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I. INTRODUCCIÓN
El agua, en el contexto festivo y ritual del Sequia Tusuy es denominado Aguay Unu
(en quechua cusqueño, Unu significa agua). Es considerado, dadas las angustiosas
sequías a las que se enfrenta esta región, como un regalo, es entendida y vista como
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“sangre que brota de las venas de los Wamanis” . Debido a ello, el acceso a este
recurso es considerado un derecho fundamental para todo ser vivo, como lo expresan
los pobladores naturales de Puquio.
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Arguedas, pág. 231 – Inkarri es considerado el primer dios andino, creador y hacedor de toda la
naturaleza. Arguedas deja entender que Inkarri es un dios homólogo al dios cristiano en lo relativo al
´génesis del mundo.
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Arguedas, “El Aguay Unu” pág. 239
partícipe activo en las actividades religiosas de la comunidad. Arguedas menciona
que para los Puquianos el cumplimiento de las obligaciones religiosas, si bien no
obedecen a las necesidades religiosas primarias de quien o quienes las ejecuten, es
una eficaz herramienta para alcanzar una mejor posición social.
“Así, un natural que ha pasado por todos los cargos religiosos, que
ha cumplido con los sacramentos y que además ha desempeñado los
cargos comunales, ocupa la más alta posición social; y la más baja,
aquel que no ha cumplido con ningún cargo religioso ni civil… Existe
pues, una relación directa entre el prestigio y el cumplimiento de las
obligaciones religiosas oficiales” (Arguedas, 1956)
Otro personaje presente en la celebración, que es quizás una de las figuras más
emblemáticas, míticas, que ha servido de fuente de inspiración de numerosos relatos
en la literatura andina, es el denominado Pongo. Este personaje es ambiguo, pues si
bien en la jerarquía Auki – pongo se encuentra posicionado en el rango menor, es
únicamente él quien tiene la habilidad de llamar o invocar a los espíritus de los
wamanis. Si bien no es un brujo, ni un sacerdote, el pongo esta vinculado a los dioses
por una relación de servidumbre. Es él quien se da a la tarea de cumplir los favores y
mandados en nombre de los wamanis.
“(El pongo) Está vinculado con los dioses que no necesitan
intermediarios para destruir a quienes los ofenden, pero si para hacer
mercedes a quienes los solicitan” (Arguedas, 1956)
El pongo es elegido por los auki y los varayocs de manera minuciosa entre los
jóvenes que demuestren vocación por el oficio. Esto se debe a que el Pongo
finalmente podría llegar a convertirse en auki. Pero para ello debe pasar por un
proceso evolutivo. Es decir, el pongo asciende a Sullka Auki y solo después podrá
aspirar a ser Auki. De igual manera, hay jerarquías de Varayoc, denominándose
Sullka Campo al Varayoc de segunda categoría.
LA FIESTA
Se preparan también las cruces que portaran el auki mayor, el menor y el pongo,
adornándolas con flores. Para las cruces del pongo y del auki menor se utilizan
claveles. Por su parte, la cruz del Auki, al ser la más importante, recibe el nombre de
Qaqru y es adornada con flores de Qantu (cantutas). Estas flores, y en general, esta
planta, es portadora de un fuerte significado de resistencia al ser el único arbusto que
florece de manera esplendida en un periodo en el cual los campos se encuentran
quemados por el fuerte sol y las sequias que azotan la región durante setiembre y
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agosto.
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Arguedas, pág. 244
los animales que servirán de sacrificio en la ceremonia. En el caso de las
comunidades de Qayao y Pichqachuri, se les ofrece una cena abundante a los aukis
antes de su partida al campo para realizar “el despacho”
Una vez ordenada la mesa, aukis y pongo se arrodillan ante ella para luego ser
partida a la mitad por el auki con un cuchillo. Una de las mitades es arrojada a la
acequia más próxima, mientras que la otra mitad de la mesa es enterrada en una
especie de pequeña catacumba a la que se denomina Pukulla. Mario Polia hace
mención de esta división dual de la mesa ceremonial asociándola con el concepto
dualista que caracteriza la cosmovisión andina.
Posterior a esto, el Sullka Campo, quien tenía la tarea de llevar los animales que
serían sacrificados (una llama y un carnero) le hace entrega de estos al auki mayor.
Este tiene la obligación de arrancarles el corazón a los dos animales y echarlos a la
acequia mientras aún se hallan calientes y palpitantes. Hecho esto, todos los
presentes inician una serie de cánticos mientras que el Sullka campo coge los restos
de la llama y los personifica. Terminado los cánticos se procede a coser la carne de
los sacrificios para poder ingerirlos. A este acto se le denomina “Castillo”
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Douglas Sharon en A Peruvian Curandero's Seance: Power and Balance". Spirits Shamans and Stars
(citado por Polia)
A la mañana siguiente los aukis, el pongo y los demás acompañantes retornan al
pueblo para celebrar la ceremonia conocida como Primer Angosay. Esta se realiza en
la laguna Qoreqocha, en donde los pobladores los esperan con cohetecillos y potajes,
pero principalmente con bebidas alcohólicas de color rojo las cuales son mezcladas
con agua de la laguna. Esta bebida se sirve en copas adornadas con flores rojas de
cantuta, y es un acto solemne en donde los pobladores se colocan en dos filas y van
pasándose las copas con el licor rojo unos a otros. Terminado el intercambio de
bebidas, se procede a realizar el acto denominado “Adoración de las cruces”. El auki
mayor coloca el Qaqru (cruz de mayor importancia) sobre una roca, y a ambos lados
se colocan las cruces del pongo y del auki menor.
La sociedad puquiana se halla dividida en dos estamentos. Por un lado, están los
“naturales”, es decir, la población originaria de Puquio, quienes han reemplazado el
término “indio” por el de naturales debido a la carga racial y peyorativa de tal
denominación. Sobre todo, cuando son los miembros del estamento contrario quienes
la utilizan. Estos son pues, la sociedad de Mistis, o mestizos, quienes en su mayoría
ocupan cargos administrativos en cada Ayllu. Cabe mencionar que en el Ayllu o
barrio de Qollana la relación entre naturales y Misti es muy tensa, mientras que en
Chaupi se reacción entre ambos sectores alcanzó un nivel de armonía mayor al de las
demás comunidades. Esto debido a que las actividades comerciales realizadas por los
Mistis se complementan con las de los naturales, quienes en su mayoría se dedican a
la agricultura y ganadería. De la unión y trabajo conjunto por ambas partes, Chaupi
alcanzó altos niveles de desarrollo económico e infraestructural. Dicha alianza es
pues considerada necesaria y buena para ambas partes.
Ya explicada la existencia de estos dos grupos sociales, retornaremos al tema que nos
incumbe en este estudio, que es el asunto de las prácticas y creencias religiosas.
Arguedas señala que existe una dicotomía entre el culto oficial impulsado por la
sociedad Misti y el culto local, practicada únicamente por los naturales, en el que los
primeros no participan e incluso, reprueban.
No solo los Mistis tienen dificultades para entender el por que los naturales invierten
tanto dinero y esfuerzo en la celebración de una fiesta religiosa, más aún cuando esta
no forma parte de las actividades propias de la religión “oficial”. Cualquiera que no
comprenda que significado tiene el agua para los pobladores naturales de Puquio
pensaría lo mismo, y vería, en las prácticas de Sequia Tusuy actitudes
incomprensibles, y hasta crueles. Es por ello que resulta conveniente un análisis
profundo de la simbología y las estructuras cognitivas que subyacen dichas prácticas.
Para ello el materialismo cultural nos será de gran ayuda, pues nos permitirá conocer
cómo se construye todo el sistema de creencias y cómo de ellas parten las prácticas
descritas en la sección anterior de este ensayo.
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Arguedas, pág. 270 y 271
IV. BASES MATERIALES DE LA SACRALIZACIÓN DEL AGUA
Marvin Harris nos ofrece una aproximación útil para entender las prácticas culturales
de una sociedad, las cuales tienen su origen en una determinada ideología que, a su
vez, es producto de una serie de factores materiales que confluyen determinado la
forma en que estas ideologías serán construidas. Muchas veces, las prácticas que
explicamos a partir de la adjudicación de un carácter sagrado hacia un objeto de
protección o de tabú responde a necesidades materiales camufladas en ideologías
religiosas.
Harris señala que detrás de toda práctica social hay una lógica que busca la
preservación de una serie de “condiciones universales necesarias para el
mantenimiento del sistema” (Harris, 1985) entendiendo al sistema como una
estructura sociocultural la cual se crea y se configura a partir de los requisitos
mínimos de subsistencia de un grupo humano en una determinada ubicación
geográfica. Según esto, Harris señala que para la construcción ideologías que
justifiquen o expliquen una práctica social, se toman en cuenta los siguientes
aspectos:
El siguiente esquema nos permitirá entender mejor cómo se estructuran los procesos
cognitivos (basados en condiciones y relaciones prácticas6) que determinan la
formulación de ideas reguladoras del comportamiento social frente.
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Marvin Harris, 1974.
perpetuador de la producción (agrícola y pecuaria) para la subsistencia. De aquí que
al agua se le otorguen cualidades mágicas llegando a alcanzar un estatus sagrado.
Esta idea que concibe al agua como un elemento divino constituye lo que Harris
denomina superestructura (2). Y son precisamente estas ideas las que determinarán
qué es lo prescrito y que es lo tabú, moldeando la conducta de la sociedad, sus
prácticas culturales, a las premisas formuladas en esta categoría.
Ejemplo de esto es la asociación que se hace entre estos seres sobrenaturales, los
wamanis, con la llegada del agua. Para explicar la sacralidad del agua, los pobladores
andinos no encontraron mejor idea que asociar su llegada con la misericordia de
algún ser supremo, que los protege en todo momento. “Los dioses locales están
presentes en todos los aspectos y acontecimientos importantes de la vida individual y
social” (Arguedas, 1956).
Entonces, podemos finalizar concluyendo que los gastos, el tiempo y dinero invertido
en la preparación de las fiestas, el sacrificio de los animales cuyo corazón es arrojado
a las acequias, todo forma parte de una práctica cultural cuya base material es el agua
escasa. Este hecho determina la formulación de una visión sagrada de este elemento,
asociándolo a seres superiores y entendiéndola como un regalo que solo será
otorgado a los pobladores de Puquio si se les ofrece a estos seres una retribución
apropiada. De aquí que la actitud desprendida de los naturales, aun cuando esta
signifique la propia ruina económica, se puede comprender en la medida de que no
hay riqueza que equivalga a un acceso continuo al agua. Y, debido a la configuración
de la superestructura, este acceso constante solo se conseguiría siendo agradecidos y
desprendidos para con los dioses dadores de Aguay unu.
VI. ANEXOS
1. Mapa de Lucanas