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PARÁSITOS INTERNOS
Los parásitos internos en general viven en el huésped por más tiempo que los
externos. El ciclo de vida de un parásito interno requiere que pasen al menos algún
tiempo en el cuerpo del huésped antes de retirarse o morir. Algunos parásitos
internos permanecen en el huésped por una buena parte de la vida de éste. Muchos
prefieren un determinado tejido para vivir, como el sistema digestivo o el sistema
vascular.
Lombrices del corazón, tenías y otros parásitos internos
Las lombrices del corazón son una de las muchas especies de parásitos internos
que utilizan parásitos externos para trasladarse entre huéspedes, viajando a través
de mosquitos. Éstas maduran y viven en el corazón, en el cual pueden bloquear
arterias cuando llegan a su tamaño adulto. Las tenías son más comunes y pueden
llegar a medir de 1 a 2 pies (30 a 60 cm) de largo en el intestino delgado. Son
transmitidas por las pulgas. Los anquilostomas y nematodas también viajan por
métodos similares y pueden reproducirse rápidamente en el cuerpo.
Prevención/solución
Tratamiento
Los parásitos externos pueden ser difíciles de tratar por su naturaleza nómada.
Cortar el cabello y aplicar ungüentos tópicos son los tratamientos más comunes.
Los parásitos internos son tratados mediante compuestos químicos, generalmente
en forma de píldoras, que matan los parásitos sin dañar al huésped. El cuerpo se
hace cargo de eliminar el organismo muerto por sí mismo.