Aristóteles:
instituidor
de la biopsicología
EL LUGAR DE ARISTÓTELES EN
L.\ HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA
A1istótcles alcanzó una posición encun1brada
en la histo1ia general de las cier1cias ]1umanas
) no ht1n1a11as, así como en las Lie la lógica y de
las artes. Es fácil estin1ar la 111agnitud de sus
logros. Piénsese en que, en ninguna de las
ra1nas de las realizaciones intelectuales euro-
peas. Aristóteles figura co1110 un simple colabo-
rador en las tareas científicas )' de erudición.
Por el contlé:'lrio, en la n1ayoría de los can1pos
en los que trabajó se destaca como fundador de
instituciones científicas y como innovador. Ya
en 1787, el célebre Kant pudo escribir su fa1no-
sa observación de q,u e "desde Aristóteles, la
lógica
._ no ha desandado un solo paso".' Cierta-
mente, apenas en e J siglo XIX. se .,
vio obligado
. .
Aristóteles a abandonar su pos1c1on como 1nst1-
tución lógica, junto con Euclides, qui en hasta
entonces había ocupado también una situación
semejante en el dominio de la geometría. Todo
el mundo reconoce la emi11encia de Aristóteles
en m uchas de las c iencias especiales, y sob re
todo en la de la biología. Otro tanto pued.e
decirse de las ciencias sociales y también es
opinión. común que Aristóteles domina el mun -
do d_e La teoría de l arte, especialmente de l pe11-
samiento acerca de la tragedia. 2 Cabe señalar
ahora que 1~ reputación d e Aristóteles es per-
fec~mente inde.p~ndiente de su carácter insti-
tucional, establecido desde e l siglo XIII , como
coloso de la filosoi:t
lla me ¿·1eva1.
l08 •
AL1n cuando Aristóteles descuella en tantas
ciencias, ocupa una posición n1.ás elevada en l.a
historia de la psicología. Lo que lo hace tan des-
tacado en psicología es que, verdaderamente,
sigue sie ndo un decl1ado para quienes estudian
hoy el te ma. Es indiscutible que Aristóteles fue
un pensador naturalista en psicología, a pesar
de su crudeza y de francas ineptitudes. No sólo
forjó el n1odelo de los estudios psicológicos,
con lo cual dejó su l1uella en los tratados de esta
ciencia desde su tien1po hasta la actualidad,
sino que nos dejó un corpus de doctrina psico-
lógica -por no decir sistema- qtle en un decha-
do científico digno de homenaje al cabo de
varios mi le11ios. Cualesquiera que puedan ser
las fallas de Aristóteles en física cuando se le
juzga con los criterios de nuestro tiempo, sus
enfoques y realizaciones en psicología tienen
que despertar la admiración de quienes se
esfuerzan en culti varla con10 ciencia natural.
Las circunstancias culturales han actuado
necesariamente para transformar algunos de
los rasgos básicos de sus escritos, pero no
puede po11erse en tela de juicio que el corpus
psicológico aristotélico ha tenido vida conti·
nua desde el siglo rv a. C. hasta nuestros días.
Como producto ciei1tífico, la p sicología aris·
totélica co11stituye un notable primer paso en
el establecimiento de la psicología entre las
instituciones científicas. Esto no significa que
pasemos p or alto las p eculiaridades y los absu~-
dos que se encuen tran en los escritos· aristotéli-
cos, co1no por ejemplo su correlación de cada
 TERCERA PARTE. LA SISTEMATIZACIÓN HELÉNICA DE LA PSICOLOGÍA
uno de los órganos sensoriales con uno de los
cuatro elementos.' Arís Lótel es afir111a que la
parte del ojo que tiene que ver con la visión
consiste de agua, el órgano del son ido consisle
de aire y _e l de l o lfato consiste c.ie fuego, en tanto
que el organo propio del tacto consiste de
tierra. Estas trivialidades n1isrnas nos corrobo-
ran el carácter cot11pletan1ente naturalista de
la psi~c.)logía de Ari stóte les. Este pensador
enfoco los eventos psicológicos con la misma
actitud con que abordó los eventos de la física o
de la bio logía. De hecl10, u só e l misn10 n1étodo\
cu_ando_ estudi ó e l percibir, e l pensar, e l sentir,
e l t111ag1nar , e l soñar y e l razonar que c uando se
ocupó de los m ovim ientos de los c u erpos in or-
gá nicos . Con10 muestran abundantemente sus
obras, su psicología es realn1ente una ran1a de
la biología. Trata la conducta psicológica como
acciones de los anin1ales y de las plantas. Ade-
n1ás, c11 cua11to eve11 t<)S específicos, las activi-
dades bic>lógicas ¡)ertenccen al don1inio gene-
~ · .,,
,- ~~·
.. ' .~
Bust o de A nst óteles, Copenhague, Ny Carlsberg
Glyptothek núm. 5 14 a. (Fotografía por cortesía de
la Ny Carlsberg Glyptothek.)
109
ral de la física, al igual que las acciones
' .
generales de las cosas inorgan1cas. .
Evid cnten1ente, desde e l punt<;> 1e vista
del sab er ac tu a l, la p si c ología.de A~1~toteles es
tentativa, inn1adura y muy ins ufic iente. No
obstante, es indiscutible que su e nfoque Y SU
trata1niento esp ecífico de tipos p~rt1culares
de co11du c ta es c ientífico en el n1as pleno Y
aLtténtico de los sentidos. No s ólo no. encontra-
mos u11 factor trasnatu ral en s u sistema, lo
c ual sería culturalmente 1mpos1 · 'bl e, s ino
· qu e
aden1ás trata cada tema como cuest1on · ·' de.
observac ión definida. Según é l, los evei:itos psl·
cológicos son localizables en e l cont1n~o de
eventos, en contraposic jón a las abstracciones
que deduce de e llos y que p ertenecen a . su
metafísica; es deci r , e l sistema especulat1vo
erigido sobre e l fundam ento de los modelos
mate1náticos. Las proposiciones de sus t~ata-
dos psicológicos y de otra índole se d e nvan
patentemente de encuentros concretos con
eventos.
LAS PROTOPROPOSICIONES
DE LA PSICOLOGÍA DE
ARISTÓTELES
Al iniciar e l estudio de la obra psicológica de
Lin historiador y un lógico d e la talla de Aristó·
Le les, es por demás conveniente exponer algu-
nas de su s ideas fundam entales relativas a la
ciencia e11 general y a la ciencia d e la psicología
en particular. Formularé sus supuestos c ien-
tíficos generales corno protopostulados d e
la psicología, en tanto que organizaré sus
supuestos psicológicos básicos como rnetapro-
posiciones. Como ya he indicado, estos supues-
tos básicos están profundamente arraigados en
la matriz de la c u ltu ra griega general entre las
instituciones especiales d e la ciencia. Corno in-
dica la cita s iguiente, Aristóte les fue partidario
ele distinguir tajantemente el trabajo de la cien-
c ia de l de la dialéctica.
Ahora bien, la pobreza de nuestros medios
experimentales es la causa de que sean tan inca-
paces de ver o de considerarlo que es conforme a
la sana lógica. Así pues, cuantos se han dedicado
durante más largo tiempo al estudio de la Natura-
leza pueden suponer, con mayor razón, unos
prin cipios tales que sean cohe.rentes entre sí,
mientras que los que luego de .col'}.siderar
... , . muchas-
 11-0 VOLUMEN 1
razon es 110 han sido capaces de sopest1r la verdad
que hay en ellos , habiendo con~idc!·ado só lo un06
poc(>S, dan fácilmen te s u expllcac16n.
Por lo dicho, puede ta111bié n ponderarse la
dife re nc ia que hay entre los qu,c plantean ur1
detern1inado csLudjo por vía tan solo natL1ral y l.os
que lo plantean pc)r v_ía lógi<.:a. P.ucs. s??rc la cues-
ti ón de que las 111ugn1tuc.les S<)n 1ncl1v1s1bles, algu -
nos dicen incluso qu e el 1ni smo triángulo ideal es
varias l'11agnitudcs o consta de varias magnitudes,
mientras que Demócrito, por razones propias y
cooforn1 es a la Natural eza, parec erá sin duda JJer-
suadido de e llo. 4
l.a fi losofía arístotélica de la ciencia, por
supuesto, es ut1a especialización de la filosofia
griega general, sobre todo tal cual culmin ó en
el pensan1iento de Sócrates y Platón. Sin duda,
la n1ejor 1nanera de caracterizarla consiste e n
decir que fue un gra11 desplazamiento hacia la
obse1-vación y lo concreto. Por n1ás si1nplistas
que puedan ser las ideas aristoté licas desde el
punto de vista de las cosas y de ]os eventos, hay
e11 él un esfuerzo co11stante por registrar con
exa.c titud los eventos con los que realmente
topó. Corrobora esto inclusive la aceptación
aristotélica de los cuatro elementos y s u insis-
tencia en los fines y propósitos. Una vez que
liberarnos a las ideas de Aristóte l.es de las
interpretaciones espiritualistas y metafísicas
generales que les impusieron los escolásticos,
pode111os observar sus esfuerzos constantes por
no alejarse de los eventos concretos. Los m éri-
tos de la lógica y de la filosofia de la ciencia
aristotélica se encuentran fielmente reflejados
en las seis protoproposiciones siguientes.
Protoproposición 1. La si,stancia o 1naterial
de las cosas cor1siste de los cuatro elementos o
componentes básicos y de si,s condiciones rela-
tivas. De la tradición jónica general, Aristóte-
les tornó y cor1servó la concepción sirnple
de que todos los cuerpos están compuestos de
fuego, agua, aire y tierra. Estos compo,n entes
operan diferentemente según st1s condic ío-
nes de caliente, frío, húmedo y seco. Jamás
se ha propuesto nada n1ás concreto que estos
elen1entos. La aceptación de este pr,otopostul~-
do básico nos informa de la atenc1.on a lo de.fi -
n.ido y a lo que es de hecho en la filosofia de la
ciencia de Aristóteles.
Protoproposición 2. Hay cuatro clases de
eausa.s básicas por lo que toca a la existencia
de las cosas o a sus cambios. De conformidad
con su manera simple y concreta de acercarse
'
a las cosa.,;;, Aristóteles analiza J,,s event~ y tas
cosas en funciór1 de cuatro cau...~s: la fi nal, 14
forrr1al, la cf1cíente y la materia}.
Por causas ñn,ales, en sus diversos asp.ecÍOil
podc·m os entender Jos planes o propó~ítos, 1~
especificaciones y ajustes que pueden ~nferirse
por análisis de la., c<>Sas y q_ue per1111tcn dar
cuenta y razé>n. de su exístenc1a, forrna o modc,
de actuar.
Las causas formales tienen que ver con et
plano O cor1figur.ac}ón de las_cosas; Aristóteles
insiste en que la forma es .1n_separabJe de la
materia: la forrr1a d e un r ec1p1e nte, de suma-
terial O sea de Ja piedra, m.etal o ma.d era.
A me~udo J~ causa forrnal es tá ligada con Ja
finalidad y perfectibilida~ ~e las cosas; con
su excelencia para el u so, el disfrute o su desea-
bilid.ad.
Las causas eficientes representan el trabajo
de hacer que un material cobre Ja forma o per-
fección de objeto. En general, represenian
todos los cambios y transformaciones por los
cuales u11 objeto llega a ser.
Las causas materiales son lo que, probable-
mente, más se acerca a la noción aristotélica de
lo concreto de las cosas. En sus diversos ejem-
plos, menciona el oro, la plata, el bronce y la
piedra como tipos de "aquello a partir de lo
cual una cosa llega a ser y persiste. " 5 Aun cuan-
do podan1os criticar la superficialidad del aná-
lisis o la in.madurez del nivel científico que
revela, tenerr1os que reconocer, no obstante,
que fue un buen intento de lidiar con los rasgos
inmediatos de los objetos y las condiciones a su
alcance.
ProLoproposición 3 . Los eventos co·n sisten
primordial111ente erz ca1nbios desde un estado
en acto particitlar, pasando por la potenciali-
dad, a otro estado en acto. Interesado en todos
~os objetos y eventos concretos, preocuparon
1~te~sa111ente a Aristóteles los perennes mo-
v1m1entos, carnbios y transformaciones de
las cosas. Quizá haya en esto una influencia
de las cosas biológicas, en las cuales los o ríge-
nes, 1.as 1netamo1-fosis, los crecimientos y los
deterioros son rasgos que descuellan sobre
todos los den1ás. Sea como fuere e l hech.o de la
potencialidad conduce al obse~ador directa-
merite a l corazó11 de las cosas en acto, en toda
su variedad y s us modos de actu ar. Aun c uando
Aristóte les, en algunos pasajes, entiende por
potencialidad la capacidad de cambiar .]as
cosas, en la ma)roría de los casos la considera
 TERCERA PARTE. LA S1STEMAT1ZAC1ÓN HELÉNICA DE LA PSICOlOGÍA
m eramente como un est,,do o etapa del cam-
bio. Para compensar la torpeza de convertir a
la potencialidad en un poder o capacidad, hace
que sea idéntica al ser en acto. 6 Por lo general,
Aristóteles insiste en que la potencialidad es
secundaria respecto de la existencia en acto,
esta última es siempre anterior a la primera. El
resul_tado final de ello es que la potencialidad
consiste en los detalles íntimos de la variación
cuando a lguna cosa real , es decir, en acto, can1-
bia de carácter o de estado.
Protoproposición 4. Los cambios y desarrollos
de las cosas encuentran su límite, en un extre-
mo, en el origen o comienzo y en el otro, e11. el
log_ro de ~lgo o su n1adurez. Lo prim ero que
quiere senalarse con esta protoproposición es
que las cosas que se desarrollan, en contraste
c~n las que no lo hacen, ll egan a un punto cul-
minante. Este punto puede considerarse corno
un fin de c lase única, o corno una con1binación
de tales fases de realización. Tales fines son los
del u so, el propósito, la función o la perfección.
Además, Aristóteles hace hincapié en un punto
fijo de culminación. Supuso que existía una for-
ma o pauta de perfección que debía alcanzarse.
No tolera las formas indefinidas o impredeci-
bles. Mientras q ue, por una parte, esta propo-
sición pone de m anifiesto una c r eencia en
el carác ter fijo y final del resultado alcanzado
con medios indefinidos, por otra parte trae
a primer plano la creencia en el carácter
práctico y no r emoto de los fines de las cosas.
E] propósito y la p erfección, así corn o todos
los demás fines, tienen que ver con proce-
sos terrestres inmediatos y no con principios
vagos, cósmicos, no espaciotemporales. Po~e-
mos tomar como ejemplos de la doctrina
caracterís tica aristoté lica el qu.e el alma, la
esencia la entelequia o e l propósito a que sirve
1 teles cita la creencia de Alcmeón en la inmorta-
una hac ha es e l cortar, mi entras que la vista o el
ver son e l propósito o la p erfección del ojo. Los
críticos que interpretan que Aristóteles propo-
ne una utilidad o propósito no espaciotempora-
les simplemente traducen sus términos en un
sentido medieval y trascendental rr1od emo.
Proloproposición 5. Las cosas y los eventos
existen en nun1erosos estados continuos e
interrelac ionados. Para un obse rvado r com -
parativamente ingenuo co m o Aristóteles, una
variación primordial. en las cosas y sus cambios
es la de su corporeidad o solidez y la incorpo·
r eidad, tal cual se ejemplifican. e n los estados
gaseoso o líquído. Esta distinción es fu.n damen~
111
tal para la diferenciación de forma y función ,
del ser sustantivo y las acciones que ejecuta, y
también distingue entre los aspectos o estados
transitorios y las estructu ras continuas y com-
pactas de los objetos.
Protoproposición 6. La durabilidad de las
cosas varía desde lo perecedero hasta lo inmit-
table y eterno. Con su característica ingenui-
dad, Aristóteles sitúa a la durab il idad de las
cosas o eventos sobre una escala de cambio o
permanencia. Considera a los cielos y a los
cuerpos astrales como no generados e indes-
tructibles. Y así dice:
"De Jas cosas constituidas por naturaleza,
unas no han sido generadas y son imperecede-
ras y eternas, en tanto que otras están sujetas a
la generación y la descomposición. Las prime-
ras son por demás excelentes y divinas, pero
menos accesibles al conocimiento." 7 Y tam-
bién, "El cielo universo, por tanto, no ha sido
engendrado; no puede ser destruido, como
dicen algunos; antes es uno y eterno, sin princi-
pio ni fin de su total eternidad, y contiene en sí
y posee en sí el tiempo infinito ... "8
Lo que tiene interés especial para nosotros
es e l gran contraste entre la concepción aris-
tótelica de la duración y la inmortalidad
y la interpretación impuesta forjada en tiempos
posgriegos. Mientras que para Aristóteles in-
mo rtalidad significa permanencia a causa de
ciertas condiciones concretas, sus concepcio-
nes se h an incorporado a un sistema intelectual
totalmente diferente. Lo que Aristóteles tiene
por permanente o divino ha sido mal interpre-
tado en favor de la fe medieval en las facultades
personales. Para Aristóteles el movimiento
circular es inmortal, y por eso el cielo, cu erpo
div.i no, posee un movimiento circular.9 Aristó-
lidad del alma , una inmortalidad que: "le p erte-
nece en virtud de su movimiento perpetuo; ya
que ta mbién las cosas divinas, la Luna, el So l,
las estre llas y e l cielo todo, están en estado
de movimiento per enne." 10 La circ ularidad del
movimiento es primaria y de calidad única.
LAS METAPROPOSICIONES
,
DE LA PSICOLOGIA DE
ARISTÓTELES
Para apreciar m ejor el sist emá aristotélico
de psicología, es; importante poner al d esnudo
 112 VOLUMEN 1
las p ropos ic io n es m e tasist é1nicas que lor1na11
s u fundam c11to e sencial. En té rmi.nos gene ra·
les, la fa.se m e tasis té 111ica de u11 sis ten1a c ie ntífi-
c o cons ta de las proposiciones básic as que
espe cifican y traza n los lí111ites y la sig11ifica-
ción del sis te ma propiamente dicho. Para noso -
tros, o bvia111en te , la sig11ificación de las n1ela-
proposicion es presentes estriba en e l inte11to
d e separar las concepc iones propias de Aris-
tó tel es de las qt1e le in1pusieron comenta-
ris tas que escribie ron bajo la influencia de u na
cultura pos te rior. Considero que las metapro-
posic io11es siguie 11tes representan convenien -
te.m ente los fundan1entos de la psicología de
Aris tóte les.
M elapropos ición 1. Los eventos ps ic ológicos
son fa ses d e e,,enlos biológic os. En la medida en
que la psique (\jf\)XT)<;) es, en cierto sentido, el
principio de la vida animal y vegetal, 11 la psico-
lo gía tie11e que ser parte de la biología. Se ocu-
pa del estudi o de las funciones o actos de los
organismos , a diferencia de su estn1ctura
u organización, así con10 de su desarro ll o o
evolución . La función básica es e l movin1iento
cuando se considera a los organismos por sepa-
rado, y la distinción o el conoc imiento cuando
se les considera en sus relaciones normales e
inevitables con sus entornos. Puesto que las
acciones pueden considerarse distintas de los
objetos que actúan, Aristóteles s ubraya la
incorporeidad de las funciones o actos, en
comparación con las carac terísticas morfol ógi-
ca s de los organismos.
M e taproposición 2. La psique constituye la
c aracterística esencial de los organism.os. Con10
los movimientos y las distinciones que hacen los
organisrrios constituyen los usos, fines o reali-
zaci-0nes de las vidas de los organisn1os, los
eventos psicológicos son los más carac terísti-
c,o s de los eve ntos biológicos. Por consiguien -
te, la psicología, en s u calidad de ciencia de las
actividades detalladas de los organismos, es el
depa11.amento cen tral de Ja biología.
Metaproposición 3. La p s icología se ocupa
de la e lu cid,a ción de las acciorzes concretas de
los organísmos, r,1 ientras s e n1an1ienen en su
a111bier,1e y aczúan e n pro ele si, bienestar. Los
organis inos ejecutan 1nuchas c lases de con duc-
tas. No sólo ll egan a ser, sino que tambi én ere·
cen y decaen. Además, sien Le 11, pi e nsan, se
compadecen'. aprenden, se enojan, rectierdan y
así por eJ estilo. Como ram a de la biología, la
p sicol ogía trata de estas actividades o fun-
ciones de Jos orgunia111<Js, Tales t tr l u R Nqn
c ondu c ta osJ)uc ia lizpda qti c \)rt)tu de l<1H Elcto~
más sencillos con clic ior\udos ¡) o r lu 111orf()lc,g1u
y fisiología de Jos organisn10~. A11i1 l:U11ndo
Aris tóte les pie nsa c ons ttn11 err1e n to tin tér111lnciN
l'orn1ale s (for111as , m t1tcria, c uusu y toni,; lón)
y prefiere las c t1estiones g en cralizad.1~s de lu
existencia y la naturaleza, <.lcsc ril'>c lcJS evento~
psicológicos come) inte rac cion es c on lns cosas
y condicioJ1es del a rn!Jienlc: ,
Metapropos ici6 11 4 . La ps 1colog1a y la bio/o.
gía, entendidas corno cier,c;as de l<)s organis.
mos particulares)' s1,1s aclivi,iades, perte11ecen
al departame nto ge rzeral de los e ve ntos concre.
tos, a saber, u la fís ic a o c ien c ia d e la Nalura.
/eza. Para Aris tóteles, la física, c11Lc nclida como
estudio d e los part ic ulares con c re tos, co ntrasta
con la maten1ática, qu e es e l es tudio d e las abs-
tracciones a partir d e las cosas natura les. 11
Como he111os visto, Aris ró te lcs d istingue nítida·
m ente en tre cien cia y dialé ctica. La prime ra de
éstas se ocupa esencia lrr1enLe ele las cosas y
eventos particttl ar cs qt1e se observan directa o
indirectan1 ente , en tanto que la otra se ocupa
d e construidos abstract ivos.
EL SISTEMA ARISTOTÉLICO . \
DE LA PSICOLOGÍA:
HISTORIA Y FONDO
A Ar istóte les se le ha llamado m erecidameu·
te el primer historiado r d e la psicología, por-
que su exposición de las opinion es de sus pre·
decesores en lo concernie11te a la 11aturaleza de
los eventos psicológicos abarca e l desarrollo
de la psicología l1asta su tiempo. Así , pues, las
i~e~s aris t<;> té licas ace rca ele los eventos psico·
log1cos se lormt1l aro11 con pleno conoci1niento
d e lo realizado por st1s l1redecesor es. Es mt1cho
lo que acepta del pasad<), at1n cuando sea por
den1ás selectivo y c rítico.
Tod~s los qt1 e es tt1dian psico logía. descu-
bre Aris tó t e les, est án de acu erdo, en que
los even tos ¡)sicológicos se c ara c te rizan p·o r
a) movin1i en to; b) dis tin c ió n o con ocin1 iento
y e ) incorpo re idacL Aristóte les está de acuer·
do con es to, pe ro ta l y como s us pred eceso res
no se pusieron de acuerdo .:1cerca d e las bases
de estos rasgos, tambié n· é l tiene sus p ropias
opinio11es, derivac.ias si11 clu cla de s us observa-
ci o n es particulares realizadas e n un p eriodo
c ientífico posterior y más refi·nado intelec-
 TEACEAA PAATE. LA SISTEMATIZACIÓN HELÉNICA DE LA PSICOLOGÍA
tualmente. Por esta razón, Aristóteles piensa
con razó n que está haciendo algo nuevo y for-
mula11do una d eterminación tambié11 nueva y
gene ral de la psiqi,e o de los de los eve.n tos
psicológicos.
En consonancia con las tradiciones intelec-
tuales h elénicas establecidas, los tres rasgos
de la conducta psicológica están estrecha-
mente ligados con los elementos concretos
simples: el agua, e l aire, la ti e rra y el fuego . Así
tambié n, los conceptos relativos a ellos están
integrados a problemas de sustancia y acci-
dente, es. .decir, a si el, principio del alma se
.
;
mueve un1came11te a s1 mismo o mueve a otras
· cosas, y, en general, a si el alma es o no un
principio cósm.ico o físico autónQmo. Los
su.puestos biológicos relativamente avanza-
dos de Aristóteles le proporcionan un con-
junto eficaz de criterios para someter a prueba
las opi11iones de sus predecesores. Aun cuando
está tan vinculado con los eventos concretos
sin1ples como sus antecesores, es capaz de rea-
lizar distinciones m.á s finas que aquellos que
parten de premisas físicas (mecánicas) y no de
premisas biológicas. Veamos qu é es lo .q~e
Aristóteles es capaz de aceptar de las trad1c10-
nes científicas en lo concerniente a los tres ras-
gos básicos del alma y qué es lo que r~chaza.
Movimiento. Aristóteles rechaza la idea de
que el alma es un principio y fuente de movi-
miento autónomo y separable de las. c~sas
movidas. A este respecto, sus blancos pr1~c1.ra-
les son Jos atomistas Leucipo y Democr1to,
quienes declaran que la~ pe9-~eñísimas par-
tículas esféricas son las mas moviles, por lo que
el fuego y la mente están constituidos por tales
partículas. . movimiento. Otra noción rechazada de la psi-
Aristóteles pasa revista a quienes hacen que
el alma esté constituida por un el_emento ? ~or
varios. Entre los primeros menciona a H~~on,
para quien el alma e~a de ag';1a;_ a Dioge-
nes para quien era de aire; a Heracl1to y otros,
qu¡ pensaban que era de fuego . De ? ec~o, cada
uno de lo s elementos tuvo sus partidarios, con
ia excepción, quizá, de la tierra, aunque. tam-
bién debe contarse, puesto que hay quienes
dicen que el alma es u n compu~sto de lo~ cua-
tro elementos. 13 Debemos mencionar aqu1 tam-
bién a Critias, quien sostuvo que el alma estaba
hecha de sangre.
El propio Aristóteles se opone firmemente a
la noción del movimiento autónomo del alma;
le es imposible pensar de manera tan simple. El
113-
movin1 iento puede atribuirse a) alma en tanto
es una fase o rasgo de )os organis n1os. De otr~
manera, tendríamos qu e aceptar la supersti-
ción de que el alma · entra o sale de un
organismo o se tra11sfie~e _d~ uno. ~n . o~.ro.
Desde el punto de vista biologJcO ari st?,télico,
el alma mueve a un orga11ismo en ~e!ac 1on co n
los objetos ser1sibles o, corno d_1 riamos. no-
sotros, en correspondencia con obJetos estimu-
lantes. 14 • ,
Distinción o conocimiento . Ar1stote~es se
opone firmemente a la no~ió_n elementa!1sta de
la cognición o e] conoc1m1ento. _Es ª?su rdo
afirmar que lo semejante e~ conoc1d~ solo por
lo semejante, como han dicho Empedo~les Y
muchos otros. Aristóteles rechaza las afirma-
ciones de Empédocles:
Pues es por la Tierra como vemos la Tierra, el
Agua por el A~ua,
Por el Éter el Eter divino, por el Fuego e l destruc-
tivo Fuego
y por el Amor el Amor, y el Odio por e l cruel
Odio. 15
~ Para Aristóteles el distinguir es u na acción
compleja del organismo que está en contac-
to con objetos complejos e independientes.
El acto de conocer depende tanto de los objetos
conocidos o distinguidos como del organismo.
Incorporeidad. Au11que Aristóteles insiste en
que la psique es una sustancia, e n que es una
cosa o proceso distintivos, no quiere decir con
esto que sea un objeto. 16 De lo contrario, sería
corpórea o elementálica. Tampoco es un nú-
mero o quantum con10 dicen los n1atemáticos.
Tampoco es una cantidad espacial, lugar o
que incorpórea es la de que es una arrnonía o
proporción . La incorporeidad del alma provie-
ne del hecho de que es una función o acción de
un organismo complejo interrelacionada con
acciones de cosas que actúan a la par de ella.
LA ESTRUCTURA
DEL CORPUS
PSICOLÓGICO
Aun cuando se descubre una clara estructura
e!} los escritos aristotélicos de tema psicológico,
la organización de los materiales no es tan pre-
cisa y definida como la de un tratado modem9.
 CtJ;adro 9,1. El corpus psicológico aristotélico

A. De Anima '

Libro I (Introducción a la psicología)

t ••

Sec. 1. M etas y problemas de la psícologí.a.

•
Sec. 2. Opiniones de pensadores anteriores acerca del alma.
Sec. 3-5. Examen crítico de las teorías del al1na.
Sec. 3. El movimiento no es la esencia del alma.
Sec. 4. El alma no es .m ovida por un 1novimiento no local.
El alma no es un número que se mueve a sí mismo .
Sec. 5. El alma no consta de elementos.
El alma no está presente en todas las cosas.
Divisibilidad e indivisibilidad del alma.
Libro II (Los actos más sencillos)
Sec. 1. Primera definición de alma.
Sec. 2. Segu.nda definición de alma.
Sec. 3 . Las funci ones del alma.
Sec. 4. La función nutritiva.
Sec. 5. Percepción sensible. •
Sec. 6. Las diferentes clases de objetos sensibles.
Sec. 7. La vista y su objeto.
Sec. 8. El oído y su objeto.
Sec. 9. El olfato y su objeto.
Sec. l O. El gusto y su objeto.
Sec. 11. El tacto y su objeto.
Sec. 12. Características generales de la acción sensorial simple.
Libro III (Los actos complejos)
Sec. 1-2. El n.úmero de los sentidos simples.
Sec. 2 . Sentido común.
Sec. 3. Distinción entre pensar, percibir e imaginar.
Sec. 4. Conocer y pensar.
Sec. S. Conocimiento en acto y en potencia.
Sec. 6. Pensamiento simple y pensamiento con1plejo.
Sec. 7. Pensamiento práctico y pensamiento contemplativo.
Sec. 8. Base sensorial de las acciones compl~jas.
Sec. 9. Probl emas de movimiento.
Sec. 10. El apetito y la causa del movimiento.
Sec. 11. Qué es lo que origina el movimiento en varios animales.
Sec. 12. Las relaciones y la importancia de las diversas funciones del alma.
Sec. 13. E] tacto y su importancia para los animales. 1

B. Parva Naturalia
De Sensu (sobre los sentidos)
De Memoría e t Reminí scentia (sobre la memoria y la reminiscencia)
De Somno e t 'V igilia (sobre el suelo y la vigilia)
De Somníis (sobre los s ueñ os)
De Dívinatíon e pcr Somnum (sobre la adivinac.i ón mediante los sueños)
De Longitudin.c et Brevitate Vitae (sobre lo largo y lo breve de la vida)
De Iuventutc e t Sencctute (sobre la juventud y la senectud)
.... ._ ,. De V,íta et Mc)rte (sobre la vid.a y la mu.erte) ,
,
De r espíratione (sobre la r espirac ión) '

C. Historia A·ni111a,li1n
•. • .1. - '•
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~ ·,_~:'.>1~. L}bro VIII. Ecología, habJt~logJa, ?atología

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1(,;;. • •
 TERCERA PARTE. LA SISTEMATIZACIÓN HELÉNICA DE LA PSICOLOGÍA
Los historiadores están de acuerdo en que lo
que nos ha llegado son las notas de las leccio-
nes escrit_as l?ºr Aristóteles o por s us discípulos.
Por cons1gu1ente, la psicología de Aristóteles
ti~ne que reunirse to1nando 1;-agmentos de
diversas obras. En su mayor parte, estos n1ate-
riales se hallan contenidos en tres tratados que
han ll egado hasta nosotros con los títulos de
sus traducciones latinas, y son el De Ariima los
Parva t:Jaruralia y la I-listoria Anirnaliu,n. '
Deb1do a. q~e nos es n ecesario reorgani-
zar los mat~~1ales, presento primero, para
su con1parac1on, las tablas de materias de los
tres tratados mencionados. En el caso ele la
lf:istoria Animaliurn.: el material que puede con-
s1d.erarse con10 pr1mer tratado de psicología
an1mal se encuentra en los dos últimos libros,
el VIII y e l IX.
En esta reorganización tengo pensado evitar
las repeticion es que encontramos de De Anirna
y ]os Par,1a Naturalia, de manera que dejaré un
solo encabezado para cada tem.a. Cabe señalar
que los Parva Naturalia son una serie de peque-
ños tratados sobre temas particulares. El De
Anima, por otra parte, tiene la estructura de un
tratado moderno. Por ejemplo, de los tres
libros e11 que se divide el material, el primero
puede considerarse introductorio; en éste Aris-
tóteles define la materia de estudio de la psico-
logía e ind·i ca los problen1as de que se ocupa.
Después, consider a las opiniones de sus prede-
cesores con el objeto de indicar qué es lo que,
para el pensamiento griego, result_a ac,e~table
en lo concerniente a los eventos ps1colog1cos y
qué es lo que debe rechazarse.
En el Libro II encon tramos algunos de los
mismos tipos de material que en el Libr? I, aun-
que en él Aristóteles expone sus PC:ºPl~S _con-
cepciones acerca de lo~ eventos ps1colo~1cos.
La parte principal del libro, al que P?dr:a~os
titular La naturaleza de los eventos P!zcolog_zcos
se consagra al estudio de los tipos mas s~nc1llos
de conducta psicológica. Co~prende este ~as
definiciones generales de pszqz:,e, la. des,cr:1p-
ción d.e los diversos tipos de acc1on ps1colog1ca
y luego una serie de discus~ones acer~a .d~ las
diversas actividades de sentir y de perc1b1r, por
ejemplo, de la vista y sus objetos, de l oído y sus
objetos y así por el estilo. . .
El Libro III está dedicado casi exclusiva·
mente a la reflexión sobre la condu c ta psicoló-
gica compleja; por ejemplo, se dis~u rre.acerca
del sentid.o común, el pensar, el 1mag1nar, el
115
carác ter de la motivación y Jo que estimula tal
actividad.
Como indica el extracto de los contenidos de
los Parva Naturalia, hay una repetición de los
temas de los sentidos y la memoria y después
Aristóteles discurre sobre el dormir, el soñar y
varios temas que en la especializaciíon actual
pertenecen a la biología; sin embargo, como
Aristóteles expone lo que debe calificarse con
el nombre de biopsicología, no pueden hacerse
reparos a esta inclusión.
LA NATURALEZA
DE LOS EVENTOS
PSICOLÓGICOS
Definición de los eventos psicológicos.
Son tres los rasgos del pensamiento objetivo
griego que influyen en la especificación que
hace Aristóteles del carácter esencial de los
eventos psicológicos. Tenemos primero el esti-
lo formalista o deductivo de la lógica u orga-
nización de las proposiciones. Esto introduce a
la exposición aristotélica en el procedimiento
formal de especificar y clasificar las cosas en
vez de describirlas como acontecimientos. Por
esto, hay una laguna entre sus referencias expo-
sitivas y las observaciones y opiniones que real-
mente hace suyas.
Vemos, después, que su exposición pone
más atención a la sustancia o cosa que al acon-
tecimiento o evento. Aun cuando sus caracte-
rísticas estilísticas no ocultan sus concepcio-
nes básicas, nos recuerdan la fecha del primer
tratado psicológico sistemático. En el siglo IV
a. C. es totalmente propio pensar o escribir en
términos de los primerísin1os análisis de las
categorías. Nueva1nente, no da lugar a du -
das qué es aquello de lo que trata Aristóteles o
cu áles son sus puntos de vista, aun cuando sea
fácil entender cón10 comentaristas posteriores
pudieron fundar en este estructuralismo su
transfiguración de la teoría aristotélica.
Y, finalmente, en los escritos aristotélicos
influyeron concepciones sistemáticas genera-
les. En aquel tiempo no había ni podía haber
una separación estricta entre el pensamiento
filosófico general y el científico detallado. Por
consiguiente, hay u na aureola de universalidad
y de finalismo e11 torno a la exposición aristoté-
lica. Así, pues, la definición de los eventos psi-
cológicos revela claramente la preocupación
 116 VOLUMEN 1
aristotélica por el neto y la pc,tc nc1a, to forrr1u y
la mate ria, y de111ó.s cc,sas ¡,or ~l estil o.
Sin duda, es tnérito sobrcsalic11t(.: Lll' Arh,rló·
teles el que las lres i11íluer1cias 111c 11c io11u<la& n<)
lo haya11 atad o clen10siado. E11 rct,licltt<l, s1,1s
definiciones de lo que es psiq1,te o o.ln1a so n n·tó.s
co11cretas de lo que ex ige su filosofía. ·ra111JJOCO
pode1r1os decir que se co nte nte co11 u1111 solu
definiciór1. Citaré dos tie tales de fi 11iciont!s.
... e l alma podría definirse cotno e l ne to pri111c·
ro de u n c ue11Jo natural, que posee la vida en
potencia. 17
... el alma es aclo o esenc ia d e lo qut! posee la
potenc ía de ser anin1ado. 18 ·
Problemas relativos a los eventos psicoló-
gicos. Cad.a vez que Aristóteles emplea su téc·
nica de exposic ión d en1ostrativa, la compara
con un comentario e 11 que se l1ace hincapié en
h echos concre tos. Se ve esto con toda evidcn·
cia en los prob le1nas que plan tea respecto de
los eventos psicológicos.
Sustancia o c 1,1alidf1d. Ya l1e indicado el tra·
tamiento su stantivo que Aris tó teles le da a la
psique. La psique 110 es s implcme11te un acci-
dente, una cualidad o cantidad, que sea carac-
terística de otra cosa. No 11iega que las sus tan -
cias a veces se conocen más efectivamente por
sus accidentes, pero en eJ caso de la psiqu.e
desea s ubrayar que es un rasgo independien-
te d e los eventos psicológicos. Por supues to, es
la forma, perfección o culminación de tales
hechos.
Potencia o acto. La psique es decididamente
un rasgo realizado de la acción ps icológica. De
hecho, en lo que atañe a la biología, la psique es
el mismísimo principio d e la actualidad o e l ser
en acto. Aun cuando las acciones psicológicas
son potencia en el sentido de q u e un organismo
que ahora no está hablando p ued e hablar o
e l que no está viendo pue d e ver, el rasgo
esencial de la psique es la ac tua lizació n de
la conducta.
Divisibilidad. E l problema de la divisibi lidad
nace probablemente del h ech o de que Aristóte·
les concibe a la psique como sustancia. No o'b s-
t~~e_, rechaza toda noción d e que pueda ser
d1v1.s!~le. Com.~ s;..bemos, la psique para é l es
°
funcion acc1on y s im ple n1 ente n o puede ni
hablarse de su diVisibilidad.
. Homogeneidad. Aun que la psique sea indivi-
sible ' no es por.ell o a1go que siempre
: y en to das
,.•. ,0 · A 1as·acciones
p~rtes sea lo misn-. . o fu .
. nc1ones
¡1sic;cJJé,gícu8 Re Jál+ debe; de8Críbir ~l cual se 1-
obBcrva. Puesto que hay lantwf d.ífcr~ia$ en
lus acc:ioncs, taníoff tipo~ datint.c.,s de condtU;ta
¡,Hlcc,l(,gjca, 1<,~ c.Jíf<.:rcutci, casos i erán muy d"-
ti.n loS! unc-,s <le ,; t ros;.
l ~a p Jiqu <t cu111r.J riertéríca o específica . Por ~r
fo r111u 1 la psí(¡ue, pc,r .supuestc,, ,e~ genérica y
diferente de c,Lros rasgos anaJ.,zables de un
organ.isrr10 e> a lgún {.Jtr() (Jbjeto , Por otr~ parte,
cuar1do se reflexiona act.:rca de los d1versc,s
tipos de acción psicológica, p(~r ejemplo, sobre
la tlifcrcncía entre e l perc1b1r Y el pensar o
recordar se ve que la psique es específica. Ade-
m ás, cua~d<) S<.! con,sídera e] tipo de organL'>mo
que ejecuta el ac t<> psico lógíc~, entone~, por
supuesto, hay que poner de r~J1e,ve las d1fere1:1-
c ias. En relaci{Jn con esto, Ar1 s t<Jteles se queµ.
de que, has ta ~u ti empo, qui ene~ habían investi-
gado y hablado acerca del alma 5,e limitaron, al
parecer, al organismo humano1 En su calidad
e.le bió logo interesado en la conducta real de Jos
organi s mos, Aristóteles no circunscribe el
estudio r sicológico al animal humano o a otros
animales, sino que abarca en él también a las
p lantas.
R elaciones de la psique con el sorna. El
proble ma planteado por Aristóteles en lo con-
cerni e nte a la co nexió n entre la conducta
del organismo y su morfologí.a refleja nítída-
men te s u.s concepciones acerca de lo psicológi-
co. Su poniendo que la acción o alma es la for-
ma del organismo, mientras q u e los tejidos y
órganos co ns tituyen la materia del mismo
Arístót~les ~nsiste en que es imposible que ~
una ex1s ta s1~ la otra. Por consiguiente, psique
y sorna son si mpl es resultados d e análisis lógi-
c?. Todas las afecciones de la psique son afec-
c iones del complejo d e psique y soma.
... e n m~c hos ca~os parece que ninguna afección,
J ea activa o pasiva, p uede existir independiente·
ment(? d:I cuerpo. Esto tiene aplicación a la ira, a
la valen tia, a la conc upiscenc ia y a la sensación en
genera l_. aunque posiblem er1te el p en sar sea una
~xcel?c16~. Pero si esto es también u na especie.de
1~ag1n~c16 n, o al m e nos depende de la imagina·
c~ón, ni. aun esto siquiera puede existir ind.epen·
d1cnteme nte del c ue rp 0 . t9
ACTIVl,PADES PSICOLÓGICAS
J
'
ESPECIFICAS
Conducta nutritiva. Com o e l cabal b iopsi-
cólogo que fue, Ar istóteles mantiene u na estte~

cha continuidad en su exposición de las funcio-
nes como conducta . ,l de los organisinos. A e, 1,
como, a un, ps1co. o go moderno
_ . , no le parece en
1o mas, m1n1mo
¡· extrano inclui
· · r las ac t·1v1.d a d es
meta b o 1cas en un tratado de psi·c o 1og1a. , e·1er-
ta1nen te, d es d e su punto de vista , por
' ·1, · . , ser1a
d emas 1 og1co no incluir entre las funciones del
al~a a las que, en_ pri111er lugar, tienen como
obJeto mantener vivo al organisn10. 20
La. con
. d ucta nutritiva
. cons1·ste
· ob v1amente
.
en aJustes a la con1ida · Habi·tualme n t e, Ar1sto- . ,
te I·es ld'escompone
· analíticamente la con d ucta
ps1co .og1ca. en tres factores·. . a) lo que h ace e 1
organ_1smo, b) los medios morfológicos que le
permite~ ~l organis1no hacerlo; y e) los objetos
que part1c1pan en la acción. En. el caso de la
conduc~a d: ,nutrición, que Aristóteles divide
en 1. d1gest1on _Y absorción de alimentos y 2.
~c~os _r~product1vos: los medios morfológicos y
fis1olog1cos son obvios, en tanto que los objetos
con los que se interactúa son alimentos de
di~ersas clases. Tales objetos corresponden a
º?Jetos perceptuales o inteligibles en la ejecu-
c1on de la conducta de distinguir o cono-
cer. 21
Debido a que el crecimiento y la descompo-
sición son los rasgos primarios y fundamenta-
les del alma y dan origen a otras acciones más
complejas como son la sensibilidad y el movi-
miento, Aristóteles forja lo que podríamos cali-
ficar de escala de los seres vivos. En ella las
plantas se hallan en la parte inferior pues sólo
ejecutan la conducta de nutrición. Los anima-
les no sólo ejecutan esa conducta, sino también
actos de sensibilidad y de distinción. Las cosas
vivas que son sensibles deben ser también
orécticas o apetitivas. Algunos animales, aun-
que no todos, pueden cambiar de lugar, de
modo que la conducta locomotriz se halla en ~l
siguiente tramo de la escala, cuy~ parte mas
alta está ocupada por el pensamiento calcu-
lador y el razonamiento; este último, por su-
puesto,· es prerrogativa del animal humano.
22
El diagrama de la figura 9.1 representa el
esquema aristotélico. . olfa,t o con la nariz y el gusto con la leng~a.
Conducta sensorial y per-ceptual. En cali-
dad de biólogo naturalista o ecolo.gista, Aristó-
teles examina la conducta sensorial o percep-
tual desde el punto de vista de la preservación y
el bienestar de los organismos. De tal manera,
la conducta psicológica se estudia como exten-
sión natural de las investigaciones morfológi-
c.a s y fisiológicas . Las actividades de sentir y de
11,
'
Acciones de razonamiento = Nous
(hombre)
Locomoción
(animales, hombre)
Apetitos
(animales, homb re)
Discriminación sensorial
(animales, hombre)
Nutrición
(plantas, animales, hombre)
Figura 9.1 . La jera rquía aristotélica de la morfología
y la conducta .
percibir se realizan cuando los animales inte-
ractúan con objetos alimenticios y rechazan las
cosas perjudiciales o destructivas. Evidente-
mente, las actividades sensoriales y perspec-
tivas no se limitan a los procesos de manteni-
miento, sino que son también el fundamento
de la información acerca de cosas para los
animales inteligentes, de manera que puedan
alcanzar una orientación práctica y especu-
lativa. 23
Problema de suma importancia, para el
biopsicólogo que fue Aristóteles, es el de asig-
nar su lugar adecuado a cada factor en las
situaciones de sentir y de percibir. En primer
lugar, tenemos un organismo y, de hecho,
tambi~n a una parte particular del organismo,
a un organo de los sentidos, que desempeña
un papel destacado en una situación sensorial .
Es este hincapié en el organismo y sus partes
lo que le induce a afirmar que hay cinco senti-
dos y no más. 24 Por consiguiente, asocia cada
sentido con un órgano; el tacto con la carne la
vista con los ojos, la audición con el oído ' el
Esta claro, por supuesto, que cuando Aristóte-
les habla del sentir en estrechísima conexión
con los órganos terminales o partes del orga-
nismo, se está ocupando de las propiedades de
los objetos. de los colores, olores, gustos,
sabor~s y contactos; per_o cuando se ocupa de
los obJetos a los que son 1nhetentes estas cuali-
dades, tiene que conectarlos con las partes del
118 VOlUMEN 1
organismo o co11 el organismo entero. Sobresa-
len aquí las interacciones con los sensibles
comunes, es decir, las características diná111i-
cas ~ c~antitati\'as de las cosas; por ejemplo, el
movimiento. el reposo , la figura, la n1agnitud,
los nún1eros y la unidad. Indudable111ente, a los
sensibles co1nt111es no ha\· ur1 órcrano especial
que reaccione. 15 Es esta ,;ariació; e~ la acti,,í-
dad, que se concentra unas veces sobre una
part.e especial,)'. ot1-as ,1eces sóbre \'arias partes
~ sobre e~ ~rgan1smo en su totalidad, Jo que dis-
t1n~1e bas1cament~ al sentir del percibir.
V1e~en en segu1da los objetos de estín1ulo,
que ~x1sten con ~tei;oridad a las reacciones y
con ~ndependenc1a de las misn1as.26 Los objetos
sensibles son para Aristóteles las cualidades o
propiedades y también objetos, sin exceptuar a
los organis1nos )i las personas. En términos
generales, la. conducta sensorial consiste en la
distinción de cualidades, n1ientras que en las
reacciones del percibir se distinguen objetos.
Las funciones perceptivas distinguen una per-
sona o cosa de otras, m ientras que las func io-
nes sensoriales localizadas en un determi11ado
órgano de los sentidos distinguen o bien las
diferentes cualidades de los objetos, por ejem-
plo, las cualjdades de blanco y de dulce, o sim-
plemente clases particulares de cualidades,
como las de blanco y negro, con la vista, y de
d ulce )' an1argo , con el gusto. 27
Aristóteles observa un tercer fac tor en las
situaciones de sentir)' de percibir, a saber, el de
los medios en q ue se produce la sensación.
Para la ,,isión es lo traslúcido o transparen te,
para la audición el aire y para el tacto, el con-
tacto con la carne. Sólo el olfato carece de tal
medio. 28 El sigu iente esquema de la situación
del sentir y el percibir, representa las ideas de
Aristóteles al respecto (véase figura 9.2).
Al resu mir las características básicas de toda
conducta sensorial., Aristóteles describe el sen-
A B
•
Órganos
especia· Lo translúcido:
les de los aire,
sentidos agua
'
Organismo animal Medio
Figura 9.2. El papel ~e.sempeqa<llo por el medio en el
sentir y e.J- perc ibir.
tirdiciend·o que es ta facultad ofunciónquetjc.
ne el organis.m o de recibir la forma sensible de
las cosas sin la n1ateria.
Hemos de entender como g.e n é ricam ente ver.
<ladero acerca de cada sentido , que el sen tido es
Jo que recibe la forma de los objetos sensiblessín
recil)ir la n1ate ria, igual que la cera recibe la
in1 presi ó n de l sello de un anillo sin el hierro O el
oro, y recibe la impresión de l or~ Y el b ronce,
pero no en cuanto oro o bronce: as1, ~n todo eso,
el sentido es afectado por lo que tiene color,
sabor. sonido, pero no por ello e n cuanto ello
posee una de te rminada enti~d, sino e ~ cuan-
to pos ee una determinada cual1dad Y en virtud de
su misma 11oció n. 19
No es desviarse de la propia intención des-
criptiva de Aristóteles señalar que la doctrina
sensorial y perceptual especifica que los orga-
nismos interactúan con objetos de estímulo a
través de un medio. Expresa esto al decir que el
oler es un observar el resultado producido por
un objeto oloroso primero sobre el aire, el cual,
a su vez, estimula al organismo.30
El carácter completamente objetivo de la
doctrin.a aristotélica de la percepción se pone
plenamente de manifiesto cuando se la ve a la
luz de] intento, realizado por un eminente tra-
d u~tor, de. in1ponerle una interpretación psi·
quista. Sn11th señala que las afirmaciones obje·
tivas arriba indicadas representan los v·anos
esfuerzos aristotélicos de:
..:llenar.~ª lag_u~~, entre las dos acepciones de la
J?alabra perctbtr , a saber., la afección fisica del
o~gano s,en~orial por el objeto sensígeno y la acú-
v1dad ps1qu1ca º. reacción que consiste en perca·
tarse de su cual1dad sensible.3 1
. Conducta e lemental discriminativa. La
11 zsta Y S t,i. objeto. El ver es una clase de acción o
e
Cuali-
dades
cosas
personas
Objeto estimulante
.• • ,. ·
•
•
.
• .
;
'
..
•'
 TERCERA PARTE. LA SISTEMATIZACIÓN HELÉNICA DE LA PSICOLOGÍA
1novi111ie11to respecto de u n. o bjeto visible. E11
general, hn)' dos clases de c)bjctos visibles: el
color . lo tru11sparer,tc. Este l'.1 lti1110 no es visi-
ble e11 si n1is 1110, sin(l que st" ve por n1cdio del
color de otros o l)jetos. El 111c(iio tic lo visió11 es
~a luz. 32 s i11 la .c 1.,1al 110 l1ay 11a(lt1. que active ~ll
o.rg~n o sen~o r1a l 111cdia11te el n1ovi111ier1to pro·
duc,_d? en úl pc)r e l obje10 visib le. Debido a la
trad1c1ón de })ercepción-cre::ltiva ta11 poderosa
en nue~tr?s días, tiene significación especial el
que ~nstot e les se 111antenga fi rm e e 11 st1 i11sis-
t~nc1a en que ~ay u11a i111eracción e 11tre el orga-
n1sm_o ~ el _obJeto. Ade r11ás, Aristóteles i11sist:e
e 11 ~t t1rtgu1r e11~re sabor o color y e l acto de
sentir esta.s c ualidades o cualesquiera otras.33
. El color consi~~e pa1·a Aristóteles en tina mag-
nitud o proporc1on entre e l blar\co )' el negro.
~os colores, ento nces, constituyen una serie
situada en puntos inte rn1e dios entre los extre-
mos de c lru:idad y oscurid.ad. El blanco y el
negro pueden yuxtaponerse en la proporción
de 3 a 2 , de 3 a 4 o en la proporción de otros
nún1eros, aun d e los inconn1ensurables. 34 En
general, los c o lores represen tados po.r propor-
ciones n uméricas simples son los agradables,
com o en el caso de los sonidos concordantes
en música. Tal es el caso d e l púrpura, del
carmesí )1 o tros cttantos c olores. Aristóteles
sugiere una hipó tesis sustitutiva de las de las
proporciones d e blanco )' negro en posiciones
inter1nedias. En \1ez d e n1ezclar cantidades in-
finitesimalmente p e queñas de blanco y de
negro, pro pone que superficies de blanco y
de negro de diversas extensiones se superpon-
gan de modo que una se vea a tra,,és de la otra
como un m edio. Con10 en la hipótesis anterior,
las variaciones de color depende rían de la
proporción entre los dos factores contribuy~n -
tes. A1·istó teles usa como ejemplo las varia-
bles apariencias del Sol, que en . sí mism~
es blanco pero adquie re un 111at1_z carm es1
cuando se ve a través de u na niebla o de una
nube de hun10.35
Aunque todas las cosas son coloreadas y, por
lo tanto , son \risibles dis tintan1e nte, hay a lgu-
. .
nas cosas que no neces itan de luz para ser v1~1-
bles. Esto sólo puede decirse del color propia-
mente dich.o. Las cosas encendidas o brillantes,
como algunos l1ongos, la carne, las escamas,
los ojos y las cabezas de los peces, pueden verse
en la oscuridad.36
El oído )1 si, objeto. Las interacciones auditi-
vas consisten en contactos e:on c u erpos son.9·
119
ros a través de l aire que el cuerpo sonante pone
en 111ovin1iento. 37 Ta1nbié n el agua pue de servir
de 111edio para el sonido, que de esta manera
entra e11 con tac to con e l órgano del oído.
Aristóteles de di ca gran parte de su exposi-
c ió11 a l objeto del oído. El sonido se produce
por e l in1¡Jac to de un cu erpo e n otro. En gene-
ral, sólo los cuerpos lisos y sólidos pueden
gen erar sonidos que lleguen hasta el órgano
de l oído. El rasgo esenc ial de la producción
de so11ido es el i1npacto de dos sólidos entre
sí y contra e l aire, que suele ser el medio de
contac to e ntre e l cuerpo sonante y e l individuo
que oye. .
El m edio real para la propagación del sonido
es el aire, que actúa corno una masa continua.
En el punto de contacto con e l organismo
oyente l1ay un impacto sobr e una superficie
lisa. Aristóteles supone que para oír, en el pun-
to de producción del movimie nto en e l m e dio
tiene que existir una condición semejante a la
existente en e l extremo receptor.
Aun cuando Aristóteles, por fuerza, se expre-
sa con vaguedad ace rca del órgano del oído, sí
hace mención de la construcción espiral de la
cóclea. Primordialmente, el órgano de la audi-
ción es una cán1ara cerrada que contiene aire,
en la que se pone en movimiento el aire, con lo
cual se produce una reverberación en el órga-
no del oído, como en un cuerno. Estorba a este
movin1iento en el interior del órgano de la
at1dición la entrada de material extraño, como
pu ede ser el agua. Cuando ocurre esto, el orga-
nismo se enso rdece, lo mismo que cuando se
daña o destruye la n1embrana timpánica. 38
Debido a la conexión entre el oír, el hablar y,
finaln1e11te, el discurso racional, Aristóteles
asigna muy elevada importancia a la conducta
auditiva. Por intermedio del habla, el oído
con1pite con la vista. Aun cuando esta última
sea el sentido n1ás desarrollado,39 y aunque sen-
sibles comunes tales con10 la figura, la mag-
nitud, el mo\1irniento y el número no son perci-
bidos por e l oído sino sólo por la vista, el oído
tiene una gran ventaja indirecta, pues, en opi-
nión de Aristóteles, es el que más contribuye al
crecin1iento de la inteligencia o el saber.
El olfato y su objeto. A Aristóteles no le es tan
~cil describir las interacciones en este domi-
nio, pues se siente en desventaja debido a la
inferioridad del animal humano respecto de
otros animales eo lo tocante a la discrimina-
ción de olores.
 •
lRO VOlUMtN 1
Los o bjetos d e l o lfato son o lorosos o in?d_o~
ros. En general. los primeros pueden describir·
se diciendo que son du lces }' an1argos. aur1
cuando sean también características de los olo-
r,e s lo picante, lo áspero , lo ácido ., la suc ~! e 11-
cia. Aristóteles reco11oce que la clasificac1011 Y
descripción de los olores puede auxiliarse
grandemente mediante las cualidades de los
sabores, con los que están estrechame 11te re la-
cionados. A diferencia de otros ani111ales, el
hombre huele únican1ente cuando inhala.40
Así, el órgano debe estar seco, en contraste con
los actos de gustar, por· ejetnplo , que necesitan
d e humedad. El 1nedio del o lfa to es el aire o el
a.g ua. Para los humanos, por supuesto, el medio
es el aire, pero Aristóte les observa que los ani-
males acuáticos se dirige11 en linea recta l1acia
un alimento cuando éste tiene algún olor .41
El gusto y su objeto. La discr iminación del
gusto es un tipo único de interacción cuyos
objetos son los sabores. A diferencia del ver, el
oír y el oler, no hay medio interpuesto entre
el organismo o sus órganos gustativos y los
objetos gustados. Las interacciones gustativas
se asemejan más a las del tacto , que son reac·
ciones a impactos directos, aun cuando el tacto
si tiene u n medio sólido.
En general, los objetos del gusto, los sabores,
son de dos clases: los dulces y los amargos.
Secundariamente, los objetos de sabor dulce
son suculentos, en tanto que los amargos son
salinos. Entre los objetos que tienen las dos
clases principales de gustos se encuentran los
que podemos clasificar como picantes, áspe-
ros acres v ácidos. Pero no sólo los sabores son
, J
objetos del gusto. Los objetos insípidos, en el
sentido de ligeramente sápidos, o los de ma l
sabor , p rovocan también esta reacción. 42 Só lo
los líquidos, o lo que pueden licuarse, son
gu stables, y por eso la lengua, órgano del gus-
to, no debe estar seca , aunque tiene que con-
servar su carácter sólido y no estar demasiado
húmeda. 43
El tacto y su objeto. Aun cuando las interac-
c-jones táctiles requieren d el contacto d irecto e
inmediato con objetos, todavía se hacen a t ra-
vés de un medio , aun cuando no se extienda
' . C~ando pasa a tratar la p ercepción indi recta
este entre dos objetos relativamente d is tantes;
ese medio es la carne. El órgano real del tacto
se localiza en la carne o tejido muscular. Cu an -
do se hace contacto con a lgún o bjeto del tacto
noe. n?s v~mo~ afectad os sucesivamente por el
m dio, sino sim ultáneam ente c on é l.44
b', tO s tó.ctilés sot1 ct1nlidr1d~i. p l"t1c·u
l.,os o Je s• s ~oltlO Jo ettli~11te , lcJ 8<:t o. J,1
lares de las co;~J ·' lo l1ln11clo. l'cr<1 c::xi~té t>1Jr11
l1ún1edo , lo dt
1
~ ~s rió i, sir1 t~sólvt.,t' cr1 l
Aristó teles u 110 e Ll e ,. ., . o
,· él 6rg1:1.no c.lc.: l tncto e~ ur1c> o k<>n
toc?11le u s1 e n lt>s tlcn1ás cul'l<Jlll, c J Cfftfntul ()
~itrio~. Corri~ ser Ltr1ri pro1,orct6r1 etitr~ lu~t u&,
1eal t 1e 11 e qut: : . ,,uede p
· erttblrsc fin
.l d
l te~, Por e1cn111 1(), 11 0 1 "''
.es. es ¡ ualr11 c11te culicnte o frí<J e> uu1·0
ob3letodqt1eu c~tt·1li<lacl situacJ,1 é·11 el pu11l<) ncu,
y b a11 o . 11a ~. ~
iral no será discr1n11nod t1. . cl
Aden,ns , . del exa,uei, por sepura ? cJc lo11
, . , ec tivos y de Itl e Jt1r;e d e o bJc·to!iiJ d'1s.
organos resp ' · d A · tótcle " pro
tingu idos por cada se11 ti o, . r 1s . " s i ~bné
b .é algu rios rasgos ese11c1a les e e l:ada
1
tam
·. . . n º6 Po r eJ·en1plo, e I o b'JC·to deb e• dar
1nteracc1 n . , · . ~ d , , 'ó
lucrar a una inte11sidad 1111ntma . e a cc1. n o
m~vi111ien l'o en e l i11cdio; de o t ro modo, la iner-
cia del órga110 sen so1~ia_l no res~ondc.. En
do luga r la p roporc ió n entre las cual1da·
segu11 , t·f d
des de los o bje tos tiene q ue se r e 1 eren te · e 1a
proporción e11tre las 111is ma~ cualida~es en el
órgano se11sible. Si la n1a110 tien e la m.1s n1a pro-
po';-ción de h-io y cali e nte que los objetos, no
J1ay disc rin1inación . En terce r lugar, h~y un
límite para la variación de las proporciones.
Una di fe renc ia de1nasiado in ten sa estropearía
o destruiría a l órgano d isc r im inador y quizá
sería fa tal para el organismo. 45
Acciones de d iscriminac ión simple y de
ide11tificació.n compleja. De acuerdo con el
análisis aristot élico de la con duct a de los orga-
nísmos, sólo es posib le in d icar que la acción
local de l órgano es. a l m e n os, e l n ú c leo de los
actos de discrin1 inación sin1pJe. Cuando el
organis1110 interactú a con objetos o con propie·
dades abstra ctas y no s uperficiales de las cosas,
como son el m ovimiento, e l reposo, la unidad,
el n úmero, la fi gura y la m agn itttd, los actos son
' .
organ1 s m1cos, au n c u and o Ar istóteles, con
su predisposició n e n favor de la estructura·
c~ón propia de los b iólogos, dice q u e son perci-
bidas ro r todos los sen tidos o, por lo menos,
por 1:1ª~ d e un o. Por ejen1plo, a lgu nas c lases de
n:1ov1m 1ento son percep tibles por e l tacto y la
Vl Sta.46
o 1n c1d en ta l, Aristóteles tro p ieza por fuer za con
e l h ech o d e que s u ideal de activida d en ten dida
c?m o fun_c ión de un a estr u c tura es~ecífica, se
vien e ab aJo. Cua n do un organisn10 p ercibe que
el o bjeto blanco que tie n.e d elante d e é l es el
")1ijo d e Diares", la cu alidad d e blanco q u e pue-
 TERCERA PAATE . LA SISTEMATIZACIÓN HELÉNICA 0€ LA PSICOLOGÍA
de conectarse específicamente con un acto de l
ojo es realmente incidental o auxiliar. La cuali -
dad de ser "el hijo de Diares" no afecta e11 modo
alguno a un órga110 parti cular sino que es fun-
ción de todo e l organismo perceptivo.47 Este
P:oblen1a surge también en la percepc ión más
directa. Puesto que sólo por la vista djstinguj -
~os los colores y sólo 111ediante e l gusto apre-
ciamos los sabores, entonces ¿cón10 se sie11te n.
o perciben las diferentes cualidades del blanco
y de lo dulce c uando aparecen o bie11 en e l mis-
mo objeto o bien en objetos diferentes? De esto
se sigue que el organismo tiene que actuar
co~o .una u nidad.48 Al parecer, hay grandes
var1ac101:es en la .interre lación entre organ is-
~os y o bJ.etos en diferentes situaciones psic oló-
gicas. Es importante r esum ir al1ora las dive rsas
graduaciones.
Conductcl vegetativa. En este caso, directa y
efectivan1ente, el organisn10 se hace uno con
los objetos alimenticios con los qué interac-
túan. No tiene sentido diferenciar diversas par-
tes del organismo en esta situación o mantener
separados al organismo y al objeto. El diagrama
sigu iente (véase figura 9.3) indica la relación
de organismo y objeto.
Alf-
Organismo mento
Etapa 1
Organismo
Etapa 2
'Figura 9.3. La relación entre el o rgan ismo y el objeto
en la conducta vegetativa .
141
Conducta sensorial general y especial. Tene-
m os aquí dc)s ti"pos de interrela':iéJn. U:na _de
ellas queda il uslrada por las reacc ione& t.act1les
y la otra, en parte, por reacciones gw;ta~ivas.
Obsér vese qu e, en esta situación, el organ1$m.o
y e l objeto se q 1ar1tienen distintos perman~nte-
me nte aun cua ndo se hal len en contacto direc-
to. Est~ con lacto se realiza en cualquier punto
del o rganismo, puesto que es ~a c arne la, que
co nstituye el medí0 indiferenciado y los orga-
nos sensorial es están situados en algun a pa rte
por debajo de los tejidos externos del organis-
mo (véase figura 9.4).
Ambíente de Med io tácttl
obJetos táctiles ,ndíferenoaóo
OrgantsrrtOS
dotados.
ce órganos
táctjtes
figura 9.4. Interacciones sensoriales generales.
I a s discriminaciones sensoriales de la vista,
el oído y el olfa to ejemplifican e l segundo tipo
de interrelaciones sensoriales organis m o-ob-
jeto. En estos casos e l organismo está en con-
tacto directo con los objetos a través de un
m edio especializado y en un punto de una
estruc tura especializada. El diagrama siguiente
ilustra la situ ac ión (véase figura 9.5).
Interacciones del srfriifáo común . En estas
situaciones tenemos que tomar en cuenta la
discrepancia entre la descripción preferida por
Aristóteles, a sabe r, la de que vattios órganos
terminal es especializados estarian en contacto
directo con los objetos y la "concesión" que se
vio obligado a hacer en vista de los eventos
ob servados. Por consiguiente, necesitamos dos
diagran1as (véanse figuras 9.6 y 9.7) para repre-
sentar su man era de entender las interrelacio-
nes con los s~n sibles comunes. El primero es
bastante senc1ll_~, pero el segundo implica dos
~tapas de _a cc1on, ui:ia . que requiere órga-
n.o s sensoriales especializados, tal cual están
representad.o s en las figuras 9 .5 y 9 .6, y otra que
•
 en las situaciones percept~vas. En la situació
\\t~ct>~t~ de la t\~t\Jttci<)tl ,1,, tc)clo ol orgunisn1<) de la iinagin ación, u n ob3e to completament:
( \: 't\ ~t' llg\ll'~\ ~,7) .
difcrcl1tc tiene q_~,e estar en contacto con
. , lt-tt<(¡.:itt«t'i< 1,1 <> ir1lt•rtl<-'t'in~1f1.~ f,,,1tás11-1ir..·as.
e,I organismo. Ev1d~nte~ente, en este caso
l~~\~l\1~),,,". t\Q\ti \ tnu slt\,ll\Ci('.l r1 í1i1it:n,, c11 la q1-1 c el
no l1ay órgano especial n1 p~rte del '?:ganislTlo
~l\:'tt1 i,l ~l\\t' s.t' l' 'f\\.'t-ior\u se l1L\lln t<>t nl111cnte
c¡tie act(Le para ejecutar la 1nteracc1on (véase
&t.t~ 'lltt'. R_u.l,11 •11te, esto 110 t!s .111á.s que 1.1110
xtrOJl()lat' l\)t1 clel Ct\S<) <lcl ~<ln tac.: to in <..l ircc lo figura 9.8) .

M("d10 esi)eclal de contacto

1:~
".
¡¡¡
1!:
'H
1,.• l
:..;l
,it.
Objeto

Figura 9.5. Interacciones med iante órganos senso-

ria les especiales.

-
Dos medios de contacto
.....
:: ::
.....
.......

Organismo Objeto

Figura 9.6. Contactos con objetos mediante varios

órganos sensoriales. Dos órganos de los sentidos

0tsan1smo Objeto
integral \

Figura 9.7. Interacción del . ..

cosas complejas. organismo un1f1cado con

r - -- -
1
-,
1
1
, O· bjeto 1
1 ! sustituto 1
1 1
• 1
f
L ....... ___ J

/
F.
•gura
diant9.8 · lntera . ·0· n c,on· obJetos
· . · cci . ausentes me-
Organlsmo - -..----- ~--
'
Objeto
tásm e ., ulas ·"'
estim
icas "'ust h:l,Jtos:
·~ 1.nteracc1.ones ,•fan•
'
. ~· . ' '
.
.
.' " '
•' '
 ~~
~ - - - - ..... -..
Organismo
--- --- --
Figura 9.9. Interacciones de pensamiento y de razo-
namiento.
lntera.c.ciones del pensar y el razorzar. Es en
extremo 1n~eresante señalar que las situacio-
?es -c omple3as del pensar y el razonar son seme-
Jan~es ª. las acciones vegetativas en que no
actua ninguna parte especial del organismo.
Aparte de esto, si11 en1bargo , el pensar y el razo-
na; muestran una conexión organismo-objeto
mas estrecl1a que la existente en la conducta
vegetativa. No sólo se asimilan completamen-
te el uno al otro el organismo y e l objeto, sino
que la existencia mis1na d el objeto depende de
la actividad de l organismo. Los objetos abs-
tractos son , en su mayoría, creaciones del
organismo. Como dice Aristóteles, en el caso
de los objetos que no tienen materia sino úni-
camente forn1a, lo que piensa y lo que es pen-
sado son Jo m ismo.49
Así, c uando la mente piensa los objetos mate-
máticos, los piensa como separables, aunque
actualmente no lo sean. En general, la mente,
cuando piensa ac tualmen te, es idéntica a sus
objetos. 50
En vista de la gran complejidad y sutileza de
las acciones de pensar y de razonar, es muy difí-
cil diagramar la interrelac ión de organis~o '!
objeto, pero en la fig ura 9.9 he tratado de 1nd1-
car tentativame11te que está envu.elto en esto
cie rta c lase d e construcción y eyección de los
objetos.
Apetito y movi1niento . De acuerdo con su
noción de que los eventos psicológicos son
b.ásicamente movimient<)S, Aristóteles, por .su -
puestc,, pone rnucl1a atención en los hechos del
movirr1i ento v en las condiciones de la acción
cl.e] organisrr;o. l ..as a ctividades de los animales
pLte de n resumirse diciendo que son: a) la dis-
crimin ac ió n o e l pe nsarr1íen to y el sentir, y b) la
incitación a] movirr1iento e n el espacío, 5 1 Ahora
bien, lo que influye en e l IT)ovin1ie·n to es esa
actividad psicológica que llamamos apetíto. 52
Aristóteles varía este tema aseverando que es e l
r-- ---,
J t
- - _.._ l ObJetO :
-
_ _ 1 proyectado f
t
L-----'
1
objeto del apetito el que inicia el movimiento .
En general, sin embargo, es el apetito el que, a
la vez, mueve y es movido.53
Las unciones apetit ivas son diferentes tanto
por su defin.i ción como en cuanto a su efectivi-
dad de Jas acciones nutritiva, sensiti,·a e ima-
gínativa,54 aun cuando a ctúen junto con ellas;
por ejemplo, todos los organismos que ejecu-
tan acción de sentir, también realizan actos
apetitivos. 55 Así también, cuando la imagi-
nación origina movimiento, envuelve necesa-
riamente apetito; 56 de hecho, no ha)' apetito
sin imaginación .57 Lo que Aristóteles parece
separar tajantemente del apetito es la deli-
beración. 58
Aunque en De Anil11a se considera al apetito
como la base primordial de la acción - aun
cuando auxiliado por otras acciones- algunas
veces Aristóteles varía ligeramente su exposi-
ción, pero no su doctrina. En la Magna 1\!Jora-
lia ,59 la función de iniciación de acción tam-
bién se atribuye al in1pulso. Sin embargo, se
reconocen tres formas del impulso, a saber,
apetito, pasión y deseo. En el De A11irr1a .se dice
que el apetµ-o -és -el género del cual el deseo, la
pasión y el deseo son especies.60 El de'seo es el
apetito de '-l-e- presente, n1ientras que la ira es
el apetito de desquite.61
Lo que dice Aristóteles acerca de la apeten-
cia coincide c laramente con las exposiciones
modernas de la n1oti,·ació11. Sobra decir que
trata este ten1a, con10 todos los demás, de
manera naturalista y objetiva. La iniciación del
movimiento y su dirección es una forma de
adaptación de l organisn10 a los objetos pai1ic u-
lares de su entorno.
Imagi11ación (fantasía) e imágenes. En la
psicología aris~otéli~a u_~a forma especial de
c.011ducta es la 1mag111ac1on o fantasía . La in1 a.
ginación está mu.y relacionada con la c ondu cta
sen.s~rial, pero al n:iismo t ie_mp o co11duce n1u)·
deñn1dame nte hac1a las actividades complej.as
 114 VOlUMGN 1
del pe nsar, calci1la r y r;.1zr>nor. Jl,1itlt>11 lc111cn tc,
e ntonces, la imagi r,;\ci611 es ltnn l·lasc CtJ1n plej11
e in1p<>rtantt." de.· oc<:ic'., n y u cot1su e.le su e<>·
nex ión ncccsn.r i;1, at1 n c uun.dc1 n<> ~ca ldénticn n
ellas, con las acc io 11es ele sen tir y p~r cil)i l', pe r-
tenece al co11ti nu o Je acc io 11cs e:-.t rcc ha111cnte
íntc11·elac ionadas con objetos co11crc tos de
estí 111,1lc) .
Ou<· el i1nagi na r ne.> es ig11al al sc r11ir, Ar is-
t()tc lcs le) Je111u cstra co11 los cri te r ios siguicn -
lC!) ."1 1. F,I sen ti r es t1n cc>n tac tc> ¡1(>lcr1c.: ia l o
real con ()!)je tos, c<>rn o e n e l ¡)c)d c r vc r. E l i1Tia·
gina1· es u na ac ti vidad que no se cjcc t1ta en pre·
scnc ia de cosas rea les. con10 Cl1an do so1ia mos.
2. l t, c lu s ivc 110 tc)dos los an in1alcs que ejec u-
tan accicJ ncs sensil1 lcs, l lcvan a cabo acc io nes
in1aginat ivas. Aristó te les 111enc io na co n1c> a ni -
m ales car en tes (i e in1aginac ión a la horm iga,
la a.beja y a l gor gojo. 3. Las acc iones sens ibl es
S-On v(~rid ícas, c11 ta nto qu e las in1 aginn tivas,
por lo co111ún , so,1 fa lsas. 4. Sólo c u an do tene-
11:ios dudas ace rca de la id en tid ad de u11 o bjeto
percibido, decimos q ue n os lo imaginan1os.
S. Fínalm(·11te, la visión es a lgo q ue se nos pre-
sen ta aun con los ojos ce rrados.
La carac te rística sobresaliente de la conduc-
ta i1naginat iva es la de que podemos ejecutarla
en ausencia del objeto estimula.n te . Puesto que
aun duran te la p ercepción los órganos senso-
riales reci ben la fo r ma del o bjeto s in s u ma-
teria, p ueden tener Jugar el sentir y e l im aginar
en lc)s ó r ga nos ser1so ria les clespués de que ha n
desapar ecido los o bjetos origina les. 63 Aunque
el imaginar n o sea sentir, evide nte m ente no
sólo se d eriva deJ sentir sino que ta m bién opera
precisa.m en te dentro de las situacio nes en qt1e
éste se p rodt1ce. P o r ejemplo, es la acción del
imaginar la qu e nos proporcio11a las bases para
rcaccio11ar a las carac terísticas u n iversales de
los se11síbJ es co1n unes y a las c ualidades secun-
daria., e indirec tas de las cosas, como cuando
percibin·t<)s el objeto bla nc o al que Jlama,mos
"el hijo de Diares".64 Así tambié n, Aristó teles
señala que el térn·i íno fantasía (q>au-racrta) se
deriva de la palabra <paoc:;, que d esig na a la luz.65
Con!:>iderada C(>tn o tipo d e movimien to en la
ace1,ciór1 aristotéli ca del té rmino, la cond ucta
llamada í1naginación se deriva c lara y .d irecta-
1ncnte de las situaciones sensib les 66 p ero es,
p o r SLtJJu esl.<>, rnuy dis tinta. La linidad ac tiva d e
imaginac i~n ~s la imagen . Duran te e) soñar y el
pensar Jas 1magenes son o¡)e ra c ionalrn e11te los
ac tos re presen ta tivos de cosas ausentes y del
pcnsur. Ar is tó te les designa a las i1:11á.gencs
di cie ndo c1ue so11 fa nt~s1:1as o m ov1m1~ntos
. _, les 67 Es esta ac t1v1dad e n au sencia do
J'CS lullí:1 · h . '-
los o l, jetos ori ginales lo que a ce_ 1:os1 ble el
, 'fi~ ., ·p e nsar ca lcular y to n1a r dec1s1ones.1-.as
. , ª' ,
so y la 1cond u c ta i1T1agrna
•
1va d er1.van s·u
t'
1r11age nes .
efectividad de es ta r e lativa l1 be r t~d respecto de
los objetos a Jos q ue s?n r ea~c1o nes y, _de tal
1110 <lO,· 1C da i, a l o, rgan1
68
s1n o c ie rta m edida de
poder y auto no n11a. . .
AJ.·IS1O· te les tien e p le na. , c on . c1e n, c1a . de la
omnipresen c ia de la a cc1on imag1~at1va. La
i111aginac ió n se ~ac~ presente . no ~o lo e~ las
silt1ac io11 es irn ag1nat1vas esp :ciales'. p o~ e~em.
p lo, un ani mal no pue d e s entir ap_et1to s1n ima-
ginac ió n.69 Tocios l<:> ~ animales eJecu t~n reac-
c io nes d e imaginac1on, a u n c uando soJ o sean
actos in1perfectos y poc o definj~o~·~º Co~o
a lgui1 os animales sólo ti~n ~n sens1~1l1da? ~ac-
til, s u imagin ac ión es _I1m1t~da .~ 1nd~f1n1da,
otros eject1tan ac tos de 1mag1n~c10~ ma~ com-
plejos, aun cuando no puedan 1r mas alla de la
imaginación sensorial. E n gene ral, aun ~uando
los animales no huma nos no se hallen circuns-
c r itos a las formas m ás sencillas d e la acción
fa.n tasmal, no ll egan a p oseer la im agina-
ción co mpleja r e la cionada con e l d e liber ar,
el calcul ar y e ] p ensar .
Recordar y remem orar. El tratamie nto aris-
toté lico de la conducta de memoria r epre-
senta un refinamiento y una sistematización
de las descr ipciones ob servacionales d e se ntido
común fom1 uladas po r su s predecesores, esp e-
c ialm en te Platón. Aun c uando est e último
describ e admirable mente la conclucta r es-
pecto de objetos ausen tes, con un encomiable
hincapié en la fun ción de los objetos sustitutos
para hacer posible las reacciones, lo hace úni-
camente basándose e n situaciones d e la vida
diaria. Su p r oce d imiento está b ie n ejemplifica·
do en la cita siguiente:
... ¿ Y n? sabes que a los enamorados, cuando
ven una hra o un ma11to, o c ualquier otr o objeto
q~e s~ele usar su ama?o les ocu rre lo qtle se ha
<llcl10 . ~ econoc~n la l1ra y a_l punto tienen en el
p en san11~nto la 1n1agen del m uch ach o a quien
p e_rtenec1a. Esto es lo que es un rec uerdo. De la
m isma mane ra Qlle, c uando ves a s ,mmias,, n1u·
c~as veces se ac u erda un o d e Ceb es, y se p oclríaJJ
c1tar otros mil ca sos similares."
Si , por Zeus, otros m il.
¿Y lo que entra en este tipo de cosas no es un
rec ue rdo? ¿Y n o lo es, sob re todo, cuando esto fe
 TEACEAA PAATE. LA SISTEMATIZACIÓN HELÉNICA DE LA PSICOLOGfA
~cu rre n tltlo 1.'.(>n lo qLtc se ten ia o lvida do por e l
tiempo, o por ne> po11cr t·n 1..:11<> a tc nt: ió n ?
Exac to - res¡)t)11di6.
- Buen,>. ¡_No J1<><lr la us te d. rcc<>rda r tarnbién a
un h~n1l, 1·c al ver 1.:l dil)ujo lle un caball o o de
u 11 a _ltt-n, .Y r1.."Cl> rdar a Cebes, al ver un retrato
de S1n1m 1as?
Si.
¿Y no lo es ta n1bié n e l acurda rse de Sin11nias
cuand<> ve t1110 su r c t1·at<>?
En e fecto, es posibl e - respondi ó.
¿ Y no su cede en to<l<>s estos casos que el
recuerdo~~ produce a pa11ir de cosas sen1ejantes,
o cosas d tf c ,·cn.tes?
Si, succd c. 7 1
Por ot~·a . parte, Aristóteles analiza y saca a
la .supe rfici e los factores más profundos. En
p r1n1er lugar, ~ P?r demás importante , los
actos de n1e ~11or1a tienen que ve r con e l tiempo
de ma11era s1ngular. En otras palabras, el recor-
?ªr encie rra varios puntos e11 el tien1po, o un
Lntervalo ten1poral. El orga11ismo no reacciona
simplemente a las cosas inn1ediatas que inci-
dentaln1ente sirven para conectarlo con las
cosas q11e se hallaron presentes en ocasiones
anteriores, sino primordialmente a las cosas
de l encuentro anterior. Aristóteles hace
. - ---hinca- ~
pié en Jo qt.1e tiene carácter de pasado en el
intervalo, y desde su tiempo seha ma.ntenido-
viva la creencia de que e l recordar tiene que
ver con el pasado como una característica de la
acción. Probablemente no l1aya lugar a criticar
a Aristóteles por no tomar en cuenta la impor-
tancia de todos los puntos en el intervalo te1n-
poral de la memoria. Baste co:1 ver que trata el
recordar con u11 acto naturalista.
Un segundo factor in1port~nte del recorda~ ~s
el de que constituye un denvado de la acc1on
percibida. Como dice Aristóteles,_ e] ~ecor-
dar perte 11ece a las actividades pr1mar1a~ de
la percepción sensible.72 ~1 recordar ~eq.u1ere
de presentación, en el ser:itido de reaccionar en
presencia de cosas particulares, Y c~mo una
suerte de re-presentación. De est~ se sigue que
el recordar tiene que ver con obJctos ante los
cuales previan1ente se ha reaccionado y t~m-
bién, y esto es muy in1portante, con la conc1e1:-
cia de la relación temporal entre ambos. Mi-
entras se está recordando, uno debe · estarse
diciendo a sí mismo "antes oí esto (o lo perci-
bí)" o "antes pensé esto".
73
El rememorar es para Arístóteles una forma
más dirigida y deliberada de conduc.ta que el
1ff
1·ccordar o, por lo rr1enos . una fase más definida-
, del rea ccionar a cosas ausentes. Aristóteles dis-
lir1 gu c cuidadosan"tenle la rememoración de
las ac tividades originales con las cosas presen-
tes, qtte hacen posibl e las reacciones posterio-
res a las cosas ause ntes, y de la reactivación de
/ la conducta 1nemoriosa. Para él, la rememora-
' ción es t.1na búsqueda a ctiva de algún objeto o
cve11to e n el pasado. Primordialmente, esta
\ búsqt1eda consiste e n la activación_ d~ ,un es-
/ títnu]o que, por su conexión o asoc1ac1on con
· una cadena de otros objetos como estímulos,
conducirá a la recuperación del obje to busca-
clo. Para ejemplificar lo que está diciendo, Aris-
tóteles hace mención de la siguiente serie mne-
1notécnica más bien trivial pero divertida. Para
recuperar otoño. la estación de las nieblas,
puede uno empezar por leche , fJasar a blanca,
de blanca a aire o bruma, y de ahí a mojado o
húmedo.74 Los objetos más fáciles de recordar
son los problemas matemáticos, ya que poseen
un ordenamiento. Las demostraciones geomé-
tricas sucesivas están estrechan1ente ligadas
entre sí. Todos los temas mal ordenados se
recobran en la memoria, si es que se recobran,
con notable dificultad. 75
Así, pues, la rememoración encierra mucha
probabilidad y aleatoriedad, puede uno seguir
un método bien elegido para la búsqueda de un
objeto que se quiere recobrar de memoria, sin
tener la seguridad de éxito. Entre las condicio-
nes que menciona Aristóteles como auxiliares
de la rememoración figuran la semejanza entre
las cosas, su carácter de opuestos, su conti-
güidad en situaciones generales y la frecuen-
cia del ~ontacto con las cosas recobradas por la
1nemoria.
Conducta intelectual. En el continuo que
para Aristóteles es la conducta. las diversas
actividades sutiles, como el saber, el pensar, el
opinar y 1ntLchas otras encuentran sus lugares
propios junto con las actividades vegetativas
más burdas. Sólo se 11ecesita tomar en cuenta
las variaciones en cada clase. Viene al caso
señalar a.h ora que sólo de modo objetivo y
narrativo abstrae Aristóteles las "funciones"
y "procesos'' de las interacciones de los orga-
nismos co11 objetos de estímulo. Aristóteles no
tropezó con ninguna de las dificultades de los
autores moder11os, . qu ienes distinguen entre
accion es y pensamiento, convirtiendo a este
últin10 en una serie de pálidos fantasmas
conectados o no con los movimie\s, las
1f6 VOLUMEN l
n1an'ipulacic>nes u <>ti·os co11t.actos palpables
con cosas.
Arislólcles !-eñala cx¡1rcsa111c11tc (lltC 110 es
propi<> supc)11cr quc existan acc io11cs del aln1a
separada, c<)n10 lus ele c c)111~1aLlcccrse, apre n-
der o pensar. L<> que oct1rrc es que e l l·lc,n·1 brc
c jectlta estas ucc i<>ncs. 76 Luego señala qltC acti-
vic.ladcs J)SÍC<.J lógicas cc>n1(> las de sc11tir, reco r-
dar. a1r1ar, <><liar y pcr1sar se vc11 irr1pedidas <)
dcsaparece11 ct1a11c.io el individue><> SLIS órgan<.>S
Í'l1r1cionar1 111al pclr cau sa de la en1briagucz o
de la enícrn,edad.77 Si el ancia110 pucliesc
adquírir t1n buen ojo, vería igual de bien que el
jovcn. 7A
Y en lo tocante a las características espe-
cificas, la conduc ta de p en sar se di s tingue
de la de percibir por varias razones. En pri.n1er
lugar, el perc ibir es t111 iversa l en el mundo a11i-
n1a.\, pero el perlsar está lin1itado a una peque-
ña porc ión del n1is1110,79 Así, tan1bié11, el perci-
bir está tan cstrecl1amcntc rclac io11ado con su
objeto de estí1nul<) que es siempre, o casi siem-
pre, u11 tipo verídico de acción. La conducta de
pensar puede equivocarse, dcsoriei1tarse o
inclusive ser falsa . Ade más , las conductas de
sentir y percibir están sujetas a la fatiga y a la
adaptación, Luego de una eslimulación senso-
rial fuerte hay 111e11oscabo del ver, el o ír y eJ
oler. En el caso de la co11ducla intelectLLa l, que
no está tan co1npletamente conectada con LLn
órga110 en particular. cuanto más inte11sa es la
interacción, ta11to más capaz es el individ·u o d.e
reaccionar después a objetos igual o n1enos
inteligibles. 80
Desc ritos de manera 1nás positiva, Jos actos
del pensarr1iento son en parte de la imagina-
ción y en parte del juicio; por ello están sujetos
a error. Por otra parte, es su re lativo despego
respecto de los objetos y su carácter probab ilis-
La lo que hace q u e tales acciones sean efectivas
y útiles en situaciones complejas.
En con1paración con Ia acc ión sensorial
y perceptiva, e l pensar es más c lara m.ente
un conocimiento de forma a la vez práctica
y especulativa, No es un p11ro percatarse de
algo o sentirlo, Como ya pudin1os darnos
c uenta en la página 123, Ari s lóte les considera
que en el conocer hay una conex ión tan ínti-
ma entre e l acto y e l objeto que es casi una
idcntidad .!! 1 '
De l conoci miento y de la conducta inte-
lectual en gen~r~l se dice q ue son tan to acti-
vos com o pasivos. Aun cu.a n·do el texto no
' ,,-
esté comp leto y su exrJosición no sea cla1;
no ca be clucla de que Arist?te_les está disti~'.
gtiienclo aquí entre el conoc1m1ent~ en poten.
e iu -t!n el scr1 ti Jo d.e rr1era presencia de todo .
Jos factores en uJ1a situ ación de conocimien~
to- y la cjecLtcíón real del acto de conocer.
El C<)n<)cimicnto potencial es, en el individuo
anterior tcinJ)<>raln1ente al conoc imiento actual:
pero considerado en general no es temporalmen.
82
te a11tcrior.
Er1 este pasaje aparece e l contraste entre dos
f,lses de LLJl even to. En la prjmera fase, la poten.
c ial tenen1os los factores que pueden o no, de
acu~rdo con las circunstancias individuales,
consL11narsc co rr1 0 conocimient o o aprendiza.
je. 'fomemos, por ejemplo, l~ esc~ela en la que
l1ay escritas palabras en e l p1zarron y e l maes-
tro va a poner a los niños en co11tacto con ellas
y va a estimular Sll interés para aprenderlas.
Además, tenemos el proceso activo por el cual
e l niño participa en e l proceso de aprendizaje y
]o lleva a cabo, El conocimiento en acto existe
cuando las palabras que deben aprenderse son
idénticas al acto real de aprenderlas o recitarlas.
Para Aristóteles, la distinció11 entre conoci-
m iento práctico y especulativo y conocimiento
contemplativo simplemen te separa al cono-
cim iento estrechamente vinculado con las acti-
vidades ejecutoras y 1nanipulativas del co-
noci1niento limitado a la información. Por
m u cl1os conceptos, ésta es una simple diferen-
ciació11 de unidades d e acción, pero debe
re~or~:larse que e l pensamiento especulativo y
practico so11 ambos, en cu anto conocimiento
d isti nguidos de otros tipos de acción. Además'.
hay numerosas_ características específicas, aun
apa~-~e de la s~t1lez~ y d el refinamiento de la eje-
cu c1on . Las s1tu ac1011es q t1e requieren de una
condu c ta prácti ca y con templa tiva difieren
gra.n de111ente en sus .det a lles y e 11 las oportuni-
dades y con~ect1e.n c1as qt1 e propor c io n an.
Los estu d1 osos de la histor ia de la psicología,
q.ue s.t1 elen aso n1brarse por lo n1u y completo y
ef~c t~vo q u e es su De An ima, se sienten todavía
m as 1mpresior1 ados por las lagu r1as y pot los
fragr11enlos y en parte incon1prensibles rasgos
d e las notas d e c lase. Me gl1staría reflexionar
sobre u 110 d e esos r asgos en e l contexto del
pensar Y el s,\be r. Y es el de la referencia aristo-
té lica a la ~n.~ e pe nd en c ia, r especto del cu erpo,
de las act1 v1da d es de l p e n sar y a la ínmorta-
. '

TEACEAA PA~'í • LM SIST~MAíllf~CIÓN H<il~NICA 1}€ Lf.l P§ICOlOGfA
lida~ del al rr1a c~mo actívidacl psict>16gica. Los
p.a5a:1es de~ caso rn~ lu yen la ~sevcraci<'.,n de cJu c
s1en los actos se_ns1bles los fac tores C<)rpo rales
son los sobrcsa l1cnles, en la s a cciones intc lcc-
tu~les_ la m ~nt~ es separabJe de l c 1.i t.'. r p c, .BJ y 1
as1, dice Ar1 st_ote les: "Cua11do está sepuracln
ella es su ~roi)1a verdad y nada rnás, y sului-ncn ~
te esto es 1n m oi-tal y etern o.''H4 ·,
Si~ duda, es sólo la prese n c ia de la trad ic ión
du~l:sta la qt1c puede sugerir una inter11re-
tac1on m~~te-cuerpo de este p a~ajc, en la
qu~ el esp1r1tu t.rasccnde11 ta l es el factor rnente.
¿Como P:teden hacerse a t111 l.ido tc>das las c ir-
cunst~1'.:1as c ult~ral,es y los postulados bio lógi-
cos bas1cos de Ar1sto1.eles? No ol1stante, subsis-
te un probl e ma intrínsec<.) de que c.lcbe n1 os
ocuparnos. ¿Qué quiso dar a e 11lender Aristóte·
les a l h~cer que _el conoci mie nto o e l pe nsar
f~esen 1ndep~nd1entes del organ ismo e id én ·
ttco,s a los o b.1 e tos conocidos o p e nsados:> No
es este un prob lema difíci l s i te ne1T1os pre ·
sent ~s las concep ciones realistas del pensador
a~e~1ense. Obsérvese que los objetos de l co no-
c1m1~nto y de l p ensamie nlo, m á.s au n que los
sensibl es comunes, no es tá i1 relacionados co n
un órgano espec ífico. Obséi-vcse tainbi én que
tales objetos son purame11te formales, o co1no
diriamos nosotros, so11 construidos intelectual·
mente. Son hasta tal punto abstractos y remo-
tos que no pueden entrar en contacto directo
con ningún ó r gano e n particular, 11i co11 e l
organismo e ntero, como en los casos de los
objetos visuales o tác tiles. Es tambié n total-
mente razonable consiclerar a una fórn1ula o
ecuación abstractas como si fuesen idénticas al
proceso de construir tales produc tos abstracti-
vos. En pocas palabras , aun c uando a lgu11os
pasajes aislados del De Anima pi:ede11 inte~pre-
tarse con10 si fuesen propos1c1ones dual 1stas
posgriegas, sólo pue de hace rse esto_sacánd<?Jo_s
por la fu erza de su con.texto griego obJet1 -
vo. Por Ji geram en te desarrol!a<l?, que pue da:'
ser e l conoci mi ento y la descr1pc1on d e las ac tl-
vidades d e sabe r y p ensar aristo té lic os , e l pe n-
sador g riego no las trató s in? co~10 acc io_n c_s
ejecutadas por personas e n s1Luac1ones obJet1·
vas complejas.
Razonamiento. Lt1ego de desco ntar las
vacilac iones, las c lasificaciones fl exibles y
otros factores ru:.oc iados a los esfuerzos p recur-
sores y a la ambición d e ser t~,nLo con1ple to
c on10 fidedigno, {)Ociemos dar por cierto que
Aristótel es concibió el razonamientt> como
. ..
,,. :• .
~
•
li7
infere 11cln 1 c,;~ncialrt1 1:!t1 1e . <:tit-ru:, dl c:.: ít t?tt ll>t
1º'6 /1 lr.:(),'I;
HI ra'l.tlrllt rJ1l ct n lo ~- u,1 ur¡{Ulttt•n tt, 1:11 t'l q u t',
e1:1tubl ú1: ldu,.. J e a11 1~n 1íl1u; unu11 ~ i,i.1.1• ..l,· 1cr111lttll·
dwi, oll"4ls t 'OllUll dlatlo ít.11'1 ~l' e l l1J1+ ~e • luut n H"1f.!C:!lU·
l'iaus i;-nll' l' JJ virtud de cll ttfl. l~i,, un¡¡ ''d'-:tllt)lill'f.l·
i:lón" t Uí.111do lu~ p1 t·11-d ~n~ de qut: parle c.:I
ruzc111ru111t•n10 1cH1r1 v,·rd:~d,!1l11-+ y p1'1111;.1rlui,, o bien
cut1J1<lo "º" i:.il<·11 (flH' ,,J c,>rir><·lrni,•nto que tcnc
flH)~ d1: t•ll,_1,-; ne ha ,·nn1,fguld<, <>rlgínulrncnte en
vh·tud de pl'c rnl "ill"> q 11t· "IC!rJ ¡,rl rr1urias y vt!rd~<le·
r' aR, Por otra rurlc:, ,•1 ,a,.onu11tíc r-11,, "díal éc lic o"
si ,·uzono u ra1·tir o,· or,ínlonc.:i. gi.:ni.:ralmcn tc
acln1 ítiJa¡.¡, 11 ~
[.'orrr1al n1 c11tc 1 el <.:8tudi() de l rf.izonar11icnLo
se trala de rnancru rnás corr1plcta y adecuada en
los tratad<)s l()gíc,,1,, a11 t ef! q ue en los pisic ológi -
l.: o:,. Para Ari~t6 tc lcs, P<>r supuc~tc,, ci,,lo n(> e~
prublc n1a, ya que dista 1nuc h<) ,le ha(..'.Cr Ji~lin·
cioncs tal es cc;1i-1c, lus Je rncn tal y prívad<J o ínt1·
mu en psicología, y rúbl íco y p r<Jr><n... ic.: í<>nal en
lógica. Para aclarar la/) c.:a rac.:tcrísticu.\ Jcl razo-
nam i ento es cor1vc ni cn lc rcc(>rc..lar qu e, para
Arisló te les, la forrna s il ogí~Líca de infe rencia es
la más fi r1ne y :-.cgura, Para dejar l:,icn estab leci-
da tanto la c lase ele ac ti vida<l com<> la c lase de
situación en que se e mpican los silc,gismos,
dice ArisLótclcs:
Un silogismo el> un conjunto de palabras o
locuciones en el que, al hacerse de terminadas
suposiciones, !,C sigu e ncccsariamcnlc, del hecho
de haberse verificado de tal manera d<.!tcrminada
las suposicíonc!>, un a cosa dis tinta de la que se
había tom ado. Por la cxpr c~ión "del hecho
de haberse veri fi cado de tal manera de term inada
las suposic iones" quiero decir que es por causa
de e llo que se sigue la conclusión, y que no hay
necesidad de ningún otro término para hacer qu e
la concl·usión sea ncct.:saria.86
E l exam en aris to té li co del razonamiento
en todas s us fases .impone la opinión de que la
lógica Sé ocupa de actividades ejecutadas
por p e rsor1as. Pero, basándose e r\ su doct1ina
d e la ide nticlad e ntre una se rie de relaciones u
objetos abs trac tos y los actos de conocerlos o
re lacionarlos, a veces cla, injustiFicadaniente,
rienda sue lta a sus nocio11es d.e absoluto y de
unive rsalidad , Invoca la noción d e n ecesidad
con Frecue·n cia y amplitud injustificadas.
El estar despierto, el d·o.rtnir y el soñar.
Quienquiera que trate de fax-mular el sistem a
ffl VOLUMEN 1
biopsíc<>l.ó gico de Arít;t(,telcs tiene que apro-
bar, de hccl10, su yuxtap<>bícíón de refl exione~
psicolé>gicab y bicJ!{,gícas. Para Arh,té,tcles no
es anómalc) colocar cr1 una ~cJla i,erie proble-
rnas de rcspíraci<'>n, de juventud y ancianjdad,
de duracit)n Je la vida, de la vida y la muerte y
asf r1or el cstílcJ. N<> es scJrprendcnte, entonce!),
que Arist<>telcs incluya entre lo~ terrias p~ícoló-
gicos e l estar dc~picrtcJ, el dcJmlir y el sóñar.
Esta úl t h11a, p<)r supu esto, e~ una cl~e definida
de actividad p~icc,lc',gica que ocurre bajo las
más variadas ci rcunstancias hurnana<:>. Por Jo
que toca al estar dc~picrtc) y al dc,rmír, cierta-
mente sería anómalo pc)ncr ,,bjcciones a una
discusí~n de ~roblcmas re lativo~ a la mayor o
meno r 1ntens1da<l <le los contacto~ con objetos
de estímulo que se dan dur ante esto& estados.
En general, e l estar despierto y el dormir son
cond iciones contrar ia..<; de los organismos, que
sirven para man tenerlos y preservarlos. La vigi-
lia es un período de acción intensa, mientras
que el dormir es un estado de conducta reduci-
da o cese de la acción, tendjente al reposo y a la
recuperación. El dorm ir, por con!, iguiente, sir-
ve para mantener la sa lud y el buen funciona-
miento de l organisrno. 157 Aristóteles considera
a l dormir como un proceso inhibitorio que
pone un límite a la acción parcial o total del
organismo, así como a la intensidad relativa de
tal acción .
Aris tóteles forja un construido para la causa
b io lógica del su.eño, que localiza en los proce-
sos sangu íneo y n utricional. Puesto que el dor-
mir es un p roceso de acción mínima, Aristóte-
les trata de expli carlo estableciendo qu é es lo
que ocurre en la fuen te, tanto del sentir como
del movimiento. El p r oceso comienza con la
ingestión de a limentos, la c ua l da origen a una
evaporación que penetra en las venas y a llí, lu e-
go de sufrir cambios, se con vierte en sangre, la
cual se abre camino hasta e l corazón. A causa
del calor generado en e J corazón, la sus tanc ia
que está en las venas se d esplaza h acia a rriba en
el organism<> hasta llegar a l ce re bro, donde se
enfría y, de tal modo, regresa a su c u rso. El dor-
mir es una sue rte de retroceso natura l con cen -
tra do d e la materia caliente, mientra<; es condu -
c ida hacia abajo hasta e l co razón . Esto tien e
co.m o ~esul tado una opresión d e los órganos
se~sor~ales Primarios y un con.sigui e nte ador-
m ~la i:n1e~t,o Y cese de l movimie nto y d e la clis-
cr1m1n.ac1on. Al evaluar la teoría aristoté lica
del dormir, pue de decirse que la falta d e infor~
mación acerca de lo que realmente ocurre
durante este proceso se ve algo compensada
por las convenciones de la época, conforme a
las cuales Jas explicaciones se expr~~ban en
térmínos naturalistas de la observac1on super-
ficial. Psicológicamente hablando , e l donnires
primordialmente una ~1:hibíci~n ~e la acción
sensorial y de toda accion subs1gu1ente. Paten-
temente Aristóteles formula sus conceptos de
1
sueño y de vigilia en ténninos de conducta
de organismos. _ . .
Para Aristóteles, el sonar consiste pnmor-
d.íalmente en una actividad peculiar de presen-
tación sensorial, cuando el organismo no está
actuando en contacto con los objetos sensibles
como Jo hace cuando se está despierto. A modo
de descripción básica del soñar, Aristóteles
propone un proceso de acción _senso~I que
persiste luego de concluida la est1mulac1on por
e l objeto.
... inclusive cuando el objeto externo de la percep-
ción ha desaparecido, las impresiones por él
hechas persisten y son, a su vez, objetos de la per·
cepción.88
Aristóteles tiene clara conciencia del carác·
ter anormal o ilusorio de tal modo de percibir y
compara las ilusiones de los sueños con las de
la enfermedad o de las condiciones afectivas
fuertes. El magro tratamiento que da a los sue-
ños nos muestra la doble influencia de un
conocimiento biológico insuficiente y de la
actitud que limita los ajustes humanos comple·
jos a las actividades inmediatas de un organis-
mo. Hacen falta numerosos detalles ecológicos
que darían contenido a las clases específicas de
su e ños y a las condic iones especiales en qu e se
producen.
Hay una excep ción importante a la limita·
ción aristo télica de los factores del s ueño. En
su De Divinatione per Somnum, Aristóteles
o frece un argum ento en pro del carácter n atu·
ralista de los su eños, b asa d o en las condiciones
de v!~~ del qu e su eña. Cuan do nie ga e l carácter
p rofet1co de los su eños, aduce argume ntos
basados en la exageración de los estímulos y en
la m od ificac ió n de la conducta despierta a cau·
sa de su e ños ante r iores. Da c u e nta y razón de la
profecía, princip a lm ente, to mándola como
coincidencia. Asimis mo, c uando Aristóteles
explica la vivac idad de algttnos su eños acerca
de determinadas p er sonas, sobre la base del
'
TERCERA PARTE. LA S1STEMF1TIZÁCIÓN Hf.L-€NICPI DE lFI
, ' / .
conoc1m 1en t? 1nt1m<? .en tre el c¡uc s uC!f.ía y
el q ttc es sofictdc>, clcc1cl1 dan1en Lc está toman d(>
en cuent t\ la st1(i l :icción de l soñar cc>mo part~
de u11a pau ta gc.ncra l ele <.:<)nuu cta intc rrclacic,-
nada ~<.1n c ie!~tas pers<)nas y silu ac ic>ncs. ·rules
rc:ll ex_ioncs vie n en a rc( lo11clcar su s is tema p1,j -
co lóg1co cabaln1cnte 11aturalista..
DE ANIMA : RESUME N
Y PERSPECTIVA
A l~s h is lor!adores d e la ciencia ya no les
n1arav1ll a e ) 1n1lagro ele la ciencia griega, logro
realn1enle 11otablc que evolL1cionó tan rápida-
mente y duró ta·n J.)OCO. En la actualidad se
reconoce q u e la evolución ele la c iencia griega
es n1u cho 111ás u n h cc l10 de rápi do crecimiento
que un 111 il agro ele ge n eración espontánea. Los
l1istoriadores d e la cienc ia están descu briendo
multi tt1d de fu e ntes de los materia les científi-
cos qu e los g1iegos reu n iero n y convirtieron en
la base d e s u expansión y s iste1n atización . No es
restar m érit os c ien tí(icos a los griegos señalar
que fu eron proveed o r es y organizad o res a lta-
men te eficientes.
No o bs ta nte, la b iops icología de Aris tó te les
descuell a a ún como u na excepc ió n milagrosa;
no, por s u p u est o , grac ias a u na gen e ración
repentina y única, s ino p or s~ s a lcances y su
valor como institu c ió n cien tíl·ica p ermanen te.
El De Arzin1a de Ari stó teles, núcleo de la p s ico-
logía sistemáti ca gri ega, es un a ,realizaci~n y_u n
p r oducto d escoll antes. H ay e1: eJ una serie bien
desarrolla da y limpiam e nte integrada d e des-
cr i pc io n es psic ológicas y ta mbié n - lo c u al es
m u ch o más nota ble- u n m o de lo que ha durado
hasta nuestr os d ías. La aseveración de q·ue
todas Jas fil osofí as o son pla tón icas o so n a r is t~-
télicas q u izá no sea c ie rta, p ero en c ierto_ sent!·
do, a l m.e n os, todos Jos p sicó logos so n_ ar1stote-
licos. Ade m ás, n o es exagerado d.ec1r qu~, ,ª
pesar de todos los d.a tos r e unidos por los ps1co-
logos a lo la rgo d e los siglos, a ún no h en1 os
alcanzado a Aristótel es. Lo que h ace tan n o ta-
ble a la p s icol ogía de Aris tóte les es qu e es un
corpus ps ic ológic o de gran~es al can ces. y
cabalmen te fundado sobre c imientos naturalis-
tas. Si los p sicólogo s m odernos t1a n a lc anza,do
una posición c ientífica, Jo han logrado tan solo
mediante una rigu r<>sa se leccjó n de e ~e ntos, e l
estudio exc lus ivo de la c onduc ta anima l con_
,
~OCM
olvid<J de Ja accié>n hu rna:n'1. o rcducícnd,, é'>ta .a
u n componente bioJ<'>gic<,. En fa bi,>p~j<.;c,l,,gí~
de Arittl.i>te lcs Jo q ue se dc~taca e~ el evcnt,, PfJt,
co l()gíccJ total.. .
Para aJ>rcciar C <)ffi<J es dcb1do la Lumbre
alcanzada cc,n e l /Je Aníma, tc.r1em<>~ que Cf>n-
tcmrlarlcJ en su pcr·spcct íva hi~t(~ríca CJrigi~J,
Como vástago de la cu ltura hefen1ca, ef e,'1;t~1,,
de la psique tenía que quedar cc1mprcndhl0
dentro de la cien cía dt: la NGtturaleza.r-v (;<:,ndu~-
tualmentc, toma uno en cuenta tanto la c&,enc1a
formu labJe de: un evento psicuJógíco, bU US<J o
función, come> Ja c<>i.a o rnatcríal que ejccu_ta
este act<J o funcjc',n . El ejemple, que nos da A':s·
tótelcs es e l de que el ebtudí,., correctc) de la ira
no es formulabf e sólo corr10 el deseo de dt.-vo f-
ver dolcJr por dcJ l<Jr, ~in <J también c<Jm<J un
hervir de la sangre o de la su~tancia caliente
qu e rodea el corazón.()('
A la luz de la historia, el D e Anima estableció
firmemenLe u na di!-iciplina que trata de las
acciones de los anímales, sin exceptuar aJ
hombre, y aun las de las plantas, tanto median-
te la integración de una serie de d<,ctrinas
como poniéndole nombre a díchcJ C5tudío. A
pesar de todas las transfo rmacione-; y malas
interpretaciones a que se ha s ujetado al De
A ní,11a, la ciencia de la p s icología ha sido
siempre el estudio de la p sique aristotélica,
de la conducta de ajuste o adaptación de los
organismos. 91
La historia de la p s icología revela tambíén
d e cuántas maneras se ade lantó doctrina.lmen-
te Aristóte les en su De Anima. La lista de ade-
lantos doctrinales específicos seria larga, por
lo qu e n1e contentaré con mencionar algunos
b u enos ejem p los.
l . La actividad psicológica entendida como
u n desarro ll o.
2. La continu idad entre organismos huma-
nos y no humanos y sus conductas.
3. Las in teracciones entre objetos de es-
tím ul o y organismos.
4. La d octri na d.e los cinco sentidos.
S. La co nexión entre la acción sensorial y
los órganos sensoriales locales.
6. Los principios de asocia c ión que son la
sem ejanza , el contraste y la contigüi-
d ad.
Entre l?s r~s~os no menos ímportantes del
le.g ado ar1stote l1co tenemos las ocasiones que
t:JD VOWMEN t
dio De At1it11a al surgimiento de controversias
en lo concerniente a cuestiones medulares
para Ja ciencia, y en especial para la psicología.
Pond.ré dos ejem¡,Jlos. Veamos, pri.mero, el pro-
blema teleológico. En su calidad de biólogo.
Aristóteles desta.c ó e l uso, la, fi nalidad y la
acción de las panes, sus relaciones reciprocas
y la morfología general de los organismos. Per<)
autores modernos , haciendo caso c,mi~o del
contexto}' de las circunstancias en que Lrabajó
Aris tóteles, lo interpretaron mal a l creer que
imponía factores extraorgánico5 y extnunbien-
taJes sobr e los organismos ,. su~· ac c ioncs.12
El segundo ejemplo tic1{e que ver con la.,
que , a juicio tanto de bié>logos como d e p!'.ícolo-
gos modernos , s on ideas perfectamente cquí-
vocadas acerca del cerebro, 1tt1, tun¡;ione-. f.11
Ve'l de Considerar aJ tercbro l.{)fl10 c,rgano <.en
tral de todos los pr<>t·esO> p~icologi(..O"t, Aristtt
tclt.."S Jo co11vícnt> prirriúrdialmt-nte en un orp
no rcfrígcrantc ~ para la r1tgul~L·íon deJ Lalor
en general. ~ ucva1ncn1e . I<>' autor t..'",l. rnodemO\
p~<ian por alto l~ prc-n11~ naturdltr...ta-." btolo-
gica5o \,o bre la.-. que lt'vanta An:-tc,telL"'S !>u ~<:o-
log1a, Cuandc, .-.e rrcucrda Clu'-· -'r·1..101eles no,-
da una Ji.-.ta .-.cn~ta de ra1.1onc~ para sus tdea~
acerca del ccrebrt., ~ el cora.1on . \ t~mbién que
l~ c<>ncepc 1<>nc, moderna, que hacen Jc.l
cereb ro el c,rg.a n<J p-.1L olt>g1cc> ceo,raJ d~an~
'w!n ~,bte una ba~ tl<Jfm&111.a la.s cntac~ que
~ le hacen a An"1,,1ele" p:attcen no \'l:nlr
cUC"nlo