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El colapso de las Torres Gemelas y la institucionalización de la violencia

en Estados Unidos a inicios del siglo XXI


María Elvira Buelna Serrano*
Lucino Gutiérrez Herrera**
Santiago Ávila Sandoval**

Abstrac

Este artículo trata sobre algunas de las repercusiones que desencadenó el ataque a las
Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre de 2001. Entre
ellas destacan el ambiente de guerra contra el terrorismo, situación que ha incitado el odio y
la discriminación contra la otredad; el incremento de presupuesto militar; el desarrollo del
militarismo que, en nombre de la “libertad”, emitió un marco legal que afectó al resto del
mundo; la preponderancia de las policías sobre la ciudadanía; la limitación de las libertades
civiles a cambio de una supuesta seguridad nacional.
Asimismo se muestra que desde esa fecha ha existido un desequilibrio entre el
acontecimiento de origen y sus consecuencias; entre la explicación de los hechos y las
creencias; entre la verdad mediática y el escrutinio de la misma. También se hace explícito
el hecho de que, en el transcurso de la historia reciente de los Estados Unidos, existe una
continuidad en la visión político militar y social del partido republicano, el cual se
reconfiguró durante los gobiernos de los presidentes George H. W. Bush y George W.
Bush, hijo del primero.
El hecho de concebir el 11/9 como un acto de guerra en contra de los Estados Unidos de
América dio factibilidad a la militarización del presupuesto federal, minó las instituciones
liberales e implementó una estrategia de guerra preventiva contra un enemigo
indeterminado. Todo ello atentó contra los principios de convivencia civil al interior de los
Estados Unidos y los derechos humanos en el mundo global que estaba desplegando.
Palabras clave: Estados Unidos, violencia institucional, terrorismo, libertades individuales.

* Profesora-investigadora del Departamento de Humanidades de la UAM-Azcapotzalco.


** Profesor-investigador del Departamento de Economía de la UAM-Azcapotzalco.

1
Introducción

El Siglo XXI inició su curso en un marco de tensiones internacionales y nacionales que

mellaron los principios de convivencia basados en la observancia de las normas

establecidas en los sistemas democráticos y en el cumplimiento de los acuerdos

internacionales. Estas normas habían garantizaban los derechos individuales de los

ciudadanos y el respeto a los mismo por parte de quienes ostentaban el poder político. La

convivencia internacional se basaba en acuerdos generales de respeto a los derechos

humanos, a la diversidad social y ambiental, así como la conservación de la tierra como un

planeta que sufre los efectos de nuestra depredación.

El ataque a las Torres Gemelas, conocido como 9/11, dio pauta para aumentar el gasto

militar en todo el mundo porque los países occidentales se sintieron amenazados por el

terrorismo mundial.

En la década anterior, los recursos destinados al gasto militar habían disminuido porque la

Guerra Fría dejó de tener sentido en 1989 con la caída del Muro de Berlín. El enemigo

complementario (Tillon, 1958) 1 había desaparecido. El 11/9 fue interpretado como

declaración de guerra en contra de la civilización moderna, reconfiguró un enemigo alterno,

“el terrorismo”, 2 y alteró la convivencia mundial favoreciendo el militarismo y la

1
En este texto hacemos referencia a este término creado por Germaine Tillon en su obra Les Ennemis
complémentaires, publicado en 1958. La autora analiza la dinámica destructiva que se establece entre
quienes se consideran enemigos irreconcilaibles, como pudo observarlo durante guerra de independencia
de Argelia contra el gobierno francés, acaecida entre noviembre de 1954 y marzo de 1962. Tillon
consideraba que solo era posible superar el círculo violento en el que se enfrascan ambos contendientes con
la disposición al diálogo y la comprensión del adversario.
2
Vicent Martínez Guzmán (2006, p. 9) comenta en el texto “Teorías de la guerra en el contexto político de
comienzos del siglo XXI” que: “[…] la misma palabra terrorismo sólo tiene sentido para justificar cualesquiera
acciones de la ‘guerra contra el terrorismo’, sin someterlas a ninguna garantía de ninguna institución
internacional. Es un término inventado que se evita definir con precisión porque en cualquier concreción se
podrían incluir algunas acciones del mismo gobierno de EEUU en diferentes épocas”, “[…]se huye de

2
restricción de los derechos ciudadanos en el mundo. En contrapartida, la fraternidad y el

internacionalismo entre la humanidad empezó a desdibujarse.

El enemigo complementario basado en una definición laxa de terrorismo propició un

conjunto de restricciones plasmadas en la Ley Patriótica. Esta alteró los derechos

democráticos porque hizo posible el establecimiento de sistemas de vigilancia y control de

entradas y salidas de los viajeros en todo el mundo;3 las instituciones norteamericanas se

arrogaron el derecho de contar con la información de los usuarios de los sistemas

financieros mundiales; también el de disponer de las instituciones policíacas de cualquier

país y contar con la información de los registros de los ciudadanos de todas las naciones. El

Congreso estadounidense cambió el marco legal a favor de los intereses de la guerra

recuperando la doctrina de que la paz se logra mediante el uso de la fuerza militar,4 no con

un esfuerzo de de comprensión por parte de los oponentes como lo propuso Germaine

Tillon (1958).

El trabajo consta de cinco apartados y una reflexión final. El primero hace una presentación

sucinta sobre lo acaecido el 9 de septiembre del 2001 y lo explicable e inexplicable del

evento, así como las imputaciones relativas a su autoría. Se cierra este apartado con una

exposición detallada del posicionamiento efectuado por el Presidente George W. Bush

definiciones precisas de terrorismo y se convierte en un concepto ideológico para legitimar cualesquiera


acciones contra lo que se considera terrorismo.”
3
Esta ha sido la razón por la que, a partir de 2002, las personas que viajan en vuelos aéreos a cualquier
destino, incluso al interior de su mismo país, se ven obligadas a cumplir con una serie de normatividades
bastante cuestionables, como la de no poder subir un envase de agua, una pasta de dientes, o una crema
cuyo contenido sea mayor a 100 ml, ni siquiera un biberón para un bebé que viaje en el vuelo.
4
Si vis pacen, para bellum, principio clásico romano formulado por el general Publio Flavio Vegacio en su
libro Epitoma rei militaris. Este principio fue retomado por Karl von Clausewitz en su tratado De la guerra,
publicado posmortem en 1833. Clausewitz sostiene que la guerra es la política por otros medios y su
objetivo es lograr la paz dominando o destruyendo al enemigo.

3
respecto del terrorismo y la guerra contra el mismo como mecanismo para favorecer la paz

y la defensa de la civilización occidental.

El segundo se enfoca a analizar las consecuencias derivadas del posicionamiento del

presidente Bush hijo. Se trata de un conjunto de medidas y cambios institucionales

dirigidos al combate del terrorismo mundial que incrementaron el militarismo gracias a la

aceptación de su política de guerra permanente.

En la tercera parte se enuncia la aprobación de una serie de regulaciones que restringieron

la libertad individual en el interior y el exterior de la Unión Americana, además de

otorgarse el derecho a desconocer la personalidad jurídica de quienes fuesen considerados

sus enemigos. Asimismo la centralización delas decisiones en la presidencia de este país.

En el punto cuarto se ejemplifica la política de expansión a través de la guerra preventiva

practicada tanto en Afganistán como a Irak, lo cual se hace al margen de las

consideraciones básicas de la guerra.

El punto cinco aborda las consecuencias que ha tenido para los sistemas democráticos la

institucionalización de la violencia en los Estados Unidos. Finalmente, se hace un balance

de resultados con respecto a los fines de la guerra preventiva y algunas de sus repercusiones

a nivel mundial preguntando a la manera de Seneca sobre quien salió ganando de toda esta

parafernalia.

4
1. El hecho: la caída de la Torres Gemelas

El 11 de septiembre de 2001 dos aviones derribaron los mayores rascacielos del mundo y

símbolo del poderío económico y financiero de los Estados Unidos de América en la

icónica ciudad de Nueva York: las Torres Gemelas del World Trade Center (WTC). Las

aeronaves que realizaron este hecho despegaron del aeropuerto internacional de Logan,

Boston, a las 8:00 y 8:15 de la mañana, pero desviaron su curso y se dirigieron a los

edificios. El primer avión hizo colisión en la Torre Norte a las 8:46; el edificio se desplomó

a las 10:28 horas. La Torre Sur recibió el impacto a las 9:02 y cayó súbitamente a las 9:59

(Federal Emergency Management Agency, FEMA, 2002, pp. 1-4). Posteriormente, a las

17:25, se colapsó el edificio 7 del World Trade Center sin mediar choque alguno (FEMA,

2002, pp. 1-8).

Secuestro y consecuencias

El mismo día fueron secuestrados cuatro aviones, de los otros dos uno había desplegado del

aeropuerto de Dulles, Washington D.C. y se estrelló contra la fachada oeste del Pentágono,

ubicado en el norte de Virginia; el segundo lo había hecho de Newark, Nueva Jersey, y

cayó en Shanksville, Pensilvania sin que de él se hubiese encontrado rastro alguno.

Los noticieros televisivos del mundo entero trasmitieron en tiempo real los impactos y los

derrumbes de los exitosos atentados, pero no se dio explicación alguna al respecto de cómo

pudo suceder este acontecimiento. Es decir, cómo pudieron los perpetradores realizar una

logística que implicaba dificultades inmensas tales como la violación del espacio aéreo

norteamericano sin que se hayan puesto en marcha las medidas de seguridad aérea de este

5
país; y, desde luego, el hecho insólito de la desaparición de los rastros del cuarto avión y la

caída de un edificio del complejo que no fue tocado por impacto alguno.

El ataque se atribuyó a integrantes del grupo “terrorista” Al Qaeda, dirigido por Osama bin

Laden. Este negó su participación en el mismo. Solo hubo una constancia en este evento: el

supuesto culpable no varío, no hubo duda. La versión oficial se asumió como verdadera,

aunque existen múltiples inconsistencias y cuestionamientos.

Posicionamiento de Bush ante el terrorismo

Nueve días después de la caída de las Torres Gemelas, el Presidente George W. Bush,

asumió el evento como una declaración de guerra, y se comprometió a combatir al

terrorismo internacional (Bush, 2001b, pp. 66 y 68).5 A tal efecto emitió un significativo

discurso en el Capitolio (Bush, 2001b, pp. 65-73), en el cual estableció los fundamentos

defensivos de la política interior y exterior del gobierno norteamericano. Planteó en forma

maniquea un mundo escindido en dos polos: los aliados o los enemigos de Estados Unidos.6

El gobierno norteamericano sería el que determinaría quienes pertenecía a uno o a otro

bando, así como las acciones que de ello se derivarían.

La importancia del discurso de George W. Bush

El discurso pronunciado por el presidente Bush el 20 de septiembre de 2001 fue crucial

porque anunciaba la nueva política interior y exterior de los Estados Unidos:

5
Bush afirmó: “El 11 de septiembre los enemigos de la libertad cometieron un acto de guerra contra nuestro
país” (Bush, 2001b, p. 66).
6
La amenaza del presidente norteamericano fue contundente: “Nuestra guerra contra el terror comienza
con Al Qaeda, pero no termina allí. No terminará hasta que cada grupo terrorista de alcance mundial haya
sido encontrado, detenido y vencido” (Bush, 2001b, p. 68).

6
a) El establecimiento de un Estado militarista.7 El gasto militar era prioritario para su

política. Por ello agradeció al Congreso la aprobación de 40,000 millones de

dolares. A partir de este momento, el gobierno destinó mayor presupuesto para el

Departamento de Defensa a costa de mayor endeudamiento y la reducción del gasto

en educación, salud y pensiones.

b) Unilateralidad en la determinación de invadir militarmente cualquier país con el

pretexto de hacer la guerra preventiva. Declaró la guerra a Afganistán e inició una

política de ostigamiento a todos los países o personas que el gobierno de Estados

Unidos considerara que apoyaban a los terroristas.

c) El término terrorismo se utilizó sin presión alguna a partir de entonces como la

palabra clave para justificar las intervenciones, armadas o de cualquier otro tipo:

espionaje, información sobre la identidad personal, información financiera de

personas físicas.

d) Advirtió la modificación de las leyes que garantizaban el derecho a la libertad

individual. Anunció la creación del Departamento de Seguridad Interior (Homeland


8
Security Department), una secretaría que dependía de la Casa Blanca e

implementaría un sistema de espionaje constante para los habitantes del territorio

norteamericano, fuesen estos ciudadanos o inmigrantes.

7
Las ordenes del comandante en jefe de las fuerzas armadas fueron: “Y esta noche, a pocas millas del
dañado Pentágono, tengo un mensaje para los militares: estén preparados. He colocado a las Fuerzas
Armadas en alerta y eso tiene una razón. Ha llegado la hora de que Estados Unidos actúe y ustedes nos
harán sentir orgullosos” (Bush, 2001b, p. 70).
8
Bush mencionó: “Estos esfuerzos deben ser coordinados al más alto nivel. Por eso, esta noche anuncio la
creación de una posición a nivel de gabinete que despachará directamente conmigo: el Departamento de
Seguridad Interior [subrayado nuestro]. Este dirigirá, supervisará y coordinará una amplia estrategia nacional
para salvaguardar a nuestro país contra el terrorismo y responder a cualquier ataque que pudiera venir.”
(Bush, 2001b, p. 70).

7
e) En cuanto a política exterior, pidió el apoyo de las instituciones policiacas, de los

servicios de inteligencia y los financieros de todos los países.9

El texto sostuvo la visión mesiánica norteamericana: Estados Unidos de América tenía la

misión de defender la libertad y la civilización, era el garante de la seguridad mundial, por

ello Dios estaba de su lado. El discurso también utilizó los sentimientos de miedo, temor y

redención como instrumento motivacional.

La posición estadounidense fue maniquea porque se sustentó en la dualidad de buenos y

malos. En adelante, las personas y los países serían los aliados o los enemigos de Estados

Unidos. La guerra “preventiva” había estallado, el militarismo y el espionaje constante se

institucionalizaron.

2. Medidas posteriores al 11 de septiembre de 2001

“Quienes renunciaran a su libertad a


cambio de seguridad temporal, no se
merecen ni una ni otra”.
Benjamín Franklin

El gobierno de Bush hijo estableció nuevas bases para las políticas internas y externas del

gobierno estadunidense. En el interior del país, incrementó el presupuesto militar y

fortaleció los servicios de inteligencia promulgando nuevas leyes que restringieron las

libertades individuales. En el exterior bombardeó e invadió Afganistán e Irak, secuestró y

torturó ciudadanos de otros países, condicionó a los países de mundo entero para que

Estados Unidos tuviera acceso a sus sistemas financieros, sus servicios de inteligencia y su

9
El presidente de Estados Unidos solicitó a los demás países: “Pedimos a todas las naciones que se unan a
nosotros. Pediremos y necesitaremos la ayuda de fuerzas de policía, servicios de inteligencia y sistemas
bancarios de todo el mundo” (Bush, 2001b, p. 70).

8
policía; bajo el principio de que, quien se opusiera a sus designios, sería considerado

terrorista y enemigos del mundo civilizado.

2.1. El neomilitarismo mundial

Incremento en el gasto militar. El 12 de septiembre de 2001, los congresistas aumentaron

50% los recursos destinados al gasto militar (107º Congress (2001-2002), (2001f), S. 1416,

S. Rept. 107-62, pp. 1-600), lo cual implicaba una reestructuración del presupuesto

aprobado el 10 de mayo de ese mismo año, cuando el Congreso había desestimado la

petición del presidente y el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld (107º Congressional

Record (2001-2002), (2001c), HR-83, pp. 1-31).

El impacto de estas acciones puede constatarse en las bases de datos del Stockholm

International Peace Researche Institute (SIPRI, 2017), donde se contabilizan el gasto

militar a nivel mundial y de los Estados Unidos de América. La siguiente gráfica permiten

apreciar el aumento destinado a este rubro entre 1988 y 2016.

Gráfica 1
GASTO MILITAR MUNDIAL 1988-2016

US $ m.
1800
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016

GASTO MILITAR MUNDIAL 1988-2016


Fuente: SIPRI, 2017. Datos estandarizados al precio del dólar en 2015.

9
Como puede observarse en esta gráfica, el gasto militar bajó drásticamente después de la

caída del Muro de Berlín en 1989, disminuyendo de $1,441 a $805 millones de dólares

(md), aunque aumentó en 1992 a $1,149 md., valor entre el cual mantuvo estabilidad

durante una década; aunque con un cambio en la tendencia porque a partir del 2000, este

gasto se incrementó paulatinamente.

El gasto militar mundial no lo determina Estados Unidos, pero sus tendencias se

correlacionan. Cuando Clinton fue presidente, disminuyó su presupuesto, pero aumentó con

Bush desde 2001 hasta el fin de su segundo mandato. Durante este lapso el gasto militar

mundial se incrementó en un 50%, pasando de $1,064 md a $1,557 md. Entre 2009 y 2016,

cuando Barack Obama ocupó la Casa Blanca, hubo un incremento, pero la tendencia fue a

mantenerlo estable como lo refleja el hecho de que haya pasando de $1,662 md en 2009 a

$1,668 md en 2016.

En el mismo periodo los Estados Unidos tuvieron el siguiente comportamiento entre 1988 y

2016 (ver gráfica 2).

10
Gráfica 2

GASTO MILITAR DE ESTADOS UNIDOS 1988-2015

US $
800,000

700,000

600,000

500,000

400,000

300,000

200,000

100,000

0
198819901992199419961998200020022004200620082010201220142016
Fuente: SIPRI, 2017. Datos estandarizados al precio del dólar en 2015.

Estas tendencia reflejan dos concepciones distintas sobre el gasto militar entre las

presidencias de representación republicana o demócrata. Hacia 1988 el monto era de

$587,426 md., el cual se redujo considerablemente después de la caída del Muro de Berlín

y la desintegración de la URSS, de manera que en 1991 fue de $487,798 md. En 1992

aumentó, pero su tendencia fue a la baja y se estabilizó hacia 2001 en $400,000 md. Entre

2001 y 2010 el gato aumentó casi en 100%, alcanzando en el segundo año mencionado los

$758,890 md. A partir de 2011 tendió a reducirse este gasto para estabilizarse en $600,000

md. promedio en durante los años 2014, 2015 y 2016.

El gasto militar tiene un patrón en su comportamiento. Los republicanos lo aumentan, los

demócratas lo contraen. Para los primeros la paz se garantiza con gastos de guerra, para los

segundos no. Los argumentos han variado, en la era de la Guerra Fría la paz se prevenía

con armas competitivas que mantuviera en desventaja al bloque soviético, después de su

11
desintegración, la amenaza corre a cargo del terrorismo internacional, el enemigo

complementario ha reaparecido. En efecto, el terrorismo evitó el resquebrajamiento de uno

de los pilares económicos de Norteamérica: la producción de armamento.

La renovación ideológica del militarismo. El vicepresidente Richard Cheney, junto con

Donald H. Rumsfeld y Paul Wolfowitz, secretario y subsecretario de Defensa

respectivamente, fueron los ideólogos de la política de guerra durante la administración

Bush. En particular en 1998 Rumsfeld y Wolfowitz suscribieron una carta abierta

denominada “Un Nuevo Siglo Americano”, mediante la cual incitaban a Clinton a invadir

Irak y derrocar a Sadam Husein.10

En 1997 William Kristol, Richard Cheney y Robert Kagan fundaron la organización

denominada “El Proyecto del Nuevo Siglo Americano” (Project for a New American

Century (PNAC). Su objetivo era promover el liderazgo global de los Estados Unidos de

América.

En el mes de septiembre de 2000 publicaron un informe denominado Rebuilding America´s

Defense. Strategy, Forces and Resources for a New Century. A Report of The Project for a

New American Century, (Donnolly, 2000), firmado por veintisiete participantes, entre

quienes se encontraba Paul Wolfowitz. Este texto planteaba que el nuevo siglo constituía un

reto para que Norteamérica conservara su liderazgo global y mantuviera su supremacía

10
En el Congreso, Rumsfeld fue asesor de política exterior del partido republicano, frecuentaba a sus amigos
Dick Cheney, Paul Wolfowitz y Georg
e Shultz. Junto con Weinberger y Condoleezza Rice integraron un nuevo grupo, “los vulcanos”, en referencia
al dios griego Vulcano, deidad del fuego y orfebre de armas de hierro. Estaban encargados de evaluar la
probabilidad de un ataque balístico contra los Estados Unidos. Esta comisión acreditaba la factibilidad de
que Estados Unidos fuera atacado por un misil, razón por la cual era necesario incrementar el gasto militar.
“En el informe final, presentado a la prensa el 11 de enero de 2001, la comisión indicó: «La historia está
llena de situaciones en las que se han ignorado las advertencias y se han resistido al cambio hasta que un
evento exterior, considerado «improbable», fuerza el cambio de las burocracias reticentes” (Labarique,
2005a).

12
militar. Consideraba que después de la Guerra Fría y la desintegración de la Unión

Soviética, Estados Unidos había sido incapaz de elaborar una estrategia que diera respuesta

a las nuevas realidades. Por ello, el liderazgo del país podía perderse.11 El informe tenía

como fin implementar estrategias para mantener la hegemonía mundial de la Unión

Americana. (Donnolly, 2000).

Los ejes estratégicos de la propuesta fueron cuatro: la defensa de la seguridad interior;

pelear y ganar guerras simultáneas; vigilar regiones críticas para crear un ambiente de

seguridad y transformar las fuerzas militares. En un cuadro sintético señalan el plan de

acción: mantener la superioridad nuclear; aumentar los efectivos militares de 1.4 a 1.6

millones; ubicar a Asia como la zona estratégica para el siglo XXI; modernizar las fuerzas

aéreas, portaaviones, la flota naval, así como los vehículos militares terrestres; cancelar

programas ineficientes del Pentágono; desarrollar y desplegar escudos antimisiles; controlar

el espacio y el ciberespacio; asegurar la superioridad de las fuerzas militares

norteamericanas; incrementar el gasto en defensa del 3.5 al 3.8 del Producto Interno Bruto

(PIB) (Donnelly, 2000, iv).

Cabe resaltar que una parte relevante de los integrantes del proyecto El Nuevo Siglo

Americano era el antiguo grupo de los halcones, creado después de la Guerra de Vietnam y

caracterizado por su conservadurismo y su aversión hacia la Unión Soviética. En su

11
En este documento señalan sus autores: “En suma, los noventa han sido ‘una década de defensa
negligente’. Esto deja al siguiente presidente de los Estados Unidos con un enorme reto: debe aumentar el
gasto militar para conservar el liderazgo geopolítico norteamericano, o bien debe cancelar los compromisos
sobre seguridad que restringan la posición de Norteamérica como la única superpotencia mundial y la única
garante de la seguridad, las libertades democráticas y los derechos políticos de los individuos [subrayado
nuetro]. La primera elección que deberá afrontar el presidente será: la de crear una nueva legislación sobre
seguridad nacional que formule la administración entrante en los primeros seis meses de su mandato; y
realizar la evaluación cuatrianual de los programas de Defensa. En un sentido más amplio, el nuevo
presidente eligirá si extiende o no la preeminencia geopolítica de la que goza Estados Unidos en el
‘momento unipolar’ actual […]” (Donnelly, 2002, p. iv).

13
informe dejaron constancia de sus desavenencias con la administración Clinton por la

reducción drástica del presupuesto destinado a Defensa. Consideraban que los había

traicionado porque había prometido mantener una asignación similar al de la

administración de Bush padre en este rubro. Les dolía que Clinton hubiese cancelado el

proyecto denominado “Brillant Pebbles”, “Este legado del esfuerzo original de la ‘Guerra

de las Galaxias de la era de Reagan’” (Donnelly, 2000, p. 52). Según el informe, el

proyecto había madurado lo suficiente para desarrollar un interceptor de misiles balísticos,

el cual podía destruirlos cuando iniciaran o estuvieran a mitad de su vuelo. 12 En el informe

también criticaron al Pentágono de la administración Clinton porque no había aprovechado

la época de paz para derrocar a Saddam Hussein y a Kim Jong II (Donnelly, 2000, p. 10).13

Los autores se mostraron preocupados porque los cambios revolucionarios que proponían

serían lentos, a menos que ocurriera “un evento catastrófico y catalizador, como un nuevo

Perarl Harbor” (Donnelly, 2000, p. 51).

El 20 de enero de 2001, tras polémico triunfo, Bush tomó posesión y Richard Cheney fue

nombrado vicepresidente, Donald Rumsfeld el secretario de Defensa y Paul Wolfowitz el

12
En este informe aseveraron: “La decisión más dañina [de Clinton] fue la de cancelar el proyecto
‘Brillant Pebbles’. Este legado del esfuerzo, original de la ‘Guerra de las Galaxias’ de la era de Reagan,
había madurado a tal punto que era factible desarrollar un interceptor espacial capaz de destruir
misiles balísticos en la parte inicial o media de su vuelo, mucho mejor que intentar golpear cabezas
nucleares individuales rodeadas por señuelos. Como este sistema violaba el Tratado ABM (Tratado de
Misiles Antibalísticos), la administración eliminó el programa para elegir un sistema de radar e
interceptor terrestre que será costoso y poco efectivo” (Donnelly, 2002, p. 52). En 1988 el proyecto lo
presentó James Abrahamson, director de la Organización de la Iniciativa de Defensa Estratégica (The
Strategic Defense Initiative Organization (SDIO)), al presidente Reagan. En diciembre de 1993 se
canceló el proyecto por la falta de resultados y porque su costo ascendía a 55,000 millones de dólares.
13
El informe dice: “El QDR (Informe cuatrienal del Pentágono) asumió que Kim Jong Il y Saddam Hussein
podrían iniciar una guerra -incluso emplear armas químicas, biológicas o nucleares- y Estados Unidos no
haría ningún esfuerzo para derrocar militarmente a ninguno de los gobernantes. En ambos casos, los
pasados juegos de guerra del Pentágono han prestado poca o ninguna consideración a los requisitos de
fuerza necesaria, no solo para derrotarlos cuando ataquen, sino para sacar a estos regímenes del poder y
llevar a cabo operaciones de estabilidad después del combate” (Donnelly, 2002, p. 10).

14
subsecretario de la misma. El trío bélico tenía objetivos muy precisos. Todos sus esfuerzos

se dirigieron a implantar la hegemonía militar norteamericana en el globo terráqueo de

acuerdo a su Plan.

Diez días después de la toma de posesión de George W. Bush, Rumsfeld se trasladó a

Europa. El 4 de febrero acudió a la reunión anual del Consejo de Seguridad de la OTAN,

realizada en Munich. En ella propuso a los países miembros unirse al proyecto de

desarrollo de escudos antimisiles que implementaría Estados Unidos porque lo consideraba

“un imperativo moral” (Gordon, 2001).14 No obstante, la OTAN estaba más interesada en

promover el desarme en lugar de iniciar una nueva carrera armamentista. Por otra parte, los

europeos intentaban consolidar sus vínculos con Moscú mediante relaciones productivas

(Gordon, 2001),15 no militares.

La posición militarista del gobierno de Bush hijo continúo trabajando para ganar posiciones

territoriales en el planeta, principalmente en los países árabes de Oriente para subordinarlos

a su poder hegemónico. La tecnología les permitía realizar guerras relámpago a fin de

imponer gobiernos afines y mantener la inestabilidad por periodos prolongados.

La renovación de sus tácticas de guerra recibió el nombre de “Doctrina Rumsfeld”. Su

estrategia consistía en tres pasos concretos: primero, evaluar la capacidad militar de los

14
Rumsfeld mencionó en este Consejo: "Estados Unidos pretende desarrollar y desplegar escudos
antimisiles diseñados para defender a nuestro pueblo y fuerzas contra un ataque de misiles balísticos
limitado, y está preparada para ayudar a amigos y aliados amenazados por ataques con misiles para
desplegar tales defensas".
“Rumsfeld subrayó que la administración Bush estaba decidida a proceder con una defensa antimisiles del
territorio de los Estados Unidos, incluso si no podía superar las objeciones de los rusos, los chinos y los
europeos. Describió una defensa de misiles como nada menos que un imperativo moral” (Gordon, 2001). No
deja de ser interesante que el secretario de Defensa utilizara el término kantiano de imperativo moral,
aludiendo al concepto de la ética como deber.
15
“[…] mientras Rumsfeld aseguraba a los aliados europeos que Estados Unidos los consultaría sobre su plan
antimisiles, no respondió a ninguna de las principales preocupaciones de los europeos: cómo una defensa
antimisiles podía compaginarse con el control estratégico de armas y una productiva relación con Moscú.

15
adversarios para reducir sus opciones de reacción ante la destrucción de su infraestructura

industrial, militar e institucional (Steinbach, 2003); segundo, detectar los objetivos

preponderantes para destruirlos mediante ataques aéreos; tercero, enviar grupos reducidos

de infantería para acabar con los enemigos.

Después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, Rumsfeld obtuvo los

recursos presupuestales que con antelación le negó el Congreso, pudo hacer realidad el

proyecto de “Star Wars II” y lanzar armas satelitales al espacio, así como adquirir la nueva

generación de bombas nucleares para penetrar la tierra (Steinbach, 2003). Su camino bélico

había encontrado ruta.

3. La Ley Patriótica y el establecimiento de un Estado policiaco

Mes y medio después del evento catastrófico, el 26 de octubre el Congreso de Estados

Unidos emitió la Ley Patriótica (107º Congress (2001-2002), (2001g), USA Patriot Act

107-56, H.R.3162). Esta ley tenía el objetivo de dotar al Estado de las herramientas

necesarias para detener y destruir el terrorismo en el mundo.16

La ley definió al terrorismo en el interior del país como cualquier acción que pusiese en

peligro la vida humana y violara las leyes penales de los Estados Unidos o de cualquier otro

Estado. Asimismo, serían considerados actos terroristas todos los realizados con el fin de

intimidar o coaccionar a la población civil, de influir en la política de un gobierno, o de

afectar la conducción de un gobierno mediante el asesinato, el secuestro o el uso de armas

de destrucción masiva.17

16
“Una ley para detener y castigar actos terroristas en los Estados Unidos y en el mundo y mejorar y
fortalecer las herramientas legales de investigación y otros propósitos” (107º Congress (2001-2002),
(2001g), USA Patriot Act 107-56, H.R.3162, p. 115 STAT, 272).
17
Secc. 802.5. “El término terrorismo en el interior del país significan actividades que: A) impliquen acciones
peligrosas para la vida humana y violan las leyes criminales de los Estados Unidos o cualquier otro Estado; B)

16
El ámbito Político, limitaciones a la libertad

Desde la aprobación de la Ley Patriótica en octubre de 2001, el gobierno de los Estados

Unidos se arrogó la facultad de desarrollar un sistema de espionaje que le diera acceso a la

información de todo tipo en el resto de los países del mundo (107º Congress (2001-2002),

(2001g), USA Patriot Act 107-56, título II, secc. 201-225, p. 115 STAT. 278-296).18 Para dar

factibilidad a las facultades que le confirió esta ley al gobierno estadounidense,

establecieron una serie de instituciones de carácter policiaco y sistemas tecnológicos de

vigilancia cuya estructura organizativa dependía directamente del poder ejecutivo. Este

mismo adquirió potestad para confiscar las propiedades de los extranjeros que calificara

como “hostiles” (107º Congress (2001-2002), (2001g), USA Patriot Act 107-56, título I,

secc. 106, p. 115 STAT. 278).19

Una de las instituciones establecidas a partir del catastrófico evento 9/11 fue la Secretaría

de Seguridad Interior (Departament of Homeland Security), aprobada por el Congreso el 25

de noviembre de 2002 (107º Congress (2001-2002), (2001b), Homland Security Act of

2002, 107-296, H.R.5005, STAT. 2135-2321). A ella se le asignó como función primordial

parecieran estar destinadas a: i) intimidar o coercionar a la población civil; ii) influenciar la política de un
gobierno por intimidación o coerción; iii) afectar la conducta de un gobierno mediante destrucción masiva,
asesinato o secuestro y C) ocurre primero en la jurisdicción territorial de Estados Unidos. b) 1) un acto de
terrorismo significa una acción terrorista en el interior o en el exterior”. (107º Congress (2001-2002),
(2001g), USA Patriot Act 107-56, H.R.3162, p. 115 STAT.376).
18
Este título o capítulo de la ley otorgó al gobierno norteamericano autoridad para interceptar todo tipo de
comunicaciones: orales, por cable, electrónicas, mensajes escritos o de voz. También garantizó inmunidad
para quienes grabaran conversaciones telefónicas (107º Congress (2001-2002), (2001g), USA Patriot Act 107-
56, H.R.3162, pp. 115 STAT. 278-296). La Ley Patriótica hizo una serie de enmiendas a la Ley de Vigilancia de
Inteligencia Extranjera (Foreing Intelligence Surveillance Act (FISA). Esta ley, publicada en 1978, estableció
normas para vigilar y recopilar información sobre agentes de inteligencia de gobiernos extranjeros con
residencia temporal o permanente en Estados Unidos.
19
“Cuando los Estados Unidos se comprometa en contra de cualquier hostilidad armada o haya sido atacado
por un país o naciones extranjeras, confiscará cualquier propiedad de cualquier persona, organización o país
extranjeros que él determine que planeó, autorizó, ayudó o se comprometió en tales hostilidades o ataques
contra Estados Unidos y perderá todos sus derechos, títulos e interés sobre cualquier propiedad. Lo
confiscado se podrá devolver en los términos que dicte el Presidente [...]” (107º Congress (2001-2002),
(2001g), USA Patriot Act 107-56, H.R.3162, p. 115 STAT .278).

17
salvaguardar a la nación de las amenazas terroristas mediante la aplicación centralizada de

la Ley Patriótica, así como la de responder a las contingencias de desastres naturales. A

partir de una estructura administrativa vertical, se instauraron once dependencias orientadas

a resguardar la seguridad nacional 20 . Entre ellas se encuentran la Administración de

Seguridad en el Transporte (Transportation Security Adminstration (TSA)), encargada de la

vigilancia en aeropuertos, desde entonces se impusieron en estos una serie de restricciones

para abordar un avión en cualquier parte del mundo. Otra dependencia es la de Aduanas y

Protección Fronteriza (Customs and Border Protection (CBP)), bajo su mando funcionaría

la patrulla fronteriza. Una más fue la de Inmigración y Aduanas (Immigration and Customs

Enforcement (ICE)), servicio de inteligencia y vigilancia de inmigrantes, cuya supuesta

misión es prevenir el terrorismo y el ingreso de personas y productos ilegales; su policía ha

deportado a miles de ilegales latinos que habían trabajado en Estados Unidos por más de

veinte años. Otras dependencias están encargadas de los puertos, la infraestructura

gubernamental y del ciberespacio. De esta manera el problema de inmigración pasó de ser

concebido como un problema de carácter económico o social a uno propio de la seguridad

nacional.

20
La Administración de Seguridad en el Transporte (Transportation Security Adminstration (TSA)), encargada
de la vigilancia en aeropuertos; Aduanas y Protección Fronteriza (Customs and Border Protection (CBP)),
facultada para la gestión y el control aduanal, entrada y salida de inmigrantes y de productos agrícolas en las
fronteras, bajo su mando se instauró la patrulla fronteriza como cuerpo de seguridad; Inmigración y
Aduanas (Immigration and Customs Enforcement (ICE)), servicios de inteligencia y vigilancia de inmigrantes
para prevenir el terrorismo y el ingreso de personas y productos ilegales; Servicios de Ciudadanía e
Inmigración de Estados Unidos (U.S. Citizenship and Immigration Services (USCIS)), responsable de los
procesos de inmigración legal y naturalización; Agencia Federal para Atención de Emergencias (Management
(FEMA)), destinada a suministrar los apoyos requeridos en caso de que la nación sufra una contingencia; la
Guardia Costera (Coast Guard) para salvaguardar los intereses marítimos de Estados Unidos y los
ambientales en el mundo; el Servicio Secreto (Secret Service), dedicado a preservar la infraestructura
financiera del país así como la protección de los mandatarios nacionales y extranjeros; Centros de
Capacitación Federal para la Aplicación de la Ley (Federal Law Enforcement Training Centers), cuyo
propósito fue el de capacitar a las policías federales y estatales, así como a academias internacionales; el
Equipo para Emergencias Informáticas (The Computer Emergency Readiness Team), para proteger la
información del ciberespacio; el Servicio de Protección Federal (The Federal Protective Service) para brindar
servicios de seguridad a la infraestructura federal.

18
El 17 de diciembre de 2004 (IRTPA, 2004) se creó la Dirección Nacional de Inteligencia

(DNI) sustentada como un arma legal para prevenir el terrorismo. La nueva institución

controlaría los servicios de inteligencia de la Defensa, de Energía y del Departamento de

Justicia. Su director sería designado por el presidente en turno. Únicamente la Agencia

Central de Inteligencia (CIA) conservó su independencia del ejecutivo, pero dejó de ser un

organismo centralizador y adquirió la obligación de reportar sus actividades a la Dirección

mencionada.

Por tanto, la Ley Patriótica y las nuevas instituciones configuradas para aplicarla

implantaron las condiciones necesarias para establecer un Estado policiaco en la Unión

Americana, cuyos efectos han minado la libertad ciudadana bajo el argumento de la defensa

nacional, han fomentado el miedo y la desconfianza hacia propios y extraños. No es de

extrañar que las posiciones racistas de las población blanca norteamericana se hayan

agudizado a partir de entonces, no sólo en contra de cualquier extranjero procedente de un

país árabe o de América Latina, también en contra de los afroamericanos.

Así, la institucionalización de la violencia en Estados Unidos tuvo cabida gracias a las

políticas públicas promovidas e implementadas durante la administración del presidente

George W. Bush.

Ámbito económico

La economía civil y la asociada al bienestar de la sociedad cedieron su posición ante el

militarismo. El presupuesto destinado al Departamento de Defensa y a Seguridad Nacional

aumentó de manera significativa. La Secretaría de Seguridad Interior (Homeland Security)

contó con $74,881,417,135 millones de dólares para ejercerlo en el año fiscal 2018 (115º

Congress (2017-2018), 2017a); la Dirección de Inteligencia Nacional (DNI) recibió

19
$561,788,000 millones de dólares para el año fiscal 2017 (115º Congress (2017-

2018), 2017).

La Ley Patriótica también creó el “Fondo Antiterrorista” con el fin de adquirir

infraestructura y dotar de soporte técnico a las instituciones configuradas para resguardar la

seguridad interior y exterior. (107º Congress (2001-2002), (2001g), USA Patriot Act 107-

56, título I, secc.101, p. 115 STAT. 276).

La misma legislación modificó la ley de secreto bancario y decretó el establecimiento de un

sistema de control de transacciones corrientes en los servicios bancarios (107º Congress

(2001-2002), (2001g), USA Patriot Act 107-56, título III, secc. 351-366, pp. 115 STAT.

320-336) con el fin de identificar el lavado de dinero. Desde entonces, los bancos, las casas

de bolsa, los negociantes de valores y empresas de inversión tienen la obligación de

reportar cualquier actividad sospechosa y el servicio de inteligencia norteamericano podría

acceder al secreto bancario de cualquier país. De manera similar, incluyó entre los delitos

financieros el lavado de productos del terrorismo, además del contrabando de divisas y la

falsificación de moneda que ya se consideraban como tales.

Por otra parte, el endeudamiento de la Unión Americana también aumento de manera

significativa. En 1990 Estados Unidos tenía una deuda pública de 3,233 billones de dólares;

en el año 2000 se había incrementado a 5,674 billones. Entre el año 2000 y el 2010 el

endeudamiento creció 239%, el monto ascendió a 13,561 billones. Entre 2010 y 2017 la

deuda volvió a crecer en 149.3%. El monto de la deuda era de 20,245 billones de dólares en

en 2017 (Treasury Direct, (TD), 2018). La deuda será un problema para las generaciones

futuras de ciudadanos norteamericanos.

20
A continuación mostramos una gráfica sobre el déficit constante con el cual opera el

gobierno estadounidense. En 2008, el gobierno de Bush aumentó el déficit inyectando

dinero al sistema bursátil para salvarlo de la quiebra producida por el colapso de la burbuja

inmobiliaria acaecida en octubre de 2007. El déficit lo heredó el gobierno de Barack

Obama, quien ajustó el gasto para reducirlo. La gráfica 3 representa el gasto del gobierno

norteamericano en la relación a sus ingresos. Para resolver el problema del déficit ha

recurrido al endeudamiento público.

GRÁFICA 3

SUPERÁVIT Y DÉFICIT DEL GOBIERNO


DE ESTADOS UNIDOS
400000

200000

1985
1920
1923
1926
1929
1932
1935
1938
1941
1944
1947
1950
1953
1956
1959
1962
1965
1968
1971
1974

1979
1982

1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
2012
2015
2018
TQ

-200000

-400000

-600000

-800000

-1000000

-1200000

-1400000

-1600000

Fuente: GOVINFO (2019). "Budget FY 2019 - Historical Tables, Budget of the United States Government,
Fiscal Year 2019". Montos en millones de dólares.

En suma, el presupuesto militar y el de seguridad pública aumentaron de manera

significativa. Sus beneficiarios fueron directamente los fabricantes de armas, las compañías

21
dedicadas a vender seguridad privada y servicios de mercenarios, las farmacéuticas y las de

construcción de infraestructura acrecentaron su ganancias.

De esta manera, la Ley Patriótica contribuyó a la consolidación de una oligarquía que ha

desdibujado la diferenciación entre el ámbito político y el económico, favoreciendo a

poderosas compañías privadas, convirtiéndose en una economía cuyo motor de crecimiento

depende de manera importante la producción de alta tecnología armamentista.

Ámbito social

Como se mencionó, la “Ley Patriótica” facultó a las autoridades para interceptar cualquier

tipo de comunicación oral o electrónica, fraude electrónicos, o insultos ofensivos; les

permitió revelar información sobre espionaje extranjero o contraespionaje; les concedió el

acceso a la información de cualquier sospechoso y la facultad para localizarlo y detenerlo

utilizando la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA). Esta le otorgó al

gobierno norteamericano derechos para acceder a todo tipo de información pública o

privada en el interior o en el exterior con la justificación de que investiga el terrorismo.

El título IV de la Ley Patriótica estableció una serie de normas anti-inmigrantes. La

Secretaría de Seguridad Interior (Homeland Security) tuvo la responsabilidad de vigilar la

entrada y salida de inmigrantes, así como de detectar, perseguir y vigilar a quienes residían

ilegalmente en la Unión Americana. A partir de entonces, la inmigración dejó de ser un

problema económico y social, convirtiéndose en un asunto de seguridad nacional y los

indocumentados comenzaron a considerarse una amenaza. La desconfianza creció, el miedo

campeaba entre la población. Asimismo, la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI)

tendría acceso a la información de quienes pisaran territorio norteamericano y se dedicaría

22
a certificar la identidad personal de quienes solicitasen visas o la admisión en Estados

Unidos.

La Ley Patriótica también restringió los tiempos de estancia en el país; instauró un sistema

automatizado de información de huellas dactilares en los pasos fronterizos y consulados, en

la perspectiva de utilizar nuevas tecnologías para la lectura del iris ocular (107º Congress

(2001-2002), (2001g), USA Patriot Act 107-56, título IV, secc. 401-418, pp. 115 STAT.

342-356).

En el mismo título IV, la ley definió a los terroristas como aquellos que participaran en un

grupo político, social o cualquier grupo que respaldase públicamente acciones terroristas y

concedió al Secretario de Estado el poder para determinar quienes serían calificados como

terroristas (107º Congress (2001-2002), (2001g), USA Patriot Act 107-56, título IV, secc.

421-428, pp. 115 STAT. 356-363).

Así, la Ley Patriótica concedió al gobierno norteamericano poderes extraterritoriales para

intervenir en cualquier país, dio opción para confiscar las cuentas de cualquier sospechoso,

eliminó las restricciones del poder público para violar la privacidad de cualquier individuo.

Como puede concluirse, esta ley rebasó el marco legal de un estado democrático porque

atentó contra la libertad individual estableciendo sistemas de control y vigilancia pública y

privada de cualquier persona, fuera o no ciudadano norteamericano. Así, en nombre de la

seguridad nacional, dejó de valorar las llamadas garantías individuales, teles como derecho

a la vida, a la libertad e igualdad ante la ley sustentadas en la Declaración de los Derechos

del Hombre y del Ciudadano de 1789 (Conseil Constitutionnel, 1789) y ratificadas en la

Declaración Universal de los Derechos Humanos firmado en la Asamblea General de las

Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 (UN, 1948).

23
4. La política militar para la supremacía norteamericana

El militarismo norteamericano se consolidó en esta nación después de la Segunda Guerra

Mundial. El argumento internacional que sustentaron desde entonces fue la defensa de la

democracia y de los valores culturales de occidente. Sin embargo, esta característica

contraviene sus principios liberales porque mina la orientación de la economía a la

generación de un mayor bienestar material de las familias. El militarismo subestima el

costo de oportunidad de la sociedad ante el gasto militar y centraliza el poder a favor de una

burocracia para controlar a la ciudadanía a otorgar prioridad a la seguridad sobre la libertad.

Así, desde el evento 9/11, el equilibrio entre seguridad y libertad se desdibujó. La seguridad

constituyó en el valor dominante del gobierno. Para implementarla, reconfiguraron los

valores sobre los cuales se habían sustentado a las instituciones norteamericanas. En el

interior, aumentaron el control sobre los individuos; en lo exterior acrecentaron el

militarismo preventivo para mantener su posición hegemónica.

Cabe señalar que, desde los tiempos de Nixon, los militaristas conformaron un equipo

vinculado al partido republicano, el grupo denominado “los halcones”. Algunos de estos

fueron miembros de los gabinetes de Bush padre y de Bush hijo. Durante el gobierno del

segundo reconfiguraron las instituciones para implementar su proyecto de supremacía

internacional sobre el resto de la humanidad. Para lograrlo, encontraron su Pearl Harbor en

el evento 9/11. Gracias a este extendieron su dominio sobre Asia Central, utilizaron el

miedo como arma psicológica y la seguridad nacional y personal se convirtió para la

sociedad norteamericana en una necesidad creada que les permitió incrementar su presencia

militar en el mundo y en su ciberespacio.

24
4.1. La guerra contra Afganistán

El 7 de octubre de 2001, a menos de un mes de la caída del World Trade Center de Nueva

York, Estados Unidos y Gran Bretaña bombardearon Afganistán. Bajo el principio del

artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas, que reconocía el derecho a la legítima defensa

individual o colectiva en caso de sufrir un ataque armado, la Unión Americana instauró en

el mundo el concepto de “guerra preventiva” para combatir posibles amenazas.

Norteamérica demandó al gobierno talibán del emir Mullah Omar entregar a Osama bin

Laden (ObL), líder de Al Qaeda, bajo el supuesto de que esta organización era la que había

perpetrado el ataque terrorista del 11 de septiembre. Durante dos meses y medio los

bombarderos de alta tecnología abrieron paso a las fuerzas de los aliados afganos para

tomar las ciudades de Kabul, Jal alabad y Kandahar, controladas por el régimen talibán.

Para la mejor comprensión de la dialéctica entre poder y terrorismo se ejemplifica la misma

con la historia de Osama bin Laden como líder extremista. La familia Bin Laden era y es

aún una de las más poderosas de Arabia Saudita. La familia Bush y la de los Bin Laden

establecieron vínculos para que esta última invirtiera en los negocios petroleros de la

primera. Bush hijo se había propuesto hacer una fortuna a partir de invertir en pozos

petroleros en Texas. En 1977 creó la compañía Arbusto Energy asociándose con su amigo

James R. Bath. Este último era un empresario de Houston que actuaba como agente

comercial del Grupo Saudi Binladin, fundado en los años sesenta por Mohammed bin

Laden, padre de Osama, quien se había enriquecido gracias a los contratos de construcción

que le concedió la familia real saudita. Mohammed bin Laden murió en 1968. El negocio lo

25
continuó su hijo mayor, Salem. Existe la sospecha de que James Bath actuaba como

prestanombres de varios inversionistas sauditas, entre los cuales se hallaban los Bin Laden.

En 1979 Arbusto Energy enfrentaba problemas financieros. Bush hijo vendió acciones de la

compañía para contar con fondos suficientes para la exploración de pozos petroleros,

reconfiguró la empresa y cambió su razón social por la de Bush Exploration. Nunca

encontró el petróleo. Bush hijo decidió entonces asociarse con Spectrum 7. La caída de los

precios del petróleo agravó la situación. La compañía decidió vender sus acciones y

asociarse con Harken Oil and Gass (Lander y Romano, 1999, p. A1)

Mientras tanto, en Afganistán se enfrentaban grupos políticos afines a los estadounidenses

contra aquellos que buscaban el apoyo de la Unión Soviética. A finales de 1979, la Unión

Soviética intervino militarmente y derrocó al presidente afgano Hafizullah Amin, cercano a

los norteamericanos, e impuso a Babarak Karmal, próximo a los rusos (Rashid, 2001, p.

18).

En ese entonces el presidente de los Estados Unidos era Jimmy Carter. Este decidió crear

un programa de la CIA destinado a entrenar guerrilleros a fin de derrocar al gobierno

afgano pro-soviético, el cual promovía la secularización del Estado. Los norteamericanos

decidieron combatir a los pro-soviéticos fomentando las creencias religiosas. Para apoyar a

Estados Unidos, el príncipe Turki Al Faycal, director de los servicios secretos de Arabia

Saudita, reclutó a Osama bin Laden para recibir entrenamiento en los campos de formación

de guerrillas en territorio estadounidense.

Durante el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989), William Casey quedó como director

de la Agencia de Inteligencia CIA y logró que el Congreso destinara presupuesto a favor de

la lucha de los muyahidines, dirigidos por Osama bin Laden (Woodward, 1987). Pakistán

26
fue el país que sirvió como vínculo entre los recursos enviados desde el exterior y el

movimiento de liberación de Afganistán comandado por los muyahidines. La ayuda

consistió en envío de armamento e instrucción militar, pero también en adoctrinamiento

religioso (Rashid, 2001, p. 18).

En Pakistán, Osama bin Laden organizó una base de datos para reclutar a musulmanes de

todo el mundo, quienes debían instruirse como combatientes y ser adoctrinados en el Islam

mas radical en Afganistán. De hecho, la traducción de Al Qaeda es “la base de datos”.

Durante diez años reclutaron a 35,000 musulmanes de 43 países. Simultáneamente, el

Centro de Estudios Afganos de la Universidad de Nebraska subvencionó la publicación de

libros de texto para la formación de los extremistas, mientras la CIA destinó 51 millones de

dólares para educación en la Universidad de Afganistán entre 1984 y 1994 (Chossudovsky,

2005, p. 23-24). En efecto, la palabra “talibán” significa estudiante o egresado de las

escuelas donde se enseña el Corán, las llamadas madrassas (Rashid, 2001, p. 13). Así, bin

Laden fue un producto de la inteligencia estadounidense que priorizaba la lucha contra la

Unión Soviética durante la Guerra Fría.

Después de nueve años de guerra, la República Democrática de Afganistán y Pakistán

firmaron los Acuerdos de Ginebra el 14 de abril de 1988 (Naciones Unidas, 1988). Los

garantes fueron Estados Unidos y la Unión Soviética. Sin embargo, los extremistas fueron

excluidos de los acuerdos. Los afganos y pakistaníes se comprometieron a respetar los

principios de no intervención y a aceptar el regreso voluntario de refugiados expulsados de

su lugar de origen.

En este acuerdo, los soviéticos se comprometieron a retirar sus tropas del territorio afgano

en el lapso de un año, aunque Mohammad Najibullah se mantuvo como ejecutivo de ese

27
país hasta el 16 de abril de 1992, cuando los extremistas muyahidines tomaron la ciudad de

Kabul tras la disolución de la URSS. La guerra civil entre diferentes grupos del islam se

desató en Afganistán. Finalmente, entre agosto y noviembre de 1994 el mulá Mohammad

Omar logró controlar bajo la égida de los talibán al país y consiguió el apoyo decisivo de

Pakistán. El radicalismo de sus creencias los aglutinaba en torno a un fin, el de imponer por

cualquier medio su religión y costumbres al resto del mundo.

Los Laden fueron en lo económico un grupo ligado a la familia Bush y en lo político militar

su brazo armado en contra de la Unión Soviética. Bin Laden era hijo del socio de George

W. Bush; las autoridades norteamericanas lo capacitaron y financiaron para enfrentar a los

soviéticos; los libros de formación islámica y promoción del radicalismo los editaron en

universidades de nuestro vecino del norte. Por consiguiente, es difícil sostener que los

Estados Unidos comandados por Bush no tuvieran en sus servicios de inteligencia toda la

información necesaria de los Laden antes y después de la radicalización del Osama.

Ocupación de Afganistán. Después del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos inició la

ocupación de Afganistán. Algunos autores han afirmado que el principal interés de los

Estados Unidos era sustituir al gobierno talibán con el fin de detener el programa de

erradicación de producción de heroína acordado con las Naciones Unidas en el año 2000.

El programa de los talibán había sido muy exitoso, habían logrado disminuir la producción

de heroína en un 90%. Este hecho afectaba a los militares pakistaníes y a los agentes de

inteligencia de ese país porque uno de sus ingresos más importantes provenía de la

comercialización de la heroína y el lavado de dinero. Después de la invasión de octubre de

2001, Bush ordenó que ningún plantío de opio se destruyera (Chossudovsky, 2005, pp. 224-

234).

28
Por otra parte, en 2010 se encontraron en el territorio afgano grandes vetas de hierro, cobre,

cobalto y grandes reservas de litio, el mineral que se utiliza para las baterías de los aparatos

electrónicos. Las reservas han sido calculadas por el Pentágono en más de un trillón de

dólares. Este también era otro de los intereses que motivaban al grupo de la administración

Bush a imponer su dominio sobre la región (Chossudovsky, 2010b).

Finalmente, después de la invasión del 7 de octubre de 2001 a Afganistán, murieron más de

38,000 militares de las fuerzas de ocupación, donde se incluyen a norteamericanos,

británicos y australianos; más de 150,000 civiles y militares afganos y pakistaníes; más de

162,000 heridos y más de 1,200,000 de desplazados. De esta manera, esta guerra ha sido

muy costosa, no sólo en recursos financieros, sino, principalmente, en términos

humanitarios porque, además de cuantiosas muertes ha desplazado a miles de personas,

situación que evidentemente impacta la migración, además de que ha generado odios y

resentimientos difíciles de superar.

4.2. La Guerra de Irak en 2003

La mentira. Al inicio del año 2003, la administración Bush se cubría de gloria ante los

norteamericanos. Bush asistió al Capitolio para presentar su propuesta presupuestal y

mencionar sus éxitos guerreros: “[…] Se han arrestado a más de 3,000 sospechosos de

terrorismo en muchos países. Muchos otros han emigrado a diferentes destinos. Los hemos

puesto en este camino y dejarán de ser un problema para Estados Unidos y nuestros

aliados” (Bush, 2003, p. 156).

El mismo día llenó de temor a los norteamericanos previniéndolos del próximo ataque

terrorista de Sadam Hussein, quien según dijo, había acrecentado su poderío nuclear y

contaba con laboratorios para fabricar armas químicas y biológicas con el fin de atacar a la

29
Unión Americana (Bush, 2003, pp. 160-161). Su discurso lo concluyó con pletóricas

palabras: “Los norteamericanos somos personas libres que sabemos que la libertad es un

derecho y el futuro de todas y cada una de las naciones. La libertad que apreciamos no es

un regalo de Norteamérica al mundo, es el regalo de Dios a la humanidad. Nosotros, los

norteamericanos, tenemos fe en nosotros mismo, pero no solo en nosotros. No creemos que

sepamos todos los caminos de la Providencia, pero sabemos que podemos confiar en ella

con la certeza de que el amor de Dios se encuentra en la vida y en la historia. Él puede ser

ahora nuestra guía, y Dios puede seguir bendiciendo a Norteamérica” (Bush, 2003, p. 164).

La Casa Blanca había advertido al Consejo de Seguridad de la ONU sobre un posible

ataque nuclear a Estados Unidos por el país de Medio Oriente. No obstante, el 27 enero de

2003, la Agencia de Energía Atómica Internacional presentó su reporte: las suposiciones

del gobierno norteamericano no tenían sustento.

Como el equipo de Bush estaba resuelto a invadir a Irak, el presidente acudió al Congreso

para expresar sus preocupaciones sobre la compra de las cuantiosas cantidades de uranio

realizadas por Saddam Hussein a Níger, según un informe recibido del servicio de

inteligencia británico.

Una semana después, el 5 de febrero, Colin Powell se presentó en la ONU para afirmar que

Irak estaba produciendo armas biológicas. Las Naciones Unidas, renunciando a sus

principios21 de utilizar todos los medios disponible para mantener la paz, discutió sobre el

ataque a Irak. El mismo día, el vicepresidente Richard Cheney convocó a los medios

21
El Artículo 1 de la Carta de la Naciones Unidas establece como propósito: mantener la paz y la seguridad
internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y
para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de
conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias
o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.

30
informativos en la Casa Blanca para difundir la noticia de la invasión a Irak arguyendo la

posesión de armas de destrucción masiva y el deseo de los iraquíes de liberarse de la tiranía

de Sadam Hussein. Un día después, Bush anunció que se habían enviado más de 10,000

efectivos al Golfo Pérsico y se mandarían otro tanto al finalizar el mes.

El 18 de marzo de ese año, el presidente acudió nuevamente al Capitolio para ratificar su

preocupación acerca del enorme riesgo que corría su país ante el peligroso y despiadado

Hussein. Afirmó que la diplomacia era imposible porque la amenaza de un ataque a la

Unión Americana era inminente. Bush consiguió así la aprobación del Congreso para

invadir el país de la Media Luna el 20 de marzo de 2003. Un mes más tarde, el ejecutivo

convocó a la prensa y los estadounidenses para anunciar que la invasión había sido un

éxito.

No obstante, como lo mencionan el Comité Judicial de la Casa Demócrata (House

Democratic Judiciary Committee Staff, HDJCS, 2007) en su reporte denominado

Constitution in crisis, el gobierno ocultó información y la manejó en forma tendenciosa. La

existencia de las peligrosas armas de destrucción masiva era un engaño, tampoco evaluó el

apoyo popular con el que contaba Hussein, ni los costos de la guerra (HDJCS, 2007, pp.

68-69).

En julio de 2003 el Congreso le solicitó al embajador de Estados Unidos en Níger, Joseph

Wilson, una investigación sobre la venta de uranio a Saddam Hussein. Este país africano

informó que no existía tal venta y que esta era una mentira inventada por el gobierno de

Bush para justificar la invasión (HDJCS, 2007, p. 63).

31
La tortura

En abril de 2004, el noticiero “60 minutos” de la Columbia Broadcast System (CBS TV)

emitió un reportaje sobre la prisión Abu Ghraib en Irak. Este documentaba

fotográficamente la tortura infringida a los detenidos en este lugar y puso en evidencia al

gobierno norteamericano como uno de los peores transgresores de los derechos humanos

porque sus militares, la CIA y el personal contratado en ese lugar utilizaba la tortura y otros

métodos inhumanos y degradantes contra los prisioneros de guerra. En un principio, el

primer mandatario de la nación se comprometió a buscar a los culpables para castigarlos.

El Congreso inició sus investigaciones. Después de un año de reunir información llegó a la

conclusión de que no era el problema de individuos aislados que practicaban la tortura, sino

un problema sistémico. El Secretario de la Defensa, Donald Rumsfeld y el subsecretario,

Paul Wolfowitz, no sólo autorizaron violar las convenciones de Ginebra, sino que editaron

un manual de tortura y aprobaron la desaparición de los detenidos. Firmaron las órdenes

requeridas para difundir las llamadas “técnicas contra resistencia”, llegando a amagar con

endurecer dichas “técnicas” (HDJCS, 2007, pp. 73-86).

Evaluación y crítica. El Comité Judicial del Congreso de Estados Unidos calculó que los

costos de la invasión habían sido muy altos: 250,000 bajas de soldados norteamericanos; 6

billones de dólares mensuales, la expectativa para 2007 sería de un trillón de dólares; el

rechazo de los iraquíes a los invasores era muy grande, todo lo cual alentaba los

movimientos terroristas sin reducirlos ni terminarlos (HDJCS, 2007, pp. 104-113).

Paul Krugman publicó en 2015 un artículo titulado “Errores y mentiras” en el New York

Times. En él expresó lo siguiente: “La guerra de Irak no fue un error inocente, una aventura

emprendida sobre un análisis erróneo del servicio de inteligencia. Estados Unidos invadió

32
Irak porque el gobierno de Bush quería una guerra. Las justificaciones para la invasión no

fueron más que pretextos y falsedades. Estábamos, en sentido literal, mintiendo en la

guerra. … Y sí, desde un punto de vista nacionalista, la invasión fue una equivocación.

Pero esta fue peor que un error, fue un crimen” (Krugman, 2015).

Thomas Reifer (2011) criticó la Guerra contra el Terror de la administración Bush.

Mencionó que esta guerra fue aceptada de manera acrítica por la mayoría de

norteamericanos. Puso énfasis en que el terrorismo es una táctica, no un enemigo, y la

guerra no se declara contra una táctica. Afirmó que, para combatir el terrorismo, se requería

identificar sus causas, tales como la pobreza, la falta de educación y la ocupación

extranjera. Consideró que Estados Unidos estaba interfiriendo en la política de los países y

apoyando regímenes inhumanos, política que hacía imposible mejorar el problema del

terrorismo. Estaba convencido de que las guerras ilegales e innecesarias harían a Estados

Unidos más vulnerable (Reifer, 2011, pp. 314-315). Entre sus conclusión mencionó sus

deseo de que el gobierno norteamericano examinara su política extranjera y la lucha contra

el “terrorismo” porque ella, además de ineficiente, era costosa en recursos y contraria a los

valores humanos.

El objetivo. La guerra fue una demostración de cómo un grupo en el poder pudo lograr un

objetivo al margen de la verdad y del respeto a los valores humanos que arguye defender,

un grupo que en particular propicia la violencia interna o externa en nombre de la seguridad

favoreciendo el desarrollo del mercado de armas en nombre de la seguridad.

Nada de lo argumentado elimina la verdad al respecto de que si la aplicación del concepto

terrorista que utilizan los Estados Unidos de América para las personas y los países, lo

aplicara a su propio gobierno, por atacar la libertad, por favorecer la inseguridad social y

33
combatir los valores democráticos de la civilización occidental, llegaríamos a la conclusión

de que este grupo en particular encabeza el terrorismo que combate.

En síntesis, la lucha contra el terrorismo a raíz de la caída de Las Torres Gemelas dio pauta

a la centralización del poder presidencial y su preponderancia sobre los otros poderes; a la

utilización de la guerra preventiva y la tortura como medios para reposicionar el

predominio de los Estados Unidos en el mundo y de los blancos sobre el resto de la

sociedad estadounidense.

5. El punto de partida: la institucionalización de la violencia

“Vivir en una democracia sigue siendo preferible a la


sumisión ante un Estado totalitario, una dictadura
militar o un régimen feudal oscurantista; pero la
democracia, carcomida por sus enemigos íntimos que
ella misma engendra, ya no está a la altura de sus
promesas”
Tzventan Todorov (2012, p. 187).

En este artículo hemos partido de un hecho histórico que transformó las tendencias de

reorganización geopolítica a nivel mundial. La caída de las Torres Gemelas el 11 de

septiembre de 2001 fue un hecho insólito que dio pauta a la generalización de la

desconfianza como condición de existencia cotidiana, así como a la violencia y a la guerra

como acto de ejercicio de poder, cuya justificación ha sido la lucha contra el terrorismo.

Estos comportamientos se esparcieron por el orbe. Diez años antes existía un panorama

prometedor porque la globalización y la formación de bloques económicos propiciaban el

desarrollo económico en nuevas regiones. La Asamblea General de la Organización de

34
Naciones Unidas emitió la Declaración del Milenio22 el 13 de septiembre del 2000. Ella

propiciaba la unificación de esfuerzos para erradicar la pobreza y disminuir desigualdades

en nuestro planeta como consecuencia de una nueva actitud hacia la otredad. Desde la caída

del Muro de Berlín en 1989 se avanzaba en los proyectos de desnuclearización

armamentista y disminución del gasto militar en todo el mundo23.

Esta posibilidad la canceló el colapso de las Torres Gemelas. La administración

republicana, encabezada por la dinastía Bush, puso en marcha la propuesta de hegemonía

militarista y de poder interno basado en la promoción de la desconfianza y la violencia

civil, que se sintetiza en el documento también difundido en septiembre del año 2000

mediante el informe “Rebuilding America´s Defense. Strategy, Forces and Resources for a

New Century. A Report of The Project for a New American Century” (Donnelly, et al,

2000).

El proyecto lo había concebido Richard Cheney cuando fue Secretario de Defensa durante

la presidencia de Bush padre. Su grupo lo retomó fundando el Proyecto del Nuevo Siglo

Americano en 1997, dirigido por William Kristol e implementado por Robert Kagan,

22
Entre los valores y principios que incluyó este documento se mencionan: “2. Reconocemos que, además
de las responsabilidades que todos tenemos respecto de nuestras sociedades, nos incumbe la
responsabilidad colectiva de respetar y defender los principios de la dignidad humana, la igualdad y la
equidad en el plano mundial; 3. […] Reafirmamos nuestra determinación de apoyar todos los esfuerzos
encaminados a hacer respetar la igualdad soberana de todos los Estados, el respeto de su integridad
territorial e independencia política; la solución de los conflictos por medios pacíficos y en consonancia con
los principios de la justicia y del derecho internacional; el derecho de libre determinación de los pueblos que
siguen sometidos a la dominación colonial y la ocupación extranjera; la no injerencia en los asuntos internos
de los Estados; el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; el respeto de la igualdad
de derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o religión, y la cooperación
internacional para resolver los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o
humanitario” (ONU, 2000).
23
START (Strategy Arms Reduction Treaty) fue un tratado que firmaron Estados Unidos y la Unión Soviética
para la reducción de armas ofensivas el 31 de julio de 1991 y entró en vigor el 5 de diciembre de 1994. El
objetivo era deshabilitar más de 6,000 bombas nucleares y 1,600 misiles intercontinentales. En 2010 Barack
Obama ratificó el tratado con el presidente ruso Dmitry Medvédev.

35
Devon Gaffney Cross, Bruce P. Jackson y John R. Bolton (actual Consejero de Seguridad

Nacional de la administración de Donald Trump). También eran miembros de la fundación

Donald Rumsfeld y Paul Wolfowitz.

El documento de Reconstrucción de la Defensa Americana se oponía a los tratados de

reducción de armamento nuclear y apostaba por el desarrollo armamentista de alta

tecnología para consolidar el poder hegemónico de los Estados Unidos en el mundo

(Donnelly, et al, 2000, p. i). En uno de los párrafos, el documento señalaba que “el proceso

de transformación, incluso si conllevara un cambio revolucionario, probablemente sería

largo, a menos que aconteciera algún evento catastrófico y catalizador, como un nuevo

Pearl Harbor” (Donnelly et al, 2000, p. 51). Esta mención nos remitió a una cita de Hannah

Arendt respecto al régimen nazi: “La radicalización comenzó inmediatamente después del

estallido de la guerra. Puede llegarse incluso a conjeturar que una de las razones de Hitler

para provocar esta guerra fue que le permitía acelerar la evolución de una forma que

hubiera resultado impensable en tiempo de paz” (Arendt, 1951, p. 502). Tal vez en la lucha

por implementar el Proyecto del Nuevo Siglo Americano pudiésemos encontrar una

hipótesis de explicación alternativa acerca del colapso de las Torres Gemelas como el

evento catastrófico requerido para hacer factible el desarrollo de la tecnología militar que

permitiría al grupo de Cheney imponer la hegemonía mundial de la Unión Americana

(Donnelly et al, 2000).

Los llamados “think-thank” del proyecto mostraron su preocupación por la reducción de

recursos dedicados a la industria armamentista durante la administración Clinton: “Estados

Unidos gasta menos del 3% de su Producto Interno Bruto en Defensa Nacional, menos que

en cualquier momento desde antes de la Segunda Guerra Mundial; […] el recorte desde

36
1992 ha sido de 4.7% del PIB en 1992. La mayor parte de esta reducción se ha realizado

durante la administración Clinton, a pesar de sus promesas iniciales de aproximarse al nivel

de gasto en defensa del final de la administración Bush [padre]” (Donnelly, et al, 2000, p.

3).

El documento citado especificaba que Estados Unidos alcanzaría el liderazgo global en la

medida en que se lograran tres acciones: 1) producir misiles de defensa globales para

proteger a Estados Unidos y sus aliados en tierra, mar y aire; 2) controlar el espacio y el

ciberespacio, puesto que el liderazgo mundial sólo podría ejercerlo quien desarrollara la

capacidad para proteger la “infósfera”; 3) implementar un proceso de transición y otro de

transformación de sistemas, de organización y de operación del Pentágono para poder

aprovechar la revolución militar (Donnelly, et al, 2000, p. 51).

La concepción militarista tan nítidamente plasmada en el informe nos remite a una serie de

autores que han analizado los sistemas totalitarios, como lo son Hannah Arendt (1951),

Raymond Aron (1965), , Isaiah Berlin (2004), Norberto Bobbio (1989), Zygmunt Bauman

(1991), Noam Chomsky (2006), Richard Falk (2003), Jürgen Habermas (2006), Karl

Popper (1945, Germaine Tillon (2009), Tzventan Todorov (2014).

Hannah Arendt en su obra Orígenes del totalitarismo (1951) analizó la forma en que se

origina, se desarrolla y consolida un movimiento totalitario. Señaló que para lograr sus

propósitos, el dirigente construye una ficción en torno a la cual se generan creencias

divorciadas de los hechos (Arendt, 1951, p. 387). La teoría de la conspiración global contra

Alemania fue la que atrajo mayor número de adeptos (Arendt, 1951, p. 445). La ficción se

difunde mediante una propaganda mendaz, cuyo objetivo es organizar a las masas para

obtener el poder (Arendt, 1951, p. 425). El terror y el miedo son los instrumentos de los que

37
se valen los dirigentes de este tipo de movimientos para mantener la cohesión del mismo

(Arendt, 1951, p. 407). Nos preguntamos si la ficción central de la administración del

presidente Bush fue la defensa de un mundo “civilizado” que había sufrido un ataque

terrorista de gran magnitud y la amenaza permanecía latente en todo momento.

Por otra parte, Arendt también desarrolló en su tratado la serie de peculiaridades que

propician la formación de un Estado totalitario en una sociedad: atomización social,

desorganización política, carencia de identidad y arraigo, sin aprecio por los valores

morales y necesitada de creer acríticamente en un líder capaz de solucionar sus problemas

(Arendt, 1951, pp. 386-405).24

Muchas de las peculiaridades arriba mencionadas por Arendt las encontramos en el actual

siglo XXI. Zygmunt Bauman en sus libros postreros Modernidad líquida y Ceguera moral

caracterizó a la sociedad del siglo XXI como una que está diluida, dispersa, carente de

identidad, 25 sin referentes espaciales ni temporales, en constante mutación y llena de

incertidumbre. 26 Bauman mencionó que el mundo “se ha vuelto vulnerable y precario.

Existe inseguridad sobre la posición, sobre los derechos y sobre los medios de subsistencia;

24
“Los movimientos totalitarios son organizaciones de masas de individuos atomizados y aislados. En
comparación con todos los demás partidos y movimientos, su más conspicua característica externa es su
exigencia de una lealtad total, irrestricta, incondicional e inalterable del miembro individual. Esta exigencia
es formulada por los dirigentes de los movimientos totalitarios incluso antes de la llegada al poder” (Arendt,
1951, p. 405).
25
“La volatilidad de las identidades es el desafío que deben enfrentar los habitantes de la modernidad
líquida” (Bauman, 2000, p. 189).
26
Tal vez estamos atrapados en la nueva barbarie, que aún no ha llegado a Occidente: capitalismo sin
democracia (hasta ahora es el modelo chino o de Rusia actual, pero su diseminación por todo el mundo no
es algo que pueda descartarse), libre mercado sin libertad personal, reforzamiento de la dictadura
económica, desaparición del pensamiento político y transformación de la política en un elemento de la
cultura de masas y el mundo del espectáculo, con un gobierno al que no se elige públicamente, sino puesto
por los sectores más poderosos de la sociedad y sin controles públicos, quizá los dirigentes de la burocracia
central, los negocios o los medios (Bauman, 2015, p. 163).

38
incertidumbre acerca de nuestra continuidad y futura estabilidad; desprotección del cuerpo,

de las posesiones y de la comunidad” (Bauman, 2017, p. 171).

Bauman se refirió al temor y el miedo como otros dos elementos recurrentes en la sociedad

contemporánea. El polaco expuso que ellos se habían convertido en medios para crear

incertidumbre y se utilizaban como instrumento de poder (Bauman, 2015, p. 133).27

Otra de las peculiaridades de una sociedad propensa al totalitarismo identificadas por

Arendt fue su necesidad de creer en un líder capaz de solucionar sus problemas. Su

credibilidad era indispensable porque no valían ni la razón ni la experiencia para

cuestionarlo. Por consiguiente, en torno a una mentira construida y difundida mediante la

propaganda, el resultado son “creyentes” incapaces de cuestionarla.

Tzvetan Todorov tipificó las características de un líder populista: utiliza la demagogia

identificando las preocupaciones generales y propone soluciones imposibles de aplicar,

pero fáciles de entender; es inmediatista, no le interesa el largo plazo ni las abstracciones;

promueve la emotividad, nunca la racionalidad; recurre sistemáticamente al miedo,

generalmente lo siguen las clases medias que temen caer en situación de pobreza; utilizan

las redes sociales para difundir su propaganda; identifica a un culpable de todos los

problemas del país y clama venganza en su contra (Todorov, 2012, p. 148).

Una de las particularidades atribuidas por Arendt a los estados totalitario era la de otorgarse

el derecho de intervención en cualquier país sin respeto alguno por su soberanía. Los países

27
Bauman instió en la utilización del miedo como instrumento para atomizar la sociedad porque “el temor
alimenta el odio, y el odio alimenta el temor. El temor habla el lenguaje de la incertidumbre, la inseguridad y
la inquietud, que nuestra época suministra en grandes cantidades, incluso en abundancia (Bauman, 2017, p.
123). “La obsesión por la seguridad trae como daño colateral el debilitamiento de la confianza mutua y la
siembra y cultivo de la sospecha mutua. El efecto principal de esta obsesión es la inseguridad, ansiedad,
hostilidad, agresión y silenciamiento de los impulsos morales” (Bauman, 2017, p. 133).

39
invadidos pasaban a formar parte de su jurisdicción. En ellos, el ejército de ocupación

actuaban bajo la lógica de un conquistador e imponían sus propias reglas (Arendt, 1951, pp.

509-510).28 Así sucedió en Afganistán a partir de 2001 y en Irak a partir de 2003.

Arendt consideraba que el objetivo primordial de un sistema totalitario era la dominación

total del mundo; para lograrlo requería que las personas pierdan su personalidad jurídica

(Arendt, 1951, p. 553). 29 Arendt analizó cómo los regímenes totalitarios dejaron de

reconocer la personalidad jurídica de sus ciudadanos y perdieron sus derechos individuales

porque los integraron a corporaciones y eran integrantes sacrificables en cualquier

momento en pro de un interés abstracto, tales como la nación, el Estado, la causa. (Arendt,

1951, p. 547-548).30 Todorov resaltó la importancia que tiene el reconocimiento de esta

personalidad citando al jurista Alan Supiot, quien afirmó: “la ley nos hace sujetos de

derecho” (Todorov, 2012, p. 105).

Richard Falk señaló en el libro The Great Terror War (Falk, 2003) que el gobierno de Bush

había generado las condiciones para que Afganistán, Irak, Irán, Libia y Siria fueran tratados

como “Estados deshonestos” en donde se consentía la proliferación de terroristas “ilegales”.

El congreso norteamericano desconoció la personalidad jurídica de los llamados terroristas

28
Zygmunnt Bauman mencionó en su obra Modernidad y holocausto. “Como advirtió Leo Kuper, “el Estado
territorial reclama como parte integrante de su soberanía el derecho a cometer genocidios o a
desencadenar matanzas genocidas contra las personas sometidas a su autoridad y… de hecho, las Naciones
Unidas defienden este derecho” (Bauman, 1989, p. 32).
29
Arendt menciona: ““El primer paso esencial en el camino hacia la dominación total es matar en el hombre
a la persona jurídica. Ello se logra, por un lado, colocando a ciertas categorías de personas fuera de la
protección de la ley y obligando al mismo tiempo al mundo no totalitario, a través del instrumento de
desnacionalización, al reconocimiento de la ilegalidad; ello se logra, por otro lado, situando al campo de
concentración fuera del sistema penal normal y seleccionando a sus internados fuera del procedimiento
judicial normal en el que a un delito definido corresponde una pena previsible” (Arendt, 1951, p. 543).
30
“El propósito de un sistema arbitrario es destruir los derechos civiles de toda la población, que en
definitiva se torna tan fuera de la ley en su propio país como los apátridas y los que carecen de un hogar […]
El asentimiento libre resulta tan obstaculizador para la dominación total como la libre oposición. La
detención arbitraria de las personas inocentes destruye la validez del asentimiento libre, como la tortura –a
diferencia de la muerte- destruye la posibilidad de oposición (Arendt, 1951, pp. 547-548).

40
al considerarlos “enemigos extranjeros ilegales”. Así lo plasmó en la Ley de Tribunales

Militares, publicada el 17 de octubre de 2006. En ella establecieron que los tales enemigos

no eran objeto de ninguna garantía individual y se les negó el derecho a invocar la

Convención de Ginebra para defender sus derechos como prisioneros de guerra. En

contraste, sus tribunales militares, establecidos en los campos de concentración instalados

en Afganistán, Irak y Guantánamo, contaban con las garantías de cualquier corte judicial

reconocida en el artículo 3º de dicha Convención, que, según dice esta ley, era

“indispensable para los pueblos civilizados”. De esta manera, los humanos quedamos

divididos entre aquellos que el gobierno estadounidense juzgará como “civilizados” o

“incivilizados” para conservar o perder la personalidad jurídica (109º Congress (2005-

2006). (2006b). Military Commissions Act of 2006. Public Law 109–366. S. 2602).

Un elemento fundamental para la implementación de un Estado totalitario era la existencia

de una policía secreta. Esta se encargaba de transformar la realidad en ficción. El espionaje

pasaba a formar parte de la cotidianidad, cualquier persona podía ser un delator31 (Arendt,

1951, p. 525). La administración Bush configuró dos nuevas instituciones que establecieron

los cuerpos de policía secreta similares a las creadas por un Estado totalitario, la Secretaría

de Seguridad Nacional (Homeland Security) y la Dirección de Seguridad Nacional (DNI),

que están subordinadas al ejecutivo de esa nación. La Ley Patriótica le otorgó facultades

para obtener todo tipo de información en el interior y exterior de los Estados Unidos.

Incluso se instaló un número telefónico para reportar a cualquier sospechoso. El New York

Times denunció que el presidente George W. Bush autorizó a la Dirección de Seguridad

Nacional espiar a los norteamericanos y residentes en Estados Unidos bajo el supuesto de

31
“Es un sistema de espionaje ubicuo, donde todo el mundo puede ser un agente de policía y cada individuo
se siente sometido constantemente a vigilancia” (Arendt, 1951, p. 525).

41
buscar evidencias sobre actividades terroristas sin mediar orden judicial alguna (Risen and

Lichtblau, 2006).32

Después de analizar la tendencias hacia el totalitarismo en la actualidad, nos preguntamos si

esta incertidumbre es producto de las nuevas condiciones impuestas por la política

norteamericana de fomento del miedo y la incertidumbre que lo acompaña, porque la

propaganda difundida en las redes sociales promueve la xenofobia, particularmente la ahora

denominada islamofobia. Los bombardeos en Afganistán e Irak han sido una de las

principales causas de desplazamiento de parte de sus habitantes que huyen de la muerte.

Los estadounidenses fueron quienes crearon el problema y ahora lo utilizan como

instrumento de presión para imponer su dominio hegemónico tendiente al totalitarismo y

reconfigurando las relaciones geopolítica en el mundo.

A manera de conclusión, Cui prodest?

Séneca utilizó esta oración en su obra Medea,33 cui prodest, ¿quién se beneficia? Este es

una frase frecuentemente citada por quienes investigan actividades criminales de cualquier

índole para descubrir al culpable.

Para comprender mejor la pregunta explícita sobre quien o quienes fueron los beneficiarios

del 9/11, presentamos un recuento de los puntos tratados en este artículo.

32
“Algunos funcionarios familiarizados con asunto consideran que escuchar las conversaciones privadas sin
orden judicial en Estados Unidos era ilegal y posiblemente inconstitucional, por lo tanto, era incorrecto
hacerlo. Un funcionario del gobierno involucrado en la operación se quejó con un funcionario del Congreso y
le expresó sus dudas acerca de la legalidad del programa. Pero nadie quiso investigar nada: La gente miraba
para otro lado porque no querían saber qué estaba pasando" (Risen and Lichtblau, 2006).
33
Séneca, Medea, act. I, ver. 500-501. “Cui prodest scelus, is fecit”.

42
1. El colapso de las Torres Gemelas permitió al grupo de Cheney, Rumsfeld y

Wolfowitz invertir en tecnología militar gracias al aumento del 50% del presupuesto

aprobado para el gasto en Defensa, lo que equivalía a la totalidad del gasto destinado a

educación, salud, seguridad social, pago de deuda, apoyo a la agricultura, energía y

medio ambiente. Este monto aumentó 100% entre 2001 y 2008.

2. El Congreso emitió leyes tales como la Patriotic Act, la National Security Act y la

Military Comission Act que restringieron la libertad individual de los ciudadanos

norteamericanos, pero más aún las de aquellos que no lo eran, al grado de desconocer

la personalidad jurídica de quienes eran calificados como terroristas y el derecho de

habeas corpus de cualquier ser humano.

3. Estados Unidos se otorgó el derecho de intervención en cualquier país

arguyendo que su guerra era preventiva para nuevos ataques terroristas. La Ley

Patriótica también le otorgó al presidente de los Estados Unidos el poder para decidir

quienes eran terroristas y quienes no.

4. El poder ejecutivo de los Estados de la Unión centralizó el control de los

servicios de inteligencia mediante la creación de la Secretaría de Seguridad Nacional

(Homeland Security) y el Departamento Nacional de Inteligencia (DNI), sólo la

Agencia Central de Inteligencia (CIA) mantuvo su autonomía.

5. El sistema bancario internacional también tuvo que ajustarse a las reglas

impuestas sobre identidades y montos regulados como uno de los regulaciones

emitidas en la Ley Patriótica.

6. La identificación de las personas a nivel internacional se realizaría mediante la

implantación de tecnologías de lectura del iris de los ojos.

43
7. Se instalaron laboratorios de experimentación similares a los campos de

concentración nazis.

8. Según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo

(Stockholm Internacional Peace Research Institute, SIPRI) la venta de armas de las

compañías más importantes de Estados Unidos crecieron a un ritmo promedio 15%

anual entre 2002 y 2008. Durante el gobierno de Barack Obama las ventas

decrecieron constantemente con promedio anual de -5%. De acuerdo a este Instituto,

la venta total de armas de los cien fabricantes más importantes en el mundo tiene un

promedio anual de 400 billones de dólares. De esta manera podemos ver como la

guerra es un negocio productivo para los fabricantes de la industria armamentista.

Quien no se benefició

En contraste, las pérdidas para Afganistán e Irak han sido cuantiosas. La inestabilidad, la

muerte de millones de personas, el desplazamiento de sus hogares, la ocupación irrestricta

al territorio, el uso de los recurso, la imposición de un gobierno avalado por los Estados

Unidos, la creación del Estado Islámico enfocado a mantener la oposición permanente

contra los designios norteamericanos son los costos que el 9/11 ha tenido para sus países.

En el libro Sobre la violencia (1969b), Hannah Arendt definió la violencia como el

instrumento de poder que utiliza un conjunto de individuos ligados a la política para

imponer su dominio en una sociedad, o para negociar con quienes detentan otro poder a fin

de emplearlo en función de sus intereses. En el mismo texto planteó que, cuando un grupo

institucionalizaba la violencia como forma de control social contra la población, la

tendencia sería la de instaurar una tiranía. Según Arendt, cuando esto sucedía, no sólo

44
existía el poder institucional del tirano, sino también el de una serie de poderes fácticos, los

cuales podían ser cuerpos del gobierno o no, pero utilizaban la violencia de manera

cotidiana para resguardar su posición de poder, tales como el KKK o los fascios. También

llamó la atención sobre la presión social que generaba tal dinámica de una escalada de

violencia, la cual finalmente servía al estado tiránico para abolir las garantías individuales.

La violencia institucional como estilo de gobierno es propiciada en ambientes ideológicos,

demanda una lucha en contra de la otredad de pensamiento, palabra y obra. El

nacionalismo, el odio de clase, la supremacía de un grupo humano sobre de otro, la

xenofobia son la otredad a negar: musulmanes, judíos, asiáticos, latinos se convirtieron en

enemigos potenciales cotidianos que deberían ser vigilados. Y así es como se sustentaron

las transformaciones institucionales que hicieron del y al belicismo maniqueo el sustento

del poder y de la economía e instituyeron la desconfianza a la otredad como un valor en la

convivencia cotidiana.

Toda esta violencia contraviene los principios de convivencia social con base en el derecho

sobre los que se cimentaron las repúblicas modernas. Es bien conocido que desde el Siglo

de las Luces, y después de la transformación de la economía durante el siglo XIX, el Estado

debía desarrollar instituciones que garantizaran los llamados Derechos del hombre y el

ciudadano; el respeto a la vida, a la igualdad ante la ley y la libertad individual. En

consecuencia, para propiciar una tendencia hacia la equidad en la vida material debía

propiciar una economía en donde no prevaleciera el privilegio. Por esta razón era

indispensable separar el ámbito económico del político de manera que el Estado regulara la

configuración de monopolios para acotar el poder oligárquico.

45
Desde esta perspectiva, la política sería determinada a través de elecciones por el voto

ciudadano; la economía, por el consumo de la familia, lo que permitía mejorar las

condiciones de vida. Por otra parte, el impacto de la ciencia y de la tecnología contribuían a

generar entornos propicios para el desarrollo y creaban oportunidades para los distintos

miembros de la sociedad.

Por consiguiente, podemos decir que el auge del neo-militarismo norteamericano es

contrario a los valores de libertad que difunde, sobre todo en su versión nacionalista actual,

porque se fundamenta en la intolerancia hacia los otros, porque precisa la sujeción de los

territorios ocupados utilizando a los objetivos antiterroristas como pretexto para la

apropiación de sus recursos, porque ha institucionalizada la violencia social como

instrumento y porque ha utilizado la mentira y el engaño como argumento, apartándose de

la verdad para convertirla en ideología.

Como lo señaló Todorov en su obra Los enemigos íntimos de la democracia (2012), ella

genera a sus propios enemigos capaces de trastocar los principios de libertad, igualdad y

fraternidad. Este fue un proceso que inició con el advenimiento del nuevo milenio,

interrumpido durante el gobierno de Barack Obama, pero que encontró nuevos cauces y

bríos durante el gobierno de Donald Trump.

Afortunadamente en la misma sociedad norteamericana existen estratos y medios que se

cuestionan de manera muy crítica el curso que tomaron los acontecimientos durante la

administración Bush, aún existe una prensa libre que analiza la realidad, los hechos

concretos y la verdad como fuente de información, que cuestiona las redes sociales y la

propaganda mendaz que difunde, que denuncia la corrupción y los intereses económicos del

46
grupo que ocupa actualmente la Casa Blanca y un movimiento civil organizado contrario a

Trump.

Por desgracia, la guerra sigue proliferando a nivel mundial y somos testigos de una nueva

configuración geopolítica. Estados Unidos ha desconocido a sus antiguos aliados europeos

para reconocer a los nuevos: Rusia, Israel, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

En contrapartida, ha desconocido el tratado de Irán firmado en 2014 y a sus aliados de la

Unión Europea, también pretende cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del

Norte y el Tratado Trans-Pacífico que aún falta concretar con Asia Oriental.

Así, sin lugar a dudas, quienes se beneficiaron con el militarismo y la institucionalización

de la violencia fueron los militares, los contratistas de seguridad y los gobiernos autoritarios

que han mantenido una política a favor de cañones en vez de mantequilla, es decir, la

producción de bienes para la muerte, no para la vida. Los beneficiados han sido los grupos

de poder que se propusieron consolidar la hegemonía de Estados Unidos en la mundo. Sus

víctimas hemos sido los musulmanes, los creyentes islámico, los latinoamericanos y la

Unión Europea.

47
Referencias

911 Truth.Org. Recuperado de http://911truth.org/


Architects and Engineers for 9/11 Truth (AE9/11 Truth)) Recuperado de
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