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EL PROYECTO DE LA CORRUPCIÓN CONTRA EL PROYECTO DE LA

ANTICORRUMPUCIÓN.
El fenómeno de la corrupción en Colombia, es un síntoma de la llamada “plaga” que se
encuentra en todos sus estamentos organizacionales públicos y privados. Este es un mal
que afecta a todos los colombianos, principalmente a la clase más pobre.
La corrupción en Colombia no es de este siglo, es un fenómeno que sufrimos desde la
llegada de invasores españoles a territorio colombiano, quienes impusieron a nuestros
ancestros indígenas su forma de gobierno, sus políticas, con la intención de apoderarse de
las riquezas que poseía nuestro país. Pero los españoles invadían territorio colombiano de
acuerdo con unas cedulas reales que correspondía al interés propio de la clase alta de
España, de manera que todo o gran parte el oro colombiano terminó en manos de la corona
española. Este es un panorama de corrupción de quienes detenta el poder económico y por
consiguiente político, quieren seguir mandando e enriqueciéndose a costa de los más
pobres, e ignorantes.
Partiendo desde el contexto histórico colombiano, se continúa con el “proyecto de la
corrupción” como un poder de la clase política dirigente con el fin de conseguir
determinados beneficios para sí mismo (se alimentan de su propio egoísmo). La continuada
práctica de este proyecto conlleva cada día más al detrimento del Estado, a una sociedad
cada vez más desigual, frágil, fragmentada, masacrada. Aunque, ante esta situación en los
últimos años se han dado iniciativa por algunos sectores políticos de la lucha contra la
corrupción, (ejemplo de ello es la puesta en marcha del sistema de monitoreo, seguimiento
y control de los recursos del sistema General de participación.
Así mismo como respuesta a la corrupción, el gobierno anterior con su gabinete trató a
través de su política fortalecer el programa de la lucha contra la corrupción, no se pudo
hacer mucho porque existen intereses particulares de quienes detentan el poder en
Colombia e incluso hasta el punto de sobre pasar el que el pueblo (fundante del Estado) le
otorga delegadamente al presidente. Situación que nos lleva a altos niveles de impunidad,
una ineficacia en materia de investigación y sanción insuficiente, para erradicar o por lo
menos mermar el proyecto de la corrupción.
Por otra parte, parecería que existen buena voluntades por una minoría del congreso que
pretendió impulsar el proyecto anti-corrupcion “una política integral contra la corrupción”
que pretende establecer una sociedad menos desigual (reducción a el salario de los
congresistas y altos funcionarios del Estado), mejorar los escenarios públicos del Estado e
implementar un sistema político más transparente que permita eliminar manipulación de los
procesos contractuales con el fin de beneficiar a grupos o personas específicas, el sector
privado y no gubernamental, no impunidad de los sujetos vinculados a la corrupción que
buscan beneficiarse a sí mismos sin importar lo que ocurre en nuestra sociedad (personas
desnutridas e incluso muertas de hambre, el mal panorama en la educación publica, sector
en el cual no existe aulas de clases dignas y programa de alimentación adecuado). Así
mismo se presenta el sector salud, punto clave porque actualmente no se le presta un buen
servicio a la ciudadanía; mueren a diario muchos colombianos por la ineficacia de este
sector (estas personas no son los hijos de los señores congresistas, magistrados, presidentes,
expresidentes, vicepresidentes, si no de la clase pobre y media, que siempre ha sido azotada
por el egoísmo de quienes promueven el proyecto de la corrupción en Colombia). Aunque
este proyecto de anti-corrupción pretende implementar mejoras las prácticas de políticas
públicas para que los corruptos vean limitado su egoísmo hacia la comunidad colombiana,
fue sometido a aprobación de la ciudadanía colombiana, no paso el umbral, existe el
compromiso de llevar a cabo este gran proyecto de decir: “no más a la corrupción”, lo cual
nos permitirá mejorar las condiciones sociales, económicas y políticas en el país.
Ya es el momento que el gobierno actual, quienes detentan el poder (político y económico)
dejen a un lado su interés individualista, y concreticen este proyecto de anti-corrupción
(aprobado por una gran parte de colombianos) para que este país levante sus bandera como
una manifestación de libertad que desde hace muchos años ha venimos siendo privada.

AURA MARCELA JIMENEZ ARRIOLA

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