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Índice:
¿Qué es la política? I
Plan de trabajo 3
¿Qué es la política? II
Nacimientos de la política 19
Paradojas de la “revolución”
Conservadurismos recalcitrantes
Subversión comunitaria
1
Propaganda, imperio e imperialismo 314
Expropiación de lo común
Intuición subversiva
2
Dedicado a los y las nuevas combatientes, heterodoxos,
iconoclastas, destructores de imperios y de estados, quienes
inventan los nuevos horizontes de emancipaciones y
liberaciones múltiples.
¿Qué es la política?
¿Qué es la política? I
Plan de trabajo
Entonces el ensayo tiene dos partes; una que tiene que ver con un
análisis comparativo de los enfoques políticos, de acuerdo a los
contextos y periodos; la otra, la más importante, que tiene que ver
4
con las enseñanzas de los procesos en curso en Bolivia, Ecuador y
Venezuela. En la primera parte se ha escogido el propio enfoque de
Maquiavelo como fundador de una manera de ver, de comprender, de
analizar los campos problemáticos de lo que se va a llamar
modernamente la política, a diferencia de lo que los clásicos
denominaban con este nombre1. Por razones de tiempo y de espacio,
vamos a saltar a los teóricos de la razón de Estado como Juan
Bodino, Tomas Hobbes y otros que trabajan el tema del Estado como
razón, pero también como necesidad. Vamos a intentar tocar este
tema en la discusión, pero en este momento no nos vamos a detener
en la evolución de este enfoque. Nos interesa contrastar el enfoque
de Maquiavelo con enfoques dinámicos de la política, con aquellos
enfoques que están imperiosamente necesitados de vislumbrar lo
nuevo, de construir lo nuevo, con los enfoques que podemos
llamarlos revolucionarios, que persiguen abolir el viejo régimen e
inaugurar uno nuevo. Estos son importantes pues nos muestra un
aspecto que el mismo Maquiavelo había contemplado, la relación con
el pueblo, la participación del pueblo, no sólo en el logro del consenso
y de la legitimación sino en cuanto despliegue de la fuerza necesaria
popular, en la comprensión de la democracia como pueblo armado.
5
Estado-nación. Aunque éste, específicamente, no es un problema de
los bolcheviques, pues ellos tienen la tarea de la construcción de la
patria socialista, del Estado socialista, en las condiciones
problemáticas que se dan en la flamante Unión Soviética. La analogía
está en la construcción de lo nuevo. Por eso mismo, el problema se
convierte en un problema de convocatoria, o lo que los mismos
bolcheviques van a llamar de hegemonía, aunque la hegemonía se
restrinja, en ese momento a la alianza obrero campesina, a la
hegemonía proletaria respecto a las clases explotadas. Todavía no se
trata del concepto de hegemonía que ha de elaborar Antonio Gramsci
en los Cuadernos de la Cárcel. Este acento en la política como espacio
y tiempo, como experiencia, como ámbito de dispositivos para la
transformación viene dado en estos enfoques.
6
por su pregunta: ¿Qué es la política? Pregunta que es abordada
desde la mirada fenomenológica y existencial. Quizás podríamos decir
desde la problemáticas que plantea una contemporaneidad incierta, la
misma que goza, sin embargo, de una acumulación de experiencias,
de una extensión enorme de las interpretaciones teóricas, y sobre
todo de un horizonte de mundo, el mundo moderno, el mundo
moderno en su propio acabamiento, que significa tanto consolidación
como clausura. Nos interesa este balance porque hace la evaluación
desde otro lugar, distinto a los lugares y territorios de la comprensión
política como revolución, aunque su reflexión y análisis también
busque abarcar estas experiencias y problemas. No nos interesa
Hannah Arendt como lugar final desde dónde se valoriza la historia
política; no compartimos la posición de esta filósofa y política, sino
interesa sobre todo por el contraste que se hace evidente entre
enfoques, además de mostrar claramente una de las tendencias más
eruditas del mundo moderno, de la academia, de la filosofía.
Mostrando también los alcances de la preocupación filosófica y
política de un mundo logrado en su dominación y ordenamiento
institucional.
7
homogéneamente como un ejercicio de la conquista y ampliación de
derechos para llegar a ser pensada como condición plural y el
ejercicio plural de la democracia. Por lo tanto, los problemas del
poder, de la mantención en el poder, de la conservación del poder,
del uso del poder para la transformación, cambian. Ya no estamos
ante el problema de la institucionalidad sino ante el problema de
constitución plural de subjetividades. En resumidas cuentas se trata
de un problema civilizatorio.
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Los procesos boliviano, ecuatoriano y venezolano, obviamente son
diferentes, responden a sus historias y contextos, aunque hay
analogías fuertes en el caso boliviano y ecuatoriano, por el tema
indígena, la descolonización y el Estado plurinacional, además de sus
concepciones civilizatorias alternativas del suma qamaña y el suma
kausay, traducidos como el vivir bien y el buen vivir. ¿Cómo
podemos apreciar estas diferencias, aunque también sus analogías?
Podemos recurrir a la comparación de sus constituciones, pero esto
no es suficiente. Es importante evaluar la dinámica molecular de sus
procesos y de sus crisis de Estado para poder encontrar las
singularidades de los procesos y las formas políticas que adquieren
sus diferencias. Es indispensable comprender la composición de los
sujetos sociales, actores y protagonistas de los procesos, sus
relaciones en el campo político, su confrontación con las instituciones
y el Estado, pero también sus vínculos con estas estructuras. Es
primordial dimensionar las posibilidades, las potencialidades, las
capacidades, que entran en juego en la dinámica de la movilización y
el conflicto. También es importante contar con las figuras de las
formas de organización desplegadas, compararlas con organizaciones
tradicionales, distinguir sus transformaciones, pero también la forma
como se politizan las multitudes. ¿Cómo entra en conflicto este
magma candente con el Estado? Y en este sentido, ¿cómo se plasman
y se expresan las vivencias colectivas en las constituciones?
9
por la facultad imaginaria. La vivencia humana no solo que es
somatizada sino también semantizada por ese articulador que es la
imaginación2. Particularmente interesa esta facultad por las
connotaciones en las relaciones de poder. Haciendo paráfrasis a
Cornelius Castoriadis podemos hablar de la institución imaginaria del
poder3. Por eso es importante comprender los imaginarios sociales y
colectivos inherentes a los procesos en cuestión.
2
Revisar de Raúl Prada Alcoreza La subversión de la praxis. Episteme 1988. La Paz.
3
Revisar de Cornelius Castoriadis La institución imaginaria de la sociedad. Siglo XXI. México.
10
dependiendo de las coyunturas? De aquí podemos pasar a otras
preguntas: ¿Hay una diferencia estructural de los procesos o hay una
diferencia histórica, dependiendo de sus contextos? ¿Cuáles son las
características de sus movimientos sociales y de las relaciones de
estos movimientos con el Estado y la sociedad? ¿En qué consiste su
interpelación al capitalismo? Y quizás las preguntas más importantes
se centren en las preguntas sobre los desenlaces de los procesos:
¿Qué pasa con los procesos? ¿Cuál es su ruta? ¿Dónde van? ¿Qué
significan las contradicciones inherentes al proceso? ¿Qué pasa con el
Estado? ¿Por qué no se puede desmantelar esta fabulosa maquinaria?
4
Revisar de Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad. Antrhropos 1996; México.
11
Mauiqvelo5. Con este apego o punto de partida, nos separamos de la
interpretación de Michel Foucault, quien considera a Maquiavelo
todavía un escritor atrapado en las concepciones tradicionales de la
política, profusas en su época, que Maquiavelo no puede considerarse
un teórico del Estado, como son los autores que van a trabajar la
razón de Estado. Creemos que esta interpretación, esta lectura,
fuertemente vinculada a las teorías del poder que el propio Foucault
desarrolla, se concentra mucho en los diagramas de poder que
encuentra, de alguna manera correspondientes a las grandes teorías
sobre el Estado y la gubernamentalidad, la monarquía patrimonial, la
monarquía absoluta, obsesionadas por la territorialidad; la República,
preocupada por la seguridad; y el bio-poder, que se corresponde con
las teorías neoliberales, que tiene como referente a la población, las
políticas de población6. Ciertamente si evaluamos desde la
perspectiva de la genealogía del Estado y de las formas de
gubernamentalidad, es complicado situar a Maquiavelo como teórico
del Estado. Pero, si entendemos que los ámbitos de lo político
abarcan mucho más que la cuestión estatal y la cuestión
gubernamental, que llevan más allá las propias relaciones de poder,
que le dan precisamente una plasticidad y flexibilidad asombrosa,
podemos comprender bien que lo que se produce en Maquiavelo es
precisamente una ruptura con las concepciones filosóficas, morales y
éticas sobre la política, que formaban parte de una tradición,
alimentada durante lo que se llama el Medioevo. Que es precisamente
esta concepción nueva, moderna de la política, la que va liberar una
reflexión y análisis más propio sobre el Estado. Entonces vemos
meridianamente la razón por la que el escritor florentino causa un
torbellino de pasiones durante siete siglos. Nuestro punto de partida
se resume a lo siguiente: Maquiavelo inaugura la comprensión
moderna de la política.
5
Claude Lefort: Le travail de l’oeuvre machiavel. Gallimard 1986 ; París. Hay una traducción al
castellano, empero sin la primera parte mas bien antológica de varios autores. El título es Maquiavelo.
Lecturas de lo político. Trotta 2010; Madrid.
6
Revisar de Michel Foucault Seguridad, territorio, población. Fondo de Cultura Económica 2004; Buenos
Aires.
12
importante la astucia; es decir, un cierto saber, un cierto
conocimiento, de la gente, de los entornos, de las armas, del
territorio, de los pueblos, de la relación con los otros estados. De lo
que se trata es de comprender los métodos y procedimientos
desplegados por los que tienen el mando, pero también de
comprender las coyunturas de su utilidad y alcance. No hay recetas,
sino complejidades, también singularidades, que terminan incidiendo
de una determinada manera sobre las fuerzas, pero también sobre el
territorio y sobre todo el pueblo. De lo que se trata es de contar con
la experiencia de la política y elevarla a comprensión práctica para la
acción. En este sentido El príncipe es un manifiesto político, según la
interpretación de Luis Althusser7. Empero, los escritos de Maquiavelo
no pueden reducirse sólo al valor candente de un manifiesto, pues
comprenden varias dimensiones, varios tejidos entrelazados. No se
renuncia a la interpretación teórica; al contrario se busca comprender
las situaciones concretas donde las articulaciones de la acción derivan
en desenlaces de alcance, como por ejemplo la conservación del
poder. Althusser decía que Maquiavelo, antes que Antonio Gramsci,
es un pensador de la relación concomitante entre coerción y
hegemonía, de su combinación dialéctica. Pues vemos en los últimos
capítulos de El príncipe una evidente preocupación de Maquiavelo de
la relación entre el príncipe y el pueblo, apostando por la legitimidad
del nuevo príncipe, no sólo sobre las armas y las fuerzas, sino sobre
una composición potenciada del pueblo con las armas, convirtiéndose
en la más importante de las fuerzas de defensa. Entonces la política
no se reduce a las fuerzas, sino que define un campo de acciones y
de saberes, de prácticas y de conocimientos, íntimamente vinculadas
a la participación del pueblo, a su relación con el príncipe en la
fundación del Estado. Lo que hoy podríamos decir lucha de clases.
7
Revisar de Louis Althusser Maquiavelo entre nosotros. AKAL; Madrid.
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característica de los escritos del escritor florentino convirtiéndolo en
un teórico de la praxis. No vamos a discutir esta interpretación como
de un marxismo antelado de Maquiavelo, sin embargo, queda claro
que el escritor florentino elabora una teoría práctica de la política en
tanto teoría de la acción. Esta característica no deja de ser ilustrativa
de uno de los rasgos sobresalientes del escritor florentino, entre
múltiples rasgos develados por sus intérpretes. Esto nos lleva
comprender que estamos ante una textura literaria de varias capas
entrelazadas, nos lleva ante un autor que tiene múltiples propósitos
en sus escritos principales, propósitos que vienen dados desde la
minuciosa detallada critica que realiza frente a los prejuicios de su
tiempo sobre el poder y la política. Por lo tanto asume una posición
crítica a las concepciones, ideologías y teorías en boga. El
procedimiento de esta crítica puede ser sumamente sinuoso por los
contradictorios ejemplos que utiliza a lo largo de los primeros
capítulos de El príncipe. Según Claude Lefort es el método que
emplea para mostrar lo insostenible de las creencias y prejuicios de
su tiempo sobre el poder, para descartar tesis asumidas en su
tiempo, incluso comportamientos cristalizados, casi reiterativos en los
gobernantes. Se trata de un método pedagógico que ha confundido a
muchas generaciones de intérpretes, analistas y detractores. El
asombro de los siglos de interpretaciones de los escritos en cuestión
se evidencia en las dicotómicas caracterizaciones del escritor
florentino por parte de generaciones de intérpretes; se ha calificado a
Maquiavelo de todo, desde la encarnación del demonio hasta de
continuador de la corriente filosófica cínica. Estas interpretaciones
exacerbadas y apresuradas han sido las que han derivado en esa
reducción pragmática y utilitarista de que la política se restringe
lograr el fin por cualquier medio posible. El fin justifica los medios.
Tesis que ciertamente no se encuentra en el escrito florentino sino en
esa corriente detractora, reduccionista y utilitarista del
maquiavelismo, que puede entenderse como un uso perverso de la
fama y no de los escritos de Maquiavelo. A propósito de este
equívoco, hay que decirlo de una buena vez, el maquiavelismo no
pertenece a la órbita de Maquiavelo.
14
descriptiva de todo lo que hace a la política; no solamente los
métodos, los instrumentos, los procedimientos empleados, sino los
contextos, los escenarios, los entornos involucrados, los problemas
que se enfrenta, las formas cómo se logra el poder, las formas de
conservarlo, las formas de perderlo. También los tipos de principado,
los tipos de Estado; los que se fundan en la violencia, los que se
fundan en la ley, los que se fundan en la fe, los que se apoyan en el
pueblo, los que se apoyan en las armas. Los perfiles individuales de
los príncipes, inclinados a la virtu o a la fortuna. La flexibilidad o
dureza de adecuación de los príncipes a las nuevas circunstancias.
Las remembranzas históricas, las innovaciones. También las
relaciones con los estados extranjeros, las relaciones con los
mercenarios, con los Condonttieri, la relación con el pueblo armado.
Cómo se puede ver el ámbito de la política no se reduce a un plano,
el que se pueda escoger o privilegiar según la perspectiva, sino que la
política comprende una pluralidad de planos condicionantes en el
momento de la acción.
16
No pude confundirse la democracia con el liberalismo; el liberalismo
comprende teorías liberales, pero sobre todo un posicionamiento
institucional, una forma gubernamental de administrar el Estado y
liberar el mercado, basándose en los derechos fundamentales del
individuo. Claro que el liberalismo supone la democracia, pero se
trata de una manera de reducir la democracia al equilibrio
institucional y a la garantía de los derechos individuales. El
liberalismo se convierte en una contención institucional, jurídica y
gubernamental de la democracia, de las posibilidades y
potencialidades de la democracia. El liberalismo es una forma de
atomizar el pueblo.
17
transformar o conservar, cambiar o dilatar, institucionalizar o abrirse
a la participación. La política entonces supone ambas disposiciones,
ambos agenciamientos. La política plantea de fondo la cuestión del
poder, concebida como mapas de relaciones de fuerza, tanto desde la
perspectiva de las dominaciones, como desde la perspectiva de las
resistencias y emancipaciones. La política se mueve en esa
contradicción que la desgarra, la cuestión que sitúa a los pueblos, las
comunidades, las clases, las multitudes ante dilemas que
comprenden contrastes profundos, selecciones y elecciones
diferentes, conservar o cambiar. Los mismos sujetos sociales están
constituidos por ambas inclinaciones, son conservadores y son
revolucionarios, están atravesados por imaginarios contradictorios.
Pueden comportarse de una determinada manera en un escenario y
pueden comportarse de otra manera en otro escenario. Esto nos lleva
a la comprensión de sujetos múltiples, de distintos posicionamientos
del sujeto; una cosa es el sujeto de la movilización, otra cosa es el
sujeto de la organización, otra cosa es el sujeto individual, por
ejemplo, los dirigentes. La política comprende tanto la reproducción
del poder así como la transformación del poder, incluyendo la utopía
de liberarse de las relaciones de poder como dominación.
18
obligado a recurrir a la violencia para imponer su programa de
transformaciones. El recurso a la violencia, aunque esta sea
revolucionaria es complicada pues arrastra rápidamente hacia la
necesidad de dominación. Lo paradójico de todo esto es que la
violencia no solamente se aplica a los enemigos de la revolución, a
las viejas clase dominantes, sino también y sobre todo a los estratos
más comprometidos con el proceso y el programa revolucionario, que
reclaman consecuencia y transformaciones radicales. Entonces el
gobierno revolucionario se ve obligado a reprimir a los sectores de
avanzada porque exigen la continuidad, la permanencia, el carácter
interrumpido de la revolución. Este es uno de los síntomas
característicos en todos los procesos revolucionarios, que podemos
seguirlos, sobre todo los que son más ilustrativos desde la revolución
francesa hasta los procesos contemporáneos, pasando por las
llamadas revoluciones socialistas. Ocurre como cuando después de la
explosión volcánica el magma tiende a solidificarse.
¿Se puede salir de este círculo? ¿Se puede escapar de estos avances
y retornos? ¿De estas transgresiones y después restauraciones? Es
algo que no se puede responder sino auscultando la matriz misma de
la política a partir de una mirada acuciosa de las experiencias
políticas más intensas vividas. Es indispensable un saber y
conocimiento, una comprensión de esta convulsión intima del ser
humano moderno, de su constitución subjetiva íntima. Pero también
es indispensable un saber y un conocimiento, una comprensión
descriptiva de las dinámicas de las relaciones de poder especificas
que entran en juego en coyunturas y contextos determinados. No se
puede seguir caminando a ciegas respecto a estos problemas,
embarcándose en procesos, atrapados por los ritmos indetenibles de
los mismos, arrastrados por condicionamientos y estructuras
incontrolables. Sorprendiéndose después de los desenlaces de los
resultados paradójicos producidos.
19
poder. Esta comprensión, cocimiento y saber puede ayudar a incidir
en el curso mismo de los procesos.
Reflexiones de fragmento 1
2. La política trata del estar juntos y los unos con los otros de los
diversos. Los hombres se organizan políticamente según
determinadas comunidades esenciales en un caos absoluto, o a
partir de un caos absoluto de las diferencias. En la medida en que
se construyen cuerpos políticos sobre la familia y se los entiende a
imagen de ésta, se considera que los parentescos pueden, por un
lado, unir a los más diversos y, por otro, permitir que figuras
similares a individuos se distingan las unas de las otras.
Este párrafo es más claro: La política trata del estar juntos. Esta
conjunción hace a la política. ¿Es entonces la multitud la condición
manifiesta de la política? La respuesta parece afirmativa cuando se
añade a la condición del estar juntos la figura de y los unos con los
otros diversos. Hay pues un caos constitutivo de la política; empero
la ruina de la política comienza cuando se organizan los cuerpos
políticos a partir de la familia. Es cuando se juega a ser Dios y se
persigue crear al hombre. El arquetipo de la sagrada familia inaugura
un imaginario circunscrito al orden patriarcal. Aunque esto último no
escribe Arendt, da entender que los cuerpos políticos que se
conforman a partir de la familia se alejan de la pluralidad e instituyen
una homogeneidad desigual.
21
3. Cuando se ve en la familia más que la participación, esto es, la
participación activa, en la pluralidad, se empieza a jugar a ser
Dios, es decir, a hacer como si naturaliter se pudiera escapar del
principio de la diversidad. En vez de engendrar a un hombre, se
intenta, a imagen fiel de sí mismo, crear al hombre.
Otra cosa que queda claro en este párrafo es que Hannah Arendt
concibe al individuo como átomo de esta diversidad y este caos
constitutivo; lo que niega el cuerpo político es precisamente es esta
individualidad. Se concibe al mundo como inhóspito donde no hay
refugio para el individuo, lo que lleva a establecer parentescos. Este
arcaísmo disuelve al individuo y lo integra en cuerpos, en
comunidades. Integración que suprime la cualidad fundamental de la
pluralidad. En esta apreciación se nota la perspectiva liberal de
Hannah Arendt, el punto de partida de la política en el individuo, en la
individualidad. Sin embargo, lo inquietante de esta perspectiva es
que conecta a la individualidad con la pluralidad y la diversidad, no
con el espacio homogéneo de la concurrencia, como en el caso del
liberalismo clásico.
¿Qué es la política? II
Nacimientos de la política
25
sistémicos contemporáneos y los movimientos indígenas, sobre todo
teniendo las experiencias de Sudamérica, la boliviana, la ecuatoriana
y a venezolana, respondiendo también a la pregunta implícita de qué
es el poder en estas latitudes, cómo funciona, cuál es la lógica y la
forma de las estructuras y relaciones de poder, además de qué es el
Estado, por qué no puede desmantelarse y por qué se traga a los
gobiernos progresistas, contrastando con los alcances y los horizontes
que abren los movimientos sociales antisistémicos, con vocación
autogestionaria, con capacidad de autoconvocatoria y autogobierno.
La tesis de este ensayo supone que la política, en sentido moderno,
en la periferia del sistema-mundo capitalista nace con las luchas
anticoloniales. Se constituyen sujetos políticos en la experiencia de
las resistencias a la dominación colonial, durante las crisis coloniales,
abriendo el espacio histórico de las emancipaciones de las estructuras
coloniales y diagramas de poder colonial. Estas luchas se hacen
evidentes a lo largo del siglo XVIII, en cuanto guerra indígena
anticolonial en la región pan-andina; esta guerra anticolonial es
retomada por los criollos y los mestizos del continente en guerra por
la independencia con un contenido liberal y en los códigos
republicanos. En el intervalo la revolución francesa hace emerger el
contenido social de la revolución política, planteando de manera
universal los derechos del hombre. El iluminismo y la ilustración
asociados a las ideologías que acompañan a la convulsión política y
discursiva de la revolución se irradian y es retomado tanto por los
insurrectos afros, esclavizados por el descomunal capitalismo en
expansión, como por los criollos y mestizos americanos. La política
adquiere las dimensiones de las transformaciones sociales,
incluyendo la conquista de los derechos civiles y políticos, sin dejar su
matriz anticolonial. Esto condiciona la experiencia y el ejercicio
político en las periferias pero también abre la posibilidad de la
conexión de las luchas emancipatorias entre el centro y en las
periferias, entre el norte y el sur, del sistema-mundo capitalista.
26
Esta es la razón por la que se requiere una discusión integral entre
descolonización, crisis del capitalismo y crítica de la modernidad.
27
aportado al debate de-colonial y postcolonial, sin embargo, a la luz de
las experiencias de la movilización, incluso de gobiernos que cuentan
con constituciones que se reclaman descolonizadoras, estas
tendencias descolonizadoras teóricas puede convertirse en
posicionamientos limitativos de la lucha descolonizadora. Una de
estas tendencias tiene que ver la invención de un localismo puro, no
contaminado, como si la modernidad no la hubiera atravesado. La
otra tiene que ver con el retiro del debate sobre la modernidad, en
algunos casos, también el retiro de las discusiones sobre la crisis del
capitalismo, pretendiendo la fundación de otro saber y otra
epistemología sobre las bases del olvido del presente. A lo mucho que
ha llegado esta tendencia es a ofrecernos una versión racionalista de
la teología de la liberación. Una tercera tendencia tiene que ver con el
desplazamiento de la reflexión crítica hacia los proyectos diseñados
en encuentros alternativos regionales. Hay una riqueza propositiva y
una apertura epistemológica a pensar desde el sur en este trabajo
descolonizador; sin embargo, su irradiación y repercusión no ha
trascendido de las organizaciones, academias y dirigencias vinculada
a los foros sociales; no se ha logrado afectar el ámbito de las
costumbres y los habitus, de las prácticas y de las relaciones. Una
cuarta tendencia tiene que ver con el ámbito académico, en el cual se
ha logrado abrir un espacio sobre los estudios poscoloniales; estas
investigaciones han permitido recuperar las problemáticas identitarias
de las sociedades poscoloniales y la pervivencia de relaciones
coloniales; también su búsqueda de saberes testimoniales han
ayudado a hacer otras lecturas de la realidad social, incorporando la
voz y el comportamiento de sujetos afectados y en lucha por sus
derechos. Lo complicado de estos estudios es que se quiere construir
un conocimiento de la colonialidad desentendiéndose de la
modernidad y el capitalismo, lo que contrae limitaciones en el
develamiento de la problemática.
28
académicas que se concentran el fenómeno de la colonialidad como si
fuese un fenómeno único, independiente de la modernidad y el
capitalismo, sean la ultima palabra ni abarquen toda la complejidad
concomitante entre colonialidad, modernidad y capitalismo. La
apertura a un horizonte epistemológico emancipado de la
modernidad, de la colonialidad y del capitalismo, va ser un producto
colectivo y de múltiples acontecimientos liberadores. Los aportes
intelectuales son eso, aportes a una discusión necesaria.
29
Esto requiere transformaciones institucionales, construir el pluralismo
institucional que sostenga la propia construcción del Estado
plurinacional comunitario y autonómico, que es el camino de
transición optado por la Constitución y el recorrido descolonizador
diseñado por este instrumento matriz de las normas, las leyes y las
instituciones del nuevo Estado.
Arqueología de la política
9
Los trabajos más conocidos en castellano de Emile Benveniste son Problemas de lingüística
general, t. I (1966). Tr.: México, Siglo XXI, 1974.Problemas de lingüística general, t. II (1974). Tr.: México,
Siglo XXI, 1979.Vocabulario de las instituciones indoeuropeas (1969). Tr.: Madrid, Taurus, 1983.
10
Ver de KarelKosikDialéctica de lo concreto.
30
vivimos esa realidad y la experimentamos recurriendo a las imágenes
que obtenemos de ella. Empero, en este caso, no interesa una
discusión ontológica sobre las condiciones del conocimiento; lo que
interesa mas bien es una comprensión arqueológica del saber político.
31
radicales van a concebir la política como lucha de clases,
profundización de la democracia, revolución y crisis de las
instituciones que sostienen las dominaciones polimorfas. Sin
embargo, también hay otras consideraciones sobre la política; una
muy conocida tiene que ver con el Estado, con la estructura e
institucionalidad de un orden que se separa de la lucha de clases y se
plantea el problema de la conservación del poder y del equilibrio.
Empero hay una concepción de la política, que comparten
sorprendentemente derechas e izquierdas, es la concepción de la
política como hostilidad contra el enemigo público. Habría política en
tanto este identificado el enemigo y se plantee un combate con éste.
Carl Smith expresa sistemáticamente esta tendencia al comprender la
política como hostilidad; comparten esta comprensión de la política
las corrientes marxistas leninistas. Al respecto se puede hacer todo
un recorrido de Lenin a Mao. Por lo tanto, en sentido moderno
estamos ante toda una arqueología de la política que por lo menos
tiene que ver con tres ejes paradigmáticos de la política; el principal
despliega toda una concepción emancipatoria de la política; otro eje
importante, desde el punto de visto de la acción, es la comprensión
de la política como hostilidad a partir de la identificación del enemigo;
un tercer eje de fuerte influencia es el que tiene que ver con el
Estado. Este último eje político se ha desarrollado como ciencia
política, también es retomada como filosofía política.
32
La auscultación de los movimientos indígenas contemporáneos pasan
necesariamente por el viaje interpretativo de sus memorias largas,
este viaje nos lleva necesariamente a revisar los acontecimientos
históricos inaugurales de las luchas y levantamientos anticoloniales.
Esta genealogía de los movimientos indígenas nos plantea uno de los
desafíos más importantes de la contemporaneidad y de la crisis de la
modernidad, esto es encontrar y descifrar las otras subjetividades
constituyentes e instituyentes alternativas al sujeto moderno por
excelencia, el individuo. La comprensión de los significados histórico-
políticos e histórico-culturales de las comunidades va permitirnos otra
perspectiva de interpretación de la crisis del capitalismo y de la
modernidad, va permitirnos visualizar las potencialidades y
posibilidades de emancipación y de proyección civilizatoria alternativa
para el mundo.
33
de la guerra por otros medios, ya no como identificación del enemigo,
sino en términos de las políticas de la amistad11.
11
Jacques Derrida: Políticas de la amistad. Trotta 1998; Madrid.
34
patriarcalización, demoledores en cuanto a la historia de la
institucionalidad, la institucionalidad como agenciamientos concretos
de poder. Entra también en juego la familia, las figuras de la familia.
35
territorios conquistados y colonizados. Ya no se trata solamente de
disciplinar los cuerpos, sino inscribir en ellos formas de
comportamiento de subordinación, sometimiento, supeditación,
convertirlos en cuerpos marcados, pero también aptos no solo para el
trabajo y la producción sino también como flujos de energía, como
recursos biológicos, de los que se puede absorber información
genética y prácticas útiles a la acumulación y concentración del
poder.
Nacimientos y emergencias
36
con la expedición de Magallanes-Elcano y el dominio de los océanos y
mares del mundo (siglo XVI). Las guerras civiles inglesas que llevaron
a constituir la república (1642-1646, 1648-1649). La crisis de las
monarquías absolutas (siglos XVII-XVIII), la crisis de las
administraciones coloniales españolas y portuguesas (siglos XVII-
XVIII), la independencia de las trece coloniasde norte américa del
Imperio británico (1775-1783), la rebelión indígena en los Andes
(1781), la revolución francesa (1789), la independencia de Haití del
dominio francés (1795), las independencias de las colonias españolas
de América (siglo XIX).Todos estos entontecimientos tienen que
también interpretarse a partir del acontecimiento cultural que se da
en el norte de Italia, conocido como el renacimiento, entendido como
un retorno a los clásicos griegos y latinos (siglos XV-XVI). No se trata
sólo de múltiples desplazamientos y transformaciones en distintos
planos y niveles sociales, políticos y económicos, sino también de
movimientos culturales que se abren a un nuevo clasicismo y al
humanismo.Ahora bien, el caso del renacimiento y de la reforma
(1517) tiene que evaluarse también a partir de las resistencias que
provocan, sobre todo la reforma que provoca una reacción de la
Iglesia Católica que se conoce como contrarreforma. Aunque la
contrarreforma comienza un poco antes que la reforma luterana, en
realidad se trata de una reacción de la Iglesia Católica contra los
movimientos protestantes, un tema que lo tenía pendiente ante las
corrientes que consideraba herejes y de interpretación de la Biblia no
autorizadas por el papado. Lo que interesa es comprender la marcha
de procesos contradictorios, que expresan ciertamente la lucha de
intereses, la lucha de clases, las luchas institucionales y contra-
institucionales, la aparición profusa, multitudinaria e interpeladora del
pueblo.
37
sensibilidades estéticas, la vivencia de las transformaciones y los
trastrocamientos de las viejas instituciones, el peso de la imprenta,
de la comunicación, del arte, de las universidades, de la académica
moderna, que tienen la capacidad de acumular conocimientos,
distribuir saberes, desarrollar investigaciones, abrir perspectivas
teóricas, poner en conflicto a las facultades y responder, a través de
los filósofos, teóricos, ideólogos, escritores y artistas a los desafíos de
la experiencia dramática de los cambios y de la velocidad de los
ritmos. En ese abigarrado contexto bullente se constituyen los sujetos
modernos, las subjetividades modernas, las intersubjetividades
correspondientes a las experiencias y a las relaciones dadas en la
modernidad. Este fenómeno no acontece solamente en Europa, sino
en el mundo entero.
Para desarrollar esta idea se puede decir que son tres los estratos
principales de determinación identitaria que entran en juego desde el
38
pasado en la realidad histórica actual de la América Latina, tres
estratos que corresponden a también tres distintos momentos de
configuración histórica de la modernidad latinoamericana. La primera
modernidad que está allí y que constituye el estrato tal vez más
determinante, el que con más frecuencia domina en la identificación
de las formas reproducidas por la cultura latinoamericana, sería la
modernidad barroca, la que proviene de la época que se extiende
desde finales del siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII y cuya
función fundante de identidad no ha podido serle arrebatada hasta
ahora. También está allí el estrato de otra modernidad que fue muy
importante en la historia de la América Latina y que determina
todavía el modo como se vive hoy en ella; se trata de la que vino con
el segundo shock de modernización, el impuesto por el Despotismo
Ilustrado y que corresponde a la época en que la España borbónica
intentó dar un trato propiamente colonial al continente. Es una
modernidad de otro tipo que reorganizó a la sociedad latinoamericana
ya desde la primera mitad del siglo XVIII y que se continuó hasta
después de las guerras de Independencia. Tendríamos después una
tercera modernidad, que determina también como un estrato
histórico vigente la auto-identificación de los latinoamericanos y que
vino con el siguiente shock de modernización en los tiempos de la
instauración de los múltiples Estados latinoamericanos; es la
modernidad republicana o nacional, que ha prevalecido durante el
siglo que va de mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.
Estas serían las tres modernidades históricas que pueden reconocerse
hoy, con su gravitación histórica inconfundible, sobre la modernidad
actual de la América Latina12.
12
Bolivar Echeverría: Crítica de la modernidad capitalista. Vicepresidencia del Estado. Presidencia de la
Asamblea Legislativa Plurinacional 2011; La Paz. Pág. 251-252.
39
multiplicidad y heterogeneidad de las modernidades en América
Latina va recrear espacios de articulación de estos proyectos
civilizatorios en términos interculturales y como irradiaciones políticas
emancipatorias. A estas multiplicidades modernas las caracteriza
Bolívar Echeverría como estrategias alternativas de sobrevivencia en
la modernidad capitalista, estrategias que dan lugar a formas de
mestizaje. Abría que matizar esta afirmación de Bolívar Echeverría
puesto que paralelamente a los procesos de mestización se da en
algunas regiones y países proyectos políticos descolonizadores
estrechamente vinculados a la reivindicación de las identidades
indígenas.
13
Revisar de Marie Danielle Démelas La invención política: Bolivia, Ecuador, Perú en el siglo XIX.
Instituto Francés de Estudios Andinos e Instituto de Estudios Peruanos.
40
levantamientos y movilizaciones. Quisiéramos detenernos en este
punto y auscultar los tempranos levantamientos indígenas del siglo
XVIII en los Andes.
14
Revisar de Sinclair Thomson Cuando sólo reinasen los indios. La política aymara en la era de la
insurgencia. Muela del Diablo 2006; La paz.
15
Revisar de Sinclair Thomson el capítulo Proyectos de emancipación y dinámica de la insurrección
indígena (I). Ob. Cit.
16
Ver de Raúl Prada Alcoreza Genealogía del poder. Episteme. La Paz.
42
de libertades individuales como en caso de la modernidad de la
ilustración, sino de libertades colectivas, de libertades comunitarias,
de libertad de autogobierno, de libertades territoriales. Las
subjetividades colectivas y comunitarias son la matriz de la política y
la lucha anticolonial. Este es el referente que no puede olvidarse,
incluso para entender las contradicciones de la guerra de la
independencia y de la genealogía de los Estado-nación subalternos.
17
Sinclair Thomson; Ob. Cit.; pág. 174.
44
que van alimentar a la rebelión con voluntades, imaginarios y
acciones. Ciertamente el desarrollo de los levantamientos indígenas
comprenden un proceso complejo y hasta contradictorio; la relación
con el rey, al que no se lo veía nunca y de quién se tenía una idea tan
vaga y vivía tan lejos, que parecía más bien un fantasma, es
obviamente ambigua. Podía en un momento ser sustituido por un rey
real y legitimo, el Inka. El hablar a nombre del rey contra las
autoridades locales no niega el carácter anticolonial de las luchas; el
problema de la totalización de la rebelión, de las consecuencias
políticas en lo que respecta a la organización del Estado y de la
sociedad, en lo que respecta a la legitimidad última, va estar
pendiente. Empero, se va configurando la solución en la medida que
se radicaliza el movimiento. Lo que importa de las insurrecciones
indígenas del siglo XVIII es que tocan las matrices de poder del
capitalismo y la modernidad, el colonialismo. Podemos decir que el la
lucha anticolonial es la base de la política en las periferias del
sistema-mundo capitalista, es el sustrato más profundo, que le da
una perspectiva a las luchas sociales. No se podrían vislumbrar los
límites y los alcancesde las corrientes políticas y las luchas que se
dan posteriormente si no comprendemos la apertura históricade los
levantamientos indígenas del siglo XVII. El carácter problemático de
la política moderna asoma con toda la complejidad de la lucha contra
las dominaciones y la exigencia de libertades, derechos, además de la
constitución de las subjetividades y sujetos rebeldes.
Hipótesis
18
Revisar de Sergio Almaraz Paz Obra completa. Plural. La Paz.
46
con la lucha anticolonial indígena. Cómo si quedara resuelta la
cuestión colonial con la interpretación del problema del poder y de las
dominaciones desde la lucha de clases, por lo tanto subsumiendo la
cuestión indígena en la figura del proletariado o de la alianza obrero
campesina. No sólo los marxistas ignoraron la insurrección del siglo
XVIII, las exigencias históricas del levantamiento, el profundo
carácter anticolonial de las luchas políticas, sino también los
nacionalistas; el discurso del nacionalismo revolucionario supuso que
la cuestión indígena se resolvía con el proceso de mestización que
acompañaba a la formación de la consciencia nacional.
La insurrección pan-andina
50
redentores del pueblo y a fuerza de rigor harán vencimiento a todos
y aún los de la provincia, por que a ellos les toca el mandar”19.
En cambio:
19
Sinclair Thomson: Ob. Cit.; pág. 175.
20
Ibídem: Pág. 177.
21
Ibídem: Pág. 177.
51
autogobierno. La rebelión de yungueña fue abiertamente anticolonial,
las comunidades se organizaron para gobernar el territorio liberado.
22
Ibídem: Pág. 181.
52
sucesores designados por las autoridades asumieran el cargo; en
ausencia del control colonial efectivo, Katari llego a gobernar la
provincia prácticamente por sí mismo23.
23
Ibídem: Pág. 198.
24
Ibídem: Pág. 200-201.
53
Con la dirección de Tupac Amaru y ciertamente la rebelión
propiamente pan-andina que dirigió, se llega al nivel de mayor
convocatoria y proyección de los levantamientos indígenas, también
se llega a la proyección política mayor cuando se convierte en la
figura de retorno del Inka, sustituyendo prácticamente al mismo res,
y anuncia la conformación de un inmenso Estado que abarcaría desde
las costas del pacífico hasta la el Paititi, es decir la Amazonia. La
convocatoria a todos los nacidos en el continente, indios, criollos,
mestizos, afrodescendientes, mulatos para conformar una unidad en
contra de los españoles peninsulares puede entenderse como el
proyecto político de mayor alcance durante el siglo de la rebelión
indígena.
25
Ibídem: Pág. 207.
54
con buenos ojos las pretensiones comunitarias sobre la tenencia de la
tierra. Estas contradicciones terminaron rompiendo la alianza inicial.
55
caravanas de llamas o recuas de mulas por las mismas rutas, y a
través de sus encuentros habría escuchado historias acerca de los
rincones más distantes del reino. En sus viajes, ha debido conocer
mucho sobre la vida de la gente que residía en el altiplano y en los
valles interandinos, y ha debido visitar otras ciudades coloniales
además de La Paz. Habría adquirido un amplio conocimiento de los
modos de dominación colonial cotidianos y sutiles, así como de los
sufrimientos comunes de los indios, sus miedos y resentimientos, y
su aspiración liberarse del “pesado yugo”26.
26
Siclair Thomson; Ob. Cit.; págs. 224-225.
27
Ibídem: Pág. 225.
56
comunidades como la interpelación del líder coincidieron. Fue
indudablemente la etapa más radical del proceso de la rebelión
indígena durante el siglo XVIII, pero también no dejó de mostrar sus
propias ambigüedades. Como en el caso de la rebelión de Tupac
Amaru no se tomó la ciudad del Cuco, Tupac Katari tampoco llegó a
tomar la ciudad de La Paz. Ambas tomas eran indispensables en la
estrategia militar, prácticamente se dejó pasar el tiempo, dándole la
oportunidad al ejército español que llegó del sur a socorrer a la
ciudad sitiada. Este es un tema que quedó pendiente en el análisis y
en la historia; se debe abordar la respuesta a esta cuestionante de
manera abierta y analítica. Puede ser que haya habido desacuerdos
internos en la confederación de mandos que situaban a las dos
ciudades; sin embargo, este hecho forma parte de la complejidad del
proceso de la rebelión pan-andina. Otro tema complicado es la
relación con la religión católica; las rebeliones no se desprendieron de
los imaginarios cristianos, recurrieron a éstos tanto en forma
sincrética como directa. Esto se ve en la relación que tenía Tupac
Katari con los curas que asistieron en el campamento militar
indígena. Sin embargo, estas ambivalencias no opacan de ninguna
manera la conducción de la rebelión indígena y del sitio a la ciudad de
La Paz, sino que muestran el desarrollo del proceso en esta etapa, su
desenvolvimiento molecular, avanzando, emancipándose de las
ataduras coloniales. Todo esto forma parte de la complejidad y
riqueza del levantamiento indígena del siglo XVIII.
La revolución negra
58
oportunidad. El costo de muertes fue muy alto en este comercio de
esclavos, compensado, según los cálculos mercantiles de los
esclavistas negreros, con la venta de los cargamentos. Este crimen
de lesa humanidad, esta deuda irremediable nunca fue pagada por
Europa y los otros países involucrados en el comercio de esclavos,
como Estados Unidos de Norte América. Tuvieron los propios esclavos
que revelarse para conquistar su libertad.
59
sentido pleno y concreto, en el sentido profundo de la conmovedora
condición humana, con la abolición de la esclavitud. Tocaron lo más
irracional de los prejuicios humanos de entonces, el prejuicio racial,
por el color de la piel. Interpelaron incluso a los revolucionarios de
París, a la Convención, a la Constituyente, al Directorio, pero sobre
todo a los revolucionarios de París, los san culottes, al pueblo
trabajador parisino, que empujó a la Asamblea a apoyar a los
insurrectos negros, a sus demandas por la abolición y el
reconocimiento a la igualdad. Esta alianza entre explotados fue clave
para extender la fuerza de combate del ejercito negro de Toussaint
L’Overture, que venció al ejército monárquico francés, al ejercito
colonial inglés, al ejército español y, por último, con la continuidad de
la lucha al mando de Dessalines, al ejército napoleónico invasor.
60
la experiencia desgarradora y destructiva de la esclavitud.
Experiencia que permite abrir a la mirada los lugares y las escenas
más degradantes donde puede ser arrojado el ser humano. La
convicción por la emancipación de los esclavos, no sólo de la isla, sino
incluso de los que se encontraban en América, era en él una
convicción por la emancipación humana. No podía separar la lucha de
los esclavos de la lucha por las emancipaciones de la humanidad de
las cadenas de sus dominaciones, impuestas por los amos, patrones y
burgueses. No era pues el proletariado obrero la última de las clases,
los que nada tenían que perder, sino estos proletarios esclavos,
convertidos en propiedad, susceptible de destrucción, reducidos a la
condición de meros instrumentos de trabajo, despreciados y
maltratados, como no se lo hace con las máquinas; oprimidos
bestializados por la violencia colonial y esclavista. Eran los esclavos
los que debían liberar al mundo de las dominaciones que se asientan
sobre la matriz colonial. No podía haber paz mientras no se
reconociese la plena libertad y por lo tanto la igualdad entre los
humanos, cobre todo el reconocimiento de esta condición a los
humanos reducidos a esclavos. No puede haber una sociedad libre
basada en el régimen esclavista, base del sistema colonial. Como
republicano fincó sus esperanzas en la república francesa; empero
cuando el proceso revolucionario derivó en una curva regresiva,
cuando los jacobinos llegaron a su límite con el laberinto del terror,
sin atreverse a seguir a los comunistas, a lossan culottes, por lo tanto
quedando solos, aislados de las masas revolucionarias, comenzó la
etapa reaccionaria del proceso.Esta etapa fue conducida por la nueva
burguesía, que apartó a las masas de toda influencia en el Congreso,
llevando al proceso al termidor y después al régimen bonapartista.
Toussaint vio el peligro de una intervención napoleónica y el retorno a
la esclavitud de sus compatriotas liberados, seres humanos ya en
armas y trabajadores libres. Esta situación lo obligó a tomar toda la
isla, la parte española de Santo Domingo, para evitar o contener el
desembarco de las tropas napoleónicas.
61
Dessalines quién comprendió más radicalmente la situación y supo
sacar las consecuencias de las enseñanzas de la guerra anticolonial
que llevaron a cabo.
Historia y emancipación
29
C.R.L. James: Ob. Cit.; pág. 17.
30
Ibídem: Pág. 17.
62
La expedición de Cristóbal Colón fue primera que desembarcó en
estas islas paradisiacas del Caribe, primero en la isla de San
Salvador, después en la Isla que será bautizada como la Española,
donde se encuentra Haití. Los españoles preguntaron dónde había oro
y los nativos le señalaron la gran isla donde se encontraba el precioso
metal, isla donde ahora se encuentran Haití y Santo Domingo,
bautizada en el desembarco de los conquistadores como la
Hispaniola. Se trata de una de las islas grandes del Caribe, en
comparación se puede decir que es de un tamaño equivalente a la
isla de Irlanda31.
31
Ibídem: Pág. 21.
32
Ibídem: Pág. 21.
63
Domingo. De esta manera el sacerdote y el rey trajeron a esta parte
del mundo el comercio de esclavos33.
33
Ibídem: Pág. 22.
34
Ibídem: Pág. 22.
35
Ibídem: Pág. 23.
64
espaldas sobre el agua acumulada en la concavidad de las canoas.
Cuando por fin se llegaba a los puertos de embarque, se los
encerraba en “empalizadas” para ser inspeccionados por tratantes de
esclavos. De este modo millares de seres humanos se aglomeraban
en estos “antros de putrefactos”, en los que se dice que ningún
europeo podía mantenerse de pie por más de un cuarto de hora sin
desmayarse. Los africanos también se desmayaban, pero se
recuperaban o morían. El número de bajas en las “empalizadas” llego
a rondar por el 20%36.
36
Ibídem. Pág. 24.
37
Ibídem: Pág. 25.
65
sueño de emancipación, este sueño reapareció en el culto del vudú,
cuando bailaban y cantaban su letra favorita:
Canga, do ki la!
Canga, li!
66
un código racial negativo en la medida que su tonalidad de piel se
acercaba al negro. Se llegó al colmo de hacer una clasificación
detallada de estas diversas tonalidades. En el conjunto de los negros,
tampoco había homogeneidad; aunque la masa se encontraba en los
esclavos africanos trabajadores de las plantaciones y del campo,
había esclavos privilegiados, si se puede hablar así, que tenían tareas
domésticas en casa de los patrones. Con el tiempo también
aparecieron los esclavos libertos, así como los que escaparon al
monte en busca de su libertad, los cimarrones. Algunos de los
esclavos con ciertos privilegios y tiempo se llegaron a formar,
aprovechando el aprendizaje de la lectura y de la escritura. Uno de
ellos fue Toussaint L’Ouverture.
67
levantamiento de los esclavos, la explotación desmedida de estos
colonos sobre sus propiedades humanas es la causa de esta
acumulación de odio y deseo de venganza, base pasional de la
acumulación de fuerzas en tal intensidad que van a estallar
convertidas en una rebelión imparable.
Como dice C.R.L. James, las dos terceras partes del comercio francés
dependían de la isla. Podemos entonces decir que se trata de una
economía capitalista asentada en la explotación de los esclavos. La
economía capitalista tiene en sus cimientos las cavernas de la
esclavización. Se sostiene en este despojamiento. Esta es la razón de
la manera desesperada con la que se aferraron a la colonia y se
embargaron en una guerra desgastante. Lo que ocurre con Francia
monárquica, también ocurre con Gran Bretaña y Holanda, aunque con
sus diferencias y contextos propios. También ocurría con España y
Portugal, sólo que en este caso, hablamos de estados territoriales
coloniales, empero con menor desarrollo capitalista, quizás
estancados en un capitalismo comercial con incipiente desarrollo
industrial, por lo tanto no pudiendo ser suelos del centro de la
acumulación ampliada de capital.
69
diferencia jerarquizada del color de piel, legitimando el mismo acto de
conquista y dominio, sino también debe comprenderse como
acontecimiento avasallante de formación de sociedades nuevas,
asentadas en suelos conquistados. Sociedades que pueden
caracterizarse de barrocas por el tipo de composiciones sociales
estratificadas que conforma, por las mezclas que ocasiona, por la
yuxtaposición de flujos, de circuitos, de alianzas, incluso de
instituciones complejas. A la luz de la experiencia de las islas del
caribe, podemos ver que se trata de una sociedad totalmente nueva,
debido a la desaparición de los pueblos nativos; una sociedad
compuesta por esclavos, en la base, por colonos, en la cúspide,
pasando por libertos, cimarrones, mestizos, estratificaciones de
blancos. No se ve aquí yuxtaposición de temporalidades, como en el
caso de las colonias en Mesoamérica y en los Andes. Se trata de una
colonización en sentido pleno de la palabra; adaptación al paisaje y
adecuación del medio a los requerimientos del mercado capitalista.
Transformación del medio y también transformación de las mismas
poblaciones migrantes, de las mismas clases.
70
Europa y creer que el origen del capitalismo se generó en la península
de Eurasia. No, el capitalismo sólo es explicable como sistema-
mundo. La extrema forma del capitalismo es el colonialismo y la
colonización modernos. En las experiencias coloniales se alojan los
secretos del capitalismo, sus orígenes y su fin.
71
apropiación de la energía humana y de la naturaleza podemos
destrozar los límites del marco de legitimación de la explotación
capitalista. Recién la crítica adquiere su plenitud materialista, en
cuanto lectura de la potencia inherente a los cuerpos humanos y a los
seres naturales.
73
Había preguntas que lo atormentaban, un a de estas era: ¿Es posible
mantener las alianzas conformadas durante la guerra? Con mulatos,
con mestizos, con negros libertos, con blancos, a los que se respetó
su propiedad en las plantaciones; hablamos de los que volvieron y se
mantuvieron bajo el gobierno afro. Hasta el final se mantuvo firme
intentando mantener las alianzas, escribiendo a Napoleón Bonaparte
en este sentido, explicándole que era la única manera de que la isla
se mantenga vinculada a la república. Napoleón o entendió nada, ya
se encontraba embarcado en una etapa regresiva de la revolución,
optó por la estrategia de la burguesía mercante, sentar la mano a los
esclavos alzados, volverlos a someter a la esclavización, después de
una guerra de exterminio. ¿Tenía razón Toussaint? La otra pregunta,
entre tantas, era: ¿Ha llegado el momento re romper las alianzas y
conformar un Estado negro? ¿Romper con los mestizos y los blancos;
contraponer a la guerra de exterminio del imperialismo con otra
guerra de exterminio de los blancos?Es Dessalines quien tomó esta
determinación; en cambio Toussaint fue apresado y deportado,
encarcelado hasta su muerte.
74
acumulación y atesoramiento. El futuro del capitalismo es la
recolonización global del planeta.
38
Ibídem: Pág. 91.
39
Ibídem: Pág. 91.
75
de cerdo sacrificado, sugestionó a sus seguidores por medio de una
plegaria en criollo que, como de tanto de cuanto se dice en ocasiones
semejantes, ha llegado hasta nosotros. “El dios que creó el sol que
nos alumbra, que riza las olas y gobierna las tormentas, aunque
oculto tras las nubes, nos contempla. Ve todos los actos de los
blancos. El dios de los blancos incita al crimen, pero el dios de los
negros inspira la bondad. Nuestro buen dios nos ordena vengar
nuestras ofensas. El dirigirá nuestras armas y nos ayudará.
Derribemos el símbolo del dios blanco que tan a menudo nos ha
obligado a llorar, escuchemos la voz de la libertad, que habla en el
corazón de todos nosotros”.
El símbolo del dios de los blancos era la cruz que todos ellos,
católicos, llevaban alrededor del cuello40.
40
Ibídem: Pág. 95.
41
Ibídem: Pág. 96.
76
encontrándose ante las plantaciones devastadas. El líder de entonces,
Boukman cayó peleando valerosamente; como trofeo la asamblea
exhibió en Le Cap su cabeza decapitada. Los blancos en guerra
incluso la emprendieron contra los mulatos, a quienes asesinaban en
las ciudades. Los mulatos, que no habían visto con buenos ojos la
revuelta de los esclavos, terminaron revelándose en el oeste. Se
concentraron en Croix-des-Bouquets, un distrito ubicado a cinco
kilómetros de la capital. Rápidamente formaron un núcleo
organizativo de dirigentes, de los cuales el más sobresaliente era
Rigaud, hijo de un hombre blancoy una mujer negra. Educado en
Burdeos, aprendió el oficio de orfebre, además de contar con
instrucción militar. Sirvió como voluntario en el ejército francés
combatiendo en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.
Llegó a ser oficial interino y prestó servicios en Guadalupe42.
42
Ibídem: Pág. 101.
77
El itinerario de las alianzas es como el de una curva que comprende
la acumulación de fuerzas, en los momentos más intensos de la lucha
y la disociación de fuerzas, en los momentos dónde se ponía en mesa
los intereses particulares. Sólo al final de la guerra anticolonial,
cuando Toussaint va a ser apresado y exilado, cuando Dessalines se
convierte en el conductor de esta etapa contra la expedición
napoleónica, se toma la decisión de la exterminación de los blancos y
su expulsión definitiva de Haití. Esta experiencia tan intensa nos
muestra la complejidad del proceso y los recorridos laberínticos de la
política. Los cambios se producen tanto en Haití como en Francia,
también en el contante europeo. La derrota de los jacobinos, por lo
menos de los radicales, así como el aislamiento de las masas por la
política regresiva de la nueva burguesía, va incidir en el destino del
decurso de la guerra anticolonial y en la suerte de la propia nación de
Haití.
78
muestran también el carácter de las independencias
latinoamericanas; en estos casos no se produce una radicalización de
los procesos inherentes a las guerras de independencia, sino mas
bien, el control cae en manos de los criollos y mestizos, quienes no
tenían interés en resolver la independencia por la vía de la
radicalización, es decir, en unos casos por la vía de la emancipación
indígena, en otros, por la vía combinada con la emancipación de los
afrodescendientes. Incluso la mantención de la esclavitud siguió en
los propios periodos republicanos en algunos de los casos más
notorios.
80
guerra de la independencia. No hubo clases explotadas y pueblos
dominados que empujaran el proceso adelante. Las republicas criollas
fueron, como hemos dicho, producto de pactos. Se apresaron a
entablar relaciones comerciales con la potencia industrial dominante,
Gran Bretaña, y desecharon toda lucha anticolonial y antimperialista.
En este contexto, se puede ver que no les podía interesar una alianza
estratégica con Haití, las islas del caribe, incluso no podía interesales
una integración una integración de las repúblicas nacientes, menos
aún un alianza con el continente martirizado del África. La consciencia
antimperialista de Toussaint L’Ouverture no estaba presente en la
cabeza de los caudillos liberales de estas repúblicas criolla, salvo
quizás, en determinados momentos, en Simón Bolívar.
El realismo político
81
cifras; adquiere una forma de exposición aparentemente estadística,
pues usa cuadros e indicadores; pero esto no es más que forma
descriptiva reducida a lo conmensurable. Está muy lejos de usar las
teorías estadísticas, sobre todo el tratamiento de los problemas de
medida y las exigencias en la construcción de indicadores. Es pues
una pose de legitimación esta pedantería de las exposiciones
oficiales, llenas de cifras, para cubrir sus vacíos cualitativos. Pero,
bien, resulta que uno de los modos del realismo politico es esta forma
descriptiva de la “realidad”. Otro modo es el formalismo, defensor del
institucionalismo y seducido por las apariencias; la apariencia de
seriedad, por ejemplo. Esta es quizás la posición más conservadora
del realismo político, pues considera a las instituciones como eternas
y garantizadoras del orden. De aquí al prejuicio jurídico, como núcleo
de la “realidad” social no hay más que un paso; este modo jurídico,
que se presenta, en principio como respetuoso de las leyes y las
reglas, termina, en la forma de su adulteración, en la manipulación
mañosa de las leyes y las reglas. También hay otros modos de
expresión del realismo político; daremos el ejemplo de uno más, con
pretensiones teóricas; se trata de la perspectiva lineal de la historia.
En este caso se concibe un tiempo lineal y sucesivo; sobre este
presupuesto se construye la teoría la “revolución” por etapas. Ésta
también es una posición conservadora, pues aplasta la potencia
social, desconociendo la complejidad del espacio-tiempo concreto de
lo histórico social.
Hipótesis
83
Ante la premura de gobernar y administrar el aparato público desde
el 2006, se tuvo que tomar decisiones sobre la base de dos
alternativas: 1) El camino de la utopía; es decir, de la construcción
alterativa y alternativa; o 2) el camino del realismo político; es decir,
la modificación paulatina y diferida de lo que hay. La decisión no era
fácil, por lo menos en el sentido de aceptar lo que parecía más
plausible a los ojos de los conductores. Se requería una
argumentación que justificase la decisión. La construcción de esta
argumentación estuvo en gran parte a cargo del vicepresidente; esto
debido a su formación académica y el manejo de teorías, que se
pueden considerar “revolucionarias”. No es que se inclinase por las
consecuencias de estas teorías, sino que las teorías sirvieron de
premisas para sacar otras consecuencias, sobre todo introduciendo el
supuesto de que las condiciones objetivas y subjetivas no estaban
dadas. La conclusión realista fue que se tiene el Estado para
transformar; esta es la “realidad”, lo demás es “utopía”, en el sentido
de irrealizable. A partir de esta conclusión se podía considerar una
estrategia “pragmática”, que se basa primordialmente en un camino
de reformas, que preparen el camino para cambios, más radicales,
más adelante. Entonces las transformaciones se podían diferir; lo que
importaba, por el momento, era administrar bien lo que se había
tomado, el Estado.
84
Hay que anotar que hay por lo menos como dos planos que hay que
distinguir; una cosa es lo que se planea y otra cosa es la práctica. Las
“lógicas” de las prácticas no responden a la lógica de la teoría, a la
lógica de la estrategia planeada. Las prácticas despiertan otros
juegos, otros sentidos, otras consecuencias. El “pragmatismo”
desencadenó otros decursos no-planeados. En poco tiempo el
gobierno se encontró atrapado en “contradicciones” no predichas,
antagonismos dramáticos, difíciles y hasta imposibles de solucionar
por la vía del realismo político. Ante semejantes desafíos el ideólogo
del realismo elaboró una teoría, expuesta en Las tensiones creativas
de la Revolución43. Nuevamente se tranquilizó a los gobernantes,
autoridades, representantes y dirigentes; estamos ante tensiones
creativas en el seno del pueblo. Sin embargo, si bien el discurso era
tranquilizador, no podía, no tenía los recursos, para domesticar la
dinámica incontrolable de los conflictos. Sin embargo, se siguió
adelante con esta tranquilizante y adormecente explicación.
43
Álvaro García Linera: Las tensiones creativas de la Revolución. La quinta fase del proceso.
Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.
85
inútil, hasta peligrosa. Después de dos gestiones de gobierno el uso
del realismo político no parece lograr los resultados esperados, fuera
de haber ayudado a administrar el aparato de Estado tomado. Este
uso ha desatado problemas no contemplados por la estrategia
“pragmática”. Sin embargo, para el gobierno sigue siendo
indispensable este realismo político; ahora por razones justificadoras,
pues se ha decidido seguir adelante, a pesar de todo, con la
continuidad de la misma estrategia “pragmática”. Esta es quizás la
razón por lo que la presencia del vicepresidente se vuelve
obsesivamente indispensable para los gobernantes, sobre todo para
el presidente.
86
supuesto delito de influencias, exigiendo auditoría a la gestión de
Rebeca Delgado, cuando ésta prácticamente se la hizo cuando
entregó la presidencia de diputados. Sin embargo, no se hace
auditoria de las gestiones del Congreso; la Contraloría brilla por su
ausencia. No hay resquemor en acusar sin mirarse a sí mismos; no
hay pudor de hablar de inconducta sin atender a las propias
conductas. Estamos ante un mundo cambalache, problemático y
febril.
87
se divide entre buenos y malos, entre justos e injustos, entre
realistas y utopistas, entre amigos y enemigos; en fin, la lista puede
ser larga. Entonces los maniqueos se colocan del lado de los buenos,
de los justos, de los realistas, de los amigos; los demás son
condenados. El gobierno ha hecho gala de este maniqueísmo,
llevándolo al extremo de la vulgarización; la llamada oposición de
derecha también lo hace, reclamándose de institucionalista y
defensora del Estado de Derecho; incluso las izquierdas, sobre todo
tradicionales, son maniqueas cuando anteponen su proyecto
“revolucionario” como valedero, descalificando lo que ocurre
efectivamente. Una de las formas de expresión del maniqueísmo se
muestra en la simple hipótesis de la teoría de la conspiración; el
supuesto es que hay grupos de conspiradores que dirigen la historia;
de aquí se deduce la conclusión de que hay traidores; en nuestro
caso se dice que hay traidores del “proceso” de cambio. Entonces
toda la explicación histórica se reduce a personas, al problema de las
personas, de lo que son y de lo que no lo son. Esta explicación
maniquea de la teoría de la conspiración se parece al guión de una
novela, pero sin los atributos literarios e intuitivos de la novela.
88
creación de alternativas. De lo que se trata entonces es de compartir,
convivir, con las dinámicas moleculares, buscando que su
alteratividad micro-social, se convierta, en un momento, en
alteratividad molar, transformando las instituciones y las
“estructuras”.
¿Qué queremos decir con todo esto? Que los llamados “procesos”
políticos y sociales, encaminados a transformar, no se dan por los
buenos deseos de las vanguardias, ni tampoco como resultado de una
estrategia “revolucionaria”, se dan como acontecimientos en
momentos de crisis múltiple del Estado, de las representaciones, de
los valores institucionalizados, obviamente en el contexto de la crisis
orgánica del capitalismo, dependiendo de su ciclo vigente. Lo que se
experimenta como “proceso” es lo que compartimos como
acontecimiento; no se trata de que sea una condición dada, como en
el caso de las hipótesis del realismo político, sino de una complejidad,
la misma que hay que comprender y entender en sus dinámicas
moleculares y molares. Por lo tanto, no es, de ninguna manera,
pertinente, desentenderse del “proceso” experimentado, sino de
vivirlo plenamente buscando romper las resistencias y los obstáculos
históricos. Parafraseando nuevamente a Albert Camus44, si los
“procesos” de cambio caen en la decadencia, debemos sufrir con el
“proceso”, no alegrarse de su decadencia, sacando lecciones de esta
experiencia dramática. En otras palabras, de lo que se trata es de
prolongar su decurso buscando la oportunidad de realizar sus
posibilidades y potencialidades.
44
Albert Camus: El hombre rebelde. La frase completa es: Lo difícil es asistir a los extravíos de una
revolución sin perder la fe en la necesidad de ésta. Para sacar de la decadencia de las revoluciones
lecciones necesarias, es preciso sufrir con ellas, no alegrarse de esta decadencia. Esta reflexión de Camus
aparece también como cita en el libro Réquiem para una republica de Sergio Almaraz Paz, al inicio del
capítulo El tiempo de las cosas pequeñas.
89
Defensa crítica del proceso
90
muchas veces se combina con el ultimatismo, anula la posibilidad de
la acción, del movimiento y del desplazamiento político; fija el dilema
en una estática abstracta, como si se tuviera que esperar que se
cumplan las condiciones para decidir entre lo uno o lo otro. Muchas
veces esta posición se convierte en una espera eterna. El
oportunismo, en cambio, acepta cualquier situación para intervenir,
se camufla con mucha facilidad, se mueve en un permanente
simulacro, todas las opciones son validas, se puede juntar lo uno y lo
otro, por más contrastadas que se encuentren. Si bien el
esquematismo estanca la acción política, el oportunismo disemina la
política en múltiples puntos de aprovechamientos y astucias, puntos
que se conectan por curvas sinuosas. En ambos casos, la política
como emancipación, como suspensión se los mecanismos de
dominación, como efectuación radical de la democracia, no se realiza.
O queda fijada en una suspensión eterna de un dilema irresoluble o
se diluye en la nada mediante la efectuación compulsiva de conductas
puntuales, de “tácticas” singulares, de astucias momentáneas.
91
Las políticas emancipatorias tienen que responder a la estructura de
la complejidad de la coyuntura, tiene que asumir las condiciones de
posibilidad histórica en las que se mueve, lo que equivale a reconocer
el “principio de realidad”, y, al mismo tiempo, tiene que buscar
desplazar, cambiar, las condiciones de posibilidad, incidiendo en la
creación de las condiciones apropiadas. Comprender la estructura de
la coyuntura es como tener una memoria del periodo, tener un mapa,
una cartografía, del contexto, a los que pertenece la coyuntura, en
tanto secuencia de coyunturas, también en tanto territorios y
espacios más o menos amplios que contienen al contexto. De la
misma manera, se debe tener en cuenta no sólo lo que comúnmente
se llama “realidad”, sino también la “realidad” efectiva, el campo de
posibilidades abierto. En este sentido, se entiende que las políticas
emancipatorias requieren una comprensión, así como también el
entendimiento, del proceso, es decir, del desplazamiento del espacio-
tiempo político, de las dinámicas inherentes al espaciamiento mismo
del proceso, a sus ritmos, intensidades, expansión, alcances y
cambios. El proceso como producción histórica. Por lo tanto, el
proceso entendido como acontecimiento y el acontecimiento como
espacio-tiempo de múltiples singularidades. En esta perspectiva y
desde este enfoque es menester una mirada teórica del proceso, la
conceptualización de su desplazamiento, de su espaciamiento, de sus
dinámicas, concibiendo también sus contradicciones, los obstáculos
históricos, las resistencias y las posibilidades abiertas.
45
Esta definición se encuentra en Defender la sociedad. Curso del Collège de Fance (1975-1976) de
Michel Foucault. Fondo de Cultura Económica 2000. Buenos Aires. Pág. 22.
92
la memoria corta. Nos referimos en otros textos a estas memorias
como memoria indígena, memoria nacional-popular y memoria
reciente de los movimientos sociales46. El proceso nombrado como de
cambio se mueve en distintos planos y temporalidades; recoge los
ciclos de larga duración, los ciclos de mediana duración y los ciclos de
corta duración, que lo atraviesan como condicionamientos de
múltiples temporalidades, interpretadas desde distintas memorias y
subjetividades. Usando los conceptos propuestos por Boaventura de
Sousa Santos, el proceso se vive y se experimenta abiertamente
desde una ecología de los saberes y desde una ecología de las
temporalidades47. La experiencia plural del proceso dibuja su propia
complejidad dinámica. Las políticas emancipatorias requieren
comprender y reconocer estas dinámicas moleculares, actuar en los
distintos planos y temporalidades, incidir en la pluralidad de
subjetividades, encarar la comunicación con ellas de tal forma que
haga posible su participación plural, la construcción de consensos y
composiciones dinámicas, el ejercicio plural de la democracia.
93
¿O, al final, cuando se opta por el realismo político ya se experimenta
el rebote, el retroceso, por no haberse atrevido a cruzar el límite y
entrar a otro espacio-tiempo de agenciamientos? Estas preguntas son
cruciales, deben ser tratadas en toda su extensión y consecuencias.
Por otra parte, es importante comprender que si bien los procesos
son productos de composiciones intensas de dinámicas sociales
moleculares, éstos se convierten, en su periodización, en
condicionamiento histórico y político, en un desplazamiento espacial y
temporal que articula de una determinada manera sus componentes,
sus ciclos, sus memorias, sus subjetividades, sus dinámicas
moleculares. Las políticas emancipatorias tienen que actuar
reconociendo las singularidades del proceso; actuar en el proceso,
desentendiéndose del mapa de sus singularidades, como si el proceso
fuese homogéneo, parecido a otros, interpretado desde universales,
es preparar errores y derrotas. Tanto el realismo político como la
perspectiva opuesta, la perspectiva esquemática, perspectiva
polarizante, que empuja al ultimatismo, a escoger entre lo uno o lo
otro, toman el proceso en el sentido homogéneo, compuesto por
tendencias y figuras universales. Ambas son interpretaciones que
anulan la pluralidad del acontecimiento.
94
proceso, es la expresión del Termidor48. Por eso, la apología es no
solamente conservadora y termina siendo restauradora, sino que
acaba con el proceso mismo, lo termina. Es una renuncia a las
transformaciones.
95
contra-estatal; es la defensa de la apertura y el desplazamiento a
otras formas de composiciones de cohesión social, de articulación
“política” o post-política, más allá del Estado moderno y del Estado-
nación. Esta transición posmoderna, pos-capitalista y de-colonial es la
perspectiva subversiva del Estado plurinacional comunitario y
autonómico, reducido por los apologistas a la representación
folklórica del mismo Estado-nación; Estado plurinacional descartado
por los ultimatistas en la búsqueda del Estado socialista traicionado, a
pesar de qué este fue experimentado, se hundió en el drama sus
contradicciones por no haber salido del circulo vicioso de la
reproducción del Estado.
50
Ver de Raúl Prada Alcoreza Epistemología pluralista y descolonización. Para su publicación en
Bolpress; La Paz.
96
Requiere actuar en la variación de ritmos y de los intervalos de las
ondas de los procesos, buscando sus desplazamientos, sus
transformaciones y trastrocamientos, las rupturas iniciales que cruzan
las líneas e inician otros agenciamientos. Cuando se habla de defensa
crítica del proceso se habla de esta actitud abierta a las posibilidades,
a las fuerzas de la potencia social.
97
No se trata de descartar la posibilidad del enfrentamiento, que
siempre está presente, tampoco de descartar una guerra
emancipatoria, que puede desatarse como defensa contra la violencia
de las dominaciones, sino de interpelar al paradigma de la política,
que toma a la guerra como inicio o final de la misma, convirtiendo la
beligerancia en el procedimiento primordial, por medio del cual se
depura a enemigos internos y se ataca a enemigos externos,
buscando conservar el monopolio y el control del poder. Este sentido
de la política es conservador, conserva el Estado, y anti-
emancipatorio. Incluso puede llegar a simular que emplea los
procedimientos de la depuración y de la destrucción para lograr la
emancipación buscada, cuando efectivamente descarta las
emancipaciones al apropiarse de su representación. Por lo tanto, se
trata de buscar la “política” más allá de la política, la política más allá
de la fraternidad masculina, la política más allá de las estructuras
patriarcales. La política ya no como representación y delegación sino
la “política” como participación plural, como construcción colectiva, la
“política” como autonomía, en el sentido de autodeterminación.
98
celosos y paranoicos gobernantes. Se ha llegado muy lejos en el
deterioro y la degradación de la política en tanto definición del
enemigo, se han borrado las fronteras de lo lícito y lo ilícito, de lo
legal y lo ilegal; se ha llegado lejos cuando vemos que estos
personajes inescrupulosos y estas “profesiones” coercitivas se han
convertido en “defensores del proceso”. De la usurpación e impostura
de políticos astutos, de funcionarios, burócratas, jefes, que
sustituyeron a los movimientos sociales y simulan la escena
“revolucionaria”, pasamos a la usurpación e impostura grotesca de
los “profesionales” de la extorsión, convertidos en paladines de la
“defensa del proceso”. La política de la hostilidad se ha convertido en
el mejor instrumento del diagrama de poder de la corrupción y la
economía política del chantaje.
Los que pueden hablar con propiedad de la defensa del proceso son
las y los movilizados, las y los insurrectos, las y los interpeladores,
las y los que resisten a la distorsión de la política y la usurpación del
proceso por “profesionales” de la extorsión y astutos políticos. Son las
comunidades indígenas que resisten a la destrucción de su territorio,
son las mujeres más pobres del mundo51, reducidas a la
subalternidad más oprobiosa, son el proletariado nómada, que hacen
un recorrido itinerante en la oferta del trabajo del capitalismo salvaje,
son el pueblo que se levanta contra medidas monetaristas como las
del “gasolinazo”, son las y los que abrieron este proceso usurpado,
luchando y entregando su gasto heroico. Todas ellas y ellos son el
contenido ético y la potencia del proceso, la posibilidad de la re-
conducción del proceso.
51
Las mujeres más pobres del mundo, descripción usada por Gayatri Spivak. Crítica de la razón
postcolonial. Akal; Valencia.
99
realismo político una suerte de mentalidad oportunista, que se presta
a apoyar esta versión “ideológica” del fetichismo del poder; una de
las consignas de este oportunismo es que todo tiene que cambiar
para que nada cambie; la política del gato pardo. Se trata de la
adecuación a la fuerza dominante del momento. Otra versión, menos
relevante del oportunismo, empero, de efectos masivos, es la actitud
servil a los nuevos amos; cuyas expresiones son la sumisión, la
adulación, el servilismo. Estas dos formas de respuesta a la irrupción
de la plebe, de la insurrección de las multitudes y de la movilización
prolongada, son no solo conservadoras, pues se adaptan a los
cambios para detener sus alcances, sino son formas destructivas e
inhibidoras del impulso popular, por lo tanto son formas demoledoras
del proceso. La primera forma, la relativa a la simulación y
adaptación, termina mimetizándose a tal punto que convierten a la
política de gobierno en una constante puesta en escena, en una
teatralización donde todo cambia en la escena, pero no pasa nada en
la “realidad”. La segunda forma, llamada popularmente “llunkerio”,
termina creando atmósferas de pleitesía, climas de alabanza,
espacios de propaganda, que desconectan al gobierno de la
“realidad”. Se puede comprender que ambas formas oportunistas
forman parte de la gama de posicionamientos apologistas. Aunque el
oportunismo no cuente necesariamente con un discurso explicativo y
auto-justificativo, dejando este papel a la apología con pretensiones
teóricas, es de las prácticas más difundidas en el campo burocrático y
en el campo político. En los gatos pardos y en los “llunkus” encuentra
la posición apologista a la masa de seguidores, que aplauden y
actúan en consecuencia de lo que entienden, a su modo, la “defensa
del proceso”.
100
y cultural. Ahora compete cumplir con tareas económicas y
administrativas que aprovechen el crecimiento y redistribuyan
adecuadamente los ingresos, cumpliendo con los derechos
establecidos en la Constitución. Si esta es la situación, los que
critican, los que interpelan, los que resisten, están fuera de escena;
son llamados conspiradores, resentidos, infiltrados, agentes del
imperialismo, libres pensadores. Como puede verse este
posicionamiento, que combina el apologismo, el realismo político, el
“pragmatismo” de sentido común, con el oportunismo de simulación y
el oportunismo adulador, es un Termidor, una manera de terminar
con el proceso. La “defensa del proceso” por parte de este
apologismo político es una terminación del proceso mismo. La
“defensa del proceso” los lleva a la represión, a la descalificación, a la
persecución, a emplear métodos de coerción y de cooptación.
Procedimientos justificados por la “defensa del proceso”. Nada se
tiene que cambiar, nada se tiene que corregir, nada se tiene que re-
conducir. Los problemas que se enfrentan son tensiones creativas. De
esta forma la “defensa del proceso” se convierte en la culminación del
proceso mismo.
101
Ahora bien, la aparición del discurso apologista y de las prácticas
oportunistas se han dado, a partir de un determinado momento, en
todos los procesos revolucionarios. El impulso de las luchas que abren
el proceso irradia su fuerza y su espíritu a un principio; empero, a
partir de un punto de inflexión, como que se tiende mas bien a
restaurar el Estado, a reforzar las estructuras de poder y dominación,
a conservar lo que se tiene y no arriesgarlo, a optar por la defensa
del Estado, ha reproducir las mismas tácticas represivas que otros
gobiernos, que los gobiernos depuestos, aunque se lo haga en otro
contexto. ¿Por qué sucede esto? Las “vanguardias”, usemos esta
palabra aunque no nos guste, para ejemplificar, son desplazadas, son
sustituidas por camadas de obedientes, por funcionarios
burocratizados, por perfiles represivos, por personajes sin escrúpulos,
por serviles y oportunistas. Esto puede suceder desde un principio, al
día siguiente de la toma o la llegada al poder, o puede tardar un
tiempo previo, donde se vive la primavera del entusiasmo. Cada
proceso tiene su propia historia singular. ¿Después de la tormenta
viene la calma y las aguas vuelven a su sitio? ¿Después del
entusiasmo vuelve el apaciguamiento y la “racionalidad”? ¿Por qué
ocurre esto, de tal forma que no se pueda escapar a esta trama
dramática, donde no se tiene un final feliz? Para responder a estas
preguntas no caigamos en la ingenua hipótesis de que si hubieran
sido otros hombres hubiera sido otra cosa. Las personas le dan su
carisma, inciden en las características subjetivas, producen ciertos
desplazamientos, que hacen distintos a los procesos, empero la
trama parece sucederse de todas maneras. No es un problema de
personas, otras hubieran quizás dado otro carisma, incidir en otras
características subjetivas, ocasionar otros desplazamientos, empero,
en algún momento se enfrentan al mismo problema, la reproducción
del Estado y de las estructuras de poder y dominación. El problema
no es de personas, sino de mapas institucionales mantenidos,
estructuras y diagramas de poder conservados, Estado restaurado. Si
una revolución, si un proceso de transformación, no desmonta estas
estructuras de poder, termina tragada y subsumida a la lógica de la
reproducción de poder.
La defensa crítica del proceso lucha en los lugares, los territorios, los
espacio-tiempo con los que se cuenta, enfrenta los problemas
singulares que emergen en el desplazamiento del proceso; comparte
las desilusiones y desencanto popular ante la experiencia de un
proceso contradictorio y un gobierno teatral, perdido en el laberinto
102
de su soledad52; también se anima cuando las organizaciones sociales
salen a las calles, denuncia, resiste, interpela, cuando las
comunidades indígenas defiende sus territorios, cuando el pueblo
defiende la Constitución contra la impostura de un gobierno que
promueve leyes inconstitucionales, cuando el pueblo defiende
nuevamente los recursos naturales contra parciales y mediáticas
nacionalizaciones. La defensa crítica del proceso no renuncia a la
utopía, no deja de concebir la lucha por las emancipaciones múltiples,
por las liberaciones heterogéneas, por la descolonización radical.
Respecto al proceso que se vive, aunque las evidencias muestran el
declive y desmoronamiento del proceso, quizás hasta su propia
muerte anunciada, no acepta esta evidencia como fatalidad, sino
como desafío, como una convocatoria al gasto heroico. El “realismo”
de la defensa crítica del proceso es el de la consigna de 1968 heroico:
Seamos realistas, pidamos lo imposible53. Aunque parezca imposible
la reconducción del proceso, la defensa crítica del proceso apuesta a
este imposible. La realidad se realiza a veces por el lugar de lo
improbable y por lo inesperado de lo imposible.
52
Alusión al Ensayo de Octavio Paz: El laberinto de la soledad.
53
Seamos realistas, pidamos lo imposible; consigna de los estudiantes parisinos movilizados del mayo de
1968.
54
Esta es la ponencia para el seminario sobre Reflexiones del proceso de cambio, organizado por la
Carrera de Filosofía de la UMSA, el 16 de mes de Mayo de 2013, y realizado en el salón de la
Vicepresidencia. Se puede considerar este documento como el segundo autocrítico; el primero es
Epistemología, pluralismo y descolonización.
103
Como estamos en un seminario de filosofía, que se propone
reflexionar sobre el proceso político, debemos priorizar, se supone, la
reflexión teórica; entonces es conveniente definir dos conceptos
iniciales de la reflexión, crisis y proceso. Etimológicamente crisis
quiere decir momento decisivo, situación inestable; viene del latín
crisis y del griego krísis, que significa punto decisivo, viene de
krínein, que quiere decir separar, decidir55. Desde la perspectiva
médica se ha hecho hincapié en el sentido de descompensación
fisiológica; una ruptura del equilibrio fisiológico. De ahí al concepto de
crisis en la teoría de sistemas no hay mucho trecho; la teoría de
sistemas habla de crisis cuando el sistema, los subsistemas
componentes, los intercambios entre ellos, la retroalimentación con el
entorno, ya no puede darse; ya no hay posibilidades de reproducción
del sistema. El sistema entra en crisis. Ciertamente es un concepto
abstracto, tiene el sentido de crisis estructural y sistémica. Jürgen
Habermas la ha usado en este sentido, dándole también la tonalidad
de problemas de legitimación. El marxismo se ha referido a la crisis
haciendo referencia a la crisis estructural y orgánica del capitalismo,
crisis descifrada a partir de la contradicción entre fuerzas productivas
y relaciones de producción, interpretada a partir de las dificultades
para mantener la tendencias ascendentes de las tasas de ganancia;
crisis que también es entendida, en un marco general, como crisis de
acumulación, crisis de sobre-producción, también crisis de la
reproducción del modo de producción capitalista. De aquí, se pasa a
las consecuencias políticas y a las crisis sociales; las crisis políticas
son entendidas como crisis del Estado, las crisis sociales son
interpretadas desde la intensidad de la lucha de clases. Los análisis
políticos, casi en general, hablan de crisis refiriéndose a hechos
diferentes; crisis de gobierno, crisis de representación, crisis del
sistema de partidos políticos, crisis coyunturales específicas. Como se
podrá ver, el término crisis se presta a un abanico polisémico amplio;
empero, de todas maneras, no pierde su raíz; momento decisivo,
situación inestable, incluso momento de ruptura, de separación.
104
representación, a la crisis del sistema de partidos; aunque también
las connotaciones alcanzaban a la crisis de la sociedad y el Estado
boliviano. Interesa detenerse en estas lecturas de la crisis o, mas
bien, en esta lectura del acontecer político desde la crisis.
105
problema radica entonces en las resistencias de las teorías a quedar
descartadas; se empecinan por mantenerse, creando, como dice Karl
Popper, hipótesis ad doc56. Al respecto de este empecinamiento,
obviamente no se trata del empecinamiento de las teorías, pues éstas
no son sujetos, como suelen convertirlas, por una especie de
fetichismo teórico, sino del empecinamiento de los sujetos que usan
las teorías. Cuando esto ocurre, se da lugar como a por lo menos tres
desfases; primero, en relación a la que identificamos anteriormente,
el desfase entre representación y acontecimiento; segundo, el
desfase entre teoría y problemática; tercero, el desfase entre la
problemática misma y otras problemáticas posibles, que se
encuentran opacas o invisibles a la mirada teórica.
106
mismos de una “ideología”, en pleno sentido de la palabra, como
fetichismo del poder, estamos ante un discurso que se considera la
expresión misma de la “realidad”, produce “realidades”.
107
Una mirada teórica sobre el llamado proceso de cambio
108
Hipótesis
109
con capacidad de incidencia, corresponde a las organizaciones
sociales que se ha colocado en posición crítica y demandante
respecto al gobierno. De entre estas organizaciones hay que
destacar a las organizaciones indígenas y la las organizaciones
sindicales, aglutinadas en la COB. Fuera de estas organizaciones
sociales, han tenido incidencia intermitente y coyuntural, otras
organizaciones como los comités cívicos y gremialistas. Estas
incidencias en los acontecimientos se comprueba en determinadas
coyunturas intensas, como la que corresponde al levantamiento
popular contra el “gasolinazo”, que obligó al gobierno a retirar la
medida; también en el Conflicto del TIPNIS, sobre todo con la
llegada de la VIII marcha indígena, que obligó al presidente a
promulgar una ley en defensa del TIPNIS; así como la actual
movilización y huelga indefinida de la COB, que obliga al gobierno
a revisar y discutir su promulgada ley de pensiones.
110
8. Ciertamente también se encuentran como tendencia de incidencia,
en este contexto de tendencias en juego, la que comúnmente se
ha identificado políticamente como “derecha”; hablamos de
partidos políticos conservadores. Aunque debilitados desde el
2008, tienen representación en el Congreso, en menos de 1/3,
además de controlar dos gobernaciones, fuera de la vocería que
adquieren en los medios de comunicación.
11. Otra condición de posibilidad histórica tiene que ver con lo que
llamaremos la historia de las estructuras subjetivas de las
sociedades, de las naciones y de los pueblos. Estas estructuras
subjetivas son como las memorias de estas sociedades, de estas
naciones y de estos pueblos; pero, también sus estados de ánimo.
Como dijimos en otro texto57, cuando hablamos de estructura lo
hacemos metafóricamente, mucho más cuando nos referimos a
estructuras subjetivas. No podrían darse tales estructuras, ni como
una macro-estructura que comprenda la memoria y el estado de
ánimo de un pueblo, ni como micro-estructuras que se hallaran
inscritas en cada uno de los individuos. Sencillamente se trata de
una manera de organizar la explicación y el análisis, corriendo el
riesgo de convertir a la estructura en un sustituto del sujeto,
sujeto de la filosofía o de la psicología, convirtiéndola en algo así
57
Este texto es Hacia una teoría de la sociedad alterativa. Todavía no publicado, se encuentra en
elaboración y revisión. Será difundido en Horizontes nómadas, también en Bolpress.
111
como la combinatoria inherente al funcionamiento de una
composición dada; en este caso de una multiplicidad de
subjetividades. Recurrimos auxiliarmente y provisionalmente a
este concepto de estructura para usarlo como nombre comodín,
como nombre de algo, en este caso de experiencias, memorias y
ánimos de pueblos. Lo que interesa es esto último, pues,
suponemos, que las experiencias, las memorias y los ánimos, de
las sociedades y de los pueblos, se sedimentan y estratifican en
sus imaginarios, de tal suerte que se convierten como en
condiciones de posibilidad subjetivas.
112
¿Cuál es el problema de este cuadro de hipótesis? En primer lugar
que es un cuadro, por lo tanto una pintura y un punteo de
tendencias y de condiciones de posibilidad histórica, a las que se
ha llegado analíticamente, diferenciando, líneas, aspectos y
tópicos, incluso temporalidades. Una vez hecho esto, son como
fichas de un rompecabezas, a las que hay que volver a reunir
encajando, para armar el cuadro. El problema es que se le
atribuye “vida” propia a cada una de estas fichas separadas, como
si estuvieran animadas y fuesen autónomas, cuando esto no
ocurre en absoluto. En “realidad” estas fichas separadas ni tienen
vida propia, ni son autónomas, ni funcionan separadas. No hay
fichas separadas, todo ha funcionado efectivamente como
conjunciones complejas y articuladas; no hay tal separación
analítica. Esto es parte del fetichismo teórico, del que hablamos al
principio. Por lo tanto, si asumimos el acontecimiento como
configuración espacio-temporal, como matriz múltiple y compleja,
en la cual nos encontramos insertos, no es posible pensar
analíticamente, separando piezas, para estudiar sus relaciones y
causalidades. Es menester pensar pluralmente el acontecimiento
como multiplicidad de singularidades.
58
El libro fue editado y publicado por Autodeterminación.
113
por lo menos a aquella existencia documentada por los libros59.
Por lo demás, el libro de Luis Tapia es el resultado de una
investigación vivencial, pues el investigador era amigo de los
grupos roqueros y los visitaba donde tocaban. Además de
mostrarnos otra de las facetas de este teórico e investigador, el
libro tiene la virtud de alumbrar en la oscuridad refugiada del
underground de los jóvenes rebeldes. Volviendo a Viky Ayllón,
quiero tener en cuenta esta observación, pues cuando escribimos
sobre el acontecimiento político, también nombramos y
terminamos dando existencia escrita a lo que nombramos,
atribuyéndole un sentido, el del analista, teórico, intérprete,
escritor y activista. Se produce entonces una “captura” de las
experiencias múltiples y singulares en el sentido teórico asignado.
De alguna manera esta significación se convierte en código de
intercambio, en sentido compartido, en la medida que los textos
se difunden y son apropiados. Puede ocurrir, a su vez, que los
textos difundidos sean usados por otros portadores de discursos,
entonces los sentidos que circulan vuelvan a ser “capturados” por
otras composiciones discursivas. Pero, lo que interesa, en este
caso, es que las singularidades del acontecimiento son
“capturadas” por otras singularidades, conformando
composiciones, de sentido, que llegan a ser políticas, debido al uso
en el tráfago de las fuerzas. ¿A dónde apuntamos con esto? No es
posible decir la verdad del acontecimiento político, pues tal verdad
no existe; lo que se dan son distintas perspectivas, dependiendo
de los referentes. Algunas perspectivas son más compartidas que
otras, en la medida que su uso sea más difundido, además de
lograr mayor “captura” que otras perspectivas.
59
He recurrido a mi memoria, tratando de rescatar, no literalmente lo que dijo Viky Ayllón, sino
interpretando lo que dijo, el significado de sus comentarios y observaciones. Es difícil recordar los
términos literales de su exposición.
114
otros colectivos y activistas, además de los voceros de las
organizaciones sociales involucradas, además de organizaciones
políticas, es haber nombrado esta experiencia multitudinaria como
proceso. Entonces ya este concepto conducía la interpretación y el
análisis en una dirección teleológica; el proceso semi-
insurreccional, pues así se hablaba y se escribía, conduce los
levantamientos, las rebeliones, las resistencias, las luchas, las
movilizaciones, hacia finalidades inscritas en la memoria indígena
y en la memoria popular. Estas finalidades no podían ser otra cosa
que la descolonización y la nacionalización de los recursos
naturales; de estas finalidades, compartidas por las organizaciones
sociales, se encontraron otras finalidades más definidas y de
efecto estatal. Hablamos de las figuras concebidas de la
transformación estatal. Al principio estas figuras tenían que ver
con las distintas perspectivas de lo que se entendía por
descolonización, por una parte, y nacionalización, por otra parte.
Por ejemplo, el CONAMAQ entendía por descolonización la
reconstitución del Collasuyu y del Tawantinsuyu; el CIDOB ya
había trabajado la idea del Estado plurinacional; las organizaciones
campesinas hacían hincapié en la reforma agraria, aunque
compartían distintas propuestas sobre la transformación del
Estado, desde las propuestas por las organizaciones indígenas
hasta las propuestas socialistas, pasando por la consolidación del
Estado-nación. Las organizaciones sindicales de los trabajadores
no abandonaron el horizonte definido por sus tesis legendarias, el
socialismo, aunque también compartían fuertemente la idea de la
consolidación del Estado-nación, recurriendo a su memoria
nacional-popular.
115
compartida orgánicamente por el Pacto de Unidad sea la del
Estado-plurinacional social-comunitario no quiere decir que el
Pacto de Unidad controlaba todas las variables en juego en el
contexto de las fuerzas; era la voluntad del Pacto de Unidad, que
de ninguna manera garantiza per se que el decurso de los
acontecimientos desatados conduzca a tal finalidad. Este decurso
no depende de la voluntad orgánica, incluso si llegara a
comprometer y convencer a otras fuerzas, como ocurrió en la
Asamblea Constituyente, sino del juego y del peso de las fuerzas
puestas en juego, de las tendencias, su gravitación, y de las
condiciones de posibilidad histórica, la condicionalidad e incidencia
de las mismas. Por eso, podemos decir que lo que hacen el Pacto
de Unidad y, después, la Asamblea Constituyente, en este
recorrido, también Comuna, es estructurar una voluntad,
interpretando el acontecimiento político como proceso. El MAS,
como “partido” político, va terminar de asumir, en su generalidad,
este discurso, “capturando” también sentidos y singularidades. No
vamos a detenernos en cómo haya entendido el MAS la finalidad
Estado plurinacional comunitario autonómico, que corresponde a
los desplazamientos logrados en la Constitución respecto del
Estado social comunitario del Pacto de Unidad. La interpretación
oficial más se parece a la “captura” del símbolo caudillo de la
gama de significaciones del proceso, que ya era una interpretación
teleológica del acontecimiento político experimentado
multitudinariamente. Lo que interesa, por el momento, es que se
construye un sentido común sobre el acontecimiento
experimentado colectivamente, se le llama proceso, al que se le
asigna una finalidad, el Estado plurinacional comunitario y
autonómico.
116
el Estado plurinacional, aprovechando sus resultados para
criticarlo, buscando, mas bien, restaurar el Estado de derecho. En
otras palabras, todos asumen la finalidad enunciada como
referente suficiente para evaluar el proceso. De esta manera,
todos terminan juzgando el proceso desde la perspectiva de su
finalidad.
117
finalidad, constitución. Pretender mantener la idea que se tiene, en
este caso, la de proceso, a pesar de las contrastaciones, es un
suicidio. Lo aconsejable es conocer mejor la complejidad del
acontecimiento, mejorar las representaciones que se tienen,
adecuar la voluntad estructurada y la estructura de la voluntad a
la complejidad puesta en juego, adecuar las finalidades,
mejorando también las formas de intervención y los
agenciamientos de transformación. Lo que importa es comprender
mejor cómo funcionan las fuerzas puestas en juego, cómo
funcionan las dinámicas moleculares, cómo funcionan las
composiciones moleculares, también cómo funcionan las
composiciones molares. En una coyuntura concreta, un periodo y
contexto específicos, qué efectos institucionales se dan, qué
efectos transformadores provocan las movilizaciones, cuáles son
las consecuencias del forcejeo entre el mapa institucional y el
mapa de las organizaciones.
118
conspiración. No sirve, es pueril y simple, como para ayudar a
comprender la complejidad, el juego de las fuerzas, las dinámicas
moleculares y molares, las relaciones y las estructuras de poder en
juego.
Hipótesis dinámicas
119
acusando a los dirigentes de las movilizaciones como terroristas,
incluso narcotraficantes? Por otra parte, ¿qué hubiera ocurrido si
no se daban las movilizaciones, bloqueos y sitio de ciudades,
indígenas y campesinos de septiembre de 2000? Decimos eso,
pues en la CSUTCB se dio al respecto una discusión; no todos
estaban de acuerdo con la movilización y el sitio. En la discusión
se impuso la tendencia radical, que terminó conduciendo la
movilización, los bloqueos y el sitio a las ciudades. La proximidad
entre uno y otro evento, la guerra del agua y el sitio a las
ciudades, terminó impregnando a los acontecimientos, a los
movimientos sociales involucrados, un halo de corriente
incontenible, de rebelión desbordante indetenible. Lo que vino
después contó con este impulso de continuidad semi-
insurreccional. Lo que queremos decir es que, si se dio lugar la
secuencia de eventos que se sucedieron no fue porque había una
lógica inscrita en un proceso desenvuelto en la historia reciente,
sino porque en el contexto de las fuerzas en pugna, de las
tendencias evidenciadas, de las condiciones de posibilidad histórica
y las condiciones de posibilidad subjetivas constatadas, las fuerzas
insubordinadas, rebeldes, movilizadas, lograron mantener la
convocatoria abierta de la movilización, radicalizando sus
objetivos. Ante este desafío popular, las fuerzas que defendían a
los gobiernos de coalición recurrieron a la represión ascendente,
llegando, de este modo, a la masacre en la ciudad de El Alto, en
octubre de 2003. Este fue un momento no sólo de alta intensidad
de las luchas, quizás el de más alto nivel, sino también una
coyuntura de encrucijadas, además de punto neurálgico de
decisiones. ¿Qué hubiera pasado si la toma de la ciudad de La Paz
por medio millón de movilizados y movilizadas, que bajaron de la
ciudad de El Alto, hubiera tomado el Palacio Quemado? Lo que
querían algunos grupos radicalizados. ¿Qué hubiera pasado si el
alto mando del ejército hubiera decidido defender al gobierno de
Sánchez de Lozada, intervenir, generando una escalada de
violencia ascendente de la represión? ¿En ambos casos, guerra
civil? ¿Si esto ocurría, cuál hubiera sido el desenlace? En todo
caso, es de prever que cualquier modificación en los hechos
ocasionaba desplazamientos en los sucesos, aunque sean estos
desplazamientos próximos a los hechos acaecidos. Lo que
finalmente sucede no acaece por el decurso o la implicación de
una lógica histórica implacable, sino por la combinatoria de
singularidades, que al moverse, ocasionan distintos desenlaces.
120
3. Con esto no se quiere decir que todo es azar y aleatoriedad, que
estamos ante potencias ciegas e incontrolables; no, de ninguna
manera. El acontecimiento conjuga, combina, contiene, múltiples
singularidades en juego y en constante composición, desprendidas
de sus dinámicas moleculares; esto es contingente. Empero, en el
contexto de estas combinaciones, juegos de fuerza y
composiciones, entre la voluntad organizada y estructurada de
movimientos sociales, organizaciones y pueblos, las acciones
múltiples de la movilización general intervienen afectando al
conjunto de las combinaciones, empujando a su incidencia en un
determinado sentido. En la medida que esta voluntad organizada
tiene una amplia y profunda convocatoria, cuenta con una
acumulada disponibilidad de fuerzas, entonces su participación e
incidencia en el decurso de los acontecimientos es preponderante.
Conclusiones
121
punto de partida, con las reglas del juego bien establecidas; lo que
venga después, dependerá de el ejercicio democrático, del juego
de fuerzas, de los consensos que se formen. Las reglas del juego
democráticas fueron la igualdad política y jurídica, con la
ampliación al voto universal, incluso el pluralismo liberal. Entre las
reglas del juego de un proyecto descolonizador y pluralista,
además de social y ecológico, deben plantearse la igualdad y
equivalencia de las mismas condiciones de posibilidad para las
culturas, las lenguas, las instituciones propias, las naciones y los
pueblos; además de plantearse la igualdad económica y social
para todos, como garantía de las mismas condiciones de
posibilidad. Por otra parte, es indispensable reconocer y garantizar
los derechos de los seres de la madre tierra, comprendiendo a los
ciclos vitales. En cuanto respecta al mapa institucional, se debe
conformar una cartografía de nuevas instituciones, de
organizaciones sociales, de organizaciones populares y de pueblos,
de organizaciones de las diversidades subjetivas, que garantice el
ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria,
representativa de todos.
122
social61. Para George Sorel el mito es como una intuición social que
convoca a la acción62. Claude Levi-Strauss estudia los mitos como
estructuras de racionalizaciones que diferencian y encuentran
analogías, que clasifican plantas y animales, que construyen
calendarios, usando la fuerte narrativa de imágenes y figuras
arquetípicas, las que sufren metamorfosis y cambios63. Para una de
las corrientes hermenéuticas, dedicadas al estudio e interpretación de
los mitos, el mito es la matriz de la cultura, de la narrativa, del
imaginario, que es como la totalidad de sentidos de la que nunca
salimos64. Como se puede ver, estamos ante una gama de
interpretaciones del mito; empero, en todas ellas, el mito cobra
relevancia; ya sea como relato primordial; ya sea como estructura
cultural subyacente; ya sea como imaginario total, que es como decir
que nacemos en lo imaginario, que nacemos en el mito; ya sea como
intuición convocativa a la acción. Nosotros usaremos la figura del
mito en este último sentido, empero, sin descartar los otros usos e
interpretaciones del mito.
61
Ver de Emile Durkheim: Las reglas del método sociológico. Fondo de Cultura Económica 2001; México.
62
George Sorel: Reflexiones sobre la violencia. Alianza Editorial 1976; Madrid.
63
Claude Levi-Strauss: Mitológicas, cuatro tomos. Siglo XXI; 1976; México.
64
Ver de Gilbert Durand De la mitocrítica al mitoanalisis. Anthropos 1993; Barcelona.
123
subjetiva; se vive la política pasionalmente, se figura la experiencia
política en los imaginarios sociales. Determinados acontecimientos
políticos, como las rebeliones, las movilizaciones, las revoluciones,
despiertan entusiasmo; otros acontecimientos políticos, como la
crisis, el desgaste y el deterioro de los referentes de las expectativas,
incluyendo la inercia misma en la que cae la rutina política,
desencantan. Estas experiencias no se hacen inteligibles si es que no
se consideran la constitución y des-constitución de subjetividades, si
es que no se comprende el espesor de la experiencia política. Claro
que es indispensable estudiar las políticas públicas, las prácticas, las
relaciones y las estructuras en su manifestación objetiva; empero
esto no basta. Nos quedaríamos en una descripción que trata a la
política como una exterioridad o en una explicación abstracta, que no
deja, en todo caso de ser pedante.
124
Entonces el mito tiene que ser entendido como una estructura
imaginaria, construida y reconstruida en las dinámicas relacionales de
los sujetos sociales. Hay pues como una “economía política” del mito,
si nos excusan de hablar así; donde el mito pretende diferenciarse,
separarse, autonomizarse, respecto a sus productores, a sus
imaginadores, sobre quienes terminan actuando como una
“ideología”65. De lo que se trata es de efectuar una crítica de la
“economía política” del mito, como de toda economía política, en el
contexto de su generalización. Empero, esto no significa decir que el
mito es un fantasma; al contrario, es una estructura y un ámbito de
relaciones dinámicas, que actúan en el cuerpo, induciendo
comportamientos y conductas. De lo que se trata es de comprender
estas dinámicas relacionales que sintonizan subjetividades, la del
caudillo y la del pueblo.
65
Ver de Raúl Prada Alcoreza La colonialidad como malla del sistema-mundo capitalista. Horizontes
nómadas, Bolpress, 2012; La Paz.
125
conecta, no se divide; no es pues una analítica, sino más bien una
“síntesis”; empero una “síntesis” en tanto “experiencia” de la
metamorfosis o la metamorfosis hecha “síntesis” mutante.
126
que busca una transformación socialista. La Constitución es
integradora, es participativa, profundiza la democracia, la soberanía
adquiere connotaciones omnipresente, recupera los recursos
naturales para los venezolanos, se plantea la redistribución del
ingreso y la inversión social, enfrentando de cara la estructura de las
desigualdades, además de proponerse la integración Latinoamericana
y del Caribe. Después de promulgada la Constitución, el gobierno, el
partido, los intelectuales comprometidos, las organizaciones sociales,
se dan la tarea de definir el nuevo proyecto socialista, nombrado
como socialismo del siglo XXI. Las tareas de construcción socialista,
las definiciones de este socialismo del siglo XXI aparecen en los
planes de desarrollo. En la segunda victoria electoral de Chávez se
define el carácter socialista de la revolución bolivariana.
127
de la historia. El caudillo, como veremos más adelante, es una
relación entre el mito, la memoria intuitiva, y lo popular, relación
afectiva y pasional; relación que emerge de una sintonía entre el flujo
figurativo del caudillo, sus discursos, sus acciones, sus gestos, que
conforman una narrativa carismática, y los imaginarios populares, las
pasiones y expectativas populares, prácticas y habitus populares, que
interpretan la narrativa carismática como una convocatoria y una
anunciación. El secreto entonces se encuentra en la alteridad popular,
que despierta ante el sonido y el simbolismo irradiante del mito.
128
absoluto en guerra contra el mal absoluto. No vamos a criticar el
maniqueísmo inscrito en esta suerte de teoremas mitológicos, sino
vamos a anotar lo que hacen desaparecer.
129
dominantes. Los caudillos no se crean por programa, como proyectos
planificados, ni por el deseo de políticos, sino aparecen como lo que
son, como acontecimientos políticos. Son vanos los esfuerzos por
sustituirlos cuando desaparecen. No hay otros. No porque son
sustanciales, únicos, sino porque su acontecer, que responde a la
sintonía con las masas, a la relación de lo popular con su mito, como
memoria, se da, ocurre, en determinadas circunstancias y bajo
determinadas condiciones de crisis. No porque alguien es parecido al
caudillo, comparte su ideal, deviene de su etnia, va poder sustituirlo,
tiene la posibilidad de ser un caudillo. Este supuesto es la base de la
pretensión de muchos; empero se equivocan. No han comprendido el
ámbito relacional, la singularidad del momento del campo de fuerzas,
que han dado lugar a ese acontecimiento político que llamamos
caudillo.
130
comprender mejor las contradicciones en las que se embarcan y
avizorar potencialidades emancipadoras de las multitudes, de lo
popular, de las clases “subalternas”, que no dependan de la vida
dramática del caudillo.
66
Conocedor de esta queja, mi amigo y compañero de lucha por la emancipación de los pueblos de Abya
Ayala - el quinto continente, que comprende tanto a llamada Norteamérica como a la llamada Latino
América y el Caribe, toponimia que se refiere en realidad a la geografía de parte de Norteamérica,
México, Centro América, Sud América y las islas del Caribe -, Edgardo Lander, me invitó a visitar
Venezuela, hacer una escala en Caracas y visitar experiencias populares como las de las Comunidades,
conocer algunas de las Misiones, además de asistir a foros y seminarios. Esto hubiera suplido, en parte,
la falencia mencionada arriba, falencia por la que no me atrevía a opinar sobre la experiencia de la
revolución bolivariana. No puede asistir a tan gentil invitación, indispensable por cierto, pues se me
cruzó el apoyo a elaborar colectivamente con las organizaciones indígenas de la región andina,
agrupadas en la CAOI, un Proyecto de Ley de la Madre Tierra para seis países. Este proyecto de ley
todavía está inconcluso; es ciertamente indispensable culminarlo. Me arrepiento entonces no haber
aprovechado esa valiosa oportunidad. Ahora hubiera contado con esta aproximación empírica.
67
Víctor Álvarez R.: La transición al socialismo de la revolución bolivariana. Texto digital, en circulación
en la Fundación Rosa Luxemburgo.
131
nueva Constitución, refundar la República y derrotar los flagelos de la
pobreza, la desigualdad y la exclusión social. Aunque en las
elecciones presidenciales de 1998 se escuchan algunos
planteamientos en torno al “nuevo socialismo” y al “socialismo del
siglo XXI”, el discurso electoral de Chávez se concentra en el “Poder
Constituyente”. Las primeras ideas68 de la Revolución Bolivariana se
encuentran en los documentos la “Agenda Alternativa Bolivariana” y
“Una Revolución Democrática. La propuesta de Hugo Chávez para
transformar a Venezuela”69.
68
Véase al respecto: Movimiento Revolucionario 200. “Agenda Alternativa Bolivariana. Una propuesta
patriótica para salir del laberinto. Julio 1996. Analitica.com. “Una Revolución Democrática. La propuesta
de Hugo Chávez para transformar a Venezuela” 1998. En:
http://www.analitica.com/bitblio/hchavez/programa.asp.
69
Ibídem. Pág. 3.
70
Ibídem. Pág. 3.
71
(Nuevo Mapa estratégico, 2004, 62). Ibídem. Pág. 3.
132
En la Conferencia de la Red de Intelectuales en Defensa de la
Humanidad, a finales de 2004, y en el acto de instalación de la IV
Cumbre de la Deuda Social, el 25 de febrero del año 2005, Chávez
hizo un llamado más explícito a inventar el socialismo del siglo XXI,
sin que se llegará a avanzar más allá de estas referencias aisladas en
el contenido de esos discursos. Lo cierto es que desde la aprobación
de la Constitución de 1999, hasta la presentación del Primer Plan
Socialista de la Nación en 2007, no se plantea formalmente la
transformación del capitalismo rentístico en una nueva sociedad
socialista. El énfasis se pone en la recuperación de los precios del
petróleo y el control de la empresa estatal petrolera (PDVSA) en
manos de la tecnocracia, con el fin de financiar la inversión social y
reactivar la economía. En el primer período gubernamental de
Chávez, la prioridad fue reducir los altos niveles de desempleo,
pobreza y exclusión social72.
La identificación del momento de definición es importante:
72
Ibídem: Págs. 3-4.
73
Ibídem. Pág. 4.
133
Víctor Álvarez dice que:
La definición de socialismo se desarrolla posteriormente y se
encuentra plasmada en el parágrafo 14 del artículo 4 de la Ley de
Comunas:
“Socialismo: Es un modo de relaciones sociales de producción
centrado en la convivencia solidaria y la satisfacción de
necesidades materiales e intangibles de toda la sociedad, que
tiene como base fundamental la recuperación del valor del
trabajo como productor de bienes y servicios para satisfacer
las necesidades humanas y lograr la suprema felicidad social y
el desarrollo humano integral. Para ello es necesario el
desarrollo de la propiedad social sobre los factores y medios
de producción básicos y estratégicos que permita que todas
las familias y los ciudadanos y ciudadanas
venezolanos/venezolanas posean, usen y disfruten de su
patrimonio o propiedad individual o familiar, y ejerzan el pleno
goce de sus derechos económicos, sociales, políticos y
culturales. Con la creación del Sistema Económico Comunal se
plantea avanzar en la transformación del capitalismo
rentístico en un modelo productivo socialista, con base en
nuevas formas de propiedad social en manos de los
trabajadores directos y las comunidades organizadas”74.
Hugo Chávez, para su tercer mandato, como resultado de las
elecciones presidenciales de octubre de 2012, expuso su propuesta
“Para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019”. Propuesta en la
que se proyecta una nueva etapa para la Revolución Bolivariana,
caracterizada por el fin a las concesiones al sector capitalista,
apoyándose en el nuevo marco legal y entorno institucional que se
aprobó a los largo del segundo mandato para diseño y ejecutar
medidas realmente revolucionarias que permitan la creación de
nuevas formas de propiedad social que sean la base para la
organización y empoderamiento de los productores directos y la
comunidad organizada. En la exposición de su Programa de Gobierno
2013-2019, Chávez plantea claramente lo siguiente:
“No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que
todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista.
Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su
propio dinamismo entre nosotros. Este es un programa precisamente
74
Ibídem. Págs. 4-5.
134
para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical
supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a
paso, pero sin aminorar el ritmo de avance del socialismo”75.
135
públicos; profesionales y técnicos de la clase media; pequeños,
medianos y hasta grandes empresarios conformados por
terratenientes, industriales, comerciantes y banqueros que, una vez
ganadas las elecciones, comenzaron a pugnar por lograr mayores
espacios de poder e instaurar o mantener su dominio a nivel nacional,
estatal o municipal; pero que, en la medida que la Revolución se fue
radicalizando comenzaron a desmarcarse hasta declararse
abiertamente de oposición. En esa coalición de fuerzas políticas
favorables al gobierno que ha logrado la mayoría en el parlamento
venezolano, las organizaciones obreras, campesinas o sociales no han
sido las fundamentales, ni las de mayor fuerza y autonomía como
para imponer su programa o agenda por encima de la de otras
organizaciones políticas, grupos económicos u organizaciones de
base. Por el contrario, las organizaciones obreras y campesinas y los
movimientos sociales han sido apenas un apoyo complementario,
nada imprescindibles para asegurar la toma del poder político por la
vía electoral. Esta realidad se expresa en el debate sobre los
diferentes modelos para construir el socialismo venezolano. Se
enfrentan las tesis que defienden el viejo dogma de la propiedad
estatal sobre todos los medios de producción, hasta las que justifican
el apoyo público al capital privado, pasado por las propuestas de
priorizar una nueva economía social y popular en manos de los
trabajadores directos y de la comunidad organizada77.
77
Ibídem. Pág. 6.
136
3. La oligarquía y la burguesía rentista venezolana reaccionan ante el
avance político popular con un golpe de Estado y boicot a la
producción del petróleo. Las tensiones y contradicciones sociales y
políticas llegan a un punto máximo. El intento de restauración de
la oligarquía y la burguesía es desbaratado por la movilización
popular en defensa del presidente Hugo Chávez y por el
contragolpe de las Fuerzas Armadas.
4. A partir de esta victoria política y militar popular el proceso se
radicaliza. Claramente se propone la transición al socialismo. Se
piensa en un socialismo de nuevo cuño, llamado socialismo del
siglo XXI. Lo sugerente de este socialismo no está tanto en
nombrarse como del siglo XXI, donde una mayoría de
comentaristas hacen hincapié, sino en las formulaciones
concretas; en la propiedad social sobre los factores y medios de
producción básicos y estratégicos que permita que todas las
familias y los ciudadanos y ciudadanas venezolanos/venezolanas
posean, usen y disfruten de su patrimonio o propiedad individual o
familiar, y ejerzan el pleno goce de sus derechos económicos,
sociales, políticos y culturales. También con la creación del
Sistema Económico Comunal se plantea avanzar en la
transformación del capitalismo rentístico en un modelo productivo
socialista, con base en nuevas formas de propiedad social en
manos de los trabajadores directos y las comunidades
organizadas.
5. En este transcurso y ante estas tareas aparecen las dificultades y
obstáculos de la transición. Las alianzas políticas en el poder no
son las más adecuadas para esta transición y la profundización del
proceso. Los sectores que tienen mayor incidencia en el gobierno y
en la institucionalidad estatal no son las clases sociales que
pueden sostener la construcción del socialismo, el proletariado y
los campesinos, tampoco los sectores más populares de las urbes.
Se da entonces como una limitación de los alcances y una
disminución de los ritmos del proceso, a pesar de los beneficios
obtenidos por la inversión social.
6. Hablando de los alcances cualitativos del proceso y de las
transformaciones estructurales, se constata que no se ha salido de
la economía extractivista y del Estado rentista, que todavía está
pendiente la conformación del modelo productivo, orientado a la
soberanía alimentaria, basado en gran parte en la propiedad social
137
y la organización comunitaria. Esta constatación fue compartida
por el mismo Hugo Chávez.
Devenir revolucionario
78
Está en preparación un ensayo sobre los fundamentalismo racionalistas, dedicados en gran parte a las
corrientes y fracciones marxistas.
138
plano racional, haciendo gala, de una manera vulgar, de la tesis
hegeliana de que todo lo real es racional y de que todo lo racional es
real. Los distintos ámbitos y planos, sedimentaciones, complejidades
de la “realidad”, no pueden reducirse al plano racional, independiente
de qué racionalidad estemos hablando, ni de qué paradigma y
episteme se trate. La complejidad, que tomaremos como sinónimo de
“realidad”, excede en mucho, desborda cuantitativa y
cualitativamente, si podemos hablar así, a los esquemas de la
racionalidad, por más ricos y dinámicos que sean.
Para los casos que nos ocupan, las revoluciones del siglo XX y
principios del siglo XXI, ya no es posible juzgarlas a partir de modelos
preformados. Las revoluciones son lo que fueron y son lo que son.
Responden a acontecimientos compuestos por multiplicidad de
singularidades, procesos singulares, dinámicas moleculares, campos,
correlaciones, diagramas de fuerzas, que devienen composiciones
históricas, políticas, sociales, económicas y culturales, también
singulares. La pregunta, respecto a estos acontecimientos, no es ¿por
qué se desviaron del modelo?, sino ¿cómo llegaron a ser lo que
fueron y lo que son?, también ¿qué dinámicas, qué estructuras, qué
campos de relaciones, qué correlación de fuerzas, derivaron en la
resultante, en la formación revolucionaria, con todas las aberraciones
que pueda contener? Se pueden extender estas preguntas a otras
más específicas: ¿por qué se impusieron y no fracasaron, como en
otros muchos casos? ¿Por qué perduraron en el tiempo que pudieron
mantenerse? ¿Por qué otras siguen perdurando, a pesar de los
grandes obstáculos y bloqueos? ¿Por qué las llamadas revoluciones
del siglo XXI adquieren un perfil ambiguo, abigarrado y cómo de
búsqueda?
139
hubiera habido mejores conductores, una mejor dirección, lo más
probable es que los resultados se hubieran aproximado a lo ocurrido,
aunque posiblemente de una mejor manera, con una experiencia más
auténtica. Lo mismo podemos decir de las revoluciones del siglo XXI,
sobre todo de las que se proponen un horizonte plurinacional. Como
por ejemplo, la revolución indígena - es esta la que se experimenta
en Bolivia -, es lo que puede ser de acuerdo a la correlación y
composición de fuerzas, a pesar del grotesco enfrentamiento
paradójico con las naciones y pueblos indígenas en el conflicto del
TIPNIS y en los conflictos en tierras altas, sobre todo con el tema de
la minería. En lo que respecta a Venezuela, la revolución bolivariana,
que se propone un socialismo del siglo XXI, que supere los límites del
socialismo real del siglo XX, también se ha topado con
contradicciones y dilemas, aunque se nota el alcance mayor, más
extenso, del impacto social de la revolución, sobre todo por el
empoderamiento, la participación popular y la formación masiva de
líderes, en las comunidades y misiones. Al respecto, la pregunta es:
¿cómo estas revoluciones llegaron a ser lo que son? También:
¿Cuáles son las dinámicas moleculares y molares, los procesos
singulares, las estructuras, los diagramas de poder, las limitaciones
inherentes, que llevaron a las resultantes histórico-políticas que se
experimentan?
141
abandonado después el gobierno y se hayan pasado a la oposición,
cuando el proceso se ha venido radicalizando. No es que sólo las
estructuras extractivistas y rentistas, las estructuras del Estado
burocrático, se resisten a cambiar, sino que el perfil de las alianzas
políticas es todavía conservadora en relación a las tareas de
transformación de estas estructuras. Esto nos traslada directamente
a los problemas de la herencia burocrática, de los estilo de
gubernamentalidad heredada, de gestión centralizada y
administración pesada. Nos encontramos todavía lejos del ejercicio de
una democracia participativa, de la gestión social y comunitaria. ¿Es
que estos ejercicios y prácticas son difíciles de implementar? ¿Se
requiere más tiempo? ¿Se requiere formación de la gente que se
involucraría en la gestión participativa? Los conflictos puntuales entre
comunidades y burocracia se han dado en relación a los proyectos, a
la ejecución de proyectos, a la asignación de recursos, al mismo
control de los proyectos.
142
hacer, de ejecutar, de informar, sino son dispositivos requeridos bajo
el control y la participación social.
Los que desdeñan estas tareas urgentes, los que incluso consideran
peligroso cualquier observación al respecto, cualquier crítica, develan
que se han colocado en la posición conservadora de mantener la
inercia del Estado, de contentarse con lo logrado, aunque éste sea
sólo el principio de una agenda de transformaciones imprescindibles.
No se puede confundir el análisis de una coyuntura del proceso con
otro, de una fase del proceso con otra; esto equivale a considerar que
los problemas siguen siendo los mismos, que el cuadro no ha
cambiado, que la lucha con el bloque de la derecha es la misma que
antes. Esto equivale a situarse en la trama de una narrativa
estereotipada donde se ungen como héroes incontestables, caballeros
de triste figura, entrabados en una batalla interminable contra los
monstruos del mal. No ven su propia quimera, no ven que las
herencias conservadoras se encuentran en ellos mismos, que el
143
combate entonces es también contra esta quimera, que acompaña los
habitus y prácticas burocráticas.
144
Alexandra Martínez caracteriza la procedencia de los migrantes
rurales a las urbes de Venezuela, en Horizontes de transformación
del movimiento urbano popular79, de la siguiente manera:
79
Alexandra Martínez: Horizontes de transformación del movimiento urbano popular. En Alternativas al
capitalismo, colonialismo, del siglo XXI. Fundación Rosa Luxemburgo, Abya Yala, 2013; Quito.
80
Ibídem: Págs. 259-260.
81
Ibídem: Pág. 260.
145
las clases sociales, como mito pacificador y encubridor de las
profundas desigualdades existentes. Fueron los pobladores y
pobladoras urbanas quienes protagonizaron esta revuelta82.
82
Ibídem: Págs. 260-261.
83
Ibídem: Pág. 262.
146
Los barrios se conforman tanto en la lucha por la inclusión social
como en la lucha por la identidad, por el reconocimiento de una
cultura urbana popular:
84
Ibídem: Pág. 263.
147
Relación con el Estado: posibilidades y tensiones
85
Ibídem: Pág. 268.
148
anterior, sólo que con más inclusión social. Cuando de lo que se
trataba es de las transformaciones institucionales, de la emancipación
y liberación social, de la emergencia de la sociedad alternativa,
integrando en sus dinámicas sociales formas políticas democráticas y
participativas. Evitando la autonomización de lo político y la
consecuente subordinación de la sociedad al Estado.
Tres son las líneas claves para impulsar las políticas populares en
materia urbana:
Conclusiones
86
Aportes al Programa de la Patria, 2012. Ibídem: Pág. 270.
149
las gestas audaces por emancipaciones y liberaciones soñadas. En
este sentido, América Latina y el Caribe es la utopía, el territorio de la
utopía. No en vano, el quinto continente, Abya Yala para los pueblos
indígenas, América para los modernos, se convierte en el referente de
la utopía; este es el lugar del no-lugar, del ninguna parte. Aquí ocurre
lo imposible. Por eso Macondo de los Cien años de soledad87, por eso
también la escritura pasional y ética de un Ché Guevara, escritura
como gramática de la guerrilla permanente. Hugo Chávez, este oficial
latinoamericano se rebela, como otros oficiales nacionalistas y anti-
imperialistas, como es el caso de Lázaro Cárdenas, y buscan expresar
abiertamente su descontento, la rebelión recóndita que les viene de
la tierra, de la experiencia de sus pueblos, donde nacieron. Todos los
latinoamericanos y caribeños somos, de alguna manera, así, aunque
algunos, la minorías privilegiadas no quieran reconocerlo, pues
pretenden imitar lo que no son, la imagen consumista de la burguesía
euro-céntrica y norteamericana hegemónica. Las mayorías lo son,
quizás de una manera espontanea y hasta “inconsciente”, viven esta
mezcla de una manera apasionada, sin entender completamente lo
que pasa. Empero lo primordial es que se trata de una experiencia
histórica turbulenta, de una aventura interminable, de una búsqueda
insaciable de utopías, de proyectos libertarios, de sueños despiertos,
de fábulas de ciudades perdidas, de leyendas de riqueza como la del
dorado. Sobre todo, en esta historia de múltiples recorridos, en esta
multiplicidad temporal, que a veces se presenta como simultaneidad,
en vez de sucesiva, lo que late, si se puede hablar así, como
duración, como desplazamiento de la memoria, como intuición del
tiempo vivido, es lo que llama Georges Bataille el gasto heroico 88. La
entrega pasional sin retorno. Esta es la razón por la que quizás fue a
buscar el Che Guevara la muerte en le Higuera. En el caso de Chávez
la muerte lo encontró a él en los momentos cruciales de la revolución
bolivariana. No deja de ser una tragedia a pesar de que se diga que
Chávez vive en nosotros, pues se trata de la continuidad de la
convocatoria del mito, de la relación entre memoria y presente
popular, de la decodificación multitudinaria de los signos
carismáticos. ¿Quién va a seguir con esta comunidad simbólica? ¿O
se trata mas bien de continuar sin el mito, continuar por caminos más
“racionales”, cuya convocatoria no sea carismática, sino
organizacional? Sin embargo, no podemos olvidar que no solamente
hay el mito del caudillo o el caudillo como reverberación del mito,
87
Novela de Gabriel García Marques.
88
Ver de Georges Bataille La Parte Maldita. La cuarentena 2007; Buenos Aires.
150
sino otros mitos; Sorel consideraba, en sus tiempos, el mito de la
huelga general como una gran convocatoria proletaria en lucha contra
la burguesía y el capital. Para este autor polémico el mito es voluntad
social, convocatoria ética a la movilización general. ¿Cuál es el mito
que va a continuar como convocatoria popular? ¿El mito del caudillo
sin el cuerpo del caudillo, el caudillo mas bien diseminado en todos,
internalizado por los cuerpos de las multitudes? ¿El mito como
mandato, en el mejor de los casos, como Constitución, como tarea, la
construcción socialista?
151
civilizatorio alternativo, convocando a la integración de los pueblos
del sur del mundo, apuntando a conformar una organización de
naciones unidas del sur, como había pensado Hugo Chávez, empero
convocando a los pueblos del norte, que también se encuentran
sometidos por el imperialismo financiero, para conformar un mundo
alternativo al capitalista.
153
pequeño, lo que habla de una polarización en el seno de la sociedad.
La pregunta entonces es: ¿Qué pasó? ¿Por qué una parte del pueblo,
porque es así, pues la burguesía no es tan numerosa, votó por el
candidato opositor? Este dato exige evaluar aspectos del proceso que
no convencen, que no seducen, que inducen a ponerse en contra, que
mantienen y conservan formas y prácticas políticas anteriores. Esta
evaluación es indispensable, sobre todo aceptar la crítica y
autocrítica. Estos mecanismos son los mejores dispositivos de la
profundización del proceso, de la defensa del proceso, buscando
corregir los errores y las contradicciones. Ahora bien, la crítica debe
venir acompañada por profundización de la democracia, por el
ejercicio de la democracia participativa, además por el cambio de
formas de gestión, pasando a la autogestión y a la cogestión. En este
contexto, quizás la tarea más difícil es efectuar las transformaciones
institucionales y estructurales que ayuden a salir del modelo
extractivista y del Estado rentista, encaminando un modelo
productivo, eco-industrial y de soberanía alimentaria.
154
defensa. Nada más equivocado. La revolución de por sí es crítica,
crítica del poder, crítica de la dominación; la revolución sólo puede
alimentarse de la crítica, de la autocrítica, pues eso ayuda a develar,
visibilizar contradicciones y errores, a corregirlos, a tomar conciencia
de la complejidad del proceso y de las tareas transformadoras.
Cuando un proceso, que se dice revolucionario, descarta la crítica, es
un síntoma de regresión, de una clausura de la voluntad seguir
adelante, creyendo que a lo que se ha llegado ya es el fin.
Confundiendo que la defensa del proceso es la defensa ciega de todo
lo que hace el gobierno. Nada más equivocado, el proceso es un
proceso transformador, que transforma instituciones, estructuras,
prácticas, incluso debe transformar al mismo gobierno. La defensa del
proceso es la defensa del cambio permanente, defensa de la crítica y
de la democracia participativa.
Hay que apoyar a las comunas, que son las formas organizativas
sociales más avanzadas de la revolución. Hay que apoyar al poder
social, que es la institución y la instancia diseñada precisamente para
dar poder efectivo a las organizaciones sociales, empero tiene que
pasar necesariamente por su desburocratización. Hay que apoyar
ciertamente al Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), al
presidente Maduro; empero, este apoyo no puede dejar de ser
crítico. El apoyo efectivo y solidario de los y las activistas del mundo
es no sólo movilizar la defensa de la revolución bolivariana en cada
uno de los países, sino también canalizar apoyos políticos y técnicos,
participando en debates sobre la construcción del socialismo y la
profundización del proceso, proponiendo proyectos, coadyuvando con
155
apoyo concreto en todos los terrenos. Veámoslo así, la revolución
bolivariana tiene que ser vista como la posibilidad del recomienzo de
la revolución mundial contra la dominación y el control del capital,
contra el dominio de la especulación financiera internacional, contra
el orden de la dominación imperial. Nadie puede ser ajeno de lo que
pasa en Venezuela, el destino de la revolución bolivariana está ligada
al destino de las revoluciones en nuestros países y la posibilidad de
una confederación de los pueblos del mundo.
En el ojo de la tormenta
157
Toda revolución es difícil y complicada, sobre todo cuando se asume
el poder. Pues ahí comienzan las contradicciones más profundas; es
muy difícil deshacerse de las viejas prácticas políticas, del aparato y
las costumbres burocráticas, de las mediaciones representativas e
institucionales. Se hace evidente la dificultad de construir la
autogestión, la cogestión, la autodeterminación, el autogobierno local
comunitario. Se cometen muchos errores en el camino, es difícil lidiar
con los propios, sobre todo cuando están en función de gobierno. Hay
como una tendencia a dilatar y diferir las transformaciones; cosa que
parece adecuado a un sentido común “pragmático” y del realismo
político. Empero, esta actitud es la más peligrosa en el curso de un
proceso de transformaciones, pues no solamente lo atenúa, sino que
termina jugando en contra, pues crea insatisfacciones populares,
además de perder tiempo, no aprovecharlo, creando las condiciones
para una contraofensiva conservadora.
Diagnósticos de la coyuntura
158
Salim Lamrani hace un balance de lo sucedido en la última elección.
Nos presenta 25 verdades sobre las elecciones presidenciales en
Venezuela89. Estas son expuestas de la manera siguiente:
13. Max Lesnik, director de Radio Miami, donde vive una fuerte
comunidad venezolana favorable a Capriles, declara que el estrecho
margen confirma la validez de las elecciones. Según él “nadie
asaltaría un banco para robar mil dólares cuando tiene la posibilidad
de robar un millón. Nadie organizaría un fraude para conseguir menos
de 300.000 votos”.
89
Ver Rebelión; Venezuela. Página web. Abril 2013.
159
14. A guisa de comparación, en octubre de 2012 Hugo Chávez
derrotó a su rival Henrique Capriles con 8.191.132 votos, o sea un
total de un 55,07%.
160
una parte del pueblo no se convence ni se deja seducir por la
revolución bolivariana. Al respecto, si bien una etapa de la
conformación y de la consolidación del bloque popular está generada
por la experiencia de las confrontaciones; es cuando se cohesiona, se
identifica y se forma el núcleo del bloque popular. Sin embargo, la
confrontación no puede seguir siendo el procedimiento más usado en
etapas posteriores del proceso, cuando se requiere ganar a sectores
populares, que todavía están atrapados en las redes de las
estructuras de poder y dominación de la burguesía. Sobre todo
cuando hablamos de profundización democrática, del ejercicio de la
democracia participativa, cuando entendemos que no puede haber
construcción del socialismo, la transición al socialismo, sino mediante
el ejercicio dinámico de la democracia, como dice Samir Amin,
entonces es indispensable concentrarse en el diálogo, en el debate,
en el convencimiento, de sectores populares no persuadidos. Parece
que estos procedimientos de apertura no son los usuales;
generalmente los procedimientos de confrontación, de la fase de
formación y consolidación, son los que adquieren raigambre y
perduran imponiendo una conducta política mas bien hostil. No se
trata de bajar la guardia, sino de combinar formas de comunicación,
intercambiar experiencias, perspectivas y concepciones, buscando
construir nuevos horizontes de saber compartidos. La transición al
socialismo no es posible confrontando a la otra mitad de la población,
a no ser que se quiera repetir las amargas experiencias del socialismo
del siglo XX. Si bien la confrontación es con la burguesía, quizás no
con toda, como ocurría en la revolución china, que concibió una
alianza estratégica con parte de lo que llamaba burguesía nacional, la
confrontación no es conveniente con sectores populares, incluyendo
lo que se viene en llamar “clases medias”, además de estratos
sociales pobres.
161
En relación a estos temas y problemas, algo que llamó la atención
Víctor Álvarez90, es la débil incidencia en el partido de gobierno de las
organizaciones de los trabajadores y de los campesinos. El
socialismo, como se entiende, de acuerdo a la teoría, es una
perspectiva proletaria y de los campesinos pobres, quienes
hegemonizan el frente popular. No se trata de descartar la presencia
de otros sectores populares, al contrario, se trata de conformar una
composición que garantice el contenido de las transformaciones. La
presencia irradiante e influyente del proletariado y de los campesinos
pobres es como un requisito histórico-político de la transición al
socialismo.
90
Ver de Víctor Álvarez R.: La transición al socialismo de la revolución bolivariana. Texto digital, en
circulación en la Fundación Rosa Luxemburgo.
162
público esencial popular. La carta constitucional bolivariana supera lo
del clásico bien común, liberal manchesteriano.
163
posiciones radicales; a estas posiciones contundentes, pues son las
que empujan adelante, exigen consecuencia y denuncian las
debilidades de todo proceso de transformación. Hablamos a las
organizaciones sociales, ejes articuladores de los movimientos
sociales, sobre todo a las organizaciones más profundas, más
consecuentes, más críticas, que ponen en evidencia las
contradicciones recónditas del proceso.
164
Esta apreciación política, que todavía es general, ciertamente solo
puede contrastarse en los contextos y coyunturas concretos. Esta
tarea es de los que viven y experimentan esas condiciones, esas
situaciones, la intensidad de las luchas, en contextos concretos. Son
los grupos más críticos, son las organizaciones más críticas, son las
tendencias más radicales, las que están en mejor condición de
interpretar la coyuntura y el contexto concreto, de actuar de manera
específica, si es que no se mantienen en los esquematismos
reduccionistas.
166
El diagnóstico de las elecciones se resume en el subtítulo: La derecha
capitalizó electoralmente la crisis del chavismo. La explicación de esta
capitalización tiene que ver con las medidas antipopulares que se vio
obligado a tomar Maduro, en su interinato, dada la inflación y la crisis
económica:
167
y protagónica? ¿Por qué no se es consecuente con la Constitución?
Estas son de las contradicciones del gobierno popular.
168
No se trata solamente de errores políticos, sino que en el proceso no
se está pudiendo resolver temas como la conducción colectiva y social
del proceso, que sigue en manos de la burocracia. Esta conducción
colectiva tiene sus formas de organización: las comunas, los
sindicatos de trabajadores, las organizaciones campesinas, el poder
territorial de los barrios. Estas son las fuerzas profundas de una
revolución, que además dice que se encamina a un socialismo, cuya
base se encuentra en la propiedad social y en la gestión comunitaria.
A estas alturas, no se pueden repetir las formas de conducción dadas
en la experiencia del llamado socialismo real, más aún, cuando el
socialismo que se busca es el socialismo del siglo XXI. La defensa de
una revolución se encuentra en la potencia social; entonces, se trata
de liberar esta potencia, de desatar su creatividad. Para que esto se
dé es indispensable su empoderamiento efectivo en la conducción
colectiva del proceso.
Estos son los problemas que han sido constantes en todas las
revoluciones del siglo XX; ahora reaparecen en las revoluciones del
siglo XXI. Si no se logran resolver, es probable que se repitan
desenlaces parecidos a los acaecidos en la historia. Lo que está
ocurriendo en Venezuela no es solamente un fenómeno coyuntural y
local; es un problema estructural de las revoluciones. En Venezuela
también se juega con el decurso de las revoluciones en ciernes en el
mundo, particularmente en América Latina y el Caribe. Esta tarea
involucra a todos, incluyendo, sobre todo, a las posiciones radicales.
Pues si estas posiciones no logran incidir en los acontecimientos, no
logran salir de los límites grupales, del discurso iluminista, entonces,
esta inhibición es parte del drama, de la irresolución del problema. No
basta tener razón o creer que se la tiene, la política es una
correlación de fuerzas; es importante entonces incidir en la
acumulación de fuerzas y en la resultante de las mismas.
169
política con los pueblos, con los sectores populares, con el
proletariado, no puede reducirse a una interpelación racional. Por
eso nunca es suficiente la denuncia, la diferenciación, la distinción de
los programas y de las tendencias. El fundamentalismo racional no
convoca, salvo en los ámbitos académicos. Incluso para comprender
la complejidad de la “realidad” que toca analizar, no es suficiente el
entendimiento y el uso de la razón. El uso crítico de la razón ayuda a
contextuar y des-contextuar las teorías en uso, ayuda también a
abrirse a otras formas de comprensión de la “realidad”, incorpora las
formas intuitivas, las memorias, los saberes, las relaciones con lo
popular, además de incorporar la dinámica misma primordial de la
experiencia. La mayoría de los grupos radicales, de los cuales no hay
que dudar sobre su dedicación, consecuencia y compromiso, pecan,
por así decirlo, de fundamentalismo racionalista; terminan siendo
grupos de convencidos, sin incidencia en la lucha efectiva política.
Terminan aislados, en los márgenes o en los rincones del campo
político, por más lúcidas que sean sus intervenciones. Precisamente
por el valor ético y moral, por el coraje, la consecuencia y el
compromiso, es indispensable que estos activistas, además de hacer
uso de la razón, es imprescindible que pasen al uso crítico de la
razón, abriéndose a la experiencia de los distintos planos de
comprensión de la “realidad”, así como abriéndose a las diferentes
“facultades” en juego en los sujetos sociales.
170
ingentes requerimientos de la economía popular” (El Mundo, 16/04).
Pero las tensiones internas que se puedan desarrollar dentro del
PSUV no solo vendrán entre las distintas fracciones
existentes, sino también de las propias bases del chavismo que,
cansadas de seguir siendo furgón de cola de los altos burócratas,
puedan salir con más fuerza a protestar por lo que se les ha venido
negando, y exijan que se tomen medidas por izquierda frente a la
nueva situación económica y
política.
171
izquierda que enfrente la asonada de la derecha. Pues allí, en el
poder de las oligarquías, de la burguesía, de la estructuras de poder y
dominación mundial, se encuentra parte del problema y de los
desafíos que afrontar. La otra parte del problema se encuentra en la
composición se fuerzas, de tendencias, de posiciones, dentro del
bloque popular; el problema es complicado cuando la hegemonía del
bloque popular la tienen posiciones que consideran que lo que se ha
logrado como avances y transformaciones es casi como el fin del
proceso; lo que queda es defenderlo. Se trata de sectores que tienen
una concepción de la política, como dice el documento de la LTS,
“bonapartista”; por lo tanto fuertemente ligados al prejuicio
burocrático y de la mediación institucional. Estos sectores están muy
lejos de comprender el carácter emancipador de la autogestión, la
auto-determinación, el ejercicio efectivo, no discursivo, de la
democracia participativa y el control social. Están también lejos de
comprender que la lucha contra el capitalismo no es discursiva y de
declaraciones anti-imperialistas, que se rasgan las vestiduras,
empero no son efectivas en la de-construcción del imperialismo, sino
que se trata de trastrocar las relaciones de producción capitalistas,
las relaciones sociales que se mueven en el imaginario del desarrollo
y el progreso, ilusiones del capital. Se comprende pues que la lucha
interna es mucho más difícil y compleja; sobre todo porque está llena
de incomprensiones, de incomunicaciones y desinformación, además
de los ataques de la nomenclatura y de los apologistas a los y las
activistas críticas. Pero, también, sobre todo, por lo que dijimos, que
muchas veces el activismo radical peca de fundamentalismo racional.
Sin embargo, esta tarea no deja de ser indispensable cuando está en
juego el destino del proceso, es decir, el curso y desenlace del
proceso.
172
herencias culturales y filosóficas de los confusionistas, incrustadas en
las formas de pensar y en las costumbres, además de combatir el
pragmatismo y el diletantismo. Es indispensable la emancipación de
los mitos, que aunque convoquen a las masas, terminan atrapándola
en una red de dependencia paternal. Es indispensable liberar las
potencialidades creativas populares, abriendo las experiencias
sociales no solamente al uso crítico de la razón, de las teorías, sino
también de los saberes, de las culturas locales, de las memorias.
Esta revolución cultural, cuyas consecuencias políticas son de largo
alcance, no puede dejar de estar acompañada por la conformación
efectiva de lo que se llama el poder social; es decir, la autonomía, la
autogestión, la autodeterminación, territoriales de las comunas, de
las organizaciones sociales y de las organizaciones barriales. La
construcción de la gestión colectiva de la política es como la condición
de posibilidad histórica-política para salir del Estado rentista y del
modelo extractivista, para transitar hacia una forma de gestión y
administración que deje de ser Estado y comience a ser asociación
libre de productores, como había soñado Marx un día.
173
En lo que respeta al Estado el diagnóstico es claro:
174
del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de
seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor
suma de felicidad” para nuestro pueblo.
175
El desglose del segundo objetivo viene planteado de la siguiente
manera:
176
El desglose del cuarto objetivo viene planteado de la siguiente
manera:
177
XXI, el tercer objetivo tiene que ver con ser un país potencia, el
cuarto objetivo busca una nueva geopolítica que sea pluri-polar, y el
quinto objetivo persigue salvar la vida en el planeta y a la
humanidad. Los objetivos del programa son eso, objetivos, que, en
general, se plantean la continuidad del proceso y alcanzar metas
trazadas. Queda claro que en el lapso de la gestión no se va alcanzar
el socialismo, empero se va avanzar en su construcción y transición,
construyendo las condiciones de posibilidad históricas para lograrlo.
Sin embargo, lo que importa es el cómo se van a alcanzar estos
objetivos; bajo qué prácticas, qué procedimientos, qué acciones, qué
dispositivos y mecanismos. ¿Con plena incorporación participativa de
las organizaciones sociales o todavía con mediaciones burocráticas e
institucionales? Sobre todo importa el contar con una predisposición
adecuada de los dispositivos de participación colectiva, comunitaria y
social, con escenarios eficaces de participación social, con prácticas
efectivas de democracia participativa. Estas tareas no son
ciertamente nada fáciles. No se está ante un espacio de actividades
similar y homogéneo; al contrario, es un espacio fracturado, disperso,
diferenciado, donde cada territorio tiene su propia especificidad, sus
propios actores y sedimentaciones institucionales, además de
costumbres incorporadas, heredadas como tradiciones, que atan a la
gente a la reproducción del viejo mapa institucional y de penurias. Así
parece que se tiene que promover diferenciales actividades
transformadoras, mejor si disputan el detalle, palmo a palmo, el
instante intensivo, buscando modificar los fragmentos, hasta
infinitesimales, de las cartografías del campo social, del campo
político y del campo burocrático. La articulación del control social y de
delegación popular, en el marco de los temas, seguramente
dependerá de la proximidad a las preocupaciones sociales más
sentidas; como la alimentación, la vivienda, los servicios, la
educación, el trabajo, la salud. Sin embargo, no se pueden descuidar
los temas y las áreas más especializadas; se tiene que participar en
el diseño de las políticas públicas; en la transformación de la
estructura económica, de la estructura política, de la estructura
cultural, de la estructura jurídica, repercutiendo en las
transformaciones de las estructuras sociales. Además la política
internacional y la integración de los pueblos no puede ser ajena al a
la participación social.
179
El ALBA no puede ser una bandera de foros internacionales y de
encuentros grandilocuentes de funcionarios, sino debe ser apropiada
por los productores directos y los consumidores de los países
integrantes.
El Banco del Sur fue pensado por los diseñadores como un contra-
sistema alternativo al sistema financiero internacional. Esto no ha
ocurrido; en parte por que los gobernantes firmantes no
comprendieron la filosofía y la lógica del diseño del Banco de Sur;
pensaron que era otro banco, parecido a los otros, vinculado al
desarrollo de los pueblos, quizás más grande por su alcance
internacional. El Banco del Sur no solamente fue concebido como un
sistema alternativo de financiamiento productivo y de otras
actividades, sino que su lógica reproductiva no es el de la
acumulación y la especulación, inherentes a la lógica financiera, sino
de la distribución y redistribución de los recursos a los sectores
productivos, sobre todo de los pequeños productores. La moneda de
circulación del Banco del Sur, el sucre, no fue pensada tampoco como
una moneda, en tanto equivalente general, sino como contra-
moneda. Se trata de una “moneda” virtual, cuya circulación, no se
basa en la oferta y la demanda, sino en las complementariedades
regionales y territoriales, promoviendo la valorización de la
producción local y la retención en la localidad de la valorización
generada. El cálculo y la cuantificación se dan en base a contrapesos
y compensaciones. Su importancia es promover y financiar a los
productores directos, localizados, quienes casi nunca tienen acceso al
crédito de la banca. Bueno pues, este proyecto ha quedado en el
diseño, debido a la mala comprensión del proyecto aprobado, que
ciertamente se encuentra en curso y está institucionalizado,
interpretándolo de la manera acostumbrada por los especialistas y
ministros del área, de una manera monetarista91.
Los otros objetivos; el que tiene que ver con el de país potencia
económica, social y política; el que se plantea la geopolítica de un
mundo plural y multi-céntrico; además de el objetivo de defender la
vida del planeta; dependen del logro de los anteriores objetivos y de
la manera cómo se busque realizarlos. Lo mismo pasa con la
capacidad de defensa del país y de la revolución. No se trata de
91
Entre los diseñadores del Sucre y del Banco del Sur estaba Pedro Páez, economista ecuatoriano. Una
vez terminado el proyecto, él y su equipo, quedaron prácticamente sin presupuesto. Parece que a los
gobernantes sólo les interesaba contar con el proyecto, con el documento acabado, firmarlo por el
protocolo.
180
priorizar los primeros objetivos, ni descuidar los siguientes, sino de
combinar la realización y el logro de los mismos, tomando en cuenta
la interrelación de sus ritmos y condicionalidades. Por eso, parece
indispensable darle mucho impulso la transformación del modelo
extractivista y del Estado rentista. Así como es menester darle
impulso a la integración económica y política de América Latina y el
Caribe, basada en la complementariedad y solidaridad de los pueblos,
avanzando hacia una confederación de los pueblos. Esta tarea viene
acompañada por la conformación efectiva, no formal, burocrática y
discursiva, de una economía integrada alternativa del continente,
alternativa al mercado internacional capitalista, basado en la
geopolítica del sistema-mundo capitalista. Los dispositivos como el
Banco del Sur y el sucre deben funcionar como contra-sistema
financiero internacional y como contra-moneda, generando relaciones
de complementariedad e intercambio, apoyadas por la cuantificación
de las compensaciones, del trabajo colectivo y la valorización local.
Los otros dispositivos de integración como UNASUR, incluso los
anteriores como el MERCOSUR y la Comunidad Andina, deben ser
trasformados de acuerdo a la lógica complementaria y de
reciprocidades del Banco del sur y del Sucre. De esta forma
podremos salir de las experiencias frustrantes y limitadas, por su
subordinación al orden de dominación mundial, de los llamados
organismos de integración.
181
obviamente esta defensa debe estar bien equipada, mejor contando
con tecnología militar avanzada. Esta concepción de la defensa
armada es parte del concepto de defensa de la revolución, que vamos
a tocar después. Al respecto, comenzando a elucidar el concepto, no
podemos olvidar que la revolución socialista mundial ha sido
concebida en consonancia del internacionalismo proletario; ahora
tendríamos que hablar, como lo hace Samir Amin, del
internacionalismo de los pueblos, tomando en cuenta las
transformaciones en la composición del proletariado, además de
comprender que la proletarización se ha extendido a gran parte de la
población, fuera de retomar la tesis de que son los pueblos los que
están sometidos por el imperialismo. Los pueblos no son enemigos,
los son sus estados, bajo el dominio de sus burguesías. Sobre todo
tienen esta concepción hostil y beligerante los estados imperialistas,
pues ellos no conciben otra cosa que el control militar como parte del
control de sus monopolios, monopolio de los mercados, monopolio
tecnológico, monopolio militar, monopolio financiero, como parte de
la geopolítica del sistema mundo-capitalista. Frente a esta geopolítica
imperialista los pueblos, la confraternidad y la alianza de los pueblos,
tienen la alternativa de oponer una contra-geopolítica, una geografía
emancipadora92.
92
Ver de Raúl Prada Alcoreza Guerra periférica y geopolítica regional. En torno a la guerra del pacífico.
Bolpress 2013; La Paz.
182
lucha de liberación nacional; la independencia se logró cuando se dio
la derrota de Japón en la segunda guerra mundial, aprovechando los
revolucionarios coreanos la proximidad de las tropas soviéticas que
ocuparon la Manchuria, también en guerra contra el Japón. La guerra
de Vietnam fue defensiva y de liberación nacional contra la ocupación
francesa, primero, y norteamericana, después. La batalla de Bahía
Cochinos en Cuba fue defensiva ante el desembarco del ejército
invasor armado, organizado y pertrechado por el imperialismo
estadounidense. La participación del las fuerzas armadas cubanas en
Angola fue defensiva y solidaria; se trataba de defender la revolución
angoleña de la invasión del ejército blanco de Sud África, de la guerra
de frentes armados por el imperialismo y apoyados por el régimen
racista de Sud África, en aquel entonces. Las guerras de guerrillas
desatadas en varios países periféricos del sistema-mundo fueron de
liberación nacional. Como se puede ver, nunca fue el objetivo
desencadenar una guerra destructiva y devastadora, menos una
guerra nuclear, para destruir al enemigo imperialista. La guerra
revolucionaria es de defensa; las armas atómicas son defensivas; la
estrategia activa es la revolución mundial. En una guerra nuclear no
hay ganadores, salvo la muerte, todos resultan perdedores. Después
de la guerra nuclear ya no tendría sentido nada, menos el socialismo,
ya no sería posible la construcción del socialismo, incluso la
reconstrucción de cualquier forma de sociedad; sobre las cenizas de
la destrucción de la “fuerzas productivas”, tal como habla la corriente
marxista del determinismo económico, no podría construirse un modo
de producción socialista. El plantearse como objetivo la guerra total,
en los términos de la guerra nuclear, es una aberración. A estos
absurdos de guerra total se llega por fundamentalismos políticos
esquemáticos, que se olvidaron de los objetivos, principios, valores y
la ética socialista. En contraste, como opción consecuente, es
indispensable convocar a la internacional de los pueblos en defensa
de la madre tierra, de la vida y por un mundo que garantice los ciclos
vitales de todos los seres, garantizando las mejores condiciones de
reproducción de sus potencias vitales. La confraternidad de los
pueblos, su solidaridad y complementariedad, configurada como
confederación de los pueblos, es la base material histórica y política
del socialismo.
183
El concepto de defensa de la revolución es diferente a las nociones
usuales de defensa, mas bien entendidas como protección,
resguardo, cuidado, control y vigilancia. El concepto de defensa de la
revolución, si bien comprende también estas connotaciones, va más
lejos que estas definiciones. Se trata de un concepto activo, forma
parte del desenvolvimiento de la revolución misma; la defensa está
involucrada con el desarrollo mismo de la revolución. El concepto
mismo de defensa se transforma. La defensa de la revolución es
posible si la defensa es concebida como crítica y se vincula con la
potencia de la revolución. La defensa defiende la marcha de la
revolución, su profundización, defiende la dinámica de las
transformaciones; por esto, requiere ser crítica con lo que obstaculiza
la marcha de la revolución, lo que se resiste a las transformaciones;
sobre todo requiere ser crítica con las herencias institucionales del
pasado, las practicas burocráticas heredadas, las estructuras de
poder preservadas. La defensa de la revolución defiende la potencia
inherente, busca liberar la plenitud de la potencia, liberar todas las
capacidades transformadoras, abrirse a las “facultades” creativas de
las multitudes; por eso se enfrenta a lo que inhibe la potencia, a lo
que restringe las capacidades transformadoras, a lo que anula las
“facultades” creativas. La defensa de la revolución se mueve en todos
los planos de la sociedad, convierte a la sociedad en la maquinaria
primordial de la defensa, mediante la movilización general. Se trata
de una defensa integral, que abarca todo los planos involucrados en
las transformaciones múltiples; comprende la defensa del territorio.
Paradojas de la “revolución”
Conservadurismos recalcitrantes
El concepto de modernidad
185
La modernidad fuera de ser una experiencia intensiva de la
vertiginosidad, de la versatilidad y de la frugalidad del acontecer, es
también una representación colectiva, una creencia social, es decir un
prejuicio compartido. La representación más luminosa de la
modernidad se la debe al arte; son los poetas malditos los que
elaboraron la idea de la modernidad desde un posicionamiento de
asombro y reverencia, de perplejidad y resistencia vencida. Para
volverse acercar a esta elocuencia perdida es menester acudir a
Baudelaire93.
93
Ver de Raúl Prada Alcoreza Subversiones indígenas. Comuna, La muela del Diablo; La Paz 2008. Pág.
32.
94
William Shakespeare: La tempestad. Libros Tauro.
95
Revisar de Marshall Berman All That Is Solid Melts Into Air. The Experience of Modernity. Penguin
Books. Middlesex, England 1982-1988.
186
desprendidas de las nuevas formas de diseminación capitalista. Para
ahondar las consecuencias del concepto se llegó a hablar de
“posmodernidad”.
96
Ver de Raúl Prada Alcoreza Deslindes históricos y políticos. Diferencias con la izquierda tradicional.
Horizontes nómadas, Dinámicas moleculares, Bolpress; La Paz 2011, 2012, 2013.
187
transformadora del tiempo. El “realismo” y el sentido común siempre
fueron buenos aliados para defenderse de la incertidumbre y de la
interpelación subversiva de la praxis. Que antes lo hayan hecho a
nombre del orden y ahora lo hagan a nombre de la “revolución” o del
paradigma teórico consagrado, no es más que la muestra de que el
orden tiene varios nombres, también de que la “revolución” puede ser
ordenada, asimilada al orden.
188
mundos, adecuándolos a los ciclos de la vida. Si las teorías emergen
de la experiencia histórica, es comprensible que las teorías
experimenten su propia historicidad. En los nuevos contextos de las
experiencias sociales emergerán nuevas teorías, sobre todo importan
las críticas.
189
“posmodernas”, queriendo usar el término como calificativo de
desvarío, de excedencia juvenil.
¿Cuál es la discusión?
190
sociales vividas históricamente, sobre si es o no modernidad u otra
cosa distinta. Cuando el referente del debate está claro, la discusión
puede comenzar; empero, cuando no lo está, la discusión nunca
comienza; es como una in-comunicación entre sordos y mudos. Sus
discursos sólo dan vuelta sobre sí mismos. Se encaracolan,
encontrando refugio en su propia concha, que les sirve de refugio
contra los peligros no sólo del mundo, sino del referente primordial,
llamado “realidad”.
97
Ver de Silvia Federici Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Tinta Limón; Buenos
Aires 2010.
192
El debate
98
Ver de Françoise Lyotard ¿Qué era la posmodernidad? En El debate, modernidad, posmodernidad.
Compilación de Nicolás Casullo. Ediciones El Cielo por Asalto; Buenos Aires 1993. También ver la
Posmodernidad, donde escriben Hal Foster, Jürgen Habermas, Jean Baudrillard, Douglas Krim, Kenneth
Frampton, Frederic Jameson, Rosalind Krauss, Craig Oens, Edward W. Said, Gregory L. Ulmer. Libro
compilado, seleccionado y prologado por Hal Foster. Kairos; México 1988. El título original en inglés es
sugerente: The Anti-aesthetic: Essays on Postmodern Culture. También revisar de Françoise Lyotard El
Entusiasmo. Crítica kanteana de la historia. Gedisa; Barcelona 1987. Título original: L’enthousiasme.
Éditions Galilée; París 1986. Ver también del mismo autor Lo inhumano donde se deslinda del concepto
de “posmodernidad”. Manantial; Buenos Aires 1998. Así también el libro de Gianni Vattimo El fin de la
modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna; texto de carácter más filosófico.
Gedisa; Barcelona 1986. Sobre la experiencia misma de la hiper-realidad, ver de Jean Baudrillard De la
seducción. Cátedra; Madrid 1989.
193
la continuidad del capitalismo monopólico y financiero, llamado
imperialismo, que desencadenó la primera y la segunda guerras
mundiales, configura una discontinuidad notoria: la aparición de dos
súper-potencias, que Mao Zedong llamó imperialismos, el
imperialismo capitalista y el social-imperialismo. La bipolaridad de la
dominación del mundo. Estamos hablando de un mundo cuya
virtualidad de la tercera guerra es nuclear, comprometiendo la
supervivencia humana. Estamos también hablando de un mundo que
experimenta una revolución científica-tecnológica-comunicacional-
cibernética continua. Un mundo unificado por las organizaciones
internacionales, comenzando por Naciones Unidas, donde el grupo de
decisión quedó a cargo de los aliados, los vencedores de la segunda
guerra mundial, incluyendo a China, otra potencia nuclear. Hablamos
también de un mundo conformado por las nuevas naciones y los
nuevos estados liberados del colonialismo, aunque no de la
colonialidad. Hablamos de un planeta descrito como conformado por
tres mundos; el primero, de los llamados países desarrollados; el
segundo, de los países que no habrían completado todavía su
desarrollo; el tercero, por países en desarrollo. Un mundo, entonces
tripartito, donde se cuenta con la experiencia del socialismo real. Un
mundo donde las empresas trasnacionales adquieren dimensiones
monstruosas, oligopólicas, articuladas con el sistema financiero
internacional, unificado y dominante.
194
En la segunda mitad del siglo XX se dan la guerra de Corea
(1950-1953), la guerra de la independencia de Argelia, la revolución
cubana (1959-1960) y la guerra del Vietnam, se da también la
ocupación del Soviet de Hungría por el ejército rojo soviético de
Moscú, así mismo se da la ocupación militar por parte del Pacto de
Varsovia de Checoslovaquia, donde resurgía el entusiasmo
revolucionario, recuperando las iniciativas sociales, juveniles, críticas,
intelectuales y artísticas. Otra vez una revolución cultural. Estas
experiencias y estos acontecimientos son, como dice Badiou, las
verdades que acontecen en esta etapa de la historia, forman parte de
la memoria del ser, son verdades existenciales que constituyen al ser.
Estos sucesos y eventos cruciales no sólo muestran un mundo
cambiado, una modernidad diferente, sino que la “revolución” no ha
concluido; sigue siendo una tarea pendiente. Este es el sentir de la
revolución cultural china (1966-1976) y de la revolución cultural
mundial (1968), de acuerdo a Immanuel Wallerstein. Vamos a
detenernos en la revolución cultural, pues este parece ser el
acontecimiento que marca el desplazamiento epistemológico dado en
la modernidad, en la segunda mitad del siglo veinte.
La revolución cultural
99
Ver de Raúl Prada Alcoreza Horizontes de la descolonización. Abya Yala; Quito 2013. Horizontes
nómadas, Dinámicas moleculares; La Paz 2012, 2013.
195
movilización, los problemas de la revolución se hacen conocer
públicamente; se abren espacios para la participación y el
involucramiento; están convocados el proletariado, los campesinos, el
ejército, el mismo partido-Estado. El enfrentamiento con los
conservadores llega al extremo de la posibilidad de la guerra civil; es
cuando, el partido decide la reunificación de las fuerzas encontradas,
cuando Mao Zedong busca a la vez mantener el partido-Estado,
aunque cambiarlo hasta dónde se pueda, logrando, hasta donde se
pueda, la profundización de la revolución, sobre todo en los términos
de la revolución cultural. Sin embargo, en la convulsionada China
Popular, Mao Zedong no logra alcanzar estos objetivos; el
preponderante sector conservador del partido-Estado termina de
imponerse. Esperando la ocasión, en plena revuelta, moviliza al
ejercito que controla, a las milicias rurales, a parte del proletariado
que controla, logra aislar a los rebeldes, tomando presos a los líderes
de los guardias rojos; por último decide tomar las universidades,
ocupándolas con contingentes del proletariado convocado. La
revolución cultural, la revolución en la revolución, es un intenso
intento movilizado de cambiar el curso burocrático y conservador que
tomó la revolución.
100
Alain Badiou: La revolución cultural. ¿La última revolución? Les conférences du Rouge-Gorge.
196
masacrada sangrientamente en la plaza de Tlatelolco, configuran el
mapa de la revolución mundial, de la revolución cultural mundial,
interpretada como tal por Wallerstein. Que esta revolución haya
fracasado o, si se quiere, haya sido interrumpida, no quiere decir, de
ninguna manera, que no ha existido. Se ha dado y al darse, como
acontecimiento, es una verdad, en el sentido de Badiou. Esta
revolución cultural se convierte en el referente del desplazamiento
político y epistemológico de la contemporaneidad. En relación a esta
experiencia se reordenan conmociones teóricas que se dieron con
cierta anterioridad, convergen al espesor de las nuevas emergencias
teóricas críticas. La episteme de la modernidad se conmueve, no
solamente se fisura, sino que se quiebra, dándose lugar a una
episteme plural, heterogénea, que reconoce heterogéneas
modernidades, dándose lugar a una episteme de la complejidad, que
concibe y conceptualiza las simultaneidades, las yuxtaposiciones, los
abigarramientos, las mezclas, que comprende lo diverso y diferencial.
Una episteme de la subversión de los saberes y de los cuerpos, donde
lo ancestral se actualiza, lo colectivo se revela como substrato
condicionante, donde el intelecto general evidencia su omnipresencia,
donde la física devela la dinámica del espacio-tiempo curvo y las
otras gravitaciones, la de la relatividad y la de la cuántica, donde la
biología destaca la vida como inteligencia y memoria.
197
de estos eventos irradiando y afectando a su manera. Sobre todo la
emergencia del movimiento político y cultural katarista va inaugurar
un nuevo ciclo de luchas anticoloniales en Bolivia. Estas irrupciones
histórico-políticas requieren ser analizadas, se debe atender su
impacto y sus repercusiones en las transformaciones subjetivas y del
periodo. Con la guerrilla del Che lo que ha hecho el “marxismo”
burocrático es apología y publicidad; empero, no se ha detenido a
analizar críticamente y reflexionar sobre este acontecimiento, sobre
todo sobre la huella y escritura geográfica de la guerrilla101. En
relación al acontecimiento de la emergencia katarista, Javier Hurtado
Mercado hace una exhaustiva investigación, donde describe la
generación, la conformación, la consolidación y despliegue del
katarismo102. En relación a esta irrupción indígena, el “marxismo”
burocrático quedó mudo, no dice nada, como si no hubiera existido,
salvo algunas murmuraciones. Son estos acontecimientos, entre
otros, los que configuran el espacio-tiempo de una formación social,
en este caso, la boliviana; tienen que ser tomadas como verdades, en
el sentido de Badiou, que efectúan pliegues en el ser, en la memoria
y la inteligibilidad del ser, usando este concepto ontológico, empero
críticamente. Son las transformaciones en las estructuras y
composiciones de la formación social, lo que provoca desplazamientos
epistemológicos en las formaciones discursivas y en las formaciones
enunciativas, que buscan interpretar la experiencia histórico-política
vivida. No atender estos cambios es como quedarse a rumiar
anacrónicamente textos sagrados, que no tienen incidencia en los
acontecimientos políticos, sociales, económicos y culturales, que el
sentido común llama “realidad”.
Desplazamientos epistemológicos
101
Ver De Raúl Prada Alcoreza Huella y escritura de la guerrilla del Che. Revista de Ciencia y Cultura;
Universidad católica Boliviana.
102
Ver de Javier Hurtado Mercado El Katarismo. Hisbol; La Paz 1986.
198
teóricos se siente involucrada con estos sucesos y trata de responder
al desafío de interpretarlos. Uno de los teóricos más connotados de la
Escuela de Frankfurt, Jürgen Habermas, de las siguientes
generaciones, posteriores a Horkheimer y Adorno, hace un balance
de estos movimientos teóricos, en un libro que titula El pensamiento
pos-metafísico. Es una de las pocas conexiones entre “escuelas”
europeas contemporáneas del pensamiento crítico, la Escuela de
Frankfurt y el pensamiento crítico francés, además del pensamiento
analítico anglo-sajón. La descripción exhaustiva, que ofrece de las
corrientes teóricas contemporáneas, ayuda a contar con un panorama
adecuado para la discusión y balance sobre estos movimientos
teóricos y filosóficos. Sobre todo contando con la posición crítica en la
que se coloca Habermas respecto del pronunciamiento crítico francés.
Nosotros no nos vamos a poner a defender las corrientes críticas, de
las que se puede decir que somos afines, pues ellas se defienden por
sí solas. Los detractores de estas corrientes no las han estudiado,
tampoco las conocen; empero, se han apresurado llevarse por sus
prejuicios, asustados por sus propios fantasmas, descalificando con
tono de jueces a estas novedosas críticas. No formamos parte de
estas corrientes teóricas; sin embargo su estudio nos ha servido para
replantearnos la crítica en el continente de Abya Yala, remover
actualizando la crítica de-colonial a las formas de dominación y
dependencia imperantes. Consideramos que, lo que se llamó, en su
momento, la construcción de un pensamiento propio, de un
pensamiento crítico en el continente, pasa por el uso crítico de estas
teorías críticas, sobre la base de la propia arqueología de los saberes
continentales, la propia genealogía de los poderes locales y la propia
hermenéutica de la subjetividad. La compenetración con las luchas
indígenas, el estudio de los saberes ancestrales, el colocar como
referente histórico las luchas sociales de los pueblos del continente,
las luchas populares anti-imperialistas, las luchas proletarias
anticapitalistas, ha situado el suelo donde se fermenta y se forma
nuestra crítica. Reconocemos el valor instrumental e “ideológico” del
marxismo vital, del marxismo combativo, del marxismo crítico
reelaborado en nuestras tierras, que se encarnó en las luchas sociales
y produjo expresiones propias. Por el momento mencionaremos dos;
lo que David Sobrevilla llama marxismo de Mariátegui103; lo que
nosotros nombramos como marxismo de guardatojo104. En este
sentido, desconocemos el “marxismo” burocrático de los partidos,
también de las instituciones académicas, de toda una casta
intelectual que se inviste de “marxismo” en un claro y evidente juego
de poder.
103
Ver de David Sobrevilla El marxismo de Mariátegui y su aplicación en los siete ensayos. Fondo de
Desarrollo Editorial; Universidad de Lima. Lima 2005.
104
Ver de Raúl Prada Alcoreza Subversión comunitaria. Dinámicas moleculares; La Paz 2013.
199
Pese a todas las diferencias que enseguida se advierten cuando
se miran las cosas de cerca. Del flujo de pensamientos destacan
cuatro complejos que presentan perfiles bien diferenciados: la
filosofía analítica, la fenomenología, el marxismo occidental y el
estructuralismo. Hegel hablaba de «figuras del espíritu». Y esta
expresión parece imponerse también aquí. Pues en cuanto a una
figura del espíritu, se la logra reconocer en su incanjeabilidad y
carácter único y se la nombra como tal; ha sido ya también puesta a
distancia y condenada a perecer. Por este lado, esos «post» no son
sólo denominaciones oportunistas cortadas al uso de quienes a toda
costa quieren mantenerse a la última: como sismógrafos del espíritu
de la época hay que tomarlos también en serio105.
105
Jürgen Habermas: El pensamiento pos-metafísico. Taurus, Alfaguara; México 1990. Pág. 14.
106
Ibídem: Pág. 14.
200
otras transformaciones con las otras vetas del pensamiento crítico
contemporáneo. Habermas dice que:
107
Ibídem: Pág. 15.
108
Ibídem: Pág. 15.
201
de mundo pasan de la subjetividad trascendental a ser estructuras
gramaticales. El trabajo reconstructivo de los lingüistas sustituye al
método filosófico introspectivo.
202
voces; la disputa acerca de la posición del pensamiento filosófico en
el concierto de las ciencias; la disputa acerca de esoterismo y
exoterismo, de ciencia especializada e ilustración; la disputa, en fin,
en torno a los límites entre filosofía y literatura. La ola de
restauración que viene arrollando al mundo occidental desde hace
más de un decenio, incluso ha vuelto a sacar a flote un viejo tema
que ha venido acompañando desde siempre a la Modernidad: el del
remedo de sustancialidad que representaría la tentativa que hoy se
registra de renovar una vez más la metafísica110.
110
Ibídem: Pág. 19.
203
trabajo. Esta última conclusión no sería compartida por nosotros,
pues precisamente una de las corrientes o movimientos de este
pensamiento, apunta su crítica a este reduccionismo. Hablamos de
Jean Baudrillard111. En todo caso, dejaremos así las primeras
conclusiones relativas al balance de este pensamiento crítico de la
modernidad.
La competencia intelectual
111
Jean Baudrillard en el Espejo de la producción hace esta crítica al marxismo, concretamente a la
crítica de la economía política. Gedisa 1996; Barcelona.
204
temas, la lingüística, la filología, la crítica literaria. Esto no ocurre, la
mayoría de los lingüistas toma en serio las interpretaciones de
Derrida, estén o no de acuerdo, salvo Noam Chomsky, que vierte
calificativos duros sobre este autor, sin llegar a discutir con sus
textos, solo de pasada y contando con versiones de otros. Al
respecto, lo primero que hay que diferenciar es eso que se llama en
Norteamérica “deconstrucción”, “de-constructivismo”,
“posmodernismo”, de lo que hace el autor de referencia o lo que
hacen los autores de referencia, franceses. Es muy difícil clasificar a
Derrida de “deconstructivista”, pues la deconstrucción es uno de los
métodos hermenéuticos que utiliza en sus interpretaciones y análisis
de textos. Las tesis sobre la escritura, que se encuentran en De la
gramatología112, no son propiamente de la “deconstrucción”, abordan
un tema que interesa en Abya Yala, la escritura más allá de la
escritura fonológica, más allá de la concepción imperante en
“occidente” sobre escritura. La escritura como huella, como marca,
como inscripción, como espaciamiento, como cuerpo. Esta tesis
rescataría a la escritura como inscripción, rescataría la escritura de
los pueblos llamados, por la Europa de la ilustración, “pueblos sin
escritura”, por lo tanto “pueblos sin historia”. La crítica al fono-
centrismo, al logo-centrismo y al falo-centrismo se coloca como
crítica a la colonialidad del saber eurocéntrico y machista. Obviar
estos temas es colocarse del lado del imperialismo del saber
“occidental”, que no es otra cosa que la reiteración de lo que se ha
llamado la colonialidad del saber113, sustentada sobre la colonialidad
del poder114. Algunos intelectuales “progresistas” del norte
manifiestan su posición colonial cuando se tocan estos temas. No
basta ser anti-imperialista para llegar a ser anti-colonial. No basta
apoyar las luchas sociales para dejar de formar parte de la
fraternidad de los machos, la dominación masculina. Estos son temas
políticos candentes en Abya Yala y en la inmensa geografía de la
periferia del sistema-mundo capitalista.
112
Ver de Jacques Derrida De la gramatología. Siglo XXI; México 1998.
113
Concepto elaborado por Estudios Poscoloniales, en los que se encuentra Walter Mignolo.
114
Concepto trabajado por Aníbal Quijano.
205
las luchas feministas. Equivocan el camino. Habría que leer, en todo
caso, la obra de Noam Chomsky, y averiguar si comparten con sus
interpretaciones, tanto en el campo lingüístico como en el campo
histórico y político. Se encontraran con muchas sorpresas, pues
Noam Chomsky no es asimilable al “marxismo” burocrático.
Independientemente de sus comentarios sobre la teoría francesa, que
no es agrupable a una sola composición, que parece no conocer,
tampoco comprenderla, como el mismo Chomsky reconoce, las
investigaciones lingüísticas de Chomsky pueden situarse en el
contexto de las corrientes investigativas y teóricas de las que
hablamos más arriba. La crítica al imperialismo que ha desplegado
consecuentemente a lo largo de varios años no se parece en nada a
la interpretación del imperialismo del “marxismo” burocrático. Lo
mismo podemos decir de su crítica al neoliberalismo; mucho más de
sus tesis sobre el Estado. Sus apreciaciones sobre el levantamiento
zapatista no podrían ser compartidas por los “marxistas” burocráticos
de partido.
206
se interrumpe y se conforman dos gestiones de gobierno. Por lo tanto
el proceso político abarca, además de la movilización social, dos
gestiones gubernamentales. Lo que está en debate es la
interpretación de este proceso, que por cierto no es reconocido como
tal por el “marxismo” burocrático, salvo por los “marxistas”
burocráticos asimilados al gobierno. Para el “marxismo” burocrático,
que se opone al gobierno, el proceso no existe o las luchas sociales
han sido traicionadas por el gobierno. Hay por lo menos dos
posiciones claras, encontradas, en su propia discusión y diferencias.
Algo que, empero, comparten, es que esto de luchas indígenas y
descolonizadoras divide al proletariado, al pueblo explotado; en todo
caso, es una influencia de ONGs o invento de “posmodernistas”, en
este caso, de bolivianos; compartiendo entonces el mismo prejuicio
del vicepresidente115.
115
Revisar el libro de Álvaro García Linera Geopolítica de la Amazonia. Publicado por la Vicepresidencia
del Estado Plurinacional de Bolivia; La paz 2013. También como crítica a la geopolítica extractivista mi
libro Miseria de la geopolítica; Autodeterminación; La Paz 2013. Horizontes nómadas, Dinámicas
moleculares, Bolpress; La Paz 2013. También revisar el mismo autor Potencia social o poder; Dinámicas
moleculares; La Paz 2013.
207
modo de producción capitalista, que se ha dado en forma de
capitalismo de Estado, en su versión nacionalista o en su versión del
socialismo real. La lucha contra el capitalismo es también una lucha
contra la ilusión desarrollista; ilusión que legitima el modelo
extractivista colonial del capitalismo dependiente, destructor
ecológico por excelencia. Este es el debate.
116
Ver de Raúl Prada Alcoreza Descolonización y Transición. También Defensa del “proceso” de cambio.
Así mismo, Reflexiones sobre el “proceso” de cambio. Bolopress, Horizontes nómadas, Dinámicas
moleculares; La Paz 2013.
208
Cerrando esta parte, diremos que, Marx, en su tiempo, uso a
los autores y corrientes teóricas, que parecieron indispensables en la
elaboración de su crítica a la economía política. ¿Por qué no podemos
nosotros usar críticamente a autores y corrientes contemporáneas,
que parecen apropiadas en la reelaboración de la crítica a la
colonialidad, del capitalismo, de la modernidad, en sus formas
concretas actuales? Esto es precisamente lo que le falta al llamado
“marxismo” de partido. Su militancia se ha encaracolado y se atiene a
rumiar los viejos textos sagrados, que lastimosamente lo hace en
fragmentos seleccionados en manuales. Hay excepciones, por cierto,
como en todo; empero, más que en otros caso, aquí, la excepción
confirma la regla.
“Jucio” maniqueo
209
reclamándose de institucionalista y defensora del Estado de Derecho;
incluso las izquierdas, sobre todo tradicionales, son maniqueas,
cuando anteponen su proyecto “revolucionario” como valedero,
desconociendo y desechando lo que ocurre efectivamente,
descalificando la crítica. Una de las formas de expresión del
maniqueísmo se muestra en la simple hipótesis de la teoría de la
conspiración; el supuesto es que hay grupos de conspiradores que
dirigen la historia; de aquí se deduce la conclusión de que hay
traidores; en nuestro caso se dice que hay traidores del “proceso” de
cambio. Entonces toda la explicación histórica se reduce a personas,
al problema de las personas, de lo que son y de lo que no lo son. Esta
explicación maniquea de la teoría de la conspiración se parece al
guión de una novela, pero sin los atributos literarios e intuitivos de la
novela.
210
¿Qué queremos decir con todo esto? Que los llamados
“procesos” políticos y sociales, encaminados a transformar, no se dan
por los buenos deseos de las vanguardias, ni tampoco como resultado
de una estrategia “revolucionaria”, se dan como acontecimientos en
momentos de crisis múltiple del Estado, de las representaciones, de
los valores institucionalizados, obviamente en el contexto de la crisis
orgánica del capitalismo, dependiendo de su ciclo vigente. Lo que se
experimenta como “proceso” es lo que compartimos como
acontecimiento; no se trata de que sea una condición dada, como en
el caso de las hipótesis del realismo político, sino de una complejidad,
la misma que hay que comprender y entender en sus dinámicas
moleculares y molares. Por lo tanto, no es, de ninguna manera,
pertinente, desentenderse del “proceso” experimentado, sino de
vivirlo plenamente buscando romper las resistencias y los obstáculos
históricos. Parafraseando nuevamente a Albert Camus, si las
“revoluciones” caen en la decadencia, sufrir con ellas, sufrir el
“proceso”, no alegrarse de su decadencia, sacando lecciones de esta
experiencia dramática. En otras palabras, de lo que se trata es de
prolongar su decurso, buscando la oportunidad de realizar sus
posibilidades y potencialidades.
El esquematismo “leninista”
212
zarista; geografía que corresponde al eslabón más débil de la cadena
de dominación capitalista, en su etapa imperialista. En otras palabras,
la revolución socialista se da a pesar de la ausencia de las
condiciones objetivas; débil composición industrial, herencia de lo que
se nombra como “despotismo” asiático, incumplimiento de tareas
democráticas, nacionalidades incorporadas al imperio. Como dijimos
en otro texto, la revolución se da contra la historia y contra la
realidad, como gasto heroico117.
117
Ver de Raúl Prada Alcoreza La subversión comunitaria. Dinámicas moleculares; La Paz 2013.
213
composición de un capitalismo atrasado, de desarrollo desigual y
combinado.
214
como si fuese un castillo de naipes, tampoco hubo movilizaciones
obreras como en julio, cuando cayeron 1700 obreros; las calles
prácticamente están vacías, lo que se da es un golpe de Estado,
como lo reconoce el mismo León Trostky e Historia de la revolución
rusa118.
215
heredado del imperio zarista. Sin embargo, la guerra civil permite
llevar la “revolución” institucionalizada al resto de lo que van a ser las
repúblicas socialistas de la Unión Soviética. La historia del “socialismo
en un solo país” es la historia dramática de un mal entendido119.
Mientras el proletariado real se sumerge en la expansión de la
producción, la representación del proletariado emerge
apoteósicamente como mito, el mito de la universalización de la
misión del proletariado de la emancipación mundial del capitalismo,
cuando es un partido de intrépidos el que se ha hecho cargo de las
transformaciones, bajo la imposición de una férrea disciplina, que
lleva más lejos el diagrama disciplinario de los estados occidentales
del capitalismo y la modernidad. Se trata de un Estado policial
absoluto que emprende la más rápida revolución industrial
militarizada.
119
Revisar el libro de Martin Malia La tragédie soviétique. Histoire du socialisme en Russie 1917-1991.
Éditions du Seuil; Paris 1994.
120
Ibídem: Pág. 168.
216
partido al comité central, del comité central a la dictadura de un
hombre.
217
en su testamento, propone una revisión de la estrategia del
comunismo de guerra y de la concepción del socialismo, apegada
esta estrategia, concibe un socialismo basado en cooperativas. Esta
apreciación puede parecer sorprendente; empero, no debería serlo,
forma parte de las paradojas en la historia. Corrientes, que se
enfrentan, se contrastan, se contradicen, corrientes “enemigas”,
comparten un mismo suelo “ideológico” y epistemológico, constituyen
la misma tendencia histórica, aunque los protagonistas no lo
consideren así y se esmeren por diferenciarse.
121
Leszek Kolakowski: Las grandes corrientes del marxismo.
218
vicepresidente, por terminar de coadyuvar a la “derecha”. Mito del
partido compartido innegablemente por el vicepresidente, quien
parece haberse desplazado momentáneamente, por un lapso, a
posiciones comunitaristas, cuando formaba parte de Comuna; sin
embargo, ha vuelto al redil del mismo imaginario esquemático de la
izquierda tradicional. Es sintomático observar que esta izquierda se
esmera celosamente por ser la portadora del mito; son
anecdóticamente controversiales las pugnas y guerras intestinas en
esta izquierda. No es pues sorprendente que se acusen mutuamente
de traición, de desviación, de revisionismo, incluso, como es el caso
delirante del vicepresidente, de “derechismo”, cuando creen que los
otros no responden a la figura esquemática del imaginario maniqueo.
Lo cierto, es que a pesar de sus diferencias, comparten celosamente
el mito del partido y el esquematismo leninista, lo hagan de una
manera o de otra, incluso solitaria, como lo hace el vicepresidente,
sin contar con un partido bolchevique, sino con un partido populista,
que él mismo llama gelatinoso. El vicepresidente sintetizaría,
imaginariamente claro, en su persona el partido, la teoría leninista, la
representación del proletariado, aunque también pretende, en
vinculación con el presidente, representar a los pueblos indígenas, y
el centralismo democrático. Los demás, el resto, el partido gelatinoso
del MAS, los retrasados en la consciencia en sí, gremial, deben
obedecer. No nos interesa entonces escuchar quién es el portador del
fuego santo, el iluminador, si los residuos de la izquierda tradicional o
el vicepresidente, sino detenernos a describir la incidencia del mito
del partido y del esquematismo leninista en la dramática historia
política de la izquierda en Bolivia.
219
En Bolivia, a partir de una coyuntura crítica, el golpe del
general Banzer Suárez (1971), la derrota de la Asamblea Popular, la
caída del gobierno nacionalista del general Juan José Torres, el
trotskismo, aglutinado y organizado principalmente en el POR, se
hace trizas, diseminándose en pedazos dispersos, cada uno de los
cuales se reclama de partido de vanguardia. Si ya antes había
ocurrido un desplazamiento, no necesariamente parecido, con el
“entrismo” de militantes trotskistas al MNR, también con la formación
del POR Combate, influenciados por el trotskismo de la cuarta
internacional de Nahuel Moreno122, lo insólito acaece después de la
Asamblea Popular. Lo mismo pasa con el PC, fundado por Sergio
Almaraz Paz, después de la crisis del PIR, que se alía a la “rosca
minera” para derrocar a Gualberto Villarroel. El PC expulsa a Sergio
Almaraz por sus “veleidades” nacionalistas y por leer más a Albert
Camus que Konstantinov. Más tarde, en pleno conflicto Chino-
Soviético, después de la muerte de Stalin, los PCs se dividen; unos
definidos según su tendencia moscovita, los otros definidos según su
tendencia pequinesa. Cada uno se reclama más marxista leninista
que el otro, es decir más bolchevique. Con la revolución cubana, va a
aparecer, en América Latina, también en Bolivia, una tendencia
clasificada, por los otros partidos “bolcheviques”, de “foquista”,
refiriéndose a la estrategia guerrillera que devino en la revolución
cubana. Esta tendencia se reclamará de guevarista, asumiendo la
concepción y el recorrido del insigne guerrillero Ernesto “Che”
Guevara. No olvidemos que es el PC de Cuba el que se constituye en
el poder y el que imprime su concepción bolchevique a las
transformaciones realizadas en la isla del Caribe, claro que
combinadas con la tradición guerrillera recogida, asumida y teorizada
por el propio partido. De todas maneras, lo que llama la atención son
tantos bolchevismos que, en vez de unirse, por lo menos para
efectuar la “revolución”, se esmeran por diferenciarse como
vanguardia respecto de los otros, calificados de revisionistas o
“ultras”.
122122
Nahuel Moreno (1924-1987). Teórico trotskista argentino. Organizador del Secretariado
Latinoamericano del Trotskismo Ortodoxo (SLATO) y luego de la Liga Internacional de los Trabajadores -
Cuarta Internacional (LIT-CI).
220
entonces ante un síntoma alarmante del imaginario esquemático y
maniqueo “leninista”. ¿Cómo explicar este fenómeno? ¿Cuáles fueron
sus incidencias y repercusiones en las luchas sociales?
221
extremo de minúsculos partidos, que no han perdido la certidumbre
en ser los portadores de la gran revolución mundial. Este estilo de
“bolchevismo” ha debilitado las fuerzas, ha ocasionado también
divisiones en el proletariado, ha empujado a fracasos políticos, a
pesar de los grandes esfuerzos de las masas, de las multitudes, del
proletariado, de los pueblos. Por otra parte, este estilo “leninista” los
ha aproximado al imaginario frenético de la revolución inminente, en
cualquier circunstancia, más o menos conflictiva, alejándolos de una
información y comprensión adecuada de la historia efectiva, las
coyunturas y contextos concretos.
123
Revisar de Etiene Balibar Dictadura del Proletariado.
223
no resuelve el problema mayúsculo, que se encuentra en la matriz
del problema; no resuelve el problema del poder.
224
mandar obedeciendo, apropiado y usado por otros de manera
demagógica, sin comprender que el sostén del enunciado es un
conjunto de prácticas participativas y éticas. El zapatismo enseña a
romper las jerarquías, las representaciones y delegaciones
consabidas, los egos inflamados, aceptar humildemente y
pacientemente la construcción deliberada de la decisión comunitaria.
El logro de las autonomías indígenas, la realización integral de estas
autonomías, sobre todo en la constitución de sujetos comunitarios,
solidarios, complementarios, recíprocos, es ya una victoria sobre el
Estado y el poder.
124
Ver de Raúl Prada Alcoreza Conservadurismo recalcitrantes. Bolpress, La Paz 2013; Rebelión, Madrid
2013; Dinámicas Moleculares, Horizontes nómadas; La Paz 2013.
225
comunidades zapatistas lograron no solo ejercer la autonomía y el
autogobierno, la gestión territorial, la gestión social y la gestión
comunitaria, de manera ejemplar, conformado sus entramados
sociales comunitarios, su “economía” complementaria, su educación
desescolarizada, su política de mandos rotativos y asambleístas, la
constitución de subjetividades auto-determinantes. Hay que aprender
del zapatismo a liberar la potencia social de-construyendo
sistemáticamente las formas y los perfiles del poder.
La re-insurrección zapatista
226
recursos técnicos y políticos, convoca a trabajar en la diócesis a
grupos militantes maoístas Unión del Pueblo y Línea Proletaria que
ofrecen los recursos técnicos y políticos necesarios para la
organización campesina de carácter regional y para la negociación
con el estado. La forma de organización ejidal impuesta por el
gobierno, es asumida por grupos de colonizadores indígenas y
mestizos organizados como el soporte jurídico oficial que permite una
organización comunal recreada. Los protozapatistas mestizos de las
FLN se incorporan a esta dinámica y establecen, luego de un
prolongado trabajo clandestino de infiltración, una alianza con los
dirigentes indígenas formados en ese proceso, de su conjunción se
constituye en 1983 el EZLN.
125
Nicté Fabiola Escárzaga: La comunidad indígena en las estrategias insurgentes de fin del siglo XX en
Perú, Bolivia y México. Tesis de Doctorado en Estudios Latinoamericanos Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM.
227
En lo que respecta a la caracterización de las condiciones
histórico-sociales-económicas y culturales donde va emerger la re-
insurrección zapatista, Escarza las describe da la siguiente manera:
126
Ídem.
228
es constitutivo de la memoria mexicana; sobre su cadáver, sobre su
asesinato y traición, se erige el Estado mexicano. La institucionalidad
del Estado-nación va poner la primera piedra imaginaria en este
general campesino, enterrado para construir precisamente el Estado.
Los muertos sirven para eso, para ocupar el lugar del origen de los
que vienen. Sin muertos no hay nación, no hay sociedad, no hay
Estado. Cuando los zapatistas de la selva lacandona retomaron el
nombre del origen, removieron los cimientos imaginarios del Estado.
Cuestionaron su legitimad, la del Estado; esta legitimidad estatal se
encuentra cuestionada por otra interpretación del origen; nacimiento
convocado para continuar la guerra, no sólo agraria, sino también
indígena, descolonizadora.
229
institucionalidad estatal coagulada. La respuesta fue de una violencia
descomunal; se optó por el asesinato masivo, así como se había
optado por la traición y el asesinato de Emiliano Zapata, para acabar
con la revolución agraria y reducirla a una reforma agraria
institucionalizada y controlada.
231
en las subjetividades, en el desenvolvimiento comunitario, en
distintos planos, hablan de la fortaleza de la “estrategia” zapatista.
232
la autodeterminación, autogestión y autonomía comunitarias. Lo
principal son las transformaciones constantes, aunque sean
imperceptibles, a veces.
233
desatadas en este siglo, que Alain Badiou llama ultimatista, en las
periferias del sistema-mundo capitalista.
234
condiciones chinas, va a ser un instrumento de análisis y de
interpretación apreciable para descifrar las claves del mundo de los
ocupantes, el llamado modo de producción capitalista. Arma con la
que no contaban los guerreros del cielo celeste. Empero, llama la
atención la represión consciente, en sentido psicoanalítico, de los
marxistas chinos, de este substrato cultural, de la memoria larga
china, a pesar que será el mismo ejército rojo que recorra casi el
mismo decurso de la larga marcha de los Tai-ping, recogiendo
simbólicamente las armas enterradas en aquella época inicial. Estos
contrastes, estas contradicciones, nos muestran los intensos síntomas
de las experiencias acumuladas en las memorias de los pueblos, en
este caso de las periferias de este sistema-mundo capitalista.
235
rusa. Pues faltaría explicar la fuerza de irradiación de la “ideología”,
que no puede hacerse sino por su propia arqueología. El marxismo
ruso también ha escondido una de sus matrices culturales, el
populismo ruso, si se quiere la concepción política y teórica de la vía
campesina, diríamos hoy, rusa. Se produce la misma represión
consciente, como en el caso chino, de este substrato politico-cultural,
sobre todo en los bolcheviques, que son los que más van a develar
esta proximidad.
127
Maksim Kovalevsky: ‘Obshchinnoe Zemlevladenie’ (Posesión comunal de
la tierra).
236
alteridad a la vía occidental, en esa transición dramática del
comunismo de guerra, después de la ruta contrastante de la NEP,
para volver a un comunismo militarizado, que no era otra cosa que la
concentración de fuerzas y voluntades para la realización de la
revolución industrial militarizada, idea compartida tanto por Lenin,
Trotsky y Stalin.
237
bolcheviques, principalmente de Lenin, respecto de la herencia
populista, en relación a sus interpretaciones sobre el particularismo
ruso, diferenciándose de su opción campesinista, los bolcheviques, en
la práctica, manifestaron efectivamente portar esta herencia. Las
tesis orientales que postulan la alianza obrero campesina como
articulación revolucionaria en la transición al socialismo, combinando
tareas democráticas y socialistas, basados en la teoría del desarrollo
desigual y combinado, hablan de ello, confirman compartir
“inconscientemente” esta herencia. Mucho más cuando en la práctica
se impone el comunismo de guerra, en plena guerra civil, se convoca
a los campesinos pobres a combatir a los campesinos ricos. Si
terminan instalando koljoz, que no tiene nada de campesino, sino es
la “revolución industrial” llevada al campo, es porque la emergencia
de la crisis alimentaria en las ciudades les obliga ello, adelantándose,
aunque hubieran tenido en mente hacerlo en algún momento del
“desarrollo de las fuerzas productivas”.
238
bolcheviques están más próximos, de los que consideran, de los
populistas rusos. Lo mismo ocurre con la historia de las otras
revoluciones dadas en la modernidad, temprana, media y tardía. Las
teorías no son “verdades”, en su sentido absoluto, son instrumentos
provisorios para resolver problemas, no solo de interpretación y
explicación, sino, sobre todo, para la acción y las prácticas. Que se
haya autonomizado la teoría y se la haya convertido en la mirada
privilegiada, lugar desde donde se ordenan los hechos, como si
tuviese vida propia, es un fenómeno, por así decirlo “ideológico”, un
fetichismo de la teoría. Esto ocurre particularmente en las teorías
llamadas “revolucionarias”. Llama la atención que ocurra
patentemente, fehacientemente y excesivamente, en el marxismo,
que es donde se ha desarrollado la teoría de la “ideología”, aunque
esta se haya circunscrito al fetichismo de la mercancía y no haya
expandido su acierto a la economía política generalizada.
239
El Plan de Ayala dispone la devolución inmediata de las tierras a
las comunidades, usurpadas por los hacendados en los gobiernos de
Porfirio Díaz. La devolución se la arrancaba con las armas en la mano
y ocupando tierras. Se planteaba la indemnización de las tierras con
la tercera parte del valor, colocando al hacendado en la situación de
que él debería demostrar ante los tribunales que la tierra les
pertenecía, pues ya eran reconocidas de hecho como propiedad de las
comunidades por el Plan de Ayala, validando la toma de tierra. La
aplicación del Plan de Ayala significaba la conformación de lo que hoy
llamaríamos territorios liberados; el establecimiento de milicias, es
decir, un ejército popular, inmediatamente ligado a las comunidades;
la construcción desde “abajo” de una forma política, si se quiere, de
una forma de Estado. ¿Un Estado campesino? Es esto lo que hay que
discutir. Es problemático aceptar la tesis de Adolfo Gilly, de que los
zapatistas, de entonces, estaban entre el Estado burgués o el Estado
proletario; en el periodo, ausente como propuesta política, pues el
proletariado no estaba organizado como partido. Esta, obviamente,
es una tesis bolchevique128. No por tal incorrecta, sino que, a luz de
las teorías críticas del Estado, desprendidas de las dramáticas
experiencias “revolucionarias” y de las experiencias restauradoras
pos-revolucionarias, es difícil sostener este dilema simple entre dos
opciones contrastadas, sostenidas en el papel histórico, atribuido a
dos clases “fundamentales” del modo de producción capitalista.
240
especie de fatalidad histórica; por otra parte, bastante reducida,
bastante simple. Esta concepción de la historia no solamente es
lineal, no solo es racionalista, en el sentido de la astucia de la razón,
sino que ya tiene resuelto de antemano los problemas que debe
resolver. No se trabaja la historia como espesor de posibilidades,
menos como combinación abierta y composición desenvuelta de
singularidades. No se responden a las preguntas cruciales: ¿Qué
significaciones, qué implicaciones, tienen las insurrecciones
campesinas? ¿Cómo explicar que las llamadas revoluciones socialistas
proletarias se hayan dado en países de mayoría campesina? ¿Qué
clase de formación social es la campesina? ¿Cuál es su racionalidad,
ahora si racionalidad en el sentido de estrategias, inherente, en su
relación con otras formaciones de las sociedades, con el mercado, con
el capital, con el Estado? Tratar de comprender la insurgencia
campesina desde el telos proletario ya es un sesgo grande, acallando
al “sujeto” en cuestión, el campesino. También situar al campesinado
como un bloque, más o menos homogéneo, siempre subordinado, al
la nobleza, a los terratenientes, al mercado, al capital, a las
ciudades, al Estado, es mirar al campesinado panorámicamente,
desde las cumbres de la sociedad compacta. Llama la atención que no
se haya considerado las formaciones campesinas desde sus
articulaciones internas, desde sus potencialidades y posibilidades129.
Entre los pocos que lo hicieron, se encuentran los populistas rusos.
241
hacendados y empresarios, que, a vez, se afincan sobre la tierra
comunal, expropiándola, que consideran que así se enriquecen, lo
que es cierto, despojado a la gente que califican de improductiva, no
dejan de ser también mediaciones en el decurso de la acumulación
del capital. El Estado también, de alguna manera, lo es, una
medición. El capitalismo requiere de azúcar para llevarlo al mercado
internacional, en tanto que el mercado nacional requiere bienes
alimenticios para nutrir a la población de las ciudades. Desde esta
perspectiva, la propiedad comunitaria es desdeñable; la vulneración
de derechos comunitarios se puede interpretar de otra manera, se
puede establecer otras leyes que lo permitan. Esta legitimación de la
violencia expropiadora es tarea fácil en un Estado, en gobiernos, al
servicio del capital.
130
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Devenir y dinámicas moleculares. Dinámicas moleculares; La Paz 2013.
243
Dibujando un mapa de la distribución de fuerzas y tendencias
en el campo configurante de la revolución mexicana, en sus etapas
iniciales, vemos que por el norte campesinos y pequeños propietarios
se levantan contra el Presidente Madero por el incumplimiento de
promesas y acuerdos, denunciando patentemente su alianza con las
familias porfiristas derrocadas. El levantamiento campesino en el
norte, particularmente en Chihuahua, tiende a un reconocimiento de
la propiedad privada familiar. En el sur, en cambio, las comunidades
campesinas levadas en armas, al principio en Morelos, después
extendiéndose a los estados vecinos, exigían el reconocimiento de las
propiedades comunitarias, lo que implicaba el reconocimiento de
formas de propiedad combinadas, comunes y privadas. En el centro,
no sólo geográfico, sino político, no sólo en la capital federal, México
distrito Federal, sede del gobierno federal, sino en el centro del
campo burocrático, institucional y militar, los caudillos se disputan la
representación presidencial, la silla de gobierno, el matiz y el perfil
personal. Huerta, general de Madero, hace un golpe al presidente que
lo acababa de designar para defender el gobierno y atacar a los
golpistas que habían tomado el edificio de la Ciudadela, cuartel y
almacén de la zona central de la Ciudad de México 131. Cuando el
gobierno es derrocado, da la orden de fusilamiento del derrotado
presidente y de su vicepresidente. Con la llegada al poder de Huerta,
la sublevación campesina no se detiene sino que se extiende, ahora
contando con el legendario Francisco Villa como jefe de la insurgencia
en el norte. El gobierno de Estados Unidos, preocupado por la
extensión de la sublevación en el país vecino del sur, apoya el golpe
de Huerta buscando, el retoro institucional y del comercio. En este
panorama del campo social y del campo político en crisis, la
composición de fuerzas que escapa redituar lo mismo, el círculo
vicioso del poder, es la que corresponde la insurgencia campesina
bajo el liderato de Emilio Zapata.
131
Ver de Adolfo Gilly La revolución ininterrumpida. Ob. Cit.; pág. 84.
132
Ver de Liborio Justo Bolivia: La revolución derrotada. También, del mismo autor, Estrategia
Revolucionaria; Buenos Aires, 1957. Entre otras obras tenemos a Nuestra patria vasalla y Pampas y
lanzas.
244
refiriéndose a la revolución boliviana de 1952. De acuerdo a la teoría
de la revolución permanente, las revoluciones proletarias y donde
interviene el proletariado, deben concluir en una revolución socialista.
Entonces, desde la perspectiva de la teoría, la revolución de 1952 es
una revolución inconclusa, pues no ha devenido socialista. El
“paradigma” para hacer esta interpretación de lo acaecido con la
insurrección de abril de 1952 es la revolución rusa de 1917. El
paradigma, no solamente contempla la transición, la conversión de la
revolución democrática en una revolución socialista, sino también, el
papel protagónico del partido del proletariado. Basándonos en lo que
dijimos más arriba, esta interpretación corresponde a la exégesis de
la voluntad revolucionaria. No vamos a caer en la discusión, también
maniquea, de si esta interpretación es “subjetiva” u “objetiva”,
realista o utópica, pues, ¿en qué teoría, en qué ciencia, en qué
interpretación, en qué “representación”, no interviene el “sujeto”? La
“objetividad”, como dice Karl Popper, es un acuerdo intersubjetivo133.
La interpretación por la voluntad revolucionaria es una forma de
saber, una de las formas del saber activista. El activismo accede a la
“objetividad”, mejor dicho, construye la “objetividad,
hegelianamente hablando; es decir, la construcción del concepto, por
intervención de la acción. Se trata de un saber que logra un
conocimiento de mayor profundidad, que el conocimiento
pretendidamente alejado del compromiso, hablamos de la pose de
“neutralidad”, pues accede a palpar, a la sensibilidad, de las
dinámicas sociales. Si bien este saber activista emplea la teoría
voluntariamente o, si se quiere, produce una teoría voluntarista, la
acción que desprende no está exenta de teoría. El problema no es
éste, sino, que determinado tipo de saber activista, teleológico, ha
transferido la voluntad, el deseo, proyectándola en la conjetura de la
astucia de la razón, de las leyes de la historia, ocasionando,
paradójicamente, algo inverso a lo que se buscaba. Se anula o inhibe
la capacidad creativa de la voluntad, pues se actúa según las leyes
“objetivas” de la historia.
133
Ver de Karl Popper Lógica de la investigación científica. Tecnos; Madrid.
245
que ha fallado son las condiciones “subjetivas”; el partido
revolucionario, no ha podido ayudar a pasar al proletariado de la
consciencia en sí a la consciencia para sí. Se trata no sólo de un
discurso teleológico, sino de un una evaluación voluntarista que
busca las fallas en la “ingeniería” insurreccional, en la “ingeniería”
bolchevique. De ninguna manera se trata de descalificar estos
discursos, ingresando, por otro lado, al esquematismo maniqueo,
sino de comprender su episteme, su formación enunciativa, así como
también, sus prácticas de poder.
246
Lechín Oquendo. El golpe militar se transformó en una insurrección
victoriosa.
247
levantan barricadas en cada esquina que se nutren de cada vez más
y más trabajadores.
Se amplifican las milicias, de a poco van dejando de
ser exclusivas del MNR. Las patrullas revolucionarias -que se
improvisan en el mismo instante de la lucha-, prácticamente van al
combate sin disciplina y mal armadas, contra el ejército. Pero se
combate con heroísmo y alta moral revolucionaria y de querer acabar
con el gobierno, de años de represión, censuras y mentiras.
Las milicias se organizan para asaltar las armerías y con éxito
saquean la plaza militar de Antofagasta. Se combate incesantemente,
se derrama sangre y hay muertos de ambos bandos, pero ni siquiera
hay tiempo de recoger los cadáveres. El Gral. Ballivián, desesperado,
llama a todas las tropas más cercanas a la capital a sofocar el
levantamiento que pronto llegarían al rescate.
A través de las radios la noticia de los acontecimientos en la
capital, se expande como un rayo por todo el país. Mientras tanto,
empiezan los preparativos en los campamentos mineros que acuden
al socorro del levantamiento y pronto lo harán suyo. Dunkerley nos
comenta que:
“En términos netamente militares, los rebeldes estuvieron en
franca desventaja en abril de 1952. Empero, conviene no olvidar que
un ejército de conscriptos, solamente tiene ventaja marginal ante un
grupo de civiles armados cuando muchos de éstos tienen
entrenamiento militar y mayor decisión que los jóvenes y nerviosos
reclutas estrictamente comandados. Este factor indudablemente fue
esencial la noche del 10 de abril, cuando una luna llena anuló
totalmente la superioridad lograda por el ejército al ordenar un corte
de energía eléctrica en toda la capital. A medida que descendían las
columnas de El Alto y subían desde Miraflores y San Jorge, las tropas
tomaron conciencia de que los trabajadores fabriles organizados en
grupos guerrilleros maniobraban mejor que ellos por su mayor
conocimiento del terreno y porque en su mayoría, obraban por
iniciativa propia134.”
La decisión y valentía de los obreros fabriles, influye en el
enemigo: muchos reclutas se rinden voluntariamente, otros se pasan
del lado de la revolución, pero la gran mayoría empieza a
desmoralizarse.
A la mañana siguiente, el 10 de Abril, los combates no cesan,
las patrullas revolucionarias van por todo y por todos sus enemigos.
Es ahí cuando hacen su entrada los mineros de Milluni, armados de
fusiles y cartuchos de dinamita, atacan sorpresivamente a la
retaguardia del ejército. El pánico se apodera de los soldados.
134
Dunkerley James (2003). Rebelión en las venas. La Paz; Plural.
248
Mientras tanto en Oruro las jornadas de abril son realmente violentas.
Los regimientos Ingavi, Camacho y Loa, fueron derrotados por las
milicias mineras y el pueblo luego de intensos combates.
Lo auténticamente heroico se da cuando los mineros de Milluni,
vencen a las fuerzas del Regimiento ‘Camacho’, toman la estación de
tren de El Alto, se apoderan del mismo y se siguen repartiendo armas
y municiones entre los pobladores. Arrojan dinamita a lo que queda
del ejército, ya sin mando militar, en franca retirada. En La Paz se
reinician el avance hacia La Ceja, pegados al cerro, reptando, desde
cuya cima los soldados aún disparan135.
Una de las conclusiones descriptivas del texto expresa los
resultados:
Para el 11 de Abril, siete regimientos profesionales de las
FFAA son vencidos. Queda claro, que el gran vencedor de las
jornadas de Abril: es la clase obrera, que con su intervención,
logró quebrar en dos al ejército, ganando a un sector del
mismo para la revolución.
Siguiendo con la narración, se continúa con una cita:
Veamos como caracteriza Guillermo Lora a la clase obrera en
este periodo:
“La combatividad explosiva del proletariado boliviano es
excepcional y denuncia la influencia campesina (cuya historia está
llena de actos de heroicidad incomparable y de actos sanguinarios).
Su extremada juventud (no solamente por haber aparecido
recientemente, sino por la excepcional juventud física de sus
miembros, cuyo promedio de vida no alcanza los 30 años) es otra de
las causas de esa combatividad. Nuestros sindicatos no presentan
capas aristocráticas, formadas por el pago de salarios preferenciales y
por la concesión de una serie de privilegios, lo que hay es una
especie de nivelación en la miseria136.”
Y mas adelante caracterizando el proceso abierto y el lugar que
le toca al MNR en el poder dice:
“El MNR se vio a la cabeza de un movimiento motorizado por el
programa que le era totalmente extraño (…) Dos eran, pues, los
objetivos inconfundibles de la revolución, desde el primer día, y se
puede decir que sintetizaban las aspiraciones nacionales y toda la
historia del movimiento revolucionario: la liquidación del latifundio
135
http://tintarojablog.wordpress.com/2012/12/19/historia-y-lecciones-de-la-revolucion-boliviana-
parte-2/ http://tintarojablog.wordpress.com/2012/12/08/historia-y-lecciones-de-la-revolucion-
boliviana-parte-1/
136
Lora Guillermo (1978). Contribución a la historia política de Bolivia. La Paz; ISLA.
249
(vale decir del gamonalismo como sistema) y la nacionalización de las
minas137.”
El día 15 de abril Víctor Paz Estensoro vuelve del exilio en
Buenos Aires y asume como presidente “prisionero de las masas”,
dependiendo del apoyo de los sindicatos y “ministros obreros”. Las
milicias obreras armadas, todavía son dueñas de la ciudad de La Paz
y en varios centros mineros como Oruro, los trabajadores, también
permanecen armados. Todos los sindicatos en las grandes minas
asumen elementos de “control obrero” de la producción y se da una
situación de “doble poder”. Decimos doble poder, porque el 17 de
abril se funda la Central Obrera Boliviana, a lo que como Liborio
Justo, la caracteriza como un “soviet” (que en ruso, significa
“consejo”).
Veamos con que mecanismos el MNR en el poder, que sube con
“traje prestado”, es decir con un léxico político “revolucionario” y
“progresista” cuyo verdadero objetivo es reconstruir el Estado
burgués, las FFAA y la policía para volver a la normalidad burguesa, o
sea, a la explotación cotidiana de la clase obrera, y por ende, a
frenar la revolución. Justo nos comenta que:
“A las pocas semanas del 9 de abril, el “prisionero del Palacio
Quemado”, se dio maña para postergar la nacionalización de las
minas, principal demanda del pueblo de Bolivia, apelando al
subterfugio de designar una comisión que estudiara el paso y
dictaminara al efecto, paso en el que tuvo la colaboración de la
burocracia del Lechín, y este hecho, capital en el propósito de frenar
la revolución, produjo un detenimiento del ritmo con el que se
manifestaba el fervor de la masa, siendo aprovechado por el
oficialismo para tomar medidas que señalan el comienzo de la
contrarrevolución. Y tales medidas se orientaron, desde el primer
momento, hacia la destrucción de la democracia sindical y la
burocratización del poder adversario: la COB, y para eso contó con la
activa colaboración del estalinismo138.”
Mientras los obreros desfilaban en las calles de la capital, y
hacían gigantescas asambleas, con el fusil al hombro, querían
convertir a cada fábrica, mina y unidad productiva en una trinchera
de la revolución. El MNR, empieza a transformar a las milicias en
exclusivas de su partido y bajo su dirección y disciplina. En este
sentido Liborio Justo, plantea otro mecanismo para desactivar la
revolución en lo que respecta al sufragio universal:
“La concesión del voto universal, establecido por decreto el 21
de julio de 1952, con lo que se ponía fin al voto calificado que había
existido hasta entonces, el que dejaba al margen de las urnas a los
137
Ibídem. También ver, del mismo autor, Historia del movimiento obrero. La Paz; Amigos del Libro.
138
Justo Liborio (2007. Bolivia: La revolución derrotada. Razón y Revolución; Buenos Aires.
250
analfabetos. La concesión del voto universal , que en otras
circunstancias hubiera significado una medida altamente progresiva,
tenía un sentido muy distinto en el momento en que se decreto,
primero, por ya existía en los hechos una voluntad universal que se
expresaba por conducto más efectivo de los sindicatos y de las
armas, y para manifestar la cual ya se había dejado sin efecto la
discriminación alfabética , y el llamado a las urnas en estas
circunstancias solo trataba de distraer al pueblo del camino que
llevaba e ilusionarlo para que obtuviera con los votos lo que ya había
obtenido con las balas; y , segundo , porque con el camino electoral
se trataba de ahogar al proletariado bajo la masa del
campesinado139.”
Otra de las cuestiones, que el MNR hace para frenar el
movimiento iniciado el 9 de Abril es, el desmantelamiento del control
obrero de la producción. Aquí también lentamente se vuelve a la
“normalidad” del trabajo a reglamento convencional. Finalmente
Liborio Justo da cuenta de la medida más importante de esta política:
“La medida contrarrevolucionaria mas importante tomada por el
gobierno del MNR fue la reorganización del Ejército, que había sido
disuelto y desarmado por el pueblo, decretada el 24 de julio del 1953,
y la reapertura del Colegio Militar. El pretexto fue la necesidad de
crear el Ejército de la Revolución Nacional, embebido en el espíritu de
la misma, cuyas filas estarían abiertas a la clase obrera, y a pesar de
la decidida animadversión del proletariado a la adopción de tal
medida, manifestada en numerosas decisiones al respecto, la propia
dirección de la COB, con Lechín al frente, coadyuvó en dicha
tarea140.”
Será recién el 31 de Octubre de 1952 el día donde Víctor Paz
decreta la nacionalización de las minas, en términos burgueses y
pactando con los “barones del estaño” garantizándoles una suculenta
indemnización.
Nótese como se tarda tanto tiempo, con una dirección burguesa
como la del MNR en tomar medidas urgentes por las que se derramó
tanta sangre. Es muy grande la diferencia si comparamos los
decretos firmados por Lenin ni bien se hacen cargo del poder en
Octubre de 1917: el decreto de la Paz y el de la reforma agraria.
Tardo menos de una hora en proponer la firma de ambos decretos en
el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, irradiado por el calor
mismo que generó haber tomado el poder para los trabajadores,
soldados y campesinos el 25 de Octubre de 1917.
Y el 2 de Agosto de 1953 el gobierno dicta la reforma Agraria
para canalizar en los marcos legales burgueses la insurgencia rural,
139
Ibídem.
140
Ibídem.
251
que desde hacía un año antes, se expandía por todo el altiplano y el
valle cochabambino. Ya para los años 1954-55 el gobierno
se estabiliza, asume rasgos más de derecha, abandona
progresivamente el léxico “revolucionario” y “progresista”. Con este
giro a la derecha, va desapareciendo el poder dual en el movimiento
obrero y campesino.
Hacia Junio de 1956 hay elecciones generales, gana el MNR y
asume el nuevo presidente Siles Suazo, con Ñuflo Chávez como
vicepresidente. El nuevo gobierno profundiza el acercamiento a
EE.UU. y lanza una ofensiva contra la COB y los obreros. Esta
situación represiva, caracterizada por la ausencia cada vez más
marcada de las grandes movilizaciones armadas de los trabajadores,
se lleva a cabo con la cooptación de los dirigentes de los sindicatos
campesinos.
Para despejar dudas de este giro represivo, ya en 1960, entre
el 22 y 24 de enero, se produce la masacre de Huanuni: el combate
entre los mineros y los comandos movimientistas duró tres horas y
cayeron 12 muertos y 32 heridos (entre ellos mueren tres militantes
del POR). En este mismo año se inicia la segunda presidencia de Paz
Estensoro, con Juan Lechín como vicepresidente141.
141
http://tintarojablog.wordpress.com/2012/12/19/historia-y-lecciones-de-la-revolucion-boliviana-
parte-2/ http://tintarojablog.wordpress.com/2012/12/08/historia-y-lecciones-de-la-revolucion-
boliviana-parte-1/
252
socialista? ¿No hay otras vías posibles? ¿No es que la revolución es la
manifestación catártica de la crisis del poder, estructura de
dominaciones que renace, como el ave fénix de sus cenizas,
resolviendo su crisis, incorporado a los “revolucionarios” a su seno?
142
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Devenir y dinámicas moleculares. Dinámicas moleculares, La Paz 2013.
253
la historia política, que hace como de memoria sedimentada y
estratificada, en constante recomposición y combinaciones, jugando
con la comprensión variable de los acontecimientos, estamos
empujados a la crítica, no solo de los actores del presente, no solo de
sus discursos de legitimación, no sólo se sus pretendidas teorías, que
los amparan, sino también toda pretensión teórica, que se situé como
si estuviera fuera del acontecimiento, como si no formara parte de él.
Lo importante es comprender que la teoría no es más que una
herramienta; como una linterna, alumbra, enfoca, saca de la
“oscuridad” la plural diferencia radical oculta. Lo importante de esta
iluminación es tanto lo que muestra como lo que no logra mostrar, lo
importante es la “relación” que se establece con “aquello”, que se
ilumina y no se ilumina, que se muestra y se oculta. Esta relación es
la experiencia. La condición de posibilidad misma de la iluminación,
de la mirada lograda, se encuentra en la experiencia. Lo que hay que
descifrar no es la teoría, que es una herramienta para descifrar, sino
los nudos, los hilos, las redes, los tejidos, las tramas, de la
experiencia.
254
intención de desentrañar algo de las complejidades del
acontecimiento presente. Nuestro primer movimiento no deja de ser
teórico, empero, en el sentido de uso crítico de la teoría, para orillar
el umbral de la experiencia social, de la que formamos parte, pues
somos una minúscula parte de ese proliferante saber práctico de la
experiencia social. Todas las mónadas de la experiencia reciben,
como en un holograma, la información no decodificada de la
“modalidad” dinámica de la experiencia. De lo que se trata es de
descifrar esa información, que no nos llega por signos, ni símbolos,
sino por formas de la experiencia, lo que llamaremos expemas,
palabra que combina experiencia y forma. Dejaremos la exposición de
las tesis sobre estas formas de la experiencia para un ensayo
temático, para una exposición teórica sobre el tema. Por el momento,
nos basta señalar la diferencia de la memoria, constituida por la
experiencia, y las expresiones discursivas y simbólicas. Nos
concentraremos, en lo que dijimos, en un acercamiento al umbral de
la memoria de la experiencia social.
Primera aproximación
256
marchas por la defensa de la hoja de coca, de parte de los
productores de coca, tanto del Chapare como de Yungas143. En este
conjunto de movilizaciones, que hemos llamado focalizadas y
sectoriales, no todas son locales y circunscritas. La marcha de los
mineros, la marcha indígena de tierras bajas y las marchas cocaleras
son de magnitud, podríamos decir de impacto nacional.
143
A propósito de las marchas cocaleras, en Movimientos sociales y Estado escribimos lo siguiente:
Sobresale en estas marchas, por su dramatismo, el recorrido de las mujeres del Chapare a la sede de
gobierno; las coraleras burlan los puestos del ejército y llegan a la ciudad de La Paz, desplegando un
magistral juego de tácticas territoriales. Comuna; La Paz. Dinámicas moleculares; La Paz 2003.
257
las clases explotadas y la nación dependiente. La caída de la UDP va
traer como consecuencia la llegada al poder, después de las
elecciones de 1985, de una coalición de derecha, llevando a la
presidencia a nada menos que a Víctor Paz Estensoro, quien
comienza el ciclo de políticas neoliberales, con un paquete de
medidas de shock, conocido como el decreto 21060, para detener la
hiperinflación. Este gesto político borra con el codo lo que se había
escrito con la mano. El hombre que había firmado la ley de
nacionalización de las minas en 1952 y la ley de reforma agraria en
1953, termina conculcando las medidas revolucionarias de aquel
entonces, entregando en su última gestión los recursos naturales y la
economía del país a las trasnacionales, en pleno desencadenamiento
de la mundialización capitalista.
258
desocupación, la virtualización de la economía, son otras señales de
los efectos destructivos del lapso neoliberal en los escenarios
nacionales. Estos efectos negativos en las condiciones de vida de la
población forman parte del caldo de cultivo de los movimientos
sociales recientes en Bolivia y en América Latina.
259
su ofensiva durante la guerra del agua, en abril del 2000, en
Cochabamba.
260
territoriales. Se suman las marchas de prestatarios, jubilados y
rentistas, además de los gremialistas y maestros. Reaparece la figura
esporádica de los épicos mineros con sus guardatojos y dinamitas,
después del motín policial de febrero del 2003. Llegamos así a una de
las cumbres de la curva de los movimientos sociales, que se sucede
en octubre del 2003. Acontecimiento conocido como la guerra del
gas. Se expulsa al gobierno neoliberal de Sánchez de Lozada y se
transita hacia una incierta transición política, después de una
sustitución constitucional. Los movimientos sociales viven una
especie de reflujo, expectando y esperando el cumplimiento de
medidas favorables, durante el gobierno de transición de Carlos
Mesa, quien fuera vicepresidente del anterior presidente expulsado
por una insurrección urbano-rural. Se abre un nuevo horizonte
político. Los movimientos sociales imponen una agenda, la llamada
agenda de octubre, que de manera sintética se expresa en la
exigencia de la nacionalización de los hidrocarburos y la convocatoria
a una Asamblea Constituyente.
261
gobierno de transición, en medio de dos agendas, las de los
movimientos sociales y la de las oligarquías regionales, en medio de
dos fuerzas encontradas, termina colapsando. El presidente renuncia.
Este hueco en la presidencia obliga a una segunda sustitución
constitucional, que trata de ser aprovechada por la derecha para
imponer un gobierno de acuerdo a sus intereses. Conspira para
imponer una sustitución constitucional que llegue al presidente del
Congreso, Hormando Vaca Diez, hombre plenamente afín a los
intereses de la oligarquía y de las trasnacionales. Empero, como
saliendo de su letargo, los sectores populares reaccionan ante esta
embestida, vuelven a tomar el territorio nacional y las ciudades
importantes del país. La lucha esta vez se sucede en todo el
territorio, trasladándose gran parte del conflicto al oriente, a Santa
Cruz de la Sierra, donde concentraciones multitudinarias de colonos,
campesinos e indígenas, bloquean por el norte y el sur a la ciudad de
la sierra. Sin embargo, el desenlace de este conflicto, que parecía
prosperar hacia una guerra civil es la capital del país, Sucre. El
Congreso se traslada a Sucre para poder sesionar, escapando de la
sede de gobierno, la ciudad de La Paz, que se encontraba
completamente convulsionada. Una vez arribados los parlamentarios
a Sucre, la capital es tomada por los movimientos sociales. Los
ayllus, los sindicatos campesinos, los maestros, organizaciones
cívicas y de estudiantes toman Sucre en la mañana, llegan en la
tarde los mineros, quienes dan un ambiente de mayor beligerancia,
enfrentándose con dinamitas a la policía. Llegan con un muerto en el
haber, después de un enfrentamiento con el ejército, en las cercanías
de la ciudad. El ambiente se encuentra completamente caldeado. En
estas circunstancias, ante una gigantesca expansión del movimiento
social, ante la evolución intensiva de los eventos, el desenlace no se
deja esperar. El movimiento social detiene en seco la conspiración de
la derecha. El resultado es otra sustitución constitucional, esta vez en
la persona del presidente de la Corte Judicial, Eduardo Rodríguez
262
Velzé. Ingresando con esto a una nueva coyuntura electoral, plagada
de la huella de seis años de luchas sociales. Se llega a un acuerdo
político, las elecciones deben garantizar la Asamblea Constituyente y
el referéndum autonómico.
263
En Bolivia esto tiene que ver con el crecimiento del Movimiento hacia
el Socialismo (MAS). Otra característica, que parece ser particular de
los países con presencia demográfica indígena, es el
condicionamiento de la complexión cultural multinacional. Esto exige
pensar la democracia en el contexto de las demandas de las
nacionalidades, identidades colectivas y pueblos indígenas. Tomando
en cuenta, por el momento, estas tendencias y estas características
de los movimientos sociales, se observa también, que quizás debido a
la rápida evolución de los acontecimientos, el desplazamiento de las
luchas sociales no termina dibujando el perfil de los sujetos sociales,
no termina de conformar un contenido político, no se culmina en un
proyecto político. Se viven las circunstancias como vienen,
improvisando y con propuestas inacabadas. Por esta razón es
indispensable, construir espacios de deliberación y reflexión
colectivos, que permitan consolidar lo ganado en términos de un
intelecto general autonomizado, en el diseño de un proyecto político
compartido144.
144
Raúl Prada Alcoreza: Movimientos sociales y Estado. Ob. Cit.; págs. 1-6.
264
Desde esta perspectiva “geológica”, usando la metáfora como
“geología” social-política, vemos que todos los planos de intensidad
comprenden un espesor de planos de intensidad. El plano de
intensidades de la movilización prolongada se pliega y despliega
sobre ese espesor histórico-social-político. Un plano de intensidad no
se da solo, aisladamente, como si no tuviera nada que ver con los
otros planos de sedimentación y des-sedimentación. Esto no podría
tener lugar. Al respecto llama la atención las interpretaciones que
hacen un corte, sólo retoman la temporalidad de este plano de
intensidades de la movilización prolongada, como si la historia
hubiera comenzado recién. Este mismo corte se produce tanto en
quienes hacen apología del gobierno, así como en quienes
descalifican al gobierno como a todo el “proceso de cambio”. Desde la
izquierda tradicional opuesta al gobierno y al “proceso” se considera
que este plano de intensidades no forma parte de la historia política y
social del proletariado boliviano. El plano de intensidades de la
movilización prolongada no existe sin el espesor de planos de
intensidad histórico-social-político; tampoco el espesor de planos de
intensidades existiría sin la actualización de sus memorias en el plano
de intensidades de la movilización prolongada. Si las luchas
legendarias del proletariado minero existen, si las luchas del
proletariado y de los movimientos campesinos existen, si las luchas
indígenas existen, si las luchas nacional-populares existen, es porque
han sido actualizadas por las luchas de la movilización prolongada. El
pasado no existe como tal, como una materialidad a la que se la
puede encontrar, “viajando” en el tiempo. El pasado existe como
memoria, constantemente actualizado en un presente, que si existe
como materialidad histórica. El pasado se pliega en el espesor del
presente y se despliega en el plano de intensidades del presente.
265
experiencia nacional-popular, cuyos planos de intensidad, se pliegan
y se despliegan desde la guerra del Chaco (1932-1935) hasta 1964,
pasando por la irrupción de la revolución de 1952. A su vez, este
espesor de intensidades relativo a la experiencia nacional-popular, se
asienta sobre el espesor de intensidades de la crisis del liberalismo,
interpelado por resistencias y luchas de las comunidades indígenas,
de las organizaciones gremiales y de las primeras organizaciones
sindicales. El espesor de intensidades, que está por “debajo” del
espesor de intensidades que corresponde a la experiencia de la crisis
del régimen liberal, es el espesor de intensidades del siglo corto
inaugural de la República de Bolívar, llamada después Bolivia;
corresponde entonces al primer ciclo de crisis del Estado-nación. En
este mapa “geológico” político, debemos seguir con los espesores y
los planos de intensidad de la época colonial, sobre todo
concentrarnos en el plano de intensidades del levamiento indígena
pan-andino del siglo XVIII, por la conexión que tiene con las
resistencias y luchas indígenas en los primeros periodos de la
república, en los periodos liberales, en los periodos de las dictaduras
militares, desembocado en las resistencias anti-neoliberales y en la
movilización prolongada.
266
institucionales y culturales, de las sociedades conformadas en el
continente.
Hipótesis interpretativa
268
memoria, se hace efectiva en la gramática de las movilizaciones. Esta
escritura corporal, fáctica, pasional, desbordante, multitudinaria,
escribe una trama no resuelta. Las multitudes se conmueven y se
desplazan, abigarradamente, entre la entrega, el gasto heroico, y la
el retorno expreso del conformismo.
269
Intencionalidad
De la intelectualidad
270
poder, de los diagramas de poder, el Estado es la macro-institución
primordial de los agenciamientos de poder. Hablar del uso del Estado
es casi una ilusión; pues es precisamente el Estado, como campo
institucional, como campo burocrático, como campo politico, el que
termina usando a los “revolucionarios” y a los progresistas 145. Se
puede decir que, estando en el Estado, a la larga, “derechas” e
“izquierdas” terminan pareciéndose, pues usan la violencia física y
simbólica del Estado como aparato de represión, pues terminan
expropiando la voluntad general, las voluntades colectivas y sociales.
La dramática historia de las revoluciones nos muestra esta ruta
sinuosa. Las revoluciones cambian el mundo, el mundo no va ser lo
que era antes; empero, todas las revoluciones se hunden en sus
contradicciones. No pueden resolver el problema del Estado y del
poder146.
145
Ver de Raúl Prada Alcoreza Genealogía del Estado. Dinámicas moleculares; La Paz 2013.
146
Ver de Raúl Prada Alcoreza Reflexiones sobre el “proceso” de cambio. Bolpress, Dinámicas
moleculares; La Paz 2013; Rebelión, Madrid 2013.
271
dependiente, que es la economía extractivista y el Estado rentista.
Las diferencias que marcaban a los gobiernos progresistas,
diferencias que tienen que ver con ampliaciones democráticas,
beneficios sociales, redistribución del ingreso, terminan haciéndose
difusas, sobre todo, si consideramos, que el multiculturalismo liberal
llegó a reconocer la interculturalidad. También se hacen difusas las
fronteras cuando son los gobiernos neo-liberales los que inventaron el
microcrédito y los famosos bonos, además del uso accionario de las
AFPs; medidas que han mantenido los gobiernos progresistas.
272
imponiéndose el peso gravitatorio de un fabuloso instrumento de
dominación, vigilancia, disciplinamiento y control.
274
confundido la defensa de los procesos, defensa, que debería
corresponder a la profundización de los cambios, con la defensa de
los gobiernos progresista. Esta confusión es conservadora y hasta
peligrosa para los procesos mismos. Los procesos de cambio de los
que hablamos se han inscrito en sus constituciones políticas; los
gobiernos progresistas han vulnerado sistemáticamente sus
constituciones, sobre todo en el caso de Bolivia y Ecuador, que
cuentan con constituciones que establecen el Estado plurinacional. La
defensa de las constituciones, en estos casos, significa defenderlos
contra sus gobiernos que vulneran las constituciones. Aquí no hay
donde perderse; no se puede hablar de distinguir a gobiernos
progresistas de gobiernos de “derecha”. Usando este término tan
discutible, heredado del imaginario de la revolución francesa, es
“derecha” violar la Constitución y los derechos colectivos consagrados
en la Constitución.
276
perspectiva conservadora tiene una visión esquemática inmóvil. Hay
“derecha” e “izquierda”; dos campos estáticos, definidos por siempre,
como entidades eternas, como sustancias a-históricas, olvidando las
dinámicas políticas y sociales, fluidas y complejas. Los gobiernos, por
más que se proclamen populares, progresistas, socialistas,
“revolucionarios”, pueden devenir en gobiernos reaccionarios si es
que toman medidas represivas, antidemocráticas, inconstitucionales,
aunque lo hagan a nombre de la defensa de la “revolución”. Mucho
más aún si las medidas reproducen las mismas estructuras de
dominación polimorfas, aunque se lo haga a nombre de los indígenas,
sin consultarles, como corresponde. Lo que es un uso simbólico de la
víctima de la colonización y colonialidad. Al ocupar el lugar el lugar
del otro, en la estructura colonial mantenida, se termina siendo el
otro, el “blanco”, el dominador, el colonizador, pues al mantenerse la
estructura colonial, se hace lo que hacía el “blanco”. No se trata,
obviamente, como lo anotó Frantz Fanón, de sólo cambio de color, en
el puesto de mando, sino de ocupar el lugar, que debería haber sido
destruido y no tomado.
148
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Devenir y dinámicas moleculares. Horizontes nómadas, Dinámicas
moleculares; La Paz 2013; Rebelión; Madrid 2013.
277
proceso, cuando se escabulle la posibilidad del proceso, pues, en vez
de orientar las políticas a una deconstrucción del Estado, se orienta a
una consolidación mayúscula del Estado.
279
existencia social, así como de la vida, los ciclos de la vida, la
información genética. Estamos ante un sistema global e integral de
dominación mundial, que avanza a su unificación, comprometiendo a
estados, por más diferentes que sean y pretendan cierta soberanía,
comprometiendo todos los recursos naturales, por más
pretendidamente nacionales que aparezcan; la subsunción formal,
real y virtual de los procesos de explotación de los recursos naturales
ha llegado a formas concomitantes y de dependencia agudas, por
más propios que se declaren los recursos naturales. La acumulación
ampliada de capital, en las condiciones de este capitalismo financiero-
trasnacional-posindustrial-cibernético-mediático, ha llegado a
espeluznantes dimensiones cuantitativas, a impresionante eficacia
cualitativa, además de la asombrosa rapidez y velocidad de
desplazamientos logradas. Nadie puede decir, en estas condiciones,
que es independiente, que escapa a estas formas de dominación y
explotación del capitalismo tardío, nadie puede decir que puede
lograr un desarrollo capitalista autónomo, local, regional, propio, sea
“andino-amazónico” u otro específico. Esto no sólo es una ilusión
desdichada sino una insensatez descomedida. Por eso, pretender una
acumulación originaria local, mediante la expansión del extractivismo,
para pasar a la industrialización y de ahí a formas de soberanía
alimentaria, no es más que una ilusión al servicio de la acumulación
ampliada desbordante y especulativa del capitalismo tardío,
políticamente conformado como imperio.
280
En adelante haremos descripciones de los contextos y
coyunturas, diferenciales y análogas, en los que se encuentran los
gobiernos progresistas.
150
Francisco de Oliveira: El neo-atraso brasilero. Siglo XXI-CLACSO.
281
emergencia industrial, que no es otra cosa que el desplazamiento de
la desindustrialización del centro del sistema-mundo capitalista, que
ha optado por tecnología de punta, transfiriendo tecnología obsoleta a
las llamadas potencias emergentes. En estos lugares se ha dado lugar
a la formación de nuevas burguesías, que no tendrían nada que
envidiar a las burguesías del norte, sobre todo en lo que respecta a
su opulencia; empero este esplendor se construye sobre la base del
marginamiento, la informalización de las grandes mayorías
explotadas y dominadas, que habitan las zonas, los espacios del neo-
atraso y la pobreza repetida descomunalmente. La emergencia de las
potencias se basa en la destrucción devastadora de la naturaleza, la
ampliación de la frontera agrícola, el uso de los transgénicos. De esta
manera los costos de este progreso son demasiado altos como para
hacerlo sostenibles.
Brasil
151
Raúl Prada Alcoreza: Genealogía de la dependencia. Horizontes nómadas, Dinámicas moleculares,
Bolpress. La Paz 2011-2012.
282
Lo que acabamos de recoger, comentando el sugerente e
iluminador libro de Francisco de Oliveira, titulado El neo-atraso
brasilero, y cuya metáfora interior es la figura aglomerada del
ornitorrinco, es la caracterización que vamos a manejar para
referirnos, en general, a los países de los gobiernos progresistas,
aunque esta caracterización no solamente sea válida para estos
países sino para el conjunto de los países del continente, que forman
parte de la geografía móvil periférica, semi-periférica y central,
incluso en las condiciones de BRICs, como es el caso de Brasil.
Francisco de Oliveira usa la metáfora del ornitorrinco para configurar
el llamado desarrollo brasilero; el autor escribe:
152
Francisco de Oliveira: El neo-atraso brasileño. Los procesos de modernización conservadora, de
Getúlio Vargas a Lula. Siglo XXI, CLACSO, 2009. Buenos Aires. Pág. 144.
283
uso especulativo del capital financiero. Produciendo entonces un
endeudamiento externo e interno que caracterizan a las actuales
economías dependientes, llamadas emergentes. Este ornitorrinco
económico y social se sostiene sobre la extensa base de la
diferenciación social excluyente y marginada de la distribución de la
riqueza y el excedente, que se concentran desproporcionalmente en
la minoría poblacional de empresarios privilegiados por el monopolio
y el apoyo estatal, a la que se suman las clases medias beneficiadas
por la expansión de los servicios e impulsadas al consumo. La gran
mayoría de la población está condenada a vivir en los márgenes de
esta modernidad, pasando de ser el ejército industrial de reserva a la
masa gigantesca de trabajadores informales, proletariado nómada y
habitante de los barrios prohibidos.
153
Ibídem: Pág. 148.
284
sujeto de los derechos, sino de la realización descarnada de las
ventas y de los resultados del sistema. Se vive entonces la dramática
experiencia de la precarización, de la fragmentación, de la dispersión
y la diseminación de las formas de vida y de las formas de
organización. La realización de las súper-ganancias, la construcción
deslumbrante de las grande urbes metropolitanas, la conformación de
barrios de ensoñación y oasis paradisiacos, contando también con los
moles comerciales y de consumo para las clases medias, sólo se
pueden dar si al mismo tiempos se transfieren los costos de la
magnificencia a extensas zonas suburbanas, a expansivos entornos
de miseria, a favelas interiores o ruralidades vaciadas y detenidas en
el tiempo. El costo no sólo se materializa en los perfiles de la
marginación y la exclusión, sino también en la conformación de
mundos paralelos y periféricos154.
285
por esta razón que los debates que se dieron a finales de 1990 en
torno de Black Bloc resurgieron con toda fuerza, ahora en la forma de
discusiones sobre los límites entre una respetable y cívica
movilización ciudadana y una criminalizada acción de vándalos. Sin
objetivos claros, los procesos fueron discutidos en clave principista y
sin referencia a sus resultados. En relación a este aspecto, junio fue
el mes en el cual explotó una indignación difusa, que es un enigma a
ser descifrado por la gran narrativa y sus analistas.
156
Ibídem: Ob. Cit.
157
Revisar de Raúl Zibechi Brasil potencia. Entre la integración regional y un nuevo imperialismo.
Ediciones de abajo. Bogotá 2012.
287
los fondos de pensiones. ¿Se trata de una nueva contradicción, como
fenómeno del capitalismo tardío, donde se enfrentan sectores
sindicalizados, organizados, con influencia e intervinientes en el
poder, aburguesados, contra sectores sociales atomizados,
fragmentados, diseminados, sin influencia, alejados del poder,
restringidos a los avatares de las exigencias de la cotidianidad, como
la del transporte y sus costos? ¿O son problemas del propio
crecimiento de una potencia emergente, que no puede llevar a todos
sus habitantes, a todos sus pobladores, a todos sus estratos sociales,
de la misma manera, otorgándoles beneficios similares, y al mismo
tiempo? Por último, ¿se trata de una nueva generación de luchas, de
movimientos sociales anti-sistémicos, que se caracterizan por su
compacidad horizontal, sin estructuras jerárquicas, sin considerarse
vanguardias, que ejercen resistencias contra-culturales y contra-
hegemónicas, como interpreta Pablo Ortellado? Estas son las
preguntas que colocan en la mesa estas jornadas de movilización de
los indignados brasileros.
158
Revisar de Raúl Zibechi Brasil Potencia; Ob. Cit. Capítulo 2; La ampliación de la élite en el poder, La
trayectoria sindical, Sindicalistas en cargos estatales, El papel de los fondos de pensiones, ¿Nueva clase o
capitalismo sindical?
159
Boaventura de Sousa Santos: Las revueltas mundiales de indignación. Conferencia en La Paz; CIDES-
UMSA; 17 de octubre de 2013.
288
que dañan el medio ambiente, que contaminan y depredan los
ecosistemas, que afectan las cuencas de los ríos.
289
el caso de Ecuador, como “revolución” democrática y cultural, en el
caso de Bolivia.
290
experiencia se cae la teoría leninista; el proletariado, por lo menos la
aristocracia obrera, puede llegar a conformar una burguesía o un
estrato importante de la burguesía. Los explotados de hoy ya nos son
los proletarios, por lo menos los proletarios sindicalizados, sino lo que
llamaba Frantz Fanón, los condenados de la tierra. Por eso, seguir
hablando de “derecha” e “izquierda”, no tiene mucho sentido, pues se
deviene “derecha”, cuando se tiene el control del Estado.
291
crítica radical a los gobiernos progresistas, el combate contra la
ilusión del desarrollo.
Bolivia
161
Revisar de Raúl Prada Crítica al esquematismo maniqueo. Bolpress, Dinámicas moleculares,
Horizontes nómadas; La Paz 2013; Rebelión; Madrid 2013.
292
y ecológicas, los parecidos de los asentamientos, remarcando la
continuidad guaraní.
293
provocar, en ambos países, la economía de la goma, además de la
disputa por el control territorial de la siringa, llegándose así a la
guerra del Acre, cuando Bolivia perdió el más grande desgajamiento
geográfico. Hay pues continuidades entre Bolivia y Brasil, se vea
desde una perspectiva u otra, interna o externa. Lo que pasa es que
se ha investigado y escrito muy poco sobre estas continuidades. Es
hora de hacerlo.
294
guarecen, ante tempestades, esperando eternamente su resolución.
Lugar, por último, donde la historia se encuentra en suspenso.
297
Como cantaba Benjo Cruz162, ¿cuándo podremos bolivianos tomar
juntos, un vaso de chicha o de cerveza, y hablar? Aunque, tomar
chicha y cerveza, lo hacemos casi a diario, sin embargo, no juntos,
sino solo con los nuestros, los allegados, de lo que se trata, en
definitiva, es de ejercer la democracia participativa. Buscar el
consenso, aunque su construcción colectiva tarde. El consenso no se
logra sin sacar todo lo guardado, sin poner todas las “huacaychas” en
la mesa. Lo qué preguntaba Benjo Cruz es cuándo nos sincerábamos.
No es de ninguna manera mala esta idea. Quizás sea un buen
comienzo. Sin embargo, para que pueda darse este sinceramiento, se
requiere una condición de posibilidad histórica básica; suspender las
simulaciones, las representaciones, las pretensiones de legitimidad,
los juegos de poder. Se trata del ejercicio de una democracia directa,
también del ejercicio de la democracia comunitaria. ¿Esta condición
de posibilidad es viable? No se trata de contar o no con una
estrategia, con una geopolítica, que tal parece, no se la tiene; no se
trata de contar o no con un proyecto, que sí se lo tiene; este proyecto
es la Constitución. Empero, el gobierno cree que es un documento de
propaganda, que en la práctica no se puede cumplir; el partido de
gobierno, si es que lo hay, pues el MAS parece un partido electoral,
de apoyo a los eternos candidatos, considera que la interpretación de
la Constitución es la oficial, aunque esté plagada de contradicciones
insostenibles. Se trata de otra cosa, se trata, de lo que establece la
Constitución, de la construcción colectiva de la decisión política, de la
construcción colectiva de la ley, de la construcción colectiva de la
gestión pública. En pocas palabras, se trata del sistema de gobierno,
que establece la Constitución; la democracia plural y participativa.
162
Trovador y guerrillero, muerto en la guerrilla de Teoponte.
298
El modelo soviético buscado abolir el capitalismo, aboliendo las
relaciones de producción capitalistas, inclusive en el campo. Al
embarcarse en la revolución industrial, requerida, indudablemente,
ha construido un capitalismo de Estado, basado en la teoría del valor;
por lo tanto, en la subsunción de la fuerza de trabajo al excedente
apropiado burocráticamente. Los nacionalismo, de la liberación
nacional, vale decir, los que postulaban salir de la órbita de la
dependencia mediante la sustitución de importaciones, también
revolución industrial, que, sin embargo, aceptaban mantenerse
transitoriamente en el capitalismo, reprodujeron formas combinadas
de capitalismo; capitalismo de Estado, capitalismo empresarial
privado, “capitalismo” mixto, capitalismo bajo el control de empresas
trasnacionales, capitalismo financiero, capitalismo comercial, formas
de acumulación incipientes en un disperso universo de talleres, pero
también de propiedades familiares de la tierra. Los actuales gobiernos
progresistas de Sud América también aceptan mantenerse dentro del
capitalismo, de la misma manera, transitoriamente, empero,
pretendiendo iniciar un socialismo de nuevo cuño, llamado socialismo
del siglo XXI, en unos casos, y socialismo comunitario, en el caso de
Bolivia. En estos proyectos progresistas también se da una
combinación abigarrada de formas de capitalismo; casi los mismos
mencionados anteriormente, con el aditamento de formas de
capitalismo cooperativo y “capitalismo” comunitario163, como en el
caso de Bolivia. También hay que añadir la peculiaridad brasilera, que
combina el abigarramiento o, lo que llama Francisco de Oliveira, el
modelo del “ornitorrinco”, con un capitalismo trasnacional propio,
contando con empresas, supuestamente estatales monopólicas,
capaces de competir con las empresas trasnacionales del tradicional
centro del sistema-mundo capitalista. Parce una condena; las rutas
no-capitalistas o transitorias terminan re-articuladas a la
reproducción del capital a escala mundial, también a escala nacional.
¿Dónde está la clave para salir del capitalismo? ¿Si no es el cambio
de la forma de propiedad, expropiando a los expropiadores, si
tampoco lo es, como dicen Enrique Ormachea y Nilton Ramírez164,
una barrera al capitalismo la propiedad comunitaria de la tierra, pues
en la medida que su inserción en el mercado, en el caso de la quinua,
el mercado internacional, la comunidad termina formando parte de
los ciclos de acumulación de capital, cuál es la clave para escapar a la
163
Revisar de Enrique Ormachea S. y Nilton Ramírez F. Propiedad colectiva de la tierra y producción
agrícola capitalista. El caso de la quinua en el Altiplano sur de Bolivia. CEDLA; La Paz, 2013.
164
Ibídem.
299
vorágine capitalista? ¿Se puede escapar a este condicionamiento
mientras exista un sistema-mundo capitalista?
300
que arrancarle a la dominación y control del capitalismo espacios-
tiempos liberados, que recuperen lo común, reproduzcan lo común,
garantizando los ciclos de la vida.
Ecuador
166
Ver de Marta Harnecker Tiempos políticos y procesos democráticos. Entrevista de Marta Harnecker
a Alberto Acosta, ex presidente de la asamblea constituyente de ecuador.
301
La siguiente pregunta es: “Tú estabas planteando que la Ley de
aguas no respetaba la Constitución, ¿podrías argumentar más sobre
éste tema?” Acosta responde:
167
Ibídem.
302
del caudal. Mientras que los grandes consumidores, que no
representan el 1% de unidades productivas, concentran el 67% del
caudal.
168
Ibídem.
169
Ibídem.
170
Ibídem.
303
colocadas al antojo de los intereses privados, en función de la
rentabilidad que define dónde y cómo invertir, dónde y cómo dar
servicios y en dónde no.
171
Ibídem.
172
Ibídem.
304
países que tengan alternativas a la minería a gran escala deben
desarrollar esas alternativas y no dar paso a esa minería. Ecuador no
es Chile, donde se explota mineral en un desierto. No, aquí hay una
enorme biodiversidad que va a estar en riesgo. Esa es mi posición.
Ahora, eso no quiere decir que no haya que poner en orden la
minería existente, la minería a pequeña escala, artesanal y de
subsistencia, en donde reina el caos173.
173
Ibídem.
174
Ibídem.
305
sectores más acomodados de la población? En el año 2008, los
subsidios bordearon los 3 mil millones de dólares. No se trata de
quitar los subsidios a la bruto, es decir a lo neoliberal. No, de ninguna
manera. Hay que hacerlo con creatividad, de manera selectiva. Los
subsidios deben mantenerse para los grupos empobrecidos y
marginados, no para los acomodados.
175
Ibídem.
307
favoreciendo palpablemente a las empresas trasnacionales del
petróleo, así como las protestas, marchas y bloqueos contra la Ley de
aguas gubernamental, en el Ecuador? Este es el asunto.
308
Venezuela
176
Revisar de Víctor Álvarez La transición al socialismo de la revolución bolivariana. Transiciones
logradas y transiciones pendientes. CEDLA, Instituto de estudios Ecuatorianos, Centro Internacional
Miranda; La Paz, 2013.
177
Ver de Raúl Prada Alcoreza La convocatoria del mito. Bolpress, Dinámicas moleculares, Horizontes
nómadas; La Paz, 2013.
309
posean, usen y disfruten de su patrimonio o propiedad individual o
familiar, y ejerzan el pleno goce de sus derechos económicos,
sociales, políticos y culturales. También con la creación del
Sistema Económico Comunal se plantea avanzar en la
transformación del capitalismo rentístico en un modelo productivo
socialista, con base en nuevas formas de propiedad social en
manos de los trabajadores directos y las comunidades
organizadas.
11. En este transcurso y ante estas tareas aparecen las dificultades
y obstáculos de la transición. Las alianzas políticas en el poder no
son las más adecuadas para esta transición y la profundización del
proceso. Los sectores que tienen mayor incidencia en el gobierno y
en la institucionalidad estatal no son las clases sociales que
pueden sostener la construcción del socialismo, el proletariado y
los campesinos, tampoco los sectores más populares de las urbes.
Se da entonces como una limitación de los alcances y una
disminución de los ritmos del proceso, a pesar de los beneficios
obtenidos por la inversión social.
12. Hablando de los alcances cualitativos del proceso y de las
transformaciones estructurales, se constata que no se ha salido de
la economía extractivista y del Estado rentista, que todavía está
pendiente la conformación del modelo productivo, orientado a la
soberanía alimentaria, basado en gran parte en la propiedad social
y la organización comunitaria. Esta constatación fue compartida
por el mismo Hugo Chávez178.
178
Ibídem.
310
medias bajas, las organizaciones de base, las comunas, las
misiones, por otro lado. Es una lucha de clases, por cierto; empero
mediada por aparatos “ideológicos”; en el primer caso, del bloque
histórico conservador elitista, hablamos no solamente de los
medios de comunicación coaligados a este bloque, sino de toda
una atmósfera “ideológica” conformada, por lo menos en el último
siglo XX, de toda una “ideología” hecha carne, convertida en
comportamientos y en conductas, en prejuicios, en imaginarios.
Una “ideología” que considera al capitalismo como “realidad”
natural, incluso la forma de capitalismo dependiente en el
subcontinente sudamericano. En el otro caso, del bloque nacional-
popular, también se cuenta con aparatos “ideológicos”; uno de los
principales es el partido, ahora llamado PSUV, que cuenta también
con el dominio de influyentes medios de comunicación masivos
estatales, además de contar con influencia incluso en medios
privados, fuera del apoyo de los medios populares, que gozan de
cierta autonomía, que incluso les permite llegar a hacer críticas, en
algunos casos. El bloque conservador cuenta con un frente amplio
de coalición; sin embargo, no se puede hablar de partido, en pleno
sentido de la palabra. Se trata de un frente inestable, que reúne
variados intereses, perspectivas, discursos y proyectos. El
“partido”, en este caso, es todo el bloque, tal como lo teoriza
Antonio Gramsci.
311
formando parte de las alucinatorias iluminaciones de un pequeño
grupo vanguardista. La política, la acción política, no se resuelve
racionalmente, sino por el juego y correlación de las fuerzas. El
problema es otro; el problema es que el partido se convierte en la
representación legítima de las colectividades del bloque popular,
que el partido en el poder conforma una casta burocrática, que
monopoliza las decisiones, y termina llevando el proceso de
transición por los caminos conocidos de la expropiación de las
voluntades colectivas por la voluntad centralizada del partido. Por
último concurre el aburguesamiento de la jerarquía del partido,
que lleva a la repetición del guión, harto conocido, de la
sustitución de la antigua burguesía por la burguesía burocrática.
Las contradicciones, tensiones, conflictos y confrontaciones,
perturban la cohesión del bloque, aunque todavía no estallen,
debido a la confrontación con el bloque conservador. El problema
es la reproducción de viejas prácticas políticas, jerárquicas,
centralistas, autoritarias, “vanguardistas”, en el mejor de los
casos, demagógicas, en el peor de los casos.
312
Es como una crónica anunciada; los personajes se apegan a su
papel, a pesar, de que tienen la libertad, de decidir otro rumbo.
Conclusiones
313
Subversión comunitaria
314
clandestinamente, Snowden. El tema en cuestión es éste, no hay que
perder la cabeza. El gobierno de Obama ya había amenazado al
gobierno de Ecuador de tomar sanciones y represalias si es que
asilaban a Snowden, teniendo en cuenta que Julian Assange ya se
encuentra asilado en la embajada ecuatoriana en Londres. ¿Hubiera
hecho lo mismo el gobierno de Obama, presionar a los gobiernos
europeos para que tomen medidas, como la clausura del espacio
aéreo, si es que no se presentaba el caso de Snowden, que se
encuentra, en una especie de limbo, en el aeropuerto de Moscú? No
parece ser este el caso. Indudablemente, la desfachatez con la que
han actuado los “imperialismos” en contra de un presidente indígena,
subleva doblemente; uno, por atentado contra las soberanías de los
estados; dos, por reproducir una actitud grotescamente colonial.
Ambas dimensiones tienen que ser analizadas. ¿Qué hay detrás de
esta persecución a Assange y a Snowden? ¿Qué hay detrás de los
mensajes amenazantes contra el gobierno de Ecuador, contra el
gobierno de Bolivia, amenaza extendida a todo gobierno que se
atreva a dar asilo a Snowden?
179
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Potencia social o poder; Dinámicas moleculares, Horizontes nómadas;
La Paz. También Ultra-burguesía y Estado de excepción mundial, así como La agonía del Leviatán,
Globalización del diagrama de control y Potencia de la vida. Bolpress, La Paz; Rebelión, Madrid.
315
entonces, que denotan los primeros pasos de la descalificación racial
en la constitución del sistema-mundo capitalista y su geopolítica
racializada. Después ha dicho que estas percepciones no han
cambiado, a pesar de los siglos transcurridos, refiriéndose a las
apreciaciones del gobernador de Santa Cruz sobre el presidente.
Posteriormente ha expuesto sucintamente las tesis de Vladimir Lenin
sobre el imperialismo, teniendo como referencia el libro conocido El
imperialismo, fase superior del capitalismo; destacando básicamente
el carácter de concentración del capital, la característica de
exportación de capitales para dominar y controlar, así como tomando
en cuenta que el imperialismo es la dominación de un Estado sobre
otros estados. Aunque quedaron pendientes esclarecer la
concentración de la producción y los monopolios, el nuevo papel de
los bancos en la fase imperialista, el capital financiero y la oligarquía
financiera, el reparto del mundo entre las asociaciones capitalistas, el
reparto del mundo entre las grandes potencias, para llegar, de una
manera más exhaustiva, a la tesis del imperialismo, la última fase del
capitalismo. Se puede comprender estas ausencias por las
características de la exposición “pedagógica”. En su exposición, el
vicepresidente, vinculó la indisoluble unión reciproca entre
colonialismo y capitalismo. Ambos se retroalimentan; más o menos
se estableció la siguiente tesis: el capitalismo es colonialismo y el
colonialismo es capitalismo. Tesis que también puede ser planteada
de la manera siguiente: el colonialismo es el procedimiento de
expoliación que emplea el capitalismo para extenderse y acumular,
en tanto que el capitalismo es el modo de producción que el
colonialismo usa para afincar su poder. En conclusión planteó que los
conceptos fundamentales son: colonialismo, capitalismo, imperialismo
e imperio. Dejaremos de lado la apología al líder, el culto a la
personalidad, de Evo Morales, que ya se ha vuelto una costumbre
ansiosa en el vicepresidente. Con esto dejaremos de lado su
interpretación de que Evo Morales Ayma es el líder más peligroso
para el imperialismo, por eso le teme. Nos interesa evaluar el
contenido del debate, no los discursos de alabanza.
180
Tesis trabajada por Aníbal Quijano.
181
Tesis trabajada por Estudios postcoloniales, en los que se encuentra Walter Mignolo.
182
Tesis trabajada por las teóricas del feminismo de-colonial.
183
Tesis trabajada y discutida por María Lugones.
184
Tesis propuesta por nosotros, recogiendo los aportes de la Teoría de la dependencia, sobre todo, las
investigaciones diferenciales de la colonialidad. Ver de Raúl Prada Alcoreza La colonialidad como malla
del sistema mundo capitalista; Dinámicas moleculares, Horizontes nómadas; La Paz.
185
Tesis elaborada por Rodolfo Stavenhagen.
317
de poder, se ejerce racialmente. Este es el aporte de los estudiosos y
estudiosas del colonialismo y de las distintas formas de colonialidad.
Independientemente de la discusión entre perspectivas teóricas,
entre Estudios poscoloniales, Estudios de la subalternidad, crítica de
la razón postcolonial, genealogía de la colonialidad, investigaciones
etnohistorias y antropológicas, el significado compartido entre los
distintos puntos de vista, es este de la geopolítica racial del
colonialismo. Esto es importante, no por decir algo que parece decir a
simple vista, lo que todo el mundo sabe, esto de la percepción del
prejuicio racial, sino porque se estudian las distintas prácticas,
técnicas, procedimientos, imaginarios, de racialización de las
relaciones sociales. La importancia de esos estudios radica en lo que
develan sus investigaciones; las formas específicas de colonización,
de colonialidad, de colonialismo, formas representativas, formas
institucionales, formas de saber, formas de poder.
186
Ver de Raúl Prada Alcoreza Potencia social o poder; Dinámicas moleculares, Horizontes nómadas;
2013, La Paz.
318
en la división mundial del trabajo. En otras palabras, el colonialismo
condena a las periferias a un capitalismo dependiente, basado en el
modelo extractivista. Esta división del trabajo, a escala mundial,
genera súper-ganancias a los centros industriales del sistema-mundo.
Mantenerse en el modelo extractivista es no sólo preservarse en el
círculo vicioso de la dependencia, sino en reproducir la dominación
colonial. Mientras se sigue en este modelo, no se puede hablar
seriamente de descolonización, a no ser que se quiera hacer
propaganda, incluso del colonialismo más peculiar de los últimos
tiempos. Decir que se ha resuelto el problema del colonialismo
porque se ha llegado al gobierno, porque se ha llegado a ocupar el
lugar del otro, del dominador, del amo, del patrón, haciendo después
lo mismo que éste. Esto no es otra cosa que hacer, cumplir, las
tareas coloniales y de dominación, que ya no cumple el dominador, el
amo, el patrón, porque simplemente ya no está.
187
Desde otra perspectiva y con otra apreciación, en América Latina y el Caribe, llamamos capitalismo
de Estado a los gobiernos nacionalistas y populistas, que optan por las nacionalizaciones y la empresa
pública.
319
capital; donde la burguesía financiera domina a la burguesía
industrial. Esta “fase superior”, imaginada por Lenin como la “última”,
desencadenó la primera y la segunda guerra mundial, por la
competencia imperialista, por las ineludibles contradicciones
imperialistas. En esa “fase superior” había varios imperialismos
concurrentes. Al finalizar la segunda guerra mundial, la victoria de los
aliados, capitalistas y “socialista”, sobre el III Reich, derivó en la
conformación de dos híper-potencias, si se quiere, dos súper-
imperialismos; uno, el híper-imperialismo estadounidense; el otro, el
súper-imperialismo soviético, que Mao Zedung llamó social-
imperialismo. Esto ya no lo imaginó Lenin. Entonces, lo que la escuela
del marxismo austriaco conceptualizó no era “la última fase del
capitalismo”, no era, ahora podríamos decirlo, usando a Fukuyama, el
fin de la historia. Hay formas imperialistas mucho más descomunales,
que no son tampoco la “última fase”. El mundo se partió en dos; la
orbe capitalista y la llamada orbe “socialista”.
320
financieras”. Se trata de la valorización especulativa dineraria,
ocasionando un sistema capitalista inflacionario. El costo de esta
valorización ficticia recae indudablemente sobre las sociedades y los
pueblos del mundo.
Expropiación de lo común
188
Revisar de Michael Hardt y Antonio Negri Imperio; Paidós 2002; Buenos Aires.
322
propietario del común-ismo, es otro
expropiador del común-ismo como subversión
de la praxis. Tampoco la y el común-ista
requiere ser marxista para ser común-ista,
pues el marxismo ha terminado siendo una
expropiación teórica de la potencia social.
189
Discurso del vicepresidente en el discurso inaugural de la Cumbre Antiimperialista. Cochabamba,
Agosto 2013.
323
esta forma en su distorsión perversa, prebendal y clientelar. Hay
menos Estado en la gestión y control técnico de la explotación
hidrocarburífera, que lo que había en las empresas estatales del
periodo nacionalista de la mitad del siglo XX; el llamado, por
nosotros, periodo heroico del nacionalismo. Menos Estado que antes;
en estas condiciones, no se puede presentar esta situación como si
fuese gestión de lo común. Esto no solo es un exabrupto, un error
conceptual, sino una extravagante utilización política de los hechos.
324
bienes comunes. Lo común es de la comunidad, por lo tanto forma
parte de la territorialidad o las territorialidades de la comunidad. Lo
común nos hace íntimamente interdependientes y complementarios,
integrados en el compartir de lo que es inmediatamente accesible, sin
mediación alguna, ni costo, salvo el de la propia energía para
acceder. Ahora bien, si lo que compartimos, el hecho y la experiencia
de compartir, nos hace comunes, al compartir con las plantas y los
animales, la tierra, el agua, el aire, el sol, formamos una comunidad
biológica compleja y entrelazada. Entonces, las comunidades no sólo
se reducen a las comunidades humanas. Las comunidades son
comunidades bióticas, si es que no hablamos de otras formas de
asociaciones. Estamos hablando de formas de comunidad más ricas y
complejas, que exigen formas de correspondencia vitales. En
Subversiones indígenas escribimos:
190
Roberto Esposito: Comunitas. Origen y destino de la comunidad, Buenos Aires, Amorrortu, 2003.
325
basado en la diferenciación y reciprocidad entre naturaleza y
cultura191.
191
Raúl Prada Alcoreza: Subversiones indígenas. Comuna; CLACSO. La Paz, Buenos Aires.
326
diferenciación social, dadas por acumulación “privada”. En el
nacimiento de estos aparatos de captura, que después,
retrospectivamente, se va llamar Estado, en el sentido amplio de la
palabra, no moderno, la expropiación de lo común es el mecanismo
de institución y constitución de esta forma de poder, entendido como
disponibilidad y monopolización de fuerzas y recursos, de bienes y de
cuerpos. Bajo estas formas antiguas de sociedad, si bien no se ha
expropiado todo lo que es común, esto es imposible, se ha
expropiado lo suficiente como para instaurar el “Estado”.
327
representación todos ya no es nadie en concreto, al no ser nadie ha
perdido el acceso a los bienes comunes, pues estos bienes ahora
están en manos del Estado o en manos privados. Para el Estado el
todos es como si llegara desnudo, sin pertenencias, de ninguna clase,
desposeído y desprotegido; entonces el Estado se tiene que encargar
de vestirlo, de darle pertenencias, de alimentarlo, educarlo, darle
trabajo, para que este ser desnudo pueda desenvolverse. Para el
derecho privado, que es también el Estado, este todos o su
composición de individuos tiene que tener propiedades, tiene que ser
propietario, o no es nadie.
192
Michel Hardt y Antonio Negri: Common Wealth. El proyecto de una revolución del común. Akal 2011;
Madrid; Pág. 59.
193
Bruno Bosteels El marxismo en América Latina. Nuevos caminos al comunismo. Publicado por la
Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia; 2013. Se trata de una recopilación de algunos
capítulos de dos libros del autor. En la nota introductoria se aclara: En la presente edición tenemos un
extracto de dos capítulos del libro Marx y Freud en América Latina y un capítulo del libro La actualidad
del comunismo, en el que hace un estudio de la obra de Álvaro García Linera.
328
obsolescencia; 2) Travesías del fantasma, Pequeña metapolítica del
68 en México, La izquierda siniestra; 3) ¿Puede pensarse hoy la
actualidad del comunismo? Reflexiones en torno al pensamiento
teórico de Álvaro García Linera. En adelante vamos a ocuparnos de
estos tres capítulos compilados por la publicación de la
Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Lo vamos a hacer
con breves comentarios, atendiendo al tema que nos preocupa, la
expropiación de lo común, por lo público y lo privado. Dejando para
después el tratamiento de esta aflicción de los intelectuales por el
destino del comunismo.
329
evidente a estas alturas, como el eurocentrismo de Marx y su apego
al paradigma de la revolución industrial inglesa? Hay por lo menos
dos razones; la primera, la competencia de quién está más apegado a
las fuentes e interpreta correctamente al padre de la teoría; la
segunda, García linera también se encuentra apegado al paradigma
de la revolución industrial inglesa. Obviamente son crasos errores de
Marx sus apreciaciones sobre América Latina. Lo que no se entiende
es si es que tenía tan mala información y no tenía acceso a las
fuentes, entonces ¿por qué hacer las afirmaciones que hizo sobre un
continente desconocido para él? Querer matizar estos errores con
apreciaciones de los escritos posteriores de Marx sobre Irlanda,
Polonia, Rusia o la India, después de 1870, donde resalta la cuestión
nacional y la cuestión colonial, no es más que encontrar justificativos
de errores jamás corregidos. Este tema amerita atención, pues el
marxismo parece persistir en no comprender la complejidad y
singularidad de las formaciones histórico-sociales del continente de
Abya Yala, salvando honradas excepciones como las de José Carlos
Mariátegui.
197
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Epistemología, pluralismo y descolonización. Horizontes nómadas,
Dinámicas moleculares, La Paz 2013; también Rebelión, Madrid 2013.
330
El problema del marxismo, como de todo fundamentalismo, es el
endiosamiento de las fuentes teóricas. Cuando lo más sensato es
entender que son explicables las limitaciones epistemológicas, sin
desmerecer los aportes primordiales en la comprensión del sistema
capitalista y en el fortalecimiento de las luchas sociales contra el
dominio y control del capital. Toda teoría emerge de una experiencia
histórica y social, si no accede a otra experiencia histórica y social, es
conveniente esperar que esta otra experiencia histórica y social hable
por sí misma, para dar cuenta de su propia complejidad. Al hablar de
un sistema-mundo capitalista integrado, es indispensable compartir
las experiencias de esta mundialización, en la que se tiene como
matriz inaugural la colonización, como acumulación originaria de
capital, por despojamiento y desposesión. Es el entrelazamiento de
experiencias histórico sociales la que permite ampliar el horizonte de
visibilidad, por lo tanto lograr una perspectiva adecuada para la
formulación de teorías más completas y abarcadoras. Nadie se olvida
de que Marx formuló la tesis de la acumulación originaria de capital,
empero lo hizo sobre la base de la experiencia europea, no pudo
visualizar que la gran acumulación de capital se daba por la
colonización o, si se quiere no le dio el alcance que merecía en su
teoría a este acontecimiento de la colonización y la colonialidad.
Valorar la obra de Marx no implica, de ninguna manera, negar errores
y limitaciones, que las hay en toda teoría.
198
Ver de Raúl Prada Alcoreza Estado periférico y sociedad interior. Comuna, La Paz; Dinámicas
moleculares, La Paz 2013.
332
Llama la atención que sea inexplorado por alguien que escribe sobre
la actualidad del comunismo.
199
Maksim Kovalevsky: Obshchinnoe Zemlevladenie (Posesión comunal de la tierra).Citado en Potencia
plebeya . Acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia. CLACSO; Buenos Aires
2009. También revisar Karl Marx, Cuadernos etnológicos (extractos escogidos), La Paz, Ofensiva roja
1968.
333
¿Son textos teóricos los textos de Álvaro García Linera? ¿Por qué
ignorar la producción marxista anterior? ¿Por qué no llegaron al
poder? ¿Ese es el criterio? En todo caso, puede ser el criterio estatal,
pero, es difícil aceptar que sea un criterio académico, de la
investigación histórica y política. A estas alturas, no se puede
pretender hablar de comunidades indígenas, ignorando las
investigaciones antropológicas y de la etnohistoria en la región
andina. Aunque no sean investigaciones marxistas, pues el marxismo
dejó de hacer investigación sobre estos tópicos; sean estas
investigaciones estructuralistas, han enseñado mucho sobre la
persistencia y estructura de las comunidades indígenas. Ciertamente
Álvaro García no ignoraba estas investigaciones, empero las ignora
completamente Bruno Bosteels. Sin embargo, Álvaro García no
rescata estas investigaciones en su ensayo comunitario, sino que es
el cuaderno de Kovalevsky el referente de este enigmático
“marxista”. La comunidad rusa MIR es el referente para proponer una
vía de defensa de la comunidad como alternativa al capitalismo. Una
comunidad vigente en el siglo XIX, seguramente desaparecida con la
colectivización soviética en el siglo XX. No son las comunidades
andinas concretas, persistentes, a fines del siglo XX, el referente del
ensayo comunitario de García Linera. Estos problemas evidentes,
sobre todo contrastes, no llaman la atención al investigador sobre la
actualidad del comunismo, Bruno Bosteels. Sin embargo, osa afirmar
que el aporte de García Linera consiste en esta lectura de los
cuadernos de Kovalevsky y su aplicación a la realidad andina del siglo
XXI.
334
¿Cuál es el valor de los escritos de Álvaro García Linera, de Raquel
Gutiérrez y de Felipe Quispe? Es haber introducido nuevamente el
tema como cuestión política vigente, en una coyuntura dominada por
el discurso y la “ideología” neoliberal. En un momento cuando el
marxismo en crisis, por la caída de los estados socialistas de la
Europa oriental, se encontraba en desbande, sin atinar a plantear una
resistencia sólida a la avalancha privatizadora. Sin embargo, no hay
que olvidar que estos escritos no son solitarios; se dan en un
contexto de emergencias. En la selva lacandona, el año 1994, la
guerrilla zapatista plantea elocuentemente la problemática indígena,
incorporando los temas de la descolonización, de las comunidades
indígenas, de la autonomía comunitaria y la autogestión. En Bolivia, a
fines de la década de los ochenta y en la década de los noventa, se
dan tres proyectos guerrilleros con la misma intención y el mismo
discurso, comprendiendo la autocrítica marxista, que tiene el perfil
del dialogo indianismo-marxismo. El grupo de la incipiente guerrilla
urbana Zarate Willca, el grupo el CNPZ, del ELN y, ciertamente, el
Ejército Guerrillero Tupac Katari, de mayor incidencia y repercusión.
Más tarde, en este contexto autocrítico y de búsquedas subversivas,
el colectivo Comuna replantea el tema comunitario en pleno escenario
de la movilización social de 2000 al 2005.
335
El comunismo para cierta intelectualidad es el fantasma del
comunismo, que se encuentra en algunos textos, melancólicos, en un
caso, o de convocatoria, en otro caso, empero, des- contextuados de
las luchas concretas y efectivas de las comunidades y de los pueblos
contra las formas actuales del capitalismo vigente. El porvenir del
común-ismo, que en resumidas cuentas, está en manos de los y las
que luchan por lo común, por recuperar lo común, expropiando a los
expropiadores de lo común, sean lo público o lo privado, se encuentra
en la lucha de los pueblos contra la dominación imperial del capital
financiero internacional y de las empresas trasnacionales. No hay que
buscar este porvenir en los fantasmas que nos acechan, tampoco en
las pretensiones discursivas que se consideran la “verdad” de la
palabra de Marx, como si esta “verdad” de Marx y de los marxismos
no tuviera su propia historia. Cada corriente marxista se ha
proclamado como el retorno fidedigno a las fuentes, incluso la nueva
izquierda o las nuevas izquierdas lo han hecho, se han presentado
como una manera remozada de retornar a las fuentes. En Bolivia
como en otros lugares ha ocurrido lo mismo. Últimamente, un
solitario lector de los Grundrisse se ha proclamado como el
“clarividente” que retorna a las fuentes, como nadie lo habría hecho
antes. Estamos ante la historia degradante de repetidas pretensiones,
que exigen atender a su auto-referencia como núcleo privilegiado de
la discusión. Esto no es más que un desgarbado anhelo de poder en
el “triángulo de las Bermudas”, triangulo definido por el poder, la
verdad y la subjetividad.
Marxismo de guardatojo
337
de la Tesis de Pulacayo en 1946 habla de ello. El debate entre los
partidos marxistas era el del enfoque temporal de la revolución; una
revolución por etapas, que propugnaba el PIR, o una revolución
permanente, que propugnaba el POR. En Pulacayo se asume la tesis
trotskista, se ratifica esta tesis en los congresos de la COB. ¿Era
trotskista el proletariado boliviano? Esta es una buena pregunta, que
debemos abordar, independientemente de cualquier inclinación, pues
se trata de comprender la dinámica molecular de la clase obrera en
Bolivia, en esta primera mitad del siglo XX.
338
preferían ir al meollo de la cuestión, optaron por un proyecto directo,
continuo, aunque en transición, al socialismo.
339
crisis y deslegitimación, después de su complicidad con la rosca
oligárquica en el colgamiento de Villarroel. El PC se esmeró en la
articulación del proletariado con las otras clases, que hoy llamaríamos
subalternas. El PC ofreció una formación menos teórica y rigurosa
que la del POR, empero conformó una organización adecuada para las
disputas por las direcciones y la representación. Cuando se dividió el
PC, en su versión “pro moscovita” y su versión “pro pekinesa”, que
era como se los identificaba entonces, la disputa por las direcciones y
representaciones recrudeció, bajo el nombre de una supuesta diputa
“ideológica”, entre una versión burocrática del comunismo (PC) y otra
versión mas bien marxista leninista del comunismo (PCML). Se puede
suponer que esta disputa “ideológica” era más sentida en los partidos
comunistas, en los militantes, que en el proletariado. Si atendemos a
los perfiles de Federico Escobar, militante del PCML, Cesar Lora e
Isaac Camacho, militantes del POR, veremos que estaban más cerca,
pues eran elegidos por su consecuencia, por su entrega e indudable
convicción. En términos de concepción Federico Escobar estaba más
cerca de la Tesis de Pulacayo que de la disputa Chino-Soviética,
aunque militara en le PCML. La capacidad organizativa del PCML y su
mejor adecuación al trabajo clandestino, en la época de las
dictaduras militares, le permitió un mayor control de las direcciones y
representaciones, sobre todo en las minas. La muerte de Federico
Escobar, si bien no cambió la estrategia del PCML, que tenía fuertes
núcleos en las minas, impulsó una proyección más campesinista. A
diferencia del POR, los PCs tenían una mayor articulación del
proletariado con las otras clases subalternas; en esta perspectiva,
consideraron, desde un principio un trabajo militante en el área rural.
El PCML le dedicó un esfuerzo mayor a la militancia campesina. Sin
embargo, esta estrategia campesinista no tuvo las repercusiones
esperadas, pues a pesar de formar un sindicato campesino
independiente, y conformar las conocidas UCAPO, con el objetivo de
toma de tierras, el PCML no pudo romper el monopolio del Estado y
los gobiernos de turno en el sindicalismo campesino. Esta tarea, de
autonomización del sindicato campesino, respecto del Estado, será
logrado por el movimiento katarista de la década de los setenta203.
203
Fidel Ortuño me hace la siguiente observación, después de la consulta que le hice, a
porpósito de esta historia: Creo que la guerrilla del Ché influyó en la dirigencia minera y en los partido
comunistas, contingentes de mineros de ambos PCs querían integrarse a la guerrilla y fueron frenados
por sus direcciones. La masacre de San Juan es consecuencia de este atrevimiento de los mineros, ya que
la inteligencia del gobierno de Barrientos había detectado flujos de armamento en los distritos mineros.
La estrategia del PCML no cambia o se crea con la muerte de Federico Escobar Zapata, el PC unido ya
340
Volviendo al perfil histórico y subjetividad del proletariado minero,
podemos decir que el proletariado minero veía las disputas entre los
partidos marxistas como un contexto de aprendizaje; empero,
ninguno de los partido podían pretender ser el partido exclusivo del
proletariado. Como dijimos, este partido orgánico era la COB. La
Tesis de Pulacayo, después las Tesis de la COB, que derivaron de la
de Pulacayo, fueron como la expresión programática de de la clase,
organizada en la COB. Los partidos comunistas fueron como las
instancias organizativas en la disputa de las direcciones y
representaciones, además de articular las alianzas con las otras
clases subalternas.
había venido trabajando en el campo desde su fundación, tratando de arrebatarle influencia al MNR.
Hay que recordar que el PC no era un partido obrerista exclusivamente. Obviamente el katarismo hace lo
que nunca pudieron hacer los partidos comunistas que no entendieron el fenómeno indígena. Para los
PCs los indígenas eran parte de una clase social el campesinado. UCAPO se crea para tomar tierras a los
latifundistas del oriente, para operar donde no pudo haber llegado la reforma agraria del MNR, su
objetivo era sentar las bases para un guerra popular prolongada (otro sueño guajiro, la lucha armada
del PCML versus el foquismo del ELN).
341
histórica, quienes interpelaron al Estado y a la sociedad boliviana
desde la mirada de las comunidades.
El común-ismo indígena
342
misma, comprende la interpretación entre los seres involucrados y la
complementariedad de los mismos.
204
Revisar de Michael Hardt y Antonio Negri CommonWealth. Akal; Madrid 2011.
344
los movimientos que exigen, no sólo el cumplimiento del programa,
sino la profundización del proceso político y social. Ven a estos
movimientos sociales como radicalismos, como incomprensiones, en
el mejor de los casos, como contradicciones en el seno del pueblo, en
casos extremos. Lo que no pueden ver es que se trata de
contradicciones profundas, contradicciones de la potencia social con
el poder. No pueden ver que nada de las contradicciones anteriores
se ha resuelto, que no podían resolverse con la llegada al gobierno de
los representantes de la “revolución”. Que este hecho no era nada
más que el comienzo de una etapa más difícil. La etapa de la
destrucción del poder es una etapa muchísimo más difícil que la etapa
de la toma del poder. Bajo estas condiciones subjetivas de los
intelectuales “revolucionarios”, se comprende que se dediquen a
hacer apología de los gobiernos “revolucionarios”, en vez de
esclarecer el lugar conservador que juegan una vez arribados al
poder. Están lejos de apoyar a los movimientos que se desatan como
parte de las contradicciones del pueblo con el gobierno, del
proletariado con el Estado, de las comunidades indígenas con el
Estado-nación. Estos movimientos son los únicos que pueden
continuar la “revolución”; sin embargo, quedan solos, estigmatizados
por el gobierno “revolucionario”, desconocidos por los intelectuales,
aislados por las organizaciones afines al gobierno.
345
poder. Claro que hay excepciones, cómo no las va haber; para no
hacer una lista larga, solo dando algunos nombres, hablemos de los
harringtonianos en la guerra de la independencia norteamericana; los
de la montaña de la revolución francesa; León Trotsky y rosa
Luxemburgo en la revolución rusa; el mismo Mao Zedung de la
revolución cultural; Frantz Fanon respecto de las guerras de
liberación nacional y los estados independientes, también respecto a
la descolonización; Ernesto “Che” Guevara en la revolución cubana;
Sergio Almaraz Paz en la revolución nacional de Bolivia. Todos ellos
vieron los problemas emergentes en la etapa de la construcción;
desde sus propias perspectivas y coyunturas intentaron no sólo
explicar lo que pasaba, sino también elaborar la crítica y buscar
salidas. No se trata de decir que tenían la respuesta, menos la
“verdad”, sino que intentaron continuar la “revolución” y su
profundización, optando por la crítica y no por la apología como la
mayoría de los intelectuales, militantes y funcionarios.
346
mercantiles y comerciales, por lo menos desde la colonia. Lo que se
dice es que las comunidades indígenas, con todo, han sabido resistir,
mantener la cohesión comunitaria, adecuándose al intercambio y
resistiendo a las distintas formas del capitalismo. Incluso pueden
haber incursionado en estrategias de acumulación; sin embargo, han
contra-restado los efectos de descohesión con el reforzamiento de
nuevas complementariedades, consolidando la comunidad. En la peor
de las situaciones, la comunidad puede haber llegado a desaparecer
como institución jurídica y territorial, sustituida por formas privadas
de propiedad y formas sindicales de representación; sin embargo, la
comunidad lingüística y cultural es como la memoria estructural, que
hace de posibilidad permanente de reestructuración de la comunidad.
347
Potencia y trama política
Intuición subversiva
348
complejidades, equivale a descentrarse de las teorías racionalistas de
la modernidad. Equivale a desechar sus centros, sus referentes
privilegiados, sus tesis causalistas y, al final, linealistas. Equivale a
vislumbrar la relatividad de los centramientos y descentramientos,
comprendiendo la simultaneidad de la pluralidad, la multiplicidad de
las composiciones y variaciones de los movimientos y procesos
inherentes a los acontecimientos.
349
procedencia. Como origen se construyeron dos mitos; uno, relativo al
conocimiento objetivo; el otro, relativo al conocimiento subjetivo. El
primer mito supone relaciones neutrales e instrumentales con una
exterioridad controlada. El segundo mito supone la inmanencia
intuitiva de la razón, inscrita en la consciencia.
350
¿A qué llamamos saber activista, a que llamamos conocimiento
subversivo? ¿Cuál es la relación de este saber subversivo con el
espesor de la percepción y la experiencia social? Hemos compartido
la definición dada por Georges Canguilhem de saber en el sentido de
atributo biológico que comprende la composición de capacidad de
adquirir información, retener la información, es decir, constituir una
memoria, de anticiparse, es decir, de actuar206. Esto se entiende
cuando nos referimos a organismos individualizados; empero, qué
pasa cuando nos encontramos ante las multiplicidades proliferantes
de organismos, entrelazados y en conexión. ¿Se puede mantener la
misma concepción de saber? Cuando sabemos que lo que configura
su morfología, su composición orgánica, sus capacidades, incluso su
teleonomía, es el genoma, vemos que el saber del genoma no es el
mismo que el saber del organismo, por más que el segundo suponga
al primero207. Georges Canguilhem, cuando se refiere al saber
humano, incorpora a esa composición dinámica entre información,
memoria y anticipación, la capacidad evocativa. Si bien, es más difícil
distinguir el funcionamiento individual del funcionamiento social,
colectivo, en el caso de el fenómeno evocativo, así como también es
difícil distinguirlo en el caso del saber de los organismos, pues estos
suponen asociaciones; es decir, sociedades orgánicas. De todas
maneras, se puede decir que el saber individual tiene determinadas
características, en tanto que el saber social, compartido, que hace de
contexto del saber individual, tiene otras características, quizás más
complejas. Por lo tanto, no es lo mismo hablar de saber en los
distintos casos; su connotación varía.
Hay pues una distinción grande entre el saber del genoma y el saber
de los organismos; en éstos, una distinción entre el saber social de
los conglomerados orgánicos y el saber de cada organismo. Lo mismo
con las sociedades humanas, añadiendo el componente evocativo,
que supone una dinámica propia entre la herencia y el substrato
social con la autonomía individual. El saber del genoma es más que
saber, en el sentido dado por Canguilhem, supone una capacidad
propia programadora. Su devenir, sus largos ciclos, está relacionado
con la información transmitida por los organismos; el genoma no está
directamente involucrado con la experiencia y el aprendizaje de los
organismos, son los organismos los que experimentan y aprenden. El
206
Ver de Georges Canguilhem Lo normal y lo patológico. Siglo XXI; México 1986.
207
Ver de Raúl Prada Alcoreza Devenir y dinámicas moleculares. Dinámicas moleculares, La Paz 2013. Se
puede también encontrar en http://pradaraul.wordpress.com/2013/12/04/devenir-y-dinamicas-
moleculares/.
351
genoma acumula la información y la procesa; en largos ciclos la
reprogramación del genoma tiene repercusiones en el perfil y la
composición de los organismos. Hay una parte virtual del genoma,
que tiene que ver con la programación; de esta manera, podemos
decir, que el genoma no se encuentra ni el tiempo ni en el espacio
percibido y experimentado por los organismos. El genoma está más
acá y más allá de los organismos, aunque forme también parte de
ellos.
352
Uno de los problemas relativos a las representaciones es el haber
transferido características propias de los perfiles individuales a las
configuraciones sociales, a las composiciones colectivas. Incluso se
llega a concebir la idea de un “sujeto social”, de un “sujeto colectivo”,
como si fuese un individuo macro. Obviamente es esta una
deformación, una transferencia representativa, que en vez de ayudar
a comprender los fenómenos del acontecimiento, lo oscurecen, pues
atribuyen a lo social y colectivo composiciones relativas a los
organismos, en este caso, al cuerpo humano. Los conglomerados
asociativos no tienen porque parecerse al perfil singular; al contrario,
es de esperar que no se parezcan, pues se trata de fenómenos
masivos, plurales, que requieren se los tome en sus conformaciones
complejas, bullentes, como constelaciones activas. Menos se puede
hablar de una “consciencia social”, refiriéndose a ésta como
fenómeno colectivo; en todo caso, la consciencia también
corresponde a la autonomía singular del individuo. El acontecimiento
social, como pluralidad de singularidades, supone, para usar como
metáfora un concepto filosófico, lo que llamaba Hegel
autoconsciencia, dialéctica del reconocimiento, en otras palabras,
supone la interacción de las consciencias, de los sujetos, de las
subjetividades, de los cuerpos208. Lo que se da es esta proliferante
dinámica de entrelazamientos, asociaciones, composiciones,
interacciones, entre múltiples singularidades, donde cada singularidad
cobra consciencia, si se puede hablar así, de lo que acontece.
Empero, no se puede hablar con propiedad de una “consciencia
colectiva”, salvo metafóricamente.
208
Revisar el concepto de autoconciencia en la Fenomenología del espíritu de Hegel. Siglo XXI. México.
353
Cada singularidad tiene al mundo como percepción, es el mundo
como experiencia el que conecta los cuerpos, los contiene como
acontecimientos singulares, se realiza en cada experiencia singular,
se fija en cada memoria singular. No importa que las vivencias sean
singulares, propias, lo que importa es que el mundo las constituye,
así como ellas constituyen al mundo. Este común, si se puede hablar
así, sitúa a las singularidades en el mundo. Este compartir el mundo
las hace coexistentes, convivientes, colectivas, sociales. No importa
que esta coexistencia sea asumida de una manera singular, por lo
tanto, distinta en cada quien, lo que importa es son en el mundo. Eso
las hace presentes, que compartan el presente, a su manera;
indiscutiblemente, indudablemente, comparten el presente, que es lo
que se tiene a mano, actualizando los pasados.
209
Ver de Merleau-Ponty Fenomenología de la percepción. Editorial Planeta; Buenos Aires 1993.
354
interpretada por el lenguaje, como en la poesía. Es certeza del
acontecimiento210. Se sabe, de antemano, en los umbrales de la
experiencia, de esta totalidad, usando un concepto permeable,
totalidad des-totalizable y re-totalizable. Lo único que hacen las
ciencias y las filosofías, es trabajar sobre estas certezas, aunque
vaciándolas de sus contenidos. Salvo, hay que decirlo, lo que pasa
con las percepciones abiertas por la física relativista y la física
cuántica, que han cruzado los umbrales anteriores de la experiencia,
han cruzado los horizontes anteriores de la experiencia, han abierto
nuevos umbrales y nuevos horizontes de la experiencia humana,
ampliando el Mundo en espacio-tiempos curvos, relativos,
dependiendo de los referentes, ampliando el mundo hasta los lugares
de la propia desaparición del universo y de la materia; los confines
del universo, los agujeros negros, la infinitesimal nada en la que se
sostiene todo.
210
Ver de Raúl Prada Alcoreza Acontecimiento poético. http://pradaraul.wordpress.com/que-es-la-
poesia/acontecimiento-poetico/; La Paz 2014.
355
Lo que se llama saber activista, saber subversivo, en tanto se refiere
al conglomerado social movilizado, es, en realidad, una constelación
dinámica de saberes, de voluntades, de cuerpos, de deseos, de
esperanzas, de prácticas alterativas. Al compartir esta experiencia el
aprendizaje es colectivo, en el sentido que es singular en cada quién.
Desde una perspectiva estructuralista se podría decir que hay la
subversión, como una estructura subyacente; decir que es la
estructura la que se pronuncia, actúa, habla. Esto es una
aproximación abstracta. El estructuralismo olvida que no es la
estructura la que habla, actúa, se pronuncia, son los cuerpos los que
lo hacen, cuerpos vivos, pasionales, perceptivos, reflexivos. La
estructura es un fantasma de los estructuralistas. Son estos cuerpos
singulares los que se asocian, componen, acuerdan, emiten
discursos, se movilizan; en su dinámica generan acontecimientos,
acontecimientos, que a su vez los constituye como subjetividades y
sujetos, usando estos términos vulnerables.
Hipótesis
357
4. Un saber es saber del Mundo, deviene saber de la experiencia
del Mundo.
358
interpretación teórica se nombra como nuevos horizontes
históricos-culturales.
Conclusiones
359
3. Se ha usado la metáfora del tejido social, de la trama social,
de los entramados sociales y colectivos, para referirse a las
asociaciones y composiciones sociales, en nuestro caso, de
la rebelión. Empero, no hay que olvidar que esta es una
metáfora. Figura en la que hay que develar la complejidad
de las relaciones, ligazones, comunicaciones, conexiones,
transmisiones, complicidades, compromisos, consensos, que
se dan en la constelación de los movimientos
emancipatorios.
360
términos relativos e históricos; todo depende de la relación que se
tenga con la lucha efectiva de los pueblos. En el caso de Bolivia, el
gobierno ha preservado toda la institucionalidad colonial del Estado,
ha convertido en un folklore la condición plurinacional y comunitaria,
ha renunciado a la reforma agraria, favoreciendo a los latifundistas,
ha decidido ampliar la frontera agrícola afectando a los territorios
indígenas. La caracterización del gobierno “progresista” de Evo
Morales Ayma es la siguiente: Se trata de un gobierno que administra
los intereses de la burguesía recompuesta, que aglutina a la
burguesía tradicional, a los terratenientes, a los nuevos ricos,
apoyados por una dirigencia campesina cooptada prebendalmente y
clientelarmente. Un gobierno que se enfrenta a las naciones y
pueblos indígenas a nombre del “desarrollo” y del progreso, como lo
hacían las élites criollas. El caso ejemplar e ilustrativo es el conflicto
del TIPNIS.
361
Como dice el MST de Brasil, no se toma el poder, el poder te toma.
Por lo tanto, te convierte en un engranaje de las lógicas de
dominación cristalizadas en las instituciones.
362
tiene apoyo de la burguesía, a la que aparentemente encarna. Por lo
tanto, podemos concluir, que los gobiernos son diferenciables;
empero, en la medida que expresa la cualidad operativa de la forma
Estado-nación, responden a la lógica de poder, estructurada en la
modernidad. En esa misma medida, reproducen la institucionalidad
homogénea, la mono-cultura dominante, la condición mono-nacional
heredada. Los gobiernos populares, por más vestidura o disfraz
“progresista” que usen, forman parte de la reproducción colonial y
capitalista del poder.
363
Para nosotros es evidente que se deben concebir y desplegar
transiciones, transiciones del Estado-nación al Estado plurinacional;
estas transiciones pueden ser largas, medianas o cortas. Incluso,
mejor dicho, estas transiciones pueden concebirse diferencialmente;
en unos casos de una manera radical, en otros casos de una manera
reformista. Todo depende del contexto, la correlación de fuerzas, de
la institución en cuestión, también depende del tema y tópico de la
problemática de referencia. Les dijimos a los oficialistas,
“pragmáticos” y supuestamente partidarios del realismo político, que
no se trata de renunciar a las reformas, a las transiciones largas, sino
de que había que dar pasos, aunque cortos, de tal manera que
impliquen avances, aunque mínimos, incluso imperceptibles.
Después de A viene B, después de B viene C, y así sucesivamente.
Aunque nosotros somos partidarios y creemos, como establece la
Constitución, en la transformación pluralista, comunitaria,
participativa e intercultural del Estado; es decir, consideramos
preferible transformaciones radicales que reformas, se puede lograr,
en todo caso, el consenso en reformas. El problema es que tampoco
quieren esto; no quieren transformaciones radicales, que consideran
utópicas; no quieren reformas conscientemente ejecutadas. Se
contentan, cómplices de la representación teatral de la época, con la
simulación, con el montaje, con la publicidad, con los escenarios del
teatro político. Se prefiere apostar a la ficción, inclinándose a
procedimientos ilusorios, a lograr hacer creer a la gente, mediante la
propaganda y la publicidad, que se dan cambios, renunciando a
ejecutar efectivamente las transformaciones. Este es el problema,
que el gobierno “progresista” ha caído en la ilusión de su propaganda,
mientras se embarca en la ruta destructiva del extractivismo;
acompañando, esta entrega colonial a las empresas trasnacionales,
con prácticas prebendales y clientelares, embarcándose en el
derrumbe político de todo gobierno, de toda gestión, que da vueltas
en un círculo vicioso, cayendo degradantemente en la práctica
compulsiva de la corrupción. Este es el problema de fondo. Volver a
repetir, en otro contexto, en otro periodo, y en otra coyuntura, la
triste historia de la paradoja de las “revoluciones”. Las “revoluciones”
cambian el mundo; el mundo no va a volver a ser lo que era antes;
empero, las “revoluciones” se hunden en sus contradicciones.
364
se logra con la crítica, aprendiendo de las contradicciones, de los
problemas, de los errores, no ocultándolas con apologías. Lo que
menos se requiere es de estos cantos al fracaso, edulcorándolas,
como si fuese victoria, lo que menos necesitamos son estas
apologías, que lo único que hacen es debilitar las fuerzas vitales de
los “procesos” emancipadores.
365
1. Tendencia es la inclinación de los sucesos, su encadenamiento, la
dirección que toman. La tendencia, en el análisis político, se
diferencia grandemente, conceptualmente, de la noción de
tendencia en economía, que viene definida, mas bien, por el
comportamiento zigzagueante de los precios. En el análisis
económico se define de esta manera el concepto de tendencia:
211
Murphy, John (1999) Technical analysis of the Financial Markets. Revisar también Wikipedia,
Enciclopedia libre.
366
en política debería atender al movimiento de los “cuerpos”, su
desplazamiento en el tiempo, bajo la acción de las “fuerzas”. Esta
es una definición análoga a la dada en física, solo que habla de
otros “cuerpos” y otras “fuerzas”, además de referirse a otro
“tiempo”, entendiendo que se trata del tiempo histórico. De todas
maneras, esta definición análoga o prestada no es conveniente ni
suficiente en el análisis político. Intentaremos una definición más
prolija, más propia, que parta de las problemáticas y contingencias
del acontecer político.
367
propensiones, a su concurrencia, sus efectos múltiples; aditivos,
en unos casos, destructivos, en otros casos. Ciertamente, como
dijimos, las tendencias son abstractas, son resultantes, son
efectos de los campos de fuerzas. Por eso, hay que considerar, en
el juego de las fuerzas un tipo de “gravitación”, por así decirlo,
una “gravitación” política. ¿Cómo definir esta “gravitación”
política? ¿Las fuerzas se atraen o se repelen? Ambas cosas pueden
ocurrir, dependiendo de las fuerzas, de los contextos, de las
coyunturas. Pero, también las fuerzas se acumulan, se refuerzan,
por así decirlo; así como se debilitan mutuamente, se vacían, por
así decirlo. Las fuerzas, en política, son energía social, son
potencia social. Es la dinámica de estas fuerzas las que crea la
“gravitación” política. Este espacio-tiempo social de campos de
fuerzas conforma elipses, por así decirlo, de dos polos; uno “real”,
el otro ficticio. El polo “real” es el que tiene que ver con la
asociación de composiciones de la potencia social, su facultad
cooperativa, colectiva, comunitaria; el polo ficticio tiene que ver
con el efecto institucional y simbólico del polo “real”, con su efecto
de espejo. Aparece, como institución imaginaria, el polo ficticio,
como poder; es decir, como formas institucionales de poder. Las
elipses “orbitan” atraídas por estos dos polos, el polo “real”, el
polo ficticio. Orbitan por la “gravitación” del polo de la potencia
social y la atracción simbólica del polo del poder.
369
emergencias, distintos momentos constitutivos, manteniendo
todavía este concepto zavaleteano212.
212
Nos referimos al concepto usado por René Zavaleta Mercado de momento constitutivo. Leer Lo
nacional-popular en Bolivia; Plural, La Paz.
370
de este momento el lugar y la perspectiva desde donde se abre un
nuevo horizonte.
El asenso
Los insurrectos son los que defienden el bien común del agua,
los que defienden la tierra, los que defienden los recursos
naturales, los que defienden los hidrocarburos, los que se levantan
en defensa de los derechos de los pueblos indígenas, los que se
levantan contra el proyecto y el modelo neoliberal, cuyo costo
social destruyó parte de la cohesión social y parte del aparato
productivo. Este conglomerado social, de organizaciones, de
multitudes, de masas, de pueblos, articuló un bloque popular e
indígena capaz de lograr la secuencia de victorias políticas durante
los seis años de luchas213.
213
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Horizontes de la descolonización. En publicación Abya Yala; Quito
2014. Horizontes Nómadas, Dinámicas moleculares, pradawordpress.com; La Paz 2012, 2013, 2014.
214
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Genealogía del Estado. Dinámicas Moleculares; La Paz 2013.
371
como unidad, como entidad trascendente, no existe; lo que existe
es el campo institucional, el campo burocrático, el campo político,
el campo social, el campo escolar, que reinventan la institución
imaginaria del Estado.
372
Esta es la contradicción del gobierno progresista con la
Constitución. Para los movimientos sociales, la Constitución es un
ideal plasmado, que debe realizarse. Para el gobierno la
Constitución es un texto de propaganda. Esta es la contradicción
del gobierno con los movimientos sociales, por lo menos con los
movimientos sociales efectivos, que se dieron desde el 2000 hasta
el 2005. Estas dos contradicciones son como generadoras, por así
decirlo, del resto de contradicciones, que se dan proliferantemente
en las dos gestiones de gobierno.
215
Hablamos del Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK).
216
Hablamos del colectivo Comuna.
375
una ideología “pragmática”, que persigue sostener la justificación del
decurso de un gobierno, que optó, desde un principio por el
reformismo y no por la transformación.
217
Hablamos del Grupo Octubre.
376
los términos de las relaciones de intercambio, mejorar notoriamente
los ingresos del Estado, por concepto de la explotación de los
hidrocarburos. Este incremento repercutió en la disponibilidad del
Tesoro y de las instituciones involucradas en el reparto. El problema
es que esta mejora no puede ser el fin de una nacionalización, que
debería continuar dando pasos urgentes hacia la industrialización. Sin
embargo, el gobierno prácticamente se contentó con este logro. Las
plantas separadoras no pueden considerarse como el inicio de la
industrialización, son sencillamente plantas separadoras de la
composición de los hidrocarburos.
Hipótesis
218
Revisar de Raúl Prada Alcoreza El espesor de la Asamblea Constituyente; Bolpress, La Paz, 2012.
Dinámicas moleculares; La Paz 2013. También, del mismo autor, Descolonización y transición; Dinámicas
moleculares; La Paz 2013.
377
momento de la primera Constitución. En la república no se incluyeron
a las mayorías nativas. Ahora se trataba que las mayorías plasmen su
voluntad en la Constitución y en la construcción del nuevo Estado.
Segunda gestión
219
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Potencia, existencia y plenitud. Rebelión; Madrid 2013. Dinámicas
moleculares; La Paz 2013.
220220
Revisar de Raúl Prada Alcoreza El meandro de los gobiernos progresistas; Rebelión; Madrid 2013;
Dinámicas moleculares; La Paz 2013.
378
Constitución. En la primera gestión se cumple parcialmente la Agenda
de Octubre; en la segunda gestión no se cumple con la Constitución.
Este decurso nos muestra que el gobierno progresista se aleja cada
vez más de los objetivos plasmados por los movimientos sociales, las
naciones y pueblos indígenas. El gobierno llega a situarse en una
posición contrastante en el decurso del “proceso de cambio”, se
coloca como contra-proceso221.
379
como un estipendio provisional para los estudiantes de primaria, con
el objeto de evitar la deserción escolar; el segundo, como un bono a
los adultos mayores; el tercero, como una atención a las madres
embarazadas, con el objetivo de incidir en los altos niveles de
mortalidad materno infantil. Tres bonos, cuyas características son de
alcance coyuntural. Para lograr efectos estratégicos se requiere
inversión logística, de largo plazo, que impacte estructuralmente en
las condiciones y causas de los problemas que se quieren atender.
224
Revisar de Raúl Prada Alcoreza Extractivismo colonial y política monetarista. Rebelión; Madrid 2013.
Bolpress; La Paz 2013; Dinámicas moleculares; La Paz 2013.
380
una agencia comercializadora; está muy lejos de haber dado un
primer paso en la consecución de la soberanía alimentaria. Lo grave
es que esta dedicación comercializadora, justificada para evitar la
escalonada de precios de los bienes alimentarios, ha comenzado a
afectar a la producción del país; por ejemplo, a los pequeños y
medianos productores de arroz, quienes no pueden competir con los
precios del arroz importado de Paquistán. No hablamos aquí de las
empresas estatales ya establecidas desde antes y después de la
revolución de 1952; YPFB y COMIBOL.
225
Revisar de Raúl Prada Alcoreza La lucha por el porvenir. Dinámicas moleculares; La Paz 2013.
382
forman parte de una maquinaria chirriante, acoplada, del Estado,
cuyas lógicas inherentes escapan a los ocupantes de turno; ellos
terminan convertidos en engranajes de esta instrumentalidad estatal.
Los márgenes de maniobra dejan de ser tales, se convierten en los
márgenes de lo ilícito en el marco de lo lícito. Los individuos terminan
optando por salidas privadas. Quizás nunca lleguen a saber en qué
momento dieron el primer traspié que los arrastró a la vorágine de la
estafa. Enmascarados, llenos de escudos, tienden a usar retoricas con
pretensiones de radicalismo, creyendo, en el fondo, que lo que hacen,
puede estar permitido, mientras se siga sosteniendo la lealtad al
“proceso”, compartiendo una figura desvencijada del “proceso”, como
fatalidad o como finalidad.
Conclusiones
383
Ceremonialidad y comedia política
384
¿Esta es la condena? ¿No se puede salir de ella, como de una
fatalidad inscrita?
385
saldremos del círculo vicioso del poder. La trama se repetirá en
distintos escenarios, en distintos contextos, con distintos personajes,
con otras indumentarias y más tecnología.
386
encontramos con la repetición de la trama política, sino también con
los nacimientos de las nuevas rebeliones. La historia - el peligro de
hablar así, es convertirla en un sujeto, que no es - parece jugar a los
dos lados, a la condena y a la esperanza. No hay fatalidad. Lo que
reaparece es una constante lucha entre poder y potencia social, entre
“pragmatismo” oportunista y sueño utópico.
387
Un discurso anacrónico
388
garrafales errores que hunden al proceso en profundas
contradicciones. ¿Por qué lo hace? ¿Una estrategia de poder? Es
cierto, que ninguno de los que están en el gabinete sería algo sin la
popularidad que todavía goza el presidente. ¿Esta aseveración lo
incluye al vicepresidente? Se puede decir que no, pues ya tenía
ganado un prestigio por arriesgar su vida en la lucha aniti-colonial.
¿Pero, entonces? El problema es si el vicepresidente se mantendría
donde está si fuese consecuente con el perfil construido en sus años
de lucha. No, no podría estar ahí, pues es incompatible con la guerra
anti-colonial. El vicepresidente ha escogido en su dilema: ¿O continúa
la lucha o se inclina por el “pragmatismo”? Lo que al final es una
renuncia a la lucha anti-colonial. No hay que dar muchas vueltas
sobre este asunto, tal como lo ha hecho la vocería de la derecha,
durante el periodo de conflictos (2006-2009), convirtiéndolo en un
monstruo; tal como lo hace una vieja izquierda que ve en él un
traidor. Ninguna de las dos cosas, eso es reducir la explicación de los
comportamientos y de los procesos a un moralismo de cura de
provincia o a al esquematismo de principiante en su militancia.
389
Terrible. Hay un drama solitario que sufren los caudillos, los líderes,
los personajes públicos, quienes se ven obligados a aparentar lo que
representan, la figura que creen que son los demás. Luchan
denodadamente por parecerse a una imagen construida, que no es
más que eso, una imagen pura, imposible. Son personajes que
pierden la poca humanidad que nos queda en un mundo corroído por
la compulsión comercial.
390
en torno al desistimiento de la Constitución, al incumplimiento de las
trasformaciones estructurales e institucionales que deberían darse,
por las que se peleo en la movilización prolongada (2000-2005). No
se da el debate porque los voceros, el gobierno y su ideólogo no
quieren debate. Les basta, seguros del control absoluto que ejercen
del Estado, con acudir a la propaganda, a la publicidad y a
elementales interpretaciones oficiales, que reducen la narrativa del
proceso a los contrastes con los gobiernos anteriores. No dicen nada
respecto a los contrastes de lo que hacen respecto de lo que
establece la Constitución, salvo justificaciones espantosamente
estrambóticas, que no explican sino embrollan. El gobierno cree que
debate con una “derecha” tradicional, prácticamente insignificante
como convocatoria política; en realidad discute con el fantasma de
una “derecha” desaparecida con su derrota política en El porvenir-
Pando. Lo hace pues necesita de esa “derecha” para parecer
“izquierda”. Es la búsqueda de un contraste comunicacional lo que
busca como parte de la imagen electoral perseguida. Esa discusión
con una “derecha” insignificante no es más que pantalla; no asume la
interpelación de los hechos, no ve, se enceguece, ante las evidentes
contradicciones; no quiere responder a la crítica desde la “izquierda”,
usando también este término tan discutible, desde la perspectiva
histórica y desde la complejidad de los procesos.
391
que el gobierno tiene una política minera muy parecida, sino
equivalente, a la política minera neoliberal, salvo la demagógica
extensión de concesiones a las cooperativas mineras. El problema es
que el gobierno no ha realizado una segunda reforma agraria,
preservando a los grandes latifundistas. El problema es que el
gobierno, debido a su “pragmatismo”, ha preferido pactar con la
burguesía, por lo menos con los sectores que se inclinaron por la
política económica del gobierno, convirtiéndose, poco a poco, en un
gobierno que administra los intereses de la burguesía recompuesta,
la anterior y los nuevos ricos. El problema es que el gobierno,
contentándose con haber mejorado las condiciones de las relaciones
de intercambio, por medio de la nacionalización, ha renunciado a una
lucha sostenida y efectiva por la independencia económica, por la
soberanía alimentaria, convirtiéndose en un Estado que vuelve a
administrar la transferencia de los recursos naturales a los centros
del sistema-mundo capitalista, como la hacen casi todos los Estado-
nación subalternos. Estos son algunos de los problemas, puestos en
la mesa, tanto por la crítica como por la evidencia de los hechos.
226
Ver de Raúl Prada Alcoreza Diagrama de poder de la corrupción. Bolpress; La Paz 2012. Horizontes
nómadas, Dinámicas moleculares; La Paz 2012-2013.
227
Ver de Raúl Prada Alcoreza La guerra de la madre tierra; Autodeterminación, La Paz 2013. Bolpress;
La Paz 2012. Horizontes nómadas, Dinámicas moleculares, http://pradaraul.wordpress.com/, La Paz
2011-2014.
392
de fondo es importante. Si el gobierno, sobre todo su ideólogo,
mantuvieran el discurso sólo en lo que efectivamente hacen, en el
reformismo, si no se embarcarían en la especulación, que también es
una mentira, diciendo que ya estamos en el Estado plurinacional,
comunitario y autonómico, que se ejerce la democracia participativa y
comunitaria, que se consolida el bien común, pretendiendo que se
tiene una base comunitaria como núcleo de las políticas públicas,
cambiaría el lugar de la discusión. Quizás esto sería más saludable.
Respuesta
393
determinadas circunstancias, esta utopía se hace posible, emerge de
la matriz de la “realidad” efectiva. Esto ocurre cuando acontece
masivamente el gasto heroico, la rebelión contra la realidad y la
historia, la rebelión contra el destino, contra la fatalidad. Con esto
llegamos a un núcleo, si podemos hablar así, del problema. La
“realidad” no es real, es una construcción institucional. No conocemos
lo que es, eso que la filosofía ha reducido al concepto esencialista de
ser. Lo que si podemos comprender es que cuando nos proponemos
colectivamente a cambiar, a crear, la llamada “realidad” cambia. A
esto se ha llamado, en la modernidad, “revolución”.
394
En estas condiciones, si fuesen ciertas, pues no se sabe, pues el
pueblo actúa pasionalmente en los momentos de congregación de
voluntades heroicas, qué es lo que queda. ¿Hacer lo mismo, es decir
renunciar? Esto sería grave, pues sería una aceptación general,
absoluta, de la impotencia. En la historia, se ha mostrado que ocurre
algo interesante, inquietante, cuando se da una depresión
generalizada o un conservadurismo generalizado, si se quiere, un
conformismo generalizado; cuando ocurre esto, siempre se da, por
otro lado un radicalismo, un inconformismo, el germen de una nueva
subversión. Hoy asistimos a una nueva subversión de la nueva
generación de luchas sociales; los zapatistas continúan con su utopía
autonómica, implementada en las comunidades de la selva
lacandona. El germen de la subversión de la praxis renace en los
jóvenes heterodoxos, que reclaman el derecho a una educación de
calidad, como bien común; en los jóvenes y pueblo indignado, que
exige un transporte gratuito; en los pueblos despojados, que se
levantan contra la dominación del sistema financiero internacional; en
los pueblos indígenas que se oponen a los proyectos extractivistas,
defendiendo sus territorios y la madre tierra. Estos contrastes
alientan, pues nos muestran los ciclos de las luchas sociales. Es
indispensable seguir, decir, ¡La lucha continua!
395
Bajo estas consideraciones, en esta perspectiva, no se puede
aceptar el papel de jueces. Los que juzgan a los “pecadores” por
haber roto los mandamientos. Esta perspectiva moralista es la
expresión más extrema del poder y la violencia contra la condición
humana. El juez es la manifestación del terror que se siente ante lo
desconocido, es un acto de castigo y disciplinamiento en contra de lo
que se considera es una desmesura de la misma humanidad
compartida.
396
contradicciones, a pesar de sus reformas. Una segunda gestión de
gobierno de carácter, mas bien, regresivo, en contraste con la
primera gestión de gobierno. La paradoja es que la primera gestión
no contaba con la Constitución, en cambio la segunda gestión sí. En
la primera gestión se convoca a la Asamblea Constituyente y se
nacionalizan los hidrocarburos; en la segunda gestión se incumple
con la Constitución, a pesar de contar con los 2/3 del Congreso.
Gobernantes, cuya psicología narcisa y engreída los enajena, cada
vez más alejados de una lectura adecuada de la “realidad”, cada vez
más apegados a la ilusión de su propia propaganda. Una segunda
gestión donde preponderan errores crasos, como la medida del
“gasolinazo”, el conflicto del TIPNIS, la represión en Chaparina,
cooptación indiscriminada, sin institucionalidad, de los Órganos del
Estado, cooptación descomedida de todas las dirigencias sociales, sin
darles espacio para su propia autonomía, autogestión y deliberación.
Una política exterior sin rumbo, salvo los conocidos chauvinismos de
todos los gobiernos. Lo de la defensa de la madre tierra quedó atrás;
el último gesto, en esta perspectiva, fue la contra-cubre de Tiquipaya.
Entrega cada vez más notoria a la dependencia de las empresas
trasnacionales, en minería y en hidrocarburos, a pesar, que en este
último caso, se los nacionalizaron. Un desborde de excesos
electoralistas, que imprimen un sello artificial al llamado proceso de
cambio, dejando de lado la evaluación “objetiva” de lo que ha
acontecido y de lo que acontece. Todo esto, errores garrafales, en
política, encubiertos por una compulsiva y descomunal propaganda y
publicidad, como si estos recursos comunicacionales pudieran
cambiar los hechos, los eventos y los sucesos.
397
despojamiento y desposesión neo-liberal. Las convocatorias de las
resistencias a los gobiernos progresistas, como en el caso de
Venezuela, tienden a ser masivas, debido, no tanto a la conspiración,
como a las contradicciones de los gobiernos progresistas y sus
inconsecuencias. Las convocatorias de las resistencias a los
gobiernos autoritarios, como en el caso de la “primavera árabe”, han
sido multitudinarias. No se puede explicar estas movilizaciones, de
ninguna manera, por la intervención foránea, aunque la haya habido.
Ocultar los núcleos de las crisis no ayuda en nada a comprender la
mecánica de las fuerzas en juego en estas crisis políticas.
398
buscando desvanecer las causas del conflicto, buscando soluciones de
consenso. El aprendizaje político es permanente, la adecuación a la
coyuntura y nuevas circunstancias debe ser continua; cerrarse a esta
flexibilidad es como decir lo que sé ya es todo, eso basta; las
verdades que manejo son las últimas, definitivas. Todo lo que
contradice estas verdades es reaccionario y debe ser descartado.
Cuando se tiene este tipo de actitudes es como anunciar el comienzo
del fin. Se anuncia el crepúsculo de un régimen que ya no quiere
aprender nada, tampoco quiere adaptarse a las exigencias de la
coyuntura.
400
La política como campo de fuerzas
228
Usamos el término horizontal como metáfora. La espacialidad y el espaciamiento es más complejo.
402
Al respecto es ilustrativo y aleccionador observar, que cuando
las fuerzas, que se movilizaron para dar apertura un proceso de
cambio, se conforman con lo conseguido, que puede ser la llegada al
gobierno de la opción considerada propia, el gobierno considera este
conformismo como un permiso para actuar como vea conveniente.
Este conformismo es un dejar hacer, permitiendo que la fuerza del
gobierno se explaye en las consecuencias de sus incursiones políticas.
Estas incursiones políticas y sus consecuencias cuentan no solamente
con el aval de las fuerzas sociales, sino que estas fuerzas sociales se
limitan a una función pasiva. Al hacerlo, su conformismo y pasividad
afecta a la fuerza gubernamental, dejando que las tendencias
inherentes se desplieguen libremente, por así decirlo. Si estas
tendencias son conservadoras, que es lo más probable, pues se trata
de funcionarios interesados en administrar, no en transformar, las
tendencias gubernamentales van a limitar los alcances abiertos y
posibles del proceso de cambio.
403
nucleadas, inciden en las selecciones de opciones, también en los
cómputos electorales. Aunque no se puede generalizar una amalgama
de tendencias, en este caso, se puede decir, con cierta incertidumbre,
que estas fuerzas tienden a lograr la estabilidad, el equilibrio, las
pausas, ya sea en coyunturas de cambio o, al contrario, en
coyunturas regresivas.
Las fuerzas de las que hablamos son como los nervios del
cuerpo del sistema-mundo capitalista. Una economía-mundo
integrada por el sistema financiero mundial; sistema financiero
hegemónico y dominante, que ha desplazado la valorización del
capital, de su subsunciones formales y reales, a la valorización
especulativa. Sistema-mundo, que en la actualidad, conforma dos
dimensiones reproductivas del capital. Una aparente, la que podemos
404
llamar ficticia, pues se basa en la especulación y en la inflación; la
otra, “real”, en el sentido material, que definitivamente sostiene la
valorización especulativa, que no tendría ninguna consistencia, si no
fuera por la valorización material. Esta valorización material tiene su
base primordial en el expansivo modelo extractivista, cada vez más
destructivo, debido a las tecnologías de efectos desbastadores en
uso. La valorización real se efectúa por despojamiento y desposesión,
la valorización ficticia es matemática.
405
La dinámica de las fuerzas en el campo político, entendiendo
como una de esas fuerzas al gobierno, no solamente da lugar a una
especie de resultante, en la geometría de estas fuerzas, sino afecta
diferencialmente a todas las fuerzas involucradas. El comportamiento
de la fuerza gubernamental se explica por la mecánica de estas
fuerzas, por la geometría de estas fuerzas, también por la afectación
de esta mecánica, de esta geometría, de estas dinámicas, en
periodos y coyunturas determinadas.
229
Ver de Raúl Prada Alcoreza Retórica y drama de un gobierno reformista. Dinámicas moleculares; La
Paz 2014.
406
convertidos en los nuevos “contra-revolucionarios”, que reprimen al
pueblo a nombre de la “revolución”. El desenlace sucinto es que la
“revolución” por este decurso termina tragada por la restauración
descomunal del Estado, termina formando parte de la reproducción
inaudita del poder.
407
memorias. El discurso descolonizador en el gobierno es un canto a la
bandera; en la práctica, perduran habitus discriminadores, raciales,
patriarcales, acompañados por violencias conocidas, desatadas por
los mandos sobre los soldados, suboficiales y hasta oficiales. Ahora
también sobre la mujeres, las que no dejan de sufrir vejámenes de
parte de sus camaradas.
408
en “chocolateadas”. La formación de oficiales deja mucho que desear,
en cuanto a la actualización de contenidos, tecnologías, información.
Están muy lejos de haber estudiado seriamente las guerras, la
experiencia en las guerras de los ejércitos, incluso las guerras que
están cercanas, las que nos ha tocado sufrir. Si esta es la formación
de los oficiales, qué se puede esperar de la formación de suboficiales.
En el Colegio Militar se han introducido materias universitarias, como
si esto mejorara la formación. La formación de un militar, mucho más
si se trata de un militar de un Estado en transición, embarcado
supuestamente en un “proceso de cambio”, no puede ser un colaje de
materias. Es indispensable tener en cuenta los perfiles apropiados de
un ejército que debería contar con la capacidad de la movilización
general de un pueblo armado, para la defensa del “proceso”. Estos
temas pasan desapercibidos. No se van a resolver con cambios de
símbolos, con nuevos saludos, con nuevos estribillos, con discursos
superficiales sobre la descolonización. El servicio militar de la cual se
sienten tan orgullosos los militantes de base del MAS no es más que
un dispositivo colonial, un dispositivo de articulación estatal, de
estatalización, es decir, de institución imaginaria de la nación, aunque
el mismo servicio pueda servir para el juego de prestigio en las
comunidades.
409
también del Estado. Es un buen momento para aprender, analizar sin
tapujos, evaluar críticamente el “proceso” que naufraga. Así como es
una gran oportunidad para efectuar cambios. Sin embargo, es de más
probable que el gobierno actué como siempre, como lo ha hecho en
distintas crisis, la de los cooperativistas y mineros, la relativa a las de
la demanda de autonomías regionales, como las dadas en Potosí,
como las del “gasolinazo” y el conflicto del TIPNIS. Es de esperar que
el gobierno recurra a la justificación de lo que hay, volviendo a
cubrirse con su ilusoria propaganda, cerrando los ojos y los oídos a lo
que ocurre, optando por la represión. El gobierno habría perdido la
oportunidad de reconducir, de retomar cursos abandonados, desde la
primera gestión, encaminándose a un hundimiento, lento o más
rápido, dependiendo de las circunstancias.
410
política que diferencia hombre negro de hombre blanco, hombre indio
de hombre blanco, hombre de color de hombre blanco, diferencia
efectuada sobre la matriz de género, la diferenciación hombre de
mujer. La dominación colonial es también, al mismo tiempo,
dominación patriarcal. El equivalente general, el individuo abstracto,
el ciudadano universal, es pues el hombre blanco. La modernización
consiste en parecerse a este arquetipo colonial.
411
heterogénea, incluyendo los mestizajes concretos. Esto equivale a
pasar de la institucionalidad homogénea, disciplinaria, moderna, al
pluralismo institucional, abierto a composiciones creativas; pasar al
pluralismo jurídico, pluralismo administrativo, pluralismo de
gestiones.
Dirigencia de llunk’us
413
pronunciada con falta de ingenio, pues no se les ocurre otra cosa que
acusar de sedición, sino también la asombrosa desconexión con lo
que ocurre. Incluso si quisieran defender al gobierno en su
diletantismo, en su regresivo comportamiento, se debe tener, de
alguna manera, una conexión con lo que acaece. Empero, parece que
la dirigencia cooptada, que ya no responde a las bases sino a las
instrucciones del ejecutivo, levita en las nubes de la propaganda,
cumpliendo un papel patético de subordinación y llunk’iriu.
414
convencidos. Esta dirigencia, en plena crisis de representación, pues
no responde a la representación orgánica, conformada por una
democracia comunitaria, por la selección consensuada y en
asambleas, sino al dedo digitado desde el gobierno, es la que se
lanza contra la rebelión de los suboficiales. Es la misma dirigencia
que se estrelló contra las comunidades indígenas del TIPNIS, es la
misma dirigencia que avaló las leyes inconstitucionales promulgadas
por el gobierno; seguramente también va avalar la Ley Minera, que
ha sido declarada por el propio presidente como una traición a la
patria, aunque después el mismo presidente reculó, dejando que sólo
se discuta el artículo 151 y otros más, cuando toda la Ley vulnera la
Constitución y atenta contra la propiedad de los recursos naturales de
los y las bolivianas.
¿Qué valor tiene lo que dice esta dirigencia? Sólo el valor de toda
amenaza, blandiendo el chicote contra toda crítica al gobierno y a los
que han usurpado el “proceso de cambio”. El contenido de lo que
expresan no puede ser más colonial. Su apego a la institucionalidad
colonial es manifiesto. Tendrían que mover camiones de gente,
pagados por el gobierno, de una manera no orgánica, pues saltarían
toda la estructura orgánica de las organizaciones sociales; traerlos a
la sede de gobierno y enfrentarlos a los hermanos suboficiales y sus
esposas. ¿Qué sentido tiene esta amenaza? Es de todo reaccionaria;
se coloca del lado de los que se oponen a la descolonización, a las
transformaciones estructurales e institucionales. La dirigencia es
parte del contra-proceso y de la vulneración sistemática a la
Constitución.
415
que construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico.
Usando el viejo lenguaje de la política, que se define identificando al
enemigo, podemos decir, como metáfora, que esta dirigencia,
sumada al llunk’iriu de los funcionarios y militantes, de los
asambleístas legislativos, es el enemigo dentro de casa. Son los
sepultureros internos del “proceso de cambio”.
El dedo en la llaga
416
problema administrativo; es un problema estructural. El sistema
educativo se ha convertido en un espacio que garantiza trabajo
seguro, sueldo garantizado y beneficios, por más bajos que sean,
pues tampoco los y las maestras ganan como corresponde. Lo que no
se tiene es garantizada la vocación de los y las maestras. Tampoco se
les dio la oportunidad de una formación adecuada, para afrontar, en
su debido momento, la pedagogía requerida, la transmisión de
conocimientos, la educación integral y especializada. La
responsabilidad educativa, los desafíos contemporáneos de la
formación, no son las preocupaciones relevantes ni del gobierno ni
del magisterio. El gobierno busca controlar el magisterio, el
magisterio busca resolver y lograr materializar las demandas
gremiales, que ciertamente son justas. Sin embargo, por más justas
que sean, la educción y la formación no se circunscriben a las
demandas laborales.
417
al montaje de la actualización, al escamoteo en formación docente, y
al teatro de la pretendida descolonización, entregando títulos
“nobiliarios”, que avalan licenciaturas y posgrados en los papeles,
cuando los cursos dejan mucho que desear. Este autoengaño
complica la situación; las supuestas transformaciones se dan en los
papeles; empero, se mantienen las viejas prácticas de aula y la
enseñanza deficiente. Muy lejos de la descolonización efectiva.
418
memorias sensibles, apuntando a la creatividad constante. La
producción es parte de las respuestas en los contextos de las
reproducciones vitales.
419
El sistema educativo integral debe, entonces, preparar profesionales
y técnicos, para su desempeño en la eco-producción, eco-
industrialización y eco-tecnología, fuera de científicos en estos
campos, fuera de administradores en estos espacios, fuera de
teóricos que agudicen en la interpretación de estas experiencias y sus
vinculaciones con los ciclos vitales.
Otro tópico estratégico tiene que ver con la construcción del sistema
de gobierno de la democracia participativa. Ciertamente no es fácil
pasar a este sistema de gobierno participativo; se requiere de
transiciones transformadoras de las condiciones socio-políticas
heredadas. La única manera de construir este sistema participativo es
de manera participativa. Haciendo participar a la gente, a las
comunidades, a las organizaciones sociales, a las poblaciones
territoriales, a los pueblos, a los individuos. No se puede construir un
sistema de gobierno de la democracia participativa sin la participación
de la gente.
420
otro imaginario. Como no tenemos la experiencia del Estado
plurinacional, pues nos mantenemos en la institucionalidad del
Estado-nación, podemos conjeturar que se trataría de un imaginario
que valoriza no la homogeneidad ni unicidad, sino la
complementariedad articulada de lo múltiple, la confederación
conjugada de los pueblos.
Las crisis son al mismo tiempo una gran oportunidad para resolverlas,
pues hacen visible los nudos problemáticos que la generan. Sin
embargo, esta oportunidad es aprovechable si se da una condición
fundamental, la voluntad o el conglomerado de voluntades para
hacerlo. Esto es precisamente lo que falta en el gobierno reformista.
A preferido llenar este vacío con el fácil recurso de la propaganda y
421
publicidad, como si este recurso pudiera sustituir la ausencia de esta
condición de posibilidad histórica de carácter subjetivo; no puede
hacerlo. Sencillamente se trata de un autoengaño institucionalizado.
La opción gubernamental es la opción de la época, la simulación.
422
plurinacional “realizado” por el gobierno, que pelear contra el
proyecto de Estado plurinacional, como lo hizo en el inmediato
pasado, cuando se lanzó a la ofensiva contra el proceso constituyente
y contra la aprobación de la Constitución. El debate en el que se han
entrampado oposición y gobierno los aproxima más que alejarlos. Lo
único que disputan son caudales de votos. Nada más.
423
Las elecciones que vienen serán como una constatación ordinaria,
tanto como repetición, orden y letargo. Se constata que el poder,
como dominaciones, se reproduce, ya estén unos o estén otros en el
gobierno; que al poder, en cierto sentido, le es indiferente quienes
estén. Lo importante es que el poder, las estructuras de
dominaciones, funcione, dentro de determinados márgenes de
maniobra, intervalo en el cual se pueden distinguir los matices.
Cuando se den los resultados electorales, se podrá decir: “el proceso
de cambio ha concluido”, ha terminado. El oficialismo entenderá que
es así porque continúa, porque ha sido ratificado, porque ha
cumplido. Pero esto no es más que imaginario. En realidad el
“proceso” muere en manos de los que lo condujeron a ese final;
decrépito, sin fuerzas para continuar; otoñal, vejestorio; empero,
investido de oropeles. Casi un cadáver vestido de traje de gala para
disimular.
424
entrelazamientos, la perspectiva del Oikos, no se puede figurar,
configurar y refigurar, desde la perspectiva individual de los
organismos; estos nacen, crecen, llegan a su cúspide, para luego
descender hasta morir. En cambio, la vida como integralidad, no
funciona ni se despliega de esa manera. La vida, en su forma,
contenido, expresión, mecánica, dinámica, integral, como memoria
sensible, como genoma y la proliferación de sus formas, no muere, es
si se quiere metafóricamente, “eterna”. La vida se mueve en los
espesores del espacio-tiempo curvo; el genoma, en sí, no se mueve
en el tiempo; en su dimensión virtual, sustentada en la materialidad
energética de las dinámicas moleculares, no hay tiempo, aunque el
tiempo aparezca, como espacio-tiempo, en la proliferación plural de
las formas de vida y sus ciclos.
Hay dos formas con que la potencia social abre horizontes; una es
por la irradiación misma de su propia potencia; otra es cuando choca
en los bordes del espacio estriado con las mallas institucionales.
Cuando ocurre esto último, las estructuras institucionales son
afectadas, impugnadas, exigidas, interpeladas, buscando sus
transformaciones. Volviendo al caso que nos ocupa; el “proceso de
cambio” puede haberse institucionalizado; empero, la potencia social,
de donde proviene el “proceso” no se institucionaliza, se mantiene
como alteridad. La potencia social que produjo el “proceso de cambio”
se mantiene como alteratividad, con capacidad de ocasionar
alternativas. Los choques entre potencia social y “proceso de cambio”
institucionalizado se dan lugar, develando la impotencia de la
institucionalidad de capturar totalmente la potencia, de controlar
425
absolutamente la potencia, de llegar a la “utopía” reaccionaria del
poder, el fin de la historia.
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