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¿De qué pensamiento y de qué política se habla cunad hablamos de Historia del Pensamiento

político? De Javier Frenzé

La hipótesis que guía la reflexión es que la Historia del Pensamiento Político no parece efectiva
para cumplir los objetivos que se propone debido a la relación histórica entre la teoría y la
práctica y al concepto de política.

Parte de los objetivos de Isaiah Berlin afirma que conocer la historia del pensamiento es un
modo de ver como se ha construido el mundo y cuál es nuestra tradición de pensamiento y las
coordenadas que lo organizan. La teoría política está hecha de preguntas que no quedan
canceladas por demostración. Existe una habitual contraposición entre la práctica y la teoría.

El practicismo es un modo de contraponer y separar la teoría de la práctica afirmando a


primacía de la práctica al decir que las representaciones no son más que una mera justificación
a posterior de la práctica; y que el contacto directo con la mera práctica es la fuente para el
conocimiento de los actores políticos.

Las teorías aparecen como un objeto suntuoso, relevante frente a la capacidad explicativa e a
práctica. El presupuesto central del practicismo es el realismo ingenuo de la percepción
empírica que trata los hechos como si fueran objetos que se nos presentan mirando y que nos
hablan para trasmitirnos la verdad. El practicismo reduce lo discursivo a lo lingüístico. La
práctica se reduce a una suerte de acción física “material”, No se percibe que lo social
pertenece al mundo simbólico.

El practicismo cree que la separación física entre el sujeto y el objeto opera en el proceso de
conocimiento, protagonizado este por ser un sujeto cognitivos vinculado al objeto de estudio
que capa a través de la percepción sensorial. El objeto le trasmite la verdad.

La percepción cognitiva, sin embargo, es previa a la percepción sensorial determinando su


acción. Si hay objeto es porque el sujeto lo ha creado. Las teorías son gafas a través de las
cuales vemos el mundo.

El practicismo cree poder conocer los “hechos” directamente per no hay un contacto directo
con los hechos. El dato es el resultado de un modo de preguntar acerca de un objeto
construido no hay teoría sin practica ni al rever. Bourdieu afirma que la interrelación entre la
teoría y la práctica no es simétrica si no que la teoría tiene la iniciativa. Necesitamos de las
preguntas de la teoría para conocer por lo que no se puede subordinar la teoría de los hechos.

Una teoría metodológica de validarse teóricamente. La opción no es teoría o practica si no


reflexividad o irreflexibidad. No existe el actor interesado fuera de una cosmovisión del mundo
en las relaciones sociales y políticas: el practicismo no atina a sospechar el poder y la riqueza
pueden adquirir diferentes significados según los actores. La búsqueda del poder por el poder
es una cosmovisión más y no un atributo esencial de la naturaleza humana.

Si un actor realiza na cosa distinta de lo que dice se contradice. El decir y el hacer son dos
prácticas. El objeto de estudio se construye ya que la realidad y los hechos deben se
configurados por la investigación a partir de lo real, es decir, que lo significativo no se
encuentra en los hechos si no en la relación que el investigados establece con ellas.

El teoricismo tiene importancia en el ámbito universitario y presupone que la teoría la historia


política a cuenta de la trayectoria política, de las luchas por la configuración de una sociedad,
sus poderes y sus estructuras. Deja a un lado las representaciones que constituyen parte
integrante de la institucionalidad.

Esta conexión entre teoría, instituciones y representación fue explotada por la Escuela de
Cambridge.

El contextualismo y la historia conceptual hacen más bien historia de os textos que historia de
las representaciones políticas. Sigue entando ausente el modo en que los textos influyen en la
construcción de las representaciones que han guiado la práctica política. El idealismo,
contextualismo e historia conceptual construyen una relación entre teoría y práctica que no
considera las representaciones de los actores que organizan y ya en sí mismos son una práctica
política, y si no la teoría a nivel intelectual y de la escritura.

Otra asimilación es la de la política al Estado. Si la acción política es reducida a la teoría política


aparece la concepción de la política asimilada a lo estatal. No hay más teoría que la teoría del
Estado... las tres corrientes proponen que la práctica política sea la consecución exclusiva del
Estado.

Este pensamiento político estaría configurado por distintos niveles: el de la teoría y el del
pensamiento. La disciplina debería proponerse reconstruir la visión que ambos niveles tiene
del mundo y buscan las conexiones entre ambos.

La teoría política puede llegar a constituirse en representación que guie la acción de un actor.
Las representaciones estarían próximas a las religiosas y a los mitos políticos. El habitus trata
de los esquemas perceptivos-cognitivos que explican la construcción por parte de agente de su
relación activa en el mundo y la inclinación en ver y evaluar el mundo y la posición del agente
en él. Los esquemas expresan la institución de lo social encarnada en el agente por lo que son
una “estructura estructurada” a la vez que una “estructura estructurante”.

El habitus no ocurre en la conciencia o la inconsciencia si no en una zona intermedia, ya que el


agente es siempre activo y creativo. Las imágenes no vienen deducidas de una lectura ni de un
elaboración directa de los textos que consideramos clásicos. La lucha política es
fundamentalmente una contienda cultural que tiene lugar en y por las percepciones y
representaciones: no hay hegemonía sin dominación de una cosmovisión.

El practicismo no ve lo práctico de la teoría si no la práctica de la práctica. Es probable que el


encuentro del teoricismo y el practicismo acaben generando una retroalimentación. El
teorizismo goza de buena salud.

La cuenstion es si redundiera en las concepciones de la relación entre la teoría y la práctica; y


de la política, más provechosa y fuctifera.Lo cenral es poder cumplir con aquellos objetivos que
sigen apareciendo plausiblespra la disciplina. Se trata de abandonar ciertos valorados de lo
teorico para enconntra otros ccentrados en la capacidad conceptual de dar cuenta de los
fenomenosy a la vez en la de constiur representaciones que den lugar a un modo de percibir,
evaluar y actuar en e mundo.

Cabe profundizar esa tedencia a entender el pensamiento político como parte de la historia
social relacionado ya nosolo con los textos ycon su contexto si no las mediaciones que
permiten que las teorías cistalicen omo represntaciones capaces de producir un sentido
político.

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