Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
paradigma del “miasma” y de la epidemiología de las estadísticas sanitarias Desde el siglo xviii
y gran parte del siglo xix predominó la teoría del “miasma”, que era una teoría donde el
contexto medioambiental produce las enfermedades por medio de emanaciones fétidas, de
sustancias orgánicas en descomposición que contaminan el aire. No existió un nuevo
descubrimiento biológico para su adopción, pero se adecuaba a las necesidades del nuevo
tiempo social, con el surgimiento en Inglaterra de la acumulación primitiva capitalista, que
produce el cercamiento y apropiación privada de las tierras comunales de los campesinos y su
desplazamiento a las ciudades, produciendo una urbanización masiva y caótica con la
industrialización en inmensas ciudades manufactureras como Manchester. Esto produjo
importantes descubrimientos sanitarios con los estudios sobre el agua contaminada, la
polución de los alimentos, los riesgos de los distintos oficios. El personaje emblemático y un
héroe de la época fue Rudolf Virchow, (3) que a principios de 1848 lo comisionaron para
investigar la epidemia de tifo en la Alta Silesia (una provincia prusiana con mayoría polaca) y a
fines de 1848 su informe escrito lo asoció con la pobreza y la falta de educación de los
campesinos polacos, originado por la opresión política de la burocracia y la opresión
económica de la aristocracia local y, como escribió, su solución “puede ser resumida en tres
palabras, democracia completa e ilimitada”. (4) A los pocos días de regresar de Silesia participó
de la revolución de marzo en Berlín defendiendo la barricada que estaba en la intersección de
las calles Friedrich y Tauben. Los prusianos enojados con su informe lo echan del Hospital de La
Charité de Berlín en marzo de 1849, pero luego de pasar años en el exilio de la Cátedra de
Anatomía Patológica de Würzburg, donde desarrolló sus ideas acerca de la patología celular,
debido a su prestigio en toda Europa fue traído en 1856 de vuelta a un nuevo instituto, creado
a su pedido, en el Hospital de La Charité. En 1859 fue nombrado miembro del Consejo de la
Municipalidad de Berlín, donde permaneció hasta su muerte; ahí batalló y fue el partícipe
fundamental para dotar a Berlín de suministro de agua potable y cloacas públicas para
recolectar los desechos de las viviendas. En el periódico del que fue cofundador, La Reforma
Médica, escribió que “los médicos son los abogados naturales de los pobres”, y que “la
medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina en gran escala”. También
tenía una idea clara del motivo por el que surgen las epidemias, que sigue siendo de valor en
nuestra época; decía: “Si la enfermedad es la expresión de la vida individual bajo condiciones
desfavorables, las epidemias deben ser indicativas de las perturbaciones importantes en la
vida de las masas.”... “¿No vemos que las epidemias señalan siempre las deficiencias de la
sociedad?”, preguntaba. “Uno puede señalar las condiciones atmosféricas, los cambios
cósmicos generales y similares, pero ninguno puede causar epidemias por sí mismo. Las
producen solo donde debido a la situación social la gente ha vivido por largo tiempo en
condiciones anormales.” En el año 1861, con escasos 40 años, fue electo miembro del
parlamento prusiano, donde se enfrentó al “canciller de hierro” Otto von Bismarck. No hay
dudas de que fue un médico comprometido con su tiempo, científico creador del mecanismo
de la trombosis y de la patología celular, introdujo el microscopio en las facultades de
medicina, eximio e incansable antropólogo, entusiasmado con la prehistoria fue también
arqueólogo, asistió a Schliemann en Egipto y Troya y realizó excavaciones prehistóricas en
Alemania y en el Cáucaso
Era del paradigma del germen y de la epidemiología de las enfermedades infecciosas Una
revolución científica, al estilo de cambio de paradigma del concepto causal de enfermedad,
ocurrió finalmente en la última parte del siglo xix cuando se descubre la causa específica de las
enfermedades infecciosas y surge la teoría de los gérmenes. Esta teoría se introduce luego de
los trabajos de Henle, Koch y Pasteur, que demuestran la presencia de bacterias específicas y
que por lo tanto establece que hay una sola causa para cada enfermedad distinta; la causa
bacteriana y la enfermedad se relacionan y la enfermedad se podía erradicar si se erradicaba el
germen que la producía. (5) La teoría tuvo éxito en la etiología y el control de muchas
enfermedades infecciosas, reforzándose al encontrar el agente causal de enfermedades
metabólicas (las vitaminas, el calcio para el raquitismo, etc.) y endocrinológicas (la insulina
para regular la diabetes, la hormona tiroidea, etc.) hasta mediados del siglo xx, cuando fracasa
al tratar de encontrar una etiología simple y única a la explosión de las enfermedades crónicas
no transmisibles, que desplazan a las infecciones agudas como la causa fundamental de
mortalidad de la población.
1. Era Sanitarista. Siglo XVII hasta principios del Siglo XIX. Basada en el paradigma del
“Miasma”: la morbimortalidad de las poblaciones estaba determinada por contaminaciones
del agua, aire y tierra, que ya habían propuesto filósofos griegos como Tales de Mileto,
Anaxímenes y Aristóteles (S. VI A.C.). Esto originó el desarrollo de una epidemiología
descriptiva en cuanto espacio, tiempo y persona, que permitió avances en salud pública como
fueron la implementación de medidas de saneamiento ambiental como disposición de
excretas, drenajes y acueductos. Algunos estudios representativos de esta era son
“Observation made upon the bills of mortality” (17), donde se reporta la distribución social de
muertes ocurrida en Londres durante la época de las plagas; “On the mode of communication
of Cholera” (18), donde reporta un estudio epidemiológico sobre la contaminación de aguas en
Broad Street; “Borden theory” (19), donde incluye una variante multicausal a la teoría
miasmática (16,20,21).
2. Era de las enfermedades infecciosas. Segunda mitad S. XIX principios S. XX. Basada en el
paradigma del “germen”: agentes específicos se relacionaban con enfermedades específicas. El
descubrimiento de agentes bacterianos fue el principal aporte a la investigación
epidemiológica, lo que permitió el desarrollo de la investigación científica experimental y las
vacunas. Algunos ejemplos son los estudios sobre la tuberculosis, antrax y leptospirosis (L.
Pasteur, 1865); aislamiento del bacilo de la tuberculosis ( R. Koch, 1882); y la relación entre
una deficiencia nutricional y pelagra (J. Goldberger, 1914).
3. Era de las enfermedades crónicas. Segunda mitad S. XX. Después de la segunda guerra
mundial empezaron a tomar auge padecimientos como cáncer, enfermedades coronarias y
gástricas, donde no se conocían agentes etiológicos específicos. Esto originó estudios
epidemiológicos longitudinales. Aquí se originó la metáfora de la “caja negra” donde los
agentes de exposición se mezclaban con los eventos de interés sin explicación de la
patogénesis específica. El principal aporte de esta era es la incorporación de estudios sobre
hábitos de vida, estilos de vida y comportamiento, que permitieron la identificación de
factores de riesgo y grupos de riesgo tanto a nivel individual como poblacional. Un ejemplo es
el estudio sobre la relación entre hábito tabáquico y cáncer de pulmón en una cohorte de
médicos ingleses (22).
Derechos pacientes
SUMARIO:
1. Introducción.
2. Antecedentes históricos.
INTRODUCCIÓN.
ANTECEDENTES HISTORICOS.
Los avances clínicos han permitido curar enfermedades que hasta hace poco
eran incurables, prolongar la vida o retrasar el momento de la muerte durante mucho
tiempo con sostificados medios técnicos.
Como resultado del devenir histórico, somos parte de los llamados países
occidentales y la LIBERTAD, LA AUTONOMÍA, EL RESPETO A LOS DERECHOS
HUMANOS CON LA ESCALA DE VALORES DE CADA INDIVÍDUO, configuran nuestro
medio cultural. La salud siempre ha sido uno de bienes más preciados, la enfermedad
por el contrario nos pone en "alerta" y, en teoría, pone en peligro nuestra vida, todo lo
relacionado con ella nos hace ser proclives a la reflexión profunda y puede provocarnos
dificultades de adaptación, sobre todo si tenemos en cuenta que nuestra sociedad,
transformada continua y aceleradamente, hace que se acentúe el “individualismo, el
consumismo, el culto al cuerpo, el rechazo al dolor, la negación de la muerte, el deterioro
del medio ambiente, el paro, la crisis de las ideologías, la demanda de la participación
en las decisiones y la exigencia de una relación menos paternalista y más participativa
en grado de igualdad en todos los ámbitos de la vida familiar, social, política y en la
relación sanitario-usuario".
Junto con las nuevas técnicas aparecidas en los últimos años (diálisis,
transplantes, mantenimiento artificial de las funciones vitales, etc.), hacen que cada vez
más se muera "deshumanizadamente" en los hospitales, aumenten las enfermedades
crónicas, se disparen los gastos sanitarios por la mayor demanda, haciendo que el
ciudadano medio asista y contemple todo con asombro y miedo. Todo ello hace que nos
replanteemos el papel desempeñado por la atención sanitaria, haciendo de ésta una
relación conflictiva. Frente a toda esta situación, la sociedad y los individuos reivindican
y exigen, a través de “la defensa de los consumidores”, y “derechos de los pacientes”,
una relación adulta, de personas que mutuamente se necesitan y respetan. De este
contexto histórico surge la 1ª Carta de Derechos del paciente (1973) que de alguna
manera viene a salvaguardar la autonomía del enfermo frente al hospital. En España,
la ley General de Sanidad (1986). recoge los derechos de los pacientes y adquieren valor
legal. A partir de este momento el CONSENTIMIENTO INFORMADO es, además de ética
una obligación legal. La propia Constitución de 1978 reconoce el carácter prevalente al
“bien fundamental de la libertad”. Sirviendo de cobertura legal al CONSENTIMIENTO
INFORMADO en cuanto “derecho de autodisposición” que ejerce el usuario ante TODOS
los profesionales sanitarios, incluidos el personal de enfermería.
· Todos los Hospitales dispondrán de una GUÍA DEL USUARIO DEL HOSPITAL.
Derechos:
1. El usuario tiene derecho a recibir una atención sanitaria integral de sus problemas
de salud, dentro de un funcionamiento eficiente de los recursos sanitarios disponibles.
5. El usuario tiene derecho a la libre determinación entre las opciones que le presente
el responsable médico de su caso, siendo preciso su consentimiento expreso previo a
cualquier actuación, excepto en los siguientes casos: Cuando la urgencia no permita
demoras. Cuando el no seguir tratamiento suponga un riesgo para la salud pública.
7. El usuario tendrá derecho a que se le asigne un médico cuyo nombre deberá conocer
y que será su interlocutor válido con el equipo asistencial. En caso de ausencia. Otro
facultativo del equipo asumirá la responsabilidad.
8. El usuario tiene derecho a que quede constancia por escrito de todo su proceso; esta
información y las pruebas realizadas constituyen la Historia Clínica.
9. El usuario tiene derecho a que no se realicen en su persona investigaciones,
experimentos o ensayos clínicos sin una información sobre métodos, riesgos y fines.
Será imprescindible la autorización por escrito del paciente y la aceptación por parte del
médico, de los principios básicos y normas que establecen la Declaración de Helsinki.
Las actividades docentes requerirán así mismo, consentimiento expreso del paciente.
11. El usuario tendrá derecho en caso de hospitalización a que ésta incida lo menos
posible en sus relaciones sociales y personales. Para ello, el Hospital facilitará un
régimen de visitas lo más amplio posible, el acceso a los medios y sistemas de
comunicación y de cultura y la posibilidad de actividades de que fomenten las relaciones
sociales y el entretenimiento del ocio.
12. El usuario tiene derecho a recibir cuanta información desee sobre los aspectos de
las actividades asistenciales, que afecten a su proceso y situación personales.
13. El usuario tiene derecho a conocer los cauces formales para presentar
reclamaciones, quejas, sugerencias y en general, para comunicarse con la
administración de las Instituciones. Tiene derecho, así mismo a recibir una respuesta
por escrito.
14. El usuario tiene derecho a causar ALTA VOLUNTARIA en todo momento tras firmar
el documento correspondiente, exceptuando los casos recogidos en el Art. 5 de los
Derechos.
16. El usuario tiene derecho a que las instituciones Sanitarias le proporcione: Una
asistencia técnica correcta con personal cualificado. Un aprovechamiento máximo de
los medios disponibles. Una asistencia con los mínimos riesgos, dolor y molestias
psíquicas y físicas.
Deberes:
5. -Morir sin el estrépito frenético de una tecnología puesta en juego para otorgar al
moribundo algunas horas suplementarias de vida biológica.
CONSENTIMIENTO INFORMADO.
CONSIDERACIONES.
DEFINICIÓN.
Debe contener una información básica que en lo posible, se debe ceñir a palabras
cortas y directas que sean habituales en el lenguaje diario (no técnico), teniendo
presente que quien nos oiga o lea, no tiene por que tener conocimientos técnicos ni
sanitarios.
REQUISITOS DE LA INFORMACIÓN:
· Que exista rechazo explícito de toda información por parte del paciente.
· Imperativo legal.
RECOMENDACIONES Y PROTOCOLO.
NORMATIVA.
· Aborto.
· Trasplantes.
· Donación de órganos.
· Ensayos clínicos.
Hoy día, el derecho de protección a la salud está considerado, en el ámbito internacional, como uno de los
derechos básicos del ser humano y está incluido en el elenco de los derechos económicos, sociales y culturales.
Sólo el goce de estos derechos mínimos permite que una persona pueda disfrutar, de forma plena y en
condiciones de igualdad, de otros derechos también fundamentales: los derechos civiles y políticos. Los
problemas de salud, o las limitaciones tanto físicas como psicológicas, pueden resultar obstáculos, a veces
insalvables, para el deseable ejercicio de los derechos civiles y políticos.
Son varias las declaraciones internacionales que reconocen el derecho de todo ser humano a la protección de su
salud. De forma concisa, resulta conveniente resaltar las siguientes:
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que reconoce que “toda persona
tiene derecho a un nivel de vida adecuado que la asegure, así como a u familia, la salud y el bienestar,
y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales
necesarios...” (art. 25 de la Declaración).
2. el mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente
Bibliografía