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CAPITULO I
Es muy conocido que el remitente de las cartas del Apocalipsis, es llamado Juan. Este
hombre ya se había perfilado para ser siervo de Jesucristo. Como destinatarias de las
cartas se hace mención de siete Iglesias cristianas ubicadas en la provincia romana,
llamada (Asia menor occidental), ya el número de Iglesias hace alusión a un pueblo de
Dios Pleno. Pues el número siete significa plenitud, integridad. Las siete Iglesias del
Asia, son una referencia a la Iglesia fundada por Jesucristo de carácter universal, es
decir que se extenderá por todo el mundo.
Las cartas reflejan una realidad que se daba en las iglesias de aquel momento, a saber:
flojera de algunos integrantes de las comunidades, acierto de otros, equivocaciones de
otros miembros de las iglesias. Pero el mensaje es de mucha esperanza en donde se
resalta a un Dios cercano, fraterno, comunitario. Las comunidades van tomando
conciencia de que solo unidos podrán perseverar y triunfar al final de todo.
Las siete cartas tienen una estructura similar, ese es un detalle que llama la atención
porque, aunque son siete Iglesias con diferentes dificultades, el autor les escribe usando
un mismo esquema, dando a entender que la Iglesia es una y que por lo tanto el mensaje
es uno, de un mismo Señor. Así lo presenta el teólogo Trino Araya:
Cada carta está compuesta de siete partes:
1. Inscripción inicial para la Iglesia a la cual va dirigida
2. Descripción del autor divino.
3. Mensaje de alabanza o censura.
4. Exhortación a la necesidad especial.
5. Una promesa ”al que venciere”
6. Una llamada de atención.
7. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.1
“Los profetas de Israel habían sido guías del pueblo elegido, enviados por Dios, que aparecieron en
épocas críticas de su historia, sus instrucciones y advertencias, sus exhortaciones y consolaciones
proporcionaban una y otra vez al pueblo la debida orientación por su camino de la historia de la
Salvación.”3
1
Trino, Araya Borge, Notas sobre el Apocalipsis, 1995, 3ra Ed. San José, 29
2
Eduard, Schick. El Apocalipsis, 1979, 2da Ed. Barcelona, Herder, 22
3
Eduard, Schick. El Apocalipsis, 1979, 7
Así como los profetas del Antiguo Testamento, el Apocalipsis se convierte en un
impulso, un ardor de esperanza para el nuevo pueblo cristiano. El Apocalipsis de Juan:
“tiene por objeto proporcionar a la Iglesia de aquel tiempo - especialmente a las cristiandades existentes
en la provincia romana del Asia (Asia menor)- orientación, fortaleza y consolación en su situación del
momento”.4
Es tan interesante este estilo de anuncio que el autor le llama Bestia al emperador de
turno, a Domiciano, sin que éste se pueda dar cuenta. La palabra Apocalipsis es una
palabra griega que significa Revelación. Es una Revelación hecha por Jesucristo sobre
sí mismo y entregada a Juan para que la envíe a las 7 Iglesias. El primer capítulo y
versículo da la identidad del libro: Ap. 1,1 “Revelación de Jesucristo”. La revelación es
la plenitud de las promesas de salvación. En cada carta se puede desvelar la persona de
Jesús mediante un título que describe un atributo Divino.
Vamos a ver cómo Juan describe y comprende la misión del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo:
El Padre: “El que era, que es y que viene”. Al principio, el Padre es llamado “El que
era, que es y que viene” (4.8; 4,8). Al fin de la historia, su nombre es ya: “El que era y
es” 5. El Padre es el Dueño de la historia. Es un Dios que está en todo momento con su
pueblo escogido. Se muestra como un Dios cercano que acompaña a sus hijos en todo
momento tanto en los buenos tiempos como en los difíciles. Al revelar su nombre lo
hace como lo hizo antiguamente con Moisés (ex 3,15) Yavé: “¡Yo soy el que soy!”
dejando entrever que el mismo Dios que liberó a Israel de Egipto, liberará a la nueva
comunidad de la persecución romana.
El Hijo: como hijo que es se le elogia, se le dan atributos por toda la obra realizada y
que sigue realizando en su nuevo pueblo: la iglesia. Entre ellos están: “Cristo Jesús,
Testigo fiel, Primogénito de entre los muertos, Rey de reyes”. Cada uno de estos
aspectos con que se le nombra, expresa su vida de entrega total y obediencia al Padre.
4
Eduard, Schick. El Apocalipsis, 1979, 8
5
Carlos, Mester Oc, Cielo nuevo y Tierra nueva Esperanza de un pueblo que sufre El
Apocalipsis de San Juan: Una clave de lectura, 26.
“Testigo fiel: Jesús dio la prueba de que Dios es fiel en el cumplimiento de sus
promesas. Primogénito de entre los muertos: Jesús, nuestro hermano mayor, venció a la
muerte y está vivo (1,18).”6
En las siete cartas se encuentra una referencia a Cristo, a través delos títulos. Cristo es
la fuente de la esperanza que el autor quiere sembrar en la conciencia de las
comunidades cristianas. Entremos a cada carta para ver el título que se le da a Cristo. El
título atribuido al Señor, cumple una función especial para cada comunidad que vive
una situación interna diferente, aunque el denominador común al que se enfrentan es el
culto imperial impuesto por los emperadores que se han auto divinizado y buscan que se
les adore como dioses: “al principio de cada carta Cristo toma un título, ordinariamente
en armonía con el tema del mensaje.” 8
Otro autor agrega: Al comienzo de cada carta
hay un título de Jesucristo, el que mejor conviene a la Iglesia en cuestión, y que hace
referencia a su historia. Son títulos que nos permiten entrar en la Cristología del
Apocalipsis.9
1.3.1 Éfeso
6
Carlos, Mester Oc, Cielo nuevo y Tierra nueva Esperanza de un pueblo que sufre, El Apocalipsis
de San Juan: Una clave de lectura, 27
7
Carlos, Mester Oc, Cielo nuevo y Tierra nueva, Esperanza de un pueblo que sufre, El
Apocalipsis de San Juan: Una clave de lectura, 27
8
José, Bonsir Ven S. J, El Apocalipsis de San Juan, Verbum Salutis, 1961 1ra Ed. Madrid,
Ediciones Paulinas, 110
9
Cf. Pedro, Goenaga Nuñez, ¿Fuertes o Débiles? Las siete Iglesias del Apocalipsis, Ayer y Hoy, 2007 2da
Ed, Bilbao, Desclee de Brouwer, 55
Esta comunidad de Éfeso se dice que es la misma comunidad a la que también Pablo
escribió una de sus cartas. Es una ciudad con un gran auge comercial. El culto que se
antepone a la experiencia religiosa de la comunidad cristiana que allí reside, se rinde a
Artemisa considerada una gran diosa y en torno a ella se encuentran otros templos para
rendir culto al emperador. En esta comunidad el título que se le da a Cristo es: el que
tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que camina entre los siete candeleros de
oro, Ap 2,1b. “Cristo se presenta a la Iglesia de Éfeso en su cualidad de Mesías
sacerdotal, que está presente en el conjunto de la Iglesia orante (anda entre los siete
candelabros de oro) y asegura con su energía salvífica la realización de la dimensión
escatológica (tiene las siete estrellas –las iglesias- en su diestra”.10
1.3.2 Esmirna
1.3.3 Pérgamo
10
Ugo, Vanni, Apocalipsis, 1982, 1ra Ed., Navarra, Verbo Divino, 42 y 43
11
Ugo, Vanni Apocalipsis, 1982, 43
12
Ugo, Vanni Apocalipsis, 1982, 44-45
la comunidad se presenta dispuesta a luchar con todas sus fuerzas, pero sobre todo
teniendo a Cristo como el guerrero que va al frente del combate.
1.3.4 Tiatira
Es una de las ciudades pequeñas volcada también al comercio y las prácticas corruptas.
Para la comunidad cristiana asediada por esta situación, el único que les da esperanza es
Cristo Resucitado: el Hijo de Dios, Ap 2, 18. “Cristo se presenta a esta Iglesia con
aspecto Solemne: el Hijo de Dios (la única vez que toma este título en el libro), con ojos
y pies de llamas para un juicio inexorable.”13
1.3.5 Sardes
1.3.6 Filadelfia
Se encuentra ubicada al sudeste de sardes, sus tierras son muy fértiles a pesar que está
rodeada de volcanes. El título que se le da a Jesús es muy peculiar y único, Ap 3,7 esto
dice el Santo, el Veráz, el que tiene la llave de David. Es decir:
“Cristo se presenta como el santo y como el que resume en sí mismo y lleva a su máximo desarrollo la
historia de la salvación del Antiguo Testamento, centrada en la casa de David. Cristo punto de llegada en
la línea histórica de la salvación representada por David, tiene plenos poderes en el ámbito de esa
salvación, con una fuerza irresistible capaz de derribar todos los obstáculos. 15
1.3.7 Laodicea
13
José, Bonsir Ven S. J, El Apocalipsis de San Juan, Verbum Salutis, 1961, 119
14
Ugo, Vanni Apocalipsis, 1982, 46
15
Ugo, Vanni Apocalipsis, 1982, 47
Se acentúa al sudeste de filadelfia. Se caracteriza por ser el centro bancario mas
importante del momento. Cristo se presenta como el Amén. Así habla el Amén, Ap
3,14. Este título lo explica Vanni al expresar que: “amén significa la fidelidad de Dios a
sus promesas, atestigua su validez, promueve su realización concreta; al mismo tiempo
representa (principio de la creación de Dios)”16
16
Ugo, Vanni Apocalipsis, 1982, 47
17
Xavier Alegre, Escritos Joánicos, 226
CAPITULO II
La Esperanza en los profetas del Antiguo Testamento gira entorno a la venida del
Mesías. Una vez que se hace realidad la venida de Cristo, la esperanza toma un nuevo
rumbo de más profundidad espiritual.
La esperanza en las cartas de Pablo está vinculada al estar con el Señor en todo
momento y a la resurrección de los muertos: “la atención se concentra en el estar
siempre con el Señor, y la resurrección de los muertos no es más que un acontecimiento
preliminar al encuentro definitivo con él, 1Tes 4,13-18” 18
18
Ermanno Anclli, Diccionario de Espiritualidad, T.1, 1983, Barcelona, Herder 721
La Iglesia no se encuentra abandonada porque el Rey verdadero la acompaña. La llena
de esperanza y le asegura el triunfo definitivo. Con el Señor todo cambiará.
Ap 3:7 (…) el que tiene la llave de David”.
En este predicado a Jesús se le acredita como el Mesías; unas palabras de Is 22,22, que
predicen a Eliaquim y la colación del cargo de mayordomo de palacio, se interpreta
aquí en sentido mesiánico, y la casa de David viene constituida en símbolo del Reino
Mesiánico. Sólo Jesús decide quien es admitido en el Reino de Dios del tiempo final y
quien queda excluido de él.19
Ante la amenaza de otras doctrinas engañosas que van surgiendo, Juan procura que la fe
de la comunidad no se derrumbe. Esta fe solo va a ser solida si tiene como fundamento
al que es Veraz por excelencia: Jesucristo. Hay una gran promesa para los creyentes que
se mantengan firmes, con la mirada puesta en el Veraz, y que no se dejen engañar por
otras doctrinas. Apo 3:12 “Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi
19
( Eduard Schick, , El Nuevo Testamento y su mensaje. El Apocalipsis, 1979, 65
Dios”. Esta es, si se quiere llamar, una recompensa, no al estilo del poderío humano,
sino de índole divina, al estilo d Dios.
“recibirán gloria pública semejante a la de los generales romanos vencedores, que
tenían sus nombres escritos en columnas (trofeos) que eran colocados dentro de los
templos como memoriales. El nombre de los cristianos vencedores estará siempre vivo
en la memoria de Dios en su Templo.” 20
Para los cristianos de este momento tan difícil, la fe en el Cordero que fue sacrificado, y
que ahora vive con todo su esplendor, les llena de inmensa e inagotable alegría, les da
consuelo, paz y sobre todo confianza que su perseverancia y fidelidad no será en vano.
Pase lo que pase, criticas, calumnias, persecuciones, no podrán contra el dueño de la
vida, el único que tiene la verdad, que no engaña ni en el mínimo gesto. Esta convicción
les hace acrecentar su fe. En definitiva la fe cimentada en el Cordero degollado, es decir
Jesucristo, es quien garantiza la esperanza de los cristianos, pues si él lo ha logrado,
también la comunidad cristiana puede hacerlo imitando su ejemplo de vida.
20
Juan Ignacio, Alfaro; ¿una clave para el futuro? preguntas y respuestas sobre el apocalipsis
1995, 1ra Ed. Navarra, Verbo Divino, 63-64
21
Emilio, Aliaga Gibres, 18
aquellos puntos relevantes de la Esperanza. El término esperanza toma diversos
significados. “En las lenguas románicas proceden de los vocablos latinos Spes y
sperare. Estos tienen su correspondiente en la lengua griegas elpys. Elpiso”.22 Son los
términos que en las sagradas Escrituras se usan para “esperanza”.
22
Tomas de Aquino, Suma Teologica T VII, 2-2 q,1-46, 1959, BAC, Madrid, q 17, 480
23
Tomas de Aquino, Suma Teologica T VII, 481
Cuando los apetitos del ser humano no alcanzan su satisfacción se tiende a caer en
frustración o a experimentar nuevos caminos de búsqueda porque la esperanza
meramente humana se debilitó. Aquí es donde el hombre acude a la esperanza teologal,
pues el único que le otorga plena confianza es Dios: “el movimiento de la esperanza
precisa elevarse a las realidades superiores y anclarse en la creencia en Dios; el hombre
puede ya vivir de la esperanza que termina en Dios”. 24
24
Tomas de Aquino, Suma Teologica T VII,483
25
Tomas de Aquino, Suma Teologica T VII, 484-485
26
Tomas de Aquino, Suma Teologica T VII, 538
cristiano se preocupa más por anhelar alcanzar algo, con mucha esperanza y lo logra
solo si esa esperanza va acompañada de la fe. Es muy conocido un refrán de sabiduría
popular que reza así: la esperanza es lo último que se pierde. Esto quiere decir que
mientras hay esperanza hay motivos por los cuales luchar. Si hay lucha, deseos de
alcanzar un bien, significa que hay fe. Al perderse la esperanza la fe se disipa por
completo.
Ante una situación de conflictos de toda índole en que vive sumergida la sociedad
actual, la esperanza cristiana retoma mucha fuerza al dar nuevas luces por donde
encaminarse a una vida nueva y para siempre. El gran teólogo y papa Benedicto XVI
hizo una invitación fuerte a nunca perder la esperanza. El Papa Benedicto trae a
colación lo que el salmista nos recuerda:
« El Señor es mi pastor, nada me falta... Aunque camine por cañadas oscuras, nada
temo, porque tú vas conmigo... (Sal 23 [22],1-4). El verdadero pastor es Aquel que
conoce también el camino que pasa por el valle de la muerte. » 27
Hoy en día se vie una realidad en donde nadie quiere sufrir, se vive en una zona de
confort. Es una realidad del menor esfuerzo. Si bien es cierto la tecnología ha venido a
darle un giro al bienestar de vida de la persona, es un desafío saberla usar. Cuando la
tecnología se usa sin un manual de instrucciones nos vuelve esclavos, nos crea nuevas
27
Benedicto XVi, papa, Spe Salvi, 2007, Roma, #7
28
Benedicto XVI, Papa, Spe Salvi, # 1
necesidades a las que hay que saber manejar. Esta actitud instala al misionero y hace
que deje de servir a Dios en la adversidad.
Pero el esfuerzo cotidiano por continuar nuestra vida y por el futuro de todos nos cansa
o se convierte en fanatismo, si no está iluminado por la luz de aquella esperanza más
grande que no puede ser destruida ni siquiera por frustraciones en lo pequeño ni por el
fracaso en los acontecimientos de importancia histórica. Si no podemos esperar más de
lo que es efectivamente posible en cada momento y de lo que podemos esperar que las
autoridades políticas y económicas nos ofrezcan, nuestra vida se ve abocada muy pronto
a quedar sin esperanza.29
29
Benedicto XVI, Papa, Spe Salvi, # 35
CAPITULO III
Toda esta acción misionera es llena de esperanza. Esperanza en una nueva situación de
vida, en donde todo será mejor. Misión que anuncia a Cristo vivo garante de la
esperanza cristiana. Si el venció, todos serán vencedores con él, si el evangelizó todos
evangelizarán como él, si el murió y resucitó, también todos morirán y un día
resucitarán para estar nuevamente con Él.
Quien anuncia a Cristo, es alguien que cree. Cree en la enseñanza recibida y le cree a
quien se la dio. La fe va muy unida a la esperanza. Quien cree es porque sostiene una
esperanza. La fe ayuda a que el misionero nunca pierda la esperanza. Aunque las
situaciones sociales que se viven en la diócesis de San Pedro Sula hacen que se piense
que ya nada tiene sentido, el misionero está llamado a reflejar una esperanza viva y una
fe firme. “En efecto, « esperanza » es una palabra central de la fe bíblica, hasta el punto
30
David, Bosch, Misión En Transformación, 2000, Libros Desafíos, 476
de que en muchos pasajes las palabras « fe » y « esperanza » parecen intercambiables.
(...) « esperanza » equivale a « fe ». 31
Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los
planes pastorales de la diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos (…)
ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en
los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas
que ya no favorezcan la transmisión de la fe.32
31 31
Benedicto XVI, Papa, Spe Salvi, # 2
32
Sínodo Diocesano, 2013, San Pedro Sula, # 271
33
Sínodo Diocesano, 2013, San Pedro Sula, #272
La alegría del misionero le viene por su fidelidad a Cristo. Apo 2:10 “Mantente fiel
hasta la muerte y te daré la corona de la vida”. Esta fidelidad hace que su acción
evangelizadora sea viva y eficaz para quienes la reciben.
Hay una expresión de la sabiduría popular que dice: las palabras convencen, pero el
testimonio arrastra. La expresión se refiere a que de nada, o muy poco sirve hablar con
palabras muy bonitas si no lo traducimos en obras en nuestras vidas, es decir se predica
una enseñanza muy profunda y se hace totalmente lo contrario. Es aquí donde muchas
veces las predicaciones quedan en el aire, sin fundamento. Esto es peligroso porque ante
quienes les conocen y escuchan se pierde la credibilidad.
La diócesis de San Pedro Sula es consciente de que aún hay una gran necesidad
misionera, es decir, hace falta mucho para que el dinamismo de las diócesis sea una
iglesia en estado de misión permanente. Sin embargo son muchos los agentes de
pastoral comprometidos que hacen posible la acción misionera y pastoral de la diócesis,
pero aún faltan muchos mas para que este proyecto evangelizador no se debilite. Por
tanto, se ha hecho la propuesta de la misión permanente desde Aparecida.
“una misión permanente que haga presente en nuestra Diócesis la propuesta de Jesucristo. (…)
Por eso, queremos revisar que la doctrina, las normas, las orientaciones éticas, y toda la
actividad misionera de la Iglesia, deje transparentar esta atractiva oferta de vida más digna, en
Cristo”. 34
34
Sínodo Diocesano, 2013, San Pedro Sula, #273