Sunteți pe pagina 1din 1

24.4.5.

INDEPENDENCIA DE BELICE
Belice declara su independencia en el año 1982. Como consecuencia de dicho acto
Guatemala decidió romper toca clase de relaciones directas con Inglaterra y al principio
también con Belice. Posteriormente las relaciones con Belice se fueron restableciendo
indirectamente, lo que no significa que Guatemala hubiese renunciado a sus derechos sobre
el territorio beliceño. Las conversaciones se reiniciaron en 1983 ya bajo el gobierno de
facto del general Efraín Rios Montt, quien en todo momento desde su acceso al poder
ratificó los derechos soberanos de Guatemala sobre Belice; sin embargo, en un ánimo de
terminar de una vez por todas con el problema, se hizo, por medio de sus legítimos
representantes, una propuesta clara y terminante a la Gran Bretaña: que se le dé a Guatemala
el Distrito de Toledo situado en el sur del territorio en disputa y Guatemala reconoce a
Belice como Estado independiente, renunciando con ello para siempre a cualquier ulterior
reclamación; la respuesta de Gran Bretaña fue rotundamente negativa, y no digamos la
actitud de Belice mismo.
Las autoridades beliceñas sostuvieron siempre su punto de vista consistente en que
Belice debe participar de pleno derecho en cualquier arreglo que de ese problema se hiciese,
pero Guatemala sostenía siempre que su controversia es con Gran Bretaña y no con Belice,
que era parte de Guatemala. Esta posición da lugar a que Guatemala, consecuente con su
posición, hiciese caso omiso de su reclamo de Belice en junio de 1983 sobre un supuesto
asesinato de un guatemalteco residente en Belice en las fronteras mismas del Estado; para
Guatemala no se trató de un incidente internacional sino simplemente de un delito
dependiente de su ley interna, cometido dentro de su territorio, si delito hubo.
1983-1992
Durante este periodo sucedieron hechos que paulatinamente desembocaron en un
reconocimiento expreso de la existencia de Belice como Estado soberano e independiente
por parte del Gobierno de Guatemala en el año 1992, habiéndose dejado a salvo el reclamo
territorial.
Un hecho importante fue la aprobación de la “Constitución Política de la República” en
el año 1985; en el artículo 19, de las disposiciones transitorias finales, se abrió el camino a
un arreglo sobre la disputa territorial de Guatemala frente a Belice por medio de una
Consulta Popular para cuando se hubiese llegado a un “arreglo definitivo”.
Jurídicamente existía un mandato constitucional en las Constituciones de 1956 y 1965
sobre la reivindicación del territorio de Belice. El problema no es solamente “de fronteras”
o “de límites”, sino que era un “problema territorial” en novedad con la Constitución
Política de la República de 1985 es que el problema deviene territorial en virtud de una ley
ordinaria (Decreto 224 del Congreso de la República del 9 de agosto de 1946 que denunció
la Convención de 1859). La Constitución misma sólo contiene una “declaración de
derechos”.

S-ar putea să vă placă și