Sunteți pe pagina 1din 8

HISTORIA DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ

ALFONSO QUIROZ

En sus más de seiscientas páginas, el autor responde preguntas cruciales y hace


una novedosa historia de la corrupción en el Perú. Tiene siete capítulos que
presentan cada uno una época, un grupo de poderosos y notables que hacen y
deshacen, un personaje reformador que intenta cambiar el curso de la historia y
se frustra (una especie de héroe relativo, porque en muchos casos se beneficia
del desorden y la escasa reglamentación; trata de hacer valer el principio de la
ley, pero termina vapuleado, agotado o fuera de juego), una trama de actores,
normas y violaciones que van sentando las bases del Estado y de la corrupción
al mismo tiempo, y una síntesis que recoge la manera en que la corrupción se
va afianzando en ese periodo.

Los reformadores en el tiempo son Jorge Juan y Antonio de Ulloa a fines de la


Colonia, Domingo Elías en la temprana República, Francisco García Calderón
para la época del guano y la guerra con Chile, Manuel González Prada en la
modernización de la posguerra, Jorge Basadre para los treinta años posteriores
al oncenio de Leguía, Héctor Vargas Haya para los treinta años siguientes y en
los noventa menciona a Mario Vargas Llosa, junto con otros personajes que se
rebelan contra la corrupción y recuperan la democracia.

Algunas apreciaciones sobre el contenido.


Quiroz define la corrupción como el mal uso del poder político burocrático por
parte de camarillas de funcionarios coludidos con mezquinos intereses privados
para obtener ventajas económicas o políticas contrarias a las metas del
desarrollo social mediante la malversación o el desvío de recursos públicos y la
distorsión de las políticas e instituciones. Es decir, corrupción es el abuso de los
recursos públicos para beneficiar a unas cuantas personas o grupos, involucra
explícitamente el poder y la política, al sector público y al privado y su efecto en
políticas, instituciones y en el progreso del país. De esta manera, supera las
posiciones de historiadores que se han resistido a hacer una historia de la
corrupción por relativismos culturalistas y antropológicos (no en todas las
sociedades es lo mismo) o por reservas de criterio temporal (no siempre esto
que hoy es corrupción ha sido tal). O de quienes han considerado que por
momentos la corrupción o las redes de clientela han sido hasta cierto punto
necesarias, al haber permitido la constitución de grupos de poder en las nuevas
repúblicas.

A lo largo de la historia que cuenta Alfonso Quiroz se puede ver con claridad
cómo, en lugar de irse construyendo un Estado republicano con leyes y marcos
normativos adecuados, con funcionarios que hacen cumplir la ley y con
ciudadanos que van aprendiendo a sentirse parte de una sociedad incluyente
que los considera, a diferencia de esto, se va perfilando y consolidando un
Estado sin derecho, en el que las leyes están dadas para no ser cumplidas, y
donde las formas patrimoniales del poder se van remodelando y recreando en
cada periodo de la historia. La corrupción atenta persistentemente contra el
desarrollo nacional y se pierden importantes oportunidades para lograrlo.

Coincidencias en el ejercicio del poder de varios presidentes.


Esta es una breve lista que sintetiza las coincidencias en el ejercicio del poder
de varios presidentes de la república en la historia del país en los últimos dos
siglos según Quiroz:

 Alianzas políticas en el Congreso para perpetuarse en el poder.


 Copamiento de instituciones públicas.
 Manipulación de las reglas electorales.
 Espionaje y represión.
 Psicosociales y concientización por un «gobierno fuerte».
 Políticas de amnistía.
 Malversación de fondos de defensa y otros ministerios.
 Fiscalización nula de las administraciones anteriores.
 Favores de empresas extranjeras que financian campañas políticas.
 Licitaciones fraudulentas.
 Relaciones con narcotraficantes y contrabandistas de armas.

Alfonso W. Quiroz demuestra que Leguía no solo concentró casi todas las
prácticas de corrupción conocidas hasta ese momento, sino que al mismo
tiempo se convirtió en una suerte de modelo a seguir por varios presidentes del
siglo XX.
Por ejemplo, Manuel Prado Ugarteche gobernó en periodos marcados por el
derroche de recursos, favorecimiento ilegal a empresas extranjeras y
denuncias de narcotráfico (su director del ministerio de Gobierno recibía
sobornos de mafias de cocaína), Manuel Odría fue sindicado por
enriquecimiento ilícito, por financiar una policía secreta y por otorgar contratos
de obras públicas a cambio de favores políticos (incluso un asistente suyo fue
descubierto en el negocio de armas), Fernando Belaúnde fue aparentemente
permisivo (dado su interés en conservar el apoyo de las fuerzas armadas) con
casos de contrabando dentro de la Marina de Guerra, y Velasco Alvarado
permitió abusos y corrupción durante la implementación de la reforma agraria
y el manejo de empresas estatales como Petroperú y Pescaperú. Sobre esta
última el historiador dice: “Sus fondos se gastaron en viajes en jet privados,
equipos de fútbol y diversos lujos. Sus déficits fueron virtualmente ignorados
puesto que se sabía que el Estado los cubriría generando nuevas deudas”

La década de 1990 fue la que pareció ofrecer el mejor ambiente para que se
desarrollaran negocios turbios entre funcionarios del gobierno de turno y
compañías e inversionistas privados. El contexto de privatización de la
economía fue el escenario perfecto para malas prácticas entre una y otra
esfera.

En la investigación se recopila, por ejemplo, la irresponsable ayuda financiera


que se realizó con dinero del Estado para salvar de la quiebra a dos importantes
bancos, o el permiso que obtuvo una corporación chilena para operar de forma
industrial en una zona de Lima ecológicamente sensible a raíz de las reuniones
de sus dueños con el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, entre otros
casos con bancos y transnacionales mineras hoy en actividad en el Perú. A
eso se suman los casi treinta decretos inconstitucionales que un exministro de
economía firmara para beneficiar a grupos económicos cercanos al régimen
fujimorista.

Ese mismo funcionario que, en el año 2000, firmaría un decreto secreto con el
cual se compensaba con quince millones de dólares a Vladimiro Montesinos
por servicios prestados al país.
ANALISIS POR CAPITULO

1.- EL FRACASO DE LAS REFORMAS COLONIALES


(1750-1820)

Desvelando abusos, Plata y contrabando, Los círculos de patronazgo


virreinales, Decreciente celo reformista, Ciclos de corrupción colonial.

El primero de los ciclos estudiados por Quiroz abarca el periodo colonial tardío,
marcado por los malos manejos de los funcionarios reales a favor de sus
propios intereses, especialmente los relacionados con la administración de las
rentas reales provenientes de la actividad minera.

El estudio de Quiroz es implacable con los libertadores y caudillos


independentistas. Documenta sus malas prácticas para financiarse y financiar
al ejército, y nos informa sobre la manera como se imponen sobre los liberales
de la época.

2.- CIMIENTOS SOCAVADOS DE LA TEMPRANA REPÚBLICA


(1821 – 1859)

Saqueo patriota, turbios préstamos externos, círculos de patronazgo


caudillesco, el azote del régimen guanero.

En este ciclo, se constata que después de la independencia de la república


recién fundada, esta heredó las prácticas propias del sistema colonial,
caracterizadas por el patrimonialismo, en el cual los militares cumplieron un
papel preponderante.

Nuestros héroes libertadores (San Martín y Bolívar, y ni qué decir de Gamarra)


se apropian de manera abusiva y prepotente de fortunas a costa de
expropiaciones, de recompensas jugosas que se hacen otorgar y de tributos en
nombre de la independencia y de su sacrificio. Son los responsables del grave
endeudamiento fiscal llevado a situaciones penosas de miseria.

La herencia nefasta de Gamarra, específicamente, sienta las bases de la


República y de los problemas burocráticos y financieros del Estado. Se hace
elegir repetidamente y construye su clientela de apoyo incondicional con
empresarios privados, a los que compra con jugosos adelantos para sus
negocios, haciéndolos acreedores privilegiados del Estado y leales a él, y
aplasta a La Mar en sus intentos reformadores.
3.- EL SINUOSO CAMINO DEL DESASTRE
(1860 – 1883)

Negocios guaneros monopólicos, El infame Contrato Dreyfus, Avalancha de


obras públicas, Hacia la bancarrota Ignominia de la guerra, Pérdidas
exacerbadas.

Un nuevo ciclo de corrupción sería iniciado por la explosión del auge guanero,
que se materializaba en una engañosa prosperidad urbana, en donde los
costos de la corrupción llegaron a 108 millones de soles en 1870, como
producto del manejo malintencionado de la deuda pública, los contratos de
obras y de la concesión guanera.

El historiador también demuestra que las sospechas cotidianas de obras


públicas infladas y sobrevaluadas no son temas de nuestra época en este
capítulo dedicado a los corruptos arreglos financieros de las élites del país,
refiere cómo ciertos discursos de políticas de inversión parecen repetirse
entre décadas, sobre todo en los hipos temporales de bonanza económica.
Así, apenas unos cuantos años antes de la guerra con Chile, «se desató un
frenesí en la contratación de obras públicas para la construcción de
ferrocarriles, proyectos de irrigación, puentes, embarcaderos, muelles, edificios
públicos y mejoras urbanas sin un cálculo sólido de su rentabilidad y factibilidad.
Sin embargo, estas obras públicas se anunciaron a la ciudadanía como la varita
mágica que llevaría a la riqueza y el desarrollo» Eso ocurría ya entre 1868 y
1879.

Los empresarios. Son protagonistas de jugosas historias de corrupción. Son


esquilmados por los militares caudillos durante las guerras de la
independencia, pero luego se desquitan y entienden el juego del poder. Un
momento entre muchos son los vales de manumisión que Castilla les paga a
los poseedores de esclavos cuando la esclavitud es abolida. Castilla termina
siendo un tímido reformador y promotor de un proceso de indemnización
cargado de favoritismo pagado puntualmente entre 1860 y 1861. No salen las
sumas cuando se trata de verificar cuántos esclavos había y cuantos se
indemnizaron.
4.- LA MODERNIZACIÓN Y SUS SECUACES

Se alquilan militares, el legado del Califa Leguía y los civilistas, Escándalos del
Oncenio de Leguía, Sanciones ineptas

Entre 1884 y 1930 se presentaría un nuevo ciclo de corrupción, iniciado con la


recuperación de la posguerra del Pacífico, marcada por la implementación de
medidas para el freno de la corrupción, las cuales serían totalmente
abandonadas y malogradas por las prácticas corruptas fortalecidas durante el
oncenio de Augusto B. Leguía.

5.- DICTADORES VENALES Y PACTOS SECRETOS


(1931 – 1962)

Un coronel populista frente al APRA, Restauración con Benavides, Política de


guerra sin principios, Transición en la cuerda floja, La recompensa del general
Odría, perdonar y olvidar.

La reconstrucción del orden institucional, después del oncenio de Leguía,


llevaría a constantes choques políticos que sirvieron de cortina de distracción
para los tratos ilegales en las compras de armas y en el manejo de la deuda
externa.

A veces la búsqueda de pactos políticos trascendió las fronteras: Como cuando


en 1936, de acuerdo con el investigador, los apristas intentaron convencer al
presidente boliviano de aquel entonces para que les ayudase a derrocar a
Óscar R. Benavides. En caso de triunfo, los complotados antiimperialistas
prometían que nuestro país «no se opondría a que Chile cediera a Bolivia una
salida al mar a través de territorios que habían sido peruanos».

Y así, en ese contexto histórico de política oportunista y clientelista y supuestos


líderes patriarcales en cada página del detallado estudio, salta la pregunta
sobre si acaso la falta de escrúpulos y la corrupción no son excesos del poder
sino más bien algunos de sus fundamentos.
6.- ASALTOS A LA DEMOCRACIA
(1962- 1990)

Las promesas rotas de Belaunde, el escándalo del contrabando, revolución


militar, negligencia benigna, Los medios de Alan García.

Entre 1963 y 1989 la corrupción de nuevo reinó. Un ejemplo de ellos se


encuentra en los militares y su clásico modelo de gobierno, a través de decretos
ejecutivos en donde la ineficiencia y la corrupción llevaron a constantes déficits,
de nuevo financiados con sospechosos contratos de deuda externa,
costumbres que no fueron ajenas al gobierno populista de Alan García, que
dejaría al país sumido en una fuerte crisis económica.
7.- CONSPIRACIONES CORRUPTAS
(1990 – 2000)

Remozando la corrupción, Dictadura cívico – militar. Redes de corrupción,


participación del Sector Privado. Corruptelas militares, colusión con el
narcotráfico, caída cinemática.

El último ciclo analizado por Quiroz no podía ser otro que el registrado entre
1990 y 2000, comandado por el binomio nefasto Fujimori-Montesinos, quienes,
a través de la cooptación de todas las ramas del poder público, tras el autogolpe
de 1992, gozaron de plenas libertades para hacerse con los fondos públicos en
beneficio propio.
CONCLUSION

A lo largo de la historia que cuenta Alfonso Quiroz se puede ver con claridad
cómo, en lugar de irse construyendo un Estado republicano con leyes y marcos
normativos adecuados, con funcionarios que hacen cumplir la ley y con
ciudadanos que van aprendiendo a sentirse parte de una sociedad incluyente
que los considera, a diferencia de esto, se va perfilando y consolidando un
Estado sin derecho, en el que las leyes están dadas para no ser cumplidas, y
donde las formas patrimoniales del poder se van remodelando y recreando en
cada periodo de la historia. La corrupción atenta persistentemente contra el
desarrollo nacional y se pierden importantes oportunidades para lograrlo.

La corrupción es: «El mal uso del poder político y burocrático coludido con
intereses privados».

Alfonso W. Quiroz

S-ar putea să vă placă și