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Capítulo 1.
2. Bases
Introducción
químicas
al de
estudio
la vida
de la biología celular y molecular
Capítulo 2
Bases químicas de la vida
complejas
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PERSPECTIVA HUMANA:
Radicales libres como causa de envejecimiento
El plegamiento anormal de proteínas puede
tener consecuencias letales
VÍAS EXPERIMENTALES:
Chaperonas: moléculas que ayudan a las
proteínas a plegarse de manera apropiada
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Capítulo 2. Bases químicas de la vida
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Figura 2.1 Representación de la disposición de electrones en un número de átomos comunes. Los electrones se
encuentran alrededor del núcleo del átomo en “nubes” u orbitales, definidos de manera general por sus límites, que
pueden tener una forma esférica o de mancuerna. Cada orbital contiene un máximo de dos electrones, razón por la cual
los electrones (puntos oscuros en la figura) se agrupan en pares. La capa más interna contiene un solo orbital (por lo
tanto, dos electrones), la segunda tiene cuatro (ocho electrones) y la tercera tiene el mismo número, etc. La cantidad de
electrones de la capa externa determina las propiedades químicas de un elemento. Los átomos con un número parecido
de electrones en la capa externa tienen propiedades similares. Por ejemplo, el litio (Li) y el sodio (Na) poseen un electrón
en la capa externa y ambos son metales muy reactivos. El carbono (C) y el silicio (Si) pueden unirse a cuatro átomos
diferentes. Sin embargo, por su tamaño, un átomo de carbono puede unirse a otros átomos de carbono y crear moléculas
orgánicas de cadena larga, mientras que el silicio es incapaz de formar estructuras comparables. El neón (Ne) y el argón
(Ar) tienen completa su capa externa, lo que los hace apenas reactivos; se conocen como gases inertes.
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Figura 2.2 Disolución de un cristal de sal. Cuando se colocan en agua, los iones Na+ y Cl_ de un
cristal de sal quedan rodeados por moléculas de agua, lo que rompe los enlaces entre ambos
iones. Conforme la sal se disuelve, los átomos de oxígeno con carga negativa de las moléculas
de agua se relacionan con los iones de sodio que tienen carga positiva; los átomos de
hidrógeno positivos del agua se relacionan con los iones cloro, de carga negativa.
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Figura 2.3 Los enlaces iónicos no covalentes tienen una función importante para mantener a la
molécula proteínica de la derecha (átomos amarillos) junto a la molécula de DNA a la izquierda.
Se forman enlaces iónicos entre los átomos de nitrógeno con carga positiva en la proteína y los
átomos de oxígeno electronegativos del DNA. La molécula misma de ácido nucleico consiste en
dos cadenas separadas que se mantienen unidas por enlaces de hidrógeno no covalentes.
Aunque un solo enlace no covalente es relativamente débil y fácil de romper, una gran cantidad
de estos enlaces entre dos moléculas, como los que hay entre dos cadenas de DNA, hacen que el
complejo sea bastante estable. (La imagen superior fue proporcionada por Stephen Harrison.)
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Figura 2.8 Importancia del agua en la estructura de las proteínas. En esta imagen se muestran
las moléculas de agua (cada una con un solo átomo de oxígeno rojo y dos grises más pequeños
de hidrógeno) en sus sitios ordenados entre las dos subunidades de una molécula de
hemoglobina de almeja. (Tomada de Martin Chaplin, Nature Revs. Mol. Cell Biol. 7:864, 2006, © 2006, Macmillan
Publishers Limited.)
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Figura 2.9 Colesterol. Su estructura ilustra la forma en que los átomos de carbono
(representados por círculos negros) son capaces de crear enlaces covalentes hasta con otros
cuatro átomos de carbono. Como resultado, los átomos de carbono pueden unirse para formar
los esqueletos de una variedad ilimitada de moléculas orgánicas. La columna central de la
molécula de colesterol es una estructura de cuatro anillos, la cual es característica de los
esteroides (p. ej., estrógenos, testosterona y cortisol). La molécula de colesterol mostrada se
trazó con un modelo de esferas y varillas, otra manera de mostrar la estructura molecular.
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Figura 2.10 Monómeros y polímeros; polimerización e hidrólisis. (a) Los polisacáridos, las proteínas y los ácidos
nucleicos constan de monómeros (subunidades) unidas por enlaces covalentes. Los monómeros libres no sólo reaccionan
uno con el otro para convertirse en macromoléculas, sino que cada unidad se activa primero por la unión con una
molécula portadora, la cual después transfiere el monómero al extremo de la macromolécula en crecimiento. (b) Una de
estas estructuras se desarma por la hidrólisis de los enlaces que unen a los monómeros. La hidrólisis es la división de un
enlace por el efecto del agua. Todas estas reacciones están catalizadas por enzimas específicas.
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Figura 2.12 Estructura de los azúcares. (a) Fórmula lineal de la fructosa, una cetohexosa (ceto indica
que el carbonilo [amarillo] se localiza dentro, y hexosa, que contiene seis carbonos). (b) Fórmula lineal
de la glucosa, una aldohexosa (aldo significa que el carbonilo está en el extremo de la molécula). (c)
Reacción espontánea en la cual la glucosa cambia de una cadena abierta a un anillo cerrado (un anillo
de piranosa). (d) La glucosa se representa casi siempre en la forma de un anillo plano (planar)
perpendicular a la página, con la línea gruesa situada cerca del lector, y los grupos H y OH proyectados
arriba o debajo del anillo. Las bases para asignarle su nombre la d-glucosa _ se explican en la sección
siguiente. (e) La configuración en silla de la glucosa representa su estructura tridimensional con más
exactitud que el anillo plano de la parte d. (f) Modelo de esferas y varillas de la conformación en silla
de la glucosa.
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Figura 2.14 Aldotetrosas. Como tienen dos átomos de carbono asimétricos, las aldotetrosas
pueden existir en cuatro configuraciones.
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Figura 2.15 Formación de piranosas α y β Cuando una molécula de glucosa experimenta una
reacción espontánea para formar un anillo de piranosa (p. ej., un anillo de seis elementos), se
generan dos estereoisómeros. Los dos isómeros están en equilibrio entre sí mediante la forma
en cadena abierta de la molécula. Por convención, la molécula es una piranosa α cuando el
grupo OH del primer carbono se proyecta por debajo del plano del anillo, y una piranosa β si el
grupo hidroxilo se dirige hacia arriba.
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Figura 2.23 Dos ejemplos de las miles de estructuras biológicas compuestas en primera
instancia por proteínas. Éstas incluyen (a) las plumas, que son adaptaciones en las aves para el
aislamiento térmico, el vuelo y la identificación sexual, y (b) las lentes oculares, como las de
esta araña, que enfocan los rayos de luz. (a: Darrell Gulin/Getty Images; b: Thomas
Shahan/Photo Researchers, Inc.)
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Figura 2.25 Estereoisomerismo de los aminoácidos. Como el carbono αde todos los
aminoácidos, salvo el de la glicina, está unido a cuatro grupos diferentes, existen dos
estereoisómeros posibles. Se muestran las formas D y L de la alanina.
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Figura 2.26 Estructura química de los aminoácidos. Estos 20 aminoácidos son los más
frecuentes en las proteínas y, en particular, los codificados por el DNA. Pueden existir otros
aminoácidos como resultado de alguna modificación a alguno de los que se presentan. Se
clasifican en cuatro grupos según la naturaleza de sus cadenas laterales, como se describe en el
texto. Todas las moléculas se ilustran como aminoácidos libres en su estado ionizado, como se
encontrarían en una solución con pH neutro.
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Figura 2.29 Micrografía electrónica de barrido de un eritrocito de una persona con anemia
drepanocítica. Compárese con la micrografía de un eritrocito normal en la figura 4.32a. (Cortesía
de J. T. Thornwaite, B. F. Cameron y R. C. Leif.)
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Figura 2.30 Hélice α. (a) Representación tubular de una hélice α Los átomos de la cadena principal cabrían justos dentro
de un tubo con este radio. (b) Trayectoria helicoidal alrededor de un eje que sigue la columna central del polipéptido en
una región de la hélice α Cada giro completo (de 360°) de la hélice es de 3.6 residuos de aminoácidos. La distancia sobre
el eje entre residuos adyacentes es de 1.5 Å. (c) Disposición de los átomos de la columna central de la hélice α y los
enlaces de hidrógeno que se forman entre aminoácidos. Por la rotación helicoidal, los enlaces peptídicos de cada cuatro
aminoácidos quedan muy próximos entre sí. La unión de un grupo carbonilo (C ═ O) de un enlace peptídico con el grupo
imino (H—N) de otro, forma enlaces de hidrógeno entre ellos. Éstos (barras naranja) son paralelos al eje del cilindro y por
lo tanto mantienen unidos los giros de la cadena. (a: con autorización de: Jaynath R. Banaver y Amos Maritan. Figura por
Timothy Lezon y reimpresa con autorización de the Annual Review of Biophysics, Volume 36; © 2007, by Annual Reviews,
Inc.)
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Figura 2.31 Lámina β plisada. (a) Representación tubular de una lámina β antiparalela. (b) Cada polipéptido de la lámina β
asume una conformación extendida, pero plisada conocida como cadena β Los pliegues se deben a la localización de los
carbonos α arriba y debajo del plano de la lámina. Las cadenas laterales sucesivas (grupos R en la figura) se proyectan
hacia arriba y abajo de la columna central. La distancia sobre el eje que hay entre residuos adyacentes es 3.5 Å. (c) Una
lámina β plegada consiste en un número de cadenas β paralelas entre sí y unidas por un conjunto regular de enlaces de
hidrógeno entre los grupos carbonilo e imino de las columnas centrales adyacentes. Los segmentos vecinos de la columna
central polipeptídica pueden encontrarse paralelos (en la misma dirección terminal N → terminal C) o antiparalela (en la
dirección opuesta terminal N → terminal C). (a: de Jaynath R. Banaver y Amos Maritan. Figura creada por Timothy Lezon.
Reimpresa con autorización de the Annual Review of Biophysics, Volume 36; © 2007, por Annual Reviews, Inc.; B. C:
Ilustración de Irving Geis. Imagen de la Irving Geis Collection/Howard Hughes Medical Institute. Derechos de HHMI. Sólo
puede reproducirse con autorización.)
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Richardson.)
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Figura 2.35 Tipos de enlaces no covalentes que mantienen la conformación de las proteínas.
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Figura 2.37 Movimientos dinámicos dentro de la enzima acetilcolinesterasa. En esta imagen se presenta una parte de
la enzima en dos conformaciones distintas: (1) una cerrada (izquierda) en la que la entrada al sitio catalítico está
bloqueada por la presencia de anillos aromáticos que forman parte de las cadenas laterales de los residuos de tirosina
y fenilalanina (en color púrpura), y (2) una abierta (derecha) en la que los anillos aromáticos de estas cadenas laterales
se quitaron del camino, lo que abre una “compuerta” para permitir que las moléculas de acetilcolina entren al sitio
catalítico. Estas imágenes se reconstruyeron con programas computacionales que toman en cuenta mucha información
sobre los átomos que componen las moléculas, incluidos la longitud de los enlaces, sus ángulos, su atracción y
repulsión electrostática, las fuerzas de van der Waals, etc. Con esta información, los investigadores pueden simular los
movimientos de varios átomos en un periodo muy corto, lo que brinda imágenes de las conformaciones que la
proteína puede asumir. (Cortesía de J. Andrew McCammon.)
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Figura 2.41 Red de interacciones entre proteínas. Cada línea roja representa una interacción entre
dos proteínas de levadura, indicadas por los puntos negros con nombres. En cada caso, la flecha
apunta de una proteína con dominio SH3 a una proteína blanco con la que puede unirse. Las 59
relaciones mostradas se detectaron con dos tipos de técnicas distintas que miden interacciones entre
proteínas. (Véase Trends Biochem. Sci. 34:1, 2009 para obtener una explicación sobre la validez de los
estudios de interacciones entre proteínas.) (Imagen tomada de A. H. Y. Tong et al. Science 295:323,
2002. Copyright © 2002. Reimpresa con autorización de Aaas.)
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Figura 2.42 Interacciones entre proteínas axiales. (a) La enzima polimerasa II de RNA, que
sintetiza RNA mensajeros en la célula, se une a muchas otras proteínas al mismo tiempo
mediante interfaces diferentes. (b) La enzima Cdc28, que fosforila a otras proteínas en la
regulación del ciclo de división celular en la levadura con gemación, se une a varias proteínas
diferentes (Cln1-Cln3) en la misma interfaz, lo que permite que sólo una de estas parejas se
una en cada ocasión. (Imagen tomada de Damien Devos y Robert B. Russell, Curr. Opin. Struct. Biol. 17:373, 2007,
con autorización de Elsevier.)
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Figura 2.45 En la vía del plegamiento. La imagen de la izquierda muestra la estructura terciaria nativa de la enzima
acilfosfatasa. La de la derecha es una estructura de transición, que representa el estado de la molécula en el punto
máximo de una barrera de energía que se debe “atravesar” para que la proteína alcance el estado “nativo”. La
estructura de transición consta de numerosas líneas individuales porque es un conjunto (ensamble) de estructuras muy
relacionadas. Su arquitectura general es similar a la de la proteína nativa, pero todavía no aparecen muchas de las
características estructurales más finas de la proteína ya plegada. El paso del estado de transición a la proteína nativa
incluye el logro de la estructura secundaria, un empaquetamiento más ajustado de las cadenas laterales y culminación
del ocultamiento de las cadenas laterales hidrófobas lejos del solvente acuoso. (Imagen tomada de K. Lindorff-Larsen,
et al., Trends Biochem. Sci. 30:14, 2005, fig. 1B. © 2005, con autorización de Elsevier. Imagen de Christopher Dobson.)
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Figura 2.46 Función de las chaperonas moleculares para estimular el plegamiento de las
proteínas. Los pasos se describen en el texto. (Se conocen otras familias de chaperonas, pero
no se describen.)
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Perspectiva Humana Figura 1 Un contraste en la estructura. (a) Estructura terciaria de la proteína PrPC normal, según la
espectroscopia NMR. La porción naranja representa los segmentos helicoidales α y las porciones azules son cadenas β
cortas. La línea punteada amarilla representa la porción terminal N del polipéptido, que carece de estructura definida. (b)
Modelo propuesto del prión infeccioso PrPSc, que consiste sobre todo en una lámina β Todavía se desconoce la estructura
terciaria real de dicha proteína. Las dos moléculas mostradas en esta figura se forman con cadenas polipeptídicas que
tienen una secuencia de aminoácidos idéntica, pero que se pliegan en forma muy distinta. Como resultado de las
diferencias en el plegamiento, PrPC conserva su solubilidad, mientras que PrPSc produce agregados que matan a la célula.
(Las dos moléculas presentadas en esta figura se llaman conformadoras porque difieren sólo en la conformación.) (a: de R.
Riek, Et., Febs 413, 287, fig. 1. © 1997, con autorización de Elsevier. Imagen de Kürt Wüthrich; b: reimpresa de S.B.
Prusiner, Trends Biochem Sci 21:483, 1996. Copyright 1996 con autorización de Elsevier.)
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Perspectiva Humana Figura 2 Enfermedad de Alzheimer. (a) Características definitorias del tejido
cerebral de una persona que murió por enfermedad de Alzheimer. (b) Las placas amiloides que contienen
agregados del péptido Aβ aparecen fuera de las células (entre las células nerviosas), mientras que los
ovillos neurofibrilares (NFT) aparecen dentro de ellas. Los NFT, que se describen al final de esta sección
“Perspectiva humana”, están formados por aglomeraciones mal plegadas de una proteína llamada tau,
que participa en el mantenimiento de la organización de los microtúbulos de las células nerviosas. Tanto
las placas como los ovillos se han sugerido como causa de la enfermedad. (a: © Thomas Deerinck,
Ncmir/Photo Researchers, Inc. B: © American Health Assistance Foundation.)
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Figura 2.50 Análisis global de las actividades de las proteínas con micromatrices proteínicas. (a) Este solo
portaobjetos para microscopio contiene 5 800 proteínas distintas de levadura aplicadas por duplicado. Éstas se
sintetizaron en células con modificaciones genéticas. Los puntos emiten fluorescencia roja porque se incubaron con un
anticuerpo fluorescente que puede unirse a todas las proteínas del conjunto. (b) La imagen izquierda muestra una
pequeña parte del conjunto de proteínas mostrado en la parte a. La imagen derecha muestra la misma porción del
conjunto después de la incubación con calmodulina en presencia de iones calcio. Las dos proteínas que emiten
fluorescencia verde son proteínas de unión a calmodulina. (c) Ilustración esquemática de los fenómenos que ocurren
en la parte b, donde la calmodulina se unió a dos proteínas de la micromatriz que tienen sitios de unión
complementarios. (a y b: tomadas de H. Zhu, et al., Science 293:2101, 2001, cortesía de Michael Snyder. © 2001
reimpresa de AAAS.)
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Figura 2.52 Desarrollo de un fármaco dirigido a una proteína, como el imatinib. (a) Pasos típicos
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en el desarrollo. En el paso 1 se identificó una proteína (p. ej., ABL) que tiene una función causal en
la enfermedad. Ésta es un blanco probable para un fármaco que inhiba su actividad enzimática. En
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el paso 2 la proteína se incuba con miles de compuestos en busca de aquellos que tengan afinidad
razonable con ella e inhiba su actividad. En el paso 3 se identificó uno de estos compuestos (p. ej.,
2-fenilaminopirimidina en el caso de ABL). En el paso 4 se usa el conocimiento de la estructura de
la proteína blanco para hacer derivados del compuesto (p. ej., imatinib) que tengan mayor afinidad
de unión y, por lo tanto, puedan usarse en menores concentraciones. En el paso 5 el compuesto en
cuestión se valora en experimentos preclínicos para conocer su toxicidad y eficacia (nivel de
efectividad) in vivo. Los experimentos preclínicos casi siempre se llevan a cabo en células humanas
cultivadas (paso 5a) (p. ej., de pacientes con CML) y animales de laboratorio (paso 5b) (p. ej.,
ratones con implantes de células CML humanas). Si el fármaco parece seguro y eficaz en animales,
se prueba en estudios clínicos (paso 6), como se explica en la página 68.
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Figura 2.56 Bases nitrogenadas de los ácidos nucleicos. De las cuatro bases estándar que hay
en el RNA, la adenina y la guanina son purinas; el uracilo y la citosina son pirimidinas. En el
DNA, las pirimidinas son citosina y timina, la cual difiere del uracilo por un grupo metilo unido
al anillo.
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Figura 2.57 Los RNA pueden asumir formas complejas. (a) Este RNA es parte integral de la
pequeña subunidad ribosómica de una bacteria. En este perfil bidimensional se ve que la
cadena de RNA se pliega sobre sí misma con un patrón muy ordenado, de manera que la mayor
parte de la molécula tiene cadena doble. (b) Esta ribozima con forma de cabeza de martillo,
como se le conoce, es una pequeña molécula de RNA de un viroide (pág. 26). La naturaleza
helicoidal de las porciones de cadena doble de este RNA puede apreciarse en este modelo
tridimensional. (b: tomada de William G. Scott et al. Cell 81:993, © 1995, con autorización de Elsevier.)
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Figura 2.58 Reconstrucción de un ribosoma del citoplasma de una célula de germen de trigo.
Esta reconstrucción se basa en micrografías electrónicas de alta resolución y muestra las dos
subunidades de este ribosoma eucariota, la subunidad pequeña (40S) a la izquierda y la grande
(60S) a la derecha. La estructura interna de un ribosoma se explica en la sección 11.8. (Imagen
tomada de Adriana Verschoor et al., J. Cell Biol. Vol. 133 [portada #3], 1996; con autorización
de Rockefeller University Press.)
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Vías Experimentales Figura 4 Ilustración esquemática de los pasos propuestos durante el plegamiento de un
polipéptido con la ayuda de GroEL-GroES. Se observa que GroEL consiste en dos cámaras con estructuras y funciones
equivalentes que se alternan en actividad. Cada cámara se sitúa dentro de uno de los dos anillos que componen el
complejo GroEL. El polipéptido no nativo entra a una de las cámaras (paso 1) y se une a los sitios hidrófobos de la
pared. La unión de la tapa de GroES genera un cambio en la conformación en la pared de la cámara superior, lo que
causa agrandamiento de ésta y liberación del polipéptido no nativo hacia el espacio encapsulado (paso 2). Después de
unos 15 s, GroES se disocia del complejo y el polipéptido se expulsa de la cámara (paso 3). Si el polipéptido ya alcanzó
su conformación nativa, como en la molécula de la izquierda, el proceso de plegamiento está completo. Sin embargo, si
el polipéptido sólo está doblado de forma parcial, o si está mal plegado, se une de nuevo a la cámara de GroEL para
iniciar otro ciclo de plegamiento. (Nota: como se indica, el mecanismo de acción de GroEL se impulsa por la unión y la
hidrólisis de ATP, una molécula rica en energía cuya función se describe con detalle en el capítulo siguiente.) (Imagen
tomada de A. L. Horwich, et al., Proc Nat’l Acad Sci USA 96:11037, 1999.)