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CODIGO: 264

ACCIONES IMPLEMENTADAS PARA SUSTENTAR A LA APICULTURA COMO


UNA OPCIÓN PRODUCTIVA QUE APORTE AL DESARROLLO DEL SUR DE
SANTA FE
Bertozzi, Ezequiel1 & Luraschi, Florencia1
1
Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria - Agencia de Extensión Rural - Casilda.
ebertozzi@correo.inta.gov.ar

Las actividades se realizaron en localidades incluidas en el área de influencia de la Estación


Experimental Agropecuaria Oliveros del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que
incluye 7 departamentos del Sur de Santa Fe. El contexto regional se caracteriza por la
desarticulación institucional en la cual el sector apícola no es la excepción. Las organizaciones de
apicultores consolidadas son escasas dando una posición desventajosa a los productores que
mayoritariamente son de pequeña escala. Entre las problemáticas ligadas a la apicultura podemos
citar el avance de la agricultura, la intensificación de la utilización de agrotóxicos y una alta
conflictividad entre agricultores y apicultores.

Las acciones se implementaron en el marco del Programa Nacional Apícola, Proyecto Regional
Apícola y el Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable a través de la estrategia de
intervención denominada “Cambio Rural”. El trabajo es realizado desde hace muchos años, pero es a
partir del año 2006 con la conformación de varios grupos de Cambio Rural que posibilitó potenciar la
intervención y aumentar las articulaciones.

Los objetivos están orientados a integrar la apicultura a la principal actividad rural (en el área
abordada) como es la agricultura extensiva, fortalecer las capacidades existentes y aprovechar los
recursos locales para colaborar a consolidar el entramado socio-institucional. Intentando hacer eje en
los procesos, sin perder de vista los productos obtenidos.

Los principales resultados pueden manifestarse como una mayor interrelación de las
instituciones y actores locales a partir de la participación social, que pueden verse plasmados en
proyectos de diverso plazo. Si bien es difícil lograr cambios en las relaciones económicas y sociales
dentro de las comunidades. Es de prever que el incremento de acuerdos e interacciones generen un
entramado que mejore la sostenibilidad y propicie un escenario que favorece el desarrollo,
excediendo a una actividad o a un sector en particular.

Palabras Clave: Apicultura – Desarrollo territorial – Articulación interinstitucional

Eje temático: Estrategias para el trabajo en extensión rural

Categoría: Experiencia

Presentación: Poster
ACCIONES IMPLEMENTADAS PARA SUSTENTAR A LA APICULTURA COMO
UNA OPCIÓN PRODUCTIVA QUE APORTE AL DESARROLLO DEL SUR DE
SANTA FE

Contexto regional
Las actividades se realizaron en el área de influencia de la Estación Experimental Agropecuaria
Oliveros del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que incluye 7 departamentos del
Sur de Santa Fe (Belgrano, Iriondo, Constitución, San Lorenzo, Rosario, Gral. López y Caseros) y
abarcan una superficie de 2.468.000 ha. La principal producción que se realiza en el ámbito rural es
la agricultura extensiva de soja, maíz y trigo. En los últimos años se ha empezado a expandir el
cultivo de legumbres, más allá de la zona histórica en el departamento Constitución, y la colza como
opciones de cultivos invernales. La Soja producida en esta región significa cerca del 18% del total
Nacional, demostrando a las claras la importancia de esta oleaginosa. En este contexto se desarrolla
la apicultura en una región con larga tradición de apicultores, que mantiene vigente la actividad a
pesar de la fuerte disminución de la flora apícola en la zona.

La apicultura genera ingresos por la venta de productos de la colmena, principalmente por la


comercialización de miel. En el año 2011 nuestro país exportó 72.157 Tn de miel (ACA, 2012) por un
valor aproximado 220 millones de dólares, siendo el mayor exportador del mundo y el segundo en
producción detrás de China. Por otro lado, ofrece servicios ambientales y genera ganancias
económicas en otras actividades a través de la polinización de cultivos. Esos beneficios son
largamente superiores a los obtenidos por la comercialización de los productos de la colmena, aun sin
tener en cuenta los aportes que realizan al desarrollo especies vegetales de crecimiento espontáneo.
Según estimaciones de la FAO y de la Unión Europea, el valor del servicio de polinización por parte
de las abejas es de 20 a 30 veces superior al de la miel junto al resto de productos apícolas.

Las problemáticas ligadas al sector son variadas, pudiendo mencionar la disminución de la


diversidad de especies vegetales con la consecuente reducción de polen y néctar, los cuales son
necesarios para una adecuada nutrición de las abejas. La principal causa de esta situación es el
avance de la agricultura y la intensificación de la utilización de agrotóxicos en el esquema de
producción de alimentos. Este contexto productivo trajo aparejada la reducción de los rendimientos
por debajo de los promedios históricos, la mayor susceptibilidad a enfermedades, disminución de la
longevidad de las abejas, entre otros. Además, existe conflictividad entre agricultores y apicultores
ante la utilización de agroquímicos, con gran desconocimiento de ambas partes. La dificultad de los
productores al acceso de campos para ubicar los apiarios es frecuente ya que, entre otras causas, no
se perciben los beneficios por estos insectos en la agricultura.

El contexto regional se caracteriza por la desarticulación institucional en la cual el sector


apícola no es la excepción. Las organizaciones de apicultores consolidadas que brindan sustento a
productores son escasas. El 85% de los apicultores que participan en grupos Cambio Rural (GCR) en
la Argentina (Bedascarrasbure, 2011) y en el sur de Santa Fe posee menos de 350 colmenas. La
actividad por lo tanto es realizada en pequeña y mediana escala, significando una actividad
secundaria en la mayoría de los casos. Cerca del 60 % de los productores GCR del sur de Santa Fe
terminaron la secundaria y tienen entre 36 y 50 años, mostrando un claro perfil para el grupo que
representa una fuente de ingresos la apicultura. Las escuelas agrotécnicas históricamente han
iniciado en el conocimiento de la actividad a muchos de los apicultores, pero esta función se ha ido
perdiendo en el tiempo.

Objetivos

Los objetivos fueron orientados a integrar la apicultura a la principal actividad rural como lo es
la agricultura extensiva, fortalecer las capacidades existentes y aprovechar los recursos locales para
colaborar a consolidar el entramado socio-institucional. Intentando hacer eje en los procesos, sin
perder de vista los productos obtenidos. Los logros apuntaron a beneficiar a la sociedad en su
conjunto pero trabajando desde una actividad en particular como es “La Apicultura”.
Los objetivos planteados están en sintonía con los determinados por el INTA, como son la
competitividad económica de las empresas agropecuarias, la equidad social de los territorios y la
salud ambiental.

Las acciones estratégicas que se efectuaron para el logro de los objetivos fueron:

• Vincular una parte del sector apícola con las instituciones locales y regionales, ya sea
estatales o privadas. El fortalecimiento de las organizaciones existentes así como la
propensión de formación de nuevas, para la contención de las necesidades y como una
manera de canalizarlas.

• Fomentar los puntos de encuentro de apicultores.

• Brindar elementos técnicos para que se visualice a la apicultura como un aliado de la


producción agropecuaria. Con el fin de disminuir el grado de conflictividad entre dos
actividades que pueden complementarse brindando servicios para ambas.

• Difundir en la comunidad los productos y servicios brindados por la apicultura. Los


medios de comunicación utilizados fueron radio, televisión y periódicos, junto a la
participación en ferias y exposiciones locales y regionales.

• Generar un feed back entre las necesidades territoriales y el equipo de investigación de


apicultura del Proyecto Regional Apícola, para responder a las necesidades técnicas
que surgían.

• Afianzar el funcionamiento de un equipo de técnicos que asesoren los GCR


coordinados por el Agente de proyecto. La asignación de roles y el fortalecimiento de
estos en la comunidad-zona que realizan sus tareas de asesoramiento para
transformarlos en referentes apícolas, nexos entre INTA y la comunidad.

Características de la experiencia

Los grupos Cambio Rural


Las acciones se implementaron en el marco del Programa Nacional Apícola (PROAPI),
Proyecto Regional Apícola (PRA) y el Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable a
través de la estrategia de intervención denominada “Cambio Rural”. El trabajo es realizado desde
hace muchos años articulando acciones con diversas instituciones. Pero a partir del año 2006 con la
conformación de varios GCR y el primer Proyecto Regional Apícola (INTA Regional Santa Fe), se
posibilitó potenciar la intervención y aumentar las articulaciones. La continuidad del trabajo la brindó
el respaldo de un segundo proyecto en el 2009 que fue denominado “Desarrollo integral de la
apicultura en Santa Fe”, en ese ámbito se dio un excelente paraguas institucional para actuar en el
territorio. Paralelamente se conformó un grupo de asesores técnicos de los GCR que dio mayor
respaldo en recursos humanos para multiplicar los agentes de cambio y la llegada a las comunidades.

En este contexto surgieron varios grupos de apicultores que se incorporaron al programa


Cambio Rural, los cuales en la actualidad son 11 con 109 productores y 6 asesores. Los pilares de
este programa son: la intensificación productiva, la diversificación de actividades, el asociativismo y la
integración en las cadenas agroalimentarias (Thornton, 2006). El eje en el territorio específico lo
conformó el grupo de apicultores y es el verdadero protagonista. Las herramientas que se les brindó a
los grupos fueron la capacitación específica en aspectos productivos referidos a la apicultura como es
nutrición, manejo, sanidad, genética, entre otros. Además se le agregan los elementos necesarios
para la toma de decisiones económico-financieros, aportando a la conversión de las producciones
familiares en pequeñas empresas capaces de planificar a mediano y largo plazo. Las demandas que
surgían en el territorio eran vinculadas al equipo de investigación del PRA que a su vez articula con
equipos del PROAPI, de manera de orientar la oferta territorial de investigación y desarrollo, así como
de capacitación de recursos humanos, según las necesidades locales (Alburquerque, 2006).

Los seis asesores de los grupos trabajaron en conjunto con una persona de INTA Casilda
(agente de proyecto) coordinando acciones y compartiendo experiencias. El funcionamiento era el de
un equipo, con reuniones en donde se planteaban las problemáticas y se ponían en discusión. El
agente de proyecto relevaba las demandas que muchas veces son comunes en los grupos
permitiendo hacer más eficiente los recursos para resolver esas necesidades. Los roles de los
asesores en el equipo se fueron definiendo y consolidando con el tiempo y se les acercó la ayuda
necesaria para que puedan relacionarse con otras instituciones, especialmente las involucradas
directamente en la zona donde asesoraban, que muchas veces coincidía con su lugar de residencia.
De esta manera participan en distintas organizaciones apícolas o del sector productivo, potenciando
la vinculación de los grupos con diversas entidades gubernamentales y no gubernamentales.

Una característica a destacar es que los técnicos que asesoran a los grupos en su mayoría no
son profesionales (Ing. Agrónomo – Veterinario). En los comienzos del programa se exigía que
tengan título de por lo menos 4 años de carrera, siendo el primer obstáculo el desconocimiento de la
actividad por parte de los profesionales, debido principalmente a que en las carreras de grado
fuertemente ligadas a la actividad agropecuaria no se incluían materias que contemplaran la
apicultura. Cabe destacar que en los últimos años se fueron agregando a los planes de estudio en
algunas facultades como materia optativa con el fin de dar elementos básicos de formación en el
área. Por lo tanto, los asesores son productores con nivel técnico, a los cuales el PRA en conjunto
con Cambio Rural capacitó permanentemente, más allá del apuntalamiento que realizó el agente de
proyecto con reuniones individuales y grupales.

La evolución de los GCR es variada, muchas veces condicionada por la génesis del mismo,
partiendo de un nivel de interacciones de los integrantes que va avanzando a medida que se logra la
confianza y cierta estabilidad en la composición de sus integrantes. Las interacciones que podríamos
llamar internas se plasman en trabajos conjuntos, compra de insumos, ventas de la producción, entre
otras. En este proceso puede surgir la necesidad de involucrarse en algún proyecto de mayores
responsabilidades como puede ser la conformación de por ej. una cooperativa.

A veces estos pasos suelen darse en forma desordenada o con interposición. A continuación
se mostrarán 3 casos en localidades diferentes del sur donde se intervino:

1. Localidad de Casilda - Santa Fe

Un grupo de apicultores de la ciudad de Casilda se comenzó a organizar frente a necesidades


productivas vinculadas a su pequeña escala. Ante esta situación se conforma un GCR en el año 2007
recibiendo apoyo técnico a través del asesor que estipula el programa. El grupo se relaciona
fuertemente con el gobierno local buscando satisfacer la falta de una sala de extracción de miel que
cubra la demanda local. La gestión es acompañada por recursos humanos de INTA pero los
apicultores participan activamente de todo el proceso. Ellos demuestran el porqué es necesario un
lugar donde extraer miel que aporte a aspectos tales como la salud pública, uso eficiente de recursos
y de planeamiento de la ciudad.

La solicitud es tomada por las autoridades locales y se plasma en el otorgamiento de un


terreno situado en el polo industrial de la ciudad. En cuanto a la construcción de la sala de extracción
de miel se comprometen recursos del Estado que el municipio ejecuta. Las maquinarias fueron
adquiridas a través de un subsidio del gobierno nacional junto a una contraparte aportada por los
productores. Finalmente, para la puesta en marcha de la planta los apicultores solicitaron un crédito
para la compra de algunas herramientas necesarias. Este crédito fue otorgado por el municipio de
Casilda el cual estaba destinado a productores familiares.

La sala se inauguró oficialmente en septiembre de 2011 realizándose una jornada para


apicultores en el marco de la Fiesta Provincial de la Miel y Fiesta Nacional del Oro dulce 2011, para la
promoción del servicio que presta y para el conocimiento de toda la comunidad. La sala funcionó para
la cosecha 2011-2012 y extrajo la miel de los apicultores involucrados en el proyecto junto con otros
productores de la zona. El funcionamiento de la sala trajo aparejado inconvenientes propios de un
proyecto que implica una gran interacción y un avance entre los acuerdos de los integrantes del
grupo. La operatividad de la misma se vio limitada a la disponibilidad de tiempo de los apicultores y
ocasionó tensiones y divisiones entre las personas. Actualmente, se está buscando una forma
asociativa que les permita mejorar el trabajo de la sala y permita proyectarse a largo plazo. En
general podemos decir que en esta experiencia los recursos estuvieron de forma tan rápida que no
permitió un aglutinamiento de productores de forma estable en el tiempo, el cual se está dando en
este momento.

En diciembre de 2011 se conformó un nuevo GCR con personas que están comenzando a
producir miel y pertenecen a Casilda y Arequito. El grupo surge debido a que la sala brinda la
oportunidad de contar con infraestructura necesaria para dedicarse a la apicultura y seguir trabajando
en consolidar el sector en la zona.

Paralelamente se vinculó a los productores con los responsables de la seguridad alimentaria de


Casilda para solicitar la comercialización de la miel proveniente de la sala. La construcción responde
a los requisitos bromatológicos y sanitarios para la obtención de alimentos inocuos. La importancia se
debe a que la mayor parte de la miel que se consume en Casilda no entra en por el circuito comercial.
De esta manera, a través de la sala se ofrece mayores garantías a un producto alimenticio, aportando
a la seguridad alimentaria de la población.

2. Localidad de Oliveros – Santa Fe

En la localidad de Oliveros algunos emprendedores vinculados a la actividad apícola


visualizaron la necesidad de una planta de fraccionado de miel. La misma responde a la oportunidad
de agregar valor a sus producciones en una zona donde el turismo está aumentando en los últimos
años. Para acceder a ese mercado y al circuito formal de comercialización de miel fraccionado es
indispensable contar con esta planta para vender la miel que producen. En la región no hay en las
cercanías empresas que fraccionen lo que potenció el proyecto, redoblando el desafío de brindar el
servicio a quien lo requiera.

La subsecretaria de agricultura familiar (SAF) comenzó a trabajar con el grupo y a partir de allí
se acercaron los integrantes a INTA. El grupo ingresó al programa Cambio Rural y con la SAF se
elaboró un proyecto con el fin de recibir fondos para la construcción y para maquinaria. Con estas
instituciones como respaldo técnico el municipio entrega un terreno para la construcción y se
compromete a ejecutarla. La maquinaria fue comprada con un subsidio de la SAF y la construcción
está en sus comienzos. La planificación de la obra se realizó con el apoyo de una arquitecta del
municipio local en aspectos edilicios y el INTA brindó asesoramiento en requisitos sanitarios. Para lo
cual se visitó el área específica de habilitación del Servicio Nacional de Sanidad Animal y Calidad
Agroalimentaria (SENASA) acordándose pautas de construcción y de diseño.

Simultáneamente a las gestiones de la sala de fraccionamiento se conformó una cooperativa


de trabajo que tendrá como objetivo el fraccionado y tareas vinculadas a producciones agropecuarias
alternativas. De esta manera se abrió un abanico de posibilidades de trabajo que inicialmente solo fue
vinculado a la actividad apícola. La SAF brindó el asesoramiento para el armado de la cooperativa y
recursos económicos para la inscripción en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social
(INAES).

El GCR cambió su conformación durante la evolución del proyecto, ya que parte de los
integrantes pudieron recibir subsidios orientados a productores familiares y los restantes no reunían
dichas condiciones. Desembocando en una crisis del grupo difícil de recomponer, siendo un caso
puntual el abandono de un integrante por dicho motivo. En esta crisis salieron a la superficie
diferencias en los objetivos de productores, algunos veían a la actividad como una alternativa real
para mejorar sus ingresos con perspectivas hacia adelante y otros no lo incluían en su proyecto de
vida en el futuro. Sumado a esto, el emprendimiento generó el aumento exponencial de las
responsabilidades y la necesidad de involucrarse mucho más con el grupo.

3. Localidad de Totoras – Santa Fe

La escuela agrotécnica de nivel medio denominada “Escuela de la Familia Agrícola Nº 8248”


de Totoras se acercó a INTA al tomar a la apicultura como la producción alternativa a la que dedicará
mayor empeño. El establecimiento posee colmenas y una pequeña sala de extracción para las
prácticas de los alumnos, con un docente del área involucrado en la actividad desde hace muchos
años.
Luego de varias reuniones del agente de proyecto de los GCR con directivos y el docente de
apicultura de la escuela se acordó realizar una convocatoria de los apicultores locales y zonas
aledañas. En la misma se involucró al municipio de Totoras, el cual se responsabilizó de la difusión y
participó del evento con la asistencia del secretario del área de producción. A partir de allí, los
productores se empezaron a reunir asiduamente utilizando la agencia local de INTA o la escuela
como sitios de reunión. En meses posteriores se incorporan al programa Cambio Rural y el municipio
brindó sus instalaciones para diversas actividades relacionadas al grupo y al ámbito apícola en
general, como son reuniones del nodo de la provincia de la cadena apícola.

Actualmente se está trabajando en pos de construir una sala de extracción comunitaria fuera
del radio urbano, de manera de resolver inconvenientes que involucran a diversos actores locales.
Por un lado, las salas de los apicultores están dentro de la ciudad violando la legislación vigente y
causando incomodidad en los vecinos por las potenciales picaduras de abejas. Por otra parte, hacer
eficientes los recursos disponibles utilizando sólo una sala, dar garantías sanitarias desde el punto de
la inocuidad alimentaria y tener una planta que sirva a fines educativos de la escuela que participa en
el grupo.

El grupo comenzó a gestionar una fuente de financiamiento para la sala, por vía del Estado
Provincial, siendo asesorados por el técnico del grupo sobre las opciones de construcción. La
maquinaria de mayor costo será proveniente de las salas de extracción de los productores
participantes. Si bien, este proceso se originó hace poco tiempo y recién comienza a existir
articulación interinstitucional debemos remarcar que el compromiso de las partes involucradas hace
que se esté avanzando rápidamente.

Los medios de comunicación

La participación en medios de comunicación tuvo una dimensión que se está ampliando en la


actualidad, de manera de conformar una red de medios que permita la transmisión a mayor escala de
las actividades que se desarrollan en apicultura y aportar información del área a las comunidades. La
participación se realizó en forma sostenida en los siguientes medios:

- Un semanario de distribución en el departamento Caseros y algunas localidades que se


encuentran fuera de él.

- Un programa de televisión de alcance regional.

- Un artículo en una revista mensual de alcance nacional.

- Charlas en diferentes jornadas.

- Presencia en el boletín digital InfoINTA Santa Fe Sur.

- Presencia en ferias y exposiciones vinculadas a la producción agropecuaria o bien festejos


locales.

La estrategia comunicacional está también vinculada a acercar a apicultores y agricultores


para disminuir la conflictividad. En estas participaciones se intenta sensibilizar a la comunidad y
agricultores sobre los inconvenientes que genera el avance de la agricultura en la apicultura y en la
sostenibilidad de los sistemas agropecuarios.

Las escuelas agrotécnicas

A fines del año 2010 se realizó un relevamiento de escuelas agrotécnicas del sur de Santa Fe
con el fin de interactuar desde INTA. Las experiencias fueron variadas de acuerdo a cada institución y
estableciéndose relaciones constantes en el tiempo con algunas de ellas, como el caso de una
escuela que participa dentro de un GCR en Totoras que ya fue comentado en párrafos anteriores.
La Escuela Agrotécnica “Libertador Gral. San Martín” de la ciudad de Casilda participa en
conjunto con la AER INTA Casilda en la conformación de un apiario experimental. El mismo está
siendo utilizado en la actualidad para evaluar parámetros productivos de colmenas y en un estudio de
los factores de riesgo asociados a la presencia y difusión de varroosis en la provincia de Santa Fe. El
docente de apicultura es apoyado en lineamientos técnicos para el manejo de un apiario que posee
la escuela y cuya finalidad principal es didáctica, sin descuidar la posibilidad de obtener recursos
económicos a partir de la producción del mismo.

En otras tres escuelas se hicieron acercamientos, en una de ellas se mantiene un vínculo


directo con uno de los docentes de la materia apicultura ya que participa de un GCR. Otra de las
instituciones no posee profesor en el área pero está interesada en incorporar la actividad a la escuela.
Finalmente, la tercera sólo hubo un primer intercambio.

Análisis del proceso realizado


El programa Cambio Rural y el Proyecto Regional Apícola significaron el principal apoyo para
tener llegada al sector productivo abordado, a partir de allí y dependiendo de la comunidad se buscó
involucrar a los actores locales. Estos son diversos, en algunos casos, participó el gobierno local, la
escuela agrotécnica presente en la localidad u otra institución vinculada a la actividad. El Estado jugó
un rol facilitador en todos los casos a través de distintas dependencias. Los municipios demostraron
ser claves para dar el sustento y la continuidad del emprendimiento que se busque, siendo cruciales,
debido al carácter territorial y no sectorial que poseen (Sili, 2010). La subsecretaria de agricultura
familiar también dio un apoyo importante ofreciendo capacitación en cooperativismo, en la realización
de proyectos y en otorgar financiamiento.

La vinculación del sector apícola con el Estado es diversa, de acuerdo a los actores y a las
instituciones presentes. El factor esencial es el capital humano existente y muchas veces los limites
son endógenos, ya que los recursos económicos para emprender un proyecto están disponibles pero
falta la decisión o bien el apoyo y acompañamiento de alguna institución. Esto es lo que se intentó
realizar desde AER INTA Casilda con su red de técnicos, acompañar y estar cerca de las
necesidades del productor, de manera de encontrar las vías más adecuadas para desarrollar sus
potencialidades.

Cuando el liderazgo de un grupo que se involucra en un proyecto es asumido por una persona
y cumple una función preponderante, ante su perdida, surge un momento de crisis. La misma puede
truncar los objetivos o bien sucede un lapso de reacomodamiento de los roles de integrantes e
instituciones intervinientes. Esta situación es lo que sucedió en el caso de la localidad de Casilda,
donde el promotor asesor del grupo Cambio Rural jugó un rol importante en la dinámica interna como
externa del grupo. Al terminar sus funciones de asesoramiento y dejar de asistir al grupo, este se
encontró envuelto en la necesidad de la toma de decisiones que no han concretado como es dar una
forma jurídica a la gestión de la sala de extracción, proyectar funciones claras en la organización, y
definir sus objetivos futuros, por citar las de mayor importancia. Por lo tanto, se afectó la dinámica de
sus integrantes y en este momento se están reacomodando los roles, estableciendo nuevos
acuerdos.

Los proyectos específicos de apicultura se ven obstaculizados por la intensificación de la


agricultura y el avance de la misma sobre otras actividades. Esto ocasiona la disminución de
rendimientos y el abandono de la actividad de muchos apicultores. El descontento por los bajos
rindes dificulta de manera importante involucrar a las personas a un proyecto de largo plazo. Además,
la conciencia generalizada esta en plantear la rentabilidad rápida, sin visualizar una proyección futura.
El contexto de prosperidad económica del sector agrícola actúa en el imaginario del productor apícola
de “cuales” deben ser sus aspiraciones. Sumado a la perdida de cuantiosos valores que fueron
relegados, para pensar solo en el beneficio económico que forman parte de los anhelos de los
productores y dirigentes territoriales. Estas situaciones dificultan la incorporación de jóvenes y el
mantenimiento en la actividad de muchos productores.
La visualización de la problemática local muchas veces pasa a un segundo plano, ocasionada
en parte por la presión que generan los medios masivos de comunicación que trasladan problemas
de otras áreas a pequeñas localidades como es el interior de la provincia de Santa Fe y aportan a
mantener un clima de desconfianza entre las personas.
Las experiencias previas que han fracasado dificultan la articulación y se presenta una
sociedad refractaria a nuevos emprendimientos locales, requiriéndose de un trabajo previo para
recomponer las relaciones de los actores y en un futuro pensar en mayor organización e integración
con la comunidad. La resistencia hacia compartir recursos y formar proyectos en conjunto después de
largos años de una cultura del individualismo hacen también difícil la tarea de potenciar esas
individualidades. El establecer plazos para el logro de objetivos es dependiente del grado de
fragmentación social, de la existencia de facilitadores para recomponer los vínculos sociales y la
presencia de actores locales que participen como motores de procesos específicos de cambio.

El trabajo con escuelas es incipiente pero demostró que si la misma está decidida a integrarse
a la comunidad y los docentes están comprometidos, pueden realizarse actividades en las que estas
instituciones son centrales. La capacitación no sólo en apicultura sino en otras áreas para los
alumnos que egresan puede ser de importancia para retener los jóvenes en las localidades.

Análisis de los resultados del proceso


Fortalezas y Debilidades:
La replicabilidad de las experiencias relatadas es posible en términos generales, siempre que
se acerque a la mesa de diálogo a las personas que integran el territorio. Hay que ser cuidadoso en la
comunicación de metas y conocer experiencias y conflictos previos entre personas e instituciones
para diagramar una estrategia de articulación viable. Una vez que hay esbozos de un proyecto con
los primeros resultados visibles, resulta más fácil para el grupo comunicar sus objetivos y sumar
mayores voluntades y compromisos.
El cambio de ideas antropocéntricas a biocéntricas puede visualizarse lentamente en la
sociedad. La apicultura tiene como fortaleza no producir grandes huellas ambientales y es
considerada con una visión positiva por el habitante urbano. Aunque, en general no es incluida como
una actividad agropecuaria por el productor rural. Si evaluamos en las asociaciones gremiales en las
que confluyen ganadería y agricultura este tipo esta actividad no está incluida. Probablemente en el
imaginario sea clave la tenencia de la tierra para considerar a un productor agropecuario. Esto lo
demuestra que todavía hoy muchos dueños de pequeñas porciones de tierra que las alquilan a
contratistas son considerados por las comunidades como “Productores”.
El origen de los asesores técnicos ocasiona efectos diferentes, ya que cuando el asesor
provenía de otra localidad y no tenía relación previa con el grupo era respetado más rápidamente y
considerado como mediador valido de conflictos. En otros casos como fue el de Casilda el pertenecer
a otra localidad generaba cierta resistencia en los líderes de los grupos y se establecía una
competencia por el liderazgo. El gran conocimiento de la apicultura por los técnicos brinda una
fortaleza para llegar al productor, ya que se siente identificado y contenido, los mensajes son
enviados en un lenguaje que el apicultor comprende, facilitando mucho la comunicación. Como
contraparte la debilidad de los técnicos es la falta de algunas herramientas metodológicas y de
conocimiento en áreas diferentes como ciencias básicas y aspectos esenciales de las ciencias
sociales.
Un aspecto a mejorar es la dificultad que se presentó en abordar y mostrar que un mismo
territorio tiene problemáticas que alcanzan tanto al medio urbano y al rural. Sobre todo en ciudades
que poseen una baja población existe una gran separación entre lo urbano y lo rural, con intereses
extremadamente diferentes e incluso opuestos debido a una falta de comunicación notable entre “las
partes”. Lo mismo sucede entre actividades dentro de lo “rural” pero es menos exacerbada esa
diferencia y hay mayor sensibilización. De esta reflexión surge lo imperioso de abordar el territorio de
forma integral en la extensión y en las políticas públicas. Sin embargo muchas veces los recursos
humanos no están preparados para tener una visión de este tipo. En general se descuidan
dimensiones de importancia que involucran a una parte de la población que no es la afectada
directamente, es decir se piensa en un determinado grupo destinatario y olvidamos que ese grupo
está inserto en una determinada comunidad.
En las comunidades no se ha discutido un proyecto territorial al menos a mediano plazo lo que
ocasiona que en muchos casos una actividad puntual como la apicultura no sabe qué papel tendrá.
En el caso de destinar muchos recursos surgen tensiones locales por la ausencia de esa discusión
previa. Afortunadamente en los últimos años estas discusiones se empezaron a dar, como es la
relación que se establece entre las plantas urbanas y las áreas agropecuarias.
Se va generando infraestructura necesaria para el sostén de la actividad, así como acuerdos
entre productores como son cooperativas, estos proyectos colectivos no sólo le dan sustento a las
personas si no también a la actividad. Sin embargo, la principal debilidad técnica es la escasa
experiencia en asociaciones como cooperativas exitosas en el territorio que sirvan como modelo de
motivación de que es posible y se está haciendo camino al andar.
La fragmentación de ONGs e instituciones ligadas al ambiente dificulta una estrategia en
conjunto, que permita trabajar en forma mancomunada para potenciar algunas actividades que son
del mismo interés. Resultó muy difícil conformar una agenda común que posibilitará multiplicar los
esfuerzos.
El acceso a medios regionales colaboró fundamentalmente en la visualización de la actividad
por parte de la comunidad y de las necesidades que tiene el sector apícola. El alcance fue limitado y
debería pensarse en mejorar este aspecto integrando la propuesta de comunicación a una red de
medios.
El principal recurso para estas acciones es el humano, donde es crucial que estén
comprometidos con las tareas y vean las oportunidades que se presentan para sostener los grupos.
Muchas veces se requiere el acompañamiento más próximo, viendo que en muchos casos la limitante
principal no son los recursos económicos sino actores sociales comprometidos que ejecuten esos
proyectos. El rol del Estado es variable y los recursos disponibles para emprender proyectos no es
mantenido en el largo plazo. Si bien en general hay vías de canalización de recursos, la estabilidad
en el tiempo es la principal limitante. En este ámbito el estado debe jugar un rol de equilibrar la puja
de los sectores por los recursos. El mismo está comenzando a cumplirlo y es tan importante como ser
abastecedor de estos.
Escasez de recursos humanos capacitados en apicultura es una debilidad y una de las
estrategias a largo plazo es generar una red de escuelas para el intercambio de conocimientos,
recursos humanos y materiales y que estas sean focos de capacitación y transferencia tecnológica
(Bedascarrasbure, 2011). Aprovechando la oportunidad que significa el retorno de las escuelas
técnicas para brindar alternativas a los egresados con esta formación. El aporte fundamental para los
alumnos es que amplíen el abanico de las opciones a tener en cuenta cuando terminan la escuela
media, junto al efecto multiplicador de conocimientos que causan, colaborando con esta función el
INTA y otras instituciones locales.
Finalmente, la apicultura muestra muchos aspectos beneficiosos para incluirla en el desarrollo
de estos pueblos ya que posee bajos requerimientos de capital y equipos para desarrollar la
actividad, genera ingresos desde el primer año, colabora con otras actividades agrícolas, favorece la
conservación del medio ambiente, genera oportunidades aún en tierras degradadas, la pueden
realizar personas que no son propietarias de tierras y para todo estrato social (Huerta, 2008).

Desafíos e interrogantes paras quienes realizaron el trabajo


Las organizaciones vinculadas a la actividad apícola deberían consolidarse y aumentar para
avanzar en estructuras de segundo grado. Este nivel organizativo sería una de las alternativas para
aumentar la solidez del sector y enfrentar los nuevos desafíos, entre ellos el agregado de valor a la
producción, saltear intermediarios en la comercialización y la participación en la mesa de discusión en
políticas regionales.
En los últimos 3 años no se modificó la cantidad de colmenas y disminuyó el 50% de
apicultores registrados en el sur de Santa Fe (según RENAPA). En el departamento Caseros donde
funcionaron 5 grupos en distintos periodos desde el 2006, allí la cantidad de colmenas se incrementó
el 47 % y el número de productores sólo disminuyó un 35%. En muchos casos se muestra como los
GCR sirven indudablemente de sustento a la actividad. Pero no han trascendido más allá en
proyectos asociativos.
Según datos relevados por INTA a través de los indicadores productivos que se realizan en los
GCR se observa una escasa participación de jóvenes en el sector apícola. En el sur de Santa Fe
menos del 25 % de los apicultores tienen hasta 35 años. Esta situación muestra una limitante
importante para el sector que es la renovación de productores y continuidad de la actividad.
El acceso a un trabajo o fuente de ingresos es uno de los desencadenantes para el
asentamiento definitivo de los jóvenes en un pueblo, pero debe existir una predisposición previa
derivada del sentirse parte o identificado con su pueblo. Según Afonso, et al. (2011) el cariño al
pueblo y la calidad de vida, lo que se ha llamado el encanto de lo rural, son las principales causas
que llevan a un joven a dar el primer paso y juegan un papel muy importante sin el cual no se tomaría
la decisión de no emigrar a centros urbanos. Se debería trabajar en conjunto estas actividades con
una estrategia para valorar lo local estimulando el sentido de pertenecía, ya que la sola oferta de un
proyecto no brinda lo suficiente para evitar que los jóvenes dejen los pueblos. Además, podemos
agregar el reto que significa trabajar frente a la visión de modernidad de las comunidades pequeñas
como cita Sili (2010) que coloca a la vida rural como espacios marginales y de retraso, especialmente
desde lo social y lo cultural.

Un aspecto a mejorar es integrar al grupo familiar de los apicultores en los emprendimientos,


ya que no se ha contemplado a la mujer, en los GCR menos de un 5% son mujeres. Cualquier
proyecto que se piense a largo plazo debe contemplar la integración de la familia y fundamentalmente
la principal “socia” del apicultor.

Uno de los grandes desafíos que representa para el trabajo en los grupos es brindar
capacitación que no sea un mero traspaso mecánico de datos sin posibilidades de crear y recrear
ante nuevas situaciones (Valentinuz, 2003). De lo contrario que los actores involucrados formen
criterios adecuados para no generar dependencia de personas y logren su verdadera emancipación
del conocimiento.
La creciente toma de conciencia de las externalidades ambientales negativas generadas por el
modelo agrícola intensivo, apunta hacia una tendencia en el fomento de la calidad y la promoción de
los productos locales. Esto dota a las pequeñas explotaciones y empresas de herramientas con la
que puede diferenciarse y competir desde el sector apícola. Calidad, diferenciación productiva y
territorio constituyen, de este modo, las tres premisas básicas que permiten dotar a los espacios
rurales de nuevas y renovadas funciones (Aguilar & Lozano, 2008).
Con el plan agroalimentario argentino se están generando herramientas que pueden colaborar
en promover la construcción de planes de desarrollo territorial adecuados a las particularidades de los
recursos naturales, sociales y económicos de cada territorio argentino.
Existe dificultad de tener indicadores reales que posibiliten ver que las actividades realizadas
impactaron de manera positiva, podemos decir que: los principales resultados pueden manifestarse
como una mayor interrelación de las instituciones y actores locales a partir de la participación social,
que pueden verse plasmados en proyectos de diverso plazo. Si bien es difícil de lograr cambios en
las relaciones económicas y sociales dentro de las comunidades, es de prever que el incremento de
acuerdos e interacciones generan un entramado que mejora la sostenibilidad y propicia un escenario
que favorece el desarrollo, excediendo a una actividad o a un sector en particular. Finalmente, los
resultados nos muestran que no existen formulas para actuar en el desarrollo territorial de las
comunidades y no existe un estado de equilibrio que se deba llegar (Gargicevich; 2011).

Bibliografía

- Asociación de cooperativas Argentinas. (2012). Informe comercial del sector apícola. Nº 29.

- Afonso, A.; Díaz Puente, J.M. & Gallego, F. (2011) ¿Por qué se decide no emigrar? Un
estudio de partida para el diseño de programas de desarrollo rural en la provincia de Cuenca.
Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo Rural. 10:157-181.

- Aguilar, E. & Lozano, C. (2008). El territorio y las producciones de calidad como factor de
desarrollo sostenible en el medio rural. Anuario 2008 de Agr. Familiar de España. 170-173.

- Alburquerque, F. (2006).Clusters, territorio y desarrollo empresarial: diferentes modelos de


organización productiva. Cuarto Taller de la Red de Proyectos de Integración
Productiva. Fondo Multilateral de Inversiones (MIF/FOMIN). Banco
Interamericano de Desarrollo. San José, Costa Rica.
- Bedascarrasbure, E. (2011). Consolidando la apicultura como herramienta de desarrollo. Ed.
Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
pp. 87.

- Gargicevich, A. (2011). El enfoque para el desarrollo local y territorial en el INTA. En:


Desarrollo territorial una mirada desde los procesos locales. Ed. Instituto Nacional de
tecnología Agropecuaria. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. pp. 139.

- Huerta, G. (2008). La apicultura en el desarrollo. Rev. Presencia. 52:25-27.

- Sili, M. (2010). ¿Cómo revertir la crisis y la fragmentación de los territorios rurales? Ed.
Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
pp. 111.

- Thornton, R.D. (2006). Los ´90 y el nuevo siglo en los sistemas de Extensión Rural y
Transferencia de tecnologías publicas en el MERCOSUR. Ed. Instituto Nacional de tecnología
Agropecuaria. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. pp. 406.

- Valentinuz, C. (2003). La capacitación del productor rural. En: La extensión rural en debate.
Ed. Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria. Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina. pp. 367.

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