales:
se modificaron las legislaciones estatales para dar facilidades a la extracción
otorgando beneficios fiscales y reduciendo el aporte de la empresas al Estado con
solamente uno o dos por ciento de lo extraido. En Panamá, por ejemplo, las leyes
anteriores establecían un aporte del 9 al 15% mientras que las nuevas lo redujeron
al 2% (Cfr. Araya, Marco et al, en Delgado, 2010: 300).

Esta alianza entre grupos económicos empresariales e instituciones estatales es un


mal endémico en Centroamérica que se manifiesta empíricamente en todos estos
países como bien lo prueba Barrientos (2015) en su estudio sobre Política fiscal:
expresión de poder de las élites centroamericanas, mostrando como el argumento
de estímulo a la inversión productiva de las empresas lleva a otorgar numerosos
incentivos fiscales a los grupos de poder empresarial. Esta investigación llega a
cada uno de los países (Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Costa
Rica) donde destacan todos los privilegios fiscales otorgados a la oligarquía
económica debido a la influencia que tienen estos grupos de poder en las
instituciones del Estado.

Los países de América Central, debido a lo débil de las instituciones estatales en


varios de ellos, constituyen un espacio geográfico atrayente para muchas empresas
trasnacionales, sobre todo cuando representan posibilidad de extracción de gran
cantidad minerales como el oro y la plata. “Desde el año 2000, con el aumento del
precio del oro en el mercado internacional, y especialmente con el favor cómplice
de gobiernos y partidos políticos, e incluso con la complacencia de los tribunales de
justicia -en no pocos casos-, varias empresas extranjeras, sobre todo de capital
canadiense, italiano y británico, se han instalado en la región. Solo en Guatemala,
según informa la Agencia de noticias IPS, permanecían vigentes, en el 2009, 259
72

licencias de explotación, de las cuales más de la mitad (141) correspondían a


minerales metálicos, mientras que otras 383 licencias, entre recursos metálicos y
no metálicos, estaban en trámite” (Mora Ramírez, A., 2010; Valladares, D., 2010).

Tenemos también el testimonio de Barrera (2013): “El modelo extractivista


exportador implica la implementación de megaproyectos y la extracción de la
riqueza natural; el despojo y desalojo de las comunidades de sus territorios,
atentando contra su vida y la de la biodiversidad. Entre estos proyectos están la
construcción de represas hidroeléctricas, la minería a cielo abierto, sumado a la
implementación de agronegocios, principalmente en la siembra de palma africana y
otros rubros agrícolas para la producción de agrocombustibles. La producción de
energía a base de fuentes hídricas y el agronegocio, son las nuevas formas de
acumulación de capital por desposesión” (Barrera, en Rebelión, 2013).

De esta manera, la región de Centroamérica es solamente un ejemplo de la


aplicación general de este modelo de explotación salvaje de productos naturales
que lo mismo se enfoca a América Latina o a África o a cualquier zona en donde
puedan encontrarse recursos como materia prima para la industria mundial
trasnacional, pero en coordinación con los gobiernos locales para que en la medida
de los posible les permitan arreglos muy ventajosos para la exportación. Se trata,
como dice Acosta (2009), de la Maldición de la Abundancia, porque la región que
parece tener más riqueza natural está produciendo enormes ganancias para los
dueños de las empresas pero sin desarrollo local y con una devastación total de la
zona, como fue el caso de cerro del Potosí en América del Sur en tiempo de la
colonia. En el caso del descubrimiento de grandes vetas de oro, es natural la
atracción que ejerce para el mercado internacional y por eso llega la inversión para
tratar de sacarlo en grandes cantidades, en el menor tiempo posible y con los
menores costos de producción; eso hace que desgraciadamente pasen a segundo
término los intereses de las comunidades locales donde se descubren los
yacimientos y también los terribles efectos ecológicos que luego se dejan en las
zonas afectadas, especialmente en lo relativo a la deforestación, pérdida de la
biodiversidad y contaminación del agua en los manantiales y ríos por el uso de los
venenos como el cianuro para los procesos de lixiviación: “Los principales efectos
73

de la minería de oro en los países centroamericanos están relacionados con el agua


por la competencia y la contaminación de ríos y aguas subterráneas, la salud por la
utilización de sustancias tóxicas, la tierra y el bosque por la competencia y
destrucción total, la cultura por el irrespeto a las formas ancestrales de organización
y decisión; además el divisionismo que provoca en las comunidades, la
contaminación del aire, contaminación sónica, reubicación de pueblos, pobreza,
entre otros” (Araya, Marco et al, en Delgado, 2010: 301).

OCMAL (2015) nos refiere 6 casos en Guatemala, 4 en Honduras,3 en El Salvador,


4 en Nicaragua, y 2 en Costa Rica. En este estudio no hemos incluido por el
momento casos dePanamá, aunque poco a poco va siendo considerada como parte
de Centroamérica43: ahí encontramos 6 experiencias para dar un total de 25 casos
en un área geográficamente pequeña, la cintura del continente americano.

Conflictos mineros en Centroamérica

PAÍS 1 2 3 4 5 6
Guatemala Mina Marlin. Municipio El Estor. Cementera Proyecto El Tambor. CerroBlanco
San Miguel Departamento de Fenix. San José del . Municipio
Progreso. San
Iztahuacán. Izabal. Escobal. San Golfo y San Asunción
Juan,
Depto de Rafael de las Pedro Mita.Depto.
1999. Níquel. Departamento de
San Marcos. Flores. Oro, Ayampuc. Jutiapa.
Solway Investment Sacatepéquez
2004. Oro. plata. Depto Depto. de 2007
Group. 2005
Goldcorp de Santa Guatemala.
Canadá. Rosa. 2008 2011

Honduras San Andrés. Santa Bárbara vs Nueva Esperanza, Valle de Siria,


La Unión Oracle Energy. Municipio Depto.
Depto. Departamento Santa Tela,Departament Francisco
Copán. 2011 Bárbara. 2007 o Atlántida. 2013 Morazán. 2001


43
En el momento de la independencia con relación a España, se creó la Federación Centroamericana que,
primero se unió a México en 1821 y, posteriormente, se separó para declararse república. Esa Federación sufrió
un proceso de escisión de 1822 a 1842 de donde salieron los hoy cinco países centroamericanos: Guatemala,
Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Panamá no formó parte de la Federación Centroamericana en
el siglo XIX porque pertenecía a Colombia. Cuando Panamá logró su independencia en 1903, siguió un camino
autónomo al depender su economía fundamentalmente del funcionamiento del Canal. Cuando dicho Canal pasó
a la administración panameña en el año 2000, el país empieza apenas en el imaginario regional a ser considerado
parte de Centroamérica.
74

El El Dorado. Cerro Blanco. Santa Rita en San


Depto. de Metapán, Depto de Isidro,
Salvador
Cabañas Santa Ana Sensuntepeque.
Depto. de
2005 2007
Cabañas. 2007

Nicaragua Mina Larreynaga, León vs Santo Domingo, Mina Mojón-La


Crucitas de Minera Tritón. depto. de Libertad con
Costa Rica, Departamento de Conchales vs Metales en Río
en la León. 2007 B2Gold. 2012 Mico. Dep.
frontera con Conchales.
Nicaragua 2005

Costa Rica Crucitas, de Talamanca.


Infinito Gold. Proyectos mineros
Provincia de en zona
Alajuela indígena.Limón.200
7

Cuadro Personal con datos de OCMAL (2015)

Vamos a dar un repaso general sintético de diversos proyectos que se realizan en


toda el área centroamericana, peronos interesa ilustrar varios estudios de caso en
especial con la intención de mostrar una tendencia similar en la línea de
acaparamiento de recursos minerales por parte de empresas trasnacionales que
dejan muy pocos beneficios en la región perociertamente con grandes perjuicios y
desastres para la ecología local.

3.1 Guatemala

En general, se puede afirmar que “la historia de la explotación minera y petrolera en


Guatemala ha estado asociada con la corrupción y el terror del Estado durante la
guerra y aun después de ella” (Alejos, 2006: 90), facilitando la extracción de
recursos, los permisos correspondientes y la destrucción del medio ambiente. Sin
embargo, el descubrimiento y la extracción de los metales siempre quiere
presentarse públicamente como una gran ventaja para el país y para los pobladores
de la zona de explotación. A pesar de los climas de represión por parte de las
autoridades estatales, el surgimiento de movimientos de protesta especialmente del
mundo indígena mayoritario en Guatemala se ha ido fortaleciendo; el entendimiento
de las instituciones gubernamentales con los intereses de las empresas mineras no
75

solo ha sido en las administraciones de mano dura como la de Otto Pérez Molina
sino que continúan en la previsión del nuevo gobierno en funciones desde enero del
2016: “La amenaza de que se aceleren las concesiones mineras, expresada por
varios ministros del presidente Jimmy Morales, llevó a que el 24 de febrero el
Consejo de Comunidades de Cunén, de manera coordinada con el Gobierno
Municipal, organizara una asamblea abierta a la participación popular de las 80
comunidades quichés”, según OCMAL44.

CONFLICTOS MINEROS
GUATEMALA

k Izabal

k
San Marcos

Guatemala
Sacatepéquez k
k
Jutiapa
k k
Santa Rosa

Simbología
k 1. Mina Marlin, Depto.San Marcos 2004
k 2. El Estor, Depto. de Izabal 1999
Limite Provincia
k 3. Cementera Progreso, San Juan Depto. Sacatepéquez 2005
k Conflictos
k 4. Fenix, Escobal. San Rafael de las Flores Depto. Santa Rosa 2008
Fuente de consulta: http://www.gadm.org/download k 5. El Tambor. San Jose del Golfo y San Pedro Ayampuc Depto. de Guatemala 2011
Escala: 1:80,000,000
k 6. Cerro Blanco. Cerro Blanco, Municipio Asunción Mita Depto. Jutiapa 2007
Datum: WGS84

Son seis los casos que registra OCMAL en Guatemala, los cuales presentamos en
los mapas45 de 5 países;vamos a presentar una síntesis de ellos y deteniéndonos
un poco mas en el último, el de la mina Cerro Blanco.

En primer lugar, encontramos el proyecto Marlin, en San Miguel Ixtahuacán, en el


Departamento de San Marcos, propiedad de la empresa canadiense Glamis Gold.


44
“Con la minería llega la represión y la violación a los derechos humanos”: OCMAL, publicado el 7 de marzo
del 2016. http://www.conflictosmineros.net/noticias/15-guatemala/18727-con-la-mineria-llega-la-represion-y-
la-violacion-de-los-derechos-humanos
45
Agradezco la colaboración de Eréndira Florido, Lic. en Geografía de la Universidad de Guadalajara, México,
quien es la diseñadora de los mapas de estos 5 países centroamericanos donde se ubican las minas seleccionadas
para su exposición y análisis.
76

Marlin había sido descubierta en 1998; los canadienses con su empresa adquirieron
todos los derechos en julio de 2002, en alianza con Montana Exploradora de
Guatemala y Goldcorp. “En medio de una fuerte oposición comunitaria, Montana
Exploradora, de propiedad de la canadiense Goldcorp, comenzó en diciembre de
2005 la extracción de oro y plata a cielo abierto en la mina Marlin, ubicada en el
suroccidental departamento de San Marcos, fronterizo con México” (Valladares,
2010). Estimaban que había posibilidad de extraer 1.4 millones de onzas de oro (y
algo de plata), utilizando técnicas subterráneas y a cielo abierto, a través de la
lixiviación in situ con cianuro de sodio. La empresa logró el Estudio de Impacto
Ambiental (EIA) aprobado por el gobierno de Guatemala e iniciaron actividades en
el 2005. Sin embargo, una dirigente del municipio de San Miguel Ixtahuacán,
Maudilia López Cardona, se seguía oponiendo a la mina Marlin por las terribles
consecuencias sociales y ambientales que estaba provocando: porque “está
destruyendo la naturaleza, la Madre Tierra, que nosotros sentimos es nuestra
madre”46.

En segundo lugar, se encuentra el proyecto minero en el Estor, Departamento de


Izabal, quetiene sus antecedentes en las exploraciones de la década de 1960
cuando la empresa canadiense INCO construyó la Mina La Gloria en 1974 para
procesar el níquel. “Desde que comenzaron las operaciones en 1965, la mina en El
Estor ha estado asociada a disputas y violencia”47 (Amnistía Internacional, 2014:
18). Quedó luego inactiva de 1980 hasta 2004, cuando la empresa fue adquirida por
la también canadiense Skye Resources con el nombre de Compañía Guatemalteca
de Níquel (CGN), la cual la transfirió luego a la HudBay en el 2008 hasta llegar al
nuevo dueño Solway Investment Group en el 2011, que ha rebautizado el proyecto
con el nombre de FeNix, a través de su subsidiaria, inaugurándolo en mayo del 2014


46
Son palabras de Maudilia López, el 8 de octubre del 2013 que ha trabajado más de 17 años en San Miguel
Ixtahuacán: http://www.breakingthesilenceblog.com/general/sister-maudilia-lopez-visits-the-maritimes/
47
Especialmente durante el conflicto armado entre la guerrilla y el gobierno guatemalteco, la mina jugó un
papel activo en contra de la insurgencia: “La Comisión para el Esclarecimiento Histórico, patrocinada por la
ONU, menciona frecuentemente en su informe El Estor como un lugar en el que, durante el conflicto, se
produjeron masacres, desapariciones forzadas, violencia sexual y otras violaciones de derechos humanos. En
concreto, respecto al emplazamiento minero, la Comisión concluyó que se había utilizado personal y equipo de
Exmibal para cometer violaciones de derechos humanos” Amnistía Internacional, 2014: 18). Exmibal era la
empresa Exploraciones y Explotaciones Mineras Izabal, propiedad de la canadiense INCO.
77

con el objetivo declarado por el presidente de la CGN, el ucraniano Dimitry


Kudryakov, de producir 25 mil toneladas de níquel, generando 1,500 empleos
directos y 4,000 indirectos, realizando numerosos proyectos de infraestructura en
las comunidades locales y prometiendo cuidar y preservar el medio ambiente.

El gran problema ha sido siempre la propiedad de la tierra. La comunidad indígena


maya-q´eqchis había vivido allí por tiempos ancestrales pero el gobierno militar
guatemalteco en 1965, en el marco del conflicto armado cuando se masacraba y
expulsaba a los indios acusándolos de pertenecer a la insurgencia armada, le otorgó
títulos de propiedad a la empresa.“Desde 2006 ha habido incidentes de violencia y
denuncias de violaciones graves de derechos humanos vinculados con la mina y
con los esfuerzos de los pueblos indígenas por reclamar sus tierras ancestrales”
(Amnistía Internacional, 2014: 19).

El otro gran problema han sido las protestas contra los perjuicios causados por la
actividad minera. En este caso, si no se presta atención al reclamo de las
comunidades por la tierra, menos les quieren prestar atención por la afectación a un
territorio que oficialmente ya no les pertenece. Y de cualquier manera, hay represión
cuando hay movilizaciones populares debido a que no se les consulta en nada y no
se les hace ningún caso; es por ello que en ocasiones algunas protestas también
se hacen con violencia y ofrecen pretextos para una represión más violenta. “Hay
dos cuestiones que surgen una y otra vez en el conflicto en torno a la minería: la
consulta y las operaciones de seguridad. Aunque la situación de la minería en
Guatemala tiene características específicas del país y de su historia, la consulta y
las operaciones de seguridad en torno a los emplazamientos mineros se han
reconocido ampliamente como una de las preocupaciones más destacadas de las
comunidades afectadas por las minas en muchos países con actividad minera,
especialmente cuando tienen lugar en zonas rurales” (Amnistía Internacional, 2014:
21).

En tercer lugar, ubicamos el proyecto de la Cementera Progreso, que produce


cemento, concreto y cal y fue fundada en la ciudad de Guatemala, funcionando
durante todo el siglo XX. En 1974, construyó una segunda planta llamada San
78

Miguel. Con el auge de la construcción, está empresa se fue al alza y llegó a iniciar
en el 2013 la tercera, la Planta San Gabriel, en San Juan Zacatepéquez.Pero es en
este último período cuando surgieron las protestas y movilizaciones en contra. “En
mayo de 2007 se realizó la Consulta Comunitaria en las doce comunidades
directamente afectadas por Cementos Progreso y más del 99% de los votantes
expresaron su oposición a la minería en su territorio. Los resultados de la Consulta
autenticados por abogados fueron presentados al MEM al Congreso de la República
y a la Corte de Constitucionalidad. A pesar de ello, en septiembre de 2007 el MEM
otorgó la licencia de explotación a Cementos Progreso” (OCMAL, 2015). Desde
entonces ha ocurrido violencia, enfrentamientos, encarcelamientos y asesinatos de
activistas. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CEDR) de la
ONU envió una carta al presidente guatemalteco Álvaro Colom, el 15 de agosto del
2008, haciendo un análisis de varios proyectos extractivistas entre los que se
encontraba Cementos Progreso en San Juan Sacatepéquez; se afirma que son
“Proyectos que degradan los recursos naturales necesarios para la subsistencia de
las comunidades locales, impactan negativamente la cultura e identidad de las
comunidades, generan conflictos y divisiones internas y violencia, con
consecuencias sobre los derechos humanos y los derechos de los pueblos
indígenas. El CEDR lamenta que los pueblos indígenas no hayan sido consultados
e informados acerca de estos proyectos y solicita información sobre las medidas
tomadas para asegurar el derecho de participación y consulta de los pueblos”
(OCMAL, 2015). El presidente Colom no llegó a informar públicamente del
contenido de esta carta.

Actualmente, la empresa continúa con sus proyectos y ha procedido con una


campaña permanente para presentarse tanto con enfoque ambiental (reforestación
y promotora de la biodiversidad) como con uno social: han creado una fundación y
un museo con el nombre de Carlos F. Novella y diversos colegios y centros para
promover la educación y acciones de desarrollo comunitario.

En cuarto lugar, se encuentra el proyecto El Escobalque pertenece a la Minera San


Rafael, a 2.5 kilómetros de la cabecera municipal San Rafael de Las Flores, en el
79

Departamento de Santa Rosa; es subsidiaria de la empresa canadiense Tahoe


Resources, que produce oro, plata, plomo y zinc desde el 2013, en donde el trabajo
principal no está planeado que sea en la superficie. El gobierno de Guatemala, a
través del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, le dio su aprobación con
los Estudios de Impacto Ambiental tanto para el período de exploración como para
la fase de explotación; la Minera San Rafael por su parte desarrolla una intensa
propaganda sobre la forma responsable con que quiere manejar los recursos
hídricos y del medio ambiente junto con numerosas acciones sociales a favor de las
comunidades, aparte de generar 700 empleos directos en el proceso de producción.
Se trata de un proyecto en donde solamente habrá una remoción de materiales en
superficie pero que pretende extraer todo el material por medio de un trabajo
subterráneo a través de túneles. Empezó el proyecto en el 2013 pero esperan
terminar la explotación hasta 2039.

Actualmente, los pobladores municipales están divididos por el hecho de que


algunos se benefician de la presencia de la mina pero otros ven o analizan los
peligros de la actividad minera sobre ellos y sobre todo su entorno natural,
especialmente por la posible contaminación los mantos acuíferos y de la laguna de
Ayarza, que se encuentra a 2.5 kilómetros cuesta debajo del proyecto El Escobal.

A pesar de la oposición de numerosas comunidades en los últimos años y la petición


expresa de los pobladores de Santa Rosa exigiendo la anulación de la licencia de
operación de la mina, un fallo de la Corte Constitucional negó el recurso de amparo
y mantienen la licencia a la Minera San Rafael, en octubre del 201548 porque no
creen que afecte la calidad del agua.

El quinto proyecto es El Tamborque está desarrollado por Exploraciones Mineras


de Guatemala (EXMINGUA), propiedad de la canadiense Radius Exploration, y se
encuentra ubicado en San Pedro Ayampuc, al norte del Departamento de
Guatemala –a diez kilómetros de la ciudad capital-, esperando obtener una cantidad
de 456 mil toneladas de oro, en un área de unos 1,200 kilómetros cuadrados. Había


48
www.centralamericadata.com/es/article/home/Guatemala_Mantienen_licencia_de_Minera_San_Rafael en
CentralAmericaData.com Información de negocios del 12 octubre 2015.
80

empezado a explorar en el año 2000 y compraron las tierras diciendo que iban a
sembrar maíz y frijol; nadie sabía del proyecto hasta diez años después cuando
sorpresivamente empezaron a entrar las grandes máquinas diciendo que ya
contaban con un EIA aprobado por el gobierno; esperan terminar el proyecto en el
2016 porque se asegura que por lo menos se encuentran en el subsuelo unas 216
mil onzas oro. Quieren desarrollar sus procesos con la lixiviación en pilas con ácido
sulfúrico con el fin de extraer el oro. Sin embargo, existen fenómenos de resistencia
como el denominado La Puya49:“Estos años de lucha de las comunidades también
representan un inmenso esfuerzo humano y organizativo, y ha representado
consecuencias e impactos en quienes han formado parte de la lucha organizada
contra la minería. Recordemos que fueron las mujeres quienes por dos semanas
consecutivas contuvieron las agresiones de militares y personeros de la empresa
KCA – EXMINGUA quienes en el mes de noviembre del 2012 contrataron grupos
de supuestos trabajadores de la mina, quienes actuaron como grupo de choque
buscando desalojar de forma violenta a la Resistencia… A pesar de las agresiones
de la empresa minera KCA – EXMINGUA y del gobierno de Guatemala, las mujeres
de la Resistencia Pacífica continúan siendo la fuerza de la lucha en defensa de la
vida y el territorio. En marzo del 2013 la resistencia pacifica conmemoró el primer
aniversario de la lucha organizada de la Resistencia Pacifica en San José del Golfo
y San Pedro Ayampuc” (Rivera, N., 2013). El movimiento se ha ido extendiendo
llegando a la vía legal y logrando que en julio del 2015 se les otorgara un amparo a
este movimiento de Resistencia Pacífica la Puya, con lo cual momentáneamente se
pudieron detener los trabajos de construcción por parte del Concejo Municipal de
San Pedro Ayampuc. Pero las tensiones no han cesado porque la empresa siguió
en sus intentos de pasar camiones y con la presencia de grupos armados de la
Policía Nacional Civil. El régimen del ex militar gobernante Otto Pérez Molina, antes


49El nombre de Puya corresponde a una finca de 0.15 hectáreas, que ya es propiedad de la empresa con un
nombre diferente: Progreso VII Derivado. Es en la práctica el lugar de entrada a todo el proyecto El Tambor, y
por ello los pobladores lo han tomado como símbolo de su movimiento de resistencia para impedir la entrada
de camiones y maquinaria.“–¿Hasta cuándo permanecerán en resistencia, aquí, en la entrada de la mina? –se le
pregunta a casi todos en la Resistencia. –Hasta que se pare el proyecto, que no se levante nunca ese gigante,
que se haga una consulta comunitaria.General, la respuesta es general”(Hernández y Ochoa, 2012).
81

de que fuera destituido y procesado por delitos cometidos desde el mismo poder
ejecutivo, se distinguió por su apoyo incondicional a la oligarquía guatemalteca
aliada al capital extranjero, especialmente en relación a las concesiones mineras.
“El gobierno militar de Otto Pérez Molina despliega toda su parafernalia guerrera y
hace oír su voz de la única manera que sabe hacerlo: por la fuerza. Está instaurando
un nuevo régimen que gira en torno a los nuevos ricos militares y sus asociados,
que hicieron sus capitales y se forjaron un lugar empresarial lucrando con la guerra
que por más de 36 años asoló Guatemala” (Cuevas, en AUNA-Costa Rica, 2014).
La lucha de las comunidades ha continuado durante el nuevo gobierno del nuevo
presidente Jimmy Morales y lograron que en Febrero del 2016 la Corte Suprema de
Justicia50 ordenara la suspensión del proyecto minero El Tambor y que el 5 de mayo
2016 la Corte de Constitucionalidad rechazara la apelación de EXMINGUA y
ratificara la suspensión. Pero ¿cómo estará el poder de la justicia en Guatemala que
a finales del mes de mayo 2016, a pesar de las resoluciones legales, la empresa
minera continúa con sus actividades de extracción del mineral?

Vamos a ofrecer más detalles sobre el sexto proyectoanalizado en Guatemala, la


minaCerro Blanco, en el Departamento de Jutiapa,que planea extraer oro y plata
y es de la Compañía Minera Entre Mares de Guatemala, y que pertenece a la
canadiense Goldcorp; son 174 hectáreas que se ubican en el municipio de Asunción
de Mita, en el Departamento de Jutiapa, pero con la particularidad que se encuentra
a solo 15 kilómetros de la frontera con El Salvador, con lo cual la repercusión ha
sido internacional debido a que las aguas tratadas se encuentran en la cuenca
hidrográfica Ostúa-Güija, en donde particularmente el lago Güija es la cabecera de
cuenca del río Lempa, principal curso de agua en El Salvador. El proyecto inició en


50 El24 de febrero del 2016, según el reporte de Prensalibre.com, “…la Corte Suprema de Justicia (CSJ)
suspendió provisionalmente las operaciones de explotación en respuesta a un amparo solicitado por el Centro
de Acción Legal Ambiental y Social de Guatemala (Calas), que argumentó que cuando se otorgó la licencia
minera en septiembre de 2011, no se realizó una consulta a la población indígena del lugar”. “… La mina está
ubicada en los municipios de San Pedro Ayampuc y San José del Golfo del departamento de Guatemala a 41
kilómetros de la ciudad capital dentro del Cinturón Regional de Oro orogénico denominado Tambor, una zona
de interés para la extracción de oro y plata y la cual ya estaba
funcionando”http://www.centralamericadata.com/es/article/main/Suspenden_operacin_minera_en_Guatemala
_1?u=7c3658effd28b8d91183ba549fc77ab3&s=n&e=2&mid=[MESSAGEID]
82

el 2012 y tenían la esperanza de extraer algo de plata pero sobre todo una cantidad
de más de un millón de onzas de oro (el segundo yacimiento más grande de
Guatemala), lo cual requeriría mil toneladas diarias de cianuro, a través de un
proceso de lixiviación con cianuro de sodio. Tuvieron un Estudio de Impacto
Ambiental (EIA) aprobado por el gobierno desde el año 2007, y en ese mismo año
empezaron los trabajos de construcción; sin embargo, en el año 2012 la obra fue
suspendida por la misma empresa, argumentando que tendrían que esperar a que
mejorara el precio del oro en el mercado internacional51.

La empresa Entre Mares había recibido en el año 1997 las concesiones para el
proceso de exploración en Cerro Blanco, pero fue hasta 2007 cuando, con la
aprobación del EIA, recibió los permisos de construcción y operación por 25 años
(2007-2032). Grandes críticas ha recibido este estudio por no haber previsto el
verdadero impacto social y ambiental en esta zona hídrica, especialmente en su
conexión con el vecino país de El Salvador; empezó a ser evidente cómo estuvieron
coludidas las autoridades gubernamentales de Guatemala con los intereses de los
empresarios mineros nacionales y extranjeros, sin tener en cuenta de manera
especial la muy posible contaminación del agua en una zona limítrofe con El
Salvador.

Numerosos grupos en ambos países se inconformaron y movilizaron como el


Colectivo Madre Selva, la Asociación de Vecinos de Asunción Mita, las
Comunidades Cristianas de Asunción Mita, las Comunidades de Metapán en El
Salvador, el Centro de Estudios para Inversión y Comercio de El Salvador
(CEICOM). Se han llegado a realizar múltiples foros sobre los impactos de la minería
en Centroamérica por la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala, por
la Procuraduría de Derechos Humanos de El Salvador, por la Mesa Nacional frente
a la Minería Metálica, por el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas
a inversiones del grupo Banco Mundial (CIADI). El objetivo es valorar cómo los
pocos beneficios de actividades de desarrollo social en la región junto con la


51
El comunicado sobre la suspensión de actividades lo hizo oficial la propia empresa; la razón principal estaba
en la inestabilidad de los precios internacionales del oro y la plata:https://cmiguate.org/la-mina-cerro-blanco-
un-proyecto-fallido-y-desastroso/
83

creación de empleos directos e indirectos no se equipara con los grandes perjuicios


ecológicos que se han empezado a ver por el uso de los químicos que contaminan
las aguas termales que llegan hasta el lago Güija y que se extienden por el río
Lempa dentro de El Salvador. El problema se ha planteado abiertamente con la
contaminación de las aguas subterráneas o superficiales de la zona, a través luego
del río Ostúa que desemboca en el lago Güija, de donde sale el río Lempa en
territorio salvadoreño. Todo ello repercute negativamente en el agua como vital
líquido de supervivencia así como también en los daños a la actividad agrícola.

Según el Colectivo Ecologista MadreSelva, “La posible contaminación de las aguas


superficiales y subterráneas de la cuenca Ostúa-Güija-Lempa es abordada con
descuido por el estudio de EIA aprobado por el Ministerio de Ambiente y Recursos
Naturales. La instancia trinacional creada para el manejo de la Región del Trifinio
no fue consultada. Los consultores del Estudio de EIA no se preocuparon por
establecer una modelación del sistema geotérmico en base a la geología,
hidrogeología y mediciones de sus pozos exploratorios para saber que terreno
pisaban y donde perforaban, para prever los riesgos que ello implicaría. Fue obviado
el análisis de los gases en los túneles, la temperatura y la probable presencia de
gas radón lo que constituye un riesgo para la salud y seguridad de los trabajadores
de la mina. Es inexplicable que no se haya profundizado en este tema y más
inexplicable que el MARN lo haya pasado por alto al aprobar la EIA. Los consultores
del EIA no cuantificaron el agua a tratar, ni la cantidad de insumos a utilizar (cal
común y otros), ni la cantidad de arseniato de calcio a remover, ni la disposición
final de estos lodos” (MadreSelva, 2013).De esta manera, la acción de estas
comunidades y no el precio internacional del oro aducido por la empresa ha sido la
causa de la suspensión de actividades mineras en Cerro Blanco. La exigencia social
ahora no es solamente reafirmar la suspensión sino lograr el cierre, la clausura
definitiva de este proyecto.Todavía en marzo del 2016, cientos de personas se
manifestaban públicamente en Jutiapa, inconformes con las actividades mineras
exigiendo el cese definitivo.
84

3.2 El Salvador

CONFLICTOS MINEROS
EL SALVADOR

k Cabañas
k
Ahuachapan k

Simbología

k 1. El Dorado Depto. de Cabañas 2005


Limite de Departamento
k 2. Cerro Blanco, Metapán Depto. de Santa Ana 2007
Fuente de consulta: http://www.gadm.org/download k Conflictos
Escala: 1:80,000,000
k 3. Santa Rita en San Isidro, Sensuntepec. Depto de Cabañas.2007
Datum: WGS84

Ciertamente el anterior proyecto mencionado de Cerro Blanco se ha convertido


también en un conflicto para El Salvador, por sus repercusiones en el Departamento
de Santa Ana, desde que el presidente de Guatemala Oscar Berger, en el 2007,
concedió la licencia de exploración y explotación por 25 años. Guatemala no hizo
caso sobre la existencia de una zona llamada el Trifinio, que comprende partes de
El Salvador, Guatemala y Honduras, y que es considerada como Reserva de la
Biosfera en la ONU para Educación, Ciencia y Cultura. Los conflictos generados por
la mina Cerro Blanco, entonces, no solamente han partido de la oposición de las
comunidades locales sino que han llegado a repercutir en el ámbito internacional
pero especialmente en El Salvador, por el hecho de que el agua contaminada llega
al lago Güija y de ahí por el río Lempa recorre territorio salvadoreño, en el
Departamento de Santa Ana. El movimiento social contra la minera, en este caso,
ya es binacional, de la sociedad civil de ambos países.

El segundo proyecto que ubica OCMAL en El Salvador es el la Mina de Santa Rita,


cuando se descubrieron venas de oro en el Municipio de San Isidro, en
85

Sensuntepeque, cabecera del departamento de Cabañas. En el 2006, el Ministerio


de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) de El Salvador le otorgó permiso a la
empresa canadiense Pacific Rim para todo un programa de exploración. Las
protestas de las comunidades locales lograron parar la exploración en 2007 pero se
volvieron a reanudar en el 2009 con el descubrimiento de nuevas venas de oro en
el área. Santa Rita es una mina muy cercana al siguiente proyecto que vamos a
analizar llamado el Dorado: las principales preocupaciones por la exploración y
explotación minera son, por un lado, el uso de los ácidos venenosos para el
tratamiento del oro y plata y, por otro, el uso indiscriminado del agua de la zona
que de por sí ya es escasa en el país.

Así, el tercer proyecto que registra OCMAL en El Salvador es el de la Mina El


Dorado, en el Municipio de San Isidro, Departamento de Cabañas, sobre el cual
nos vamos a detener un poco más. Es un proyecto de Pacific Rim El Salvador,
subsidiaria de Pacific Rim de Canadá, en coinversión con Dorado Exploraciones y
Oceana Goldcorp de Australia. Esta empresa canadiense Pacific Rim obtuvo en el
2002 la licencia de exploración para buscar oro y plata en San Isidro; una vez
comprobada la existencia de estos minerales –calculando por ejemplo una cantidad
posible de 1.3 millones de onzas oro de alto quilate y 9.4 millones de onzas de plata-
, se solicitó al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN)la licencia
de explotación en el 2004 y se presentó un EIA, pero nunca pudo ser aprobado ni
por el gobierno de Francisco Flores (partido ARENA), ni por el de Mauricio Funes
(con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en el poder desde el
2009) debido a la oposición de la Asociación de Desarrollo Económico y Social
(ADES) y de numerosas comunidades locales. La empresa empezó una disputa
legal entonces demandando al gobierno de El Salvador por la cantidad de 77
millones de dólares, argumentando el Tratado de Libre Comercio entre Estados
Unidos y Centroamérica (CAFTA), una demanda recibida por el Centro Internacional
de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, del Banco Mundial, donde fue
desestimada en el 2012 bajo las mismas reglas del CATFTA. Posteriormente,
Pacific Rim fue comprada por la empresa australiana Oceana Gold, que en el año
2013 volvió a demandar a El Salvador pero esta vez por la cantidad de 315 millones
86

de dólares (Transparencia Activa, 2013), aduciendo en ese momento fallas en las


leyes de inversiones internas: el argumento principal se centraba en la pérdida de
ganancias debido a una exploración realizada in situ pero por una explotación que
nunca se llevó a cabo. La controversia sigue, interviniendo también la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, la Asociación de Desarrollo Económico y
Social (ADES), el Comité Ambiental de Cabañas, la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza, la organización Amigos de San Isidro Cabañas
(ASIC), el Centro de Derecho Ambiental Internacional, el MUFRAS-32, la Red de
Ciudades Hermanas Estados Unidos-El Salvador, el Comité de Solidaridad con el
pueblo de El Salvador (CISPES), la Oxfam, Public Citizen, Mining Watch, Institute
for Policy Studies (IPS), la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), el Ministerio de
Ambiente y Recursos Naturales (MARN).

El peligro más importante que representael proyecto minero se encuentraen los


grandes depósitos de ácidos, los cuales, tanto por el uso continuo sobre los
minerales como por el riesgo de cualquier derramesobre la tierra, arroyos y ríos
pueden contaminar con rapidez todos los líquidos vitales para la sobrevivencia de
los humanos52; por otro lado habría que tener en cuenta los impactos negativos en
la agricultura. La posición de la empresa, por otro lado, ha sido continuar con su
fase de exploración pero dedicando también grandes recursos en una campaña de
medios de comunicación y actividad social en los pueblos para convencer a la gente
de los supuestos grandes beneficios 53 de su proyecto de “Minería verde”,


52Éste es el análisis, por ejemplo, de ADES (2008): “En el estudio de impacto ambiental de su proyecto minero
El Dorado (San Isidro, Cabañas), Pacific Rim presenta datos espeluznantes, reveladores de la dimensión casi
inimaginable de la tragedia ambiental, social y económica que sufriría el país si el gobierno y la población
permiten la explotación minera. Por ejemplo, declara la empresa canadiense que utilizaría, sólo en la mina El
Dorado, 10.4 litros de agua por segundo, es decir casi 900 mil litros diarios, la misma cantidad que abastecería
a una familia promedio durante 20 años. Y resulta que son 29 proyectos mineros los que Pacific Rim, Martinique
Minerals, Minerales Morazán y otras compañías mineras extranjeras pretenden realizar en toda la franja norte
del país, desde Metapán, Santa Ana (occidente), hasta Santa Rosa de Lima, en La Unión (oriente). Toda esa
zona del territorio contiene la principal reserva estratégica de agua debido a las áreas de recarga hídrica y la
gran cantidad de ríos que abastecen al Lempa, de donde proviene el 50% del agua potable del área metropolitana
de San Salvador”.
Se ha desarrollado una gran campaña ideológica de convencimiento aduciendo estudios que aseguran los
53

grandes beneficios que puede traer la minería:“The Pacific Rim Mining Company ha descubierto cantidades
significativas de oro en El Salvador y ha llevado a cabo los trámites necesarios para obtener el permiso
ambiental para extraerlo en uno de los sitios identificados, El Dorado en Sensuntepeque. Una mayoría de las
personas que viven en el área de El Dorado están conscientes de los enormes beneficios que la extracción del
87

auspiciando múltiples reuniones comunitarias con ese propósito y financiando


numerosos equipos municipales de futbol. Sin embargo, como hechos
comprobados, está la certificación que el Comité Ambiental de Cabañas realiza
reportando que ya hay 10 fuentes naturales de agua secas en los alrededores de
las operaciones exploratorias de El Dorado, algo que ha sido confirmado por el
Ministro de Recursos Naturales.

Además, se ha comprobado que “el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del


proyecto El Dorado carece de los estudios y datos necesarios para definir
adecuadamente las líneas de base de cantidad y calidad de las condiciones de
agua. Es especialmente débil en áreas relacionadas con la definición de mantos
acuíferos subterráneas, sin embargo, declara que no se esperan impactos
significativos para los recursos hídricos… El proceso de consulta pública del EIA ha
carecido claramente de apertura y transparencia” (Castillo et al, 2009: 122-123). De
esta manera, cuando se habla de la “minería verde” por parte de la empresa se trata
de pura propaganda vacía o de simples acciones aisladas de reforestación que no
pueden compensar los grandes daños causados ni en el agua, ni en el terreno ni en
los bosques y muchos menos en la biodiversidad existente. El uso de elementos
tóxicos como el cianuro, el arsénico, el mercurio, el plomo, el cromo, el selenio y el
cadmio no son fáciles de contener cuando se usan en grandes cantidades en los
procesos mineros y más aún cuando son a cielo abierto: ¿Quién puede garantizar
al 100% que los trabajadores no se contaminarán con esos elementos o que no
serán derramados en el medio ambiente? A tal punto es el riesgo que, por lo menos
en los países de la Unión Europea, ha sido ya prohibido el uso del cianuro en la
minería.

Refiriéndonos en este caso a la posible consulta a la población sobre la realización


del proyecto minero –algo que sería deseable para que un gobierno pudiera otorgar
el permiso-, una encuesta realizada entre los habitantes de San Isidro, Cabañas,


oro traería a sus comunidades. Otros grupos, sin embargo, han montado una campaña para evitar la extracción
del oro no sólo en la mina de El Dorado sino también en cualquier otro lugar en El Salvador, prohibiendo la
minería del oro como si en vez de beneficiosa fuera dañina para el país” (Pacific Rim, 2007).
88

muestra un resultado contundente: “Las personas que no apoyan el proyecto minero


son el 90% del Municipio de San Isidro; contra un 10% que está a favor de dicha
actividad” (Castillo et al, 2009: 144). Y sin embargo, los tratados internacionales
suelen proteger más bien los intereses de las empresas extranjeras, llegando a
exigir indemnizaciones millonarias del gobierno cuando la población llega a lograr
la cancelación de un proyecto determinado. Así me lo menciona un colega
mexicano, Arnaldo Zenteno, que ha vivido muchos años en Centroamérica,
refiriéndose en este momento a un caso específico en El Salvador: “El pequeño país
fue demandado por la minera multinacional Pacific Rim-Oceana Gold por 300
millones de dólares, sólo por proteger su cuenca principal de la venenosa minería
de oro. Este es sólo una de las decenas de casos que se derivan del acuerdo del
Cafta, liderado por Estados Unidos, que además ha congelado iniciativas de
regulación ambiental en países de Centroamérica”.

Por lo que se puede observar, entonces, la tarea es árdua y riesgosa, pero vale la
pena encontrarle otro significado a la palabra del Desarrollo más allá de la pura
extracción de los recursos minerales de una región determinada. Si tan sólo, nos
atuviéramos, por ejemplo, a los indicadores del concepto de Desarrollo Humano
implementado por la ONU desde 1990, cuando señala que no hay que reducirse al
crecimiento económico sino que hay que atender a otros indicadores fundamentales
del bienestar como lo es el ingreso de los ciudadanos, sus condiciones de vida
alrededor de la salud y su nivel de educación.

3.3 Honduras

Más allá de los proyectos mineros, en Honduras hay abundancia de ríos, arroyos y
corrientes hídricas que también se han convertido en objeto de extracción en un
intento generalizado de privatizar el agua. “Un ejemplo es la construcción de la
represa Agua Zarca en Honduras, que costó la vida de la líder Ambientalista Bertha
Cáceres que ha implicado, entre otras cosas, el retiro de los inversionistas
extranjeros y aumento de la presión de los pueblos indígenas y organizaciones
sociales para que desista de los proyectos y haga justicia” (Suazo, 2016). El intento
89

de apropiación de recursos naturales en general se ha convertido en una fuente de


conflictos permanentes en donde ha surgido una sociedad civil organizada en
defensa de su territorio. Aquí vamos a reseñar solamente algunos de los los casos
señalados por OCMAL.

CONFLICTOS MINEROS
HONDURAS

Atlantida
k
Santa
Barbara
k k
Copan

Francisco
Morazán
k

Simbología
k San Andrés Depto. Copan 2011
k Santa Barbara Depto. Santa Barbara 2007
Departamento Limite
k k Nueva Esperanza Depto. Atlántida 2013
Conflictos
Fuente de consulta: http://juanchosierrar.blogspot.mx k Valle de Siria Depto. Francisco Morazán 2001
Escala: 1:80,000,000

Datum: WGS84

Desde tiempo de la colonia, el territorio hondureño ha sido objeto de la extracción


de recursos minerales, especialmente oro y plata. Se dice que la propia capital del
país, Tegucigalpa, fue fundada por la migración de mineros en el siglo XVI: el
nombre mexica de la capital hondureña significa Cerros de Plata. Se registra que
tan sólo en el siglo XVIII ya había alrededor de 300 minas. Los proyectos actuales
son numerosos y pueden llegar a 37254, pero solamente nos vamos a referir aquí a
los conflictos registrados por OCMAL (2015).

Reseñamos aquí un primer caso contemporáneo en el Valle de Siria, en el


departamento de Francisco Morazán. En el año de 1995, la Dirección General de


54
Según Wikipedia 2015, las concesiones mineras en territorio hondureño son las siguientes: 2 en el
Departamento de Atlántida, 14 en Colón, 15 en Comayagua, 17 en Copán, 5 en Cortés, 44 en Choluteca, 55 en
El Paraíso, 42 en Francisco Morazán, 8 en Gracias a Dios, 7 en La Paz, 13 en Lempira, 7 en Ocotepeque, 76 en
Olancho, 35 en Santa Bárbara, 15 en Valle y 17 en Yoro.
90

Minas de Honduras aprobó la concesión a la Compañía Minera Entre Mares


Honduras SA, subsidiaria de la canadiense Goldcorp, en el Valle de Siria, para la
etapa de exploración. En el año 2000, entonces, empezó la etapa de explotación de
la Mina San Martín en el municipio de San Ignacio, muy reconocido por sus aguas
termales: se pusieron a su disposición 14 mil hectáreas (hay quienes hablan de 23
mil55 hectáreas) para la explotación de oro a través de un proceso de minería a cielo
abierto a base de cianuro.

Estos procesos son claros en sus métodos: se corta la vegetación de cualquier tipo;
se quita toda la capa de tierra fértil de una amplia superficie; se hacen cráteres
enormes de hasta 200 metros de profundidad con explosivos y maquinaria; se
extraen las enormes rocas que contengan el mineral buscado para transportarlas a
la planta de trituración para convertirlas en polvo, el cual se pasa a la planta de
lavado (lixiviación) con agua cianurada; se procede a extraer el oro limpio y se
empaca para su transportación. Aparte de la tala de bosques y vegetación, la
pérdida de biodiversidad y la remoción de tanta cantidad de tierra, el problema más
complicado se encuentra en el llamado aglomerador en donde se aplica la solución
de cianuro diluido en grandes cantidades. Aquí están los principales peligros: ¿son
absolutamente seguros los contenedores del cianuro? El uso de enormes
cantidades de agua, ¿de dónde proceden? Sin duda es agua extraída de fuentes
locales, pero luego ¿qué se hace con toda esa agua ya diluida con el cianuro?
¿Existe realmente un proceso seguro para evitar que el cianuro acompañe toda el
agua desechada? En apariencia, se trata de una cuestión técnica en donde todo
está asegurado, peor parece que la realidad nunca responde a la perfección; o más
bien, sí responde a la perfección del objetivo primordial de las empresas que es
generar la ganancia con la recolección de los minerales puros y enviarlos al exterior,
pero los otros objetivos declarados de cuidar la naturaleza nunca se cumplen: en
parte porque el deterioro de la naturaleza es inherente a todo este proceso de mina
al cielo abierto y el uso del cianuro y, en parte también, porque en todas las


55
Se puede consultar https://nomasmineriasenhonduras.wordpress.com/el-valle-de-siria/
91

experiencias mineras los accidentes ocurren, sea por descuido o porque no se


invierte demasiado en las medidas de seguridad.

Los daños ambientales (desaparición del bosque, escasez de agua y contaminación


y algunas enfermedades de la piel) y los obligados traslados de varios poblados
despertaron la movilización de las comunidades. ¿Es posible ceder ante las
presiones del dinero que ofrece la empresa a funcionarios y dirigentes? Hasta
ahora, en este lugar, se ha logrado detener la explotación con toda una actividad
social de la sociedad civil que comenzó desde el año 2001.

El segundo caso es el municipio de Santa Bárbara, en el Departamento del mismo


nombre, con actividades subterráneas en búsqueda de zinc y plata. Aunque en
Santa Bárbara existen otros casos como la mina El Monchito, nos vamos a referir al
caso del proyecto de la Oracle Energy de Honduras mencionado por OCMAL
(2015). Según el anuncio en su propia página oficial de internet
(www.oracleenergy.com), esta compañía llamadaOracle Energy Corp. de
Vancouver Canadá es una empresa que tiene actividad en Rumania, Italia y los
Estados Unidos, pero en diciembre del 2007, anunció que tenía intensión de
explorar en Honduras, a través de una subsidiaria llamada Oracle Energy
Honduras SA.; sin embargo, en el 2008 anunciaba que estaba reevaluando su
intervención en esa región, aunque señalando que no era debido a las protestas56.

El lugar escogido en Honduras fue el municipio de Santa Bárbara, en el


Departamento de Santa Bárbara, al norte en la frontera con Guatemala. Ante el
anunció público, las autoridades del municipio y las comunidades locales del mismo
junto con habitantes de otros lugares aledaños iniciaron su protesta en el 2007
porque expresaban una rotunda negativa a la instalación de la minera en su
territorio. Así expresaban claramente su mensaje: “Estamos hechos un nudo para


56“El 13 de diciembre de 2007, la Compañía anunció su intención de explorar oportunidades de gas y petróleo
en Honduras, C.A. por medio de su subsidiaria Oracle Energy Hondruas SA. Ahora la Compañía anuncia que
está tomando su tiempo para reevaluar este proyecto en Honduras. El propósito de esta re-evaluación es
determinar en este momento si este proyecto en Honduras puede seguir adelante”.
http://www.oracleenergy.com/s/NewsReleases.asp?ReportID=307162&_Type=News-
Releases&_Title=Oracle-Energy-Corp.-Investigating-U.S.-Oil-and-Gas-Opportunities.
92

que no nos mate el cianuro”; “No a las minas a cielo abierto”. Era un acuerdo de la
autoridad municipal en conjunto con las comunidades apoyadas por sectores de la
iglesia que declararon Santa Bárbara como un Municipio Ecológico, acusando
directamente tanto a la empresa como al Secretaría de Recursos Naturales y
Ambiente (SERNA) del gobierno de la posible destrucción de la ecología local. Una
de las organizaciones sociales, Alianza Cívica por la Democracia, señalaron en una
manifestación en Tegucigalpa, en un comunicadodel 16 de agosto del 2007, la
confabulación entre el gobierno y la empresa: en SERNA están “quienes no miden
el impacto ambiental que sufren los pueblos afectados por la presencia de estas
trasnacionales y que atentan contra el medio ambiente… Por ello nos unimos a la
lucha que hoy emprende el municipio de Santa Bárbara y que afecta también a los
municipios de San Francisco y Santa Cruz de Yojoa en el departamento de Cortes
beneficiarios de los mantos acuíferos de la zona alta del Parque Nacional de Santa
Bárbara, que abastece de agua a un promedio de 370 comunidades, representando
a más de cien mil pobladores, quienes dan un No rotundo a estas empresas”
(Hondudiario, 2007).

El tercer caso es el de la comunidad Nueva Esperanza, en el Departamento de


Atlántida, con un conflicto reciente iniciado en el 2013, para defender esta región
tropical en las montañas cerca del caribe. La concesión de mil hectáreas (aunque
habían solicitado 11 mil) se otorgó a la empresa Minerales Victoria y Alutech, con
sede en San Pedro Sula, de la familia del gran terrateniente Miguel Facussé, para
extraer hierro. Si bien hay una moratoria de ley sobre la minería metálica en
consideración por tanto perjuicio ambiental, la gente de Nueva Esperanza sabe de
yacimientos de oro dentro de las montañas, porque gran parte de su actividad
tradicional desarrollada de manera artesanal en diversos lugares ha sido
precisamente la búsqueda del oro; lo que se teme que se haya obtenido al
concesión formal para extraer el hierro pero la explotación real sea sobre el oro, lo
cual podría traer la debacle de la ganadería y el agotamiento o contaminación de
los manantiales de agua junto con la remoción del terreno.
93

En la práctica, puede haber división en la sociedad civil porque hay ciertas


autoridades como el alcalde de Tela y diversas comunidades que apoyan la minería
debido a que algunas familias consideran que hay una nueva fuente de trabajo,
aunque sea con exiguos salarios. Pero puede haber muchos otros pobladores –que
dicen ser mayoría- que se oponen y se han organizado en un patronato para hacer
presión social y legal: sobre éstos han caído las amenazas y presiones de la
empresa para detener la oposición, incluyendo la intimidación y acciones ilegales
de la policía. Sin embargo, cuando la empresa ha ampliado la exploración a otros
sitios con abundancia de agua, ha talado bosques, ha roto cercos privados, ha
creado caminos y carreteras sin autorización y ha querido comprar más terrenos a
particulares, la oposición permanece: El lunes 3 de junio del año 2013, un grupo de
policías ingresó a la comunidad, acercándose a la zona concesionada y frente a las
protestas de los pobladores, dispararon sus armas de fuego, sin provocar heridos.
Esa misma noche también se escucharon disparos. Luego, en la noche del 5 de
junio, un grupo de aproximadamente 20 hombres civiles no identificados y
fuertemente armados, penetraron a la comunidad, con el propósito de sembrar el
terror entre los habitantes a través de amenazas de muerte reiteradas. Frente a esta
situación de peligro, los pobladores están sufriendo un estado de sitio que sigue
vigente, obligándoles a quedarse encerrados en sus viviendas por seguridad”
(OCMAL, 2015).

Toda esta confrontación ha sido reseñada también por el Proyecto de


Acompañamiento Internacional de Honduras (PROAH), una alianza de
observadores internacionales promovida por la Oficina de Amistad de las Américas
(Friendship Office of the Americas: FOA), sobre todo a raíz del golpe de Estado en
Honduras sucedido en junio del 2009, cuando fue destituido el presidente legítimo
Manuel Zelaya por una acción en la que participó el Ejército y sectores del aparato
legislativo. Desde entonces, la situación de violencia en Honduras se ha
profundizado llegando a ser uno de los países más violentos en toda América Latina,
tanto por la acción de bandas y narcotraficantes como por la acción represiva de la
policía y el ejército. En el caso de Nueva Esperanza se ha certificado por PROAH
94

(2014) cómo las presiones y represión 57 han perdurado sobre las protestas
alrededor de la mina de la familia de Facussé.

El último proyecto que describimos con más amplitud en Honduras es el de la Mina


de San Andrés, que se encuentra en el municipio de la Unión, en el Departamento
de Copán, en donde han intervenido varios inversionistas nacionales y empresas
norteamericanas y canadienses desde el siglo XIX. Continuó la explotación en el
siglo XX con una fusión entre canadienses yempresarios hondureños: Greenstone
Minera, Minerales de Occidente S.A., Yamana Gold, Aura Gold, Banco Atlántida y
Minerales de Copán.

Durante el siglo XIX se promulgaron varios Códigos de minería para intentar


regularla mientras que continuaba la concesión de tierras a empresas inglesas y
norteamericanas. A principios del siglo XX era famosa la mina de San Juancito ,
concesionada a la Rosario Mining Company. La minera de San Andrés de la Nueva
Zaragoza, en Copán, había comenzado a trabajar desde el siglo XIX; los
propietarios hondureños la vendieron a la estadounidense New Idrya Honduras
Mining Co, que luego la traspasó a la canadiense Minerales de Copán, hasta que a
final de siglo XX fue adquirida por otra empresa, la Greenstone Minera, con sede en
Ontario, Canadá. El uso del cianuro, la tala de bosques y la destrucción de varios
poblados crearon problemas, movilizaciones y demandas que fueron encabezadas
por el obispo de Santa Rosa Copán, a pesar de las bondades que mencionaba la
empresa sobre los empleos locales y construcción de caminos. Con ello,
Greenstone vendió los derechos a Minerales de Occidente y el Banco Atlántida (con

57En noviembre 18 del 2013 se llegó a procesar como culpable a Wilfredo Funes, que había sido jefe de
seguridad de Minerales Victoria, puesto que había coercionado y privado de la libertad a dos miembros de la
comunidad Nueva Esperanza, en el municipio de Tela, atestiguado por la presencia de dos observadores de
PROA en julio del 2013. Estos miembros de la comunidad habían sufrido constante intimidación de los
empleados de la empresa debido a que se negaban a vender sus tierras a la mina. De hecho se puede atribuir a
la compañía en coordinación con la Policía Nacional una vasta campaña de intimación para terminar con la
oposición legal y pacífica a la mina (PROAH, 2014).


95

inversión ambos de Honduras y Canadá). La mina de San Andrés actualmente está


operada por la canadiense Yamana Gold.

En Honduras se promulgóla Ley General de Minería de Honduras en 199858 que


confirió los derechos para la explotación de diversos territorios hondureños a
empresas transnacionales. Con ello, la empresa Yamana Gold Inc. empezó a hacer
perforaciones en el año 2006, a pesar de que instancias gubernamentales ya la
habían multado en el 2004 por haber derramado agua mezclada con cianuro en
varias ocasiones; la situación se agravó porque la oposición a la mina de San
Andrés se multiplicó cuando en agosto del 2007 se descargaron en el río Lara
alrededor de 5,700 litros de agua con cianuro, agravado el hecho por la cercanía a
40 kilómetros río debajo de las descargas del poblado de Santa Rosa Copán. Y
todavía en marzo del 2009, Yamana Gold (Minerales de Occidente) volvió a hacer
otra derrama de 570 litros de cianuro al mismo río Lara, en donde el signo evidente
fue la mortandad masiva de peces.

Las repercusiones de todo el proceso minero en San Andrés han sido bastante
evidentes: remoción de vegetación y del subsuelo, pérdida de infraestructura y de
bienes de las comunidades, remoción de miles de toneladas de roca, utilización de
1000 toneladas de cianuro al año, descarga de gran volumen de cianuro al Río Lara,
muerte masiva de fauna acuática, presencia de drenajes ácidos, etc.

Así ha dejado constancia, por ejemplo, el Tribunal Centroamericano del Agua:

“Los impactos generados por la actividad minera son considerables:

- Implica una considerable remoción de cobertura vegetal y del subsuelo.

- Pérdida de infraestructura y de bienes de las comunidades desalojadas.

- Se estima que una mina con las dimensiones similares a la que opera en


58 Como consecuencias de esta Ley, de acuerdo al Tribunal Centroamericano del Agua, se constata lo
siguiente: “La actividad minera a cielo abierto en Honduras, después de promulgada la ley de General de
Minería en 1998, ha facilitado el otorgamiento de 350 licencias y concesiones mineras que les confiere derechos
de explotación a estas empresas en el 31.4% del territorio hondureño” (TCA, 2004).


96


 San Andrés Minas, podría consumir 180 millones de galones de agua al



 año.

- Remoción de miles de toneladas de roca por día.

- Una mina de tamaño mediano puede transportar, regar y consumir hasta



 1000 toneladas de cianuro al año, sustancia altamente tóxica que permite
recuperar el oro del resto del material removido.

Se denuncia un evento único de derrame de sustancias cianuradas con fecha de


06/01/2003 a las 9:30 p.m. en las instalaciones de la Mina San Andrés. En este se
vertió entre 300 y 500 galones de solución de cianuro de sodio (NaCN) al río Lara
que atraviesa el Municipio de la Unión en Copán, Honduras, en un lapso estimado
en no menos de 10 minutos ocasionando la muerte de 18 mil peces, ranas,
cangrejos, libélulas entre otros” (TCA, 2004).

La oposición a la actividad minera en San Andrés ha aglutinado a sectores de la


Iglesia, a la Asociación de Organizaciones No Gubernamentales (ASONOG),
Alianza Cívica por la Democracia (ACD), sectores del propio Gobierno hondureño,
el Comité de Apoyo a la Comunidad de Azacualpa, el Comisionado Nacional de
Derechos Humanos de Honduras (CONADEH), las autoridades del Municipio de la
Unión, la Coordinadora Regional de Defensoría de Derechos Humanos, y el Instituto
de Derecho Ambiental de Honduras (IDAMHO).

Las conclusiones de ASONOG (2010) sobre este modelo de extractivismo son


claras y están fundadas en todo un trabajo continuo y desde hace tiempo con las
comunidades locales de hondureñas: “Desde hace varios años, Honduras es uno
de los países que no se escapa al interés de las empresas trasnacionales muchas
veces con el beneplácito de los gobiernos de turno. Esto es lo que sucede con el
proyecto minero MINOSA (Minerales de Occidente), que se encuentra localizado en
el municipio de La Unión Copán, en donde se utilizan más de 20,000 litros de agua
por hora en los procesos de extracción de oro y la plata, así mismo la generación
de diversos compuestos químicos peligrosos que contaminan mucho las fuentes de
aguas presentes en la zona.

Para nadie en este país es un secreto que la minería a cielo abierto, es una actividad
97

industrial de las más insostenibles en cuanto al abuso de los recursos y riquezas


naturales, todo para el bienestar de unos cuantos socios de las empresas y
servidores de los gobiernos, donde operan estas minas.

En el mundo, estas industrias están catalogadas como las de más alto riesgo, tanto
para quienes laboren en ellas por los insumos que utilizan en sus diferentes
procesos productivos, al igual que, por los impactos externos que generan en las
comunidades o aldeas aledañas por el uso irracional que hacen de algunos recursos
naturales (agua, bosque etc.), que en algunos momentos entran en competencia
con los comunitarios” (ASONOG, 2010).

En general, sobre la minería en Honduras, se puede recordar el testimonio del


presidente hondureño Julio Lozano, que fue derrocado luego por militares en 1956
y que hablaba con datos precisos al haber sido empleado como contador en a
empresa Rosario Mining Company y denunciaba cómo el Estado hondureño
protegía a la industria minera sobre los intereses de los trabajadores y en detrimento
también de sus propios recursos naturales: A cambio de todo el apoyo estatal a la
minería, “el Estado ha tenido que conformarse con el trabajo que esa industria
proporciona al operario hondureño y con alguna obra pública que el concesionario
se obliga a ejecutar, cuyo valor distribuido entre el número de años que
corresponden a su concesión en relación a las utilidades que obtiene el capital,
resulta en una participación casi insignificante para el Estado, con fuerte sacrificio
para el Tesoro Público, en beneficio directo de aquellos que aportan su contingente
económico. Los sueldos y salarios que pagan las empresas mineras, aun en su
estado de mayor florecimiento, a los hijos del país, han llegado a un límite mínimo
indispensable para la subsistencia del empleado y operario. Por otro parte, los
dividendos que perciben los accionistas han alcanzado su mayor porcentaje en la
historia de esas compañías. En consecuencia, el país de donde procede el capital,
logra mayores rendimientos que aquel que suministra el trabajo, sacrifica sus rentas
y agota sus recursos naturales” (Lozano, J., 1938: 113).

Pero se trata de un problema muy agravado en el siglo XXI, sobre todo cuando los
gobiernos emanados del golpe militar del 2009 (Roberto Micheletti, Porfirio Lobo, y
98

el actual Juan Orlando Hernández) han hecho de la minería una de sus estrategias
económicas principales. Me lo confirma una amiga colega hondureña, quien me
comentólo siguiente sobre este tema el 23 de octubre del 2015: “en Honduras
tenemos una lucha eterna contra las mineras.Hemos tenido este año pequeñas
victorias: 9 municipios se han declarado libres de minería, se han organizado para
la autodefensa de sus territorios y en el Sur se hizo un plebiscito con el cual dijeron
no a la minera que venía a instalarse y eso nos da esperanza.Este año el gobierno
actual declaró como el año de la minería en Honduras; hicieron un gran evento con
inversionistas de muchos países, más de 580 proyectos mineros metálicos y no
metálicos están en espera de aprobación; la amenaza es grande y constante”.

De seguir estas prácticas, el peligro no solamente es para Honduras sino para todo
Centroamérica, América Latina y en cualquier parte donde se permita este tipo de
monstruosas excavaciones en detrimento de la ecología y de los intereses de las
comunidades locales. Las instituciones estatales han vuelto a implantar el Dejar
Hacer, Dejar Pasar del liberalismo y con ello han dejado de regular con eficacia la
manera como las mineras se apropian de grandes segmentos del territorio en
perjuicio de las comunidades y de la ecología local.

3.4 Nicaragua
99

CONFLICTOS MINEROS
NICARAGUA
HONDURAS

k
Leon

k
k
Chontales

k
COSTA RICA

SIMBOLOGÍA
k 1. Minera tritón Depto. de Leon
Estado Limite k 2. Mina Santo Domingo Depto. Chontales 2007
k Conflictos k 3. Mina Mojón, La Libertad Depto. Chontales 2012
Fuente de consulta: http://juanchosierrar.blogspot.mx
k 4. Crucitas, Frontera con Nicaragua 2005
Escala 1:80,000,000

Datum: WGS84

El Centro Humboldt de Managua señala que “se ha observado desde el año 2010
cómo el avance de la explotación minera ha venido en aumento en el país”
(Guevara, 2015), y ello se muestra claramente en el número progresivo de las áreas
que han sido concesionadas en el país en lo relativo a la minería metálica del oro y
la plata. En el 2011 estaban concesionadas 11,386.34 kilómetros cuadrados del
territorio; en el 2012 ya eran 13,283.81, y en el 2013 se contaban 16,886.17, a partir
de datos oficiales del Ministerio de Energía y Minas: “la mayoría de las concesiones
se encuentran en los distritos mineros ya conocidos, que se encuentran en la Región
Autónoma Norte (RAAN) como Rosita, Siuna y Bonanza, sin embargo también hay
una fuerte concentración de concesiones en zonas como la Libertad, Juigalpa,
Santo Domingo en Chontales, en el municipio de Villa nueva en León y en Nueva
Segovia que lamentablemente todo el departamento se encuentra concesionado
casi en su totalidad” (Guevara, 2015).

El primer caso que presentamos en Nicaragua es el de la población de Mina Limón,


a 100 kilómetros al norte de Managua, en la provincia de León, donde la Tritón
Minera B2Gold Corp., ha realizado una explotación desde 1941, tanto de forma
100

subterránea como a cielo abierto. La misma empresa afirma que desde su inicio
hasta la fecha ha producido aproximadamente tres millones de onzas de oro,
planeando producir en el 2015 entre 55 y 65 mil onzas59.

Sin embargo, estos números de tan buen éxito en ganancias se han conseguido a
través de un proceso intensivo de 24 horas al día, con numerosas irregularidades
en su funcionamiento, a partir de condiciones poco favorables para los mineros y
con la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas de la zona junto
con diversos problemas de salud para los pobladores.

Los pobladores se han movilizado tanto para exigir mejores condiciones laborales
como para denunciar la contaminación en la zona. Las quejas han llegado a
denuncias formales ante autoridades como la Procuraduría Ambiental, el Ministerio
de Ambiente y Recursos Naturales y Ministerio de Salud.

La empresa afirma dar empleo a 1,299 personas, de las cuales 80% son locales.
Sin embargo, el Sindicato Independiente de Trabajadores Mineros, en una
manifestación reseñada por la prensa, denunciaba que la empresa ha incumplido
la mayoría de las 47 cláusulas del contrato colectivo, violentando los derechos de
los trabajadores y despidiendo por su propia voluntad a 427 trabajadores en el
lapso de dos años. Entre las malas condiciones laborales, afirmaban que hay muy
poca ventilación en la mina cuando existe una temperatura de 35 grados C; por
otro lado, en el poblado Mina El Limón, puesto que la empresa paga casi totalmente
el consumo de electricidad, ésta se corta diariamente de 10 a 12 del mediodía, de
5 a 7 de la tarde y de las 12 medianoche hasta las 5 de la mañana (La Prensa, 2015).

Presentamos, además, otros dos casos en Nicaragua en el Departamento de


Chontales. Uno de ellos es el proyecto de la mina Santo Domingo que se ubica en
el Municipio de Santo Domingo, y es propiedad de la empresa canadiense B2Gold
con su subsidiaria Desarrollo Minero de Nicaragua: se asegura que dentro de ese
Departamento se encuentra una de las vetas de oro más importantes en Nicaragua

59La misma empresa B2Gold tiene su propia página donde se pueden consultar más datos económicos:
http://www.b2gold.com/projects/nicaragua/limonmine.html
101

y en Centroamérica. Comenzaron las exploraciones en 2008; para el año 2013 ya


habían abierto la mina Santo Domingo en donde tenían una concesión de 27,000
hectáreas para su explotación, planeando que ésta duraría hasta el 2019. Hasta
ahora las consecuencias han sido evidentes: contaminación y degradación
ambiental, especialmente en el recurso del agua, deforestación del cerro, violación
al derecho a un ambiente sano, que está estipulado en el artículo 60 de la
Constitución de Nicaragua.

Los principales actores que han intervenido son la organización El Cafetal,


Salvemos Santo Domingo y la Unión de Mineros artesanales, buscando la
colaboración del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales para parar la
concesión pero donde los habitantes locales puedan seguir extrayendo con medios
artesanales cantidades pequeñas de oro, que consideran de propiedad comunal.
Nomel Pérez Soza, originario del lugar, experto en minería y dirigente del
Movimiento Centenario Santo Domingo, expresa lo siguiente, especialmente en
relación con la compañía B2Gold:

“Yo me comencé a meter a esta lucha mirando los vales con que le pagaban en la
mina a mi papá… Yo comencé a escarbar la historia de la minería en Nicaragua en
1979… En Nicaragua hay 18 distritos mineros… Y en todos ellos, en la mina El
Limón, en Rosita, en Bonanza, lo que se escucha es el mismo traqueteo de la
dinamita que va agrietando las casas de los mineros… Hay quien dice que la
minería de ahora ya no es como la de antes, que ahora no causa daños, que es
sostenible, que es responsable, que es amigable con el ambiente. Falso. Nunca lo
fue y nunca lo será… Santo Domingo siempre ha sido un municipio minero, la gente
vive allí de la minería. Son bastante más de cien años de explotación minera en el
municipio. La veta de oro de Santo Domingo tiene 3 kilómetros de largo, es siete
veces mayor que la que había en La Libertad, se puede ver perfectamente desde el
satélite. Toda esa veta la quiere explotar esta empresa canadiense. Y ya lo tienen
calculado: en seis años se llevarán todo el oro. Nos dejarán sin nada, sin trabajo,
sin paisaje, sin nada…” (Pérez Soza, 2013).

Queda claro que el oro es una mercancía deseada en el mercado internacional y


102

por ella numerosos inversionistas buscan constantemente las vetas más


importantes en todo el planeta para extraerlo ahora con los métodos de producción
más modernos. Pero esta situación ejemplifica con claridad como el sistema
económico predominante todo lo sacrifica al dios oro, ante el cual todo tiene que
postrarse, incluso a costa del gran deterioro ambiental de la naturaleza.

El otro caso en el departamento de Chontales es el de la mina La Libertad (Cerro


Mojón).“A 145 km de Managua, en el departamento de Chontales, se encuentra el
municipio de La Libertad, el cual se caracteriza por tener imponentes cerros que
albergan en sus entrañas fuentes de agua que abastecen a la población, sus
cultivos y al ganado. Desde hace más de 50 años, en la parte central de los cerros
también se encuentran yacimientos de oro que desde entonces son extraídos por
medio de betas. Las labores de extracción van rompiendo poco a poco y generando
un desequilibrio en la naturaleza, al punto de llegar a destruir por completo los cerros
y toda su biodiversidad… Bosques, ríos y animales sufren las consecuencias. No
sólo hay daños en los cerros, sino también en los mantos de agua subterránea y
superficial que se encuentran contaminados por cianuro y otros metales pesados,
provocando graves afectaciones a la salud de la población del municipio de La
Libertad, y en los animales consumen de estas aguas, especialmente del Río Mico”
(Todanoticia, 2015).

En toda esta región se ha conocido el desastre de los abundantes metales pesados


que se encontraron en el río Mico, desde noviembre de 2005, en el municipio de La
Libertad. Aunque las causas de la contaminación y destrucción del río Mico por la
disminución del caudal pueden ser múltiples (desechos de los pobladores,
deforestación continua, la cría de ganado), el uso intensivo del agua y de los
minerales pesados (aluminio, manganeso, mercurio, arsénico, plomo, cromo, zinc,
cadmio, cobre, níquel y selenio)no puede provenir más que de las minas.Tanto la
Tritón Minera como la Mina del Mojón en la Libertad se encuentran en esta
subcuenca. El Centro Humboldt de Managua asegura que se ha constatado que los
peces que se extraen del río, por ejemplo, en la localidad de Muelle de los Bueyes,
contienen mercurio; esto nos lleva a un proceso envolvente en donde los mismo
103

pobladores que comen pescado llegan a tener enfermedades respiratorias, renales


y cancerosas, que podrían ser atribuidas a la contaminación del agua y de la tierra.

La mina a cielo abierto de la Libertad en Cerro Mojón es propiedad de Desarrollo


Minero de Nicaragua (DESMINIC: empresa subsidiaria de la Central Sun Mining),
que tiene un área concesionada de 10,950 hectáreas, que se le otorgaron por 40
años, planeando terminar en el 2034. En el año 2007, la empresa anunció un cierre
temporal de dos años y 4 meses con el objeto de realizar un proceso de
reconversión productiva para, con mayor tecnología, intensificar aún más la
extracción de los metales.

El oro y los metales preciosos no parecen ser artículos de primera necesidad para
la supervivencia de los humanos, pero se han convertido en el gran ídolo al que hay
que ofrecerle el sacrificio de la naturaleza y de toda la sociedad.

En Nicaragua, sin embargo, también ha habido momentos en que las movilizaciones


de las comunidades han logrado parar proyectos mineros. Es el caso reciente de
Rancho Grande, en Matagalpa, en donde el gobierno nicaragüense ha declarado
inviable una explotación minera que había sido concedida en el 2005 a la empresa
canadiense Nueva Esperanza, la cual la traspasó en el 2013 a la B2Gold, también
de Canadá. La portavoz del gobierno sandinsita, Rosario Murillo, informó de la
cancelación de las exploraciones en la zona el 13 de octubre del 2015: "... Previo a
esta decisión del Gobierno, en Rancho Grande se habían realizado multitudinarias
marchas en las que la población junto con el clero de Matagalpa manifestó su
rechazo a las intenciones de explotación minera, la última fue el pasado 3 de
octubre" del 201560, tal como se refiere en la declaración del gobierno sandinista.

3.5 Costa Rica


60
La fundamentación de esta decisión gubernamental está fundada explícitamente en los posibles daños a la
ecología que esta actividad minera puede ocasionar:“... por las afectaciones que tendría en el entorno, en la
naturaleza, en el ambiente, el modo de vida de las personas, en las fuentes de agua en general".
http://www.centralamericadata.com/es/article/main/Nicaragua_Declaran_inviable_mina_de_B2Gold?u=7c36
58effd28b8d91183ba549fc77ab3&s=n&e=2&mid=[MESSAGEID]
104

CONFLICTOS MINEROS
COSTA RICA
k
Alajuela

Limón
k

Simbología

Provincia Limite k Crucitas, Provincia de Alajuela


k Conflictos k Talamanca, Provincia del Limón
Fuente de consulta: http://www.gadm.org/download

Escala: 1:80,000,000

Datum: WGS84

En este país presentamos dos casos. El primero lo reseñamos de manera breve


para dar más atención a la mina a cielo abierto Crucitas en la frontera con
Nicaragua.

La región de Talamanca en Costa Rica, en la provincia de El Limón, incluye un área


marítima con arrecifes en el Caribe, una de costa y una zona de cordillera; es una
región muy rica en biodiversidad y ofrece refugio al 60% de la fauna y aves del país
y con un sistema fluvial muy abundante. Según el censo nacional (el INEC), existe
ahí una población de 31,926 habitantes, entre los cuales se encuentra el 65% de la
población indígena del país; los grupos bribris y cabécares son aliados porque se
consideran parientes y vecinos; para ellos la naturaleza tiene un gran valor y
significado. Desde el punto de vista socioeconómico, Talamanca tiene el mayor
índice de pobreza de Costa Rica: viven de la caza, de la pesca y de los productos
de la vida silvestre, pero ahora se sienten amenazados en su entorno con todos los
planes de actividad de las mineras.

Siendo una región aislada, los indios de Talamanca supieron en 2003 que alguien
de Noruega había llegado a explotar el oro en su región. Hubo quienes se opusieron
105

pero otros lo apoyaron en alianza con el empresario, pero en medio de la


controversia y en colusión con algunas autoridades el inversionista noruego Helge
Haaversenempezó a talar el terreno y a explotar el oro de manera clandestina hasta
que en 2008, el presidente de la Asociación de Desarrollo del Territorio Indígena de
Talamanca, de manera individual, le firmó un permiso de exploración minera; sin
embargo, la junta directiva de la Asociación, alertada por la actuación del presidente,
lo destituyó de su puesto. Oficialmente, las labores de exploración están
suspendidas, pero siguen las denuncias sobre la extracción de oro de la zona. En
la práctica, el noruego Haaversen, en 2009, llegó a construirun helipuerto en el 2009
a un lado de la reserva indígena Tayní en la zona para proseguir sus actividades y
continuando con su labor de persuasión a dirigentes comunales para lograr las
autorizaciones locales.

El gobierno de Laura Chinchilla (2010-2014) llegó a congelar los permisos de


explotación de las minas a cielo abierto en Costa Rica, pero los datos revelados
sobre las grandes reservas de oro y cobre en Talamanca han despertado el interés
y codicia de numerosas compañías mineras extranjeras (Cities Service Oil Co de
Estados Unidos, Cooper Range de Australia, Allusuisse de Suiza, Mitsubishi de
Japón y Charter Consolidate de Inglaterra) que han fijado sus ojos en Talamanca.
Se habla, por ejemplo, de la estimación de depósitos de 600 mil toneladas de cobre
en la reserva Cabécar Chirripó, entre otros 22 depósitos posibles61; por otro lado, la
empresa canadiense Nu-Down Resources Inc externó un plan en 1998 para
explorar 60 kilómetros cuadrados en Sukut porque podían encontrar ahí “enorme
potencial de depósitos de oro”; el Colegio de Geólogos estimaba que se podían
encontrar en Costa Rica 20 millones de onzas de oro (La Nación, 2010).

Con todos estos indicadores y pensando solamente en el valor económico, Enid


Gamboa, la presidenta del Colegio de Geólogos de Costa Rica llegó a declarar de
manera ingenua e irresponsable:“La salvación económica de Costa Rica podría
estar en la cordillera de Talamanca” (La Nación, 2010). Por el contrario, al ver la


61
En toda la cordillera de Talamanca que se extiende hasta el cerro Colorado de Panamá, este gobierno ya ha
autorizado la explotación de un yacimiento de cobre que estima en 11 millones de toneladas de cobre (La
Nación, 2010).
106

oposición a la minería de numerosas comunidades locales, uno se puede imaginar


con claridad las razones de su movimiento, porque los indígenas y muchos pobres
no son tan ignorantes como muchos pueden pensar: ¿Qué pasará con el agua y
sus bosques cuando se haga la extracción minera tanto a cielo abierto y como a
través de los túneles subterráneos? ¿Qué es lo que queda para la región después
que se lleven el oro y la plata de Talamanca? Como es una región muy pobre, con
toda certeza, diversos pobladores y dirigentes podrán llegar a ser cooptados por la
propaganda de numerosos empresarios y autoridades, pero ya los desastres
naturales provocados por la minería en zonas cercanas y lejanas han llegado
también al imaginario de las comunidades.

Tenemos también otro caso de una empresa canadiense con un proyecto de


minería en el norte de Costa Rica, muy cerca del río San Juan, frontera con
Nicaragua. Se trata del proyecto de la mina de oro a cielo abierto llamado Crucitas,
que está relacionado, por un lado, con los modelos de extracción de recursos por
parte de empresas trasnacionales ubicadas en países subdesarrollados
enarbolando el tema del desarrollo y del progreso y, por otro, con los efectos
contaminantes de la naturaleza dejados comprobadamente por dichos proyectos de
extracción, como en este caso de minería a cielo abierto, que están dejando una
indiscriminada zona con bosques talados y además una contaminación de cianuro
en el río San Juan y fuentes acuíferas que se encuentran en ambos lados de la
frontera. Al mismo tiempo, Crucitas es un claro ejemplo de cómo la movilización
social, en este caso de ambos lados de la frontera y con apoyo internacional, ha
sido capaz en el año 2013 de detener la operación de este proyecto.

En1993, el gobierno de Costa Rica concesionó el inicio de la mina de oro a cielo


abierto CRUCITAS a la empresa canadiense Placer Dome Inc., que tenía una
subsidiaria Placer Dome en territorio de Costa Rica. En 1999, la empresa Placer
Dome se vendió a Lyon Lake Mines Ltd (también canadiense), que luego cambió su
nombre por el de Infinito Gold Ltd.; la empresa subsidiaria en Costa Rica también
cambió su nombre por el de Industrias Infinito S.A. (IISA) en 2001.
La región donde se ha ubicado el depósito de oro con la empresa Crucitas en Costa
Rica cuenta con una concesión de explotación otorgada por el Ministerio de
107

Ambiente y Energía del gobierno, el 17 de diciembre del 2001, cuando era


presidente Miguel Ángel Rodríguez; la resolución fue publicada oficialmente el 30
enero 2002. Posteriormente, el presidente Abel Pacheco expresó dudas sobre el
proyecto y planteó su deseo de anular la concesión: promulgó, en junio de 2002, un
decreto con la “Declaración de la Moratoria Indefinida de la Minería a cielo Abierto”;
posteriormente, el 11 marzo de 2003, la Secretaría Técnica Nacional (SETENA)
decidió no otorgar la viabilidad ambiental al proyecto, aunque la empresa interpuso
un recurso de revocatoria y apelación sobre dicha resolución. La concesión minera
del proyecto había sido anulada, pero luego, atendiendo al recurso de apelación, se
anuló la resolución que había negado la viabilidad ambiental y, finalmente, el12 de
diciembre del 2005, la SETENA nuevamente le otorgó la viabilidad ambiental al
proyecto por un período de dos años.
Se volvió a otorgar la concesión, aunque siguieron persistiendo las controversias
jurídicas; sin embargo, el gobierno de Oscar Arias se mostró muy favorable al
proyecto Crucitas a tal punto que, en el 2008, decidió alargar la concesión para
explotar oro plata, cobre y minerales asociados, en un plazo de 10 años, declarando
en el decreto publicado el 17 de octubre del 2008 que el proyecto era interés público,
autorizando la tala de numerosas hectáreas de bosque primario y secundario62. A
pesar de protestas y varios recursos de amparo, el entonces presidente Arias, a
unos días que terminara su período en la presidencia, logró, el 16 de abril de 2010,
que se dictaminara la viabilidad ambiental del proyecto Crucitas. De hecho, la tala
de árboles fue empezando a ser más conocida incluso a nivel nacional y generó
indignación entre la población.
Las contradicciones sociales y políticas a raíz de este proyecto han hecho variar las
decisiones: ahí sigue el operativo minero aunque a veces parece detenerse y a
veces retoma su carrera. El Tribunal Contencioso Administrativo de Costa Rica, por


62
Resulta muy contradictorio este proyecto con la fuerte tradición existente en Costa Rica en defensa del medio
ambiente. Prácticamente el gobierno de Oscar Arias dejaba el camino abierto para la destrucción de gran parte
del bosque. Y aquí se encuentra la gran pregunta sobre los costos de un proyectado desarrollo producido por
las trasnacionales que puede derramar ciertamente beneficios residuales a la zona y a la población (como
infraestructura, empleos con bajos salarios, etc.) pero cuya principal ganancia, a costa de la destrucción
ambiental, siempre saldrá hacia fuera de la región. En agosto 2007, la gerencia de la empresa afirmaba que su
acción se iba a circunscribir solamente a 50 hectáreas.
108

ejemplo, volvió a anular la concesión el 11 de noviembre del 2010, dando marcha


atrás al decreto expedido por Oscar Arias. Sin embargo, la empresa Infinito Gold
presentó en enero del 2011 un recurso de apelación que ha dejado sin efecto la
sentencia del Tribunal. Los sectores a favor y en contra de la minería en ambos
lados de la frontera siguen enfrentados.
La misma Compañía minera ha logrado hacer labor social y educativa y de apoyo a
la infraestructura del lugar para ganarse el apoyo de parte de la población ofreciendo
fuentes de trabajo, escuelas, caminos y numerosos apoyos puntuales en una región
pauperizada. Se presenta el proyecto Crucitas como un símbolo de desarrollo para
Costa Rica, ridiculizando a los oponentes como ignorantes que no creen en la
modernización de la nación. El tema del desarrollo a favor de las comunidades y la
gente de la región es el discurso de los representantes empresariales de la
empresa, como lo señalaba Arnoldo Rudín Arias, gerente de Crucitas a partir de
febrero de 2007: “Económicamente nos enfocaremos en dos puntos: que el proyecto
sea rentable y que la compañía se convierta en un motor generador de ideas y
proyectos en favor de las comunidades.En lo social apostamos a las propuestas
que nuestro equipo ha venido desarrollando, en áreas como educación, electricidad
y caminos. Estamos desarrollando un ambicioso programa para la creación de
pequeñas y medianas empresas… Quiero que estén seguros de que nos interesa
la gente” (Crucitas Informa, 2007). No habrá, según ellos, ningún problema con el
medio ambiente porque piensan reforestar miles de árboles; tampoco habrá
problema –señalan- con el cianuro por la alta tecnología que manejan.
En este contexto, diversos sectores de la población se han enfrentado: el gobierno
lo apoya pero también hay gente que ve el proyecto de manera favorable porque ve
infraestructura, servicios, empleos, seguridad, etc.; sin embargo, también hay
sectores sociales de ambos lados de la frontera que ven un gran peligro para la
contaminación ambiental, primero en la destrucción del bosque y, segundo, en las
consecuencias de los desechos mineros, especialmente el cianuro que puede correr
por arroyos y ríos hasta el río San Juan, ocasionando ya un conflicto fronterizo entre
dos países. El planteamiento simple es que se trata de un proyecto económico de
109

una trasnacional apoyada por el gobierno que piensa extraer enormes recursos63 a
expensas no solamente de la contaminación ambiental en suelo costarricense sino
también en territorio nicaragüense. En realidad, es un problema interno de Costa
Rica (sectores que lo apoyan y otros que se oponen, en una gran discusión sobre
el modelo de desarrollo), pero que tiene repercusiones binacionales por el hecho de
que Costa Rica produce desechos mineros y contaminación de diversos arroyos
que llegan al río San Juan, que ya no es territorio costarricense. Todo esto ha
convertido a la oposición contra el proyecto de minería a cielo abierto en una lucha
ideológica y una lucha política que se expresa en numerosos fenómenos tanto a
nivel gubernamental como en relación a diversas organizaciones de la sociedad
civil. Y a pesar del gran desnivel en la correlación de fuerzas, puede haber éxitos
parciales por parte de los movimientos sociales.
Debido a que el debate sobre Crucitas llegó a nivel nacional e internacional, la
presión social de la sociedad logró en el 2010, en el gobierno de Laura Chinchilla
un decreto de moratoria para la minería de oro a cielo abierto, que detuvo 14
expedientes de concesión que estaban en trámite, pero no afectó a Crucitas porque
la empresa ya tenía derechos adquiridos con anterioridad. Sin embargo, el 10 de
noviembre de ese mismo año, con una votación del 86% de los diputados, se aprobó
la Reforma al Código de Minería, con el proyecto de dejar a Costa Rica como país
libre de la Minería Metálica a Cielo Abierto. Al mismo tiempo, la autoridad judicial
ordenó a la empresa reparar los daños ambientales y le canceló la concesión. Sin
embargo, después del cierre, la empresa anunció en abril del 2013 su exigencia de
una indemnización al gobierno de Costa Rica por la cantidad de 1,092 millones
dólares, amenazando con acudir a un tribunal arbitral internacional. Esta demanda
contra el gobierno de Costa Rica finalmente la empresa la presentó en el 2014 ante
el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
(CIADI) del Banco Mundial. Por otro lado, en 2015, Industria Infinito se declaró en


63
Según la propia empresa, su Boletín señala lo siguiente: “A precios del oro del 2002, Crucitas hubiera
generado ventas por el orden de los $262 millones (c 134,930,000,000). Calculado al precio actual, $650 por
onza, la mina producirá ventas superiores a los $415 millones (c213,725,000,000). Para dar una idea, hace 5
años la construcción de la mina se estimó en $35 millones (c18,025,000,000), ahora ese costo será de $56
millones (c 28,840,000,000)” (Crucitas Informa. No. 25. Agosto 2007).
110

quiebra en un intento por evadir el pago por los daños ambientales y ha empezado
a vender los terrenos de explotación y, en julio de 2015, la empresa anunció
oficialmente que renunciaba al proyecto agonizante de Crucitas y salía del país.
111

CONCLUSIONES

Evidentemente que hay un común denominador en todos los casos de la minería en


América Latina: la extracción de los recursos minerales está en auge siguiendo la
lógica de la ganancia del capital sin importar el deterioro ambiental y los exiguos
beneficios para las comunidades locales. En este sentido es donde insistimos en
recalcar la lógica de un capitalismo salvaje: “Esta paradoja perversa del sistema es
propia e la lógica que opera en los Gobiernos en comparsa con las empresas para
mantener un sistema productivo con altos rendimientos para una clase empresarial
nacional y extranjera. Sin embargo, estas empresas productivas que comercializan
exitosamente sus productos en el exterior, aprovechando sus ventajas
comparativas, no generan para sus trabajadores una vida digna y decorosa”
(Merchand, 2016: 183). Todo este aspecto de la calidad de vida de las comunidades
locales en los lugares donde se instalan los proyectos mineros y todos sus
movimientos de resistencia deben ser objeto de otras investigaciones; lo que hemos
querido resaltar en este trabajo es el deterioro ambiental como consecuencia directa
del extractivismo minero.
Tal vez algunos querrán explicar y justificar este sistema señalando que se trata de
la lógica del mercado: las sociedades modernas y especialmente el mundo industrial
y manufacturero necesita todos estos productos y en ese sentido hay que seguirlos
extrayendo hasta su total agotamiento. De otra manera, no tendríamos todas esas
commodities necesarias para nuestra vida moderna. Pero volvemos a la pregunta
fundamental: ¿Qué tanto debemos sacrificar para ofrendarlo al ídolo del dinero?
Creo que refiriéndonos a la naturaleza, deberíamos aplicar una racionalidad simple:
si seguimos en esta dinámica con los negocios productivos y sus consecuencias en
la naturaleza, muy pronto ya no habrá lugar para hacer estos mismos negocios. Lo
que quiero decir es que en la misma lógica empresarial del capital, la propia
racionalidad nos tiene que hacer ver y analizar que, destruyendo la naturaleza de
esta forma, no tendremos en el futuro ni agua ni lugar habitable para vivir. Es la
existencia misma de la humanidad la que está en riesgo.
112

Por ello, en el ámbito mundial, el ser humano tiene que construir una nueva relación
con la naturaleza. El Antiguo Testamento en el libro del Génesis ha llegado a sugerir
a muchos una visión equivocada con el mandato de Dios que aparece en el primer
libro de la Biblia: “Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla;
mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea
sobre la tierra” (Génesis, 1,28); se ha llegado a pensar que el ser humano es el
dueño de la naturaleza y de todo lo que hay en ella y, por tanto, la explotación
inacabada de sus recursos llega a ser una indicación divina. Pero, a finales del siglo
XX, con el surgimiento del concepto del desarrollo sustentable y de numerosos
movimientos ambientalistas, estamos llegando también a una distinción muy clara
entre recursos renovables y no renovables del planeta: ¿Qué pasará cuando nos
acabemos el agua potable que hay en el mundo? ¿Qué pasará cuando el calor de
las emisiones industriales lleguen a deshacer el agua de los polos? Necesitamos la
energía eléctrica, pero ¿qué pasará con todos los desechos de plutonio generados
por la núcleoelectricidad, cuando tardan en degradarse 10 mil años o más? ¿Vale
la pena la destrucción del medio ambiente de numerosas comunidades con tal de
extraer el petróleo, el oro, la plata y el cobre? Si somos tan descuidados al tirar la
basura, ¿no podemos pensar en las consecuencias de los desechos químicos y los
plásticos cuando pueden ser tragados luego por peces y animales terrestres, los
cuales a su vez después también sirven de alimento a los humanos?
En una primera reflexión en las conclusiones de este trabajo, debemos
convencernos que la naturaleza no es solamente un objeto inerte del cual se pueden
sacar recursos; es la casa que habitamos e incluso, como lo expresan todavía
numerosas comunidades indígenas, es un sujeto viviente dentro de nuestro mundo
social. No se trata de una “naturaleza muerta” –usando la expresión de diversos
pintores modernos- sino de una entidad vida y actuante. El Papa Francisco lo
expresa de la siguiente manera: “Esta hermana clama por el daño que le
provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha
puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y
dominadores, autorizados a expoliarla… Por eso, entre los pobres más
abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y
113

sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra
(cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta,
su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura” (Francisco, 2015:
3). Necesitamos entonces cambiar la visión de la relación que tenemos los humanos
con la naturaleza. No se trata de un ente muerte sino vivo, y podríamos plantear
que también podría tener ciertos derechos fundamentales como, por ejemplo, se ha
planteado en las propuestas indígenas de los movimientos de Ecuador y Bolivia en
el siglo XXI. A manera de ejemplo, se puede observar que “Ecuador es el primer
país del mundo que consagra en su constitución los derechos de la naturaleza”
(Torres, en Sierra González, 2015: 70), aunque ahí mismo sigan apareciendo
proyectos de extractivismo.

Nos referimos aquí no solamente a determinadas acciones particulares urgentes


que hay que hacer en la política pública de los gobiernos sino sobre todo a un
cambio de mentalidad que tiene que ver con la cultura. En esto han ayudado mucho
los ecologistas que, como nuevo movimiento social desde la década de 1960, no
solamente levantan demandas específicas de oposición a la destrucción de nuestro
entorno natural sino que buscan sobre todo una revolución cultural, un nuevo modo
de relación entre el ser humano y la naturaleza, planteando que los recursos que
disponemos en la tierra no pertenecen sólo a la presente generación sino también
a las futuras. “El movimiento ecologista multifacético que ha surgido desde finales
de los años sesenta en la mayor parte del mundo, con fuertes pilares en los Estados
Unidos y la Europa del Norte, se encuentra en buena medida en el origen de la
inversión espectacular de los modos en que concebimos la relación entre economía,
sociedad y naturaleza, induciendo, así, una nueva cultura” (Castells, 2000: 136).

De acuerdo a esta línea de pensamiento, también llegamos a una segunda


conclusión cuando nos referimos al desarrollo. Tradicionalmente hasta el siglo XX,
por lo general, pensábamos en lo económico: los países más desarrollados se
medían por el tamaño de su Producto Interno Bruto, el llamado PIB. Este criterio
solamente se enfocaba a medir el valor total de los productos producidos en un país
durante un año y de esta manera se ordenaban de los países más a los menos
desarrollados. Pensar de esta manera nos llevaba a priorizar lo económico muy por
114

encima de lo que se puede concebir como calidad de vida de un ser humano.


Ciertamente sigue existiendo mucho debate sobre lo que puede ser el concepto y
su significadopero podemos pensar en la propuesta de la ONU surgida en 1990 con
lo que se ha conocido como el Desarrollo Humano que, desde entonces, sirve para
medir el nivel de los países conforme a tres indicadores: el ingreso, el nivel de salud
y la educación.

Este concepto también sigue debatiéndose pero al poner los tres indicadores para
una población determinada se puede comparar un país con otro e inclusive los
municipios dentro de una misma nación. Lo que me atrevo a proponer es
precisamente que los proyectos de extracción de recursos minerales en una zona
determinada, junto con sus ganancias, tienen que tener entre sus objetivos mejorar
la calidad de vida de la población en estos tres rubros fundamentales. Para ello,
entonces, hay que tener en cuenta el nivel de los salarios de los trabajadores locales
que se ocupan de la mina junto con una buena indemnización para cuando se
termine la explotación del recurso porque toda mina tiene un tiempo limitado de vida
operativa; se tiene que tener en cuenta el uso de los materiales químicos utilizados
en el tratamiento del oro, plata, cobre, etc. para que se brinde una protección total
a los trabajadores y a toda la población en los alrededores no solamente durante la
operación ordinaria de la mina y sobre todo en caso de posibles accidentes; se tiene
que tener un presupuesto especial para promover la educación de calidad entre los
pobladores y sus familias de tal manera que se colabore con efectividad en tanto en
la educación básica como en los procesos de capacitación en numerosas áreas del
tratamiento de los metales.

Con todos los casos que hemos revisado, sobra decirlo, es necesario insistir en el
aspecto fundamental del deterioro ambiental. Aquí está un elemento determinante
para juzgar si hay que dar o no la concesión minera de un área a determinada
empresa. Ciertamente conocemos todo el requisito de los estudios de impacto
ambiental que todo gobierno exige para otorgar una concesión minera, y la pregunta
fundamental es si este tipo de extractivismo puede llegar a producir el ideal de una
“minería verde”. A veces, conocemos que se dan las concesiones sin estudios
serios de impacto ambiental; a veces se inventan tales EIA con un buen soborno de
115

la empresa a determinados políticos y autoridades. Pero aquí hay un elemento


fundamental a considerar sobre todo en lo que se llaman las minas a cielo abierto:
tal remoción de vegetación y tierra para sacar el mineral a flote y luego limpiarlo con
los químicos y venenos, ¿es capaz de garantizar una minería limpia? Sabemos por
ejemplo que la Unión Europea prohibió la minería a cielo abierto con cianuro en
todos los países que la integran en el 2010: “El uso de cianuro en minería crea poco
empleo y sólo por un periodo de entre ocho y dieciséis años, pero puede provocar
enormes daños ecológicos… en los últimos 25 años se han registrado más de 30
accidentes importantes relacionados con el vertido de cianuro, en particular hace 10
años, cuando se vertieron más de 100,000 metros cúbicos de agua contaminada
con cianuro desde el embalse de una mina de oro al sistema fluvial Tisza-Danubio,
lo que causó el mayor desastre ecológico de esa época en la Europa Central… No
existe ninguna garantía real de que no se vuelva a producir un accidente semejante,
especialmente teniendo en cuenta el incremento de las condiciones metereológicas
extremas, por ejemplo, fuertes y frecuentes precipitaciones, como se prevé en el
Cuarto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático… El uso de cianuro en minería crea poco empleo y solo por un
periodo de entre ocho y dieciséis años, pero puede provocar enormes daños
ecológicos transfronterizos que, por lo general, no son reparados por las empresas
explotadoras responsables, que suelen desaparecer o declararse en quiebra, sino
por el Estado correspondiente, es decir, por los contribuyentes” (Los Andes, 2010).

Impresiona escuchar las razones de esta decisión de los legisladores europeos en


relación al uso del cianuro en las minas a cielo abierto, cuando todavía
continuamente escuchamos la propaganda y las pretensiones de las compañías
mineras en la región latinoamericana de querer garantizar una explotación limpia y
verde cuando tienen que devastar amplias zonas, utilizan toneladas de agua y
siguen utilizando el cianuro.

De esta manera, nuestra tercera conclusión, de manera específica, surge de una


pregunta fundamental: ¿puede compensarle a una zona poseedora de recursos
minerales deseados en el mercado internacional todo el daño causado a la ecología
local? Sabemos que en el contexto latinoamericano, diversos gobiernos
116

catalogados como progresistas como el de Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela,


Nicaragua, etc. han otorgado concesiones mineras pero han sabido negociar mejor
con las empresas trasnacionales para que dejen más recursos al Estado, el cual
puede a su vez utilizarlos para mejorar la política social. Esto sin duda es positivo
sobre todo cuando vemos el contraste con gobiernos serviles que simplemente a
través de sobornos han otorgado las concesiones, sacándole solamente recursos a
las empresas, las cuales van a particulares sin llegar a establecer un fondo social.
Es interesante en este sentido la conclusión a la que llegó Julio Lozano Díaz, quien
fue presidente de Honduras en 1954 y derrocado luego por un golpe de Estado en
1956, quien había sido contador de la empresa norteamericana Rosario Mining
Company y quien había publicado un texto en 1938 titulado La industria minera
protegida por el Estado de Honduras: “El Estado no debiera, con el solo aliciente de
proporcionar trabajo a los hondureños, disponer de sus recursos naturales ni limitar
su facultad de establecer tributaciones. Si la remuneración de este trabajo pudiera
contribuir a aumentar la riqueza pública de la Nación, ese proceder se justificaría;
pero con el tipo de salario que se paga, reducido al límite indispensable para la
subsistencia del trabajador, como ya hemos dicho anteriormente, no es posible que
aquello pueda ocurrir. No debe pasar desapercibido el hecho de que, cuando más,
el 32% del valor de los productos que se exportan es todo cuanto queda en el país:
el 68% restante sale fuera de Honduras. De seguir así, el futuro de nuestro país
será el de una Nación empobrecida por el agotamiento indebido de sus recursos
naturales” (Lozano, 1938: 131).

Estamos de acuerdo en principio de que si cualquier empresa quiere venir a extraer


recursos naturales de un país, los gobiernos locales deben negociar con fuerza
institucional para participar también de las grandes ganancias generadas. Sin
embargo, esto no basta, porque los costos ambientales (agua, suelo, bosque,
biodiversidad, aire) pueden ser incalculables. ¿Hasta dónde pueden ser
recompensados los pobladores cuyas tierras les han sido arrebatadas? ¿Cómo
puede plantearse que hay una suficiente reparación del daño ecológico cuando ya
se ha dado la tala indiscriminada del bosque y se han contaminado las aguas de la
superficie y las subterráneas? Si en Costa Rica se ha llegado a prohibir el
117

otorgamiento de concesiones a minas a cielo abierto, ¿no es eso algo mejor a todo
el deterioro ambiental previsible, aunque se compruebe toda la riqueza de recursos
mineros en el subsuelo? ¿Hay que oponerse a todo tipo de explotación minera? En
el caso de la mina El Dorado, en El Salvador, una investigación llega a una
conclusión radical: “La minería es una actividad intrínsecamente insostenible, ya
que implica la explotación de un recurso no renovable, mediante procedimientos
destructivos o contaminantes, como la trituración, la molienda, el lavado y
clasificación de los minerales, la refinación entre otras, y que a través de los años
se han seguido utilizando” (Castillo et al, 2009: 150). Y particularmente se puede
hablar del caso específico del uso del cianuro: “En cuanto al riesgo producto de la
extracción de oro por lixiviación con cianuro, en la forma que se maneja
actualmente, no esta conforme con cualquier estándar de control de intoxicación
química en el medio ambiente, por representar una tecnología altamente
insostenible la cual debería prohibirse” (Castillo et al, 2009: 151); esto último va de
acuerdo totalmente con la prohibición que ha hecho la Unión Europea sobre el uso
del cianuro en la minería en el 2010.

No cabe duda de que las respuestas son muy complejas, pero sí debe quedar claro
que dos criterios fundamentales para permitir la operación de las minas es, primero,
la valoración sobre los beneficios reales que va a obtener la población local de las
áreas de extracción y, segundo, la valoración sobre los impactos que tendrá la
actividad minera en la naturaleza y el medio ambiente. Según Magalí Rey Sosa, la
directora de Savia, una organización ecologista, la minería en Guatemala tiene el
siguiente saldo: "Nos ha dejado serios conflictos sociales, nacimientos de agua que
se han secado, casas rajadas (fisuradas) y unos míseros centavos" (Valladares,
2010). Y estoselementos nunca han estado protegidos en la forma en que se
otorgan las concesiones a las empresas. De esta manera, es muy sugerente el
documento del Centro Humboldt de Managua que termina con importantes
“Propuestas para fortalecer el marco regulatorio de las industrias extractivas, la
gestión pública y el acceso a la información pública” (Polanco, P. Y., 2013: 45) en
donde el objetivo fundamental es “mejorar la transparencia y la rendición de cuentas
en las industrias extractivas en Nicaragua” (Idem). Los grupos focales que se han
118

creado en Nicaragua entre las comunidades locales para analizar y discutir la


situación de la exploración y explotación minera se convierte de hecho en algo
fundamental para afrontar desde abajo cualquier proyecto; la discusión sobre las
concesiones mineras debe ser pública en todos los niveles: en el ámbito legislativo,
en los medios de comunicación, pero sobre todo en asambleas dentro de las
comunidades afectadas con la extracción. Se trata de decisiones gubernamentales
en cualquier país pero en donde la sociedad civil organizada tiene todo le derecho
de opinar y formar parte en las resoluciones sobre la explotación de los recursos
naturales. No puede ser el criterio de la ganancia en un sistema de capitalismo
salvaje el que defina la operación de cualquier actividad económica. Formalmente,
así lo están reconociendo, por ejemplo, organismos como el de la Organización para
la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en su 5º Encuentro Mundial en
Guadalajara México en el 2015: “Mejorar el bienestar de las personas –no solo
impulsar el crecimiento económico– debe ser el objetivo central de los políticos”64.
Se trata de la transformación de nuestra visión del desarrollo no solamente como
crecimiento económico –que al final de cuentas resulta en beneficio de unos pocos-
sino sobre todo como Desarrollo Sostenible.


64
Así estaba postulado en la página oficial del 5º. Encuentro mundial de la OCDE, realizado en Guadalajara,
México, del 13 al 15 de octubre del 2015: http://www.oecd.org/centrodemexico/medios/ocde-foro-mundial-
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128

ANEXO I

Algunas minas a cielo abierto más destacadas en América


https://www.facebook.com/notes/%C3%BAnetealplaneta-
jointheplanet/miner%C3%ADa-a-cielo-abierto-irreparable-impacto-ambiental-para-
el-planeta-y-sus-habi/321391421246853/

* Adams – Ontario
* Bajo de la Alumbrera, Argentina
* Candelaria – Copiapó, Chile
* Chuquicamata – Chile
* Cerro de San Pedro – San Luis Potosí, México
* Colomac – Canadá
* Corta Atalaya – Huelva, España (en desuso)
* Cerrejón – Colombia
* Petaquilla – Panamá
* Diavik – Canadá
* El Chino – Nuevo Méjico, Estados Unidos
* La Escondida – Chile
* Pascua Lama – Chile
* Kennecott – Utah, Estados Unidos
* Lavender Pit – Arizona, Estados Unidos
* Los Pelambres, en Chile
* Pascua Lama - Argentina y Chile
* El Peñasquito - Mazapil, Zacatecas, México
* Pine Point – Canadá
* Veladero - San Juan - Argentina
* Río Huaytepue - Perú
* Toquepala - Perú
* Cuajone - Perú
* Cerro de Pasco - Perú
* Antamina - Perú
* Yanacocha - Perú
* Crucitas - San Carlos, Alajuela, Costa Rica.

PRINCIPALES IMPACTOS AMBIENTALES :

• Afectación de la superficie y del entorno en general,


• contaminación del aire
• afectación de las aguas superficiales y freáticas o subterráneas
• afectación de los suelos,
• impacto sobre la flora y fauna,
• cambios en el micro clima e impacto escénico posterior a la explotación.
129

ANEXO II

¿Cómo se realiza el proceso de minería a cielo abierto?


Una descripción de este proceso lo podemos ilustrar a través del relato que hacen
Claudio Garibay, Andrés Boni, Francesco Panico y Pedro Urquijo (2014: 117-119)
sobre la operación del proyecto minero de Peñasquito, en Mazapil, Zacatecas,
México, de la corporación canadiense Goldcorp Inc:
La extracción del material inicia con el retiro del suelo y la vegetación en toda la
extensión del terreno que ocupará la excavación. Luego, el minado se desarrolla
por medio de la sucesiva remoción de capas de roca previamente fragmentada por
explosivos. El ancho de cada capa es de 15 metros. La extensión superficial se
reduce progresivamente con el descenso de la excavación, lo que resulta en una
forma de cono invertido con laderas escalonadas (Bryson et al, 2009). El material
estéril extraído de los tajos es depositado no lejos de ellos en inmensos montículos
llamados terreros, donde permanecerá de manera definitiva. Por su parte, la roca
con valor económico o mena es sometida, según sus características mineralógicas,
a procesos de beneficio. La composición de la mena se clasifica en mena de
sulfuros y mena de óxidos. Las proporciones del yacimiento compuestas por óxidos
y sulfuros son de 15% y 85% respectivamente. La mena de sulfuros contiene valores
de oro, plata, plomo y zinc, mientras que la de óxidos sólo contiene oro y plata, con
leyes significativamente menores respecto de la mena de sulfuros (Bryson et al.,
2009). Estas diferencias hacen que los procesos de beneficios sean específicos.
Las menas de óxidos se benefician por el método de cianuración o lixiviación en
montones –heap leaching-. Para ello se destina un terreno ligeramente inclinado
denominado “patio de lixiviación” con un área cercana a 1 km2, sobre el cual se
colocan capas de mena fracturada de unos 10 metros de espesor. La mena se rocía
con una solución de agua y cianuro de sodio que en su trayecto a través de los
poros de la roca disuelve o lixivia el oro y la plata. La solución cargada de metales
llega al fondo impermeable y desliza por gravedad hacia una pileta (Dorey, Van Zyl
y Kiel, 1998). La solución cargada de oro y plata es bombeada de la pileta a una
planta de beneficio con el fin de recuperar los metales por medio de un proceso
denominado Merril-Crowe. Aquí la solución cargada se hace reaccionar con polvo
de zinc, de lo que resulta un concentrado sólido. Finalmente, éste se funde para
obtener el producto final: lingotes doré, compuestos por una aleación de oro y plata,
los cuales son comercializados a fundiciones en México o Estados Unidos para ser
refinados (Muhtadi, 1988). El procedimiento se repite con una nueva capa de mena
de óxidos colocada sobre la del procedimiento anterior, lo que da lugar a una
acumulación de material que forma un montículo en constante crecimiento.
En el caso de las menas de sulfuros extraídas en Peñasquito el beneficio se realiza
por el proceso de flotación. La roca mineralizada con sulfuros es acarreada en
camiones de gran capacidad de carga a una trituradora que reduce el tamaño de
los fragmentos a un diámetro no mayor a 16 centímetros. Posteriormente, por medio
130

de una banda transportadora, el material es conducido a la unidad de molienda,


compuesta por una línea de molinos que disminuyen de manera progresiva las
partículas, hasta alcanzar un tamaño de apenas decenas de micras, que mezcladas
con agua forman un lodo llamado pulpa. Ésta se compone principalmente de cuarzo,
carbonato de calcio, sulfuro de zinc y sulfuro de plomo, en el cual están contenidos
el oro y la plata. Al salir de la unidad de molienda, la pulpa es bombeada a los
tanques del circuito de flotación. El beneficio por flotación consiste en aplicar a la
pulpa un conjunto de sustanciasque actúan sobre la superficie de las partículas de
un solo tipo de mate- rial, para que éstas se adhieran a burbujas de aire. Las
burbujas de aire producidas en el fondo de los tanques se elevan hacia la superficie
y forman una espuma cargada con las partículas elegidas. El proceso ocurre en dos
pasos: primero, la flotación del sulfuro de zinc y posteriormente la flotación del
sulfuro de plomo. Así se obtienen los dos productos finales, concentrados
granulados de zinc y de plomo, este último con valores de oro y plata, los cuales
son comercializados a fundiciones. El material sobrante de este proceso es roca
pulverizada y una fracción de minerales metálicos que no fueron se- parados por el
proceso de flotación. Estas partículas, llamadas colas, son conducidas a la presa
de jales para ser contenidas ahí de manera permanente (Gill, 1991)”.
131

ANEXO III

Minería a cielo abierto y sus impactos ambientales

Texto preparado por la Asociación Ecologista Costarricense - Amigos de la Tierra


(AECO-AT) para el Frente Nacional de Oposición a la Minería de Oro a Cielo
Abierto, Costa Rica
http://www.ecoportal.net/Temas-
Especiales/Mineria/Mineria_de_oro_a_cielo_abierto_y_sus_impactos_ambientales

Minería de oro a cielo abierto por lixiviación con cianuro


El creciente interés por la explotación de oro de parte de muy diversas compañías
mineras se origina tanto en los aumentos en los precios del oro (una onza se cotiza
actualmente a un precio cercano a los 395 dólares), que brindan un alto margen de
utilidad, como en la reciente creación de métodos rentables en función de los costos
de producción, para la extracción de oro en yacimientos sumamente pobres, gracias
a la tecnología de extracción de oro por lixiviación con cianuro.
Según la DuPont Corporation (citado por Alberswerth), es económicamente viable
extraer minerales con solamente 0.01 onzas de oro por cada tonelada de mineral.
Esta tecnología ha venido a substituir a la recuperación de oro por amalgamación
con mercurio, proceso ineficiente en términos de recuperación, ya que permite solo
un 60% de recuperación del mineral, en comparación con más de un 97% en caso
de extracción con cianuro. (La amalgamación es el proceso mediante el cual el
mineral se une con la sustancia utilizada, en este caso mercurio, para efectos de
separarlo del resto del material.)
Según el Instituto del Oro (Gold Institute, citado por Young, 1993), la producción de
oro por el proceso de extracciónpor lixiviación con cianuro aumentó de 468,284
onzas en 1979 a 9,4 millones de onzas en 1991. Para alcanzar el nivel de
producción de 1991, se trataron más de 683 millones de toneladas de mineral con
cianuro.
La Tecnología de Extracción de Minerales por Lixiviación con Cianuro (Cyanide
Heap Leach Mining)
Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción por lixiviación con
cianuro (cyanide heap leach mining) en minas a cielo abierto se componen de seis
elementos principales, que son:
* la fuente del mineral (an ore source),
* la plataforma (the pad) y el cúmulo (the heap),
* la solución de cianuro,
* un sistema de aplicación y recolección,
* los embalses de almacenamiento de solución (solution storage ponds),
* una planta para la recuperación de metales.
132

La mayoría de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro
usan la minería a cielo abierto para conseguir el mineral. La minería a cielo abierto
trastorna grandes extensiones de tierra. Sin embargo, varias operaciones también
usan material de desecho previamente extraído. Se trituran las menas (rocas que
contienen el mineral) y se les amontona en un cúmulo que se coloca sobre una
plataforma de lixiviación (leach pad).
Los cúmulos de material triturado varían en su tamaño. Un cúmulo pequeño puede
estar constituido por 6 mil toneladas de mineral, mientras que un cúmulo grande
puede tener hasta 600 mil toneladas, llegando a medir cientos de pies de alto y
cientos de yardas de ancho. Las plataformas de lixiviación pueden variar en tamaño.
Pueden tener aproximadamente entre uno y 50 acres (1 hectárea equivale a 2.471
acres). El tamaño de la plataforma depende de la magnitud de la operación y la
técnica de lixiviación. Generalmente, las plataformas de lixiviación tienen un forro
(liner) de materiales sintéticos y/o naturales que se usan para "tratar" de evitar
filtraciones. A veces, las operaciones utilizan forros dobles o triples. El uso de varios
forros efectivos es económicamente viable y ventajoso para el ambiente, dado que
una plataforma con filtraciones pueden contaminar los recursos hídricos con
cianuro.
Una vez que el mineral triturado es apilado en la plataforma de lixiviación, se le rocía
uniformemente con una solución de cianuro. Un sistema de regaderas dispersa la
solución de cianuro a 0.005 galones por minuto por pie cuadrado (típicamente). Para
un cúmulo pequeño (de 200 por 200 pies), esta velocidad equivale a 200 galones
por minuto. La solución de cianuro contiene entre 0.3 y 5.0 libras de cianuro por
tonelada de agua (entre 0.14 y 2.35 kg de cianuro por tonelada de agua), y tiene
una concentración promedio de 0,05 por ciento (alrededor de 250 miligramos por
litro de cianuro libre). La solución de cianuro lixivia (lava y amalgama) las partículas
microscópicas de oro del mineral mientras se filtra por el cúmulo. Los ciclos de
lixiviación duran desde unos cuantos días hasta unos cuantos meses, dependiendo
del tamaño del cúmulo y de la calidad del mineral. La solución de cianuro que
contiene el oro --llamada la solución "encinta"-- fluye por gravedad a un embalse de
almacenamiento. Desde el embalse de almacenamiento se usan bombas o zanjas
con forros para llevar la solución hacia la planta de recuperación de metales.
Los métodos más usados para la recuperación del oro contenido en la solución
"encinta" de cianuro son la precipitación con zinc (método Merrill - Crowe) y la
absorción con carbón. En el proceso de precipitación con zinc, se agrega zinc en
polvo y sales de plomo a la solución "encinta". El oro se precipita (se separa) de la
solución mientras el zinc en polvo se combina con el cianuro. Luego se funde el
precipitado para recuperar el oro. Los productos finales de este proceso son el oro
en barras (gold ore bullion) y una solución de cianuro "estéril" (sin oro) (barren
solution), la cual se transfiere con bombas a un embalse de almacenamiento.
También se origina material de desecho (slag material) que consiste en impurezas,
incluyendo metales pesados. Normalmente se descargan estas escorias en un
cúmulo de material de desecho.
La alternativa preferida por la mayoría de las operaciones es la absorción con
carbón, sobre todo en las operaciones más pequeñas y en aquellas en las que las
133

cantidades de plata que viene asociada con el oro en la solución "encinta" son
menores. En este proceso, la solución encinta es impulsada por bombas a través
de columnas de carbón activado. El oro y la plata de la solución se adhieren al
carbón, y la solución "estéril", que todavía contiene cianuro, se lleva a un embalse
de almacenamiento. El oro y la plata son separados del carbón por un tratamiento
con soda cáustica caliente. Después, la solución pasa por una célula que contiene
un ánodo de acero inoxidable y un cátodo para chapar el metal. El carbón gastado
Se reactiva en un horno para poder reutilizarlo.
En las operaciones de extracción por lixiviación se utilizan los embalses de
almacenamiento para almacenar la solución de cianuro que luego se rociará sobre
el cúmulo, sobre la solución "encinta" lixiviada del cúmulo y sobre la solución "estéril"
que resultan del procesamiento del oro. Por razones ambientales y económicas,
todos los embalses de almacenamiento tienen forros para evitar escapes de la
solución de cianuro.
Las operaciones de extracción por lixiviación con cianuro pueden usar un sistema
"cerrado" o "abierto" para el manejo de la solución de cianuro. En un sistema
"abierto", se trata o se diluye la solución "estéril" que queda después de recuperar
el oro, para cumplir con las normas aplicables de calidad de agua para
concentraciones de cianuro y luego se descarga al ambiente. En un sistema
"cerrado" se reutiliza o se recicla la solución de "estéril" para minimizar la necesidad
de más cianuro, y para cumplir con las normas ambientales que pueden ser
aplicables en el sitio minero. Varias operaciones grandes en tierras federales (de
Estados Unidos) están valiéndose del sistema "cerrado".
Impactos ambientales de la extracción de oro por lixiviación con cianuro
Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción con cianuro llevan
implícitos altos impactos ambientales, que en muchos casos pueden ser
catalogados de desastre ambiental.
Acerca de la documentación relativa al tema
El considerable y muchas veces hasta dramático impacto ambiental y social de este
tipo de minería está ampliamente documentado. Entre otros, se recomienda
consultar a los siguientes autores: Alberswerth et al (op.cit.); AMIGRANSA (op.cit.);
Bliss & Olson (op.cit.); Bravo (1994); Danuron Dickson (op.cit.); Emberson-Bain
(op.cit.); Hartley (1995); Hocker (1989); Knudson (1990); Mineral Policy Center
(1988); Mineral Policy Institute (op.cit.); Moody (op.cit.); Panos Institute (1996),
Reece (1995); Sartorio de Ponte (op.cit.); U.S. Department of Labor (1981,), Young
(1993).
Para el caso de Costa Rica, la única mina que ha operado con técnicas de cielo
abierto ha sido la mina Macacona, por lo cual representa el único caso del que se
pueden documentar impactos ambientales y sociales. Sobre este caso, se
recomienda consultar los siguientes documentos: ICEA (1989) y Umaña (1990).
Sobre el uso de cianuro en la minería que utiliza la extracción por lixiviación
Dada la alta toxicidad y reactividad natural del cianuro, la contención de esta
sustancia es una de las preocupaciones primordiales de las minas en las que se
134

utiliza la extracción por lixiviación. Se han documentado los efectos perjudiciales del
cianuro en los peces, la vida silvestre y los humanos.
a. Toxicidad del cianuro
Para las plantas y los animales, el cianuro es extremadamente tóxico. Derrames de
cianuro pueden matar la vegetación e impactar la fotosíntesis y las capacidades
reproductivas de las plantas. En cuanto a los animales, el cianuro puede ser
absorbido a través de la piel, ingerido o aspirado. Concentraciones en el aire de 200
partes por millón (ppm) de cianuro de hidrógeno son letales para los animales,
mientras que concentraciones tan bajas como 0.1 miligramos por litro (mg/l) son
letales para especies acuáticas sensibles. Concentraciones subletales también
afectan los sistemas reproductivos, tanto de los animales como de las plantas.
Las dosis letales para humanos son, en caso de que sean ingeridas, de 1 a 3 mg/kg
del peso corporal, en caso de ser asimilados, de 100-300 mg/kg, y de 100-300 ppm
si son aspirados. Esto significa que una porción de cianuro más pequeña que un
grano de arroz sería suficiente para matar a un adulto. La exposición a largo plazo
a una dosis subletal podría ocasionar dolores de cabeza, pérdida del apetito,
debilidad, náuseas, vértigo e irritación de los ojos y del sistema respiratorio. Hay
que tener mucho cuidado al manejar el cianuro, para efectos de prevenir el contacto
dañino de parte de los trabajadores. Sin embargo, según la industria, no hay ningún
caso de fatalidades humanas en las minas que usan las técnicas de lixiviación con
cianuro.
Ante este hecho, utilizado frecuentemente como un argumento por las compañías
mineras, Philip Hocker (op.cit.) señala: "limitar nuestra preocupación por el cianuro
al hecho de que no hayan sido reportadas muertes humanas es caer en lo que los
bioquímicos llaman en la teoría de toxicología "los muertos en las calles": la actitud
según la cual, si no se ven cadáveres, todo está en orden. A pesar de la ausencia
de cadáveres humanos, hay evidencia de que no todo está en orden".
Los trabajadores mineros suelen tener contacto con el cianuro, sobre todo durante
la preparación de la solución de cianuro y la recuperación del oro de la solución.
Para los trabajadores mineros, los riesgos son el polvo de cianuro, los vapores de
cianuro (HCN) en el aire provenientes de la solución de cianuro y el contacto de la
solución de cianuro con la piel.
Acerca del impacto sobre la vida silvestre y las aguas
Aunque son rentables para las compañías mineras, las minas que utilizan la
extracción por lixiviación con cianuro son bombas de tiempo para el medio
ambiente, tal y como lo indica el amplio estudio de la National Wildlife Federation de
los Estados Unidos (Alberswerth et al, 1992), del cual citamos a continuación las
principales preocupaciones:
* A la vez que se extraen millones de toneladas de mineral de minas a cielo abierto
y se les trata con millones de galones de solución de cianuro, las operaciones que
utilizan la extracción por lixiviación con cianuro trastornan los hábitats de la vida
silvestre y las cuencas hidrográficas, y pueden redundar en una multitud de riesgos
135

para la salud y el ambiente. Estos impactos pueden manifestarse durante varias


fases de la operación.
* Los estanques de cianuro seducen a la vida silvestre. Ha sido registrada
frecuentemente la muerte de animales silvestres, en especial aves, atraídos por el
señuelo de los espejos de agua de esos estanques. La extensión generalizada de
la mortalidad de animales silvestres en las instalaciones que utilizan dicho proceso
ha provocado la preocupación del Servicio de Vida Silvestre y Pesquerías de los
Estados Unidos, a pesar de que existen técnicas para evitar la muerte de animales
silvestres, por ejemplo cercas y redes que cubren las plataformas de lixiviación y los
embalses de almacenamiento, para impedir que las aves y los mamíferos entren en
contacto con la solución venenosa.
* Después de la lixiviación, el cúmulo de mineral ya procesado contiene todavía
vestigios de la altamente tóxica solución de cianuro, así como de metales pesados
concentrados que han sido precipitados del mineral. Muchas operaciones optan por
tratar los desechos contaminados con cianuro enjuagando con agua fresca el
cúmulo hasta que la concentración de cianuro baje a un nivel inferior al máximo
permitido (este nivel varía entre los estados y países). Una vez que la concentración
de cianuro baja al nivel permitido, normalmente se deja en el lugar el material ya
procesado, se compacta y puede que se haga o no se haga el esfuerzo de
reconstruir ecológicamente el sitio.
* Si no se enjuaga totalmente el mineral usado y la roca de desecho, o si se le deja
sin tratar, el cianuro puede seguir filtrándose al medio ambiente. Tanto el cianuro
como los metales pesados liberados por él (entre ellos se encuentran arsénico,
antimonio, cadmio, cromo, plomo, níquel, selenio, talio) y otras sustancias tóxicas
que se encuentran en el cúmulo y los lixiviados (por ejemplo sulfuros), son una
amenaza para las quebradas, ríos o lagos, para las fuentes subterráneas de agua
y para los peces, la vida silvestre y a las plantas (citado también por Hartley,1995).
Otros autores llaman la atención sobre lo siguiente:
* Las soluciones de cianuro utilizadas en la minería pueden filtrarse a las aguas
subterráneas (freáticas) (Engelhardt, 1989, citado por Hocker, 1989; Hilliard, 1994).
* Los problemas a largo plazo derivados de la lixiviación de metales pesados de los
cúmulos de desechos de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación
con cianuro probablemente exceden el impacto directo del cianuro en sí (Hocker,
1989).
Aún en los Estados Unidos, las actuales regulaciones federales y estatales no
abordan de manera adecuada los impactos de la minería que utiliza la extracción
por lixiviación con cianuro. A pesar del gran aumento en el número de actividades
mineras de extracción de oro y de los impactos conocidos de estas actividades, los
organismos reguladores a nivel federal y estatal no se han apresurado a abordar
estos problemas.
Acerca de los accidentes propios de la minería de oro a cielo abierto por lixiviación
con cianuro
Sobre los escapes de cianuro al medio ambiente
136

El cianuro utilizado en el proceso de extracción por lixiviación puede ocasionar -- y


ocasiona-- daños ambientales. Las dos clases más comunes de escapes de cianuro
al medio ambiente en operaciones de extracción por lixiviación resultan de:
a. Forros (geomembranas colocados debajo de los cúmulos y los estanques) que
permiten filtraciones debido a un diseño inadecuado, a defectos de manufactura, a
inadecuada instalación y/o a daños (agujeros) producidos durante el proceso de
operación.
En su excelente reseña sobre los forros (geomembranas) utilizadas por la minería
de oro, Reece (op.cit.) afirma: "Todos los forros tienen escapes. Esa es la cosa más
importante a comprender acerca de las geomembranas usadas en la minería que
utiliza la extracción por lixiviación con cianuro. La única diferencia entre ellas es que
algunas han tenido filtraciones y otras las tendrán" (en cursiva en el original).
b. Soluciones que se desbordan de los embalses de almacenamiento. Estos
escapes causan daños a las plantas y a los animales que tienen contacto con
concentraciones letales de la solución de cianuro, y representan una amenaza a
largo plazo para las aguas subterráneas (freáticas).
Generalmente, los embalses de almacenamiento son diseñados para resistir
grandes tormentas y crecidas. Sin embargo, no siempre impiden los
desbordamientos. Los metales pesados y el agua contaminada con cianuro que
escapan de un embalse de almacenamiento ocasionan mayores daños cuando
fluyen directamente a cursos naturales de agua. La solución que escapa puede ser
suficiente para matar peces y otras formas de vida acuática, o para contaminar
recursos de agua potable.
137

ANEXO IV

Resolución del Parlamento Europeo, de 5 de mayo de 2010, sobre la


prohibición general del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro
en la Unión Europea
Fuente: Parlamento Europeo:
http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P7-
TA-2010-0145+0+DOC+XML+V0//ES

El Parlamento Europeo,

– Visto el artículo 191 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea,

– Visto el principio de precaución establecido en la Declaración de Río sobre el


Medio Ambiente y el Desarrollo, así como en el Convenio sobre la Diversidad
Biológica, adoptado en junio de 1992 en Río de Janeiro,

– Vistos los objetivos medioambientales de la Directiva 2000/60/CE del


Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000, por la que se
establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas
(«Directiva marco de la política de aguas»),

– Vista la Directiva 2006/21/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de


marzo de 2006, sobre la gestión de los residuos de industrias extractivas, por la
que se permite la utilización de cianuro en la minería estableciendo al mismo
tiempo unos niveles máximos permisibles de cianuro,

– Vista la Directiva 2003/105/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16


de diciembre de 2003, por la que se modifica la Directiva 96/82/CE (Seveso II) del
Consejo relativa al control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en
los que intervengan sustancias peligrosas, en la que se afirma que «algunas
actividades de almacenamiento y tratamiento de la minería [...] pueden tener
consecuencias muy graves»,

– Vista la Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de


abril de 2004, sobre responsabilidad medioambiental, conforme a la cual los
Estados miembros podrán eximir al operador de correr con los gastos derivados
de daños medioambientales si se demuestran determinadas circunstancias,

– Visto el Programa de 18 meses de las Presidencias española, belga y húngara


y sus prioridades en materia de política del agua y biodiversidad,

– Vistas las medidas adoptadas por la República Checa sobre la prohibición


general del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro, con la modificación
138

de la Ley de minas nº 44/1988 de 2000, y la modificación de la Ley húngara de


minas nº 48/1993 de 2009, por la que se introduce una prohibición del uso de
tecnologías mineras a base de cianuro en el territorio húngaro, así como el decreto
alemán promulgado en 2002 por el que se prohíbe la lixiviación con cianuro en la
minería,

– Visto el artículo 115, apartado 5, de su Reglamento,

A. Considerando que las Naciones Unidas han declarado 2010 Año Internacional
de la Biodiversidad, y han invitado a todo el mundo a participar en la salvaguardia
de la diversidad de la vida en la Tierra,

B. Considerando que el cianuro es una sustancia química altamente tóxica


utilizada en la minería del oro y que, en el Anexo VIII de la Directiva marco sobre
política de aguas, está clasificado como uno de los principales contaminantes y
puede tener un impacto catastrófico e irreversible en la salud humana y el medio
ambiente y, por ende, en la diversidad biológica,

C. Considerando que, en la Posición Común de los Ministros de Medio Ambiente


de la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia sobre minería sostenible,
emitida en la 14ª reunión de los Ministros de Medio Ambiente del Grupo de
Visegrado celebrada el 25 de mayo de 2007 en Praga (República Checa), estos
manifestaban su preocupación por las tecnologías peligrosas utilizadas y
previstas para las actividades mineras en diversas zonas de la región que
entrañan riesgos medioambientales considerables con posibles consecuencias
transfronterizas,

D. Considerando que, en el marco del Convenio de Sofía sobre la cooperación


para la protección y el uso sostenible del Danubio, las Partes acordaron que,
además de las sustancias peligrosas prioritarias en virtud de la Directiva marco
sobre política de aguas, el cianuro se clasifique como una sustancia peligrosa
importante,

E. Considerando que en los últimos 25 años se han registrado más de 30


accidentes importantes relacionados con el vertido de cianuro, en particular hace
10 años, cuando se vertieron más de 100 000 metros cúbicos de agua
contaminada con cianuro desde el embalse de una mina de oro al sistema fluvial
Tisza-Danubio, lo que causó el mayor desastre ecológico de esa época en la
Europa Central, y que no existe ninguna garantía real de que no se vuelva a
producir un accidente semejante, especialmente teniendo en cuenta el incremento
de las condiciones metereológicas extremas, por ejemplo, fuertes y frecuentes
precipitaciones, como se prevé en el Cuarto Informe de Evaluación del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático,

F. Considerando que en varios Estados miembros de la UE siguen planeándose


nuevos proyectos de grandes minas de oro a cielo abierto con tecnologías a base
139

de cianuro y en zonas densamente pobladas, generándose así nuevas amenazas


potenciales para la salud humana y el medio ambiente,

G. Considerando que, de conformidad con la Directiva marco sobre política de


aguas, los Estados miembros están obligados a alcanzar y mantener el buen
estado de los recursos hídricos, así como a prevenir su contaminación por
sustancias peligrosas; considerando, sin embargo, que el buen estado de las
aguas también podría depender de la calidad del agua de la correspondiente
cuenca del río situada en países vecinos que utilizan tecnologías mineras a base
de cianuro,

H. Considerando que los efectos transfronterizos de los accidentes con cianuro,


en particular con respecto a la contaminación de grandes cuencas fluviales y de
aguas subterráneas, y subrayando la necesidad de adoptar un enfoque a escala
de la UE respecto de la grave amenaza medioambiental que supone el uso de
cianuro en la minería,

I. Considerando que sigue sin disponerse de reglas prudenciales y de garantías


financieras adecuadas, y que la aplicación de la legislación vigente en relación
con el uso de cianuro en la minería también depende de las competencias de los
poderes ejecutivos de cada Estado miembro, por lo que la posibilidad de que
ocurra un accidente es solo cuestión de tiempo y de negligencia humana,

J. Considerando que en algunos Estados miembros todavía no se ha aplicado


plenamente la Directiva sobre residuos de la minería,

K. Considerando que el uso de cianuro en minería crea poco empleo y solo por
un periodo de entre ocho y dieciséis años, pero puede provocar enormes daños
ecológicos transfronterizos que, por lo general, no son reparados por las
empresas explotadoras responsables, que suelen desaparecer o declararse en
quiebra, sino por el Estado correspondiente, es decir, por los contribuyentes,

L. Considerando que las empresas explotadoras no cuentan con seguros a largo


plazo que cubran los costes en caso de accidente o funcionamiento defectuoso
en el futuro,

M. Considerando que es necesario extraer una tonelada de menas de baja


calidad para producir dos gramos de oro, lo que genera una enorme cantidad de
residuos mineros en las zonas de extracción, mientras que entre un 25 y un 50 %
del oro se queda finalmente en la pila de residuos; considerando, además, que los
proyectos mineros de gran escala que emplean cianuro utilizan varios millones de
kilogramos de cianuro de sodio al año, y que un fallo en su transporte y
almacenamiento puede tener consecuencias catastróficas,
140

N. Considerando que existen alternativas al uso del cianuro en la minería que


podrían sustituir a las tecnologías a base de cianuro,

O. Considerando las enérgicas protestas públicas contra los proyectos mineros


en curso que utilizan cianuro dentro de Europa, en las que han participado no solo
ciudadanos a título individual, comunidades locales y ONG, sino también
organizaciones estatales, gobiernos y políticos,

1. Considera que el cumplimiento de los objetivos de la UE, establecidos en la


Directiva marco sobre la política de aguas, esto es, conseguir un buen estado
químico de las aguas y proteger los recursos hídricos y la diversidad biológica,
sólo puede lograrse mediante una prohibición general del uso de las tecnologías
mineras a base de cianuro;

2. Pide a la Comisión que proponga la prohibición completa del uso de las


tecnologías mineras a base de cianuro en la Unión Europea antes de finales de
2011, puesto que es la única forma segura de proteger nuestros recursos hídricos
y ecosistemas de la contaminación por cianuro procedente de las actividades
mineras, y que, al mismo tiempo, proceda a una evaluación de impacto ordinaria;

3. Toma nota de las iniciativas pertinentes adoptadas dentro de la UE y del


sistema de Naciones Unidas, y anima encarecidamente al desarrollo y la
aplicación de alternativas mineras más seguras, en particular alternativas mineras
sin cianuro;

4. Pide a la Comisión y a los Estados miembros que no presten apoyo, de forma


directa o indirecta, a ningún proyecto minero en la UE en que se empleen
tecnologías mineras a base de cianuro, hasta que sea aplicable la prohibición
general, ni respalden proyectos de esas características en terceros países;

5. Pide a la Comisión que promueva la reconversión industrial de las zonas donde


se haya prohibido la minería basada en el uso de cianuro, facilitando un apoyo
financiero adecuado a las industrias alternativas ecológicas, las energías
renovables y el turismo;

6. Pide a la Comisión que proponga una modificación de la legislación vigente


sobre la gestión de los residuos de las industrias extractivas, con objeto de exigir
que todas las empresas explotadoras estén obligadas a disponer de un seguro
para las indemnizaciones por daños y para cubrir todos los gastos de las medidas
de reparación destinadas a restaurar el estado ecológico y químico original en
caso de accidente o funcionamiento defectuoso;

7. Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la


Comisión y a los Parlamentos y los Gobiernos de los Estados miembros.

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