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Henry Casalta C.

Julia Becerra de Penfold

MODIFICACION
DE CONDUCTA
Tácticas de observación e intervención
CAPITULO IV
TECNICAS PARA REGISTRAR OBSERVACIONES

Hemos destacado anteriormente que el observador humano,


aunque imperfecto, puede ser considerado como un instrumento de
registro de observaciones. La variable que interviene entre los acon­
tecimientos conductuales y el registro de los mismos es la obser­
vación. La conducta de observar determina entonces algunos de
los parámetros de los eventos registrados. En cierta medida pue­
de mejorarse la conducta de observación especificando exacta­
mente qué es lo que habrá de observarse y registrarse. No obstan­
te, ello puede ser insuficiente, puesto que el observador como
organismo es afectado en su conducta vigilante por una multitud
de- variables tales como: atención selectiva, carácter reforzante
de la observación y el programa de observación. Si el tiempo
total de la sesión de observación excede cierto valor, presumi­
blemente habrá un decremento de la vigilancia. Si debe observar
a dos personas que se encuentren entre sí a cierta distancia y
éstas emiten al mismo tiempo una instancia de conducta, posi­
blemente omitirá el registro de una de ellas. Se ha observado
(Reynolds, 1961) qué organismos subhumanos atienden selec­
tivamente a partes de un complejo estimulativo. También se co­
noce que la conducta de observación depende de las consecuen­
cias asociadas a los estímulos, y de los parámetros que determi­
nan el grado de exposición del organismo a esos estímulos (Wyc-
koff, 1954). En el último caso, los animales estaban sometidos
a un programa múltiple de reforzamiento y extinción, con estí­
mulos discriminativos asociados a cada componente. Estos apren­
dieron rápidamente una segunda respuesta, cuando eliminaba un

67
PERIODO DEL ACONTECIMIENTO

PERIODOS DE LAS OBSERVACIONES

INSTANCIAS REGISTRADAS

Ob = tiempo de observación „
6b * tiempo de no observación
— DURACION DEL EVENTO r--------
DE CONDUCTA i
*--------- -------------------- _ _ _ _ _ _ J

Ob

«>n»i>n nn

FIG UR A IV. 1
impedimento que obstaculizaba la observación acerca de cuál
de los estímulos; (el asociado al reforzamiento o extinción),
estaba vigente para ese momento. Finalmente, ei período que dura
la observación es un elemento importante para la fidelidad del
registro cuando consideramos el tiempo que dura la instancia
de conducta a registrar. Si el período de observación es menor
que la duración del acontecimiento conductual, podremos detec­
tar la ocurrencia del evento, pero podrían incluirse más de una
ocurrencia cuando en realidad es una sola. Por ejemplo en la
Figura No. IV. 1 se observa como, un solo acontecimiento y se
registra como si fuesen tres.

Si el tiempo entre los períodos de observación (0b) es mayor


que la duración del evento, la confiabilidad del registro dependerá
de cuán frecuentemente ocurre el evento conductual. Como ob­
servamos en la figura IV.2 la confiabilidad está dada por la razón
2/3 = 0,66 x 100 = 66 %, lo que quiere decir que de 100 ocurren­
cias de un evento conductual, sólo 66 fueron detectadas por ambos
observadores; Si tal valor fuera del 50% —limite inferior de la confia­
bilidad— no sabríamos a ciencia cierta, a partir de la inspección del
registro, si la conducta ocurrió o no.

PERIODO DEL
ACONTEGMENTO 0E LA
COOUCTUAL «ve u C TA

0b
REM OOS DE LAS
OesESVACIOrtES
J1 0b ii...

INSTANCIAS
REGISTRADAS

F IG U R A IV.2

Las tácticas para optimizar la confiabilidad de las observacio­


nes podrán considerar la extensión del tiempo de observación
(ob), ó la disminución del tiempo de no-observación (0b). Pode­
mos observar en la figura IV. 3 como se mejora la confiabilidad, ex­
tendiendo la duración del período de observación (ob). La con­
fiabilidad es 3/3 x 100 = 100 %, pero nótese que es relativa la du­
ración del evento conductuaL Si éste fuese 1/4 ó 1/2 de la dura­
ción del período “ ob” , posiblemente los eventos 2 y 3 no serían
detectados.

69
i _____ r

K toO O O S O C LAS
OMCMOOMES •1» 9b

INSOMCMS
MU5TRADAS

OPTIMIZANDO LA COHFIAWUDAD
POR L A EXTEHSHH DE «> .

FIG UR A ÍV.3

Comparando las figuras IV. 2 y IV. 4 podemos notar que la con­


fiabilidad se optimiza si hacemos observaciones más frecuentes
(con i^ual duración). Esto se logra (Fig. IV.4) disminuyendo la
duración del período “tyb” .

PEWOOO DEL
AC«rrec<MENro cohdoctual
n_rot>
DURACION
DE LA
CONDUCTA]
J_ _ 1 ^

FCKOOOS OE LAS
OBSCRVUCJONES
ii_ _ _ n n n Jl.
INSTANCIAS REGISTRADAS

OPTIMIZANDO LA CONF1AMLIDU»
A PARTIR DE I A DISMINUCION OE JH>

FIG UR A IV.4

Obviamente aunque en IV.4 la confiabilidad es de 3/3 x 100 =


100%, si la duración de la conducta varía, también se alterarán la
confiabilidad y/o ía validez de las observaciones.

Una solución alternativa consistirá en que el período ob/ob +


0b sea igual a uno, es decir, 0b = cero. Ello equivaldría a tener in­
tervalos consecutivos de un tamaño igual a “ ob” , ó un único in*
tervalo donde la duración de “ ob” es equivalente al tiempo total

70
de observación (vg.: registro continuo de eventos). Esta última al­
ternativa tiene como consecuencia un posible decremento en la vi­
gilancia del observador cuando el tiempo total de la sesión de ob­
servación es excesivo.

Podemos presumir que dos categorías de variables afectan a


la conducta de observación en situaciones de registro de datos:

- El módulo de la observación o sistema de observación selec­


cionado, dentro del cual tiene relevancia la proporción del
tiempo de observación (ob/ob + 0b) y el tiempo del perío­
do de observación (ob + 0b). Ello se destaca en la corres­
pondencia que hay entré ob/ob + 0b = R/R + R.
R /R + R, es un estimado teórico de la frecuencia relativa de
la conducta. R es la respuesta seleccionada para su observa­
ción y íl son otras conductas que ocurren pero no interesan
en este caso.

- Factores situacionales como la presencia de otro observádor,


el conocimiento de que la confiabilidad es evaluada y la for­
ma en que se realizan los cálculos de confiabilidad. (Véase
capítulo III).

A.- Registro automático de eventos:

Hasta donde es posible, los registros automáticos de eventos


liberan al observador humano de su tarea. Además, si se ubican de
manera no ostensible, los efectos reactivos sobre los sujetos ob­
servados son mínimos. Los registros automáticos pueden analizar­
se como un canal de comunicación que va desde el detector hasta
el inscriptor. El detector define “ ipso facto” al evento por obser­
var. Por ejemplo, una fotocélula detecta cambios en la ilumina­
ción cuando un objeto interfiere con la luz que sobre ella se pro­
yecta. Igualmente el gasto por fricción de las cuerdas de transpor­
te del dial en los radios de los automóviles (Webb et al, 1972)
indican el uso de estaciones preferidas o la frecuencia de cambio
de la estación radioemisora. El arsenal de técnicas criminalísti­
cas podría ser revisado para mejorar las medidas automáticas no
ostensibles, aunque serían más apropiadas aquellas que permiten
detectar la frecuencia de las conductas.

Los registradores de eventos automáticos pueden inscribir,

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acumulativamente o no, la frecuencia de los eventos detectados.
Una es siempre transformablé en la otra. No obstante los regis­
tradores de eventos automáticos más comunes, por razones de
costo, reducen el tiempo de variación del fenómeno a un registro
o huella “ instantánea” , como observamos en la Fig. IV.5.

Intensidad

Registro _____ A--------------------------- A----- !------------------------ A-----------

" t v ’“ SON LOS TIEMPOS DE VARIACION. S ES LA INTENSIDAD


MINIMA REQUERIDA M R A E L REGISTRO, Y EN CONSECUEN­
CIA, DEPENDE DE L A SENSIBILIDAD DEL D ETEC TO R .

FIGURA IV.5

B.~ Uso de productos permanentes:

Antes señalamos la utilidad de revisar las técnicas criminalísti­


cas. En realidad éstas recogen ciertos productos “ permanentes” ,
es decir, huellas de lento desvanecimiento en el tiempo. Igual­
mente, los productos permanentes constituyen huellas de la con­
ducta: los rastros de pisadas en la arena, el número de colillas en
los ceniceros, palabras escritas, número de problemas resueltos
con solución escrita, gasto por fricción de cualquier artefacto
usado con frecuencia, cantidad de polvo acumulado en el piso de
la habitación o de hojas en un sendero determinado, son ejemplos
comunes de productos permanentes.

Cuando ocurren de una manera natural; los productos perma­


nentes pueden calibrarse por los grados crecientes de algún depó­
sito “--vg.: cantidad de polvo en el piso, o por el desgaste produc­
to del uso. Las técnicas de detección de tales productos (ópticas,
físicas, químicas, etc.) magnifican los efectos producidos por el uso
recurrente o no. No obstante, podemos prever y estipular cuál es
la medida del producto, haciendo conspicua la huella. Para ello

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proporcionamos a las instancias de conducta de un inscriptor.
El organismo en este caso es el canal de registro dotado de un
inscriptor acoplado vg.: lápiz para escribir, huella de la micción
en la sábana o “ aura de la micción observable al trasluz” , (Duar-
te 1976). Aunque, presumiblemente por ley física, toda acción
conductual produce una huella; especificarlas de antemano pro­
porciona beneficios. Sin embargo, com o los registros permanen­
tes están basados en el contacto entre objetos (uno de ellos es el
organismo o sus partes), la mayoría de los casos los productos
permanentes detectan los eventos terminales y ocultan el proceso
que dió origen a tales eventos. Por ejemplo, la cantidad de latas
de cerveza recolectadas indica la cantidad de cerveza consumida;
pero no cómo fue consumida (en una reunión, etc.). La respuesta
a un examen informa si el resultado correcto fue o no alcanzado,
pero no la estrategia que utilizó el sujeto para resolver el proble­
ma. La utilidad, en consecuencia, de los productos permanentes,
está en relación directa con el conocimiento del proceso conduc­
tual que los origina. Si no, el proceso de origen quedará como una
hipótesis inferible del producto permanente. En tal sentido, cuan­
do tenemos acceso a la observación directa del comportamiento,
esa observación directa es el procedimiento a elegir frente al uso de
productos permanentes. Obviamente la decisión involucra el pará­
metro “ costo” .

C.- Técnicas de registro continuo

Un registro continuo es una narración anecdótica. En este sen­


tido, recogemos, históricamente, la secuencia de eventos conduc-
tuales que un organismo emite en relación a las situaciones de su
ambiente.

Bijou et al. (1968) ha enfatizado la utilidad de tal tipo de re­


gistro en condiciones naturales. Este tipo de narraciones sintéti­
cas es útil al inicio de programas de observación,porque estable­
cen menos restricciones en el sistema de registro. Un punto de
advertencia merece destacarse: una cosa es lo que ocurre y otra
lo que el observador dice que ocurrió. En la conducta perceptual,
debemos identificar cuál es la respuesta perceptual propiamente
dicha (Rp), y cuál es la respuesta de información (Ri). Schoenfeld
y Cumming (1963), Goldiamong (1962), Bijou y Baer (1971),
independientemente, han llegado al mismo análisis de este pro­
blema. Si un evento del ambiente actúa sobre el organismo para
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educir un efecto perceptuai, tal efecto no es biunívoco o simétri­
co con la información que el organismo proporciona sobre él, o
de que efectivamente lo percibió tal y como en realidad aconte­
ció. De tal manera en la cadena de acontecimientos:

E — ► (E. perceptuai) — (R. informativa),

algunas variables pueden afectar la respuesta perceptuai (Rp); y aun­


que la respuesta de información (Ri) depende de la ocurrencia de la
conducta perceptuai; otras variables pueden actuar sobre “ Ri” . Pién­
sese, simplemente, en el tiempo entre Rp y Ri. En la medida que tal
intervalo es mayor, posiblemente la correspondencia queda debili­
tada o interferida por la ocurrencia de otros eventos que producen
respuestas perceptuales en competencia con la anteriormente es­
pecificada. Una regla práctica de utilidad, si lo anterior es eviden­
te, es registrar inmediatamente, luego de la ocurrencia del evento,
la respuesta informativa (Ri).

Bijou, Peterson y Ault (1968) han proporcionado un ejemplo


muy completo del uso de registros anecdóticos en investigaciones
piloto. Para ello hicieron que un observador realizara una observa­
ción continua en un episodio miniatura de la vida de un niño eri
edad preescolar. A continuación, transcribimos el ejemplo:

“ Timmy está jugando sin ayuda en una caja que contiene are­
na, en el área de juego. En el área de juego otros niños están
jugando. Una maestra está parada cerca. Timmy se cansa de la
caja con arena y camina hacia las barras para colgarse. Timmy
grita a lamaestra, diciendo: *Señora Simpson, míreme'. Timmy
trepa a lo más alto del aparato y grita nuevamente a lá maes­
tra, ‘Míreme cuán alto estoy. Estoy más alto que cualquiera\
La maestra comenta con aprobación sobre la habilidad de
Timmy para trepar. Luego Timmy desciende y corre hacia
un árbol, pidiéndole a la maestra que lo mire. Sin embargo, la
maestra ignora a Timmy y va de regreso al aula. Al no ser co­
rrespondido, Timmy camina hacia la caja de arena en vez de
trepar al árbol. Cerca de ahí, una niñita llora de dolor cuando
se cae y se raspa la rodilla. Timmy la ignora y continúa cami­
nando hacia la caja de arena”.

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Los autores señalan que para obtener una impresión nítida
entre eventos estimulativos antecedentes, respuestas y estímulos
consecuentes, es necesario transcribir los aspectos objetivos de la
narración a un formato compuesto de tres columnas, numerando
el orden consecutivo de las respuestas y eventos estimulativos.
Por ejemplo:

“ Situación: Timmy (T) está jugando solo en la caja de arena


en el patio de juegos en el cual otros niños juegan. T está
paleando arena en un tobo con una pala, formando un
pilón de arena. Una maestra, la Sra. Simpson (S) está parada
aproximadamente a seis pies de T, pero no le atiende.

Tiempo Evento antecedente Respuesta Evento consecuente

9.14 1.- T lanza el tobo y la


pala en la esquina de la
caja de madera.
2.- . . ..........se levanta
3. - camina hacia
tas barras y se detiene.
4.- . . . . . da vuelta ha­
cia la maestra.
5.- . . . . dice: “ Señora
Simpson, míreme” .
6.- La Sra. Simpson
da vuelta hacia Hm-
my
6.* La Sra. Simpson
da vuelta hacia T
7.- T sube a lo más alto
d.el aparato.
&• . . . . . mira hacia la
maestra
9 .-Dice “ Vea cuán alto
estoy. Estoy más alto
que cualquiera” .
10.- La Sra. S. dice
“ Bien Tim. La estás
pasando muy bien
con eso” .
10.- La Sra. S. dice 11.* T baja
“ Bien Tim. La estás 1 2 .- .......... corre hacia
pasando muy bien un árbol
con eso” . 13.- . . . dice “ Míreme
trepar al árbol, Señora
Simpson”

75
14.- La Sra. S. da vuel­
ta y camina hacia el
aula,
14.- La Sra. S. da 15.- T. se detiene mi-
vuelta y camina ha- rando hacia la Sra. S.
9.18 16.- Una niña cerca­
na resbala, cae, gol­
peándose la rodilla.
17.- La niña llora 18.-T procede hacia la
caja de arena.
19.- . . .toma el tobo y
lá pala
20.- . . .reasume el jue­
go con arena.

Sobre la base de varios registros y el análisis de un conjunto


tentativo de estímulos y respuestas definitivos, se derivan y espe­
cifican los criterios de ocurrencia de eventos. Este material sirve
de base para elaborar un código provisional de símbolos y defini­
ciones. Luego, se entrenan observadores para utilizar el código y
evaluar dicho código en ensayos en situaciones reales. Barker
(1963) ha destacado que entidades y eventos de muchas clases
están dispuestos en series compuestas de pequeñas unidades di­
námicas que a su vez quedan incluidas en unidades mayores. Por
ejemplo, según Barker jugar “ cricket” incluye caminar al campo,
tomar el bate, esperar la pelota, etc. Cuando el registro de la
conducta es mayor y más inclusivo; se revelarán unidades mayo­
res, y éstas a su vez contendrán unidades menores. Por ejemplo
en estar haciendo una tarea habrá unidades menores como tomar
el lápiz, escribir, etc. A su vez, escribir incluirá redactar palabras,
frases y oraciones. »

Las unidades de conducta pueden ser graficadas por corchetes


que indican cada una de las dimensiones, como podemos obser­
var en la figura IV.6.

“ a” es una unidad de máxima inclusión: “ atender al maestro” ,


por ejemplo; “ Jb” puede ser sonreír mientras mira al maestro,
“ c” puede ser tamborilear con los dedos sobre la mesa ejecutan­
do una parte de dicha conducta cuando atiende al maestro y
otra cuando no lo atiende, “ d ” consiste de movimientos afirma­
tivos realizados con" la cabeza. La duración de los actos conduc-
tuales se anotan, además de su descripción y son equivalentes

76
a trazos continuos. Independientemente del problema acerca
de cuáles enlaces vincu1an unidades moleculares a conjuntos
molares de acontecimientos y de las dimensiones más útiles
para caracterizar a las respuestas, a los actos, y al flujo de la
conducta; la concepción de la continuidad “ respuesta - acto ■
conducta” queda puesta de manifiesto con las técnicas de re­
gistro continuo o anecdótico. Los espacios vacíos que apare­
cen en los registros pueden ser caracterizados como R (no res­
puestas); es decir, otros eventos de comportamiento no detecta­
dos o que no fueron relevantes para el observador. La magnitud
y número de tales espacios R informa acerca de lá selectividad del ob­
servador e indirectamente sóbrela representatividad de los registros.

b c
FIG UR A IV.6
[Tomado de Barker, (1963) ]

La confiabilidad entre observadores en el tipo de registro


descritos por Barker anteriormente, puede constatarse como la
diferencia de duraciones menor/mayor x 100, para cada item
de conducta considerado. Sin embargo, para la obtención de un
índice compuesto que incluya elementos supraordenados, que
a su vez incluyan otros elementos, aparecen dificultades no sos­
pechadas. Por ello algunos autores, (Dickman 1963)/ consideran:
el número de transiciones en el cual hay acuerdo 'significativo
de que ocurre una ruptura (unidades diferentes y no incluidas).

-El número de transiciones en las cuales hay acuerdos que


ocurre continuidad sin rupturas.

77
El numero de transiciones en las cuales no hay acuerdo.
Ejemplos de lo anterior podemos observarlo en el gráfico No.
IV. 7

OBSERVADOR N* I n n ACUERDO DE QUE

OBSERVADOR N*2 n n OCURRE UNA RUPTURA

OBSERVADOR NM rrM ACUERDO DE QUE


OCURRE
CONTINUIDAD
OBSERVADOR N*2 i n
OBSERVADOR N°
■n n FALTA DE

OBSERVADOR N°2 rr ACUERDO

FIG UR A IV.7

D.- Registro dé eventos (frecuencia):

1. Técnica

Cuando se han pre-especificado las conductas que van a ser re­

78
gistradas; una técnica sencilla consiste en anotar o contar la ocu­
rrencia de cada manifestación de conducta durante la sesión de ob­
servación. Esta, aunque continua, puede estar dividida en fraccio­
nes de tiempo. Este es el caso señalado cuando los períodos de
observación (ob) y no observación (0b) conforman lá función
ob/ob + 0b = 1, donde 0b - 0. Ello equivaldría a tener interva­
los consecutivos de un tamaño igual a “ ob” , o un único intervalo
donde la duración de (ob) es igual a la duración de la sesión de
observación. Por ejemplo, nos interesa conocer el número de ve­
ces que un maestro refuerza socialmente a un alumno en la sesión,
luego de una ejecución correcta o respuesta correcta frente a una
pregunta del maestro; el número de veces que ante la misma pre­
gunta, si la respuesta no es correcta, el maestro proporciona la
alternativa correcta o redirección; y la frecuencía con la cual el
maestro ignoró la respuesta del niño. El protocolo de registro po­
dría ser igual o similar al de la Fig. IV.8.

P ro to co lo de Registro d e Eventos

Fecha: 14-5-79 Actividad: clase ciencias Sujeto: R O bsH


Lugar: aula No. 3 Inicio: 10,15 a. m. Término: 1 0,25 a m.

5 min 5 min

(S1) t + H : hNI
(R e d )r fw ii II
(Ig) I I

(Sr) = reforzamiento
(Red)= redirección
(Ig) = Ignorar

Fig. IV.8

El registro de eventos, en la medida que especifícala duración


de la sesión o de los subperíodos nos permitirá estimar la tasa de

79
respuesta. Por ejemplo, la tasa de redirecciones en los primeros 5
minutos fue de 12/5 = 2.4 y en el segundo período de 2/5= 0.4,
siendo la tasa total de redirecciones: 12 + 2/10= 1.4 redirecciones
por minuto. A su vez el registro nos proporciona la frecuencia de
instigaciones o preguntas del maestro y la tasa parcial o total de
instigaciones. Ello es igual a: frecuencia Sr + frecuencia Red +
frecuencia Ig. Como podemos observar en la Fig. IV. 8 esto es
igual a: 19 en 5 min. más 7 en 5 min., ó 26 en 10 min.; lo cual
equivale a 2.6 instigaciones o preguntas por minuto. Si el período
de observación se extiende por varias sesiones, podemos obtener
la tasa para la fracción de la sesión, o por sesión diaria. La utili­
dad del registro de eventos consiste en proporcionar un índice
ágil de ia frecuencia moderada, alta o baja de algunas conductas
específicas. Si en el aula hay más de un sujeto podríamos obte­
ner datos de utilidad acerca de la atención diferencial o no que
el maestro presta a los alumnos. Sin embargo, es de interés cono­
cer de antemano hasta dónde las categorías de conducta son o no
compatibles o excluyentes.

Un segundo punto de interés consiste en considerar la com­


plejidad de las definiciones y el número de categorías de conduc­
tas por observar. Si las definiciones son complejas, en el sentido
de que incluyen varias restricciones y exigencias, y si el número
de categorías es elevado, debe darse énfasis al entrenamiento
adecuado de los observadores. De lo contrario se afecta la vali­
dez y confiabilidad de los registros. Igualmente como destaca­
mos antes, si el tiempo de observación es extendido, el decre­
mento de la vigilancia de los observadores puede-de manera es­
puria ofrecer registros de baja frecuencia por distracción del
observador.

2.- Confiabilidad del registro de eventos:

Una fórmula sencilla cuando se utilizan dos observadores pa­


ra el cotejo de confiabilidad es la de obtener:

a) La frecuencia de las observaciones por subperíodo o sesión


de observación de ambos observadores.
b) Dividir la cantidad del que obtuvo el menor número de
observaciones, por subperíodo o sesión, sobre quien obtuvo
la mayor cantidad.

80
c) Multiplicar el resultado de la fracción por 100, para expre­
sarlo en porcentaje.

Así, si uno de los observadores constató la ocurrencia de 14


redirecciones y otro constató 7 redirecciones en los diez minutos
de observación; la confiabilidad es:

número menor de cb 7
------------- ------------------ x 100 =-------- - .5 x 100 = 50 %
número mayor de ob 14

Este índice (50 %) indica que de haber sido cien las ocurrencias
detectadas por un observador, él otro detectó 50. En otras pala­
bras, cuando un observador detectaba dos ocurrencias de redi­
rección, el otro sólo había detectado una. El grado de acuerdo del
50% no nos dice cuál de los observadores falló. Si uno contó en ex­
ceso, o si el otro restringía el conteo.

Si calculamos la confiabilidad por subperíodo de observación


y aún por sesión, la confiabilidad total es un índice que obtene­
mos utilizando la mediana o promediando el número de observa­
ciones, por período o por sesiones. Es recomendable en todo ca­
so, calcular la confiabilidad para cada una de las conductas con­
sideradas, más que redondear un índice promediado para todas
las conductas. Ello nos ayudaría a identificar si la definición, o
las condiciones de observación entre otros factores, afectan la
confiabilidad del registro de una determinada instancia. Final­
mente; es necesario que observador y cotejador de confiabilidad/
en la medida de lo posible, no se observen entre sí, o al menos
que no puedan observar cuando,cualquiera de ellos,hace un regis­
tro específico. De lo contrario podría abultarse de manera con­
taminada la confiabilidad. Esto es, uno de ellos (cualquiera) anota
cuando observa que el otro también está anotando. Si tal patrón se
manifiesta, aunque los observadores no conozcan entre sí cuál fue
la conducta notada, la confiabilidad será espuria.

Repp, Deitz, Boles, Deitz y Repp (1976), compararon tres


métodos para el cálculo de la confiabilidad entre observadores:

- Método de la Sesión Total


- Método de Acuerdo Exacto
- Método de Categorías.
81
En el Método de la Sesión Total el bloque de tiempo era equi­
valente a la sesión completa* En el Método de Acuerdo Exacto,
un reloj producía intervalos cada 5 segundos y se comparaba el
número de respuestas dentro de cada intervalo. Aquí, el criterio
de acuerdo era cuando había exactamente la misma cantidad
de eventos registrados en un período de 5 segundos. Este méto­
do tenía variaciones; una de ellas consistía en cambiar el tamaño
de los intervalos (5, 10, 20 y 30 segundos) dentro de una sesión.
La segunda variación consitía en utilizar todos los intervalos
(submétodos de todos los intervalos), y la característica del in­
tervalo es que contuviera al menos una instancia registrada. El
Método de Categorías, era semejante al anterior, pero un inter­
valo era categorizado como de acuerdo si ambos observadores
fallaban en indicar al evento, o si ambos registraban al menos
una respuesta; un intervalo de desacuerdo se contaba cuando
solamente uno de los observadores registraba una instancia de
la conducta observada. Véase Fig. IV.9. Este método incluía
las dos variaciones que se habían utilizado en el de intervalos
exactos. Cuando se comparó el método del Acuerdo Exacto y el

INTERVALOS CONSECUTIVOS

OBSERVADOR N°l 0 l 1

OBSERVADOR N*2 0 1 0

ACUERDO ACUERDO DESACUERDO

FIGURA IV.9

de las Categorías con el método de la Sesión Completa; el méto­


do de Categorías y el de Sesión Completa produjeron resultados
semejantes, siendo el de Categorías el que proporcionó un mayor
número de acuerdos. También se obtuvo una mayor proporción
de acuerdos en el método de la Sesión Total cuando se compa­

82
ró con el Método Exacto en cuatro de las cinco clases de respues­
tas observadas.

Cuando se reunieron los datos de los métodos de Acuerdo


Exacto, el- método de Categorías y factores de tamaño de los in­
tervalos para comparar el grado de acuerdo “ entre todos los
intervalos” vs. "solamente intervalos con respuestas” , este último
proporcionó índices de acuerdo mayores.

Cuando se compararon el método de Acuerdos Exactos y el


de Categorías, a lo largo de los cuatro valores seleccionados de
intervalos (5, 10, 20 y 30 seg.) se encontró que: a) la diferencia
entre ambos métodos era directamente proporcional al tamaño
del intervalo; b) a medida que aumentaba el intervalo, el grado
de acuerdo en el método de los Acuerdos Exactos disminuía; y c)
en esa misma medida el grado de acuerdo utilizando el método
de Categorías aumentaba. Lo anterior destaca la necesidad de
utilizar fracciones en el registro de eventos para obtener índices
de acuerdo más precisos.

E.~ Registro de la duración de eventos:

1.- Técnica

Conocer o poder discriminar cuándo se inicia una manifesta­


ción de conducta y cuándo termina, es de extrema utilidad. An­
teriormente señalamos que la confiabilidad de los registros podría
optimizarse aumentando el período de observación (ob). Sin em­
bargo, la correspondencia del período de observación con el even­
to observado es, sólo ocasionalmente, exacta. El registro de dura­
ción hace que ob/ob + <¡>b sea igual a la unidad; pero a diferencia
del registro de eventos, más que enfatizar el contacto entre el
inicio del evento a observarse y el registro de una instancia, se re­
quiere hacer coincidir el período de observación con el de ocu­
rrencia del evento. Es decir, detectar el inicio y el término del
evento. En el registro de eventos tiene una menor importancia
la coincidencia exacta. Por ejemplo: como observamos en la
fig. IV. 10 la coincidencia entre el período de observación y la
duración de las instancias de conducta puede ser variable. Si la
coincidencia es exacta, se puede utilizar el registro de duraciones
para calibrar el poder de otros métodos.

83
PERIODO DEL
EVENTO CONDUCTUAL I___ i ¡ f~ [_..... j í | j f
PERIODO DE LAS ¡ ¡ 1
OBSERVACIONES --------------------1 ---------------------------1 1----------—

INSTANCIAS REGISTRADAS-

FIGURA IV.10

En el sistema de registro de eventos importa más el término


del acontecimiento que su inicio, pues confiablemente separa una
instancia de otra en relación de tiempo de observación. Por ejem­
plo, en la fig. I V .ll observamos que importa detectar el térmi­
no del evento, pues de lo contrario la tercera y cuarta observa­
ción son una y la misma, registrándose dos instancias cuando

DURACION DE LA
RESPUESTA

PERIODO DEL
EVENTO CONDUCTUAL

PER1000S DE LAS
OBSERVACIONES
JTJU---------L_

EVENTOS REGISTRADOS

FIGURA IV.11

en realidad estaba ocurriendo una. Esta situación se solventa


haciendo coincidir ambos períodos: el de observación y el de
evento como es común en registro de duración, como lo vemos
en la fig. IV. 12

Los sistemas de registro de duración de eventos nos permi­


ten estimar la intensidad e indirectamente la fuerza de esas con­
ductas. Por ejemplo: la duración de una rabieta en un niño, el
tiempo que tarda un alumno respondiendo una pregunta, la

84
PERIODO DEL BVENTO. DURACION
CONDUCTUAL DE LA
CONDUCTA

ob Ob
PEOODOSDE LA
OBSERVACION
Ob ftto
INSTANCIAS
REGISTRADAS j ____
DURACIONES
REGISTRADAS l____
FIG UR A IV .12

duración del llanto en un pequeño, el tiempo que tarda una


persona observando un cuadro o dibujo, etc. Para hacer los re­
gistros de duración son útiles los cronómetros acumulativos;
en estos cronómetros se puede detener el mecanismo sin de­
volverse, y reiniciarlo en el momento que conviene. De igual
manera, es de interés conocer el tiempo de la sesión de 'obser­
vación; así podemos obtener un registro adicional de la tasa
de los eventos conductuales además de su duración. No obs­
tante el registro de duración se usa mayormente cuando la re-
presentatividad de la frecuencia está limitada por la escasez de
eventos con duraciones relativamente largas. De igual manera,
el registro de duración de eventos es adecuado cuando además
de las condiciones señaladas en el párrafo precedente, tenemos
oportunidad continua para observar al sujeto.

Un protocolo de observación podría ser semejante al de la


Fig. IV.13.

Protocolo para Registro de Duración de eventos:

Fecha............... Actividad (conducta).............Observador. . . .


Sujeto...............Lugar..................................... Sesión . . . . . . .
Inicio de la sesión (tiempo) Término de la sesión (tiempo)
Tiempo total de la sesión .................
Total de Duración acumulada en el cronómetro...........................

85
Para calcular el porcentaje del tiempo del evento relativo a la sesión, se
usa la razón:
Total de duraciones acumuladas
------------— ------------------------- xl OO
Tiempo de la sesión

Fig. IV. 13

2.- Confiabilidad del registro de duración de eventos:

La confiabilidad de las duraciones absolutas acumulativas de


los observadores, se calcula con la fórmula:

Duración acumulada menor


---------------------------------------- x 100
Duración acumulada mayor

Así, si un observador registró 150 minutos de rabietas en cinco


horas de observación y un segundo observador estimó 140 minu­
tos acumulados; la confiabilidad será 140/150 x 100 = 93,33%. Sí
calculamos las duraciones relativas al tiempo de la sesión, el índi­
ce de confiabilidad sería el mismo: 140/300 150/300 x 100 =
93.33%. Sin embargo para el uso demostrativo de los registros
sólo se utilizará uno de ellos, el de aquel designado EL OBSER­
VADOR. Así, si el designado OBSERVADOR, obtuvo 150 mi­
nutos en su cronómetro, este dato será el que habrá de utili­
zarse en el análisis y presentación del resultado. El período a-
cumulativo del evento, relativo a la duración de la sesión es:
150/300 = .50 x 100 = 50%. Ello quiere decir que de la dura­
ción de la sesión de observación, el sujeto estuvo rabiando el
cincuenta por ciento del tiempo (aproximadamente 2 horas 30
minutos).

F - Registro por intervalos:

1 Técnica

Cuando queremos describir una o más de una conducta y a


la vez deseamos conocer cómo cambia(n) esa(s) conducta(s) a

86
lo largo del tiempo, podemos utilizar el registro por intervalos.

Sí interesa determinar como dato primario la frecuencia de


esas conductas, el método de registro por intervalos es de extre­
ma utilidad.

Acá, también el período de observación relativo a la no ob­


servación se incluye en la fórmula ob/ob + <f>b = 1 donde <f)b = 0.
Cuando <f>b = 0, ob tiene una duración fija= T. Esta variable cons­
tituye la longitud de los N intervalos que consecutivamente se
acumulan para determinar el tiempo total de la sesión. Vg: TxN =
tiempo de la sesión. De donde la sesión está formada por interva­
los de tamaño T que ocurren N veces. El tamaño de los intervalos
T es relativo a la frecuencia y /o tasa de las instancias de conductas
a registrarse. Cuando la conducta ocurre frecuentemente, T de­
be ser breve. Si la frecuencia de la conducta es baja, los interva­
los T pueden ser alargados. Ello es así porque el método requiere
ajustar T a la duración de la respuesta, o mejor dicho al tiempo
entre dos respuestas; de manera tal que solamente una instan­
cia, si ocurre, corresponda a un intervalo T. Cuando por error
en la anterior estimación ocurre más de una instancia de respues­
ta en T, debe anotarse solamente una, siendo esta observación de
utilidad para reajustar T a la frecuencia real de las instancias y
perfeccionar la confiabilidad del sistema de registro.

Si la razón (intervalos calificados/respuestas = 1), hay máxi­


ma precisión. Si por el contrario, ocurre un número muy elevado
de intervalos en los cuales no se observa instancia alguna para su
registro, los intervalos podrían aumentarse. Sin embargo, interva­
los excesivamente grandes o cortos pueden tener una carga con­
siderable de error. (Estos límites están por debajo de un segun­
do para los intervalos cortos y por encima de 15 minutos para
los largos).

A continuación mostramos en la Fig. IV. 14 un protocolo


con conductas incompatibles, Vg: “ estar sentado” vs: “ estar de
pie”

Protocolo para registro de intervalos: ________'■

Fecha...................... Actividad (conductas).....................Código y / té


Sujeto................. Observador................Sesión.................Inicio de la
sesión Duración del intervalo = 30” Duración de la sesión
5 min.

V V

10

y / = estar sen tado, ^ —estar de pie

Fig. IV-14

El tiempo que el sujeto estuvo sentado respecto de la sesión de


observación es igual al número de intervalos 4x30 = 120/300 =
40%; o el equivalente a 2 minutos.

A continuación mostramos en la Fig. IV.15 un protocolo con varias


conductas que pueden ser compatibles o no.

Protocolo para el registro de intervalos por varías conductas:

Fecha . . ............... Actividades (conductas).................. .. Código \/


Sujeto............Observador . . . . . . Sesión............ Inicio...............
Duración del intervalo: 15” Duración de la sesión: 3’75” (225” )

Sentado >/ V V V V V VVV


De pie V y/ V V V \/
Hablando V V V V V >/ V %/
En silencio V V V 0 V >/
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 111213.1415

Nota: Intervalo 10 = no pudo identificarse si hablaba o no pues dió


la espalda estando sentado.

Sentado 9/15 = 0.6 xl00 =60% = 135 Seg. = 2min 15 seg.


De pie 6/15 - 0.4 xlOO =40% = 90 Seg. = 1 min 30 seg.
Hablando 9/15 = 0.6 xlOO =60% = 135 Seg. = 2 min 15 seg.
En silencio 5/15 = 0.33x100 =33% = 74.9Seg. = 1 min 14 seg.

Fig. TV. 15

88
Es conveniente que un estímulo indique al observador (y al
cotejador de confiabilidad, según el caso) el inicio de cada inter­
valo y que además ambos observadores inicien la observación al
unísono, si no el desfase entre observadores impedirá calcular la
confiabilidad.

2.- Cálculo de la confiabilidad cuando las instancias de


conducta son mutuamente incompatibles

Si las conductas son mutuamente incompatibles (Vg: V senta­


dos, =£ levantados del pupitre), el registro de ambos observadores
se hace intervalo a intervalo.

Ejem plo:

Observador No. 1 VV * V
g fc

Observador No. 2 V * V \/ * VV
Coincidencia en %/ + — - - + — —

Coincidencia # - - + + +
- - -

Para “V ” contamos los acuerdos (A) = 2, los desacuerdos (D) = 5, los


acuerdos más los desacuerdos (A + D) 2 + 5 = 7. La fórmula a aoli*
carse es - A/A + DxlOO = 2/7x100 = 28.57%
Para el cálculo sería 3/8x100 = 37.5%

3.- Cálculo de la confiabilidad cuando las instancias ae


conducta son compatibles

En este caso podemos calcular ia confiabilidad para las ocu­


rrencias (Oc) y las no ocurrencias (Noc) de cada conducta por se­
parado, Vg: sentado y hablando. A continuación un ejemplo del
cálculo de confiabilidad para la conducta: sentado

Obs.l VVV V V V y/ V V
Obs.2 VV V V V y/ V V
Acuerdo Oc, + 4- - — —- + + + + +
Acuerdo Noc. ——+ + + + - —

89
Puede calcularse el porcentaje de acuerdos promedio para
ocurrencias y no ocurrencias cuando ambos son igualmente
frecuentes, aproximadamente. Por ejemplo: cuando Oc = Noc.
El porcentaje promedio de acuerdos para

63,63 + 50.%
Oc y Noc = ■= 56.8%
2

4.- Modelos aleatorios com o criterios de confiabilidad

Hoplins y Hermann (1977) han destacado los problemas en


interpretar la confiabilidad, en registros de intervalos cuando las
respuestas que se registran ocurren en un gran porcentaje o en un
escaso porcentaje de intervalos. Proponen métodos para comparar
el grado de acuerdo alcanzado con el grado de acuerdo que se espe­
raría por un modelo aleatorio. El modelo aleatorio supone que los
dos observadores registran la respuesta como ocurriendo en el
mismo número de intervalos. Además, el modelo asume que el
registro de instancias de respuestas está aleatoriamente distri­
buido sobre los intervalos. Entonces podemos conocer cuándo
la confiabilidad entre observadores sé aleja de aquella que podría
ser predicha por el azar.

El cálculo de los índices de confiabilidad aleatorios se pro­


duce por las fórmulas:

(0j x 02) + (N, x N J


Respuestas totales aleatorias = x 100
(t y

Ocurrencias Respuestas aleatorias = x 100


(T)2

90
Nt x N2
No Ocurrencias Respuestas aleatorias = x 100
_ (T)2 _
Donde: 0Z = el número de intervalos, en los cuales el
observador 1 registra una respuesta.
02 = el número de intervalos, en los cuales el
observador 2 registra una respuesta.
N, y Nj = el número de intervalos, donde, respectiva­
mente, el observador 1 y 2 registran la no
ocurrencia de una respuesta.
T = el número total de intervalos en los cuales se
comparan las observaciones de los dos obser­
vadores.

Por ejemplo: Dos observadores registran la conducta de sus­


traer víveres en un automercado, utilizando el método de inter­
valos. El resultado fue:

INTERVALOS

Observador No. 1 y V
Observador No. 2 y¡ V V V
Acuerdos en Ocurrencias (Oc) + - + -
Acuerdos en No ocurrencias (Noc) - - +
Acuerdos en Oc + Noc. + - + - +

- El índice de confiabilidad para respuestas totales aleatorias es:

(2x4) + (3x1) 24
x 100 = 96%
(5)> 25

La confiabilidad empírica obtenida para las respuestas totales


es:

-x 100 = 60%
3+ 2

- El índice de confiabilidad aleatoria para ocurrencias es:

91
2x4 6
------ --- - x 100 - 32%
25 25

La confiabilidad empírica obtenida para las ocurrencias es de:

2
----------x 100= 50%
2+2

- El índice de confiabilidad aleatoria para no ocurrencias es:

3x1 3
—— = ---- x 100 = 12%
25 25

La confiabilidad empírica para las no ocurrencias

1
—-------- x 100 = 33,3%
1 + 2

Como no hay una manera satisfactoria para determinar que la


confiabilidad empírica sea más aceptable que la obtenida por azar,
esta última constituye un límite inferior para evaluar la empírica.
Por debajo de él, se considera inaceptable y en consecuencia el
índice de confiabilidad al azar constituye un criterio para eva­
luar la confiabilidad empírica.

5.- Decisiones en el registro de confiabilidad para Oc. y Noc.

Los cálculos de confiabilidad realizados utilizando el registro


de intervalos iguales deben hacerse por separado para cada conduc­
ta observada y entre sí no deben promediarse.

Cuando las ocurrencias se aproximan a 1/3 del total de los


intervalos de observación, esto es, cuando las ocurrencias han sido
poco frecuentes es recomendable calcular la confiabilidad para
las No ocurrencias de esa conducta específica. Igualmente, cuan­
do las No ocurrencias en el observador se aproximan a un ter­
cio del número de intervalos es recomendable hacer los cálculos

92
sobre las instancias que ocurrieron. Ello es así porque un cálculo
sobre escasos acuerdos puede proporcionar un porcentaje de
acuerdo abultado por el número de oportunidades que hubo
para que coincidieran los juicios de ambos observadores. Por
ejemplo:

Obj V V V V V
Ocurrencias Ob2 V \/ VV V
A + + - + + +

No Ocurrencias
A 1 _ + + - + + 4- + +
!
Para las ocurrencias el porcentaje de acuerdo es:
5/5 4 1 x 100 = 83.33%
Para las No ocurrencias es:
9/9 + 2 x 100 = 81.81%

Otros autores (Jackson et al. 1975) destacan que el punto


de decisión para el cálculo de confiabilidad de ser: ocurrencias
cuando estas ocurren 50%o más de las veces y No ocurrencias de
lo contrario.

G.-Muestreo temporal “ instantáneo” de eventos:

1.' Técnica

Cuando la observación sostenida por un período extendido


fatiga al. observador y además es de difícil discriminación el
momento de inicio o término de una conducta, podemos optar
por tomar muestras temporales de éstas. Si además, las condicio­
nes de la observación son exigentes porque se incluye un número
alto de sujetos y /o conductas, y si además nos interesa la “ den­
sidad” o la duración del comportamiento, el muestreo instantá­
neo es una técnica recomendable.

El carácter instantáneo viene dado porque el período de ob­


servación (ob) es normalmente breve (un segundo aproximada­
mente), en relación a la no observación (0b), que dura entre 15
y 60 segundos. En este sentido, la función ob/ob+0b para 15

93
segundos de 0b es igual a: 1/1 + 15 = 6,25%, o proporción del
tiempo de observación en cada intervalo. La selección del instan-
te de un segundo de observación optimiza la validez del regis­
tro y mejora la precisión cuando se ajusta al tiempo de 0b, tal
que haya un período de ob coincidente con el evento y al menos
un período 0 b para el tiempo entre un evento de conducta y
otro, como podemos observar en la Fig. IV.16.

EVENTO CONDUCTUAL

PERIODOS DE LA„
OBSERVACIONES

INSTANCIAS
REGISTRADAS
TERMMO

F IG U R A IVÍ16

En esta figura IV.16 la duración de la sesión es de 78 segundos


(75” 0b+3” ob).

Si el observador mira al sujeto al término de cada intervalo de


0b que tiene una duración de 15 segundos y anota si la conducta
se emite o no en ese breve “ flash” de tres segundos de observación,
calcularemos el porcentaje de ocurrencias en base a número de
instantes en que se observó la conducta sobre número de instan­
tes totales. Así si hay 5 intervalos a cuyo final se observa la con­
ducta y ésta fue detectada que ocurría en 3 de ellos, el porcenta­
je de ocurrencia de la conducta respecto del número de momentos
de la observación es 3/5 x 100 = 60%

En una evaluación de medidas de intervalos temporales de con­


ducta, Power, Martindale y Kulp (1975) encontraron que el error
de medida, esto es, el grado en que las medidas por muestreo se
desviaban de la medida continua, era una función de la frecuencia
de esas muestras y del criterio utilizado para calificar un ejemplo
de conducta: a) Cuando ésta ocurre durante todo el período de
observación del intervalo; b) Cuando ocurre en una fracción del
intervalo de observación; y, c) Cuando ocurre al final del interva­
lo de observación. Si la coñducta debía ser exhibida durante to-

94
do el intervalo de observación (muestreo del intervalo temporal
total) había subestimación de la medida continua. Si la conducta
se exhibía sólo brevemente durante el intervalo de observación
(muestreo de intervalo temporal parcial) había sobreestimación
de la medida continua. Si la conducta debía ser exhibida al final
del intervalo de observación (muestreo temporal momentáneo)
la sobreestimación de la medida continua era igual a las subestima­
ciones. Para una mejor comprensión debe tenerse en cuenta los
procedimientos en estos registros de intervalo. Para el muestreo
de tiempo momentáneo; cuando estaba programada una observa­
ción, el observador miraba la cámara de televisión y anotaba si
había ocurrido o no la instancia de conducta. Para el muestreo
de intervalo (registro de intervalo), el observador miraba al mo­
nitor de televisión y al final de cada intervalo anotaba si la con­
ducta había ocurrido: (1) durante todo el intervalo (total), (2)
parte del intervalo o (3) en ninguna parte del intervalo. Los au­
tores consideraron en este caso, los procedimientos de intervalo
como pertenecientes al género: “ Muestreo temporal” , que puede
ser total, parcial o momentáneo.

2.- Confiabilidad

En la Fig. IV.17 podemos observar un protocolo de registro


para dos conductas usando muestras instantáneas de dos observa­
dores.

Agresones emitidas (x), Agresiones recibidas (y)


Fecha........................ Actividad...................... Conductas x - y
Lugar ; ...................... Observador....................Sujeto. . . . . . . . . . . .
Tiempo entre muestras: 14 *’ Duración aproximada del
intervalo de muestra: 1 " Sesión.............................................................

Hora:
8h 0 min
1 min
2 min
2 min

95
Un segundo observador obtiene el siguiente registro:

8h Omin 8h 4 min
8h 1 min 8h 5 min
8h 2 min 8h 6 min
8h 3 min 8h 7 min

Fig. IV.17

El porcentaje de acuerdos para agresiones emitidas se obtiene de las


tablas siguientes:

AGRESIONES EMITIDAS (X)

8h 0 min. + - ■+ 4- 8 h 4 min. + + + +
- + + 4- 4- 4* + 4*
4” 4- 4- 4- + + 4* +
8h 3 min. 4- 4* + 4* 8 h 7 min. + + + 4-

Acuerdos = (+ ) para oc y noc


Desacuerdos = ( - ) para oc y noc

Considerando ocurrencias y no ocurrencias conjuntamen­


te el porcentaje de acuerdo es: A /A + D x 100

30/30 + 2 x 100 = 93.75%

Para agresiones recibidas estimadas sobre ocurrencias y no


ocurrencias las tablas son:

+ + + 8h 4 min. 4- 4- 4* 4-
00

0 min.
4- + + + tf + + 4* +
>> + + + + + + 4- 4-
+ - - 4- 4- 4- +
00

3 min. + 8h 7 min.
X!

A% = 29/29+ 3 x 100 = 90.62%

El método para calcular el grado de acuerdo, es sin embar­


go laborioso, más aún, si lo hiciésemos por separado para ocurren-

96
cias y no ocurrencias. Por ello se recomienda obtener el acuerdo
por la fórmula:

número menor de ob/número mayor ob x 100

En el caso de agresiones emitidas (x) el grado de acuerdo


sería:

8/9 x 100= 88.8%

y agresiones recibidas (y)

12/13 x 100 = 92.30%

En una segunda investigación de Powell, Martindale, Kulp,


Martindale y Baumann (1977) se exploró más completamente la
dirección y magnitud del error en las técnicas de muestras tempo­
rales. Utilizando intervalo parcial, intervalo total y muestras
temporales instantáneas, variaron el tiempo total en que ocurría la
conducta y trataron de analizar, cuándo el error de medida cova-
riaba con el tiempo por respuesta de la conducta observada y si era
o no consistente a lo largo de las condiciones experimentales. Para
variar el tiempo total de ocurrencia de la conducta, instruyeron a
un sujeto a estar sentado 6, 15 y 24 minutos, proveyéndolo de un
reloj, así la conducta era el 20%, 50% y 80% de la sesión total,
(30 minutos). Usando grabaciones de video instruyeron a los
observadores a indicar si ocurría durante todo el intervalo, durante
parte del intervalo o no ocurría la conducta durante el intervalo.
Los intervalos de observación utilizados fueron 5, 10, 20, 60,120,
200 y 300 segundos para los registros de intervalo total o parcial.
Para muestras instantáneas, los intervalos fueron de 5,10, 20, 60,
120, 200, 300, 600, 900 y 18Ó0 segundos. Se calculó la confiabili­
dad para las ocurrencias y no ocurrencias de conducta conjunta­
mente, y alcanzaron índices entre 96% y 99% de acuerdo. No
obstante, cuando se evaluó el porcentaje de observaciones señala­
das (relativa a la duración de 6 ,1 5 y 24 minutos reales de ocurren­
cia había sobreestimación usando intervalos totales y subestima­
ción utilizando intervalos parciales; la magnitud del error era una
función de la magnitud del intervalo de observación. Las muestras
temporales instantáneas fluctuaban sobre y subestimando la
medida continua. Más allá de 5 segundos, la medida instantánea

97
era superior que las continuas hasta que el período alcanzaba los
300 segundos. En cinco segundos las tres medidas eran efectivas.
Este análisis se realizó para ia primera sesión, la mediana y la
última. Para las quince sesiones de observación que duró el expe­
rimento se encontró que los procedimientos continuos (total y
parcial) aumentaban el error de estimación a medida que se
reducía el número de observaciones por sesión. Por otra parte,
hasta 900 seg. el muestreo instantáneo probó ser tan efectivo
como la medida continua.

H,- Lista de Revisión de Actividades Planificadas: (LAP), o Plan-


ned Activities Checklist: (Placheck): í
L- Técnica

Cuando estamos observando a un grupo de sujetos y queremos


determinar qué proporción de ellos están involucrados en determi­
nada actividad, se puede implementar el siguiente procedimiento
según Jáckson, Della-Piana y Sloane (1975):

-Escoger un intervalo de observación al igual que en el pro­


cedimiento anterior.
(Vg: Ob = indeterminado, <pb = 3 minutos)
- Cada vez que han transcurrido los 3 minutos se mira el
grupo y se cuenta el número de sujetos que están reali­
zando la actividad. Por ejemplo: número de empleados
que en una oficina están en tarea (actividades especificadas
según la definición como pertinentes al trabajo de cada em­
pleado).
- Al finalizar la cuenta anterior, se cuenta el número dé per­
sonas presentes. Este paso se puede omitir cuando ese nú­
mero permanece constante en la sesión de observación.
-El porcentaje de personas en tarea, se obtiene dividiendo
los que fueron contados realizando actividades, sobre los
presentes: para cada intervalo de observación. Así:

Número en tarea 10 8 9 15 7 7 5 2 8
Número presente 15 15 12 15 10 10 10 10 15

,8 6
------- = 0,677x 100 = 67.7%
127

98
2.- Confiabilidad.

La confiabilidad puede calcularse así:

1 2 3 4 5 6 7 8 TOTAL
f numero en
8 8 10 9 8 5 3 2 53
Observa­ i tarea
dor No.l ) número 10 10 10 9 10 10 10 10 79

1 2 3 4 5 6 7 8
numero en
8 8 9} 9 8 4 1 2 49
Observa* \tarea
dor No.2 ) número 10 10 10 9 10 10 9 10 78
niwatntp

1 2 3 4 5 6 7 8
Diferencia entre
personas en tarea =4

Se inscribe el número de presentes. Si hay diferencias se anota


en número menor de presentes.

1 2 3 4 5 6 7 8
número menor
de presentes 10 10 10 9 10 10 9 1° 78

El porcentaje de acuerdo se calcula por la fórmula de Jackson


et al (1975):

suma de direrencias (numerador) I


1_ -------------------------------------- ----- jx 100
suma de presentes (denominador)}

1 - x 100 = 0,948x100 = 94.8%


78

99
En el caso de la lista de chequeo de actividades planificadas
podemos obtener la confiabilidad de las personas en tarea así:

4 9 /5 3 x 100 = 92.4%

y de las personas presentes 78/79 x 100 = 98.73%

o dividir de manera correspondiente:

49/53 + 78/79 = .924/.987 x 100 = 93.61%

/.- Implementación de las técnicas simples de registro de ob­


servaciones en uno o más sujetos: (Productos permanen­
tes, frecuencias de eventos, duración de eventos,intervalo y
muestras temporales de eventos).

Para la implementación de la técnica de registro correspon­


diente ¿s necesario considerar si:

- El interés principal es la frecuencia de la conducta, su dura­


ción o ambas.
- La oportunidad de observar constantemente la conducta du­
rante un período.
- La discriminábilidad del inicio y término del evento conduc­
tual.
- La tasa de respuestas, el número de clases de conductas o el
número de sujetos.

Jackson, Della Piaña y Sloane (1975) han diseñado un diagra­


ma de flujo que consiste de decisiones que comprenden los puntos
uñó al cuatro» anteriormente señalados, exceptuando el paráme­
tro: número de categorías o clase de conductas y sujetos. En la
Fig. IV. 18 mostramos el algoritmo propuesto por los autores men­
cionados.

La mayor parte de los registros de observaciones han sido rea­


lizados utilizando un solo sujeto, siendo los de muestreo tempo­
ral los de uso más frecuente, (Kelly, 1977). Sin embargo, en si­
tuaciones aplicadas puede haber necesidad de observar a más de
un sujeto; planteándose problemas de los cuales uno podría ser:
¿Cuál es el orden en que deben ser observados los sujetos?.

100
FIGURA IV.tS
[ Tomado de Jackson, et el., (1975) ]
En esta línea de disensión Thompson, Holmberg y Baer (1974)
destacan que al ser insuficiente el muestreo temporal continuo, se
hace necesario el muestreo temporal intermitente. Cuando hay va­
rios sujetos por observar, el tiempo de la sesión total debe dividirse
igualitariamente para cada sujeto. Por ejmplo: con cuatro sujetos
y 20 minutos, un cuarto de tiempo debe corresponder a cada su­
jeto (5 minutos). Thompson, Holmberg y Baer describen tres po­
sibles patrones que pueden utilizarse: 1) Contiguo: acá asignamos
consecutivamente cada período para cada sujeto y tiene como ven­
taja que recogemos información de cada sujeto en el período de
tiempo más largo y sin ruptura. 2) Alternante: Cuando hay varios
pares de personas podemos asumir qué medidas más representa­
tivas surgirán si hacemos observaciones alternas y rápidas entre
los miembros de un par. Manteniendo un período de observación
largo dentro del cual observamos alternativamente y de manera rá­
pida a los interactuantes y también estamos preservando, al me­
nos para ese par de sujetos, algunas características del procedi­
miento contiguo. Luego de agotado el período, observamos la
próxima pareja o trío y así sucesivamente. 3) Secuencial: Parte
de la suposición de que en la medida que el patrón de muestreo
esté más ampliamente disperso será el más representativo. Aquí
se observa durante un minuto al sujeto uno, luego se observa al
segundo sujeto, al tercero, etc., y así sucesivamente. Aplicando
esta técnica Thompson, Holmberg y Baer, observaron dos tipos
de conducta (reforzamiento e instigación a los niños por los maes­
tros, e interactuar y jugar con otros niños). Para ello observaron
cuándo tres maestros reforzaban e instigaban al niño durante 64
minutos diarios a lo largo de varias sesiones. Luego compararon
el tamaño del error relativo a una técnica de muestreo temporal
continuo, que utilizaba un intervalo de 10 seg. En término de
porcentaje; el error para la estimación del reforzamiento utili­
zando el método Contiguo osciló entre 25% y 50%; para el méto­
do Alternante entre el 18% y 48%; y para el método Secuencial,
entre 1% y 38%. Para las instigaciones el error promedio de esti­
mación utilizando el método Contiguo fue de 30% al 52%, para
el método Alternante: 11% ai 55%, y para el Secuencial: 4% al
11%. La falta de exactitud de los métodos Contiguo y Alternan­
te fue interpretado por los autores como debido al cambio de la
conducta del maestro durante el período de observación. Posible­
mente el maestro era más activo al comienzo del período y que­
ría tempranamente involucrar al niño para que interactuase con

102
los demás. Pudo haber ocurrido también, según los autores, que
los patrones de interacción social variaran de momento a momen­
to y ello hacía que el maestro fuese activo en diferentes interva­
los, haciendo que un único período no fuese representativo. Por
el contrario, el método Secuencial, al dispersar más ampliamen­
te los momentos de observación fue el más preciso. Por su par­
te, Newmann (1977) discute Análisis Consolidados (cuando se
combinan los datos de los sujetos individuales dentro de un
grupo), generalmente promediados en trabajos de contingencias
de grupos. Una contingencia de grupo se refiere a la asignación
de un estímulo contingente a uno o más miembros de un grupo,
dependiendo de la conducta de otros miembros. Por ejemplo,
suprimir el receso a todos los alumnos cuando un estudiante se
porta inadecuadamente. Newmann recomienda los siguientes
procedimientos: 1) recoger información individual de manera
continua solamente dentro de un subconjunto del grupo. 2)
Dividir el período experimental en segmentos para la recolec­
ción de datos. Sólo un sujeto debe ser observado en cada seg­
mento, pudiendo variar el orden secuencial de observación. 3)
Utilizar procedimientos de muestreo temporal y más que intentar
observar a todos los sujetos durante todo el estudio, obtener
información de todos los sujetos en sólo un pequeño período
de la sesión. 4) Utilizar el registro de intervalos dentro de un sub-
- conjunto del grupo o registrar únicamente las conductas especi­
ficadas. 5) Escoger como conductas para la observación aquellas
que dejan productos permanentes o físicos.

Al considerar las investigaciones y los análisis de los méto­


dos de observación y cálculos del grado de acuerdo, es necesa­
ria cierta cautela. Cierto es que debemos tratar de aproximar los
términos precisión y acuerdo entre observadores. Inferimos la
exactitud o precisión a partir del grado de acuerdo entre los ob­
servadores. Sin embargo, la primera se refiere a la corresponden­
cia entre eventos y observaciones y la segunda a la concordancia
de los observadores sobre los eventos. Por ejemplo, un observa­
dor podría ser muy preciso y por ello producir un bajo grado de
acuerdo con otro observador menos preciso que él. Es imposi­
ble, en vista de la multitud de variables que afectan a la conduc­
ta del observador, encontrar un conjunto de ellas que produz­
can un óptimo nivel de confiabilidad y validez transituacionales,
independientemente de las condiciones específicas de observación.

103
No obstante la búsqueda de los parámetros óptimos debe estimu­
larse. Baer (1977) ha destacado que en la medida que discrimi­
nemos los efectos que son fuertes, consistentes y manipulables
de los que no lo son, nada se ha dañado. Baer añade en nota al
margen (pag. 171) que: “ leemos selectivamente porque no es­
tamos buscando efectos experimentales sino efectos útiles. Es­
to es, no necesitamos expandir la lista de variables a aquellas
al menos —algunas veces— efectivas, sino disponer un arreglo de
las ahora conocidas y altamente efectivas para organizar progra­
mas útiles que permitan resolver problemas” .

J. Gráficas de los registros de observaciones:

El graficar los datos recolectados utilizando el sistema de re­


gistros de observaciones es una ayuda para que la comunidad juz­
gue sóbre tales datos. La inspección visual de un gráfico, délas
tendencias manifiestas en un proceso que ocurre en el organismo
individual, proporciona elementos valiosos para estimar: 1) La
continuidad del patrón conductual observado. 2) El estado en
que ese patrón conductual se manifiesta (alto, bajo, creciente,
etc.), y 3) La variabilidad entre sesiones de observación (continuas

F JG U R A IV .19
[ Tomado de Barker y Wrigth, (1955) ]

104
o no) que se grafican. Cualquiera que sea el uso posterior del
patrón graficado (línea base para comparar los efectos posterio­
res de la intervención, etc.), el uso de la graficación requiere ad­
ministrar adecuadamente los títulos y etiquetas para que su lec­
tura no sea confusa.

Para el registro continuo, el ejemplo de Barker en la Fig. IV.19


puede ser utilidad.

Cuando tratamos con registro de eventos podemos utilizar en


la ordenada la frecuencia simple correspondiente a varios bloque?
dentro de una sesión, o cada sesión en la abcisa. Ver Fig. IV.20.

FIGURA IVdO

Podemos igualmente inscribir la tasa de respuestas (Respués*


tas por minúto, pór horas, etc.) en la ordenada y en la abcisa las se­
siones, o días consecutivos en que se hizo la observación. Ver Fig.
IV.21
105
SESIONES DIARIAS
DE OBSERVACION
FIG UR A IV.21

Si la conducta o los eventos de conducta dentro de una sesión


o tarea, tienen un límite; podemos utilizar uña razón: eventos
logrados/eventos posibles, o una proporción. Así podemos utili­
zar en la ordenada la proporción de problemas resueltos correc­
tamente, o la proporción de conductas deseables/indeseables, o
las conductas deseables/deseables + indeseables, etc. y en la abci-
sa una medida conveniente de tiempo

Cuando el registro es la duración del evento conductual, po­


demos utilizar medidas absolutas (duración de la rabieta por cada
sesión de observación) o relativas al período de observación, en
forma de razón simple o porcentual, como se puede ver en la Fig.
IV 22

106
F IG U R A (V .2 2

107
Para las técnicas de registro de intervalo (continuo o parcial),
debemos indicar el porcentaje de intervalos en que ocurrieron
las respuestas observadas. En la Fig. IV.23 podemos observar el
porcentaje de los intervalos que el niño miraba al maestro.

Finalmente, utilizando la lista de chequeo de actividades pla­


nificadas, podremos representar el porcentaje de niños o sujetos
en la actividad.

K. Características de un Sistema de Observación de la Conducta.

Jackson, Della-Piana y Slóane (1975) han ofrecido las metas


y condiciones de un sistema de observación de la conducta.

En términos generales ello incluye:

108
- Obtener una definición de conducta.
- Determinar las condiciones específicas bajo las cuales se
observará la conducta.
-Determinar cuál es el mejor método de registro de observa­
ciones que se utilizará.
-Explicar cómo se registrarán los datos, incluyendo lo que
serán las responsabilidades del observador* y cómo serán
diseñados los instrumentos para el registro de datos.
-Explicar cómo será revisada la confiabilidad del observador.
- Mostrar cómo la información a recolectarse será puesta en
forma de tablas.
- Mostrar cómo la información a recolectarse será graficada, y,
finalmente.
- Decir cómo leer los datos mostrados por los gráficos.

Bajo todas las condiciones anteriores, el observador humano es


un instrumento, o como señalamos anteriormente, es el canal de
registros. Esto constituye como hemos venido señalando una
característica especial en las situaciones humanas en razón de que:

1)E1 observador humano constituye un instrumento imper­


fecto para el registro de observaciones, o mejor, más imper- .
fecto que otros, aunque tiene la ventaja de poder realizar va­
rias observaciones de importancia que los sistemas de regis­
tro automático establecen como “ ruido’’ en el canal.

2) Los efectos del observador en el sujeto observado pueden


ser evidentes y alteran definitivamente las condiciones de
observación. En tal sentido, interesa hacer , mínimos los
efectos “ reactivos” del instrumento de medida, tratando
de realizar operaciones de registro de datos no ostensibles.

Estas consideraciones obligan a un análisis de la conducta


de observación (Wyckoff 1952) en los seres humanos, para com­
prender mejor las variables que afectan a esa conducta y mejorar
las condiciones en que tiene lugar la conducta de observación,
así como también disminuir el deterioro que sobre la conducta
observada puede crear la presencia de un observador.

Estos aspectos conducen al tratamiento del tema que se


discute y analiza la confiabilidad de las observaciones.

109
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