porque Él me ha ungido” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano ORACIÓN COLECTA DEL DOMINGO III, T.O.- C
“Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a llevar una
vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto”. «Tus palabras, Señor, son espíritu y vida» Salmo (18) Sinagoga de Nazaret, donde se ubica el Evangelio de hoy San Lucas 1, 1-4; 4, 14-21
“Muchos han emprendido la tarea de componer un
relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribir para ti, ilustre Teófilo, un relato ordenado a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido. El evangelista Lucas nos explica los criterios que lo guiaron al escribir su Evangelio. Quiere que quien lo lea se dé cuenta de la solidez de las enseñanzas contenidas. Los Evangelios son libros históricos, en el sentido de que guardan lo sustancial del mensaje de Jesús. Padre Raniero Cantalamessa En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la región. Enseñaba en las sinagogas, y todos alababan. Galilea
Jesús enseñaba. Todos lo alababan.
Jesús es digno de toda confianza. En el Señor podemos confiar. Aunque humanamente hayamos sufrido muchas decepciones, el Señor nunca nos defraudará. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso de pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito ... Jesús acudía al templo, a los servicios religiosos. Hoy, a veces los templos están vacíos. ¿Es que Jesús estaba desocupado, sin nada mejor que hacer? ¡Cuántas veces nosotros dejamos de asistir porque «estamos ocupados»! ¿Más ocupados que el Hijo de Dios que vino a Salvar al mundo? El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Nosotros también hemos sido ungidos, en el Bautismo, en la Confirmación, y con la gracia de Dios que se nos da cuando invocamos al Espíritu Santo.
Pero nosotros no alegramos, no liberamos, no ayudamos a ver.
Aunque el momento sea oportuno, tenemos vergüenza de anunciar a Dios, de hablar de su misericordia, de animar a otros a buscar el Bien que sólo está en Dios . Para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor’. Y, enrollando el libro, lo devolvió al que lo ayudaba y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Es verdad que anunciar a Dios hará que -como sucedió Pero si nos con Jesús- otros fijen avergonzamos sus ojos en nosotros. de Él, también Él se Y generalmente avergonzará de no será para nosotros. cf. Mc agradecernos , 8,38 sino para criticarnos o menospreciarnos. Y se puso a decirles: ‘Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír ” Palabra del Señor. La presencia de Jesús en medio de su pueblo era el cumplimiento de la promesa del Padre, que a la salida del paraíso nos ofreció un Salvador. Y la Palabra de Dios no tiene fecha de vencimiento. Se cumplió entonces, se cumple hoy y se cumplirá mañana y siempre. Señor Jesús, Tú eres el Ungido. Viniste para sanar, liberar y salvar. Lo creemos y lo agradecemos. Y no queremos defraudarte.
«Sean misericordiosos, como también su
Padre es misericordioso» Lc 6, 36 Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano