Sunteți pe pagina 1din 22

LA LÓGICA O EL ESTUDIO DEL RAZONAMIENTO

1. LA LÓGICA Y LA VALIDEZ DE LOS RAZONAMIENTOS.

La validez de los razonamientos

La lógica se ocupa de los razonamientos. Cuando razonamos, extraemos conclusiones


a partir de ciertos conocimientos previos, a partir de ciertos datos con los que contamos de
antemano. Puesto que los datos o la información de la que partimos se expresan en forma de
enunciados y las conclusiones también, podemos decir que razonar es extraer o inferir ciertos
enunciados (que se denominan conclusiones) a partir de otros enunciados (que se denominan
premisas).

Los seres humanos razonamos constantemente, de manera espontánea y natural, pero


no siempre razonamos de forma correcta, no siempre nuestros razonamientos son válidos.
Hay razonamientos válidos y no válidos. Compara los siguientes razonamientos:

Ejemplo nº 1: (todos) los primates son mamíferos (premisa 1)


(todos) los chimpancés son primates (premisa 2)
Luego (todos) los chimpancés son mamíferos (conclusión)
Ejemplo nº 2: (todos) los primates son mamíferos (premisa 1)
(todos) los elefantes son mamíferos (premisa 2)
Luego (todos) los elefantes son primates (conclusión)

El primero de estos razonamientos es válido: si es verdad que los primates son


mamíferos y es verdad que los chimpancés son primates, entonces es necesariamente
verdadero que los chimpancés son mamíferos. La conclusión se deduce necesariamente de las
premisas.

El segundo de los razonamientos propuestos no es válido. Sospechamos


inmediatamente de él al observar que sus premisas son verdaderas, y, sin embargo, la
conclusión extraída de ellas es falsa. En un razonamiento válido no puede darse el caso de que
las premisas sean verdaderas y la conclusión sea falsa. Algo falla, por tanto, en este
razonamiento. Su conclusión no se deduce necesariamente de sus premisas.

¿Cuándo un razonamiento es válido y cuándo no lo es? Este es el asunto de la lógica.


La lógica estudia las leyes del razonamiento válido.

Validez y verdad

Hay, por tanto, razonamientos válidos y razonamientos que no lo son. Para


comprender adecuadamente en qué consiste el estudio lógico de los razonamientos, es
necesario distinguir entre verdad y validez.

La verdad es una propiedad de los enunciados. Un enunciado puede ser verdadero o


falso. Así, los dos enunciados que figuran como premisas en el segundo ejemplo son
verdaderos: “Los primates son mamíferos” y “Los elefantes son mamíferos”. Por su parte, el
enunciado que aparece en la conclusión, “Los elefantes son primates”, es un enunciado falso.

1
La verdad no es una propiedad de los razonamientos. Un razonamiento no es ni
verdadero ni falso; un razonamiento es válido o no válido (o también, como veremos,
correcto o incorrecto). Un razonamiento es válido cuando, suponiendo que las premisas son
verdaderas, la conclusión es también necesariamente verdadera. En un razonamiento válido la
verdad (supuesta) de las premisas se traslada necesariamente a la conclusión.

Decimos “suponiendo que” las premisas son verdaderas. Considera, en efecto, el


siguiente ejemplo:

Ejemplo nº 3: (todos) los perros son reptiles (premisa 1)


(todos) los gatos son perros (premisa 2)
Luego (todos) los gatos son reptiles (conclusión)

Se trata de un razonamiento en el cual los tres enunciados son falsos, y donde, sin
embargo, el razonamiento es válido. A la lógica no le interesa el contenido factual de los
enunciados, no le interesan los hechos a los que se refieren los enunciados, no le interesa si los
gatos son o no son perros, ni si estos son o no son reptiles. A la lógica le interesa, no lo que
dicen los enunciados, sino la conexión existente entre ellos. Con otras palabras, no le interesa
el contenido o la materia de los razonamientos, sino su estructura, su forma. De hecho, en el
razonamiento propuesto podemos sustituir los términos por variables:

(todos) los A son B (premisa 1)


(todos) los C son A (premisa 2)
Luego (todos) los C son B (conclusión)

De este modo, prescindimos del contenido y retenemos exclusivamente la forma, y


esta forma o estructura es lógicamente válida.

Un razonamiento, por tanto, es o no es válido es virtud de su forma, y en un


razonamiento válido la conclusión se deduce necesariamente de las premisas. Por lo tanto, si
fuera verdad que los perros son reptiles y que los gatos son perros, entonces sería
necesariamente verdadero que los gatos son reptiles.

Validez y corrección

Un razonamiento o argumento es válido si y sólo si no es posible que todas sus


premisas sean verdaderas y su conclusión falsa. Como hemos dicho ya, en un razonamiento
válido la verdad de las premisas se traslada necesariamente a la conclusión. Si las premisas son
verdaderas, podemos estar seguros de que la conclusión también será verdadera. Por lo tanto,
para tener buenos argumentos, argumentos que aseguren la verdad de su conclusión, se han
de dar dos condiciones: a) que el argumento sea válido y b) que las premisas sean verdaderas.
Cuando un argumento es válido y sus premisas son verdaderas se dice que es un argumento
correcto. Así, un argumento será incorrecto si no es válido o si al menos una de sus premisas
es falsa. La corrección de un argumento es una gran ventaja: un argumento correcto debe
tener una conclusión verdadera. Sabemos esto porque sus premisas son verdaderas y, puesto
que es válido, no es posible que sus premisas sean verdaderas y su conclusión falsa.

2
El lenguaje de la lógica

Como hemos dicho antes, la lógica estudia exclusivamente la forma lógica de los
argumentos, que es como el esqueleto o armazón de los argumentos, y se desentiende por
completo del tema al que se refieren, que se denomina materia del razonamiento. Y esto es
así, como vimos, porque la validez de los argumentos depende exclusivamente de su forma
lógica.

Por eso, para evaluar la validez de los argumentos, lo primero que aconsejan los
lógicos es formalizarlos. Formalizar un argumento no es más que poner de manifiesto su
forma lógica. Para llevar a cabo esta tarea los lógicos utilizan unos lenguajes artificialmente
construidos, que se denominan lenguajes formales. Formalizar un argumento consiste, así, en
traducirlo del lenguaje natural en el que está expresado (el castellano, el inglés, etc.) al
lenguaje formal de la lógica.

Las expresiones de que consta un lenguaje natural poseen un significado: por eso se
dice que tienen una dimensión semántica1. Además, esas expresiones se combinan de
acuerdo con ciertas reglas, obedecen a una sintaxis: todo lenguaje natural posee también una
dimensión sintáctica2. En cambio, los lenguajes formales han perdido su dimensión semántica.
Las expresiones de que constan carecen de significado; no están interpretadas. Cuando nos
interesamos por un lenguaje formal sólo nos preocupamos de reconocer las reglas sintácticas
por las que se rige.

Para comprender mejor qué es un lenguaje formal y su utilidad para estudiar la validez
de los argumentos, procederemos a continuación a estudiar el lenguaje de la lógica
proposicional o de enunciados, que es la parte de la lógica que estudia la validez de los
argumentos considerando las proposiciones o los enunciados como los elementos lógicos
últimos, tomándolos, por tanto, como un todo y dejándolos sin analizar.

2. LÓGICA PROPOSICIONAL.

La lógica proposicional o de enunciados es la parte más básica y elemental de la lógica


clásica. Es una lógica de las proposiciones sin analizar. En los otros niveles de la lógica, como
la lógica de primer orden, analizamos las proposiciones y consideramos, por ejemplo, de qué
individuos se habla en ellas y qué propiedades o relaciones se les atribuyen. No así en la lógica
proposicional, donde las proposiciones se tratan como unidades opacas al análisis, aunque
susceptibles de ser verdaderas o falsas, y sólo se consideran las conexiones entre ellas.

2.1. LAS PROPOSICIONES.

¿Qué es una proposición?

Una proposición es una oración enunciativa o declarativa, una oración que afirma o
niega algo y que, por tanto, puede ser verdadera o falsa.

1
Semántico (del gr. semanticós): lo referente a la significación de las palabras.
2
Sintáctico (del gr. sintacticós): lo referente a las reglas que fijan cómo se han de combinar las palabras
de una lengua.

3
No todas las oraciones son proposiciones. Oraciones como “Cierre usted la ventana”,
“¿Cerraste la ventana?” y “¡Ojalá que alguien cierre la ventana!” expresan, respectivamente,
una orden, una pregunta y un deseo, pero no afirman ni niegan nada, y, por consiguiente, no
son verdaderas ni falsas. Por el contrario, oraciones como “Las moscas son insectos”, “La Tierra
no es un planeta” y “El invierno pasado llovió mucho” afirman o niegan algo, y, por tanto, son
verdaderas o falsas.

Tanto lógica como gramaticalmente, las oraciones pueden ser sometidas a análisis.
Tomemos, por ejemplo, la proposición “Las moscas son insectos”. Gramaticalmente, podemos
analizar esta oración comenzando por distinguir un sujeto y un predicado. Lógicamente,
podemos analizarla consignando que en ella se establece una relación entre dos clases o
conjuntos, en cuyo caso la interpretamos como afirmación de que los miembros de la clase de
las moscas son también miembros de la clase de los insectos: así se hace en la lógica de clases.

En la lógica proposicional, las proposiciones no se analizan, sino que se toman como un


todo, en bloque. Las proposiciones son los elementos últimos sobre los cuales opera esta rama
de la lógica.

Proposiciones simples y complejas

Las proposiciones “Las moscas son insectos” y “La Tierra es un planeta” son
proposiciones simples. Por el contrario, “Las moscas son insectos y la Tierra es un planeta” y
“Si las moscas son insectos, entonces la Tierra es un planeta” son proposiciones complejas.

Una proposición simple es aquella que no puede descomponerse en partes que, a su


vez, sean proposiciones. Las proposiciones simples se denominan también atómicas.

Una proposición compleja (también denominada molecular) es aquella que puede


descomponerse en proposiciones simples. Las proposiciones complejas se componen, pues, a
partir de proposiciones simples por medio de partículas como “y”, “si…, entonces…”, etc., que
sirven para conectar o unir proposiciones entre sí.

2.2. LOS SÍMBOLOS DE LA LÓGICA PROPOSICIONAL.

Variables proposicionales

Para simbolizar las proposiciones simples, en la lógica proposicional se recurre a las


letras minúsculas del alfabeto a partir de la p: p, q, r, s, etc. Estas letras se denominan
variables proposicionales porque se utilizan para simbolizar cualquier proposición.

Anteriormente, al definir las proposiciones, indicábamos que estas pueden ser


verdaderas o falsas. Si aceptamos que una proposición cualquiera es o verdadera o falsa, pero
no puede ser ambas cosas a la vez, habremos de establecer que para cualquier proposición
solamente hay dos valores de verdad posibles. Estos valores –verdadera, falsa- suelen
representarse mediante un uno y un cero, respectivamente, del siguiente modo:

p………. cualquier proposición


1………. verdadera
0………. falsa

4
Conectivas

Se denominan conectivas o conectores aquellas partículas que sirven para unir o


conectar entre sí proposiciones.

En las lenguas naturales esta función conectora es desempeñada por las conjunciones
(“Las moscas son insectos y la Tierra es un planeta”, “Si las moscas son insectos, entonces la
Tierra es un planeta”).

En la lógica proposicional las partículas conectivas se representan simbólicamente. Los


símbolos correspondientes se denominan constantes lógicas. Las constantes lógicas más
usuales en la lógica proposicional son las siguientes:

1) Negador. Se simboliza: ¬
Se lee: no, no es el caso que.
Si p simboliza una proposición, ¬p constituye su negación.
El negador es aquella conectiva que, al aplicarse a una proposición cualquiera, la convierte en
falsa si es verdadera, y en verdadera si es falsa. Es decir, cuando p es verdadera, ¬p es falsa;
cuando p es falsa, ¬p es verdadera.

p ¬p
1 0
0 1

2) Conjuntor. Se simboliza: ˄
Se lee: y.
Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p ˄ q constituye la conjunción
de ambas, que se leerá: p y q.
El conjuntor es aquella conectiva que da lugar a una proposición compleja (p ˄ q) que es
verdadera solamente cuando son verdaderas las proposiciones de que se compone. En
cualquier otro caso, la conjunción es falsa.

3) Disyuntor. Se simboliza: ˅
Se lee: o.
Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p ˅ q constituye la disyunción
de ambas, que se leerá: p o q.
El disyuntor es aquella conectiva que da lugar a una proposición compleja (p ˅ q) que es
verdadera cuando una de las proposiciones de que se compone o ambas son verdaderas.

4) Condicional. Se simboliza: →
Se lee: si… entonces.
Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p → q constituye una fórmula
condicional, que se leerá: si p, entonces q.
El condicional es aquella conectiva que da lugar a una proposición compleja (p → q) que es
verdadera siempre que no ocurra que el antecedente es verdadero y el consecuente es falso.

5) Bicondicional. Se simboliza: ↔
Se lee: si, y solo si… entonces.
Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p ↔ q constituye una
fórmula bicondicional, que se leerá: si y solo si p, entonces q.

5
El bicondicional es aquella conectiva que da lugar a una proposición compleja (p ↔ q) que es
verdadera cuando las proposiciones que la componen tienen el mismo valor de verdad (ambas
verdaderas o ambas falsas). En otro caso, la fórmula bicondicional es falsa.

La fórmula bicondicional p ↔ q equivale a la conjunción (p → q) ˄ (q → p).

p q p˄q p˅q p→q p↔q


1 1 1 1 1 1
1 0 0 1 0 0
0 1 0 1 1 0
0 0 0 0 1 1

Dos observaciones acerca de las conectivas.

1) De las constantes lógicas que hemos definido, el negador no es una conectiva en


sentido estricto, ya que no conecta proposiciones entre sí sino que actúa sobre una
proposición alterando su valor de verdad.
2) Como hemos visto, las conectivas se definen lógicamente por sus tablas de verdad, es
decir, por los valores asignados a la proposición compleja en función de los valores de
verdad de las proposiciones de que se compone. Como consecuencia de este modo de
definirlas, las conectivas pueden no expresar exactamente los matices que las
conjunciones correspondientes poseen en las lenguas naturales. Veámoslo:
a) En el caso de la conjunción: además de la conjunción copulativa hay otras
conjunciones (adversativas, concesivas) de la lengua común que tienen el valor
lógico de la conjunción. Como puede observarse en el ejemplo, la proposición
compleja “Aunque la cosecha del año pasado fue mala, los silos poseen abundante
reserva de grano” es verdadera solamente si son verdaderas las dos proposiciones
simples que la integran y, por tanto, equivale lógicamente a la conjunción “La
cosecha del año pasado fue mala y los silos poseen abundante reserva de grano”.
Lo mismo ocurre con la proposición compleja “Antonio no participa en la carrera,
pero Juan está dispuesto a participar”. Una y otra han de simbolizarse, pues, como
p ˄ q.
b) En el caso de la disyunción: la disyunción “o… o” puede tener en nuestra lengua
dos significados distintos:
- A menudo significa “o lo uno o lo otro, pero no ambas cosas”, como cuando se
dice: “O ganas la carrera o no obtienes el premio correspondiente”.
Técnicamente, este tipo de disyunción se denomina disyunción exclusiva (es
aquella proposición compleja que es verdadera cuando una de las dos
proposiciones que la componen es verdadera y la otra falsa).
- A veces, por el contrario, la disyunción en la lengua común significa “lo uno o
lo otro, o ambas cosas”: tal es el caso cuando un anuncio solicita “abogado o
contable”, ya que se entiende que quien posea ambas especialidades es
candidato idóneo para el puesto ofrecido. Se denomina disyunción inclusiva.
Obviamente, esta es la disyunción que hemos definido.
c) El caso del condicional es el que resulta más sorprendente si lo comparamos con
el sentido que usualmente concedemos al “si… entonces…” de la lengua común.

6
Obsérvese que, de acuerdo con la tabla de verdad correspondiente, una fórmula
condicional es verdadera:
- Cuando el antecedente y el consecuente son verdaderos. Por tanto, la fórmula
“Si las moscas son insectos, entonces Madrid es la capital de España” es una
fórmula verdadera.
- Cuando el antecedente y el consecuente son falsos. Por tanto, la fórmula “Si
las moscas son vertebrados, entonces Jaén es la capital de España” es una
fórmula verdadera.
- Cuando el consecuente es verdadero y el antecedente es falso. Por tanto, la
fórmula “Si las moscas son vertebrados, entonces Madrid es la capital de
España” es una fórmula verdadera.

Todo esto resulta sumamente alejado del sentido usual del “si… entonces…” de la
lengua común, ya que solemos dar por supuesto que entre el antecedente y el
consecuente ha de haber alguna conexión real, y en los ejemplos propuestos no se
da conexión alguna de este tipo entre lo enunciado por una y otra proposición.

La definición lógica del condicional retiene un rasgo fundamental de todo


condicional: que la fórmula condicional no puede ser verdadera en el caso de que
el antecedente sea verdadero y el consecuente sea falso.

Los símbolos auxiliares: paréntesis y corchetes

Al igual que en matemáticas, en lógica se recurre a paréntesis y corchetes para evitar


confusiones acerca del modo en que se agrupan los elementos de una fórmula y para dejar
claro cuál de las conectivas es la dominante. Así:

- La fórmula (p → q) ˄ p (si p, entonces q, y p) es una conjunción.


- La fórmula p → (q ˄ p) (si p, entonces q y p) es una condicional.
- En la fórmula ¬p ˄ q la conjunción es la dominante, mientras que en la fórmula
¬ (p ˄ q) domina el negador.

7
2.3. TABLAS DE VERDAD PARA CAULQUIER FÓRMULA.

Partiendo de las tablas de verdad de las conectivas, es posible –y fácil- establecer la tabla
de verdad de cualquier fórmula compleja. Para ello bastará con descomponer la fórmula y
establecer las tablas de verdad de sus componentes hasta alcanzar la tabla de verdad de la
fórmula total. Veamos algunos ejemplos:

1) La tabla de verdad de la fórmula p ˅ ¬p es la siguiente:

p ¬p p ˅ ¬p
1 0 1
0 1 1

2) La tabla de verdad de la fórmula p ˄ ¬p es la siguiente:

p ¬p p ˄ ¬p
1 0 0
0 1 0

3) La tabla de verdad de la fórmula (p → q) ˄ p es la siguiente:

p q p →q (p → q) ˄ p
1 1 1 1
1 0 0 0
0 1 1 0
0 0 1 0
(Los pasos seguidos, de izquierda a derecha, han sido: 1) asignar valores de verdad a p y a q; 2)
hallar la tabla de verdad del condicional p → q; 3) y último, hallar la tabla de verdad de la
conjunción de (p → q) y p, que es la fórmula completa).

4) La tabla de verdad de la fórmula [(p → q) ˄ p] → q es la siguiente:

p q p →q (p → q) ˄ p [(p → q) ˄ p] → q
1 1 1 1 1
1 0 0 0 1
0 1 1 0 1
0 0 1 0 1
(Se ha añadido un cuarto paso a los tres anteriores, correspondiente a la fórmula completa:
hemos hallado la tabla de verdad de la condicional cuyo antecedente es (p → q) ˄ p y cuyo
consecuente es q, partiendo de los valores de verdad de ambos, previamente establecidos).

2.4. TAUTOLOGÍA, CONTRADICCIÓN, INDETERMINACIÓN.

Una tautología es una fórmula que es siempre verdadera, sean cuales sean los valores de
verdad de sus componentes. Si reparamos en las tablas de verdad de la fórmula p ˅ ¬p y de la
fórmula [(p → q) ˄ p] → q, observamos que sus valores de verdad son siempre 1. Ambas
fórmulas son tautologías. Las tautologías se denominan también leyes lógicas.

8
Una contradicción es una fórmula que es siempre falsa, sean cuales sean los valores de
verdad de sus componentes. Este es el caso de la fórmula p ˄ ¬p, cuya tabla de verdad arroja
en todos los casos 0 como valor de verdad.

Una indeterminación es una fórmula que es en unos casos verdadera y en otros casos
falsa, en función de los valores de verdad que en cada caso se asignen a sus componentes.
Esto ocurre con la fórmula (p → q) ˄ p, como muestra su tablas de verdad.

2.5. LA VALIDEZ DE LOS RAZONAMIENTOS.

Como hemos visto ya, un razonamiento es un proceso consistente en extraer o inferir


algún enunciado, que se denomina conclusión, a partir de otros enunciados, que se
denominan premisas.

Un razonamiento es válido cuando la conclusión se sigue necesariamente de las premisas.


Si las premisas son verdaderas, la conclusión ha de ser necesariamente verdadera. Un
razonamiento en que las premisas son verdaderas y la conclusión es falsa, será inválido.

Tomemos, como ejemplo, los dos razonamientos siguientes:

a) Si la suma de los dígitos de 288 es divisible exactamente por 9, entonces 288 es


divisible exactamente por 9. La suma de de los dígitos de 288 es divisible exactamente
por 9. Luego (conclusión), 288 es divisible exactamente por 9.
1. p → q
2. p
Ⱶq

Se trata de una forma válida de razonamiento que, como veremos más adelante, se
denomina modus ponens.

b) Si todo en el universo sucede necesariamente, el ser humano carece de libertad. el ser


humano no carece de libertad. Luego (conclusión), no todo en el universo sucede
necesariamente.
1. p → q
2. ¬q
Ⱶ ¬p

Esta es una fórmula igualmente válida de razonamiento. (Otra cuestión que, como
sabemos, no interesa a la lógica es la verdad de sus proposiciones). Más adelante
veremos que se trata de la denominada modus tollens.

2.5.1. Comprobación de la validez de un razonamiento utilizando tablas de


verdad.

El recurso a las tablas de verdad para comprobar la validez o invalidez de un


razonamiento puede hacerse de dos modos, que exponemos a continuación.

Comparando los valores de verdad de las premisas con los valores de verdad de la
conclusión.

9
Acabamos de recordar que en un razonamiento válido no puede darse el caso de que las
premisas (todas ellas) sean verdaderas y la conclusión sea falsa. Un procedimiento para decidir
si un razonamiento es válido será, por tanto, comprobar si se cumple o no este principio. Para
ello:

1) Hallaremos la tabla de verdad de cada una de las premisas y de la conclusión.


2) Comprobaremos si en algún caso ocurre que todas las premisas son verdaderas y la
conclusión es falsa. Si ocurre esto, el razonamiento no es válido; si no ocurre, el
razonamiento es válido.

a) Tomemos el primero de los ejemplos anteriormente propuestos (modus ponens) y


establezcamos las tablas de verdad correspondientes:
1. p → q
2. p
Ⱶq

p q p →q
1 1 1
1 0 0
0 1 1
0 0 1
No hay ninguna línea en la cual las premisas (p → q, p) sean verdaderas y la conclusión
(q) sea falsa. El razonamiento es, pues, válido.

b) Analicemos el siguiente razonamiento:


1. p → q
2. ¬p
Ⱶ ¬q

p q ¬p ¬q p →q
1 1 0 0 1
1 0 0 1 0
0 1 1* 0* 1*
0 0 1 1 1
En la tercera línea ambas premisas son verdaderas (p → q, ¬p), mientras que la
conclusión (¬q) es falsa. El razonamiento es, pues, inválido.

Convirtiendo el razonamiento en una fórmula condicional.

Cualquier razonamiento es equivalente a una fórmula condicional cuyo antecedente es


la conjunción de todas las premisas y cuyo consecuente es la conclusión del razonamiento. Así
el razonamiento:

1. p → q
2. p
Ⱶq

equivale a la fórmula condicional: [(p → q) ˄ p] → q.

10
Cuando la fórmula condicional resultante es una tautología, el razonamiento es
válido. Si no es una tautología, el razonamiento es inválido.

a) Volvamos al razonamiento:
1. p → q
2. p
Ⱶq

y su fórmula condicional equivalente: [(p → q) ˄ p] → q.

La tabla de verdad de esta fórmula nos es ya conocida (la hemos utilizado como
ejemplo en el apartado 2.3.): se trata, efectivamente, de una tautología. El
razonamiento es, pues, válido.

b) Veamos el razonamiento:
1. p ˅ ¬q
2. p
Ⱶ ¬q

que equivale a la fórmula condicional: [(p ˅ ¬q) ˄ p] → ¬q.

p q ¬q p ˅ ¬q (p ˅ ¬q) ˄ p [(p ˅ ¬q) ˄ p] → ¬q


1 1 0 1 1 0
1 0 1 1 1 1
0 1 0 0 0 1
0 0 1 1 0 1
La fórmula condicional no es una tautología. El razonamiento correspondiente no es,
pues, válido.

2.5.2. Comprobación de la validez de un razonamiento utilizando las reglas


de inferencia.

El recurso a las tablas de verdad para comprender la validez o invalidez de los


razonamientos es útil y sencillo cuando estos constan de pocas premisas y de pocas variables
proposicionales. A medida que aumenta el número de variables, aumenta necesariamente el
número de columnas y líneas en las tablas de verdad. De ahí que, cuando las variables
proposicionales son tres o más, sea preferible recurrir a las reglas de inferencia para
comprobar la validez o invalidez de los razonamientos.

Regla y esquema de inferencia.

Una regla de inferencia es una norma que establece un modo válido de operar
pasando de unas proposiciones a otras. En el ejemplo ya mencionado del modus ponens, la
regla establece lo siguiente: “de una fórmula condicional y la afirmación del antecedente como
premisas, puede concluirse la afirmación del consecuente”.

Un esquema de inferencia es la expresión formal de una regla de inferencia. Toda


regla puede, pues, expresarse en un esquema o forma de razonamiento. El esquema
correspondiente al modus ponens, ya conocido también, es el siguiente:

11
1. p → q
2. p
Ⱶq

Cualquier esquema, en fin, puede expresarse a través de una fórmula condicional. Como ya
hemos señalado en el apartado anterior, se hará tomando como antecedente la conjunción de
las premisas, y como consecuente, la conclusión. Puesto que los esquemas son formas de
razonamiento válidas, las condicionales en que se expresan serán tautologías, leyes lógicas. La
ley lógica del modus ponens es, obviamente, la fórmula condicional: [(p → q) ˄ p] → q.

Principales reglas con sus esquemas de inferencia.

REGLA ESQUEMA
Doble negación De una premisa, p, puede concluirse P ¬¬P
(DN) su doble negación, y viceversa. Ⱶ ¬¬P ⱵP
Introducción De dos proposiciones, tomadas como P
conjunción premisas, puede concluirse la Q
(IC) conjunción de ambas. ⱵP˄Q
Eliminación De una conjunción puede concluirse P˄Q P˄Q
conjunción cualquiera de las proposiciones que la ⱵP ⱵQ
(EC) componen.
Introducción De una proposición, p, tomada como
disyunción premisa, puede concluirse la P
(ID) disyunción de esta con cualquier otra ⱵP˅Q
proposición.
Eliminación De una disyunción y la negación de P˅Q P˅Q
disyunción uno de sus miembros como premisas ¬P ¬Q
(ED) puede concluirse la afirmación del ⱵQ ⱵP
otro.
Modus ponens De una fórmula condicional y la P→Q
(MP) afirmación de su antecedente como P
premisas puede concluirse la ⱵQ
afirmación del consecuente.
Modus tollens De una fórmula condicional y la P→Q
(MT) negación de su consecuente como ¬Q
premisas puede concluirse la negación Ⱶ ¬P
del antecedente.
Introducción De dos fórmulas condicionales tales
bicondicional que el antecedente de la primera sea
(IB) el consecuente de la segunda y el
antecedente de la segunda sea el P→Q
consecuente de la primera puede Q→P
concluirse una fórmula bicondiconal ⱵP↔Q
cuyos miembros sean los
mencionados antecedente y
consecuente.
Eliminación De una fórmula bicondiconal como P↔Q P↔Q
bicondicional premisa puede concluirse la ⱵP→Q ⱵQ→P
(EB) afirmación de cualquiera de los dos
condicionales que la componen.

12
Dilema De una disyunción y dos condicionales
(Dil.) cuyos antecedentes son las P˅Q
proposiciones que forman la P→R
disyunción, puede concluirse la Q→S
disyunción de los consecuentes de ⱵR˅S
tales condicionales.
Transitividad Cuando las premisas son dos
(Tr.) condicionales y el antecedente de una P→Q
es el consecuente de la otra, puede Q→R
concluirse una fórmula condicional ⱵP→R
formada por el antecedente de esta y
el consecuente de aquella.
Conmutativa Una conjunción puede transformarse
(Co.) en otra conjunción con las mismas P˄Q Q˄P
proposiciones, invirtiendo las ⱵQ˄P ⱵP˄Q
proposiciones en esta última sus
posiciones respectivas.
Una disyunción puede transformarse
en otra disyunción con las mismas P˅Q Q˅P
proposiciones, invirtiendo las ⱵQ˅P ⱵP˅Q
proposiciones en esta última sus
posiciones respectivas.
Asociativa La conjunción de una proposición y
(As.) una fórmula conjuntiva puede P ˄ (Q ˄ R)
transformarse en otra conjunción con Ⱶ (P ˄ Q) ˄ R
las mismas proposiciones conjuntadas
de distinto modo.
La disyunción de una proposición y
una fórmula disyuntiva puede P ˅ (Q ˅ R)
transformarse en otra disyunción con Ⱶ (P ˅ Q) ˅ R
las mismas proposiciones disyuntadas
de distinto modo.
Distributiva La conjunción de una proposición y
(Dis.) una fórmula disyuntiva puede P ˄ (Q ˅ R)
transformarse en la disyunción de dos Ⱶ (P ˄ Q) ˅ (P ˄ R)
conjunciones.
La disyunción de una proposición y
una fórmula conjuntiva puede P ˅ (Q ˄ R)
transformarse en la conjunción de dos Ⱶ (P ˅ Q) ˄ (P ˅ R)
disyunciones.
De Morgan Una conjunción puede transformarse
(DM) en una disyunción en la cual se niegan P˄Q
las proposiciones integrantes y se Ⱶ ¬ (¬P ˅ ¬Q)
niega, a su vez, la totalidad de la
fórmula.
Una disyunción puede transformarse
en una conjunción en la cual se niegan P˅Q
las proposiciones integrantes y se Ⱶ ¬ (¬P ˄ ¬Q)
niega, a su vez, la totalidad de la
fórmula.

13
Las reglas de inferencia y la deducción.

Mediante las reglas de inferencia, llegamos desde las premisas a la conclusión, en el


caso de que el razonamiento sea válido. Para ello, a las premisas dadas se añadirán cuantas
sean necesarias, indicando la regla en la que nos basamos para obtener cada una de ellas.
Veámoslo en tres ejemplos.

1) Sea el razonamiento:

1. r ˄ q
2. r → p
Ⱶp
Se trata, pues, de deducir p a partir de las premisas 1 y 2.
1. r ˄ q
2. r → p
3. r EC 1
4. p PM 2, 3

2) Sea ahora el razonamiento:

1. p → q
2. q → r
3. p
Ⱶr˅s

Completemos las premisas hasta alcanzar la conclusión:

1. p→q
2. q→r
3. p
4. q MP 1, 3
5. r MP 2, 4
6. r ˅ s ID 5

3) Veamos, en fin, este razonamiento expresado sin formalizar:


- No es el caso que ni voy al fútbol ni voy al cine.
- Si voy al fútbol, vuelvo pronto a casa.
- No vuelvo pronto a casa.
- Luego, voy al cine o doy un paseo.

La estructura formal del argumento es:

1. ¬ (¬p ˄ ¬q)
2. p → r
3. ¬r
Ⱶq˅s

14
La conclusión se alcanza con los siguientes pasos:

1. ¬ (¬p ˄ ¬q)
2. p→r
3. ¬r
4. p ˅ q DM 1
5. ¬p MT 2, 3
6. q ED 4, 5
7. q ˅ s ID 6

Ejercicios

1. Convierte los esquemas de inferencia propuestos en fórmulas condicionales y muestra,


mediante tablas de verdad, que son tautologías.

2. Comprueba mediante tablas de verdad la validez o invalidez de los siguientes


razonamientos:

p˅q ¬p ˅ r q˄s
¬q P q
Ⱶ ¬p Ⱶ ¬r Ⱶ ¬s

3. Realiza las siguientes deducciones:

a) Ⱶr˄t b) Ⱶ ¬p c) Ⱶt d) Ⱶr e) Ⱶp˅t
1. s˄t 1. p→q 1. p→q 1. p˅q 1. p ↔ ¬q
2. s→q 2. ¬q ˅ r 2. s˅p 2. p→r 2. q→r
3. q→r 3. ¬ (s ˅ r) 3. ¬q ˄ r 3. q→s 3. r→s
4. (s ˄ r) → t 4. ¬s 4. ¬s

3.FALACIAS.

Anteriormente decíamos que los seres humanos razonamos de manera espontánea y


natural, pero no siempre razonamos correctamente; no siempre nuestros razonamientos son
válidos. A veces, la falta de validez de un razonamiento es evidente, pero hay casos en los que
un razonamiento no es válido y, sin embargo, tiene apariencia de serlo. Este tipo de
razonamientos no válidos, pero que parecen válidos se denominan falacias. Cuando una
falacia se comete sin intención, por simple error, se llama paralogismo. Cuando una falacia se
comete intencionadamente, con afán de persuadir tramposamente al interlocutor, se llama
sofisma. Usualmente se distinguen dos clases de falacias: formales e informales.

3.1. FALACIAS FORMALES.

Falacias formales son aquellos razonamientos no válidos cuya falta de validez se debe a la
forma, a la estructura de la argumentación. En este tipo de falacia se vulnera alguna regla
lógica.

15
Para ilustrar las falacias formales, vamos a recurrir a dos tipos de falacias que afectan al
razonamiento condicional. Como se recordará, un razonamiento condicional (o hipotético) es
aquel cuya primera premisa es una proposición condicional, como la proposición “Si llueve, las
calles se mojan”. Una proposición condicional se compone de dos enunciados: el primero de
ellos (“Si llueve”) se denomina antecedente; el segundo (“Las calles se mojan”) se denomina
consecuente.

A partir de una proposición condicional cabe razonar de cuatro formas diferentes, dos de
ellas válidas y dos no válidas. Las dos válidas consisten en la afirmación del antecedente y en la
negación del consecuente. Del siguiente modo:

1) Afirmación del antecedente (forma válida de razonamiento):

Si llueve, las calles se mojan. 1. p → q


Llueve. 2. p
Luego, las calles se mojan. Ⱶq

2) Negación del consecuente (forma válida de razonamiento):

Si llueve, las calles se mojan. 1. p → q


Las calles no se mojan. 2. ¬q
Luego, no llueve. Ⱶ ¬p

Estas dos formas de razonamiento hipotético son los ya viejos conocidos modus
ponens y modus tollens, respectivamente.

Por su parte, las dos formas no válidas de razonamiento condicional consisten en


negar el antecedente o bien en afirmar el consecuente. Del modo siguiente:

3) Negación del antecedente (forma no válida de razonamiento):

Si llueve, las calles se mojan. 1. p → q


No llueve. 2. ¬p
Luego, las calles no se mojan. Ⱶ ¬q

4) Afirmación del consecuente (forma no válida de razonamiento):

Si llueve, las calles se mojan. 1. p → q


Las calles se mojan. 2. q
Luego, llueve. Ⱶp

Estos dos últimos ejemplos constituyen falacias formales, razonamientos no válidos en


virtud de su forma. Intuitivamente es fácil captar la falacia. En el primer caso, el hecho de que
no haya llovido no garantiza que las calles no estén mojadas, ya que pueden haber sido
regadas. Igualmente, y por la misma razón, en el segundo caso, el hecho de que las calles estén
mojadas no garantiza que haya llovido.

16
3.2. FALACIAS INFORMALES.

No siempre la falta de validez de nuestros razonamientos se debe a una incorrección


formal. En muchos casos procede de que lo establecido en las premisas es inapropiado para
fundamentar la conclusión que se pretende alcanzar. En estos casos, la falacia tiene que ver
con el contenido, con lo que se dice en las premisas, no con la forma lógica del razonamiento.
Por eso, estas falacias suelen denominarse falacias informales.

Dentro de las falacias informales pueden distinguirse, a su vez, dos tipos: falacias
materiales y falacias semánticas.

3.2.1. Falacias materiales.

Las falacias materiales son argumentos incorrectos debido a falta de atención a la


materia, es decir, al tema o contenido del argumento. Son de tres tipos: falacias de pertinencia,
falacias de datos insuficientes y falacias circulares.

3.2.1.1. Falacias de pertinencia.

Las falacias de pertinencia son argumentos incorrectos debido a que las premisas no
aportan la información pertinente o adecuada para establecer la conclusión. No hay un vínculo
lógico entre las premisas y la conclusión. Sin embargo, existe un vínculo psicológico.
Aparentemente las premisas “tienen que ver” con la conclusión, aunque realmente no es así.

a) Falacia ad hominem ("contra el hombre" o ataque personal): pretender refutar una opinión
atacando a la persona que la mantiene.

-"Los ecologistas afirman que el vertido nuclear en el mar supone un elevado riesgo para la
humanidad; sin embargo, no hay que estar tan preocupado por ello, ya que los ecologistas tienen
ideas demasiado pesimistas sobre el futuro."

-"No es cierto lo que dice, porque es un mentiroso."

b) Falacia ad baculum ("al bastón" o por apelación a la fuerza): pretender que el interlocutor
acepte una opinión recurriendo a amenazas.

-Gran accionista de una empresa al director de la misma: "Convendrá conmigo en que esta nueva
propuesta no es conveniente. No parece que en las actuales circunstancias la venta de mis
acciones vaya a beneficiar a la empresa."

-"Hay que pagar los impuestos, porque el fraude a Hacienda es castigado hasta con pena de
cárcel."

c) Falacia ad populum ("al pueblo" o por apelación a los sentimientos): pretender que el auditorio
se adhiera o admita una propuesta inflamando sus sentimientos y emociones.

-“Deberías aprobar a Fulano aunque no haya dado golpe en tu asignatura en todo el curso. Sólo le
queda la tuya para conseguir el título.”

-"Prohibiremos la inmigración, porque no podemos consentir que los extranjeros roben el pan a
nuestros hijos."

d) Falacia ex populo ("todo el mundo" o por apelación a la mayoría): defender una opinión
basándose en el hecho de que todo el mundo está de acuerdo con ella.

-"Todo el mundo defrauda a Hacienda. ¿Voy a ser yo más tonto que nadie?"

17
-"La novela de Fulano fue la mejor que se publicó el año pasado. Vendió muchísimos más
ejemplares que ninguna otra".

e) Falacia ad verecundiam (por apelación a la autoridad): defender una opinión sin ofrecer
pruebas, sólo por el hecho de ser mantenida por una autoridad.

-"Lo han dicho en televisión, así que ha de ser verdad."

-"El Cola-Cao debe ser un alimento auténticamente bueno y saludable cuando lo recomiendan
Messi y Cristiano Ronaldo."

f) Falacia ad ignorantiam (por apelación a la ignorancia): defender que un enunciado es falso


porque nadie ha conseguido probar su verdad, o que un enunciado es verdadero porque
nadie ha probado que es falso.

-"Nadie ha podido probar que Dios existe; luego hay que creer que Dios no existe."

-"Las afirmaciones de la parapsicología son verdaderas porque no se ha demostrado que sean


falsas."

g) Falacia del tu quoque ("tú también" o defenderse acusando): pretender refutar una acusación
apelando a que también se aplica al acusador o a otras personas.

-"Es injusto que se me castigue a mí cuando también otros estaban alborotando."

-"No es justo acusar al gobierno de permitir la corrupción cuando hubo más corrupción cuando el
partido de la oposición gobernaba".

3.2.1.2. Falacias de datos insuficientes.

Las Falacias de datos insuficientes son argumentos inductivos3 incorrectos porque las
premisas ofrecen escaso o nulo apoyo a la conclusión.

a) Generalización indebida: consiste en inferir una conclusión general a partir de unos


pocos casos que no son suficientes para justificarla.

Algunos x son P (datos insuficientes e inadecuados).


Luego, todos los x son P.

-"Lo mejor para despejar las dudas sobre el porcentaje o el número de parados en España es
preguntarse cuántos parados conoce, cuántos tiene usted en su familia. Luego pregunte a sus
vecinos y sume."

-"He conocido en mi vida a dos albinos, y los dos eran unos auténticos egoístas, y es que todos los
albinos lo son."

b) Falsa causa: consiste en establecer que algo es la causa de un fenómeno sin bases suficientes.

b.1) Falacia post hoc, ergo propter hoc ("después de esto; luego, por causa de esto").

El hecho B sucede a continuación del hecho A.


Por tanto, A es causa de B.

3
A diferencia de los argumentos deductivos, que pretenden ser válidos, los argumentos inductivos
pretenden ser fuertes, es decir, la verdad de sus premisas se presentan como razones que apoyan la
verdad de su conclusión, pero no la hacen necesariamente verdadera. En un argumento inductivo
siempre es posible que las premisas sean verdaderas y, no obstante, la conclusión sea falsa.

18
-"El arco iris antecede siempre al cese de la lluvia, luego es causa de que ésta cese."

b.2) Falacia de correlación accidental.

A sucede cuando B ocurre.


Luego, A (o B) causa B (o A).

-"Las personas casadas viven más años. Luego, la soltería es perjudicial para la salud."

3.2.1.3. Falacias circulares.

Las falacias circulares son argumentos incorrectos debido a que la conclusión se apoya en
una premisa cuya verdad presupone la verdad de la conclusión. Este tipo de falacia es también
conocido como círculo vicioso o petitio principii (“petición de principio”), y consisten en dar por
supuesto lo que se trata de probar.

-“Tengo razón en afirmar lo que afirmo porque es la pura verdad.”

-“La monarquía es una institución que está vigente porque es útil. De hecho, la prueba de que es
útil es que todavía está vigente.”

3.2.2. Falacias semánticas.

Las falacias semánticas son argumentos incorrectos debido a la ambigüedad o a la


vaguedad de alguna de las expresiones utilizadas en el curso del argumento.

a) Falacia por equívoco: se debe a la ambigüedad de una palabra, que cambia de significado en el
curso del argumento.

-"Sólo el hombre es racional.


Ninguna mujer es un hombre.
Así pues, ninguna mujer es racional."

-"La ciencia pretende descubrir leyes.


La existencia de leyes implica que hay alguien que las hace.
Así pues, la ciencia acepta que existe Dios."

b) Anfibologías (o ambigüedad sintáctica): se deben a la ambigüedad producida por el orden de


las palabras, que admite dos o más interpretaciones.

-"Todo hombre ama a una mujer.


Carlo Ponti ama a Sofía Loren.
Todo hombre ama a Sofía Loren."
(El primer enunciado es anfibológico, puesto que tiene dos posibles interpretaciones: (a)
"Todos aman a una mujer que puede ser distinta en cada caso"; (b) "Todos aman a la misma
mujer").

c) Falacias de las partes y el todo:

c.1) Falacia de composición: consiste en atribuir las propiedades de las partes al todo.

-Cada parte del universo ha tenido una causa.


Por tanto, el universo -como un todo- también ha de tener una causa.

19
c.2) Falacia de división: consiste en atribuir las propiedades del todo a las partes.

-Esta mesa es negra.


Por tanto, los átomos de esta mesa son negros.

d) Falacias de vaguedad: se deben a la vaguedad de un término presente en el argumento. Tienen


la siguiente estructura general:

La diferencia entre A1 y A2 no es significativa.


La diferencia entre A2 y A3 no es significativa.
...
Luego, no hay diferencia entre A1 y An.

d.1) Sorites (o argumento del montón): debido a la vaguedad de un término presente en


el argumento, se concluye que nada puede llegar a tener la propiedad mencionada por
dicho término, por mucho que se progrese en el camino que lleva a esa propiedad.

-Una persona que nunca ha estudiado nada de informática es un inexperto en


informática.
Si un inexperto en informática estudia una hora, seguirá siendo un inexperto en
informática.
Por tanto, por mucha informática que estudie una persona, siempre será un inexperto.

d.2) Falacias de la pendiente resbaladiza: debido a la vaguedad de un término presente


en el argumento, se concluye que no hay una diferencia real o significativa entre poseer la
propiedad mencionada por dicho término y no poseerla; en particular, se concluye que si
se hace algo en un determinado sentido, puede ser extremadamente difícil o incluso
imposible evitar que se produzcan consecuencias terribles en ese mismo sentido.

-Si dejamos que los médicos practiquen la eutanasia en alguna circunstancia, es


probable que acabemos permitiéndoles que maten a pacientes que están severamente
deprimidos o que tienen dolores severos.
Si les permitimos a los médicos que maten a pacientes que están severamente
deprimidos o que tienen dolores severos, es probable que acabemos permitiéndoles
que maten a los pacientes que son una molestia.
No debería permitirse que los médicos maten a los pacientes que son una molestia.
Luego, no debería permitirse que los médicos practiquen la eutanasia bajo ninguna
circunstancia.

Las falacias informales, tanto las materiales como las semánticas, parecen en cierto
modo contrarias a la lógica, parecen vulnerar ciertas reglas de carácter lógico. Ya hemos
señalado que, propiamente hablando, no violan reglas de la lógica formal (su falta de validez
no proviene de la incorrección de su forma o estructura), pero violan ciertas reglas que rigen,
bien la elección de las premisas adecuadas para fundamentar la verdad de la conclusión
(falacias materiales), bien el uso de las palabras y de las expresiones en las lenguas naturales
(falacias semánticas).

El conjunto (más o menos difuso) de estas reglas para la elección de las premisas
adecuadas y para el uso de las expresiones en la argumentación se denomina, a veces, lógica
informal.

20
FALLACIES

1. Formal fallacies.
1.1. Denying the antecedent.
1.2. Affirming the consequent.
2. Informal fallacies.
2.1. Material fallacies.
2.1.1. Fallacies of relevance.
2.1.1.1. Ad hominem arguments (or personal attack).
2.1.1.2. Ad baculum arguments (or appeal to the stick).
2.1.1.3. Ad populum arguments (or appeal to emotion).
2.1.1.4. Ex populo arguments (or appeal to popular opinion).
2.1.1.5. Ad verecundiam arguments (or appeal to authority).
2.1.1.6. Ad ignorantiam arguments (or proof by ignorance).
2.1.1.7. Tu quoque arguments (or “you too”).
2.1.2. Arguments based on insufficient evidence.
2.1.2.1. Rash generalisation.
2.1.2.2. False cause.
2.1.2.2.1. Post hoc ergo propter hoc (“After this therefore because of
this”).
2.1.2.2.2. Correlation.
2.1.3. Circular arguments, vicious circles or petitio principii (or begging the
question).
2.2. Semantic fallacies.
2.2.1. Equivocation (or lexical ambiguity).
2.2.2. Amphiboly (or syntactical ambiguity).
2.2.3. Part/whole fallacies.
2.2.3.1. Fallacy of composition (or Part-to-Whole).
2.2.3.2. Fallacy of division (or Whole-to-Part).
2.2.4. Fallacies of vagueness.
2.2.4.1. Sorites argument (argument from the heap).
2.2.4.2. Slippery slope argument.

21
GLOSSARY OF KEY TERMS

-ARGUMENT or REASONING: An argument (or reasoning) is a connected series of sentences,


statements or propositions (called “premises”) that are intended to give reasons of some kind
for a sentence, statement or proposition (called “conclusion”).

-VALIDITY: An argument is valid if and only if it is not possible that all of its premises are true
and its conclusion false. In other words, to say that an argument is “valid” means that the
premises are related to the conclusion in such a way that the conclusion must be true if the
premises are all true.

-SOUNDNESS: An argument is sound if and only if a) it is a valid argument and b) its premises
are all true.

-NEGATION (“not p”): The negation of a proposition is true just in the cases in which the
proposition is false, and it is false just in the cases in which the proposition is true.

-CONJUNCTION (“p and q”): The conjunction of two propositions is true only when both
propositions are true, and false otherwise.

-DISJUNCTION (“p or q”): The disjunction of two propositions is false only when both
propositions are false, and true otherwise.

-CONDITIONAL (“if p, then q”): A conditional is false if the antecedent is true and the
consequent is false, and true otherwise.

-BICONDITIONAL (“p if and only if q”): A biconditional is true if its component propositions
have both the same truth value (they are both true or both false), and false if they have
different truth values (one is true and the other one is false).

-TAUTOLOGY: A tautology is a formula that is always true regardless of the truth value of its
component propositions.

-CONTRADICTION: A contradiction is a formula that is always false regardless of the truth


value of its component propositions.

-INDETERMINACY: An indeterminacy is a formula that is true or false depending on the truth


value of its component propositions.

-FALLACY: A fallacy is an invalid argument that appears to be valid.

22

S-ar putea să vă placă și