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Medio ambiente

Artículo 5. Todas las partes interesadas deben procurar que sus actividades sean económica,
social y medioambientalmente sostenibles

5.1 Al planificar, ejecutar y evaluar sus actividades, los encargados de la educación física, la
actividad física y el deporte, así como los organizadores de eventos deportivos, deben tomar
debidamente en consideración el principio global de la sostenibilidad, tanto económica como
social, medioambiental o deportiva.

5.2. Si bien el consumo creciente de artículos deportivos puede generar efectos positivos en la
economía mundial, la industria debería encargarse de elaborar e introducir prácticas
ecológicas y que no sean socialmente perjudiciales.

5.3 Deberían evitarse las incidencias negativas para el entorno natural de las actividades tanto
a cubierto como al aire libre. Los propietarios de las infraestructuras deportivas tienen la
responsabilidad particular de evitar conductas negligentes que hagan correr peligro a los
espectadores, produzcan ruido y desechos, entrañen la utilización de productos químicos o
puedan causar otro tipo de daños a la naturaleza.

5.4 Todos los participantes en la realización de grandes eventos deportivos -en particular los
propietarios de los eventos, las autoridades públicas, las organizaciones deportivas, los socios
comerciales, los medios de comunicación- deben velar por que las comunidades anfitrionas
reciban un legado sostenible en lo relativo a los costos financieros, las consecuencias
ambientales y sociales, la utilización posterior de las infraestructuras y el efecto sobre la
participación en el deporte y la actividad física.

Para comenzar, es necesario hablar del medio ambiente como un


espacio de interacción y que ésta es un proceso de acción recíproca, en donde
los actos de los individuos son dependientes los unos de los otros. El medio
ambiente, debe ser tratado no tan solo como un contenido concreto sino como
transversal a todas las disciplinas, y entre ellas, la Educación Física es la líder
en promover la relación de los estudiantes con su entorno natural, realizando
actividad física al aire libre, hacer caminatas, además de promover el cuidado de
la naturaleza, como el gran tesoro que debemos conservar para poder vivir
mejor.

Es por ello que, según el Manifiesto Mundial de la Educación Física del


año 2000, en el artículo 22, nos dice que: “Todos los responsables por cualquier
manifestación de la Educación Física, deberán contribuir con efectividad para
que ella sea desarrollada y ofrecida en una convivencia saludable con el medio
ambiente, sin causar impactos negativos, inclusive utilizando instalaciones
planeadas en este objetivo y equipamiento, preferencialmente reciclados sin
materiales contaminantes.” Ahora bien, si queremos que realmente se cumplan
estos derechos, tenemos que poner un granito de arena para mover al mundo, y
al cuidado del mismo. Para esto hay que fomentar el uso efectivo de las horas
de educación física, abordando los problemas reales que nos rodean y que
afectan a nuestro entorno natural. Hay que darles a conocer a nuestros alumnos
la gran importancia que tiene el medio ambiente, pues es fuente de vida y de
diversidad.
Enseñar a relacionar a los niños/as con el medio ambiente parte con la
simple caminata diaria que hacemos cuando vamos a la escuela, cuando nos
dirigimos a nuestros trabajos, cuando vamos de paseo a cualquier lado, etcétera.
Enseñarles que la naturaleza ha ofrecido al hombre la oportunidad de satisfacer
la gran mayoría de sus necesidades vitales, como por ejemplo el agua.

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