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Unidad I
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA CIENCIA SAGRADA
Lección 8
XXXVI Cábala
La segunda tríada (4, 5, 6) está compuesta por las sefiroth Hesed (Gracia,
Amor, Misericordia), Gueburah (Rigor), también llamada Din (Juicio), y Tifereth
(Belleza o Esplendor). Ellas conforman el Mundo prototípico de Beriyah, o de la
Creación, reflejo directo del mundo Arquetípico de Atsiluth, como bien lo expresa el
triángulo invertido, que simboliza el descenso de las energías divinas en el seno
de la manifestación. Hesed es el principio constructor, mientras que Gueburah
representa el principio destructor, aunque ambos surgen simultáneamente de la
tríada superior como dos energías necesarias, las que se neutralizan y equilibran
en Tifereth. Si del seno de Hesed surgen todas las criaturas y seres que han de
manifestarse (los que él signa con su Amor y Misericordia inagotables), de
Gueburah emana el Rigor imprescindible que pone límites a la energía expansiva
de Hesed, discriminando así todo lo que es superfluo e innecesario en el proceso
creativo. Tifereth, la Belleza divina, aparece entonces como el Centro donde esos
opuestos aparentes se concilian, manifestando la Unidad y el Ser en todas las
cosas.
La tercer tríada (7, 8, 9) del Arbol de la Vida está compuesta por las sefiroth
Netsah (Victoria), Hod (Gloria) y Yesod (Fundamento). Ellas constituyen el Mundo
de Yetsirah, o plano de las Formaciones, así llamado porque es en él donde las
ideas informales del plano de Beriyah toman forma sutil, constituyendo
propiamente el dominio psíquico de la manifestación. Se corresponde entonces
con las "Aguas inferiores", reflejo invertido (y en cierto modo ilusorio) de las
"Aguas superiores" de Beriyah. Netsah y Hod emanan directamente de Tifereth,
aunque, como podemos comprobar, por su ubicación en los pilares laterales del
Arbol, están relacionadas con Hesed y Gueburah, respectivamente. De ahí que
Netsah sea una energía activa y expansiva, donde esos mismos principios
informales (que son todos los seres antes de manifestarse) se refractan en una
multiplicidad indefinida, adquiriendo forma sutil gracias a la intervención de la
energía pasiva y contractiva de Hod (la que sin embargo también les da la muerte,
o la transformación, necesaria en su camino de retorno al Origen). Desde el punto
de vista del hombre, Netsah es el Arte verdadero, que nos conduce a los
arquetipos y al Espíritu, y Hod es el Rito con el que sacralizamos el tiempo y el
espacio y vivificamos a los seres míticos, identificándonos con ellos. La
permanente y mutua interrelación entre Netsah y Hod genera a la sefirah Yesod,
que aparece así, justamente, como el fundamento necesario gracias al cual esas
formas descienden al plano físico y material, que es propiamente Asiyah.
El Uno simboliza el Origen y el Principio único del que derivan los principios
universales, y también el Destino común al que todos los seres han de retornar.
Es, según la máxima hermética, "el Todo que está en Todo", es decir, el Ser Total.
Aunque el punto y el uno son ya una primera afirmación (proveniente de una
página en blanco, o del cero, o del No-Ser) normalmente se los describe más bien
en términos negativos, ya que representan lo indivisible, lo inmutable, es decir el
motor inmóvil, padre de todo movimiento y manifestación. La meta primera de los
trabajos iniciáticos es alcanzar la conciencia de Unidad.
7 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 = 2 + 8 = 10 = 1 + 0 = 1
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En el esoterismo tradicional, los siete estados de la conciencia, son: 1. Sueño profundo (Sushupti Chetana),
2. Sueño (Swapn Chetana), 3. Conciencia en vigilia – despierto – (Jagrat Chetana), 4. Conciencia
trascendental (Turiya), 5. Conciencia cósmica (Turitatit Chetana), 6. Conciencia Divina o Conciencia de Dios
( Bhagavad Chetana) y 7. Conciencia de Unidad – Conciencia Universal (Brahmi Chetana)
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En Latinoamérica, Uruguay es el páis donde más se venera a San Cono, cuya fiesta es el 3 de junio.