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PROPUESTA ORTOGRÁFICA
ISMAEL CARMONA GARCÍA
INTRODUCCIÓN
En las siguientes líneas voy a dar de forma resumida mis propuestas. Para ello, en los casos
que sea preciso, haré una introducción lingüística para entender el porqué de una u otra grafía. A
continuación está la propuesta y los argumentos lingüísticos correspondientes.
Antes de iniciar la propuesta en sí, hay que partir de ciertos principios generales para
tenerlos en cuenta antes de poner en juicio las opciones dadas:
1. Los extremeños han sido alfabetizados en castellano, por lo que cualquier cosa que se
salga del sistema aprendido, ocasiona extrañeza y poca familiaridad e, incluso, repulsa.
2. El extremeño tiene una serie de características que lo emparenta lingüísticamente más
con unas lenguas que con otras. Aprendiendo de las grafías de las lenguas con que más
fenómenos comparte se consigue una mayor integración ortográfica.
3. La introducción de elementos ajenos al contexto romance contribuiría al pensamiento
de que estamos inventando.
4. Hay que buscar el equilibrio entre la pronunciación más depurada y el sistema de
escribirlo, sin pecar de excesivamente fonéticos pero tampoco de etimológicos.
Entiendo como pronunciación depurada aquella que ha conservado mejor los rasgos
extremeños dentro de la variedad dialectal1.
5. Un sistema ortográfico estéticamente atractivo y con sencillez normativa favorece su
aprendizaje.
6. Únicamente debería reflejarse un hecho de forma ortográfica cuando afecte a la
morfología de la palabra, siendo significativos aquellos cambios que supongan un
cambio entendido como reducción, expansión o transformación2.
1
Para optar por un estándar hay que tener las bases fonéticas. La propuesta aquí dada está basada en la
pronunciación tipo del área de Coria y vegas del Tajo.
2
Reducción es pérdida de elementos (cansadu > cansau), expansión es la introducción de elementos
(Calistu > Calistru) y transformación señala el hecho de cambios cualitativos (clavu > cravu),
cuantitativos (jugal → juegal) o de posición (cabestru > cabrestu, catastru > catrastu).
PROPUESTA ORTOGRÁFICA Ismael Carmona García
I
DE LA REPRESENTACIÓN DE LAS MEDIEVALES
1. Fonología: /θ/, /ð/, /b/, /β/, /s/, /z/.
2. Propuesta ortográfica
/θ/: ce, i ~ ça, o, u, r, v. gr.: céntimu, cien, çapatu, çocotreal, Caçris.
/ð/: z, v. gr.: zancaburra, hazel, cozina, zorru, zumbeal.
/s/: s ~ ss, v. gr.: soncu, insussu, massal.
/z/: s, v. gr.: casa, misa.
/b/: b, v. gr.: cabeça, barrancu, brancu.
/β/: v, v. gr.: vivil, cavucheal.
3. Argumentación.
a) /θ/ con c ~ ç.
1. El leonés empleaba las grafías c y ç para la representación del sonido [ts] del
cual deriva nuestro [θ]: conçejo, Çibrian, esperançia, resencio, Aceñuelas.
2. Esta misma grafía era la vigente en las lenguas circundantes —castellano,
portugués— en el momento en que el leonés fue traído a Extremadura. Puesto
que el fenómeno fonético persiste, aunque con otros sonidos, conviene
conservar la grafía, v. gr.: praça: ant. leonés [ˈpɾatsa], extr. [pɾaθa].
3. Hay lenguas romances actuales cuya evolución fue similar y emplean en su
representación gráfica c y ç: port. caça, çapato, cerca, pronúncia; fr. garçon,
commercial, français; cat. confederació, març, traça, cert; occid. plaça,
espècia, auançar.
4. Permite representar con fidelidad el sistema sordo/sonoro conservado en
extremeño: c~ç/z: cueçu/cuezu “cuezo, artesa/cuezo de cozel”.
5. Con ç queda reflejado el cambio de /s/ > /θ/ producido a inicio de palabras
procedente de s- inicial latina y árabe: çugu < lat. sucum; çachu < lat.
sarculum; çocotreal < lat. succutere; açandia < ár. as-sandiya; çaga < ár. sáqa;
çalea < ár. salíja.
b) /ð/ con z.
1. El leonés empleaba la grafía z para representar el sonido sonoro [dz],
procedente de la grafía latina Z y esta a su vez del griego Z, en cuyas lenguas
también representan un sonido sonoro similar [zd] [z], v. gr.: enimizidade,
hizier, rezonar.
2. Esta misma grafía era la empleada por las lenguas circundantes —portugués,
castellano— en el momento en que trajeron el leonés a Extremadura. Puesto
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3
En griego moderno el dígrafo μπ actúa como /b/ oclusiva en posición interna de palabra y a comienzo.
Para saber cuándo se pronuncia [mb] o [b] hay que aprenderse la palabra: μπαμπάς [babás].
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sonido oclusivo sordo, sin necesidad de duplicidades ni añadidos. V. gr.: caþeça, caþra,
possiþli, tuþu. El problema de incorporar una grafía ajena al sistema romance es que la
extrañeza es aún mayor para el hablante y el estudiante de extremeño. Tiene eficacia
ortográfica, pero goza de poca aceptación. Además, genera también problemas en la
redacción informatizada, pues es un símbolo ajeno a nuestro teclado y habría que
emplear la opción de símbolo.
3. Con un diacrítico. Son pocos los diacríticos que el extremeño emplea, únicamente los
acentos (´ ¨ ) y la vírgula ~ para la ñ. En ese sentido consideramos diversos diacríticos:
b·: cab·eça, cab·ra, possib·li, tub·u.
·b: ca·beça, ca·bra, possi·bli, tu·bu.
p: capeça, capra, possipli, tupu.
: ca eça, ca ra, possi li, tu u.
: ca eça ca ra possi li tu u.
’: ca ’eça ca ’ra possi ’li tu ’u.
‘b: ca‘beça, ca‘bra, possi‘bli, tu‘bu.
El problema de los diacríticos es que crea extrañeza, resultan poco estéticos (cab·ra ~ ca ’ra
divide la palabra) y crea en ocasiones dificultades informáticas por lo que hay que recurrir a
alternativas (ca ra ca ra capra > campra/canpra), puesto que hay que preparar los teclados
o insertar símbolos.
Desde mi punto de vista, la solución más viable es el empleo de un dígrafo y dentro de los
menos llamativos bb: cabbeça, possibbli. Entre los diacríticos, los más plausibles son ·b o ‘ en
interior de palabra ya que, de cierta manera, recuerda a la pronunciación fuerte de inicio de
palabra al quedar separada de la sílaba anterior: ca·bra, ca·beça, aca·bal, ca‘bra, ca‘beça,
aca‘bal. Además se impide la ruptura del grupo br, bl al estar el diacrítico delante de la b.
En el caso de no contar con representación escrita, aunque el sistema b/v no es 100% eficaz,
resulta tolerante con la etimología, por lo que simplemente hay que aprenderse qué palabras
llevan b fuerte (oclusiva) y cuáles b débil (fricativa).
II
DEL FONEMA /H/
El fonema h procede de muchos sonidos antiguos que han convergido en una simple
aspiración4, con más menos sonoridad o velaridad, de forma general en todo el dominio
asturleonés extremeño.
4
No se confunda con la aspiración de s o θ u otros sonidos, por ser variantes alofónicas de sus respectivos
fonemas. La aspiración de s en la palabra pastu no supone un fonema diferente de /s/, sino una variante
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del fonema fricativo alveolar sordo que en ese contexto adquiere la pronunciación de [ h]. De este caso se
hablará en el siguiente punto.
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III
ALÓFONO [h] DE [s], [θ] Y [ð]
Éste es uno de los puntos delicados ya que las tendencias son bastante claras: o seguir la
etimología o seguir la fonética. En ortografías fonéticas como las de PABLO GONZÁLVEZ, este
alófono es representado siempre como h: huhticia, ehcribil. En cambio, tradicionalmente, este
alófono o bien ha conservado la grafía s o z o bien se ha transcrito como s. Lo cierto es que los
estudios que he llevado a cabo de un tiempo a esta parte y el testimonio escrito de varios
dialectólogos (KRÜGER, MONTERO CURIEL, IGLESIAS OVEJERO) demuestra que no siempre se
aspira la s o la z en posición implosiva. En muchos lugares de la provincia de Cáceres se
pronuncia [s] implosiva ante pausa. Asimismo se conserva en Villamiel y en el habla de El
Rebollar, así como en la fala. En ambas provincias se conoce la liaison, por lo que generalizar
una h cuando la pronunciación, dependiendo del contexto es s o aspiración, sería un error.
Téngase presente el siguiente cuadro:
Grado de aspiración
Posición
Extremadura El Rebollal
Interior ante consonante generalizada ocasional
5
Vid. infra X en las resoluciones para la h muda.
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Las aspiraciones a final de palabra seguido de vocal, en la mayoría de los casos son fruto del proceso
normal de desfonologización de [s] ocurrido también en interior de palabra entre vocales: [s] > [z] > [h].
V. gr.: los amigus [lo saˈmiɣʊh] > [lo zaˈmiɣʊh] > [lo haˈmiɣʊh]. La aspiración de [z] es la solución más
generalizada en los hablantes más jóvenes en Extremadura y Salamanca.
7
El hablante recurre a [s] en esta posición en pronunciaciones enfáticas, además de las ya señaladas en
que se conserva de forma natural.
8
En unos lugares la sonoridad es más acuciada que en otros. Mientras que hay lugares donde se produce
rotacismo (Villamiel), otros, en los que se ha perdido el alófono sonoro, se pronuncia como una ese
normal. V. gr.: las ojas [la ˈɾoɦɑh] [la ˈsoɦɑh]. Otro testimonio de la pérdida absoluta de aspiración está en
las palabras llanas que en origen acababan en -s, cuyo plural se ha recompuesto a partir de las modernas
pronunciaciones del singular: el lapi/los lapis, el apendi/los apendis, el cali/los calis. Esta última palabra
llevó una evolución particular en las variantes más conservadoras del extremeño: el cáliu.
9
Uno de los alófonos de /s/ al final de palabra es la ausencia de aspiración en las palabras con plural en -
cis o -zis, fenómeno registrado en multitud de pueblos (área de Coria, Vegas Bajas) e incluso en la fala.
10
La s no es que desaparezca, lo que sucede es que las vibraciones del aire confluyen en el sonido fuerte,
que es el de la fricativa explosiva, por lo que la s, en debilidad en ese contexto, cede sus vibraciones a la
siguiente consonante.
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posiciones implosivas, tales como los líquidos, los silbantes o las aspiraciones y todos
ellos son alófonos procedentes de los fonemas /R/, /N/ y /S/.
A pesar de que la tendencia generalizada hoy en día, por influjo de las hablas meridionales,
es a aspirar la s, no debemos olvidar que el lenicismo aplicado a la s implosiva es un fenómeno
relativamente nuevo: hasta hace poco hubo de no ser aspirada en muchos contextos, como lo
testimonian todos los hechos anteriores. Puesto que resulta farragoso plagar el texto de h cuando
lo cierto es que no siempre se aspiran, sugiero escribir s en posición interna y a final de palabra:
escrevil, castillu, vos, felís, aprendís.
IV
DE LOS CIERRES VOCÁLICOS ÁTONOS
Aspecto difícilmente ignorado por cualquier sistema ortográfico empleado en extremeño,
puesto que es uno de los rasgos fonéticos que afectan a la morfología de las palabras, heredado
del asturleonés, diferencial del castellano, pero común al asturiano, leonés, portugués y siciliano
contemporáneos. Antes de abordar el tema ortográfico, convendría hacer las siguientes
observaciones:
1. Los cierres de vocales átonas afectan a e, o y a de forma tendenciosa, pero no
sistemática.
2. Sincrónicamente es uno de los aspectos en que más diferencia dialectal hay, pues hay
zonas que actualmente no cierra pero que hace poco lo hizo, otras donde es habitual y
otras donde ni siquiera permanece en el recuerdo de los más mayores.
3. No hay que confundir la funcionalidad de este fenómeno en los niveles fonéticos y
morfológicos al menos que, en efecto, confluyan. En este aspecto, hago la distinción de
dos tipos de cierres:
a) Cierres morfológicos. Aquellos cierres que afectan a la morfología de las palabras.
V. gr.: puenti, cuentu, hechu.
b) Cierres contextuales. Están vinculados al contexto fonético, en la frase o dentro de
la palabra. Los principales son:
— Cierres postónicos. Los dados fonéticamente tras un acento principal:
[eˈʧanduli], [ˈnumiɾu], [ˈsemula].
— Cierres pretónicos. Los dados fonéticamente ante un acento principal: [mi
ˈβini], [li ˈkitan], [ʎamaɾeˈtɑː].
— Cierres por influjo de yod y wau. Los dados en contextos en que el sonido
palatal y velar tienen una especial relevancia y son capaces de modificar
sonidos medios o abiertos anteriores. Es de los cierres más comunes y de
mayor problema a la hora de representarlos. V. gr.: [ɪ ˈkwɛhtha],
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Se han documentado en el habla cierres de este tipo en toda el área occidental de la Extremadura
leonesa, incluyendo norte de Salamanca (El Rebollal) hasta Burguillos del Cerro, incluyendo las áreas de
la Sierra de Gata, Vegas de Coria, Vegas del Tajo, Sierra de San Pedro y Vegas Bajas. Documentos
escritos exponen cierres incluso en Jerez de los Caballeros (JOSÉ RAMÍREZ LÓPEZ-URÍA, El jato del
agüelo, El Disanto), aunque posiblemente se traten de lexicalizaciones etimológicas (esti, tuvi). También
hay cierres en comarcas orientales, merced a posibles repoblaciones leonesas, como en Madroñera,
Zorita, Serradilla, etc.
12
Las palabras en la modalidad enunciativa es la empleada de forma natural en el discurso, mientras que
en las impresivas se encuentran usos exclamativos, vocativos, enfáticos, etc.
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En otras palabras, el diptongo ejerce mayor poder de cambio en las vocales anteriores por su carácter
fuerte, al ser un sonido largo y tónico.
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V
ACENTUACIÓN
La acentuación en una lengua como el extremeño ha de ser únicamente orientativa y no hay
que dejarse arrastrar por otros sistemas ortográficos circundantes que pudieran sobrecargar el
texto de acentos superfluos. Un uso armónico entre acentuación y función distintiva facilitará el
aprendizaje del extremeño. Las normas que guía el sistema de acentuación que propongo son
muy simples.
1. Lleva acento agudo (´) aquella vocal tónica sucedida de un tiempo y medio o dos
tiempos14. De este modo se acentúan las palabras:
a) Llanas cuya última sílaba sea una vocal larga o un diptongo. V. gr.: antíguu, espécii,
féria, cámbiu.
b) Esdrújulas. V. gr.: númeru, téntigu, guáchara.
Teniendo presente la posición de la tonicidad en extremeño de acuerdo a las cantidades que
le suceden, se consigue un sistema cabal, preciso y lo suficientemente orientativo como para
aprender a leer sin dificultad las palabras.
2. Lleva acento agudo (´) aquella vocal tónica en final de sílaba distinta de e y o.
a) Agudas terminadas en a, i y u libres o seguidas de n o s. V. gr. magallán, maná,
holgacián, jabalín, viví, sentí, nengún, menú.
Las palabras agudas únicamente cabe acentuarlas cuando haya riesgo de confusión, lo cual
sólo ocurre cuando estas acaban en a, i o u. No es necesario acentuar diptongos finales, puesto
que por sistema son agudos, al menos que estén representados de otra forma. Una palabra como
siguiu sólo cabe leerla como [siˈɣiw], pues de ser de otra manera estaría escrito *síguiu o siguiú.
V. gr.: canteu, avion, cancion, plau, avau. Tampoco es necesario acentuar las o y las e finales
puesto que de otra manera hubieran sido u e i15. Una palabra como pico solo cabe leerse [piˈko],
puesto que de otra forma hubiera sido picu. V. gr.: escrivio, salio, cante, cuplen, picon.
3. Lleva acento circunflejo (^) aquella vocal tónica fruto de una contracción. De este modo
se acentúan:
a) Los monosílabos tónicos frutos de una contracción. V. gr.: mô, tô, sê, fê, vê, rô, ñû.
b) Los participios femeninos de la primera conjugación. V. gr.: cantâ, bailâ, cansâ,
hincâ.
14
Entiéndase tiempo o mora por sílaba breve, i. e., la compuesta por un núcleo vocálico simple. Un
tiempo y medio equivaldría a una sílaba compuesta por vocal larga o diptongo. Dos tiempos sería una
consecución de dos sílabas.
15
No hay confusión en este caso con las formas impresivas de las palabras, puesto que las exclamaciones
y la entonación en su lectura son más que suficientes: tiu/tio!
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VI
PRONOMBRES ÁTONOS
Nuevamente hay que partir de la pronunciación de estos pronombres que componen el
repertorio de formas átonas personales me, te, se, le, mos ~ nos, vos, sos, lo, la. Hay que
especificar de este grupo sólo nos interesa aquellos que ofrecen apofonías, esto es, aquellos con
o o e. Una vez determinado el grupo, téngase en cuenta lo siguiente:
a) Las palabras átonas en extremeño participan de las apofonías como sílabas enclíticas o
proclíticas. En este grupo van las partículas —conjunciones y preposiciones— átonas
tal como que, comu, de, con o dende y también los pronombres átonos arriba citados.
b) Las palabras átonas participan de la tendencia al cierre de vocales medias, pero no es un
hecho sistemático: le se vio [lisiˈβjo] [leseˈβjo] / viendu-se-le [ˈβjendusi ˈle]
[ˈβjendusi ˈli], [ˈβjenduse ˈle] / enque quiju [e kiˈkiɦu] [e keˈkiɦu] ~ [ɪ kiˈkiɦu] ~
[ɪ keˈkiɦu]. Los cierres dependen del contexto fonético, de la agilidad del discurso, de
la pronunciación más relajada o esmerada, etc.
Debido a que se trata de una tendencia, no es algo sistemático y que afecte a la morfología o
sintaxis de este tipo de palabras, conviene escribirlas con e y o según corresponda, tanto en
posición enclítica como proclítica. No resulta juicioso tener dos serie de formas, una con vocal
abierta y otra con cerrada según vayan delante del verbo o después, puesto que en ambas
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posiciones pueden participar de los cierres. V. gr.: le se vio /viendu-si-li. O se escribe cerrado en
las dos posiciones (postura que no recomiendo por lo anteriormente explicado) o se escribe con
la vocal media.
Con relación a su escritura enclítica respecto al verbo, propongo el uso del guión (-), al igual
que ocurre en portugués, catalán o francés. V. gr.: me lo diju / dijiendu-me-lo.
La razón en estos casos nos llevaría a la total separación del verbo, como acontecía en latín,
como lo hace en griego y como ocurre con el resto de morfemas libres átonos (preposiciones,
conjunciones). V. gr.: dijiendu me lo. Esta solución resulta poco práctica por la confusión que
puede generar al afectar a la sintaxis: dijendu me lo que lo quería.
Resulta viable y en consonancia con otras lenguas romances el unir las formas enclíticas al
verbo por un guión, dando pie a entender que son morfemas átonos libres, pero que de una
forma especial se encuentran vinculados al verbo fonética y sintácticamente. V. gr.: Quiju dal-
me-lo en el intri.
Sobre la escritura del infinitivo seguido de pronombres que empiezan por l, puesto que son
tres las pronunciaciones más normales, escríbanse conforme a ellas:
a) Pérdida de la -l del infinitivo. Esta es la forma más común. En este caso, se emplearía el
acento agudo para señalar la caída consonántica. V. gr.: amá-la, hazé-lo, siguí-le16.
b) Conservación de la -l del infinitivo. En este caso, la grafía es la que cabría esperar:
amal-la, hazel-lo, siguil-le.
c) Palatalización del grupo. Se trata de un arcaísmo en profunda regresión pero que
todavía es posible escuchar de forma esporádica. Si se quiere emplear, escríbase amá-
lla, hazé-llo, siguí-lle.
En idéntico caso se encuentran las locuciones con vél que la tradición se empeña en
escribirlas juntas. Acentualmente se comporta como dos palabras (un acento en el verbo y otro
en el adverbio) y semánticamente, sus usos demuestran que, en efecto, por el contexto prima ora
el verbo, ora el adverbio. Es por estos dos motivos por los que hemos de escribir las locuciones
de forma equivalente a otros usos verbales. V. gr.: vê-lo í el carteru; estas lechugas, vê-la í-las,
son las mias; pos vê-lo equí!
VII
LAMBDACISMO Y ROTACISMO
Al igual que sucede con la aspiración, este es uno de los hechos que ha tenido más vacilación
a la hora de representarlo en la escritura. Antes de dar las propuestas debe quedar claro que el
fonema /ɾ/ tiene como alófonos [ɾ] y [l] y que el fonema /l/ tiene como alófonos [ɾ] y [l], i. e.,
16
Debería ser tema de debate, igualmente, el considerar normativas las pronunciaciones sin -l delante de
otros pronombres: cansá-me, queré-te, sentí-mos. Hay que tener en cuenta que esta pronunciación está
bastante extendida por Extremadura y que, asimismo, es normativa en Asturias.
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tenemos mismos resultados fonéticos para diferentes fonemas. V. gr.: cuerpu [ˈkwɛlpu] ~
[ˈkwɛɾpu], carci [ˈkaɾθi] [ˈkɑlθi]. Puesto que esto crea un sistema bastante confuso, hay que
esclarecerlo a través de la escritura. Es preciso hacer dos distinciones:
a) Confusión de líquidas implosivas. Esto es un fenómeno fonético meridional. Al menos
que modifique la morfología o sea sistemático en una misma palabra, hay que
representarlo conforme a su etimología. V. gr.: pierna, marmu, saltu, pero cantal,
arbañil, golol. Teniendo esto presente, únicamente afectaría a la escritura de:
— Aquellas palabras acabadas en líquida, cuya archifonema /R/ se traduce en
la escritura como -l: amol, sabol, amal, sabel, siguil, çachil. Excluidas
quedan las preposiciones por y per para favorecer la distinción con las
formas contractas con el artículo pol (por el) y pel (per el).
— Aquellas palabras cuya pronunciación tenga, de forma sistemática una u
otra líquida, independientemente de su etimología. V. gr.: arbañil, arba,
calvu, saltarrostru, arvilla, borbuja, carcañal.
En caso de vacilación, respétese la consonante etimológica.
b) Rotacismo occidental. Los grupos consonánticos latinos bl, cl, fl, gl y pl incurren en el
occidentalismo occidental presente en gallego, portugués y leonés. Las palabras
patrimoniales han de escribirse con br, cr, fr, gr y pr, por ser un hecho sistemático y de
común expansión por todo el dominio asturleonés en Extremadura. Así escribimos
brancu, brandu, craru, cravel, frol, grória, praça, prata, prátanu pero no enclíticu,
aglutinal o flatuléncia por ser palabras cultas. En el caso de los sufijos -bli y -pli
debería caber la doble grafía -bri y -bli: possibri ~ possibli, tripri ~ tripli, simpli ~
simpri por tratarse de un grupo especial, donde la b es oclusiva y no hay sistematicidad
de rotacismo.
VIII
ATAQUE SUAVE Y ATAQUE ÁSPERO
El ataque suave es un fenómeno propio de las lenguas romances, en que unas palabras se
encabalgan con otras, pudiéndose elidir vocales y consonantes entre ellas. Varias lenguas
italianas, el francés o el asturiano representan este fenómeno a través de un apóstrofo ‟ que se
coloca en el lugar en que se elide el sonido. En ese aspecto me parece oportuno emplear dicho
símbolo, pues es el mismo que también escritores en extremeño han empleado.
El problema se plantea en qué palabras hacemos uso de apóstrofo y en cuáles no. Para ello
téngase presente lo siguiente:
a) Se elide la e y la a de los monosílabos átonos: te ei dichu t’ei dichu; me entretengu >
m’entretengu; la arvilla > l’arvilla.
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IX
H MUDA
Los motivos de escritura de una letra que no se pronuncia por simple estética o gusto
etimológico no son suficientes para tener una grafía inútil. El italiano eliminó las h mudas con
excepción de ciertas formas del verbo avere, el portugués hizo lo propio con las h intercaladas
en palabras como veículo o álcool, el griego moderno suprimió de entre sus acentos aquel que
representaba una aspiración: ἅπαξ άπαξ. Nosotros contamos con una h que sí se pronuncia,
procedente de f latina y algunos sonidos velares árabes: hava, horru, hienda. En un sistema
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donde cada letra tiene su sonido, es insulso el empleo de una h muda junto a otra que sí se
pronuncia.
Un sistema en que escribamos hombri y hava, habría que aprender qué palabras se aspiran y
cuáles no, cosa que ocurre en francés, creando una situación farragosa.
Un sistema en que rechacemos la sonoridad de h en hava y empleemos j o o jh para
escribir java/ ava/jhava y así poder conservar la h de hombri genera un sistema no respetuoso
con sus propias peculiaridades fonéticas.
Una propuesta bipartita y más o menos cabal sería la siguiente:
1. Conservamos la h inicial etimológica en las palabras que en latín y en griego así
llevaban: humanu, hombri, hipermercau, hora, habital, havel.
2. Las h sonoras iniciales empleamos el apóstrofo del ataque áspero: ‘hava ‘hienda
‘hierru ‘hacha.
3. Para evitar la división gráfica de una misma palabra con la grafía ‘h para posición
interna, se suprimen, al igual que en portugués, las h mudas intercaladas: veículu,
noragüena. Cualquier h dentro de palabra sería sonora: arrehazel.
No obstante, resulta mucho más sencillo suprimir una grafía que no se pronuncia y
reutilizarla de la forma que por su naturaleza le corresponde, que es la de sonido aspirado.
X
GRUPOS CULTOS
Como sucede en todas las lenguas, hay palabras patrimoniales y corrientes y otras de nueva
introducción en la lengua de ámbito científico o técnico que han evolucionado de forma distinta.
Puesto que se trata de un fenómeno común a todas las lenguas, es inútil extremeñizar
plenamente palabras de reciente incorporación y que conservan rasgos de pronunciación de la
lengua de origen o han recibido un grado distinto de adaptación a la lengua. Es por eso que,
mientras no esté plenamente extremeñizada la palabra, se escriba conservando el grupo culto o
la grafía original. V. gr.: nietzscheanu, tractol, ectária, ectodérmicu, eptágonu. Palabras que han
sido plenamente extremeñizadas, a pesar de ser de reciente incorporación, seguirán las normas
ortográficas extremeñas, v. gr.: seta (secta), fubu, sofi.
Hay que llevar la cuenta de qué palabras están adaptadas, cuáles semiadaptadas y cuáles ni lo
uno ni lo otro. Tal es la situación en portugués, castellano, asturiano, inglés y demás lenguas. En
este caso, es fundamental un estudio sincrónico de estos términos.
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XI
VOCALES LARGAS
A pesar de no estar cotejados ni lo suficientemente documentado, la cantidad en extremeño
tiene valor opositivo en ciertas palabras. V. gr.: mu/mû [mu] / [ˈmʊː], papá/papâ [paˈpa] /
[paˈpɑː]. Aunque no es un caso lo suficientemente representantivo en extremeño, sí es de tener
en cuenta, pues es fruto de la pérdida de la d intervocálica y la contracción vocálica en cualquier
timbre: mó/mô [ˈmo] / [ˈmɔː].
Si se decide representar de alguna manera, la más lógica es emplear el acento circunflejo (^),
pues gráficamente representa claramente el proceso: cansáda > cansáa > cansáà > cansâ17.
En el caso de no tenerlo en cuenta, lo cual me resultaría precipitado sin hacer un estudio
fonético comparativo, la opción es la de señalarlo con el acento agudo (´): cansá, ná, tó.
XII
ESCRITURA DE LOS PREFIJOS -EN-, -IN- Y -CON-
Aparentemente no suponen ningún problema y de hecho nunca han sido objeto de cuestión
entre los escritores en extremeño, puesto que han empleado sin mayores miramientos las grafías
castellanas.
Sin embargo, un estudio más profundo de la gramática del extremeño sugiere que el empleo
de estos prefijos no está tan asentados como en castellano o portugués, teniendo mayor
movilidad y libertad en nuestra lengua: entavia/tavia/en tavia; aprimil/conprimil/enprimil;
espues/denpues/despues.
Este fenómeno de movilidad y de enorme vivacidad en el discurso hablado manifiesta que
los prefijos en extremeño siguen actuando de partículas modificadoras recordando, muchas
veces, su valor adverbial, perdido en otras palabras o en otras lenguas romances. Mientras que
un hablante extremeño no identifica el prefijo con en compañeru o comel, sí lo hace en palabras
como conportamientu, pues tenemos también portamientu con el mismo sentido, siendo
conportamientu la palabra marcada y portamientu la no marcada o neutra.
Puesto que en extremeño la movilidad de prefijos es mayor que en otras lenguas
circundantes, es necesario reflejar a través de la ortografía la desvinculación existente entre los
prefijos más productivos en extremeño (-a-, -en-, -con-) y los verbos y sustantivos a los que
puede acompañar.
17
(´) = 1, (`) = 0,5, (^) = 1,5.
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Para el caso de -en-, -con- y el negativo -in- es necesario, al igual que hacía el latín para este
mismo caso lingüístico, no escribirlos con m delante de labial, pues la solidificación no es total.
En extremeño, cierto grupo de prefijos actúan como morfemas semilibres que otorgan matices
aspectuales en la acción verbal. El prefijo -a- es factitivo, el prefijo -en- resultativo, etc. V. gr.:
aprimil/enprimil, lial/enlial, ataponal/entaponal, atrancal/entrancal. Este fenómeno no es
simple cambio fonético de aféresis y prótesis: es morfología y sus cambios afectan tanto a la
morfología como a la semántica de las palabras.
Mientras que ciertos prefijos sigan actuando de forma semilibre otorgando matices
semánticos a las palabras, es conveniente advertirlo en la ortografía. En el momento en que un
prefijo deja de sentirse así, ha de escribirse de forma sólida a la palabra: compral, impressa,
compaña, embargal. Con relación a todo esto propongo:
1. Escríbase -en-, -in- y -con- cuando la raíz de la palabra actúa de forma libre e
independiente. V. gr.: enpenical (enpinal, peninerri, pinu); enpiil (piil, pidiol); conparal
(paral, paru, parolera, aparecel, parecel); enpeçal (peçal, pieça); inprejisu (prejisu,
prejisal).
2. Escríbase -em-, -im- y -com- cuando no se tenga conciencia del prefijo. V. gr.:
compaña, embeci, empachal.
XIII
ESCRITURA DE [mɸ]
La f representa el fonema [ɸ], es decir, bilabial18. Cualquier nasal delante de ella se
labializada, de modo que n tiene un comportamiento idéntico que en los grupos [mp] y [mb].
Dada esta situación se plantean dos cuestiones:
1. El grupo [mɸ] en interior de palabra.
2. El grupo [mɸ] resultado de la unión de los prefijos en, in y con a raíces que comienzan
por f.
Tanto en un caso como en el otro, puesto que el comportamiento es el mismo que el de la
nasal delante de labial, convendría ser consecuente y seguir las mismas reglas, i. d.:
1. El grupo [mɸ] en interior de palabra ha de escribirse con mf de igual modo que tenemos
mb y mp: ámfora, pímfanu, famfarrón, gamforra, chimfarrá, nimfa.
2. El grupo [mɸ] resultado de prefijo más f- ha de escribirse con n: infelís, confundil,
enfundil, confabulal.
18
Los hablantes nativos de extremeño pronuncian la f bilabial, no labiodental. Este hecho se demuestra en
la facilidad con la que resulta aspirada o los dobletes como foguera y hoguera, fochi y hochi, carrefilera
y carrehilera, fural~hural, buracu~furacu, burraca~furraca, calabozu~calahozu.
PROPUESTA ORTOGRÁFICA Ismael Carmona García
XIV
VARIANTES DIALECTALES
En este aspecto hay que saber otorgar una adaptabilidad a las necesidades de pronunciación
locales o dialectales conforme al sistema consensuado. Hay que procurar que en la medida de lo
posible se aleje mínimamente del estándar, reflejando únicamente aquellos fenómenos dignos de
tener en cuenta o que sean particulares de una zona. Aquí hago referencia de algunos de los
fenómenos fonéticos dialectales que hay que tener en cuenta:
1. Abertura de vocales postónicas. Las palabras con vocales átonas postónicas —
especialmente las finales— que han abierto, represéntese con o y e. V. gr.: puebro,
hincho, probe.
2. Pérdida del sistema medieval. En este caso, no hay necesidad de escribir todo con ç,
con b o con ss o s, simplemente advertir de la polivalencia de z, c, ç, b, v, s, ss para
aquellos hablantes que no distingan entre sordas y sonoras o sean betacistas. V. gr.:
plaça [ˈplaθa], ceniza [θeˈniθa], casa [ˈkasa], avel [aˈβɛl], zagal [θaˈɣɑl].
3. Pérdida de líquidas finales. Al tratarse de hechos dialectales generalizados y de gozar
de una amplia vitalidad y de ser uno de los hechos fonéticos de reducción, es posible
marcarlo con un simple acento agudo diacrítico en la vocal precedente, v. gr.: cantá,
salí, matá, tractó, tomizaó, abrió, çachí, Torremayó.
4. Pérdida de -s procedente de z. También es un caso de reducción que es conveniente
señalar, v. gr.: felí, crú, capá.
5. Ausencia de rotacismo leonés. Escríbase el grupo con l. v. gr.: plaça, flol, clavu.
6. Rotacismo meridional. No hay que representarlo de forma alguna, puesto que son
variantes alofónicas según se indicó arriba.
7. Lambdacismo meridional. Tampoco hay que representarlo en posición interna.
8. Seseo19. El seseo es un rasgo particular de la zona rayana y el enclave de la Fuente del
Maestre. Tampoco es necesario reflejarlo en la transcripción de palabras puesto que los
19
Variantes alofónicas.
PROPUESTA ORTOGRÁFICA Ismael Carmona García
20
Variantes alofónicas.
PROPUESTA ORTOGRÁFICA Ismael Carmona García
APÉNDICE
A pesar de no encontrarse dentro del listado de conflictos ortográficos, creo que es
conveniente reparar también en el paso de la x en estremeñu en cultismos y en el prefijo ex.
1. Prefijo -ex-. Ya en la Edad Media este prefijo era escrito como -es-, tal como lo
demuestra los documentos de la época en que llaman a Extremadura Estremadura y el
hecho de que tanto en castellano antiguo, como leonés como en portugués actual el
prefijo ex es escrito como -es-. Tal ha de ser la grafía de x en este prefijo: estendel,
esteriol, esternu, esprimental, escaval.
2. X en posición interna. En extremeño la x pasa pronunciarse entre vocales como una s
con una fricación extensa, más fuerte de que la s normal21. Funcionalmente, ese grupo
pasa a comportarse igual que la ss en posición intervocálica, por lo que es absurdo
emplear una x cuando ya tenemos un sistema más apropiado para representar esa s
fuerte. Sería el único caso en que emplearíamos la x, por lo cual tiene muy baja utilidad
en extremeño. V. gr.: dessamin ~ dexamin, sessu ~ sexu, essatu ~ exatu. El asturiano
contemporáneo emplea s en palabras patrimoniales y x en las cultas: desamen, esautu,
sexu.
En mi opinión, basta con emplear la doble s para evitar así el empleo de una grafía nueva con
tan poca productividad en una lengua como el extremeño.
21
La evolución de este sonido es [ks] > [hs] > [sː]. El aire de la aspiración pasó a la s, resultando un
sonido hiperfricativo. En posición relajada la tensión articulatoria de este sonido es equivalente al de una
s simple, pero en la mente del hablante persiste la noción de s y algo más.