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Geográficas
Imaginemos un barco a la deriva. ¿Cómo re Un grupo decide salir, exiliarse, aventurarse por
encontrar la ruta? Pensemos en un viajero en caminos desconocidos, incitando la trama de las
tierras extranjeras. ¿Cómo encontrar el camino? pérdidas y los olvidos.
Toda historia es incompleta, fragmentada y está A cada paso, a cada desafío, a cada turbulencia
siempre por ser descifrada. ¿Por dónde empezar enfrentada, los disidentes se distancian más de
a reordenarla y restablecer sus lagunas y la tierra natal y se inmiscuyen en la inmensidad
olvidos? Las cuestiones anunciadas ejemplifican de lo desconocido. Poco a poco, re-elaboran sus
experiencias, habitan entre espacios. En esa
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Eugenia María Dantas es Doctora en Educación, docente de diáspora espacial emerge un nuevo tiempo para
Departamento y de los programas de Pos-Grado en Geografía
(Profesional y Académico), de la Universidad Federal de los que quedan: el tiempo del olvido.
Río Grande del Norte, Brasil. Actualmente desarrolla el
Pos-Doctorado en el GRECOM: Grupo de Estudios de la Vino un tiempo en que nadie más tenía
Complejidad, bajo la supervisión de la Doctora María da
Conceição de Almeida. idea de los que aquella noche habían
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Nota de la autora: Imágenes tomadas del libro: ATALLAI, desaparecido sin razón en el horizonte,
Jaques (1996) Chemins de sagesse: traité du labyrinthe. cuyos rasgos, a la semana siguiente a la
Editora Fayard.
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Cada uno, a su manera, va llevando y dejando ¿Cuál sería entonces la cuestión central que
rastros, construyendo, en el tránsito espacial, debería guiar el compás del cartógrafo? Para ese
una geografía borrosa por las experiencias. viajero del espacio los mapas deben ser hechos
Estas huellas pueden ser vistas como ejemplos “de los seres, de los cuerpos, de las cosas...” en
de la tesitura singular y universal, ancestral y sus movimientos (SERRES, 1997, p. 17). En
contemporánea de la re-existencia del homo los tiempos más remotos, ese artesano ocupó
errator-sapiens. Salir del lugar posibilita el una posición destacada, bosquejando en otras
encuentro, la diseminación, la polinización de superficies, la superficie que le llegaba por
las experiencias que parecían presas a la tierra medio de la observación directa, o por el uso
como las raíces que fijan los árboles en el suelo. de dispositivos que permitían ver, a partir del
El rechazo ancestral de quedar fijo en un lugar distanciamiento, los contornos que los cuerpos
arrebató esa prisión, pero expuso al hombre a poseían –cuerpos de las rocas, de las montañas,
las fracturas impuestas por el olvido, por la del canal de los ríos.
separación, por el abandono, por el desamparo. En ese constante diseñar, las formas eran
La aventura del individuo en el espacio es transportadas hacia los ángulos que se
costura alineada en los ecos de esa experiencia, proyectaban en el encuentro de las rectas que
formateada en una memoria que opera por se alejaban y aproximaban en la medida en
el olvido y por una libertad que se realiza en que el compás se expandía hasta 180º; o eran
el encarcelamiento de las experiencias. Si no aprisionadas en la extensión de un intervalo
tenemos cómo huir de esa trampa espacial es de recta; o incluso recreando en leyendas
con ella que trazamos guías, mapas y leyendas para hacer inteligible un mundo completo
para orientarnos, localizar, desplazar y leer el de variaciones e intersecciones. El cartógrafo
mundo. sustituía las formas del mundo por un lenguaje
gráfico sobre el mundo, y en eso transportaba de
un lugar a otro las cosas, dejando en suspensión
la representación o movimiento que ellas
expresaban.
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Cristóbal Colón ejemplifica esta disposición,
y en él reconoce el gran hecho del genovés:
adentrarse en ese espacio vacío. 3
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mapa de espera y tejer y destejer su bordado, “entre”: cercanos y llenos de reticencias en las
una estrategia para aguantar la travesía incierta innumerables llegadas que nos anticipan y nos
de Ulises, para engañar a los pretendientes y distancian de los mapas que confeccionamos
proteger, en parte, la dispersión que la realidad y ayudamos a confeccionar sobre la ciencia, el
le imponía. arte, la literatura, el cine, el espacio y el tiempo.
Como para Ulises y Penélope, una cartografía Moverse es desplazarse entre el antes y el
de los saberes se enlaza a una cartografía de la ahora, trayendo de las sombras aquello que está
imaginación, de la experiencia, de los deseos, encubierto por el flujo de los acontecimientos,
de la incompletud, que a su vez teje y urde paisajes y desafíos. “El móvil en lo fijo, es
mapas de la re-existencia. Estos mapas son fácilmente localizable; [...]. Pero el móvil en el
trazos confeccionados con leyendas precisas móvil, ya está mucho más escondido, ya que
e imprecisas, por eso el viaje y la partida la propia referencia se apaga” (SERRES, 2007,
constituyen ya un dato que se va actualizando p, 34). En esa dirección, la lectura del mundo
en la medida del desplazamiento. El intervalo supone y requiere una leyenda que contemple la
que se impone entre la salida y llegada, ese “estar movilidad como condición de dar cuenta de lo
entre” un lugar y otro, es el combustible que nos que nos separa y nos acerca, pues: “Lo humano
informa sobre la condición de la incompletud, de se narra en relatos de viajes, recortados por
la deriva, de la bifurcación cuando seguimos una bifurcaciones” (SERRES, 2015, p. 21).
trayectoria, trazamos un objetivo, establecemos
una meta. La llegada sólo puede existir en el Mapear el movimiento con dosis de repetición
recorrido y por eso ella se va dispersando y (es lo que caracteriza a la construcción de
reinventándose en los trayectos recorridos. cualquier conocimiento), e igualmente con dosis
de inestabilidad, variación e imaginación, repone
Somos así, siempre más cercanos a las reticencias las corrientes de incertidumbres generadas por
que a los puntos finales, elaboramos narrativas la condición espacial de la existencia, que se
desplaza, fluctúa y genera un “Atlas de vida”
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Referencias bibliográficas
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