C uidemos la vida de los
Año LXXXIII - Nº 4476
6º domingo de Pascua 1º de mayo de 2016
Para empezar,
todo termina
D urante la Última Cena,
después de lavar los pies
a los suyos, Jesús comienza
un largo discurso de despe-
dida con el fin de preparar a
los Apóstoles para su partida.
“Me voy, y volve-
ré, si me amaran, se
alegrarían.… Les he
dicho esto antes de
que sucediera para
que, cuando suce-
da, crean”. Ya no lo
volverán a ver de la
misma manera;
sin embargo, cree-
rán en él más que
nunca cuando
vuelva resuci-
tado.
El amigo
y maestro, Je-
sús, con quien
el grupo había compartido
largas y fatigosas jornadas de
camino, alegrías, persecucio-
nes, discusiones, amor, odio,
milagros y oraciones, está por
irse. Pero los suyos no aceptan
esta decisión.
El Señor predispone a
los Apóstoles a pasar del ce-
náculo donde terminaron de
celebrar la fiesta de Pascua,
al cenáculo interior de sus co-
editorial
razones.Ya no se encontrarán
más como antes, no tendrán
que buscarlo más en edificios
o caminos, sino en el santuario
interior de cada uno.
Frente a la desaparición fí-
sica del Maestro, los Apóstoles
caen en la angustia, y una
tempestad agita sus
almas: “¿Qué ha-
remos sin él?”,
se preguntan.
A cualquiera
le sucede lo
mismo cuan-
do la muerte
se lleva a un
ser querido.
Todo puede
cambiar en un
instante, y se corre
el riesgo de perder el
sentido de la vida.
Los Apóstoles todavía
tienen la ilusión de que Jesús
instaurará el Reino de Dios en
la tierra. Ellos esperan y creen
en esa intervención divina.
No obstante, las palabras
de Jesús hacen añicos sus
ilusiones, como también sus
ambiciones. El Maestro no
deja espacio para las dudas:
“...me voy ... todo termina...”.
Ante esta nueva situación,
que amamos: los chicos
siempre viajan en el asiento
de atrás, en sus sillas es-
peciales y ajustados con el
cinturón de seguridad.
Lecturas:
Semana 2ª del Salterio
  2  San Atanasio, obispo y doctor
de la Iglesia. (MO). Hech 16,
11-15; Sal 149, 1-6. 9; Jn 15,
26—16, 4
  3  SANTOS FELIPE Y SANTIA-
GO, apóstoles. (F). 1Cor 15,
1-8; Sal 18, 2-5; Jn 14, 6-14.
  4  De la feria. Hech 17, 15.
22—18, 1; Sal 148, 1-2. 11-14;
Jn 16, 12-15.
  5  De la feria. Hech 18, 1-8; Sal
97, 1-4; Jn 16, 16-20.
  6  De la feria. Hech 18, 9-18; Sal
46, 2-7; Jn 16, 20-23.
  7  De la feria. Hech 18, 23-28;
Sal 46, 2-3. 8-10; Jn 16, 23-28.
  8  LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
(S). Hech 1, 1-11; Sal 46, 2-3.
6-9; Ef 1, 17-23 (o bien: Heb 9,
24-28; 10, 19-23); Lc 24, 46-53.
Pedro, en nombre del grupo,
declara que eso no sucederá
y que están dispuestos a dar
la vida por él. Pero, finalmente,
el único que dará su vida será
Jesús, y la ofrecerá por todos
nosotros.
Hoy el Señor vuelve para
estar también con nosotros,
llenarnos del amor de Dios,
esperanza y vida eterna. Todo
lo terreno termina para dar
comienzo a lo que no tiene fin. D
P. Aderico Dolzani, ssp.
 Nuestra Misa
Mensaje de la Liturgia
L os Hechos de los Apóstoles refieren
lo acontecido cuando, en el año 49, la
naciente Iglesia realizó su primer Concilio,
se alejó del judaísmo y se abrió al mundo
pagano. Así, la nueva Jerusalén, que Juan
registra en sus visiones apocalípticas, va
peregrinando siglo tras siglo, hacia la plena
irradiación de su gloria al fin de los tiempos.
Mientras tanto, en medio de sus trabajos
y penas, sus gozos y esperanzas, nuestra
I. rito de entrada
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Is 48, 20
Con gritos de alegría anuncien y pro-
clámenlo hasta los confines de la tierra:
El Señor ha liberado a su pueblo. Aleluya.
ORACIÓN DE LA ASAMBLEA están en Antioquía, en Siria y en Cilicia.
Dios todopoderoso, concédenos conti-
nuar celebrando con intenso fervor estos
días de alegría en honor de Cristo resucita-
do, de manera que prolonguemos en nuestra
vida el misterio de fe que recordamos. Por
nuestro Señor Jesucristo...
II. liturgia de la palabra
1ª LECTURA Hech 15, 1-2. 22-29
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Algunas personas venidas de Judea
a Antioquía enseñaban a los hermanos
que si no se hacían circuncidar, según
el rito establecido por Moisés, no podían
salvarse. A raíz de esto, se produjo una
agitación: Pablo y Bernabé discutieron vi-
vamente con ellos, y por fin, se decidió que
ambos, junto con algunos otros, subieran
a Jerusalén para tratar esta cuestión con
los apóstoles y los presbíteros. Entonces
los apóstoles, los presbíteros y la Iglesia
Ciclo C  Color: Blanco
6º domingo de Pascua
Iglesia goza en lo más íntimo de sí de una
paz que el mundo no puede dar porque no
la tiene, y ya sabemos cuál es la paz de los
hombres, armados unos contra otros, nada
que ver con la que nos da Jesús, la que pro-
cede del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo.
Conscientes de todo esto, asumamos la
responsabilidad de ser agentes de esa paz
nacida del amor a Dios y los hermanos, que
se sustenta en la verdad del Evangelio y se
proyecta en el bien y la justicia, la reconci-
liación, la solidaridad y la paz. D
entera, decidieron elegir a algunos de
ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo
y Bernabé. Eligieron a Judas, llamado
Barsabás, y a Silas, hombres eminentes
entre los hermanos, y les encomendaron
llevar la siguiente carta: “Los apóstoles y
los presbíteros saludamos fraternalmente
a los hermanos de origen pagano, que
Habiéndonos enterado de que algunos de
los nuestros, sin mandato de nuestra parte,
han sembrado entre ustedes la inquietud
y provocado el desconcierto, hemos de-
cidido de común acuerdo elegir a unos
delegados y enviárselos junto con nuestros
queridos Bernabé y Pablo, los cuales han
consagrado su vida al nombre de nuestro
Señor Jesucristo. Por eso, les enviamos a
Judas y a Silas, quienes les trasmitirán de
viva voz este mismo mensaje. El Espíritu
Santo, y nosotros mismos, hemos decidido
no imponerles ninguna carga más que las
indispensables, a saber: que se abstengan
de la carne inmolada a los ídolos, de la
sangre, de la carne de animales muertos
sin desangrar y de las uniones ilegales.
Harán bien en cumplir todo esto. Adiós”.
Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R. A Dios den gracias los pueblos, alaben
los pueblos a Dios.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga
brillar su rostro sobre nosotros, para que
en la tierra se reconozca su dominio, y su
victoria entre las naciones. R.
Que todos los pueblos te den gracias. Que
canten de alegría las naciones, porque
gobiernas a los pueblos con justicia y guías
a las naciones de la tierra. R.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor, que
todos los pueblos te den gracias! Que Dios
nos bendiga, y lo teman todos los confines
de la tierra. R.
2ª LECTURA Apoc 21, 10-14, 22-23
Lectura del libro del Apocalipsis.
El ángel me llevó en espíritu a una
montaña de enorme altura, y me mostró
la Ciudad santa, Jerusalén, que descen-
día del cielo y venía de Dios. La gloria de
Dios estaba en ella y resplandecía como
la más preciosa de las perlas, como una
piedra de jaspe cristalino. Estaba rodeada
por una muralla de gran altura que tenía
doce puertas: sobre ellas había doce
ángeles y estaban escritos los nombres
de las doce tribus de Israel. Tres puertas
miraban al este, otras tres al norte, tres al
sur, y tres al oeste. La muralla de la ciudad
se asentaba sobre doce cimientos, y cada
uno de ellos tenía el nombre de uno de los
doce apóstoles del Cordero. No vi ningún
templo en la ciudad, porque su templo es
el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.
Y la ciudad no necesita la luz del sol ni de
la luna, ya que la gloria de Dios la ilumina,
y su lámpara es el Cordero.
Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.
ALELUYA Jn 14, 23
Aleluya. “El que me ama será fiel a mi
palabra, y mi Padre lo amará e iremos a
él”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 14, 23-29
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Juan.
Durante la Última Cena: Jesús dijo a
sus discípulos: “El que me ama será fiel a
mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a
él y habitaremos en él. El que no me ama
no es fiel a mis palabras. La palabra que
ustedes oyeron no es mía, sino del Padre
que me envió. Yo les digo estas cosas
mientras permanezco con ustedes. Pero
el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre
enviará en mi Nombre, les enseñará todo
y les recordará lo que les he dicho. Les
dejo la paz, les doy mi paz, pero no como
la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!
Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a
ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de
que vuelva junto al Padre, porque el Padre
es más grande que yo. Les he dicho esto
antes que suceda, para que cuando se
cumpla, ustedes crean”.
PalabradelSeñor. A.Gloria a ti,Señor Jesús.
oraciÓn de los fieles
R. Que vivamos tu evangelio con fidelidad y
alegría..
III. liturgia de la eucaristÍa
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Lleguen hasta ti, Señor, nuestras ora-
ciones junto con estas ofrendas, para
que, purificados por tu gracia, recibamos
el sacramento de tu inmensa bondad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn14,15-16
Dice el Señor: “Si me aman, cumplirán
mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre
y él les dará otro Paráclito, para que esté
siempre con ustedes”. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, que nos haces re-
nacer a la vida eterna por la resurrección
de Cristo, concede que los sacramentos
pascuales den fruto abundante en nosotros,
e infunde en nuestros corazones la fuerza de
este alimento de salvación. Por Jesucristo,
nuestro Señor. D
El rincón de los jóvenes Información general
Por Jorge Blanco

Jubileo de la Misericordia:
ocasión y oportunidad
Porque algunos ya lo han olvidado, e incluso,
es probable que otros aún ni se hayan ente-
rado, vale entonces recordar que estamos
transitando el Año Santo de la Misericordia.
Un Jubileo que el papa Francisco inauguró
el pasado 8 de diciembre y que llegará a su
fin en noviembre, cuando celebremos la so-
lemnidad de Cristo Rey. Y que como siempre
ocurre en estos casos, cada uno –personal
y comunitariamente– lo vivirá en mayor o
menor plenitud, de acuerdo a sus posibilida-
des, recursos, etc. y al grado de interés que
decida darle al tema. Pero como no se trata
de un asunto más, sino precisamente de
una ocasión extraordinaria a la que el Sumo
Pontífice nos convoca, es bueno que, si aún
no lo hicimos, nos pongamos en “sintonía” y
lo aprovechemos. Sería una pena que ocurra
lo contrario y llegue a su fin sin ocasionarnos
nada. Porque si bien el jubileo tiene fecha
de finalización, no debería ser una meta
de llegada ni una cuestión pasajera. Por el
Encuentro Nacional de Evangelización
y Catequesis - ENEC 2016
Ya se encuentra abierta la inscripción para
participar del próximo ENEC 2016. Este en-
cuentro, organizado por la Junta Nacional de
Catequesis, se llevará a cabo del 15 al 17 de
julio en el edificio San José de la UCA (Puerto
Madero, Ciudad de Buenos Aires), bajo el
lema: “Felices los misericordiosos”. Destinado
a catequistas, agentes evangelizadores, de
pastoral y laicos en general, dicho encuentro
es de carácter formativo, evangelizador y
celebrativo, ofreciendo un amplio abanico de
charlas, talleres, presentaciones y diferentes
recursos pastorales, recreativos y catequís-
ticos. Por ello, quienes deseen recibir mayor
información e inscribirse, pueden hacerlo a:
enec.argentina@gmail.com
www.catequesiscea.org.ar D

contrario, podría ser una “largada”, es decir,

un punto de partida para evaluar cómo está Bienaventuranzas
nuestra fe, y revivirla. Una oportunidad para
discernir y redescubrir el verdadero signifi- de los trabajadores
cado de la misericordia, tan necesaria en Juan Carlos Pisano
el agitado y por momentos, atroz mundo en En el día internacional de los
que vivimos. Un fascinante desafío pastoral trabajadores, este libro nos
para “volver a empezar” a evangelizar la puede ayudar a reflexionar,
familia, el barrio, la ciudad, las periferias, valorar y orar por quienes,
etc., renovando y reformando lo que sea con su labor y ocupación
necesario de nosotros mismos, de nuestros
cotidiana, se convierten en
grupos y parroquias. El jubileo tiene fecha
estrechos colaborados del
de cierre, no de “vencimiento”. De nosotros
Creador. D
depende… y aún estamos a tiempo. D

El Domingo. Semanario de uso litúrgico. No reemplaza el uso de los leccionarios. Edita: Sociedad de San Pablo (Paulinos). Director:
P. Aderico Dolzani, Redacción: P. Fernando Teseyra, mail: director.eldomingo@sanpablo.com.ar Dirección, redacción y adminis-
tración: Riobamba 230 Cl025ABF CABA, Argentina, tel.: (011) 5555-2400, fax: (011) 5555-2425. Suscripciones: L. a V. de 9
a 18, tels.: (011) 5555-2417/21/24, fax: (011) 5555-2439. Impreso por G.S. Gráfica S.R.L., Charlone 958 B1868DZF Piñeyro,
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