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RESEÑA HISTORICA: LIBRO ‘’ETICA DE CRISTO’’

POR JOSÉ MARIA CASTILLO

JHON HAROLD CORTES B.

ETICA BIBLICA

DOCENTE: JULIAN CASTRO RENGIFO

FUNDACION UNIVERSITARIA BAUTISTA

CALI, ABRIL 20 DE 2013

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INTRODUCCION

En su introducción del libro el autor pretende mostrarnos como la ética ha cobrado


un gran valor en todos los estados del hombre, por medio de la Bioética, caridad
mediática, acciones humanitarias, salvaguarda del entorno, moralización delos
negocios, de la política y de los medios de comunicación, debates sobre el aborto,
el acoso sexual, correos rosa y códigos de lenguaje "correcto", cruzadas contra la
droga y lucha antitabaco, etc. Por lo tanto la ética se ha convertido en el espacio
privilegiado donde se descifra el espíritu de la época.

Hoy ha cobrado mucho valor el hablar de ética. Los gobiernos, las escuelas, las
iglesias, debaten temas sobre el deber ser ético en medio de diferentes
problemáticas, como por ejemplo la Eutanasia, el aborto, la legalización de las
drogas y muchos otros temas controversiales.

Afirma el autor que hace cincuenta años atrás, tanto la iglesia católica como la
protestante, contaba con grandes teólogos como Bultmann, Barth, Bonhoetrero
Tillich, en el protestantismo; o como Rahner, Congal', De Lubaco VonBalthasar,en
el catolicismo, y que hoy ya no se encuentran. Hace cincuenta años se hablaban
de temas dogmáticos y poco de ética. Hoy hay un creciente interés por los temas
éticos y eso es excelente, dice el autor.

Lo preocupante de la solución que se le da a los temas éticos, es que estas no


concuerdan con las que Cristo enseñó, están lejos de su ética y la perspectiva de
la misma. Esto no tiene que ver, dice el autor, con las posiciones
denominacionales, sino con el tipo de respuestas éticas, salidas totalmente del
contexto enseñado por Cristo.

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1- UNA ETICA DESCONCERTANTE

El proceso de cambio

Hoy en día se habla que todo está cambiando de una manera acelerada, la
ciencia, nuevos descubrimientos, nuevas técnicas y esto es desconcertante, sin
embargo, lo más desconcertante, dice el autor, son los cambios en el ser humano,
en nuestro propio interior. Es el que más importancia reviste para la humanidad.

Del estudio que ha llevado a cabo el profesor de la Universidad A.Giddens, ‘’Un


mundo desbocado, Los efectos de la globalización en nuestras vidas´´,
Madrid,Taurus,2000,65. deMíchígan,!\onald Inglchart'. Con una particularidad que
interesa destacar: de los 81 países que ha analizado el estudio deI inglehart,
resulta que España es el país que está viviendo el cambio más rápido y más
profundo de todo el mundo.

Esto indica que el hombre de hoy ya no actúa ni piensa como el hombre de hace
unos pocos años. los niños hoy hacen preguntas que antes no se hacían, los
jóvenes cambian de una manera muy acelerada. Se está formando otro tipo de
hombre, un nuevo modelo de persona, afirma el autor.

Así las cosas, la pregunta que muchos se hacen es: ¿en qué va a parar todo
esto?¿no nos estamos precipitando por una pendiente que nos lleva
derechamente al despeñadero, al desastre, a la desintegración de la sociedad en
que vivimos?

El evangelio y el cambio

Jesús introdujo una ética de cambio, especialmente a los menos favorecidos por la
sociedad, como los publicanos, las prostitutas, los cuales estaban encantados con
la ética de Jesús. En cambio y en contraste, los religiosos de la época de Jesús, lo
rechazaron porque su ética no estaba de acuerdo con la que ellos practicaban. Es
evidente que Jesús advirtió y comprendió el tipo de religión de su época. Una
religión ordenada, autoritaria, con grandes templos y con normas para todo y para
todos, pero que no producía vida, relaciones sanas. En definitiva una religión y
una ética que no produzca cambio para bien, no sirve para nada.

Cambio y desconcierto

Jesús se presentó a la generación de aquel tiempo con una perspectiva diferente.


Los teólogos de aquel tiempo enseñaban lo que habían aprendido y Jesús
enseñaba lo que la gente necesitaba.

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El tipo de autoridad de los escribas y fariseos era impuesta, el tipo de autoridad de
Jesús era persuasiva. Una cosa es potestad, es decir, imponer y obligar; otra cosa
es autoridad, que es convencer y persuadir. Jesús desconcertó a los líderes de su
época porque hablaba con autoridad.

El entierro y la boda

Mateo relata en el capítulo 11 versos 16-17 que Juan el Bautista representaba a


alguien que no disfrutaba de la vida, en cambio Jesús representaba la vida. Por
esta razón los escribas y fariseos tildaban a Jesús de borracho y vicioso. Jesús a
través de su vida nos enseña que la vida es gozo, alegría y no un estado
lamentoso de muerte.

El cambio desconcertante

Por tradición las dos instituciones a través de las cuales se definen los valores de
la sociedad, son la religión y la familia. La religión de aquel tiempo crucificó a
Jesús y el modelo de familia patriarcal no fue el mejor. Por eso Jesús criticó
severamente a estas dos instituciones. Jesús basó sus relaciones más en el plano
personal al punto que en una oportunidad cuando estaba predicando, sus
discípulos se le acercaron para traerles a su madre y hermanos, y Jesús
mostrándoles la multitud les dijo: ‘’Mi madre y mis hermanos son los que oyen la
palabra’’.

Una ética para el cambio

Estamos llegando a un tiempo de crisis de identidad en las dos instituciones


donantes como la religión y la familia. Debemos criticar lo criticable, censurar lo
censurable y cuestionar lo cuestionable. Pero no basta con criticar y hacernos a un
lado, ya que la crítica sin cambio no produce nada. Esta sociedad está ávida de
justicia, gozo y paz. Debe haber un norte ético que rija la vida de la sociedad.
Debemos evitar crear un modelo de ética basado en intereses religiosos o
institucionales y pensar más en las personas en su dignidad.

Muchas cosas no estarían mal si se hubiera cuestionado a tiempo las malas


decisiones de las instituciones.

2- LA HUMANIDAD DE DIOS

Una ética que se fundamenta en Dios

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La ética vista desde la perspectiva de la religión ha dejado un gran vacío desde el
tiempo de la ilustración, ya que el Dios que se la ha planteado a la gente, está
lejos de la problemática real de la gente.

A la gente se le ha planteado un Dios aburrido, sin gozo, que no comprende la


necesidad real de la gente. Hay mucha gente que utiliza la ética fundamental, no
enseñada desde la religión, pero cuyos parámetros de vida superan a los
religiosos, dan mejores ejemplos al tomar decisiones éticas.

El tipo de ética de Jesús pretende entonces mostrar la verdadera intención de


Dios al dar a conocer al hombre los parámetros de vida. Hay que repensar si el
Dios que nos fue enseñado, coincide o no con el Dios planteado por Jesús.

Dios diferente

A la gente se le ha enseñado a un Dios insoportable, relacionado solamente con


las desgracias, las catástrofes, la injusticia. Desde la perspectiva de la religión
Dios es inalcanzable y en muchas ocasiones hemos utilizado su Palabra para
argumentar desde nuestra religión que Dios es un misterio. El pasaje de Juan 1:18
dice: que ‘’a Dios nadie lo ha visto nunca’’. Sin analizar el verdadero contexto de
este pasaje, mostramos a Dios inalcanzable, lejano de la necesidad de la gente y
misterioso, aunque nuestra mente no alcanza a comprender su infinito poder.

La tradición ha mostrado a Dios desde tres representaciones distintas de la


divinidad: el Yahvé de la tradición Judía, El absoluto (infinito, omnipotente y
eterno) de la metafísica griega, y el Padre del que nos habló Jesús.

La mezcla de estas tres representaciones se han fundido en creer en un Dios


indiferente, lejano e incapaz de resolver nuestras inquietudes y problemas.

El Dios del Antiguo Testamento nacionalista, justiciero, vengador no concuerda


con el Padre que os muestra Jesús. Aquel que ‘’hace salir el sol para buenos para
malos, y que hace descender la lluvia para justos e injustos’’ Mateo 5:45.

Dios encarnado

Cuando hablamos de la encarnación nos remitimos a la cristología y si hablamos


del misterio de María, nos remitimos a la mariología. El autor afirma que nunca
nos ponemos a pensar que el misterio de la encarnación es central. Porque en la
encarnación Dios de funde y se confunde con lo humano.

No es que Jesús haya llegado a una condición divina confundiéndose con lo


humano, porque esto tropieza con la irrefutable condición salvífica. Fue en la
persona de Jesús de Nazaret que nos fue dado a conocer al Padre, es decir que lo

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que no podíamos conocer ni alcanzar nos fue revelado en un ser humano, en
Jesús de Nazaret.

Cuando en Juan 1.18 afirma ‘’ a Dios nadie lo ha visto jamás’’, el texto concluye "El
Hijo único del Padre es quien nos lo ha dado a conocer". Aún en Colosenses 1:15
afirma que Cristo ‘’es la imagen misma del Padre’’. Una imagen lo que hace es
representar, dar a conocer algo y eso es lo que exactamente se realizó en la
persona de Jesús.

Si partimos del hecho de que Jesús es Dios, lo que estamos diciendo es que ya
sabemos quién y cómo es Dios. Cuando es al contrario, en Jesús sabemos quién
es Dios. Entonces podemos afirmar que Dios es Jesús.

Porque en toda oración predicativa, lo desconocido es el sujeto, de manera que la


función del predicado es dar a conocer al sujeto y explicar al sujeto. Exactamente
la función y el papel que tiene Jesús: revelarnos a Dios y decirnos cómo es ese
Dios en el que creemos y al que buscamos.

Por esto se puede y se debe decir que en Jesús se produjo el gran acontecimiento
que ha marcado definitivamente la historia de las tradiciones religiosas de la
humanidad. Porque, en el hombre Jesús, lo divino se fundió con lo humano.

Dios de hizo debilidad

Para los hombres hablar de debilidad o humillación resulta algo incomprensible.


Dios se hizo hombre después se hizo débil. Lo incomprensible para el hombre es
la humanidad de Jesús.

Tenemos la imagen de un Dios fuerte, castigador, y no de un Dios hecho hombre


para acercarse a la necesidad humana y alinearse con su debilidad y
humanizarse.

La religión se hizo fortaleza

Las religiones han deshumanizado tanto al hombre que lo han alejado del Dios
humano en la persona de Jesús

Porque ni los hombres religiosos, en general, ni los cristianos, en concreto,


creemos de verdad ni tomamos en serio la humanidad de Dios.

La ética de la humanización

Por eso la propuesta que, a la vista de lo que fue la vida y la enseñanza de Jesús,
se hace en este libro es que la vida de los seres humanos plantea necesidades
enteramente primarias y básicas que son el criterio determinante dela ética que

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plantea y ofrece Jesús en su Evangelio. La necesidad misma de vivir, la seguridad
dela vida, la integridad de la vida, la defensa de la vida, la dignidad de toda
persona viva, la igualdad entre todos los humanos, el respeto que todos
merecemos, todo eso es tan básico, tan primario, tan fundamental, que a partir de
ahí podremos empezar a construir y definir una ética que sea válida para quienes,
desde la opción libre dela fe, quieren organizar su vida y su convivencia con los
demás, sean de la cultura que sean.

Según la creencia que se tiene de Dios así es la ética que de esa creencia se
deduce. Si no tengo un parámetro para evaluar mi ética, entonces ¿cómo voy a
reaccionar cuando alguien ha vulnerado mi honra?. ¿Cómo devolveré el agravio?
Pero si tengo un parámetro claro de mi ética emanada del Padre por medio de
Jesús, ya no devolveré mal por mal.

Pero, entonces, si no somos capaces de perdonar y ser buenos con quien nos
hace daño, ¿no terminaremos convirtiendo nuestra sociedad en una selva, en la
que acabará imponiéndose la ley del más fuerte?

3- JESUS SE FUE A GALILEA

Primera decisión de Jesús

Como lo relata el autor en el libro de Marcos 1:14 Jesús se fue a comunicar el


mensaje a Galilea días antes de su muerte. El evidente por las condiciones de
lugar, su gente y las condiciones económicas, no era el lugar predilecto de los
grandes oradores siguiendo los estudios y las técnicas que un orador de este
tiempo usaría. El escenario no era el mejor, sin embargo, las técnicas oratorias de
Jesús chocan con las técnicas que todo buen orador usaría.

Galilea en tiempos de Jesús

Por los aportes que nos dan los evangelios y la epístola de Hachos de los
apóstoles, los Galileos no gozaban de buena reputación, es más se les tildaba de
ignorantes, groseros y de poca estima. Cuando los fariseos cuestionan a
Nicodemo, le recalcan ‘’acaso puede de allí salir algo bueno?. Vemos también que
en el hecho trascendental de la venida del Espíritu Santo, le pueblo decía ‘’No es
esta gente de Galilea?, porque hablan nuestro idioma’’.

A Jesús no le importó llegar a un lugar de poca reputación, no buscó el mejor


pulpito, no buscó el apoyo ni político ni económico de los influyentes o altas
personalidades. De hecho rompió todo esquema de oratoria. No le importó su
reputación. Cuando Jesús fue llevado a Pilatos, este preguntó de donde era y
cuando se enteró que era de Galilea lo mandó a Herodes que por esos días se
encontraba en Jerusalén.

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Contra todo pronóstico, reputación e incluso las condiciones de vivir, Jesús estaba
dispuesto a dejar su mensaje en una tierra poco apreciada. Jesús tenía que
entregar un mensaje esperanzador, en un lugar donde fue muerto aquel que dejo
un trajo un mensaje de libertad como lo fue Juan el Bautista, degollado por el
tirano Herodes, quién a saber de la llegada de Jesús, se sentiría amenazado y por
obvias razones quería matar a Jesús. Esto reducía la bienvenida de Jesús a esta
región. Era una visita vista por muchos más bien desafiante. Pero era necesario
que Jesús dejara un mensaje que trascendiera en la gente.

El pasaje más desconcertante a la vista de cualquier lector se encuentra en Lucas


13:32-33, cuando Jesús responde a los fariseos quienes le advertían de irse de
Galilea por amenazas de Herodes de matarle, la respuesta de Jesús, los dejó de
una sola pieza. Llamo a Herodes ‘’Zorro’’, palabra que denota incapacidad para
decidir la muerte del profeta Jesús, quien le dejó un claro el mensaje que nadie
podría detener la obra evangelizadora que se había propuesto.

Los principios éticos de Jesús

Es evidente que Jesús llevo un mensaje desafiante en medio de una generación


que estaba dominada por el poder político y económico. En medio de gente
necesitada, desamparada y maltratada. Cualquier orador que se respete, según lo
que vemos, no utilizaría estas condiciones sociales para llevar un mensaje que
calara en el público, porque seguramente no lograría su objetivo, sin embargo,
Jesús rompió todo esquema. Parece ridículo predicar valores desde un pulpito
solemne y con la venia sagrada eclesiástica.

Lo que el autor quiere subrayar es que, al decir estas cosas, es que Jesús
demostró, a lo largo de su vida, que tenía un convencimiento muy claro y muy fir-
me. Jesús estaba persuadido de que no puede haber disociación, y menos aún
contradicción, entre lo que se dice y lo que se hace. Este convencimiento
finalmente llevado a la práctica fue una de las claves de la ética de Cristo.

Sociología y Hermenéutica

Un concepto básico de la sociología dice que ‘’cuando cambian los de abajo,


cambia la sociedad’’. Los cambios sociales no ocurren por las leyes que imparten
lo de arriba, sino por las experiencias del pueblo.

La sociedad en la que se levantó Jesús estuvo enmarcada por la pobreza y las


pocas condiciones económicas. Esto nos deja un claro mensaje, que Jesús se
identificaba con la población de Galilea. No se debe transmitir un mensaje desde

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el pulpito, si no se ha vivido lo que se dice, porque se le puede tildar de charlatán.
Como decían los antiguos ‘’contra los hechos no valen los argumentos’’.

Jesús empezó una revolución social cuya base es su propia vida. Él ya había
vivido en carne propia lo que significa vivir en medio de condiciones poco
favorables.

A lo dicho, hay que añadir otro criterio que es igualmente clave en la ética de
Jesús. Se trata del criterio hermenéutico según el cual sólo desde abajo se ve la
realidad cruda y dura del dolor del mundo.

Una ética fuerte y dura

La ética de Cristo es fuerte y dura. Porque fuerte y dura es la resistencia del orden
establecido para modificar su visión de la vida y, sobre todo, los intereses que le
hacen perpetuar su dominación criminal sobre los "nadie" y los "excluidos" de esta
tierra.

El autor hace referencia a las condiciones que mucha gente vive, por el interés
personal del capitalismo, que solo ha dejado estadísticas como el de 1.800
millones de pobres, mientras hay 600 multimillonarios con fortunas que alcanzan
hasta los 1’000 millones de dólares. La gente pobre y miserable solo vive si a
acaso con 2 euros diarios. Esta gente ya no le quedan fuerzas ni para protestar,
es más ni si quiera quieren hacerlo.

Jesús revolucionó una ética nacida de la esperanza de proveer una salida a la


crisis del mas desamparado la cual culminó en la cruz, he ahí la semilla en la que
Jesús vio el germen de una vida distinta, nueva y más prometedora.

4- PASÓ HACIENDO EL BIEN (Hechos 10:38)

Lo que define a una persona

Sin duda, las palabras de Pedro condensan el recuerdo que aquel apóstol tenía
sobre quién fue Jesús de Nazaret y lo que el mismo Jesús representaba para los
cristianos entonces.

Según Pedro, que conoció bien a Jesús, todo se podía resumir en una fórmula
breve y sencilla(a primera vista), que expresa una forma de vivir y un modo de
comportarse: "pasar por la vida haciendo el bien".

Recalca el autor que cuando una persona se muere generalmente se le recuerda


como una persona buena, por los cargo que ocupó, el prestigio que obtuvo, el
estudio realizado, pero no por ‘’pasar por la vida haciendo el bien’’. Esto solo

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indica que pasó por la vida ‘’buscando su propio bien’’, satisfaciendo sus propios
intereses y siendo el mismo el centro de su vida.

En ese caso, la herencia que deja en este mundo consiste lamentablemente en


perpetuar el amor así mismo que todos llevamos dentro y, por tanto, la ambición o
e! orgullo que tanto daño nos hace a todos.

Es capital lo que, al final de la vida, define a una persona. Porque lo que de verdad
importa es saber si fue una persona para sí mima, o fue una persona para los
demás. He aquí el nudo del problema.

Qué es ‘’hacer el bien’’?

No es fácil responder a esta pregunta. Porque la experiencia nos enseña que ha


existido (y sigue existiendo) gente que, por "hacer el bien", causan mucho mal y
hacen daño, provocando indecibles sufrimientos. De ejemplo tenemos a los
terroristas extremistas que se inmolan o matan a mucha gente por una buena
causa, que para ellos es una causa justa. Ese es su bien aunque vaya en contra
de la vida misma de otros.

Pero habría que preguntar, a quienes conviven con semejante persona, si ellos se
sienten "beneficiados" con el "bien" que el otro les proporciona o, por el contrario,
maldicen la hora en que conocieron a tal individuo, un "benefactor" que en realidad
es una desgracia, por no decir que es una auténtica maldición.

El bien y el mal

Cuando Nietzsche, en La genealogía de la moral, se pone a fijar por qué haya


actos humanos a los que les ponemos la etiqueta de "buenos", en tanto que a
otros los consideramos "malos" o incluso "malvados", lo primero que advierte es
que el juicio "bueno" no procede de aquellos a quienes se dispensa "bondad".

En otras palabras el autor recalca que la definición de lo que es ‘’bueno para


todos’’ lo determinan unos pocos, que basados en sus propias experiencias de
vida determina lo que es bueno para otros, es decir, que el receptor del parámetro
del bien debe aceptar ese parámetro del bien sin participar desde su propia
experiencia, cuyo resultado final es que se termina solo beneficiando de ese
‘’supuesto bien’’ el que los define y no el que lo recibe. Así han organizado
siempre el derecho, la moral y las costumbres.

Una frase para reflexionar: ‘’De donde resulta que los débiles, los de abajo, los
que carecen de poder, tienen que convencerse de que es "bueno" y lo que les
conviene es precisamente lo que beneficia los intereses del que cada día les pone
la bota de su pie encima del cuello.

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La validez moral del acto humano

¿Cuándo podemos afirmar que hacemos un acto "bueno"? Se ha dicho,


seguramente con toda razón, que la aportación irreversible de la modernidad, en
lo que se refiere a la ética, ha sido la propuesta de la "validez" (Gültigkel) moral del
acto humano.

Lo decisivo, cuando hablamos de "buenas personas", es que cada uno se


comporte de manera que sean los otros los que se sientan seguros y no sólo
tranquilos, sino sobre todo felices.

Por todo esto se compren de la razón profunda que llevó al apóstol Pedro a decir
que Jesús "pasó haciendo el bien". Jesús pasó haciendo el "bien" porque los que
se acercaron a él se sintieron "bien". La ética de Jesús quedó descrita y delimitada
por los beneficiarios del buen hacer de Jesús.

NO TIENE VINO (Juan 2:3)

Ética, fe y vida

Con frecuencia encontramos gente que se queja de la falta de credibilidad que


tiene la religión, la Iglesia, la predicación eclesiástica. Y el hecho es que quienes
se quejan de eso tienen razón para hacerlo. Porque quizá nunca como ahora las
instituciones religiosas se vieron tan carentes de credibilidad por parte de grandes
sectores de la población.

En Juan 20:30-31explica el autor se ve reflejada toda la actividad de Jesús


durante su ministerio aquí en la tierra. Hubo signo o señales que dieron fe de su
obra y como estos signos terminaron e resultados de fe y vida para otros.

En realidad, se trata de hechos de Jesús que producían, en quienes los veían y


los vivían, un efecto concreto y profundo: daban fe Juan 2, 1-11.23; 4, 53-54;6, 30;
11,48; 12, 37; 20,30-31).Y, mediante la fe, potenciaban y enriquecían la vida de
las personas que tenían la dicha y la suerte de contactar con tales "signos".

La clave: se acabó el viejo orden religioso

No es cuestión aquí de explicar, paso por paso, el relato de la boda de Caná


Gn2,1-11),del que el evangelio de Juan dice que fue el primer "signo" que hizo
Jesús Gn2, 11). Lo que importa es responder a esta pregunta:¿en qué consistió
aquel "signo"? Como es bien sabido, lo que allí sucedió es que, cuando en medio
de la fiesta se quedaron sin bebida para seguir con la celebración y el jolgorio
consiguiente, Jesús convirtió el agua en vino Gn2,9).

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Esta clave se comprende cuando caemos en la cuenta de que el agua, que Jesús
convirtió en vino, no era agua para usos domésticos o, más propiamente, para
usos "profanos", es decir, no era agua para la vida (beber, guisar, lavarse,
regar...), sino que se trataba de un agua para la religión. El evangelio lo indica
expresamente: "Había seis tinajas de piedra de unos cien litros cada una, como lo
pedían los ritos de purificación de los judíos" Gn2,6). Por tanto, seiscientos litros
de agua, envasada en piedra. Se expresa así, en lenguaje metafórico, la
enormidad y la pesadez de la religión que, como es frecuente en las tradiciones
religiosas de la humanidad.

Así las cosas, Jesús cortó por lo sano desde el primer momento de su actividad
pública. Por eso, en la primera ocasión que tuvo (a juicio de Juan), suprimió el
agua de la religión y la convirtió en vino, en el generoso Vino de la vida, la vid
verdadera.

Y a eso añade el mismo Dodd: "Así es como se manifiesta la gloria de Cristo:


mediante un signo que proclama la verdad de que con su venida el viejo orden
religioso es reemplazado por un orden nuevo", que tipifica la superación de la
Antigua alianza por la Nueva Alianza o el nuevo pacto.

6- LO PRIMERO ES LA VIDA, NO LA RELIGION

La observancia que lleva a la religión

Los tres evangelios sinópticos cuentan que Jesús curó a un manco precisamente
el día (un sábado) en el que las leyes religiosas del judaísmo prohibían hacer ese
tipo de curaciones (Mc 3, 1-6;Mt12,9-14; Lc6,6-11). El evangelio de Marcos sitúa
este episodio en un momento especialmente conflictivo.

Para los Judíos de aquel tiempo este acto de Jesús era calificado como blasfemia,
apoyados en lo que dice Números 15:30 y Levítico 24:30. Este acto es el inicio del
plan para matar a Jesús como lo observa la ley.

La vida diaria enseña, con frecuencia, ejemplos de este tipo. Lo cual nos lleva
inevitablemente a una cuestión mucho más fuerte: ¿cómo es posible que el más
exacto cumplimento de la ética lleve a los observantes al más brutal
quebrantamiento del centro mismo del comportamiento ético, el respeto a la
dignidad, a la libertad, a los derechos y a la vida de las personas?

Aquí está la explicación de un hecho sorprendente, a saber: que la más fiel


observancia de la ética desemboca inevitablemente en la más infiel destrucción
del comportamiento ético.

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Lo determinante para Jesús

Es de suponer que Jesús era consciente de lo que estaba ocurriendo en la


sinagoga cuando él se metió en aquel ambiente. Lo que allí se respiraba era una
situación sumamente tensa. Porque, según el derecho judío de aquel tiempo, la
repetida violación del sábado estaba castigada con la pena de muerte.

El problema consiste en que son demasiados los clérigos que tienen una marcada
tendencia a comportarse como los viejos chamanes en cuanto se refiere al
ejercicio del poder y a la consiguiente imposición autoritaria sobre los fieles.

La experiencia histórica, sin embargo, nos enseña hasta la saciedad que, en


nombre de Dios, se le han impuesto a la gente muchos disparates. De ahí, como
se ha dicho muy bien "el rechazo generalizado de una autoridad que no acepta, en
su ejercicio, participación de subordinados en las decisiones que les conciernen"

La religión como posible trampa

Por lo que acabo de explicar, resulta estimulante saber que Jesús se comportó de
tal manera que para él fue más decisivo satisfacer las necesidades de los demás
que cumplir sus propios deberes, incluido el deber de obedecer en condiciones en
las que él veía que no debía someterse a mandatos que se anteponían a la vida, a
la integridad y a la felicidad de las personas.

Esto nos indica dos posiciones a saber: una persona centrípeta, es decir, que
centra sus acciones en el beneficio propio y una persona centrifuga, es decir, que
centra sus acciones en favor del beneficio de los demás, aun cuando su integridad
y su vida se ponga en riesgo. Este último fue el sentido ético de Jesús.

Lo primero es la vida

La necesidad básica y primera es la vida. La integridad de la vida, la seguridad de


vivir, la dignidad y los derechos de la vida, la felicidad de vivir. Una ética,
cristianamente entendida, tiene que poner este criterio por encima de todo lo
demás.

Tomando como base este argumento, la pregunta resultante es: ¿porque se


defiende tanto el proceder sobre la eutanasia, el aborto, o la trata de mujeres a la
prostitución, y no se pone de manifiesto la muerte de 700.000 seres humanos que
mueren por desnutrición, causado por el neoliberalismo capitalista?

Ética del deber, ética de la necesidad

Ahora se comprende la profundad y, al mismo tiempo, la actualidad que entraña la


pregunta que hizo Jesús, en plena sinagoga, cuando les planteó a los fariseos si lo

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primero es observar las normas de la religión o más bien satisfacer las
necesidades clave de la vida.

Seguramente, cuando nos pasa esto, no caemos en la cuenta de que, si las cosas
se toman en serio, la pura verdad es que la ética de la necesidad (del otro) es
mucho más exigente y dura de cumplir que la ética del propio deber.

SE ME CONCMUEVEN LAS ENTRAÑAS AL VER A ESTA GENTE (Marcos 8:2)

Grandeza y fuerza de sensibilidad

Hablamos aquí, no ya de las convicciones de Jesús, sino de su sensibilidad.


Porque, cuando se trata de enjuiciar el comportamiento ético de una persona,
resulta más determinante la sensibilidad que las convicciones.

Por desgracia, es demasiado frecuente la disociación y el desacuerdo que existe


entre las Ideas y los hechos. Cada persona hace lo que su sensibilidad le dicta.

La sensibilidad no es lo mismo que la voluntad. La voluntad es decisión, en tanto


que la sensibilidad es atracción. Aquí está el secreto y la clave del comportamiento
humano.

La sensibilidad de Jesús

Su puesto todo lo anterior, la pregunta que se plantea es la cuestión central de


este capítulo:¿qué sabemos sobre la sensibilidad de Jesús? Sabemos mucho.

La sensibilidad de Jesús se interpreta en la palabra ´´entrañas’’, que en el griego


significa los órganos internos del hombre o del animal. De muy adentro de sí.

Esta reacción de Jesús ante las necesidades humana no tiene que ver con la
misericordia que sentimos los seres humanos por una condición desfavorable de
un mendigo. De alguna manera nos compadecemos por su condición. Lo que
sintió Jesús por la gente, fue mucho más viceral, es decir, de mucho más adentro,
de las entrañas. Va más allá de sentimientos meramente humanos, es una
relación filial del Padre con el hijo.

Es el mismo tipo de compasión que relatan los evangelios de Lucas 7 y Mateo 20


en le Hijo pródigo y el buen samaritano respectivamente.

Sensibilidad y violencia

Al referirnos a los pasajes anteriormente mencionados, podemos deducir dos


cosas importantes: Una que en el caso del buen samaritano, el evangelio no se
detiene en evaluar la conducta de los que hicieron daño físico al transeúnte, no se

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está evaluando grado de violencia existente. Dos lo que se está evaluando es el
comportamiento que tanto el sacerdote como el clérigo tuvieron ante tal situación.
La observancia de la ley es un deber religioso para un sacerdote, pero esto no los
hizo capaz de tener compasión por el hombre herido, sin embargo, el samaritano,
quien era juzgado por la religión, que aparentemente no cumplía con las
observancias de la ley, sintió compasión por aquel hombre.

En el juicio final no vamos a ser juzgado por las cosas malas que hicimos o el
daño que producimos, sino por las cosas buenas que dejamos de hacer, que es la
peor violencia que el hombre puede producir. Una persona no se tilda de buena a
los ojos de Dios por el poco daño producido, sino por las cosas buenas que realizó
ante la necesidad de los demás.

Por una ética laica

Si, efectivamente, estamos convencidos de que la clave de la ética es la


sensibilidad, aquello a lo que somos sensibles o insensibles, de ahí se deduce
inevitablemente que nuestras vidas tienen que asumir como criterio de conducta lo
que bien podemos llamar una ética laica. Es decir, una ética que se centra y se
concentra en algo que es común a todas las religiones porque es previo a
cualquier planteamiento religioso.

LOS USTIMOS SERAN LOS PRIMEROS (Mateo 10:31).

La desesperada condición de los últimos

Tal y como funcionan las cosas y como es lógico, los últimos sueles ser los que
más necesidades tienen.

Las cosas están planteadas de tal forma que los últimos son aquellos que se
encuentran en condiciones menos favorables que los demás, con menos
oportunidades económicas y sociales. La economía mundial apunta haci el
favorecimiento de unos pocos.

Hay una lucha permanente por querer ser el primero porque muchos de los
últimos quieren ser los primeros. Luchan por obtener mejores puestos, mejores
oportunidades y muchas veces a cualquier precio, aunque eso cueste pasar por
encima de otros. La culpa directa no es de la voluntad de algunos políticos, se
trata de la economía mundial, el fondo monetario internacional que no tiene

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interés por los muchos últimos, ni de establecer medidas para que los menos
favorecidos sean los primeros.

Tal y como lo relatan los evangelios la ética de Jesús conduce a resolver varias
inquietudes. No se trata de ser buenas personas hablando interiormente, se trata
de igualdad. No se trata de una posición de revolución en la que hay que poner a
los últimos de primero y a los primeros de últimos. La pregunta es ¿de qué se trata
todo esto según lo plantea la ética de Jesús?

Una ética contra la dominación y la prepotencia

El término primeros-últimos no se refiere a poner a toda costa a los últimos a


ejercer mando sobre los primeros y de pasar a los primeros a ser dirigidos por los
últimos. No se trata se supremacía política de imperios o partidos.

Al tratar se resolver la pregunta podemos notar que la religión que propuso Jesús
no estaba enmarcada por intereses de tipo político ni de poder sobre los demás.
Su ética estaba dirigida a que no se ejerciera poder o dominio infundado sobre los
demás. En esto Jesús fue intransigente y tajante con todos (amigos, discípulos y
adversarios). Por esta razón se ve a Jesús más tolerante con los pecadores,
publicanos y con las mujeres (Lucas 15.1-2: Lucas 10:33; Lucas 8:2-3). Sin
embargo no toleró a sus discípulos cuando estos le propusieron ser los primeros
(Marcos 10: 35-45; Mateo 20: 20-28) o cuando se ponían a discutir entre ellos cual
era el más importante (Marcos 9: 33-37). En estos casos Jesús cortó por lo sano y
les dijo: ‘’El que quiera ser el primero, que sea el último de todos y sirviente de
todos’’ (Marcos 9:35).

Más allá de las obligaciones del derecho

En Mateo 19 vemos una historia interesante que nos plantea el evangelista, donde
Jesús presenta una parábola de los jornaleros. Lo interesante de la historia que
los jornaleros que trabajaron desde temprano, no aceptaron que los que llegaron
de último recibiera la misma paga. La razón principal es que su criterio de justicia
estaba basado en la eficacia, la eficiencia y el rendimiento, sin embargo, el dueño
de la viña aplico el principio de la generosidad.

El dueño de la viña no fue movido solamente por el derecho laboral, sino también
por una relación de tipo amorosa. Por eso el dueño de la viña le tuvo que recordar
a los tales ‘’acaso ustedes han de juzgar como malos ojos que yo sea bueno?
(Mateo 20:15). ‘’La vida se tiene que regir por una bondad tan grande que
supere todas las obligaciones del derecho’’

Por eso la ética de Cristo nos desconcierta a todos, nos desacomoda y no


aceptamos aplicarla.

16
Los últimos y la eficacia apostólica

Hay un problema es que dentro de la iglesia de Cristo se está levantando un poder


que por encima de los demás, argumenta la necesidad de escalar puestos para
favorecer al pueblo, cuando en realidad se está buscando estar por encima de los
demás. Este caso fue evidenciado en el libro de Marcos 10:41 con los hijos de
zebedeo, lo cual causó consternación entre los discípulos. Esto lacera la buena
marcha de la obra de Cristo dentro de la iglesia y fuera de ella.

9. ETICA DE OBLIGACIONES, ÉTICA DE LA FELICIDAD

Jesús y Moisés

En el tiempo de Jesús, Moisés era visto por los Judíos como un héroe por lo que
representaba la Torá para ellos. Era tanta la estima que esto no los dejó percibir
las enseñanzas del maestro, el profeta por excelencia.

Los cristianos de aquella época pronto reconocieron que Jesús era superior a
Moisés. El prólogo del evangelios de Juan inicia con ‘’la ley se dio por medio de
Moisés, pero la gracia y la verdad se hicieron realidad en Jesús’’ Juan 1:17

No preceptos sino dicha y alegría

El evangelio de Mateo empieza su relato del sermón del monte diciendo: "Viendo
la muchedumbre, subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos. Él
abrió su boca y les enseñaba diciendo:"(Mt 5,1-2). A continuación, Jesús expone
su programa, las bienaventuranzas (Mt5,3-12).

Jesús, en el sermón del monte, promulga su programa. Un programa ético. Pero


un programa que se diferencia sustancialmente del que promulgó Moisés en otro
monte, el Sinaí.

No se trata, por supuesto, de que Jesús suprimió los mandamientos, como si


ahora estuviera permitido matar, robar, mentir o adulterar. No es nada de eso. Lo
que pasa es que las bienaventuranzas van mucho más allá de todo cuanto
significan (o pueden significar) los mandamientos.

La genialidad de Jesús

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La gran enseñanza de Jesús en las bienaventuranzas, su genialidad es que su
ética el no promulgó prohibiciones (no matar, no robar, etc,), el propuso la felicidad
interpretada como el que busca la felicidad del otro. ‘’Dichosos los pobres, los que
lloran, los que sufren. Que los demás se sientan felices de vivir.

10. JESÚS Y EL DINERO

No se puede servir a dos señores – Mateo 6:24

En el sermón del monte Jesús hace una tajante advertencia sobre el amor al
dinero, y parece a simple vista que si tienes posesiones podrías estar divagando
entre servir al dinero o a Dios. Parece que Dios está interesado en mantenerte al
margen del dinero o como si Dios estuviera divorciado con el dinero.

Que sucedería si un cristiano en nuestra época vive en una condición económica


muy favorable al punto que le permita vivir sin preocupaciones económicas. Puede
considerarse un seguidor de Jesús un cristiano en esta condición? Qué quiso decir
Jesús cuando afirmó que ‘’no podéis servir a Dios y al dinero’’? ¿Hay una
incompatibilidad entre Dios y el dinero?

Lo que Jesús nos está enseñando en este pasaje es la centralidad del dinero en
nuestras vidas. ‘’Donde está tu tesoro, allí está tu corazón (Mateo 6:21). Es la
acumulación incontrolada de dinero la que hace que el hombre pierda de vista al
Dios que provee el dinero.

11. JESÚS Y EL PODER

La tentación más grave

Cuando hablamos de amor al dinero, también debemos referirnos al deseo de


poder. No es relevante por supuesto entrar a considerar que es primero en el
hombre o que lo rige más, la acumulación de dinero o el anhelo de tener poder, o
si lo uno es consecuencia de lo otro.

Cuando vemos a Jesús con sus discípulos no encontramos intenciones de parte


de Jesús en reconvenir a sus discípulos por tener dinero, de hecho ellos tenían un
fondo común Juan 12:6.

Aunque no aparece una intención marcada por cuestionar la condición del


cristiano en cuanto al dinero, podemos ver claramente la posición tajante e incluso
calificada como intransigente de Jesús por la condición de poder de algunos sobre
los otros de su época. Los evangelios nos dan bastante material sobre este
asunto.

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La ética de Cristo se sienta sobre una base fundamental: Jesús vio que el peligro
más grave que amenaza a los seres humanos es la tentación por el poder.

Obediencia o seguimiento

Jesús no se relacionó con sus discípulos desde la superioridad, sino desde la


ejemplaridad. Por eso Jesús no se situó, ante sus discípulos, como el superior que
exige "obediencia" a sus "siervos': sino como el amigo ejemplar que solicita
'seguimiento" de sus fieles "amigos"(Jn15:15).

Jesús no le pide a nadie que renuncie a su libertad, Porque "donde está el Espíritu
del Señor hay libertad (2 Cor3,17).

La autoridad de Jesús está directamente ligada a su ejemplaridad.

12. JESUS Y EL PURITANISMO

Jesús no era puritano

Los evangelios no dan evidencia sobre la posición que tiene Jesús sobre la
sexualidad. La pregunta es ¿la condición de celibato de Jesús tuvo que ver?
Aunque no existen evidencias de la vida social de Jesús en cuanto a si era casado
o soltero.

19
BIBLIOGRAFIA:

José María Castillo Sánchez (Puebla de Don Fadrique, Granada, 16 de agosto


de 1929) es un sacerdote católico español, miembro de la Compañía de Jesús
hasta 2007, escritor y teólogo de la corriente de pensamiento denominada teología
de la liberación.

Es licenciado en Filosofía y en Teología por la Facultad de Teología de Granada y


doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma.

Desde 1968 fue profesor de Teología dogmática en la Facultad de Teología de


Granada. En 1980 fue apartado de la enseñanza ordinaria quedando su labor
docente relegada a los cursos de licenciatura. En 1988 se le retiró el venia docendi
y fue destituido como profesor de la Facultad de Cartuja, —al mismo tiempo que a
Juan Antonio Estrada, profesor de la misma facultad y materia.

Etica de Cristo 2ª. Edición Junio de 2006

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