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El arte románico, desarrollado entre el siglo XI y mediados del XII fue el primer es-
tilo medieval que adquirió unos rasgos comunes en toda Europa. Su nombre pro-
cede de la forma de su arco característico que recuerda al utilizado por los ro-
manos.
Exterior. Ábside
Interior de Saint Sernin Saint Sernin
Estas bóvedas de piedra son muy pesadas. Por eso en el interior se refuerzan con
arcos fajones transversales, que traspasan el peso de la bóveda a los soportes. Y
en el exterior del edificio se apuntala con contrafuerte, para evitar que el muro
pudiera volcarse con el peso. Los edificios tienen también gruesos muros y pocas
ventanas; por eso, los interiores son oscuros.
En el exterior, el muro se decora con fajas verticales que sobresalen del muro, con
galerías de pequeños arquillos ciegos, y con diferentes tipos de molduras.
-LOS TIPOS DE EDIFICIOS-
Iglesia
La iglesia fue el edificio principal. Solía tener planta de cruz latina, compuesta
por una, tres o cinco naves separadas por arquerías; transeptos, o nave trans-
versal con cimborrio o torre en el centro; y una cabecera formada por varios áb-
sides semicirculares. Las de peregrinación tenían, además, una girola o nave semi-
circular que rodeaba el altar mayor y permitía a los peregrinos transitar por la ig-
lesia sin interrumpir el culto; y una tribuna o segundo piso sobre las naves lat-
erales, para acoger a más fieles.
Entre las iglesias románicas destacan las de Santa Fe de Conques, Santa Mag-
dalena de Vezelay y San Pedro de Moissac, en Francia; la catedral de Durham, en
el Reino Unido; la catedral de Worms , en Alemania, y el conjunto de Pisa, en Italia.
Otros tipos de edificios románicos fueron los monastérios, los castillos y las
murallas.
Las esculturas y pinturas románicas tuvieron como destino principal las iglesias. Su fun-
ción explica por qué las figuras no buscan la belleza ni el realismo, sino la expresividad o
la comunicación clara del mensaje que quieren transmitir. Como este mensaje es eterno e
intemporal, las figuras son rígidas, alargadas, impasibles y, en cierto modo, antinaturales.
Los temas principales son escenas del Antiguo Testamento y de la vida de Cristo, leyen -
das de santos, y las virtudes y los pecados. También se representan con frecuencia los
temas relacionados con el fin del mundo, entre los que destaca el Juicio Final presidido
por el pantocrátor o Dios Todopoderoso.
La pintura se realizaba al fresco, sobre los muros interiores de las iglesias; o sobre tablas
recubiertas con una capa de yeso, colocada delante del altar. También las miniaturas, que
ilustraban los libros, alcanzaron un gran desarrollo.
Se caracteriza por ser una pintura lineal, en la que predomina un grueso dibujo negro; por
el uso de colores planos y uniformes, con predominio del azul y del rojo, y por el desin-
terés en la representación del volumen de las figuras o la profundidad del espacio
El arte románico llegó a la Península Ibérica procedente del otro lado de los Pirineos. Se
desarrolló en los estados cristianos peninsulares entre los siglos XI y XII y, dentro de la
unidad del estilo, presenta ciertas diferencias de unos reinos y estados a otros.
Esta diversidad lleva a distinguir dos grandes escuelas: la catalana y la castellano-ar-
agonesa
Corresponde a los inicios del estilo, a finales del siglo X. Estuvo vinculada la arquitectura
lombarda, difundida por cuadrilla itinerantes de canteras lombardos, cuya influencia se re-
fleja en el uso de arquillos ciegos que decoran las cornisas y los cuerpos de las torres; y
al patrocinio del abad Oliva desde el monasterio de Ripoll.
Los ejemplos más destacados son del siglo XI y principio del XII, caso de iglesias como
las de San Clemente y Santa María de Tahull, ambas en Lleida; y de monasterios como
San Pedro de Roda en Girona.
Monasterio de Ripoll
La escultura románica se concentró en los capiteles y portadas de las iglesias. Los ejem-
plos más sobresalientes se encuentran en Jaca, Sangüesa, León y, especialmente, en
Santiago de Compostela. Aquí trabajaron maestros famosos, como el maestro Esteban,
autor de la puerta de las Platerias; y el maestro Mateo, autor del Pórtico de la Gloria.
La pintura mural, utilizada en la decoración intrior de los templos, tiene entre sus princip-
ales obras los ábsides de San Clemente y Santa Maria de Tahull (Lleida), y en el panteón
real de San Isidoro de León.
A mediados del siglo XII, en Francia, surgió un nuevo estilo artístico que se extendió por
toda Europa entre los siglos XIII-XV: el arte gótico.
Se desarrolló, sobre todo, en las ciudades, es decir, fue un arte urbano impulsado por la
burguesía y el poder eclesiástico que residían en las ciudades y costeaban la construc-
ción de las grandes catedrales y obras góticas.
Catedral de Barcelona
ARCO APUNTADO
Se introdujo el arco ojival o apuntado. Es un arco con forma de punta o flecha que
permite elevar la altura del edificio.
EL PILAR BAQUETONADO
La consecuencia directa de esta multiplicación de nervios en la cubierta será la transform-
ación de sus soportes . El pilar baquetonado es un pilar con columnillas circulares llama-
das baquetones, que son la prolongación de cada uno de los nervios de la bóveda.
La arquitectura gótica se caracteriza por un predominio de los vanos sobre el muro. • Es-
tos vanos del gótico pueden ser ventanas o rosetones (ventanas circulares) cerradas con
vidrieras normalmente coloreadas.
Las plantas son muy similares a las románicas: planta basilical con torres a los pies, tres
o cinco naves longitudinales, transepto, crucero y remate en ábside con girola o deambu-
latorio.
En muchas catedrales góticas, la cabecera
adquiere especial desarrollo, aumentando el
número de naves: catedrales macrocéfalas.
La girola puede ser sencilla o doble, con ca-
pillas exteriores poligonales dispuestas radial-
mente, distinta a las semicirculares del
románico.
Además de plantas de cruz latina, en algunas
catedrales góticas encontramos la planta de
salón: aquella en la que el transepto no
sobresale exteriormente, ya que queda integ-
rado en el cuerpo longitudinal.
ALZADO
-PINTURA-
En el interior de las catedrales góticas el espacio para las pinturas murales, a diferencia
del románico, se reduce por la aparición de las vidrieras de colores.
Se generaliza, así, el uso de las pinturas sobre tabla de madera policromada (retablos).
Solían colocarse detrás de los altares, en el ábside, y podían alcanzar un gran tamaño
(con hasta 2 o 3 tablas formando un díptico o un tríptico).
Los temas son principalmente religiosos (escenas de la vida de Cristo, la Virgen o los
Santos) pero también aparecen personajes notables de la época como donantes de las
obras retratados en los retablos y tablas. Las obras adquieren un mayor realismo y os fon-
dos dorados son sustituidos por arquitecturas y paisajes aportando cierta perspectiva. Las
figuras adquieren unas proporciones más naturales y una mayor expresividad en rostros y
gestos.
En el s XV, en los Países Bajos y Flandes, se desarrolla una importante escuela de artis-
tas que pintan al óleo y con gran realismo no sólo escenas religiosas sino también a
burgueses, retratos y paisajes (escuela flamenca)