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Los tarahumaras o rarámuris son una comunidad indígena del norte de México, en
la parte de la Sierra Madre Occidental que atraviesa territorio del estado de
Chihuahua y el suroeste de los estados de Durango y Sonora. Tienen una población
de 54, 431 personas aproximadamente
Los tarahumaras consideran la comida como una bendición que les otorga Dios,
esto se debe a que todos los ingredientes con los que preparan sus platos son de
origen natural, sembrado y cosechado por ellos mismos.
Uno de los ingredientes que más se destaca en su comida es el maíz, de este cereal
pueden preparar diversos platos en las diferentes estaciones del año para obtener
las energías y los nutrientes que necesitan para estar saludables.
Los rarámuris son capaces de correr poco más de 270 kilómetros sin detenerse y
hacer recorridos de cerca de 700 kilómetros en pocos días
S. XVI 1900 1980 1990 2000 2005 2010 --- --- --- --- --- --- ---
2,000 3,000 15,000 14,9817 20,71215 23,84616 25,8831 --- --- --- --- --- --- ---
Cantidad de localidades
559
Los idiomas conocidos como totonaco y Tepehua forman una familia lingüística
aislada, es decir, no se sabe si están relacionados con otras lenguas o familias de
lenguas. Las primeras descripciones gramaticales y léxicas de totonaca accesibles
a los europeos (por desgracia, hoy perdida) fueron por Fray Andrés de Olmos, quien
también escribió la primera de esas descripciones del náhuatl y el huasteco
(teenek).
Hay una total ausencia de comales y metates, lo que significa que los totonacas no
comían tortillas, asimismo, a pesar de que el maíz se cultivaba no formaba una parte
importante de su dieta. Los totonacas comían principalmente fruta, especialmente
zapotes, guayabas, papayas y aguacates. Los hombres pescaban tiburones, y
cazaban tortugas, venados, armadillos, zarigüeyas, y ranas. Las mujeres criaban
pavos y perros. Los campesinos, así como los nobles comían gachas de maíz en la
mañana. El almuerzo era la comida principal del día y consistió en comer mandioca,
fabada o incluso salsa para los nobles. Pescados y mariscos, así como jugo fue
consumido por los nobles y campesinos, el agave que proporcionaba el mezcal.
Las mujeres totonacas eran expertas tejedoras y bordadoras, se vestían con
grandilocuencia y trenzaban el cabello con plumas. El franciscano fray Bernardino
de Sahagún dijo que, en todos los aspectos de su apariencia, las mujeres eran "muy
elegantes", las mujeres llevaban faldas (bordado de los nobles) y un pequeño
poncho triangular que cubre el pecho. Las mujeres nobles usaban collares y
pendientes de concha y jade y muchas veces sus rostros tatuados con tinta roja.
Las mujeres casadas llevaban el pelo a la manera náhuatl mientras que las mujeres
campesinas llevaban el pelo largo. Del mismo modo, los hombres nobles vestían
bien, se adornaban con mantos multicolores, taparrabos, collares, brazaletes,
tapones de labios y penachos elaborados con las preciadas plumas de quetzal.
Las casas fueron generalmente con techo de paja. Estas eran de forma triangular
En la zona de Papantla la casa totonaca es de planta rectangular o cuadrada, con
techo de zacate, palma u hoja "misanteca". Las paredes son de varas colocadas
verticalmente, algunas están recubiertas con lodo. La casa consta de una sola
habitación empleada como cocina y dormitorio. En los solares crían aves de corral
y tienen un temazcal para los baños de vapor; en algunas casas que producen miel
cuelgan los panales en las paredes.
En la zona de Xalapa, la casa tiene un tapanco para almacenar maíz y para colgar
las mazorcas que se emplearán como semillas. Las casas católicas cuentan con un
altar en el que colocan imágenes religiosas. El uso de materiales industrializados
para la construcción de casas va en aumentando.
El huapango —o son huasteco— es el género musical nativo de la zona
comprendida por el norte de Veracruz, el sur de Tamaulipas, la Sierra Gorda de
Querétaro y partes de los estados de San Luis Potosí, Hidalgo y Puebla. Cada
región le aporta un matiz especial, pero esencialmente se trata del concierto de
guitarras, jaranas, violines y quintas huapangueras al fragor del zapateado y el canto
melódico. De extraordinaria belleza, esta música y su baile manifiestan hondas
raíces indígenas, españolas y acaso africanas.
POPOLUCA
Los popolucas habitan en los municipios de Acayucan, Hueyapan de Ocampo,
Mecayapan, Pajapan y Soteapan, ubicados en la región sur del estado de Veracruz,
aunque llegaron a abarcar parte del estado de Tabasco. La región istmeña donde
se localizan se encuentra en la zona fronteriza con el estado de Puebla, entre la
división de la Meseta Central-Río Papaloapan y el Altiplano del sureste. La ubicación
estratégica del istmo como corredor intercultural, y el asentamiento de popolucas a
pesar de las presiones étnicas de nahuas por un lado y de totonacas y zapotecos
por el otro, descartan la injerencia hegemónica de la Meseta Central o la del sureste.
Los asentamientos popolucas siguen las redes fluviales que alimentan al
Papaloapan hasta sus propias márgenes ribereñas.
Queda claro que si bien los popolucas se concentraron en la región istmeña que
sirvió de asentamiento de la cultura olmeca, el espacio siguió siendo corredor
interétnico e intercultural entre mayas y mexicas, privilegiando en sus rasgos
culturales al náhuatl en el campo idiomático y la identidad de la lengua zoque-maya.
El término popoluca o popoloca (del náhuatl 'alguien que habla como balbuceando')
es un exónimo despectivo que los aztecas aplicaron a diferentes pueblos, originarios
de México, de hecho el término popoluca es similar en connotación y significado al
término bárbaro de griegos y romanos.
El término es confuso porque corresponde a etnias que hablan diferentes lenguas
no-relacionadas entre sí.
Los popolucas que hablan Lenguas mixe-zoqueanas son, junto con los mixes,
descendientes lingüísticos y culturales de los olmecas, civilización madre de
Mesoamérica cuya lengua testimoniada epigráficamente ha sido traducida
recientemnte a partir del proto-mixe-zoque reconstruido. A menudo son
considerados como una rama de la etnia mixe, zoque y olmeca y, al contrario que
otros grupos, no mantienen una intensa solidaridad étnica, sino más bien lingüística.
Esto ha dificultado la creación de organismos representativos popolucas y la falta
de representación de la etnia en las instancias estatales o nacionales. La variedad
de nombres con que se autodenominan (núntaha’yi, tuncapxe, yaac avu, nuntajuyi,
actebet o anmati) dan una idea de la falta de una identidad lingüística o étnica
definida, por lo que a menudo se llaman a sí mismos popoluca, aunque ésta sea
una denominación náhuatl y por tanto foránea.
Los popolucas habitan en el sur del estado de Veracruz principalmente en los
municipios de Oluta, Sayula de Alemán, Texistepec, Hueyapan de Ocampo,
Mecayapan, Pajapan y Soteapan, aunque también se encuentran grupos de lengua
popoluca en las ciudades de Minatitlán y Coatzacoalcos. Dada la difícil
intercomprensión de las variantes o dialectos popolucas a veces se habla de cuatro
lenguas diferentes aunque relacionadas y agrupadas bajo la denominación
'popoluca'.
La Región del Istmo se localiza limitando al norte con las llanuras de Sotavento, al
oeste con el estado de Oaxaca y al sur y sureste con Chiapas y Tabasco.
Número de habitantes: 549, 501 habitantes aproximadamente.
El traje autóctono del hombre y la mujer de Oluta consta de tres piezas: los hombres
utilizaban una camisa y pantalón de manta bordada con hilos de seda color blanco.
Con un paliacate rojo amarrado de la cintura, calzaban huaraches o descalzos.
La mujer antiguamente no usaba blusa posteriormente de acuerdo con al
modernidad fue incorporada, y consta de una blusa de cuello redondo o cuadrado,
manga recta corta de manta. (Hoy en día emplean popelina, cuadrillé u otro tipo de
tela de color blanco); es bordada con flores de muchos colores, la tejen o la hacen
deshilada y va debajo del refajo.
El refajo viene siendo la falda, es recto, de largo hasta el tobillo, es un solo lienzo
que se enrolla alrededor del cuerpo y se afianza con la faja, mide entre 12 a 15 cm
aproximadamente. Ambas vestimentas son elaboradas en un telar rústico de cintura
por las mujeres del municipio, el cual es colocado en un pie de madera, las señoras
se ponen el artefacto en la cintura por la parte de atrás hacia delante y con un
machete de madera se ajustan los hilos que son jalados de un malacate, en el cual
los acomodan.
Los matrimonios popolucas recién casados viven en la casa de los padres del novio.
Cuando se logra alcanzar la independencia económica, generalmente se levanta la
nueva vivienda junto a la del padre.
Por lo regular las viviendas popolucas se destacan por sus prototipos rústicos,
tradicionales en sus formas, distribución y materiales. En la actualidad las viviendas
popolucas conservan el piso de tierra. Uno de los aspectos tradicionales en este
tipo de viviendas es que presentan la separación tradicional del tapanco, para el
almacenamiento de granos y dormitorio de los infantes.
En las zonas áridas, aparentemente precarias en cuanto a su flora y fauna, es un
hecho que la Naturaleza provee también de alimentos para quienes habitan esas
regiones y los saben detectar, recolectar, preparar y consumir, observando con
cuidado los ciclos estacionales de las plantas y de los animales que se alimentan
de ellas.
Así aunque para quienes visitan esas regiones en plan turístico, parezca difícil de
creer que entre cactus, biznagas, nopaleras y mezquites, aparte de un
extraordinario paisaje, haya algo comestible, la realidad es que existe una gran
variedad de alimentos que hacen posible la sobrevivencia de la gente, aún en época
de secas.
Por ejemplo, en la Mixteca poblana, concretamente en algunos pueblos popolocas
o ngiwa, que se ubican en la zona de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán,
existen en el campo alimentos de origen vegetal y animal que suelen recolectar y
consumir sus habitantes, los cuales les proveen de las proteínas y vitaminas
necesarias para la subsistencia. Nos referimos a Zapotitlán Salinas que comprende
las localidades de Colonia San Martín y San Juan Raya y el municipio de Los Reyes
Metzontla.
Este es un baile típico de Veracruz, el Fandango; integra la música, la danza, la
literatura y la composición tradicionales. En esta festividad se tocan y bailan
diferentes tipos de sones.
Danza de la basura: Una ceremonia luctuosa que llevamos a cabo los grupos
popolucas a los 21 o 40 días del fallecimiento de una persona.
CHICHIMECA
La denominación chichimeca se aplica a diversos pueblos indígenas a lo largo del
tiempo y el espacio. La mención de los chichimecas como tales se puede rastrear
hasta el ocaso de Teotihuacan, hacia el siglo IX, cuando la frontera norte de
Mesoamérica quedó abierta a la irrupción de oleadas sucesivas de pueblos de
distinto desarrollo, considerados como bárbaros por las comunidades indígenas de
la Meseta Central.
Los chichimecas, de acuerdo con las crónicas más antiguas, fueron los pobladores
originarios que llegaron del norte y realizaron importantes fundaciones en el área
central de Mesoamérica. En algún momento, la migración se detuvo e incluso fue
rechazada por los pueblos ya establecidos, lo que dio origen a culturas de distinta
orientación y aun antagónicas. De acuerdo con esta división, los chichimecas se
mantuvieron fuera del área mesoamericana, en una extensa zona que se conoció
con el nombre de la Gran Chichimeca, situada en la parte sur de Aridoamérica.
Los chichimecas se extendían al norte desde Queretaro hasta Saltillo y de
Guanajuato (México) hasta San Luis Potosí, vivían en comunidades sin delimitación
fija, por lo que constantemente entraban en conflicto con otros grupos,
principalmente a causa de los alimentos.
Generalmente tenían como jefe a un cacique, quien era el guerrero más valiente de
la tribu. No tenían dioses relacionados con la fertilidad, como en las culturas
mesoamericanas; comúnmente adoraban al sol, la luna y otros astros.
Debido a que el término chichimeca se refiere a un conjunto de pueblos, que si bien
tenían rasgos culturales similares, no mantenían una unidad étnica ni lingüística
propiamente. Presumiblemente los chichimecas hablan lenguas utoaztecas
(probablemente: Caxcanes, Tecuexes, Zacatecos y Guachichiles) y
otomangueanas (con seguridad: Pames) principalmente aunque es difícil debido a
la escasez de testimonios lingüísticos de los diferentes grupos. Entre los grupos con
lenguas no clasificadas estarían los Guamares. Además dentro de cada grupo
habría existido diversidad de dialectos.
La fragmentación lingüística ocasionó serios problemas a los frailes en su “conquista
espiritual”, porque había una gran cantidad de lenguas que a veces los frailes se les
oía decir: “¡a quien no admirará ver que en estas provincias hay en cada pueblo o
poco menos un lenguaje diferente, tanto que los vecinos no lo entienden! Y cierto
que hay por aquí pueblos de quince vecinos que hablan en ellos dos o tres diferentes
lenguas”.
Estos grupos de indios habitaban el los repechos de las rocas o en los montes. Sin
embargo, en el invierno o en tiempo de guerra, construían pequeñas aldeas de
hasta quince chozas dispuestas en forma de luna. Esas habitaciones, de carrizo y
zacate, tenían forma de campana, carecían de ventanas y tenían un hueco para
entrar por ellas. Si tenían alguna piel de animal, la usaban como cama, si no,
dormían en el suelo. Un poco de zacate les servía de cabecera.
Para guardar alimentos usaban cestos de fibras y como platos utilizaban conchas
de tortuga.
La mayoría de los chichimecas andaban casi desnudos, solo se cubrían el cuerpo
con un manto o taparrabos hecho de pieles de ardillas, gatos monteses, tigres o
pumas. Algunos se cubrían con pieles de venado o de coyote y llevaban sandalias
de cuero u hojas de palma. En las mujeres solía ser de piel y en los hombres de
tela.
Los caudillos se colocaban en la cabeza una guirnalda de piel de ardilla, con la
cabeza del animal sobre la frente.
La mayoría de las mujeres vestían enaguas o huipiles y otras llevaban fajados unos
cueros de venado.
Tanto los hombres como las mujeres usaban el pelo largo hasta la cintura, que a
veces pintaban de colores, sobre todo en períodos de guerra, en los cuales tatuaban
todo su cuerpo y algunos se hacían trenzas y se colocaban adornos, como collares
y aretes elaborados con piedras o conchas.
La mayoría de los grupos cazadores sabían curtir pieles y se vestían con ellas.
Había diferencias en el vestido entre cada grupo. En algunos de éstos, hombres y
mujeres usaban unos zamarros hechos de pellejos de conejos, torcidos en forma
que cada pellejo hace un hilo. Llevaban el cabello largo y suelto, atado a veces con
una cinta de piel que les llegaba por detrás, más debajo de la cintura. Las mujeres
vestían un faldellín de cierto tipo de hierba torcida o formando por dos piezas de piel
de venado adornadas con frutas secas, caracoles y dientes de animales que
producían cierto ruido al andar.
Al igual que para la mayoría de los grupos indígenas, el medio geográfico determinó
el modo de vida de los chichimecas y este grupo subsistió gracias a la cacería y la
recolección de frutos silvestres, y en algunos casos a la agricultura menor; rasgos
que explican por qué no establecieron asentamientos fijos; contrarias a los grupos
que vivían en Mesoamérica, que se caracterizaron por tener como actividad primaria
a la agricultura, lo que les permitió la construcción de grandes centros con
estructuras e infraestructuras claramente organizadas.
En casi toda la extensión de la Gran Chichimeca escaseaban los alimentos. En unos
cuantos sitios los indios cultivaban maíz y algunos tipos de calabaza, pero
habitualmente dependían de tunas mezquites bellotas, semillas y raíces, así como
de la caza y pesca… los cactos y mezquites ofrecían alimentos básicos. Los
aborígenes comían tunas crudas, secas o en forma de licor. También las hojas, el
corazón y las flores de los cactos, a menudo cociéndolas en hornos subterráneos.
Con el mezquite hacían un pan blanco, en grandes rebanadas, que seguía siendo
comestible durante muchos meses o hasta un año, y de la misma planta preparaban
licor. En toda la gran chichimeca se consumía la miel de abeja.
Su vivienda en la misión chichimeca consiste en casa de adobe con techo de lámina,
jacales, casa de ladrillo con techo de lámina o de cartón, dentro de sus hogares no
se cuenta con los servicios públicos básicos.
Los chichimecas tampoco desarrollaron ningún tipo de escultura debido a su
nomadismo. Las pocas pinturas –petroglifos y pictogramas– que hay, se encuentran
en cuevas, barrancos, riscos, peñas, etc. Los signos pueden bien representar a sus
dioses, animales o escenas de la vida cotidiana, pero muchas de ellas son
abstractas e incomprensibles. Algunas de las pinturas se encuentran al "oriente del
valle de Aguascalientes hasta Pinos, Ciénega de Mata y Loreto", muchas de estas
pinturas fueron tapadas o borradas por los evangelistas, quienes taparon las
pinturas con cal y en ellas pusieron símbolos cristianos, "tal como sucedió en las
cuevas de Villa García, Zacatecas". Las fiestas o mitotes eran frecuentes y se
usaban para planear guerras o ataques para reconciliarse con grupos enemigos o
simplemente por gusto. En las fiestas la comida y la bebida eran abundantes, puesto
que las preparaban con tiempo.
NAHUATL
Los nahuas son un grupo de pueblos nativos de Mesoamérica, al que pertenecen
los mexicas y otros pueblos antiguos de Anáhuac que tenían en común la lengua
náhuatl. El término mexicano es su autodenominación posterior a la fundación de
México, así como mexicanero (en el estado de Durango). Su nexo principal era su
lengua, el náhuatl o mexicano (en el sur de Mesoamérica) o nahuat (en algunas
regiones costeras), además de grandes similitudes en su religión y cosmovisión.
Son nahuas los pueblos prehispánicos de Tlaxcala, Chalco, Cholula y Acolhuacán.
Los mexicas destacan por la fundación de Tenochtitlán, en 1325, y por su influencia
sobre otros pueblos de la región, en lo que actualmente son los estados de
Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Michoacán y Puebla; así como
porciones menores de Oaxaca, San Luis Potosí, Veracruz y Tabasco.
Población Total
1,575,685
Cantidad de localidades
4,038
En México la lengua nahua o el idioma mexicano se habla en los estados de
Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, San Luis Potosí,
Michoacán, el Estado de México, Morelos y Durango. Así como por los habitantes
de Milpa Alta, Azcapotzalco, Xochimilco y otras zonas conurbadas de la Ciudad de
México; también quedan hablantes en El Salvador quienes le llaman a su lengua
como Pipil o Nawat; y es una fuerte influencia desde Nicaragua hasta California.
Un análisis musicológico del ritual mexica no puede prescindir de la noción original
de integridad que se observa en el arte prehispánico. La música, la danza y la poesía
fueron considerados como un todo dentro de la práctica azteca. Se incluía en
sacrificios, penitencias, ofrendas, ingestión de alucinógenos (péyotl, nanácatl) y
otros tipos de hierbas.
Entre los Aztecas o Mexicas, la música se enseñaba junto con la danza en las
escuelas denominadas cuicacalli ('casa del canto'). Los instrumentos musicales se
guardaban en el mixcoacalli ('casa del dios del fuego').
Los rasgos más característicos de la política musical azteca, son los privilegios
civiles, como la exención de tributos de la que gozaban los músicos profesionales,
y las jerarquías que ocupaban en los templos. Sin embargo, los artistas, aun cuando
recibiesen honores y riquezas, formaban parte del servicio doméstico de los
señores.
Los músicos recibían un mecátl o cordel distintivo (de donde viene la palabra
americana 'mecate' (del nahuatl mecatl, cordel), que portaban en la cabeza,
colgando las puntas encima del pecho.
Heredaron por línea directa el instrumental tolteca (por ende teotihuacano)
asimilando el legado de las culturas contemporáneas de toda Mesoamérica. Se ha
dicho también que sus piezas musicales se transmitían por tradición oral, y se ha
probado que algunos instrumentos como el teponaztli mexica se empleaba como
auxiliar para la memorización, algo que también ocurre hasta hoy con diversos
instrumentos de percusión entre los pueblos maya. Por otra parte, es indudable que
este repertorio y otras piezas no vocales, tenían un empleo muy variado en
ceremonias, de guerras,así como en fiestas y juegos, con sentido poético, lúdico y
amoroso.
El maíz tradicionalmente se ha considerado la base de la alimentación de los
pueblos nahuas. Si analizamos, aunque de manera escueta, su preparación para
que se transforme en las delicias que se disponían durante la comida o la ofrenda,
es menester iniciar con el proceso de limpia y ablandamiento del grano: el nixtamal.
Primero se desgranaba la mazorca, y una vez conseguido el grano se hervía con
cal para que al enfriarse fuera molido en el metate hasta conseguir una masa fina,
con la que serían preparados los alimentos.
Aunque se ha puesto de ejemplo al maíz, por su gran importancia en la cocina
prehispánica, es conveniente recordar que no era la única semilla utilizada para la
elaboración de los alimentos, por ejemplo el frijol, también formaba parte de la
alimentación común, se cocían y también se hacían en pasta, que serviría de relleno
para tamales o servida para ser degustada con las tortillas.
La música, la danza y la poesía fueron consideradas como un todo dentro de la
práctica azteca. Se incluía en sacrificios, penitencias, ofrendas, ingestión de
alucinógenos (péyotl, nanácatl) y otros tipos de hierbas.
Los rasgos más característicos de la política musical azteca, son los privilegios
civiles, como la exención de tributos de la que gozaban los músicos profesionales,
y las jerarquías que ocupaban en los templos.
Huehuetl: tambor vertical de un tronco hueco decorado artísticamente, con sus
costados labrados y aberturas en la base, recubierto en la parte superior con la piel
de venado u ocelote. Se percutía con las manos en las danzas.
Panhuehuetl: tambor mayor.
Tlalpanhuehuetl: tambor gigante de 2,50 metros que desde lo alto de los templos
anunciaba la guerra hasta una distancia de 12 km.
Teponazhuehuetl: Teponaztli con lados adyacentes para ser tocados en parche piel
Teponaztli: tambor horizontal de un tronco hueco de madera dura, que se percutían
con dos macillos cubiertos de hule en un extremo, para el cambio de guardia
nocturna, ceremonias religiosas y señales de guerra.
Tambores de barro prehispánicos: con forma de cántaro y copa.
Tambor de u: cuerpo de barro en forma de U, con un parche en una abertura
Ayotl: caparazón de tortuga, percutida en la parte inferior con un asta de venado.
Chicahuaztli: bastón con sonajas
Omichitzicahuaztli: raspador de hueso o asta de venado con muescas
Ayacachtli: sonaja de guaje seco o calabazo de barro o metal, lleno de piedritas o
semillas, para acompañar a las danzas.
OTOMI
Los otomíes son considerados el pueblo indígena de las tierras altas del país, ya
que se ubican en los estados de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán,
Puebla y Veracruz. El término otomí proviene del náhuatl y significa “quien camina
con flechas” o “flechador de pájaros”
El otomí es el quinto pueblo indígena más numeroso del país ya que tiene 646, 875
habitantes, de acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el
desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
Actualmente sólo se conoce el códice de Huamantla y el de Huichapan como única
fuente de datos sobre la lengua y cultura otomí.
De igual manera, es importante señalar que la lengua otomí presenta un alto grado
de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener
dificultades para comprender a quienes hablan otra.
De ahí que los nombres con los que los otomíes se denominan a sí mismos son
numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago
Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ’yühü (Sierra Norte de Puebla, Pahuatlán)
son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos
en sus propias lenguas.
Las mujeres portaban un chincuete o enredo de lana o de manta amplio y largo, en
forma de falda, así como un blusa de manta o popelina de manga corta con bordado
de flores.
La vestimenta característica de este pueblo es el quexquémetl, de algodón o lana
en varios colores y toda la ropa lleva adornos florales.
Su principal actividad económica es el cultivo de maíz, la cría de ovejas, cerdos,
vacas, caballos, así como pollos y conejos, los cuales son utilizados para la venta y
consumo.
Durante las temporadas libres del ciclo agrícola, los hombres y mujeres otomíes
emigran hacia las zonas metropolitanas cercanas (Toluca y el Estado de México)
para emplearse y complementar sus ingresos.
La Alimentación de la Cultura Otomí es el maíz, para preparar tortillas, tamales,
atoles, también elotes cocidos o asados, pero también consumen otros productos
vegetales como son los nopales, la tuna,habas, las calabazas, garbanzos, frijol y
chicharos, un punto importante es que toda su comida utilizarían de diversas clases
de chiles.
También consumen la leche, las legumbres y las grasas de animales, la carne solo
se prepara en fiestas con porciones muy reducidas.El uso de hierbas de temporada
como es el té de monte, la hierbabuena o la manzanilla que frecuentemente lo
consumen.
Consumen algunas plantas silvestres que completan una alimentación suficiente,
en los hombres, mujeres y niños es muy popular el consumo de pulque.
La construcción de casas es construida con pencas de maguey, tejamaní, carrizos,
adobe y piedra, los tachones pueden ser de teja, pencas pastos o láminas de cartón,
son pequeñas y rectangulares, pocas tienen ventanas.
Estas habitaciones son empleadas como dormitorios, cocinas, bodegas o también
puede aburrar a ciertos animales de corral para protegerlos del frío o la lluvia o de
los animales nocturnos y sus condiciones de higiene son verdaderamente pobres.
Dentro de su música se encuentran los cantos los cuales uitilizan ritmos en base a
las sílabas cantadas, de manera prosódica y de manera griega (pies o número de
sílabas), así como la entonación de dichas sílabas. Líricamente utilizan el recurso
de la sinalefa y el yambo, y principalmente versos pentasílabos.
KILIWA
Los kiliwas son un grupo étnico indígena que vive en el norte del
estado de Baja California, en México. Su lengua parece pertenecer a la familia
hokana. El área en la que habitan los kiliwas abarca el valle de la Trinidad, que se
localiza entre las sierras de San Miguel, San Pedro Mártir y el desierto de San
Felipe. Su población étnica está compuesta por unas cuantas docenas de personas,
de las cuales sólo una pequeña parte habla la lengua kiliwa.
Lengua Kiliwa Familia Cochimí-yumana.
En esta entidad del extremo noroeste mexicano habitan cinco grupos
indígenas, cada uno diferenciado por su propio idioma. Ellos son los cochimíes,
cucapás, kumiai, paipai y kiliwas (además hay un número mucho mayor de
inmigrantes indígenas zapotecos provenientes, por supuesto, de Oaxaca). Los
kiliwas son ya solamente menos de un centenar y conservan su idioma menos de
una decena. El peligro de extinción implica también a sus costumbres alimenticias.
Los kiliwas aún recuerdan las cañas de quiotes asadas, el atole de
bellotas amargas, el pozol de trigo, el atole de maíz con frijol, la sopa de chícharo
con hueso, los cacomites (tubérculos silvestres) cocidos en hoyo, un guisado de
biznaga, frijol silvestre con costilla, caldo de conejo y el agua de plátanos de palmilla.
Música: Roberto Martínez el canto de la venganza es un ejemplo de la
música kiliwa.
El evento de confección de collares kiliwas que se llevó a cabo el
pasado jueves en la cafetería de la UABC tuvo un éxito rotundo, se llenaron cuatro
veces las mesas asignadas para los participantes.
Se amenizó la ocasión con la tranquila música tradicional de los kiliwas
de once de la mañana a seis de la tarde. Sus cantos se acompañan principalmente
de sonajas, con un ritmo lento y una melodía triste y melancólica que quizá refleje
el sentimiento de una raza que está a punto de morir.
Generalmente sus canciones tratan sobre algunas leyendas y cuentos
indígenas, no sólo de los kiliwas, sino que también de los pai-pai y de los cucapá.
Las fiestas en las que se practican estos cantos cada tonada tiene su
respectivo baile, a través de los cuales se transmiten tradiciones en extinción.
Tras visto el éxito del evento, el próximo jueves se realizará otro evento
similar, de creación de pulseras con materiales tradicionales de los cochimí, cucapá,
kumiai, y pai-pai.
vestimenta: en un principio su vestimenta constaba de pieles de
animales que ellos mismos cazaban pero con el tiempo y con la modernidad de su
civilización se ha ido perdiendo el detalle de sus trajes típicos en la actualidad su
vestimenta en muy simple con vestidos tejidos y pale acates en el cabello y trenzas
pero solo los viejos indígenas y las mujeres ya que los jóvenes kiliwas se han
perdido el interés por su cultura.
Número de personas: Hablantes 52.
Vivienda: Las primeras viviendas kiliwas eran construidas con pura
madera y eso se tenía como una tradición, aunque últimamente las casas las
comenzaron a construir con diversos materiales Las casas de madera son opciones
de viviendas más ecológicas y económicas que las de ladrillo y hormigón tradicional.
La madera, no sólo es parte de la naturaleza, sino que su utilización es beneficiosa
para el medio ambiente. Materiales naturales, no derivados del petróleo, reciclables
y biodegradables, son los que conforman este tipo de viviendas, que también son
consideradas ‘ecológicas’. A la hora del uso de la madera para su construcción,
estas vienen certificadas y provienen de tala responsable: los fabricantes plantan
nuevos árboles por cada uno que talan. Para ellos es clave mantener este equilibrio
Casa canadiense. Canexel Además, la construcción en madera necesita de menos
energía, supone un menor impacto ambiental y menor huella de carbono que las
convencionales: la madera es un sumidero de CO2. En la porción norte del territorio
de Baja California, específicamente en los municipios de Ensenada, Tecate y
Mexicali, se asientan cinco grupos indígenas que tienen un origen común. Hace
aproximadamente 2 700 años hablaban un mismo idioma; hoy cada uno tiene su
propia lengua, todas pertenecientes al grupo Hokano-Siux, subgrupo Hokano-
Subtiaba. rama Hokana, subrama Esseleno-Yumana de la familia Yumana. Estudios
lingüísticos recientes revelan que algunas de estas lenguas son inteligibles entre sí:
el cochimí con el cucapá, y el kumiai con el cochimí, en tanto que el kiliwa y el pai-
pai no son comprensibles con ninguna.
Transporte: La cobertura de servicios que ofrece el municipio es
amplia, no obstante, la topografía accidentada de la Ciudad de Tijuana que dificulta
la dotación de infraestructura de servicios; la población cuenta con energía eléctrica,
alumbrado público, agua potable, alcantarillado pluvial, drenaje, mercados,
panteones, centros deportivos, recreativos y culturales, sistema vial, seguridad
pública y servicio de bomberos.
COCHIMI