CUADERNOS DE

ARTÍCULO
MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE
REVISTA IBEROAMERICANA DE PSICOSOMÁTICA

Aplicación de la terapia de aceptación y

compromiso en pacientes con fibromialgia: una
experiencia clínica
Application of acceptance and commitment therapy in patients with
fibromyalgia: a clinical experience
Sílvia Plantada Soto1, Lourdes Cordón Barrenechea-Arando1, Joana Martí Estruch2
Recibido: 06/09/12
Aceptado: 12/05/13

Resumen

La fibromialgia es un trastorno con una elevada prevalencia en población general, lo que la

convierte en uno de los problemas sanitarios que consumen más recursos. El objetivo de los tra-
tamientos médicos y psicológicos convencionales ha sido reducir el dolor sin alterar la funcio-
nalidad de la persona, aunque no han demostrado tener una elevada eficacia. La Terapia de
Aceptación y Compromiso (ACT) se presenta como una alternativa, ya que pone énfasis en la
aceptación o la disposición a experimentar dolor y eventos privados desagradables (pensamien-
tos, recuerdos, sensaciones...) dentro de un contexto de valores, en lugar de tratar de controlar-
los. Se aplicó una intervención breve basada en ACT en un grupo de personas con fibromialgia
con el objetivo de realizar una comparación intra-sujeto entre dos medidas, una antes de la
intervención y otra después. Los resultados mostraron que el 75% de los participantes aumenta-
ron la implicación en sus tareas diarias.

Pal abras cl av e: Fibromialgia. Aceptación. Compromiso. ACT. Valores.

Summary

Fibromyalgia is a disorder with a high prevalence among the general population, and as a
consequence, one of the health problems that consumes more resources. The aim of conventional

1
Psicóloga
2
Psicóloga clínica
Co rres po ndenci a: Dra. Joana Martí Estruch
Unitat de Salut Mental Badia del Vallès
c/Bética s/n
08214 Badia del Vallès
jmarti.mn.ics@gencat.cat
splantada@copc.cat
lourdes.cordon@copc.cat

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 medical and psychological treatments has been to reduce the suffering without changing the
daily people’s life, although they haven’t shown to be highly effective. The Acceptance and
Commitment Therapy (ACT) is introduced as an alternative due to it emphasize the acceptance
or willingness to experience pain and unpleasant private events (thoughts, memories, sensa-
tions…) within a context of values, instead of trying to control them. With the aim to make a sub-
ject comparison between two measurements, it was provided a brief intervention based in ACT
Therapy to a group of people with fibromyalgia. The results showed that 75% of participants
increase their involvement in their daily tasks afterwards.

Key wo rds : Fibromyalgia, Acceptance. Commitment. ACT. Values.

INTRODUCCIÓN mos o inexistentes (Dahl, Wilson, Luciano y Ha-

La fibromialgia se caracteriza por la presencia
de dolor crónico generalizado, que suele ir acom-
pañado de síntomas como fatiga intensa, altera-
ciones del sueño, parestesias en extremidades,
depresión, ansiedad, rigidez articular, cefaleas y
sensación de tumefacción en las manos. Afecta a
la calidad de vida de las personas que la sufren, ya
que ven mermada su capacidad física e intelectual
debido a que sufren alteraciones en su estado emo-
cional y en sus relaciones personales, afectando a
su carrera profesional y a su salud mental (Rivera
et al., 2006). Desde 1992 se clasifica en la CIE-
10 dentro de las enfermedades reumatológicas. Es
un problema sanitario creciente debido a su ele-
vada prevalencia, situada entre el 2,1-5,7% en po-
blación general adulta española, que ocupa entre
el 10-20% de las consultas de reumatología y en-
tre el 5-8% de las de atención primaria (Carmona,
Ballina, Gabriel y Laffon, 2001). El tratamiento de
elección actual se basa en un abordaje multidisci-
plinar que suele caracterizarse por la administra-
ción de fármacos, la realización de ejercicio físico
y la aplicación de una terapia psicológica (Rivera
et al., 2006). Tradicionalmente, los tratamientos
de elección para el dolor crónico se han orientado
a paliar los síntomas físicos, tanto desde las in-
tervenciones médicas, como desde las psicológi-
cas. Para reducir los síntomas físicos, las técnicas
más utilizadas son las bajas laborales, el descanso
o reposo, la terapia de frío y calor, el tratamiento
con ultrasonidos, los analgésicos, los antiinflama-
torios, la acupuntura y el masaje, aunque se ha
observado que los efectos a largo plazo son míni-
yes, 2005). A nivel psicológico, la terapia de elec-
ción ha sido la terapia cognitivo conductual. Esta
terapia propone que el dolor, por sí mismo, no
debería de provocar una disfunción en la vida dia-
ria, ya que el objetivo es enseñar estrategias cog-
nitivas y conductuales, basadas en el control, que
reduzcan la experiencia dolorosa (Wicksell, R.K.,
Renöfält, J., Olsson, G.L., Bond, F.W y Melin,
L., 2007). Aún y así, si la experiencia dolorosa
está asociada con la actividad, el movimiento o el
lugar de trabajo, conducirá a una evitación de
estas situaciones, lo que provocará la aparición de
una disfunción en la vida cotidiana. Las técnicas
más usadas son la exposición a las actividades,
los movimientos o los sitios que han evitado,
complementando la intervención con reestructura-
ción cognitiva de los pensamientos que aparecen
ante la presencia de dolor, la reconceptualización
y la reinterpretación de sensaciones, entre otras
(Turk, Meichenbaum y Genest, 1983).
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT),
en lugar de centrarse en reducir o modificar los
pensamientos, las sensaciones, las emociones o
los recuerdos que causan malestar, trata de alterar
su función, promoviendo que sean los valores per-
sonales quienes guíen la conducta de la persona y
no los eventos privados (Hayes, Strosahl y Wil -
son, 1999; Luciano, Valdivia, Gutiérrez y Páez,
2006a; Luciano y Valdivia, 2006b).
La ACT defiende la aceptación psicológica,
entendida como estar dispuesto a notar, sentir y
pensar todo lo que la persona experimente en cada
momento, ya esté relacionado con sus circunstan-
cias actuales, como con capítulos de su historia

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personal. Esto se enmarca dentro de un sistema de
valores importantes para la persona, que favorece-
rán esta aceptación. El resultado que se pretende
conseguir es que la persona no evite todo lo que
piensa o siente, sino que ante estos pensamientos
o estas sensaciones que aparezcan, actúe en base a
lo que es importante o relevante para uno mismo
(Luciano y Valdivia, 2006b). En el caso de la fi-
bromialgia, la aceptación incluiría responder a las
experiencias relacionadas con el dolor sin intentar
controlarlas o evitarlas, particularmente cuando
estas han limitado la calidad de vida del paciente
(McCracken, Carson, Eccleston y Keefe, 2004a;
McCracken, Vowles y Eccleston, 2004b; Wick-
sell et al., 2008). Requiere que la persona se man-
tenga en funcionamiento de manera constante y
sea capaz de realizar actividades de su vida coti-
diana, independientemente del dolor que pueda ex-
perimentar (González, Fernández y Torres, 2010).
Ante la presencia de dolor se establece una lu-
cha para controlar, no solo el dolor, sino también
las sensaciones desagradables asociadas, ya sean
en forma de emociones, pensamientos, sensacio-
nes, etc. Esta lucha, dirigida a reducir el síntoma,
va asociada con experiencias que provocan, para-
dójicamente, más dolor y más malestar. La acep-
tación del dolor y de lo que este desencadena se ha
relacionado, por una parte, con un mejor funcio-
namiento a nivel emocional, social y físico, y por
otra, con una menor evitación ante la presencia
dolor y una disminución en la intensidad infor-
mada (McCracken, 1998; McCracken y Eccles-
ton, 2003; McCracken, Eccleston y Bell, 2005;
Wicksell et al., 2007). Además, de acuerdo con Gon-
zález, Fernández y Torres (2010), “la aceptación de
la experiencia dolorosa se asocia con menos do-
lor, cansancio, ansiedad y depresión” (p.1001).
En la terapia de ACT, tal como indican Wil-
son y Luciano (2002), “hay cuatro aspectos defini-
dos como temáticos en cada sesión de ACT: los
valores, la exposición, la desactivación de funcio-
nes y distanciamiento, y el fortalecimiento” (p.
97). Para trabajar estos aspectos se usan metáfo-
ras, paradojas y ejercicios de exposición basados
en la conciencia plena (Luciano, 2006a).
Uno de los estudios realizados ha apoyado la
eficacia de la intervención, basada en la Terapia de
Aceptación y Compromiso en dolor crónico (Dahl,
Wilson y Nilsson, 2004), aunque comparándolo
56
con un grupo control en el cual tan solo se apli-
caba tratamiento médico convencional. Se obser-
vó que las personas a quien se aplicó un proto-
colo de ACT, solicitaban menos bajas laborales y
utilizaban menos medicación que las personas a
quienes tan solo se les aplicó tratamiento médico.
En consecuencia, los objetivos principales de
este estudio son: observar si existen cambios en
las puntuaciones de los participantes con fibro-
mialgia en términos de actividad diaria, flexibili-
dad ante el dolor y sintomatología ansioso-depre-
siva, antes y después de aplicar el protocolo de
intervención. La flexibilidad ante el dolor es en-
tendida como la capacidad de actuar en base a aque-
llo que es importante en la vida, independientemen-
te de la presencia de pensamientos, emociones o
sensaciones físicas desagradables (Wicksell et al.,
2007). La aplicación del protocolo de intervención
aumentaría, a la vez, la implicación en las activi-
dades cotidianas de la persona y la flexibilidad an-
te la experiencia del dolor. De igual manera, la
aplicación del protocolo de intervención, reduciría
la sintomatología ansiosa y depresiva.
MÉTODO
Participantes
La muestra inicial estaba constituida por un
total de seis participantes (83,3% mujeres) con
diagnóstico de fibromialgia elaborado por médi-
cos reumatólogos (se desconocen los criterios
aplicados para el diagnóstico de la misma). A pos-
teriori, desde el servicio de atención primaria, fue-
ron derivados a la unidad de salud mental por pre-
sentar sintomatología ansiosa y depresiva. Todos
los participantes eran de etnia caucásica con un
rango de edad de 42 a 57 años (X = 46,5; SD =
7,1). Del total de la muestra, dos sujetos fueron
excluidos del estudio por absentismo. La muestra
final estaba constituida por cuatro participantes.
Instrumentos
Para la evaluación de la implicación en activi-
dades y la voluntad para experimentar dolor, se ha
usado el Chronic Pain Acceptance Questionnaire
(CPAQ; McCracken, 2004). Cuestionario de 20
ítems que evalúa la aceptación del dolor en for-
mato tipo Likert de 6 puntos. Con este cuestio-
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nario se obtienen tres puntuaciones: una total, otra
para el componente “Implicación en Actividades”,
con puntuaciones que oscilan de 0 a 66, y otra para
“Voluntad para experimentar dolor”, con puntua-
ciones que oscilan de 0 a 54 (en este caso son pun-
tuaciones indirectas). El componente “Implicación
en Actividades” se refiere a la implicación, la di-
rección y el compromiso con actividades de la vi-
da cotidiana, independientemente del dolor experi-
mentado; mientras que el componente “Voluntad
para experimentar dolor” se relaciona con la acep-
tación experiencial del dolor o con la disponibili-
dad al mismo sin intentar modificarlo. En este ca-
so solo se ha trabajado con las puntuaciones ob-
tenidas en los componentes del cuestionario por
separado, no con la puntuación global. A puntua-
ciones más altas, más implicación en actividades
y más voluntad para experimentar dolor. Según
Vowles, McCracken y Eccleston (2007), la escala
de “Implicación en Actividades” está más relacio-
nada con cambios en otras medidas de compara-
ción, como la sintomatología depresiva y an-
siosa; mientras que la escala de “Voluntad para
experimentar dolor” estaría más relacionada con
otras medidas que no suelen ser evaluadas, como
las medidas de salud que se adoptan o la medica-
ción que se usa para hacer frente al dolor.
Para la evaluación de la sintomatología depre-
siva se ha usado el Beck Depression Inventory-
Second Edition (BDI-II; Beck, Steer y Brown,
1996). Inventario de 21 ítems que evalúa la gra-
vedad o la presencia de sintomatología depresiva.
La persona debe de escoger entre cuatro alternati-
vas ordenadas de menor a mayor gravedad, de 0 a
3 puntos. Las puntuaciones varían de 0 a 63. A me-
nor puntuación, menor presencia de síntomas de-
presivos. Se ha escogido el BDI-II debido a la fa-
cilidad de respuesta y al hecho de ser la medida de
autoinforme más utilizada actualmente.
Para la evaluación de la ansiedad en el momen-
to actual y como rasgo se ha utilizado el State-
Trait Anxiety Inventory (STAI; Spielberger, Gor-
such y Lushene, 1986). Inventario compuesto por
dos escalas de 20 ítems cada una, en las cuales
los primeros 20 evalúan la ansiedad presente en el
momento actual y los 20 últimos evalúan la an-
siedad como rasgo en formato tipo Likert de 3 pun-
tos. Las puntuaciones de las dos escalas varían de
0 a 60. A menor puntuación, menor presencia de
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síntomas ansiosos. Se ha escogido el STAI-es-
tado gracias a su capacidad de ser sensible a los
cambios que la persona experimenta ante una
situación estresante.
Procedimiento
El primer paso fue elaborar un protocolo de
intervención basado en la Terapia de Aceptación y
Compromiso. El protocolo de intervención in-
cluía ejercicios de mindfulness, clarificación de va-
lores, ejercicios de de-fusión, técnicas de exposi-
ción, trabajo con metáforas, identificación de ba-
rreras y ejercicios de evitación vs. aceptación. Además
de trabajar estos conceptos, los participantes de-
bían realizar trabajos semanales en casa, siendo es-
tos lecturas o ejercicios. El paso siguiente consis-
tió en seleccionar a los pacientes a través de sus
terapeutas de referencia, teniendo en cuenta los
criterios de inclusión y exclusión. Como criterios
de inclusión, se estableció que los participantes
estuvieran diagnosticados de fibromialgia con,
como mínimo, cuatro años de evolución; que sus
edades estuvieran comprendidas entre los 35 y los
60 años; y que todos obtuvieran, como mínimo,
una puntuación en el STAI/AR equivalente al cen-
til 50 o más. Como criterios de exclusión se mar-
caron que no hubiera Trastorno de personalidad,
ni retraso mental, ni patología psiquiátrica grave.
Todos los participantes fueron informados de su
inclusión en el estudio, y firmaron un consenti-
miento informado en el que autorizaban a la Uni-
dad a utilizar sus datos y a ser grabados. Los par-
ticipantes se constituyeron en un único grupo y,
debido a la reducida muestra, se decidió realizar un
diseño de caso único con dos medidas, en el que
la variable independiente era la aplicación de la
intervención, y las variables dependientes las pun-
tuaciones obtenidas en los instrumentos. El pro-
tocolo de intervención consistía en seis sesiones,
una de las cuales era individual, de 45 minutos de
duración, y cinco eran grupales, de 90 minutos de
duración. Las sesiones grupales fueron conducidas
por dos terapeutas y la individual por uno. La pri-
mera sesión fue grupal y en ella se trataron aspec-
tos introductorios, explicando los primeros ejerci-
cios y conceptos. La segunda sesión fue indivi-
dual, estableciendo el análisis funcional de cada
uno de los participantes. El resto de sesiones fue-
ron grupales, dejando abierta la posibilidad de pe-
57
dir una sesión individual de apoyo si lo considera-
ban necesario. La primera recogida de datos se
hizo en la primera sesión y la segunda recogida
en la última sesión. La duración total de la inter-
vención fue de 41 días.
RESULTADOS
Para observar si las puntuaciones variaban en-
tre los dos momentos en los cuales se tomaron las
medidas, se calculó el tanto por ciento de la pun-
tuación obtenida sobre la puntuación total, para ca-
da participante en cada componente o escala.
En lo que respecta al componente “Implica-
ción en Actividades” del CPAQ, en la Figura 1,
vemos que el Participante nº1 ha obtenido un
15,2% en la evaluación pre-intervención sobre la
puntuación total y un 33,3% en la evaluación
post-intervención. El Participante nº2 ha obte-
nido un 24,2% en la evaluación pre-intervención
sobre la puntuación total y un 22,7% en la eva-
luación post-intervención. El Participante nº3 ha
obtenido un 63,6% sobre la puntuación total en
la evaluación pre-intervención y un 93,3% en la
evaluación post-intervención. El Participante nº4
ha obtenido un 43,9% sobre la puntuación total
en la evaluación pre-intervención y un 74,2% en
la evaluación post-intervención.
Fi g ura 1
Puntuaciones individuales en % sobre la puntuación
total del componente de “Implicación en
Actividades”, dentro del CPAQ, para cada uno de los
cuatro participantes.
En los participantes nº1, nº3 y nº4, el tanto
por ciento sobre la puntuación total inicial ha
aumentado (75% de los participantes) en un
18,1%, un 29,7% y un 30,2% respectivamente,
mientras que en el Participante nº2 ha disminuido
en un 1,3%.
58
En lo que respecta al componente “Voluntad
para experimentar dolor” del CPAQ, en la Figura
2, vemos que el Participante nº1 ha obtenido un
55,7% en la evaluación pre-intervención sobre la
puntuación total y un 29,6% en la evaluación
post-intervención. El Participante nº2 ha obte-
nido prácticamente la misma puntuación en la
evaluación pre-intervención y post-intervención
(18,5% vs. 18,2%). El Participante nº3 ha obte-
nido un 77,8% sobre la puntuación total en la
evaluación pre-intervención y un 61,1% en la
evaluación post-intervención. El Participante nº4
ha obtenido la misma puntuación total en la eva-
luación pre-intervención y post-intervención (27,8%).
Fi g ura 2
Puntuaciones individuales en % sobre la puntuación
total del componente “Voluntad para experimentar
dolor”, dentro del CPAQ, para cada uno de los
cuatro participantes.
En los participantes nº1 y nº3, el tanto por
ciento sobre la puntuación total inicial ha dismi-
nuido (50% de los casos) en un 26,1% y un
16,7% respectivamente, mientras que en los par-
ticipantes nº2 y nº4 se ha mantenido prácticamen-
te igual.
En lo que respecta al BDI-II, en la Figura 3,
vemos que el Participante nº1 ha obtenido un
54% en la evaluación pre-intervención sobre la
puntuación total y un 57,1% en la evaluación
post-intervención. El Participante nº2 ha obte-
nido un 68,3% en la evaluación pre-intervención
sobre la puntuación total y un 73% en la evalua-
ción post-intervención. El Participante nº3 ha
obtenido un 23,8% sobre la puntuación total en
la evaluación pre-intervención y un 22,2% en la
evaluación post-intervención. El Participante nº4
ha obtenido un 42,9% sobre la puntuación total
en la evaluación pre-intervención y un 27% en la
evaluación post-intervención.
C. Med. Psicosom, Nº 106 - 2013

Fi g ura 3
Puntuaciones individuales en % sobre la puntuación
total del BDI-II para cada uno de los cuatro
participantes.
En los participantes nº3 y nº4 el tanto por
ciento sobre la puntuación total inicial ha dismi-
nuido (50% de los participantes) en un 1,6% y en
un 15,9% respectivamente, mientras que en los
participantes nº1 y nº2 ha aumentado en un 3,1%
y un 4,7% respectivamente.
En lo que respecta a la escala de “Ansiedad
Estado” dentro del STAI, en la Figura 4, vemos
que el Participante nº1 ha obtenido un 68,3% en
la evaluación pre-intervención sobre la puntua-
ción total y un 66,7% en la evaluación post-in-
tervención. El Participante nº2 ha obtenido un
100% en la evaluación pre-intervención sobre la
puntuación total y un 85% en la evaluación post-
intervención. El Participante nº3 ha obtenido un
46,7% sobre la puntuación total en la evaluación
pre-intervención y un 50% en la evaluación post-
intervención. El Participante nº4 ha obtenido un
65% sobre la puntuación total en la evaluación
pre-intervención y un 38,3% en la evaluación
post-intervención.
Fi g ura 4
Puntuaciones individuales en % sobre la puntuación
total de la escala “Ansiedad Estado”, dentro del STAI,
para cada uno de los cuatro participantes.
C. Med. Psicosom, Nº 106 - 2013
En los participantes nº1, nº2 y nº4 el tanto
por ciento sobre la puntuación total inicial ha
disminuido (75% de los participantes), en un 1,6%,
un 15% y un 26,7% respectivamente, mientras
que en el Participante nº3 ha aumentado en un
3,3%.
DISCUSIÓN
Los objetivos de este estudio fueron encami-
nados a encontrar diferencias intra-sujeto entre dos
medidas temporales, con la aplicación de una in-
tervención breve basada en la Terapia de Acepta-
ción y Compromiso. Aunque existe variabilidad
según la persona y la medida, después de aplicar
el protocolo de intervención, se observa un aumen-
to en el componente que mide la implicación en
las actividades cotidianas que van en las direccio-
nes valiosas para las personas.
Los dos primeros objetivos de este estudio
fueron ver si la “Implicación en Actividades” y la
“Voluntad para experimentar dolor” aumentaban.
Según los resultados obtenidos, la hipótesis no
se cumple, ya que en ninguno de los participantes
aumentan las dos puntuaciones a la vez. Aún y
así, en el 75% de los participantes ha habido un
aumento en implicación, hecho que hay que to-
mar en cuenta.
Una posible explicación, para justificar el au-
mento en las actividades cotidianas, sería que la in-
tervención ha promovido que las personas actúen
en base a aquello que consideran importante en su
vida. Se ha creado un contexto de valores desde la
primera sesión, donde se ha planteado actuar inde-
pendientemente de los eventos privados que se
presenten y hacerlo en función del objetivo mar-
cado, insertado dentro de la importancia de los valo-
res. Es este contexto el que promueve la acepta-
ción de estos acontecimientos y la adquisición del
compromiso adquirido en base a realizar pequeños
objetivos. Este hecho indica que, aún y experi-
mentando los mismos pensamientos, sensaciones
y emociones que antes de la intervención, realizan
más objetivos concretos orientados a los valores
que consideran más importantes. Tal como indica
(Dahl et al. 2004), “el trabajo sobre valores debe-
ría de producir mejoras en la calidad de vida o, co-
mo mínimo, en su prevención” (p. 19). Esta tenden-
cia indicaría que la intervención breve, basada en
59
la Terapia de Aceptación y Compromiso, favorece
que las personas aumenten la realización de sus
tareas cotidianas independientemente del nivel de
dolor o malestar experimentado, que era uno de los
objetivos principales. Indirectamente, esto podría
producir mejoras en su calidad de vida.
En lo que respecta a la “Voluntad para experi-
mentar dolor”, entendida como la disponibilidad a
sentir o aceptar el dolor sin intentar modificarlo,
encontramos que en el 50% de los participantes la
puntuación, en vez de aumentar, disminuye, y que
en el otro 50% restante prácticamente no varía.
Una posible explicación sería que, a nivel cultural,
no existe una preparación para convivir con el sín-
toma, sino que se buscan medios para acabar con él
o para reducirlo (Luciano, 2001). Se debe tener en
cuenta que este tipo de pacientes, por norma gene-
ral, llevan muchos años luchando por el control del
dolor, con todo lo que esto conlleva (visitas médi-
cas constantes, pruebas, terapias alternativas, etc.).
Hablamos, entonces, de conductas de control muy
bien establecidas y aprendidas, lo que implica que
son difícilmente modificables en un periodo corto
de tiempo. Debido a esto, la capacidad de la persona
para sentir dolor sin intentar modificarlo queda anu-
lada, lo que explica que las puntuaciones no hayan
aumentado en este componente.
Los dos últimos objetivos de este estudio fue-
ron comprobar si la sintomatología ansiosa y de-
presiva se reducía después de aplicar la interven-
ción. Según los resultados obtenidos, la hipótesis
se cumple parcialmente, ya que en dos de los cua-
tro participantes ha habido una disminución en
las puntuaciones de las dos medidas. La reducción
de la puntuación podría ser debida a los beneficios
que se derivan de las técnicas practicadas en la
intervención, y que promueven el distanciamiento
de los eventos privados que la persona vive como
negativos, así como la aceptación de los mismos.
Dentro de estas técnicas se han incluido ejercicios
de conciencia plena, que promueven la atención y
observación del situarse en el momento presente,
para que la persona entienda que la vida pasa aquí
y ahora. Estas prácticas favorecen que el pensa-
miento no les empuje siempre hacia el pasado o
hacia el futuro, marcando un primer paso para em-
pezar a dejar la lucha fuera de ellos mismos. Es
aquí cuando empiezan a entender que no hace falta
que lleguen a otro estado para empezar a vivir.
60
Una vez disminuye la lucha, los síntomas lo ha-
cen también (Dahl et al., 2005). En estos casos,
en que hay una reducción de la sintomatología, se
cumple la idea de que la aceptación de la experien-
cia dolorosa se asocia con menos depresión y me-
nos ansiedad (González et al., 2010).
Por otro lado, el aumento de la puntuación po-
dría ser debido a que no se hayan practicado las
técnicas aprendidas, o bien, a que desde la interven-
ción se promueve la toma de conciencia de la ine-
ficacia de las estrategias utilizadas hasta el mo-
mento actual para hacer frente al dolor, lo que pue-
de aumentar el malestar a corto plazo y hacer que
la sintomatología persista o, incluso, empeore.
Con los resultados obtenidos se ha de tener en
consideración que los síntomas depresivos no re-
miten de manera espontánea y difícilmente dismi-
nuirán en un periodo corto de tiempo. Por lo que
respecta a la sintomatología ansiosa, en cambio,
se puede reducir a corto plazo más fácilmente. En
este estudio en particular, se ha observado que las
técnicas practicadas dentro de las sesiones, aunque
la duración de la intervención haya sido corta, han
servido para reducir la sintomatología ansiosa en
el 75% de los participantes.
Se han elaborado diferentes estudios en los que
se han aplicado protocolos basados en ACT a pa-
cientes con dolor crónico, cuyos resultados han si-
do clínicamente relevantes. Según McCraken, Mac-
Kichan y Eccleston (2007), tanto enfermos con do-
lor crónico altamente impedidos (con movilidad
muy limitada), como enfermos estándar afectados
por dolor crónico, obtenían beneficios después de
seguir una intervención en que la parte psicoló-
gica estaba basada en la aceptación, la de-fusión,
la práctica de mindfulness y el trabajo con valo-
res. Estas mejoras eran traducidas en menor dolor
informado, menor sintomatología ansiosa y de-
presiva, menor discapacidad física y social, una re-
ducción del tiempo de reposo diario y un aumento
en la aceptación del dolor. (Vowles et al. 2007),
después de aplicar un protocolo a personas con
dolor crónico, donde se trabajaron aspectos como
la práctica de mindfulness, la exposición, la de-
fusión, las metáforas y la clarificación de valores,
observaron cambios en la aceptación del dolor.
Esto se tradujo en menor sintomatología ansiosa
y depresiva, menor disfunción física y social, me-
nor tiempo dedicado al reposo y un aumento de las
C. Med. Psicosom, Nº 106 - 2013
actividades diarias. Además, hubo una diminución
en la frecuencia con que los pacientes tenían pen-
samientos catastróficos acerca del dolor y en la
intensidad del mismo.
El presente estudio tiene ciertas limitaciones
metodológicas. Primero de todo, involucró a un
número muy reducido de participantes. Esto pro-
voca que la relevancia de los resultados sea me-
nor, ya que solo se ha podido diseñar un estudio
de caso único. Cabe recordar, además, que dos par-
ticipantes fueron excluidos del número total.
Segundo, la muestra estaba formada por pa-
cientes residentes en una misma población, lo que
puede provocar que, aunque se cumplan los crite-
rios de inclusión, la muestra esté sesgada.
Tercero, la no existencia de un grupo de com-
paración imposibilita que se pueda observar si
realmente la intervención breve ha sido más efec-
tiva que los tratamientos convencionales o que la
ausencia de tratamiento.
Cuarta y última, tan solo se ha tomado una me-
dida post-intervención y no varias consecutivas,
lo que provoca que sea difícil observar un cambio
claro hipotéticamente provocado por la interven-
ción a largo plazo.
Estudios futuros deberían considerar la idea de
comparar protocolos basados en la Terapia de Acep-
tación y Compromiso, con otros protocolos basa-
dos en tratamientos que se estén realizando actual-
mente, aumentando la muestra y haciendo una se-
lección representativa de los participantes. Además,
deberían de incluir mediciones de dolor a través de
cuestionarios para comparar la intensidad de dolor
percibida antes, durante y después de la interven-
ción, ya que es importante ver si los cambios se
mantienen en el tiempo. De esta manera, se podría
realizar otro tipo de diseño más completo con el
que obtener datos cuantitativos.
BIBLIOGRAFÍA
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