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Biotecnología de hongos marinos: una perspectiva ecológica.

Raghukumar, C.1 *

1 Instituto Nacional de Oceanografía, Dona Paula, Goa 403 004, India

Raghukumar, C. (2008). Biotecnología de hongos marinos: una perspectiva ecológica. Diversidad de


hongos 31: 19-35.

Este artículo revisa el potencial de los hongos marinos en biotecnología. Es probable que las
propiedades fisicoquímicas únicas del medio marino confieran a los hongos marinos adaptaciones
fisiológicas especiales que podrían explotarse en biotecnología. El énfasis de esta revisión es sobre
los hongos marinos de unos pocos hábitats ecológicos únicos y su potencial en aplicaciones
biotecnológicas. Estos hábitats son endófitos o hongos asociados con algas marinas, pastos marinos
y manglares, hongos que cohabitan con invertebrados marinos, especialmente corales y esponjas,
hongos en detritos marinos y en ambientes marinos extremos. Es probable que los
microorganismos, incluidos los hongos, sean los productores reales de muchos compuestos
bioactivos reportados en plantas y animales marinos. Se ha demostrado que los hongos que se
producen en la descomposición de material orgánico vegetal o detritus en el mar son fuente de
varias enzimas degradadoras de la madera de importancia en las industrias de papel y celulosa y en
la biorremediación. Una de las principales aplicaciones de los thraustochytrids que se producen en
los detritos marinos y sedimentos es la producción de ácido docosahexaenoico (DHA), un ácido
graso omega-3 utilizado como nutracéutico. Las aguas profundas, un entorno extremo de alta
presión hidrostática y bajas temperaturas, respiraderos hidrotermales con alta presión hidrostática,
altas temperaturas y concentraciones de metales y sedimentos marinos anóxicos son algunas de las
fuentes no exploradas de hongos de utilidad biotecnológica. Una comprensión de las adaptaciones
de los hongos extremotolerantes en tales hábitats es probable que nos brinde una mejor idea de las
adaptaciones de los eucariotas y una avenida desde la cual descubrir nuevos genes.

Palabras clave: aguas profundas, detritus, endófitos, enzimas, hongos, sedimentos hipóxicos,
biorremediación, biotecnología.

Información del artículo

Recibido el 27 de noviembre de 2007.

Aceptado el 17 de marzo de 2008

Publicado en Internet el 31 de julio de 2008

* Autor correspondiente: C. Raghukumar; e-mail: lata@nio.org


Introducción

La biotecnología fúngica o "micotecnología" ha avanzado considerablemente en las últimas cinco


décadas. Los hongos terrestres se utilizan en la producción de diversas enzimas extracelulares,
ácidos orgánicos, antibióticos y estatinas anti-colesterolémicas (Pointing y Hyde, 2001). Se han
utilizado como hospedadores de expresión y también como fuente de nuevos genes. Con las
herramientas genéticas moleculares modernas, los hongos se han utilizado como "fábricas
celulares" para la producción de proteínas heterólogas (Punt et al., 2002) y proteínas humanas
(Bretthauer, 2003). ¿Qué perspectivas ofrecen los hongos marinos en tal escenario? ¿Cómo se
comparan los hongos marinos con los hongos terrestres que se han convertido en un grupo objetivo
importante para productos farmacéuticos y enzimas (Bull et al., 2000)? En esta revisión se discute
la singularidad de los hongos marinos y su potencial en el área de micotecnología marina. El enfoque
de esta revisión está orientado hacia los hongos en nichos ecológicos especiales, ya que una
comprensión básica de la ecología ayudaría a revelar la novedad de un organismo y sus propiedades.
El énfasis está en i) hongos asociados con hongos endofíticos en algas marinas, pastos marinos y
manglares y sus implicaciones ii) hongos asociados con invertebrados marinos, especialmente
corales y esponjas, y su potencial para la producción de moléculas bioactivas iii) hongos de
ambientes extremos como las aguas profundas con presión hidrostática elevada y bajas
temperaturas, aguas hipersalinas del Mar Muerto y sedimentos anóxicos o hipóxicos (deficientes de
oxígeno) del medio marino.

¿Qué son los hongos marinos?

Los hongos marinos forman un grupo ecológico y no taxonómico (Hyde et al., 2000). Entre estos, los
hongos marinos obligados crecen y se esporulan exclusivamente en agua de mar, y sus esporas son
capaces de germinar en agua de mar. Por otro lado, los hongos marinos facultativos son aquellos
provenientes del agua dulce o de un medio terrestre que han sufrido adaptaciones fisiológicas que
les permiten crecer y posiblemente también esporular en el ambiente marino (Kohlmeyer y
Kohlmeyer, 1979). Hasta la fecha se han reportado alrededor de 800 especies de hongos marinos
obligados pertenecientes a los hongos (Hyde et al., 2000). Estos pertenecen principalmente a los
ascomicetos (Fig. 1B), los anamorfos (Fig. 1A) y algunos basidiomicetos. Entre los hongos
estraminipilanos, los pertenecientes a los laberintulomicetos, que comprenden los traquioquidos,
los aplanóctridos y los laberintulidos (Fig. 2A, B, C) son obligatoriamente marinos (Raghukumar,
2002) y los que pertenecen a los oomicetos también están bastante difundidos en el entorno
marino.

Los hongos marinos son más comunes en la madera en descomposición (Fig. 3A) y en los detritos
de las plantas en aguas costeras (Kohlmeyer y Kohlmeyer 1979; Newell, 1996; Hyde et al., 2000;
Raghokumar, 2004; Sridhar, 2005), también son comunes. en conchas de animales calcáreos (Fig.
3B) (Raghukumar et al., 1992), algas (Raghukumar, 2006) y corales (Golubic et al., 2005). Se han
aislado de sedimentos de aguas profundas (Fig. 3C. Damare et al., 2006) y se han detectado en
sedimentos marinos anóxicos (Stoeck et al., 2003).
Características únicas del medio marino y su relevancia para los hongos marinos.

Una consideración de las propiedades únicas del ambiente marino es importante para la
biotecnología marina por varias razones: 1) Una buena comprensión del ecosistema ayudará a la
perspectiva de nuevos genes y 2) los procesos de producción biotecnológicos están influenciados
por las adaptaciones especiales de los organismos a su ambiente . Los factores físicos que más
influyen en los hongos marinos son a) salinidad y pH, b) bajo potencial hídrico, c) altas
concentraciones de iones de sodio, d) baja temperatura, e) condiciones de nutrientes oligotróficos
yf) alta presión hidrostática, las tres últimas Los parámetros son únicos para el medio marino.

(a) El agua de mar en promedio tiene una salinidad de 33-35 ppt. El agua dulce en comparación
contiene menos de 0.05% de sales (0.5 ppt). Mucho más salinas que el mar son las aguas
hipersalinas, como las del Mar Muerto, que contienen entre un 5 y un 10% de sales o salinidades de
50 a 100 ppt.

(b) El bajo potencial hídrico es uno de los problemas planteados por el agua de mar. Los organismos
que viven en él, por lo tanto, necesitan mantener los potenciales de agua más bajos que el agua de
mar en sus celdas para permitir la captación de agua. Los hongos marinos mantienen este gradiente
acumulando osmolitos como glicerol, manitol, poliol y trehalosa (Blomberg y Adler, 1992). Las
levaduras marinas producen glicerol para mantener su potencial osmótico interno en respuesta al
aumento de la salinidad (Hernández-Saavedra et al., 1995).

(c) La presencia de altos niveles de iones de sodio en el agua de mar también confiere algunas
propiedades únicas a las células de los organismos que viven en el mar. El sodio, incluso en pequeñas
concentraciones, es tóxico para la mayoría de las células vivas en los entornos terrestres y de agua
dulce. Se sabe que muchos hongos marinos reducen la toxicidad de los iones de sodio al
secuestrarlos en vacuolas (Jennings, 1983) o tienen una eflujo de ATPasa de sodio muy eficiente
(Benito et al., 2002). Los hongos straminipilan, los thraustochytrids y labyrinthulids por otro lado
tienen un requerimiento absoluto de sodio para su crecimiento y esporulación (Jennings, 1986). Por
lo tanto, estos dos grupos son herramientas excelentes para comprender la fisiología del
crecimiento y la producción de enzimas en presencia de sodio.

(d) Los hongos terrestres generalmente crecen mejor en

pH 4.5-6.0, mientras que se demostró que los hongos marinos facultativos crecen y producen
diversas enzimas extracelulares a pH 7-8 (Raghukumar et al., 1994; 1999; 2004, Damare et al.,
2006b). Lorenz y Molitoris (1992) demostraron que la salinidad óptima para el crecimiento en
algunos hongos marinos muestra un cambio ascendente al aumentar la temperatura de incubación.
Esta interacción de salinidad y temperatura se denomina patrón de Phoma, ya que se describió por
primera vez en las especies marinas de Phoma.
Fig. 1. A. Cirrenalia pygmea, un taxón anamórfico aislado de madera de mangle en descomposición.
B. Lindra thalassiae, un patógeno fúngico ascomiceto en el alga parda Sargassum cinerea. Observe
las delgadas ascosporas filamentosas que emergen del cuerpo de la fruta (flecha). Barras = 10 µm.

Fig. 2. A. Thraustochytrium aggregatum que crece en el polen de pino que normalmente se usa
como cebo para aislar estos hongos thraustochytrids de hábitats marinos; barra = 20 µm. B.
aplanochytrium sp. en cultivo que muestra una red de elementos de red ectoplásmica que son
extensión de la membrana plasmática y sirven para aumentar el área de superficie. C. Imagen de
epifluorescencia que muestra células de Labyrinthula sp. (flecha) en la lesión necrótica de la hierba
marina Thalassia hemprichii. La clorofila aparece roja debido a la autofluorescencia; Barras: A = 20
µm; B-C = 10 µm.

(e) El crecimiento de hongos en lentes de microscopio, lentes de contacto y portaobjetos de vidrio


en ambientes terrestres es indicativo de la existencia oligotrófica de hongos terrestres. En la
columna de agua, los niveles de nutrientes orgánicos son comparativamente bajos y se encuentran
principalmente en estado estable. No se ha observado que los hongos crezcan libremente en
columnas de agua. Sin embargo, los hongos probablemente forman microcolonias en los
sedimentos marinos.
Hongos endofíticos marinos

Los organismos endofíticos son en su mayoría hongos, bacterias y actinomicetos que viven en los
espacios intercelulares del tejido vegetal y no causan daños aparentes a su huésped (Strobel, 2002;
Sánchez Márquez et al., 2007; Wei et al., 2007a). Los hongos endofíticos se han aislado y se han
cultivado con éxito de varias plantas terrestres (Hu et al., 2007; Wei et al., 2007b) e incluso se han
aislado de líquenes (Li et al., 2007). Algunos de estos endófitos producen sustancias bioactivas que
son productos de las interacciones microbiano-huésped (Tejesvi et al., 2007). El ejemplo más
famoso es el taxol, un compuesto contra el cáncer de miles de millones de dólares producido en la
planta de tejo Taxus brevifolia por el hongo endófito terrestre Taxomyces andreanae (Strobel,
2002).

Estos descubrimientos emocionantes con plantas terrestres hacen que uno se pregunte si las algas
marinas, las hierbas marinas (las únicas plantas angiospérmicas que crecen sumergidas en el mar)
albergan hongos endofíticos que producen metabolitos secundarios. Kobayashi e Ishibashi (1993)
opinan que los hongos endofíticos marinos pueden tener potencial para producir diferentes tipos
de compuestos de los de fuentes terrestres. Se ha encontrado que varios hongos aislados como
endófitos de algas y plantas marinas producen interesantes metabolitos secundarios (Tabla 1). Para
citar un ejemplo, se aisló una nueva policetida ascosalipirrolidinona-A de un hongo marino obligado
Aschochyta salicorniae asociado con la especie de alga marina verde Ulva (Osterhage et al., 2000).
Este compuesto mostró actividad antiplasmodial hacia la cepa K1 de Plasmodium falciparum, una
cepa resistente a la cloroquinona, y la cepa NF 54, susceptible a los antimaláricos estándar.

Varias plantas marinas producen interesantes metabolitos secundarios. Esto ha llevado al


descubrimiento de varios compuestos antibacterianos, antifúngicos, antipalúdicos, antitumorales,
antivirales y varios de ellos farmacológicamente útiles (Mayer y Hamann, 2004). Sin embargo, no
hay información sobre si estas plantas tienen hongos endófitos asociados con ellas y si son
responsables de la producción de tales metabolitos secundarios novedosos.

Existen varias asociaciones interesantes de algas y hongos que no se han investigado para
determinar los metabolitos bioactivos. Varias algas marinas de los hongos endofíticos del puerto de
la costa india (Raghukumar, 1996). Las especies de algas filamentosas verdes Cladophora y
Rhizoclonium de diversas localidades de la costa de la India siempre albergan la quitríd policéntrica
Coeno- myces sp. Las algas no muestran ningún síntoma externo de infección por hongos. Solo en
la incubación en agua de mar estéril, los esporangios de hongos emergen de los filamentos de algas
(Raghukumar, 1986). Los intentos de cultivo de este hongo en medios artificiales no tuvieron éxito.
No se sabe si este hongo reside como un endófito en estas especies de algas. Varios hongos
filamentosos y thraustochytrids se aislaron de algas verdes esterilizadas en la superficie, Ulva
fasciata y Valoniopsis pachynema, las algas pardas Sargassum cinereum y Padina tetrastomatica y
las algas rojas, Centroceras clavulatum y Gelidium pusillum (Tabla 2, Raghukum y otros). El
crecimiento de los hongos siempre surgió de los bordes cortados de los discos de algas y nunca en
la superficie, lo que indica que las hifas de hongos en crecimiento activo estaban presentes dentro
de las algas sanas. Es posible que estos hongos sean endófitos en las algas. Para probar esto, se debe
llevar a cabo el aislamiento temporal y espacial de rutina de tales hongos de las algas marinas.
Thraustochytrids y labyrinthulids a menudo se aíslan de algas marinas. Se aisló un laberintúlido, un
tumor de Aplanochytrium a partir de las algas pardas Sargassum cinereum y Padina tetrasto-matica,
donde las algas no mostraron ningún síntoma de enfermedad (Sathe-Pathak et al., 1993). El
laberíntido también podría detectarse dentro de los tejidos de la planta huésped. También se
notificó Labyrinthula sp en Cladophora, varias otras algas verdes y en pastos marinos (Schmoller y
Wiegershausen, 1969; Raghukumar, 1987).

¿Estas algas anfitrionas producen compuestos especiales que actúan como productos químicos de
defensa contra animales de pastoreo como lapas y bígaros (Bakus et al., 1986)? Esto plantea la
cuestión de si los hongos, los laberínticos y los taquidoquidos desempeñan un papel mutualista en
las algas. Kohlmeyer y Kohlmeyer (1979) describieron dicha asociación mutualista entre hongos y
algas como micoficobiosis.

Varios hongos endófitos se han aislado y cultivado de las plantas de manglar Rhizophora apiculata
y Dendrophthoe falcate (Kumaresan et al., 2002). ¿Estos hongos inducen a las plantas huésped a
producir nuevos metabolitos secundarios? De manera similar, alrededor de 26 hongos se reportan
como endófitos en las praderas marinas Thalassia testudinum, Zostera marina

y Z. japonica (Alva et al., 2002). ¿Hay algún compuesto antiforaje producido en pastos marinos y
plantas de manglar que alberguen los hongos endófitos y, de ser así, deben investigarse en detalle?

Asociaciones animal-fungicas

Se conocen varios ejemplos de asociaciones insecto-hongos en ecosistemas terrestres. Estos


incluyen las termitas que forman los montículos y los hongos Termitomyces, las hormigas
cortadoras de hojas (las hormigas Attine) y sus jardines de hongos y los escarabajos ambrosía y sus
simbiontes de hongos (Breznek, 2004). Se ha informado sobre una enorme cantidad de
investigaciones sobre el control biológico de plagas de insectos que utilizan hongos entomógenos y
sus metabolitos secundarios (Gillespie y Claydon, 1989 y sus referencias).

La asociación de hongos con animales marinos va desde los saprotróficos hasta los simbióticos y los
parásitos. Hongos saprotróficos, algunos de los cuales son hongos terrestres comunes, se han
aislado de la superficie, las vísceras y los fluidos coelómicos de las holoturias o los pepinos de mar
(Pivkin, 2000).

Se ha encontrado que varios hongos aislados de invertebrados producen interesantes metabolitos


secundarios. Se aisló un nuevo grupo de antagonistas del factor activador de plaquetas (FAP), las
proteínas A, B, B1 y B2 del caldo de cultivo de Phoma aislado de la cáscara de un Chinoecetes opilio
de cangrejo recolectado en la costa de Fukuii, Japón (Sugano et al. al., 1991). Se describieron dos
tripéptidos lipófilos de Penicillium fellutanum que viven en el tracto gastrointestinal de un pez
marino y tres derivados de quinazolina de Aspergillus fumigatus del tracto gastrointestinal de los
peces, Pseudolabrus japonicus de la costa de Japón (Kobayashi e Ishibashi, 1993). Se reportó un
hongo endolítico Ostracoblabe implexa que vive dentro de las conchas de la ostra de roca
Crassostrea cucullata de la costa de Goa (Raghukumar y Lande, 1988). Será interesante examinar si
este hongo, que puede cultivarse fácilmente en medios orgánicos, produce tales moléculas
bioactivas novedosas. Los metabolitos fúngicos efectivos contra artrópodos e insectos deben
probarse contra los ácaros, que causan estragos en las colecciones de cultivos de hongos. Este será
un gran servicio para los centros de acopio de cultura micológica. Se dispone de fuertes miticidas de
marcas conocidas para la agricultura y los cultivos hortícolas, pero estos son demasiado tóxicos para
ser utilizados en un ambiente de laboratorio cerrado.

Varios invertebrados producen novela.

Metabolitos secundarios. Los holoturios o pepinos de mar producen glucósidos triterpénicos que
muestran actividades fungitóxicas, hemotóxicas y citotóxicas. Las esponjas también son conocidas
por la producción de varias moléculas bioactivas con actividades antifúngicas, antibacterianas,
antipalúdicas y antivirales (Mayer y Hamann, 2004). Las esponjas marinas, los biofermentadores
naturales de microorganismos albergan una variedad de microorganismos como bacterias, hongos
(Namikoshi et al., 2002) y thraustochytrids (Rinkevich, 1999). Varios compuestos bioactivos en
esponjas.

se asume que se producen principalmente por bacterias simbióticas o actinomicetos (Kobayashi e


Ishibashi, 1993; Piel et al., 2004). Jensen y Fenical (2000) han descrito 10 compuestos de hongos
derivados de esponjas. Varios hongos miceliales aislados de esponjas y otros animales marinos
produjeron no solo nuevos productos naturales, sino también compuestos idénticos o relacionados
con los que antes se atribuían a sus huéspedes (Proksch et al., 2003). Para cualquier asociación de
endosimbióticos, es necesario reconfirmar mediante visualización directa de los supuestos
simbiontes dentro de sus anfitriones. Un informe fúngico confirmó su presencia en un informe
reciente sobre la detección de una levadura endosimbiótica en una esponja mediante microscopía
electrónica de transmisión y el etiquetado inmunocitoquímico de los residuos de in-1,4-N-acetil-D-
glucosamina de las paredes de quitina (Maldonado et al. , 2005). Curiosamente, se informa que
estas levaduras se transmiten por vía materna desde el soma a través de los ovocitos hasta los
huevos fertilizados. Merecerá la pena investigar las moléculas bioactivas de dicha endosimbiosis
esponjosa-fúngica.

Hay varias asociaciones interesantes.

De hongos con animales marinos que no han sido investigados. Los hongos que pertenecen a la clase
de Trichomycetes se encuentran en las entrañas de los artrópodos marinos, isópodos, decápodos y
anfípodos en una asociación simbiótica (Misra y Lichtwardt, 2000). Los hongos endolíticos en el
esqueleto de coral son comunes (Le-Campion-Alsumard et al., 1995; Ravindran et al., 2001; Golubic
et al., 2005). A menudo se entremezclan con algas endolíticas, frecuentemente parasitando este
último (Le-Campion-Alsumard et al., 1995). Una especie de hongos taxonómicamente similar a los
aspergilos terrestres coexiste con tejidos de pólipos vivos del coral Porites lobata en la isla de
Moorea cerca de Tahití, Polinesia Francesa (Bentis et al., 2000). Se demostró que Crypto- coccus sp
de levadura basidiomycetous asociada con el esqueleto de coral de Pocillopora damecornis produce
un efecto crioprotector transitorio, que mejora de forma selectiva la supervivencia de los tipos de
células esquelogénicas (Domart-Coulon et al., 2004). Se aisló una especie de Scolecobasidium a
partir de parches necróticos en varios corales masivos en los Andamanes (Raghukumar y
Raghukumar, 1991). ¿Estos hongos endolíticos producen moléculas bioactivas para combatir las
reacciones de defensa de los pólipos de coral y contra otros microorganismos endolíticos? Como
muchos de estos hongos son cultivables, se pueden analizar fácilmente para detectar moléculas
bioactivas y se pueden examinar si también se producen moléculas similares dentro de sus
hospedadores.

Hongos asociados a los detritos

Los procesos involucrados en la formación de detritus son cruciales para los procesos de
remineralización en el ecosistema marino y detritus, la materia orgánica muerta con sus microbios
asociados es un enlace importante de la red alimentaria marina a los detritívoros que se alimentan
de ellos (Mann, 1988). . Los detritos de los macrófitos marinos costeros, particularmente los
manglares, contribuyen con una enorme cantidad de materia orgánica a las aguas adyacentes
(Wafar et al., 1997). El papel principal de los microorganismos en los procesos detríticos es la
transformación bioquímica de los detritos mediante la producción de enzimas degradativas
extracelulares y estas propiedades pueden aprovecharse para aplicaciones biotecnológicas.

Las enzimas degradativas extracelulares, como las celulasas, las xilanasas y las ligninasas de varios
hongos terrestres, han encontrado aplicaciones biotecnológicas en las industrias del papel y la pulpa
(Eriksson, 1993). En la producción de papel, la lignina residual de la pulpa de madera se libera
químicamente mediante el uso de blanqueo con cloro. La cloro elemental reacciona con la lignina y
otra materia orgánica en la pulpa, formando derivados de lignina clorados, como los clorolignoles.
Estos son tóxicos, cancerígenos y recalcitrantes a la degradación. La bioblocación es una alternativa
importante para reducir el uso de cloro. Esto se lleva a cabo utilizando enzimas ligninolíticas
peroxidasa de manganeso y lacasa o mediante el uso de la enzima hemicelulolítica xilanasa
(Eriksson, 1993). Las xilanasas microbianas que son termoestables, activas a pH alcalino y libres de
celulasa son generalmente las preferidas para la decoloración de la pulpa de papel.

Gessner (1980) demostró que los filamentos

Spartina alterniflora y otros sustratos de la marisma salina fueron capaces de degradar celulosa,
celobiosa, lípidos, pectina, almidón, xilano y ácido tánico. Wainright (1980) y Schaumann y Weide
(1990) han demostrado la producción de enzimas degradantes del alginato en varios hongos
marinos. Se aisló una gran diversidad de hongos de hojas de manglares y algas marinas en
descomposición.

(Fell y Newell. 1981; Coumo et al. 1985). Se demostró que los hongos marinos aislados de varias
etapas de la descomposición del alga pardo Sargassum cinereum de un sitio de muestreo en Goa
crecen en detritos del mismo alga suspendida en agua de mar (Sharma et al., 1994). Estos hongos
produjeron celulasa, xilanasa, poligalacturonasa, amilasa, hidrolasa de alginato y laminina en el
medio detritus. Raghukumar et al. (1994) investigaron la producción de enzimas degradativas por
hongos aislados de detritos de las hojas del mangle Rhizophora apiculata. Las celulasas fueron
producidas por todos los hongos aislados, mientras que algunos produjeron xilanasa, pectina liasa,
amilasa y proteasa cuando se cultivaron en detritus de R. apiculata. Un hongo de origen marino
NIOCC # 3 aislado de detritus de manglar produjo xilanasa que era termoestable a 55 ° C, libre de
celulasa y activa a pH 8.5 y se encontró que era efectivo en biobleaching. El filtrado de cultivo crudo
que contiene 58 U l-1 de xilanasa podría provocar el blanqueo de la pulpa de bagazo de caña de
azúcar por 60 minutos de tratamiento a 55 ° C, lo que resulta en una reducción del 30% del consumo
de cloro durante el blanqueo (Raghukumar et al., 2004).

Se informa sobre una enorme cantidad de trabajo de las enzimas que degradan la lignina de los
hongos terrestres de la podredumbre blanca (Basidiomycetes). Estos hongos son bien conocidos por
sus enzimas que degradan la lignina, siendo la más común la peroxidasa de lignina (LiP), la
peroxidasa de manganeso (MnP) y la lacasa (Reddy, 1995). Estos hongos y sus enzimas se han
utilizado para la decoloración de los efluentes de plantas de lejía de la fábrica de pulpa y papel, los
efluentes de las industrias textiles y de teñido y las melazas gastadas en el lavado de las destilerías
de alcohol (Pointing, 2001).

La eliminación del color de estos efluentes es un desafío importante y, por lo tanto, la mayoría de
los molinos diluyen el efluente varias veces antes de su eliminación. De este modo, se desperdicia
una gran cantidad de agua dulce para este propósito y, en su ausencia, los efluentes se eliminan
clandestinamente sin tratamiento. Varios de estos efluentes tienen un pH alcalino y un alto
contenido de sal y, por lo tanto, los hongos marinos pueden ser ideales para la biorremediación de
dichos efluentes (Raghukumar, 2002).

Un hongo de la podredumbre blanca NIOCC # 312 (Flava-don flavus) aislado de detritus del pasto
marino Thalassia hemprichii y dos hongos asco-mycetous Sordaria fimicola, (NIOCC # 298

de los sedimentos de manglar) y Halosarpheia ratnagiriensis (NIOCC # 321 de madera de mangle),


el efluente de la planta de lejía decolorada (BPE) de las industrias de papel y plantas de celulosa en
gran medida (Fig. 4). El cultivo NIOCC # 312 fue capaz de decolorar el efluente de la planta de
blanqueo a pH 4.5, así como a 8.5. Produjo las tres enzimas que degradan la lignina, a saber, LiP,
MnP y lacasa, mientras que los otros 2 hongos

produjo la lacasa como la principal enzima de degradación de la lignina y MnP en menor medida
(Raghuku- mar et al., 1994). Estos autores mostraron la producción de lacasa en presencia de agua
de mar por varios hongos marinos. Señalando et al. (1998) mostraron actividad de lacasa en varios
hongos marinos. Dichas enzimas que degradan la lignina y toleran la sal no se han explorado lo
suficiente para sus aplicaciones biotecnológicas.

Además de los efluentes de las fábricas de papel y las melazas gastadas en el lavado de la destilería
de alcohol y varios tintes sintéticos también fueron decolorados de manera efectiva por hongos
marinos (Raghukumar, 2002). El hongo NIOCC # 312 no solo decoloró las melazas gastadas en lavado
(MSW) de la destilería de alcohol, sino que también lo desintoxicó (Raghukumar et al., 2004). Las
pruebas de toxicidad usando el ensayo del cometa de las melazas tratadas con hongos se lavaron
usando un pez estuarino Oreochromis mossambicus no mostró daño hepático (Tabla 3) en contraste
con el efluente no tratado, que mostró daño hepático significativo. El aumento de los niveles de
sorbitol deshidrogenasa (SSDH) en suero es un indicador específico del daño hepático inducido
químicamente en los peces. Los niveles de SSDH en el hígado de los peces estuarinos, expuestos a
MSW tratados con hongos, se redujeron en un 98% (Tabla 3). La concentración de benzo (a) pireno,
un hidrocarburo aromático policíclico en los RSU tratados con hongos, disminuyó en un 68% (Tabla
3). En muchos casos, las aguas residuales de colorante decolorado son más tóxicas que las no
tratadas originales y, por lo tanto, es igualmente importante informar sobre los ensayos de toxicidad
de los efluentes tratados con hongos.

Otro aislado de hongos de la pudrición blanca (NIOCC

N. ° 2a) obtenida a partir de efluentes textiles decolorados de la madera de mangle en


descomposición, melaza gastada en lavado de destilería de alcohol y licor negro de papel y plantas
de celulosa (Tabla 4). Produjo la lacasa como la principal enzima que degrada la lignina (D’Souza et
al., 2004). El sobrenadante de cultivo libre de células que contiene lacasa como la única enzima que
degrada la lignina y la sustancia exopolimérica (EPS) producida por el hongo también decoloró estos
efluentes en varios grados (Tabla 4). Por lo tanto, el hongo de la podredumbre blanca (NIOCC # 312)
se obtuvo de los pastos marinos que producen laccasa> lignina peroxidasa y> manganeso
peroxidasa, y el hongo obtenido de la madera de mangle en descomposición (NIOCC # 2a) que
produce laccasas como la única enzima que degrada la lignina. fueron igualmente eficientes en la
decoloración de tintes sintéticos y efluentes coloreados (Tabla 5). Será interesante investigar más a
fondo y comparar la degradación de otros xenobióticos por más de estos aislamientos para
comprender el papel de diferentes enzimas que degradan la lignina en el proceso.

Mineralización de lignina marcada a

El CO2 etiquetado es la prueba definitiva de la capacidad de degradación de lignina de los hongos.


Un ascomiceto marino, Phaeospheria spartinicola, aislado de la sal de la marisma, mineralizó el resto
de lignina radiomarcada a CO2 y solubilizó una parte del mismo al carbono orgánico disuelto (DOC)
después de 45 días de incubación a 20 ° C (Bergbauer y Newell, 1992). Los hongos de manglar
Halosarpheia ratnagiriensis (NIOCC # 321) y Sordaria finicola (NIOCC # 298) y Flavodon flavus (NIOCC
# 312) aislados de la lignina sintética marcada con 14C mineralizada detritus de Seagrass
mineralizaron en 14CO2 (Raghukumar et al., 1996). El cultivo NIOCC # 312 cuando se cultivó en el
medio preparado con agua dulce, así como con agua de mar artificial, mineralizó aproximadamente
el 24% de la lignina marcada con cadena lateral a 14CO2 en 21 días, comparable al hongo terrestre
de pudrición blanca Phanerochaete chrysosporium, el hongo de referencia utilizado para
experimentos de degradación de lignina (Fig. 5).

Hongos, además de ser utilizados directamente como

alimentar y contribuir a cambiar la relación C: N en detritus también ayuda a eliminar los


compuestos antigustatorios presentes en partes de plantas recién muertas (Raghukumar, 2004). Los
tejidos fibrosos de lignocelulitis pueden ablandarse por las enzimas que degradan la lignocelulosa
de los hongos que colonizan los detritos de la planta vascular. Los hongos también pueden
suministrar nutrientes esenciales a los detritívoros (Philips, 1984). Uno de esos nutrientes esenciales
son los ácidos grasos poliinsaturados que desempeñan un papel importante en los alimentos para
detritívoros. Algunos de ellos, como los ácidos grasos omega-3, el ácido docosahexaenoico (DHA) es
esencial para el crecimiento y la maduración de los crustáceos (Harrison, 1990). Thraustochytrids
tiene un alto contenido de DHA. ¿La alta biomasa de estos estraminipilos encontrados en los detritos
de algas y manglares sirve para funcionar en la red alimenticia detrítica (Raghukumar, 2004)? El DHA
ahora se fabrica comercialmente a partir de taquioquitríes y una gran cantidad de literatura y
patentes describen el estado actual de esta tecnología (Lewis et al., 1999; Ward y Singh, 2005).

Se reportan varios metabolitos secundarios de hongos aislados de detritos marinos. Se aisló un


metabolito de policétido, obionina-A, del cultivo líquido del hongo marino Leptosphaeria obiones,
un ascomiceto halotolerante obtenido de la hierba de la marisma Spartina alterniflora (Poch y Gloer,
1989). Estos trabajadores también informaron sobre dos compuestos novedosos, helicascólidos A y
B, del hongo ascomiceto del manglar hawaiano Helicascus kanaloanus.

La sucesión de hongos en la cama de manglares caídos puede, hasta cierto punto, dar una idea del
tipo de estrategas r o k. El hongo oomiceto Phytophthora vesicula coloniza el

El manglar caído se va dentro de las 2 horas posteriores al sumergimiento de la hoja y desaparece


después de 2 semanas (Newell et al., 1987). Este hongo puede así ser r-estratega. Los hongos que
degradan la lignina de crecimiento lento que colonizan sustratos leñosos en el medio marino son
probablemente estrategas k y pueden ser una buena fuente de antibióticos (Strongman et al., 1987).
De hecho, se han reportado varios compuestos antimicrobianos de hongos que colonizan sustratos
leñosos en el medio marino (Bugni e Irlanda, 2004). Dicha información ecológica es importante en
los programas de detección y detección de fármacos.

Hongos en ambientes marinos extremos.

Se han reportado hongos en ambientes terrestres extremos como los glaciares árticos (Skidmore et
al., 2000), hielo glacial (Ma et al., 2000), suelos de desiertos polares con menos del 5% de contenido
de humedad y un contenido de carbono de 0.03% y temperatura de –20 ° C (Fell et al., 2006) y en
muestras de aire estratosférico, a una altitud de 41 km (Wainwright et al., 2003). En ambientes
marinos, las condiciones extremas se encuentran en forma de presión hidrostática elevada y baja
temperatura en las profundidades marinas, bajas temperaturas en el hielo marino, alta temperatura
y presión hidrostática elevada con altas concentraciones de metales en respiraderos hidrotermales,
cuerpos de agua hipersalina. y condiciones hipóxicas (deficientes de oxígeno) en aguas costeras y
marinas.

Varias compañías farmacéuticas se dedican a la bioprospección de ambientes marinos extremos. Se


centran en las bacterias extremofílicas por su biodiversidad, enzimas termoestables y tolerantes al
frío, nuevos metabolitos secundarios, enzimas tolerantes a los metales, proteínas de estrés y
potenciales de biorremediación para obtener ganancias. La famosa enzima termoestable Taq
polimerasa, vent polimerasa, detergentes suplementados con enzimas, surfactantes, antioxidantes,
enzimas industriales y colorantes son algunos de los ejemplos de los productos comerciales
obtenidos de microorganismos extremófilos (Bull et al., 2000). Se han aislado bacterias altamente
tolerantes a los disolventes para su aplicación en la degradación de compuestos xenobióticos de
sedimentos y aguas de aguas profundas (Inoue y Horikoshi, 1989). Los hongos de ambientes marinos
extremos no han sido aprovechados para ninguna de estas aplicaciones comerciales.

La presión hidrostática elevada es uno de

Las condiciones extremas encontradas en las profundidades del mar. La presión hidrostática
aumenta en 1 bar cada 10 m de profundidad en el mar. De este modo, las aguas profundas con una
presión hidrostática elevada albergan microorganismos barotolerantes y barófilos. El muestreo de
aguas profundas, mientras se mantiene la presión y la temperatura in situ, el cultivo de
microorganismos de aguas profundas en condiciones similares requiere equipos y técnicas
especiales. Se han descrito varias especies nuevas de bacterias y arqueas y se dispone de una
bibliografía exhaustiva sobre su fisiología, enzimas y biología molecular (Kato et al., 1998). La
conciencia sobre la presencia de hongos en aguas profundas es muy escasa. Roth et al. (1964)
aislaron hongos marinos de las aguas oceánicas del Océano Atlántico desde una profundidad de
4450 m. Lorenz y Molitoris (1997) demostraron el crecimiento de las levaduras a una presión de 400
bar. Se aislaron hongos barotolerantes de sedimentos calcáreos obtenidos a una profundidad de
965 m en el Mar Arábigo (Raghukumar y Raghukumar 1998). Takami (1999) aisló Penicillium lagena
y Rhodotorula mucilagenosa de Mariana Trench a aproximadamente 11,500 m de profundidad en
el Océano Pacífico. Sin embargo, el aislamiento de estos hongos se llevó a cabo a una presión de 1
bar de sedimentos o muestras de agua recolectadas en aguas profundas. Varios hongos cultivables
se han recuperado recientemente de los sedimentos de aguas profundas desde 5000 m de
profundidad de la Cuenca de la India Central al incubar los sedimentos a una presión hidrostática de
200-300 bar (Damare et al., 2006a). Los potenciales biotecnológicos de tales hongos
barorresistentes para la aplicación en fermentadores comerciales de grandes capacidades (por
encima de 10,000 a 50,000 L) deben ser evaluados.

Las aguas profundas se caracterizan por una temperatura baja constante de 2-4 ° C. Una de las
aplicaciones biotecnológicas de los microbios de aguas profundas serán las enzimas activas a baja
temperatura. Las enzimas activas en frío se buscan para la digestión de desechos en frío,
procesamiento de alimentos, detergentes para lavado en frío, conservación y procesamiento
industrial donde el uso de enzimas activas a baja temperatura ayuda en la conservación de la energía
térmica (Gerday et al., 1999). Se demostró que varios de los hongos de aguas profundas producen
proteasa alcalina y uno de los hongos, Aspergillus terreus, produjo serina proteasa activa a baja
temperatura (Damare et al., 2006b). La vida media de la proteasa alcalina producida por el hongo
de aguas profundas a 5 ° C y pH

4.5 fue de 196 h (Damare et al., 2006b). Acerca de

El 26% de su actividad máxima estaba presente a 15 ° C y aproximadamente el 10% a 2 ° C. En


contraste, la proteasa de la especie mesófila Penicillium no mostró ninguna actividad por debajo de
20 ° C (Germano et al., 2003). La proteasa alcalina de otra especie mesófila de Penicillium no mostró
ninguna actividad por debajo de los 35 ° C (Agarwal et al., 2004). Los hongos de tales hábitats
extremos deben examinarse para detectar nuevas enzimas y moléculas bioactivas.

Los microorganismos antiguos o paleobios forman otro ejemplo de extremófilos. Microorganismos


viables conservados durante millones de años han sido reportados de fuentes terrestres de origen
antiguo. Algunos de estos son contenidos intestinales de restos de mastodon de 12,000 años
(Rhodes et al., 1998), núcleos de hielo profundo de 400,000 años en las capas de hielo de la
Antártida (Castello et al., 1999) y muestras de núcleo de 50 m de profundidad a partir de 3 millones
de años. viejo permafrost siberiano (Shi et al., 1997). Se sospecha que el lago Vostok en la Antártida,
aislado a ~ 4000 m de profundidad del hielo que lo cubre y durante casi 1 millón de años (Karl et al.,
1999; Priscu et al., 1999) tiene una rica diversidad de microorganismos viables de crecimiento activo.
Ma et al. (2000) informaron la presencia de hongos cultivables e inculturables en un núcleo de hielo
glacial de ~ 2000 m de longitud. Los estudios sobre estos microorganismos antiguos cultivables son
importantes para comprender las estrategias de supervivencia biológica a largo plazo, así como en
paleoclimatología (Abyzov, 1993). Los sedimentos de aguas profundas son una fuente de
microorganismos antiguos en los que bajas pero constantes tasas de sedimentación entierran
microorganismos en capas más profundas. En un caso, se obtuvieron hongos cultivables de
subsecciones de un núcleo de 460 cm de longitud obtenidos a partir de 5900 m de profundidad en
la Zanja de Chagos en el Océano Índico (Raghukumar et al., 2004). Estos sedimentos fueron fechados
utilizando un índice de bioestratigrafía radiolariana ya que son los organismos de índice utilizados
para estimar la edad de los sedimentos por paleooceanógrafos (Gupta, 2002). Sobre la base del
conjunto radiolariano, se estimó que la edad de los sedimentos a partir de los cuales se obtuvieron
los hongos oscilaba entre> 0,18 y 0,43 millones de años. Esta es la edad más antigua registrada para
la recuperación de hongos cultivables. Merece la pena intentar una colección de hongos, tanto
cultivables como inculturables a partir de los sedimentos de aguas profundas de otros océanos, para
estudiar su biodiversidad y aplicaciones biotecnológicas.

Informes recientes sobre presencia de filamentos

Los hongos tous en las aguas hipersalinas del Mar Muerto (340 g de sales disueltas L-1 en total), la
supervivencia de sus esporas y micelios en este ambiente hostil han despertado gran interés
(Buchalo et al., 1998; Kis-Papo et al., 2003). Además, se ha identificado un gen responsable de la vía
de respuesta al glicerol de alta osmolaridad (HOG) de uno de estos hongos del Eurotium herbario
del Mar Muerto para la tolerancia al estrés frente a la congelación y descongelación (Jin et al., 2005).
Esto ha llevado además a producir una levadura recombinante, Saccharomyces cerevisiae, que
contiene el gen HOG. La levadura genéticamente transformada demostró soportar alta salinidad y
también calor y frío extremos. Sin embargo, la alta tolerancia a la sal está gobernada por varios
genes y este podría ser el primer paso hacia la ingeniería genética de cultivos agrícolas tolerantes a
la sal.

Estudios realizados utilizando cultivos.

La encuesta independiente, basada en ARNr de subunidades pequeñas (SSU) en aguas subóxicas y


sedimentos anóxicos en Cape Cod, Massachusetts y en la cuenca anóxica permanente de Venezuela
ha demostrado

La gran diversidad microeucariota y la mayor parte de sus secuencias representan ramas nuevas y
profundas dentro de algas verdes, hongos y flagelados sin clasificar (Stoeck y Epstein, 2003; Stoeck
et al., 2003). Esto sugiere que los entornos con falta de oxígeno albergan diversas comunidades de
nuevos organismos, cada uno de los cuales podría tener un papel interesante en el ecosistema.
En un ambiente tan hipóxico, el proceso de desnitrificación juega un papel importante. Se sabe que
las bacterias son los principales desnitrificadores en los suelos terrestres. Trabajos recientes han
demostrado que algunos de los hongos terrestres exhiben actividad desnitrificante donde el nitrato
o el nitrito se convierten en óxido nitroso en condiciones anaeróbicas (Shoun et al., 1992). Por lo
tanto, los hongos también pueden desempeñar un papel importante en la desnitrificación en las
aguas costeras del Mar Arábigo donde prevalecen las condiciones hipóxicas intermitentes (Naqvi et
al., 2000).

Los sitios contaminados por petróleo en los hábitats marinos son ejemplos de ambientes extremos
artificiales. Se han aislado hongos de cuerpos de agua contaminados con petróleo en el medio
ambiente terrestre. Las películas de superficie y las bolas de alquitrán en el medio marino pueden
contener poblaciones de hongos. Se ha demostrado la degradación del petróleo crudo por hongos
filamentosos en las aguas costeras (Leahy y Colwell, 1990). Raikar et al. (2001) han demostrado que
los tráquidos aislados de varios sitios en Goa, contaminados crónicamente por derrames de
petróleo, fueron capaces de degradar las bolas de alquitrán. Hasta el 30% de las bolas de alquitrán
agregadas al caldo de peptona se degradaron con los taquidoquitrocitos en 7 días, según lo estimado
por gravimetría y cromatografía de gases. Las fracciones por encima del tiempo de retención para
los saturados de C-20 se degradaron preferentemente, lo que sugiere una posible afinidad de los
toracorritrocitos a los alifáticos de cadena larga. Tales hongos y protistas que ocurren en el ambiente
marino podrían jugar un papel importante en la degradación natural de los derrames de petróleo
en los sedimentos costeros. Sin embargo, esto no ha recibido mucha atención.

Descubrimiento de microorganismos enigmáticos.

del medio marino, como el protista Corallochytrium limacisporum, descrito como un ancestro
común de animales y hongos (Sumathi et al., 2006) puede proporcionar nuevas herramientas para
estudios en biología evolutiva y, posiblemente, aplicaciones biotecnológicas más recientes.

Perspectivas de futuro

A partir de la discusión anterior, se recomienda fortalecer las siguientes áreas en el futuro.

- Necesitamos investigar si los hongos endofíticos que viven en algas y otras plantas marinas y
endosimbiontes en invertebrados marinos inducen al huésped a producir moléculas bioactivas
novedosas tanto estructuralmente como de actividad.

- Debería iniciarse una búsqueda sistemática de hongos de ambientes extremos extremos, como las
zonas de alta mar, zonas hipóxicas (con bajos niveles de oxígeno) y respiraderos hidro-térmicos para
enzimas, degradación de xenobióticos y aplicaciones de biorremediación.

- Debe llevarse a cabo la biorremediación de contaminantes que utilizan hongos tolerantes a la sal
y sus enzimas tolerantes a la sal a escala piloto e industrial.

- Se espera que los estudios genómicos y proteómicos con organismos novedosos como
Corallochytrium limacisporum como modelo de aliados de animales y hongos ayuden en la
investigación básica sobre biología evolutiva.

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