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aprendizaje
a través
del discurso
Procesos, competencias y aplicaciones
Comprensión y
aprendizaje a
través del discurso
Procesos, competencias y
aplicaciones
Sección
Diseño Editorial
Laboratorio de Evaluación y Educación Digital
UNAM, FES-Iztacala
Tel. (+52) - (55) -56231333 ext. # 39707
Editor General
Arturo Silva Rodríguez
Corrección de Estilo
Esther López González
Composición y Maquetación
Oscar Giovanni Balderas Trejo
La edición en formato electrónico fue realizada en la Editorial LEED del Laboratorio de Evaluación y Educación
Digital
Hecho en México
Sección
Prólogo 8
Emilio Sánchez-Miguel
Universidad de Salamanca (España)
Capítulo 1
El desarrollo de la competencia lectora 11
Silvia Miramontes-Zapata
Juan Martín Sánchez-Bautista
Sandra Ramos-Basurto
Universidad Autónoma de Zacatecas
Introducción, 11
1. ¿Qué significa leer?, 12
2. Reconocimiento de palabras, 14
2.1. Definición, 14
Tabla de contenido
Capítulo 2
La capacidad de comprensión. Procesos, dificultades y ayudas 26
Héctor García-Rodicio
Universidad de Cantabria (España)
Introducción, 26
1. ¿Qué es comprender?, 26
1.1. ¿Qué queda en nuestra mente tras la lectura de un texto? Representaciones, 26
Capítulo 3
Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para
beneficiarse de ellas: la competencia retórica 38
Andrea Bustos-Ibarra
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile)
Introducción, 38
1. La complejidad de lo escrito: Distancia, permanencia y ausencia de expresividad, 38
2. Los recursos para ayudar al lector y la competencia para beneficiarse de ellos, 39
2.1. ¿Qué entendemos por Competencia Retórica?: La capacidad de seguir el manual de
instrucciones textual en distintos niveles de procesamiento, 40
2.2. ¿Por qué se podría afirmar que la competencia retórica es necesaria para interpretar textos?
Sección Estudios empíricos, 41
3. La naturaleza de la competencia retórica. ¿Es lo mismo oral y escrito?, 43
3.1. La configuración de lo escrito, 44
Tabla de contenido
Capítulo 4
Inferencias emocionales en los procesos de comprensión del discurso 53
María Teresa Dávalos1
José A. León2
1
Universidad Autónoma de Zacatecas
2
Universidad Autónoma de Madrid
Introducción, 53
1. Las emociones como elementos de la comprensión lectora, 54
1.1Modelos mentales emocionales, 54
Capítulo 5
Una herramienta para motivar: la mediación cálida 65
Raquel De Sixte-Herrera
Universidad de Salamanca (España)
Introducción, 66
1. Procesos que se movilizan desde el punto de vista cálido: ‘3 momentos x 3
variables’, 67
1.2 Procesos que se movilizan desde el punto de vista cálido: ‘3 momentos x 3 variables’, 70
2. Mediación Cálida: ‘3 momentos x 3 variables’, 74
3. Una herramienta para motivar. Algunas recomendaciones generales, 76
Sección 5. Conclusiones., 80
Referencias, 81
Anexo I: Registro de ayudas cálidas., 83
7
Tabla de contenido
Capítulo 6
La importancia de la planificación de la lectura dentro del aula:
una cuestión tanto cognitiva como motivacional 84
Verónica Azofeifa-Espinosa
Raquel De Sixte-Herrera
Universidad de Salamanca (España)
Introducción, 84
1. ¿Qué sabemos sobre la planificación?, 85
1.1. ¿De dónde viene el concepto de la planificación?, 85
2.2. Detectar conocimientos previos (correctos e incorrectos) con respecto al texto y justificar
porqué se hace la lectura, 89
4. Conclusiones, 98
Referencias, 100
Capítulo 7
La lectura digital y la comprensión hipertextual, multimedia
e hipermedia: Dificultades y ayudas 103
Santiago Roger-Acuña
Universidad de San Luis Potosí (México)
Sección Introducción, 103
1. Los nuevos materiales digitales: multimedia, hipertexto e hipermedia.
Aplicaciones, 103
2. Restricciones y requerimientos de la lectura digital, 105
3. Ayudas para promover la comprensión de documentos digitales, 107
3.1. Ayudas para el procesamiento no lineal, 108
Tabla de contenido
Capítulo 8
Comprensión lectora y producción escrita. Escribir para aprender 120
Belén Izquierdo-Magaldi
Universidad de Cantabria (España)
Introducción, 120
1. Competencia escritora, más allá de la alfabetización tradicional, 121
1.1 Evaluación de la comprensión lectora y la expresión escrita, 121
2.2.1 Sentido y significado: Bases para conciencia y generalización del conocimiento lingüístico
3.2 Reflexiones, 128
4. Referencias, 129
Sección
Prólogo
Emilio Sánchez-Miguel
Universidad de Salamanca (España)
L
a lectura en su sentido más general, Este conjunto de conocimientos ha de ser
esto es, incluyendo en ella no sólo los útil para una tarea que cuanto más la cono-
procesos que nos permiten reconocer cemos más compleja y retadora nos parece:
las palabras escritas sino aquellos otros de conseguir alfabetizar plenamente a toda la
los que depende que lleguemos a compren- población dotando a todos de unos recursos
der, e incluso, a aprender de lo que leemos; que sólo algunos venían consiguiendo has-
ha sido uno de los dominios de conoci- ta hace unas décadas, sin olvidar esas otras
miento que más ha progresado en las cien- competencias que el uso de las nuevas tec-
cias humanas en los últimos treinta años. nologías está propiciando incesantemente.
La razón es simple: hemos podido contar Un reto semejante no puede dejar de
con buenas técnicas para obtener datos y lado a los profesores, un elemento clave para
una teoría estándar para interpretarlos. asentar y consolidar las innovaciones que se
Piénsese, por ejemplo, que podemos desprenden de nuestros conocimientos sobre
reunir evidencias inequívocas de nuestra la lectura y que conllevan, por definición,
actividad mental analizando el tiempo que formas de desarrollar la enseñanza más so-
empleamos al leer palabras y oraciones o fisticadas de lo que lo fueron en el pasado.
examinando los movimientos oculares y las De ahí que analizar la práctica educativa
imágenes de la actividad cortical que van sur- y desvelar sus regularidades sea una tarea
giendo mientras estamos en contacto con la igualmente relevante que ha de completar
página impresa, por no hablar de los procedi- nuestros conocimientos sobre los procesos
mientos más tradicionales que permiten valo- cognitivos, la adquisición y la intervención.
rar en qué medida los lectores han construido En este libro que me enorgullece prolo-
una representación coherente e integrada en gar se reúnen trabajos de un amplio número
sus conocimientos a partir de lo ya leído. de jóvenes autores, la mayor parte de ellos
Además, como se apunta más arriba, se formados en el programa de doctorado Com-
ha podido contar con una teoría ampliamente prensión del Texto y del Discurso que reunió
Sección aceptada para dar sentido a los datos, lo que ha como profesores a buena parte de los inves-
dado lugar a una genuina acumulación de cono- tigadores sobre la lectura de España y Euro-
cimientos sobre tres importantes cuestiones: pa: Jean-François Rouet, Wolfgang Schontz,
• los procesos implicados tanto en reconocer Manolo de Vega, Eduardo Vidal-Abarca, José
palabras (véase Max Coltheart) como en interpretar Otero, Fernando Cuetos, José Antonio León,
lo leído (Walter Kintsch y Teun A. Van Dyck), José Orrantia, Javier Rosales, Ricardo Gracía
• el modo como se produce la adqui- y yo mismo. El lector podrá consultar en estas
sición de las diversas competencias impli- páginas trabajos relacionados con las cuatro
cadas en una lectura eficiente (Peter Bryant, cuestiones identificadas más arriba, esto es:
Jane Oakhill o Kate Cain), lo que incluye el Sobre los procesos cognitivos y emocio-
estudio de las diferencias individuales, y nales implicados en leer y comprender tex-
• los procedimientos de intervención so- tos: véase el capítulo de Silvia Miramontes,
bre los lectores (Danielle McNamara) y sobre respecto a los más básicos; el de Héctor Gar-
los textos y otros materiales instruccionales como cía-Rodicio y el de María Teresa Dávalos y Jóse
hipertexto e hipermedias (Richard Mayer). Antonio León, sobre los más complejos.
10
Prólogo
Sobre la adquisición: aquí el lector en- Sobre la práctica educativa y, por tanto,
contrará información sobre algunos hitos de sobre lo que hacen los profesores: una cuestión
este proceso en el capítulo de Andrea Bustos, tratada en el capítulo de Azofeifa y De Sixte.
y de forma menos central pero igualmente re- El libro termina con el capítulo de Belén
levante en los de los profesores Miramontes y Izquierdo que conecta la lectura y la compren-
García-Rodicio, ya citados, en los que se in- sión con la escritura y la redacción, lo que per-
cluyen referencias específicas a los alumnos mite comprender la problemática que conlleva
que muestran un retraso significativo en el entender a los otros con la que encierra el poder
aprendizaje de la lectura y en el desarrollo de llegar uno mismo a ser entendido por ellos.
las competencias ligadas a la comprensión. Estamos pues ante un libro que propor-
Sobre cómo se puede ayudar a los ciona una visión completa de cuanto sabemos
alumnos, tanto desde el punto de vista cog- sobre la lectura que, a buen seguro, será de
nitivo como motivacional: cuestiones tra- utilidad a una nutrida audiencia: profesores
tadas respectivamente en los capítulos de en ejercicio, estudiantes que quieren llegar a
Acuña y De Sixte. En el primero de ellos, serlo y aquéllos que habrán de dedicar su ac-
se ofrece además una visión comprensi- tividad profesional a ayudar a unos y otros.
va del reto que suponen las nuevas formas Salamanca, Octubre de 2014.
de leer creadas por las nuevas tecnologías.
Sección
Primera parte
Procesos Cognitivos
Implicados en la Comprensión
Sección
Capítulo 1
El desarrollo de la competencia lectora
Silvia Miramontes-Zapata
Juan Martín Sánchez-Bautista
Sandra Ramos-Basurto
Universidad Autónoma de Zacatecas
M
otivos para leer sobran. Hoy en la compra que algunas personas suelen hacer
día nadie dudaría de la utilidad para surtir la despensa: no necesariamente
de la lectura y de la necesidad tienen que recordar todas las cosas que de-
de poseer esta habilidad para poder so- berán comprar sino que, si poseen una lista
brevivir en el mundo industrializado. de los víveres que deberán adquirir, pue-
Condemarín (2001) señala siete razones de tener un apoyo externo a su memoria.
por las cuales leer es fundamental. Primera, Por otra parte, la cuarta rázon moviliza
la lectura es el principal medio del lenguaje activamente la imaginación creadora del in-
en el sentido de que cuanto más se lea, ma- dividuo ya que permite la creación de imá-
yor será la apropiación y enriquecimiento genes mentales de diferente índole creadas
del lenguaje y estructuras lingüísticas, más a partir de la lectura. Por ejemplo, Kintsch
amplio será nuestro vocabulario, y que ello (1998) menciona que los buenos lectores
constituye la fuente de la cual fluye la pre- son capaces de “recrear la situación, la in-
sente y futura capacidad de expresión y com- formación a la que se refiere el texto” de
prensión del mundo. A este respecto Stahl tal suerte que se forma un Modelo de la si-
(2003) sostiene que existe una correlación en- tuación (esta idea se desarrollará más am-
tre las habilidades lectoras y el conocimien- pliamente en el capítulo 2 de esta obra).
to que los lectores tienen de las palabras. En la quinta razón se indica que la lec-
Siguiendo a esta misma autora, comos se- tura estimula la producción de textos de-
gunda rázon señala que la lectura es un factor bido a que la lectura y escritura se retroali-
determinante del éxito o del fracaso escolar mentan entre sí: leer estimula la necesidad
Sección ya que ésta, además de incrementar su acceso de crear textos. Por ejemplo, Strasser, La-
léxico, se convierte en la principal fuente de rraín, López y Lissi (2010) encuentran que
información académica y también permite el la lectura de cuentos ayuda a los niños a
desarrollo de otro tipo de habilidades cogniti- mejorar sus habilidades de escritura.
vas superiores que no pueden ser “enseñadas” En sexto lugar, los textos narrativos y poé-
directamente ya que permite la estimulación ticos activan y afinan emociones y la afectivi-
intelectual, y esto repercute en el aprendizaje dad en la medida que muestran conflictos y
en su totalidad. Menciona que “quien más lee, emociones humanas, lo que permite encon-
está más alerta y en mejores condiciones para trarse con los propios. Y, finalmente, la sép-
aprender” (p 9). Más aún, Cain y Oakhill (2006) tima razón es que la lectura determina pro-
en un estudio longitudinal encontraron que los cesos del pensamiento ya que al ampliar la
malos comprendedores están generalmente cantidad y el tipo de información a la cual se
en riesgo de obtener logros educativos pobres accede, permite tener ideas menos rígidas.
además de habilidades verbales o cognitivas
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Más aún, y al margen de Condema- Hoy en día, la lectura es una actividad con
rín, en la actualidad, con el uso extensivo la que cotidianamente muchos nos enfrentamos
de los medios de información visual y las todos los días. Pese a ello, no existe una única
nuevas tecnologías, la importancia de la pa- definición de lo que se entiende por lectura.
labra escrita se ha incrementado significa- En su concepción básica, la lectura pue-
tivamente. Leer y comprender lo escrito es de ser entendida como simple decodificación
una capacidad indispensable para desem- o mecánica lectora por lo que en este sentido
peñarse en cualquier ámbito de estudio o existe una diferencia entre leer (decodificar)
trabajo y debe ser promovida desde etapas y la interpretación de lo leído (comprender)
básicas de desarrollo en los estudiantes. (Rueda, 2002). Por otro lado, la mayoría de los
Resulta importante, por tanto, poder de- que investigan este tema, consideran que la
sarrollar programas de estudio y textos ade- lectura como decodificación sin comprensión
cuados que permitan una mejora de la com- es una actividad vacía, por lo que el verdade-
prensión lectora. Sin embargo, para ello, es ro leer es el producto de lo que de ella se ob-
necesario conocer el proceso psicológico tiene (Solé, 2001; Perfetti y Hant, 2001; Perfe-
que se sigue para conseguirlo. Esto es, es tti, 2007; Vallés y Vallés, 2006; entre otros).
necesario conocer la manera en que se pro- Más aún, González (2004) sugiere que
cesa la información que llega del material este término puede tener dos referentes: por
escrito hasta nuestra memoria a largo pla- un lado, como aprender a leer siendo su activi-
zo; es decir, describir el proceso que sigue dad más importante la decodificación; en otras
la comprensión de los textos y que permite palabras, transformar símbolos escritos de un
que consigamos adquirir nueva información texto en lenguaje, siendo ésta una condición
de ellos o reforzar la que ya tenemos. necesaria para acceder a sus significados, y
Este capítulo pretende describir breve- por otro, como sinónimo de aprendizaje a par-
mente el proceso por el cual las personas tir de textos; es decir, la comprensión implica
adquieren y desarrollan uno de los proce- la construcción de una representación mental
sos principales que le permite aprender de compleja y elaborada en forma jerárquica.
los textos: el reconocimiento de palabras. Por otra parte, al considerar la forma en
En primer lugar, se dará una definición que la comprensión lectora suele evaluarse en
de lo que significa leer. Una vez cubierto pruebas estandarizadas diversas (TALE; PRO-
este punto, en segundo lugar, se definirá el LEC-R, etc) podríamos estimar la existencia de
concepto de reconocimiento de palabras y dos acepciones acerca de la lectura: la primera
posteriormente se describirán algunos mo- de ellas vista como un producto (el recuerdo o
delos teóricos que explican la manera en la representación mental que nos queda tras la
que éste ocurre y, finalmente, se menciona- lectura), y la segunda, como un proceso (los pro-
rá cómo es que este aprendizaje ocurre. cesos y subprocesos que se activan al leer).
Una última acepción de lo que significa
1. ¿Qué significa leer? leer es considerarlo como un acto o una pro-
puesta de comunicación. Sin embargo, esta
Sección Mirando atrás, en la historia, alrededor del comunicación se realiza a distancia, lo que
implica que ésta (la comunicación) deba tener
siglo XVII, la enseñanza de la lectura con-
sistía en la decodificación de material sa- características especiales que la diferencian
cro, escrito generalmente en latín, lengua de una conversación cara a cara, como por
que sus lectores no entendían, por lo que, ejemplo, la falta de referentes contextuales
en muchos casos, no se le atribuía un senti- que suelen estar presentes en una conversa-
do a lo que se leía (para mayores referencias ción real, la carencia de apoyos por parte del
véase Solé, 2001). Hasta hace relativamente interlocutor que pudiera explicar o replantear
pocos años se consideraba que la compren- lo expuesto, etc (Sánchez, 1996, 1988).
sión lectora era consecuencia automática Para fines prácticos, en esta propuesta se
del proceso de decodificación y que ocurría adoptará la definición ofrecida por la Psicolo-
en forma natural (para más información veá- gía Cognitiva, la cual entiende la lectura y la
se González-Pienda, Nuñez, Alvarez y So- comprensión lectora como algo que va mucho
ler, 2002) aunque esto no siempre era así. más allá de la comprensión de palabras y fra-
ses aisladas; esto es, como la interrelación de
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lo que quizo decirnos un autor en determina- res cometidos al leer cada palabra. Además,
do texto cuando éste no es del todo claro). de la precisión y la rapidez, en ocasiones se
En síntesis, comprender un texto implica involucra, como recién se señaló, la extrac-
activar una serie de procesos de alto y bajo ni- ción del SIGNIFICADO de cada palabra.
vel, automáticos o controlados; así como el de- Este proceso por lo general ocurre en forma
sarrollo de una serie de competencias lingüísti- natural y sin tener control sobre él (como se
cas y metalingüísticas relacionadas entre sí. señaló, leemos palabras impresas aun sin
A continuación se analizará con más pensar siquiera en ello). Podemos hacer esto
detalle un proceso de bajo nivel que po- usando la información que por sí sola otor-
dría ser considerado como la base de la ga la palabra misma: elementos morfológi-
lectura: el reconocimiento de palabras. co, sintácticos, perceptivos visuales, etc.
Una defición más precisa de lo que signi-
2. Reconocimiento de palabras fica decodificar (o el reconocimiento de pala-
bras) sería que, a partir de una configuración
Uno de los procesos de bajo nivel que ha sido de estímulos visuales gráficos (letras agrupa-
ampliamente estudiado es el de reconoci- das en palabras), se es capaz de acceder a
miento de palabras. En este apartado se abor- una presentación fonológica (por ejemplo ver
dará una definición de lo que se entiende por el estímulo “casa” y descomponerlo en sus
reconocimiento de palabras y se describirán correspondientes sonidos [Kasa]), ortográfica
brevemente algunos modelos que explican (siguiendo con el mismo ejemplo, “casa” es
la forma en que este proceso se lleva a cabo. distinto a “caza”) y semática (“casa” y “caza”
Finalmente, se reseñará la manera en que se poseen distintos significados) de una palabra
adquiere y desarrolla dicha competencia. con la mayor precisión y velocidad posible. Es
decir, no solamente nos limitamos a transfor-
2.1. Definición mar signos lingüísticos arbitrarios en sonidos,
Al igual que en la definición de lectura, el re- sino que le otorgamos un significado y, además,
conocimiento de palabras puede sobresimpli- podemos ser capaces de diferenciarla en fun-
ficarse y asociarlo a la simple mecánica lec- ción de la forma en la que ésta está escrita.
tora (decodificación), esto es a la conversión Dicha transformación fonológica y se-
de símbolos grafémicos en el fonema que les mántica puede apoyarse en algunos indi-
representan; es decir, consiste en “la aplica- cadores que da el contexto dentro del cual
ción eficiente del principio alfabético, explo- se está decodificando la palabra escrita, ya
tando las regularidades entre las palabras y que rara vez leemos palabras fuera de tex-
sus representaciones alfabéticas” (Shankwei- tos u oraciones. El contexto permite la acti-
ler et al., 1999, citado en Muñoz Valenzuela, vación de las palabras ortográfica y semán-
2008). Esta habilidad permite no solamente el ticamente, en ocasiones aun antes de leer
poder descifrar sin problemas palabras cono- la palabra misma, lo que facilita su recupe-
cidas sino además reconocer otras nuevas. ración. Por ejemplo, si leemos la frase:
Aunque a simple vista esta habilidad Tengo sed. Deseo beber...
Sección parece sencilla, involucra también un de- Al leer esta frase, inmediatamente se acti-
varía en nuestra memoria una lista de posibles
terminado número de habilidades cogniti-
vas como la percepción de las letras, el co- bebidas, por ejemplo, agua, refresco; posible-
nocimiento de su composición fonológica, mente algunas marcas de refrescos, jugos, etc.
entre otros. Así mismo, es esta capacidad la Esta activación permitirá que la palabra que
que permite, en primera instancia, enrique- complete la oración pueda ser leída más rá-
cer el léxico interno, mismo que es consi- pido porque dicha palabra ya ha sido activa-
derado como un “diccionario interno”. da en nuestra memoria previamente. No obs-
En este sentido, existen dos componen- tante, esto sólo ocurre en los lectores menos
tes asociados a dicha mecánica lectora que hábiles. Los lectores que operan con un nivel
suelen considerarse al momento de evaluar adecuado de velocidad y presición, recono-
el nivel que se tiene en dicha competencia: cen las palabras mucho antes que el contex-
la velocidad con la que se leen las palabras to permita tal activación (Sánchez, 1996).
y la precisión de la lectura de las mismas, En resumen, podemos definir el reco-
traducida esta última en el número de erro- nocimiento de palabras como la descom-
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posición de los distintos grafemas (letras) Compara el léxico mental a una biblioteca or-
que conforman una palabra en su respec- ganizada por catálogos a los que denomina
tivo fonema (sonido), identificando sus ca- “ficheros de acceso”. Propone que existen tres
racterísticas ortográficas (la forma en que tipos de ficheros principales: léxico, fonológi-
se escriben) y otorgándole (la mayoría de co y semántico. Dichos ficheros se activan al
las veces) un significado. Dicha transforma- leer, escuchar o escribir las primeras entradas
ción algunas veces es apoyada por el con- de la palabra. No obstante, sólo se accede a
texto en el cual se lee la palabra impresa. una palabra concreta y en un momento de-
Existen diferentes modelos que han inten- terminado por uno de esos ficheros. Explica
tado explicar y detallar el proceso que se sigue que para poder tener acceso a la palabra se
al decodificar, escribir u oír una palabra. Cada debe de encontrar su ubicación exacta.
uno de estos modelos toma un punto de partida Considera que el léxico se encuentra
considerando alguno de los tres niveles men- en pilas o unidades de almacenamiento, en
cionados previamente. La mayoría de estos donde las palabras de mayor frecuencia se
modelos fueron desarrollados en los años se- encuentran en la parte superior, por lo que
tenta, no obstante, hoy en día siguen teniendo se accede a ellas con mayor rapidez. Este
vigencia aunque con algunas reestructuracio- modelo no admite los efectos del contex-
nes y modificaciones. Siguiendo la clasifica- to como efectos que ocurren al momento o
ción hecha por Rueda (2002), dichos modelos antes del acceso (por ejemplo, que una pa-
suelen clasificarse en tres grandes grupos. Por labra active la información previa que se tie-
un lado existen modelos lineales (también lla- ne sobre ella), sólo lo explica en términos
mados autónomos o de dos etapas), modelos de asociación. La figura 1 representa la ma-
en paralelo (por ejemplo el Modelo Logogen) nera en la que dicho modelo funciona.
y modelos interactivos (o de una etapa, por
ejemplo Modelo de las dos vías). La diferencia
entre ellos radica en el grado de comunicación
que existe entre los niveles del proceso.
A continuación, se describirá un ejem-
plo de cada uno de ellos: el modelo serial de
Foster, el Modelo Logogen y el Modelo de las
dos vías. Su analisis estará centrado principal-
Figura 1.
mente en el Modelo de la doble vía (o doble
Modelo de búsqueda serial de Foster (adaptado de
ruta) por ser el que más se acerca a la concep- Berko y Berstein, 1999)
ción del proceso en reconocimiento de pala-
bras que enmarca este trabajo. No obstante,
aunque no es el objetivo del presente capítulo Años más tarde, Forster (1989; citado en
ahondar en los distintos modelos existentes, Galve, 2007) revisó este modelo y propuso
sí se considera importante señalar que estos algunas modificaciones. Una extensión del
no son los únicos que explican el proceso, modelo es la posible inclusión de un compa-
Sección por ejemplo, se encunetra también el Mode-
lo conexionista de Plaut (Plaut, 2005; Plaut,
rador por cada entrada léxica, lo que llevaría
a desechar el mecanismo original de búsque-
McClelland, Seidenberg y Patterson, 1996). da ordenada en función de la frecuencia. Con
esto se elimina el problema que existía en el
2.2. Modelos Teóricos modelo original para determinar en cuál de
las agrupaciones se busca primero (Forster,
2.2.1. Modelo de búsqueda serial de 1989). Otra modificación fue la de incluir dis-
Foster tintos niveles de activación entre las entradas
El Modelo de búsqueda serial de Foster (1979, léxicas. No obstante, una de las críticas que
citado en Jiménez, 2004, y en Berko y Bers- se le hace a éste modelo es que sigue sien-
tein, 1999) se basa en la premisa de que el do un modelo serial y, si tomamos en cuenta
proceso de reconocimiento de palabras tie- el tiempo de lectura de las palabras, resulta
ne lugar a través de un examen secuencial complicado pensar que la búsqueda de pa-
de cada una de las entradas léxicas, es decir, labras fuera posible utilizando este mecanis-
ocurre en dos etapas que actúan en paralelo. mo, ya que el consumo de tiempo y recur-
17
sos cognitivos resultaría excesivo tomando de los elementos que componen la palabra.
en cuenta la explicación dada por éste. Tras el resultado de este análisis, simultánea-
mente se activarán todas las palabras que pre-
2.2.2. Modelo Logogen de Morton senta una semejanza ortográfica a la palabra
Uno de los modelos en paralelo más conoci- estímulo. Conforme la lectura avanza, se con-
do es el de Logogen (1969, citado en Rueda, tinuará activando o desactivando información
2002; Galve, 2007). En éste existen dos con- hasta que se satisfaga la mayor cantidad de
ceptos fundamentales: el lexicón y el logo- coincidencias posibles (contexto, sintaxis, or-
gen. El lexicón (utilizado por primera vez por tográfico, etc). Explica que aquellas palabras
Treisman en 1960) se refiere a una especie de con mayor frecuencia de uso tendrán una ac-
diccionario interno en el que se tiene almace- tivación más rápida que las de menor frecuen-
nado el conocimiento sobre las palabras. cia. La última versión del modelo y a partir
de los resultados de los estudios de primming,
señala la existencia de sistemas logogen dife-
rentes para cada tipo de entrada (visual tan-
to de palabra como de dibujo y auditiva).
La figura 2 explica cómo se da el pro-
cesamiento léxico a partir de los distintos
logogens de acuerdo al tipo de input del es-
tímulo, así como los distintos logogen de
salida, mismos que se activan a partir de un
código que es recogido por las unidades lo-
gogen de entrada que reúnen los datos gra-
Figura 2.
Modelo Logogen (adaptado de Rueda, 2002)
fémicos, pictóricos o fonológicos con los
obtenidos del contexto. “Con toda esta in-
formación se activan las correspondientes
Éste se forma a través de la exposición salidas que permiten alcanzar el sistema se-
a un estímulo partiendo de la idea de que mántico. Una vez obtenido el significado se
este último (el estímulo) deja una huella en activa el sistema logogen de salida que ge-
el lector que permite la conformación de un nera la respuesta” (Rueda, 2002, p. 12).
código lexical. El logogen, por otra parte, es La mayor aportación de este modelo es
un dispositivo (o patrón) de reconocimien- que, a diferencia del Modelo de búsqueda se-
to de palabras cuya función es la de recoger rial, toma en cuenta tanto el contexto como de
información de distinta índole (por ejemplo la frecuencia. No obstante, al igual que el mo-
acústica, visual, contextual, etc) acerca de delo anterior, no explica como es el proceso
la palabra o estímulo visual. Dicha informa- en la lectura de seudopalabras o palabras des-
ción está dividida en unidades y es recogida conocidas sino sólo de aquellas palabras fre-
con la finalidad de activar ítem léxicos (un cuentes y siempre y cuando sean regulares.
logogen por palabra) que permita reconocer Sin embargo, estas dificultades son
Sección la palabra. Dicha información posee niveles
básicos de activación y niveles óptimos.
contempladas por el Modelo de Col-
theart: el Modelo de las dos vías (o ru-
Cuanta más información semántica, sin- tas). Una vez visto de forma superficial
táctica, fonológica u ortográfica relacionada la aportación de los diferentes modelos,
con una palabra reciba el logogen mayor será se analizará el Modelo de doble ruta.
su activación y la palabra se reconocerá una
vez que ha alcanzado el umbral óptimo. Al 2.2.3. Modelo de la doble ruta
conjunto de todos los logogenes es conocido Según Coltheart (1978; citado en Cuetos,
como Sistema Logogen (véase figura 2). 1990; Viero y Gomez 2004; Rueda, 2002),
Un ejemplo que ilustra la manera cómo existen dos distintas rutas de acceso al con-
se comporta en el modelo de Logogen ante un tenido léxico: la ruta léxica (conocida tam-
estímulo escrito es descrito por Rueda (2002); bién como ruta visual o directa) y la ruta
señala que en primer lugar, al presentarse un indirecta o fonológica. Cada una de estas
estímulo visual escrito, por ejemplo, la pala- rutas de acceso permite al lector acceder de
bra casa, el lector hace un análisis grafémico
18
forma diferente al material escrito y por con- nológica (también conocida como indirecta o
siguiente, a diferente tipo de material. auditiva) es necesaria la mediación fonológica
La ruta directa o visual permite al lector para la recuperación semántica de la palabra
asociar automáticamente la forma ortográfica escrita. Es decir, para acceder al significado
de la palabra escrita con alguna de las repre- de una palabra, es preciso descomponerla
sentaciones almacenadas en una especie de mediante el mecanismo de conversión grafe-
almacén de palabras (léxico visual). Dicho al- ma-fonema, que es el proceso que se encar-
macén o léxico visual no posee significados, ga de asignar los sonidos correspondientes
sólo representaciones visuales de la palabra. a cada una de las letras que componen las
Posterior a ello y en forma automática, se ac- palabras. Una vez recuperada la pronuncia-
cede a un diccionario mental que, como se ción, se consulta con el léxico fonológico,
describió previamente, es conocido como le- donde se almacenan las palabras conocidas
xicón, en el cual se activa el significado de a través del lenguaje oral, para posteriormen-
la palabra leída. A su vez, podría activar la te, llegar a su significado (Cuetos, 1990).
pronunciación correspondiente, en el caso de Póngase como ejemplo el nombre de un
una lectura oral. De este modo, el lector re- pueblo del estado de Michoacán, México
conoce o analiza la palabra como una totali- PARANGARICUTIRO
dad, esto es, globalmente, sin descomponerla En la lectura de la palabra ante-
y sin que exista, por tanto, mediación fono- rior, aun los lectores mexicanos que co-
lógica. Por ejemplo, al leer palabras con una nozcan algunos nombres del citado esta-
alta frecuencia léxica, como la siguiente: do, posiblemente deberán descomponer
FEO la palabra para poder pronunciarla.
Un lector experto no se detendrá a Coelheart (1986, citado en Cuetos, 1990,
componerla /f e o/, sino que será capaz de y en Vieiro y Gómez, 2004), encontró que
reconocerlo con un sólo golpe de vista. esta vía tiene varios subprocesos, en los que
Lo mismo ocurre con aquellas pala- las unidades prolexicales y el conocimien-
bras escritas en otro idioma. Pongamos to de las reglas de conversión grafema-fo-
como ejemplo el nombre de una marca de nema juegan un papel muy importante.
refresco bastante conocida en México. 1. El análisis grafémico: consiste en deter-
SPRITE minar de qué grafemas está formada la palabra.
Un lector habituado a leer esta palabra, Para ello, es necesario identificar las letras y
no leerá /sprite/, sino /e s p r a i t/, sin detener- agruparlas en los grafemas correspondientes.
se a descomponer la palabra letra a letra. 2. La asignación de fonemas: consis-
Cabe señalar que habitualmente, un te en asignar un fonema a cada grafema, a
buen lector dispone de un amplio repertorio partir de la aplicación de las reglas de con-
de palabras que puede reconocer de mane- versión grafema-fonema de cada lengua.
ra visual. Esto es posible a partir de la expe- Una vez generados los fonemas, el en-
riencia con lo escrito: cuantas más veces se samblaje fonológico se encargará de agru-
encuentre con una palabra, más posibilidades parlos para producir la sonorización de la
Sección se tienen de formar una representación vi-
sual de ella y más rápidamente podrá recu-
palabra (representación fonológica de la pa-
labra). Hecho esto, se activará su significa-
perarla durante la lectura (Vieiro y Gómez, do o representación semántica. Se trata, por
2004). Sin embargo, según los trabajos de lo tanto, de una codificación analítica que
Stuart (1999), a un buen lector pueden bas- parte de los rasgos visuales a los fonemas,
tarle dos exposiciones para alcanzar una efi- y de estos a la representación semántica.
cacia de lectura del 90%, mientras que un Las dos vías son complementarias y
lector con dificultades puede necesitar hasta su efectividad depende de dos variables:
30 y, aun así, sólo llegaría al 75% de éxito. el tipo de estímulo y el lector. Por un lado,
No obstante, aun los mejores lectores po- del estímulo: la vía directa permite la com-
drían enfrentarse a palabras desconocidas por prensión de palabras muy usuales e irre-
ellos o inventadas (como las seudopalabras), gulares y la indirecta permite comprender
por lo cual la ruta léxica sería insuficiente. En las palabras poco usuales, con una grafía
este caso, el acceso ocurrirá por la segunda poco conocida, palabras nuevas o seudo-
ruta de acceso: la fonológica. Para la ruta fo-
19
una utilidad a las letras (“dicen algo”; es de- gía a las palabras conocidas, que compar-
cir, comunican un mensaje). Dependiendo ten parte de los patrones de las unidades.
del grado de contacto que tengan los niños
con lo escrito, es probable que no atraviesen 3.4. Desarrollo de dos indicadores
por esta etapa o competencia: los niños que del Reconocimiento de palabras: La
velocidad y la precisión
tienen mayor contacto con la lectura. En se-
gundo lugar, la conciencia fonológica y la Como se mencionó en líneas anteriores, ade-
identificación de las letras de cada palabra más de las habilidades descritas previamente,
permiten al sujeto percibir y manipular los el reconocimiento de palabras posee dos in-
sonidos de los grafemas de las palabras, por dicadores importantes con los cuales se suele
ejemplo reconociendo las rimas o descom- evaluar: velocidad y precisión en la lectura de
poniendo la palabra en sílabas o fonemas. palabras. Estos indicadores han sido analizados
Distintos autores, por ejemplo Eldre- previamente por un buen número de investiga-
dge (2005), señalan que la conciencia fo- ciones (veáse García y Cain, en evaluación).
nológica en particular es precursora de la Estas dos habilidades no llevan pautas de
comprensión escrita. Más aún, la conciencia desarrollo homogéneas, sino que cada una
fonológica es una habilidad recíproca a la se desenvuelve en rítmos diferentes. La figu-
lectura (vista como mecánica lectora o de- ra 9 muestra el ritmo de desarrollo que llevan
codificación), es decir, cada una contribuye estas dos habilidades durante la educación
a la otra. Así mismo, otra de las habilidades básica (1ero. de Primaria a 4to. de la ESO),
necesarias para leer es activar los conoci- basado en los resultados de pruebas estan-
mientos necesarios que permitan acceder a darizadas (PROLEC-R, PROLEC-SE). La figura
los significados.de las palabras impresas. correspondiente a la precisión con la que se
La práctica frecuente permite al niño leen las palabras y el tiempo que se tardan
el aumento en su vocabulario y el desarro- en leerlas en milisegundos durante la educa-
llo de estrategias sistemáticas de lectura, ción Primaria hasta 4to. de la Secundaria.
en un inicio, utilizando una ruta fonológica
(como se describió a través del modelo de
las dos vías) y, posteriormente, será capaz
de decodificar palabras más rápidamente y
con mayor precisión, pudiendo acceder a
la lectura de palabras desde el reconoci-
miento de su estructura ortográfica. Esta ca-
pacidad de reconocer las palabras a través
de su representación ortográfica permite la
automatización de una serie de palabras.
Por tanto, cuanto más se lee, dos proce-
sos se desarrollan: a) nuevas correspondencias
de grafema-fomema (especialmente en inglés Figura 9.
Evolución de la capacidad para reconocer las pa-
Sección que no es un idioma transparente) que inclu-
so en ocasiones se escapan a la instrucción y labras escritas con precisión y rapidez (Extraído de
por lo tanto se mejora en la decodificación de Sánchez, García y Rosales, 2010)
palabras nuevas (Tunmer y Nicholson, 2010)
y b) de acuerdo con Parrilla y Lai (2011), el Como puede observarse, con respecto
estar estos niños expuestos repetidamente a a la precisión, ésta es una competencia que
patrones de ortografía (que pueden ser com- se adquiere muy pronto, en el primer año
binaciones de letras, morfemas, sílabas y ri- de educación Primaria y los cambios poste-
mas o palabras enteras) que se repiten a tra- riores son mínimos. En cuanto a la velocidad
vés de diferentes palabras permite la posterior de lectura de las palabras, el patrón que se si-
consolidación y será capaz de reconocerlas gue es diferente; se puede observar una gran
como unidades (por ejemplo, Ehri, 1999; ganancia en velocidad en el paso de prime-
de Acciones, 1995), lo que permite a los ni- ro a segundo de Primaria, así como cambios
ños leer más rápido y utilizar otras estrategias, graduales a partir de primero de Primaria y,
tales como leer palabras nuevas por analo-
24
aunque en menor magnitud, siguen mante- plo el caso de los niños disléxicos, quienes,
niéndose constantes hasta 4to de la ESO. en la mayoría de los casos, el tipo de error
Esto es, los niños y jóvenes lectores van más común que cometen se refiere a la pre-
ganando velocidad a medida que crece su cisión en la lectura de palabras (aisladas y
interacción o exposición al material escrito, en contexto) por lo que al cometer errores
siendo el momento de mayor ganancia los pri- dentro de la lectura de palabras en contex-
mero años de Primaria, principalmente el paso to, la representación mental que se forma del
de primero a segundo, pero no se puede decir mismo se vuelve distorsionada y de difícil
lo mismo sobre la precisión; la mayor ganan- recuperación (Romero y Lavigne, 2005).
cia en esta tan valiosa habilidad se obtiene en La secuencia de desarrollo que hemos
los primeros años de contacto con los textos esbozado depende, obviamente, de una
impresos mientras los niños están aprendien- combinación de factores. Al respecto, algu-
do a leer y, dado que se alcanza enseguida un nos autores (por ejemplo Harlaar, Spinath,
nivel muy satisfactorio de precisión, posterior- Dale y Plomin, 2005; Olson, 2008) muestran
mente los cambios son casi imperceptibles. que la calidad del sistema de reconocimien-
Como ya se mencionó, algunos autores to de palabras depende de una combina-
han señalado (De Vega et al., 1990; Cuetos, ción de factores individuales tanto genéticos
1990; Stuart, Masterson, Dixon y Quinlan, como congnitivos, así como de la instrucción
1999) que los lectores expertos necesitan po- que reciben en la escuela (Taylor, Roehrig,
cas exposiciones a los textos para acceder a las Soden Hensler, Connor y Schatschneider,
palabras por la ruta léxica, es decir, la lectura 2010) o de su experiencia con el material
de dichas palabras se vuelven automáticas al escrito (Cunningham y Stanovich, 1998).
poco tiempo después de haberlas leído, por lo
que las ganancias en velocidad de lectura, si Conclusiones
sólo tuviéramos en cuenta cada palabra aisla-
da, son rápidos. Ahora bien, lo que lleva tiem- Recapitulando las ideas contenidas, en este
po es armar un repertorio amplio de palabras apartado se ha definido la decodificación lec-
que puedan ser leídas por ruta léxica. Por eso, tora (o el reconocimiento de palabras), igua-
el desarrollo representado por el cuadrante lándola a la mecánica lectora y se describió
de la derecha de la figura 9 es tan lento. como un proceso de bajo nivel que permite,
Esto representa una ventaja en el senti- cuando todo marcha correctamente, la ex-
do del ahorro de recursos cognitivos. Si to- tracción de significado de las palabras leídas.
mamos en cuenta las limitaciones en la ca- Así mismo, se describieron algunos modelos
pacidad de la memoria operativa (sólo puede que tradicionalmente han explicado en qué
procesar una limitada cantidad de informa- consiste dicho proceso y cuáles son los sub-
ción cada vez; Just y Carpenter, 1992) y que procesos involucrados durante el mismo.
los diferentes subprocesos de lectura tienen También se describieron superficialmen-
que competir por sus recursos durante el pro- te algunos modelos que explican el curso
ceso, el hecho de acceder a las palabras en evolutivo que lleva el proceso en reconoci-
Sección forma rápida libera recursos cognitivos.
Más aún, la precisión en la lectura per-
miento de palabras. Se señaó la existencia
de dos indicadores básicos del nivel de un
mite la posibilidad de crear una representa- lector en el reconocimiento de palabras: la
ción mental coherente (Jenkins, Fuchs, van precisión y la velocidad con la que se leen
den Broek, Espin y Deno, 2003; Perfetti, 2007; las palabras y se surigió que dichas habilida-
Perfetti y Hart, 2001). Basta citar como ejem- des llevan una línea evolutiva diferente.
25
Sección
Capítulo 2
La capacidad de comprensión. Procesos,
dificultades y ayudas
Héctor García-Rodicio
Universidad de Cantabria (España)
B
uena parte de las situaciones que afron- citos de los personajes sino que, además, se
tamos en nuestra vida requiere el uso atrevió a opinar sobre las intenciones del au-
de textos. Para comprar un billete de tor, el estilo con el que está escrita la novela
tren, para estar al día de la actualidad, para y sus relaciones con otras obras parecidas.
comunicarnos con un amigo que vive en el Lo que tenemos aquí es que cada lec-
extranjero, para decidir si es conveniente tor alcanzó resultados diferentes en fun-
usar determinado medicamento o para su- ción de lo que hizo durante la lectura y lo
perar un examen tenemos que manejar efi- que sabía antes de leer. Eso es justamente
cazmente textos. En otras palabras, para des- comprender. Más concretamente, compren-
envolvernos tanto en el ámbito educativo y der consiste en construir una representa-
profesional como en el personal hemos de ción mental del estado de cosas descrito en
leer y comprender textos. En consecuencia, el texto, para lo cual es necesario poner en
la comprensión es una capacidad crucial. marcha una serie de procesos, que a su vez
Por eso es de vital importancia promover- requieren determinados conocimientos. En
la desde la escuela y ayudar a quienes expe- la comprensión de un texto hay, implicados
rimentan dificultades en este terreno. Y para tres elementos fundamentales: representacio-
esto es requisito indispensable conocer en nes, procesos y conocimientos. En lo que si-
qué consiste la capacidad de comprensión, gue vamos a ir tratando cada uno de ellos.
que es a lo que dedicaremos estas páginas. A
lo largo de las próximas tres secciones vamos 1. ¿Qué es comprender?
a definir qué es comprender y qué les ocurre a
Sección quienes no comprenden. Gracias a eso podre-
1.1. ¿Qué queda en nuestra
mos proponer medidas destinadas a fomentar mente tras la lectura de un texto?
una mejor comprensión desde el aula, algo a Representaciones
lo que destinaremos una última sección.
Tras leer un texto queda una huella en nues-
Imaginemos que tres amigos leyeron una
tra mente, un producto de tal actividad. Ese
misma novela. Tras la lectura ocurre que cada
producto captura con mayor o menor pro-
quien extrajo distintas cosas del libro. Uno de
fundidad el estado de cosas plasmado en el
estos tres amigos, que no es lector habitual y
texto. En función del grado de profundidad
que simplemente fue leyendo algunas páginas
cabe distinguir niveles de representación
antes de dormir hasta completar el libro, retu-
mental, tal como hacen los investigadores de
vo la trama fundamental de la novela: el pro-
la comprensión del discurso (Graesser, Mills,
tagonista perseguía cierta meta y emprendió
& Zwaan, 1997). Esos niveles se correspon-
ciertas acciones para alcanzarla. Otro de los
den con las comprensiones de los tres per-
amigos, que hizo una lectura más detenida,
sonajes en nuestra situación imaginaria.
28
El primero de los niveles de represen- tratado en el texto, una simulación que pode-
tación, el más básico, se conoce como base mos poner en marcha a voluntad, manipulan-
del texto (Kintsch, 1998). Ésta recoge las ideas do sus parámetros y observando qué ocurre.
fundamentales del texto y algunas conexiones En el ejemplo [1] un modelo de la situación
entre ellas. Cuando se trata de una novela, la recogería esas otras ideas auxiliares que antes
base del texto se corresponde con la trama mencionamos (e.g., “el calor del núcleo hace
principal: qué meta quiere alcanzar el pro- que el magma sea menos denso”, “el magma
tagonista y qué hace para conseguirlo. Si se ascendente y descendente forma una corrien-
trata de un texto expositivo (es decir, uno que te continua”, “el magma desplaza la corteza”)
explica un fenómeno del mundo físico o so- dando lugar a una representación más rica.
cial), la base del texto incluye las ideas y rela- Hay un nivel de representación men-
ciones tratadas explícitamente por aquél. Por tal más sofisticado aún: el modelo de fuente
ejemplo, ante un texto expositivo sobre lo que (Rouet, 2006). Alcanzar este nivel supone ha-
sucede en el interior de la Tierra como éste: ber construido un modelo de la situación refe-
[1] “El magma de la parte inferior del rida en el texto y, además, haber reparado en
manto se encuentra cerca del núcleo, el elementos que van más allá de tal situación,
cual presenta unas temperaturas muy ele- como aspectos sobre el autor o el estilo del
vadas. El núcleo calienta el magma cercano texto. En una narración el modelo de fuente
a él y, como consecuencia, este magma as- se refiere a aspectos como la habilidad del au-
ciende a la superficie. El magma de la su- tor para conmover a los lectores o la precisión
perficie se encuentra lejos del núcleo ca- con la que describe el marco en el que se de-
liente y, por tanto, se enfría y desciende.” sarrolla la historia. En un texto expositivo el
Una base del texto podría ser algo así: modelo de fuente incluye aspectos como en
“el magma inferior asciende mientras que el qué medida el autor es experto en la materia
magma superior desciende debido al calor que el texto trata o si su criterio es fiable.
del núcleo”. Esto es, la base del texto inclui- Lo interesante es que alcanzar uno u otro
ría tres ideas y un par de conexiones. Sin em- nivel permite resolver tareas específicas. La
bargo, esta representación no contendría in- base del texto es la que invocamos para hacer
formación auxiliar que también cabe inferir. un resumen del texto o para responder a pre-
Así, no incluiría que “si el magma asciende guntas literales (e.g., “¿Por qué el magma as-
es porque el calor del núcleo lo vuelve me- ciende a la superficie?”). El modelo de la situa-
nos denso”, que “ese magma ascendente y ción es necesario cuando se trata de resolver
descendente forma una corriente continua” problemas (e.g., “Imagina que la temperatura
o que “esa corriente termina desplazando del núcleo se reduce sensiblemente, ¿qué con-
la corteza terrestre que flota encima”. Es- secuencias tendría?”). Por eso cabe referirse
tas ideas aparecerían si se hubiese alcanza- también a estos dos niveles como comprensión
do el segundo nivel de representación. superficial y profunda, respectivamente.
Este segundo nivel recibe el nombre de El modelo de fuente es el que hace po-
modelo de la situación (Kintsch, 1998). Éste sible valorar un texto, señalando sus puntos
Sección incluye las ideas y relaciones fundamenta-
les y, además, otras que el lector ha inferido
fuertes y limitaciones (e.g., “¿Crees que el
texto está bien escrito?”). Por eso este nivel
y que sirven para enriquecer la represen- puede denominarse comprensión crítica.
tación. En una novela comprender a nivel Para poder sustentar esta distinción en-
de modelo de la situación supone recrear tre tipos de representaciones mentales que
mentalmente los distintos aspectos del mun- acabamos de trazar son necesarias dos tipos
do o escenario descrito en el texto, aunque de evidencias. En primer lugar, es preciso de-
no hayan sido tratados explícitamente. mostrar que los lectores en efecto construyen
Con ello se consigue dar vida a los per- tales representaciones tras la lectura de un
sonajes del texto, reconociendo sus motivos, texto, o sea, que las representaciones existen
creencias y conocimientos para anticipar y en- y no son meros artefactos teóricos. Segundo,
tender sus reacciones, y a los objetos y lugares, es necesario probar que los niveles están en
teniendo presente sus propiedades. Si el texto efecto ordenados jerárquicamente, esto es,
es expositivo, el modelo de la situación con- que hay quienes alcanzan uno pero no el si-
siste en una simulación mental del fenómeno guiente, al menos bajo ciertas condiciones.
29
Un estudio bien conocido permite soste- les (e.g., “según los documentos que he es-
ner que la base del texto y el modelo de la tudiado”) mientras que otros lo hacían con
situación existen y además son jerárquicos. referencias específicas (e.g., “de acuerdo con
Perrig y Kintsch (1985) pidieron a un grupo el Tratado USA-Colombia de 1846”). Dentro
de estudiantes universitarios que leyesen un de las específicas, además, algunos citaban
texto sobre la configuración espacial de una preferentemente fuentes primarias mientras
ciudad para resolver después unas tareas. Esas que otros recurrían a las secundarias. Esto
tareas consistían en verificar si ciertas afirma- significa que algunos participantes fueron
ciones eran ciertas (e.g., “Pasado el puente sensibles a las características particulares de
a la derecha hay una escuela”) y dibujar un los documentos, es decir, a su grado de re-
mapa de la ciudad. La primera exigía haber levancia o fiabilidad. Estos participantes, por
confeccionado una base del texto, puesto tanto, construyeron un modelo de fuente.
que las afirmaciones eran consistentes con el De estos resultados se desprende una
contenido explícito del texto; la segunda re- idea más sobre las representaciones mentales:
clamaba un modelo de la situación, puesto cuanto más alto es el nivel de representación,
que uno tiene que derivar ciertas relaciones más difícil es alcanzarlo. De hecho, sólo algu-
espaciales no explícitas para completar el nos de los participantes en los estudios fueron
mapa. La mayoría de los participantes resolvió capaces de construir un modelo de la situa-
con éxito la tarea de verificación pero fueron ción o un modelo de fuente. En el apartado
menos los que generaron mapas razonable- siguiente examinaremos los procesos nece-
mente buenos. Esto pone de manifiesto que es sarios para armar unas y otras representacio-
posible (a) construir tanto una base del texto nes, lo que nos permitirá entender por qué
como un modelo de la situación, lo que sig- no siempre se alcanza el máximo nivel.
nifica que son representaciones que existen
de verdad, y que cabe también (b) ser capaz 1.2. ¿Cómo construimos esas
de alcanzar el primer nivel pero no el segun- representaciones? Procesos
do, lo que significa que son jerárquicos. Para confeccionar las representaciones menta-
Otro estudio muy conocido también les que acabamos de describir hemos de eje-
pone en evidencia que los últimos dos niveles cutar ciertos procesos mentales. El primero es
de representación, modelo de la situación y reconocer palabras. De acuerdo con el mode-
modelo de fuente, existen y son jerárquicos. lo de doble ruta (Coltheart, 2005), para tal fin
Rouet, Britt, Mason y Perfetti (1996) reunieron empleamos dos procedimientos. Cuando las
una muestra de estudiantes universitarios y palabras nos resultan conocidas por escrito (o
les solicitaron consultar un set de documen- sea, las hemos leído en ocasiones anteriores),
tos sobre la Revolución de Panamá de 1903 accedemos directamente a su significado a par-
para elaborar un ensayo. El set contenía tex- tir del reconocimiento de sus rasgos ortográfi-
tos de diverso tipo, incluyendo desde fuentes cos (e.g., “casa” = edificio para habitar ).
primarias (e.g., un tratado, correspondencia Cuando las palabras son poco familiares,
militar) hasta extractos de libros de texto. no podemos reconocer sus rasgos ortográficos
y entonces hemos de activar el sonido corres-
Sección El análisis de los ensayos elaborados por
los participantes reveló dos tipos de resultados. pondiente a cada letra para recomponer el so-
Primero, los participantes fueron capaces de nido completo de la palabra (“caso” = /k/ /a/ /s/
visualizar o reproducir mentalmente los acon- /o/ = /kaso/). Ese sonido completo (o fonología)
tecimientos históricos, tal como indican sus lo reconocemos tal como haríamos en el len-
relatos, en los que se parafraseaba e integraba guaje oral y eso nos conduce al significado de
la información presentada en distintos docu- la palabra (/kaso/ = suceso notorio). Por tanto,
mentos y se atribuía intenciones a los actores según el modelo de doble ruta, hay una ruta
de la Revolución. Esto significa que los partici- directa (o visual) y otra indirecta (o fonológica)
pantes construyeron modelos de la situación, para reconocer y entender palabras escritas.
ya que esa información fue inferida. Segundo, Aunque el primero sea más eficien-
los participantes respaldaron las tesis de sus te (es una vía directa) que el segundo, am-
ensayos citando unos u otros documentos. bos procedimientos son automáticos en los
Concretamente, algunos ensayos avala- lectores maduros, lo que implica que son
ban sus argumentos con referencias genera-
30
muy rápidos y apenas reclaman recursos hambre”. Gracias a esas piezas de informa-
mentales (ver capítulo de Miramontes). ción añadidas o inferencias es posible vincu-
Una vez que hemos reconocido cada lar las dos primeras oraciones. Las inferencias
una de las palabras en una oración debemos que conectan ideas consecutivas se cono-
integrar sus significados individuales en una cen con el nombre de inferencias puente.
sola idea. A tal objeto aplicamos un proceso También realizamos inferencias para re-
de parsing o análisis sintáctico, que consiste ducir varias ideas a una sola, más general,
en asignar un rol a las palabras de la oración que incluye las otras. Por ejemplo, en:
para configurar una estructura que organiza [4] “Luis entró en un establecimiento. Encar-
sus significados individuales. En la oración: gó un bocadillo al camarero. Después de comer-
[2] “el magma empuja las placas tectónicas.” lo solicitó la cuenta. Se marchó satisfecho.”
Hay un conjunto de palabras, cada una Uno interpreta que “Luis comió en un res-
con su significado correspondiente (“fluido taurante”. Esa idea no figura en el texto pero
de rocas semisólidas”, “hacer fuerza contra recoge todo cuanto se ha dicho en él. Las in-
algo para moverlo” y “porciones en que se ferencias destinadas a generar ideas generales
divide la corteza terrestre”, respectivamente). del texto son conocidas como temáticas.
Para entender la idea o el significado conjun- Hay también inferencias que enriquecen
to que forman esas palabras es preciso asig- lo que dice el texto y sirven para dar vida al
nar un papel particular a cada una porque de escenario descrito en él: las inferencias elabo-
otro modo cabría combinar los significados rativas. En [4] ejemplos de inferencias elabo-
individuales de distintas formas, pudiendo ex- rativas son “al salir del restaurante Luis tenía
traer distintas ideas de una misma oración. menos dinero”, “Luis comió el bocadillo con
En [2], sin análisis sintáctico no po- las manos” o “Luis estaba hambriento antes
dríamos saber qué entidad (“¿El magma o de comer”. Con ellas, como decíamos, se
las placas?”) hace fuerza sobre qué entidad completa el cuadro esbozado por el texto.
para moverla (“¿El magma o las placas?”). El Un último tipo de inferencias tiene que
análisis sintáctico se realiza apelando a dis- ver con información que va más allá del es-
tintas claves (Gibson & Pearlmutter, 1998). tado de cosas descrito en el texto. Por ejem-
Por ejemplo, el orden de las palabras puede plo, cuando leemos sobre un hecho históri-
proporcionar información sobre su rol. En co, igual que hicieron los participantes del
castellano el objeto directo de “empujar” es estudio de Rouet et al. mencionado más
lo que va detrás del verbo (salvo que la ora- arriba, solemos considerar circunstancias
ción sea pasiva). Así, el sujeto de la oración del autor (e.g., participó en primera perso-
[2] es “el magma”, por figurar en primer lu- na en los acontecimientos) y del texto (e.g.,
gar, mientras que “las placas tectónicas” son fue escrito durante los acontecimientos) para
el objeto, por aparecer detrás del verbo. En inferir cuán fiable es el texto (e.g., es muy
“las placas tectónicas empujan el magma”, fiable). Podríamos llamar inferencias sobre
dadas las nuevas posiciones ocupadas por la fuente a este tipo de razonamientos.
los términos, los papeles se invertirían. Los procesos que hemos visto hasta aquí,
Sección Al acceder al significado de las pala-
bras y ordenar esos significados individuales
i.e., reconocer palabras, formar ideas y conec-
tarlas a través de inferencias, pueden llevarse a
de acuerdo con su rol sintáctico logramos cabo de dos formas. Una posibilidad es poner-
construir ideas. Hecho eso, es necesario es- los en marcha de manera automática. Esto sig-
tablecer relaciones entre las ideas. Para ello nifica que, bajo ciertas condiciones, los proce-
llevamos a cabo inferencias de varios ti- sos tienen lugar sin que nos lo propongamos,
pos (Graesser, Singer, & Trabasso, 1994), sin que seamos conscientes de ello y sin que
esto es, agregamos piezas de información invirtamos esfuerzo. Según Kintsch (1998), lo
no mencionadas por el texto que sirven que ocurre exactamente en estos casos es que
como nexos entre ideas. Por ejemplo, en: la información entrante, es decir, la informa-
[3] “Luis estaba muy hambriento. Entró ción que extraemos del texto (e.g., “fuimos a
en el primer restaurante que encontró.” un restaurante”), activa otra información aso-
Uno entiende que Luis entró en un res- ciada que tenemos almacenada en nuestra
taurante “porque en los restaurantes se sirve memoria a largo plazo (e.g., “en los restau-
comida” y “la comida sirve para aplacar el rantes se sirven comidas y bebidas”, “en los
31
sicas sobre un planeta imaginario llamado ubicación en el texto. Por tanto, los que com-
“Gan”. Los investigadores se aseguraron de prenden peor generan en efecto representacio-
que tanto los buenos como los pobres apren- nes mentales del significado más pobres.
dían en igual medida sobre Gan. Hecho
eso, solicitaron a los participantes que le- 2.2. ¿Por qué les ocurre eso?
yesen un texto sobre un tema específico de Hipótesis explicativas
Gan para responder más tarde a preguntas Ya sabemos que comprender peor significa
que reclamaban inferencias puente y elabo- construir representaciones mentales más po-
rativas. Una vez más, los pobres compren- bres por tener dificultades al poner en marcha
dedores exhibieron un rendimiento peor. los procesos construcción de ideas, produc-
Por lo que respecta al control de la com- ción de inferencias y control. Ahora la cuestión
prensión, el patrón de resultados es idéntico es por qué se dan estas dificultades. Hay varias
a los anteriores. En un estudio muy citado, hipótesis que pueden esgrimirse para explicar
Chi, Bassok, Reiman y Glaser (1989) pidie- las dificultades de los que comprenden peor.
ron a estudiantes que estudiasen física a par- Una posible explicación es que quienes
tir de las lecciones de un libro de texto. Fi- comprenden peor carecen de los conoci-
nalizada la fase de estudio, los estudiantes mientos necesarios para ejecutar los procesos.
resolvieron problemas de física y, según su Como vimos, los procesos de comprensión
rendimiento en ellos, fueron clasificados necesitan conocimientos sobre el lenguaje,
como buenos y pobres comprendedores. sobre el mundo y específicos de dominio para
Durante la fase de estudio los participan- operar. Es lógico que si estos conocimientos
tes tuvieron que pensar en voz alta, esto es, no están disponibles, los procesos no puedan
hacer público los pensamientos que acudían funcionar adecuadamente y la comprensión
a su mente en cada momento. El análisis de se resienta. No en vano cuando ofrecemos
los pensamientos en voz alta puso de mani- a los lectores una lección introductoria so-
fiesto que los pobres comprendedores detec- bre el tema del texto mejora la comprensión
taban (e.g., “vaya, ¿por qué la fuerza cambia del mismo (McNamara & Kintsch, 1996).
aquí?”) y reparaban (e.g., “aha, podría ser la Otra posibilidad es que en la base de las
fuerza del peso... ”) menos malentendidos que dificultades en comprensión haya un problema
sus compañeros, es decir, los primeros ejer- en el reconocimiento de palabras. La teoría de
cían peor control sobre su comprensión. la eficiencia verbal (Perfetti, 1985) plantea que
Lógicamente, experimentar dificultades cuantos más recursos mentales se dediquen a
al ejecutar estos procesos ha de implicar cons- reconocer palabras, menos quedarán dispo-
truir peores representaciones mentales del sig- nibles para llevar a cabo operaciones de alto
nificado del texto. Así, no debemos esperar nivel, como la producción de inferencias o el
que los pobres comprendedores alcancen una control de la comprensión. En otras palabras,
comprensión crítica o profunda. Incluso podría si los procedimientos implicados en el recono-
suceder que su base del texto sea incompleta, cimiento de palabras (las vías visual y fonoló-
esté poco organizada o contenga errores. Pues gica explicadas antes) no se han ejercitado lo
suficiente, consumen recursos extra perjudi-
Sección bien, podemos encontrar una buena constata-
ción de este patrón en el estudio de Loman y cando a los otros procesos de comprensión.
Mayer (1983), un trabajo muy elocuente. Los Es posible que quienes comprenden peor
participantes leyeron un texto sobre las mareas no hayan automatizado el reconocimiento de
y otro sobre las ciudades y después escribieron palabras, lo que redundaría en esas represen-
todo lo que recordaban sobre los mismos. taciones mentales fragmentarias que ya hemos
Los malos comprendedores con fre- analizado. Un buen apoyo a esta hipótesis es
cuencia incluían la primera y última idea de que si entrenamos a los lectores en la lectu-
los textos en sus recuerdos pero era mucho ra de determinadas palabras hasta que ésta
menos probable encontrar en ellos las ideas se realiza de forma automática, la compren-
centrales: los recuerdos eran superficiales y sión de textos que contienen tales palabras
fragmentarios. Los buenos comprendedores se ve beneficiada (Tan & Nicholson, 1997;
mostraban un patrón diferente: ellos incluían ver también capítulo de Miramontes).
las ideas principales, las que explican el fenó-
meno de las mareas/ciudades, al margen de su
34
Como sabemos, los procesos de com- la palabra crítica tenía dos significados po-
prensión utilizan información procedente del sibles y (b) la palabra-test era un sinónimo
texto e información recuperada de la memoria de una de esas acepciones. Por ejemplo:
a largo plazo para confeccionar ideas, esta- Oración: “Ingresó dinero en el banco.”
blecer relaciones y engendrar finalmente una Palabra-test: “Asiento”
representación mental del significado del tex- “Banco” puede referirse bien a un “mue-
to. Toda esa información debe activarse en la ble para sentarse” o bien a una “organización
memoria de trabajo para poder ser integrada. que realiza operaciones financieras”. Por su
De hecho, nuestro nivel de memoria de tra- parte, la palabra “asiento” es sinónimo de la
bajo es responsable de al menos un 20% de primera acepción. Al leer “banco” se activan
nuestra capacidad de comprensión (Cain et ambas acepciones en un primer momento. Por
al., 2004). Si hay limitaciones en la memoria tanto, si recién hemos leído la oración nos pre-
de trabajo, entonces habrá dificultades para sentan la palabra-test “asiento”, sufriremos una
considerar los significados individuales de las interferencia al tener que señalar que “asien-
palabras y su rol en la oración y, en consecuen- to” no estaba en la oración (ya que en nuestra
cia, habrá problemas para formar ideas. mente también se activó la acepción “mueble
Del mismo modo, habrá dificultades para sentarse”). Pero si nos presentan la pala-
para conectar ideas consecutivas, puesto que bra-test pasado un momento, entonces ya no
eso exige considerar al mismo tiempo las dos habrá más interferencia: sólo quedará activa la
ideas y los conocimientos pertinentes de los acepción apropiada, en este caso, “organiza-
que se deriva el vínculo entre ellas. También ción que realiza operaciones financieras”.
será más difícil realizar inferencias temáti- Esto significa que desactivamos la acep-
cas, puesto que éstas reclaman contemplar ción inapropiada gracias a un mecanismo
simultáneamente varias ideas para produ- de supresión. Si este mecanismo falla, en-
cir otra que las aglutine a todas. Y así suce- tonces la interferencia ha de producirse
sivamente. Lo cierto es que si dividimos una también pasado un momento. Esto es justo
muestra de estudiantes en buenos y pobres lo que observaron Gernsbacher et al. en los
comprendedores según alguna prueba de estudiantes con pobre comprensión. La fal-
comprensión y comparamos su memoria de ta de supresión entonces podría explicar la
trabajo, encontramos que los segundos exhi- mala comprensión: hay significados o ideas
ben una memoria significativamente peor. irrelevantes que permanecen activos en los
El estudio de Cain y Oakhill (2006) ciclos de procesamiento, impidiendo que
es un ejemplo de esta forma de proceder. otras ideas relevantes ganen activación, dan-
Pidieron a sus participantes que leyesen do como resultado una representación men-
oraciones inacabadas y las completasen tal del significado del texto fragmentaria.
(e.g., “El color de la hierba es... ”); des- Una última explicación de las dificulta-
pués tenían que recordar todas las pala- des en comprensión es el nivel intelectual. En
bras finales de las oraciones en orden. su primer estudio Gernsbacher et al. (1990)
Esta tarea es una prueba de memoria reclutaron a 223 estudiantes universitarios
Sección de trabajo, ya que obliga a mantener activas
distintas informaciones para generar la res-
y les pidieron que resolvieran una tarea de
comprensión. La tarea consistía en leer un
puesta. Los pobres comprendedores rindie- pequeño texto narrativo para después res-
ron significativamente peor en la tarea. ponder unas preguntas. Gernsbacher y sus
Una posibilidad más es que en los pobres colegas calcularon la correlación entre la
comprendedores no funciona adecuadamente puntuación de los participantes en la tarea y
el mecanismo de supresión. En su cuarto ex- su puntuación en una batería de inteligencia
perimento Gernsbacher, Varner y Faust (1990) (el SAT, cuyo uso es muy extendido en los
dividieron una muestra de estudiantes univer- USA), que incluye pruebas de razonamien-
sitarios en buenos y malos comprendedores to, matemáticas y comprensión crítica. La
según su rendimiento en una prueba de com- correlación obtenida fue de .64. Esto signi-
prensión. Tras eso les plantearon la siguiente fica que la comprensión lectora depende en
tarea: debían leer oraciones y después seña- buena medida de nuestra capacidad gene-
lar si cierta palabra-test estaba presente o no ral de procesamiento de la información.
en dichas oraciones. La cuestión es que (a)
35
3. ¿Qué podemos hacer desde el que aquí nos dicen que ‘el motor no tenía acei-
aula para ayudarles? te’ y como ‘el aceite es fundamental para el
motor’ pues ‘terminó estropeándose’. ¿Lo veis?
Sabemos ya que para comprender han de po- Hemos buscado qué relación existe entre las
nerse en funcionamiento distintos procesos, dos ideas. Entonces siempre hay que encontrar
lo que permite configurar una representación el nexo que une una idea con la siguiente.
mental profunda del significado del texto. Sa- Ahora vosotros tenéis que ha-
bemos también que, debido a distintas causas cer lo mismo con este otro texto:
(mal reconocimiento de palabras, memoria ‘Un hombre arrojó un cigarro prendido al
de trabajo limitada…), algunos tienen difi- bosque. Se quemaron varias hectáreas.’ …”
cultades para ejecutar dichos procesos y eso Como cabe apreciar en el ejemplo, en-
les conduce a una comprensión superficial señar los procesos de comprensión a tra-
y fragmentaria. La solución a este problema vés de modelado implica explicar el pro-
pasa por apoyar a los lectores en la ejecución ceso en cuestión, exhibir cómo se pone
de los procesos de comprensión. La cuestión en juego y plantear ejercicios a los alum-
entonces es cómo ofrecer desde el aula ese nos para que lo vayan practicando.
apoyo a los procesos. Sánchez, García y Ro- Este tipo de intervención tiene pros y
sales (2010) distinguen dos formas de proce- contras, como explicamos a continuación. Su
der en este sentido. Una consiste en enseñar mayor ventaja es, sin duda, la eficacia. Hay un
a comprender y la otra en ayudar a compren- considerable número de trabajos que han pues-
der. Describimos cada una a continuación. to a prueba intervenciones como la ilustrada
aquí, consiguiendo que los alumnos aprendan
3.1. Enseñar a comprender a ejecutar los procesos de comprensión y en-
Enseñar a comprender supone entrenar a los tiendan más profundamente los textos. Un ex-
estudiantes en la realización de los procesos celente ejemplo es el programa “SERT” (McNa-
de comprensión, y para entrenarlos se recu- mara, 2004). En el ámbito castellanoparlante
rre a la técnica de modelado. En concreto, el podemos encontrar una intervención de este
profesor explica en qué consisten los procesos tipo en los cuadernos “Aprender a Compren-
de comprensión, demuestra cómo llevarlos a der” elaborados por Vidal-Abarca, Gilabert,
cabo y plantea ejercicios a los alumnos que Abad, Blanes, Navarro y Senent (2002).
exigen ponerlos en marcha mientras ofrece La mayor limitación de un entrenamiento
supervisión. Por ejemplo, si estamos trabajan- de esta clase es la dificultad para trasladarlo al
do el proceso de producción de inferencias aula. Para empezar, el entrenamiento requiere
puente, el modelado podría proceder así: una gran planificación, ya que deben dedicar-
[6] “Los textos contienen muchas ideas se varias sesiones a cada proceso y ha de pre-
y relaciones entre ellas. Para comprender qué verse la secuencia que se va a seguir. Además,
nos dice el texto tenemos que extraer esas ideas los materiales que se utilizan deben estar pre-
y conectar unas con otras. Hay varios tipos de parados para suscitar el proceso concreto que
conexiones. Vamos a ver hoy el primer tipo, que se va a trabajar en la sesión, con lo cual hay
Sección son las conexiones entre ideas que aparecen que reunir un arsenal de textos adaptados. Por
otro lado, al ser preparados, esos materiales no
seguidas en el texto. Para relacionar dos ideas
que van seguidas tenemos que encontrar qué tienen por qué parecerse a los textos que apa-
nexo existe entre las dos. Por ejemplo, en recen en los libros de verdad, corriéndose el
‘El motor no había sido bien lubricado. riesgo de que los alumnos no sepan extrapolar
Se rompió tras 100Kms.’ a los segundos lo que hacen con los primeros.
Hay dos ideas y tenemos que encontrar Además, quien ponga en marcha el entrena-
el nexo que las une. La primer idea es que miento ha de haberse formado específicamen-
‘el motor no tenía aceite’ y la segunda es que te en la aplicación de ese tipo de intervención,
‘se estropeó después de 100 Kms’. ¿Estáis de que no se parece a la que despliegan los profe-
acuerdo? Bien, y ¿qué relación existe entre sores naturalmente (ver apartado siguiente).
la primera y la segunda? Un posible nexo es Por último, entrenar procesos puede
que ‘el motor se estropeó debido a la falta de implicar renunciar a enseñar contenidos. Es
aceite’, quizá porque ‘el aceite es vital para el decir, si el objetivo es hacer inferencias te-
correcto funcionamiento de un motor’. O sea, máticas o detectar malentendidos o descifrar
36
C
uando hablamos de comprensión de sarrollar para ser exitoso en esta empresa.
textos, pensamos en líneas que alguien De estas últimas, las habilidades, nos
escribió y que deberán ser integradas concentraremos en la capacidad de interpre-
en el pensamiento de otro con el objetivo de tar las indicaciones que nos dan los textos
hacerlas suyas, es decir, aprender de lo leído. respecto de las correctas relaciones entre las
Es sin duda una tarea compleja en la que se ideas que el autor quiso que como lectores
pondrán en juego muchas habilidades y que lográsemos. Esa competencia, a la que sus
requerirá al mismo tiempo de mucho esfuerzo. autores denominan Competencia Retórica,
Si este proceso lo comparamos con la tarea de será desarrollada en profundidad y cómo es
comprender ese mismo tópico a través de una que, creemos, se puede afirmar que es pro-
charla, conversación o mejor aún, en una cla- pia de las habilidades para comprender lo
se en la que tenemos la opción de preguntar, escrito y en consecuencia, una competen-
pareciera que tenemos muchas más opciones cia necesaria para ser un buen lector.
de sentirnos menos intimidados o incompe-
tentes. Si lo que hemos descrito representa lo 1. La complejidad de lo escrito:
que sucede con los lectores, la pregunta que Distancia, permanencia y ausencia
podríamos hacernos es: ¿qué tienen los tex- de expresividad
tos que parecen más complejos de compren-
der que escuchar? ¿Cómo lograr comprender Para adentrarnos en la competencia de la
lo escrito con tanto éxito como lo oral? que hablaremos, antes debemos detenernos
En este capítulo daremos una respuesta en abordar esa naturaleza de lo escrito que
Sección a esa pregunta desde el análisis de la com- hace a los textos distintos del discurso oral
plejidad propia de los textos y la compe- y por ende, nos atreveremos a decir, con re-
tencia que como lectores debemos tener querimientos específicos para el lector.
para abordarlos: la competencia retórica. Una característica de los textos es la
Si escuchamos las noticias en un teledia- necesidad de salvar la distancia real entre el
rio, estaremos de acuerdo que no es equiva- emisor y el receptor. Escribimos y no sabe-
lente a las mismas en un periódico. ¿Por qué? mos quién nos leerá, ni cuándo exactamen-
Podríamos pensar que es por las imágenes, te ni cuánto sabe sobre lo que escribiremos.
los videos propios de la televisión. Cierta- Es posible pensar, y estaremos de acuerdo en
mente son más informativos, no parece ser ello, que esto no es exclusivo de lo escrito,
una comparación justa con lo escrito. Dejé- puesto que una charla magistral o un pro-
moslos de lado. Ahora pensemos en ese mis- grama radial, es tan distante como un texto
mo telediario, pero ahora sólo escuchándolo: dado que no se puede interpelar directamen-
¿tiene la sensación que es menos demandante te al interlocutor . La distancia, sin embar-
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Capítulo 3. Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para beneficiarse... | Bustos-Ibarra
go, tiene un efecto diferente en el caso de versaciones escritas instantáneas vía Internet
los textos, al vincularla con la siguiente ca- (chat), son insuficientes cuando se quiere ex-
racterística: la permanencia y el control. presar una relación compleja entre ideas.
La permanencia y el control, como se- La combinación de estas tres caracterís-
gunda característica, se refiere a la posibi- ticas: distancia, permanencia y control y falta
lidad de contar con las ideas una y otra vez de expresividad, hacen del fenómeno de dar a
para volver sobre ellas, leerlas más lenta- entender por escrito lo que en nuestra mente
mente o fijar la atención en un párrafo espe- es claro e intencionado, un proceso comple-
cífico. Es decir, la posibilidad de manejar el jísimo y por supuesto, lo que acá nos com-
input. Por supuesto, podríamos argumentar pete, complejo de comprender por un lector.
que en las grabaciones orales eso también En términos concretos, al escribir evaluamos
es posible; sin embargo, no podemos con- aquello que no podremos aclarar, ni repetir, ni
trolar el ritmo de presentación o enfocarnos enfatizar como lo haríamos en vivo y por ello,
en una sección de interés a nuestro arbitrio. nos esforzamos en explicar y “darnos a en-
A eso agregaremos que por escrito decimos tender”, indicando relaciones entre las ideas
ideas de un modo esencialmente diferente, o marcando e insistiendo sobre aquello que
ordenado y expresado de un modo propio. nos parece importante o imprescindible de ser
Así, lo que oralmente escucharíamos como: interpretado de modo que nuestro mensaje
“lo importante acá es saber que tenemos… sea comprendido en su esencia. Veamos las
tenemos tres ideas que no podemos olvidar, consecuencias de este intento de diálogo con
tres… por una parte…”, en versión escrita el lector en la configuración de lo escrito.
podríamos encontrarlo como: “Podemos en-
contrar tres características. La primera…”. 2. Los recursos para ayudar
Ya abundaremos más adelante sobre estas al lector y la competencia para
diferencias de configuración entre las dos mo- beneficiarse de ellos
dalidades, no obstante, lo central hasta acá, es
que esta posibilidad de volver sobre lo dicho es Además de la naturaleza distante, permanente
tan propio del lector como del escritor, quien, y no expresiva de los textos, estos son esen-
con el afán de acortar la distancia con su lector, cialmente un tejido de ideas que en la mente
tiene tiempo para “complejizar” su producto del emisor fueron claras y relacionadas. Para
que deberá ser develado posteriormente. darles el sentido que ha querido transmitir,
Una tercera y última característica que el escritor intentará acercar al lector “su ló-
mencionaremos es la falta de expresividad de gica” en esta modalidad no expresiva y dis-
lo escrito. ¿Cómo damos a entender que tal tante y sobre la cual tiene tiempo para pensar
o cual idea es esencial y que el lector debe . En esas condiciones, hará uso de algunos
detenerse antes de seguir adelante hasta que recursos que servirán como instrucciones,
lo comprenda?, ¿qué equivalencia tenemos en es decir, una suerte de “manual” que ayuda-
los textos a la claridad de una pausa o al rango rá potencialmente al lector en esta tarea. El
tonal?, ¿cómo damos la información que en desafío del lector será entonces, recomponer
Sección una discusión expresan las manos o el cuer-
po? Por supuesto que contamos con los sig-
haciendo un esfuerzo por comprender las
ideas específicas (contenido) y al mismo tiem-
nos de puntuación que ayudan a simular las po comprender estas señales abstractas que
intenciones propias de la oralidad (los signos le indican acciones a seguir en la compren-
de exclamación o los puntos suspensivos son sión de estas ideas específicas. Esto último es
un ejemplo claro); sin embargo, estos tienen lo que Sánchez, González y García (2002)
limitaciones a la hora de codificar fenómenos denominaron Competencia Retórica.
como el alargamiento de frases o el incremen- Para ilustrar, observemos el siguiente
to progresivo de volumen, las pausas dramáti- ejemplo.
cas o breves, por ejemplo. Esto es mucho más [1] La ciudad era poco conocida. Por
ilustrativo cuando intentamos dar la informa- una parte, por su difícil comunicación vial y
ción, por ejemplo, con las manos. Incluso las por otra, por su escasa actividad turística.
ayudas gráficas como las negritas, las cursivas, Seguramente quien lea estas líneas con-
los colores o los cambios de tipografía e in- siderará que las expresiones “Por una par-
cluso los emoticones tan propios de las con- te” y “y por otra” podrían ser consideradas
41
como típicas de los textos y sobre las cuales sin esos marcadores de estructura retórica es
no es común pensar, sino más bien sobre posible obtener una representación correc-
las cuales se atiende para procesar u organi- ta del texto. Sin embargo, un lector que no
zar la información, en este caso, asumir que sea sensible a estas instrucciones del autor
hay “dos razones” por las cuales esa ciudad (o bien que no lograra inferirlas por sí mismo
es poco conocida. La pregunta que plantea- dado su conocimiento previo del tema o del
mos a continuación es: ¿y si no vemos esas tipo de texto), podría obtener una represen-
indicaciones?, o más específico aún ¿y si no tación global que se denomina de listado,
sabemos qué hacer con esas indicaciones?, que daría como resultado algo como esto:
¿construiríamos una representación de las [2b] “La comunidad de Verimar se
ideas del texto?, ¿tendríamos opciones de ac- ubicó en colinas y expandieron terre-
ceder a pensar con él y vincular “la primera nos y se instalaron en valles centrales.”
razón” con “la segunda”? (ver capítulo sobre Según nuestra experiencia, esta repre-
la capacidad de comprensión en este mismo sentación, lineal versus una estructura re-
libro). ¿Cuánto de eso explica las dificultades tórica de secuencia temporal, como la de
de comprensión en lectores inexpertos? este texto, es resultado de una comprensión
Como estas señales, marcadores lógi- fragmentaria, bastante común en las aulas
cos, existen otras que implicarían ayudas de primaria y a veces de secundaria (¡inclu-
para el logro de diferentes niveles repre- sive universitaria!) cuando se da la tarea de
sentacionales. Detectarlas, interpretarlas resumir lo leído. Este patrón es frecuente en-
y utilizarlas implica una capacidad, cree- contrarlo en los denominados “malos com-
mos, particularmente compleja al leer. prendedores” (Loman y Mayer, 1983).
Veamos esto con más detenimiento. Otro ejemplo que nos puede ayudar
en la explicación conceptual, aborda el uso
2.1. ¿Qué entendemos por de instrucciones retóricas para relacionar
Competencia Retórica?: La ideas adyacentes (proceso de nivel local).
capacidad de seguir el manual de
instrucciones textual en distintos [3] “Pilar miró a su abuelo y luego a su
niveles de procesamiento abuela. Vio que ella tenía un juguete y corrió
a abrazarla.”
Hasta ahora hemos planteado que los textos
[4] “Los bosques chilenos son de una
tienen recursos utilizados por el autor (emi-
gran belleza y extensión. Estas características
sor) para dar instrucciones a quien lee para
hacen que su preservación esté en la concien-
(re)construir la representación del texto. De-
cia de la ciudadanía.”
sarrollaremos cada elemento planteado.
Para Givón (1992), la anáfora “ella” en
Cuando hablamos de recursos, nos refe-
[3] activa una operación mental al indicar al
rimos a los elementos que no corresponden
lector que debe abrir el “archivo” o referen-
a las ideas conceptuales. Britton (1994) pro-
te que se corresponde con el recurso. Así en
pone una diferenciación entre instrucciones y
la lectura activaría la búsqueda del referente,
materiales para construir. Las primeras serían
abriendo el “archivo” del término “abuela”.
recursos retóricos y los segundos conceptos
Sección y proposiciones o ideas. A continuación tra-
Este proceso, aunque aparentemente senci-
llo, puede ser de gran complejidad especial-
taremos una serie de ejemplos que nos ilus-
mente para lectores iniciales (Yuill y Oakhill,
trarán la variedad de recursos y funciones.
1988). Asunto que es un poco más evidente
[2a] “En sus inicios la comunidad de
en el caso de [4], para lo cual es necesario
Verimar se ubicó en las colinas de la co-
aunar en el hiperónimo “características”, los
marca. Más tarde, con el tiempo, decidie-
conceptos de “belleza” y “extensión”.
ron expandir sus terrenos hasta más allá
Otro tipo de recurso que ilustra la va-
del río. Finalmente, cuando se instala-
riedad de ayudas con la que podremos en-
ron por completo, se hicieron con los va-
contrarnos en los textos, es la evocación.
lles centrales y las lagunas aledañas.”
[5] “Como ya sabemos, el petróleo es un
Como podemos observar, los recursos su-
combustible; sin embargo, tiene otros usos
brayados no conforman ideas textuales, sino
bastante comunes que a veces olvidamos.”
más bien son recursos libres de contenido
conceptual. Si hiciéramos el ejercicio de leer
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Capítulo 3. Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para beneficiarse... | Bustos-Ibarra
ños y recursos evaluados; a pesar de esto, po- actividades de reparación (como la relectura).
demos contar con un número representativo Ya de un modo más concreto, Sánchez et al.
de estudios que tienen en común el objetivo (2002) y Bustos (2009) estudiaron el aporte
de medir el impacto del uso/conocimiento de específico de la resolución de anáforas en la
uno o varios de ellos en comprensión . A tra- comprensión con lectores de 11-12 años. Con-
vés de ellos, intentaremos dar una visión ge- trolando los efectos de la memoria de trabajo,
neral de la relevancia de esta competencia. conocimientos previos y lectura de palabras,
En el nivel de procesamiento local, los demostraron que lectores iguales en esas va-
estudios de interacción con anáforas han de- riables, tienen mejor comprensión si son capa-
mostrado que su resolución se correlaciona ces de resolver ciertas tareas con anáforas.
con la capacidad general de comprensión. Respecto a la relevancia del uso de otros
Aun cuando mayoritariamente se han estudia- conectivos de nivel local, las conjunciones,
do a través de textos narrativos y, por tanto, Cain, Patson y Andrews (2005, exp. 2) coinci-
a partir de un mayor nivel de conocimientos den en la relación de la capacidad de interac-
previos , se evidencian diferencias entre lecto- tuar con conjunciones aditivas, temporales,
res competentes y no competentes tanto en es- causales y adversativas, con la capacidad de
trategias como en la resolución de problemas comprensión en niños de 7-9 años igualados
con antecedentes lejanos o abiertos (con más en lectura de palabras y vocabulario. El patrón
de una posibilidad, mismo género). El estudio de error, frente a una tarea de completación
de Yuill y Oakhill (1988) comparó a lectores con distintos grados de precisión, arroja que
de 7-8 años y su desempeño en la resolución los lectores menos competentes son más pro-
de anáforas (pronombres) y sustituciones (hi- pensos a elegir una alternativa “no viable” en
perónimos) demostrando una correlación un 37%, frente a un 17% de los errores de los
de un 25% entre la capacidad de resolver lectores competentes. Nuevamente la inter-
ítems lejanos y la capacidad de compren- pretación de las dificultades se centra en ele-
sión medida a través de test estandarizado. mentos externos a la capacidad de lectura de
Esta capacidad de resolución y su relación palabras, controlada en este estudio al igual
con la comprensión fue explorada en un estu- que la variable de conocimiento gramatical.
dio anterior (Oakhill y Yuill, 1986, exp1; Yuill y Finalmente, con una población con un
Oakhill,1991), en que manipularon la variable mayor desarrollo lector, el estudio de Gold-
carga cognitiva con texto completo disponible man y Murray (1992) demostró cómo, en
(referente pronombre) v/s no disponible (ora- lectores universitarios, la diferencia de co-
ciones cubiertas una vez leídas), concluyendo nocimiento profundo del uso de conectivos
que los lectores menos competentes no utili- impacta la capacidad de comprensión. Los
zan claves de género (por ejemplo encontrar el investigadores probaron que la diferencia de
referente del pronombre “ella” en una oración desempeño en una tarea de completación
con sujeto femenino y otro masculino), aun de texto (cloze) con conjunciones, corre-
con texto disponible para relectura, demos- laciona con la comprensión de la lengua al
trando así que la condición conflictiva no es comparar los resultados de lectores nativos y
Sección la carga cognitiva, ni siquiera la capacidad de
decodificación (controlada a partir de la lec-
lectores de inglés como segunda lengua.
A nivel más global, el impacto del cono-
tura en voz alta por parte del experimentador cimiento/uso de recursos retóricos para la de-
y seguida a través de texto por el sujeto, exp tección o generación de ideas importantes, lo
1, 1988), sino la ausencia de estrategia y ca- podemos encontrar a través de los estudios de
pacidad general de resolución de anáforas. títulos y marcadores de relevancia. Estos, pre-
En otros estudios con medidas online de sentados a través de imágenes, liberan recursos
tiempo de lectura y relecturas de Ehrlich, Ré- de procesamiento especialmente en los lecto-
mond y Tardieu (1999) demostraron, a través res de menor comprensión (Yuill y Joscelyne,
del paradigma de las inconsistencias, esta co- 1988). En un estudio posterior se demostró que
rrelación expuesta por Oakhill y Yuill (1986, la capacidad para interactuar con los títulos
1988, 1991). Los lectores menos hábiles mues- (lectores de 8, 9 y 10 años) explica la varianza
tran sensibilidad a las inconsistencias (incohe- en comprensión aun después de controlados
rencia entre sujeto y referente) pero una capa- los efectos de lectura de palabras, memoria y
cidad insuficiente para resolverlas a través de
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Capítulo 3. Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para beneficiarse... | Bustos-Ibarra
Capítulo 3. Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para beneficiarse... | Bustos-Ibarra
y cohesión utiliza recursos lingüísticos (reite- distintos y, por ende, requiere de habilida-
raciones “repitió….repitieron”; monitoreos des relevantes diferentes (o adicionales).
“ese, ¿lo conoces?”, vaguedades “como el Nos atrevemos a afirmar que compren-
80%”) y paralingüísticos (entonación, ritmo, der mensajes orales requiere una sensibili-
prosodia) y comunicación no-verbal (expre- dad para la cual estamos más preparados.
sión facial, gestos, etc.) (Clemente, 1990). Estudios como los de Holtgraves (2007) de-
Por su parte, la integración y distan- muestran cómo somos sensibles a las inten-
cia del texto implica recursos diferentes que ciones tras una afirmación. En su estudio
dan cuenta de una mente más analítica y au- presentaron textos orales con información
to-consciente (Olson, 1977; Pozo, 2001). La referencial similar: 1) “Revisa tu bolso antes
naturaleza permanente de lo escrito impli- de salir” y 2) “Olvidé advertirte que revisa-
ca un compromiso con la claridad del men- ras tu bolso antes de salir”, la activación de
saje y que éste no sea producto perecedero palabras-objetivo (target) respecto a la expre-
de lo que planteábamos al inicio de este ca- sión de intención “advertencia”, es mayor en
pítulo, la distancia espacial y temporal. el caso de la oración 1. Es decir, que frente
Las implicaciones de esta posibilidad de a una expresión que tiene un componente
repensar-permanecer en las ideas, propias y “intencional” distinto (instrucción de hacer
de otros, se materializa en la transformación algo), somos perceptivos y activamos esa pa-
de lo ambiguo en explícito, a través de un es- labra ausente, discursivamente hablando.
fuerzo por representar los significados. En este Otro antecedente nos lo entregan los
esfuerzo de cohesión, el escritor hace uso de estudios de Brennan y Williams (1995), Jusc-
recursos lingüísticos sofisticados y escuetos zyk et al. (1992) y Baum y Nowicki (1998).
que “empaquetan” ideas y vinculan razona- El primer estudio demuestra el uso de patro-
mientos (nominalizaciones, frases conjunti- nes sonoros en nuestra comprensión oral. Las
vas, cláusulas relativas y seriaciones, entre claves auditivas que denotan duda frente a
otros). En la oralidad, por su parte, contamos preguntas (ummm..., eeh...) son identificables
con la capacidad de encarnar tanto la inten- por oyentes quienes advierten la percepción
ción comunicativa del hablante como su ac- de seguridad de los emisores (autoevaluación)
titud hacia lo que está diciendo, por medio con un alto grado de correlación entre ellos.
de la expresividad (Wilson y Wharton, 2006). Es decir, logramos integrar más información
Entre los recursos de la expresividad, pode- percibiendo claves de sonido. Jusczyk y sus
mos encontrar la prosodia que, en términos colaboradores, por otro lado, demostraron
lingüísticos, es el uso de la entonación, el én- que los niños de 9 meses son sensibles a las
fasis, las pausas, etc., para reflejar la intención pausas reales entre frases (ritmo de detención
comunicativa del hablante (referenciar, pedir, natural), orientándose hacia las grabaciones
afirmar, ordenar) y su actitud hacia lo que de alocuciones de sus madres cuando éstas no
está diciendo (“esto es muy importante”). eran alteradas y no cuando eran modificadas
Se podría argumentar, en una postura crí- (detenciones en lugares no naturales: e.g. “la
tica respecto de esta diferencia oral-escrito, campana de (pausa) la iglesia sonaba sin (pau-
Sección que para comprender un mensaje, aunque sea
oral, es necesaria la consideración de ciertas
sa) razón aparente”). Esto demuestra que la
sensibilidad a la prosodia tiene una aparición
pistas, la puesta en marcha de ciertos procesos temprana en nuestro desarrollo de la compren-
y la activación de ciertos conocimientos para sión oral. El tercero de los estudios referidos
generar ciertas representaciones mentales. La revela que niños y adultos somos capaces de
razón para insistir en ello es que la expresivi- interpretar a través de la prosodia, con un por-
dad la entendemos como característica pro- centaje de acierto de moderado a alto, infor-
pia de lo oral y por tanto, exclusiva (Ferrei- maciones referencialmente neutrales (“me voy
ra y Anes, 1994; García-Rodicio, 2009). Ese fuera de la habitación ahora, volveré más tar-
carácter exclusivo nos permite afirmar que la de”), según la emoción que se quiere encarnar
información con la que contamos al escuchar en ella (grabaciones de actores con diferentes
es cualitativamente diferente a la que tene- emociones para la misma información).
mos al leer. Lo cual involucraría que durante Los cuatro estudios nos permiten afirmar
la lectura, los procesos y usos de pistas son que nuestra comprensión de la prosodia nos da
información respecto de la naturalidad de un
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Capítulo 3. Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para beneficiarse... | Bustos-Ibarra
tuar. Para la segunda, contamos con recursos condición uno). Finalmente tuvimos una con-
más escuetos, más integrados y “empaqueta- dición de control de lectura de texto natural
dos”, información que debe ser comprendida y sin ayuda de profesor.Una vez establecidas
a distancia sin posibilidad de retroalimenta- iguales condiciones de entrada a través de las
ción. Finalmente, al comparar ambas, los con- variables de control de memoria de trabajo
tenidos pueden ser compartidos; sin embargo, , lectura de palabras , comprensión literal e
la oralidad, además de agregar información inferencial de texto estandarizado , compe-
por el tono, tiene las repeticiones e incluso tencia retórica (ver apéndice al final) y co-
las lexicalizaciones de los marcadores como nocimientos previos , se dividieron las con-
un modo de asegurar la comprensión. diciones. Nuestro objetivo fue comprobar si
Para finalizar, compartimos los re- alguna de las situaciones de lectura beneficia
sultados de uno de nuestros estu- más a los lectores de modo que podamos res-
dios respecto de la hipótesis que plan- ponder si existe o no diferencia de demanda
tea la diferencia de competencia que entre recursos retóricos orales y escritos.
requiere leer los marcadores a escucharlos. Para ilustrar las condiciones experimen-
tales tenemos, por ejemplo, que en un de-
3.2. ¿Es posible hablar de una terminado momento del texto se advierte, al
competencia específica de lo comienzo del segundo párrafo: “La primera
escrito?
razón tiene que ver con…” y en la ayuda oral,
Aplicado en estudiantes de 11-12 años, con que se ofrece justo antes de iniciar la lectura
6 años de escolaridad, este estudio tuvo por del segundo párrafo el profesor advierte: “Y
objetivo entender mejor el desarrollo de esta ahora… nos van a hablar de la primera ra-
capacidad para operar con los marcadores zón que tiene que ver con…”. Como puede
textuales comparando el impacto que tiene verse en ambos casos, el “contenido” es el
la presencia de esos marcadores en un texto mismo, pero en “el manual de instrucciones
con el impacto de esos mismos marcadores oral”, el ritmo y el tono de la alocución in-
cuando se presentan en una modalidad oral forman al lector sobre la importancia y sen-
por un profesor (como ayudas) en la lectura. tido de la ayuda así como de los elementos
La muestra, representativa de la población más decisivos de la misma. Estos matices
chilena, estuvo compuesta por 214 alumnos podrían ser reflejados de la siguiente mane-
a quienes se controló su memoria de trabajo, ra (invitamos al lector a imaginar más énfa-
capacidad de lectura de palabras y los cono- sis y lentitud en las mayúsculas y más rapi-
cimientos previos relacionados con la temá- dez y menor volumen en las minúsculas):
tica del texto académico “El Mediterráneo “Y AHORA nos-va-a-hablar- de la
se muere”, este último utilizado para medir PRIMERA RAZÓN... que-tiene-que-ver
la variable dependiente comprensión lectora - con LA ACTIVIDAD HUMANA”
evaluada a través de un resumen (ideas centra- Nuestra hipótesis era que la versión
les y organización) y tareas de resolución de oral, gracias a las pausas, cambios de ento-
problemas, esto es, inferencias profundas. nación, ritmo y volumen, y otros recursos
El diseño del estudio fue experimental
Sección con tres condiciones en las que se manipuló
paralingüísticos (contacto ocular, gestos), es
más expresiva que la escrita y puede ser po-
el tipo de ayuda recibida durante la lectura: tencialmente más informativa sobre la inten-
La primera condición fue de ayuda oral, dada cionalidad de ese contenido y sobre el valor
por un profesor y lectura del texto académi- que quien habla le otorga. Como consecuen-
co “natural”, es decir, sin modificaciones. cia, esas instrucciones de lectura pueden ser
La segunda condición fue de ayuda escrita, utilizadas con mayor facilidad. En cambio
es decir, la lectura del texto académico con por escrito, esas mismas instrucciones se
modificaciones, esto es, con agregados de presentan mucho más escuetas y por ende
objetivo de lectura, anticipación de esquema requerirán de una sensibilidad superior para
retórico y marcadores de tópico explícitos. ser percibidas y utilizadas como ayuda.
La tercera condición experimental con- Los resultados ratifican la validez de
sistió en la lectura del texto con ayudas mix- nuestra hipótesis: los alumnos que recibieron
tas: escritas (mismo de la condición dos) ade- las ayudas oralizadas por parte del experimen-
más de la guía oral del profesor (misma de tador (profesor) de aquello no presente en el
49
texto (condición ayuda sólo oral con el texto textos escritos exigen es mayor que la que se
natural, no modificado), tuvieron resultados necesita para comprender un texto oral y que
significativamente mejores en comprensión los resultados magros para comprender lo que
que aquellos que no las recibieron (condi- se lee no implica no entender lo que se oye.
ción control, sin ayuda ni oral ni escrita) y que Esto puede interpretarse como un déficit en
aquellos que las recibieron por escrito (ayudas esta competencia, dado que “el tránsito de las
escritas en texto modificado). Respecto de la formas comunicativas espontáneas dialógicas
comparación de la condición de ayudas ora- a otras de carácter monológico (indirectamen-
les con la condición mixta (ayudas orales más te, de lo oral a lo escrito y, especialmente, a lo
escritas), no hubo diferencias significativas. escrito en un género expositivo) supone el uso
Los resultados son robustos respecto de de dispositivos lingüísticos sofisticados para
la relevancia de esta competencia y cómo ser iluminar las relaciones de lo que se quiere
medianamente competentes en tareas con decir y para aclarar al receptor qué se espera
breves textos expositivos como los que hemos que haga con las ideas que se le están ofre-
utilizado para evaluar la competencia retórica ciendo”.(Sánchez, García y Bustos, 2010).
(escalas de resolución de anáforas, marcadores Como consecuencia fundamental de este
de estructura, evocaciones y explicitaciones, estudio, es posible proponer esta competen-
ver apéndice) pero dichos datos no aseguran la cia como distinta de aquella que necesitamos
capacidad de interactuar en un nivel suficiente para comprender el discurso oral. En otras pa-
de manera independiente con un texto íntegro labras, que ser un buen comprendedor oral,
y un poco más complejo para su edad, como no asegura ser un buen comprendedor de lo
fue el texto sobre el mar Mediterráneo. escrito, aun siendo un buen lector de pala-
En definitiva, con el mismo nivel de esta bras. Esto se enfrenta directamente con la pos-
competencia de seguir las instrucciones de tura teórica de la existencia de mecanismos de
los marcadores retóricos, la competencia re- comprensión de carácter general que operan
tórica, el grupo que recibió ayuda oral pudo indistintamente con el lenguaje oral y escrito
penetrar en el texto y obtener un rendimien- y que sólo se puede considerar exclusiva y es-
to significativamente superior, lo que indica pecífica de la comprensión lectora, la capaci-
que se requiere una competencia superior dad de reconocer palabras. En definitiva, a la
para interpretar las ayudas retóricas por es- luz de nuestros resultados cabe cuestionar esa
crito que cuando son dadas oralmente. exclusividad de la decodificación, como la
Es posible pensar que estos resultados única competencia distinta de la comprensión
son previsibles en la medida que estas ayu- general del lenguaje, es decir, la Simple View
das son más recursivas (y por tanto activar of Reading de Gough y Tunmer (1996).
más la proposición correspondiente a la ora- Lo anterior tiene dos consecuencias: una
ción tópica, por ejemplo), y que la presencia teórica y una práctica. Respecto a la teórica,
de un agente (experimentador) generará una creemos que una manera más precisa de sin-
relación distinta con el texto; sin embargo, tetizar un modelo de lo que es comprender
eso es precisamente lo que diferencia un dis- un texto debe recoger la competencia retó-
Sección curso oral de uno escrito: la relación personal
y la expresividad de la interacción entre un
rica entre sus componentes. Por ello es que
defendemos la propuesta de un modelo de
emisor y un oyente. Por otra parte, si la repe- tres componentes: Decodificación + Com-
tición de las mismas ideas fueran relevantes, petencia Retórica + Comprensión Oral. En
la condición de ayuda mixta (orales + escri- este modelo se reconoce además, como con-
tas) debiera ser superior a la condición oral, secuencia, la superioridad de la regulación
dado que ésta presenta dos veces las ayudas; oral por sobre la escrita cuando se es un lec-
no obstante, los resultados indican que esto tor poco competente, es decir, la capacidad
no ha sido significativo. Lo que hemos de- de dejarse guiar por otro que hace el papel
mostrado es que: ser un buen comprendedor de iluminador de aquellas relaciones que los
oral de las instrucciones de procesamiento lectores aun no pueden ver por sí mismos.
no asegura ser un buen comprendedor de De lo expuesto anteriormente desprende-
estas mismas instrucciones por escrito. mos la consecuencia práctica. En este esce-
En síntesis, con estos resultados podemos nario de lectores más o menos competentes
pensar que la competencia retórica que los retóricamente, debemos exponer una eviden-
50
Capítulo 3. Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para beneficiarse... | Bustos-Ibarra
Capítulo 3. Las instrucciones para procesar los textos y la capacidad para beneficiarse... | Bustos-Ibarra
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Van Dijk, T. A. y Kintsch, W. (1983). Strategies of Dis-
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Yuill, N. y Joscelyne, T. (1988). Effect of Organizatio- interesante saber el camino que realiza el oxígeno
en ambos casos.
nal Cues and Strategies on Good and Poor
Debería continua hablando sobre:
Comprehenders’ Story Understanding. Jour-
nal of educational psychology, 80(2), 152-58. a) El oxígeno y su recorrido en la respiración.
Yuill, N. y Oakhill, J. (1988) Effects of inference awa- b) La respiración como proceso indispensable.
reness training on poor reading comprehen- c) La respiración de los seres vivos.
sion. Applied Cognitive Psychology, 2, 33-45. d) Los procesos de inspiración y espiración.
Yuill, N. y Oakhill, J. (1991). Children’s problems in
text comprehension: An experimental investi- Explicitaciones: Reconocer el pensamien-
gation. Cambridge, England: Cambridge Uni- to del lector suscitando la experiencia de un im-
versity Press passe, para luego redirigir a través de una expli-
cación. Prueba Competencia retórica IV (máx.
APÉNDICE 20 pts). Resolución individual, selección múl-
tiple (.83 Spearman-Brown). (Bustos, 2008).
Ejemplos de ítems de evalua- La Antártica es lejos el continente más frío del
ción de Competencia Retórica planeta, al cual es muy difícil de acceder dado su
Anáforas: pronombres e hiperónimos. ambiente deshabitado y hostil. Hay ocasiones en
que se cree que por ser muy difícil de habitar y tan
Prueba Competencia retórica I. Pronombres distante, la Antártica no tiene mayor relevancia.
(3), hiperónimos generales como “este fenó- Sin embargo, juega un papel central en el
meno” (5), hiperónimos específicos como equilibrio ecológico que no todos conocemos.
“este explorador” (5) (máx.13 pts, 1 punto por Debería continuar hablando sobre:
ítem) Resolución individual, por escrito (.81 a)Las dificultades de acceso y el ambiente hostil.
Spearman y Brown) (Sánchez, et al., 2002). b)El papel de la Antártica en el equilibrio ecológico.
Organización textual. Uso de las prin- c)La Antártica.
d)La Antártica como continente más frío del
cipales estructuras textuales. Prueba Com- planeta.
petencia retórica II. (Enumeración (7),
problema-solución (3), secuencia (3), ante-
Sección
Capítulo 4
Inferencias emocionales en los procesos de
comprensión del discurso María Teresa Dávalos
1
2
1
José A. León
Universidad
2
Autónoma de Zacatecas
Universidad Autónoma de Madrid
L
a especie humana posee una extraordi- ción mental coherente y, por tanto, un buen
naria habilidad para comprender a los proceso de comprensión (León, 2003).
de su misma especie, a sus semejantes. A pesar de la importancia que las emo-
Esto surge directamente del hecho de que, ciones poseen en la comunicación humana,
así como una persona aprende a través de son pocos los estudios que encontramos en
otra, llega a identificarse con ella mediante el campo de la comprensión del discurso. A
la comprensión de sus intenciones y estados lo largo de este capítulo revisaremos los es-
mentales. Gracias a esta cualidad podemos tudios más relevantes que se han llevado a
generar una vida mental e intencional que se cabo hasta el momento y que se han centrado
desarrolla tanto en la comunidad (para todos en el estudio de inferencias emocionales.
sus miembros) como para sí mismo. Esta com- Algunas de estas investigaciones ponen
prensión permite a cada individuo introducirse de manifiesto que los lectores infieren las
“en el zapato mental” de otra persona, de tal emociones de los protagonistas mientras leen,
manera que se puede aprender no tanto desde es decir, sugieren que las inferencias emocio-
el otro, sino a través del otro (León, 2004). nales se generan online (Gernsbacher, Golds-
Este proceso, de igual manera, sucede mith y Robertson, 1992; Gernsbacher, Hallada
al leer una historia, pues por medio de ella y Robertson, 1998; Gernsbacher y Robertson,
conocemos las causas y consecuencias de los 1992; Gygax, Garnham y Oakhill, 2004; Gy-
eventos y acciones, los objetivos y planes que gax, Oakhill y Garnham, 2003; Gygax, Tapiero
motivan las acciones, y las emociones de los y Carruzzo, 2007; de Vega, León y Díaz, 1996);
personajes (Graesser, Millis y Zwaan, 1997). otras consideran que son específicas (Gernsba-
A lo largo de una historia, los protagonistas cher et al., 1992, 1998; Gernsbacher y Robert-
Sección se ven envueltos en diversas situaciones que son, 1992) o bien en contraposición a lo ante-
los llevan a manifestar un sinfín de emociones rior, que no existe tal especificidad en dichas
explícitas (e.g., Manuel sintió tristeza al ente- inferencias (Gygax et al., 2003, 2004, 2007).
rarse que su padre había muerto) o implícitas, De igual manera, algunos autores resaltan su
(e.g., Manuel sintió un nudo en la garganta carácter dinámico (de Vega et al., 1996).
al enterarse que su padre había muerto). Sea como fuere, todos concuerdan en
En este caso, las emociones se dedu- que las emociones forman parte importan-
cen a través de la lectura del contexto que te de las representaciones mentales y que
envuelve al personaje, jugando un papel éstas juegan un papel esencial en el pro-
muy importante en la dirección de la lectu- ceso de comprensión (Miall, 1989).
55
Capítulo 4. Inferencias emocionales en los procesos de comprensión del discurso | Dávalos y León
1. Las emociones como elementos de los protagonistas. Sin embargo, estas mismas
la comprensión lectora autoras advirtieron que dichas predicciones
variaban según el logro o fracaso de la meta
Miall (1989) propone que las emocio- establecida por el protagonista. En otras pala-
nes poseen tres funciones importantes en bras, cuando se les pregunta a los participan-
una historia. La primera resalta el hecho de tes por qué sienten los protagonistas la emo-
que una emoción es auto-referencial, esto es, ción que ellos predicen, la respuesta siempre
el lector se “identifica” con las experiencias asocia la emoción con el logro o no logro de
y motivaciones de los personajes, y gracias la meta. Por ejemplo, cuando un niño respon-
a ello el lector accede a su propia informa- de: “Jimmy se siente feliz porque consiguió su
ción y la emplea para compartir las metas y coche de juguete”, esta respuesta soporta la
los sentimientos del protagonista. Esto implica idea de que los niños aplican los resultados
que la interpretación del texto sea amplia y de las metas para estructurar y explicar el por
variada, pues el lector influye y da sentido a qué se responde a una emoción en particular.
los elementos del texto desde sus experiencias Así la estructura causal (causa-efecto) resulta
previas, las cuales lo llevan a empatizar –o esencial para entender la representación del
no– con el protagonista (Komeda, Kawasaki, estado emocional del protagonista. Las emo-
Tsunemi y Kusumi, 2009; Komeda y Kusumi, ciones de los personajes son manifestadas
2006; Komeda, Nihei y Kusumi, 2005) y por cuando las experiencias y respuestas emo-
tanto, no sólo codifican las intenciones de los cionales han alcanzado o no una meta (Di-
personajes, sino también sus propias preferen- jkstra, Zwaan, Graesser y Magliano, 1994).
cias sobre el tema (Rapp y Gerring, 2002).
Las emociones también poseen una se- 1.1Modelos mentales emocionales
gunda función, la de permitir establecer una La mayoría de las teorías de comprensión de
categorización de los elementos del texto. textos asumen que los lectores forman un mo-
En efecto, las oraciones o frases que han sido delo mental de las situaciones descritas en
evaluadas inicialmente en términos de impor- el texto (van Dijk y Kintsch, 1983). Mientras
tancia por su significado (e.g., especificando leemos una historia, escuchamos una con-
los escenarios de la historia) pueden ser re- versación o vemos una película, imagen o
evaluados o recategorizados con una nue- situación real, las personas construimos mo-
va información (e.g., las relaciones entre los delos situacionales o modelos mentales (e.g.,
protagonistas). La valencia afectiva del texto de Vega, León y Díaz, 1996; Díaz y de Vega,
es muy importante en esta reevaluación. 2003; Gernsbacher, Goldsmith y Roberston,
Finalmente, una tercera función de las 1992; Graesser, Singer y Trabasso, 1994; León,
emociones es su carácter anticipatorio. Gra- 2003; Zwaan y Radvansky, 1998). Este mode-
cias a ellas los lectores pueden predecir las lo situacional es rico porque no sólo es cons-
posibles reacciones de los personajes. Esta truido de palabras o imágenes aisladas, sino
anticipación contribuye a establecer una re- también de conexiones o relaciones que esta-
presentación mental lógica y congruente de la blecemos entre todos los elementos que lee-
Sección narración y ayuda a mantener el proceso de mos, escuchamos o vemos (tiempo, espacio,
acciones, intencionalidad, interacciones...).
comprensión on-line. Para dicha representa-
ción, el lector necesita unir no sólo los elemen- Buena parte del establecimiento de esas rela-
tos causales y motivacionales de un persona- ciones y conexiones se realizan mediante los
je, sino también, los elementos no verbales y diferentes tipos de inferencias generadas en
emocionales implícitos que lo envuelven. Así, ese contexto. Los modelos situacionales son,
el lector crea con anticipación un estado emo- por tanto, construcciones multidimensiona-
cional y puede producir uno o más desenla- les coherentes que continuamente se actua-
ces probables. En este sentido, las emociones lizan y constituyen la base de la compren-
ofrecen una pre-estructuración del sentido to- sión (Zwaan, Magliano y Graesser, 1995).
tal del texto (Miall, 1989). En esta misma línea Las emociones juegan un papel muy
y desde hace ya algún tiempo Stein y Levine importante en la construcción del modelo
(1989) mostraron cómo tanto los adultos como mental. La importancia de este proceso de
niños de entre tres y seis años fueron capaces construcción radica en que los lectores no
de predecir las reacciones emocionales de sólo construyen un modelo mental gracias a
56
las emociones de los protagonistas (Zwaan el cual ha debido ser activado y recuperado
y Radvansky, 1998), sino que asumen tam- de la memoria (Gernsbacher et al., 1992).
bién un papel activo en la lectura, comparten
emociones y se sitúan en el lugar del prota- 2. Breve aproximación a los estudios
gonista, aportando elementos personales en de las inferencias emocionales
la construcción de dicho modelo situacio-
nal, favoreciendo así a la coherencia y com-
prensión de la situación (Komeda y Kusumi, 2,1 ¿Las emociones forman parte del
2006; Miall, 1989; Rapp y Gerrig, 2002). modelo mental?
Morton Gernsbacher y sus colaboradores (Ger-
1.2 ¿Cómo se construyen estas nsbacher et al., 1992; Gernsbacher, Hallada y
representaciones mentales Robertson, 1998; Gernsbacher y Robertson,
emocionales?
1992) pueden ser considerados pioneros en
De acuerdo con Gernsbacher et al. (1992), abordar experimentalmente el estudio de la
al leer una historia se activan nódulos en la representación de los contenidos emocionales
memoria, los cuales representan conocimien- dentro de los modelos situacionales. Sus inves-
tos ya almacenados previamente. Los nódulos tigaciones se centraron en las habilidades que
son considerados, para estos autores, como presentaban los lectores para representar las
“bloques de construcción” que forman la “ar- situaciones descritas en el texto y, más especí-
mazón de la estructura mental” (framework ficamente, las habilidades para representar los
structure building), la cual se va construyendo estados emocionales de los personajes. Su in-
a través del almacenamiento de la informa- terés fue comprobar si los lectores eran capa-
ción entrante. Una vez que las estructuras han ces de inferir emociones sin que éstas fueran
sido formadas, la entrada de nueva informa- mencionadas de forma explícita en el texto.
ción congruente con la información almace- Para llevar a cabo sus estudios diseñaron una
nada previamente, se va incorporando a la ya serie de historias cortas, como la siguiente:
existente. Puede asumirse con esto que cuan- “Una noche de la semana pasada Tom
to más coherente sea la información nueva o fue a visitar a su mejor amigo Joe, que trabaja-
entrante con las representaciones mentales ba en el local 7-Eleven para poder conseguir
previas, mayor será su facilidad para alma- dinero y pagar los gastos de su escuela. Mien-
cenarla, y a la inversa, si se presenta alguna tras Tom estuvo de visita, Joe tuvo que ir al
situación opuesta o incongruente con el mo- sótano un segundo. Mientras Joe estuvo lejos,
delo mental existente, la información se pro- Tom observó que la caja registradora estaba
cesará o almacenará con mayor dificultad. abierta. Tom no pudo resistirse y rápidamente
De forma similar, Kintsch (1988) consi- cogió un billete de 10 dólares. Al final de la
dera que la comprensión implica un proceso semana, Tom se enteró que Joe había sido des-
mental de construcción (la activación de cono- pedido del 7-Eleven porque una noche le faltó
cimiento previo) y otro de integración (un pro- dinero.” (Gernsbacher et al., 1998, p. 272).
ceso que combina el conocimiento previo con Gernsbacher et al. (1992) supusieron que
la información provista por la historia). Am-
Sección bos procesos, comunes a los modelos teóricos
los sujetos al leer esta historia generarían todo
tipo de representaciones mentales (e.g., espa-
de la comprensión de historias, defienden la ciales, temporales, la descripción física del
idea de que los lectores activan conocimien- personaje,...) y que dichas representaciones y
tos que han sido almacenados previamente y relaciones entre las mismas formaban parte de
usan esos conocimientos para almacenar la los modelos situacionales de los lectores. Pero,
información entrante en las estructuras men- ¿qué pasaba con las emociones?, ¿podrían
tales que están en desarrollo. En el caso de también formar parte de estas representacio-
los estados emocionales, se asume que los su- nes?, ¿los modelos situacionales de los lectores
jetos han tenido experiencias previas (ya sea podrían incluir a Tom sintiendo una emoción
de forma personal o a través de la literatura) como la culpa? Si los modelos situacionales de
y que esta i|nformación ha sido almacenada los lectores representan estados emocionales,
en la memoria. Por lo tanto, al presentarse entonces la culpa era seguramente un estado
una situación similar a la que ya ha vivido emocional que estaría representado. Y bajo el
o leído, experimentan un estado emocional, supuesto de que los lectores representan es-
57
Capítulo 4. Inferencias emocionales en los procesos de comprensión del discurso | Dávalos y León
tados emocionales, entonces la frase: Pasarán presencia de etiquetas emocionales, sino más
semanas antes de que la culpa de Tom pueda bien, forma parte de la comprensión de la ca-
desaparecer, debería ser relativamente fácil de dena de acciones, metas y relaciones entre los
leer porque resultaría congruente con el mo- personajes que constituyen la narración.
delo situacional de los lectores. Por el contra- Los estudios hasta el momento han mos-
rio, la frase: Pasarán semanas antes de que el trado que los lectores forman modelos si-
orgullo de Tom pueda desaparecer, sería más tuacionales con contenido emocional, pero
difícil de leer porque resultaría incongruente una cuestión que se plantea a raíz de estos
con el modelo situacional. Los resultados en primeros resultados es, si los lectores sólo re-
este experimento fueron concluyentes: Los presentan los estados emocionales cuando
tiempos de lectura de los participantes al leer están forzados a hacerlo. Quizás sólo des-
los target con estados emocionales congruen- pués de haber leído: Pasarán semanas antes
tes fueron más rápidos que cuando el target de que la culpa de Tom pueda desaparecer.
era una palabra emocional incongruente. En ese caso, quizás se lee más rápido la
Resultados como estos llevaron a cues- frase relacionada con “la culpa” que la rela-
tionarse a estos autores el grado de explicita- cionada con “el orgullo” no porque sea con-
ción o generalización del modelo situacional gruente la representación mental de los lecto-
tratando de dilucidar entonces si los lecto- res elaborada a priori, sino porque llegados a
res sólo representan aspectos globales, tales ese punto, es más fácil crear un modelo situa-
como el grado de la valencia emocional, posi- cional en el que Tom se encuentre en un esta-
tivo-negativo o son capaces, por el contrario, do de culpa más que en un estado de orgullo.
de explicitar más la elaboración de un mode- Tras este supuesto, Gernsbacher et al. (1992)
lo mental de la emoción. Para analizar esta emplearon una tarea de nombrado, conside-
pregunta, realizaron una manipulación de la rando con ello que el pronunciar una palabra
valencia emocional en cada una de las frases escrita es una tarea fácil y relativamente auto-
críticas bajo dos condiciones: a) valencia bajo mática al tener que, simplemente, articular la
distinto signo (culpa vs. orgullo) y b) valen- palabra test tan rápido como les sea posible.
cia bajo signos iguales (culpa vs. tímido). De esta manera, los sujetos no intenta-
En ambas condiciones y mediante una ta- rían integrar las palabras en su representación
rea de tiempos de lectura, los resultados mos- mental. Los resultados en este caso fueron
traron que los participantes leían más rápido iguales a los anteriores, es decir, las pala-
cuando la palabra era emocionalmente con- bras incongruentes fueron pronunciadas de
gruente que cuando era incongruente. Sin em- manera más lenta que las congruentes. Es-
bargo, cuando se compartía la misma valencia tos datos sugieren que los lectores represen-
(culpa vs. tímido), los target incongruentes y tan los estados emocionales de los persona-
congruentes presentaban un tiempo de lectura jes como parte de la comprensión global.
mayor comparado con los resultados obteni- Con el fin de indagar si los participantes
dos con los target congruentes e incongruentes podían emplear alguna estrategia de lectura en
pero con valencias opuestas. Estos resultados los textos emocionales, Gernsbacher y Robert-
Sección sugieren que los lectores activaban el conoci-
miento emocional durante la comprensión de
son (1992) realizaron un par de experimentos
más, en los que manipularon los porcentajes
las narraciones. Es decir, el contenido de la de narraciones emocionales presentadas a
narración –no del target– es el causante de la los participantes. En el primero consideraron
activación del conocimiento emocional y por una alta densidad emocional con 36 narra-
lo tanto, se activa inmediatamente una repre- ciones emocionales y 12 no emocionales;
sentación del estado emocional de los prota- y en el segundo, una baja densidad con 12
gonistas, siendo ésta relativamente precisa. narraciones emocionales y 36 no emociona-
En otras palabras, la representación men- les. En el segundo experimento, se modifica-
tal resultante no refleja únicamente rasgos ge- ron los porcentajes de palabras incongruen-
nerales de dicho estado, tales como la valen- tes al 75%, 50% y 25%, respectivamente.
cia emocional, sino que es lo suficientemente Los resultados mostraron que, indepen-
rica como para distinguir entre estados emo- dientemente de la densidad emocional que
cionales semánticamente próximos. Además, se presente (alta o baja) o modificación de
dicha representación, no parece guiada por la los porcentajes en las palabras congruentes
58
e incongruentes (75%, 50% y 25%), las pa- riable “tono–no tono” afecta, pero no signi-
labras incongruentes obtienen un tiempo de ficativamente, a la respuesta inferencial.
lectura mayor que las palabras congruentes. Segundo, que los tiempos de lectura de
De igual manera, los tiempos de lectura de las los target congruentes fueron significativa-
palabras congruentes en ambas densidades y mente inferiores a los tiempos de lectura de
con porcentajes distintos no son significativa- los target incongruentes. Por lo tanto, estos es-
mente diferentes. Por otra parte, es importan- tudios sugieren que independientemente de la
te resaltar que las palabras incongruentes en realización de la tarea de atención dividida, la
la densidad emocional alta (36 narraciones habilidad de los sujetos para activar el cono-
emocionales y 12 no emocionales) obtuvieron cimiento emocional se altera, pero no signifi-
un tiempo de lectura mayor que las palabras cativamente, y por lo tanto, no hay consumo
incongruentes en la densidad baja (12 narra- en la capacidad cognitiva y las inferencias
ciones emocionales y 36 no emocionales). emocionales se generan automáticamente.
Esto sugiere que a mayor contenido emo- Para corroborar estos datos y eliminar
cional es más fuerte la activación del cono- así la posibilidad de que la tarea anterior no
cimiento de los estados emocionales y que demandaba suficiente atención, decidieron
dicha activación emocional afecta sólo a los realizar dos experimentos más, los cuales de-
tiempos de lectura en las palabras incon- mandaban cierto grado de atención y memo-
gruentes, puesto que los estados emocionales ria, por un lado, y atención y memoria acu-
congruentes ya están altamente activados en mulada, por otro. En el primer experimento
el contenido de las narraciones. En resumen, se diseñaron tres condiciones distintas: a un
tras estos resultados se sugiere que los lectores primer grupo de participantes se les pidió que
no emplean ninguna estrategia de lectura. clasificaran tonos altos y bajos mientras rea-
Pero, ¿inferir los estados emocionales lizaban la lectura de los textos; a un segundo
consume capacidad cognitiva? Para respon- grupo se le pidió únicamente que leyeran tex-
der esta pregunta Gernsbacher et al. (1998) tos, y finalmente, a un tercer grupo se le pidió
realizaron una tarea de tiempo de lectura con que recordara partes del texto expuesto.
actividades de atención dividida y memoria, En el segundo experimento se realizaron
considerando con ello que la memoria cuen- dos condiciones: en la primera se les pedía
ta con un proceso automático, y el proceso a los participantes que identificaran los tonos
atencional, maneja un proceso intencional. altos y bajos mientras leían los textos (igual
Por consiguiente, el uso más intencional de la al experimento anterior), y en el segundo, los
memoria debe estorbar en una tarea de aten- participantes realizaban la lectura mientras
ción dividida. En contraste, la recuperación memorizaban cuatro letras que se presenta-
más automática de la memoria es invariable ban a lo largo del texto. Posteriormente, los
a través de situaciones de atención dividida. lectores tenían que decidir en una serie de
Considerando esta distinción, Gernsbacher letras si alguna de las presentadas con ante-
et al. propusieron que si la habilidad de los rioridad estaba presente en esta secuencia.
lectores para activar el conocimiento emo- En general, los resultados mostraron que
Sección cional no estaba implicada cuando ellos
simultáneamente realizaban una tarea de
los tiempos de lectura de los textos congruen-
tes e incongruentes fueron más rápidos cuan-
atención dividida, podría asumirse que la in- do no se pedía una identificación de tonos
formación fuese relativamente accesible. (altos-bajos) y una demandaba de memoria
De esta manera, mientras los partici- (o memoria acumulada). Sin embargo, la dife-
pantes leyeron las narraciones emocionales rencia entre los grupos no fue significativa. Se
y de control (sin contenido emocional), rea- consideró con ello que emplear tareas de me-
lizaron al mismo tiempo una tarea de iden- moria y/o atención dividida sí afecta al rendi-
tificación de tonos altos y bajos (colocados miento cognitivo, pero no tanto como para in-
aleatoriamente). Los resultados confirmaron fluir de manera determinante en la activación
dos aspectos importantes. Primero, que no del conocimiento emocional de los sujetos.
hubo diferencias significativas en los tiem- Por otra parte, al comparar los target
pos de lectura de los target congruentes con congruentes e incongruentes (sin considerar
y sin tono, y entre los target incongruentes la tarea de atención dividida y/o de memo-
en ambas condiciones. Por lo tanto, la va- ria), encontraron que los tiempos de lectura
59
Capítulo 4. Inferencias emocionales en los procesos de comprensión del discurso | Dávalos y León
fueron significativamente menores cuando tar los estados emocionales de los personajes,
los target eran emocionalmente congruentes como ya señalaron los trabajos de Gernsba-
que cuando eran incongruentes. Por lo tanto, cher et al. (1992; Gernsbacher y Robertson,
la activación del conocimiento emocional so- 1992), el lector también debe de ser capaz de
bre los estados emocionales es un componen- actualizarlos según se desarrollen los aconte-
te relativamente fácil de activar. Finalmente, cimientos de la narración. Para llevar a cabo
Gernsbacher et al. (1998) en un último experi- esta investigación elaboraron una serie de na-
mento (con emociones explícitas e implícitas, rraciones, como la ilustrada a continuación:
congruentes e incongruentes en ambos casos), “La llegada de la hija
mostraron que, independientemente de cómo Alicia vio que todavía eran las once. Iba
se presente la emoción, los tiempos de lectura a cenar, no esperaba por su hija de quince
son mayores en la condición incongruente. años que había salido con las amigas. Como
En resumen, estos primeros estudios rea- ya se imaginaba, ésta apuraría el tiempo has-
lizados por Gernsbacher et al. (1992; Gerns- ta el final y cogería el último autobús de las
bacher et al., 1998; Gernsbacher y Robertson, doce y media. Tomó un baño, se preparó
1992) mostraron cómo los lectores pueden una cena, y se tendió en el sillón a ver una
inferir los estados emocionales de los perso- película cómica que estaban poniendo.
najes involucrados en una historia, ya sean de [Alicia se sentía en ese momento bastan-
forma implícita o explícita. De esto se deduce te preocupada/tranquila] (frase crítica)
que para generar un modelo mental no sólo Sobre las doce y media se asomó a la
se requiere de la activación de conocimien- ventana para verla llegar. Sin embargo, Alicia
tos –inferencias involucradas con relaciones vio al autobús continuar de largo. Su hija no
causales, temporales, espaciales, consecuen- venía en él.
cias de eventos, objetivos, planes y metas [Alicia se sentía en ese momento bastan-
que motivan las acciones-, sino que tam- te preocupada/tranquila] (frase crítica)
bién se infieren los estados emocionales. La educación en libertad tenía esas conse-
Dichas inferencias emocionales no con- cuencias” (de Vega, Díaz y León, 1999, p. 297).
sumen capacidad cognitiva, por lo tanto, Los tiempos de lectura en estos experi-
se activan de forma automática o durante mentos confirmaron los hallazgos de Gerns-
la comprensión de la narración (como su- bacher et al. (1992; Gernsbacher et al., 1998;
gieren Graesser et al., 1997). Finalmente, Gernsbacher y Robertson, 1992). Los lectores
consideran que la representación mental fueron sensibles a la coherencia o incoheren-
de los estados emocionales es relativamen- cia de la emoción con los sucesos previos.
te precisa, pues en ella, no sólo se reflejan Pero, además, pudieron comprobar que la
rasgos emocionales generales tales como representación de la emoción del protago-
la valencia, sino que es lo suficientemen- nista no es estática, sino que se actualiza se-
te rica como para distinguir entre estados gún van apareciendo nuevos contenidos.
emocionales semánticamente próximos. Tras analizar los resultados, de Vega et al.
(1996) consideraron que estos podían depen-
2.2 Carácter dinámico de las
Sección emociones
der (al menos parcialmente) de la presencia
explícita de un término emocional, lo que
Desde otra perspectiva, de Vega, León y Díaz obligaba al lector a considerar retrospectiva-
(1996) realizaron una serie de investigacio- mente su adecuación al contexto preceden-
nes dirigidas a explorar los aspectos diná- te. Teniendo este factor en cuenta, realizaron
micos de las representaciones emocionales, un nuevo experimento en el que sustituyeron
señalando que a lo largo de las narraciones las frases emocionales. En lugar de presentar
hay un proceso dinámico y permanente que la frase: Alicia se sentía preocupada/tranqui-
establece las metas, las submetas, intentos la, se mostraba esta otra: Alicia no paraba de
por alcanzarlas, desvíos en las acciones, etc., fumar, o bien, Alicia se quedó amodorrada
y en directa relación con estas modificacio- en el sillón. Los resultados obtenidos en este
nes se sitúan los estados emocionales de los experimento fueron similares al anterior.
personajes que también suelen alterarse. Las frases congruentes obtuvieron un
Estos autores trabajaron tras el supuesto tiempo de lectura menor que las frases in-
de que si una persona es capaz de represen- congruentes, independientemente de que las
60
emociones se mostraran de forma explícita da, bien, satisfecha, serena, aliviada, saluda-
o implícita. Los autores concluyeron que los ble, radiante,… Historias como ésta generaron
lectores no sólo infieren e incluyen estados entre 16 y 42 etiquetas emocionales. En otro
emocionales en sus representaciones mentales experimento presentaron una tarea de tiempo
(incluso en ausencia explícita de los mismos) de lectura bajo cuatro condiciones diferentes:
sino que, además, los estados emocionales emociones congruentes específicas (e.g., de-
suelen ser dinámicos. Ello implica que para presión y otras palabras empleadas por Gerns-
“comprender” una narración, el lector debe bacher et al., 1992), emociones congruentes
ser capaz de identificar las emociones de los sinónimas (e.g., miserable), emociones con-
protagonistas, actualizando su representación gruentes similares (e.g., inútil), y emociones
mental cada vez que haya un cambio de lugar, incongruentes (palabras emocionales pero
de tiempo en la secuencia en los eventos, o de con valencia opuesta al contexto, e.g., feliz).
los objetivos e intenciones de los protagonistas Los resultados obtenidos no revelaron diferen-
(cambios en la coherencia local del texto). cias significativas entre las palabras emocio-
Este dinamismo en las emociones juega nales congruentes, sinónimas y similares.
un papel muy importante en la representación Sin embargo, sí se detectó un tiempo
mental del lector, pues a través de éste, se pue- de lectura significativamente mayor cuando
de integrar el contenido que está ampliamente se compararon las palabras emocionalmen-
distribuido a lo largo del texto y contribuye te incongruentes con las tres condiciones
a la coherencia global de la historia (Díaz emocionalmente congruentes. Estos autores
y de Vega, 2003; de Vega et al., 1996). concluyeron que la información emocional
inferida es más general que específica.
2.3 Hipótesis de especificidad Tras estos resultados, sugieren que la no
emocional especificidad puede deberse a dos razones. La
Las investigaciones hasta este momento sugie- primera deriva de la idea de que las emociones
ren que los lectores infieren emociones mien- son construidas por un grupo de componentes
tras leen (online). Sin embargo, no determinan o subcomponentes como, por ejemplo, la va-
el momento en el cuál se generan este tipo lencia y la intensidad (la combinación de es-
de inferencias (Gygax, Oakhill y Garnham, tos elementos define una emoción específica).
2003). De igual manera, estas investigacio- Así, ante una situación concreta, los compo-
nes introducen la noción de especificidad, la nentes son percibidos e identificados a través
cual es cuestionada por Gygax et al. (2003; de un proceso de valoración-evaluación según
Gygax, Garnham y Oakhill, 2004; Gygax, Ta- se desarrolle la situación (Alvarado, 1998; Or-
piero y Carruzzo, 2007). Estos investigadores tony y Clore, 1989; Ortony y Turner, 1990).
sugieren que una persona no sólo es capaz La segunda razón está relacionada con la
de inferir una emoción específica ante una identificación del lector con el personaje de
misma situación, sino que es capaz de ge- la historia. El lector debe sentirse identificado
nerar más de una inferencia emocional ante con las metas y acciones del personaje para
un mismo estímulo. Para demostrar este su- poder involucrarse de forma activa en la situa-
puesto, Gygax et al. (2003) emplearon una
Sección tarea de frases incompletas, por ejemplo:
ción presentada en el texto y construir un mo-
delo mental. Todo esto, claro está, sin olvidar
“Andrea se despertó y un rayo de sol que el texto necesita proveer al lector de una
entraba por su ventana. Se levantó y se en- información contextual apropiada y suficiente
contró con un bello día. Como había teni- para que pueda adoptar las metas y acciones
do una semana muy productiva, sabía que del protagonista. Si la información contextual
no tenía nada urgente que hacer. Se preparó es apropiada, clara y suficiente, permitirá la
un té de hierbas y se paró enfrente del por- identificación del lector con el protagonis-
che simplemente a empaparse de sol. Andrea ta y le ayudará a determinar la intensidad
se sentía…” (Gygax et al., 2003, p. 419). de las emociones que está experimentando
Los resultados mostraron cómo los par- el personaje de la historia (Oatley, 1999).
ticipantes generaron más de una inferencia Gygax et al. (2004) consideraron que
emocional, todas apropiadas al personaje de los elementos presentados en la investiga-
la historia. En el caso del ejemplo de Andrea ción anterior pueden no ser suficientes para
éstas fueron: contenta, relajada, feliz, calma- identificar los componentes necesarios para
61
Capítulo 4. Inferencias emocionales en los procesos de comprensión del discurso | Dávalos y León
inferir emociones específicas. Los lectores vo para que los lectores puedan generar una
podrían estar identificando los componentes inferencia emocional específica, Gygax et al.
correctos, pero el valor que se atribuye a estos (2004) realizaron nuevamente una tarea de va-
posiblemente no esté bien especificado. loración de historias, seleccionaron 24 histo-
Para comprobar este supuesto, emplea- rias ambiguas y 24 historias congruentes. A los
ron nuevamente una tarea de valoración de lectores se les mostraban las historias y ellos
palabras y la tarea de tiempo de lectura. En la debían responder a la pregunta: ¿tú crees que
primer tarea, los participantes leían historias es necesaria más información para clarificar
largas y cortas (las historias fueron valoradas la conducta de… [personaje principal]?; para,
previamente y expresaban claramente los ele- posteriormente, valorarla en una escala de 1
mentos inductores a la emoción del personaje (no, ya queda claro) a 7 (sí, no queda claro). A
principal) y, tras finalizar la lectura, elegían las historias se les añadieron emociones (con-
entre cuatro opciones presentadas: emociones gruentes específicas, sinónimas, similares e
congruentes específicas (las propuestas por incongruentes) y los participantes nuevamente
Gernsbacher et al., 1992), congruentes simi- valoraban en una escala de 1 (no es muy proba-
lares, congruentes sinónimas e incongruentes. ble) a 7 (muy probable) la probabilidad de que
Los resultados mostraron un mayor porcentaje el personaje principal sintiera esa emoción.
de elección de emociones congruentes espe- Tras esta valoración y selección de tex-
cíficas en la versión larga que en la corta. tos, sometieron a tiempos de lectura única-
Por consiguiente, es posible que la in- mente las historias ambiguas. Los resultados
ferencia emocional específica esté adheri- mostraron, al igual que en los anteriores,
da a una información extra (más atractiva, que no existe diferencia significativa entre la
clara, suficiente, etc.) relacionada con el condición congruente específica, sinónima
estado emocional del personaje principal y similar, y que sí existe diferencia significa-
y, que gracias a ello, los lectores sean capa- tiva entre las tres condiciones congruentes y
ces de inferir emociones más específicas. la incongruente. Gygax et al. (2003, 2004)
En otro estudio posterior realizaron la concluyeron que la combinación de los di-
tarea de tiempo de lectura empleando úni- ferentes componentes emocionales inferidos
camente las historias largas. Al finalizar cada por los lectores no conducen, por lo menos
una de ellas, presentaron nuevamente los tres durante la lectura, a inferir sobre una emo-
grupos de palabras congruentes y la palabra ción específica. Por consiguiente, las infe-
incongruente. Los resultados no mostraron rencias emocionales son más específicas
diferencias entre los tres tipos de condicio- cuando los lectores tienen mucho tiempo o
nes congruentes: emociones específicas, si- el tiempo necesario para realizar un juicio.
nónimas y similares. Sin embargo, sí hubo En resumen, estos investigadores asumen
diferencias significativas entre el tiempo de que las emociones (resultado de las circuns-
lectura entre la condición congruente y la tancias del contexto, de las relaciones de es-
incongruente. Estos resultados sugieren, pri- tas circunstancias, de las metas personales y
mero, que cuando se presenta una historia de sus creencias) están compuestas por varios
Sección con varios elementos contextuales se facili-
ta la especificidad en la inferencia emocio-
elementos, y que, por lo tanto, al realizar in-
vestigaciones con contenidos emocionales,
nal y, segundo, que si la lectura se realiza es importante considerar dichos elemen-
sin límite de tiempo, los participantes nue- tos, entre ellos, la valencia y la intensidad.
vamente infieren emociones específicas. Cuando una situación es valorada emocio-
Lo anterior nos sugiere que la especi- nalmente, estos componentes son seleccio-
ficidad o no de una inferencia emocional nados y evaluados. Las combinaciones de
está determinada por la cantidad de ele- estos representan emociones particulares.
mentos descritos en el contexto de la his- Por ejemplo, la tristeza es una emoción
toria y el tiempo que se tiene para reflexio- de bajo nivel, su componente de valencia
nar sobre los estados emocionales de los es negativo y la intensidad es relativamente
protagonistas, se identifiquen con él y así suave. Otro componente emocional es la res-
determinen una emoción específica. puesta fisiológica. Cuando alguien siente tris-
Siguiendo el supuesto de que el conte- teza puede llorar. Por otra parte, la depresión
nido de las historias debe ser claro y atracti- es una emoción de alto nivel, es una emoción
62
duradera, su intensidad es alta y su valencia es mental y, por lo tanto, una rápida incorpora-
negativa. Tras estos componentes o subcom- ción al mismo. Por el contrario, si un tiempo
ponentes emocionales Gygax et al. (2003, de lectura es largo, indicaría lo contrario.
2004) argumentan el por qué los lectores En un nuevo experimento Gygax et
no infieren emociones específicas, sino más al. (2007) registraron los tiempos de lectu-
bien, infieren varios componentes emocio- ra a través del paradigma del propio ritmo
nales compartidos por emociones similares y de lectura (auto-pase). Se presentaron histo-
algunos de estos pueden ser específicos (e.g., rias de relleno (congruentes e incongruen-
la valencia). En este sentido, si los lectores in- tes) sin contenido emocional (en este caso
fieren la valencia de una situación dada, pue- sólo describían una secuencia de conduc-
den generar una inferencia específica, pero no tas). En este estudio todas las historias fue-
infieren, una emoción específica. Estos auto- ron cortas. En la condición experimental se
res no explican, el por qué dichas represen- emplearon cuatro frases como target, tal y
taciones emocionales no son específicas. como se muestra en el siguiente ejemplo.
Gygax et al. (2003, 2004) sugieren que Historia experimental:
durante el proceso de lectura, los lecto- “Suzanne regresó de su regular vi-
res no representan emociones específicas, sita a la residencia de la tercera edad.
sino generales. Es por ello que Gygax et al. Ella caminaba despacio desde la residen-
(2007) dirigen sus estudios hacia la no es- cia hasta su casa. Ella pensó en los días en
pecificidad de las representaciones menta- que su abuela tenía el corazón fuerte. No
les, considerando que esta no especificidad pudo retener sus lágrimas al pensar que
se debe a que los lectores incluyen algunas su abuela estaba sola en su habitación.
respuestas psicológicas conductuales en las Frases target:
representaciones mentales de la situación. a. Emoción congruente: Suzanne se estaba
Esta respuesta psicológica conductual pue- sintiendo triste.
de ser cualquier movimiento o falta de mo- b. Emoción incongruente: Suzanne se es-
vimiento en la respuesta de la situación. taba sintiendo feliz.
Por ejemplo, alguien puede cerrar el puño c. Conducta congruente: Se sentó en el
en respuesta a una situación frustrante o “he- sofá envuelta en una manta.
larse” en respuesta a una situación de miedo. d. Conducta incongruente: Ella bailó
Esencialmente, tal información es la respuesta toda la noche, ella enseñaba siempre a los de-
psicológica que el protagonista principal rea- más cómo divertirse.”
liza en alguna situación. Para estos autores Los resultados indicaron, por una parte,
esta respuesta resulta relativamente fácil de que los tiempos de lectura en la condición in-
inferir, al menos más fácil que una respuesta congruente (conducta y emoción) fueron más
emocional compleja y abstracta. Por lo tanto, lentos que en la condición congruente (con-
esta información es conectada a un construc- ducta y emoción). Por otra parte, los tiempos de
to emocional. Es decir, los lectores construyen lectura en la condición congruente (conducta
inicialmente una representación a través de y emoción) fueron similares a la condición
Sección estereotipos o información común (e.g., re-
acción conductual) y es sólo a través de una
neutra congruente (sin contenido emocional).
Con estos datos, los autores concluyeron que
lectura progresiva cuando los lectores pue- no hay distinción entre el proceso inferencial
den formar una representación más elaborada emocional y la integración únicamente de un
(e.g., una emoción específica). Para Gygax et contexto, en este caso, el proceso inferen-
al. (2007) un modelo mental está construido, cial puede ser distinguido de la integración
inicialmente, de elementos conductuales, del contexto cuando el elemento semánti-
y la nueva información (en este caso emo- co es un componente comportamental.
cional), es incorporada posteriormente. Además, los tiempos de lectura en la con-
La integración de esta información no dición congruente conductual (e.g., Se sentó
es dicotómica, más bien se ve como un con- en el sofá envuelta en una manta) fueron sig-
tinuo que se repite cada vez que se lee una nificativamente más rápidos que los obtenidos
frase. Un tiempo de lectura corto en las fra- en la condición emocional (e.g., Suzanne se
ses que se presentan, indicaría, entonces, estaba sintiendo triste). Estos resultados sugie-
cierta cercanía a la estructura del modelo ren que la información conductual está más
63
Capítulo 4. Inferencias emocionales en los procesos de comprensión del discurso | Dávalos y León
cercana a la representación mental del partici- de lectura entre las frases que contienen mise-
pante, considerando con esto que la informa- rable, deprimido o inútil. Estos tiempos de lec-
ción conductual es un mejor “marcador” de tura no son diferentes porque los tres estados
las representaciones mentales de los lectores emocionales comparten componentes emo-
que las emociones per se. Dado lo anterior, cionales comunes que están probablemente
Gygax et al. (2004) sugiere que los lectores en la representación mental del lector. Algu-
pueden sólo inferir parte(s) (e.g., componen- nas conductas habituales están ligadas a varias
tes conductuales comunes) de un constructo emociones, por eso no sorprende que varias
emocional complejo en sus representaciones emociones sean igualmente inferidas. Consi-
mentales. Es decir, los lectores pueden atri- derando con esto que las inferencias emocio-
buir intuitivamente o subjetivamente emo- nales son una elaboración de una represen-
ciones al personaje de la historia, pero estos tación emocional compleja y que tienen una
sentimientos son muy difíciles de incorpo- secuencia específica, en donde el primer paso
rar en sus representaciones mentales, pues- es generar un componente conductual inclui-
to que sólo incluyen algunos componentes do en la representación de la situación.
en la construcción de su representación.
Cabe señalar que estos investigadores 3. A modo de resumen
no sugieren que los lectores no son capa-
ces de inferir emociones específicas o emo- Las inferencias emocionales juegan un pa-
ciones complejas, sino más bien, que la ca- pel muy importante en la construcción activa
pacidad de procesamiento está limitada y del modelo mental. Sin embargo, no existen
que las emociones pueden ser totalmente muchos estudios que aborden este tipo de
integradas en las representaciones menta- inferencias. Los primeros trabajos realiza-
les de los lectores en un proceso de lectura dos por Gernsbacher et al. (1992), Gernsba-
normal. Retomando la propuesta de que la cher et al. (1998), Gernsbacher y Robertson
construcción de las inferencias es un proce- (1992), muestran como los lectores infieren
so secuencial, la lectura natural aporta más los estados emocionales explícitos e implí-
tiempo, y los lectores pueden inferir más citos de los personajes de las historias.
componentes de la emoción, generando una Dichas inferencias emocionales no con-
representación mental más exacta de los es- sumen capacidad cognitiva; asumiendo, por
tados emocionales de los protagonistas. lo tanto, que se activan de forma automática o
Otra explicación de estos resultados pue- durante la comprensión de la narración; con-
de ser que los lectores forman una “estructura sideran de igual manera que la representación
del modelo situacional (armazón de la estruc- mental de los estados emocionales es relativa-
tura)” compuesta de diferentes elementos im- mente precisa, pues en ella, no sólo se refle-
plícitos y explícitos, como son las conductas jan rasgos emocionales generales tales como
comunes. Los lectores acumulan gradualmen- la valencia, sino que es lo suficientemente rica
te estos elementos, los unen a la información como para distinguir entre estados emociona-
adecuada para codificar una representación les semánticamente próximos. De Vega et al.
Sección emocional específica o compleja. Es decir,
los lectores necesitan varios elementos par-
(1996) se suman a los resultados anteriores y,
gracias a sus investigaciones, añaden el carác-
ticulares (respuestas o conducta psicológica) ter dinámico de estas inferencias. Finalmente,
para generar la representación de una emo- Gygax et al. (2003, 2004, 2007) asumen que
ción específica (constructo más abstracto). las emociones están compuestas por varios ele-
En condiciones normales los lectores sólo mentos, entre ellos, la valencia y la intensidad,
pueden inferir algunos componentes de la y que por tal motivo, los lectores no infieren
construcción semántica de las emociones. emociones específicas, sino más bien, infieren
En resumen, Gygax et al. (2007) siguen los componentes emocionales compartidos
considerando la no especificidad porque no por emociones similares y algunos de estos
encuentran diferencias significativas entre va- pueden ser específicos (e.g., la valencia).
rias emociones. Por ejemplo, en una historia
donde un hombre pierde su trabajo, tiene un
accidente en su coche y su esposa quiere di-
vorciarse, no hay diferencias en los tiempos
64
Sección
Capítulo 5
Una herramienta para motivar: la mediación
cálida
Raquel De Sixte Herrera
Universidad de Salamanca (España)
S
omos muchos los que compartimos el mos para poder lograrla. Debemos considerar
interés por conocer el papel de la mo- también los motivos que impulsarán nuestro
tivación y la emoción en contextos de comportamiento, el modo en que nos vemos
logro como el aula1. Su estudio ha recibido a nosotros mismos afrontándola e incluso las
gran atención por parte de la investigación y emociones que podrán acompañarnos a lo lar-
en especial en los últimos años (Boekaerts, go del proceso, ya que no nos serviría de mucho
2002; Covington, 2000; Linnenbrink, 2006; saber qué queremos o debemos alcanzar, si no
Meyer y Turner, 2002; Perry y VandeKamp, consiguiéramos gestionar esas emociones.
2000; Pintrich y Schunk, 2006; Sinatra, 2005). Por ejemplo: “Imaginemos que nos aca-
Desde un punto de vista más divulgativo, fruto bamos de enamorar justo antes de iniciar
de este interés, encontramos los estudios so- nuestra andadura en la universidad. Evoque-
bre inteligencia emocional (Goleman, 1995; mos juntos ese maravilloso estado de áni-
Mayer y Salovey, 1995) o el reciente campo mo. ¡Todo es maravilloso!, ¿verdad? Todo el
de la psicología positiva (Csikszentmihalyi, mundo es amable, la vida es generosa, los
1998). Pero, ¿por qué? ¿Por qué es una pre- amigos son los mejores… y de repente nos
ocupación que parecemos compartir todos? vemos a nosotros mismos con asombro en
¿Cuál es la relevancia de estas cuestiones? el curso de una clase preguntándonos, ¿de
Uno mismo, cuando piensa en estos te- qué están hablando ahora? ¡¿Motivación in-
mas, puede llegar a concluir de una forma trínseca, extrínseca?! ¡¿Eficacia personal?! …
bastante intuitiva que las experiencias motiva- Pero qué dicen!!! NOS ACABAMOS DE PER-
cionales y emocionales condicionan podero- DER. Vaya con la emoción positiva. Ahora
Sección samente nuestro bienestar y calidad de vida. mismo no nos está ayudando a entender la
Al parecer, en esta ocasión, la intuición y el materia, y las probabilidades de sacar bue-
sentido común caminan parejos con la inves- na nota en esta asignatura, de repente, están
tigación. La investigación nos ha permitido en riesgo. ¿No debemos enamorarnos?
constatar la relevancia de tales experiencias, Por Dios, sí. Entonces, ¿qué podemos
pero además, nos ayuda a ir un poco más allá, hacer para no tener que renunciar a nada?
ya que una cosa es conocer su influencia y Sería estupendo que alguien más experto
otra muy diferente estudiar y aprender formas nos ayudara a gestionar esa emoción, al me-
de gestionarla. Así, sabemos, por ejemplo, que nos, en ese preciso instante”. De eso se tra-
para lograr distintos objetivos no vale sólo con ta precisamente. Con cierta ironía, se invita
1 Esto es, contextos donde para alcanzar una o va- al lector a considerar el poder de una expe-
rias metas necesitamos la ayuda de otro, puesto que aún riencia emocional o motivacional dentro de
no contamos con un modo prestablecido de lograrlo (por un contexto de logro. Y no sólo el conocido
ejemplo, interacción profesor-alumnos en contexto de
aula, la interacción entre un psicólogo y su paciente duran- poder, a menudo devastador, de determina-
te sesiones de asesoramiento, etc.).
67
ciar o cambiar nuestra meta por una diferente, educativa conduce a que los alumnos se do-
acaban de aumentar exponencialmente. ten de lo que estos teóricos vienen en llamar
Habiendo entendido esta idea esencial, estrategias volitivas, como el control emo-
podemos comprender que durante un mo- cional, dedicadas justamente a operar cons-
mento post-decisional nuestra mente ya no cientemente con emociones (aburrimiento,
está orientada a anticipar realidades futuras ansiedad, frustración, euforia, etc.) que pue-
(como era el caso de lo pre-decisional) sino dan poner en riesgo la conservación del com-
a resolver realidades tangibles. Nuestra mente promiso. ¡Cuántas cosas importantes a tener
ya no está en un estado motivacional de deli- en cuenta desde el punto de vista cálido para
beración, sino volitivo (de voluntad) donde lo obtener un logro determinado! ¿Lo había visto
esencial es llevar a cabo una acción que faci- alguna vez así? Parece que con la información
lite el logro de la meta elegida. Considerando de que vamos disponiendo hasta el momento,
la relevancia del compromiso asumido con es más que razonable considerar la necesi-
dicha meta, en este momento nuestra mente dad de ayudas dirigidas a facilitar este tipo de
trabajará por mantenerlo con la fuerza sufi- procesos (ayudas o mediaciones cálidas).
ciente. ¿Cómo? Actualizando su deseabilidad Hasta ahora, hemos podido entender lo
y viabilidad en el transcurso de la realización que sucede en un momento pre-decisional y
(más adelante entenderemos mejor cómo se post-decisional, así como el salto o cambio
podría llevar a cabo dicha actualización). cualitativo que tenemos que llevar a cabo
En esas supervisiones del compromiso cuando pasamos de ‘pensar en lo que hay que
nos tocará decidir si continuamos con nues- hacer’ (pre-decisional) a directamente ‘ha-
tra meta, la reajustamos teniendo en cuenta la cerlo’ (post-decisional). Nos queda un tercer
nueva información que vaya surgiendo o bien momento o fase, post-acción. Mientras que a
la abandonamos definitivamente por otra op- nivel frío llevamos a cabo una estimación de
ción. Me gustaría que el lector se detuviera los resultados obtenidos, en paralelo, a nivel
conmigo unos momentos en una reflexión im- cálido necesitamos explicarnos esos logros o
portante (al menos en mi caso, así fue). Con lo fracasos. Pero vayamos por partes. Finalizada
expuesto hasta el momento, es fácil entender la acción (post-decisional), ¿qué hacemos?
que en post-decisional resulta necesario pro- Desactivamos el compromiso que ha
teger aquello por lo que se ha optado desde guiado nuestros pasos durante la realización
la convicción (compromiso) de alcanzarlo. (bien porque concluimos haber alcanzado
Pero, ¿qué pasaría si no fuéramos capa- nuestra meta, bien porque observamos que no
ces de advertir que la opción elegida resulta podemos lograrla). Sólo así podemos pasar a
inalcanzable? Podría suponer claras desven- evaluar posibles logros o fracasos. Si se fijan,
tajas, ¿no cree? Al respecto, Kuhl y Goschke nuestra mente regresa de nuevo a un estado
(1994) señalan que el individuo debe ser ca- motivacional, dejando atrás cualquier esfuer-
paz de cambiar un curso de acción por otro zo propio de la volición. Eso sí, en este caso
diferente si se detecta una modificación im- (a diferencia de un momento pre-decisional)
portante en la situación. Por supuesto, no es los objetivos son valorar si hemos alcanza-
Sección fácil encontrar un equilibrio entre ambas exi-
gencias (‘conservar la meta’ ante las distintas
do nuestra meta y cuáles son las explicacio-
nes posibles. Probablemente, para obtener
presiones; ‘revisar la meta’ cuando la reali- respuestas, nuestra mente contrastará lo ele-
dad nos informa de que es inalcanzable). De gido en pre-decisional con lo acometido en
hecho, en cierta medida estamos abocados post-decisional. En este momento, llevamos
a perseverar en nuestras decisiones (en caso a cabo una lectura retrospectiva que nos va
contrario no habría una verdadera elección y a permitir evaluar el resultado (real) de la
compromiso) y, al mismo tiempo, a tener que actuación como logro o fracaso, en relación
estar abiertos a su revisión cuando se acumu- a la meta que pretendíamos alcanzar5.
lan las evidencias en contra de su logro. Dentro de esta lectura, lo verdaderamen-
En el contexto educativo, por ejemplo, la te interesante es la posibilidad de llevar a cabo
presión se dirige más bien a dotar a los alum-
5 Procesos auto-evaluativos, auto-reflexivos – ¿qué
nos de recursos para perseverar en las tareas he conseguido, hasta qué punto? – y atribucionales – ¿por
y superar la frustración, la ansiedad, el abu- qué? – (Bandura, 1999; Zimmerman, 2000) protagonizarán
dicha lectura, fomentando el advenimiento de diversas
rrimiento, la tentación, etc. Esto es, la presión conclusiones al respecto.
70
una evaluación mediada por la activación del Desde una visión de conjunto, teniendo
pensamiento causal (interpretación subjeti- en cuenta la dimensión fría y cálida de nuestra
va de la causa que ha originado el resultado, mente, ¿cómo podemos describir lo que su-
esto es, el logro o no logro de la meta). Las cede cuando tenemos que resolver un nuevo
conclusiones a las que lleguemos (“tuve suer- problema? Por el momento, sabemos que en
te”, “fue fácil”, “me esforcé mucho” “se me este tipo de situaciones pasaremos por tres
da bien”) pueden determinar la realización grandes fases, tanto desde el punto de vista
de una anticipación de situaciones futuras de frío como cálido. Pero para dar respuesta a
logro o lectura prospectiva. En términos más las preguntas que guían estas líneas, debe-
clásicos, diríamos que realizamos una atribu- mos detenernos en analizar con mayor pro-
ción causal que siguiendo a Bernard Weiner fundidad el mapa de lo cálido. Hasta ahora,
(1985, 1986) puede corresponder a diversas conocemos la dinámica temporal con la que
dimensiones: podemos atribuir la causa a algo ordenamos los procesos motivacionales en
interno o a algo externo, y esa causa puede ser un contexto de logro, pero queda una cues-
valorada como algo estable o inestable y ade- tión por resolver para ser capaces de antici-
más, como algo controlable o no controlable. par posibles ayudas cálidas: ¿qué pasa dentro
Estas dimensiones activan ciertas emociones de cada uno de nosotros cuando estamos en
que están ligadas a la propia consideración de pre-decisional, post-decisional y post-acción?
uno mismo (orgullo, decepción), a la visión Es decir, de qué depende el resultado en cada
que atribuimos a los demás sobre nosotros uno de esos momentos. En el siguiente apar-
mismos (culpa, vergüenza) o al curso ulterior tado terminaremos de esbozar este mapa.
de la acción (esperanza/desesperanza). 1.2 Procesos que se movili-
Por supuesto, como veremos más ade- zan desde el punto de vista cáli-
lante, esos diálogos con nosotros mismos do: ‘3 momentos x 3 variables’
pueden verse apoyados por la acción de quie- Por ahora, sabemos que un primer elemen-
nes nos ayudan. De esta manera se cierra el to fundamental de la propuesta que venimos
círculo, ya que –al igual que sucedía con los describiendo en estas líneas es la temporali-
procesos fríos– las conclusiones en post-ac- zación del proceso motivacional: pre-deci-
ción podrán condicionar la deliberación y sional, post-decisional y post-acción. Y ade-
elección de nuevas metas (pre-decisional) más, que al parecer nuestra mente pasa por
en otras situaciones similares a la vivida. estados psicológicos diferentes en cada uno
Una vez anticipados los procesos impli- de ellos. Recordemos, un estado motivacio-
cados en la resolución de una determinada nal durante la deliberación y elección de
tarea, es posible entender la naturaleza de meta en pre-decisional, un estado volitivo
las ayudas que un profesor, un psicoterapeu- en la realización propia de una fase post-de-
ta, un tutor, un asesor, un padre..., presta en cisional y, de nuevo, un estado motivacio-
su transcurso. Este es el planteamiento que nal en post-acción que nos permitirá eva-
hemos seguido para analizar la interacción luar y explicar posibles logros o fracasos.
entre alumnos y profesores durante la lec- Con esto en mente, lo que necesitamos
Sección tura de textos, la resolución de problemas y conocer ahora es qué sucede dentro de no-
sotros cuando deliberamos y elegimos una
la explicación verbal, entre otros (Sánchez,
1999, 2001; Sánchez, García, Rosales y De meta, acometemos una acción y evaluamos
Sixte, 2008; Sánchez, García, Castellano, logros o fracasos, desde un punto de vista
De Sixte y Bustos, 2008; Sánchez, García y cálido. Para ello, en esta propuesta optamos
Rosales, 2010). En todos los trabajos desa- por la consideración de tres variables mo-
rrollados hasta la fecha, se ha prestado una tivacionales ampliamente estudiadas en el
atención explícita a la dimensión fría (véase campo de la motivación, y que gozan de un
Rosales y Sánchez, 2005, para una relación importante consenso teórico6 : (a) los motivos
de estos trabajos), siendo más reciente nuestro que impulsan nuestro comportamiento, intrín-
interés por analizar las ‘dos caras de una mis- secos y/o extrínsecos, (b) las creencias que
ma moneda’ (Azofeifa, 2010; Azofeifa y De tenemos sobre nosotros mismos (de compe-
6 Entre otros, Csikszentmihalyi, (1997), Deci y Ryan,
Sixte, en este mismo libro; Castellano, 2011; (2000), Eccles y Wigfield, (2002), Elliot, (1999), Elliot y Harac-
De Sixte, 2006; De Sixte y Sánchez, 2010). kiewicz, (1996), Ford, (1992), Frijda, (1993), Harackiewicz y
Elliot, (1993), Harackiewicz, Barron, Pintrich, Elliot y Thrash,
(2002), Lazarus, (1982), Ryan y Deci, (2000a y b).
71
dependen de dos tipos de lectura muy dife- podemos pensar que carecemos de compe-
rentes sobre uno mismo. Una mira hacia el tencias en un momento dado pero vislum-
futuro, es la lectura prospectiva de posibles lo- brar –al prestar atención a nuestra experiencia
gros y/o fracasos, y otra contiene una lectura previa– que podremos afrontar las demandas
retrospectiva de realizaciones previas simila- que vayan surgiendo (creencia de eficacia per-
res a la que en ese momento actual se esté so- sonal alta-creencia de competencia baja).
pesando. Por supuesto, la lectura prospectiva Control. La percepción de control hace
tiene la eventualidad de contemplar las posi- referencia a los pensamientos que tiene un
bilidades que se nos ofrecen o se adivinan en individuo sobre la posibilidad de regular la
el presente; mientras que la retrospectiva ac- conducta por iniciativa y elección personal.
tualiza nuestros logros pasados condicionan- Alude así a los pensamientos que el individuo
do, a su vez, la anticipación que se realice, experimenta en torno a las posibilidades de
en el mismo sentido, a nivel prospectivo. controlar no sólo el refuerzo, sino también
La convergencia e interacción de am- las distintas actuaciones o comportamientos
bas lecturas: la retrospectiva (que da lugar desde los que poder obtenerlo. Por supuesto,
a percepciones con sus emociones asocia- uno puede verse competente y con capacidad
das) y prospectiva (que genera expectati- para acometer una determinada tarea, pero
vas y emociones asociadas) dará lugar a un concluir que hay muchos elementos decisivos
estado cognitivo-emocional presente que que, en ese caso en particular, escapan a su
reflejará las conclusiones de esa doble lec- control (e.g. ‘pese a los conocimientos que he
tura, dando lugar, esencialmente, a cuatro adquirido a lo largo del curso y que me siento
tipos de creencias diferentes, así como a los capaz de afrontar el desafío de este examen,
estados emocionales asociados con ellas: no estoy seguro de que el resultado final de-
Competencia personal. Creencias que penda plenamente de mi actuación…’).
tenemos sobre los recursos, competencias Éxito. En esta categoría incluimos las
y/o conocimientos que podamos tener, en creencias de logro de meta, asentadas o no,
relación a un dominio particular (e.g. per- en las anteriormente descritas. Usualmente,
cepción de destreza o pericia personal). si uno se ve competente, con capacidad de
Auto-eficacia. La creencia de que uno afrontamiento y con un gran control sobre
es capaz de generar el comportamiento re- el curso de los acontecimientos, concluirá
querido para lograr una determinada meta. en una expectativa de éxito alta. Es posible,
En relación al caso anterior, sería posible dis- sin embargo, que las creencias de éxito sur-
tinguir entre los recursos y competencias que jan tras valorar la situación presente desde,
creemos tener para con un dominio en parti- por ejemplo, un optimismo ingenuo (e.g.
cular, y los juicios que realizamos en torno a ‘espero lograr lo que se me plantea porque
las propias capacidades para poner en prácti- me considero una persona afortunada’).
ca, entre otras cosas, tales competencias. Imaginemos juntos a un alumno que se
La auto-eficacia ha sido definida frecuen- dispone a acometer una nueva tarea. ¿Po-
temente como “los juicios acerca de cuán bien dría ser éste un buen ejemplo del diálogo
Sección uno puede organizar y ejecutar los cursos de
acción requeridos para desenvolverse en po-
que sostendría consigo mismo?: “A ver, en
trabajos anteriores ‘fui capaz de afrontar las
sibles situaciones que contengan muchos ele- dificultades que fueron apareciendo’ –per-
mentos ambiguos, impredecibles y a menudo cepción alta de auto-eficacia– ‘aunque, como
estresantes” (Bandura, 1982; p. 391)9 . Es po- ahora, carecía de los conocimientos necesa-
sible entonces que por un determinado mo- rios’ –percepción baja de competencia–. De
mento admitamos poseer competencias para todos modos, ‘creo que podré superar los
hacer algo (nos percibamos competentes), problemas que vayan surgiendo’ –expectati-
pero no tengamos la percepción de que po- va alta de auto-eficacia– ‘si bien ahora mis-
dremos ponerlas en juego adaptativamente en mo no puedo esperar que el éxito vaya a de-
una determinada situación (una baja creencia pender sólo de lo que sé’ –expectativa baja
de eficacia personal). De la misma manera, de competencia (éxito)–. ‘Bueno... yo pue-
9 Zimmerman (1995) especifica: “los juicios perso- do con lo que me echen, así que ¡manos a
nales acerca de las capacidades para organizar y desem- la obra!’, –expectativa de éxito alta basada
peñar conductas que sirvan para obtener determinados
tipos de desempeño escolar” (p. 203).
en creencias de eficacia personal altas–”.
73
Pese a las creencias de competencia per- maestría o aprendizaje, ejecución por apro-
sonal bajas, este alumno imaginario puede ximación y ejecución por evitación. En la
afrontar esta nueva tarea con la esperanza de primera de ellas, buscamos mejorar, esto
desarrollarla con éxito; eso sí, centrando su es, conseguir ser más competente de lo que
atención en sus creencias de eficacia perso- lo hemos sido en el pasado (eso es lo que
nal. Asumiendo que los implicados en una ta- dotaría de dirección a nuestra acción).
rea problemática entrarán en este tipo de diá- Si lo pensamos con detenimiento, la
logos interiores, quizá sea aún más relevante única manera de saber que uno es ‘mejor
el poder interpretar algunos comentarios de que antes’ es comparándose consigo mismo
un profesor (un tutor, un terapeuta, etc.) como (se invita al lector a pensar en algunas de las
ayudas que facilitarían la emergencia de al- declaraciones realizadas por deportistas de
gunas de estas creencias, lo que afectaría –en élite como Rafael Nadal o Pau Gasol). Las
este caso– a su estado motivacional a la hora otras dos orientaciones comparten el hecho
de afrontar esa nueva tarea o meta (pre-deci- de que operan desde la comparación con
sional). Por ejemplo, si un profesor dice: “Es- los demás. Es la denominada orientación a
toy seguro de que, sobre el tema que empe- la ejecución11. Aquí lo que dota de dirección
zamos hoy, sabéis muchas cosas”, podemos a la acción sobre la que se está deliberando
pensar que ese comentario facilita la percep- es la salvaguarda de la propia autovalora-
ción de competencia en la medida en que un ción y no la mejora de la propia maestría.
otro significativo la otorga al interesado. Este proceso de autovaloración puede
Y si añadiese: “aunque es posible que hacerse siguiendo dos direcciones distintas:
ahora mismo penséis que no sabéis nada”, (a) por aproximación, esto es, desde el propó-
podríamos ubicar ese comentario como si el sito de demostrar igual o mayor competencia
profesor acompañase a sus alumnos –leyendo que los demás, y (b) por evitación, donde lo
su mente– en su proceso de lectura retrospec- que buscamos es evitar que parezca que tene-
tiva. Para terminar, si concluye su intervención mos menos competencias que los demás.
como sigue: “Iréis comprobando que sabéis Lo relevante es que la orientación que se
más de lo que creéis ahora mismo”, podríamos asocie con las distintas metas o estados desea-
asumir que el profesor está orientando una po- dos repercute en alguna medida en la elección
sible lectura prospectiva, una lectura que sin final. Por ejemplo, si respecto de un determina-
tales palabras quizás no hubiera surgido. do estado meta ‘X’ el aprendiz desea la aproba-
Por supuesto, quien ha de hacer la lectu- ción de los demás y, además, se percibe poco
ra prospectiva y retrospectiva es en este caso competente (lectura retrospectiva) asumirá
el alumno, pero las palabras del profesor pue- una orientación a la ejecución por evitación o
den favorecer que éste recupere ciertas expe- bien cambiará de meta (pues la deseabilidad
riencias pasadas y no otras, que neutralice –al y viabilidad respecto a su logro serán bajas).
reconocerlas y verlas cuestionadas– alguna Por el contrario, si la dirección u orientación
de sus creencias o que considere posibles es- adoptada fuera hacia la maestría, una percep-
tados futuros que de otra manera emergerían ción de baja competencia no tendría por qué
Sección con menor probabilidad. En definitiva, aun-
que el alumno tiene la última palabra, el pa-
reducir la deseabilidad de esa misma meta.
En la misma línea de lo ejemplificado con
pel del profesor puede ser determinante10. las anteriores variables, sería posible registrar
qué hace, por ejemplo, un profesor para pro-
c) ‘Orientación de meta’ (cómo) mover alguna de estas tres orientaciones.
La última variable recogida en el mar- De este modo, no es lo mismo decir “Lo
co teórico es la relativa al modo de abordar que nos interesa es aprender qué necesitan las
aquello que se desea alcanzar o rehuir. Estas plantas para... No tengáis prisa, cada uno a
orientaciones otorgan dirección al comporta- su ritmo”, que “Ya veo que algunos han sido
miento según el modo en que los implicados capaces de hacerlo antes... ¿Qué pasa con el
entiendan y persigan el logro. En concreto, resto?” o “A ver quién es el último en encon-
distinguimos tres orientaciones diferentes:
11 Creemos posible distinguir entre aquello que
10 Ocurre lo mismo con la dimensión fría de la ta- impulsa al individuo hacia el logro de una meta (motivos
rea, en la que igualmente los comentarios, preguntas, fee- intrínsecos vs. extrínsecos) y el modo en que éste decide
dbacks del profesor acaban formando parte de los conte- abordarlo (orientación de meta). Para una revisión más
nidos elaborados y del modo de hacerlo. profunda, véase, De Sixte (2006).
74
competencia o maestría (en este caso, en el sería aceptar la lectura espontánea que lleve-
área de la lecto-escritura). Sin embargo, es mos a cabo de nuestra experiencia emocio-
fácil intuir la relevancia de generar o facilitar nal: “esto es aburrido luego quiere decir que
estados como éste en un niño/a con este tipo no es interesante y debería abandonarlo”.
de dificultad, puesto que necesitan aprender Las estrategias volitivas como el control
a gestionar su propio aprendizaje, y esto es emocional suponen rehacer el sistema de lec-
algo que difícilmente harán si constante- tura de nuestras emociones, algo que requiere
mente afrontan este tipo de tareas desde la mucho tiempo y ayudas sistemáticas como las
comparación con los demás (habitualmente, que nos proporcionan quienes nos rodean.
evitando mostrar falta de competencia). Siguiendo con el ejemplo, imaginemos
Este tipo de ayudas (dirigidas en este caso que durante la realización el profesor que
a facilitar una orientación de meta de maestría) regula la interacción dice algo como lo si-
podrían contribuir también al grado de desea- guiente: “Esto puede resultaros aburrido y es
bilidad de aquello que se propone (difirien- posible que a todos nos den ganas de dejar-
do, claro está, según cada caso particular). lo. Pero no hay otra solución que continuar.
Así, para saber cuándo hay que dar las Si nuestro objetivo es aprender a dar bien el
ayudas hay que conocer o advertir el espacio revés debemos seguir intentándolo, hasta
temporal en el que nos encontramos, así como poder hacerlo con los ojos cerrados. Vamos
los objetivos y procesos que se activan. Y esto a intentarlo en series de diez en diez. Ya lle-
no es tan sencillo como se podría anticipar en váis seis. Así que, ¡vamos a ver si podemos
un primer momento. Si además conocemos seguir cuatro series más!, ¡Ánimo!!!!”.
las variables motivacionales que nos ayudan ¿Es posible que el profesor haya ayudado
a entender de qué puede depender que se a proteger la meta y a mantener el esfuerzo que
cumplan los objetivos que definen cada mo- su logro precisa? Parece bastante probable12.
mento, podremos dirigir ayudas en un sentido Durante el cierre y anticipación pro-
u otro, en función, claro está, del punto de pios de un momento de post-acción sucede
partida (alumnos, pacientes, tareas, contex- algo similar a lo ya descrito. En este caso, y
to, etc.). En este sentido, será necesaria por para no cansar en exceso al lector, lo con-
nuestra parte una cierta valoración inicial o, veniente es dar ayudas que promuevan tan-
utilizando la nomenclatura que venimos em- to un buen cierre (valoración de logro o fra-
pleando, una toma de decisiones que nos per- casos) como la anticipación de situaciones
mitan mediar con el mayor acierto posible. futuras (expectativas). ¿Qué puede suceder
Lo mismo sucede con los otros dos mo- si no ofrecemos ayudas precisas en post-ac-
mentos (post-decisional y post-acción). Si el ción? Corremos el riesgo de que, por ejem-
objetivo en un espacio dedicado a la realiza- plo, los alumnos no sepan si han logrado o
ción o post-decisional es mantener y prote- no aquello por lo que han trabajado y, por
ger el compromiso asumido con la meta, las tanto, tampoco sepan a qué atribuirlo.
ayudas deberán estar orientadas precisamente Perderíamos control sobre algo esencial,
a eso. En este caso, dado que nuestra men- puesto que cuando abrimos siempre es preci-
Sección te está en un estado volitivo y orientado a la
realización, las ayudas han de ser acordes.
so cerrar, y es posible que los alumnos lleven a
cabo ese cierre por su cuenta y riesgo. Imagine-
Esto es, deben estar dirigidas a facilitar mos que estamos en un seminario de formación
estrategias volitivas (e.g. control emocional, en evaluación e intervención con niños con
control motivacional) que contribuyan a la dificultades en lecto-escritura. Nuestra meta
actualización de la fuerza del compromiso ese día es ‘aprender el mejor modo de llevar a
asumido y promuevan la protección de la cabo una primera sesión de intervención’.
meta que se persigue. Dicho de otro modo, Después de mucho ensayo, si no hay un
deben estar dirigidas a operar de forma es- momento donde poder recapitular las ideas
tratégica con nuestra voluntad. Por ejemplo, 12 En este ejemplo, como el lector habrá anticipado,
la estrategia volitiva de control emocional no sólo se aprecian ayudas cálidas como el control emocio-
facilita el poder operar conscientemente con nal, sino también otras de tipo frío (por ejemplo, cuando el
profesor recuerda la meta) y que contribuyen claramente
emociones que pueden poner en riesgo la a regular el comportamiento respecto de la tarea enco-
consecución de la meta (aburrimiento, an- mendada. No obstante, dados los objetivos de este capítu-
lo, centramos nuestra atención en referir su valor desde el
siedad, frustración, euforia, etc.). Lo natural punto de vista motivacional y volitivo.
76
a cada momento será relevante. ¿Qué tipo 3. Una herramienta para motivar.
de ayudas dar? Además de en función de Algunas recomendaciones generales
los momentos, hay que tener en cuenta otro
factor que se ha venido anticipando a lo A la luz de todo lo que venimos discutiendo,
largo de la exposición: el grado de comple- ¿qué recomendaciones se pueden empezar
jidad de aquello que hay que acometer. a dar? Los trabajos desarrollados hasta ahora
Si la dificultad va aumentando, las ayudas (De Sixte, 2006; De Sixte y Sánchez, 2012)
deberán intensificar su potencia (por ejemplo, nos han permitido registrar distintas formas
ayudas dirigidas a facilitar creencias sobre la de facilitar ciertos estados motivacionales (ta-
propia eficacia personal o el control emocio- bla completa en ANEXO I) específicamente,
nal versus una ayuda de diafonía o empleo dentro del ámbito educativo (interacción pro-
del plural). En un trabajo reciente (De Sixte y fesor-alumnos). Teniendo en cuenta los obje-
Sánchez, 2012) hemos podido verificar que la tivos de este capítulo, y al carecer de espacio
77
procurada y reconocer su responsabilidad ante les conocimientos con las experiencias previas
un posible error (a priori, sin importancia). de sus alumnos. Estas experiencias no aluden a
La importancia de este tipo de reacción, conocimientos académicos anteriores relacio-
a nivel motivacional, reside en los efectos de nados con el dominio objeto de atención (“Las
la misma sobre el alumno que se ha “atrevi- plantas”), sino a las experiencias reales que ha-
do” a corregir las acciones de su profesora. En yan podido vivenciar los alumnos al respecto
este caso, la profesora consigue que el alumno (¿Alguna vez habéis cuidado una planta?).
se perciba con la suficiente autoridad como En el caso de que el desarrollo de la ta-
para, en un determinado momento, corregir rea hubiera generado cansancio y aburrimien-
su actuación. Este acto de atrevimiento sólo se to, esta propuesta podría llegar a despertar el
concibe en aquellos casos en los que el alum- interés de los alumnos y, en consecuencia,
no se perciba partícipe de un contexto de afi- incentivar su implicación en la subsiguien-
nidad seguro. La simetría establecida señala la te acción. El estado de motivación intrínse-
posible satisfacción de una necesidad básica ca podría verse fortalecido y mantenido.
de afinidad y la estimulación o mantenimien-
to de un estado de motivación intrínseca. Tabla 3
Formulación de un ‘desafío óptimo’ en la estimula-
Tabla 2. ción de un estado de motivación intrínseca
Promoción de motivación intrínseca al otorgarse
un ‘valor de utilidad’ a la tarea que se presenta
Estado
Ejemplo Recurso Suscitado
Estado
Ejemplo Recurso Suscitado Refiriéndose
al texto que
Extraídas cada
acaban de leer:
una de las
Profesora: Desafío
necesidades
Entonces ahí óptimo:
de las plantas,
Valoración- también nos dificultad +
la profesora
tarea: Realidad- viene por qué confianza en
plantea la
utilidad. el suelo es auto-eficacia.
siguiente Conexión con “Es difícil
Control del importante Motivación
pregunta: la vida real pero lo podéis
aburrimiento. para las Intrínseca.
Profesora: hacer”
Motivación plantas… (expectativas
¿Vosotros
Intrínseca. ... ¡no lo dice de éxito).
habéis cuidado
muy claro! Emociones
alguna vez una
pero vamos Prospectivas
planta?
a ver, porque Positivas
estos chicos
son listos y lo
A través del ejemplo expuesto en la ta- pueden saber
bla 2, no sólo se facilitaría la aparición en ellos.
los alumnos de un estado de motivación in-
Sección trínseca, sino también el ejercicio de control El fragmento de interacción recogi-
sobre la aparición de una posible sensación do en este ejemplo (tabla 3), representa el
de aburrimiento. En ocasiones, el trabajo en planteamiento de una nueva actividad.
torno a la consecución de una meta pue- Cuando la profesora lo lleva a cabo, en
de prolongarse en el tiempo, aumentando la primer lugar, advierte la dificultad de la ac-
probabilidad de que tengan lugar esas sen- tividad a afrontar. Seguidamente, estimula a
saciones de cansancio y aburrimiento. sus alumnos a abordarla con una cierta con-
Cuando la profesora hace uso de este tipo fianza en su resolución, haciendo hincapié
de acciones (vincular la tarea con su posible en sus capacidades como baza principal para
utilidad), puede despertar el interés dormido argumentar tal determinación. Ambos aspec-
y así ejercer control sobre el aburrimiento. En tos condicionan la valoración de un desafío
este ejemplo en concreto, tras la elaboración óptimo, puesto que el reto a afrontar se asen-
de varias ideas en torno a una meta actual, la taría sobre un equilibrio entre la dificultad de
profesora parece preocupada por conectar ta- la tarea y las capacidades de los alumnos. La
79
(por ejemplo, si nadie me ofrece una ayuda Student Motivation. Journal of Educational
Psychology, 84(3), 261-271.
de control emocional para regular una intensa
Azofeifa, V. (2010). La mediación cálida: un sistema
emoción positiva como la ilustrada al inicio de observación aplicado a los episodios de
de este capítulo, es probable que no pueda, planificación en las actividades del aula. (Tra-
ni tan siquiera, filtrar el tema del que me esté bajo para obtener el Grado de Salamanca in-
hablando el profesor en ese momento). édito). Universidad de Salamanca, España.
Con toda esta información en nuestra Bandura, A. (1982). Self-Efficacy Mechanism in Hu-
mente, ¿qué podemos hacer en realidad? Es man Agency. American Psychologist, 37(2),
122-147.
probable que, de forma intuitiva, todos desa-
Bandura, A. (1999). A social cognitive theory of per-
rrollemos una determinada mediación desde sonality. En L. Pervin y O. John (Eds.), Hand-
el punto de vista cálido. La eficacia de esa me- book of personality: theory and research (2ª
diación es la que habría que valorar. La expe- ed., pp. 154-196). Nueva York: The Guilford
riencia acumulada hasta el momento en este Press.
sentido nos ha permitido verificar que sólo Boekaerts, M. (1999). Self-regulated learning: where
aquel realmente competente en la mediación we are today. International Journal of Educa-
tional Research, 31(6), 445-457.
fría también llega a serlo a nivel cálido. Una Boekaerts, M. (2002). Bringing about change in the
mayor conciencia sobre lo que hay que hacer, classroom: strengths and weaknesses of the
la tarea y sus grados de dificultad, así como un self-regulated learning approach-EARLI Presi-
esfuerzo por ‘leer al otro’ durante la interacción, dential Address, 2001. Learning and Instruc-
son factores cruciales para poder ser efectivos tion, 12(6), 589-604.
también desde el punto de vista cálido. Boekaerts, M. y Niemivirta, M. (2000). Self-Regulated
Learning. Finding a Balance Between Learning
Parece claro que la mediación cálida es
Goals and Ego-Protective Goals. En M. Boe-
una herramienta para motivar, pero también kaerts, P. R. Pintrich y M. Zeidner (Eds.), Han-
que es algo que va contra la propia intuición dbook of Self-Regulation (pp. 417-450). San
y por tanto, requerirá entrenamiento específi- Diego: Academic Press.
co. En esta línea de pensamiento, surge otra Castellano, N. M. (2011). Mediación cálida y apren-
pregunta: ¿hemos de caminar en contra de lo dizaje. La facilitación de los procesos motiva-
intuitivo? Quizá esta cuestión se resuelva con cionales y volitivos a través del discurso, un
estudio sobre su impacto en la comprensión.
otra: ¿para ayudar a otro, basta con la intuición?
Tesis doctoral inédita. Universidad de Sala-
La formación específica parece una buena manca, España.
meta. Sobre todo, si nuestro deseo es el de ser Carver, C. S. y Scheier, M. F. (2000). On The Struc-
competentes en el ofrecimiento de esa ayuda ture of Behavioral Self-Regulation. En M. Boe-
(como educadores, psicólogos, asesores, etc.). kaerts, P. R. Pintrich y M. Zeidner (Eds.), Hand-
Tenemos entonces, una meta deseable: ¿es book of Self-Regulation (pp. 41-84). San Diego:
también viable? La respuesta sólo la tiene el Academic Press.
Covington, M. V. (2000). Goal theory, motivation, and
lector. Ahora bien, el acceso a este tipo de in- school achievement: An integrative review.
formación puede poner de manifiesto una bue- Annual Review of Psychology, 51, 171-200.
na disposición o un buen punto de partida. Csikszentmihalyi, M. (1997). Intrinsic motivation and
Por tanto, pregúntese: ¿por qué no? Ya effective teaching: A flow analysis. En J. L. Bess
(Ed.), Teaching well and liking it: Motivating fa-
Sección sabe, si no cree tener las competencias sufi-
cientes, quizá si se sienta capaz de afrontar este culty to teach effectively (pp. 72-89). Baltimo-
re, MD, US: Johns Hopkins University Press.
desafío con éxito o, si no, lo suficientemente
Csikszentmihalyi, M. (1998). La experiencia del flujo
interesado como para tomar iniciativas que le y su importancia para la psicología humana.
sirvan para continuar este camino. Hay tantas En M. Csikszentmihalyi y I. S. Csikszentmihalyi
opciones como lectores posibles. En cualquier (Eds.), Experiencia Óptima. Estudios Psicológi-
caso piense en una cosa: la inversión será siem- cos del Flujo en la Conciencia (pp. 31-48). Des-
pre sobre sí mismo, ¿conoce alguna mejor? clée De Brouwer.
De Sixte, R. (2006). Un Sistema de observación de
las mediaciones emocionales en la interacción
Referencias profesor-alumno. La estrecha relación entre
cognición y emoción. Colección Vítor, 178. Edi-
Alonso Tapia, J. (1995). Orientación educativa. Teo- ciones Universidad Salamanca.
ría, evaluación, e intervención. Madrid: Sínte- De Sixte, R. y Sánchez, E. (2010). ¿Qué procesos se
sis. movilizan con la ayuda de otros? Mediaciones
Ames, C. (1992). Classrooms: Goals, Structures, and “frías” y “cálidas”. Revista de Aprendizagem e
82
N
esclarecer el constructo de la planificación
uestra vida cotidiana está constituida como herramienta educativa en contextos
por hechos y situaciones que requie- de logro, con el fin de establecer un punto de
ren, de algún u otro modo, ser pla- partida común para todos. Por otro lado, arro-
nificados. De hecho, parece ser que expli- jar luz sobre lo que debe ser entendido como
car nuestra conducta sin hacer referencia al una “buena” planificación. Esto es, aquella
tópico de la planificación, no sería posible. que comparta la consideración de elemen-
Es quizá por este motivo, que la capacidad tos tanto cognitivos (fríos) como motivacio-
humana para planificar ha sido foco de inte- nales (cálidos), en la regulación del compor-
rés para distintas disciplinas; especialmente tamiento dirigido al logro de una meta.
para aquellas que se preguntan cómo ayu- Sabemos que no hay nada mejor para
dar a otros en contextos específicos de logro una planificación que comenzar con un buen
(Meyer y Turner, 2002; Pintrich, 2003). índice. De esta forma, dedicaremos el primer
Algo que sucede a menudo, es que apartado a realizar un breve recorrido sobre
creemos saber a qué nos referimos cuan- el constructo de la planificación, presentando
do hablamos de planificación. Incluso al- dos de sus componentes: el planteamiento
guna vez hemos pensado que somos bue- de la meta (componente frío) y el compromi-
nos planificando. No obstante, este es un so que se ha de asumir respecto a su conse-
buen momento para preguntarnos asuntos cución (componente cálido). En un segundo
como los siguientes: ¿conocemos real- apartado daremos respuesta a la siguiente
mente lo que supone planificar?, ¿de qué pregunta: ¿por qué es importante planificar
hablamos cuando decimos que vamos a
Sección planificar?, y dentro de un contexto de lo-
en contextos educativos? Esclarecida su rele-
vancia, pasaremos a explicitar los elementos
gro como es el aula, ¿en qué consiste pla- que definen una “buena” planificación, dando
nificar la clase?, ¿tiene alguna relevancia así respuesta a nuestro segundo objetivo.
dar respuesta a esta última cuestión? En el cuarto y último apartado, ofre-
Seguramente, con el afán de tomar cier- cemos algunas conclusiones con base
ta conciencia sobre el modo en que llevamos en lo que fuimos discutiendo. De acuer-
a cabo las acciones del día a día, muchos do al modelo de una “buena” planificación,
de nosotros nos hemos hecho en alguna proponemos además algunas recomen-
ocasión estas preguntas. A lo largo de estas daciones generales, que puedan servir
líneas intentaremos facilitar una visión más de puente hacia un objetivo común: ofre-
o menos integral de lo que supone planificar cer la mejor ayuda posible, en este caso,
tareas escolares. De manera particular, en un durante un espacio de planificación.
contexto educativo, y de forma específica, en
el área de lectura. La investigación educativa
86
a crear un compromiso con ellas, formulan- zación. La estimulación en este caso vie-
do una estrategia para poder lograrlas. ne de la posible consecución de la meta a
Extensa evidencia empírica (Locke y corto plazo. La tercera y última propiedad
Latham, 2002; Locke, Shaw, Saari y La- es el grado de dificultad de la meta.
tham, 1981) ha logrado demostrar que las En este sentido, sabemos que aque-
metas claras y específicas se relacionan llos estudiantes que se enfrentan a lo-
positivamente con el rendimiento acadé- gros desafiantes tienden a ofrecer un
mico de los alumnos. Actualmente, el con- mayor esfuerzo de actuación, en compa-
senso teórico define la meta como aquella ración con aquellos que se enfrentan a lo-
representación cognitiva de lo que se desea gros con grados leves de dificultad (Loc-
conseguir (Harackiewicz, Barron y Elliot, ke y Latham, 2002; Locke et al., 1981).
1998), la cual sirve de guía proporcionando Para los sujetos que se implican en una
dirección y energía al comportamiento. tarea que les desafía y desde la cual pue-
Dado que una meta conlleva un espacio dan hacer uso de sus habilidades, esta pro-
de decisión más o menos consciente, ésta piedad puede resultar altamente motivante
afecta de manera directa el procesamiento (Ames, 1992; Csikszentmihalyi, 1997). No
de la información. Si consideramos que la obstante, bajo ciertas circunstancias, los
lectura en clase es un comportamiento que efectos motivacionales del nivel de dificultad
se encuentra dirigido por metas (McCrudden podrían ser contraproducentes y en otros
y Schraw, 2007), una adecuada planifica- casos limitar los esfuerzos de actuación de
ción facilita en el estudiante la posibilidad de un estudiante. Esto sucede, por ejemplo,
afrontar esta tarea con objetivos específicos cuando la persona percibe que el logro po-
que lo guíen hacia su consecución. Por esto, dría ser imposible y como consecuencia,
estaríamos de acuerdo con que la efectivi- no ejerce ningún esfuerzo para alcanzar-
dad de la planificación depende en gran me- lo. De esta forma, una meta que consienta
dida de cómo ha sido formulada la meta. una dificultad moderada pero desafiante,
En definitiva, sabemos que las metas son tiende a ofrecer mejores efectos en la mo-
herramientas fundamentales para el proceso tivación y el desempeño académico.
de la autoregulación del aprendizaje (Dweck Imagine el lector que, por ejemplo,
y Legget, 1988; Shunk y Ertmer, 2000), y se- le solicitan que lleve a cabo la lectura de
gún sean formuladas, éstas podrían estimu- este libro con el objetivo de que, dentro de
lar la motivación del estudiante respecto al un par de horas, sea capaz de realizar un
esfuerzo, persistencia y estrategias efectivas resumen de los aspectos más importan-
de ejecución. No obstante, algo que debe- tes de este capítulo. Probablemente, de-
mos aclarar es que las metas en sí mismas cida no ofrecer el esfuerzo requerido al
no aumentan el nivel de motivación, si no observar la meta como inalcanzable.
que en general, esta dimensión funciona de Sin embargo, si le pidieran que resu-
acuerdo a tres propiedades concretas: la es- miera este capítulo para esta semana, no
pecificidad, proximidad y dificultad (Bandura, dudamos que usted ofrecería lo mejor para
1988; Locke, Shaw, Saari y Latham, 1981). poder lograrlo. Ahora bien, ¿de qué mane-
Sección Por medio de trabajos realizados en ra podríamos favorecer su compromiso con
esta línea, sabemos que las metas espe- esta tarea que pedimos que imagine?
cíficas tienen una mayor tendencia a po- Definitivamente su grado de responsabi-
tenciar el aprendizaje (Shunk, 1990; Shunk lidad y sentido de obligación con respecto a ello,
y Ertmer, 2000), ya que ofrecen indica- estaría mediado, además, por otro tipo de con-
ciones precisas de lo que se debe llevar diciones. ¿Le gustaría saber cuáles son?
a cabo. Este tipo de metas promueven el
1.2.2 El compromiso: un segundo
trabajo eficaz de los estudiantes, facilitan-
protagonista, pero no en un segundo
do su atención en los aspectos más con- lugar
cretos que necesitan para conseguirla.
Como hemos ido observando, el estableci-
El nivel de motivación de los estudian-
miento de la meta en una fase de planifica-
tes también puede verse afectado por una
ción dentro del aula comprende, además,
segunda propiedad: la proximidad tem-
algunos aspectos motivacionales que debe-
poral de la meta con respecto a su reali-
88
un artículo de su interés en un lugar cómodo). que persigue el mismo objetivo que los ante-
Todos los estudios mostraron el mismo resul- riores: ofrecer una guía de lectura básica.
tado: los sujetos generaron distintas conclu-
B. Objetivos y preguntas previas a la
siones o inferencias acerca de lo que leían,
lectura:
dependiendo del propósito que tenían en su
mente a la hora de leer. Los últimos dos es- Un grupo distinto de trabajos (Reynolds, Tra-
tudios además (Linderholm y van den Broek, then, Sawyer y Shepard, 1993; Rothkopf y
2002; y van den Broek, Lorch, Linderholm y Billington, 1979), aunque con la misma in-
Gustafson, 2001) pusieron en evidencia que tención, se ha dedicado a estudiar los dis-
aquellos que leyeron para estudiar recorda- cursos instruccionales que ofrecen objetivos
ron mejor la información. En síntesis, estos específicos o preguntas previas a la lectura.
trabajos muestran que, por un lado, la antici- Como parte de sus resultados, muestra que
pación de un propósito específico de lectura los lectores tienen un mejor aprendizaje de
favorece un procesamiento cognitivo distin- aquellas partes del texto que son resaltadas
to dependiendo de tal propósito, y por otro, por ese tipo de instrucción. Un ejemplo de
que el propósito de estudiar favorece un me- las preguntas que se pueden encontrar pue-
jor desempeño con respecto al recuerdo. den ser: “¿Cuál es el nombre de la escala uti-
Un segundo grupo de estudios en esta lizada por los oceanógrafos al grabar el color
línea (Brååten y Samuelstuen, 2004; Bråå- del agua?” (Rothkopf y Billington, 1979, p.
ten y Strøømsøø, 2010), compararon el 312) y uno de los objetivos, sería: “Trata de
procesamiento de estrategias de lectura en- recordar lo mejor que puedas el color de los
tre estudiantes que leyeron con propósitos artículos que aparecen en la historia que vas
de estudiar, resumir, argumentar o discu- a leer porque posteriormente te vamos a ha-
tir un tema en grupo, (e.g. “Usted va a leer cer preguntas sobre esos colores” (Reynolds,
un texto para que pueda entender bien el Trathen, Sawyer y Shepard, 1993, p. 265).
tema y después poder hablar con un pe- En síntesis, los hallazgos principales
queño grupo de estudiantes”, (Brååten y de ambos estudios muestran que los parti-
Samuelstuen, 2004, p. 328). Los autores cipantes que recibieron objetivos y pregun-
confirman con sus resultados que los par- tas previas a la lectura recordaron mejor
ticipantes adaptaron su procesamiento de los segmentos del texto que fueron resal-
acuerdo al propósito que tenían para leer. tados por estos. En conclusión, estos es-
Para ambos estudios, los investigadores tudios revelan que un escenario instruccio-
tomaron en consideración los conocimientos nal previo a la lectura compuesto de listas
previos de los participantes con respecto al de objetivos o preguntas previas favorece
tema, logrando mostrar que el procesamien- el aprendizaje y el recuerdo del lector.
to también depende de los conocimientos
C. Perspectiva determinada de
previos con los que se cuente a la hora de lectura:
leer. Sin embargo, Brååten y Samuelstuen
Desde hace algunos años hacia acá, se ha
(2004) aclaran que los efectos en el procesa-
venido desarrollando un tipo distinto de con-
Sección miento no dependen tanto del conocimiento
texto que de alguna forma también planifica
previo como del propósito de la lectura.
la lectura (Kaakinen, Hyönä y Keenan, 2002,
En definitiva, ambos grupos de estudios
2003; Kaakinen y Hyönä, 2005, 2007; Pi-
revelaron que leer con un propósito espe-
chert y Anderson, 1977; Schraw y Denni-
cífico en la mente no solamente facilita la
son, 1994), dado que anticipa en el lector
adaptación del procesamiento del lector de
un tipo específico de instrucción. Éste llama
acuerdo a tal propósito, sino que, además,
la atención ya que su interés recae en aque-
dependiendo del propósito, éste repercute
llas instrucciones que motivan a leer desde
positivamente en la memoria del lector. Esto
una determinada perspectiva. La perspecti-
viene a decir que este tipo de planificación
va se refiere al marco de referencia desde el
favorece en el lector un tipo de escenario
cual el lector se aproxima al texto (Kaaninen,
mental alrededor del cual éste puede acomo-
Keenan y Hyönä, 2007), permitiendo que
dar algunas de sus estrategias cognitivas. A
ciertos segmentos sean más importantes para
continuación veremos otro grupo de estudios
él, que otros (Pichert y Anderson, 1977).
90
¿Qué pasaría si le pedimos que lea dos sentidos. Por un lado, facilita que centre
este capítulo desde la perspectiva de un su atención en aspectos específicos del tex-
profesor? Los estudios sobre la perspectiva to, recordándolos mejor que otros (Reynolds,
dirían que con mucha probabilidad, los as- Trathen, Sawyer y Shepard, 1993; Rothkopf y
pectos estrictamente educativos del texto Billington, 1979; Kaakinen, Hyönä y Keenan,
llamarían más su atención, en comparación 2002; 2003; Kaakinen y Hyönä, 2008), y por
con otros que no lo sean. Además, según otro lado, que dependiendo del propósito, los
sus datos, los leería con más detenimiento lectores adaptan su procesamiento cognitivo
y los recordaría con más facilidad. Al me- de una u otra manera (van den Broek, Lorch,
nos, estas son las conclusiones principales Linderholm y Gustafson, 2001; Linderholm
a las que han llegado los investigadores, y van den Broek, 2002; Narváez, van den
revelando de esta forma que las personas Broek y Ruiz, 1999; Brååten y Samuels-
que leen bajo cierta perspectiva recordarán tuen, 2004; Brååten y Strøømsøø, 2010).
mejor aquellos segmentos del texto que se
vinculen directamente con ella y, además, 2.2. Detectar conocimientos previos
las leerán con más detenimiento (Kaakinen, (correctos e incorrectos) con
respecto al texto y justificar porqué
Hyönä y Keenan, 2002, 2003; Kaakinen y se hace la lectura
Hyönä, 2005, 2007). De Kaakinen, Hyönä y
Keenan, (2002) tomamos el siguiente ejem- En el apartado anterior conocimos algunas
plo de una instrucción en perspectiva: formas, relativamente simples, de planificar
El siguiente texto presenta cuatro paí- una lectura. A lo largo de éste, expondremos
ses remotos: Pitcairn, Anguila, Andorra y nuevos contextos caracterizados por un mayor
Honduras. Imagine que usted es un cientí- nivel de complejidad. Nos referimos, en este
fico y que está a punto de salir hacia Hon- sentido, a que estos ofrecen al lector un am-
duras para llevar a cabo una investigación. biente propicio para regular su aprendizaje,
Es probable que su estadía en ese remoto brindándole, entre otros beneficios, la opor-
país tendrá una duración de varios años y tunidad de tomar conciencia de sus ideas.
que usted necesite vivir en Honduras de Algunas de estas planificaciones favorecen la
forma permanente toda esa época. Lea el detección de los conocimientos previos del
siguiente texto para que pueda decidir qué lector (Kendeou y van den Broek, 2007; van
aspectos buenos y malos hay en este país, den Broek y Kendeou, 2008) y unas además,
es decir, cuáles son las condiciones que pro- los anticipa (Alvermann y Hague, 1989; Alver-
bablemente le harán disfrutar de su estan- mann y Hynd, 1989). El último estilo justifica
cia, o bien, que le harán sufrir (p. 164). porqué hay que leer, esto es, el por qué de la
En un estudio posterior (Kaakinen et al., lectura (Sánchez, García y González, 2007).
2003), los autores confirmaron sus hallazgos A. Detección de conocimientos
previos y mostraron además que los lecto- previos (correctos e incorrectos):
res recuerdan mejor un texto que les resulta
En contextos de lectura se ha podido demos-
conocido. En otro más reciente (Kaakinen y
trar que el aprendizaje se ve facilitado cuando
Hyönä, 2008) examinan si los descubrimien-
Sección tos previos pueden ser generalizados a textos
el lector toma conciencia de las ideas equi-
vocadas que tiene con respecto a lo que lee
narrativos, confirmando que su marco teóri-
y que, por ello, contradicen el texto. Esto
co es aplicable para ambos tipos de texto. En
sucede sobre todo si la lectura llama la aten-
síntesis, la investigación sobre la perspecti-
ción sobre estas inconsistencias antes de co-
va señala que este tipo de instrucción facilita
menzar a leer (Alvermann y Hague, 1989).
el recuerdo de lo que se ha leído en atención
Varios trabajos en esta línea (Diakidoy,
a una perspectiva específica, favorecien-
Kendeou y Loannides, 2003; van den Broek
do además el aprendizaje de las partes del
y Kendeou, 2008; Kendeou y van den Broek,
texto vinculadas con dicha perspectiva.
2007) señalan que este tipo de ideas (equi-
En conclusión, este apartado nos vie-
vocadas y que contradicen el texto) pueden
ne a decir que aquellas planificaciones que
interferir con la adquisición de nuevos cono-
cuentan con una guía básica de lectura (pro-
cimientos relacionados con el texto. En el
pósitos, preguntas, objetivos o perspectiva),
momento en que el lector es consciente de
brindan beneficios al lector concretamente en
sus ideas erróneas con respecto a éste, se le
91
brinda la oportunidad para contrastarlas con cenario ideal para favorecer el cambio con-
aquellas (en el texto) que son correctas. De ceptual (van den Broek y Kendeou, 2008).
esta forma, se puede promover un cambio A continuación expondremos un tipo de
real en sus ideas, lo que en palabras de es- contexto similar, el cual presenta una nueva
tos autores sería un cambio conceptual. característica en su instrucción, esto es, la
En general, los hallazgos en esta línea anticipación de la posible inconsistencia.
muestran que aquellos sujetos que leyeron
un texto que contradecía sus propias ideas, B. Detección y anticipación de
encontraron la ocasión para tomar concien- conocimientos previos (correctos e
incorrectos):
cia de sus conocimientos previos del texto de
partida, facilitando así el tipo de cambio refe- Hemos dicho que la toma de conciencia con
rido. De esta forma, este tipo de escenario re- respecto a las ideas erróneas que se tienen
sulta ser idóneo en dos sentidos. Uno, favore- acerca del texto favorece el aprendizaje. Se-
ce la detección de inconsistencias del propio ñalamos también que esto puede darse sobre
conocimiento. Dos, que ante esa detección, todo si tales inconsistencias se anticipan pre-
se pueden promover estrategias orientadas viamente a la lectura (Alvermann y Hague,
al cambio conceptual . Del estudio de van 1989), es decir, en su fase de planificación.
den Broek y Kendeou, (2008) presentamos A diferencia del contexto anterior, este nuevo
la versión del texto que facilita la toma de escenario no solamente ofrece un texto que
conciencia ante posibles inconsistencias. facilita la toma de conciencia de una idea
La mecánica newtoniana explica mu- equivocada, sino además, lo anticipa de for-
chos fenómenos relacionados con tu vida ma explícita. Este tipo de planificación puede
cotidiana. Imagina la siguiente situación: una observarse bajo la siguiente instrucción:
persona sostiene una piedra a la altura del Si tú pensaste que la trayectoria de
hombro mientras camina hacia adelante a la canica iría directamente hacia abajo
un ritmo acelerado. ¿Qué pasará cuando la o directamente hacia afuera y posterior-
persona deje caer la piedra? ¿Qué tipo de mente hacia abajo, tus ideas podrían ser
ruta seguirá la piedra cuando caiga? Muchas distintas a las que sugieren las leyes de
personas a las que este problema se presen- la física. Mientras lees el siguiente texto,
ta, responden que la piedra cae hacia aba- asegúrate de prestar atención a aquellas
jo, golpeando el suelo directamente debajo ideas que podrían ser distintas a las tu-
del punto donde se abandonó. Algunas per- yas (Alvermann y Hague, 1989, p. 199).
sonas están incluso convencidas de que la En este caso, la frase que hace la dife-
piedra cae a la tierra detrás del punto desde rencia con respecto al contexto anterior es:
donde ésta se lanzó. En realidad, la piedra “mientras lees el siguiente texto, asegúrate de
se moverá hacia adelante a medida que cae, prestar atención a aquellas ideas que podrían
aterrizando a pocos metros por delante del ser distintas a las tuyas”. Las investigadoras
punto de liberación. La mecánica newtonia- (Alvermann y Hague, 1989) encontraron en
na explica este fenómeno: cuando se arro- este caso que los sujetos que recibieron este
ja una piedra, ésta continua avanzando a la tipo de instrucción presentaron mejor rendi-
Sección misma velocidad que la persona que camina, miento que los que no la recibieron. De esta
porque ninguna fuerza está actuando para forma, muestran que los lectores compren-
cambiar su velocidad horizontal (p. 340). den mejor si sus ideas erróneas son activa-
Si a usted le hubiese tocado participar das previamente y además se les previene
en este estudio, ¿cuál hubiese sido su res- sobre aquellas que puedan entrar en conflicto
puesta? No se preocupe, muchos de noso- con la nueva información, a que si solamen-
tros hemos respondido que la piedra caería te se activan sus conocimientos previos.
exactamente donde se dejó caer. Lo impor-
C. Justificar la lectura:
tante en este caso es la oportunidad que nos
ofrece el contexto, no solamente de tomar El tipo de contexto que ahora conoceremos
conciencia de una idea errónea, sino ade- ofrece al lector un factor instruccional que
más, la posibilidad de contrastarla con la hasta ahora desconocíamos, esto es, una jus-
idea correcta. En definitiva, los datos mues- tificación para leer. Así como advertimos al
tran que este tipo de texto presenta el es- comienzo del apartado, este estilo de plani-
92
Los resultados del estudio revelan dos lan que la mayoría de los sujetos, incluso los
asuntos clave. El primero de ellos seña- que leyeron en condición de competencia,
la que una tarea creativa fomenta un estilo leyeron con el fin de aprender el material.
cognitivo activo de aprendizaje. En este sen- Para la última prueba, los de promedio alto
tido, las ideas creativas a la hora de hacer puntuaron mejor en la condición de maestría
la tarea son su principal característica, ya que en la de ejecución, revelándose así la
que tener buenas ideas antes de una tarea relación entre el rendimiento y orientación
ayuda a energizar el proceso de aprendiza- de meta. En definitiva, este estudio mues-
je. El segundo asunto pone de manifiesto tra que la condición de maestría es más
que frente a este tipo de aprendizaje, exis- adaptativa para un aprendizaje efectivo en
te una clara interacción entre creatividad comparación con una que suscite en el es-
y motivación. Prueba de ello es el impacto tudiante “hacerlo mejor que los demás”, es
positivo de la tarea creativa sobre las tres decir, en ejecución por aproximación.
condiciones motivacionales. Los resultados De forma más actual, Vansteenkiste, Si-
del cuestionario (sobre motivación) mues- mons, Lens, Soenens y Matos (2005) anali-
tran además que quienes elaboraron la tarea zarón el impacto motivacional de una meta
creativa reportaron un nivel mayor de moti- intrínseca y extrínseca sobre el desempe-
vación en comparación con los demás. ño en la lectura. Paralelamente estudian el
Esta relación (creatividad-motivación) efecto del estilo de comunicación utilizado
también se reflejó en la memoria inmediata, en la instrucción (control externo, control
ya que ante la tarea no creativa en condi- interno y autonomía). A lo largo de tres es-
ción de evaluación los sujetos obtuvieron tudios los investigadores confirman su hipó-
mejores puntuaciones. En síntesis, este es- tesis, dejando ver que una meta extrínseca
tudio nos viene a decir que la participación y un estilo de comunicación de control in-
en una tarea creativa que fomente bue- terno debilitan el aprendizaje conceptual.
nas ideas previamente a la lectura, pue- Para el primer estudio, 130 sujetos se
de ser un medio eficaz para fomentar un dividieron bajo los tres estilos de comunica-
tipo de aprendizaje cognitivamente activo. ción. La mitad recibió la instrucción de lec-
Los autores ponen de manifiesto además tura desde una meta intrínseca (e.g. “Haz tu
que este fenómeno, a su vez, aumenta el mejor esfuerzo por seguir las directrices que
aprendizaje y la subsiguiente creatividad. se describen en el texto ─Trébol de cuatro
En otro tipo de estudio, aunque en la hojas─, ya que es importante para lograr el
misma línea, Bergin (1995) comparó dos objetivo intrínseco de la salud física”; Vans-
grupos de sujetos que leyeron con orienta- teenkiste et al., 2005) y la otra mitad, las re-
ciones de meta de maestría o ejecución por cibió para obtener la meta extrínseca de ver-
aproximación. La hipótesis formulaba que los se físicamente atractivo para los otros (e.g.
sujetos bajo maestría reportarían mayor dis- “Haz tu mejor esfuerzo por seguir las directri-
frute a la hora de leer y utilizarían mayores ces que se describen en el texto del ─Trébol
estrategias de aprendizaje en comparación de cuatro hojas─, ya que es importante para
con los de ejecución. Con el fin de hacer una lograr el objetivo de verte atractivo para los
Sección segunda comparación, las calificaciones de demás”, Vansteenkiste et al., 2005). Poste-
los participantes se promediaron y de acuer- rior a la lectura, los sujetos fueron evalua-
do a ello se formaron dos grupos: alto y bajo. dos en rendimiento (aprendizaje conceptual
Posterior a la lectura, los sujetos fueron eva- y memorístico) y autonomía percibida.
luados en: grado de disfrute (interés), estra- Los datos muestran que el tipo de meta
tegias de aprendizaje, orientación de meta, y el estilo en cómo fue comunicada afectó
memoria a largo plazo y rendimiento. considerablemente el aprendizaje concep-
Los hallazgos muestran en este caso tual. Esto quiere decir, que los sujetos con
que los sujetos en condición de maestría se una meta intrínseca comunicada con un
mostraron más interesados en la lectura en estilo de autonomía, obtuvieron mejores re-
comparación con los demás. No hubo dife- sultados en comparación con los demás.
rencias significativas con respecto al uso de En el segundo estudio, los autores re-
estrategias de aprendizaje y memoria. So- plicaron el primer experimento y así exten-
bre la orientación de meta, los datos seña- dieron sus hallazgos. Con el fin de precisar
94
tales efectos, esta vez agregaron un grupo común denominador entre los tres supo-
control, el cual no recibió ningún tipo de ne facilitar un espacio motivacionalmente
instrucción. Las mediciones en este caso adaptativo previo a la tarea (e.g. motiva-
mostraron los resultados esperados: tan- ción intrínseca, orientación a la maestría y
to la meta intrínseca como el estilo de co- percepción de control o autonomía en rela-
municación de autonomía promovieron el ción a aquello que se va a emprender).
aprendizaje conceptual. Ahora bien, dado Actualmente no hay conclusiones defi-
que la meta extrínseca y la condición de nitivas con respecto al uso de los elementos
control interno mostraron efectos negativos que atienden la parte cálida de la planifica-
en el rendimiento, para el tercer y último ción dentro del aula y por ello, hay que se-
experimento, los autores buscaron indagar guir investigando en torno al tema. Los re-
con más profundidad los mecanismos que sultados de los estudios nos dicen que las
pudiesen explicar tales efectos. Además, ayudas orientadas al compromiso de la tarea
los autores suponían que la meta extrínse- traen consigo beneficios sobre el aprendiza-
ca podría estar mediada por la participación je. Esto nos permite decir que los procesos
en la tarea y que el efecto de la autonomía emocionales y motivacionales (dimensión
podría estarlo por la percepción de ésta. cálida) implicados en las tareas de lectura,
Para este tercer caso 80 jóvenes fueron son posibles de manipular. Es decir, que se
evaluados en autonomía percibida, autono- caracterizan por su carácter de maleabilidad
mía relativa, rendimiento y participación en (Vansteenkiste et al., 2005) y docilidad.
la tarea. Los resultados del estudio corro-
boran los hallazgos anteriores, es decir, los 3. ¿De qué depende una buena
participantes bajo una condición de meta in- planificación dentro del aula?
trínseca obtuvieron mejores resultados para
las cuatro medidas. Los mismos resultados En apartados anteriores conocimos elemen-
se obtuvieron para aquellos bajo el estilo de tos instruccionales que nos pueden ayudar a
autonomía. Este estudio mostró además que planificar una tarea de lectura (e.g. propósi-
una meta extrínseca puede distraer al sujeto tos, justificar el porqué de la lectura, favore-
del aprendizaje e impedir una completa ab- cer interés o creatividad, etc.). También vimos
sorción del material de la lectura. También que tales elementos se distribuyen en dos ti-
reveló que una condición de control interno pos de escenario. El primero de ellos (frío) se
dificulta el compromiso con la tarea, ya que encarga del establecimiento de la meta y el
ésta se puede promover realmente cuando segundo (cálido) busca atender los procesos
existe una condición de autonomía que la fa- motivacionales y emocionales que favorecen
vorezca. En síntesis, estos estudios ponen un compromiso con ella. Por último, referi-
de manifiesto que tanto la meta intrínseca mos estudios que justificaban la importancia
como el estilo de comunicación de autono- de la planificación desde ambos escenarios,
mía promovieron la participación en la tarea dando muestra de sus beneficios tanto a la
y, además, dieron lugar a una autoregulación hora de facilitar el establecimiento de las
más autónoma del aprendizaje, en compara-
Sección ción con un marco de meta extrínseca comu-
metas (Alvermann y Hague, 1989; Narváez
et al., 1999; Sánchez et al., 2007) como de
nicada bajo un estilo de control interno. promover un ambiente motivacional adap-
En resumen, estos estudios centran tativo previo (Bergin, 1995; Conti, Amabile
su atención en los elementos vinculados al y Pollak, 1995; Vansteenkiste, Simons, Lens,
compromiso con la meta (cálidos). Todos Sheldon y Deci, 2005). Ambos escenarios
ellos ponen de manifiesto que el rendimien- determinantes para mejorar el rendimiento
to en tareas de lectura aumenta cuando se de los estudiantes en tareas de comprensión.
fomenta el aprendizaje activo en un espa- La evidencia de tales beneficios nos allana
cio creativo y motivante (Conti, et al., 1995), el camino para dar a conocer un modelo de
cuando los sujetos leen en condiciones de planificación que integra elementos instruc-
maestría (Bergin, 1995) y cuando se favore- cionales dirigidos hacia ambas dimensiones:
ce un marco de meta intrínseco, comunica- establecimiento de la meta y compromiso.
do en un estilo de autonomía (Vansteenkiste
et al., 2005). Esto nos viene a decir que el
95
3.1. Las dos caras de una misma responder ahora es ¿cómo se formula un
planificación problema respecto de lo que ya se sabe?
En este apartado describimos los dos aspectos El primer paso es conocer aquello que
de un espacio “ideal” de planificación: frío y se sabe. En este sentido, la exploración que
cálido. Nos basamos para ello en el modelo lleve a cabo el profesor sobre lo que los es-
de planificación ideal propuesto por Sánchez, tudiantes saben, permite construir y compar-
García y Rosales (2010), el cual recoge am- tir un punto de referencia respecto de lo que
bos tipos de escenarios (figura 1). Dedicare- no se sabe. ¿Y cómo se lleva a cabo esta
mos las próximas líneas a describir cada uno exploración? Con estudios recientes (véase
de los elementos que lo constituyen, no sin Sánchez et al., 2010) hemos podido encon-
antes mostrar el modelo correspondiente. trar un hecho que se repite con regularidad
dentro del aula: durante este episodio, el
profesor se dedica a activar aquellos cono-
cimientos que los estudiantes poseen con
respecto al tema de lectura. Este momento
se encuentra idealmente al comienzo de la
clase y está integrado en la planificación.
Este momento no es un repaso de la
materia, es más bien, un espacio durante
el cual el profesor elige estratégicamente
Figura 1.
Elementos ideales para una planificación lo que los estudiantes deben activar en su
Nota. De “La lectura en el aula: Qué se hace, qué se debe mente a la hora de leer, en atención a las
hacer y qué se puede hacer”, por E. Sánchez, J. R. García y J. metas que deseen alcanzar. Es, por así
Rosales, 2010. decirlo, una especie de tarima donde se
3.1.1. Elementos fríos: Establecer una puede ir acomodando mentalmente la nue-
meta va información. Su utilidad tiene sentido al
De acuerdo con el modelo expuesto (figura 1), funcionar de sostén para la interpretación e
el primer elemento frío representa la detección integración de los nuevos conocimientos.
de una inconsistencia o problema que justifi- Como hemos indicado con anterioridad,
ca, en este caso, porqué leer el texto. Varias la recuperación de la información se da por
propuestas basadas en lo que implica planifi- medio de intervenciones explícitas, facilitán-
car en contextos específicos, proponen que la dose la toma de conciencia de lo que no se
representación del problema o el planteamien- sabe. Por esta razón, durante este tipo de
to de una inconsistencia es un elemento cla- planificación se ofrece una oportunidad para
ve para elaborar una adecuada planificación detectar el problema o inconsistencia con
(Friedman, Sholnick y Cocking, 1987; Morris relación a aquello que aún no se sabe.
y Ward, 2005; Sánchez et al., 2010). La defi- Teniendo en cuenta que este momen-
nición de este problema, además, puede ver- to posibilita el descubrimiento de aquello
se facilitada por la representación mental del que sabemos, este instante puede resultar
altamente motivante. ¿Y esto por qué? Por-
Sección contexto en el que se planea, favoreciendo a la
vez, la definición de la meta y de las vías para que conocer lo que se sabe permite perci-
su resolución (véase Friedman et al., 1987). birse a sí mismo como competente respec-
El planteamiento del problema no cons- to de una tarea en particular (e.g. “esto lo
tituye el establecimiento de la meta como tal. conozco”, “esto lo recuerdo” o bien, “puedo
En realidad funciona de antesala para ello. entender lo que habla el profesor”). Este
En este sentido, una buena representación tipo de percepción se vincula estrictamente
del problema conduce a los estudiantes a un con la viabilidad de la tarea, elemento cáli-
entendimiento de lo que necesitan hacer con do que veremos un poco más adelante.
respecto a la tarea, en este caso, la lectura. La Regresando a la figura 1, el segundo
detección de algún problema o inconsistencia elemento relevante para la organización de
que justifique la lectura consiste en que hay la lectura es la anticipación de temas; asun-
algún tipo de problema respecto de lo que ya to que por cierto, es conocido para el lector.
se sabe y que puede ser abordado (Sánchez Traigamos a la memoria en este momento el
et al., 2010). La pregunta que tenemos que apartado donde justificamos la importancia
96
de planificar la lectura. Recordemos ahora ficación “ideal”. Llegados a este punto, ya sa-
aquellas planificaciones que contenían listas bemos que estos se encuentran vinculados
de preguntas u objetivos previos a la lectura. al establecimiento de la meta y además, que
Ahora que los tiene presentes en su mente en conjunto, pueden funcionar como distintos
¿No se le asemejan a una lista de temas? tipos de estrategias que guían al estudiante a
Como ya hemos dado a conocer, las listas resolver su problema. No obstante, para po-
de temas u objetivos previos a la lectura der comprometerse con tal resolución, el lec-
ofrecen al estudiante un camino a seguir ha- tor tiene que estar motivado para ello. Si no
cia el establecimiento de la meta y les per- ¿por qué otra razón lo haría? Es el momen-
mite concentrar sus esfuerzos en una sola to de adentrarnos a conocer los elementos
dirección. No representan la meta como tal, cálidos que favorecen dicho compromiso.
pero arrojan luz sobre el camino que se ha
de comenzar a recorrer hacia la meta. 3.1.2. Elementos cálidos: Asumir un
Por último, las estrategias respecto al compromiso
cómo planificar la lectura son, de alguna u En este apartado hablaremos brevemente
otra forma, el modo de actuar y proceder sobre los dos elementos cálidos que com-
frente al texto, tercer componente de la pla- ponen la planificación “ideal”: viabilidad
nificación “ideal” (figura 1). El modo o proce- y deseabilidad (véase figura 1). Aunque el
der, a su vez, se refiere al método que faci- lector ha tenido la oportunidad de cono-
lita el profesor a sus estudiantes para poder cer un poco acerca de estos dos elemen-
hacer la tarea e idealmente acercarse a la tos, aún conviene profundizar un poco más
meta de la lectura. Un modo de actuar que para entender su verdadera relevancia.
se encuentre planeado estratégicamente,
guía la construcción de una secuencia efi- Viabilidad: ¿Tengo posibilidades de
conseguir esta meta?
caz de actuaciones. Lo mismo sucede con
una actividad de lectura. En este caso, si el Este factor representa la percepción que el in-
profesor explicita un modo o procedimiento dividuo tiene respecto a las posibilidades del
para leer de forma clara y estratégica, éste logro de la meta que se plantea. Así, la viabili-
puede facilitar en el estudiante un método dad se refiere a la representación mental que,
eficiente y sistemático para su lectura. en este caso, el alumno tiene de sí mismo y de
En este sentido, contribuye a que la sus capacidades para enfrentar una tarea nue-
persona pueda centrarse en seleccionar y va. Esta representación se desprende de dos
aplicar no solamente estrategias adecuadas lecturas concretas, una retrospectiva donde
para leer, sino además, a que pueda hacer- el alumno rescata situaciones de logro pasa-
lo de forma apropiada. En la vida cotidiana das y otra prospectiva desde la que anticipa
del aula nos podemos encontrar con un pro- el posible logro o fracaso actual. ¿Y por qué
cedimiento de lectura como el siguiente: estas autoevaluaciones resultan importantes
Van a leer un rato en silencio y también en el momento de la planificación de la ta-
van a buscar aquellas palabras que no en- rea? En un conocido estudio, Heckhausen y
tiendan, aquellas palabras... aparte de las Gollwitzer (1987) evaluaron el pensamiento
Sección que vienen de azul... las de azul ya las tienen que las personas generaban cuando estaban
ahí con el significado explicado... van a bus- en un momento de deliberación frente a la
car alguna otra palabra que no entiendan de tarea, es decir, en un momento de planifica-
ahí en esa lectura (Azofeifa, 2010, p. 78). ción. Los resultados muestran que en la fase
Sobre el cuarto y último componen- de deliberación o planificación, los estudian-
te de la planificación, la especificación del tes piensan en sus probabilidades de logro.
logro (figura 1), quizá ya hemos discutido Ahora bien, pese a las diferencias en-
suficiente . Se trata, como ya comentamos tre las distintas aportaciones en este cam-
al inicio de este capítulo, de la especifici- po de estudio (Bandura, 1997, 2012; Deci
dad de aquello que se quiere conseguir, y Ryan, 2000; Heckhausen, 1991; Palen-
es decir, de la meta (Bandura, 1988; Loc- zuela, 1986) existe un consenso suficiente
ke, Shaw, Saari y Latham, 1981). respecto al tipo de creencias que pueden
En resumen, hasta ahora hemos conoci- ser consideradas en este tipo de contextos
do los elementos fríos del modelo de la plani- y también, dentro de un espacio de planifi-
97
cación. Desde ese consenso, se conside- menor que cuando aparece basada en nues-
ran las siguientes creencias: competencia, tra creencia de competencia, eficacia o con-
auto-eficacia, control y éxito (para una revi- trol. En cualquier caso, todas estas creencias
sión más pormenorizada remitimos al lector desempeñan un papel fundamental en un mo-
a De Sixte, 2006 o en este mismo libro, al mento de planificación al nutrir la viabilidad
capítulo sobre “Mediación Emocional”). respecto al logro de aquello que se desea,
Cuando hablamos de competencia, nos esto es, la meta. Conociendo ya la relevan-
referimos a la habilidad y/o destreza que la cia de la viabilidad en una planificación ideal
persona tiene sobre algún dominio en par- ¿cuál será el papel de la deseabilidad?
ticular. La percepción de competencia es
relevante en un momento de planificación, Deseabilidad: ¿Cuánto deseo
dado que permite al individuo sentirse con conseguir esta nueva meta?
herramientas suficientes como para enfren- La deseabilidad se vincula con los procesos
tarse a la tarea con éxito. Esta condición de valoración interna respecto de aquello que
permite además la aparición de emociones se pretende conseguir. ¿Cuánto deseo conse-
positivas con relación a la resolución de la guir esta nueva meta? Esta es la otra pregunta
meta (e.g. satisfacción, esperanza). Por su que tratamos de responder cuando estamos
parte, la creencia de auto-eficacia alude a en un momento de planificación, calibran-
la percepción del sujeto sobre su capaci- do nuestra implicación y por tanto, el com-
dad para poner en práctica las herramien- promiso respecto a su consecución. En cier-
tas que posee con relación a la tarea. to modo lo que la persona busca a través de
Es decir, es la evaluación de sus pro- estos procesos es encontrar las razones que
pias destrezas para llevar a cabo una ac- tiene para moverse hacia la meta que se le
ción específica y en consecuencia, pro- plantea (e.g. leer un texto). En nuestro caso,
ducir resultados definidos. Existen datos damos respuesta a la deseabilidad del logro,
que, además, ponen de manifiesto la re- considerando, entre otras cosas, la existencia
lación entre este tipo de creencias y el de un diálogo constante entre dos elementos
aumento del bienestar personal en mu- básicos: las necesidades básicas del sujeto
chos sentidos (Bandura, 1997, 2012). y las características de la tarea. Del diálogo
Al hablar del control, hacemos referen- entre ambos aspectos surge la motivación
cia a la creencia o percepción personal de (intrínseca-extrínseca) que movilizará nues-
sentirse al mando de alguna cosa o situación. tro comportamiento, alimentando además, la
Cuando el estudiante percibe que la tarea de- deseabilidad respecto al logro de la meta.
pende de sí mismo y no de otro agente exter-
no a su persona, se da cuenta de que puede 1- Las necesidades básicas del
sujeto:
llevar a cabo la tarea y que puede regular
su conducta por iniciativa propia. Fomentar Las necesidades básicas de las personas en
y desarrollar las creencias de control en un contextos educativos han sido ampliamente
momento de planificación es fundamental, ya investigadas (Deci y Ryan, 2000 ). En la ac-
que le ofrece al estudiante una mayor proba- tualidad el consenso teórico avala la com-
Sección bilidad de desplegar conductas dirigidas ha- petencia, afinidad y autonomía como aque-
cia el logro, y en consecuencia, aumentar las llas más preponderantes, dado que por sus
posibilidades de que asuma un compromiso características generales facilitan el creci-
respecto a la consecución de la meta. miento y el bienestar integral del estudiante
Por su parte, las creencias de éxito, con- (véase De Sixte, 2006). Así, competencia se
sideradas como la culminación positiva de lo define como la necesidad que tiene el estu-
que podría resultar en el futuro, pueden estar diante de experimentar que posee la habili-
o no cimentadas en las creencias descritas dad sobre algún dominio específico, afinidad
(competencia, auto-eficacia y control). como la necesidad de establecer vínculos o
Cuando aparecen en solitario, basadas relaciones interpersonales y autonomía, como
en la percepción, a menudo ingenua, de que la necesidad de experimentar cierto control
“vamos a tener éxito porque con este profe- sobre su proceso de aprendizaje y por tanto,
sor aprobamos siempre”, su efecto sobre la de decidir y regular sus propias acciones.
fuerza del compromiso resultante es mucho
98
2- Las características de la tarea: además nos muestra que ambos tipos pue-
Usualmente, las personas nos vinculamos a den sucederse de manera simultánea. Ima-
una nueva tarea dependiendo de sus carac- ginemos que una persona decide estudiar
terísticas y del significado que le demos. Por psicología porque esta profesión le parece
ejemplo, si un estudiante anticipa que le gusta importante y además porque disfruta anali-
el tema de aquello que va a leer, probable- zar el comportamiento humano. Hasta aquí
mente se enfrente a su lectura de una manera diríamos que su motivación es de carácter
determinada. A todos nos ocurre algo similar intrínseco, ¿no es así? Ahora bien, si esta
cuando nos planteamos un objetivo nuevo. Si persona decide estudiar psicología porque
éste no representa ningún estímulo para no- también necesita un título universitario y tra-
sotros, es probable que no nos impliquemos bajar, estaríamos hablando ahora de un tipo
en su realización, o bien, que nuestra impli- de motivación extrínseca. A pesar de que
cación sea menor. En este sentido, la pregun- ambos tipos de motivación representan dis-
ta de fondo es: ¿qué valor tiene para mí esta tintas maneras de valorar una actividad, no
meta? Los procesos de valoración internos necesariamente se contradicen entre sí.
median entre las necesidades del sujeto y ca- Es decir, que una persona puede es-
racterísticas de la tarea. Si al valorar la meta tudiar psicología porque es lo que más le
creemos que existen posibilidades de satisfa- gusta, pero al mismo tiempo, le sirve para
cer una necesidad de competencia, afinidad obtener un título universitario y con ello po-
o autonomía, la probabilidad de implicarnos der trabajar. En síntesis, la deseabilidad del
intrínsecamente en su consecución aumenta logro de una determinada meta está vincula-
exponencialmente; lo mismo a la inversa. da a los procesos de valoración interna refe-
Esta valoración subjetiva se concibe ridos a lo largo de estas líneas, ya que estos
como un componente esencial para la mo- condicionan en cierto grado, el hallazgo de
tivación (Alonso Tapia, 2005; Pintrich y De las razones que nos mueven hacia ella.
Groot, 1990). De acuerdo a la literatura re- Llegados al final de este apartado, hemos
visada, en contextos de logro las personas conocido cuáles son los elementos tanto fríos
otorgamos dos tipos de valores. Uno de (problema, listado de temas, logro y proce-
carácter intrínseco que se vincula a los as- der) como cálidos (viabilidad y deseabilidad)
pectos positivos del desarrollo y del bien- que componen el modelo idóneo de planifi-
estar personal (ligado al aprendizaje o dis- cación propuesto por Sánchez et al., (2010).
frute) (Csikszentmihalyi, 1997; Deci y Ryan, Sabemos, por sus características, que este
2000) y otro de carácter extrínseco (ligado es el tipo de contexto instruccional que nos
a la instrumentalidad de la tarea). En este gustaría o deberíamos usar para planificar la
sentido, la investigación permite indicar que lectura dentro del aula. No obstante, desde
los siguientes aspectos promueven o facili- el principio del capítulo hay una pregunta
tan el desarrollo de una valoración intrínse- que aún no hemos podido resolver: ¿sabe-
ca de aquello que se plantea, en este caso, mos realmente lo que supone llevar a cabo
en un espacio de planificación: importan- este tipo de planificación dentro del aula?
cia, accesibilidad y utilidad, entre otros . La respuesta a esta interrogante no es
Sección fácil de ofrecer, al menos, no en este mo-
3- La motivación: mento. De acuerdo con lo que sabemos has-
La motivación viene a ser, en este caso, el re- ta ahora, los estudios que centran su aten-
sultado de los procesos de valoración referidos ción en lo que sucede dentro de las aulas
con anterioridad y puede tener dos cualidades: son prácticamente inexistentes. Por ello, la
intrínseca y extrínseca. Entonces, ¿qué papel principal dificultad que tenemos para res-
tiene la motivación? Cuando la motivación es ponder radica en la insuficiencia de los da-
intrínseca, ésta se asocia con el bienestar per- tos. No obstante, hemos podido comprobar
sonal, el desarrollo positivo y el disfrute de la recientemente (Azofeifa, 2010) que el ejer-
tarea (Deci y Ryan, 2000). Cuando es extrín- cicio de la planificación en contextos reales
seca, recordemos que moviliza al individuo de logro (e.g. el aula) podría convertirse en
hacia objetos externos o instrumentales. una tarea muy compleja. Nuestros estudios,
La distinción entre ambas se puede ver basados en observaciones reales de aula,
reflejada con el siguiente ejemplo, el cual ponen de manifiesto novedosos datos en
99
esta línea. Sabemos, por ejemplo, que me- En este sentido, aprendimos sobre
nos de la mitad de los profesores llevan a las dos dimensiones que la integran: fría
cabo buenas planificaciones. Esto revela (vinculada a la meta) y cálida (vinculada al
que la explicitación de los elementos del compromiso con dicha meta). Además, tu-
modelo “ideal” tiene cierto grado de difi- vimos la oportunidad de conocer estudios
cultad a la hora de ponerlo en práctica. que justifican la importancia de planificar
De la mano de este resultado obser- en contextos de logro en ambos sentidos
vamos también que la mayoría de los pro- (frío y cálido), mostrando su beneficio sobre
fesores tienen la tendencia de explicitar el aprendizaje. Este apartado nos condu-
elementos de poca complejidad, tanto fríos jo hacia nuestro segundo objetivo. Fue en-
como cálidos, en comparación con aquellos tonces cuando procedimos a la descripción
de mayor complejidad en atención a la re- del modelo “ideal” de planificación, el cual
gulación del aprendizaje . Nuestros datos propone la presencia de ambos elementos
llaman la atención sobre un último asun- en interacción, en atención a la regulación
to. La mayoría de estos profesores cuando integral del aprendizaje. La luz que hemos
utilizan elementos fríos simples, también arrojado sobre lo que debe ser entendido
lo hacen desde el punto de vista cálido. Lo como una “buena” planificación, también nos
mismo sucede a la inversa, a mayor com- ha dejado ver la dificultad de llevar a cabo
plejidad desde el punto de vista frío, mayor este tipo de planificación dentro del aula.
complejidad a nivel cálido. Este resultado No obstante, tenemos pistas suficien-
revela que ambas dimensiones (fría y cá- tes sobre cuáles son los elementos que
lida) se encuentran estrechamente vincu- debemos utilizar en clase para favorecer
ladas en un espacio de planificación. al estudiante en este momento de delibe-
Con todo lo discutido a lo largo de este ración. Los datos ofrecidos a lo largo del
apartado, hemos descrito los elementos que capítulo nos brindan beneficios en varios
se “deberían” usar en un espacio de plani- sentidos. Algunos de estos, pueden ser:
ficación y, además, la distancia que exis- 1. Favorece la toma de con-
te entre lo que se debería hacer y lo que ciencia sobre la importancia de pla-
realmente podemos llevar a cabo en un nificar en contextos académicos.
contexto real de aula. A continuación, ex- 2. Saber que un espacio motiva-
pondremos algunas recomendaciones ge- cional positivo previo a la tarea pro-
nerales teniendo en cuenta el modelo pre- mueve el compromiso con la meta.
sentado. Finalizaremos este capítulo con 3. Conocer las creencias y necesi-
algunas de las conclusiones alcanzadas dades básicas de los estudiantes den-
a partir del paisaje que se nos dibuja. tro del aula, con el fin de atenderlas de
la manera más consciente posible.
4. Conclusiones 4. Conocer rasgos de la tarea que favore-
cen la motivación intrínseca del estudiante.
Dos preguntas fundamentales han guiado Conscientes de estos beneficios, pero
también de la dificultad que supone llevar
Sección nuestra exposición a lo largo de este capítulo:
¿conocemos realmente lo que supone plani- a cabo una “buena” planificación, es posi-
ficar? y ¿en qué consiste planificar en clase? ble que en estos momentos el lector se esté
Como el lector recordará, con la intención de planteando cuestiones como éstas: ¿dedico
dar respuesta a estas cuestiones propusimos un tiempo de mi clase a la planificación?,
dos objetivos de trabajo: 1) Esclarecer el cons- y de ser así: ¿cómo planifico?, ¿atiendo a
tructo de la planificación como herramienta las necesidades educativas de mis estu-
educativa y 2) Arrojar luz sobre lo que debe ser diantes durante ese momento?, ¿favorez-
entendido como una “buena” planificación. co el establecimiento de las metas? o bien,
Con respecto al primer objetivo, conocimos al- ¿puedo poner todo esto en práctica? Las
gunos términos vinculados al constructo de la respuestas a estas preguntas no son del
planificación, vista como una herramienta pe- todo sencillas. Como hemos argumenta-
dagógica encargada de favorecer el estableci- do a lo largo de estas líneas y tal y como
miento de metas y del compromiso con ellas. el lector estará sopesando, hacer una pla-
nificación considerando lo descrito es una
100
es lo que la investigación nos dice, es de- Braaten, I. y Samuelstuen, M. S. (2004). Does the in-
cir, sino se dedica un espacio intencionado fluence of reading purpose on reports of stra-
a favorecer el establecimiento de la meta y tegic text processing depende on student´s
topic knowledge? Journal of Educational Psy-
el compromiso con ella, es posible que no chologist, 96(2), 324-336.
se esté creando una buena oportunidad para Braaten, I. y Strøømsøø, H. (2010): Effects of Task
regular el aprendizaje. Esta cuestión es im- Instruction and Personal Epistemology on the
prescindible en un contexto educativo, es- Understanding of Multiple Texts About Clima-
pecialmente cuando pretendemos promover te Change. Discourse Processes, 47(1), 1-31.
la construcción activa del conocimiento. Castellano, N. (2011). Mediación cálida y aprendiza-
je. La facilitación de los procesos motivaciona-
En definitiva, la meta que le propone-
les y volitivos, a través del discurso: un estudio
mos no es fácil, aunque tampoco imposi- sobre su impacto en la comprensión. (Tesis
ble. Tenemos la esperanza de haber con- doctoral inédita). Universidad de Salamanca,
tribuido con lo expuesto en este capítulo, España.
a que el lector haya tomado conciencia de Csikszentmihalyi, M. (1997). Intrinsic motivation and
algo nuevo: la importancia de la planifica- effective teaching. A flow analysis. En J. L Bess
ción (de la lectura) como un espacio idóneo (Ed.), Teaching well and liking it: motivating
faculty to teach effectively (pág. 72-93). Balti-
para el establecimiento de la meta (frío) y more, MD, US: John Hopkins University Press.
el compromiso con ella (cálido). Sabemos Conti, R., Amabile, T. M. y Pollak, S. (1995). The posi-
que planificar es importante, ahora ade- tive impact of creative activity: effects of crea-
más, sabemos porqué lo es. Desde este tive task engagement and motivacional focus
conocimiento se hace posible tomar deci- on collage student´s learning. Personality and
siones conscientes con relación a la plani- Social Psychology Bulletin, 21(10), 1107-1116.
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estamos persiguiendo esta misma meta. course Processes, 25(1), 1-53.
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Sección
Capítulo 7
La lectura digital y la comprensión
hipertextual, multimedia e hipermedia:
Dificultades y ayudas Santiago Roger-Acuña
Universidad de San Luis Potosí (México)
L
os textos digitales abren, en principio, quieren de un alto nivel de control, monitoreo
nuevas posibilidades en la manera de y regulación de sus acciones. En otras palabras,
comprender, aprender y comunicar, la lectura digital, al contrario de lo que puede
pero, a la par, también imponen a los estu- pensarse, no resulta una actividad sencilla y
diantes una serie de requerimientos y exi- simple, sino que implica un alto nivel de com-
gencias cognitivas, metacognitivas y motiva- plejidad y dificultad debido a todos estos nue-
cionales de mayor complejidad. Por un lado, vos procesamientos mentales que impone.
no sólo integran, de modo casi natural y de En este capítulo se describen, en primer
manera dinámica, los sistemas de represen- lugar, algunas de las potenciales aplicaciones
tación de la realidad ya existentes, como el de los textos digitales en las prácticas educa-
discurso oral, los textos o las imágenes, sino tivas. En segundo lugar, se hace referencia a
que además brindan amplias posibilidades la complejidad que supone la lectura digital,
interactivas y nuevas formas de organizar y señalando alguna de sus posibles dificultades
presentar la información (Martí, 2003). Sin en función de los requerimientos de procesa-
embargo, por otro lado, comprender de un miento que demanda la comprensión digital.
modo profundo el mundo que refiere un de- Finalmente, se presentan diferentes ayudas y
terminado documento digital, es decir, cons- andamiajes que la investigación científica en
truir una representación mental que resulte este campo ha propuesto y validado para pro-
apropiada a la situación aludida por el tex- mover un mejor aprovechamiento de las po-
to (Kintsch, 1998), exige, tal como lo señala tencialidades de esta clase de documentos.
Vidal-Abarca (2010), no sólo poner en jue-
Sección go las competencias propias de la lectura en 1. Los nuevos materiales digitales:
papel, sino además, una serie de procesos multimedia, hipertexto e hipermedia.
cognitivos, metacognitivos y motivaciona- Aplicaciones
les de un elevado nivel de sofisticación.
La lectura digital exige, por ejemplo, que En potencia, como señala Schnotz (2005),
un aprendiz construya un texto propio confor- estas herramientas parecen adaptarse bien a
me va leyendo y navegando entre múltiples las características esenciales del aprendiza-
páginas. Para ello, este aprendiz necesita es- je humano, especialmente si se asume que
tar habituado, tanto a identificar y utilizar los el aprendizaje constituye un proceso activo,
diferentes hipervínculos explícitos e integra- constructivo y situado. La lectura digital, por
dos con las estructuras no lineales de la pági- ejemplo, permite interactuar de manera autó-
na como a recurrir de manera oportuna a los noma y flexible con los contenidos presenta-
dispositivos de representación de contenidos dos en los documentos, a través de una ex-
globales. A medida que recorre el documen- ploración auto-dirigida. Asimismo, el uso de
105
materiales digitales puede resultar motivante proporcionando los medios necesarios para
y accesible para el estudiante, al presentar la evaluar las posibles estrategias de solución.
información de manera más palpable y rea- Por consiguiente, sus aplicaciones para
lista, por medio de animaciones y vídeos, el aprendizaje también pueden ser diversas.
principalmente cuando se trata de represen- Así Tricot et al. (2000) han destacado que
tar o simular procesos y modelos complejos estos documentos digitales son herramien-
alejados de nuestra experiencia cotidiana. tas que ofrecen una serie de posibilidades
Las principales notas distintivas de los para enriquecer diferentes clases de entor-
documentos digitales, especialmente las nos de aprendizaje. Consideran que son tres
referidas a no-linealidad, multimedia e in- los entornos de aprendizaje en que pue-
teractividad, hacen que esta clase de do- den utilizarse los textos digitales, a saber:
cumentos resulten en potencia sumamente d) Entornos para aprender haciendo: en
apropiados para desarrollar variadas activi- estos entornos ─que presentan situaciones de
dades clave en el aprendizaje. Por ejemplo, aprendizaje en las que los estudiantes tienen
siguiendo a Jonassen y Grabinger (1990), se que interpretar las ‘instrucciones’ de una ta-
pueden señalar tres tipos de actividades: rea, identificar los componentes relevantes y
a) Búsqueda de información: estos transferir los conocimientos adquiridos para
sistemas son capaces de ofrecer un ex- resolver una nueva situación─, los textos di-
tenso banco de información usando di- gitales pueden ser útiles no sólo para mo-
ferentes formas de representación. vilizar el conocimiento preexistente de los
b) Adquisición de conocimientos: se ha estudiantes sino también para promover la
considerado que existe una analogía entre la exploración activa de un espacio de tarea/
estructura de conocimiento del ser humano y información que contribuya a modificar sus
la estructura de un texto digital. Ambas esta- representaciones iniciales. Esta clase de ma-
rían organizadas en esquemas que constitui- teriales ayudarían a los estudiantes a que for-
rían una red de conceptos interrelacionados a mulen hipótesis y las prueben según avanzan
partir de asociaciones fundamentalmente de con la tarea. Sin embargo, la inclusión de los
tipo semántico, aunque esta idea se encuen- documentos digitales como herramientas para
tre sometida a diversas críticas últimamente. estos entornos exigiría como requerimiento
El aprendizaje consistiría en sucesivos pro- un feedback continuo que vaya valorando y
cesos de acrecentamiento, reestructuración guiando las acciones de los estudiantes.
y refinamiento de estas estructuras concep- e) Entornos para el aprendizaje por ins-
tuales. Un documento digital, por ejemplo, trucción: en este caso los estudiantes pueden
un hipermedia sería, en virtud de este para- adquirir nuevos conocimientos y elaborar una
lelismo, un recurso adecuado para favorecer situación mental (o modelo mental) a partir de
el incremento de la información contenida la información incluida en un documento di-
en los esquemas, como así como también, gital, en función de la tarea que deben de rea-
para propiciar la reorganización y produc- lizar. Para ello los recursos digitales ofrecen la
ción de nuevas estructuras de conocimiento, posibilidad de presentar de manera dinámica
Sección o bien, para contribuir a un mejor ajuste de
estas estructuras a las demandas específicas
un mismo contenido, empleando múltiples
formatos de presentación de la información,
de las tareas, o a las particulares caracterís- lo que permitiría promover en los estudiantes
ticas de cada dominio de conocimiento. una comprensión más profunda de ese conte-
c) Resolución de problemas: los docu- nido. No obstante, es conveniente ofrecer he-
mentos digitales pueden ser útiles, tanto para rramientas que ayuden a los estudiantes a pro-
la explicitación figurativa de un problema cesar e integrar adecuadamente las diferentes
como para la transferencia de conocimientos clases de representaciones que se incluyan.
y su evaluación. Brindan la posibilidad de re- f) Entornos para el aprendizaje por ex-
presentar los problemas de manera significati- ploración: en esta clase de entornos los tex-
va, siguiendo diferentes alternativas. También, tos digitales serían útiles, pues ofrecen la
facilitarían la activación de los conocimientos oportunidad de adquirir representaciones
previos que se requieren para una compren- cognitivas flexibles a través de la exploración
sión adecuada del problema y ayudarían en de un dominio de conocimiento, siguiendo
los procesos de transferencia de información, diferentes perspectivas y dimensiones. Aun-
106
que para ello resulta importante apoyar fun- cabe destacar un peligro: que los usuarios
damentalmente los procesos metacognitivos se pierdan en las redes de enlaces que pro-
implicados en la planificación, el control y la pone un documento digital y/o que no sean
regulación de la actividad de exploración. capaces de dirigir la navegación teniendo
Por consiguiente, los entornos educativos en cuenta sus propias metas. También, pue-
basados en el empleo adecuado de los diferen- den dispersarse en la red y pasar de una pá-
tes tipos de textos digitales sería propicio para gina a otra, sin seguir un orden óptimo de
favorecer en los aprendices el desarrollo de un lectura, obviando las relaciones semánticas
pensamiento flexible, capaz de comprender y de los enlaces (Rouet y Levonen, 1996).
establecer relaciones complejas, y de reflexio- Una segunda cuestión muy importante
nar sobre los propios procesos cognitivos, a tener en cuenta se refiere al problema que
especialmente en dominios de conocimiento supone para los aprendices la integración de
mal definidos –como, por ejemplo, las cien- nueva información a la propia estructura de
cias sociales– (Spiro, Feltovich, Jacobson y conocimiento. Comprender de modo signi-
Coulson, 1991). Sumado a ello, podrían llegar ficativo implica, entre otras cosas, poder es-
a proporcionar a los alumnos un mayor grado tablecer relaciones entre los conocimientos
de control y autonomía de sus propios proce- previos y los nuevos contenidos, proporcio-
sos de aprendizaje. Por otra parte, se trata de nándoles una organización conceptual inter-
materiales de gran versatilidad que se ajusta- na, que dé lugar a sucesivas reestructuracio-
rían a una enseñanza tutorizada, tanto presen- nes, mediante un proceso de construcción
cial como a distancia, factibles de ser usados dinámica. Ahora bien, si la nueva informa-
en diversos contextos educativos. Brindarían, ción que provee un texto digital, por lo ge-
por un lado, la posibilidad de llevar a cabo neral, presenta una estructura sumamente
procesos instruccionales con objetivos, metas flexible y una organización conceptual, ya
y secuencias individualizadas, adaptándose de sea muy compleja, o bien, muy exigua, los
este modo a las diferencias individuales de los procesos necesarios para alcanzar una com-
alumnos (Kommers y Lanzing, 1998); mientras prensión profunda de la información presen-
que, por otro lado, también podrían apoyar tada pueden resultar aún más difíciles.
actividades en equipo en las aulas, fomentan- No es extraño, entonces, que se haya se-
do aprendizajes cooperativos (Gros, 2008). ñalado que la comprensión y el aprendizaje
con este tipo de recursos supone mayores de-
2. Restricciones y requerimientos mandas cognitivas y metacognitivas para los
de la lectura digital estudiantes, pudiendo ocasionarles una alta
sobrecarga cognitiva (Jonassen, 1988; Jonas-
La versatilidad y flexibilidad de los diferen- sen y Grabinger, 1990). Por ejemplo, es ne-
tes documentos digitales no implica que es- cesario acomodarse a los distintos formatos
tén exentos de algunas dificultades y limita- de presentación de la información; recordar
ciones. De tal manera que la comprensión y la localización en la red, tomar decisiones
el aprendizaje con estos nuevos materiales sobre donde ir a continuación y tener pre-
Sección no siempre puede resultar más efectiva que sente el recorrido realizado, y, finalmente,
reconstruir la coherencia global del docu-
con los textos tradicionales. Algunos traba-
jos experimentales han puesto de relieve una mento digital que se encuentra fragmentada.
serie de limitaciones en su empleo (Chen y Es decir, que a los procesos cognitivos nece-
Rada, 1996; Dillon y Gabbard, 1998; Shapi- sarios para aprender, se les suma el esfuer-
ro, 1998). Resulta necesario tener en cuenta zo adicional que supone controlar y regular
sus eventuales restricciones para la com- los procedimientos de navegación y com-
prensión de acuerdo con los requerimientos prensión hipertextual y/o hipermedia.
que impone el uso de estos documentos. En este sentido, algunos estudios expe-
En primer lugar, por lo general, las prin- rimentales con textos digitales (Gray, 1990;
cipales limitaciones en el uso de los docu- Rouet, 1990, 2006) refieren que muchos
mentos digitales para tareas que demandan sujetos tienen problemas para recordar lo
comprensión han sido asociadas a dificulta- que han leído o no. Les cuesta construir
des en el acceso y la navegación (Jonassen, una estructura organizacional y muchas ve-
1988; Salmerón et al., 2005). Al respecto,
107
ces no están seguros de que han encon- leer con papel, a pesar de que algunos estudios
trado la información que necesitan. refieren que la confusión en las ideas y los errores
Al respecto, resulta importante destacar al- de sintaxis se detectan mejor en formato papel.
gunas cuestiones específicas de la comprensión Un segundo aspecto a tener presente
de información presentada en un texto digital, hace referencia a las restricciones en la pro-
que marcan las diferencias respecto de la com- gresión. Como señalamos anteriormente, un
prensión de textos lineales tradicionales. documento digital, como por ejemplo, un
En la tabla 1, siguiendo a Lacroix (1999), hipermedia, requiere que el estudiante deci-
se indican los distintos requerimientos del da de manera explícita acerca del recorrido a
procesamiento de información no lineal y seguir y que vaya realizando opciones conti-
las restricciones que impone, en compara- nuas para progresar en la lectura. Para facilitar
ción con el manejo de información lineal. esta tarea, los documentos digitales disponen
habitualmente de una serie de instrumentos,
Tabla 1. por lo general dos tipos de mecanismos: los
Restricciones y demandas que supone el procesa- menús explícitos y los enlaces fijos, además
miento de información no lineal pueden incorporar marcadores estructurales.
Como la progresión en la lectura implica el
Restricciones Demandas uso de estos dispositivos junto con un control
de esta tarea, es posible que se produzcan
Restricciones en la desorientaciones, o bien, que se lleve a cabo
Lectura en pantalla o
interfaz
monitor de ordenador una progresión al azar, lo que de alguna ma-
nera puede llegar a afectar la comprensión.
Restricciones en la Estrechamente asociada a esta restric-
Exigencias de la
progresión
navegación ción existe una tercera diferencia que señala
Restricciones en la Reconstrucción de la Lacroix (1999), las restricciones en la cohe-
coherencia estructural macroestructura global rencia estructural. La no-linealidad produce
Manejo de herramientas
una fragmentación en la presentación de la
Ausencia de marcadores información que puede dificultar una es-
y ayudas para la
superestructurales
navegación tructuración coherente de la misma. Como
Habilidades y Recursos cognitivos y la comprensión implica la construcción
estrategias de lectura metacognitivos por parte del usuario de una representación
mental que contenga la estructura global
Así, en primer lugar hay que tener en del texto que se lleva a cabo por medio de
cuenta el cambio de soporte. Los textos digi- procesos inferenciales, es muy probable que
tales implican un cambio en el soporte en que en el caso de los documentos digitales más
se presenta la información, es decir, se pasa sofisticados, este trabajo de construcción no
del papel a un soporte electrónico, lo que pue- sea de fácil ejecución para los aprendices.
de afectar al proceso de comprensión. Al res- Justamente refiriéndose a la coherencia
pecto se han llevado a cabo diferentes inves- en los textos digitales, Foltz (1996) precisa
Sección tigaciones para detectar lo que Lacroix (1999) que, a diferencia del texto lineal, es suma-
mente difícil que el autor pueda anticiparse a
llama restricciones en la interfaz. Uno de los
factores, que incide en estas restricciones, tie- todos los posibles lugares que el lector puede
ne que ver con la resolución de pantalla. visitar. A lo que se suma el hecho de que re-
Algunos trabajos referidos por Dillon sulta bastante complicado mantener una bue-
(1996) muestran que la lectura de una pantalla na macroestructura para todos los posibles
de ordenador resulta más fatigosa y un poco enlaces. La pérdida de la coherencia que esto
más lenta. Por otra parte, muchas de estas implica exige que el estudiante reconstruya la
restricciones parecen estar relacionadas con estructura de la información, lo que conlleva
factores de presentación (como por ejemplo, un proceso adicional, pues el lector tiene que
la orientación vertical), aunque últimamente, llevar a cabo las inferencias necesarias para in-
debido a los adelantos tecnológicos que pro- corporar la información de un nodo a otros.
porcionan un mayor despliegue de gráficos de Además, los textos digitales, a diferencia
alto nivel, las investigaciones están señalando de los lineales, suelen no presentar marcado-
que leer en pantalla puede ser tan rápido como res superestructurales, como por ejemplo, los
108
esquemas narrativos. Los esquemas narrativos De este modo, los que tienen objetivos pre-
proporcionan una estructura para organizar e cisos necesitan, por lo general, tener méto-
integrar la información de un texto. En los hi- dos sencillos para localizar la información.
permedia e hipertextos, no es evidente encon- Por otra parte, cuando un estudiante tiene
trar esquemas narrativos, lo que puede afectar bajo nivel de conocimiento requiere que se
a los estudiantes ya que no pueden incorpo- le contextualice la información de manera
rar y organizar de manera efectiva la infor- significativa; también puede ser beneficioso
mación dentro de una situación conocida. proporcionarle visitas guiadas, es decir, que
Según Rouet (1998) la construcción de se le señalen recorridos recomendados. A di-
un hipermedia o de un hiperdocumento, para ferencia de los aprendices de alto nivel que
que sea leíble o sea abordable por un estu- no necesitan de estas ayudas adicionales.
diante promedio, debe tener en cuenta no sólo
las reglas clásicas de escritura y de presenta- 3. Ayudas para promover la
ción, sino también de los nuevos esquemas comprensión de documentos digitales
retóricos propios de los textos digitales más
complejos, como es la iconografía o la orga- Como vimos, si bien los documentos digitales
nización de los caracteres tipográficos o la abren nuevas posibilidades a la comprensión,
manera cómo están indicados los enlaces. también reclaman una serie de fuertes deman-
Por lo que es muy probable que en esta das cognitivas, metacognitivas y motivaciona-
cuestión aparezcan dificultades, principal- les vinculadas con el procesamiento de infor-
mente porque los esquemas retóricos emplea- mación estructurada de manera no lineal, el
dos sólo resultan inteligibles para el que diseña, procesamiento multimedia y, como siempre,
al no existir todavía una convención estándar con la autorregulación de dichos procesos,
que formalice estos marcadores hipertextua- más aún cuando se dotan a estos documen-
les. La comprensión de estos marcadores y su tos de mayores posibilidades interactivas.
utilización estratégica puede suponer una de Por ello, no resulta extraño que se
las habilidades básicas del lector digital. hayan propuesto variadas ayudas para
De ahí que otro aspecto específico del reducir el esfuerzo mental que supo-
uso de los textos digitales haga referencia a nen los diferentes procesamientos im-
las habilidades y las estrategias de lectura plicados en la comprensión digital.
que, en el caso de los hipermedia e hipertex- Estos enfoques teóricos han fundamen-
tos, se encuentran asociadas a otros procesos tado una importante cantidad de trabajos
adicionales como la navegación. En estas es- experimentales, dirigidos tanto a validar es-
trategias incide la estructura en la que se or- tos modelos y precisar la influencia de las
ganiza la información y las herramientas de variables individuales en la comprensión de
apoyo que se hayan incluido (por ejemplo, estos materiales digitales, como también a
mapas conceptuales, indicadores de posi- explorar el impacto de una serie de ayudas,
ción, etc.). Los estudiantes que poseen bue- derivadas de dichas ideas, buscando pro-
nas estrategias de navegación pueden proce- piciar una optimización del procesamiento
Sección sar con facilidad la información, pues esta
tarea no les supone interferencia. Además,
mental que la comprensión de documen-
tos digitales demanda. En lo que sigue pre-
que el texto digital disponga de buenos ins- sentaremos algunas de estas ayudas.
trumentos de navegación es una ventaja para Así, es posible diferenciar dos gran-
los aprendices con bajo conocimiento. des grupos de ayudas que tratan de hacer
Dada la flexibilidad de los textos digita- más efectiva la comprensión y el aprendiza-
les, las estrategias de lectura pueden ser va- je digital (ver tabla 2). Por un lado, un tipo
riadas. Éstas apuntan a obtener una estructura de ayudas pretende favorecer los diferentes
con coherencia que permita una representa- procesamientos característicos de los do-
ción mental adecuada. La búsqueda de co- cumentos digitales haciendo más “transpa-
herencia estructural juega un fuerte papel rentes” a estos materiales. Para ello se han
en la selección de estrategias. Aunque las desarrollado y puesto a prueba una serie de
estrategias de lectura varían también, depen- principios instruccionales dirigidos a orien-
diendo tanto de las metas de lectura como tar el diseño de los materiales hipermedia.
del nivel de conocimiento de los estudiantes.
109
las listas de contenido o mapas jerárquicos, traron que las estrategias de los estudiantes
resultaban apropiadas para estudiantes con dependían de las características de las pregun-
bajo nivel de conocimientos previos, en tan- tas. En tal sentido, se observó que ante pre-
to que mapas en red se ajustaban mejor a los guntas específicas los estudiantes realizaban
estudiantes con conocimientos previos más búsquedas más rápidas y precisas, mientras
altos. En tal sentido, Potelle y Rouet (2003) que para responder a las preguntas generales,
encontraron la existencia de una interac- de alto nivel, los estudiantes experimentaban
ción entre una representación jerárquica del dificultades. Según Rouet (2003) estas dificul-
contenido de un hipertexto y el nivel de co- tades se deben a que el aprendiz, ante pre-
nocimientos previos de los aprendices. guntas de alto nivel, debe completar muchos
De esta manera, las representaciones de ciclos de búsqueda, evaluación, selección e
contenidos que sólo muestran relaciones bá- integración del contenido de la información,
sicas (por ejemplo, de subordinación) pueden manteniendo los resultados intermedios en
ayudar a facilitar la construcción de una ma- mente, mientras continúa buscando infor-
croestructura global de las relaciones implícitas mación adicional, lo que genera un incre-
y explícitas entre las unidades del hipertexto. mento en la carga de memoria de trabajo.
No obstante, a diferencia del trabajo de Hoff- Por consiguiente, para evitar esta so-
man y van Oostendorp (1999), la inclusión de brecarga, sería conveniente plantear una
un mapa semántico en red, en el que se des- secuencia de preguntas que vayan paula-
plegaron varios tipos de enlaces semánticos tinamente incrementando la complejidad
más sofisticados, no promovió un mejor rendi- de dichas preguntas, es decir, desde las más
miento en los aprendices de alto nivel de cono- específicas hasta las de mayor apertura.
cimientos previos (Potelle y Rouet, 2003).
Junto a ello se han demostrado los be- 3.2 Ayudas para el procesamiento
neficios que ocasionan visiones generales y multimedia
estructuradas como forma de recuperar la co- Las ayudas de diseño que surgen de los mode-
herencia (Dee-Lucas y Larkin, 1995; Dee-Lu- los de procesamiento multimedia que se han
cas, 1996). Por otro lado, se ha visto que la propuesto tratan de fundamentar las decisio-
inclusión de herramientas, como los mapas nes que se toman en el proceso de elaboración
conceptuales, constituyen recursos válidos de los materiales hipermedia y multimedia.
para superar las restricciones impuestas por Algunos principios generales que
la pérdida de la macroestructura global. se han propuesto en tal sentido tienen
Respecto a las ayudas a la actividad del que ver con los siguientes puntos:
aprendiz cuando despliega un procesamiento a) Consistencia: que implica mantener
no lineal, algunos estudios mostraron que el un equilibrio entre las características de las
tipo de preguntas que se formule para orientar imágenes y las características de los textos.
la búsqueda de información afecta el proce- b) Sinergia: relacionada con la exigencia
samiento que lleven a cabo los estudiantes. de tener en cuenta en el diseño de materiales
Así, ante preguntas específicas o detalladas, multimedia, los requerimientos de los procesos
cognitivos implicados en su procesamiento.
Sección de bajo nivel, los estudiantes habitualmente
siguen patrones de búsqueda dirigidos a lo- Así, por ejemplo, se ha señalado la nece-
calizar y memorizar la información; mientras sidad de que exista una alta consistencia entre
que, en cambio, las preguntas de alto nivel, las características de las imágenes y caracte-
que tienen en cuenta las ideas principales rísticas del texto, como también se consideren
presentadas en el texto, pueden dar lugar a algunas de las restricciones que suponen el
un patrón de búsqueda orientado a revisar e procesamiento cognitivo de estas representa-
integrar los contenidos textuales (Rouet, Vi- ciones externas (por ejemplo, evitar sobrecargas
dal-Abarca, Bert-Erboul y Millogo, 2001). cognitivas teniendo en cuenta las limitaciones
Siguiendo esta misma línea de investiga- de la memoria de trabajo [Sweller, 1994]).
ción, pero en este caso con hipertextos, Rouet Dentro de esta clase de ayudas y princi-
(2003) analizó la influencia de diferentes ti- pios que orientan el diseño, es importante des-
pos de preguntas respecto a las estrategias de tacar los trabajos que llevaron a cabo Mayer y
búsqueda de información que siguen los es- sus colaboradores, basándose en su modelo
tudiantes. Los resultados de este estudio mos- generativo del aprendizaje multimedia (Mayer,
111
interferencia en tal caso. Esta cuestión se po- aprendiz no sólo debe procesar cada repre-
dría evitar si la representación gráfica se pre- sentación externa, estableciendo conexiones
senta antes que el texto (Schnotz, 2005). coherentes dentro de cada representación
Además, en el diseño de material mul- externa (coherencia intrarepresentacional),
timedia un aspecto destacado tiene que ver sino que también precisa articularlas entre
con la economía cognitiva. En tal sentido, sí de manera coherente (conexiones cohe-
Ainsworth (1999) ha señalado que las repre- rentes interrepresentacionales) para construir
sentaciones múltiples pueden apoyar la com- una representación interna rica que pueda
prensión, debido a que estas representaciones ser integrada a su propia estructura de co-
pueden cumplir, por ejemplo, funciones de nocimiento. Este proceso bastante comple-
restricción o de complementariedad. No obs- jo puede verse facilitado, por lo tanto, si se
tante, dado que el procesamiento de múltiples provee de manera explícita orientaciones a
representaciones tiene además unos costes cerca de qué elementos y relaciones son re-
cognitivos, si el número de representaciones levantes dentro de cada representación, a la
aumenta, los costes cognitivos también se in- vez que se señala el modo en que diferentes
crementan, a tal punto que las representacio- representaciones pueden ser interconectadas.
nes externas dejan de cumplir sus funciones Así, para favorecer este proceso se puede pro-
debido a los altos costos cognitivos que re- poner una serie de elementos visuales que
quieren. En este caso, los aprendices siguien- destaquen aquellos componentes relevantes
do los principios de la economía cognitiva no en las representaciones gráficas y los textos
se implicarán en un procesamiento adicional. (como por ejemplo, iluminación de estos ele-
Probablemente, sólo tendrán en cuenta algu- mentos con señales visuales, empleando co-
nas representaciones y descuidarán otras. lores diferentes o flechas). Sin embargo, estas
Más allá de estos principios dirigidos al ayudas pueden resultar insuficientes y con-
diseño de los materiales multimedia, es po- ducir sólo a una comprensión superficial
sible también encontrar otras propuestas que Por consiguiente, Seufert (2003) ha pro-
como señalamos anteriormente se han dirigi- puesto otro tipo de ayudas, de carácter se-
do a montar ayudas que contribuyan a la in- mántico, dirigidas a proveer, ya sea de manera
tegración de textos e imágenes animadas. directiva o no directiva, enunciados explícitos
Algunas de estas propuestas han seguido sobre los elementos y las relaciones que re-
planteamientos próximos al modelo de pro- sultan relevantes tener en cuenta. Con ellos
cesamiento de Schnotz (2001), que pone el busca apoyar la actividad de los estudiantes
acento como vimos en la construcción, ins- en la integración de información textual y
pección y reconstrucción del modelo mental gráfica para que disminuya la carga cogniti-
y de las representaciones proposicionales que va. Propone como ejemplo típico de una ayu-
se construyen a partir de las informaciones da directiva para la integración coherente de
suministradas por el texto y las imágenes. una representación gráfica con representacio-
Schnotz (2003) señala que si bien los nes textuales sobre un proceso químico, un
principios que propone Mayer y colaboradores enunciado como el siguiente: “El cambio de
Sección resultan válidos para reducir de manera signi-
ficativa la carga cognitiva extraña o ajena que
electrones está visible en ambos recuadros”
(en los que se presentan textos y gráficos). En
demanda el procesamiento multimedia, estos cambio una ayuda no directiva podría ejem-
principios no garantizan la construcción de plificarse con una pregunta del tipo: “¿Existe
representaciones situacionales o de modelos correspondencia en los procesos tal como se
mentales apropiados. Es por ello que junto a presentan en la animación y se describen en
estos principios, a partir del modelo de Schnotz el texto? ¿Existen algunas diferencias?”.
et al. (2002), también se han propuesto otros Junto a estas ayudas semánticas dirigidas
tipos de ayudas, más de carácter instruccional, a promover la integración coherente de infor-
que tratan de orientar y apoyar el proceso de mación multimedia, es posible encontrar otras
construcción e inspección de la coherencia es- propuestas que ponen el acento en incremen-
tructural que demanda la integración de varias tar la actividad que despliega el aprendiz al
representaciones externas (Seufert, 2003). integrar múltiples representaciones externas.
Por ejemplo, Seufert (2003) ha señala- Un ejemplo de esta clase de ayudas lo pode-
do que en el procesamiento multimedia el mos encontrar en un trabajo reciente llevado a
113
y Mayer (2005) que una actividad reflexiva anuncian la respuesta correcta llegan a inter-
permite un aprendizaje profundo solamen- ferir en la actividad de los aprendices, ya que
te si está basada en información correcta. inhiben sus autoexplicaciones, limitándose
Por consiguiente, la implicación activa estos aprendices sólo a mejorar esa respues-
del estudiante en la realización de acciones ta y sin implicarse activamente en esta tarea
de reflexión, o bien de autoexplicaciones, jue- constructiva. Por lo tanto, proponen que las
ga un papel muy importante, no sólo de cara explicaciones instruccionales, para apoyar
a una comprensión profunda sino también efectivamente las autoexplicaciones, deben
para posibilitar que los estudiantes vayan ad- ajustarse a señalar únicamente algunos as-
quiriendo nuevas competencias de tipo meta- pectos sesgados en las acciones de los estu-
cognitivo. En este sentido, que los estudiantes diantes o bien a etiquetar determinadas ela-
reflexionen sobre sus propias acciones puede boraciones como correctas o incorrectas.
fomentar el desarrollo de sus estructuras cog- Además de un feedback explicativo
nitivas, a la par que va permitiendo que dichas dado que el nivel y calidad que alcancen
estructuras estén disponibles para nuevas ac- los estudiantes en estas acciones construc-
tividades de aprendizaje. De esta manera, la tivas reflejarían sus competencias para un
reflexión representaría, tal como señalan van aprendizaje autodirigido, otro procedimien-
den Boom, Paas, van Merriënboer y van Gog to relevante que se ha tenido en cuenta para
(2004), un puente entre el conocimiento me- apoyar las acciones constructivas de los es-
tacognitivo y el control metacognitivo, lo que tudiantes es el de proporcionar andamiajes
facilitaría el desarrollo de estrategias de apren- que promuevan un aprendizaje autorregu-
dizaje autorregulado en los estudiantes. lado en los estudiantes (Azevedo y Cromley,
No obstante, también una segun- 2004; Azevedo, Cromley y Seibert, 2004;
da cuestión clave, respecto a la implica- Azevedo, 2005; van den Boom et al., 2004)
ción activa de los aprendices, tiene que ver y/o que se dirigen a inducir la formulación
con la importancia de acompañar sus ac- y el mantenimiento de metas orientadas ha-
ciones constructivas con andamiajes que cia la tarea (Zumbach y Reimann, 2002).
apoyen la tarea que se les propone. Como es sabido, la idea de andamiaje
Un primer apoyo para incrementar la hace referencia al sistema de apoyos que le
efectividad de la implicación activa del apren- permite a un aprendiz ir más allá de sí mis-
diz, cuando se le proporciona un mayor con- mo y llevar a cabo tareas en una situación de
trol y se promueven acciones de tipo reflexivo aprendizaje que excede lo que podría reali-
y autoexplicativo, se ha visto que podría estar zar con base únicamente en sus capacidades
dado por un feedback explicativo, es decir, cognitivas actuales (Wood, Bruner y Ross,
ofrecer explicaciones instruccionales dirigi- 1976). Esta idea de andamiaje es heredera de
das a propiciar una mayor comprensión de la noción vygostkiana de zona de desarrollo
los contenidos presentados o a ir guiando los próximo, es decir, la distancia que un apren-
procedimientos necesarios para llevar a cabo diz tiene que recorrer entre lo que ya sabe y lo
una tarea, en los momentos en que los estu- que puede llegar a hacer si se le proporcionan
Sección diantes no estén seguros de que sus acciones
sean las correctas. (Conati y Vanlehn, 2002;
los recursos necesarios para ello, a través de
un proceso de interacción social, en el que
Moreno y Mayer, 2005; Renkl, 2002). otra persona va favoreciendo la internaliza-
Sin embargo, se encontró que la com- ción de funciones nuevas o la reestructura-
binación de autoexplicaciones con expli- ción de las que ya existen (Vygotsky, 1978).
caciones instruccionales no siempre resulta En las situaciones de aprendizaje andamia-
provechosa (Schworm y Renkl, 2006). En tal das, se compromete al estudiante en la reali-
sentido, se observó que las explicaciones ins- zación de las tareas y se proporciona un nivel
truccionales pueden llegar a reducir la acti- de ayuda que se ajusta a las dificultades que
vidad autoexplicatoria de los aprendices y, encuentra y a los progresos que va realizando.
por consiguiente, provocar una disminución Por consiguiente, estas ayudas, que van am-
en el rendimiento en el aprendizaje, depen- pliando sus competencias en nuevos territo-
diendo de las características que posean las rios, pueden ser eliminadas progresivamente a
explicaciones instruccionales. Schworm y medida que el alumno va asumiendo mayores
Renkl (2006) señalaron que explicaciones que
115
del tutor (a través de un diálogo empleando más profunda estuvo asociada con la puesta
las herramientas de correo electrónico), tiene en práctica de las estrategias de aprendizaje
efectos positivos en el desarrollo de la com- autorregulado entrenadas previamente.
petencia de autorregulación del aprendiza- Asimismo, otros estudios han compa-
je de los estudiantes y también incide en un rado el entrenamiento en habilidades de au-
mayor rendimiento en el aprendizaje de un torregulación como medio para promover la
contenido referido al dominio psicológico. formulación y el establecimiento de metas,
En tanto que otras investigaciones han con otras estrategias relacionadas con la pro-
comparado diferentes tipos de andamiajes con visión de feedback tutorial y con el diseño
los que se busca promover la autorregulación de entornos instruccionales que induzcan el
del aprendizaje con hipermedia. Así, Azeve- mantenimiento de metas (Zumbach y Rei-
do et al. (2004) examinaron los efectos de tres mann, 2002). En este trabajo se examinaron
condiciones: andamiaje adaptado, andamiaje tres enfoques diferentes respecto a las metas
fijo y sin andamiaje, en los procesos autorre- del aprendizaje: a) una aproximación tutorial
gulatorios de los estudiantes y su efectividad que va proveyendo explícitamente las metas a
para facilitar cambios cualitativos en los mo- partir de objetivos y evaluaciones; b) el dise-
delos mentales de los estudiantes sobre el sis- ño de un entorno instruccional que propone
tema circulatorio humano. En la condición de las metas de aprendizaje de manera implícita,
andamiaje adaptativo, a los estudiantes se les propiciando que el estudiante vaya desem-
proporcionó las metas globales que guiaban peñando determinados roles en el escenario
la situación de aprendizaje y estos estudiantes de las tareas, y c) el entrenamiento en estra-
tuvieron acceso a un tutor humano, quien les tegias que posibiliten en los estudiantes la
ayudó a llevar a cabo acciones autorreguladas, formulación y el mantenimiento de metas.
tal como planear su aprendizaje, monitorear Los resultados del experimento indica-
su comprensión, usar diferentes estrategias ron que un escenario instruccional en el do-
para aprender el sistema circulatorio, afron- minio de la ecología, que plantee demandas
tar algunas dificultades que demandaba la a los aprendices para que orienten sus metas
tarea y evaluar su comprensión provisoria. en la resolución de tareas específicas, propi-
En la condición de andamiaje fijo, a ció una mayor motivación en los estudiantes,
los estudiantes se les dio los mismos objeti- además de posibilitar que adquieran una re-
vos globales y una lista de 10 preguntas de presentación global del contenido del mate-
dominio específico que daba cuenta de las rial más apropiada y que puedan aplicar sus
submetas que un experto podría utilizar para conocimientos en una tarea de argumenta-
aprender el contenido referido. Mientras que ción. Asimismo, un enfoque de tipo tutorial
en la condición sin andamiaje no se propor- se mostró efectivo para promover la adqui-
cionó ninguna clase de apoyo. Los resultados sición de contenidos factuales, pero los es-
de este experimento indicaron que la condi- tudiantes de esta condición tuvieron dificul-
ción con el andamiaje adaptado facilitó en los tades de cara a elaborar una representación
estudiantes el desarrollo de habilidades para global coherente del contenido y estuvieron
Sección autorregular su aprendizaje con hipermedia y
resultó más efectiva que las otras dos condi-
menos motivados. Por su parte, los estudiantes
que fueron entrenados en estrategias de au-
ciones para promover una comprensión más torregulación evidenciaron dificultades para
profunda del sistema circulatorio humano. emplear estas estrategias de cara a la formu-
En otra investigación, Azevedo y Cromley lación de sus propias metas de aprendizaje,
(2004) buscaron entrenar previamente a los cuando emplearon el material hipertextual.
aprendices en estrategias de autorregulación En resumen, los estudios muestran, en
del aprendizaje cuando se emplea material buena medida, la conveniencia de utilizar an-
hipermedia. Como resultado encontraron evi- damiajes que apoyen las acciones construc-
dencia de que el entrenamiento propició que tivas de los estudiantes, cuando aprenden en
los estudiantes construyeran modelos menta- entornos instruccionales abiertos y comple-
les más complejos sobre el sistema circulatorio jos como los que propician los hipermedia e
humano y el análisis de los protocolos de las hipertextos. No obstante, la provisión de un
verbalizaciones (pensamiento en voz alta) de sistema de apoyos y ayudas requiere de un de-
los estudiantes reflejó que una comprensión licado balance entre el tipo de apoyos y las ne-
118
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drid: MEC. nal Science, 30, 243-267.
Sección
Capítulo 8
Comprensión lectora y producción escrita.
Escribir para aprender
Belén Izquierdo-Magaldi
Universidad de Cantabria (España)
C
omo adultos alfabetizados leemos y y escribir, y como instrumento de aprendizaje,
escribimos habitualmente textos varia- cuando somos capaces de reflexionar sobre el
dos con más o menos facilidad, casi propio lenguaje y generar nuevos conocimien-
de forma automática, sin pararnos a pensar tos alrededor de los textos que manejamos y
en los años de entrenamiento necesarios para elaboramos, unas veces como hablantes-es-
aprender y dominar el código escrito, y en la critores y otras como lectores-oyentes, siem-
continua exposición al material escrito en el pre dentro de un contexto comunicativo.
que estamos inmersos. Desde la más tempra- Para ello abordaremos distintos enfoques
na infancia nuestros sentidos entran en con- y perspectivas que desde la teoría y la práctica
tacto con una multitud de mensajes que los investigadora han ido aportando a la Educa-
adultos poco a poco nos ayudan a entender, ción algunas claves para entender y mejorar
interpretar y reproducir de forma oral y escri- los procesos de enseñanza y aprendizaje de
ta. Se trata de un proceso comunicativo y edu- la composición escrita de los futuros ciuda-
cativo a la vez que iniciamos como parte de danos que crecen en la cultura letrada.
la interacción social cotidiana con la familia y El planteamiento de las finalidades, obje-
otras personas de la comunidad y que conti- tivos y contenidos manejados en el currículum
nuamos en contextos más formales y sistemá- de enseñanza de las disciplinas lingüísticas ha
ticos de aprendizaje en el ámbito escolar. variado en los últimos años. De una práctica
La escuela occidental desempeña un formal del lenguaje manejando y analizando
papel decisivo, e incluso no es exagerado oraciones, sin dar importancia a la función
decir que se ha creado con esa finalidad, y al proceso en el que tiene lugar el uso de
cuando se trata de lograr que los niños ad- la lengua, se ha dado paso a un interés por
Sección quieran competencias estrechamente relacio- los procesos que se desarrollan en el aula y
nadas con el uso de determinados esquemas por quiénes intervienen; ambos aspectos in-
y de ahí que el lenguaje oral y escrito sean separables del contexto lingüístico, psicoló-
pilares en los que se apoya la escuela. gico y social en el que se integran (Álvarez
La sociedad demanda ciudadanos que Angulo, 2006; Sánchez y Rosales, 2005). A
sepan interpretar los diferentes tipos de men- partir de los trabajos desarrollados en estas
sajes a los que accedemos en diversas situa- disciplinas se ha logrado avanzar en el cono-
ciones comunicativas por lo que los progra- cimiento de la competencia escritora, desde
mas educativos que se aplican en la escuela una primera equiparación simple de escritura
deberían responder a estas exigencias. Sin con la alfabetización en lectura y escritura, en
embargo, la evaluación de nuestros siste- su concepción más mecánica, hasta llegar a
mas educativos a nivel internacional (Pro- considerar la escritura como dominio meta-
grama Internacional para la Evaluación de cognitivo y competencia de aprendizaje.
Estudiantes, conocido como PISA) eviden-
122
Junto a esta consideración del domi- Podemos entender que una persona com-
nio escritor como competencia, desde un petente comunicativamente hablando, debe
enfoque comunicativo se entiende que el conjugar y dominar contextos lingüísticos so-
uso de lo lingüístico se configura social y ciales amplios que engloben los escolares, los
culturalmente por lo que el proceso de en- familiares, los de ocio, los laborales, y todos
señanza y aprendizaje y sus contenidos se aquellos que se puedan generar en la transfor-
convierte en una actividad propiamente co- mación social, relacionados con nuevos con-
municativa (Tusón y Vera, 2008), denomi- textos alfabetizadores (Coll, 2005). La defini-
nada también “situada” por investigadores ción literal que presentamos a continuación
socioculturales de ‘New Literacy Studies’ nos parece suficientemente representativa.
(Barton, 2007; Barton, Hamilton & Ivanovic, “Ser competente no es sólo ser hábil en
2000; Barton y Papen, 2010; Gee, 2008). la ejecución de tareas y actividades concre-
En los apartados que presentamos des- tas escolares o no, tal y como han sido en-
pués de esta introducción teórica expon- señadas, sino más allá de ello, ser capaz de
dremos los contenidos siguientes. Empeza- afrontar, a partir de las habilidades adqui-
remos definiendo de forma sencilla en qué ridas, nuevas tareas o retos que supongan ir
consiste la competencia comunicativa re- más allá de lo ya aprendido. Evaluar si al-
lacionada con la lectura y la escritura. Nos guien es competente, es en parte comprobar
apoyaremos en los datos de los Resultados su capacidad de reorganizar lo aprendido,
de la Evaluación Internacional para poder para transferirlo a nuevas situaciones y con-
mostrar las discrepancias entre las deman- textos.” (Monereo y Pozo, 2007, p. 13).
das sociales y la práctica real del aula. ¿Cómo se han reflejado estos mo-
A continuación, se presentarán las prin- delos educativos en la práctica real del
cipales perspectivas teóricas y de investiga- aula?, trataremos de responder a esta pre-
ción que tienen en cuenta el contexto en el gunta en los apartados siguientes.
que se desenvuelven los participantes en si-
tuaciones comunicativas orales y escritas. 1.1 Evaluación de la comprensión
Finalmente, en el último apartado, lectora y la expresión escrita
ejemplificaremos con algunos estudios las Es importante tener en cuenta los estudios
propuestas innovadoras de las prácticas históricos sobre la enseñanza de la expresión
de aula para promover la reflexión a tra- escrita a lo largo del s. XIX que describen los
vés de prácticas de composición escrita. diferentes discursos que se trabajan en la es-
cuela, como la disertación, la narración, el
1. Competencia escritora, más
retrato y la descripción, haciendo referencia
allá de la alfabetización tradicional a fragmentos de textos literarios de autores re-
alistas. Estos modelos fuertemente arraigados,
Desde el Consejo de Europa (2001), todavía sirven de modelo de experto escritor
el análisis de la competencia comu- para los géneros escolares en la actualidad. A
nicativa recae en tres aspectos: estos géneros se vinculan normas específicas,
muy rígidas y una concepción representacio-
Sección 1. Sociolingüístico, que incluye las convenciones
nal del lenguaje que describe la realidad de
sociales del uso del lenguaje.
2. Lingüístico, relacionado con el sistema forma exacta, de esta manera, sólo se tiene en
léxico, fonológico y sintáctico. cuenta el valor expresivo de las palabras.
3. Pragmático, en el que se tiene en Llegar a reconocer y comprender las es-
cuenta la interacción mediada por el lenguaje tructuras que subyacen a los géneros ha lle-
y los elementos extra y paralingüísticos de la vado a los investigadores a plantear la exis-
comunicación. tencia de esquemas o guiones como factores
Como toda competencia, se desglosa en individuales, sin tener en cuenta el contexto
tres dimensiones: conocimientos, destrezas y social que envuelve los procesos de com-
actitudes, donde se tiene que ver reflejado la prensión y producción textual en el que in-
adquisición y dominio de los usos contextua- teractúa todo grupo humano como ponen de
lizados en la gran variedad de géneros discur- manifiesto investigaciones desde enfoques
sivos, cuya actividad básica se centra en escu- socioculturales aplicadas a la educación.
char, hablar, conversar, leer y escribir.
123
Capítulo 2. Desarrollo del lenguaje oral y escrito ... | Los componentes del lenguaje oral y su desarrollo en el preescolar
Estos autores diferencian el uso que estu- ¿por qué no se trabajan, además de mode-
diantes de secundaria y universitarios hacen los literarios, modelos reales de la variedad
de las variadas formas de acercarse a la lectu- discursiva cotidiana de nuestra sociedad?
ra y a la escritura en los contextos de aprendi- La complejidad que rodea a los procesos
zaje a los que se enfrentan. Precisamente, los comunicativos en el aula se evidencia desde
universitarios utilizan la escritura con mayor los trabajos de investigación que a su vez in-
frecuencia para recoger y repasar la informa- tentan dar alguna respuesta que contextuali-
ción dada por el profesor. Entre los estudiantes ce las prácticas educativas, prácticas en las
de secundaria que habitualmente escriben por que se “responda a las necesidades o retos
obligación, las tareas de escritura tienen la fi- que experimenta quien aprende” (Sánchez,
nalidad de demostrar lo que saben de forma re- García y Rosales, 2010). Intentaremos acer-
productiva (resúmenes, esquemas, subrayado, carnos a las contribuciones que desde dis-
copiado.) Parece que escribir para aprender no tintas disciplinas nos pueden ayudar a com-
está entre los objetivos educativos percibidos prender y trasformar la realidad educativa.
por los estudiantes de secundaria y menos aún
por los universitarios (Mateos et al., 2006). 2. Aportaciones desde la
En esta línea de análisis de las discre- Investigación: Texto y contexto
pancias entre los objetivos del currículum y
lo que se trabaja en el aula realmente, pre- Las concepciones de prácticas innovadoras de
sentamos la siguiente cita representativa de la expresión escrita basadas en experiencias
la situación escolar a partir de la cual nos en entornos educativos (Mercer, 2001; Rogoff,
unimos a la pregunta que se hace el autor. Baker-Sennett y Lacasa, 2002) que parten de
“...no está de más recurrir a obvieda- nuevos conocimientos recientes en psicología
des…”: 1) las lenguas se manifiestan mediante del lenguaje y lingüística textual, han llevado
textos y discursos: unos orales y otros escri- a una reformulación de los géneros discursivos
tos; unos literarios y otros no literarios o fun- (expositivo, narrativo y argumentativo) que se
cionales; unos planificados y formales, otros trabajan en el ámbito escolar. Las diferencias
espontáneos; unos monologales, otros dialó- entre el tratamiento lingüístico y el psicológi-
gicos; 2) los textos y discursos son las mani- co consisten en la atención a los procesos que
festaciones discursivas de los seres humanos, se establecen entre el texto y el contexto.
y es a través de ellos como aprendemos las Los estudios desde perspectivas comu-
lenguas; 3) la situación de producción y la in- nicativas interactivas (orales y escritas) dan
tención comunicativa son los principales con- cuenta de la complejidad del funcionamiento
dicionantes a la hora de recurrir a uno u otro lingüístico, comunicativo y discursivo que se
texto o discurso; 4) los textos, como producto produce en las actividades escolares y que es
social que son, no escapan al intento de cla- necesario que los docentes conozcan (Saló,
sificación (en constante cambio) dentro de un 2006). La información que el docente puede
determinado género; por esta razón, desde la llegar a manejar en el aula se relaciona con
retórica clásica se habla de la clasificación de aspectos pedagógicos, didácticos, cognitivos,
Sección los géneros discursivos; 5) los textos se con-
figuran en torno a un (proto)tipo o esquema
con los tipos de texto vinculados a los diferen-
tes espacios de uso de la lengua, con la orga-
mental (pre-lingüístico), que favorece la com- nización lingüística ligada a cada contexto, su
prensión y producción de los mismos y, por coherencia y cohesión, con las estrategias dis-
tanto, estos esquemas mentales contribuyen a cursivas, con el contenido semántico, etc.
hacer al individuo más competente comuni- Desde la institución educativa que tiene
cativamente.” (Álvarez Angulo, 2001, p. 9). en cuenta esta concepción, cada género de
¿Por qué siendo tan obvio, en el aula hoy discurso presenta problemas específicos de es-
en día se utilizan criterios gramaticales sobre critura que los escolares deben aprender a do-
el funcionamiento de la lengua como una es- minar por medio de situaciones planificadas
tructura abstracta descontextualizada y no se rigurosamente, donde la finalidad de la tarea
emplea tiempo suficiente para producir rela- conduzca a la producción de géneros que co-
tos, descripciones, exposiciones, argumentar, rrespondan a situaciones de escritura reales.
recitar, dialogar o conversar?, se pregunta el En los siguientes puntos comentare-
autor de la anterior cita, y nosotros añadimos, mos las líneas de trabajo seguidas desde esta
125
Capítulo 2. Desarrollo del lenguaje oral y escrito ... | Los componentes del lenguaje oral y su desarrollo en el preescolar
Capítulo 2. Desarrollo del lenguaje oral y escrito ... | Los componentes del lenguaje oral y su desarrollo en el preescolar
en los que la producción textual persigue un compleja social y cognitivamente, ya que los
doble objetivo: enfrentar a los alumnos con estudiantes deben negociar tanto la tarea de
problemas retóricos en la propia actividad escritura como el proceso de colaboración.
de escritura con contenidos que ayuden a re- En trabajos posteriores, Pilar Lacasa ha
solver dichos problemas. Las secuencias de unido la innovación educativa y la alfabetiza-
enseñanza-aprendizaje –secuencias o unida- ción escolar adaptándose a los cambios socia-
des didácticas (SD)– que con este propósito les (Lacasa, García y Herrero, 2011; Lacasa y
se sugieren, tratan de promover situaciones GIPI, 2006; Lacasa y Reina 2004), tendiendo
interactivas tanto entre alumnos como entre puentes entre la escuela y las experiencias
alumnos y educadores. Estas situaciones ha- que los estudiantes tienen en su vida cotidia-
cen que el lenguaje devenga al mismo tiem- na. La interacción no se ha centrado en los
po objeto e instrumento de aprendizaje. La compañeros exclusivamente, se ha extendido
importancia de esta actividad metalingüísti- a pequeños grupos de trabajo en los que la
ca ya ha sido señalada por aquellos estudios participación guiada de compañeros o adultos
que analizan la producción oral durante las y docentes ha estado presente en las activida-
tareas de composición escrita (Camps 1994b; des planificadas de escritura. Se trata de pro-
Bouchard, 1996; David y Jaffré, 1997; Camps puestas alternativas, desde enfoques de inves-
y Ribas, 1996; Schuneuwly, 1995). Esta ac- tigación-acción (Kemmis y McTaggart, 2005),
tividad metalingüística se hace presente a llevadas a cabo en forma de talleres de compo-
través de diferentes modos y niveles de con- sición escrita entendidos como comunidades
ciencia.” (Milian y Camps, 2000, p. 135). de aprendizaje (Rogoff, 2001) que pretenden
Nos acercaremos a otros trabajos que promover la reflexión compartida de sus parti-
también se iniciaron en la búsqueda de en- cipantes con una utilidad real. En estos talleres
tornos educativos comunicativos en los que de escritura, investigadores y docentes, más
la función misma de contar algo a los de- allá del currículum escolar, se apoyan en una
más, se convierte en un propósito de interés serie de elementos que consideran esenciales
común, explícito y consciente para sus par- en el proceso de enseñanza y aprendizaje:
ticipantes. Leer y escribir en la escuela tie- 1. La planificación de actividades significati-
ne que capacitar para responder a todo tipo vas, a partir de los intereses de los participantes.
de exigencias cotidianas en las que nues- 2. La interacción entre docente y estu-
tros estudiantes reorganizan sus aprendi- diantes que comparten conocimientos.
zajes letrados (Monereo y Pozo, 2007). 3. La reflexión de contenidos para re-
construir significados.
3.1 Niveles de conciencia: 4. La implicación de los participantes en
Planificación, reflexión y la actividad para progresar en su aprendizaje
colaboración
y competencias.
Desde la perspectiva ofrecida por la psicolo- Estas propuestas de trabajo se han lleva-
gía cognitiva en trabajos clásicos de Higgins, do a la práctica en un taller de escritura en
Flower y Petraglia (1992) y continuados desde el que se han explorado las estrategias comu-
enfoques socioculturales en el estudio de La-
Sección casa, Pardo, Martín y Herranz-Ybarra (1995),
nicativas utilizadas por docente y estudiantes
cuando trabajaban en pequeños grupos, ela-
se manejan conceptos teóricos básicos en el borando textos narrativos y expositivos (Iz-
trabajo empírico como planificación, reflexión quierdo Magaldi, 2011). A lo largo de varias
crítica y colaboración. Su objetivo es analizar sesiones de producción escrita, los estudian-
el papel de la reflexión cuando los estudian- tes realizan un esquema en el que escriben
tes planifican un texto con la ayuda de un las ideas aportadas conjuntamente. Este es-
compañero, más concretamente, se examina quema común les permite planificar, organi-
hasta qué punto un método orientado a favo- zar y reflexionar oralmente sobre la posterior
recer la planificación a través de la colabora- tarea de textualización individual. Al finalizar
ción favorece también la reflexión crítica. la sesión, revisan su trabajo cuando leen en
Los resultados mostraron que las situa- voz alta su texto a sus compañeros. El análisis
ciones de colaboración no producen necesa- de las estrategias comunicativas de los par-
riamente la reflexión. Esto puede explicarse ticipantes a lo largo de toda la actividad del
considerando que colaborar es una actividad taller ha puesto de manifiesto la importancia
129
Capítulo 2. Desarrollo del lenguaje oral y escrito ... | Los componentes del lenguaje oral y su desarrollo en el preescolar
del papel de guía que ejercen tanto la profe- dizaje que se llevan a cabo en el aula. No
sora cuando se une a los grupos de trabajo, parece sencillo lograr una buena competen-
como el papel de guía representado por los cia en comprensión de textos y expresión de
iguales cuando trabajan en pequeños grupos. cualquier tipo de mensajes de manera correc-
El trabajo intensivo en ambos grupos, con pre- ta, coherente y eficaz, generados con un pro-
sencia o no de la profesora, recae en primer pósito en un contexto determinado, a pesar
lugar, en las estrategias de generalización de del tiempo que se dedica y los recursos em-
los significados que manejan y tratan de com- pleados desde nuestro sistema educativo.
partir a través de la reflexión metacognitiva, y En este capitulo nos hemos aproximado
en segundo lugar, en las estrategias de orga- a enfoques culturales y comunicativos que,
nización tanto de la tarea como de la interac- desde distintas disciplinas, tienen en cuenta
ción de los miembros del grupo. Podríamos el carácter social de la escritura, es decir, lo
decir de forma sencilla que los alumnos repro- que se hace, cómo se hace y quiénes parti-
ducen los procedimientos de trabajo que de cipan cuando actuamos como hablantes-es-
manera explícita la docente ha comunicado critores u oyentes-lectores en las prácticas
a lo largo de las sesiones educativas planifi- educativas. La lengua oral se convierte en
cadas. Enlazamos en este trabajo empírico los objeto de reflexión cuando se representa de
conceptos relacionados con el proceso men- forma escrita y depende de la profundidad
tal de contextualización en el que docente y que empleemos en esa reflexión que poda-
estudiantes como comunidad de aprendizaje mos construir nuevos conocimientos y ge-
y comunidad textual, han conseguido com- neralizarlos más allá del ámbito escolar.
prender y transformar los significados maneja- La alfabetización ha permitido en este
dos en la actividad de producción textual. sentido el desarrollo y reflexión del carác-
En la misma dirección, mencionaremos ter propio del lenguaje, que utilizado como
otros estudios (De la Cruz, Scheuer y Huarte, objeto complejo de aprendizaje, se ha ido
2006) sobre prácticas discursivas y concep- descubriendo como instrumento para apren-
ciones educativas que se manejan en la in- der. Precisamente el análisis de los procesos
teracción entre profesores y alumnos dentro de actividad social y las prácticas comuni-
del aula, que analizan cómo la cercanía o el cativas, que desde la perspectiva sociocultu-
alejamiento del entorno sociocultural de am- ral se consideran cuestiones interrelaciona-
bos participantes influye en la organización das, han permitido la evolución de modelos
de la práctica docente. Cuando el docente de alfabetización mecánicos a modelos que
puede trabajar con información previa que tienen en cuenta su carácter social y dialó-
comparte con sus estudiantes utiliza estra- gico. Conversar entre docentes y alumnos
tegias discursivas que promueven y facilitan y entre iguales, facilita la reconstrucción de
procesos de identificación, recuperación, co- los significados que se manejan y se compar-
nexión y ajuste de ideas de los alumnos. ten para poder expresarlos y comunicarlos
Finalmente, respecto a la importancia a los demás. Es importante que los docentes
del papel de guía (Rogoff, 1994) que ejer- se familiaricen con estos procesos para que
Sección cen los docentes, destacaremos de acuerdo
con Mercer y sus colaboradores (Warwick,
puedan planificar sus prácticas de aula con
funcionalidad, decidir los procedimientos y
Mercer, Kershner y Staarman, 2010), que el organización de la actividad, y de esta ma-
rol de los docentes “parece estar en la mente nera progresar en su labor de enseñanza.
de los alumnos” lo que les permite captar y Las investigaciones que entienden la al-
adaptar sus estrategias, reglas y procedimien- fabetización como un proceso que implica un
tos al propio proceso de construcción. conocimiento explícito y consciente del códi-
go que se pretende utilizar, nos ofrecen nuevos
3.2 Reflexiones planteamientos de enseñanza y aprendizaje
La evaluación a nivel internacional relacionados con la planificación, reflexión
(OCDE) de las competencias lecto-escritoras y colaboración de la composición escrita. Se
de los estudiantes que en un corto espacio de trata de propuestas dirigidas a una alfabeti-
tiempo se incorporarán al mundo sociolabo- zación metacognitiva que intentan promover
ral, ha puesto de manifiesto la necesidad de la transformación de las prácticas educativas
mejorar los procesos de enseñanza y apren- apoyándose en aspectos que contemplan los
130
intereses de los participantes, y ponen en mar- ñanza (pp. 359-371). Barcelona: Graó.
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131
Capítulo 2. Desarrollo del lenguaje oral y escrito ... | Los componentes del lenguaje oral y su desarrollo en el preescolar
Sección
132
Índice temático
Índice temático 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54,
56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97,
98, 107, 121, 122, 127
A
aprendizaje 1, 2, 3, 10, 12, 13, 14, 18, 20, 22, 23, modelo constructivista de Ferreiro 4, 9, 10, 12,
26, 37, 45, 51, 53, 67, 73, 74, 80, 81, 86, 87, 88, 89, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34,
90, 91, 92, 93, 94, 98, 99, 100, 101, 104, 105, 106, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88,
108, 109, 110, 111, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
121, 122, 123, 124, 126, 127, 128, 129, 130
modelo de búsqueda serial de Foster 4, 9, 10, 12,
13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34,
C
36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88,
competencia 4, 5, 9, 12, 14, 15, 20, 23, 24, 36,
37, 39, 40, 42, 43, 44, 48, 49, 50, 51, 67, 70, 71, 72,
89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
73, 74, 76, 78, 79, 83, 84, 93, 97, 98, 116, 121, 122, modelos continuos 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18,
123, 125, 129 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46,
competencias lingüisticas 121 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93,
95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
competencia escritora 9, 121
modelos de Frith 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20,
competencia lectora 9, 121
22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48,
competencia retórica 9, 121 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95,
comprensión 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 15, 19, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
20, 24, 26, 27, 28, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 39, 40,
41, 42, 43, 44, 46, 48, 49, 50, 51, 52, 54, 55, 56, 57, modelos de madurez lectora 4, 9, 10, 12, 13, 15,
59, 63, 64, 81, 86, 88, 92, 94, 101, 102, 103, 104, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41,
105, 106, 107, 108, 109, 112, 113, 114, 115, 116, 117, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90,
122, 123, 124, 125, 126, 129, 130 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
modelos de Perffeti 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18,
I 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46,
información 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 15, 19, 20,
24, 26, 27, 28, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 39, 40, 41,
48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93,
42, 43, 44, 46, 48, 49, 50, 51, 52, 54, 55, 56, 57, 59, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
63, 64, 81, 86, 88, 92, 94, 101, 102, 103, 104, 105, modelos por etapas 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18,
106, 107, 108, 109, 112, 113, 114, 115, 116, 117, 122, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46,
123, 124, 125, 126, 129, 130
48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93,
95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
L
modelos teóricos 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18,
leer 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24,
25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46,
57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93,
107, 121, 122, 127 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
lector 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, modelo de la doble ruta 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17,
25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45,
57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92,
107, 121, 122, 127 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
Sección lectura 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, modelo de Logogen de Morton 4, 9, 10, 12, 13,
25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36,
57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89,
107, 121, 122, 127 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
motivación intrínseca 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17,
M 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 30, 31, 32, 34, 36, 41, 44,
memoria 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91,
24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97,
98, 107, 121, 122, 127 P
memoria a largo plazo 13, 30, 31, 34, 92, 93 palabras 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23,
24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54,
meta 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97,
25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 98, 107, 121, 122, 127
57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98,
107, 121, 122, 127 reconocimiento de palabras 4, 9, 10, 12, 13, 15,
modelo 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41,
133
Índice temático
44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, T
91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127 tarea 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24,
planificación dentro del aula 13, 30, 31, 34, 92, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56,
93 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98,
107, 121, 122, 127
procesos 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23,
24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, texto 4, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 22, 23, 24,
56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41, 44, 45, 46, 48, 50, 54, 56,
98, 107, 121, 122, 127 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98,
107, 121, 122, 127
R
representaciones mentales 4, 9, 10, 12, 13, 15,
16, 17, 18, 20, 22, 23, 24, 25, 27, 31, 32, 34, 36, 41,
44, 45, 46, 48, 50, 54, 56, 57, 78, 79, 80, 88, 89, 90,
91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 107, 121, 122, 127
Sección
La edición en formato electrónico
fue realizada en la Editorial LEED
del Laboratorio de Evaluación
y Educación Digital
Enero, 2017
La lectura en su sentido más general, incluye en ella no sólo los procesos que nos permiten
reconocer las palabras escritas sino aquellos otros de los que depende que lleguemos a
comprender, e incluso, a aprender de lo que leemos; ha sido uno de los dominios de conocimiento
que más ha progresado en las ciencias humanas en los últimos treinta años. La razón es simple:
hemos podido contar con buenas técnicas para obtener datos y una teoría estándar para
interpretarlos.
La lectura en su sentido más general, incluye en ella no sólo los procesos que nos permiten
reconocer las palabras escritas sino aquellos otros de los que depende que lleguemos a
comprender, e incluso, a aprender de lo que leemos; ha sido uno de los dominios de conocimiento
que más ha progresado en las ciencias humanas en los últimos treinta años. La razón es simple:
hemos podido contar con buenas técnicas para obtener datos y una teoría estándar para
interpretarlos.
Este conjunto de conocimientos ha de ser útil para una tarea que cuanto más la conocemos más
compleja y retadora nos parece: conseguir alfabetizar plenamente a toda la población dotando a
todos de unos recursos que sólo algunos venían consiguiendo hasta hace unas décadas, sin olvidar
esas otras competencias que el uso de las nuevas tecnologías está propiciando incesantemente.
Un reto semejante no puede dejar de lado a los profesores, un elemento clave para asentar y
consolidar las innovaciones que se desprenden de nuestros conocimientos sobre la lectura y
que conllevan, por definición, formas de desarrollar la enseñanza más sofisticadas de lo que lo
fueron en el pasado. De ahí que analizar la práctica educativa y desvelar sus regularidades sea
una tarea igualmente relevante que ha de completar nuestros conocimientos sobre los procesos
cognitivos, la adquisición y la intervención.
En este libro que me enorgullece prologar se reúnen trabajos de un amplio número de jóvenes
autores, la mayor parte de ellos formados en el programa de doctorado Comprensión del Texto y
del Discurso que reunió como profesores a buena parte de los investigadores sobre la lectura de
España y Europa: Jean-François Rouet, Wolfgang Schontz, Manolo de Vega, Eduardo Vidal-Abarca,
José Otero, Fernando Cuetos, José Antonio León, José Orrantia, Javier Rosales, Ricardo Gracía y
yo mismo.
Emilio Sánchez-Miguel
Universidad de Salamanca (España)
Capítulo 1 Capítulo 5
El desarrollo de la competencia lectora Una herramienta para motivar: la mediación cálida
Capítulo 2 Capítulo 6
La capacidad de comprensión. Procesos, La importancia de la planificación de la lectura
dificultades y ayudas dentro del aula: una cuestión tanto cognitiva como
motivacional
Capítulo 3
Las instrucciones para procesar los textos y la Capítulo 7
capacidad para beneficiarse de ellas: la competencia La lectura digital y la comprensión hipertextual,
retórica multimedia e hipermedia: Dificultades y ayudas
Capítulo 4 Capítulo 8
Inferencias emocionales en los procesos de Comprensión lectora y producción escrita. Escribir
comprensión del discurso para aprender