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El día domingo estaba muy inquieto, ya que el día lunes iba a empezar mi práctica
docente I, en la E.O.R.M Aldea Huixoc, san pedro Necta, por la noche del día
domingo empecé a ordenar las cosas que iba a necesitar en la fase de auxiliatura,
ya que la primera semana de mi práctica, comenzó con la fase de auxiliatura.
Al llegar a la escuela, eran como a las 7:00 nadie había llegado espere, poco a
poco fueron llegando los alumnos, me empezaron a saludar y se me quedaban
viendo, quizás preguntándose a sí mismo quien se él. Después llego mi otro
compañero de practica (Denis Udiel), empezamos a platicar de que ningún
profesor titular se había hecho presente, le respondí que no.
Fueron llegando los profesores titulares ya eran como a las 7:20 cuando llegaron
a la escuela.
Al llegar, el director nos saludó al igual que los demás maestro, más tarde, nos
presentó con los alumnos en el grado de primero y segundo, en la hora de receso
nos reunimos en la sala de profesores para presentarnos a todos los docentes
que había en el momento, personas de trato agradable que nos comentaron todas
sus impresiones y experiencia a lo largo de sus años de docencia. El director nos
explicó la metodología que se llevaba en la escuela. Consistía en que además de
la clase en la que están todos los alumnos por curso, también contaban con lo que
es la educación física.
Una vez que fui al aula que me correspondía el grado de primero, la maestra , me
explicó cómo funcionaba la clase, que niños tenían más dificultades, que material
escolar utilizaban, como planteaba sus clases, preocupaciones que tenía,
situaciones de los niños en el hogar y un sin fin de cosas que verdaderamente me
sirvieron de gran utilidad.
Desde el primer día, el lugar que ocupé en la clase no fue al lado de la profesora
sino entre todos los niños ya que lo que quería conseguir era que me vieran como
alguien que les podía estar ayudando en todo momento a la vez que les explicaba
o corregía cualquier tipo de ejercicios.
Respecto al ambiente de la clase, pude darme cuenta de que todos los niños se
llevaban bien entre ellos, no había problemas ni grupos entre ellos. Tampoco
había ningún niño al que no le hicieran caso o lo marginasen. En los recreos
jugaban entre todos libremente.
Así pues mi labor en mi clase a lo largo de la semana fue ser su “apoyo” en todas
las materias. El niño tenía muchas dificultades en el habla, a pesar de que asistía
semanalmente a la logopeda, le costaba mucho comunicarse, por lo que tampoco
sabía leer correctamente.
Mi primera tarea fue el que desarrollara sus conocimientos de escritura, para ello,
el niño contaba con un gran libro de ejercicios y cuentos infantiles acompañado de
graciosos dibujos para que le fuera más ameno.