Sunteți pe pagina 1din 14

El proceso de mediación* 3

SUMARIO
1. Sesiones informativas. La pre-mediación ........................................................ 130
1.1. Solicitud de mediación (Protocolos del servicio de mediación: Doc
1) ............................................................................................................. 130
1.2. Sesión informativa (Protocolos del servicio de mediación: Doc.2)... 130
2. La sesión constitutiva. Compromiso, hoja de encargo o contrato de media-
ción ..................................................................................................................... 131
2.1. El contrato de mediación, el proceso de mediación y su momento
de inicio (Protocolos del servicio de mediación: Doc. 5).................. 131
2.2. Efectos jurídicos de la sesión constitutiva............................................ 134
3. Duración del proceso de mediación................................................................ 137
3.1. Consideraciones generales sobre la inexistencia de duración má-
xima del proceso de mediación............................................................ 137
3.2. Fijación convencional de la duración del proceso de mediación ..... 138
3.3. El plazo del proceso en la mediación intrajudicial ............................ 140
3.4. Los límites en la duración y número de sesiones del proceso de
mediación en la legislación autonómica.............................................. 142
4. Desarrollo de las actuaciones de mediación y terminación del procedi-
miento................................................................................................................. 145
4.1. El principio de flexibilidad en el proceso de mediación................... 145
4.2. Las previsiones normativas sobre el proceso ....................................... 148
4.3. El proceso de mediación en la práctica............................................... 152
5. Pluralidad de mediadores. La comediación.................................................... 157
5.1. La Mediación llevada a cabo por varios mediadores. La Mediación
sucesiva.................................................................................................... 157
5.2. Los equipos o grupos de mediación .................................................... 159
5.3. La Comediación ..................................................................................... 161
5.4. La coordinación de los mediadores que actúan en un mismo proce-
dimiento.................................................................................................. 163
6. La mediación por medios electrónicos ........................................................... 165
6.1. Mediación y nuevas tecnologías............................................................ 165
6.2. Concepto de mediación electrónica .................................................... 168
6.3. Novedad normativa de la mediación electrónica................................ 171
6.4. Condiciones legales a cumplir por la mediación electrónica............ 174
6.5. La preferencia en el uso de mediación electrónica para reclamacio-
nes de cantidad que no exceda de 600€............................................. 179
6.6. Disposición final séptima y su desarrollo reglamentario.................... 182
7. Esquema del proceso de mediación ................................................................ 190
8. Bibliografía ......................................................................................................... 194

* Eduardo VÁZQUEZ DECCASTRO y Araya Alicia ESTANCONA PÉREZ.


Este estudio ha sido realizado en el marco del Proyecto del Plan Nacional de I + D + i del
Ministerio de Ciencia e Innovación con Referencia DER2010-19772 (subprograma JURI),
130 | 1. Sesiones informativas. La pre-mediación

3/5 1. SESIONES INFORMATIVAS. LA PRE-MEDIACIÓN

3/10 1.1. Solicitud de mediación (Protocolos del servicio de mediación: Doc 1)

3/15 El procedimiento de mediación puede iniciarse:


a) De común acuerdo entre las partes. En este caso la solicitud incluirá la
designación del mediador o la institución de mediación en la que llevarán a
cabo la mediación, así como el acuerdo sobre el lugar en el que se desarrolla-
rán las sesiones y la lengua o lenguas de las actuaciones.
b) Por una de las partes en cumplimiento de un pacto de sometimiento a
mediación existente entre aquéllas.
La solicitud se formulará ante las instituciones de mediación o ante el media-
dor propuesto por una de las partes a las demás o ya designado por ellas. La
solicitud de inicio de la mediación, conforme al artículo 16 de la Ley 5/2012,
suspenderá la prescripción o la caducidad de acciones desde la fecha en la
que conste la recepción de dicha solicitud por el mediador, o el depósito
ante la institución de mediación en su caso.
Si en el plazo de quince días naturales a contar desde la recepción de la
solicitud de inicio de la mediación no se firmara el acta de la sesión constitu-
tiva prevista en el artículo 19, se reanudará el cómputo de los plazos.
Cuando de manera voluntaria se inicie una mediación estando en curso un
proceso judicial, las partes de común acuerdo podrán solicitar su suspensión
de conformidad con lo dispuesto en la legislación procesal. Se suspende el
proceso judicial por 60 días hábiles conforme los plazos procesales. No obs-
tante, La duración del procedimiento de mediación será lo más breve posible
y sus actuaciones se concentrarán en el mínimo número de sesiones. Tam-
bién la solicitud de mediación interrumpe los plazos de prescripción y sus-
pende los de caducidad de las posibles acciones judiciales que puedan inter-
poner las partes.

3/20 1.2. Sesión informativa (Protocolos del servicio de mediación: Doc.2)


Una vez que se recibe la solicitud y salvo pacto en contrario de las partes, el
mediador o la institución de mediación citará a las partes para la celebración
de la sesión informativa. En caso de inasistencia injustificada de cualquiera
de las partes a la sesión informativa se entenderá que desisten de la media-
ción solicitada. La información de qué parte o partes no asistieron a la sesión
no será confidencial.
En esa sesión el mediador informará a las partes de las posibles causas que
puedan afectar a su imparcialidad, de su profesión, formación y experiencia;
así como de las características de la mediación, su coste, la organización

que lleva por título RESOLUCIÓN DE DISPUTAS EN LÍNEA, del que es investigador princi-
pal el Prof. Dr. D. Eduardo Vázquez de Castro.
3. El proceso de mediación | 131

del procedimiento y las consecuencias jurídicas del acuerdo que se pudiera


alcanzar, así como del plazo para firmar el acta de la sesión constitutiva.
Las instituciones de mediación podrán organizar sesiones informativas abier-
tas para aquellas personas que pudieran estar interesadas en acudir a este
sistema de resolución de controversias, que en ningún caso sustituirán a la
información que también tiene que suministrar el mediador o mediadores
en la sesión inicial (ver en los esquemas las diapositivas sobre la confianza).

2. LA SESIÓN CONSTITUTIVA. COMPROMISO, HOJA DE ENCARGO O CON- 3/25


TRATO DE MEDIACIÓN

2.1. El contrato de mediación, el proceso de mediación y su momento de 3/30


inicio (Protocolos del servicio de mediación: Doc. 5)

El artículo 19 de la Ley marca, propiamente, el momento de inicio del pro- 3/35


ceso de mediación. Aunque el título IV de la Ley se desarrolla bajo el epígrafe
de «procedimiento de mediación». Puede afirmarse que los artículos 16 y 17
se encargan de regular la fase previa al proceso de mediación necesaria para
preparar correctamente el proceso. Tanto la solicitud de inicio como la infor-
mación y sesiones informativas son los elementos preparatorios del proceso
de mediación y suele denominarse fase de pre-mediación. Esta fase de pre-
mediación, donde se incluyen la solicitud, información y recepción o reco-
gida de datos preparatorios del proceso no debe menospreciarse. Muchos
mediadores consideran que este primer con tacto con las partes puede deter-
minar que acudan o que desistan de la mediación antes de comenzar y pro-
ponen que sea una consulta gratuita. Sin embargo, las sesiones informativas
pueden también implicar algún coste y sería razonable incluirlo y desglosarlo
en los gastos de la mediación que se reflejan en el acta de la sesión constitu-
tiva. También pueden incluirse como tasas o precio del servicio. (Protocolos
del servicio de mediación: Doc.0)
Cuando en el Proyecto de Ley de 2011, que caducó con la legislatura anterior,
había previsto la obligatoriedad de acudir a la sesión informativa se expresaba
que, para estos casos, sería gratuita. En consecuencia, no se consideraba su
gratuidad para el resto de los casos. (Arts. 7.1, 18.2 y 3 del Proyecto de Ley
121/000122, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, BOCG, IX Legisla-
tura, Serie A, de 29 de abril de 2011 Núm. 122-1).
↔ [Véase 3/160]
La sesión constitutiva ya comenzaría a computarse para establecer el coste
de la mediación. Una de las premisas en el comienzo de la sesión constitutiva
es la estrecha relación que tiene con la sesión informativa. De hecho, existe
una duplicidad consciente en la función de información al coincidir la mayo-
ría de las cuestiones sobre las que debe informarse a las partes. La informa-
ción de la fase previa no disculpa la necesidad de volver a informar en la
sesión constitutiva. La diferencia estriba en que la información inicial es ge-
132 | 2. La sesión constitutiva. Compromiso, hoja de encargo...

nérica y la información suministrada en la sesión inicial sirve directamente


para conformar el consentimiento de las partes y para concretar la informa-
ción genérica sobre el proceso concreto que se sustancia. De hecho, parte
de la información de la sesión constitutiva implica ya una planificación y
agenda del proceso concreto que se va a desarrollar. Planificación que tam-
poco en este momento debiera resultar definitiva sino que será susceptible
de modificación en función de las circunstancias y de la fluidez o dificultad
del proceso.
En este sentido, VILLAGRASA y VALL entienden que la rígida previsión inicial
está condenada a una finalización precipitada o a una dilación innecesaria, ya
que la multitud de factores influyentes en el desarrollo de la actividad media-
dora la hacen prácticamente impredecible en cuanto a su extensión temporal,
avocándola a generar falsas expectativas e incluso efectos contraproducentes.

3/40 Dentro de esta información preceptiva, uno de los aspectos que debe fijarse
en la sesión constitutiva es el coste de la mediación (Protocolos del servicio
de mediación: Doc.0). Este coste, incluso, puede ser objeto de información
previa (art. 17.1 II de la Ley) y esta información previa puede ser ofrecida
por las instituciones de mediación (art. 17.2 de la Ley). Lo que no se corres-
ponde muy bien con este esquema es que las instituciones de mediación que
no pueden ejercer la mediación directamente (art. 5.1 II de la Ley) puedan
exigir la provisión de fondos a las partes para cubrir el coste de la mediación
y para el caso de que no se aporte, dar por concluida la mediación (art. 15.2
de la Ley). Este carácter de intermediaria para el cobro de la institución de
la mediación resulta algo extraño al proceso. Lo más correcto sería que el
profesional pague una cuota a la institución y no las partes. Por este motivo,
se ha incluido el deber de desglosar y separar en esta sesión constitutiva los
honorarios del mediador y otros posibles gastos.
3/45 Si se ha calificado como importante la fase preparatoria debe calificarse
como trascendental la sesión constitutiva. El calificativo se emplea para indi-
car la trascendencia jurídica que va a llevar aparejada esta sesión constitutiva.
En la sesión constitutiva se firmará, quedando constancia formal, un acta en
el que se reflejan todos los elementos del contrato de mediación. Contrato
de mediación que implica la prestación de servicios profesionales y donde
consta la identificación de los sujetos, el encargo, la información, la asigna-
ción de mediador, identificación del objeto, programación y duración, pre-
cio, lugar de celebración y lengua del procedimiento. Es decir, en este mo-
mento se definen todos los extremos contractuales en las relaciones entre el
mediador y las partes. Quedan absolutamente claras las prestaciones y la vo-
luntad inequívoca de los contratantes.
3/50 Lo aconsejable es que se aproveche esta misma sesión constitutiva para que
el mediador formalice una hoja de encargo profesional detallada. Hoja de
encargo profesional que suele emplearse como prueba de los términos de
contratación de los arrendamientos de servicios. Si no se ha firmado previa, o
3. El proceso de mediación | 133

simultáneamente, un encargo o contrato de mediación éste sería el momento


oportuno. (Protocolos del servicio de mediación: Doc. 5).
De no existir contrato formal independiente, el acta de la sesión constitutiva
hace perfecta prueba del mismo.
En este sentido el legislador estatal no ha querido establecer requisitos de
forma para la contratación de servicios de mediación pero se asegura de que
se cumpla con los deberes de información precontractual a las partes y que
se reflejen los términos del contrato en el acta de la sesión constitutiva. Algu-
nas leyes autonómicas sí han establecido la forma escrita del contrato de
mediación, algunas con competencia para hacerlo y otras sin ella.
Hay que ser conscientes que la competencia para legislar en materia contrac-
tual, es decir materia civil, es competencia exclusiva del Estado, salvo para aque-
llas comunidades autónomas que cuenten con derecho civil propio. Así lo esta-
blece el artículo 149.1.8 de la CE. En este sentido, no se puede considerar
correcta, por ejemplo, la previsión del artículo 7 f) de la Ley de Mediación
Familiar de Castilla y León.
La mayoría de CC AA, para no tener que regular materia contractual de
la que carecen de competencia exigiendo forma escrita en el contrato de
mediación, optaron por exigir que en el inicio del proceso de mediación se
levantase acta reflejando todos los elementos que debían convenirse entre
las partes y el mediador. La Ley estatal ha seguido esta inercia.
GARCÍA VILLALUENGA postulaba, de lege ferenda, la exigencia de constancia es-
crita del contrato de mediación que no pugnaría con el carácter informal y
flexible del propio proceso. Sin embargo, el legislador estatal ha optado por
no formalizar el contrato pero, al tiempo, se ha encargado de velar por su
perfecta constancia.
La Ley de mediación no hace referencia al contrato de mediación, aunque
sí alude a las cláusulas contractuales de sumisión de los conflictos a media-
ción entre las partes (art. 6 de la Ley). En estas mismas cláusulas se pueden
designar mediadores o instituciones de mediación pero, igualmente, será
necesaria una hoja de encargo para las relaciones entre mediador y partes.
Se puede afirmar que el contrato de mediación es ya un contrato típico al
estar contemplado en la Ley. El resto de características reseñables del con-
trato de mediación serán su carácter consensual, bilateral y oneroso.
Podría plantearse las consecuencias de no levantar el acta de la sesión consti-
tutiva o de hacerlo de manera incompleta, a la vista de los elementos a incluir
en el acta de la sesión constitutiva, que debe reflejarse por escrito y firmarse.
Desde luego, debiera considerarse que el incumplimiento de forma en el acta
de la sesión constitutiva no llevará aparejada la ineficacia de la mediación. Se
aplica, en cambio, el principio de libertad de forma de los contratos que
inspira el Código Civil (art. 1278 CC). En todo caso, es evidente que cual-
quiera de las partes puede exigir que se subsane o se cumplimente correcta-
134 | 2. La sesión constitutiva. Compromiso, hoja de encargo...

mente esta forma por parte del mediador, que es el profesional obligado a
levantar el acta dejando constancia de todos los aspectos. También, el incum-
plimiento por parte del mediador como profesional sobre el que recae esta
obligación podrá ser objeto de responsabilidad.

3/55 2.2. Efectos jurídicos de la sesión constitutiva

3/60 Una de las primeras impresiones que se obtiene de la regulación de esta


primera sesión constitutiva de la mediación es que se trata de una de las más
formales de todo el proceso. En general se va a observar que el principio
que rige todo el desarrollo del proceso es el de la flexibilidad y carácter
informal de las actuaciones. Por este motivo, las previsiones sobre el desarro-
llo de las actuaciones de mediación se recogen de manera muy lacónica en
esta Ley (art. 21 de la Ley). Sin embargo, la sesión inicial requiere que con-
temple una serie de aspectos que deben recogerse necesariamente en un
acta. Esta formalidad se precisa por los importantes efectos jurídicos que se
desprenden de la sesión constitutiva.
↔ [Véase 2/345 y 4/20]
3/65 Son importantes los efectos jurídicos de la sesión constitutiva porque en ella
queda reflejada la aceptación voluntaria de las partes (art. 19.1, f). Esta acep-
tación es tanto del sometimiento a la mediación con las implicaciones sobre
las que se les informa, como la aceptación del mediador designado. La desig-
nación o asignación del mediador dependerá de la forma en la que se ha
realizado la solicitud (art. 16 de la Ley). Lo que debe quedar absolutamente
claro es la aceptación expresa de ambas partes de ese mediador. Para asegu-
rarse de que el mediador tiene la confianza de las partes también se le obliga
a manifestar «antes del inicio» cualquier circunstancia que pueda afectar a
su imparcialidad y si conocidas por las partes aún aceptan al mediador lo
deberán hacer constar expresamente en el acta constitutiva (art. 13.5 de la
Ley). Si no se comunican estas circunstancias, el mediador queda sujeto a
responsabilidad y las partes podrán recusarle en cualquier momento.
La aceptación, aparte de responder al primer principio de la voluntariedad,
inspirador de la mediación y proclamado desde el inicio (art. 6 de la Ley),
es relevante a efectos de la posible impugnación por vicios o defectos del
consentimiento. Evidentemente, el éxito de esta impugnación llevaría apare-
jada la anulación y se aplicaría el régimen jurídico correspondiente a este
tipo de ineficacia.
La anulabilidad es la ineficacia asociada a los vicios de voluntad: error, dolo,
violencia, intimidación y ausencia del consentimiento de uno de los cónyuges
cuando lo requiera la ley (arts. 1263 y ss. y 1320 y 1322 I CC). Se caracteriza
por ser un supuesto de validez claudicante puesto que todas las actuaciones se
consideran válidas y eficaces en cuanto no se impugnen con éxito. El régimen
aplicable implica restringir la legitimación para impugnar exclusivamente a la
parte que sufre el vicio de su consentimiento (art. 1302CC), limitar el plazo de
3. El proceso de mediación | 135

impugnación a cuatro años pasados los cuales se consolida la validez de la me-


diación al caducar la acción (art. 1301 CC), posibilidad de confirmación ex-
presa o tácita de los efectos de la mediación por parte de quien sufrió el vicio
una vez éste ha desaparecido (art. 1311 CC) y, si finalmente se produce la
ineficacia por el éxito de la acción, se produciría la restitución recíproca de
prestaciones (arts. 1303 y 1304 CC).
↔ [Véase 2/275, 3/26 y 4/30]
Dentro de estos vicios de la voluntad se encuentra la posible incapacidad y
menor edad de las partes. Para estos casos se requerirá la asistencia de los
representantes legales (padres, tutores o curadores) cuyo consentimiento es
necesario salvo para los actos personalísimos.
Por este motivo, el mediador que debe comprobar la identidad y, en conse-
cuencia, edad de las partes (art. 19.1 a) también debiera observar que las
partes estén legitimadas y se encuentren en sus plenas facultades o, en otro
caso, no desarrollar la mediación. Si se observan trastornos del comporta-
miento se podría sugerir la derivación para su tratamiento.
Para el caso de las personas jurídicas debiera comprobarse la vigencia y al-
cance de los poderes con los que cuentan sus representantes teniendo pre-
sente si las facultades o instrucciones de los apoderados serían suficientes
para dotarles de poder de decisión sobre los posibles acuerdos a adoptar al
final de la mediación. Si el mediador considera que los representantes que
acuden a la mediación no cuentan con la suficiente capacidad de decisión
como para que la mediación pueda tener éxito, debiera ponerlo de mani-
fiesto en esta sesión constitutiva.
Por último, el mediador también debiera acusar aquellos casos en los que
detecte o se evidencie la ausencia de voluntad real de alguna de las partes de
colaborar para alcanzar un acuerdo y de la verdadera intención meramente
dilatoria. Para estos casos en los que el mediador detecte que alguna de las
partes utiliza la mediación para burlar el sistema, también se debería poner
fin al procedimiento.
Además, en esta sesión constitutiva se debe definir, al menos someramente o 3/70
a grandes rasgos, el objeto del conflicto que se somete a mediación (art. 19.1
c). También el mediador debiera excluir la mediación de aquellas materias
indisponibles para las partes por así establecerlo una norma de carácter im-
perativo o prohibitivo. En estos casos, si fuera legalmente posible, el media-
dor podría proponer a las partes una modificación de los términos del objeto
de la controversia para la que se ha solicitado mediación. También para estos
casos el mediador puede sugerir la derivación de las partes para su asesora-
miento.
Por este motivo, muchas leyes autonómicas ya establecen que en esta sesión
inicial el mediador debe tener en cuenta la posibilidad de las partes de reci-
bir asesoramiento externo. Tampoco sería descartable que las partes acudie-
136 | 2. La sesión constitutiva. Compromiso, hoja de encargo...

sen con estos expertos o asesores a la mediación, siempre que no interfieran


en el desarrollo de la misma.
No es infrecuente que los mediadores admitan que las partes asistan a esta
primera sesión acompañados de sus abogados o asesores legales.
De lo hasta aquí expuesto debe concluirse que no todos los conflictos son
mediables ni todas las partes pueden mediar. La mediación no es la medicina
infalible para todos los males. Si ya iniciado el proceso de mediación y ha-
biendo fijado un objeto concreto de la controversia, surgiesen otros posibles
conflictos no incluidos en el objeto inicialmente establecido para desarrollar
la mediación, debiera reservarse para otra mediación diferente. Esta otra
mediación pudiera ser simultánea o posterior a la ya iniciada.
3/75 Otra de las consecuencias jurídicas que lleva aparejada la sesión constitutiva
es la aplicación del principio de confidencialidad. La incomparecencia injus-
tificada o el desistimiento de una de las partes en la sesión informativa, una
vez solicitada, no estaría sujeta a esta confidencialidad (art. 17.1 de la Ley).
En cambio, a sensu contrario, debe entenderse que la inasistencia injustificada
de alguna de las partes a la sesión constitutiva o su retirada de ella ya estaría
protegida por el deber de confidencialidad. El único dato que debe aparecer
en el acta de la sesión constitutiva, para estos casos, es que la mediación se
ha intentado sin efecto (art. 19.2). De esta manera, no se predispone al
posible árbitro o juez que puedan conocer del asunto sobre la actitud más o
menos colaboradora o receptiva al acuerdo de las partes.
↔ [Véase 2/405 y 3/430]

3/80 Una de las consecuencias más importantes de la sesión constitutiva es la de


mantener la interrupción o suspensión de los plazos de prescripción o cadu-
cidad de las acciones. Realmente, esta suspensión se puede producir, a instan-
cia de una de las partes, desde el momento en que conste la solicitud de
mediación (art. 4 de la Ley). Sin embargo, para mantener estos efectos sobre
los plazos, debe celebrarse la sesión constitutiva y levantarse el acta de la
misma. Aunque el precepto no lo aclara, esta acta de la sesión constitutiva
debiera firmarse en tantos ejemplares como partes para poder ser aportada
por quien tuviese interés en que no caduque el plazo de suspensión. También
podría encargarse, en su caso, el mediador o la institución de mediación de
expedir algún tipo de certificado a estos fines.
Lo que refuerza la necesidad de que las partes cuenten con un ejemplar de
esta acta de la sesión constitutiva es la posible formalización del título ejecu-
tivo (art. 25 de la Ley) y para la presentación de la demanda ejecutiva inter-
puesta sobre la base del acuerdo alcanzado en mediación formalizado como
título ejecutivo (art. 550.1. I, de la LEC).
En las leyes autonómicas hay un criterio bastante dispar sobre la concepción
que se tiene de esta primera sesión y sobre el carácter del acta de la sesión
3. El proceso de mediación | 137

constitutiva, aunque casi todas coinciden en que las partes reciban un ejem-
plar o copia de la misma.
En este sentido GARCÍA PRESAS, que se ha detenido pormenorizadamente en el 3/85
análisis del tratamiento legislativo de esta acta inicial en la legislación autonó-
mica, recapitula expresando «Unas veces es el mediador quien firma. En otras
ocasiones los firmantes son las partes y también hay casos en los que corres-
ponde tanto a la persona mediadora como a los sujetos en conflicto. Lo más
conveniente es que sea firmado por las partes y por la persona mediadora, que
se le entregue una copia a cada parte y que quien media archive el documento
en cuestión, también firmado.»
Esta sesión constitutiva también puede desarrollarse por medios electrónicos 3/90
por lo que, en estos casos, sería relativamente sencillo el procedimiento a
través de la firma electrónica (art. 24 de la Ley). Para este tipo de mediación,
de los aspectos a determinar en esta sesión constitutiva, tiene especial rele-
vancia la identificación fehaciente e indubitada de las personas que intervie-
nen a través de las comunicaciones electrónicas, así como concretar el lugar
y lengua en los que se desarrollará la mediación. Al tiempo, debe asegurarse
la debida seguridad y secreto de las comunicaciones.
En Cataluña, donde se determina el número mínimo y máximo de sesiones
para la mediación familiar, se considerará esta sesión constitutiva como el
mínimo exigible.

3. DURACIÓN DEL PROCESO DE MEDIACIÓN 3/95

3.1. Consideraciones generales sobre la inexistencia de duración máxima del 3/100


proceso de mediación
Uno de los cambios más llamativos de la Ley ahora comentada, respecto al
Proyecto de Ley de la anterior legislatura, es que no establece o impone un
plazo máximo general para desarrollar el proceso de mediación.
El Proyecto de Ley de la IX legislatura, que se publicó en el BOCG n.º 122-1
de 29 de abril, establecía en su artículo 21.2 «La duración máxima del procedi-
miento será de dos meses a contar desde la fecha de la firma del acta de la
sesión constitutiva, prorrogables con carácter excepcional y de común acuerdo
de las partes por un mes más.»
Esta ausencia de límite temporal provocó críticas durante el debate parla- 3/105
mentario. El principal argumento de las críticas viene determinado por la
posibilidad de que se pueda utilizar la mediación con fines exclusivamente
dilatorios, sin tener alguna de las partes ningún interés verosímil en alcanzar
ningún acuerdo. (Protocolos del servicio de mediación: Doc. 6 y 7)
Así lo manifestó Valerio CORDERO del grupo socialista (Diario de sesiones del
Congreso de los Diputados, Año 2012 X Legislatura Núm. 46, sesión plenaria
n.º 45, p. 34).
↔ [Véase 3/150]
138 | 3. Duración del proceso de mediación

3/110 Debe considerarse que, en general, la legislación autonómica marca unos


plazos máximos para el desarrollo de la mediación e incluso alguna Ley auto-
nómica establece también un máximo des sesiones. Esta limitación temporal
prevista en las leyes autonómicas contrasta así con la libertad de duración
contemplada en la normativa estatal para el proceso de mediación general.
Se mantiene, en cambio, el plazo máximo de duración de un mes, desde el
día siguiente a la recepción de la solicitud, para el procedimiento especial
de mediación simplificada. La mediación simplificada es la que se desarrolla
exclusivamente por medios electrónicos y se refiere a diferencias sobre canti-
dad (la celeridad en las comunicaciones electrónicas permite intuir la innece-
sariedad de plazos mayores). Sin embargo, pese a establecerse un plazo tan
reducido para el desarrollo de este tipo de mediación, se admite la prórroga
por acuerdo de las partes sin límite alguno (Disposición Final 7.ª).
Realmente, el no contemplar un plazo máximo de duración no significa que
se pueda establecer una mediación por tiempo ilimitado. Al contrario, para
toda mediación debe establecerse en la sesión constitutiva la duración má-
xima prevista. Sin embargo, establecer esta duración máxima no deja de ser
una mera previsión para el desarrollo del procedimiento puesto que, a conti-
nuación, se añade que esa duración máxima se establece sin perjuicio de su
posible modificación (art. 19.1 d) de la Ley). En la posible modificación de
la duración inicialmente fijada tampoco se contemplan límites.
3/115 Ciertamente, se establece como un deber de comportamiento leal y de buena
fe de las partes que implica abstenerse de ejercitar acciones judiciales o extra-
judiciales. Del mismo modo, habilita a las partes a invocar mediante declina-
toria la abstención de los tribunales a conocer de las controversias sometidas
a mediación (art. 10.2 III). Es ante esta posibilidad ante la que surge el
advertido peligro de utilizar el proceso de mediación como una fórmula
dilatoria del procedimiento judicial. Para estos casos, deberá el mediador ser
diligente y detectar la verdadera intención de las partes que pretenden utili-
zar el proceso de mediación de manera fraudulenta. Ante estos casos, debe
el mediador poner fin a la mediación o advertir a la parte que pueda verse
perjudicada para que adopte las oportunas medidas cautelares o urgentes
en defensa de sus intereses (art. 10.2.II). Resulta importante para apoyar la
colaboración o ausencia de la misma con las consecuencias que pueden llevar
aparejadas el que se realice por el mediador un control y se conserve justifi-
cante de celebración de las sesiones con la constancia de la ausencia o com-
parecencia de las pares (Protocolos del servicio de mediación: Docs. 6 y 7).
↔ [Véase 2/375]

3/120 3.2. Fijación convencional de la duración del proceso de mediación


No queda claro a quién atribuye la Ley la facultad para fijar la duración del
proceso de mediación. Aunque la legislación autonómica fija un plazo inicial
de duración máxima de la mediación, podría aportar algo de luz a la cuestión
3. El proceso de mediación | 139

el criterio adoptado sobre la competencia en la decisión de prorrogar ese


plazo inicial. Sin embargo, existe una gran disparidad en la solución, contem-
plada en la mayoría de las legislaciones autonómicas, para determinar la
posibilidad de considerar la procedencia de una prórroga al plazo máximo
inicial.
GARCÍA PRESAS se ha encargado de hacer un análisis exhaustivo de la normativa
autonómica desglosando las posibilidades, «por su sentido particular, el dife-
rente papel de las partes y de la persona mediadora, a la hora de plantearse la
prórroga en el procedimiento de mediación. Son cuatro las opciones a analizar:
1) que la petición sea conjunta de las partes y de la persona mediadora; 2) que
las partes desempeñen un papel principal en la solicitud; 3) que la petición sea
propiciada indistintamente por las partes o por el mediador; 4) que provenga
de la parte mediadora.» De este análisis, ni siquiera podemos extraer una ten-
dencia como mayoritaria, lo que denota la disparidad de criterio y concepción
sobre este punto.
Si hubiese un mismo criterio podría resultar más sencillo determinar el sen-
tido de la Ley estatal respecto quién debe establecer la duración de la media-
ción.
La ley estatal, de un lado, establece que la mediación se organizará del modo 3/125
que las partes tengan por conveniente (art. 10.1 de la Ley). También, el
protagonismo de los mediados se observa en la forma de expresar el desarro-
llo de la sesión constitutiva en la que son las propias partes las que «dejarán
constancia» del programa de actuaciones y duración máxima prevista para el
desarrollo del procedimiento, sin perjuicio de su posible modificación». Por
último, la DF 7.ª, cuando establece la posibilidad de prórroga para el plazo
de la mediación simplificada, también lo deja en manos de las partes. Todo
parece indicar que son las partes las que, de común acuerdo, fijan la dura-
ción máxima.
De otro lado, también es cierto que, aunque no debe llevar el protagonismo
del proceso, el mediador es el profesional cualificado y con experiencia que
desarrolla una conducta activa tendente a lograr el acercamiento de las par-
tes (art. 13.2 de la Ley). Una de las principales razones por la que en la
solicitud de inicio de la mediación de común acuerdo de las partes no se
establece la necesidad de incluir la duración prevista (art. 16.1 a) de la Ley)
es el seguro desconocimiento de este extremo. Será el mediador el que
pueda calibrar con conocimiento, tras conocer a las partes y el objeto del
conflicto, la posible duración del proceso de mediación, las sesiones necesa-
rias e, incluso, la posible viabilidad del mismo proceso.
Si el mediador considera que el caso no es mediable podrá, siempre de forma
justificada, hacer uso de su derecho o facultad de renunciar a desarrollar la
mediación (art. 13.3 de la Ley).
Además, hay que ser conscientes de que es el mediador el que diseña la
agenda, convoca a las partes para cada sesión y dirige las sesiones para facili-
140 | 3. Duración del proceso de mediación

tar la comunicación (art. 21.1 de la Ley). Por este motivo, se difiere la deci-
sión sobre la duración a esta sesión constitutiva en la que ya ha comenzado
propiamente el proceso de mediación. Anteriormente, se estaría en lo que
viene comúnmente denominándose fase de pre-mediación, información o
presentación.
3/130 Como ya ha comenzado en esta fase el proceso de mediación «las partes
deben prestar colaboración y apoyo permanente a la actuación del mediador,
manteniendo la adecuada deferencia hacia su actividad» (art. 10.3 de la Ley).
La ausencia de colaboración o incomparecencia de las partes puede implicar
desistimiento de la mediación (Protocolos del servicio de mediación: Doc. 6
y 7)
↔ [Véase 3/435]
En consecuencia, puede concluirse que será el mediador quien establezca la
duración o el número de sesiones necesarias para desarrollar el proceso de
mediación con expectativas de éxito y será absolutamente necesario que am-
bas partes acepten o consientan la duración o planificación propuesta por el
mediador en la sesión constitutiva. La misma dinámica se seguirá para las
prórrogas.

3/135 3.3. El plazo del proceso en la mediación intrajudicial

3/140 Un factor que podría condicionar la duración de la mediación es, sin duda,
el hecho de que se acuda a ella una vez que se ha iniciado un proceso judi-
cial. Es facultad de las partes, que se someten voluntariamente a mediación,
solicitar la suspensión del proceso judicial en curso que se esté sustanciando
sobre la materia controvertida, que será acordada por el Secretario judicial
mediante decreto siempre que no perjudique al interés general o a tercero
y que el plazo de la suspensión no supere los sesenta días. (art. 16.3 de la
Ley y art. 19.1 de la LEC, según la nueva redacción dada por la DF 3.ª de
esta Ley). Además, se obtendrá la suspensión de los plazos de caducidad y la
interrupción de los plazos de prescripción de las acciones (art. 4 de la Ley).
Al obtenerse esta suspensión de plazos, con la solicitud se exige que en el
plazo de quince días se celebre la sesión constitutiva para que no decaiga la
suspensión. En todo caso, se hace notar el carácter facultativo y no obligato-
rio de la suspensión.
↔ [Véase 2/370]

3/145 La suspensión del proceso judicial ofrece la tranquilidad y la suficiente calma


como para poder abordar la mediación con ciertas posibilidades de recondu-
cir las posiciones adversariales del proceso judicial a la racionalidad de los
posibles intereses comunes de las partes. Por este motivo, la suspensión del
proceso no es un requisito para desarrollar la mediación, puesto que siempre
cabe alcanzar un acuerdo transaccional obtenido por la mediación. Sin em-
3. El proceso de mediación | 141

bargo, en la mayoría de las ocasiones, pierde sentido la mediación cuando


discurre de forma paralela a un proceso judicial.
Sólo hay dos leyes autonómicas que establecen como condición de desarrollo
de la mediación familiar que no exceda del plazo de suspensión del procedi-
miento judicial. Se trata de la Ley 9/2011, de 24 de marzo, de mediación fami-
liar de Aragón (art. 18.3) y la Ley 14/2010, de 9 de diciembre, de mediación
familiar de las Illes Balears (art. 15.2). La Ley 1/2008, de 8 de febrero, de
Mediación Familiar del País Vasco, no establece expresamente que la media-
ción intrajudicial no exceda del plazo de suspensión pero establece como con-
dición para su inicio que se acredite ante el mediador que el proceso se ha
suspendido de mutuo acuerdo (art. 18.2).

Desde luego, no debe confundirse el plazo máximo de suspensión del pro-


ceso judicial con el plazo máximo de duración del proceso de mediación
de las leyes autonómicas. Cada legislación tiene su función y su ámbito de
competencia material que resulta, según la interpretación expuesta, perfecta-
mente compatible.
La materia procesal es competencia exclusiva del estado según el artículo
149.1.6 de la CE.

No cabe establecer ni deducir ningún tipo de regla de concurrencia de nor-


mas para dar prioridad o preferencia a la aplicación de la legislación estatal
o autonómica.

No puede compartirse la opinión de YSÀS SOLANES cuando establece «que la


Generalidad es competente para establecer aquellas normas de procedimiento
que deriven de las particularidades del derecho sustantivo de Cataluña, con lo
cual, los plazos de la LEC no regirían para la mediación, ya que de la LMDP
se deducen plazos distintos de suspensión del procedimiento judicial para el
caso concreto.»

Ante esta situación hay que ser conscientes de que el plazo de suspensión
del proceso judicial para acudir a la mediación civil y mercantil no puede
superar los sesenta días (art.19.4 LEC) y se trata de un plazo improrrogable
(art. 134 LEC). En definitiva, la mediación intrajudicial va a venir condicio-
nada en su duración por la propia duración de la suspensión del proceso
judicial. La mediación extrajudicial tiene como límite aquella duración que
le permita la legislación autonómica.

Bien es cierto que el cómputo de los plazos procesales civiles se realiza en


días hábiles procesales que excluyen de ese cómputo los sábados, domingos
y festivos, así como el mes de agosto lo que permite un mayor margen de
duración (arts. 133 y 130 LEC).

↔ [Véase 4/60]
142 | 3. Duración del proceso de mediación

3/150 3.4. Los límites en la duración y número de sesiones del proceso de media-
ción en la legislación autonómica

Las leyes autonómicas han venido estableciendo plazos máximos que fijaban
un periodo de caducidad de la mediación. Habitualmente, se ha establecido
en la legislación autonómica un periodo máximo de desarrollo del proceso
al que viene a sumarse una prórroga, tal y como figuraba en el malogrado
Proyecto de Ley. Quizá la preexistencia de estos plazos autonómicos ha in-
fluido en la omisión del legislador estatal. De esta forma, la mediación practi-
cada en el ámbito de aplicación de cada ley autonómica deberá tomar como
referencia de duración máxima la consignada en su propio articulado.
Lo que no tiene demasiado sentido es la variedad o la diferencia de los plazos
que las distintas leyes autonómicas establecen para la mediación familiar,
habida cuenta de que todas ellas emplean idéntica fórmula para su funda-
mento al establecerlo en relación a «la naturaleza y la complejidad» de los
puntos en conflicto que se van a abordar. Sin embargo, tampoco resulta tan
importante contar con un único plazo. Todas las leyes de mediación familiar
establecen, de manera similar, el plazo máximo de duración del proceso de
mediación en meses. Se separan de esta tendencia Aragón y Cataluña, al
establecer ambas el plazo máximo en 60 días, aunque la diferencia entre
ellas al establecer la posibilidad de prórroga es notable. Mientras que en
Aragón se admite la prórroga por el tiempo necesario mediante informe
razonado del mediador.
Artículo 18 de la Ley 9/2011, de 24 de marzo, de mediación familiar de Aragón.
En cambio, en Cataluña se establece la prórroga hasta en 30 días más.
Art. 17 de la Ley 15/2009, de 22 de julio, de mediación en el ámbito del dere-
cho privado.
El periodo en el que se encuadran las duraciones máximas establecidas por
las leyes autonómicas viene siendo establecido mayoritariamente en tres me-
ses.
Artículo 15.1 Ley 14/2010, de 9 de diciembre, de mediación familiar de las
Illes Balears, Art. 24 de la Ley 1/2009, de 27 de febrero, reguladora de la
Mediación Familiar en la Comunidad Autónoma de Andalucía, Art. 13 de la
Ley 3/2007, de 23 de marzo, de Mediación Familiar del Principado de Asturias,
art. 18 de la Ley 1/2007, de 21 de febrero, de Mediación Familiar de la Comuni-
dad de Madrid, art. 16 Ley 1/2006, de 6 de abril, de mediación familiar de
Castilla y León, art. 20 de la Ley 4/2005, de 24 de mayo, del Servicio Social
Especializado de Mediación Familiar, artículo 13 de la Ley 15/2003, de 8 de
abril, de la Mediación Familiar de Canarias, art. 14 de la Ley 4/2001, de 31 de
mayo, reguladora de la Mediación Familiar de Galicia, art. 18 de la Ley 7/2001,
de 26 de noviembre, reguladora de la mediación familiar, en el ámbito de la
Comunidad Valenciana.
Salvo en el País Vasco que se estableció en cuatro meses.

S-ar putea să vă placă și