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"El papel de la Mujer es tan importante, que, aun con todas las obstrucciones de

la cultura machista, ninguna organización que quiera supervivir — ya sea


religiosa, política, filosófica, científica, empresarial o familiar — puede abrir
mano de su apoyo. Ahora bien, la Mujer, inspirada por el Soplo Divino, es el Alma
de todo, es el Alma de la Humanidad, es la buena raíz, la base de las
civilizaciones, la defensa de la existencia humana. ¿Qué madre desea ver a su hijo
muerto en la guerra? ¡Ay de nosotros, los hombres, si no fuesen las mujeres
esclarecidas, inspiradas, iluminadas!".

El Divino Ejemplo dejado por Jesús


En la Buena Nueva del Cristo, se observa que en Su Sublime y Espiritualmente Revolucionaria
Misión, Jesús demostró cómo se debe valorizar a la mujer, así como a todas las personas, por ser
creación Divina, resaltando en cada Ser su valor como Alma Inmortal.
En Su Primera Venida Visible a la Tierra, el Divino Maestro se encontraba en un contexto social en
que incidían desafíos históricos y culturales sustentando gran exclusión y violencia contra niños,
mujeres, enfermos, extranjeros. Este escenario sufrió importantes cambios, pero antes de lo que
todavía falta mejorar, estudie con nosotros Sus Divinos Ejemplos. El Pedagogo Celestial, hace más
de dos mil años salva vidas, esclarece las mentes y reeduca el Espíritu Eterno de todos nosotros. En
Su Divina Trayectoria, Él rompió barreras de exclusión y extinguió de las almas toda forma de
violencia e intolerancia. Además de muchas más enseñanzas de profunda reeducación espiritual y
por consecuencia de renovación social para el Bien de todos.
Jesús sana a la suegra de Pedro (Evangelio, según San Mateo, 8:14 al 17). Al entrar en la
casa de Pedro, Jesús interviene en el problema de salud de la suegra del gran apóstol y
la cura. Después del hecho, algo aún más conmovedor sucede: “(…) y ella se levantó, y
los atendió” (8:15). En un contexto histórico en que las mujeres no podían servir la mesa,
ella los atiende, participa en el encuentro con el Maestro. Imagine la alegría de esta mujer
por el respeto que Él tuvo con ella. (Foto: Tela: James Tissot (1836-1902))
Nosotras las mujeres de Dios tenemos una misión y es la de ser instrumentos para
expandir el evangelio de salvación y vida eterna. Somos parte de un modelo
diseñado con una estructura divina para revelar su presencia de acuerdo a su
santa y bendita voluntad.
Podemos ver muchas mujeres de Dios subiendo a las alturas y salvando vidas,
llevando como estandarte su fe en Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, por lo que
estamos dispuestas a ofrendar le nuestros dones y talentos, para su servicio de
adoración y predicación de su palabra, como parte del propósito mediante el cual
hemos sido llamadas.
En el Nuevo Testamento podemos ver que las mujeres eran también importantes
en el ministerio de Jesús. A diferencia de la mayoría de los rabinos, Jesús les
impartía enseñanza a las mujeres (Lucas 10:38-42). Las mujeres estaban entre los
discípulos viajeros (Lucas 8:1-3). A Marta le fue dada la visión espiritual para
reconocer a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios (Juan 11:27).
Jesús le dijo a la mujer samaritana que él era el Mesías (Juan 4:7-26). La lección
que él le dio acerca del agua viva fue justamente tan profunda como la lección que
le dio a Nicodemo, y la mujer tuvo una mejor respuesta. Ella fue y le habló a la
gente de su pueblo acerca del Mesías, y testificó eficazmente acerca de Jesús.
Muchas de las personas creyeron en Jesús a causa de lo que ella les dijo (vers. 28-
29, 39).
Después de que Jesús fue resucitado, él pudo haber elegido aparecer a los
hombres primero, pero no lo hizo. Él se reveló a sí mismo primero a mujeres, y les
dijo que les dieran órdenes a los hombres (Mateo 28:8-10). Aparentemente
esperaba que los hombres siguieran las instrucciones de las mujeres.
La mujer continuó siendo una parte importante de la iglesia primitiva. Ellas
estaban incluidas entre los 120 discípulos (Hechos 1:13-15). Pedro dijo que el
Espíritu Santo hizo hablar tanto a los hombres como a las mujeres (Hechos 2:17).
La historia de Ananías y Safira muestra que a la mujer se le consideraba como
igual (Hechos 5:1-11). La iglesia aumentó en número de hombres y mujeres por
igual (Hechos 5:14; 8:12).
El Señor nos ha capacitado, como mujer, para andar y escalar por terrenos difíciles
de la vida, inclusive confirmando lo que Dios decretó en Adán que, nosotras las
mujeres, somos su ayuda idónea, para que el sacerdocio entre ambos géneros,
pueda agradarle, porque sin nuestros servicios, no existiría un verdadero sacrificio
de adoración.
Dios llamó al hombre a la gran comisión, constituido plenamente en alma, cuerpo
y espíritu, pero la mujer como su ayuda idónea también forma parte de ese
llamado.
En la Biblia encontramos innumerables pasajes que nos confirman que la mujer
fue creada para el hombre como ayuda idónea, tanto en el aspecto humano como
en el espiritual, así como también en su rol para que ambos sirvan y adoren al
Señor en espíritu y en verdad.
Las mujeres tenemos que confiar en la fortaleza de Dios, como nuestro amo,
Señor y dueño absoluto, mirando al futuro con sueños renovados, sin mirar atrás
los obstáculos con que hemos tropezado, pero que ya hemos superado, y que
proclamemos: Siendo débil fuerte soy, recordando lo que dice Filipenses 4:13
“todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Mujeres de gala, mujeres de fe, mujeres de altura, podemos seguir confiando en lo
que Dios hace de nosotras, poniendo pies como de ciervas, para que sigamos
escalando con ánimo y continuar subiendo hasta las cimas, aún en las más
difíciles, de las alturas.
Está demostrado que la idoneidad de la mujer en el sacerdocio de la adoración,
expresa una mayor entrega a la obediencia, al conocimiento de la palabra, al
espíritu de la oración y la confraternidad de la fe, la esperanza, el amor, que se
visualiza en el desarrollo total de los cinco ministerios.
El ministerio sacerdotal de Ester pudo fluir con la visión de adquirir sabiduría en la
fe de Dios y un discernimiento del amor, a tal punto que pudo conquistar el poder
del reino con las virtudes divinas en su espíritu, para salvar a una nación y a su
pueblo judío.
La mujer es la bendición que Dios creó con pies de cierva, caminando sobre las
alturas. Mujeres les hago un llamado porque hay una nación que las necesita, y
como ejemplo pongo a Ester salvando a su pueblo, y que con la gracia y su
sabiduría conquistó el corazón del rey Asuero, con el fin de lograr su propósito.
Recuerden la valentía de Débora que derrotó el ejército de Sísara, como Dorca que
fue resucitada por Cristo, y sus familiares daban testimonio de vida de esta joven,
dedicada ayudar a los más necesitados de su comunidad; y de Ruth, ejemplo de
lealtad, obediencia y fidelidad a Noemí.
Mujeres de Dios, hay un país, con innumerables problemas sociales y espirituales,
que necesita tu trabajo con urgencia, para que muchas almas, con la predicación
del evangelio, conozcan al Señor Jesucristo y reciban, por gracia, mediante la fe,
la salvación y la vida eterna.
Apreciadas y valiosas siervas de Dios, recuerden que a través del evangelio de
Jesucristo, hombres y mujeres conocerán la verdad y la verdad los hará libres,
como dice el Señor en Juan 8:32.

La mujer en la visión de Dios


En el Plan perfecto de Dios la mujer ocupa un lugar irreemplazable y muy bien definido:
 ES IMAGEN DE DIOS
 La Palabra de Dios nos dice en Gn 1,27 que tanto el varón como la mujer han
sido creados a imagen de Dios. El valor y la dignidad de la mujer radican en esta
realidad de ser imagen de Dios.
 La mujer (lo mismo que el varón) es “persona”, como Dios es Persona y es
personal. Esto significa que el ser humano es el único ser en la creación con la
capacidad de vivir en amistad con Dios, de entrar en diálogo íntimo y profundo
con Él.
 Por eso tú, mujer, no eres un objeto ni puedes ser tratada como tal. Tienes la
misma dignidad que el varón, ya que fuiste creada de la misma sustancia que él
(cf. Gn 2,22).
 De Dios provienen tus cualidades y virtudes. En ti Dios ha manifestado su
rostro materno, y como mujer estás llamada a mostrar la cara femenina del
Dios que te ha creado.
 La ternura, la compasión, la delicadeza, la capacidad creadora y todos los rasgos
propios del carácter femenino, reflejan esos mismos rasgos del Corazón de
nuestro Dios.
En ti, mujer, Dios ha manifestado su rostro materno
El libro del Génesis nos relata en sus primeros capítulos como Dios fue creando el cielo
y la tierra, y todo lo que hay en ellos.
Finalmente, como cumbre de toda esa hermosa obra de sus manos, crea al hombre. Sin
embargo leemos en el capítulo 2 que solamente con el varón la creación no estaba
completa. Por eso Dios decide crear a la mujer, para que el hombre no estuviera solo.
Entonces podríamos decir que la mujer fue creada por Dios como corona de toda la
creación. ¡Cuánto honor y dignidad! ¡Cuánto amor!
La creación estaría incompleta sin la mujer, estaría incompleta sin ti… Al mundo sin ti
le faltaría la belleza, la delicadeza, la gracia… Le faltaría todo lo que el alma femenina
está llamada a aportar.
¡Mujer, tú eres importante y necesaria para el mundo!
HA SIDO CREADA PARA VIVIR EN COMUNIÓN
Como ya hemos dicho, los seres humanos somos los únicos seres en la creación con la
capacidad de vivir en amistad con Dios, de entrar en diálogo íntimo y profundo con Él.
Y también está grabado en lo más íntimo de nuestro ser el anhelo y la capacidad de
comunión con otros seres humanos.
Precisamente en Gn 2,18-25 vemos que esta es la vocación más profunda de la mujer:
“Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda
adecuada.» (…) De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la
llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne
de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.» Por eso deja el
hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne…”
La mujer fue creada para la comunión, para el diálogo, para el compartir. No había un
ser con quien el varón pudiera compartir de igual a igual. Por eso Dios creó a la mujer.
Fuimos hechas para vivir en comunión, no para ser seres solitarias.
ES AYUDA ADECUADA
En el texto citado anteriormente lo hemos leído: la mujer ha sido hecha para ser
“ayuda adecuada”. Y no solo del hombre, sino de la creación entera, del mismo Dios.
Este rasgo de la mujer es poco valorado. En el mundo se considera que el que es ayuda
es “de segunda”, no vale, no sirve.
Sin embargo en el Plan de Dios ser ayuda es imprescindible y altamente digno. En el
Reino de los Cielos la persona que más ayuda es la más valiosa.

Tenemos el ejemplo y el modelo de la Virgen María, que fue una valiosa ayuda para el
mismo Dios. Sin Ella no se habría dado el plan de salvación.

Como podemos ver, siempre y en todas partes hacen falta las cualidades, la presencia y
la ayuda
HA SIDO CREADA PARA DAR VIDA
Tú, mujer, has sido llamada a dar vida. Todo en ti está diseñado para engendrar y
albergar la vida. De manera especial Dios ha hecho de tu vientre un santuario de vida.
Esta capacidad creadora se extiende a todo lo que te rodea. La habilidad para criar y
educar a los hijos, para llevar adelante un hogar… La fuerza de tantas mujeres solas
que sacan adelante a sus familias… La valentía de las que hacen florecer la vida en
medio de tantos signos de muerte…
Con ello manifestan la presencia del Dios de la vida.
Tú, mujer, has sido llamada a dar vida. Todo en ti está diseñado para engendrar y albergar la vida...
 En los Evangelios vemos que Jesús tuvo muchas seguidoras mujeres. Por supuesto, el
máximo modelo lo tenemos en María, Nuestra Madre.
Pero Lucas nos habla también de mujeres seguidoras de Cristo con una gran actividad
apostólica, necesarias en la obra, con funciones claras y precisas (cf. Lc 8,1-3).
Nombra por ejemplo a María Magdalena; a Juana, la mujer de Cusa; a Susana; a Marta y María,
hermanas de Lázaro; a María, madre de Santiago…
Otras muchas lo siguieron a lo largo de la historia de la Iglesia, santas de todos los tiempos, que
con su vida y sus obras colaboraron con la extensión del Reino.
Hoy en día en muchos lugares el Reino también se extiende por el trabajo desinteresado de
muchas mujeres que aman a Jesús, que lo siguen y que ponen sus fuerzas, su amor y sus bienes
a su servicio.

Hoy en día en muchos lugares el Reino se extiende por el


trabajo desinteresado de las mujeres...CLIC PARA TUITEAR
TEOLOGIA
El ministerio de la mujer según la Biblia
El artículo nace de una consulta hecha en este espacio, a lo cual dejo la siguiente
respuesta.
Es difícil reconocer el ministerio de la mujer. Porque ciertamente hay mujeres de
Dios, que ejercen un liderazgo mucho más fuerte que el esposo, o bien solamente
ellas tienen ese liderazgo. En la actualidad tenemos mujeres de Dios que enseñan
de una manera clara y con poder la palabra de Dios.
La cita a la cual se hace referencia sobre la consulta es : 1 Timoteo 2:11 – 12: La
mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. No permito a la mujer enseñar, ni
ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio,
Ahora bien quiero llevarlos un poco más allá. Veamos el papel de la mujer en el
Antiguo testamento. En todo el Antiguo Testamento se muestra una activa
participación de la mujer. La reproducción de la población se definía como la tarea
prioritaria de la mujer. La mujer Israelita tenía otra función importante; realizaba
trabajos domésticos, cuidaba de su familia, atendía trabajos del campo y animales
domésticos, preparaba alimentos y trabajaba con lana e hilo para sus tejidos.
Confeccionaba ropa y de utensilios para uso doméstico. Proverbios 31:10–31 le
llama virtuosa, y hace la pregunta ¿Quién la hallara?
Pero dentro de sus muchas tareas, otro papel importante que jugaba era el de
maestra y orientadora de sus hijos (Proverbios 1.8) Ella se encargaba de
conservar y enseñar la fe en Jehová y trasmitir las creencias y costumbres a las
nuevas generaciones. Veamos la posición de la mujer en el Antiguo Testamento.
Ester: Del linaje de Benjamín, fue reina del Imperio Persa. Ester fue elegida para
ser esposa del Rey Asuero. El Antiguo Testamento contiene este hermoso Libro
llamado Ester.
Devora: Fue Profetisa y Juez de Israel. Ella figura entre los jueces de Israel. Fue
Devora quien dio el mensaje de Dios a Barac. Barac organizo el ejército de Israel
para pelear contra Sísara capitán del ejército cananeo.
Rut: Conocida como la Moabita. También figura un libro que lleva su nombre en el
Antiguo Testamento. Cuando Noemí vuelve sola a su tierra, despide a sus nueras,
la Biblia nos relata que Rut le insistío en acompañarle. Sus palabras: «Tu pueblo
será mi pueblo, y tu Dios mi Dios», confirmaron la decisión de Rut de seguir a
Noemí. Rut forma parte de la genealogía de Jesús.
La sumisión de las mujeres en la sociedad israelita: La ley no les otorgaba
derechos como personas civiles. Al morir el padre de familia las propiedades
quedaban para los hijos varones (Números 27:1–11) El derecho al divorcio se
otorga solo al hombre (Deuteronomio 24:1)
Con estas limitaciones se anularon las posibilidades para que la mujer, optara por
un cargo público y tener voz en las decisiones y asuntos sacerdotales y de
gobierno del pueblo de Israel.
La mujer en el Nuevo Testamento
Jesús vino a honrar y restaurar a la mujer como tal. Fueron las mujeres las que
acompañaron, apoyaron y sirvieron en el ministerio de Jesús. Ellas permanecieron
fieles hasta su crucifixión y muerte, las primeras que vieron la tumba vacía, las
primeras en recibir el aviso de la resurrección de Cristo y las primeras en ver al
Cristo Resucitado, también fueron ellas las primeras en dar aviso a los discípulos
de la resurrección del Señor.
En el periodo de persecución de la iglesia primitiva Pablo encarcelaba y mataba a
los cristianos, dentro de ellos iban muchas mujeres, que murieron fieles a Dios
(Hechos 8:3) Fueron muchas las mujeres que colaboraron con Pablo en su
apostolado. Y fueron ellas las que contribuyeron grandemente en la expansión del
evangelio en la iglesia primitiva.
En el cuadro de los héroes de la Fe: aparecen 2 mujeres, ¿Por qué el Espíritu
Santo permitió dejarlas como ejemplo? Hebreos 11 menciona a:
Sara, verso 11 (recibió fuerza para concebir)
Rahab, verso 31 (por su fe no pereció con los desobedientes)
Las mujeres, verso 35 (recibieron a sus muertos resucitados)
El Nuevo Testamento nos habla de mujeres que ministraban en la era de la
Iglesia. Tabita (Dorcas) es llamada discípulo y tenía un ministerio de ayudar
(Hechos 9:36). Felipe tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban (Hechos
21:8,9). En Romanos 16, Pablo saludó a muchas personas en el ministerio, y un
número grande de ellas eran mujeres. Febe, líder en la iglesia de Cencrea, fue
altamente recomendada por Pablo a la iglesia de Roma (Romanos 16:1,2).
Ahora bien con respecto a lo que dice Pablo en 1ª. Timoteo 2:11-15: “no permito
a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en
silencio”. Por las citas vistas con anterioridad, es evidente que Pablo reconocía el
ministerio de la mujer. Sin embargo había ciertos problemas que eran muy obvios
respecto a las mujeres de Éfeso. Tenían la costumbre de ponerse ropa indecente
y adornos ostentosos (1 Timoteo 2:9). Pablo escribió: las viudas más jóvenes
“aprenden a ser ociosas… y no solamente ociosas, sino también chismosas y
entremetidas, hablando lo que no debieran” (1 Timoteo 5:13). En su segunda carta
a Timoteo, Pablo le advertía contra las personas, que manipulaban a las “mujeres
débiles” “que se dejan llevar de toda clase de pasiones” 2 Timoteo 3:6. Si leemos
el pasaje entero de 1 Timoteo 2:9-15 es muy probable que Pablo estaba
aconsejando a Timoteo, a cómo tratar con las enseñanzas y prácticas erróneas
que involucraban a las mujeres de la iglesia en Éfeso. Era evidente que tal
situación, ya estaba saliéndose del control y por eso le escribe a Timoteo, al
respecto: “no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el
hombre”. Pero sabemos por otros pasajes, de las mismas cartas de Pablo, que
tal exclusión no era normal en el ministerio de Pablo.
Los pasajes que insinúan que la mayoría de los líderes eran varones no deben ser
interpretados para significar que las mujeres no pueden ser líderes. Lo que si se
debe de notar y tomarse muy en cuenta es que; Pablo exhorta a la mujer a
mantener una actitud de sujeción y obediencia a su autoridad conyugal y
ministerial. 1ª corintios 11:3 y 14:34; Efesios 5:22; Colosenses 3:18; 1a Timoteo
2.:11,12; Tito 2:5; 1ª Pedro 3:1. No debe sobre pasar el límite de autoridad, porque
ella está bajo autoridad de su esposo o de un pastor y aunque tenga un ministerio
muy grande debe aprender en humildad, como todo siervo o ministro fiel y sabio.
Articulo III
Se reconocen a los ministros por medio de credenciales extendidas bajo las
siguientes condiciones:
F. EL MINISTERIO DE LA MUJER
El concilio general de Asambleas de Dios en Guatemala reconoce el ministerio de
la mujer, y otorga credenciales a las que cumplan con los siguientes requisitos:
1.- La mujer que muestre un llamamiento al ministerio del evangelio y que cumpla
con los requisitos establecidos en los incisos A, B y C del presente artículo.
2.- Las mujeres que hayan sido acreditadas con licencia de ministro predicador
podrá optar a ministro licenciado y puede desempeñar cualquier cargo a
excepción de: solemnizar matrimonios, bautizar y los cargos de presbiterio
general.
3.- Para recibir la licencia ministerial de ministro licenciado, la mujer debe tener no
menos de 25 años de edad.
Por último, quiero que expresen sus comentarios al respecto y que la respuesta
sea clara y en tiempo
Saludos y bendiciones
MUJER DE DIOS, CUMPLE TU MISION
Rut 1:16 “Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a
dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será
mi pueblo, y tu Dios mi Dios.”
Cuando llegan los años y vemos que no se cumplen los sueños, metas y
objetivos que nos trazamos en la vida, nos faltan las fuerzas físicas, anímicas y aun
espirituales; pues se nubla nuestra visión, influyen nuestras emociones pues todo
parece ser imposible, sientes no poder más, parece que todo acabó, no tengo una
misión que cumplir en la vida y ¿cómo continuar cuando ya no me tienen en cuenta?
Así le sucedió a Noemí, una mujer cuyo nombre significa dulzura, amable y
placentera, pero que un día por la pérdida de su esposo e hijos su misión se
desmoronó y su vida tomó un nuevo rumbo. Ella no quiso que la llamaran Nohemí
sino Mara: Desgraciada, afligida y amargada.
Pero ella había influenciado en la vida de dos jovencitas, Orfa y Rut con quienes
empezó el camino de regreso a su pueblo. En el transcurso del camino Noemí ahora
no la misma, sino ahora una mujer triste, influyó negativamente desanimando a las
jóvenes para que no siguieran a su lado, Orfa la amaba pues Nohemí en su dulzura
las había ganado para su pueblo pero su estado actual de dolor influyó en Orfa para
que esta se alejara y volviera a su pueblo y a sus dioses, y de Orfa no se supo más.
Querida anciana nuestra actitud de tristeza influenciará negativamente a las
generaciones que cuando nos vieron jóvenes sirviendo con gozo a Dios fuimos su
punto de referencia. Nos vieron predicando, enseñando, colaborando, ayunando con
alegría y ahora nos ven tristes y alejadas; de tal manera que podemos causar en esta
juventud efectos negativos, no solo por falta de consejo a tiempo, sino por falta de
inspirar ánimo, tal vez den el paso atrás y se vayan tras los dioses de este mundo.
Pero la joven Rut que había sido influenciada por Nohemí y a pesar del gran dolor
que la embargaba le dice unas palabras que han trascendido a generaciones “No me
ruegues que te deje” y Noemí ve que ella está tan decidida que no le dice más nada.
Rut no solo amaba a Noemí, esta moabita amaba al Dios que le habían presentado,
conocía de las promesas de nuestro Dios y decidió cuidar de su suegra
obedeciéndola en todo lo que ella dijera; este equipo de trabajo entre una anciana y
una joven termino dándole la victoria a las dos, al parecer el futuro de Noemí y Rut
era incierto pero esta anciana tomo fuerzas y ánimo y logró que su nuera tuviera una
nueva oportunidad. Su visión fue recuperada y también sus fuerzas, a través de
acompañar a Rut en su proceso. Dios tenía un propósito con esta joven pero Noemí
estaba incluida pues recuperó su alegría y dulzura.
Quizás tú anciana querida has vivido circunstancias que han hecho que tu vida tome
otros rumbos, quizás tu confianza y alegría se han visto nubladas pero como “a los
que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien” a pesar de tanto dolor y
sufrimiento, has experimentado la misericordia del Señor sacándote de ese hoyo de
amargura y desesperación y en medio de todo tus experiencias han influenciado, han
transmitido una esperanza a otros y las alegrías de ellos hoy día son tu gozo.
Noemí y Rut no se dieron cuenta de lo que hicieron a las futuras generaciones, sin
saberlo entraron en la línea genealógica del Salvador influenciando así su
descendencia. Noemí no imaginó el alcance de su entrega, amor y enseñanzas. Dios
quito su tristeza y dolor a través de Rut, lo imposible se hizo realidad el futuro negro
y oscuro ahora se convirtió en bendición y abundancia.
No sé cuál sea tu circunstancia apreciada anciana, no conozco tu vida ni tus
experiencias, pero te quiero animar para que recuerdes a través de la vida de Noemí
que todavía tu labor no ha terminado, hay mucho por hacer, en Tito 2:3 Dios te ha
puesto una misión un lugar muy especial “Maestra del bien”. Sigue adelante,
esfuérzate, lo que siembres después será para ti la bendición. Noemí sembró en Rut
formando una mujer virtuosa y ella fue su bordón, recobró la visión, el ánimo, la
fuerza, y la alegría.
Así que Mujer de Dios, cumple tu misión y escucha la voz de esta generación que te
dice: “No me ruegues que te deje” pues no desean quedar en el olvido sino que
juntamente contigo desean gozar de la eternidad.
MUJER MODELO
En el pensamiento terrenal, una mujer modelo es quien tiene las medidas de talla y
peso ideales según el canon de belleza. Estos estándares han hecho que la mente y el
corazón, sobre todo de la mujer joven, se desenfoque y se esclavice rindiendo culto
al cuerpo y a la belleza física, para sentirse aceptada, admirada y elogiada.
Pero claramente la Palabra de Dios dice “Engañosa es la gracia, y vana la
hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” Proverbios 31.30
Es que Dios sabe que cuando nuestro corazón está sano espiritualmente, hay
hermosura en nuestra vida y rostro. “Porque Jehová tiene contentamiento en su
pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación.” Salmos 149.4
La presencia de Dios nos hace verdaderamente admirables e interesantes, con
hermosura no ficticia sino real. Mujeres tan bellas en Dios que despierten aprecio,
respeto y simpatía en su entorno; dignas de imitar.
Esto no significa descuidar la presentación personal, pero sí nos enseña que el temor
a Dios y la santidad, el llevar una vida que honre a Dios, nos hace diferentes al
montón.
¡Amada joven, en Dios somos verdaderamente hermosas!
Veamos tres mujeres modelos en la Biblia:
 Ana por su constancia
 Ester por su valentía
 María por su pureza
Cualidades que las hicieron hermosas, victoriosas, modelos para las que hoy
seguimos al Señor Jesucristo.
“Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas.” Proverbios 31.29
Mujeres ejemplares, siervas del Señor, que han marcado una profunda huella en el desarrollo
de la iglesia en Colombia especialmente en el campo del trabajo femenil.
Muchos conceptos existen para definir qué es una mujer, pero el más importante de ellos es
el de su Creador, quien definió la mujer como ayuda idónea, dotada de características
especiales que la hacen única y capacitada para toda buena obra. Desde el mismo momento
que Él hizo a la mujer, se empezó a escribir una historia que aún no termina; es por eso que
Dios mismo le ha dado participación a la mujer en todos los tiempos y en los eventos y
escenarios más trascendentales de la historia de la humanidad, cómo es el de usar el vientre
de una mujer para manifestarse en carne, y llevar a cabo su plan salvador.
Aunque el enemigo ha querido degradar su imagen, el valor y el concepto de lo que es una
mujer, podemos hoy decir, que es Dios mismo el que se ha encargado de dignificarla y la ha
usado grandemente para que muchas generaciones conozcan al Único, Sabio, y Verdadero
Dios, capaz de transformar el corazón nuestros hijos y el de los hijos de nuestros hijos y hoy
después de 80 años podamos ver familias completas redimidas por la sangre de Jesucristo y
una iglesia grande, florecida y bendecida porque Él es quien la ha sostenido.
Hoy podemos decir que Dios le ha abierto paso a la mujer y le ha permitido levantar la
bandera de victoria haciéndola trascender en medio de los tiempos, tiempos donde se
ha experimentado la violencia, la escasez, la persecución, el desenfreno de maldad.
Quizás, no aparezcan registros de los nombres de muchas otras mujeres valientes ni de todo
ese esfuerzo que realizaron a favor de la causa del Señor, pero como dicen las escrituras,
“Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado
hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”
Así hoy, las mujeres conocemos la responsabilidad ante Dios, la iglesia y el mundo
y estamos plenamente conscientes de quién es el que nos ha dignificado y por lo tanto, en
agradecimiento a nuestro Creador, seguiremos sirviendo con diligencia al Señor Jesús, a su
amada Iglesia, llenas de gracia, unción y la sabiduría que proviene de Dios, PORQUE
TODAS NOSOTRAS HACEMOS PARTE DE ÉSTA HISTORIA.
Dios les bendiga,

MUJERES CON LA ARMADURA DE DIOS


ESCRITO 18 MAY, 2017 BY ADMINISTRADOR ENVIDA CRISTIANA 16683 7 2

Efesios 6:10 – 18 La Palabra de Dios dice claramente que no podemos permanecer


ignorantes en cuanto a las artimañas de Satanás. A pesar de eso, muchos lo están,
permitiéndole continuamente al enemigo que destruya sus hogares, los despoje de
sus posesiones y arruine su salud, mientras ellos se preguntan impotentes cuál fue su
error. Esto ocurre porque muchos no saben que han recibido autoridad sobre los
ataques del enemigo.
Hemos de asumir el hecho de que tenemos que prepararnos y estar listos para
enfrentar los muchos desafíos demoníacos que se nos presentan constantemente.
Si usted asume la tarea de resistir a satanás sin colocarse toda la armadura de
Dios, estará vencido desde antes de comenzar. Esto es lo que ha venido ocurriendo
con muchos cristianos que emprenden la batalla contra las fuerzas de las tinieblas
sin la protección de su armadura espiritual. No es muy cómodo llevar la armadura
puesta, pero es indispensable si desea ser efectivo.
“Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al
enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie,
firmes. Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la
justicia de Dios. Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a
fin de estar completamente preparados. Además de todo eso, levanten el escudo de
la fe para detener las flechas encendidas del diablo. Pónganse la salvación como
casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios. Oren en el
Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes
en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes” (Efesios 6:13–18, NTV).
El cinturón de la verdad
“Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad” (v. 14, NTV). En los
tiempos de Pablo, los soldados romanos llevaban puesta una faja de cuero alrededor
de la cintura que les protegía el lomo y les permitía llevar armas, como la espada.
Los policías modernos también llevan pistolas o esposas en sus cinturones. El
cinturón mantiene las armas en un lugar cercano al cuerpo. El cinturón puede ser
asociado a la integridad, la honestidad y la verdad. Proclamar la verdad es proclamar
la Palabra de Dios. Cuando usted declara y confiesa la Palabra, se está poniendo el
cinturón de la verdad.
La coraza de justicia
Colocarnos la coraza de justicia es muy importante, ya que Satanás busca siempre
atacar el corazón y la mente de los individuos. La justicia de Cristo en usted
derrotará a Satanás vez tras vez. Este es uno de los atributos divinos que nos fue
otorgado con la salvación. Su indignidad es cambiada por justicia. La coraza le da
confianza y seguridad a cada mujer en el proceso de santificación.
El calzado de la paz
“Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar
completamente preparados” (v. 15, NTV). La paz de Dios nos provee de un piso
sólido. Muchos cristianos carecen de paz, y piensan que eso forma parte de la cruz
que deben cargar en la vida. Nadie es inmune a las pruebas y las tribulaciones; pero
la buena cristiana aún en estos estados de la vida tendrá paz.
Tener paz mental en medio de los problemas es una de las mayores armas en la
guerra espiritual. Es la actitud que usted debe tener. Dios ha prometido que jamás
nos abandonará. Cristo Jesús es nuestra paz.
El escudo de la fe
“Levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo” (v. 14,
NTV). Su fe es el escudo protector de los intensos dardos y asaltos del enemigo. El
escudo de la fe es la omnipresencia soberana de Dios en nuestra vida. Dios ha
prometido: “Yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande” (Génesis
15:1). Dios requiere que tengamos una comunión diaria con Él y que dependamos de
Él. Al igual que el alimento, Dios debe convertirse en nuestro sustento diario.
Levantemos el escudo de la fe cada día, y confesemos y declaremos victoria en el
nombre de Jesús.
El casco de la salvación
“Pónganse la salvación como casco” (Efesios. 6:17, NTV). El casco sirve para
proteger la cabeza. En este versículo, el propósito del casco como parte de la
armadura es proteger su mente de las mentiras del diablo. Estamos en una guerra
espiritual. Dios sabe que sin una protección constante de nuestros pensamientos
podríamos terminar cediendo terreno a nuestro adversario. La mente que está
controlada por el Espíritu de Dios produce vida y paz (Romanos 8:6–7).
Mantengamos lejos de nuestra mente los pensamientos del diablo. Esto se logra
mediante el estudio y meditación en la Palabra de Dios. ¡Este elemento de la
armadura, el casco de la salvación, también es Dios en nosotros!
La espada del Espíritu
“Y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios” (Efesios 6:17, NTV).
Tomar la Palabra de Dios es tomar el alimento espiritual. Sin ella estaríamos
anémicos, débiles, y sin fuerzas para levantar la espada del Espíritu y enfrentar al
invasor. Sin espada no hay poder. Cuanto más reciba de la Palabra, más confianza y
fuego tendrán sus huesos. La Palabra viva es un arma ofensiva. En el momento en
que usted y yo elevamos la espada del Espíritu y pronuncia un texto de las
Escrituras ante una situación adversa, el enemigo tiene que sacar sus manos de
donde las tiene metidas. Esta convicción requiere de valor, fe y de práctica.
Háblele a su montaña. Declárele la Palabra a su enfermedad. Use cada día su espada,
pero asegúrese de tener puestas todas las demás partes de la armadura. Su ser
espiritual debe tener todo en orden y listo para la batalla. Es más fácil de lo que a
usted le parece. Lo único que se necesita es la voluntad de entregarse completamente
a Dios.
Vivir por fe y creer en Dios debe convertirse en nuestro estilo de vida. Solo así usted
y yo disfrutaremos de paz y obtendremos la victoria en la vida en el nombre de
Jesús.
La Palabra de Dios sana y restaura a medida que va penetrando, eliminando todas
las impurezas ocasionadas por las experiencias pasadas y las falsas doctrinas.
Sin el Espíritu Santo, la espada no será efectiva. Debemos ser controlados por el
Espíritu para ser efectivos en la batalla. Cuando usamos correctamente la espada del
Espíritu, que es la Palabra de Dios, lo único que le queda a satanás es retirarse.
Orar en el Espíritu
“Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean
persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes” (v. 18, NTV).
La oración es lo que mantiene a la armadura en su lugar. Si no oramos y nos
comunicamos con Dios terminaremos solitarios, separados de Dios y de su amor.
Mientras mantengamos una relación con Dios, en conexión con el Espíritu Santo,
vestidos con la armadura de Dios y comprometidos a llevar una vida de oración,
seremos invencibles ante la vista del enemigo.
La perseverancia en la oración nos ayudará a obtener la victoria sobre los deseos
carnales. Sin oraciones fervientes y constantes, no seremos capaces de ganar las
batallas. Las oraciones de una mujer o de un hombre justo son poderosas y efectivas
(Santiago 5:16). La oración poderosa hará que Dios cumpla su Palabra en nuestra
vida.
Toda nuestra vida será en victoria si nos vestimos de la armadura de Dios y lo
colocamos a él en primer lugar. Dios nos ayude a vestirnos de él cada día.

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