TEOLOGÍA MORAL

SEGÚN

L A DOCTRINA DE LOS DOCTORES DE L A IGLESIA

SANTO TOMÁS DE AQUINO

Y

SAN ALFONSO MARÍA DE LÍGORIO

POR El.

R. P. FR. JOSÉ M. MORAN

DE LA ORDEN DE PREDICADORES

SEGUNDA EDICIÓN

A N O T A D A SEGÚN L A S Ú L T I M A S DISPOSICIONES DE L A SANTA SEDE,

DE L A S CONGREGACIONES ROMANAS,
y A L TENOR DE L A S V A R I A C I O N E S D E L CÓDIGO C I V I L E S P A Ñ O L VIGENTE,

POR U N PADRE D E LA MISMA ORDEN.

TOMO II.

GON LAS D E B I D A S LICENCIAS

MADRID
LIBRERÍA CATÓLICA D E D. G R E G O R I O D E L A M O
Calle de la Paz, núm. 6

1899
 TEOLOGÍA MORAL
SEGÚN

LA DOCTRINA DE LOS DOCTORES DE L A IGLESIA

SANTO TOMÁS DE AQUINO

Y

SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

POR E L

R. P. FR. JOSÉ M. M O R A N '

DE l.A. ORDEN DE PREDICADORES

SEGUNDA EDICIÓN

ANOTADA SEGÚN L A S Ú L T I M A S DISPOSICIONES D E L A S A N T A SEDE,

DE L A S CONGREGACIONES ROMANAS,
AL TENOR D E L A S V A R I A C I O N E S D E L CÓDIGO C I V I L E S P A Ñ O L VIGENTE,

POR U N P A D R E D E L A MISMA ORDEN.

TOMO II.

CON L A S D E B I D A S LICENCIAS

MADRID
LIBRERÍA CATÓLICA D E D. G R E G O R I O D E L A M O
Calle de la Paz, núm. 6

1899
 TABLA DE LOS LIBROS, TRATADOS Y MATERIAS QUE CONTIENE ESTE TOMO
SEGUNDO, CON INCLUSIÓN D E L O S NÚMEROS DE C A D A TRATADO, Y EXPRESIÓN
DE L O S NÚMEROS QUE COMPRENDE.

NÚMEROS Números
LIBRO TRATADO que abraza
TÍTULO DE LAS MATERIAS QUE CONTIENE
Del al cada libro.

V 6.° Del octavo precepto del Decálogo 1458 1596 111

Si reserva la propiedad de esta obra.—Queda
1.° De los Sacramentos en general 1597 1671
hecho el depósito que marca la ley.
o o Del sacramento del Bautismo , 1672 1749
3.° Del sacramento de la Confirmación 1750 1768
4.° De la Eucaristía como Sacramento y
VI
como sacrificio 1087
1769 2105
5.° Del sacramento de la Penitencia 2106 2502
6.° Del sacramento de la Extremaunción.. 2503 2555
7.° Del sacramento del Orden 2556 2684

APÉNDICES.

I. Novísimas disposiciones que contiene el decreto QUEMADMODUM,

acer ca de la confesión y comunión de personas religiosas de
ambos sexos. (Véanse los niímcros 1910 y 2329.)
II. Varias resoluciones déla Sagrada Congregación de Ritos sobre
oratorios públicos, semipúblicos y privados, y erección de ora-
torios. (Véase el núm. 1957.)
III. Del procedimiento contra los solicitantes en la confesión. (Véase
el núm. 2459.)
IV. Sobre la excardinación é incardinación de los clérigos. (Véase
el núm. 2586.)

M A D R I D . — Imprenta de la Viuda é Hija de Fuentenebro, Bordadores, 10.

 LIBRO
(CONTINUACIÓN)
TRATADO SEXTO
Del o c t a v o p r e c e p t o del D e c á l o g o .
1451. Habiéndose tratado en el
quinto, sexto y séptimo preceptos de
los males que el hombre puede causar
á sus prójimos por obra, se sigue tra-
tar de los daños que puede causarles
de palabra, ó por obras ó signos equi-
valentes á palabras. Este precepto pa-
rece muy sencillo si se atiende á las
palabras con que se expresa en el
cap. 20, v . 16 del É x o d o : « N o n l o -
queris contra proximum tuum falsum
testimonium;» pero abraza varias e s -
pecies de pecados, cuyo conocimiento
es de mucha importancia y necesidad
á todo cristiano, pero sobre todo á los
confesores.
CAPÍTULO PRIMERO
DEFINICIÓN, DIVISIÓN Y GRAVEDAD
DE LA MENTIRA
P. ¿Qué es mentira?
R. « S e r m o prolatus cum intentio-
ne dicendi falsum.» D e modo que lo
formal de la mentira consiste en ex-
presar con las palabras lo que no se
tiene en la mente: « R a t i o mendacii
sumitur a formali falsitate, ex hoc,
scilicet, quod aliquis habet volunta-
tem falsum enuntiandi,» dice Santo
T o m á s ( 2 . 2 . , q. n o , art. i ) .
a a9
Algunos autores dicen que para
que haya mentira formal es necesario
TOMO I I .
QUINTO
que haya intención de engañar; y se
fundan en aquellas palabras de San
Agustín: «Mendacium est falsa signi-
ficado cum intentione fallendi.» D e
aquí provino que algunos dijesen:
«Mentiri est contra mentem iré cum
animo fallendi;» pero Santo T o m á s
dice que el ánimo de engañar no
pertenece á la esencia de la mentira,
sino tan sólo al complemento de ella;
y esto quiso decir San A g u s t í n , pues
en otros lugares así lo expresa: « P r o -
mere lingua aliter quam sit in pectore
clausum, est malum proprium m e n -
tientis» [in Enchir., cap. i S . ) E n la
exposición del salmo 5 dice: « M e n -
dacium jocosum est mendacium, sed
non perniciosum.» Esto se prueba
por la experiencia: el testigo y el reo
juran muchas veces en falso, aun
cuando sepan que al juez le consta
ciertamente lo contrario; en cuyos
casos no intentan engañar al j u e z ,
sino impedir la plena probanza del
crimen por falta de testigos.
Algunos dividen la mentira en pu-
ramente material, puramente formal
y mixta. L a puramente material es,
cuando uno se equivoca inculpable-
mente, afirmando ó negando con bue-
na fe como verdadero lo que realmen-
te es falso en sí mismo. Mentira pu-
ramente formal es, cuando uno afir-
ma ó niega una cosa que en sí misma
 LIBRO V. T R A T A D O VI. DEL OCTAVO FRECE PTO D E L DECÁLOGO. 3
2
del fin no sería formulita' mendax per- título 19 De usuris, capítulo Sitper eo.) que falta á la verdad en el juramento,
es verdadera, pero el que afirmó ó Véase á Santo T o m á s (2. 2 . ,
niciosus, el que mintiese sin intención a a6
véase ese tratado (números 745 y 746).
negó tenía intención de mentir y creía q. 1 1 0 , art. 3), donde demuestra que
de que se siguiese daño á otro, pero Acerca del que miente en la confesión,
que la cosa era falsa. Mentira mixta « o m n e , mendacium est peccatum.»
pecaría mortalmente si advierte que se dirá cuando se trate del sacramen-
es, cuando la cosa es falsa y el que L o más admirable es que el porten-
« v e l ratione materia? , vel ratione to de la Penitencia.
la afirma ó niega conoce que falta á toso ingenio de Aristóteles, con la
damni in audiente vel in quocumque Sobre la anfibología, su división,
la verdad. alio notabiliter, propterea (por su men- sola razón natural, dijo: «Mendacium si es lícita, y cuándo, véase el tratado
L a mentira puramente formal y la tira) lfflsus quis est.» ( E n el c o m e n - est per se pravum et f u g i e n d u m . »del juramento (núm. 767) y apliqúese
mixta, delante de Dios, convienen en tario de la 2 . 2.' ', q. n o , art. 2.)
a 1 { I n 4 Ethic, cap. 4.) á este lugar, con la sola diferencia de
la malicia, si bien en cuanto á otros Cuando por pasatiempo se 'dicen P. ¿Qué gravedad tiene la men- que para usar de anfibología en el j u -
efectos de restitución ó penas se dis- cosas que son falsas materialmente, tira? ramento se requiere mayor necesidad
tinguen. no siempre hay mentira; porque si R. L a mentira jocosa per se es pe- que en el trato social.
E n cuanto á la mentira puramente por las circunstancias y por el modo cado venial, pero per accidens puede E l que quiera instruirse más por
material, no se la debe contar como de decir las palabras tienen para los ser mortal; como cuando se ejerce la extenso de la anfibología en varios
verdadero miembro de la división de que las oyen una significación distinta jocosidad mentirosa sobre materias de casos particulares, vea á San L i g o r i o
la mentira, porque no tiene la razón de la material, no hay mentira. A s í fe, de religión ó de buenas costum- (lib. 3, desde el núm. 153).
formal de mentira: « R a t i o rnendacii decimos á uno muy pequeño, que es bres, con grave irreverencia, ó se hi-
sumitur a falsitate formali: et quod un gigante: en un día de nieves y ciesen con grave daño del prójimo,
príeter intentionem est, per accidens | ventiscas decimos: « ¡ V a y a un día de advirtiendo el perjuicio. También C A P Í T U L O II
est; unde non potosí esse specifica diffe- primavera!» Estas locuciones p e r t e - cuando hubiese escándalo grave, por
DE LA SIMULACIÓN"
rentia ntcndacii,» dice Santo T o m á s necen á la virtud de la eutropelia, la dignidad de la persona. El pueblo
(2. 2. , q. n o , art. i ) . se escandalizaría fácilmente si oyese
a
cuando se hace por deleitar con las 1453. L a simulación formalmen-
L a mentira, según su propia razón, convenientes circunstancias; pero aun á un Obispo mentir en público.
te tal pertenece á la especie de m e n -
esto es, según se opone á la verdad, cuando las expresiones falsas se digan L a mentira oficiosa per se no tiene tira. L a simulación puede ser m a t e -
se divide en mentira que se opone á con ánimo de deleitar al auditorio, si grave malicia; pero puede ser mortal, rial y formal. Simulación material es
la verdad por modo de exceso, esto es, se expresan seriamente, de modo que ó porque se miente para conseguir cuando «quis in opere suo aliud agit
diciendo más de lo que es en realidad, parezcan dichas con sinceridad, en- para sí ó para otro algún bien ó des- quam prima facie apparet, non inten-
y es la jactancia; ó se opone á la ver- tonces son propia y rigurosamente tino para el cual hay una gr.ive indig- dens tamen deceptionem alterius, sed
dad por defecto, esto es, por decir mentiras jocosas. nidad, ó se miente para evitar el casti- aliquem finem.» Esta simulación es
menos de lo que es en realidad, y es la go del criminal,con grave perjuicio del lícita si concurren tres circunstan-
1452. P. ¿La mentira es mala
ironía; por ;ue, como dice Santo T o - público ó de la corrección del mismo cias: 1.* Que el fin intentado sea
ab intrínseco? culpable, ó porque se siguiese grave b i e n o . 2 . Que haya justa causa.
más: o V e n t a s íequalitas qua;dam est, a

R. Véase á Billuart (De religione, escándalo. E n estos casos, como dice 3 . Que los presentes puedan conocer
cui per se opponitur majus et minus» a

diss. g . , art. i , § 3), donde cita v a -

(art. 3 de la cuestión citada).
L a mentira, por parte del fin que
se propone el que miente, se d i v i d e ]
en jocosa, oficiosa y perniciosa. L a
mentira jocosa es «quse ad sui vel.al-
terius delectationem ordinatur;» tales
son las mentiras de los que para di-
vertir á una persona enferma ó triste
cuentan cosas falsas, pero alegres; y
también hay personas que tienen pla-
cer en decir mentiras.
L a oficiosa es «qu;e ad sui vel alte-
rius utilitatetn ordinatur;» como el
que miente para conseguir un bien ó
evitar un mal, ya sea para sí, ya para
otro, pero sin perjuicio de nadie. L a
perniciosa es « quse alicui injuste
nocel;» pero se ha de notar que si
bien, como dice Cayetano, por razón
a
1
rios autores y algunos Santos Padres
que creyeron lícita la mentira en a l -
gún caso extraordinario; en el día es
doctrina católica que la mentira es
mala ab intrínseco. T o d o s los teólogos
convienen en que aun cuando se tra-
tara de salvar la vida de un inocente,
no es lícito mentir.
E l arzobispo de Palermo consultó
á Alejandro I I I sobre si sería lícito
ejercer las usuras para emplear la ga-
nancia en la redención de cautivos.
E l Papa respondió en 11S0: « R e s p o n -
demus, quod... cum Scriptura Sacra
prohibeatpro allerius vita mentiri, multo
magis prohibendus est quis, ut etiam
pro redimenda vita captivi usurarum
crimine involvatur.» ( L i b . 5, Decret.,
Cayetano y se infiere de la doctrina que el simulador se propone otro fin.
de Santo T o m á s , aunque la mentira, Con estas condiciones la simulación
dicha sin intención de dañar, es esen- es lícita, porque no se intenta sino
cialmente oficiosa, pero per accidens ocultar la verdad en las obras. E s una
puede ser perniciosa por razón de la anfibología externa, lícita en las obras,
materia, ó del efecto, ó del escándalo. c o m o es lícita también c o n estas con-
L a mentira perniciosa es mortal ex diciones la anfibología externa en las
genere suo, pero no lo es in toto genere palabras. T a l e s s o n los ardides mili-
suo. (Véase el núm. 269.) Cuando el tares de la guerra. Así tomó Josué á
daño que se sigue de la mentira per- Jericó (Josué, cap. 8 ) .
niciosa es l e v e , consideradas todas L a simulación formal es vfictio,
sus circunstancias, no hay sino pe- qua quispiam per aliqua signa facto-
cado venial; mas podrá haber mortal
r u m vel rerum intendit aliud signifi-
«ratione finis, aut scandali.» En fin,
care, quam quod in, animo habet.»
véase lo que se dijo en el núm. 273,
Esta simulación es ilícita, porque es
cuando lo que es venial ex se pasa á
una verdadera mentira de hecho, que
ser mortal.
equivale á la mentira de palabras,
Acerca del pecado que comete el como dice Santo T o m á s : «Simulatio
4 LIBRO V. T R A T A D O VI. DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO. 5
proprie (la formal) est mendacium nes buenas que no hacen, son m a n i -
porque es propiamente una mentira,
quoddam in exteriorum signis facto- fiestamente mentirosos: los hipócri- como dice Santo T o m á s ( 2 . z . ,a 3 3

rum consistens. Non referí autem
utrum aliquis mentiatur verbo, vel
quocitmque alio Jacto... Unde cum
omne mendacium sit peccatum con-
sequens est etiam, quod omnis simu-
latio (formalis) est peccatum» (2. a non habeni; quamvis non simulant
2 . , q. n i , art. 1). L a razón funda-
a ;
mental del Santo es: «quod ad virtu-
tem veracitatis pertinet, ut quis talem
se exhibeat exterius per signa exte-
riora, qualis est. Sicut ergo veritati
opponitur quod aliquis per verba ex-
teriora aliud significet quam quod
habet apud se, quod ad mendacium
pertinet; i ta etiam opponitur veritati,
quod aliquis per aliqua signa factorum
vel reriim aliquid significet contrarium
ejus quod in eo est; quod proprie si-
mulatio dicitur.» P o r lo tanto, su gra-
vedad se ha de graduar por lo que se
tas que hacen acciones buenas, pero
con ánimo de que los tengan por san-
tos, son también mentirosos; porque,
como dice Santo T o m á s , « simulant
mendaciter intentionevi reclam, quam
aliquod rectum opus, quod non agunt.»
(2." 2. , q. n i , art. 2 ad i . )
a3 u m
E l que se viste de religioso para
que le tengan por santo, es un h i p ó -
crita; pero el que se hizo religioso
con buen fin, aunque después «per
infirmitatem deficiat, non est simula-
tor vel hypocrita; quia non tenetur
manifestare suum peccatum, sancti-
tatis habitum deponendo,» como dice
Santo T o m á s (en el mismo artículo
ad 2. » ).
11 1
T a m p o c o es hipócrita, antes bien
es laudable, el hombre inmoral é i n -
CAPÍTULO IV
Ü B LA JACTANCIA Y DE LA IRONÍA
1456. P. ¿Qué es jactancia?
R. « E s t vitium per quod aliquis
verbis se extollit supra id quod in ipso
est.» L a jactancia en este sentido se
opone á la verdad, y es mentira for-
mal. T a m b i é n es jactancia cuando
aliquis effert se supra id quod est in
opinione aliorum. E n este caso, si no
dice de sí más de lo que tiene, no es
mentira. E n ambos casos la jactan-
cia es hija de la vanagloria, aunque
también puede nacer de otros fines
perversos.
P. ¿Qué pecado es la jactancia?
R. Véase el núm. 300. Véase t a m - razón es, porque ésta, por lo común,
bién á Santo T o m á s , 2 . 2. , q. 1 1 2 , nace de ambición ó de avaricia, y
1 x
q. 1 1 3 , art. 1.) E l humilde «culpas
agnoscit, ubi culpa non est,» c o m o
dice San Gregorio; pero esto se e n -
tiende «in quantum déficit a justitise
perfectione;» pero «non culpam dicit
quod pro culpa non recognoscit; quod
ad ironise mendacium pertinet: eo
quod h o m o non debet (hoc est, non
potest) unum peccatum faceré, ut
aliud vitet,» como allí mismo dice
Santo T o m á s . Non ita caveatur arro-
gantia, ut veritas relinquatur, dice San
[ Agustin (super Joann., tract. X L I I I ,
inter médium et finem). L a humildad
es verdad, como dice Santa T e r e s a .
E n cuanto á la malicia de la i r o -
nía, es ordinariamente pecado venial,
y menos grave que la jactancia. L a

ha dicho de la mentira.
E n cuanto á la simulación en m a -
teria religiosa, véase e l n ú m . 360. D e
la simulación en la administración de
Sacramentos, véase el núm. 1647.
C A P Í T U L O III
D E LA HIPOCRESÍA
1454. P. ¿Qué es hipocresía?
R. « F i c t i o qua quis simulat per-
sonam alterius.» D e modo que la h i -
pocresía es una verdadera mentira,
una verdadera simulación formal; por-
que, como dice Santo T o m á s , toda
hipocresía es simulación, aunque no
toda simulación es hipocresía: «sed
solum illa qua quis simulat personam
alterius, sicut cum peccator simulat
personam justí» (2. 2 . , q- 1 1 1 ,
a a3
art. 2).
E n el sentido moral, no sólo es hi-
pócrita el que manifiesta que practica
acciones buenas que no hace, sino
también el que hace cosas buenas,
pero con el fin de agradar á los hom-
bres para ser tenido por virtuoso.
crédulo que, por no ser infamado ó
por no escandalizar, tiene buen porte
en la sociedad; porque si es laudable
evitar el escándalo, lo es también el
no infamarse sin utilidad, y, por últi-
m o , porque nenio tenetur se ipsum pro-
dere, como dice Silvio en el comenta-
rio del citado artículo de Santo T o -
más: « I s demum hypocrita est dicen-
dus, qui eo fine sanctitatem simulat,
ut quam non habet, habere videatnr.it
1455. L a hipocresía, por lo c o -
mún, nace de la vanagloria, en cuan-
to el hombre finge una santidad que
no tiene, para captarse la estimación
y alabanza de los hombres; pero pue-
de tener otros fines perversos, como
por ambición de alguna dignidad,
para mejor seducir á una mujer, para
esparcir errores, por avaricia, etc.
D e aquí es que para graduar su ma-
yor ó menor malicia se ha de aten-
der á la materia, fin y circunstancias.
L a hipocresía, dice Santo T o m á s ,
«non semper est peccatum m o r t a l e ,
sed quandoque veníale, quod discer-
nendum est ex fine; qui si repugnat
charitati Dei vel proximi, erit pecca-
art. 2, donde con admirable solidez, aquélla « e x hoc quod fugit , licet
claridad y laconismo explica esta inordinate, per elationem alus gravis
materia. esse,» dice Santo T o m á s (art. 2).
1457. En cuanto á la ironía, se N o obstante, la ironía puede ser
puede considerar, ó como una l o c u - pecado mortal, ó por razón de la ma-
ción figurada, según usan de ella los teria, cuando uno niega mentirosa-
oradores y los poetas, y es cuando se mente que tiene aptitud para un car-
dice irrisoriamente una cosa para g o , y así se excusa indebidamente del
significar lo contrario, como cuando cumplimiento de acciones que ó por
Virgilio pone en boca de Juno aque- justicia ó por caridad le obligan sub
llas palabras con que en la mitología gravi; ó por razón del fin, cuando,
se burlaba de Venus y de su hijo C u - c o m o dice Santo T o m á s , «aliquis
pido, que se gloriaban de haber ven- minora de se fingit ad dolóse deci-
cido á una mujer: « E g r e g i a m vero piendum. E t tune ironia est gravior
laudem, et spolia ampia refertis... jactantia.» D e esta clase de humildes
tuquepuerque tuus.D (Eneida, 4 ^ . 9 3 . ) se dice en el Eclesiástico (cap. i g ,
L a ironía en este sentido será lícita ó v. 23): « E s t qui nequiter humiliat se,
ilícita, según la materia, fin y cir- et interiora ejus plena sunt d o l o ; » y
cunstancias. Algunas veces se reduce en los Proverbios (cap. 26, v. 25), se
á la contumelia; otras veces es figura dice : « Quando submiserit vocem
retórica. s u a m , ne credideris e i ; quoniam
L a ironía, según se opone á la ver- septem nequitiae sunt in corde illius.»
dad, se define: «Simulatio ejus quod P o r lo tanto, todos éstos son menti-
est infra v e r u m ; » y es, v. gr., cuando rosos, porque manifiestan con signos
uno afirma de sí una cosa vil que exteriores lo que no tienen en su i n -
sabe que no tiene, ó niega que tiene terior. «Non refert autem, utrum a l i -
alguna virtud ó buena cualidad que quis mentiatur verbo, vel quocumque
conoce que la tiene. E n este sentido alio f a c t o , » dice Santo T o m á s ( 2 .
a

L o s hipócritas que fingen accio- tum mortale» ( 2 . 2.*, q. 1 1 1 , art. 4).

a
se habla de la ironía en este lugar, 2.* , q. n i , art. 1). M e he alargado
 LIBRO V. T R A T A D O VI.
sobre el tratado de la mentira, porque | rusticidad y la severidad demasiada.
abunda tanto hoy en el mundo, que Esta es muy perjudicial, sobre todo
son poquísimos los que de una ó de en los eclesiásticos y en los religiosos:
otra manera no mientan. «Est contra rationem ut aliquis se alus
onerosum exhibeat, puta, dum tiihil
delectabile exhibet, et etiam aliorum
CAPÍTULO V delectationes impedit. O m n e autem
quod est contra rationem in rebus hu-
DE LA ADULACIÓN
manis vitiosum est,» dice Santo T o -
más (2. 2." , q. 16S, art. 4). Séneca
1458. P. ¿Qué es adulación?
a
DEL OCTAVO PRECEPTO
tracción, de la cual se hablará en el
capítulo siguiente.
Se dice mal de un mocki imperativo,
cuando uno por mandato es causa de
que se haga mal al prójimo. D e este
m o d o se trató en la restitución, cuan-
do se habló de la palabra jussio; por-
que aunque este modo de decir sólo
en Dios es eficaz absolutamente: Ipse
dixit, et facía sunt ( S a l m . 32, v. g ) ,
DEL DECÁLOGO.
7
tizando.» L u e g o es lícito á los par-
ticulares expresar con palabras el d e -
seo de que esto suceda, con tal que
no sea por espíritu de venganza.
T a m b i é n se puede maldecir «sub
ratione utilis; puta, cum aliquis optat
aliquem peccatorem pati aliquam
aegritudinem, aut aliquod impedimen-
tum, vel ut ipse melior efficiatur, vel ut
saltem ab aliorum nocumento cesset,»

pero también «consequenter competit

R. « E s t cum quis vult supra de- dijo discretamente: « S i c te geras sa- como dice Santo T o m á s en el mismo
hominibus, qui verbo suo alios m o -
bitum modum virtutis alios verbis vel pienter, quod nullus te habeat t a m - lugar.
vent per imperium ad aliquid facien-
factis delectare in communi conver- quam asperum, nec contemnat quasi E n estos dos casos, esto es, mal-
v i l e m . » ( L i b . De Quaiuor Virtutihus, dum: et ad hoc instituía sunt verba
satione.» decir «sub ratione justi ó sub ratione
imperativi m o d i , » como dice Santo
Cuando en el exceso no hay otro cap. De conlinentia, ante médium.) utilis. no es maldición per se loqueado,
Debemos ser severos contra los v i - T o m á s . E l tercer modo de decir mal
mal ni fin que el ser extremadamente sed per accidens; quia principalis in-
es el optativo; y es, cuando con las
alegre, festivo y placentero, es peca cios, indulgentes con las personas, tentio dicentis non fertur ad malum,
palabras optativas se expresa el mal
do venial, y no es propiamente adu- exceptuados algunos casos. P o r lo co- sed ad b o n u m , » dice el Angélico
que se desea á otra persona, ó cosa,
lación, sino defecto opuesto por exceso mún un celo amargo é indiscreto, lejos Maestro.
ó á sí m i s m o . E n este tercer sentido
á la virtud de la afabilidad. ¡de convertir, irrita y endurece más á Pero se ha de procurar: i . ° Que no
se toma la maldición en el presente
Cuando se alaba más de lo justo, ó ' l o s incrédulos y á los pecadores. San se mezcle odio ó venganza. 2° Que
capítulo. Aunque algunos autores tra-
se finge lo que no hay, ó se alaba lo Francisco de Sales con la urbanidad, no se desee mayor pena que merece
tan de la maldición, cuando hablan
que es vituperable, para agradar á al- afabilidad y mansedumbre convirtió la culpa. 3 . Que el mal que se desea
0

de los vicios contrarios á la caridad,

guno, entonces es propiamente a d u - muchos miles de herejes; y amaestra- se compense con el bien que se espe-
me ha parecido más propio este lugar,
lación ó lisonja, y será mortal: do por la experiencia , pronunció ra. Véanse los números 2 7 5 , 276
siguiendo á Santo T o m á s y otros au-
i . ° Cuando se alaba el pecado mortal aquella célebre sentencia: « M á s mos- y 277; y lo que allí se dijo de los de-
tores; porque la maldición formal,
de alguno. 2.° Cuando se adula á algu- cas se cogen con una gota de miel, seos, apliqúese á la licitud ó ilicitud
esto es, cuando se expresa el deseo de
no con el fin de que se siga al adula- que con cien barriles de v i n a g r e . » D e de las maldiciones.
algún daño al prójimo sub ratione
lado ó á un tercero algún daño grave. Jesucristo dice el evangelista San 1 4 6 0 . P. ¿Qué pecado es la m a l -
malí, como «¡ojalá te rompas una
3 . Cuando, aunque no se intente ese L u c a s que predicaba con tanta g r a -
0
dición formal, esto es, cuando se mal-
pierna!» es pecado de palabra contra
daño grave, se prevé con fundamento cia, que se captaba la admiración de dice sub ratione mali?
justicia conmutativa.
que se seguirá fácilmente. todos: « E t omnes testimonium illi R. Es pecado mortal ex genere suo.
Aquí se ha de notar que el alabar dabant, et mirabantur in verbis gratice, P. ¿Qué es maldición? « N e c maledici, nec rapaces regnum
á una persona en su presencia, aun- quee procedebant de ore ipsius.it (Cap. 4, R. « Verbum execrativum, quo quis Dei possidebunt» ( I ad Cor., cap. 6,
que por lo común es peligroso, pero v. 22.) sibi vel próximo aliquod malum i m - v. 10); pero no es mortal in toto genere
hay ocasiones en que es acto de vir- precatur.» suo. Oigamos á Santo T o m á s : « V e l l e
tud: « S i enim aliquis aliquem velit A q u í se ha de notar diligentemente autem, vel imperio moveré ad malum
delectare laudando, ut ex hoc eum CAPÍTULO VI que el desear ó imprecar mal á algu- | alterius, secundum se repugnat chari-
consoletur, ne in tribulationibus defi- no sub ratione jusli cuando la culpa es ' tati...; et ita secundum suum genus est
ciat, vel etiam ut in bono proficere DE LA M A L D I C I Ó N .proporcionada á la pena, es lícito, peccatum mortale... Contingit tamen
studeat, alus debitis circumstantiis como dice Santo T o m á s . L a razón I verbum maledictionis prolatum esse
o b s e r v a t i s , pertinebit hoc ad prae- 1459. Maldición se deriva de de- e s , porque «faceré aliquid et velle peccatum veníale, vel propter parvita-
dictam virtutem amicitiae... Similiter cir mal: malutn dicere. Esta palabra illud, se consequuntur in bonitate et tem mali quod quis alteri maledicendo
velle placeré hominibus propter cha- decir se toma en tres sentidos, en or- malitia» ( 2 . 2&,
a
q. 76, art. 1). Por imprecatur, vel etiam propter affectum
ritatem nutriendam, ut in ea homo den á aquello que se dice, según Santo lo tanto, bajo este concepto es lícito ejus qui profert maledictionis verba,
spiritualiter proficere possit, laudabile T o m á s (2. 2. , q. 76, art. 1): de un
a x decir: « O j a l á quiten la vida á los ase- dum ex levi motu, vel ex ludo, aut ex
est:» son palabras de Santo T o m á s modo enunciativo, ó imperativo, ú sinos! ¡Ojalá excomulguen á los he- j surreptione aliqua talia verba profert;
( 2 . 2. , q. 1 1 5 , art. 1 ad 10).
a 8e
optativo. rejes obstinados!» L a razón es, por- quia peccata verborum máxime ex
Se dice el mal de otro de un m o d o que «judex licite maledicit cui príe- affectn pensantur» ( 2 . 2 . * , q. 76,
a

Se ha de tener presente que, si bien

enunciativo, cuando se refieren los de- cipit justam poenam inferri: et sic art. 3). L a razón por qué peccata ver-
la adulación es de almas bajas, se ha
etiam Ecclesia maledicit a n a t e m a - borum máxime ex affeetu pensantur, la
de huir del vicio contrario, que es la fectos ajenos: esto pertenece á la de-
8 LIBRO V. T R A T A D O
había dado ya el Santo Doctor en la
q. 72, art. 2; y por ser tan importante
esta sentencia, voy á transcribir sus
palabras: «Verba, in quantum sunt
soni quidam, non sunt in nocumen-
tum aliorum, sed in quantum signifi-
cant aliquid; quas quidem significatio
ex interiori affectu procedit: et ideo in
peccatis verborum máxime consideran-
dum videtur ex quo affectu aliquis
verba proferat.»
Aquí se han de notar dos cosas i m -
portantes: 1.* Que algunas personas
rústicas ó poco instruidas pronuncian
de corazón maldiciones graves con la ad-
vertencia suficiente para pecado mortal;
pero como no les dura mucho la cólera
y se arrepienten luego, creen que no
pecaron ; pero pecan mortalmente.
2. L a s maldiciones, aunque no p r o -
a
cedan ex interiori affectu, pueden ser
mortales por el escándalo, especial-
mente cuando los padres tienen cos-
tumbre de proferirlas delante de sus
hijos, y también los que maldicen ad-
vertidamente en público, aunque sea
sin intención de mal deseo á la per-
sona. Maldiciones hay que son más
escandalosas, y por desgracia harto
frecuentes en algunas partes, c o m o :
«así te llevaran los demonios; permi-
ta Dios que en este momento te cai-
gas muerto,» etc.
1461. P. ¿Qué conducta debe
observar el confesor con las madres
que maldicen con frecuencia á sus
hijos sin ninguna mala intención, y
no les parece culpa grave?
R. E n este caso y otros semejan-
tes me refiero á lo que se ha dicho,
citando á San L i g o r i o , acerca de los
que tienen costumbre de jurar en fal-
so, sin advertir ni creer que pecan
mortalmente. ( V é a s e el núm. 750.)
1462. P. ¿ C ó m o peca el que,
hallándose muy enfermo y dolorido,
dice: «así me muriera para acabar de
padecer?»
R. Véase el núm. 277.
Acerca de los pecados que comete
el que de un ímpetu maldice á otro,
VI.
imprecándole la m u e r t e , infamia,
pérdida de sus bienes, véase el nú-
mero 293.
Acerca del pecado que comete el
que maldice á los difuntos, véase á
San L i g o r i o , lib. 3, núm. 130, donde
dice que por lo común es pecado
venial.
C ó m o peca el que maldice al mun-
do, véase el núm. 732.
Acerca del que maldice al demonio
ó á las criaturas irracionales, véase el
núm. 732.
CAPÍTULO Vil
NOCIÓN DE LA FAMA Y D E L HONOR
1463. Como opposita juxta se po-
sita magis illuscescunt, habiendo de
tratar en los capítulos siguientes de
la detracción que se opone á la fama,
y de la contumelia, que se opone al
honor, me parece conveniente expli-
car brevemente en este capítulo en
qué consisten la fama y el honor,
para que así se comprendan más f á -
cilmente la detracción y la contu-
melia.
P. ¿Qué es fama?
li. « O p i n i o et sermo multorum de
vita et moribus alicujus.»
Se dice opinio, porque la fama con-
siste esencialmente en el juicio inter-
no que los hombres tienen formado
de alguna persona.
Se añade et servio, porque no se
completa la fama, si no se manifiesta.
Se dice multorum, porque el pare-
cer de uno solo no forma lo que se
llama fama simpliciter, sino secundum
quid.
Se dice de vita et moribus alicujus,
porque la fama primaria y principal-
mente consiste en la opinión que se
tiene de la virtud de alguna persona,
y secundariamente en la opinión de
otras buenas cualidades naturales ó
adquiridas; como talento, ciencia, va-
lor, riquezas, prudencia, etc. Por el
contrario, la mala fama de una per-
DEL OCTAVO PRECEPTO
sona consiste principalmente en la
opinión de que es viciosa; y secunda-
riamente, en la opinión de que tiene
defectos naturales; como de que es
espuria, tonta, fea, etc.
1464. P . ¿Qué es honor?
R. Testificatio de excellentia alicujus.
E s t a manifestación puede hacerse, ó
con palabras, como conde, marqués,
excelencia, ilustrísima, etc. Puede
hacerse también con acciones, como
descubrirse, inclinarse, arrodillarse.
Puede hacerse con algunas cosas exte-
riores, como levantar estatuas, poner
nombre á calles, á buques en honor
de alguna persona.
E l honor se dice testificatio, porque
á Dios podemos honrarle con actos
puramente internos, pero á los h o m -
bres no podemos manifestarles los
honores sin actos externos.
Se dice de excellentia alicujus, esto
es, de su virtud principalmente, y se-
cundariamente de sus prendas n a t u -
rales ó adquiridas, como se dijo de la
fama. D e modo que se honra cual-
quier superioridad que un hombre
tiene sobre el común de los otros
hombres, que esto quiere decir exce-
lencia, como potestad, dignidad, no-
bleza. T a m b i é n las riquezas bien a d -
quiridas dan motivo de honor; porque,
como dice Billuart, «dividas prasbent
facultatem ad praeclara opera, et pos-
sunt esse virtutis instrumentum.»
E l honor es un culto, ó religioso, ó
civil. Este culto es absoluto, cuando
se da á la misma persona honrada; es
relativo, cuando se da por respeto á
ella á otra cosa, á veces inanimada.
Así se honran con culto religioso los
vestidos que fueron de un Santo; así I
el buen hijo honra con culto civil las '
cosas que usó su padre; así se honra
la espada del Gran Capitán, etc.
Para que una persona honre á o t r a ,
no es necesario que ésta sea ni se la
considere superior á aquélla; basta
que la persona honrada tenga alguna
excelencia sobre el común de los hom-
bres. Así vemos que el Papa honra á
DEL DECÁLOGO. 9
los Obispos, el Obispo á los párrocos,
el R e y á los ministros, etc. E s verdad
que el muy humilde á todos honra,
porque le cuesta poco practicar el
consejo de San Pablo: «in humilitate
superiores sibi invicem arbitrantes.»
( I I ad Philip., c. 2, v. 3.)
1465. L a fama y el honor se dis-
tinguen en especie: i . ° Porque la fa-
ma tan sólo se refiere á la persona
ausente; el honor no se tributa sino á
la persona presente ó en cosa que la
represente, como retrato, estatua, etc.
2 . L a fama consiste principalmente
0
en la buena opinión que se tiene de
alguna persona; y por esto, no sólo se
la ofende con la murmuración, esto
es, con actos externos, sino también
con sospechas, dudas y juicios teme-
rarios; pero el honor ni se da ni se
ofende con actos externos. 3 . L a fa-
0
ma puede ser de cualquier perfección;
pero el honor presupone excelencia ó
superioridad en alguna buena cuali-
dad. D i g o que presupone, pero se en-
tiende del honor merecido; porque el
mundo mentiroso honra muchas ve-
ces á los merecedores de grandes cas-
tigos; y tanto más los honra, cuanto
más se distinguen por sus iniqui-
dades.
CAPITULO VIH
DE L A S D U D A S , SOSPECHAS Y JUICIOS
TEMERARIOS
1466. Antes de tratar de la d e -
tracción que infama al prójimo ex-
teriormente, conviene explicar breve-
mente los modos de infamar al
prójimo con actos puramente internos,
á saber: sospechas, dudas y juicios
temerarios. E s de gran importancia
que los confesores aparten á sus p e -
nitentes de esta clase de detracciones
internas, porque la experiencia enseña
que.las personas temerarias en j u z g a r
mal del prójimo proceden fácilmente
á la infamación externa, sobre todo
cuando están poseídas de alguna
10 LIBRO V. T R A T A D O
pasión de odio, envidia ó ira contra
alguna persona; porque, como dijo
Jesucristo, ex abtindantia cordis os lo-
quiti'.v (Lucse, cap. 6, v. 45).
P. ¿Qué es juicio temerario?
R. Santo T o m á s le define así:
« C u m aliquis pro certo malitiam a l -
teráis sestimat ex levibus indiciis.»
( 2 . 2. , q. 6o,art. 3 ) ; y a ñ a d e el San
a itt
to: « E t hoc, si sit de aliquo gravi, est
peccatum mortale, in quantum non
est sine contempla proximi.» E n estas
pocas palabras no sólo nos dice el
Santo la gravedad del juicio temera-
rio, sino la razón de su malicia; esto
es, contemptus proximi.
Aquí se ha de notar que como las
acciones morales no se pueden pesar
físicamente en una balanza, cuando
los indicios para el juicio no son en-
teramente suficientes para una certeza
moral, pero, como dice S i l v i o , « m a -
gnam habent probabilitatem, ita ut
efficiant rem valde verisimilem, non
erit mortale quod quis non modo pro-
babiliter, sed etiam quasi certo j u d i -
cet, quamvis in re g r a v i . » ( E n el c o - algunos confunden la sospecha con la
mentario del citado artículo de Santo
T o m á s , concl. 3. ) L o mismo dicen
a
Molina, L e s i o y Busembau, citados
por San L i g o r i o ; y aunque el Santo
nada dice expresamente, no pone c o -
rrección alguna á las palabras de
Busembau. P o r mi parte aconsejaré
que no se juzgue como cosa cierta un
delito del p r ó j i m o , cuando no hay
razones ó indicios ciertos; pero no con-
denaré á pecado mortal al que tuvo
gran probabilidad para juzgar, porque
VI.
que se hace sin fundamento suficiente.
L a razón es, porque á la persona que
j u z g a sencillamente un hecho sin ad-
vertir que no hay motivo bastante
para su juicio, no se la puede culpar
de pecado grave; pues como dice S i l -
vio en este caso, «judicium non est
perfecte voluntarium, saltem ex parte
qua est aut temerarium, aut de gravi
re.» ( E n el comentario de la 2 . 2. ' ,
a ;i
q. 6, art. 3, concl. 4.)
1467. P. ¿Qué es sospecha?
R. «Assensus inchoatus, quo quis
inclinat in unam p a r t e m , judicans
probabiliter latere aliquod fundamen-
tum opinandi, sed cum formidine
partis oppositse.»
P. ¿Qué es duda?
R. «Suspensio judicii in neutram
partem inclinantis,» E s decir, el juicio
tiene la cosa como cierta: la sospecha
se inclina á una parte, pero con temor
de engañarse: la duda es, cuando al
entendimiento le parecen iguales las
razones en pro y en contra, y así se
queda suspenso. Por último, aunque
opinión ya formada, en mi concepto
se equivocan, porque las dos, no sólo
se distinguen del juicio y de la duda,
sino también se distinguen entre sí.
L a s dos se inclinan más á una parte
cum formidine, pero la sospecha se
inclina menos, y por esto se llama as-
sensus inchoatus, y la opinión «assen-
sus, determinatumque judicium, quam-
vis cum formidine partis oppositse»,
como sabiamente nota Silvio sobre el
art. 3 de la q. 3 de la 2. 2. ' , de
a a
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO. 11
da una parte de la buena opinión del est, ut homo ex levibus indiciis de bo-
prójimo. A s í opinan Cayetano, N a - nitate alterius dubitare incipiat; et
varro, D o m i n g o Soto, Valencia, L a y - hoc est veníale et leve peccatum:» y
man, Diana, Sa y otros. cita en comprobación de su opinión
L a tercera opinión dice que la sos- aquellas palabras de San Agustín
pecha y la duda temerarias, con tal (tract. X X in Joannem, parum ante
que no nazcan de odio ó envidia, no médium, tomo 9): « S i ergosuspiciones
son per se pecado mortal, ordinaria- vitare non possumus, quia homines
mente hablando, por las razones que sumus, judicia tamen, id est, definiti-
se expresan en la segunda opinión. , vas firmasque sententias continere de-
Pero si se trata de delitos enormes en bemus.» Santo T o m á s dice lo mismo
personas en que no hay fundamento' en el quodlibeto 12, art. 34: «Quando
para sospechar tan atroces crímenes, ex levi re judicium procedit firmum
si la sospecha y la duda fuesen plena- in corde, aliquando est peccatum mor-
mente advertidas del modo que que- tale, quia est cum contemptu proximi;
da dicho en el núm. 1466, serían pe- suspicio autem (nótese bien) est quid
cados mortales, según San L i g o r i o . imperfectum in genere judicii, et ideo
H e aquí sus palabras: «ProBabilior est imperfectus motus; et ideo non est
sententia affirmat (esse peccatum mortale ex genere; quamvis si fiat ex
m o r t a l e ) , si suspicio, sive dubitatio odio, erit aliquando mortale.»
sine indiciis fieret de peccatis gra-
vissimis; ut esset de pió religioso 1469. P. ¿Qué reglas hay para
suspicari, quod hssieticus, vel quod distinguir el juicio temerario de la
cum matre incestarit; vel de viro duda y sospecha temerarias?
Communiter habito ut catholico, quod R. Busembau, citado por San L i -
sit judasus, vel atheus. R a t i o , quia gorio (lib. 3, núm. 965), dice así:
forte major injuria iis irrogatur talia | «Cajetanus censet eum judicare, qui
suspicando, quam si certum j u d i - rogatus an habeat rem pro certa, res-
cium haberetur illorum de delictis pondet sibi ccrtam, aut fere certam vi-
gravibus ordinariis. Ita L u g o , Molina, deri: eum vero suspicari qui respondet
D i c a s t , et Salmant. (De rest., cap. 4, se non esse moraliter certum, sed
núm. 103), qui tenent hanc ut commu- facile posse fallí.»
nem et veram.» Hasta aquí San Li- C o m o no es fácil para muchas per-
gorio (lib. 3, núm. 964). sonas distinguir cuándo juzgan , ó
cuándo dudan, ó cuándo opinan, y las
Cuestión es ésta en la que, como en i hay que padecen muchas aflicciones,
otras muchas, más bien quisiera ser pueden dar alguna luz á los confeso-
enseñado que enseñar; pero como res jóvenes las reglas siguientes:
hasta cierto punto el que escribe debe i. Hay personas de conciencia tan
a

decir su opinión, yo no condenaré en relajada, que así como hablan, aun-

como dice Busembau, «moralis certi- Santo T o m á s . E s t o supuesto:
otros las dudas y sospechas temera- que sea calumniosamente, cuanto les
tudo et magna probabilitas non adeo
1468. P. L a duda y la sospecha rias, cuando no procedan de odio ó viene á la boca, del mismo modo
distant, ut censeatur gravis injuria
temerarias en materia grave, ¿son pe- envidia y se trate de pecados ordina- juzgan temerariamente mal de toda
judicare certum, quod est valde pro-
cados mortales? rios. Me mueve á esto, además de la clase de personas. Respecto de éstas
babile; v. gr.: si judices juvenem so-
R. H a y tres opiniones:-la primera respetable opinión de San L i g o r i o , la se puede creer cualquier cosa; y lo
lum cum puella inventum in cubículo
dice que cuando son advertidas y de- de Santo T o m á s , en el lugar citado peor es que el mal hábito de juzgar
illicita tractasse.»
liberadas, son pecado mortal, porque ( 2 . 2 . * , q. 60, art. 3), donde, como mal está en ellas tan connaturalizado,
a

T a m p o c o será mortal el juicio t e - injurian gravemente al prójimo. queda dicho, afirma que el juicio t e - que no hacen alto ni tienen remordi-
merario en materia grave, cuando, no L a segunda dice que nunca son pe- merario en materia grave es pecado miento de semejantes juicios.
hubo perfecta advertencia de su ma- cado mortal, porque la sospecha y la mortal; pero hablando de la sospecha,
a
2 . Que cuando una persona tiene
licia. N o basta advertir que se j u z g a duda son juicios imperfectos y no dice así: « E s t autem triplex gradus
odio ó envidia grave á otra, aquélla
mal del prójimo, si no se advierte quitan del todo la fama: siempre que- suspicionis. Primus quidem gradus
está casi siempre propensa á juicios
 LIBRO
12
temerarios, sospechas y dudas contra
ella, interpretando siniestramente las
acciones más inocentes.
3 . Cuando la persona es m o r i g e -
a en otros muchos casos. T a n sólo aña-
rada, y sobre todo cuando es de m u -
cho temor de D i o s , no se ha de creer
con facilidad que peca mortalmente:
i . ° , porque las más veces ni son jui-
cios, ni sospechas, ni dudas, sino ten-
taciones ó meras ocurrencias; 2. , ó
no son juicios, sino dudas ó sospe-
chas; 3. , si son juicios, no hay adver-
0 miam cautelam eos ( s u b d i t o s ) vel
tencia de que el juicio es temerario,
y lo mismo la sospecha ó duda; 4 . ,
otras veces se cree con buena fe que
hay motivo suficiente para juzgar, ó
dudar, ó sospechar.
4 . Cuando se trata de evitar un
a j u z g u e ' d e l prójimo un pecado mortal
mal, dice Santo T o m á s , es lícito in-
terpretar las dudassuponiendo lopeor;
esto es, sin formar juicio interior defi-
nitivo de que el prójimo es malo, ni
sospecha ni duda sin bastante funda-
mento; pero en el exterior per supposi-
tionevi obrar con la misma cautela
como si el prójimo fuera malo: « E t
sic cum debemus aliquibus malis a d -
hibere remedium sive nostris, sive
alienis, expedit ad hoc, ut securius re-
medium apponatur, quod supponatur
id quod est deterius; quia remedium
quod est efficax contra majus malum,
multo magis est efficax contra minus
m a l u m . » Pero h a d e c u i d a r s e , dice
Santo T o m á s , que al mismo tiempo
se conserve en el interior la buena
opinión de la persona: « I n judicio au-
tem personarum debet aliquis niti , ut
interpretetur in melius» ( 2 . 2. , q.6o,
a 28
art. 4 ad 3 . ) . L a razón es , porque
u m
el hombre que está en posesión de su
buena fama tiene derecho, «ut homi-
nem judicemus bonum, nisi manifes-
ta ratio in contrariumappareat,» como
dice allí mismo el Santo [ad secundum).
D e esta manera pueden per supposi-
íionem, y aun deben algunas veces los
prelados hacer con sus subditos , los
padres con sus hijos , el marido con
su esposa, las doncellas con los h o m -
bres, no fiándose de ellos. E l que va
V. TRATADO VI.
de camino y ve un hombre de mal ta-
lante , hará muy bien en prevenirse
contra él, como si fuera ladrón, y así
diré una advertencia importante, que
hace S i l v i o sobre el citado art. 4 de
Santo T o m á s , conclusión 4 . ad 5.""';
a 2. a
esto es, que los que tienen el cuidado
de otras personas, de tal manera sean
0 vigilantes y precavidos, que al mismo
tiempo sean prudentes; «ne per ni-
diffament , vel ad amaritudinem per-
0 ducant.»
1470. E n cuanto á lo que se ne-
cesita para materia g r a v e en juicio
temerario, ordinariamente basta que se
sin fundamento; pero hay personas á
las que no se hace injuria grave en
ciertas materias , como se dirá de la
detracción. Podrá alguna vez ser mor-
tal el juicio temerario, aunque no sea
sobre pecados mortales; como si se
juzga temerariamente que una persona
muy santa, ó un Obispo de conocida
virtud, son habitualmente m e n t i r o -
sos , etc.; porque respecto de estas
personas la injuria sería grave. ( V é a s e
á Silvio, sobre el citado artículo, qii(Z-
ritur 4.)
L a gran dificultad consiste en fijar
cuáles son los indiciossuficientes para
que el juicio, la sospecha y la opinión
sean fundados. Me alargaría demasia-
do si descendiese á enumerar circuns-
tanciadamente los casos que pueden
ocurrir. H a y que atender á muchas
circunstancias de tiempo, lugares y per-
sonas. Puede verse á Silvio, en el l u -
gar citado, qitceritur 3 , Cuando una
persona es de buena conciencia, fácil
es disculparla si, j u z g a n d o con buena
fe, no obstante se equivoca, parecién-
dole que tiene suficiente fundamento
para juzgar, sospechar ó dudar, aun-
que no le tenga. Bien conozco que las
dos reglas que pone Silvio son muy
generales , pero son ciertas; y cuan-
do hay prudencia y buena fe, se apli-
can fácilmente.
DEL OCTAVO PRECEPTO
i.
a
«Indicia levia sunt, quse con-
siderata facti ttpersonce qualitate aliis-
que circumstantiis, non sufficiunt ad
movendum virum prudentem et b o -
num ad sic dubitandum , suspican-
dum vel judicandum de próximo.»
« G r a v i a autem indicia sunt,
quae ómnibus Mis consideratis moveré
possunt probum et prudentem ad d u -
bitandum , vel male opinandum , seu
judicandum de próximo. Cum enim
hsec materia sit moralis , et id quod
respectu unius persona: est leve, com-
paratione alterius fit grave, non potest
alio modo definiri quodnam sit leve,
quodnam grave judicium seu argu-
mentum, quam ex prudentis et boni
viri judicio; qui in primis attendere
d e b e t , praster circumstantias facti,
etiam circumstantiam temporis... et
circumstantiam lucí... et circumstan-
tiam personas.» A cada una de estas
circunstancias poneun ejemplo el doc-
tísimo y prudentísimo Silvio , que se
puede ver en este autor, y que omito
por no alargarme demasiado.
1471. P. ¿Contra qué virtud son
el juicio temerario, la sospecha y la
duda?
R. Son indudablemente contra la
justicia conmutativa, lo mismo que
la detracción. L a razón es, porque el
acto interno y el externo en una m i s -
ma materia tienen una misma mali-
licia esencial específica. H e aquí las
palabras de Santo T o m á s , á quien
comunmente siguieron los teólogos:
« T u n e judicium suspiciosum directe
ad injustitiam pertinet , quando ad
actum exteriorem procedit: et tune
est peccatum mortale. Judicium a u -
tem interius pertinet ad injustitiam,
secundum quod comparatur ad e x t e -
rius judicium, ut actus interior ad exte-
riorem, sicut concupiscentia ad f o r n i -
cationem» (2. a iE
2. , q. 6 0 , art. 3
ad 3 - ) . um
P. ¿ H a y obligación de restituir
cuando se forman dudas, sospechas ó
juicios temerarios del prójimo?
R. C o m o que ningún daño exterior
DEL DECÁLOGO. *3
se hace al prójimo, propiamente ha-
blando no hay obligación de restituir;
pero es indudable, como dice S i l v i o ,
con la opinión común , que hay obli-
gación de hacer al prójimo alguna res-
titución : «cum enim per illa (judicia
temeraria , suspiciones et dubia) in-
juste interius auferatur bona existima-
d o de próximo in mentem judicantis;
oportet illa judicia vel suspiciones
(vel dubia), tamquam injusta quagdam
damna, repeliere, et vel bonam opinio-
nem concipere , vel dubia in meliorem
partem interpretar i.» (Sobre el art. 3
citado de Santo T o m á s , queeritur 2.)
D e modo que como tan sólo en el inte-
rior se ofende al prójimo, basta resti-
tuir interiormente, deponiendo la mala
opinión que injustamente se formó
de él.
CAPITULO IX
DE LA DETRACCIÓN"
ARTICULO PRIMERO
De la definición y gravedad de la de-
tracción.
1472. P. ¿Qué es detracción?
R. «Injusta et oceulta violatio fa-
mas per verba.»
Se dice injusta, porque cuando hay
justa causa y, observando las debidas
circunstancias, se descubren defectos
físicos ó morales del prójimo, no hay
pecado ni detracción formal.
Se dice et oceulta, esto es, en ausen-
cia de la persona de quien se murmu-
ra , aunque sea en presencia de otras
muchas personas: por el contrario, no
será detracción , sino contumelia, si
en presencia de una persona se le
echan en cara sus defectos, aun cuan-
do esté sola: « S i aliquis de alio male
loquatur coram multis, eo absenté, d e -
tractio est; si autem eo solo praesente,
*4 LIBRO V. T R A T A D O VI.
contumelia est;» dice Santo T o m á s 3 . , cuando se disminuyen las buenas
a fama de gran virtud. Por el contrario,
( 2 . 2.* , q. 73, art. i ) .
a
cualidades que una persona tiene.
Se dice violatio fama, para denotar (Santo T o m á s , 2 . 2. , q 73 , art. 1
a :v
que el propio objeto de este pecado es ad 3. " ) Se contienen en el siguiente
1 11
ofender la fama. verso:
Cuando se dice per verba, se entien-
Qui nerjat, aul relicel, minuit laudatve
den , no sólo las palabras, sino t a m -
bién cualesquiera signos que equi- Aunque parecen cuatro maneras,
valgan á las palabras: corno señas, pero- como muy bien dice Silvio , la
gestos , pinturas , y á veces hasta el cuarta se contiene en la tercera, por-
silencio. que qui laudat remisse, también minuit
1473. P. ¿Cuántos modos hay meritum alterius. T a l vez el poeta aña-
de quitar ó disminuir la fama? dió laudatve remisse para que la versi-
R. L a detracción puede ser directa ficación fuese perfecta.
ó indirecta. L a detracción es directa 1474. P. ¿Qué pecado es la d e -
DEL OCTAVO PRECEPTO
no es pecado mortal ordinariamente
descubrir que Juan y Pedro, militares,
admitieron un duelo.
L a detracción en materia grave
puede también ser venial por falta de
rcmisse.
deliberación perfecta. Pero si hay de-
liberación suficiente para pecado mor-
tal, el que por ligereza y sin ánimo
de infamar descubre algún defecto
grave de otro sin justa causa, no se
excusa de culpa grave «si verbum
quod dicitur, sit adeo grave, quod no-
tibiliter famam alicujus laedat, et prae-
cipue in his quse pertinet ad honesta-
DEL DECÁLOGO. 15
porque en el uno se afirma un hecho
calumnioso, y en el otro una perversa
intención calumniosa.
E n cuanto al quinto (51»' negat),
siempre es mentira, porque niega que
el prójimo tiene lo que le consta que
tiene. Será además detracción cuando
advierte que por esta negación de la
verdad se le sigue al prójimo daño
en su fama.
E n cuanto al sexto modo de detraer
(aut reticet), dice Silvio que se v e r i -
fica «quando ex ejus süentio datnr
intelligi alterum non esse laude dig-
num, vel non tanta.» (Super 2 . u m

por parte de la voluntad , cuando uno tracción? tem vitse, quia hoc ex ipso genere ver- 2.* , D i v . Thomaa, q. 73, art. 1.) E l
detrae con intención de dañar al p r ó - R. Es mortal ex genere suo. San Pa- borum habet rationem peccati m o r - criado que oyendo infamar á su amo
j i m o en su fama: ésta es más grave, blo dice: <<Detractores Deo odibiles» talis,» como dice Santo T o m á s (2. a se calla, pudiendo defenderle buena-
cceteris paribus. L a indirecta es cuan- (ad Rom., cap. 1, v. 30); en la Carta 2- , q- 73. art. 2).
ÍE mente, da á entender que su amo
do por inconsideración ó ligereza se del apóstol Santiago se nos dice: «Qui Sobre la significación de las pala- tiene aquellos defectos. Es verdad
dicen defectos del prójimo sin inten- detrahit fratri, detrahit l e g i » (cap. 4, bras de Santo T o m á s : pnveipue in Iiis que á veces el silencio puede proceder
ción expresa de ofender la fama del v. n ) ; y en el Ecclesiastes (cap. 10, quespertinent ad honesiatem vita, véase de timidez, vergüenza de hablar, ó
prójimo , pero que de hecho la ofende. v. 11): «Si mordeat serpens in silen- la eruditísima exposición del cardenal de una bien entendida prudencia ad
Por parte del acto , la detracción cio , nihil eo minus habet qui occulte Cayetano sobre el citado artículo. vitandum pejora.
directa puede ser de cuatro maneras, detrahit.» Para graduar la malicia de los siete E n cuanto al séptimo (minuit) e s ,
según Santo T o m á s : i . , cuando áa
H e aquí la razón de la gravedad de modos de detraer, se ha de notar que, dice Silvio, «quando aliquis bonum
sabiendas se dice algún delito falso la malicia de la detracción: «Auferre cateris paribus, el primero (imponens) alterius... apud eos qui propter illud
del prójimo, ó sin bastante funda- alicui famam , d i c e S a n t o T o m á s , v a l d e es el más grave de todos, porque ade- bonam habebant vel haberent de illo
mento; 2. , cuando el crimen que se
a
grave est, quia inter res temporales más del pecado contra justicia conmu- opinionem, etiamsi non neget, suis
dice es verdadero , pero se aumenta videtur fama esse pretiosior, per cu- tativa por quitar la fama, hay otro tamen vel verbis vel factis illud ex-
con exageraciones y ampliaciones ex - jus defectum impeditur homo a mul- pecado distinto en especie de c a l u m - tenuat.» Aquí habrá más ó menos
cesivas ; 3 . , cuando sin justa causa
a
tis bene agendis. Propter quod dicitur nia, ó sea de mentira perniciosa c o n - malicia, infamia, mentira, ó falta de
se revela el delito oculto del prójimo; Ecclesia-iiici (cap. 41, v. 15): « C u r a m tra la virtud de la veracidad. caridad ó de justicia, según la mate-
4 . , cuando á una acción buena se le
a
»habe de bono nomine; hoc enim ma- E l segundo modo (augens) al pe- ria, fin y circunstancias de los n e g o -
da gratuitamente una interpretación » g i s permanebit tibi quam mille the- cado de detracción añade otro distinto cios y de las personas.
maligna. Estas cuatro maneras de »sauri magni et pretiosi.» E t ideo de- de calumnia, como en el primermodo,
detracción se contienen en el verso tractio, per se loquendo, est peccatum en cuanto á la parte que se aumenta ARTICULO II
siguiente: mortale.» mentirosamente.
Cuíndo las cosas dejan de ser ocultas.
Pero la detracción no es mortal in En cuanto al tercero (manifeslans)
Imponen!!, avi/cns, manifeslans, in mala verlens.
toto genere suo, porque admite p a r v i - hay un pecado de simple detracción, 1475. Como la malicia de la de-
E n la tercera (manifesíans) hay la dad de materia. Aquí se ha de notar: esto es, contra justicia conmutativa, tracción consiste en desacreditar al
simple malicia de detracción: en la i . ° , que si bien es pecado venial la por quitar la fama. Se entiende en que tiene buena fama, publicando sus
primera, segunda y cuarta se añade detracción en materia leve, sería mor- el caso de que se manifieste sin causa defectos ocultos, y como cuando el d e -
en todo ó en parte el crimen de ca- tal contra caridad si procediese de suficiente. fecto se hizo público se puede ya ma-
lumnia ó falso testimonio. odio grave contra la persona; 2. , que 0
E n cuanto al cuarto (in mala vertens), nifestar á aquellas personas que no
Por parte del acto , la detracción in • lo que es materia leve respecto de por ejemplo, cuando se dice sin fun- tenían noticia de él, porque el infa-
directa puede ser de tres maneras: una persona, puede ser grave respecto damento que Juan da limosna á don- mado perdió del todo el derecho á su
i . , cuando se niega el bien que otro
a de otra. E l decir de un joven que es cellas vergonzantes, pero que lo hace fama, por lo menos en los lugares
hace, ó se niegan las buenas prendas mentiroso, no es ordinariamente c u l - para seducirlas, aquí, si no hay fun- donde es público, de aquí es que con-
que tiene; 2. , cuando se calla en oca-
a pa grave; pero sería mortal decirlo de damento, hay infamación, y además viene explicar cuándo se puede tener
sión en que el silencio es sospechoso; un Obispo ó de una persona que tiene calumnia, como en el primer modo, una cosa por pública y notoria.
 i6 LIBRO V. T R A T A D O
H a y tres clases de notoriedad: de
derecho, de hecho y de fama.
L a notoriedad de derecho es «cum
res aliqua publice'constat vel per pu-
blicam judiéis sententiam, vel per
ipsam delinquentis confessionem juri-
dicam, vel per legitimam testium de-
positionem in judicio secutam.»
Se dice «per publicam judiéis sen-
tentiam,» porque si la sentencia es
privada, como puede suceder en una
sentencia dada reservadamente contra
un religioso por el prelado y padres
graves, en este caso los padres no pue-
den divulgar la sentencia.
L a notoriedad de hecho es «cum
crimen in publico loco coram multis
patratum e s t , » como en una plaza
pública, calle, taberna, en presencia
de muchos; porque es moralmente
cierto que los crímenes cometidos de
esta manera llegarán pronto á noticia
de la mayor parte de la población.
Notoriedad de fama es « c u m noti-
tia criminis pervenit ad majorem par-
tem communitatis, vel ad tot ejusdem
personas, ut ovinihus specíatis circum-
stantiis fieri nequeat, quin ad notitiam
majoris etiam partis deveniat »
E n cuanto al número de personas
necesario para que un crimen se pue-
da llamar público con notoriedad de
fama, no se puede dar regla fija. San
L i g o r i o cita á varios autores, sin
aprobar su opinión ni reprobarla. D i -
cen que cuando en un lugar de ocho
personas saben el crimen cuatro, se
puede llamar público; cuando en un
lugar de cuarenta personas, lo saben
ocho de distintas familias; en un lugar
de cien personas, lo saben quince; en
un lugar de mil, lo saben veinte per-
sonas, de las cuales más de dos son
de distintas familias, y si en un lugar
de cinco mil personas lo saben cua-
renta esparcidas por la población.
L u g o y Molina dicen que un crimen
es famoso en un reino cuando es p ú -
blico en la capital ó en algún lugar
ilustre, del cual sepropague fácilmente
la noticia al reino.
VI.
Este cómputo de número de perso-
nas siempre fué aventurado y falible,
porque sabido es que tres ó cuatro
personas noveleras, charlatanas y sin
reflexión ni temor de D i o s , son unas
trompetas que en pocas horas hacen
público un crimen. Además, los auto-
res que fijaron estos cálculos e x i s t i e -
ron en unos tiempos en que eran difí-
ciles las comunicaciones á largas dis-
tancias, en que no había más publica-
ciones que la Gaceta oficial. Mas hoy,
con las rápidas comunicaciones de
diligencias, ferrocarriles y con el di-
luvio de periodistas que andan á caza
de novedades, se hacen públicas fácil-
mente muchas cosas que en otros
tiempos hubieran quedado ocultas.
Por último, no es fácil poder contar
ese número de personas que señalan
algunos autores para graduar una
cosa como pública, ni mucho menos
sus cualidades. Por lo tanto, sin i m -
pugnar yo la probabilidad de esos
cálculos que refiere San L i g o r i o (lib. 3,
núm. 975) y sigue Scavini (tract. V I I ,
disp. 2. , cap. 2, art. 1, quczr. 7), me
a
parece mejor la opinión de Billuart,
que después de referir la de los que
para fijar la publicidad de un hecho
señalan cierto número de personas,
añade: «Sed melius remittitur judicio
prudentis; qúi s i , atienta quantitatc
communitatis et hominum garrulitate,
judicat vix possibile esse ut res se-
creta maneat, nec ad aliorum cohabi-
tantium aut vicinorum notitiam v e -
niat, potest censeri notoria respectu
illius communitatis aut vicinia;.» (De
jure et just., diss. 15, art. 2, § 5.)
Aquí se ha de notar que, según San
L i g o r i o , lo que es público solamente
en un convento, si no hay justo m o -
t i v o , no se puede decir en otro con-
vento de la misma Orden, aunque las
dos casas religiosas tengan entre sí
frecuente comunicación, ni lo que es
público en una familia se puede decir
á otras personas que no son de la fa-
milia; porque en esos casos el delito
no es público simpliciter, sino tan sólo
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
!7
secundum quid. M e parece cierta esta en aquellas adonde nunca había de
doctrina. llegar la noticia; porque «publico bono
1476. Supuestas estas nociones, conducit facinerosos non ignorari, ut
se pregunta: el delito que es público ab eis caveant omnes; publicum enim
en un lugar con alguna de las tres bonum sane prasferendum est fama?
clases de notoriedad, ¿se puede publi- privati hominis.» ( L i b . 3, núm. 974.)
car en otros lugares donde aún es L o mismo dicen San Antonino, Caye-
oculto? tano, B á ñ e z , Serra, L u g o , etc.
R. i . ° Cuando el delito es público P. Cuando el crimen es público
notorietate juris, esto es, por pública notorietate facti vel famce en un lugar,
sentencia justa, San L i g o r i o , siguien- y no es de los delitos perniciosos al
do á L u g o , L e s i o , los Salmaticenses público de que se ha hablado en el
y otros autores, dice que si reo pierde número precedente, ni hay temor de
el derecho á la fama en todo el mun- que se publique en lugares distantes,
do; y que aunque estuviese olvidado ¿cómo peca el que lo manifiesta en
el delito, no habría pecado grave, ni los lugares adonde no llegaría fácil-
aun contra caridad, en publicar el mente su noticia?
crimen, si fué condenado por senten-
R. H a y tres opiniones; unos dicen
cia pública del juez. L a razón es,;
que sería pecado mortal contra justi-
porque el juez tiene facultad por la ley
cia: «quia peccator in eo loco adhuc
para despojar al criminal de sus bie-
est in suae famas possessione.» B i l -
nes, de su libertad, de su vida y de |
luart, Antoine, Cuniliati.
su fama, cuando lo merece; y así auto-
| Otros dicen que tan sólo peca g r a -
riza tácitamente á todos para que
vemente contra caridad: «quia licet
divulguen el crimen, á fin de que sirva
reus j a m amiserit jus ad famam, gra-
de escarmiento público (Homo apost.,
viter tamen ille tristaretur, si sciret
tract. X I , n ú m . 13). Por esto vemos
que los historiadores todos y los pe- crimen suum patefactum fuisse ubi
riodistas, aunque sean de delicada erat occultum.» Así opinan L e s i o , B >
conciencia, publican sin reparo las nacina, Silvio.
L a tercera sentencia, más común,
sentencias de los tribunales, y éstas
dice que ni contra justicia ni contra
se traducen después á otras lenguas
caridad se peca gravemente; no c o n -
y se divulgan por otros reinos.
tra justicia, porque, publicado el cri-
2.
0
Si el crimen es público noto- men en un lugar, todos tienen dere-
rietate facti ó notorietate famw en un cho á saberlo. Por lo tanto, la prime-
lugar, no hay culpa grave en contar- ra opinión que dice que está en pose-
lo en ctros lugares á los que fácil- sión de su fama en los lugares adonde
mente y dentro de poco tiempo ha de no llegó la noticia de su crimen, su-
llegar la noticia. L a razón es, porque pone lo que había de probar y no
nada importa que se pierda la fama prueba; y los que defienden la segun-
un poco antes. Esta es la costumbre
da, diciendo que se contristaría gra-
general, sin que ni los más timoratos
vemente el criminal si se publicase
escrupulicen.
su crimen donde aún no llegó la no-
3.
0
Cuando el crimen público es ticia de él, habían de probar que el
de aquellos que hacen al hombre per- infamado era rationabiliter invitas. E s a
nicioso al público, «ut sunt crimina grave tristeza por sí sola nada prueba;
homicidii , latrocinii , impudicitias , porque si ella sola bastara, también la
proditionis et similium,» San L i g o r i o i tiene el condenado por sentencia públi-
tiene por bastante probable que el ca á un presidio ó á ser decapitado,
crimen que es público en un lugar se si llega la noticia á sus parientes ó
puede publicar en todas partes, aun amigos que se hallan á larga distan-
TOMO II.
iS LIBRO V. T R A T A D O
cia, y no obstante, se puede publicar
el delito y la pena impuesta.
Esta tercera opinión la defienden
Cayetano, L e d e s m a , Báñez, los Sal-
maticenses, Serra, L u g o , Filiucio y
otros.
D i r é mi humilde parecer. Y o no
obligaría á restituir al que, cuando
un crimen era público en un lugar, le
divulgase en otro al cual no había de
llegar la noticia. L o s historiadores
timoratos no tienen reparo en consig-
nar los hechos que fueron públicos
notorietaie facti vel famcc. Se dice que
esto conviene al bien público para
instrucción de la posteridad, para ani-
mar al bien y apartar del mal con
este saludable escarmiento de la in-
famia. Pues bien; parece que en p a r -
te tiene algún fundamento esto m i s -
m o , cuando se refiere verbalmente
para que en los coetáneos produzca
esos mismos bienes. Se dirá que el
bien que se sigue es más limitado, es
verdad; pero también es más limitada
la infamia.
E l doctísimo Cóncina, nada laxo
por cierto, dice prudentemente que si
el delito es público «notorietate famas,
cauti omnes sint oportet, quia facile
fingitur hsec publica fama. » P e r o
cuando es público notorietaie facti,
dice así: « T e r t i a sententia sustinet,
nec contra charitatem nec contra jus-
titiam peccare, qui crimina publica
publicitate facti in una civitate, pro-
vincia, vel regno, in alio remoto loco
ad quem difficile pervenirent, defer-
ret, scriberet, revelaret. Rationum mo-
menta obvia sunt et efficacia. Quan-
do delicta sunt in aliqua civitate pu-
blice perpetrata, auctor absolute ami-
sit jus ad suam famam. Qua volún-
tate in publico, et coram universo
populo commisit, eadem suam prodegit
famam. Contra vero quisque jus
habet ad facti publici notitiam adqui-
rendam. E t revera, quis sibi religioni
duceret factum publicum litteris et
historiis commendare?» ( T o m o 4,
lib. 10, in Decaí., diss. 2 . , cap. 5,
a ñez, L u g o , los Salmaticenses, Moli
VI.
núm. 14.) E l doctísimo Cóncina aña-
de que los varones de costumbres más
arregladas no tienen reparo en p u b l i -
car esos hechos públicos en lugares
distantes adonde no llegará la noti-
cia. Cita á favor de esta opinión, ade-
más de los ya expresados, á T a p i a ,
Ñuño, P r a d o , N a v a r r o , Fagúndez y
otros.
1477. Una excepción haría y o ,
y es, cuando sin justa causa se divul-
gase el crimen, advirtiendo que se se-
guía daño grave á la persona cuyo
pecado había de quedar allí oculto, y
por revelarle se la perjudicaba nota-
blemente sin necesidad, ó porque había
de perder el destino, ó no había de
poder tomar estado, etc.; en estos
casos la caridad obliga á no perjudi-
car gravemente. Por más que hubiese
perdido el derecho á su fama, todavía
existen los deberes naturales de amor
á nuestros prójimos y los sobrenatu-
rales de la caridad. Sapientes dixerint.
1478. P. Cuando el crimen es
público ya notorietaie famas, pero los
primeros que le manifestaron lo hi-
cieron injustamente, ¿puede decirse
después á los que no lo saben?
R. Si la injusticia consistió en que
el crimen era falso, claro está que al
que le conste la inocencia del infa-
mado no puede divulgarle; porque,
como dice Billuart, «innocens, non
obstante publicitate, habet semper jus
intrinsecum in sua innocentia funda-
tum, ne quis falsum de ipso dicat,
quod non habet nocens.» Pero si el
delito es verdadero, tengo por cierto
moralmente que es igual que el delito
se haya publicado justa ó injustamen-
te. E l que le reveló injustamente pecó
contra justicia, y está obligado á la
restitución; pero una vez hecho pú-
blico por la historia, ó por los perió-
dicos, ó por ser notorio noíorietate
famez, ninguno, por timorato que sea,
se cuida de averiguar si los primeros
que publicaron el crimen lo hicieron
justa ó injustamente. Así opinan B á -
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
19
na, L e s i o , T a p i a , e t c . ; y creo que
ta aquí el P. Cóncina ( t o m o 4, lib. 10,
éste es el sentir común del pueblo
in Decalogum, diss. 2.", cap. nu-
cristiano. Cóncina dice que «sicuti mero 16).
peccat qui bona injuste subrepta acci-
N o será superfluo añadir que en el
pit, ita peccat qui diffamationem i n -
último caso de los Salmaticenses,
justam ad alia loca extendit;» pero
cuando el crimen no está olvidado,
esta opinión es extremadamente se
pero el que lo cometió está ya enmen-
vera é infundada. E l ejemplo de Con
dado, el que refiera el crimen pasado
ciña no tiene paridad alguna; el que
debe contar también la enmienda.
recibe la cosa hurtada, debe entre
Otros autores dicen que lo que una
garla á su dueño, porque la cosa exis
vez fué público, aunque tan sólo con
te, y «res ubicumque est, pro suo do
notoriedad de hecho ó de fama, no es
mino clamat;» pero en el caso de ser
pecado alguno referir el crimen en-
ya público el delito, aunque el crimen
mendado y olvidado, con tal que se
verdadero se divulgase injustamente,
refiera la penitencia. H a y casos en
la fama no existe ya.
que sin duda se pecaría gravemente,
1479. P. Cuando el crimen fué por los daños que se seguirían; pero
público, pero el infamado, viviendo por desgracia vemos que muchas per-
honestamente, recobró su fama, ¿cómo sonas, virtuosas por otra parte, no
peca el que renueva la memoria de la tienen reparo en contar esa clase de
infamia pasada y olvidada ya? delitos enmendados y olvidados, con
R. San L i g o r i o dice que, si el de tal que cuenten también la penitencia.
lito fué público noíorietate jitris, no Aun los que lleven la opinión de C ó n -
peca el que renueva la memoria del cina se han de encontrar con dos gra-
crimen. L o m i s m o opinan L e s i o ves dificultades antes de obligar á res-
L u g o , L a Croix. Dice también el tituir la fama al que renovó la infa-
Santo que por el bien que resulta á la mia por la divulgación del crimen
enseñanza de la sociedad, á la repre- enmendado y olvidaflo. i . Cuando la
a
sión de los vicios y al estímulo á las persona lleva con buena fe la opinión
nobles acciones, se permite á los his- de los que dicen que no se falta á la
toriadores referir los delitos que tan justicia, porque su buena vida presen-
sólo son públicos ex ficto, aunque no te le da derecho á la buena fama pre-
lo fuesen jurídicamente; y lo mismo sente, pero no le da de justicia dere-
opinan S o t o , Molina, V á z q u e z , etc. cho « ut dicatur fuisse probum illo
Por último, añade que, fuera de estos tempore quo erat diffamatus,» como
casos, es pecado g r a v e , «saltem c o n - opinan L e s i o , Bonacina, Dicastillo.
tra charitatem,» publicar el delito
infamante que ya se había hecho N o es fácil tampoco fijar cuándo
oculto (Homo apost., tract. X I , núme- está del todo olvidado un crimen que
ro 13). L o s Salmaticenses, L u g o , fué público, por más que esté enmen-
Molina, T a p i a y Cóncina son de opi- dado, porque la misma extrañeza de
nión que el que con una conversión la conversión hace que se repita f r e -
verdadera recobró la fama, si el delito cuentemente y por mucho tiempo la
se olvidó, tiene derecho de justicia á mala vida pasada. L a caridad y la
que no se le renueve la infamia. prudencia serán las mejores maestras
^Addunt tamen laudati Salmanticen- y directoras en esta difícil cuestión.
ses, quod si prasterita infamia non sit
oblivione sublata , tametsi crimina
emendata sint, nec contra charitatem
nec contra justitiam delinqueret, qui
eadem crimina c o m m e m o r a r e t . » H a s -
 LIBRO
20
ARTICULO III
Se resuelven algunos casos acerca
de la malicia de la detracción.
1480. P. ¿Cómo peca el que sin
causa revela á una sola persona de
toda reserva el crimen grave oculto de
otra persona?
B. Si una persona afligida por una
injuria, sin ánimo de ofender ni de
vengarse, sino para mitigar su dolor,
revela á otra persona de reserva el
crimen oculto del ofensor, es opinión
suficientemente probable que no peca
mortalmente : « H i n c , dice San L i g o - Supe homiitts cmulnis símiles: nam turba, lalranleni
rio., probabiliter ait Mazzotta cum | Uniim si midiera, cunda repente lalrat.
alus excusari posse saltem a mortali
fámulos detegentes injurias illatas a I
d o m i n i s , uxores a viris, filios a pa-
tre, religiosos a prielato.» ( L i b . 3, nú- que gravemente al autor del delito.
V. T R A T A D O VI. DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO. 21
Cayetano, N a v a r r o , L e s i o , Covarru- ad 3 .u m
D i c e a s í : « A d tertium dicen-cio temerario en materia g r a v e , por
bias, Trullench, Bonacina, T a m b u r i - dum, quod si aliquis referat praslato el grave desprecio que se hace del pró-
ni, Billuart (en el lugar citado), Sca- culpam proximi, intendens vel caute- j i m o calumniándole.
vini y otros. lam in futurum, vel aliquid hujusmo- Concluyo esta grave cuestión a d -
C o m o esta cuestión es g r a v e , con- di quod ad emendam proximi videret virtiendo que se use de esta opinión
trovertible y ocurre con frecuencia, expediré, non peccat. Si autem hoc con mucha circunspección , porque
sive prselato, sive alicui amico suo ex son muy pocos los que saben y quie-
creo conveniente detenerme algún
nialitia referat ( c o m o por odio ó por ren guardar secretos.
tanto.
venganza del delincuente), tune pec-
i.° E s preciso tener presente que 1481. P. Si uno dijese que en tal
cat mortaliter. Quod si (nótese bien)
la persona á la que se revele el crimen lugar había muchas personas v i c i o -
•ex incaútela alicui dixerit hoc, ita la-
secreto sea de toda reserva , pues de sas, pero sin nombrarlas, ¿cómo p e -
men quod non proveniat inde aliud,
otro modo caeríamos en el inconve- caría?
vel infamiam, vel vituperium próxi-
niente que oponen los de la opinión R. Scavini dice que por lo común
mo delinquenti, tune non peccat morta-
contraria, esto es, que el delito se di- no habría pecado mortal, porque ordi-
liter, licet incaute a g a t . »
vulgaría, verificándose lo que dijo el nariamente en todos los pueblos hay
elocuente poeta Gagliufi: Para mí es evidente que Santo T o - personas viciosas; pero sería mortal
más resolvió esta cuestión de un modo si de un Orden ó monasterio se dijese
asertorio de que no hay mortal per se que en él se cometió algún crimen
en revelar sin causa á una persona de grave, ó que estaba relajada la obser-
toda reserva un delito oculto. Dicen vancia, aunque no se nombrase reli-
2." Que no se diga el crimen á
persona que por esta noticia perjudi- los contrarios que Santo T o m á s habla gioso alguno en particular . Pero se
en el caso de que se haga indelibera- exceptúa: i . ° , cuando el crimen fuese
0
3. Que no se diga á persona de damente, y que por esto el Santo dice: público fuera del convento; 2. , aun-0

mero 973 .) Billuart dice que esta es

quien por sus circunstancias se creye- «Quod si ex incaútela alicui dixerit;» que se supiese por confesión, si se di-
opinión común , porque sería cosa pero esta interpretación es violenta: jese que había oído un pecado grave
muy dura negar al afligido ese con- se que había de sentir extremadamen-
i . ° , porque cuando no hay perfecta de- á un religioso de tal Orden, « m o d o illa
suelo, y que el que causó la injuria te el autor del delito que se le comu- liberación, no hay pecado mortal, aun- non esset religio strictes observantiee,»
debió prever esto m i s m o . (De jure et nicase. que se siga daño grave; y Santo T o - como dice San L i g o r i o (Homo apost.,
just., diss. 15, arft 2, § 3, al fin.) Así Si no concurre ninguna de estas
más dice que cuando se descubre el tract. X V I , núm. 157) , citando y si-
opinan N a v a r r o , S i l v i o , L e s i o , Serra, circunstancias , me adhiero á la opi- secreto á uno solo, aunque sea ex in- guiendo á Cóncina; y con mayor ra-
L a y m a n , S c a v i n i , etc. nión de los que afirman que no es pe-
caútela, es mortal, cuando se siguiese zón se puede decir si, aunque el cri-
P. E l que sin causa justa, pero sin cado mortal. D i g o mortal, porque ten- infamia ó vituperio; lue^o cuando dice men sea oculto, se sabe fuera de con-
mala intención , por pura ligereza, re- g o por cierto que es venial. L a razón ex incaútela, de modo alguno quiere fesión. L a razón e s , «quia in quolibet
veló un crimen g r a v e oculto á una de que es venial se funda en lo que decir por indeliberación; 2°, la pala- ordine communiter adsunt religiosi pra-
sola persona de toda reserva, ¿peca mor- dice Santo T o m á s : «Si uni soli aliquis bra ex incaútela no la opone Santo T o - v i ; » pero no se podría descubrir si se
talmente? de absenté malum dicat, corrumpit
más á ex deliberatione, sino á ex mali- tratase de un solo convento : «quia
R. L a opinión más común entre famam ejus, non in toto, sed in par- tia; esto e s , por odio ó venganza; tune quilibet ejusdem monasterii dam-
los moralistas antiguos afirmaba que te» ( 2 . 2. ' , q. 73, art. 1 ad 2 . ) .
a a u m

3. , la palabra ex incaútela no signifi- num pateretur,» como dice San L i g o -

0

era m o r t a l , porque se reputaba grave E n estas palabras se funda Cóncina ca indeliberadamente, inadvertidamente, rio en el mismo lugar.
injuria , y por otras razones que se para afirmar que, según Santo T o - sino por ligereza, imprudencia, como
pueden ver en Billuart (De jure et más, es pecado mortal revelar á una dicen Cicerón, Plinio y Salviano. P. ¿Cómo peca el que hablando de
just., diss. 1 5 , art. 2, § 4), donde tra- sola persona el crimen grave oculto una persona determinada no expresa
L a razón fundamental de no ser defectos en particular, pero dice: « M u -
ta esta cuestión con claridad , erudi- de otra persona ( t o m o 4, lib. 10, in
mortal es porque, c o m o dice el doctí- chas cosas pudiera decir de fulano,
ción y solidez. E n el día es opinión Decaí., diss. 2 . , cap. 5, núm. 7); pero,
a

simo cardenal Cayetano: « U n i u s no- mas la caridad me prohibe descubrir-

bastante común que no es pecado en mi humilde concepto, estas pala-
titia infamiam non nisi scoundum quid las: bien sabe fulano que si yo habla-
mortal, y San L i g o r i o afirma que esto bras no prueban que es mortal, por-
remote constituit, si in illo sistitur, ra, le saldrían los colores á la cara,»
es bastante probable: «quia cum fama que «corrumpit famam in parte» sola-
et verum, licet oceultum, dictum esto y otras expresiones semejantes?
consistat in communi aestimatione ho- mente; y como tan sólo se dice á una
(in comment. 2 . 2. -' , q. 73, art. 3).
a a
R. Este modo de murmurar puede
m i n u m , non censetur absolute diffa- persona, la parte en que la fama se
Otra cosa sería si advertidamente se ser fácilmente pecado mortal; porque
m a t u s , qui apud umtm vel alterum corrompe es leve.
Santo T o m á s trató in terminis esta dijese un delito grave falso, pue's en- si las circunstancias no le desvirtúan,
tantum suam f a m a m a m i s e r i t . » ( L i - tonces sería mortal, c o m o lo es el j ui- suele ser más difamativo que si se
bro 3, n ú m . 973.) L o mismo dicen cuestión en el quodlibeto n , art. 13
22 L I B R O V. T R A T A D O
expresase algún defecto grave ordina-
rio. E s verdad que las mujerzuelas,
cuando riñen, por lo c o m ú n , al usar
de ese lenguaje, ni aluden á faltas de
importancia, ni las que las oyen les
dan crédito.
1482. P. Pedro dice de Juan que
es soberbio, iracundo, avaro, plebeyo,
estúpido: ¿cómo peca si son ocultos
estos defectos?
R. Por lo común no hay pecado
mortal; porque respecto de los defec-
tos morales, se interpreta que Juan tie-
ne propensión natural á estas faltas,
pero no que cometa pecados mortales
en esas materias. D i c e San L i g o r i o
que alguna vez podrían ser pecados
mortales, cuando se dijesen en presen-
cia de la misma persona; en cuyo caso
á la detracción se juntaría contumelia.
Alguna vez podría ser culpa grave,
aunque fuese en su ausencia; como si
« d e viro honorabili dicatur exercuis-
se vilissimum officium , vel fuisse
mancipium. Sed omnia haec máxime
pendent ex circumstantiis.» T a m b i é n
si de un Obispo de buena fama ó de
un religioso grave y tenido por muy
virtuoso se dijese que era mentiroso,
soberbio, podría ser mortal. ( L i b . 3,
núm. 967.)
1483. P. ¿Hay algunos casos en
que no es pecado mortal descubrir sin
necesidad una falta grave del p r ó -
jimo?
R. H a y personas que no padecen
infamia grave aunque se descubra al-
gún pecado mortal que cometieron,
porque hay ciertos pecados que son
infamantes respecto de unas perso-
nas , y no lo son respecto de otras;
y además, cuando una persona está
infamada, no es mortal, ordinaria-
mente, decir de ella otro delito aná-
l o g o , como dice San L i g o r i o : «ut silos propagadores de errores, pues con-
de publico fure dicas esse perjurum
nec si de fámulo lusore dicas omisisse
Missam vel non curare familiam, vel
si dicas de milite fornicationem vel los que refieren delitos graves ocultos
duellum patrasse.» ( L i b . 3, núm. 976.) de otra persona, pero añaden: Esto he
D i j e ordinariamente, porque algunos oído que dicen de Juan?
VI.
militares hay muy devotos, que son
públicamente ejemplares y comulgan
con frecuencia: de éstos no habla San
Ligorio.
Cuando los delitos no tienen analo-
gía alguna, aun cuando sea público
uno de ellos, no seria lícito revelar el
otro que es oculto. Una persona es
públicamente fornicaria: no por esto
se puede decir de ella que es b l a s f e -
ma. T a m p o c o el que cometió una vez
un crimen que es público, si reinci-
diese ocultamente, no se podría publi-
car: por ejemplo, una casada que cayó
una vez en adulterio, una joven solte-
ra que tuvo una fragilidad, no se pue-
de descubrir si cayeron segunda v e z ,
dice San L i g o r i o . Otra cosa seria si
fuesen públicamente consuetudinarias
en aquella materia; porque como esta-
ban del todo infamadas, no se les ha-
ría injuria grave en descubrir que h a -
bían pecado algunas veces más en
aquella materia ocultamente. Esta
doctrina de San L i g o r i o es común.
1484. P. ¿Es pecado mortal in-
famar gravemente á los difuntos, pu-
blicando sus crímenes ocultos?
R. i . ° Cceteris paribus, es mayor
pecado infamar á los vivos que á los
difuntos. L a razón es, porque á los
v i v o s les es más necesaria la fama, y
con la infamia se les pueden seguir
perjuicios notables en sus intereses.
2 . Sin duda los difuntos tienen ver-
0
dadero derecho á su fama, y el que
los infama gravemente sin causa, pu-
blicando sus crímenes ocultos, peca
' oído de personas que no merecen cré-
mortalmente y está obligado á la res-
titución. 3 . E s de corazones poco
0
nobles infamar á los que ya no pue-
den defenderse, y así es muy lauda-
ble y muy piadosa aquella sentencia:
de mortuis nihil nisi bene. Se exceptúan
viene que vivan infamados para que
se desacrediten sus herejías.
1485. P. ¿Qué se ha de decir de
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO. 23
R. San L i g o r i o dice: i . ° Que no e s '' lando sin causa delitos ocultos, ó
pecado mortal, si el que así habla cree cuando á una persona la injuria con
prudentemente que los que oyen no diversa clase de contumelias?
darán crédito á lo que dice. 2 . Si el
0
R. Cayetano, L u g o , Molina, los
que así habla prevé que los oyentes, Salmaticenses y otros dicen que un
meramente por ligereza, por odio ó solo p e c a d o : « q u i a moraliter unam
por malicia, darán crédito á lo que famam et honorem laedunt, licet tales
dice el que refiere lo oído, éste no detractiones aut contumelias materia-
peca contra justicia, porque su modo liter specie distinguantur;» pero San
de contarlo no es causa eficaz de que L i g o r i o tiene por notablemente más
lo crean; pero que peca contra c a r i - probable que comete tantos pecados,
dad, «quia quisque tenetur impediré cuantos son diversas en especie las
grave damnum proximi, quando com- contumelias ó detracciones. « R a t i o ,
mode potest;» luego con mayor razón quia lasduntur diversa jura ad famam
debe abstenerse de causarle sin nece- vel honorem quae alteri competunt;
sidad con una acción que, si bien no per hoc enim quod aliquis esset diffa-
es causa eficaz, es ocasión. 3 . Si el matus in uno crimine, non ideo est
0
modo de contar el crimen oculto que diffamatus in alio.» ( L i b . 5, núm. 48.)
se o y ó es tal que hay motivo prudente San L i g o r i o cita en favor de esta opi-
para creer que los oyentes sensatos da- nión á Cónciná (tomo 10, pág. 529,
rán crédito á la relación, por ejemplo, número 21), Tourn., H o i z m . , Silv.,
si se dice que el delito oculto le oiste N a v . , Croix, etc.; pero el Santo aña-
de personas fidedignas, entonces se de: « B e n e tamen hic advertendum
peca contra justicia conmutativa, y cum Salmant. et Concina, quod m u -
por consiguiente hay obligación de lierculas ac plebeji qui simul rixantes
restituir, «quia dat sufficientem cau- eodem Ímpetu diversis contumeliis se
sam credendi malum.» 4 . Cuando el onerant, unum peccatum committunt.
0
delito oculto fuese enorme, como h e - , R a t i o , quia juxta communem asstima-
rejía, pecado nefando ú otro seme- tionem hi non lasdunt famam et hono-
jante, aun cuando se contase como rem, eo quod ex una parte convicia
cosa dudosa, dice el Santo que sería inter hujusmodi personas non apre-
pecado mortal, «quia etsi dubitanter henduntur ut gravia, et ex alia audien-
tes nullam ipsis fidem prasstant, p u -
dicas, haec sola suspicio horum valde
tantes potius illa proficisci ex Ímpetu
infamat;» y que así opinan Báñez,
iras, quam ex animo et rei veritate; et
L e s i o , Bonacina, L u g o , los Salmati-
ideo tales rixantes ut plurimum excu-
censes. E l Santo exceptúa el caso en
santur a mortali, nisi forte de aliquo
que dijeras que esas cosas las habías
particulari facto adversarium impro-
pérente
dito, por ejemplo, de los enemigos del
infamado, porque entonces no habría 1487. P. ¿Cuántos pecados co-
mortal (lib. 3, núm. 978), se entiende, mete el que delante de muchas perso-
contra justicia; ni le habría tampoco nas revela un crimen oculto ajeno?
contra caridad, sino en el caso arriba R. San L i g o r i o dice que es bastan-
dicho de que se creyese con funda- te probable que uno solo. L a razón es,
mento que los oyentes por ligereza ó porque el derecho á la fama es uno
malicia habían de creer esos críme- solo, y no múltiple, y que basta decir
nes enormes, ó dudar de ellos. en la confesión: «he murmurado d e -
1486. P. ¿Cuántos pecados c o - lante de muchos de una persona, d i -
mete el que de una misma persona ciendo que era ladrón.»
murmura en diversas materias, ya sea Que hay un solo pecado en el caso
suponiendo delitos falsos, ó ya reve- dicho, opinan, como San L i g o r i o ,
24 LIBRO V. 1 R A T A D O
L u g o , Molina, Tamburini, A z o r . Si la
revelación fuese por ligereza delante
de una persona sola reservada, sería
otra cosa, porque no habría infamia
simplicitcr ni pecado mortal, al menos
de opinión probable, y San L i g o r i o
(libro 3, núm. 973) así opina también.
1 4 8 8 . P. Si Pedro calumnió á
Juan, y éste no tiene otro medio de
recuperar su fama que calumniando á
Pedro, ¿podrá hacerlo lícitamente?
H. i . ° E s ciertamente ilícito g r a -
vemente, y calumnioso. H e aquí la
proposición condenada por Inocen-
cio X I (es la 44): «Probabile est non
peccare mortaliter qui imponit falsum
crimen alicui, ut suam justitiam et
honorem defendat.» 2 . T a m p o c o te
VI.
E l secreto prometido es cuando
u n o , oyendo un secreto que otro le
confía, ó le oye casualmente, promete
no revelarlo . E l encomendado es
cuando uno confía á otro un secreto,
prohibiéndole que lo manifieste. E s t o
supuesto:
i.° E l secreto natural sencillo, si
se revela sin justa causa, se pecará
mortal ó venialmente, según sea la
materia y el daño que se siga en la
fama: y como se viola la justicia con-
mutativa, hay obligación de restituir
la fama y los daños que se siguieron,
como se dirá después.
2.0
El secreto prometido, aparte
de la obligación del secreto natural
anterior, tiene una nueva obligación
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
25
secreto encomendado no debe descu- '. se publicó ya por otra vía. Cuando el
brirle al j u e z , ni puede, aunque éste secreto encomendado se descubre á una
le pregunte jurídicamente, «et potes sola persona de toda reserva, no es
responderé te nihil scire, scüicet, ad re- mortal, dice San L i g o r i o : «dummodo
velandum; quia judex nequit abrogare non detegatur personas, cui creditur,
jus naturas, ex quo servandum est quod secretum committens specialiter
secretum commissum, nisi ex alia via voluerit celari;» pero véase el n ú m e -
res sit jam cognita, aut sit justa causa ro 1480, donde traté con alguna ex-
Mam revelandi,)) dice San L i g o r i o . L o tensión esta cuestión.
mismo dicen Navarro, L u g o , P a l a o , a
3. Por inadvertencia ó indelibe-
Bonacina, los Salmaticenses, etc. E s -
ración, ó porque se cree ciertamente
to mismo se ha de decir en igual ca-
que es materia leve.
so si el visitador ó prelado impone a
4. Si hay j usta causa; como cuan-
precepto formal á un subdito r e l i g i o -
do el guardar el secreto redundaría
so para que revele un secreto, «quod
en daño común ó de un tercero i n o -
de se celari potest sine peccato.» L o
cente, ó del mismo que le encomen-
mismo dicen las Constituciones del
dó: «quia tune ordo charitatís postu-
Orden de Predicadores, dist. 2 . , ca-
a

lat, ut reveletur: unde, etiamsi j u -

0

del contrato-promesa. E n cuanto á la pítulo 1 1 , texto 2. , letra B, y lo mis-

0

es lícito revelar en juicio un delito rasses, tune detegere posses,» dice

obligación natural del secreto, ya se
oculto del que te calumnió, cuando no
ha dicho: en cuanto á la obligación de
lo puedes probar; porque este proce-
la promesa, será grave ó leve, según
der sería una mera venganza, una in-
la intención del que prometió; porque
famación del prójimo, que de nada te
aprovecharía. 3 . « S i quis injuste hedit
0 la promesa aceptada sigue la natura-
íamam tuam, nec potes eam tueri nec leza de los contratos ó estipulaciones.
recuperare alia via quam imminuendo Cuando se duda si se obligó sub gravi,
quoque famam illius, id licet (dummo- la promesa obliga sub levi: i . ° Porque
do falsa non dicas) in tantum, quan- no se debe admitir tan grave carga, si
tum ad tuam famam conservandam no consta que se la impuso. 2° En
las obligaciones que uno se impone
necesse est, nec magis lasdas quam
voluntariamente, en caso de duda, no
Icedaris, collata tua et alterius perso-
se interpreta que se obligó á lo más,
n a . » ( L i b . 3, núm. 972.) T o d a esta
sino á lo menos, como dice constan-
doctrina de San L i g o r i o es muy r a z o -
temente San L i g o r i o (lib. 3, n ú m e -
nable.
ro 970).
ARTÍCULO IV 3.0
Cuando se promete guardar se-
creto de una cosa que hay obligación
Del secreto, y de los casos en que es lícito de manifestarla, la promesa no obli-
revelarle. ga, aunque sea jurada. L a promesa
no obliga, porque es de cosa mala; y
1489. P. ¿Qué es secreto? es un axioma que in male promissis
R. « C o g n i t i o alicujus rei, quss ex rescinde fidem, como dice San L i g o -
sui natura aut speciali contractu ser- rio. T a m p o c o obliga el juramento,
vari debet.» porque «juramentum non est vincu-
E l secreto es de tres maneras: na- lum iniquitatis.» E n estos casos, el
tural, prometido y encomendado. testigo preguntado jurídicamente debe
Secreto natural es el que está im- descubrir el secreto, aunque hubiese
puesto por la ley natural: tales son las prometido y jurado guardarle.
cosas ocultas que se saben, pero que Si no hay causa justa que obligue
no se pueden manifestar sin daño del á revelar el secreto, y éste no se ha
prójimo. publicado por otra vía, el que tiene el
mo también dice Santo T o m á s (quod-
San L i g o r i o (lib. 3, núm. 971); y lo
libeto 1, art. 15): «Solemnior est obli-
mismo opinan Báñez, Navarro, Moli-
g a d o ex lege naturali quam ea quse
na, los Salmaticenses, etc.
ex professione religionis. » I
P. Para evitar el daño grave p r o -
E l secreto encomendado (que tam- p i ó , ¿se puede revelar el secreto e n -
bién se llama riguroso y absoluta- comendado?
mente natural) puede ser expreso ó R. H a y tres opiniones. L a primera
tácito. E s expreso cuando expresa- es de Escoto, Silvestre, etc., y dice
mente se e x i g e la reserva. E s tácito que no es lícito: «quia secretum ser-
cuando el secreto se confía por razón vandum est semper ac sine peccato
del oficio, ó para pedir consejo ó au- servari valeat. E t huic sententias ( d i -
xilio, como los médicos, abogados, ce San L i g o r i o ) adhasretDiv.Thomas,
parteras, consejeros, etc. Estos son quodl. 1, art. 15, ubi dicit secretum
secretos naturales m u y rigurosos , commissum servari debet, quando de
aunque no se encomienden; porque á se celari potest sine p e c c a t o . » D e
estas personas se confían las mise- modo que San L i g o r i o atribuye á San-
rias y fragilidades humanas, y asun- to T o m á s que, suceda lo que sucediere
tos de tanta trascendencia que á v e - al que se encomendó un secreto, ten-
ces van por medio los bienes de for- drá que aguantarse y no podrá nunca
tuna, la fama y tal vez la vida de revelarle. Sea dicho con buena venia;
alguna persona. Interesa, pues, al pero Santo T o m á s no creo hable en
bien común de la sociedad que no se ese sentido. H e leído con mucha
revelen estos secretos. atención el art. 15 del quodlibeto 1,
1490. P. ¿Por cuántas causas ó que cita San L i g o r i o , y en el sentido
principios se pueden revelar estos se- obvio de las palabras nada dice de lo
cretos, al menos sin culpa grave? que San L i g o r i o le atribuye. Santo
R. San L i g o r i o pone las cuatro si- T o m á s habla manifiestamente del ca-
guientes: so en que un prelado imponga pre-
i." P o r la voluntad presunta del cepto á un religioso subdito para que
que encomendó el secreto. revele un secreto encomendado que
2."' P o r ser absolutamente leve la se puede guardar sin perjuicio de nadie;
materia ó cuando, aunque es grave, pero si se siguiese daño notable al
26 LIBRO V. T R A T A D O VI.
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO. 27
mismo á quien se encomendó, claro addunt L u g o et C r o i x , » añade San están obligados los que abren y leen sic laceravit, satis significavit nolle ut
es que no ha de ser de peor condición L i g o r i o (lib. 3, núm. 971). cartas ajenas? legantur, et ideo noluit cederé juri
que un tercero inocente; es así que 1491. P. E l que prometió guar- R. Peca contra justicia conmuta- suo.> ( E n el mismo número.) Me pa-
para evitar un daño grave de otro, di- dar secreto, ¿está obligado á guar- tiva el que sin causa legítima abre y rece fundada la opinión de San L i g o -
ce allí mismo el A n g é l i c o Maestro, sedarle aun cuando le sobrevenga daño lee cartas ajenas. Cada uno tiene ri- rio, especulativamente hablando; pero
debe revelar; luego con mayor razón grave? guroso derecho al secreto de sus c a r - yo creo que, por lo comiín, los que tie-
lo puede hacer para evitar un daño B. Si no se prometió guardarle tas, y es pecado mortal ex genere suo nen la paciencia de juntar esos peda-
propio: guia chantas bene ordinata inci- con daño grave propio, es cierto que abrir y leer cartas ajenas, y lo m i s m o citos son, ó muchachos ó gente ociosa
pit a semetipso. Santo T o m á s está tan se puede manifestar, como se ha d i - el leerlas sin causa legítima, tomán- que no obra con malicia, sino por
expreso en esta materia, que cuando cho con Santo T o m á s en la cuestión dolas sin licencia de su dueño. E s t e mera curiosidad y pasatiempo. Mas es
hay algún bien necesario dice que no anterior. E s t o es indudable, dice San abuso perjudica al humano comercio, indudable que los que por cualquier
es detracción revelar las cosas ocul- L i g o r i o , cum nemo censeatur ad secre- ofende el derecho del que escribe las motivo adquieren secretos leyendo e s -
tas, ni es pecado, debías circumstan-
tum se obligare cum incommodo gravi. cartas y del que las recibe. critos ajenos, pecan mortalmente si,
tiis observatis ( 2 . 2. , q. 1 7 3 , art. 2).
a a3
L a gran dificultad está en si el que D i g o que es mortal ex genere suo, no habiendo justa causa , los descu-
Por último, Santo T o m á s dice que prometió espontáneamente guardar pero no es mortal in toto genere suo, bren con grave perjuicio del prójimo.
el que promete no peca en no c u m - secreto, aunque le cueste la vida, está porque admite parvidad de materia. 1494. P . ¿En qué casos se p u e -
plir: quando eadem conditiones non ex- obligado á perderla antes que reve- E l que lee una carta ajena, aunque den abrir y leer cartas ajenas, al m e -
íant. « A d hoc quod homo teneatur fa- lar el secreto. estuviese cerrada, si al abrirla creyó nos sin pecado mortal?
ceré quod promisit, requiritur quod H a y dos opiniones: la primera dice prudentemente que no contenía ningún
R. i . ° Cuando tienes sólido funda-
omnia immutata maneante ( 2 . 2 . * , que debería revelar el secreto, porque
a
secreto grave, no peca sino venial-
mento para creer que una carta ajena
q. n o , art. 3 ad 5 . j . Se sigue, ttidli est licituvi propriam vitam prode-
u m
mente contra justicia; pero dice San
contiene algún daño injusto ó alguna
pues, que el secreto, sea encomenda- re, dice Sporer; y además, S o t o , L i g o r i o que, en este caso, si el que
injuria contra ti ó contra un tercero
do, sea prometido, no hay obligación N a v a r r o , L a y m a n y otros dicen que abre la carta cree que el que la envía
inocente, que esperas poder precaver
de guardarle, según Santo T o m á s , no es lícito posponer la vida propia á ó aquel á quien va dirigida se daría
y evitar con la lectura de la carta,
cuando sobreviene un mal grave al la ajena. Esta opinión, según San por gravemente ofendido, sería peca-
puedes abrirla y leerla lícitamente;
que recibió el secreto, en el caso que L i g o r i o , es bastante probable. do mortal, no contra justicia, porque
y «con mayor razón lo pueden hacer
no le revele. L a segunda opinión dice: «quod li- era leve la materia, sino contra cari-
las públicas autoridades en favor del
L a segunda opinión es de Molina, cet ob honestum finem omitiere con- dad, por el grave sentimiento que se
bien público, cuando éste peligra,»
y dice que el secreto encomendado servationem proprias vitas, ob alterius le causaría. ( L i b . 5, núm. 70.)
dice San L i g o r i o (lib. 5, núm. 70; y
tan sólo puede revelarse cuando, de vitam servandam,» y que esta opi- L o que se dice de las cartas entién- Homo apost., tract. X I , núm. 5), si-
no hacerlo, se siguiera un daño mu- nión es más común y más probable, dase de los escritos ajenos contra la guiendo á N a v a r r o , E s c o v e d o , L u g o ,
cho mayor al que recibió el secreto. dice San L i g o r i o , siguiendo á V i c t o - voluntad del dueño; y se conocerá Sánchez, Roncaglia, etc., etc.
L a tercera opinión, más común y ria, L u g o , L e s i o , P r a d o , los Salma- que son reservados, cuando no los tie- 2." T a m p o c o hay culpa alguna en
notablemente más probable, dice que, ticenses; y el Santo concluye así: ne al público en su casa, sino en l u - abrir y leer cartas ajenas cuando hay
con tal que el secreto no se hubiese « V a l d e probabiliter doctores L u g o , gar reservado. E l que esto haga, no consentimiento expreso ó fundado del
adquirido por algún medio injusto^ Molina dicunt in casu proposito te sólo peca contra justicia, sino también que envía la carta, ó de aquel á quien
(cpmo abriendo cartas ajenas ó cosa satis obligan ad servandum secretum contra la virtud de la estudiosidad, va dirigida , dicen San L i g o r i o en el
semejante), puedes revelar el secreto etiam cum discrimine vitas, si id pro- por ser curiosidad impertinente. Véa- citado número , L u g o , N a v a r r o , Bu-
ajeno encomendado cuando, si no le misseris: aliud enim est prodigere vi- se á Santo T o m á s ( 2 . 2 . * , q. 167, sembau, etc.
a

revelas, se te ha de seguir un grave tam, aliud omittere ejus conservatio- artículos 1 y 2).
3. L o s superiores de los religio-
daño: «etiamsi alteri immineret pe- n e m , ut promissum serves.» ( L i b . 5,
0

1493. P . Cuando uno rasga en sos pueden abrir y leer las cartas que
riculum mortis, modo illud secretum núm. 971.) M e adhiero á esta segun- pedacitos una carta, ¿es lícito juntar- sus subditos envían , y lo mismo las
sine vi aut fraude exceperis,» dice da opinión; porque el hombre, por un los y leerlos? que reciben; pero añade San L i g o r i o :
San L i g o r i o , siguiendo á Soto (De motivo de virtud, puede comprometer-
R. L u g o y algunos otros dicen que «si in hoc adest statutum aut usus,
just. etjure, lib. 5, q. 10, art. 2), N a - se á acciones en las que ponga en gran
se pueden leer cuando se arrojaron á aut saltem suspicio probabilis quod
varro, L a y m a n , L e s i o , etc. L a razón riesgo su vida, y puede también, por
un lugar público, porque se conside- in illis (epistolis) contineatur aliquid
es, porque no hay obligación de evi- un motivo virtuoso, exponer su vida
ran pro derelictis; pero San L i g o r i o , mali.» E n el Orden de Predicadores
tar el daño ajeno con tanto perjuicio por salvar la de un amigo, como dice
siguiendo á otros autores, dice que es hay constitución expresa de que los
propio; y además, «non prassumitur Santo T o m á s , cuyas palabras se cita-
notablemente más probable que no es superiores pueden leerlas , exceptua-
quis ad tale onus se obligasse, nisi ex ron en el núm. 465.
lícito juntar y leer los pedacitos así das las que los subditos envían á un
circumstantiis id certe appareat, ut
1492. P . ¿Cómo pecan y á qué unidos: «quia hoc ipso quod (aliquis) superior mayor que el local, ó las que
28 LIBRO V. T R A T A D O VI. DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO. 29

reciben de aquél. N o sé si en otras Or- rrección del delincuente , ó para evi- no sólo para saber si conviene descu- opinión del Santo en que fuera de
denes regulares habrá algunos r e l i - tar algún escándalo ó daño de ter- brir el secreto, sino ta nbién para e x - estos tres casos no es lícito jamás
giosos privilegiados. T a m b i é n la cos- cero. cogitar el modo más prudente de eje- descubrir el secreto injustamente ad-
tumbre podrá aconsejar á un prelado 2.
0
E s lícito avisar el delito o c u l - cutarlo, si así conviniese. quirido, aunque pierda la vida, si no lo
prudente la conducta más acertada to al j u e z , al prelado , padre ó tutor, 1496. P . Cuando uno adquirió revela el que lo adquirió injustamen-
que conviene seguir. Si , fuera de un cuando hay esperanza de evitar algún por medios ijijustos la noticia de un te, si se ha de seguir daño grave á
caso especial, no hay costumbre de daño grave, ó de la enmienda del de- delito ajeno oculto, como por v i o l e n - aquel cuyo secreto se revela.
que el prelado lea las cartas de los lincuente, si del aviso no se ha de s e - cia, fraude, ó abriendo la carta ajena, Si dijera San L i g o r i o que , en caso
subditos sacerdotes, como sucede en guir otro mal mayor, y con tal que tan si después no puede evitar un daño de igual daño para el que adquirió in-
el Orden Dominicano, sería chocante sólo se diga á las personas necesarias. grave propio si no manifiesta el delito justamente el secreto y para aquel
que, sin motivo especial, el prelado s e 1 3. 0
Se debe avisar cuando así lo oculto, ¿podrá revelarlo? cuyo secreto se revela, debía guardar-
singularizara con éste ó con aquél: exige el bien común y se espera fruto; R. San L i g o r i o , después de referir se el secreto , convengo ; qui.i in pari
« O m n i a mihi l i c e n t , sed non omnia porque la fama de la persona privada varias opiniones , concluye adhirién- casu potior est conditio innocentis ; pero
expediunt,» decía San Pablo ( I ad Co- se debe posponer al bien grave común. dose á la opinión de L u g o y algunos si el que adquirió el secreto injusta-
rint., cap. 10, v. 22). 4. 0
Cuando á un inocente se le ha otros autores, y dice así: « í n t e r has mente ha de sufrir un daño muchísi-
B i l l u a r t , siguiendo á Cayetano y á de quitar la vida, porque se le i m p u - tam varias sententias , mihi magis mo mayor, y sobre todo perder la vida,
P o n t a s , hablando de la facultad que ta, por ejemplo , un homicidio que arridet sententia Lugonis... Docet hic si no revela el secreto, y aquel cuyo
tienen los prelados regulares respecto otro cometió, si se puede , sin grave magnus t h e o l o g u s , te non posse, secreto se revela tan sólo ha de sufrir
de abrir y leer las cartas de sus sub- riesgo, manifestar el verdadero cri- generaliter loqueado, uti notitia illa in- un daño grave ordinario , la opinión
ditos, añade: « E a d e m facultas jure minal, se debe hacer , habiendo espe- juste accepta cum alterius damno, ob de San L i g o r i o me parece muy dura,
gubernationis conceditur marito res- ranza de salvar la vida al inocente. quodcumque damnum effugiendum. Ra- y no es consecuente con lo que en
5. T a m b i é n se puede descubrir tio . quia actio injusta, qua tu secre otras partes dice el Santo. E l ladrón
pectu litterarum uxoris aut ad uxo- 0

tum accepisti,obligat tead restituenda que hizo daño grave injusto, no está
rem , et patri respectu filiorum.» (De el delito oculto cuando es necesario
omnia damna propter illam próximo obligado á restituir cuando para ha-
jure et just., diss. 1 5 , art. 4, § 1, para evitar un daño grave propio ó
obventura. Prout casu quo debitor est cerlo había de padecer la pérdida de
Append., Dixi.) E n cuanto al m a n d o , ajeno en los bienes que llaman de for-
in extrema vel gravi necessitate non su estado justamente adquirido, dice
si no hay motivo especial y la esposa es tuna.
D e aquí se infiere: tenetur restituere, etiamsi creditor San L i g o r i o (lib. 3, núm. 702).
quisquillosa, cavilosa ó muy suscep-
tible, tal vez sería peligroso y expues - i.° Que es lícito , y á veces o b l i - eadem necessitate laboret. Sed o m - Además, San L i g o r i o (en el lib. 4,
to á que se turbase la paz del matri- gatorio, avisar á un amo que el criado nes dicunt, quod teneris restituere, si número 277) afirma que si el reo , no
monio. que tiene ó el que quiere recibir en su prascise propter illam subtractionem teniendo otro medio para defender su
casa es infiel ó de malas costumbres. proximum in eamdem necessitatem in- vida, impusiese falsos delitos al testi-
2. 0
L o mismo se ha de decir jeceris. T u n e tamen rede admittunt g o ó al acusador fuera de juicio , por
ARTÍCULO V
cuando una persona quiere contraer L u g o , etc., te posse crimen manifes- razón de la mentira solamente, no p e -
Se resuelven algunos casos difíciles acer- m a t r i m o n i o , ó ha de tomar a b o g a d o , tare , quando esset tibí permissum caría sino venialmente; y la razón que
ca de la manifestación de las cosas médico ó confesor , y se sabe que i g - etiam per v i m aut fraudem illud ex- da el Santo es: « N a m juxta leges cha-
octdtas. nora las malas prendas ó ineptitud de quirere et litteras aperire: et casus ritatis , cum vita sit bonum ordinis
las personas que escoge, ó cuando se esset: si revelatio esset necessa- majoris quam sint bona temporalia,
1495. Pondré por principio sóli- trata de ordenandos , ó de aspirantes ria ad commune bonum reipublicse; potest suam vitam defenderé cum
do para la resolución de algunos de á beneficios eclesiásticos ó al estado 2.°, si alter teneretur ex justitia se- jactura bonorum vel famas alienas. E t
los casos que á continuación se ex- religioso, ó cosas semejantes. E n es- cretum revelare ad damnum tuum si ad hoc reus adhibeat mendacium,
presarán , las siguientes palabras de tos casos conviene informar á las per- reparandum ; 3 . " , si ille in juste te erit quidem peccatum , sed non plus
vexaret. Alias non licet tibi alterius quam veníale; quia ratione damni tene-
Santo T o m á s : « E t siquidem verba, sonas interesadas, diciéndoles lo que
litteras aperire ad bonum tuum pro- tur tune proximus damnum suce famaz
per qua; fama alterius diminuituí;, pro- sea necesario para que procedan con
curandum vel ad malum aliquod vi- sufferre ad servandam vitam innocentis
ferat aliquis propter aliquod bonum acierto; pero se requiere proceder con
tandum , quia hoc esset contra c o m - in extrema necessitate constituti.» Ahora
necessarium , debitis circumstantiis mucha circunspección , porque si no
mune bonum humani commercii.» bien; si en el caso presente el inocente
observatis, non est peccatum , nec hay esperanza de sacar fruto, ó se han
( L i b . 3, núm. 969.) calumniado debía, según San L i g o r i o ,
potest dici detractio.» (2.* 2 . * , q. 7 3 , de seguir mayores males que bienes,
D i r é mi humilde opinión. N o hay renunciar su fama por salvar la vida
art. 2.) ó se dice á personas que lo divulguen,
duda de que es lícito revelar el secre- al que se la quita con un falso testi-
i.° E s lícito revelar el delito ocul- y no se evita el mal , convendría ca-
to en las tres excepciones que pone monio, y si en el caso anterior el des-
to de otro para tomar consejo de lo llar. Por lo t a n t o , conviene aconse-
pojado de sus intereses por el ladrón
que convendrá hacer, ó para la co- jarse de un docto y prudente confesor, San L i g o r i o ; pero no convengo con la
30 LIBRO V. T R A T A D O VI. DEL OCTAVO PRECE! »T0 D E L DECÁLOGO. 31

oculto debe cederlos por salvar el es-
tado justamente adquirido, ó sea la
fama del ladrón; y si la razón de San
L i g o r i o y de los autores á quienes si-
gue es «porque los bienes de un orden
un medio que no es injusto, el que le
adquirió puede revelarle lícitamente
en juicio ó fuera de él, si es necesario
para evitar un daño propio g r a v e , li-
cet majus damnum eveniat acctisatori vel
sio, consilium, etc., hablando de la res-
titución, números 1310 y siguientes.
2. 0
Si en nada cooperó, pero la
detracción grave injusta le d e l e i t a ^
se, peca mortalmente contra caridad,
v o y á transcribir resuelve otras cues-
tiones que hay que tocar en esta ma-
teria, creo conveniente copiar sus pa-
labras.
E n la 2 . 2. , q. 73, art. 4, p r e -
a ffi

inferior deben posponerse á los de un
orden superior,» no veo yo por qué se
ha de condenar como ilícito que el
que adquiere injustamente la noticia
de un delito verdadero oculto, lo reve-
le para salvar su vida, aunque no se
siga á otro sino la pérdida de su fa-
ma , ó tal vez tan sólo de intereses
graves.
Aunque siempre con el debido res-
peto, me aparto de la opinión del San-
t o , y me adhiero á Navarro , T a p i a ,
Villalobos, Dicastillo, los Salmaticen-
ses (tract. X I I , cap. 4, punt. 5, nú-
mero 66), L e s i o , Mazzotta, Molina y
otros; sobre todo al doctísimo Cónci-
na q u e , á pesar de ser muchas veces
extremadamente severo, dice que al-
gunos autores alegan que «sicuti n e -
mo valet injustam criminis notitiam
quasrere adproprium vel alienum com-
modum, ita ñeque injuste acquisita
testi , dice San L i g o r i o ; y esto es líci-
to, aun cuando el reo hubiese c o m e -
tido el delito , con tal que sea oculto
y no se pueda probar; porque dice el
Santo: «Accusans reum de crimine
omnino occulto, censetur in jure ac
si de crimine falso accusaret, et ca-
lumniam afferret;» y se puede tam-
bién revelar en ese caso el delito ocul-
to del testigo (aunque deponga obli-
g a d o ) para enervar su declaración;
«quia nemo tenetur cum sui gravi
damno famam proximi servare.» ( L i -
bro 4, núm. 277; y lib. 3, núm. 968.)
Esto mismo dice Cóncina en el lugar
citado : « U t igitur manifestatio ( c r i -
minis occulti) culpa careat, grave sit
damnum oporteat. Nec referí quod sit
minus eo quod imminet homini diffa-
m a n d o , dummode absolute grave sit.
Innocenti injuste accusato i m m i n e t
aut triremis aut exilii perpetui suppli-
porque se deleita del daño grave in-
justo del prójimo. Pero si la detrac-
ción no le agrada en cuanto tal, sino
que solamente se deleita «de novitate
aut curiositate quam continet detrac-
tio illa, multi doctores excusant a gra-
vi; modo ille non esset superior, quia
graviter interest subditum detrahen-
tem corripere,» dice San L i g o r i o (Ho-
mo apost., tract. X I , núm. 1 7 ) . E l
Santo está aún más explícito en la
obra lata (lib . 3 , núm . 980), donde
cita á E l b e l , Roncaglia, Sporer, M o -
lina, L e s i o , L a y m a n , T o l e d o , B o n a -
cina, R e g i n a l d o , Diana y los S a l m a -
ticenses, que afirman «non peccare
g r a v i t e r , etiamsi de ipsa detractione
quis delectetur, non causa odii vel
gaudii de alterius d a m n o , sed ex cu-
riositate, seu vanitate: idque dedu-
cunt ex Sancto T h o m a , loco citato
( 2 . 2 . * , q. 73, art. 4), qui tune tan-
a
gunta el Santo Doctor: « U t r u m au-
diens, qui tolerat detrahentem, gravi-
ter peccet?» H e aquí la respuesta :
«Respondeo dicendum, quod secun-
dum Apostolum, ad R o m . , c a p . 1,
v. 32, digni sunt morte, non solum qui
peccata faciunt, sed etiam qai facienti-
bus peccata consentiunt. Quod quidem
contingit dupliciter : uno modo diré -
cte, quando scilicet quis inducit alium
ad peccatum, vel ei placet peccatum:
alio modo indirecte, scilicet, quando
non resistít cum resistere possit; et
hoc contingit quandoque , non quia
peccatum placeat, sed propter aliquem
humanum timorem.
«Dicendum est ergo, quod si aliquis
detractiones audiat absque resistentia,
videtur detractori consentiré; unde fit
particeps peccati ejus. E t si quidem
inducat eum ad detrahendum, vel sal-

tem placeat ei detractio propter odium

eadem uti potes t. Verum ratio ista non cium: si revelas injusti accusatoris tum docet esse g r a v e , quando pla-
ejus cui detrahitur, non minus peccat
consistit. Quoniam quamvis injusta crimen, hic pcena mortis plectendus ceat ei detractio propter odium ejus
quam detrahens, et quandoque magis.
acquisitio notitiae fieri nequeat abs- est: debes manifestare crimen, ut in- cui detrahitur.» E n este estado deja
Unde Bernardus (lib. 2, De consid.,
que culpa, usus tamen notitiae, esto nocenti sucurras . Malumque quod la cuestión San L i g o r i o en los dos lu-
cap. 13, in fine) d i c i t : «Detrahere,
per fraudem 'comparata? , licitus esse subibitreus, debet sibi soli imputare.» gares citados. Y o no inquietaré á quien
» aut detrahentem audire, quid horum
valet. Igitur quamquam hic peccave- practique con buena fe la opinión de
» damnabilius sit, non facile dixerim.»
rit secretum extorquendo, aut alia in- estos autores, aunque hay peligro :
ARTÍCULO VI de que se mezcle complacencia » S i vero non placeat ei peccatum,
justa via notitiam criminis compa-
del mal ajeno; 2°, de que el murmu- sed ex timore vel negligentia, vel etiam
rando; nihilominus non apparet ratio
De los que oyen la detracción. rador se estimule á la detracción si verecundia quadam omittat repeliere
cur nequeat tali notitia u t i a d repa-
descubre que se le oye con gusto. T a l detrahentem, peccat quidem,sed mul-
randum grave damnum, vel publicum
1497. P. E l que oye con gusto vez por estas consideraciones San L i - to minus quam detrahens, et plerum-
vel alicujus innocentis. N a m hic actus
la detracción y , pudiendo, no la i m - gorio, y lo mismo Scavini, si bien no que venialiter. Quandoque etiam hoc
bonus est , ususque notitiae injuste
pide, ¿cómo peca? impugnan esta opinión, tampoco la potest esse peccatum m o r t a l e , vel
acquisita? in bonum finem directus,
R. San L i g o r i o dice así: i . ° E l que aprueban expresamente, y se conten- propter hoc quod alicui ex officio in-
actus esse potest virtutis. Perperam
induce eficazmente á otro á murmu- tan con referir los autores que la de- cumbit detrahentem c o r r i g e r e ; vel
ergo opponitur quod fraude habita no-
rar, ó como mandante, ó aconsejan- fienden. propter a l i q u o d periculum conse-
titia fuerit, quando justa eadem uten-
do , ó adulando, peca contra caridad quens, vel propter radicem, qua timor
di causa fuerit. Quare usum talis noti-
por pecado de escándalo respecto del Citan á Santo T o m á s en favor de humantes quandoque potest esse pec-
tia? in casu nostro defendunt Salman-
inducido; peca contra justicia conmu- su opinión; pero y o tengo por cierto catum mortale, ut supra habitum est,
ticenses, etc. Mihi quoque probabilior
tativa respecto de la persona á la que que Santo T o m á s no dice en el lugar q. i g , art. 3.» E l amor humano ó
apparet.» ( T o m o 4, lib. 10, in Deca-
se infama, y además hay obligación citado lo que se le atribuye , ni toca mundano, dice Santo T o m á s en el
log., dissert. 2.*, cap. 5, n ú m . 18.)
de restituir la fama y los daños que esta cuestión. C o m o el Santo con su art. 3 que aquí cita, «proprie dicitur,
angélico ingenio dice mucho en pocas quo aliquis mundo innititur tamquam
Aquí se ha de notar que cuando el se sigan de la detracción, del modo y
palabras , y además la doctrina que fini;» esto es, cuando el hombre está
delito oculto del prójimo se supo por según el orden que se explicó en jus-
 LIBRO V. T R A T A D O VI.
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
33
dispuesto á faltar al amor de Dios ó I m o , periculum est quod potius au-
ritualem profectum a l i o r u m , v i d e - no está obligado á restituir la cosa á
del prójimo por algún temor ó respe- geant vel confirment detractionem;
tur esse per accidens. I t a Sotus, su dueño con grave daño propio. E s
to humano. Véase el núm. 512, y véa- ex ómnibus his motivis simul conges- Rebell., et D i c , apud Salmant., et
se á Santo T o m á s , 2 . 2. , q. 33, tis rationabiliter sustineri potest prae-
a :i; verdad que si pudiendo buenamente
consentit L u g o . Bene autem advertit devolver la fama que quitó injusta-
art. 2 ad 3.""' fatacommunissimasententiaexcusans
L u g o , quod si infamatus et infamans mente materialiter, no lo hace, está
Medítense bien estas palabras, y no universe audientes a mortali, si cor- sint subditi, et infamatus imploret obligado á restituir la fama y los da-
se hallará que Santo T o m á s promue- reptionem omittant. » ( N ó t e n s e bien las prselati auctoritatem, ut fama ei resti- ños que se sigan después, dice allí
va la cuestión sobre aquel que oye palabras siguientes del Santo.) « E x - tuatur, tune ille ex justitia ad id t e - mismo San L i g o r i o .
con gusto la detracción grave del de- cusantur autem apud omnes, etiam a netur, modo possit sine timore gra-
lito ajeno oculto, no por odio, sino veniali, qui advertendo detractionem, 1501. P. E l que reveló injusta-
vioris m a l i . » ( L i b . 3, núm. 980.) E s t e
por curiosidad y vanidad . D a por vel discedunt, vel sermonem diver- mente un delito verdadero, pero oculto,
es el caso en que el superior falta á la
cierto que peca mortalmente cuando tunt, vel faciem avertunt, aut tristem ¿debe restituir todos los daños que se
justicia conmutativa, si abandona la
siguieron de la revelación?
se deleita por odio á aquel de quien ostendunt, ex Prov., cap. 25: Dissipat defensa del subdito inocente calum-
se murmura; explica cuándo el omitir facies tristis linguam dctrahentis. R a t i o , R. Aunque algunos autores dicen
niado que la implora.
la corrección es mortal ó venial, y quia ista; actiones sunt veras corre- que no se deben restituir todos los
nada más. ptiones.» ( L i b . 3, núm. 981.) daños, sino tan sólo una parte, por-
1498. C o m o esta materia p e r t e - 1499. Nota: en el núm. 501, ci- ARTICULO VII que siendo el delito verdadero, los da-
nece en parte á la corrección frater- tando las palabras de San L i g o r i o , se ños en parte provinieron de la publi-
De la obligación de restituir la fama
cación y en parte del delito cometido,
na, véase lo que se dijo desde el nú- dijo que los superiores que no son
quitada injustamente. pero San L i g o r i o en el mismo nú-
mero 504 al 507. Véanse también los beneficiados con estipendio no están
obligados de justicia á corregir al sub- mero, siguiendo á L u g o , Molina, los
números 512 y 513.
1500. Esteartículocontienecues- Salmaticenses, L a y m a n , etc., tiene
Sobre si los superiores, padres y tu- dito que murmura; pero no expresé
tiones muy prácticas, muy importan- por cierto que se deben restituir todos.
tores están obligados de justicia, ó allí un caso en que el superior falta á
tes, de muy difícil resolución en el L a razón es convincente; porque «hic
tan sólo de caridad, véase el núme- la justicia si no corrige al subdito
confesonario, por ser tan diversas las et mine sua injusta revelado est causa
ro 501. que murmura. Como se trata de una
opiniones de los autores y tan varias vera et única damni, dum sine ipsa
Por último, según Santo T o m á s , materia importantísima, especial-
las circunstancias de los casos. damnum omnino abfuisset.» L o mismo
en las palabras citadas hay tres casos mente para los prelados regulares, y
E s indudable que el que infamó dice y prueba Billuart, De jure et jtist.,
en que peca mortalmente el que no en el núm. 501 no la traté con tanta
injustamente al prójimo, está obli- diss. 15, art. 3, dico 2.)
corrige al que murmura en materia extensión, voy á transcribir las pala-
gado á restituirle la fama; pero la 1502. P. E l detractor iujusto,
g r a v e . i.° E l superior que no corrige bras de San L i g o r i o . Después de ex-
difamación puede ser injusta tan sólo además de la fama, ¿debe restituir
al subdito, se supone servatis servandis poner la opinión de los que dicen que
materialmente, y puede ser injusta todos los daños que se siguieron de
debitis circumstantiis. 2. E l privado, el superior del que murmura está
0

formalmente; lo mismo que se dijo de la infamación, aun cuando no los

cuando ve que, si no corrige, se ha obligado de justicia á corregirle, y la
la mentira material y formal. previese?
de seguir un grave daño que se pue- opinión de los que dicen que el supe-
E l que sin culpa teológica, al m e - R. L u g o y otros autores afirman
de evitar corrigiendo al detractor. rior del infamado es el que está o b l i -
nos grave, infamó al p r ó j i m o , ó por «quia injuste damnificans cum culpa
3 . Cuando por respetos mundanos ( c o - gado de justicia á defender su fama,
0

una inculpable inadvertencia, ó por mortali tenetur ad omne damnum

mo se ha d i c h o ) , esto es, cuando por el Santo dice así: « T e r t i a tamen forte
ignorancia invencible, creyendo que factum.»
poner el último fin en la criatura, no probabilior sententia negat peccare
era público lo que decía, tan luego San L i g o r i o , siguiendo á otros au-
corrige al que cree que podrá enmen- contra justitiam, ñeque superiorem
como conozca su error, está obligado tores, dice que es bastante probable
dar con la corrección. Fuera de estos detrahentis, cum ipse non teneatur
de justicia á restituir la fama, si com- que tan sólo hay obligación de resti-
casos, la persona privada no peca mor- invigilare bono alterius non subditi;
mode possit, como dice San L i g o r i o tuir los daños que el difamador previo,
talmente, dice San L i g o r i o , omitien- sed non excusatur a culpa gravi c o n -
(lib. 3, núm. 994): «parí modo quo al menos en confuso.
do la corrección del que murmura. tra charitatem, aut etiam contra justi-
incendens alterius domum sine culpa, H e aquí, en compendio, el racioci-
C o m o es materia que ocurre con tan- tiam, si sit Episcopus vel parodias, et
tenetur ex justitia ignem extinguere: nio del Santo (lib. 3, núm. 613): « S e -
ta frecuencia en las reuniones y en non corrigat; quia hi tenentur ex j u s -
alias damnum quod inde sequitur, cundum omnes ad restitutionem re-
los casinos, v o y á transcribir las pa- titia ad corrigendos subditos, juxta
ipsi imputabitur. Ita communiter L e - quiritur culpa theologica (véase el
labras de San L i g o r i o : « A t quia in dicta núm. 360, v. sed dubitatur: nec
sius, L u g o , etc.» Pero como no hubo número 1300); et tanta est culpa,
hac materia detractionis difficillime superiorem infamati, cum ipsi non
culpa teológica, no está obligado á quanta invincibiliter apprehenditur;
constare potest correptionem profice- incumbat ex justitia borip temporali
restituir la fama con grave detrimento ita ut ille, qui próximo damnum i n -
r e , et aliunde facillime offenduntur subditi attendere. Quod autem infa-
propio. Se ha de equiparar al que con ferí, plus aut minus peccat, quanto
detrahentes coram aliis correpti, i m - matus impediatur sic promoveré spi-
buena fe posee la cosa ajena, el cuall plus aut minus aestimat damni v a l o -
TOMO II.
3
34 L I B R O V. 1RATADO VI. DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
35
r e m . Juxta autem culpam correspon- Y o tengo por cierto que si Pedro se tomar consejo para proceder con acier-
mún y más probable que «impotens
deré debet obligatio restitutionis. Nec expresó exacta y correctamente, no to. Ocasiones habrá en que será c o n -
restituere in uno genere bonorum, non
obstat dicere quod damnificans tene- está obligado de justicia, puesto que veniente procurar del infamado que
tenetur restituere in altero inferiori:puta
tur ad omne damnum illatum; hoc en nada faltó; ni estará obligado de remita la infamia y los daños que se
si quis hominem occidit, aut v u l n e -
enim intelligendum est, modo dam- caridad á desengañarlos, á no ser que siguieron, ó que admita una amigable
ravit, aut infamavit, non tenetur p e -
num illud sit aliquo modo, saltem in pueda hacerlo sin grave incomodidad. composición.
cuniam daré, si nequeat aliter dam-
confuso, animadversum, ut ceterum 1504. P. Si Pedro en presencia 1505. P. Cuando una persona num compensare.»
ordinarie accidit; non vero si prorsus de algunas personas quitó injusta- infama á otra injustamente, ó supo - Confieso que las razones que alega
invincibiliter fuit incognitum, ut ad- mente la fama á Juan, ¿cumple con niendo un delito falso, ó descubriendo San L i g o r i o no me hacen fuerza. L a
vertunt Croix, Muez, P. H o l z m a n , restituirla delante de ios que oyeron un delito verdadero, pero oculto, si ley del cap. 2 1 , v . 19 del É x o d o , que
S a l m a n t . » Esta doctrina del d a m n i - la detracción, ó deberá también resti- no puede restituir la fama, ¿estará dice: «Percussor erit innocens, ita ta-
ficador injusto y directo de los intere- tuirla delante de aquellos á cuya no- obligado á dar alguna indemnización men ut operas ejus et impensas in
ses la aplica igualmente San L i g o r i o ticia l l e g ó , por haber manifestado la por la fama quitada, además de i n - médicos restituat,» nada prueba; pri-
á los daños que en los intereses se detracción de Pedro los que estuvieron demnizar los daños previstos que se mero, porque era ley judicial que está
siguen al infamado por causa de la á ella presentes? siguieron de la infamia? abrogada en lo que no es de derecho
infamia; pues para que el difamador R. i . ° E s opinión comunísima que R. Santo T o m á s y otros graves natural; segundo, porque allí se ha-
esté obligado á restituir los daños si el que murmuró no creía ni preveía autores dicen que si no se puede res- bla de lo que sucede en una quimera,
causados por difamación en los inte- inculpablemente que los que oían di- tituir la fama, debe compensarse de si rixati fuerint viri; y como se supo-
reses, omnino requiritur praívisio i p - vulgarían el secreto, no está obligado otro modo. H e aquí las palabras de nen culpables y acalorados los dos
sorum, saltem in c o m m u n i . » ( L i b . 3, á la restitución de la fama sino r e s - Santo T o m á s : uQuando id quod est contendientes, la pena es menor; ter-
n ú m . 996.) Esta opinión es muy i m - pecto de aquellos que oyeron la mur- ablatum, non est restituibile per a l i - cero, cuando dice «percussor erit inno-
portante para alivio de los confesores muración. L o s obligados á restituir quid asquale, debet fieri recompensa- cens» no se interpreta, como dice L u -
y de los penitentes en esta materia; son los que la oyeron y la divulgaron. do qualis possibilis est; puta cum g o , sino que quiere decir, «erit i m -
porque sucede algunas veces que una 2. Si el que murmura prevé que los
0 aliquis alicui abstulit membrum, de- munis sive cicatricum, sive á pcena
murmuración es gravemente injusta, oyentes divulgarán fácilmente el d e - bet ei recompensare vel in pecunia, mortis,» que es la pena del Talión
y priva á una persona dei destino, de vel in aliquo honore, considerata con- impuesta allí: «Oculum pro oculo.
lito ajeno oculto, entonces está obli- i
un matrimonio ventajoso ó cosa s e - ditione utriusque personas secundum V i t a m pro vita.» Si valiese el argu-
gado á restituir la fama delante de t,
mejante, pero el detractor no previo arbitrium boni viri» (2. 2 . , q. 62, mento de San L i g o r i o y de L u g o , se
ios oyentes mediatos, esto es, á cuya f"
a s

invenciblemente los males; y así, res- art. 2 ad i . ) . Después, en la res- . seguiría que los herederos de los bie-
noticia llegó por relación de los que ¡"
u m

pecto de, ellos, no hubo injuria formal, puesta ad 2 . , hablando del que qui- nes del asesino no deberían pagar los
u m
estuvieron presentes á la detracción
porque no hubo culpa teológica, aun- tó la fama revelando un delito o c u l t o i daños que se siguieron á los hijos y
de Pedro. L a razón es, porque si bien i
que hubiese culpa mortal en haber verdadero, dice que debe restituir la esposa del asesinado, porque nada
á nada está Pedro obligado si los oyen- '
infamado. fama; y añade: « Vel, si non possit, de- dice la ley del É x o d o (cap. 21, v. 23):
tes mediatos restituyen delante de i
bet ei aliter compensare, sicut et in alus «animam pro anima,» y nada más;
1503. P. Si Pedro dice con ver- aquellos á quienes comunicaron el \
dictum est in solutione ad p r i m u m . » y en el cap. 24, v. 17 del L e v í t i c o ,
dad un crimen de Juan, y los oyentes, crimen, pero si no lo hacen, Pedro j
Por último, hablando del que estupró nada más dice que «qui percusserit,
por su mala inteligencia, entendieron «tenetur damnum reparare, quantum
violentamente á una doncella, dice et occiderit hominem, morte moria-
que le había atribuido á Antonio, ¿á est moraliter possibile; prout si incen- !
así: « I n his autem quae objectio tan- tur.» N o obstante, San L i g o r i o dice
qué estará obligado Pedro? disti segetem tui i n i m i c i , prcevidens
git (ablatio virginitatis, vel abscissio que los herederos necesarios deben
R. Es indudable que por caridad ignem facile extensurum ad segetes
membri alicujus) quce non possunt ad ser indemnizados por los daños que
estará obligado sub gravi á desenga- finítimas, teneris utique totum dam-
simile boimm restituí, debet fieri restitu- i se les siguieron , y ésta es sentencia
ñarlos, si puede hacerlo sin grave per- num resarciré: cum quisque teneatur
tio qualis possibilis est, scilicet, ad arbi-' común.
juicio. L u g o y Molina dicen que esta- restituere omne damnum quod alteri >
trium bonoríim.» ( I n 4 Sent., dist. 1 5 ,
ría obligado de justicia á deshacer el provenit ex sua injuria, semper ac : L a ley del Digesto, que cita San
q. i . , art. 5, solut. 1. ad 2 . . )
a a u m

error de los que entendieron mal, por- illud fuerit praavisum,» dice San L i - L i g o r i o , no prueba mucho, porque las
que de la acción de Pedro nació de gorio (lib. 3, núm. 991, quceritur). L o Véanse los autores que defienden leyes civiles , y sobre todo las r o -
algún modo el mal; pero Busembau, mismo opinan L u g o , N a v a r r o , los la opinión de Santo T o m á s , en los manas como ésta , dejan sin castigo
L e s i o y Billuart dicen que no hay tal Salmaticenses (De rest., cap. 4, núme- lugares citados en el núm. 1383. muchas acciones que tienen adjunta
obligación de justicia, porque el daño ro 122), Cóncina ( t o m o 4, pág. 670, San L i g o r i o , siguiendo á graves obligación de restituir por derecho
no fué causado eficazmente por la l o - núm. 5), etc. T o d o s reconocen la gran autores (véase al Santo, lib. 3, n ú m e - natural. L a ley civil declara libre al
cución de Pedro, sino exclusivamente dificultad de restituir la fama en estos ro 627), dice que aunque la opinión de
marido que mata al adúltero sorpren-
por la equivocación dé los que oyeron. casos , y ordinariamente es necesario ^ Santo T o m á s es probable, es más co-
dido infraganti adulterando con su
36 LIBRO V. T R A T A D O
esposa; pero según el derecho natu-
ral, es un homicida.
L a tercera y última razón de San
L i g o r i o es la siguiente: «Justitia com-
mutativa obligat ad restituendum jux-
ta sequalitatem damni illati; ubi au-
t e m restitutio facienda est in gene-
re diverso, nulla adest aaqualitas, nec
ulla erit umquam compensatio d a m -
ni; per quamcumque enim pecuniam
damnum minime reparatur nec in toto,
nec in parte.» ( L i b . 3, n ú m . 627.)
Esta doctrina de San L i g o r i o me
parece muy exagerada. E s decir, que
per quamcumque pecuniam nec ulla erit
compensatio damni, no me parece cier-
t o . E l doctísimo Cóncina trata sólida
y eruditamente esta cuestión, y me-
rece que se lea con atención ( l i b . 10,
in Decalog., diss. 2 . , cap. 14, desde
a
el núm. 4 al 10). E n t r e otras cosas,
dice así: «Accedit compensationem
pecuniarum non solum ezquare, sed in-
terdum etiam superare infamiam pos-
se. Si pauperem, quem ut furem tra-
duxisti, comitem ingentibus redditi-
bus affluentem institueres; id non
solum asquaret, sed longe excederet
famas ablationem.» Se ve que San
L i g o r i o se equivocó cuando en el Ho-
mo apostolicus, tract. X , núm. 83, cita
á Cóncina en favor de su opinión;
cosa nada extraña, porque el que e s -
cribe se fía muchas veces de las citas
que lee en otros autores, creyendo
que son exactas . San L i g o r i o cita
también á B á ñ e z ; pero Báñez hace
una excepción que contradice á la
doctrina anterior de San L i g o r i o , por-
que dice que si la persona infamada
fuese de tal condición que recibiendo
dinero del infamador pudiese vivir
más honoríficamente, el detractor debe-
ría recompensarle la fama con dinero;
porque entonces la restitución se ha-
cía (moralmente) in eodem genere (in
2. a m
2. ', D i v i Thomae, q. 62, dub. 10,
a
concl. 4).
L o mismo que Cóncina dice el doc-
tísimo Silvio por las siguientes pala-
bras: «Famapraastantiusquiddam est
VI.
quam pecunia: magna tamen pecunias
summa potest alicui famce preponde-
rare, aut asquivalere secundum hu-
manara et moralem asstimationem.
Quomodo et libertas hominis, licét sit
altioris ordinis quam pecunia, ex con-
dicto tamen pretio asstimari potest;
ut quando homo liber seipsum vendit
in servitutem» (in 2. 2 . , Divi T h o -
a111 a
mae, q. 62, art. 2, qucer. 22).
E l doctísimo D o m i n g o Soto dice
que, aunque Silvestre lleva la opinión
contraria, «nihilominus non est ab
opinione regia divertendum; enimvero
cum pecunia pretium sit omnium re-
rum, illa asstimatur honor et fama;
et ideo per illam aut per aliud pretio
asstimabile facienda est horum resti-
tutio. Quando vero deest, non est cur
(famam) pro orationes restituat, quia
non sunt pretia rerum.» (De just. et
jure, lib. 4, q. 6. , art. 3, hacia el m e -
a exige alguna satisfacción, pero no delito verdadero oculto, ¿el que infa-
dio del 4. argumento.)
0 siempre en dinero ó cosa que lo valga. mó podrá decir que mintió, que no es
Por último, el mismo San L i g o r i o
dice expresamente que algunas veces
se debe sacrificar la fama para resti-
tuir intereses de mucha cuantía. E n
el lib. 3, núm. 653, dice que la adúl-
tera, aunque tenga buena fama, «si
sit lcemina vilis, ut non sit longe ma-
gis asstimabilis f a m a s u a , quam dam-
num, alus (filiis legitimis) inferen-
d u m , » si espera ser creída, debe d e s -
cubrir su adulterio, para que no vayan
los grandes intereses al hijo adulteri-
no. L u e g o en este caso el dinero es
de más precio que la fama.
Además el Santo, en el lib. 3, nú-
mero 1001, afirma que si el que infa-
mó injustamente hubiese de sufrir la
pérdida de grandes intereses, no d e -
bería restituir la fama, con tal que
«damnum bonorum sit respective ma-
jus quam famas.» D e estos dos l u g a -
res de San L i g o r i o se infiere que no
es verdadera aquella universal afir-
mación del Santo: « P e r quamcumque
pecunias summam non potest dari
compensatio nec in totum, nec in par -
temí) (damni amissionis famas) (lib. 3,
núm. 627).
•
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
37
Por todas estas razones, aunque odio, ó la malicia, ó la ira, ó la lige-
con la debida venia, me aparto de la reza, m e precipitaron á infamarle in-
opinión de San L i g o r i o y me adhiero justamente; no creáis semejante cosa:
á la de Santo T o m á s ; pero repito lo tenedle por inocente en esta m a t e -
que dije en otros lugares, que como ria. » T o d o esto se dice con verdad
la opinión de San L i g o r i o tiene en su cuando el delito es oculto y no hubo
favor tan considerable número de gra- causa justa para revelarlo.
ves autores, no inquietaré al que con
Si esto no bastase, ó los circuns-
buena fe practique esa opinión. A d e -
tantes hubiesen de creer que se usa de
más, los que lleven la opinión de
anfibología, y lejos de desengañarse
Santo Tomás, deben tener presente
se afirmasen más en la infamia, e n -
que el Angélico Maestro no dice que,
tonces se omite este medio y se p r o -
siempre que no se puede restituir la
cura alabar frecuentemente al infa-
fama, se indemnice con dinero, sino
mado, honrarle, conversar amigable-
que se expresa así: «Quando id, quod
mente con él, como dicen Cayetano,
est ablatum, non est restituibile per
Soto, N a v a r r o , S i l v i o y otros muchos
aliquod asquale..., debet ei recompen-
autores.
sare vel in pecunia, vel in aliquo houo-
re considerata conditione utriusque per- 1507. P. Cuando no se halla
sones secundum arbitrium boni viri.» otro medio para deshacer la infamia
Donde se ve que aunque el Santo que se causó por haber revelado el
verdad lo que dijo?
Por último, San L i g o r i o (en el l i -
R. San L i g o r i o , siguiendo á L u g o ,
bro 3, núm. 627) concluye diciendo Sánchez, L e d e s m a , Serra, "Wigandt,
que los autores que se apartan de L e s i o , Roncaglia, Navarro y otros,
Santo T o m á s «communiter tamen mo- dice que se pueden decir esas pala-
nent, congruum esse, ut confessarius bras, y que si no se halla otro medio,
imponat pcenitenti pro pcenitentia vel se debe: « H i n c nostro casu bene possu-
ex asquitate aliquid lasso elargiri.» H e mus, immo, si opus sit, tenemur tali-
dicho mi parecer: unusquisque in sensu bus verbis ambiguis uti; dum Sanctus
suo abnndet.
T h o m a s (in 4 Sent., dist. 15, q. I , A
art. 4, quasstiuncula 2 . ad i . ) dicit,
a u m
ARTÍCULO VIII famam proximi omni modo possibili re-
parandam'esse.» ( L i b . 3, núm. 992.)
Del modo de restituir la jama. , San L i g o r i o no aduce sino una
| prueba en confirmación de su opinión,
1506. P. Supuesta la obligación y es, que los pecados en cualquier ma-
de restituir la fama quitada injusta- teria pueden llamarse mentiras sin
mente, se pregunta: ¿cómo se ha de faltar á la verdad; y esto lo prueba
restituir? con la autoridad de Santo T o m á s , que
R. Si la fama se quitó injustamen- dice así ( i . part., q. 1 7 , art. 1): « I p s a
a
te, revelando sin justa causa un deli- p'eccata falsitates dicuntur i n Scriptu-
to oculto verdadero, el que infamó ris, secundum psalm. 4: U t quid dili-
debe hacer lo posible para borrar la gitis vanitatem et quasritis menda-
infamia que causó. cium?» Y añade San L i g o r i o : « E t
Convienen todos los autores, con idem habetur in Jerem., 8: A propheta
Santo T o m á s , en que puede y debe usque ad sacerdotes omnes faciunt men-
decir, por ejemplo: « O b r é mal en de- dacium, id est, peccatum. Pariter igi-
cir esto; cometí una injusticia en d e - tur qui peccavit, bene potest dicere,
cir esto; fué una alucinación mía; el se meutitum ftiisse, sive errorem fecis-
 LIBRO V. T R A T A D O VI. DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO. 39
3§
se.» ( E n el citado lib. 3, n ú m . 992.) tículo 10.) D e aquí es que pudo decir que es falso ó que es mentira lo que se sive scienter, sive ex errore?» Me pa-
Y o no inquietaré al que siga esta Dios que Caín h i z o una ?nentira cuan- dijo. L a razón fundamental es porque rece muy prudente esta opinión: si es
opinión de San L i g o r i o , que tiene ade- do mató á A b e l , pero yo no puedo ese lenguaje sería una anfibología necesario que el calumniador pierda su
más á su favor tantos y tan graves decir que es una mentira este hecho. meramente interna, que nunca es lícita. fama para restituir la ajena que quitó
autores; pero siempre con la debida « A u c t o r Sacras Scriptura? est Deus, in E l sentido común y exclusivo en la injustamente, debe perderla; pero si
venia del Santo, creo: primero, que es cujus potestate est ut non solum voces sociedad, cuando se dice esto es falso, puede restituir la ajena sin perder la
contra Santo T o m á s ; segundo, las ra- ad significandum accommodet, quod esto es mentira, no es que es pecado, propia, no hay derecho á exigirle ese
zones que aduce San L i g o r i o no me etiam homo faceré potest, sed etiam res sino que es contrario á la verdad: «ex inútil sacrificio.
parecen sólidas: por lo tanto , me ipsas.» eo quod res est, aut non est, oratio 2.
a
D i c e Billuart que si el calum-
adhiero á la opinión de los que dicen San L i g o r i o añade que Santo T o - dicitur vera aut falsa.» niador se retractó formalmente delan-
que no es lícito. más, en el lugar citado del libro 4 de E l que desee enterarse más á fondo te de los que oyeron la calumnia, y,
Santo T o m á s , cuando en el citado las Sentencias, «docet famam proxi- de esta cuestión, vea á Cayetano (en si es necesario, juró y presentó testi-
artículo 1 dice que ipsa peccata /ahua- mi omni modo possibili reparandam el comentario del citado artículo de gos sobre la inocencia del infamado,
tes dicuntur in Scripturis, explica cla- esse.» Santo T o m á s ) ; á Soto (De jure et en este caso «si, qui calumniam audie-
ramente allí mismo en qué sentido E n efecto; Santo T o m á s (in 4 Sent., just., lib. 4, q. 6, art. 3); á Gury ( t o - runt, prseconceptam malam opinio-
Dios llama falsedades y mentiras á dist. 1 5 , q. 1. , art. 5, sol. 2. ) dice
a u mo 1, núm. 458), y muy especial- nem deponere nolint, liber erit (diffa-
los pecados; esto es, no en cuanto se que la restitución se ha de hacer omni mente á S i l v i o (en el comentario del mator) ab ulteriori restitutione; quia
oponen á la virtud de la veracidad, modo possibili; pero á continuación, en citado artículo de Santo T o m á s , quce- non censetur amplius causa istius
sino en cuanto el hombre, cuando pe- la respuesta ad i . " , resuelve expre-
m ritur 22) y á Billuart (De jure el just., prava? opinionis, sed auditorum ma-
ca, no se sujeta á la ordenación del samente la cuestión presente en un diss. 15, art. 3, § 2.) Concluyo dicien- litia et pertinacia.» (De jure et just.,
entendimiento divino: in quo malum sentido contrario á San L i g o r i o . Ha- do: unusquisque in scnsu suo abundet. Y o diss. 1 5 , art. 3, § 2.)
consistit. blando del que infamó injustamente á tan sólo he expuesto mi opinión. 1509. P. Si la f a m a , quitada
Santo T o m á s , en la exposición del otro, dice así: « T e n e t u r a d famas res- 1508. P. E l que infamó á una advertida é injustamente, no se pu-
salmo 4, está tan distante de decir titutionem, vel dicendo se falsum di- persona calumniándola advertidamen- diese restituir sin grave daño del difa-
que el nombre en el trato social puede xisse, si falsum dixit; vel quocumque te, ¿á qué está obligado? mador, ¿deberá hacerse?
decir que un delito cierto oculto es alio modo, non mentiendo (nótese bien) M. Debe retractar claramente lo R. Aunque en parte se ha dado ya
mentira, que al exponer aquellas pa- si verum dixit: quia non debet alterius que dijo calumniosamente: si fuese ne- la respuesta en lo que queda dicho,
labras et quceritis mendacium, dice así: famam cum mendacio restituere.» N o cesario, debe jurar que faltó á la ver- pero reuniendo en un solo lugar la
« I d est, quare amatis divitias, ut ha- puede darse cosa más clara; porque si dad y que es falso lo que dijo; y si esto respuesta á la pregunta, d i g o :
beatis sufficientiam? V e l mendacium, infamó diciendo un delito falso, debe no bastase y hubiese testigos, debería i.° E l difamador injusto debe res-
id est, idolum ( I ad C o r i n t h . ) . Idolum retractarse y decir que es falso lo que presentarlos para restituir la fama tituir la fama, aunque sufra daño gra-
nihil est. Usquequo ergo diligitis, et dijo; pero si infamó diciendo un deli- quitada. Se dirá que con este proceder ve en sus intereses: quia melius est
quasritis hoc, et non convertimini ad to oculto verdadero, debe restituir la el calumniador se infama á sí mismo; nomen bonum quam divitice multa.»
Deum?» fama valiéndose de otro modo de ha- pero sibi imputct el haberse constituido ( P r o v . , cap. 22, v. 1.)
blar que no contenga mentira. ¿Y qué en este compromiso: es un axioma
Estas locuciones de la Sagrada E s - 2.
0
Si para restituir la fama que
modo usará para restituir la fama sin que inpari casu melior estconditio inno-
critura, y otras innumerables seme- quitó fuese preciso perder la suya, de-
mentir? Santo T o m á s lo expresa deta- centis.
jantes, son verdaderas pronunciadas berá hacerlo; porque, como queda di-
lladamente en la 2 . 2. , q. 62, art. 2.
a x

Aquí hace Billuart dos adverten-

por Dios, y son falsas y mentirosas
pronunciadas por el hombre. L a razón
es, porque (nótese bien) Dios no sólo
puede hacer que las voces signifiquen
esto ó aquello, sino que puede hacer
que las mismas cosas signifiquen.
el hombre no puede hacer que las
mismas cosas signifiquen á su antojo,
sino que tiene que usar de las voces en
el sentido que tienen en el uso común de
los hombres, c o m o dice sabiamente
Santo T o m á s ; y así prueba que « S a -
cra Scriptura sub una littera habet
plures sensus» (1.* part., q. i . , ar-
a modo ipsis constet me falsum dixisse
Dice que el que infamó á otro «verum
dicendo, sed injuste, puta, cum ali-
quis prodit crimen alterius contra or-
dinem debitum, tenetur ad restitutio-
nem famse quantum potest, sine menda-
Pero
cio tamen; utpote quod dicat se male
dixisse, vel quod injuste diffamaverit.
P o r lo tanto, no es modo posible de res-
tituir la fama valerse de una locución
mentirosa. D e modo que, como notan
Cayetano, S i l v i o , Billuart y otros,
Santo T o m á s no admite de modo al-
guno que se pueda decir en este caso
cias que m e parecen muy prudentes:
i.a
Que cuando el calumniador
puede devolver cumplidamente la fa-
ma diciendo que es falso lo que dijo,
no le parece necesario, como algunos
quieren, que se infame á sí mismo
diciendo que mintió advertidamente;
porque si la fama se restituye, y se
convence á los que oyeron de que es
falso, «quid enim prodest diffamato,
si noverint auditores me scienter et ex
intentione fallendi dixisse falsum,
cho, in pari casu potior est conditio inno-
centis.
3.
0
Si por la difamación injusta
puso al inocente infamado en peligro
de perder la vida, debe, para salvarle,
restituirle la fama, aunque exponga
su vida propia, por la misma razón
que en el caso anterior.
A las reglas anteriores pone San
L i g o r i o dos excepciones:
1.* E l que infamó no está o b l i -
gado á sufrir un tan grande daño en
los intereses para restituir la fama,
cuando el daño en ésta sea respective

•
 o L I B R O V. ' :RATADO VI. DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
4
4i
menor que el valor de aquéllos: Si puesta por Alejandro I V no existe y a , blico, cuanto sea necesario para v o l - condiciones, no conviene inquietar su
dumnmn bonorum sit respective majas porque fué suprimida por la bula verla al infamado. Billuart dice que buena fe, puesto que nada se adelan-
quam famce. Apostolices Sedis de P í o I X , de 12 de tal vez en alguna ocasión sea necesa- taría en favor del infamado ó contu-
2. a
T a m p o c o el difamador estaría Octubre de 1869. rio que se haga la reparación «per meliado, y se pondría inútilmente en
obligado á perder su fama propia para San L i g o r i o dice que basta para li- concionatores, aut schedulas locis mala fe al penitente. Esta importante
íestituir la que quitó, cuando la suya belo infamatorio, «quando profertur publicis affixas, máxime si quis f a l - doctrina es de San L i g o r i o (lib. 6,
fuese de mucho más precio que la del scriptura, etsi brevissima, continens sum dixerit. H i n c videant, in quantas números 610, 611 y 612; y Praxis
infamado : quia aliter non servaretur infamiam oceultam alicujus, ut publica se conjiciunt angustias qui tam facile
confessarii, números 8 y 9), y la d e -
ccqualitas, dice San L i g o r i o (lib. 3, nú- fíat. Unde non esset talis, si (libellus) aliorum famam dilacerant.» (De jure
fiende como cierta con algunas excep-
mero 1002.) L o mismo opinan B á - confectus esset ad ingenium osten- et just., diss. 15, art. 3, § 2.)
ciones. ( V é a s e en los lugares citados.)
ñez, los Salmaticenses, L e s i o y otros dendum, non autem malum publican- 1512. P. L o s herederos del que
autores. dum vel si infamia jam esset facta infamó injustamente y no restituyó ARTICULO X
publica; vel si quis ob bonum publi- en vida, ¿están obligados á la restitu-
cum proferret defectum grassantem ción que debió hacer el difunto? De las causas que excusan de la restitu-
ARTICULO IX
in communem perniciem; vel si quis R. E n cuanto á los daños en los ción de la fama.
Del libelo infamatorio y de los anónimos. jocosa non gravia conscriberet.» D e s - intereses que el difamador previo, sal-
pués añade el Santo que se conside- tem in confuso, y causó con la difama- 1513. P . ¿Qué causas excusan
1510. P . ¿Qué es libelo infama- raría riguroso libelo infamatorio, si ción, los herederos están obligados á de la restitución de la fama?
alguno aliquod signum infamatorium restituirlos, porque ésta es carga real
torio? R. Están compendiadas en el si-
appendit ad januam domus alicujus, quo que afecta á los bienes del difunto;
R. «Scriptura vel signum ad ali- guiente dístico:
publice eum infamet (lib. 3, núm. 995). pero si en la infamia (y lo mismo en
quem publice infamandum.» Para el
efecto de infamar, es igual que se En cuanto á las cartas anónimas, la contumelia) hubiese que dar tan /nipos, publicitas, oblivio, cessio, fama
sólo satisfacción personal, á ésta no Si repárala fuil, si data nutla ¡idea.
haga con impresos, ó manuscritos, ó hay casos en que son lícitas y muy
signos, caricaturas, pasquines, etc., laudables; casos pueden ocurrir en están obligados ios herederos; porque
Antes de explicar estas c a u s a s ,
con tal que se haga públicamente; que se deba usar de ellas. Suponga- cuando contra el difunto no había
véase todo el capítulo 5, De las causas
bien sea que se fijen en un lugar pú- mos que por algunas circunstancias acción real, sino tan sólo personal,
que excusan de la restitución, desde el
blico, ó bien que se distribuyan entre particulares, por inconvenientes que los herederos no responden de estas
núm. 1443, porque mucho de lo que
el público. L o s modos de infamar de se ofrecen, ó por graves peligros que obligaciones.
allí se dice se puede aplicar á este
esta manera están comprendidos en amenazan si se da el nombre del que Dos cosas importantes se han de lugar. N o obstante, hay algunas d i -
el verso siguiente: avisa, sea necesario revelar algún cri- tener presentes en esta materia de la ferencias, que es necesario explicar.
men oculto ó á los padres para que restitución de la fama: L a impotencia, si es física, es claro
Signa, manuscripta, nlque emlileiimía. schedula, vigilen á sus hijos, ó á los prelados
i. a
«Confessarius curet, ut fama? que excusa mientras subsista: Impos-
imarjo. respecto de sus subditos, ó al Obispo compensationes, cum commode fieri sibilium nidia est obligatio.
Este modo de infamar es de tan respecto de un pretendiente á un be- possunt, ante absolutionem fiant, quia E n cuanto á la impotencia moral, si
grave malicia, que, concurriendo cier- neficio ó á las órdenes, ó de un pre- postea difficulter adimplebuntur; licet el daño es igual, debe restituir el que
tas circunstancias, el derecho canó- tendiente al hábito religioso, ó de un ceteroquin hae minus difficultatis ha- infamó injustamente; pero si la fama
nico le castigaba con excomunión fe- criado ladrón, avisando á sus a m o s ; beant, quam pecunia; restitutio,» dice del infamador es de mucho más pre-
renda. Si el libelo infamatorio era en estos casos y otros semejantes los San L i g o r i o (Homo apost., tract. X I , cio, por ejemplo, si es de un prelado
contra el Papa ó contra algún Carde- anónimos pueden ser muy laudables, núm. 18). cuya fama es de mucha importancia
nal, había excomunión lata reservada. y á veces obligatorios. Véase á Sca- 2.a
Scavini (tract. V I I , disp. 2. , a
y el infamado es una persona vil, en
Si era «in infamiam et detractionem vini (tract. V I I , disp. 2. , cap. 3,
a

cap. 2, art. 1, queer. 14, nota 3 . ) , a

fratrum Ordinum Prasdicatorum et art. 2, Scholium, queer. 5.)
Minorum (y de las Ordenes religiosas
que comunican con ellos en los pri-
vilegios) había excomunión lata reser-
vada al Papa, impuesta por Alejan-
dro I V por su bula Ex alto, su fecha
26 de Junio de 1259. Si bien pecan
gravísimamente los que escriben los
libelos infamatorios de que aquí se
habla, pero la excomunión lata i m -
1511. P. ¿Cómo deberán resti-
tuir la fama los que la quitan injus-
tamente por medio de libelos infama-
torios?
R. N o sólo están obligados á resti-
tuir los daños que se siguieron en los
intereses del infamado por causa del
libelo infamatorio, sino que deben
restituir la fama de un modo tan p ú -
citando á Gury, dice que los confeso-
res, cuando se encuentren con peni-
tentes que tienen obligación de hacer
algunas satisfacciones por haber qui-
tado la honra ó la fama, si están con
buena fe, creyendo que nada deben y
que les basta confesar el pecado, y
además se teme con fundamento que
si se les avisa la obligación no la cum-
plirán, si están reunidas estas dos
este caso no debería infamarse á sí
mismo el prelado para restituir la
fama.
Sin L i g o r i o afirma que no se debe-
ría restituir la fama de poca impor-
tancia, cuando el difamador tuviese
que perder intereses cuantiosos, quia
non servaretur cequalitas, dice el Santo
(lib. 3, números 1001 y 1002). T a m -
poco hay obligación de restituir la
fama cuando no se puede hacer sin
42 LIBRO
exponer la vida, porque no hay o b l i -
gación de restituir un bien inferior
con pérdida de un bien de orden su-
perior; pero se debería hacer la resti-
tución cuando por la infamia injusta
se hubiese puesto al infamado en la
necesidad de ser muerto; porque in
pari casn potior est conditio innocentis,
dice San L i g o r i o , en el citado n ú m e -
ro 1001.
V. T R A T A D O VI.
obligación de restituir, cuando se
duda prudentemente si se olvidó el
delito publicado injustamente, no pa-
rece que el difamador esté obligado
á retractarse, porque se infamaría
ciertamente á sí mismo, sufriendo un
daño cierto para restituir un daño
incierto, esto es, una infamia ajena de
que hay duda si está borrada ya con
el olvido; pero se exceptúa el caso en
DEL OCTAVO PRECEPTO
1516. San L i g o r i o excusa tam- recibió ; y que como nada adelantaría
bién de restitución al difamador cuan-
do no hay certeza moral de que los
oyentes dieron crédito á la detrac-
ción , poique es regla general que
«nullum damnum dubium est de n e -
cess'tate restuuendum. Nec raro de
facto accidit , quod his detractionibus
fides non praa.-tatur ; máxime si d e -
tractor loquatur ex ira vel alia pas-
DEL DECÁLOGO.
43
Juan en su fama con retener la resti-
tución de la fama que quitó á P e d r o ,
sería una venganza tan contraria al
Evangelio, como si habiendo sido i n -
famado injustamente por Pedro, para
tomar venganza de éste le infamase
después. Estas son, en compendio,
las razones de Cóncina , tomo 4 , l i -
bro 10 in Decaí.', diss. 2 . , cap. 1 4 ,
a

Cuando se habla de impotencia, se
ha de tener presente que así como el
que debe una cantidad de dinero y no
puede pagarla toda, debe pagar la
parte que pueda, así sucede en la res-
titución de la fama; porque ésta es
divisible, y el que la quitó injusta-
mente, si no puede restituirla toda,
debe restituir la parte que pueda,
que la infamia dudosa del prójimo sea sione , et detractio testimoniis alio- número 1 1 y siguientes , donde trata
de tanta importancia que se deba pre- rum , aut aliter non firmetur.» ( L i - con mucha erudición y elocuencia
ferir á la infamia propia cierta, pues bro 3, núm. 99S.) esta cuestión. Como Cóncina habían
en este caso se debe restituir aquella
P. ¿Es lícito compensar una fama opinado antes Cayetano , N a v a r r o ,
infamia dudosa. Fuera de un caso se-
con otra? Valencia, Prado, L u g o , Pedro N a v a -
mejante, se ha de tener presente aque-
R. 1." Si P e d r o , que infamó á rro y otros muchos autores.
lla importantísima doctrina de San
Juan, está pronto á restituirle la fama, Por el contrario, Soto (lib. 4 De
L i g o r i o , que es aplicable á muchas
Juan , que infamó también á Pedro, jure et just., art. 3 ad 4 - ) , los Sal»
materias. Dice así: « E s t regula gene- u m

debe restituir á éste la fama. maticenses ( t r a c t . X I I I , cap. 4,

como dicen San L i g o r i o (lib. 3, nú-
mero 997) y los Salmaticenses {De
ra/., cap. 4, núm. 134).
1 5 1 4 - Publicitas.—Cuando el cri-
men se hizo después público por otra
vía, de modo que, aunque no hubiera
precedido la infamia primera, se h u -
biera publicado, entonces el primer
difamador está obligado á los daños
que se siguieron antes que por otra
vfa se divulgase el crimen oculto,
pero no á los que se siguieron des-
pués de publicarse por otra vía, y no
debe ya mandársele que restituya la
fama.
1515. Oblivio.— Cuando el cri-
men que se reveló injustamente está
del todo olvidado, no conviene man-
dar que se restituya la fama, porque
la restitución renovaría la memoria
del delito, y sería más peligrosa y
nociva que el silencio.
Pero aquí se han de notar dos 'ad-
vertencias de San L i g o r i o :
i.a
Que como no es fácil deter-
minar cuándo el delito está olvidado,
el Santo da la regla siguiente: « C r i -
men (revelatum) prsesumendum esse
oblitum, si per multum tempus nulla
de eo mentio facta fuerit.»
2. a
Que como es regla general causó al difamado antes que se o l v i -
que cuando el daño es dudoso no hay dase la infamia.
ralis, quod nemo obligatur ad restitu-
tionem, nisi omnino de tali obliga-
tione constet, nempe, quod ipse fuerit
vera causa damni.» ( L i b . 3, n ú m e -
ro 662.) L o mismo dicen Navarro,
L e s i o , S i l v e s t r e , los Salmaticen-
ses, etc.
E l Santo , aplicando esta doctrina
al caso presente, dice así: « N o n v i d e -
tur quis teneri damnum certum pati
ad reparandum damnum incertum
p r o x i m i , nisi quando solum periculum
infamia; alterius in aliquo casa magis
cestimaretur, quam infamia certa sive
damnum detractoris.» ( L i b . 3, núme-
ro 999.) Estas últimas palabras son
muy prudentes y fundadas; porque si
se tratase de una persona cuya fama
fuese importante al público por la po-
sición elevada ó por otras cualidades
relevantes , entonces una persona os-
cura, aunque de buena f a m a , debería
sufrir un perjuicio en su fama, cuan-
do hubiese de presente tan sólo duda
de la infamia causada ciertamente á
la fama de aquella persona , pero que
actualmente se duda si está ya olvidado
el delito publicado injustamente.
E n todo caso , el difamador está
obligado á restituir los daños que
2.0
Si Pedro infamó á Juan , éste punct. 9, núm. 146), L e s i o , L a y m a n ,
no puede por esto infamar á aquél, T o l e d o , Bonacina , Molina , Busem-
porque sería una mera venganza, como bau, Roncaglia, Sánchez, Billuart,
dice San L i g o r i o (lib. 3 , núm. 999), Bouvier, Gury, Scavini, etc., defien-
con la opinión común. N o hay c o m - den como más probable y más c o -
pensación cuando no resulta utilidad 1 mún que, en el caso propuesto , Juan
alguna. no está obligado á restituir la fama á
3.
0
C o m o la fama es divisible , si I Pedro hasta que éste se avenga á res-
Pedro infamó á Juan en diversos crí- tituir la que quitó á Juan.
menes , y Juan á Pedro en uno solo, i.° Porque es principio general de
no puede haber compensación forzó- ¡ derecho: « N o n cogeris jus suum a l t e -
sa; esto es, aunque Juan, irritado, no ri reddere, si ille recuset tibi reddere
quisiese restituir á Pedro la fama en | tuum.»
el único delito en que le i n f a m ó , P e -
2.
0
E s también cosa cierta que el
dro estaría obligado á restituir á Juan
deudor puede suspender la restitución
la fama en la parte en que excedió su
de la deuda por todo aquel tiempo en
injusticia á la que recibió de Juan.
que es irracional la exigencia del
Esto es indudable.
acreedor, ó que éste es irrationabiliter
L a gran cuestión está sobre si, por invitus en no dar espera al deudor.
ejemplo , cuando la infamia que los Ahora bien: ¿no es irracional, injusto
dos se causaron mutuamente es casi y contrario al sentido común que P e -
igual , si Pedro no quiere restituir la dro, que infamó á Juan de ladrón, no
fama á Juan , podrá éste lícitamente quiera restituir á éste la fama , y que
compensarse , esto es , no restituir la al mismo tiempo pretenda que Juan
fama á Pedro hasta que éste se aven- le restituya la fama que le q u i t ó , lla-
ga á restituir la fama que quitó á mándole ladrón?
Juan.
3.
0
E s manifiestamente falso que
Graves autores dicen que Juan no la conducta de Juan sea una mera
puede compensarse, y que debe resti- venganza ; hay una verdadera com-
tuir la fama á Pedro, porque la com- pensación, porque ésta no consiste
pensación tan sólo se concede cuando solamente en que se resarza el mismo
por ella se puede resarcir el daño que se daño que se causó ; basta que sea en
44 LIBRO V. T R A T A D O
un equivalente , como sucede en el
caso presente. Juan no recobra su
fama reteniendo la restitución de la
fama de Pedro, pero se compensa con
quitarse la molestia y pesada carga de
restituir la fama á Pedro, en justa
compensación de que éste no quiere
restituir la fama que quitó á Juan.
4.0
E l argumento ab inconvenien-
ti , ó sea el ejemplo que pone Cónci-
na, tomado de L u g o , no tiene paridad
alguna; es un puro sofisma. Si Pedro
infamó á Juan, éste no puede por esto
infamar injustamente á aquél; porque
si es con mentira, es intrínsecamente
m a l o ; si es revelando algún delito
verdadero oculto sin justa causa , es
una mera venganza , que también es
intrínsecamente mala. E n la cuestión
presente ni hay calumnia ni vengan-
za ; tan sólo hay la detención de la
restitución de la fama, la cual es lícita
cuando hay justo m o t i v o . Pondré un
ejemplo : Pedro cortó una mano á
J u a n ; éste no puede, en desquite,
cortar otra mano á aquél, porque sería
una pura venganza; pero si Pedro qui-
tó injustamente una mano á Juan , y
éste, por venganza, quita una mano á
aquél, si los daños que se siguieron á
cada uno de los dos son casi iguales,
Pedro no tendría derecho á exigir de
Juan que le abonase los perjuicios que
se le siguieron , sf él no estaba t a m -
bién dispuesto á indemnizar los daños
que se siguieron á Juan. Confieso que
me parece muy segura la opinión de
San L i g o r i o (lib. 3 , núm. 999). T a n
sólo en el caso en que los daños de
éste fuesen mucho menores , debería
abonar el exceso á P e d r o .
P o r último, «quando jura sunt pa-
ria , non est illi servandum jus , qui
suum non servat;» y por esto dijo
Inocencio I I I : <i Paria crimina mutua
compensatione deleantur.» Cóncina
dice que el Papa habla para los casos
en que las dos partes consienten mutua-
mente; pero se equivoca manifiesta-
mente, como puede ver cualquiera en
el mismo texto (cap. 7 , Tua fraterni-
VI.
tas, tít. 16, lib. 5 de las Decretales de
Gregorio I X ) ; porque el caso (que por
ser largo omito por brevedad) habla
expresamente del efecto necesario que
se siguió por la perpetración de c r í -
menes iguales por cada una de las dos
partes; y por esto pronunció el Papa:
« P a r i a crimina mutua compensatione
deleantur;» y así el Papa , al marido
que después del adulterio de su mujer
comete también adulterio , le manda
que pague el débito conyugal á su
mujer adúltera.
1517. Cessio. Se quita la o b l i g a -
ción de restituir la fama cuando la
persona infamada condona expresa ó
tácitamente al difamador esa obliga-
ción , y habrá algunos casos en que
baste la condonación interpretativa;
como cuando el infamado es de tal
condición que se cree con fundamen-
to, atendidas todas las circunstancias,
que si se le suplicara, ciertamente per-
donaría la restitución de la fama.
E s t o se entiende en el caso en que el
infamado pueda abandonar lícitamen-
te la fama ; porque si fuera persona á
quien le fuese necesaria para promo-
ver el bien espiritual del prójimo, pe-
caría contra caridad si renunciaba la
restitución de la fama sin justa causa.
Si fuese pastor, estaría obligado de
justicia á mirar por su fama, y la re-
nunciación sería nula. T a m p o c o po-
dría condonar la restitución de la
fama cuando redundase en perjuicio
de otros, como del estado eclesiástico,
ó de una comunidad regular , ó de
una familia.
1518. Fama si reparata fuit, ó injusta muerte; porque, como no tie- mismo dicen L u g o y Molina.
por sentencia judicial , ó por haberse
evidenciado la verdad por personas de
probidad; aunque si antes de reparar-
se la fama se hubiesen seguido algu-
nos daños al difamado, el difamador
deberá restituirlos.
Si data nulla fides.—Si las perso-
nas á quienes se manifestó el crimen
oculto ó falso no dieron crédito a l g u -
no al difamador, nada tiene éste que
restituir, porque no se siguió daño
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
45
alguno ni en la fama ni en otros gorio parecía más común en su tiem-
bienes. po. A la razón de San L i g o r i o res-
1519. P. E l reo que por librarse ponden los contrarios que no es causa
de gravísimos tormentos infama gra- de su muerte, ni física, «quia non se
ve y calumniosamente á otra persona, physice occidit, sed a lictore occidi-
¿cómo peca? tur,» ni moral, «quia ex sua parte
R. E s indudable que pecaría m o r - non intendit mortem, sed liberari a
talmente , y decir lo contrario está gravissimis cruciatibus.»
condenado por Inocencio X I : «Proba- Confieso que si el que se difamó
bile est non peccare mortaliter, qui falsamente á sí mismo estuviese con
imponit alteri falsum crimen ut suam buena fe y no quisiese retractar su
justitiam et honorem defendat.» ( E s falsa confesión porque no le sujetasen
la proposición 44.) L a razón de ha- á nuevos gravísimos tormentos, yo no
berse condenado esta proposición, es me atrevería á inquietarle, porque
«quia mendacia gravia in judicio di- nada se adelantaría, sino ponerle en
cere est contra bonum commune, cum mala conciencia, y no hay dificultad
sit pervertere omne justitiíe ordinem, en admitir buena fe acerca de una
et ideo illud quisque praeferre debet opinión que defienden como libre de
privato bono, etiam proprias vitas,» pecado mortal unos sabios tan distin-
dice San L i g o r i o ( l i b . 4 , núm. 277). guidos como Soto, Silvestre, L e d e s -
L o mismo había dicho Santo T o - ma, T o l e d o , Serra, etc.; y Billuart la
más ( 2 .
a
q. 69, art. 2}. tiene por probable (De jure et just.,
P. ¿Peca gravemente el que para diss. 14, art. 1, petes).
librarse de gravísimos tormentos con- 1520. P. E l que para librarse de
fiesa de sí mismo un enorme crimen graves tormentos impuso un falso de-
que no cometió, por cuya confesión lito al prójimo, si no se sigue á éste
va á ser muerto? sino infamia, ¿estará obligado á r e -
R. L e s i o , T o l e d o y otros dicen tractarse el que le infamó aunque, si
que no peca mortalmente: «quia nemo lo hace, se le habría de sujetar á nue-
tenetur vitam servare cum tanto cru- vos graves tormentos?
ciatu, qui morte ipsa durior videtur.» - R. Y a se dijo en e l n ú m . 1519 que
Por el contrario, San L i g o r i o (lib. 4, el difamador pecó mortalmente; pero
núm. 275), N a v a r r o , L u g o , Molina, dice San L i g o r i o que post factum no
dicen que peca mortalmente; porque ¡ estaría obligado á retractarse para re-
si bien el nombre no está obligado á parar la fama del prójimo, «se denuo
conservar la vida por medios extraor- exponendo ad sustinenda illa gravia
dinarios que parezcan más dolorosos tormenta;' quia nemo tenetur famam
que la misma muerte, no obstante, restituere cum tam longe graviore
no puede cooperar positivamente á su suo d a m n o . » ( L i b . 4, núm. 275.) L o
ne el dominio de su vida, esto sería
Concluyo el tratado de la detrac-
intrínsecamente m a l o : y San L i g o r i o
ción. Bien hubiera querido haberlo
añade que, si retractándose de la falsa
despachado en una ó dos hojas, como
confesión que hizo del falso crimen
hacen algunos autores; pero es vicio
que se imputó á sí mismo pudiese li-
tan frecuente y de tan trascendenta-
brarse de la muerte, debería retrac-
les consecuencias, que me ha pareci-
tarla: «quia falsa illa confessio pergit
do conveniente, para bien de los con-
influere ad suam injustam m o r t e m . »
fesores, extenderme, á fin de resolver
Billuart trata eruditamente de es- las principales dificultades que á cada
tas dos opiniones, y dice que ambas paso ocurren en el confesonario. Un
son probables, aunque la de San L i - confesor ignorante se contentará con
4 6 LIBRO V. T R A T A D O
reprender á los difamadores, y nada
más; pero no sé yo cómo librará en el
tribunal divino. Otro confesor igno-
rante mandará restituir los daños á
iodos los que dijeron mal del prójimo,
cuando muchas veces, ó no los pre-
vieron, ó no fueron causa eficaz de
ellos.
CAPÍTULO X
VI.
veces, y es lo más común, echándole
en cara sus defectos morales, y se
llama simplemente contumelia, c o m o
llamar á uno ladrón, adúltero, etc.; ó
echándole en cara sus defectos físi-
cos, como que es tonto, espurio, cie-
g o , que los antiguos llamaban convicio,
y hoy llaman afrenta; ó echándole en
cara los favores que se le hicieron
cuando estaba en la indigencia, que
se llama improperio; vicio de corazo-
DEL OCTAVO
minus amat suum honorem, quam
rem possessam.» ( 2 . 2. ', q. 72, ar
a a
tículo 2 )
Pero la contumelia no es mortal in
toto genere suo, porque admite parvi-
dad de materia.
P. ¿Qué reglas hay para conocer
cuándo la contumelia es mortal, cuán-
do es venial , cuándo es lícita, y
cuándo pertenece á una determinada
virtud?
PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
47
lados, cuando castiguen á sus subdi-
tos causa discipline?, pueden decirles
con el mismo fin palabras afrentosas,
cuando así conviene para su enmien-
da ó para guardar la observancia y
para escarmiento de otros; pero deben
procurar ser justos cuando usan de
estos medios, y además muy parcos
en esta materia; porque, como dice
Santo T o m á s en el mismo artículo
(ad 2 . ) , citando á San Agustín ( l i -
u m

ARTÍCULO PRIMERO
De la contumelia.
1521. P. ¿Qué es contumelia?
R. «Injusta violatio honoris.»
Para comprender bien en qué c o n -
siste la contumelia, los varios modos
con que se puede contumeliar y en lo
que se distingue de la detracción,
véase el capítulo De la fama y del ho-
nor, núm. 1463; porque siendo la con-
tumelia contraria al honor, conocido
en qué consiste el honor, se conoce
fácilmente en qué consiste la contu-
melia, que es su contrario. L a contu-
melia se hace siempre estando la
persona contumeliada presente física
ó moralmente; esto es, que esté pre-
sente personalmente ó en alguna cosa
que la represente, como estatua, cua-
dro, etc.
L a contumelia puede hacerse priva-
tiva ó positivamente. Se hace privati-
vamente, cuando se omiten aquellos
actos de honor, culto y respeto que
hic et nunc se deben á alguna persona;
como no descubrirse, no levantarse,
no dar el lugar más preferente á las
personas á quienes por su mayor dig-
nidad ó autoridad se debe este honor,
y lo mismo cuando se omiten otros
actos semejantes.
L a contumelia positiva es cuando
con actos positivos se deshonra al pró-
j i m o . Puede hacerse de varias mane-
ras: ó con hechos, como escupir á una
persona, ó cosa semejante, ó arras-
trando ó ensuciando su retrato; otras
nes viles, y á quienes se puede apli-
car aquello del Eclesiástico: « E x i g u a
dabit, et multa improperabit.» (Capí-
tulo 20, v. 15.) También es imprope-
rio contumelioso, cuando á una perso-
na que se halló en la exaltación, se la
insulta cuando se la ve en la miseria;
como cuando los príncipes de los sa-
cerdotes, los ancianos y los dos ladro-
nes decían á Jesucristo crucificado:
« A l i o s salvos fecit, seipsum non po-
test salvum faceré. Idipsum autem et
latrones, qui crucifixi erant cum eo,
improperabant ei.» (Matth., cap. 27,
vers. 42 y 44.)
1522. H a y otro modo de contu-
meliar que se llama irrisión; y es,
qua quis verbis et cachinnis irridetur.
Hay también otro modo de contume -
lia que se llama subsanación; y es, qua
quis naso rúgalo, et alus geúibus ridi-
culis irridetur. Santo T o m á s , e x p o -
niendo aquellas palabras del salmo 4:
«Qui habitat in coelis, irridebit eos, et
Dominus subsannabit eos,» dice así:
«Irrisio namque fit bucea, secundum
H i e r o n y m u m in glossa; sed subsan-
natio rugato naso, atque contracto ex
quadam, scilicet, levi indignatione.»
1523. P. ¿Qué malicia tiene la
contumelia?
R. E s mortal ex genere suo. «Qui
dixerit (fratri suo), fatue, reus erit
gehennse ignis.» ( M a t t h . , cap. 5, ver-
sículo 22.) Santo T o m á s lo demues-
tra con la razón siguiente. L a contu-
melia ó convicio formal se ordena á
quitar el honor del prójimo; luego es
mortal ex genere suo no menos que el
hurto ó la rapiña: «non enim homo
R. Santo T o m á s , en el artículo bro 2, cap. 30. De sermone Domini):
citado, explica con su inimitable cla- uRaro et ex magna necessitate objurga-
ridad y laconismo esta materia. tiones sunt adhibenda?.» Sobre cuyas
palabras el cardenal Cayetano, meri-
t.° Cuando con ánimo de des-
tísimo Maestro General del Orden de
honrar gravemente al prójimo se le
Predicadores, dice así: « E t ad verte
dice una palabra contumeliosa, es
hic, quod contumelias quas praelati
pecado mortal; al manos por la inten-
objurgando proferre possunt, licet ut
ción, aun cuando la materia no sea
materiam virtutis assumant, et in
grave; y esto es lo que con rigurosa
littera dicatur quod raro et ex magna
propiedad se llama y es contumelia.
necessitate dicere debeant, tutius ta-
2. 0
Cuando se dice la palabra con-
men mihi videtur quod numquam nisi
tumeliosa, no para deshonrar, «sed
Spiritu Sancto suggerente dicantur ;
forte propter correptionem vel propter
quoniam repraesentatur subditis, quod
aliquid hujusmodi,» e n t o n c e s , dice
non ex charitate, sed ex passione pro-
Santo T o m á s , «non dicit convitium vel
contumeliam formaliter et per se, sed per cedant, fiuntque deteriores, non susci-
accidens et materialiter, in quantum di pientes disciplinam; leviusque verbera
citur id quod potest esse convitium et quam contumeliosa verba suscipiunt.»
contumelia. Unde hoc potest esse Unde T u l l i u s , in lib. De Officiis:
quandoque peccatum veníale, quan « O m n i s animadversio et castigatio
doque autem absque omni peccato. In contumelia vaccare debet.»
quo tamen necessaria est discretio, ut
H e querido copiar estos pasajes
modérate homo talibus verbis utatur;
para que se vea cuan parcos han de
quia posset esse ita grave convitium
ser los superiores, los padres y los
per incautelam prolatum, quod aufe-
amos en el uso de contumelias con
rret honorem ejus contra quem profe-
sus subditos. N o convengo con C i c e -
rretur, et tune posset homo peccare
rón en decir que nunca se ha de usar
mortaliter, etiamsi non intenderet de
de contumelia con los subditos, ni
honorationem alterius. Sicut etiam si
con Cayetano en que no se puede
aliquis incaute alium ex ludo percu-
usar nisi Spiritu Sancto suggerente. L a
tiens, graviter laedat, culpa non ca-
recta razón basta para el buen gobier-
¡ r e t . » Aquí debo notar, de paso, que
no en los casos ordinarios: la inspira-
1 Santo T o m á s por la palabra ex incau-
ción especial del Espíritu Santo no se
¡ telano entiende indeliberadamente (por-
exige sino para acciones extraordina-
que sin deliberación nunca hay peca-
rias; y por esto, cuando el Salmista
do mortal), sino ligereza culpable,
pregunta: Quis ostendit nobis bona? res-
aunque sin ánimo directo de dañar;
ponde: Signalum est super nos lumen
como dije, contra Cóncina, en el nú-
vultus tui, Domine ( S a l m . 4); quasi
mero 1480.
dicat, dice Santo T o m á s en la exposi-
3. 0
D e aquí se infiere que los pre- ción de este salmo: ratio naturalis in-
 LIBRO V. T R A T A D O
48
dita- nobis, docet discerneve bonum et
malum. Antes de usar de palabras con-
tumeliosas con los subditos, vean los
superiores, padres ó amos si conviene;
medítenlo y encomiéndenlo á Dios, y
tengan presente la grave sentencia de
San Agustín y Santo T o m á s : « R a r o
et ex magna necessitate objurgationes
sunt adhibendaa.»
4. 0
Santo T o m á s dice allí mismo
(ad i . ) que cuando se dice algún
u m
leve defecto á la persona, no para
deshonrarla ni entristecerla, sino
«causa delectationis et joci, observatis
alus circumstantiis,» es acto de la vir-
tud de la eutropelia.
ARTICULO II
De la tolerancia de las contumelias,
1 5 2 4 . P. ¿Es siempre laudable
tolerar en silencio las contumelias?
R. i . ° C o m o dice Santo T o m á s ,
así como debemos tener paciencia en
las obras que se hacen contra nos-
otros, así la debemos tener en las pa-
labras que se dicen injustamente con-
tra nosotros. D e b e m o s , pues, tener la
preparación de ánimo para sufrir, si
fuese necesario, los atropellos injus-
tos de obras y las injurias de palabras.
2.0
Dice también el Santo que en
algunas ocasiones conviene repeler
las contumelias: i . ° «Propter bonum
ejus, qui contumeliam infert, ut, v i -
delicet, ejus audacia reprimatur et de
cetero talia non attentet, secundum
illud (Prov., cap. 26, v. 5): Responde
stulto juxta siultiiiam suam, ne sibi sa-
piens videatur.» ( 2 . 2. , quasst. 72,
a a3
art. 3.) 2 . Conviene también recha-
0 ad iram provocaret, hoc pertineret ad
zar las contumelias cuando lo exige
el aprovechamiento de otros (art. 2
ad 2 . ) . L o s padres no conviene que
u m
se dejen contumeliar de sus hijos, ni
los párrocos ni los maestros; y hablan-
do del prelado dice San L i g o r i o : To-
lerando contumelias redderetur contemp-
tibilis, et sic pehclantia subditorum 1525.
augeretur (lib. 3, núm. 966). E l Padre honor quitado por la contumelia?
San Gregorio dice también que los
VI.
predicadores deben repeler las contu-
melias; porque si están deshonrados,
sucede que los fieles «eorum prasdi-
cationem non audiant; et ita in pra-
vis moribus remanentes bene vivere
comtemnant.» ( H o m i l . 9, in E z e c h . ,
circa m é d i u m ) ; y en estos casos el
repeler las contumelias es acto de ca-
ridad, como dice Santo T o m á s ( 2 .
2. -', q. 72, art. 3).
a
H a y ocasiones en que el silencio es
más provechoso, ó porque nada se
adelantaría, ó por estar como furiosos
los contumeliosos. Así vemos que Je-
sucristo unas veces se defendía: Cuy
me cedis? Otras veces callaba, y su si-
lencio llenó de admiración á Pilatos:
« N o n respondit Jesús ad ullum ver-
bum, ita ut mirarctur Pra?ses vehemen-
ter.n ( M a t t h . , cap. 27, vers. 13 et 14.)
Entonces conviene hacer lo que nos
dice San Pablo: « D a t e locum iras.»
(Ad R o m . , cap. 12, v. 19.)
T a m b i é n conviene disimular las
contumelias, cuando el contumelioso
es petulante-, atrevido y desvergonza-
do, porque se le daría ocasión de des-
atarse en mayores injurias: « N o n liti-
ges cum homine linguato (hombre
que habla mucho y m a l ) , et non
strues in ignem illius ligna.» ( E c l e -
siástico, cap. 3 , v. 4,)
C o m o las personas contumeliosas
desean mover contiendas , por lo
común se despechan cuando no se les
contesta; y así sería venganza si el
ofendido callase con el fin de irritar-
las y manifestar que despreciaba al
que le ofendía: «Si aliquis hoc animo
taceret, ut tacendo contumeliantem
vindictam,» dice Santo T o m á s ( 2 .
2. ', q. 72, art. 3 ad 3. ).
a 11111
ARTÍCULO III
De la obligación de restituir por la
contumelia.
P. ¿Se ha de restituir el
R. 1° E s indudable que así como
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
49
hay obligación de justicia conmutati- ceterum talis petitio venia non est neces-
va de restituir la fama quitada injus- saria, nisi quando aliter fieri nequeat.
tamente por la detracción, así hay el Ita Lesius, Salmant., T r u l l . , B o n a c ,
mismo deber de restituir el honor, D i a n a . » Creo que estos autores toma-
cuando se quita injustamente por la ron esta opinión del doctísimo C a y e -
contumelia. tano, que en el comentario del art. 3
2.
0
T e n g o por cierto que, prescin- de la q. 72 de la 2 . 2. de Santo T o -
a x
diendo de algún caso excepcional, el j más, dice así: «Doctores autem di-
que hizo una contumelia grave injusta centes teneri hominem (contumelio-
a
no cumple con dar las señales generales sum) ad veniam petendam, exponendi
de honor; porque, como muy bien dice sunt, quando non potest aliter restitutio-
San L i g o r i o (lib. 3, núm. 984): «Qui nem faceré. Unde Sanctus T h o m a s fin
alteri injuriam irrogavit, in asstima- q. 62, art. 2 ad 3 . ) dicit, quod res-
u m
tione hominum r.on videtur eum ho- titutio honoris ablati per contumeliam
norare sicut debet; immo, potius videtur fit per exhibitionem reverenda;. Satis-
contemnere, si honore sólito eum reverea- factio ergo est in prascepto, non modus
tur, quin veniam petat contumelia irró- satisfaciendi.» Esta doctrina convie-
gate?.)) E n cuanto á la necesidad de ne que la tengan presente los c o n f e -
pedir perdón, se hablará luego. sores, porque hay algunos que, cre-
1526. P. ¿Qué clase de satisfac- yendo equivocadamente que no se
ción se debe dar por la contumelia puede dar satisfacción al ofendido
sino pidiendo perdón, precipitan á la
injusta?
R. Si la contumelia fué oculta, perdición á las personas tímidas, ver-
basta que sea oculta la satisfacción, gonzosas y débiles, que darían otra sa-
tisfacción suficientísima, pero no tie-
como lo fué la ofensa.
Si la contumelia fué pública, pú- nen valor para pedir perdón. Santo
blica debe ser la satisfacción; de modo T o m á s dice que la diminución de dig-
nidad que la contumelia causa en la
que, ó estén presentes los que vieron
opinión de los hombres, «potest fieri
la contumelia, ó pueda llegar fácil-
ut reparetur per exhibitionem reveren-
mente á su noticia. N o es necesario
tia;\i pero no exige determinadamente
que el contumelioso dé la satisfacción
esta ó aquella satisfacción, como muy
personalmente; basta que comisione
bien dice Cayetano.
á otro que en su nombre dé la satis-
facción al ofendido, como dicen T r u l - San L i g o r i o , en el número citado,
lench, P a l a o , Navarro, los Salmafci- añade: « I d e o addunt (auctores) nun-
censes (De rest., cap. 4, núm. n o ) , quam teneri praslatum veniam petere
y San L i g o r i o (lib. 3, núm. 984). a subdito, herum a fámulo, virum ab
E n cuanto á la clase de satisfacción uxore, nobilem a plebejo.» Creo que
que deba darse á la persona deshon- se fundan en la autoridad de San
rada, se ha de graduar atendiendo á Agustín, que dice (in Regula) hablan-
t
la clase de la persona ofendida. Si el do con los prelados : «Quando autem
que deshonró fué un superior, basta, necessilas disciplinas in moribus coercen-
a
dice San L i g o r i o (lib. 4, núm. 986), dis dicere vos dura verba compellit,
«si honorabiliter dehonoratum (sub- etiamsi modum vos excessisse senti-
ditum) salutet, domi invitet, benevo- tis, non.a vobis exigitur ut a vobis
lentiam ostendat, etc. Secus, si fuerit subditis veniam postuletis, ne apud
asqualis vel inferior, tune major sa- eos, quos oportet esse subjectos, dum
tisfactio requiritur, nempe, ut prasve- nimium servatur humilitas, regendi
niat in salutando, cedat locum, ve- frangatur auctoritas.» E n buena hora
niam petat, qui modus quidem aptior que el prelado no pida perdón al sub-
est ad contumeliam compensandam; dito; pero si le infamase injustamente,
TOMO I I .
4
5o L I B R O V. T R A T A D O
y sobre todo le calumniase con un de-
lito grave, yo creo que el prelado es-
taría obligado á restituirle la fama.
San Agustín le excusa cuando la re-
prensión fué justa (necessitas discipli-
na?), y tan sólo se faltó al modo en la
corrección; porque si se faltó en el
modo y en el fondo (como hoy se di-
c e ) , esto es, calumniando, no creo que
el prelado cumpla con saludar honora-
bilitcr al subdito calumniado grave-
VI.
que y o he visto , ninguno trata esta
cuestión mejor que Billuart (De jure
etjust., diss. 15 , art. 1, § 4, dico 5).
Aquí se han de tener presentes
cuatro importantes advertencias de
San L i g o r i o (lib. 3, núm. 988):
i.
a
Cuando el confesor prevé que
el penitente no restituirá el honor,
aunque se le mande , por la gran r e -
pugnancia que siente y vergüenza que
le cuesta , y por otra parte está en
DEL OCTAVO PRECEPTO DEL
Se ha de tener presente que cuando
de la contumelia , además de la des-
honra, se siguen otros daños, el o f e n -
sor y los que cooperaron eficazmente
deben restituirlos, si los previeron,
saltem in confuso , como se dijo de la
detracción.
1528. P . Cuando el ofendido
tomó por sí mismo la satisfacción de
la contumelia, ¿queda el ofensor libre
de toda satisfacción?
DECÁLOGO.
5i
susurrón diga siempre cosas que sean
malas realmente, sino por la perversa
intención con que las dice, de sembrar
discordias entre los amigos. «Susurro,
dice Santo T o m á s , non intendit sim-
pliciter malum dicere , sed quidquid
sit illud , quod possit animum unius
turbare contra alium, etiamsi sit sim-
pliciter bonum , et tamen apparens
malum, in quantum displicet ei, cui di-
citur.11 (2. 2. ', q. 74, .art. 1 ad i . )
a M u m

mente. E l deber de restituir la fama
quitada injustamente obliga á los pre-
lados también. Por esto San Agustín
dice: « E t i a m s i modum vos excessisse
sentitis.»
1 5 2 7 . P. El pedir perdón sencilla-
mente ¿es siempre bastante para dar
satisfacción cumplida por cualquier
contumelia?
R. San L i g o r i o tiene por más pro-
bable que cuando la injuria es g r a v í -
sima , no basta: «puta si subditus
inhonoret superiorem, vel plebejus
nobilem alapa percutiat, ultra petitio-
nem venia; tenetur petere illam flexis
genibus, vel aliam similem humilia-
tionem ostendere ; qua? quidem sen-
tentia probabilior est.» ( L i b . 3 , n ú -
mero 987.) L e s i o , Bonacina , T r u l -
lench y otros dicen que el pedir perdón
es bastante siempre ; y creo que de
esta opinión era Cayetano, porque en
el lugar citado, hablando del encargo
que hace San Agustín en la R e g l a á
los religiosos de que pidan perdón al
religioso ofendido, dice así: «Sed quia
in religiosis debet abundantior esse
justitia , modus abundantioris humili-
tatis datus est: et idcirco ad petitio-
nem venia? modum restitutionis de-
terminavit est, namque (nótese bien) in
petitione venia; máxima hominis, a quo
petitur, honoratio.» N o obstante , pu-
buena fe y no cree que tiene obliga-
ción, se le debe dejar en su buena fe,
porque el aviso dañaría y no aprove-
charía: «Poenitentes , dice el Santo,
facile tales satisfactiones promittunt,
sed difficulter in facto eas adimplent,
ob ruborem quem postea in hoc sen-
tiunt vel apprehendunt.»
2. a
Cuando se cree probablemen -
te que el contumeliado no quiere que
se le dé pública satisfacción, «ne me-
moria injuria? acceptEB apud alios
redeat, aut ne ipse rubore magno affi-
ciatur,» en ese caso es mejor valerse
de algunos otros medios extraordina-
rios que contengan de un modo más
apto la petición de perdón , ó sea la
satisfacción, valiéndose, por ejemplo,
de un tercero.
3. a
T a m p o c o conviene que se dé
satisfacción c u a n d o , atendidas las
circunstancias , hay probable peligro
de que en el acto de darla odia inter
offensum et offensorem renoventur.
4. a
Cuando por los hechos apare-
ce que el ofendido perdonó la satis
facción de la injuria. Para esto no
basta que el ofendido trate con el
ofensor según la familiaridad ordina-
ria social ; esto puede hacerlo , ó por
evitar nota, ó no dar escándalo, ó por
evitar algún daño. E s necesario que
R. San L i g o r i o , con la opinión co-
mún , dice que si tomó satisfacción
igual ó casi igual de la ofensa y de los
daños, si los hubo , á nada está obli-
gado el ofensor. Si la satisfacción que
tomó es notablemente inferior, el ofen-
sor debe resarcir lo que falta; así como
si el ofendido tomó una venganza no-
tablemente mayor que el agravio reci-
bido , debería restituir el exceso al
ofensor (lib. 3, núm. 989).
Cuando el juez castigó públicamen-
te al contumelioso y le obligó á dar
una cumplida satisfacción al ofendido,
á nada mas está obligado el ofensor;
porque , como dice San L i g o r i o , la
pena impuesta públicamente resarce
suficientemente el honor quitado ; y
aunque el ofensor fué obligado de
hecho , da testimonio del mérito y es- testatur anima ejus, qui seminat inter
timación de la dignidad del ofendido fratres discordias.» ( P r o v . , cap. 6,
(lib. 3 , núm. 990). Esta es opinión v. 16.)
común. Dije cumplida satisfacción, por- j
que si la satisfacción impuesta al [
ofensor fuese notablemente inferior á
la ofensa , es indudable que por dere-
cho natural debería el ofensor satisfa-
cer lo que faltaba hasta la satisfacción
completa, como dice el Santo Doctor.
CAPÍTULO XI
Se dice et occulta, porque si se dijese
el mal en presencia de aquel á quien
se quiere perjudicar, quitándole injus-
tamente una amistad verdadera, sería
susurración y contumelia; así como si
para el mismo fin le infamase en su
ausencia , sería susurración y d e -
tracción.
Se dice «ad disolvendam veram ami-
citiam,» porque, como dice Billuart,
«dissolvere amicitiam inordinatam et
in malo fundatam (quse non est vera
amicitia), ut inter fures, inter concu-
binam et concubinarium , non est su-
surrado, sed opus charitatis.» (De jure
etjust., diss. 15, art. 4.)
P . ¿Qué pecado es la susurración?
R. E s mortal ex generosuo: uSexsunt
qua? odit D o m i n u s , et septimum de-
L a susurración es contraria direc-
tamente á la caridad del prójimo, por-
que la caridad tiene por efecto propio
juntar las personas con vínculo de
santa unión; pero la susurración causa
entre los amigos discordias: Susu-
rrone substracto, jurgia conqitiescunt
( P r o v . , cap. 26, v. 20); por cuyo m o -
t i v o la susurración es muy grande
pecado, como dice Santo T o m á s ( 2 . a

dé alguna señal especial de la cual 2. ", q. 7 4 , art. 2).

:i
diera ser tan grave la contumelia, que
manifiestamente se pueda inferir que DE LA SUSURRACIÓN
yo no me atrevería á separarme de la 1530. P. ¿A qué está obligado el
perdona la restitución de la satisfac- susurrón?
opinión de San L i g o r i o , y con mayor
ción que le debe el ofensor; como (son 1529. P . ¿Qué es susurración?
razón cuando así opinaron San A n t o - R. i . ° Debe procurar , con cuanta
palabras de San L i g o r i o ) « s i iste R. «Oblocutio mala et secreta de eficacia pueda, reanudar la amistad
nino, Soto, L u g o , los Salmaticenses,
(offensus) sponte ad offensorem acce- próximo ad dissolvendam veram ami-
Billuart y otros autores muy modera- que disolvió injustamente. 2 . Si se 0

dat, atque valde familiariter et jocose citiam.»

dos en sus opiniones. D e los autores valió de revelación injusta de cosas
cum eo tractet, et similia.» Se dice oblocutio mala, no porque el secretas ó de calumnias, está obligado
52 LIBRO V. 1T t A T A D O VI.

tículo 2). D e este principio, atendida DEL OCTAVO PRECEPTO DEL DECÁLOGO.
á todo lo que se dijo del detractor y 53
calumniador. 3 . Debe restituir los
0 su mayor malicia objetiva, infiere el tumelia y la detracción. 3 . Cuál es 0

irrisión con hechos, como hicieron con

daños en que influyó eficazmente , di- Santo que la graduación de la malicia más g r a v e , el adulterio ó la susurra-
Jesucristo en su pasión, y se llama
solviendo injustamente la amistad de los pecados contra el prójimo, que ción. 4. Cuál es más g r a v e , la s i m -
0

Musió: « E t viri, qui tenebant illum,

verdadera, si los previo , al menos en violan la justicia conmutativa , se ple contumelia ó la irrisión y subsa-
illudebant ei candentes.» (Lucas, capí-
confuso. debe hacer del modo siguiente: « í n t e r nación.
tulo 22, v. 63.) Pero estos tres modos
C E e t e r a peccata, quas committuntur in A esto se responde: son de una misma especie. E s t o su-
proximum, homicidium gravius est, per A l o i . " Que la contumelia, cceteris puesto, digo que la irrisión, subsana-
CAPÍTULO XII
quod tollitur vita proximi j a m actu paribus, es mayor pecado que la d e - ción y mofa con hechos (Musió) son
DISTINCIÓN Y G R A V E D A D DE LOS P E C A - existens. Consequenter autem adulte- tracción, porque aquélla se hace en de mayor malicia que la contumelia,
DOS CONTRA E L OCTAVO P R E C E P T O rium , quod est contra debitum ordi- presencia del ofendido, y así, como cuando se hacen con ánimo de con-
nem generationis humanas, per quam dice Santo T o m á s , habet majorem con- fundir, avergonzar y turbar la paz y
1531. Santo T o m á s prueba con est introitus ad vitam. Consequenter temptum proximi que la detracción: gloria de la conciencia. L a razón es,
el siguiente raciocinio la distinción autem sunt exteriora bona, inter qua; así como la rapiña, por la misma ra- porque la contumelia ofende seriamen-
específica de estos pecados: «Peccata fama prasminet divitiis, eo quod pro- zón, es más grave que el hurto (en e l , te, dice Santo T o m á s ; pero la irrisión,
verborum prsecipue pensanda sunt se- pinquior est spiritualibus divitiis. Un- mismo artículo, ad 2 . ) . u m
subsanación y mofa de hechos (Musió)
cundum intentionem proferentis ; et de dicitur f P r o v . , cap. 22, v. 1): «Me- A lo 2. Que la susurración es más toman á la persona ofendida como
0

ideo secundum diversa quas quis in- lius est nomen bonum quam divitias grave que la contumelia; porque, c o - objeto de risa, burla, mofa y j u e g o ;
tendit contra alium loquens, hujus- multa;.» mo dice Santo T o m á s , «inter castera y esto contiene mayor desprecio de la
modi peccata (specie) distirtguuntur.» 1532. D e lo dicho se infiere que exteriora bona praseminet amicus , persona, porque se la tiene en poco
Después añade el Santo los fines di- secundum genus suum, ó sea objective, quia sine amicis nullus vivere potest, >y como cosa pueril.
versos en especie de cada uno de estos el orden de mayor gravedad en los pe- ut patet per Philosophum. U n d e dici-
Estas ofensas son más ó menos
pecados, á saber: la detracción intenta cados contra el prójimo que violan la tur Ecclesiastici, cap. 6, v. 15: « A m i -
graves, según fueren más ó menos
quitar ó disminuir la fama; la contu- justicia conmutativa en los bienes na- co fideli nulla est comparatio. F a m a
dignas las cosas ofendidas. L a irri-
melia, el honor; la irrisión y subsana- turales, es el s i g u i e n t e : homicidio, ipsa, quas per detractionem tollitur,
I sión de Dios es la más criminal, y es
ción aspiran á causar confusión y ver- adulterio , susurración , contumelia, ad hoc máxime necessaria est, ut ho-
I blasfemia: después se sigue la irrisión
güenza para quitar la quietud interior detracción, hurto. Pero esto se en- mo idoneus ad amicitiam habeatur.>
de los padres, y así se dice en los
de la conciencia; la susurración tiende tiende, ccsterisparibus; porque una de- E t amicus melior est quam honor,
Proverbios: oOculum qui subsannat
á destruir la amistad. E s así que los tracción grave, pero ordinaria, de una et amari quam honorari , ut in 8
patrem , et despicit partum matris
bienes que destruyen estos vicios se persona v i l , es menos grave que un Ethic, c. S, Philosophus dicit. Etideo
suae, effodiant eum corvi de torrenti-
distinguen todos en especie ; luego hurto muy cuantioso. L a mentira, si susurratio est majus peccatum quam de-
bus, et comedant eum filii aquilas.»
también estos vicios se distinguen en no es perniciosa, es de menor malicia, tractio, et etiam quam contumelia ( 2 . a

( C a p . 30, v. 17.) E n tercer lugar se

porque tan sólo se opone á la virtud 2.*, q. 74, art. 2).
especie ( 2 . 2 . , q. 75, art. 1).
a ;c
sigue la irrisión de los justos: « D e r i -
D e aquí se infiere que la detracción, de la veracidad. Esta graduación de ¡" A lo 3.° E l adulterio es más grave detur justi simplicitas» (Job, cap. 1 2 ,
cuando se hace con intención de di- la mayor ó menor malicia de estos y de que la susurración, porque el adulte- v . 4); lo cual es perniciosísimo, p o r -
solver una amistad verdadera, tiene otros pecados se entiende ex parte ob- rio ex se causa eficazmente el desorden que, como dice Santo T o m á s , «per
dos malicias distintas en especie; una jecti, ó sea secundum genus suum; por- de la humana generación; pero la su- hoc homines a bene agendo impediun-
en cuanto ofende la fama, otra en que ex parte peccantis puede variar la surración, como dice Santo T o m á s , tur.» ( 2 . 2. , a x
q. 75, art. 2.)
cuanto es susurración, esto es, inten- malicia; pues «gravius peccat qui ex j «non sufficienter causat inimicitiam in
E s verdad que cuando la irrisión
ta deshacer la amistad. malitia, quam si peccet ex infirmita- alio, sed occasionaliter tantum dividit
es de cosa leve ó de cosa grave públi-
P. ¿Qué orden hay en la mayor te vel incaútela,» dice Santo T o m á s ; unitos» (2. 2. , q. 73, art. 3 ad 2 . ) .
a x u m

ca, y no hay probabilidad de que la

gravedad entre estos pecados? y añade que ex parte peccantis, cceteris A lo 4. L a irrisión y subsanación persona se incomode gravemente, ni
0

B. Cceteris paribus , dice Santo T o - paribus, los pecados de lengua no t i e - 1
m á s , para conocer el orden de mayor nen tanta gravedad como los de obra,
malicia entre estos vicios , se ha de «in quantum de facili ex lapsu l i n g u »
atender á la regla siguiente: «Pecca- proveniunt absque magna pracmedita-
tum in proximum tanto est gravius, tione» (2. 2. , a
q. 73, art. 3).
ie
quanto per ipsum majus nocumentum 1533. Ahora r e s t a e x a m i n a r :
próximo infertur; nocumentum autem i . ° Cuál es el más grave pecado, la
majus est, quanto majus est bonum detracción ó la contumelia. 2° Cuál
convienen en el fin; esto es, en inten- es con ánimo de ofender, no hay pe-
tar, como dice Santo T o m á s : «quod cado mortal. Cuando se hace por re-
! ille qui irridetur (vel subsannatur) creación, servatis debitis circumstantits,
, erubescat; et perdat conscientia? quie- pertenece á la virtud de la eutropelia;
Jtem et g l o r i a m . » T a n sólo se distin- aunque, como muy bien dice Billuart,
Igue en el m o d o ; porque la irrisión fit « i d periculo non caret: sunt enim ple-
^ore, hoc est, verbo et cachinnñ; subsan- rique, qui dum libenter alios derident,
natioautem naso rugato ( 2 . 2."', q. 7 5 , ad minimam sui derisionem excan-
a

quod tollitur» ( 2 . 2. ,a a1
q. 74, ar- es más grave, la susurración ó la con- l ¡art. 1 ad i . » ) . n i
descunt.» Por último, la irrisión pue-
T a m b i é n puede hacerse la burla ó de ser acto de caridad cuando, c o n -
 LIBRO
54
curriendo las debidas circunstancias,
se hace por vía de corrección, «ut de-
ristts a peccato resipiscat,» c o m o dice
Billuart (diss. 15, art. 4, § 2). L o q u e
se dijo de la irrisión, apliqúese á la
contumelia.
1534. P. Cuando la irrisión es
de cosa leve, pero el irrisor prevé con
fundamento que el sujeto, por su sus-
ceptibilidad extremada ó carácter c o -
lérico, se ha de avergonzar y turbar
g r a v e m e n t e , ¿pecará mortalmente el
burlador?
V. T R A T A D O VIL
R. Billuart, en el lugar citado, res-
ponde así: «Quosdam affirmare esse
peccatum mortale contra charitatem,
si derisor hanc gravem turbationem
praeviderit. N e g a n t alii; si tamen non
prudenter, sed fatue derisus graviter
turbetur ex levi derisione; haec enim,
inquiunt, non est ipsa ejus fatuitas;
et alioquin, inquit Serra, esset reple-
re mundum peccatis mortalíbus. P r i -
ma tamen sententia est charitati con-
[ formior.11
DE LOS PRECEPTOS
R. E s bastante común la defini-
ción siguiente: «Abstinentia a carni-
bus, et tínica comestio;» pero es más
adecuada esta otra : «Abstinentia a
carnibus et quibusdam alus cibis ab
Ecclesia imposita cum única refectio-
ne hora competenti.» D e modo que el
ayuno comprende tres partes: i . ,
abstinencia de cierta clase de alimen-
tos; 2 . , una sola comida; 3 . , que
a a
ésta se haga á la hora debida.
1538. Aunque el ayuno ex genere
suo pertenece á la virtud de la absti-
nencia, per accidens puede juntarse á
otra virtud que le impere, según sea
el fin del que ayune; ó por voto, ó por
DE LA IGLESIA. 55
tiago (24 de Julio), de la Asunción de
Nuestra Señora, de T o d o s los Santos
y de la Natividad de Nuestro Señor
Jesucristo. Para indemnizar en parte
los ayunos suprimidos, P í o I X mandó,
bajo pecado mortal, el ayuno de todos
los viernes y sábados de A d v i e n t o .
a
L o s ayunos particulares que con las
debidas formalidades están instituidos
en algunas localidades, no fueron su-
primidos.
E n cuanto á las sabias y justas ra-
zones que tuvo la Iglesia para la d e -
terminación de los días y tiempos en
que obliga el ayuno, véase á Santo
T o m á s en la 2- , q. 147. art. 4,
tL

penitencia sacramental, ó para alcan- ad 2 . .

u m

zar la conversión de un pecador, etc.;

TRATADO SÉPTIMO . y entonces se eleva á mayor mérito, y
pertenece á diversas virtudes.
D e los p r e c e p t o s de la I g l e s i a . 1539. P. ¿Qué efectos saludables
causa el ayuno?
R. Son muchos. Véase á San Basi-
lio (homil. 2 . de jejunio),
a
al V . Gra-
p e c c a t a . » Este ayuno no es acto de
1535. Después de haber tratado nada, al V . L a Puente y á otros auto-
una virtud especial, sino que abraza
de los diez preceptos naturales d i v i - res ascéticos. L a Iglesia los compen-
las dos partes integrales de la justi-
nos del Decálogo , que obligan á t o - dió en el Prefacio de la Cuaresma:
das las personas, se sigue tratar de cia: declina a malo, et fac bonum; como «Omnipotens asterne Deus, qui corpo-
los cinco preceptos de la Iglesia, que dice Santo T o m á s ( 2 . 2 . , q. 147,
a ;,;
1542. P. ¿A quiénes obliga el
precepto del ayuno eclesiástico?
R. A todos y solos los cristianos
que han cumplido veintiún años de
edad y no tienen causa legítima que
los excuse. L a sabiduría con que pro-
cedió la Iglesia en fijar esta edad, la
demuestra Santo T o m á s ( 2 . a
2. -,
il
q. 147, art. 4 ad 2 . ) . u m
1543. A d e m á s del ayuno e c l e -
siástico, hay otro que se llama jeju-

obligan á todos los bautizados que art. 2. ad i . " , y sobre el salmo ^u,
u l
tienen uso de razón, en la edad y se- |v. 27).
gún la Iglesia dispone; pero por no 2. 0
H a y ayuno natural, el cual se
repetir las materias, tan sólo trataré define: « O m n i m o d a post mediam noc-
aquí del ayuno de la Iglesia. E n el tem abstinentia ab omni cibo, potu et
tercer precepto del D e c á l o g o se trató m e d i c i n a . » E s t e ayuno, considerado
de la santificación de las fiestas: en absolutamente, no es acto de virtud,j
el sacramento de la Penitencia se t r a - porque consiste en una pura negación,
!
tara del precepto de la confesión: en c o m o dice el Santo Doctor.
el sacramento de la Eucaristía se ha- 3. 0
H a y ayuno filosófico ó mora!,
blará del precepto de la comunión que se define: « I l l a cibi et potus tem-
pascual: del quinto precepto de la perantia, quae servatur juxta dicta'
I g l e s i a , véase el núm. 595. I men naturalis rationis.» E s t e ayune
es acto de la virtud de la templanza; v
en cuanto es virtud natural adquirida,
CAPÍTULO ÚNICO
se encuentra en algunos gentiles.
DEL AYUNO ECLESIÁSTICO ARTÍCULO PRIMERO
1536. E l ayuno se toma en di- De la naturaleza del ayuno eclesiásticí,
en qué días obliga, y á quiénes.
versas acepciones:
i.° H a y ayuno metafórico ó espi-
1537. P. ¿Cómo se define el ayu-
ritual, que se define: «Abstinentia a
no eclesiástico?
quibuslibet nocivis, quae máxime sunt
rali jejunio vitia comprimís, mentem
elevas, virlutem largiris el pr&mia.i
1540. P. ¿Cómo obligan los ayu-
nos de la Iglesia?
R. E s doctrina unánime de los teó-
logos que obligan bajo pecado mortal;
y no puede negarse sin temeridad,
después que Alejandro V I I , en 24 de
Septiembre de 1665, condenó la si-
guiente proposición (es la 23): « F r a n -
gens jejunium Ecclesiae, ad quod t e -
netur, non peccat mortaliter, nisi ex
contemptu vel inobedientia hoc faciat,
puta, quia non vult se subjicere prse-
cepto.»
1541. P. E n el día ¿cuándo obli-
ga el precepto del ayuno en España?
R. E n los cuarenta días de la Cua-
resma: en los miércoles, viernes y sá-
bados de las témporas de T r i n i d a d , de
San Mateo y de Santo T o m á s A p ó s -
tol: en las vigilias de Pentecostés, de
San Pedro Apóstol, del Apóstol S a n -
nium natura;; el cual pueden imponer
algunas veces los confesores á las
personas menores de veintiún años,
cuando haya justa causa. Este ayuno,
como dice Santo T o m á s , lo reclama
algunas veces el derecho natural ad
deletionem et cohibitionem culpa;, et ele-
vationem mentís in spiritualia (art. 3 de
la cuestión citada.) N o obstante, por
lo común, no conviene imponer ayunos
en forma rigurosa á estos j ó v e n e s , á
no ser que puedan cumplirlos sin peli-
gro de que sus familias sospechen que
son penitencias impuestas en la con-
fesión. Cuando se teme este peligro,
es mejor que con disimulo se morti-
fiquen discretamente en la comida y
bebida.
1544. P. L o s religiosos profesos
que no tienen veintiún años cumpli-
dos, ¿están obligados á los ayunos?
R. E s ciertísimo que no les obliga
el precepto general del ayuno de la
 56 LIBRO V. T R A T A D O
Iglesia, porque respecto de éstos no
hay diferencia entre los regulares y
los seglares. E s también indudable
que les obligan los ayunos de su regla
y constituciones según y como ellas
disponen. Desde que hacen la profe-
sión deben cumplir los ayunos de su
instituto bajo pecado mortal, ó bajo
pecado venial, ó tan sólo cumpliendo
la penitencia que el prelado imponga
al transgresor. E s t o último sucede en
el Orden de Predicadores, cuya regla
VIL
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
57
en la única comida exceda las reglas la comida después de cualquier inte-
de la templanza y peque por faltar á citado: «Quisque ex consuetudine per-
rrupción, quantumeumque sit ser o, dice
esta virtud. L a mayor ó menor m o r - mitiente potest absolute sumere quan-
el Santo en el mismo lugar; quia Ec-
tificación no constituye la esencia del tum communiter sumi solet in s u *
clesia numquam intendit obligare ad
ayuno: Finis prezcepti non cadit s:<6 patria, sive indigeat, sive non.»
diem transigendum sine sufficienti re-
prcecepto. N o se deben inquietar las E l Sr. Sánchez, en la p á g . 656 de
fectione. L o mismo dicen Lesio, T r u l -
conciencias sin sólido fundamento. su Teología Moral, dice que «por lo
l e n c h , los Salmaticenses ( T r a t a -
1546. P. ¿Cuánto tiempo puede común las personas obligadas al ayu-
do X X I I I , cap. 2 , núm. 50). Me
durar la comida? no no tienen necesidad de tomar tanto
parece muy fundada esta opinión.
alimento (ocho onzas) por vía de co-
R. N o convienen los autores, pero
lación. A s í es que las personas que
me parecen seguras las dos reglas si-
ARTÍCULO III sin daño de su salud pueden tomar
guientes: i . Si hay costumbre legíti-
a

y constituciones no obligan á culpa menos, deben limitarse á seis onzas,

alguna, sino á la pena que el prelado
imponga: los otros religiosos aténgan-
se á sus respectivas leyes.
ma en algún país de que en ciertos De la colación.
á cinco, ó á cuatro.» M e admira que el
casos particulares la comida dure más
Sr. Sánchez, que tantas y tantas ve-
tiempo del acostumbrado, no debe
1548. Antiguamente no se toma- ces acusa á Cóncina de rigorista, se
haber reparo en seguir la costumbre.
ba colación. Después se comenzó á haya vuelto concinista en esta cues-
2 . San Ligorio tiene por suficiente-
a

ARTÍCULO II tomar alguna fruta seca , ne potus no- tión. Para mí es cosa corriente que
mente probable la opinión de los que
ceret. C o m o la comida se fué adelan- en el día, al menos en España, ¿odas
De la tínica comida en día de ayuno. dicen que la comida puede durar dos
tando en la hora , se fué también au- las personas pueden tomar ocho onzas
horas para todos en todo tiempo ( l i b . 3,
mentando la cantidad de la colación de colación. D o s autores gravísimos,
1545. L a primera y más esencial núm. 1020, queer. 5).
y extendiéndose la calidad de los a l i - Suárez y los Salmaticences, que es-
condición del ayuno es, que desde las 1547. P. ¿Por cuánto tiempo se mentos hasta donde hoy se acostum- cribieron el primero á fines del si-
doce de la noche de un día hasta las puede interrumpir la comida sin que
bra comunmente. g l o X V I y los segundos en el siglo X V I I ,
doce de la noche del día siguiente no se destruya el ayuno?
1549. P. ¿ Cuánta cantidad se afirman que así se observaba comun-
se haga más que una comida. R. San L i g o r i o tiene por cosa cier- puede tomar hoy de colación? mente en su tiempo en España por las
P. ¿Se puede tomar cualquier can- ta: i . ° Que el que sin causa interrum-
R. N o se puede dar regla fija para personas piadosas; que ésta era la c o s -
tidad en la única comida? pe la comida por espacio de una hora, todas partes, pero tengo por cierta la tumbre éntrelos Carmelitas Descalzos
R. E s doctrina corriente que la rompe el ayuno, y así peca mortal-
regla que señala Billuart: «Quisque y los Jesuítas. San L i g o r i o , después
Iglesia no puso tasa alguna en la can- mente. 2 . E l Santo dice que es d o c -
0
potest sumere in collatione tantum, de citar á estos sabios y virtuosos es-
tidad de la única comida. E l que se trina generalmente recibida (concedunt
quantum sumi communiter so¿e¿ in sua critores, dice así: «Quantitas octo
exceda en la cantidad suficiente, falta generaliter) que el que terminó la co-
patria; eo quod collatio a consuetudi- unciarum ita usu hodie recepta est,
á la virtud de la templanza y tiene mida -con ánimo de no comer m á s ,
r¡e v i m habet. Potest plus sumere ut indistincte permittatur etiam iis,
menos mérito: pecará más ó menos puede lícitamente volver á comer si
etiam quam solet sumi communiter, qui cum illa ad sacietatem reficiuntur,
según fuere el exceso (véanse los nú- los compañeros continúan comiendo,
qui plus indiget.» (De temper., diss. 2 . , ut dicunt Sporer, etc., cu??i communi...
a

meros 313 y 318), pero no quebranta ó ponen en la mesa un plato que no

- 5> § 4» núm. 4.) L o mismo dice Quapropter cum censeant S a l m a n t i -
a r t

sustancialmente el precepto del ayu- esperaba, aunque hubiese interrum-

no eclesiástico.
D . Miguel Sánchez, en la pág. 271
de su Teología Moral, hablando de la
única comida en día de ayuno, dice
así: «Cerniendo demasiado, ó tomando
alimentos muy sólidos y en gran can-
tidad en la comida, se elude comple-
pido la comida un cuarto y medio de
hora ( l i b . 3, núm. 1020, qutzr. 3). San
1 L i g o r i o cita á otros autores, que afir-
' man que media hora de interrupción
no rompe el ayuno. E l Santo ni la
aprueba ni la reprueba: y o no inquie-
taré á quien la siga. 3 . L a opinión
0
terit.» ( T r a c t . I I , disp. 2 . , cap. 2 , I núm. 1025.) Se supone además d é l a s
Scavini: « D i c i m u s generatim esse te- censes cum Sánchez, etc.,duas uncías
nendam probatam locorum consuetu- in refectiuncula non reputari exces-
dinem, et piorum doctorumquepraxim, sum gravem (tomadas sin causa),
quas in his rebus pluris aestimanda consequenter tenere debent, eum a
sunt, quam quasdam subtilioris r a t i o - 1 culpa (veniali) excusari, qui majori
cinationis argumenta. Usus enim, qui indiget nutrimento, et duas tantum
ccenulam induxit, illam moderari p o - uncías ccenulam excedit.» ( L i b . 3,
a

tamente la ley del ayuno, ó se priva al
ayuno de la mortificación, que constitu-
ye su mérito.» Estas palabras son exa-
geradas é inexactas. E l que se priva
del almuerzo y de la cena, no come
fuera de hora, y no come manjares
prohibidos, tiene mortificación y m é -
rito, cumple la ley del ayuno, aunque
común dice que cuando aún no se
tomó el suficiente alimento, y con j u s -
ta causa se interrumpe la comida , se
puede volver á comer después de ter-
minado el negocio, aunque la i n t e -
rrupción fuese de dos horas ; y si de
no terminar la comida después se sin-
tiere gran molestia , puede concluirse
§ único.) ¡ocho onzas que la opinión hoy comu-
nísima y la costumbre legítima con-
1550. Descendiendo en particu-
ceden á todas las personas. M e he de-
lar á la cantidad que se puede tomar
tenido sobre esta cuestión, porque la
de colación, tengo por cosa cierta que
opinión del Sr. Sánchez carece en el
pueden tomar en España ocho onzas
día de fundamento, y llenaría indebi-
de colación aun aquellas personas que
damente de ansiedades á las personas
no necesitan tanta cantidad. H e aquí
piadosas ignorantes.
las palabras de B i l l u a r t , en el lugar
 LIBRO V. T R A T A D O
1551. E n cuanto á la cantidad
que se necesita para materia grave,
si se excede en la colación ó se toma
fuera de hora, hay opiniones. Billuart,
en el lugar citado, dice que se nece-
sita lo que equivale á una colación
entera. Muchos autores citados por
Gury (tomo i , núm. 494) dicen que
se necesitan cuatro onzas de exceso.
Scavini dice así: « A d quantitatem
speciatim (collatiunculae)quod attinet,
quantitas ocio unciarum nemini dene-
ganda videtur: major autem conce-
denda iis quibus hasc non sufficeret.
Omnes autem conveniunt excessum
duarum unciarum ultra permissas es'se
materiam l e v e m . Quinam vero sit
gravis excessus non conveniunt: alii
requirunt excessum supra ccenulam
alterius dimidise coenulas aequivalen-
tem: alii cum Billuart requirunt exces-
sum, qui seorsim sumptus coenulae
integras aequivaleat.» Scavini nada
más añade, y lo m i s m o Gury. San L i -
gorio es de opinión que si el exceso
pasa de dos onzas, sin causa justa,
es pecado mortal: y o , para mí, llevo
esta opinión; pero como veo que au-
tores graves exigen mayor exceso
para constituir materia grave, cuando
vea que otras personas toman once
onzas de colación con buena fe, no
las inquietaré si temo que no han de
ser dóciles. Regularmente los que
toman mayor cantidad alegan alguna
causa; y atendido el poco fervor de
nuestros tiempos, soy de parecer que
no conviene ser exigentes en el con-
fesonario , cuando los penitentes no
obran con malicia.
1552. P. E n la vigilia de la N a -
tividad de Nuestro Señor Jesucristo
¿se puede tomar colación doble?
R. E n España es indudable que
se pueden tomar de colación dieciséis
onzas, á no ser que en alguna provin-
cia no haya esa costumbre.
1553. Si sucediese que la N a t i -
vidad cayese en lunes, se puede hacer
colación doble en la noche del sábado, tomar ocho onzas de pan para la co-
como dicen los Salmaticenses, L á - lación mojándolas en agua ó en vino,
VIL
rraga, D i e z (autores españoles). L o
mismo dice San L i g o r i o ; porque esta
costumbre, dice el Santo, se introdujo
ratione Icetitite et solemnitatis. H e di-
cho en la noche del sábado, porque si
se tomase la colación al medio día y
la^comida á la noche, dice San L i g o -
rio que como no había comenzado la
vigilia de Natividad, en ese caso no
podía tomarse al mediodía la colación
doble.
1554. E n el obispado de Calaho-
rra hay costumbre legítima, autoriza-
da por las sinodales de aquella d i ó c e -
sis, de tomar de colación cualquier
cantidad, con tal que sea de manjares
permitidos. D i c e Gury que en Italia y
en algunas partes de Francia hay cos-
tumbre de hacer colación doble en el
día de Jueves Santo. E n España no he
oído ni leído que en parte alguna haya
esa costumbre en semejante día.
1555. P. ¿Se podrán tomar de
colación ocho onzas de pan cocido
con agua y aceite?
R. Aunque algunos autores fueron
de opinión que se podían tomar, Pa-
lao, L a y m a n , los Salmaticenses y
otros muchos impugnan como laxa
esta opinión, porque cocidas las ocho
onzas de pan, agua y aceite, se hace
moralmente una nueva sustancia de
excesiva cantidad. San L i g o r i o tiene
por cierto que no se puede, y concluye
diciendo: « N o n improbo quod ajunt
Salmanticenses, quinqué uncias aut
saltem quatuor, ut ait Roncaglia, pa-
nis cocti non excederé notabiliter
debitam quantitatem.» ( L i b . 3, nú-
mero 1029.) Según San L i g o r i o se
pueden tomar las cuatro ó cinco onzas
de pan seco y después cocido, sin te-
ner en cuenta el agua ni el aceite.
Gury añade: « í d e m pariter dicendum
erit de alus decoctionibus, quae etiam
in ccenula apponi solent, v . gr., ex
hordeo (cebada), oryza ( a r r o z ) , etc.»
^
( L i b . 3, núm. 1028.)
San L i g o r i o admite que se pueden
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
59
con tal que se coman inmediatamente
después de mojarlas en el vino: «quia
A R T I C U L O IV.
tune non intervenit fermentatio, et
liquor deservit ad vehiculum cibi.» De la parvidad en día de ayuno.
1556. P. ¿Qué clase de alimen-
tos se pueden tomar en la colación? 1557. P. Además de la comida
R. E n el día son materia lícita t o - y de la colación, ¿qué parvidad se pue-
das las producciones del reino v e g e - de tomar en día de ayuno?
tal, esto es, que no tienen vida a n i - R. L o s autores españoles antiguos
mal, como frutas, hortalizas, legum- exigían causa leve para poder tomar
bres, guisantes, arvejas, judías, habas, lícitamente una onza de parvidad. E n
arroz, etc. E n algunas provincias se el día, como muy bien dice San L i -
puede tomar una cola de sardina, y gorio , siguiendo á graves autores,
ésta es la costumbre legítima en G a - para tomar lícitamente la parvidad
licia y Asturias. E n Asturias se c o n - no se necesita causa alguna, así como
dimenta la colación con manteca de no se necesita para tomar la colación;
vaca; costumbre que debe su origen porque la costumbre general autoriza
á la falta de producción de aceite en 1 hoy del mismo modo la una que la
aquel país. otra. ( L i b . 3, núm. 1023, Qutznatn au-
E n Italia en un principio se intro- tem quantitas.)
dujo la costumbre de tomar peces pe- E n cuanto á la cantidad, dice San
queños en la colación: á mediados del L i g o r i o que en Italia hay costumbre
siglo pasado decía San L i g o r i o que general de tomar onza y media de
se podían tomar dos ó tres onzas de chocolate: creo que esto mismo suce-
un pez grande (lib. 3, núm. 1028); y, de en España, con la diferencia de
Scavini (en su última edición de 1865, que en España la costumbre es tomar
tomo 1, núm. 316) dice que se puede una onza de chocolate y un poquito
hacer colación «etiam de piscibus re- de pan.
centibus et magnis ; atque id nunc
1558. P. E l que tomó la c o m i -
etiam in communitatibus religiosis da, colación y parvidad de costum-
passim obtinere asserit doctus episco- bre, si después toma algo más sin
pus Milante.» San L i g o r i o , en el l u - \justa causa, ¿cuándo se dirá que peca
gar citado, dice que en Ñapóles se mortalmente?
puede tomar onza y media de queso
R. Antes de responder á la pre-
en la colación. Según P a l a o , en algu- gunta se ha de tener presente la si-
nas partes hay costumbre de tomar guiente proposición condenada por
1 dos onzas de b i z c o c h o , hecho con Alejandro V I I en 18 de Marzo d e i ó ó ó
¡ mezcla de huevo y manteca, en la co- (es la 29): « I n die jejunii, qui saspius
, lación de Cuaresma , si la persona modicum comedit, etsi notabilem quan-
f tiene privilegio de comer huevos y titatem in finem comederit, non fran-
lacticinios. N o sé que en parte a l g u - git jejunium.» E n cuanto á la canti-
na de España haya esa costumbre. dad necesaria para que sea mortal el
Por último, en estas materias acomó- exceso en la parvidad, véase lo que
dese cada uno á las costumbres legí- se dice en el artículo anterior: los au-
timas del lugar en que se halla: tores antiguos contaban la onza que
se toma de parvidad, y decían que si
Dum Iiomw fueris, romano vivilo more: se tomaba otra onza más, era materia
Dum fueris alibi, eivilo sicut ibi. g r a v e . H e aquí las palabras de G r o -
sin (1): « S i á más de la jicara de
(t) Adicionador de Lárraga.
6o LIBRO V. T R A T A D O
una onza de chocolate tomase otra
cosa que todo junto excediese la onza
dicha, de manera que llegase á dos
onzas, nos parece que pecaría m o r -
talmente.» ( T r a c t . X X V I I I , cap. i ,
preg. 22). E l Sr. Sánchez, en la pá-
gina 656, abraza la misma opinión,
pues dice así: « L a materia parva con-
siste en una pequeña cantidad de ali-
mento ligero, que no sea carne ni
pescado (aquí faltan los huevos y
lacticinios), ni pase de una onza. Si
llega á dos onzas, en opinión de muchos
teólogos, se pecaría mortalmente.»
Esta opinión de Grosin y del Sr. Sán-
chez me parece severa en el día. T e n -
g o por muy segura la opinión común
que defiende San L i g o r i o , á saber:
i . ° L a onza y media de parvidad, ó
por lo menos una onza, se puede to-
mar hoy lícitarnente sin causa algu-
na. 2. Si después se toman dos on-
0
zas más, es opinión común que no es
materia grave: la onza y media ante-
rior de parvidad se toma lícitamente
sin causa, y así no se puede reunir
con estas dos onzas para computar el
exceso. 3 . Si el exceso pasa de dos
0
onzas, sin causa, San L i g o r i o dice
que es mortal. Esta es mi opinión, si
bien no inquietaré al que con buena
fe llevase la opinión de los graves au-
tores que afirman no ser materia gra-
ve el exceso de dos onzas y media á
tres, especialmente si hay costumbre.
1559. P. L o s electuarios ¿se pue-
den tomar libremente á cualquier hora
en día de ayuno?
R. Santo T o m á s dice así: « E l e c t u a -
ria, etiamsi aliquo modo nutriant, non
tamen principaliter assumuntur ad
nutrimentum, sed ad digestionem ci-
borum. Unde non solvunt jejunium,
sicut nec aliarum medicinarum as-
sumptio; nisi forte aliquis jn fraudem
electuaria in magna quantitate as-
sumat per modum cibi» (2. a
2. ,a 1
q. 147, art. 6.)
Como los autores no convienen en
la explicación de lo que entendió
Santo T o m á s por electuarios, me pa-
VIL
rece conveniente transcribir las auto-
rizadas palabras de S c a v i n i : « E l e -
ctuaria ( v u l g o conservas) sunt ea l i -
quida, quíe rei de se nutrivae, sed
dilutse, substantiam continent. Confi-
ciuntur ex electis rebus, v. g r . , sa-
charo et cedro, vel junípero ( e n e -
bro),» etc.; dice que se pueden tomar
á cualquier hora en día de ayuno;
porque sus efectos son confortar el
e s t ó m a g o , quitar el mal olor de la
boca, apagar la sed, etc. (Tract. I I ,
disp. 2, cap. 2, art. 2, qucer. 5.)
Respecto de las bebidas, dice S c a -
vini en el mismo lugar: « A d caeteras
vero potiones quas in usu sunt, ut
simplices potiones, v. gr., aqua mixta
sacharo et sueco mali citrini (jugo de
la cidra ó del cidro, ó cidracayote),
coffea ( c a f é ) , theum ( t e ) , salviata
decocta, etc., docet communis senten-
tia illas jejunium non frangere; cum
potius inductaa sint ad sitim sedan-
dam atque ad simplex corporis refri-
g e r i u m , non ad nutritionem. N e c
obstat si ministrentur congelatae (vul-
go sorbetes): congelado enim natu-
ram non mutat.» T o d a esta respuesta
de Scavini está tomada de San L i g o -
rio (lib. 3, núm. 1022).
Pero el Santo añade que se que-
brantaría el ayuno si fuera de hora se
tomasen estas cosas, de modo que
«cum parva aqua magna rerum quan-
titas misceatur; secus si parva quanti-
tas cum magna quantitate aquae;
quia tune judicantur isti veri potus, eo
quod alia quae cum aqua miscentur
ita liquefiunt, ut videantur propriam
naturam amisisse: ita communiter.»
D e lo dicho se infiere que la limo-
nada, naranjada, sangría, etc., según
se usan comúnmente en las casas y
en las botillerías, aunque estén hela-
das, se pueden tomar en día de ayuno
á cualquier hora.
San L i g o r i o , con la opinión común,
dice que en día de ayuno no se pue-
den tomar como bebidas aquellas
cosas que, aunque se sorban, se to-
man principalmente para nutrir, co-
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
6r
mo el caldo, el z u m o de manzanas,
j D i o s . » Estas palabras, pronunciadas
peras, uvas, melones, sandías, etc.
con tanta generalidad, son exageradas
( L i b . 3, núm. 1022.)
y contrarias á la doctrina que en el
1560. Acerca del suero, hay opi-
día es comunísima. L a opinión del
niones: unos dicen que tan sólo se
Sr. Sánchez es literalmente la de Cón-
puede tomar por bebida donde hay
¡ ciña ( t o m o 5, lib. 2, De Eccles. prcecept.,
costumbre, ó cuando se toma como
diss. 2, cap. 8, números 5 y 6.) E s
medicina. Otros dicen que se puede
verdad que Santo T o m á s dice: « S i
tomar á cualquier hora: «quia non
quis immoderate potu utatur, potest
potest dici lac verum, sed aqua ex
peccare et meritum jejunii perderé,
lacte.» Confieso q u e , al menos en
| sicut etiam si immoderate cibum in
Asturias, no recuerdo haber oído j a -
una comestione assumat» ( 2 . 2. , a ffi
más que se pudiese tomar suero á
q. 147, art. 6 ad 2 . ) ; pero estas pa-
um
cualquier hora en día de ayuno, ni
labras de Santo T o m á s se han de en-
aun en la colación; pero si hay c o s -
tender como las explica Silvio en el
tumbre, se puede tomar.
comentario de este artículo. Dice así:
1561. E n cuanto al v i n o , es in- «Qui (potum) sumat copiosius quam
dudable que los primeros cristianos ratio dictet, non solvit quidem j e j u -
no podían beber vino en día de ayu- nium ecelesiasticum; peccabit tamen
no, como lo testifican San Jerónimo, .per intemperantiam, et meritum j e -
San Basilio y otros Santos Padres. junii perdet , idque totum , si ita
En el siglo X I I I se podía beber vino, excedat, ut mortaliter peccet: si autem
1
con tal que no se tomase in fraudem solum venialiter peccet, et alioquin sit
jejunii, esto es, como dice Santo T o - in statu gratice, non perdet totum
más, «ad nutriendum, vel famem 1 meritum jejunii, sed partem.»
e x t i n g u e n d a m ; quia legem violat, . D i c e San L i g o r i o , en el número
qui in fraudem legis aliquid facit.» citado, que es opinión común que la
(In 4 Sent., dist. 1 5 , q. 3, art. 4.) cerveza es pura bebida, que se puede
Esta opinión del Santo Doctor res- tomar toties quoties en día de ayuno;
pecto del caso en que se tomase el I y Scavini dice así: «Cervisia seu birra,
vino in fraudem jejunii, andando el quse conficitur ex aqua hordeacea et
tiempo se fué anticuando por la cos- alus ingredientibus, pro vero ac sim-
tumbre contraria. San L i g o r i o dice plici potu accipitur ab ómnibus.» ( L i b . 3,
que en su tiempo era opinión común núm. 1022, qucer. 2.)
que el vino, con cualquier fin que se
t o m a s e , no quebrantaba el ayuno. 1562. P. ¿El chocolate se pue-
(lib. 3, núm. 1022). H e aquí lo que | de tomar toties quoties en día de
dice Scavini en su última edición ayuno?
de 1865: «Quoad vinum commune est R. E s indudable que el chocolate,
inter doctores, i m o , unánimes declara- tal cual se acostumbra á tomar, no es
verunt, ait Benedictus X I V ( N o - pura bebida, sino verdadero manjar.
tific. X V ) , illud jejunium non frange- L a s declaraciones de algunos Papas,
re. Quod valet, etsi quis illud sumat especialmente de Gregorio X I I I , acer-
ad sedandam famem, cum ad id ordi- ca del chocolate, no hablaban sino
natum non sit. Unde hodie obsolevit ve- del antiguo chocolate mejicano que
tus prceceptum conlrarium.» ( T o m o 1, usaban los indios, el cual era un elec-
núm. 314.) tuario medicinal para arrojar las fle-
mas y abrir las vías; pero en el día el
El Sr. Sánchez, pág. 657, dice así: chocolate que se usa en Méjico es
«Bebiendo demasiado se elude la ley casi como el de España. D i g o casi,
del ayuno, y , por lo tanto, se pierde porque es, por lo común, un poco
todo el mérito que el ayuno tiene ante menos espeso.
62 LIBRO V. T R A T A D O VIL DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA. 63
vestres, dice Scavini que se reputan vigilia de Iglesia; después dicen que nuestros días. ¿Quién persuadirá á una
carne y no pescado; como también Benedicto X I V , en 23 de Enero de familia pobre que esté, no diré una
ARTÍCULO V
otros animales que, aunque se nutren 1745, dispensó la vigilia en todos los semana, pero ni dos días, alimentán-
en el agua, no se reputan pescado; reinos de Castilla, L e ó n y las Indias, dose solamente de pan y agua, y que
De la abstinencia de carnes en los ayunos excepta Corona Aragonice, y el señor
como las gaviotas, los cuervos mari- no coma un pedazo de carne si se lo
y vigilias del año. nos, etc. Sánchez nada añade. dan ó lo puede comprar? T a m p o c o se
L a sangre y grosura de los anima- C o m o los dos autores anteriores no le persuadirá de que está obligada á
1563. Para probar que la Iglesia les se reputan carnes, á no ser que dejan del todo clara esta materia, me comer solamente hierbas cocidas con
obró con gran sabiduría en prohibir en alguna parte haya costumbre legí parece conveniente advertir que en el sal y agua, si puede hacerse con un
cierta clase de alimentos en los ayu- tima en contrario. L a razón de ser día no hay provincia alguna en Espa- pedazo de manteca de puerco para
nos, entre otras cosas dice Santo T o - carnes es «quia veré de substantia ña en que obligue la abstinencia en condimentar hierbas ó patatas. E l s e -
más que el ayuno fué instituido para carnis participant.» los sábados; no en la de Valencia, ñor D i e z , en su Teología moral (capí-
refrenar las concupiscencias de la car- 1564. P . ¿Cómo obliga el pre- porque me consta por testigos fide- tulo 1, De la vigilia y del ayuno ecle-
ne, «qua? consistunt in cibis et v e n e - cepto de abstenerse de carne en los dignos de aquella provincia, como siástico), excusa generalmente de la
réis;.) y como las carnes, los huevos días prohibidos? también me lo afirmaron religiosos abstinencia de carnes á los mendigos y
y lacticinios por una parte son más R. E s doctrina comunísima de to- de la de Aragón y Cataluña, además á los caminantes que no encuentran otra
deleitables, y por otra son más nutri- dos los teólogos que obliga sui gravi. de que he recorrido la mayor parte de clase de comida que carne. Y o tan sólo
tivos, por ser más conformes al cuerpo P. ¿En qué días obliga el precepto estas provincias y jamás oí que h u - diré dos cosas: i . Que el precepto de
a

humano, de aquí es que se prohibió de la abstinencia de carne? biese vigilia en el sábado; porque don- la abstinencia de carne es puramente
B. E n todos los días de ayuno del de no la dispensaron los Papas, la eclesiástico, y así no obliga con grave
su uso en los ayunos: «Hujusmodi
abrogó la costumbre general.
magis conformantur humano corpori, año, en los domingos de Cuaresma, incomodidad, como tampoco el a y u -
et plus delectant, et magis conferunt en todos los viernes, aunque no sea 1565. P. ¿A quiénes obliga el no. 2 . Que cuando se observe que
a

ad humani corporis nutrimentum; et día de ayuno, exceptuando el caso en precepto de la abstinencia de carnes? los fieles de buena conciencia obran
sic ex eorum comestione plus super- que la Natividad de Nuestro Señor R. A todos los bautizados que t i e - con recta intención, es preciso mirar-
fluit, ut vertatur in materiam seminis, Jesucristo caiga en viernes. Puede nen uso de razón, si no tienen legíti- se antes de inquietarlos, ya sean p o -
cujus multiplicatio est máximum in- obligar también la abstinencia de car- ma causa que los excuse. E n cuanto bres ó ya viajeros; sobre todo cuando
citamentum luxuriae. E t ideo ab his nes en algún punto particular, si se á los niños que no cumplieron siete se teme que se les pondrá en mala
cibis, praecipue jejunantibus, E c c l e - obligó de una manera legítima por años, pero tienen perfecto uso de ra- fe sin fruto alguno.
sia statuit esse abstinendum» ( 2 . 2.*, v o t o .
a zón ó se duda si le tienen, se trató 1566. L o s que por razón del tra-
q. 147, art. 8.) E n cuanto á la abstinencia en el latamente en el núm. 165, sobre si bajo en que se ocupan, ó por debili-
P . ¿Qué reglas hay para conocer sábado, el Sr. D i e z , en su Clave de les obligan los preceptos de la Iglesia; dad de estómago, dolores de cabeza,
los animales cuya carne se prohibe en Teología moral ( i . parte, tract. X I I ,
a y se trató también de los ebrios, de graves insomnios ó cosa semejante,
los ayunos y vigilias? can. 1), dice así: « E n España dicen los delirantes, de los niños que tienen están exceptuados del precepto del
R. «Carnes animalium in térra algunos que los sábados no son días siete años cumplidos, pero se duda si ayuno, por esto solo, si no hay otra
nascentium et respirantium,» dice Santo de abstinencia, ó que no obliga tal tienen uso de razón; y , por último, causa justa, no están exceptuados del
T o m á s ; pero al señalar en particular, precepto. Respecto de lo cual es de de los excomulgados, de los herejes precepto de la abstinencia de carne,
y de los infieles.
se ha de atender á la apreciación co- notar que, por permisión de Benedic- huevos y lacticinios en los días en
mún de los sabios, la cual es regla to X I V en 23 de Enero de 1745, se Acerca de las personas pobres ó que está prohibido, porque el precep-
cierta en estas materias. San L i g o r i o . puede comer carne en dichos días en que, aunque no lo sean, se hallan en to del ayuno es distinto del precepto
(lib. 3, núm. i o n ) y Scavini (tract. I I , los reinos de Castilla, L e ó n é Indias, circunstancias excepcionales, San L i - de la abstinencia: ni los que están
disp. 2, cap. 2, art. 1, queer. 2) dicen salvo si por otro lado fuesen días de gorio dice así: « S i in longa inedia per dispensados para comer huevos y lac-
que se tienen como pescado los si- vigilia; y este mismo privilegio dicen plures dies aliud quam pañis haberi non ticinios están exceptuados del ayuno,
guientes: la langosta, el caracol, la haber concedido P i ó V I á la Corona possit, liceret vesci non solum lacti- por ser preceptos distintos el de la
tortuga, el camarón, el cangrejo, las de A r a g ó n . » E l Sr. Sánchez, en su ciniis, sed etiam carnibus.» Después, abstinencia y el del ayuno; y éstos no
ranas, conchas, la nutria, el castor, libro titulado Exposición de la Bula de hablando de la manteca de puerco, pueden usar de estos alimentos sino
et alia quce piscibus comparantur. San la Santa Cruzada, pág. 289, refiere dice así: «Pauperes oleo carentes per en la única comida; á diferencia de
L i g o r i o añade: « í d e m ajunt Milante las palabras de los Salmaticenses, los notabile tempus, puta per hebdoma- los que tienen privilegio para usar de
et Tamburinus de viperis, qua? sími- cuales dicen que una vel altera provin- dam, posse uti larido ad herbas pras- estos alimentos y no les obliga el ayu-
les sunt anguillis. í d e m dicunt Elbel cia excepta, en España no hay prohi- parandas.» ( L i b . 3, núm. 1008.) n o , que pueden comerlos toties quoties
et H o l z m a n de anatibus cujusdam ge- bición de comer huevos y lacticinios Confieso que estas opiniones del en el día.
neris;» porque si los ánades son sil- en el sábado, si por otra parte no es Santo no me parecen practicables en 1567. P. E l que sin justa causa
64 L I B R O V. T R A T A D O
come muchas veces carne en los días
de abstinencia, ¿cuántos pecados co-
mete?
R. E n el día es opinión comunísi-
ma que peca mortalmente toties quo-
ties se quebranta en un día el precepto
de no comer carne en cualquier día
de abstinencia, ó de no comer huevos
ni lacticinios en la Cuaresma, porque
estos preceptos son puramente nega-
tivos.
1568. P. E l que estando o b l i -
gado al ayuno, y no teniendo causa
que le excuse, come muchas veces en
el día, ¿cuántos pecados comete?
R. Aunque algunos autores opinan
que peca mortalmente toties quoties el
que come fuera de hora, porque el no
comer más de una vez es precepto ne-
gativo, pero hoy es más común y me
parece más probable notablemente la
opinión de Durando, Cayetano, Suá-
rez, Paludano, Navarro, San L i g o r i o
y otros, que dicen que tan sólo se pe-
ca mortalmente en la primera comida
que viola el ayuno, porque la prohi-
bición de comer más de una vez no
ts de precepto negativo con la uni-
versalidad del precepto de no comer
carne; tan sólo es negativo respecto
de aquella comida primera que rom-
pe el ayuno, como dice Cayetano en
el comentario del art. 8 de la q. 147
de la 2. 2. ' de Santo T o m á s ; ó c o -
a a
mo dice San L i g o r i o (lib. 3, número
1030): «Destructa essentia jejunii,
cessat jejunium; ideoque bis c o m e -
dens non tenetur amplius jejuñare,
cum amplius jejunium servare non
possit. H o c prasceptum communiter
sic interpretatur.» Esta opinión me
parece segura y además conforme á
la práctica común de los confesores
más discretos y sabios; porque cuan-
do un penitente se acusa de haber
violado culpablemente un día de ayu-
n o , no creo que ningún prudente con-
fesor le pregunte cuántas veces comió
en ese día. E l Santo añade, no obs-
tante, que le parece probable que pe-
caría venialmente cada vez que co-
VIL
miese después de haber violado ei
ayuno la primera v e z , porque había
algún leve desorden moral.
1569. P. Cuando una persona
violó inadvertidamente el ayuno, si lo
advierte en el mismo día, ¿qué debe
hacer?
R. Varios autores (entre ellos Gury
y Scavini) dicen que el que inadver-
tidamente hizo dos comidas formales
en un día de ayuno, debe ayunar des-
de el momento en que advierte que
es día de ayuno; porque, aun cuando
antes había roto el ayuno material-
mente, pero no formalmente. San L i g o -
rio, en su Homo apostólicas, tract. X I I ,
núm. 20, llevó esta opinión; pero en
su obra lata, perfeccionada y refor-
mada por el Santo después que escri-
bió el Homo apostólicas, la retractó, y,
consecuente á lo que había dicho en
la cuestión precedente, dice que, vio-
lado una vez el ayuno, aunque sea
inadvertidamente, si se advierte des-
pués en el mismo día, no hay obliga-
ción de abstenerse de comer: «quia
destructa essentia jejunii, cessat jeju-
nium; ideoque bis comedens non te-
netur amplius jejunare, cum amplius
jejunium servare non possit.» L o mis-
mo opinan Bonacina, H o l z m a n , L a y -
man, etc. H e observado algunas veces
que los fieles siguen con buena fe el
parecer de San L i g o r i o . y yo ni in-
quieté ni inquietaré jamás á los que
le sigan y practiquen. Otra cosa sería
si una persona hubiese tomado por la
mañana una cantidad equivalente a
lo que se puede tomar de colación, o
tres ó cuatro onzas por la tarde: en
este caso, si advirtiese después que
era día de ayuno, debería en el pri-
mer caso no tomar colación por la no-
che, con tal que sin grave incomodi-
dad pudiese pasar con la comida del
mediodía; y en el segundo caso, cer-
cenar de la colación de la noche las
cuatro onzas que había tomado in-
advertidamente por la tarde.
O m i t o algunas importantes cues-
tiones sobre la abstinencia de carnes,
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
65
que, Deo dante, se tratarán cuando se , de trucha: se puede condimentar la
hable de la bula de la Cruzada y de colación con manteca de vaca, pero
la de carne. no con leche. E n algunas partes hay
costumbre legítima de tomar de co-
ARTÍCULO VI lación un poco de queso, pero no de
huevo. E n las costumbres que son
De la abstinencia de huevos y lacticinios. contra la ley, la interpretación se ha
de hacer en sentido riguroso, prout
1570. P. 1 Se prohiben por la sonat, quia est vulnus legis; y así no
Iglesia en ciertos días algunos otros vale el axioma: « Q u i potest magis in
alimentos, además de la carne? una materia, potest et minus in eadem
R. E n España no hay prohibición materia.»
de comer huevos y lacticinios sino en 1571. P. Si una persona sin pri-
los días de Cuaresma. Este precepto vilegio come carne ó huevos ó lacti-
en los días de Cuaresma, incluso los cinios en día prohibido, ¿qué cantidad
domingos, obliga á todos aquellos á se necesita para constituir materia
quienes obliga el precepto de la absti- grave?
nencia de la carne; y obliga bajo pe-
R. San L i g o r i o , en el lib. 3, nú-
cado mortal, según todos los teólo- mero 1029, 3 . , hablando de la carne,
0
gos. Alejandro V I I , en 18 de Marzo dice así: « M e d i a m unciam carnis, ait
de 1666, condenó la proposición s i - Pasqualigerus, esse materiam par-
guiente (es la 32): «Non est evidens v a m ; sed mérito rejicitur a Salmant.
quod consuetudo non comedendi ova (cap. 2, núm. 1 7 ) , qui dicunt m a t e -
et lacticinia in Quadragesima obli- riam parvam esse tantum octavam
gat;» y todos convienen en el día en partem unciaa, ut ajunt etiam Ronca-
que esta obligación es sub mortali, glia et D i a n a . » E n cuanto á la mate-
porque la materia es g r a v e . I ria grave en los huevos y lacticinios,
P. L o s que por cualquier p r i v i l e - I se puede exigir un poquitito más, por-
gio pueden comer carne en la Cuares- que la carne es de más alimento y se
ma, ¿pueden también comer huevos prohibe con mayor rigor en el ayuno.
y lacticinios? N o obstante, con la venia de San L i -
R. E s doctrina corriente que p u e - gorio, yo no me atrevería á condenar
den; porque, como dice Billuart (De á pecado mortal al que sin privilegio
temper., diss. 2 . , art. 8, petes 7 ) , « s i comiese una sexta parte de una onza
a
majus et minus continentur sub eodem de carne; porque ésta es muy pesada,
genere, cui plus permittitur in hac y es muy diminuta la cantidad que
materia, permittitur et minus.» L o cabe en una sexta parte.
mismo dice S c a v i n i ; y añade que 1572. P. L o s mesoneros y fon-
cuando uno tiene privilegio para co- I distas ¿pueden presentar carne á los
mer lacticinios, por esto solo se e n - ! que acuden á sus establecimientos en
tiende dispensado para comer huevos; días de abstinencia?
y da la razón: porque «hcec ex consue- R. Acerca de la resolución de esta
tudine cequiparantur, nisi in dispensa- dificilísima cuestión, véase lo dicho
tione aliudclare exprimatur» (tract. I I , en el núm. 559, no sólo respecto d í
disp. 2. , cap. 2, art. 1, queer. 3); pero
a
los mesoneros y fondistas, sino tam-
esta doctrina tiene lugar cuando hay bién sobre la conducta que han de ob-
dispensa ó privilegio, mas no cuando servar las esposas, las hijas y las sir •
se trata de costumbres particidares. vientas, cuando los esposos, padres ó
En Asturias, por ejemplo, por cos- amos piden que se les dé carne en
tumbre legítima se puede tomar de días de rigurosa abstinencia, sin tener
colación una cola de sardina, pero no • justa causa para ello.
TOMO I[.
66 LIBRO V. T R A T A D O
E l Sr. Sánchez trata difusamente
esta cuestión en su Teología Moral
(trat. X X I , punt. i . ° , n ú m . 7), y di-
ceasí: « S a n Alfonso L i g o r i o , inculcan-
do las propias ideas, se expresa en los
términos siguientes: Así, dice, se ex-
cusan los fondistas que venden carnes en
días de ayuno á los que quieren comerlas,
si saben que otros las venderían, si ellos
no las vendiesen. « S i c excusantur cau-
pones vendentes carnes die jejunii
comesturis, si alii eis venderent.» L i -
bro 3." (debe decir 2. ), núm. 69. «Se
0
excusarían también, añade San L i g o -
rio, si de no vender temiesen algún
grave daño que les perjudicase nota-
blemente en sus intereses; como si,
v. gr., se disminuyese el número de
sus compradores.»
L o mismo dice el Sr. Sánchez en
su tratado Expositio Bulla; Sandez Cru-
ciatcB, pág. 356: he aquí sus palabras:
« H i n c quod Sanctus Alphonsus de
L i g o r i o dicat: Sic excusarentur cau-
pones vendentes carnes die jejunii co-
mesturis, si alii cBque venderent. E x c u -
santur etiam, adjungit Sanctus A l -
phonsus , ob metum cujuscumque
gravis damni, puta si alias notabili-
ter lsederentur ex diminutione empto-
r u m . » ( E n el lugar citado.)
L a s palabras anteriores del Sr. Sán-
chez, en su sentido propio, obvio y
genuino, dicen que, según San L i g o -
rio, en dos casos distintos pueden los
mesoneros y fondistas dar lícitamen-
te carnes en días de vigilia á los que
les consta que no tienen causa ni pri-
vilegio para comerlas: 1.°, cuando sa-
ben que se las han de dar otros ;
2. , cuando, de no dárselas, se les ha
0 cere hominem ad peccandum nullo
de seguir algún daño. Esta doctrina
no es de San L i g o r i o : el Santo siem-
pre exige causa grave para la coopera-
ción próxima material al pecado mor-
tal de otro, por más que sepa que éste le
ha de cometer sin su cooperación. Pudie-
ra citar diversos lugares en que el
Santo Doctor defiende esto m i s m o ,
pero tan sólo citaré dos. E n el lib. 3,
núm. 1030, dice que no sólo no pue-
VIL
den los mesoneros invitar con carnes,
ni aun bajo de condición, á los hués-
pedes, por más que les conste que están
determinados á violar la abstinencia,
pero que ni aun pueden dárselas, cuan-
do las pidan, si los mesoneros no tienen
por otra parte (nótese bien) grave cau-
sa que les excuse: nisi permissive, et ac-
cedat gravis causa.
L o mismo dice y prueba, contra
Sporer, en el lib. 2, núm, 80: « N o n
licet cooperari (volenti frangere jeju-
nium) nisi tantum permissive, modo ad-
sit causa gravis, juxta nostrum princi-
pium positum núm. 47, v. Secunda."
L a s palabras que cita el Sr. San -
chez, como tomadas literalmente de
San L i g o r i o en el lib. 2, núm. 69,
q. 7, no sólo no se hallan en dicho
lugar, sino que antes bien allí mismo
el Santo exige causa grave para dar
vino al que se quiere embriagar; y
añade: «ídem d i c e n d u m c u m B u s e m b . ,
et S a n e , ac Mazzotta de prcebente car-
nes comesturis in die vetito.»
En cuanto al segundo caso en que
es lícito al fondista ó mesonero dar
carnes, sabiendo que el que las pide
viola la vigilia, San L i g o r i o no dice
con toda generalidad que es bastante
causa para dárselas el que se disminu-
ya el número de sus compradores; sino
que dice que es necesario que se per-
judiquen notablemente por la diminu-
ción de los compradores : «puta si
alias notabiliter leederentur ex diminu-
tione emptorum.it En un pueblo mori-
gerado (que no faltan en E s p a ñ a ) , si
hubiese alguna persona díscola que
sin causa alguna pidiese comida de
carne, por ejemplo, en Viernes San-
to, toda la población celebraría que la
mesonera se la negase , y no se le se-
guiría notable daño en sus intereses
por esta negativa. E n comprobación
de esto m i s m o , voy á copiar las pala-
bras de Scavini: «Attamen non ita fa-
cile excusandus est caupo oppiduli, hac
ratione quasi urgeat periculum di-
minutionis concurrentium; siquidem
apud caupones similium locorum sa-
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA. 67
crum est, prout esse debet, ut cibi gún ayuno del año, ni en los domin-
vetiti nulli apponantur.» ( T o m o 1, gos de Cuaresma; pero en los viernes
núm. 271, edición de 1874.) y vigilias fuera de Cuaresma, si no
Scavini, Gousset, Bouvier y demás es día de ayuno, es ciertísimo que con
autores que cita el mismo Sr. S á n - las dos bulas en España, ó con el pri-
chez, convienen con San L i g o r i o en vilegio de comer carne fuera de Espa-
que para dar carne al que se sabe que ña, se puede mezclar toties quoties car-
ha de traspasar el precepto de la v i - ne y pescado en una misma comida;
gilia, han de concurrir reunidas las porque si bien hubo hace algunos
dos condiciones siguientes: 1 . , que el
a
años una acalorada cuestión en E s -
huésped pida la carne; 2 . , que haya
a
paña sobre este punto, en el día sería
grave causa para no negársela. temeridad el negarlo. L a Sagrada P e -
Cuando el mesonero duda si el que nitenciaría había declarado que se po-
pide carne en día de abstinencia, ó día promiscuar en los días arriba di-
cena en día de ayuno, tiene privilegio chos, según declaraciones de 15 de
ó causa justa, bien puede dar la car- Febrero de 1 8 3 4 , de 18 de Julio
ne ó la cena; porque, como dice San de 1856, de 27 de N o v i e m b r e de 1861
Ligorio (lib. 2, núm. 6S), «in dubio y de 13 de Febrero de 1862.
prassumendum justa causa excusari;»
P o r último, el señor arzobispo de
y es también dicho común que, cuan-
Tarragona, en unión de los Obispos
do se trata de personas que no están
sufragáneos de aquella provincia ecle-
á nuestro cuidado, uemo prcesumitur
siástica, elevó á la Sagrada Peniten-
malus, nisi probetur.
ciaría las consultas siguientes:
1573. E l tercer caso en que el
i. a
« A n talis concessio (de p r o -
mesonero puede dar lícitamente car- miscuar carne y pescado fuera de
ne á los huéspedes en vigilia excep- Cuaresma en los viernes y vigilias
tuada, es cuando prevé con fundamen- que no son de ayuno) veré a Sacra
to que, si la niega, el huésped ha de Pcenitentiaria emanaverit.
prorrumpir en blasfemias, etc.; por- 2.
a
» A n extendatur etiam ad eas
que en este caso, ad vitandum pejora, diceceses, in quibus pradicta consue-
conviene condescender. S é muy bien tudo nondum totaliter abolita est.
que otros autores son más anchos que
3.
a
» A n opus sit expectare, ut
San L i g o r i o , otros son más estrechos:
prssdicta concessio Nobis a Commissa-
yo tan sólo me he propuesto en este
rio Sanctte Cruciatas communicetur,
lugar deshacer la equivocación del
ad hoc ut possimus tuta conscientia
Sr. Sánchez, y exponer la doctrina g e -
responderé eis, qui Nos hac de re
nuina del Santo, que es la que me
interrogaverunt, ipsis licere com-
parece cierta y más conforme á la
mixtionem.»
doctrina de Santo T o m á s , que en la
L a respuesta que se d i o á estas
2 2 . , q. 78, art. 4, dice así: «Indu-
a a í
consultas fué la siguiente: « R e s p . —
Sacra Pcenitentiaria, mature perpen-
modo licet; uti tamen peccato alterius
sis expositis dubiis, respondendum
adbonum licitum est.» L a s condicio-
censuit prout respondet: Affirmative
nes que han de concurrir para poder
quoad primam et secundam partem,
cooperar materialmente al pecado aje-
negative quoad t e r t i a m . — 1 6 Septem-
no, se explicaron en el núm. 559.
bris 1867.» E s , pues, ya negocio con-
1574. P. Si uno tiene privilegio cluido.
para comer carne, ¿puede mezclarla P. E n los días en que no se puede
con pescado en una misma comida? promiscuar carne y pescado en una
R. L a bula de la Cruzada, junta misma comida, ¿cuánto tiempo ha de
con la de carne, no lo permite en nin- pasar entre la comida de cada una de
68 LIBRO V. T R A T A D O VIL DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA. 69
las dos cosas para que se pueda co- repetir las m a t e r i a s , las remito al re melius ad trutinam revocata, dici- los que las siguen ciegamente. San
mer de la otra? tratado de la bula de la Cruzada. mus affirmativam omnino tenendam;» L i g o r i o , en el lugar citado, dice e x -
R. E s axioma jurídico que odia pero se ha de notar que en la edición presamente que hay precepto g r a v e
restringí, favores convenit a?npliari. ARTÍCULO VII de Madrid de 1829 y en la de París de no anticipar notablemente la c o -
P o r lo tanto, si no es una misma la de 1834, por un descuido, se o m i t i ó la mida sin justo motivo.
comida, ya no hay promiscuación. De la hora en que se pueden tomar la retractación, y se puso la opinión an-
1577. E n cuanto á las causas su-
Algunos autores dijeron que habían comida y la colación. tigua del Santo. Gury y Scavini dicen
ficientes para poder anticipar lícita-
de pasar tres ó cuatro horas, para que que es mortal anticipar notablemente
mente la comida, me parece prudente
no hubiese promiscuación; pero esta 1575. Diré, para nuestra confu- la comida, si no hay causa. A l menos
la regla que da Scavini en el lugar
opinión está anticuada. Otros dijeron sión, que hasta el siglo X I I , en que en España, en el día, me parece cierta
citado: « P o r r o causa levis a levi,
que debían pasar dos horas desde que floreció San Bernardo, no se podía esta doctrina.
causa gravis a gravi anticipatione
se c o m i ó carne, para poder comer comer en los ayunos de Cuaresma P. ¿Cuándo se dirá que se anticipa excusat; imo si admodum gravis, a
pescado. L a opinión comunísima c o n - hasta la caída de la tarde, y en los notablemente la comida, de modo que jejunio liberat.» L a prudencia y la
viene en que, si pasan dos horas, ya demás ayunos del año hasta las tres sea culpa graves? buena fe aplicarán esta regla á los
no es promiscuación. San L i g o r i o , de la tarde. H e aquí las palabras de R. San L i g o r i o dice que todos afir- casos particulares. San L i g o r i o cita
siguiendo á los Salmaticenses, tiene este Santo Padre: «Hactenus usque man que si pasa de una hora la antici- varias causas que señalan algunos
por cosa cierta que el intermedio de ad nonam jejunavimus soli (los mon- pación, es notable; pero el Santo aña- autores, pero deja oscura la resolu-
una hora basta para que no sea una j e s ) : nunc (en la Cuaresma) usque ad de que, según la opinión común, basta ción , pues concluye así: « A t t a m e n
misma comida; por lo tanto, la inte- vesperam jejunabunt nobiscum universi una hora de anticipación sin causa para , mihi suasttm non est quamcumque harum
rrupción de una hora es suficiente reges et principes.» que sea pecado mortal. causarum (sin decir cuáles son) satis
para que el que comió carne pueda Algunos autores dicen que, según E l Sr. Sánchez, trat. X X I , punto 2, esse ad excusandum a prascepto, quod
comer pescado, porque no es una Santo T o m á s , en el siglo X I I I se co- núm. 7 de su Teología Moral, dice etiam hodie est grave.»
misma comida, y así no hay promis- mía á las doce del día; pero no es así: «Esta es la hora (las doce del día)
cuación: « P e r h o r a m vero prociddubio exacto. H e aquí las palabras del Santo Cuando la anticipación no llega á
que fija ó señala la presente d i s c i p l i - una hora, aunque sea sin causa, San
interrumpitur prandium.» ( L i b . 3, Doctor: « U t jejunans aliquam affli- na. Sin embargo, en esta parte la
núm. 1020.) L i g o r i o , con la opinión común, dice
ctionem sentiat, conveniens hora co- Iglesia no ha juzgado oportuno impo- que no es mortal; y si hay causa leve,
Scavini (tomo 1, núm. 310) dice medendi taxatur jejunantibus circ.i n:r ningún precepto grave. A s í es que, no es culpa alguna. T a m p o c o es culpa
que, según la opinión comunísima, la horam nonam (In 4 Sent., dist. 15, q. 3, cuando se crea conveniente, podrá ade- alguna anticipar la hora del mediodía,
interrupción de una hora es bastante) art. 4).» E n el siglo X I V la hora se lantarse ó diferirse una ó dos horas la acomodándose á la costumbre comun-
para que no sea una misma comida. fué anticipando poco á poco hasta comida.» mente recibida en el país donde uno
T e n g o por suficientemente probable formarse costumbre legítima de co- En cuanto á diferirse, dice bien el se halla. Billuart, hablando de B é l g i -
que, si pasa una hora desde que se mer al mediodía. Sr. Sánchez; pero en cuanto á a d e - ca, su patria, dice así: «Ustis invaluit
comió carne, se puede comer pescado, 1576. P . ¿Cómo peca el que sin lantarse dos horas la comida, cuando tam apud regulares quam saeculares
sin que haya promiscuación en una justa causa anticipa notablemente la co- se crea conveniente, no es exacto que ut possit comedí ad médium duodeci-
misma comida; porque los que lleven mida en día de ayuno? no haya precepto alguno que lo prohi- mse: imo in his partibus, saltem apud
la opinión contraria deben decir tam- R. E n el día es comunísima la opi- ba. E l derecho canónico dice que los sseculares, hora undécima.» Por e x i -
bién (si son consecuentes), que el que nión de Santo T o m á s , que dice es que anticipan la hora de comer (se girlo la distribución de los ejercicios
en día de ayuno terminó la comida á pecado mortal: Qui nimis notabiliter supone notablemente) <nullatenus j e - religiosos de la tarde, en muchas c o -
la una de la tarde, puede volver á co- anticipat, jejunium solvit. San Ligorio, juñare dicendi sunt.» ( C a p . Solent, de munidades de regulares hay costum-
mer á las dos de la tarde, porque la en la primera edición de su obra lata, consecr., dist. i . )
a
bre legítima de comer á las once y
interrupción de una hora no impide fué de parecer que la anticipación no- Santo T o m á s dice que estaba tasa- media.
que sea una misma comida: segura- table de la comida en día de ayuno, da la hora de comer, y que el que la P . E n las comunidades religiosas
mente no lo dirán y y afirmarán sin aunque se hiciese sin causa, no era anticipa nimis notabiliter, jejunium sol- donde hay costumbre legítima de c o -
titubear que, obrando de esta manera, pecado mortal; pero después en el vit. L o s Salmaticenses fueron de opi- mer á las once y media, ¿cómo p e -
hacían dos comidas: luego si son dos Homo apostólicas, tract. X I I , núm. 21, nión que se podía anticipar dos horas cará el religioso que come á las once
comidas, no hay promiscuación. Qui la retractó completamente: Re melius la comida sin pecar mortalmente; menos cuarto?
sentit ornes, debet sentiré et commodum. animadversa, nunc Mam minime proba- pero nosotros no podemos seguir mu-
R. Si no tiene causa, pecará venial-
Acerca de la abstinencia de carne bilem censeo. En la obra lata (edición chas de las opiniones que defendieron
mente; si tiene causa leve, no comete
en ciertos días, y de huevos y lactici- de Madrid, tomo 3, pág. 232, quar. 3) aquellos sabios: muchas de lab doctri-
culpa alguna, como sucede con los
nios en la Cuaresma, hay muchas dice que antiguamente no le parecía nas que fueron probables en su tiempo,
cocineros de una comunidad que, tra-
cuestiones importantes, que, por no mortal la anticipación notable: «sed no lo son hoy, y se equivocan mucho
bajando toda la mañana, tienen que
7 o LIBRO
despachar en primera y segunda mesa
la comida á los religiosos. L a razón
en que me fundo es, que para estos
religiosos la hora propria de comer es
á las once y media; y por lo tanto, la
anticipación de tres cuartos de hora es
materia leve y tienen causa justa que
los excusa de toda culpa. Conozco
algún religioso docto que no se atre-
vía á practicar esa opinión, siendo
prelado, y tan sólo autorizaba á los
cocineros para comer á las once; pero
yo creo que hay costumbre legítima
(al menos entre los D o m i n i c o s ) de
comer á las once y media, y así me
atengo á la razón expuesta arriba.
1 5 7 8 . P. ¿A qué hora se puede to-
mar la colación?
R. Por la noche ó á la caída de la
tarde. Cuando los días son largos, se
puede tomar mucho tiempo antes de
ponerse el sol. E l tomar la colación
al mediodía, y la comida á la caída
de la tarde, esto es, á la hora en que
se acostumbra á tomar la colación,
no es culpa alguna, si hay alguna
causa leve; y si no la hay, tan sólo es
culpa venial. Cuando hay alguna cau-
sa racional, como emprender un via-
j e , ó si ocurre algún otro negocio ur-
gente, la colación se puede tomar á
las once ó á las diez y media de la
mañana.
ARTICULO VIII
De las causas que excusan del ayuno.
1579. L o s autores suelen redu-
cir las causas que excusan del ayuno
á las siguientes:
Pidas el labor, infirmilas aique indif/entia:
JEtas simal atque munus suum impedirá
A estas causas es necesario añadir
la dispensa. E l Papa puede dispensar
los ayunos t-n toda la Iglesia, válida
y lícitamente si hay justa causa; vá-
lida, pero i l í c i t a m e n t e , si no hay
causa.
1580. P. ¿Cómo pecaría el Papa
V. T R A T A D O VIL
si dispensase á alguna persona de los
ayunos sin causa alguna?
R. Soto, Covarrubias, Cóncina y
otros dicen que pecaría mortalmente.
porque sería contra el bien común.
Sánchez, L a y m a n , los Salmaticenses
y otros tienen por más probable que,
si no se siguiese escándalo ni otro
daño, el Papa tan sólo pecaría ve-
n i a l m e n t e . Esta opinión le parece
bastante probable á San L i g o r i o ,
porque el que no todos se conformen
á la ley humana del ayuno, no le pa-
rece tan grave desorden que se pueda
condenar á pecado mortal (lib. 3, nú-
mero 1022).
1581. P. ¿Puede el Obispo dis-
pensar en los ayunos y abstinencias?
R. N o puede dispensar válidamen-
te sin causa en los ayunos y abstinen-
cias de la Iglesia, porque son leyes
pontificias: no obstante, cuando la
causa no es suficiente ó se duda si lo
es, puede conmutar el ayuno en otra
obra piadosa, dice San L i g o r i o en el
lib. 3, núm. 1032. L o mismo que
puede el Obispo, puede también el
Vicario capicular, Sede vacante; pero
no el Vicario general del Obispo s i n
delegación de éste.
L o s prelados regulares, aunque sean
locales, como priores, presidentes in
capite, etc., tienen en esta parte, res-
pecto de sus subditos y de sí propios,
las mismas facultades que los Obis-
pos, como dice San L i g o r i o en el mis-
mo número; y añade que las superio-
ras de las monjas no son capaces de
jurisdicción alguna espiritual paia
dispensar á sus subditas de los ayu-
nos y abstinencias de la Iglesia, pero
que pueden declarar en algún caso
particular que estos preceptos no obli-
videntia.
gan á sus subditas: «ita Cóncina cum
alus passim.» Dice también que las
preladas de las monjas pueden dis-
pensar á éstas de los ayunos y absti-
nencias de su Orden, del Oficio divi-
no, etc., aun cuando las obliguen bajo
pecado mortal; y que conforme pueden
los prelados regulares dispensar á sus
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
7 1
subditos, según los privilegios de su tes resoluciones d e l Santo Oficio ,
1
Orden, del mismo modo pueden tam- aprobadas por Su Santidad en 18 de
bién las preladas dispensar á las mon- Marzo de 1896: I . Utrum ad hoc, ut
jas subditas suyas, no porque tengan Episcopus dispensare valeat ad t r a -
jurisdicción espiritual, sino por comi- mitem dicti Decreti, necesse sit, ut
sión de sus superiores: quce prcesumi- festum celebretur semper magno po-
tur ei facía, síatim ac fuií electa in abba- pulorum concursu? I I . Utrum Episco-
tissam.» ( L i b . 4 , núm. 61.) pus dispensare possit, quando agitur
E n cuanto á los párrocos, pueden tantum de festis duplicis prascepti;
también dispensar del ayuno á sus fe- an etiam quando agitur de alio festo
ligreses en algún caso particular, si hay vel de alia catholica solemnitate e x . g .
justa causa; y no tienen necesidad de de centenariis, de peregrinationibus
pedir permiso al Obispo, aunque esté et similibus? I I I . Quomodo sit intelli-
presente, porque la costumbre legítima gendus magnus populorum concur-
les dio este derecho. (Véanse los n ú - sus, an populorum extraneorum, vel
meros 810 y 821.) etiam ejusdem civitatis aut loci ?
* L o s señores Obispos pueden ade- I V . Utrum inter causas gravissimas
más dispensar en los ayunos y absti- ob quas Episcopus non solum anticipa-
nencias, al tenor del siguiente decreto re, sed etiam dispensare potest, assig-
dado por el Santo Oficio el 5 de D i - nari valeat grave periculum, quod ab-
ciembre de 1894, y confirmado por la stinentia anticipanda non observetur?
Santidad de L e ó n X I I I , á saber: V . Utrum in diebus exceptis jejunio
«Supplicandum Sanctissimo ut Epis- consecratis, vetitum sit Episcopis tan-
copis aliisque locorum Ordinariis con-1 tum dispensare super abstinentia, vel
cederé dignetur facultatem anticipan- etiam illam anticipare? V I . Utrum ex
di die sibi benevisa atque ob gravis- rationabili causa p o s s i t Episcopus
simas causas etiam dispensandi super committere Parochis, ut ipsi assignent
lege jejunii et abstinentias, quando diem in quo anticipari debeat absti-
festum sub utroque prascepto servan- nentia? R e s p . : A d I. Affirmative.
dum Patroni principalis aut T i t u l a - Ad I I . N e g a t i v e ad primam partem;
ris, vel solemne aliquod festum item affirmative ad secundam, modo adsit
magno populorum concurso celebran- magnus populorum concursus. A d I I I .
dum, inciderit in ferias sextas aut Attentis ómnibus intelligi potestetiam
sabbata per annum, excepto tempore de concursu civitatis aut loci, facto
Quadragesimas, diebus Quatuor T e m - verbo cum Sanctissimo. A d I V . Affir-
porum et vigiliis per annum jejunio mative, modo periculum sit genérale.
consecratis; atque ut eadem antici- Ad V . Affirmative, scilicet utrumque
pandi seu etiam gravissimis de cau- vetitum est Episcopis. A d V I . Affir-
sis dispensandi potestate uti possint m a t i v e . — J . Mancini, Can. Magnoni,
pro diebus , quibus nundinas extra- S. R . et U . J. N .
ordinaria , magno item populorum
concursu habeantur... N o pueden en España los señores
Obispos dispensar, en virtud del de-
... ómnibus et singulis locorum Or- creto de 5 de Diciembre de 1894, en
dinariis facultatem, de qua agitur la ley del ayuno y de la abstinencia
perpetuis futuris temporibus conces- en los viernes y sábados de Adviento,
sit ac attribuit, facta tamen in singu- ni adelantarla, aunque intervengan
lis casibus mentione apostólicas d i s - causas gravísimas, según contestó el
pensationis.» (Acta S. Sedis, fascículo Santo Oficio al señor arzobispo de
de Marzo de 1895.) Compostela en 15 de Diciembre de
Para la inteligencia del anterior de- 1897, cuya contestación aprobó Su
creto ténganse presentes las siguien- Santidad L e ó n X I I I , y el 17 del mis-
 72 LIBRO V. T R A T A D O
mo mes y año. (Act. S. Seáis, vol. 30,
pág. 631.)
E n España, cuando la fiesta de la
Inmaculada Concepción o c u r r e en
viernes ó sábado, se anticipa el ayuno
á la feria anterior, según lo dispuso la
Sagrada Congregación del Santo Ofi-
cio en g de Noviembre de 1870.*
1582. Pietas.-—Santo Tomás, á
quien siguieron todos los teólogos,
dijo sabiamente: « N o n videtur fuisse
intentio Ecclesias statuentis jejunia,
ut per hoc impediret alias pias et ma-
gis necessarias causas. Videtur tamen
in talibus recurrendum esse ad supe-
rioris dispensationem, nisi forte, ubi
est ita consuetum, quia ex hoc ipso
quod praalati dissimulant, videntur
annuere» ( 2 . 2. , q. 147, art. 4 ad
a a>
3 - ) . Cuando por asistir á enfermos,
u m
continuar una santa peregrinación,
predicar, confesar, etc., no se pueden
observar los ayunos, se pueden omi-
tir, porque aquellas obras son más
piadosas y más gratas á Dios que los
ayunos.
P. Cuando las obras de piedad no
obligan por oficio ni por obediencia,
sino que se toman espontáneamente,
¿excusan del ayuno?
R. Santo T o m á s dice así: « S i enim
sit tanta abstinentia quod homo ab
operibus utilioribus impediatur, quam-
visad ea de necessitate non ¿¡neatur, in-
discretum est jejunium, etsi non sit
illicitum» (in 4 Sent., dist. 15, q. 3. ,
11
art. 1, queasstiuncula'2. ad 3 - ) ;
a u m
pero estas palabras del Santo se han
de entender en el caso de que las ex-
presadas obras de piedad ú otras se-
mejantes se hagan con justo motivo;
porque si se pueden diferir cómoda-
mente «absque detrimento corporalis
salutis, vel spiritualis vitaa, non sunt
propter hoc Ecclesias jejunia prsster-
mittenda,» como dice el A n g é l i c o
Maestro en la misma cuestión, art. 4
ad 3. " T a n sólo añadiré que, a t e n -
11 1
dido el estado presente de inmorali-
dad é impiedad, al menos en muchas
no dispensa del ayuno el trabajo que
poblaciones, rara vez se deben omitir
se toma meramente por diversión ó re -
VIL DE LOS P R E C E P T O S DE LA IGLESIA.
73
los ejercicios espirituales del pulpito creación, si no hay necesidad ó u t i l i - no; porque, como dice San L i g o r i o ,
y del confesonario, aun cuando sean dad, como dice San L i g o r i o (lib. 3, «ubi labor per se excusat, in dubio
incompatibles con el ayuno, y aunque núm. 1046), siguiendo á Santo T o - prassumptio stat pro exemptione jeju-
se confiese y predique por pura ca- más ( i . 2 . , q. 7 1 , art. 5) y á otros n i i ; » por el contrario, cuando la obra
a K
ridad. muchos graves autores; y con mayor es de aquellas que per se no excusan,
1583. Labor.—Están excusados razón no se excusa, dice San L i g o r i o , por ejemplo, confesar, predicar, el ofi-
generalmente del ayuno los que se el que laborem assumit ut eximatur a cio de sastre, etc., entonces, si por al-
ocupan en ejercicios corporales que jejunio. L o s Salmaticenses (De legib., guna circunstancia particular de un
comunmente se cree son incompati- cap. 2, núm. 164) dicen que el que trabajo extraordinario, ó por debilidad
bles per se con el ayuno. T a l e s son los obra de este modo «utitur jure suo, de la persona, no se puede determinar
labradores, cavadores, canteros, he- qito potest se extrahere ab obligatione le- con certeza si el ayuno obliga, en caso
rreros, carpinteros, zapateros que co- gis, sicut se eximit ab obligatione jejunii de duda se debe ayunar (á no ser que
sen los zapatos, picapedreros, alfare- qui egreditur a sua patria, ubi aderat hubiese un fundado temor de que se
ros, tejedores, los que tiran de la má- obligatio jejunandi, ut alium locum seguiría grave daño á la salud, pues
quina de la imprenta, marineros en adeat in quo tale prasceptum non entonces prevalecería la ley natural
actual servicio, y otros que se ocupan adest;» pero San L i g o r i o impugna es- de conservar la salud); porque en este
en trabajos semejantes. Esta clase de ta opinión de los Salmaticenses ( l i - caso, comunmente hablando, posee la
operarios, aunque tengan algún día bro 3, núm. 1045), y dice así: «Sed ley del ayuno. L a razón fundamental
de descanso, no están obligados al omnino affirmandum cum sententia com- de este diverso modo de resolver es,
ayuno, según la opinión común, por- muni; quia licet is non peccet contra porque se ha de atender á lo que ut
que necesitan recobrar fuerzas para prasceptum jejunii, omitiendo j e j u - in pluribus accidit, como dice San L i -
continuar el trabajo. nium post defatigationem, peccat ta- gorio (lib. 3, núm. 1049).
men, quia operatur in fraudem pras-
E n cuanto á los barberos, sastres, L a s dos reglas anteriores, bien apli-
cepti; omnis enim lex obligat, ne quid
zapateros que cortan la suela, pero no
fíat data opera ut lex eludatur;» y lo cadas, servirán de luz para determinar
cosen, compositores de letras en la im-
mismo, como dice el Santo, cuando con algún acierto acerca de los confe-
prenta, criados de servicio para L s
sin causa racional se pone un impedi- sores, predicadores, lectores, estu-
recados de la casa y otros semejantes,
mento, prtzvidens se liberatum iri a je- diantes, médicos, abogados, zapateros
se dice comunmente que per se no es-
junio. E l ejemplo del que sale de su que cortan la suela, sastres, barberos,
tán exceptuados del ayuno; pero, c o -
pueblo, donde por un voto particular cantores, etc.; porque si pueden cum-
mo muy bien dice San L i g o r i o , no se
es día de Misa ó de ayuno, y de inten- plir sus respectivos oficios sin grave
puede resolver de un modo absoluto
to marcha á otro donde no lo es, no incómodo, deben ayunar: si no pue-
sobre estos oficios, porque sucede a l -
tiene paridad ; porque en este último den sin grave incómodo, están exen-
gunas veces que personas de débil
caso, como se dijo en el núm. 170 y tos del ayuno. Esta regla me parece
complexión no pueden soportar el
dice San L i g o r i o (núm. 1046), omni- segura para toda clase de oficios que
ayuno, ocupándose asiduamente en
no eximitur a debito sacri audiendi ( v e l per se no excusan del ayuno. L a ro-
estos oficios, ó porque tienen que tra-
jejunandi), usa de su derecho, porque bustez, la facilidad, la costumbre y
bajar todo el día y una gran parte de
el precepto local manda que le cum- otras cualidades naturales haeen muy
la noche. E l Santo, respecto de estos
pla el que está en el lugar; pero (nótese fácil y llevadero á unos lo que á otros
oficios que no excusan per se del ayu-
bien) 110 le prohibe que se marche á es muy pesado y molesto.
no, da á los confesores un aviso muy
otra parte donde no obligue; pero el que 1586. Para dar mayor luz á una
prudente: «Regula communiter recepta
sin causa «opus assumit ad se libe - materia que embaraza frecuentemente
est, quod qui sine magno incommodo
randum, vel praavidens se liberatum á los confesores, pongo á continuación
nequit aliquam artem, etsi per se non
ii'i a jejunio, adhuc remanet ad illud el muy respetable voto de San L i g o r i o
laboriosam, exercere, vel propter de-
obliga tus.» sobre algunos casos particulares.
bilitatem personas, vel propter aliam
peculiarem circumstantiam, is non i . ° ' E n cuanto á los zapateros,
1 5 8 5 . P. Cuando se duda si una
tenetur ad j e j u n i u m . » ( L i b . 3, núme- aunque he visto algún autor que los
clase de trabajo excusa á Juan del
ro 1044.) excusa generalmente del ayuno, me
ayuno, ¿deberá ayunar? agrada más la opinión de San L i g o r i o
1584. A q u í ss ha de notar que R. Si la obra es de aquellas traba- que excusa generalmente al que cose
josas que per se excusan del ayuno, los zapatos, pero no al que tan sólo
en ese caso de duda no obliga el ayu- corta el material. N o obstante, m e
74 LIBRO V. T R A T A D O VIL DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
75
parece que no se puede obligar al autem advertit V i v a , quod hujusmodi cessarius, necne; sed an fuerit gravis muy probable (valde probabiliter) que
ayuno al zapatero que emplea una itinerantes, non excusentur, si constet et jejunio incompatibilis.» [Detemper., no están obligados á hacer ese sacri-
gran parte del día en cortar suela eos sine magno incommodo posse j e - diss. 2, art. 1, dico 2.) ficio extraordinario y gravemente i n -
gruesa, como sucede á los maestros junare.» ( L i b . 3, núm. 1047.) San L i g o r i o , no sólo da respuesta á cómodo (lib. 3, núm. 1034).
que tienen muchos oficiales. E n cuanto á los que andan á pie, los argumentos de los contrarios, sino 1589. Indigentia.—En cuanto á
2.
0
Están excusados los cocineros, San L i g o r i o los excusa del ayuno si que prueba también la conveniencia las personas pobres, San L i g o r i o dice
si tienen que preparar muchas clases andan cuatro ó cinco leguas en un de la dispensa de Eugenio I V . Dice así: «Excusantur pauperes, qui non
de comidas para muchas personas; día. L o mismo opinan los Salmati- así: « S i enim in diebus jejunii tantum habent prandium perfectum pro única
«secus si pauca fercula parent, vel censes, Trullench y otros. E l Santo pauperes laborare possent sine jejunii congrua refectione. H i n c valde proba-
tantum praesideant inferioribus minis- añade que por la aspereza del camino, obligatione, plures, quibus non est biliter, si quis non haberet nisi panem
tris,» dice el Santo. ó rigor del tiempo, ó debilidad del opus actualiter laborare ad se susten- et legumina, et herbas, non teneretur
3.
0
L o s barberos no están excusa- que camina, ó por la falta de costum- tandum, laborem intermitterent, quod ad unicam refectionem; licet enim
dos del ayuno: «excipe, nisi aliquis bre de caminar á pie, de modo que no certe verteret in notabile reipnblicce de- esset is ad hujusmodi obsonia assue-
artem suam sine refectione exercere pueda ayunar sin grave incómodo, trimentum.» ( L i b . 3, núm. 1042.) tus, tamen ideo se sufficienter susten-
non valeret propter laboris molestiam, sucederá alguna vez que dos leguas 1588. Infirmitas.—Para excusar tat, quia pluries in die, et pluries in
vel propter complexionis debilitatem.» ó menos de camino á pie excusen del del ayuno no es necesario que una magna quantitate se reficere solet iis
4 L o s sastres per se no están exen- ayuno. Por último, el Santo, en el persona esté gravemente enferma; cibis, qui sunt modicae nutritionis.»
tos del ayuno, pero pueden estarlo si mismo número, dice así: «Sic T a m - basta que se dude si el ayuno hará Por esta razón hay que excusar á va-
padecen alguna debilidad particular, burinus recte excusat fámulos pedes- daño grave al débil ó convaleciente, rias personas que, aunque están sanas
ó por compromiso están precisados á tres comitantes dominum, qui per to- porque el precepto natural de conser- y no tienen ocupaciones pesadas, no
coser una gran parte de la noche. tum diem oaquitaret per urbem. Et var la salud prevalece en caso de duda pueden pasar todo el día con una sola
adhuc probabiliter quidam doctus contra el precepto eclesiástico del ayuno, comida poco nutritiva, y así tienen
5.
0
L o s relojeros no están per se
excusabat fámulos qui jugiter per como muy bien dice San L i g o r i o ( l i - que tomar alimento varias veces.
excusados del ayuno, pero lo están
diem deserviunt ambulantes ad emen- bro 3 , núm. 1036), con la opinión co-
los que hacen relojes grandes, porque P. L o s pobres pordioseros ¿están
dum, vel litteras ferendas, et similia.» munísima.
su construcción exige muchas fuer- exentos del ayuno?
zas. Hasta aquí San L i g o r i o , en el 1587. P. E l que puede pasar la «Excusantur etiam, dice el Santo R. Santo T o m á s (2. 2. ', q. 147,
a a

lib. 3, núm. 1041. vida decentemente sin el fruto de su Doctor, qui laborant febri tertiana, art. 4 ad 4 . ) , San L i g o r i o y la sen-
u m

6.° E n cuanto á los que viajan á trabajo, si éste es incompatible con vel quartana, vel qui ab ea immediate tencia comunísima los excusan del
caballo ó en carruaje, Alejandro V I I el ayuno, ¿deberá suspender el trabajo convaluerunt. í t e m débiles qui una ayuno cuando no pueden hacer una
condenó en 18 de Marzo de 1666 la ú oficio? vice alimentum sufficiens non pos- comida completa para su suficiente
proposición siguiente (es la 31): « E x - R. E n tiempo de Santo T o m á s , y sunt sumere. í t e m praagnantes et sustentación. H a y pobres que tienen
cusantur absolute a prsecepto jejunii aun después, era doctrina corriente lactantes, quibus aliquando permit- bienhechores fijos, ó que por alguna
omnes illi qui iter agunt equitando, ut que los artistas ricos, cuyo oficio era tunt etiam carnes, si puersit infirmus, circunstancia especial lo pasan bien,
cutnque iter agant, etiamsiiter necessa- incompatible con el ayuno, debían sus- aut ei immineat periculum infirmitn- y hasta tienen ahorros de alguna con-
rinm non sit, et etiam si iter unius diei pender el trabajo para cumplir con el tis, vel si mater sit debilis.» ( L i b . 3, sideración: éstos deben ayunar, por-
conficiant.» Esta proposición fué con- ayuno. Así lo afirma el Angélico núm. 1033.) E n estos casos no sólo que en este caso tiene lugar lo que
denada justamente, porque general é Maestro en la 2 . 2 . * , q. 147, art. 4
a
están exentas del precepto del ayuno, dice Santo Tomás:propterpaupertatem
indistintamente excusaba del ayuno á ad 3 . , y lo mismo dicen San Anto-
u m
sino que por lo común no se les puede non excusantur.
todos los que viajan á caballo, aun nino, Durando y otros; pero Euge- permitir ayunar, aun cuando sean ro-
E n cuanto á los pordioseros ordi-
cuando lo hagan sin necesidad. Entre nio I V en 1440 declaró que los artis- bustas.
narios, es necesario mirarse mucho
las varias opiniones sobre esta mate- tas, aun cuando fuesen ricos, podían E l Santo añade que también están antes de imponerles una obligación
ria, me parece segura la regla siguien- continuar trabajando en los días de exentas del ayuno aquellas personas rigurosa de ayunar: i . ° Porque rara
te que da San L i g o r i o : « L o s que via- ayuno, y que los dispensaba de éste, «quibus jejunium affert gravem capitis v e z pueden hacer una comida sufi-
jan á caballo deben ayunar, si pueden si el trabajo no era compatible con su dolorem. í t e m ii, qui jejunando non cientemente nutritiva. 2° Aunque al-
hacerlo sin grave incómodo;» pero el oficio. D e aquí provino que la opinión possunt noctu calefieri, vel per nota- guno ú otro día tengan alimento sufi-
viaje de un solo día á caballo puede comunísima y la costumbre general au- bile tempus somnum capere, ut com- I cíente, su descaecimiento y flaqueza
excusar del ayuno «si iter agendum torizan á los ricos para trabajar, aun- muniter docent doctores.» Algunos ' habitual los excusa comúnmente: « v e l
esset cum magna defatigatione, ut que omitan el ayuno: « Ñ e q u e enim, autores opinan que éstos, para evitar etiam quando ex praecedtnti inedia
evenit cursoribus: vel si sequitans sit dice Billuart, poenitentes, ñeque con- dichos inconvenientes, deben tomar tantum debilitati sunt, ut jejunium
debilis, aut tempus sit asperum, vel fessarii discutere solent, an labor qui la colación al mediodía y comer por ferré non possint.» dice el docto y
iter arduum, aut extraordinarium. Bene adfertur ut causa excusans fuerit ne- la noche; pero San L i g o r i o tiene por prudente Billuart. (De temper., diss. 2 ,
 LIBRO
art. 2, dico 4.) 3. Estos pordioseros,
0
por lo c o m ú n , están íntimamente
persuadidos y con buena fe de que no
les obliga el ayuno: rara vez se ade-
lantaría cosa alguna con inquietarlos,
V. T R A T A D O VIL
sinodal de los Obispos de la provincia
Tarraconense, que decía que el ayuno
obligaba desde la edad de veintiún
años cumplidos hasta cumplir sesen-
ta. Me he informado de varios reli-
DE LOS PRECEPTOS
1591. P. L o s religiosos sexage-
narios ó septuagenarios ¿están exen-
tos por esta sola razón de los ayunos
de su regla y constituciones?
R. Algunos autores dicen que sí,
DE LA IGLESIA.
77
luntaria et perpetua, hoc est, sine mi-
tigatione usque ad mortem.»
E n los religiosos hay razones dife-
rentes que en los seglares respecto de
los ayunos: 1 . Porque se obliga-
a

antes bien se les precipitaría á un pe- giosos de diversas provincias de E s - porque se debe entender que en sus ron espontáneamente á ese sacrificio.
cado formal. paña ; y me aseguraron que ésta es votos se obligaron prudentemente, 2 . L a tan antigua y tan continuada
a

1500. P. ¿Los sexagenarios es-
tán exentos del ayuno, por aquel dicho
vulgar: senecttis ipsa est morbus?
P. L o s probabilioristas, por lo c o -
mún, defendieron que los sexagena-
opinión corriente en sú país. Si en
alguna provincia no hay esta costum-
bre, consúltese al Diocesano.
N o inquietaré á los que lleven esta
opinión: no la defiendo , por lo que á
esto es, del modo que obligan los pre-
ceptos de la Iglesia. Otros autores di-
cen que así como por la profesión re-
ligiosa deben ayunar, aunque no ten-
gan veintiún años , así deben ayunar
costumbre de ayunar desde la j u v e n -
tud les hace muy llevadero el a y u n o :
Senibus assuetudo ac familiaritas ab an-
tiguo ad ipsum, levem jacit laborem.
dice el Padre San Basilio (homil. 2 . a

rios, si no tenían alguna debilidad mí toca, pues puedo decir con verdad hasta la muerte, si tienen fuerzas para de j e j u n i o ) . 3 . Si todos los religiosos
a

particular, no estaban exentos del
ayuno. San L i g o r i o trata eruditamen-
te esta cuestión en el lib. 3, nú-
mero 1036; y concluye diciendo que
es muy probable (valde probabüiter)
que los sexagenarios ipso Jacto están
exentos de los ayunos de la Iglesia:
que, entrado en setenta y tres años
de edad, me ha dado el Señor una
naturaleza tan privilegiada, que jamás
he tenido necesidad de aprovecharme
de esta exención. Me cuesta menos el
ayuno ahora que cuando tenía vein-
tiún a ñ o s ; pero esto nada prueba:
soportar el ayuno sin grave incómodo. sexagenarios se excusasen del ayuno,
San L i g o r i o distingue: si el reli- sería en gravísimo perjuicio de la ob-
gioso al profesar promete expresamen- servancia regular; porque sabido es
te observar hasta la muerte su regla y que á los jóvenes religiosos se les ha
constituciones, dice que, si tiene fuer- de enseñar la virtud más bien con el
zas, debe observar los ayunos de su ejemplo de los religiosos ancianos que
Orden, aunque tenga sesenta años; con palabras. 4 . E n más de cincuen-
a

«Cum senes, dice el Santo , ad eam
aetatemperveniunt, duobusipsi obliga-
tionibus obstringuntur , una servandi
praceptum Ecclesiae, altera tuendi
valetudinem: unde sicut in dubio pru-
dens timor gravis incommodi excusat
a recitatione officii, ut communiter
dicunt Salmanticenses, etc., ita excu-
sat etiam sexagenarios a praecepto
j e j u n i i , cum in talibus senibus etiam
robustis, ut ait Palaus , semper adest
periculum moraliter certum gravis
n o c u m e n t i , aut diminutionis virium,
quss , semel amissae , nunquam recu-
perantur.»
Scavini, en su última edición de
1865, publicada en Milán (pues la de
1874 se hizo unos años después de su
muerte), no sólo sigue esta opinión,
sino que añade la siguiente grave r e -
flexión: « S i no se sigue la opinión de
San L i g o r i o , se llenará de escrúpulos
á los sexagenarios;» y da la razón:
«Difficilis est, et anxietatum plenissi-
ma inquisitio, an sexagenarius aliquis
sit satis robustus necne ad ferendum
jejunium.» ( T o m o 1, núm. 321.)
E n Cataluña es tan corriente la
opinión de San L i g o r i o , que todos
. l o s años al principio de la Cuaresma
se leía en las iglesias parroquiales una
i . ° Porque son rarísimos los que en
esta edad conservan tanta robustez.
2. Porque en la Orden de Dominicos
0
la costumbre de ayunar ocho meses
cada año desde la juventud, hace casi
connatural el a y u n o , como sucede á
algunos seglares , que no hacen sino
una comida al día. Concluyo diciendo
que nunca he inquietado ni inquieta-
ré á los que, por ser sexagenarios, me
digan en el confesonario que por la
edad se creen excusados del ayuno.
E l Sr. D i e z , que escribió su obra en
el obispado de Calahorra, dice que,
aunque los sexagenarios tengan fuer-
zas, es probable que están excusados
del ayuno, porque esa es la costumbre; y
sabido es que, prescindiendo de otras
razones, la sola costumbre legítima
es bastante para abrogar un precepto
eclesiástico.
Aunque hay autores que no excu-
san á los sexagenarios , en. cuanto á
los septuagenarios es cosa corriente
que están exentos del ayuno. San
L i g o r i o dice que los sexagenarios están
excusados, con tal que hayan entrado
en los sesenta años: « Q u i a in favora-
bilibus sufficit annum sexagesimum
esse incceptum.» (Homo apostolicus,
tract. X I I , núm. 25.)
pero que si no hace esta promesa I ta años que he vivido en el claustro,
expresa, no está obligado, y añade: j a m á s he oído á religioso alguno que
«Et hujus senteniice videntur quidem tan sólo por tener sesenta, ni aun se-
esse Salmanticenses , cum asserant in tenta años de edad, se creyese excep
eorum regula (secundum quam loquun- tuado de los ayunos de su Orden, «nisi
tur) observantiam usque ad mortem alia causa adsit: nam si religiosus sit
promitti.» ( L i b . 3, núm. 1039.) Con ratione aitatis aut alterius morbi n i -
la venia de San L i g o r i o , me aparto mis d e b i l i s , certum est non teneri»
de esta su opinión. E l religioso, al ( a d j e j u n i a ) , como muy bien dicen los
profesar su regla y constituciones, Salmaticenses, en el lugar citado. Por
abraza un estado que es perpetuo por ú l t i m o , si en algún instituto hubiese
su naturaleza ; y así, que lo exprese ó declaración ó costumbre legítima ds
que no lo exprese, se obliga hasta la que los ancianos en cierta edad esta -
muerte á los tres votos, á traer el há- ban exentos de los ayunos de su O r -
bito y observar, mientras tenga fuer- den, yo la respetaría, porque se podía
zas, los ayunos y mortificaciones, según interpretar con fundamento que los
y del modo que obliguen en su instituto. religiosos de aquel instituto tan sólo
He leído con mucha atención á los quisieron obligarse en la profesión á
Salmaticenses en el lugar que cita el los ayunos del modo que su obser-
Santo (tract. X X I I I , cap. 2, punct. 7, vancia estaba vigente entre los buenos
núm. 132), y en su resolución y en religiosos de su Orden. E s verdad
sus razones hablan de todos los reli- que á los religiosos sexagenarios , y
giosos en general; y después , como con mayor razón á los septuagena-
prueba secundaria, añaden que así lo rios , no les obliga el precepto de la
entendieron los Carmelitas Descalzos, Iglesia, sino cómo y del modo que les
prometiendo expresamente observar obligan sus constituciones: así es que
hasta la muerte su regla y constitu- á los D o m i n i c o s , por ejemplo, los
ciones; pero la razón fundamental que ayunos de sus constituciones no les
ponen , habla de todos los religiosos obligan á culpa alguna, sino á sufrir
en g e n e r a l , y á todos abraza: « P r o - la pena, si se la impone el prelado: á
missio observationis regula? fuit vo- , los Carmelitas Descalzos tampoco les
7 8 LIBRO V. T R A T A D O
obligan á culpa sus constituciones : á
los Franciscanos sus ayunos les obli-
gan bajo culpa grave, aunque no sé si
á todos.
1592. Munus suum impediré vi-
dentia.—En la palabra pieías se ha
dicho ya alguna cosa sobre el presen-
te motivo que excusa del ayuno por
alguna ocupación piadosa: tan sólo
añadiré las siguientes acertadas reso-
luciones de San L i g o r i o : «Bene autem
excusantur viri, si jej uñando non pos-
sent uxoribus debitam reddere; quia
prasceptum justitias debet praavalere
prascepto humano jejunii. Si autem
vir servans Ecclesias jejunia et alia
moderata ex d e v o t i o n e , redderetur
minus potens ad debitum reddendum,
non teneretur ab eis abstinere; quia
non tenetur cum spirituali jactura illa
omittere , ut potentiorem se reddat.
N o n excusantur conjuges a jejunio, si
cum illo debitum petere non possint.
Tamburinus probabiliter excusat con-
j u g e m advertentem in alio, nisi pe-
tat, periculum incontinentia?, vel gra-
vem suspicionem concipere quod ipse
adulteratus f u e r i t , vel aliam diligat.
Excusantur uxores quas alias jej unan-
do magnam paterentur indignationem
a viris; modo jejunium a viro non
prohibeatur in contemptum religionis,
vel prsecepti Ecclesise.» Esta misma
doctrina se ha de aplicar á los hijos
de familia en igual caso, cuando sus
violentos padres les prohibiesen el
ayuno, y se hubieran de seguir graves
disensiones ó blasfemias, etc., si ayu-
naban. Esto puede suceder también
á los criados. Véase lo que sobre
éstos se dijo en el tercer precepto del
Decálogo (núm. 808). Por último,
téngase presente que el ayuno es un
precepto humano , cuya observancia
no obliga con grave incómodo.
1593. San L i g o r i o pone la si-
guiente regla prudente: «Animadver-
tenda est quaedam doctrina quam tra-
dunt Sporer , L a y m a n cum N a v a r r o ,
Cajetano, Sylvestro et T o l e t o , quod si
quis non habet causam absolute sufficien-
VIL
temad ettm excusandum a jejunio qtiadra-
gesimali, et aliqua ratio ipsi probabi-
lis et justa appareat, qua tantum bis
vel ter in hebdómada j e j u n e t , non
est urgendus ad jejunandum , etiamsi
causa illa non omnino sufficiat, sed
relinquendus in sua bona fide;\ne ipse for-
te deinde omnia jejunia culpabiliter
omittat.» ( L i b . 3, núm. 1049.) L o
mismo dicen Gousset (tomo 1, núme-
ro 315) y Scavini ( t o m o 1, núm. 328,
nota 2. )
a
E n cuanto al que viaja por un pue-
blo donde es día de ayuno por voto
particular, véase el núm. 166 ; y res-
pecto del que sale de su pueblo, donde
es día de ayuno, y entra en territorio
donde no lo es, véase el núm. 170.
ARTÍCULO IX
Del ayuno de los militares.
1 5 9 4 . Para formar un juicio exac-
to sobre las concesiones y privilegios
que en orden á ayunos y abstinencias
los Romanos Pontífices concedieron
al ejército español y á las personas
que gozan del fuero castrense, me pa-
rece conveniente trasladar literalmen-
te dos documentos importantes. E l
primero es del papa Clemente X I I I ,
en que se expresan las facultades con-
cedidas por Su Santidad al Vicariato
de los Ejércitos españoles á instancia
de S. M., dirigido al M. R d o . Cardenal
Patriarca de las Indias, año de 1768,
que dice así:
CLEMENS PAPA XIII
Ad futuram reí me?noriam .
Cum in exercitibus charissimi in
Christo Filii nostri Caroli, Hispania-
rum R e g i s Catholici, multa stepe con-
tingere possint, in quibus pro recta
sacramentorum administratione, sa-
lubrique dírectione, et cura animarum
illorum qui in castris degunt et ver-
santur, necnon pro cognoscendis et
DE LOS PRECEPTOS DE L A IGLESIA.
79
decidendis inter eos causis et contro- septingentesimi sexagesimi quarti ex-
versiis ad forura ecclesiasticum perti- peditas Litteras proposita dubia et
nentibus, opera et industria unius, quasstiones hujusmodi declaravimus
seu plurium personarum ecclesiasti- et definivimus, ac alias prout in eis-
carum opus sit; quippe quia non fa- dem secundo dictis nostris Litteris
cile ad proprios parochos et locorum plenius pariter continentur.
Ordinarios, aut ad Nos et Sedem
I I I . Nuper autem ejusmodi C a r o -
Apostolicam recursus haberi valeat;
li R e g i s nomine N o b i s expositum fuit,
bine alias Nos ad supplicationem i p -
quod septem anni, ad quos prasdicta
sius Caroli Regis, per quasdam n o s -
indulta, privilegia et facultates m e -
tras in simili forma Brevis die d e c i -
morato Bonaventurse Cardinali P a -
ma Martii anni millesimi septingen-
triarchae Capellano Majori, seu V i c a -
tesimi sexagesimi secundi expeditas
rio exercituum hujusmodi concessa
Litteras, dilecto F i l i o nostro B o n a -
fuerant, versus finem v e r g a n t , ipse
venturas, Sanctaa Romanas Ecclesise
vero Carolus Rex easdem facultates,
Presbytero Cardinali de Córdoba Spi-
privilegia, et indulta juxta earundem
nola de la Cerda, a Sancto Carolo
nostrarum secundo dictarum L i t t e -
nuncupato ex concessione et dispen-
rarum formam et dispositionem intel-
satione Apostólica moderno et pro
ligenda et interpretanda ad aliud
tempore existenti Patriarchae India-
septennium per Nos iterum concedí
rum, qui nunc et deinceps Capella-
plurimum desiderat.
nus Major, sive Vicarius exercituum
IV. Idcirco Nos supplicationibus
ejusdem Caroli R e g i s esse debet non-
nulla indulta, privilegia et facultates ejusdem Caroli R e g i s nomine N o b i s
ecelesiasticas et spirituales , quibus super hoc humiliter porrectis inclina-
erga milites, militares, aliasque per- ti, easdem secundo dictas nostras L i t -
sonas ad militiam et exercitus praedi- I teras die decimaquarta Martii millesi-
ctos spec antes uti valeret ad septen- mi septingentesimi sexagesimi quar-
f
nium a data earumdem nostrarum ti, ut prasfertur, expeditas, ac quas-
Litterarum, computandum sub certis cumque declarationes , concessiones
modo et forma nunc expressis conces- aliaque omnia et singula in eis c o n -
simus et indulsimus, ac alias prout tenta atque disposita, qua? prassenti-
in prasdictis nostris Litteris uberius bus pro plene et sufficienter expressis
continetur. ac de verbo ad verbum insertis habe-
1
ri volumus, confirmamus, approba-
II. Postmodum v e r o , cum circa mus, innovamus, illisque Apostólicas
hujusmodi facultates ecelesiasticas firmitatis nostrse v i m , robur, atque
eidem Bonaventuras Cardinali P a - munimem adjicimus, easque, ac in
triarchae Capellano Majori, sive Vica- lilis contentas decisiones et declara-
rio exercituum concessas inter ipsum tiones ab ómnibus et singulis ad quos
et Venerabiles Fratres Archiepisco- spectat, et pro tempore quandocum-
pos, seu dilectos Filios alios locorum que quomedolibet spectabit in futu-
Ordinarios in Hispaniarum regnis rum inconcusse et irrefragabiliter ob-
existentes, nonnullse ortae essent con- servari volumus, praecipimus et man-
troversias et excitata dubia super d i - damus; eidemque Bona venturas Cardi-
ctarum nostrarum Litterarum inter- nali, et ut prsemittitur ex concessione
pretatione atque intelligentia, ut con- et dispensatione Apostólica moderno,
troversias et dubia hujusmodi penitus necnon pro tempore existenti P a -
extinguerentur et tollerentur, N o s , ad triarchas Indiarum infrascriptas' fa-
supplicationem ejusdem Caroli R e g i s , cultates juxta tenorem ac formam se-
per alias nostras in simili forma B r e - cundo dictarum nostrarum L i t t e r a -
vis die decimaquarta Martii millesimi rum in ómnibus et per o m n i a , ut
8o LIBRO V. TRATADO VIL DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA. 81
prasfertur, intelligendas et interpre- vis excessibus, et delictis quantum- rum indulgentiam et remissionem. dominicis et aliis festivis diebus cele-
tandas , atque exequendas per se, vel cumque gravibus et enormibus, etiam XI. Singulis autem dominicis et brari possint, illa etiam a memorato
alium, seu alias personas in ecclesias- in casibus Nobis et eidem Sedi Apos- alus festivis diebus de p r e c e p t o , rela- Antistite non benedicta.
tica dignitate constituías, sive alios tólica? specialiter reservatis, ac etiam xandi iis, qui ejus concionibusinterve- XVII. Prasterea eidem Capellano
sacerdotes probos et idóneos per se contentis in Litteris die Ccena? D o - nerint, decem annis de injunctis illis Majori per se pariter, vel alium-seu
ipsum Capellanum Majorem, seu V i - mini quotannis legi solitis. seu alias quomodolibet debitis posni- alios ab eo subdelegandos probos et
carium exercituum hujusmodi prasvio VIII. Retinendi extra Italiam so- tentis in forma Ecclesne consueta; idóneos sacerdotes in foro ecclesiasti-
diligenti et riguroso examine reper- lummodo et ínsulas adjacentes, et le- easdemque indulgentias sibi lucrandi. co versatos, juxta attestationem et
tos et approbatos (quatenus ab aliquo gendi (non tamen alus similem licen- XII. Singulis secundis feriis c u - informationem ab eorum Ordinario,
suo Ordinario approbati non essent), tiam concedendi) libros prohibitos juslibet hebdómada? officio novena l e - aliisque personis fidedignis per ipsum
et ab eodem Capellano Majori subde- hsereticorum vel infidelium de eorum ctionum non impeditis, vel, eis impe- Capellanum Majorem desuper exqui-
legandos erga milites, aliasque utrius- religione tractantes; et alios quoscum- ditis, die inmediate sequenti celebran- irendam, omnem et quamcumque ju-
que sexus personas ad dictos exerci- que ad effectum eos impugnandi, et di Missam de Réquiem in quocumque risdictionem ecclesiasticam exercendi
tus, comprehensis etiam copiis auxi- hasreticos et infideles in castris forte altari, etiam portatili, si aliter cele- in eos, qui in exercitibus prssdictis pro
liaribus , quomodolibet spectantes , degentes ad orthodoxam fidem con- brari non possit, et per ejus applicatio- sacramentorum administratione, nec-
tantum exercendas; videlicet: vertendi, exceptis tamen operibus Ca- nem liberandi animam alicujus ex pie non spirituali animarum cura et di-
V. Administrandi omnia Eccle-1 roli Dolinei, Nicolai Machiavelli, et defunctis dictorum exercituum secun- rectione pro tempore inservient, sive
sise sacramenta, etiam ea qua? nonni- libris de astrologia judiciaria tractan- dum celebrantis intentionem a Purga- clerici vel presbyteri sseculares, sive
si per parochialium Ecclesiarum R e - tibus, ac ita ut dicti libri prohibiti ex torii pcenis per modum suffragii". quorumvis etiam Mendicantium Or-
ctores ministran consueverunt, pra?- provinciis in quibus hasreses impune XIII. Deferendi, si in locis ver- dinum regulares fuerint, perinde ac si
ter Confirmationem etOrdines, si ipse grassantur, minime efferantur. sentur ubi ab ha?reticis et infidelibus quoad clericos sa?culares eorum veri
subdelegatus, seu subdelegandus epis- IX. Celebrandi Missam una hora periculum subsit sacrilegii vel irreve- Prassules et Pastores, quoad regulares
copali charactere insignitus non fue- ante auroram, et alia post meridiem, rentiaa, sanctissimum Eucharistia? sa- vero illorum Superiores generales
rit, vel Capellanus Major praedictus et si cogat necessitas, etiam extra cramentum occulte ad infirmos sine essent.
per se ipsum dicta sacramenta Con- ecclesiam in quocumque loco decenti, lumine,illudque sine eodem in prasdic- XVIII. Omnesque causas eccle-
firmationis et Ordinum administrare etiam sub dio, vel sub térra, et gravi tis casibus retinendi pro iis infirmis, siasticas, profanas, civiles, criminales
non possit, reliquasque functiones et omnino urgenti necessitate, etiam bis in loco tamen apto, atque decenti. et mixtas, inter seu contra prasdictas
munia parochialia obeundi. I in die, si tamen in priori Missa ablu- XIV. Induendi (si quandoque in aliasque personas in exercitibus prse-
VI. Absolvendi ab hasresi, apos- tionem non sumpserit, ac jejunus fue- iis partibus degant per quas, propter dictis commorantes ad forum eccle-
tasia a fide, et schismate intra I t a - rit, necnon super altari portatili, etiam hasreticorum vel infidelium insultus, siasticum quomodolibet pertinentes,
liam quidem et ínsulas adjacentes, non integro, seu diffracto aut lasso, aliter transiré, vel in illis morari non etiam summarie, simpliciter et de
illos tantum qui in eis locis, ubi hasre- et sine Sanctorum reliquiis; ac de- possent) vestibus sa?cularibus, licet plano, sine strepitu et figura judicii,
sis impune grassatur nati sint, nec mum, si aliter celebrari non possit et sacerdotes etiam regulares fuerint. solafacti veritate inspecta,audiendi et
unquam errores judicialiter abjurave- absit periculum sacrilegii, scandali et XV. Benedicendi quascumque va- fine debito terminandi: contra inobe-
rint, vel Sancta? Romana? Ecclesias irreverentia?, etiam pra?sentibus hasre- sa, tabernacula, vestimenta, para- dientes quoslibet ad censuras et pce-
reconciliati fuerint; extra Italiam v e - ticis aliisque excommunicatis, dum- menta, et ornamenta ecclesiastica, nas ecclesiasticas procedendi, illasque
JO dictasque ínsulas adjacentes quos- modo inserviens Missa? non sit hasre- aliaque ad divinum cultum pro servi- aggravandi, ac etiam saspius reaggra-
cumque etiam ecclesiasticos tam sae- ticus vel excommunicatus. tio eorumdem exercituum, dumtaxat, vandi, auxiliumque brachii scecularis
culares, quam regulares eadem cas- X . Concedendi primo conversis ab necessaria et pertinentia; exceptis ta- invocandi.
tra sequentes, non tamen eos, qui ex ha:resi vel schismate plenariam, alus men iis, in quibus sacra unctio adhi- XIX. Eisdem insuper christifide-
illis locis fuerint, in quibus viget offi-
itidem quibuscumque utriusque sexus benda erit, si subdelegatus episcopali libus in dictis exercitibus degentibus
cium Inquisitionis adversus hasreti- christifidelibus ad prasdictos exercitus .dignitate non fuerit insignitus. concedendi licentiam ovis, cáseo, bu-
cam pravitatem, nisi inivi deliquerint,pertinentibus in articulo mortis sal- XVI. Reconciliandi ecclesias et tyro et aliis lacticiniis, ac etiam cav-
ubi hasresis impune grassatur; ñeque tem contritis, si confiten non pote- capellas, ac ccemeteria, et oratoria nibus Quadragesima?, et aliis anni
etiam illos qui errores judicialiter ab-
runt, necnon in Nativitate Domini quomodolibet polluta, in illis partibus, temporibus et diebus quibus eorum
jura verint, nisi isti nati sint, ubi si-
Jesu Christi, Paschatis Resurrectic- in quibus ipsi exercitus consederint, esus est prohibitus (feria sexta et sab-
militer grassatur hasresis, et post j u -
nis , ac Assumptionis Beata? Maris? si ad locorum Ordinarios commodus bato cujuslibet hebdómadas, ac tota
dicialem abjurationem illuc reversiin V i r g i n i s Immaculata? festis diebus, non pateat accessus; aqua tamen prius Majori Hebdómada, quoad carnes ex-
hseresim fuerint relapsi, et hoc in foro
veré pcenitentibus et confessis, ac per aliquem catholicum Antistitem, ceptis) vescendi.
conscientise dumtaxat. sacra communione refectis; similiter ut moris est, benedicta: i m m o etiam
XX. A c demum commutandi, re-
VIL Absolvendi quoque a quibus- plenariam omnium peccatorum suo- magna urgente necessitate, ut Missa?
l a x a n d i , dispensandi et absolvendi
TOMO II.
G
S2 LIBRO V. T R A T A D O VII. DE LOS PRECEPTOS DE L A IGLESIA.
83
respective prout et in quantum E p i s - sit, seu ad dictos exercitus pertineat, dunden en bien, prosperidad y felici-
copis locorum ordinariis, juxta sacros ibique occasione stationum praedicta- Á NUESTRA MUY AMADA HIJA E N CRIS dad del nombre católico, y sirva para
cañones et Concilii Tridentini decre- rum commoretur, altera vero parocho TO , LA REINA REGENTE DE ES- la salvación eterna d é l o s fieles. Ahora
ta , id faceré licet seu permittitur loci subdita reperiatur, contrahi con- PAÑA . bien: el Embajador de Vuestra Majes-
quoad vota seu juramenta, irregula- tingat, eo casu nec parochus sine tad cerca de N o s y de esta Santa Sede,
ritates , et censuras ecclesiasticas, sacerdote h u j u s m o d i , nec vicissim LEÓN XIII, PAPA con amplias facultades, ha hecho que
nempe, excommunicationes, suspen- sacerdos sine parocho celebrationi se nos exponga que, en virtud de las
siones et interdicta, necnon quoad hujusmodi matrimonii assistat, aut Muy amada H i j a nuestra en Cristo; Letras Apostólicas dadas por P í o V I I ,
omissionem omnium seu aliquarum benedictionem impertiatur; sed ambo salud y la bendición apostólica. Nuestro Predecesor de memorable me-
ex denuntiationibus qua; matrimoniis simul, atque asqualiter, stolaa emolu- I. E n nombre de Vuestra Majes moria, el día 12 del mes de Junio del
personarum ad prsedictos exercitus menta, si quae licite percipi solent, tad se nos ha expuesto, que el P a p a año 1807, con el Anillo del Pescador,
pertinentium et cum illis commoran- accipiant, et inter se dividant. Pío V I I , de venerable memoria, Núes se distinguieron en cuatro clases to-
tium contrahendis prasmitti deberent, XXIII. N o n obstantibus Aposto- tro Predecesor, siendo Carlos I V R e y dos y cada uno de los fieles cristianos
ad septennium a fine dictorum sep- licis, ac in universalibus, provinciali- Católico de España, había dado unas sujetos á la jurisdicción eclesiástica
tem annorum computandum, ad N o - busque, et synodalibus Conciliis edi- Letras Apostólicas en igual forma de castrense: por razón del fuero , por
strum et Sedis Apostólica; beneplaci- tis generalibus vel specialibus cons- Breve, el día 12 del mes de Junio del razón del servicio, por razón del lu-
tum , auctoritate Apostólica tenore titutionibus et ordinationibus, necnon año 1807, concediendo en ellas nume gar y , finalmente, por razón del oficio.
prassentium tribuimus et imperti- Ordinum, quorum personsa hujusmo- rosas facultades por espacio de siete V. »Mas como habiéndose varia-
mur. di prófessaa fuerint, etiam juramento, años al Vicario General Castrense de do las Ordenanzas Militares, se ha-
XXI . V o l u m u s autem , ut ii confirmatione Apostólica, vel quavis los ejércitos y fuerzas navales del yan introducido ciertas innovaciones,
sacerdotes , quos idem Capellanus firmitate alia roboratis, statutis, et Reino de España. y otras cosas se hayan abolido del
Major pro sacramentis, etiam paro- consuetudinibus, privilegiis quoque, II. Muchas de estas facultades se todo, y quitado el fuero militar en
chialibus militibus, aliisque personis indultis, et Litteris Apostolicis hujus- han prorrogado y concedido, y t a m - cuanto á lo c i v i l , y restringido en
quibuscumque dictorum exercituum modi Ordinibus vel eorum Superio- bién ampliado y explicado por N u e s - cuanto á lo criminal, las menciona-
ministrandis, ut praTertur, deputan- ribus, aut singularibus personis quo- tros Predecesores, y Nos recientemen- das L e t r a s de Nuestro Predecesor ya
dos duxerit, hujusmodi facultatibus modolibet concessis, approbatis, inno- te distribuímos en cuatro clases á no estén en perfecta consonancia con
uti valeant in ómnibus et per omnia, vatis . Quibus ómnibus et singulis todas las personas sujetas á la j u r i s - la Ordenanza actual del Ejército e s -
juxta formam et tenorem supra me- illorum tenore prassentibus pro pltne dicción eclesiástica castrense en el pañol, el mismo Embajador de Vues-
moratarum nostrarum secundo dicta- et sufficienter expressis, ac de verbo Reino de España, y concedimos fa- tra Majestad Nos ha presentado reve-
rum Litterarum die decimaquarta ad verbum insertis habentes, illis alias cultades especiales para esto, i g u a l - rentes súplicas en vuestro nombre, á
Martii millesimi septingentesimi se- in suo robore permansuris, ad pra;- mente por siete años, al Patriarca de fin de que, quitadas todas las ocasio-
xagesimi quarti expeditarum, et erga missorum effectum, hac vice, dumta- las Indias que por tiempo fuere, como nes de dudar, con Nuestra Autoridad
personas dumtaxat in eisdem nostris xat, specialiter et expresse deroga - Vicario General de los ya dichos ejér- Apostólica nos dignáremos determi-
Litteris contentas et expressas; ac mus, cíeterisque contrariis quibus- citos y fuerzas navales; y á los demás nar ó establecer de nuevo algunas
prasterea mandamus, ut statim atque cumque. Datum Roma;, apud Sanctam sacerdotes probos é idóneos que el cosas sobre esto. P o r lo cual, siendo
iidem sacerdotes quos Capellanus Ma- Mariana Majorem, sub annulo Piscato- mismo hubiere delegado ó pudiere Nuestro mayor deseo cortar las raíces
jor subdelegaverit, ad temporáneas et ris,die vigésima séptima Augusti mil- delegar ó subdelegar, en virtud de de controversias y sosegar todas las
accidentales militum et exercituum lesimi septigentisimi sexagesimi oc- Letras Apostólicas dadas el día 1 1 de ansiedades que pueden agitar la con-
hujusmodi stationes devenerint, lit- tavi, Pontificatus nostri anno undéci- Septiembre del año 1883, con el A n i - ciencia de Vuestra Majestad , muy
teras testimoniales tam super eorum m o . — A . C A R D I N A L I S N I G R O N U S . llo del Pescador, al R e y Católico A l - amado H i j o Nuestro en Cristo, y la
sacerdotio, quam super sua deputa- fonso X I I , y el tenor de las cuales es de vuestros subditos, hemos oído de
Después se fueron prorrogando por
tiont ac facultatibus sibi vigore pras- Breves pontificios las facultades al como sigue : buena voluntad las súplicas elevadas
sentium concessis,pro hujusmodi mu-
Vicario General Castrense, hasta el III. « A nuestro muy amado H i j o en nombre de Vuestra Majestad; y
ñere excrcendo parochis locorum exhi-
siguiente Breve de L e ó n X I I I , que es en Cristo, Alfonso X I I , R e y Católico pesadas atenta y maduramente todas
bere debeant, quibus visis, hi non
el que rige y está vigente actualmente. de E s p a ñ a . — L e ó n X I I I , P a p a . — M u y las razones del asunto con algunos de
impediant quominus Missam in suis
1596. Breve de Su Santidad el amado H i j o Nuestro en C r i s t o , salud Nuestros Venerables Hermanos los
ecclesiis celebrare, ac in vim earum- Cardenales de la Santa Iglesia R o -
Papa L e ó n X I I I , pronogando por y la bendición apostólica.
dem facultatum sacramenta etiam pa- mana, llamados al efecto, hemos juz-
otros siete años las facultades que IV. »E1 cargo del Supremo Apos-
rochialia ministrare valeant. gado que debíamos acceder benigna-
están concedidas al V i c a i i a t o Gene- tolado, que aunque sin méritos ejer-
mente á los piadosos deseos de Vues-
XXII. Quod si matrimonium in- ral de los Reales Ejércitos y fuerzas cemos, Nos amonesta que proveamos
tra Majestad ya indicados.
ter personas, quarum altera militaris navales de España. oportunamente á aquellas cosas que re-

É
84 LIBRO V. T R A T A D O
VI. » Y siendo esto así, N o s , que-
riendo conceder á Vuestra Majestad
especiales favores y gracias por su
adhesión á esta Nuestra Silla A p o s -
tólica, con el parecer de los mismos
Nuestros Venerables Hermanos, he-
mos decidido establecer y circunscri-
bir la jurisdicción castrense en los
reinos y dominios de Vuestra Majes-
tad, del m o d o que á continuación por
orden expresamos.
VIL » Y primeramente establece-
mos y decretamos que estén sujetos
y se tengan por sujetos á la jurisdic-
ción eclesiástica castrense antes di-
cha, todos y cada uno de aquellos que
pertenecen á la milicia activa, esto es,
los que estén alistados en el servicio
militar activo, á saber: los que c o m -
ponen el Consejo General Supremo
de la Guerra , ó sea el Estado Mayor
General del Ejército, tanto los que
componen el Cuerpo del mismo Con-
sejo General ó de Estado Mayor, como
el de guarnición ó de plaza; y ade-
más , los encargados de los Archivos
militares , los guardias de la Real
Casa de Vuestra Majestad, así como
los Cuerpos de Infantería, los de Ca-
ballería, los Artilleros y los Ingenie-
ros; también los adictos á la Seguri-
dad pública (la Guardia civil), é igual-
mente los destinados á cuidar de las
Aduanas y de los derechos de rentas
(Carabineros); últimamente, los v e -
teranos ó inválidos; y, por otra par-
t e , los que pertenecen á Cuerpos asi-
milados á los militares por derecho
ó instituto, sean los jurisconsultos
(Cuerpo Jurídico-militar), los de A d -
ministración militar y los médicos y
veterinarios (Sanidad militar), y los
instructores militares de equitación;
todos y cada uno de los Oficiales ge-
nerales y todos los demás oficiales ó
supernumerarios ; por último, las fa-
milias de todos éstos, es decir, las
mujeres legítimas y los hijos que es-
tán bajo la patria potestad, y las per-
sonas ocupadas en su servicio.
: causa ó expedición , aun cuando los
VIII. «Pero exceptuamos á las [buques de guerra que los defiendan
VIL
viudas de los militares y las familias
y criados de las mismas.
IX. i) Y queremos que tampoco es-
tén comprendidos bajo la jurisdicción
eclesiástica castrense los condenados
á trabajos que no están dentro de
alcázares ó fuertes y presidios, pues-
to que dependen de la Autoridad m i -
litar solamente para ser custodiados,
mas no pertenecen á la milicia.
X. « P e r o además de éstos , los
cuales es Nuestra voluntad que estén
sujetos á la jurisdicción castrense por
razón del servicio activo militar, per-
tenecerán á la misma jurisdicción to-
das las personas que siguen á los Rea-
les Ejércitos y están al servicio de los
mismos ejércitos con cualquier causa
ó titule, bien que con aprobación de
los Jefes y demás superiores militares,
aun cuando las referidas personas no
estén obligadas de ningún modo al
servicio militar activo ; y esto se ob-
servará en el caso de cualquier expe-
dición militar, aun siendo las tropas
auxiliares, con tal que no se haya
atendido á su dirección espiritual de
otro modo que sea diferente de Nues-
tra presente disposición, á cuya di-
rección y á sus constituciones pecu-
liares es Nuestra voluntad que no se
perjudique en nada.
XI. » Y asimismo mandamos que
estén sujetos á la susodicha jurisdic-
ción los rehenes también y los prisio-
neros, en tiempo de guerra, que sigan
á los Ejércitos Reales ó á las tropas
auxiliares.
XII. «Pertenecerán además á la-
misma jurisdicción todos los que es-
tán en las naves ó forman parte de la
Marina de Vuestra M a j e s t a d , aun
cuando no estén alistados en la mili-
cia ó pertenezcan á otra jurisdicción;
lo cual queremos que se observe en
los buques mercantes que, asalariados
por cuenta del Tesoro público, prote-
gidos por el auxilio de los navios de
Vuestra Majestad, viajen por alguna
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
85
sean auxiliares de Vuestra Majestad, i»Y fuera de tales lugares, esto es,
en cuyo caso se entenderá repetido lo los alcázares, fortalezas y castillos
mismo que aquí antes establecemos arriba expresados, establecemos, que-
para las tropas auxiliares; los rehenes remos y decretamos que ni las i g l e -
asimismo y los prisioneros en tiempo sias ni las capillas ni los cementerios
de guerra que se hallen en los mismos estén sometidos ni sujetos á la juris-
buques, pertenecerán á la referida j u - dicción castrense, á no ser con expre-
risdicción. so consentimiento de esta Santa Sede
XIII. i)Y por la misma causa de Apostólica.
lugar, el Vicario general de los Rea- XVI. »Finalmente, es nuestra v o -
les Ejércitos ejercerá jurisdicción so- luntad que estén sujetos á la jurisdic-
bre todas y cada una de las personas, ción castrense los varones eclesiás-
rehenes también y prisioneros de gue- ticos que, designados legítimamente
rra que vivan en cualesquiera alcáza- y en la forma acostumbrada, obten-
res, fortalezas, castillos, cuarteles, gan algún empleo, ya para la ad-
arsenales, hospitales militares, talle- ministración de justicia, ya para el
res establecidos para el uso del E j é r - despacho de negocios de la misma j u -
cito y Marina de Vuestra Majestad, y risdicción, ya para la cura de almas,
en los Colegios militares en cuyos pero con tal que por razón del benefi-
puntos Vuestra Majestad tenga P á - cio ú oficio no estén sujetos á la j u -
rrocos castrenses ó juzgue que con- risdicción ordinaria, juntamente con
viene establecer tales Párrocos, e x - sus familias y demás personas desti-
ceptuando la ciudad de Ceuta y los nadas al servicio de los mismos; y
presidios menores que hay en África, esto igualmente queremos que se e x -
en los lugares donde los Ordinarios tienda también á los seglares que ejer-
de los mismos disfrutarán la plena zan algún empleo en el Vicariato l e -
jurisdicción que hasta ahora han te- gítimamente, como aquí queda dicho,
nido y han debido tener por razón del por las mismas causas de administrar
1
lugar, y solamente estarán sujetas al justicia y de despachar negocios del
Vicariato aquellas personas que estén V i c a r i a t o , y de igual manera á las
comprendidas en las otras reglas g e - mujeres de los mismos, y á sus hijos
nerales establecidas por esta Santa no emancipados, que vivan en c o m -
Sede Apostólica. pañía de sus padres y á los criados.
XIV. «Mas en los otros alcázares,
XVII. » L a forma y norma de la
fortalezas, castillos, cuarteles, arse-
jurisdicción eclesiástica castrense, es-
nales, hospitales, talleres y Colegios
tablecida del modo que hasta aquí
militares antes dichos estarán sujetos
hemos especificado, emana de cuatro
al Vicariato, además de los referidos
fuentes ó títulos; y así por esta causa,
rehenes y prisioneros de guerra, tam-
con la Autoridad Apostólica por el te-
bién cuantos estén detenidos en aque-
nor de las presentes, establecemos,
llos lugares por castigo, y los conde-
decretamos y definimos que cuatro
nados á trabajos, los enfermos y los
clases igualmente de personas estén
demás que por cualquier causa deban
sujetas y deban tenerse por sujetas al
vivir en aquellos lugares.
Vicariato general, y esto de modo que
XV . » Y declaramos que bajo el
7
la primera clase comprenda, por ra-
nombre de alcázares, fortalezas y cas-
z ó n del servicio activo militar, todas
tillos antes dichos se han de entender
y cada una de las personas que p e r -
aquellos lugares amurallados y defen-
tenecen á la milicia activa; la otra
didos con guarnicionescuyo ámbito no comprenda, por razón del servicio,
comprende aldea, ni lugar, ni villa, ni los que siguen á los Ejércitos y los
ciudad, ni otros pueblos de esta clase. sirven; la tercera, por razón de lugar,
86 LIBRO V . TRATADO V I .
se componga de aquellas personas que
viven en lugares sujetos al mando
militar; la cuarta , finalmente , de
aquellos que desempeñan cargos en
el mismo Vicariato.
XVIII. i)De lo cual, desde luego,
estando en algún modo á la vista los
límites ciertos y determinados de la
jurisdicción eclesiástica castrense, y
apareciendo puesta como en su medu-
la su forma y su motivo, no sin ra-
z ó n , muy amado en Cristo H i j o Nues-
tro, concebimos la esperanza de que
en adelante no se suscitarán ningunas
anbigüedades ni dudas que puedan
acongojar ni turbar la tranquilidad
de la religiosísima conciencia de Vues-
tra Majestad, á la que ante todo que-
remos atender. Pero si, esto no obs-
tante, llegare todavía á suscitarse al-
guna duda de si alguna ó algunas
personas están ó no están sujetas á
la jurisdicción castrense, por cuanto
estas Nuestras Letras prescriben y
declaran que ninguna otra persona
queda sujeta á la dicha jurisdicción,
sino aquellas que se comprenden en
las cuatro clases antes expuestas, por
tanto, á Vuestra Majestad correspon-
derá declarar si la persona ó personas
sobre quien se ofrezca la duda están
comprendidas en las referidas cuatro
clases, para que estén ó no estén su-
jetas á la jurisdicción castrense.
XIX. « A d e m á s , como, quitado el
fuero militar en el reino de España,
según antes hemos dicho, se hayan
suscitado algunas dudas acerca de
Li validez de los actos que años pasa
dos ha ejercido la jurisdicción cas-
trense, N o s , con la plenitud de la P o -
testad Apostólica, tenemos por váli-
dos y confirmamos ad cautelam todos
y cada uno de los actos, tanto del V i -
cario general del Ejército Real cuanto
de los^Delegados y Vicarios castren-
ses, nulos por falta de jusrisdicción.
XX. « P o r último, con la A u t o r i -
dad Apostólica, por el tenor de las pre-
sentes, confirmamos también de nue-
vo, damos y concedemos al actual
Patriarca de las Indias, Capellán M a -
yor, y al que por tiempo lo fuere, ó las
personas que él mismo haya delegado
ó hubiere de delegar ó subdelegar,
constituidos en dignidad eclesiástica,
ó á otros sacerdotes probos é idóneos,
todas las facultades concedidas, con-
firmadas, ampliadas y explicadas se-
gún el tenor y forma de las Letras
Apostólicas de los Romanos Pontífi-
ces, Nuestros Predecesores, expedidas
á saber: de Clemente X I I I , el día
diez del mes de M a r z o del año mil se-
tecientos sesenta y dos, catorce de
Marzo del año mil setecientos sesenta
y cuatro y veintisiete de A g o s t o de
mil setecientos sesenta y ocho; de
Pío V I , el día veintiséis de Octubre
del año mil setecientos setenta y seis
y de Enero de mil setecientos ochenta
y tres; por último, de P í o V I I , el día
diez del mes de Enero del año mil
ochocientos seis y doce de Junio del
año mil ochocientos siete; los tenores
de todas las cuales queremos que se
tengan por plena y suficientemente
expresados aquí; y también del mismo
modo y de la misma forma, con la
autoridad y por el tenor antes dichos
concedemos y otorgamos por siete
años á las expresadas cuatro clases de
personas las mismas gracias y conce-
siones, privilegios é indultos cuales-
quiera de que en las referidas Letras
Apostólicas se ha hecho mención.
Sin que obsten las Constituciones y
Ordenaciones Apostólicas, ni las de-
más, cualesquiera que sean, en con-
trario. Dado en R o m a , en San Pedro,
con el Anillo del Pescador, el día once
de Septiembre de mil ochocientos
ochenta y tres, año sexto de Nuestro
Pontificado.—T., C A R D . MIÍRTEL.»
XXI. Además, habiendo Nos pro-
rrogado por otros siete años más las
mismas facultades, en virtud de
Nuestras L e t r a s análogas dadas el
día cuatro de Marzo del año mil ocho-
cientos noventa, transcurrido ahora
este t i e m p o , se Nos pide en nombre
de Vuestra Majestad que tengamos á
DE LOS PRECEPTOS DE L A IGLESIA. 87
bien concederlas de n u e v o . — Y N o s , | Pro-Vicario General Castrense, quede
accediendo á estas súplicas, y absol- vacante dicho cargo, recaigan todas
viendo y declarando que queden ab y cada una de las facultades propias
sueltos, sólo para este efecto, todos de tal cargo en el T e n i e n t e Vicario que
y cada uno de aquellos á quienes fa desempeñaba los oficios de su minis-
vorecen estas Nuestras L e t r a s , de terio en la capital del reino cerca del
cualesquiera sentencias, censuras Vicario ó Pro-Vicario trasladado ó fa-
penas de excomunión y entredicho y l l e c i d o . — N o obstante Nuestra R e g l a
demás eclesiásticas, fulminadas de y de la Cancelaría Apostólica de jure
cualquier modo ó por cualquier causa quaesito non tollendo (que no debe qui-
(si acaso hubieren incurrido en a l g u - tarse el derecho adquirido), ni las de-
nas), con Nuestra Autoridad apostóli más Constituciones y Oí denaciones
ca, por el tenor de las presentes con- Apostólicas, ni las demás cosas, a u n
cedemos y otorgamos, solamente por las dignas de especial mención y d e -
el período de siete años próximos s i - rogación, cualesquiera que fueren, en
guientes al que acaba de terminar, al c o n t r a r i o . — D a d o en R o m a , en San
actual Patriarca de las Indias Occi Pedro, con el Anillo del Pescador, el
dentales, Vicario General de los Rea día dos de Agosto de mil ochocientos
les Ejércitos y fuerzas navales del noventa y siete, año vigésimo de
reino de España, y al que por tiempo Nuestro P o n t i f i c a d o . — L u i s , C A R D E -
lo fuere, como también á los sacer- N A L M A C C H I (con rúbrica). — L u g a r
del sello del Pescador.
dotes idóneos que el mismo haya de-
legado ó hubiere de delegar ó subde-
legar, todas y cada una de las facul- E l jefe del A r c h i v o , Biblioteca é
tades contenidas y expresadas en las Interpretación de lenguas del Minis-
antes dichas L e t r a s Nuestras aquí terio de Estado.—Certifico : que la
insertas, así como concedemos de antecedente traducción está fiel y l i -
nuevo las mismas gracias y p r i v i l e - teralmente hecha de un Breve de Su
;
gios otorgados de cualquier modo que Santidad en latín prorrogando por
sea. Mas para precaver dificultades y siete años la jurisdicción castrense,
prevenir cualesquiera dudas, por el te- que para este efecto se me ha exhibi-
nor de las presentes, con las cuales se do. Madrid cuatro de Septiembre de
confirman otras L e t r a s Nuestras seme- mil ochocientos noventa y siete . —
jantes expedidas al venerable Jaime Manuel del Palacio — R u b r i c a d o . — D e
Cardona, Obispo de Sión y P r o - V i c a - oficio.—Registrado al folio 60, n ú -
rio General Castrense, el día veintiu- mero 4 1 7 , del año mil ochocientos
no de Julio del año m i l ochocientos noventa y siete.-—Hay un sello que
noventa y cuatro, concedemos: P r i - dice: «Ministerio de E s t a d o . — I n t e r -
mero: que, no obstante las anteriores pretación de lenguas.»
Letras Apostólicas y las novísimas
Constituciones castrenses, el Vicario Aclaración del privilegio contenido en el
ó pro-Vicario General" Castrense, que art. y.° del Breve anterior, respecto á
por tiempo fuere, tenga facultad de los hijos de los militares.
encargar en todo ó en parte determi-
nada la jurisdicción castrense á cual- Beatísimo Padre: Jaime Cardona y
quiera de los Tenientes Vicarios ó T u r , Obispo titular de Sión y P r o -
subdelegados que presten servicio ac- Vicario General Castrense en España,
tivo que le parezca más idóneo para después de besar los pies de Vuestra
desempeñar el mismo c a r g o . Segun- Santidad, expone: Que en el último
do: que cuando quiera que, por tras- Breve (4 de Marzo de 1890) por el
lación ó fallecimiento del Vicario ó ¡ cual fue prorrogada la jurisdicción
88 LIBRO V. T R A T A D O
privilegiada castrense, en el artículo
séptimo se repitió, como en los B r e -
ves anteriores, que estén sujetos á di-
cha jurisdicción los hijos de los m i l i -
tares constituidos bajo la patria p o -
testad.—Ahora bien: ocurriendo fre-
cuentemente que continúen viviendo
en compañía de los padres de familia
hijos que, según la ley española, no
están ya bajo la patria potestad, la re-
ferida disposición del Breve suele oca-
sionar no pequeños inconvenientes en
la familia, tanto con relación al man-
damiento de la abstinencia, cuanto
respecto á los actos de jurisdicción
eclesiástica , debiéndose considerar
las dichas personas como no depen-
diendo ya de la jurisdicción del V i -
cario castrense.—En vista de lo cual,
el exponente suplica á Vuestra Santi-
dad que tenga á bien dignarse conce-
der que los hijos, así varones como
mujeres de los militares, á que se r e -
fiere el artículo séptimo del mencio-
nado Breve, puedan continuar y estar
sujetos á la jurisdicción eclesiástica
castrense, en el sentido que se expre-
sa en el citado artículo, y gozar, en
su virtud, de los privilegios corres-
pondientes ínterin vivan en compañía
de la misma familia del p a d r e . — L o
cual, etc., etc.
E n audiencia del Santísimo Padre:
D í a dieciséis de Marzo de mil ocho-
cientos noventa y siete. — Nuestro
Santísimo Señor por la Divina P r o v i -
dencia el Papa L e ó n X I I I , con infor-
me de mí el infrascrito Secretario de
la Sagrada Congregación encargada
de los Negocios eclesiásticos extraor-
dinarios, en atención á lo expuesto,
concedió benignamente por gracia lo
que se solicita con arreglo á las P r e -
ces, por el tiempo en que dure la nue-
va concesión del Breve de prórroga.
Sin que deba obstar nada de cuanto
fuere en contrario.—Dado en R o m a ,
en la Secretaría de la misma Sagrada
Congregación, el día, mes y año arri-
ba dichos.— F. Cavagnis, Secretario.—
L u g a r •£< del sello.
VIL
E l jefe del A r c h i v o , Biblioteca é
Interpretación de lenguas del Minis-
terio de E s t a d o . — C e r t i f i c o : Que la
precedente traducción está fiel y lite-
ralmente hecha de un rescripto de Su
Santidad en italiano y latín, que al
efecto se me ha exhibido. Madrid dos
de Junio de mil ochocientos noventa
y siete.—Manuel del Palacio.—Rubri-
c a d o . — D e oficio.—Registrada al fo-
lio 37, núm. 256. — 1 8 9 7 . — H a y un
sello que dice: Ministerio de E s t a -
do.—Interpretación de lenguas.
Ex aud. SSmi. Die 16 Martii 1897.
SSmus. Dnus. Noster L e o Divina
Providentia Papa X I I I , referente me
infrascripto S. Congregationis N e -
gotiis Ecclesiasticis extraordinariis
praspositae Secretario, attentis expo-
sitis, benigne annuit pro gratia juxta
preces ad tempus quo nova prorogati
Brevis concessio perdurabit. Contra-
riis quibuscumque minime obfuturis.
— D a t u m Romas Secretaria ejusdem
Sacras Congregationis die mense et
anno praadictis.—F. Cavagnis, Secr.—
L o c o S i g i l l i . — G r a t i s omnino.
EDICTO D E L EMINENTÍSIMO CARDENAL
PAYA, R E F E R E N T E Á LOS PRIVILEGIOS
DE LOS MILITARES .
«Aproximándose el santo tiempo de
Cuaresma, consideramos oportuno de-
clarar los privilegios que respecto á
la abstinencia y ayuno están concedi-
dos á las clases militares por repeti-
dos Breves Pontificios , y especial-
mente por el de Nuestro Santísimo
Padre P í o V I I , de feliz memoria, en
cuya virtud, usando de las facultades
que se N o s confieren en las expresa-
das L e t r a s Pontificias, al tenor de las
m i s m a s , dispensamos y concedemos
licencia para comer huevos, queso,
manteca de vacas , ovejas ú otro ga-
nado, y además lacticinios y también
carnes saludables, y para promiscuar-
las con pescado en una misma comi-
DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA. 89
da, en todos los tiempos y en cual- concepto dependan de la Autoridad
quier día del a ñ o , exceptuando, en militar.
cuanto á la carne, el Miércoles de Ce-
»Dispensamos además de la o b l i -
niza, los siete Viernes de Cuaresma y
gación del ayuno en todo el año, ex-
el Miércoles, Jueves, Viernes y Sába-
ceptuando el Miércoles de Ceniza, los
do de la Semana Santa, á todos los
Viernes y Sábados de la Cuaresma y
militares que se hallan adscritos á
toda la Semana Santa, á todos aque-
cualquiera de los institutos del E j é r -
llos á quienes hemos dispensado el
cito, conforme á la ley constitutiva
i uso de huevos, lacticinios y carnes,
de 29 de Noviembre de 1878, y á los
excepción hecha de los mencionados
de la Armada, según su organización
familiares y criados, los cuales, aun-
actual, comprendiéndose bajo el pri-
que en el caso de comer de la mesa
mer concepto el Estado Mayor gene-
de sus amos pueden usar dichos man-
ral, Cuerpo de Estado Mayor, Estado
jares, no por eso estarán exentos del
Mayor de plazas, Cuerpo Auxiliar de
ayuno.
Oficinas militares, tropas de la Casa¡
Real, A r m a s de Infantería, Caballe- « M a s á los sargentos, cabos, trom-
ría, Artillería é Ingenieros, Cuerpos petas, cornetas, músicos y á todos los
de la Guardia civil, de Carabineros, soldados rasos de mar y tierra, les
de Administración militar, de Veteri- dispensamos sin limitación alguna de
naria y Equitación, de Inválidos, Ju- tiempos ni casos en todos los días del
rídico - militar y Clero castrense; y año, aun en los Viernes y Sábados de
declaramos que puedsn usar de dicho Cuaresma y Semana Santa, la obli-
privilegio todos los Capitanes Genera- gación del ayuno, y podrán también
les , Tenientes Generales , Generales las mismas personas comer carne,
de división y de brigada, Coroneles, huevos y lacticinios y promiscuar sin
Tenientes Coroneles, Comandantes, limitación de días.
Capitanes, Tenientes primeros y se- « I g u a l dispensa ilimitada de los
gundos y sus asimilados, así del Ejér- 1 preceptos de abstinencia de carne ,
cito como de la Armada, y los alum- huevos y lacticinios, como también
nos de las Academias y Colegios mi- I del de no promiscuar, y aun del ayu-
litares, y los sargentos, cabos, trom- no, concedemos á todos nuestros sub-
petas, cornetas , músicos y soldados ditos castrenses que se hallaren en
actual expedición ó en campaña, sin
de mar y tierra.
restricción alguna de días ni de per-
« A s i m i s m o , concedemos, en virtud] sonas, exceptuando solamente á los
de las facultades apostólicas que N o s ya dichos familiares y criados, los
están delegadas, igual dispensa á las cuales, aun cuando usen de la licen-
familias, criados y comensales de to- cia concedida de comer carne y pro-
dos los ya mencionados, que viviendo miscuar en los referidos días, esto no
en compañía del militar ó marino de obstante estarán obligados á g u a r -
guerra, se mantengan de su mesa y dar en dicho tiempo el precepto del
comida. Comprendemos, por tanto, ayuno.
en la expresada dispensa, al tenor de
« P a l a c i o Arzobispal de T o l e d o 21
los Breves Pontificios, á todos los in-
de Febrero de 1 8 9 1 . — M I G U E L , C A R D E -
dividuos del Ejército y Armada que
N A L P A Y A , Patriarca de las Indias, V i -
estén en situación activa y á sus fa-
cario General Castrense, — Por man-
milias y criados. Se exceptúan, y no
dado de S. E m m a . R m a . el Cardenal
gozarán de tales privilegios, los indi-
Patriarca de las Indias , Licenciado
viduos de la clase de tropa, mientras
Baldomcro Alonso Domínguez, Secre-
no presten servicio en un Cuerpo ó
tario. *
Instituto del Ejército, aunque en tal
 LIBRO V. T R A T A D O VIL DE LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA.
9° 9i
M a c h , en el Tesoro del Sacerdote, \ >\2.° Gozan del mismo privilegio Téngase presente que para que los Santidad antes referido, las personas
edición n . ' \ y últimamente en la 1 2 . , •las familias, criados y comensales de
a militares puedan hacer uso de sus que gozan del fuero militar son de
en el n ú m . 619, pág. 966, afirma, ci- todos los militares mencionados que, privilegios deben estar en actual ser- cuatro clases: 1 . , las que pertenecen
a

tando al Boletín eclesiástico de Mondo- viviendo en su compañía, se manten- vicio, como dice el Papa, «omnes et á la milicia activa; 2. , las que siguen
a

ñedo, el cual á su vez se refiere al de gan de su mesa y c o m i d a . Quedan, singuli qui ad militiam activam per- á los Reales Ejércitos y están al ser-
Madrid-Alcalá, que las familias de los por tanto , comprendidos en este pri- tinent.» (Art. 7.°) Por lo tanto, no los vicio de los mismos, con aprobación
militares, en cuanto á los ayunos, dis- vilegio ó dispensa todos los indivi- gozan ni los que han pasado á la re- de los Jefes y Superiores; 3 . , todas
a

frutan de los mismos privilegios que duos del Ejército y Armada que estén serva ni los jubilados, los cuales per- las que vivan en los alcázares, forta-
éstos. Ignoramos el fundamento de en situación activa, con sus familias tenecen al fuero común, y por lo mis- lezas y lugares sujetos exclusivamen-
esta afirmación; pero podemos ase- y servidores. mo han de tomar las Bulas corres- te á la jurisdicción militar, y 4. , todos
a

gurar que el criterio del P r o - V i c a r i o • 3.° N o gozan ni pueden hacer pondientes, si desean disfrutar de sus aquellos que desempeñan cargos en
General Castrense actual, única auto- uso de dichos privilegios los indivi- gracias y privilegios. el Vicariato General Castrense.
ridad competente en la materia, es di- duos de la clase de tropa, mientras no Finalmente, según el Breve de Su
ferente, según aparece por el adjunto presten servicio en un Cuerpo ó Ins-
documento, que la Secretaría del mis- tituto del Ejército, aunque dependan
mo señor P r o - V i c a r i o General, E x c e - de la Autoridad militar.
lentísimo Sr. D . Jaime Cardona y «4.° Quedan igualmente dispen-
T u r , se ha dignado facilitarnos de sados de la obligación del ayuno en
orden del mismo señor, el cual docu- todo el año, exceptuando el Miércoles
mento dice así: de Ceniza , los Viernes y Sábados de
Cuaresma y toda la Semana Santa, to-
«Sumario de los privilegios que res- dos los comprendidos en los párrafos
pecto al ayuno y abstinencia han sido anteriores; mas no las familias y
concedidos por los Romanos Pontífices criados, los cuales, aunque, por co-
al Ejército y Armada en España. — mer de la mesa de sus amos puedan
i . ° T o d o s los militares adscritos á usar dichos manjares, no están exen-
cualquiera de los Institutos del Ejér- tos de la obligación del ayuno.
cito y de la Armada, según la orga- »5° L o s sargentos, cabos, trom-
nización actual de uno y otro, es d e - petas, cornetas, músicos y todos los
cir : Estado Maycr General, Cuerpo soldados rasos de mar y tierra están
de Estado M a y o r , de I n f a n t e r í a , dispensados, sin limitación alguna de
Caballería , Artillería é Ingenieros , ¡ tiempo y en todos los días del año,
Guardia civil, Carabineros, Inválidos, | aun en los Viernes y Sábados de Cua-
Cuerpos A u x i l i a r e s , el J u r í d i c o , del resma y en Semana Santa; del precepto
Administración, de Sanidad, de T r e n , del ayuno; y podrán también los mis-
Clero castrense, Veterinaria^ Equita- mos comer carne, huevos y lactici-
ción y Oficinas, como también los nios y promiscuar.
alumnos de las Academias y Colegios »6.° Igual dispensa ilimitada de
militares, podrán , en virtud de repe- los preceptos de ayuno y abstinencia
tidos Breves Pontificios, y especial- gozan todos los subditos castrenses
mente del de Nuestro Santísimo P a - que se hallen en expedición de guerra
dre P í o V I I , de feliz memoria, comer ó en campaña.»
huevos , queso, manteca de vacas ,
ovejas ú otros ganados y demás lac-, T e n e m o s , pues, según el documen-
ticinios, y también carnes saludables to que precede y en consonancia con
y promiscuarías con pescado en una la aclaración de la Sagrada Congre-
misma comida, en todas las épocas gación encargada de los Negocios ex-
del año , exceptuando, en cuanto á la traordinarios eclesiásticos, que se ci-
carne, el Miércoles de Ceniza, los siete ta anteriormente, que las familias de
Viernes de Cuaresma y el Miércoles, los militares no gozan de los privile-
Jueves y Sábado de la Semana Santa. gios de éstos en orden á los ayunos.
 DE LOS SACRAMENTOS
tre los escritores profanos, que omito
por brevedad. L o s escritores eclesiás-
ticos le contraen á la definición que
da el T r i d e n t i n o : Symbolum rei sacres,
d invisibilis gratice visibilis forma. (Se-
LIBRO SEXTO sión 1 3 , cap. 3.) Esta definición con-
viene a los sacramentos de todos los
De los Sacramentos de la Ley de gracia. estados del hombre ; porque aunque
los sacramentos de la ley natural y
de la ley escrita no tenían virtud in-
trínseca para causar la gracia por si
mismos , eran signos de ella , y por lo
1597. Después de haber tratado nis christianas doctrinas pars pastoris tanto eran Sacramentos , pues como
en esta obra de los grandes y múlti- scientiam diligentiamque desiderat, dice San Agustín: «Signum, cum ad
ples deberes que el hombre tiene para tum Sacramentorum disciplina, qu;e res sacras transfertur, sacramentum
con D i o s , para con sus prójimos y et Dei jussu necessaria, et utilitate dicitur;» pero y o me voy á concretar
para consigo mismo , se sigue tratar ubérrima est, parochi facultatem et in- á los Sacramentos de la L e y de
de los Sacramentos de la Iglesia, que dustriam postulat singularem, ut ejus gracia.
son las fuentes de la salud espiritual accurata, ac frequenti perceptione fide-
por las cuales Dios nos comunica las les tales evadant , quibus prasstan-
ARTÍCULO PRIMERO
gracias, las virtudes, los dones y auxi- tissimas ac sanctissimaa res digne et
lios sobrenaturales para cumplir las salutariter impertid possint.» (Capi- De la definición, institución , número
obligaciones que la religión nos i m - tulo 1, núm 1.) y orden de los Sacramentos.
pone. L a causa , tal vez principal , de la
L o s Sacramentos son de tanta dig- indiferencia con que muchos cristia- P. ¿Cómo se define el Sacramen-
nidad y de tanta importancia, que e L nos miran los Sacramentos , es la to de la L e y de gracia?
Tridentino, en el proemio de la se-, ignorancia. Muchos de ellos se con • R. « S i g n u m sensibile et perma-
sión 7 . , dice así: «Consentaneum vertirían tan luego como se les ins-
a
nens, quod ex Christi institutione
visum est de sanctissimis Ecclesias truyese de su dignidad é importancia, sanctitatis et justitise tum significan-
Sacramentis agere , per quae omnis! verificándose aquí lo que decía el San- das, tum efficiendas v i m habet.»
vera justillo, vel incipit, vel capta, auge- j to R e y Profeta (salmo 50, vers. 15;: Esta es la' definición metafísica del
tur, vel amissa reparatur.» ¡ Docebo iniquos vias tuas , et impii ad t; sacramento, tomada del Catecismo
E l Catecismo de San P í o V , en el j convertentur; esto es , que instruido el Romano, y me parece la mejor.
proemio De Sacramentis in genere d i - |pecador de su estado deplorable y de El sacramento se dice signum, por-
rige á los párrocos (é implícitamente á la belleza de los caminos del Señor, que cada sacramento , además de lo
los predicadores y confesores) las si- tiene mucho adelantado para conver- que manifiesta sensiblemente, por
guientes graves palabras: «Quum o m - tirse á D i o s . cierta analogía nos conduce al cono-
cimiento de los efectos invisibles que
causa; y así le conviene la definición
que da San Agustín al signum: « I d
TRATADO PRIMERO quod, praster speciem quam ingerit
sensibus, aliquod aliud ex se facit in
D e los S a c r a m e n t o s en g e n e r a l . cognitionem venire.» ( L i b . 2, De Doc-
trina Christiana, cap. 1.)
Se dice sensibile, porque siendo con-
natural al hombre subir al conoci-
1598. E l tratado de los Sacra-
miento de las cosas inteligibles por
mentos en general es como la clave CAPÍTULO PRIMERO medio de las sensibles , como dice
para la recta inteligencia de cada uno Santo T o m á s (3. p., q. 60, art. 4),
a dría acusar de hereje formal al que,
de ellos en particular. P o r lo tanto, L a palabra sacramento se deriva 1/
la divina Sabiduría dispuso suave-
conviene estudiarle con mucha aten- sacro, según Varrón, y según otros, ¡i mente que por los signos sensibles de
ción y meditarle detenidamente. sacrando. T i e n e varias acepciones en-
EN GENERAL. 93
los Sacramentos fuésemos llevados
como por la mano al conocimiento de
los efectos espirituales que causan.
Se dice permanens , porque los Sa-
cramentos adunan con vínculos de
amor á todos los miembros de la
Iglesia católica?; y como ésta es per-
manente, lo son también los Sacra-
mentos.
Se dice «quod ex Christi institutio-
ne sanctitatis et justitiee tum signifi-
c a n d o , tum efficiendas vim habet,»
para denotar que los Sacramentos son
signos arbitrarios, pero divinos. N o
son signos meramente especulativos,
sino prácticos , que figuran exterior-
mente la gracia, que con su virtud
sobrenatural intrínseca instrumental
causan en el alma y en sus potencias.
Se dice, por último, ex Christi insti-
tutione , porque Jesucristo instituyó
todos los Sacramentos y les dio vir-
tud para causar la gracia.
1 5 9 9 . P. ¿Quién instituyó los Sa-
cramentos? ¿Cuantos son, y cuáles?
R. E l Tridentino definió como d o g -
ma de fe la respuesta á estas tres
preguntas en la sesión 7. , can. 3.
a
H e aquí sus palabras: « S i quis dixe-
rit Sacramenta novas legis non fuisse
omnia a Jesucristo Domino nostro insti-
tuta , aut esse plura vel pandera quam
septem, videlicet, Baptismum, Confir-
mationem, Eucharistiam , Pceniten-
tiam , E x t r e m a m U n c t i o n e m , Ordi-
nem et Matrimonium ; aut etiam
aliquod liorum septem non esse veré et
proprie Sacramentum, anathema sit.»
P. ¿Es de fe que Jesucristo fué au-
tor inmediato de cada uno de los Sa-
cramentos?
R. L a opinión más común y más
probable dice que es de fe quoad se,
pero que no es de fe quoad nos , res-
pecto de algunos Sacramentos , por-
que muchos y muy graves doctores
tienen por más probable que mientras
la Iglesia no lo defina de fe, no se po-
por ejemplo, negase que la E x t r e -
maunción había sido instituida i n m e -
 LIBRO VI. TRATADO I. DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. 95
94
diatamente por Jesucristo. L a razón 3 . , por la Eucaristía se nutre y se
0
q. 65, art. 1). De la obligación que dice el Angélico en el citado artículo
es, porque el Tridentino, en el canon conserva en la gracia; 4 . , cuando se
0
tienen los fieles de recibir cada uno (ad 2 . ) .
u m

citado, definió que Jesucristo institu- enferma espiritualmente por los peca- de los otros tres Sacramentos, se P. E n el estado de la inocencia,
y ó todos los Sacramentos , sin añadir dos, sana por la Penitencia; 5 . , pol-
0 dirá, Deo dante, en sus respectivos ¿existiría el matrimonio y habría sa-
el adverbio immediatc: así es que el la Extremaunción convalece de las r e - lugares. crificios?
cardenal Gotti y los tres insignes liquias y debilidad que ordinariamen- E n cuanto al orden de mayor dig- R. i . ° Habría matrimonio , pero
doctores del T r i d e n t i n o D o m i n g o te deja el pecado perdonado; 6.°, como nidad entre los Sacramentos, Santo no sería sacramento: « N o n secundum
Soto, Jacobo Revestun y Ruardo T a p - la Iglesia es una sociedad visible y Tomás (lugar citado, art. 3) los co- quod est Sacramentum,sed secundum
peto dicen que si bien es de fe que perfecta, y se requiere que haya en loca del modo siguiente: Eucaristía, quod est in officium naturas,» c o m o
Jesucristo instituyó todos los Sacra- ella personas que la gobiernen, por Orden, Confirmación, Bautismo, E x - dice el Angélico (ad 3 - ) . Habría
um

mentos, no lo es que los instituyó el Orden se da potestad para dirigir es- tremaunción, Penitencia, Matrimonio. sacrificios, porque, como dice y prue-
immediate. L a Iglesia deja correr li- piritualmente á los fieles, y para ejer- La Iglesia no ha definido como dog- ba el Santo Doctor en la 2. 2 . * , a

bremente esta opinión. Véase á Bil- cer de oficio los actos públicos de la ma de fe el orden de mayor dignidad q. S3, art. 1, la oblación de sacrifi-
luart (De Sacram. in comm., diss. 5 . , religión; 7. , como en la L e y de gra-
a 0 y perfección de todos los Sacramentos, cios, considerada en general, es de
art. 1, petes 1). cia el Matrimonio no sólo es in offi- aunque definió en el Tridentino que derecho natural, y en esto convienen
no todos son iguales en dignidad: «Si todos; aunque la determinación de
Se ha de notar que Jesucristo ins- cium natura, sino también Sacramen-
quis dixerit hasc septem Sacramenta ellos en particular es de institución
tituyó los Sacramentos, y , en cuanto to, la Iglesia católica se conserva y
ita inter se esse paria, ut nidia ratione humana ó divina: «Sed determinatio
Dios, les dio virtud para causar la aumenta por el Matrimonio ( 3 . parte, a

aliud sit alio dignius, anathema sit.» sacrificiorum est ex institutione hu-
g r a c i a , como causa principal; porque q. 65, art. 1).
(Sess. 7. , can. 3.)
a
mana vel divina; et ideo in hoc diffe-
de este modo , como dice Santo T o - 1601. P. ¿Con qué orden se han
runt.»
más ( 3 . p., q. 62, art. 1.), «nihil po- de enumerar los Sacramentos?
a

test causare gratiam, nisi Deus; quia R. Con el mismo con que los enu- ARTICULO II E l estado de la ley natural duró
gratia nihil est aliud quam quasdam meró el Tridentino. L o s Catecismos desde la caída de Adán hasta que
participata similitudo divinas n a t u - españoles colocan la Penitencia antis Existencia y diversidad de los Sacra- Dios, en beneficio de los israelitas,
ras:» en cuanto hombre fué autor de de la Eucaristía (tal vez porque ordi- mentos. les dio la ley escrita en el Sinaí. L i s
los Sacramentos y de la gracia que nariamente los fieles se confiesan que de ningún modo pertenecían á
causan «per moduvi instrumenti con- antes de c o m u l g a r ) ; pero en rigor 1602. P. ¿Existieron los Sacra- este pueblo, vivieron en el estado de
fundí divinitati in persona; et ideo in teológico la Eucaristía debe ponerse mentos en todos los estados del la ley natural hasta Jesucristo. Se ha
quantum homo habet potestatem ex- antes de la Penitencia, por las razo- hombre? de notar que este estado no se llama
ceilentiaa,» dice el Angélico ( 3 . parte, nes que expone Santo T o m á s en la
a
R. Cuatro son los estados en que de la ley natural porque en él no h.i-
q. 64, art. 3). 3 . p., q. 65, art. 2. y así lo hicieron
a se puede considerar al hombre: estado biese revelación de dogmas sobrena-
de la inocencia, de la ley natural, de turales, sino porque no había ley es-
1600. P. ¿Por qué no son más después el Concilio Florentino, el Tri-
la ley escrita, de la ley de gracia. E n crita. Sin fe sobrenatural no se h u -
ni menos que siete los Sacramentos? dentino, Catecismo R o m a n o y comun-
el estado de la inocencia es más pro- bieran justificado Abraham, Melqui-
R. L a razón u priori es , porque mente los teólogos. N o obstante, no
bable y más común la opinión de sedec, Job, etc. Existían también
así lo quiso Dios ; pero la razón de conviene variar el orden de los cate-
Santo T o m á s que dice que, si Adán Sacramentos, si bien no eran fijos y
congruencia es la analogía q u e h a y cismos del pueblo, por no turbar á los
no hubiera pecado, no habría Sacra- determinados; cada uno según su de-
entre la vida corporal y la espiritual. fieles. Esto en cuanto al orden de nu-
mentos ( 3 . p., q. 61, art. 2.) i . ° Por-
a voción ó según la inspiración del E s -
H e aquí cómo lo expresa Santo T o - meración de los Sacramentos.
que no eran necesarios como medici- píritu Santo, usaba de signos exter-
más: «El hombre, en cuanto á la vida E n cuanto al orden de necesidad
nas contra el pecado, pues en aquel nos protestativos de la fe de Cristo
corporal, i . ° , es engendrado y nace; para cada uno de los hombres, el pri-
felicísimo estado no le había. 2 . N i 0 venturo; y lo mismo sucedía para la
2.°, crece; 3 . , se nutre y conserva; mero es el Bautismo. E l segundo,
0

lo eran para rectificar la rebelión del remisión del pecado original de los
4 . , si enferma , sana por las medici- para los bautizados que pecaron mor-
0

apetito inferior, porque entonces la párvulos y de los pecados actuales de

nas corporales; 5. , por la dieta con- talmente, después del bautismo, es la
0

parte inferior animal estaba perfecta- los adultos. Véase á Santo T o m á s

valece; 6.°, como es naturalmente so- Penitencia. E l tercero, como necesario
mente subordinada á la parte supe- (en el artículo citado ad 2 . , y en u m

ciable, recibe potestad para gobernar para la Iglesia, es el Orden; porque,

rior del alma. 3.° Porque aunque el la 3 . p., q. 70, art. 4 ad 2 . ) ; á Sil-
a u m

los pueblos; 7. , como es mortal, se como se dice en el cap. 11 de los Pro-

0

hombre necesitaba entonces de la vio ( 3 . p., q. 6 1 , art. 3), y á Billuart

a

conserva la especie humana por el m a - verbios: « U b i non est gubernator,

gracia, pero para conseguirla no le (De Sacram. in comm., diss. 2 . , a

trimonio.» Pues bien; en la vida espi- populus corruet.» E l cuarto es el Ma-

era necesario ser excitado por signos art. 3.)
ritual: el hombre nace á la gracia trimonio; porque, como dice Santo
sobrenatural por el Bautismo; 2. , por T o m á s , «Ecclesias multitudinem per exteriores, sino que se le comunicaba!
0
En la ley escrita, aunque había mu-
la Confirmación crece en la gracia; propagationem conservat» (3.* parte, espiritual é i n v i s i b l e m e n t e , como¡
chos Sacramentos, Santo T o m á s los
 6 LIBRO V I . TRATADO I.
DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL.
9

97
reduce á cuatro: la circuncisión, que de la ley de gracia la causan por s í nificandam sanctificationem nostram,
e i a figura del Bautismo; el cordero mismos, ó sea ex opere opéralo. He seu rem sacram in quantum est nos
pascual, que era figura de la Eucaris- aquí la definición dogmática del T r i - CAPÍTULO II
sanctificans; patet ex dictis; atqui in
tía; los sacrificios expiatorios y las dentino: « S i quis dixerit per ipsa sanctificatione nostra tria possunt D E L A S P A R T E S E S E N C I A L E S D E Q U E S E
purificaciones, que eran figura de la novas legis Sacramenta ex opere ope- considerari, videlicet, ipsa causa san- COMPONE CADA SACRAMENTO
Penitencia; y la consagración de los rato non conferri gratiam, sed solam etificationis nostras, quae est passio
sacerdotes, que era figura del Orden fidem divinas promissionis ad gratiam Christi, et forma nostraa sanctifica- 1607. P. ¿Cuántas cosas son
sacramental. N o había entonces sa- consequendam sufficere, anathemn tionis, quaa consistit in gratia, et ulti- necesarias para que se haga sacra-
crificio figurativo de la Confirmación, sit.» (Sesión y. , can. 8.) ( V é a s e e l
11

mus finis sanctificationis nostras, quas mento válidamente?

p o r q u e , como dice Santo T o m á s , núm. 1982.) est vita asterna; ergo Sacramentum
1604. P. ¿En qué se distinguen R. H e aquí la definición del Con-
«nondum advenerat tempus plenitu- base tria significat. Itaque Sacramen- cilio Florentino: «-Hwc omnia Sacra-
dinis gratise;» ni de la E x t r e m a u n - entre sí los Sacramentos de la ley de tum novas legis est signum r e m e m o - menta tribus perficiuntur, rebus t a m -
ción, que es preparación inmediata gracia? rativum ejus quod praacessit, scilicet, quam materia, verbis tamquam for-
para entrar en el cielo, el cual estaba R. i . ° Se distinguen en sus mate-
passionis Christi , demonstrativum ma, et persona ministri conficientis
entonces cerrado; ni del Matrimonio, rias, formas y efectos. 2. E n que los 0

que entonces tan sólo existía in offi- unos son Sacramentos de vivos y los
cium natura, mas no «prout est sacra- otros de muertos. Se llaman de muer-
mentum conjunctionis Christi et Ec- tos el Bautismo y la Penitencia, por-
clesias, quas nondum erat facta» ( i . que fueron instituidos per se et prima-
a
ejus quod in nobis efficitur per passio- sacramentum cum intentione facien-
nem Christi, scilicet, gratias, et p r o - di quod facit Ecclesia; quorum si
gnosticumseu prasnuntiativum futuras aliquid desit, non perficitur sacra-
glorias, juxta illud quod ex eodem m e n t u m . »

S. Doctore canit Ecclesia: « O sacrum

ríe para causar primera gracia, si bien Aquí se ha de notar que la inten-
2. ', q. 1 0 3 , art. 5 ad 3."™.)
a

convivium, in quo Christus sumitur, ción del ministro, si bien se necesita

1603. P. ¿En qué se distinguen per accidens pueden causar tan sólo
los Sacramentos de la ley de gracia segunda gracia ; como cuando un
de los de la ley antigua? adulto, que está ya justificado por l a
R. E l Padre San Agustín compen- contrición, recibe el Bautismo, ó e l
dió la diferencia en estas hermosas bautizado que está en gracia se con-
palabras: «Sacramenta veteris legis fiesa.
ablata sunt, quia impleta; et alia Sacramentos de vivos son los q u e
sunt instituía virtute majora, utilitate fueron instituidos per se et primario
meliora, actu faciliora, numero pau- para causar segunda gracia, y son los
ciora.» ( L i b . 10 contra Faustum, ca- cinco restantes, aunque per accidens
pítulo 13.) L a principal diferencia causan primera gracia. E s t o sucede
recolitur memoria passionis e j u s , indispensablemente para la validez
mens impletur gratia, et futuras glorias del Sacramento, no es parte esencial
nobis pignus datur!» Sacramentum de él, sino, como dicen los teólogos,
autem veteris legis, licet etiam hasc conditio sine qua non perficitur sacra-
tria significet, primum tamen diverso mentum. L a s partes esenciales son
modo; est enim prognosticum non únicamente la materia y la forma; y
rememorativum passionis Christi.» * por esto dijo el Padre San A g u s t í n ,
1606. P. ¿Cuáles son los Sacra- hablando del Bautismo: «Accedit ver-
mentos que imprimen carácter? bum ad elementum, et fit sacramen-
R. E l Bautismo, la Confirmación y tum» (tract. L X X X in Joann.), y
el Orden. Esto es de fe, definido por Santo T o m á s (3 . p . , q. 60, art. 6 ad
a

entre los Sacramentos antiguos y los cuando una persona, creyendo con el Tridentino en la sesión 7.", can. 9: 2 . ) : « E x verbis et rebus fit quod-
um

de la ley de gracia consiste en que buena fe que está en gracia, los reci-
los de la ley antigua no tenían virtud be teniendo atrición; porque entonces
intrínseca para producir la gracia como ex attrito fit contritas, como dice ex-
los de la ley nueva. L a circuncisión, presamente Santo T o m á s , hablando
por ejemplo, no producía la gracia, del que recibe la Confirmación (3. p.,
«Si quis dixerit in tribus Sacramen- a m m o d o unum in Sacramentis, s i -
tis, Baptismo, scilicet, Confirmatio- cut ex forma et materia, in quantum,
ne et Ordine, non imprimí characte- scilicet, per verba perficitur significa-
rem in anima, hoc est, signum quod- d o rerum.» Esto supuesto:
a

dam spirituale et indelebile, unde ea 1608. P. ¿Cuál es la definición

ni perdonaba el pecado original á los q. 72, art. 7 ad 2 . ) , y lo mismo d e l
u m

iterari non possunt, anathema sit.» física del sacramento?

niños por virtud intrínseca instrumen- que recibe la Eucaristía (q. 79, art. 3!. Hay Sacramentos que no exigen R. « C o m p o s i t u m quoddam c o n -
tal que tuviese como el bautismo, Los teólogos siguieron comunmente ministro de Orden, y son el Bautismo stans ex rebus tamquam ex materia,
sino que al aplicarse la circuncisión esta doctrina de Santo T o m á s . en caso de necesidad, y el M a t r i m o - et verbis tamquam ex forma.» Por la
como signo protestativo de la f e de 1605. * P. E l Sacramento de la
nio, según la opinión comunísima: palabra rebus, por parte de la mate-
Cristo venturo, Dios justificaba á los nueva ley, ¿es signo tan solamente los demás Sacramentos le exigen. ria, no sólo se entiende como agua en
niños. L o s adultos no tenían sacra- de una cosa? El Bautismo y la Confirmación cau- el Bautismo, crisma en la Confirma-
mento alguno que les perdonase el R. E l Sacramento significa tres
san cognación espiritual entre deter- ción, etc., sino que, como dice Santo
pecado mortal; era necesaria la c o n - cosas: la pasión de Cristo, la gracia minadas personas, según se expresará T o m á s , «comprehenduntur etiam ipsi
trición perfecta. P o r esto dice el F l o - santificante y la gloria, como lo prue- en su lugar. El matrimonio rato causa actas seusibiles, puta ablutio, inunctio,
rentino, hablando de los Sacramen- ba Billuart, siguiendo á Santo Tomás cognación de pública honestidad ; y et alia hujusmodi, quia in his est
tos de la ley antigua: «Non causabant en el tratado de Sacramentos en co- si es consumado, de afinidad, como se eadem ratio significandi et in rebus.»
gratiam; sed eam sohtm per passionem mún, diss. i . , art. 2: «Sacramentum
a

dirá después. L o s demás Sacramen- P o r la palabra verbis, por parte de

Christi dandam figurábante pero los proprie dicitur, quod ordinatur ad sig- tos no causan parentesco alguno. la forma, se entienden también los
TOMO II.
7
 LIBRO VI. TRATADO I.
98 DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL.
99
signos externos en el Matrimonio, siempre consiste en palabras; excep- forma de cada uno de los Sacramen- talis sensus, perficitur Sacramentum»
con tal que sean tales, que expresen tuado el Matrimonio, el cual es váli- tos. Hablaré ahora brevemente de las (3- P-> <!• 60, art. 7 ad i . ) ; pero
a u m

el consentimiento, como se dirá cuan- do, aunque tan sólo usen de signos seis maneras con que se puede hacer
los contrayentes, que son el ministro añade el Santo (ad 2 . ) , que si bien
u m

do se trate de este Sacramento. mutación en la forma. en todas las lenguas una misma cosa
1609. P. ¿De cuántas maneras del Sacramento, según sentencia co- i.° Nihil formeedemás: es cuando suele expresarse con diversas voces,
es la materia de un Sacramento? rriente en el día. se omite alguna palabra de la forma. no obstante, hay una de ellas de la
R. i . ° D e dos, próxima y remota. P. ¿Cómo se divide la forma? Si es esencial, no se hace sacramen- cual los hombres usan principal y mis
L a remota es ipsa res sensibilis ex qua R. E n válida, válida y lícita, du- to; como si en la forma del bautismo comúnmente para significar aquella
conficitur sacramentum, como el agua dosa y nula. E s válida solamente, no se expresa alguna de las tres divi- cosa; y que de esa v o z se ha de usar
en el bautismo. L a materia próxima cuando se usan palabras que, aunque nas Personas. Si la palabra que se en la forma del Sacramento: «Quando
es «illa actio qua minister materiam no son literalmente las que ordena el omite no varía sino accidentalmente forma Sacramenti est ambigua, seu
remotam applicat subjecto suscipien- Ritual, sustancialmente equivalen á el sentido de la forma, el Sacramento sequivoca, habens plures sensus, sive
ti Sacramentum,» como la ablución ellas; como si en el Bautismo, en lu- es válido; como si en el bautismo se id proveniat ex vi verborum, sive ex
con el agua que el bautizante hace | gar de ego te baptizo, se dijese ego le omite el pronombre ego. Acerca del usus a c c o m m o d a t i o n e , ambiguitas
sobre la cabeza del bautizando. abluo. E s válida y lícita, cuando se pecado que se comete omitiendo algu- tollitur, et propositio vera vel falsa
2.° L a materia del Sacramento usan las mismas palabras que ordena na palabra que no es esencial á la redditur ex intentione profeventis: qui
puede ser cierta, dudosa y nula. L a el Ritual R o m a n o . E s dudosa, ó por forma, se dirá cuando se trate de cada si intendat sensum verum, Sacramen-
cierta es con la cual se hace Sacra- lo menos no cierta, cuando no hay uno de los Sacramentos. ' tum valet; si falsutn, annullatur,»
mento sin duda alguna; como el agua suficiente certeza de que con las pa- 2.° Nihil addas. E n cuanto á aña- dice rectamente W i g a n d t (tract. X I ,
natural para el bautismo. L a dudosa labras que usa el ministro se haga dir palabras á la forma, el Angélico exam. 1, queer. 6, resp. 3).
es de la que se duda si con ella es vá- Sacramento; como si para consagrar Maestro dice así: «Circa additionem 4. Transmutare cave. Santo T o -
0

lido el Sacramento, como el centeno el vino se dijese solamente: Hic est etiam contingit aliquid apponi, quod rnas resuelve así (3. p., q. 60, art. 8
a

para la Eucaristía. L a nula es la que enim calix sanguinis mei. E n este caso, est corruptivum debiti sensus: puta ad 3 . ) : «Et u m
idem est dicendiim de
ciertamente es inepta, como el vino aunque es mucho más probable que si aliquis dicat: ego te baptizo in no- transpositione verborum; quia si tollit
para el Bautismo. la consagración sería válida , está mine Patris majoris, et F i l i i mino- sensum. locutionis, non perficitur Sa-
L a materia cierta puede ser válida mandado por la Iglesia que se repita ris, etc., sicut arriani baptizabant; et cramentum, ut patet de negatione
y lícita, ó válida solamente. E s váli- sub conditione toda la forma de la con- ideo talis additio tollit veritatem S a - praeposita vel postposita signo: si au-
da y lícita, cuando con ella el Sacra- sagración del vino, como está en el cramenti. Si vero sit talis additio, tem sit talis transpositio, quas sensum
mento se hace válida y lícitamente; Canon de la Misa. qua non auferat sensum, non tollitur locutionis non variet, non tollitur v e -
como para el bautismo solemne el E s nula la forma, cuando consta Sacramenti veritas. N e c refert, utrum ritas Sacramenti; quia secundum quod
agua natural y bendita según el rito que las palabras de que usa el minis- talis additio fiat in principio, vel in Philosophus dicit, nomina et verba
de la Iglesia. E s materia válida sola- tro varían el sentido esencial de las medio, vel in fine; ut si aliquis dicat: transposita idem significant.»
mente aquella con la cual se hace el palabras determinadas para aquel Sa- ego te baptizo in nomine Dei Patris
Sacramento ciertamente, pero ilícita- cramento; como si en la absolución el Omnipotentis, et Filii ejus Unigeniti, Si uno dijese: te ego baptizo, es
mente; como el agua natural no ben- | confesor dijese: ego te abluo, en lugar igual á si dijese: ego te baptizo; y lo
et Spiritus Sancti Paracliti, erit verum
mismo sería cuando se dijese: in no-
dita para el bautismo solemne. de ego te absclvo. baptisma: et similiter, si quis dicat:
mine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti
1610. P. ¿ D e qué materia se 1612. P. ¿De cuántos modos se , ego te baptizo in nomine Patris, et
te baptizo.
debe usar en la administración de los I puede variar la forma de los Sacra- t Filii, et Spiritus Sancti, et Beata
mentos? Virgo te adjuvet, erit verum baptis- 5. Corrumpere verba. V o y á c o -
0

Sacramentos?
ma» ( 3 . p., q. 60, art. 8.) piar las palabras de Santo T o m á s
R. D e la válida y lícita. En algu- . R. D e seis, que se compendian en
a

(3. p., q. 60, art. 7 ad 3 . ) , que dan

a u m

nos casos se puede usar de materia los dos versos siguientes: 0

3. Nihil variabis. Santo T o m á s luz para dirimir todas las dificultades
dudosa, y en algunos Sacramentos A'í/ forma demás, tiil cuidas, nil variabis.
1 dice que siendo indispensable en cada sobre este punto. Dicen así: « U l e qui
hasta de materia tenuemente proba- Transmutare cave, corrumjiere verba, morari. ^ Sacramento usar de una forma deter- corrupte profert verba sacramentalia.
ble. Para no repetir, me remito á lo j minada, si las palabras se varían, pero si hoc ex industria facit, non videtur
que se dirá cuando se trate de cada Aquí se ha de tener por regla fija,
» se sustituyen por otras que tienen intendere faceré quod facit Ecclesia;
Sacramento en particular. que cuando en la forma se varia sus-
j idéntica significación ó se expresan et ita non videtur perfici Sacramen-
1611. P. ¿Cómo se define la for- tancialmente el sentido de las pala- ., en diversa lengua, el Sacramento es tum. Si autem hoc faciat ex errore.
ma del Sacramento? bras, el Sacramento es nulo: si tan
| válido: «Sensus verborum est idem vel lapsu linguae, si sit tanta corruptio,
R. «Quae determinat materiam ad sólo se varía accidentalmente, es vá- | apud omnes, licet non easdem voces quas omnino auferat sensum locutio-
producendum effectum sacramenta- lido, aunque será ilícito más ó menos, sint quantum ad sonum; et ideo cu- nis, non videtur perfici Sacramentum:
l e m . » L a forma de los Sacramentos según se dirá cuando se trate de la juscumque linguae verbis proferatur et hoc pnecipue contingit, quando fit
IOO LIBRO VI. TRATADO I.
corruptio ex parte principii dictionis; forma in nomine Patris, et Filii,
puta si loco ejus quod est in nomine Spiritus Sancti.» Hablando el Santo
Patris, dicat in nomine mairis. Si vero de la interrupción por causa de !a
non totaliter auferatur sensus locutio- tos, dice así: «Tussis vero longa, puta,
nis per hujusmodi corruptelam, nihil- per médium quadrantem inter verba,
ominus perficitur Sacramentum ; et certe invalidat f o r m a m . » ( L i b . 6, nú-
hoc pnecipue contingit , quando fit mero 11.) T e n g o por cierto que la in-
corruptio ex parte finis; puta si ali- terrupción en las palabras de la forma
quis dicat in nomine Patris, et filias: anula el Sacramento, aunque sea mu-
quamvis enim hujusmodi verba cor- cho menor de medio cuarto de hora.
rupte prolata nihil significent ex v i r - 1613. P. ¿Debe haber simulta-
tute impositionis, accipiuntur tamen neidad entre la aplicación de la ma-
ut significantia ex accommodatione teria y la pronunciación de la forma?
usus: et ideo licet mutetur sonus sen- R. i . ° E n cuanto al Matrimonio,
sibilis, remanet tamen idem sensus. San L i g o r i o dice así: « I n Matrimonio
Quod autem dictum est de differentia sufficit ea distantia , quaa ordinarie
corruptionis circaprincipium velfinem sufficit in contractibus, ubi satis est
dictionis, rationem habet; quia apud ut consensus unius p o n a t u r , dum
nos variatio dictionis ex parte prin- adhuc consensus alterius moraliter
cipii mutat significationem; variatio perseverat: in Poenitentia sufficit illa
autem ex parte finis dictionis, ut plu- unió, quam exigit actus judicialis,
r i m u m , non mutat significationem; cum inter aecusationem et sententiam
quas tamen apud grascos variatur etiam soleat intercederé aliqua distantia
secundum principium dictionis in de- temporis, quamvis in hoc Sacramento
clinationibus verborum. Magis autem non tanta distantia esse debeat, quan-
videtur attendenda quantitas corru- ta fit in judicio forensi. Dicit autem
ptionis; quia ex utraque parte potest Croix cum T a m b . , quod valide absol-
esse tam p a r v a , quod non auferat
vitur pcenitens post horam a confes-
sensum verborum, et tam magna,
sione.» ( L i b . 6, núm. 9.) E n mi con-
quod auferat: sed unum horum f a c i -
cepto, se quita todo temor diciendo á
lius accidit ex parte principii, et aliud
, la persona que viene á recibir la ab-
ex parte finis.»
solución una hora después que se ha
6.° Morari. Santo T o m á s , ha- confesado, que haga el acto de con-
blando de la interrupción en la p r o - 1 trición de los pecados confesados, y
nunciación de las palabras de la for- después se acuse de ellos en general;
ma de un Sacramento, dice así: «Si como se hace en las confesiones ge-
sit tanta interruptio verborum, quod nerales, en las que algunas veces se
intercipiatur intentio pronuntiantis, dilata la absolución semanas ó meses,
tollitur sensus S a c r a m e n t i , et per por no estar dispuesto el penitente.
consequens veritas ejus; non autem 2.
0
San L i g o r i o añade que la con-
tollitur, quando est parva interruptio, sagración de la Eucaristía exige abso-
quae intentionem proferentis, et intel- lutamente simultaneidad entre la pre-
lectum verborum non aufert» (3. p., sencia de la materia y la pronuncia-
a *jdice Ferraris en la palabra Ordo, ar-
q. 60, art. 8 ad 3 . ) .
u m
ción de la forma, y da una razón
San L i g o r i o dice que cuando la in- convincente; porque el pronombre de-
terrupción es pequeña, no se anula el mostrativo hoc de la consagración del
Sacramento; y pone el ejemplo del pan y el lúe de la consagración del
que, estando bautizando, después de vino no se pueden verificar en su ge-
haber dicho: ego te baptizo, dijese: nuino sentido, si la materia no esta
esta, agua está muy fría; ó dijese al sa- presente.
cristán: vuelve la hoja, y continuase la E n cuanto al Bautismo, la Confir-
DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. 101
el
mación, Extremaunción y el Orden, Billuart, aunque tiene por común
San L i g o r i o tiene por moralmente la opinión de San L i g o r i o , concluye
cierta la opinión de Soto, Suárez y así: « I n alus vero sacramentis, B a p -
otros muchos que dicen que, siendo t i s m i , Confirmationis, Ordinis, et
estos cuatro Sacramentos un c o m - Extremaunctionis, omnino illicitum
puesto moral, es igual que la materia est postponere totaliter formam ma-
y la forma se apliquen con unión terias, aut materiam formas; ita ut a
"física que con unión moral: «Haec peccato mortali non videatur excusan-
autem unió tam erit moralis, si fíat dus, qui baptizando, v. gr., partem
ablutio immediate antequam forma ab- saltem formas non pronuntiaret ante
solvatur, quam si fiat immediate post. finitam ablutionem; quia secundum
Hasc tamen unió diversa esse debet omnes peccat mortaliter, qui sine
;s prodiversitateSacramentorum. Major causa sacramentum exponit nullilati,
« enim unió certe requiritur in Baptis- et ministrat dubium, dum potest cer-
3 mo, ubi mora unius Pater noster in- tum; sacramentum autem sic colla-
' validaret Sacramentum, ut bene ajunt tum est dubium, cum plures et graves
Tourn. et Diana. E t idem prcefati auctores illud reputent nullum.
Unde
i auctores dicuntde Confirmatione, E x - quidam sub conditione inferunt, sa-
;^ tremaunctione et Ordine.» N o obs- cramentum prassertim baptismi et or-
tante, San L i g o r i o , atendiendo á que ¡ dinis sic collatum esse repetendum.»
' hay autores respetables que exigen I (De Sacram. in comm., diss. 1, art. 4,
^ la unión física entre la materia y la §
2,infine.)
forma, dice que en la práctica se
aconseje absolutamente esto m i s m o , I Silvio, en el comentario de la 3 . *
por tratarse del valor del Sacramento. 'parte de Santo T o m á s (q. 60, art. 6),
1 Diré mi humilde parecer: la opinión si bien defiende que basta la unión
i de San L i g o r i o me parece más p r o - • moral de la materia y la forma, no
1 bable, pero no me parece cierta mo- dice que esto sea cosa cierta, sino
" raímente: en cuestiones de esta natu- probable, y que á muchos les-parecía
*:í raleza, que dependen de la apreciación verosímil. P o r ú l t i m o , San L i g o r i o
j moral, y sobre todo tratándose de las mismo concluye diciendo que de ma-
¡ materias y formas de los Sacramen- nera alguna pecaría el sacerdote que
tos, se ha de atender mucho al pare- para mayor quietud de su conciencia
cer de los sabios. Pues bien: hay se hiciese ordenar otra vez sub condi-
' muchos y muy graves doctores que tione, en el caso de que el Obispo que
^ exigen para lo válido del Sacramento le había ordenado de sacerdote hubie-
'(exceptuados el de la Penitencia y el se pronunciado toda la forma del
'del Matrimonio) que haya unión física Orden antes de comenzar á aplicar la
i entre la materia y la forma. T a l e s son materia, ó viceversa.
Í(además de Cayetano y Escoto, que Convienen generalmente los auto-
'cita San L i g o r i o ) , Navarro, Paludano, res de la una y de la otra opinión en
i L a Croix, Ricardo, « e t alii plures,» que peca mortalmente el ministro que
aplica toda la forma de los cinco Sa-
t í c u l o 1, núm. 6 5 . — G o b a t , Sporer y cramentos expresados antes de c o -
jPélix Potestas (nada sospechosos de menzar á aplicar la materia. Bajo
Jngoristas) no tienen por cierto el Sa- cualquier concepto, pues, que se con-
lsamento que se administra pronun- sidere esta cuestión, se verá que es
ciando toda la forma antes de comenzar de suma importancia, y con mayor
ja aplicar la materia, ó aplicando toda razón estando prohibido por Inocen-
1 materia antes de comenzar á p r o - cio X I seguir una opinión probable,
nunciar la forma. dejando la segura, cuando se trata del
valor de los Sacramentos.
102 LIBRO VI. TRATADO I. DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. 103
1614. L a forma se divide en ab- esto es, cuando hay duda razonable lo permite, se debe reiterar sub condi- dice que si el bautismo se hiciese por
soluta y condicionada. F o r m a abso- de su validez, se pueden y deben rei- tione, por si fué nulo la primera vez. inmersión, no parece que sería nece-
luta es la que se expresa con palabras terar. H e aquí lo que acerca del Bau- En mi concepto, si se tratase del sa- saria mucha causa para bautizar á
absolutas; como Ego te baptizo in no- tismo mandó Alejandro I I I en 1 1 5 9 : cramento de la Penitencia y había muchos con una sola forma; pero aña-
mine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. « D e quibus dubium est, an baptizati oportunidad, sería mejor que el peni- de: «Sed quoniam baptizado simul
E s condicionada cuando se expresa fuerint, baptizentur his verbis pr.x- tente pusiese otra vez, al menos en plurium non fit communiter per im-
con alguna condición; como si se di- missis: si baptizatus es, non te ba- general, la materia de que se acusó, mersionem, sed per aspersionem, ideo
jese: Si non es baptizatus, ego te bapti- ptizo; sed si nondum baptizatus es, formase dolor, y absolverle absoluta- ad tot mutationes faciendas, magna
ego te baptizo in nomine Patris, etc.- mente.
zo, etc. exigitur necessitas.»
E n el día tan sólo se dice: «Si non es Cuando se administra un Sacra-
L a condición es, ó de tiempo pasa- Diré mi humilde parecer: tengo
baptizatus, ego te baptizo in nomine mento sub conditione, San L i g o r i o , en
do, ó de presente, ó de futuro contin- por más probable que sería pecado
Patris, etc.» la primera edición de sus obras, fué
gente, ó de futuro necesario. mortal bautizar á muchos per infusio-
Cuando la condición es de tiempo A d e m á s , es doctrina cierta y co- de opinión que bastaba expresar la nem con una sola forma, fuera de un
pasado ó de presente, si está verifica- rriente que, cuando hay justa causa, condición mentalmente, exceptuado caso de necesidad; porque Santo T o -
da ya la condición, equivale á la for- lodos los Sacramentos se pueden ad- el Bautismo, cuando se reiteraba en más y Cayetano hablan con una g r a -
ma absoluta , y así el Sacramento es ministrar sub conditione , como dice público (lib. 6, al fin del núm. 29); vedad que parece expresar más que
válido; pero será nulo si la condición San L i g o r i o en el lib. 6, núm. 28; pero últimamente, atendiendo á que culpa venial.
no está verificada. pero añade: « C o m m u n e est (contra algunos autores ( c o m o Gousset, Jue-
Gury en sus últimas ediciones, á
Cuando la condición es de futuro aliquos) esse peccatum mortale m i - nin, Contenson, Serri y otros) exigen
pesar de que abrazó el probabilismo
contingente, como: « y o te absuelvo, si nistrare Sacramenta sub conditione, si para el valor del Sacramento que se
ancho, hablando de las ceremonias
cumples la penitencia;» ó es de futu- non adsit causa necessitatis, vel gra- exprese verbalmente la condición (li-
del Bautismo, dice así: «Mortale est
ro necesario, c o m o : « y o te absuelvo, vis utilitatis: illicitum enim est sine cet parum probabiliter), el Santo re-
omittere czeremonias omnes baptis-
si el sol sale mañana,» en ambos ca- tali causa Sacramentum conferre cum tractó para la práctica su opinión; y
mi, aut aliquam ex iis notabilem, quia
sos el Sacramento es n u l o , porque el dubio effectus. L i c i t u m autem est, ut dice que tutius est conditionem etiam
tune violatur prasceptum grave Eccle-
ministro no puede dejar suspenso el dicunt communiter, confessario pru- verbis exprimere. ( E s la proposición 17,
sias. Ita omnes.» ( T o m o 2, núm. 252.)
efecto del Sacramento; y si intentase denter dubitanti an absolverit prení- de las últimas que retractó.)
A los autores que cita San L i g o r i o
esto vanamente, el efecto no se produ- tentem, absolvere sub conditione. E í 1616. P . ¿Cómo pecaría el m i - hay que añadir á Egidio, Filiucio,
ciría ,por el Sacramento, cuando no idem dicunt Tournely et Mazzotta, nistro que sin justa causa absolviese Hurtado y el doctísimo Cóncina, el
existen ya ni la forma ni la materia quando absolvendus est puer, de quo ó bautizase á muchos con una sola cual da la siguiente razón: « D i s c i p l i -
próxima, como muy bien dice San dubitatur an sit compos rationis. Si forma? nara et ritum Ecclesias in adminis-
L i g o r i o (lib. 6, núm. 26). quis autem judicans pcenitentem esse
R. L o s autores convienen en que tratione Sacramentorum pervertere,
dispossitum, eum sub conditione ab-
1615. P . ¿Es lícito usar de for- solveret, dicens: ego te absolvo a peca- tan sólo sería lícito en caso de nece- gravis materia judicari debet.» ( L i -
ma condicionada en la administra- lis iuis, si es dispositus, recte dicunt sidad, á saber, como dice Santo T o - bro 2, De Bapt., cap. g, núm. 9.) Aten-
ción de los Sacramentos? más «si immineret ruina, aut gladius, didas todas estas consideraciones y el
T o u r n . et Salmant., quod is non pee-
R. i.° Aunque muchos autores caret mortaliter; sed non excusaretur aut aliquid hujusmodi, quod omnino escándalo que causaría á los fieles si
dicen que hasta el siglo V I I I no se a culpa veniali, cum hoc esset contra moram non pateretur, ut sigillatim viesen que un párroco, sin necesidad,
usó en la Iglesia la forma condicional, ritum Ecclesias.» L a razón de no ser omnes baptizarentur» ( 3 . p., q. 67,a
bautizaba per infusionem á dos ó más
ni hay vestigio de ella en los Santos mortal en este caso ha de ser porque art. 6, ad 2 . ) . San L i g o r i o (lib. 6,
um
niños con una sola forma, tengo por
Padres ni en los Concilios, Benedic- dicha forma no es rigurosamente con- núm. 26) pregunta si pecaría mortal- notablemente más probable que p e -
to X I V responde que ese silencio tan dicional, puesto que la condición se mente el que sin necesidad bautizase caría mortalmente el ministro que tal
sólo prueba que en el siglo V I I I se pospone á la forma absoluta, ego te ab- ó absolviese á muchos bajo una sola hiciese, sin justa causa.
comenzó á expresar exteriormente la solvo, cuando el Sacramento había forma; y parece que el Santo se incli-
1617. P. ¿Determinó Jesucristo
condición, y que antes se hacía men- producido ya su efecto. na á que tan sólo sería venial, pues
in specie las materias y formas de to-
talmente (De Synodo Diocesana, l i - dice así: «Affirmant Scotus, Gabriel
dos los Sacramentos?
bro 8, cap. 6, núm. 1). Véase á San San L i g o r i o , en el número siguien- et con. apud Croix. Sed negat Croix
R. E s indudable que Jesucristo de-
L i g o r i o (lib. 6, núm. 27), y á Bil- te, dice que cuando el prójimo se en- cum V a l . , H e n r . , R e g . , D i c . et aliis,
terminó in specie la materia y forma
luart (al fin de la diss. 1 De Sacram. cuentra en necesidad extrema y no quia non videtur hcec notabilis mutatio;
del Bautismo y de la Eucaristía .
in comm.). hay materia cierta, si bien el minis- omnes tamen dicunt, quod is non ex-
Acerca de los otros Sacramentos no
cusaretur a veniali.» Cayetano, hacia
2° E n cuanto á los Sacramentos tro puede y debe administrar «sub concuerdan los teólogos. E s de fe que
el fin del comentario del art. 6 de la
que imprimen carácter, en el día con- conditione» el Sacramento, si des- Jesucristo instituyó todos los Sacra-
q- 67 de la 3 . parte de Santo T o m á s ,
vienen todos en que con justa causa, pués hay materia cierta y el tiempo
a

mentos, como queda dicho; pero no

104 LIBRO V I . TRATADO I. DE LOS SACRAME1S T O S E N G E N E R A L . 105

lo es que determinase immediate et in cil solución, que pueden verse en los de los Sacramentos; y si un ángel los legos la potestad de administrar
specie las materias y formas de todos teólogos escolásticos. bueno los administrase, deberían te- Sacramentos, inclusas las mujeres;
los Sacramentos. E n cuanto á la E x - nerse por válidos, porque no se podía pero á éstas no les permiten el uso
tremaunción , es ciertísimo que el C A P Í T U L O III dudar de que ésta era la voluntad de de la potestad , como tampoco á
aceite de olivas es la materia deter- Dios. Por el contrario, «si dasmones, los legos, sino cuando falta sacerdo-
minada por Jesucristo para este S a - D E L M I N I S T R O D E L O S S A C R A M E N T O S , qui sunt spiritus mendacii, aliquod te. H e aquí la proposición de L u t e r o ,
cramento. Y DE LAS CONDICIONES QUE DEBE sacraméntale ministerium exhiberent, condenada por L e ó n X : Ubi non est
Como los teólogos escolásticos se TENER. non esset ratum habendum.» | sacerdos, asque potest quilibet christia-
dividen en esta cuestión, no me pare- E n cuanto á los ángeles, ano ser por nus Sacramenta administrare, etiam-
ce propio de una obra puramente m o - ARTICULO PRIMERO
providencia extraordinaria de D i o s , si mulier aut puer esset.»
ral entrar de lleno en ella: cuando se no pueden ser ministros de los Sacra- Dije que defendían este error algu-
trate de cada Sacramento se dirá cuá- Quién sea el ministro de los Sacramentos. mentos; porque, como dice el Angéli- nos de los protestantes, pero bien pue-
les son su materia y forma. T a n sólo co, aunque los hombres son semejan- de decirse los protestantes, sin ninguna
transcribiré las importantes palabras 1618. Según la divina providen- tes á los ángeles «quantum ad partici- restricción; porque aunque vulgar-
de Santo T o m á s , sobre cuya inteli- cia, sólo el hombre viador es minis- pationem glorias, non autem quantum mente por protestantes se entienden
gencia no convienen los teólogos t o - tro de los Sacramentos. Si un sacer- ad conditionem naturas; et per conse- los secuaces de Lutero y Calvino,
mistas. D i c e , en compendio, que no dote difunto resucitase, como que re- quens ñeque quantum ad Sacramen- pero, hablando con toda propiedad y
está en la potestad del hombre su san- tenía el carácter sacerdotal , podría ta.» H e querido transcribir esta doc- en rigor, solos los luteranos son pro-
tificación, sino en la de D i o s ; de aquí administrar válidamente los Sacra- trina del Angélico M a e s t r o , porque testantes (si bien los calvinistas no
es «quod non pertinet ad hominem mentos que tan sólo piden potestad de leemos en la Historia eclesiástica y son menos'impíos y desvergonzados).
suo judicio assumere res, quibus Orden, pero sin comisión no podría en las vidas de los Santos que los án- L a razón es porque, como muy bien di-
sanctificetur; sed hoc debet esse ex absolver válidamente; porque, aunque geles consagraron obispo de Iconio á cen los doctos P u i g y Xarrié (apénd. 5
divina institutione determinatum; et hubiera sido Papa, la jurisdicción ex- San Anfiloquio , cuya consagración del tomo i . ° de su Teología escolásti-
ideo in Sacramentis novas legis, qui- pira con la muerte. fué tenida por válida por los Obispos, ca): « P R O T E S T A N T E S . — H o r u m nomi-
bus homines sanctificantur, oportet L o s ángeles, según la ley ordina- como refiere Nicéforo (lib. 11, cap. 20). ne vulgo intelligimus sectatores L u -
uti rebus ex divina institutione deter- ria, no pueden ser ministros de los L o s ángeles dieron muchas veces theri et Calvini: proprie tamen ii soli
minatis» ( 3 . p., q. 60, art. 5).
a
Sacramentos, porque á solos los hom- la comunión á Santa Inés de Mon- lutherani dici debent protestantes,
Algunos tomistas opinan que S a n - bres encomendó Jesucristo que los tepoliciano, como testifica Clemen- qui anno 1529 protestati sunt in Ger-
to T o m á s en estas palabras tan sólo administrasen. T a n sólo de los hom- te V I I I en la bula de su canoniza- mania contra decretum, quo tolleba-
quiso decir que Jesucristo determinó bres hablaba cuando dijo : Hoc fa- ción. D e San R a m ó n Nonnato, en la tur libera religionis optio, et catholi-
in genere la materia de los Sacramen- cí te in meam commemorationem (Lu- sexta lección de sus Maitines, se lee: cas professio prascipiebatur.» Lutero
tos, pero no in specie. Confieso que no cas, 22). Quorum remiseritispeccata, etc. «Cum morbus ingravesceret, et sacer- consignó su error (lib. De Captiv. Ba-
veo cómo se pueda conciliar esta ex- (Joannis, 20); y San Pablo (ad Hebr., dos diutius tardaret, angelorum m i - byl., cap. de Ordine); pero Calvino
plicación con lo que el Santo dice en cap. 5): Omnis Pontifex ex hominibus nisterio, sub specie religiosorum sui ( c o m o sucede entre los herejes), no
el mismo artículo, en la respuesta al assumptus, etc. Santo T o m á s da una Ordinis apparentium salutari viatico sólo impugnó á L u t e r o , sino que cayó
primer argumento. H e aquí sus pa- razón de congruencia en comproba- refectus fuit.» O m i t o otros casos que en un error contrario; porque reputó
labras: «Etsiidem potest per diversa si- ción de esto m i s m o : «Tota virtus Sa- pudieran citarse. error y vituperó á los Padres del T r i -
gila significan, determinare tamen quo cramentorum a passione Christi deri- El ministro de los Sacramentos dentino, porque habían definido que,
signo sit utendum ad significandum, vatur, quae est Christi secundum quod puede ser ordinario ó extraordinario. en caso de necesidad e x t r e m a , los
pertinet ad significantem...; e t i t a d e - j est homo , cui in natura conformantur Ordinario es «qui per legitimam ordi- legos podían administrar válida y
bet esse divina institutione determi- homines, non autem angelí; sed po- nationem, ideoque muñere proprio ac lícitamente el sacramento del B a u -
natum, quóP. res ad significandum assu-tius secundum passionem dicitur mó- vi dignitatis suas, sacramenta confi- tismo.
mantur in hoc vel illo sacramento.» dico ab angelis minoratus (Hebr., 2). cit». Se exceptúa el Matrimonio, en E l Tridentino (en la sesión 7 . , ca- a

( V é a s e todo el artículo del Santo E t ideo ad homines pertinet dispen-
Doctor.) E n vista de esto, creo que sare Sacramenta, et in eis ministrare,
Jesucristo determinó, no in genere, si- non autem ad angelos.» ( 3 . p., q. 64,
a
no in specie, las materias de todos los art. 7.)
Sacramentos. D i g o in specie, porque Santo T o m á s añade que D i o s , co-
si se dijese in specie ínfima, respecto mo que es dueño de causar la gracia
de algunos Sacramentos se ofrecen sin los Sacramentos, también puede
gravísimos argumentos de muy difí- valerse de los ángeles para ministros
el que, según sentencia hoy comu- non 10, De Sacramentis in genere) con-
nísima, los contrayentes son el mi- denó los errores de todos los herejes
nistro.
pasados y venideros que siguiesen la
Ministro extraordinario es «qui so- doctrina de L u t e r o sobre esta mate-
lum ob speciale privilegium, vel d e - ria. H e aquí sus palabras: « S i quis
legationem, vel urgentem necessita- dixerit chrístianos omnes in verbo, et
tem aliqua Sacramenta conficit.» in ómnibus Sacramentis administran-
Algunos protestantes conceden á dis habere potestatem, anathema sit.»
106 LIBRO VI. TRATADO
ARTICULO II
De las cosas necesarias por parte del mi-
nistro para que haga válidamente los
Sacramentos.
1619. P. ¿Qué se requiere en el
ministro para la válida administra-
ción de un Sacramento?
R. D e tres maneras se puede decir
que una cosa es necesaria: necessitate
medii, necessitate sacramenii, et necessi-
tate prcBcepti. Es necesario necessitate
medii «illud, sine quo impossibile est
assequi finem, licet invincibiliter ac-
cidat illud non apponere.» E n el pre-
sente estado de la divina providencia
así es necesario al hombre el bautis-
mo in re vel in voto para salvarse. E s
necesario necessitate sacramenii «illud,
sine quo non fit Sacramentum, etiam-
si sine culpa omittatur;» como si fal-
ta la materia ó la forma del Sacra-
mento, ó la intención del ministro,
pues entonces no se hace Sacramento.
L a intención del ministro también
se requiere necessitate sacramenii, no
como parte esencial, sino como con-
dición sine qua non. H e aquí la defini-
ción dogmática del Tridentino: « S i
quis dixerit in ministris, dum Sacra-
menta conficiunt et conferunt, non
requiri intentionem saltem faciendi
quod facit Ecclesia, anathema sit.»
(Sess. 7 . , can. n . )
a
E s necesario necessitate pracepti
«illud, de quo adest praeceptum, ut
apponatur, tamen si desit, fit sacra-
m e n t u m , » como el agua bendita en
el bautismo solemne; porque si bien
pecaría mortalmente el que fuera de
un caso extremo de necesidad bauti-
zase solemnemente con agua no ben-
dita, el bautismo sería válido.
1620. P. ¿Qué es intención?
R. «Voluntas seu propositum ali-
quid faciendi vel omittendi.» Aunque
la intención y la atención parecen se-
mejantes, se distinguen r e a l m e n t e ;
porque la intención es acto de la vo-
I.
luntad, y la atención es acto del en-
tendimiento, esto es, la consideración
y la advertencia de la acción que se
ejecuta.
P. ¿En qué se divide la intención?
R. E n actual, virtual y habitual.
L a intención actual es «volitio conco-
mitans administrationem in ministro,
et receptionem Sacramenti in subje-
c t o » : ésta suele también llamarse in-
tención formal.
L a intención actual es de dos ma-
neras: implícita y explícita. L a inten-
ción explícita ó in actu signato es,
• cum quis dicit expresse ore vel men-
te, v. gr., voló celebrare ó voló baptiza-
re.» L a implícita ó in actu e.xercito es,
«dum quis, absque eo quod dicat ex-
presse voló faceré, facit tamen scicns ct
advertens quid faciat;» como cuando
el sacerdote se reviste y dice Alisa,
aun cuando no diga explícitamente
que quiere consagrar, tiene intención
actual de hacerlo. «Certum est, dice
Billuart, non requiri intentionem in
actu signato, sed suffícere intentio -
nem in actu exercito: hasc enim ;cqui-
valet prima; ; cum impossibile sit ,
quod aliquis sui compos sciens et vo-
lens faciat aliquid, et non velit face-
re.» (De Sacram. incomm., diss. 5.",
a r t
- 7. § 3 » Jam dixi.)
L a intención virtual es «volitio h a -
bita et non retractata, sed continuata
in mediis conducentibus ad finem:»
ó más brevemente: «cum quis vi in-
tentionis actualis praeteritae aliquid
a g i t , » como cuando el sacerdote v a
advertidamente á celebrar, comienza
la Misa, y al tiempo que dice las pa-
labras de la consagración, se distrae.
L a intención habitual es «volitio
habita et non retractata, sed nec conti-
nuata in mediis conducentibus ad
finem,» ó más brevemente: «volitio
habita, sed quse non habet influxum
voluntatis in actum;» como si un pá-
rroco tiene por la tarde intención de
bautizar á un niño, y después, estan-
do dormido ó ebrio, le bautizase, el
bautismo sería nulo; porque si bien
DE LOS SACRAMENTOS
había intención habitual, no la había
actual ó virtual.
H a y otra intención, que los teólo-
gos llaman interpretativa: ésta, según
Billuart, «non est de facto intentio,
sed dispositio ad illam; et foret, dum-
taxat, si de ea actu rogaretur aut c o -
gitaretur.» (De ult. fin., diss. 1 . , ar-
a
tículo 5.) D e modo que el sujeto no
tuvo jamás intención actual, pero hay
fundamento para creer que, atendi-
das sus anteriores disposiciones y
modo de obrar, se puede juzgar racio-
nalmente que, si hubiera pensado y
advertido, hubiese tenido la inten-
ción. Como esta doctrina es necesa-
ria para resolver muchos casos, pon-
dré un ejemplo: Juan dio limosna á
un pobre creyendo que era forastero,
y después sabe que era un a m i g o y
pariente suyo: en este caso hay in-
tención interpretativa de que el que
dio la limosna, con mayor razón la
hubiera hecho si hubiese sabido que!
era pariente y a m i g o .
1621. P. ¿Cuál de estas inten-
ciones es necesaria para la válida ad-
ministración de los Sacramentos?
R. E s ciertísimo que no basta la
intención interpretativa, porque no
es verdadera intención. E s sentencia
comunísima que tampoco basta en él
ministro del Sacramento la intención
habitual, porque ni actual ni virtual-
mente influye en la acción del minis-
tro: esta intención no constituye acto
humano, puesto que puede haberla en
el que está dormido, en el ebrio y en
el demente, como muy bien dice B i l -
luart.
Conviene advertir:
i.° Que aquí tan sólo se habla de
la intención necesaria en el ministro,
pues en el sujeto que los recibe basta
la habitual para la mayor parte de los
Sacramentos; y para algunos basta
la interpretativa, como se dirá des-
pués.
2.0
L o s que afirman que para el
ministro basta la intención habitual,
fundados en que así lo dice Santo
EN GENERAL. 107
T o m á s en la 3 . p., q. 64, art. 8 ad
a
3 . , se equivocan; pues Santo T o -
u m
más en ese lugar por intención habi-
tual entiende la virtual, como consta
expresamente del contexto de sus pa-
labras. D i c e así: « A d tertium dicen-
dum, quod licet ille qui aliud cogitat
non habeat actualem intentionem, ha-
bet tamen intentionem habitualem,
quaa sufficit ad perfectionem sacra-
menti; puta (nótese bien) cum sacer-
dos accedens ad baptizandum, intendit
faceré circa baptizandum, quod facit
Ecclesia (he aquí la intención actual):
unde si postea in ipso exercitio actus
cogitatio ejus ad alia rapiatur, ex vir-
tute primas inte-ntionis perficitur sa-
cramentum.» ( H e aquí in terminis la
intención virtual, según en los últi-
mos siglos la explican los teólogos.)
E l doctísimo Cayetano, en el comen-
tario de este artículo, dice que Santo
T o m á s se acomodó al lenguaje común
de su tiempo, porque entonces los
teólogos á la intención que no era
actual, la llamaban habitual, cuando
era virtual; como consta de San B u e -
naventura (in 2 Sent., dist. 4 1 , art. 1,
q. 3) y de Ricardo (en la misma
dist., art. 1, q. 2). Silvio y Billuart
añaden otra solución, y dicen que a l -
gunos códices de la Suma de Santo
T o m á s no dicen «habet intentionem
habitualem, sino virtualem;» pero cual-
quiera de las dos soluciones es satis-
factoria.
Aquí es preciso deshacer una equi-
vocación de Scavini, el cual, después
de haber definido rectamente la in-
tención habitual del ministro, añade:
«Seu melius est habitus aliquid agen-
di, frequentatione actuum comparatus,
qui proinde etiam in ebriis esse p o -
test.» ( T r a c t . I X , disp. i . , cap. 3,
11
art. 1, quar. 3.) Esta es una equivo-
cación notable, porque aquí no se h a -
bla de aquel hábito moral que se ad-
quiere con la repetición de actos de
una misma especie, é imprime en el
hombre una inclinación fuerte y sua-
ve hacia el objeto del hábito; sino que
 LIBRO V I . TRATADO I. DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. 109
io8
el A n g é l i c o , y todos experimentamos si suscitata prima intentione, absque anathema sit.» (Ses. 7 . , can. n . )a

para la intención habitual, de que

aquí se trata, basta, según la opinión
comunísima, que se haya hecho in-
tención una sola v e z , con tal que no
se haya retractado.
1622. P. ¿Basta la intención vir-
tual para administrar válidamente los
Sacramentos?
R. E s indudable que basta, según
la opinión comunísima de los teólo-
g o s , siguiendo á Santo T o m á s , que
dice así: « C u m sacerdos accedens ad
baptizandum iniendit faceré circa bap-
tizandum, quod facit Ecclesia, si pos-
tea in ipso exercitio actus cogitatio
ejus ad alia rapiatur, ex virtute prima
intentionis perficitur Sacramentum;
en nosotros mismos. E n esto c o n v i e -
nen todos los teólogos, y lo dice ex-
presamente el Ritual R o m a n o .
1623. P. ¿Cómo peca el m i n i s -
tro que tiene intención virtual, pero
se distrae voluntariamente cuando
pronuncia las formas de los Sacra-
mentos?
R. T o d o s convienen en que á lo
menos peca venialmente. San L i g o -
rio, con la opinión común, dice que
no pecaría mortalmente, á no ser que
hubiese peligro de errar , especial-
mente en las formas más largas. E l
Santo exceptúa la forma de la E u c a -
ristía, de la cual dice así: « I n con-
novo voluntatis actu, allegaret suam 3." N o se requiere intención ex-
primam intentionem, et responderet: plícita de hacer sacramento ó de pro-
hoc fació propter hoc; v. gr.: baptizo, ducir el efecto del sacramento. Así
recito Horas, etc. A t si supra se refle- opinan Suárez, San L i g o r i o (libro 6,
ctens, vel ab aliis interrogatus quid núm. 22) y otros graves autores, si-
agat, omnino nesciret, vel indigeret guiendo á Santo T o m á s , que dice así:
novo voluntatis actu, signum est « Q u a m v i s ille qui non credit baptis-
quod intentio virtualis non influat in mum esse sacramentum , aut habere
opus, et quod se habeat tantum c o n - aliquam specialem virtutem, non i n -
comitanter.» (De Sacram. in comm., tendat, dum baptizat, conferre sacra-
diss. 5 . , art. 7, § 3, Quantum ad du-
a
mentum , tamen intendit faceré quod
rationem, e t c . ) ; esto es, que hay tanfacit Ecclesia , etsi reputet nihil esse.
sólo intención habitual en este último Et quia Ecclesia aliquid facit, ideo ex
caso; la cual no basta para hacer sa- consequenti et implicite aliquid face-
cramento, como queda probado. re i n t e n d i t , quamvis non explicite.D
1625. P. Para hacer sacramento (In 4 Sent. , dist. 6 . , q. 1 , art. 3,
a

quamvis siudiose curare debeat sacra- fectione tamen Eucharistia; volunta- ¿basta la intención puramente ex- qusestiuncula 2. ad i . « ) . a m

menti minister, ut etiam actualem riam distractionem mortalem esse terna? 4. 0

intentionem adhibeat: sed hoc non est
totaliter positum in hominis potestate;
quia, praeter intentionem, cum homo
vult multum intendere, incipit alia
cogitare, secundum illud psalmi 39:
Cor meum dereliquit me.»
T r e s cosas dice aquí el A n g é l i c o
probabiliter, dicunt Cóncina et T a m -
burinus (contra Croix et Mazzota, qui
tenent probabile esse quod sit tantum
venialis). R a t i o , quia distractio ( v o -
luntaria) in tali Sacramento videtur
non carere gravi irreverentia.» ( L i -
bro 6, núm. 14.) Scavini (tract. I X ,
disp. i . , cap. 3, art. 1, queer. 4) co-
a credat pcenitens se esse absolutum, co , in cap. A quodam , dist. 4 . , I ) ;
T a m p o c o se requiere inten-
R. E s de fe que no basta la inten- ción explícita de hacer el acto externo
ción mímica; esto es, cuando se ha- como formal y absolutamente sagra-
cen las ceremonias de un Sacramen- d o : basta la intención general de ha-
to por pura irrisión, ó farsa ó choca- cer lo que el bautizante (aunque sea
rrería. L e ó n X condenó el siguiente judío ó pagano) oyó que se hacía por
error de L u t e r o : «Si sacerdos non la Iglesia de Cristo; como dice San
serio, sed j o c o absolverit, si tamen L i g o r i o , citando el derecho canóni-
a

Maestro:
pia literalmente á San L i g o r i o . verissime est absolutus;» y el Conci- consecr.
i. a
Que la intención virtual basta lio de T i e n t o anatematizó este mismo
para hacer sacramento; pero como 1624. P. ¿Cuánto tiempo puede 5. 0
T a m p o c o se necesita inten-
error en la sesión 14, can. 9. ción de hacer lo que hace la Iglesia
sabiamente advierte Billuart, el m i - durar la intención virtual en el que
1626. P. Cuando el ministro r o m a n a ; porque los herejes , y muy
nistro ha de estar en sano y expedito hizo una vez intención actual de ad-
pone el rito externo sin intención de especialmente los protestantes, creen
uso de la razón (sui compos); porque ministrar un Sacramento?
hacer lo que hace la Iglesia, ¿es váli- que la Iglesia romana es la Babilonia
si está actualmente demente, ebrio ó R. D o s cosas son necesarias para
do el Sacramento? del Apocalipsis. E l Sr. Sánchez, en la
dormido, su acción no sería humana, que la intención del ministro, si no es
sino puramente animal, y entonces actual, sea virtual. i . R
Que se haya R. 1° Alejandro V I I , en 23 de página 17 de su Teología Moral, aña-
la intención tenida anteriormente hecho la intención actual y no se Agosto de 1690, condenó la proposi- de: «Pero para esto (para que sea v á -
«non influit in actum, saltem modo haya retractado. 2 . Que influya real-
a ción siguiente (es la 2S): « V a l e t ba- lido el b a u t i s m o ) se requiere que , al
libero et humano, sed vi imaginatio- mente en la acción del ministro que ptismus collatus a ministro, qui om- hablar de la verdadera Iglesia de Cris-
nis, et impressione musculorum in hace el sacramento. Difícil es fijar el nem ritum externum, formamque ba- to , no se excluya la r o m a n a ; porque
cerebro.» (De Sacram. in comm., di- tiempo que dura la intención virtual; ptizandi observat; intus vero in corde si se excluye, siendo, como e s , la v e r -
sertación 5 . , art. 7, § 3.)
a
pero en cuanto á la práctica, me pa- suo apud se resolvit: non intuido face- dadera , no puede haber la intención
re quod facit Ecclesia.» que se necesita.» E l Sr. Sánchez se equi-
2. a
E l ministro ha de procurar rece muy prudente la regla que con
2. Es de fe que no basta la sola voca, en mi concepto. E l protestante
diligentemente (studiose) la intención su acostumbrada claridad nos da Bil-
0

intención de hacer el rito externo; se que por creer que es falsa la Iglesia
actual, se entiende, in acta exercito; luart. D i c e que «tune dignosci vir-
requiere también la intención de ha- romana la excluye de su intención,
porque la actual in aclu signato no es tualem intentionem influere in opus,
et agens ex illa agere, quando quis sui cer lo que hace la Iglesia, según la si por otra parte tiene la intención
necesaria, como queda dicho.
compos et moraliter agens, etsi nihil siguiente definición dogmática del general de hacer lo que hace la verdadera
3." L a intención actual ni es Iglesia de Cristo, el bautismo es váli-
de priori intentione cogitet, est ta- Tridentino: «Si quis dixerit in mini-
necesaria para lo válido, ni es posible do. Esto dijo Silvio en las palabras
men in ea mentis dispositione, ut re- stris, dum Sacramenta conficiunt et
muchas veces; «quia prseter intentio- literales que cita San L i g o r i o , y que,
flectens supra se, vel ab aliis interroga - conferunt, non requiri intentionem
nem, cum homo vult multum inten- aunque inexactamente , cita también
tus quid aut quare agat, statim, qua- saltem faciendi quod facit Ecclesia,
dere, incipit alia cogitare,» c o m o dice
 LIBRO VI. TRATADO I. DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. i n
110
canon 4 ; y lo mismo había definido da la absolución á un penitente cre-
el Sr. Sánchez. H e aquí las palabras persona ministri conferentis sacra-
el Florentino in Decreto Unionis res- yendo que es Juan, ésta sería válida,
de S i l v i o : « P e t e s : quid si (minister) mentum cum intentione conferendi et
pecto del bautismo administrado por aunque fuese otra persona: si el sacer-
velit faceré quod facit Ecclesia gene- faciendi quod facit Ecclesia; quorum
los infieles. E n cuanto á los otros dote al consagrar creyese que tenía
vensis, et non quod Ecclesia romana? trium si aliquid d e s i t , id e s t , si non
Sacramentos , aunque no hay defini- una sola Hostia en las manos, y des-
( A q u í se excluye expresamente la I g l e - sit debita forma verborum , et si non ción dogmática expresa , es doctrina pués de haber consagrado viese que
sia r o m a n a . ) R e s p o n d e o : si talis sit debita materia , et si minister sa- comunísima de los teólogos católicos eran dos que estaban pegadas, ambas
intentio procedat ex eo quod putet cramenti (nótese bien) non intendit que no es necesaria la fe en el mi- quedaban consagradas. Se exceptúa
Ecclesiam genevensem esse veram sacramentum conficere, non perficitur nistro para la válida administración el caso en que el ministro neciamente
Christi Ecclesiam, romanam vero non sacramentum.» (De Ecclesia Sacra-
de ellos. coartase expresamente la intención á
esse Ecclesiam Christi, sacramentum mentis, segunda parte del opúsculo 5 .
0

L a s razones de no ser necesarias no bautizar sino á un niño , á no

perfici videtur.» Otra cosa sería si el ad Panormitanum archiepiscopum.)
ni la gracia ni la fe para la válida ad- absolver sino á Juan, á no consagntr
ministro hereje dijese: Aunque la Igle- Benedicto X I V defiende la opinión
ministración de los Sacramentos son: sino una sola H o s t i a ; porque enton-
sia romana sea la verdadera Iglesia de de Santo T o m á s , y añade que aun
1 . " L a razón d priori es la generosa ces , si bien pecaría , el Sacramento
Cristo, no tengo intención de hacer lo cuando la contraria fuese probable, sería nulo por falta de intención. Véa-
voluntad de Cristo, que así lo ordenó
que ella hace; porque, como muy bien no se puede seguir en la práctica, en beneficio de los hombres. 2 . L a a
se á Santo T o m á s in 4 Sent., dist. 3 . , a

dice S i l v i o , en este caso no era ya un porque se trata del valor de un sacra- razón de congruencia fué para evitar q. 1 , art. 4 , sol. 3 . ad 3 . ; á Ca-
a u m

error particular acerca de la Iglesia mento. San L i g o r i o concluye así: las infinitas dudas y congojas que se yetano y á Silvio, sobre el art. 5 de la
romana, sino que se excluía expresa- « H i n c recte docet prasfatus Pontifex originarían en los que reciben los Sa- q. 66 de la 3 . p. de Santo T o m á s ; á
a

mente y en general la verdadera Igle- (Benedicto X I V ) , quod si constet cramentos, si supieran que eran nulos, Billuart , De Bapt., diss. i . , art. 3,
a

sia de Cristo. ( 3 . p., q. 64, art. 8, quempiam Baptismum aut aliud Sa-
a
si el ministro no tenía fe ó gracia. § 3, petes 6.
concl. 6 . ad 8. argum.) cramentum initerabile administrasse
3. L a razón filosófica e s , porque el
a 11111
a

Aquí se ha de notar que en el Ma-

1627. 6.° P. Para la validez del omni adhibito externo ritu, sed in- ministro tan sólo es causa instru-
trimonio el error acerca de la persona
Sacramento ¿basta que el ministro tentione retenta aut cum deliberata mental de los efectos que causan los
volúntate non faciendi quod facit E c - en cualquiera de los dos contrayentes
tenga intención de hacer solamente Sacramentos; y sabido es por I n e x p e -
clesia , urgente necessitate , erit Sa- anula el Sacramento ; porque en el
el acto externo según lo hace la I g l e - riencia que no es necesario que el
cramentum iterum sub conditione contrato matrimonial el error acerca
sia, ó es necesario que tenga también instrumento, en cuanto tal, tenga en
períiciendum; si tamen res moram pa- de la persona es sustancial.
la intención de hacer el acto externo sí la forma á cuya producción concu-
tiatur, Sedis A p o s t o l i c e oraculum erit
en cuanto es sagrado y sacramental, rre instrumentalmente; basta queCris-
exquirendum.» ARTÍCULO III
según lo intenta la Iglesia? to, que es la causa p r i n c i p a l , sea
R. Graves autores católicos dicen 1628. P. Para administrar váli- santo. Así vemos que el médico enfer-
De las cosas necesarias para la lícita ad-
que no se necesita tener intención de damente los Sacramentos ¿es necesa- mo es causa instrumental de la salud
ministración de los Sacramentos.
hacer lo que intenta la Iglesia , sino rio estar en gracia, ó al menos te- de los enfermos. Véase á Santo T o -
que basta la intención de hacer el rito ner fe? más (3. p . , q. 64, art. 5).
a

R. i.° E s de fe que no es necesario 1630. P. ¿Qué cosas son nece-

externo que hace la Iglesia , con tal
1629. P. ¿Es necesario que la sarias por parte del ministro para
que el ministro aplique seriamente la estar en gracia para administrar váli-
intención del ministro se dirija á ma- que administre lícitamente un Sacra-
forma á la materia , como lo hace la damente cualquier Sacramento: así lo teria determinada?
definió el Tridentino contra los pro- mento?
Iglesia.
R. E s indispensable que así se i2. i . ° E s indudable que el minis-
L a segunda opinión, que según San testantes: «Si quis dixerit ministrum haga; porque si la intención y la for- tro está obligado á observar los ritos
L i g o r i o es la común y la que se debe in peccato mortali existentem , modo ma no se aplicasen más bien á esta y ceremonias que la Iglesia prescribe
seguir, «affirmat (son palabras del omnia essentialia, qua; ad Sacramen- que á aquella materia ó persona, el para la administración de cada uno
S a n t o ) omnino requiri intentionem mi- tum conficiendum aut conferendum Sacramento sería nulo: por lo tanto, de los Sacramentos. H e aquí la defi-
nistri faciendi ritum sacramentalem, pertineant, servaverit, non conficere es necesario que se haga la determi- nición dogmática del Tridentino (se-
quem intendit Ecclesia.» ( L i b . 6, nú- aut conferre Sacramentum, anathema nación por la intención del ministro. sión 7 . , canon 13): «Si quis dixerit
mero 23.) Esta sentencia es muy con- sit.» (Sess. 7 . , can. 1 2 , De Sacram.
a
a

No obstante , puede haber errores en receptos et approbatos Ecclesia? ca-

in genere.)
forme al citado canon 1 1 del Triden- el ministro que en nada perjudiquen tholicae ritus in solemni Sacramento-
tino , y al común sentir de los teólo- 2.
0
E n cuanto á los herejes, es de á la validez del Sacramento; v. gr.: si rum administratione adhiberi consue-
gos , fundados también en la autori- fe que si administran el bautismo con el párroco cree que la criatura bauti- tos aut sine peccato a ministris pro
dad de Santo T o m á s , que hablando la materia y forma debidas y con la zada es niño, y verificado el bautismo libitu o m i t t i , aut in novos alios per
de las cosas necesarias para la validez intención de hacer lo que hace la Igle- sabe que es niña , el Sacramento es quemeumque Ecclesiarum pastorem
de un Sacramento , dice así: « R e q u i - sia, el bautismo es válido; como lo indudablemente válido: si el confesor mutari p o s s e , anathelna sit.» E n
ritur etiam in quolibet sacramento definió el Tridentino en la sesión 7. ,
a
112 LIBRO V I . TRATADO
cuanto á la mayor ó menor gravedad
de la culpa que se comete en cada
Sacramento por la omisión ó varia-
ción de los ritos ó ceremonias, se dirá
en particular cuando se trate de cada
uno de los Sacramentos.
Aquí se ha de notar que aunque las
palabras liturgia, rito, ceremonia sue-
len confundirse , hablando con rigu-
rosa propiedad, ceremonia es la m i s -
ma acción; por ejemplo, las cruces que
se hacen en la Misa. Rito es el modo
conque se ejecuta la acción; por ejem-
plo, el modo con que el celebrante
I.
que si bien no obra como ministro de
Orden, obra como ministro de Cristo.
2° Porque sancta sánete sunttractan-
da; y como el bautismo no solemne
es cosa sagrada y causa la gracia,
debe el ministro estar en gracia de
Dios. 3 . L a necesidad de que esté en
0 actu ordinis, aut sacra potestatis, sed in
gracia el ministro no se toma sola-
mente de su consagración como mi-
nistro de Orden, sino también de la
santidad del Sacramento.
L a otra opinión, que según San
L i g o r i o es probable y más común, dice
que el sacerdote ó lego que en caso
DE LOS SACRAMENTOS
Cuniliati y otros. Billuart la defiende
con su acostumbrada solidez y clari-
dad; dice que en este caso no obra
per se como ministro de la Iglesia ni
de Cristo, sino que «per accidens de-
servit principali agenti, non in aliquo
t o in quo quilibet homo posset deser-
viré. Confirmatur ab eo quod contin-
git in humanis. Rusticus, qui per acci
dens et in casu necessitatis regi deser-
vit, non tenetur ministrare cum eo
speciali ornatu et munditie, sicut qui
ex officio ad id est deputatus.» (De
Sacram. in genere, dissert. 5 . , art. 4
a
EN GENERAL.
" 3
sin duda porque Cóncina, Grosin,
Cuniliati y otros autores probabilio-
ristas fueron muy populares en nues-
tra patria; tal vez por esta considera-
ción el Sr. D i e z deja indecisa la cues-
tión.
L a segunda opinión dice que basta
la contrición:
i.° Porque el T r i d e n t i n o , que
trató minuciosamente esta materia,
no hubiera omitido el precepto (si le
hubiera) de mandar confesarse á los
que, estando en pecado mortal, h a -
bían de administrar ó recibir cual-

hace las cruces en la Misa; y esto de urgente necesidad bautiza no so- quier Sacramento de v i v o s ; así como
dico 2.)
mismo se entiende comunmente por lemnemente, no comete sacrilegio, impuso precepto en igual caso á los
liturgia, aunque Macri (Notizia de vo- aunque esté en pecado mortal. Santo Por último, si se dijese á los segla sacerdotes que habían de celebrar y
caboli ecclesiastici) dice que en rigor T o m á s dice lo mismo. H e aquí sus res que pecaban mortalmente bauti- los legos que habían de c o m u l -
significa qucdcumque munus publicum. palabras: «Secus autem esset, si in zando en caso de necesidad sin estar gar. Esta razón me parece muy p o -
2.0
E s opinión comunísima de los aliquanecessitate aliquodsacrum con- en gracia, tal vez no se atreverían derosa, porque, según regla del dere-
teólogos, siguiendo á Santo T o m á s , tingeret, vel exequeretur in illo casu bautizar, y algunas criaturas morirían cho, exceptio firmal regulam in contra-
que el que administra solemnemente in quo etiam laicis liceret; sicut si sin este Sacramento. Por lo tanto, rium.
un Sacramento con conciencia de pe- baptizaret in articulo necessitatis, vel aunque con la debida venia, me apar 2.' L a dificultad de hacer contri-
cado mortal, peca gravemente: «quia si corpus Christi in terram projectum to de la opinión de San L i g o r i o y me ción, que alega Grosin, la tenían
colligeret, non peccaret mortaliter.»
hoc peccatum, dice el A n g é l i c o , per- adhiero á la de Santo T o m á s y de los igualmente los sacerdotes de la ley
tinet ad irreverentiam D e i , et conta- ( I n 4 Sent., dist. 24, q. i . , art. 3,
a otros graves autores que siguen su antigua, los cuales, cuando estaban
minationem Sacramentorum, quan- quaastiuncula 5 . ad 4.""'). E s t o dijo
a
parecer. con conciencia de pecado mortal y
tum est ex parte ipsius peccatoris el Angélico siendo j o v e n ; pero en su 1632. P. E l que está en pecado habían de ofrecer sacrificios, estaban
(licet Sacramenta secundum seipsa mayor edad añadió que ni aun ve- mortal ¿puede hacer ó recibir Sacra- obligados sub gravi á justificarse por
incontaminabilia s i n t ) , consequens nialmente pecaría. H e aquí sus pala- mentos de vivos con sola la contri- la contrición: «Sacerdotes quoque qui
est, quod tale peccatum ex genere bras: « I n articulo necessitatis (sacer- ción, ó está obligado á la previa con- accedunt ad Doininum, sanctifiecntur,
suo sit mortale» ( 3 . p., q. 64, art. 6).
a dos qui est in peccato mortali) non fesión? ne percutiat eos Doipinus» ( E x o d . ,
L o mismo dijo después el Ritual R o - peccaret baptizando in casu in quo R. i . ° Y a se dirá en el núm. 1873 cap. 19, v. 22), y no se ha de decir
mano: «Impure et indigne Sacramen- etiam posset laicus baptizare. Sic que para hacer el sacrificio de la Misa que Dios los exponía á un manifiesto
ta ministrantes, in aeternas mortis enim patet quod non exhiberet se mi- ó para recibir la Eucaristía, no ha- peligro de sacrilegio cuando les man-
reatum incurrunt. Meminisse autem nistrum Ecclesia, sed subveniret ne- biendo urgente necesidad y carencia daba la contrición, que es el gran ar-
semper debent (sacerdotes) Sacra- cessitatem patienti.» ( 3 . p., q. 64,
a
gumento de Grosin para exigir la con-
de confesor, al que está en pecado
menta divinam quidem virtutem, quse art. 6 ad 3 . )
u m
fesión á los que, estando en pecado
mortal no le basta la contrición; es
illis inest, numquam amittere; at vero Suscribo en un todo á la sentencia necesaria la previa confesión, como mortal, han de administrar ó recibir
impure ea ministrantibus celemam de Santo T o m á s , cuya autoridad es lo definió dogmáticamente el T r i d e n - Sacramentos de vivos.
perniciem et mortem afierre.» de tan inmenso peso, y además sus tino (sesión 1 3 , cap. 8, can. 1 1 ) . 3.
0
E n prueba de su opinión, ale-
1631. P. Si un sacerdote ó lego, razones, en mi humilde concepto, sa- 2.
0
E n cuanto á los otros Sacra- ga también Grosin aquella autoridad
estando en pecado mortal, adminis- tisfacen cumplidamente á los reparos mentos, hay dos opiniones: Collet, de San Agustín: «In rebus ad salutem
trase el bautismo no solemne á una de San L i g o r i o . S i l v i o sigue la opi- Merbesio, Cóncina, Grosin y otros, animee necessariis, certis incerta prae-
criatura que se hallaba en necesidad, nión del Angélico en el comentario especialmente probabilioristas, dicen ponere certissimum est peccatum.»
¿pecaría mortalmente? del citado art. 6, queer. 1, concl. 2", que, si hay copia de confesor y no ( L i b . 1, De Baptism., cap. 3). A esto se
R. E n el caso de que tuviese tiem- y cita en favor de ella á Ricardo, Sil- hay urgencia de administrar ó recibir responde: i . ° Que no se puede llamar
po para disponerse con la confesión ó vestre, Suárez, Ñ u ñ o . Así pensaron el Sacramento de vivos, no basta doctrina incierta la doctrina de la se-
con la contrición, y no lo hiciese, también Anacleto, Gonet, Valencia, procurar la contrición, que es indis- gunda opinión, que tiene á su favor
á San L i g o r i o le parece más proba- Bonacina, Natal Alejandro, los Sal- pensable la previa confesión. Esta razones tan poderosas y está apoyada
ble que pecaría mortalmente: i . ° Por- maticenses, Habert, Cóncina, Juenin, opinión fué muy común en España, en la autoridad de tantos y tan e m i -
TOMO II.
ii4 LIBRO VI. TRATADO I.
DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. I T
5
nentes autores, como son, entre otros, debería confesarse ó «exponerse á encarga que estén siempre en gracia te su ministerio en la Misa, San L i -
V i c t o r i a , N a v a r r o , Silvestre, Suárez, manifiesto peligro de quebrantar el los que por su oficio tienen el cargo gorio dice que es probable que no pe-
L u g o , los Salmaticenses, Roncaglia, precepto que le obliga entonces á po- de administrar los Sacramentos; y San ca mortalmente ( l i b . 6, núm. 31); y
L a y m a n , Billuart (De Sacram. in nerse en gracia; porque, según este Carlos Borromeo dice así: «Parochus, cita en favor de esta opinión á Suá-
co?/im., diss. 5 . , art. 5), San L i g o r i o autor, la contrición en muy pocos
a
omnisque sacerdos, cujus est Sacra- rez, L u g o , L a y m a n , Vázquez y otros.
(lib. 6, núm. 34), Scavini y otros llega al grado perfecto que debe te- menta administrare, meminisse debet E s t a opinión es contra Santo T o m á s ,
muchos. 2 . San Agustín habla de las ner. » N o obstante, ni Grosin ni los
0
omni fere temporis momento paratum San Dionisio y otros graves Doctores.
cosas necesarias ad salutem animes, y probabilioristas exigen entonces la esse oportere ad tam sanctat adminisira- Santo T o m á s , tan moderado en sus
Grosin debió probar que en el presen- confesión para cumplir el precepto de tionis munus.» ( I n suis Instruction.) censuras, dice así: «Quicumque ali-
te caso la confesión previa era nece- la caridad. 1634. P. E l sacerdote y el diá- quod sacrum officium pertractat, non
saria ad salutem anima, y que no bas- Por último, tengo por segura, por cono que estando en pecado mortal y est dubium quin illud indigne faciat.
taba la contrición; y esto no lo hizo. mucho más probable y en el día por ejerciendo su ministerio tocan inme- Unde patet quod peccet mortaliter.»
4.
0
T a m p o c o debió Grosin alegar comunísima, la sentencia de San L i - diata ó mediatamente la Eucaristía, ( E n la citada solución 5 . ) E l Após-
a

la autoridad del Ritual Romano; por- gorio; esto es, que para hacer ó reci- como llevándola en una procesión ó tol, hablando de los diáconos, dice
que éste, si bien dice que el que está bir Sacramentos de v i v o s , le basta al dando la bendición con ella, ¿pecan así: «Ministrent, nullum crimen ha-
en pecado mortal no debe tener la que está en pecado mortal hacer con- mortalmente? bentes.» ( I n E p . ad T i m . , cap. 3.)
audacia de administrar un Sacramen- trición, aun cuando tenga que a d m i - R. San L i g o r i o dice que no es i m - Billuart, en el lugar citado, tiene
to sin hacer antes contrición, nisi nistrar la Eucaristía; tan sólo tiene probable la opinión de Suárez, L u g o , por probable que el subdiácono en
prius corde pceniteat, cuando habla de obligación de confesarse el que ha de Vázquez, los Salmaticenses y otros, igual caso también peca mortalmente:
la necesidad de la confesión, tan sólo celebrar Misa ó recibir la Eucaristía. que dicen que no es pecado mortal, «quia reputatur inter ordines sacros
la aconseja, como consta del sentido 1633. P. ¿Puede darse caso tan porque estas acciones ni son sacra- ut diaconatus, et etiam ejus actio pro-
genuino de sus palabras: « S e d si ha- urgente en que sea lícito al que está mentales, ni causan la gracia; pero x i m e concurrit ad Sacramentum.» M e
beat copiam confessarii, et temporis en pecado mortal administrar algún que es m u y probable la opinión de San adhiero á esta opinión de Santo T o -
locique ratio ferat, convenit confiten.» Sacramento sin hacer acto de contri- Dionisio y de Santo T o m á s , que afir- más y Billuart; pero como San L i g o -
L a palabra convenit, como dice B i l - ción? man que es mortal. H e aquí las pala- rio y otros graves autores dicen que
luart, manifiesta claramente que h a - R. E s opinión común que, si ocu- bras de San Dionisio, hablando de los no es mortal, no inquietaré á los que
bla de puro consejo; y lo mismo (dice rriese un caso tan apurado en que ha- ministros que están en pecado mor- no opinen como Santo T o m á s . Bene-
Scavini) se ha de entender lo que dice bía inminente peligro de que un mo- tal: «Qui tangunt res sacras, quasi dicto X I V deja la cuestión irreso-
el Catecismo R o m a n o , que a u n q u e á ribundo expirase sin absolución, si el suo officio utentes, peccant mortaliter luta.
primera vista parece que habla de sacerdote que estaba en pecado mor- (in lib. Ccelestis Hierarch., cap. 1); y
precepto de confesión, los autores le tal se detenía á hacer contrición, de- Santo T o m á s añade: «Quandocum- San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 39), si-
explican de mayor conveniencia sola- bería absolverle inmediatamente; por- que exhibet se in aliquo actu ut m i - guiendo á Soto, Suárez, Vázquez, los
mente. E l Pontifical R o m a n o , hablan- que siendo este Sacramento de tanta nistrum (in eo quod sibi competit ex Salmaticenses y otros, dice que el
do de los que se han de confirmar y necesidad , se interpreta prudente- ordine), mortaliter peccat, quoties Obispo, aunque esté en pecado mor-
están en pecado mortal, dice así: mente que Jesucristo en estos casos hujusmodi actum facit.» ( I n 4 Sent., tal, no peca gravemente consagrando
«Deberent prius peccata confiten et dispensa la falta de disposición del dist. 2 4 , q. i . , art. 3 , quaestiuncula
a el crisma y los Santos Óleos: «quia
postea confirman, vel saltem de mor- ministro. Así opinan Suárez, Lugo, 5- , sol. 5 . ad 4™».)
a a
i remote concurrit ad productionem
talibus, si in ea inciderint, conte- los Salmaticenses, Cóncina, San Li- gratiae.» L u g o y otros dicen que es
rantur.» Por último, Billuart se coloca en mortal; Billuart d i c e l o mismo: «quia
gorio y otros. Si el tiempo lo permi- un término medio, y dice así: « E x c u -
te, el ministro que está en pecado licet ejus actio non sit factiva aut dis-
5. 0
Si Tueran fundadas las razo- santur a mortali, qui in malo statu
tributiva Sacramenti, est tamen a l i -
nes de Grosin, se seguiría que el que mortal no se excusa de la contrición Eucharistiam in vase vel vitro inclu-
quo sensu sacramentalis, quatenus
poco después del cumplimiento p a s - tan sólo por la dificultad que sienta sam de loco in locum transportant,
materiam ordinis et Extremas Unctio-
cual cayese en pecado mortal, no po- para hacerla; porque, ó proviene de aut cum illa dant benedictionem; cum
nis conficit ex potestate ordinis in sum
dría dilatar muchos meses la confe- que no se esfuerza, ó de que está vo- enim medíate tantum tangant Eucha-
mo gradu.» M e adhiero á esta opi-
sión; porque debiendo sub gravi hacer luntariamente adherido al pecado; y ristiam, videtur levitas materia;..., et
actos de caridad algunas veces en el en cualquiera de los dos extremos es nión, que es también conforme á la
quia eorum ministerium remote tan-
año (según San L i g o r i o y el mismo culpable, c o m o en el mismo número doctrina de San Dionisio y de Santo
tum ordinatus ad Sacramentum.» (De
Grosin, cada m e s ) , y no pudiendo dice San L i g o r i o , siguiendo á Cónci- T o m á s . E s tan sagrada, tan solemne
Sacram. in comm., diss. 5 . , art. 4 . ,
a 0

cumplir este grave precepto el que na (tomo 8, pág. 350, n ú m . 37). Con y tan imponente la consagración del
consectaria, colliges 2.)
está en pecado mortal, se seguiría, razón San L i g o r i o , citando á Natal crisma, que me parece muy grave
En cuanto al diácono que, estando irreverencia que un Obispo la ejerza
según los principios de Grosin, que Alejandro (De Sacram., l i b . 2, reg. 12;,
en pecado mortal, ejerce solemnemen- con conciencia de pecado mortal; pero
 LIBRO VI. TRATADO I. DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. 117
n5
Jesucristo ( M a t t h . , cap. 7, v. 6). S e
no inquietaré al que siga la opinión potestad de orden y de jurisdicción do de él se hubiesen de seguir mucho
para absolver, sino también para oír exceptúa el caso en que el ministro mayores bienes, ó se hubieran de evi-
contraria. tan sólo supiese su indignidad por la tar mucho mayores males. T é n g a s e
San L i g o r i o dice que, según la opi- confesiones. confesión sacramental; porque en este
San L i g o r i o , por el contrario, dice esto presente para cuando se trate del
nión comunísima, no peca gravemen- caso no se podía negar la Eucaristía sigilo.
te el Obispo ó sacerdote que, estando que es más común y más probable la al pecador público, para no violar el
2.° A l pecador público, aunque
en pecado mortal, consagra un t e m - opinión del cardenal de L u g o , Sporer, sigilo sacramental.
conste al ministro que está enmenda-
plo, bendice vestiduras sagradas, cor- E l b e l , Diana, los Salmaticenses y 1638. Aquí se ha de tener muy do, no le puede dar, públicamente, la
porales, agua lustral, etc. Billuart lo otros que dicen que, si no absuelve, presente que aunque Santo T o m á s , comunión, si no es pública su enmien-
confirma, y añade que lo mismo se ha no peca mortalrhente: «quia confes- San Buenaventura y San Antonino da; porque si se le diese, habría p ú -
de decir «de collatione tonsura?, de sarius audiendo non conficit Sacra- opinan que el confesor que tan sólo sa- blico escándalo. D e modo que para
benedictione vasorum sacrorum, ab- mentum; illud enim non conficitur, bía por la confesión la indisposición que á un público pecador se le pueda
batissarum, virginum, etc., quia ha? nisi quando absolutio impertitur. > del pecador oculto, podía, sin violar 1 dar públicamente la comunión, han de
actiones et símiles nullatenus sunt ( L i b . 6, núm. 36.) N o inquietaré á el sigilo, negarle la comunión si la pe-1 concurrir reunidas dos circunstancias:
sacramentales: ñeque jure divino, sed quien siga esta opinión, pero tengo día privadamente; que el Obispo po- i . , que le conste al ministro su en-
a

ecclesiastico tantum Episcopis c o m - por mucho más probable la primera; día negar las órdenes á un ordenan- mienda; 2 . , que haya dado pública
a

petunt.» porque no sólo la absolución, sino

1635. P. ¿ C ó m o peca el que también la confesión sacramental es
predica estandü en pecado mortal?
R. Santo T o m á s , siendo j o v e n ,
opinó que el pecador, aun siendo
oculto, pecaba gravemente si predi-
caba (in 4 Sent., dist. 19, q. 2.", ar-
tículo 2, quaestiuncula 2. ); pero en su
a
mayor edad retractó esta opinión en
la 2 . 2.* , q. 33, art. 5; y en la q. 60,
a
art. 2 ad 3."™, c o m o notan sus doc-
tos expositores Silvio y Billuart. E n
el comentario de la segunda Carta á un pecador?
do que las pedía privadamente, aun- satisfacción. H e aquí las palabras del
que tan sólo supiese su indignidad por Ritual R o m a n o , hablando de los que
acto de orden y de jurisdicción.
la confesión; y que el párroco podía han de recibir la Eucaristía: «Arcendi
negarse á asistir á un matrimonio, sunt publice i n d i g n i . . . , nisi de eorum
A R T I C U L O IV.
cuando tan sólo por la confesión sabía pcenitentia constet, et publico scandalo
un impedimento dirimente; pero en el prius satisfecerint.»
Se resuelven algunas cuestiones impor-
día, según Cóncina, San L i g o r i o (li-
tantes acerca de la lícita administra- 3. 0
Si el pecador público se en-
bro 6, núm. 658) y la sentencia de
ción de los Sacramentos. mendó y pide privadamente la comu-
todos los teólogos, no se puede practi-
nión, se le puede dar, si consta su
car esta opinión. N o se condenó, á lo
1637. P. ¿Puede el ministro ad- enmienda al ministro y á los que es-
menos expresamente, la opinión es-
ministrar los Sacramentos de vivos á tán presentes; con tal que, dice B i l -
peculativamente, pero sí se proscribió
luart (De Sacram. in comm., diss. 6 . ,
a

el uso de ella. Clemente V I I I , en 26

los Corintios, cap. 6, lecc. i . ' , dice
a de Mayo de 1594, dio el siguiente de-
el Santo Doctor que el pecador públi-
co debe sub gravi abstenerse de p r e -
dicar para evitar el escándalo que I
causaría.
E l doctísimo Cayetano, en el c o -
mentario del art. 5 de la q. 33 de la
2 . 2. de Santo T o m á s , dice (y en
a ie
Pt. Acerca de las disposiciones que
se requieren para que el ministro pue-
da lícitamente administrar cada Sa-
cramento, como que son diversas las
disposiciones que se exigen en cada
j promoti, caveant diligentissime, ne
uno de ellos, se dirá en sus respecti-
vos lugares; ahora voy á concretarme
al sacramento de la Eucaristía: i . ° El
art. 2), haya certeza moral de que
constará al público su enmienda,
creto: « T a m superiores pro tempore
cuando se publique que c o m u l g ó . M e
existentes, quam confsssarii qui pos-
parece bien esta doctrina. L o mismo
tea ad superioritatis gradum fuerint |
dice San L i g o r i o : «Qui autem oceulte
petit, sufficit oceulte egisse poeniten-
ea notitia quam de aliorum peccatis
t i a m . » ( L i b . 6, núm. 47.)
in confessione habuerunt, ad exterio-
rem gubernationem utantur.» Para graduar cuándo está suficien-

que pide la Eucaristía puede ser peca- 1 temente reparado el escándalo públi-
mi concepto con razón) que cuando Este decreto se extendía también á co, en muchos casos sólo la pruden-
dor público ó pecador oculto. %."Pue-
el pecado es oculto, y predica ó c o - los sacerdotes seculares; y como al- cia del confesor puede determinarlo;
de pedir la Comunión oculta ó públi-
rrige con espíritu de humildad, no só- gunos interpretaban que no obligaba no obstante, San L i g o r i o da una re-
camente. 3 . Puede ser pecador con
0

lo puede lícitamente predicar ó corre- cuando de no usar del sigilo se ha- gla muy importante: dice que cuando
publicidad de hecho, ó de derecho, ó
gir, sino que debe hacerlo. de fama. E n el art. 2. de la detrac-
0 bían de seguir mayores males, I n o - el pecador público se confiesa pública-
1636. P. E l que estando en p e - ción (núm. 1475) se explicaron estas cencio X I , para cerrar la puerta á mente, se le considera enmendado pú-
cado mortal oye una confesión sin tres especies de publicidad. Esto su- gratuitas interpretaciones, dio el de- blicamente, con tal que no se halle en
ánimo de absolver al penitente hasta puesto, se responde á la pregunta. creto general siguiente: «Mandantes ocasión próxima de pecar mortalmen-
que se ponga en gracia, ¿peca grave- etiam universis sacramenti Pcenitentiaa te, pues entonces es preciso que, ade-
i.° A l pecador público que pide
mente? ministris, ut ab ea (doctrina) in praxim más de haberse confesado, haya d e -
la Eucaristía en público ó privada-
R. Suárez, Francisco L u g o , el con- deducenda prorsus abstineant.» De j a d o la ocasión. ( L i b . 6, núm. 47.)
mente, no se le puede dar, ya sea pe-
tinuador de T o u r n e l y , Gonet, C ó n c i - modo que en el día jamás se puede
cador público con publicidad de he- 1639. P. Cuando se duda si es
na y otros dicen que peca mortalmen- usar del sigilo de la confesión cum
cho, ya sea de derecho, ya sea de fa- público pecador el que se acerca á c o -
te, porque semejante acción es sacra- gravaminepoenitentis, aun cuando usan-
ma. Nolite sanctum daré canibus, dijo mulgar, ¿se le debe rechazar?
mental, y el sacerdote no sólo recibe
118 LIBRO VI. TRATADO
R. E s opinión comunísima que se
le debe admitir á la comunión; por-
que, como dice el derecho: «Quisque
rationabiliter, praesumitur bonus, nisi
malus certo probetur.» ( C a p . Dudum,
de prcesumpt.) D i c e San L i g o r i o que,
con tal que la sospecha pública del
crimen se pueda deponer con alguna
razón probable, no se le debe negar
la comunión; pero que se debe negar
cuando la sospecha pública es tan ve-
hemente, que equivale á certeza moral
(lib. 6, núm. 48). E n este caso no le
favorece el principio in dubiis melior
est conditio possidentis famam; porque
ya no hay duda solamente, ni posee
realmente su fama.
1640. P. Si el público pecador
amenaza con la muerte al ministro,
¿podrá éste darle la comunión?
R. Croix, Gobat, Sporer y Escobar
dicen que, con tal que no se pida la
comunión in odium fidei vel in contem-
ptum religionis, el ministro puede
darle la comunión para salvar su vida.
San L i g o r i o , que en otro tiempo llevó
esta opinión, dice que examinándola
después con más atención, la retractó
y 110 la tiene por probable (lib. 6, n ú -
mero 49); que se adhiere á Cóncina y
Ledesma, los cuales defienden que el
ministro antes debe morir que dar la
comunión á ese público pecador. E l
doctísimo y elocuentísimo Cóncina,
entre otras cosas, dice así: « P r i m i s
religionis nostrae SSBCUIÍS fideles dirá
tormenta, bonorum jacturam, et mor-
tem subibant, prius quam sacros c ó -
dices et vasa sacra proderent infideli-
bus. A n non infideli deteriores publici
peccatores, qui scelerum iniquitate vi
et minis Sacramenta sibi dari urgent?»
(De Sacram. in genere, dissert. u n i c ,
cap. 1 2 , núm. 12.)
E l Crisóstomo, hablando de la dis-
tribución de la Eucaristía á un peca-
dor, dice así: « A n i m a m ( v i t a m ) potius
tradam m e a m , quam Dominicum
alicui corpus indigne concedam.»
( H o m i l . 6. ad pop. A n t i o c h . )
a
C o m o ennuestros calamitosos tiem-
I.
pos pueden ocurrir fácilmente graves
compromisos de esta naturaleza, me
parece conveniente transcribir los avi-
sos que sobre esta materia da á los
sacerdotes el muy docto y muy pru-
dente cardenal Gousset. Dice así:
« i . ° Si el ministro sabe de antemano
que un pecador público ciertamente
indigno quiere acercarse á la comu-
n i ó n , le avisará antes cortésmente,
sin ruido ni estrépito, diciéndole que
no se acerque, porque no puede co-
mulgar, pero sin decirle el motivo. 2. Si
0
en el acto de dar la comunión se pre-
sentase entre los demás un pecador
público, el ministro pasará adelante
sin darle la comunión. 3 . Si el peca-
0
dor público se presentase solo al co-
mulgatorio, el ministro no se moverá
del altar, sino que le enviará un re-
cado atento, diciéndole que se retire.
4 . Si el pecador público preguntase é
0
importunase al ministro para que le
diga el motivo por que le niega la Eu-
caristía, el ministro se abstendrá dt
manifestárselo desde el pulpito ni de
otro modo público; porque si tal hi-
ciese, despechado el pecador, podria
promover contra él una acusación cri-
minal de difamación que le causaría
graves disgustos, gastos, y además no
poca dificultad para encontrar testigos
que se atreviesen á declarar contra un
hombre de esa naturaleza.» Este aviso
es de importancia, como advierte el
muy prudente cardenal Gousset (to-
mo 2, núm. 52).
1 6 4 1 . P. ¿Quiénes deben ser con-
siderados pecadores públicos?
R. H e aquí las palabras del Ritual
R o m a n o , hablando de los que se acer-
can á la Eucaristía: «Arcendi sunt
publici indigni: quales sunt excom-
municati, interdicti, manifestique in-
fames, ut meretrices, concubinarü,
fceneratores, m a g i , sacrilegi, blasphe-
m i , et alü ejusdem generis publici
peccatores, nisi de eorum pcenitentia
constet, et publico scandalo satisfece-
rint.» A los que viven maritalmente
estando casados tan sólo civilmente,
DE LOS SACRAMENTOS
se les debe negar la Eucaristía como
á públicos concubinarios, hasta tanto
que se casen canónicamente.
1642. P. L o s comediantes y las
actrices públicas ¿son públicos peca-
dores?
B. Véanse los números 545 y 938.
El cardenal Gousset trata esta cues-
tión en el núm. 53 del tomo 2 de su
Teología Moral, y refiere muchos R i -
tuales de varias diócesis de Francia,
de los cuales los unos cuentan á los
cómicos entre los pecadores públicos,
los otros no hacen mención de ellos.
Gousset emite su opinión del modo
siguiente: A un comediante (ó ac-
triz) se le debe negar la Eucaristía
cuando está públicamente difamado
en el país, ó por sus malas costum-
bres, ó por el abuso que hace de su
profesión; á no ser que se enmiende
y repare públicamente el escándalo
que dio. 2 . Si no ocurre ninguna de
0
estas dos circunstancias, no le parece
que se debe negar la Eucaristía tan
sólo por ser cómico ó actriz; porque
ni el Ritual R o m a n o los numera en-
tre los pecadores públicos, ni las l e -
yes eclesiásticas vigentes ni las civi-
les los tienen por públicos pecadores
ni por infames: no obstante, el párro-
co debe arreglar su conducta á lo que
el Obispo decida sobre este punto.» Me
parece muy prudente la resolución de
Gousset. T a n sólo añadiré que, sien-
do en el día tan frecuente la represen-
tación de comedias obscenas, irreli-
giosas é inmorales ó en el fondo, ó
en las formas, ó en ambas cosas, el
cómico (ó actriz) que se presta indi-
ferentemente á toda clase de bailes
ó de representaciones buenas ó malas,
debe ser contado entre los públicos
pecadores; y cuando no se han pres-
tado, pero están dispuestos á hacerlo,
se les debe negar la absolución , si no
deponen su mala voluntad.
1643. E n cuanto al pecador ocul-
to, se ha de distinguir: ó pide la E u -
caristía privadamente, ó la pide pú-
blicamente: si la pide privadamente y
EN GENERAL. 119
el ministro sabe su indisposición, debe
negarle la comunión, amonestándo-
le caritativamente respecto de t;u mal
estado. L o mismo se ha de decir
cuando se acerca al comulgatorio y
tan sólo están presentes algunas per-
sonas que saben su mal estado. L a
razón es, porque en estos casos ni se
le hace injuria ni se le infama. Sca-
vini añade que también se puede n e -
gar la Eucaristía al pecador oculto,
cuando la pide delante de algunos
pocos que son nnullius fere \momenti
ut sunt pueruli (en la última edición
dice pucri) et similies.» Estas pala-
bras de Scavini se han de entender
cum mica salis; porque los muchachos
y otras personas semejantes , si se
aperciben del caso, serán unas trom-
petas que divulgarán prontamente la
negación de la Eucaristía, y quedará
infamado el que poco antes era peca-
dor oculto.
1644. P. Si el pecador que no
es simpliciter público pide la comu-
nión en presencia de varias personas,
de las cuales la mayor parte sabe el
delito, pero no le saben todas, ¿podrá
el. ministro negarle la Eucaristía?
R. Aunque hay opiniones, tengo
por notablemente más probable la
sentencia de Suárez, Bonacina, San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 45) y otros que
dicen que no se puede negar la E u -
caristía á ese pecador, porque no es
verdaderamente público; así como es
verdaderamente detractor el que ma-
nifiesta un delito delante de cuatro
personas, únicas que lo sabían, y de
otras cuatro que no lo sabían. L a ra-
zón es, porque el pecador en este caso
estaba aún en la posesión de su
fama.
1645. P. ¿Cuál es la causa de
no poderse negar la Eucaristía á un
pecador oculto?
R. San L i g o r i o , en el lib. 6, nú-
mero 49, dice que la causa principal
no es porque no se infame al pecador
oculto, como dice Santo T o m á s (3. a
parte, q. So, art. 6 ad 2 . ) ; sino que
u m
120 LIBRO VI. T R A T A D O
principalmente (sed potissimum) es
por evitar los escándalos que se se-
guirían, absteniéndose tal vez los fie-
les de comulgar por temor de que el
sacerdote, por odio ó por impruden-
cia, les negase la Eucaristía: «ut
recte ait Croix, contin. T o u r n . , et
Antoine, etc.» Son palabras del San-
to. Sea dicho con buena venia: la ra-
zón que alegan Croix, etc., la había
expuesto Santo T o m á s cuatrocientos
años antes, in 4 Sení., dist. 9 . , q. i . ,
a a
art. 5, sol. 1 . " , donde, además de
otras dos razones, pone ía siguiente:
«Secundo, quia quilibet christianus
habet jus in perceptione Eucharistias,
nisi illud per peccatum moríale amit-
tat. Unde cum in facie Ecclesice non
constet (peccatorem occultum) a m i -
sisse jus suum, non oportet ei in facie
Ecclesia; denegari: alias (he aquí la
razón de L a Croix) daretur facultas
malis sacerdotibus pro suo libito puni-
ré máxima pcena quos vellent;» pero
en la Suma Teológica, que es su obra
más autorizada, no pone sino la razón
más principal que prohibe negar pú-
blicamente la Eucaristía, que es por
no infamar al pecador oculto.
E l A n g é l i c o Maestro se opone á sí
mismo el argumento de que el minis-
tro, dando la comunión al pecador
oculto, cooperaría al sacrilegio que
éste comete; y responde así: « A d se-
cundum dicendum, quod licet pejus
sit peccatori occulto peccare mortali-
ter sumendo corpus Christi, quam in-
faman; tamen sacerdoti ministranti
corpus Christi pejus est peccare mor-
taliter infamando injuste peccatorem
occultum, quam quod ille mortaliter
peccet.» Esta infamia injusta es la
razón per se intrínseca, suficientísima,
y que siempre acompaña á la nega-
ción de la Eucaristía al pecador ocul-
to. L a de Croix es una razón secun-
daria, extrínseca y accidental. (Véase
á Cayetano y á Silvio, en el comen-
tario del citado art. 6 de Santo T o -
más, y á Cornelio á Lapide en el c o -
mentario del cap. 26 de San Mateo.)
I.
1646. P. Cuando uno es público
pecador en un lugar y pasa á otro
pueblo donde se ignora su mal esta-
do, si pide la Eucaristía á un sacer-
dote que sabe privadamente su indig-
nidad, ¿deberá y podrá éste negarle
allí la comunión?
R. Graves autores, entre ellos el
cardenal Cayetano y Suárez, dicen
que se le debe negar; porque infama-
do en un lugar, ya perdió el derecho
á su fama en todas partes; pero San
L i g o r i o , siguiendo á Soto, Cabasucio,
V á z q u e z , etc., dice que no se le debe
negar la comunión. L a razón es, por-
que no se sigue escándalo en dársela
donde se ignora su mal estado, y en
no dársela se seguirían los mismos
inconvenientes y daños que se han
dicho cuando se niega la comunión
al pecador oculto. E l Santo y los
autores citados exceptúan prudente
mente el caso en que la criminalidad
del que pide la comunión hubiese de
llegar fácilmente á noticia del pueblo
donde actualmente se ignora.
1647. P. ¿ E s lícito alguna vez
simular sacramento?
R. N o se ha de confundir la simu-
lación formal con la material. L a si-
mulación material es lícita muchas
veces, y algunas hasta es obligatoria;
porque ésta no es propiamente simu-
lación, sino disimulación. E l confesor,
cuando no puede absolver al peniten-
te, reza algunas oraciones en v o z baja
y le da la bendición, no con intención
de engañar á los circunstantes, sino
para ocultar la indisposición de la
persona confesada, como con la sen-
tencia comunísima dice San Ligorio
(lib. 6, núm. 59). Así lo practican los
confesores prudentes, y así lo ordena
el derecho canónico: «Caveat autem
(confessarius) omnino ne verbo, aut
signo, aut alio quovis modo aliquem
prodat peccatorem.» ( I n cap. Omnis,
de pcemt. et remiss.)
San L i g o r i o dice que si un peni-
tente indispuesto se conviniese con el
confesor para que éste, sin darle real-
DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL.
mente la F o r m a que tenía en las ma-
con ánimo de engañar al penitente,
nos, dijese las palabras: Corpus Do-
sino de redimirse de la vejación in-
mini nostri Jesuchristi custodiat, etc., á
justa con que el penitente le amena-
fin de que no quedase infamado, sería
za; « q u a m v i s pcenitens se decipiat,
lícito; porque realmente no se simu-
credendo illam orationem esse for-
laba sacramento ( n ú m . 61). L o mis-
mam absolutionis.» ( L i b . 6, número
mo dicen Moya, Diana, etc. Pero
659, in fin.) Scavini dice que el c o n -
jamás sería lícito darle una forma no
fesor puede hacer la anterior disimu-
consagrada; porque, como dice Santo
lación si el penitente le amenaza con
T o m á s , el sacerdote que tal hiciese,
la muerte (tract. I X , disp. i . , cap. 3,
a
en cuanto estaba de su parte, hacía
art. 2, qucer. 3, Si minetur mortem);
idolatrar á los que creían que estaba
pero San L i g o r i o no exige que se
consagrada ( 3 . p., q. 80, art. 6 ad
a
amenace con la muerte, ni veo en qué
2. ). Esta es sentencia común. San
um
se funde Scavini. Y o creo que basta
Agustín, citado por Santo T o m á s y
, la conminación de un daño verdade-
San L i g o r i o , dice que el sacerdote
I ramente grave: si minetur confessarium,
que tal hiciese, cometería más ho-
dice San L i g o r i o , y nada más.
rrendo sacrilegio que el que comulga-
se realmente con conciencia de peca- L a simulación formal nunca es lí-
do mortal. cita, porque es una verdadera menti-
ra de hecho (véase el art. 2 de la
T a m b i é n opina el Santo que el
mentira). E l que simula f o r m a l m e n -
confesor, para evitar la infamia del
te, finge lo que no es, como dice Ci-
penitente indispuesto, puede decir:
cerón, y comete un gravísimo sacrile-
ego te N O N absolvo, pronunciando el
gio, un abuso de los Sacramentos y
adverbio non en v o z bajita; no inten-
una injuria contra Dios (San L i g o r i o ,
tando engañar á los presentes, sino
lib. 6, núm. 59). Inocencio X I , en 2
ocultar la indisposición de la persona
de M a r z o de 1666, condenó la si-
confesada (lib. 6, núm. 59). N o im-
guiente proposición (es la 29): « U r -
pugno esta sentencia del Santo; pero
gens metus gravis est causa justa
me parece lo mejor que el confesor
Sacramentorum administrationem si-
pronuncie las palabras de la absolu-
mulandi.» D e modo que, según la
ción en v o z tan baja, que no las per-
opinión común, como dice San L i g o -
ciban los circunstantes, y de este
rio, citando á Cóncina y á otros au-
modo se libra de disimulaciones no
tores, Inocencio X I condenó también
necesarias y de peligros de revelar
á los que dijesen que por temor de la
indirectamente el sigilo cuando tiene
muerte se podían simular Sacramen-
que negar la absolución. H e observa-
tos. D e aquí es, dice el Santo, que
do que algunos confesores pronuncian
nunca es lícito pronunciar fingida-
las palabras de la absolución de un
I mente las palabras de la consagración
modo que se percibe á treinta pasos.
sobre el pan y el v i n o , ni celebrar
Este es un gran defecto, porque si
Misa sin decir las palabras de la con-
tiene que negar la absolución á algu-
sagración: apliqúese esta doctrina á
nos, las personas discretas que están
otros casos semejantes que ponen los
presentes pueden muy bien cono-
autores.
cerlo.
San L i g o r i o , en el mismo número,
dice que si un penitente indispuesto
amenaza seriamente al confesor si no
da la absolución, puede éste decir
sobre él, no las palabras de la abso-
lución, sino algunas oraciones, no
122 LIBRO VI. TRATADO I. DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. 123
cramentum est praebendum sensibus
I R. E s cosa cierta que el bautismo
destitutis, qui antea illud petierunt, CAPÍTULO V
CAPÍTULO IV 1 recibido con advertencia indignamen-
seu verosimiliter peíiissent.» San L i g o -
te por un adulto, si éste después hace
rio añade que, aun cuando el pecador DE LAS DISPOSICIONES NECESARIAS
DE LAS DISPOSICIONES NECESARIAS un acto de perfecta contrición ó se
hubiese sido sorprendido en el acto PARA QUE LOS ADULTOS RECIBAN
confiesa bien, el bautismo produce
PARA LA VÁLIDA RECEPCIÓN D E LOS
de un pecado mortal cuando perdió el LÍCITA Y FRUCTUOSAMENTE LOS
entonces el perdón del pecado original
SACRAMENTOS,
uso de la razón, se le debe dar la Ex- SACRAMENTOS.
y la remisión de toda la pena t e m p o -
1648. i . ° E s indudable que por tremaunción, al menos bajo condi- ral debida á los pecados actuales co-
derecho divino tan sólo el hombre ción, y lo mismo la absolución, con 1652. Para no repetir las mate- metidos antes del bautismo ó en su
viador es sujeto apto para recibir vá- tal que sea católico (lib. 6, núm. 82); rias, y remitiéndome á cada uno de recepción; pero no perdonaría toda la
lidamente los Sacramentos, porque porque, como muy bien dice el San- los Sacramentos en particular, tan só- pena temporal de los pecados c o m e -
lo trataré ahora del Bautismo y de la
sólo él puede recibir la gracia que to, «mérito praesumi potest quod ipse tidos después del bautismo, porque
Penitencia, que son los dos únicos
causan ó su aumento. L a s almas del (peccator) in próximo periculo su;t éstos no pertenecen á su institución.
Sacramentos de muertos.
Purgatorio y los bienaventurados no damnationis constitutus cupiat omn: E n esto convienen todos los teólogos,
pueden merecer aumento de gracia: modo siuc aaternas saluti consulere. > Para recibir lícita y fructuosamente siguiendo á Santo T o m á s ( i n 4 Sent.,
los niños del limbo no pueden justifi- ( L i b . 6, núm. 843). el Bautismo y la Penitencia, basta á dist., 4.*, q. 3 . , art. 2, sol. 3 ad 2 . )
a u m

San L i g o r i o , siguiendo á L u g o , los adultos tener fe y esperanza, y y á San Agustín, que dice así: « T u n e
carse: los condenados están obstina-
Cóncina y á otros autores, dice que además atrición para la confesión, y valere incipit baptismus, cum illa fic-
dos irrevocablemente en la culpa. E n
la intención ó voluntad interpretativa aun para el Bautismo, si el adulto tie- tio veraci confessione recesserit, quas,
orden á las disposiciones que debe
ne pecado grave actual.
tener cada viador para recibir válida- es también bastante para que se pue- corde in malitia vel sacrilegio perse-
mente cada uno de los Sacramentos, dan administrar los sacramentos de E n cuanto á los Sacramentos de verante, peccatorum ablutionem non
la Confirmación y de la Eucaristía á vivos, el que los recibe con concien- sinebat fieri.» ( L i b . De Bapt., contra
se dirá en sus respectivos lugares.
cia de pecado mortal, además de la D o n . , cap. 2, ante m é d i u m . )
2.
0
E s opinión común que en los los moribundos destituidos del uso de
injuria sacrilega que hace al Sacra-
adultos se requiere alguna intención razón ( L i b . 6, núm. 82.) C o m o para recibir fructuosamente
1650. P. ¿Se requiere tener pie- mento, no recibe la gracia, pero sí el
para recibir los Sacramentos; pero el bautismo basta la atrición en el
dad, ó á lo menos fe teológica, para carácter en los que le imprimen.
como se necesita más en el agente adulto que, además del pecado o r i g i -
que en el paciente, de aquí es que en recibir válidamente los Sacramentos- 1 6 5 3 . P. ¿Puede suceder que una nal, tiene culpas mortales, dice B i l -
R. Es doctrina corrriente que no persona reciba un Sacramento de vi- luart que si la ficción consistió en que
el ministro siempre se necesita inten-
se necesita piedad ni fe en los adul vos con conciencia de pecado mortal
ción actual ó virtual para lo válido el adulto, creyendo con buena fe que
sin cometer sacrilegio?
del Sacramento; pero en el sujeto, tos para recibir válidamente los Sa- al bautizarse tenía atrición y real-
exceptuada la Penitencia y el Matri- cramentos, con tal que tengan la de- R. San L i g o r i o , siguiendo á gra- mente no la tenía, el bautismo enton-
ves autores, dice que no pecaría el ces producirá los efectos que se han
monio, basta la intención habitual. bida intención de recibirlos. Se ex-
que, puesto en el comulgatorio, se dicho tan luego como ponga la atri-
D e l Matrimonio se hablará en su lu- ceptúa el sacramento de la Peniten-
acordase de un pecado mortal no per- ción que faltó. Esto se entiende en el
gar. E n cuanto al sacramento de la cia, en el que la materia próxima son
donado, y no teniendo tiempo para caso de que no hubiese pecado m o r -
Penitencia, como los actos del p e n i - los actos del penitente, coráis contri-
hacer contrición, comulgase porque talmente después del bautismo; pues
tente son la materia próxima de este tio, etc., los cuales no se pueden te-
no hubiese escándalo. Además, si hu- en caso de haber cometido culpa gra-
Sacramento, se exige indispensable- ner sin fe y devoción.
1651. P. ¿Se necesita la aten- biese en el templo una repentina irrup- ve, sería necesaria la confesión ó la
mente la intención actual ó virtual.
ción para recibir válidamente los Sa- ción de herejes que habían de profa- contrición perfecta para que el bau-
1649. P. ¿Basta algunas veces
nar la Eucaristía, en este caso bien tismo produjese dichos efectos. L a
la intención imterpretativa para reci- cramentos?
podría también lícitamente consu- razón es, porque los pecados cometi-
bir un Sacramento? R. L a atención no es necesaria, ni
mirla una persona, aun cuando fuese dos después del bautismo pertenecen
R. L a intención interpretativa, co- muchas veces es posible: basta la in-
lega, que estuviese en pecado mortal; ya á otro fuero (De Bapt,, diss. 4 . , a

m o ya se ha dicho, es «qua? n u n - tención del modo que queda dicho, si porque esto no era propiamente reci- art. 2). L o mismo había dicho literal-
quam fuit h a b i t a , sed praesumitur bien es claro que el que recibe los bir sacramento, sino esconder la Eu- mente Santo T o m á s , en el lugar ci-
habenda a suscipiente, si esset ipse Sacramentos ha de procurar una aten- caristía en su pecho para que no fue- t a d o .
compos rationis.» E s opinión común j ción piadosa. se profanada (lib. 6, núm. 86.
y práctica general de la Iglesia que 1655. P. L o s otros Sacramen-
esta intención basta para recibir la 1654. P . Recibido un sacra- tos ¿producen sus efectos recedente fic-
mento en pecado m o r t a l , recedente tione?
Extremaunción.
fictione, esto es, quitado el óbice, ¿se
E l Ritual R o m a n o , hablando de la R. E s cuestión muy controvertida
producen los efectos del Sacramento?
Extremaunción, dice así: « H o c Sa- entre los autores, como puede verse
124 LIBRO VI. TRATADO I.
DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL.
!25
en San L i g o r i o (lib. 6, núm. 87) y en jtts virtute possit aliquis virtutem Sacra- sacramento de la Penitencia perdona
' P o r último , se ha de notar que
B i l l u a r t , en el artículo citado . L a mentí percipere, fictione recedente; et siempre los pecados , si se ponen las
aunque San L i g o r i o en un priniepio
cuestión no es muy importante para ideo non est simili (ac in baptismo).» cosas, quce sunt de essentia sacramenli.
fué de opinión que el excomulgado
la práctica, porque las opiniones di- 3.0
Algunos autores dicen que la Es así que si no se ponen las cosas
vitando ni aun en caso de extrema
versas no pueden variar los efectos Extremaunción y el Matrimonio, re- «quaa sunt de essentia sacramenti»
necesidad podía administrar válida-
reales de los Sacramentos: no obstan- cibidos en pecado mortal, producen es nulo el sacramento; luego no se
mente el sacramento de la Penitencia
te, diré mi humilde parecer. las gracias sacramentales, recedente puede dar sacramento de Penitencia
(lib. 6, núm. 88), después se retrac-
i.° T e n g o por notablemente más fictione; y se fundan en que como la que sea válido é informe.
tó ( l i b . 6, núm. 560). F a g n a n o , Cón-
Extremaunción no se puede reiterar
probable y más conforme á la doctri- 1657. P. ¿Es lícito pedir Sacra- cina y otros citan un decreto de la
durante la misma enfermedad, ni el
na de Santo T o m á s que la Confirma- mentos á un ministro indigno , ó re- Sagrada Congregación del Concilio,
Matrimonio durante la vida de los cibirlos de él?
ción y el Orden, recedente ficiione, pro- que decía ser nula dicha absolución;
dos cónyuges, se seguiría que queda-
ducen la gracia sacramental; porque, R. E l ministro puede ser indigno, mas á esto responde San L i g o r i o :
ban del todo privados de los auxilios
aun recibidos con conciencia de peca- ó porque es censurado vitando , ó «Cardinalis Albitius r e f e r t , quod de-
sacramentales; pero esta razón, en
do mortal, imprimen carácter, el cual porque es censurado tolerado , ó p o r - clarado supra relata non reperitur in
mi concepto, no tiene fuerza, porque
es una forma espiritual en la que se que consta que está en pecado mortal. registro S a c r a Congregationis ; sig-
el que recibe estos dos Sacramentos
contienen virtualmente los efectos i.° E n cuanto al censurado vitan- num quod illa foris non exierit , vel
indignamente, debe imputar á sí mis-
que no produjo el Sacramento cuan- do , no es lícito comunmente pedirle quod in desuetudinem abierit, tam-
mo el quedar privado de esos auxi-
do se recibió en pecado mortal. Ahora los Sacramentos, porque hay precepto quam communi sententiae opposita.
lios. Ellos son de tal naturaleza, que,
bien: la única razón que alega Santo grave de no comunicar con él in re- í d e m refert, quod cum hujusmodi du-
ó producen esas gracias cuando se re-
T o m á s para probar que el Bautismo, ciben, ó nunca las producen, porque bus sacris. N o obstante, en el día afir- bium ad Innocentium X I delatum
recedente ficiione, produce los efectos no imprimen carácter, como sabia- man comunmente los teólogos que en fuisset. Pontifex prsecepit non am-
sacramentales, es «quia imprimitur mente dice Santo T o m á s . Unusquis- extrema gravísima necesidad se pue- plius dubitandum de veritate prima?
character, qui est immediata causa dis- que in sensu suo abundet. den recibir lícitamente del vitando sententiae afirmativas.»
ponens ad gratiam; et ideo cum fictio los sacramentos del Bautismo y de la
1 6 5 6 . 4. Sobre si se puede dar E n el día es sentencia comunísima,
non auferat characterem, recedente
0
Penitencia, por ser Sacramentos de
sacramento de Penitencia válido é y en mi concepto indudable, que el
fictione, quce, effectum characteris tanta necesidad.
informe, el cual , recedente fictione , que se halla en la hora de la muerte
impediebat, character, qui est prcesens Soto, los Salmaticenses y San L i - y no tiene proporción de otro sacerdo-
in anima , incipit habere effectum produzca sus efectos sin nueva confe- gorio (lib. 6 , núm. 8S), dicen que te , puede confesarse lícitamente con
sión, es cuestión en que no convie-
suum; et ita baptismus, recedente fic- también se puede recibir el V i á t i c o , un excomulgado vitando, ó cismático,
nen los teólogos: diré brevemente que
tione, effectum suum consequitur.» en caso de necesidad, de mano del ó hereje.
para mí es notablemente más proba-
( E n el citado artículo, sol. 3. ) Esta
a
excomulgado vitando , ó suspenso , ó
ble que la confesión informe es nula. E n confirmación de esto m i s m o v o y
tan sabia y tan profunda doctrina del irregular «nominatim per sententiam.¡>
San L i g o r i o cree que puede ser vá- á citar la respuesta que dio P í o V I en
Angélico me parece que es ciertamen- En cuanto á la Extremaunción , San
lida é informe ( l i b . 6, n ú m . 444, i . ° de Abril de 1794: « N o n esse i m -
te aplicable en un todo á los sacra- Ligorio, siguiendo á Suárez, Cóncina
quxr. 8), fundándose principalmente probandam rationem quam innuerunt
mentos del Orden y de la Confirma- y otros, dice qus-tan sólo se puede re-
en la autoridad de Santo T o m á s ; nonnulli gallicani Praesules qui in ar-
ción, que imprimen carácter como el cibir en caso de que el enfermo no
pero si bien el Angélico, siendo joven, ticulo vel periculo mortis Pcenitentias
Bautismo. pudiese recibir otro Sacramento.
llevó esta opinión en el lib. 4 de las sacramentum, quod est secunda post
2.° T e n g o por mucho más proba- En cuanto al Orden , San L i g o r i o naufragium t a b u l a , a sacerdotibus
Sentencias (dist. 17, q . 3 . , art. 4,
a

ble que los otros cuatro Sacramentos, dice que, según Suárez y Cornejo (lo juratis , ac etiam a parochis intrusis
quaestiuncula 1 . ) , de donde está to-
a

recibidos en pecado mortal, no causan mado el art. 1 de la q. 9 del Suple- mismo opina Scavini) se puede recibir recipi posse permiserunt, deficiente
sus efectos, recedente fictione, porque mento de la 3 . parte de la Simia Teo- de un Obispo excomulgado vitando,
a
quovis alio catholico sacerdote.» (Col-
no imprimen carácter; y , por lo tan- lógica (por haber muerto Santo T o - cuando en alguna provincia remota
lection genérale de Brefs, tomo 2, núme-
to, no producen efecto alguno perma- más antes de terminarla), según Sil- no hubiese otro Obispo que ordenase,
ro 482.) Y Bouvier añade, en el lugar
nente que sea causa inmediata dispo- vio, Billuart y otros muchos graves y la ordenación redundase en bien del
citado, que esta doctrina está consig-
nente para la gracia. Esta es la razón autores la retractó en la dist. 39, ar- público. L o s citados autores dicen lo
nada en muchos rituales de Francia,
única y fundamental que alega Santo tículo 8 del mismo libro de las Senten- mismo del sacramento del Matrimo-
y me parece muy conforme al decreto
T o m á s respecto de la Eucaristía, la cias. V é a s e á S i l v i o , en el comentario nio , cuando su celebración fuese n e -
del Tridentino que dice así: « I n ar-
cual tiene igual fuerza respecto de del art. 1 de la q. 9 del Suplemento de cesaria, ó para la salvación del mori-
ticulo mortis... omnes sacerdotes quos-
los otros tres Sacramentos; dice así: la 3 . parte , donde prueba que Santo bundo, ó para una grande utilidad
libet pcenitentes a quibusvis peccatis
a

« A d tertium dicendum, quod in E u - T o m á s consignó expresamente que el temporal de los hijos, si no se hallase
et censuris absolvere possunt;» y la
charistia non imprimitur character, cu- otro sacerdote no vitando.
razón que alega el T r i d e n t i n o tiene
126 LIBRO VI. TRATADO I. DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL.
127
mayor fuerza todavía, porque dice: interdicti vetitum est eis cum suspen- comunión á otros; porque el Santo es
que no es pequeña utilidad salir cuan-
« N e hac ipsa occasione (articuli vel sis vel interdictis communicare.» ( L i - de opinión que no comete sino un pe-
to antes de la culpa: « N e c tenetur ad
periculi mortis) aliquis pereat.» N i n - bro 7, números 139 y 140.) cado mortal el sacerdote que estando
horam expectare, quia non est módica
guno se debe admirar de que Santo 3. 0
Cuando la indignidad del mi- en mal estado da la comunión á mu-
utilitas quamprimum a peccato libe-
T o m á s ( 3 . p., q. 82, art. 7 ad 2 . ) , nistro consiste en que está en pecado
a u m chos (lib. 6, núm. 89): « P u t o illici-
r a r ! . » 5 . Si se hubiese de privar por
0

Escoto, San Antonino y otros graves mortal, aunque no hay precepto ecle- tum esse sine gravi causa inservire
mucho tiempo (saltem din) del fruto de
autores antiguos opinaran de otra siástico que prohiba recibir de él los sacerdoti indigne celebranti: contra
la Eucaristía. 6.° Si de otro modo no
manera, porque escribieron antes del Sacramentos mientras la Iglesia le Suarez , Bonacinam et Salmanticen-
se pudiese ganar un jubileo. 7 . Si el
0

Tridentino. E n materia de disciplina tolera en su ministerio, pero el pre- ses, cum aliis, qui id admittunt, quan-
penitente necesita de un director ins-
no se ha de perder de vista el axioma cepto de la caridad, como con la sen- do sacerdos possit alium invenire.»
truido, y no hay otro sino el confesor
jurídico: distingue témpora , et concor- tencia común dice San L i g o r i o (li- Dejando en la probabilidad que tenga
pecador; con tal que, añade Sporer,
dabis jura. bro 6, núm. 89), manda sub gravi que, esta opinión del Santo , creo que en
no hubiese de hallar por mucho tiem-
Aunque algunos autores dicen que si hay ministro digno, no se pidan los la práctica se debe proceder con la
po otro suficientemente docto. 8.° Si
mayor circunspección antes de inquie-
la concesión del Tridentino omnes Sacramentos al que consta que está en uno quiere aplicar una Misa por un
tar á los fieles, que sin duda no tienen
sacerdotes, etc. , se ha de entender so- pecado mortal; y cuando no hay causa amigo difunto, y no hubiera otro sa-
noticia de que pecan; esto, aparte de
lamente del artículo de muerte , San justa para hacerlo, no se le pueden cerdote sino el que está en pecado
los disturbios, graves disgustos, y aun
L i g o r i o , con la sentencia comunísi- pedir, aunque no haya otro ministro, mortal.» Hasta aquí San L i g o r i o , en
escándalos que se moverían si un
ma, tiene por cierto (verius) que del por más que el indigno este dispuesto el citado número, siguiendo á graves
confesor dijese que no se podía a y u -
mismo modo se ha de entender del á hacerlo. San L i g o r i o , siguiendo á autores.
dar á Misa á tal sacerdote, porque es-
peligro de muerte que del artículo de S o t o , N a v a r r o , los Salmaticenses y
taba en pecado mortal. A l concluir esta difícil y delicada
muerte , esto es, «si adsit prudens ti- otros , se funda en la respetabilísima materia, me parece conveniente r e -
mor mortis ex illo periculo eventuras.» autoridad de Santo T o m á s , que dice Y o creo que ordinariamente, antes
cordar una parte de lo que dicen las
( L i b . 6, núm. 564.) A continuación así: «Praeter necessitatis articulum, de dar ese paso , convendría consul-
Conferencias de A n g e r s , tomada del
añade el Santo: «Tale autem pericu- non esse tutum, quod eum (pastorem 1 tar al Obispo , para que resolviese lo
prudentísimo Billuart; á saber, que es
lum censetur adesse in praslio, in longa induceret ad aliquid ordinis exequen- más conveniente ; aunque tal podía
muy justo que los fieles escojan por
navigatione, in difficili partu, in mor- dum durante tali conscientia quod i He ser la indignidad pública del sacerdo-
confesor al sacerdote que les inspire
bo periculoso, et similibus. Ídem dic in peccato mortali esset; quam tamen te, que el párroco pudiese y aun d e -
mayor confianza; pero, generalmente
de e o , qui est in periculo probabili deponere posset, quia in instanti homo biese no permitirle celebrar en su i
hablando, no les toca inquirir sobre la
incidendi in amentiam. ídem de cap- a divina gratia emendatur» (in 4 Sent., iglesia. Sapientes dixerinl.
conducta que observan los ministros
tivis apud infideles cum exigua spe dist. 24, q. 1 . , art. 3, quasstiuncu-
a
1658. P. ¿Cuáles son las causas I de los Sacramentos. Estas averigua-
libertatis , si credatur nullos alios la 5 . ad 3 . ) . (Véase lo que se dijo
a u m
suficientes para que se puedan pedir ciones son odiosas en sí mismas, p e -
sacerdotes habituros;» aun cuando en los números 21, 22 y 23.) lícitamente Sacramentos á un minis- ligrosas en la práctica, y, si se les hi-
estas personas tengan de presente la D e las palabras del A n g é l i c o infie- tro, cuando consta que está en mal ciera de ello un deber, serían dema-
salud más robusta. re rectamente San L i g o r i o que bien estado?
siado onerosas para los cristianos. N o
M e he detenido sobre esta cuestión se pueden pedir los Sacramentos á un R. San L i g o r i o , á cuya opinión me basta haber sido testigo de alguna
por creerla de suma importancia para sacerdote que poco antes cometió un adhiero en un todo, dice así: i . ° Se falta grave que poco antes cometió un
la práctica, especialmente en nuestros pecado mortal; porque si éste se pres- puede, si urge el precepto de la confe- sacerdote, para juzgarle indigno d e s -
desgraciados tiempos en que en los ta de buen grado , se puede presumir sión ó de la comunión. Se supone que pués de algún tiempo de ejercer las
reinos, antes muy católicos, no faltan prudentemente que ya se arrepintió; no hay otro ministro digno al que se funciones del sagrado ministerio; por-
hoy sacerdotes cismáticos y herejes. «quia in instanti homo a divina gra- pueda acudir sin grave incómodo. que si él se presta después i hacerlo
0
2. Si se trata de pedir Sacramen- tia emendatur.» San L i g o r i o exceptúa 2. Si, en el caso de no recibir el Sacra- voluntariamente, y por otra parte,
0

tos á un excomulgado ó suspenso t o - rectamente el caso en que el ministro mento de un ministro pecador, a m e - como se ha dicho, no es público con-
lerado, San L i g o r i o tiene por cierto fuese consuetudinario, ó estuviese vo- nazase peligro de recaída. 3 . Si hay suetudinario ni está en ocasión p r ó -
0

(verius) que es lícito pedirlos sin causa luntariamente en ocasión próxima de necesidad de cumplir el precepto de la x i m a voluntaria, se puede creer con
grave ; porque el Constanciense con- pecado: lo mismo dicen Suárez, Cón- M?sa; pero véase el núm. 553, y á San fundamento que se reconcilió con
cedió absolutamente facultad á los cina y Billuart (De Sacram. in comm., Ligorio.(lib. 6, núm. 89). 4 . Si el pe- Dios por la penitencia. Esta doctrina
0

fieles para comunicar in divinis con diss. 5 . , art. 6, dico 2).

a ndente está en pecado mortal y el moral habla de la obligación rigurosa;
San L i g o r i o dice que no pecaría confesor también, aquél puede pedir á pero no se opone de modo alguno al
el excomulgado tolerado , sin exigir
éste que le confiese, si no hay otro saludable consejo de que cada cristia-
causa alguna ; y lo mismo se ha de mortalmente el que sin causa recibie-
confesor; y dice el Santo que no está no busque para director á un sacer-
decir del suspenso ó entredicho, «in iis se la Eucaristía de un sacerdote pú-
obligado á esperar ni una hora, por- dote virtuoso, sabio y prudente.
rebus, in quibus vi suspensionis vel blicamente malo, que estaba dando la
128 LIBRO VI. TRATADO I.
hay; hacen al hombre hijo adoptivo
de D i o s , y le dan derecho á la eterna
CAPITULO VI bienaventuranza; pero se distinguen
D E LOS EFECTOS QUE CAUSAN
en que la gracia sacramental, como
dice Santo T o m á s , añade «super gra-
LOS SACRAMENTOS
tiam communiter dictam et super vir-
tutes et dona quoddam divinum auxi-
liumad consequendum sacramentiñnzm»
ARTÍCULO PRIMERO
(3. p., q. 62, art. 2).
a casados, para guardar la
De la gracia sacramental. 2." Se distinguen también, como
dice el Angélico, á quien comúnmente
1659. P. ¿Qué efectos causan siguieron los teólogos, en que «gratia
virtutum et donorum sufficienter per-
los Sacramentos?
R. E l más principal es la gracia ficit essentiam et potentias anima:
quantum ad generalem ordinationem
santificante sacramental, primera ó
DE LOS SACRAMENTOS
muerte, y causa otros efectos que se
dirán en su respectivo lugar. E l O r -
den da gracias especiales á los orde-
nados para que á su debido tiempo
cumplan exacta y religiosamente los
ofisios y obligaciones del estado ecle-
siástico. E l Matrimonio da auxilios
para mitigar la concupiscencia de los
fidelidad
conyugal, para educar cristianamente
á los hijos y sobrellevar con paciencia
las cargas y obligaciones del m a t r i -
monio.
1662. P. ¿Los Sacramentos cau- tum ordinantur a Deo ad effectum
san la gracia física ó moralmente?
EN GENERAL.
después los impugnadores de su a n g é -
lica doctrina. Dice así: «Nihil prohibet
in corpore esse virtutem spiritualem ins -
trumentaliter; in q u a n t u m , scilicet,
corpus potest moveri ab aliqua sub-
stantia spirituali ad aliquem effectum
spiritualem inducendum; sicut (nótese
b i e n ) et in ipsa voce sensibili est
quasdam vis spiritualis ad excitandum
intellectum (no m o r a l , sino física-
mente), in quantum procedit a con-
ceptione mentís. E t hoc modo vis
spiritualis est in sacramentis, in quan-
spiritualem» (ad i : ) .
u m

actuum animas; sed quantum ad quos- R. Esta cuestión, poco importante L a s autoridades anteriores de San
segunda, del modo que se dijo ante-
dam speciales actas qui requiruntur in para la práctica, pertenece propia- Agustín, del Venerable Beda y de
riormente. L a primera es «qua mun-
vita christiana, requiritur sacramen- mente á la T e o l o g í a escolástica: cada Santo T o m á s hablan manifiestamente
dat animam a peccato mortali.» L a
talis gratia.» uno es libre para abundar en su sen- de una causalidad física, de una v i r -
segunda es «quae auget primam gra-
1661. P. ¿Qué efectos tienen es- tido: yo tengo por notablemente más tud intrínseca instrumental; porque
tiam.»
tos auxilios especiales de la gracia probable que la causan físicamente, la causa moral no produce el efecto ex
P. ¿Qué es gracia santificante?
sacramental? como instrumentos elevados por vir-
R. «Qualitas supernaturalis intrin- opere operato, sino que mueve m o r a l -
R. Véase á Silvio, en el comenta- tud divina para causarla. El Padre
sece inhaerens animas, qua filii D e i mente á otra causa para que le pro-
rio del citado artículo de Santo To- San Agustín dice así: « U n d e tanta
nominamur et sumus.» L a gracia san- duzca; c o m o el que manda, aconseja
más, y á Billuart, De Sacram. in vis aquse, ut corpus tangat et cor
tificante es una espiritual generación, ó ruega. Esta sentencia de la escuela
comm., diss. 3 . , art. 5. E n compen-
a
abluat?» ( T r a c t . X X X in Joannem,
por la cual, c o m o dice Santo T o m á s , tomística es la más conforme á la d e -
dio se reducen á que el Bautismo da post médium.)
«secundum quamdam similitudinem gracia especial para emprender una finición dogmática del T r i d e n t i n o ,
El Venerable Beda (in homil. in que dice así: « S i quis dixerit per ipsa
natura animas participat naturam di- nueva vida cristiana, aptitud para re-
Evang. in octav. Epiph.) dice: « D o m i - novas legis Sacramenta ex opere opera-
vinam per quamdam regenerationem;» cibir otros Sacramentos, y cierto de-
nus tactu suas mundissimas carnis to non conferri g r a t i a m . . . , anathema
y como la generación «per prius ter- recho, fundado en la liberal y gratuita
vim regenerativam contulit aquis.» sit.» (Sesión 7. , can. 8.) Unusquisque
minatur ad essentiam quam ad poten- promesa de Dios para conservar la a

Por úhimo, Santo T o m á s ( r . a

2 . , in sensu suo abundet. ( V é a s e á Silvio,
a5

tias,» por esto añade el Santo Doctor gracia regenerativa. L a Confirmación

q- 112, art. 1, ad 2 . ) está suma- en el comentario del art. 1 de la q. 62
um

que la gracia no está inmediatamente da gracia confortativa para confesar

mente expreso. Dice así: «Sicut in ipsa de la 3 . parte de Santo T o m á s , qucz-
en las potencias, sino en la misma públicamente la fe cuando convenga, a

persona Christi hummitas causat salu- rilur 3; y á Billuart, De Sacram. in

esencia del alma. aun con peligro de perder la vida. La
tem nostram per gratiam, virtute di- comm., diss. 3 . , art. 2.)
Según la escuela t o m í s t i c a , así Eucaristía nutre nuestras almas espi- a

vina principaliter operante; ita etiam 1663. P. ¿Cuál es la causa f o r -

como el alma en el orden natural no ritualmente y las une á Dios por los
in Sacramentis novas legis, quae deri- mal de nuestra santificación?
es inmediatamente operativa, sino que actos fervorosos de las virtudes. La
vantur a Christo, causatur gratia ins- R. E l Maestro de las Sentencias y
obra mediante las potencias que flu- Penitencia causa gracia santificante,
trumentanter quidem' per ipsa sacra- algunos otros autores incurren en el
yen de ella, así en el orden sobrena- y además da derecho para recibir
menta, sed principaliter per virtutem error de que la causa formal de nues-
tural la gracia no obra sino mediante auxilios sobrenaturales, no sólo para
Spiritus Sancti in sacramentis o p e - tra santificación es el mismo Espíri-
las virtudes y dones sobrenaturales llorar los pecados pasados, sino tam-
rantis.» E n la 3 . p . , q. 62, art. 3 ad tu Santo, por haber interpretado mal
a

que de ella fluyen, y hacen aptas é i n - bién para no reincidir en ellos. La

3 - , dice el Angélico Maestro: Gra- aquellas palabrasde San P a b l o : « C h a -
nm

clinan las potencias á las operaciones Extremaunción borra las reliquias de

los pecados que ordinariamente que- tia est in sacramentis secundum esse ritas Dei diffusa est in cordibus n o -
de los actos sobrenaturales.
flíiens. E n el art. 4 dice: « E s t virtus stris per Spiritum Sanctum, qui datus
1660. P. L a gracia santificante dan en el hombre después de perdo-
divina sacramento assistens, quae sacra- est nobis.» Santo T o m á s ( 2 . 2.*,
que causan los Sacramentos ¿se dis- nados en cuanto á la culpa; y además a

msntalem effectum o p e r a t u r . » Por q. 23, art. 2) impugnó tan victoriosa-

tingue de la gracia santificante ut sic? de la gracia santificante que causa
último, en la 3 . p . , q. 62, art. 4 ad mente este error, que S i l v i o , en el
a

R. i . ° L a s dos convienen esencial- como los demás Sacramentos, da pa^

i - Y deshace con pocas palabras el comentario del artículo citado del A n -
mente en que la una y la otra perdo- al alma, resignación para aceptar la
ua

argumento principal que le opusieron gélico, dice así: « H i s consideratis,

nan todos los pecados mortales, si los
TOMO II.
9
i o
3 LIBRO VI. TRATADO I.
D E L O S S A C R A M E NT O S E N G E N E R A L . 131
doctrina B . Thomas quas praster Spi- San A g u s t í n , á saber: que así como carácter, sino que en El está toda la
ritum Sanctum ponit in homine cha- el ojo perfectamente sano no puede plenitud de la potestad del sacerdocio
ritatem quas sit forma seu qualitas di- ver si no es ayudado por la luz, así el supremo, como Cabeza, R e y y Señor . CAPÍTULO Vil
vinitus infusa et inhserens, non tan- hombre que está sano por la gracia que es de todos, según dice Santo
tum dicenda est esse probabilis, sed habitual no puede hacer obras merito- T o m a s e n el art. 5 de la cuestión c i - D E L O S R I T O S Y C E R E M O N I A S E N L A
rias unisi ceterna luce justitias divinitus ADMINISTRACIÓN D É L O S SACRAMEN-
judicanda ' est pertinere ad fidem.» tada.
TOS.
Esta doctrina, no sólo es ciertísima, adjuvetur,» que son los auxilios ac-
1 6 6 6 . P. ¿El carácter se imprime
sino que está consignada en el T r i - tuales sobrenaturales ( D i v . August., en el alma?
dentino (sess. 6 . , cap. 7, De justifica- in lib. De Natura et Gratia, cap. 26. 1667. L a s ceremonias pueden
a
R. i . ° C o m o el carácter da potes-
i circa fin.). ser, ó esenciales, ó accidentales. Son
tione): « Ú n i c a formalis causa (nostras tad para recibir en sí ó administrar á
esenciales las que pertenecen á la va-
justificationis) est justitia D e i , non otros los actos que pertenecen al cul-
lidez del Sacramento. Accidentales
qua ipse justas est, sed qua nos justos ARTÍCULO II to cristiano, de aquí es, como dice
son las que preceden, ó acompañan,
facit... justitiam in nobis recipientes, Santo T o m á s , que no se imprime in-
Del carácter sacraviental. ó siguen al rito esencial del Sacra-
unusquisque suam secundum mensu- ¡ mediatamente en el alma, sino en las
mento. D e las primeras se tratará en
ram quam Spiritus Sanctus partitur potencias, esto es, en el entendimien-
L o s teólogos hablaron con tanta cada uno de los Sacramentos: de las
singidis prout vult, et secundum pro- to, en cuanto es práctico: « A d actus
variedad, que dice el eruditísimo M o - segundas en general hablaré ahora
priam cujuscumque dispositionem et proprie ordinantur potentias animas,
rin que pasaron algunos siglos antes brevemente.
cooperationem.» sicut essentia ordinatur ad esse: et
1668. E l T r i d e n t i n o (en la se-
1664. P. ¿Los Sacramentos cau- ¡ que se explicase con alguna claridad ideo character non est sicut in subje-
la naturaleza y efectos del carácter cto in essentia animas, sed in ejus po- sión 22, De sacrif. Missce, cap. 5) y el
san en todos igual gracia?
Catecismo R o m a n o (parte 2 . , núme-
R. i . ° E n los que tienen iguales sacramental; pero Santo T o m á s con
a
tentia.» ( A r t . 4.)
r o 10) tratan elocuentemente de la
disposiciones, causan igual gracia. 2° su angélico ingenio se elevó á tanta 2.° Como el carácter es una par-
utilidad de las ceremonias estableci-
Como Dios comunica la gracia libre y ! altura, que casi lo mismo que dijo del ticipación del sacerdocio de Cristo,
das por la Iglesia para la administra-
gratuitamente cuando y como le pía- i carácter sacramental en su incompa- que es eterno, está en el entendi-
ción de los Sacramentos; cuya doctri-
ce, dispone con más abundantes au- rable Suma Teológica, en el siglo X I I I , miento, que es incorruptible: es p o -
na se ha de aplicar proporcionalmente á
xilios á unos que á otros; y así, á los lo definieron después casi literalmen- tencia ó cualidad que no tiene con-
las ceremonias en las demás funcio-
que misericordiosísimamente auxilia te los Concilios Florentino y Triden- trario: y como en la otra vida no cesa
nes públicas religiosas.
más poderosamente, comunica mayor tino en los siglos X V y X V I . E l que el fin del culto cristiano, que es su
i.° E l Tridentino (sesión 2 1 , ca-
gracia, secundum cujuscumque disposi- desee enterarse sólidamente de esta objeto, de aquí es, dice el A n g é l i c o
pítulo 2) declaró que la Iglesia reci-
tionem et cooperationem, como dice el materia, lea toda la q. 63 de la 3. (art. 5), que el carácter es indeleble.
14

bió de Cristo la potestad de instituir

T r i d e n t i n o ; pero téngase siempre parte de la Sima del Santo Doctor. Quedará en los predestinados para su
1665. P. ¿Qué es carácter sacra- ó mudar las ceremonias que se deben
presente que aquí no se habla de dis- gloria, y en los reprobos para su tor-
usar en la administración de los Sa-
posiciones y cooperaciones meramen- mental? mento, así c o m o el carácter militar
cramentos: salva tamen Sacramentorum
te naturales, sino de preparación y R. « S i g n u m spirituale et indelebi- después de una batalla queda en los ,
substantia.
cooperación con los auxilios sobrena- le impressum in anima.» E l carácter vencedores para su honra, y en los
no es hábito, sino que se reduce al vencidos para su ignominia, dice el 2° E n cuanto á la obligación de
turales de la gracia; hasta tal punto,
que aun los que están en gracia de segundo género de cualidad que los Angélico (ad 3 . ) . Por esta razón, observar los ritos establecidos por la
u m

Dios no pueden hacer obras merito- filósofos llaman potencia; en cuanto, dice Billuart (diss. 4 . De Sacram. in Iglesia, he aquí la definición d o g m á -
a

rias sin nuevos auxilios actuales de la
gracia, como afirma y prueba Santo
Tomás ( i . a
2.*, q. 109, art. 9.) H e
aquí sus palabras: « H o m o in gratia
existehs non indiget alio auxilio g r a -
das, quasi aliquo alio habitu infuso.
Indiget tamen auxilio gratias secun-
dum alium modum, ut, scilicet, a Deo
como dice el A n g é l i c o , ó da aptitud y
potencia pasiva para recibir las cosas
divinas que pertenecen al culto de
D i o s , ó da potencia activa para co-
c
t r e s Sacramentos imprimieron carác- rum administratione adhiberi consue-
municarla á otros, según se ve en el
Bautismo, en la Confirmación y en el
Orden.
E n Cristo no hubo carácter sacra-
•comm., art. 3), si un sacerdote resu- tica del Tridentino: « S i quis dixerit,
citase, no debía ser bautizado, ni con- receptos et approbatos Ecclesias ca-
firmado, ni ordenado, porque estos tholicae ritus in solemni Sacramento-
ter; pero que si resucitase un casado, tos, aut contemni, aut sine peccato a
sobreviviéndole la viuda, no podría ministris pro libito omitti, aut novos
vivir maritalmente con ella sin casar- alios per quemeumque Ecclesias pas-
se de nuevo, porque la muerte disuel- torem mutari posse, anathema sit.»
ve totalmente el vínculo conyugal, (Sess. 7 . , can. 1 3 , De Sacram. in ge-
a

moveatur ad recte agendum; et hoc mental, porque éste es en nosotros

como dice el Apóstol ( I ad Corinth., nere.)
propter dúo,» etc. O m i t o lo demás, una participación diminuta del sacer-
cap. 7 , v . 39): « S i dormierit vir ejus, 3. E l hombre difícilmente se ele-
0

porque puede verse en el citado lu-
gar. E l A n g é l i c o Maestro confirma su
doctrina con el bello símil del Padre
docio de Cristo, en cuanto nos hace
liberata est (a lege viri): cui vult nu- va á las cosas divinas sin el auxilio
siervos, miembros y posesión de Cris-
bat.» de las cosas exteriores. L a devoción,
to; pero en este divino Señor no hay
solemnidad y magnificencia del culto
132 LIBRO
religioso ha convertido á muchos
gentiles, herejes y pecadores. E l em-
perador Valente, obstinado arriano,
depuso el furor que tenía contra San
Basilio, cuando presenció la devoción
con que el Santo celebraba todo cuan-
to pertenecía á los oficios divinos,
VI. T R A T A D O I.
longe est a me.» (Math., cap. 15,
vers. 7 y 8.) Con raras excepciones
de algunas personas privilegiadas, se
cumple el axioma: talis populus, qua-
lis sacerdos.
CAPITULO VIII
DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL. T
33
de la ceniza, la bendición de las pal- illo non cogitaret:
quod tamen non
mas, ó sea la de los ramos, de las sufficit ad remissionem peccati mor-
candelas, la consagración de las igle- talis, nisi quantum ad peccata oblita
sias y otras muchas cosas semejantes. post diligentem inquisitionem.» Véase
Respetando como debo esta clasifi- á S i l v i o , que trata eruditamente esta
cación de los sacramentales, me agra- materia en el comentario del artículo
da más reducirlos á dos especies, c o - citado de Santo T o m á s ( 3 . p., q. 87,
a

como dice Baronio en sus Anales (al mo lo hizo Santo T o m á s ) 3 . p., q. 87, art. 1).
a

año 370, núm. 44); y los satélites DE LOS SACRAMENTALES art. 3). E n la primera especie colocó
enviados por la impía Justina para 1671. Por último, se ha denotar:
aquellas oraciones ó acciones á las
quitar la vida á San A m b r o s i o , se 1669. P. ¿Cómo se definen los i.° Que si bien la Iglesia tiene
que acompaña un acto de detestación
convirtieron con sólo ver la devoción sacramentales? I potestad para aplicar por sí misma
de las culpas veniales; como en el Pa-
con que el Santo celebraba las fun- indulgencia para la satisfacción de las
R. «Sacramentalia dicuntur, non drenuestro, perdónanos nuestras deu-
ciones sagradas, como lo afirma este ' penas de pecados perdonados en cuan-
quod sint sacramentorum ca;remoni;e, das; en la confesión, quia peccavi nimis;
gran Padre de la Iglesia en la carta 20 to á la culpa, en ninguna parte se lee
aut ad sacramenta pertineant, sed en el Miserere, Ubi soli peccavi; un
que escribió á su hermana Marcelina. que pueda perdonar inmediatamente
propter aliquam similitudinem cum golpe de pecho con dolor de las culpas
los pecados veniales.
Muchos caballeros ingleses se c o n - sacramentis ; quatenus cum sacra- leves. Estas cosas y otras semejantes,
2.° L o s sacramentales no s i e m -
virtieron en R o m a con sólo presen- menta causent gratiam justificantem, dice Santo T o m á s , in quantum sunt
pre perdonan todo el reato de la pena,
ciar la solemnidad y la magnificencia sacramentalia causant remissionem cum aliquo motil detestationis peccato-
sino que perdonan más ó m e n o s , se-
del culto católico en el Vaticano; y , peccatorum venialium,» dice Billuart rum, perdonan los pecados veniales.
gún sea mayor ó menor el fervor ha-
según escriben los misioneros domi- (De Sacram. in comm., diss. 7. ,
a
A la segunda especie de sacramen- cia Dios, que se excita por medio de
nicanos del T o n q u í n , lo mismo está art. 4). tales pertenecen aquellas cosas que ellos, como dice el Angélico ( 3 . parte, a

sucediendo actualmente con los g e n - P. ¿Cuántos son los sacramen- se hacen, dice el Angélico, «cum a l i - q. 87, art. 3 ad 3 . ) . u m

tiles de aquel reino. P o r el contrario, tales? quo motu reverentias in Deum ad res
cuando los ministros ejercen indebi- 3. 0
N i por los sacramentales, así
R. C o m o los autores no convienen divinas. E t hoc modo benedictio epis-
damente las ceremonias del culto re- en la explicación de la naturaleza de como ni por las indulgencias ni por
copalis, aspersio aquas benedictas, quas-
ligioso, causan en los fieles los graví- los sacramentales, tampoco convie- el j u b i l e o , se perdonan los pecados
libet sacramentalis unctio, oratio in
simos daños, de que se lamentaba el nen en su número. L a opinión común veniales á los que la persona tiene
ecclesia dedicata , et si aliqua alia
muy docto y muy piadoso Staph los reduce á seis, á saber: orans, tin- afección actual: «potest tamen impe-
sunt hujusmodi, operantur ad remis-
l§ 574)- Diceasí: « D u m sacerdos inter ctus, edens, confessus, dans, bcnedicens. diré remissio quantum ad aliqua pec-
sionem venialium peccatorum.»
ipsa sanctissima mysteria nihil nisi cata venialia, quibus mens actualiter
E l maestro Billuart los explica de 1 1670. Aquí se ha de notar que I inhczrel.» ( A d 2 . ) u m

frontis audaciam, levitatem oculo- modo siguiente: «Orans significat ora-

ni los sacramentales de la primera es- 4. L o s sacramentales , además
rum, casremoniarum incuriam, et ani- tionem D o m i n i c a m ; aut alias pre-
0

mum quaquaversus dissipatum pras- ces ab Ecclesia praescriptas, seu in
sefert, quid mirum si etiam adatantes Ecclesia solemniter recitatas . Tin-
omnis devotionis expertes maneant, ctus significat assumptionem, seu as-
vel omnino ad conspectum talium persionem aquas benedictas . Edens
ministrorum de veritate religionis va- significat panem benedictum, qui so-
cillent, dicentes: Ubi est Deus eorum?» lebat olim dari cathecumenis loco
E n efecio: si los fieles observan Eucharistiaa, aut etiam baptizatis in
que los sacerdotes celebran la Misa die Paschatis; et qui nunc adhuc da-
indevotamente; que en los funerales, tur in quibusdam ecclesiis diebus do-
en las procesiones y demás oficios re- minicisinter Missarum solemnia. Con-
ligiosos están hablando y riendo, imi- fessus significat confessionem genera-
tan estos malos ejemplos: el culto ca- lem, quas prasmittitur Misfas, aut fit
tólico se convierte en meras e x t e r i o - in prima et completorio. Dans signi-
ridades, de las que se puede decir lo ficat eleemosynam. Benedicens bene-
que Jesucristo dijo á ios escribas y fa- dictionem Episcoporum et abbatum.»
riseos: «Hypocritaa, bene prophetavit Después añade Billuart que no ve
de vobis Isaías, dicens: Populus hic el m o t i v o por qué no se han de contar
labiis me honorat: cor autem eorum entre los sacramentales la imposición
pecie, ni los de la segunda que pone de perdonar los pecados veniales, tie-
Santo T o m á s , perdonan los pecados nen otros saludables efectos; como se
veniales ex opere operato: esto pertene- ve en el agua bendita, de la cual nos
ce á los Sacramentos, sino que los valemos para conjurar las tempesta-
perdonan ex opere operantis: los de la des, y , como dice Santa Teresa, es el
primera especie los perdonan por el medio más eficaz para ahuyentar á
movimiento explícito de detestación los demonios. E n el cap. 31 de la
de ellos; los d é l a segunda, en cuanto Vida escrita por la Santa, hablando
excitan en nosotros afectos de r e v e - de las tentaciones y molestias que el
rencia hacia Dios y las cosas sagra- demonio causa á las a l m a s , entre
das , verificándose una displicencia otras cosas, dice así (núm. 2): « D e
virtual de las culpas veniales; de m o - muchas veces tengo experiencia que
do que en pocas palabras lo explicó el no hay cosa con que huyan más para
Angélico en el artículo citado: «Puta no tornar: de la cruz también huyen,
cum aliquis hoc modo fertur secun- mas vuelven l u e g o : debe ser grande
dum affectum in Deum et res divinas, la virtud del agua bendita: para mí
ut quidquid sibi occurreret quod eum ab es particular y muy conocida conso-
hoc motu retardaret, disciplicerct ei, et lación que siente mi alma cuando la
doleret se commississe, etiamsi actu de t o m o . » ( V é a s e todo el número.)
 LIBRO VI. TRATADO II. D E L SACRAMENTO D E L BAUTISMO.
134 135
á perdonar el pecado original y los ¡ tóbal, mártir, de la misma edad, mar-
mortales, si los tiene el sujeto. t i r i z a d o junto á la Guardia por los
E s de fe que el bautismo flaminis [judíos.
TRATADO SEGUNDO basta para salvarse, según consta del Santo T o m á s , hablando del modo
Tridentino (sess. 6 . , cap. 4); pero ni con que se justifican estos niños mar-
a

Del sacramento del Bautismo. quita la obligación de recibir el bau- tirizados por Cristo, dice así: «Sicut
tismo de agua, si hay proporción, ni in pueris baptizatis per gratiam baptis-
perdona siempre todo el reato de Ja m a l e m meritum Christi operatur ad
pena temporal de los pecados actuales, gloriam obtinendam; ita et in occisis
sino que perdona más ó menos, según propter Christum, meritum martyrii
1672. Habiendo tratado de los cosa por su género y diferencia, en
fuere m á s ó menos intenso el acto de Christi operatur ad palmam
Sacramentos en general, se sigue ha- esta definición todas las palabras , martyrii
caridad ó de contrición. T o d o esto l o consequendam.it ( 2 . 2 . , q. 124, art. 1
blar de cada uno de ellos en paiticu- exceptuada regenerativcs, tienen razón a a

dijo Santo T o m á s , y asimismo que ad i . u m ) . E l Padre San A g u s t í n , ha-

lar; y primeramente del Bautismo, de género; porque todas ellas convie-
basta el voto implícito de recibir el i blando con estos niños no bautizados,
que es la puerta para entrar en la nen necesariamente á cada Sacramen-
bautismo de agua : « Remissionem pero muertos por Cristo, les dice así:
Iglesia , y sin el cual no se puede re- to, como se probó en el tratado pre-
peccatorum aliquis consequitur ante « U l e de vestra corona dubitabit in
cibir válidamente ninguno de los otros cedente.
L a palabra regenerativcs tiene razón baptismum secundum quod habet passione pro Christo, qui etiam parvu-
Sacramentos: «Vita? spiritualis janua
baptismum in v o t o , vel explicite, vel lis baptismum prodesse non czstimat
est, per ipsum membra Christi, ac de de diferencia, porque es propio y pe- implicite; et tamen cum realiter sus- Christi.» (Serm. 56, de divers., cap. 3,
corpore efficimur Ecclesia?,» dice el culiar exclusivamente de la gracia de cipit baptismum, fit plenior remissio in m e d i o . )
Concilio F l o r e n t i n o . Acerca de este este Sacramento el ser regenerativa. quantum ad liberationem a tota pcena»
Sacramento hay graves y difíciles L a razón e s , porque el hombre por la (3. p , q. 69, art. 1 ad 2 . ) .
a u m P. ¿ E l martirio produce la gracia
cuestiones, cuyo conocimiento intere- generación natural es concebido en pe- ex opere operato?
sa á todos los confesores, especial- cado y enemigo de D i o s : por el Bau- E l doctísimo Silvio explica del m o - R. i . ° Me parece cosa cierta que
mente á los párrocos, y sobre todo á tismo es reengendrado espiritualmente do siguiente el voto implícito del bau- ni hubo ni hay medio alguno al cual
los misioneros en países g e n t i l e s , en Cristo, se purifica de la culpa ori- tismo: «Quale est vel in contrito, vel Dios concediese virtud intrínseca ins-
donde muchas veces no tienen con ginal, se hace hijo de Dios y heredero in eo qui de quibusdam articulis fidei trumental de producir la gracia ex
instructus credit etiam illos quos opere operato active, sino la sagrada
quien consultar. ' del cielo; y así dijo Jesucristo á Nico-
demus: « A m e n , amen dico tibi, nisi nondum audivit, vultque vitam suam humanidad de Cristo por su unión á
quis renatus fuerit ex aqua et Spiritu formare ad eorum praascriptum.» ( E n la sagrada Persona del H i j o de D i o s ,
CAPÍTULO PRIMERO Sancto, non potest introire in regnum la respuesta ad 4 - )
u m
y los siete Sacramentos de la L e y de
Dei.» (Joann., cap. 3 , v . 5.) E l martirio, c o m o se dijo en el nú- gracia.
NOCIÓN, DEFINICIÓN, DIVISIÓN 1673. P. ¿Cuántas especies hay mero 249, es ex genere suo el más per- 2.0
Silvio ( 3 . p . , q. 66, art. 1 1 ,
a

É INSTITUCIÓN D E L BAUTISMO de bautismo? fecto de los actos humanos: se dijo quar. 4); Billuart (De Bapt., diss. 1 . , a

R. T r e s : fluminis, flaminis, et san- allí también que el ofrecerse espontá- art. 6, § 2) y algunos otros autores
L a palabra bautismo se deriva de la guinis. Baptismum reddunt et votum, et neamente al martirio puede ser teme- son de opinión que el martirio, por su
rario, puede ser heroico, y puede ser
lengua g r i e g a , y significa lavatorio, sanguis, et jinda. excelencia é imitación de la pasión y
E l bautismo fluminis es el que se obligatorio, según sean las circuns- muerte de Cristo, produce la gracia ex
ablución, inmersión en el a g u a . C o -
tancias.
rresponde á los verbos latinos lavo, ha definido. Bautismo flaminis es opere operato passive, aun cuando el
abluo, tingo, immergo. L a Iglesia toma «actus contritionis vel charitatis cum 1674. P. ¿El martirio causa la adultoquelerecibe estéen pecadomor-
este nombre por ablución sagrada ins- voto explicito vel implícito recipiendi gracia ex opere operato, c o m o el bau- tal, con tal que tenga atrición sobrena-
tituida por Jesucristo. baptismum fluminis.» tismo de agua la causa en los adultos? tural y amor inicial de D i o s , del modo
L a definición física del Bautismo, E l bautismo sanguinis es «mors R. Respecto de los que n o han l l e - que se ha dicho; pues, según estos
según el Maestro de las Sentencias, suscepta pro Christo et data in odium gado al uso de la razón, es indudable autores, con esta disposición infunde
citado por Santo T o m á s ( 3 . p., q. 66, Christi.»
a
que causa en ellos los mismos efectos Dios la gracia santificante, cuando se
art. 1 ) , es «ablutio exterior corporis D e estas tres clases de bautismos que el bautismo de agua. L a Iglesia consuma el martirio. Citan á Santo
celebra como mártires á los niños T o m á s en favor de esta opinión. Otros
facta sub proscripta verboru m forma.» sólo el de agua (fluminis) es Sacra-
Inocentes muertos por mandato del autores dicen que el martirio exige
L a definición metafísica es: « S a - mento, porque imprime carácter y
impío Herodes. E n 24 de Marzo hace necesariamente que esté en gracia el
cramentum nova? legis institutum a hace capaz de recibir los otros Sacra-
memoria del Beato S i m e ó n , mártir, que le recibe. A s í opina San L i g o r i o
Christo D o m i n o , causativum gratias mentos. N o obstante, se llaman bau-
niño de tres años; y en el arzobispa- (lib. 6, núm. 98), citando en favor de
regenerativa?.» C o m o l a definición tismo los otros dos, porque hacen las
do de T o l e d o se celebra á San Cris- esta opinión á San Buenaventura,
metafísica explica la esencia de una veces del bautismo de agua en cuanto
 LIBRO VI. TRATADO
E s c o t o y otros. El Santo se apoya
principalmente en las palabras del
Apóstol ( I ad Corint., cap. 13, v. 3):
« S i tradidero corpus meum, ita ut ar-
deam, charitatem autem non habuero,
nihil mihi prodest;» y en las palabras
de Santo T o m á s ( 3 . p., q. 66, art. 12
a Silvio en el comentario del citado ar-
ad 2 . ) : «Effusio sanguinis non ha-
u m
bet rationem baptismi, si sit sine
charitate.»
Si la cuestión fuese meramente es-
peculativa, no tomaría parte en ella;
pero es muy trascendental para la
práctica. Si se equivocan los que d e -
fienden la primera o p i n i ó n , el que
estando en pecado mortal reciba el
martirio con sola la atrición, se con-
dena, porque la opinión de los que
piensan de otra manera no da más
virtud al martirio que la que realmen-
te tiene. E n cuestiones de esta natu-
raleza no se ha de fiar la salvación á
lo probable, ni aun á lo más probable,
si no es seguro. 2 . T e n g o por más
0 vida asistiendo espontáneamente, cor-
probable la opinión de San L i g o r i o , y
tengo también por más probable que
así opinó Santo T o m á s ; porque en la
3 . p . , q. 66, art. 12 ad 2 . , dice ex-
a u m
presamente que la efusión de la san-
gre propia no tiene razón de martirio,
si el que la derrama no tiene caridad;
y añade: « E x quo patet, quod baptis-
mus sanguinis includit baptismum
fiaminis, et non e converso: unde ex
hoc ipso probatur perfectior.» Billuart
dice que Santo T o m á s no habla del
hábito de la caridad; pero, en mi con-
cepto, se equivoca, porque la contri-
ción perfecta es inseparable del hábi-
to de la caridad. E s verdad que, como
sabiamente nota Cayetano, no se con-
cibe fácilmente que el que está en pe-
cado mortal reciba con santa inten-
ción y espontáneamente el martirio,
sin que antes haga, ó contrición per-
fecta, ó acto de perfecta caridad.
L o s teólogos de la una y de la otra
opinión convienen en que el catecú-
meno sentenciado á ser muerto por la
fe debería recibir antes el bautismo
de agua, si tenía proporción; así como
II.
el adulto bautizado que se sintiese
con conciencia de pecado mortal de-
bería recibir el sacramento de la Pe-
nitencia, si tenía copia de confesor;
y si no la tenía, hacer un acto de con-
trición; porque, como muy bien dice
tículo de Santo T o m á s , quceritur 3:
« N e c martyiii occasio tollit obligatio-
nem vel implendi prascepta, vel adhi-
bendi media ad salutem necessaria.»
1675. P. E l que por asistir es-
pontánea y caritativamente á los
apestados pierde la vida, ¿es mártir?
R. En el Martirologio Romano (día
28 de Febrero) se lee de los que así
murieron: «Quos velut martyres reli-
giosa fides venerari consuevit;» y San
L i g o r i o añade: « E t veros martyres
esse tenent 12 academias, 18 Cardina-
les, et plusquam 300 auctores contra
Hurt. et alios.» ( L i b . 6, núm. 100.)
N o dudo que los que pierden su
poral ó espiritualmente, á los apesta-
dos, pueden llamarse velut martyres;
pero tengo por mucho más probable
que no lo son propia y rigurosamente.
i . ° Porque á quien no conviene la de-
finición esencial, no puede convenir
lo definido; pues bien: todos los "teólo-
gos convienen en definir el martirio:
mors data in odium Christi, et accepta
pro Christo. 2° N o hay ejemplo en la
Iglesia de que se celebre como már-
tir á un Santo tan sólo porque murió
asistiendo espontáneamente á apesta-
dos. 3 . N o consiste el verdadero mar-
0 num, ut si referatur in Deum, ideo po veces ofrecimiento á Dios de su vida,
tirio en perder la vida solamente por
practicar obras b u e n a s , sino que,
como dice Santo T o m á s , «pertinet ad
rationem martyrii ut aliquis firmiter
stet in veritate et justitia (usque ad
mortem ) contra persequentium Ímpe-
tus» (2. 2. , q. 124 , art. 1). En la
K a3
i . p . , q. 22, art. 2 ad 2 . , dice que
a u m
«non esset patientia martyrum, si non
esset perseculio tyrannorum.»
L o s que mueren por asistir á los
apestados y por los trabajos aún ma-
yores que padecen los misioneros en
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO. x
37
países gentiles, especialmente en tiem fidem Christi corrumpere moliuntur, et
po de persecuciones, podrán tener en in tali defensione mortem sustineat.» ( I n
el cielo mayor gloria esencial que a l - Suppletn., 3 . * p., q. 96, art. 6, ad
gunos mártires, pero no creo que ten- 1 1 . ) Silvio, en el comentario de es-
u m
gan la gloria accidental de la laureola te artículo, sigue en un todo la o p i -
del martirio sino los que realmente son nión de Santo T o m á s ; y añade que la
muertos por Cristo en odio de la fe ó Iglesia no canoniza á los soldados que
de cualquier otra virtud, aun cuando mueren peleando contra los enemigos
fuese por no decir una mentira leve; de la f e , porque debiendo preceder
porque, como dice Santo T o m á s , se- investigaciones tan sumamente riguro-
ría mártir el que muriese «pro q u o -
sas antes de comprobar un martirio, la
cumque bono faciendo, vel pro quo-
Iglesia nunca ha querido hacerlo; y
cumque peccato vitando propter Chris-
además, en las guerras contra infie-
tum; quia hoc totum pertinet ad fidei
les pelean algunos hombres inmora-
protestationem» (2. 2. -', q. 124, ar-
a a
les, y otros non habito respectu fidei,
tículo 5 ad i . ) .
u m
sed proprii commodi.
L a s Hermanas de la Caridad, los 1677. P. ¿Es necesario para ser
Sanjuanistas, los misioneros y otros mártir el deseo previo del martirio?
que sacrifican su vida por D i o s , son R. C o m o el martirio es un hecho
mártiresimproprie, «persimilitudinem extraordinario y difícil, algunos auto-
martyrii,» como dice S i l v i o , y lo mis- res exigen la aceptación previa. C a -
mo había dicho Santo T o m á s ; esto es, yetano ( 2 . 2. , q. 124, art. 2) y S i l -
a x
que se les llamaba mártires per quam- vio ( 3 . p., q. 66, art. 1 1 , qucer. 3)
a
dam similitudinem (en la cuestión cita- dicen que el adulto que ofreció antes
da, art. 4 ad i . ) . u m
á Dios todas sus acciones sin acor-
1676. P. L o s que mueren p e - darse del martirio, si después, estan-
leando en defensa justa contra los in do dormido, le matan por odio á la fe,
vasores de su patria, ó contia los per es verdadero mártir; porque, estando
seguidores de la fe católica, ¿son már- en esa disposición, parece que de al-
tires? gún modo acepta voluntariamente la
R. E n cuanto á la primera parte, muerte. Billuart dice que esta segun-
he aquí la respuesta de Santo T o m á s da sentencia no le parece improbable
«Bonum reipublicae est prseeipuum (De fortitud., art. 2, de martyr. Conse-
inter bona humana; sed bonum divi ctaria, e t c . ) . L a primera opinión me
num, quod est propria causa marty parece más conforme á la definición
rii, est potius quam humanum; tamen del martirio. Para obviar toda duda,
quia bonum humanum potest effici divi- lo mejor es hacer alguna ó algunas
test esse quodcumque bonum humanum si alguno se la quitase en odio de la
martyrii causa, secundum quod in Deum fe; cosa que puede suceder á los l e -
refertur» (ad 3 . ) ; pero el Santo ha-
u m
gos, y más fácilmente á los sacerdo-
bla en el caso de que se siga la muer-
tes y religiosos en tiempo de revolu-
te recibida por D i o s en guerra justa
ciones. L o demás que puede decirse
en defensa de su patria.
acerca del martirio, véase en la 2 . a
En cuanto á la segunda parte, esto 2 . * de Santo T o m á s , q. 124, y en el
es, cuando un soldado es muerto com- Suplemento de la 3 . p., q. 96, ar-
a
batiendo contra los enemigos de la fe tículo 6. Véase también á S i l v i o y
católica, he aquí las palabras de San- Billuart, en los lugares citados, y á
to T o m á s : «Quis aureolam merebitur, otros teólogos escolásticos.
et martyr e r i t . . . , si rempublicam d e - 1678. P. ¿Cuándo fué instituido
fendat ab hostium impugnatione qui el sacramento del Bautismo?
 LIBRO VI. T R A T A D O II. DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
138 x
39
R. Santo T o m á s ( 3 . p., q. 66, ar- lo, g r a n i z o , antes que se deshagan,
a los humores acuosos, se hace una
lemne debe sub gravi estar bendita,
tículo 2), con la senttncia comunísi- no son materia válida, porque no la- nueva generación de verdadera agua.
según ordena el Ritual R o m a n o . E n
m a de los doctores, dice que el bau- van; pero cuando se deshacen, son N o veo yo que esta opinión se opon -
cuanto al bautismo no solemne, ó sea
tismo tuvo virtud para producir sus materia válida, porque se resuelven ga, al menos ciertamente, á la doctri-
en caso de necesidad, no hay obliga-
efectos desde que Jesucristo fué bau- en agua natural. na del Doctor A n g é l i c o . E s t o no es
ción, ni sub levi, de usar de agua ben-
tizado en el Jordán por el Bautista: Que el agua sea turbia, caliente 6 increíble, porque los magos en E g i p t o
dita; y de no tenerla á mano, hasta
« E x quo Christus in aqua mergitur, mineral, es indiferente para la vali- hicieron repentinamente ranas verda-
sería peligroso el mandar buscarla,
ex eo omnium peccata abluit aqua,» dez, con tal que, según la estimación deras applicando queedam activa natu-
porque estos casos urgentes no admi-
dice San Agustín (in serm. 1 D o m . común, sea verdadera agua, aun cuan- ralia, como dice Santo T o m á s (De
ten dilaciones.
Malo, q. 16 , art. 9 ad 10), y lo m i s -
infra octavam Epiphanias, á medio, do esté envenenada. L a sangre, la sa- 1682. P. ¿Cuál es la materia
liva, la leche, los orines, el j u g o de mo dice San Agustín.
t o m o 10). próxima del Bautismo?
Santo T o m á s añade que Jesucristo las hierbas ó frutas y otras cosas se- E n vista de esto, si ocurriese un
R. E s la ablución del cuerpo del
r.o impuso precepto de recibir el bau- mejantes, son materia nula para el caso de extrema necesidad, no h a -
bautizado, hecha por el bautizante con
tismo hasta después de su resurrec- bautismo, porque la apreciación co- biendo otra materia, se debería bauti-
agua natural. Esta ablución puede
ción; y que aquellas palabras que a n - mún no las tiene por agua natural. zar con esa agua extraída de las flo-
hacerse de tres maneras: por asper-
tes de su muerte dijo á N L o d e m u s : E l caldo no muy craso, el agua de res, diciendo: «si est vera materia, ego
sión, por inmersión ó por infusión.
«nisi quis renatus fuerit ex aqua et sal disuelta, la cerveza con poca mix- te baptizo,» etc.; y si después hubiese
L a ablución por aspersión se hace
Spiritu Sancto, non potest introire in tión, la tinta poco cargada de ingre- tiempo y agua natural, se debería re-
rociando al bautizado con agua natu-
regnum Dei (Joann., cap. 3, v. 5), dientes, el agua que fluye de las pa- bautizar bajo de condición, como dice
ral, de modo que en su cuerpo ( y no
magis videtur ad fuiunim respicere, rras, de los sarmientos ó de los árbo- San L i g o r i o (lib. 6, núm. 103). Para
en el vestido) se verifique realmente
bautizar sub condilione basta cualquier
quam ad prsesens tempus» (ad 3. " ). les, son materia dudosa.
1 11
la ablución; ya se haga con un hisopo,
1680. P. ¿Es materia válida del tenue probabilidad.
L a obligación de recibir el Bautis- ó con la mano mojada en el agua, ó
mo y su necesidad absoluta, no tuvo Bautismo el agua que por la alquimia Por último, en cuanto al agua, con cualquier instrumento, con tal
principio en todas partes en un m i s - se extrae de las flores, plantas y ár- aunque esté alterada de cualquier ma- que el mismo que le rocía pronuncie
mo tiempo, sino que tuvo lugar á pro- boles? nera, « d u m m o d o non solvatur species al mismo tiempo la forma del Bau-
porción que se iba promulgando el R. Según los tomistas, las formas aquas, potest fieri baptismus; si vero
tismo. E s probable que así lo hicie-
solvatur species aquas, non potest
E v a n g e l i o . (Véase á Silvio, en el c o - elementales sustanciales no permane ron los Apóstoles, cuando en un día,
fieri,» dice Santo T o m á s ( 3 . p., q. 66,
mentario del citado art. 2 de Santo cen formalmente en los mixtos per-
a

bautizaron casi á tres mil (Act., capi-

T o m á s , y á Billuart, diss. 1. , De Bap- fectos, como son las plantas y los ár-
a
tismo, art. 2, § 2.)
CAPÍTULO II
D E LA MATERIA D E L B A U T I S M O
1679. P. ¿Cuál es la materia re- u g o de las rosas ó plantas, y, por lo
mota del Bautismo?
R. E s de fe que toda agua natu-
ral, y sola el agua natural. H e aquí la
definición dogmática del T r i d e n t i n o :
« S i quis dixerit aquam veram et na-
turalem non esse de necessitate bap-
tismi; atque ideo verba illa Domini
N o s t i i Jesu Christi, nisi quis renatus
fuerit ex aqua et Spiritu Sancto, ad m e -
taphoram aliquam detorserit, anathe-
ma sit.» (Sess. 7 . , can. 2.)
a
boles, porque de otro modo habría
muchas formas sustanciales en un
mixto que tiene vida vegetativa; eos;:
que los tomistas no admiten. D e aquí
infiere el Angélico que por la alquimia
no se puede extraer agua natural del
j dudosa, sino de tenue probabilidad. esto, y por dudarse de que lo hagan
tanto , in ea (in aqua rosacea) non-
potest fieri baptismus, et eadem ratiom
nec in aqui* alchimicis ( 3 . p., q. 66,
a
art. 4 ad 5 - ) .
u m
Otros autores dicen que si bien por
operaciones meramente m:c ínicas no se
puede extraer agua verdadera del jugo
de las flores y plantas, como dice San-
to T o m á s , pero que con los adelantos
químicos modernos (en que tanta par-
te tiene la electricidad) por la aplica-
art. 4.)
tulo 2 , v. 41), y en otro día á cinco
1681. P. E n caso de extrema mil (cap. 4, v. 4).
necesidad, si no hay materia cierta,
L a aspersión no se ha de hacer tan
¿se puede usar de materia dudosa en
ti Bautismo?
superficialmente como la practican al-
gunos protestantes, que reúnen una
R. N o sólo se puede, sino que se multitud de bautizandos y los rocían,
debe, aun cuando la materia no sea c o m o suele decirse, á la ventura. Por
La razón es, porque cuando se trata con legítima intención (porque algu-
del Bautismo y de la Penitencia en nos de ellos niegan la virtud del Bau-
peligro de muerte, se deberá admi- tismo), y además algunos de ellos
nistrar sub conditione, por más pequeña adulteran el agua, en el día está dis-
que sea la probabilidad ; en este caso ' puesto que se rebautice sub conditione
tiene lugar aquel dicho común: in ex- á los bautizados por los protestantes,
tremis extrema sunt tentanda. L a nece- cuando se convierten al Catolicismo.
sidad urgente autoriza para adminis-
E l bautismo por inmersión es cuan-
trar sub conditione , y la condición re-
para suficientemente la injuria del do el bautizante entra en el agua al
Sacramento en el caso en que la ma- bautizando tres veces, ó una sola (en

teria sea nula, como dice San L i g o - esto no hubo uniformidad), y al m i s -

ción de las virtudes naturales de las
Según todos los teólogos, por agua
cosas, ó sea aplicando activa passivis, rio al fin del núm. 103, con la sen- 1 m o tiempo pronuncia la forma del
natural se entiende la del mar, ríos, tencia comunísima. bautismo.-El bautismo por inmersión
se corrompen las hierbas, plantas ó
fuentes, pozos, lagunas, cisternas y flores; y como en ellas predominan estuvo vigente en España hasta el
la de lluvia. L a nieve, escarcha, hie- La materia lícita del bautismo s o - 1 siglo V I I . E n algunas partes de la
140 LIBRO VI. TRATADO
Iglesia latina se conserva todavía.
L o s griegos cismáticos usan de la in-
mersión, porque afirman que la I g l e -
sia latina se apaitó de la fe católica
no usando de la trina inmersión en
el Bautismo: error heretical condena-
do por el Tridentino en la sesión 7 . , a Sacramento, basta una tenue proba-
can. 3, De Bapiümo: « S i quis dixerit
in Ecclesia r o m a n a , qua? omnium
Ecclesiarum mater est et magistra,
nen esse veram de Baptismi sacia-
| núm. 65), habría peligro d e q u e se
mento doctrinan), anathema sit.»
E l bautismo por infusión es como
se hace ccmúnmtnte en España y en
otros muchos reinos católicos, derra-
mando agua sobre la cabeza del bau-
tizando y pronunciando al mismo
tiempo la forma del bautismo.
E n cuanto á la validez, es igual
cualquiera de las tres abluciones, por-
que la Iglesia romana tiene por váli
do el bautismo administrado por cual
quiera de ellas; mas en cuanto á lo
lícito, exceptuado algún caso de ne-
cesidad, cada uno está obligado sub
gravi á conformarse á la costumbre
de la iglesia donde se halle, como dice
Santo T o m á s ( 3 . p., q. 66, art. 8 ) .
a
1683. P . Donde se acostumbra
á administrar el Bautismo por trina
infusión, ¿pecaría mortalmente el que
no hiciese sino una?
R. San L i g o r i o tiene por cierto
(veiius) que sería grave culpa si no
hiciese sino una; porque el Ritual
R o m a n o , que así lo manda, quiere que
se exprese con este rito el misterio de
la Santísima Trinidad (lib. 6, nú-
mero 107). E s t o parece muy confor-
me á la doctrina de Santo T e m a s ,
que, hablando en el lugar citado de
la trina inmersión que en su tiempo
estaba en uso en Italia, dice así: « E t
ideo graviter peccaret aliter baptizans,
quasi ritum Ecclesia? non observans.»
Aquí se se ha de observar, con San
L i g o r i o y la sentencia c e m ú n , que el
bautizante ha de procurar hacer hoy
la trina infusión, de modo que no
acabe la forma antes que se hagan las
tres infusiones: «Curandum ut forma
II.
non perficiatur ante quam trina fiat
ablutio;» pero las abluciones se han
de hacer seguidas, sin interrupciones,
para no interrumpir mucho la forma.
Véase el Ritual R o m a n o , que explica
el modo de hacer las tres infusiones
en forma de cruz.
E n el bautismo no solemne no obli-
ga la trina infusión, ni convendría
aconsejarla á los legos; porque, como
prudentemente dice Gousset (tomo 2,
equivocasen en la forma, la confun-
diesen, é hiciesen mal el bautismo.
1684. P. ¿En qué parte del cuer-
po se ha de hacer la ablución para
que sea válido el bautismo?
R. i . ° Si la ablución se hace sola-
mente en el vestido, es indudable que
es nulo el bautismo.
2.0
Si la ablución se hace en la
cabeza, es indudable que es válido y
lícito el bautismo, aun cuando la cria-
tura no haya nacido del todo del úte-
10, y tan sólo haya salido la cabeza,
con tal que no esté envuelta en la
secundina.
3. E s opinión más común y más
0
probable que si la ablución se hace
en el pecho ó en las espaldas, el bau-
tismo es válido; pero c o m o , según
graves autores, el bautismo es dudoso
cuando la ablución no se hace en la
cabeza, y además se trata de un Sa-
cramento de primera necesidad, en el
día se ha de tener por cierto que no
sólo se le puede rebautizar lícitamente
SÍ/6 conditione (si non es baptizatus, ego
te baptizo, e t c . ) , como dice San Ligo-
rio ( l i b . 6, núm 107, quevr. 4), sino
que se le debe rebautizar sub conditione.
Santo T o m á s dice así: «Expectanda
est totalis egressio pueri ex útero ad
baptismum, nisi mors immineat; si
tamen primo caput egrediatur, in quo
fundantur omnes sensus, debet bapti-
zar], periculo imminente; et non est
postea rebaptizandus, si eum perfecte
nasci contigerit. E t videtur idem fa-
ciendum, quaecumque alia pars egre-
diatur, periculo imminente: quia ta-
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO. 141
raen (nótese bien) in nulla exteriorum
el agua, para cerciorarse de que ésta
partium integritas vita? ita consistit
penetra hasta la piel. N o se crea que
sicut in capite, videtur quibusdam
yo tengo por sólidamente probable
quod propter dubium, quacumque alia
que el bautismo administrado en los
parte corporis abluta, puer post per-
cabellos ó en las uñas es válido; sino
fectam nativitatem sit b a p t i z a n d o
que por ser de t i n t a necesidad este
sub hac forma: si non es baptizatus, ego
te baptizo, etc.» ( 3 . p. q. 68, art. i r
a
bilidad para administrarle sub condi-
ad 4 . ) . L o mismo dicen Silvio, en
u m
tione; y si la criatura no muere, se la
el comentario de este artículo, Ana-
rebautiza sub conditione: si non es bap-
cleto, Platell, Cóncina, Billuart, etc.;
tizxt'ts, ego te baptizo, etc.
y sobre todo, porque el autorizado
1685. P . Cuando la ablución se
Ritual R o m a n o , después de copiar las
hace sobre la secundina ó placenta en
palabras de Santo T o m á s , da por cier-
que está envuelto el feto, ¿es válido
to que si la criatura no fué bautizada en
el Bauíismo?
la cabeza, si después nace del todo, debe
R. i . ° T e n g o por ciertísimo que
ser rebautizada; pero que si muriese
en caso de necesidad, por no poderse
antes, debe ser enterrada en sagrado,
hac?r de otra manera, debería sub gra-
cualquiera que sea la parte en que
vi bautizarse sub conditione á la cria-
haya sido bautizada.
tura envuelta en la secundina.
4.
0
Prescindiendo de la mayor ó
2.0
Aunque algunos autores o p i -
menor probabilidad que tenga la opi-
nan que la secundina es parte del
nión de los que afirman que es válido
cuerpo del f?to, tengo por notabilísi-
el bautismo administrado en un pie,
mamente más probable que no es par-
en un dedo, en los cabellos, en una
le animada de la criatura. E s una
uña, tengo por cierto q u e , en caso de
masa carnosa, receptáculo, cubierta y
extrema necesidad, no pudiéndose ha-
d.fcnsa del feto para que éste no se
cer en otra parte, se debía administrar
ahogue ni se lastime en el vientre ma-
sub conditione en cualquiera de dichas
terno, y para que se alimente por el
partes. L o primero, porque San L i g o -
cordón umbilical, por el cual se c o -
rio (lib. 6, núm. 107, quecr. 3), tiene
munica con la madre; es, en fin, como
por probable que es válido el bautis-
el erizo, en el cual se forma la casta-
mo administrado en los cabellos; y
ña, que es su cubierta y defensa, pero
por lo tanto, parece que hay la misma
no es parte de la castaña. Formada
razón del administrado en las uñas.
perfectamente la castaña, el erizo se
Lo segundo, porque los tomistas t i e -
abre y se seca; y formado y perfecto
nen por cosa cieita que los cabellos,
ya el feto, la secundina se separa. Por
los dientes y las uñas están anima ios
lo tanto, tengo por cierto que la cria-
por el alma racional, como las demás
tura bautizada sub conditione, envuel-
partes del cuerpo. ( V é a s e á Santo
ta en la secundina, si vive después,
Tomás, in. 4 Sent., dist. 44, q. 1 . , a
se la debería rebautizar; si bien por
art. a, sol. 2. ad 3
a u m
Véase también
haber autores que tienen por válido
á Goudin, en la 4 . parte de la Fis.,
a
el bautismo sobre la secundina, San
art. 5, concl. 2.) N o obstante, el car-
L i g o r i o dice prudentemente que se
denal Gousset (tomo 2, núm. 64) dice
rebautice sub conditione (lib. 6, n ú -
que es conveniente, y algunas veces
mero 107).
necesario (et quelque fots necessaire),
que cuando la criatura nace con m u - 3.
0
Cuando la criatura nace antes
cho cabello, el bautizante separe con del tiempo natural envuelta en la se-
la mano izquierda sus cabellos mien- cundina, como es temible que, si se
tras que con la mano derecha derrama rompe la secundina, el feto se muera
repentinamente, porque su delicado
 LIBRO VI. TRATADO
142
pulmón no podrá soportar el aire libre,
convendrá bautizarle sub conditione an-
tes de romper la secundina; y si d e s -
pués de abierta diese señales de vida,
se le debería rebautizar diciendo: si
non es baptizatus, ego te b.iptizo, etc.
1686. P . Cuando el feto está del
todo encerrado en el útero materno,
si con algún instrumento se puede
introducir el agua, de modo que ésta,
al pronunciar la forma, toque al cuer-
po del feto, ¿se podrá y deberá a d m i -
nistrar el Bautismo de esta manera?
R. Cuestión es ésta que será de li el bautismo administrado sobre la
bre discusión en la especulativa, mien- secundina que cubre el feto. 2. Por-
II.
se puede y debe sub gravi hacer la
ablución del niño encerrado en el
útero materno, si hay peligro de que
muera antes de nacer y hay faculta-
tivo ó partera que por medio de un
instrumento puedan hacer llegar el
agua al cuerpo del feto, pronunciando
al mismo tiempo sub conditione la for-
ma del bautismo. L a razón es:
i . ° Porque aunque el feto antes de
nacer por lo común está envuelto en
la secundina, es probable (si bien en
mi concepto menos probable) que vale
0
DEL SACRAMENTO
ad hoc Sacramentum requiruntur,
verbum, elementum, et ministri in-
tentio. Adsunt hsec omnia in casu pó-
sito. Apponimus enim , projicientem
infantem in puteum formam proferre
cum intentione perficiendi Sacramen-
tum. Sit impia actio; at impietas mi-
nistri non reddit Sacramentum nul-
lum.» ( L i b . 2 De Bapt., cap. 5, nú-
mero 11.) E s t a cuestión no tiene otra
utilidad para la práctica que el averi-
guar (si este caso sucediese) si la cria-
tura muerta debería enterrarse en l u -
gar sagrado, y si debería rebautizarse
sub conditione, si sobreviviese. Creo que
DEL BAUTISMO. 143
R. San L i g o r i o trata esta cuestión
en el l i b . 6, núm. 107. C o m o hay
tanta diversidad de opiniones, el San-
to no la resuelve con claridad; no
obstante, afirma que, según la opinión
común, una ú otra gota de agua (una
vel altera gutta aqittz) no basta para la
validez del bautismo: que tiene por
más probable que si el bautizante hi-
ciese la ablución con el dedo mojado
en agua sobre el cuerpo del bautizado,
sería válido el bautismo: que Anacle-
to y Bonacina, con la opinión común,
tienen por cierto que este bautismo es
válido. Tournely duda de la validez

debería enterrarse en sagrado, si mu- de este bautismo. Bonacina afirma

tras no la resuelva el R o m a n o P o n - que graves autores, entre ellos San riese, porque punce restringendce; creo que bastan tres gotas de agua: otros
tífice. I L i g o r i o (lib. 6, núm. 107), Victoria, también que, si sobreviviese, se le dicen que basta tocar al niño con un
M e desentenderé de la cuestión Suárez, L e d e s m a y otros, dicen que debería rebautizar sub conditione, por- paño mojado en agua. Hasta aquí San
considerada especulativamente, y diré el bautismo así administrado es váli- que no es cierto moralntente que el Ligorio.
solamente lo que toca á la práctica. do. Véase á Benedicto X I V [De Sy- primer bautismo fué válido. E n cuan-
Diré mi humilde parecer. Creo que
I.° E s ciertísimo que la ablución nodo Diiccesana, lib. 7, cap. 5, núm. 21, to á lo lícito, convienen todos con San
en un caso extremo de necesidad se
hecha en el cuerpo de la madre de que abraza y defiende esta opinión. Ligorio (lib. 6, núm. 106) en q u e c o -
puede y debe usar de cualquiera de
nada aprovecha al niño que lleva en 3 . Porque en estas materias de ex-
0
metería un gravísimo pecado de in-
estas opiniones, por tenue que sea su
su vientre, como muy bien dice San trema necesidad, indispensables para fanticidio el que arrojase á un niño
probabilidad, bautizando sub conditio-
Agustín, impugnando á Juliano y á la salvación, cualquiera opinión, aun- en un pozo para bautizarle; porque es
ne; y si después hay tiempo, debe ser
otros herejes; y lo mismo dice y prue- que tenga tenue probabilidad, se debe regla general que non sunt facienda
rebautizada la criatura bajo de condi-
ba Santo T o m á s ( 3 . p., q. 68, a r - seguir, para que no perezca eterna-
a
mala ut eveniant bona. N o obstante,
mente una criatura. E n el terreno de ción.
tículo 1 1 ) . San L i g o r i o dice que si un niño estu-
Por lo demás, tengo por cierto para
z.° Antiguamente no se había la especulativa siga cada cual la que viese en peligro de morir sin bautismo,
mí que el bautismo es más ó menos
descubierto un medio eficaz para ha- quiera; pero en la práctica es otra si no se le bautizaba inmediatamente
dudoso si no se derrama sobre la ca-
cer que el agua llegase al cuerpo del cosa, cuando se trata de la salvación con agua muy fría, se podría hacer
beza del bautizando una cantidad de
feto encerrado en el útero materno, y eterna de una criatura que se halla en lícitamente, aunque se temiese que
agua que sea suficiente para que se
por esto San Agustín, San Isidoro, necesidad extrema espiritual. Pero si con esto se le aceleraría la muerte; y
pueda asegurar que está moralmente
Santo T o m á s , el Ritual R o m a n o y después de bautizada en el útero ma- San L i g o r i o lo prueba del modo si-
guiente: aTum quia mors tune non lavada la cabeza de la criatura: ut
muchos escritores dijeron que el fetoi terno la criatura naciese viva, se la
eveniret per se, sed per accidens; cum quis dici possit moraliter ablutus, como
no podía de modo alguno ser bautiza- debería sub gravi rebautizar sub condi-
talis actio per se non tendat ad occisio- dice Billuart (De Bapt., diss. i . , ar-
ft

do antes de nacer. H e aquí la razón tione, c o m o dice San L i g o r i o , con la

nem, sed ad ablutionem: tum quia po- tículo 3, § 3). L o mismo dice Gousset,
fundamental de Santo T o m á s , en el sentencia comunísima.
test negligi parva illa vitas jactura, encargando que se eche el agua en un
lugar citado: «Respondeo dicendum, 1687. R. Si una persona, con
ut infans vitam asternam consequa- vaso ó concha de alguna capacidad:
quod de necessitate baptismi est, quod intención de bautizar á un niño, le
tur.» Cuando no hay caso urgente de « I I faut prendre de l'eau dans un vase
corpus baptizandi aliquo modo aqua arrojase á un pozo, y al tocar en el
bautizar, convendrá echar un poco de ou dans une coquille d'une certaine
abluatur: corpus autem infantis, a n - agua pronunciase la forma, ¿el bau-
agua caliente en la pila bautismal, capacité, et la verter sur...» etc. T o -
tequam nascatur ex útero, non potest tismo sería válido?
cuando el niño nace muy débil; por- mo 2, núm. 65.)
aliquo modo abluí.» Billuart y otros to- R. Algunos autores dicen que sería
mistas dicen que Santo T o m á s , no nulo, porque esto no seria ablución, que como está tan tierno é impresio- E n este lugar tratan algunos auto-
sólo se fundó en esta razón, sino tam- sino sofocación; pero me parece más nable su cerebro, podría perjudicarle res las cuestiones siguientes: 1 . En a

bién en aquellas palabras de San probable la opinión del Panormitano, el agua muy fría. el caso de haber sólido fundamento
Agustín (ad Dardanum, epist. 57): Victoria, Suárez, Gonet y otros que para creer que el feto morirá antes
« N e m o renascitur, nisi prius nasca- dicen que sería válido el bautismo, 1688. P . ¿Qué cantidad de agua de nacer, ¿estará obligada la madre á
tur.» N o entraré en esta cuestión. porque nada faltaría de lo esencial, es necesaria para la validez del bau- sufrir en vida la incisión para que sea
3.
0
T e n g o por cierto que en el día como sabiamente dice Cóncina: «Tria tismo? bautizada la prole? Pero de este caso
 LIBRO VI. TRATADO II. DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
144 145
suficientemente la trinidad de Perso-
ya se trató en el núm. 884. 2.* E n el L i g o r i o ; si bien es cierto lo que dice I D e lo dicho se infiere que la forma
nas ; pero que es indispensable que se
caso anterior, ¿qué conducta deberá Cóncina, que el que tal hiciese adver- | del Bautismo, según el rito de la I g l e -
exprese antes de Spiritus Sancti: « O m -
observar el confesor con la mujer em- tidamente, bien merece el nombre de I sia l a t i n a , expresa cinco cosas: la
nino exprimendum (verbum et) ante
barazada que se halla en este apiieto? fatuo ó necio: « N e m o nisi fatuus, dum persona del bautizante, ego; la perso-
ultimum nomen; cum nomen Spiritus
(Véase la resolución en el núm. 885.) baptizat delibérate, omitiere potest Sancti per se non sit notionale denotans
na bautizada, te; el acto de bautizar,
3 . ¿Qué podrá hacerse con la emba- hanc particulam.»
a

processionem tertüe Personas: nomen

baptizo; la unidad de la divina esen-
razada que está condenada á muerte, E l pronombre te es necesario neces- cia, in nomine; y la trinidad de las di-
enim Spiritus Sancti competit tam Pa-
si se teme que el feto muera antes sitate sacramenii, porque determina la vinas Personas, Patris, etc.
tri, quam F i l i o . » ( L i b . 6, al fin del
que llegue el tiempo natural del parto? persona bautizada, como en el lugar número 1 1 1 . )
L a expresión de la persona del bau-
(Véase el núm. 886.) 4 . ¿Hay cbli- citado dice San L i g o r i o , con la sen-
a tizante no es esencial que se haga in
Me parece fundada esta opinión de actu signato, diciendo ego ó baptizo;
gación de hacer la operación cesárea tencia común.
L a palabra baptizo es esencial, por- San L i g o r i o ; porque cuando se dice: basta que se haga in actu exercito, esto
á la embarazada después de muerta?
Andrés fue muerto por Juan , Pedro y es , que se incluya y sobrentienda,
(Véase el núm. 891.) 5. Si no hubie- que expresa el acto de bautizar. Si en
a

Antonio , todos entienden que fueron como sucede en la forma de los g r i e -

se persona seglar que hiciese la o p e - lugar de baptizo se dijese abluo, lavo,
tres los matadores; pero si se dice: las gos católicos , que dicen: Baptizatar
1

ración cesárea, ¿debería hacerla el pá- intingo, con tal que se use de estas
Cuestiones Tusculanas fueron compues- (otros dicen baptizetur) servas ( v e l ser-
rroco ú otro sacerdote? ( V é a s e el palabras con intención de bautizar,
tas por Marco Tulio Cicerón, se entien- va Christi N. in nomine Patris, et Fi-
núm. 892, donde se trata latamente no sería pecado mortal, dice San L i -
goria (lib. 6, núm. 108), con la sen- de que los tres nombres se refieren á lii , et Spiritus Sancti; pero en la
esta materia.)
tencia comunísima. una misma persona. Por lo tanto , si palabra baptiza-tur ó baptizetur se s o -
la conjunción et se omitiese antes de brentiende a me. Algunos Rituales
CAPÍTULO III ! Acerca de la preposición in, hay Spiritus Sancti, como se trata de la griegos omiten del todo la palabra
opiniones. San L i g o r i o dice que aun-
que la opinión de los Salmaticenses validez del Sacramento , tengo por Amen: otros la dicen después de cada
DE LA FORMA D E L BAUTISMO
y otros que dicen qua no es esencia!, cierto que el bautismo se debería re- una de las tres divinas Personas; pero
petir sub conditione.
1 6 8 9 . P . ¿Cuál es la forma del le parece más fundada, pero que esta variación es accidental.
como se trata del valor de este Sacra- L a palabra Amen, c o m o dice Bil- Hablaré de algunas variaciones que
bautismo? luart, no es realmente parte de la pueden ocurrir en la forma del Bautis-
R. E n la Iglesia latina es la si- mento, se ha de seguir la opinión de forma. E n algunas iglesias no se dice, mo, omitiendo por brevedad otras que
guiente: Ego te baptizo in nomine Pa- Soto , Navarro , Comitolo , Gabriel, porque muchos Rituales la omiten. se pueden ver en los autores que tra-
tris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen. Cóncina y otros , que afirman que la En donde estos Rituales están vigen- tan con extensión sobre esta materia.
Así está definido por el Concilio L a - partícula in es esencial á la forma del tes, conviene conformarse: donde es
teranense (in cap. Firmiter, De Snmm. bautismo: «Imo,rect¿ ait Cóncina, quod i.° E n cuanto á la validez , es
costumbre que se diga, se debe expre- indiferente que la forma se pronuncie
Trinit.) y por el Tridentino (sess. 7. , talis omissio non possit excusari a
a

can. 4). Algunos autores expresan el mortali.» ( L i b . 6, núm. 112.) L a s ra-
nombre del bautizando, por ejemplo: zones véanse en los citados autores.
Joannes, ego te baptizo, etc. H á g a s e L a palabra nomine es esencial á la
donde hay costumbre, pero no es ne- forma , según sentencia comunísima,
cesario; porque en el pronombre te se porque expresa la unidad de la divina
expresa suficientísimamente la perso- esencia. Del mismo modo es esencial
na del bautizando. la expresión de las tres divinas Per-
1 6 9 0 . Convienen todos los teólo- sonas , Patris , et Filii , et Spiritus
gos en que la palabra ego no es nece- Sancti.
E n cuanto á la conjunción et que
saria necessitate sacramenii; porque la
persona del bautizante se expresa su- se pone antes de Filii y antes de Spi-
ritus Sancti, T o l e d o , Billuart, Grosin
ficientísimamente en la palabra bapti-
zo. Es sentencia comunísima, dice y otros autores dicen que no es esen-
San L i g o r i o , que el que sin causa la cial , porque sin variar el sentido se
omitiese advertidamente, tan sólo pe- suprime elegantemente en la lengua
caría venialmente; á no ser que lo latina ; pero otros autores dicen que
hiciese por desprecio formal de la es necesaria. San L i g o r i o tiene por
Iglesia (lib. 6, núm. 112). Esta opi- cierto que basta para lo esencial que
nión es contra Cóncina y Grosin, pero se exprese la conjunción et antes de
yo me adhiero á la sentencia de San Spiritus Sancti, porque así se expresa
sar sub levi. L a palabra A?nen, dice en latín ó en cualquier otro idioma:
Billuart, «est tantum Sacramenti j a m pero sería ilícito en el Bautismo so-
perfecti aeelamatio et approbatio.» E s lemne no acomodarse en el idioma al
vocablo hebreo, que unas veces signi- rito de su Iglesia. En cuanto á los
fica así sea , como en este lugar , y lo l e g o s , cuando bautizan en caso de
mismo cuando Jesucristo compuso la necesidad, conviene que pronuncien
oración del Pater noster , y concluyó la forma en el idioma nativo, para
diciendo: Sed libera nos a malo. Amen. que no se equivoquen.
(Matth., cap. 6, v. 13.) « A m e n , id est,
2.0
E s convenientísimo , y aun
ita fiat,» dice Santo T o m á s . Otras necesario, que los párrocos expliquen
veces Amen significa en verdad, cierta- al pueblo la forma del Bautismo y el
mente , como cuando Jesucristo dijo: modo de administrar este Sacramento
«Amen dico vobis, doñee transeat cce- en caso de necesidad; conviene tam -
lum,» etc. (Math., cap. 5 , v. 18.) bien que lo hagamos los predicadores.
«Verbum Avien assertivum veritatis E l párroco no debe permitir que las
est,» dice Santo T o m á s . « A m e n n o - parteras ejerzan su oficio sin exami-
men hebraeum est, et interpretatur narlas antes sobre la administración
venan, veré,» dice San Agustín. * Está del bautismo en caso de necesidad.
prohibido añadir la palabra Amen, se- visto á un párroco que desde el altar
gún la S. R. C , 9 de Junio de 1853. * enseñaba al pueblo el modo de bauti-
TOMO IT,
10
146 LIBRO VI. T R A T A D O II.
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
zar, en caso de necesidad, de un modo
0
5. E s también cierto que sería 147
como el que en lugar del agua natu-
tan práctico como si se hiciese enton- nulo el bautismo si se d i j e s e : «Ego te ral usase de otra materia (por más 6.° E s sentencia comunísima que
ces el bautismo. T o d o esto es necesa- baptizo in nominibus Patris, et F d i i , et apta que fuese para lavar) no haría
vale el bautismo si se dice: Ego le
rio á los fieles. M e consta que en un Spiritus Sancti;» porque, diciendo no- válido el bautismo , del mismo modo baptizo in nomine Patris Omnipotentis,
mismo pueblo sucedieron tres casos minibus, no se expresaría ¿fl unidad de sería nulo si en la forma, en lugar de
el in nomine Filii Unigeniti, et in nomi-
de tres bautismos nulos en caso de ne- la divina esencia. P o r esta misma Patris, et Filii , et Spiritus Sancti , se
ne Spiritus Sancti Paracliti; porque las
cesidad , por no haber pronunciado razón sería nulo el bautismo si se dijese in nomine Genitoris, et Geniti,
adiciones que se hacen son acciden-
debidamente la forma las personas dijese: ego te baptizo in Patre, etc.; ó et Amoris procedentis, ó Paracliti.
tales en cuanto á la variación de la
legas que bautizaron; y así creo con- ego le baptizo in nomine Patris per Fi- forma.
N o es una mera sutileza la senten-
veniente: lium et Spiritum Sanctum. 7. 0
Si uno dijese: Ego te baptizo
cia comunísima de los teólogos que,
i.° Transcribir las palabras del 6.° Si uno bautizase diciendo: ego !
in nomine Patris, et Filii, et Spiritus
siguiendo á Santo T o m á s , dicen que
Ritual R o m a n o : «Curare debet paro- te baptizo in nomine Genitoris, et Geniti en este caso sería nulo el bautismo;
Sancti, el Beatcz Virginis Mario;, el
chus, ut fidel&s, prcssertim obstetricss, et Procedentis ab utroque , el bautismo porque aunque Genitor, et Genitus , et
bautismo sería válido, si el bautizan-
rectumbaptizandi ritum probé teneant seria nulo. Cayetano, en el comenta- Procedens ab utroque significan mate-
te, al añadir el nombre de María San-
e t s e r v e n t ; » y añade Scavini las si- rio del art. 5 de la q. 66 de la 3 . par- tísima, tan sólo intentase invocar á
a

rialmente lo mismo que « P a t e r , et F i -

guientes graves palabras : « V e r u m te de Santo T o m á s , Berti y algunos lius, et Spiritus Sanctus,» no signifi-
la Señora para que rogase por el bau-
ista diligentia in hoc Sacramento otros , dicen que sería válido; porque can lo mismo formalmente; pues, c o m o
tizado; pero sería nulo si su intención
summaa necessitatis raro (proh dolor!) 1 las expresadas palabras dicen que, fuese bautizar en nombre de la Virgen
1

dice Silvio, Genitor, Genitus, et Proce-

adhibetur , obstetrices nec instruendo, \ , según el común modo de hablar, equi- dens ab utroque no son palabras sinó-
«sicut in nomine Trinitatis, quo bap-
nec examine probando circa illa omnia, ' valen y son sinónimas de Padre, tismus consecratur. T a l i s enim sen-
nimas de Pater , Filii , et Spiritus
quee non módica sunt, et ad rite con- Hijo y Espíritu Santo; pero comun- sus esset contrarius veras fidei, et per
Sanctus , puesto que éstas significan
ferendum baptismum in casu neces- mente los tomistas, los escotistas, Suá- consequens tolleret veritatem Sacra-
las tres hipóstasis y Personas subsis-
sitatis inserviunt.» rez y otros dicen que es nulo. Scavi- m e n t i , » dice Santo T o m á s ( 3 .
a
p.,
tentes , y aquéllas tan sólo significan
2." Después dice Scavini: « S y n o - ni se equivoca cuando dice (tract. I X , q. 60, art. 8), á quien siguieron los
la propiedad de la persona ó el acto
di fere omnes , post S . Carolum ac disp. 2. , cap. 2, qiuer. 6 ) , que Santo
a teólogos. P o r lo tanto, si no constase
nocional, que es el fundamento de la
de la intención del ministro, la forma
Benedictum X I V , mérito ac graviter T o m á s dijo que el bautismo adminis- relación real de la Persona divina.
sería dudosa y debería repetirse sub
prsecipiunt, ut parochi eas , quas ob- trado del modo dicho es dudoso; por- Según esta doctrina de Santo T o m á s ,
conditione el bautismo.
stetriciam artem exercent , bene in- que Santo T o m á s no dijo que era dice también S i l v i o , es nulo el bautis-
struant , illis insuper apponendo dif- dudoso , sino que dice expresamente mo si se dijese: «ego te baptizo in no- 8.° Si el bautizante, en lugar de
ficiles casus , qui in Rituali notantur que es nulo. Copiaré sus palabras. En mine Patris, et Jesuchrisli, et Spiritus Ego le baptizo, etc., dijese Nos te bap-
et evenire possunt...: imo tenentur la 3 . p., q. 66, art. 5 , se opone á si Sancti.» L o mismo dice San L i g o r i o tizamus, si fuese el Papa ó un Obispo,
a

parochi ómnibus suis parochianis dili- mismo el siguiente argumento: «Pr¡s- (lib. 6, núm. 109), citando á Frassen; usarían del lenguaje que les es p r o -
genter explicare qua? ad baptismum terea persona Patris non solum signi- pero añade: «Secus, dicit Frassen, si ' pió: si fuese un sacerdote privado, se-
pertinent , etiam vernáculo sermone; ficatur nomine Patris , sed etiam no- pro nomine Spiritus Sancti dicatur ría una vanidad; pero si tenía verda-
quia evenire p o t e s t , ut, occurrente mine innascibilis et Genitoris; Filius Spiritus Paracliti, quia in verbo Spiri- dera intención, el bautismo sería vá-
inopinato casu , illud ministrare d e - autem significatur nomine Verbi , et tus j a m satis exprimitur tertia P e r s o - lido sin duda alguna.
beant.» ( T r a c t . I X , disp. 2 . , cap. 2, quod etiam his nominibus utendo per-
a na. » San L i g o r i o nada añade, ni apro- E n orden á la simultaneidad entre
qumr. 3.) ficiatur sacramentum.» Ahora veamos bando ni reprobando lo que dice F r a s - la aplicación de la materia del bautis-
0
3. E s indudable que es nulo el la solución que da Santo Tomás á sen; pero, según S i l v i o , este bautismo mo y la pronunciación de la forma,
bautismo si sólo se dice: Yo te bautizo este argumento: « A d septimum dicen- sería dudoso: « C u m ha? variationes véase el cap. 2 De los Sacramentos en
en el nombre de la Santísima Trinidad. dum, quod sicut aqua sumitur ad bap- incerlitudinem habeant, in negotio sa- general, núm. 1 6 1 2 , 6.°
4.
0
Prescindiendo de la cuestión tismum , quia ejus usus est communior lutis serio cavendse sunt.» Este doc-
sobre si en el tiempo de los Apóstoles ad abluendum , ita ad significandum tísimo teólogo dice que Jesucristo,
cuando dijo á sus Apóstoles: «Bapti-
CAPÍTULO IV
fué válido el bautismo administrado tres Personas in forma baptismi assu-
zantes eos in nomine Patris, et Filii, et
tan sólo en el nombre de Jesucristo , es muntur illa nomina ( P a t r i s , et Filii, et D E L MINISTRO DEL BAUTISMO
Spiritus Sancti, ibi tradebat ritum in
cosa cierta que hoy es nulo , si tan Spiritus Sancti) , quibus communius
administrando B a p t i s m o servandum;
sólo se dijese: Yo te bautizo en el nom- consueverunt nominan persones in tila, 1691. P. ¿Quién es el ministro
ideoque non solum docebat, qua v i r - del Bautismo?
bre de Jesucristo. L a expresión de las lingua (nótese b i e n ) , nec in aliis nomi-
tute tradendus sit, sed etiam quibus
tres divinas Personas es esencial en nibus perficitur sacramentmn.st'Dt modo R. E s de fe que por derecho divino
verbis.» ( I n 3 , a m
part. D i v . T h o m . ,
la forma del bautismo , según todos que, según el contexto genuino de las cualquier hombre ó mujer administra
5

palabras del A n g é l i c o Maestro, así <!• 66, art. 5, concl. 5 . )a

los teólogos. válidamente el Bautismo, con tal que

observe el rito de la Iglesia en la m a -
i S
4 L I B R O V I . 1T R A T A D O II.
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
149
teria, forma é intención: así lo definió y dirigir á la persona que bautiza. M e res, el hombre y la mujer, es nota-
el Concilio de L e t r á n , cap. Fhmiier: consta por experiencia que esta ad- nes. Según el derecho antiguo, no p o -
blemente más probable que tan sólo
«Sacramentum Baptismi a quocum- vertencia es muy importante; porque día pedir el débito, y hasta debían
es pecado venial, si no hay causa al-
q u e r i t e collatum proficit ad salutem.» los seglares, principalmente las mu- separarse los cónyuges. Así pensaron
guna para invertir el orden que p r e s -
H e aquí el Decreto de Eugenio I V ad jeres, en esos casos, ó por ignorancia Santo T o m á s (in Suppl. 3. p., q. 55, 56

cribe el Ritual R o m a n o , c o m o dicen

Á r m e n o s : « I n casu necessitaiis non so- ó por turbación, faltan algunas veces
lum sacerdos, v t l diaconus, sed etiam en cosas esenciales.
1692. F. ¿Qué pecado será in-
laicus, vel mulier, imo etiam paganvs
et hasreticus baptizare potest, dum- vertir t i orden expresado de preferen-
modo formam servet Ecclesiaa, et fa- cia entre las personas que están pre-
ceré intendat qucd facit Ecclesia.» El sentes?
canon 4 de la sesión 7. del T i i d e n - R. 1 , ° E l párroco ó vicario son
11
tino dice así: «Si quis dixerit baptis- los ministros ordinarios, y pecaría
m u m , qui etiam datur ab haereticis mortalmente el sacerdote privado que
in nomine Patris, et F i l i i , et Spiritus sin delegación, estando aquéllos pre-
Sancti, cum intentione faciendi quod sentes, se entrometiese á bautizar
facit Ecclesia, non esse verum baptis- privadamente, porque violaría un pre-
m u m , anatbtma sit.» Billuart trata cepto de la Iglesia usurpando un de-
eruditamente esta materia en la dis- recho ajeno.
sert. 5 . De Sacram. in ccmm., art. 3.
0 2." E l sacerdote debes«¿ gravisev
E l lego ó sacerdote que, fuera de un preferido al diácono, porque á aquél
caso de urgente necesidad, bautizase expotestaie ordinis le está encomenda-
privadamente, cometería un gravísi- da la administración del bautismo; al
m o pecado. diácono sólo con causa y por c o m i -
P. ¿Qué orden de preferencia se sión.
debe observar en el bautismo privado, 0
3. T e n g o por más probable que
si hay presentes algunas personas? no es pecado mortal, si un subdiácono
R. E l párroco ó su vicario deben ó un lego se entrometiesen á bauti-
ser preferidos á un sacerdote privado, zar privadamente en presencia de un
el sacerdote debe ser preferido al d i á - diácono. Así opinan Soto , Toledo
cono, éste al subdiácono, el subdiá- Ledesma, los Salmaticenses, Gousset
cono á un clérigo de m e n o r e s , éste ( t o m o 2, núm. 70) y otros. L a razón
á un l e g o , el hombre á la mujer, el es porque como el diácono no puede
católico al hereje, el bautizado á un bautizar sino con causa et ex commis-
infiel. iione, cuando el diácono es pospuesto
H a y dos casos en que la mujer se al subdiácono ó al lego e n ' l a admi-
ha de preferir al hombre. Estos dos nistración de un bautismo privado,
art. 1), San Buenaventura y la opi-
Billuart, San L i g o r i o y los autores
nión más común, fundados en que la
citados. Si hay causa leve, no será
culpa alguna. ley que estableció la cognación espi-
ritual entre el bautizante y los padres
1693. P. Si estuviesen presentes del bautizando, estableció también ese
un sacerdote excomulgado y un lego impedimento entre los padres que
no excomulgado, ¿cuál de los dos d e - bautizan á sus hijos, sabiendo la pro-
bería ser preferido para administrar el hibición y sin necesidad; pero San L i -
Bautismo no solemne?
gorio, siguiendo á Suárez, los Salma-
R. Aunque Escoto, Leandro y Cor- ticenses y otros, dice (lib. 6, n ú m e -
nejo dicen que debería bautizar el ro 150) que es bastante probable (sa-
sacerdote excomulgado , la opinión tis probabilis) la opinión de que no
común y más probable dice que debía queda impedido de pedir el débito el
ser preferido el lego. Así opinan N a - cónyuge que, sabiendo la prohibición,
varro, Suárez, los Salmaticenses y bautiza sin necesidad á un hijo suyo,
otros, y San L i g o r i o tiene esto por porque no consta que se exprese en
cierto (verius), y da la razón: «quia parte alguna esta pena, y que los cá-
privilegium excommunicato concedí nones antiguos, que mandaban la se-
tur in solo casu necessitatis; quae non paración de los dos cónyuges, fueron
reperitur adesse, cum alius suppetit .corregidos por Alejandro I I I , in cap.
non excommunicatus.» ( L i b . 6, nú- .Sí vir 2, de cognat. spir., que dice así:
mero 117, dnbit. 2.) «Si vir vel mulier scienter vel ignoran-
1694. F. Si el padre del bauti- ter filium suum de sacro fonte susce-
zando estuviese, y además una mu- perit, an propter hoc separari debeant?
jer, ¿cuál de los dos debería ser pre- Consultationi tuas taliter responde-
r ferido ? mus ( h a b l a Alejandro I I I ) , quod
R. Si los padres bautizan por no quamvis generaliter sit institutum ut
haber quien lo haga, no contraen pa- debeant separari, quídam tamen hu-
rentesco espiritual entre sí, ni pecan, manius sentientes aliter statuerunt,
como dicen Santo T o m á s , San L i g o - ideoque Nobis videtur quod sive ex
rio y la sentencia comunísima. E s t á ) ignorantia, sive ex malitia id fecerint,
expreso en el derecho canónico, ex non sunt ab invicem se.parandi, nec
cap. Ad Hmina 7, caus. 30, q. i . ; alter alteri debitum debet subtrahere,
a

casos están expresos en el Ritual R o - no consta que haya injuria grave, co- tampoco contraen parentesco espiri- nisi ad continentiam servandam pos-
mano (De Bajthmo). i . ° « N i s i , pudc- mo dice Billuart; «eo quod violatio tual si lo hicieran por ignorancia, co- sint induci; quia si ex ignorantia id
ris gratia, deceat íceminam potius juris remoli et indirecti non sit tam mo dice San L i g o r i o , lib. 6, núme- factum est, eos ignorantia excusare
quam virum baptizare infantem ncn- gravis, ut constituat peccatum mor- ro 150, según consta in cap. Si vir 2, videtur; si ex malitia, eis sua fraus
dam cmnino editnm. 2° V e l nisi me- íale: quod non debet asseri sine graví de cognat. spir. non debet patrocinari vel dolus.» So-
lius fce mina sciret formam et modum fundamento.» (De Bapt., diss. 2.\ bre cuyas palabras dice San L i g o r i o :
2° E s indudable, dice San L i g o -
baptizandi.» art. 3, petes 2.) L o mismo dice San «Si hujusmodi conjuges non sunt sepa-
rio en el lugar citado, que pecan mor-
E n el primer caso, aun cuando es- L i g o r i o (lib. 6, núm. 17): « E t quam- randi , nec alter alteri debet debitum
talmente los padres que ex industria et
té presente el párroco, no conviene vis ipse (diaconus) in jure illis prefe-
que éste bautice, y debe hacerlo el ratur, tamen hujus ordinis perversio I ex a ^ p ^ u n t Salmanti-
r e c t e

médico ó la partera. Conviene, no non apparet tam gravis, ut de morta- 1695 ; "P
'
7
,'
q
• C
T e
'S n
impedimentum con-
ü l I u m

obstante, que el párroco ó sacerdote, li damnetur.» ¿095. 3. S o b r e s i contrae -tr a h i ad debitum petendum: textus
Pedimento para pedir el débito el cón- l m

sin ver á la parturienta, esté cerca E n cuanto á invertir el orden entre enim non dicit quod tantum nocens
yuge que scienter y sin necesidad bau-
para o i r í a pionunciación de la forma el subdiácono, los clérigos de meno- teneatur innocenti debitum non ne-
« z a á un hijo suyo, hay dos opinio-
gare, sed utitur terminis correlativis.
150 LIBRO VI. TRATADO II.
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
Si igitur ( u t bene arguit P o n t i u s ) sed tamen debet reddere, si petatur; á principios del siglo X V I I , es decir,
1698. E l ministro del bautismo
utraque pars tenetur debitum redde- quia ex culpa ejus non debet aliquod cuatro siglos y medio después de la
solemne por delegación ó comisión es
re, ergo utraque potest petere: nam incommodum alius reportare.» (In disposición de Alejandro I I I , en que
el sacerdote que bautiza por delega-
si nocens petere non possit, pars in- Supplem. 3 . p., q. 56, art 1, toma-
a5

se apoya San L i g o r i o . E n vista de

ción del Obispo ó del párroco, aun-
nocens non teneretur reddere, cum do del lib. 4 de las Sentencias, dist. 42, todo esto, aunque con la debida venia,
q. i . , artículos 1 y 2). N o puede de- que no haya necesidad alguna, y aun
nocens j a m amiserit jus petendi.» a

me aparto de la opinión del Santo.

Confieso que, sin negar del iodo la cirse que Santo T o m á s , San Buena-
fuerza del raciocinio de San L i g o r i o ventura, Paludano, Sánchez, Cónci-
y los Salmaticenses, no veo con cla- na y el común de los canonistas no
ridad que Alejandro I I I diese derecho habían visto ó entendido el capítulo
para pedir el débito al cónyuge cri- 'Si viret mulier de Alejandro I I I ; por-
minal.
i.° E s verdad que el Papa dice:
«Alier alteri non debet debitum sub-
trahere;» pero estas palabras genera-
les del cuerpo del artículo parece que
se restringen al final de él, cuando
Alejandro I I I desciende á dar razón
de su benigna determinación ; pues
dice así: «Quia si ex ignorantia id
factum est, eos ignorantia excusare
videtur; si ex malitia, eis sua fraus
non debet patrocinan vel dolus.» Aquí
se da la razón de la obligación que
tiene el cónyuge de pagar el débito al
otro cónyuge: «non debet subtrahere
debitum;» porque si se quiere decir
que el criminal (según San L i g o r i o )
no sólo puede y debe pagar el débito
al inocente, sino que le queda íntegro
también su derecho para pedirlo, esto,
siguiendo la opinión del Santo, pare- S i l v i o , comentando el citado artículo
ce que no hace buen sentido.
2.° E l muy docto y muy prudente
cardenal Gousset ( t o m o 2, núm. 119),
después de citar la opinión de San
L i g o r i o , se aparta de.ella, y tiene por
mucho más probable y más común
que el cónyuge adúltero criminal no
puede pedir el débito, si bien debe
pagarle si le pide el inocente.
3.
0
L o s canonistas siguen comun-
mente á Santo T o m á s , que dice a s í :
« S i ille ex cujus actu inducitur ( c o g -
natio spiritualis, baptizando filium
suum) diligentiam adhibuit, est ea-
dem ratio, sicut et de primo (esto es,
que no queda impedido de pedir el
débito): aut ex industria extra casum
necessitatis; et tune ille ex cujus actu
inducitur, amittit jus petendi debitum;
cuando sea religioso, si las leyes de
1696. Aquí se ha de notar que su instituto no se lo prohiben.
si el padre bautiza á un hijo suyo ile-! E l diácono, según la presente d i s -
gítimo, aun cuando sea en extrema I ciplina de la Iglesia, no puede admi-
necesidad, contrae cognación espiri- nistrar lícitamente el bautismo so-
tual con la madre ó concubina, de lemne, aunque tenga el consentimien-
que este capítulo, como puede verse
modo que tiene impedimento diri- to del Obispo ó del párroco, á no ser
en el cuerpo del derecho canonice
mente para casarse con ella; porque que además haya necesidad. Cuánta
(Decret. Gregor. I X , lib. 4, tít. 11,
como dice Silvio en el lugar citado, | deba ser ésta, lo dice San L i g o r i o en
cap. 2), tiene la fecha del año 11S0.
este impedimento no es castigo enton- las siguientes palabras: «Talis
Estas Decretales, compiladas por San com-
ces, sino que la cognación espiritual missio (baptizandi solemniter) nequit
Raimundo de Peñafort, ya estaban
dirime el siguiente m a t r i m o n i o , eo diácono fieri, nisi ob magnam neces-
publicadas y aprobadas por Grego-
quod ad quoddam amicitia genus perti- sitatem, vel Ecclesiae utilitatem; puta,
rio I X en 1230, como consta de la
net; pero como los casados tienen ya si non adessent sacerdotes, vel nisi
carta que está al principio del tomo 2
un derecho adquirido á pedir el débi- adsit multitudo baptizandorum, aut
del Derecho canónico de la edición de
to, la Iglesia, que puso esta cogna- nisi parochus sit graviter infirmus, vel
Colonia de 1 7 7 3 ; y no es de creer que
ción, no quiso que naciese este impe- excommunicatus, vel alias oceupatus
la disposición canónica citada fuese
dimento cuando bautizan á sus hijos confessionibus excipiendis , aut prae-
desconocida á los Doctores San Bue-
legítimos en extrema necesidad.
naventura y Santo T o m á s , que escri- dicatione.» ( L i b . 6, núm. 116.)
bieron sus libros de los Sentenciarios 1697. P. ¿Quién es el minisrro 1699. P. Si el diácono en caso
veinte años después de publicadas las del bautismo solemne?
de extrema necesidad bautizase solem-
Decretales que por mandato de Gre- R. E l ministro puede ser de tres nemente sin comisión del Ordinario,
gorio I X había compilado San Rai- maneras: ordinario, delegado y de ne- ¿incurriría en irregularidad de delito?
mundo de Peñafort. cesidad. E l ministro ordinario es el
R. E s indudable que el diácono
Obispo en su diócesis, y el párroco
E l doctísimo teólogo y canonista que sin necesidad ni comisión del
en su parroquia. E l sacerdote ex vi
Obispo ó del párroco bautiza s o l e m -
sita ordinationis tiene potestad de Or-
de Santo T o m á s , tiene por cierto que nemente, incurre en irregularidad.
den para bautizar solemnemente co-
el cónyuge que «sciens ct volens bapti- L a cuestión está sobre si la incu-
mo ministro ordinario; pero en el ejer-
zaret suam prolem extra casum neces- rre cuando bautiza solemnemente en
cicio de ella depende del Obispo ó del
sitatis, amittit jus petendi debitum, caso de extrema necesidad, pero sin
párroco. Si lo hiciese sin su consenti-
etiamsi teneatur reddere;» y cita en comisión del Ordinario . Antes de
miento, pecaría mortalmente, pero
favor de su opinión las palabras del resolver la cuestión se ha de notar
no incurriría en censura alguna ni en
Ritual R o m a n o publicado por man- que los subdiáconos y clérigos meno-
irregularidad, porque no ejercería ac-
dato de Paulo V , que dice así: «Pater res que bautizan s o l e m n e m e n t e , es
to de Orden sacro que no tiene, ni
aut mater propriam prolem baptizare indudable que la incurren, ex cap. Si
hay pena alguna en el derecho.
non debet, prceterquam in mortis ar- quis de cleric. non ordin., que dice
* La Sagrada Congregación de Pro- así: «Si quis baptizaverit, aut aliquod
ticulo, quando alius non reperitur qui
paganda pide, en 21 de Enero de 1789, divinum officium exercuerit non ordi-
baptizet (nótese bien): nec tune ullam
decretó que el sacerdote suspenso y natus, propter temeritatem abjiciatur
contrahunt cognationem quaa matri-
entredicho, en ningún tiempo puede de Ecclesia, et nunquam ordinetur;»
monii usum impediat.» D e aquí se
administrar el Bautismo con solem- y el subdiácono no tiene potestad de ^
infiere legítimamente que, si bautiza
nidad, y que cuando por urgente ne- Orden para bautizar solemnemente
scienter y fuera de un caso de necesi-
cesidad deba administrarlo, que lo ni aun en caso de necesidad.
dad, contrae la cognación espiritual,
haga privadamente. (Collectanea S. Se-
que impide la petición del débito. El L a cuestión es sobre si el diácono
dis, núm. 196.) ( V é a s e Marc, t o m o 2,
Ritual R o m a n o de Paulo V se publicó en el caso propuesto incurriría en irre-
» ú m . 1461.) *
gularidad. Suárez, Sporer, Billuart,
153 LIBRO VI. TRATADO II. DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
153
Gousset y otros dicen que no la incu- L a glosa es una explanación más ó L u g o , los Salmaticenses, Covarrubias, trans in pertinentibus ad ordinem
rriría. Se fundan en que la glosa, ex- menos acertada del texto del derecho, A n g e l o , Bonacina, Palao y otros, que quem non habet, deponendus est, et
plicando el citado capítulo Si quis y se puede impugnar sin temeridad. dicen que los legos, en el caso p r o - amplius non ordinandus.» Estas pa-
baptizaverit, etc., dice así del diáco- Scavini dice que es sentencia comu- puesto no incurren en irregularidad. labras manifiestan evidentemente que
no : «Ubi necessitas exigit, et presbyter nísima que el diácono que bautiza so- L a razón es, porque no se incurre en la Decretal tan sólo hablaba de los
est abscns , potest diaconus jure suo lemnemente en caso de necesidad sin irregularidad que no está expresa en ordenados, y en manera alguna de los
baptizare.» Billuart añade que en un comisión, incurre en irregularidad, si el derecho (in cap, Is qni , de sentent. legos; porque mal pudiera imponer la
caso semejante se puede creer que no le excusa la ignorancia, aunque sea exco7>im. in 6); y en el citado capítulo pena de deposición, si no hablase de
hay comisión tácita del Obispo (De vencible y crasa (tract. I X , disp. 2. ,
1 no se expresa esta irregularidad: «Hsec los ordenados, pues esta pena no pue-
autem irregularitas, dice el Santo (li- de alcanzar á los legos.
Bapt., d i s s . , 2 . , de minist.
a
Bapt., cap. 3, dicimus 3). L o s glosadores ó
intérpretes del derecho canónico son bro 6, núm. n ó ) , minime videtur ex -
art. i , petes 2.) E n vista de todo lo dicho, me ad-
pressa: licet enim textus generice l o -
Por el contrario, San L i g o r i o ( l i - hombres sabios, como Sinibaldo (que hiero en un todo á la sentencia de San
quatur, attamen cum titulas sit De
bro 6, núm. 1 1 6 ) , siguiendo á N a v a - fué después Inocencio I V ) , el Ostien- L i g o r i o , el cual tiene por notable-
clerico ministrante, verba illa generalia
rro, Bonacina, Natal Alejandro, L a y - se, Guillelmo Durando, el Panormita- mente más probable que la Decretal
debent intelligi tantum juxta titulum
man, continuador d e T o u r n e l y y o t r o s , n o , Acursio, Bernardo Tancredo, etc.. citada habla tan sólo de los ordenados.
qui textui praafigitur. I m m o L a y m a n
dice que es más probable y sentencia y se les ha de escuchar con respeto; 1701. P. E l Obispo fuera de su
censet satis id exprimí in eodem tex-
comunísima que el diácono en el caso pero no siempre se les puede seguir, diócesis, ó el párroco fuera de su pa-
tu,cum ibidicatur: Abjiciaturde Eccle-
propuesto incurre en irregularidad; porque más de una vez se equivocan. rroquia, no habiendo extrema necesi-
sia, quod proprie intelligi debet de
«quia licet diaconus ordinetur ad ba- T e n g o , pues, por mucho más proba- dad, ¿pueden bautizar solemnemente
depositione, qua non puniuntur nisi
p t i z a n d u m , ad id ¿amen non ordinatur ble que el diácono, en el caso pro- sin comisión?
clerici; et ratio hujus esse potest, quia
nisi ex commissione Episcopi vel sacer- puesto, tan sólo puede y debe bautizar talis usurpatio (ait L a y m a n ) frecuen- R. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 115),
dotes, qui sunt ministri ordinarii B a p - privadamente; y si lo hace con solem- tior esse solet in clericis, quam in con la opinión común, dice que no
tismi, ut vidimus.» E l Santo añade nidad sin comisión, incurre en irregu- laicis.» pueden, á no ser que tengan licencia
que como para incurrir en esta irre- laridad, si no le excusa la ignorancia, expresa ó racionalmente presunta del
gularidad el citado capítulo que i m - aunque sea crasa. A las dos razones de Billuart diré propio sacerdote. Así consta ex cap.
pone la pena exige que intervenga te- 1700. I'. E l lego que bautiza brevemente que en el cuerpo del d e - Interdicimus, caus. 16, q. 1. Esta pro-
meridad (propter teineritatem) el diá- solemnemente, ¿incurre en irregula- recho canónico, del cual hoy usa l a ' hibición obliga sub gravi.
cono que sin comisión, ó el subdiácono ridad? Iglesia, en las citadas Decretales de L o s peregrinos que no tienen domi-
ó clérigo de menores que bautiza so- R. Autores muy graves, San Anto- Gregorio I X se encuentra el título del | cilio, pueden hacer bautizar á sus
lemnemente, no incurren en ella, si nino, Paludano, N a v a r r o , Billuart y capítulo citado, que dice así: De cle- hijos en cualquier parroquia, como
lo hace con ignorancia, aun cuando otros dicen que incurre, porque el ci- rico non ordinato ministrante. E s cierto dice San L i g o r i o , con la opinión c o -
sea vencible y crasa; porque si bien tado capítulo Si quis habla general- que en algunos manuscritos se leía el mún, ex cap. Nec numeras, caus. 10,
título De non ordinato ministrante; pero q. 3 . Si la mujer pariese fuera de su
entonces pecan mortalmente, no hay mente: «Si quis baptizaverit... non or- a

no debemos atenernos á manuscritos parroquia, la criatura debe ser bauti-

temeridad, y era necesario que hubie- dinatus,» etc.; y aunque parece que
privados, sino al cuerpo del derecho zada en la parroquia en donde nació;
se ciencia positiva, junta con algún el título del capítulo se concreta tan
canónico impreso y aprobado por los pero si tan sólo distase dos ó tres
desprecio: « T e m e r i t a s enim scientiam sólo á los clérigos, De clerico non ordi-
Papas; y con mayor razón en la pre- horas de la parroquia donde está d o -
positivam importat una cum aliquo nato, á esto responde Billuart: i . ° Que
sente Decretal, que tiene la inscrip- miciliada la madre, bien podrían tam-
contemptu.,) E l Sr. D i e z (Del Bau- no se sabe quién puso este título, y
ción Hormisda, Papa, auno 520; y bien bién llevarla á bautizar á ésta, dice el
tismo, cap. 3) defiende la primera opi- que, por lo m i s m o , no se debe atender
se dejan ver las variaciones que pu- Santo ( l i b . 6, núm. 114).
nión: he aquí sus palabras: « E l de- al título, sino al texto del cuerpo del ca-
dieron introducirse en los manuscri-
recho dice que en tal caso potest pítulo. 2 . Que esta Decretal en los
0
1702. P. L o s que tienen d o m i -
tos en más de trece siglos. Nosotros
diaconus jure suo baptizare; y esta dis- códices antiguos no tenía el título cilio en una parroquia y cuasi domici-
debemos atenernos al título que hoy
posición no sabemos haya sido dero- actual, De clerico non ordinato, sino De lio en otra, ¿dónde deben recibir los
tiene: «Inscriptio indicans materiam
gada; por consiguiente, ni incurriría en non or dinato ministrante, como dice la ¿itulij in libris authenticis magnas est
Sacramentos y bautizar á sus hijos?
irregularidad,» etc. E l Sr. D i e z se nota gregoriana; y que así compren- auctoritatis; cum libri isti una cum R. Aunqueesprobableque se deben
equivoca cuando dice que estas pala- día á los legos que bautizaban solem- rubricis probati s i n t , » dice Scavini recibir los Sacramentos en el lugar
bras, potest diaconus jure suo baptizare, nemente. (tract. I I , disp. i . , cap. 3, art. 1, del domicilio, c o m o opinan L e d e s m a
a

Son atendibles las reflexiones del

son del derecho, porque si realmente qitcer. 5). E l Sumario ó compendio del y otros, pero San L i g o r i o (lib. 6, n ú -
lo fuese, no habría cuestión: aquellas muy docto Billuart; no obstante, San capítulo está más claro todavía, pues mero 115) dice que es más común y
palabras son de la glosa; y como dice L i g o r i o tiene por mucho más pro- dice así: «Caput I.—Clericus m i n i s - más probable la opinión de los auto-
el axioma jurídico: glossa non facit jus. bable y más común la sentencia de res que dicen que el que tiene cuasi
 LIBRO VI. TRATADO II. DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
154
*55
domicilio en una parroquia puede etiam nepotes, et alii descendentes (ex Rituali R o m a n o praescriptis, baptiza-
ciales, con dependencia cada uno de la
(otros dicen que debe) recibir allí los lege Liberorum ff., de verb. signific); re liberos christianorum, in eorum
acción del otro, el bautismo sería nulo;
Sacramentos. «Contrahitur autem pero advierte que nomine principum domibus privatis? S. C. Prop., die 21
p o r q u e , como dice Santo T o m á s ,
quasi domicilium, dice el Santo, ab no se entienden los barones que tie- Jan. 1789 respondit: N o n solum li-
« h o m o non baptizat nisi ut minister
eo qui habitat alicubi, non per tran- nen jurisdicción temporal, sino sola- cere, sed' deberé. ( V é a s e á M a r c ,
Christi, et vices ejus gerens; unde
tomo 2, núm. 1488, 4 ) *
situm, sed per majorem anni partero, mente los descendientes de príncipes sicut unus est Christus, ita oportet
aut cum animo permanendi per majorem que tienen potestad absoluta; y añade el 1704. P. Si uno pronunciase la unum esse ministrum.» P e r o si cada
partem anni; puta ad studendum, vel I Santo: «Tamen puto, quod ubi intro- forma del bautismo y otro hiciese la uno de los dos derramase el agua
ad exercendum officium judiéis, m e - ducta est consitetudo domi baptizandi ablución, ¿sería válido el bautismo? sobre la cabeza de la criatura, y dije-
filios magnatum, ipsa non est fucile im- R. Santo T o m á s trató esta c u e s - se: ego te baptizo, etc., con ánimo de
d i d , prolessoiis, mercatoris, famuli,
probando, ut ait Croix.» En cuanto á tión en la 3 . p., q. 67, art. 6, y dice bautizar independientemente del otro,
a
tabernarii, et similium. R a t i o hujus
la segunda excepción de Ja Ciernen- que el bautismo sería nulo; porque en este caso el primero que, derra-
secundas sententias est, quia per quasi
tina, aut talis necessitas emerserit, etc., ni el que dice la forma bautiza, pues- mando el agua, terminase la forma,
domicilium quisque jam fit parochia-
no sólo se entiende cuando hay peli- to que no hace la ablución, ni t a m - ese solo haría el Sacramento. Si los
nus loci ubi habitat, ut habetur ex
gro de persecución ó atropello, sino poco el que hace solamente la a b l u - ¡ dos terminasen á un mismo tiempo,
cap. fin. de paroch., ubi confugientes 1

cualquier grave perjuicio de honra, etc. ción, porque no pronuncia la forma. | los dos harían un mismo bautismo.
ad aliquam parochiam causa belli,
Una joven que se desgració y su fra- Cayetano, Suárez, Leandro y otros « N e c traderent aliud et aliud Sacra-
j a m dicuntur illius parochiani.» P o r
gilidad es oculta, si se hubiese de dicen que en un caso de extrema ne- mentum: sed Christus qui est unus
lo tanto, los padres pueden (si no 1

llevar la prole á una casa de expósitos cesidad, si se encontrasen solos un interius baptizans, unum Sacramen-
deben) llevar sus hijos á bautizar á la
con peligro de que muriese en el ca- mudo y un ciego, podría el mudo de- tum per utrumque conferret» ( 3 . par-
parroquia de su cuasi domicilio.
a

mino, bien podría el párroco bauti- rramar el agua y el ciego pronunciar te, q. 67, art. 6). San L i g o r i o (lib. 6,
Qué se entienda por ádvena, por zarla solemnemente en la casa de su
la forma sub conditione, diciendo: si n ú m . 119) siguió, con el común de
peregrino y por v a g o ; qué se entien- madre para cubrir su honor y evitar
valet baptismus, ego, etc. los teólogos, al Angélico Maestro, ex-
da por domicilio y por cuasi domici- escándalos. H e dicho solemnemente,
lio, y cómo se adquiere, véase en el porque San L i g o r i o , siguiendo á Soto, Dicen otros autores que lo mismo ceptuados algunos pocos.
núm. 165. se había de decir si se hallasen solos
Cóncina y otros, afirma que las cere- 1706. E s indudable, como dice
1703. P. ¿Puede el párroco ad- monias del bautismo solemne no se un tullido y un mudo. Prescindiendo
Santo T o m á s ( 3 . p., q. 66, art. 5 ad
a

de la probabilidad de estas opiniones,

ministrar el bautismo solemne en ca- pueden omitir sino en caso de nece- I 4 . ) , que ninguno se puede bautizar
u m

en el caso de que se hiciese el bautis-

sas particulares? sidad . á sí mismo. A s í consta del unánime
mo, no veo por qué no había de hacer
R. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 118, sentir de los doctores, y está expreso
* L a S a g r a d a C o n g r e g a c i ó n d e l Con- la ablución el c i e g o , tentando la cabe
notanduvi 3), con la opinión común, en el derecho canónico (in Decret., li-
za de la criatura y derramando el
dice que no se puede; y que el que lo cilio, en 20 de Enero de 1891, deter- bro 3, tít. 42, cap. Debitum 4); porque
agua; y lo mismo el tullido empujan-
hiciese, pecaría mortaimente. Se ex- minó que Servetur Rituale Rotnanum,
habiéndose convertido un j u d í o á la fe
salvis exceptionibus, quas ex ralionabili- do con algún movimiento del cuerpo
ceptúan los hijos de los Reyes y prín- católica, y no teniendo persona que le
la taza ó vaso del agua, que el mudo
cipes (Clement. unic. de Bapt., lib. 3, bus causis Episcopus concederé pro suo bautizase, se entró en el agua, y dijo:
tenía en la mano, y pronunciando al
tit. 15, cap. unic.) H e aquí las pala- prudenti arbitrio censúen't. (Véase La Ego me baptizo in nomine Patris, et
mismo tiempo la forma; porque no es
bras literales de la prohibición: «Piae- Ciudad de Dios, tomo 34, Sección Ca- Filii, et Spiritus Sancti. Amen. E l obis-
necesario que el que pronuncia la for-
senti prohibemus edicto, ne quis de nónica, pág 140.) po de Metz preguntó á Inocencio I V
ma derrame sobre la criatura el agua,
caetero in aulis vel csmeris, aut alus * E n las misiones donde habitan los sobre la validez de este bautismo, y el
basta que empuje al bautizando á un
privatis d o m i b u s , sed dumtaxat in católicos «procul a Ecclesiis vel Ora- Papa respondió: «Respondemus, quod
estanque para que se verifique la in-
ecclesiis, in quibus sunt ad hoc fon- toriis publicis, v. gr., decem vel vigin- cum inter baptizantem et baptizatum
mersión, ó que le arrime al chorro de
tes specialiter deputati, aliquos (nisi ti milliariis geographicis,» respondió debeat esse discretio, sicut ex verbis
una fuente ó á las gotas que caen de
regum vel principum, quibus valeat la S. C. R . (4 de Febrero de 1S71): Domini colligitur, dicentis Apostolis:
un tejado para que se verifique la i n -
in hoc casu deferri, liberi extiterint, «Baptismum in casu ministrari posse « I t e , baptízate omnes gentes in nomi-
fusión.
aut talis necessitas emerserit propter in privatis domibus, servato ritu Ec- » n e Patris, et Filii, et Spiritus Sancti,»
quam nequeant ad ecclesiam absque clesia? consueto.» (5469 Gardellini'i 1705. P. Si dos bautizasen á memoratus judaeus est denuo ab alio
(Véase Mach, pág. 765, edición 11.) " :
una misma criatura haciendo ambos baptizandus; ut ostendatur, quod alius
pcriculo propter hoc accessus haberi)
* A d qusesitum Episcopi Tunkinen- la ablución y pronunciando la forma, est qui baptizatur, et alius qui bapti-
audeat baptizare.» (Clemens V in
sis: A n his locis, ubi non est eccle- ¿sería válido el bautismo? zat. A d quod etiam designandum ipse
Concilio Viennensi, anno 1 3 1 1 . )
San L i g o r i o dice en el mismo lugar sia seu oratorium commune, liceat R. Si los dos lo hiciesen diciendo: Christus non a seipso, sed a Joanne
que por hijos de los R e y e s y príncipes sacerdoti solemniter i. e , adhibitis nos te baptizamus, etc., con la inten- voluit baptizari.»
1

se entienden «non solum filii, sed ómnibus casremoniis et precibus in ción de obrar ambos como causas par-
1707. P. Si un Gobierno impío
*56 LIBRO V I . TRATADO II. DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
r
57
mandase bajo severas penas á los ca- tión es de aquellas que no se resuel- zón. Estos cuatro errores fueron con-
I R. Santo T o m á s ( 3 . p., q. 68, ar-
a

tólicos que llevasen sus hijos á los ven por principios fijos, sino por la denados como herejías en los cáno-
tículo 12), á quien comúnmente si-
ministros protestantes para que éstos apreciación de los sabios; y así lo más nes 13 y 14 de la sesión 7 . del T r i -
a

guen los teólogos, dice así: i . ° Si son

los bautizasen, ¿se podría obedecer?
R. H e aquí la respuesta de San L i -
gorio (contra L a C r o i x ) : « O m n i n o
affirmandum id esse moríale, ut do-
cent Lesius, P i g n a t e l l u s , H o l z m a n
cum Michel. R a t i o , quia per idem
común es lo más probable. En Espa-
ña no se tomaría á bien que sin causa
se dilatase diez días el bautismo de un
niño.
CAPITULO V
dentino (De Baptismo), que dicen así:
dementes ó furiosos desde su naci-
«Si quis dixerit párvulos, eo quod
miento, y no tienen lúcidos intervalos,
actum credendi non habent, suscepto
se les debe considerar como á los n i -
baptismo inter fideles computandos non
ños que no llegaron al uso de la razón;
esse; ac propterea, cum ad anuos discre-
y se les debe bautizar, aun cuando
tionis pervenerint, esse rebaptizandos; aut
prcestare omitti eorum baptisma, quam
resistan materialmente. 2 . Si antes
0

edictum poenale (del Gobierno i m p í o ) de ser furiosos ó dementes tuvieron

determinantur parentes ad veram reli- DEL SUJETO DEL BAUTISMO eos non acia proprio credentes baptizari
uso de razón, se ha de distinguir: si
gionem contemnendam, vel saltem ad in sola fide Ecclesia, anathema sit.»
antes de perder el uso de la razón no
falsam honorandam. Refertque Pigna- 1709. P. ¿Quién es el sujeto del (Can. 13.)
manifestaron voluntad de recibir el
tellus Clementem V I I I j a m declarasse Bautismo? «Si quis dixerit hujusmodi párvu- Bautismo, no se les puede bautizar;
non licere, extra necessitatem extre- R. « O m n i s et solus viator nondum los baptizatos, cum adoleverint, interro- pero si manifestaron voluntad de re-
mam, ne a schismaticis quidem petere baptizatus, vir aut fcemina, parvulus gandos esse an ratum habere velint, cibirle, y no tienen después lúcidos
Sacramenta.» ( L i b . 6, núm. 1 1 7 , da- aut adultus, qui ablui possit.» quod patrini eorum n o m i n e , dum intervalos, se les debe bautizar, aun
bit. 5.) Así es que San H e r m e n e g i l - Debe ser viador, pues fué error here- baptizarentur, polliciti sunt; et, ubi se cuando en la furia ó demencia resis-
do, mártir, perdió la vida por no que- tical el de los corintianos, que bauti- nolle responderint, suo esse arbitrio relin- tan materialmente.
rer recibir la comunión de mano de un zaban á los muertos, ó á los vivos quendos; nec alia interim pcena ad
christianam vitam cogendos, nisi ut 3.
0
Si son dementes ó furiosos que
Obispo hereje, porque su impío padre para que aprovechase á los muertos.
ab Eucharistiac, aliorumque Sacra- tienen lúcidos intervalos, se han de
quería hacerle reconocer su herejía Se dice omnis viator, porque, como
arriana. dice Santo T o m á s , aunque uno fuese mentorum perceptione arceantur, do- aprovechar éstos para explorar su vo-
ñee resipiscant, anathema sit.» (Ca- luntad. Si entonces piden el bautismo
1708. P. ¿Cómo pecan los pa- ahora santificado en el vientre de su y están instruidos suficientemente, se
non 14.)
dres ó el párroco si dilatan el bautis- madre, se le debería bautizar, «ut per les debe administrar; pero si después
mo á los niños? susceptionem characteris alus mem- T o d o s los argumentos de los impíos
de pedir el bautismo recayesen en un
R. Según la sentencia común de bris Christi conformaretur» ( 3 . parte, se resuelven con una sencilla r e s -
acceso de furor ó demencia, se ha de
a

los teólogos y las disposiciones de q. 6. , art. 1 ad 3.''»').

a puesta. Dios es el L e g i s l a d o r supre-
distinguir: si amenaza peligro de
muchos Concilios provinciales, pecan A d e m á s , el que no está bautizado mo, nuestro Arbitro y Señor soberano;
i muerte, se les debe administrar inme-
mortalmente si dilatan mucho tiempo no puede recibir otros Sacramentos; y así como sin consultarnos nos impu-
| diatamente; si no hay tal peligro, se
el bautismo. Por esto el Ritual R o - y , por último, si no se bautizaba, no so leyes naturales y divinas meramen-
! ha de esperar á que tengan algún l ú -
mano encarga á los párrocos que i n s - recibiría la gracia sacramental que, te positivas, y por medio de sus r e -
\ cido intervalo, para que reciban el
truyan á los fieles sobre esta materia: como queda dicho, incluye un derecho presentantes nos impone leyes ecle-
¡bautismo más fructuosamente. L o
« n e pueris Sacramentum tantopere á recibir á su tiempo los auxilios so- siásticas y civiles, así nos impuso en
mismo se ha de decir del que está dor-
necessarium nimium differatur cum brenaturales para cumplir los deberes el Bautismo las obligaciones que tiene
mido y manifestó deseo de bautizarse:
periculo salutis.» cristianos que obligan á todo bauti- anejas. ¡Qué ingratitud la de los i n -
se debe esperar á que despierte, si no
crédulos ! Sin mérito nuestro, sin
L a dificultad está en fijar la dilación zado. amenaza peligro de muerte.
acto propio, Nuestro Señor Jesucristo
de tiempo necesario para que sea pe- 1710. P. ¿Qué se ha de decir del
quiso purificarnos de la culpa original,
0
4. E n cuanto á aquellas perso-
cado mortal. Unos señalan dos meses, bautismo de los párvulos?
hacernos hijos suyos adoptivos por nas que, «etsi non omnino sanie men-
otros uno, otros quince días, otros R. L o s incrédulos alegan muchos
gracia y herederos de su gloria; ¡y tís existant, in tantum tamen ratione
seis, y el rigidísimo Juenin dice que sofismas para probar que los niños no
todavía los hombres se creen agravia- utuntur, quod possunt de sua salute
es grave si pasa de uno ó dos días. deben ser bautizados antes de llegar
dos porque no se contó con su consen- cogitare , et intelligere Sacramenti
¡ T a n varias son las opiniones de los al uso de la razón, y que el bautismo
timiento para ser bautizados! Muchí- virtutem; de talibus idem est j u d i -
hombres! San L i g o r i o , siguiendo á que se les administre: no les es
simos millones de niños serían ex- cium sicut de his qui sanie mentís
Soto, L e a n d r o , L e d e s m a y otros, dic conveniente; 2. , que es nulo; 3/', que,
cluidos del cielo, en la L e y de gracia, existunt, qui baptizantur volentes,
0

que (fuera de un caso de peligro de en llegando al uso de la razón, pueden

si se les dilatase el bautismo hasta la non autem inviti.» Hasta aquí Santo
muerte) no es mortal la dilación del excusarse de toda obligación, alegan-
edad de siete años, como desean los T o m á s , en el cuerpo del artículo ci-
bautismo que no pase de diez ú once do que le recibieron sin su consenti- tado y en la respuesta al tercer argu-
incrédulos.
días desde el nacimiento de la criatu- miento; 4 . , que no tiene efecto algu-
0
mento, cuya doctrina se sigue común-
ra ( l i b . 6, núm. 118.) Me adhiero á no para obligarles, si no le ratificaron 1711. P. ¿ L o s dementes y furio- mente.
esta opinión, porque la presente cues- después que llegaron al uso de la ra- sos son capaces del bautismo?
1712. P. ¿Qué conducta se ha
 LIBRO VI. TRATADO
de observar con los monstruos para
el bautismo?
R. i . ° Si consta que es individuo
humano, se le debe administrar abso-
lutamente el bautismo. 2.° L o mismo
se ha de hacer, dice San L i g o r i o (li-
bro 6, núm. 125), si tiene la cabeza
humana y los miembros de bestia.
Billuart opina del mismo modo, y da
la razón: «quia caput est rationis et
sensuum sedes.» (De Bapt., diss. 3.*,
art. 2, petes 2.) 3 . ° S i tiene cabeza de
fiera y los miembros humanos, se debe
siempre bautizar sub conditione, dice
San L i g o r i o , si fué concebido ex con-
gressu viri cum J'cernina; pero que no
debe bautizarse, si «conceptus est ex
/cernina et bruto; quia non descenderet
ex A d a m , utpote non conceptum ex
semine virili,» dice el Santo.
M e adhiero en un todo á las tres
resoluciones de San L i g o r i o , excep-
tuada la segunda parte de la tercera.
Y o tengo por cierto que el monstruo
que tuviese cabeza de fiera y los de-
• más miembros humanos , debería
bautizarse sub conditione, por más que
la mujer afirmase y jurase que tan
sólo había concebido ex congressu bestice.
Me fundo: i . ° E n que San L i g o r i o
afirma allí mismo que no cree que la
mujer pueda concebir de un bruto.
2. Porque aun concediendo que pudie-
0
ra ser, hay motivo para creer que
también tuvo cópula con algún h o m -
bre, puesto que el monstruo tiene
miembros humanos, exceptuada la
cabeza. 3 . Sin recurrir al congreso
0
bestial, es increíble cuánto influye la
imaginación exaltada de la madre en
la concepción monstruosa del feto.
4 . L a "mujer que confiesa de sí tan
0
horrendo crimen, no tiene derecho á
ser creída, porque hay fundamento
para temer de ella cualquier cosa, y
que por intereses, ó por temor, ó por
otras razones graves no quiera confe-
sar que pecó con un hombre, para no
verse comprometida á decir su n o m -
bre. Si el caso lo permitía, yo con-
sultaría al Diocesano; y si había pe-
II.
ligro de muerte, bautizaría sub condi-
tione al feto, por más que la mujer
afirmase que no había tenido comer-
cio carnal con hombre aiguno. Esta
es la opinión de otros autores, y aña-
de el Compendio Salmaticense: « í d e m
est de fcetu, si nasci possit de virili se-
mine et bestia.» (Trace. X X I I I , núme-
ro 34).
E l eruditísimo Hervás y Panduro,
en la Historia de la vida del hombre
( t o m o 1, lib. 1, cap. 2, art. 2) prueba
latamente que las innumerables na-
rraciones que se leen en muchos au-
tores de concepciones ex virili semine
et bestia, vel ex bestia et f/iuliere, no son
otra cosa que narraciones mentirosas,
vanas y ridiculas, que no merecen
otro nombre que fábulas y cuentos de
viejas. E s verdad que el muy erudito
H e r v á s y Panduro habla con igual
desprecio de los demonios íncubos,
como también de la existencia de los
hermafroditas. Tal vez este autor lle-
va su crítica á un extremo exagerado;
pero al menos su opinión comprueba
mejor la facilidad con que los mons-
truos deben ser bautizados sub condi-
tione, si no consta evidentemente que
no son criaturas racionales.
Cuando se trata de la salvación
eterna de una criatura que está en
peligro de muerte, basta cualquier
tenue probabilidad para que se le
deba administrar sub conditione- el bau-
tismo, pues entonces tiene rigurosa
aplicación el axioma de los teólogos.
Sacramenta propter homines.
1713. P . Cuando se duda si son
dos individuos humanos ó uno, ¿cómo
se conducirá el párroco?
H. Aténgase á lo que dispone el
Ritual R o m a n o (tít. De Baplismo),
que dice así: «Illud vero de quo du-
bium est, una ne an plures sint per-
sonas, non baptizentur, doñee id dis-
cernatur. Discerni autem potest, si
habeat unum vel plura capita, vel
pectora: tune enim totidem erunt et
animas; et in eo casu singuli seorsuna
sunt baptizandi. Quando vero non est
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
159
certum in monstruo esse duas perso-
feto suele nacer más débil y maltra-
nas, vel quia dúo capita et dúo pecto-
tado, y la criatura suele morir pronto.
ra non habet bene distincta, tune d e -
Así me lo aseguró un médico á quien
bet primum una absolute baptizari, et
consulté.
postea altera sub conditione.»
E l Sr. Diez (cap. 7 del B a u t i s m o ) ,
C o m o tratándose de monstruos
hablando de esta difícil cuestión, dice
puede haber muchas combinaciones, i
así: «Aunque es más probable que el
hablaré brevemente de las más i m -
alma reside en la cabeza, es también
portantes. I
probable que reside en el corazón.»
i.° Si tiene una cabeza y un pe-
Esta opinión es manifiestamente con-
cho, aun cuando tenga más de dos
traria á San Agustín, que dice así:
brazos y piernas, es un solo individuo
« A n i m a in quocumque corpore et in
humano; y por lo tanto, tan sólo se
tolo est tota, et in quxlibet ejus parte.'»
le ha de administrar un bautismo.
( I n 6, De Trin., cap. 6.) E s t o mismo
2.
0
Si tiene dos pechos y dos ca-
dice y prueba Santo T o m á s , en mi
bezas, perfectas ambas cosas, se han concepto, hasta la evidencia, en la 1.*
de administrar dos bautismos. parte, q. 76, art. 8. ¡Ojalá le leyeran
3.
0
Si tiene dos cabezas y un pe- con atención muchos que se dejan
cho, primero se administra absoluta- llevar de aserciones de algunos auto-
mente el bautismo sobre la cabeza res, que por no tener la comprensión
más perfecta, y después sub conditione angélica de San Agustín y Santo T o -
sobre la otra, y lo mismo aun cuando más, han colocado el alma exclusiva-
sean igualmente perfectas; diciendo mente en el cerebro ó en el corazón!
en el segundo bautismo: si non est ba- E l alma totalitate essent ice está en todo
ptizatus (vel baptizata), ego te bapti- el cuerpo y en cualquier parte de é l ,
zo, etc. Pero si tiene una sola cabeza porque el alma es una forma pura-
y dos pechos, primero se administra • mente espiritual, y así no tiene par-
absolutamente el bautismo sobre la ca- tes; y además es forma sustancial, no
beza, y después sub conditione sobre los ! sólo de la cabeza, y del corazón, sino
dos pechos. L a razón de administrar- también de los pies, de las manos,
se en ambos casos dos bautismos ( e l , del hígado, etc., porque todos son
segundo sub conditione) es porque, i miembros humanos. E l que no admita
como afirman algunos autores, no hay 1 esta doctrina de San Agustín y Santo
{
inconveniente en que una m i s m a a l m a T o m á s , sino que coloque el alma ra-
con una sola cabeza informe á dos cional en una parte del cuerpo sola-
pechos; ni le hay en que dos almas mente, tiene que caer en el error de
con dos cabezas informen y animen á que el alma está en una sola parte,
dos corazones en un mismo pecho, I como el R e y está en la corte, y desde
como dice Billuart, en el lugar poco I allí gobierna el reino, ó como el m a -
antes citado; y como estas opiniones quinista que con el manubrio mueve
son cuestionables, por esto el segun- la máquina; en cuyo caso el alma tan
do bautismo se hace sub conditione. sólo sería una forma sustancial del ce-
Algunos autores dicen que en estos I rebro ó del corazón, pero no de todo
dos casos se consulte al Obispo, si ! el cuerpo humano.
hay tiempo. Si yo fuese párroco, no
E n estas oscuras y dificilísimas
me atrevería á detener el bautismo,
cuestiones de sublime met.i/ísica de
porque estos fetos monstruosos con
I nada valen los adelantos modernos
dos cabezas ó dos pechos rara vez
físicos y matemáticos, antes bien mu-
viven mucho tiempo; y además, como
chos escritores modernos han trastor-
por lo común los partos de esta natu-
nado las sólidas nociones de la meta-
raleza son mucho más laboriosos, el,
física. E l alma totalitate virlutis, como
 LIBRO
160
dice Santo T o m á s , no está toda «in
qualibeí parte corporis secundum
quamlibet suam potentiam, sed secun-
dum visum in oculo, secundum a u d i -
tum in aure, et sic de alus.» E l no
haber distinguido estas dos clases di-
versas de totalidad de esencia y de to-
talidad de potencia ó virtud, fué la
causa de que algunos se equivocasen
en esta materia.
* «Quoad monstra sequere Rituale,
sed nota quidquid fcutus ex muliere
nascatur, etiamsi ferinum animal v i -
deatur, humanum post novos scien-
VI. TRATADO II.
menta, quod j a m die tertio continge-
re asserunt periti, ut refert Cangia-
mila. A g n i t i o tamen fcetus, qua talis,
intra primas hebdómadas est diffici-
lis; post mensem vero facilis, ut t e s -
tatur Capellmann. 2 . Fcetus incom-
0
pletus, seu nondum formatus bapti-
zetur per immersionem in catino vel
cyatho aqua tepida pleno; absolute
quidem, si motus vitalis in eo appre-
hendatur; sub conditione: si vivis,
quando sine motu apparet, sed a
mola certo distinguitur; sub condi-
tione demum si es capax, quando du-
bius fnetus humanus est. 3 . Fcetus
0
DEL SACRAMENTO D E L BAUTISMO.
161
bet.» A s í opinaron también San Isi-
ma, especialmente para los misione-
doro y otros muchos teólogos.
ros en países gentiles. Escoto y m u -
E n el día la opinión comunísima chos discípulos suyos dicen que se les
afirma que se puede y debe bautizar puede bautizar, invitis parentibus, por-
sub conditione á un niño encerrado en que les parece que cuando interviene
el vientre materno, si con algún ins- peligro de condenación eterna, los
trumento se puede hacer:
padres no tienen derecho sobre sus
i.° Porque San Agustín, San Isi- hijos; y que así como se les puede
doro, Santo T o m á s y el Ritual R o - arrancar de su potestad cuando quie-
mano se pueden interpretar, supo- ren quitarles la vida corporal, así
niendo que no podía llegar el agua al también se les puede arrancar de su
cuerpo de la criatura; y , con la venia 1 compañía cuando es preciso para la
de Billuart, así se pueden interpretar salvación eterna de su alma. San L i -
las palabras de Santo T o m á s , como gorio dice que esta sentencia, «per se

¡ dicen San L i g o r i o y Benedicto X I V . loquendo, non videtur sua probabilita-

tias progressus reputandum esse, ac ]

aut embryon , quem in secundinis 2'. C o m o se trata de la salvación te carere; dixi per se loquendo, nam,
propterea sub conditione, id est, si es 0

pelliculis inclusum mulier ejecerit, eterna de una criatura, se debe seguir spectatis circumstantiis, hasc senten-
c a p a x , baptizandum.» ( P . Villada,
statim, ne pereat, super his .baptize- > esta opinión en la práctica, pues tiene tia vix posse in praxim deduci ob
Casus conscientioj, parte 3.", pág. 254
tur condionate; si es capax; deinde, probabilidad. E n el día es comunísi- graviora mala, quaa comitarentur hu-
de Embriología Sacra.) *
involucris suis caute spoliatus iterum ma esta opinión entre los autores m o - jusmodi baptismos.» ( L i b . 6, núme-
1714. P ¿Se han de bautizar los abluatur sub conditione: si non es bap-
' demos; entre ellos se cuentan San ro 132.) .
fetos abortivos? tizatus. 4. Nequáquam baptizar i debet
0

I Ligorio (lib. 6, núm. 107), Benedic- i Santo T o m á s , con la opinión más

R. E n cuanto al tiempo en que se mola carnea seu falsum germen.
to X I V (De Synodo Dicecesana, lib. 7, común de los teólogos, tiene por cosa
hace la animación del feto, véase el Fcetus porro discernitur a mola in eo
cap. 5, núm. 2), Victoria, Suárez, ' cierta que es ilícito bautizar á los
núm. S8g. E n cuanto á la práctica quod fcetus apparet membrana cir-
para el bautismo de los fetos aborti- cumdatus , quae est subalbi colorís,
! Ledesma y otros. hijos de los infieles, invitis parentibus,
0
3. L o s médicos y las parteras si no han llegado al uso de la razón.
v o s , me adhiero en un todo á la si- ' similis intestinis, figuras ovalis, et
•i afirman que la ablución de la criatu- i.° Porque «secundum jus naturale
guíente doctrina de San L i g o r i o ( l i - 1 quas digito tacta mollescit et cedit;
ra se puede hacer en el útero por me- sunt sub cura parentum, quandiu ipsi
bro 6, núm. 124): «Loquendo de bap- mola vero apparet caro informis, san-
s

| dio de nn instrumento. E s verdad sibi providere non possunt et ideo

tismo sub conditione conferendo, om-1 guinei vel varii colorís, ad tactum
I que si la criatura naciese después contra justitiam naturalem esset, si
niño dicendum cum Busemb. et S a l - dura.» Según el juicio de los peritos,
{ viva, indudablemente se la debería re- tales pueri, invitis parentibus, baptiza-

I
mant, illuro sine dubio ministrandum la descomposición que en el feto s e
| bautizar sub conditione, diciendo: Si rentur.»
quandocumque aliquod apparet dubium 1 observa, no es señal de muerte cierta
non est baptizatus, ego te baptizo, etc. 2-° «Quia esset periculosum tota-
de vita prolis. H i n c optime censet ( S c a v i n i . — D e l V e c c h i o , lib. 3, núme-
i . ° Porque hay opiniones sobre si es liter filios infidelium baptizare; nam
Cárdenas cum alus auctoribus gravis- ro 7 1 ) ; foetus etiam minimi diutius
válido el bautismo administrado en de facili ad infidelitatem redirent
simis omnes fcetus abortivos, si per, etiam vitam servare possunt; imo in-
el útero. 2 . Porque no puede haber propter naturalem affectum ad pa-
0

aliquem motum dent signum vit;e, e t 'I venti sunt, qui etiam postero die in-
certeza de que la ablución se hiciese rentes.»
non constet esse anima destitutos, sem- j dubia vitas signa dederint (Lehmkuhl,
immediate en el cuerpo de la criatura, 0
3. Porque ó se habían de arre-
per esse baptizandos sub conditione, si tomo ii, núm. 74, nota 3, edit. 3.*
i 3. Porque es dudoso el bautismo, batar los niños á los padres infieles
0

vivant... Casterum bene advertit cont. Véase P. Villada, p. 3. ', n ú m . 7S y

a

; cuando se hace la ablución sobre la para bautizarlos y no volvérselos, ó

T o u r n e l y non deberé baptizari car- siguientes de Embriología Sacra.)' ';i secundina de la criatura. San A g u s -
neam massam, qua; nullam habeat se les habían de devolver después de
1715. P. Si la criatura está del I tín impugnó á Juliano, cuyo error bautizados. L o primero sería una ma-
organjrum dispositionem; cum ubi- todo dentro del útero materno y se

que receptum sit, non prius infundí teme que muera antes de nacer, ¿se
animam corpori, quam istud forma- la deberá bautizar por medio de algún
tum fuerit; et tune, ut baptizetur, re- instrumento?
quiritur ut indicet aliquem motum R. San Agustín en el lib. 6 Contn
vitalem; prout praescribit Rituale R o - Juliano, cap. 14, Santo T o m á s en la
m a n u m . » (De Bapiismo parvulorum.) 3." p , q. 68, art. 1 1 , y el Ritual Ko-
* « i . ° Baptizandus est (dice Marc, mano, dicen que no se puede: «A íi»í
Í
consistía en afirmar que para bauti- nifiesta injusticia, porque no se lee en
zar al feto bastaba la ablución en el la Escritura, ni en la tradición, ni en
cuerpo de la madre; pero esto ya se los Santos P a d r e s , que Jesucristo
ha tratado en otro lugar. diese á la Iglesia semejante potestad.
1716. P. ¿Es lícito bautizar á L o segundo está prohibido por un de-
los hijos de los infieles que no tienen creto de la Sagrada Congregación del
uso de razón, contra la voluntad de Santo Oficio, su fecha 3 de M a r z o de
t

sus padres? 1703, el cual dice que, si antes de

tomo 11, núm. 1469) fcetus, qui prima in útero matris clausus baptizari de-
R. Esta cuestión es importantísi- llegar al uso de la razón los hijos de
saltem habet humani corporis. linea-
TOMO II.
11
IÓ2 LIBRO VI. TRATADO II.
D E L SACRAMENTO D E L BAUTISMO.
163
los infieles han de quedar en la c o m - ta, y consta del título que el Angélico hay peligro de perversión, ni se hace
do de estos niños que tienen uso de
pañía de sus padres, de manera algu- puso al citado art. 12. injuria á sus padres: «Ñeque tune filii
1717. N o obstante, hay algunos razón, dice así: «Quantum ad t a qua?
na es lícito bautizarlos contra la v o - extraherentur a potestate parentum, qui
casos en que contra la voluntad de sunt juris divini vel naturalis (filii
luntad de sus padres. super amentes nullam potestatem ha-
quamvis sint sub cura parentum).
4.0
Porque Julio I I I dio una cons- sus padres se puede bautizar á los bent, cum ipsi sint directionis inca-
j incipiunt suae potestatis esse; et ideo
titución, por la cual impuso la pena hijos de los infieles antes que lleguen paces,» como dice el Santo.
Ipropria volúntate, invitis parentibus,
de suspensión y la pena de mil duca- al uso de la razón. 5.
0
San L i g o r i o , siguiendo á G o -
i.° «Quandocumque imminet pe- | possunt baptismum suscipere...; et
dos á los que bautizasen á los hijos net, á Benedicto X I V y á otros auto-
tales licite moneri possunt et induciad
de los hebreos contra la voluntad de riculum certum sive proximum de res, dice así: «Certum est, filios infi-
suscipiendum baptismum» ( 3 . a
p.,
sus padres; y esto mismo lo resolvió sua morte,» como dice San L i g o r i o , delium in bello captos bene posse
q. 68, art. 10); pero como dicen los
un decreto de la Sagrada Congrega- con la sentencia comunísima de los baptizari, parentibus invitis; quia lege
Salmaticenses, Benedicto X I V , San
ción del Santo Oficio de 16 de Julio teólogos. L a razón es, porque enton- belli captivi non amplius ad parentes,
L i g o r i o y otros, la Iglesia debe apar-
de 1639 respecto de los hijos de los ces se les considera como extraídos de sed ad dóminos pertinent.» ( L i b . 6,
tar al niño bautizado de la compañía
hebreos «statuens millo modo baptizan- la potestad de sus padres, y además núm. 130). E l Santo, siguiendo á
de sus padres gentiles, para que no le
dos sine parentum consensu, doñee no hay peligro de perversión. G o n e t , Natal A l e j a n d r o , Cóncina,
perviertan si continúa con ellos.
perveniant ad legitiman! Eetatem.» 0
2. E s también cierto que se pue- W i g a n d t y otros, dice en el mismo
1718. P. Cuando se duda si el
( V é a s e á San L i g o r i o y Benedicto X I V de bautizar á los infantes hijos de número que del mismo modo se pue-
en los lugares citados.) E l que desee; padres infieles, cuando éstos los ex- de ciertamente bautizar, invitis paren- niño tiene uso de razón y pide el bau-
tismo, ¿se le ha de bautizar invitis pa-
enterarse más por extenso de esta ponen ó los abandonan, aunque des- tibus, á los hijos de padres esclavos
rentibus?
cuestión, vea á Santo T o m á s , 2. 2. , pués los reclamen; porque en el mis-
11 ;e de cristianos; y la razón es, «quia do-
inini, cum habsant dominium in p a - R. Si cumplió ya siete a ñ o s , es
q. 10, art. 12, donde entre otras co- mo hecho de exponer á un hijo, éste
sas dice así: « M a g n a m habet aucto- queda libre de la patria potestad, rentes , habent etiam in ipsorum • opinión común que se le puede bauti-
ritatem Ecclesias consuetudo , quae como consta del derecho canónico filios;» pero aquí se habla de los ver- zar; porque, como dicen Benedic-
semper est in ómnibus semulanda... (ex cap. 1 De infant. et languid. e.x- daderos esclavos, no de los hijos de to X I V (en el lugar citado, núm. 40)
H o c autem Ecclesias usus numquam pos.): «Si a paire, vel ab alio, scicnte padres libres sujetos sólo civilmente y San L i g o r i o (lib. 6, núm. 12S),
habuit, quod judasorum filii, invitis ipso, aut ratum habente (relegato pie- á un Gobierno, pues éstos g o z a n de prcBsumptio stat pro usu rationis; pero
plena potestad sobre sus hijos. si no cumplió siete años, hay dos opi-
parentibus, baptizarentur... E t ideo tatis officio) infans expositus extitit,
niones: S o t o , Suárez, L a y m a n , C a -
periculosum videtur hancassertionem hoc ipso a potestate fuit patria libe- 6.° E s indudable que para poder
ratus.D brera y otros dicen que se le puede
de novo inducere.» ( V é a s e todo el ar- bautizar lícitamente á los hijos de los
3. Cuando justa ó injustamente bautizar, si lo pide, etiam invitis pa-
tículo, con las respuestas á los argu- 0
infieles basta que consienta uno de
un infante se halla extra curam pa- rentibus; y la razón que dan es, porque
m e n t o s . ) L a razón de Escoto tiene los padres, como consta del Conci-
rentum, nec sit timor quod ad eos sit ic- en caso de duda se ha de decidir en fa-
solución satisfactoria. Dios no sólo lio I V Toledano, de Benedicto X I V ,
versurus, entonces se le puede bauti- vor de la fe. P e r o Benedicto X I V
permite, sino que manda á todos que San L i g o r i o , los Salmaticenses y la
zar; porque ni se injuria á sus padres, (como doctor privado), L u g o y San
procuren , si pueden , librar de la opinión común. Muerto el padre, se
ni hay peligro de perversión, como puede bautizar al infante, aunque la L i g o r i o son de opinión que «in dubio
muerte temporal al inocente, y así
dijo á todos y á cada uno: « E r u e eos dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 129); madre contradiga, con tal que el abue- rationis ante septenium, puero petenti
qui ducuntur ad mortem (iujustam, se y lo mismo dijeron Cayetano, Soto, lo paterno consienta en el bautismo baptizari omnino differendum bapti-
entiende); et qui trahuntur ad interi- los Salmaticenses, Natal Alejandro, de su nieto. Así opinan S i l v i o , los smum , doñee constet de perfecto
tum liberare ne cesses» (Proverb., con la opinión común. L a razón es, Salmaticenses, N a v a r r o , Valencia, ipsius rationis usu : sed sapienter
cap. 24, v. n ) ; pero en ninguna par- como dice Cayetano al fin del comen- Benedicto X I V (en el lugar citado, addit (Benedictus X I V ) , illum tune
te autoiizó para arrancar los hijos de tario del art. 12 de la q. 10 de la 2. a
núm. 17) y San L i g o r i o (lib. 6, nú- omnino evocandum a parentibus, et in
los infieles que no tienen uso de razón, 2." de Santo T o m á s : «Secundum hu- mero 131), que cita en favor de esta loco tuto custodiendum.» L a razón
y quitarlos á sus padres para bauti- manum cursum absque parentibus sentencia la autoridad de G r e g o - es, porque si bien los padres poseen
zarlos. L a costumbre perpetua de la censentur; et propterea Ecclesia con- rio X I I I : ex auctoritate Gregorii XIII. la patria potestad, y se podría argüir
suevit eos baptizare.» que in dubio melior est conditio possi-
Iglesia es de infinito mayor valor que 7.
0
Si el hijo de padres infieles
4. Cuando los hijos de los infie- dentis, á esto responde San L i g o r i o
la autoridad de ningún doctor, como 0
tiene uso de razón y pide el bautismo,
les son dementes perpetuos, también que por una parte es leve la injuria
dice Santo T o m á s . Esta doctrina del se le debe bautizar, invitis parentibus.
se les puede bautizar, invitis parenti- que se hace á los padres en separar
A n g é l i c o , no solamente se entiende Esta es doctrina comunísima de los
bus; porque, como dicen los Salma- de ellos por poco tiempo á sus hijos;
de los hijos de los judíos, sino t a m - teólogos, como dice San L i g o r i o ( l i -
ticenses, L a y m a n , San L i g o r i o en el y por otra parte se haría á éstos un
bién de los hijos de todos los g e n t i - bro 6, núm. 128) y Benedicto X I V ,
número citado, y otros autores, ni gravísimo daño en exponerlos al pe-
les, como nota el muy docto Porrec- siguiendo á Santo T o m á s , que, hablan-
ligro de que sus padres gentiles, t e -
164 LIBRO VI. 1G R A T A D O II.
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
165
niéndolos en su compañía en tan tier- padres judíos, para que sea educado contra la opinión comunísima de los
na edad, les disuadiesen del bautismo cristianamente (lib. 6, al fin del nú- Santo T o m á s á los hijos de los padres
teólogos católicos, niega á la Iglesia
y los pervirtiesen para siempre. E n mejo 132). bautizados apóstatas, cuando Santo
la potestad sobre los hijos de los após-
1720. P . ¿Tiene derecho la Igle- T o m á s habla exclusiva y expresamente
este caso tiene lugar aquel axioma del tatas de la fe para poder administrar-
de los hijos de padres judíos ó infieles;
derecho. « i » dubio magis innocenti sia á bautizar á los hijos de los here- les el bautismo contra la voluntad de
como consta del título del artículo,
quam nocenti favendum e s t . » Me j e s , invüis pareniibus? sus padres. i . ° Porque la Iglesia no
R. i.° L a doctrina común afirma del cuerpo y de la conclusión de él:
adhiero á esta opinión de San L i g o - ! tiene potestad sobre la persona del
« E t ideo (concluye el Angélico M a e s -
rio y de Benedicto X I V : tan sólo me que, si los padres católicos se hacen apóstata, ni sobre la persona de sus tro) non habet hoc Ecclesias consue-
ocurre que, cuando se temieran gra- herejes, la Iglesia tiene potestad para hijos; porque éstos por derecho natu- tudo quod filii infidelium, invitis p a -
ves perturbaciones en los países gen- bautizar á sus hijos, invitis pareniibus, ral antes pertenecen á sus padres que rentibus, baptizentur.»
tiles, y aun hoy en Europa, para se- y hasta para quitarles sus hijos, para á la Iglesia, puesto que á la Iglesia
Después dice Gousset q u e , aun
parar al niño de la compañía de sus que los padres no los perviertan, en no pertenecen hasta que están bauti
prescindiendo del derecho de la I g l e -
padres tal vez convendría consultar al el caso de que no accedan á educar-
1 ~ - ~ - - w
zados. 2. Dice que esto mismo quiso
0
sia para bautizar á los hijos de los
Diocesano antes de proceder al bau- les en el Catolicismo. Esto tiene lugar
aun cuando tan sólo uno de los pa- decir Santo T o m á s por aquellas pala- padres apóstatas contra la voluntad
tismo.
bras: « D e jure nacurali est quod filius, de éstos, no sería prudente bautizar-
* C o m o declaración de la doctrina dres esté bautizado, como afirman
antequam habeat usum rationis, sit los; porque, aparte dei peligro de se-
expuesta, se refieren las siguientes Suárez, los Salmaticenses, San L i - sub cura patris. Unde contra justitiam ducción á que se les expondría, resul-
resoluciones emanadas de la Sagrada gorio (lib. 6, núm. 127) y la opinión naturalem esset, si puer, antequam tarían infaliblemente graves inconvenien-
Congregación de Propaganda Pide el común. habeat usum rationis, a cura paren- tes para la religión. E n cuanto á estos
18 de Julio de 1852: « D u b i a , i . u m 2.0
E n cuanto á los hijos de los
tum subtrahatur, vel de eo aliquid or- inconvenientes, ya es otra cosa, por-
An possint baptizan filii infidelium in que siempre fueron herejes, Suárez,
dinetur, invitis pareniibus.» que Gousset escribió en Francia,
periculo, ncn vero in articulo mortis los Salmaticenses, Cóncina y otros E l cardenal Gousset incurrió aquí donde hay completa libertad de cul-
constituti? 2 . u m
An iidem possint sal- autores dicen que no se les puede en dos notables equivocaciones. tos: y por esto B o u v i e r , también
tem baptizan, quando non est spes bautizar, invitis pareniibus; porque, de- a
i. En decir que los padres bau- Obispo francés, y nada laxo, hablan-
eos denuo revisendi? 3."™ Quid si jándolos con sus padres, habría peli-
tizados que apostataron de la fe t i e - . ., 1 . . - . m ^ n -

valde prudenter dubitetur, quod ex gro de seducción. San L i g o r i o en el

imfirmitate, qua actu afficiuntur, non
v i v a n t , sed moriantur ante astatem
discretionis? 4 . ™ An baptizari pos-
sint filii infidelium in periculo vel ar-
ticulo mortis constituti, de quibus
dubitatur an attigerunt statum discre-
tionis et non adtst opportunitas eos
docendi in rebus fidei? A d i . , 2 . ,
u m
nen derecho sobre sus hijos para re- do de los padres apóstatas, dice así:
mismo número, siguiendo á Layman,
sistir al bautismo de éstos. Esta es una « V e r u m ut observat D e n s , saspe filii
Croix y otros, tiene por más probable
falsedad, porque este nombre merece parentibus baptizatis sine maximis in-
que se les puede bautizar, porque mu-
en T e o l o g í a lo que se opone al con- commodis auferri non possunt: tune
chos de ellos morirán antes de llegar
sentimiento unánime de los doctores eos baptizare non expedit. Aliunde,
al uso de la razón, y así, bautizándo-
católicos, que afirman como cosa in- cum plerique hasretici et schismatici
los, se salvan. Si rfo se les bautiza por
disputable lo contrario. H e aquí c ó m o infantes suos baptizent, salus eorum
la Iglesia, los bautizan los mismos
discurre Silvio en el comentario del non evidenter periclitatur.» ( T o m o 2 ,
herejes, y tienen después el peligro
u m
art. 10 de la q. 68 de la 3 . parte de tract. De Bapt., cap. 6, § 3.) Acerca
a

de ser pervertidos. Esto no se entien-

3 . ™ , affirmative. A d 4 u m
, contntur
de de ciertos herejes que administran
missionarii eos instruere eo meliori
modo, quo fieri possit, secus bapticen-
tur sub conditione.» (Acia S. Sedis,
v o l . 29, pág. 563.) *
1719. P . C o m o los judíos ofre-
cen algunas veces sus hijos para el
bautismo con el único fin de que sa-
nen de alguna enfermedad, ¿se les
puede bautizar en este caso?
R. Benedicto X I V (en el lugar c i -
tado, n ú m . 18), dice que se les puede
bautizar, según decreto de la Sagrada
Congregación del Santo Oficio, su fe-
cha 24 de Septiembre de 1699. L o
mismo dice San L i g o r i o ; pero que el
niño b a u t i z a d o se debe quitar á sus
de un modo inválido el bautismo, como
sucede con los luteranos, calvinistas
y anabaptistas, porque los hijos de
éstos se consideran como hijos de in-
fieles, dice el Santo. Añade San Li-
gorio , siguiendo á varios autores:
«Ceterum, filii hasreticorum veré bap-
tizatorum licite baptizantur, parenti-
bus invitis, quando obstringipossunt, ut
filios instruant in fide catholica; quos
alias licite possunt superiores eccle-
siastici ab eis e v e l l e r e , ut catholice
educentur.»
E l cardenal Gousset (tomo 2, nú-
mero 81) sigue otro camino; porque,
Santo T o m á s : « F i l i i infidelium qui de esto, véase lo dicho en esta res-
aliquando fidem susceperunt, sed ab puesta, núm. 2: tan sólo diré que en
ea defecerunt, baptizari possunt, pa- el día casi en todos los reinos, inclusa
rentibus contradicentibus. N a m ipsos España, la religión apenas tiene ex-
parentes potest Ecclesia cogeré ad pedita potestad alguna coercitiva y
fidem servandam, et, si pertinaces punitiva para poder obligar á los pa-
sunt, morte puniré: ergo potest etiam dres apóstatas á que ofrezcan sus hi-
eos privare potestate quam habent in j o s al bautismo, ni mucho menos para
filios.» ( C o m o lo hace con el cónyuge separarlos de su compañía.
D e l modo que se practica la liber-
adúltero, declarando el divorcio y en-
tregando los hijos á la parte inocente.) tad de cultos, cada cual hace lo que
«Deinde (continúa S i l v i o ) eo ipso quod se le antoja, y á la Iglesia poco más
filii nascuntur ex parentibus christia- se le permite que el argüe, obsecra,
nis, ideoque subjectis Ecclesias, ipsi increpa in omni patientia et doctrina.
Por lo tanto, yo creo que, si ocurren
quoque sunt Ecclesias subjecti.»
casos difíciles, conviene que los pá-
L a segunda equivocación notable rrocos consulten al Diocesano.
de Gousset fué aplicar las palabras de
1721. P. Si los padres infieles
i66 LIBRO VI. TRATADO
quisiesen comprar á sus hijos cautivos
no bautizados, ¿se les podrían vender?
R. San L i g o r i o , siguiendo á Suá-
rez, L a y m a n , Bonacina y otros, dice
que se puede lícitamente, porque esta
conducta redunda en beneficio del
bien común, pues los gentiles se irri-
tarían si no pudiesen rescatar á sus
hijos, y en represalias no permitirían
el rescate de los cristianos cautivos;
y á la Iglesia le incumbe más el res-
cate de sus hijos fieles, aun cuando
hayan de perecer algunos no bautiza-
dos hijos de los infieles. « H i n c , con-
cluye San L i g o r i o , testantur Palaus
et L a y m a n cum Henriq., V a z q . , et
Cóncina, j a m consuetudine introdu-
ctum esse, ut filii captivi, nullo eis
collato baptismo, saracenis et haereti-
cis restituantur.» ( L i b . 6, núm. 133.)
1722. P. ¿Cuándo se debe rebau-
tizar sub conditione á un párvulo ó á
un adulto?
R. M e adhiero en un todo á la si-
guiente doctrina de San L i g o r i o .
i.° Para repetir el bautismo no
basta cualquier leve duda, «sed requi-
ritur rationabile dubium an Sacramen-
tum fuerit vel ne receptum.»
2.° Cuando la duda es de derecho,
esto es, cuando alguno fué bautizado
con materia, ó forma, ó intención du-
dosa, ciertamente se ha de repetir el
bautismo sub conditione, como dice el
Santo, siguiendo á Santo T o m á s y la
sentencia común.
3.
0
Cuando la duda de hecho es po-
sitiva, porque de una y otra parte hay
razones aparentes que no son leves
conjeturas, también se debe repetir
sub conditione el bautismo; cuando la
duda es negativa, por no haber razón
ninguna ni en pro ni en contra, siem-
pre se le debe bautizar sub conditione
(San L i g o r i o , lib. 6, núm. 134).
4.0
Suárez, Benedicto X I V , San
L i g o r i o , con la opinión común, afir-
man que basta un testigo fidedigno de
vista del bautismo, aunque sea una
mujer, con tal que no haya algún tes-
tigo en contrario.
II.
5.
0
N o deben ser bautizados, ni
aun bajo de condición, los adultos hi-
j o s de padres católicos, si fueron edu-
cados entre los fieles, aun cuando no
se halle constancia alguna de que fue-
ron bautizados. H e aquí lo que dis-
pone el derecho canónico: « E t certe
de illo qui natus est de christianis pa-
rentibus, et inter christianos est fide-
liter conversatus, tam violenter prae-
sumitur quod fuerit baptizatus, ut
haec praesumptio pro certitudine sit
habenda, doñee evidentissimis forsi-
tam argumentis contrarium probare-
tur.» ( I n cap. Veniens 3, de presb. non
baptiz.) San L i g o r i o añade (lib. 6, nú-
mero 134), que estas palabras del de-
recho se han de entender cuando en
contra del bautismo no ocurren gra-
ves razones, como muy bien advierte
L a y m a n , que dice así: «Nihilominus
existimo interdum etiam adulto inter
fideles educato conferendum esse bap-
tismum sub conditione, si tales conje-
cturas adsint (puta, quia, v. gr., a ve-
neficis parentibus natus est, a diabolo
valde infestatur, nec sciri potest ullo
indicio ubi, vel a quo baptizatus fue-
rit), qua? praesumptionem accepti ba-
ptismi tollant, et contrarium verisimi-
le efficiant. Referí autem P . Zacha-
rias (in adnotat. ad Croix, lib. 6,
part. i . , n ú m . 310) censuisse Sacram
a
Congregationem baptizandam esse
sub conditione quamdam mulierem,
eo quod nullum potuerit reperiri ves-
tigium baptismi, nec matrimonii pa-
ren tum assertorum.»
San L i g o r i o añade: «Quod si infans
aliquis arreptus sit a barbaris, et du-
bitetur an captus fuerit ante vel post
baptismum, tune omnino rebaptizan-
dus est sub conditione: ex cap. Párvu-
las,, dist. 4 . de consecr., ubi Grego-
a
rius V I I I id expresse definivit.»
1723. P. ¿Deben bautizarse los
niños expósitos?
R. 1° Acerca de los niños expó-
sitos que no tienen cédula de haber
sido bautizados, ni hay, por otra par-
te, constancia de su bautismo, con-
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO. 167
vienen todos los autores en que se les
tima^ no se puede repetir el bautismo,
debe bautizar.
ni sub conditione. Esta es la doctrina
0
2. Si tienen cédula de haber sido de San Carlos B o r r o m e o , aprobada
bautizados, graves autores fueron de en Milán en un Concilio provincial.
opinión que no se les debía bautizar, L o mismo dicen Benedicto X I V (De
porque les parecía que dicha cédula Synodo Dicecesana, lib. 7, cap. 6) y
bastaba para formar certeza moral de 1 San L i g o r i o (lib. 6, núm. 136). Por
que se les había administrado el Bau- último, el Catecismo R o m a n o , cuya
tismo. Así pensaron, entre otros, S o - ! autoridad es tan grande, después de
to, Vázquez y L a y m a n ; pero en el día hablar contra los que bautizan solem-
es indudable que la cédula sola no b a s - 1 nemente á todos los niños, sin exami-
ta, y que se les debe bautizar sub con- nar si han sido bautizados privada-
ditione, diciendo : Si non es baptizatus, j mente, añade (part. 2 . , De sacram.
a
ego te baptizo, etc. San L i g o r i o tiene Bap., núm. 57): «Quin etiam q u a m -
por cierta esta opinión (verior et com- vis exploratum habeant domi Sacra-
munior); y después de citar á muchos mentum administratum esse, tamen
autores que la defienden, dice que sacram ablutionem in ecclesia, a d h i -
consta también «ex Synodis Camera- 1 bita solemni eseremonia, cum adjun-
censi, Narbonensi, Aquensi et T o l o - ctione (si nondum es baptizatus, etc.)
sana; idemque sentit noster B e n e d i - ' r e p e t e r e n o n dubitant: quod quidem
ctus X I V (notif. 8 . , núm. 6 ) , qui sine sacrilegio faceré non possunt; et eam
a
affertConcilium Mediolanense sic sta- maculam suscipiunt, quam
divinarum
tuens. í t e m affert declarationem Sa- scriptores irregularitatem
vocant. N a m
cras Congregationis Concilii, die 15 ea baptismi forma (si nondum es ba-
Januarii 1724, ubi dictum fuit hujus- ptizatus, ego, etc.) ex Alexandri Papce
modi infantes expósitos, etiam cum auctoritate, in illis tantum permittitur,
scheda de baptismo collato, esse sub, de quibus , re diligenter perquisita,
conditione baptizandos, quamvis sint I dubium relinquitur an baptismum rite
in aetate unius anni cum dimidio. E t ' susceperint: aliter vero nunquam fas
hoc videtur esse quidem (añade San est, etiam in adjunctione (bajo de con-
L i g o r i o ) juxta mentem Ritualis R o - dición), baptismum alicui iterum ad-
mani, ubi dicitur: «Infantes expositi et ministrare.» Véase la Encíclica de
inventi, si re diligenter investigata de Clemente X I I I , que está al principio
eorum baptismo non constet, sub con- de dicho Catecismo. Según San L i -
ditione baptizentur. Excepit tamen gorio (lib. 7, núm. 356), la irregula-
Sacra Congregatio in prsefata decla- ridad impuesta al que rebautiza sin
ratione a baptismo sub conditione causa, tan sólo se contrae en el bau-
schedulas, quae haberent certitudinem, tismo solemne, no en el privado.
juxta instructionem alias d a t a m , »
añade San L i g o r i o ( l i b . 6, núme- C o m o se trata de una materia tan
ro 135). importante, y en nuestros días la ig-
norancia, la indiferencia y la impie-
1724. P. ¿Qué debe hacer el pá- dad se han aumentado tanto en m u -
rroco con los bautizados por las par- chos pueblos de España, no será fue-
teras ó por otras personas legas? ra de propósito traducir libremente
R. Es indudable que, cuando consta del francés lo que dice el muy docto
por un testigo de toda excepción que da y muy prudente cardenal Gousset
testimonio de que una partera ó una (tomo 2 , núm. 88) hablando de F r a n -
persona lega instruida aplicó la m a - cia : «Si la mujer que bautiza es de co-
teria debida, derramando el agua so- nocida probidad y asegura que se valió
bre la cabeza de la criatura y pronun- de agua n a t u r a l , que la derramó so-
ciando al mismo tiempo la forma legí- bre la cabeza de la criatura , pronun-
•i68 LIBRO VI. TRATADO I I .
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
169
ciando al mismo tiempo: « Y o te bau- bautismo se había administrado váli- propia voluntad. Véase á Santo T o -
ha de bautizar hasta haberse hecho
tizo en el nombre del P a d r e , y del damente. L o que yo más temo en las wás (3.* p . , q . 68, art. 9):' véase
1

las diligencias para instruirles en las

H i j o , y del Espíritu S a n t o ; » y además mujeres españolas y en la inmensa también á Billuart, diss. 3 . , art. 2, a

principales verdades de la religión,

su testimonio es confirmado por un testi- mayoría de los hombres no es la i m - donde, además de otras razones, pone
valiéndose de personas cuyos signos
go grave, que declara haber estado aten- piedad, sino la ignorancia por una la siguiente autoridad del Padre San
comprendan los sordomudos. Si des-
to á lo que hizo la mujer, y que todo es parte, y por otra la turbación y ato- Agustín: « A d verba aliena salvatur,
pués d e haber hecho todo l o que es
cierto, no hay necesidad de más prue- londramiento de las personas legas quia ad factum alienum vulneratur.»
moralmente posible para hacerles con-
bas para formar certeza moral de laque bautizan en esos casos apurados. (Serm. 14 de verbis Apost., núme-
cebir alguna noción de Dios y de su
validez del bautismo.» A continua- Un sirviente, al que yo estaba e n - ro 294.)
señando la doctrina cristiana, me providencia, de los misterios de l a
ción añade Gousset las siguientes no- E n cuanto á las disposiciones que
Trinidad y de la Encarnación, del
tables palabras: «Mas como las muje- dijo muy alegre y satisfecho que en se requieren en el adulto para recibir
cielo, del infierno, del pecado y de sus
res instruidas no ofrecen siempre, al tiempos pasados había bautizado á fructuosamente el Bautismo, véanse
efectos, de los Sacramentos y de su
menos en Francia, todas las seguri- una criatura (que murió poco d e s - los números 1648 y siguientes. R e s -
eficacia, no pudiese asegurarse que ellos
dades en cuanto á la r e l i g i ó n , y mu- pués), y que al echarle el agua no pecto de la instrucción que deben t e -
han comprendido alguna cosa, no por
chas veces bautizan á los infantes sin dijo sino: Vis baptizari? Voló. Otro ner los adultos para recibir el bautis-
esto se les ha de privar del sacramen-
que asistan testigos, y sin que se usó de esta forma: Ego te baptizo in mo, he aquí la doctrina de San L i g o -
to del Bautismo: sacramenta propter
pueda encontrar el testimonio de per- nomine Patris, et Filii; y nada más. rio: «Quoad fideru requiritur ut sciat
homines.
sonas capaces, instruidas y verdade- Una mujer dijo así: La bendición del sacramenta (saltem Baptismum, E u - I
1727. Acerca de los adultos e x -
ramente cristianas que den fe de laPadre, y del Hijo, y del Espíritu Santo charistiam et Pcenitentiam), prascepta
validez del bautismo, en muchas dió- te ayude, y la mía; y la criatura murió Decalogi, saltem crasso modo, et ora- tranjeros, vagos y los pobres, aun
cesis hay costumbre de bautizar gene- también. tionem dominicalem: ultra quatuor cuando afirmen que son judíos ó pro-
ralmente bajo de condición á los infan- D e estos casos se infieren dos cosas: illa scitu necessaria, id est, Dei e x i s - testantes, y que quieren recibir el
tes bautizados por las parteras ó por i. L a obligación que tienen los
a
tentiam, Deum remuneratorem, T r i - 1 bautismo para hacerse católicos, es
párrocos de enseñar á sus feligreses nitatem, et incarnationem, passio- preciso no creerlos fácilmente. H e aquí
cualquier otra persona lega. Y nos-
desde el pulpito ó desde el altar el nemque D o m i n i nostri Jesuchristi lo que dice el Ritual R o m a n o (De
otros (concluye G o u s s e t ) , vista la di- «Sacerdos d i l i -
(esto es, su muerte y resurrección, se- Baptismo adultorum):
versidad de tiempos y el enflaqueci- modo de bautizar en caso de necesi- genter curet, ut certior fiat de statu et
gún Santo T o m á s ) . In urgente autem
miento de la fe en Francia, creemos dad, y sobre todo de examinar y en-
periculo mortis sufficit scire hsec qua- conditione eorum qui baptizari petunt,
que es prudente conformarse con esta señar cuidadosamente á las parteras.
2. L o mucho que se puede te-
a tuor ultima, ut bene dicunt Sanch. prassertim exterorum, de quibus f a -
costumbre, sobre todo en donde se
cum Salm.» ( L i b . 6, núm. 139.) E n cta diligenti inquisitione num alias ac
halla establecida, y que se puede o b - mer la nulidad del bautismo que las
esto convienen todos; porque para el rite sint baptizad, caveat ne quis j a m
servar sin apartarse del espíritu de la personas legas administran en peligro
bautismo del adulto y para absolver baptizatus; imperitia, vel errore, aut ad
Iglesia; porque no son excesivas es- de muerte, si no hay constancia mo-
al moribundo en urgente peligro de queestum, vel ob aliam causam, fraude
tas precauciones, con tal de asegurar ralmente cierta de que le administra-
muerte, basta creer explícitamente las dolove iterum baptizari velit. Adulto •
la validez de un Sacramento que es ron debidamente.
cuatro cosas dichas, que, como dicen rum baptismus, ubi commode fieri
necesario, necesítate medii ad salutem.it los teólogos, pertenecen al principio, potest, ad Episcopum deferatur, ut,
Hasta aquí el cardenal Gousset. CAPÍTULO V I al medio y alfin(1). si illi placuerit, ab eo solemnius con-
N o creo que en España se pueda feratur; alioquin parochus ipse bapti-
admitir la doctrina general de las dió- DE L A S DISPOSICIONES NECESARIAS 1 7 2 6 . P. ¿Qué se ha de decir del zet statuta c e r e m o n i a . » S i no urge
cesis de F r a n c i a : afortunadamente PARA RECIBIR E L BAUTISMO, Y DE bautismo de los sordomudos? algún peligro, es muy conveniente
las mujeres, con rarísimas excepcio- LOS EFECTOS QUE CAUSA. R. Gousset (tomo 2, núm. 92) dice consultar al Obispo, porque puede
nes, son católicas; pero por varios ca- así: «Se debe bautizar á los sordo- I examinar mejor todas las circunstan-
sos que sucedieron en esta villa de 1725. P. ¿Qué disposiciones se mudos de nacimiento que consienten cias. E l cardenal Gousset (tomo 2,
Ocaña (y que me constan) de bautis- requieren en los que han de recibir el ; en recibir el bautismo; pero no se les núm. 93) dice así: « E s necesario des-
mos nulos por haberse faltado sus- bautismo? confiar de extranjeros, vagabundos,
tancialmente á la forma (aunque no R. E n los que no tienen ni han de pobres que dicen son judíos y m a -
por m a l i c i a ) , y o , si fuese párroco, re- tenido uso de razón, no se necesita nifiestan deseo de ser bautizados, pero
disposición alguna, porque la suplen
ídiL 1 "eer cxnlí-
C 0 S a s u e s e d e b e n CI

petiría sub conditione el bautismo ad- SprS f ¿ »

n
p e r t e n e c e n al
e c s
con el fin de interesar á los fieles e n
s i t a t e m e

ministrado por parteras ú otras per- Cristo y la Iglesia. A s í como contra- •«nnn v r '
P
- ° - Al principio:
m e Ú
Dios su favor y hacer comercio de la r e l i -
y fin

sonas legas; á no ser que examinado jeron el pecado original sin acto de su Ü r J n
°¡ , <
n
- A l medio: la en-
C nador
gión.» e t c

diligentemente el caso formase c o n - propia voluntad, así proveyó Dios de CerteT

tzZlV r e
d
° - d
' H ¡
Pasión,
,

" i ó n . A l fin: los p r e m i o s

s u r r e
d e D Í O S s u

1728. E n cuanto á los herejes

ciencia moralmente cierta de que el remedio para esa culpa sin acto de su f « s t i g o s e t e r n o s de la o t r a v i d a . |
bautizados en su secta que quieren
170 LIBRO VI. TRATADO II.
DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
171
hacerse católicos, es costumbre gene- dad para recibir los otros Sacramen - 2.0
«Seclusa necessitate, est mortale
I E x resp. S. R. C , in Oriolen., 23
ral rebautizarlos sub conditione, cuan- tos, y por esto se llama janua Sacra- baptizare sine unctione chrismatis.
Sept. 1837. (Gardellini, núm. 4820;
do el primer bautismo les fué a d m i - mentorum; por último, da cierto de- Ita pariter est mortale baptizare in
Collectanea S. Sedis, núm. 289 citados
nistrado por los predicantes, ó por los recho para recibir con abundancia á aqua non consecrata, vel in chrismate
por M a r c , tomo 2, núm. 1489.)
luteranos, 6 calvinistas, y según Sil- su tiempo auxilios ó gracias sobrena- alterius anni, ex cap. Si quis de alio,
v i o (citado por San Ligorio*) por los turales para cumplir las obligaciones dist. 4 . de consecr., ubi damnatur de
a * L a Sagrada Congregación de R i -
anglicanos. L a razón es, dice el San- que impone el bautismo. mortali, nisi preocupante morte tenta- tos el 30 de Enero de 1896, rescri-
to, «quia fucile dubitari debet de ma- E n los adultos el bautismo recibido verit.» bendum Episcopo Anneciensi, cen-
teria, forma, et intentione talium mi- fructuosamente produce los mismos suit: «Parochus curet, ut Presbyter
H e aquí lo que ordena el Ritual
nistrorum; cum ipsi hoc Sacramen- efectos que en los párvulos; perdona vel Clericus , si possibile sit, in sa-
Romano (De sacram. Bapt.): «Vete-
tum non judicent absolute necessa- además toda la pena temporal de los cris constitutus, nova Olea Sacra re-
ribus oléis, nisi necessitas cogat, ul-
rium; propter quod parum curant de pecados cometidos antes del bautis- cipiat. Quod si aliquod adhuc extet
tra annum non utantur; ac si defice-
necess,ariis requisitis: alus adhibenti- m o , y el adulto recibe mayor ó menor i m p e d i m e n t u m , idem parochus vel
re videantur, et chrisma et oleum be-
bus aquam rosaceam; alus dividenti- gracia, según fueren mayores ó me- per s e , vel per alium sacerdotem be-
nedictum haberi non possit, aliud
bus materiam a forma, ita ut alter nores las disposiciones con que le re- nedicat fontem sine sacrorum O l e o -
oleum de olivis non benedictum adji-
verba proferat, alter aquam infundat; cibe. Si el adulto le recibe válida, rum infusione, qu£e privatim oppor-
ciatur, sed in minori quantitate.» San !
alus aquam tantum super vestes in- pero infructuosamente, por faltar las tuno tempore fiet: nisi aliquem ba-
Ligorio dice á continuación que si,
fundentibus. E t ideo cum tot urgeant debidas disposiciones, el bautismo ptizare debeat, tune enim in ipsa
pasado el año, el párroco no hubiese
motiva dubitandi de valore talium ba- imprime carácter, hace al bautizado benedictione solemni vetera Olea in-
recibido los santos óleos, le parece
ptismatum, mérito dicimus ordinarie capaz de recibir Sacramentos y miem- fundat. Atque ita servari m a n d a v i t . »
que si pasaron diez ú once días, el
loqueado illa sub conditione repetenda. bro de la Iglesia católica, pero no (Acta S. Sedis, vol. 28, pág. 504.) *
párroco puede administrar el bautis-
Verum censuit Sacra Congregatio (ut ¡ perdona el pecado original ni los pe- mo solemne sin las unciones, y su- 3. Exceptuados los casos que se
0

refert P . Zachar., apud Croix, lib. 6, cados actuales, ni por consiguiente se pliéndolas después, porque semejante expresaron en el núm. 1703,es pecado
part. i . * , n ú m . 323) non esse reba- infunde la gracia sacramental, etc. dilación es causa bastante para admi- mortal bautizar solemnemente fuera
ptizandos pueros baptizatos ab hasre- E s verdad que, recedente fictione, pro- nistrar el bautismo solemne sin las de la iglesia. H e aquí los casos que
ticis, nisi in eo loco praedicantes non ducirá todos sus efectos, según se unciones; pero que si dentro de los , exceptúa San L i g o r i o : « S i infans ne-
observarent requisita ab Ecclesia ca- dijo en los números 1654 y 1655; y diez ú once días se pueden proporcio- quit in ecelesiam deferri sine periculo
tholica ad valorem Sacramenti.» ( L i - nar los santos óleos y no hay peligro infamias parentum , aut alius gravis
lo mismo se ha de decir si uno reci-
bro 6, núm. 137.) Gousset dice en de muerte ni otra causa grave que damni; quo casu putat Croix cum G o -
biese el bautismo meramente compe-
sustancia lo mismo que San L i g o r i o ; obligue á administrar prontamente el bat et Jordano posse domi baptismum
lido por miedo grave, con tal que
tan sólo añade que los párrocos deben bautismo, se debe esperar á que lle- solemniter conferri.» ( L i b . 6 , núme-
prestase verdadero consentimiento in-
conformarse en esta materia con la guen los santos óleos, por no haber j ro 142.) Esta opinión me parece muy
terno. ( V é a s e á San L i g o r i o , libro 6,
práctica de su diócesis y con las ór- entonces motivo suficiente para sepa- racional y muy conforme á la benig-
números 138 y 139.)
denes de su Obispo, pues á éste per- rar el bautismo de las unciones. Aun- nidad de la Iglesia.
tenece determinar lo que se ha de que otros autores piensan de otro 4.
0
Cuando el bautismo se a d m i -
hacer en los diversos casos difíciles CAPÍTULO Vil modo, me parece más fundada la opi- nistró privadamente , deben suplirse
que ocurran, si bien Gousset opina nión de San L i g o r i o . * N o obstante, después las ceremonias del bautismo
D E LAS CEREMONIAS D E L BAUTISMO
que, si no hay una prueba cierta de léanse las siguientes declaraciones de solemne , como dice Santo T o m á s
haberse administrado válidamente el la Sagrada Congregación de R i t o s , ( 3 - P-. q- 7 i
a 1
- 3 ad 3 . ) ; y esta
a r t u m

1730. Acerca de las ceremonias

bautismo, se debe rebautizar á todos para saber á qué atenerse, si el Sába- sentencia es común, ex cap. De
en general en la administración de
los bautizados por un protestante. do Santo no llegan los nuevos óleos, Sacram. non iter. San L i g o r i o afirma
los Sacramentos, su utilidad y la obli-
( T o m o 2, núm. 95.) en la bendición de la Fuente bautis- que el suplir las ceremonias obliga
gación de observarlas, véase el núme-
mal y en la administración del B a u - bajo pecado mortal. ( L i b . 6, núme-
1729. P. ¿Cuáles son los efectos ro 1668. A h o r a trataré de algunas de tismo. ro 144.)
del bautismo? las cosas que se han de observar en
| 1731. P. Si el bautismo solem-
R. E n los párvulos imprime ca- la administración del bautismo. Lo * L i c e t autem, sive in ipso Baptis-
ne se administró inválidamente en la
rácter, perdona el pecado original, demás, véase en el Ritual Romano. mo, sive in benedictione Fontis Sab-
i.° Dice San L i g o r i o : «Mortale iglesia, cuando se haga después váli-
causa la gracia santificante con todas bato Sancto peragenda, uti chrismate
damente, ¿se deben repetir las cere-
las virtudes sobrenaturales y los siete est negligere c e r e m o n i a s Baptismi, anni precedentis, cum chrisma recens monias?
dones del Espíritu Santo que la acom- aut aliquam ex eis notabilem, ut omnes haberi nequit. N e c differenda est cae-
pañan, hace al bautizado subdito y communiter dicunt.» ( L i b . 6, núme- remonia a Rituali R o m a n o prsescri- R. San Antonino, los Salmaticen-
miembro de la Iglesia, le da capaci- r o 141.) pta, usquedum nova olea recipiantur. ses y Reginaldo dicen que si se puede
hacer sin escándalo y sin infamia del
172 LIBRO VI. T R A T A D O II.
bautizante ó del bautizado , se deben mate, sed oleo delinitus. A d quod
repetir. Suárez y otros dicen que no se breviter duximus respondendum, quod
deben repetir, porque el derecho canó- in talibus non est aliquid iterandum,
n i c o , hablando de los Sacramentos sed caute supplendum quod incaute
que imprimen carácter, dice así: « N i - fuerat prsetermissum.»
hil esse iterandum , sed caute sup- Del contexto literal y sentido g e -
plendum id quod incaute fuerit o m i s - nuino de las palabras se ve que aquí
sum.i) (Capítulo 1, De Sacram. non ite- no se habla de suplir lo que faltó en
randum.) San L i g o r i o , en el mismo un Sacramento del todo nido, porque
número , dice que las dos opiniones la ordenación del subdiácono en la
DEL SACRAMENTO
1732. P . ¿Qué señales suelen ser
precursoras de una próxima muerte
para que la criatura pueda ser bauti-
zada privadamente?
R. L a s más principales son: 1 . Si a
la criatura después de nacer no g i m e
ni llora. 2 . Si respira muy poco.
a
3. Si aparece cárdena ó amoratada,
a
especialmente en la cara ó en la ca-
beza. 4 . Si nace después de muchos
a
DEL BAUTISMO.
*73
T o b í a s , etc.; y San L i g o r i o dice que
esto es frecuente en Ñapóles (lib. 6,
núm. 145). E l Ritual R o m a n o dice
así: « C u r e t (parochus) ne obscena,
fabulosa, aut ridicula, aut inanium
d e o r u m , vel impiorum ethnicorum
hominum (nomina) imponantur, sed
potius, quatenus fieri potest, sancto-
r u m , » etc. (De sacr. oléis, etc.)

A q u í se han de notar dos cosas,

son probables, pero que la piimera de Iglesia latina, cuando hubo la entrega esfuerzos de la partera. 5 . Si nace
a

con Benedicto X I V :
San Antonino, ut tutior consulenda. del cáliz con patena y del libro de las antes de tener siete meses. 6. Si tie-
a

Cuando se trata de un bautismo
ciertamente nulo, y no hay inconve-
niente alguno en repetir las ceremo-
Epístolas, es válida sin la imposición
de las manos; y en la Confirmación,
aunque es más probable que se nece-
i. a
Que la bula Quam provinciale
ne el cráneo muy blando, ó muy
manda que los cristianos que viven
abiertas las junturas, ó desunidas
entre los mahometanos se abstengan
otras partes del cuerpo. 7 . Algunos!
a

de poner en el bautismo nombres

nias , si bien no negaré la probabili-
dad de la opinión de S u á r e z , m e
parece que es más fundada la de San
Antonino. L a s palabras que se citan
del derecho canónico no hablan, en
mi concepto , de un Sacramento que
imprime carácter, cuando fué del todo
nulo, como sucede en el caso presente
del bautismo ; sino que hablan del
caso en que en parte es válido y en
parte nulo, y dicen que entonces no se
supla la parte esencial que se puso
válidamente, sino la parte esencial
que se omitió.
E s preciso transcribir todo el capí-
tulo para comprender el sentido g e -
nuino de la determinación canónica;
porque las solas palabras cortadas
que se citan , significan á primera
vista una cosa diversa.
E n el lib. 1, tít. 16 De Sacram. non
iter., cap. 1 (el epílogo del capítulo es
el siguiente: « I n ordinato in subdiaco-
num sine manuum impositione, et con-
fírmate non chrismatis, sed olei un-
ctione, non fiet iteratio, sed supplebi-
tur prsetermissum»), Inocencio I I I , en
el año 1205, después de responder á
otras consultas en su Pastoral, dictó
el cuerpo del art. 1 que se cita, y dice
así: «Praeterea Nos consulere voluisti
an permitti debeat ministrare, qui sine
> impositione manum fuerit ad ordinem
subdiaconatus assumptus: et si c o n -
firmationis Sacramentum in eo debeat
iteran, qui per errorem fuit non chris
sita que la unción se haga con el
crisma, como lo prueba San Ligorio
en el lib. 6, núm. 162, el Santo con-
fiesa que es probable la opinión de
los que dicen que basta la unción sin
el crisma para lo válido. N o es, pues,
extraño que en estos dos casos que
pone el citado capítulo de Inocen-
cio I I I , tan sólo se mande suplir lo
que faltó; pero en estas palabras de
Inocencio (tomo 2, núm. 97) no se
habla de un bautismo del todo nulo.
Es verdad que cuando se trata de re-
bautizar á los luteranos ó calvinistas
que abrazan el Catolicismo, en algu-
nas diócesis de Francia no se suplen
las ceremonias, para no dar á los he-
rejes ocasión de acusar á los católicos
(como lo hacen) de que creen que las
ceremonias del bautismo son necesa-
rias para la validez del mismo Sacra-
mento; no obstante, Gousset es de
opinión que, si se pueden suplir las
ceremonias sin inconveniente, se debe
hacer. E n España se suplen las cere-
monias con los protestantes converti-
dos, cuando son rebautizados solem-
nemente. Por último, el Ritual Ro-
mano confirma la opinión de San An-
tonino , pues dice a s í : « U b i vero
debita forma et materia serv:ta est,
omissa tantum súppleantur, nisi ra-
tionabili de causa aliter Episcopo vi-
deatur.» D e aquí parece inferirse:
«ergo si Sacramentum fuit certe nul-
| lum, totum repetatur.»
autores dicen que también pueden
turcos.
bautizarse privadamente los ochóme-
2.a
L a bula Omnium solicitudinum
sinos, esto es, los que nacen á los
confirma el decreto del inquisidor
ocho meses de su concepción.
T o u r n o n , que prohibió á los misione-
Un decreto de la Sagrada Congre- ros de las Indias Orientales imponer
gación de Ritos de 22 de Septiembre en el bautismo los nombres de los
de 1S20 determina lo que ha de hacer ídolos, ó de los llamados penitentes de
un sacerdote cuando bautiza privada- religión falsa.
mente. D i c e así: « S i sacerdos in n e - ¡
San L i g o r i o se inclina á que cada
cessitate extra ecelesiam baptizet,
[ uno puede mudar el nombre que se le
omittere debet omnes caeremonias qusé
impuso en el bautismo, por no haber
baptismum praecedunt, etiamsi infans
derecho que lo prohiba (lib. 6, nú-
tandiu victurus videatur. Collato a u - 1
mero 145). Soto y Sa niegan este de-
tem baptismo, ut supra, debet in
recho: la costumbre está en favor de
vértice ungere chrismate, si habeat,
la opinión de Soto, y realmente cho-
imponere vestem albam, et candelam
caría el mudarse el nombre sin causa
accensam praebere. Cum autem con-
justa. T o d o s convienen en que al re-
valuerit infans, praesentandus est in
cibir la Confirmación se puede mudar
ecclesia; i b i q u e , et nunquam extra
1 el n o m b r e , y lo mismo cuando se
ecelesiam, supplendae sunt caeremo-!
hace la profesión religiosa.
nias omissa?, quas baptismum prasce-
dunt.»
1733. P. ¿Quién tiene derecho á CAPÍTULO VIII
poner el nombre al bautizando?
R. E n el bautismo privado no hay DE LOS PADRINOS
necesidad de poner nombre al bauti-
zando. E n el bautismo solemne se ha 1734. L a costumbre de nombrar
de estar á la costumbre de cada pro-
padrinos es tan antigua en la Iglesia,
vincia: en muchas partes es atribu-
que se cree tuvo principio en tiempo
ción de los padrinos. San L i g o r i o dice
del papa H i g i n i o , á mediados del s i -
que no hay precepto de imponer al
g l o segundo. L a s palabras padrino y
bautizando el nombre de un Santo,
madrina se derivan a patre et matre;
si bien San P í o V y Paulo V lo acon-
porque son una especie de padres es-
sejan como cosa saludable. N o está
pirituales que, en defecto de los pa-
prohibido el poner un nombre del
dres carnales, se comprometen á la
Antiguo Testamento , como Adán,
instrucción y cuidado de sus ahijados.
174 LIBRO VI. TRATADO II. DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
175
P. ¿Cuáles son las obligaciones de mujer para padrinos, no se pueden et eum vel eos tantum ad illum susci- | más de dos los padrinos, no irrita la
los padrinos? admitir dos varones ó dos mujeres. piendum admittant.» (Sess. 24, De cognación espiritual si fuesen más,
R. L o s teólogos siguen común- San L i g o r i o (lib. 6, núm. 155) dice reform. matrim., cap. 2.) D e aquí in- como (contra Suárez) afirman los Sal-
mente á Santo T o m á s , que dice así: que cuando el padrino es uno solo, es fieren comunmente los autores que si maticenses y San L i g o r i o (lib. 6, nú-
« I n spirituali generatione baptismi igual que sea hombre ó mujer: cuan- asisten y tocan al bautizando los pa- mero 154), con la sentencia más co-
requiritur aliquis qui fungatur vice do los padrinos son dos, y son dos drinos nombrados por los p a d r e s , mún y más probable. Pero si los m u -
nutricis et pasdagogi, informando et hombres, sería tan sólo venial si la aunque asistan y le toquen otros nom- chos padrinos designados tocasen
instruendo eum, quasi novitium in criatura bautizanda es varón, pero brados por el párroco ó por otra per- sucesivamente al bautizando, enton-
fide, de his quae pertinent ad fidem et que sería mortal si fuese hembra: y sona, éstos no serían verdaderos pa- ces tan sólo contraerían cognación
vitam christianam... E t ideo obliga- del mismo modo sería venial si se drinos, porque dice después el Conci- espiritual los dos primeros que tocan
lio: « Q u o d si alii ultra designatos ba-
tur ad habendam curam de ipso, si admitiesen dos madrinas para una al bautizado, como allí mismo dice
ptizatum tetigerint, cognationem spi-
necessitas immineret, sicut eo tempore, niña; pero sería mortal si se admitie- San L i g o r i o , con la opinión común.
ritualem millo pacto contrahant, cons-
et eo loco in quo baptizati inter infi- sen para un niño. L a razón de ser ve- 1739. P. Si los designados no
titutionibus in contrarium facientibus
deles nutriuntur. Sed ubi nutriuntur nial en los dos primeros extremos es tocan al bautizando y otros no desig-
non obstantibus. (Nótese bien.) Si
inter catholicos christianos, satis pos- porque era contra lo mandado por la nados le tocan, ¿quiénes contraen la
Iglesia. L a razón de ser mortal en los parochi culpa vel negligentia secus
sunt ab hac cura excusari, praasumen- cognación espiritual y son verdaderos
dos segundos extremos es, porque la factum fuerit, arbitrio Ordinarii p u -
do quod a suis parentibus diligenter padrinos?
Iglesia en esta prohibición se propuso niatur.»
instruantur. Si tamen quocumque R. Suárez, Sánchez y algunos otros
no multiplicar con la criatura bauti- 1738. P. ¿Quiénes contraen cog- autores fueron de opinión que la de-
modo sentirent contrarium, tener entur
zada la cognación espiritual, impedi- nación espiritual en el bautismo s o - signación de los padrinos era condi-
secundum suum modum saluti spiri-
mento dirimente del matrimonio, cu- lemne?
tuali filiorum curam impenderé» (3. p.,a
ción indispensable para que contraje-
y o inconveniente no se sigue cuando R. i . ° E l bautizante no contrae sen cognación espiritual y fuesen ver-
q. 67, artículos 7 y 8).
dos hombres son padrinos de un ni- cognación espiritual con los padrinos, daderos padrinos, fundados en aque-
A estas palabras del Angélico Maes-
ño, ó dos mujeres de una niña (se- ni los padrinos la contraen entre sí. llas palabras del Tridentino:
tro añade el muy prudente Gousset: «Quodsi
sión 24, De re/orm. matrim., cap. 2).
«Desgraciadamente lo que era una excep- 2. 0
E l bautizante y los padrinos alii ultra designatos baptizatum teti-
ción en tiempo de Santo Tomás, es muy E n el bautismo privado, si bien contraen cognación espiritual in pri- gerint, cognationem spiritualem millo
común en nuestros tiempos, al menos puede haber padrinos, no hay necesi- ma specie con el bautizado ; * y los pacto contrahant;» pero San L i g o r i o ,
en Francia; esto es, que muchos pa- dad, como dicen los Salmaticenses, mismos con los padres del bautizado siguiendo á los Salmaticenses, á P a -
dres cristianos descuidan la educa- Cóncina, San L i g o r i o (lib. 6, núme- in secunda specie.'* lao, al adicionador de W i g a n d t y á
ción religiosa de sus hijos.» Después ro 147), y la opinión común. Se ha de tener muy presente esta otros, tiene por cierto que en el caso
desciende Gousset á designar la obli- 1736. E l nombramiento de pa- diferencia; porque si tratan de con- propuesto contraen cognación espiri-
gación de los padrinos en el caso de drinos pertenece á los padres, y en su traer matrimonio dos personas que tual los padrinos no designados que
que los ahijados no tengan quien se defecto al tutor. E l párroco, no exis- tienen cognación espiritual nacida del tocan al bautizando, cuando los d e -
interese en su educación religiosa. tiendo una causa urgente, pecana bautismo, al pedir la dispensa del signados no le tocan. Prueba con el
D i c e así: «Deben enseñarles (por sí ó mortalmente si administrase el bau- impedimento dirimente, debe explicar- siguiente raciocinio que la interpreta-
por otros) el Padrenuestro, Ave María, tismo sin padrino alguno, por ser esta se si la cognación espiritual es in pri- ción que hace Suárez de las palabras
Credo, los Mandamientos de Dios, los de ceremonia de las principales de este ma ó in secunda specie. del Tridentino no es genuina: « C o n -
la Iglesia, por ser cosas que todo cris- Sacramento, como dice San Ligorio, 3.
0
Si son muchos los padrinos, cilium dicit eos non contrahere , qui
tiano está obligado á saber, y además núm. 1 4 9 , con la opinión común. hay que distinguir: i . ° Si además de ultra designatos tangunt; non vero qui
velar, hasta donde es posible, sobre 1737. E l párroco cometería cul- los designados por los padres que to- prcBter: nam ultra importat quod tan-
la conducta de su ahijado.» ( T o m o 2, pa grave si arbitrariamente admitiese can al bautizado, se entrometiesen gunt designati et non designati: prat-
núm. 116.) otro padrino distinto del que ó de los otros á ser padrinos, aunque toquen ter autem importat quod tangunt tan-
1735. P. ¿Cuántos padrinos se que designaron los padres: así opinan al bautizado, éstos no contraen pa- tum non designati: quia a Concilio
pueden nombrar para el bautismo? el adicionador de W i g a n d t , Bonaci- rentesco espiritual, porque así lo de- non eximuntur a contrahendo cogna-
R. E l Tridentino manda expresa- na, Barbosa, San L i g o r i o en el lugar terminó el Tridentino, como se ha tionem, saltem non expresse, uti opus
mente que sólo haya un padrino ó citado, y otros, fundados en las pa- dicho en el párrafo anterior. 2 . Si erat exprimí, alioquin in dubio pos-
0

labras del T r i d e n t i n o , que dice: «Pa- fuesen muchos los designados por los sidet jus antiquum» (por el cual con-
una madrina, ó á lo más un padrino
rochus, antequam ad baptismum con- padres y todos tocan á un mismo tiem- traían la cognación todos los que toca-
y una madrina (sess. 24, cap. 2). L o
ferendum accedat, diligenter scisate- po al bautizando, todos contraen la ban al bautizando, aunque no fuesen
mismo dice el Ritual R o m a n o (De
tur, quem vel quos elegerint, ut ba- cognación espiritual; porque el T r i - designados). « E c o n v e r s o , continúa
sacram. Bapt.); pero añade que si bien
ptizatum de sacro fonte suscipiant, dentino, si bien manda que no sean San L i g o r i o , secus omnino dicendum,
se pueden admitir un hombre y una
176 LIBRO
si tangat unus designatus et alter non
designatus, quia hic nullo modo con-
trahit, ut patet ex verbis T r i d e n t i n i . »
( L i b . 6, núm. 154.)
1740. P. Y cuando no hay pa-
drinos designados, si otros no desig-
nados se entremeten á ser padrinos y
tocan al bautizando, ¿contraen cog-
nación espiritual?
VI. TRATADO II.
D E L SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
177
derdante, en cuyo nombre asiste su L i g o r i o tiene por notablemente más
procurador: et in libro eorum nomina describat,
probable que contraería cognación es-
i.° Porque sólo aquél es el desig- doceatque eos quam cognationem
piritual. L a razón del Santo Doctor
nado por los padres, y si bien no toca contraxerint,» etc. Aquí se ve clara-
es, porque «suscipiens (de sacro fonte
físicamente al bautizado, le toca en mente que el Tridentino no puso cog-
hoc m o d o ) videtur habere intentionem
su nombre el procurador; y es regla nación espiritual sino cuando los pa-
suscipiendi infantem, quicumque sit.»
de derecho que qui per aliam facit, per drinos reciben al bautizado en el bau-
(Lib. 6, núm. 152). E s verdad que el
se faceré videtur. tismo solemne: «De sacro fonte, qui
cap. 2 de cognat. spir. dice que la e s -
2. Porque P o n c i o refiere un de- solus institutus est ad conferendum
posa que, ignorando que el infante
0

creto de la Sagrada Congregación, baptismum solemnem , non autem

R. Aunque Diana, Gobat y Croix
dicen que no la contraen, y Suárez
tiene por probable esta opinión, la
opinión comunísima dice que la c o n -
traen, como puede verse en los Sal-
maticenses (tract. I I , De sacram.Bapt.,
cap. 7, núm. 37 y siguientes), donde
prueban victoriosamente esta senten-
cia, y entre otras razones que omito
por brevedad, dicen así: « L e d e s m . ,
De Matr., cap. 56, art. 3, testatur
idem tenuisse viros doctísimos qui
Concilio Tridentino interfuerunt. Ita
expresse declaratum est in Sacra Car-
dinalium Congregatione, ut testatur
Barbosa cum Basilio et alus, Rebe-
lusque loco citato. Secundo, quia a
jure antiquo non est recedendum nisi
in his qua? a novo excipiuntur: leg.
Pr<scipimus,cap.de apellationibus: ergo,
cum jure antiquo omnes tangentes
contrahant, ut constat ex Bonifa-
cio V I I I , cap. fin. de cognat."spir.,
in 6; et Concilium Tridentinum hoc
coarctaverit ad d e s i g n a t o s , conse-
que dice así: «Procurator non contra-
hit cognationem sibi, sed mandanti.»
Como San L i g o r i o opinan Navarro,
F a g n a n o , Pascualígero, Poncio y
otros.
1742. P. E l que saca de pila á
una criatura en el bautismo admi-
nistrado sub conditione, ¿contrae cog-
nación espiritual?
R. Si á favor de la validez del pri-
mer bautismo tan sólo hay duda ne-
gativa, el padrino del segundo contrae
cognación, porque no hay razón al-
guna fundada acerca de la validez del
primero, y por lo tanto la presunción
está á favor de la validez del segun-
do. Si en favor del primer bautismo
hay duda positiva, esto es, razones
positivas que le hacen dudoso y pro-
bablemente v á l i d o , entonces el padri-
no del segundo no contrae parentesco
espiritual, porque la presunción de la
validez está á favor del primero. Yo
creo que la razón ha de ser aquel
era hijo de su marido, le sacó de pila,
privatum;» como rectamente infieren
no queda impedida de pedir el débito,
los que defienden esta opinión, dice
pero esto nada prueba; porque siendo
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 149). Esta
este parentesco de derecho eclesiásti-
razón destruye la razón fundamental
co, la Iglesia hizo esta excepción en
del doctísimo Suárez, que se apoya
favor de los casados, no queriendo
en que antiguamente los padrinos
privarlos, por una acción inocente, de
contraían cognación espiritual en el
un derecho adquirido, á saber, de la
bautismo privado, y que el Tridentino
petición del débito.
no derogó este derecho; porque, como
1744. P. Cuando uno es padrino dice San L i g o r i o :
en un bautismo privado, ¿contrae pa- ,
rentesco espiritual? i.° Suárez no prueba que por el
| derecho canónico antiguo contrajesen
R. i . ° Convienen los autores en,'cognación los padrinos del bautismo
que el bautizante contrae la cognación ' privado,
espiritual. E n cuanto á los padrinos,
I 0
2. D a d o que así fuese, el T r i d e n -
aunque Suárez, L a y m a n y algunos j
tino, que se propuso limitar esta cog-
otros opinan que la contraen, porque I
nación, la quitó (si es que la había)
los padrinos no sólo asisten por la so-
!en el bautismo privado, por aquellas
lemnidad del bautismo, sino también
palabras de sacro fonte. T a m p o c o con-
para contraer la obligación de ins-
traen parentesco espiritual los que
truir al bautizado, pero Soto, Sán- asisten, cuando tan sólo se suplen en
chez, Bonacina, los Salmaticenses el templo las ceremonias de un bau-
{De Matr., cap. 1 2 , núm. 32), Cónci- tismo privado que ya está celebrado
na (lib. 2, De Matr., diss. 2 . , cap. 2, válidamente.
a

quens- videtur, ut quando non est de- principio reflejo del derecho: « I n du- § 4, núm. 9), Billuart (De Bapi.,
Vecchiotti (cap. 3 De impedimentis
signatio, standum sit juri communi.» bio, factum praasumitur recte factum.» diss. 2. , art. 4, petes 1) y otros,
a

matr., § 51) trata latamente esta cues-

L o mismo dice y prueba erudita y só-
lidamente San L i g o r i o , añadiendo la
convincenteé ingeniosa interpretación
de las palabras citadas del Tridenti-
n o , según se ha dicho en el párrafo
precedente.
1741. P. E l que en el bautismo
solemne hace de padrino como p r o -
curador de otro, ¿contrae cognación
espiritual, ó la contrae su poder-
dante?
R. Aunque hay tres opiniones, me
adhiero á la opinión de San L i g o r i o ,
que en el libro 6, núm. 153, tiene por
cierto que solamente la contrae e l p o -
San L i g o r i o dice que esta resolución dicen que en el bautismo privado los
tión, y después de poner la opinión
de Sánchez, Renzi y Diana es bas- padrinos no contraen la cognación,
de San L i g o r i o , alega en contra las
tante probable ( L i b . 6, núm. 151). porque el derecho canónico no habla
declaraciones de la Sagrada Congre-
ni se entiende sino del bautismo so-
1743. P. Si uno saca de pila á gación del Concilio, la una de 29 de
lemne. San L i g o r i o dice que esta opi-
un infante creyendo que es un hijo Mayo de 1677, y la otra de 5 de Mar-
nión es más común y notablemente
de Pedro, pero es hijo de Juan, ¿con- zo de 1678, que siendo consultada:
más probable, porque el Tridentino,
trae cognación espiritual? « A n dispositio Concilii cap. 2, sess. 22
en el cap. 2 de la sesión 24, De re-
R. Si el que saca de pila tiene in- De reform. matrim., habeat locum in
form. matrim., habla expresa y sola-
tención expresa de no ser padrino baptismate sine solemnitatibus, ob
mente del bautismo solemne: « P a r o -
sino del hijo de P e d r o , no contraería necessitatem domi sequuto, reposuit:
chus antequam ad baptismum confe-
parentesco espiritual, por falta de in- Affirmative.» ( V i d e Analecta I. R. li-
rendum accedat, diligenter ab eis, ad
tención, porque ésta es condición indis- bro 72, Sept. 1865, núm. 1750.) P o n e
quos spectabit sciscitetur, quem vel
pensable para ser padrino válidamen- ' además la siguiente declaración de la
quos elegerint ut baptizatum de sacro
te. Si no tuvo esa intención expresa, Sagrada Congregación del Concilio:
fonte suscipiant; et eum vel eos tan-
exclusiva, aunque hay opiniones, San « Q u u m enim ageretur de quadam Ma-
tum ad illum suscipiendum admittat,
ría, quas manibus suis tenuit fcetum
TOMO I I .
12
 LIBRO VI. TRATADO II. DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.
179
ab obstetrice timore mortis subitá- podría casar sin dispensa con la niña, los que defendieron la primera o p i -
de Santa Marta y otros semejantes.
neas baptizatum, Sacra Congregatio, ó con su madre, porque no le obliga- nión. D i c e así: « A d u l t i per se ipsos
2. U n cónyuge no puede ser pa-
0

die 17 Apr. 1603, censuit: Si María ba la ley de la Iglesia. stare possunt; ergo ridiculum est
drino de su cónyuge, ni los padres lo
hábuit animum levandi infantevi de sacro 3.
a
Si hay padrinos designados quod ab alio teneantur.» H e aquí la
pueden ser de sus hijos, á no ser en
fonte, contractam esse cognationem por los padres y tocan al bautizando, respuesta del A n g é l i c o Maestro: « A d
caso de necesidad, pero dos cónyuges
spiritualem.» Se necesita, pues, que si otros no designados tocan al bau- primum ergo dicendum, quod licet
pueden ser padrinos de una m i s m a
tizando, éstos, ni son padrinos, ni ille qui confirmatur sit adultus corpo-
haya ánimo formal de ser padrino. prole ajena; porque Suárez, que lleva
raliter, nondum tamen est adultus
* Con respecto á si en el bautismo contraen c o g n a c i ó n , como consta la contraria, se funda en una consti-
spiritualiter.»
privado el padrino contrae cognación expresamente de las palabras citadas tución de Urbano I I , de la cual se
espiritual, he aquí cómo se expresa del Tridentino. ( V é a s e el núm. 1740.) 2. Porque, como dice San L i g o -
0

hace mención in cap. fin., caus. 30,

Marc, t o m o 2, núm. 2022: « D e sus- 4.
11
Diana y Busembau dicen que rio en el mismo número, esta es la
q. 4 . , y fué abrogada por la costum-
a

cipiente seu levante erat dubitandi si los padres nombran (rite) padrinos opinión comunísima y verdadera, con-
bre en el siglo X I I I , como se infiere
locus; sed ad quassitum: A n disposi- aptos, el párroco no puede válidamen- firmada por un decreto de la Sagrada
de las siguientes palabras de Santo
tio Concilii, cap. 2, sess. 24, De re- te nombrar otros; pero San Ligorio Congregación de Cardenales.
T o m á s : « E x quo inter patrem spiri-
form. matrim., decernens in sacra- ( l i b . 6, núm. 146) parece inclinarse á 1746. P. ¿Quiénes pueden ser tualem et matrem (spiritualem) non
mento Baptismatis contrahi cogna- la opinión de T a m b u r i n o y Croix, padrinos válida, pero ilícitamente? contrahitur aliqua cognatio, nihil pro-
tionem spiritualem inter suscipien- que dicen que si bien el párroco pe- R. i . ° E l derecho canónico dice hibet quin vir et uxor simul aliquem
tem, et patrem et matrem suscepti, caría mortalmente, los padrinos que así: « N o n licet abbati vel monacho de sacro fonte levarent.» ( I n 4 Sent.,
habeat locum in Baptismo sine so- nombrase serían válidamente padri- de baptismo suscipere filios, nec com- dist. 42, q. i . , art. 3, quaestiuncu-
tt

lemnitatibus ob necessitatem sequu- nos: «quia ex Tridentino sufficit de- matres habere.» ( I n cap. Non licet 103, la 2. ad 4 . j - San L i g o r i o (lib. 6,
K u m

to? — S . C. C. respondendum censuit: signado parentum vel parochi.» dist. 4 . de cousecrat.), y añade San núm. 157) lleva esta opinión de S a n -
a

Affirmative, die 5 Martii 1678. E t 5. a

E s necesario, para ser válida- Ligorio (lib. 6, núm. 156): « L i c i t u m to T o m á s ; dice que es comunísima, y
hoc quidem decreto fuit soluta quass- mente padrino, que haya intención est vero monachis compatres fieri costumbre admitida.
baptizando.» (Se supone con licencia 1 3 .
tio, sed nondum finita controversia, de serlo: no basta el acto material, 0
N o pueden ser padrinos los
del párroco y de su prelado regular.) herejes, ni los apóstatas, ni los cis-
eo quod decretum non erat sufficien- ^ o m o dice San L i g o r i o en el mismo
ter divulgatum.» A l g u n o s , fundándo- número, siguiendo á otros autores. Como en las cosas odiosas bajo el máticos, cuando son notorios, porque
se en la respuesta de la Sagrada Con- 6. a
San L i g o r i o , con la opinión nombre de monje no se comprenden no se puede esperar que esta clase de
gregación del Concilio de 5 de Marzo común, dice que si se trata de infan- los religiosos mendicantes , los Sal- personas influirá en la instrucción ca-
1

de 1678, tienen como cosa cierta que tes, para ser válidamente padrino se maticenses y algunos autores dijeron tólica de sus ahijados. San L i g o r i o
los padrinos en el bautismo privado requiere que éste toque físicamente que los mendicantes no estaban incluí- dice que L a y m a n y Palao afirman
contraen parentesco; mas como « h u - al infante: «Patrinus vel teneat, aut dos en la prohibición de ser padrinos; i que con grave causa se puede admitir
jusmodi responsio sit legis Tridentini tangat infantem dum baptizatur, vel pero San L i g o r i o , siguiendo á Cónci- á un hereje para padrino; pero que es
interpetratio extensiva, et non fuerit statim levet aut suscipiat de sacro na, Bonacina y otros, dice que en este más común la opinión contraria ( l i -
lugar se incluyen también todos los bro 6, núm. 156). Gousset es de pare-
authentice et legitime promulgata , ! fonte, vel de manibus baptizantis,»
religiosos y religiosas, de cualquier cer que, con tal que uno de los padri-
minime v i m legis universalis habere como dice el Santo (lib. 6, núm. 148).
Cuando se trata del bautismo de Orden que sean. E s t o no se puede nos fuese católico, el Obispo podría
censenda e s t . » Ninzatti , t o m o 2,1
adultos, algunos graves autores dije- poner ya en duda, puesto que el R i - admitir al otro que fuese hereje, cuan-
núm. 1027. ( V é a s e L e h m k u h l , t o -
ron que bastaba la mera asistencia tual R o m a n o (tít. De patrin.) dice así: do tuviese esperanza de que con esta
mo 2 , núm. 758.) *
de los padrinos al bautismo, porque «Ad hoc etiam admitti non debent condescendencia le había de atraer al
1745. P. ¿Qué condiciones se
los adultos bautizandos no necesitan monachi vel sanctimoniales, vel alii Catolicismo (tomo 2, núm. 112).
requieren para ser válidamente pa- cujusvis Ordinis regulares a saeculo se-
ser sostenidos por nadie; pero esta
drino? gregad.» San L i g o r i o , no obstante, 4.
0
N i pueden ser padrinos los que
opinión es improbable:
R. i . Que tenga uso de razón;
a
añade que es opinión común que los son publice excommunicati, aut interdi-
i.° Porque, corno dice Santo To-
porque si no lo tuviese, no podría más, hablando del adulto que recibe regulares, si son Obispos, pueden ser cti, aut publice criminosi, aut infames,
obligarse. padrinos. dice el Ritual R o m a n o . D e modo que
la Confirmación (y con mayor razón
2.
a
Que esté bautizado, porque el el B a u t i s m o ) : « U l e qui ad hoc Sacra- los que viven públicamente en concu-
Gousset ( t o m o 2, núm. 112) dice
que no nació espiritualmente por el mentum accedit, sustentatur quasi spi- binato, y los usureros, no pueden ser
que no están comprendidos en esta
bautismo, no puede contraer cogna- ritualiter imbecillis et puerv ( 3 . parte, padrinos; pero Gousset dice ( t o m o 2,
prohibición los que pertenecen á una
a

ción espiritual con el bautizado: prius q. 72, art. 10). Después, en el primer núm. 5 1 ) , que, en su concepto, no
Congregación religiosa, pero secular;
est quod sit natus, quam cognatus. Si argumento, se opone el Santo Doctor basta para negar los Sacramentos el
como los H i j o s de San Vicente de
un infiel fuese padrino de una niña y lo mismo que sirvió de fundamento a que una persona lleve por el mutuo un
Paul, las Hermanas del N i ñ o Jesús,
después se convirtiese y bautizase, se rédito excesivo sobre el l e g a l ; porque
 LIBRO VI. TRATADO II. DEL SACRAMENTO D E L BAUTISMO.
i8o i8r
á aquellos que sana mente non sunt; cía prudente rechazarlos por esta sola
siendo difícil discernir de una manera traer matrimonio; cuándo llega á la
también excluye á los que ignoraul razón: i . ° Porque desgraciadamente
cierta cuándo uno es usurero, no se edad prescrita por la Iglesia para la
rudimenta fidei; pero el cardenal Gous- son muchos los que se encuentran en
debe apartar generalmente de los S a - profesión religiosa y para las sagradas
set es de opinión que basta que uno este caso. 2° Porque el párroco podrá
cramentos sino al que fué condenado órdenes, como también para la inclu-
de los dos padrinos esté instruido en aprovechar esta ocasión para recor-
per haber ejercido la usura. T a l vez sión en las quintas, etc. E s t o s incon-
las verdades que todo cristiano debe darles eficazmente la obligación que
esto necesite alguna excepción. E n venientes se agravan más si la perso-
saber y creer explícitamente; y aun tienen de cumplir estos preceptos.
España en el día no es necesario que na bautizada emigra á países e x t r a n -
añade que si los dos ignoran las pri- Bouvier (tomo 2, DeBapt., cap. 7, jeros.
esté condenado por usurero público el
meras verdades, todavía se les podría art. 1) dice a s í : « M o n e t Dens, t. 5,
que realmente lo es; porque las deter- 2. 0
S e debe expresar el nombre
admitir si prometen (de un modo que potius baptizandum esse sokmuiter
minaciones civiles autorizan la usura del bautizado, el de sus padres y ( a l
cuando el rédito usurario está estipu-
se les pueda creer) instruirse ó asistir sine patrino, quam cum luer etico; quia ex
menos en España) el de sus abuelos
con puntualidad á las explicaciones diiobus malis minus est eligendum. Hanc
lado por escrito. paternos y maternos, el de sus padri-
doctrinales que se hacen en la iglesia. teneri posse regulam, añade Bouvier,
* E l Santo Oficio, en 10 de Mayo nos, diciendo también si los dos pa-
L a razón de poderse admitir (habien- docemus non solum ubi agitur de
de 1870, declaró lo siguiente: i S a n - drinos tocaron al bautizado, y expre-
do alguna causa razonable) por padri- bceretico, sed de alio certe excludendo,
ctissimus decrevit catholicis regulari- sando si es hijo de legítimo matri-
no á un impúber siendo el otro púber, ut apostata, scandaloso,» etc.
ter non licere hcereticorum aut schis- 1 monio.
ó á un hereje siendo el otro católico, Cuando el párroco se vea precisado
maticorum concionibus, baptkmis et 3.
0
E l bautizante debe avisar á
ó á uno que no sabe la doctrina cris- á no admitir á alguna persona para
matrimoniis interesse. Absolute autem los padrinos el parentesco espiritual
tiana, si el otro la sabe, es, porque padrino, se conducirá con mucha pru-
non licere nec per se nec per alios que contrajeron con el ahijado y con
bastando un padrino ó madrina para dencia, dice el cardenal Gousset en el
fungi officio patrini in baptismis, qui sus padres, y las obligaciones que tie-
el bautismo, según el Tridentino, si mismo lugar. 1.° L l a m a r á á solas á la
hasreticorum filiis ab haereticis minis- nen respecto del ahijado.
uno de ellos es apto, se puede permi- persona, y le dirá con buen modo que
tran tur.» Habiendo resuelto la S a - 4.0
Dice San L i g o r i o (lib. 6, nú-
tir, habiendo causa grave, que uno de tiene el sentimiento de no poderla
grada Penitenciaria (10 de Diciembre mero 160) que el bautizante inculque
los dos asista, aunque sea inepto, dice admitir por padrino, según las leyes
de 1860) que tanto en el matrimonio á las madres y nodrizas «ne decumbant
Gousset (tomo 2, n ú m . 114). Esta de la Iglesia. 2° L e dirá también que
como en el bautismo el esposo ó el cum infantibus, ob periculum suffo-
opinión (habiendo causa g r a v e ) me no hay necesidad de que sufra con-
padrino respectivamente, cuando es- cationis;» pero el Santo añade: « N o -
parece razonable. fusión alguna, porque puede asistir
tán notoriamente excomulgados, pue- tat vero T o u r n e l y , cum Barbosa,
Añade" el Cardenal francés que si como testigo. 3 . E l párroco no dirá á
0

den ser admitidos á la celebración ó

(

A n a c í . , etc., communiter, quod si talis

bien, absolutamente hablando, no se
r i t o católico en el caso de que, recha-
puede recibir por padrino al que está
z á n d o l o s , pudieran sobrevenir gran-
casado sólo civilmente, si los padres
des daños espirituales á las almas, se
del bautizando lo piden, se le podría
la persona no admitida la causa en
cubatio omni culpa caret, ut contin-
particular por que se l i desecha, pues I
gere potest, si, v. gr., lectus est latus,
se expondiía á altercados, disgustos, j
! puer implacabilis (llorón ó inquieto),
y hasta á reclamaciones ruidosas. 1

preguntó al Sagrado Tribunal del qui aliter a frigore defendí non possit,
admitir, con tal que antes de la admi- 4. Bien que el padrino no admitido
0

S a n t o Oficio lo siguiente: « U t r u m et mulier in somno suum retiñere

nistración del bautismo se comprome- se quede, ó bien que se retire, el bau-
hsec declaratio etiam ad patrinos has- soleat situm, omnis poerfa cessabit: ita
tiese en presencia de testigos á prepa- tizante seguirá adelante, aun cuando
reticos exttndi possit; an vero praes- Tournely.»
rarse á casarse canónicamente lo más no quede sino un padrino ó una m a -
tet, sicut nonnulli volunt, in hujus- drina, puesto que el Tridentino no Busembau, citado por San L i g o r i o
pronto posible. «Muchas veces, conclu-
m o d i casibus difficilibus baptismum pide más; y en el caso de no ser admi- (lib. 6, núm. 159), dice que peca m o r -
y e el muy docto y muy prudentt Gous-
sine patrino administrare ? — Sacra sible ninguno de los dos padrinos, ni talmente el párroco « s i ex negligentia
set ( n ú m . 1 1 5 ) , hemos conseguido por
R o m a n a et Universalis Inquisitio, fe- ser posible hallar otro, ya se ha dicho frequenter omitttat nomina baptizato-
este medio que se casasen canónica-
ria I V , die 3 Maii 1893, responderé , en este mismo número cómo opinan rum referre in librum; tum ob legem
mente los que hasta entonces estaban
censuit: N e g a t i v e , et prasstare, ut ba- Dens y Bouvier. Tridentini in re gravi et sub pcena
unidos tan sólo civilmente.»
ptismus conferatur sine patrino, si gravi; tum ob incommoda et damna
1748. P. Si se presentan padri- 1 7 4 9 . P. ¿Qué obligaciones tiene inde sequentia. A c licet Pérez et Serra
aliter fieri non possit.» (Ciudad de
nos que no han cumplido con los pre- el párroco después de haber adminis- dicant esse probabile quod tantum
Dios, v o l . 34, Sección Canónica, p á g i -
ceptos pascuales, ¿se les podrá ad- trado el bautismo?
na 143.) * peccet venialiter, alii tamen mortalis
mitir? R- Debe tener mucha exactitud: eum damnant.» San L i g o r i o refiere
1747. 0
5. T a m p o c o deben ser
R. Gousset ( t o m o 2 , núm. 114) i." E n expresar en la partida de estas palabras, y nada dice; pero á mi,
admitidos por padrinos los casados
dice que aunque muchos Rituales bautismo el día y hora en que nació el no sólo me parece improbable la opi-
sólo civilmente, porque el matrimonio
franceses no admitían por padrinos i bautizado, porque esto es necesario nión de Serra, sino que m e parece
meramente civil es un verdadero con-
los que no habían cumplido por su para saber después cuándo el bautiza- benigna la de Busembau; porque aun
cubinato.
culpa esos preceptos, á él no le pare- 1
do, llegado á la pubertad, puede con- cuando no fuese frecuente la omisión.
E l Ritual R o m a n o excluye también
 LIBRO
l82
si fuese voluntaria, ¡cuántos daños se
pueden seguir de la omisión de exten-
der una, ó dos, ó tres partidas de bau-
tismo! E l párroco que con advertencia
las omitiese, no veo cómo se le pueda
TRATADO TERCERO
D e l s a c r a m e n t o de la C o n f i r m a c i ó n .
E l segundo Sacramento de la L e y
de gracia es la Confirmación. Así como
el hombre nace corporalmente á la
vida natural, y después crece y se ro-
bustece, así, en el orden espiritual,
primero nace á la gracia por el Bautis-
m o , y después crece y se'fortalece en
la fe y en la gracia por la Confirma-
ción. E l papa San Melquiades, en una
carta que escribió á todos los obispos
de España en el año 304, les decía
estas hermosas palabras: « E t quia in
hoc mundo tota setate victuris inter
invisibiles hostes et pericula gradien-
dum est, in baptismo regeneramur ad
vitam, post baptismum conñrmamur
ad pugnam; in baptismo abluimur,
post baptismum roboramur...; regene-
rado per se salvat nos in pace..., con-
firmatio armat et instruit ad agones
mundi hujus et praslia reservandos.
Qui autem post baptismum cum ac-
quisita innocentia immaculatus perve-
nit ad mortem, confirmatur m o r t e ;
quia non potest peccare post m o r t e m . »
( C a p . Spiritus Sanctus, 2, dist. 5 . de
consecrat.)
CAPÍTULO PRIMERO
DEFINICIÓN É INSTITUCIÓN D E L SACRA-
MENTO DE LA CONFIRMACIÓN
1 7 5 0 . P. « Q u i d est confirmado?» propiamente Sacramentos, como los
R. L a definición metafísica es: « S a - luteranos y calvinistas negaron que la
cramentum nova; legis institutum a Confirmación fuese verdadero Sacra-
VI. TRATADO III.
eximir de culpa grave, porque se se-
guirían fácilmente algunos de los gra-
ves inconvenientes (difíciles de reme-
diar muchas veces) que se han expre-
sado en el párrafo anterior.
Christo D o m i n o causativum grati.t
corroborativas.» L a palabra corrobo-
rativez e s la diferencia de esta defini-
ción: las otras palabras son el género
en que la Confirmación conviene en
J un todo con los otros Sacramentos.
L a gracia santificante que causa la
Confirmación conviene en especie con
la que causan los otros Sacramentos,
j e n cuanto nos hace hijos d e Dios;
¡pero en cuanto es gracia sacramental
[corroborativa, como dice Santo Tomas
( 3 . a p., q. 7 2 , art. 7, ad 3."'»), se dis-
! tingue en especie, porque tiene un
efecto especial distinto; esto es, «má-
x i m e conducit ad fidelium ánimos alia
gratia confirmandos, ut nullo poena-
: rum, suppliciorum,mortis periculoaut
1 metu, a vera; fidei confessione deter-
Ireantur,» c o m o dice el Catecismoante Christi resurrectionem et aseen- Sacramento « e s t chrisma confectum
| R o m a n o (De sacram. Confirmat., § 5X
I P. ¿Cuál es la definición física de
I este Sacramento?
R. «Signatiohominisbaptizatifacta
in fronte cum chrismate ab Episcopo
a
consecrato, sub praascripta verborum
f o r m a . » E s t a definición se explicará
minuciosamente cuando se hable de
la materia, forma y ministro de este
Sacramento. A q u í tan sólo advertiré
que aunque el T r i d e n t i n o había defi-
nido d o g m a de fe que el Bautismo, la
Confirmación, etc., eran verdadera y
cristo instituyó la Confirmación, hay
opiniones: unos dicen que en la noche probable ( y por lo tanto únicamente
de la Cena; otros que después de su seguible en la práctica) que es nece-
DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN.
183
mentó, el Concilio hizo un canon ex- resurrección, antes de subir á los
preso para condenar esta herejía: « S i
cielos; pero esta cuestión pertenece
quis dixerit Confirmationem baptiza- á los teólogos escolásticos. ( V é a s e á
torum otiosam caeremoniam esse, et Billuart, De Confirmat., art. Sol-
non potius verum et proprium Sacra- vuntur objectiones hczreticorum, petes; á
mentum, anathema sit.» (Sesión 7 . , a
Silvio, en el comentario del citado
De Confirmat., canon 1.) artículo de Santo T o m á s , y á otros
1751. P. ¿Cuándo fué instituido teólogos escolásticos.
este Sacramento?
R. Algunos dicen que fué instituido
por la Iglesia en algún Concilio: otros CAPÍTULO II
dicen que fué instituido por los Após-
D E LA MATERIA Y D E LA FORMA D E LA
toles por orden de Jesucristo, y aun
CONFIRMACIÓN
quieren traer en su favor á Santo T o -
más, fundados en aquellas palabras
1752. P. ¿Cuál es la materia de
suyas: «Christus instituit hoc sacra-
la Confirmación?
mentum (Confirmationis), non exhi-
R. Prescindiendo de la probabili-
bendo, sed promittendo» ( 3 . p., q. 72,
a
dad especulativa que puedan tener otras
art. 1 ad i .
u m
) . Estas dos opiniones
opiniones, tengo por cierto para la
me parecen del todo infundadas, y
práctica:
del todo infundado también el preten-
i.° Que el óleo del crisma debe
der apoyarse en las palabras de Santo
ser de olivas, necessitate sacramenti.
Tomás, porque en el lugar que se cita
( V é a s e á Santo T o m á s en la 3 . p.,
a
dice expresamente lo contrario. H e
aquí sus palabras: « A l i i vero dixerunt, q. 72, art. 2, ad 3 - ; y á San L i g o r i o ,
u m
quod fuit institutum ab Apostolis. Sed lib. 6, núm. 162, donde prueban sóli-
hoc non potest esse, quia instituere n o - damente esto m i s m o . )
2. Estambién cierto para la prác-
0
vum Sacramentum pertinet ad potesta-
tem excellentiez, quas competit soli Chris- tica, que el bálsamo es necesario neces-
to; et ideo dicendum est, quod Christus sitate sacramenti para la Confirma-
instituit hoc Sacramentum, non exhiben- ción, c o m o lo prueba San L i g o r i o , en
do, sed promittendo;» esto es, Cristo el lugar citado. E u g e n i o I V , en su
instituyó este Sacramento, pero no le Decreto á los Armenios, aprobado y
administró por sí m i s m o , porque « p l e - publicado por el Concilio general flo-
nitudo Spiritus Sancti non erat danda rentino, dice que la materia de este
sionem,» como dice el Angélico M a e s - ex oleo et balsamo.» L o mismo dice
1
tro. L e prometió cuando dijo: «Si non el Catecismo R o m a n o (De Confirma-
abiero, Paraclitus non veniet ad vos; tione, part. 2 . , núm. 7). San L i g o r i o
a
si autem abiero, mittam eum ad v o s . » añade: «Sufficit autem balsamum cu-
'Así que ni los Apóstoles administraron juscumque regionis, ut dicunt Gonet,
este Sacramento hasta que recibieron Palaus, etc.; modo sit in ea quanti-
la plenitud del Espíritu Santo en el tate ut det sui odorem, quamvis non
día de Pentecostés; y por esto se dice mixceatur cum singulis olei partibus.»
en el cap. 7 de San Juan, vers. 39: San L i g o r i o dice también que como
«Nondum erat Spiritus datus, quia i hay alguna probabilidad de que el
Jesús nondum erat glorificatus.» I óleo solo es materia válida, en e x t r e -
ma necesidad podía confirmarse sub
Acerca del tiempo en que Jesu- conditione con sólo el óleo (núm. 162).
3. E s opinión más común y más
0
184 LIBRO VI. TRATADO III. DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN. 185
sario necessitate sacramenii que el cris- el crisma de los confirmandos del óleo fuese esencial la extensión de las ma- «Et revera non patet omissionem prae-
ma esté bendito por el Obispo. Véase de los catecúmenos y del de los en- nos que hace el Obispo con la oración dictse casremoniae pertingere ad pec-
á Santo T o m á s ( 3 . p., q. 72, art. 3), fermos?
a Omnipotens, el Obispo repetiría esta catum mortale; unde dicunt, quod, si
y á Silvio en el comentario de este R. i.° E n que sólo el crisma debe ceremonia para los que vinieron des- Episcopus prasdictum pollicem infir-
artículo, donde pone la siguiente con- estar mezclado con bálsamo. 2° En pués de haberse ejecutado. mum haberet, licite posset alio d í g i -
clusión: «Respondeo, certum esse quod que cada uno de los tres se consagra E s doctrina corriente que la b e n - to u n g e r e . M i n i m e autem constat
chrisma debeat esse consecratum seu con diversas palabras y ceremonias. dición que el Obispo da al fin á los quod pollex, Episcopi ad hunc finem
benedictum ab Episcopo: probabile vero 3 . E n que cada uno de los tres se
0
confirmados no es necesaria: es una ungitur; nam in Poutificali habetur,
quod illa benedictio sit de necessitate aplica para diversos fines y produce simple ceremonia, y San L i g o r i o ( l i - quod post unctionem pollicis et indi -
sacramenti, nec possit, etiam per Sum- distintos efectos. bro 6, núm. 188) cree que no es obli- cis Episcopi utriusque manus, deinde
mum Pontifican, committisimplicisacer- 1754. P. ¿Cuál es la materia gatoria la asistencia de los confirma- ambae ejus manus tota unguntur; ut
doli...; quia numquam legitur id esse próxima adecuada de la Confirma- dos; porque si bien el Obispo advier- pariterfic in unctionemanuuminitian-
factum; i m o cum Concilium Floren- ción? te que no se marchen , cuando es dorum ad presbyteratum.» ( L i b . 6,
tinum dicit, legi aliquando esse dis- R. Dejando aparte estas opiniones, grande el concurso ni aun se hace núm. 165.)
pensatum, ut simplex sacerdos confir- San L i g o r i o concluye que tiene por esta advertencia, á fin de que no se
Gousset dice que si el Obispo está
maret, addit, eum hoc debuisse faceré ciertísima la opinión de Santo Tomás, reúna tanta gente y se vayan mar-
imposibilitado de la mano derecha,
chrismate per Episcopum benedicto.» San Buenaventura, San Antonino, chando los confirmados. Esta razón
puede lícitamente hacer la unción con
San L i g o r i o abraza, esta misma opi- Soto y otros, que afirman que la ma- es concluyente. San L i g o r i o tiene por
el dedo pulgar de la mano izquierda
nión como cosa cierta, en cuanto á teria próxima esencial y adecuada de cosa cierta que es de esencia de este
(tomo 2, núm. 133). L o mismo dice
que el crisma necessitate sacramenii este Sacramento es la unción con el Sacramento:
Scavini; y añade que es más probable
debe estar bendito por el Obispo; pero crisma, que el Obispo hace en forma i.° Que la unción con el crisma la opinión de los que dicen que tan
sobre si el Papa puede delegar esta de cruz en la frente del confirmando se haga en la frente (ex cap. único, sólo sería venial aun cuando sin causa
facultad de bendecir el crisma en un con el dedo pulgar de la mano dere- De sacr. Unct., y ex Decreto E u g e - usase de otro dedo, en lugar del pul-
simple sacerdote, añade que es cosa cha, extendiendo al mismo tiempo la nii I V ) . gar de la mano derecha ( t o m o 3, nú-
dudosa en la especulativa, pero que 2.° Que la unción se haga en for- mero 99 de la novísima edición). T o -
mano sobre la cabeza del confirmando
en la práctica se debe seguir (omnino) ma de cruz, como dice y prueba San- dos convienen en que el usar precisa-
cuando pronuncia la forma: Signo te
la opinión de los que dicen que no to T o m á s ( 3 - p - , q- 72), á quien si- | mente del dedo pulgar de la mano
signo crucis, et confinno te, etc. Esta a

puede (lib. 6, núm. 163). guieron comúnmente los teólogos.

doctrina está confirmada por Euge- derecha o solum ex ritu prasscripto
4.0
Para la validez de la Confir- nio I V , en su Decreto á los Armenios, 3.
0
Que la unción se haga inme- ab Ecclesia, et ex consuetudine ha-
mación es igual que el crisma se haya aprobado y publicado por el Concilio diatamente con la mano del Obispo, ¡ betur,» como dicen los Salmaticenses
consagrado en aquel año ó en el an- Florentino, y por Benedicto X I V en como afirman Suárez, L a Croix, los en el núm. 2 del capítulo citado.
terior; pero hay precepto grave (ex su encíclica de i . ° de Marzo de 1756, Salmaticenses (De Confirmat., cap. 2, E n cuanto á la cantidad del cris-
cap. Si quis, De Confirmat., dist. 4. ), que comienza Exquod primum. (Véase
a núm. 26), Silvio (in 3 . p. D i v i T h o - ma necesaria para la unción que
a

de que se use del consagrado en aquel á San L i g o r i o en el lib. 6, núm. 164,
año eclesiástico, como dice San L i - donde trata lata, sólida y erudita-
gorio, con la sentencia común, y por mente esta cuestión.)
esto en el Jueves Santo se quema el E s indudable que la materia pró-
antiguo. Benedicto X I V , en su cons- xima de este Sacramento no es la ex-
titución Cum ad, su fecha 9 de Enero tensión de las manos que el Obispo
de 1 7 4 1 , dice que sólo el Papa puede hace hacia los confirmandos al prin-
dispensar para usar del crisma con- cipio del rito sagrado, cuando dice:
sagrado en el año anterior, como lo Omnipotens sempiterne Deus, etc. La
hizo algunas veces para países r e m o - razón es, porque, como dice Bene-
tos. Cuando se terne que se acabe dicto X I V (De Synodo Dicecesana,
antes de tiempo el crisma de aquel lib. 1 3 , cap. 19), los Obispos tienen
mse, q. 72, art. 4); y , según estos hace el Obispo, dice San L i g o r i o en
autores, sería nulo el Sacramento si el mismo número: « E a sufficit et r e -
se hiciese la unción con una varita ó quiritur, quse satis sit ad ungendam
con otro instrumento, porque no se frontem confirmandi in figuram cru-
haría la imposición de la mano del j cis.» L o mismo dicen Suárez, los Sal-
ministro, que es esencial en este Sa- maticenses y otros.
cramento, al mismo tiempo que se
1755. P. ¿Cuál es la forma de
hace la unción y con la misma mano.
este Sacramento?
L a opinión más común afirma que R. E n la Iglesia griega es la s i -
el Obispo peca mortalmente si no ha- guiente: Signacuium doni Spiritas Sau-
ce la unción con el dedo pulgar de la cti E n la Iglesia latina es la que pone
mano derecha; pero Escobedo, T r u l - Santo T o m á s ( 3 . p., q. 72, art 4):
a

año, se puede mezclar en menor can- la costumbre (nemine contradicente) de lench, Ñ u ñ o , D i c a s t i l l o , Aversa y Consigno (ó signo) te signo crucis, et
tidad otro crisma no consagrado, y lo confirmar á los que vinieron al templo Tamburino dicen que es probable que confirmo te chrismate salláis, in nomine
mismo se puede hacer con el santo después de haberse dicho esta oración: tan sólo sería venial, si el Obispo hi- Patris , et Filii, et Spiritas Sancti.
óleo de los catecúmenos y con el de lo mismo dice San L i g o r i o (lib. 6, ciera la unción con otro dedo ; y San Amen.
os enfermos. núm. 167, hacia el fin), con la sen- Ligorio parece que se inclina á esta
R. ¿Cuáles son las palabras esen-
1753. P . ¿En qué se distingue opinión, pues á continuación dice así:
tencia común; y es evidente que si ciales en la forma de los latinos?
i86 LIBRO VI. TRATADO
R. E n primer lugar, conviene asen-
tar como doctrina corriente de los teó-
l o g o s que en la Iglesia griega es vá-
lida la Confirmación con la forma que
usa. E n el día todos reprueban la opi-
nión de V i v a , que duda de la validez
de la Confirmación en la Iglesia grie-
g a , porque en la forma que usa no
se expresa la Santísima T r i n i d a d :
i . ° Porque, como dice San L i g o r i o :
« N i m i s enim durum est dicere, quod
tota Ecclesia grseca hoc careat Sacra-
m e n t o . » a.° Porque este parecer de
V i v a es contra el unánime parecer de
los doctores teólogos, que en estas
materias certam fidem facit, como
prueba Melchor Cano (lib. 8 De Locis
Theologicis, cap. 4, conclus. 2 . et 3. ).
a a
3. Porque así lo declaró Urbano V I I I ,
0 sión de la Santísima Trinidad, afirma
como dice San L i g o r i o en el lugar ci-
tado. (Véase á Billuart, De Confirmat.
art. 6, dico 3.)
E n cuanto á la forma de los latinos,
hay opiniones. Grosin, que ha sido
tan popular en España, dice así: « E s
inútil disputar si esta ó la otra forma
de los latinos es necesaria necessitate
sacramenti; pues ni las palabras signo,
confirmo, ni el pronombre te, ni la in-
vocación de las Personas de la Santí-
sima Trinidad se hallan en la forma
de los griegos, y con todo se recono-
ce por válido el sacramento de la Con-
firmación administrado por ellos. Juz-
g a m o s que sería válida la Confirma-
ción en caso de que el latino usase
de la forma de los griegos. Signacu-
lum doni Spiritus Sancti.» ( T r a c t . I I I ,
cap. 1, preg. 9. ) L o mismo dice el
a nión de San L i g o r i o (lib. 6, núm. 168),
Sr. Sánchez en su Teología Moral,
trat. I I I , punt. 1, núm. 5. H e aquí
sus palabras: «Comparándolas dos for-
mas entre sí (la de los latinos y la de
los griegos), se podrá venir en cono-
cimiento de lo que tienen de común, y
es, por lo tanto, esencial. Lo que no
sea de común á las dos es sólo de necesi-
dad de precepto ó para lo lícito.»
N o convengo con Grosin ni con el
Sr. Sánchez. Y o no niego que esta
opinión tenga alguna probabilidad es-
III.
peculativa; pero tratándose de la v a -
lidez de un Sacramento por parte de
la f o r m a , tengo por cierto que en la
práctica se debería repetir sub conditio-
ne la Confirmación, si un Obispo lati-
no usase de la forma de los griegos,
diciendo solamente : Signaculutn doni
Spiritus Sancti.
Santo T o m á s pone la misma forma
de la Iglesia latina en el art. 4 de la
q. 72 de la 3 . parte; y si se reflexio-
a Ecclesia latina Sanctissima T r i n i t a s ,
nan sus palabras, en mi concepto tie-
ne por esenciales las palabras de la
forma confirmo te chrismate salutis, sig-
no te signo crucis, y la expresión de la
Santísima T r i n i d a d . S i l v i o , en el co-
mentario de este artículo, dice que
son esenciales; y en cuanto á la expre-
que es tan esencial como en la forma
del Bautismo: lo mismo dice expresa-
mente Bouvier (De Confirmat., cap 3,
petitur 2). E l cardenal Gousset (to-
mo 2, núm. 134) afirma que la ex-
presión de las tres divinas Personas,
las palabras signo te, e t c . , y confirmo
te, etc., son esenciales en la forma de
los latinos. L o mismo dice Billuart
(De Confirmat., art. 6), donde prueba
eruditamente esta opinión, y da solu-
ción cumplida al argumento de la for-
ma de los griegos; solución que adop-
taron después Bouvier (en el lugar
citado) y Scavini (tract. I X , disp. 3.",
cap. 1, qucer. 4), y que yo omito por
brevedad, porque puede verse en estos
autores.
P o r último, pondré la respetable opi-
que, según el Santo, es la doctrina co-
mún de los doctores. D i c e así: «Ilic
notandum cum Salm., ex cap. 2, nú-
mero 33, et communi doctorum quoad
formam (Confirmationis) substantia-
les esse, et sacramentum invalidare
omites mutationes sequentes, scilicet:
i . ° Si omittatur verbum signo, vel con-
firmo. 2. Si omittatur expressioSancth-
0
simes Trinitaiis. 3 . Si omittatur ver-
0
bum te. 4 . Si omittantur verba signo
0
crucis, vel chrismate salutis. Dicere au-
DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN. 187
tem corroboro pro confmno, esset m u -
tatio accidentalis, ut Salmanticenses
cum Soto et alus: sicut etiam dicere CAPÍTULO III
sancti ficationis pro salutis, ut Sanctus
DEL MINISTRO Y DEL SUJETO
T h o m a s , Valentía , Salmanticenses
DE LA CONFIRMACIÓN
cum alus communiter. Apud graecos
(núm 169), non minus quam apud la-
1756. E s de fe que sólo el Obis-
tinos, bene invocantur in hoc sacra-
po es el ministro ordinario de la Con-
mento Personas SantissimasTrinitatis,
firmación, como consta de la siguien-
cum tali tamen differentia, quod in
te definición dogmática del Tridenti-
no: « S i quis dixerit sanctae Confirma-
invocatur post unctionem, in graeca
tionis ordinarium ministrum non esse
vero invocatur antea in oratione prae-
solum Episcopum, sed quemvis s i m -
cedenti.»
plicem sacerdotem, anathema s i t . »
A la única razón de Grosin y de (Sesión 7. , can. 3.) a
Sánchez, á saber, que en la forma de
P. ¿Puede ser ministro extraordi-
los griegos no se dice sino Signacu-
nario de la Confirmación el simple
lum doni Spiritus Sancti, además de la ' sacerdote?
solución que dan San L i g o r i o , B i l -
R. V i v a , los Salmaticenses y algu-
luart y Bouvier, hay contra estos au-
nos otros autores dijeron que el Papa
tores un argumento concluyente ad
no puede delegar en un simple sacer-
hominem. Grosin y el Sr. Sánchez,
dote la potestad de confirmar; pero es
tratando de la materia esencial del sub-
cierto é indudable que puede. H e aquí
diaconado, dicen, con la sentencia co-
munísima, que es necesario tocar el la doctrina de Santo T o m á s : « P a p a
cáliz y la patena por lo menos: en el in Ecclesia habet plenitudinem po-
diaconado el libro de los E v a n g e l i o s ; testatis, ex qua potest queedam, qua?
y en el presbiterado el cáliz con vino sunt superiorum ordinum, committe-
y la patena con hostia. A h o r a bien: re quibusdam inferioribus, sicut qui-
nada de esto se necesita en la Iglesia busdam presbyteris concedit conferre
griega para la ordenación de los sub- minores ordines, quod pertinet ad po-
diáconos, de los diáconos y de los testatem episcopalem. E t ex hac ple-
presbíteros, porque con la sola impo- nitudine potestatis concessit Beatus
sición de las manos se completa la Gregorius Papa (lib. 3, epist. 26, in
materia de estos tres órdenes: luego, fine), quod simplices sacerdotes hoc
ó Grosin y Sánchez tienen que decir sacramentum (Confirmationis) con-
que la ordenación de los griegos es ferrent, quamdiu scandalum t o l l e r e -
nula (lo cual seria una temeridad), ó t u r » ( 3 . p., q. 72, art. 1 1 ad i . ) .
a u m
tienen que confesar que su argumen- San L i g o r i o (lib. 6, núm. 170) dice
to sobre la forma de la Confirmación que no se puede ya dudar de esta
de los latinos, tomado de la diferen- doctrina de Santo Tomás,, después de
cia de la forma de los g r i e g o s , no tie- la bula de Benedicto X I V , de 4 de
ne fuerza alguna. L o demás, véase M a y o de 1745 , que comienza Eo
en los teólogos escolásticos, especial- quamvis tempore (in Bullario, tomo 1,
mente en Billuart, el cual, de los au- pág. 5 1 1 , § 8 ) : «ubi Pontifex indul-
tores que he visto, es, en mi concep- sit ut cophtis sacerdotes missionarii
to, el que mejor trata esta cuestión. possint ministrare Confirmationem;
additque (Benedictus X I V ) hoc non
esse novum, sed usitatum a Sancto
Gregorio Magno, aliisque Pontifici-
bus. (Véase á Billuart, De Confirmat.,
art. 7, § 2), donde prueba erudita-
iSS LIBRO VI. T R A T A D O
mente esta materia, y nombra seis
Papas que delegaron esta potestad.)
Y o conozco á un religioso dominico
que hizo confirmaciones siendo s i m -
ple sacerdote y misionero en China,
y traté también á un párroco en M é -
jico que hacía confirmaciones por de-
legación pontificia.
Pero se ha de notar que si en la
Iglesia latina un simple sacerdote hi-
ciese confirmaciones sin delegación
del Papa, serían nulas, como lo prue-
ba Benedicto X I V en el lib. 7, De Sy-
nodo Dicecesana, capítulos 7 y 10. L a
razón es, porque para la validez de
este Sacramento no basta la potestad
de Orden, que sólo inchoative tiene el
simple sacerdote; se exige también la
delegación (que es acto de jurisdic-
ción), y el Papa se reservó á sí mismo
exclusivamente la facultad de delegar
esta jurisdicción. Se exceptúan los
presbíteros griegos que, vidente et non
contradicente Papa, confirman con la
sola delegación del Obispo, por la tá-
cita connivencia de los Romanos Pon-
tífices, como dice Benedicto X I V , en
el lugar citado.
1757. P. ¿Cómo peca el Obispo
que sin delegación expresa del Obispo
del territorio, ó del Capítulo, sede va-
cante , confirma en diócesis ajena,
aunque sea á sus propios subditos?
R. Peca mortalmente, y además
incurre ipso fado en suspensión a
pontificalibus, según el Tridentino (se •
sión 6 . Dereformai.,
a
cap. 5. ) (1).
0 differret circumire saltem per loca
P. ¿Puede un Obispo confirmar en
su diócesis á los subditos de otro
Obispo?
R. San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 1 7 3 ) ,
Gousset (tomo 2, núm. 142), Scavini
y otros, con la opinión común y más
probable notablemente, afirman que
puede lícitamente, porque esta es la
costumbre general, fundada en que se
presume el consentimiento del propio
(1) E s t a s u s p e n s i ó n está v i g e n t e des-
p u é s de la c o n s t i t u c i ó n Apostolices
de P í o I X .
III.
Obispo, con tal que no conste lo con-
trario (lib. 6, núm. 172).
1758. P. ¿Cómo peca el Obispo
que confirma fuera de la iglesia?
R. San L i g o r i o , siguiendo á Suá-
rez, los Salmaticenses, etc., dice que
tan sólo peca venialmente, aunque lo
haga sin causa; que si hay alguna
causa racional, como excesivo calor ó
mucho concurso de gente, no es cul-
pa alguna. E s t o es muy conforme á
la rúbrica del Pontifical R o m a n o , que
hablando de la Confirmación dice así:
« H o c Sacramentum potest conferri
minus solemniter quocumque die,
hora, et loco, ex causa, ad arbitrium
Episcopi.»
E s indudable que en el día no es
necesario que el confirmante esté en
ayunas; se puede igualmente confir-
mar en cualquier día festivo ó feria-
do, y en cualquier hora del día. Esta
es la costumbre generalmente admi-
tida, como afirman los Salmaticen-
ses; y lo mismo dicen San L i g o r i o ,
Gousset y Scavini, en los lugares ci-
tados.
1759. P. ¿Está obligado el Obis-
po á administrar este Sacramento á
sus diocesanos?
i¿. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 175)
dice que todos convienen en que el
Obispo peca mortalmente, si longo tem-
pore non confirmet. « H i n c dicit Croix
cum Dicast. peccare graviter Episco-
pum, qui per octo vel decem annos
praecipua, ut Palaus et Salmanticen-
ses; nisi excuset moralis impossibili-
tas. Si autem adsit justa causa, non
peccat qui differt per tres aut plures
annos. Croix cum Gobat, etc.»
San L i g o r i o dice también: « E p i s -
copus tenetur suis expensis circumire
ad confirmandum, ut Palaus et Croix,
qui tamen excipit cum Gobat, nisi sit
rationabilis consuetudo expensas exi-
g e n d i . » E l Santo, siguiendo á Lugo,
á los Salmaticenses y á otros, dice
que el Obispo no está obligado á ir á
Sedis
confirmar al moribundo que pide este
DEL SACRAMENTO DE LA
Sacramento, quia' excusat incommodi-
tas et communis praxis.
1760. P. ¿Quién es el sujeto ca-
paz de este Sacramento?
R. T o d a s y solas las personas bau-
tizadas que no están confirmadas. Si
son adultas, para lo válido es necesa-
rio que tengan intención de recibir
este Sacramento, y para lo lícito, que
estén en gracia.
1761. P. E l que se ha de con-
firmar y está en pecado mortal, ¿debe
confesarse?
R. E s mejor, pero no es de pre-
cepto; basta que se disponga por la
contrición: véase el núm. 1632. L a
confesión es sólo de consejo, como
dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 179),
con la opinión común; y se infiere ex
cap. Ut jejiini, dist. 5 . De consecrat.,
a
que dice: Ut moneantur confessionem
faceré prius. Esto mismo afirma el Ca-
tecismo de San P í o V por las siguien-
tes palabras: «Qui adulta j a m setate
confirmandi sunt, siquidem hujus
Sacramenti gratiam et dona consequi
cupiant, eos non solum fidem et p i e -
tatem afferre, sed graviora etiam pec-
cata, quae admiserunt, ex animo dole-
ré oporteat. Qua in re elaborandum
est, ut peccata etiam prius confitean-
tur, et pastorum cohortatione ad j e -
junia et alia pietatis opera suscipien-
da incitentur, admoneanturque lau-
dabilem illam antiquse Ecclesiae con-
suetudinem renovandam esse, ut non
nisi jejuni hoc Sacramentum sus-
ciperent: quod quidem fidelibus fa-
cile persuaderi posse existimandum
est,» etc. E n cuyas palabras se ve que
no se impone precepto de confesarse
ni de prepararse con ayunos, sino que
se aconseja ad melius esse.
E l Sr. Sánchez, en su Teología Mo-
ral (trat. I I I , núm. 2) dice así: « E l
adulto necesita estar en gracia por
medio de la confesión, y no siendo esto
posible, por la contrición para lo lí-
cito; » y cita en favor de esta opinión
á Santo T o m á s ( 3 . p . , q. 7 2 , art. 7
a su célebre obra De Synodo Dicecesana.,
ad 2 . ) ; pero Santo T o m á s no exige
u m
CONFIRMACIÓN 189
como cosa necesaria la confesión al
que está en pecado mortal, aunque le
sea posible, sino que le basta la virtud
de la contrición: nisi per pcenitenti.vn
reparatis; y lo prueba con la autoridad
del Concilio Aurelianense, que entre
otras cosas dice así: lUt moneantur
confessionem faceré prius, ut mundi do-
num Spiritus Sancti valeant accipe-
re.» E n la palabra moneantur no se
incluye precepto, sino aviso, persua-
sión y consejo. Esto se ha dicho para
evitar escrúpulos; porque en cuanto á
la práctica, conviene que los párrocos
procuren exhortar eficazmente á sus
feligreses á que se confiesen para re-
cibir la Confirmación, pero sin decir
que hay precepto de la confesión.
1762. P. ¿Se ha de administrar
la Confirmación á los infantes?
B . E n la Iglesia griega es costum-
bre administrar á los infantes la
Confirmación inmediatamente des-
pués del Bautismo. E n la Iglesia la-
tina, hasta el siglo X I I I , hubo c o s -
tumbre de administrar este Sacra-
mento en cualquier edad; pero poste-
riormente varió esta disciplina. H e
aquí lo que dice el Catecismo R o m a -
no: «Quare, si duodecimus annus e x -
pectandus non videatur, usque ad
septimum certe hoc Sacramentum
differre máxime convenit. Ñeque enim
Confirmatio ad salutis necessitatem
instituía est, sed ut ejus virtute opti-
me instructi et parati inveniremur,
quum nobis pro Christi fide pugnan-
dum esset, ad quod sane pugnas genus
pueros, qui adhuc usu rationis ca-
rent, nemo aptos esse judicarit.»
Benedicto X I V , en su constitución
129, que comienza Eo quamvis, dada
en 1745 (en el tomo 1 de su B u l a r i o ) ,
dice que la Iglesia romana abrogó en
un todo (prorsus) la costumbre anti-
gua, y que los decretos pontificios
ordenaron que no se confirmase á los
fieles hasta que pudiesen entender los
efectos de este Sacramento. P e r o en
compilada y publicada muchos años
 LIBRO VI. T R A T A D O III. DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN.

después de dicha constitución, mitigó mayor duda que para el bautismo, sarium non est, a nemine tamen prae- do además resisten positivamente:
ó explicó el sentido de lo allí dispues- como dice San L i g o r i o ( l i b . 6, núme- termitti debet.» «ad Confirmationem accederé renuunt
to. Dice ( y esta es hoy la opinión ro 1 7 8 , al fin), siguiendo á varios au- Esta opinión me hubiera parecido et n e g l i g u n t . » N o dice disyuntivamen-
común de Suárez, los Salmaticenses, tores. L a razón de exigirse mayor casi cierta, esto es, que per se no hay te «renuunt aut negligunt» ( c o m o
San L i g o r i o , e t c . ) , que, habiendo al- duda es , porque la Confirmación no pecado mortal en no recibir la Confir- equivocadamente traduce Gousset,
guna justa causa, se puede adminis- es de tanta necesidad como el B a u - mación sino en tres casos: cuando tomo 2, núm. 144: «si elles refusaient
trar lícitamente la Confirmación á los tismo. uno creyese firmemente que estaba en ou negligeaient de le r e c e v o i r » ) , sino
infantes, como si amenaza peligro de 1763. P. ¿Incurriría en irregula- peligro de perder la fe ó la caridad, si que dice conjuntivamente «renuunt ac
muerte á la criatura, ó el Obispo se ridad el Obispo que sin m o t i v o reite- no recibía este Sacramento; 2. , si 0
negligunt;» y sabido es que el verbo
ha de ausentar por mucho tiempo de rase la Confirmación de una persona no recibiéndole , hubiese escándalo; renuo no significa una mera omisión
la diócesis, aut ob aliam similem cau- ya confirmada? 3 . , si se omitiese por desprecio for-
0
por descuido ó pereza ó negligencia,
sam. R. Cometería un gravísimo sacri- mal. Pero como San L i g o r i o , Scavini, aunque sea voluntaria; significa ade-
E n España hay costumbre legíti- legio, pero no se lee que la Iglesia Gury y otros dicen que no se puede más resistencia positiva , ó contradic-
ma, general y muy antigua, de con- haya impuesto pena alguna; y es re- defender como suficientemente p r o - ción, etc.
firmar á los infantes; y del mismo gla general que no se debe admitir bable después de la bula de B e n e d i c - 3.0
N o puedo persuadirme de que
modo será lícito confirmarlos en otras irregularidad que no esté expresa en el to X I V Etsi pastoralis, tampoco yo la Benedicto X I V , tan mirado en sus de-
partes donde haya esa costumbre, derecho: esto es indudable. defiendo para la práctica. cisiones y tan a m i g o de dar las razo-
como dicen Soto, los Salmaticenses, E n esta bula (in Bullario, tomo 1, nes en que apoyaba sus resoluciones,
San L i g o r i o (en el lugar citado), y bula 57, § 3, núm. 4) el Papa habla hubiese querido decidir generalmente
otros. tan sólo de los confirmados inválida- de esta manera una cuestión tan difí-
CAPÍTULO IV mente por los presbíteros griegos, y cil y trascendental; porque no parece
L a Confirmación se da fructuosa-
mente á los infantes ; porque como D E L A N E C E S I D A D Y E F E C T O S D E LA dice de ellos: « M o n e n d i s u n t ab ordi- que era propio de aquel eminentísimo
produce la gracia ex opere operato , la nariis locorum eos gravis peccati reatu sabio decidir per transennam , sin ex-
CONFIRMACIÓN teneri, si (cum possint) ad confirma- poner razones y sin tratarse entonces
aumenta en los niños. Se da también
á l o s adultos moribundos, porque aun- tionem accederé renuunt et negligunt.» de este punto en general , la cuestión
que van á librarse con la muerte de los 1764. P. ¿Hay obligación grave No o b s t a n t e , dice S c a v i n i : « S u n t de la obligación que tenían todos los
combates espirituales , todavía les es de recibir el sacramento de la Confir- adhuc tamen qui tenent ea verba B e - fieles de confirmarse , declarando un
provechosa para confortarlos en aque- mación? nedicti X I V non concludere pro ómni- precepto grave , contra el sentir de
lla hora en que el demonio tienta á R. Santo T o m á s dice expresamen- bus: quia ( i n q u i u n t ) hic Pontifex tan- Santo T o m á s , del Catecismo R o m a -
los moribundos con mayor furor. A d e - te en varios lugares que la Confirma- tum loquitur de invalide confirmatis a no , de Soto , Suárez , S i l v i o y otros
más, conviene darles la Confirmación ción es convenientísima , pero que no presbyteris graséis , qui renuunt ad muchos gravísimos doctores que nie-
para que , c o m o dice Santo T o m á s es necesaria dum tamen non prcelermit- confirmationem de novoaccedere,qua- gan que haya per sueste precepto grave
( 3 . p., q. 72, art. 8 ad 4. ), «in re- tatur ex contemptu sacramenti (3. ' p.,
a 11111 a
si habeant validam primam; unde hic general; y Silvio ( 3 . p . , q. 72, art. 8)
a

surrectione perfecti appareant;» por- q. 72 , art. 1 ad 3 . ) : en el art. 8

u m
habetur ratio peculiaris.» (Tract. I X , dice que este era el común sentir de
que si bien no se condenarían mu- ad 4 . u m
dice el Santo que sería per- disp. 3, cap. 1, quxr. 2.) los teólogos (et alii communiter), si-
riendo sin ella, « nisi forte propter judicial si uno muriese sin este Sacra- Confieso que especulativamente me guiendo á Santo T o m á s .
contemptum , sed detrimentum per- mento, non quia damnaretur, nisi forte parece racional esta interpretación: 4.0
Si fuese general para todos los
fectionis paterentur: unde etiam pueri propter contemptum , sed quia detri- i.° Porque había en los confirma- fieles la declaración d e B e n e d i c t o X I V ,
confirmati decedentes majorem g l o - mentum perfectionis pateretur.» Lo dos inválidamente la errónea persua- de que todos sub gravi debían confir-
riam consequuntur , sicut et hic ma- mismo había dicho el Santo en la sión de que era válida la Confirma- marse , también sería general para
jorem obtinent g r a t i a m . » L o s confir- q. 65, art. 4, y en el lib. 4 de las Sen- ción administrada por los presbíteros todos los Obispos (y aun para los pá-
mados mueren con mayor perfección, tencias, dist. 7 . , q. i . , art. 1, quaes- griegos sin delegación alguna, y ésta rrocos) aquella cláusula del mismo
a a

porque el carácter que imprime la tiuncula 2. era la causa de su resistencia á confir- Papa: «Monendi sunt ab ordinariis loco-
Confirmación permanece en ellos en L o mismo que Santo T o m á s opi- marse otra vez por el Obispo. Había, rum eos gravis peccati reatu tene-
la otra vida. P o r esta misma razón se naron E s c o t o , Ricardo , A d r i a n o , el pues, una causa especial para que B e - ri,» etc.; y no se ve que esta admoni-
debe confirmar también á los perpetuo Panormitano, Victoria, Soto, Suárez, nedicto X I V les declarase que, obran- ción general se haga por los Obispos
ámenles, como dice San L i g o r i o (lib. 6, N a v a r r o , Valencia, los Salmaticenses, do de esta manera , pecaban mortal- ni por los párrocos. H e expuesto mi
núm. 180), con la opinión común. Roncaglia y otros. E l Catecismo Ro- mente. parecer, especulativamente hablando;
Cuando hay duda sobre si una per- mano ( p . 2 . , De Confirmat.,
a
núme- 2.0
Benedicto X I V no dice que pues en cuanto á la práctica, no ms
sona está confirmada, se la puede c o n - ro 16) dice que este Sacramento no es pecan mortalmente si no se confirman atrevo á apartarme de San L i g o r i o ,
firmar sub conditione; pero se necesita de necesidad: «Quamquam vero neces- meramente por negligencia , sino cuan- B o u v i e r , G o u s s e t , S;avini y Gury.
192 LIBRO VI. TRATADO
Fuera de desear que alguna persona
autorizada (como lo son todos los se-
ñores Obispos) pidiera á R o m a la ex-
plicación de las palabras de Bene-
dicto X I V .
1 7 6 5 . Son ciertísimas las siguien-
tes palabras de Bouvier: «Apttd omnes
constat eum mortaliter peccaturum qui
hoc Sacramentum ex contemptu non
susciperet, propter irreverentiam erga
rem sacram gravis momenti;» pero
tengo por del todo infundado lo que
dice después: «jfudicaretur autem con-
temptus, inquit Scotus (apud Ferra-
ris, art. 3, núm. 2), si, omnimode
opportunitate oblata, non suspipere-
tur.» ( T o m o 2, De Confirmat., cap. 6,
núm. 3.) Esta opinión de Escoto y de
algunos otros, si fuese cierta, llenaría
el mundo de nuevos pecados mortales.
Si bastase para el contemplas ó despre-
cio formal lo que dice Escoto , se se-
guiría que pecaba mortalmente el que,
omnimode opportunitate oblata, no cum-
plía por pereza una cosa que tan sólo
le obligaba bajo culpa v e n i a l ; faltar,
por ejemplo , á un salmo de P r i m a .
D i r é más: pecaría mortalmente el que,
omnimode opportunitate oblata, rehu-
sase tomar agua bendita al entrar en
el templo. L a razón e s , porque el de-
jar por desprecio formal un salmo de
Prima, es culpa grave; y también lo es
si una persona , por desprecio formal
del agua bendita , no la tomase al en-
trar en el templo.
Por desprecio formal, dice Santo
T o m á s , á quien siguieron comunmen-
te los teólogos , he aquí lo que se en-
tiende : «Non est contemptus ex hoc
quod aliquis non curat accipere Sacra-
mentum, quod non est de necessitate
salutis (3. p., q. 65, art. 4): alioquin
a
omnes qui non accipiunt ordinem , et
qui non contrahunt matrimonium,
contemnerent hujusmodi Sacramen-
ta.» N o hay desprecio formal , aun
cuando se falte con.plena adverten-
cia, ó por mera pereza , ó por temor,
ó por vergüenza, ó por ira, ó por gula
ú otra causa semejante: para despre-
III.
cio formal es necesario que la trans-
gresión ú omisión voluntaria provenga
de no querer estar sujeto al legislador ó
á la ley , y que este sea el motivo de la
transgresión ú omisión. Ale explicaré
con un ejemplo sencillo. L a regla y
constituciones de los religiosos domi-
nicos , por sí mismas , no obligan á
culpa alguna, si no interviene precepto
formal ó desprecio formal. Ahora bien;
si un religioso dominico falta á un
ayuno que es de mera constitución de
su Orden, no pecará mortalmente , si
no lo hace por desprecio formal , esto
es, porque no quiere estar sujeto á las
leyes que profesó: pecará venialmente
si falta al ayuno por gula , contra la
virtud de la templanza. Apliqúese esta
doctrina á otros casos semejantes.
C o m o la opinión de E s c o t o ha in-
ducido á muchos á un error trascen-
dental , aunque ya en el n ú m . 182
traté con alguna extensión esta m a t e -
ria, creo conveniente trasladar literal-
mente lo que dice Santo T o m á s en la
2 . 2. ", q. 186 , art. 9 ad 3." , por-
a a 111
que con su acostumbrado laconismo
y solidez explica angélicamente esta
oscura materia. D i c e así: « A d tertium
dicendum, quod tune committit ali-
quis vel transgreditur ex contemptu,
quando voluntas ejus renuit subjici ordi-
nationi legis vel regula, et ex hoc proce-
dit ad faciendum contra legem vel re-
gulam. Quando autem e converso
propter aliquam particularem causam
(puta concupiscentiam vel iram) in-
ducitur ad aliquid faciendum contra
statuta legis vel regulas, non peccat
ex contemptu, sed ex aliqua alia cau-
sa, etiamsi frequenter ex eadem causa
vel alia simile peccatum iteret. Sicut
et Augustinus dicit in libro De Natu-
ra et Gratia, quod non omnia peccata
committuntur ex contemptu super-
biae. Frequentia tamen.peccati dispo-
sitive inducit ad contemptum, secun-
dum illud Proverbiorum, 18: Impius,
cum in profundum venerit peccatorum,
contemnit.»
E l Tridentino ordena que no reci-
D E L SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN.
*93
ban la prima tonsura los que no estén
dijo del Bautismo. (Véase el n ú m e -
confirmados: « P r i m a tonsura non in-
ro 1738.) Para que los padrinos c o n -
itientur qui sacramentum Confirma-
traigan esta cognación es necesario
tionis non susceperint.» (Sess. 23,
que toquen al confirmando.
cap. 4, De reformat.) E l Sr. Sánchez
(trat. I I I , punt. 2, núm. 3) dice a s í : '
«Este Sacramento es de precepto e c l e - 1
CAPÍTULO V
siástico para todos los que se dedican
1
al sacerdocio. Y hasta tal punto les
es necesario, que no pueden recibir D E LAS CEREMONIAS D E LA
ni aun la primera tonsura... sin estar CONFIRMACIÓN
confirmados.» San L i g o r i o dice que
es sentencia comunísima (communis- 1767. E n cuanto á las ceremo-
sime) que las palabras del Tridenti- I nias de la Confirmación, véase el
no no incluyen obligación grave ni ! Pontifical R o m a n o ; tan sólo hablaré
precepto riguroso, y que así lo ha in- de algunas más principales. Gousset
terpretado la costumbre. Cita, entre las explica circunstanciadamente en
otros, á Cayetano, Victoria, N a v a r r o , el tomo 2, desde el núm. 156.
Soto, Suárez, Palao, los Salmaticen- i.° L a Sagrada Congregación de
ses, T a m b u r i n o , Valencia, etc. S c a - Propaganda Pide, en 7 de Diciembre
vini dice que esta es sentencia comu- de 1726, declaró que no es necesario
nísima, y lo mismo respecto de los que el Obispo tenga puesta la mitra
otros órdenes» (tract. X I , disp. u n i c , mientras administra la Confirmación.
cap. 3, núm. 2, queer. 1). E s verdad T a m p o c o es necesario que tenga el
que, según San L i g o r i o , sería falta báculo en la mano izquierda; basta
venial recibir los órdenes sin haber que esté expuesto al público, ó que le
recibido antes la Confirmación, y tam- tenga un clérigo.
bién lo es que los Obispos no admiten 0
2. San L i g o r i o , con la opinión
á los órdenes al que no está confir- común, dice que se requiere que en
mado. la Confirmación haya padrino. E n el
Bautismo puede haber dos, según el
1766. P . ¿Qué efectos causa la Tridentino; pero como nada dijo r e s -
Confirmación?
pecto de la Confirmación, no puede
R. i . ° S i s e recibe en gracia, cau- haber sino uno, que es lo dispuesto
sa per se aumento de gracia santifi- por el derecho canónico antiguo, el
cante, como todos los Sacramentos cual, como no fué reformado, está v i -
de vivos. Per accidens causa primera gente en esta parte. L o s padres t i e -
gracia, del modo que dice Santo T o - nen el derecho de nombrar los padri-
más (3. p., q. 72, art. 7 ad 2 . ) . nos, y en su defecto el Obispo; pero
a u m
Véase lo que se dice en el núm. 1828. como en las confirmaciones generales
2. Causa una gracia especial sacra- concurre mucha gente , el Obispo
0
mental; porque, como dice el Santo nombra los padrinos. Para evitar i n -
Doctor, datur Spiritus Sanclus ad ro- convenientes para el matrimonio por
bar. Estos dos efectos los expresó parte del parentesco espiritual entre
San Hilario de Arles cuando dijo que los padrinos y los confirmados, el
la Confirmación causat gratiam aug- Pontifical R o m a n o ordena que para
menti et roboris. 3 . Imprime carácter, los varones se nombre padrino, y
0
como lo definió el Tridentino (ses. 7. , ! para las hembras madrina.
a
can. 9), y así no se puede reiterar.
* Invaluerat olim usus in Dicecesi
4'° Causa cognación espiritual in pri-
Fesulana ( F i e s o l e ) , et unus patrinus
ma et secunda specie (ex cap. Veniens,
pro ómnibus masculis, et una matrina
decognat. spirit.), del modo que se ¡
pro ómnibus fceminis a parocho, vel
TOMO II.
'3
194 LIBRO VI. TRATADO III. DE LA EUCARISTÍA.
195
ab Episcopo deputaretur. E x quo cum ¡ ciant; pues aunque este texto tan sólo pie sobre el pie derecho de la madrina. L a y m . , B o n a c , P a l a o , et H e n r . E x -
evenisset, ut filii spirituales; ut plu- habla expresamente del Bautismo, E l cardenal Gousset ( t o m o 2, nú- cipiunt tamen Aversa et Synodus Co-
rimum, non cognoscerent patrinos, mas, como dice el Santo siguiendo á mero 159) dice que en muchas dióce- loniensis, si confirmatus non sit i n -
nec patrini filios spirituales; proposi- Cóncina y á otros muchos graves sis de Francia no hay costumbre en structus, et alius desit.» ( L i b . 6, n ú -
tum est sequens dubium: A n et quo- autores, el Ritual R o m a n o que exclu- el día de admitir padrino ni madrina mero 187.)
modo probandus sit usus Fesulame ye, como se ha dicho, no sólo á los en la Confirmación. N o expresa el
7. 0
E l párroco tendrá cuidado es-
dicecesis in casu? E t S. C. Conc. 12 monjes, sino también á todos los re- motivo; me parece que aquellas pa-
pecial de asentar en un libro los nom-
Julii 1823, respondit: « N o n esse pro- ligiosos de cualquier orden regular labras en el día tal vez denoten que
bres y apellidos de los confirmados:
bandum, sed tolerandum in casu ne- para ser padrinos del bautismo: nec alii esto se hizo después de la revolución
i . ° , para evitar que se vuelvan á con-
cessitatis ab Episcopo judicandas ad cujusvis ordinis regulares (tít. De pa- espantosa que tuvo allí lugar, para
firmar los que recibieron en la infan-
formam Pontificalis R o m a n i . » F o r - tria, in Bapt.), se entiende que habla evitar los graves compromisos en que
cia este Sacramento; 2. , para que 0

ma autem haec est: «Nullus praesen- también de la Confirmación, por ser habían de hallarse los párrocos al
conste el impedimento dirimente de
tet nisi unum aut dúos, non plures, idéntica la razón; y así tiene lugar verse precisados á rechazar á muchos
matrimonio entre el padrino y la
nisi aliter necessitas suadeat arbitrio aquel axioma del derecho: « U b i eadem que por su indignidad no podían ser
madre del confirmado, y entre la ma-
Episcopi.» Si Episcopus velit non est ratio adeequata legis, ibi eadem padrinos. Busembau es de opinión
drina y el padre de la confirmada,
tantum ministri, sed etiam patrini currit legis dispositio,» como dice el que los padrinos de la Confirmación
por la cognación espiritual; además,
officium gerere, gerat officium patrini Santo (Homo apostólicas, tract. 2, no tienen obligación de instruir al
I para que, si es varón el confirmado y
per procuratorem (S. R i t . C. 14 [un. núm. 78; et tract. X I V , núm. 51). confirmado; y San L i g o r i o añade:
quiere ordenarse, haya constancia de
1873 in Policastren). ( V é a s e Alare, San L i g o r i o añade, en el último lu- « Ut dicunt etiam Salmant. cum
I la Confirmación.
t. 11, núm. 1506.) * gar, que Castropalao, Barbosa, Spo-
3.
0
E l padrino ó madrina de la rer, etc., dicen que si el confirmando
Corfimación debe sub gravi estar con- es religioso, bien puede ser padrino
firmado, según dice San L i g o r i o ( l i - otro religioso. Aquí se ha de notar
bro 6, núm. 186), citando á Cóncina que si á un religioso le hacen Obispo,
TRATADO CUARTO
y á la sentencia común. Si no estu- bien puede ser padrino de la Confir-
viese confirmado, es probable que mación y del Bautismo. De la Eucaristía.
contraería cognación espiritual, dice 0
5. Según San L i g o r i o y la sen-
San L i g o r i o ; aunque tiene por más tencia común, el que fué padrino de
probable la opinión de los que dicen una persona en el Bautismo, no pue- 1769. L a Eucaristía, como dice fortitudiue cibi illius... usque ad mon-
que no la contraería, porque así lo de serlo en la Confirmación; pero el Santo T o m á s ( 3 . p., q. 73, art. 4),
a
teen Dei.ii ( I I I R e g . , cap. 19, v. 8.)
declaró la Sagrada Congregación del Santo añade en el citado núm. 51: tiene varios nombres. S i llama sacri- Se llama Eucaristía, esto es , buena
Concilio en 13 de Junio de 1654, la l « E x c i p i t L a Croix cum Sylvestro et ficio, en cuanto es conmemoración del gracia, ya porque causa la gracia, ya
cual respondió: «Non confirmatum sus- iSynodo Coloniensi, nisi adsit justa sacrificio de la pasión de Cristo. Se porque contiene á Jesucristo, fuente
cipientem confirmandum non contra- I causa in contrarium.» llama comunión, en cuanto al que la de la gracia, y ya porque Jesucristo,
liere cognationem spiritualem.» 6.° Aunque el Pontifical Romano recibe le incorpora espiritualmente al instituirla, dio gracias á su Padre
* « V e r u m , quia contingere potest, ordena que el confirmando (si es con Cristo : « Qui manducat meam celestial, como lo hacen también los
ut in locis Missionum nullus adsit, j adulto) ponga un pie sobre el pie de- carnem et bibit meum sanguinem, in sacerdotes antes del ofertorio: Quid
qui antea confirmatus fuerit, permitti- recho del padrino, San L i g o r i o dice me manet, et ego in tilo» (Joann., ca- relribnam Domino pro ómnibus quee re-
tur in hoc casu, ut aliqui sine patrino que, como rectamente afirma Cónci- pítulo 6, v. 57); y además une á los tribuit mihi? Por brevedad omito otros
confirmentur, qui postea patrini ccete- na (lib. 2, De Bapt. et Confirmal., fieles entre si por medio de una per- i nombres de este augusto Sacramento,
rorum esse poterunt.» (Instr. S. C. diss. 2. , cap. 7, núm. 3), en el día
a
fecta caridad fraterna, c o m o dice el que pueden verse en los teólogos.
P r o p . F i d e , 4 Maii 1774.) ( M a r c , es costumbre general que el padiino Apóstol: «Unus pañis, unum corpus I
L a Eucaristía puede considerarse,
tomo 11, n. 1504 en la nota). * ponga su mano derecha sobre el hom- multi sumus, omnes qui de uno pane ¡
ó como Sacramento, ó como sacrifi-
1768. 0
4 . San L i g o r i o , Sánchez, bro derecho del adulto confirmando; participamus.» ( I ad Corinth., ca-
cio: como Sacramento santifica á los
los Salmaticenses y la opinión común cuya costumbre fué aprobada por la pítulo 10, v . 17.) Se llama Viático,
que le reciben; como sacrificio, aplaca
dicen que los monjes y los religiosos, Sagrada Congregación de Ritos en porque con la gracia que causa forta-
á D i o s y le da culto; y como dice el
aunque sean mendicantes, no pueden 20 de Septiembre de 1749. Cóncina lece y prepara á los fieles para cami-
Catecismo R o m a n o : «Differunt autem
ser padrinos, por estar prohibido por dice también: «Patrini in brachiis te- nar hasta entrar en la g l o r i a ; y por
plurimum inter se has dupe rationes:
el derecho canónico (cap. Monachi nere infantem debent.» esto era figura de la Eucaristía el pan
Sacramentum enim consecratione per-
104, dist. 4. De consecraí.): Monachi E n cuanto á la madrina, se observa cocido al rescoldo que comió Elias:
ficitur: omnis vero sacrificii vis in eo
sibi compatres commatresque non fa- que la confirmanda adulta pone un «Comedit, et bibit, et ambulavit in
est, ut offeratur; quare sacra E u c h a -
196 LIBRO VI. TRATADO
ristia, dum in pyxide continetur, vel
ad aegrum defertur, Sacramenti, non
sacrificii rationem habet. Deinde, ut
Sacramentum est, iis, qui divinam
Hostiam s u m u n t , meriti causam
affert... U t autem sacrificium est, non
merendi solum, sed satisfaciendi quo-
IV.
que efficientiam continet.» (Part. 2 . .
De Ruchar, sacram., núm. 71.)
D i v i d i r é el presente tratado en dos
partes: la primera tratará de la Euca-
ristía como Sacramento, y la segunda
de la Eucaristía como sacrificio.
DE LA
a
ter vero et ipsum Domini corpus et
sanguis, quod, in Eucharistia conti-
netur, Sacramentum vocari consuevit.
Verum hcec omnia minus proprie dici
Sacramenta perspicuum est: ipsez autem
pañis et vini species verain et absolutam
hujus nominis (Sacramenti) rationem
habent.» (Part. 2 . , De sacram. Ruchar.,
a
EUCARISTÍA. 197
la Eucaristía se contiene Cristo sus-
tancialmente, mas en los otros Sacra-
mentos tan sólo se contiene una
virtud instrumental participada de
Cristo.
2. a
Porque todos los otros Sacra-
mentos se ordenan á la Eucaristía

como á fin, como lo prueba el A n g é -

núm. 8.) lico en el lugar citado.
Billuart trata eruditamente esta 3.a
Porque casi todos ellos se con-
PARTE PRIMERA cuestión (De Euchar., diss. 2. , art. 1,
a
suman en la Eucaristía.
§ 2 Consectaria), y defiende la opinión E s de fe que la Eucaristía es ver-
De la Eucaristía como sacramento. de Santo T o m á s y del Catecismo dadero Sacramento instituido por Je-
Romano. sucristo: así lo definieron el Florenti-
Busembau procedió con alguna l i - no, (in Decreto ad Ármenos) y el T r i -
gereza é inexactitud, cuando asentó dentino (ses. 7. , can. 1).
a

CAPÍTULO PRIMERO
NATURALEZA, DIGNIDAD É INSTITUCIÓN
D E L SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
1770. P. ¿Qué es Eucaristía c o -
mo sacramento?
R. T i e n e dos definiciones; una me-
tafísica y otra física,
L a metafísica es: ('Sacramentum
nova? legis a Christo D o m i n o institu-
sembau y otros. San L i g o r i o , des-
pués de exponer las razones de am-
bas partes, concluye así: «Utraque
sententia est probabilis.» ( L i b . 6,
n ú m . 190.)
Para aclarar algún tanto esta oscu-
ra cuestión, se ha de presuponer que
en cada Sacramento se pueden consi-
derar tres cosas: sacramentum tantum,
• res tantum, et sacramentum etressimul.
«Sacramentum tantum est illud quod
significat et non significatur. Res tan-
las siguientes palabras (véase á San
L i g o r i o , lib. 6, núm. 190): « í t e mcramento?
falsum est quod docent Marsilius et
Sotus, solas species constituere hoc
Sacramentum, quia Eucharistia est
cibus ccelestis; tum quia adorari de-
bet latría, ut docet Tridentinum.» Si
Busembau hubiera leído con atención
á Soto (in 4 Sent., dist. 8, q. u n i c ,
art. 1), hubiera visto que el sapientí-
simo doctor del Tridentino explicó
sólidamente esta materia. Allí dice
P. ¿ L a Eucaristía es un solo Sa-
R. T o d o s los teólogos, siguiendo á
Santo T o m á s , dicen que es un solo
Sacramento; porque el cuerpo y la
sangre de Cristo se ordenan á una
sola refección espiritual, así como la
refección corporal es una sola, aunque
hay comida y bebida: « H o c (Eucha-
ristia?) Sacramentum multa quidem
est materialiter, sed unum formaliter
et perfective» ( 3 . p., q. 73, art. 2).
a

; tum est id quod significatur et non
t u m , causativum gratia? cibativas.»
significat. Sacramentum ac res simul
L a palabra cibativm es la diferencia
est id quod significatur ab uno, et
de esta definición; porque es peculiar
significat aliud.»
á este Sacramento causar gracia por
Santo T o m á s , aplicando el párrafo
vía de alimento y refección espiritual de
anterior á la Eucaristía, dice así: « I n
nuestras almas: las otras palabras son
hoc Sacramento, tria considerare pos-
el género en que, como queda dicho,
sumus; scilicet, id quod est Sacra-
que adoramos con culto de latría las
1773. P. El sacramento de la
especies sacramentales, quaUnus conti-
Eucaristía ¿consiste en una cosa per-
nent corpus Christi; y en este sentido
manente, ó sólo en una acción tran-
dijo Santo T o m á s que las especies
seúnte?
sacramentales causan la gracia ciba-
R. E s de fe que consiste en una
tiva «secundum quod ex speciebus et
corpore Christi fit unum Sacramenr- cosa permanente; á diferencia de los
tum» (in 4 Sent., dist. 8, q. 1. , art. 1, otros Sacramentos, que consisten en
a

convienen todos los Sacramentos.

mentum tantum, quod est pañis et sol. i . ad 2 . " , y 3.' p., q. 73, art. 1); su uso, y tan luego como termina la
a m 1

L a definición física de la Eucaris-

vinum (esto es, las especies de pan y si bien in recto la esencia de este Sa- acción del ministro, dejan de existir.
tía es: «Species pañis et vini, conse-
v i n o ) ; et id quod est res et sacramen- cramento consiste en las especies sa- He aquí la definición dogmática del
crata? sub proscripta verborum for-
tum, scilicet, corpus Christi verum; cramentales, et in obliquo en el cuerpo Tridentino: « S i quis dixerit, peracta
ma, quatenus realitercontinent corpus
et quod est res tantum, scilicet, effe- de Cristo, como queda probado por consecratione, in admirabili Eucha-
et sanguinem Christi ad spiritualem la autoridad del Catecismo R o m a n o , ristia? Sacramento non esse corpus et
ctus hujus sacramenti» ( 3 . p., q. 73,
a

fidelium nutritionem.»
1771. E n este lugar mueven los
teólogos una gran cuestión sobre si la
esencia del sacramento de la Eucaris-
tía consiste in, recto en solas las espe-
cies sacramentales, et in obliquo en el
cuerpo de Cristo, como opinan Soto,
Gonet, los Salmaticenses y otros, ó si
art. 6).
E l Catecismo R o m a n o enseña ex-
presamente la opinión de Soto, pues
dice así: Sed illud diligenter pastori-
bus observandum est, multa in hoc
(Eucharistia?) mysterio esse, quibus
aliquando Sacramenti nomen sacri
de Santo T o m á s , Soto , etc. Unus- sanguinem Domini nostri Jesuchristi,
qmsque in sensu suo abundet. sed tantum in usu, dum sumitur, non
autem ante vel post; et in Hostiis seu
1772. E n cuanto á la dignidad, particulis consecratis, quse post com-
es indudable que la Eucaristía excede munionem reservantur, vel supersunt,
incomparablemente á todos los otros non remanere verum corpus Domini,
Sacramentos, como dice Santo T o - anathema sit.» (Ses. 13, can. 4.)
más (3. p., q. 65, art. 3), por tres
a

1774. P. Supuesto el d o g m a ca-

consiste igualmente en las dos cosas, scriptores tribuerunt. Interdum enim razones:
tólico de la presencia real y permanen-
¡ et consecratio et perceptio, frequen- 1. Por lo que contiene, pues en te del cuerpo y sangre de Cristo en la
como opinan Suárez, V á z q u e z , B u - a
 LIBRO VI. TRATADO IV.
Eucaristía, ¿es también de fe que no mirable y singular conversión . He
permanecen en ella el pan y el vino, aquí el profundo raciocinio del Angé-
sino tan sólo las especies de pan y lico Maestro: « L o s agentes creados
vino? no pueden hacer sino conversiones
R. E s también dogma de fe defi- formales, esto es, hacer que la mate-
nido por el Tridentino: « S i quis di- ria que, por ejemplo, tenía la forma
xerit in sacrosancto Eucharistias Sa- de aceite ó de aire, por la virtud acti-
cramento remanere substantiam pañis va del fuego reciba la forma de fuego;
et vini una cum corpore et sanguine pero no pueden hacer conversiones
Domini nostri Jesuchristi; negaverit- \substanciales, esto e s , «ut Iota sub-
que mirabilem et singularem conver- stantia, v. gr., hujus aquse convertatur
sionem tolius substantias pañis in cor- in totam substantiam illius ignis.» La
pus, et totius substantias vini in san- razón es, dice el Santo Doctor, por-
g u i n e m , manentibus ditmtaxat spe- que el agente creado «est determina-
ciebus pañis et vini, quam quidem tum in suo actu, cum sit determinad
conversionem catholica Ecclesia ap- generis et speciei. Sed Deus est actus
tissime transubstantiationem appellat, infinitus; unde ejus actio se extendit
anathema sit.» ( S e s . 13, can. 2 . ) ad totam naturam entis. N o n igitur
solum potest perficere conversionem
Scavini (edición de 1S65, tomo 3,
formalem, ut, scilicet, diversas formas
DE LA EUCARISTÍA. 199
1776. P . ¿Está Jesucristo todo Personas in alia cohabitatio:» el Pa-
entero en la Eucaristía? dre y el Espíritu Santo están en las
R. Ex vi verborum sólo se pone el especies sacramentales con el H i j o de
cuerpo de Cristo bajo las especies de Dios humanado.
pan, y su sangre bajo las especies de 1777. P. ¿Cómo está todo Cristo
vino: la razón es, porque en fuerza ó bajo todas y cada una d é l a s partes de
virtud de las palabras tan sólo se pone las especies sacramentales del pan y
en el Sacramento lo que se expresa del vino?
por las palabras de la forma; pero co- R. H e aquí la angélica respuesta
mo en cada una de las dos especies de Santo T o m á s : «Quia in hoc Sa-
está realmente Cristo Dios y H o m b r e cramento substantia corporis Christi
verdadero, v i v o , impasible é inmor- est ex vi sacramenii, quantitas autem
tal, de aquí es que bajo las especies dimensiva ex vi realis concomitantias,
sacramentales del pan no sólo está ideo corpus Christi est in hoc Sacra-
la sustancia del cuerpo de Cristo , mento per modum substantice, id est,
sino que están también su sangre, y i per modum quo substantia est sub
además su cuantidad dimensiva y los dimensionibus, non autem per m o -
otros accidentes (ex vi realis concojni- dum dimensionum, id est, non per
tanticB) por concomitancia inmediata modum illum, quo quantitas dimensi-
(3. p., q. 7 6 , art. 3).
a

va alicujus corporis est sub quantitate

pág. 2 0 0 ) dice que, después de la Bula
sibi in eodem subjecto succedant, sed
dogmática Auctorem fidei, cree que se Como Jesucristo está allí v i v o , co- dimensiva loci. Manifestum est autem
conversionem totius entis; ut, scilicet,
deben enmendar los Catecismos de mo dice el Tridentino (sess. 13, ca- quod natura substantias tota est sub
tota substantia hujus convertatur in
las diócesis que no ponen la palabra pítulo 3 , De Euchar.), el alma santí- qualibet parte dimensionum, sub qui-
totatn substantiam illius. E t hoc agi-
transubstanciación, porque la omisión sima de Cristo está también unida bus continetur; sicut sub qualibet
tur divina virtute in hoc Sacramento;
parecería sospechosa. Con la venia de naturalmente á su cuerpo; ó como de- parte aeris est tota natura aeris, et
nam iota substantia pañis convertitur
Scavini, yo creo que si bien esta pa- finió el Tridentino en el capítulo ci- sub qualibet parte pañis est tota na-
in totam substantiam corporis Christi,
labra transubstanciación la deben re- tado: «Semper hsec fides in Ecclesia tura pañis: et hoc indifferenter, sive
et tota substantia vini in totam sub-
petir los teólogos en sus escritos, pero Dei fuit, statim post consecrationem sint dimensiones actu divisa? (sicut
stantiam sanguinis Christi» ( 3 . p.,
a

como el pueblo no entiende su sig- verum Domini nostri corpus , verum- cum aer dividitur, vel pañis secatur),
q. 75, art. 4). Pero no por ser tan ad-
nificación, me parece más conveniente que ejus sanguinem sub pañis et vini vel etiam sint actu indivisas, divisibi-
mirable esta transubstanciación, debe
no introducirla en los Catecismos po- specie, una cum ipsius anima et divi- I les vero potentia. E t ideo manifestum
ser menos creíble para nosotros:
pulares antiguos, porque los fieles en- nitate existere; sed corpus quidem sub est, quod totus Christus est sub qua-
tienden mejor el lenguaje del Triden- i.° Porque nos basta que Dios lo specie pañis, et sanguinem sub vini libet parte specierum pañis, etiam
tino: «Conversión de toda la sustancia haya revelado y nos lo haya manifes- specie, ex vi verborum: ipsum autem Hostia integra manente. et non so-
de pan en el cuerpo de Cristo, y de tado por medio de su infalible Iglesia. corpus sub specie vini, et sanguinem lum cum frangitur» (3 a
p., q, 76,
toda la sustancia de vino en la sangre 0
2. Porque si no podemos com- sub specie pañis, animamque sub art. 3).
de Cristo,» que la palabra transubs- prender cómo el pan y demás alimen- utraque, vi naturalis illius connexio-
Pero se ha de notar que antes de
tanciación: así vemos que la Iglesia to que toman las madres se convierte nis, et concomitantias, qua partes
dividirse la Hostia consagrada ó el
añadió en el Símbolo de la Misa mu- en carne, sangre, ojos y demás miem- Christi D o m i n i , qui j a m ex mortuis
continuo de las especies del vino, no se
chas palabras, pero no inmutó el Cre- bros del feto que llevan en su vientre, resurrexit, non amplius moriturus (ad
multiplica la presencia de Cristo, sino
do que rezan los fieles. Hablando de ¿cómo comprenderemos la maravillo- Rom., cap. 6, v. 9), inter se copulen-
cuando y cuantas veces se dividan las
la tercera Persona de la Santísima sa y singular transubstanciación del tur.» Está la persona del H i j o de
especies; porque como allí dice Santo
T r i n i d a d , los Catecismos españoles pan en cuerpo y del vino en sangre de Dios, y por consiguiente el Padre y
T o m á s (ad i . ) , «numerus sequitur
u m

se contentaron con decir que el Espí- Cristo? Mas, como dice San Ambro- el Espíritu Santo: el Hijo de Dios,
divisionem. E t ideo quaindiu'quantitas
ritu Santo es Dios, sin añadir: Qui cum sio, el que pudo hacer que lo que era «propter admirabilem illam ejus cum
manet indivisa actu, nec substantia ali-
Fatre ei Filio simid adoratur et conglo- nada existiese, también puede hacer corpore et anima hypostalicam unio-
cujus rei est pluries sub dimensioni-
rifica tur. que lo que existe se convierta en otra nem.\i C o m o las tres divinas Personas
bus propriis, nec corpus Christi sub
cosa que no era antes: «Qui potuit ex tienen una misma esencia y se iden-
1 7 7 5 . L a transubstanciación que dimensionibus pañis; et per consequens
nihilo faceré quod non erat, non po- tifican con ella, son inseparables per
se verifica en la Eucaristía es obra ñeque infinities, sed toties in quot par-
test ea quas sunt in id mutare quod
c
ircumitisessionem, como dicen los teó-
exclusiva de la divina omnipotencia, tes dividitur.»
non erat?» (De Initiandis, cap. 9.) logos, esto es, «mutua unius divinas
y por esto el Tridentino la llama ad- L o mismo dice el Tridentino en la
 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 201
200
inmutare exteriora corpora.» Así es
ses. 13, can. 3. : «Si quis negaverit vabatur in esse, sicut per propriam
0 to, nisi ex ipsa consecratione.» E l
que inmutan el tacto, el olfato, la
in venerabili sacramento Eucharistiae causam; sicut etiam alios effectus Santo Doctor se funda en la razón de
vista, etc.
sub unaquaque specie, et sub singulis naturalium causarum potest produ- que ex consecratione sequuntur hccc om-
1781. E n el art. 4. prueba el
cuj usque speciei partibus (nótese bien) cere sine naturalibus causis, sicut hu- nia; y por lo tanto, non sunt multipli-
0

Angélico que las especies sacramen-

separatione facta,totwm Christum con- manum corpus formavit in útero Vir- canda miracula sine necessitate.
ginis sine virili semine» ( 3 . p., q. 77,
a tales se pueden corromper, de modo En el art. 6.° prueba Santo T o m á s
tineri, anathema sit.»
que dejen de estar en ellas el cuerpo
Algunos escotistas explican la tran- art. 1). Así vemos también que aun- que las especies sacramentales nutren
y la sangre de Cristo. L a razón es,
substanciación diciendo que la sus- que según el orden natural toda sus- y se convierten en cuerpo humano:
porque como los accidentes conservan
tancia del pan y del vino se aniquila tancia criada tiene su propia subsis- « P e r eamdem rationem (species sa-
milagrosamente el mismo ser que t e -
por las palabras de la consagración: tencia, en el admirable misterio de la cramentales) possunt convertí in cor-
nían cuando existía la sustancia del pus humanum , per quam possunt
pero Santo T o m á s demuestra que es- Encarnación la humanidad de Cristo
pan y del v i n o , entonces se corrom- convertí in ciñeres, vel in vermes. E t
ta aniquilación no puede ser; porque subsiste por la subsistencia del Verbo
perán, cuando en ellos se verifique tal ideo manifestum est quod nutriunt...,
si así fuese, no se verificaría la con- divino.
1779. P. L a s especies sacra- inmutación, que si no estuvieran con- et homo diu sustentari posset, si hos-
versión del pan en el cuerpo de Cristo, sagradas las especies, no pudiera per-
mentales ¿pueden inmutar los cuerpos tias et vinum consecratum sumeret
y de la sustancia del vino en su san- manecer en ellas la sustancia del pan
exteriores? in magna quantitate.» L a razón es,
gre: vConversio tollitur, posita annilii- y del vino; ó por la mutación de las porque, como se ha dicho y como re-
latione pañis» ( 3 . p., q. 75, art. 3).
a R. S a n t o T omás, en la citada q.77.
cualidades, como color, sabor, etc., ó pite aquí Santo T o m á s (ad 3- )> por
um

Y si se dijese que nada queda de la resuelve con admirable solidez, clan- por la disminución de la cuantidad: un milagro de la virtud divina species
sustancia del pan después de la con- dad y laconismo esta cuestión y otras «puta, si pulverizetur pañis vel vinum sacramentales, quamvis non sint substan-
sagración, y que, por lo tanto, se ani- muchas difíciles. in tam minutas partes dividatur, ut tia, habent tamen virtutem substantia.
quiló dicha sustancia, á esto responde E n el art. como queda dicho, j a m non remaneant species pañis et
el Santo Doctor (ad 3. " ): « A d ter- prueba la manera con que los acci- 1783. P. ¿Cómo está en la E u -
vini.»
1 11

tium dicendum, quod licet post con- dentes pueden estar y están en la caristía la cuantidad del cuerpo de
1782. E n el 5.
0
prueba Santo Cristo?
secrationem haec (propositio) sit fal- Eucaristía sin la sustancia de pan y
Tomás el modo con que de las espe- R. i . ° Se ha de suponer que en la
sa: substantia pañis est aliquid; id ta- v i n o .
cies sacramentales se puedeengendrar Hostia consagrada ex vi sacramenti
men, in quod substantia pañis est E n el 2. prueba que la
0
cuantidad
otra cosa, cuando ellas se corrompen; solamente está la sustancia del cuerpo
conversa (nempe corpus Christi) est dimensiva del pan y del vino es el
como ceniza si son quemadas, ó p o l - de Cristo, en la cual se convirtió la
aliquid; et ideo substantia pañis non sujeto inmediato de los otros acci-
vo si se muelen, ó gusanos si se p u - sustancia del pan.
est annihilata». P o r último, es un dentes, color, olor, sabor, etc., y que
dren. Dice así: « I n ipsa consecratione L a cuantidad y demás accidentes
axioma entre los teólogos que Deus por virtud divina hace las veces de la
miraculose datur quantitati dimen- del pan no se convierten en la cuan-
nihil annihilat eorum quce creavit; y dijo sustancia del pan y del vino.
sivae pañis et vini ut sit primum tidad y demás accidentes del cuerpo
San A g u s t í n : Deus non est causa ten- 1780. E n el 3 . prueba que todo
0

subjectum subsequentium formarum. de Cristo, puesto que éstos quedan

dendi in non esse. (Quczstionum, lib. 83, lo que podían hacer los accidentes
Hoc autem est proprium materias: et en el cuerpo de Cristo. 2 ° D e aquí
q. 21.) antes de la consagración, lo pueden
ideo ex consequenti datur prasdictae es que aunque la cuantidad del cuerpo
1778. P. ¿Cómo pueden perma- hacer después: la razón es, porque quantitati dimensivae omne illud quod de Cristo está en la Eucaristía, por-
necer los accidentes del pan y del «cum unumquodque agat in quantum ad materiam pertinet; et quidquid que no se separa de la sustancia de su
vino en la Eucaristía sin sujeto que est ens actu, consequens est, quod posset generari ex materia pañis et cuerpo, no está ex vi verborum, sino ex
los sustente? unumquodque sicut se habet ad esse,
vini, si adesset, totum potest generari \reali concomitantia. 3 . C o m o la cuan-
0

R. Santo T o m á s , después de pro- ita se habeat ad agere. Secundum

bar que dichos accidentes no pueden
tener por sujeto el cuerpo de Cristo, ni speciebus sacramentalibus datum est
el aire que rodea á las especies, dice
así: «Accidentia in hoc Sacramento
manent sine subjecto; quod quidem
divina virtute fieri potest. Cum enim
effectus magis dependeat a causa prima
quam a causa secunda, D e u s , qui est
prima causa substantive et acciden-
táis, per suam infinitam virtutem c o n -
servare potest in esse accidens, sub-
tracta substantia, per quam conser-
ex praadicta quantitate dimensiva pañis tidad dimensiva del cuerpo de Cristo
pra;dicta (art. 1, hujus quaest.), quia
vel vini, non quidem novo miraculo, está en la Eucaristía concomitante-
sed ex vi miraculi prius facti,» esto mente et quasi per accidens, no está
divina virtute ut remaneant in suo esse
es, cuando se hizo la consagración conmensurada al lugar donde se halla,
quod habebant, substantia pañis et
del pan y del vino; porque Santo T o - «ita ut si tota in toto, et singulas par-
vini existente, consequens est quod
más no admite que se hagan después tes in singulis partibus (loci); sed per
etiam remaneant in suo agere: et ideo
nuevos milagros, sino que continúen los modum substantia;, cujus natura est
omnem actionem quam poterant agere,
mismos que hizo Dios cuando el tota in toto, et tota in qualibet parte;»
substantia pañis et vini existente,
sacerdote pronunció la forma de la y c o m o tiene este modo admirable de
possunt etiam agere substantia, pañis
consagración del pan y del vino: «Non estar en la Eucaristía, por esto pueden
et vini transeúnte in corpus et san-
rationabiliter videtur dici quod miracu- estar en un mismo lugar la cuantidad
guinem Christi. U n d e n o n estdubium,
lose aliquid accidat in hoc Sacramen- del pan y la cuantidad del cuerpo de
quod (species sacramentales) possunt
202 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 203

Cristo; aquélla «secundum proprium apparitionibus non videtur/>ro/»-zíispe-
modum, scilicet, secundum commen- cies Christi, sed species miraculose
formata vel in oculis intuentium, vel
surationem quamdam (ad locum); non
autem quantitas dimensiva corporis in ipsis sacramentalibus dimensio-
Christi, sed est ibi per modum substan- nibus.»
1785. P. Si apareciese en el altar
tiae,» como dice Santo T o m á s ( 3 . p.,a
que son las mismas en especie, no son
las mismas en número; y por lo tanto,
la sangre de Jesucristo no está allí.
Si el vino que se mezcla con las espe-
cies sacramentales del vino es en pe-
queña cantidad, de modo que no se
mas cuestiones , que algunos erudití-
simos autores, después de escribir
centenares de hojas en folio, lejos de
aclararlas, las oscurecieron.
1787. P. ¿Cuándo instituyó Je-
sucristo el divinísimo sacramento de

el cuerpo de Cristo, ó como carne en extiende sino por una parte de las es- la Eucaristía?
q. 76, art. 4).
pecies sacramentales del vino, en la
Según lo expuesto, el cuerpo de la hostia, ó como sangre en el cáliz, R. H e aquí las graves palabras del
parte en que se hace la mixtión no
Cristo no está en las especies sacra- ¿le debería sumir el sacerdote? Tridentino: « I t a enim majores nostri
R. Santo T o m á s dice que n o ; y lo está la Sangre de Cristo, porque no
mentales definiiive, porque está al omnes quotquot in vera Christi Ecclesia
sería la misma en número: «Quod est
mismo tiempo en el cielo y en muchos prueba con las palabras de San Jeró- fuer uní, qui de santissimo hoc Sacra-
commixtum ex duobus, neutrum mis-
altares donde se le reserva: tampoco nimo, que por brevedad omito. Des- mento disseruerunt, apertissime p r o -
cibilium est, sed utrumque transit in
está en la Eucaristía circumscriptive, pués añade el Santo: «Quas miracu- quoddam tertium ex his compositum;»
fessi sunt hoc tam admirabile Sacra-
porque, como queda dicho, no está lose fiunt, legibus non subduntur: y no siendo la especie sacramental la
mentum in ultima cana Redemptorem
allí según la conmensuración de su consulendum tamen esset sacerdoti nostrum instituisse.» (Sess. 13,can. 1.)
misma en número, no estaba allí la
cuantidad al lugar, esto es, no está quod iterato corpus et sanguinem V é a s e á Billuart en la diss. 2 . De
a

sangre de Cristo: «Corpus et sanguis

¡ocalmente allí: está realmente en las Domini consecraret et sumeret.» (3.
1 Eucharistia sacram., art. 3 , donde
Christi remanent in hoc Sacramento,
especies sacramentales, «sed non l o - parte, q. 82, art 4 ad 3 - . )
uni prueba la siguiente proposición: «Sup-
quamdiu illas species manent eaedem
caliter, sed per modum substantias, 1786. P. Un licor no consagrado pono, ut fide certum, Christum hoc
numero; consecratur enim hic pañis
¿puede mezclarse con las especies sa- Sacramentum instituisse in ultima
eo, scilicet, modo quo substantia con- et hoc v i n u m . »
ccena pridie quam pateretur.»
tinetur a suis dimensionibus,» como cramentales del vino?
R. Santo T o m á s trata erudita y Cuando otro licor que no es vino L o s griegos dicen que fué instituí-
dice el A n g é l i c o Maestro ( 3 . p., q. 76,
a

minuciosamente esta cuestión, y en- se junta con las especies sacramenta- do en el Miércoles Santo, 13 de Mar-
art. 5).
les del v i n o , se ha de decir lo m i s m o ;
1784. P. Si el cuerpo de Cristo tre otras cosas, dice así: (q. 77, art. 8): zo: los latinos dicen que en el Jueves
con la sola diferencia de que el todo ó
está en las especies sacramentales del « P o r virtud divina las especies sacra- Santo, 14 de Marzo. Véase á Billuart,
la parte que forme un mixto ni es la
modo que dice Santo T o m á s , ¿cómo mentales así c o m o adquieren por la len el lugar citado. Sobre la conve-
misma, ni conviene en número ni en
puede aparecer allí visible algunas consagración el modo de ser de la sus- niencia de la institución de la Euca- m

tancia, así adquieren el modo de obrar
veces?
y padecer; de manera que las especies
R. i.° C o m o dice Santo T o m á s
sacramentales del vino pueden hacer
especie con cada una de las partes que
entraron en la composición. E s t a es,
en compendio, la explicación de Santo
ristía en la última cena de Jesucristo
con sus discípulos, véase á Santo T o -
más ( 3 . p., q. 73, art. 5). Y o creo
a

( 3 - P-> T 7^>
a a r t
- 7), el ojo corporal Tomás, á la que me adhiero con el
todo lo que podía antes de la consa- que los latinos están en lo cierto, afir-
de manera alguna puede ver el cuerpo mayor respeto. N o se me oculta que mando que Jesucristo instituyóla Eu-
de Cristo según está en la Eucaristía, gración la sustancia del vino.» muchos modernos se apartan de esta
E s t o supuesto, el Santo resuelve la caristía en la tarde del Jueves Santo,
«quia est in hoc Sacramento per m o - doctrina filosófica: Unusquisque in sen-
cuestión del modo siguiente: como lo afirman el Catecismo R o m a -
dum substantias; substantia autem, su sito abundet.
i.° Si á las especies sacramenta- no (part. 2. De sacram. Euchar., nú-
a

in quantum hujusmodi, non est visi-

Aunque algunas de las cuestiones mero 13), Santo T o m á s , Billuart y
bilis oculo corporali, nec subjacet ali- les del vino se mezcla algún licor no
anteriores pertenecen á la T e o l o g í a otros muchos graves autores. Para
cui sensui, sed nec etiam imaginatio- consagrado (de cualquier especie que
escolástica, me pareció conveniente conciliar las aparentes contradicciones
ni.» 2. E l entendimiento del hombre sea, en grande ó mínima cantidad),
0

exponerlas en este lugar, en obsequio que se notan entre los Evangelistas,

viador tampoco puede ver. el modo éste, por más que se mezcle á las es- véase á Santo T o m á s ( 3 . p., q. 46,
de los jóvenes moralistas de carrera a

como está Cristo en este Sacramento, pecies sacramentales, nunca pasa á art. 9, ad i . et 2 . ) , donde trata
abreviada, para que , atendidos los u n i u m

porque es del todo sobrenatural, pero ser consagrado; porque la maravillosa esta cuestión con su acostumbrada
errores de nuestros míseros tiempos,
el entendimiento del ángel y del hom- transubstanciación en la Eucaristía tengan algunas nociones de esta ma- solidez y claridad.
bre bienaventurado le v e n ; porque no se puede hacer sino por la virtud teria. Quise también transcribir en
«secundum participatam claritatem sobrenatural que Dios comunica á las latín algunos textos de Santo T o m á s ,
divini intellectus vident, quae super- palabras de la consagración que el para que los jóvenes de talento se afi-
CAPÍTULO II
naturalia sunt per visionem divina? sacerdote pronuncia en la persona de cionen á la incomparable Suma Teoló-
essentia?.» ( I b i d e m . ) 3 . E n cuanto á Cristo.
0
gica del Á n g e l de las Escuelas. E n
D E LA MATERIA DE ESTE SACRAMENTO

las apariciones de un niño en la E u -

0
2. Si el licor que se junta es vino
tres 6 cuatro cuestiones resuelve con
caristía, ó de una mano de Jesús, y en gran cantidad, de modo que se in- 1788. P. ¿Cuál es la materia de
admirable solidez, claridad y laconis-
otras semejantes, dice Santo T o m á s , troduzca por todas las partes de todas la Eucaristía?
mo muchas importantes y dificilísi-
(art. 8, ad 2 . ) que «in hujusmodi
um
las especies sacramentales, éstas, aun- R. E l pan y el vino usuales son la
 DE LA EUCARISTÍA.
234 LIBRO VI. TRATADO IV. 205
rit exinde confici pañis, qui est mate- bro 7, Etym., cap. 7),Cayetano yotros I 1793. P. ¿El pan debe ser ázimo
materia de este Sacramento. E s de f e ,
ria hujus Sacramenti. A n autem mas- ¿raves autores; pero S i l v i o , Palao, ó fermentado?
definido en el Lateranense, cap. Fir- Cóncina, Bonacina y San L i g o r i o (li-
miier; en el Florentino, inDecreto Unio- sa triticea fuerit cocta in clibano, sub R. Para lo válido es igual: «Defini-
bro 6, núm. 200) dicen que es m a t e - mus, dice el Concilio Florentino (in
nes; y el Tridentino, sess. 13, en v a - ciñere, vel ope ferri calidi, ut fieri so-
ria dudosa, porque estos autores por Decreto ad Ármenos, § 2) in a z y m o ,
rios capítulos así lo declaró. (Véase let, parvi refert, dummodo pañis sim-
siligo entienden el centeno; pero como sive fermentato pane tritíceo corpus
especialmente el cap. 4.) pliciter dici possit,» dice Bouvier (De
Plinio por siligo entiende la flor de la Christi veraciter confici.» Para lo l í -
Ruchar., cap. 2, art. 1, propos. Hinc ;).
harina, y Columela entiende el trigo cito, añade el Concilio: «Sacerdotes-
1790. E n cuanto á la mixtión
ARTÍCULO PRIMERO candeal selecto, se ha de atender á que in alterutro ipsum Domini corpus
del trigo con semilla de otra especie,
la significación que en aquel país ten- conficere deberé, unumquemque juxta
Sobre la clase de pan que es materia Santo T o m á s dice así: «Si sit módica ga esta palabra. E l novísimo y acre- Ecclesias suas, sive orientalis sive oc-
remota de este Sacramento. I admixtio alterius frumenti ad multo ditado Diccionario de Miguel y el cidentalis, consuetudinem.» Esto es,
1 majorem quantitatem tritici, poterit Marqués de Morante dice así: «Siligo, que los latinos deben celebrar con pan
1789. E s indudable que sólo el exinde confici pañis, qui est materia mis: Columela, trigo candeal: Plinio, ázimo, y los griegos con pan fermenta-
pan de trigo es materia válida de este hujus Sacramenti: si vero sit magna la flor de la harina.» E l Diccionario de do. L o s unos y los otros, según opi-
Sacramento. E l Florentino, en el lu- permixtio, puta ex aquo vel quasi, ta- Caballero dice así: «Candeal, epíteto nión comunísima, deben acomodarse
gar citado, dice a s í : « T e r t i u m est lis permixtio specíem mutat : unde del trigo y del pan de mejor calidad.» al rito de su Iglesia, bajo pecado mor-
Eucharistiae sacramentum, cujas ma- pañis exinde confectus non erit debi- En mi concepto , en España es lo tal, como lo prueban los Salmaticen-
teria est pañis triticeus et vinum de-vite.» ta materia hujus Sacramenti.» Apli- mismo que escanda, que, según el D i c - ses (tract. I V , cap. 4, núm. 4). E s
E l Catecismo R o m a n o dice así: «Nul- qúese esta doctrina al agua natural cionario de Caballero, significa trigo tan riguroso este precepto, que, según
itis pañis, nisi triticeus, apta ad S a - con que se amase el trigo: si la mix- sumamente blanco, común en Asturias. sentencia común, ni aun para dar el
cramentum materia putanda est. H o c tión de un licor de otra especie fuese
El centeno, dice San L i g o r i o , es raa- Viático á un moribundo se puede en
enim apostólica traditio nos docuit, et en muy pequeña cantidad, sería aún
• teria duduosa, y el almidón es mate- la Iglesia latina celebrar con pan fer-
Rcclesice catholica auctoritas firmavit; materia válida, si bien ilícita. ria nula: lo m i s m o dicen Santo T o m á s mentado, ni en la griega con ázimo;
etiam ex iis, quee Christus Dominus 1791. P. ¿Cuándo se dirá que el
(3. p., q. 74, art. 3, ad 4."» ) y B i l - porque, como dicen San L i g o r i o , Sca-
a 1

gessit, azymum esse deberé facile in- pan está inmutado de tal modo que
luart (De Ruchar., diss. 3 . , art. 1). vini y otros, «in hoc casu prreferenda
a

telligitur.» ( E n el citado núm. 13.) no sea materia válida? : L a espelta es materia dudosa, se- est reverentia erga tantum Sacramen-
E l Misal R o m a n o dice : « S i pañis R. H e aquí la regla que da Santo
•)gún muchos autores; pero L a y m a n tum utilitati proximi, cui tale Sacra-
non sit triticeus, 720» conficitur Sacra- T o m á s en el mismo artículo (ad 4. ""):
1

mentum. » «Aliquando est tanta corruptio pañis,
L a masa cruda, aunque sea de pan quod solvitur species pañis; sicut cum
de trigo, es materia nula: ha de ser continuitas solvitur, et sapor, et color,
pan cocido, y además amasado con et alia accidentia mutantur: unde ex
agua natural; porque si la harina de tali materia non potest confici corpus
trigo se amasa con aceite, ó con v i n o , Christi. Aliquando vero non est tanta
ó con cualquier licor que no sea agua, corruptio, quae speciem solvat, sed
no es materia válida, porque no sería est aliqua dispositio ad corruptionem;
pan usual. H e aquí las autorizadas quod declarat aliqualis immutatio sa-
palabras de San L i g o r i o : « P a ñ i s con- poris; et ex tali pane potest confici
secrandus debet esse usualis et c o m - corpus Christi; sed peccat conficiens
munis, et fariña tritícea, et aqua na- propter irreverentiam Sacramenti.»
turali (saltem pro majori parte) con- 1792. E n atención á lo dicho, se
fec'-us, igneque coctus per modum pa- ha de tener por cierto que la cebada,
ñis, et non cum alia materia excequo vel i la avena, el pan de patatas, de arroz,
quasi permixtus (ut ait D i v . T h o m . ) ; ó de cualquier otra semilla que no
ac non corruptus, aut corruptioni pro- sea trigo, es materia nula para la Eu-
¡afirma que en Alemania hay una es- mentum non est simpliciter neces-
spelta que es verdadero y finísimo tri- sarium;» pero no obligaría este p r e -
'\go, con el que los sacerdotes celebran cepto cuando el sacerdote latino ó el
¡sin escrúpulo, por ser ésta la común g r i e g o , después de consagrar el pan y
«estimación de las personas peritas. el vino, averiguase que el pan no era
¡El Marqués de Morante y Miguel en de trigo y no pudiese completar el sa-
•su Diccionario dicen que, según el crificio sin usar de pan que no era de
.jdocto Rhemnio Palemón, por espelta su rito ; ni obligaría tampoco si de
;;se entiende especie de trigo parecido á la celebrar con el rito propio se hubiese
{escanda: lo mismo dice Caballero. Por de seguir escándalo, como dice Scavi-
ilo tanto, cada uno atienda á la signi- ni, ó, mejor diré, como había expresa-
Ihcación que tiene en su país. S i l v i o do Benedicto X I V . E n estos dos casos
advierte que en tierras de mala cali- es indudable que el precepto eclesiás -
dad ó de diverso clima el trigo s e m - tico no obliga; porque ni en el primer
brado degenera en avena ob defectum caso puede prevalecer contra el pre-
'Virtutis, materia, dispositionis, aut si- cepto divino de la integridad del sa-
Mhum (en el comentario del art. 3 de crificio, ni en el segundo contra el
Ja q. 74 de la 3 . parte de Santo T o - precepto divino natural que prohibe el
a

ximus; alias non est materia apta.» caristía. pas). Así sucede en Filipinas, donde escándalo.
(Homo apost., tomo 3, append. 3, nú- E n cuanto á la semilla que en latin puchas semillas de Europa, ó des-
mero 97.) « S i sifc módica admixtio al- se llama siligo, Santo T o m á s (3. p..
a
aparecen fácilmente, como sucede con E l Sr. Sánchez en su Teología Mo-
terius frumenti, dice Santo T o m á s q. 74, art. 3, ad 2.'"" et 5."'") dice |1 perejil, que se convierte en apio, ó ral, trat. I V , punto 2, núm. 1, dice
(3- P-> q- 74> art 3 ad 3.*™), ad mul- que es materia válida: lo mismo dicen
il |e desvirtúan notablemente. a s í : « T a m p o c o debe consagrarse,
cualesquiera que sean las circunstancias,
to majorem quantitatem tritici, pote- San Buenaventura, San Isidoro (li
-
20Ó LIBRO VI. TRATADO
con materia válida no lícita, ó sea
con pan fermentado en la Iglesia latina,
ó con pan ázi?no en la griega.» Esta
opinión es también de Cóncina y a l -
gunos otros, fundados en la constitu-
ción de Benedicto X I V , Etsi pastora-
lis, de 6 de Mayo de 1742, en donde
hablando de dogmaiibus et ritibus ab
italo-grczcis tenendis atque servandis,
dice así: «Districtius inhibemus, etiam
sub pcenis perpetuas suspensionis ¡1
d i v i n i s , ne presbyteri grasci latino
more, et latini gríeco ritu Missas et
alia divina officia celebrare, vel cele-
brari faceré prassumant.»
Esta opinión de Cóncina y del se-
ñor Sánchez tiene alguna excepción;
porque si bien es cierto que los lati-
nos cuando viajan por la Iglesia grie-
ga, ó los griegos por la latina, si en-
cuentran iglesia de su rito deben aco-
modarse á él, mas si no la hubiese,
son libres para acomodarse á cual-
quiera de los dos ritos. Esta es sen-
tencia común y probabilísima, como
dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 203);
y lo mismo dice Scavini (en su edi-
ción de 1865, lib. 3, núm. 278): «Ñe-
que obstat bulla Etsi pastoralis, quia
haec intelligitur, si celebretur in loco
proprii domicilii, quo .utique in casu
non licet variare proprium ritum.»
Esto conviene tenerlo presente, para
no cometer una imprudencia prohi-
biendo á un sacerdote griego que via-
jase por España celebrar con pan
ázimo.
1794. P. ¿Cuál es más fundado:
el rito de los latinos ó el de los g r i e -
gos?
R. Santo T o m á s trata eruditamen-
te esta cuestión en la 3 . p., q. 74,
a
art. 4, donde puede verse. D i c e , en
compendio, que cada una de las dos
costumbres tiene razones plausibles;
«tamen, añade, consuetudo de pane azy-
mo rationabilior est. P r i m o , quidem
propter institutionem Christi, qui hoc
Sacramentum instituit prima die azy-
morum, ut habetur Matth., 26, M a r -
ci, 14, et Lucas, 22, qua nihil fermenta-
IV.
tum in domibus judceorum esse debebaf,
ut habetur Exodi 12. Secundo, quia
pañis est proprie Sacramentum corpo-
ris Christi, quod sitie corruptione con-
ceptum est. T e r t i o , quia hoc magis
competit sinceritati fidelium, quse re-
quiritur ad usum hujus Sacramenti,
secundum illud i.< a d C o r i n t h . , v. 7:
T
Pascha nostrum immolatus est Chns-
tus: itaque epulemur in azymis since-
ritatis et veritatis.»
1795. P. ¿Puede celebrarse con
materia dudosa?
R. N o se puede; porque, como muy
bien dice Billuart, «gravius est quod
Sacramentum exponatur periculo nul-
litatis proptermateriamdubiam, quam
quod infirmus moriatur sine Viatico,
aut populus maneat sine Missa; cum
base non sint absolute necessaria ad
salutem.» (De Euch. sacram., diser-
tación 3 . , art. 1, Ilinc inferes 1.) Se
a ronensi, respondit: Ssrvetur consue-
exceptúa el caso en que fuese necesa-
rio consagrar con materia dudosa
para perfeccionar el sacrificio de la
Misa; pero entonces: la materia
dudosa se había de consagrar sub con-
ditione (si est vera materia); 2. , la ma-
teria así consagrada se había de con-
sumir después de la otra especie; por-
que si no estaba consagrada, violaría
el ayuno natural.
1796. P. ¿Qué grandor deben te-
ner las hostias que se han de consa-
grar?
R. N o hay uniformidad en esta
materia; pero no deben ser muy gran-
des ni muy pequeñas. Billuart (I)¡
Euchar., diss. 3 . , art. 6, dico 2) dice
a
así: «Justa anliquam Ecclesia; con-
suetudinem, pañis consecrandus debet
esse exilis et figura rotundus. Constat
ex S. Epiphanio..., Gregorio Mag-
no..., Cassario Nazianzeni fratre..., ex
revelatione S. Ildephonsi Toletani...,
ex antiquis imaginibus apud Sirmun-
dum..., et Martene..., et pluribus
aliis. H i n c illi dúo versus:
Candida, tritícea, ac tennis, non magna,
I Expers fermenli, non salsa, sil hostia
DE LA EUCARISTÍA. 207
Busembau, citado por San L i g o r i o
Aunque entre los griegos las hos-
(lib. 6, núm. 205), dice que si se c e -
tias para celebrar son cuadradas, y las
lebra privadamente y el sacerdote no
partículas para la comunión de los
tiene hostia del grandor ordinario,
fieles son triangulares, entre nosotros
con tal que no haya escándalo, puede
las unas y las otras son completa-
consagrar una partícula del grandor
mente redondas; pero no es necesario
de las que se consagran para la c o -
que las partículas sean siempre r e -
munión de los fieles; y que, si hay
dondas, porque si hubiesen de quedar
causa urgente, se puede hacer p ú b l i -
alguno ó algunos sin comulgar por no
camente para celebrar en un día festi-
haber suficiente número de partículas
vo; «eo quod nullum sit prasceptum,
enteras, se podrían dividir algunas y
como dice San L i g o r i o , nec constet
dar un pedacito á cada persona. Así
de consuetudine obligante sub pras-
lo expresa el Ritual parisiense, y así
cepto;» y dice el Santo, siguiendo á
es costumbre en España. L a Sagrada
graves autores, que, para evitar el es-
Congregación de Ritos, preguntada:
cándalo, se avise al pueblo. Después
« S i quando communio danda est, in -
añade: « I m o addit Roncaglia quod
ventus non fuerit sufficiens numeras
tenetur sacerdos in hostia minori con- hostiarum, poterunt aliquas Hostias
secrare, si dandum esset Viaticum
dividí in plures partículas, quas sin-
infirmo.» Me agradan estas opiniones,
gulis distribuantur?—Sacra Rituum
pues me parece que en estos casos se
Congregatio, 17 Martii 1833, in V e -
puede muy bien interpretar que este
es el espíritu de nuestra amorosa Ma-
tudo dividendi partículas consecra-
dre la Iglesia.
tas, si adsit necessitas.»
Si el sacerdote tuviese que consa-
1797. P. ¿Qué cantidad de pan
grar para exponer el Santísimo, y no puede servir para la válida consagra-
tuviese sino una hostia grande y una ción?
0 pequeña partícula, bien podría consa-
R. Soto y algunos otros autores
grar las dos, sumir la partícula y
dicen que, para lo válido, basta cual-
dejar la hostia grande para la exposi-
quier cantidad, por mínima que sea,
ción; pero si hubiese una partícula
aunque no pueda percibirse por sen-
pequeña consagrada en el tabernácu-
tido alguno; porque (dicen) una vez
lo, y no tuviese para decir Misa sino
consagrada una hostia, permanece
una hostia grande y la consagrase en
Jesucristo en cualquier mínima par-
la Misa, no podría consumir la par-
tícula en que se divida, aunque sea
tícula consagrada del tabernáculo, re-
imperceptible. Gonet, Silvio, Billuart,
servando para la exposición la hostia
I San L i g o r i o (Rom. apost., tomo 3,
grande consagrada en la Misa. L a
append. 3, núm. 99) y otros autores
razón es, porque el sacerdote debe
dicen que si no es perceptible por los
consumir lo consagrado por él en su
sentidos, no se puede consagrar váli-
mismo sacrificio; y no basta que con-
damente: «non quidem per se ratione
suma lo consagrado en otra Misa, aun-
parvitatis, sed per accidens defsetu
que el mismo sacerdote la hubiese ce-
prassentias et sensibilitatis,» como
lebrado antes, como muy bien dicen
dicen los Salmaticenses.
Lugo, etc. E n el caso de seguirse es-
Esta cuestión me parece de poca
cándalo ó turbación si no se exponía el
Santísimo, creo que el sacerdote debe- utilidad: i . ° Porque ¿quién es tan in-
ría consumir una partecila de la Hostia, sensato que quiera consagrar una par-
y el resto de la misma exponerle del tícula imperceptible por los sentidos?
modo más conveniente, avisando al 2. Y si no es perceptible, ¿qué utili-
0
rutiimh,
pueblo, si lo creyese oportuno. dad puede tener el saber si está ó no
Christi."
consagrada? Pero ya que he tocado
2oS LIBRO VI. TRATADO
este punto, me adhiero á la segunda
opinión. A la razón que alega Soto
digo que si de una Hostia consagrada
se desprendiese un polvito impercepti-
ble, no estaría allí el cuerpo de Cris-
to, según Santo T o m á s ; porque el
Santo Doctor, en la 3." p., q. 77, ar-
tículo 4, dice expresamente que se
corrompen las especies sacramentales
del pan, cuando se pulveriza su cuan-
tidad, y entonces deja de estar allí el
cuerpo de Cristo: « N o n remanent cor-
pus et sanguis Christi in hoc Sacra-
mento... si pulvericetur pañis, vel vi-
num in tam minutas partes dividatur,
ut j a m non remaneant species pañis
vel v i n i ; » porque el pan y el vino no
consagrados también dejan de ser pan
y vino cuando se dividieran de esa
manera. Silvio y Billuart añaden otra
solución.
También disputan los teólogos s o -
bre si se puede consagrar válidamen-
te cualquier cantidad de pan ó de
vino, por grande que sea. Algunos
dicen que se puede; pero L e d e s m a
(De Ruchar., cap. 4, concl. 5 . ) , los a
Salmaticenses y otros dicen que sola-
mente se puede consagrar la cantidad
del pan y vino que se puede conside-
rar de tal manera presente, que sea
designable por el pronombre hoc vel
hic. L a primera opinión parece á pri-
mera vista, que es conforme á lo que
dice Santo T o m á s ( 3 . p., q. 74, ar-
a
tículo 2): « N u l l a est ita magna (quan-
titas pañis), quas consecrari non pos-
sit;» pero Silvio, comentando este ar-
tículo, dice a s í : « Quamvis Divus
T h o m a s nullam hic mentionem faciat
prassentias, supponit tamen eam requi-
ri; quia ut loquitur in 4 Sent., dist. 2. ,
a
q. 2 . , art. 2, quasstiuncula 3 . : «Ipsa
a a
«forma pronomine demonstrativo
«utens, ostendit quod materia conse-
«cranda debet esse coram sacerdote.»
« U n d e , añade S i l v i o , quantacumque
sit quantitas pañis et vini, qua? coram
sacerdote ponitur, potest ab eo conse-
crari...; quamvis, si excedat consue-
tudinem Ecclesias, sit peccaturus.»
IV.
Del mismo modo interpreta Billuart
al Santo, cuando éste dice aquí que,
por grande que sea la cantidad de pan
ó vino, se puede consagrar válida-
mente: «Potest valide consecrare ma-
teriam cujuslibet magnitudinis..
modo sit moraliter prcesens. Si campus
plurium leucarum repleretur panibus,
eas solum partes consecrarentur, qua?
consecranti essent moraliter p r e s e n -
tes, non alise.» Y cuando Santo T o -
más dice que por mínima que sea la
parte de pan ó de vino se puede con-
sagrar válidamente, se ha de enten-
der, dice Billuart, « m o d o in parva
(quantitate pañis) salvetur substantia pa-
ñis, sitque sensu perceptibilis a conse-
crante.)) (De Ruchar., diss. 3 . , art. 6,
a
dico 2). Esta interpretación de Bil-
luart es conforme á las palabras poco
antes citadas del Angélico Maestro.
ARTÍCULO II
De la materia remola de la Eucaristía
por parte del vino.
1798. P. ¿Qué clase de vino es
materia válida para la Eucaristía?
R. E s de fe que debe ser vino de
vid; como lo definió el Concilio F l o -
rentino, cuyas palabras quedan cita-
das en el núm. 1788. Véase á Santo
T o m á s ( 3 . p., q. 74, art. 5), donde,
a
después de referir los errores que
hubo sobre esta materia, prueba la
necesidad y conveniencia de que el
vino sea de vid. Jesucristo, después
de consagrar el vino, dijo: «Dico autem
vobis: non bibam amodo de hoc geni-
mine vitis)) ( M a t t h . , cap. 26, v. 29).
se ha de atender á la cantidad del
T o d o s los vinos que no sean de
licor que se mezcle, sino también á num in Missa est adhibendum, dice B e -
vid son materia nula, como los de
su cualidad y á la cualidad del vino nedicto X I V (De sacrif. Missa:,q. 3 . ,
manzana, pera, granada, etc.
con que se mezcla. Habrá vino tan cap. 5). 2 . Si el vino es agrio natu-
N o es verdadero vino el arrope
flojo, que deje de ser vino si se le ralmente, es materia válida y lícita.
(mosto cocido al fuego hasta tomar
mezcla una cuarta parte de vinagre 3 . Si el vino es de buen gusto, pero
la consistencia de jarabe), ni el zumo
fuerte ó de aguardiente de muchos á cierto tiempo se pone acedo ó avi-
que se exprime de las uvas verdes
grados; y habrá vino tan fuerte y g e - nagrado, ó, c o m o suelen decir, repun-
( a g r a z ) : «Agresta est in via genera-
neroso, que no se inmute esencial- tado, la rúbrica (tít. 4, núm. 2) dice
|tionis, et ideo nondum habet speciem
mente aunque se le mezcle una ter- | así: «Si vinum caeperit acescere, vel
DE LA EUCARISTÍA.
209
vini,» dice Santo T o m á s ( 3 . p., q. 74,
a
cera parte de agua. « I n Concilio T r i -
art. g ad 3 . ) ; ni el aguapié ( v i n o
u m
buriensi, dice San L i g o r i o (lib. 6, nú-
que se hace echando agua en el orujo
mero 210), sic dictum fuit: Duce sint
apurado), porque aunque se hace de
partes vini, tertia aquce. Idque videtur
uvas de vid, no es verdadero vino.
probari (prosigue el Santo, ex cap.
E l vinagre es materia nula, pues Perniciosus 13, De celebr. Miss.), ubi
por la fermentación y mutación pasa Honorius I I I tantum prasscribit: Plus
á ser otra especie distinta del v i n o ; (in cálice) de vino quam de aqua ponen-
así lo determinó San Pío V , y mandó dimi.it N o obstante, no siendo el vino
que el sacerdote, si al tiempo de la generoso, sería muy expuesto á nuli-
sunción observase que es vinagre, dad el mezclar tanta agua. E l decre-
ponga otro vino y lo consagre; así se to de Eugenio I V dice: Vino ante con-
manda en las rúbricas del Misal (De secrationem aqua modicissima admisceri
defect. in Missa occurrent.) solet. Y o creo que en el día obliga
E l aguardiente, aunque se haga de este decreto de Eugenio I V , y esta es
vino de vid, es materia nula. E l vino la costumbre general.
se corrompe al hacerse el aguardien-
1800. E n cuanto al mosto (zumo
te, y pasa á ser otra especie de bebi-
da, como lo demuestran sus propie- exprimido de la uva en la cuba, pero
aún no fermentado), es doctrina c o -
dades y efectos.
rriente que es materia válida; pero
El hipocrás (licor preparado con
también es cierto que no es lícito usar
vino y algunos ingredientes dulces y del mosto para la consagración, si no
aromáticos) siempre es materia i l í c i - hay necesidad. E n caso de haberla,
ta, como dice Ledesma, con la opinión es lícito también exprimir el z u m o de
común. E n cuanto á lo válido, se ha un racimo de uvas maduras en el
de atender á la mayor ó menor can- cáliz y consagrarle. « Non debent
tidad de los ingredientes que tenga el uvas integras huic Sacramento misce-
vino. L o s hombres peritos en esta ri, dice Santo T o m á s ( 3 . p., q. 74,
a
materia han de ser los jueces. i art. 5 ad 3 . ) , quia j a m esset ibi ali-
u m
1799. E n cuanto á la mixtión de I quid praster vinum. Prohibetur etiam
un licor extraño con el vino, el señor ne mustum statim expressum de uva
Sánchez dice que si no llega el licor in cálice offeratur, quia hoc est inde-
extraño á la décima parte, continúa cens propter impuritatem musti. P o -
siendo materia válida; si es en canti- test tamen in necessitate fieri; dicitur
dad mayor, pero que aún no pasa de enim a j u l i o I papa (decreto V I I ) : S i
la cuarta parte, ya será materia d u - necesse fuerit, botrus in cálice compri-
dosa; si excede en cantidad á la del matur.))
vino, sería evidentemente nula.» ( E n
1801. P . ¿El vino agrio es mate-
su Teología Moral, trat. I V , punto 2.) ria válida y lícita?
Pero yo creo que esta regla del señor
R. i . ° E n cuanto se pueda buena-
Sánchez no es exacta; porque no sólo
mente, se ha de procurar que el vino
para la Misa sea bueno: Optimum vi-
a
0
0
TOMO II.
H
210 LIBRO VI. TRATADO
corrumpi , vel fuerit aliquantulum
acre, vel mustum de uvis tune expres-
sum, vel non fuerit admixta aqua,
vel fuerit admixta aqua rosacea seu
alterius distillationis, conficitur Sa-
cramentum.»
Pero se ha de notar que, como dice
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 207), si-
guiendo á Santo T o m á s , «in vino
acescente sunt diversi gradus, alii
extra, alii intra viam corruptionis.
H i n c rubrica juxta Sanctum T h o m a m
intelligi debet, quando vinum, vel pa-
ñis j a m iugressus est corruptionis li-
mites. »
Después añade San L i g o r i o : « L a m -
bertinus (Notif. 77, núm. 2) citans
Meratum, dicit: Si urgeat necessitas
celebrandi, seu non possit sacerdos
absque nota omittere sacrum, ut inter
regulares contingit qui secundum re-
gulam celebrare tenentur, et non sit
eorum potestate aliud vinum habere,
non peccant subditi eo vino utentes...
E t quamvis tali vino uti sit contra
reverentiam sacrificii, ea tamen irre-
verentia non imputatur celebranti,
sed superiori, vel ministro, qui est
causa voluntaria illius.» Por último,
San L i g o r i o , citando á varios auto-
res, dice que á cualquier sacerdote,
aun sin que ocurra urgencia de cele-
brar, «deficiente alio vino, licet sine scru-
pulo, prout solent viri probi, adhibere
vinum tantum parum acesceñs. A d -
duntque Sporer et Mazzotta, quod,
urgente gravi necessitate, licitum
esset uti vino adhuc notabiliter aces-
cente, modo sit certum vinum.» Has-
ta aquí San L i g o r i o . L o mismo dice
Bouvier (De Euchar., cap. 2, art. 2,
propos. Hinc 3) y Gury ( t o m o 2, nú-
mero 279). Me parece que lo dicho
hasta aquí abraza todos los casos en
que puede hallarse un sacerdote, y se
mitiga el rigor aparente de la rúbrica
citada.
* E l día 4 de Mayo de 1887 el
Santo Oficio dio la siguiente respues-
ta á una duda propuesta á aquel S a -
grado Tribunal: « A d vini corruptionis
IV.
periculum praecavendum dúo remedia
proponuntur: 1. V i n o naturali ad-
datur parva quantitas d'eau- de-vic
(aguardiente). 2. Ebulliatur vinum
us~:ue ad sexaginta et quinqué altitu-
dinis gradus. Atque inde quaerebas,
utrum base remedia licita in vino pro
sacrificio Missaa et quodnam pnefe-
r e n d u m . — F e r i a I V die 4 currentis
mensis E m i . D D . Cardinales Inquisi-
tores generales respondendum man-
darunt: Prasferendum vinum, prout
secundo loco exponitur.» *
* E l día 30 de Julio de 1S90 el
mismo Sagrado Tribunal dio la reso-
lución siguiente á una pregunta del
señor obispo de Marsella, cuya resolu-
ción fué aprobada y confirmada por
Su Santidad L e ó n X I I I : « I n pluribus
Galliaa partibus, máxime si eaa ad
meridiem sita? reperiantur , vinum
álbum, quod incruento Missae sacri-
ficio inservit, tam debile est ac im-
potens , ut diu conservari non va-
leat, nisi eidem quasdam spiritus vini
(spirito alcool) quantitas admisceatur.
1. An istiusmodi commixtio licita sit?
2. E t si affirmative, quasnam quan-
titas hujusmodi materias extrañen
vino adjungi permittatur? 3. l a casu
affirmativo requiriturne spiritus vini
ex vino puro seu ex vitis fructu
extractus?»—Resp. « D u m m o d o spiri-
tus (alcool) extractus fuerit ex geni-
mine vitis , et quantitas alcoolica
addita una cum ea quam vinum, de
quo agitur, naturaliter continet, non
excedat proportionem duodecim pro
centum, et admixtio fiat, quando vi-
num est valde recens, nihil obstare,
quominus idem vinum in Mismas sa-
crificium adhibeatur. (Véase á Ninzat-
ti, tomo 2, núm. 1054.) *
1802. P . El vino helado ¿es
materia válida de la Eucaristía?
R. H a y tres opiniones: la primera
dice que es materia nula; «quia sicut
pañis consecrandus debet esse aptus
ad comestionem, sic vinum ad potum
(caro mea veré est cibus , et sanguis
meus veré est potus): vinum autem
DE LA EUCARISTÍA. 211
congelatum non est potui idoneum.» L o s
tencia contraria nulla pollet solida pro-
Salmaticenses dicen que esta opinión babilitate.
es probable (tract. I V , cap. 4 , n ú m e -
L a tercera opinión dice que el vino
ro 34), y la defienden L e s i o , Cóncina,
helado es materia dudosa; y se funda
Armilla, Henríquez y otros.
en la poderosa razón que alegan L e -
L a segunda opinión es de Sporer,
sio, Cóncina y otros , de que el vino
Pascualígero, T a m b u r i n o , los Salma-
helado no es potable. 2. Porque, como
0
ticenses y otros, que dicen que el
dice Gonet, los graves autores que
vino helado es verdadero v i n o , y que
opinan de esta manera y las razones
la rúbrica del Misal lo prueba (De de-
que aducen, la hacen probable; y que,
fect. in hieme), donde San P í o V dice
por lo tanto, tratándose de la materia
que «si in hieme sanguis congeletur
esencial de un Sacramento, se debe
in cálice, involvatur calix pannis ca-
decir que, «si vinum sit totaliter con-
lefactis... doñee liquefiat.» «Ergo
gelatum, et in duritiem versum , esse
supponit Pontifex, dice San L i g o r i o ,
materiam dxibiam.» (Tomo 5, De
per congelationem minime corrumpi
mater. Euchar., art. 2.) Gonet cita en
species vini, alias ibi desineret esse
favor de esta opinión , además de los
¡•anguis Christi: vinum e n i m , cum
dichos ya, á A l a n o , Ledesma, Ñuño y
semel suam amisit naturam , non po-
otros.
test amplius eam readquirere, nam ex
vulgari philosophorum axiomate , a E l Compendio Salmaticense dice:
privatione ad habitum non datur regres- « V i n u m congelatum est materia du-
sus: efgo vinum congelatum est verum bia.» ( T r a c t . X X V , cap. 1, punct. 2,
vinum. H u i c rationi nescio quomodo núm. 7.) Silvio trata esta materia en
responden possit... Ceterum e g o cen- el art. 5 de la q. 74 de la 3 . parte de
a
seo (en esto convienen todos) nulü Santo T o m á s , y, después de exponer
licitum esse consecrare in vino c o n - las razones de la una y de la otra opi-
gélate , saltem propter reverentiam nión, concluye así: « V e r u m t a m e n ex-
erga tantum Sacramentum... A t casu peditius est dicere quod vinum con-
quo sacerdos illicite consecrasset v i - gelatum sit materia dubia, a cujus
num congelatum , tenendnm est pro consecratione propterea est abstinen-
veré consecrato, nec ille licite posset alte- dum , et opera danda ut gelu solva-
[
rum vinum consecrare , quia puto pri- ¡ tur antequam consecretur.» Cuniliati
mam sententiam (la de L e s i o , e t c . ) , ¡| (tract. X I V , cap. 3, § 2, núm. 1 1 , De
nidia pollere solida probabilitate.» A la Euchar.) dice así: « V i n u m congela-
razón de la primera opinión responde 1 tum, ita ut nullo modo bibi possit,
el Santo: « V i n u m congelatum, quam- , esse materiam ineptam Sacramento,
vis actu non sit potable, est tamen | videtur dubitari non posse, cum nullo
potabile de sua natura sicut est comes- ¡| modo sit potabile: vinum autem ita
tibilis pañis durus.» ( L i b . 6 , n ú m e - congelatum ut adhuc, quamvis aliqua
ro 207, qucEr. 2.) difficultate, epotari possit, esse vali-
dam m a t e r i a m , videtur probabilius
Se equivocó el Sr. S á n c h e z ( t r a t . I V , cum Soto ; quia et retinat speciem
punto 2, núm. 2) atribuyendo á San vini, et est potabile: graviter tamen
Ligorio la opinión de los que dicen illicitum est illo uti.»
que el vino helado es materia dudosa;
B i l l u a r t , no sólo dice que el vino
pues, según las palabras que acabo de
helado es materia dudosa para la E u -
citar literalmente, se ve que el Santo
caristía , sino que da solución satis-
tiene por cierto que es materia válida,
factoria á la razón de San L i g o r i o ,
y por esto afirma que no se debe reite-
que al Santo le pareció tan poderosa
rar la consagración hecha en vino he-
lado; y da por razón, porque la sen- é indisoluble (De Euchar., disser. 3 . , a
art. 1, dico 3 . , Inferes 3); pero c o m o
0
212 LIBRO VI. TRATADO IV.
DE LA EUCARISTÍA. 213
está tomada en parte de Gonet, en el tinuaría permaneciendo en ellas, por-
clesia sacerdotibus, ut aquam vino in
lugar c i t a d o , reuniré las razones de que las especies sacramentales del hubiese olvidado de poner el agua , y
cálice offerendo miscerent; tum quod
las dos. vino no se habrían corrompido , y lo advierte antes de la consagración
Christum Dominum ita fecisse creda-
i.° E s indudable , según todos, aun cuando se hubiesen helado, nada del cáliz, debe ponerla entonces: si lo
tur; tum etiam quia e latere ejus aqua
que el vino helado conserva la esencia importaba ; porque estando ya c o n - advirtiese después, ni debe ni puede
simul cum sanguine exierit, quod Sa-
física de v i n o ; por lo tanto, no viene sagradas , era indiferente que fue- ponerla; porque, como dice y prueba
cramentum hac mixtione recolitur; et
al caso el a x i o m a : a privatione ad ha- sen ó no potables; era bastante que el Santo T o m á s con todos los teólogos,
cum aquse in Apocalypsi Beati Joan-
bitum non datttr regressus. vino lo fuese cuando se consagró. no se convertiría en sangre de Cristo.
nis populi dicantur, ipsius populi fide-
2.° L a razón por que el vino del L a comparación que pone San L i - 0
3. E l agua que se mezcla con el
lis cum capite Christo unió represen-
todo helado es materia nula, ó por lo gorio entre el pan duro y el vino hela- vino ha de ser en muy corta cantidad.
tatur.» (Sess. 2 2 , cap. 7.) D e estas
menos dudosa, para la Eucaristía, es do, no es igual, ni tiene fuerza; porque Algunos autores dijeron que se podía
palabras consta que hay precepto
porque si bien tiene la esencia física el pan duro, según la común aprecia- mezclar hasta la tercera parte del
grave de mezclar un poco de agua con
de vino, le. falta una condición indis- ción, es pan usual, y lo comerá poco vino; pero esta opinión no se puede
el vino antes de ofrecer el cáliz. L o s
pensable para que sea materia de la á poco el que tiene buena dentadura; seguir, porque, siendo el vino de poca
teólogos convienen en que esta m i x -
consagración del cáliz, á saber, el ser pero ninguno dirá que es potable el fuerza (y tal vez aguado ya por los
tión obliga bajo pecado mortal: así lo
potable. vino mientras está convertido en duro vendedores), habría peligro de que se
dice expresamente el Catecismo R o -
Se dice que una vez consagrado el hielo; se podrá comer, pero no beber. corrompiese. P o r esto dice el Pontifi-
mano de San P í o V : « E a m (admix-
vino , aun cuando después se hielen Esta cuestión no es adiáfora: puede cal R o m a n o que debe ser in módica
tionem) sine mortali peccato praeter-
las especies sacramentales, no deja de muy bien suceder en países muy fríos, quantitate. Parum aquce, dice la rúbri-
mittere non liceat; ea tamen si desit,
estar en ellas la sangre de Cristo; especialmente en inviernos extrema- ca del Misal R o m a n o : aqua modicissi-
Sacramentum constare potest.» ( P a r -
luego también puede ponerse en ellas damente crudos. Concluyo diciendo ma, dice Eugenio I V . Santo T o m á s
te 2 , De Euchar., cap. 4, núm. 17.)
cuando se consagra el vino helado. A que tengo por mucho más probable dice que basta que sea sensible. Gury
2.0
Según el Catecismo R o m a n o , dice que no debe exceder la cantidad
esto responde Gonet: «Concesso ante- que el vino del todo helado es mate-
hay tres razones por las cuales se de agua de ocho ó d i e z gotas. P o r úl-
cedente, negando consequentiam; quia ria dudosa para la Eucaristía , y me
debe mezclar un poco de agua con el timo, en España creo que la costum-
ad consecrationem requiritur et mate- parece probable que es materia nula:
vino, las mismas que había expresa- bre general es poner dos ó tres gotas,
ria sanguinis possit initio consecrationis unusquisque in sensu suo abundet. Si se
do Santo T o m á s en la 3 . a
parte, y tengo por cierto que bastaría una
demonstrari per modum poíus: facta me ofreciese un caso, pondría nueva-
q. 4 . , art. 6. E l Santo Doctor añade sola, según Santo T o m á s ,
a

autem consecratione, non est amplius mente vino en el cáliz, lo ofrecería, y,

la cuarta: « Q u i a hoc competit ad ul- i 1804. P. L a s gotas de agua que
necessaria talis demonstratio , sed comenzando desde Simili modo, lo
timum effectum hujus Sacramenti, se mezclan con el vino, ¿se convier-
sufficit, si tantum retineat speciem consagraría; y el vino helado consa-
qui est introitus ad vitam aeternam: ten en la sangre de Cristo inmediata-
vini;» y tanto Gonet como Billuart lo grado antes lo deshelaría con paños
unde Ambrosius dicit (in lib. 5, De mente, ó se convierten primero en
prueban con una paridad que destruye calientes , lo sumiría después de ha-
Sacram., cap. 1 , a medio): «Redundat vino y después en la sangre de Cristo?
la razón principal, ó sea el Aquiles de ber sumido el sanguis: en el caso de
aqua in calicem , et salit in vitam
San L i g o r i o , á saber: si una hogaza que pudiera deshelarloinmediatamen- R. E g i d i o de Conink parece que
seternam.» Sobre si el precepto de
de pan tierno de cuatro libras se abre, te sin interrumpir mucho la Misa, re- fué el primero que afirmó que se con-
mezclar un poco de agua con el vino
y después se infunde en ella una pe- petiría la consagración del mismo sub vertían inmediatamenre en la sangre
es divino ó meramente eclesiástico, es
queña copa de vino que se infiltre conditione, para no tener que poner de Cristo, fundado en que la trans-
igual para la práctica. Santo T o m á s
completamente en el interior de la otro vino. mutación de los elementos no es p o -
antes , y el Tridentino después , afir-
hogaza, en el caso que un sacerdote sible según los experimentos de los
1803. P. ¿Es necesario que al maron que se creía que Jesucristo así
en la Misa dijese las palabras de la físicos modernos. L o mismo opinaron
vino que se ha de consagrar se le lo hizo.
consagración del vino sobre aquella Collet, L u g o y T o u r n e l y ; pero esta
mezcle un poco de agua?
hogaza, la consagración sería nula; P. ¿Qué cantidad de agua se ha de I opinión es contraria á la sentencia
R. H e aquí la definición del Tri-
no porque el vino infiltrado en la ho- mezclar con el vino? I comunísima de los teólogos, al C a t e -
dentino: «Si quis dixerit... aquam
gaza hubiese perdido la esencia de R. i.° E l agua ha de ser natural. cismo de San P í o V , que dice así:
non miscendam esse vino in cálice of-
vino, sino porque, empapado en la 2 . Se ha de mezclar en el altar, y se «Ecclesiasticorum scriptorum sen-
0

ferendo, eo quod sit contra Christi ins-

hogaza , no sería bebida , sino más ha de echar en el cáliz después de tentia aqua illa in vinum convertitur»
titutionem, anathema sit.» (Sess. 22,
bien comida: por el contrario , si se haber puesto el vino y leído el Ofer- (De Euchar., cap. 4, núm. 1 7 ) , y al
can. g . )
consagrase igual cantidad de vino, y torio, según el rito r o m a n o : según el Pontifical R o m a n o , que dice: « A q u a ,
P. ¿Hay precepto grave de mez-
las especies sacramentales se infun- rito dominicano , cuando la Misa es quae in cálice vino admiscetur, debet
clar un poco de agua con el vino?
diesen después y se infiltrasen en el rezada, se prepara el cáliz antes de esse in módica quantitate, quia in
pan de dicha hogaza, Jesucristo c o n - R. E l T r i d e n t i n o dice así: «Monet
comenzar la Misa ; y si es cantada, vinum convertí oportet.» L o s t o m i s -
sancta Synodus prceceptum esse ab Ec-
antes del E v a n g e l i o . Si el sacerdote se tas y escotistas convienen en que las
2 I 4
LIBRO VI. TRATADO
gotas de agua se convierten primero
en vino: los teólogos más eminentes
de la Compañía de Jesús convienen
en lo mismo, como Suárez, Belarmi-
no, V á z q u e z , Valencia, Granado,
Henríquez, Tannerio, Azor, F a g ú n -
dez, F i l i u c i o , A m i g o , Turriano, Cas-
tropalao, Escobar; en fin, el General
de la Compañía, Claudio Aquaviva,
ordenó á los Padres Jesuítas que si-
guiesen la sentencia de Santo T o -
más.
Esta sentencia está autorizada por
el Maestro de las Sentencias, San
Alberto M a g n o , Alejandro de A l e s ,
San Buenaventura , Santo T o m á s ,
San Antonino, Guillelmo Parisiense,
E g i d i o R o m a n o (ó por otro nombre
D e Colonna, llamado por su gran sa-
ber Doctor Fundatissimiis), Juan M a -
y o r , Gabriel, el cardenal T o r q u e m a -
da, Rainerio, Dionisio Cartujano, N i -
colás de Niesse, Juan Tabiena, V i -
querio, Ledesma, Serafín Capponi,
Billuart, y otros innumerables que
pueden verse en el doctísimo y erudi-
tísimo dominicano cardenal Capisuc-
co, en su obra Controversia Theologica
Selecta, Roma, 1670, controversia i . , a
donde da solución satisfactoria á
todos los argumentos del cardenal
L u g o y de todos los demás que d e -
fienden la opinión contraria á Santo
Tomás.
N o me detendré sobre esta cues-
tión: tan sólo diré que el único grave
argumento que se opone á la doctrina
de Santo T o m á s , á saber, que no
puede haber transmutación de los
elementos, según las observaciones
modernas de los químicos, es tan an-
tiguo, que en el siglo X I I I lo disolvió
San Buenaventura diciendo que cuan-
do mezclado el vino y una pequeña
cantidad de agua, ésta se extraía i n -
fundiendo en el mixto la medula de
un j u n c o , el junco «non separat
aquam mixtam, sed per naturam con-
venientem aqua? attrahit partes vini
aquosas,totius, inquam, vini, non quia
ibi sit aqua, sed partes débiles mixti,
IV.
qua? minus habent de virtute.» La
misma solución da el doctísimo E g i -
dio R o m a n o , pues dice así: « E s falso
lo que dicen los médicos, que se ex-
trae del vino agua verdadera por la
química; es tan sólo agua en la apa-
riencia; nam non solum de vino aqua-
tico et albo, sed de vino omnino puro
et rubro liquorem aliquem álbum, qui
aqua clarissima videtur, per artiri-
cium separan videmus.» (In expoá.
cap. Cum Martha, De celebr. Miss.)
Esto mismo había dicho Aristóte-
les, lib. 1, De generatione, capítulo 5,
texto 34, é Inocencio I I I , Santo T o -
más, Cano, Báñez, etc.
P o r último, tengo por notablemen-
te más probable: i . ° Que las gotas de
agua que se mezclan con el vino al
preparar el cáliz se convierten inme-
diatamente en vino, y después, por la
consagración, en la sangre de Cristo.
2 . T e n g o también por más probable,
0 varas de distancia está presente físi-
con el doctísimo cardenal Capisucco,
que si inmediatamente antes de la
consagración se mezclase con el vino
una cantidad algún tanto notable de
agua, no se convertiría en vino si éste
fuese muy débil: porque ni el vino po-
dría dividirla en tan mínimas partes
que perdiese la esencia el agua, ni su
calor virtual podría corromper la esen-
cia del agua, que son los medios por
los que, según los autores citados y
Billuart (De Euchar., diss. 3. , ar-
a
tículo 4. . object. 5), se hace la con-
0
versión dsl agua en vino; pero en este
caso el agua no se convertiría en la
sangre de Cristo, porque el Tridenti-
no dice expresamente que después de
la consagración no hay en el cáliz
sino las especies de pan y vino. UiuiS'
quisque in sensu suo abundet.
E l que desee enterarse profunda-
mente de esta cuestión, lea la prime-
ra de las célebres Controversias del
eruditísimo cardenal Capisucco, que
en la primera de ellas trata con toda
amplitud esta cuestión, y disuelve los
argumentos de los contrarios á la doc-
trina de Santo T o m á s .
DE LA
A R T Í C U L O III
De las disposiciones necesarias para la
válida y lícita consagración de la ma-
teria de la Eucaristía.
1805. L a materia próxima de
este Sacramento (esto es, el pan y el
vino) debe estar presente al sacerdo-
te, y á distancia proporcionada. L a
presencia puede ser física ó moral. L a
presencia física es, cuando la materia
se percibe inmediatamente por alguno
de los sentidos externos, como por la
vista ó por el tacto. L a presencia m o -
ral es, cuando la materia se percibe
non ratione sui ó inmediatamente por
sí misma por alguno de los sentidos,
pero se puede manifestar por razón
del lugar que la contiene ó represen-
ta. Un caballo que está á doscientas
camente á mis ojos: el vino que está
en una cuba cerrada, la cual está á
mi vista, está presente para mí con
presencia moral, y lo mismo el dinero
contenido en un bolsillo cerrado que
está á mi vista.
Esto supuesto, digo:
i.° Que la sola presencia física de
la materia consecrable no basta; por-
que si el pan y el vino están á d o s -
cientos pasos de distancia, se pueden
ver, y no obstante no son materia v á -
lida próxima para la consagración,
porque no se pueden demostrar por el
pronombre de las formas de la consa-
gración del pan y del vino, hoc, hic;
además de la presencia física de la
materia, se necesita que esté á distan-
cia proporcionada.
2.
0
L a presencia moral es sufi-
ciente para la válida consagración de
la materia que está á distancia p r o -
porcionada. E n un montón de par-
tículas que esté sobre el ara donde se
celebra la Misa, el sacerdote tan sólo
puede v e r l a s que están en la superfi-
cie del montón, y no obstante, puede
consagrar las que están en la parte
EUCARISTÍA.
215
inferior: también puede consagrar vá-
lidamente las partículas que están en
un copón cerrado á proporcionada
distancia. Es verdad que para lo l í c i -
to el copón debe estar abierto y sobre
el ara donde se celebra.
1806. P. ¿A cuánta distancia se
puede consagrar válidamente la ma-
teria?
R. H a y opiniones: el Compendio
Salmaticense es el que más me agra-
da sobre esta oscura cuestión: dice
así: «Solum materia per decem aut
duodecim passus distans potest valide
consecrari. Si viginti passibus distat,
j a m est res dubia. Qua? denique tri-
ginta, aut amplius, nulla est reputan-
da; quia quod tantum distat, nec phy-
sice nec moralíter prassens est, nec
proprie de eo verificatur pronomen
hoc aut hic, sed illud.» ( T r a c t . X X V ,
cap. u n i c , punct. 3, núm. 10.) N o
obstante, San L i g o r i o (lib. 6, núme-
ro 213), sin aprobar ni reprobar, dice
así: «Putant L u g o et Gobat apud Sal-
m a n t , cap. 4, núm. 1 1 5 , consecratio-
nem in viginti passus esse certam.»
Esta opinión no me parece improba-
ble; porque, según el modo común de
hablar, el objeto que está á la distan-
cia de veinte pasos, sin impropiedad
se puede demostrar con el pronombre
hoc ó hic. E l Sr. Sánchez (trat. I V ,
De la Eucaristía, punto 2, núm. 3)
dice así: «Tampoco se consagrarán las
Formas que se hallen á dos ó tres me-
tros de distancia; porque lo que se
encuentra ya tan lejos, se designa con
los pronombres eso y aquello.» Esta
opinión m e parece del todo improba-
ble. Dos metros equivalen á dos varas
y once pulgadas, ó sean casi siete
pies; y lo que está á tan poca distan-
cia, y aun á tres metros, se designa
con toda propiedad con el pronombre
esto ó éste. Billuart dice que unos au-
tores afirman que se consagra válida-
mente á la distancia de veinte pasos,
otros de treinta, otros de cuarenta;
pero que se ha de atender al uso apre-
ciativo de los hombres prudentes, te-
 2l6 LIBRO VI. TRATADO
niendo también en consideración la
situación, magnitud ó pequenez de la
materia que se ha de consagrar.» (De
Ruchar., diss. 3 . , art. 6, dico 1.)
a sacerdos ipse attulerit consecrandas
E n cuanto á lo lícito, no se puede
consagrar (según está ordenado por la
Iglesia) sino la materia que está sobre
el ara donde se celebra.
1807. Aquí mueven los autores
algunas cuestiones sobre la validez ó
invalidez de la materia consecrable.
i . ° Convienen en que no quedaría
consagrada la hostia que estuviese
detrás de la pared ó dentro del taber-
náculo cerrado. 2° Si está á la espal-
da del sacerdote, y éste volviese la
cara hacia la hostia, ó la tuviese en la
mano, es más probable que quedaría
consagrada, aunque algunos autores
lo niegan, dice Billuart en el lugar
citado; y añade: «Attenta tamen opi-
nionum diversitate, dubia foret conse-
crado;» que también sería dudosa la
consagración de la materia que estu-
viese debajo del corporal. L o mismo
afirma Busembau, citado por San L i -
gorio (lib. 6, núm. 212). E n estos y
otros casos semejantes el motivo de
la duda es por no constar la presen-
cia necesaria de la materia conse-
crable.
1808. 2. L a materia de la con-
0
sagración debe determinarse indivi-
dualmente, aunque basta que se quiera
consagrar lo que está en las manos, ó
el cúmulo de las partículas que está
presente. Si un sacerdote tan sólo qui-
siese consagrar la mitad de una hos-
tia, ó la mitad de las partículas que
están sobre el ara, sin hacer otra de-
terminación, nada quedaría consagra-
do. L a razón es porque, como muy
bien dice Billuart en el mismo artícu-
lo (dico 3), «non est ratio, cur haec
pars potius quam altera, has hostias
potius quam alias consecrarentur.» Se
sigue también que las partículas pues-
tas sobre el ara sin conocimiento del
celebrante no quedan consagradas por
falta de intención: «quia intentio non
fertur ad incognitum,» como dicen
IV.
todos los teólogos. Por el contrario,
quedarán consagradas, como dice Bil-
luart, con la opinión comunísima, «si
ad altare, aut ipso jubente vel volente,
vel saltem advertente (se supone que
consienta interiormente), alter attule-
rit, licet tempore consecrationis ad
eas non reflectat; quia remanet virtua-
lis intentio.» Pero añade que si las
partículas estuviesen fuera del corpo-
ral al tiempo de la consagración, es
más probable que no quedarían con-
sagradas, porque regularmente se pre-
sume que un buen sacerdote no quiso
consagrar sino lo que estaba sobre el
ara. L o mismo dicen Suárez y San
L i g o r i o ; pero el Santo (núm. 217)
añade que como algunos autores son
de opinión que, aun cuando estén
fuera del ara, quedan consagradas,
«cum res sit dubia, rationabiliter ait
Benedictus X I V ciborium denuo con-
secrandum: vel ut dicit T o u r n . (pági-
na 394, v . Tutius), in praxi illas par-
tículas esse sumendas post sangui-
nem: et ego addo post ablutionem,
sed ante purificationem; quia reliquias
sanguinis sunt certe Sacramentum,
sed hostias illas in ciborio sunt dubias.
Censent autem Tourn. et Croix posse
eas etiam consecrari in alia Missa sub
conditione. Sed hoc mihi non placet,
quia non videtur adesse justa causa
illas consecrandi sub conditione, cum
j a m sumi possint.» L o mismo dice
Scavini (tract. I X , disp. 4 . , cap. 2,
a ¿qué se había de hacer?
qucer. 5, nota Quid dices); pero excep-
túa el caso en que las partículas fue-
sen en gran cantidad, porque enton-
ces habría dificultad en sumirlas por
el peligro de indigestión, y así había
justa causa para consagrarlas sub con-
ditione en otra Misa.
1809. P . Si el sacerdote, cre-
yendo que no tenía en las manos sino
una sola hostia y realmente fuesen
dos, pronunciase la forma, ¿quedarían
las dos consagradas?
R. Aunque Cóncina lo duda, no
debe ser oído, porque es doctrina co-
DE L A EUCARISTÍA. 217
rríente que las dos quedan consagra- condicional: si non est consecratum, hoc
das: el error especulativo del celebran- est corpus meum. Dije que me parecía
te no desvirtúa la intención práctica más probable la primera opinión, por-
que tiene y debe tener de consagrar lo que en la segunda y tercera Misa de
que tiene presente, como dicen Nava- la Natividad del Señor y del día de
rro, L u g o , los Salmaticenses, Billuart, Difuntos, como no se hace ablución
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 216) y otros. en la primera ni en la segunda Misa,
Si el sacerdote antes del Qui pridie siempre quedan en el cáliz, tocando la
quam pateretur advirtiese que son dos parte superior del vino que se pone
hostias, debería separar una de ellas, para la tercera Misa, algunas especies
y si estaba ya ofrecida, consumirla sacramentales, y no obstante se p r o -
como una cosa santa después de las nuncia la forma sin condición en la
dos abluciones. segunda y tercera Misa. Confieso que
1810. Si después del Ofertorio á esta razón que alega la opinión pri-
trajesen partículas para consagrarlas, mera de Billuart, no sé dar solución.
el celebrante las puede consagrar,
1812. P . Cuando se pone el vino
ofreciéndolas antes mentalmente. Si en el cáliz, y algunas gotas quedan
hubiesen de quedar muchas personas separadas del continuo del vino, ¿que-
sin c o m u l g a r , podría consagrarlas dan éstas consagradas?
también, aunque las hubiesen traído
R. H a y opiniones. Billuart dice
comenzado ya el canon, con tal que
que, para quitar escrúpulos, será bue-
fuese antes del Qui pridie, como lo
no formar una vez para siempre (semel
afirman, e n t r e o í r o s autores, San L i -
pro semper) la intención de consagrar
gorio (lib. 6, núm. 217) y Benedic-
toda la materia presente licite et decen-
to X I V , en el lugar citado. Dice tam-
ter consecrabilem, et non aliam (De
bién el Santo, siguiendo á San A n t o - ¡
Euchar., dist. 3 . , art. 6, Inferes 5).
a
niño y á otros graves autores, que si
E n cuanto á la práctica, si las gotas
una persona hubiese de esperar m u -
de vino están en la parte exterior del
cho tiempo para comulgar por no ha-
cáliz, se han de limpiar, aun cuando
ber partículas consagradas, el cele-
se advierta después de la consagra-
brante podría comulgarla con un p e -
ción; porque, según sentencia comu-
dacito de su hostia.
nísima, no se puede presumir que el
1811. P. Si una ó algunas par- celebrante quiso consagrar lo que e s -
tículas no consagradas se mezclasen taba en la parte exterior del cáliz;
con algunas partículas consagradas, pues si lo hiciera, cometería un grave
sacrilegio.
R. Aunque me parece más probable E n cuanto á las gotas de vino que
la opinión de los que dicen que se for- están pegadas al interior del cáliz, al-
me intención de consagrar las no con- gunos autores dicen que no quedan
sagradas, diciendo sin condición Hoc consagradas, porque el sacerdote tan
est corpus meum, como dice Billuart; sólo quiere consagrar el continuo del
pero como otros autores en mayor nú- vino: otros dicen que quedan consa-
mero dicen que de esta manera sería gradas las que están próximas al con-
nula la consagración, porque la forma tinuo del v i n o , pero no las que están
absoluta no se dirigía á determinada distantes: otros dicen que todas q u e -
materia, por esto en la práctica, como dan consagradas, porque en el cáliz,
se trata de la validez de un Sacramen- después de la consagración, no quedan
to, seguiría esta segunda, que dice sino las especies sacramentales.
que se pronuncie sobre el cúmulo don-
C o m o las tres opiniones anteriores
de están las partículas consagradas y
son probables, para la práctica con-
no consagradas la siguiente forma
viene: i . ° Que el sacerdote purifique
2l8 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 219
las gotas separadas, si lo advierte á bien sería gravísimo sacrilegio, sería specie; quamvis etiamsi in una tantum
I 2.0
Si después de consagrada la
specie consecraret (sabiendo que no
tiempo oportuno; y si no lo advirtiese válida la consagración deliberada de hostia, «subitum mortis periculum ab
tenía la otra), consecratum esset. P e c -
hasta el tiempo de la consagración, una especie sin la otra. San L i g o r i o hostibus, vel incendium immineat, vel
caret tamen graviter, e t c . » (in 4 Sent.,
haga un pequeño movimiento con el dice que esta opinión es muy proba- aliud simile malum, secluso tamen
dist. 1 1 , q. 2, art. 1, sol. i . ad 4 . " ) .
cáliz para unirlas al continuo del vino, ble y común, pero que la opinión de
a a 1

scandalo, et contemptu fidei,» podría

Creo firmemente que San L i g o r i o
si están próximas: si están distantes, L u g o non videtur improbabais (en el el celebrante omitir la consagración
no había visto este pasaje de los Sen-
ó bien forme intención de no consa- mismo número, dubit. 3). Decía Lugo del cáliz, como dicen San L i g o r i o
tenciarios del A n g é l i c o Maestro, y m e
grarlas, ó «congruentius abstergat,» que el sacerdote no recibió la potes- ( l i b . 6, núm. 1 9 7 ) y otros graves
parece también:
como respondió la Sagrada C o n g r e - tad de consagrar válidamente sino autores: «cum id non sit velle faceré
gación de Ritos en 7 de Septiembre ofreciendo sacrificio: es así que no hay i.° Que la opinión de L u g o no es sacrificium non integrum, sed permit-
sólidamente probable intrínsecamente.
de 1 7 1 6 . P o r último, si por cualquier sacrificio sin la consagración de las iere ut una pars materias maneat con-
motivo ni las hubiese excluido de la dos especies; luego de intento no puede 2." Que tampoco lo es extrínse- secrata sine alia, quod excusabile est
camente, porque si bien L u g o es un
intención, ni las hubiese purificado el consagrar válidamente la una sin la in talibus casibus,» como dicen los
gran t e ó l o g o , su opinión singular es
celebrante, debe sumirlas en la se- otra. E l doctísimo Drouven, hablando Salmaticenses (tract. I V , punct. 3,
de poco valor, cuando, como aquí, es
gunda ablución, como dice Benedic- de la proposición mayor de L u g o , núm. 13), con la sentencia c o m u -
contra el sentir comunísimo de los
to X I V {De sacrif. Misses, lib. 3, c a - dice así: «Gratis de L u g o asserit in- nísima.
tentionem totum peragendi ad singula- teólogos que siguieron á Santo T o -
pítulo 8). Pero si bien es lícito en los casos
más. E n esta obra se ha visto que
1813. P. ¿ S e podrá consagrar rum partium vali.lam confectionem precedentes omitir la consagración
San L i g o r i o se aparta muchas veces
válidamente una especie sin la otra? requiri... D e L u g o novam hac de re del cáliz, no lo sería si á uno le dije-
de L u g o .
R. Si esto sucediese sin haber te- invexit ac defendit opinionem ab alio- sen: ó consagras una especie solamente,
nido esta intención el celebrante (prés- rum omnium theologorum sensu ac 1814. 3 . T e n g o por mucho más
0
ó te quito la vida: en este caso el sacer-
probable la sentencia común que dice
ter intentionem celebrantis), convienen principiis universim probatis aliéname dote debería sufrir la muerte antes
que el Papa no puede dispensar para
todos los teólogos en que sería válida ( L i b . 4, De re Sacramentaría, append. que hacerlo; porque si consagrase en-
ad cap. 3u m
) . que de intento se consagre una especie tonces una sola especie obraría di-
la consagración; como si, consagrada
San L i g o r i o dice que la opinión de sin la otra, aun cuando muchos en- rectamente contra el precepto divino
la hostia, el sacerdote advirtiese que
fermos hubieran de morir sin Viático,
en el cáliz había vinagre, y no hallase L u g o no se opone á lo que dice Santo sumamente grave, lo cual es intrín-
ó el pueblo no pudiera comulgar en
después vino para consagrar. L a gran T o m á s ( 3 . p., q. 78, art. 6). N o obs- secamente m a l o , como allí mismo
a

mucho tiempo. L a razón es, porque

cuestión es, sobre si sería válida la tante, siguiendo á graves autores, me dice San L i g o r i o , siguiendo á los Sal-
con la consagración de una sola espe-
consagración cuando el sacerdote de parece que L u g o se opuso á Santo maticenses, á Mazzota y á W i g a n d t .
cie no se haría sacrificio: las dos es-
intento se propusiese sacrilegamente T o m á s . H e aquí las palabras del An- 3. Si el sacerdote después de la
0

gélico Maestro: «Significatio hujus lo- pecies pertinent ad substantiam convivii

consagrar una especie sin la otra. consagración advirtiese que por equi-
et sacrificii passionis Christi representa-
i.° Aunque Navarro, Adriano y cutionis (Hoc est corpus meum) comple- vocación se había puesto agua sola-
tivi; y, por lo tanto, como dice B i l -
Mayor dicen que es de mero precepto tar stathn, completa pronuntiatione luart (De Euchar., diss. 3 . , art. 5),
a
mente ó vinagre en el cáliz, podría
eclesiástico, pero es indudable que la verborum;» y la razón no es porque la Iglesia, aunque puede mudar los
consumir la hostia sola, si no podía
consagración de las dos especies es de tenga ó no tenga intención el cele- ritos de los Sacramentos, pero siem-
tener vino; ó aun cuando lo tuviese,
precepto divino, como consta expresa- brante de consagrar después el cáliz, pre salva eorum substantia, como dice
no pudiera usar de él sin grave escán-
mente del T r i d e n t i n o , que dice así: sino porque las formas de los Sacra- el Tridentino (sess. 21, cap. 2).
dalo ó peligro de la vida, ó sin otra
«Christus corpus et sanguinem suum mentos id efficiunt quod signifícala. grande incomodidad semejante, como
1815. 4 . Per accideiis et prceter dice San L i g o r i o en el mismo núme-
sub speciebus pañis et vini D e o Patri Santo T o m á s dice expresamente que
0

intentionem, se puede consagrar una ro, siguiendo á Suárez, los Salmati-

obtulit, ac sub earumdem rerum Sym- el sacerdote que no tuviese sino una
especie, sin consagrar después la otra: censes, B o n a c , R e g i n . y Busembau.
bolis Apostolis, ut sumerent, tradidit, et de las especies, sí la quisiese consagrar
i.° Si un sacerdote después de
eisdem eorumque in sacerdotio successo- sin la otra, cometería un grave peca- 1816. P. ¿Qué pecado será c o n -
consagrada la hostia, muriese ó per- sagrar una hostia quebrada ó man-
ribus, ut offerrent, prescepit per haec do, pero que la consagraría válida-
diese el habla ó se pusiese demente, y chada?
verba: Hoc facite in meam commemora- mente: se v e , pues, claramente que
no hubiese otro sacerdote que perfec-
tionem; uii semper ccitholica Ecclesia L u g o impugnó al Sanco Doctor. He R. Si no hay escándalo, tan sólo
cionase el sacrificio; pero si hubiese
intellexit et dociiit.» (Sess. 22, cap. r.) aquí las literales palabras de Santo es pecado v e n i a l , aunque no haya
otro sacerdote, aunque no estuviese
Véase á San L i g o r i o (lib. 6, n ú m e - T o m á s : «Quamvis consecratio pañis causa, consagrar una hostia quebrada
non dependeat a consecratione vim..-, en ayunas y hubiese celebrado ya,
ro 196), que afirma ser verdadera y ó manchada, á no ser que sea enorme
en estos casos debería consagrar el
común esta sentencia de Cayetano, tamen potius deberet desistere qui non la rotura ó la mancha, porque enton-
haberet utrumque, quam conficere prs- vino, continuar la Misa y consumir
Soto, etc. ces sería mortal, dice San L i g o r i o :
las dos especies.
2.
0
E s opinión comunísima que si ter morem Ecclesiae in una tantum « N i s i fractura vel macula esset enor-
220 LIBRO VI. TRATADO
mis; tune enim esset mortale» ( l i b . 6,
núm. 204); pero añade: « S i tamen
fractura deprehendatur post oblatio-
nem, licite talis hostia consecrabitur,
nisi scandalum populi timeatur.»
CAPÍTULO III
DE LA FORMA DE ESTE SACRAMENTO
1817. P. ¿Cuál es la forma de
este Sacramento?
B. L a forma de la consagración
del pan es: Hoc E S T ENIM CORPUS
M E U M . T o d a s estas palabras son ne-
cesarias necessitate sacramenti, e x c e p -
tuada la conjunción enim. Algunos
dijeron que esta conjunción era tam-
bién esencial; pero esta opinión está
anticuada. L o s teólogos siguieron co-
munísimamente á Santo T o m á s , que
dice así: «Hsec conjunctio enim appo-
nitur in hac forma secundum consue-
tudinem Romanas Ecclesiae á Beato
Petro Apostólo derivatam , et hoc
propter continuationem ad verba prae-
cedentia; et ideo non est de forma»
(3- P-J °.- 78, art. 2 ad 5 . ) . Véase
a u m
á Silvio sobre la citada cuestión de
Santo T o m á s , art. 1, queer. 3 , donde
da cumplida solución á los argumen-
tos de los antiguos que opinaron de
otro modo.
Sobre el pecado que cometería el
que advertidamente omitiese la conjun-
ción enim, la opinión común dice que
tan sólo sería venial, porque ni la dijo
Cristo cuando consagró el pan, ni
contiene misterio especial: no obs-
tante, Suárez, Roncaglia, Cóncina y
Billuart dicen que sería mortal; cuya
opinión, dice San L i g o r i o , no es i m -
probable: ^reverá enim in re tam gravi
non videtur levis materia quascumque
levis mutatio delibérate apposita.» ( L i -
bro 6, núm. 220.)
1818. P. L a s palabras Qui pridie
quam pateretur y Simili modo, ¿perte-
necen á la esencia de las formas de
la consagración del pan y del vino?
R. Escoto dice que si se omitiesen
IV.
estas palabras, sería dudosa la consa-
gración:
i.° Porque entonces las palabras
Hoc est corpus metan no significarían
el cuerpo de Cristo, sino el del sacer-
dote que las pronuncia. Esta razón
de Escoto es justamente el argumento
idéntico que Santo T o m á s se opuso á
sí mismo en la 3 . part., q. 78, art. 1,
a sóstomo ( h o m . 3 . in I I T i m . ) , San otros no recordarán bien lo que es re-
arg. 4. D i c e así: « U b i verba alia (Qui
pridie, e t c . ) praetermitterentur, p r a -
dicta verba. (Hoc est corpus meum) ac-
ciperentur ex persona sacerdotis pro-
ferentis, in cujus corpus et sanguinem
pañis et vinum non convertuntur.»
Hasta aquí el argumento de Santo
Tomás, al cual el Santo Doctor res-
ponde así.(ad 4 . ) : «Si sacerdos sola
u m
verba prasdicta (Hoc est corpus meum)
proferret cum intentione conficiendi hoc
Sacramentum, perficeretur hoc Sacra-
mentum; quia intentio faceret ut hasc
verba intelligerentur quasi ex persona
Christi prolata; etiamsí verbis prae-
cedentibus hoc non recitaretur: gravi-
ter tamen peccaret sacerdos sic confi-
ciens hoc Sacramentum, utpote ritum
Ecclesiae non servans.» D e modo que
tan sólo se ha de mirar á la intención
del sacerdote, como dice el Floren-
tino: «Sacerdos in persona Christi
loquens, hoc conficit Sacramentum;»
así es que aun cuando dijese el Qui
pridie, etc., no haría sacramento si
las palabras Hoc est enim corpus meum
las dijese en su nombre, y no en el
nombre de la persona de Cristo.
2. Dice Escoto que la rúbrica
0
manda que se comience desde Qui
pridie, cuando se ha de repetir la for-
ma por haber sido dudosa la consa-
gración; luego esto prueba, dice Es-
coto, que el Qui pridie es esencial á la
forma. Pero esto nada prueba; porque
dichas palabras son santísimas, his-
tóricas y enlazan la continuación con
la forma. Además, la forma aislada y
desnuda quedaría desairada. San L i -
gorio dice que no se atreve á decir
que es improbable la opinión de E s -
coto, pero á mí me parece desnuda de
DE LA EUCARISTÍA. 221
toda sólida probabilidad: i . ° Porque, T o m á s ( 3 . p . , q. 78, artículos 4 y 5),
( a
como muy bien dice L u g o , ab ómni- cuya doctrina siguieron después co-
bus rejicitur. 2.° Porque, como dicen munmente los teólogos más célebres.
todos los teólogos, la forma esencial Pero para no enredarse con escrúpu-
de la consagración consta de solas las los, lo mejor será pronunciarlas con
palabras que dijo Jesucristo; como intención de hacer sacrificio según la
entre otros lo afirman Tertuliano ( l i - intención y el rito de la Iglesia cató-
bro 4 contra Marción, cap. 4), el C r i - lica; porque los unos no sabrán, los
a
Ambrosio, que dice así: « Q u o m o d o citar las palabras historice et significa-
potest, qui pañis e s t , corpus esse tive; además de que hay opiniones, y
Christi? Consecratione. Consecrado i g i - se confundirían.
tur, quibus verbis est, et cujus sermo-
Para librarse de ansiedades, y al
nibus? Domini Jesu. Nam per reliqua
mismo tiempo poder ganar cincuenta
omnia, quae dicuntur, laus D e o defer-
días de indulgencia, concedidos por
tur...; ubi autem venitur ut conficiatur
Gregorio X I I I , sería de desear que
venerabile Sacramentum, jam non sttis
todos los sacerdotes, antes de celebrar
sermonibus sacerdos utitur, sed utitur
la Misa, rezasen devotamente la si-
sermonibus Christi. E r g o sermo Christi ¡
guiente oración: « E g o voló celebrare
hoc conficit Sacramentum.» (De Sacram.,
I Missam, et conficere corpus et san-
lib. 4, cap. 4.)
• guinem Domini nostri Jesu Christi
Sobre todo, el Concilio Florentino, juxta ritum Sancta Romana Ecclesiee,
in Decreto Unionis, dice así: «Forma ad laudem omnipotentis D e i , totius-
hujus Sacramenti sunt verba Salvatons, que curias triumphantis, ad utilitatem
quibus hoc conficit Sacramentum. raeam, totiusque curias militantis; pro
Sacerdos enim in persona Christi lo- ómnibus qui se commendaverunt ora-
quens hoc conficit Sacramentum; nam tionibus meis in genere et in specie,
ipsorum verborum virtute substantia ac pro felici statu Sanctae Romana?
pañis in corpus Christi, et substantia Ecclesiae. A m e n .
vini in sanguinem convertuntur;» y
«Gaudium cum pace, emendatio-
sabido es que Jesucristo no dijo las
nem vitse, spatium verae posnitentias,
palabras Qui pridie, etc., ni Simili
gratiam et consolationem Sancti Spi-
modo, etc., ni el sacerdote las dice en
1
ritus, perseverantiam in bonis operi-
nombre de Cristo. Véase á Silvio, en
bus tribuat nobis omnipotens et m i -
el comentario al art. 1, queer. 3, q. 78
sericors Dominus. A m e n . »
de la 3 . parte de Santo T o m á s ; á B i l -
a
Aunque antiguamente se creía que
luart, diss. 5 . De forma
a
Euchar.,
á la oración anterior Ego voló celebra-
art. 2; y á Benedicto X I V , que d e -
fiende eruditamente esto mismo como re, etc., estaban concedidos cincuenta
doctrina común (De sacrif. Missa, años de indulgencia á los sacerdotes
que la rezasen devotamente antes de
lib. 2, cap. 1 5 , núm. 13).
celebrar, últimamente, en la imprenta
1819. P. ¿Cómo se han de pro- de la Propaganda, se hizo en 1877,
nunciar las palabras de la consagra- por orden de P í o I X , una nueva edi-
ción?
ción del librito titulado Colección de
R. Se han de pronunciar recitativa Indulgencias, y en esta edición, que la
ó históricamente, esto es, c o m o d i - Sagrada Congregación declaró autén-
chas por Jesucristo; y además como tica en 3 de Junio del mismo año, se
significativas y factivas, esto es, que se lee que no son cincuenta años, sino
aplican á la materia presente, y c o n - cincuenta días de indulgencia los que
vierten el pan en cuerpo de Cristo, Gregorio X I I I concedió á los que r e -
y el vino en su sangre. Véase á Santo zasen dicha oración; y que se debe
222 LIBRO VI. TRATADO IV. DE L A EUCARISTÍA. 223
estar á esta edición novísima, y no á realmente por unión natural al cuerpo c i ó n , sino la mera existencia del Christi, scilicet, ossa, nervi, et alia
las anteriores, en que se decía que se de Jesús; porque allí está Jesucristo cuerpo de C r L t o en la hostia; pala- hujusmodi. E t hoc apparet ex forma
ganaban cincuenta años. O m i t o poner todo entero, Dios y H o m b r e , vivo y bras que un seglar puede decir con hujus Sacramenti, in qua non dicitur:
por extenso el decreto de la Sagrada glorioso, del modo que se dijo en otro verdad: así opinan Suárez, Bonacina, Hcbc est caro mea; sed: Hoc est corpus
Congregación y las preces que le pre- lugar. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 221) y otros meum;» y en el art. 2 de la q. 78, dice
cedieron: puede verse en el tomo i de Meum: esta palabra es la determi- muchos. Si el hic se toma por pro- así: « T e r m i n u s ad quem (de la con-
La Cruz, año de 1879, pág. 747: tan nación de la palabra corpus; esto es, nombre demostrativo, y hay recta in- versión in facto esse) exprimitur per
sólo pondré la respuesta de la Sagrada no está aquí un cuerpo fantástico. tención de consagrar, es válida la con- nomen significans naturam ejus, in
Congregación: como dicen los herejes, sino el verda- sagración; porque tan sólo hay el error quod fit conversio; quod quidem est
«Resp. Sacerdotes ante celebratio- dero cuerpo de Cristo: corpus meum, gramatical de mudar el género neutro totum corpus Christi, et non sola caro
nem Sacri recitantes: Ego voló Mhsam dijo Jesús. en masculino. Así opinan, además de ejus. U n d e haec forma est convenien-
celebrare, etc., lucrantur indulgentiam L a conjunción enim es la razón de Cóncina, Suárez, Bonacina, San L i -tissima: Hoc est corpus meum.» E l
quinquaginta dierum ex concessione las palabras precedentes accipite et gorio y los Salmaticenses (tract. I V doctísimo Silvio , comentando este
Gregorii X I I I . — I t a reperitur in r e - mandúcate; esto es, tomad y comed; De Euchar., cap. 5, núm. 3). artículo de Santo T o m á s (queer. 3),
gestis Secretarias Congregationis I n - porque (enim) este es mi cuerpo. A la 3 . : Ecce corpus meum, es nula
a
dice así: « S i quis loco corporis diceret
dulgentiis sacrisque Reliquiis Praspo- L o s autores disputan sobre si son ciertamente esta forma, como dicen caro, verisimile est quod non conficier.
sitas. In quorum fidem, e t c . — E x S e - válidas ó nulas ciertas formas en que Cóncina, Suárez, Juan González, Fa- (Sacramentum); quia caro et corpus
cretaria ejusdem S. Congregationis, hay variación de las palabras de la gúndez, Bonacina. E l Sr. Sánchez, non aequivalent, cum corpus plus i m -
die 13 Januarii 1 8 7 9 . = L o c . f s i g . — consagración del pan. L a regla se- en el lugar citado, afirma que los Sal- portet quam caro.» Sánchez se inclina
DOMIXICUS SARRA, Substituías.» gura es la que se puso en el cap. 2 maticenses la consideran como dudosa: también á esta opinión.
1820. P. ¿Qué significación tie- De los Sacramentos en general, núme- pero se equivoca, porque si bien al
A la 5 . dice Cóncina que sería vá-
a

nen las palabras de la consagración ro 1612; pero como las apreciaciones principio del núm. 4 dicen que por lo
lida; y lo mismo dicen otros varios
del pan? de los sabios son tan diversas, pondré menos esta forma es dudosa, pero á
autores citados por Busembau.
R. Hoc no significa el p a n , nialgunas de ellas. continuación añaden que Juan G o n -
A la 6 . , que es nula, porque no
a

tampoco el cuerpo de Cristo; porque
las palabras de la consagración no
1821. P. ¿Son válidas las formas zález tiene por cierto que esta forma
tiene sentido eficaz efectivo, sino op -
siguientes: 1 . Hoc est corpus Christi. no es válida, «et non valere consecra-
tativo.
a

hacen que el pan sea cuerpo de Cristo, 2 . Hic est corpus meum. 3 . Ecce cor-
a a tionem docent Fagundez et Bonacina
A la 7 . , que es nula, porque no
a

ni hacen que el cuerpo de Cristo sea pus meum. 4 . Hxc esi caro mea.
a (y concluyen los Salmaticenses): quod
se consagra el pan en cuerpo de Cristo,
cuerpo de Cristo, sino que, como dice 5 . Hic cibus esí meum corpus. 6 . Hoc
a a nobis magis placet, ut placuit Patri
sino que se hace que la sustancia con -
la sentencia comunísima, siguiendo á fit, fiat ni sil corpus meum. 7 . Egoa Suarez contra L e a n d r u m . » Dice el
tenida bajo las especies de pan se con-
Santo T o m á s , hoc significat contentum consecro hunc panem in corpus meum. Sr. Sánchez que la palabra ecce puede
vierta en cuerpo de Cristo.
in generali sub istis speciebus, esto es, 8 . Ego consecro corpus meum ex pane.
a significar lo propio que hoc; y que he
aquí mi cuerpo, y esto es mi cuerpo pu- A la 8. , que es también nula, por-
a

lo que tengo en mis manos, contenido g. a

bajo estas especies, que al comenzar
Accipite et comediie hoc corpus
dieran quizá tenerse por locuciones que no expresa la transubstanciación.
meum. 10. Hese est substaníia mea.
de casi idéntica significación: esto es A l a g . , el S r . Sánchez dice así:
a

la forma de la consagración es sus- 11. Hic est cibus meus. 12. Illud est
falso, porque hoc demuestra la m a t e - «•Accipite et mandúcate hoc corpus meum:
tancia de pan, terminada la forma, corpus meum. 13. Meum est hoc corpus.
ria per modum substantivi, y junta con Cóncina opina que esta forma es v á -
se convierte en cuerpo de Cristo, y es 14. Hoc corpus est meum. 1 5 . Hoc est
el verbo est tiene significación efectiva; lida: los Salmaticenses creen, por el
cuerpo de Cristo. corpus meum? Hasta aquí son pregun-
pero el ecce es un adverbio puramente contrario, que es nula. Y la verdad
E l verbo est no quiere decir que sig- tas de Cóncina ("tomo 8, De Euchar., es que comed este cuerpo mío es cosa
demostrativo.
nifica el cuerpo de Cristo, como pre- dissert. i . , cap. 5, núm. 19); y da
a

muy diversa de este es mi cuerpo.» E l

tenden los herejes; sino que quiere las respuestas siguientes: A la 4 . dice Cóncina que es nula
a
señor Sánchez se equivocó cuando en
decir, es verdaderamente el cuerpo de A la i . dice que esta forma es
a la forma, y añade: «Falliturque L e a n - el lugar citado dice que Cóncina opi-
Cristo. nula: en lo cual no parece hay duda, der cum alus, dum ajunt probabilius na que esta forma es válida, porque
Corpus no quiere decir la humani- porque esas palabras no se pronun- valere.» L a opinión de Cóncina la de- tan sólo refiere la opinión de otros,
dad entera, ni la carne sola, sino cian significativamente en la perso- fienden muchos autores, que pueden sin aprobarla ni reprobarla: dice así:
solo el cuerpo, que consta de carne, na de Cristo, sino en la persona del verse en los Salmaticenses, en e l lu- « A d g afnrmant Lesius et Bernal, ci-
huesos, nervios, etc. L a razón es, sacerdote que celebra. gar citado, núm. 9. Santo T o m á s tati a Leandro.» Además, los que di-
porque ex vi verborum solamente se A la 2. Si el hic se pronuncia ad-
a
(3. p., q. 76, art. 1 ad 2 . ) dice así:
a um
cen que esta forma es válida, se ha
pone bajo los accidentes de pan la verbialmente, esto es, hic, aquí eíiá mi «Ex vi sacramenti sub hoc Sacra- de entender que suponen tácito el ver-
sustancia del cuerpo de Cristo, no su cuerpo, sería nulo; porque no se ma- mento continetur, quantum ad species bo est: esto es, tomad y comed, este es
sangre ni su alma; si bien están allí nifestaba el acto de la transubstancia- pañis, non solum caro sed totum corpus {mi cuerpo. Si no se sobrentiende el
224 LIBRO
verbo est, la forma será ciertamente
nula: porque estas palabras: Comed
este cuerpo mío, no son efectivas del
Sacramento, sino que le suponen he-
cho. Benedicto X I V , cuyo voto es
tan respetable, dice que la omisión
del verbo est en la forma no anula la
consagración: «ea enim subintelligi
potest (la voz est) quantum ad conse-
crationis validitatem.» (De sacrif.
VI. TRATADO IV.
copus meum; ú: hoc est colpus meum; ú:
hoc est corpus meus; ú: hoc es corpus
meum. L o mismo sucede en algunas
provincias de España, en las que es
viciosa la pronunciación, y pronun-
cian del modo siguiente: Hocque este
enin corpus meun. Estas locuciones no
anulan la forma; porque, en donde
están en uso, significan lo mismo que
las palabras correctas de otras pro-
DE LA EUCARISTÍA. 225
P. ¿Son esenciales á la forma todas I ma hujus sacramenti: Hoc est corpus
las anteriores palabras? meum; et Hic est calix sanguinis mei?o
R. H a y tanta variedad de opinio- \ Responde afirmativamente, y lo prue-
nes, por una y otra parte se alegan ba con las siguientes palabras: «For-
tantas razones y autoridades, que me ma hujus Sacramenti importat solum
alargaría demasiado si entrara de lle- consecrationem materia?, quas in tran-
no en esta cuestión. D i r é , tío obstan- substantiatione consistit, puta cum d i -
te, lo más principal. citur: Hoc est corpus meum; v e l : Hic
i.° E n cuanto á la especulativa, est calix sanguinis mei.» Después, en
tengo por más probable que para la la respuesta ad 4 - , dice el Santo:
u m

Missa, lib. 3, cap. 15, núm. 15.) vincias; y por lo tanto, como dice San
transubstanciación del vino en la san- «Quod si sacerdos sola prasdicta ver-
A la 1 0 . , la forma sería nula, por- L i g o r i o con la sentencia común, «in
a
gre de Cristo bastan las palabras: Hic ba (Hoc est corpus meum; Hic est calix
que la palabra substantia es demasia- his remanent forma et significado est calix sanguinis mei; ú: Hic est san- sanguinis mei) proferret cum inten-
do común, como dicen Suárez, los substantialis.» »uis meus. tione conficiendi hoc Sacramentum,
Salmaticenses y otros. Del mismo modo es válida la for- 2.
0
Aunque á no pocos autores les perficeretur hoc Sacramentum.» Así
A la 1 1 . Esta forma es nula e v i - ma donde, en lugar de calix, hay la
a
pareció que Santo T o m á s en los Sen- interpretaron á Santo T o m á s y esta
dentemente, porque cibus meus y cor- costumbre de pronunciar calis: zan- tenciarios (in 4 Sent., dist. 8 . , q. 2. , opinión defendieron los sabios tomis-
a a

pus meum tienen significación muy di- guinis en Andalucía significa lo mis- art. 2, quasstiuncula 2 . , in solu. tas Cayetano, S o t o , Ñ u ñ o , Juan de
a

versa. mo que sanguinis en Castilla : meun ad 3 . ) , y en el comentario de la pri-, Santo T o m á s , Serra, Gotti, Herrni-
u m

A la 1 2 . E s nula sin duda alguna, y nobi en muchas provincias de E s -

a
mera Carta á los Corintios (cap. 2, nier y otros muchos, como dice Go-
porque no se puede consagrar sino la paña significa lo mismo que meum y lect. 6. ) defendió que todas las pala- net (disp. 7. , De forma sacram. Eu-
a a

materia que se puede designar con el novi en Valencia y Cataluña. Fuera
pronombre hoc y no illud: lo mismo de desear que la pronunciación de la
dice Benedicto X I V . b y la v no se confundiesen; porque,
A la 1 3 . se dice lo mismo, porque especialmente en las lenguas extran-
a
estas palabras no son efectivas, sino jeras, se considera como un grave
meramente demostrativas. a b u s o , por la diversa significación
A la 1 4 . se dice lo m i s m o , si bien que tienen; pero en donde se confun-
a
me ocurre que sería válida la forma de su significación, no solamente se-
si en el pronombre hoc se hiciese un ría escrúpulo, sino hasta necedad el
poco de descanso, de modo que el hoc dudar de la validez de la forma; y lo
no se uniese con corpus, sino que el mismo cuando en lugar de la m se
corpus se uniese con meum por medio termina en n, como muy bien dice
del verbo est; pues en este caso haría D o m i n g o Soto.
el mismo sentido que diciendo: Hoc Santo T o m á s , á quien después si-
est corpus meum; pero como la contra- guieron comunmente los teólogos,
ria es común, sapientes dixerint. compendió toda esta doctrina en las
A la 1 5 . , la forma sería válida, siguientes palabras: «Quamvis hujus-
a sería válida diciendo solamente: Ab-
porque la conjunción enim, como que- modi verba corrupte prolata nihil sig-
da dicho, no es esencial á la forma. nificent ex virtute impositionis, acci-
1822. Si se dijese: Hoc est corpus piuntur tamen ut significantia ex accom-
meum verum; ú: Hoc est corpus meum modatione usus; et ideo licet mutetur
verum, quod traxi de Virgine, estas sonus, remanet idem sensus» ( 3 . p., a
bras de la forma son esenciales, pero char., a r t . 2, núm. 14). P r o c e d i ó ,
en su última obra, la Suma Teológica, pues , con alguna ligereza é inexacti-
aunque dice que todas las palabras tud Busembau, citado por San L i g o -
pertenecen á la integridad y sustan- rio (lib. 6, núm. 220), cuando a s i e n -
cia de la forma, por la palabra sustan- ta magistralmente : « E t s i verior et
cia no entiende la esencia, sino la i n - communior sit sententia S. Bonav.
tegridad. L a s narices, v . gr., perte- Suar., B e l l a r m . , et aliorum (contra
necen á la sustancia del hombre, pero S. T h o m a m et thomistas) quod es-
no á su esencia. L a satisfacción sa- sentialia sint tantum hsec: Hic est ca-
cramental in re pertenece á la sustan- lix sanguinis mei; vel: Hic est sanguis
cia del sacramento de la Penitencia, meus, etc.» L o s tomistas y no tomis-
pero no á su esencia. L a s palabras a tas están divididos en esta cuestión.
peccatis tuis pertenecen á la sustancia
E n cuanto á la práctica, como d i -
de la forma de la absolución, pero
cen San L i g o r i o (lib. 6, núm. 223,
no á la esencia de la f o r m a ; porque,
qucer. 2) y Benedicto X I V (De sacrif.
según la sentencia más probable ,
Missa, lib. 4, cap. 15, núm. 15), es
indudable que si se dijese solamente:
solvo te.
Hic est calix sanguinis md, se debería
Así interpretaron también Silvio y repetir la forma sub conditione (si non
Billuart á Santo T o m á s en los pasa- est consecratum); porque hay un coro
jes que se citan de los Sentenciarios de doctores eminentes que afirman

y del comentario de la primera Carta que esa forma es nula, si bien algu-
formas serían válidas, porque las adi- q. 60, art. 7 ad 3 . ) . u m

ciones son accidentales, que no alte-
ran el sentido esencial de la forma,
como con la opinión común dice San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 224). E l Santo,
en el mismo número, dice que, ha-
biendo recta intención de consagrar,
1823. P . ¿Cuál es la forma déla
consagración del vino?
R. « H i c est enim calix sanguinis
mei, novi et aeterni Testamenti, mys-
terium fidei, qui pro vobis et pro mul-
tis effundetur in remissionem pecca-
á los Corintios. L a s palabras novi et nos dicen que no todas las otras pala-
xterni testamenti, etc., pertenecen á la bras son esenciales, sino algunas de
sustancia ó complemento , no á la ellas. L o s Salmaticenses tratan lata
esencia de la forma de la consagra- y eruditamente esta cuestión ( D e
ción del cáliz; pero, sea lo que fuere Euchar., cap. 5, punct. 2), y citan
acerca de la significación de estos dos más de veinticuatro autores que tie-
textos, Santo T o m a s e n l a 3 . p . , q. 78, nen por nula la forma, si tan sólo se
a

es válida la forma si uno dice: hoc est torum.»

art. i , pregunta: « U t r u m haac sit for- dice: Hic est calix sanguinis mei.
TOMO I I .
15
226 LIBRO VI. TRATADO
E l Sr. Sánchez padeció un notable
descuido cuando en el tract. I V , pun-
to 3, núm. 2, afirma que «los Salma-
ticenses dicen que convienen todos los
teólogos en que las palabras: Hic est
calix sanguinis mei; ó: Hic est sanguis
meus, son las únicamente necesarias
para salvar la esencia de la forma.* L o s
Salmaticenses no dicen que convie-
nen todos los teólogos en que las pa-
labras citadas son las únicamente ne-
cesarias, sino que son necesarias: mal
podían decir semejante cosa , cuando
citan , como queda dicho , más de
veinticuatro autores que creen nece-
sarias esencialmente, ó todas, ó par-
te de las que siguen á continuación.
«In quo tamen conveniunt omnes, pri-
mo; illa verba: Hic est calix sangui-
nis mei; v e l : Hic est sanguis meus,
esse de essentia hujus forma:.)) E l que
desee enterarse por extenso de las ra-
zones de las dos opiniones contra-
rias, vea á Gonet y á los S a l m a t i -
censes, en los lugares citados; á Silvio
(in 3 . p. D i v . Thomaa, q. 7 S , art. 1,
a
queer. 3 , y art. 3) , y á Billuart (De
Ruchar., diss. 5 . , art. 3, § 2). (1)
a
1824. Explicaré brevemente las
palabras de la forma de la consagra-
ción del vino.
Hic no es adverbio de lugar , sino
pronombre sustantivado; porque, como
dice Billuart, «hic non est adverbium
loci. Alioquin non significaretur mu-
tatio substantialis ; sed est prono-
men sumptum substantive, demons-
trans immediate liquorem seu potum
contentum sub speciebus vini quod
est in cálice.» (Apéndice al artículo
citado.)
Est no quiere decir significa, como
¡r notablemente
A u n q u e es
b a b l e q u e es v á l i d a la c o n s a g r a c i ó n del
c á l i z d i c i e n d o solamente: Hic c.st calix san- efecto propio d é l a Eucaristía, sino al
guinis mei; p e r o c o m o h a y a l g u n o s a u t o r e s efecto de la pasión de Cristo , que se
mandó
g r a v e s q u e lo n i e g a n , S a n Pío V
l)orr.:r de los c o m e n t a r i o s d e C a v e t a n o q u e gración de la sangre, como dice Santo
el q u e no dijese s i n o esas p a l a b r a s , n o debía
r e p e t i r xub conditione toda la f o r m a , p o r q u e
se trataba del v a l o r de un S a c r a m e n t o .
IV.
dicen los herejes ; sino es realmente el
cáliz de la sangre, etc.
Calix, esto es, el continente por la
cosa contenida en él.
Sanguinis mei, novi et ceterni testa-
mentí; p o r q u e , como dice Billuart,
«sicut vetus testamentum vitidorum
sanguine confirmatum fuit ( E x o d i ,
cap. 24), ita hoc novum confirmatum
est sanguine Christi.»
Mysterium fidei; quia quod proponi-
tur in hoc mysterio, sola fide attingi
potest, et inter alia fidei mysteria est
spectatissimum.
Qui pro vobis, scilicet , sumentibus;
et pro mullís alus. lili multi, dice Sil-
vio (art. 3), vel intelliguntur omnes
e l e c t i , vel omnes omnino: nam pro
ómnibus sufficienter effusus est san-
guis Christi; pro electis vero etiam
efficaciter.
Effundetur: esta palabra, no sólo se
dice históricamente , sino también
significativamente; porque, como di-
cen los Salmaticenses en el capítulo
citado, núm. 41 , «sanguis Christi
erat effundendus , quando Christus
primo protulit illa verba , et sacerdos
repraesentat personam C h r i s t i , ac si
tune in ultima ccena esset cum disci-
pulis suis; ratione cujus repnesenta-
tionis potest nunc dicere de futuro:
Qui pro vobis effundetur.» D e aquí es
que el celebrante se incluye á sí mis-
mo en aquellas palabras de Cristo:
«Qui pro vobis effundetur,» porque las
pionuncia en la persona de Cristo,
que las aplicaba también á todos los
sacerdotes. T o d a esta explicación de
los Salmaticenses está tomadade San-
to T o m á s , en el libro 4 de los Sen-
tenciarios , dist. 8 , q. 2 , art. 2,
sol. 3 . ad 7. »>
a u
esta re-
In remissionem peccatorum:
m á s p r o - misión de los pecados no alude al
expresa por las palabras de la consa-
T o m á s en el lugar citado (ad 8 )
u m
1825. P. ¿Cuándo se han de re-
DE L A EUCARISTÍA. 227
petir las palabras de la consagración ? oración humilde y haciendo un gran-
R. H e aquí la respuesta sólida d e de esfuerzo, se suelen remediar en
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 224): « A d - poco t i e m p o , aunque algunas veces
vertendum autem quod verba conse- duran muchos años , porque es una
crationis minime repetenda sint, nisi | tribulación que Dios envía amorosa-
valde probabiliter dubitet sacerdos a l i - I mente. i . ° E s preciso armarse d^
quid omisisse , ut loquitur rubrica valor para obrar con serenidad al
(tít. 5, núm. 2) his verbis: « S i cele- tiempo de consagrar. 2° N o detener
brans non recordetur se dixisse ea se un momento en hacer intención,
quae in consecratione communiter d i - sino después de terminar el Qui pridie,
cuntur, non debet propterea turbari. inclinarse un poco (no mucho) sobre
Si tamen certo ei constat se omisisse el altar , y pronunciadas las palabras
aliquid eorum quae sunt de necessitate Accipite et mandúcate ex hoc omnes, con-
sacramenti, resumat formam. Si vero tinuar sin interrupción alguna, y decir en
valde probabiliter dubitat se aliquid el mismo tono y con la misma naturali-
essentiale omisisse , iteret f o r m a m , dad: « H o c est enim corpus m e u m . »
saltem sub tacita conditione.» Dije que se inclinase un p o c o ; porque
1826. P. ¿Cómo ha de pronun- algunos se recuestan de tal manera
ciar el sacerdote las palabras de la sobre el altar, que casi juntan los l a -
consagración? bios con la hostia primero, y después
R. Con voz baja, pero el ira, respe- con el labio el cáliz, con una postura
tuosa, continuada y natural. Como hay poco decente y hasta ridicula. L a d e -
algunos sacerdotes que padecen m u - voción ha de ser interna , y en el e x -
chas ansiedades al consagrar, me terior ha de ser grave y modesta.
parece conveniente trasladar las pala-
1827. P. ¿Cómo peca el sacer-
bras de Collet (trat, De la Misa , n ú -
dote que se distrae voluntariamente
mero 5). Dice así: «Son reprensibles
cuando pronuncia las palabras de la
aquellos sacerdotes , estimables por consagración?
otra parte, alguno d e los cuales á cada
R. San L i g o r i o dice que es opinión
palabra hacen una pausa considerable
común que en las formas de los otros
que cambia el sentido y rompe el en-
Sacramentos la distracción voluntaria
lace de las palabras: otros pronuncian
es tan sólo venial , nisi essetpericulum
cada palabra con un esfuerzo tan v i o -
errandi in formis .pressertim longioribus
lento , que se les creería agitados de
(lib. 6, núm. 14, Utrum); pero en las
movimientos convulsivos ; tiemblan
formas de la consagración de la E u -
con la cabeza y con el cuerpo. P o r
caristía el Santo, siguiendo á Cóncina
esforzarse en no faltar en cosa algu -
y T a m b u r i n o , dice que sería mortal
na , lo pervierten todo. Ellos el hoc le
distraerse voluntariamente; «quia dis-
mudan enhoeque, el vizum en meumme,
tractio in tali Sacramento videtur non
y así en lo demás. Nosotros les pedi-
carere gravi irreverentia.» L o mismo
mos un favor, y es, que se pregunten
dice el Santo en el l i b . 6, núm. 224,
á sí mismos si creen que Jesucristo ha-
Notandum; pero téngase presente que
bló de esta ?n.mera cuando instituyó la
el Santo habla solamente de aquellos
Eucaristía. L o cierto es , que ese vio-
lento modo de consagrar aflige á los
sacerdotes, que, mientras pronuncian
las palabras de la consagración , se
buenos, causa admiración á los fieles,
y hace reír á los libertinos.» Hasta
distraen con plena advertencia y vo-
luntad.
aquí Collet.
L a experiencia enseña la dificultad
de curar esas ansiedades y las moles-
tias que causan ; pero acudiendo á la
228 LIBRO VI. T R A T A D O
CAPÍTULO IV
D E LOS E F E C T O S D E LA EUCARISTÍA
1828. P. ¿Cuáles son los efectos
del sacramento de la Eucaristía?
R. Santo T o m á s , á quien siguieron
los teólogos católicos , dice y prueba
que el propio y principal efecto de este
Sacramento no es perdonar los peca-
dos mortales , porque está instituido
per modum cibi spiritualis cibativi; et
qui non vivii spiriiualiter per graiiam,
non debetspirituale nutrimentum sus-
cipere, quod non esí nisi viventis ( 3 . p.,
a
q. 79, ait. 3). E l que se acercase á
este Sacramento estando con concien-
cia de pecado m o r t a l , incurriría en
aquella terrible sentencia del Apóstol:
Qui manduca? et bibit indigne, judicium
sibi manducat et bibit ( I ad Corinth.,
cap. 1 1 , v. 29). Esta doctrina en el
día es de fe. E l Tridentino (sess. 13,
can. 5) dice así: « S i quis dixerit vel
pracipuum fructum sanctissima Eucha-
ristia esse remissionem peccatorum , vel
ex ea non alios effectus produci, ana-
thema sit.»
L o s efectos de este Sacramento,
entre otros, s o n :
i.° E l primero y principal efecto
es el aumento de una gracia santifi-
cante cibativa; la cual, como dice San-
to T o m á s en la 3 . p., q. 7 9 , art. 1,
a
causa proporcionahnente los mismos
efectos paia la vida espiritual que la
cernida y bebida material para la vida
corporal; esto es, auget, reparat, delec-
tat, et quodammodo inebriat dulcedine
bonitatis divina.
2." N o s conduce á la consecución
de la gloria ; porque , como dice San
A g u s t í n , «iste cibus et potus eos , a
quibus sumitur, immortales et incor-
ruptibiles facit in societate sancto-
r u m » (tract. X X V I in J o a n n . , circa
finem); y así nos dice el Evangelista
San Juan: « S i quis manducaverit ex
IV.
hoc pane, vivet in aeternum.» (Cap. 6 ,
v. 52.)
E s verdad, como dice Santo T o m á s
(cuestión citada, art. 2), que este Sa-
cramento no quita la potencia de
pecar, y así produce la incorruptibili-
dad en esta vida imperfectamente, y
perfectamente en el cielo.
3.0
Perdona per accidens los peca-
dos mortales, cuando el hombre, cre-
yendocon buena fe que está en gracia,
se acerca con atrición sobrenatural:
entonces «consequetur per hoc Sa-
cramentum gratiam charitatis , qu;e
contritionem (imperfectam) perficiet,
et remissionem peccati.» ( A r t . 3.1
Esta doctrina de Santo T o m á s , aun-
que no es de fe, la aceptaron comun-
mente los teólogos; y por esto es muy
laudable procurar la contrición antes
de c o m u l g a r , aunque no se llegue á
la contrición perfecta.
4. 0
Perdona los pecados veniales,
011 tal que no haya afecto habitual hacia
ellos. L o s perdona de dos maneras:
i . Medíate , ex opere operantis per
a hablan de efecto producido por el sa-
actum charitatis , qui excitatur in ¡10c
Sacramento , per quem peccata venialia
solvuntur, como dice Santo T o m á s , y
de este modo los perdona, in quantum
est res sacramenti; esto es, por efecto
del fervor de caridad que suele exci-
tar en el que le recibe. 2 . L o s per-
a de la Eucaristía, les decía que la co-
dona imvtediate «ex opere operato ex
infusione gratias cibantis et nutrien-
tis; nam nutrimentum spirituale res-
taurat id quod in nobis deperditur ex
calore concupiscentiee per peccata ve-
nialia;» y de este segundo modo los
perdona in quantum est Sacramentum.
Estos dos modos los pone Santo To-
más (art. 4).
San L i g o r i o no admite que la Euca-
ristía perdone immediate los venia-
les, como dicen los Salmaticenses
(tract. I V , cap. 6, punct. 2, núm. 23),
sino medíate: « U n d e , dice, melius ait
Tourn., hoc Sacramentum non imme-
diate, sed tantum medíate per actum
charitatis remitiere venialia.» (Lib. 6,
núm. 269.) E l Santo se fió demasia-
DE L A EUCARISTÍA.
229
do de la interpretación de Tournely.
ad popul.) Confirma en el bien: « P a ñ i s
Santo T o m á s , en el artículo citado,
cor hominis confirmet» (Psalm. 103,
pone expresamente los dos modos con
v. 5). Disminuye el fomes del pecado,
que la Eucaristía perdona los venia-
no directamente, sino ex quadam con-
les. Para mí está terminante, y como
sequentia, in quantum auget charitatem,
le entendieron los doctísimos Salma-
dice Santo T o m á s (art. 6 ad 3.*""); ó
ticenses, así entendieron también á
I como dice San Agustín: « A u g m e n t u m
Santo T o m á s los muy doctos tomis-
charitatis est diminutio cupiditatis.»
tas Juan de Santo T o m á s , S i l v i o ,
Cornejo, Ñuño, Billuart y otros. Bona 7.
0
L l e n a el alma de dulzura y
venia dixerim; Tournely no tiene suavidad: «Pinguis est pañis Christi,
mucha autoridad en la interpretación et prabebit delicias regibus,» como
de la doctrina de Santo T o m á s . E l dice la Iglesia en el Oficio del Corpus.
Tridentino dice así: «Sumí autem Santo T o m á s compendió estos efec-
voluit sacramentum (Salvator nos- tos en las siguientes hermosas pala-
ter)... tamquam antidotum, quo libe- bras: «Pretiosum et admirandum convi-
remur a culpis quotidianis, et a mor- vium, salutiferum et omni suavitate
talibus prasservemur.» (Sess. 13, ca- repletum! Nullum Sacramentum est
pítulo 2.) Además , Inocencio I I I , isto salubrius, quo purgantur pecca-
citado por Santo T o m á s , dice: «Quod ta, virtutes augentur, et mens o m -
hoc Sacramentum venialia delet, et nium spiritualium charismatumabun-
cavet mortalia.» (De myster, Missa, | dantia impinguatur.» ( I n Officio Cor-
lib. 4, cap. 44, ante m é d i u m . ) E l I poris Christi.)
modo con que se expresan el Triden- 1829. 8.° L a Eucaristía produce
tino é Inocencio I I I manifiesta que muchas veces admirables efectos sa-
ludables en el cuerpo, en la sangre,
cramento de la Eucaristía immediate en la bilis, en la imaginación, en la
ex opere operato. memoria, en los sentidos externos, y
algunas veces hasta da salud á los
5.
0
L a Eucaristía remite la pena
enfermos. Santa Teresa de Jesús sin
temporal debida á los pecados morta-
duda hablaba d e - s í misma cuando,
les y veniales perdonados en cuanto
explicando á sus monjas los efectos
á la culpa, más ó menos según fuere
mayor ó menor la devoción y el fer-
munión es gran medicina, aun para los
vor de la caridad del que comulga;
males corporales. «Yo sé que lo es, y co-
porque la Eucaristía no produce este
nozco una persona de grandes enferme-
efecto «directe ex vi sacramenti; quia
dades, que estando muchas veces con
non est institutum ad satisfaciendum,
grandes dolores, como con la mino se
sed ad spiritualiter nutriendum per
I le quitaban, y quedaba buena del
unionem ad Christum et ad membra
todo. Esto muy ordinario, y males
ejus. Sed quia hasc unitas fit per cha-
muy conocidos, que no se podían fin-
ritatem, ex consequenti per quamdam
gir, á mi parecer.» Hasta aquí la S e -
concomitantiam ad principalem effec-
ráfica V i r g e n y Doctora. Después,
tum homo consequitur remissionem
para más convencer á sus hijas, les
pcense, non quidem totius, sed secun-
dice: «Pues si cuando andaba en el mun-
dum modum suse devotionis et fervo-
do, de sólo tocar sus ropas sanaba los
ris,» dice Santo T o m á s en el art. 5
enfermos, ¿qué hay que dudar que
de la cuestión citada.
hará milagros estando dentro de m í ,
6.° Preserva de los pecados mor- si tenemos fe viva, y nos dará lo que
tales, porque ahuyenta á los demo- le pediremos, pues está en nuestra
nios: « H i c sanguis dae mones procul casa? N o suele Su Majestad pagar mal
pellit,» dice el Crisósto m o (homil. 61 la posada, si le dan buen hospedaje.»
230 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 231

(Camino de Perfección, cap. 34.) Cuya
lectura es una gran preparación para
comulgar ó celebrar.
1830. P. ¿ L o s pecados veniales
impiden los efectos de este Sacra-
mento?
R. Cuando el que los cometió no
tiene actualmente afecto á ellos, y
por otra parte se acerca con devoción
al Sacramento, no se impiden los
efectos de la Eucaristía. H e aquí las
nes, diré mi humilde parecer, siguien-
d o á graves autores.
i." L a Eucaristía no causa sus
efectos cuando se tiene en la boca:
Jesucristo dijo: « Q u i manducat me,
et ipse vivet propter m e » (Joann.
cap. 6, v. 58); y mientras el alimen-
to está en la boca, no se c o m i ó , ni
viola el ayuno natural. Esta es tam-
bién la sentencia de Soto (in 4 Sent.,
dist. 1 2 , q. 2 . , art, 1), Suárez y otros
a
opinión, y dice que los Salmaticenses
afirman que la Eucaristía fué insti-
tuida «per modum cibi; ideoque sicut
cibus nutrit usquedum in stomacho
persistit, ita Eucharistia nutrit ani
mam quamdiu in corpore persistit. 1
El Santo encontró en algún autor una
cita equivocada, porque los Salmati-
censes defienden la opinión de Soto
H e aquí cómo terminan esta cues-
tión: «Sed adhuc probabilius negant
comulgar, ni nos disponemos antes
convenientemente. Santa Teresa (en
el citado cap. 34 del Camino de Per-
fección) decía á sus hijas: «Estaos vos
de buena gana con E l (con Jesús); no
perdáis tan buena ocasión de negociar,
como es la hora después de haber comul-
gado... Si luego lleváis el pensamien-
to á otra parte, y no hacéis caso, ni
tenéis cuenta con quien está dentro
de vos, no os quejéis sino de vos.» D i c e

autores. Eucharistiam causare gratiam (ex ope muy bien la Seráfica Virgen y D o c -
palabras de Santo T o m á s : «Potest
Cuando las especies sacramentales re operato) toto tempore quo in stoma- tora: no queramos que lo haga todo
enim contingere, quod aliquis, post
se quedan en la boca, como puede su- cho perseverat, etiamsi dispositic la Eucaristía ex opere operato; coope-
multa peccata venialia commissa, de-
augeatur: Sotus , V a z q . , Bonac, remos también nosotros, y causará en
vote accedat ad hoc Sacramentum, et ceder en un moribundo que expira
quos citat et sequitur Hurt., Grana- nuestras almas muchas gracias ex ope-
plenarie hujus Sacramenti consequa- cuando aún tiene en la boca la par-
da, Cornejo, de la Cruz, F i l i e . — R a t i o re operantis.
tur effectum» ( 3 . p., q. 79, art. 8).
a
tícula, no se producen los efectos sa-
est, quia gratia hujus Sacramenti non
A Santo T o m á s siguieron en un todo cramentales, ni tampoco se producen 3.
0
T e n g o por más probable que
est promissa nisi manducanti et bi-
Cayetano, Soto, Suárez, V á z q u e z , cuando en el que comulga, por tener- el que consume muchas partículas
benti, ut patet Joann., 6; sed toto tem-
L u g o , S i l v i o , Billuart. las mucho tiempo en la boca, con el recibe toda la gracia cuando consume
pore quo post comestionem Eucha-
Si los pecados veniales son actua- calor y la humedad de ésta se corrom- ristia durat in stomacho non mandu-
la primera , á no ser que se aumente
les, ó porque se cometen entonces pen las especies sacramentales antes catur, nec sanguis bibitur; ergo tune
la disposición antes de recibir las d e -
( c o m o un leve movimiento de ira con- de pasar al e s t ó m a g o ; porque no se non causat g r a t i a m . » ( T r a c t . I V ,
más. Así opinan Soto, Suárez, los
sentido, ó una leve voluntaria distrac- comieron realmente las especies de Salmaticenses y otros; porque aunque
cap. 6, núm. 13.)
ción al tiempo de c o m u l g a r ) , ó porque pan, y por consiguiente no se recibió físicamente sunt multaz manducationes,
hay una actual afección á los v e n i a - á Jesucristo. Al argumento que pone San L i g o - moraliter est una manducatio. Estos
les cometidos, dice el Angélico que 2.
0
Me parece notablemente más rio, responde satisfactoriamente B i l - autores siguieron á Santo T o m á s ,
no se impide el aumento de la gracia probable que la Eucaristía no produ- luart, diciendo (De Ruchar., diss. 6. , a
que dice así: « N i h i l plus est virtutis
habitual ó de la caridad; pero «impe- ce la gracia ex opere opéralo, sino en art. 6, § 2): «Cibus corporalis nutrit in multis hostiis consecratis quam in
ditur quaedam actualis refectio spiri- el momento en que pasa al estómago, per sui mutationem in substantiam una, cum sub ómnibus et sub una non
tualis dulcedinis, si aliquis accedat porque el Sacramento se consuma en- aliti, quod fieri non potest nisi cor- sit nisi totus Christus. Unde nec si ali-
ad hoc Sacramentum per peccata tonces. Si no fuera así, se seguiría rumpatur (y así nutre todo el tiempo quis simul in una Missa multas hos-
venialia mente distractus; et ideo ha- que el que tuviese muy poco calor di- que se está disolviendo en el estóma- tias consecratas sumat, participabit
bitualem effectum hujus Sacramenti gestivo recibiría más gracia ex opere go); at iste cibus spiritualis nutrit, majorem effectum Sacramenti. In plu-
percipit, non autem actualem.» ( E n operato que o t r o que tenía iguales dis- convertendo sumentem in s e , ad ribus vero Missis multiplicatur sacri-
el lugar citado y en la respuesta ad posiciones, pero digería más pronto quod... sufficit quod manducetur juxta ficii oblatio; et ideo multiplicatur effec-
i.UM) L o s argumentos de Durando las especies sacramentales. También institutionem Christi: Qui manducat tus sacrificii et sacramenti.» (3. p.,a

v otros contra la doctrina de Santo recibiría más gracia el que con- me, vivet propter me.» q. 79, art. 7 ad 3. » )
1 11

T o m á s los disuelven los Salmaticen- sumiese muchas partículas juntas, Pero si bien, en mi concepto, la 1832. 4. Si un sacerdote, e s - '
0

ses (tract. I V , cap. 6, punct. 4).
1831. P. ¿ L a Eucaristía causa
en todos los mismos efectos?
R. L a causa más abundante en los
que se acercan con mejores disposi-
ciones; si bien, en cuanto á ciertos
favores especiales, el Señor, como
que es dueño de sus dones, los comu-
nica cómo y á quienes le place.
P. ¿Cuándo causa la Eucaristía ad 6 . ) . San L i g o r i o (Homo apost.,
que el que tomase una sola, porque
éste corrompería antes las especies
sacramentales; como rectamente ar-
guyen Soto, V á z q u e z , los Salmati-
censes y otros autores, siguiendo á
Santo T o m á s , que dice así: « A d sex-
tum dicendum, quod máxima devotio
requiritur in ipsa sumptione hujus Sa-
cramenti; quia tune percipitur Sacra-
menti effectus» ( 3 . p., q. 80, art. 8
a
u m
Eucaristía ex opere operato no produce
aumento de gracia sino en el momen-
to en que pasan las especies sacra-
mentales al estómago , la produce ex
opere operantis con otros saludables
efectos; y lejos de ser mi ánimo des-
animar á conseguirlos, deteniéndose
cuanto sea posible en actos fervoro-
sos después de comulgar ó celebrar,
antes bien creo que adelantamos poco
con tantas comuniones, porque no
tando en pecado mortal, tomase una
partícula y teniendo que consumir
otras hiciese antes contrición, ó des-
pués de consumir la hostia en pecado
mortal hiciese contrición antes de con-
sumir el cáliz, tengo por cierto que
en ambos casos recibirá gracia, c o -
mulgando después de justificado pol-
la contrición; porque, como dicen Ca-
yetano, Soto, Suárez, los Salmati-

censes y otros, la Eucaristía tiene en-

sus efectos? tract. X V , n ú m . 6) es de contraria damos bien las gracias después de tonces eficaz virtud para producir la
R. Dejando aparte varias opinio-
232 LIBRO VI. T R A T A D O IV.
gracia ex opere operato al que ya está H u g o Grocio la concedió también á
justificado. las mujeres. Inocencio I I I (in cap.
5. 0
D e lo dicho en el núm. 3 pre- Fir?niter, de Sumina Trinitate), el Ni-
cedente se infiere que igual gracia ceno y el Florentino habían condena-
recibe el que comulga sub una specie, do esta herejía; y últimamente el T r i -
que el celebrante que comulga sub dentino anatematizó á todos estos
utraque specie, si en uno y en otro hay sectarios en el can. 2 de la ses. 22,
iguales disposiciones. Así opinan C a - que dice así: «Si quis dixerit illis ver-
yetano, Suárez, Gonet, Silvio y otros, bis hoc faciie in meam commemoraiio-
siguiendo á Santo T o m á s , que dice nem Christum non instituisse Apostó-
así: «Sicut sumit sacerdos sanguinem los sacerdotes, aut non ordinasse ut
Christi sacramentaliter de cálice, sic ipsi aliique sacerdotes offerrent cor-
populus sumit eum intellectualiter pus et sanguinem suum, anathema
sub specie pañis de ipso corpore sit.» D e esto se tratará más ade-
Christi, et est eis tam uti lis et tam dul- lante.
cís, ut sacerdolibus, qui sumunt eum 1835. P. ¿Quién es el ministro
sub specie vini de cálice.» (Opúsculo 48, de dispensación de la Eucaristía?
cap. 29.) R. E n cuanto á lo válido-, cualquie-
1833. P. ¿Puede suceder que ra puede, porque el Sacramento está
uno se acerque á la Eucaristía sin re- ya hecho. E n los primitivos tiempos
cibir gracia ni pecar? de la Iglesia , cuando los legos se
R. Aunque algunos autores opinan veían en peligro de ser martirizados
que no puede ser, porque no se da y no había ministros, ellos se admi-
medio, pero me parece cierta la sen- nistraban á sí mismos la Eucaristía.
tencia de San Buenaventura, Alejan- E n cuanto á lo lícito, hay ministro
dro de A l e s , Cayetano, Suárez, G o - ordinario y extraordinario. Ministro
net, Belarmino y otros que afirman ordinario es el sacerdote : «Semper in
que puede suceder, según los princi- Ecclesia Dei mos fuit, ut laici a sa-
pios teológicos. i . ° E l que se acerca cerdotibus communionem acciperent,»
con buena fe á comulgar, teniendo dice el Tridentino (ses. 13, cap. 8).
ignorancia invencible de que está en Aunque el sacerdote tiene la potestad
pecado mortal, es indudable que no de orden, pero para su ejercicio ha de
peca. 2. Este mismo, si no lleva si-
0
tener, ó jurisdicción ordinaria, como
quiera atrición, ó sea contrición i m - el Papa en toda la Iglesia, el Obispo
perfecta, pone óbice al Sacramento é en su diócesis y el párroco en su pa-
impide que éste produzca la gracia. rroquia; ó delegada expresa, como los
E s t o también me parece cierto. Lue- vicarios del párroco; ó presunta ra-
go ni peca ni recibe gracia. cionalmente del párroco ó superior.
L o s regulares tienen privilegio pa-
ra dar la comunión á los fieles en sus
CAPÍTULO V iglesias, y pueden autorizar á los sa-
cerdotes extraños para que la den en
D E L MINISTRO D E LA EUCARISTÍA las m i s m a s . San L i g o r i o exceptúa
tres casos,en que los regulares no pue-
1834. P. ¿Quién es el ministro den dar la comunión en sus iglesias
de la Eucaristía? á los fieles.
i.° A una persona á la cual el
R. H a y ministro de consagración
de la Eucaristía y ministro de dispen- Obispo hubiese prohibido con razón
sación. (rationabiliter) que comulgase.
L o s luteranos conceden la potestad 2. Cuando la Eucaristía se da en
0 diesen la comunión sin previa licen- s t a t e * e o r u m p r i v i l e g i i s . q u i b u s q u o a d h o c
de consagrar á todos los cristianos, y el artículo ó peligro de muerte, á no
DE LA EUCARISTÍA.
233
ser que haya extrema ó grave nece- que estaba derogada por la costum-
sidad, y el párroco no pueda ó no bre, como dice Billuart (De Euchar.,
quiera irrazonablemente adminis-
diss. 7. , art. 4) (1), y se limitó con-
a
trarla.
tra los regulares que sin la licencia
3.
0
L a comunión para el cumpli- del párroco daban el Viático á los en-
miento del precepto pascual (Homo fermos; pero no había pena alguna
apost , tract. X X , núm. 123). contra los que daban la comunión en
A estos tres casos hay que añadir una iglesia parroquial contra la ex-
el domingo de Resurrección, en cuyo presa voluntad del párroco, si bien el
día los regulares no pueden dar en sacerdote secular ó regular que tal
sus iglesias la comunión á los fieles, hiciese, cometería un gravísimo pe-
aunque hayan cumplido con el pre- cado por usurpar jurisdicción ajena
cepto pascual. A s í consta de varios en materia grave. La bula Apostolices
decretos de la Sagrada Congregación Sedis de P í o I X , de 12 de Octubre de
del Concilio, que cita Benedicto X I V 1869, dice así: «Contra religiosos prce-
en el lib. 7 De Synodo Divecesana, ca- sumentes clericis aut laicis, extra casum
pítulo 16, números 3 y 5. N o obstan- necessitatis, sacramentum Extremas
te, San L i g o r i o (lib. 6, núm. 240), Unctionis, aut Eucharistias per Viati-
después de citar á Benedicto X I V , cum ministrare absque parochi ficen -
añade: « S e d Roncaglia et W i g a n d t tia.»
dicunt, constantem esse consuetudi-
D e las palabras de esta bula se in-
nem in contrarium, quas j u r i s d i c t i o -
fiere que se quitó la excomunión ful-
nem prasbet.» E l Adicionador de Cu-
minada por la citada Clementina con-
niliati dice que en Bélgica y en otros
tra los regulares que sin licencia es-
muchos lugares hay la costumbre
pecial del párroco hacían de minis-
legítima de dar la comunión en ese
1 tros en la celebración del matrimonio,
día en las iglesias de los regulares
si bien el sacerdote secular ó regular
(tract. X I V , cap. 3 , § 5, núm. 5).
que tal hiciese, incurriría en la sus-
Cada uno atienda á la costumbre le-
pensión impuesta por el Tridentino
gítima de su país.
(sess. 24, cap. 1, De reform.) contra
1836. P. ¿Cómo peca el sacer- el sacerdote secular ó regular que así
dote privado que da la comunión á obrase, como se dirá cuando se ex-
los fieles sin licencia expresa ni pre- plique esta bula.(Véase el núm. 3 491.)
sunta del párroco ó del Diocesano?
A q u í se ha de notar que los religio-
R. E l Sr. Sánchez (tract. I V , del sos no incurren en la excomunión de
ministro de la Eucaristía, punto 4, la bula Apostolicce Sedis cuando admi-
núm. 3) dice así: «El sacerdote que ad- 1 nistran la Extremaunción y el Viáti-
ministra la sagrada Eucaristía sin li - l co sin licencia del párroco, si lo ha-
cencía del párroco, peca g r a v e m e n t e , cen por ignorancia crasa, ó sea grave-
por usurpar una jurisdicción que no mente culpable; porque la palabra
tiene. Si los que hacen esto, atentan- prcesumentes exige que se haga scienter,
do así contra la autoridad del párro- ó por lo menos con ignorancia afec-
co, son regulares, además de pecar, tada. T a m p o c o la incurren cuando
incurren en excomunión.» E n las últi- hay verdadera necesidad de adminis-
mas palabras hay una equivocación.
La excomunión impuesta en la Cle-
mentina (cap. 1) De privilegiis et exces- 0 ) Rehgiosi mendicantes jure d c l c a t o
sibus privilegiatorum, que imponía ex- p o s s u n t E u c h a r i s t i a m a d m i n i s t r a r e ornen-
bus u t n u s q u e s e x u s ridelibus , c x c e p i i s
comunión lata á los regulares que c o m m u m o n e p a s c h a l i et V i a l i c o . Ita c o n -
cia especial del párroco, hace tiempo d e r o g a t u r C l e m e n t i n a Religiosi: et ita o b -
tinet usus passim receptus.
2
34 LIBRO VI. TRATADO
trar estos dos Sacramentos; como si
el párroco estuviese ausente y no hu-
biese quien administrase el Viático ó
la Extremaunción á un enfermo.
San L i g o r i o , siguiendo á Soto, á
los Salmaticenses y á la opinión c o -
mún, dice así: «Quando urgeret mi-
nistrare Viaticum infirmo, et deesset
parochus, potest illud prasbere quili-
bet sacerdos, et etiam diaconus, licet re-
pugnaret parochus, si irrationabiliter re- occupatus in aliquo magno festo, aut
pugnaret » ( L i b . 6, núm. 236.) L a ra-
zón es, porque, como dice Gousset
(tomo 2, n ú m . 236), en ese caso ex-
tremo hay presunto consentimiento
IV.
i . ° Por comisión con justa causa.
2.
0
Sin comisión en caso de urgen-
tísima necesidad. Cuando la adminis-
tra por comisión, no se necesita causa
urgentísima, como algunos opinaron;
basta una causa justa, como afirman
Suárez, L u g o , los Salmaticenses,
Cóncina y la opinión común, «nempe,
cum nullus adsit sacerdos, qui comino-
de possit ministrare: ut si parochus sit
numerus communicantium sit mag-
nus, etc. Diaconus Eucharistiam mi-
nistrans debet esse indutus cotta e t
stola transversa» (lib. 6, núm. 237).
DE L A EUCARISTÍA.
235
mente el Bautismo, como dicen los co, pueden comulgarse á sí mismos,
Salmaticenses (De Bapt., cap. 4, nú- y en las mismas circunstancias dar el
mero 20). « R a t i o , dice San L i g o r i o Viático á los moribundos. San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 234), quia cum horum se inclina á esta opinión en el lib. 6,
Sacramentorum solus sacerdos sit mi- núm. 237, qucer. 2 et 3, y en el Homo
nister, et diaconus nonnisi ex c o m m i s - apost., tract. X V , núm. 10. N o obs-
sione, ideo etiam diaconus sine com- tante, tengo por más probable que ni
missione ministrans hasc Sacramenta, los legos ni los clérigos inferiores al
cum ipsorum non sit minister ordi- diaconado pueden comulgarse á sí
narius, irregularitatem incurrit, ex mismos, ni dar la comunión á otros.
cap. 1, De cleric. non ordin.» L o mismo Así opinan Victoria, Soto, L u g o , V á z -
dice Scavini del diácono que sin ne- quez, los Salmaticenses, Cóncina,
cesidad ni comisión «publice ac so- Gonet y otros muchos. Scavini se
lemniter Eucharistiam ministraret.» ' aparta también de San L i g o r i o , y dice
(Tract. I X , disp. 4 . , part. T . , cap. 3, así: « S e d alii negant cum Sancto T i l o -
a A

cierto del Obispo; y yo añadiría que Como basta una causa racional para qucer. 2.) ma: tum quia est contra hodiernam et
también le hay ciertamente de la que el diácono con comisión administre
Aquí se ha de notar que si el párro- ubique receplam consuetudinem : tum
Iglesia. la Eucaristía, dicen los Salmaticenses
co no tiene algún motivo justo, no quia non agitur de Sacramento neces-
que «poterit diaconus credere presby-
1837. P. ¿Puede el diácono ad- debe prohibir á los sacerdotes que sitatis; et id certe non fieret sine gravi
tero causanti impedimentum aliquod»
ministrar lícitamente la Eucaristía? celebran ó confiesan en su parroquia, admiratione.» (Edición de 1865, t o -
(tract. I V , cap. 9, núm. 8); á no ser
R. E l Sr. Sánchez, en el lugar ci- la administración á los fieles de la mo 3, núm. 152.)
que constase al diácono que el presbí-
tado, dice así: «Cuando no haya sacer- Eucaristia, especialmente si lo hacen
tero no tenía causa alguna. Billuart, hablando de esta cuestión,
dote que la administre, el diácono con partículas que consagren en las
dice a s í : «Attenta tamen prsesenti
podrá administrar la sagrada Euca- 3. 0
E l diácono, aun cuando no Misas que ellos celebren. Si lo prohi-
Ecclesiaa disciplina, nulli ex preedictis
ristía. E n la primitiva Iglesia los diá- tenga comisión, puede y debe admi- biese, debe ser obedecido; pero los
(clérigos inferiores al diaconado y le-
conos administraban la sagrada Euca- nistrar la Eucaristía cuando, no ha- sacerdotes tienen el recurso de acudir
I gos) magis licet, etiam in articulo
ristía... Y aun en nuestros tiempos, ciéndolo, el enfermo moriría sin Viá- al Diocesano en queja del agravio.
' mortis , se aut alios communicare
dice Cóncina ( l i b . 3, De Euchar., tico, ó porque no había sacerdote, ó 1839. P. ¿Puede alguno comul- quam sacerdoti sine vestibus sacris
diss. i . , cap. 7, núm. 5), no podrá porque éste se negaba irrazonable-
a
garse á sí mismo? celebrare.» (De Euchar., diss. 7. , al a

ser tildado de laxo que los diáconos, mente á administrarle. Scavini dice
por comisión del párroco, puedan ser que en la Iglesia latina rara vez suce-
ministros extraordinarios de la distri- derá este caso, ó por la abundancia de
bución de la sagrada Eucaristía.» sacerdotes, ó por el poco tiempo que
Estas palabras del Sr. Sánchez en pasa hasta que los diáconos se orde-
parte están diminutas, y en parte nan de presbíteros. Pero esto sucederá
inexactas: están diminutas, porque el en Italia, donde abundan los sacerdo-
P. Cóncina á las palabras citadas por tes; mas en los países montuosos, en
el Sr. Sánchez añade que, según la cuyas parroquias no hay ordinaria-
presente disciplina, los Obispos y los mente sino un sacerdote, pudiera muy
párrocos no deben dar facultad á los bien suceder este c a s o , por la ausen-
diáconos para administrar la Eucaris- cia del párroco ó por una enfermedad.
tía sin justa causa: «Isti tamen ( E p i s - 1838. P. E l diácono que sin co-
copi et parochi) hanc facultatem (ad- misión ó sin urgentísima necesidad
R. Si hay proporción de sacerdote fin del art. 3.) Gousset dice que se
ó de diácono que lo haga, ninguno aparta de la opinión de San L i g o r i o ,
puede comulgarse á sí mismo. Si no porque le parece mejor que un enfer-
hubiese, tengo por bastante probable mo muera sin V i á t i c o , que el que le
que, si no se siguiese escándalo, el dé un subdiácono, ó clérigo inferior,
sacerdote puede comulgarse á sí mis- ó l e g o , pues se comprometería á los
mo, aunque sea por mera devoción; ojos de los fieles el respeto que se me-
porque ni hay precepto que lo prohi- rece el más digno y más santo de
ba, ni en esto hay irreverencia alguna. todos los Sacramentos (tomo 2, nú-
En cuanto al diácono, tengo por pro- mero 203). L o mismo dice y prueba
bable que si por falta de ministro hu- Cóncina, el cual (de los autores que
biese de estar mucho tiempo sin comul- he visto) es el que mejor trata esta
gar, también podría comulgarse á sí cuestión (tomo 8, lib. 3, De Euchar.,
mismo; pues interviniendo esta causa, diss. i . , cap. 8, números 8, 9 y 10).
a

ministrandí Eucharistiam) daré non administrase solemnemente la Euca- parece que había tácita comisión de la
debent, nisi ex justa causa; quia ser- ristía, ¿quedaría irregular? San L i g o r i o dice que la costumbre
Iglesia. Así piensan graves autores.
vanda est disciplina quae nunc obtinet.» de que los subdiáconos y legos no se
R. Aunque algunos autores dicen (Véase á San L i g o r i o , lib. 6, núme-
comulguen á sí mismos jamás, ni den
Además, el Sr. Sánchez está inexac- que no, pero San L i g o r i o , siguiendo á ro 238, y á Scavini, en el lugar citado.)
la comunión á los moribundos, no
to; porque, según San L i g o r i o y la L a y m a n , Sporer, M a z z o t a , Bonacina En cuanto á los clérigos inferiores tiene fuerza: «quia cum hic casus ra-
opinión común, el diácono, según la y otros, dice que incurre en irregula- al diaconado y á los legos, graves rissime accidat, non potest in proba-
presente disciplina, tan sólo puede dar ridad; y la incurre también el diácono autores dicen que, en caso de peligro tionem hujus rei consuetudo contraria
lícitamente la Eucaristía en dos casos: que sin comisión administra solemne- de muerte, por no morir sin el Viáti-1 adduci.» (Homoapost., tract. X V , nú-
236 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA.
237
mero 10.) Pero no convengo con San non tantum sine ratione ministerium R. E n esta difícil cuestión convie- maticenses, Dicastillo, Antonio del
L i g o r i o ; porque en tiempo de peste, y denegantes; sed etiam qui se morosos nen bastante comunmente los auto- Espíritu Santo, Gobat y algunos
aun en todo tiempo en los pueblos de ac difficiles sezpe praebent; quia tali res en que el párroco no está obliga- otros. Estos autores se fundan en dos
montaña, como muy bien dicen los modo fideles a Sacramento deterren- do en tres casos á exponer su vida razones: 1 . E n que el Viático no es
a

Salmaticenses, hic casus non est rarus,
sed scEpe ob defectum idonei ministri
moriuntur aliqui sine Viatico; et ta-
men non audet illis daré subdiaco-
nus, aut minor clericus, aut laicus.»
(Tract. I V , De Ruchar., cap. 9, nú-
mero 2.)
Convienen los autores en que el Papa
puede facultar á los legos para comul-
garse á sí mismos, y dar la comunión
á otros; como se lee que San P í o V
facultó á María Stuard, reina de E s c o -
cia, para que tuviese privadamente la
Eucaristía, y ella misma se comulga-
se antes de ser ejecutada: «Nihilque
obstat quominus Pontífices S u m m i ,
justa occurrente causa, simile p r i v i l e -
gium concederé alus jure valeant,
cum hoc ad solam attineat discipli-
tur, idemque est in praxi, ac si Sacra-
menta ipsis denegarent.» Ciertamente
una de las causas principales de que
en muchos pueblos apenas hay perso-
na que frecuente los Sacramentos, es
el poco celo de algunos párrocos y
confesores (Delle Rególe, etc., Examo
19, Della SS. Eucaristía.) «Párrocos,
coadjutores, y aun simples confesores
(dice el docto C a r e n o ) , sentaos en el
confesonario en los días feriados. No
os hagáis rogar; no permitáis que los
penitentes se cansen aguardándoos.
E n las fiestas, sobre todo, sentaos en
el confesonario antes de amanecer.
Muchas personas, viendo que pueden
confesarse cómodamente, se acerca-
rán al sacramento de la Penitencia.»
Hasta aquí Careno.
para dar el Viático á sus feligreses
apestados.
i.° Cuando por dar el Viático á
los que poco antes se confesaron bien,
hubiesen de morir sin confesión algu-
nos ó alguno de sus feligreses enfer-
mos.
2.0
Si por dar el V i á t i c o á los gregación del Concilio: «Parochos
pocos antes bien confesados, hubiesen
de quedar sin confesarse muchos sa-
nos que, atendido el peligro probable
de ser atacados, tuviesen grave nece-
sidad de confesarse.
3.
0
«Si grave sit periculum paro-
cho, et ejus mors futura sit magna
popidi desolatio et jactura; sicut si ipse
solus sit, nec cito nec facile haben-
dus sit alius qui pestiferis suecurrat,»
dice Silvio (in Supplem. 3 . p., q. 32, «est etiam valde probabilis;» pero la
a
Sacramento de tanta necesidad que
el párroco deba exponer su vida para
administrarle. 2 . a
En que G r e g o -
rio X I I I , consultado por San Carlos
Borromeo sobre este punto, respon-
dió en 12 de Octubre de 1576 apro-
bando el decreto de la Sagrada Con-
suis parochianis peste laborantibus
teneri ministrare dumtaxat dúo Sacra-
menta ad salutem necessaria, nempe
Baptismum et Pcenitentiam;» y que
en 26 del mismo mes y año mandó
responder al arzobispo de Florencia:
«Parochos teneri omnino ministrare
(tantum) baptismum et pcenitentiam...
Ita Fagnanus.»
Esta opinión, dice San L i g o r i o .

nara,» dice Cóncina, en el núm. 11 2.0

Prosigue Scavini: «Si pericu- art. 3, conclus. 3. ).
a

segunda opinión dice que «est valde

del lugar citado. lum aliquod prasvideant, vel in tenta-
1 8 4 0 . P. ¿Cuándo está obligado tione versentur, et gratia Sacramenti
el párroco á dar la comunión á sus opus habeant.» E n este caso el párro-
feligreses? co, si piden los Sacramentos, debe
R. E s doctrina corriente la de San también administrárselos. L a razón
L i g o r i o (lib. 6, núm. 58): « C o m m u n e es, como muy bien dice Scavini, por-
T e n g o también por excusado al pá- gravis;» la cual afirma que los párro-
rroco de exponer su vida para dar el cos en tiempo de peste están obliga-
Viático en el tercer caso que pone dos á administrar el Viático á sus fe-
Silvio en el lugar citado, y en el que ligreses, aun con peligro de la vida.
ponen Billuart (De minist. Euchar., Defienden esta opinión Merbesio,
dissert. 7 . , art. 4, petes 5) y otros Cóncina, H o l z m a n , Palao, el conti-
a

est quod pastores tenentur ex justitia, que el pastor no sólo debe procurar autores, á saber: cuando la persona nuador de Tournely, Suárez, V á z -
ratione stipendii quod exigunt, Sacra- que sus ovejas cumplan los precep- apestada se confesó bien poco antes, quez, T a n n e r o , Barbosa; y la tienen
menta ministrare suis subditis ratio- tos, «sed etiam ut in virtute proií- y además es de vida conocidamente también por más probable Silvio, Na-
nabüiter petentibus, etiam extra gra- ciant. H i n c ex decreto Sacrae Congre- arreglada, de modo que el párroco varro, W i g a n d t , Ferrer, Grosin, etc.
vem necessitatem. Pastores aute?n di- gationis Concilii 1679, approbato ab está moralmente cierto de que se halla Aunque los autores citados son sin
cuntur superiores respecta, religiosorum; Innocentio X I , pastores ob justas en gracia, y por otra parte se expone comparación más respetables que los
et respecta sezcularium, Episcopi etparo- causas possunt quidem communio- á grave peligro de muerte si le admi- que defienden la primera, creo que,
chi... Excusabitur tamen a mortali, nem taxare alicui subdito in particu- nistra el V i á t i c o . E n este caso no es- mientras el Papa no dé una resolu-
si semel vel iterum extra necessitatem lar i, non tamen praescribere dies com- taría obligado el párroco á exponer ción definitiva, la cuestión será con-
Sacramenta denegat.» munionis pro ómnibus generatim. Qua- su vida. trovertible: no obstante, diré mi hu-
re patet delinquere parochum illum, Si el peligro de contagio es leve, milde parecer. Creo:
Scavini explica aquella palabra ra-
qui sagre fert si qui intra hebdoma- tengo por cierto que el párroco debe
tionubiliter de San L i g o r i o del modo i.° Que en la práctica, al menos
dam velint communicare, et diu eos administrar á todos el Viático. L a
siguiente: « T u n e subditi rationabiliter en España, el párroco no podría ne-
spectare facit, sicque a sacra mensa gran cuestión es sobre si (fuera de los
petunt extra necessitatis casum vel garse á dar el Viático á los apestados,
sensimsine sensuavertit.» ( T r a c t . I I I , casos arriba exceptuados) está obliga-
praecepti: sin causar un escándalo público, y
disp. 1.", cap. 2, queer. 6.) (Véase el do el párroco á dar el V i á t i c o á sus
i.° «Si festum notabile per su- sin atraer contra sí una grave a n i -
núm. 1910.) feligreses apestados con peligro grave
sceptionem pcenitentiae et Eucharis- madversión del pueblo.
tise colere, indulgentiam lucrari, aut 1841. P. ¿Está obligado el pá- de su vida. San L i g o r i o afirma que es 2.0
E s verdad que el Viático no
devotionem statui suo convenientem rroco á administrar el Viático á sus muy probable la opinión de los que es de absoluta necesidad, pero esto
exercere velint. Mérito etiam, o b - parroquianos en tiempo de peste, con dicen que no está obligado (lib. 6, nada prueba, porque San L i g o r i o , con
servat Gury, peccare graviter pastores peligro probable de la vida? . núm. 233), y que así opinan los Sal- la sentencia común, afirma constan-
 LIBRO V I . TRATADO IV. DE L A EUCARISTÍA. 239
238
temente que el párroco está obligado medios decentes que este gran Pon- tas illas litteras subinde conscriptas núm. 17). Después designa las excep-
de justicia á socorrer la necesidad tífice señala en el libro 13 De Synodo fuisse, et ad Sanctum Carolum trans- ciones que ponen otros autores, y que-
missas; cum nihil plañe de iis occur- dan ya notadas, y concluye de esta
grave espiritual de sus f e l i g r e s e s , Dicccesana, cap. 19, números 25, 26 y
rat in urbis hujus, aut in Mediolanen- manera: «Obligatio autem generalis
aun con peligro de su v i d a , cuando 27; y aun se puede hacer sin acompa-
sis Ecclesia? regestis.» A continuación negari nullo modo debet.»
tiene fundada esperanza de remediarla ñamiento de luces y de otras cere-
transcribe un largo párrafo del erudito
(lib. 2, núm. 27, Hinc si, y num. 40) monias, si conviniese omitirlas, como E n el núm. 9 cita Benedicto X I V
adicionador de San Antonino, que
á diferencia de las personas privadas, dicen los Salmaticenses; y San L i g o - las palabras y la opinión de Silvio (in
dice esto mismo, y omito por breve-
que, tratándose de una persona par- rio (lib. 6 , n ú m . 242) añade, con otros Supplem. ad 3 . part. Divi Thoma?,
a111

dad: á continuación de él añade B e -

ticular, tan sólo están obligadas á autores, que en urgente necesidad se q. 32, art. 3, conclus. 3 . ) , que si
a

nedicto X I V : «Nosque illius senten-

exponer su vida cuando ésta se halla puede dar el Viático sin vestiduras bien no condena abiertamente la opi-
tiam facile amplectimur, putamus-
en necesidad espiritual extrema. A h o - sagradas. nión contraria, tiene por más probable
que litteras nequáquam transmissas la de Suárez, pues dice así: «Securior
ra bien: ¿quién puede dudar de que el E n cuanto al decreto de la Sagra-
fuisse. a tamen et verisimilior est aliorum sen-
moribundo apestado recibe un gran da Congregación que se cita, aproba-
auxilio para combatir la presencia de do por Gregorio X I I I , véase á Bene- Después este Papa cita el quinto tentia, parochum sub mortali peccato
los demonios con el auxilio del San- dicto X I V en su inmortal obra De Sy- Concilio provincial de Milán, en el teneri administrare sacramentum Eu-
que San Carlos Borromeo ordenó que charistia? suis parochianis, peste vel
tísimo Sacramento, como muy bien nodo Dicecescina, en el lugar citado,
los párrocos debían administrar el alio morbo contagioso infectis, etiam cum
dice Cuniliati? Porque sabido es que donde trata lata y eruditamente esta
Viático y la Extremaunción; pero este proprice suce vitce periculo, nisi per ali-
en aquel instante supremo atacan fu- cuestión. E s de advertir que este
Concilio (aunque después de alguna quem alium id fíat, et nisi qucedam
riosamente á los enfermos, aprove- eminentísimo sabio, cuando publicó
oposición fué aprobado por Su Santi- circumstantice occurrant, propter quas
chando el poco tiempo que les queda, últimamente esta obra, llevaba cator-
ce años en el pontificado, pues fué dad en el siglo X V I ) no tenía fuerza mérito possit excusari.» Después prueba
como se dice en el libro de Job (1).
obligatoria sino para la provincia de sólidamente esta misma opinión: tan
3.0
L a confesión en tiempo de electo Papa en 1740; y en la edición
que tengo á la vista, todavía estaba Milán, como dice el mismo Benedic- sólo apuntaré algunas de sus razones:
peste contagiosa se puede hacer con
escribiéndola en 1754. E s verdad que to X I V ; el cual cita también el si- 1 . Porque el párroco está obligado
a

sola integridad moral, y , por lo tanto,

Benedicto X I V , como él mismo lo guiente pasaje del doctísimo Saárez, de justicia á socorrer las necesidades
se hace con brevedad y de prisa: los
protesta en el prefacio de la obra, no que en pocas palabras compendia las graves espirituales de sus ovejas. 2. Pu-
a

dolores son agudísimos, y son gran-

escribió como Papa, sino como doc-
des también, por lo común, las congo-
tor particular: Libentique animo (dice 1
jas y turbaciones del moribundo, sor-
subscribimus doctrinasscriptoris egre-
razones principales á favor de esta
opinión. Dice así: « D i c o 3, absolute
teneri parochum Yiaticum ministrare in-
diera suceder que el Viático causase
per accidens primera gracia al enfermo
apestado. 3 . Este es el uso de la
a

prendido por un repentino ataque. firmis tempore pestis cum ordinario Iglesia: así lo practican los párrocos
gii Melchioris Cani, qui lib. 6 De Lo-
Bien se deja ver cuánto necesitan ser perlado contagii, quod in tali occasio- timoratos, y así lo ordenaron algunos
cis Theolcgicis, cap. 8, in resp
confortados con el V i á t i c o , y aun de a
ne esse solet; etiamsi in particularibus Obispos en sus diócesis, como se dijo
que se les dé brevemente una absolu- 9 argum., ait: « C u m edunt libros
u m

casibus excusari possit, si periculum del Concilio provincial de Milán.

ción, si el enfermo lo desea; pues es de re qualibet Romani Pontífices, multum augeatur, et proximi necessitas 4 . Causaría grande escándalo al pue-
a

fácil que en medio de tantos dolores
y aprietos cayese en alguna impa-
ciencia ó desconfianza después de la
primera confesión.
4. 0
Siendo indudable la obliga-
ción del párroco de confesar al apes-
tado, aun con peligro de su vida, no
veo y o que crezca mucho el peligro
dándole después el Viático, aunque
sea con algún instrumento: lo cual
puede hacerse, como dice B e n e d i c -
to X I V , valiéndose de alguno de los
(1) E n los ú l t i m o s m o m e n t o s de la v i d a
del h o m b r e ei d e m o n i o le t i e n t a c o n m á s
f u r o r , y p r o c u r a a p r o v e c h a r el p o c o t i e m -
po q u e le resta para ver si p u e d e d e r r i b a r -
le en el a b i s m o del p e c a d o m o r t a l .
sententiam suam, ut homines alii
docti, exprimunt, non tanquam Ec-
clesia? judices de fide pronuntiant.»
N o obstante, es respetabilísima la
autoridad privada de este grande
hombre, que escribía después de ha-
ber entendido en estos negocios por
espacio de más de cuarenta años,
como arzobispo de B o l o n i a , como
Cardenal, como secretario de la Sa-
grada Congregación del Concilio, y,
por último, catorce años como Papa.
Pues bien; en el núm. 7 del capí-
tulo citado, hablando del decreto ya
dicho de Gregorio X I I I , que cita
Fagnano (y es el único argumento
sólido de los contrarios), dice asi:
«Equidem tuto affirmari nequit, decre-
nimium diminuatur. Hago conclusio
est magis pia, et judicio meo valde ne-
cessaria ad bonum régimen animar um,
ne facile tanto bono in illa necessitate
priventu'r. E a m q u e confirmat usus
Ecclesia; nam t>mnes parochi timorati
hoc observant, etiamsi intelligant
sgros esse dispositos per sacramen-
tum Confessionis. Episcopi etiam illos
compelí un t ad Eucharistiam ministran-
dam; quod non esset justnm, si ipsi ex vi
officii non tenerentur. Populo item mag-
mim esset scandalum, si parochus sub-
ditos suos sine Viatico mori sineret.
Signum ergo est ejusdem obligationis.»
Hasta aquí Suárez (in 3 . part. Divi
a
Thomaa, tomo 3, disp. 44, sect. 3 . , a
blo si observase que los pastores se
negaban comunmente á dar el Viático
á los apestados. Después pone las tres
primeras excepciones que ya quedan
citadas; y en cuanto á la cuarta, que
yo puse como probable, la admite
también, pues dice así: «Si periculum
vita? sit valde magnum in parocho, et
necessitas valde parva aut nulla in
aegroto, quia paulo ante communica-
vit, et pastor moraliter certo novit
conscientiam illius essebonam, utpo-
te qui sit prudens, pius, doctus et de
salute sua sollicitus: ac rursum, si
grave sit parocho periculum, et ejus
mors futura sit magna populi deso-
lado.»
240 LIBRO VI. TRATADO
P o r último, Benedicto X I V , en el
núm. 10, termina esta cuestión con
las siguientes notables palabras: «Quas
hactenus attulimus cum allegatorum
gravium doctorum auctoritate, quod-
que magis est , sanioris Theologice
principiis, quas apud eosdem perlegi
possunt, innitantur, satis solidum fun-
dameutum suppeditarunt, ut postulato
per Vicarium Apostolicum Julias Cse-
sareaae ( T ú n e z ) proposito rescriberetur,
sacerdotes, animarum cura praipositos,
obligatione teneri tninisirandi per se vel
per alios idóneos sacerdotes christifi-
delibus peste correptis, non obstante
contrahenda pestis periculo, non solum
dúo illa Baptismi et Posnitentias sa-
cramenta, juxta superius recensitas
definitiones, sed et dúo reliqua, sacri
Viatici, et ExtremcB-JJnctionis.it Hasta
aquí Benedicto X I V .
Billuart (De Euchar., diss. 7 . , ar-
a
tículo 4), aunque tiene por probables
IV. DE LA EUCARISTÍA. 241
dice a s í : « R e s p o n d e o 2.
0
Ministri porque no puso excepción alguna á la excusarse de la residencia material en
pastores etiam probabilius tenentur ad obligación de los párrocos; y el señor sus parroquias, y , si eran Obispos, en
sola prsefata sacramenta (Pcenitenti;e Sánchez de laxo, porque los eximió sus diócesis, con tal que en tiempo
vel Extremas-Unctionis in casu quo generalmente, y sin ninguna excep- de peste contagiosa dejasen un encar-
quis nullo modo confiten queat) quo- ción, del deber de dar el Viático. gado idóneo, y , si eran párrocos, de-
cumque periculo ministranda. Ratio H a y casos en que el párroco, aun jasen, con licencia del Diocesano, un
est, quia alia Sacramenta non sunt según la opinión de Diana y Gobat, sacerdote idóneo que cuidase de la
tantas necessitatis, ut pastor illa mi- debería dar el Viático al enfermo ata- parroquia.»
nistrandi causa teneatur prodere vi- cado de peste contagiosa; cuando, E n cuanto á la residencia de los
tam. Ita S. L i g o r i u s , De Eucharisti.i.» después de haberle confesado, el en- Obispos en este caso, he aquí la res-
(De sacram. in genere, núm. 214.¡ fermo fuese atacado y combatido por puesta de Gregorio X I I I , según dice
Gury se equivoca, porque San Ligorio dolores vehementísimos, por muy gra- F a g n a n o (tomo 3, in cap. Clericos. de
no abraza resueltamente ninguna de ves tentaciones de impaciencia y de cler. non resident., num. 46): « D e c r e -
las dos opiniones: de la primera, que desconfianza, y en esta triste situa- tum factum in parochis (circa resi-
afirma que los párrocos están obliga- ción (que no es difícil en estos casos) dentiam) multo magis procederé in
dos á dar el V i á t i c o á los apestados,
pidiese al párroco que le diese el Viá- Episcopis, qui magis obligati sunt;
dice que es valde gravis; y de la segun-
tico para fortalecerle. tamen posse Episcopos in locis tutio-
da, que niega esta obligación, dice que
T a m b i é n estaría obligado á darle ribus (suas dioscesis) manere , et inde
es valde probabilis; y no hace men-
el Viático cuando, de no hacerlo, se providere.»
ción de los muy graves doctores que
hubieran de seguir grandes turbacio- En cuanto al sacramento de la Con-
con Benedicto X I V afirman que el
nes ó escándalos, como pudiera muy firmación, Benedicto X I V , en el n ú -
decreto de Gregorio X I I I no se trans-
bien suceder en nuestros días en al- mero 12 del capítulo citado , dice:
mitió, ó, como suele decirse, se quedó
gunos pueblos de España; ó cuando lo «Nequáquam obstringi Episcopum,
en ciernes; 2. , los doctores que de-
0

las dos opiniones, se inclina más á mandase el Diocesano, c o m o lo hizo saltem ex justitia, Confirmationis sa-
fienden esta segunda opinión, además
que los párrocos están obligados á ad- San Carlos Borromeo en el quinto Sí- cramentum peste afflatis ministrare.»
de ser pocos en número, son de me-
ministrar el V i á t i c o , si bien con las nodo provincial de Milán. L o mismo dice en el lib. 13, cap. 19,
nor autoridad, y algunos de ellos son
excepciones que pone S i l v i o , y Sca- Diré, por último, que en cuarenta núm. 6, donde añade: « C u m itaque
demasiado b e n i g n o s , como Diana,
vini dice lo mismo, con las mismas y seis años de confesor jamás he visto gemina hsec sacramenta (Baptismi et
Gobat y Antonio del Espíritu Santo,
excepciones; y , hablando del decreto ni oído que párroco alguno se creyese Posnitentiaa) ex absoluta necessitate
del cual dice Scavini que se debe con-
de Gregorio X I I I , concluye así: « I m o excusado de administrar el V i á t i c o en ministran debeant , etiam pestífero
tar entre los autores laxos ó laxistas
censet Benedictus X I V cum Ballerini, las muchas pestes en que me he en- morbo correptis , dum is vel máxime
(edición de 1865, tomo 1, núm. 1191.
supradictum Sacras Congregationis contrado en España y en América. grassatur: hoc primum asserimus, pa-
responsum nequáquam fuisse trans- A d e m á s , algunos autores modernos 1842. P. ¿Está obligado el pá- rochorumonus id esse proprium, E p i s -
missum, cum nullum extet hac de re de compendios morales resuelven esta rroco á la residencia material y for- copos vero ad hujusmodi Sacramenta
indicium; frustra ergo illud ab adver- cuestión, como suele decirse, cálamo mal en tiempo de peste contagiosa? peste afflatis administranda minime
sariis citatur.» cúrrente; así lo hizo el Sr. Sánchez, R. E s indudable que lo está. B e - obstricios esse, nisi cum nemo alius ades-
Me he detenido en esta importante el cual en su Teología Moral, después nedicto X I V , en el lib. 13, cap*. 19, set qui id prasstare posset. Episcopi
cuestión, porque algunos autores mo- de citar el decreto de Gregorio X I I I , núm. 2, pone la declaración de la Sa- namque se habent veluti universales
dernos, desentendiéndose de la inter- afirma como cosa corriente que'el párro- grada Congregación del Concilio, causas, quas proxime et per se non
pretación respetable que gravísimos co en tiempo de pesfee contagiosa no de 1576, en donde se dice que los pá- operantur effectus illos qui a causis
autores dan al decreto de G r e g o - está obligado á administrar el Viático rrocos y los Obispos estaban obliga- particularibus induci debent, nisi cum
rio X I I I , que se dice expedido en el si- á sus feligreses; que su deber se reduce dos á la residencia material y formal, rariores aliqui urgentioresque casus
glo X V I , y muy especialmente á lo á la administración del Bautismo y ¡a aun cuando hubiese peligro de que usitatumrerum ordinem immutarunt.»
que dice Benedicto X I V en los luga- Penitencia; y concluye así: «Visto esto, fuesen infestados y perdiesen la vida;
Benedicto X I V cita á Santo T o m á s
res citados, afirman, no obstante, fácil es el comprender dónde acaba la (Quodlibeto 1 , art. 1 4 ) , y realmente
cuya declaración fué aprobada por
magistral y generalmente que los pá- obligación y dónde comienza el volun- Gregorio X I I I . A esta declaración y
Santo T o m á s dice lo mismo que B e -
rrocos no están obligados á adminis- tario sacrificio.» D e modo que el se- aprobación añade Benedicto X I V :
nedicto X I V , y concluye así: « I n a l i -
trar el V i á t i c o en las pestes contagio- ñor Sánchez, que en el mismo número «Ya no queda efugio alguno ni pre-
quo tamen casu, necessitate imminen-
sas con peligro probable de su vida. acusa al P. Cóncina de ser sievipye tan texto para defender la opinión de
te, deberent et Episcopi, et doctores,
Citaré primero á Gury, que en la edi- inclinado á la rigidez, merece una cen- aquellos doctores que enseñaron que
intermisso proprio officio, partícula-
ción reimpresa en Barcelona en 1863 sura contraria: Cóncina de severo, los que tenían cura de almas podían
riter intendere saluti animarum.»

TOMO I I .
16
2|2 LIBRO VI. TRATADO IV.
DE LA EUCARISTÍA.
243
1843. P. L o s sacerdotes particu- los fieles en la iglesia por la n o c h e , gencia plenaria , se puede dar la co-
lares, aunque sean religiosos , ¿están CAPITULO IV ni in extrema diei parte. 2. Dice el munión de tempore ad tempus quo in
0

obligados á administrar los Sacra- Santo , siguiendo á Suárez y á otros, illa ecclesia Misseu celebrantur ad for-
mentos en tiempo de peste , aun con D E L A L Í C I T A A D M I N I S T R A C I Ó N D E ESTF, que antes de oscurecer (in extrema diei mam rubricas, vel (nótese bien) ad
peligro de su vida? SACRAMENTO parte) se puede dar, cuando ocurre al- formam indulti.
R. San L i g o r i o en el libro 6 , nú- guna causa especial. 3. Dice también
0

E n cuanto á la hora en que se puede

mero 58, dice así: «Ministri autem, 1844. P. ¿Cuántas cosas se han
qui non sunt pastores, in extrema ne- de tener presentes para la lícita admi-
cessitate tenentur ex charitate, etiam nistración de la Eucaristía?
cum periculo vitas , próximo Sacra- R, T r e s : el tiempo , el lugar y el
menta ministrare ; ut Cóncina (pági- modo. E n cuanto al tiempo: i . ° Xo
na 99 , núm. 7) et Croix , et alii siendo por Viático , no se puede dar
omnes.» D e aquí es que en tiempo de la Eucaristía en tiempo de entredicho
peste, dice el Santo (lib. 2, núm. 27) local. 2. N i en la Misa de la noche de
0
«teneri sacerdotes, deficientibus alus, Navidad , á no ser á las personas que
absolvere moribundos cum periculo tengan privilegio pontificio (Sacra
vitas; quia in tanta multitudine m o - C o n g r e g a d o Concilii, 20 Aprilis i S 4 1 ,
rientium numquam deficient hujus- y 7 Septemb. 1S50). 3 . N i en ti Sá- 0
modi ignorantes (qui sint habituad bado Santo, á no ser que haya costum-
in peccatis, et nesciant elicere actum bre (decreto de 23 de Septiembre de
contritionis.)» 1 8 3 7 ) ; pero , aun cuando haya cos-
Esta cuestión la examina el docto tumbre , no se puede dar sino después
W i g a n d t en el trat. X I V , examen 4 . , de concluida la Misa , y precisamente
0
al fin de é l , y después de decir lo con partículas consagradas en la mism.i
mismo que posteriormente afirmó San (decreto de 7 de Septiembre de 1 8 5 0 1 .
L i g o r i o , añade: L o s que comulgan en ese día pueden
i.° Que todo sacerdote secular ó cumplir con la Iglesia, si lo hacen en
regular se obliga implícitamente, en la su parroquia (decreto de 22 de Marzo
ordenación, á obedecer al Obispo en de 1806). E n el Viernes Santo no se
una necesidad espirital tan apremian- puede dar la Eucaristía ni aun á los
te, si faltasen los párrocos. enfermos, no siendo por Viático; y en
2.
0
Que en primer lugar el Obispo este caso el sacerdote rezará en voz
debe mandar á los sacerdotes secula- muy ba.]a(submissima) los salmos acos-
res, porque éstos le están sujetos d i - tumbrados con ó sin Gloria Patri, por
rectamente, y en su defecto á los r e - ser esta acción distinta de las que se
ligiosos. celebran en la Iglesia en ese día. El
3.
0
Que si hay comunidad reli- sacerdote llevará estola y capa blan-
giosa , no debe mandar á éste ó á ca. N o se tocará la campanilla , ni se
que tan sólo se puede dar á deshora confesar, creo que se debe distinguir:
de la noche en caso de necesidad. E n si se trata de una iglesia ó capilla so-
vista de esta sólida opinión de San litaria en que no hay gente alguna,
Ligorio, creo yo que se puede dar la no sería lícito confesar á una muj^r
comunión á la caída de la tarde, cuan- antes de amanecer , ni después de
do fuese conveniente para ganar un haber oscurecido , porque se daría
jubileo que terminase en aquel día; ó motivos para críticas y malos juicios;
en una misión cuando hay personas pero en las iglesias concurridas y bien
que se confesaron ya tarde y no p u e - iluminadas y o no he tenido ni tendría
den comulgar en el día siguiente , ó escrúpulo en confesar una y aun dos
hay indulgencia plenaria en aquel día, horas después de puesto el s o l , por-
pues parece que en estos casos accedit que las personas sirvientes , las ma-
aliqua specialis causa. Creo también dres de familia , y aun las que no lo
que se puede dar intempesta noete, son , pero que han estado esperando
cuando, por ejemplo, un militar tiene dos ó tres horas para confesarse , se
que marchar á una batalla , ó un pa- aburrirían , y tal vez no podrían co-
sajero emprender una navegación pe- mulgar en el día siguiente. Así lo he
ligrosa, porque entonces interviene el visto practicar en este Colegio á reli-
casus necessitaiis de San L i g o r i o . giosos doctos de muy delicada con-
En cuanto á recibir la comunión ciencia.
por la mañana, es costumbre general y 1845. E n cuanto al lugar, se
opinión corriente que se puede dar puede dar la comunión en cualquier
su/mno mane. E n las iglesias donde templo ó capilla pública, como hospi-
hay privilegio pontificio de celebrar tal, cárcel, seminario; porque las ca-
una hora antes de la aurora, creo t a m - pillas de estos lugares se reputan pú-
bién que los fieles pueden comulgar blicas en el derecho canónico.
en la Misa que se celebre entonces, E n los oratorios privados, si no se
como se hace en este Colegio de O c a - expresa esta facultad , no se puede
ña: i . ° , porque concedida la c e l e b r a - confesar ni dar la comunión á los pri-
ción de la Misa á esa hora , que es lo vilegiados. E s necesario que esta gra-
más , también se concede dar la co- cia y otras se pidan después por sepa-
munión en ella; 2. , porque la I g l e s i a rado, y se concedan por rescriptos
0

aquel religioso nominalmente , sino dará la bendición públicamente en la tan sólo prohibe á los fieles no privi- que llaman ampliaciones del oratorio.
dejar al prelado regular la elección de iglesia al pueblo; si bien, como en ese legiados comulgaren la Misa de media 1846. L a comunión no se debe
los más aptos. día el Santísimo se reserva en algún noche de la Natividad del S e ñ o r ; y dar en el altar en que está expuesto
4.° Que si el prelado regular se lugar privado , se puede dar allí la exceptio firmat regulam in contrarium. el Santísimo Sacramento (decreto de
negase á designar religiosos que so- bendición al pueblo al despedirle. (Sa- Y no se diga que hay un decreto de la 12 de N o v i e m b r e de 1831). Sería,
corran tan gran necesidad , ellos de- cra C o n g r e g a d o Concilii , 15 Maii Sagrada Congregación del Concilio pues, un abuso el exponer el Santísi-
berían obedecer más bien al Obispo 1745, in Lucana.) de 23 de Marzo de 1686, que prohibe mo en la Misa de una comunión g e -
que al prelado regular : quia in casu San L i g o r i o (lib. 6, núm. 252) dice confesar mujeres y dar la comunión neral.
pósito superior injuste contradicit. Me que no hay precepto que prohiba dar usquedum illucescat aurora; porque otro E n cuanto al modo de dar la c o -
parece muy razonable esta doctrina. la comunión en cualquier hora del día; decreto de la misma S a g r a d a C o n - munión:
pero que, ya porque causaría es- gregación, de Septiembre de 1816,1 u
r. E l sacerdote debe llevar sobre-
cándalo , y ya por la costumbre pre- dice que en día de mucho concurso, I pelliz, ó roquete, según la costumbre.
sente de la Iglesia, no se puede dar a para ganar un j u b i l e o ó una indul- L a estola debe ser del color del día
H4 LIBRO VI. TRATADO
(decreto de 21 de Marzo de 1836).
2.0
Conviene que el mismo que
da la comunión lleve la bolsa de los
corporales (decreto de 24 de Septiem-
bre de 1S42). N o bastaría poner la
hijuela sobre los corporales (decreto
de 27 de Febrero de 1847).
3. Mientras se da la comunión,
0
deben estar encendidas dos velas. San
L i g o r i o dice que cuando la comunión
se da fuera de la M i s a , tan sólo sería
v e n i a l , aun cuando no se encendiese
vela alguna , y se omitiese la confe-
sión; pero que sería m o r t a l , según la
opinión común , si se diese la c o m u -
nión sin estola y sin sobrepelliz ó r o -
quete. E l Santo añade después: Chnissa
tantum stola, dicit Roncaglia, pluribus
videri solum veniale.» Si fuese nece-
sario para que el enfermo no muriese
sin V i á t i c o , se podría administrar
sin luz alguna y sin vestiduras sagra-
das, porque no es de creer que Jesu-
cristo ni nuestra piadosa Madre la
Iglesia quisiesen privar al moribundo
de tan poderoso auxilio por observar
las rúbricas; y con mayor razón cuan-
d o sabemos que la Iglesia permitía á
IV.
anterior, esto es, porque con funda-
mento se presume benignamente que
ésta es la voluntad de Cristo y de la
Iglesia en casos de tan urgente nece-
sidad.
5.
0
E l sacerdote debe rezar las
oraciones que preceden, acompañan
y siguen al acto de dar la comunión.
E l rito dominicano es distinto al prin-
cipio: la confesión la dice el ayudante,
mientras el sacerdote abre el sagrario;
y después, vuelto al pueblo, dice el
Misereatur, etc.: en todo lo demás
conviene con el rito romano, excep-
tuado q u e , en lugar de decir custoduí
aniviam tuam, dice custodiat te.
E n cuanto al Amen, después de
Corpus Domini, etc., á cada persona
que comulga, en Francia lo dice la
misma persona que va á comulgar: en
Milán lo dice el ayudante: en Roma,
el sacerdote que da la comunión: en
España en unas partes lo dice el
ayudante, en otras el que da la comu-
nión. Cada uno aténgase á la costum-
bre vigente en el país donde se en-
cuentra.
Después de dar la comunión se dice
DE LA
pietate concordes. P e r Christum D o -
minum nostrum.» (Decreto de 24 de
Septiembre de 1842.) Pero se ha de
notar que estas preces no se rezan en
todas partes. E l Ritual R o m a n o , ha-
blando de ellas, dice así: «Sacerdos,
reversus ad altare, dicere poterit,» etc.
El Ceremonial Dominicano, impreso
en Malinas en 186S, dice l o m i s m o ,
y que «in mullís provinciis Ordinis
observatur.» E l que DIO la comunión
debe observar si le quedó alguna par-
tícula en la yema de los dedos, y si le
quedó, echarla en el copón.
Para que los que dicen Misa ó rezan
el Oficio divino puedan tener una r e -
gla fija para terminar bien las oracio-
nes, un poeta compuso los versos si-
guientes:
Per llmuimiiii (liras, cum K i l r e m jireshvter o c a s :
Unni Clirisluní memoras. Per cumdem dicere d e b e s .
Cum Clirislu loi|uefis, Qui neis dicere q u i e r a s ,
Qui (enim, si sil cullcclie finís in illo.
Un decreto de la Sagrada C o n g r e -
gación del Concilio, de 23 de D i c i e m -
bre de 1862, fija las genuflexiones
que debe hacer el sacerdote que da
la comunión. i . Después de abrir el
a
EUCARISTÍA.
245
do, concluida la Misa, está cerca la
capilla del c o m u l g a t o r i o , especial-
mente si hay concurso de gente, ó hu-
biese alguna precisión de algún n e g o -
cio, para evitar el tener que ir á la
sacristía y después volver á salir. E n
ambos casos el sacerdote puede dar la
comunión sin necesidad de quitarse la
casulla, como algunos hacen.
Cuando el sacerdote está en el altar
y piden la comunión, por ser allí el
comulgatorio, el sacerdote bien puede
dar la comunión antes de comenzar
la Misa, cuando cree que así conviene,
porque hay personas que son débiles
de estómago, ó que por sus ocupacio-
nes no pueden esperar. Si no se DIO
la comunión en la Misa, se puede dar
después. Si asistiese mucha gente á
la M i s a , es más conveniente darla
después de terminada ésta, para que
el pueblo no se moleste esperando.
Se exceptúa la comunión general de
una comunidad, hermandad, e t c . ;
pues en estos casos debe hacerse en
la Misa, antes de la primera ablución.
7.
0
E n cuanto al tiempo interme-

los seglares llevar consigo la Euca- dio que debe pasar entre una y otra
a antífona: O sacrum convivinm! etc.; sagrario, antes de tomar el copón.
ristía en tiempos de persecución, y comunión, no recuerdo haber leído
y si es tiempo pascual, se termina con 2. Antes de volverse al pueblo á de-
R

comulgarse á sí mismos en cualquier rúbrica que ordene una cosa fija. E n

allelvia. T a m b i é n se termina con alie- cir Misereatur, etc. 3 . Después de a

lugar. (Véase á San L i g o r i o , lib. 6, este C o l e g i o se tiene por cierto que

luia el verso: Panem de coció, etc., y volverse hacia el altar, antes de tomar
núm. 241.) se puede dar la comunión cada cuarto
la respuesta del ayudante: Omne dele- el copón para dar la comunión. 4 . a

de hora. Si hubiese alguna causa ra-

4. L a Eucaristía debe adminis-
0
trarse con los dos dedos, el pulgar y el
índice. E l que tiene imposibilitados
ctamenium, etc. Antes de la oración se
debe decir: Domine, exaudí oratmnem
meam, y Dominus vobiscum. (Decreto
Terminada la comunión y puesto el
zonable, no dudo que se podría dar
copón sobre el altar, antes de ponerle
sin pasar este espacio; como si se
la cubierta. 5 . Antes de cerrar el
a

tratase de una persona débil, ó que

estos dos dedos, no puede adminis-
trar el V i á t i c o con ios otros posterio-
res; porque, como dice San L i g o r i o ,
aunque toda la mano del sacerdote
está consagrada, pero por determina
ción de la Iglesia tan sólo el dedo
índice y el pulgar están deputados
para este ministerio. Después añade
t i Santo que, según Cóncina, los Sal-
maticenses, Roncaglia y la opinión
común, se puede dar la Eucaristía
con los dedos posteriores en caso de
extrema ó gravísima necesidad (lugar
citado, núm. 44). L a razón ha de ser
la misma que se expuso en el párrafo
de la Sagrada Congregación del Con-
cilio de 24 de Septiembre de 1S42.1
Despuées del verso y Oremus, el
sacerdote dice la oración: Deits, (¡"i
nobis sub Sacramento, etc., con termi-
nación larga: « Q u i vivis et regnas
cum D e o Patre in unitate Spiritus
Sancti D e u s , per omnia saecula s;ccu-
lorum. A m e n , » como dice el Ritual
R o m a n o publicado en 1847 por la
Sagrada Congregación de Propaganda
Pide. E n el tiempo pascual se dice la
oración: «Spiritum nobis, Domine,
tuse charitatis infunde; ut quos Sacra-
mentis paschalibus satiasti, tua facías
tabernáculo, después de haber c o l o -
tuviese precisión de marcharse pronto
cado en ÉL el copón.
de la iglesia.
6.° S I pidieren la comunión al
1847. E n el día no está vigente
sacerdote cuando va ya revestido por
ordenación alguna que prohiba dar la
la iglesia con el cáliz en la mano, la
comunión fuera de la M i s a , antes
Sagrada Congregación de R i t o s , p r e -
bien hay un decreto de la Sagrada
guntada sobre si se podría seguir la
Congregación de Ritos que lo manda:
costumbre de detenerse á dar la c o -
« N e q u i t negari communio fidelibus
munión, respondió en 12 de M a r z o
extra Missam. 7 Decemb. 1844.»
Qe 1836: «Si adsit necessitas, tolerari
S.° Omitiendo varias disposiciones
posse.u Aquí por necesidad no se e n -
antiguas acerca de dar la comunión
tiende que sea g r a v e ; basta que la
en la Misa de Réquiem, en el día es
gente pida la comunión y no haya á
indudable, por decreto de la Sagrada
ta mano sacerdote que la. D É ; y lo
C o n g r e g a c i ó n de Ritos de 27 de Junio
mismo puede darla, si la piden, cuan-
de 1868: que con ornamentos de
246 LIBRO VI. 1 R ATAD O IV.
color negro se puede dar la comunión si fuese necesario, retírese á una ha-
en la Misa de difuntos con partículas bitación para hacerlo con decencia.
del copón, bien sea inmediatamente Si al tiempo de dar la comunión á
después de la Misa de Réquiem, sin las monjas cayese una partícula en la
que se exija causa alguna; 2. , ó bien,
0
clausura, una de las monjas que aún
data rationabili causa, inmediatamente no hubiese comulgado, tómela con la
antes de la Misa. Por causa razonable lengua y súmala: si hubiesen comul-
no se entiende causa grave, porque gado ya todas, una de las religiosas
al sacerdote le basta que se lo supli- la pone en la palia que cubre el cáliz
quen alguna ó algunas personas. después del ofertorio, ó en los corpo-
9. 0
Cuando el sacerdote da la c o - rales, ó en una patena, y el sacerdote
munión con partículas que tiene en la pone en el copón. E n ambos casos
la patena, ésta no debe ponerse bajo se limpia con un purificador mojado
la barba de los que comulgan (decreto el lugar donde cayó la partícula, y el
DE LA
mentes perpetuos adultos. E s verdad
que, si se les diese la comunión, cau
saría en ellos aumento de gracia ex
opere opéralo; porque como están en
gracia de Dios los unos y los otros, y
no ponen óbice á la virtud eficaz de
la Eucaristía, ésta produce su efecto,
como en iguales circunstancias le pro
duce también el sacramento de la
Confirmación. Esta doctrina es indu
dable.
1849. P. ¿Qué disposiciones se
requieren para la lícita recepción de
la Eucaristía?
EUCARISTÍA. 247
reverentiam abstinere : et prasterea
confessio purgat maculam mentis ,
non autem immunditiam corpora-
lem, et hebetudinem, qua; contingit
in mente ex depressione ipsius ad
carnem.»
2.
0
Cuando la polución tenida fué
sin consentimiento precedente y sin
culpa alguna, á lo menos mortal, de-
jase ó no dejase lo que se llama hebe-
iudo mentis, sobre si se puede y c o n -
viene comulgar inmediatamente, he
aquí lo que dice el Angélico Maestro
en el lugar citado, en la solución 2 . : a

de la Sagrada Congregación de 12 de agua se echa en la piscina. R. D o s : una de parte del alma, y « S i autem expresse inveniat (qui pol-
A g o s t o de 1854), sobre todo cuando Acerca de la ccnducta que debe otra de parte del cuerpo: las compen lutionem habuit in somniis) c o n -
diere la comunión con el copón; sino observar en orden á dar ó no la co- dio un poeta en el siguiente dístico: sensum non praecessisse, et necessi-
que se ha de poner doblado el pañito munión á los pecadores, véase el ar- tas urgeat, aut aliqua causa potior
Quisquís rolens Christienmtigne corpore vcsci.
del cáliz, ó los corporales, ó una palia; tículo 4, De los Sacramentos en general. Sil bcnc derotus. sil corpore mmtcqiie lotus. reformet pactum, potest accederé, aut
y aun sería mejor que el párroco se núm. 1637 y siguientes. etiam celebrare, non obstante c o r p o -
hiciese con una bandejita de bronce, ris immunditia, aut hebetatione men-
ARTÍCULO PRIMERO
para que el ayudante la ponga bajo
la barba de las personas que comul-
CAPÍTULO VII tis: alias si necessitas non incumbat,
De las disposiciones que se requieren por videtur non exhibere debitam reve-
gan; pues de este modo, si cayese a l - D E L SUJETO DE L A EUCARISTÍA parte del cuerpo para comulgar, y rentiam Sacramento. N o n tamen si
guna partícula ó fragmento de ella, celebrat, mortaliter peccat, sed ve-
primero de la limpieza.
se recogía con decencia. A s í se prac- 1848. P . ¿Quién es el sujeto de nialiter.»
tica en algunas iglesias de España y la Eucaristía?
1850. A la limpieza de que aquí E s t o había dicho Santo T o m á s ,
en todas las de Méjico, adonde los R. T o d a persona bautizada puede se habla non opponitur lepra , nec siendo j o v e n , en el lugar citado del li-
españoles llevaron esta laudable prác- recibirla válidamente; pero, según la
Menstrua: porque esta inmundicia le- bro 4 de las Sentencias; pero en su
tica. presente disciplina de la Iglesia, pe- gal cesó con la ley antigua. L a in- obra última y más autorizada, que es
10. E n cuanto al orden de las caria mortalmente el ministro que en mundicia para comulgar, por parte la Suma Teológica, en la 3 . parte,a

personas para recibir la comunión, se la Iglesia latina diese la comunión á del cuerpo, se puede reducir á las dos
debe preferir al que ayuda á la Misa, los niños que aún no llegaron al uso cuestiones siguientes: « i . Pollutio,
í l
«ratione ministerii, quamvis sint alii de la razón , ó á los dementes que impedit communionem ? 2 . Actus a
digniores.» (Decreto de 13 de Julio de nunca la tuvieron. E l Concilio Late- conjugalis, impedit communionem?»
1658.) E n cuanto á los demás, se da ranense I V lo prohibió, y el Catecis- 1851. Quantum ad primam, di-
primero al sacerdote, que debe llevar mo de San P í o V , hablando de los in- cendum est:
estola del color del día, si la hay: fantes, dice así: « H i enim nec sacram i.° Quod de necessitate absoluta sola
siguen después los diáconos, etc. E n - Eucharistiam a profano et communi pollutio mortalis impedit communio-
tre los legos la rúbrica no pone orden pane sciunt discernere, ñeque ad eam nem. Si vero sit remissa per confes-
de preferencia. accipiendam pietatem animi et religio-
sionem, debet in ea die, in qua habita
11. Si al dar la comunión cayese nem afierre possunt. Atque id etiam fuit, abstinere, nisi justa causa aliad
en tierra alguna partícula, se limpia a Christi D o m i n i institutione aliems- suadeat, ut confessario videbitur (in 4
con un lienzo, y después se lava el simum videtur. Vetus quidem fuit illa Sent., dist. 9 . , art 4, sol. 2. ad 2 . )
a a u m
lugar donde cayó: el agua se echa in quibusdam locis consuetudo, ut He aquí sus palabras: « A d secundum
en la piscina. Si al dar la comunión infantibus etiam sacram Eucharis- dicendum, quod non esset consulen-
la partícula tocase el rostro ó vestido tiam prasberent, sed... jamdiu ejus- dum alicui, quod statim post pecca-
de la persona que comulga, nada se dem Ecclesia auctoritate id fieri de-
tum moríale, etiam contritus et con-
hará, por no llamar la atención. siit.ii (Parte 2 . , De Euchar., núm. 62.)
a
q. So, art. 7, dice así, hablando de la
polución tenida antes de comulgar:
«Si pollutio fuit omnino involuntaria,
et reliquit perturbationem, idem di-
cendum.»
«Si non reliquit perturbationem, et
nulla adsit causa, Sanctus T h o m a s di-
cit quod ex quadam congruentia im-
pedit quantum ad dúo; quorum unum
semper accidit, scilicet, quaedam fas-
ditas corporalis, cum qua, propter
reverentiam Sacramenti , non decet
ad altare accederé; unde et volentes,
e aliquid sacrum, manus la-
vant; nisi forte talis immunditia sit
perpetua, vel diuturna, sicut est l e -
pra, vel fluxus sanguinis, vel aliquid

fessus, ad Eucharistiam accederet; h u j u s m o d i ; » pero el Santo Doctor

Si la partícula cayese insinum mu- E n el núm. 64 dice lo mismo, y da sed deberet, nisi magna necessitas añade allí mismo: « H o c tamen i m -
lieris, tómela ella misma y consúmala: la misma razón respecto de los de- urgeret, per aliquod tempus propter pedimentum,quodex congruitate pro-
248 LIBRO VI. TRATADO
venit, postponi debet propter aliquam
necessitatem, puta, ut Gregorius di-
cit, cum fortasse aut festus dies exi-
g i t , aut exhibere ministerium, pro eo
quod sacerdos alius deest, ipsa neces-
sitas compellit.»
Cuando Santo T o m á s en el párra-
fo anterior usa de la palabra ex qua-
dam congruentia, se dividen los auto-
res tomistas sobre si quiere decir que
peca venialmente el que comulga en
este caso sin causa alguna, ó si tan
sólo habla de mayor respeto de conse-
jo. S i l v i o , en el comentario del art. 7
de la q. So de la 3 . parte, trata esta
a
cuestión; y respecto del que poco an-
tes cometió algún pecado mortal, aun
cuando sea de polución, si se confesó
bien después, dice que, no habiendo
causa alguna, bien se le puede acon-
sejar que no comulgue inmediata-
mente; pero añade: «Nihilominus si
quis post voluntariam pollutionem
eadem die confiteretur, et confessus
c o m m u n i c a r e t , absque necessitate
quidem, sed vel ex devotione vel ne
qusedam suspicio aliis ingeratur, pro-
babile est non peccaturum, nequi-
dem venialiter.» ( V i d e Navarrum, ca-
pítulo 21, núm. 51.)
Billuart (tract. De almo Ruchar, sa-
cram., diss. 6 . , art. 4, § 2, Mundities
a
corporis) dice que le parece más con-
forme á Santo T o m á s y más común,
que es venial «quod post pollutionem,
etiam omnino inculpabilem , nulla
existente causa, quis accedat i m m e -
diate ad communionem;» pero añade:
« S i ex inculpabili sive pollutione, sive
actu conjugali, non remaneant turpes
c o g i t a t i o n e s , aut mentis evagatio,
mínima ratio sufficiet, ut negligatur
sola fceditas corporalis.»
San L i g o r i o (lib. 6, num. 272) dice
así: «Quando pollutio non reliquit
ullam perturbationem, et fuerit o m -
nino involuntaria, nulla venialis est
culpa, si communicet; quia externa
macula, cum j a m sit praeterita, ad
moralem honestatem non pertinet.
Ita L a y m , Sanct. Bonav., Gerson,
IV.
Victoria cum Soto, Suarez, Alensis,
Palud., Adrián., Salmant., etc.»
L a rúbrica del Misal dice así: «Si
certum est non fuisse in illa cogita-
tione peccatum mortale, vel nullarn
fuisse cogitationem, sed (pollutionem)
evenisse ex naturali aut diabólica
illusione , potest communicare et ce-
lebrare, nisi ex illa corporis commo-
tione tanta evenerit perturbado men-
tis, ut abstinendum videatur.» (De
defectibus, núm. 9.)
1852. Quantum ad secundara
quaestionem:
i.° Si copula conjugalis ex cupi-
dine voluptatis fuit habita, sub venia-
li debet abstinere, ut dicunt, Sancti
Gregorius, T h o m a s , Bonaventura, et
.Sanctus L i g o r i u s , qui addit: « R e c t e
autem dicunt, quod a prsedicta inde-
centia excusare valet quadibet hones-
ta causa; puta solemnitas oceurrens,
periculum notas, indulgentia, specia-
lis d e v o t i o , » etc. ( L i b . 6, núm. 273.) Jquidem probabiliter, nisi justa subsit débito, dice el Santo Doctor: «Sunt
Si el penitente nada dice (atendida la Üfcausa; sed communius Sanch., N a suo judicio relinquendi; quia possunt
suspicacia y malicia de nuestros tiem-
pos), yo no preguntaría á la persona
casada si en aquel día había usado íjtract. X V , núm. 57, in fin.) Acerca
del matrimonio voluptatis causa.
2.
0
Si copula fuit habita procrean- ;Jazón sólida para decir que hay peca
da3 prolis causa, potest, si vult, lici-
te c o m m u n i c a r e : seu, ut inquiunt
Sancti Gregorius et T h o m a s , suo ju-
dicio est relinquendus. N a m cum finís
procreationis sit honestus, et a Deo
volitus, satis reparat quandam illara
indecentiam, qua? adest in communi-
cando post copulam, inquit Sanctus
Ligorius.
3." Si copula fuit habita debiti
reddendi causa, potest licite commu-
nicare, ut inquiunt Sancti T h o m a s ,
Albertus Magnus, Bonaventura, A n -
toninus, L i g o r i u s (lib. 6, núm. 274),
cum communi. Ratio, quia cum red-
ditio debiti sit actus virtutis justitias,
non est cur hominem a communione
impediat. E t quamvis remaneat eva-
gatio mentis, bene compensatur per
bonum justitia? in satisfaciente de-
bitum.
DE LA EUCARISTÍA. 249
Si confessarius a conjuge inter en comer y beber: «quia devotio m a -
rogetur num die communionis te gis impeditur per prascedentia ( c o m -
neatur debitum reddere, respondeat: munionem), quam per sequentia.» N i
i.° Quod ratione Eucharistia? susci en el artículo precedente, donde trata
piendae minime eximitur ab obligatio circunstanciadamente del uso del ma-
ne reddendi debitum. Ita Sot., Cajet., trimonio antes de la comunión, habla
Suar., Salmant., Sanctus L i g o r . , nú- una palabra del uso del matrimonio
mero 274. Si conjux frequentet, v. gr., en el mismo día después de haber co-
ómnibus festis, obligatur ad redden mulgado. T e n g o por sólidamente pro-
dum, ne exponatur periculo peccandi bable y segura la opinión de los que
contra justitiam vel charitatem: si dicen que no es pecado venial.
tantum in prsscipuis festivitatibus
A l terminar esta cuestión convie-
communicet, tune precibus moderatis
ne advertir que el capítulo Sciatis,
roget alterum conjugem ut abstineat
caus. 33, q. 4 . , donde se dice: « Q u i -
a
in honorem communionis, modo non
cumque uxori debitum reddit, nec de
incurrat illius indignationem, nec ad
carnibus A g n i comedere debet,» tan
vertat in ¡lio incontinentia? periculum.
sólo habla de los sacerdotes griegos
Ita Sanctus L i g o r i u s et alii.
casados, á los cuales se les prohibe
0
5. Debitum reddere in die com celebrar en el día en que usan del
munionis post ipsius acceptionem, in- matrimonio. Así responde Santo T o -
quit Sanctus L i g o r i u s , excusatur ab más á ese argumento (in 4 Sent.,
omni culpa. Petere vero post com dist. 32, q. i . , art. 1 ad i . ) ; pero
a u m
munionem alii dicunt esse veníale, et en cuanto á los seglares que pagan el
ar., V i c t . et T a m b . , sentiunt id ex devotione dimittere, et sumere
¡esse tantum consilii.» (Homo apost., corpus Christi absque peccato.»
e este punto, confieso que no veo
ARTICULO II
' lo venial, y aun la inmundicia legal
Del ayuno natural.
que está abrogada) no estaba puesta
f
ino para los que habían de tocar 1853. L a segunda condición que
osas santas ú ofrecer sacrificios; pero se requiere por parte del cuerpo es
o había prohibición del uso del ma- el ayuno natural, el cual se define:
¡rimonio en el día en que los habían Omnímoda post mediam noctem
hi ofrecido: « V i r de quo egredietur abstinentia ab omni cibo, potu, et
iemen coitus, immundus erit usque medicina.»
. 'dvesperum.fi (Levit., cap. 15, v. 16.) E s doctrina comunísima:
San Jerónimo dice que no conviene i.° Que el precepto del ayuno na-
ue comulguen « qui conjugalibus tural antes de comulgar no es divino,
>aiilo ante haesere complexibus...; eo
sino meramente eclesiástico. San
$empore, quo carnes A g n i manducaturi
A g u s t í n , citado por Santo T o m á s
\iimus, vacare carnalibus operibus non
a
(3. p., q. 80, art. 8 ad i . ) , ha-
u m
lebeamus.» (Super Matth. in sermo-
blando de este ayuno, después de
ie.) Santo T o m á s , que trató minu-
decir el motivo por que Jesucristo y
liosamente este punto, nada dice de 'os Apóstoles comulgaron después de
fea prohibición; antes bien en la 3 . p., la cena del cordero l e g a l , añade:
a
lo, art. 8 ad 6.« , dice que des-
m
Ideo non pracepit, quod deinceps tali
jués de consumirse las especies sa- ordine sumeretur, ut Apostolis, per quos
¡ramentales, no hay inconveniente Ecclesias dispositurus erat, servaret
250 LIBRO VI. TRATADO
hunc l o c u m . » Consta este precepto
de varios Concilios, y del capítulo Ex
parte, de celebr. Miss.
2.° E s doctrina comunísima de
los teólogos que el precepto del ayuno
natural antes de comulgar obliga bajo
pecado mortal. N o admite parvidad
de materia: ita omnes doctores, dice
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 278). Una
miaja de pan, una sola gota de agua,
que se tomen per modum cibi et potus,
rompen el ayuno natural, según la
sentencia comunísima: «Nullus post
cibum, potumque, quamlibet mínimum,
sumptum, Missas faceré pra?sumat,»
dice el séptimo Concilio T o l e d a n o ,
can. 2.
3.
0
T a m p o c o admite parvidad de
materia por parte del tiempo; esto es,
desde las doce en punto de la noche
del día en que se ha de comulgar. L o s
Salmaticenses son de parecer (verius)
que mientras no dé el reloj el último
golpe, se puede comer, porque ('.om-
nes ictus unius hora? pro único sal-
tem moraliter tempore computantur.»
(Tract.IW, De sacram. Euchar., núm. 6.)
Esta opinión no me parece fundada,
porque aquí la transgresión en el
tiempo no admite parvidad de mate-
ria, y la media noche, como muy bien
dicen L u g o , Sánchez, Cóncina y la
opinión más común, se completa al
primer golpe del reloj: «ut mihi, dice
San L i g o r i o , etiam confirmavit peri-
tissimus horologiorum faber. Sentio
autem tamquam certum tenendum,
quod tempus medise noctis non m o -
raliter, sed physice accipiendum est.»
( L i b . 6, núm. 282.) U n reloj grande
de torre tarda triple tiempo más en
dar las doce, que un reloj pequeño.
E n fin, la apreciación unánime de los
hombres dice que son las doce de la
noche cuando el reloj da la primera
campanada.
E s un error vulgar el pensar que
no se puede comulgar si no se durmió
después de cenar. E s t o es un despro-
pósito; á no ser que hubiese tanta
turbación, por no haber dormido, que
IV.
impidiese celebrar debidamente; pero
entonces la causa es la turbación ó
debilidad que algunos padecen cuando
no duermen en toda la noche.
1854. P. ¿Cuántas condiciones
se requieren para que la cosa que se
toma después de las doce de la noche
rompa el ayuno natural?
R. E s doctrina corriente que se
necesitan tres condiciones reunidas:
i. Que sea cosa exterior, esto es, que
a si se pasan casualmente, no le que- dice Santo T o m á s , ya citado: et si-
venga de fuera de la boca. 2. Que se
a brantan. Esta fué la opinión de San- i miliier videtur... de eructationibus; aun-
tome por modo de comida ó bebida.
3 . Que la cosa tenga razón de comida
a en esta parte lo que había dicho en el I tómago con advertencia, no viola el
ó bebida.
E n cuanto á la primera condición,
el Sr. Sánchez en su Teología Moral
(trat. I V , punto 4, núm. 1) la explica
de este modo: « P o r consiguiente, no
se violará el ayuno si lo que pasa al
estómago estaba ya en la boca, como
las pequeñas partículas de carne que
suelen quedarse después de la comida
adheridas á las mandíbulas.» Estas
últimas palabras, pronunciadas tan
umversalmente, no son exactas; por-
que el que al acostarse á las once de
la noche pone en la boca un caramelo
ó una pastilla medicinal para que se
deshaga poco á poco, y se queda dor-
mido, no puede comulgar en el día
siguiente, á no ser que esté cierto
moralmente quod ante mediam noctcm
totum deglutiverit, vel, quod residutan
erat,abstulerit,)> dice Silvio (in 3 . part.
a
D i v . ThomsB, q. 80, art. 8). L o mis-
mo afirman como cosa cierta los Sal-
maticenses (tract. I V , cap. 7, punct. 4,
núm. 68), siguiendo á Palao, Gabriel
y otros. L a razón es, porque se con-
tinúa la comida después de media
noche, comenzada voluntariamente
antes del sueño; y Benedicto XIV
afirma que el que tal hiciese, verda-
deramente violaría el ayuno natural:
Profecto jejunium violaret (De sacrij.
Missa, lib. 3, cap. 12, núm. 6). Lo
mismo dice San L i g o r i o (lib. 6, nú-
mero 278).
E n cuanto á las partículas de co-
mida que quedan entre las muelas ó
DE LA EUCARISTÍA.
251
dientes, algunos autores dicen que, t e m , etiamsi ex industria quis deglu-
aun cuando se pasen voluntariamen- tiat, ut communiter docent Suarez, etc.
te, no quebrantan el ayuno natural; y R a t i o , quia , ut supra dictum est
de esta opinión fué Santo T o m á s , ex D . T h o m a , quidquid ab intrín-
cuando era j o v e n , como puede verse seco provenit, non veré comeditur. ¡>
en el lib. 4 de las Sentencias, dist. 8. , ( L i b . 6 , al fin del núm. 279.) L o mismo
a
q. i . , art. 4, sol. 2 . ad 3."™ Otros se ha de decir cuando, ó por la indis-
a a
autores distinguen: si esas migajas posición del estómago, ó por ser indi-
se tragan de intento después de media gesto el alimento, éste vuelve á la
noche, quebrantan el ayuno natural; boca ó por eructo ó por vómito, como
to T o m á s últimamente, retractando | que se pase después de la boca al es-
lugar citado de los Sentenciarios. H e ayuno natural; porque (nótese bien)
aquí las palabras de su incomparable habiéndose tomado ya posesión en el es-
Sima Teológica: «Reliquia; tamen: tómago, no se entiende que viene de
cibi remanentes in ore, si casita-
fuera de la boca.
¡iter transglutiantur, non impediunt
Por el contrario, rompería el ayuno
sumptionem hujus Sacramenti, quia
non trajiciuntur per modum cibi, natural si á uno se le hiciese tragar
sed per modum saliva?; et eadem ratio violentamente agua, ó, cayendo en un
est de reliquiis aqua? vel vini, quibus río, la tragase sin poder evitarlo, ó
os abluitur, dummodo non trajician- chupase la sangre que le salía de un
tur in magna quantitate, sed permix- dedo, ó tragase las lágrimas que ma-
ta? saliva?, quod vitari non potest.» naban de los ojos, como dice San L i -
Así opinan San L i g o r i o (lib. 6, nú- gorio, con la opinión común, porque
mero 279), Silvio, V á z q u e z , L a y m . , en todos estos casos la cosa tragada
F i l i u c , Gabanto y Benedicto X I V venía ab extrínseco.
(De sacrif. Missa, lib. 3, cap. 12, nú- 1855. L a segunda condición que,
mero 6). Esta opinión me parece más según la opinión comunísima , se re-
probable; pero como muy bien dice
; quiere para que se viole el ayuno na-
San L i g o r i o , siguiendo á Benedic- tural, es que la cosa que pasa de la
to X I V y á L u g o , «reliquia? a denti- boca al estómago se tome por modo de
bus divulsa?, qua? sensibiliter in lin- comida ó bebida.
gua percipiuntur, equidem sunt e x - D e aquí infiere San L i g o r i o :
puenda?; non vero est obligatio adhi- i.° N o se quebranta el ayuno na-
bendi diligentiam ad reliquias illas ex tural si al lavar la boca pasa involun-
dentibus extrahendas, etsi pravidean- tariamente al estómago alguna gota
tur diglutienda. si non extrahantur, et de agua, ó entra polvo en la boca y
cum saliva deglutiantur; alias enim se pasa sin voluntad, ó una mosca
ha?c obligatio esset innumeris scru- que se entra en la boca y se traga, ó
pulis, et perplexitatibus obnoxia, ad alguna gota de agua cuando llueve;
quod certe non pra?sumitur Ecclesia porque si no pasa voluntariamente,
voluisse obligare.» non est comestio , sed respiratio (vel
attractio) , como dice San L i g o r i o ;
Por no venir ab extrínseco, no viola pero si se tragasen estas cosas de inten-
el ayuno natural la sangre que sale to, aunque estuviesen mezcladas con
de las encías, ó de la cabeza cae en saliva, si bien Croix, L u g o y T a m b u -
la boca, aunque se trague advertida- rino dicen que no rompen el ayuno
mente; y lo mismo dice San L i g o r i o , natural, pero San L i g o r i o dice: Sed
«si saniem ex pústula oris emanan- omnino affirmandum cum sententia com-
252 LIBRO VI. T El A T A D O IV.
muni. Santo T o m á s está expreso en masticase para quitar el mal olor de
favor de esta opinión, y lo mismo la la boca, promover la expulsión de fle-
rúbrica del Misal (De defect., n ú m . 3), mas, ó cosa semejante.
que dice así: « í d e m dicendum (non 1856. L a tercera condición para
frangí jejunium), si lavando os, d e - que se viole el ayuno natural es que
glutiatur stilla aquas prceter intentio- la cosa que pasa al estómago tenga
nem. » « E r g o , dice San L i g o r i o , si ex razón de comida ó de bebida; esto es,
intentione deglutiatur, frangitur.» como dice San L i g o r i o con la senten-
2. 0
San L i g o r i o , con la opinión cia común, que sea alterable y digeri-
comunísima en el día, dice que ni el ble. D e aquí deduce el Santo que no
fumar ni tomar tabaco en polvo viola violan el ayuno natural las cosas in-
el ayuno natural. N o el fumar, aun- digeribles, «ut sunt capilli, ungues,
que se pase de intento el humo al metallum, vitrum, fila ex sérico aut
estómago, porque el humo ni es c o - lana, ossicula fructuum omnino depu-
mida ni bebida; pues si lo fuera, los rata; quia hasc non nutriunt, nec ra-
cocineros que hubieran estado aspi- tionem habent cibi: Ecclesia autem
rando en la cocina el humo de la c o - tantum prohibet ne sumatur Eucha-
mida, no podrían comulgar. T a m p o - ristia post cibum aut potum.it ( L i b . 6,
co le viola el tomar tabaco ó rapé pol- núm. 281.)
las narices, aunque caigan algunas L o s Salmaticenses llevan la opi-
partículas al estómago; porque dado nión contraria: «Tutius et rectius aiii
que sea nutritivo, no se toma per mo- impediré communionem affirmant;
dum cibi, sed per modum attractionis quiaeo casu sumptio ccelestis cibi non
(lib. 6, núm. 2S0). Esta es la costum- esset prima comestio, cum alia pras-
bre general de la Iglesia, dice el gran cessisset, tametsi reí non nutritivas,
sabio Benedicto X I V en el lib. 1 1 De quod ad comestionem non videtur re-
Synodo Dicccesana, cap. 13, núm. 2, quiri, utpote quaa in trajectione vitali
donde trata, con su erudición acos- ex ore ad stomachum consistat.»
tumbrada, esta cuestión, y concluye ( T r a c t . I V , cap. 7, punct. 4, núme-
así: «Siquidem nec tabaci fumus, nec ro 70.) Confieso que no me parece
pulvis naribus ingestus est vera co- sólida la razón de los Salmaticenses.
mestio aut potatio, quibus dumtaxat Es verdad que, como dice Santo T o -
naturale jejunium solvitur.» más (3.* p., q. 80, art. 8 ad 4."'"), si
se toma agua, ó cualquier comida, ó
E n cuanto á masticar el tabaco,
bebida, ó medicina per modum cibi vel
algunos autores opinan que quebran-
potus, es indiferente que realmente
ta el ayuno natural, porque dicen que
nutra ó no al que la toma; pero, co-
siempre pasa al estómago algo de
mo sabiamente nota San L i g o r i o , bas-
j u g o mezclado con la saliva; pero L u -
ta que pueda nutrir, como se ve por
go, T a m b u r i n o , Escobedo y otros d i -
los ejemplos que pone el Angélico
cen que no quebranta el ayuno, con
Maestro: «post assumptionem aqua,
tal que, si pasa al estómago algo de
vel alterius cibi, aut potus;» ¿y quién
j u g o mezclado con la saliva, sea «prce-
dirá que el que pasa al estómago un
ter intentionem; quia tune non per m o -
cabello, un perdigón, un botón de
dum cibi sed per modum salivas tra-
bronce ó cosa semejante, come?
jicitur.» Esto dicen, y esta es también
DE LA
(puede tomarse por vía de purga, ó
para alterar); pero es necesario que
sea alterable y digerible. L o mismo que
San L i g o r i o interpreta Billuart las
citadas palabras de Santo T o m á s :
«Requiritur quod ab extrínseco intro-
mittatur per os in stomachum , sitque
ab eo alterabile et digestibile, etiamsi
forte non nutriat.it (De Euchar., diss. 6,
art. 4, Explicatur conclusio.) Esas c o -
sas inalterables, como dice Billuart,
«non frangunt jejunium naturale, sed
physicum tantum.»
Según San L i g o r i o y otros muchos
graves autores, quebrantan el ayuno
«omnia quas ab stomacho alterari, et
in substantiam hominis convertí pos-
sunt,» como el papel, la paja, el heno,
hilos de lino (pero no los de lana ó
de seda), el polvo medicinal, la cera
(porque casi siempre retiene alguna
mixtura de miel). Por último, por no
alargarme con ejemplos, es más pro-
bable que la tierra ó greda que c o -
men algunas personas quebranta el
ayuno natural; porque, si bien des-
truye la salud, tiene alguna sustancia
digerible: Cum in ea aliquid inveniatur
a stomacho alterabile, dice San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 281).
1857. P. Cuando hay algunos
relojes que dan las doce de la noche
con alguna diversidad de tiempo, ¿á
cuál de ellos se ha de estar para saber
si se viola el ayuno natural?
R. San L i g o r i o dice q u e , según
opinión comunísima, se puede estar
al último que da la h o r a : cita en
favor de esta sentencia á L u g o , S á n -
chez, Cuarti, Merati, los S a l m a t i -
censes, etc. E l Santo exceptúa recta-
mente dos casos: i . ° Si ordinaria-
mente anda mal el que da el último,
porque entonces tiene la presunción
contra sí. 2. Si consta, por otra parte,
0
EUCARISTÍA. 253
está en ayuno natural, ¿puede c o -
mulgar?
R. H a y opiniones. L o s Salmati-
censes (tract. I V , De Euchar., cap. 7,
punct. 4, núm. 69) y otros autores
dicen que no se puede «quia lex jeju-
nii sumendi est in possessione;» pero
L a y m a n , Sporer, Diana y otros dicen
que se puede comulgar. San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 282) dice que el precepto
del ayuno natural es negativo, porque
propiamente no manda el ayuno na-
tural, sino que prohibe comulgar no
estando en ayuno natural; y concluye
así: « V a l d e probabilis est, i m m o for-
te probabilior sententia affirmativa
(que dice que puede comulgar): quia,
cum hoc prasceptum sit negativum de
non accedendo ad Eucharistiam post
comestionem, non teneris ab illa abs-
tinere, quandiu non es certus, et tan-
to magis si nullam habeas rationem
probabilem te comedisse; tune enim
adhuc manes in possessione tuas 1¡-
bertatis.» E n mi concepto, esta reso-
lución no se puede negar sino por los
que defienden el sistema probabílio-
rista.
1859. P. ¿Hay precepto de no
comer hasta pasado algún tiempo
después de la comunión?
R. Aquí hay dos cuestiones: una
de precepto y otra de consejo. E n
cuanto á la primera, San L i g o r i o y
otros autores, aunque reconocen que
no hay precepto formal que lo prohi-
ba, creen que comete alguna irreve-
rencia á la Eucaristía y peca venial-
mente el que sin causa alguna come
inmediatamente después de comulgar;
pero que no habría culpa alguna si
hubiese algún motivo racional (lib. 6,
núm. 283, y Homo apost., tract. X V ,
núm. 45); como por un negocio ur-
gente, por debilidad de estómago, ó

la opinión de San L i g o r i o , si bien
añade el Santo que no siendo decente
esta masticación antes de comulgar,
cree que, si no hay alguna causa, es
pecado venial (lib. 6, al fin del núme-
ro 280). Sería causa bastante si se
Cuando un caminante, viendo álos
ladrones, pasa al estómago una mo-
nedita de oro para salvarla, nadie di-
ce que comió la moneda, sino que la
tragó: deglulivit. N o es, pues, necesa-
rio que lo que se toma nutra de hecho
que son más de las doce de la noche porque un religioso tuviese que asis-
(núm. 282); como si un reloj que ya tir al refectorio con la comunidad, etc.
dio las doce, es de los que se arre- E n mi humilde concepto, no hay
glan diariamente por un reloj de sol, falta venial en el seglar que comulga
éste debe ser preferido. en la Misa, da gracias hasta t e r m i -
1858. P . Cuando uno duda si narse ésta, é inmediatamente marcha
254 LIBRO VI. TRATADO
á su casa á desayunarse; ni tampoco
la comete el sacerdote que termina la
Misa con devoción , sigue dando gra-
cias hasta desnudarse de las vestidu-
ras sagradas, y á continuación se des-
ayuna.
Me fundo, para pensar de esta ma-
nera, en que me parece haber sido ésta
la opinión de Santo T o m á s , pues dice
así: «Debet esse aliqua mora inter
sumptionem hujus Sacramenti et re-
liquos cibos. Unde et in Missa oratio
gratiarum actionis post comniunionem
dicitur, et communicantes etiam suas
privatas orationes dicunt» ( 3 . p . ,
a
q. So, art. 8 ad 6 . ) . E s verdad que
u m
hay un decreto de Clemente I, que
fijaba ciertas horas para poder comer
después de comulgar (dist. 2 . De con-
a
secrat., cap 23); pero, como allí mis-
mo dice Santo T o m á s , per contrariam
consuetudinem est abrogatuvi. Se ve,
pues, que al poco tiempo de comul-
gar se puede comer.
H e aquí parte de la respuesta de
Santo T o m á s en los Sentenciarios:
«Oportet esse aliquod intervallum in-
ter sumptionem Eucharistiae et alio-
rum ciborum. Sed quja non requiri-
tur magnum intervallum, et quod pa-
rum deest nihil deesse videtur; ideo
possumus sub hoc sensu concederé
quod statim potest aliquis cibos alios
sumere post Eucharistiae sumptio-
n e m . » (In 4 Sent., dist. 8, q. 1. , ar-
a
tículo 4, sol. 3. )
a
E n cuanto á la segunda cuestión de
consejo, véase lo dicho en el cap. 4,
núm. 1829, donde, con las autoriza-
das palabras de Santa Teresa de Je-
sús, se manifestó cuánto importa á
los sacerdotes y á los legos detenerse
á dar gracias después de haber co-
mulgado. Aquí tan sólo añadiré que
los sacerdotes que inmediatamente des-
pués de quitarse las vestiduras sa-
gradas se marchan á la calle, se im-
posibilitan en cierta manera para ex-
hortar con fruto á los fieles desde el
pulpito y el confesonario á que se de-
tengan á dar gracias después de co-
IV.
mulgar, cuando ellos con su ejemplo
les enseñan lo contrario.
1860. P. ¿Cuánto tiempo tardan
en corromperse en el estómago las
especies sacramentales?
R. N o se puede dar regla fija: de-
pende de la mayor ó menor virtud di-
gestiva. San L i g o r i o (lib. 6, núme-
ro 225) dice que al cardenal L u g o ,
habiendo consultado á muchos médicos
de R o m a , le dijeron que las especies
sacramentales en los legos se corrom-
pen en un minuto, y en los sacerdotes
que celebran, se corrompen en medio
cuarto de hora. Puede tenerse por
cierto que la partícula que toman los
legos, por lo común, se corrompe en
medio cuarto de hora, ó en menos
tiempo; y las especies de pan y vino,
en los que celebran, en un cuarto de
hora ó en menos.
1861. P. ¿Se puede escupir des-
pués de comulgar?
R. Con tal que no haya sospecha
de haber quedado en la boca alguna
particulita, no es pecado alguno: así
lo afirma San L i g o r i o , siguiendo á
Santo T o m á s , W i g a n d t , Sánchez, etc.
L a razón es, porque las flemas y la
saliva no salen del estómago por el
esófago, que es el conducto del estó-
m a g o , sino por la traquearteria, que
es la v í a pulmonar y el conducto que
da paso al aire que respiramos; y así
no hay peligro de que salgan del estó-
mago lasespecies sacramentales cuan-
do se escupe ó gargajea. Otra cosa
sería si se vomitase inmediatamente
después de comulgar, porque el vómi-
to arroja lo que está en el estómago,
y lo mismo el eructo fuerte; y tam-
bién si se escupiese, cuando con la
tos se hubiese impedido que las espe-
cies sacramentales bajasen al estó-
m a g o . Hasta aquí he manifestado lo
que es de obligación; pero es laudable
que, no habiendo necesidad, no se es-
cupa hasta pasar un poco de tiempo
después de comulgar; aunque convie-
ne quitar á muchos fieles el error en
que están de que pecan si escupen sin
DE LA EUCARISTÍA.
pasar mucho tiempo después de c o -
mulgar.
1862. P. ¿Hay algunos casos en
que se puede comulgar sin estar en
ayuno natural?
R. H a y varios: cuando no se puede
observar buenamente el ayuno natu-
ral, se puede y debe dar la Eucaristía
al que se halla en peligro natural ó
violento de muerte, ya provenga el
peligro de enfermedad, ya de heridas
ó veneno, ó sentencia de j u e z . E l pre-
cepto divino de recibir el Viático en
esos casos prevalece contra el precep-
to eclesiástico del ayuno natural. E s
verdad que, si no hubiese temor de
peligro de muerte, se dice que deben
recibirle en ayunas; pero, como dice
Billuart, con la sentencia comunísi-
ma, los párrocos no han de ser escru-
pulosos en esta materia, porque el
Concilio Constanciense, en la sesión
i j , dice absolutamente: «Hujusmodi
Sacramentum non debet confici post
cecnam, nec a fidelibus recipi non j e -
junis, nisi in casu infirmitatis, aut
alterius necessitatis a jure vel ab E c -
clesia concesse, vel admisso;» y así:
i.° El párroco no está obligado á
esperar á la media noche para que el
enfermo reciba el Viático en ayunas.
Vaya á la hora que le llamen.
2.
0
Un sacerdote que por enfer-
medad, ó por fundado temor de ser
muerto, creyese que iba á morir sin
Viático si no celebraba sin estar en
ayuno natural, podría sin duda a l -
guna hacerlo lícitamente ; porque
el Constanciense dice generalmente:
«Hujusmodi Sacramentum non debet
confici post cceaam..., nisi in casu in-
firmitatis, aut alterius necessitatis,)) etc.
Así opinan L u g o , los Salmaticenses y
otros (lib. 6, núm. 2S6).
1 8 6 3 . P. ¿Cuántas veces se pue-
de dar el Viático á un enfermo en
una misma enfermedad, sin estar en
ayunas?
R. E l Sr. Sánchez, en el trat. I V de
su Teología Moral, punto 5, núm. 4,
dice así: « E n una misma enfermedad,
255
s¿ se renueva el peligro, se puede reci -
bir más de una vez el Viático; pero
para esto se requiere que entre V i á t i -
co y Viático transcurra algún tiem -
po, ocho días v. gr.: Salmaticenses
citados, punto 3 . , números 74, 75 y
0
76.» E n este pasaje del Sr. Sánchez
hay dos equivocaciones:
i.
a
E n decir que para repetir el
V i á t i c o es necesario que se renueve el
peligro; porque es doctrina corriente
y comunísima sentencia que se puede
repetir en un mismo peligro de muer-
te, como lo afirman Victoria, S o t o ,
Suárez, Billuart, San L i g o r i o , que
dice así: « N o n solum si novum r e -
currat periculum ( m o r t i s ) , sed etiam
si idem perduret.» ( L i b . 6, núm. 2S5.)
Benedicto X I V , hablando con los
Obispos, dice así: «Interdum debít
Episcopus constituere, ne parochi re-
nuant sanctissimam Eucharistiam ite-
rato deferre ad cegrotos, qui, etiam
perseverante eodem morbipericulo, illam
sespius per modum Viatici, cum natura-
le jejunium servare nequeant, perci-
pere cupiunt. Quamvis enim V á z -
quez... doceat, divino prascepto satis-
fieri per unicam perceptionem san-
ctissimi Viatici in eadem aegritudine;
nullum tamen invenimus alicujus nomi-
nis theologum, qui neget, et licitum,
et pium, ac laudabile esse illud ses-
pius repetere.» Son palabras literales
de Benedicto X I V (De Synodo Dicece-
sana, lib. 7, cap. 12, núm. 4.)
2.
a
Se equivoca también el señor
Sánchez en atribuir á los Salmaticen -
ses que para repetir el Viático es n e -
cesario que se renueve el peligro de
muerte, pues dicen todo lo contrario:
he aquí sus palabras: « T e x t u s , ex
Ecclesiae usu, concedentes constitutis
in mortis periculo ut suscipiant E u -
charistiam post cibum vel potum,
cum aliter suscipere commode non
possint, non limitant concessionem pro
una tantum vice;» y así dicen que du-
rante el mismo peligro de muerte se
¡puede repetir el Viático (tract. I V ,
^ a p . 7, punct. 4, núm. 75.)
 LIBRO VI. T R A T A D O IV. DE LA EUCARISTÍA.
257
1 8 6 4 . P. ¿Cuánto tiempo debe éste, añade que, fuera de los casos lo prevalece contra el precepto ecle- queer. 3 , eñ una nota: « Siempre
pasar entre Viático y V i á t i c o para allí expresos, ninguno pueda comul- siástico de comulgar en ayunas. Una debe temerse el escándalo , á menos
que se pueda repetir sin estar en ayu- gar sin estar en ayuno natural, sin persona puesta ya con las demás, ó que el celebrante sea de tan conocida
dispensa pontificia. Gury, nada rígi- sola , en el comulgatorio , si recueraa santidad , que goce de la confianza y
no natural?
que no está en ayunas y teme que se
R. H a y opiniones. L o s Salmati- do, dice que aunque Elbel es de opi- afecto de sus parroquianos. P u e d e
ha de seguir escándalo (como es r e -
censes, en el número siguiente al c i - nión que en una enfermedad larga sentarse como regla g e n e r a l , que el
gular) retirándose , puede y debe c o -
tado, dicen que según unos cada se- que no sea de peligro puede comulgar sacerdote que ha empezado la Misa
mulgar, á no ser que, atendidas todas
mana, otros que cada seis días, otros el que no está en ayuno natural, «sed sin estar en acunas, puede continuar-
las circunstancias, formase juicio pru-
que cada tercer día, y si la persona contradicit sententia communissima cum la aunque no esté en la consagración.
dente de que por retirarse ningún
acostumbraba á comulgar con fre- Suarez, qui mérito asserit solum Pa- Por las mismas razones digo lo mismo
escándalo se seguiría, pues en este
cuencia y tenía gran deseo de recibir pam hac in lege dispensare posse si el sacerdote está en el altar para
caso debería abstenerse de la co-
al Señor, que se podía repetir al día ( t o m o 2, núm. 334). L o mismo dice celebrar, y aun si está en la sacristía,
munión.
siguiente. E n medio de esta variedad el Compendio Salmaticense (trata- estando ya el pueblo reunido aguar-
de opiniones, los Salmaticenses con- do X X V , De Euchar., cap. 2, núme- Si un sacerdote , estando ya en el dando la Misa.» ( L u c e r n e : Instruz.
cluyen (con L u g o ) diciendo que se ro 60.) altar, recuerda que no está en ayuno sopra il Rituale di Langres.) Me parece
atienda á la costumbre del lugar, por- Por último, Bouvier" (tomo 3, De natural, si ha consagrado ya , todos muy racional esta doctrina: la pruden-
que ésta introdujo la repetición del Euchar., cap. 5, art. 2) dice así: «Únele convienen en que siempre debe conti- cia cristiana ha de ser la directora en
Viático sin estar en ayuno natural, si manere non possit jejunus, et divina nuar la Misa; porque el precepto divi- estos casos de apreciación. E n un
por lo menos cada siete ú ocho días, Eucharistia ei conveniente! deferri
-
no de perfeccionar el sacrificio es sin pueblo sencillo, morigerado , y que
cuando duran la enfermedad y el pe- non possit immediate saltem post me- comparación superior al precepto ecle- oye al párroco con mucha docilidad,
ligro de muerte. San L i g o r i o tiene por diam noctem, a precepto communionh siástico de estar en ayunas. Si el 1 podrá evitarse el escándalo, como su-
probable que si la persona enferma paschalis excusatur quandiu durat inlir- sacerdote no ha consagrado, Santo | cedió á un venerable dominico , mi-
recibe hoy el V i á t i c o , puede volver á mitas.» E l párroco puede muy bien Tomás dice así: «Tutius reputarem, sionero de Filipinas, amigo mío, que
recibirle mañana, si en salud comul- socorrer al enfermo del modo que dice máxime in casu manducationis, quod por olvido tomó las abluciones en la
gaba con mucha frecuencia. Cada uno Bouvier, dándole la comunión muy Missam ineceptam desereret, nisi grave primera Misa del día de Navitidad ; y
escoja lo que le parezca mejor: tan temprano, ó bien hacerlo después de scaiidalum timeretur.» San Buenaven- teniendo que decir la Misa segunda
sólo diré que en una comunidad reli- media noche, si sale á dar el Viático tura, citado por Bonacina, dice que en otro pueblo , dijo á los indios lo
giosa se puede hacer con más facili- i á otros enfermos; y Gury añade que cuando se celebra en público, nunca que le había sucedido , rezó con ellos
dad y sin llamar la atención: en el I es causa bastante para hacerlo á esa se puede suspender la Misa sin que una parte de rosario , y se quedaron
siglo no sería tan fácil la repetición. hora la necesidad de auxilio que tiene haya temor de infamia ó escándalo. muy satisfechos y tranquilos.
Luis de San Juan afirma que él, e s - esa clase de achacosos. Cuando se da . Cóncina, por el contrario , dice que 1868. E l cuarto caso es cuando
tando en Alcalá de Henares, acostum- la comunión á los enfermos que no rara vez se seguiría escándalo por de- es necesario que el sacerdote comul-
braba á darle cada tercer día por vía están de peligro de muerte, ó se repi- sistir de la Misa (quod raro accidit) (De gue sin estar en ayunas para comple-
de V i á t i c o , probanübus multis ex Ma-1 te el Viático á los que están (durante Euchar., diss. 1. , cap. 1 1 , § 3 , n ú - tar el Sacrificio ; como si no hubiese
a

gisíris Complutensibus.» (In Summa., eodem periado mortis) se omiten las mero 10). San L i g o r i o , á cuya opi- sacerdote en ayunas , y el celebrante
t o m o i , q. 7, art. 10, diffic. 4 . , De ceremonias que el Ritual Romano
a
nión me adhiero, dice: «Melius sentio muriese ó fuese atacado de un acci-
Euchar.) prescribe para el V i á t i c o , y la comu- dicendum cum Tournely semper scan- dente después de haber consagrado
1865. P. E l enfermo habitual, nión se da sencillamente como á los dalum posse timeri, nisi celebrans sit una especie; ó habiendo consagrado
pero no de peligro de muerte, que no sanos. notas, aut saltem prsesumptaa probi- las dos, no pudiese consumirlas.
puede ir á la iglesia, ¿podrá recibir la 1866. E l segundo caso en que se tatis.» ( L i b . 6, núm. 2S7.) L o mismo se ha de decir si el sacer-
Eucaristía sin estar en ayuno natu- puede tomar la Eucaristía, aunque Tan sólo añadiré que en estos tiem- dote, después de consumir la hostia,
ral, si de otra manera no puede co- J sea por un lego , sin estar en ayuno pos difícilmente se puede evitar el es- advirtiese , al sumir el cáliz , que es
mulgar para cumplir el precepto pas- natural, es cuando, de no hacerlo, ha- cándalo, porque las murmuraciones, agua ó vinagre; pues en este caso , si
cual? bían de ser quemadas las especies sa- |las sospechas, las irrisiones , los j u i - celebrase en lugar privado, debería to-
R. N o puede sin licencia pontifi- cramentales, ó profanadas por herejes c i o s temerarios, los chismes, serían mar otra hostia, poner vino en el cáliz
cia; porque Benedicto X I V , en su ó impíos. E s t o es indudable. a muy fáciles , pues el clero tiene mu- y consagrar las dos especies , comen-
bula Quadam de more, de 24 de Marzo 1867. E l tercer caso es cuando fchos enemigos, por más virtuoso que zando desde Qui pridie quam pateretur,
de 1756 (es la 54 en el tomo 4 de su se había de seguir escándalo si una |jfuese el celebrante. L o mismo dice, dice Santo T o m á s ( 3 . p., q. 87, ar-
a

Bidano), expresa los casos en que se persona no comulgaba sin estar en en mi concepto con razón , un docto tículo 6 ad 4 . ) . Si celebrase en pú-
u m

puede comulgar sin estar en ayuno ayuno natural. L a razón es, porque el escritor citado por Scavini (tract. I X , j blico , dice la rúbrica del Misal (De
natural; y no haciendo mención de precepto natural de evitar el escanda- |disp. 4 . , part. i . , cap. 3, art. 1, I defect., tít. 4,núm. 5),que el celebrante
a a

TOMO I I .
'7
258 L I B R O V I . T íL A T A D O IV. DE L A EUCARISTÍA.
259
puede consagrar la hostia y el vino, Si hubiese tomado ya alguna ablu- T e n g o por cierto que si una autori- les la comunión en público, tan sólo
ó poner solamente v i n o , consagrarlo, ción, debe ponerlas en el sagrario , ó dad perversa no permitiera que se les porque se presentan adornadas vana-
comenzando desde Simili modo, y con- dejarlas á otro sacerdote que celebre diese la comunión, cualquier sacerdo- mente.
te, y en su defecto un diácono, l o p o -
sumirlo: en el caso de consagrar las en aquella mañana para que las suma: Gury advierte que si bien se debe
dría hacer ocultamente.
dos cosas , las ofrece antes mental- lo mismo se ha de hacer si hubiese rehusar la comunión á las mujeres
mente , y comienza en el Qui pridie: quedado una Hostia entera consagra- 1871. L a tercera condición que «qua? valde indecentes se preesentarent;
si consagra solamente el vino, le ofre- da, y lo mismo también si el sacerdo- se recomienda por parte del cuerpo cum debitis tamen cautionibus ad scan-
ce mentalmente , comenzando en el te viese las partículas consagradas para comulgar, es la compostura en dala, quantum fieri potest, prsecaven-
por él, después de haberse desnudado los modales , la decencia y limpieza da: ita o m n e s . » ( T o m o 2, núm. 337.)
Simili modo: en ambos casos , omi-
de las vestiduras sagradas ; pero en en el vestido. L o s predicadores y confesores, si son
tiendo lo demás, consume inmediata-
todos estos casos, si no hay sagrario, En cuanto á los militares, conviene prudentes, pueden evitar mucho: ¡á
mente.
ni ha de celebrar después algún sacer- que depongan la espada antes de c o - son imprudentes, más bien inquieta-
Si después de la sunción del cáliz
dote, ni hay «quomodo honeste conserve- mulgar; pero como suelen ser demasia- rán é irritarán con poco fruto.
duda fundadamente el celebrante so-
tur, potest eam sumere,» dice la cita- do susceptibles, de ningún modo con-
bre si era vino , ó agua , ó vinagre lo
da rúbrica en el núm. 7. vendría decirles cosa alguna si se pre-
que sumió, debe poner vino en el cá- ARTÍCULO I I I
Cuando se purifica un copón , y lo sentasen con ella en el comulgatorio,
liz, consagrarlo sub conditione de que
porque no hay precepto grave que se
no fuese vino lo que sumió ; porque, mismo en los Oficios de Viernes San- De las disposiciones que se requieren por
lo prohiba. P o r esto San L i g o r i o dice
como muy bien dice San L i g o r i o to, suele pasar un poco de vino al es- parte del alma para comulgar lícita-
eonveuit (lib. 6, núm. 275), y Scavini
(lib. 6, al fin del núm. 20G), si lo con- tómago antes que las especies sacra- mente.
dice congruum est. L o s militares de
sagrase absolutamente, y hubiese sido mentales; pero esto no se opone al
San Juan de Jerusalén tienen privile-
el sanguis lo primero que había sumi- ayuno natural mandado por la Iglesia. 1872. C o m o la Eucaristía es Sa-
Cuando la partícula queda pegada gio para comulgar con la espada c e -
do, si consagraba después otro sin cramento de vivos, es reo de gravísi-
en el cáliz , es más decente echar un ñida, para denotar que la emplean en
condición , se comenzaba con una sola m o sacrilegio el que comulga con con-
defensa de la fe.
especie un nuevo sacrificio, y éste poco de vino en él para sumirla , que ciencia de pecado mortal: «Quicumque
quedaba incompleto. Este temor de sacarla con el dedo, y tal vez desme- En cuanto á las mujeres , San L i - manducaverit panem huno, vel bibe-
gorio , en el número citado , dice así:
no hacer el segundo incompleto es nuzarla. (Véase á San L i g o r i o , lib. 6, rit calicem Domini indigne, reus erit
«Debent autem midieres ad communio-
causa bastante , dice el Santo , para al fin del n ú m . 2S8.) Cuando se pega corporis et sanguinis Domini,» dice San
la Hostia al paladar y no se puede des- nem modeste accederé , pectore co- Pablo [l ad Corinth., cap. 1 1 , v. 27).
consagrar el vino sub conditione.
operto , et sine vano ornatu; unde, si
E l quinto caso es cuando el sacer- pegar con la lengua, aunque se puede E s tan grande crimen, que San A m -
con el índice, es mejor hacerlo con las qua nimis immodeste accedat, huic ne- brosio d i c e : Hoc peccato conculcari
dote, después de las abluciones, ve en
abluciones. ganda est communio.» E n esto con- corpus Domini. N o obstante, secundum
la patena, ó en el cáliz, ó en los c o r -
1869. E l sexto caso es cuando vienen los autores ; la dificultad con- suam speciem, son más graves los pe-
porales algunas partículas pertene-
á un sacerdote que no está en ayuno siste en graduar cuándo una mujer se j cados que injurian directamente á la
cientes al mismo sacrificio ; en este
presenta nimis immodeste. E l docto y Divinidad, v . g r . , la infidelidad, la
caso las podrá t o m a r , aun cuando natural se le amenaza con la muerte
prudente cardenal Gousset dice así: blasfemia, e t c . , y el pecado de los que
haya terminado la Misa, y aun cuando si no celebra; porque, si no se le pide
«Se rehusa la comunión á aquellas crucificaron á Cristo; como lo prueba
esté ya en la sacristía, con tal que no en desprecio de la Iglesia, bien puede
que se presentan con el seno descu- Santo T o m á s ( 3 . p . , q. 80, art. 5
se haya desnudado de las vestiduras hacerlo , como dicen Silvio , los Sal-
a

bierto, nempe nudatis uberibus;» son ad i . ) .

sagradas , como lo afirman B e n e d i c - maticenses, San L i g o r i o (Homo apost.,
u m

tract. X V , núm. 55) , y otros. L a ra- sus palabras: «Qui se presentent le

to X I V ( D e sacrific. Missce , lib. 3, 1873. P. E l que tiene concien-
zón convincente es p o r q u e , según sein decouvert, nempe, nudatis uberibus»
cap. 17 , números 5 y 6) , San L i g o - cia de pecado mortal, ¿debe confesar-
todos, se puede comulgar sin estar en (tomo 2, núm. 265); y añade: « P e r o
rio ( l i b . 6, n ú m . 251) y otros. C o m o se antes de comulgar, ó le basta ha-
ayunas para evitar la infamia ; luego no se debería rehusar á aquellas que
la rúbrica dice que puede tomar d i - cer contrición?
con mayor razón se puede hacer para se presentan con cierto lujo, ó con
chas partículas «quia ad idem sacrifi- ciertos adornos mundanos.» E n mi R. E s indudable que debe confe-
evitar la muerte.
cium spectant» (tít. 7 , n ú m . 6) , San concepto, dice muy bien Gousset: sarse. H e aquí la definición d o g m á t i -
L i g o r i o opina que el sacerdote no 1870. E n cuanto á los que van ca del Tridentino: «Siatuit et declarat
mientras se contengan dentro de los
puede tomar en su sacrificio después á ser ejecutados, si el juez no da lugar ipsa Sancta Synodus, illis, quos con-
límites de la honestidad, y atendiendo
de las abluciones las partículas consa- para que puedan comulgar en ayunas, á que las modas (ridiculas por cierto) scientia peccati mortalis gravat, quan-
gradas en otro sacrificio, porque éstas es indudable que se les puede dar la se han generalizado tanto aun entre tumeumque etiam se contritos existiment,
no pertenecen á la perfección de su comunión aunque no estén en ayuno las mujeres virtuosas, sería peligroso habita copia confessoris, necessario
sacrificio, y además así lo da á en- natural, según los Salmaticenses, Wi- dar un paso tan arriesgado de negar- prsemittendam esse confessionem sa-
tender la rúbrica citada. gandt, San L i g o r i o y otros muchos. cramentalem. Si quis autem contra-
2ÓO LIBRO
rium docere, praedicare, vel pertinaci-
ter asserere prcesumpserit, eo ipso excom-
municaius exisiat.» (Sess. 1 3 , can. 11.)
Sobre si es de precepto divino la
previa confesión á los que tienen con-
ciencia de pecado mortal, ó meramen-
te de precepto eclesiástico, hay opi-
niones entre los doctores católicos.
Algunos dicen que bastaría la perfecta
contrición, si la Iglesia no hubiese
mandado la confesión; aunque es más
común, y en mi concepto más proba-
ble, que hay precepto divino, fundado
en la facilidad del abuso que se haría
si no se exigiese la confesión previa;
ya por ser difícil la contrición perfec-
ta, ya por la limpieza de alma que se
exige para la recepción de este diviní-
simo Sacramento. Véase, entre otros,
á San L i g o r i o (lib. 6, núm. 256), á
Billuart (De Ruchar., diss. 6. , art. 4),
a precepto divino que manda sujetar
y sobre todo el cap. 7 de la sesión 13
del T r i d e n t i n o , que dice así: « C o m -
municare volenti revocandum est in
memoriam ejus ( D i v i P a u l i ) prcecep-
tum: Probet auiem seipsum hcmo ( I ad
Corinth., cap. 1 1 , v. 28). Ecclesiastica
autem consuetudo declarat, eam probatio-
nem necessariam esse, ut nullus sibi
conscius peccati mortalis, quantumvis
sibi contri tus videatur, absque praemi-
sa sacrameniali confessione ad sacram
Eucharistiam accederé debeat.» Aquí
no hay definición dogmática; pero
estas palabras dan mucho peso de
autoridad á la segunda opinión.
P. E l que se confesó antes de c o -
mulgar, si se le olvidó inculpablemen-
te un pecado mortal, ¿pedrá comulgar
sin confesarse?
R. A lo menos en España, antes de
escribir San L i g o r i o su obra moral,
era más común la opinión de los que
decían que no estando confesado el
pecado mortal olvidado, respecto de
éste estaba vigente el decreto del T i i -
dentino, porque erat conscius peccati
mortalis ncndim confessi; y esta era la
piáctica de los fieles.
San L i g o r i o afirma que la opinión da la opinión de San L i g o r i o , y la
de les que dicen que no tiene obliga- tengo por suficientemente probable,
VI. TRATADO IV.
ción de volver á confesarse para c o -
mulgar, le parece omnino rationi con-
sentanea (lib. 6, núm. 257); porque el
que se confesó antes de la comunión
cumplió ya el precepto del Tridenti-
no, y se le perdonó por la confesión el
pecado olvidado. Que se le perdonase
directa ó indirectamente, es indife-
rente para el presente caso; porque el
fin principal de mandarse la confesión
previa antes de comulgar fué para
asegurar más la justificación del que
ha de acercarse á este dignísimo Sa-
cramento, que exige tanta pureza, y
ser tan difícil la contrición perfecta.
Pues bien; esto ya se cumplió con la
confesión bien hecha. Y no se diga
que hay obligación de confesar el pe-
cado olvidado, pues esto no se hace
porque no esté perdonado, sino por el
expresamente á las llaves de la Iglesia
todos los pecados mortales de que se
acuerde el penitente. Hasta aquí San
L i g o r i o ; y lo mismo opinan García, el
continuador de Tournely, el muy doc-
to y severo Collet (Traite des Saints
Mystcres, cap. 2, § 8, y también Traite
de Ruchar, sacram., cap. 6, art. 5),
Gousset ( t o m o 2, núm. 249), Gury
(tomo 2, núm. 326), y Scavini.
E l Sr. Sánchez, en su Teología Mo-
ral (trat. I V , punto 5, núm. 3) dice
que al que se le olvidó un pecado mortal
en la confesión, debe volver á confesarse,
si quiere comulgar: no alega más razón
que la autoridad de los Salmaticenses.
E n efecto; en España llevaban anti-
guamente esta opinión los confesores,
porque Cóncina, los Salmaticenses,
Cuniliati, Grosin y otros muchos auto-
res probabilioristas eran muy popula-
res en nuestra patria, y así no es ex-
traño que inoculasen en los fieles la
convicción y la costumbre de volverá
confesarse antes de comulgar, cuando
se les había olvidado en la confesión
algún pecado mortal.
Diré mi humilde parecer: me agra-
DE LA EUCARISTÍA. 261
si bien en algunas circunstancias pue-
números 474 y 4 7 5 , y en el Homo
de ser arriesgada; por ejemplo, si e l
apostólicas, tract. X V , núm. 34, donde,
pecado olvidado es sobre alguna oca-
entre otras cosas, dice así: «Praecep-
sión próxima, ó reincidencia, restitu-
tum Apostoli: Probet autem seipsum
ción, odio ó cosa semejante, que si se
homo, ratione cujus intelligitur pras-
hubiese explicado, tal vez el confesor
cepta esse confessio, ut declaravit
no hubiera absuelto a l penitente. Por
Tridentinum, ligat tantum eos qui
esta razón no conviene predicar la
sunt conscii, nempe, certe sciunt se
opinión de San L i g o r i o . E l que la
moríale commisisse, de quo non sunt
lleve, tengo por ciertísimo que no está
adhuc confessi, ut idem Tridentinum
obligado á hacer contrición antes de
declaravit sess. 13, cap. 7, dicens:
comulgar; porque, como raciocinan ,
« U t nullus sibi conscius peccati mor-
rectamente L u g o , H o l z m a n , San L i -
talis ad Eucharistiam accederé audeat.
gorio (lib. 6, al fin del núm. 257) y
Itaque praeceptum prohibitionis non
otros, ya está justificado por la c o n -
incipit possidere, nisi postquam homo
fesión, y no hay precepto, á lo menos
sit sui peccati conscius (sufficiendo
cierto, que mande la contrición en
sibi ut fructum Sacramenti percipiat,
este caso.
ut praamittat contritionem).»
1874. P. E l que duda si pecó 1
San L i g o r i o dice en el lib. 6, nú-
mortalmente ¿ puede comulgar sin
mero 473, que así opinaron los S a l -
confesarse?
maticenses (De Ruchar., cap. 7, nú-
R. D e tres maneras puede dudar mero 29); pero el Santo seguramente
una persona acerca del pecado mortal: vio en algún autor la cita equivocada.
i.a
Cuando sabe que cometió pe- ¡ L o s Salmaticenses, en el número c i -
cado mortal, y duda si le confesó; ó tado, dicen que cuando una persona
sabe que le confesó, pero duda con ' cree probablemente que no pecó mortal-
fundamento si por cualquier motivo mente, puede comulgar sin confesar-
fué nula la confesión. Si la duda es se, y dan la razón: quia potest quispiam
negativa, esto es, que no tiene r a z o - licite operari, sequendo opinionem proba-
nes en pro ni en contra de haber con- bilem; pero aquí los Salmaticenses no
fesado el pecado mortal ciertamente hablan de la cuestión presente de San
cometido, convienen los autores en L i g o r i o , esto es, de cuando uno duda
que debe confesarle, porque no tiene rigurosamente con duda positiva si está
razón positiva que le excuse de cum- [ en pecado mortal, sino de cuando
plir el precepto del Tridentino. L o tiene opinión probable de que no lo
mismo se ha de decir cuando estando está; esto es, cuando su entendimien-
cierto de haber cometido el pecado to se inclina á que no pecó mortal-
mortal, tiene duda positiva de si le mente, más bien que á que pecó. P e r o
confesó ó no, esto es, tiene iguales cuando hay duda rigurosa, los Salma-
razones en pro y en contra. San L i g o - ticenses en el número precedente (28)
rio tiene por cierta esta doctrina, por- resuelven que no puede comulgar sin
que en este caso tiene lugar aquella confesarse el que tiene esta duda de
sentencia: Cum obligatio est certa, non haber pecado mortalmente: he aquí
sufficit satisfactio dubia; y así posee el sus palabras: «Sed petes primo: an si
precepto del Tridentino. dubitet quis, sine assensu probabili ad
2.
a
Cuando uno duda si pecó ó no alterutram partan, habeatne peccatum
mortalmente, San L i g o r i o , en la p r i - mortale, v e l id confessus fuerit, p o s -
mera edición de su obra, fué de o p i - sit accederé ad Eucharistiam sine
nión que debería confesarse antes de prsevia confessione? Aliqui dubitant,
comulgar; pero después retractó su aut in affirmativam partem videntur
parecer, como puede verse en el lib. 6, inclinare, qui pauci sunt, nec fere au-
26a LIBRO VI. T R A T A D O
dent omnino affirmare, ut testatur
Dicast. loco infra referendo. Sed pars
negativa omnino tenencia est cum com-
muni sententia, quam tenent innumeri
auctores. Quadraginta affert et sequitur
Tliornas Sánchez, lib. i Sum., cap. i o ,
núm. 66, et praeter eos idem docent
B o n a c , Merol., Sylv., Homobonus,
Mercerus, F i l l i u c , et alii quos refert
et sequitur Diana. Hanc autem asser-
tionein in praxi omnino tenendam qua-
tuor rationibus erudite probat T h o m a s
Sánchez, loe. cit. E t praeterea unani-
mis comprobat consensus doctorum, et
praxis ac consuctudo recepta in Ecclesia
Dei, qucB vel sola firmare nos posset in
hac sententia. Certum namque est et
citra controversiam Christum et E c -
clesiam, auctoritate ab eo accepta,
potuisse praecipere confessionem pec-
cati dubii communioni praemitten-
dam. Quod autem id mandaverit, vi-
detur sufficienter constare ex communi
sensn fidelium , non solum de vulgo,
sed de numero sapientum ut vix inve-
niatnr qui non affirmet.»
H e copiado literalmente las pala-
bras anteriores de los Salmaticenses,
porque realmente son graves: no obs-
tante, yo no inquietaré al que siga la
opinión de San L i g o r i o , porque la ra-
zón en que se funda es poderosa,
aunque yo para mí no la seguiría en
la práctica. D e todos modos, el que
la siga, si es sacerdote, no me parece
prudente que la predique en el pulpi-
to, porque los penitentes ignorantes
confunden fácilmente los pecados ve-
niales con los mortales, las ocurren-
cias ó tentaciones con los consenti-
mientos deliberados, y viceversa. Para
las personas verdaderamente timoratas
y para las escrupulosas creo no debe
haber duda (cualquiera de las dos
opiniones que se abrace) de que se
les puede mandar que en este caso
comulguen sin confesarse, si bien será
bueno exhortarlas á que hagan un acto
de contrición para mejor asegurar el
fruto del Sacramento. Unusquisque in
sensu suo abundet.
IV.
1875. P . E l que tiene concien-
cia de pecado mortal ¿podrá comul-
gar en algunos casos con sola la con-
trición?
R. E l Tridentino en la ses. 1 3 ,
cap. 7, declara que puede comulgar
con la sola contrición, con tal que
concurran reunidas las dos siguientes
condiciones: necesidad urgente de co-
mulgar, y que no haya copia de con-
fesor.
1876. P . ¿Cuándo se dirá que
hay necesidad urgente de comulgar?
R. Cuando, de no comulgar ó ce-
lebrar, se había de seguir infamia
á la misma persona, ó escándalo á
otros. E l que está ya puesto á la ba-
randilla para comulgar, si se acuerda
de un pecado mortal que cometió
después de la última confesión, no
debe retirarse, porque se le seguiría
infamia. E n este caso debe, del me-
jor modo que pueda, hacer contrición
y comulgar. Si el pecado se le olvidó
inculpablemente en la confesión, nada
tiene que hacer entonces, sino co-
mulgar, porque el pecado está perdo-
nado y absuelto indirectamente. Bas-
ta que se acuse de él en la primera
confesión.
1877. P . E l sacerdote que, es-
tando ya en el altar, se acuerda de
un pecado mortal cometido después
de la última confesión, ó le comete
entonces, ¿qué debe hacer?
B. Si esto sucede después de la
consagración, no debe interrumpir la
Misa, sino hacer un acto de contri-
ción, y continuarla, como dice la opi-
nión comunísima, siguiendo á Santo
T o m á s (3. p., q. 83, art. 6 ad 2. )-
a um
L o mismo dicen San L i g o r i o (lib. 6,
núm. 262) y la rúbrica (tít. 8, núme-
ros 4 y 5). Si esto sucediese antes de
la consagración, he aquí las palabras
de Santo T o m á s : « S i ante consecra -
tionem recordetur sacerdos se esse in
peccato mortali, aut se esse excom-
municatum,vel suspensum, autlocum
esse interdictum, si non timetur scanda-
lum, debet Missam ineceptam desere-
DE L A EUCARISTÍA. 263
ré;» pero añade San L i g o r i o : «Ceterum día un matrimonio, estando y a pre-
bene advertunt T o u r n . et Palaus cum parados los novios y parientes para
Vázquez et L a y m . , quod eo casu vix asistir á la Misa; ó porque se hace un
nota infamia: vitaripotest.» Efectiva- entierro y se ha de celebrar Misa s o -
mente, en nuestros tiempos apenas lemne, á la que ha de asistir la fami-
se podría evitar el escándalo, a t e n d i - lia del difunto, á no ser que ella con-
da la corrupción de hoy. sienta en que se traslade á otro día.
1878. Como se trata de un grave Se supone que en todos estos casos
compromiso que puede suceder en el párroco no tiene con quien confe-
pueblos pequeños, me parece c o n v e - sarse, ni tiene vicario ó sacerdote que
niente transcribir las palabras litera- celebre en su l u g a r . » H a s t a aquí
les del muy docto y muy prudente car- Gousset.
denal Gousset (tomo 2, núm. 191):
2. Puede también el sacerdote
0
«Cuando el sacerdote aún está en la
que está en pecado mortal celebrar
sacristía, pero ya se ha tocado á Misa
con sola la contrición perfecta, como
y los fieles llegan á la iglesia, si ad-
dice Gousset, con todos los autores,
virtiese que está en pecado mortal y
cuando es necesario consagrar una
no tiene con quien confesarse, somos
partícula para dar el Viático á un m o -
de opinión que puede decir Misa des-
ribundo.
pués de haber hecho un acto de per-
3. 0
Cuando de no celebrar el sa-
fecta contrición, á no ser que con un
cerdote, ó no comulgar una persona
pretexto plausible pudiese dispensar-
lega con sola la contrición, se ha de
se de celebrar. E l no podría alegar
seguir al sacerdote ó persona lega un
que estaba enfermo, ó se encontraba
daño muy grave, bastaría la contri-
mal, porque esto sería evidentemente
ción.
una mentira, ó una mera restricción
mental; ni podría tampoco decir que E l sacerdote que estando en peca-
había sido herido por una turbación do mortal y no teniendo obligación
violenta é imprevista, porque no fal- de celebrar, si por otra parte no ha
taría quien le preguntase el motivo.» de seguírsele infamia ni ha de haber
escándalo, no puede celebrar en un
Hasta aquí Gousset.
día de fiesta tan sólo para que otros
1879. i . ° « L a necesidad urgen- 'que no están á su cuidado oigan Misa;
te de comulgar de que habla el T r i - porque éstos, que no tienen quien se
dentino , continúa G o u s s e t , existe la diga, no pecan, como muy bien
también cuando un párroco ó vicario dicen L u g o , los Salmaticenses, R o n -
está obligado á decir Misa, ó porque caglia, San L i g o r i o (lib. 6, núm. 261),
es domingo ó fiesta de precepto; ó y otros.
porque, aunque no lo sea, los fieles 1880. P . Si uno está en pecado
quieren santificarla por devoción , mortal y no tiene confesor, ¿podrá co-
asistiendo á la Misa, ó porque es pre- mulgar con sola la contrición para
ciso consagrar partículas para dar el poder cumplir con el precepto de la
Viático á un enfermo (en esto c o n - comunión pascual?
vienen los autores, con San L i g o r i o , R. Soto, L u g o , Palao y otros dicen
lib. 6, núm. 260); ó para dar la co- que puede, porque el precepto de c o -
munión á una persona que perdería mulgar una vez en e l a ñ o e s d i v i n o , y l a
el jubileo no comulgando, ó una in- Iglesia tan sóloseñaló eltiempo.Otros,
dulgencia plenaria para la cual esta- con Suárez, los Salmaticenses, Tour-
ba preparada (si no se juntase escán- nely, etc., dicen que no puede comul-
dalo, en estos dos casos, que son de gar sin confesarse: i . ° Porque la pre-
devoción, no convengo con Gousset); via confesión al que está en pecado
ó porque se trata de celebrar en aquel mortal, si no se sigue escándalo, ó
264 LIBRO VI. TRATADO
infamia, ó algún grave daño, también
es de precepto divino. 2° Quia prce-
ceptum annua communionis non obligat,
quando ncquil impleri debito modo.
San L i g o r i o dice que las dos opi-
niones son probables. Cóncina dice
que la primera opinión es más co-
mún: «sed an sit probabilior, ignoro:
propterea doctiorum judicio rem sub-
j i c i o . Sed raro hcec accidunt. T e m p u s
enim paschalis communionis divi-
duum est, pluresque dies comprehen-
dit. V i x contingere potest ut in toto
intervallo copia desit confessarii.»
( L i b . 3, diss. i . De Euchar., cap. 1 1 ,
a
§ 1, núm. 26.)
1881. P. Supuesta la urgencia
de comulgar, ¿cuándo se dirá que no
hay copia de confesor?
R. Como las apreciaciones de los
sabios son tan diversas cuando se
desciende á casos particulares, la bue-
na fe y el criterio del que tiene nece-
sidad de comulgar han de resolver
cuándo se puede decir que no hay co-
pia de confesor. San L i g o r i o da la si-
guiente regla que, si bien es muy g e -
neral, no deja de ser muy importan-
te: « H i n c quodcumque grdve incommo-
dum excusat (a confessione). Salmant.
cum P a l . , V a z q . , et aliis passim.»
( L i b . 6, n ú m . 264).
Para dar alguna claridad sobre la
regla general que pone San L i g o r i o ,
pondré algunos casos particulares que
señalan los autores.
i.° Cuando el confesor está dis-
tante. L a distancia que se exige no
se puede fijar absolutamente. L o s Sal-
maticenses, con la opinión comunísi-
ma , dicen a s í : «Confessoris copia
abesse censetur..., si ita a te distet,
ut nequeas illum absque gravi incom-
vtodo adire, quod prudentis judicio
judicandum est, spectatis tum debilí-
tate tua et átate, tum etiam aliis cir-
cumstantiis, ut brevitatis temporis in
quo celebrare debes.» (Tract. I V , De
Euchar., cap. 7, núm. 32). San L i g o -
rio dice que unos ponen la distancia
de dos leguas, otros de cinco cuartos
IV.
de legua, otros de una legua; y con-
cluye el Santo: «Sed hoc judicandum
ex circumstantiis; unde ait Palaus.
quod aliquando, spectata imbecillitate
sacerdotis et brevítate temporis in quo
celebrare debet, poterit excusare ad-
huc distantia quinquaginta pasuum.»
( L i b . 6, núm. 264.)
2.0
Cuando, si se confiesa con el
único confesor que está presente, hay
temor fundado revelationis sigilli, vel
sollicitationis. E s verdad que en este
caso, si el temor de estos males que
amenazan recae precisamente sobre
algún pecado en particular, ó sobre
alguna circunstancia mortal que mu-
dase de especie, el penitente debería
confesarse, haciendo integridad mo-
ral y no confesando hasta otra confe-
sión el pecado ó circunstancia que
omitió; porque había causa bastante
para hacer integridad moral.
Gousset dice que también se enten-
dería no haber copia de confesor
cuando tan sólo hay uno al cual el
penitente tiene una repugnancia inven-
cible, más ó menos legítima, en con-
fesarse con él ( t o m o 2, núm. 193).
Y o no he visto esta excepción en otros
a u t o r e s ; pero me parece racional,
atendidas dos razones: 1 . Que San
a
L i g o r i o (lib. 6, núm. 563, y Homo
apostólicas, tract. X V I , núm. 35), si-
guiendo á varios autores, dice que un
moribundo podría confesarse en este
caso con un simple sacerdote, cuando
ita horreret manifestare sua crimina con-
fessario approbato (prassenti), ut esset
in periculo confitendi sacrilegc. 2. Por-
a
que es ciertísimo que se entiende no
haber copia de confesor cuando el que
tiene urgencia de comulgar no puede
confesarse sine gravi incommodo. Aquí
no se trata de la grave y gravísima
vergüenza que cuesta la confesión de
culpas enormes: esta incomodidad no
excusa, porque es intrínseca á la con-
fesión. Se trata de aquella repugnan-
cia casi invencible, de aquella especie
de horror que tienen algunas perso-
nas, especialmente las jóvenes, á de-
DE L A EUCARISTÍA. 265
cir sus miserias á este confesor, que | g o d o , con la opinión unánime de los
tal vez es a m i g o , tal vez pariente, tal doctores ( l i b . 6, núm. 255). H a y un
vez enemigo, ó sumamente antipáti- caso en que estaría obligado á confe-
co. Esta grave incomodidad es extrín- sarse, y es cuando le pareciese que
seca á la confesión, y puede ser tal, no tenía contrición de los mortales
que se pueda considerar causa bastan- reservados, pues entonces la confe-
te para que, habiendo urgencia de sión de los veniales sería obligatoria
comulgar, baste la contrición perfec- per accidens, para ponerse en gracia
ta. Sapientes dixerint. con la absolución, como muy bien
3.0
Cuando no puede confesarse sin dicen Suárez, L u g o , San L i g o r i o y
intérprete. Esta doctrina es común, y otros.
me parece cierta, porque es grave in- Cuando el que ha de comulgar,
comodidad tener que decir unos m i s - además de las excomuniones ó peca-
mos pecados á dos personas; y es tan dos reservados, tiene otros no reser-
grave molestia, que Cayetano, Soto, vados, algunos autores antiguos dije-
Palao, San L i g o r i o y otros dicen que ron que podía comulgar sin confesar-
ni aun en la hora de la muerte hay se, con sola la contrición. D e esta
obligación de confesarse por medio de opinión parece ser ei Sr. Sánchez,
intérprete, exceptuado el caso en que pues entre los casos que señala para
el moribundo dudase que tenía con-j poder comulgar sin confesarse, por
trición; y aun- entonces le bastaría i no haber copia de confesor, pone el
acusarse de un pecado venial, y de siguiente (es el 3. ), que dice así:
0
los demás en general, como dicen los «Cuando se trata de un pecado reser-
Salmaticenses, V i v a y San L i g o r i o vado, y no hay quien lo pueda absol-
con la opinión común. ver, ni aun en virtud de la Bula de la
1882. P. E l que tiene pecados Santa Cruzada;» y el Sr. Sánchez
reservados, ¿debe confesarse antes de cita á los Salmaticenses, cap. 7,
comulgar, cuando el confesor que punto 3, desde el núm. 32 al 36; pero
está presente no tiene facultad para omite que estos autores, en el núm. 36,
absolver de ellos? afirman que si además de los reserva-
R. i . ° Si aunque el confesor no dos tiene otros mortales no reserva-
tenga facultad, el penitente puede dos, debe confesarse antes de comul-
dársela por un privilegio que tiene gar, según L e d e s m . , Coninch., P a l . ,
para ser absuelto (por ejemplo, la Suárez, R e g i n . , et alii communiter;
Bula de la C r u z a d a ) , entonces es 1 porque en este caso, aunque no queda
claro que debe confesarse. L a razón absuelto de la excomunión reservada,
es, porque aunque se dice comun- (ni quedan absueltos directamente los
mente que del privilegio quisque potest pecados reservados, quedan absueltos
¡di vel non uti, tiene la excepción de indirectamente por la confesión, y así
que cuando obliga un precepto, como le obliga el precepto del Tridentino:
la confesión, la comunión, la Misa, Probet autem seipsnm homo. L a e x c o -
el ayuno, etc., el que con el privile- munión en ese caso no le impide la
gio puede cumplir el precepto, debe comunión: la confesión fué íntegra
usar de él. formal, aunque no materialmente. L o
mismo dice Scavini , quien afirma
2 . ° Si el que está necesitado de
que esta sentencia es comunísima en
comulgar no tiene privilegio, y tan
el día (tract. I X , disp. 4 . , part. i . ,
a a
sólo tiene pecados mortales reserva-
cap. 3, art. 2, en una nota Qui habet
dos, en este caso puede comulgar sin
excommunicationem). P o r último, San
confesarse, y le basta la contrición,
L i g o r i o defiende y prueba erudita-
porque la confesión de los veniales
mente esta sentencia en el lib. 6, n ú -
no es obligatoria: así opinan San L i -
266 LIBRO VI. TRATADO
mero 265, queer. 3; y así me adhiero
en un todo á este parecer.
1883. P. E n estos casos, ¿debe
el que confiesa expresar también los
pecados reservados?
R. San L i g o r i o en el número cita-
do (queer. 2) y lo mismo Scavini, di-
cen que hay dos opiniones probables.
Unos dicen que no debe expresarlos:
i.° Porque no puede absolverlos
directamente el confesor, y por consi-
guiente ni juzgar de ellos.
2. 0
Porque, como tiene que con-
fesarlos después á un confesor que
tenga facultad para absolverlos direc-
tamente, sería mucha carga tener que
expresarlos dos veces: esta opinión,
dice el Santo, es tal vez (forte) más
probable; pero añade que per accidens
podría estar indudablemente obligado
á confesarlos cuando el penitente es
reincidente en los reservados, ó por
ellos está en ocasión próxima de rein-
cidencia; porque entonces sería indis-
pensable confesarlos para que el con-
fesor conociese la disposición del p e -
nitente.
L a segunda opinión' afirma que
debe confesar también los reservados:
hablando de ella los Salmaticenses
(núm. 36), dicen así: « V e r u m opposi-
tam, asserentem deberé omnia pecca-
ta reservata cum non reservatis dici
confessario inferiori, tradunt Sotus
(in 4 Sent., dist. 18, art. 5), L e d e s m .
(De sacram. Euchar., cap. 2), N u ñ e z ,
et esse satis communem fatetur
card. L u g o : et est securior et consu-
lenda, ut bene docet F i l l i u c . » Confie-
so que me agrada más esta opinión;
porque como el confesor que absuelve
debe, según sentencia comunísima,
estar prudentemente persuadido de la
disposición de iodos los penitentes que
absuelve, no veo yo cómo pueda d i s -
pensarse de investigar todos los p e -
cados mortales del penitente para cer-
ciorarse de su estado; y esto no sólo
en los casos de ocasión próxima y
reincidencia, que admite San L i g o r i o ,
sino también por razón de restitución,
IV.
odio, entrega de libros prohibidos,
reparación de escándalos, etc., que
pueden mezclarse en los casos reser-
vados y en excomuniones; por cuyos
motivos, si el que se confiesa no está
dispuesto á cumplir su obligación,
no se le puede absolver. N o niego es-
peculativamente la mayor ó menor
probabilidad de la primera opinión;
pero en la práctica, exceptuado algún
caso particular, obligaría al penitente
á que explicase los pecados reserva-
dos, para conocer si por razón de és-
tos había algún impedimento por
falta de su disposición. L o mismo di-
cen Mas, Grosin, D i e z .
1884. P. ¿Cómo se ha de enten-
der el precepto grave de confesarse,
quamprimum, que impone el Triden-
tino al sacerdote que, estando en pe-
cado mortal, tiene necesidad de cele-
brar, y , no teniendo copia de confe-
sor, dice Misa con sola la contrición?
R. i . ° E l adverbio quamprimum no
se entiende que basta que se confiese
cuando lo haga á su tiempo. Esto está
reprobado por Alejandro V I I , que
condenó la proposición siguiente (es
la 3. ): « I l l a particula quamprimum
a
intelligitur, cum sacerdos suo teviporc
confitebitur.»
2.
0
E s doctrina corriente que este
mandato del Tridentino obliga sub
mortali. E l mismo Alejandro V I I con-
denó la siguiente proposición (es
la 38): «Mandatum Tridentini factum
sacerdoti sacrificanti ex necessitate
cum peccato mortali confitendi quam-
primum, est consilium, non prasce-
ptum.»
3.0
Para cumplir este precepto,
«con tal que no haya justo temor de
que el sacerdote tendrá que celebrar
antes, basta que se confiese dentro de
tres días.» L a razón es, porque cuan-
do se trata de leyes eclesiásticas ó ci-
viles que mandan que una cosa se
haga quamprimum, statim, continuo,
aut simile, si la naturaleza de lo man-
dado no exige manifiestamente otra cosa,
basta que se cumpla dentro de tres días;
DE LA EUCARISTÍA.
porque, como dicen L u g o , García,
Bald., F e l i n . , Mend., Milante, Trull.,
Croix, San L i g o r i o (lib. 6, núm. 266)
y otros, es ya como un axioma jurí-
dico comunmente recibido, que quam-
primum fit, quod intra triduum fit. Es
verdad que per accidens podría estar
obligado á confesarse en el mismo
día, y aun en la misma hora, si de no
hacerlo había de tener precisión de
celebrar en el día siguiente sin poder
confesarse, ó no había de tener en más
de tres días ocasión de poder hacerlo;
como muy bien dicen Suárez, San
Ligorio, y lo dicta la recta razón.
1885. P. E l sacerdote que ce-
lebra á sabiendas en pecado mortal,
sin tener necesidad de comulgar, ó
la tiene, habiendo copia de confe-
sor, ¿está obligado á confesarse quam-
primum?
R. Algunos autores dijeron que sí.
Uno de ellos es G r o s i n , que dice
haber la misma razón que respecto
del sacerdote que, urgente necessitate,
celebra con sola la contrición por no
tener copia de confesor: dice también
que este precepto habla con los sacer-
dotes que comulgan more laicorum, é
igualmente con los legos que, urgente
necessitate, comulgan absque preevia
confessione con conciencia de pecado
mortal con sola la contrición (trata-
do I V , cap. 5, preg. 9. ). Ninguna de
a
estas opiniones me parece sólidamen-
te probable intrínsecamente:
i.° A l sacerdote que á sabiendas y
porque le da la gana comulga sacri-
legamente, de nada serviría imponerle
un precepto grave eclesiástico, cuando
en nada le detiene ni el gravísimo
precepto divino, ni aquella terrible
conminación del Espíritu Santo: Reus
erit corporis et sanguinis Domini, ni
aquella otra: Qui manducat et bibit in-
digne, judicium sibi manducat et bibit,
non dijudicans corpus Domini.
2.0
L a Iglesia no ha puesto esa
obligación de confesar quamprimum á
todo el que comulga en pecado mor-
tal , sino tan sólo al sacerdote que ur-
267
gente necessitate, et non adest copia con-
fessoris, dice Misa.
Cuando los sapientísimos y pru-
dentísimos Padres del Tridentino r e -
dactaron de esta manera y tan m i -
nuciosamente á quién obligaba este
precepto, ningún particular está auto-
rizado para extenderle más. L o s P a -
dres de aquel gran Concilio, que con
tanto miramiento y detención redac-
taron sus sesiones, hubieran dicho:
« T o d o sacerdote que celebra, ó toda
persona que comulga con conciencia
de pecado mortal, debe confesarse
quamprimum.» ¿Qué cosa les hubiera
sido más fácil y sencilla? A t e n g á m o -
nos, pues, al tenor circunstanciado y
sentido genuino del decreto. San L i -
gorio afirma que esta es la sentencia
comunísima y verdadera (lib. 6, n ú -
mero 266, queer. 5).
1886. P. Si el sacerdote se acuer-
da de que está en pecado mortal
cuando está ya en la Misa, ó le come-
te entonces, ¿está obligado á confe-
sarse quamprimum?
R. Si se acuerda antes de la con-
sagración y no puede confesarse ni
suspender la Misa, para mí es indu-
dable que no sólo debe hacer entonces
acto de contrición, sino también con-
fesarse después quamprimum; porque
tiene cumplidamente lugar el precepto
del Tridentino, que dice: «Quod si,
necessitate urgente, sacerdos absque pree-
via confessione celebraverit, quampri-
mum confiteatur.» (Sess. 13, cap. 7.)
Si esto sucediese después de la con-
sagración, hay dos opiniones: Suárez,
Bonacina y otros afirman que debe
confesarse qua?nprimum: otros dicen
que basta hacer contrición, y que no
está obligado á confesarse quampri-
mum: así opinan V á z q u e z , Diana, P e -
llic. y algunos otros. L u g o y San L i -
gorio (lib. 6, núm. 267) dicen que
esta opinión es probable; y se fundan
en que la rúbrica (tít. 8, núm. 3),
hablando del sacerdote que no tiene
copia de confesor y, urgente necessitate,
se ve precisado á celebrar, afirma que
 268 LIBRO VI. TRATADO
está obligado á confesarse quampri-
mum; pero hablando del que después
de la consagración se acuerda de que
está en pecado mortal, dice: Conte-
raiur cum proposito confitendi; pero no
añade quamprimum, como en el caso
precedente. H a y otra razón poderosa
para los que sigan la doctrina de San-
to T o m á s , y es, que la esencia del
sacrificio de la Misa, como se dirá en
su lugar, consiste en la consagración;
y como en el caso presente ya pasó la
consagración, cuando el celebrante se
acuerda del pecado mortal, no le c o m -
prende el precepto del Tridentino.
Esta opinión me parece bastante pro-
bable.
1887. P. ¿Comprende el precep-
to de confesarse quamprimum á los
legos que, con conciencia de pecado
mortal y no teniendo copia de confe-
sor, comulgan, urgente necessitate, con
sola la contrición?
iü. N a v a r r o , Cóncina, Grosin y
algunos otros dicen que los compren-
de; y la razón que alegan es, quia ubi
est eadem ra tío legis, eadem est legis
dispositio. Pero Suárez, L u g o , R o n -
caglia, W i g a n d t , L a y m a n , Gury, Sca-
vini, D i e z y otros muchos dicen que
no comprende á los legos:
i.° Porque no es cierto que exista
la misma razón adecuada respecto de
los legos y de los sacerdotes que c o -
mulgan more laicorum, que respecto
de los sacerdotes que celebran la Misa;
porque aquéllos rara v e z se encuen-
tran en la urgencia de comulgar sin
copia de confesor, pero éstos, espe-
cialmente los párrocos de pueblos pe-
queños, pueden hallarse con alguna
frecuencia en ese aprieto: y así deben
confesarse quamprimum para no ha-
llarse después en igual compromiso.
2.° E l T r i d e n t i n o , en el lugar
citado, cuando habla de la obligación
que tienen de confesarse antes de
comulgar los que tienen conciencia
de pecado mortal, comprende igual-
mente á los sacerdotes y legos, pues
dice generalmente así: «Quos con-
IV.
scientia peccati mortalis g r a v a t ; » pero
cuando habla de la obligación de con-
fesarse quamprimum, no impone este
precepto generalmente á los que te-
niendo conciencia de pecado mortal,
y no teniendo copia de confesor, co-
mulgan, urgente necessitate, sino tan
sólo al sacerdote que dice Misa: he aquí
las palabras «Si, necessitate urgente,
sacerdos absque pracvia confessione
celebraverit,quamprimum confiteatur.»
Me adhiero sin titubear á la opinión
que niega esa obligación; y así opina
San L i g o r i o , diciendo que «esta sen-
tencia de Suárez, L u g o , etc., es co-
munísima y bastante probable.» ( L i -
bro 6, núm. 268.) E l Compendio
Salmaticense, aunque probabiliorista,
la tiene por cierta (tract. X X V , De
Puchar., cap. 2, números 37 y 38); y
añade que no ve en la contraria nin-
gún sólido fundamento. Billuart de-
fiende también como cosa cierta que
el precepto de confesar quamprimum
no habla con los legos ni con los
sacerdotes que comulgan more laico-
ruin. D i c e así: «Patet ex terminis Con-
cilii: Si sacerdos absque praevia con-
fessione celebraverit. Ubi nihil delaicis
aut sacerdotibus more laicorum com-
municantibus.» Diss. 6 . , De Pu-
a
char., art. 4 . , Dictum est.)
0
CAPÍTULO VIII
DE LA NECESIDAD DE RECIBIR
EUCARISTÍA
1888. Antes de resolver la nece-
sidad que tienen los fieles de recibir
la Eucaristía, se ha de notar, con
Santo T o m á s (opuse. De Sacram. Al-
taris, cap. 17), que de tres maneras
pueden recibir los fieles la Eucaristía:
tan sólo espiritualmente; 2 . , tan
0
sólo sacramentalmente; 3 . , sacra- 0
mental y espiritualmente simul. Reci-
ben la Eucaristía tan sólo espiritual-
mente los que reciben ex opere operanlis
el efecto de este Sacramento, pero no
el mismo Sacramento; esto es, reciben
DE LA EUCARISTÍA.
la gracia, la incorporación espiritual
con Cristo, y consiguientemente con
su Iglesia, per fidem, qux per dilectio-
nem operatnr; que es la muy recomen-
dada práctica de la comunión espiri-
tual.
Reciben la Eucaristía tan sólo sacra-
mentalmemte, los que reciben este Sa-
cramento, pero no sus efectos; como
los que comulgan sacrilegamente, ó,
aunque no tengan conciencia de p e -
cado mortal, la reciben realmente con
culpa grave y no tienen atrición sobre-
natural.
Reciben la Eucaristía sacramental
y espiritualmente los que se acercan á
la sagrada mesa con las debidas dis-
posiciones; reciben aumento de gracia
y los demás efectos de este divinísimo
Sacramento. E l Tridentino explica
como Santo T o m á s estos tres modos
de recibir la Eucaristía (ses. 23, cap. 8).
1889. E s t o supuesto, se pregun-
ta: ¿la recepción de la Eucaristía es
necesaria?
iü. i . ° E s dogma católico, definido
por el Tridentino contra los griegos
cismáticos y contra algunos calvinis-
tas, que la recepción real de la Euca-
ristía no es necesaria á los párvulos:
«Si quis dixerit parvulis, antequam
ad usum discretionis pervenerint, ne-
cessariam esse Eucharistiae commu-
nionem,anathemasit.»(Ses. 21, can. 4)
2. En cuanto á los adultos, es
0
sentir unánime de los teólogos cató-
LA
licos que no es umversalmente nece-
saria para salvarse la real recepción
de la Eucaristía. Muchos jovencitos
adultos, por indolencia de sus padres,
ó por falta de celo de los párrocos, ó
por otras causas, mueren en gracia
de Dios sin haber recibido j a m á s la
Eucaristía, sin culpa suya; y es tam-
bién doctrina católica que, aun cuando
una persona anciana no hubiese co-
mulgado por su culpa en toda su vida,
si en la hora de la muerte se hallase
en parte en que no podia comulgar, ó
la clase de enfermedad que padecía
no lo permitiese, con una buena con-
269
fesión, ó con la contrición perfecta si
no habia confesor, se salvaría indu-
dablemente.
3. L a recepción de la Eucaristía
0
in re vel in voto es necesaria necessitate
medii ad salutem. L a razón es, porque
ninguno, sea párvulo ó adulto, puede
salvarse, si no está unido por la fe y
la caridad con Cristo y su Iglesia; y
esto quiere decir la comunión in voto
ó espiritual. Por lo tanto, los niños
bautizados y los adultos que están en
gracia, aunque jamás hubiesen c o -
mulgado, tienen la comunión in voto,
como dicen San Agustín y S i n t o T o -
más (3. p., q. 7 3 , art. 3 ad
11
y
que de este modo se han de entender
aquellas palabras de Jesucristo: «Nisi
manducaveritis carnem Filii hominis,
et biberitis ejus sanguinem, 720» habe-
bitis vi tam in vobis.»
4.0
E n cuanto á la recepción real,
hubo autores que dijeron que no obli-
gaba por precepto divino á los adul-
tos , sino meramente por precepto
eclesiástico. Así opinó Santo T o m á s
siendo joven (in 4 Sent., dist. 9,
queest. u n i c , art. 1, quaastiuncula 2. ):
a
pero en su mayor edad retractó c o m -
pletamente esta opinión, como puede
verse en la 3 . p., q. 80, art. i r , donde
a
respecto de los adultos (quando oppor-
tunitas adest) afirma y prueba que están
obligados por derecho divino á la r e -
cepción real de la Eucaristía, y con-
cluye así: « E t ideo manifestum est,
quod homo tenetur hoc Sacramentum
sumere, non solum ex statuto E c c l e -
siae, sed ex mandato Domini, dicentis
(Lucas, cap. 22, v. 29): Hoc facite in
meam commemoraiionem.»
Scavini dice: «Videntur reprobandi
Mi Catechismi qui obligationem fideli-
bus Eucharistiam sumendi probant
tantummodo ex illo textu I ad Cor.,
cap. 1 1 , et Luca;, 22: Hoc facite in
meam commemorationem; tum quia per
illa verba non adstruitur pro fidelibus
directa obligatio...; tum quia videren-
tur innuere, quod nonnisi in acta sacri-
fica possit Eucharistia distribuí, ut
270 LIBRO VI. T R A T A D O IV. DE LA EUCARISTÍA. 271
evenit in ultima ccena, ubi prolata 1cían se había de entender dirigida tan homini salus, no quiere decir el Santo articulo mortis non solum communio
sunt ea verba a Christo D o m i n o . » .sólo á los sacerdotes, se levantó el cé- que tuviese un deseo de comulgar, dari potest, sed etiam debet, ut dicunt
(Tract. I X , disp. 4 . , p. 1. , cap. 1, lebre teólogo Sr. Guerrero, arzobispo
a a
sino, como dicen Silvio (en el comen- N a v a r . , Cajet. apud W i g a n d t , Suar.,
art. 3, qucer. 2, nota 1. ) Si Scavini de Granada, hizo leer el artículo c i -
a
tario del art. 3 de la q. 73 de la 3 . p. a
L u g o , L a y m . , Pal., W i g a n d t , H o l z m . ,
hubiera expresado sencillamente su tado de la Suma de Santo T o m á s , de Santo T o m á s ) , Billuart (De Euchar., Salmant. cum Henr., et Bened. X I V
opinión, nada tendría de particular, «ubi Sanctus Doctor verba illa Chris- diss. 6 . , art. 1, dico 2), San L i g o r i o
a
(De Synodo Dicecesana, lib. 7, cap. 12,
pues así opinaron algunos autores; ti in ccena (Hoc facite in meam comme- (lib. 6, núm. 192), en los adultos núm. 3). R a t i o , quia ex una parte
pero Scavini se excedió en decir: « V i - morationem) etiam ad laicos extendit; basta la disposición ó voluntad de cum- pueri in tali periculo constituti tenen-
dentur reprobandi illi Catechismi,» etc. dum per ea ( v e r b a ) probat (Sanctus plir todos los mandamientos de Dios y de tur ex prascepto divino communicare;
Santo T o m á s , cuyas palabras quedan T h o m a s ) datam a Deo legem fuisse la Iglesia, aunque por un olvido na- ex alia utilitas Eucharistiae tune ma-
citadas, afirma magistralmente que cunctis fidelibus Eucharistiae sumen- tural ó por ignorancia invencible nun- j o r e m dispositionem non exposcit.»
Jesucristo impuso también á los legos dse.» Palavicini añade que el proyecto ca hubiesen deseado comulgar. L o
el precepto de comulgar, cuando dijo: que algunos Padres habían presenta- Acerca de graduar en qué peligro
mismo dice el profundo teólogo Gonet
Hoc facite in meam commemorationem. do, diciendo que las palabras Hoc fa- de muerte obliga el precepto de la
(De Euchar., disp. 2. , art. 4, núme-
a

L o mismo dice San L i g o r i o (Homo cite in meam commemorationevi se diri- Eucaristía, he aquí las palabras de
ro 78), el cual en el núm. 98 conclu-
apost., tract. X V , núm. 2), y Silvio, en gían á solos los sacerdotes (que es la San L i g o r i o , que trata este punto con
ye así: « V o t u m Eucharistiae, quod
el principio del comentario del citado opinión de Scavini), a plerisque rejec- laconismo y solidez en el Homo apost.,
dicimus esse médium necessarium ad
artículo, dice que la doctrina de Santo tum est, tan luego como oyeron la tract. X V , num. 19. Dice así: «Quoad
salutem, non est explicitum et fór-
T o m á s es conforme «Concilio T r i d e n - doctrina de Santo T o m á s ; y realmen- V i a t i c u m dicimus, quod quilibet fide-
male, sed dumtaxat implicitum et
tino,-sess. 13, cap. 2, dicens, quod te el Concilio, si bien no la definió lis tenetur illo muniri, semper ac i n -
virtuale.»
Christus in hujus Sacramenti sumpíione como dogma de fe, consignó la doc- firmus in probabili mortis periculo est
En estos míseros tiempos puede constitutus, prout est, qui graviter
colere nos sui memoriam pracepit; refert trina del Angélico Maestro. N o hay,
suceder muy bien en jovencitos aban- decumbit cum mortalibus signis; qui
se ad hasc ejus verba: Hoc facite in pues, necesidad de corregir los Cate-
donados, que nunca hayan deseado aliquem periculosum conllictum aut
meam commemorationem. E x i s t i m a n - cismos que en esta parte siguieron á
dum ergo, quod pronomine hoc desig- Santo T o m á s ; lo que tal vez conven- comulgar ni sido instruidos acerca de navigationem (periculosam, se entien-
netur tota actio, omnes ejus partes dría corregir es la demasiada facilidad este Sacramento, los cuales, consti- de) aggressurus est; mulieres quaa so-
qua; in ccena peractas fuerunt... Per- con que algunos autores impugnan tuidos en peligro de muerte, tengan lita fuerunt eniti cum periculo; aut
tinet ergo et ad sacerdotes, et ad lai- sin bastante fundamento la angélica la fortuna de caer en manos de un quas prima vice parturíunt, et tenella
cos, sed proportionaliter; ad sacerdo- doctrina del Príncipe de los teólogos. confesor celoso que los instruya en lo astate, aut corporis constructione i m -
tes, ut mysteria conficiant, offerant, suficiente para salvarse, y atento úni- becilla constituías sunt; ita communi-
1890. P. Cuando se dice que la camente á excitarlos al dolor para una ter doctores cum Sancto T h o m a . »
sumant, distribuant; ad laicos, ut re-
recepción in voto de la Eucaristía es buena confesión, no recuerde siquiera
cipiant.» Así opinaron Gotti y otros. 1892. 2 . H a y también obliga-
0

necesaria ad salutem á los adultos, el sacramento de la Eucaristía; ni la

Billuart (De Euchar., diss. 6 . , art. 1,
a
ción de comulgar por derecho divino
¿cómo se entiende la palabra in voto': urgencia del peligro ó naturaleza de
§ 2) dice, entre otras cosas, que estas sapius in vita; porque, como muy bien
R. E l Sr. Sánchez, en su Teología la enfermedad permiten que le reci-
palabras: «Hoc facite in meam comme- dice Billuart (De Euchar., diss. 6 . , a

Moral, trat. I V , punto 6 , núm. 1, ban; en este caso se salvarían indu-

morationem diriguntur et ad Apostólos
eorumque successores, et ad laicos
proportionaliter... Unde Tridentinum,
sess. 13, cap. 2, dicit: «In hujus sa-
cramenti sumpíione colere nos sui m e -
moriam prascepit.» Quoloquendi modo
agnoscit in verbis Christi prseceptum
Eucharistias sumendi.» Hasta aquí
Billuart.
E l erudito Scavini pudo ver en Pa- riamente las puertas de la bienaven-
lavicini (Historia del Concilio de Tren- turanza.»
te, lib. 17, cap. 1 1 , núm. 16), que su
opinión sobre la inteligencia de aque-
llas palabras de Cristo: Hoc facite in•
meam commemorationem, cuando fué:
explica esta palabra del modo siguien-
te: « L a Eucaristía in voto, ó en deseo,
es absolutamente necesaria para la
salvación. D e modo que el adulto que
esté bautizado, y después del bautis-
mo no haya deseado recibir la Euca-
ristía, si no ha podido recibirla, no
se salvará. Desprecia á D i o s , y quien
desprecia á Dios, se cierra volunta-
L a s anteriores palabras del señor
Sánchez exigen alguna explicación.
Cuando Santo T o m á s en la 3 . p-i a
q. 80, art. 1 1 , dice: Sine voto perol-
dablemente, sin haber deseado ni aun
tenido noticia de la Eucaristía.
1891. P. ¿Cuándo obliga el pre-
cepto divino de la Eucaristía?
R. 1.° San L i g o r i o , con la sentencia
común, afirma que por precepto divi-
no obliga en cualquier peligro de
muerte, no sólo á los adultos que han
comulgado ya, sino también á los
niños que, aunque no tienen el sufi-
ciente uso de razón para comulgar en
salud, tienen el necesario para poder
confesarse. H e aquí las autorizadas
palabras de San L i g o r i o en el lib. 6,
al fin del núm. 301: « P u e r i s vero,
art. 1, petes. 2), con la opinión común,
«praeceptum divinum de communione
obligat etiam pluries in vita; quia in-
stituía est ut cibus spiritualis ad r e -
parandas vires animse, qua; saspius
fervore concupiscentias , passionum
illecebris, mundi et dasmonis insulti-
bus debilitantur;» pero convienen los
doctores, con Santo T o m á s , en que
el precepto divino de comulgar m u -
chas veces en la vida se cumple con
la comunión pascual que manda la
Iglesia: «Ex statuto autem Ecclesia
sunt determinata témpora exequendi
praeceptum,» dice el Angélico M a e s -
tro ( 3 . p., q. 80, art. 1 1 ) ; «quia
a

propuesta por algunos Padres, que de-• piendi hoc Sacramentum non potest esse qui j a m sunt compotes rationís, in tamen nullum observationis hujus
272 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA.
273
praecepti tempus est vi juris divini sexus fidelis , postquam ad anuos dis- hasta la dominica in Albis , como lo merables los que no toman la Bula de
determinatum, censetur illi satisfa- cretionis pervenerit, semel saltem in declaró Eugenio I V en 1440 , en su la Cruzada y no cumplen á su tiempo
cere qui semel in anno communicat, anno confiteatur..., suscipiens reve- bula Fidc digna; pero como el Dioce- con el precepto pascual, la pena viene
quia Ecclesia non plus e x i g i t , » dice rente)', ad minus in Pascha, Eucharis- sano tiene facultad para prevenir- y á recaer principalmente sobre los con-
Billuart en el lugar citado, y lo mis- tias sacramentum, nisi forte de proprii alargar este tiempo, la costumbre ge- fesores, que tienen que pagar el correo
mo afirma San L i g o r i o : «Certum est sacerdotis consilio , ob aliquam ratio- neral es que comience el tiempo del para pedir licencia al Diocesano; y á
apud omnes, quod huic prsecepto (di- nabilem causam ad tempus ab ejus- cumplimiento pascual más ó menos esto se añade el peligro de que m u -
vino per se loquendo quisque satisfacit modi susceptione duxerit abstinen- tiempo antes del Domingo de R a m o s , chos de esta dase de penitentes no
communicando semel inanno» (lib. 6, dum ; alioquin et vivens ab ingressu y termine mucho tiempo después de vuelven si se les despacha sin abso-
núm. 295). Así es que el que recibe ecclesias arceatur, et moriens christia- la dominica in Albis ; y así cada uno lución.
el Viático en el tiempo pascual no está na careat sepultura.» (Cap. Omnis, de cumple conformándose con el tiempo
1898. P. E l que comulga sacrí -
obligado á otra comunión en aquel pimit. et remiss.) señalado por su Diocesano.
legamente, ¿cumple con el precepto de
año, porque comulga de mano de su 1894.. P. ¿Están vigentes estas 1897. E l que advertidamente y la comunión pascual?
propio párroco ó de su delegado , y en penas impuestas contra los que no sin causa justa no comulga hasta el R. Suárez , L u g o , Vázquez , Sa,
el tiempo debido. cumplen con la comunión pascual? día siguiente después de haber termi- Busembau y otros autores fueron de
3. 0
Aunque el precepto divino no R. L a pena ab ingressu ecclesia es nado el tiempo del cumplimiento, opinión que cumplía porque interpre-
obliga per se sino en los dos anterio- ferenda, como dice San L i g o r i o (lib. f>. ¿cómo peca? taron mal aquella célebre sentencia
res casos , puede obligar per accidens núm. 295), con la opinión común. La R. Según la opinión común , peca de Santo T o m á s : Finís prcecepti non
en otros, como dice Billuart en el privación de sepultura eclesiástica no mortalmente. L a razón es, porque este cxdit sub prcecepto. E l Angélico hablaba
lugar citado: a Per accidens autem se impone en el día al que no cumplió plazo no admite parvidad de materia; del fin extrínseco del legislador , pero
potest quis saspius obligan si, nempe, con la comunión pascual, «nisi certo consistit in indivisibili, como el precep - no del fin intrínseco , que es materia
communionem existimet sibi necessa- constet quod decessit impeenitens,» dice to de la Misa y del ayuno. E n el ar- próxima de la misma obra, como dice
riam ad resistendum gravi tentationi.» Scavini (tract. I X , disp. 4 . , p. i . ,
a a
zobispado de T o l e d o incurriría en la el doctísimo Cóncina: « F i n í s proxi-
L o mismo dicen Soto, L u g o , los Sal- cap. 1 , art. 3 , queer. 2 , nota). Por reservación sinodal del pecado, y ade- mus istius (communionis paschalis)
maticenses, etc. Aquí se han de notar desgracia son muchos hoy los que más en excomunión lata sinodal no et intrinsecus, atque materia próxima
dos cosas: mueren repentinamente , que no ha- reservada. E n el obispado de C a l a - ejusdem est communio d i g n a , qua
1. a
Que como el hombre , para bían cumplido con el precepto pas- horra hay también excomunión lata gratia augetur..., qua unitur fidelis,
vencer las tentaciones, puede valerse cual , y , no obstante , se les entierra no reservada contra el que no cumple non qua separatur a Christo» (tomo 5,
de otros medios, como oración , ayu- en sagrado. L a Iglesia mitigó sabia- con la comunión pascual en el tiempo lib. 4, De Eccl. preccept., diss. 2. De a

no, limosna, etc. , rarísima vez , dice mente esta pena eclesiástica. señalado (Sinodales de Calahorra , tí- comm. pasch., cap. 3.) Por esto el
Suárez, le obligará per accidens el pre- 1895. P. ¿ H a y precepto grave tulo S, Depcenit. et remiss., const. 3 . ) Concilio Lateranense, no sólo mandó
a

cepto divino de la comunión.
2.a
E n el caso que viese serle n e -
cesaria la comunión, si la omitiese,
no cometería pecado contra el precep-
to divino de la comunión, sino contra
aquella virtud contra la cual es ten-
tado, como se ha dicho ya más de una
de que la comunión se haga en el
tiempo pascual?
R. E s indudable que peca mortal-
mente el que sin justa causa no co-
mulga en el tiempo señalado por el
Obispo. H e aquí la definición del Tri-
dentino: « S i quis negaverit omnes et
En algunas otras diócesis es pecado comulgar ut sic, sino que dice: «Sus-
reservado sinodal. Diré de paso dos cipiens reverenter , ad minus in P a s -
cosas: cha, Eucharistiae sacramentum.» Pero
i.
a
Y o , aunque hace más de cua- sea de esto lo que fuere, en el día no
renta años que predico en este arzo- se puede ya defender la opinión de
bispado de T o l e d o , jamás me he atre- Suárez, L u g o , etc., porque I n o c e n -
vido á publicar esta excomunión. L o s 1 ció X I , en 2 de Marzo de 1670, conde-
1

v e z . L o mismo dice San L i g o r i o , en singulos Christi fideles, cum ad annos fieles, por lo común, la ignoran in- Inó la proposición siguiente (es la 55):
el lugar citado. discretionis pervenerint, teneri singu- venciblemente; y siendo hoy tantos «Praecepto communionis annuaa satis-
1 8 9 3 . P. ¿Hay precepto grave de lis annis , saltem in Paschate , ad los centenares de personas que en mu- fit per sacrilegam Domini manduca-
comulgar una vez en el año? communicandum , juxta praceptwn chos pueblos no cumplen en el tiempo tionem.» L a persona que scienter co-
Sanctas Matris Ecclesias, anathema mulga sacrilegamente para el cumpli-
R. E l papa San F a b i á n , en el señalado con la comunión pascual,
sit.» (Ses. 1 3 , can. 9.) Este es un miento pascual, comete dos culpas
siglo I I I , mandó que los fieles comul- ¿qué confusión no se introduciría en-
precepto riguroso en materia grave, y, graves: una por no cumplirel precepto
gasen en la Pascua de Resurrección, tre los fieles si supiesen esa exco-
según sentencia unánime de los teó- de la Iglesia, y otra de sacrilegio por
Pentecostés y Natividad del Señor munión? Sapientes dixerint.
logos, obliga bajo pecado mortal. comulgar indignamente.
(cap. 16, dist. 2 - De consecrat). D e s -
a
2.
a
L a reservación sinodal de ese
pués el Concilio Lateranense I V r e - 1896. P. ¿Qué se entiende por pecado tal vez convendría quitarla , ó 1899. P. E l que no cumple en
dujo el precepto de la comunión tan tiempo pascual? autorizar á todos los confesores para el tiempo señalado , ¿está obligado á
sólo al tiempo pascual. H e aquí el R. E n este caso, y en rigor, se en- que pudieran absolver de ese pecado; hacerlo después?
texto del Concilio: nOmnis utriusque tiende desde el D o m i n g o de Ramos porque , atendiendo á que son innu- j R. i . ° Convienen los autores en
TOMO I I .
18
2J4 LIBRO VI. TRATADO
que si no cumple, porque su confesor le
aconsejó que tome algún tiempo para
disponerse m e j o r , está obligado á co-
mulgar después del tiempo pascual.
E s t o parece expreso en las palabras
del L a t e r a n e n s e , que autoriza al
propio sacerdote (al Obispo , ó al pá-
rroco , ó al confesor de cada persona)
para que con causa racional alargue
el tiempo del cumplimiento pascual.
2.° Cuando se omitió la comunión
pascual por impotencia ó por malicia,
hay dos opiniones: la una dice que no
está obligado á comulgar después,
así como el que no ayuna ni oye Misa
en el día señalado por la Iglesia, no
está obligado á cumplir después: l u e -
g o , a parí, dicen estos autores, el que
por impotencia ó por malicia no co-
mulga en el tiempo señalado para la co-
munión pascual, no está obligado des-
pués. Esta opinión la defienden graví-
simos autores; entre ellos se cuentan
San Antonino, Victoria, Soto , T o l e -
do, Valencia, Palao, etc., como puede
verse en San L i g o r i o , lib. 6 , núme-
ro 297, donde trata latamente esta
cuestión , y , hablando de ella, dice:
« H a n c sententiam non contemnen-
dam puto, saltem quia ex neutro pras-
cepto, divino ac ecelesiastico, constat
hasc obligatio communicandi trans-
acto tempore paschali.»
L a otra sentencia dice que el que
no comulga en la Pascua, sea por im-
potencia , sea por malicia , debe co-
mulgar después, cuanto antes pueda.
L a razón en que se funda es , porque
este precepto de la Iglesia tiene dos
partes: la una de comulgar cada año,
la otra de que la comunión se haga
en el tiempo pascual. E s t o , en mi
concepto, está suficientemente expre-
so en el citado cap. Omnis, del L a t e -
ranense, que dice así: «Suscipiens re-
verenter, ad minas in Pascha, Eucha-
ristias sacramentum;» y aún está más
expresa la citada definición del T r i -
dentino: « S i quis negaverit omnes
fideles teneri singulis annis, saltem in
Paschate,» etc. D e modo que este pre-
IV.
cepto, si bien señala el tiempo pas-
cual , pero , como dice Billuart, si-
guiendo á graves autores, «tempus
non est determinatum ut finiatur obli-
gatio, sed ne ultra prascepti adimple-
tio differatur.» (De Euchar., diss. 6. ,
art. 1, § 3, petes 2), ó, como dice Sil-
vio: «Principóle quod Ecclesia intendit
prsecipere est communio (singulis an-
nis) ; temporis autem determinatio so-
lum est aliquid secundarium. Cum ergo
possit adhuc impleri prasceptum Ec-
clesias secundum substantiam et quan-
tum ad id quod est principale , durat
obligatio.» (In 3. ' part. D i v . T i l o -
a 11
mas , q. 80 , art. 11 , queer. 4.) Esta
sentencia me parece notablemente
más probable; porque además de los
autores que la defendieron , entre
otros Juan Mayor, P a l u d . , Navar.,
Suár., L u g o , Gonet, Antoine, Elbel,
los Salmaticenses, L a y m a n , Sil-
vio, etc., tiene también á su favor la
opinión comunísima de los modernos;
San L i g o r i o , en el lugar citado, Bil-
luart, Bouvier, D i e z , Sánchez, y ade-
más el eminentísimo sabio Benedic-
to X I V (Notif. 45, núm. 13), sin
contar á muchos probabilioristas que
omito por brevedad. A d e m á s , este es
el sentido común de los fieles, y la
práctica de todos los párrocos, que
claman contra la culpabilidad de los
fieles que, no habiendo cumplido en
el tiempo debido con la comunión
pascual, la dilatan de día en día.
L o mismo opina Scavini (tract. IX,
disp. 4 . , cap. 1, art. 3, quczritur 3,
a
tomo 1, nueva edición de Barcelona,
núm. 484); y Gury, nada severo por
cierto, dice que no sólo obliga el pre-
cepto de la Iglesia á los que omitie-
ron en su tiempo la comunión pas-
cual, sino también el precepto divino;
y concluye: «Constat etiam ex ipsa
Ecclesias praxi, quas Romas fideles
censuris ad satisfaciendum prece-
pto, paschali tempore elapso, com-
pellit.» ( T o m o i , núm. 481, edición
de 1875.)
1900. P. E l que prevé que en el
DE LA
tiempo pascual no podrá comulgar,
¿debe anticipar la comunión?
R. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 298),
siguiendo á Suárez y á otros autores,
tiene por más probable que rfo está
a
obligado, porque ni le obliga el p r e -
cepto, ni le cumple, puesto que éste
no comienza hasta el tiempo que se
señala por el Diocesano para el cum-
plimiento pascual. Otros distinguen:
si el impedimento hubiese de durar
menos de un año, dicen que no está
obligado á prevenir la comunión, por-
que comulgando al cesar el impedi-
mento, todavía se verificaba que c o -
mulgaba una vez cada año; mas si el
impedimento había de durar más de
un año, debería prevenir la comunión;
aunque si el impedimento no llegase
á dos años, todavía se verificaba que
comulgaba una vez cada año, y así
cumplía lo esencial del precepto del
Tridentino (ses. 13, cap, 9) «teneri
singulis annis,» ya que no le era p o -
sible cumplir la circunstancia del
tiempo pascual. Así opinan L u g o , los
Salmaticenses, Gotti, etc. Esta sen-
tencia me parece muy razonable, y
conforme al precepto del T r i d e n t i n o ,
además de que aparta del peligro de
violar el precepto divino, que obliga
á comulgar muchas veces en la vida;
pues algunos dicen que obliga cada
año, como lo ordenó el precepto ecle-
siástico.
1901. P. Cuando una persona,
temiendo no poder comulgar en el
tiempo pascual, anticipase la comu-
nión, si después desapareciese el im-
pedimento que tenía, ¿debería volver
á comulgar?
R. L a opinión común afirma que
estaba obligado, porque ningún p a r -
ticular tiene facultad para anticipar
el tiempo que en su país señala el
Diocesano. Así opinan L u g o , los Sal-
maticenses, San L i g o r i o (lib. 6, al fin
del núm. 397), y otros.
Es doctrina corriente que si ha c o -
menzado ya el plazo señalado para la
comunión pascual , debs también
EUCARISTÍA. 275
comulgar cuanto antes el que prevé
que, si no lo hace luego, ha de tener
impedimento después. L a razón es,
porque la obligación urge ya; así como
el que sabe* que después de las ocho
de la mañana de un domingo tiene
que emprender indispensablemente un
viaje, debe sub gravi oir Misa antes, si
tiene proporción. Así lo afirman Suá-
rez, los Salmaticenses, San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 298), con la opinión
común.
1902. P. E l que tiene algún im-
pedimento para cumplir el precepto
de la comunión pascual, ¿está o b l i -
gado á quitarle?
R. Scavini responde así: « E t ha-
bet etiam obligationem auferendi i m -
pedimenta, quantumvis gravia; prasce-
ptum enim divinum est, atque ad
animas salutem valde conferí.» ( T r a -
tado I X , disp. 4 . , part. i . , cap. 1,
a a
art. 1, queer. 3.) Scavini pudo muy
bien omitir el adverbio quantumvis. E l
que está excomulgado debeprocurar
la absolución de la censura para poder
cumplir el precepto de la comunión
pascual; el que está preso, debe pro-
curar la libertad, si la prisión le i m -
pide comulgar, etc. L a razón es, por-
que el que está obligado al fin, t a m -
bién está obligado á los medios, como
dicen L u g o , L a y m a n , los Salmati-
censes, San L i g o r i o ( l i b . 6, número
299), con la opinión común; pero de
aquí no se sigue que haya obligación
de hacer sacrificios, por mis que fueren
graves; que es lo que significa propia-
mente el adverbio quantumvis gravia,
de Scavini. E l precepto eclesiástico de
comulgar en la Pascua no exige tanto,
ni aun el precepto divino meramente
positivo lo exige tampoco en esta
materia; pues la real recepción de la
Eucaristía no es necesaria necessitate
medii ad salutem, ni obliga el precep-
to cuando no se puede recibir sino
con muy grave detrimento.
1903. P. ¿Cuándo comienza á
obligar á los niños el precepto de la
comunión pascual?
276 LIBRO VI. TRATADO
R. N o se puede dar regla fija, por-
que la educación, el talento, el juicio,
la piedad hacen que los niños sean
más ó menos aptos para poder darles
la comunión. San L i g o r i o ( l i b . 6, nú-
mero 301, Sed hic dubitatur 1), des-
pués de exponer varias opiniones,
dice que, regularmente hablando, los
niños no están obligados al precepto
de la comunión pascual hasta que
tienen nueve ó diez años, y que no se
les debe dilatar más allá de los ca-
torce; pero el Santo añade: « D i c t u m
est regidariter, nam, ut advertunt
auctores, ciiius possunt obligari pueri,
qui ante talem cetatem perspicatiores
conspiciuntur.»
E l Sr. Sánchez, en su Teología Mo-
ral, trat. I V , punto 5, al fin del n ú -
mero 2, después de decir rectamente
que el uso de la razón se adelanta
más en unos niños que en otros, aña-
de: « L o s Salmaticenses, haciéndose
cargo de esto, sientan como regla segu-
ra para la práctica que ninguno ha de
tenerse por obligado antes de los diez
años, ni se ha de reputar como libre
de la obligación de comulgar después
de haber cumplido los doce;» pero se
equivoca el Sr. Sánchez, porque los
Salmaticenses, en el lugar citado, no
señalan esta edad como regla segura,
sino que dicen regulariter, y que en
particular no se puede fijar edad. H e
aquí sus palabras: «Quod si petas:
Quando censebuntur pueri discretio-
nem sufficientem habere, ut ad E u -
charistiam suscipiendam sint obliga-
ii? Respondetur, in particulari de finir i
vix posse propter hominum diversita-
t e m . Videtur tamen, regidariter ne-
minem ante decimum annum obliga-
ri; censendum esse ñeque ultra duo-
decimum communionem esse diffe-
rendam, ideoque in hac latitudine
consulendum esse parentum et con-
fessorum judicium, illique standum.»
« U n d e , dice San L i g o r i o (lib. 6, nú-
mero 301, dubit. 1), recte reprehendit
R o ncaglia parcchos, qui indiscrimina-
t¡m ncn admittunt ad communionem
IV.
nisi pueros in certa aetate constituios.
Dicunt autem Navarrus et Croix.
quod licet pueri anno décimo possint
ad communionem admitti, non tamen
ipsi ad Mam tenentur, sed tum solum
cum a parocho vel parentibus moniti
fuerint.» Ciertamente así responden
los jovencitos y jovencitas de diez,
doce, catorce años, cuando se les re-
conviene porque no confesaron ó co-
mulgaron antes: No me llevó mi ma-
dre, dicen; pero de aquí se infiere
cuan grave es la responsabilidad de
los padres y de los párrocos si descui-
dan la instrucción y vigilancia sobre
punto tan trascendental.
H e observado muchas veces que el
bien ó el mal de un pueblo depende en
gran parte de los maestros y maestras
de los niños y niñas. L o s párrocos,
los predicadores y los confesores pue-
den hacer mucho bien, inculcando á
los padres que no entreguen sus niños
y niñas sino á maestros y maestras de
confianza. Como las niñas ordinaria-
mente son más vivas, más aplicadas
y piadosas, suelen estar en disposi-
ción de comulgar antes que los niños.
Y o he dado muchas veces la comu-
nión á niñas de ocho años: es verdad
que esto depende mucho de las maes-
tras, y también de las madres, que las
entusiasman para que se confiesen
cuando algunas veces tan sólo tienen
seis años; y si bien entonces, por lo
común, no tienen perfecto uso de ra-
zón, pero un confesor prudente y ama-
ble las va disponiendo y preparando
para cuando le tengan, acostumbrán-
dolas á la oración, á oir Misa con
compostura, á querer mucho á la Vir-
g e n , á que obedezcan á sus padres, y
á que no hagan ni permitan acciones
que ofendan su pudor é inocencia.
Aunque algunos autores son de otro
parecer, la práctica general y la opi-
nión común en el día enseñan que los
niños y niñas ordinariamente se reci-
ban en edad más temprana á la con-
fesión que á la comunión, y hay para
esto una razón convincente; porque al
DE LA EUCARISTÍA.
277
niño, tan luego como tiene siete años,
1904. P . ¿Se ha de d a r l a Euca-
órnenos, si tiene pecado g r a v e , ó se ristía á los dementes?
duda de ello, aun cuando se dude si
R. Y a se dijo que la Iglesia consi-
tiene perfecto uso de razón, se le ha
dera como á los infantes á los adultos
de preparar al dolor, disponerle del
dementes que nunca tuvieron uso de
mejor modo posible y absolverle sub
razón, y así nunca les da la Eucaris-
conditione: no sucede así con la comu-
tía, ni aun en la hora de la muerte.
nión, por no ser ésta tan necesaria.
Si tuvieron uso de razón y después se
Cuando el derecho canónico dice: volvieron locos, hay que distinguir:
«Cui sacramentum Pcenitentia? c o n - si tienen lúcidos intervalos, no sólo
ceditur, nec Eucharistia? sacramen- pueden, sino que deben comulgar y
tum negari debet, si desideret» (in cap. cumplir el precepto pascual. Si no
penult., caus. 26, q. 6); y cuando dice tienen lúcidos intervalos, nunca se les
también (cap. Omuis 12, De pcenit.) puede dar la comunión en la actual
que todo el que tiene discreción, no demencia, ni por mera devoción, ni
sólo debe confesar, sino también co- para el cumplimiento de la comunión
mulgar: estos dos textos se han de pascual; pero si se hallan en peligro
entender, el primero suponiendo que de muerte, he aquí lo que ordena el
tiene la discreción suficiente, aun Catecismo R o m a n o : « S i antequam in
cuando por su edad no le obligue la insaniam inciderint, piam et r e l i g i o -
comunión, como se ha dicho con la sam animi voluntatem prassetulerint,
autoridad de Santo T o m á s y de San licebit eis in fine vitae, ex Concilii
Ligorio: el segundo le explica San Carthaginensis decreto, Eucharistiam
Ligorio del modo siguiente: « A n n i administrare.» (Part. 2. , De Euchar.,
a
discretionis intelligendi sunt respecti- cap. 4, núm. 64.) E n este Colegio de
ve ad rationem materife; nempe, cum Ocaña dimos el Viático á un religio-
quis pervenerit ad discretionis annos so que hacía cuarenta años que esta-
pro confessione, confiteatur; quando I ba completamente demente, fundados
ad discretionis annos pro c o m m u n i o - en que, antes de perder el uso de la
ne, communicet.» ( L i b . 6, n ú m . 301, I razón, era un joven de conducta ejem-
queer. 1.) plar, y había confesado y comulgado
Mucho bien pueden hacer los pá- la víspera de caer en la demencia. E l
rrocos, los predicadores y los confe- Catecismo R o m a n o advierte, en el
sores inculcando patéticamente á los mismo lugar, que á esta clase de de-
padres de familia que no entreguen mentes se les debe dar el V i á t i c o
sus niños y niñas sino á maestros y « m o d o vomitionis, vel alterius in-
maestras de mucha confianza, porque dignitatis et incommodi periculum nul-
de aquí, como ya se ha dicho, depen- lum timendum sit.»
de en gran parte el que puedan acer-
San L i g o r i o , después de decir que
carse más temprano ó más tarde á la
para dar el Viático á un demente
confesión y comunión. L o s padres,
«sufficit quod talis asger pie vixerit,»
aunque con prudencia, deben hacer
I añade (lib. 6, núm. 302): «Excipinnt
<¡ue sus hijos confiesen á su debido
I tamen doctores, si certo prsesumatur
tiempo; pero en cuanto á la comunión,
talis in amentiam incidisse penitus
no conviene que tomen parte, porque
impeenitens. E x t r a tamen articulum
muchas veces nada pueden decir los
mortis nullo modo Eucharistia amen-
niños, por no violar el sigilo. Si hos-
tibus est concedenda, ut S a l m a n -
tigan á sus hijos sobre esta materia,
t i c , cum Suarez et c o m m u n i . »
habría el peligro de que callasen los
pecados para que el confesor no les 1905. P . ¿Cuándo se ha de dar
negase la absolución. la comunión á los semifatuos?
R. Sánchez y Ledesma dicen que
278 L I B R O vi,
«si sciant distinguere hunc ccelestem
cibum ab alus, danda est eis toties
quoties;» pero H o l z m a n , L a y m a n ,
W i g a n d t , los Salmaticenses, P a l . ,
a RATADO IV.
nar, ó sea por la traquearteria; á no
ser que la tos fuese tan continua, que
la partícula no pudiese bajar al estó-
m a g o ; porque en este caso ni el sano
DE LA EUCARISTÍA.
179
infiere rectamente Scavini que para ni mucho menos la d i a r i a : «Sed res-
comulgar cada semana basta que se pectu earum personarum, quae non
reúnan las tres condiciones siguientes: existunt in tali periculo (labendi in
« i . Immunitas a mortali, ne sacri- peccata mortalia), et e contra com-
a

H u r t , Diana, H e n r . , Grosin, San L i -
gorio (lib. 6 , núm. 303) y Scavini
dicen que tan sólo se les ha de dar en
ni el enfermo pueden comulgar mien-
tras n o cese el ataque de la tos, como
dicen el Ritual R o m a n o (De commn-
legio anima gravetur. 2 . a
Communio- mittunt ordinarie peccata venialia de-
nis desiderium, ne cibus iste fastidio libérala, et nidia in eis emendatio, nec
habeatur. 3 . Confessarii consilium, desiderium emendationis effulget, opti-
a

el artículo de la muerte y para cum- nione infirmorum, Potest quidem), y'San ut omnis hallucinatio auferatur.» nmm erit non permitiere eis commu-
plir el precepto pascual. L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 292). (Tract. 9, disp. 4 . , part. i . , cap. 3, nionem plusquam semel in hebdóma-
a a

E n cuanto á los sordomudos a na-
tivitate, dice San L i g o r i o que si se les
instruye tal cual, pueden comulgar
muchas veces: lo mismo dicen H o l z -
man y Scavini.
1908. A los que son ciegos, sor-
dos y mudos á nativitate, no se les
puede dar, porque se les considera
incapaces de discreción.
A los epilépticos no se les puede
dar la Eucaristía durante el acceso
del ataque, porque entonces se hallan
con violentas convulsiones y con sus-
pensión total del uso de los sentidos;
pero, pasado el ataque, pueden c o -
mulgar como los sanos, si por otra
parte tienen las debidas disposicio-
nes.
Cuando hay vómitos continuos, no
se puede dar la Eucaristía ni aun por
V i á t i c o , á no ser que hubiesen pasado
al menos seis horas desde el último
v ó m i t o . E n caso de haber duda sobre
si vomitará ó no el sano si comulga-
se, ó el enfermo si recibiese el Viáti-
co, es más probable que no se debe
dar la Eucaristía, aun cuando el en-
f e r m o muriese sin Viático; porque,
c o m o dice San L i g o r i o : «Potius Sa-
cramenti reverentias quam infirmi
utilitati prospiciendum est.» (Lib. 6,
núm. 292.) L o mismo opinan Scavi-
n i , Croix, Gury y la sentencia más
común. Si £e tratase del Viático, y el
vómito no se verificase sino cuando el
enfermo tomaba alimento, se le da
art. 2, corollarium, queer. 2.) «Hortor da : immo poterit expediens esse illis
ad communicandum ómnibus d o m i - aliquando per integram hebdomadam
nicis; sed hoc dico de illis, qui pecca- communionem interdicere, ut majo-
tis mortalibus non gravantur,» dice rem concipiant horrorem in suos de-
San Antonino; y el doctísimo W i - fectus, et majorem erga Sacramen-
gandt dice: «Qui mortalia vitant, se- tum reverentiam.» (Praxis Confessarii,
mel in hebdómada, et interdum bis, núm. 149.)
nimirum, oceurrente festo singulari,
San L i g o r i o cita la autoridad del
communicare possunt.» D e aquí es
Catecismo R o m a n o , que encarga á
que Scavini, en el lugar citado, afir-
los párrocos «fideles crebro exhortari,
ma: «Consentiunt omnes communio-
ut quemadmodum corpori in singulos
nis frequentis nomine intelligi quoti-
dies alimentum subministrare neces-
dianam, et eam quas plusquam semel
sarium putant, ita etiam quotidie hoc
vel bis fit hebdómada.»
Sacramento alendas et nutriendas ani-
1909. P . ¿A quiénes se ha de mes curam non abjiciant. N e c enim
permitir la comunión frecuente? minus spirituali cibo animam, quam
R. Antes de responder se han de naturali corpus indigere perspicuum
tener presentes tres proposiciones est.» (De Ruchar., part. 2 . , cap. 4, a

A los energúmenos, cuando no e s - primero una partícula no consagrada, condenadas por la Iglesia: núm. 60.)
tán en uso actual de su r a z ó n , no se y si ésta no le provoca á v ó m i t o , se a
i. «Frequens confessio et c o m - 1910. Después cita el Santo el
les da la Eucaristía, dice Santo T o - le da el V i á t i c o . munio, etiam in iis qui gentiliter vi- decreto de Inocencio X I , que dice en
más, porque se les considera como á vunt, est nota praedestinationis.» ( E s compendio: i . ° «Quod frequens c o m -
los dementes; pero cuando 'recobran la proposición 56, condenada por Ino- munionis usus, immo quotidianus fuit
el uso de la razón, si no hay otro i m -
CAPITULO IX cencio X I en 2 de Marzo de 1679.) semper ab Ecclesia, et ab ómnibus
pedimento moral, aunque se hallen 2. a
«Sacrilegi sunt judicandi, qui Patribus approbatus.» 2° Que el Obis-
D E L A C O M U N I Ó N F R E C U E N T E Y DE LA
vejados corporalmente por el demo- jus ad communionem percipiendam po ó párroco, si bien pueden tasar las
nio, puede dárseles muchas veces la COMUNIÓN E S P I R I T U A L praetendunt, antequam condignam de comuniones á una persona en par-
comunión ; cum (Eucharistia) sit spe- delictis suis pcenitentiam e g e r i n t . » ticular, no pueden de modo alguno
dale remedium ad d<zmones arcendos, 1 9 0 8 . P. ¿Qué se entiende por (Es la propos. 22, condenada por A l e - fijar generalmente para todos los días
dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 403); comunión frecuente? jandro V I I en 7 de Diciembre de 1690.) en que han de comulgar. Esta desig-
y lo mismo había dicho Santo T o m á s R. L a comunión cada semana no 3.
a
«Arcendi a sacra communio- nación se deja á la prudencia de cada
(3." p., q. 80, art. 9 ad 2 . ) , citan- puede llamarse frecuente, como lo
u m
ne,quibus nondum inest amor D e i p u - confesor.
do aquellas palabras de Casiano: « E i s , prueba San L i g o r i o en un opúsculo rissimus et omnis mixtionis expers.» ( E s Dice el decreto que «frequens acces-
qui ab immundis vexantur spiritibus, que publicó en italiano, cuyo título la 23,condenada por Alejandro V I I en sus (ad Eucharistiam) confessariorum
communionem sacrosanctam á senio- es: Risposta apologética sulla matcrin la misma fecha.) judicio est relinquendus, qui ex c o n -
ribus nostris numquam meminimus della communione frequente. N o puede Esto supuesto, ya se ha dicho lo scientiarum puritate, et frcqneníue fru-
interdictam.i) (Collat. V I I , cap. 33.) llamarse frecuente la comunión cada que se necesita para comulgar cada da, et ad pieiatem processu laicis nego-
1907. E n cuanto á los que pade- semana, de la cual se decía en el si- ocho días, y aun dos veces en la se- tiatoribus et conjugatis, quod prospi-
cen t o s , pueden comulgar; porque, glo V I : « U t fideles omnes singulis do- mana si hay alguna fiesta particular. ciunt eorum saluti profuturitm, id illis
como se ha dicho ya, las flemas que miniéis communicarent, nisi crimina- He aquí las personas á las que San praascribere debebunt.» Este decreto
se arrojan no vienen del estómago li peccato et manifestó impedirentur.» Ligorio no cree conveniente permitir de la Sagrada Congregación del C o n -
por el esófago, sino de la vía pulmo- (Capitular., lib. 6, cap. 17.) De aquí ordinariamente la comunión frecuente, cilio, su fecha 1 6 7 9 , aprobado por
28o LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA.

Inocencio X I , es regla fija y segura.
( E s t e decreto íntegro, véase en B i l -
luart, De Euchar., diss. 6. , art. i , §5.)
a el referido Decreto comprendidas.
Descendiendo, pues, en particular
á designar las personas á quienes
puede el confesor aconsejar la comu-
nión frecuente y hasta diaria, es difí-
cil dar reglas detalladas; y, como muy
bien dice San L i g o r i o (núm. 149 del
Praxis), «in hoc quídam (confessarii)
errant ob nimiam indulgentiam, alii ob
nimium r i g o r e m . » Después (en los
números 150 y 153) dice así: « S i
loquamur de i l l i s , qui sublato jam
affectu etiam ad venialia, et superata
majori / w t e pravarum suarum inclina-
tionum, magnum communicandi deside-
rium habent, inquit Sanctus Francis-
cus Salesius (Vida Devota, cap. 21),
quod hi, prcevio sui directoris consilio,
rede possunt communicare quotidie... E t
quamvis anima aliqua caderet aliquan-
do in veníale peccatum deliberatum ob
meram fragilitatem, sed cito postea
doleret, emendationemque proponeret,
si deinde communionem desideraret
ad robur accipiendum a Sacramento
ne cadat, et ad progrediendum in via
perfectionis, quanam de causa ei esset
deneganda communio?»
de la mayor ó menor frecuencia de la
Sagrada Comunión á las personas en
(Véase el Apéndice núm. 1.) *
1911. P. ¿Qué es comunión es-
piritual?
R. Santo T o m á s la explicó del
modo siguiente: «Coutingitspirttuali-
ter manducare Christum, prout est sub
speciebus hujus Sacramenti, in quan-
t u m , scilicet, aliquis credit in Chris-
tum cum dcsiderio sumendi hoc Sacra-
mentum» (3. p., q. 80, art. 2). El
a
Tridentino dice que comulgan espiíi-
tualmcnte «qui voto propositum illum
ccelestem panem edentes, fide viva,
quse per dilectionem operatur, fru-
ctum ejus et utilitatem sentiunt.n
(Sess. 13, cap. 8, De Euchar.).
Esta comunión espiritual es de gran
consuelo para las almas que, teniendo
grandes deseos de comulgar sacra-
mentalmente, no pueden por cualquier
impedimento. L a comunión espiri-
tual, aunque no produce gracia ex
opere operato, puede hacerse con tan
viva fe y con tan encendidos y amoro-
sos deseos de recibir á Jesucristo sa-
cramentado, que sea más meritoria y
cause más saludables efectos ex opere
ría un desacato el que desease asociar
en su pecho á Jesucristo con Belial;
pero al que está en pecado mortal le
basta hacer contrición perfecta para
poder comulgar espiritualmente.
CAPÍTULO X
DEL CULTO QUE SE TRIBUTA
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
1912. E s de fe que el sacramen-
to de la sagrada Eucaristía debe ser
adorado con culto de latría, no sólo
interno y privado, sino también ex-
terno, público y solemne: que es muy
laudable la fiesta peculiar del Corpus
que se instituyó en su honor, l l e v á n -
dole solemnemente en procesión, y
exponiéndole á la pública veneración
de los fieles. H e aquí la definición
dogmática del Tridentino: « S i quis
dixerit in sancto Eucharistiae sacra-
mento Christum Unigenitum Dei F i -
lium non esse cultu latrías etiam ex-
terno adorandum; atque ideo nec fes-
tiva peculiari celebritate venerandum;
ñeque in processionibus secundum
laudabilem et universalem Ecclesias
conservarse sino en las iglesias cate-
drales, ó parroquiales, ó conventuales.
E n cuanto á otras iglesias ú oratorios
públicos, dice Benedicto X I V , «requi-
ritur prassidium apostolici indulti vel
immemorabilis consuetudinis, quas illius
prsesumptionem inducat.» ( E n su bula
Quamvis justo, su fecha 30 de Abril
de 1749, y se halla en el tomo 3 de su
Bulario.) L a Sagrada Congregación
dijo que la posesión de cuarenta
años bastaba; pero que si constaba que
no hubo licencia pontificia, no bastaba ni
la inmemorial. ( V é a s e á San L i g o r i o ,
Homo apost., tract. X V , núm. 88,
§ 15, tomo 2.)
Delante del Santísimo debe arder
día y noche una lámpara alumbrada
con aceite. San L i g o r i o , en el lib. 6,
núm. 248, pone la opinión de Quin-
tana y Diana, que afirman ser pecado
mortal si el Santísimo estuviese un
día entero ó algunas noches enteras
sin luz por descuido grave de quien
tenía este cargo (secus si per horam
tantum) ; pero añade Busembau:
«Quamquam Marchantius hanc obli-
gationem et consuetudinem tam uni-
versalem neget.» Scavini (tract. I X ,
disp. 4 . , part. i . , cap. 1, art. 2,
a a

sanctae ritum et consuetudinem so- quar. 5) refiere esta opinión sin apro-
Santo T o m á s , con su acostumbra- operantis que muchas comuniones rea-
lemniter circumgestandum; vel non barla ni reprobarla, y lo mismo San
do laconismo, compendió la difícil les hechas con tibieza.
publice, ut adoretur, populo propo- Ligorio.
cuestión de la comunión cotidiana en Se puede hacer á cualquier hora, en
nendum; et ejus adoratores esse idola-
las siguientes palabras: «Si aliquis cualquier lugar, figurándose el mismo Aunque en España se observó reli- -
tras, anathema sit.» (Sesión 13, ca-
experieniia comperisset ex quotidiana acto de comulgar, como si realmente giosamente que día y noche arda una
non 6.) Véase el cap. 8 de la misma
communione augeri amoris fervoran, se acercase á la reja del comulgatorio lámpara delante del Santísimo, pero
sesión sobre la conveniencia de la
et non minui reverentiam, talis deberet y recibiese la Eucaristía; preparán- como la revolución despojó á las i g l e -
solemne fiesta y procesión del Corpus.
quotidie comnmnicare. Si autem senti- dose antes con actos de fe, de humil- sias de todos sus bienes, y á los pá-
Podrá dar materia útilísima á los pre-
r é ! per quotidianam frequentationem dad, de deseo, y ejercitándose después rrocos de los diezmos (como sucedió
dicadores.
reverentiam minui, et fervorem non en actos de amor, de gratitud, de ala- en Francia en el siglo pasado), creo
midtum augeri, talis deberet interdum banza y de petición. Es antiquísima en la Iglesia la cos- conveniente trasladar lo que dice el
abstinere, ut cum majori reverentia A los predicadores y confesores tumbre de conservar la Eucaristía en cardenal Gousset, arzobispo de R e i m s :
et devotione postmodum accederet.» toca enseñar á los fieles el modo de el sagrario, como consta del Concilio « E n todas las iglesias ó capillas en
(In 4 Sent., dist. 12, q. 3 . , art. 1, practicar esta tan recomendada y tan
a
Niceno. H e aquí la definición dogmá- que se conserva el Santísimo Sacra-
sol. 2.) Me adhiero en un todo á las provechosa práctica p i a d o s a , para tica del Tridentino: «Si quis dixerit mento, en cuanto sea posible, debe
doctrinas anteriores. que, al menos una vez cada día, la non licere sacram Eucharistiam in noche y día estar encendida una lám-
sacrario reservari, sed statim post para. Si por la escasez de los fondos
* L a Santidad de L e ó n X I I I deter- hagan con pausa y con piadosa aten-
consecrationem adstantibus necessa- de la fábrica no pudiese estar encen-
mina por el Decreto general Quennd- ción.
Para hacer esta comunión espiri- rio distribuendam..., anathema sit.» dida todos los días, principalmente lo
moduvi, publicado en 17 de Diciembre
(Ses. 13, cap. 6, can. 7.) estará en los domingos y fiestas prin-
de 1890, en los números 5 y 6, á quién tual es preciso que no haya concien-
1913. La Eucaristía no puede cipales. Y o creo que el párroco, antes
pertenece la permisión ó prohibición cia de pecado mortal, porque comete-
 282 LIBRO VI. TRATADO IV.
de acudir á este extremo, debe mani- delante del tabernáculo vasos de flo-
festar al pueblo la necesidad, y exhor- res, ni otra cosa semejante, según
tarle á que coopere al alumbrado del decreto de la Sagrada Congregación
Santísimo, haciendo petitorio, ó po- de Ritos de 22 de Enero de 1701,
niendo un cepo.» Hasta aquí Gousset sino que se deben poner á los lados.
(tomo 2, núm. 273). Sobre el tabernáculo no pueden po-
DE LA
cilio provincial de Malinas, se entien-
den «arduas causas pacis, et publica
necessitatis, aut utilitatis, pro quibus
necessitatibus extraordinariis Ecclesia
Sanctissimum Sacramentum consue-
vit reservare pro ultimo refugio, ut
EUCARISTÍA. 283
privatis causis.» Después dice el San-
to: i . ° «Quod si quis privatus hanc
expositionem fieri procurat ad publi-
cam devotionem promovendam, tune
ista potius publica quam privata causa
esse videtur. 2. D i c o cum Cóncina
0

* L a Sagrada Congregación de R i -
tos dio la siguiente contestación á
una pregunta del señor arzobispo de
Santiago de Galicia: Quum in
pastorali Visitatione orator ipse de-
prehenderit in multis filialibus eccle-
siis, seu oratoriis, alicujus parochia?
S S m a m . Eucharistiam asservari, ubi
Missa celebratur tantummodo vel D o -
minicis vel quando Sacrum Viaticum
ad asgrotos ferendum desumitur; reli-
quum vero temporis spatium nemo
illuc a c c e d i t , prseter sacristam ad
alendam lampadem, januis clausis,
ceteroquin manentibus: hinc quasri-
tur: An S S m u m . Eucharistiae Sacra-
mentum in iisdem ecclesiis ita ser-
vandum permitti possit? A d I : nega-
tive, nisi per aliquot diei horas aditus
pateat fidelibus S S m a m Eucharis-
tiam visitare cupientibus.» (15 N o -
viembre i S g o . ) *
1914. P. ¿Se puede usar de gas
ó petróleo para la lámpara del Santí-
simo?
R. L a Sagrada Congregación res-
pondió que no se podía (decreto de 28
de Noviembre de 1857).
Preguntada después la Sagrada
nerse imágenes, ni reliquias, aunque
sean de la santa cruz, ó de otros ins-
trumentos de la pasión del Señor, de
modo que el tabernáculo les sirva de
base ó peana. (Decreto de 12 de Mar-
zo de 1S36.)
Sobre el altar en que está expuesto
el Santísimo Sacramento no pueden
colocarse imágenes ni reliquias de
Santos (decreto de la Sagrada Con-
gregación de Ritos de 2 de Septiem-
bre de 1741); porque como dice el
erudito Herdt, núm. 241, «sule splen-
dente, omnia astra splendorem amittunt:
item ut populi ad plura non distraha-
tur attentio, et quia praasente D o m i -
no, cessare debet honor qui servo
exhibetur;» pero añade: «Excipiuntur
angelorum imagines reprassentantes
figuram adorantium, ceroferariorum,
thuriferarlorum, aut cum symbolis
Sanctissimi Sacramenti, qua in altari,
expósito Sanctissimo Sacramento, op-
time collocari possunt.»
1915. E n cuanto á la exposición
del Santísimo Sacramento, se ha de
notar que puede ser pública ó privada.
L a pública no puede hacerse sin causa
pública, y previa la licencia del Ordi-
sicut Moyses ad tabernaculum et ar-
cam , sic fideles ad Sanctissimum
Sacramentum confugiant, et coram
prassente D o m i n o magis excitentur,
animentur,» etc. ( T í t . 7, cap. 8.)
San L i g o r i o , en el lib. 6, núm. 424,
aún está más benigno en cuanto á las
causas suficientes para la exposición
pública. Dice así: «Ubi viget devotio,
etcultus augetur, debita semper obtenta
Ordinarii licentia, nescio, prassertim
juxta nostrarum regionum frequentem
usum, cur potius non sit laudanda quam
improbanda hujusmodi Sanctissimi
Sacramenti expositio, modo (excipe-
rem) non sit nimis frequens: nimia
enim frequentia esset quidem causa
ut reverentia erga tantum Sacramen-
tum minueretur.» Este Santo Doctor
compendió en pocas palabras, con el
acierto de un sabio y un santo, la re-
solución de una cuestión sobre la
cual están divididos los autores; esto
es, sobre si es conveniente la frecuen-
te exposición del Santísimo Sacra-
mento.
* E l día 4 de Junio de 1895 dio
la siguiente contestación la Sagra-
da Congregación de Ritos á la pre-
in hoc spectandum an in illis locis, in
quibus fit expositio, devotio et cultus
Sacramenti magis augeatur, vel m i -
nuatur, et juxta hanc regulan censeo
expositionem faciendam vel o m i t t e n -
dam.» Creo que con esto queda sufi-
cientemente aclarada esta materia.
L o s regulares, cuando tienen licen-
cia del Obispo para exponer el Santí-
simo, no necesitan la licencia del pá-
rroco. (Decreto de la Sagrada Con-
gregación de Ritos de 9 de Junio
de 1657.) L o s párrocos también n e -
cesitan la licencia del Ordinario para
exponer el Santísimo en sus iglesias
(decreto de la misma Sagrada C o n -
gregación de 8 de Abril 1656 y de 16
de Marzo de 1S61). Herdt, núm. 240,
dice que la necesitan también para la
exposición en las Cuarenta Horas.
Mach (Tesoro del sacerdote, edición
de 1872, pág. 499) dice que el párro-
co en la octava del Corpus, durante
la Misa solemne y las vísperas, pue-
de exponer el Santísimo sin licencia
del Obispo, porque así lo concedió
un decreto de la Sagrada Congrega-
ción de R i t o s , su fecha 20 de Abril
de 1641; pero Herdt, núm. 240, 2. , 0

Congregación si se podría usar de pe-
tróleo, dio la siguiente respuesta: « G e -
neratim utendum esse oleo olivarum
(ob mysticas significationes); ubi vero
haberi nequeat, remittendum pruden-
tiaa Episcoporum, ut lampades nu-
triantur ex aliis oléis, quantum fieri
possit, vegetalibus.» (Decreto de 9 de
Julio de 1864, aprobado por Pío IX en
14 de Julio del mismo año.) D e modo
que, si no hubiese óleo alguno v e g e -
tal, se podría alumbrar con petróleo,
porque esto quieren decir aquellas
palabras quantum fieri possit.
El sagrario donde está el Santísimo
debe ser decente. N o se deben poner
nario , y esta disposición comprende
igualmente á los párrocos que á los
religiosos. H e aquí las palabras de Be-
nedicto X I V en su constitución Accc-
pimus, de 16 de Abril de 1744: «Cer-
tissimum est, huic Sedi Apostólicas, in
quibuscumque ecclesiis, etiam privi-
legio immunibus, sive saacularibus,
sive regularibus, non licere exponi
publice divinam Eucharistiam, nisi
causa publica et Episcopi facultas in-
terveniaht.»
Cuál sea esta causa pública, «solius
Episcopi partes esse, ut causas publi-
ca? meritum expendat ac declaret.»
Por causas públicas, dice el tercer Con-
gunta: « U t r u m lux eléctrica adhiberi
possit in ecclesiis?—R. A d cultum,
Negative. A d depellendas autem tene-
bras, ecclesiasque splendidius illu-
minandas , affir7iiative ; caute tamen
ne modus speciem prseseferat thea-
tralem.» *
1916. P. ¿Se reputará causa pú-
blica para poder exponer el Santísimo
cuando se pide para obtener la sen-
tencia favorable de un pleito, ó la sa-
lud de algún enfermo?
R. San L i g o r i o , en el número ci-
tado, dice que no; «nisi sit persona
pública, cujus salus communitatis
bono sit expediens, et sic pro aliis
dice: « Ñ e q u e etiam verosimiliter
infra octavam Sanctissimi Corporis
Christi, quia licet id concedatur 20
April. 1641, prohibetur tamen 7 A u -
gusti 1655.» Supongo que los párro-
cos que exponen el Santísimo en ese
tiempo están debidamente autori-
zados.
* L o s regulares pueden exponer
públicamente el Santísimo Sacramen-
to « infra hebdotnadam Corporis
Christi» dentro de las Misas solemnes
y á las vísperas, sin licencia del O r -
dinario (20 de Abril de 1641); Care-
moniale O. Pradicatorum, núm. 1594;
y en el mismo lugar se dice que los
 284 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 28 =

regulares están obligados en la fiesta
del Corpus á acompañar al Santísimo
á la vuelta hasta la iglesia matriz y
permanecer en la misma hasta la
bendición. ( S . R . C , 10 de Marzo
de 1895.)*
1917. Se ha de notar que hay
comunidades, congregaciones, her-
mandades y también iglesias que tie-
nen indulto pontificio, unas veces
temporal y otras perpetuo, para expo-
ner públicamente el Santísimo en
ciertos días y en ciertos casos sin li-
grario, pero el copón debe estar cu-
bierto, de modo que no se vea la hos-
tia consagrada (decreto de la Sagrada
Congregación de Ritos de 31 de Mayo P A R T E S E G U N D A
de 1642). L o s dominicos, al menos
en España, exponen el Santísimo de De la Eucaristía considerada como sacrificio.
esta manera todas las semanas para
hacerla renovación. Se hace en la Misa
conventual (por lo común el jueves, si
no es día festivo). Cuando hay expo- 1918. E n el núm. 592 se explicó de latría, no se puede ofrecer sino á
sición privada del Santísimo, han de la definición del sacrificio en general. Dios: « A l i q u i d est quod solí Deo exhi-
estar encendidas seis v e l a s , por lo En el núm. 593 se probó que es de betur , s c i l i c e t , sacrificium , » dice
menos (decreto de 15 de Marzo derecho natural que se ofrezcan sa- Santo T o m á s ( 2 . 2 . , q. 84, art. 1,
a a5

cencia del Obispo (decreto de la S a - de 1698). E l diácono que baja el San- crificios á Dios. E n el núm. 594 se ad i . ) ; 3 . , el Santo dice también
u m 0

grada Congregación de R i t o s de 24
de Noviembre de 1691). Claro es que
el Papa que puso esa condición de
pedir licencia al Diocesano, la puede
quitar, y el Obispo en ese caso está
en su derecho, exigiendo que se le
tísimo de su trono debe tener puesta
la estola. Si el Santisimo está en el
mismo altar, no es necesario que se
ponga la palia ó humeral el diácono
que le lleva; pero le debe poner cuan-
do le traiga de otro altar (decreto de
probó que en la ley de gracia no hay
más sacrificio que el de la Misa.
CAPÍTULO PRIMERO
que en la ley natural «nomines nulla
lege exterius data, sed solo interiori
instinctu movebantur ad Deum c o -
lendum; ex interiori instinctu determi-
nábate eis quibus rebus sensibilibus ad
Dei cultum uterentur» ( 3 . p., q. 60,
a

presente el indulto apostólico; pero la Sagrada Congregación de Ritos art. 5 ad 3 - ) ; 4 . , el Santo añade:
u m 0

mientras se observen sus cláusulas, de 16 de Diciembre de 1828). ARTÍCULO PRIMERO « A d a m et Isaac, sicut et alii justi,
no puede suspenderle, si no hay abu- Deo sacrificium obtulerunt secundum
P o r no alargarme demasiado, omito
sos : quia quod a superiori conceditur, De la división del sacrificio. sui temporis congruentiam» ( 2 . 2 . , a a3

otras muchas cosas que á los sacerdo-

non potest ab inferior i denegari. q. 85, art. 1 ad 2 . ) , aunque alguna
lim

tes les conviene saber, remitiéndome

L a exposición privada se puede ha- á los autores que tratan de propósito 1919. Antes de tratar del sacri- vez Dios designaba la víctima ó el
cer por una causa privada, como por esta materia. Véase á Scavini, en el ficio de la Misa en particular, para sacrificio; como cuando mandó á
la salud de un enfermo, por el feliz | último tomo de su Teología Moral, que los jóvenes estudiantes tengan Abraham que le inmolase en holo-
éxito de una navegación, de un nego- al P. Mach, en su Tesoro del sacerdote, una breve noción de las especies de ] causto á su hijo Isaac (Génesis, capí-
cio, etc. Para esta exposición no se y sobre todo al muy erudito Herdt, sacrificios que hubo en los diferentes ¡ tulo 22, v. 12).
necesita la licencia del Obispo. L a en su í n d i c e , palabras Exposilio San- estados de la Iglesia, se ha d e n o t a r ) E n la ley escrita se hace mención
exposición privada se hace sin sacar ctissimi Sacramenti y Benedictio cum que el sacrificio se puede dividir: ¡ de muchos y muy diversos sacrificios
el copón del sagrario: se abre la puer- SSmo. Sacramento , en los números por razón de su origen; 2°, por mandados por Dios.
tecita y se levanta la cortina del sa- que allí se citan. razón de su forma; 3 . , p o r razón de:
0

E n la ley de gracia todos los sacri-

su materia; 4 . , por razón de su fin. \
0

ficios antiguos fueron abrogados, y

E l sacrificio, por razón de su origen, los sustituyó el sacrificio cruento que
se divide en sacrificio de la ley nata -! Jesucristo ofreció en la Cruz, el cual
ral, de la ley escrita, y de la ley del se renueva diariamente de un modo
gracia. incruento en el sacrificio de la Misa,
Es indudable que en la ley natural j como lo había profetizado Malaquías:
hubo sacrificios, porque el sacrificio¡ « N o n est mihi voluntas in vobis (ju-
es un reconocimiento de la suprema <dasis), dicit Dominus exercituum; et
excelencia y supremo dominio de D i o s : munus non suscipiam de manu ves-
de aquí es, como se probó en el nú- tra. Ab ortu enim solis usque ad occasum
mero 593: i . ° , que todos los hombres magnum est nomen meum in g e n t i -
están obligados por derecho natural á bus; et in omni loco sacrificatur et offer-
ofrecer sacrificios á D i o s ; 2. , que tur nomini meo oblatio manda.» (Capí-
0

aunque veneramos á los Santos con tulo 1, versículos 10 y 11.) E n cuyas

culto de dulía, y á la Santísima Ma- palabras usa Malaquías del verbo en
dre de Dios con culto de hiperdulía, tiempo presente por el futuro.
pero como el sacrificio incluye el culto 1920. E l sacrificio, por razón de
2 86 LIBRO VI. TRATADO
la materia, se llamaba hostia ó víctÍ7na
en la ley antigua, cuando se ofrecían
animales. Cuando se ofrecían cosas
inanimadas, si éstas eran líquidas,
como aceite, vino, sangre, se llamaba
libación ó libamen. Si no eran líquidas,
como frutos, sal, incienso, se llama-
ban inmolaciones.
E l sacrificio, por razón de la forma
ó modo de ofrecerse, se llamaba holo-
causto, cuando la cosa ofrecida se que-
maba toda en honor de la suprema
excelencia de Dios. Se llamaba hostia
pro peccato, cuando una parte de la
cosa ofrecida se quemaba en honor
de D i o s ; otra parte la comían los sa-
cerdotes en el atrio del templo, para
significar que Dios perdonaba los p e -
cados, interviniendo el ministerio de
los sacerdotes, y por esto dijo el pro-
feta Oseas (cap. 4, v. 8): Sacerdotes
peccata populi mei comedent.
Cuando se ofrecían sacrificios en
agradecimiento de los beneficios reci-
bidos, ó por la salud ó prosperidad de
los que los ofrecían, se llamaban hos-
tia pacífica. L a ofrenda de esta clase
de sacrificios se dividía en tres partes:
una parte se quemaba en honor de
D i o s , otra se destinaba para el uso de
los sacerdotes y la otra para los o f e -
rentes; significando que la salud de
los hombres «procede de Dios por
ministerio de los sacerdotes y coope-
rando los mismos que reciben los be-
neficios,» y por esto la ofrenda se di-
vidía en las tres partes dichas.
1921. E l sacrificio, por razón del
fin, se divide en latréutico; esto es,
que se ofrece á Dios en reconocimien-
to de su suprema excelencia y domi-
nio sobre todas las cosas; eucarístico,
cuando se ofrece á D i o s en acción de
gracias por los beneficios recibidos.
Estas dos especies de sacrificios las
expresó D a v i d cuando dijo: «Tua sunt
omnia, et quod de manu tua accepi-
mus, dedimus tibi.» ( I Paralipom., capí-
tulo 29, v. 14.) E l propiciatorio es el
que se ofrece para aplacar la indigna-
ción de Dios. E l impetratorio es cuan-
IV.
do se ofrece para alcanzar algún be-
neficio espiritual ó temporal. E l satis-
factorio es el que se ofrece para satis-
facer por las penas de los pecados
perdonados quoad culpa?n.
ARTÍCULO II
De la naturaleza y del ministro del
sacrificio de la Misa.
1922. P . Supuesta esta breve
explicación de las especies de sacrifi-
cios, y lo que se dijo en el núm. 592
sobre la definición del sacrificio en
general, se pregunta: ¿Es la Misa ver-
dadero sacrificio?
R. E s de fe que en la Misa se ofre-
ce á Dios un sacrificio propio y ver-
dadero. H e aquí la definición dogmá-
tica del Tridentino: «Si quis dixerit
in Missa non offerri Deo verum et
proprium sacriñcium; aut quod offerri
non sit aliud quam nobis Christum
ad manducandumdari, anathemasit.»
(Ses. 22, can. 1.)
1©23. P. ¿Cómo se define el sa-
crificio de la Misa?
R. «Sacrificium solemne , in quo
Christus Dominus offertur Deo Patri
sub speciebus pañis et vini consecra-
tis, in honorem suprema; excellenti;e,
super aram altaris a sacerdote cura
debita solemnitate.»
P . ¿El sacrificio de la Misa es dis-
tinto del sacrificio que Jesucristo ofre-
ció en la Cruz?
R. Sustancialmente, uno mismo es
el sacrificio de la Misa y el que Jesu-
cristo ofreció en la Cruz, si bien se
diferencian accidentalmente. H e aquí
las palabras del Catecismo Romano:
«Unum et idem sacrificium esse fate-
mur, et haberi debet, quod in Missa
peragitur, et quod in Cruce oblatum
est; quemadmodum una est, et eadem
hostia, Christus, videlicet, Dominus
noster, qui se ipsum in ara Crucis
semel tantummodo cruentum immo-
lavit. Ñeque enim cruenta et incruenta
hostia duce sunt hostia, sed tina tantum;
DE LA
cujus sacrificium, postquam D o m i -
nus ita praecepit: Hoc facite in meam
commemoratiouem ( Lucas , cap. 22,
v. 19), in Eucharistia quotidie instau-
ratur.» (Part. 2. , De Euchar., cap. 4,
a
núm. 76.)
1 9 2 4 . P . ¿De cuántas partes cons-
ta el sacrificio de la Misa?
R. L a s principales son tres: obla-
ción, consagración y sunción.
L a oblación menos solemne se hace
en el ofertorio; la más solemne se
hace después de la consagración, cuan-
do se dice: Unde et memores... offeri-
vius praclara majeslati tua, etc. L a
consagración se hace cuando se pro-
nuncian las palabras de la forma de
la consagración del pan y del vino.
L a sunción es cuando el celebrante
consume las dos especies sacramen-
tales.
P . ¿En qué acción de la Misa con-
siste la esencia del sacrificio de la
Eucaristía?
R. Están del todo anticuadas las
opiniones de los que decían que la
esencia del sacrificio de la Misa c o n -
siste en la elevación de la hostia y el
cáliz consagrados, ó en la fracción de
la hostia, ó en la mixtión de la par-
tícula consagrada con las especies sa-
cramentales del sanguis. Estas accio-
nes son puramente litúrgicas, de or-
denación meramente eclesiástica.
Es también doctrina corriente hace
mucho tiempo que ni la oblación que
se hace en el ofertorio, ni la que se
hace después de la consagración en
la oración Unde et memores... offeri-
vius, etc., pertenecen á la esencia del
sacrificio de la Misa. Soto y algunos
otros autores la creyeron esencial,
porque les parecía que de otro modo
no se verificaba el ofrecimiento de la
víctima; así opina el Sr. Sánchez en
su Teología Moral (trat. V , punto 1,
núm. 2), donde dice así: «Nosotros
opinamos que la esencia del sacrificio
no consiste en ninguna de estas cosas
sólo, sino en todas tres á la vez... (obla-
ción, consagración y sunción). E n
E UC A R I S T I A . 2S7
efecto, sin la consagración el pan y
el vino no se convierten en el cuerpo
y sangre de Cristo...; sin la oblación,
aunque haya consagración, no hay ofre-
cimiento. »
Esta opinión está en el día a b a n -
donada por todos los teólogos y m o -
ralistas. L a oblación del ofertorio y
la de la oración Unde el memores no
se hace en nojnbre y persona de Cris-
to, como aparece evidentemente de
su contexto. L a primera la hace el
sacerdote en su propio nombre: Quam
Ubi offero, y la segunda en su nombre
y en el de la Iglesia: Unde et memores
nos servi tui, sed et plebs tua sancta,
ejusdem Christi F i l i i tui D o m i n i no-
stri... offerimus, etc. L a oblación del
ofertorio no se hacía en los primiti-
vos tiempos, y no se halla en la litur-
gia antigua , como lo testifican Suá-
rez (disp. 75, sect. 2 . et 3 . ) , los
a a
Salmaticenses (tract. V , De Missa
sacrif., cap. 1, punct. 2, dub. u n i c ,
núm. 16), Billuart {De Eucharistia,
diss. 8 . , art. 2). T a m p o c o consta
a
que la Iglesia hiciese siempre la se-
gunda oblación, como muy bien dicen
Suárez y los Salmaticenses; por el
contrario, como dice Gotti citando á
San Gregorio, «Apostoli sacrificantes,
ea non semper usi sunt; nonnumquam
enim, urgentibus temporis angustiis,
consecrationi solum orationem D o -
minicana adhibebant.» (Tract. V I I I ,
q. 1 . , dub. 2, dico 1.)
a
Por último, cuando el sacerdote
tiene que repetir la consagración del
pan y del vino, por haber observado,
después de haber sumido el cáliz, que,
en lugar de vino, se había puesto
agua, la Iglesia manda que se pongan
nuevamente hostia y vino, que se
consagren inmediatamente, y que,
comenzando en el Qui pridie, se su-
man sin detención, y no hace men-
ción de oblación alguna, como notan
sabiamente los autores; y añaden tam-
bién, discretamente, que cuando en
la Sagrada Escritura se hace mención
circunstanciada de la institución de
 288 LIBRO VI. TRATADO
este divinísimo Sacramento, no se
dice cosa alguna de que Jesucristo
haya hecho semejante oblación des-
pués de la consagración de su cuerpo
y sangre.
L a oblación esencial del sacrificio
de la Misa se hace in actu exercito en
la consagración, y está embebida n e -
cesariamente en ella. L o que dicen
S i l v i o , los Salmaticenses, Billuart,
D r o u v e n , Cuniliati, G u r y , Grosin,
Bouvier, D i e z y comunísimamente
los teólogos, lo compendió el doctísi-
mo Cóncina en las pocas siguientes
palabras: «Porro certum est in conse-
cratione esse veram oblationem. Siqui-
dem Christus Dominus vi consecratio-
nis tamquam verus agnus et victima
sistitur in altari sub speciebus pañis
et vini; et in quodam statu mortis con-
stituitur, quatenus per spiritualem verbo-
rum gladium sub diversis et separatis
speciebus immutatur et offertur. Porro
haec ?nystica, quas vi verborum fit, se-
parado corporis ac sanguinis apte
reprsesentat separationem cruentam
sanguinis a corpore in cruce perac-
tam.i) ( T o m o 8, De Euchar., lib. 3,
diss. 2 . , De sacrif. Missa, cap. 2, § 2,
a
núm. 6).
E s sentencia comunísima délos teó-
logos que la oblación in actu exercito
que el sacerdote hace en la consagra-
ción, equivale á la oblación verbal
expresa; porque, como muy bien dice
Gotti en el lugar citado, «sicut ad
honorandum aliquem non est necesse
dicere: honoro te; sic ad offerendum
aliquid, non est necesse dicere: offero
iibi; sed solum, quod de fado honor
exhibeatur , et oblatio fiat. Oblatio
autem re ipsa fit consecratione.» V é a -
se á los Salmaticenses (tract. V , De
Missce sacrif., cap. 1, punct. 2, dub.
u n i c ) , donde tratan esta materia con
su erudición acostumbrada, y como
fidelísimos discípulos del Angélico
Maestro.
1925. L a gran cuestión entre los
teólogos es sobre si la esencia del sa-
crificio de la Misa consiste en la CON-
IV.
sagración y en la sunción, ó solamente
en la consagración.
San L i g o r i o , siguiendo á Belarmi -
no, Tournely y otros, dice que es muy
probable y más común la opinión que
dice que la esencia de este sacrificio
consiste solamente en la consagra-
ción; pero que tiene por más probable
que consiste en la consagración y en
la sunción.» ( L i b . 6, núm. 305.) Con-
fieso que no me hacen fuerza las ra-
zones que alega el Santo. 1 . Que a nisterio sacerdotum. Solo y por sí mis -
para verdadero sacrificio se requiere
vera et realis destructio rei oblata. Esto
dice el Santo, pero no lo prueba.
L a opinión comunísima de los teó-
logos dice que basta la destrucción in-
cruenta ó mística, y esto parece expreso
en aquellas palabras del Tridentino:
« D i v i n o hoc sacrificio, quod in Missa
peragitur, idem ille Christus contine-
tur, et incruente immolatur, qui in ara
Crucis semel seipsum cruente obtulit.
U n a eademque hostia, idemque nunc
offerens sacerdotum ministerio, qui
seipsum tum in Cruce obtulit, sola
offerendi ratione diversa». (Sess. 2Z,
cap. 2.)
Además, si no bastase la destruc-
ción incruenta que vi verborum se hace
en la consagración, y si fuese necesa-
ria la destrucción real verdadera de
la víctima que se ofrece en la Misa,
como quiere San L i g o r i o , nunca se
haría sacrificio; porque lo que dice el
Santo que per sumptionem sacerdote
destruitur sacramentalis essentia Christi.
y que así se verifica la real destruc-
ción rei oblata, tan sólo prueba que
se destruyen las especies sacramentales,
pero no la V í c t i m a , que es C r i s t i
Respecto de la víctima, no hay por h
sunción destrucción ni real, ni mística
ó incruenta; y el Tridentino dice que
este sacrificio consiste en que Cristo
se inmola en el altar de un modo in-
cruento, así como en la Cruz se in-
moló de un modo cruento.
Después dice San L i g o r i o que si la
destrucción incruenta de la Víctima
no se hace por la sunción, sino por la
DE L A EUCARISTÍA.
consagración, se seguiría «quod sa-
crificium fieret in ccelo, non in altari;
nam ut in altari fiat sacrificium, ne-
cesse est, ut prius ibi victima ponatur
integra, et deinde destruatur.» Confieso
que no v e o fuerza alguna en este a r -
gumento. Jesucristo, aunque en este
sacrificio es la misma Víctima del
Calvario y el Oferente principal, pero
no se ofrece solo por sí mismo, sino mi-
mo se ofreció una sola vez de un modo
cruento, como dice San Pablo: « H o c
enim fecit semel seipsum offerendo.»
(Ad Hebr., cap. 7, v. 27.) Per pro-
prium sanguinem introivit semel in
sancta, asterna redemptione inventa.»
(Cap. 9, v . 12.) Jesucristo no celebra
en el cielo este sacrificio, porque allí
no se hace la mactación mística ó in-
cruenta, sino que estando de un modo
circunscrito y natural en el cielo, al
pronunciar el sacerdote las palabras
de la consagración, baja Jesucristo
del cielo, y se inmola en el altar (no
en el c i e l o ) , en cuanto ex vi verborum
tan sólo se pone su cuerpo bajo las es-
pecies de pan, y tan sólo se pone la
sangre bajo las especies de vino. Esta
es la mactación incruenta, la destruc-
ción mística de la víctima, que es
Jesucristo; mactación que no se hace
en el cielo, sino en el altar.
L a destrucción real de las especies
sacramentales no es necesaria para la
esencia del sacrificio, porque dado, y
no concedido, que la sunción de ellas
fuera necesaria, el sacrificio estaría
completo, según todos, cuando las es-
pecies llegan al estómago, aun cuan-
do el sacerdote las vomitase antes de
corromperse; y se añade que siendo
doctrina de fe que Jesucristo hizo ver-
dadero sacrificio cuando instituyó el sa-
cramento de la Eucaristía, es todavía
cuestionable entre los doctores cató-
licos si Jesucristo hizo la sunción de
este Sacramento, aunque es mucho
más probable, en mi concepto, que
consumió, como siente Santo T o m á s .
Finalmente, la sunción de la víctima
TOMO I I .
289
presupone su anterior inmolación ó mac-
tación.
Me adhiero á la segunda sentencia,
que afirma que la esencia de este sa-
crificio consiste solamente en la consa-
gración de las dos especies. E n esta
sola acción se encuentra:
i.° Que se hace en la persona de
Cristo, en cuyo nombre dice el sacer-
dote: « H o c est corpus meum.» «Hic
est calix sanguinis mei;-» pero la sun-
ción la hace el sacerdote en su nom -
bre, como consta de las palabras que
pronuncia antes de comulgar.
2.0
E n la consagración solamente
se hace la mactación de la víctima,
como queda dicho, pero no en la sun-
ción: porque, como muy bien dice
Bouvier, «communio seu sumptio est
particip.itio victima; et ideo supponit
eam esse mactatam atque oblatam.»
( T o m o 3, De sacrif. Missa, cap. 2, ar-
tículo 2.)
3. L a consagración es la acción
0
única del sacrificio que Jesucristo
mandó hacer en su nombre y persona;
que por esto la Iglesia manda que,
terminada la consagración de las dos
especies, el sacerdote repita lo que
dijo Jesucristo después de haber i n s -
tituido el santísimo sacrificio de la
Eucaristía: «Hac quotiescumque fe-
ceritis, in mei memoriam facietis.»
4.
0
Sola la consagración es la re-
presentación y renovación mística de
la pasión y muerte de Cristo; no lo es
la sunción: en la consagración se r e -
nueva la pasión; en la sunción tan
sólo se recuerda.
Esta sentencia la defiende Santo
T o m á s ( 3 . p., q. 82, art. 4 ad i . ,
a u n l
en el art. 10 y en la respuesta ad i . " m
del mismo artículo), que dice así:
« H o c Sacramentum perficitur in con-
secratione Eucharistiam, in qua sacri-
ficium Deo offertur.» O m i t o por b r e -
vedad otros textos del Santo Doctor.
Siguen á Santo T o m á s innumerables
autores, entre ellos San Antonino,
Suárez, Gonet, L u g o , Gotti, Vázquez,
Cóncina, los Salmaticenses, Ronca-
i.'j
2 go LIBRO VI. TRATADO IV.
glia, Habert, Croix, H o l z m a n , Bil-1 el sacrificio instituido por Cristo en
luart, D r o u v e n , el Compendio Sal- la última cena, cuando consagró el
mantino, Cuniliati, Grosin, Bouvier, pan y el vino; ni, por lo tanto, los
Gury, D i e z , etc. L o s Salmaticenses sacerdotes podrían decir con verdad:
(tract. V , cap. i , punct. .2, n ú m e - Hczc quoliescumque feceritis, in mei me-
ro 14) añaden: « E t Palaus (disp. u n i c , moriam facietis, porque no se cumplía
punct. 2, num. 2) referens pro ea sino una parte de lo que les encargó
Sanctos Patres Irenceum, Cyprianum, Cristo.
Chrysostomum, et Gregorium N i s - 1926. P. ¿En qué se distingue
senum; et colligitur ex D i v o A m b r o - el sacrificio de la Misa del sacrificio
sio, Gregorio M a g n o , D i v o Isidoro de la Cruz?
apud Dicastillo, disp. i . , dubit. 10,
a
R. i . ° E n que en el sacrificio de la
num. 170. i) Cruz, Jesuciisto se ofreció pasible y
Esta sentencia me parece notable- mortal; en la Misa se ofrece inmortal
mente más probable intrínseca y ex- é impasible.
trínsecamente; pero los autores que 2.0
E n la Cruz el mismo Cristo so-
la defienden convienen en que la san- lamente se ofreció; en la Misa se ofre-
ción de la Eucaristía está mandada ce por el ministerio de los sacerdotes.
por ordenación divina, y es parte, no 3.0
E n la Cruz se ofreció de un
esencial, sino integrante del sacrificio m o d o cruento, esto es, con derrama-
de la Misa, «Necesse est, dice Santo miento de sangre; en la Misa de un
T o m á s , quod sacerdos, quotiescum-
modo incruento.
que conse.crat, sumat integre hoc S a -
4.0
E n la Cruz se pagó el precio
cramentum;» y la razón que da el
de nuestra redención; en la Misa se
Angélico es la siguiente: «Qaicumque
nos aplica. Pero estas diferencias en-
sacrificium offert, debet sacrificii fie-
tre el sacrificio del altar y el de la
ri particeps; quia exterius sacrificium,
Cruz no son esenciales, sino acciden-
quod offertur, signum est interioris
tales; porque, como dice el Tridenti-
sacrificii, quo quis seipsum offert D e o »
no, «una eademque est hostia, idem
( 3 - P-i q- 82, art. 4). D e modo que
a art. 1, en la respuesta al ins. 3.)
mine offerens sacerdotum ministerio,
la sunción no es por exigirlo la esencia qui seipsum tune in Cruce obtulit, sola
del sacrificio, sino por exigirlo el de- offerendi ratione diversa.» (Sess. 22,
ber y la utilidad del sacerdote cele- cap. 2.)
brante: pertenece al sacrificio interior
1927. P. ¿En qué se distingue
en cierta manera, «ad quod omnes te-
el sacrificio de la Misa del que Jesu-
nentur; omnes enim tenentur devotam
cristo ofreció en la noche de la Cena?
mentem D e o offerre,» como dice San-
R. E l sacrificio de la Cena tampo-
t o T o m á s ( 2 . 2. , q. 85, art. 4).
a x
co se distingue sino accidentalmente
P. L a consagración de las dos es- del sacrificio de la Misa; esto es:
pecies ¿es necesaria para que haya i.° E n el de la Cena, Jesucristo
verdadero sacrificio? se ofreció pasible y mortal; en la Misa
R. Aunque tengo por probabilísima se ofrece inmortal é impasible.
y comunísima la sentencia de Santo 2. 0
E n el sacrificio de la Cena no
T o m á s , que afirma que sería válida hubo más oferente que Cristo; en la
( s i bien gravísimamente ilícita) la Misa, aunque es el principal oferente,
consagración deliberada de una espe- se ofrece por ministerio de los sacer-
cie sin la otra, pero en ese caso no dotes.
habría verdadero sacrificio; porque ni
3. 0
E l sacrificio de la Cena signi-
se representaría el sacrificio de la ficaba la pasión venidera; el de la Misa
cruz, en el que Jesucristo se ofreció representa la pasión pasada.
en estado de muerto, ni se renovaría 1928. P. ¿En qué se distingue
DE LA EUCARISTÍA. 291
el sacrificio de la Misa de los sacrifi- t o , con el sacrificio de la Cruz, m e -
cios de la ley antigua? 1reció sobreabundantemente el precio
R. i . ° E n la diferencia de la v í c - 1de nuestra redención, satisfizo de con-
tima ofrecida; porque en éstos se 1digno por los pecados del mundo, y ,
ofrecían cosas inanimadas y anima- <como dice el Apóstol, no tiene nece-
les, y en la Misa la Víctima es Jesu- sidad de volver á ofrecer sacrificios
cristo. 2. En la diferencia del o f e - por los pecados del p u e b l o : « H o c
0
rente principal; porque en la Misa el enim fecit semel, seipsum offerendo.»
sacerdote es Jesucristo; en los de la ( H e b r . , cap. 7, v. 27.) E n el sacrificio
ley antigua los sacerdotes eran puros de la Cruz, como dice el mismo A p ó s -
hombres. 3 . L a virtud del sacrificio tol, «una oblatione consummavit in sem-
0
de la Misa es infinita; la de los sacri- piternum sanctificatos.» ( C a p . 1 0 ,
ficios de la ley antigua era finita y v. 14). N o por esto es inútil repetir
limitada. 4. E l sacrificio de la Misa muchas veces hasta el fin del mundo
0
causa ex opere operato la gracia y otros el sacrificio de la Misa, antes bien
efectos admirables; pero los sacrifi- nos es necesario, porque nos aplica
cios de la ley antigua tan sólo p r o - los méritos del sacrificio de la Cruz.
ducían la gracia ex opere operantis. Como dice Billuart, pide Jesucristo
5. L o s sacrificios de la ley antigua por nosotros en el cielo, se recibe el
0
figuraban á Cristo venturo; en el de la Bautismo y los otros Sacramentos;
Misa ofrece y es ofrecido el mismo se ofrece el sacrificio de la Misa, no
Cristo presente. porque el sacrificio de la Cruz no fue-
se de infinita virtud, ni porque con él
1929. P . ¿Qué cualidades tiene
no hubiese pagado Cristo un precio
el sacrificio de la Misa?
sobreabundante por nuestra reden-
R. i . ° Este sacrificio es latréutico,
ción, sino para que se nos aplique el
y da á Dios infinito culto, porque es
fruto del sacrificio de su sacratísima
de infinito valor la V í c t i m a que se le
pasión y muerte: ut fructus hujus pretii
ofrece en obsequio de su infinita ex-
nobis applicetur (De Euchar., diss. 8. ,a
celencia y supremo dominio. 2. E s 0
eucarístico, porque se ofrece en acción
de gracias por los innumerables be- Aunque el sacrificio de la Misa per
neficios que Dios nos dispensa: con se no es meritorio ni perdona los pe-
nada podemos corresponder c o n d i g - cados mortales, pero como es impe-
ñámente al Eterno Padre, sino ofre - tratorio , muchas veces alcanza de
riéndole á su divino H i j o humanado, Dios los auxilios sobrenaturales para
que por nosotros se ofrece y se i n m o - la conversión de aquel pecador por
la en el sacrificio del altar. 3 . E s quien se ofrece, como dice Santo T o -
0
propiciatorio, porque aplaca á D i o s , más: «Eis (peccatoribus) gratiam ob-
irritado por nuestras culpas; y así se tinet virtute illius veri sacrificii , e
dice en la segunda oración después quo omnis gratia in nos influxit, et
de consagrar: «Supra quas propino ac per consequens peccata mortalia in
sereno vultu respicere digneris,» etc. eis delet, non sicut causa próxima, sed
Ninguna cosa aplaca á Dios de con- in quantum gratiam contritionis eis im-
digno, sino este sacrificio. 4 . E s im - pétrate
0
( I n 4 Sent., dist. 12, art. 2,
petratorio, como se pide en la oración sol. 2 ad 4,« .)
a m
que sigue á la anterior: « O m n i bene-
1930. E n cuanto á los veniales,
dictione cuelesti et gratia repleamur.
hay opiniones: Cano y algunos otros
Per eumdem Christum D o m i n u m no-
dicen que este sacrificio los perdona
strum.»
proxime ei immediate; pero Cayetano,
E l sacrificio de la Misa no es me-• los Salmaticenses (De Missce sacrif.,
ritorio propiamente, porque Jesucris-• cap. 3, núm. 8) y otros, dicen que el
 292 LIBRO VI. TRATADO
sacrificio de la Misa no perdona per
se et imtnediate los veniales, sino, ó
porque hay de ellos alguna displicen-
cia, ó porque se aumenta el fervor de
la caridad que los destruye; y esta es
la opinión de Santo T o m á s en los
Sentenciarios,donde dice así: « i . ° N o n
est proximus effectus ejus (Eucharis-
tia;) deletio venialium (en el artículo
citado, sol. i . ) . 2 . E t quia ex fervore
a 0
charitatis peccata venialia dimittun-
tur, propter hoc quod dicto fervori
contrariantur, ideo ex consequenti vir-
tute hujus Sacramenti venialia delen-
tur;» y para que nos animemos á c e -
lebrar y comulgar con fervor, añade
el Santo: « T a n t u s potest esse devotio-
nis fervor, quod omnia peccata venia-
lia deleat.» ( E n la respuesta ad i . , u m
sol. 3. ) E n la 3 . parte de su Suma
a a
Teológica, q. 79, art. 4, parece que el
Santo modificó algún tanto su pare-
cer en cuanto al modo con que la E u -
caristía perdona los pecados veniales,
y tal vez de aquí provino el haberse
dividido los tomistas sobre esta cues-
tión.
1931. P. E l sacrificio de la Misa
¿es satisfactorio?
R. L a Eucaristía, en cuanto es sa-
crificio, es satisfactorio: según la ma-
yor ó menor devoción del oferente, y
de las personas por quienes se ofrece,
así será más ó menos satisfactorio
para aquél y para éstas. H e aquí las
palabras de Santo T o m á s : « I n quan-
tum (Eucharistia) est sacrificium, ha-
bet v i m satisfactivam. Sed in satis-
factione magis attenditur affectus of-
ferentis, quam quantitas oblationis.
Unde et Dominus dicit (Lucas, 21)
de vidua quas obtulit dúo sera, quod
plus ómnibus misil. Quamvis ergo hasc
oblatio tx sui quantitate sufficiat ad
satisfaciendum pro omni posna; ta-
L o s fieles puede decirse que en
men fit satisfactoria illis pro quibus
cierto modo ofrecen también este sa-
offertur, vel etiam offertntibus, secun-
crificio; no como verdaderos y pro-
dum quantitatem sucz devotionis, et non
pro tota peana* (3. p., q. 79, art. 5).
a
pios oferentes, porque esta es herejía
de algunos protestantes, sino media-
Cuando Santo T o m á s dice et non tamente, esto es, por medio de los
pro tota pcena, se ha de entender ordi- sacerdotes: i . ° Porque, como el sacer-
IV.
narie, como muy bien dice Silvio;
porque tanto puede ser el fervor (co-
mo sucedía muchas veces á los San-
tos), que perdone toda la pena; y esto
lo manifiesta claramente el Angélico
en la respuesta ad 3."'" del mismo
artículo, cuando dice : «Quod hoc
quod tollitur pars peeme, et non tota
pcena per hoc Sacramentum, non con-
tingit ex defectu virtutis Christi, sed
ex defectu devotionis humanas.» El
T r i d e n t i n o definió que no sólo se de-
bía ofrecer por la satisfacción de los
v i v o s , sino también de los difuntos
(sess. 22, can. 3); de donde se infiere
que la Misa es satisfactoria.
1932. P. ¿Quién es el ministro
del sacrificio de la Misa?
R. Y a se ha dicho que Jesucristo
es el principal oferente: «Christus
idem nunc offerens sacerdotum mi-
nisterio, qui seipsum tune in Cruce
obtulit,» dice el Tridentino (sess. 22,
cap. 2). San Pablo, en el c a p . 7,
vers. 22, de la Carta á los Hebreos,
hablando de Cristo dice: « T u esSacer-
dos in aeternum;» y en el 24 añade:
« H i c autem, eo quod maneat in aster-
num , sempiternum habet sacerdo-
tium;» y en el cap. 8, v. 3, añade:
«Necesse est et hunc (Christum) habere
aliquid quod offerat;» porque, como
discurre Billuart, «alioquin haberet
sacerdotium otiosum: non offert au-
tem per se; ergo per sacerdotes.» (En
el lugar citado, art. 4.)
Después de Cristo, los oferentes ó
ministros principales secundarios son
los sacerdotes , como definió el T r i -
dentino, el cual anatematiza al que
niegue « Christum non instituisse
Apostólos sacerdotes, aut non ordi-
nasse ut ipse aliique sacerdotes offer-
rent corpus et sanguinem suum.»
DE LA EUCARISTÍA. 293
dote celebra en nombre de toda la Si la fiesta de la Anunciación, ó la de
Iglesia, en cierto modo todos los fie- San José (donde es día de Misa) ca-
les ofrecen con él; y así, después de la yese en Jueves Santo, el Obispo pro-
consagración, dice: « N o s serví tui, sed curará que se celebren en las parro-
et plebs tua sancta... offerimus,» etc.; quias algunas Misas privadas antes de
y en el canon: « T e igitur, etc., pro la conventual, para que el pueblo
quibus tibi offerimus, vel qui tibi pueda cumplir el precepto de la Misa;
pero el clero comulgará en la Misa
offerunt,¡> etc. 2 . Ofrecen más e s p e -
0
mayor (decreto de 13 de Septiembre
cialmente los que asisten á la Misa, y
de 1692). L a Misa privada no se dirá
unen su intención á la del sacerdote.
de la Anunciación , ni de San José,
3 . Ofrecen especialísimamente los
0
aunque sean titulares de la iglesia,
que dan la limosna al celebrante, los
sino la propia del Jueves Santo, con
que ayudan á la M i s a , y los que pro-
Gloria y Credo , como la Misa mayor
porcionan las cosas necesarias para
(decreto de 7 de Septiembre de 1816).
celebrar.
E n el Jueves Santo el Obispo puede
autorizar para que se diga una Misa
CAPÍTULO II
rezada en'beneficio de los enfermos
DEL TIEMPO DE LA CELEBRACIÓN DE (decreto de 27 de Marzo de 1773)- E l
LA MISA superior puede también hacer que se
celebre Misa privada en un oratorio
1933. P. ¿ha. Misa se puede ce- del convento, para que comulguen los
lebrar en cualquier día del año? religiosos ; y si no hubiese oratorio,
B. E n la Iglesia latina se puede puede celebrarse en la iglesia con las
celebrar en cualquier día del año, puertas cerradas (decreto de 31 de
exceptuando el Viernes Santo (capí- A g o s t o de 1839).
tulo Sabbat., dist. 3, De consecrat.), Si la fiesta de la Anunciación^ ca-
pues en este día tan sólo se permite yese en Sábado Santo, ese día no sería
celebrar el Oficio; el cual , aunque no festivo , sino que se traslada como á
es sacrificio, sólo puede ser celebrado día fijo la fiesta (donde sea de precep-
por un sacerdote. E n el Viernes San- t o ) al lunes después de la dominica
to de 1824 , comenzado el Oficio, un in Albis (decreto de 11 de Marzo de
sacerdote fué herido de un ataque 1690). E n el Sábado Santo no se puede
apoplético: con este motivo se consul- decir Misa de Réquiem, ni prcesente ca-
tó á la Sagrada Congregación de Ritos daverc (decreto de 16 de Abril de 1831).
sobre lo que se había de hacer si ocu- Si con legítimo privilegio se dijese al-
rriese otro caso semejante. En 8 de guna Misa privada en ese día, se omi-
Marzo de 1825 respondió que, si es tirán las profecías y letanías y sin in-
sacerdote el que hace de diácono y está troito: no se comenzará la Misa hasta
en ayunas, debe ponerse la casulla , y que haya comenzado el toque de c a m -
continuar el Oficio , haciendo otro de panas (decretode 31 de Julio de 1821).
diácono; pero que, si no hay allí sacer- * L a Sagrada Congregación de R i -
dote en ayunas, se debe cortar el Oficio, tos , para dar más solemnidad á la
y la Hostia consagrada se depositará fiesta de la Anunciación de Nuestra
en el s a g r a r i o , para que la suma el
S e ñ o r a , acordó el día 23 de Abril
sacerdote que celebre en el día si -
de 1895 lo siguiente: « F e s t u m A n -
guíente.
nuntiationis B. M . V . die 25 Martii
En el Jueves y Sábado Santo está oceurrens , in universa Ecclesia ritu
prohibido sub gravi celebrar Misa al- duplici primas classis amodo recolen-
guna privada, por decreto de Clemen- dum esse , cum ómnibus juribus cele-
;
te X I , renovado por Inocencio X I I I . briorum festorum propriis, etsi O c t a v a

294 LIBRO VI. TRATADO
carens ob temporis Quadragesimalis 1 para el año 1865 se copia una r e s -
rationem. Ceterum quotiescumque vel
Feria V I in Parasceve , vel Sabbato
Sancto hoc Festum impediatur, toties
Feria I I post Dominicano, in Albis,
tamquam in sede propria , ut antea,
reponatur: in qua integra cum solem-
nitate, sed sine Octava, prouti die 25
Martii,celebrabitur: quando vero illius
tantummodo impediatur Officium, ad
enuntiatam pariter Feriam I I , aman-
detur, ac nonnisi Festo primario tjus-
dem ritus occurrente valeat impediri:
quo in casu, in sequentem diem simi-
liter non impeditam transferatur.»
L a misma Sagrada Congregación
de R i t o s mandó en 15 de Agosto
de 1892 añadir á la rúbrica del B r e -
viario y Misal Romanos (lo mismo que
acordó de la fiesta de la Anunciación)
que cuando la fiesta de San José
coincide con el D o m i n g o de Pasión,
se traslade al lunes siguiente, y que
cuando cae dentro de la Semana San-
ta, se celebre el miércoles después de
la Dominica in Albis. Véase el Decre-
to en latín, Ciudad de Dios, tomo 29,
Sección canónica , pág. 60 ; y en este
caso, se considerará ese día como día
propio: «servato rubricarum prasscrip-
to quoad translationem festorum iis-
dem diebus occurrentium.» *
1934. P. ¿Se puede dar la comu-
nión á los fieles en el Sábado Santo?
R. E l Compendio de Teología Mo-
ral (que dice ser de San Alfonso Ma-
ría de L i g o r i o , con notas y diserta-
ciones de José Frassinetti), traducido
de la cuarta edición italiana, revisado
por el autor, y aumentado con varios
apéndices por el L d o . D . Ramón Ma-
ría A b a d , canónigo doctoral delasanta
iglesia catedral de L u g o , en el tomo 2,
trat. X V , al fin del n ú m . 345 , dice
así: « N o debe atenderse á los que quie-
ren escrupulizar sobre la comunión
administrada en Sábado Santo. L a
costumbre, bastante generalizada, de
administrarla en ese día hace suponer
un permiso bastante expreso de la
Iglesia. E n el Calendario de Genova
IV.
puesta de la Sagrada Congregación
de Ritos de 7 de Septiembre de 1850,
que dice: «Sabbato Sancto intra Missa
actionem clerus et populus non pos-
sunt sumere Eucharistiam, sed exple-
ta Missa possunt fideles cum particu-
lis prasconsecratis , seu per modum
Sacramenti communicari.»
L a s palabras anteriores exigen a l -
guna corrección ; porque si bien San
L i g o r i o afirma que en su tiempo no
había prohibición alguna legal que le
impidiese, y que así se acostumbraba
á hacer en muchas iglesias de Ñapó-
les, inclusa la catedral de esta ciudad,
en el día no se puede seguir este pa-
recer sino en donde hay esa costumbre.
Preguntada la Sagrada Congregación
del Concilio: « A n liceat in Missa Sab-
bati Sancti post communionem cele-
brantis Eucharistiam ministrare fide-
libus, et praesertim cum particulis in
eadem Missa consecratis? — Sacra
Rituum Congregatio respondit: N e g a -
tive, nisi adsit consuctudo.»
E l P. Mach, en su Tesoro del sacer-
dote, cap. 2, núm. 3, dice así: « N o se
dará tampoco (la Eucaristía) en Sá-
bado Santo, nisi adsit consuetudo.—
23 Sept. 1 8 3 7 . — Y si hubiese esta cos-
tumbre, no comulgarán intra Missa 1
actionem , sed expíela Missa.—7 Sept.
1850. — Y entonces servirá también
para cumplir el precepto pascual.—
22 Marzo 1806.» E n vista de esto,
donde no haya costumbre legítima de
dar la comunión en ese día , como
creo que no la hay en la mayor parte
de las provincias de España , no se
puede dar la comunión á los fieles en
el Sábado Santo, si bien se podrá dar
en los lugares en donde, según el se-
ñor doctoral de L u g o , haya costumbre
legítima.
1935. E l sacerdote no puede ce-
lebrar más que una v e z al d í a , como
lo dice expresamente Inocencio I I I en
el cap. Considuisti 3, De celebr. Miss,
Además : «Sufficit sacerdoti unam
Missam in die una celebrare quia
DE LA EUCARISTÍA. 295
Christus semel passus est , et redemit sacrifi, cap. 4, punct. 1, núm. 10) y
mundum; et valde felix est, qui unam otros que defendieron que las dos úl-
digne celebrare potest.» ( C a p . 55, timas Misas se podían decir antes de
dist. i . De consecrat.) Véase á Santo la aurora, el Santo añade á continua-
n
T o m á s , 3 . p., q. 83, art. 2 ad 5 - , ción: «Sed verius (esto e s , cierta-
a u m
donde trata eruditamente esta m a - mente ) id negandum cum H o l z m . ,
teria. Cóncina ( t o m o 8, De sacrif. Missa,
N o obstante, hay algunos casos en diss. 2 . , cap. 7, núm. 4), et E l b e l .
a
que se puede celebrar más de una R a t i o , quia hoc esset contra expressam
Misa en un mismo día. i . ° E n el día rubricam Missalis, ubi notatur: P r i m a
de la Natividad del Señor se pueden Missa dicitur in nocte; secunda, in
celebrar tres Misas en toda la Iglesia, aurora; tertia , in die. Et hodie adest
etc.
«Excepto die Nativitatis Dominica, suf- decretum Sacra Congregationis,»
ficit semel in die unam Missam solum- L o mismo dice Ferraris por las pala-
modo celebrare , nisi causa necessita- bras siguientes: « N o n possunt in ipsa
tis suadeat.» ( C a p . Consuluisti, De ce- nocte Nativitatis succesive ad primam
lebr. Miss.) Exceptuadas las iglesias Missam statim celebran alias duas M i s -
que por derecho común tienen esta sas, nec communio prasberi fidelibus,
facultad, ningún particular puede c e - nisi post auroram, et non obstante quo-
lebrar á media noche sin indulto espe- cumque privilegio, ex decreto Sacras
cial (decreto de 18 de Septiembre de Congregationis Rituum 7 Septemb.
1871); y los que le tengan, bajo nin- 1641, 9 A u g . 1653, et 29 April. 1664,
gún pretexto comenzarán la Misa antes in una Pisauriensi.» ( E n las palabras
délas doce de la noche, como lo dispu- Missa sacrif., art. 5, núm. i S . ) L a
so San P í o V e n su bula Sanctissimusin costumbre general en Italia y España
Christo. E n esta Misa no se puede dar observa estos decretos de la Sagrada
la comunión al común de los fieles, Congregación.
tan sólo á las personas privilegiadas 1 9 3 7 . P. E l que celebra una sola
(decreto de 20 de Abril de 1641). Misa en el día de la Natividad del
Después de la Misa de media noche Señor, ¿cuál de las tres del Misal debe
de Natividad, no se pueden celebrar leer?
inmediatamente las otras dos Misas R. Ferraris (en el lugar citado, nú-
(decreto de 3 de Diciembre de 1 7 0 1 , mero i ó ) dice que si la celebra á m e -
y 7 de Diciembre de 1741). dia noche, debe decir la primera, que
1936. P. Dicha la primera Misa comienza Dominus dixit ad me: si c e -
á media noche, ¿se pueden celebrar lebra á la aurora, decir la segunda: si
celebra por el día, debe decir la ter-
las otras dos antes de la aurora?
cera: Puer natus est nobis. Ferraris no
R. E l Sr. Sánchez en su Teología
dice en qué se funda. San L i g o r i o ,
Moral (trat. V , punto 1, núm. 6),
por el contrario, afirma que el que ce-
dice así: « E n la noche de la N a t i v i -
lebra una sola Misa en ese día, puede
dad, en la cual se dice la primera
decir cualquiera de las tres: « S i autem
Misa al dar las doce , y, según una
quis unam Missam celebrare vellet in
opinión bastante probable, se pueden
tali die, nidia apparet ratio, ut recte
decir las otras dos antes de la aurora.
ait Cóncina , cur primam potius
(San L i g o r i o , lib. 6, núm. 343).» E n
quam alias celebrare debeat.» ( L i -
estas palabras hay una notable equi-
bro 6 , núm. 343-) San L i g o r i o dice
vocación. San L i g o r i o en el lugar ci-
que si celebra una sola in tali die; por-
tado dice todo lo contrario de lo que
que si esa la celebrase á media noche,
se le atribuye: después de referir la
creo que se debería decir laprimeradel
opinión de Busembau, Suárez, L u g o ,
Misal, como dice Ferraris; aunque no
ios Salmaticenses (tract. V , De Missa
 2g6 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 297
sé en qué se funda este autor para N o hay obligación de celebrar las las otras provincias de España y del nec non quorumeumque Collegiorum,
afirmar que el que dice una sola Misa, tres Misas, ni dos : la Iglesia lo per-
reino de Portugal, Benedicto X I V Congregationum, ccetuum, locorum-
aunque sea la de media noche , debe mite y aprueba, pero no lo manda. El
mandó: i . ° Que los sacerdotes secu- quepiorum, cujuscumque nominis aut
hacer conmemoración de Santa Anas- sacerdote que las celebre puede reci-
lares y regulares no pudiesen recibir generis sint.» ( V é a s e Avanzini, Acta
tasia. bir limosna por las tres (decreto de la limosna sino por la primera Misa: que S. Sedis, tomo 7, páginas 3 1 7 y 318,
Antiguamente se celebraban tres Sagrada Congregación del Concilio las otras dos, si las querían celebrar, y el P. Moran, núm. 3494-) *
Misas en los dias de la Resurrección de 18 de Abril de 1654). las habían de aplicar gratuitamente 1939. P. ¿Hay algunos otros ca-
del Señor, de San Juan Bautista, de 1938. En España y Portugal hay por las almas del Purgatorio; y esto sos en que los párrocos ú otros sacer-
los Apóstoles San Pedro y San Pablo, privilegio para poder celebrar tres bajo la pena de suspensión lata, arriba dotes puedan decir dos Misas en un
como se puede ver en González, Misas en el día de ánimas. Antes del dicha. 2 . Que por la primera Misa no mismo día?
0

in cap. Consuluisti 3, De celebr. Miss breve de Benedicto X I V , que comien- podían recibir limosna mayor que la R. Para resolver esta cuestión con
T a m b i é n en otros días, que se pueden za Quod expensis, de 26 de Agosto señalada en las constituciones sinoda- algún orden, se ha de notar que el
ver en la carta decretal de San T e l e s de 1748, en las provincias de Aragón, les de aquella diócesis, seu á loci con- derecho divino, si bien ordenó á los
foro, que fué el primero que instituyó Valencia, Cataluña y Mallorca tenían suetudine regidariter presfinita; y añade: sacerdotes que celebrasen, no fijó si
la celebración de las tres Misas en el privilegio los sacerdotes seculares «Descernentes uullam omnino causam, habian de celebrar una ó más veces
día de la Natividad del Señor, hacia para poder celebrar dos Misas, y los nullum prcetextum aut obtentum ad en un mismo día: esta determinación
el año de 145, como puede verse en regulares tres; pudiendo recibir por declinandum hujus prezcepti nostri ob- la dejó á la Iglesia, la cual, según las
Ferraris (Missa sacrif., art. 5, nú- todas ellas la limosna de costumbre, servantiam suffragari posse: nec vo- circunstancias, ordenó lo conveniente
mero' 60), y en el decreto de Graciano, ó mayor, si los fieles la diesen espon- luntariam fidelium oblationem; nam nec acerca de esta materia. Benedic-
cap. 48, Nocte sancta, dist. i . , De táneamente; pero Benedicto X I V por
a
a sponte dantibus quidpiam recipi to X I V , con su acostumbrada erudi-
consecrat. Por justas razones la Iglesia su citado breve amplió el privilegio, posse statuimus, nec alium quemeumque ción (en su importante obra De Missce
no permite en el día celebrar general- concediendo la facultad de poder ce- colorem,» etc. T o d o esto, no sólo sacrificio, lib. 2, capítulos 4 y 5) trata
mente tres Misas, sino en el día de la lebrar tres Misas en dicho día á todos obliga bajo precepto grave, sino que latamente esta cuestión. E n el cap. 4,
Natividad del Señor. L a razón de la los sacerdotes seculares y regulares Benedicto X I V pone la misma sus- núm. 12, entre otras cosas dice así:
celebración de estas tres Misas en de todas las provincias de España y pensión á divinis lata, reservada al « V e t e r a alibi exempla retulimus plu-
este día, la explican los autores de del reino de Portugal. Benedicto X I V , Papa; si bien autoriza al Obispo de la rium Missarum, quas sacerdos uno
tres maneras, que pueden verse en además de haber concedido á todos diócesis para que absuelva de la sus- eodemque die celebravit. Ut Rupertus
Ferraris (en el artículo citado, nú- los sacerdotes seculares y regulares pensión tan luego como el sacerdote Archidiaconus n a r r a t , S. Albertus
mero 12). L a que más me agrada y de España y Portugal la facultad de le entregue el estipendio recibido in- Monachus factus presbyter duas in die
la comunmente recibida es la explica- celebrar tres Misas, les concedió tam- debidamente, y que el Obispo emplea- celebravit Missas, pro vivís alteram,
ción de Santo T o m á s , que dice así: bién que pueden celebrar las tres Mi- rá en obras pías. alteram pro defunctis. Nunc satis erit
« I n die Nativitatis plures Missae ce- sas dos horas después de mediodía
* L a s prohibiciones que contiene el innuere quod proditum est a W a l f r i d o
lebrantur propter triplicem Christi na- (De sacrificio Missce, lib. 3, apénd.,
breve Quod expensis de Benedicto X I V Strabone, qui I X vixit saeculo (De re-
tivitatem. Quarum una est esterna, quas antes del decreto de Benedicto X I V ) .
de 26 de Agosto de 1748, están en vi- bus ecelesiaslicis, cap. 2 7 ) . Testatur
quantum ad nos est oceulta; et ideo Aquel gran Pontífice ordenó:
gor (véase el núm. 3494); mas no las (Sanctum) L e o n e m I I I , qui vixit la-
una Missa cantatur in nocte, in cujus i.° Que respecto de las tres Mi-
censuras que en él se fulminan, des- bente sseculo V I I I , septem eodem
introitu dicitur: Dominus dixit ad me: sas que podían celebrar antes de este
pués de la publicación de la consti- die, interdum etiam novem Missas
Filias meas es tu; ego hodie genui te. breve los sacerdotes regulares, y dos
tución Apostolices Sedis, por la cual celebrare consuevisse.»
Alia autem est tcmporalis, sed spiritua- los seculares en las provincias de
lis, qua, scilicet, Christus oritur tam- Cataluña, Valencia, Aragón y Mallor- Pío I X abolió todas las censuras ge- Después Alejandro I I , in can.
quam lucifer in cordibus nostris, ut di- ca, no hacía inmutación alguna; pero nerales lates sententies, declarando v i - Sufficit, dist. 1, De consecrat., «interro-
citur I I Petri, cap. 1: et propter hoc que respecto de la tercera, que conce- gentes las que en la misma constitu- ganti num plures eodem die Missas
cantatur Missa in aurora, in cujus in- día á los sacerdotes seculares de di- ción Apostólica Scedis se enumeran liceat sacerdoti celebrare, respondit:
troitu dicitur: Lux fulgebit hodie super chas provincias, les prohibía que re- y las del T r i d e n t i n o , esto es, las di- Sufficit sacerdoti unam Missam in die
nos. Tertia est Christi nativitas tempo- cibiesen limosna alguna, sino que la recte inflictes, exceptuando la que se una celebrare, quia Christus semel
ralis et corporalis, secundum quam vi- 1 habían de aplicar precisa y gratuita- contiene en la ses. 4 del decreto de passus est, et totum mundumredemit.
sibilis nobis processit ex útero virgi- mente por las almas del Purgatorio; «editione etusu Sacrorum Librorum;» Non módica res est unam Missam fa-
nali y esto bajo la pena de suspensión 1/ y las particulares «quae hactenus in ceré, et valde felix est, qui unam
., carne indutus: et ob hoc cantatur divinis, lata y reservada á Su San- suo vigore perstiterunt, sive pro R o - digne celebrare potest. In eumdem
tertia Missa in clara luce, in cujus tidad. mani Pontificis electione, sive pro modum loquitur Honorius I I I , in
introitu dicitur: Fuer natus est nobis» interno regimine quorumeumque Or- cap. Te referente, De celebr. Missar.,
(3. p., q. 83, art. 2 ad 2 . ) .
a u m
2.
0
Respecto de los sacerdotes de dinum, et Institutorum Regularium, ex quo illa sunt: Cum cuilibet sacer-
20,8 LIBRO VI. T R A T A D O
doti, quacumque dignitate prsefulgeat,
unam in die celebrare Missam sufficiat;
nam et valde est felix, qui celebrat
digne unam.» Por último, Inocen-
cio I I I , in cap. Consuluisti, De celebr.
Missar., dice: «Respondemus, quod,
excepto die Nativitatis Dominicas,
nisi causa necessüatis suadeat, sufñcit
sacerdoti semel in die unam Missam
solummodo celebrare.»
Estas palabras de Inocencio I I I ,
pronunciadas en el siglo X I I , han fija-
do la regla para saber cuándo se puede
ó no celebrar más de una Misa; mas
como las apreciaciones de los h o m -
bres, aunque sean sabios y virtuosos,
son tan diversas, muchos autores que
escribieron después de esta decretal
de I n o c e n c i o I I I ensancharon sobre
esta materia más de lo justo. H e aquí
las palabras de Benedicto X I V (De
Missa sacrificio, lib. 2, cap. 4, nú-
mero 14): «Glossa canónica in textum
Innocentii I I I , verbo necessitatis, ait,
posse sacerdotem, qui Missam cele-
braverit , secundam etiam Missam
celebrare, si quis defunctus sepelien-
dus esset nec quisquam esset sacerdos
qui sacrificium faceret. Sed quam
dicit necessitatem? Respondeo, si ce-
lebravit de die, et postea etiam rao-
riatur aliquis, etc., unde potest unam
celebrare de die, et aliam pro defun-
cto. S. Raymundus, in Sttmma, lib. 3,
p a g . 4 7 1 . e d i t . Avenionens. anni 1 7 1 5 ,
quosdam alios casus affert, in qui-
bus secundam Missam celebrare licet;
cujusmodi sunt , si iter facientes,
aut hospites aliter Missa careant.
Quídam casum illum ponunt, si quis
infirmus peteret Viaticum, et deesset
S a c r a m e n t u m , nec quisquam alius
esset sacerdos qui sacramentum con-
ficeret. Nonnulli etiam affirmant pos-
se sacerdotem secundam Missam ce-
lebrare, si id peteretur ab aliquo prin-
cipe, vel a suo Episcopo, qui Missam
non audissent, cum audire teneren-
tur; itidemque si nuptise in alium
diem rejici non possent, nec quis-
quam alius esset sacerdos, quam qui
IV-
antea unam Missam celebrasset. T o -
letus, in Sumina, lib. 1, cap. 3, nú-
mero 5, et seq.; Casalius, De veteribus
sacris christianorum riiibus, cap. Q,
§ ante cibum.»
Pero los casos que enumera Bene-
dicto X I V en el párrafo anterior, él
mismo los reprueba como laxos, por
falta de causa suficiente para la itera-
ción de la Misa, que exige Inocen-
cio I I I . H e aquí sus palabras en el
capítulo siguiente (cap. 5, núm. 3):
« U t autem ad alios redeamus casus,
in quibus veteres theologi putabant
posse sacerdotem plures eodem die
Missas celebrare, quilibet potest inielli-
gere eos nidio modo contineri sub neces-
sitatis voce, quam disserte exprimit
Innocentius I I I in allata decretali.
Ejusmodi est casus hospitum, et eo-
rum qui iter faciunt; atque itidem i 1 le
de Principe, aut Episcopo, qui die
festo Missam non audierint, nec alius
quisquam sacerdos sit qui possit Mis-
sam celebrare. Q-iod enim inconvc-
niensest, si Episcopus, vel alia persona
nobilis Missam non audiat, quia nulliis
adest sacerdis, qui jure possit Mam di-
cere? ait Suarez. Ejusmodi est etiam
casus de nuptiis, qua? differri non
possint: nam, quid incommodi inde
sequeretur, si cum nuptia? differri
non possint, matrimonium condicta
die celebraretur; cumque non esset
qui Missam celebraret, die proxime
sequenti sacrificium fieret, et nuptia?
benedicerentur? Adde, paruvi referrc
quod differatur in diem sequentem bene-
dictio: sunt verba cardinalis de Lugo.
Quod vero attinet ad casum quo mo-
nbundus Viaticum petit, ñeque Sa-
cramenti copia est, nec sacerdos ullus
Sacramentum potest conficere, nisi
qui j a m Missam celebravit, si quis
rem bene consideret, facile intelliget
non esse verisimile posse id usu ve-
nire... Sed tamen, ut verum fateamur,
casus non est metaphysicus; potest
enim accidere ut sacerdos summo
mane Missam celebraverit, nulla sit
Sacramenti partícula, urgeat. neces-
DE LA EUCARISTÍA.
sitas circa meridiem ministrandi V i a -
ticum, nec sit sacerdos qui Missam
celebrare possit: quo casu qui j a m ce-
lebravit, cum j a m jejunus non sit, ei
non licet rursus celebrare; nullus
enim, qui non sit jejunus, potest
Missam, ut infra videbimus, celebra-
re, etiam ut Viaticum moribundo mi-
nistret.»
L o s Salmaticenses ensancharon
mucho esta materia, como puede ver-
se en el tract. V , De Missa sacrificio,
cap. 4, núm. 12 y siguientes, donde
ponen diez casos diferentes en que se
puede repetir la Misa. A los Salmati-
censes siguió en parte D . Miguel Sán-
chez en su Teología Moral, trat. V ,
punto 1, núm. 5, donde afirma como
cosa corriente que se pueden decir
dos Misas por un mismo sacerdote
«cuando después de haber dicho Misa
el único sacerdote que hubiese en la
población, llegase á ella de repente un
gran personaje, un Monarca, un C a r -
denal, un Obispo, que no debiese de
quedarse sin Misa. (San L i g o r i o , lib. 6,
núm. 353.)» Hasta aquí el Sr. Sán-
chez, pero se equivoca en atribuir
esta opinión á San L i g o r i o : he aquí
el párrafo literal de Busembau, con
la intercalación de las palabras de
San L i g o r i o (sobre si puede decir dos
Misas un sacerdote): «Si die festo ad-
veniant persona, quas non deceat sa-
crum omitiere, v . gr., R e x aut P r i n -
ceps (aut, añade San L i g o r i o , Episco-
pus), ut tenent Sanctus Antoninus,
Hurt., Dicast. apud Salmant., nume-
rus 19, contra C o n c , Vazq., et L u g o ,
qui probabilius quoad omnes hoc ne-
gant.» Este probabilius del Santo,
cuando nada dice de la opinión opues-
ta, quiere decir que no tiene por sóli-
damente probable la contraria, como
lo advierte en el Prólogo ad lectorem de
su Teología Moral lata (1). E s t o dice
(1) C u a n d o S a n L i g o r i o l l a m a á u n a
opinión m á s p r o b a b l e y n a d a d i c e de la
opuesta, á ésta n o la tiene ni p o r p r o b a b l e
299
San L i g o r i o , en el núm. 352. E l s e -
ñor Sánchez cita el núm. 353; pero
en este número no habla San L i g o r i o
de la celebración de dos Misas por un
mismo sacerdote, sino de que si el
sacerdote comenzó la Misa, y nondum sit
facía oblatio, puede volver á comen-
zarla «Í'W advenía supervenientis Princi-
pis, vel turba? peregrinorum in die
festo..., in adventu Episcopi, Cardi-
nalis, aut processionis populi.» Y a se
ve que esto es muy diferente; y aun
en estos casos, dice Busembau que
Bonacina «bene monet consuetudini
locorum standum. Henr. autem do-
cet, id tantum licere finita Epistola
vel E v a n g e l i o . Tamburinus plañe i m -
probat.» De todos modos no se habla
aquí de celebrar dos Misas.
Queda, pues, firme la sentencia, en
el día corriente, de que los casos que
enumera el Sr. Sánchez, siguiendo á
los Salmaticenses y á otros graves
autores antiguos, no autorizan en el
día para poder celebrar más de una
Misa, en vista de las palabras citadas
de Benedicto X I V , lib. 3, De Missa
sacrificio. Y no se diga que aquel
eminentísimo sabio escribió la citada
obra cuando era doctor particular;
porque lo mismo que había dicho en
aquel l u g a r , lo confirmó después,
cuando llevaba dieciséis años en el
pontificado, en su inmortal obra De
Synodo Dicccesana, lib. 6, cap. 8, nú-
mero 2. H e aquí sus palabras: « N o n -
nulla? tamen a theologis excitantur
qusestiones circa alios casus, in qui-
bus licere ajunt duas eadem die, etiam
extra praídictum Nativitatis D o m i n i
festum, Missas celebrare, veluti si,
priore Missa expleta, infirmo j a m mo-
rituro ministranda sit Eucharistia per
modum Viatici; si nuptiarum bene-
dictio urgeat; aut die festo celsioris
nobilitatis aut dignitatis quispiam
ni p o r i m p r o b a b l e , sino q u e la deja al j u i c i o
de l o s m á s p r u d e n t e s , c o m o se p u e d e ver
en el Prólogo ad lectorem, al final.
3oo LIBRO VI. TRATADO
superveniat, qui sacrum non audierit,
et Missam iteran postulet, ut E c c l e -
siae prascepto faciat satis, nec interim
in hisce rerum circumstantiis alius
sacerdos praesto sit, praster eum, qui
sacrum pridem obtulit... Quidquid
vero sit de hujusmodi theologorum
quaestionibus, liodie nmis dumtaxat su-
perest casus, quo sacerdoti fas est uno
eodemque die geminum offerre sacri-
ficium si, nempe, idem parochus dua-
rum parochiarum curam gerat, quae
ad invicém longo satis intervallo dis-
socientur; ex quo fiat, ut v i x , aut ne
vix quidem, utriusque parochiae p o -
pulus in unam se conferre possit e c -
elesiam ad sacrum audiendum. In
quo rerum statu concors omnium
opinio est, parochum nedum posse,
sed plañe teneri bis eodem die Mis-
sam celebrare, ac postquam in una
parochia Missam expleverit, ad aliam
accederé, ne alterutrius ecclesias po-
pulus die festo a sacro audiendo ex-
cludatur.»
Esta es, pues, la doctrina que se
ha de observar en orden á la iteración
de la Misa, sin hacer caso de lo que
hayan dicho otros autores antiguos,
muy respetables por otra parte, pero
que florecieron en un tiempo en que
la disciplina de la Iglesia sobre esta
materia era distinta de la del día. E n
cuanto á graduar la suficiencia de las
causas para poder iterar la Misa cuan-
do un sacerdote tiene á su cargo dos
parroquias, ó una sola, pero que cons-
ta de pueblos muy distantes de la
iglesia parroquial, pertenece al Obis-
po de aquella diócesis determinar si
hay ó no causa canónica para la ite-
ración; el cual, si bien ha de proceder
sin precipitación, y examinar atenta-
mente los casos particulares que ocu-
rran, ha de obrar sin ansiedad, sin
escrúpulos, con santa libertad. H e
aquí las palabras de los autores que
compilaron é ilustraron las que se ti-
tulan Acta Sancice Sedis, vol. 9, pági-
na 235: «Quapropter ut liceat sacer-
doti eidem duas celebrare Missas die
IV.
eadem, adesse deberé causas canóni-
cas, quse necessitatem quamdam in-
ducant.»
1940. <( Ejusmodi necessitatem
tatem esse deberé, ut nisi alicui sa-
cerdoti duas Missas eodem die cele-
brandi facultas concedatur, Ecclesi;e
mandato plures non satisfacerent. Pa-
riter talem necessitatem veram qui-
dem esse deberé, sed moralem, non
autem absolutam. . Ordinarios, qui-
bus onus incumbit dijudicandi causa-
rum gravitatem, haud oportere hac
super re nimia premi anxietate; ne
concessa binandi facultas pene in nidio
casu ad actum reduci videatur... Proin-
deque, omni remoto abusu, locorum
Ordinarios uti posse facúltate eadem
sibi concessa, quoties in sua conscien
tia et chántate existimaverint eam-
dem esse necessariam vel fidelibusve-
hementer utilem.»
N o es fácil calcular cuándo se ve-
rifica aquella cláusula que, en el caso
de no iterar la Misa, «mandato au-
diendi Missam plures non satisface-
rent.» ¿Qué se entiende por aquel pia-
res? E s t o es: ¿qué número de fieles se
necesita que queden sin Misa para
que pueda repetirse el sacrificio? No
puede darse una regla fija, como apa-
recerá por los diferentes decretos de
la Sagrada Congregación que han re-
caído sobre esta materia. V o y á co-
piar del tomo 6, Acta Sandez Sedis,
pág. 557, núm. 13, donde hablando
del plures non satisfacerent Ecclesia
mandato, dicen así: «Ejusmodi ta-
men generalis norma dubium non au-
fert de numero iterationi necessario.
í d e m repetí potest de quodam negati-
vo responso S. Inquisitionis anno
1688 dato quibusdam missionariis
capuccinis in Grascia. H ¡ qusesiverant:
Utrum missionarius sacerdos, solus
in loco degens, duas Missas diebus
dominicis et festivis pro quindecim
seu viginti personis, quas, legitime im-
peditas, primas Missas adesse non va-
luerunt, celebrare possit?» E t Supre-
ma S. Inquisitio, die 28 Januarii ejus-
DE L A EUCARISTÍA. 301
dem anni, decrevit: Non licere. Si que pone la Revista Acta Sandez Sedis,
itaque numerus viginti fidelium haud t. 6, pág. 563. E l Viceprefecto de la
satis existimatur ut Missa iteretur, misión de T r í p o l i hizo á la Sagrada
ulterius quasri potest, quinam sit m i - Congregación la pregunta siguiente:
nimus numerus, qui sufficiat. «Cuinam numero servorum aut libero-
«Sed circa ejusmodi dubium, quem- rum posset prascise celebrare Missam
admodum circa ea quas distantiam secundam,quum interdum daretur ca-
respiciunt, Sacra Congregatio in more sus, ut in balneo extra Tripolim pras-
habuit, resolvenda hsec esse prudenti sentes sacrificio non adessent plures
Ordinariorum missionum arbitrio, a quam decem aut duodecim servi...; et
quibus facultas pendet; ipsi enim in an in presbyterorum carentia pro illis
locis in quibus sunt, recte asstimare solis posset celebrari secunda Missa
possunt concurrentes circumstantias diebus festis? A t quin obstaret resolu-
in singulis casibus. E t sane usque ab tio eodem anno data a Sacra Congre-
anno 1688 Prasfectus missionis T u - gatione Inquisitionis, ut notatum est
neti in Mauritania generatim postu- superius , Sacra Congregatio Fidei
labat ut declararetur, qualis esse nu- Propagandas prasposita die 5 . O c t o - a
merus fidelium deberet qui Missa pri- bris respondit: Relinquatur charitati et
varentur, ut Missa iterari posset; et conscientice P. V. Preefecti. Ñeque mi-
Sacra Congregatio Generalis Fidei rum esse debet si hasc Sacra Congre-
Propagandas die 16 Novembris res- gatio benigniori interpretationi indul-
pondit: Relinquatur charitati et con- sit (1); agebatur enim de servís, qui
scieniice PatrisPreefecti. S i m i l i t e r E p i s - ob hanc suam conditionem peculiarem
copus S. L u d o v i c i in Statibus A m e r i - indulgentiam merebantur, quum uni-
cas fosdere junctis annoi828, expósito cum fortasse solatium eis esset S. Sa-
suo aliorumque Episcoporum timore crificium. Aliud ejusmodi argumen-
propriam conscientiam gravandi ob tum, ratione circumstantiarum ha-
formularum clausulas , postulavit: bita, anno 1860 suppeditavit S. I n -
«Utrum quoties triginta aut quinqua- quisitio; namque licet die 20 Junii
ginta fideles periculo exponuntur Mis- responderet Vicario Apostólico cujus-
sam de prascepto non audire, bis cele- dam regni Sinis adjacentis «deside-
brare v a l e a n t ? » jussu L e o n i s X I I , rium neophytorum bis aut ter in anno
litteris datis die 13 Martii, rescriptum sanctissimam Eucharistiam sumere
est: « O m n e m te anxietatem animi volentium per se non esse urgentissi-
deponere deberé, et quin commovearis mam causam in casu de quo agitur;»
verborum rigore , Se ( S a n c t i t a t e m id est, iterandi Missam juxta faculta-
Suam) conscientias ac prudentias tuas tem, attamen subjunxit: « S e d , pensa-
committere, ut judices, quibus in tis ómnibus locorum et personarum
casibus, ratione habita adjunctorum circumstantiis, relinquendum arbi-
dicecesis tuas graves adesse causas trio R. P . D . Vicarii Apostolici.» E x
censendas sint, facultatem, de qua quibus eruitur eas causas, quas per se
sermo est, sacerdotibus impertiendi. atque proinde multis in locis graves
Ubi vero has causas graves secundum non sint, graves evadere posse in alus
conscientiam prudentiamque tuam ar-
bitratus fueris, Sanctitas Sua posse te
absque ulla dubitatione ea facúltate ( 1 ) E n la a n t e r i o r d e c l a r a c i ó n , c o m o
uti benigne declaravit.» h e m o s v i s t o , n o b a s t a b a q u e veinte p e r s o -
_ Como no se había descendido á se- nas q u e d a s e n sin Misa para p o d e r d e c i r
ñalar el número de personas que ha- o t r a ; p e r o e n esta ú l t i m a d e c l a r a c i ó n se
a u t o r i z a b a al P r e f e c t o de la m i s i ó n para
bían de quedarse sin Misa para que
q u e , si lo c r e í a c o n v e n i e n t e , pudiese d e c i r
e
sta se pudiese iterar, v o y á copiar lo dos Misas, para evitar q u e die$ ó doce e s -
c l a v o s se q u e d a s e n sin o i r í a .
302 LIBRO VI. TRATADO IV. DE L A EUCARISTÍA. 3°3
locis ob circumstantias, quae casum q. 48, dub. 1 9 , itemque de alus casi- En 2 de Septiembre de ic>4i la S a - dammodo non suppressum.» Hasta
concomitentur.» bus, in quibus vel ob locorum distan- grada Congregación de Ritos, y en 23 aquí el muy docto Avanzini.
E n cuanto á la distancia que debe tiam, vel ob paucitatem sacerdotum, de Enero de 1847 la Sagrada C o n g r e - H e querido referir este caso parti-
haber entre dos parroquias, ó dos pue- aut hfflreticorum aut infidelium perse- gación del Concilio, respondieron ne- cular de Francia, porque pudiera muy
blos de una misma parroquia, para quutionem, ne fideles Missa careant, gativamente á las preces de dos Obis- bien suceder que en otra parte se r e -
que se pueda repetir la Misa, tampoco opus est a sacerdotibus duas Missas pos franceses, que solicitaban la g r a - pitiesen tal vez las mismas circuns-
se puede dar regla fija; porque esto celebrari.» D e modo que los Prefectos cia de que el párroco pudiese celebrar tancias respecto de las fiestas supri-
depende mucho de la variedad de los de las misiones, Obispos, en orden á dos Misas en algunas fiestas suprimi- midas, por la devoción especialísima
climas, del r i g o r ' d e las estaciones, dar facultad para iterar la Misa, tienen das muy concurridas en sus diócesis. que un pueblo tuviese á algún Santo
aspereza de los caminos, y aun hay respecto de sus subordinados las fa- De la doctrina expuesta en el pá- ó advocación de un misterio, y que
que atender mucho á la religiosidad y cultades ordinarias de todos los Obis- rrafo anterior hay que hacer una ex- el párroco no pudiese, sin repetir la
costumbres de los habitantes; porque pos de la Iglesia católica, y además cepción, que refiere Avanzini en el Misa, celebrar en el santuario, en
citado tomo 6 de Acta ex his excerpía, cuyo caso el Diocesano podría recu-
no sería prudente inquietar á un pue- las particulares que concede la Sa-
pág. 567, que literalmente dice así: rrir á la Sagrada Congregación de
blo que por tradición y costumbre no grada Congregación competente á los
«Plures dies festi in Galliis anno 1802 Ritos.
asistiese á Misa cuando no se cele- Vicarios apostólicos ó Prefectos de las
brase en la población, por estar per- misiones. per cardinalem Caprara fuerunt sup- 1943. E n cuanto á la obligación
suadidos sus moradores de que, aten- H e aquí el corolario que dedujo pressi, ita ut fideles his diebus non de los párrocos de aplicar la Misa pro
didas todas las circunstancias, no les Avanzini de los decretos que se habían teneantur audire Missam. ínter ejus- populo en las fiestas suprimidas, hubo
obligaba, por más que en rigor de dado sobre esta materia (tomo 6, Acta modi festos dies suppressos recense- en España una acalorada cuestión
derecho pareciese que estaban obliga- ex his excerpta, pág. 567): «Quare, tur festum Circumcisionis D o m i n i , sobre este punto. Vistas las declara-
quod congruit cum civili festo. Epis- ciones novísimas de Su Santidad y
dos, si se temiese con fundamento que quum Ordinarii missionum habsant
copus Argentinensis videns ejusmodi los decretos de la Sagrada Congrega-
ninguna utilidad se sacaría de inquie- facultatem a S. Sede delegatam ite-
civile festum aequiparari Ecclesiae fes- ción de 14 de Junio de 1844, de 27
tarlos. randi, vel iterari faciendi Missam suis
to, ita ut grave scandalum oriretur, si de Septiembre de 1847 y de 18 de
1941. Además de las facultades, missionariis, perejusmodi facultatem
populus ea die Missam audire non Febrero de 1865, los párrocos deben
de que aquí se ha hablado, para iterar intelligi non posse coercitum id quod
posset, Sacras Congregationi hoc d u - indudablemente aplicar la Misa pro po-
la Misa, cuyo conocimiento y juicio ipsis jurecommuni j a m sitconcessum:
bium proposuit: « U t r u m rectores ani- pulo en las fiestas suprimidas. Algu-
pertenece á los Obispos por derecho sed per eam, id quod jure communi
marum et ceteri sacerdotes, quibus nos Prelados de España han obtenido
canónico ordinario, se conceden otras sit ómnibus Ordinariis concessum, ad
Episcopus Argentinensis concessit de Su Santidad licencia ad tempus
á los misioneros, que podemos llamar alios quoque casus protendi.»
facultatem diebus dominicis et festi- para que puedan los párrocos recibir
y son extraordinarias, á las cuales en 1942. P. E n las fiestas suprimi-
vis de praecepto duas Missas celebran estipendio por la Misa en las fiestas
nada perjudica cualquier restricción das por la Silla Apostólica, en las cua-
di in dissitis l o c i s , hac facúltate suprimidas, atendida la presente p o -
que se haya hecho á los Obispos res- les el pueblo no tiene obligación de (ordinaria) uti possent in festo Cir- breza del clero.
pecto de las facultades ordinarias; y oir Misa, ¿podrá el encargado de una cumcisionis? E t quatenus negativum
esto es muy justo, porque los m i - parroquia iterar la Misa? En todas las concesiones canónicas
edatur responsum, supplicat ex gratia
sioneros, especialmente en tierra de R. N o puede. H e aquí las palabras que autorizan á los Obispos para que
speciali ut praedicto festo hoc idem
gentiles en que ocurren casos urgen- literales, según se leen en la obra Ack puedan dar facultad á los sacerdotes
faceré possint, quod diebus dominicis
tísimos , son acreedores á toda la Sánela Sedis ( t o m o 6, pág. 548): subditos suyos para celebrar más d e
et festis de prascepto faciunt.» Sacra
benignidad de la Iglesia respecto á N o n potest iterari Missa diebus una Misa en un mismo día, se prohi-
Congregatio, precibus discussis, res-
dispensas. Así es que Benedicto X I V , festivis suppressis , quibus populus be que bajo ningún pretexto puedan
pondit: Pro gratia ad quinquennium,
en su célebre obra De Missa sacrificio, Missam audire non tenetur, quemad- recibir limosna por la iteración de la
Jacio verbo cían Sanctissimo . Sane
libro 3, cap. 5, núm. 4, después de modum monuit Sacra Congregatio, Misa. Por más instancias que h i c i e -
quamvis causa sufficiens non sit ad
ron los Obispos, y por más razones
poner algunos casos en que el Obispo anno 1837, his verbis: Re mature Missam iterandam sola ratio festi
que alegaron, exponiendo las moles-
por derecho ordinario puede autorizar perpensa, ex ipsius formulas verbis suppressi, ut in Instructione animad-
tias, incomodidades y á veces gastos
par^ decir más de una Misa, añade: satis clare patuit non posse facultates vertitur, potest tamen esse causa,
que se ocasionaban á los párrocos ó
« Ñ e q u e tamen quidquam prasjudica- ad abrogatas festivitates extendí. Cum si populus festum, licet ex decreto
sacerdotes que celebraban la segunda
tum volumus de alus casibus qui ac- enim in memorata formula declaretur, suppressum, consideraret tamquam
Misa, los Papas y las Sagradas Con-
cidunt in missionibus, quibus consul- facultatem valere, si necessitas urgeat; Ecclesias festum, ita ut scandalum
gregaciones siempre se mantuvieron
tum est concedendo missionariis fa- sequitur, ex eo unice titulo quod diss grave oriretur, si ea die se Missa des-
firmes en sostener la prohibición de
cultatem plures celebrandi Missas illi festi olim fuerint, non posse Mis- titutum v i i e r e t . Esset enim festum
recibir limosna por la segunda Misa,
eodem die,ut videre est apud Verricel- sam bis ab eodem sacerdote cele- jure suppressum, facto autem quo-
| para evitar toda sospecha de avaricia
lium, De apostolicis Missionibus, lib. 4, brari.»
 DE LA EUCARISTÍA. 305
304 LIBRO VI. . 'RATADO
r
IV.
numerosioris indixerit, et ea fidelium quias ó pueblos, cree que también se
é interés en el clero. N o obstante, la 1944. P. ¿Cuántas Misas puede
multitudo convenerit, quam recipere pueden decir tres, «quando sacerdos
Sagrada Congregación del Concilio, celebrar un sacerdote en un día si,
basílica simul una non possit, sacri- habet duas vel tres parochias inter se
preguntada en 23 de Marzo de 1861 por ejemplo, estuviese encargado de
ficii oblatio indubitanter iteretur, ne valde dissitas, et non potest habere
del modo siguiente: « U t r u m parochi, cuatro parroquias, y cada una de ellas
his tantum admissis ad hanc devo- coadjutorem, nec omnis'populus po-
qui pro necessitate circumstantiarum exigiese que se celebrase Misa en ella
tionem, qui primi advenerint, videan test in una ecclesia convenire; tune
diebus dominicis et festis sive in para que no se quedasen muchos sin
tur hi, qui postmodum confluxerint, enim poterit in eadem die in qualibet
ecclesia parochiali, sive filiali dissita Misa, ó cuando, aunque no tuviese
non recepti; cum plenum pietatis ac sua p a r o c h i a , ut quilibet populus
bis celebrant, tradita simul doctrina más que una parroquia, tuviese cua-
rationis sit, ut quoties basilicam, in possit prascepto de audiendo sacro sa-
christiana, pro peculiari labore et in- tro ó cinco pueblos sumamente dis-
qua agitur, prassentia novas plebis tisfacere.» Se ve, pues, que Ferraris
dustria certum salarium annuum a tantes de la parroquia, y además su-
impleverit (nótese bien) toties sacrifi- admite que, concurriendo las debidas
parochianis oblatum percibere va- mamente distantes entre sí, de modo
cium subsequens offeratur. Necesse circunstancias, puede un sacerdote
l e a n t ? » — Sacra Congregatio respon- que, no celebrándose tres ó cuatro
est autem ut quaadam pars populi sua celebrar tres Misas en un día. Avan -
dit: «Posse permitti prudenti arbitrio Misas por un mismo sacerdote (por ser
devotione privetur, si unius tantum zini admite hasta cuatro. Y o puedo
Episcopi aliquam remunerationem in- imposible moralmente buscar otro),
Missas more servato, sacrificium offe- decir con verdad que estuve en un
tuitu laboris et incommodi, exclusa habían de quedar muchos fieles sin
rre non possint nisi qui prima diei pueblo distante ocho leguas de la
qualibet eleemosyna pro applicatione cumplir con el precepto de la Misa?
ciudad de Méjico ( A y o t l a ) , cuyo pá-
Miss £6. i) ¿Podría en este caso el Diocesano parte convenerint. Studiose ergo di-
rroco celebraba cinco Misas todos los
autorizar al encargado de la parroquia lectionem tuam et familiariter admo-
Además, voy á copiar una resolu- días de fiesta en cinco pueblos separa-
para celebrar tres ó cuatro Misas en nemus, ut quod nostras consuetudini
ción aprobada por P í o I X , por la cual dos de la parroquia.
un mismo día? ex forma paternas traditionis insedit,
se concedió, atendidas las circuns-
tua quoque cura non negligat, etc.» Y o no sé si tienen algún privilegio
tancias particulares de algunas mi- R. Avanzini, en el tomo 6 de Acia
En las anteriores palabras aparece pontificio en A m é r i c a , ó si los Obis-
siones, que los Prelados ordinarios de ex his excerpta, pág. 568, en una nota,
que los párrocos, en virtud de las fa- pos se creen autorizados por el dere-
las mismas pudiesen autorizar á los después de hablar de los casos ex-
cultades ordinarias concedidas por el cho común para dar facultad á los
sacerdotes, sus subditos, para recibir traordinarios en que se concede cele-
derecho común, pueden celebrar más párrocos para que celebren tantas
limosna por la segunda Misa. H e aquí brar más de una Misa, desciende á
de dos veces en un día, si las necesi- Misas en un mismo día, teniendo pre-
las palabras literales de la Sagrada los casos ordinarios en que los Obis-
dades de los pueblos así lo exigen, y sente que los indios son tan perezosos
Congregación del Concilio, insertas pos por derecho común pueden auto-
expresamente lo había dicho San L e ó n é indolentes, que muchos, muchísimos
en el tomo 6 de Acta ex his excerpta, rizar para celebrar más de una Misa.
Magno, hablando de la disciplina de de ellos no se moverían yendo á otra
pág. 552: « E x praxi generali presby- H e aquí las palabras del docto Avan-
la Iglesia romana en su carta á Diós- iglesia para oir Misa, si no la tuvieran
teris non concedí eleemosynam reci- zini: «Ordinarii autem casus, in qui-
coro, obispo de Alejandría: «Sacrífi- en su pueblo.
pere pro secunda Missa, etiamsi de bus opus non est facúltate apostólica,
illis agatur, qui, parochiali muñere dúo solent esse: i . ° Quando unus cii oblatio indubitanter iteretur, etc., Cuando el párroco tiene dos parro-
instructi, ideo stipendium pro prima presbyter prassideat plunbus populis, cum plenum pietatis ac rationis sit, quias y celebra en un mismo día en
Missa nequeunt obtinere, quod eam quo in casu toties repetí Missa debet, ut quoties basilicam, in qua agitur, las dos, debe aplicar las dos Misas
pro populo applicare teneantur, ut quot sunt populi; unde si sint tres prassentia novas plebis impleverit, to- por cada una de las dos parroquias
notificatum est per litteras circulares vel quatuor, ter vel quater idem pres- ties sacrificium subsequens offeratur;» respectivas en que celebra; pero cuan -
Sacras Congregationis Fidei Propa- byter iterare Missam debet. 2. ídem 0
sobre cuyas palabras dice el docto do en una sola parroquia tiene que
gandas Praspositas, die 15 Octobris dicendum, si templum adeo sit an- Avanzini: « I n hac epístola S. L e o est celebrar más de una Misa en distin-
1863, Ordinariis missionum, dubium gustum, ut omnem populum nonnisi tantum sollicitus de Missas iteratione tos pueblos, por estar muy distants
o m n e ac quilibet obtentus iterandi repetita vice continere possit. De qua in expositis rerum adjunctis, nulla entre sí, tan sólo tiene que aplicar
Missam intuitu stipendii sublatus est. re prasclarissima est epístola S. Leo- facta distinctione, sive per unum, una Misa pro populo; pero no podrá
H a b i t a tamen ratione circumstantia- nis Magni ad Dioscorum, episcopum sive per plures presbyteros successive llevar limosna por la Misa ó Misas
rum quarumdam missionum, Sanctis- Alexandrinum, de disciplinas confor- facienda sit; atque ea prassertim de que aplique después de la primera, si
simus Pater dignatus est auctorita- mitate servanda inter romanam et causa, quod plenum sit pietatis et ra bien podrá recibir del pueblo algún
tem faceré, ut constat ex dictis litte- alexandrinam E c c l e s i a m . » obsequio ó emolumento, ratione labo-
tionis.ii
ris circularibus, earum Ordinariis ad ris, del modo que se ha dicho ya.
He aquí las palabras de este santo Ferraris (en su Biblioteca, palabra
permittendum ut, justa et gravi causa Missce sacrificium, art. 5, núm. 19) C o m o cuando el sacerdote dice mis
Pontífice y gran Padre de la Iglesia:
intercedente, sacerdotes sibi subditi dice que, supuesta la reunión de las de una Misa no puede tomar las ablu-
« U t autem in ómnibus observantia
etiam pro secunda Missa in eadem circunstancias que se exigen para que ciones hasta la última (por no perder
nostra concordet, illud quoque volu-
die c.elebranda stipendium percipere un sacerdote pueda en un mismo día el ayuno natural), y por más que el
mus custodiri , ut cum solemnior
possint ac valeant.» celebrar dos Misas en distintas parro- celebrante apure la sunción del cáliz,
, quasque festivitas conventum popuh
TOMO II. 20
306 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 307

siempre quedan pegadas en el fondo
de él algunas reliquias del sanguis, la
costumbre antigua era que el cele-
brante le cubría con la patena y el
paño, ligándole después con una cin-
ta, llevándole así con decencia para
celebrar con él en otra iglesia. P e r o
en I I de Marzo de 1858 la Sagrada
Congregación de R i t o s dio un decre-
to, que autoriza para usar de dos
cálices, purificando antes el primero
en que se celebra.
L a purificación se hará del modo
siguiente:
i.° Se sumirá bien el sanguis, se
cubrirá el cáliz con la palia, y d e s -
pués de decir con las manos juntas
Quod ore sumpsimus, etc., se purificará
dan celebrar la Misa veinte minutos
antes de la aurora, y otros tantos des-
pués de las doce del día; esto mismo
lo confirmó Clemente X I I en 12 de
Febrero de 1732, por su constitución
Román. Pontif. (Véase á Benedic-
to X I V , Notif. 1 3 , números 3 y 4.)
L o s privilegios que antes tenían los
regulares en esta materia fueron abo-
idos por el Tridentino (ses. 22, in
decr. de observ.); y aunque después los
revalidó Gregorio X I I I , los revocó
últimamente Clemente X I I , en 2 de
Marzo de 1 7 3 7 , como puede verse en
Ferraris, tomo 6, Missa Sacrificium,
art. 5, núm. 7, donde pone la carta
de dicho Papa dirigida al arzobispo
de Bolonia; y la transcribe también
1947. P- ¿Qué causas se n e c e - nable de anticipar la Misa, á fin de
sitan para celebrar lícitamente antes que los artesanos, labradores, jorna-
ó después del tiempo permitido? leros, pastores, sirvientes, etc., pue-
R. E l erudito Herdt (Sacra litur- dan oir Misa sin faltar á sus obliga-
gia praxis, núm. 150, V ) pone esta ciones.
prudente regla general: « A d Missam 6.° Cuando el Obispo, con causa-
pauco tempore anticipandam vel d i f - razonable, dispensa en algún caso
ferendam quaílibet rationabilis causa particular para que se anticipe ó di-
sufficere potest; pro notabili autem fiera la celebración de la Misa, en cu-
tempore gravis requiritur causa, et yo caso puede también dispensarse a
quo major est anticipatio aut dilatio, sí mismo (la razón es, porque no es
eo urgentior debet esse causa, ut ex- acto de jurisdicción contenciosa). D i -
cuset. Communiter allegantur sequen- ce el Santo que también pueden los
tes causas,) etc. superiores regulares dispensar con los
1948. P. ¿Qué causas se repu- religiosos subditos suyos sin necesi-
tan graves para adelantar ó posponer tar de privilegio; y la razón que da es
notablemente la Misa? porque sunt eorum ordinarii.
R. C o m o la opinión de San L i g o - 7 . Pueden anticipar ó posponer0

los dedos y terminará la Misa.
2.° A continuación sumirá otra
v e z el cáliz , aplicando los labios á la
misma parte por donde hizo la pri-
mera sunción: echará agua en el cá-
liz en cantidad suficiente, y la m e -
neará para que quede bien purificado.
Después, por la misma parte por don-
de hizo la sunción del sanguis, verterá
el agua en un vaso, limpiando des-
pués el cáliz con un purificador, y
echará el agua en la piscina, ó la
conservará en el mismo vaso para
consumirla en la primera ablución de
la Misa que se celebre allí al día si-
Benedicto X I V en su Notificación ó
Institución 1 .
a un todo á lo que dice el Santo en el personas que han obtenido algún res-
1946. P. ¿Cómo peca el sacer-
dote que celebra la Misa más de veinte
minutos antes de la aurora, ó más de
veinte minutos después del mediodía?
R. Si lo hace sin causa racional,
pecará venialmente, si falta en mate-
ria leve; y mortalmente, si falta en
materia grave. E l Sr. Diez (trat. V I ,
cap. 7, Del sacrificio de la Misa) no se
expresa con exactitud cuando dice:
«Decirla un cuarto de hora antes de
la aurora, ó después del mediodía, no
será pecado g r a v e ; y con causa razo-
rio es tan autorizada, me adhiero en notablemente la hora de celebrar las
lib. 6, números 343 y 344, siguiendo cripto ó privilegio pontificio; pero
á graves autores. Dice así: cuando el rescripto expresa que se
i.° Cuando es necesario para dar presente previamente al Ordinario, no
el Viático á un moribundo, se puede se puede usar de él hasta después de
celebrar la Misa tan luego como da el haber llenado esta cláusula.
reloj las doce de la noche. 8.° Supuesto que estos casos se
2. Cuando se termina la Misa
0 fundan en la prudente apreciación de
solemne de una festividad una hora los hombres doctos, lo mismo se ha
ó más después de mediodía (si solem- de decir cuando ocurren razones se-
nis protrah.itur ad horam et amplius mejantes. Si se temiese la irrupción
post meridiem), se puede decir después de enemigos en un pueblo, ó en tiem-
una Misa rezada. po de persecución, ó porque un ejér-
3. Si hubiese de quedar sin Misa cito va á dar una batalla en la ma-
0

nable, ni aun venial.» Para decir Misa
guiente.
un cuarto de hora ( y aun veinte minu-
CAPÍTULO III tos) antes de la aurora, ó después del
mediodía, no se necesita hoy causa
una gran parte del pueblo, se podría drugada, ó la ha terminado después
decir Misa dos horas después del m e - de mediodía, parece claro que en to-
diodía. dos estos casos se puede anticipar ó
4. Cuando hay precisión de via- posponer la Misa una hora ó más
0

jar; por el entierro de un persona- para cumplir el precepto.

DE L A HORA E N QUE SE P U E D E C E L E alguna; porque, como queda dicho,
B R A R , Y D E L T I E M P O Q U E S E H A D E está concedido á todos los sacerdotes je (1); por causa de un sermón; por 1949. P. ¿Qué se entiende pol-
E M P L E A R E N L A C E L E B R A C I Ó N D E L A por la Silla Apostólica. una pública rogativa; cuando el Obis- la aurora?
MISA. Acerca del tiempo que constituye po confiere órdenes. E n estos casos R. « T e m p u s quod est médium in-
materia grave, me parece segura la puede anticiparse ó posponerse la ce- ter tenebras et ortum solis, seu inter
1945. P. ¿A qué hora se puede opinión de San Antonino, Silvio, Vi- lebración de la Misa una hora. noctem et d i e m , » dice Herdt. Se lla-
celebrar la Misa? va, los Salmaticenses, Clericato, Gury 5. 0
Cuando hay costumbre r a z o - ma también el alba, ó que comienza
R. L a rúbrica del Misal ( t í t . 15) y San L i g o r i o , que en el lib. 6 , á rayar el alba. Se deriva de áurea
hora, esto es, de aquella luz sonrosa-
dice así: «Missa privata saltem post núm. 346, dice así: «Communius et (i) S a n L i g o r i o usa de la p a l a b r a mag-
da que aparece al comenzar á disipar-
matutinum et laudes, quacumque ho probabilius alii censent non esse ma- natis, q u e , s e g ú n el D i c c i o n a r i o d e M o -
rante y M i g u e l , e q u i v a l e á optimatis; y. se las tinieblas de la noche.
ra ab aurora usque ad meridiem dici teriam g r a v e m , nisi incipiatur Missa
según e s t o s e r u d i t í s i m o s l a t i n o s , s i g n i f i c a E l tiempo de la aurora es muy di-
potest;» pero Benedicto X I I I conce hora ante auroram, vel hora post me- los principales, los grandes, la gente más
dio á todos los sacerdotes seculares y ridiem;» se entiende, si se hace sin ferente, según son varios los tiempos
visible de un Estado por su nobleza y em-
regulares que, sin causa alguna, pue causa racional. pleos. • y los climas. H a y una gran equivoca-
3 o8 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA E UC A R I S T Í A . ' 309

ción en fijar tiempo determinado para (lib. 6, núm. 346) y otros, dicen que ción, el Santo dice que es venial, y Notificaciones, y en la Institución 34,
todos los meses y para todos los paí- los que tienen privilegio de celebrar da dos razones: i . «Quia nidia adest
a párrafo 6, dice que en la celebración
ses, aun para los que se hallan en una hora ante auroram ó post meridiem, connexio inter Officium et Missam, ac de la Misa se puede considerar el
una misma zona. Ferraris, hablando se entiende una hcra y veinte minu- ideo recitatio matutini non videtur tiempo intrínseco que se debe e m -
de Italia, dice que la aurora «pro d i - tos ante auroram, y una hora y veinte necessaria dispositio ad celebrandum; plear, ó el tiempo extrínseco. E l tiem-
versitate mensium diverso tempore minutos post meridiem, y que los vein- cum sacerdos aliter orando possit po intrínseco es el que se debe gastar
praacedit solem, in Martio circa aequi- te minutos concedidos á todos los etiam se disponere. 2. T u m quia hu-
a en la recta y entera pronunciación de las
noctium praacedit solem per horam sacerdotes no deben entrar en cuenta jusmodi gravis obligatio nec exprimi- palabras, en la ejecución de los signos,
cum quadrante; in Junio circa solsti- para la hora del privilegio. L a razón tur in rubrica, nec communiter sub bendiciones y demás cosas que pres-
tium praecedit solem per duas circi- es, dice San L i g o r i o , quia alioquin pri- gravi est recepta.» ( N ú m . 347.) Cuan- criben las rúbricas, todo lo cual debe
ter horas cum quadrante; in Februa- vilegium parum prodesset. Gury (t. 2, do una rúbrica obliga tan sólo sub lev i, hacerse con atención, gravedad y de-
rio et Septembri per horam et m e - número 381) dice que esta opinión si no hay desprecio formal, aunque cencia; y q u e , según la opinión c o -
diam; in alus mensibus, aliquando es común; y lo mismo dice Scavini se omita habitualmente, no hay pecado mún, no debe durar menos de veinte
per duas horas, vel per unam cum (tract. I X , disp. 4 . , part. 2 . , capí-
a a
mortal; si hubiese desprecio formal, minutos. E n cuanto al tiempo extrín-
tribus quadrantibus.» ( T o m o i , verbo tulo 1, art. 1, queer. 1). Así se obser- bastaría omitirla una sola vez. H e seco, esto es, el que se deja á la de-
Aurora, núm. 2.) va en este Colegio de Ocaña, que querido hacer esta advertencia, por- voción y libertad del celebrante, no
L a aurora no se ha de entender fí- tiene este privilegio de celebrar una que habiendo enseñado muchos años debe pasar de media hora, para evitar
sica y rigurosamente: esto no es p o - hora ante auroram. la T e o l o g í a moral de San L i g o r i o , que se fastidie el común de los fieles.
sible muchas veces, sino moral y po- 1951. P. ¿Cómo obliga la rú- he observado que Gury (con la mejor Esta doctrina es la seguida más co-
líticamente, en cuanto á poder cele- brica que ordena que se recen Maiti- buena f e ) , atento á su riguroso laco- múnmentejpero B e n e d i c t o X I V , c o m o
brar la Misa. H e aquí el decreto de nes y Laudes antes de decir Misa? nismo, no siempre cita con exactitud tan sólo era entonces arzobispo de
la Sagrada Congregación de Ritos de al Santo; y más adelante pondré mu- Bolonia, no intentó ni podía imponer
R. H a y o p i n i o n e s , como puede
28 de Septiembre de 1634: « U b i non verse en San L i g o r i o , lib. 6, núm. 347; chos pasajes de Gury (omitiendo otros), precepto á la Iglesia de que los sacer-
est aurora physice, pro licita Missa- pero el Santo, con la opinión comuní- en que se aparta de San L i g o r i o . dotes tardasen veinte minutos en la
rum celebratione attendatur ea mora- sima, dice que aunque se haga sin Misa; su opinión no obliga, si bien es
1952. P. ¿Cómo pecan los pre- respetabilísima y convenientísima, ce-
liter et politice, quando, scilicet, ibi causa alguna, tan sólo es venial; y lados que sin justa causa celebran la
terminan solet quies, et inchoari labor que, si hay cualquier causa razona- lebrando según el rito romano, por-
Misa conventual antes de rezar M a i - que según el rito dominicano, la litur-
juxta probatam regionum consuetudi- ble, aunque no sea grave rationabiíis tines?
nem.11 En España no hay dificultad qutzlibet mediocris causa , no habrá gia es m i s breve; si bien conviene que
R. Aunque Sánchez (Consil., l i b . 7, todos empleemos veinte minutos, por
sobre este punto, porque en el calen- culpa alguna; «puta si dans eleemosy-
cap. 2, d. 39) dice que no es mortal, lo menos, en la celebración de la Misa.
dario ó cartilla ó directorio del Oficio nam postulet ut statim celebretur,
pero San L i g o r i o , siguiendo á S o t o ,
divino se pone el tiempo fijo en que si expectet populus aut aliqua perso- 1954. P. ¿Cuándo se dirá que
Navarro, Suárez, los Salmaticenses,
se puede celebrar la Misa, teniendo na gravis, si superior piaacipiat, tem- peca mortalmente el sacerdote, si ce-
Benedicto X I V (Desacrif. Missez,\\b. 3,
ya en cuenta los veinte minutos ante pus celebrandi transeat, vel instet lebra en muy poco tiempo?
cap. 13), Palao, Bonacina y la sen-
auroram concedidos por B e n e d i c - commoditas studii, itineris, et simi-
tencia común, tiene por cosa cierta R. i . ° E s indudable lo que dice
to X I I I E n los países que están en lia.I) ( N ú m . 347.) L o mismo dice
(verius) que es pecado mortal, á no San L i g o r i o , lib. 6, núm. 400, «sicut
la zona tórrida, el tiempo de la aurora Benedicto X I V en su inmortal obra
intervenir una causa g r a v e , y además qui omittit caeremonias in materia
dura menos que en los de Europa, De sacrificio Missa, lib. 3, cap. 13.
pública, que evite el escándalo. « R a - levi non excusatur a levi culpa, ita
que están en la zona templada, y en
Gury (editio hispana, tomo 2, nú- tio, quia talis est consuetudo recepta qui in materia gravi a gravi culpa non
ambas zonas dura más ó menos, se-
mero 383) dice que «probabilius est in ómnibus ecelesiis, ubi preces pu- excusabitur.11 L a razón es porque, como
gún están los pueblos más ó menos
peccatum veniale tantum, quia non blica; dicuntur; ita ut aliter a g e n d o , dice el Santo, «ex bulla Sancti Pii V
remotos de la línea equinoccial.
videtur deordinatio gravis in tali omis- graviter laaderetur publicus Dei cul- praacipitur districie in virtute sanctes obe-
1950. P. L a s personas que tie- s i o n e , nisi ex contemptu, et habitúa- tus, bonum c o m m u n e , et conveniens dientiez, juxta ritum, modum et nor-
nen privilegio de celebrar la Misa una littr absque justa causa fiat. Causa régimen Ecclesia?, praeter scandalum mano, in Missali prezscribtam Missam
hora ante auroram, ¿pueden celebrarla autem quaslibet mediocris ab omni populi,» dice el Santo en el libro 6, decantari ac l e g i . » Esta bula está
una hora antes de la aurora física- peccato excusat. Ita Sanctus Ligorius núm. 348. transcrita al principio del Misal R o -
mente, ó una hora antes del tiempo c o m m u n i t e r . » Gury se equivoca en mano.
1953. P. ¿Cuánto tiempo se debe
en que hoy, por derecho común, pue- atribuir á San L i g o r i o que peca mor- emplear en la celebración de la Misa? 2. San L i g o r i o , al fijar cuándo
0

den celebrar todos los sacerdotes secu- talmente el que, sin causa, diga Misa R. Benedicto X I V , siendo a r z o - peca mortalmente el sacerdote por
lares y regulares? habitualmente antes de rezar Maiti- bispo de B o l o n i a , compuso sus tan celebrar en muy poco tiempo, c o n -
R. S u á r e z , Merati , San L i g o r i o nes: antes bien, sin ninguna restric- justamente celebradas Instituciones ó cluye así: « H i n c dicimus difficulterpos-
 LIBRO VI. TRATADO
3io
se excusari a mortali sacerdotem, qui
infra quadrantcm Missam absolveret,
etiamsi Missa sit ex brevioribus, vel
de S. Maria in sabbato; quia in tam
brevi spatio necessario committere
debet dúos graves defectus: alterum
gravis irreverentiae erga Sacramen-
tum, alterum gravis scandali erga po-
pulum... V e r u m , licet detur aliquis
ita lingua et motu expeditus, ut infra
tale tempus satisfaceret ómnibus Mis-
salis veibis et casremoniis; attamen
saltem est moraliter impossibüe quod
iste celebret quin notabiliter detrahat
ex una parte reverenda? ab eo pras-
standae erga sacrificium, et ex alia quin
ipse sit causa, ut populus assistens
non deficiat in veneratione quae eidem
sacrificio dtbetur.»
Esta doctrina de San L i g o r i o es
muy razonable, y comunmente reci-
bida; esto es, que es difícil excusar
de pecado mortal al sacerdote que
dice la Misa en menos de un cuarto
de hora {infra quadraniem). Scavini
dice: « R e g u l a generalis est, Missam
nec longiorem esse deberé media
hora, neadstantes taedio afficiantur...,
nec breviorem quarta hora? parte.»
(Tract. I X , disp. 4. , part. 2. , cap. 1 ,
a a
art. 2, queer. 1.)
E n vista de esto, cada sacerdote
vea sus cualidades personales, su v e -
locidad en leer, en pronunciar correc-
tamente, su expedición en hacer exac-
tamente los signos, la facilidad y fir-
meza de su imaginación para la
atención y ordenación en su mente de lo
que pronuncia. H a y sacerdotes que
leen mal, tardos en la pronunciación,
torpes para la ejecución y de una
imaginación parada. L o s hay que se
duermen seis minutos en los memen-
tos, etc. Esto es contra rúbrica, que
manda hacerlos brevemente: brevi
mora: se hacen antes, y en la Misa se
refiere á ellos. D e aquí proviene que
algunos sacerdotes en veinte minutos
dicen Misa con más exactitud y edifi-
cación que otros en media hora. L a
Misa según el rito dominicano se ce-
IV.
lebra en dos ó tres minutos menos
que según el rito romano.
L o que hay que reprender severa-
mente es la manera verdaderamente
criminal y escandalosa de celebrar de
algunos sacerdotes, de lo cual se la-
mentan Belarmino, Bona, Benedic-
to X I V , San L i g o r i o y otros doctores.
Hablando de ellos Cóncina, dice asi:
« H i enim ut mimi et comcedi potius
quam Dei minuto i habendi sunt. L e c -
tionem sacrorum verborum demptione
syllabarum, crucis sanetse signa tanta
deformitate conficiunt, et ceteras c e r e -
monias ita profanant, et deturpant, ut
animas indevotionem, ne dicam pra-
vitatem, satis evidenter patefaciant.
Deo isti relinquendi sunt, vix enim
verbis instruí possunt. Sacrificii ac-
tio est omnium pi asstantissima: ergo
studio summo et diligentia máxima
exercenda.» ( T o m o 8, lib. 3, De sa-
crif. Miss., diss. 2 . , cap. 10, núme-
a
ro 12.) (Véase á Benedicto
Notif. 14, § 6.)
CAPITULO IV
DEL LUGAR EN QUE SE PUEDE
CELEBRAR
ARTÍCULO PRIMERO
1955. P. ¿En qué lugar se puede
celebrar la Misa?
R. E n cualquier iglesia pública
consagrada ó bendita, con tal que no
esté violada, ó execrada, ó entredicha.
(Concil. T r i d e n t . , sess. 22, in decreto
de observandis et vitandis in cele-
brat. Missas.)
Aunque en el día no pueden los
Obispos dar licencia para celebrar en
oratorios privados, pero con su licen-
cia, aprobación del lugar y bendición,
se pueden erigir oratorios públicos,
en los cuales pueden celebrar todos
los sacerdotes seculares y regulares,
lo mismo que en las iglesias, aun en
las fiestas más principales.
DE LA EUCARISTÍA.
L o s Obispos pueden dar licencia tis in aadibus , prasdiis , ac fundís
para celebrar, no sólo en las capillas ad ipsa ccenobia pertinentibus , cum
que se erigen en los pueblos ó en el exemptione ab episcopali visitatione.»
campo, sino también en las casas par- Pero se ha de notar: i . ° Que este
ticulares, con tal que el oratorio t e n - privilegio no es para que tengan altar
ga franca entrada por la vía pública portátil, sino oratorios destinados ex-
(modo oratorium habeatjanuam ad viam clusivamente al culto. 2. Que si bien
0
publicam) , como dice San L i g o r i o no se necesita la licencia del Obispo,
(Homo a post., tomo 3, apend. 3, n ú - pero sí la del Provincial , para que
mero 114), con la opinión común. éste apruebe por sí mismo el oratorio
También son oratorios públicos los y le depute al culto divino, porque con
que los Obispos designan para usos esta condición concedió Gregorio X I I I
sagrados y bendicen en los seminarios, el privilegio: «Ut in oratoriis et capel-
hospitales , cárceles , palacios de los lis, quee Provinciales per se approbave-
Obispos. San Ligorio añade: « í d e m di- rint, et ad divinum dumtaxat cultum
deputaverint.» E s verdad que no se
cunt V i v a , T a m b . , etc., de domo rus-
ticana, quam haberet Episcopus extra necesita la designación y aprobación
dicecesim; adhuc sine licentia O r d i - del Provincial presente ; basta que el
superior local «ex commissione P r o -
narii, et adhuc absenté ipso Episcopo;
vincialis judicet de decentia et idonei-
modo talis domus alteri non locetur;
tate loci, et postea ipsum informet,
idque videtur admitti ab eadem d e -
ut, juxta ipsam informationem, P r o -
claratione Sicras Congregationis apud
vincialis per se approbet et deputet-
Dian.» ( L i b . 6, núm. 357.)
locum in oratorium , quamvis sit ab-
XIV r
También son capillas públicas los 'sens,» como afirman y prueban el
oratorios de los Cardenales , c o m o doctísimo cardenal ü e L u g o (in Res-
dice el Santo, y también Benedic- ponsis Moral., lib. 1, dub. 14), y F e -
to X I V (De sacrificio Missce, lib. 3, | rraris (palabra Oratorium, núm. 79).
cap. 6.) Además, son oratorios públi-
cos los erigidos en los establecimien- 1957. P. ¿Puede el Obispo dar
tos de enseñanza que el derecho de- licencia para que en algunos casos se
signacnn las palabras in conservatoriis. celebre la Misa fuera de la iglesia?
1956. Per último , son oratorios R. E l P. Mach (Tesoro del sacerdo-
públicos los que los regulares erigen te, última edición de Barcelona de
en el interior de sus conventos , cuya 1872, pág. 257) dice así: «Nunca se
concesión les fué hecha (posterior- puede celebrar fuera de las iglesias,
mente á la revocación del Tridentino) por más gentío que haya (27 de A g o s t o
por Gregorio X I I I , según sentencia de 1836). E n caso de necesidad , toca
común, como puede verse en Suárez, al Papa dispensar (Coninch. et alii
Tamburino, y más por extenso en F e - apud Busemb. , tract. X I I I , cap. 3).
rraris (palabra Oratorium, núm. 72 y| Después, hablando allí mismo de los
oratorios privados, dice así: «Después
siguiente), etc.
del Concilio de T r e n t o , bajo ningún
Además , Benedicto X I V , por su
pretexto puede erigirlos el Qbíspo, ni
breve que comienza Exponi Nobis, su
permitir que se diga en ellos Misa, ne
fecha 22 de Enero de 1755, concedió
pro actu quidem transeúnte, estando
á la Orden de los Frailes Predicado-
esta facultad reservada al Sumo P o n -
res el siguiente privilegio , según le
tífice ( i . ° de Febrero de 1847).» Estas
compendia el novísimo Fontana en la
palabras del P. Mach-—nunca—en nin-
palabra De Altari , núm. 9 , que dice
gún caso —.son algún tanto inexac-
asi: «Coenobia nostra gaudent privi-
tas. E l Obispo , en efecto , no puede
legio erigendi altana in publicis sa-
hoy erigir oratorios privados , pero en
cellis, et privatis oratoriis , construc-
 312 LIBRO VI. TRATADO
algunos casos puede indudablemente
dar licencia para que se celebre fuera
de la iglesia:
i.° Según opinión común, cuando
está destruida la iglesia ó amenaza
ruina.
2.° Cuando hay una gran concu-
rrencia en una fiesta solemne , y la
gente no cabe en el templo; Bene-
dicto X I V (De sacrificio Missa, lib. 3,
cap. 6), Suárez , L u g o , San L i g o r i o
( l i b . 6, núm. 356), etc.
3.
0
Cuando es necesario para que
un ejército oiga Misa en los días de
obligación ( L u g o , F a g n a n o , San L i -
gorio y la sentencia comunísima). E n
estos casos y otros semejantes, si la
urgencia no permite acudir al Obispo,
basta la licencia presunta ; pero si el
caso da lugar á pedirle licencia , dice
el Santo que se debe pedir; y lo mis-
mo dicen L u g o , los Salmaticenses, etc.
4. 0
Cuando una nave fondea en el
puerto y la gente no puede saltar á
tierra, «ne navigantes, qui navem de-
serere nequeunt, Missa in die festo
priventur,» dicen L u g o , los S a l m a t i -
IV.
lam seu Oratorium principale?» R e s -
pondió la Sagrada Congregación: «Si
porro ex piarum Communitatum con-
ditione necessaria sit erectio alterius
oratorii ad valetudinarii utilitatem,
pro ejus erectione facultas erit a
Sancta Sede obtinenda. 8 Martii 1879
(5769, Gardtllini).i) Esta resolución
fué confirmada por la S. R . Cong. 23
de Enero de 1899. (Acta S. Sedis,
t. 31. pág. 414. Véase el apénd. 2. ) *0
1958. San L i g o r i o , en el nú-
mero 359 del lib. 6 , examina lata y
eruditamente la siguiente cuestión:
« U t r u m Episcopus in aliquo casa
particulari ob justam causam possit
dispensare, ut extra ecclesiam celebre-
turr» Después de alegar las autorida-
des de Suárez, Barbosa, Escobedo,
L a y m a n , Holzman , los Salmaticen-
ses, Rodríguez, Euart, etc., concluye
diciendo que es doctrina común, que si
bien el Tridentino (sess. 22, decret.
De celebr. Miss.) quitó á los Obispos
la facultad de conceder altar portátil,
«hoc tamen non obstante , communiter
sentiunt doctores hoc intelligendum
DE LA EUCARISTÍA.
causa podía el Obispo dar licencia
para celebrar en una casa privada,
respondió: «Non licere ulli Episcopo
hujusmodi licentías quocumque sub
obtentu concederé, ne quidem pro actu
transeúnte;» pero esta prohibición se
mitigó por otra declaración posterior
de la misma Sagrada Congregación
del Concilio , su fecha 20 de D i c i e m -
bre de 1855, la cual dice que se c o n -
cede á los Obispos la facultad que
expresa San L i g o r i o , si tamen ?nagna
et urgentes adsiut causa, et per modum
actus. Véase al R m o . Lucidi, in opere
De Visitatione Sacrorum Liminum, vo-
lumen 1, pág. 97, núm. 108. Scavi-
ni (edición de 1865 , tomo 3 , núme-
ro 302) trae la misma declaración , si
bien pone la fecha de ella del año
de 1856.
Cuáles sean esas causas magna et
urgentes, toca á los Obispos apreciar-
lo: tal vez habrá quien suplique á la
Sagrada Congregación se digne expli-
car algún tanto su lacónica respuesta.
Yo tan sólo diré:
i.° Que Honorio I I I (lib. 5, De-
3*3
en estos casos. Sed sapientiores dixerint.
L o s príncipes y princesas de sangre
real , cuando están enfermos , tienen
privilegio para que se pueda celebrar
Misa en su cámara. H a y también la
costumbre de celebrar Misa en la sala
donde están expuestos sus cadáveres,
como dice Gousset (tomo 2, núme-
ro 304.)
L o s Obispos pueden celebrar Misa,
ó hacer que otro sacerdote la celebre,
en la casa ó lugar donde se encuen-
tren , aun cuando se hallen fuera de
su diócesis, porque este privilegio que
les concedieron los Papas es personal,
aunque, como dice Gousset , en nin-
gún caso pueden celebrar sin altar
portátil; y si estuviese el Obispo en-
fermo, podría mandar, para su consue-
lo, que se celebrase Misa junto á su
aposento en un altar portátil decente
(decreto de la Sagrada Congregación
de 12 de Marzo de 1836).
Con dispensa pontificia se puede
celebrar en las naves durante la na-
vegación , con tal que: la mar
esté tranquila; 2 . , que la embarca-
0

esse de licentia perpetuo celebrandi ción se halle á larga distancia de la

censes, L a y m a n , San L i g o r i o , etc.;
per modum habitas, juxta facultatem,
porque aunque el cap. Sicut,dist. i. ,
a
cret., tít. 33, cap. 3), hablando de las
costa ; 3 . , que otro sacerdote ó un
facultades que se conceden para cele-
0

quam Episcopi prius habebant ; at diácono tenga seguro el cáliz para que
De consecras ., dice que no es lícito ce-
1
brar , dice que no se han de interpre-
minimeest eis vetitum hujusmodi con- no se derrame. C o m o estas condicio-
lebrar Misa fuera de la iglesia , nisi tar estrictamente, «sed benigna potius
cederé licentiam per modum actus pro nes se impusieron antes de aplicar el
summa coegerit necessitas; pero , como est interpretatio facienda.»
aliquo tempore, si justa adsit causa.» vapor á l a navegación , supongo que
responden los Salmaticenses, V á z - 2.
0
Que , esto supuesto , y no
quez, Palao, y dice San L i g o r i o , « » « ' - exigiendo la Sagrada Congregación en el día , estando la mar tranquila,
E l Santo añade que la licencia en
norem necessitatem sufficere , ex con- causa pública , sino grande y urgente, no se reparará mucho en la segunda
estos casos de necesidad ó enferme-
suetudine jam recepta, ut est in prffldic- tengo por más probable que el Obispo condición, por la facilidad con que el
dad, cuando se dice per modum actus,
tis casibus; quibus addunt Lugo et Sal- vapor navega contra viento y marea.
no se entiende solamente por una ó puede autorizar á un sacerdote oculto
mant. cum Palao, Layman, Suarez, et L a Sagrada Congregación de R i t o s
dos veces, «sed indejiuite; et intelligi- por una persecución ( c o m o en el día
Sa, Cóncina, etc., casum , si quis per en 5 de Marzo de 1847, y Pío I X en
tur , durante infirmitaie, vel alia causa sucede frecuentemente) para que , si
loca deserta peregrinans diu cogatur 20 de Septiembre del mismo año,
accidentali.» E n Méjico es muy co- ésta dura , pueda celebrar en el lugar
Missa carere , nisi extra ecclesiam autorizaron para celebrar en las naves
rriente esta doctrina, pues en una en- donde se halla oculto, para consolarse
celebret.» y aun en el aposento de dormir, « s e -
fermedad grave y prolongada que allí y confortarse; y también dar licencia
cluso omni periculo, et dummodo de-
* E l señor obispo de Nevers consul- padecí, me concedió el Diocesano que para que un sacerdote celebre para
bita? decentiae fuerit consultum.»
tó á la Sagrada Congregasión la duda se celebrase Misa y se me diese dia- consolar y dar la comunión al sacer-
siguiente: «Potestne Episcopus alia riamente la comunión en mi aposento. dote ó seglar, enfermo ó sano, que es- Si estando celebrando se levantase
oratoria praster Capellam seu princi- Algunos autores han creído que la tuviese oculto por algún tiempo no- una tempestad, dice Quarti que, cuan-
pale Oratorium erigere in piis C o m - anterior doctrina de San L i g o r i o no table, y perseguido injustamente. En do no se ha consagrado todavía, se
munitatibus sive ob numerum sacer- se podía sostener después de la decía estos casos me parece que hay causa deje la Misa; pero en el caso de ha-
dotum ibi degentium ut ab ómnibus ración de la Sagrada Congregación grande y urgente. Como la Iglesia es berse consagradoya, el sacerdote debe
Missa dici possit, sive in gratiam in- del Concilio de 23 de Enero de 1847, tierna Madre , no creo que ni el T r i - sumir inmediatamente las especies
firmorum, qui nequeunt adire Capel- que , consultada sobre si con justa dentino ni los Papas lo prohibiesen sacramentales y retirarse; mas esto

LIBRO VI. TRATADO
314
se entiende en el caso de que sean
grandes los balances del buque.
Se ha dicho que la iglesia ó capilla
en que se puede celebrar no ha de
estar violada, ni execrada, ni entre-
dicha. Acerca de los efectos del e n -
tredicho, se dirá en el tratado de las
censuras.
ARTICULO II
De la execración y violación
de la iglesia.
1959. P. ¿Qué diferencia hay en-
tre la execración de la iglesia y la
violación de la misma?
R. L a execración de la iglesia se
verifica cuando pierde la consagra-
ción; esto es, cuando las paredes se
destruyen en su mayor parte, ó cae de
una vez toda ó la mayor parte de la
enjalbegadura (crusta): no es el mero
blanqueo de la iglesia, sino el revo-
que de las paredes: «Si omnis parie-
tum crusta, aut major saltem pars
simid aufeíatur.» L a razón es, por-
que un templo, caída toda ó la ma-
yor parte del revoque, quedaría inde-
cente; y además, porque la consagra-
ción se hace en la superficie de las
paredes.
Si la caída de las paredes ó del r e -
voque se verificase parcialmente, la
iglesia no quedaría execrada; «et hoc
etiamsi (dice San L i g o r i o con la opi-
nión común) per intervalla hebdoma-
darum vel dierum ecclesia tota nova
fiat; quia qusecumque pars accedens
manet consecrata, cum majus dignum
trahat ad se minus dignum. Idque
procedit etiamsi adsit animus totam
ecclesiam destruendi; quia intentio
illa non officit, quin consecratio p e r -
duret.» ( L i b . 6, núm. 368.)
T a m p o c o queda execrada la iglesia
cuando se ensancha, si la parte aña-
dida es menor que la antigua: cap. Si
eccles., De consecrat.; ni cuando las pa-
redes se visten de mármoles ( G o u s -
set, tomo 2, núm. 307); ni cuando
IV.
cae solamente el techo, porque la
consagración se hace en las paredes.
(Cap. Ligneis 6, De consecrat. eccle-
sia.)
1960. Si el altar está consagrado
y es fijo, quedaría execrado cuando,
estando consagrada toda la mesa del
altar (cosa que no sucede con f r e -
cuencia), se separase del altar la mesa
consagrada: en el caso de que la mesa
se llevase á otra parte, juntamente
con las piedras á las que está unida y
pegada (quibus inhceret), dicen V á z -
quez, Suárez y San L i g o r i o que el
altar no perdía la consagración; y
dan la razón: « Q u i a textus (cap. Ad
hac, et cap. Ligneis, De consecratione
eccles.) non loquuntur de separatione
ab structura.» Si el altar no fuese fijo,
no pierde la consagración, «etsi ara
moveatur a lignis; sive a capsula ubi
ara est inclusa: capsula enim illa non
pro forma, sed ad custodiam et orna-
tum tantum instituía est. T e x t u s au-
tem prohibentes separationem lo-
quuntur tantum de altari fixo,» dice
allí mismo San L i g o r i o , siguiendo á
Suárez, etc.
Cuando la iglesia queda execrada,
no por esto quedan execrados los al-
tares fijos que hay en ella, si no están
notablemente deteriorados, ni queda
execrado el cementerio que está con-
tiguo á la iglesia; pero cuando está
violada ó profanada una parte de la
iglesia, toda ella queda violada; esto
es, pierde la consagración ó bendición
y no se puede celebraren ninguno de
sus altares. Cuando queda violada la
iglesia, queda también el cementerio,
quia accessorium sequitur principale;
pero esto se entiende cuando el ce-
menterio está contiguo á la iglesia:
«si contiguum sit eidem ecclesia?,
secus si remotum fuerit ab eadem.»
(Cap. Si eccles., unic. De consecrat.,
in6.) Si el cementerioestá violado, no
queda violado otro cementerio conti-
guo, aunque se comuniquen por una
puerta (Gousset, t o m o 2, núm. 311O
Cuando la iglesia consagrada no
DE LA EUCARISTÍA. 3i5
fué execrada, no se puede volver á consagración de una iglesia pertenece
consagrar. L a razón es, «quia conse- al Obispo del territorio, ó á o t r o Obis-
cratio non amplius amittitur, quandiu po que él delegare. Si un Obispo de
res integra manet.» Si fuese violada, otra diócesis se entremetiese á con-
se debe reconciliar por el Obispo, s e - sagrar un templo sin permiso del
gún el rito que está en el Pontifical, Obispo del territorio, la consagración
ó por un sacerdote que tenga facultad sería válida, dice el capítulo Episco-
del Papa; y aun entonces se ha de pus, que luego citaré: Altaris consecra-
usar de agua bendita por el Obispo. tione manente; pero el Obispo que tal
1961. Si la iglesia violada no hiciere, incurre en suspensión por un
estaba consagrada, sino solamente año ab exercitio pontificalium, impues-
bendita, cualquier sacerdote puede ta por el Tridentino (De rejorm., se-
bendecir el agua y hacer la reconci- sión 14, cap. 2.) E n el capítulo Epis-
liación sin delegación de nadie. Aun- copus 38, caus. 7. , q. 1, se ponía la
a
que dijeron que era necesaria la dele- pena siguiente: «Episcopus in dicece-
gación del Obispo de la diócesis, ten- si aliena ad consecranda altaría irrue-
go por cosa cierta que esta delegación re non debet. Quod si fecerit, trans-
no es necesaria. Benedicto X I V (De gressor canonum uno anno d Mis-
Synodo Dieecesana, lib. 1 3 , cap. 15. sarum celebratione cessabit.» L a sus-
núm. 2), después de citar la decretal pensión de los pontificales está vi-
de Gregorio I X , Aqua, de consecrat. gente, como todas las demás suspen-
eccles., que declara que los Obispos no siones impuestas por el Tridentino;
pueden delegar en un simple sacerdo- porque la constitución Apostolices Se-
te la facultad de reconciliar una i g l e - dis de P í o I X , de 12 de Octubre de
sia consagrada, por ser esta atribu- 1869, hablando de los entredichos y
ción propia y ex.lusiva del Papa, suspensiones latee sententia, después
añade: «Si (ecclesia) simpliciter bene- de expresar los que quedan vigentes,
dicta fuerit, tune idem Gregoiius I X . añade: «Denique, quoscumque alios
in cap. Si ecclesia, de consecrat. eccles., sacrosanctum Concilium T r i d e n t i -
statuil, nidia prceobtenta delegatione, num suspensos aut interdictos ipso
per shnplicem sacerdotem adhibita aqua jure esse decrevit, Nos quoque parí
benedicta, quam sanctam sive luslralem
modo suspensioni vel interdicto eos-
vocant, posse ecclesiam pollutam re-
dem obnoxios esse volumus et decía -
conciliari.» L o mismo dice Scavini
ramus.» L a suspensión de abstenerse
(tomo 1, núm. 671.)
por un año de celebrar Misa, impues-
Si las Sinodales de alguna diócesis ta por el capítulo Episcopus, si (aun-
mandan que se pida licencia al Obis- que temporal y parcial) es verdadera
po, obsérvense; y si el caso no da es- suspensión, está abrogada por dicha
pei£, puede creerse razonablemente la constitución Apostólica Sedis, porque
licencia presunta del Obispo. no está entre las suspensiones latas
1962. L a consagración de un ce- que ésta expresa, ni fué impuesta por
menterio, como también su reconci- el Tridentino.
liación, se hacen con el mismo rito y Me he detenido sobre esta suspen-
por los mismos que la consagración y sión, porque si no se tiene presente
la reconciliación de una iglesia, según la constitución Apostolicee Sedis de
el común sentir de los teólogos. L o Pío I X , se incurre en graves equivo-
mismo se expresa en el capítulo Con- caciones sobre censuras, y lo mismo
suluisti 7, de consecrat. eccles., y capí- sobre libros prohibidos. El Sr. Sán-
tulo Sanctam Ecclesiam, u n i c , eod. ti- chez incurrió en su Teología Moral en
tulo, in 6. algunas notables equivocaciones en
1963. Aquí se ha de notar que la esta materia; cosa nada extraña, por-

316 LIBRO VI. TRATADO
que aunque su obra se dio á la pren-
sa tres años después de publicada
la constitución Apostolices Sedis de
P í o I X , es fácil no tener presentes
algunas de sus disposiciones; y como
la memoria es potencia tan frágil,
mucho me temo que mi obra moral
tenga el mismo defecto, aunque he
procurado evitarlo.
1964. L o s prelados regulares,
aunque no pueden consagrar sus igle-
sias, pueden bendecirlas solemne-
mente y deputarlas al culto, de modo
que puedan hacerse en ellas los divi-
nos Oficios y celebrarse Misas como
si estuvieran consagradas por el Obis-
po. E s t e privilegio está en el cuerpo
del derecho común, y fué concedido
por L e ó n X á los Generales, P r o v i n -
ciales, y también á los prelados loca-
les, como Guardianes, Piiores, etc.
Entre otras cláusulas, tiene la si-
guiente: « U t omnia et singula ejus-
dem ordinis et observantias ecclesias,
et ccemeteria, capitula, et oratoria
ubicumque existentia... solemni bene-
dictione benedicere valeant.» (Véase
á Ferraris,en la palabra Ecclesia, ar-
ticulo 4, núm. 8; y á San L i g o r i o ,
lib. 6, núm. 363.)
1965. L a violación de la iglesia
ó del cementerio se verifica cuando se
cometen dentro de ellos algunos de
los hechos que señala el derecho ca-
nónico; pero se ha de notar que para
que la iglesia ó cementerio queden
violados del modo que aquí se trata,
es necesario que el hecho sea público y
notorio, ó con publicidad de hecho ó de
derecho. Basta la publicidad de hecho,
aunque no haya publicidad de derecho,
como dice San L i g o r i o (lib. 6, nú-
mero 364), con la opinión común, y
consta ex cap. Significasti, de adult.;
y , según el Santo y la opinión común,
consta del mismo capítulo citado que
aun cuando el hecho fuese oculto en
el principio, si después se hizo públi-
co, la iglesia se reputa como violada,
y debe ser reconciliada.
1966. P. ¿Cuántos son los he-
DE LA EUCARISTÍA. 317
IV.
considerable, aunque la efusión se ve- injuria al reo, «cum jus habeat ne in
chos que violan la iglesia ó cemen-
rificase fuera del templo tali loco hujusmodi v i m patiatur; et
terio?
2.
0
Queda violada la iglesia quan- insuper fit etiam injuria loco sacro et
R. Son cuatro:
do in ea sanguis humanus in quanti- ipsi D e o , in cujus honorem ecclesia
i.° E l homicidio voluntario y cri-
tate notabili per voluntariam, injurio- est specialiter dicata et consecrata.»
minal causado dentro de la iglesia ó
sam, et graviter peccaminosam actionem Véase á S a n L i g o r i o (lib. 6, núm. 364),
del cementerio. Si el homicidio fué
effunditur (cap. Ecclesiis 20, dist. r, y á Bouvier (tomo 3, De sacrif. Missce,
involuntario, no hay injuria á la igle-
De consecrat.; cap. Proposuisti 4; cap. art. 4, § 4); pero no quedaría violada
sia, ni tampoco la hay si se hizo en
Si ecclesia 10, De consecrat., et cap. la iglesia si el juez ú otro ejecutase á
justa defensa, servato moderamine in-
u n i c , eod. tit.) Medítense bien las un reo ó á un inocente sobre el techo
cúlpala tutela; ni si el que está en la
palabras, y apliqúese lo dicho del ho- de la iglesia, ó le ahorcasen en las
iglesia mata de un tiro ó de una pe-
micidio ó herida mortal en el párrafo paredes exteriores de la iglesia; «quia
drada al que está fuera de ella; ni si
in tali casu non intra, sed extra ecele-
se hizo la muerte por un demente, precedente á la herida que causa efu-
siam contingit homicidium,» e s m o
porque no hay injuria. Aunque Suárez sión de sangre.
muy bien dicen Silv., N a v . , F e r r . ,
y algunos otros dijeron que si la heri- Si la herida ó golpes no son mor
Barbosa, etc.
da mortal se hacía en la iglesia sin tales, la iglesia no quedará violada:
efusión de sangre, y la muerte se ve- i.° Cuando, como dice Ferraris Benedicto X I I I dice en su consti-
rificaba fuera de la iglesia, ésta no (lugar citado, núm. 30), «nullus efflue- tución Ex quo: «Non gaudent immu -
nitate ecelesiastica, qui stantes in
quedaría violada, San L i g o r i o (lib. 6, ret sanguis , quamvis in ipsa quis
ecclesia vel ccemeterio interficiunt
núm. 364, queerit.) con la sentencia summa cum injuria graviter verbera-
stantes extra ecelesiam vel ccemete-
hoy comunísima, afirma que basta retur, ut ejus carnes contererentur, et
rium,» etc.; de cuyas palabras parece
que la herida mortal se haga dentro ossa confringerentur; quia jura re-
inferirse que no queda violada la igle-
de la iglesia, aunque el herido muera quirunt sanguinis effusionem; et cum
sia cuando la fuerza armada, legíti-
en su casa. E l texto del derecho no sint pcenalia et odiosa, non debent
mamente autorizada, se ve en la pre-
dice que sea necesaria la muerte den- extendí, juxta regulam 15 juris in 6:
cisión de matar ó quemar á los hom-
tro de la iglesia, sino que para la vio «Odia restringí, et favores convenit
bres perversos armados que desde el
lación de la misma basta que en ella ampliari;» et regulam 49: « I n pcenis
interior del templo hacen fuego con-
se infiera la herida mortal: «Homicidia benigna est interpretatio facienda.»
tra los que les intiman la rendición;
contingunt fieri, et aliquando vulnera 2. 0
Cuando por cualquier motivo la
porque éstos, según Benedicto X I I I ,
inferuntur.» Cuando se verifica el ho- efusión de sangre no fuese gravemente
micidio ó herida mortal, no se nece- no gozan del privilegio de inmunidad
culpable por parte de quien la causa.
sita efusión de sangre; basta cualquier eclesiástica, y así la acción de los que
Aquí se ha de notar, como advierte
modo de matar ó herir mortalmente, los matan no es criminal ni injuriosa
Ferraris en el lugar citado, núm. 44,
aunque no haya derrame alguno de á la iglesia. ( V é a s e á Ferraris en el
que la iglesia quedaría violada cuando
sangre. lugar citado, núm. 42, y á San L i g o -
en ella fuese martirizado un inocente;
rio, lib. 6, núm. 364.)
porque aunque la sangre del mártir
L a iglesia queda violada cuando
no mancha la iglesia, antes bien la C o m o el derecho usa de la palabra
uno advertidamente se suicida en la
santifica, pero la viola el crimen del effusio sanguinis, con tal que la herida
iglesia, ó con culpa grave se hiere
que mata ó derrama la sangre del ino- ó golpe inferido en la iglesia no sea
mortalmente á sí mismo , aunque
cente, como dice la opinión común, causa de la muerte, no queda violada,
muera fuera de la iglesia: San L i g o -
siguiendo á la glosa, sobre el citado aunque se derramen en ella algunas
n o , lib. 6, núm. 365; Ferraris, en la
capítulo Si ecclesia, donde pone el si- pocas gotas de sangre, y aun cuando
palabra Ecclesia, art. 4, núm. 28;
guiente verso: interviniese culpa mortal en la heri-
Gousset, tomo 2, núm. 308, y la
da. L a razón es, porque no hubo efu-
glosa, que dice así: «Si vir sanas men • Actio displicnit, passio grata fuit. sión. En esto convienen todos
tis seipsum occidat in ecclesia vel
vulneret irato animo ad sanguinis También quedaría violada la i g l e - 1967. E l Sr. Sánchez, en su Teo-
logía Moral (trat. V , punto 1, núm. 4)
effusionem, ex quo publicum est, re- sia si el juez mandase ejecutar en
dice que «no quedará violada la igle-
conciliabitur;» y lo mismo si con cul- ella á un criminal sentenciado á la
sia cuando, aunque sea mucha (la san-
pa mortal se hiriese ó golpease á sí pena capital; porque aunque el reo
gre derramada), proviene de las narices,
mismo en la iglesia, siguiéndose de- merezca la muerte, pero, como muy
de la ruptura de alguna vena, ó de he-
rramamiento de sangre en cantidad bien dice Ferraris (núm. 38), se hace
 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 3 9
X

3 i8
se ha explicado al fin del núm. 899. nio (concluye Ferraris) non caret sua
rida hecha por dementes ó muchachos la sangre que de resultas de un golpe
Por cualquier motivo que effusio se- probabilitate.» Gury defiende que el
de poca reflexión.» E s t o no me pare- gravemente pecaminoso se arroja pol-
minis no sea mortal, no queda viola- cementerio no quedaría violado: «quia
ce del todo seguro; porque el sentido las narices: todos los autores citados
da la iglesia. tune párenles pro ipso (infante mor-
genuino de este párrafo excusa gene- exceptúan el caso en que, como dice
4.
0
L a iglesia queda violada cuan- tuo)baptismum desiderant.» ( T o m o 2,
ralmente, de causa de violación de la Billuart, «percussio non sit mortalis,
do se entierra en ella á un excomul- núm. 388): lo mismo opina Gousset
iglesia, cuando la notable efusión de ut plerumque accidit in pueris rixanti-
gado vitando; pero se ha de notar que ( t o m o 2, núm. 310), si bien convie-
sangre proviene de Jas narices, ó de bus.» (De Euchar., diss. 8 . , art. 9, a

en el día no son vitandos los públicos nen todos en que al expresado infante
la ruptura de una vena; puesto que petes 1.)
percusores de c l é r i g o s , por haberlo se le entierre en un lugar separado
pone por separado o de herida hecha 1968. Convienen los autores en
determinado así la constitución Apos- de los fieles.
por dementes ó muchachos de poca refle- que para que la iglesia quede violada
tólica Sedis de Pío I X , á no ser que Se ha de notar que es cosa muy di-
xión. Y o creo que si la efusión de san- no es necesario que la sangre se de-
sean excomulgados nominatim por el ferente la negación de sepultura ecle-
gre es notable, queda violada la igle- rrame en la iglesia; basta qae el gol-
Papa. * H o y es indudable que los pú- siástica y la violación de la iglesia ó
sia, aunque provenga de las narices ó pe ó herida se cause en la iglesia,
blicos percusores de clérigos son vi- cementerio. N o se puede lícitamente
de haber roto á otro una vena, con tal aunque la sangre se derrame fuera de
tandos, según declaración del Santo dar sepultura eclesiástica al que cier-
que la acción que causó la efusión no- ella; y lo mismo basta para la viola-
Oficio (9 de Enera de 1884, con apro- tamente murió en la herejía ó i npe-
table de sangre no pueda excusarse de ción, cuando la herida ó golpe mortal
bación de Su Santidad, en el mismo nitente; pero la iglesia ó cementerio
pecado mortal. se causó en la iglesia, aunque la
día, mes y año.) ( V i d e n ú m . 3264.) * no quedarían violados aunque en ellos
Esta es la regla general que, en mi muerte se verifique fuera de ella. En Es indudable que la iglesia queda fuesen sepultados un hereje, un após-
concepto, establece rectamente el ambos casos se verifica la violación, violada si se enterrase en ella á un tata, un duelista ó un pecador públi-
docto y prudentísimo cardenal G o u s - aun cuando el que mata ó hiere esté infiel, ó á un párvulo hijo de infiel. camente impenitente; porque, como
set, tomo 2, núm. 309. H u b o autores fuera de la iglesia. Por el contrario, Es doctrina corriente que no queda dice la doctrina común, no se debe
graves antiguos que opinaron como no quedará violada la iglesia, aunque violada la iglesia cuando una mujer extender la ley penal más allá de lo
el Sr. Sánchez; pero la opinión co- la notable efusión de sangre ó la bautizada embarazada es enterrada que ella expresa. L a ley tan sólo ha-
mún y corriente en el día es que no se muerte se verifique en la iglesia, si el en la iglesia, sin haberse extraído el bla terminantemente del pagano ó in-
necesita herida, sino que basta percu- golpe, herida, ó causa tuvo lugar fue- feto, porque, como dice Ferraris en fiel, y del excomulgado vitando. E l ano-
sión gravemente pecaminosa, de la! ra de ella; ni tampoco cuando el que el lugar citado (num . 5 3 ) , « filius tador (desconocido) de Ferraris (pa-
cual se siga efusión de sangre en el está en la iglesia mata ó causa copio- mortuus, antequam edatur, matris por- labra Ecclesia, art. 4, núm. 55), que
templo, aunque sea de las narices, sa efusión de sangre al que está fuera tio est, vel viscerum: 1. 1, ff. de venir. considera vitandos á los que mueren
como dice San L i g o r i o (lib. 6, núme- de ella. Véase á San L i g o r i o , lib. 6 , inspiciendo. Pirhing., Reiffenst. Azor., en el duelo, no debe ser oído, pues su
ro 365), Busembau en el mismo lu- núm. 364, y á Billuart, en el lugar Laym., et alii passim.» opinión no tiene fundamento alguno.
gar, Bonacina, Escob., Silvest., C ó n c , citado, donde dice (y en esto no hay
Cuando un niño hijo de padres fie- 1969. P. ¿Qué efectos produce
F r a n c , L u g o , citados por San L i g o - duda) que no queda violada la iglesia,
les muere antes de recibir el bautis- la violación de la iglesia?
rio. Además, Ferraris, en la palabra «si existens in ecclesia occidataut vulne-
mo, la costumbre es sepultarle en un R. i . ° Una iglesia violada no pue-
Ecclesia, defiende la misma opinión, ret foris existentem, etiamsi vulnera-
lugar separado del cementerio. E n el de ser consagrada antes que sea re-
y cita á Marco Antonio, G a m b a t , tus ingressus in ecclesiam ibi moria-
caso de que se le sepultase en lugar conciliada y se quite la causa de su
Barbosa. L o mismo opinan V o i t (to- tur, aut sanguinem effundat.»
sagrado, hay opiniones sobre si q u e - mancha ó violación (cap. Ecclesia 27,
mo 1, n ú m . 4 g i ) , G r o s i n (tract. X X I I I ,
0
3. L a iglesia queda violada «per
da violado el cementerio. L a senten- et cap. Ecclesiam 28, dist. i . De con-
a

cap. 2, preg. 6. ), Gury ( t o m o 2, nú- mortaliter illicitam et notoriam hu

a

cia más común dice que quedaría vio- secrat.: cap. Si ecclesia 10, De conse-
mero 388), Scavini (tract. I X , disp. 4, mani seminis intra ecclesiam effusio
lado, porque el tal infante se c o m - crat. eceles.)
part. 2. , cap. 1, art. 1, en el quar. 2 nem (cap. ult., De consecrat. ecclesia)
a

prendía en la palabra infidelis de que 2.0

Cuando está violada una igle-
y en la nota sufficii), Bouvier ( t o m o 3, sive hoc acciderit per quamcumque
usa el derecho; pero Ferraris, en el sia ó cementerio, no puede enterrarse
De Euchar., part. 2 . , art. 4, § 4), voluntariam pollutionem, sive per car
a

lugar citado (núm. 53), dice que Pa- en ellos difunto alguno: « U n d e ante-
D i e z (tract. V I I , cap. 2, § 4). nalem copulam, etiam conjugalem
ludano, Sayr, U g o h n . , P a z . , Jor., quam reconciliatum fuerit, non debet
Por último, omitiendo otros auto- Non est necesse quod semen effunda Bor., Alan., Passer. y otros defienden in eo aliquis sepeliri.» ( I n cap. Si ec-
res severos que opinan como éstos, tur in pavimento ecclesia?, sed sufrí que no quedaría violado, porque esos clesiam u n i c , De consecrat. eceles.)
todos convienen en lo que dice B i l - cit si effundatur intra vas naturale infantes para el caso presente deben re- 3.0
E n la iglesia violada ó execra-
luart, que la iglesia queda violada «ex seu in alium locum,» como dice Bil- putarse de la misma profesión que sus da no se puede decir Misa, ni cele-
copiosa et mortaliler injuriosa sanguinis luart (De temper., dissert. 6. , art. 8) a

padres; « e t j u r a odiosa debent intel- brar otros oficios divinos, y el que lo

effusione,» cap. Ecclesiis, dist. 1, De «Copula conjugalis, si exerceatur lici ligi de illo, qui positive est infidelis hiciese cometería pecado mortal; pero
consecrat., et cap. Si ecclesia, extrav. te, non violatur ecclesia». Cuándo se professione parentum; qua? revera opi- es sentencia comunísima y cierta que
lib. 3, tít. 40. E l derecho no exceptúa ejerza lícitamente la cópula conyugal,
320 LIBRO VI. TRATADO
no incurriría en pena alguna eclesiás-
tica, como puede verse en Ferraris,
en la palabra Ecclesia, art. 4, núm. 59.
P . E n la iglesia violada, ¿se puede!
celebrar la Misa en algún caso?
R. i . ° Cuando hay necesidad de de-
cir Misa en alguna iglesia violada ó
celebrar Oficios divinos, ó enterrar en
algún cementerio violado, el sacerdo-
te hará antes la reconciliación, del
modo dicho en los números 1960
y 1961. Así lo dice expresamente el
cap. Si ecclesia 10, De consecrat. eccles.:
« S i ecclesia non consecrata cujus-
cumque seminis fuerit aut sanguinis
effusione polluta, aqua protinus exor-
cízala lavetur, ne divinae laudis orga-
na suspendantur.» Donde se ve claro
que si se ha de hacer «protinus, ne di-
vina laudis organa suspendantur,» no
se necesita delegación alguna del
Obispo, ni agua bendita por él; basta
el agua común bendita que usan los
fieles, como queda dicho en los nú-
meros poco antes citados.
2 . ° Si la violación sucediese cuan-
do el sacerdote está celebrando, si
aún no llegó al canon, debe suspen-
der la Misa: si acaeció después del ca-
non, debe continuar la Misa. A s í está
expreso en la rúbrica del Misal, títu-
lo De defectibus in ministerio ipso occur-
rentibus.
3. Si el caso fuese urgentísimo,
0
como si instase la necesidad de decir
pronto la Misa para dar el Viático á
un moribundo ó para evitar graves
turbaciones, podría celebrarse en i g l e -
sia violada, porque esta prohibición,
como que es meramente eclesiástica,
no obliga su observancia en casos ex-
tremos.
4.0
Per locum sacrum, como dice
San L i g o r i o (lib. 3, núm. 460), con la
sentencia común, no se entienden los
oratorios privados; «nisi sint erecta
auctoritate Episcopi, ut fieri solet in
hospitalibus; quia tune sunt vera ec-
clesia, et ibi omnes Missam audire pos-
sunt;}) y lo mismo sucede, como que-
da dicho, en las cárceles, oratorios in-
IV.
teriores de los conventos, etc. (Véan-
se los números 1955 y 1956.) «Secus
vero si sint mere piivata, quamvis ibi
dicatur Missa ex concessione Papas
vel Episcopi in casu speciali.» L a ra-
zón e s , porque el oratorio privado
puede mudarse á otra parte al arbi-
trio del dueño agraciado, y destinarse
á usos profanos el lugar donde antes
estaba.
5.0
Si un cementerio fuese viola-
do por haberse enterrado en él un ju-
dío, ó infiel, ó excomulgado vitando,
no se puede hacer la reconciliación
antes de hacer la exhumación del ca-
dáver; pero si la aiftoridad civil no lo
permitiese (como puede suceder en
nuestros t i e m p o s ) , el Obispo puede
autorizar al párroco ó á otro sacerdo-
te para que, sin desenterrar el cadá-
ver, reconcilie el cementerio con una
nueva bendición. Si antes de recibir
la autorización del Diocesano hubie-
se en la población alguna defunción,
¿podrá el párroco acompañar el cadá-
ver al cementerio, hacer las ceremo-
nias religiosas y decir las preces de
costumbre? E l docto y prudentísimo
cardenal Gousset dice que puede, ben-
diciendo antes la fosa ó sepultura don-
de ha de ser enterrado el cadáver;
«porque (dice este sabio) los tiempos
no son los mismos; y ninguno debe ad-
mirarse de que las leyes de disciplina va-
ríen en su aplicación.)) ( T o m o 2, núme-
ro 315.) Me place la opinión de Gous-
set; y mientras subsista en España
la tolerancia civil religiosa, puede su-
ceder este compromiso.
P . ¿Queda violada la iglesia cuan-
do se hacen en ella comedias, bailes,
ó se convierte en cuadra de caba-
llos, etc.?
R. N o queda violada en rigor ca-
nónico, porque el derecho no expresó
esas causas. N o obstante, cuando se
cometen en el templo estas ú otras
semejantes sacrilegas abominaciones,
conviene que el párroco con alguna
ceremonia lo reconcilie, y rocíe con
agua bendita , para desagraviar al
DE LA EUCARISTÍA. 321
Señor y para edificación del pueblo. Jesu Christi, necnon alus solemniori-
E n el día es doctrina cierta que bus anni festis diebus exceptis , in
cuando una iglesia ó capilla pública tua, et natorum, ac familias tuse, nec-
están execradas ó violadas, no basta non hospitum tuorum nobilium pras-
para que queden reconciliadas la ce- sentia celebrari faceré, libere et licite
lebración en ellas del santo sacrificio possis et valeas, indulgemus. N o n
de la Misa. obstantibus, etc. Volumus autem
quod familiares servitio tuo tempore
dicto actu non necessani ibidem Mis-
A R T Í C U L O III
sas hujusmodi interessentes, ab obli-
Del oratorio privado. gatione audiendi Missam in ecclesia
diebus festis de prascepto minime l i -
. 1970. E l oratorio es p r i v a d o ben' censeantur.»
cuando con autoridad pontificia se 1971. Conviene explicar cada
erige en alguna casa particular en una de las cláusulas principales.
una habitación que no tiene libre en- a
i. CLÁUSULA. Tibi N. ó N. N.,
trada y salida á la vía pública. dicecesis Toletana.
Para saber las facultades que se E l dueño agraciado del oratorio
conceden por el breve de un oratorio, puede mudarle cuantas veces quiera
se han de leer atentamente sus cláusu- del lugar de su casa en donde le puso,
las , porque las concesiones no son á otra habitación de la misma casa;
siempre iguales; pero como por lo co- puede mudarle á otra casa adonde se
mún convienen en ciertas cláusulas, me vaya á vivir, sea en el mismo pueblo,
ha parecido conveniente, para la ins- sea en otro de la diócesis. San L i g o -
trucción de los jóvenes sacerdotes, rio (en el lib. 3, núm. 318, Hic querri-
explicar con la brevedad posible las tur) fué de opinión que el agraciado,
cláusulas más importantes. E l breve si se mudaba á otra diócesis, no podía
de oratorio suele ser del tenor s i - usar allí del oratorio; pero después,
guiente: en el lib. 6, núm. 359, retractó esta
« L e o X I I I , tibí (si se dirige á una opinión, y dijo, con la opinión común,
sola persona) N . dicecesis Toletanas, que como el oratorio es un privilegio
qui (ut asseris) ex nobili genere p r o - personal, el dueño ó agraciado puede
usar de él, aunque mude su habita-
creatus existís, ut in privato domus
ción á otra diócesis; pero se ha de
sólitas habitationis oratorio existente
notar que siempre que se mude el
in civitate (vel pago) N . , et dicecesi
oratorio de una parte á otra, dentro ó
N . , ad hoc decenter muro extructo et
fuera de la casa, ó del lugar, ó de la
ornato, seu extruendo, ab ómnibus
diócesis, es preciso que el nuevo local,
domesticis usibus libero, per Ordina-
antes de que se celebre en él, sea ins-
rium prius visitando, et approbando,
peccionado y aprobado por el D i o c e -
de ipsius Ordinarii licentia, ejus a r -
sano del territorio.
bitrio duratura, unam Missam pro
unoquoque die, dummodo in eadem E l Santo tiene por más probable
domo celebrandi licentia, quas adhuc (en el mismo número, Notandum z.°)
duret, alteri concessa non fuerit, per la sentencia de los que dicen que el
quemeumque sacerdotem ab eodem que tiene un oratorio en la población,
, Ordinario approbatum sascularem, puede tener otro al mismo tiempo en
seu de superiorum suorum licentia una casa de campo, y usar de él por el
regularem, sine tamen quorumeum- tiempo que habite en ella, con tal q u e :
que jurium parochialium prasjudicio, i.° E s t e sea visitado también, y
ac Paschatis Resurrectionis, Pente- apiobado por el Diocesano.
costés, et Nativitatis Domini Nostri 2.
0
Que el dueño del oratorio pase
TOMO II. 21
322 LIBRO VI. TRATADO IV. DE L A EUCARISTÍA. 323
alguna temporada en la casa de c a m - et per modum habitas, utendo ecclesia 5.
a
CLÁUSULA. « Unam Missam riorum suorum licentia regularem.»
po; pero no podrá usar de él si tan vel oratorio tamquam quocumque unoquoque die, dummodo in eadem E s indudable, según San L i g o r i o
sólo fuese á la casa de campo per mo- loco profano; quo tamen casu sal- domo celebrandi licentia, quas adhuc y la sentencia comunísima, que el
dum transitus. t e m . . . , ait Tamburinus ex Castropa- duret, alteri concessa non fuerit.» sacerdote secular ó regular no necesi-
2. CLÁUSULA.
a
De nobili genere {ut lao, tune locum indigere nova appro- E n el día es indudable que aque- tan licencia alguna especial para decir
dicis). Si una persona, al pedir el ora- batione Episcopi , » dice el Santo llas palabras «unam Missam» quieren Misa en un oratorio privado; les bas-
torio, dijese falsamente que es noble, (cláusula 3.*, nota 3 . ) .
a
decir « unicam Missam unoquoque ta al uno y al otro la licencia general
la concesión del Papa sería nula, por- 4. CLÁUSULA.
a
« P e r Ordinarium die;» pues así lo declaró Benedic- de celebrar en aquella diócesis.
que el Papa concede el privilegio del loci prius visitando et approbando; ac to X I V en su bula Magno, de 2 de 7. C L Á U S U L A .
a
«Sine tamen quo-
oratorio en este caso en la suposición de ipsius Ordinarii licentia, ejus ar- Junio de 1 7 5 1 . rumeumque jurium parochialium p r e -
de que sea verdadera la condición que bitrio duratura. » Por Ordinario aquí Es también indudable que si una j u d i c i o . » Eata cláusula prohibe que
expuso el orador al pedir el oratorio; se entiende el Obispo, ó su vicario de dos familias que habitan en una en los oratorios privados se anuncien
pero basta cualquier nobleza, sive ex general, ó el vicario capitular sede va- misma casa tuviera su propio orato- las proclamas de matrimonios, los
genere, sive ex privilegio, sive ex digni- cante. E l Obispo puede delegar esta rio en su habitación separada, no po- ayunos y fiestas, que se bendiga á las
tate, aut gradu, vel alio modo. E l que facultad; porque, como dice San L i - dría la otra tener al mismo tiempo mujeres post partum, que se exijan
no es noble, no ponga esa cláusula en gorio, con la sentencia comunísima, otro oratorio en otra habitación ó de- oblaciones que pertenezcan al párro-
la petición, y se libra del peligro de «hasc facultas officio episcopali per- partamento de la misma casa; pero co, etc., sin licencia del mismo ó del
nulidad. petuo e s t a d n e x a . » E l Ordinario tiene dice Ferraris que si muchas familias Diocesano.
3. CLÁUSULA.
a
« U t in privato do- facultad para visitar y aprobar el ora- habitan en una casa que está dividida E n el oratorio privado no se puede
mus tuas sólita habitationis oratorio, torio; pero lo debe hacer gratis y una en muchas partes, puede cada familia dar la comunión á nadie, ni al dueño
in civitate N . existente, ad hoc de- sola vez. tener privilegio de oratorio, con tal del oratorio. Para dar la comunión
center muro extructo, et ornato, ab óm- Aunque se dice de ipsius Ordinarii que las partes en que la casa esté di- en un oratorio privado es necesaria,
nibus domeslicis usibus libero.)) licentia, ejus arbitrio duratura; pero vidida «tales sint, quas habeant cu- en el día, la licencia del Ordinario, si
Sobre las palabras muro extructo esto no quiere decir que el Obispo bicula et alia loca pro officinis et alus la licencia pontificia del oratorio no
dice y prueba San L i g o r i o (cláusu- pueda á su arbitrio suspender la facul- domesticis usibus sufficientia pro ha- expresa esta facultad. Así lo enseñó
la 3. ), que basta que haya una pared tad de celebrar.
a bitatione familias, ita ut in qualibet L a m b e r t i n i (Benedicto X I V ) , siendo
á la cual esté ligado de un modo fijo parte sint ea, quas ordinarie requirun- arzobispo de Bolonia, en la Institu-
i.° N o puede negar en un princi-
el altar del oratorio; las dos de los pio la facultad de celebrar en un ora- tur pro constituenda una domo nihilque ción 34, núm. 3. Véase también á
lados colaterales pueden ser de t a - torio concedido por el Papa, si tiene officiat quod habeant ingressum com- San L i g o r i o (lib. 3, núm. 318, cláu-
blas, y el lado de la entrada puede las condiciones convenientes; porque quod munem, atrium commune, et aulam sula 7 . , y lib. 6, núm. 359); y , por
a

ser de tabla, ó de tapete, ó de tela, a superiore conceditur, non potest ab in- principaliter communem; per textum in último, véase la encíclica de Bene-
que se cierre y se abra para que pue- feriori denegari, y si la negase injus- leg. Si quis duas 6, § 1, ff. Comniu- dicto X I V , que comienza Magno cum
dan oir cómodamente la Misa los que tamente, el dueño del oratorio puede nia praediorum, ibi. Quod et in asdibus animi, etc., de 2 de Junio de 1 7 5 1 ,
asisten. potest dici, si dominus, pariete medio dirigida á los obispos de Polonia,
acudir al Arzobispo ó á otro superior,
asdificato, unam domum in duas d i - donde dice ( § 23) que tan sólo con
L a palabra ornato no se entiende como con la sentencia común dice
viserit (ut plerique faciunt), nam et licencia del Diocesano se puede dar
de necesidad, sino de conveniente decen- Ferraris (palabra Oratorium, art. 4,
hic pro duabus domibus accipi debet. la comunión á los que asisten á la
cia; porque en los oratorios públicos, núm. 23).
Sic Pignatellus, t o m . 6, consult. 98, Misa en los oratorios privados.
como que están dedicados permanente- 2. 0
Una vez aprobado el oratorio, num. 61, cum alus ibi citatis.» H a s t a
mente al culto divino, el mismo lugar si no hay alguna justa causa, tampo- E n cuanto al sacramento de la P e -
aquí Ferraris (palabra Oratorium, nú-
excita veneración; pero en los p r i v a - co puede suspender la licencia de ce- nitencia, es indudable que en el día
mero 38). L o mismo se ha de decir
dos se ha de procurar que el mayor lebrar, como dicen Ferraris en el lu- no se puede administraren los orato-
cuando, aunque la casa sea una, tiene
ornato supla, excitando la devoción. gar citado, núm. 25, y San Ligorio rios privados, como lo declaró B e n e -
dos pisos, y una familia habita en el
L a s palabras ab ómnibus domeslicis (cláusula 4. ); pero con justa causa
a
dicto X I V en su citada encíclica,
piso superior y otra en el inferior;
usibus libero quieren decir que no se puede hacerlo, como dicen San Ligo- § 20. D e modo que sólo en los casos de
pues se reputan dos casas en el dere-
use del oratorio para usos profanos; rio en el mismo lugar, y Ferraris, necesidad en que es lícito según el de-
cho, como dicen Castropalao, C a v a l -
pero dice San L i g o r i o que si se co- núm 26; además de que el mismo recho confesar en una casa particular,
can., P i n g . , Ferraris (núm. 39), etc.,
miese, bebiese ó durmiese sin necesi- breve lo da á entender, pues manda será lícito confesar en un oratorio
y en esto no hay duda alguna.
dad en un oratorio privado, y aun en que se observen sus cláusulas, y el privado; y así se ha de observar la
una iglesia consagrada, no sería mor- Tridentino da esta inspección supre- 6. C L Á U S U L A .
a
« P e r quemeumque rúbrica del Ritual R o m a n o (que fué
tal (prezciso scandalo), á no ser que ma á los Obispos. (Sesión 22, Decret. sacerdotem ab eodem Ordinario a p - aprobado por Paulo V ) , la cual dice
estas cosas se ejecutasen «constanter, \ de observ., etc.) probatum sascularem, seu de supe- así: « I n ecclesia, non autem in priva-
 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 325
324
tis aadibus (sacerdos) confessiones au- le exceptuarse día alguno en que haya fensable que esté presente una de esas vobiscum insimul habitantium fami-
diat , nisi ex causa rationabili , quae obligación de oir Misa; pero en el día personas. liaque.» D e forma que si el padre, la
cum inciderit, studeat tamen id de- de la Natividad del Señor no se pue- Por la palabra natorum se entien- madre, hermanos, etc., viven propriis
cenli ac patenti\oco prasstare» (tít. De de celebrar en él sino una Misa, se- den los hijos del dueño ó dueños del expensis, etsi degant cum eo in eadem
sacram. Pcenií.) gún el P. Zacarías, citado por San oratorio, que se expresan en la espal- domo, no cumplen con el precepto de
8. C L Á U S U L A .
a
«Paschatis Resur- L i g o r i o (lib. 6, núm. 359), y añade da (in tergo) del breve. Algunos a u - la Misa en aquel oratorio, como dice
rectionis, Pentecostés, et Nativitatis que así lo expresa un decreto de la tores dicen que se comprenden tam- San L i g o r i o , lib. 3, núm. 318, cláus. 9.
D o m i n i Nostri Jesuchristi, necnon Sagrada Congregación; pero yo creo bién los hijos i l e g í t i m o s , dummodoL a razón es porque, como dice F e -
alus solemnioribus festis diebus ex- que San L i g o r i o , en esta ocasión, se rraris, con la opinión común, «.«' vi-
nati sint ex certo patre, et de ipso constet;
ceptis.» olvidó de lo que dice Benedicto X I V pero otros dicen que se entienden so- vunt propriis expensis, non sunt fami-
en su citada Encíclica Sumino, § 18, lamente los legítimos ó legitimados liares; quia déficit conditio necessa-
Por nombre de Pascua y Pentecostés
en donde, hablando del breve de ora- «per subsequens matrimonium, vel per ria ad constituendam familiaritatem,
se entiende tan sólo el primer día de
torio en que se permite celebrar Misa auctoritatemprincpis: atque hujus seh- nempe, commensalitas, juxta cap. Si-
estas dos fiestas, como dice San L i -
en los días solemnísimos, dice que. tentias, dice San L i g o r i o , ego magis cut nobis, deverb. signif. in 6 ; sine
gorio, con la sentencia comunísima.
cuando era secretario de la Sagrada adhasreo, cum hujusmodi privilegium qua conditione destruitur familiaritas,
Se ha de notar que en las palabras
Congregación del Concilio, publicó stricte sit interpretandum, prout pro- quamvis habitent in eadem domo ma-
necnon alus solemnioribus festis diebus
una disertación sobre este punto, y la ba vimus in explicando clausulara pri- teriali (palabra Oratorium, núm. 55):
se comprenden también los días si-
Sagrada Congregación, en 13 de Ene- mam (lib. 3, núm. 318, cláusula 9 . ) . a «quia cum vivunt propriis expensis,
guientes: Epifanía, Anunciación, A s -
ro de 1 7 2 5 , decretó que el sacerdote L a razón..que da el Santo en la expli- et habeant omnia servida et suos d o -
censión, el día de San Pedro y San
que celebraba en el día de Nativi- cación de la cláusula primera, es, mésticos seorsim a familia privilegia-
Pablo, Asunción de la V i r g e n , fiesta
dad en oratorio privado, podía decir «quia privilegia quas juri communi ti, non communicant in habitatione
de T o d o s los Santos (decreto de la Sa-
tres Misas : quod ( d i e N a t a l i t i o ) a derogant (sicut est h o c ) regulariter cum ipso, sed constituunt familiam
grada Congregación de R i t o s de 17
sacerdote tres Missce celebran possent. stricte interpretari debent; quia privi- et habitationem omnino distinctam
de Noviembre de 1607, citado por San
N o he visto determinación posterior legium contra jus commune continet et a privilegiato, Pignatell., cit., c o n -
L i g o r i o , lib. 6, núm. 359, Ex quo de-
contraria á este decreto: si realmente importat dispensationem, quas s e m - sult. 98, núm. 95, et alii c o m m u -
ducitur 1 . )
la hay, téngase esto por no dicho. per est odiosa. Dixi regulariter, nam niter.»
Además de las fiestas expresadas,
excipiuntur aliqui casus, quos recen-
salió otro decreto de la Sagrada Con- 9. CLÁUSULA.
a
« I n tua, et nato- E n cuanto á la palabra hospitum
suimus in appendice de yrivilegiis, po-
gregación del Concilio, su fecha 13 derum, ac familias tuae, necnon hospi- tuorum nobilium, hubo diversas opi-
sita lib. 1 post tract. a .u m
de legibus,
Enero de 1685, que prohibió decir tum tuorum nobilium prassentia cele- niones sobre si se podían entender los
vide núm. 7.»
Misa en los oratorios privados en los brare faceré,» etc. huéspedes del mismo pueblo. E n el
tres últimos días de la Semana Santa In tua. Graves autores opinaron an- Sobre la inteligencia de la palabra día no se pone esa cláusula, al menos
(aunque en estos días, al menos en tiguamente que para celebrar Misa en familia hubo opiniones: pero en el día ordinariamente, sino para los orato-
España, tampoco se puede decir en oratorio privado bastaba la presencia se pone en el breve «ac natorum, con- rios privados rurales, como dice F e -
los oratorios públicos ó capillas). Por
de la familia ó de los huéspedes, sin' sanguineorum, et affinium in eadem rraris en el núm. 58, y así se pone
un decreto de la Sagrada Congrega- la asistencia del principal ó principa- domo vobiscum insimul habitantium fa- en el breve del citado decreto de B e -
ción, de 14 de Abril de 1840, se pro- les agraciados; pero Benedicto X I V , milixque; et quoad oratoria ruri exis- nedicto X I V , que dice así: « E t quoad
hibe también decir Misa en los orato- en su decreto de 7 de Enero de 1 7 4 ! ; tentia etiam in hospitum nobilium, oratoria ruri existentia, etiam in hos-
rios privados, en el día del Patrón deque comienza Cum dúo nobiles, entre vestrorumque prassentia celebrari fa- pitum nobilium vestrorum prassentia
la ciudad ó diócesis; pero se puede otras cosas, ordena «non posse... ce- ceré, libere,» etc. D e modo que los celebrari,» etc. Y a queda dicho qué
decir en la fiesta del T i t u l a r , porque
lebran Missam in privatis oratoriis, consanguíneos y afines del dueño ó se entiende por nobles.
en ese día ni obliga la abstinencia dequando eidem Missa actu non intersit dueños del oratorio cumplen con el 10. CLÁUSULA.
a
«Volumusautem,
obras serviles, ni la Misa. Pero se ha aliquis ex iis quibus principaliter in- precepto de la Misa en el oratorio pri- quod familiares servitio tito tempore
de notar que si las fiestas exceptua- dultum concessum est: indultum vero vado, con tal que: i . ° , asista una de dicto (de la celebración de la M i s a )
das no se celebran en su día (como principaliter concessum intelligi iis las personas parientas de las á que se actu non necessarii, .ibidem Missas hu-
sucede en algunos reinos), entonces tantum, quibus breve dirigitur, ni- concedió principal y terminantemen- jusmodi interessentes, ab obligatione
no son ya exceptuados los domingos mirum personis illis quas a tergo ejus- te el oratorio; 2°, Benedicto X I V , audiendi Missam in ecclesia diebus
á que se trasladan (decreto de la S a -
dem brevis proprio nomine nuncu- en su citado decreto, exige, no sólo festis de prascepto minime liberi cen-
grada Congregación del Concilio, de pantur.» Véase, pues, la persona ó que los consanguíneos y afines habi- seantur.»
25 de Mayo de 1835). personas que se expresan con su pro- ten en la misma casa del dueño del Para que los que no son consan-
pio nombre en la espalda del breve, y oratorio, sino también que formen g u í n e o s ni afines del dueño del orato-
Cuando el oratorio privado se con-
si se quiere celebrar Misa, es indis- con él una familia: «in eadem domo rio, sino tan sólo familiares, puedan
cede por causa de enfermedad, no sue-
 326 LIBRO
cumplir allí con la Misa, se necesitan
tres condiciones, dice San L i g o r i o (en
el lugar citado, cláusula n ) : « i . Ut a
vivant expensis domini, et ejus ser-
v i d o incumbant, ex cap. Sicut nobis,
de verb. sign., in 6. 2. Ut actu ipsi sint
a
necessarii servido domini. 3 . Ut actu
a
sint necessarii, non solum aliquando
intra diem, sed tempore quo Missa ce-
lebratur. Ita recte P. a B r i x i a cum
Gattico; idque patet ex verbis indul-
ti.» Dice el Santo que los familiares
de los parientes del dueño del orato-
rio no cumplen con la Misa, «nisi
assumantur ab ipso privilegiato (el
dueño del oratorio) ut assistant (et
sint necessarii) cognatis qui sunt sub
cura p r i v i l e g i a d . » L o s demás fami-
liares del dueño privilegiado no nece-
sarios en el acto de la celebración, no
cumplen con la Misa.
1972. P. ¿Cumple con la Misa
el sacerdote que vive en su casa y va
á celebrar á la casa del que tiene ora-
torio privado? ¿Cumple el que ayuda
á la Misa?
R. H a y opiniones. Y o tengo por
cosa cierta que el sacerdote que cele-
bra, sea ó no capellán de la casa, sea
con limosna ó sin ella, cumple con el
precepto de la Misa; porque, como
dicen Ferraris (números 63 y 64),
Diana y Rosing.: «Concesso principal:,
intelligitur concessum et accessorium,
quod ex dispositione juris vel ex na-
tura sua necessarium est ad ipsum
principale consequendum, uti verifi-
catur de sacerdote electo a privilegia-
to ad celebrandum.» A d e m á s , el sacer-
dote que según el breve pontificio puede
celebrar en un día de precepto, es cla-
ro que cumple con la Misa, puesto
que celebra en el lugar debido y legí-
timamente autorizado. Centenares de
veces he celebrado en oratorios pri-
vados y en altar portátil, sin ser cape-
llán ni familiar de la persona p r i v i l e -
giada, y jamás me ocurrió el más m í -
nimo escrúpulo de que no cumplía
con el precepto de la Misa, ni me ocu-
rrirá, si alguna vez tuviese que cele-
VI. T R A T A D O IV.
brar en oratorio privado ó en alta:
portátil.
E n cuanto al ministro que ayuda ?.
la Misa, Diana y Rosing. dicen que
cumple también, aunque sea persona
extraña, y haya entre las personas
privilegiadas quien pueda ayudar:
i . ° Porque el dueño del oratorio es
libre para elegir ministro que ayude
á la Misa. 2 . Quia minister inservien-
0
sortitur privilegium et conditionem
sacerdotis celebrantis.» Confieso que
no me convence ninguna de estas dos
razones; no la primera, porque ha-
biendo entre las personas presentes
privilegiadas quien pueda y quiera
ayudar á Misa, se afirma gratuita-
mente que el dueño del oratorio puede
extender el privilegio á un ayudante-
extraño. N o la segunda, porque en
este caso el ayudante «non est acces-
sorium necessarium ad consequendum
principale concessum (a Papa), cum
sine ipso possit aeque bene ministran
per alium privilegiatum, qui potest et
vult in nostra suppositione sacro mi-
nistrare,» como dice Ferraris, cuya
opinión me parece mucho más proba-
ble: por el contrario, si no hay quien
pueda y quiera ayudar á Misa, dice Fe-
rraris que el ayudante cumplida con
el precepto, «quia concesso principad,
intelligitur concessum et accessorium
quod (como aquí) est necessarium ad
consequendum principale.» Me parece
muy razonable esta opinión.
1973. P. ¿Está obligado alguna
vez el dueño del oratorio privado á
usar de este privilegio paia sí y su fa-
milia?
R. Véase el núm. 803.
Por último, en cuanto á la Misa que
se celebra á la orilla del mar ó en un
campamento militar, es probable que
cualquier persona que la oiga cumple
con el precepto de la Misa; y . m e pa-
rece que en esto no hay duda, porque
el lugar donde se celebra no es orato-
rio privado, sino lugar público y auto-
rizado para ciertos casos.
E l oratorio privado dura más ó me-
DE LA
nos, según en el breve se expresa la
duración del privilegio . Muerto el
Papa que le concedió, no por esto ex-
pira el tiempo de la concesión del pri-
vilegio.
1974. E n el día no hay, ó al me-
nos no debe haber, opiniones sobre si
la Bula de la Cruzada sufraga para
cumplir con el precepto de la Misa en
un oratorio privado. E l privilegio de
la Cruzada le quitó el Tridentino en la
sesión 22 por el decreto De observan-
dis et vitandis in celebratione Missa. Se
declaró quitado por un decreto que
por mandato de Paulo V expidió la
Sagrada Congregación del Concilio
en 14 de Noviembre de 1648, dirigido
al obispo de Cagliari, en Cerdeña. L a
facultad de oratorio privado para cum-
plir con el precepto de la Misa está
en el día exclusivamente reservada al
Papa. ( V é a s e á Pignatelli, tomo 6,
consult. 98, núm. 1 1 7 , y á Ferraris,
en la palabra Oratorium, núm. 66.)
CAPÍTULO V
DEL S U J E T O POR EL QUE SE PUEDE
APLICAR LA MISA
1975. P. ¿Por quién se puede
aplicar la Misa?
R. i . ° E s indudable que la Misa se
puede ofrecer por todos los v i v o s ,
miembros de la Iglesia. Puede ofre-
cerse por los dementes perpetuos, por
los niños inocentes, por los endemo-
niados y por los pecadores públicos,
porque á todos éstos puede aprovechar
en cuanto al fruto de impetración; y
para los endemoniados también para
la satisfacción, si estuviesen en gracia.
1976. 2. E s doctrina bastante
0 por la aplicación de la Misa, respon-
común en el día, y más probable, que
se puede aplicar la Misa, no sólo por
los catecúmenos, sino también por los
infieles, judíos y mahometanos, para
que Dios les convierta, como dicen
Suárez, L u g o , Belarmino, S i l v i o , Bil-
luart (De religione, diss. 2 . , art. 6),
a
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 309), L a y -
EUCARISTÍA. 327
man, Scavini (tract. I X , disp. 4 . , a
part. 2 . , cap. 2) y otros. E l que desee
a
enterarse más por extenso de esta
cuestión, vea á Silvio (in 3. " part.
a 1
D i v i Thomaa, q. 83, art. 1, qucer. 8),
donde prueba esta sentencia con su
acostumbrada erudición, solidez y
claridad, contra Soto, Vázquez, L e a n -
dro, etc.: i . ° , porque no hay determi-
nación alguna de la Iglesia que lo pro-
hiba; 2 . , porque los sacrificios de la
0
ley antigua, que pertenecían solamen-
te al pueblo j u d í o , se ofrecían, no obs-
tante, por los gentiles; y así leemos
en el libro 1 de Esdras, cap. 6, que se
ofrecían sacrificios por Darío, por los
espartanos (lib. 1 de los Macabeos,
cap. 12), por Heliodoro (2 de los Ma-
cabeos, cap. 3): todos éstos eran gen-
tiles; luego con mayor razón se puede
ofrecer ahora por los gentiles el sacri-
ficio de la Misa, que es el mismo que
el de la Cruz, el cual se ofreció tam-
bién por los gentiles, judíos, etc.
San Juan Crisóstomo (en la h o m i -
lía 77, in Joann.) dice: « I n mysteriis
communes pro non initiatis preces
effundimus.» Tertuliano (lib. ad Sca-
pulam, cap. 2) dice: «Sacrificamus pro
salute Imperatoris,» el cual era gentil.
D e modo que aunque en el canon no
se hace mención expresa de los genti-
les, pero antiguamente, como dice
Silvio en el lugar citado, se ofrecía la
Misa por ellos; y aun en el día en las
palabras de la consagración del cáliz
se extiende manifiestamente á los
mismos.
* Preguntado el Santo Oficio si era
lícito á los sacerdotes celebrar la Misa
por la intención de los turcos y otros
infieles, y recibir de ellos la limosna
dió el 12 de Julio de 1865: «Affirma-
tive, dummodo non adsit scandalum,
ac nihil in Missa specialiter addatur,
et, quoad intentionem, constet nihil
mali, aut erroris, aut superstitionis,
in infidelibus eleemosynam afferenti-
bus subesse.» (Marc, núm. 1601).
Preguntado el mismo Sagrado T r i -
 28 LIBRO VI. TRATADO
3
bunal si podía ó debía celebrarse
Misa y recibir la limosna por un grie-
g o cismático, que ruega encarecida-
mente é insta que se aplique la Misa
por el mismo, estando presente en la
iglesia ó permaneciendo fuera de ella,
contestó, con la aprobación de G r e g o
rio X V I , q u e : « J u x t a expósita non
licere, nisi constet expresse, eleemo-
synam a schismatico prasberi ad i m -
petrandam conversionem ad veram
fidem.» (Ninzatti, núm. 1147.) N i es
lícito ofrecer la Misa por los referidos
infieles, mejor d i c h o , cismáticos ó
herejes, aunque se ponga la condición,
«por si acaso han muerto en la herejía
material por la buena f e ; » porque,
ateniéndonos á las palabras de Grego-
rio X V I , no pertenecen los misterios
secretos de la divina gracia al juicio
exterior de la Iglesia. *
1977. E n cuanto á los excomul-
g a d o s , se ha de distinguir. Si son
vitandos, es doctrina común y más
probable que el sacerdote no puede
ofrecer la Misa por ellos en nombre de
la Iglesia, dice San L i g o r i o , lib. 6,
n ú m . 308, porque lo prohibió Inocen-
cio I I I en 1 2 1 2 , y también el capítu-
lo A Nobis, lib. 5 D e c r e t , tít. 39,
cap. 18. E s verdad que Silvestre, Sil-
v i o y Billuart, en los lugares citados,
dicen que se puede ofrecer la Misa por
los excomulgados vitandos, con tal
que:
1.° N o se exprese públicamente su
nombre en la Misa ni en los públicos
sufragios.
2." « U t quatenus sacerdos offert
sacrificium velitíi minister Ecclesice
pro Ecclesia seu Ecclesia membris, non
offerat illud pro hasreticis vel excom-
municatis , saltem illis qui vitari
debent;» son palabras de Silvio in
3 . " part. D i v . T h o m . , q. 83, art. 1,
a 1
qucer. 9; y en la respuesta ad i . u m
añade : «Excommunicatos esse p r i -
vatos communibus suffragiis E c c l e -
siae, id est, suffragiis illis, quce sunt
communia toti Ecclesice, seu quce fiunt
pro membris Ecclesice. Unde Beatus
IV.
T h o m a s in 4 Sent., dist. 1 8 , q. 2.'',
art. 1, sive Supplem. q. 21, art. 1 ,
ad 1. 11111
et 2 . , ait: « P r o excommu-
u m
nicatis orari potest, quamvis non inter
orationes quas pro membris Ecclesia
fiunt... Suffragia Ecclesice, quse pro
tota Ecclesia fiunt, eis non prosunt,
nec ex persona Ecclesice oratorio pro eis
inter membra Ecclesue fieri potest.»
« U b i , a ñ a d e Silvio non absolutenegat
( D i v u s T h o m a s ) pro eis orari posse
ex persona Ecclesias, sed solum sic, ¡d
orando annumerentur membris Ecclesia',
quasi essent ex illis.» L o mismo dice
Billuart, comentando las palabras de
Santo T o m á s .
1978. E n cuanto á los excomul-
gados tolerados, San L i g o r i o trata
esta cuestión en el l i b . 6, núm. 309,
dubit. 1, y dice que es más probable la
opinión de L u g o , Navarro, etc., que
afirman que se puede ofrecer por ellos
la Misa y los públicos sufragios en
nombre de la Iglesia; pero en el tra-
tado De las censuras, núm. 164, mo-
deró algún tanto su parecer, porque si
bien tiene por probable la citada opi-
nión de L u g o y Navarro, añade que
también es probable la sentencia de
Soto, Suárez, Belarmino, Bonacinay
otros que dicen que ni la Misa ni los
públicos sjfragios se pueden aplicar
en nombre de la Iglesia por los exco-
mulgados tolerados; de modo que deja
igualmente probables las dos senten-
cias.
Esta última opinión se funda prin-
cipalmente en que la facultad que el
Concilio Constanciense concedió á los
fieles de comunicar in politicis et m
sacris con los excomulgados tolerados,
fué un privilegio concedido, no en fa-
vor de los excomulgados, sino de los
fieles; pero á este argumento responde
San L i g o r i o , en el libro 7, De censuris,
núm. 164, diciendo:
i.° Que las leyes favorables se
han de entender con toda amplitud;
que habiéndose concedido á los fíeles
comunicar in divinis con los excomul-
gados tolerados, también se les con-
DE LA EUCARISTÍA. 329
cedió aplicar por ellos las oraciones E n cuanto á los herejes y cismáti-
públicas de la Iglesia; « n a m commu c o s , dice Bouvier allí mismo, que no
nicaie id etiam importat, ut habetur hay diferencia entre ellos y los otros
ex cap. 28, et cap. 68, De sentent. excomulgados, y que, por lo tanto,
excom. * por aquellos «Missas sacrificium offerri
2. 0
P o r q u e , según el derecho anti- potest, vel non potest, prout, ex c i r -
guo, se podían ofrecer sufragios públi- cumstantiis, annumerandi sunt e x -
cos por los excomulgados ocultos, se- communicatis toleratis vel non tole-
gún se colige ex cap. Cum ab homine, ratis.» H e querido citar á Bouvier,
eodem tit. porque este autor nada tiene de laxo;
3.0
Porque el ofrecer sacrificios antes b en, por lo común, más se in-
por los excomulgados tolerados cede clina al probabiliorismo que al proba-
directamente en beneficio de los fieles bilismo moderado de San L i g o r i o .
no excomulgados, « t u m spirituale ob Gousset afirma que el sacerdote
meritum charitatis, tum temporale ob puede ofrecer la Misa c o m o ministro
stipendia, etc., quae hi percipere pos- de Cristo, y en nombre de la Iglesia,
sunt ex oblationibus pro illo exhi- por los judíos, herejes y paganos, con
bitis.» el fin de obtener su conversión: que,
Bouvier (tomo 3, trat. Déla Euca- según la sentencia más probable, se
ristía como sacrificio, cap. 4) dice que puede también ofrecer por los exco-
el sacrificio de la Misa puede ofrecer- mulgados tolerados (tomo 2, n ú m e -
se indirectamente por los e x c o m u l g a - ro 284). Scavini tiene por cosa cierta
dos vitandos, en cuanto se ofrece por que la Misa se puede ofrecer por los
todos los pecadores y por la conversión herejes, cismáticos y excomulgados,
de todos los herejes é impíos, y que si no son vitandos (tract. I X , disp. 4 . , a
el sacerdote puede también, en cuanto part. 2 . , cap. 2, qucer 1); si bien an-
a
es persona privada, pedir por los vitan- teriormente (en el tract. I V , disp. 3 . ,a
dos en las públicas preces, y aun en cap. 6, art. 1, núm. 2, Privalio suffra-
la misma Misa, con tal que no exprese giurum) no había resuelto tan expre •
públicamente su nombre, si bien no sámente la cuestión, aunque se había
podría recibir estipendio por la Misa esforzado en probarla. Véase en este
que se le encargase con este fin: «cum | lugar; pues realmente, como la pro-
divinum sacrificium more consueto et hibición (en el caso que exista) es me-
nomine Ecclesiae offerre nequeat.» ramente eclesiástica, si no hay escán-
Son sus palabras. dalo público, hay casos en que, por
temerse turbaciones graves, es n e c e -
E n cuanto á los excomulgados tole-
sario proceder con prudencia antes da
rados, he aquí lo que dice Bouvier en
negarles los sufragios públicos y la
el mismo capítulo: «Communius d o -
celebración de la Misa.
cent auctores Missam licite offerri pro
excommunicatis toleratis, et eis p r o - E s doctrina corriente que el sacer-
desse quatenus offertur in persona dote puede lícitamente ofrecer priva-
Christi; quia vi constitutionis M a r t i - damente la Misa, «quatenus est opus
ni V Ad evitanda scandala, cum eis proprium suae privatas personas, pro
communicare licet in divinis. I m o excommunicato v i t a n d o , » dice San
probabiliter valide et quandoque licite L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 30S). L o mis-
offerri potest nomine Ecclesiae, prae- mo dice Gousset, en el lugar citado.
cise quia hujusmodi excommunicati 1979. P. ¿Y qué se ha de decir
non sunt vitandi. N o n tamen publice de los que murieron excomulgados
nominari possent, si essent notorii, tolerados ó infieles, ó públicamente
licet tolerati, propter fidelium offen- impenitentes?
sionem.»
R. Scavini dice así: «Quod additur,
33o LIBRO VI. TRATADO
fore scandalosum, si publice pro ¿ole-
rato excommunicato sacrificium offe-
ratur vel aliud simile, generatim non
est verum: imo saspe potest magna
turbatio timeri, uti esset si in aliqui-
bus locis in sacrificio vel alia prece
semper nominetur Princeps vel Epis-
copus, sed statim eorum nomina o m -
nes omitterent, postquam illi publice
aliquod fecissent prohibitum sub ex-
communicatione latas sententias.»Esto
en cuanto á los vivos (en el lugar c i -
tado).
E n cuanto á los difuntos, dice:
« S i revera offendantur fideles, id non
licere, sed scandalum esset prius amo-
vendum: quo remoto, ajunt, paro-
c h u m , v . gr., posse, si aliter g r a -
vissima timeat incommoda ac tur-
b a t i o n e s , excommunicatis toUratis
fúnebres honores concederé , pro iis
sacrificia offerre, etc., quasi, nempe,
in tali necessitate passive se habendo.
Quod enim iis debeant suffragia ne-
gari non est de jure divino, quod tan-
tum vetat Sacramenta ipsis ministran',
ne sanctum detur canibus; nec de jure
naturali, cum orationes publicas age-
re per se bonum sit; modo tamen, si
agatur de suffragando defuncto, non
constet ipsum mortuum esse imposni-
tentem... Unde prohibitio esset tan-
tum ab Ecclesia: porro hese vel id
non prohibet, vel si prohibet genera-
tim, talis prohibitio in pr asentí gravis-
sima necessitatis casu cessat, cum lex
humana non obliget cum gravi in-
commodo.» ( E n una nota ai lugar c i -
tado.)
M e ha parecido conveniente tratar
con extensión este punto difícil y
controvertido sobre la aplicación de
Misas y públicos sufragios por exco-
mulgados tolerados, vivos ó difuntos;
porque es materia sobre la cual se ha 2.
de atender más bien á los sabios es- por los bienaventurados en cuanto es
critores modernos que á los sabios sacrificio propiciatorio, impetratorio,
escritores antiguos. ó satisfactorio, porque nada les apro-
i.° Santo T o m á s y los demás doc- vecharía, pero sí en cuanto es euca-
tores que escribieron antes del Con- rístico, pues se ofrece á Dios en agra-
cilio Constanciense hablaron con ma- decimiento de las gracias, virtudes,
IV.
yor rigor, porque todos los excomul-
gados eran vitandos.
2.° Aun despuésdel Concilio Cons-
tanciense los sabios que escribieron
en países en un todo católicos (como
por especialísima protección de María
era España) se expresaron con mayor
rigor; pero en el día España, Italia, etc.,
están plagadas de impíos, surgen fre-
cuentemente gravísimos compromisos,
y la necesidad obliga á mitigar la ley
eclesiástica, ad vitandumpejora.
1980. E n cuanto á los difuntos
por los cuales se puede aplicarla Misa:
i.° E s de fe que la Misa aprove-
cha á las a'mas del Purgatorio. Así lo
definieron el Concilio Florentino (ha-
cia el fin) y el Tridentino (sesión 22,
can. 3, y al principio de la sesión 25):
así consta de la práctica constante de
la Iglesia católica, y consta también
del libro 2 de los Macabeos, cap. 12,
donde se dice: «Sancta ergo et sala-
bris est cogitatio pro defunctis exora-
re, ut a peccalis solvantur.» L a razón
por que las obras buenas de los vivos
aprovechan á los muertos es, como
dice Santo T o m á s (in Supplem. 3 . p.,
a y á Ferraris (palabra Missa
q. 7 1 , art. g), porque se unen con
ellos en la candad, y por la intención
con que los vivos ofrecen sus obras
en su favor. Como el sacramento de
la Eucaristía contiene á Cristo, origen
y vínculo de la caridad, de aquí re-
sulta que es el sufragio más prove-
choso para ellas: no las libra siempre
del Purgatorio, sino que les alivia las
penas más ó menos, según merecie-
ron en este mundo. H e aquí las pa-
labras de San Agustín: «Quibus au-
tem prosunt aut ad hoc prosunt, ut
sit plena remissio, aut certe ut tolerabi-
lior fíat ipsa damnatio.» (De cura mor-
tuorum, cap. 2.)
L a Misa no se puede aplicar
0 de Marzo de 1 7 7 5 : «Missam de R é - torio para las almas del Purgatorio, y
DE LA EUCARISTÍA. 33i
dones y gloria de que Dios los c o l m ó ;
acto de caridad que agradecen mucho
los Santos, y también porque este es CAPÍTULO VI
un medio muy eficaz para alcanzar
para nosotros su poderosa protección. D e l valor y efectos del sacrificio de
la Misa se habló en el capítulo prime-
3.
0
N o se puede ofrecer por los
ro de la segunda parte de este tratado.
párvulos que murieron sin el bautis-
mo; porque, como no son viadores,
llegaron del todo á su término, y su ARTÍCULO PRIMERO
estado es inmutable. Además, la cari-
dad no tiene por objeto sino á las per- De la aplicación del fruto de la Misa.
sonas que, ó son bienaventuradas, ó
(se hallen ó no en gracia) están en la 1982. Para la inteligencia de lo
posibdidad de salvarse. P o r la misma que luego se dirá, conviene advertir:
razón n o se puede aplicar la Misa por i.° Que una cosa es el valor de
los condenados. Algunos cayeron en la Misa, y otra el fruto de ella. E l
el error de que con Misas y limosnas valor es la virtud del mismo sacrifi-
se podían aliviar las penas de los que cio, atendida la dignidad de Cristo,
están en el infierno. U n predicador que es el principal Oferente y la V í c -
pronunció en el pulpito que ab eleemo- tima ofrecida: de esto y a se trató en el
synis pcenas damnatorum aliquantulum
lugar citado. E l fruto de la Misa son
sublevar i; y denunciado al Tribunal de
los bienes que Dios dispensa al sacer-
la Sagiada Inquisición romana, re-
dote que la celebra y á las personas
cayó sentencia (aprobada por Inocen-
por quienes la ofrece.
cio X I ) , que obligó al predicador á
2.
0
Este sacrificioproducesusefec-
retractarse. Véase á Albicio (De in-
tos de dos maneras: ex opere operato y
constantia in Fide, cap. 34, núm. 12),
ex opere operantis. L o s efectos ex opere
sacrifi-
operato son aquellos que el sacrificio
cium, art. 7, números 18 y 19). E s
produce por su virtud intrínseca, in-
doctrina de la Iglesia católica aquella
tuitu meritorum et promissionis Christi;
sentencia que, hablando de los con-
y éstos son ¡guales, ya se celebre la
denados, dice: « I n inferno nulla est
redemptio.» Misa por un sacerdote virtuoso, ó pe-
cador, y aun hereje, si tiene la debida
1981. P. ¿Puede una persona intención de consagrar. L o s efectos
viva hacer celebrar Misas de Réquiem que produce este sacrificio ex opere
por su alma, para que Dios la libre operantis son mayores ó menores, se-
del Purgatorio? gún fueren mayores el mérito y la
R. Ferraris, en el lugar citado, devoción del sacerdote que celebra, ó
núm. 20, dice que consultada la Sa- de los que asisten á la Misa, y tam-
grada Congregación del Concilio s o - bién según la disposición de la perso-
bre este punto, no le resolvió; pero na ó personas por quienes se ofrece.
Bouvier, al fin del cap. 4, dice que 3.
0
Y a se dijo que este sacrificio
consultada otra v e z la Sagrada C o n - no sólo es meritorio, propiciatorio é
gregación de R i t o s , respondió en 28 impetratorio, sino también satisfac-
quiem pro persona adhuc vívente, per ademas para los vivos que están en
anticipationem, celebran non posse.» gracia. H e aquí la definición dogmá-
(Gardellini, t o m o 5, páginas 84 y 85.) tica del T r i d e n t i n o en la sesión 22,
canon 3: « S i quis dixerit Missas sa-
crificium tantum esse laudis et g r a -
tiarum actionis..., non autem propi-
332 LIBRO VI. TRATADO
tiatorium, vel soli prodesse sumenti,
ñeque pro vivís et defunctispropeccatis,
pcenis, satisfactionibus, et aliis necessita-
tibus offerri deberé, anathema sit;» y
es claro que á las almas del Purgato-
rio tan sólo les aprovecha por vía de
satisfacción.
1983. 4 . E l fruto de la Misa
0 como la Misa tiene una virtud infini-
puede ser generalísimo, general, espe-
cial y especialísimo. E l fruto generalísi-
mo es el que se aplica pro sálate totius
mundi, como se dice en la Misa, por-
que es el mismo sacrificio de la Cruz
que Jesucristo ofreció por todos los
hombres, quoad sufficientiam pretil. E l
fruto general es el que aplica el cele-
brante en los mementos particulares
que hace por sus padres, amigos,
bienhechores, encomendados, etc., etc.
E l fruto especial es el que se aplica
principalmente por quien da el e s t i -
pendio de la Misa, ó por el fin ó per-
sona que se propone especialmente el
celebrante. E l fruto especialísimo es el
que corresponde personalmente al que
dice la Misa. Esto supuesto:
1984. i . " E n cuanto al fruto ge- faciendum pro omnipcena, fít satisfac-
neralísimo, está la aplicación en las
palabras de la Misa: allí se pide por
todos los fieles vivos de todo el mun-
do: et ómnibus orthodoxis atque caiholi-
cce et apostólica fidei cultoribus. Se pide
también por todos los difuntos: «ipsis,
D o m i n e , et ómnibus in Christo quies-
centibus locum refrigerii,» etc. 2. E n 0
cuanto al fruto general, queda al arbi-
trio y devoción del sacerdote el exten-
derse más ó menos á favor de los vivos
y difuntos de su particular aprecio.
3 . ° E n cuanto al fruto especial princi-
pal, es indudable que hay obligación
de aplicar todo lo que pertenece de
justicia y de caridad á quien da el e s -
tipendio, ó por quien se aplica por al-
gún título obligatorio; ó bien sin títu-
lo obligatorio se quiere aplicar espe-
cialmente por amistad ó caridad á
favor de alguna persona ó personas q. 7 1 , art. 1 3 , es donde Santo T o -
vivas ó difuntas.
1 9 8 5 . P . S i se aplica una Misa et ex professo. Pregunta el Santo:
por muchas personas, ¿aprovecha tan- « U t r u m suffragia facta pro multis
IV.
to á cada una como si se aplicase por
una sola?
R. H a y dos opiniones: la primera
dice que la Misa que se aplica por
muchos no aprovecha tanto á cada
uno como si se aplicase únicamente
por uno de ellos. L a segunda dice que
ta, aunque se aplique por miles de
personas, aprovecha tanto á cada una
como si se aplicase solamente por una
de ellas.
El que desee enterarse de las razo-
nes en que se apoya la primera opi-
nión, vea á S d v i o , en el comentario
de la 3 . parte de Santo T o m í s ,
a quod fit pro eo communiter, et pro multis
q. 83, art. 1, quar. 1 6 , concl. i . ; á a
Benedicto X I V , De Synodo Dicecesaua,
lib. 5, cap. 8, núm. 6; á Santo To-
más, in 4 Sent., dist. 45, q. 2. , ar-a
tículo 4 quasstiunculis 1 . , 2 . et j . '
a a
San L i g o r i o afirma que Santo T o -
más defendió la segunda opinión, y
se funda en aquellas palabras del An-
gélico Maestro: «Quamvis hasc obla-
tío ex sui quantitate sufficiat ad satis-
toria pro illis pro quibus offertur, vel
etiam offerentibus, secundum quanti-
tatem suas devotionis, et non pro tota
pcena.) (3 p., q. 79, art. 5.) Con la
a
venia de San L i g o r i o , diré que Santo
T o m á s no trata en este artículo de la
cuestión presente, ni aun incidental-
mente, como se puede ver por el títu-
lo del artículo, por el cuerpo de él, y
por las respuestas á los argumentos.
E n aquel lugar el Angélico tan sólo
dice que el sacrificio de la Misa tiene
virtud para perdonar á uno ó á muchos
toda la pena debida por los pecados
perdonados quoad cúlpam, pero no
siempre la perdona toda, sino más ó
menos según la disposición del ofe-
rente, ó de aquel ó aquellos por quie-
nes se ofrece.
E n el Suplemento de la 3 . parte,
a
más trata esta cuestión in termints,
DE L A EUCARISTÍA.
tantumdem valeant singulis ac si specia-
liier pro unoquoque fierent?» H e aquí la
respuesta del Santo: «Sed contra.
Melius est pluresjuvare quam unum.
Si ergo sufíragium pro multis factum
valet singulis tantum ac si pro uno tan-
tum fieret, videtur quod Ecclesia non
debuit instituere ut pro aliquo fieret
singulariter Missa, vel oratio, sed quod
semper diceretur pro ómnibus fideli-
bus defunctis: quod patet esse falsum.»
Después, en el cuerpo del artículo, dice
que el valor de los sufragios, en cuanto
es satisfactorio, «tune magis valet ali-
cui quod pro eo singulariter fit, quam
aliis: sic enim effectus suffragiorum
dividí tur ex divina justitia inter eos
pío quibus suffragia fiunt.»
Dice San L i g o r i o que Santo T o -
1
más habla en este lugar de la Misa en
cuanto es sufragio, pero no de la Misa
en cuanto es sacrificio; pero Santo
Tomás en el segundo argumento se
opone á sí mismo que la Misa dicha
por uno solo no le aprovecha más que
si se dijese por ese uno y por otros
muchos; puesto que aunque se apli-
que por uno solo, «simul illic alies ora-
tiones adjunguntur pro aliis defunctis.
Hoc autem non fieret, si defunctus
pro quo Missa dicitur, aliquod detri-
mentum reportaret.» Oigamos la res-
puesta de Santo T o m á s , y se verá
que no hablaba de la Misa como su-
fragio, sino del efecto principal de ella
como sacrificio: « A d secundum di-
cendum, quod... cum pro uno Missa
dicitur, non est inconveniens ut pro
aliis etiam orationes fiant. N o n enim
ad hoc dicuntur alia? orationes, ut sa-
tisfactio suffragii determinetur ad
alios principaliter sed ut et illis etiam
orado pro eis specialiter fusa prosit.»
Para mí es evidente que Santo T o -
más no opinó como San L i g o r i o , ni
creo que tampoco Benedicto X I V , en
el lugar citado, donde da solución
radical á las razones de los contra-
rios. D i c e así: « E t s i sacrificium ex
parte rei oblatas, et principalis offe-
333
rentis, scilicet, Christi, sit infinitas
virtutis, non tamen, ita ejus instituto-
re volente, infinitos producit effectus;
secus... superflue esset ejus iteratio.»
E n el día en que los fieles se persua-
diesen de que la Misa aplicada por
una sola alma no le aprovechaba más
que cuando se aplicaba por todos los
fieles, seguramente se disminuirían,
por lo menos, las tres cuartas partes
de las oblaciones para celebrar Misas.
Concluyo diciendo que la primera
opinión, además de las razones en
que se funda y de los eminentes doc-
tores que la defienden, tiene á su fa-
vor la práctica constante y universal
de la Iglesia; tiene también la persua-
sión más íntima, no del vulgo igno-
rante (como dicen algunos escritores),
sino del común de los sabios, que es-
tán en la convicción de que la Misa,
aplicada por uno solo, le aprovecha
más que cuando se aplica por m u -
chos: se entiende, cceteris paribns, esto
es, si hay iguales disposiciones.
1986. P . ¿Qué deberá hacer el
sacerdote respecto del fruto especial
principal, cuando aplica una Misa de
obligación?
R. Aplicar lo que debe de justicia y
de caridad por la persona ó personas
por quienes debe aplicar la Misa es-
pecialmente; y de lo que le quede li-
bre, después de aplicar generalmente
por todos los fieles vivos y difuntos, pue-
de extender la aplicación cuanto le
dicte su devoción, y cuanto más, tan-
to mejor; porque como la Misa es de
tanta eficacia, se hace una gran li-
mosna espiritual á las personas por
las que se pide nominatim.
4.0
E n cuanto al fruto especialí-
simo, el celebrante no puede aplicar
á nadie el mérito, porque es personal
suyo y propísimo, de tal modo que no
lo puede transmitir á otro; pues, como
dice Santo T o m á s , «opus unius nullo
modo potest alteri valere ad statum
(beatitudinis)consequendum per viam
meriti, ut, scilicet, ex his qua? e g o
fació, aliquis mereaíur vitam áster-
 LIBRO VI. T R A T A D O
343
nam...; unusquisque ex actu suo dispo-
nitur, et non ex alieno.» (In Supplem.,
3.» p., q. 7 1 , art. 1.)
E n cuanto á la satisfacción que per-
tenece personalmente al sacerdote por
la celebración de la Misa, es induda-
ble que la puede aplicar por alguna ó
algunas almas del Purgatorio, ó por
alguna persona viva á la cual aprove-
chará para satisfacer, si está en gra-
cia. L a razón original y profunda es
la siguiente de Santo T o m á s : «La
caridad une á muchos de tal manera,
que hace que sean en cierto modo una
misma persona; y , por lo tanto, cuan-
do una persona aplica sus obras por
otros vivos ó difuntos que están en
gracia, se hacen en cierto modo pro-
pias de ellos en cuanto á la satisfac-
ción, sin que por esto se derogue en
cosa alguna á la divina justicia; por-
que, como dice el A n g é l i c o , «opus
quod est ejus qui mecum est unitm (in
charitate), quodammodo est et meum.
Unde non est contra divinam justitiam,
si unus fructum percipit de operibus
factis ab eo, qui est unum secum in
charitate, vel ab operibus pro se fac-
tis. H o c etiam secundum humanam
justitiam c o n t i n g i t , ut satisfactio
unius pro alio accipiatur» (ad 2 . , en
u m
el lugar citado.)
1 9 8 7 . Aquí conviene advertir dos
cosas importantes: 1 . El que cede
a
una indulgencia, ó la satisfacción de
alguna obra en favor de un vivo ó di-
funto, no satisface entonces por sí
mismo: «non autem, qui pro alio satis-
facit, pro se ipso satisfacit; quia illa
quantitas pcense non sufticit ad
utrumque peccatum.» 2 . Que el que
a
hace la aplicación de la satisfacción
por otros, vivos ó difuntos, lejos de
perder, gana mucho, porque adquiere
el mérito de la vida eterna, que es de
inmenso mayor valor que la remisión
de la pena, como dice el Angélico; y
esto debe animarnos á aplicar mu-
chas obras en beneficio de las almas
del Purgatorio: «tamen satisfaciendo
pro alio sibimeretur aliquid majus quam
IV.
sit dimissio pcenas, scilicet, vitam
asternam ,» dice Santo T o m á s . (In
Supplem. 3.® p., q. 13, artículo •?,
ad 3 - )
um
1988. Aprovecho esta ocasión
para exhortar á una acción heroica,
que se llama el voto de las ánimas. Voy
á copiar lo que dice Scavini en el nú-
mero 323, tomo 3, edición de 1 8 6 5 ,
dice así: «Ut máximum quo fieri po-
test animabus in Purgatorio detentis
procuraretur solatium, sedente Bene-
dicto X I I I , qusedam pia devotio,
quam votum seu oblationem appel-
lant, instituta fuit, per quam fideles
ipsam amplectentes omnia opera sa-
tisfactoria dum vivunt, et singula pro
ipsis oblata suffragia post mortem,
animabus j a m in Purgatorio degenti-
bus singulari pietate offerunt. Hoc
votum, seu oblatio, sive donatio ani-
mabus illis applicat totum fructum
satisj'actordum; non autem meritorium,
propitiatorium et impetratorium, qui
adhuc nobis prodest. Potest autem
illud emitti etiam solo voluntatis nutu:
non tamsn obligat sub peccato. Bene-
dictus X I I I et Pius V I illud indulgen-
tiis cumularunt, quas quidem Pius
Papa I X , 30 Sept. 1S52, decreto urbis
et orbis confirmavit, declarando ta-
men: i . ° Quod sacerdotes ipsum vo-
tum profitentes indulto altaris privi-
l e g i a d personalis gaudere possint sin-
gidis anni diebus. 2. Quod omnes
0
christifideles, qui idem votum amplexi
sunt, indulgentiarn plenariam fideli-
bus tantum defunctis applicabilem lu-
cran queant, quocumque die ad sa-
cram communionem accesserint, et
qualibet anni feria secunda sacrum
Missas sacrificium in suffragium eo-
rumdem defunctorum fidelium audie-
rint; dummodo in utroque casu ali-
quam ecelesiam, seu publicum orato-
rium visitaverint, ibique per aliquod
temporis spatium juxta mentem San-
ctitatis Suse pie oraverint. 3 . Quod
0 se les aplican las Misas, indulgencias especial (decreto de la Sagrada C o n -
ipsis christifidelibus omnes et singu-
las indulgentias, quocumque modo
concessas vel concedendas, quas lu-
DE LA EUCARISTÍA. 335
crari possint, animabus pariter defun- hayan merecido en esta v i d a : es,
ctorum applicare liceat. Ñeque prohi- pues, de creer que Dios las aplicará
bentur sacerdotes tale votum emit- más eficazmente á las que fueron más
ientes celebrare et applicare pro iis devotas de las ánimas mientras estu-
pro quibus debent, vel a quibus sti- vieron en este mundo.
pendium accipiunt, uti declaravit B e -
nedictus X I I I . » ARTÍCULO II
Algunas personas piadosas, y aun
doctas, no se atreven á comprometer- . Del altar privilegiado.
se con este voto, porque dicen que la
caridad bien ordenada comienza por 1989. Altar privilegiado es aquel
sí mismo. Respeto su opinión, porque al cual el R o m a n o Pontífice concede
creo que este voto no dtben hacerle el privilegio de que los sacerdotes que
las personas á las que Dios no da celebren en él, puedan ganar una i n -
esta resolución. T o soy de contrario dulgencia plenaria á favor de aquella
parecer: hace años que le hice, y lejos alma por la que apliquen la Misa que
de arrepentirme, le renuevo muchas celebran. Ordinariamente este privi-
veces cada día. legio se concede á todos los sacerdo-
i.° Porque Jesucristo dijo: « B i e n - tes que dicen Misa en aquel altar,
aventurados los misericordiosos, por- aunque algunas veces es para algunos
que ellos alcanzarán misericordia;» y sacerdotes determinados.
estoy persuadido de que una de las E l altar puede ser fijo ó portátil.
obras más heroicas y más gratas á E s fijo, según declaró la Sagrada
Jesucristo es socorrer á sus esposas Congregación de Indulgencias en 20
cautivas y terriblemente atormenta- de Marzo de 1846 por las siguientes
das en el Purgatorio. palabras: «Altare fixum quidem quod
2. Porque, como dice Santo T o - a loco dimoveri non possit, sed non
0
más, lo que se pierde de satisfacción se tamen cujus superior pars sive mensa
aumenta en el mérito ó en el aumento sit ex aliquo integro lapide, vel adeo
de la caridad, que es de inmenso mayor calce conj uñeta, ut lapis consecratus
precio para la gloria esencial de los amoveri non possit; secus enim diruto
que se salvan; y por esto decía la ilus- altari, quod privilegiatum concessum
trada y Seráfica Doctora Santa Teresa erat ob alicujus sancti imaginem, post
de Jesús «que estaría de muy buena novam constructionem, novo indige-
voluntad en el Purgatorio hasta el fin ret p r i v i l e g i o . — A d 2 . : intellexisse
u m
del mundo, con tal de tener después altare, ut dicitur, v i a t i c u m , quod
un tantico más de gloria.» constat tantum ex único lapide integro
3.
0
Porque viendo yo mi vida ruin, tantas magnitudinis, ut calicis pes
con poca virtud y muchas culpas, cum patena, saltem quoad majorem
tengo gran confianza de que, si saco partem, capere possit, vel quod de
algunas almas del Purgatorio, éstas uno in alium locum transfertur.»
me han de alcanzar del Señor el per- Ordinariamente no se concede la
dón de mis culpas y el don inefable indulgencia plenaria de altar p r i v i l e -
de la perseverancia final. giado á los oratorios privados, ni á las
4 . y último.
0
Porque á las almas iglesias ó capillas no benditas, si bien
del Purgatorio, como queda dicho, no se les puede conceder por una gracia
y demás por vía de absolución (por- gregación de Indulgencias de 20 de
que no son subditas de la Iglesia;, Marzo de 1747). E l que celebra en al-
sino por vía' de sufragio, según a g r a - tar privilegiado debe decir la Misa de
de á la divina justicia, y según ellas Réquiem, si cabe en ese día; pero si no
336 LIBRO VI. 1'RATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 337
tuviese lugar, podrá ganarse la indul- privilegiado, ¿podrá el sacerdote apli- ad libitum celebrantis? A d 1 et 2, la misma iglesia de un lugar á otro,
gencia, y lo mismo cuando por estar car la Misa por la persona que* la N e g a t i v e . » ( V o l . 45, pág. 61.) L a con tal que sea bajo la misma advoca-
expuesto el Santísimo, ó por alguna pide, y la indulgencia por otra? cláusula que se lee en algunas igle- ción (decreto de la Sagrada Congrega-
solemnidad , no pudiese celebrarse R. Si el indulto del altar privile- sias: « A l t a r privilegiado pro vivis et ción de Indulgencias de 13 de S e p -
Misa de Réquiem (decreto de la Sagra- giado dijese: «el que celebre en este defunctis interpretanda est ita, según tiembre de 1723); y tampoco la pierde
da Congregación de 16 de Febrero altar una Misa por el alma de un di- la Sagrada Congregación de Indul- la iglesia, aun cuando fuese destruida,
de 1852, y de 29 de Febrero de 1864). funto, la libra del Purgatorio,» la in- gencias, ut tam pro v i v i s , si in altari con tal de que se reedifique en el mis-
1990. A l sacerdote que teniendo dulgencia debe aplicarse por quien se de quo agitur, Missae sacrificium pro mo lugar (decreto de la misma Sagra-
obligación de celebrar en altar privi- dice la Misa, y lo mismo cuando se vivis applicetur, quam pro defunctis, da Congregación de 30 de Agosto
legiado no lo hiciese, si procedió con pide Misa en altar privilegiado; pero intelligatur concessa indulgentia ple- de 1847).
buena fe, le basta aplicar después una si en el indulto del altar privilegiado naria pro vivis ad modum jurisdictio- Aunque el que encarga la Misa y el
indulgencia plenaria á favor del alma no se expresa la palabra por un difun- nis, pro defunctis ad modum suffragii» que la celebra ignoren que el altar es
por quien antes celebró. Si obró de to, sino que se da del modo ordinario (5 Agosto 1S97). * privilegiado, esto no obsta para ganar
mala fe, según un decreto de la Sa- de altar privilegiado, y ni el que en- 1993. P. ¿Qué efecto produce la la indulgencia (decreto de la misma
grada Congregación de 16 de Febrero carga la Misa expresa esa condición indulgencia plenaria de altar privile- Sagrada Congregación de 12 de Marzo
de 1852, se ordenó lo siguiente: « N o n de que se celebre en altar privilegia- giado? de 1855).
potest satisfacere applicando aliam do, el sacerdote es libre para aplicar-
R. C o m o las indulgencias que se 1994. Aunque se rompa el ara
indulgentiam plenariam defunctis, pro la Misa por quien se la encarga, y la
aplican por los vivos, si la persona del altar privilegiado y se ponga otra
quibus ad altare privilegiatum cele- indulgencia por otra persona.
tiene las convenientes disposiciones, después, no se pierde el privilegio del
brare debuerat;» pero esto se entiende * Otros, fundados en declaraciones producen un efecto infalible, porque altar , porque éste no se concede al
en el caso de que se trate de la indul- de la Sagrada Congregación, sostie- el Papa las aplica per modum absolu- ara, sino al altar; así como los altares
gencia de altar privilegiado local; nen que la aplicación de la Misa y de tionis, de aquí creyeron algunos que lo no necesitan de nueva consagración,
porque si el sacerdote tiene privilegio la indulgencia son siempre insepa- mismo sucedía con los difuntos; pero aun cuando se muden las imágenes
personal de altar privilegiado, cumple rables. H e aquí las declaraciones: esto es falso, porque á los difuntos, de los Santos ó Titulares de ellos, por-
aplicando la indulgencia que á él le « U t r u m indulgentia plenaria altaris como que las almas de éstos no son que , como dice un decreto de la S a -
compete personalmente, celebrando privilegiad personalis debeat a grada Congregación de Ritos de 7 de
subditas del Papa, tan sólo les apro-
en cualquier altar no privilegiado, sacerdote, qui actum charitatis emisit. Julio de 1 7 5 9 : «Altaria non Sanctis,
vecha la indulgencia del altar privile-
con tal que sea en día en que no ten- applicari animas pro qua Missam ce- sed Deo in honorem Sanctorum dedi-
giado por modo de sufragio, más ó me-
ga lugar la Misa de Réquiem; porque lebrat? Aut secundo possit applicari cantur.»
nos, según place á la divina justicia.
ésta debe decirse siempre que tenga pro libito cuivis defuncto?—Resp. ad L a indulgencia del altar privilegiado 1995. Un decreto de la Sagrada
lugar, aun por aquéllos que tienen in- primam, affirmative; hoc enim modo y la Misa tan sólo se deben aplicar Congregación de Ritos, de 23 de Mayo
dulto personal de altar privilegiado. privilegium altaris conceditur a Sum-
por un difunto determinado, pues sólo de 1S46, decía que si se borraba el se-
mo Pontihce: ad secundam, provis-
1991. P. E l que tiene privilegio de esta manera la indulgencia plena- llo que el Obispo pone sobre el sepul-
sum in responsione ad primam par-
personal de altar privilegiado ¿podrá ria puede producir su plenario efecto cro hispánica cera impresso, aun cuando
tem : 19 de Diciembre de 1885.»
ganar la indulgencia plenaria cele- de librar totalmente de las penas del las reliquias permaneciesen cerradas
(Acta Sánela Sedis, vol. 18, pág. 339;
brando en oratorio privado ó en cual- Purgatorio al alma por quien se aplica dentro del sepulcro, se debería volver
Ciudad de Dios, vol. 40, Sección Ca-
quier altar portátil? (Pío V I , en 30 de Agosto de 1779)- á consagrar el altar; y da la razón:
nónica.)
R. Si expresamente no se le prohi- Se exceptúa el día de Todos los difun- «quia non constaret de illarum (reli-
bió en la concesión del privilegio, E n la última Revista se refieren las tos, en el que se puede aplicar esta quiarum) authenticitate.» Esta opi-
puede. H e aquí el decreto de la Sa declaraciones siguientes de la Sagrada indulgencia por todas las almas del nión la llevó San L i g o r i o ; pero la
Congregación de Indulgencias, apro-
grada Congregación de 15 de D i c i e m - Purgatorio en general (decreto de 29 misma Sagrada Congregación la r e -
bre de 1841, en el cual, después de badas y confirmadas por Su Santidad de Febrero de 1864). formó por otro decreto posterior de
negar la facultad de ganar la indul-el 5 de A g o s t o de 1897: « i . ° An in- Cuando se concede alguna indul- 5 de Diciembre de 1S51 , pues pre-
dulgentia altaris privilegiad separari
gencia plenaria en altar portátil cuan- gencia plenaria por comulgar en un guntada: «Utrum altariaportatilia con-
possit ab applicatione seu fructu sa-
do el privilegio es local, añade: «Ex- día determinado, el sacerdote puede secrationem suam amittant quando
crifica, quando sacrificium est cele-
cepto casu indulti privilegii personalis, ganar al mismo tiempo la indulgencia fracturo est sigillum quod reliquiis in
quo fruí potest sacerdos in quocum- brandum pro d e f u n c t i s ? — 2 . A n eadem
0
plenaria del altar privilegiado, ya sea sepulchro inclusis apponitur, an tan-
indulgentia altaris privilegiati sepa-
que altari sive fixo sive portatili cele- local, ya personal, como sucede en tum quando fractura est sepulchrum?
braturus.» rari possit, quando celebratur sacri- muchas festividades. R. N e g a t i v e , nisi fractum sit sepul-
1992. P. Cuando se pide una ficium pro vivís ita ut indulgentia E l altar privilegiado no pierde la
chrum , vel ejus operculum , aut hoc
Misa sin expresar que sea en altar prsedicta applicari possit pro defunctis consagración aun cuando se mude en
amotuvi.»

TOMO II. 22
3 3 8 LIBRO VI. TRATADO IV DE LA EUCARISTÍA. 339
Clemente X I I I concedió á todas las de P í o I X , no sé si el privilegio del hacerla los Nuncios apostólicos, sí no
parroquias del orbe católico un altar altar del Rosario de Cattanzaro se tienen delegación del Papa , c o m o me ARTICULO III
privilegiado para todos los días en los concedió á todos los sacerdotes, ó tan consta que la tienen algunas veces.
templos donde se reserva el Santísi- sólo á los cofrades del Rosario. 3. Que tampoco pueden los ejecuto-
0 De la obligación de celebrar y de aplicar
mo Sacramento, cuyo privilegio había Para que el sacerdote pueda apli- res testamentarios , á no ser que el la Misa.
de durar siete años ; y que , expirado car la indulgencia plenaria del altar fundador ó testador los autorice expre-
este plazo , se pidiese á Su Santidad privilegiado, no es necesario que esté samente para hacerlo. 1998. i . ° E s indudable que el
la renovación del privilegio. en gracia , porque no depe?de de sus San L i g o r i o (en el m i s m o n ú m e r o ) , sacerdote está obligado sub gravi á ce-
1 9 9 6 . Benedicto X I I I , e n su cons- disposiciones, sino de la virtud infini- después de referir estos decretos de la lebrar algunas veces. H e aquí el sóli-
titución Exponi Nobis, de 22 de Sep- ta de la V í c t i m a divina que se ofrece Sagrada Congregación que cita F e - do raciocinio con que lo prueba San-
tiembre de 1724, concedió á todos los en el sacrificio. rraris, añade: « B e n e potest Episcopus to T o m á s : « Q u í d a m dixerunt , quod
altares de todas las iglesias de los re- Esta indulgencia plenaria se puede dispensare ut celebretur in alio l o c o , sacerdos potest omnino a consecra-
ligiosos dominicos, que fuesen privile- aplicar también por los catecúmenos, ex rationabili causa, puta ob utilitatem tione licite abstinere, nisi teneatur ex
giados, pero tan sólo para los sacer- porque se supone que murieron en proprise ecclesias, applicationem stu- cura sibi commissa...: sed hoc irratio-
dotes de la misma Orden , y con la gracia; y añade Bouvier que Inocen- dii, infirmitatem, aut negotium , aut nabiliter dicitur; quia unusquisque tenetur
condición de que la indulgencia ple- cio I I I mandó á un Obispo que apli- nimiam molestiam adeundi ecclesiam, uti gratia sibi data, cum fuerit oppor-
naria de la Misa se había de ofrecer case la Misa por un catecúmeno di- et similia. Ita Palaus , Cóncina, Sal - tunum, secundum illud I I ad Corinth.,
en sufragio de alguna alma del P u r - funto. mant., etc. R a t i o , quia in tali dispen- cap. 6, v. 1: Hortamur vos ne in vacuum
gatorio. Benedicto X I V confirmó y 1997. P. ¿ C ó m o peca el que, satione voluntas testatoris tantum in gratiam Dei recipiatis. Opportunitas
amplió este privilegio en 3 de Julio estando obligado á celebrar la Misa en accidentibus omittitur, et altiori bono autem sacrificium offerendi non so-
de 1 7 5 o , añadiendo: «Idque , etiamsi determinada iglesia ó altar, ó á cierta compensatur...; tanto magis, quia T r i - lum attenditur per comparationem ad
Missas non sint defunctorum; sive sint hora, no lo cumple? dentinum, sess. 25 , cap. 4, expresse fideles C h r i s t i , quibus oportet Sacra-
ex obligatione,sive ex devotione, quo- E. San L i g o r i o , en el lib. 6, núme- concedit Praslatis in quibusdam casi- menta ministrari , sed principaliter
tiescumque Missa defunctorum cele- ro 329, dice así: «Pecaría mortal men- bus, etiam omnino commutare idiimas per comparationem ad Deum , cui
brari non possit.» voluntates. Rede tamen dicunt , in n o - consecratione hujus Sacramenti sa-
te si lo hiciese muchas veces sin jutf.i
stro casu non posse dispensare E p i s c o - crificium offertur» ( 3 . p. , q. 82,
a

Gregorio X V I , por decreto de la causa, sin dispensa, y habiendo el fun-

pos , si testator designando ecclesiam art. 10).
Sagrada Congregación de Indulgen- dador tenido grave motivo para desig-
cias en 7 de Junio de 1842 , extendió nar y fijar la iglesia, altar , día ó la vel horam in fundatione , specialiter E l Tridentino (sess. 22 , cap. 1)
el anterior privilegio , concediendo á hora de celebrar.» respexerit commoditatem populi audituri confirma expresamente esto m i s m o :
los sacerdotes seculares que fuesen co- i.° N o seria m o r t a l , sino venial, Missam. Prasterea dixi, modo fundator « E t eisdem (Apostolis), eorumque in
frades del Santo Rosario, el poder ganar si faltare rara vez , c o m o una ó dos altare illud destinaverit ob gravem cau- sacerdotio successoribus, utofferrent,
la indulgencia p l e n a r i a , celebrando veces al mes ; y esto se admite más sam , puta ob memoriam v e l c o m m o - prascepit per hasc verba: Hoc facite in
en el altar de Nuestra Señora del R o - fácilmente , cuando no se muda ¡a dum familias , aut populi, vel ob spe- imam commemoralionem , uti semper
sario en las iglesias de dominicos; de iglesia designada, sino tan sólo la hora cialem cultum sancti, et similia. N a m catholicaEcclesia intellexit et docuit.»
modo que el privilegio de dicho altar ó el altar. si nullum habuerit specialem finem , vel 2. 0
Me parece notablemente más
no es personal, sino local. 2.0
N o habrá culpa alguna si hu- si causa cessaverit, nempe , si familia probable, que el simple sacerdote, aun
Por último, P í o I X , en 3 de Marzo biese justa causa; c o m o si el altar está sit extincta , vel alibi moretur , tune prescindiendo de todo otro compro-
de 1857 , concedió al altar de la co- execrado, ó se está restaurando, ó, sacerdos, mutando altare, tantum v e - miso y de peligro de escándalo , está
fradía de Nuestra Señora del Rosario habiendo salido de la sacristía á cele- nialiter peccabit; et ne venialiter qui- obligado, tan sólo por ser sacerdote, á ce-
de la ciudad de Cattanzaro, en Cala- brar, estuviese ocupado ya el altar. dem, si celebret in altari privilegiato, lebrar tres ó cuatro veces cada año en
bria, el privilegio perpetuo de altar 3.0
T a m p o c o habría culpa alguna quiaibi melius consulet fundatori. C e - las fiestas más solemnes. Esta es la
privilegiado; y c o m o el privilegio con- cuando hubiese dispensado el Papa. terum apud Ferraris (en el lugar c i - opinión de San L i g o r i o , y la común
cedido á una cofradía del Rosario E n cuanto al Obispo, Ferraris , en la tado) referri plura decreta Sacras C o n - en el día. Esto mismo había dicho
ipso fado se extiende á todas las co- palabra Capellanía, núm. 1 4 , trae gregationis C o n c i l i i , quibus dicitur Santo T o m á s en el lugar citado: « S a l -
fradías del Santo Rosario de todo varias declaraciones de la Sagrada pro hujusmodi dispensatione semper tem videtur, quod (sacerdos) celebra-
el orbe c a t ó l i c o , de aquí es que en Congregación del Concilio en que se adeundam esse Sedem A p o s t o l i c a m . » re teneatur in prascipuis festis , et
cualquier parroquia seglar que se fun- dice: i . ° Que las cargas de Misas que Yo creo que estos decretos se han de m á x i m e in illis diebus quibus fideles
de una cofradía del Rosario , el altar se dejan para una iglesia determinada entender en los casos en que , según communicare consuevere.» Soto i n -
de la cofradía es privilegiado para ó capilla no se pueden trasladar á otra San L i g o r i o , no puede el . O b i s p o , terpreta estas palabras del A n g é l i c o
todos los sacerdotes que en él cele- parte sin licencia de la Silla Apostó- puesto que el Santo Doctor hace estas diciendo que por estas fiestas se en -
bren. Como no he visto la concesión lica. 2 . Q u e esta traslación no pueden
0 excepciones. tienden la Natividad del Señor, su
34o LIBRO V I . 1' R A T A D O IV. DE LA EUCARISTÍA. 341
Resurrección y la fiesta de Pentecos- daría ocasión este sacerdote á que su les, me parece conveniente trasladar Sagrada Congregación del Concilio,
tés, porque en estos días todos los fie- conducta moral se tuviese por sospe el texto de esta constitución pontifi- de la de Ritos y de la Sagrada P e n i -
les tenían la costumbre de comulgar. chosa. cia, para que la tengan presente los tenciaría habían declarado constante-
L a Sagrada Congregación del Con- Por último, los sacerdotes debemos párrocos y sacerdotes á quienes se mente, hasta con aprobación del papa
cilio, citada por San L i g o r i o , dio en considerar atentamente aquellas her- dirige. Dice así: Gregorio X V I , que la supresión de
Noviembre de 1696 el siguiente de- mosas palabras del Seráfico Docto; «Apostólica auctoritate decernimus et las fiestas tan sólo eximía á los fieles
creto: «Qui sine justa causa ter vel qua- San Buenaventura: «Sacerdos (ñor. declaramus, infra scriptos dumtaxat de la obligación de oir Misa y de abs-
ter non celebravit, peccavit mortaliter, legitime impeditus) celebrare omit- dies pro festis ex prascepto colendos tenerse de obras serviles, pero no á
et potest ab Episcopo puniri.» P o r el tens, quantum in se est, privat T r i - esse...; dominicos, scilicet, dies to- los párrocos de aplicar la Misa pro
contrario, hay otro decreto, dado por nitatem laude et gloria, angelos hcti- tius anni; Nativitatis D. N . J. C , populo en las mismas: «Nihil deroga-
la misma Sagrada Congregación en tia, peccatores venia, justos subsidio Circumcisionis, Epiphanise, R e s u r - tum fuisse obligationi parochorum
Febrero de 1 7 1 7 , que dice: «Episco- et gratia, in purgatorio existentes re- rectionis cum duabus sequentibus f e - applicandi Missam pro populo, etiam
pum non posse obligare sacerdotem frigerio, Ecclesiam Christi speciaii riis, Ascensionis; Pentecostés cum in iis festis diebus, prout alias a Sa-
ad celebrandum ómnibus diebus d o - beneficio, et seipsum medicina et re- duabus pariter sequentibus f e r i i s ; cra Congregatione Concilii declara-
minicis et festis solemnioribus, alia medio contra quotidiana peccata et Sanctissimas Trinitatis; solemnitatis tum fuit in Camerina, 2 Martii 1S01.
ratione prasclusa.» infirmitates.» Corporis Christi et Inventionis S. Cru- Datum Romas, in Sacra Pceniten-
Hasta aquí he tratado exclusiva- 1999. P. ¿Hay algunos sacerdo- cis; necnon festivitatum Purificatio- tiaria, 22 Februarii 1848.»
mente de la obligación sub gravi que tes que estén obligados sub grav: á nis, Annuntiationis, Assumptionis, L o mismo se respondió á las con-
tiene el simple sacerdote de celebrar, celebrar muchas veces al año? et Nativitatis Deipane Virginis; D e - sultas que se hicieron de España;
prescindiendo de otras circunstancias R. Además de aquellos sacerdotes dicationis S. Michaelis Archangeli; pero como las apreciaciones de los
apremiantes que pueden imponerle que por especiales compromisos con- Nativitatis S. Joannis Baptistae; San- hombres son tan diversas (aunque sin
obligación grave de celebrar muchas traídos están obligados á celebrar ctorum Petri et Pauli, S. Andreas, fundamento), algunos pocos no se
veces. E n cuanto á la obligación sub cierto número de Misas, he aquí las S. Jacobi, S. Bartholomasi, S. Mat- aquietaron todavía, hasta que Pío I X
levi, dice San L i g o r i o que no sabría palabras del Tridentino: «Cum pre- thaei , S S . Simonis et Judas , et cortó de raíz toda duda por su encí-
excusar de pecado venial al simple cepto divino mandatum sit ómnibus, S. Mathiae, Apostolorum. í t e m festum clica de 3 de Mayo de 1S58, que c o -
sacerdote que, pudiendo buenamente quibus animarían cura coinmissa est, S. Stephani Protomartyris; S S . Inno- mienza Amantissimi. H e aquí sus de-
celebrar todos los días, lo omitiese oves suas agnoscere, pro his sacrif- centium; S. Laurentii Martyris ; cretarías palabras: «Declaramus, sta-
S. Sylvestri, Papas et Confessoris;
sin causa racional, por mera desidia; cium ojferré,» etc. (Sesión 23, cap. 1, tuimus, atque decernimus, parochos
S. Josephi, etiam Confessoris ; et
pero esto no se entiende en el caso De reform.) aliosque omnes animarum curam
S. Annas, Deiparas Genitricis; s o l e m - actu gerentes sacrosanctum Missas
de que se abstuviese de celebrar a l - 2000. P. ¿Cuáles son los días
nitatis Omnium Sanctorum; atque sacrificium pro populo sibi commisso
guno que otro día por reverencia al en que los párrocos y demás pastores
unius ex principalioribus Patronis in celebrare et applicare deberé, tum ó m -
divinísimo Sacramento, para prepa- qui habent curam animarum están obli-
quocumque regno sive provincia, et nibus dominicis aliisque diebus qui
rarse mejor. gados sub gravi á celebrar y aplicar la
alterius pariter principalioris in qua- ex prascepto adhuc servantur, «tum
Se ha de tener presente que en Misa por las personas que les están
cumque civitate, oppido, vel pago, )>alus etiam qui ex hujus Apostólicas
nuestros días, atendida la escasez de encomendadas?
ubi hos Patronos haberi vel venerari i) Sedis indulgentia ex dierum de pras-
sacerdotes, en muchísimos pueblos R. Urbano V I I I , en su constitución
contigerit.» »cepto festorum numero sublati ac
ocurrirán frecuentes casos en que un que comienza Universa (su fecha 13
simple sacerdote no podrá excusarse de Septiembre de 1644), dirigida á «translati sunt, quemadmodum ipsi
A estas fiestas hay que añadir la
por muchos días de celebrar, sin fal- toda la Iglesia católica, en el párrafo 2, «animarum curatores debebant dum
de la Inmaculada Concepción de la
tar á compromisos públicos y sin ex- fijó los días de precepto en que los »memorara Urbani V I I I constitutio
Santísima V i r g e n , declarada fiesta de
ponerse á graves disgustos y críticas. párrocos y demás sacerdotes que tie- »in pleno suo robore vigebat, ante-
precepto para toda la Iglesia en la
L l a m a r í a notablemente la atención nen cura de almas están obligados a »quam festivi de prascepto dies immi-
constitución Commissi Nobis, de 6 de
»nuerentur et transferrentur.» Quod
en un pueblo si un sacerdote de buena aplicar la Misa por las personas que Diciembre de 1708.
vero attinet ad festos translatos dies,
salud no celebrase desde Pentecostés están á su cargo; y como la designa- 2001. Cuando P í o V I , Pío V I I y
«id unum excipimus, ut, scilicet, quan-
hasta la Natividad del Señor, y si en ción de las fiestas de precepto que se- Pío I X suprimieron algunos días f e s -
»do una cum solemnitate divinum
el día de la Ascensión de Jesucristo ó ñaló Urbano V I I I está vigente en el tivos, algunos autores creyeron que
«officium translatum fuerit in d o m i -
del Corpus Christi se le viese confun- día, aun en los reinos en que algunos los párrocos y demás sacerdotes que
»nicum diem, una tantum Missa pro
dido con los fieles oyendo Misa. E l Papas posteriores suprimieron algu- tenían cura de almas no estaban obli-
nas festividades en cuanto á la obli- «populo sit a parochis applicanda,
pueblo ( y más en nuestros días) no gados á aplicar la Misa pro personis
gación que tenían los fieles de oír quandoquidem Missa, quas prascipua
encontraría causa racional para justi- sibi commissis en las fiestas suprimi-
Misa y de abstenerse de obras servi- divini officii pars est, una simul cum
ficar tan extraño proceder, y hasta das. Muchos decretos emanados de la
 LIBRO VI. TRATADO
342
jpso officio translata existiman debet.»
Léanse con atención las últimas
palabras del anterior decreto pontifi-
cio. Cuando el Oficio divino de una
fiesta suprimida se traslada al d o -
mingo, si se traslada también la so-
lemnidad de la fiesta, entonces el pá-
rroco cumple con aplicar la Misa so-
lamente en el domingo; pero si tan
sólo se traslada al domingo el Oficio,
pero no la celebración de la fiesta,
entonces el párroco, no sólo debe apli-
car la Misa pro populo en el domingo,
sino también en el mismo día de la
fiesta, etsi non celebrettir. Son palabras
de Scavini en la edición de 1865,
t o m o 1, núm. 514, nota 2. a
E n algunas partes se suprimieron
* determinadas festividades, y se tras-
ladaron al domingo en cuanto á la
solemnidad, pero dejando el Oficio
divino en su día propio; como sucedió
en Francia con la Epifanía, Corpus
Christi, San Pedro y San Pablo Após-
toles, Patrono principal y la Inmacu-
lada Concepción de la V i r g e n . E l pá-
rroco debe aplicar la Misa pro populo
en el mismo día del misterio ó del
Santo, y no cumple con aplicarla so-
lamente en el domingo al que se tras-
ladó el misterio ó el Santo en cuanto
á la solemnidad.
Benedicto X I V , en su bula Cum
semper, de 19 de Agosto de 1744, de-
terminó y mandó que la Misa se apli-
case por el pueblo en todos los días
festivos que señaló Urbano V I H , y
se han numerado ya. H é aquí sus pa-
labras: « O m n e s parochi, sive sacula-
res, sive regulares, etsi sint vicarii
curati (qui nempe curas actúale exer-
citium habent, remanente penes alium
habituali cura), imo etsi ad nutum
amoviles, vel deputati sint ad tempus
tantum (vice parochi), licet congruis
redditibus destituantur.» (Véase toda
la encíclica, al principio del tomo 1
de la Teología lata de San L i g o r i o ,
Epístola , Encíclica V , super Missa
parochiali et conventuali.)
2002. Aunque por regla general
IV.
todos los párrocos y demás que tienen
cura de almas, aun cuando sean po-
bres, deben aplicar la Misa pro populo
en los días que quedan dichos, no
obstante, el mismo Benedicto X I V
facultó á los Obispos para que den á
los párrocos licencia de aplicar la
Misa por limosna en el día festivo,
con las dos siguientes condiciones:
i . « U t ad necessariam populi com-
a
moditatem in ipsa ecclesia parochiali
Missam celebrent. 2. E a adjecta con-
a dum Missas proprii beneficii alteri
ditione, ut tot Missas infra hebdoma-
dam pro populo applicent, quot in
diebus festis infra eamdem hebdoma-
dam occurrentibus juxta peculiarem
intentionem alterius benefactoris ob-
tulerint.» Son palabras de la citada
encíclica Cum semper, de Benedic-
to X I V .
L a Sagrada Congregación de Ri-
tos, consultada por el obispo de Vich
sobre diversas dudas, entre otras co-
sas respondió, en 1 0 de Junio de 1859,
que cuando el párroco en un día festi-
v o no pudiese diferir fácilmente la ce-
lebración de la Misa, por exigirlo así
la fundación ó los estatutos de una
cofradía, podía aplicar la Misa por
este fin, con tal que en la misma sema-
na aplicase después pro populo tantas
Misas cuantas había celebrado con es-
tipendio en días festivos.
2003. P. E l párroco ¿está obli-
gado á decir personalmente la Misa
que debe aplicar pro populo?
R. E s indudable que está obligado,
y no la puede encargar á otro, «ex-
cepto casu veras necessitatis, et con-
currente causa canónica,» esto es, le-
g í t i m a (decreto de la Sagrada Congre-
gación de 25 de Septiembre de 1847).
E n 22 de Julio de 1848 dio otro de-
creto, el cual ordena que si el párroco
está legítimamente impedido, debe
encargar á otro la aplicación de la
Misa, y cumple con darle el estipen-
dio regular, esto es, el ordinario, se-
gún otro decreto de la Sagrada Con-
gregación.
Si en un día en que el párroco tiene
DE LA
que aplicar la Misa pro popido se vie-
se precisado á valerse de otro sacer-
dote para que aplique la Misa por un
difunto que está de cuerpo presente,
el párroco no está obligado á dar al
sacerdote sino la limosna que se acos-
tumbre «pro Missis manualibus, et ali-
quid amplias pro incommodo. Non enim
parochus tenetur daré totum quod ac-
c i p i t , cum et ipse gaudere possit
privilegio casterorum beneficiatorum,
tribuunt celebrandas,» dice Scavini
(tomo 1, núm. 692, edición de 1865).
* L o s capellanes castrenses en E s -
paña son verdaderos párrocos y , por
tanto, están obligados á lo mismo que
los otros párrocos, debiendo aplicar
la Misa pro populo en los días de fies-
ta, aun en las suprimidas, al tenor
de la circular dirigida á los subdele-
gados con fecha 24 de Diciembre
ae 1867; y tienen la misma obliga-
ción los capellanes de castillos, ciu-
dadelas, hospitales, etc., y los que
sirven el cargo interinamente no ha-
biendo capellán propio; mas no los
capellanes transeúntes , que suelen
ser de la jurisdicción ordinaria y no
tienen sueldo. (Véase Mach, Tesoro
del sacerdote, 12 edición, núm. 252,
pág. 447.) L o s capellanes castrenses,
según «1 indulto de Clemente X I I al
rey de España, concedido en 4 de F e -
brero de 1736, pueden celebrar, «gra-
vi omnino urgente necessitate etiam
bis in die (si tamen in priori Missa
ablutionem non sumpserit ac jejunus
fuerit.» (Ferraris, verbo Capellanus mi-
litum, núm. 1 5 , § 5.) Mas para hacer
uso de esta facultad deben obtener
licencia del superior jerárquico del
territorio. (Mach, núm. 234, pág. 429,
edición 1 2 ) (Véase el Breve de C l e -
mente X I I I , § 9, en el núm. 1595.) *
2004.. P. L o s capellanes, bene-
ficiados, canónigos y demás que por
estatuto de las obligaciones que tie-
nen, ó de la fundación de sus benefi-
cios, estaban obligados á aplicar la
Misa en los días festivos que señaló
EUCARISTÍA. 343
Urbano V I I I , ¿están también en ese
deber después que los Papas poste-
riores suprimieron algunas de estas
fiestas?
R. T e n g o por cierto que si para és-
tos no hubo alguna dispensación pon-
tificia expresa , están obligados, del
mismo modo que se ha dicho de los
párrocos. E l obispo de Novara hizo la
siguiente consulta á la Sagrada Con-
gregación del Concilio: «Cum plura
beneficia a fundatione onus habeant
Missas in ómnibus diebus festis ap-
plicanda3 , dubium emergit, utrum
singuli beneficiati ad id obligentur
etiam in festis hucusque ab Apostó-
lica Sede supressis ?» L a Sagrada
Congregación, en 15 de Diciembre
de 1856, dio la siguiente respuesta:
«Juxta resolutiones alias in similibus,
editas, teneri;» á cuyas palabras aña-
de Scavini: «Quod quidem paritate
rationis videtur dicendum de capella-
nis, et legatariis: nam festa reducía
semper habentur in Ecclesia ut festa
de prascepto. H i n c prima sententia
(contraria) in praxi nequit amplius
sustineri: nec appellari privilegio, aut
consuetudini.» ( T o m o 1, núm. 693,
edición de 1865.)
L o s capellanes de monjas no es-
tán obligados á aplicar la Misa por la
comunidad, porque ni son párrocos,
ni están en el número de los que real-
mente tienen cura de almas. Así lo
declaró la Sagrada Congregación en 7
de Diciembre de 1844. T a m p o c o es-
tán obligados aquellos sacerdotes que
no están encargados actualmente de
una parroquia, sino que (aun cuando
tengan que administrar los Sacramen-
tos) tan sólo van á suplir á un pá-
rroco, como sucede en las islas de
L í p a r i , y ha sucedido también en
nuestros días á varios sacerdotes en
España , cuando algunos párrocos ,
acosados de una persecución perso-
nal, han tenido que fugarse de sus
parroquias; en cuyo caso los sacerdo-
tes que asistiesen á los fieles desam-
parados no tenían obligación de apli-
 LIBRO VI. TRATADO
344
car la Misa pro populo, pues no ejer-
cían la cura de almas, mientras el
Diocesano no les encargase el cuida-
do de la parroquia. A s í lo decretó la
Sagrada Congregación en 23 de Mar-
zo de 1861. E s indiferente que el sa-
cerdote sea párroco en propiedad, ó
vicario, ó ecónomo, pues siempre es-
tará obligado á aplicar la Misa pro po-
pulo en los días que se han dicho, si
en defecto del párroco está encargado
de la parroquia por el Diocesano ,
como lo decretó Benedicto X I V en su
bula que comienza Cum semper obla-
tas, § S, su fecha 19 de A g o s t o de 1744.
E n España, atendida la extremada
pobreza á que se hallan reducidos
muchos p á r r o c o s , algunos Obispos
han obtenido de Su Santidad la fa-
cultad de dispensar para que aquéllos
apliquen con estipendio la Misa en las
fiestas suprimidas , mientras duren
las actuales circunstancias; otros tan
sólo por un plazo determinado de tres
años.
* T a m p o c o están obligados á decir
la Misa pro populo los capellanes de
casas de beneficencia, asilos, cárce-
les, hospitales y otros establecimien-
tos análogos. S. C. C , 3 Junio 1860.
( L e h m k u h l , tomo 2, pág. 145.) *
2005. P. Si el párroco estuviese
enfermo en alguno ó algunos días fes-
tivos, ¿tiene el deber de buscar un
sacerdote que en su lugar aplique pro
populo?
R. San L i g o r i o tiene por cierto,
censeo omnino tenendum, que está obli-
gado á buscar quien le supla; por-
que si bien esta obligación es perso-
nal del párroco (porque, no estando
legítimamente impedido, debe él mis-
mo celebrar y aplicar la M i s a ) , pero
también es obligación real; así como
cuando no puede por sí mismo predi-
car, administrar los Sacramentos, etc.,
debe indudablemente hacerlo por me-
dio de otro sacerdote, como lo decla-
ró un decreto de la Sagrada Congre-
gación de Propaganda Pide, en 1 1 de
Marzo de 1843. San L i g o r i o trata eru-
IV.
ditamente esta cuestión en el lib. G,
al fin del núm. 326.
2006. P. L o s párrocos c u y a s
rentas son pingües , ¿cumplen con
aplicar la Misa pro populo en los do-
mingos y demás días festivos que fijó
Urbano V I I I ? ¿Y los Obispos?
R. Benedicto X I V , en su citada
bula Cum semper, dice que algunos
decretos de la Sagrada Congregación
del Concilio habían declarado «paro-
chum pinguibus reddilibus dotatum quo-
tidie pro populo celebrare et applicare
deberé; eum vero, qui uberioribus hu-
jusmodi redditibus non gaudeat, fes-
tivis tantum diebus id ipsum prassta-
re teneri.» D e aquí provino que algu-
nos autores, entre ellos Ferraris (en
las palabras Missa sacrificium, art. 3,
números 1, 2 y 3), citen esos decre-
tos y afirmen que el párroco está obli-
gado á aplicar la Misa por el pueblo,
si habeat pingues redditus; pero en el
día es cosa ciertisima que el párroco
(aunque tenga pingües réditos) cum-
ple suficientemente aplicando por el
pueblo en los dominpos y días festi-
vos que fijó Urbano V I I I en su cita-
da constitución Universa. Así lo de-
claró y determinó expresamente Bene-
dicto X I V en su bula Cum semper,
anulando, por parecerle severo, el de-
creto contrario de la Sagrada Congre-
gación del Concilio; y así lo declaró
también P í o I X en su encíclica de 3
de Mayo de 1S58 , cuyas literales
palabras quedan copiadas : Declara-
mus, etc. H e querido transcribir lite-
ralmente las palabras de Benedic-
to X I V , para que se vea que algunos
decretos de la Sagrada Congregación
están modificados ó derogados por
otros posteriores , ó por decisiones
pontificias, ó por costumbre legítima.
E n cuanto á los Obispos, San Li-
g o r i o , en el lib. 6, núm. 327, dice:
i.° Que como son principaliares
animarían pastores, están obligados
con mayor razón que los párrocos á
aplicar la Misa en los mismos días
que éstos en favor de sus diocesa-
DE LA EUCARISTÍA.
nos , pero que no están obligados á
más.
2.
0
Que los Obispos no están obli-
gados ni á decir ni á oir Misa todos
los días, si bien el derecho canónico les
dice que no es decoroso que sin causa
racional que les excuse ni la digan ni
la oigan: « N e c possunt semper com-
mode ad ecclesias accederé pro Missa
celebranda vel audienda in ipsis, sine
qua eos transiré non decet.» Del ver-
bo decet, de que usa el derecho, infie-
re rectamente San L i g o r i o la siguien-
te conclusión: « D i v i n a celebratio Mis-
sae vel auditio (quotidie), quoad Epis-
copos, est tantum de decentia, non vero
de obligalione.»
* L e ó n X I I I , por las letras apostó-
licas que empiezan In suprema, de 10
de Junio de 1882, determina y decla-
ra que todos y cada uno de los Obis-
pos investidos de cualquiera dignidad,
aun cardenalicia, y lo mismo los Aba-
des que tienen jurisdicción cuasi
episcopal sobre el clero y el pueblo
con territorio separado, están obliga-
dos á celebrar y aplicar la Misa pro
populo sibi commisso todos los d o m i n -
gos y los demás días festivos de pre-
cepto y en las fiestas suprimidas omni
exiguitatis reddituum excusalione aut
alia quavis exceptione remota. Declara
asimismo que aplicando una sola Mi-
sa, cumplen los Obispos y Abades con
esta obligación, «etiamsi duas velplu-
res Dioeceses et Abbatias seque prin-
cipaliter unitas regant.» Y declara,
finalmente, que no obliga este pre-
cepto á los Obispos titulares que no
toman posesión de sus Sedes , con
la cual empezaría esta obligación
(S. C. R. in Marsor., 2 N o v . 1831),
ni se les da clero ni pueblo á quien
gobernar. «Sed tamen si aequitatis ca-
ritatisque episcopalis ratio habeatur,
non potest non consentaneum videri,
eos etiam interdum sacrificium offerre
ut respiciat Deus miseram ecclesia-
rum illarum conditionem, quarum ti-
tulo et nomine, ipsi honestantur.»
(Acta S. Sedis, vol. 21, págs. 529, 534
345
y 535• Véase Mach, 12 edición, nú-
mero 243, pág. 437.)
Sobre la obligación de aplicar la
Misa pro populo que tienen los O b i s -
pos del rito oriental, véase la decla-
ración de la Sagrada Congregación de
Propaganda de 23 de Marzo de 1863.
(Acta S. Sedis tomo 1, p á g . 409.)
A los Obispos armenios les obliga la
Constitución In suprema, si bien por
circunstancias especiales pueden acu-
dir á la Santa Sede exponiéndolas.
(S. C. Prop. 28 Julio 1884.) L o s Obis-
pos auxiliares y coadjutores no están
obligados á aplicar la Misa pro popu-
lo; pero sí los Administradores apos-
tólicos que están en lugar de los Obis-
pos y los que administran una abadía
nullius (18 Abril 1864), y los V i c a -
rios Apostólicos enviados á regir una
diócesis para lá cual no se nombra
Obispo. Véase el voto del cardenal T a r -
quini, siendo consultor de la Sagra-
da Congregación de Propaganda, en
la causa «Super dubiis de applicatione
Missae pro pouplo,» 23 M a r t . 1863.
(Acta S. Sedis, vol. 1, pág. 407.)
Con respecto á los Vicarios Apostó-
licos y Misioneros, la Sagrada Congre-
gación de Propaganda dio la resolu-
ción siguiente el 23 de M a r z o de 1863:
« A n Vicarii Apostolici et Missionarii,
qui quovis modo suscipiunt anima-
rum curam, in determinato loco, t e -
neantur indiscriminatim ex justitia
applicare Missam pro populo diebus
festis? A d 1. N e g a t i v e , dummodo non
agatur de locis, in quibus Sedes epis-
copalis, et paroeciae canonice erectas
j a m sint, atque ad ea Vicarius Apos-
tolicus, et Missionarii, missi sint, ut
legitimorum Pastorum vices gerant.»
Preguntóse además: « I I I . An illis,
qui ex justitia non tenentur, responde-
ri debeat, decere ex charitate vel tene-
ri ex charitate, ad applicandam M i s -
sam pro populo?» Y respondió la Sa-
grada Congregación: « A d I I I . Vitan -
dam esse locutionem teneri ex chari-
tate; dicendum autem esse: decere ex
charitate, idque ita, ut nulla proprise
346 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 347
dictas obligationis significatio appa- I ner, pág. 513, Muhlbauer, Thesau doctrina de Santo T o m á s : «Attenden- hibir que los sacerdotes reciban por
reat. (Acta S. Sedis, vol. i , págs. 407 >rum resolut., tomo 1, pág. 1017.)» dam esse consuetudinem loci, vel le- la celebración de la Misa un estipen-
N o obstante, nada habla de esta gem synodalem quatenus adsit: sin dio menor que el tasado?
y 4 -)o 8

minus, statuendam esse per Episco- R. San L i g o r i o , con la opinión

E n virtud de la declaración prime- obligación la constitución de Bene-
pum eleemosynam competentem ejus c o m ú n , dice que es cierto:
ra, los misioneros que en Filipinas dicto X I V , Cum semper oblatas, ni la
arbitrio.» ( D i e 15 N o v . 1698.) i.° Que cuando el Obispo fija el
ejercen la cura de almas en la provin- Encíclica Amantissimi Redemptoris de
cia de Nueva Vizcaya y parte de la P í o I X , ni las letras In suprema 2009. P. E l sacerdote que exi- estipendio de la Misa, no por esto pro-
Isabela de L u z ó n , no están obligados de L e ó n X I I I . Véase Acta S. Sedis, giese mayor limosna que la tasada por hibe que los fieles den mayor estipen-
el Obispo, ó por constitución sinodal, dio, si así les place, ni que los sacer-
á aplicar la Misa pro populo ni de jus- tomo 1, pág. 399: y propuesta dos
ó por costumbre legítima, ¿pecaría? dotes reciban menor estipendio : úni-
ticia, ni de caridad, sino, como dice veces la cuestión de si los Prelados
R. Pecaría contra justicia conmu- camente prohibe que los sacerdotes
la declaración, decere ex charitate; de regulares están obligados á aplicar
tativa, y estaría oDligado á restituir exijan más, ó que los albaceas den
modo que este decere no implica nin- la Misa pro populo ante la Santa Sedu ;

el exceso. Así lo afirma y prueba só- menor estipendio por las Misas que
guna obligación propiamente dicha; al según refiere G i r a l d i , bis insoluta
lidamente Benedicto X I V (De Synodo dejó el difunto, sin designar limosna,
contrario, los misioneros que ejercen mansit; lo que es digno de notarse,
Dicecesana, lib. 5, cap. 2), donde, en- y lo mismo en otros casos.
la cura de almas en calidad de misio- dice Tarquini en la consulta antes
tre otras cosas, dice así: «Si ultra 2. E l Obispo no puede prohibir
neros en los pueblos que fueron ca- citada. ( V é a s e Mach, edición 12, nú-
0

eleemosynam ab Episcopo taxatam, que los fieles ofrezcan espontáneamente

nónicamente erigidos en parroquias, mero 248, pág. 439.) *
plus sacerdos celebraturus exigai, non mayor limosna que la señalada por
y los Vicarios Apostólicos, que son
ARTÍCULO IV
solum delinquit contra legem E c c l e - él; y Benedicto X I V (Notif. 56, nú-
enviados á los lugares en los cuales
sias, verum etiam justitiam commuiati- mero 2) pone una decisión de la Sa-
estuvo erigida la sede episcopal, para
De la aplicación de la Misa por estipen- vam laedit; etenim, uti argumentatur grada Congregación del Concilio,
hacer las veces de lo"s legítimos pas-
dio, y de algunas cuestiones inciden- Suarez,» etc. San L i g o r i o , siguiendo dada en 16 de Enero de 1649 contra
tores , están obligados á aplicar la
tales. á Cóncina y á otros autores, dice que un obispo de Pistoya, el cual había
Misa pro populo.
hoy no se puede sostener que el sacer- prohibido que los fieles pudiesen dar
«Vicarii Capitulares tenentur ne ad
2007. E l sacerdote puede lícita- dote pueda exigir mayor limosna, fun- mayor limosna que la tasada. E l de-
hac Missae applicationem,Sede vacan- dado en que la tasada por el Obispo
mente recibir estipendio por la apli- creto de la Sagrada Congregación
te? S. Congr. respondit 12 N o v . 1831. ó por la costumbre legítima no le dice así: « P r o h i b e n non posse, ideo-
N e g a t i v e » (Acta S. Sedis, v o l . 25, cación de la Misa; porque, como dice basta para su sustentación. L a obli-
Santo T o m á s , con la sentencia uná- que moderandum decretum ( E p i s -
Pág- 555-3 gación de atenerse á la tasa señalada copi).»
nime de los doctores católicos, «acci-
Sobre si los prelados regulares es- comprende también indudablemente
pere aliqua ad sustentationem eorum .° E n el día es mucho más pro-
tán obligados á aplicar la Misa pro á los sacerdotes regulares; porque,
3

qui Sacramenta ministrant, secundum bable, y para mí es cierto en la prácti-

popido, he aquí cómo se expresa como dice San L i g o r i o , siguiendo á
ordinationem Ecclesia; et consuetudi- ca, que el Obispo puede prohibir á los
L e h m k u h l , tomo 2, pág. 145. « P l e - Cóncina y á la sentencia común, así
nes approbatas, non est simonía nec clérigos de su diócesis que reciban
nitudinem pastoralis officii (praslati lo ordenó un decreto de la Sagrada
peccatum» ( 2 . 2. ', q. 100, art. 2).
a a
por las Misas menor estipendio que el
regulares) ex jure divino non habent Congregación del Concilio de 15 de
Benedicto X I V , en su célebre obra De señalado por el Prelado ó por las Si-
in suos subditos, ut Episcopi in suos Enero de 1639, que dice así: « E l e e -
Synodo Dicscesana, lib. 5, cap. 8, relie- nodales. Así lo dice Benedicto X I V
populos. Quare videndum est, qua- mosynam pro qualibet Missa per re-
re las diversas costumbres que hubo (Notif. 56, núm. 2), fundado en una
lem curam Ecclesia illis commiserit- gulares celebranda in eorum ecclesiis
en la Iglesia respecto de las oblacio- declaración de la Sagrada Congrega-
Sub lege qualibet die Dominica et fes- nes que en diversos tiempos ofrecían esse taxandam arbitrio Ordinarii jux-
ción del Concilio de 16 de Julio de
tiva celebrandi, eos non comprehen- los fieles para la aplicación del sacri- ta morem regionis.» Pero se ha de
1689, la cual dice así (son palabras
dit, legislatore de iis tácente: at non ficio de la Misa. E l que no tenga la rotar que aquí se habla de la limosna
de San L i g o r i o , lib. 6, núm. 320,
videtur minorem partem pastoralis citada obra (¡ojalá se hiciesen con ella de la Misa, prescindiendo de toda cir-
dubit. 3): « Bene posse Episcopum
curas Ecclesia iis commisisse, quam todos los sacerdotes!), puede ver al cunstancia extrínseca; porque si se
prohibere et imponere pcenam cele-
parochis, imo ampliorem potius, quia doctísimo Cóncina, tomo 8, lib. 3, pide una Misa que ha de ser cantada,
brantibus pro minori quantitate taxce.
externam jurisdictionem, ut Episcopi dissert. 2. , De sacrif. Missce, cap. 6. ó aunque sea rezada se ha de cele-
a
R a t i o , quia alias quodammodo viles-
exercent; quare concludendum v i d e - brar muy temprano, ó muy tarde, ó
ceret Missas sacrificium. Quapropter
tur, eos omnino jure divino hypothe- 2008. P. ¿Cuál es el justo esti- tn lugar distante, no está prohibido
casu quo Episcopus id prohibeat,
tico obligari, ut aliquoties pro suis Mis- pendio del sacrificio de la Misa? txigir mayor estipendio que el ordi-
omnino sacerdotes tenentur ei obedi-
sam dicant, ñeque satis consultum R. Debe tenerse por regla segura nario tasado por el Obispo ó por la
re: certum enim est subditos teneri
y fija la siguiente resolución de la costumbre. E s t o es indudable.
videtur, ad solam commemorationem obediresuperiori prascipienti cum opi-
Sagrada Congregación del Concilio,
seu secundam intentionem officium nione probabili,» etc.
que confirma en un todo la ya citada 2010. P. ¿Puede el Obispo pro-
illud restringere. (Cf. hac de re Gass-

348 LIBRO VI. TRATADO
San L i g o r i o añade que la anterior
doctrina es contra Santo T o m á s ( 2 . a
2 . , q. 100, art. 3 ad 2 . ) . N o me
a5 um
detendré mucho sobre esta cuestión;
porque si bien yo venero y sigo en un
todo á Santo T o m á s , pero cuando hay
algún decreto publicado y vigente de
la Sagrada Congregación del Concilio
contra una opinión de Santo T o m á s ,
entonces, apartándome del Santo D o c -
tor en una cuestión particular, sigo
más bien los principios generales y
fundamentales de la doctrina constante
del Angélico Maestro, que me manda
preferir las decisiones de la Iglesia y
sus mandatos al parecer ó dictamen
privado de un Doctor ó Santo Padre
de la Iglesia, por insigne que sea. E n
segundo lugar, diré que Santo T o m á s ,
en el lugar citado, no dice que la
Iglesia no pueda prohibir que el e s t i -
pendio que se reciba por una Misa sea
menor del señalado por un Obispo,
sino que d i c e : «Illicita esset ordinatio,
si in aliqua ecclesia statueretur quod
non fieret processio in funere alicujus,
nisi solveret certam pecunia quantitatem
(he aquí la razón-del Santo); quia per
tale statutum pracluderetur via gratis
officium pietatis aliquibus impendendi.»
Del sentido genuino de estas palabras
se infiere:
i.° Que Santo T o m á s hablaba del
estatuto de una iglesia particular, y no
de una determinación pontificia, como
lo son en su raíz las decisiones de la
Sagrada Congregación del Concilio.
2. 0
Santo T o m á s habla del caso
en que se prohiba hacer procesión en
el entierro de un difunto, si no se da
tanta limosna; pero no es ésta la pre-
sente cuestión, ni el decreto de la Sa-
grada Congregación se opone en lo
más mínimo á que un párroco ó sacer-
dote celebre gratuitamente la Misa por
un difunto ó por una persona viva
(esto no veo yo cómo pueda prohibir-
se generalmente); sino que para ex-
terminar abusos y tacañerías de algu-
nos cristianos mezquinos, que abusa-
ban de la pobreza de los sacerdotes,
IV.
los Obispos están autorizados, si lo
creen conveniente, para fijar un esti-
pendio regular, y para prohibir des-
pués que no reciban los sacerdotes es-
tipendio menor; pero no están auto-
rizados para prohibirles que digan
Misas sin estipendio alguno cuando
les plazca. E n mi humilde concepto,
el decreto de la Sagrada Congrega-
ción en nada se opone á la doctrina
de Santo T o m á s .
2011. P. Si á un sacerdote le
dan una limosna mayor que la tasada
para que celebre una Misa, ¿podrá
quedarse con parte del estipendio y
encargar á otro la Misa, dándole tan
sólo el estipendio ordinario?
R. U n decreto de la Sagrada Con-
gregación del Concilio, aprobado por
Urbano V I I I y confirmado por I n o -
cencio X I I , dice a s í : « O m n e damna-
bile lucrum Ecclesia removeré volens,
prohibet sacerdoti qui Missam susce-
pit celebrandam cum certa eleemosy-
na, ne eamdem Missam alteri, parte
ejusdem eleemosynas sibi retenta, ce-
lebrandam committat.» Algunos au-
tores defendían arbitrariamente que
el decreto de Urbano V I I I no había
sido aceptado, por lo que fué necesa-
rio que Alejandro V I I , en 24 de Sep-
tiembre de 1665, condenase la si-
guiente proposición (es la 9 . ) : «Post
a hac tamen prohibitioue excipiunt, casu
decretum Urbani V I I I potest sacer-
dos, cui Missas celebrando traduntur,
per alium satisfacere, collato illi mi-
nori stipendio , alia parte stipendii
sibi relicta.»
Después de estas prohibiciones ,
Benedicto X I V , en 30 de Junio de
1741, en su Encíclica que comienza
Qaanta cura, encargó á los Ordinarios
que hiciesen entender á los sacerdotes
y á los fieles:
i.° Que el sacerdote que recibió
una limosna mayor no puede retener
una parte del estipendio y dar lo de-
más á otro sacerdote: «etsi eidem
sacerdoti Missam celebranti et consen-
tienti se majoris pretii stipendium seu
eleemosynam accepisse indicasset.»
DE LA EUCARISTÍA.
Son palabras de la citada Encíclica.
2.
0
Supuesto que no basta el con-
sentimiento del que recibe la limosna
para celebrar la Misa con menor esti-
pendio, ¿podría, no obstante, éste
perdonar liberalmente et omnino sponte
el exceso de la mayor limosna á fa-
vor del que la recibió y se la encarga?
R. Muy bien podría hacerlo; por-
que así como podía condonar toda la
limosna, con igual razón podía con-
donar una parte, como dice San L i -
gorio en el lugar citado (Excipiunt 2),
siguiendo á otros autores.
2012. P. Si la limosna mayor se
hubiese dado á un sacerdote por títu-
lo de amistad, parentesco, pobreza,
gratitud, etc., ¿podrá el sacerdote que
recibió la Misa quedarse con el exceso
del estipendio, dando la limosma or-
dinaria al sacerdote que se encarga de
la celebración?
R. Grosin,tract. V , cap.3,preg. 2. ,
a
dice que lo prohibe Benedicto X I V ,
si no consta expresamente la voluntad
del que da la limosna; pero la E n c í -
clica de Benedicto X I V no dice se-
mejante cosa, ni toca este caso de
amistad, parentesco, etc.; por lo tan-
to, tengo por segura la sentencia de
Roncaglia, Passerini, los Salmaticen-
ses y San L i g o r i o , que dice así: «Ab
quo aliquis daret majorem illam sti-
pem non tam intuitu Missas, quam
amicitias, paupertatis, gratitudinis,
propinquitatis, etc. H o c vero non ad-
mittit Croix, nisi dans eleemosynam
hunc suum specialem affectum verbis
expresserit (que es la opinión de G r o -
sin); sed, dice San L i g o r i o , hac limi-
tatio superfina videtur, si ex circumstan-
tiis moraliter consteteleemosynam pras-
stitam fuisse intuitu personas.»(Lib. 6,
núm. 321, Ab hac ta?nen.)
3. E l beneficiado que debe cele-
0 aplicación, la suspensión lata reser-
brar Misas por su beneficio, cumple
con dar para su celebración la limos-
na ordinaria, á no ser que en la fun-
dación del beneficio se dispusiere otra
cosa. Así lo declaró un decreto de
349
la Sagrada Congregación, aprobado
por Inocencio X I I en su bula Nuper,
como puede verse en San L i g o r i o , en
el lugar citado, Excipitur 3. Esto mis-
mo puede hacer un capellán a m o v i -
ble; pero dice San L i g o r i o que se ha
de entender esto según el decreto de
la Sagrada Congregación del Conci-
lio, que el mismo Santo vio, y dice así:
«Modo pro capellanía certi redditus
sint annuatim constituti, et perpetuo
capellano assignati; secas vero, si hu-
jusmodi capellano pro qualibet Missa
celebranda certa detur eleemosyna.»
T a m p o c o comprende la prohibición
al sacerdote que tiene el cargo de ce-
lebrar una Misa perpetua; ni á aquel
sacerdote «cui commissa est celebra-
tio ex pingui legato, ad vitam ipsi re-
licto cum onere Missarum. R a t i o , o m -
nium horum est, quia decreta prohi-
beniia retiñere partem stipendii, tantum
loquuntur de Missis manualibus,» dice
San L i g o r i o en el lugar citado.
Benedicto X I V , en su citada encí-
clica Quanta cura, deseando extirpar el
infame comercio que algunos hacían
con la limosna de las Misas, decretó
que «colligens Missas, retenta sibi parte
eorumdem stipendiorum acceptorum,
sive ibidem, sive alibi, ubi pro Missis
celebrandis minora stipendia tribuun-
tur, celebrari fecerit, laicum quidem,
praster arbitrio vestro irrogandas poe-
nas, excommunicationis pcenam, cleri-
cum vero, sive quemcumque sacerdo-
tem pcenam suspensionis ipso facto i n -
currere, a quibus nullus per alium,
quam per Nos ipsos, seu Romanum
Pontificem pro tempore existentem,
nisi in mortis articulo constitutus,
absolví possit.»
Aquí se ha de advertir que como la
constitución Apostolicce Sedis de Pío I X
suprimió muchas censuras, ó varió su
vada contra los clérigos, impuesta
aquí por Benedicto X I V , no existe
hoy, porque no se encuentra entre las
que expresa P í o I X , ni entre las sus-
pensiones impuestas por el Tridenti-
350 LIBRO VI. T R A T A D O IV. DE LA EUCARISTÍA. 35i
no, que están también vigentes, se- Misa, ¿peca mortalmente si no lo de celebrar en alguna iglesia en cier- bidas, para sufragar los gastos de la
gún la constitución Apostolices Sedis. cumple? tos días sin expresa obligación de oblata, cera, monacillos, etc.?
L a excomunión que Benedicto X I V R. Gury dice que aunque la prome- aplicar la Misa, pero recibe cierta ren- R. U n decreto de la Sagrada C o n -
imponía á los legos está vigente, y es sa sea estricta, no obliga sino sub ve- ta por esta carga, ¿podrá recibir otro gregación , confirmado por I n o c e n -
la 1 2 . de las excomuniones latas r e -
a
niali: «quia simplex promissio non estipendio por la aplicación de la cio X I I , dio la siguiente respuesta:
servadas de un modo general al Papa; obligat sub gravi, nisi, ut ait L u g o , Misa? «Permittendum non esse, ut loca pia, seu
dice así: «Colligentes eleemosynas ma- promittens expresse sub gravi se obli- R. San L i g o r i o trata sólidamente illorum administratores ex eleemosynis
joris pretii pro Missis, et ex iis lucrum g e t . » ( T o m o 2, núm. 372.) este punto en el lib. 6, núm. 324, y le Missarum celebrandarum idlam mini-
captantes, faciendo eas celebrare in San L i g o r i o dice lo mismo (lib. 6, resuelve del modo siguiente: mam portionem retineant ratione e x -
locis ubi Missarum stipendia minoris núm. 317, qucer. 4.) E n esta cuestión i.° Un decreto de la Sagrada Con- pensarum in Missarum celebratione,
pretii esse solent.» Esta excomunión de la promesa simple aceptada, véase el gregación del Concilio de 13 de Julio nisi alios non habeant redditus; et tune
comprende generalmente á legos y á núm. 1397, donde traté este punto im- de 1630 dice: «Quando in fundatione nullatenus deberé excederé valorem
clérigos seculares y regulares. (Véase portante con alguna extensión. Pero beneficii seu capellce expresse cautum expensarum, quae pro ipsomet tantum
la explicación de la constitución Apos- contrayéndome á una Misa prometida est non teneri celebrantem ad appli- sacrificio necessario sunt subeundae.»
tolices Sedis, nota 30, núm. 3456.) y aceptada, tengo por cosa cierta que cationem sacrificii, eo casu poterit P. ¿A qué está obligado el adminis-
2013. P. L o s que retienen parte el que prometió formalmente á otro celebrans accipere novum stipendium, trador ó rector de una iglesia respecto
del estipendio de la Misa contra la decir gratis una Misa, á la que éste et única Missa satisfacere obligationi de los que celebran en ella?
prohibición de la Iglesia, y dan tan estaba obligado de justicia, ó por voto, beneficii seu capellae, et item danti R. B e n e d i c t o X I V ( N o t i f . ó I n s t . 66,
sólo la limosna ordinaria al sacerdote ó por penitencia, si éste acepta la novum stipendium.» núm. 13) trae el siguiente decreto de
que dice la Misa, ¿deben restituir la promesa, el promitente peca mortal- 2.0
«Secus vero dicendum, dice la Sagrada Congregación del Concilio
parte que retuvieron? mente si no dice la Misa; porque en San L i g o r i o , si in fundatione nihil de 6 de Julio de 1726: «Archipresbyte-
R. Aunque Suárez, Palao y Sa fue- este caso hay una verdadera estipula- fuerit expressum.» E l Santo añade rum non teneri ad ministranda utensi-
ron de opinión que no estaban obliga- ción, y el que prometió, si no tuvo que L u g o se equivocó impugnando lia iis qui celebrant in sua ecclesia ex
dos á restituir, pero en el día, después verdadero ánimo de obligarse, debe esta doctrina, porque hay un decreto obligatione beneficii, sive capellanías.
de la proposición condenada por A l e - avisar á la otra parte para que cumpla de la Sagrada Congregación del Con- Quoad Missas vero adventicias teneri
jandro V I I que queda citada (es la 9. ),
a la Misa á que sub gravi estaba obliga- cilio, de 18 de Mayo de 16S6, el cual ad dictam subministrationem, quate-
no se puede negar que están obligados do: si ni cumple lo prometido ni avisa expresamente ordena «teneri celebran- nus permittat eas in sua ecclesia cele-
á restituir la cantidad que retuvieron, á la otra parte, no veo yo cómo se exi- tem applicare pro anima testatoris, bran: nec teneri ad Missas adventicias
pues no tienen título alguno para re- ma de culpa grave, puesto que él solo semper ac in fundatione nulla sit admittendas nisi solutis utensilibus per
tener esa cantidad, como afirma y es la causa de la omisión de aquella adjecta declaratio, ad cujus suffra- celebrantes;» esto es, que no está obli-
prueba sólidamente San L i g o r i o (li- Misa. gium applicandum sit sacrificium.» gado á permitirles celebrar, si no traen
bro 6, núm. 322), siguiendo á Cónci- 2016. P. E l que recibió un esti- L o mismo dice Benedicto X I V ó pagan cera y oblata; pero si los ad-
na y á la opinión común. pendio leve, comprometiéndose á decir (Notif. 56, núm. 9): así lo declaró mite libremente, nada puede exigir.
2014. P. ¿Puede el sacerdote sa- una Misa, ¿peca mortalmente si no la también la Sagrada Congregación del 2019. P. ¿Puede darse prescrip-
tisfacer con una Misa á dos que dieron dice? Concilio en 6 de Febrero de 1627 «de ción contra las cargas de Misas y otras
estipendio, ó á uno que d i o estipendio R. Aunque algunos autores dicen capellanis confraternitatum et monia- condiciones impuestas en una funda-
para dos Misas, aplicando al uno el que tan sólo pecaría venialmente no lium, qui celebrant, ut confratres vel ción?
fruto especial del sacrificio, y al otro el cumpliéndola, San L i g o r i o tiene por moniales satisfaciant prascepto audien- R. T a m b u r i n o , Gobat y otros dicen
especialísimo, ó sea el que correspon- notablemente más probable que peca- di Missam,» como dice San L i g o r i o , y
que sí; pero San L i g o r i o tiene por cosa
de al celebrante? ría mortalmente, porque el que da el también Benedicto X I V , en el lugar cierta (verius) que, por larga que sea
R. N o puede de modo alguno: A l e - estipendio recibe ciertamente daño citado, núm. 8. Pero esto, como es la duración de tiempo, no se puede
jandro V I I condenó la siguiente pro- grave, del cual no puede redimirse si claro, no tendría lugar cuando expre- prescribir contra lo mandado en la
posición (es la 8. ): «Duplicatum
a
sti- no se le avisa (lib. 6, núm. 317, samente se estipulase lo contrario, fundación de un beneficio. L a razón
pendium potest sacerdos pro eadem qucer. 3). Esto me parece cierto; si como sucede hoy frecuentemente en es, porque la bula de Inocencio X I I I
Missa licite accipere, applicando pe- bien no veo cómo esta razón de San los que se comprometen á decir Misa Apostolici muneris, ampliada por Bene-
tenti partem etiam specialissimam, L i g o r i o deje de tener la misma fuerza en un convento de monjas por alguna dicto X I I I por su bula ln supremo,
fructum ipsimet celebranti correspon- en la promesa formal y aceptada de la retribución, pero quedándoles libre la dice, en el núm. 27, que ni la p r e s -
dentem: idque post decretum Urba- Misa en el caso precedente, cuando el aplicación de la Misa. cripción de cien años ni la inmemorial
ni V I I I . » sacerdote no la cumple ni avisa al que 2018. P. ¿Pueden quedarse los tiene lugar contra lo mandado por el
2015. P. E l que prometió á otro la debía bajo pecado mortal. rectores de las iglesias con alguna Tridentino; y este Concilio, en la se-
celebrar por él gratuitamente alguna 2017. P. E l que tiene obligación parte de la limosna de las Misas reci- sión 25, De reform., cap. 5, decreta:
352 LIBRO VI. TRATADO IV. DE L A EUCARISTÍA. 353
«Quando igitur ex beneficiorum quo- para que celebre una Misa, no puede convenientibus referías, quas quídam ' mortuis, cap. 2.) A d e m á s , no sería
rumcumque erectione, seu fundatione, lícitamente dar á otro aquel estipen- sine ulla facúltate temeré confecit, eas- costumbre muy laudable y piadosa,
aut alus constitutionibus, qualitates dio, dice San L i g o r i o siguiendo á que a Sancto Gregorio appellavit, como dice Benedicto X I V , si no t u -
aliqucz requiruntur, seu certa illis onera Cóncina, á no ser que éste sea de Sacra Rituum Congregatio easdem viesen eficacia alguna (ex opere ope-
sunt injuncta, in beneficiorum collaíione igual piedad, ó haya alguna justa Missas (de ese quídam) celebrari o m - rantis) sobre las otras Misas.
seu in quacumque alia disposiiione eis causa. Añade el Santo que no sería nino vetuit; non vero piam consuetudi- * Para aclarar algunas dudas que
non derogetur.li (Véase á San L i g o r i o , mortal el dar el estipendio á otro, sino nem a Sancto Gregorio induclam, ut suelen ocurrir acerca de las treinta
lib. 6, núm. 325.) en el caso que se previese que lo per triginta dies continuos totidem Misas Gregorianas, se ponen á con-
2020. P . ¿ Puede el sacerdote llevaría muy á mal (graviter ferret) el sacrificia D e o offerantur pro illius ex- tinuación las que el Abad de los mon-
pactar sobre el estipendio de la Misa? que dio el estipendio (lib, 6, núm. 321, piatione qui e vivis decedit;» y añade jes camaldulenses elevó á la Sagra-
R. Conviene mucho que los sacer- Hic autem.) Benedicto X I V que si estando un da Congregación de Indulgencias.
dotes obren con decoro y cristiana 2022. E n cuanto á las Misas sacerdote celebrándolas se interpu- « i . ° Utrum fiducia qua Fideles reti-
liberalidad en esta materia; pero, se- llamadas de San Gregorio, dice el siesen los tres últimos días de la S e - »nent, celebrationem triginta Missa-
gún la opinión común, pueden pactar Santo en el lib. 6, al fin del núm. 233: mana Santa , se pueden continuar »rum, quas vulgo Gregoriana; dicun-
que sea el estipendio según la tasa «Nota hic obiter id quod advertit después. Esto dice Benedicto X I V , «tur, uti specialiter efficacem ex be-
señalada por el superior ó por la cos- Benedictus X I V (De sacrificio Miss.:, en el lugar que cita San L i g o r i o . «neplacito et acceptatione divinas M i -
tumbre. E l Tridentino (sesión 22, De lib. 3, cap. 23, núm. 2), prohibitivo Conste, pues, que las treinta Misas «sericordias ad animas a Purgatorii
observ. in celebr. Miss.) tan sólo r e - Sacram Congregationem triginta Mis- de San G r e g o r i o , según las instituyó «posnis liberationem pia sit et ratio-
prueba las exacciones y convenios que sas gregorianas , utpote rebus non el Santo, y según yo las he visto c e - «nabilis, atque praxis easdem Missas
revelan mezquindad, tacañería y baje- convenientibus referías.» Estas pala- lebrar en las comunidades, y yo las «celebrandi sit in Ecclesia probata?—
za de corazón. H e aquí sus palabras: bras de San L i g o r i o , sin más expli- he celebrado, no sólo no están prohi- »2.° U t r u m fiducia qua fideles reti-
«Episcopi importunas atque illibera- cación, pudieran dar lugar á una muy bidas, sino que es una costumbre »nent, celebrationem Missas in Altari
les eleemosynarum exacíiones, potius perjudicial equivocación; como la die- » S . Gregorii in ejus Ecclesia Cosli-
muy laudable y piadosa, como dice
quam postulationes, prohibeant.» Así ron al Sr. Sánchez, que las copia en »montana uti specialiter efficacem ex
Benedicto X I V .
opinan San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 320, su Teología Moral, trat. V , punto 2, «beneplácito et acceptatione divinas
Cóncina (en el tomo S de su Teolo-
dubit. 4), L e s i o , L u g o , etc. donde dice así: «San Alfonso Ligorio, «Misericordias ad anima? e Purgatorii
gía Cristiana, lib. 3, diss. 2 . , cap. 6,
a

«pcenis liberationem pia sit et in E c -

T a m p o c o es ilícito pactar un esti- refiriéndose á esto mismo, dice: « X ó - núm. 33) dice:
«clesia p r o b a t a ? — 3 . Utrum idem di-
0

pendio mayor por el trabajo, gastos »tese de paso lo que dice Benedic- i.° Que las treinta Misas de San
«cendum sit de Altaribus Gregoria-
y tiempo extrínseco á la celebración t o X I V , á saber, que la Sagrada Gregorio estaban en desuso.
«nis ad i n s t a r ? — 4 . Utrum expediat
0

de la Misa, como decirla muy tem- «Congregación prohibió las treinta 2.0
Que era cosa cierta que estas
«revocare suspensionem novas c o n -
prano ó muy tarde, ó á larga distan- «Misas de San Gregorio, por creer Alisas no eran de mayor eficacia que
«cessionis Altaris Gregoriani latam
cia. (Véase el núm. 925.) C o m o el nque se observaban en ellas ritos in- otras.
«ex mandato S S m i . in Audientia diei
estipendio de la Misa se recibe por un »convenientes.» En cuanto á lo primero, la aserción «15 Martii 1852?»
título justo y legal canónico , así L a s palabras anteriores exigen rec- del P . Cóncina sería cierta respecto
como el sacerdote está obligado de tificación. San L i g o r i o copió de algún de la provincia en que escribía, pues «Quibus in Congregatione Genera-
justicia conmutativa á restituirlo si no autor lo que atribuye generalmente á en España estuvieron y están en uso. »li habita die 1 1 Martii 18S4 in . E d i -
la celebra, del mismo modo está o b l i - Benedicto X I V . Este gran Pontífice, Respecto de lo segundo, tengo por «bus Apostolicis Vaticanis E m i n e n t .
gado á cumplir el que la encarga. en el lugar citado por San L i g o r i o , no cierto que dichas Misas no tienen «Patres rescripserunt: Ad I, I I et I I I :
E s indiferente que el sacerdote sea dice que están prohibidas las treinta mayor eficacia ex opere opéralo que « A f f i r m a t i v e . A d I V : Consulendam
pobre ó rico; y así, los sacerdotes ri- Misas que en treinta días continua- cualesquiera otras Misas; pero no v e o « S S m o . ut revocet suspensionem n o -
cos pueden recibir lícitamente el es- dos se celebran, cuya costumbre tuvo inconveniente en que tengan algún »V83 concessionis Altaris Gregoriani
tipendio tasado, ó el extraordinario su origen en San Gregorio Magno, y efecto mayor ex opore operantis, por la «ad i n s t a r . — D i e vero 15 ejusdem
convenido por el trabajo extrínseco. de las que hace mención en el lib. 4, devoción á San Gregorio Magno que «mensis et anni, facta ds ómnibus ab
E s t o es ciertísimo, porque esta es la cap. 5 de sus Diálogos. Antes bien, las instituyó: así como el Padre San «infrascripto Sacras Congregationis
costumbre general de la Iglesia, y Benedicto X I V dice que «in hac re Agustín, hablando de la madre que «Secretario r e l a t i o n e , S S m o . D ñ o .
porque dignus est operarius mercede multi decipiuntur, quos ab errore libo- quiso sepultar á su hijo en la basílica « N o s t r o L e o n i Papas X I I I , Sanctitas
sua.D (Véase á San L i g o r i o , lib. 6, raudos existimamus (nótese bien), ttt de un mártir, dice así: «Siquidem »Sua Patrum Cardinalium responsio-
núm. 317.) prisca religio ac pietas restauretur.»(Nú- »nes approbavit et suspensionem no-
credidit ejus (filii) animam Martyris
mero 2.) «vas concessionis Altaris Gregoriani
2021. Cuando á un sacerdote meritis adjuvari, hoc, quod ita credi-
«ad instar sustulit. Datum Romas, ex
que tiene fama de singular piedad se Después, en el n ú m . 3, añade: dit, supplicatio quasdam fuit, et hasc
«Secretaria Sacras Congregationis I n -
le da una limosna crecida (pinguior) «Missas prorsus ineptas el rebus hatid profuit, si quid profuit.» (De cura pro
TOMO II. 23
 LIBRO VI. T R A T A D O IV. DE LA EUCARISTÍA. 355
354
«dulgentiis Sacrisque Reliquiis prae- te si, habiendo recibido limosna para de dos meses la Misa prometida, que la Misa produzca todos sus e f e c -
«positse die 15 Martii 1884. — A I . celebrar una Misa en la festividad d e cuando las Misas son por vivos, ni tos ex opere operato. E s indudable
»Card. Oreglia a S. Stephano, Pras- hoy , la celebra después. «Quamvis más de un mes, si son por difuntos.» también que la aplicación debe hacer-
« f e c t u s . — F r a n c i s c u s Della V o l p e , admittat L u g o , añade el S a n t o , posse L o mismo opinan L u g o , García, etc. ; se antes de la consagración, aun cuan-
«Secretarius.» (Acta S. Sedis, vol. 26, illud faceré die crastina.» Tournely y Gousset (tomo 2, n ú m e - I do la Misa se aplique por difuntos:
pág. 508.) 0
3. «Certum est, dice el Santo, t e 10 299) dicen que es opinión común porque, si no se hace antes, ya pasó
Se llaman Altares Gregorianos ad non peccare differendo, si dans elee- que basta celebrar las Misas en el el sacrificio en su parte más esencial,
instar aquellos á los cuales el Papa, mosynam, audito impedimento, con- término de dos meses, cuando el que según la sentencia más común y no-
dentro y fuera de R o m a , concede el sentiat in dilationem, ut explicavii S.ici\i las encargó no señaló plazo a l g u n o . tablemente más probable. E s cierto
privilegio del altar de San Gregorio Congregatio.» Por lo tanto, el sacerdote que aceptó también que basta la aplicación habi-
del Monte C e l i o , por lo cual se lla- Prescindiendo de los tres casos an- ya el suficiente número de Misas, no tual, esto es, hecha y no retractada,
man Altares Gregorianos. L a s referi- teriores, hubo mucha diversidad d e debe recibir más; á no ser que, avisa- aunque pasase bastante tiempo. ( V é a -
das Misas Gregorianas no se pueden opiniones sobre fijar cuánta debe ser- do el que las encarga, convenga en se á San L i g o r i o , lib. 6, núm. 335.)
celebrar por los v i v o s , sino por los la dilación de la aplicación de l a conceder más largo plazo; porque, Por último, basta que el sacerdote se
difuntos, 24 de Agosto de 1888 (Acta Misa para constituir pecado mortal, como muy bien dice Gousset, en esta refiera á la intención del que dio la
materia la voluntad del que encarga Misa, ó del Prelado que la encarga,
S. Sedis, vol. 3 1 , pág. 254), y d e - como puede verse en San L i g o r i o ,
la Misa hace la ley. ó por el alma más necesitada del Pur-
ben aplicarse por aquella alma cuya lib. 6, núm. 3 1 7 .
libertad de las penas del P u r g a t o - Convienen los teólogos en que es L o s albaceas no pueden alargar á gatorio, ó haya otra aplicación seme-
rio se implora de la divina miseri- mortal si se dilata mucho tiempo la su arbitrio el cumplimiento de las j a n t e .
cordia ( S . C. 14 Enero 18S9). E l celebración de la Misa recibida. A s í Misas que dejó el testador, y sin duda 2.° Cuando un sacerdote aplica la
que no puede decirlas algún día, debe consta de los decretos de la Sagrada se cometen muchos pecados por su Misa por devoción por una persona de-
encargarlas á otro, dando la limosna Congregación del Concilio, aproba- descuido culpable. Scavini dice recta- terminada difunta, para que no se
al que la dice: no deben interrumpir- dos por Urbano V I I I , dados en 21 de mente que no están seguros en c o n - pierda el fruto principal de la Misa,
se, á no ser en el triduo de la Semana Junio de 1625: consta también de la ciencia los que poseen un beneficio, conviene añadir: «Si esta alma no es-
Santa. H a y que celebrarlas de Ré- bula Nuper, de Inocencio X I I . L a Sa- capellanía ó legado, y debiendo apli- tuviese en estado de que le aproveche
quiem todos los días que lo permitan grada Congregación del Concilio, car cada año cierto número de Misas, el fruto de este sacrificio, la aplico
las rúbricas. (Véase Mach, núm. 162, preguntada sobre si los sacerdotes difieren su cumplimiento de mes en por las ánimas del Purgatorio, ó por
pág. 264.) * que tenían ya recibidas algunas Misas mes, después de terminado el año, otro fin.» Dije si se aplicaba por devo-
2023. P. ¿Cómo peca el que d i - podían aceptar otras nuevas, respon- sin tener legítima y probada causa; y ción, porque cuando se aplica por una
lata la aplicación de las Misas reci- dió con el siguiente decreto, aprobado con mayor razón cuando esas Misas persona que dio estipendio manual, ó
por Urbano V I I I : «Sacerdotes poisc se deben aplicar ordinariamente por en cumplimiento de las cargas del
bidas?
bienhechores ya difuntos, que tienen beneficio, ó de otra obligación s e m e -
R. 1° E s indudable que el sacer- nova onera suscipere, dummodo infra
urgente necesidad de esos sufragios. jante, en estos casos no se puede ha-
dote que recibe una Misa para alcan- modicum tempus possint ómnibus sa-
( T o m o 3, núm. 1 8 1 , edición de 1875.) cer la aplicación condicional, porque
zar el remedio de una necesidad ur- tisfacere.D
gente, «puta, dice San L i g o r i o , pro fe- Preguntada la Sagrada Congrega- Este mismo autor, en una nota al la persona acreedora habrá hecho tal
lici partu , evadendo periculo , lite ción qué se entendía per modicum tem- citado número, exceptúa las Misas vez en vida la aplicación por sus pa-
cuya limosna se recoge en los cepillos rientes, ó en descargo de algún deber
vincenda (ó cosa semejante), peccat, si pus , r e s p o n d i ó : «Modicum tempus
de las iglesias para celebrar Oficios ó de justicia ó de caridad que tenía,
omiltat celebrare intra tempus cele- non reputandum spatium duorum v e l
Misas por los difuntos: aquí cabe como muy bien dice San L i g o r i o en
brationis aptum. R a t i o , quia circum- trium mensium, sed intelligi infra
mayor dilación, porque los que dan el l i b . 6, núm. 336.
stantia temporis tunepertinet ad substan- mensem.» San L i g o r i o , en el lugar
tiam rei petitce: unde transacto eo tem- citado, concluye diciendo que si las la limosna saben ya y consienten en 3. L a aplicación condicionada, si
0

pore , mérito ajunt Roncaglia et Misas son por difuntos, la dilación de que se celebren de tiempo en t i e m p o .
la condición es de pretérito ó de pre-
T o u r n . quod «sacerdos tenetur sti- un mes es grave; que si no son por El Papa suele también autorizar para
sentí, será válida si la condición está
pendium restituere, etiamsi postea difuntos, no hay culpa alguna, con que se recojan limosnas de Misas encumplida, y será nula si no lo está.
celebraverit. I m m o recte addit Spo- tal que se cumplan dentro de d o s América y en A s i a , dando un largo y
Un sacerdote que está ausente de sus
rer, non suffleere si stipendium resti- meses. L o mismo había dicho el San- suficiente plazo para su celebración.
padres ó amigos puede laudablemente
tuerit; sed monendum insuper eum, to en una circular que, siendo Obis- 2024. P. ¿Puede un sacerdote aplicar por ellos para que, si v i v e n ,
qui stipendium dedit, de Missis t e m - po, dirigió á su clero en 1774, donde aplicar la Misa por el primero que Dios les dé su gracia, y si están d i -
pore apto omissis.» (traducido del italiano) dice así: «Re- dará la limosna? funtos, los saque del Purgatorio.
2.
0
T a m b i é n es c i e r t o , dice el cordamos la grande obligación que R- i . ° L a aplicación determinada 4. Clemente V I I I prohibió y P a u -
0

santo Doctor, que pecaría el sacerdo- tiene todo sacerdote de no diferir más del sacerdote es indispensable para lo V promulgó en 15 de N o v i e m b r e
35 6 LIBRO VI. TRATADO
de 1605 la prohibición de aplicar la
Misa pro primo offerente; y dice que
esta costumbre era «pluribus nomini-
bus periculosam, fidelium scandalis
obnoxiam, atque a vetusto Ecclesiae
more nimium aberrantem.» N o obs-
tante, añade San L i g o r i o (lib. 6, al
fin del núm. 337) que si un sacerdote
previese que se le habían de encargar
Misas para aplicarlas por alguna ó al-
gunas personas determinadas difun-
tas, bien puede aplicarlas; y , si lo
hizo absolutamente sin condición al-
guna, puede quedarse con el estipen-
dio, en el caso que se las encarguen
después, puesto que las aplicó ya sin
condición por la misma persona ó
personas. Otra cosa se ha de decir
cuando las aplicó in confuso por el
primero que las encargue; porque no
pudiendo el sacerdote dejar suspenso
el efecto de la Misa, la aplicación no
sólo sería ilícita, sino también invá-
lida.
2025. P. ¿Qué aplicación ha de
hacer el que recibió, por ejemplo, diez
Misas, que se han de decir por diez
distintas personas?
P. San L i g o r i o y otros autores di-
cen que no cumple aplicándolas in
confuso, porque no había aplicación á
determinada persona; pero que c u m -
pliría aplicando cada una de las diez
Misas con la intención de que la dé-
cima parte de cada una aprovechase
á cada una de las diez personas, y da
la siguiente razón: porque siendo sen-
tencia común que el fruto de la Misa
puede dividirse, «tribuitur unicuique
quod debetur, unusquisque in singulis
Missis decimam partem accipiendo,
in celebratione décimas Missas j a m
totum suum fructum percipit,» dice
el Santo Doctor (lib. 6, al fin del nú-
mero 335). N o obstante, la mayor De las obligaciones de un beneficiado en
parte de los sacerdotes, ó todos, apli-
camos, por ejemplo, cuando nos dan
diez Misas, por la intención del que
da la limosna, sin que sepamos si son
aplicar un beneficiado, ó capellán, o
dos, cuatro, ó uno solo los que las
legatario?
encargan; y cuando se aplica por la
IV.
DE LA EUCARISTÍA. 357
intención del Prelado, éste, que formó
ciado, ó capellán, ó legatario (para el fermedad es breve cuando no pasa de
la intención para sus subditos, no
caso presente es igual) hay un con un mes. Esta opinión la defienden,
sabe muchas veces la procedencia de
trato tácito de rigurosa justicia; por según San L i g o r i o , L a y m a n , los Sal-
ellas, y se contenta con decir que las
lo tanto, deben sub gravi, y bajo pena maticenses, Hurtado y el Concilio V I I
aplica según el orden de justicia y de
de restitución, aplicar todas las Misas de Milán, que dice así: «Si capellanus
caridad. Si esto no fuera cierto, la
consignadas en la fundación, testa- saltem .per annum celebravit in ali-
mayor parte de las Misas se celebra-
mento ó contrato. quo loco, si etiam per mensem segro-
rían sin aplicación válida. Confieso
2028. P. ¿Debe el mismo bene- tet, adhuc integram eleemosynam j u -
que esta doctrina de San L i g o r i o me
ficiado celebrar las Misas, ó puede dicio Episcopi accipere potest.» ( T i -
ha enredado en la aplicación de las
encargar su cumplimiento á otro sa- tul. de Miss.)
Misas, y creo que ninguno ó muy po-
cerdote? L a tercera opinión dice que la en-
cos sacerdotes aplicarán como dice
R. L a sentencia comunísima, fun- fermedad breve es la que tan sólo
San L i g o r i o ; y así, cuando tengo que
dada en varias declaraciones de la dura quince días. T i e n e á su favor á
aplicar muchas Misas y no sé su or-
Sagrada Congregación y de la Rota, B o n a c i n a , Diana y al Compendio
den, d i g o : «Aplico esta Misa según el
que pueden verse en San L i g o r i o (li- Salmaticense (tract. X X V I , cap. 3,
orden que debo y como debo delante de
bro 6, núm. 330), dice que, si no lo núm. 113), el cual dice que así lo de-
Dios, i)
determina expresamente el fundador, claró dos veces la Sagrada Congrega-
2026. P. Si el prelado regular
puede encargarlas á otro sacerdote. ción del Concilio. San L i g o r i o cita la
prohibe á un subdito suyo que aplique
2029. P. Si el beneficiado estu- siguiente declaración de la Sagrada
la Misa, por ejemplo, por Pedro, y el
viese enfermo, ¿estaría obligado á en- Congregación de 17 de Noviembre
subdito, no obstante, la aplicase, ¿se-
cargar la Misa á otro sacerdote? de 1665, que dice así: «Non teneri
ría válida la aplicación?
R. Si el fundador no sólo impusie- capellanum per alium supplere tem-
R. Escoto, Tournely y algunos
se la obligación de una Misa diaria, pore infirmitatis non excedentis quin-
otros dicen que sería nula, porque el
sino que añadiese la cláusula de que decim dies.» El Santo Doctor, des-
prelado regular puede irritar la apli-
nunca faltase allí la Misa, San L i g o r i o , pués de referir estas tres opiniones,
cación de la Misa de sus subditos,
con la sentencia c o m ú n , dice que el concluye así: « O m n e s has opiniones
así como puede irritar también sus
beneficiado enfermo debería buscar videntur esse probabiles. » Scavini
votos y contratos; pero Suárez, Lugo,
otro sacerdote que le supliese y dijese opina que la tercera es más común;
los Salmaticenses,San L i g o r i o (lib. b.
la Misa. Si el fundador no puso esa pero Ferraris afirma que le parece
núm. 334) y Benedicto X I V (De sa-
cláusula, y tan sólo encarga una Misa más común la segunda, y cita en su
crificio Missce, lib. 3, cap. g, núm. 4),
diaria, convienen todos los autores en favor, además del Concilio V I I M e -
con la sentencia común, dicen que la
que no está obligado á buscar otro diolanense, á Covarrubias, Pedro N a -
aplicación del religioso subdito en este sacerdote, y puede percibir todos los varro, Molfes, Hurt., Fagúndez, G a -
caso, aunque ilícita, sería válida. La frutos del beneficio, si la enfermedad vanto, R o d r í g . , R o s i g , et alii magis
razón es, porque la aplicación déla es breve. communiter (palabra Capellanus in
Misa (así como su celebración) perte- communi, núm. 16).
P. ¿Cuándo se dirá que la enfer-
nece á la potestad de Orden; y así su
medad es breve? E n vista de tanta variedad de pa-
validez no depende de la jurisdicción
R. L u g o , Navarro , Dicastillo y receres, y de que San L i g o r i o (cuya
del prelado, como dependen los con-
otros dicen que, si no pasa de dos me- autoridad es tanta), después de haber
tratos y los votos de sus subditos.
ses, la enfermedad se gradúa breve: lo examinado atentamente la cuestión,
mismo dice Cóncina: "Si capellanus concluye diciendo que las tres opinio-
ARTÍCULO V cegrotans nequeat celebrare, concedunt nes son probables, yo me libraré muy
auctores per dúos circiter menses eum bien de inquietar al que con buena fe
non abstringi celebrare per alium.» Si siga cualquiera de las tres.
cuanto á la aplicación de Misas. dura más la enfermedad, debe encargar 2030. P. Cuando el fundador
las Misas; y si es tan pobre «quod non pone la carga de una Misa diaria,
habeat unde vivat, consulendus E p i s - ¿podrá el beneficiado aplicar alguna
2027. P. ¿Cuántas Misas debe
copus est,» concluye Cóncina. ( T o - vez por un amigo íntimo, por un bien-
mo 8, lib. 3, De Euchar., diss. 2 . , hechor ó pariente muy cercano?
a
cap. 6, § 2, núm. 31.) R. Diana, H o l z m a n , los Salmati-
R. Entre el fundador y el benefi-
L a segunda opinión dice que la en- censes y otros muchos autores dicen
 DE LA EUCARISTÍA. 359
358 LIBRO VI. TRATADO IV.
las dudas que se le habían propuesto,. re decir que aplique la Misa por el R. Si el fundador no quiso sino
que bien puede hacerlo cuatro ó seis
después de una muy detenida dis- fundador? que se celebrase cierto número de
veces al año; porque, como muy bien
R. Benedicto X I V (De sacrif. Mis- Misas cada semana, ó cada mes, ó
cusión, se dio la resolución siguiente,
dice San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 332),
sa, lib. 3, cap. g, núm. 3) dice que cada año, sin expresar más, el bene-
se presume razonablemente que esta L a s dudas propuestas fueron:
siendo él secretario de la Sagrada ficiado bien puede adelantar el tiempo
fué la voluntad del fundador; pero es i.° « A n sacerdotes obligati ratio-
Congregación del Concilio, se propu- de su celebración; porque, como dice
doctrina común que en estos casos no ne beneficii, capellanías, legati, aut
so esta duda, y la Sagrada Congrega- Benedicto X I V en el cap. 9 citado,
puede recibir estipendio por las Misas stipendii celebrare quotidie Missam
ción dio la respuesta siguiente: Sa- núm. 8: «Quis gratior potest esse debi-
que no aplique por el fundador; «quia per se ipsos, possint aliquando a cele-
ceydotem teneri ad applicationem Mis- tor, quam qui argentum prceiverit sol-
(concluye el Santo D o c t o r ) hoc esset bratione vacare? E t quatenus affir-
sa:. Benedicto X I V añade á continua- vere? Pero añade sabiamente: «Quod
contra mentem fundatoris.» mative:
ción: «Si vero fundator capellanías tamen ita intelligendum est, ut si ex
2031. P. E l beneficiado que tie- 2.0
«Quando et quoties a dicta
aliquot instituisset cum onere sibi beneficii vel capellanía institutione appa-
ne el cargo de celebrar todos los días, celebratione vacare possint? reret voluisse institutorem in qualibet
applicandse Missas, aut suis consan-
¿puede omitir algunas veces la c e l e - 3. 0
» A n diebus licita: vacationis hebdómada duas vel tres Missas celebra-
guineis defunctis, aliud autem benefi-
bración de la Misa? possint Missam pro se ipsis, vel alus, ri, vel ut quadam altaría Missa non
cium seu capellaniam instituerit, ubi
R. Si el fundador dijese: « E s mi praster quam pro fundatoribus cele- onus beneficiato seu capellano impo- carerent, vel ne cui vico aut pago
voluntad que todos los días se celebre brare? E t quatenus affirmative. suerit orandipro anima sua, tum locus certis quibusdam diebus Missa dees-
Misa en tal iglesia,» en este caso, 4. 0
» A n pro alus celebrando, pos- set, ex similibusve circumstantiis con-
fit argumento desumpto a diverso ?nodo
como no se impone al capellán la sint stipendium pro hujusmodi cele- loquendi, ac dicendum fundatorem, jiciendum sit institutoris voluntatem
obligación de celebrar por si mismo, bratione recipere? ubi jusserit pro se orari, non imposuisse anticipata satisfactioni Missarum ad-
cuando él no lo haga, debe buscar 5. 0
» A n illis diebus, quibus licite onus applicandi, sed voluisse dumta- versan.» T a m p o c o se pueden antici-
otro sacerdote que celebre en su lugar, vacant á celebratione, teneantur Mis- xat sacerdotem ad Memento comme- par cuando se mandan aplicar por los
como dice San L i g o r i o ; y Benedic- sam ab alus celebrari faceré juxta morationem faceré sui, quemadmo- parientes difuntos, ó por los difuntos
to X I V añade que esto es indudable, intentionem fundatorum? dum respondit Sacra Congregatio de un pueblo; porque si se celebran
según la sentencia común: « D e his 6,° » A n sacerdotes ut supra obli- Concilii in causa Ferrariensi, die 11 en Enero las Misas que se mandan
qui non tenentur per seipsos celebrare, gati celebrare Missam quotidie, absque Junii 1700.» aplicar en Diciembre, los parientes
communis opinio est, si ipsi non pos- tamen onere celebrandi per se ipsos, del fundador ó vecinos del pueblo que
sint, eos debeie curare ut per alium possint aliquando á celebratione va- Aunque , como queda ya notado, mueren después de Enero no partici-
sacerdotem Missa celebretur.» (De care?» cuando el fundador dice que se cele- pan de aquellas Misas, de cuyo fruto
sacrif. Missce, lib. 3, cap. 3, núm. 6). Ad superiora dubia ita responsum bre cierto número de Misas, sin e x - Ihubieran participado si se celebrasen
P e r o si el fundador no impone al be- est: presar más, se debe entender que el después en Diciembre, como había
neficiado la obligación de celebrar beneficiado debe aplicarlas por la in- dispuesto el fundador; en fin, cuando
« A d primum, affirmative, concu-
personalmente todos los días, entonces rrente aliqua legitima causa. tención del fundador, pero se ha de éste fijó los días, por lo común tuvo
éste, si tiene causa razonable, puede exceptuar el caso en que el fundador algún motivo especial, que se ha de
» A d secundum, ut ad primum.
omitir algunas veces la celebración, dejase varias Misas en una misma respetar.
» A d tertium, negative.
aun cuando no esté enfermo. A s í lo fundación, y mandase que cierto nú-
» A d quartum, negative.
aseguran Suárez, los Salmaticenses, mero de ellas se aplicase por su i n - 2035. P. ¿Tienen obligación las
» A d quintum, distulit resolutionem.
San L i g o r i o , en el lugar citado tención ó por su alma, y nada dijese iglesias catedrales y las colegiatas de
» A d sextum, negative.»
otros, fundados en el capítulo Signi de las demás. E n este caso, respecto aplicar algunas Misas por los bienhe-
A q u í se ha de notar que cuando
ficatum, de prcsbend., que dice asi: de estas últimas de las que nada dijo, chores?
dice: Ad quintum distulit resolutionem,
«Capellanum teneri quotidie celebra se presume con fundamento, dice Be- R. Benedicto X I V trata este punto
quiere decir que el asunto se exami- nedicto X I V , que dejó libre la apli-
re, salva honéstate et debita devotione. en varios lugares de sus obras; pero
nará más detenidamente, por ser de cación al beneficiado, y que así lo de-como no es mi ánimo detenerme sobre
2032. P. E n el caso último difícil resolución. claró la Sagrada Congregación. L a esta materia, por no alargarme dema-
¿cuántas veces y bajo qué condiciones D a una respuesta negativa ad sex- razón es, porque si él hubiera queridosiado, tan sólo diré brevemente:
puede omitir la celebración el benefi tum, porque cuando el beneficiado no que se aplicase por su alma, así como i.° E n el lib. 3 De sacrif. Missce,
ciado que tiene el cargo de decir la está obligado á decir por sí mismo la lo expresó en las primeras, del mismo cap. 8, números 3, 4 y 5, dice: que la
Misa personalmente? Misa, si algún día no celebra, debe modo lo hubiera hecho en las segun- Misa conventual que se debe celebrar
R. Como es importante la materia hacerlo por medio de otro que aplique das (en el núm. 3 del citado capítulo).todos los días, se ha de aplicar nece-
de estas dudas, v o y á transcribir lite por el fundador.
raímente la resolución de la Sagrada 2033. P. Cuando el fundador 2034. P. ¿El beneficiado puede sariamente pro benefactoribus genera-
Congregación del C o n c i l i o de 18 de impuso al beneficiado la obligación de anticipar la celebración de las Misas tim, y que no se cumpliría si se a p l i -
que dejó el fundador? case por un bienhechor en particular.
Septiembre de 1683, respondiendo orar por él en algunas Misas, ¿quie-
 LIBRO VI. TRATADO
Si la catedral ó colegiata tuviese
adjunta la cura de almas (como suce-
de algunas veces), en los domingos y
días festivos, además de la Misa pro
benefactoribus in communi, se debe ce-
lebrar otra parroquial pro populo: «nec
tilla contraria consuetudo ab hoc onere
excusat; hujusmodi consuetudo, si qua
sit, malus usus est, et corruptela,» como
lo prueban los decretos y claras res-
puestas de la Sagrada Congregación
(núm. 3).
2. E n el núm. 4 dice Benedic-
0
to X I V que cuando las rentas de las
catedrales ó colegiatas son muy cor-
tas [tenues), pueden obtener de la S a -
grada Congregación del Concilio la
dispensa de aplicar la Misa solamente
en los días festivos pro benefactoribus
in communi, y entre otras declara-
ciones, cita la que se dio en Marzo
de 1722 por la misma Sagrada Con-
gregación, de la cual era secretario el
mismo Lambertini, que apoyó esta
dispensa y se resolvió: « T e n e r i qui-
dem canónicos applicare Missam con-
ventualem quotidie pro benefactori-
bus generatim, sed iis remitti posse
ejusmodi onus propter tenuitatem
praebendarum, dummodo eam applica-
rent diebus ómnibus festis ex prcvcepto.»
Véase la constitución de Benedic-
to X I V sobre la obligación que tienen
los párrocos de aplicar la Misa pro po-
pulo en los días festivos, y los canó-
nigos de catedrales y colegiatas la
Misa cantada diaria pro benefactoribus
in genere.
E n esta constitución, que comienza
Cum semper oblatas, su fecha 19 de
A g o s t o de 1744, se explica con clari-
dad esta materia, y se expresa que
siempre se ha de recurrir á la Sagra-
da Congregación del Concilio cuando
por alguna causa razonable se quiera
obtener dispensa de lo dispuesto por
el derecho común. Esta constitución
se encuentra en el tomo 1 del Bulario
de Benedicto X I V , núm. 103, pági-
na 366, y forma el apéndice V I I de
la obra De sacrif. Missce. Aunque in-
IV.
cidentalmente y de paso diré que, en
mi concepto, todos los confesores ha-
bían de procurar á todo trance hacer-
se con las tres obras siguientes de
Benedicto X I V : De Synodo Dicecesana,
De sacrificio Missa y las Instituciones
7
ó Notificaciones.
3.0
Cuando una iglesia no es ver-
daderamente colegiata, aunque los ca-
nónigos tengan diariamente coro y
Misa cantada conventual, no están
obligados á la aplicación de la Misa
conventual pro benefactoribus in 00711-
viuni. Benedicto X I V , en el citado
cap. 8, núm. 4, refiere que siendo
secretario de la Sagrada Congrega-
ción, apoyó este parecer en favor de
los sacerdotes de la parroquia de San-
ta Marta, de la diócesis de Monte Fal-
cón, contra el parecer de su obispo
Buenaventura, que pretendía obligar-
los á la aplicación diaria de la Misa
pro benefactoribus in comniut.i; y la Sa-
grada Congregación, conformándose
con el parecer de su secretario L a m -
bertini, en 12 de Febrero de 1718 de-
claró, «quod cum illa ecclesia non
esset veré c o l l e g i a t a , nullum esse
onus celebrandi et applicandi Missam
pro benefactoribus generatim.»
Para la erección de una verdadera
colegiata se exigen ocho condiciones,
que se pueden ver en Ferraris, en las
palabras Collegium, Collegiata, nú-
mero 21, y en Monacelli, tomo 1,
tít. 13, form. 6, núm. 8. Una de las
condiciones esenciales para erigir una
verdadera colegiata, es la facultad del
Papa. E l Obispo no puede erigir una
colegiata, ni suprimirla. Cuando está
ya instituida, y pasaron cien años sin
reclamación en contrario, se presume
el consentimiento pontificio, aunque
no haya intervenido; porque se está á
la opinión de muchos antiguos, que
no creían necesaria la intervención
del Papa. E n el día es indudable que,
si no interviene la autorización del
Papa, es nula la erección de una c o -
legiata.
Aquí conviene notar que cuando la
DE LA
colegiata dejase de existir actu, ó por
muerte de todos los individuos, ó por
una supresión violenta civil, ó por otra
causa semejante, no por eso dejaría
de existir habitu; como consta de la
opinión común y de varias decisiones
de la Rota: « I n tali casu reductio col-
legialitatis ad actum poterit fieri ab
Episcopo, cum non sit erectio.» ( F e -
rraris,en el lugar citado, números 22,
23 y 24.)
CAPITULO VII
DE LA REDUCCIÓN, COMPOSICIÓN
Y CONDONACIÓN DE MISAS
2036. P. ¿Cómo se define la r e -
ducción de Misas propiamente dicha?
R. « I m m i n u t i o qussdam numeri
Missarum celebrandarum concessa per
kgitimam auctoritatem, ex legitima
causa.»
H e dicho reducción de Misas propia-
mente dicha, porque, como dice B e -
nedicto X I V (De Synodo Dicecesana,
lib. 13, cap. último núm. 9), no es ri-
gurosa reducción de Misas: i . ° Cuan-
do se prueba y da sentencia de que
el testamento ó el legado piadoso es
nulo, por no constar la voluntad del
testador. 2. Cuando el heredero prue-
0
ba que el testador no tenía bienes
propios de que disponer para dejar el
cargo de celebrar Misas. . ° Cuando
3
el testador, aunque tenía bienes sufi-
cientes, señaló para dote de las Misas
una finca determinada, y después la
enajenó antes de la muerte, ó la dio
en dote: en estos casos, si el herede-
ro obtuviese sentencia de que no es-
taba obligado á la celebración de las
Misas, no habría propiamente reduc-
ción, sino declaración de que no tenía
deber de cumplirlas.
2037. P. ¿Cuál es la autoridad
legítima que puede en el día, jure or-
dinario , hacer la reducción de Misas?
R. Benedicto X I V , en su inmortal
obra De Synodo Dicecesana, lib. 5, ca-
pítulo 10, y lib. 13, cap. último trata
EUCARISTÍA. 361
erudita, lata y sólidamente esta cues-
tión, y cuanto pertenece á esta mate-
ria. Diré lo que me parezca más ne-
cesario.
1.° E n el día es indudable que ni
los Obispos en Sínodo ni fuera de él,
ni los prelados generales de las Orde-
nes regulares, ni sus Capítulos gene-
rales pueden, sin delegación especial
del Papa, hacer la reducción de Misas.
H e aquí la bula Nuper de Inocen-
cio X I I , confirmando el decreto de la
Sagrada Congregación del Concilio,
publicado por Urbano V I I I , el cual,
entre otras varias disposiciones im -
portantísimas, trae la siguiente: «Di-
stricte prohibet, ne Episcopi in dicece-
sana Synodo, aut generales in Capi-
tulis generalibus vel alias quoquo modo
reducant onera tilla Missarum celebran-
darum, aut post idem Concilium i m -
posita, aut in limine fundationis; sed
pro his ómnibus reducendis, aut mode-
randis, vel commutandis ad Apostolicam
Sedem recurratur... Alioquin reductio-
nes, moderationes et commutationes
hujusmodi, si quas contra hujus for-
mam fieri contigerit, omnino millas et
inanes decernit.»
D e modo que los Obispos no pue-
den hoy, sin licencia expresa delegada
del Papa, hacer la reducción de Misas.
L a facultad que el Tridentino había
dado á los Obispos y á otros (sesión
25, cap. 4), tan sólo se extendía, s e -
gún lo expresa claramente el decreto,
dice San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 331),
«pro reducendis Missis ante Concilium
relictis, et non impositis in limine fun-
dationis; quidquid dicant S a l m a n t i -
censes, tract. X V , De stat. relig., cap.7,
núm. 148.»
E n confirmación de esta doctrina
de San L i g o r i o , he aquí lo que dice
Benedicto X I V (De Synodo Dicecesana,
lib. 13, cap. últ., núm. i S ) : « A c tan-
tummodo paucis monebimus, constan-
iem ac perpetuam fuisse sententiam Con-
gregationis ejusdem Concilii Interpretis,
facultatem hujusmodi, Epicopis a
Concilio tributam, nullum sibi locum
362 LIBRO VI. T R A T A D O
vindicare quoad Missas, quas pii tes-
tatores in beneficiorum fundationibus
statuerunt: uti colligitur ex rescripto
Episcopo Ferrariensi reddito die 3 . a
Martii 1597: Sacra Congregatio cen-
suit ex decreto Concilii,cap. 4, ses. 25,
De reform., non licere Episcopo redu-
cere onera Missarum beneficio in fun-
datione imposita;» continúa Benedic-
to X I V : «sed vim habere dumtaxat
quoad reliquas Missas vel testamento
vel facta inter vivos bonorum assi-
gnatione prasscriptas; dummodo ta-
men injunctum onus ante Concilium
acceptatum fuisset, ipsaque reductio
(nótese bien) fieret in próxima Synodo
dicecesana, post expletum Concilium
Tridentinum habenda.»
2038. P. ¿Puede en algún caso
el Obispo hacerla reducción dé Misas?
R. i . ° E l Obispo tiene facultad or-
dinaria para decir si el legado es vá-
lido ó nulo: «cum adhuc sit de eorum
jurisdictione,» dice Scavini, tomo 3,
núm. 185, en una nota; pero no pue-
de hacer reducción de M i s a s , sino
meramente dar sentencia sobre la va-
lidez ó nulidad del legado.
2. 0
Puede el Obispo hacer r e d u c -
ción de Misas (se supone, si hay cau-
sa razonable), « s i qui legatum reli-
q u i t , expressam facultatem dedisset
Episcopo Missarum designatarum nu-
merum minuendi; tune enim licere
Episcopo, inconsulta Sede Apostólica,
ea facúltate uti, censuit eadem Sacra
Congregatio, uti habetur citato tom. 5
Bidlar. post laudatam Urbani V I I I
constitutionem.» Son palabras de B e -
nedicto X I V , De Synodo Dicecesana,
lib. 5, núm. 2; porque, como dice en
el citado capítulo ú l t i m o , núm. 1 9 ,
testaíoris voluntas est religióse custo-
dienda.
3. 0
Puede también el Obispo ha-
cer la reducción de Misas impuestas
en una donación inter vivos, cuando
fué aceptada la carga de las Misas en
virtud de una convención celebrada con
el Obispo: «tune in casu diminutio-
nis reddituum aut deperditionis fundi,
IV.
ecclesia gravata instare potest penes
ipsum E p i s c o p u m , qui, sua ordinaria
facúltate utens, contractum corrigere,
atque ad términos juris reducere po-
test. Quapropter solemne semper fui!
Sacras Congregationi Concilii ad se
recurrentibus pro hujusmodi redu-
ctione onerum rescribere: Adeant ju-
dices suos, quod Episcopos esse inter-
rogata respondit , teste Monacello.
T e m p o r e sacras visitationis habení
Episcopi plures facultates, tum quoad
reducendas, tum quoad condonandas
Missas, aliaque componenda; non qui-
dem proprio jure, sed quia in illa cir-
cumstantia facultates illas impetrant a
Sancta Sede.» Hasta aquí Scavini, edi-
ción de 1.865, tomo 3, núm. 307.
Scavini, en este mismo número,
dice así: «Episcopus potest Missarum
onera reducere: Si deprehendat in pri-
ma oneris acceptatione redditus non res-
pondere oneri; quas quidem facultas
insurgit ex tenore decretorum de hac re
ab Urbano V I I I editorum: dum enim
ista prohibent Episcopis reductionem
onerum Missarum, loquuntur de oneri-
bus jam acceptatis (vide Malaguzzi,
Praxis parochoruvi).-»
Esta opinión de Scavini y de Ma-
laguzzi la defendieron también Pas-
cualigo, Passerini (De hominum stat.,
tomo 2, q. 187, núm. 1055), Y otros,
porque creían que la prohibición he-
cha á los Obispos por Urbano V I H
hablaba solamente de las cargas acep-
tadas; pero esta opinión no se puede
sostener en el día, porque, como dice
Benedicto X I V (De Synodo Dicecesana,
lib. 5, cap. 10, núm. 2), Urbano V I I I
habló de la carga de Misas impuesta,
aun cuando no estuviese aceptada, y
que así j u z g ó siempre la Sagrada Con-
gregación del Concilio, después de la
constitución de Urbano V I I I ; y en
prueba de esto pone dos declaraciones
de dicha Sagrada Congregación, que
creo conveniente transcribir literal-
mente, por la importancia de la ma-
teria. Preguntada la Sagrada Congre-
gación: «An prohibido facta Episcopis
DE LA EUCARISTÍA. 3 3
6
reducendi onera Missarum habeat l o - beneficiado, es indudable que éste no
cum etiam in casu quo legatum sit está obligado á celebrar las Misas, se-
ita tenue, ut non sit qui velit onus Mi gún sentencia común. Así lo declaró
injunctum subiré; et si recurrendum sit la Sagrada Congregación en 7 de Ju-
ad Sedem Apostolicam pro modera- lio de 1686 , donde se dice: «Quod
tione oneris, totum aut fere totum in- capellani et beneficiad , celebrantes
sumendum sit pro expensis ad id n e - prt> capellanías seu beneficii fundato-
cessariis?» Aquí, como discretamente re, non tenentur Missas celebrare tem-
nota Benedicto X I V , se pregunta so- pore quo capitale dotis assignatas est
bre un legado impuesto, pero no acep- otiosum et infructiferum sine eorum
tado, pues se dice: «Ut non sz'í qui velit culpa;» y lo mismo confirmó en 8 de
onus illi injunctum subiré;» y no obs- Agosto de 1705, como puede verse en
tante , la Sagrada Congregación r e s - Pitton, in Constit. pro paroch., núme-
pondió: « E t s i legatum sit adeo tenue, ro 1697 , y en San L i g o r i o , lib. 6,
nihilominus pro reductione oneris sui, núm. 324.
ut supra impositi, ab iis, ad quos per- Si los réditos del beneficio , cape-
linet, Sedem Apostolicam esse adeun- llanía ó legado se disminuyeron, hay
dam. Idemque iterum (continúa B e - que atender á las palabras del funda-
nedicto X I V ) Sacra Congregatio d e - dor: si éste instituyó el legado fijando
claravit in causa Lucen. Onerum Mis- la cantidad de la limosna para cada
sarum , in qua disceptato sequenti Misa, por ejemplo: «Ordeno que con el
articulo : A n Episcopus possit onera rédito de los fondos que dejo se celebren
Missarum nondum acceptata reducere Misas cada año por mi intención, con
absque beneplácito Sedis Apostólicas, la limosna de cinco reales cada una,» en
sive hujus Sacra? Congregationis, quo- este caso, si se disminuyen los rédi-
ties reductionem necessariam esse j u - tos , se deben celebrar tan sólo las
d i c a v e r i t , ex eo quod locus pius l e -
queproduzca el rédito á razón de cinco
gatum acceptare recuset, non diminuto reales de limosna cada una; y si se
onere? D i e 20 Junii 1682 respondit: aumenta el rédito , se debe aumentar
Negative.» el número de Misas , dice San L i g o -
4 . y último.
0
L o s Obispos pueden rio (lib. 6, núm. 331, dubit. 2).
hacer la reducción de Misas por dele- E n el mismo lugar pregunta San
gación de Su Santidad , que la suele L i g o r i o : « A n possit capellanus mi-
conceder en algunos casos. T a m b i é n nuere Missas , si testator designave -
la concede alguna v e z Su Santidad á rit numerum Missarum , et déficit
los Generales de las Ordenes regula- stipendium adhuc ordinarium? » E l
res, como la concediódos veces Pío V I Santo refiere la opinión de Pascuali-
á dos Generales de los Carmelitas D e s - g o , Busembau y otros, que dicen que
calzos, según la refiere el mismo que puede , y dan la siguiente razón: los
obtuvo la facultad, el muy docto P a - decretos que reservan al Papa la re-
dre Maestro Fray Antonio de San ducción de Misas , no comprenden
José , Procurador general en R o m a este caso, en el cual «non estproprie
de los Carmelitas Descalzos y autor reductio aut moderatio stabilis , quam
del Compendio Salmaticense. (Véase Sedes Apostólica sibi reservat , sed
el trat. X X V I , cap. 3, núm. 119.) est cessatio de jure obligationis pro
2039. P. ¿Puede el beneficiado rata reddituum deficientium : decreta
disminuir por sí mismo el número de enim loquuntur juxta mentem T r i -
Misas , si se perdieron los réditos del dentini, sess. 25 , cap. 4, De reform.,
beneficio? ubi sermo est non j a m de redditibus
diminutis, sed de tenui eleemosyna
R. H a y que distinguir: si los r é d i -
ab initio designata pro Missis , quas
tos te perdieron del todo sin culpa del
 364 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 365

non facile reperiatur qui velit celebra- opinión de Pascualigo no tiene proba- bien á las Misas cantadas y solemnes, á nada está obligado , aun cuando el
re, et de illis , re integra , ob tenuita- bilidad alguna sólida. D i r é más: como pero exceptúa aquellas Misas á cuya legado venga á menos por cualquier
lem stipendii , vel paucitatem sacer- una gran parte de la reducción de Mi- celebración se obligó alguna iglesia, evento, y no sufrague para los gastos
dotum fieri vellet leductio. An autem sas proviene de haberse disminuido ó cofradía, ó colegio; «porque aunque de la celebración de las Misas , ó de
hasc opinio , sit probabilis , judicio los réditos por la pérdida ó deterioro en el Concilio R o m a n o (continúa B e -cargas piadosas , suponiendo que el
sapientiorum remitto,» concluye San de una parte del capital ó de los redi - nedicto X I V ) no se hace mención heredero no haya sido causa del d e -
Ligorio. <• expresa de esta excepción , se infiere terioro ó pérdida del legado.
tos, se haría ilusoria las más veces la
claramente de las palabras de la I n s - 3. Si se pone demonstrative , el
T a m b u r i n o , L e z a n a , los S a l m a t i - reserva al Papa de la reducción de las 0

trucción , que dicen así: Exceptis in-

Obispo (al contrario que en el caso
censes y otros , dicen que de modo Misas, cuya reserva , por otra parte,
strumentis, seu contractibus, super qui- anterior) no puede proceder á la re-
alguno puede el Obispo hacer la re- está concebida en términos tan ge-
bus manus apponere non debeat, nisi in ducción de las Misas , sino que debe
ducción de Misas sin delegación del nera les.
casu judicialis instantias pro illorumobligar al heredero á que supla lo que
Papa , cuando los fondos del legado 2040. P. Dilucidada la primera rescissione titulo leesiouis.» sea necesario para el cumplimiento de
se disminuyeron. Benedicto X I V re- y principal dificultad s ó b r e l a incom-
fiere la opinión anterior de Pascualigo petencia de los Obispos y de los Ge- 2041. P. E n el caso de que el todas las Misas con estipendio ordi-
(eruditísimo , pero laxo en muchas nerales de las Ordenes regulares para Papa delegase al Obispo la facultad, nario, como dice Benedicto X I V en
opiniones) (1), y la impugna. Véase reducir jure ordinario las cargas de no sólo de reducir las Misas, sino el capítulo citado, núm. 32.
el cap. 10, núm. 1, lib. 5, De Synodo las Misas, como algunas veces obtie- también otros legados píos de l i m o s - 2042. L a regla fija para conocer
Dicecesana, donde habla expresamente nen delegación pontificia para poder- nas , dotes para doncellas, etc., ¿qué cuándo el fundador impuso el legado
del caso en que se disminuyan los la ejecutar, se pregunta: Cuando el conducta debería seguir en el orden y taxative y cuándo demonstrative, es la
modo de la reducción? siguiente, según Benedicto X I V , á la
réditos: véase el capítulo último del Papa delega á un Obispo la facultad
lib. 13 de la misma obra, núm. 1 7 , y ad reductionem Missarum, ¿se entiende R. i . ° Aunque el Obispo facultado cual se deben atener los señores Obis-
s o b r e t o d o el núm. 19, d o n d e , des- también para reducir otra clase de para la reducción de Misas se conven- pos. Si el fundador comienza desig-
pués de referir ésta y otras opiniones legados? za de que el capital ó réditos no pue- nando el fundo ó capital que ha de
de Pascualigo y de otros autores, den sufragar para el cumplimiento de servir para la celebración de las M i -
R. Se ha de atender al tenor de las
concluye: «Hace sunt quas ex jure preces y al rescripto de concesión. las Misas que deja el testador ó fun- sas, y después designa las Misas que
communi dessumi possunt, et in C o n - Cuando la concesión se concreta á la dador , no por esto ha de proceder se han de celebrar, entonces la fun-
desde luego á la reducción de las Mi- dación se hace taxative, por ejemplo:
cilio Tridentino statuta sunt. Verum reducción de M i s a s , es doctrina c o -
sas, sino que ha de examinar las pa- « D e j o la casa N . , ó mil pesos de ca-
cum deinde superaccesserint decreta Ur- rriente, dice Benedicto X I V , «quod
labras del que las impuso, para ver si pital, para que con los réditos que
bani VIII, confirmata in constitutio- memorata facultas circumscripta est
fué su mente que , en el caso de dis- produzcan se celebren anualmente
ne Innocentii X I I , omnis jam conti- ad Missas tantummodo; ñeque pro-
minuirse el capital ó no bastar los ré- treinta Misas por mi intención.» En
cescil qucBstio , et Missarum reductiones tendi ad reliqua pia legata , pias-
ditos para cumplir las Misas en los este caso, si fortuitamente, sin culpa
proculdubio Apostólicas Sedis auctori- ve dispositiones inter vivos , quibus,
tiempos venideros, el heredero debería alguna del heredero, desapareciesen los
tati privative reservatse sunt; quemad- exempli causa, eleemosyna pauperi-
suplir lo que faltase; ó, por el contra- mil pesos ó la casa, el heredero á nada
modum expresse cautum legitur in bus distribuí, aut inopes virgines do-
rio, no le imponía tal carga, según el estaba obligado; y si sufriesen algún
praacitatis d e c r e t i s : Districte prohi- tari prascipiatur... : unde Episcopus
contexto de las palabras. Esta es, dice quebranto, habría lugar á que las Mi-
bet, etc.,» y pone el párrafo entero de non debet se extendere vel ad dotalia
Benedicto X I V , la regla primaria, á la sas se redujesen pro rata parte.
la bula Nuper, de Inocencio X I I , que subsidia, vel ad eleemosynas , vel ad
que deben ceder todas las conjeturas;
queda transcrito en el núm. 2037. quamlibet aliam dispositionem, ex ea Cuando el fundador ó testador co-
y termina así: «Monentur Episcopi,
Medítense bien aquellas palabras de juris regula , quaa docet facultatem ad mienza su disposición ab onere Missa-
ut diligenter expendant, tum singula,
esta bula: «Prohibet atque interdicit, ne certas res datam, ad alias diversi generis rum, entonces la imposición se hace
tum universa dispositionis verba; hosc
Episcopi... quoquomodo reducantonera product non oportere.-» (De Synodo Dio- demonstrative; como si, por ejemplo,
enim est tutissima regula, per quam
tilla Missarum celebrandarum, aut post cesana, lib. 13, cap. último núm. 22.) dice: «Quiero que se apliquen treinta
voluntates disponentium facilius asse-
idem Concilium (Tridentinum) i m p o - Misas en tal iglesia por mi intención,
N o obstante , en el núm. 25 añade q u i , et certius interpretari poterunt.»
sita , aut in limine fundationis (ante para cuyo cumplimiento señalo • la
Benedicto X I V que cuando se con-
Concilium imposita), sed pro his óm- 2. 0
Si de las palabras del funda- casa N . , ó mil pesos de capital.» E n
cede al Obispo la facultad ad Missa-
nibus reducendis, aut moderandis, vel dor ó testador no constase otra cosa, este caso el Obispo no debe proceder
rum tantummodo reductionem, la Sa-
se ha de atender al modo en que está á la reducción de Misas, sino que debe
commutandis, ad Apostolicam Sedem grada Congregación declaró que estas
concebida la imposición del legado obligar al heredero á que supla lo que
recurratur.» E n mi humilde j u i c i o , lapalabras abrazan también la facultad
señalado para el estipendio de las Mi- falta para poderse cumplir todas las
de reducir aniversarios ; y del mismo
sas que manda celebrar. Si el legado Misas. Benedicto X I V , al terminar el
(1) Véase á Scavini, tract. I, disp. 2. , modo declaró varias veces que dicha
a

se pone taxative, entonces el heredero citado núm. 32, dice así: «Ñeque ab
cap. 2, al fin del apéndice. facultad en ese caso se extiende t a m -
366 LIBRO VI. TRATADO
hujusmodi regula recedere licet iis , qui
ad reductiones faciendas facultatem
obtinuerunt ex ampliatione indulti in
Concilio R o m a n o concessi, quantum-
vis de ea in ipso Concilio nullum ver-
bum fiat: est enim haec instar juris
regulas, adque ideo semper interposita
censeri debet, quamvis litteris expres-
sa non legatur.»
D e esta regla hay una excepción, y
es cuando el fundador, aunque impu-
so el legado demonstrative, mandó al
heredero que entregase al legatario,
no los mismos réditos, sino la misma
cosa legada; porque en este caso, si el
heredero lo cumple, á nada está obli-
gado después, aunque la cosa legada
perezca ó se deteriore, y hay lugar á
la reducción de las Misas ó cargas
piadosas; pero si hubiese entregado el
legado al legatario sin haberlo orde-
nado el fundador, el Obispo puede
proceder contra el heredero, como
dice Benedicto X I V en el núm. 33,
fundado en dos decretos de la Sagra-
da Congregación.
2043. Cuando por el transcurso
y vicisitudes de los tiempos, aun cuan-
do el legado se puso demonstrative, no
se encuentra ya contra quién recla-
mar, he aquí el decreto de la Sagrada
Congregación, que ordena lo que debe
hacer el Obispo que recibió la facul-
tad delegada para la reducción: «In
casu vero, quo, factis judicialibus et
possibilibus diligentiis etiam per edic-
tum sub pcena censurarum vel hasre-
des cogendi, vel fundatorum bona non
reperiantur, aut fundationes ipsas ha-
beri nequeant, tune onera ipsa ad
eamdem rationem eleemosynae ma-
nualis reducere possit;» y añade Bene-
dicto X I V : «Hujusmodi .reductioni
peraetse et absolutas nulla alia adjun-
para la reducción de Misas y de otros
gitur clausula , praeter hanc unam:
legados piadosos, ¿qué orden ha de
quod si redditus augeantur, augeri
observar en el desempeño de su co-
quoque debeat numerus Missarum.»
metido?
Aquí es preciso tener presente que
los Obispos, si bien fueron autoriza- su voluntad sobre la preferencia que
dos en el Concilio Romano para r e - se ha de tener en la reducción, he aquí
ducir las Misas con arreglo al estipen- lo que dispone el derecho canónico:
IV.
dio de las Misas perpetuas, pero, se-
gún la disciplina vigente en el día,
cuando reciben potestad de reducir
Misas, no deben fijar el estipendio de
las Misas perpetuas (que ordinaria-
mente es mayor), sino de las Misas
manuales «juxta eam quantitatem, qua
\ vel ex synodali iaxatione, vel ex recepta
regionis consuetudine prasstatur pro sin-
gulis Missis, quas fideles dietim, ad
| manus tradita sacerdotibus eleemosy-
na, celebran curant;» y añade des-
pués las palabras de la Sagrada
Congregación , que confirman esto
mismo: «Juxta proportionatam ca-
juscumque legati reddituum quanti-
tatem, ad rationem eleemosynae ma-
1 nualis, inspecto regionis more, pro
suo arbitrio et conscientia, reducere
| ac moderan possit et valeat (Epis-
copus).»
2044. Benedicto X I V , al fin del
mismo número, y Scavini ( t o m o 3,
núm. 185) , parece que aceptan la
sentencia de Pascualigo, el cual dice
que los regulares, sin renunciar ni
perjudicar á sus privilegios de exentos,
para la reducción de sus Misas pue-
den acudir á su Obispo, cuando éste
se halla autorizado para la reducción
de Misas en toda su diócesis. H e aquí
las palabras de P a s c u a l i g o : «Posswit
in hoc se subjicere, nec prasjudicant
Romanas Sedi, quia possunt se subji-
cere cum consensu ejusdem Romanee Se-
dis. D u m autem Pontifex concedit
E p i s c o p o , ut possit reducere onera
Missarum suas dicecesis, concedit
etiam implicite quod regulares dicece-
sis possint se subjicere Episcopo in
ordine ad obtinendam reductionem.»
(De sacrif. Noves Legis, q. 1182.)
2045. P. E l Obispo delegado
B. Si los fundadores no manifiestan
DE LA EUCARISTÍA.
i.° Antes se han de reducir otros
legados que el número de las Misas,
cuando los réditos que se dejaron no
alcanzan para todo. Esta es la prácti-
ca observada por la Sagrada Congre-
gación del Concilio, comprobada por
muchas resoluciones de la misma; son
palabras de Benedicto X I V (De Syno-
do Dicccesana, lib. 13, capítulo último,
núm. 23).
2.
0
Se exceptúa el caso en que el
fundador señalase una finca ó un ca-
pital determinado para que con los
réditos se celebrasen las Misas, y para
el cumplimiento de otras cargas pia-
dosas (como dotes, l i m o s n a s , etc.)
señalase otra finca ó capital determi-
nado distinto; porque entonces, si la
finca ó capital señalado para el esti-
pendio de las Misas sufriese alguna
diminución ó deterioro, deberían re-
ducirse las Misas y no las otras man-
das piadosas; y lo mismo cuando de
las palabras del fundador se infiera
que ésta fué su voluntad. L a razón
es, porque si bien se pudiera presumir
en general que el fundador prefiere las
Misas, por ser más favorables á su
alma, pero hic et mine no tiene lugar
esta regla general cuando de las dis-
posiciones ó palabras del mismo se
infiere lo contrario: «Preesumptio, seu
conjectura cederé debet non solum
veritati, sed etiam alus oppositis fortio-
ribus pressumptionibus, » dice Bene-
dicto X I V en el lugar citado , nú-
mero 31.
3.0
Si los réditos del legado pia-
doso no alcanzasen para la celebra-
ción de todas las Misas, y hubiese
lugar á la reducción, si parte de las
Misas son cantadas y las otras reza-
das, la Sagrada Congregación del
Concilio, en 4 de A g o s t o de 1725, de-
claró lo siguiente: «Sacra Congrega-
do censuit, quando aliquod legatum
est complexivum Missce cantates et Mis-
sarum lectarum, tune omnes legati red-
ditus, si non sufficiant pro utroque one- 4. E n el párrafo 8 del mismo de-
re, erogandos esse in celebrationem creto se manda que los capítulos, co-
tot Missarum lectarum , deleto onere legios, sociedades seculares y demás á
3 7
6
Misses cantales.» Véase á B e n e d i c -
to X I V , en el citado capítulo último,
acerca de otras cuestiones útiles que
pueden ocurrir sobre esta materia.
2046. T a l vez dirá alguno que la
reducción de Misas va acompañada de
tantas dificultades, molestias y gas-
tos, que muchas veces es más cómo-
do no aceptar la carga de las Misas.
A esto respondo:
i.° Que es muy cierto respecto
del particular; pero en este caso debe
avisar al Obispo el poseedor del lega-
do, para que provea lo conveniente.
2.° E l fundador de un legado pío
ha de procurar dejar claras las cláu-
sulas de la fundación, expresando su
voluntad sobre los casos probables
que pueden sobrevenir, y especial-
mente sobre lo que se ha de hacer si,
andando el tiempo, los réditos de la
cosa legada no alcanzasen para cu-
brir las cargas. «Si quiere evitar di-
laciones y gastos en acudir á R o m a ,
en su mano está autorizar al D i o -
cesano para que provea lo c o n v e -
niente.»
2047. 3 . E l que recibe el car-
0
go de Misas perpetuas ha de mirarlo
muy bien antes de aceptarle; porque
si es un capital en dinero y no se im-
pone con seguridad (como está man-
dado por decreto de la Sagrada Con-
gregación del Concilio, en los párra-
fos 6 y 7, confirmado por Urbano V I I I
é Inocencio X I I ) , se gasta el capital,
y los venideros se encuentran con so-
las las cargas. Por estas razones los
Papas citados, en los párrafos 6 y 7,
mandan con tan estricto rigor que los
legados se impongan en una finca
permanente; y que si ésta, con la auto-
ridad competente, se enajenase, su
producto se imponga en otra cosa es-
table. (Véase á Ferraris, en la palabra
Misses sacrificium, art. 2, donde pone
íntegro el citado decreto de la Sagra-
da Congregación.)
0
3 6S LIBRO VI. TRATADO IV.
DE LA EUCARISTÍA
3 9
6

quienes toque, no reciban la carga de quibus omissa sacrificia offerri debue-

esset enim reductio de reductione, dice en las fiestas suprimidas, creyendo
celebrar Misas perpetuas sin obtener rant, congruum Missarum numerum
Benedicto X I V . con buena fe que no debían hacer-
antes licencia del Obispo ó de su vi- celebran quotidie mandat ab aliquibus
E l Compendio Salmaticense (trac- lo, hasta que en 25 de Septiembre
cario general, y los regulares deben capellanis huic muneri addictis in Va-
tat. X X V I , num. 123) añade que la de 1847 y en 7 de Diciembre de 1849
obtenerla de su General ó Provincial, ticana basílica, cujus Fabricas, veluti
limosna tasada en la composición para la Sagrada Congregación del Concilio
cuya licencia debe ser in scriptis et Ecclesias catholicorum omnium stu-
la Fábrica de San Pedro era un diez declaró que estaban obligados; así
gratis concedenda; y esto bajo las se- diis ac devotione mérito semper cele-
por ciento de la cantidad que se com- como lo declaró, ordenó y mandó
veras penas que se pueden ver en d i - bratas, módica illa elcemosyna, com-
ponía, cuando la pedían los citramon- P í o I X á toda la Iglesia en su E n c í -
cho decreto. posiho dicta, praster reliqua pía opera,
tanos, y un ocho por ciento cuando clica de 3 de Mayo de 1858. En casos
2048. Además de la reducción pro facti circumstantiis, ac pro pras- de esta naturaleza, el Papa, por lo
la pedían los ultramontanos; y que
de Misas, hay también lo que se llama termisso sacriñciorum numero per- común, ó condona todas las Misas á
aún se exigía menor cantidad cuando
condonación, ó remisión y composición solvenda imponitur iis, qui condona- todos los que las omitieron, ó encar-
el sacerdote que pedía la composición
de Misas. L a reducción mira al tiem- tiones exposcunt , quarum insuper ga que se celebren tres Misas, ó una
era muy pobre.
po venidero, y de ella se ha tratado rescripta, et decreta, ut ómnibus frau- sola, en suplemento de las omitidas
dibus occurratur, sequenti clausula P. ¿Qué causas se requieren para
hasta aquí. por los sacerdotes, aunque sean ricos.
la reducción, para la composición y
L a condonación ó remisión, y lo mis- debent esse munita, juxta constit'i-
para la condonación de Misas? Atendidas las vicisitudes y trastor-
mo la composición de Misas, miran al tionem Innocentii X I I : «Monitcs esse
R. i . ° Para la reducción de Misas, nos que han tenido lugar en la Iglesia
tiempo pasado. Hablaré de ellas b r e - Dvoluit, condonationes, et reductiones
»ab eadem Sede, nonnisi ex rationa- la causa más principal es la insufi- de España, y las variaciones favora-
vemente.
ciencia de los réditos para la celebra- bles á la misma que pueden sobreve-
2049. P. ¿Qué debe hacer un »bili causa, seu asqua commiseratio-
ción de todas las Misas ordenadas por nir, me ha parecido conveniente ex-
sacerdote que omitió la celebración de » n e , » compositiones vero a dicta Fa-
brica, utente suis facultatibus et pii- el fundador ó testador. Esta insufi- tenderme algún tanto sobre esta ma-
algunas Misas y no las puede cele-
vilegiis , nonnisi ex causa pariter ciencia puede provenir, ó de la dimi- teria, cuyo conocimiento puede ser
brar buenamente, ni dar á otro sacer-
rationabili, et cum clausulis opportu- nución de los réditos, ó de haberse más adelante muy necesario á los con-
dote limosna para que las diga?
nis, et prassertim cum illa, dummodo aumentado por la tasa sinodal ó por fesores.
R. Si la falta es oculta, debe recu-
malitiose non omiserint, animo habendi la costumbre general el estipendio de * E l R d o . P. Procurador general de
rrir á la Sagrada Penitenciaría por me-
compositionem, alias gratia nullo modo la Misa. H e aquí las palabras de San la Congregación de la Santa Cruz y
dio de su confesor, y éste debe callar
suffragetur, admitti consuevisse, et so- Ligorio, lib. 6, núm. 331: «Causas Pasión de Nuestro Señor Jesucristo
el nombre del penitente: esto pro foro
leré.» Esta cláusula es igual á la que autem, ex quibus Sedes Apostólica propuso á la Sagrada Congregación
interno. Si se tratase pro foro externo
i tiene la bula de Composición , que solet Missas reducere, sunt paucitas del Concilio las dudas siguientes:
de la condonación de Misas que se i
pueden usar los que toman la bula sacerdotum, stipendii tenuitas, vel « I . An decreta super celebratione Mis-
omitieron, se ha de recurrir al Papa.
de la Cruzada, con tal que no hiciesen augmentum stipendii currentis, ex- sarum ac prohibitione illas moderan-
H e aquí las palabras con que Bene-
el daño en la confianza de aprovechar- tenuado reddituum monasterii, vel di, seu reducendi, e t c , emanata a
dicto X I V explica esta importante se de esta bula.
majores expensas necessarias ad vi- S. Congregatione S. R. E . Cardina-
materia en el núm. 15 de su tantas lium Conc. T r i d . Interpretum, et i n -
ctum, etc., denique, si urgeret neces-
veces citado capítulo último del lib. 13 A estas palabras de Benedicto X I V serta ab Innocentio P P . X I I in sua
sitas fratrum vel fabricas ecclesias, aut
De Synodo Diocesana. D i c e así: añade Scavini que los que una vez Constitutione diei 23 Dec. an. 1697
monasterii: ita Palaus, W i g a n d t , Sal-
«Condonationibus faciendis immis- obtuvieron condonación ó composi- quas incipit Nuper, obligent cum pce-
manticenses cum alus.»
ceri se nequit Episcopus, utpote quas ción de Misas omitidas, si después nis in iisdem decretis contentis, non
2050. L a condonación y la com-
privative reservatas sunt auctoritati vuelven á suplicar que se les conceda solum in Italia et insulis adjacenti-
posición de Misas se hacen, por lo
R o m a n i Pontificis, qui vel immediate nueva condonación ó remisión, deben bus, sed etiam in alus regionibus in
común, atendiendo á la gran pobreza
per se ipsum, vel per organum Pceni- expresar que ya obtuvieron antes esta c a s u . — I I . An haberi debeat legitime
del que las omitió. Sucede también
tentiarias Apostólicas, et nonnumquam gracia: este es el estilo ó práctica de celebratum Capitulum Provinciale ex-
que, sin intervenir pobreza, el Papa
Congregationis Concilii, sed frequen- la Curia. L a razón es, porque al rein- tra Italiam cui interf;:it cum voce
impone una pequeña carga cuando la
tius per organum Congregationis F a - cidente se le concede la condonación activa et pasiva, quídam Superior l o -
omisión se hizo de buena fe, y la obli-
bricas S. Petri, examinatis prius omis- ó composición más difícilmente, é calis, qui ob meram oblivionem, prout
gación de celebrar, aun cuando lleva-
sionum causis, opportune providet, imponiéndole mayor tasa. L o mismo ipse ait secum non detulerat attesta-
ba consigo el deber de restitución,
prout in D o m i n o magis expediré judi- se ha de decir del que pide reducción tionem ab ómnibus sacerdotibus sui
éste provenía solamente de un pre-
cat, ex spirituali thesauro Ecclesias, de las Misas de un legado ó beneficio, recessus subscriptam et juratam de
cepto de la Iglesia; como sucedió en
supplendo quidquid in oneribus im- pues debe expresar si obtuvo otra vez Missarum onerum integra satisfactio-
algunas partes de Italia con los pá-
plendis peccatum est; in suffragium remisión de Misas del mismo; porque ne in casu.» Respuesta de la Sagrada
rrocos, que en más de cuarenta años
autem et expiationem animarum, pro entonces sería reducción de reducción: Congregación del Concilio: « A d I. Af-
no habían aplicado la Misa pro populo
TOMO II. 2
4
37o LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 37 r

firmative: A d I I . P r o gratia s a n a d o -
rus ad cautelam.» (Ciudad de Dios,
v o l . 34, pág. 297.) E l Capítulo gene-
ral de Definidores celebrado en A v i l a
en 25 de Mayo de 1895, hace men-
ción del anterior decreto en la denun-
ciación X I I , del modo siguiente: « D e -
nunciamus Sedem Apostolicam sen-
tentia edita sub d i e i ó D e c e m b r i s 1893
a S. Congregatione Concilii declarasse
Decreta ab eadem S. Congregatione
super celebratione Missarum emanata
et inserta ab Innocentio P P . X I I in
sua Constitutione diei 23 Decembris
anno 1697, quse incipit: Nuper, obli-
gare regulares cum pcenis in iisdem
decretis contentis, non solum in I t a -
lia insulisque adjacentibus, sed ubique
terrarum.» ( V é a s e la Revista Ana-
lecía O. P., anno I I I , fase. I V , pá-
gina 199.) *
CAPÍTULO VIII
ARTÍCULO PRIMERO
De las ceremonias de la Misa.
2051. Antes de comenzar á tra-
tar en particular de las ceremonias de
la Misa, se ha de poner como funda-
mento de esta materia la definición
dogmática del T r i d e n t i n o , que dice
así: « S i quis dixerit casremonias, ves-
tes et externa signa, quibus in Mis-
sarum celebratione Ecclesia catholica
utitur, irritabula impietatis esse m a -
gis quam officia pietatis, anathema
sit.» (Sess. 22, can. 7.)
P. ¿Cómo obligan las ceremonias
de la Misa?
R. E l Tridentino, en la sess. 7,
can. 1 3 , dice a s í : « S i quis dixerit
receptos et approbatos Ecclesia? ca-
tholicse ritus in solemni Sacramento-
rum administratione adhiberi consue-
tos, aut contemni, aut sine peccato a
ministris pro libiio omitti, aut in novas
alios per quemeumque ecelesiarum pxsto-
rem mutari posse, anathema sit.» C o m o
la celebración de la M i s a pertenece
ciertamente á la administración del
sacramento de la Eucaristía, no se
puede dudar de que el Concilio habla
también con el sacerdote celebrante
cuando, haciendo mención de los ritos
aprobados por la Iglesia, dice que no
se pueden omitir sin pecado.
Además, en el principio del Misal
R o m a n o se pone la bula de San Pío V,
que dice así: «Mandantes et districte
praecipientes ómnibus et singulis in
virtute sanetse obedientias, ut ceteris
ómnibus rationibus et ritibus ex aliis
missalibus in posterum penitus omis-
sis, Missam juxta ritum, modum, ac
normam, quse per missale hoc a n o -
bis nunc traditur, decantent, ac le-
gant. Ñ e q u e in Missas celebratione
alias casremonias, vel preces, quam
quas hoc missali continentur, addere
vel recitare praasumant.»
E n vista de esta bula, no se puede
defender la opinión de los que afir-
man que todas las rúbricas del misal
son meramente directivas y de consejo;
porque, como rectamente nota San
L i g o r i o , San P í o V manda con pre-
cepto de obediencia que la Misa se
celebre según el rito, modo y norma
del Misal R o m a n o , lo cual no cum-
pliría el que variase las ceremonias
que prescribe el mismo misal.
L o s autores se dividen en la gra-
duación de la culpa que cometen los
que no observan en la celebración de
la Misa las rúbricas del misal, como
puede verse en San L i g o r i o , en el la-
gar citado. Y o me adhiero en un todo
á la autorizada opinión del Santo
Doctor.
i.° H a y rúbricas que son sola-
mente directivas y de consejo, y éstas
son las que señalan lo que se ha de
hacer ó rezar antes ó después de la
Misa, si bien algunas de ellas obligan
sub veniali; como el decir las oraciones
que prescribe la rúbrica para cuando
se reviste el sacerdote, v. gr., cuando
dice: Impone, Domine, capili meo, etc.,
y lo mismo al ponerse el alba y las
demás vestiduras: thanc omissionem
esse culpabilem, sed non plus quam ve-
nialem; ut putant L u g o , Laym.,
Salm.,» etc., dice San L i g o r i o . Tam-
bién sería venial, dice el Santo, si el
sacerdote no lavase las manos antes
de celebrar; y que aun pudiera ser
mortal «si manus sint valde immun-
dee, propter reverentiam sacrificii;»
pero que no habría culpa alguna en
no lavarse las manos después de decir
Misa, porque es meramente directiva
la rúbrica que lo ordena ( l i b . 6, nú-
mero 409).
E n cuanto á las oraciones con que
se ha de preparar el sacerdote para ce-
lebrar, no hay precepto que las i m -
ponga; pero pecaría venialmente el
sacerdote que sin urgencia de celebrar
dijese Misa sin preparación alguna.
H e aquí las palabras de San L i g o r i o :
«Sacerdos qui sine ulla prasparatione,
saltem domi facta, ad sacrificandum
accederet, puto ab aliqua culpa non
excusandum.»
E n cuanto á las oraciones que se
dicen cuando el sacerdote se reviste
para decir Misa: Impone, Domine, capi-
li meo, etc., etc., San L i g o r i o dice así:
«Tenendimt igitur cum communi senten-
tia hanc omissionem esse culpabilem,
sed non plus quam venialem; ut putant
L u g o , L a y m . , S a l m . , » etc.
2.
0
E n cuanto á las rúbricas que
se han de observar dentro de la Misa,
San L i g o r i o tiene por cosa cierta que
son preceptivas y que obligan sub
gravi, nisi levitas materia excuset, y
lo prueba (núm. 399) por las palabras
citadas del Tridentino y de la bula
de San P í o V .
3.0
D e esta doctrina cierta infiere
San L i g o r i o , «non excusari a veniali
sacerdotem qui omittit benedictiones,
inclinationes, genuflexiones, etc., uti
prasseribuntur in rubrica . E t idem
sentio cum Cóncina de eo qui adver-
tenter non genuflectit usque ad t e r -
ram, vel tantum signat deosculari a l -
tare (que hace el ademán de besar el
altar, pero no le besa realmente), vel
perturbat benedictiones contra rubri-
cas prasseriptum : item dicit C r o i x ,
cum Pasqualigo, esse veniale faceré
ea nimis celeriter vel nimis prolixe. Pras-
terea rationabiliter addunt Cóncina,
W i g a n d t , Croix et R o n c a g l . posse
esse etiam mortale, si quis has casre-
monias , esto non ex gravioribus ,
omitteret in notabiliparle... H i n c di-
cimus diffxculler posse excusari a mor-
tali sacerdotem, qui infra quadran-
tem Missam absolveret, etiamsi M i s -
sa sit ex brevioribus, vel de Sancta
Maria in sabbato... Impossibile est
Missam perfici infra quadrantem, quin
omittantur aut verba, aut casremo-
nias, vel saltem quin notabiliter i m m i -
nuatur decentia et gravitas tanto sa-
crificio debita,» dice San L i g o r i o , nú-
mero 400; y aduce pruebas, reflexiones
y gravísimas autoridades en favor de
esta sentencia, las que omito por bre-
vedad, y porque ya traté de esto mis-
mo en otro lugar. ¡Ojalá todos los
sacerdotes leyésemos con atención
una v e z cada mes el citado núm. 400
del Santo!
Además de las rúbricas del misal,
hay varios decretos de la Sagrada
Congregación de Ritos, la cual está
autorizada por el Papa para dirimir
las dudas que ocurran circa ritus ,
como consta de la constitución 74 de
Sixto V . San L i g o r i o (núm. 401) cita
la doctrina de Merati (pág. 788, nú-
mero 3), el cual dice que no todas las
declaraciones de la Sagrada Congrega-
ción de Ritos son decretos rigurosa-
mente tales, sino solamente aquellas
<yqua emxnant in forma rigorosa decre-
ti, vel saltem in fine habent aliquam
decreti clausulam, puta, ab ómnibus
servetur: servar i ab ómnibus manda-
vit, etc. Si vero sint declarationes tan-
tum dubiorum, tum juxta nonnullo-
rum opiniones censentur dumtaxat
directivas (que no obligan áculpí); re-
putantur enim sapientissimorum v i -
rorum responsa. Verum ait Ursaja
hujusmodi resolutiones prasferendas
esse aliorum doctorum opinionibus.»
372 LIBRO VI. TRATADO IV.

C o m o los decretos rigurosos de la Sa- Enero de 1S08 en la forma siguiente: DE L A EUCARISTÍA.

grada Congregación de Ritos se pue-
den considerar como oráculos ó de-
cisiones pontificias, obligan bajo cul-
373
«Sacra Rituum Congregatio voluit,
superioris, id oritur ipsomst superio- velato capite o r a r e . » ( C a p . Nullus,
»ut in judiciis et in quacumque di-
ris consensu, qui eam, etiam suas legi dis. 1 . De consecrat.). Aquí advierte
i>rimenda controversia illorum tan-
a

obviantem, cum rationabilis et diu- sabiamente B s n e d i c t o ' X I V (De sacri-

pa, grave ó l e v e , según fuere la ma- « t u m m o d o decretorum auctoritas va-
turna est, statuit tolerandam.» (De ficio Missce, l i b . 1, cap. 9 , núm. 2),
teria. »leat, quse in hac editione a se per-
Synodo Dicecesana, lib. 12, cap. 8,.nú- que el precepto del Apóstol ( I ad C o -
D e la Sagrada Congregación de R i - Bmissa et approbata,» atque Secreta-
mero 8.) Por lo tanto, la costumbre rinth., cap. 9, v. 3,) que aquí se cita,
tos emanó un decreto en 23 de Mayo rii S. R. C. manu suscripta continen-
depende de la voluntad del legislador es de mera disciplina, y por lo tanto
de 1846, aprobado por Pío IX, que tur.» (Véase á Herdt, núm. 1 1 7 , 3.)
in fieri et in conservari;» esto es, que dispensable y mudable; pero U r b a -
dice así: Decreta a Sacra Congrega- 2052. P. ¿Qué se ha de hacer ni puede prescribir, si el superior re- no V I I I impuso el precepto siguien-
tione emanata, et responsiones qua;- cuando hay discordancia entre los de-
clama en tiempo contra ella; ni des- te, que se halla en el Misal R o m a n o ,
cumque ab ipsa propositis dubiis scri- cretos de la Sagrada Congregación-
pués de haber prescrito puede conser- y dice así: « N e m o audeat uti pileolo
pto formiter editas , eamdem habeant de Ritos?
varse, si el legislador reclama contra (solideo) in celebratione Missas sine
auctoritatem (nótese bien) ac si im- R. Como los tiempos y las circuns- ella y la abroga. expressa licentia Ssdis Apostólicas,
mediate ab ipso Summo Poniifice pro- tancias varían, sucede tal vez que se
manarent, quamvis milla jacta fuerit de P. Ahora bien: ¿qué ha dispuesto non obstante quacumque consuetudi-
apruebe en nuestros días lo que antes el superior respecto á las costumbres n e . » E s , pues, indudable que no bas-
eisdem relatio Sanctitaii Suez.» ( N ú m e -
estaba prohibido, ó viceversa. L o s de- que no son conformes á las rúbricas? ta la licencia del Obispo para c e l e -
ro 4905, ad 7 . ) . De aquí es que,
u m

cretos litúrgicos no son inmutables brar con solideo, como dice Benedic-
cuando ocurra alguna duda sobre r ú - R. H a y costumbres que son prés-
como los dogmas. Cuando hay varia- ter rubricas, pero no son contra rubri- to X I V ; y se ha de reformar la opinión
bricas, se debe recurrir para su acla-
ción en aquéllos, se ha de estar al úl- cas: respecto de éstas, cuando las cos- de algunos teólogos antiguos que fue-
ración á la Sagrada Congregación de
t i m o , como lo declaró la misma Sa- tumbres son razonables, están per- ron de diverso parecer. Silvio, en el
R i t o s , c o m o lo ordenó la Sagrada
grada Congregación de Ritos en 22 mitidas por la Sagrada Congregación comentario de la 3 . p. de Santo T o -
a
Congregación del Concilio en 17 de
de Abril de 1741 (núm. 3961). Cuan- de Ritos, si la costumbre es legítima más, q. 83, art. 5, edición de Antuer-
Septiembre de 1822, cuyo decreto fué
do haya alguna aparente contrariedad é inmemorial: así lo afirman Herdt pia de 1 7 1 4 , confiesa que se equivocó
aprobado por P í o V I I , y mandó que
«inter generales rubricas missalis et illas (núm. 10S, 2) y Gardellini, el cual cita en las anteriores ediciones, concedien-
se tuviese como piíblico derecho. ( V é a -
in ordine Missce..., pari forma ut raque varios decretos de la Sagrada Con- do á los Obispos esa facultad; y des-
se á Herdt, núm. 1 1 7 , 1.) E s t o no se
entiende de los decretos particulares, sequenda est, ex decreto S. R. Congre- gregación. pués de citar cinco decretos de las Sa-
«quas sunt puras gratias, et specialem gationis 21 Mart. 1744 (núm. 4004), Si las costumbres son abiertamen- gradas Congregaciones, concluye así:
dispensationem seu privilegium con- conciliando, quoad fieri potest, earun- te contra el Misal R o m a n o , ó contra «Ideoque nullus absque pontificia li-
cedunt, et ad alios extendí nequeunt; dem dispositiones.» el Breviario, ó el Ritual, ó el C e r e - centia audeat Missam celebrare tecto
... nisi dubia proposita generalia fuerint, Si hubiese discordancia entre las monial de los Obispos, entonces son capite.»
et similis generalis responsio prodievit: rúbricas del Misal y del Ceremonial abusos, aunque la costumbre sea i n - Como en China es cosa fea é inde-
prcecifiueú Sacra Rituum C o n g r e g a d o de los Obispos, dicen Herdt (en el nú- memorial; como lo prueba Herdt en corosa descubrir la cabeza, Paulo V
in eadem resolutione constanter per- mero citado) y Merati ( t o m o 1, pági- el lugar citado, aduciendo muchos de- concedió á los misioneros en aquel
stiterit; adeo ut, quamvis hasc decreta na 4 . , título 8, núm. 16 y tít. 10,
a
cretos de la Sagrada Congregación. país que celebrasen con una especis
particularia dicantur ab ecclesiis a núm. 20), «quod Casremoniale Episco- No obstante, si de quitarse esos abu- de solideo, distinto del que usaban
quibus dubia proposita fuerunt, eequi- porum relinqui possit ecclesiis cathe- sos introducidos contra las rúbricas comunmente todo el día. ( B e n e d i c -
valenter tamen generalia sint, et in re- dralibus, aliisque, in quarum usum se hubiesen de mover turbaciones y to X I V , De sacrificio Missce, lib. i ,
gula jiro generali Ecclesiae deserviré pos- prasseriptum est.» escándalos en el pueblo, sería más cap. 7, n ú m . 2.)
sint et debeant,» dice Herdt en el lu- 2053. P. ¿Puede tolerarse líci- prudente tolerarlos, c o m o respondió
2055. P. ¿Cómo peca el sacer-
gar citado, fundado en la autoridad tamente la costumbre contraria á las la Sagrada Congregación de Ritos á
dote que celebra con la cabeza c u -
de Benedicto X I V y de Gardellini. rúbricas? un Obispo que consultó sobre esta
bierta?
R. Cuando la costumbre es racio- materia en 23 de A g o s t o de 1704.
L o s decretos generales de la Sagra- nal y ha prescrito, se verifica lo que R. H a y tres opiniones: unos dicen
2054. P. L a rúbrica que prohibe que es mortal; otros que no es mor-
da Congregación de Ritos suelen pu- dice Benedicto X I V : Nihil magis tri-
celebrar con la cabeza, cubierta, ¿obli- tal, y otros afirman que es mortal si
blicarse en R o m a , y esto basta, con tum legem quamlibet humanam, etiam
ga sub gravi? el sacerdote está cubierto toda la Misa,
tal que conste suficientemente: no es canonicam, posse contraria consuetudi-
necesario que sean publicados por los |ne, quee si rationabilis et legitime R. E l derecho canónico lo prohibe: pero que es venial si tan sólo está cu-
Obispos. L a colección de decretos de prsescripta, a b r o g a n , juxta textum «Nullus Episcopus , presbyter , aut bierto desde el principio de la Misa
Gardellini fué aprobada por la Sagra- in cap. final., De consuetudine. Quod diaconus ad solemnia Missarum cele- hasta el canon exclusive, y después
da Congregación de Ritos en i . ° de branda prassumat cum báculo introi- de la sunción; pero atendida la repe •
consuetudo prasvaleat contra legem re, aut velato capite altari Dei assiste- tición y severidad de la prohibición,
re; quoniam Apostolus prohibet viros la reservación de la dispensa al Papa,
374 LIBRO VI. TRATADO IV.
y que á los dispensados por Su Santi- tan común la peluca, en el día tan
dad se les ordena que estén descu- sólo está prohibida al Obispo y al
biertos desde el canon hasta haber sacerdote mientras celebran la Misa,
sumido, tengo por mucho más proba- Teófilo , Raynaldo y Pascualigo se
ble que pecana mortalmente el que equivocaron cuando la permitieron;
sin causa grave y sin dispensa cele- pues, como dice Benedicto X I V : « N e -
brase hasta el canon con la cabeza mo sanae mentis inficiari potest per
cubierta. D i g o sin causa grave, porque fictum capillitium sacerdotis caput ve-
me adhiero á lo que dice San L i g o r i o lan et cooperiri.» (De Synodo Dicecc-
en el lib. 6, núm. 397: «Probabile est sana, lib. n , cap. 19.)
id quod dicunt P a l . cum Sa, V a z . , Para usar peluca durante la Misa,
A z o r . , L a y m . , cum N a v . , S y l v e s t . , tan sólo el Papa puede conceder la
Henr., Croix cum Gobat et D i e , n e m - licencia. Inocencio X I , por un decreto
pe, non esse illicitum sine dispensa- publicado en 21 de Marzo de 16S9,
tione celebrare cum pileolo (excepto ordenó «non posse Episcopos et Nun-
canone, et prseciso scandalo) ex ratio- cios apostólicos concederé licentiam
nabili causa, si celebretur in loco pri- sacerdotibus ejusmodi comas (pelucas¡
vato, vel si causa ita celebrandi ad- in actu celebrationis gestandi; ómni-
stantibus sit manifesta, puta, ob sene- bus et singulis prasseribens, ob reve-
ctutem sacerdotis, vel loci frigus, ita rentiam tanto sacrificio debitam, ut
ut quis non posset celebrare capite altari D e i nonnisi detecto ac mulato
nudo sine notabili i n c o m m o d o . » capite assistere prassumant, idque sub
S i l v i o , en el lugar citado, después pcena supensionis a, divinis officiis.»
de su retractación, dice que no se Esta suspensión está abrogada por la
atrevería á condenar al que en una constitución novísima ApostolicceSedis,
enfermedad extraordinaria, que no de P i ó I X .
fuese de larga duración (non diutina), 2057. P. ¿Es lícito al sacerdote
celebrase con la cabeza cubierta hasta celebrar descalzo la Misa?
el canon, con tal que no hubiese e s - R. L a rúbrica ordena que el sacer-
cándalo; y da la razón: « Q u o n i a m dote esté calzado; pero dice San L i -
Sedes Apostólica non videtur tam g o r i o que, según la costumbre gene-
stricte sibi reservasse prasdictam fa- ral, basta celebrar con sandalias, ó
cultatem,» etc. Benedicto X I V , en chinelas, ó babuchas, ó zapatillas.
el lugar citado, núm. 3, cita las pala- Que, si no hay desprecio ( y y o añadi-
bras de Silvio, y , lejos de impugnar- ría: ni escándalo), no es sino venial
las, parece que las aprueba; pero tén- celebrar con los pies desnudos, aun
gase presente que Benedicto X I V y cuando no haya causa, y que si la
Silvio hablan de un evento ó enfer- hubiese, no habría pecado alguno. El
medad que no sea de larga duración Santo añade que el que no puede ce-
(non diutina). lebrar sino apoyado en báculo, lo pue-
2056. P. ¿Es lícito celebrar con de hacer: que puede también celebrar
peluca? lícitamente con los dos brazos apo-
R. Antiguamente era tan mal visto yados sobre el altar «qui ex infinnitaie
el uso de la peluca, que los poetas nequiret rectus stare, et ex sua devotio-
ridiculizaban á las mujeres que usa- ne vellet celebrare, modo vitetur popu-
ban cabellos postizos, y eran tenidos li admiratio.-» Por último, dice San
por afeminados los hombres que usa- L i g o r i o que si un sacerdote no pudie-
ban peluca; en varios Sínodos provin- se elevar la hostia (se supone ni el
ciales se prohibió severamente su uso c á l i z ) , con tal que pudiese ejecutar las
á los ordenados in sacris y á los bene- demás partes de la M i s a , podía cele-
ficiados. C o m o últimamente se hizo brar lícitamente por mera devoción, sin
DE LA EUCARISTÍA.
otra causa, avisando antes al pueblo
su imposibilidad, para que no se es-
candalizase ni admirase (lib. 6, nú-
mero 402).
2058. P. ¿Cómo peca el que omi-
te alguna parte de la Misa?
R. E n la Misa hay partes que se
llaman ordinarias, y las hay que se
llaman extraordinarias. L a s partes or-
dinarias son aquellas que siempre se
dicen ó se hacen; y la omisión de
éstas es ex se culpa g r a v e , á no ser
que excuse la levedad de la materia:
trataré primero de estas partes ordi-
narias de la Misa.
2059. P. ¿Cuándo se dirá que
peca mortalmente el sacerdote faltan-
do advertidamente á alguna de las
partes ordinarias de la Misa?
R. E s opinión común, dice San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 404), que es pe-
cado mortal omitir todas las oracio-
nes que se dicen desde in nomine Pa-
tris, etc., al comenzar la Misa, hasta
subir á la peana ó tarima del altar; y
añade el Santo que es mortal también
omitir la Epístola ó el E v a n g e l i o , ó
las colectas principales ó el ofertorio,
ó la fracción de la hostia, ó la mixtión
de ésta conla sangre, como dicen Suá-
rez , T o u r n . , Spor... «et alii passim:
licet non omnia hasc reperies apud
omnes hos auctores. ídem dicendum
cum Tourn. de omissione/>r^/íf ¿/OMZ'S.»
Scavini (tomo 3, núm. 312) dice lo
mismo que San L i g o r i o . Confieso que
(si no hay escándalo ni desprecio) me
parece severo el condenar á pecado
mortal la omisión del evangelio de la
Circuncisión, que sólo tiene dos ó tres
renglones, y lo mismo el de Nuestra
Señora de las N i e v e s . Por ofertorio se
entiende desde el Dwiinus vobiscum,
después del Credo, hasta comenzar el
Prefacio, dice Benedicto X I V (De sa-
crificio Missa, lib. 2, cap. 9, núm. 1).
Colectas principales son las tres ora-
ciones primeras que se dicen del Oficio
de que se celebra en aquella Misa. L a
primera después del Gloria (si le hay),
la segunda después del Orate, fratres.
375
y la tercera después del posteommunio.
San L i g o r i o , siguiendo á Suárez y á
Cóncina (contra T a m b u r i n o ) dice que
es mortal dejar dos de estas colectas
principales.
E l Santo, siguiendo á Cóncina,
Croix y otros, dice: « I n canone autem
mortale est omittere quamlibet ora-
tionem, vel ejus verba ita mutare ut
sensus varietur, vel aliquod verbum
omittere, quo sublato, reliqua verba
sensum non faciunt. í d e m dicendum
de omissione Pater noster, vel Agnus
Dei. í d e m dicendum de purificatio-
ne patena?, et calicis post sumptio-
nem. í d e m dicendum si quisomitteret
decem vel octo nomina Sanctorum
(in canone). E t probabiliter Quarti,
T o u r n . , et R o n c a g l . excusant a culpa
gravi omittere tria vel quatuor nomi-
na Sanctorum.» ( L i b . 6, núm. 405.)
Pero sería v e n i a l , dice el Santo
(núm. 406), omitir los kiries, « o m i t -
tere unam vel alteram efucem super
oblata, vel tunsionem pectoris, aut
lavationem m a n u u m , aut psalmum
Judicg. me, Deus, signum crucis super
aquam, aut unam ex tribus collectis
principalibus.» Añade el Santo que si
no se dijo la primera colecta, se diga
con la secreta, pero no después. R e s -
pecto de las oraciones que se añaden
en la Misa á la colecta principal, su
omisión es tan sólo pecado venial,
dice el Santo, siguiendo á Palao y á
Cóncina.
Mutilar ó sincopar las palabras,
pero sin mudar el sentido, y no si-
guiéndose escándalo, tan sólo es cul-
pa leve: si proviniese de defecto na-
tural, no habría culpa alguna, dice
San L i g o r i o en el número siguiente.
E l que en la primera purificación
del cáliz pusiese solamente agua, pe-
caría: «Semper sacerdos vino os per-
fundere debet, postquam totum acce-
perit Eucharistia? sacramentum.» (Ca-
pítulo Ex parte 5 , De celebr. Miss.);
«sed hoc non erit, añade San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 408), plus quam veníale,
ut communiter dicunt C ó n c i n a , » etc.
 376 LIBRO VI. TRATADO
E n la segunda ablución de los d e -
dos, Gobat y Pascualigo afirman que
no hay culpa alguna en poner agua
solamente; pero San L i g o r i o dice:
«Sed melius dicunt Cóncina, etc., id
non excusari a veniali, si fiat sine dis-
pensatione Pontificis.» E l Santo aña-
de que le parece que, si hay causa
raciona], no hay culpa alguna; y des-
cendiendo á señalar la causa suficien-
te para omitirla, dice así: «Puto qui-
dem sufficere aliquem esse abstemium,
vel vinum esse rubeum (de color en-
cendido, rojo, ó dorado, ó t i n t o ) , quo
purificatoria evaderent indecenter ma-
culata.» Me parece razonable esta opi-
n i ó n , y con mayor motivo cuando
antiguamente los sacerdotes, si bien
hacían la ablución de los dedos con
v i n o , no le sumían, como afirma B e -
nedicto X I V (en el lugar expresado),
citando á Durando y á Santo T o m á s ,
3 . p., q. 83, art. 5 ad 1 0 . , donde
a u m
dice que el sacerdote debe hacer la
primera ablución y sumirla ad abluen-
dutn os, ne aliqua, reliquia remaneant;
pero hablando de la segunda ablución,
no dice que la suma, sino que «eadem
ratione perfundit vino dígitos, quibus
corpus Christi tetigerat.» Eadem ra-
tione, esto es, por si acaso quedó algu-
na partícula en los dedos. Esta ablu-
ción segunda se derramaba en un
lugar decente; pero hoy está mandado
que se suma , como dicen Gabanto,
Benedicto X I V , y la rúbrica. Aquí por
abstemio no se entiende el que no bebe
vino por pura mortificación , sino el
que no lo bebe por especial repugnan-
cia que le tiene.
2060. P. ¿Cómo pecana el que
omitiese el E v a n g e l i o último de San
Juan?
R. San L i g o r i o dice que Mazzotta,
T a m b u r i n o y L u g o afirman que es
pecado venial ; pero Roncaglia «non
improbabiliter ait cum Suarez hujus
omissionem esse mortale, saltem dico,
si adsit scandalum.»
2061. P. ¿Qué pecado es omitir
las partes extraordinarias de la Misa?
IV.
R. Partes extraordinarias de la Misa
son aquellas que no se dicen sino en
algunas , ó en ciertos días , como eí
Gloria, la Secuencia, el Credo, los Pre-
facios propios, el Communicantes ó Hanc
igitur propios, las colectas (exceptua-
da la principal ó propia de la Misa).
Pues bien: hablando de éstas , dice
San L i g o r i o : « Q u o a d vero partes
extraordinarias, scilicet, qua; non in
omni Missa dicuntur, eas omittere
non est nisi veníale ; ita communiter
omnes (nótese bien): nisi tot partes
omittantur, qua; simul sumpta; nota-
bilem materiam constituerent, ut bene
advertunt Cóncina, W i g a n d t , Pascua-
l i g o , » etc.
2062. P. ¿Cómo peca el que en
la celebración de la Misa se distrae
notablemente con perfecta delibe-
ración?
R. Croix y Diana dicen que no es
mortal, aunque la distracción sea en la
consagración ó en la sunción ; pero
San L i g o r i o , siguiendo á Cóncina y á
Roncaglia, dice que es mortal, no sólo
en la consagración, como se ha dicho
ya, sino también en las demás partes
de la Misa, si la distracción es delibe-
rada y notable. « R a t i o , quia (prseter-
missa quaestione an attentio interna
sit vel ne de essentia orationis, de qua
lib. 4, núm. 177, satis loquuti sumusí
sacrificium , pra:ter rationem oratio-
nis , habet rationem cultus excellen-
tissimas religionis, cui gravem videtur
ille irrogare irrcverentiam , qui , dum
profitetur actu religioso Deum colere,
voluntarie se distrahit.» ( L i b . G, nú-
mero 410, dubit. 5.)
2063. P. ¿ C ó m o peca el que
añade alguna cosa en la Misa?
R. Convienen los autores en que
sería mortal cualquier adición , si se
hiciese con ánimo de introducir nuevo
rito: « H i n c , dice San L i g o r i o , recte
P. Cóncina dicit peccare graviter qui
adderet in Missa novas publicas pre-
ces;» pero añade el Santo: «Si vero ex
importuna devotione adduntur plures
collectes ex eodem m i s s a l i , vel Credo,
DE LA
aut Gloria, Pater, Ave, vel quid simile,
id non excedit culpam venialem: ita
communiter Cóncina, etc. R a t i o n a b i -
liter tamen censet Aversa esse morta-
le addere Gloria et Credo in Missa de
Réquiem, quia hasc videtur satis gravis
inordinado.»
Aunque es mejor observar las rú-
bricas, no es pecado «ex aliqua causa
vel ex devotione addere unam col-
lectam... Collecta autem pro publica
necessitate potest esse tertia ad Ubi-
tutu, vel addi pro quarta. In Missis
votivis pro re gravi et causa publica
semper dicitur Gloria. In Missa so-
lemni pro re gravi aut causa publi-
ca, v. gr. , 40 horarum , dicitur etiam
Credo. In oratione A cunctis non veta-
tur nominari quivis Sanctus canoni-
zatus , et etiam dúo , sed non plures.
Vetitum est vero addere nomen alio-
rum Sanctorum in litaniis publicis
coram populo, ex decreto Sacras Con-
gregationis 22 Martii 1671.» Son pa-
labras de San L i g o r i o , lib. 6, nú-
mero 412.
2064. P. San L i g o r i o pregunta:
« A n peccet sacerdos, si in Missa so-
lemni non recitet quas cantatur a
choro?»
R. W i g a n d t , Navarro , L e d e s m a ,
Tamburino, Quarti y otros, dicen que
basta que atienda á las cosas que canta
el coro. Otros dicen que peca mortal-
mente ó venialmente, según sea la
materia que omita. San L i g o r i o dice
que no es improbable la opinión de
L u g o , que dice que tan sólo es venial
la omisión. « R a t i o , quia tune revera
non omittitur Epístola vel E v a n g e -
lium in Missa, siquidem illa j a m can-
tantur solemniter a ministris ad in-
structionem populi, pro quo alte illa
legi vel cantari instituta s u n t ; unde
lectio illa submissa magis videtur
prsescribi privatim pro ipso sacerdote,
quam pro populo. Potest ergo eadem
materia omissa in se gravis fieri levis,
si non a sacerdote, sed tantum a mi-
nistris dicatur , cum sacerdos et mi-
nistri in celebranda Missa faciant
EUCARISTÍA. 377
unum.» ( N ú m . 410.) Si se trata sola-
mente de un E v a n g e l i o ordinario, no
me atrevería yo á llamar improbable
la opinión de L u g o ; pero con la gene-
ralidad con que la admite, no me pa-
rece sólidamente probable. L a razón
que tengo es la siguiente: según San
L i g o r i o , Benedicto X I V y la senten-
cia comunísima, las rúbricas son pre-
ceptivas en lo que ordenan para den-
tro de la Misa ; y cuando se trata de
las partes ordinarias de ésta , obligan
bajo pecado mortal , si la materia es
grave. Pues bien: la rúbrica manda
que el celebrante rece los Kiries, la
Epístola, el E v a n g e l i o , T r a c t o , C r e -
do, Ofertorio, Sanctus, A gnus Dei , y
sabe muy bien que todo esto lo canta
el coro en las Misas solemnes. Creo
que la práctica universal de la Iglesia
y la apreciación común de los sacer-
dotes interpretan que el sacerdote debe
observar sub gravi (si la materia es
notable) la rúbrica que manda al cele-
brante rezar toda la Misa , ya sea re-
zada, ya cantada ; exceptuadas aque-
llas cosas en que el coro responde al
sacerdote.
ARTÍCULO II
Del idioma, voz y modo con que se debe
celebrar la Misa.
2065. P. ¿En qué idioma se ha
de celebrar la Misa?
R. E n la Iglesia occidental hay
precepto de celebrar la Misa en la len-
gua latina: en las iglesias orientales
se celebra en la lengua griega anti-
gua , ó en la antigua siriaca , ó en la
armenia, etc.
E l Tridentino no condenó ni prohi-
bió absolutamente que se celebrase la
Misa en lengua vulgar; tan sólo dijo:
« N o n tamen expediré visum est Patri-
bus, ut (Missa) vulgari passim lingua
celebretur.» E l Concilio respetó las
costumbres de muchas iglesias, y así
dijo: « R e t e n t o ubique cujusque eccle-
sia? antiquo, et a Sancta Romana E c -
 37§ LIBRO
clesia , omnium ecclesiarum Matre et
Magistra, probatu rito.» ( i ) (Sess. 22,
cap. 8, De sacrif. Missa.) T a n sólo
condenó y excomulgó á los que dije-
sen que la Misa no se podía celebrar
sino en lengua vulgar (cap. 9, can. 9).
Clemente X I , en su bula Unigeni-
tus, condenó la siguiente proposición
de Quesnel (es la 86): «Eripere sim-
plici populo hoc solatium jungendi
vocem suam voci totius Ecclesias est
usus contrarius praxi apostólicas et
intentioni D e i . » E n fin, el decir Misa
en lengua vulgar no es malo per se: en
lengua hebrea , que era la vulgar en
la Judea, celebraron los Apóstoles , y
cuando se extendieron por las diver-
sas regiones del m u n d o , no sólo pre-
dicaron en la lengua propia de cada
nación, sino que en la misma celebra-
ban la Misa. L a Iglesia , por justas
causas, mandó sub gravi que en la
Iglesia occidental se celebre la Misa
en la lengua latina ; permitió que en
las iglesias orientales se celebre en
otros idiomas, porque esta es materia
de disciplina en que la Iglesia puede
dispensar. Véase á Benedicto X I V
(De sacrificio Missce , lib. 2 , cap. 2,
núm. 3), donde trata este punto con
su acostumbrada erudición y solidez.
2066. P. ¿En qué clase de voz
se debe celebrar la Misa?
K. Antes de explicar este punto, se
ha de presuponer como fundamento
la siguiente definición del Tridentino
(canon 9, en el lugar citado): « S i quis
dixerit Ecclesias Romanas r i t u m , quo
submissa voce pars canonis et verba
consecrationis proferuntur, damnan-
dum esse..., anathema s i t . »
L a rúbrica del Misal R o m a n o , ha-
blando de las preces que se deben
rezar en alta v o z , manda que el sacer-
dote las diga «distincte et apposi-
te, non admodum festinanter , ut ad-
vertere possit quas legit ; nec nimis
(1) L a c a t e d r a l de T o l e d o , l e g í t i m a -
m e n t e a u t o r i z a d a , o b s e r v a el rito m o z á r a - núm. 415.)
be en u n a de sus c a n i l l a s .
VI. TRATADO IV.
moróse, ne audientes tsedio afficiat;
ñeque etiam voce nimis elata, ne per-
turbet alios, qui fortasse in eadem
ecclesia tune temporis celebrant; ñe-
que tam submissa, ut a circumstanti-
bus audiri non possit; sed mediocri et
gravi , quas devotionem moveat , et
audientibus ita sit accommodata, ut
quas leguntur i n t e l l i g a n t , ac secretas
ita debet exprimere , ut et ipsemet se
audiat, et a circumstantibus non au-
diatur.»
A la anteriores palalabras de la r ú -
brica añade B e n e d i c t o X I V lo siguien-
te: «Qui legerit caput 12, p. z. De x
Studiis Monasticis Mabilonii , is intel-
liget, quam graviter peccent sacerdo-
tes qui preces Missa? aliter recitent...:
ipsa communis omnium sententia os-
tendit rubricas esse leges prascepti-
vas,quas obligant submortali ex genere
suo, ut loquuntur theologi; ita tamen
ut sit immunis a mortali, qui eas non
servet per invincibilem omnimodam
imprudentiam , et aliquando etiam
propter parvitatem materias.» Hasta
aquí Benedicto X I V .
L a rúbrica del Misal R o m a n o de-
signa las partes de la Misa que se han
de decir en voz alta, y las que se han
de decir en v o z baja ó secrete. E l rito
dominicano admite la voz mediocre
para desde la confesión hasta Adjuto-
ritim nostrum in nomine Domini inclu-
sive, para el Orate, fratres, para la
bendición en el fin de la Misa y para
el último E v a n g e l i o . L a voz mediocre
es, como lo dice su mismo nombre,
media entre la alta y la baja: basta
que se pronuncie de modo que la per-
ciba el ministro que ayuda al cele-
brante. L a s palabras que se dicen en
v o z alta, basta que las puedan perci-
bir los que están alrededor del cele-
brante: ut a circumstantibus audiri pos-
sit celebrans, dice la rúbrica; ó como
dice San L i g o r i o : «Sufficere ut adstan-
tes attenti, qui prope altare sunt, per-
cipere valeant quas leguntur.» ( L i b . 6,
Aunque la rúbrica del Misal Roma-
DE LA EUCARISTÍA. 379
no no habla sino de voz alta y de voz pecar mortalmente, añade: « F a c i l e
secreta, sin embargo, admite la m e - assentirem posse peccare mortaliter,
diocre. H e aquí las palabras de Herdt qui verba consecrationis vel canonis
(núm. 153): « D e voce media rubricas in magna parte ita alte proferret, ut
quidem hoc titulo (al principio del audiri possent ad quadraginta passus:
Misal) non loquuntur, in ordine tamen hic enim tune deberet toto conatu
Missas et ritu celebrandi Missam hanc vocem elevare, ut ad fere 300 palmos
distincte requirunt, et exprimunt per audiatur; et hoc videretur grave scan-
vocem mediocrem aliquantulum ela- dalum, sapiens revera aliquem con-
tam.» temptum verborum et ritus. Sed quis,
2067. P. ¿Cómo peca el que en nisi mente captus, hoc facturus est?
la Misa reza en voz alta lo que debe Extra autem hunc casum, agnoscere non
decirse en voz secreta, ó dice en voz valeo in hoc grave peccatum, cum
secreta lo que debe decirse en voz rationes allatas minime convincant:
alta? non enim video unde oriri possit in
R. i . ° E s indudable que peca el hoc grave scandalum, prassertim si
que no observa la rúbrica, diciendo la celebrans devote verba proferat: nec
Misa en la clase de voz que ella orde- moveor ex eo quod verba illa vilesce-
na; porque en el día es sentencia c o - rent, aut audientes temeré iis uteren-
munísima, como se ha dicho y proba- tur; nam si hoc esset, etiam E v a n g e -
do, que las rúbricas que ordenan los lium Sancti Joannis ( q u o d dicitur
ritos para dentro de la Misa, todas son quotidie), ne vilesceret, secreto dici
preceptivas. deberet.» ( L i b . 6, núm. 416.) Hasta
aquí San L i g o r i o . L o mismo dice
2.° H e r d t (núm. 153), hablando
Scavini, en el número citado. Bene-
de los que dicen en voz secreta las
dicto X I V parece estar algún tanto
oraciones que se deben decir en voz
más severo, pues dice: « I s intelliget
alta, dice así: « N o n esse peccatum
quam graviter peccent sacerdotes qui
mortale, sed veníale, communis est
preces Missas aliter recitent;» y lo de-
sententia; quia non videtur gravis
más que añade, como queda dicho.
materia: Quarti, loe. c i t . , Collet,
Sanctus L i g o r i u s . » E n efecto: San 2068. L o s autores compendian el
L i g o r i o dice lo mismo en el libro 6, modo de decir la Misa en estas cinco
núm. 4 1 5 , y también Scavini, tomo 3, palabras: alte, breviter, clare, devote,
núm. 312. exacte: comienzan por las cinco prime-
3.
0
E n cuanto á los que dicen en ras letras del alfabeto (a, b, c, d, e),
voz alta lo que se debe decir en voz y así se retienen más fácilmente.
secreta, hay opiniones: i . ° E s opinión Alte: esto es, que se diga en voz alta
« común, dicen San L i g o r i o y Herdt, lo que deba decirse, pero como ordena
que no hay culpa alguna, aunque la rúbrica: « N o n voce nimis elata, ne
oigan los ministros las oraciones que perturbet alios.» E n esto faltan nota-
el celebrante debe decir en v o z secre- blemente algunos sacerdotes; porque
ta. 2. Gabanto y Quarti dicen que es levantan tanto la voz, que distraen y
0
mortal si el celebrante dijese en voz molestan á todos los que celebran en-
alta todo el canon, ó, como dice Quar- tonces en aquella iglesia.
ti, «notabilem partem ejus, aut alia- Breviter: esto es, que no se tarde de-
rum precum quas submisse recitan masiado, «ne audientes tasdioafficiat.»
debent;» pero San L i g o r i o no se con- Clare: sin mutilar las palabras ni
forma con esta o p i n i ó n ; reconoce confundir su sentido; defecto que pro-
como cosa cierta que peca venialmen- viene comunmente de la demasiada
te el que dice en v o z alta lo que se celeridad con que se leen y pronuncian
manda decir en voz secreta; mas para las oraciones y demás de la Misa.
 8o DE LA EUCARISTÍA. 38i
3
LIBRO VI. T R A T A D O IV.
el Obispo, impreso en un poco de cera nueva consagración. Véase á Herdt,
Devote: no sólo porque así lo exige nihil omnino ponatur, quod ad Missa española, aunque se rompa, no por núm. 170, en una nota, donde expre-
este augusto y divino sacrificio, sino sacrificium vel ipsius altaris ornatum esto pierde el ara la consagración. San sa las condiciones de las reliquias que
también para excitar la devoción en non pertineat.» Ligorio dice que la pierde; pero el se han de poner en el sepulcro del
los fieles que asisten: condición que E l ara debe ser de piedra, y estar Santo entiende por sello del sepulcro ara, y á Gardellini, en el decreto 4593.
no pueden cumplir los que celebran consagrada por un Obispo: se ha de párvulas ille lapis, quo sepulchrum clau- 2072. P. ¿Cuántos manteles se
con excesiva precipitación. encajar en la mesa del altar, procu- ditur; y no es así, como consta de un deben poner sobre el altar para cele-
Exacte: que no se omita cosa a l g u - rando que sobresalga un poco , para decreto novísimo de la Sagrada Con- brar la Misa?
na; pero de esto ya se dijo lo sufi- que el celebrante se cerciore fácil- gregación de Ritos de 23 de Septiem- R. Y a queda citada la rúbrica apro-
ciente en otro lugar. mente de que la hostia y el cáliz están bre de 184S. Preguntada la Sagrada bada por Urbano V I I I , que ordena
sobre el ara. ( E n esto se falta en algu- Congregación: « U t r u m altaría porta- que sean tres; que el superior cubra
ARTÍCULO III nas iglesias.) Cuando se han de con- tilia consecrationem suam amittant, todo el altar, y además que por los
sagrar partículas en algún altar, el quando fractum est sigillum quod re- lados «usque ad terram pertingat, dua-
De las cosas necesarias para la ara ha de tener la extensión necesaria
liquiis in sepulchro inclusis apponi- bus alus brevioribus, vel una duplica-
celebración de la Misa. para que quepan en ella la hostia, la
tur?» dio la siguiente respuesta: « N e - ta. » Para la inteligencia de esta r ú -
i mayor parte del cáliz, y las partículas
gative, nisi fractum sit sepulchrum, brica diré:
2069. P. ¿Qué cosas son nece- ó el copón en que éstas se coloquen.
vel ejus operculum, aut etiam solum- i.° Según San L i g o r i o (lib. 6,
sarias para que se pueda celebrar ' 2070. P. ¿Cuándo pierde el ara
modo si hoc amotum fuerit.» San L i - núm. 375) y la opinión común, tan
lícitamente la Misa? la consagración, de modo que no se
gorio se equivocó en decir que « n o m i - sólo es pecado venial celebrar la Misa
R. Antes de descender á tratar en pueda celebrar en ella?
ne sigilli intelligitur parvas ille lapis, con un solo mantel; si hubiese alguna
particular de las cosas necesarias para R. Cuando se rompe de tal mane- quo sepulchrum clauditur.» L a pie- causa razonable, no habría culpa al-
la lícita celebración de la Misa, creo ra, que la hostia y la mayor parte del
drecita que cierra el sepulcro, esto es, guna. N o es necesaria una causa gra-
conveniente poner íntegro el texto de cáliz no quepan en alguno de los pe-
la pequeña concavidad del ara donde ve, porque en las cosas prohibidas
la rúbrica (part. 1. , tít. 20), que dice dazos en que se dividió, con tal que
a

se colocan las reliquias, es á la que por derecho meramente positivo huma-

a s í : « Altare in quo sanctissimum éste sea entero; pues no serviría si se
llama la Sagrada Congregación oper- no, «ad excusandum a veniali, dice
Missa; sacrificium celebrandum est, uniesen dos pedazos, como dice San
culum sepulchri (la cubierta ó tapa del el Santo en el mismo número, suffi-
debetesse lapideum, ab Episcopo con- L i g o r i o (lib. 6, núm. 369), con la sen-
sepulcro). Sobre esta piedrecita bien cit qualibet causa rationabilis.» Creo
secratum, vel saltem ara lapidea simi- tencia comunísima.
ajustada se derrite un poco de cera conveniente esta explicación, porque
liíer ab Episcopo consecrata in eo
2071. P. ¿Queda execradaelara (hispana, como la llama la Sagrada no se acongoje el que tenga que cele-
inserta, quas tam amplia sit, ut hos-
si se quita el sepulcro de las reliquias, Congregación), y el Obispo pone su brar en una iglesia donde no haya
tiam et majorem partem calicis capiat.
ó su cubierta, ó el sello que pone el sello. Pero si bien por la desaparición sino un mantel en el altar.
H o c altare operiatur tribus mappis, Obispo?
seu tobaleis mundis, ab Episcopo, vel del sello el ara no pierde la consagra- 2.0
E s opinión común que el ce-
R. E n 5 de Marzo de 1603 la Sa- ción, si no constase que está consa- lebrar sin que haya mantel alguno en
ab alio habente potestatem benedictis,
grada Congregación de R i t o s dio el grada ó por el uso que se hacía de la Misa, es pecado mortal. Cóncina
superiori saltem oblonga, qua; usque
siguiente decreto: «Altare portatile ella para celebrar, ó por otra conjetu- dice: «Sine ulla mappa celebrare, pec-
ad terram pertingat, duabus alus bre-
tune consecrationem amittit, quando ra razonable, entonces, si falta el catum grave est; urgente necessitate
vioribus, vel una duplicata. Pallio
frangitur, vel loco movetur reposito- sello, «nova indiget consecratione, licet gravi, nulla culpa est.» ( L i b . 3, De
quoque ornetur colorís, quoad fieri
rium reliquiarum.» E n 19 de Enero sacras reliquias obseratas inveniantur; Euchar., diss. 2 . , cap. g, núm. 1 9 ,
potest, diei festo vel officio con v e - , a

de 1614 salió otro decreto declarato-
nientis. Super altare collocetur Crux
rio, que dice: «Permitti altare porta-
in medio, et candelabra saltem dúo
tile ligneum, dummodo habeat reí i -
cum candelis accensis hinc et hinc in
I quiarum repositorium.» D e modo que,
utroque ejus latere. A d Crucis pedem
como muy bien dice San L i g o r i o , no
ponatur tabella, secretarium (la sacra)
se puede ya seguir la opinión de los
appellata: in cornu Epístolas cussinus
que decían que las reliquias no eran
supponendus missali, et ab eadem
necesarias para la consagración del
parte Epístolas paretur cereus ad e l e -
ara; aunque añade (núm. 370): «Atta-
vationem Sacramenti accendendus,
men dicunt Tournel. et Spor., quod,
parva campánula, ampulla vitrea vini
urgente necessitate, non erit illicitum
et aquas cum pelvicula et manutergio
in tali altari celebrare (quando frangi-
mundo in fenestella, seu in parva
tur sepulchrum reliquiarum).»
mensa ad hasc prasparata. Super altare
E n cuanto al sello que se pone por
quia non constat de reliquiarum iden-
titate et authenticitate, nec conse-
quenter de altaris consecratione. »
(Decreto de la Sagrada Congregación
de Ritos de 23 de Mayo de 1846.)
Este decreto no se opone al posterior
de 1848, que dice que por la sola ro-
tura ó desaparición del sello del Obis-
po no pierde el ara la consagración.
El de 1846 decía que pierde la consa-
gración, quia non constat de consecra-
tione; luego si por otra parte constase,
como queda dicho, no necesita de
tomo 8.) San L i g o r i o , en el mismo
número, cita esta autoridad de Cónci-
na , y ni la aprueba ni la reprueba.
A mí me parece que para dar el V i á -
tico se podría celebrar sin manteles,
avisando á los asistentes. E l caso es
casi m e t a f i s i c o , y también si por
haber sido saqueado un templo, el
pueblo se había de quedar sin Misa
en un día festivo.
3.0
L o que dice la rúbrica de que
el mantel superior usque ad terram per-
tingat, no obliga hoy; porque, como
 LIBRO VI. T R A T A D O IV. DE LA EUCARISTÍA. 3S3

dicen San L i g o r i o , Cóncina y Herdt,
no está en uso; los altares antigua-
mente, al menos muchos de ellos, te-
nían otra forma.
4.0
E n cuanto á los otros dos
manteles, como que, según la rúbrica,
deben ser más cortos, y basta uno do-
blado, me parece fundada la opinión
de Herdt (núm. 171), el cual dice que
basta que cubran el ara: modo sacrum
lapidem cooperiant.
2073. P. ¿De qué materia deben
ser los manteles del altar?
R. Según la rúbrica, el a m i t o ,
alba, manteles, corporales, purifica-
dor y la palia deben ser de lino ó de
cáñamo. L a Sagrada Congregación
de Ritos, en 15 de Mayo de 1819,
después de lamentarse del abuso que
se había introducido en muchas i g l e -
sias de usar vestiduras sagradas de
algodón en lugar de las de lino ó cá-
ñamo, dice así: « A d hanc corruptelam,
quam bene multi consuetudinis nomi-
ne cohonestare nituntur, radicitas evel-
lendam, studia converterunt E m m i .
et R m i . D o m i n i Cardinales sacris
tuendis ritibus praspositi, solliciti
idcirco, ut quod usque ab Ecclesiae
primordiis quoad sacra indumenta et
supellectilia ob reales et mysticas signi-
ficationes inductum est, retineatur, res-
tituatur, et in posterum omnino servetur,
declararnnt et decrevernnt, ab antiquo
more sub quolibet prastextu, colore,
ac titulo non esse recedendum; et
eadem sacra indumenta, ac supellec-
tilia conficienda esse ex lino aut can-
nabe (lienzo de cáñamo), non autem ex
alia quacumque materia, etsi munditie,
candore ac tenacitate linum aut can-
nabem asmulante et asquante. Aliqua
tamen indulgentia utentes, permise-
runt, ut amictus, albas, tobalese, map-
pulas, si quas ex gossypio (algodón)
habentur, adhiberi interea possint,
usquedum consummantur; sed cum hu-
jusmodi supellectilia renovanda erunt,
ne ex alia materia fiant nisi ex lino
vel cannabe prceceperunt. Districte vero
jusserunt, ut corporalia, pallas, ac pu-
rificatoria, post lapsum unius mensis
a prassentis decreti publicatione linea
omnino sint vel ex cannabe, interdicta
et vetito aliorum usu quse ex gossypio
supererunt. E t ita decreverunt ac ubi-
que locorum, si Sanctissimo Domino
Nostro placuerit, servari mandarunt
die 15 Maji 1819. F a c t a autem...
Sanctissimo D o m i n o Nostro relatione,
Sanctitas Sua decretum Sacras Con-
gregationis approbavit, confirmavit,
typisque editum publican prascepit;
ac propterea jussit ut locorum Ordi-
narii ejusdem observantiaa sedulo in-
cumbant, die 18 ejusdem mensis tt
anni.» ( N ú m . 2120.)
L a Sagrada Congregación declaró,
en 1 1 de Septiembre de 1847, que la
casulla, estola, manípulo, etc., no se
hagan de telas cuyo tejido esté mez-
clado con hilos de vidrio.
Aunque la Sagrada Congregación
declaró en 17 de A g o s t o de 1833 que
las mangas del alba no deben tener
transparente alguno, ni en el encaje,
pero en 14 de Junio de 1864 declaró
que se toleraba el transparente en las
puntas de las mangas del alba (como
se acostumbra en R o m a ) , pero no en
el encaje de abajo del cuerpo del albi.
E n cuanto al cíngulo, si bien es
más conveniente que sea blanco y de
lino, pero se permite que sea de seda
y del color de la casulla (Sagrada
Congregación de Ritos 23 de Enero
de 1701 y 8 de Junio de 1709).
E n cuanto á la palia ó hijuela, pre-
guntada la Sagrada Congregación de
Ritos: « A n , non obstantibus decretis
a Sacra Congregatione Rituum editis,
liceat uti palla a parte superiori panno
sérico cooperta, et auro contexta?
Respondit Sacra Congregatio: Perniü-
ti posse, dummodo palla linea subnecta
calicem cooperiat, ac pannus superior
non sit nigri coloris, aut referat aliqua
mortis signa (die 10 Januarii 185-4)-
* L a Sagrada Congregación de Ri-
tos, en 13 de A g o s t o de 1895, prohi-
bió el uso de la pina Nipis en los cor-
porales, palias, albas, amitos, mapas,
y permitió el uso en cuanto á las a l -
bas, amitos y mapas, usque consu-
mentur. *
2074. P. ¿Deben bendecirse los
ornamentos necesarios para la cele-
bración de la Misa?
R. Herdt (núm. 168) dice: «Certum
est de prascepto benedici deberé cor-
porale, amictum, albam, manipulum,
stolam et casulam, ex communi sen-
tentia et ex rubrica in ritu celebrandi
Missam. ( T í t . 1, números 1 y 2, et
De defecl., tít. 10, núm. 1.)
«Probabilius est cingulum de pras-
cepto esse benedicendum ( B e n e d i c -
tus X I V , Instit. 21, núm. 12). E t
etiam mappas, juxta Sanctum L i g o -
rium (lib. 6, núm. 375). í t e m pallam,
juxta Quarti et Scavini ( t o m o 3, n ú -
mero 189). Palla dicitur a palliando
seu cooperiendo, quia calicem coope-
rit.» Antiguamente la palia no estaba
separada; el corporal estaba hecho de
modo que con una parte de él se cu-
bría el cáliz; pero está mejor, como
ahora, con la palia separada.
E n cuanto á la capa pluvial y dal-
mática (hoy es lo mismo que tuni-
cella), pueden bendecirse, pero no es
necesario. (Véase á San L i g o r i o , Sca-
vini, Herdt, etc.) Benedicto X I V , en
el lugar citado, tiene por más proba-
ble que la capa pluvial se debe bende-
cir, pero fué de esta opinión como
doctor particular, pues escribió sus
Instituciones ó Notificaciones siendo ar-
zobispo de Bolonia. T a m p o c o es n e -
cesario bendecir los purificadores, ni
el velo del cáliz, ni la bolsa de los
corporales, ni el roquete, ni la sobre-
pelliz, ni el pañito de limpiar las ma-
nos al ofertorio (manutergium), ni el
frontal (antipedium ó antipendium).
Este frontal es del que habla la rú-
brica ya citada, cuando dice: « A l t a -
re... pallio quoque ornetur coloris,
quoad fieri potest, diei festo vel Officio
convenientis.»
E n el día, en pocos altares de cons-
trucción moderna se usa frontal, por-
que éste se mandaba antes «ut ante-
rior pars altaris decenter ornaretur,»
como dice Herdt, n ú m . 1 7 1 ; pero en
la forma en que se hacen hoy los a l -
tares, no es necesario el frontal, dice
Herdt. L o mismo había dicho San
L i g o r i o , lib. 6, núm. 395, donde,
después de decir que el palio ó fron-
tal se debía poner bajo culpa venial,
añade: «Excipienda tamen sunt altarla
ex marmore, vel illa quce vulgo dicuntur
á la italiana, quorum usus commu-
nissime hodie invaluit.»
E n los altares de las parroquias
donde se conservan los frontales, no
hay obligación de acomodarlos todos
los días al color de la Misa, y así lo
da á entender la rúbrica en el modo
de expresarse: quoad fieri potest. Herdt
(núm. 163, qucer. 2) dice: « P a r a m e n -
ta non tantum celebrantis, sed etiam
altaris debent esse convenientia Mis -
sas (quoad colorem), saltem si anti-
pendium commode mutari possit; si
Missa sit solemnis, convenit ut antipen-
dium altaris etiam concordet cum
Missa.»
2075. P. ¿Quiénes pueden ben-
decir los ornamentos sagrados?
R. L o s Obispos tienen facultad
ordinaria en su diócesis, pero no fue-
ra de ella, sin licencia del Diocesano
del territorio (Benedicto X I V , Insti-
tución 2 1 , núm 15). E n el día es sen-
tencia común que ni á los sacerdotes
subditos suyos pueden delegar los
Obispos esta facultad, á no ser que
hayan obtenido de la Sagrada Con-
gregación permiso para hacerlo. H e
aquí el decreto de la Sagrada Congre-
gación de Ritos de 14 de Noviembre
de 1 6 1 5 , hablando de la facultad de
bendecir ornamentos sagrados: « N e c
Episcopus potest absque licentia hanc
benedictionem alus delegare.» Véase
á Benedicto X I V , Instit. 21, núme-
ros 9 y 10, donde afirma que esta fué
la costumbre que observó en más de
veinte años que asistió á la Sagrada
Congregación del Concilio; y que él
mismo obtuvo después , siendo a r z o -
bispo de Bolonia, la facultad ad quin-
38 4 LIBRO VI. TRATADO
quennium de delegar en un simple
sacerdote la potestad de bendecir ves-
tiduras sagradas. L o mismo dice San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 378 , dub. 4),
Gabanto, etc.; y Herdt (núm. 168,
resp. ad 4."" ) cita otra declaración
1
de la Sagrada Congregación de R i t o s ,
de 16 de Mayo de 1744, que expresa-
mente dice que los Obispos no pue-
den delegar esta facultad.
E n cuanto á los prelados regula-
res, generales, provinciales, rectores,
priores, guardianes, ministros y otros
superiores locales (quocumque nomi-
ne appellentur) pueden bendecir ves-
tiduras sagradas para las iglesias de
que son prelados ( H e r d t , núm. 168,
resp. ad 4. ""); y acerca de esto no hay
1
duda alguna, dice San L i g o r i o : «Cer
tum est apud omnes posse pro suis
ecclesiis sacras vestes benedicere.»
( L i b . 6, núm. 378.)
E s cierto también en el día que no
se puede sostener la opinión de los
Salmaticenses (tract. V , cap. 4, nú-
mero 83), H o l z m a n , Anací., etc., que
decían que los prelados regulares te-
nían facultad para bendecir las vesti-
duras de otras iglesias de las que no
eran prelados. Benedicto X I V , en la
Instit. 3 1 , números 17, 18 y 1 9 ,
prueba sólidamente que no tienen fa-
cultad para bendecir las vestiduras
sagradas de otras iglesias, y entre
otras razones pone el decreto de A l e -
jandro V I I que, hablando de la ben-
dición de las vestiduras sagradas,
manda que los abades regulares «eccle-
siasticam supellectilem pro servitio
dumtaxat suarum ecclesiarum vel mo-
nasteriorum benedicant.» N o se pue-
de, pues, seguir la opinión de Quarti,
que se empeña en sostener lo contra-
rio; porque habiendo acudido á A l e -
jandro V I I la Congregación de los
monjes del Monte Casino, alegando
que tenían privilegio apostólico para
bendecir vestiduras sagradas « t a m
pro suis, quam pro aliorum ecclesiis,
Sacra C o n g r e g a t i o , habita coram
eodem Alexandro V I I , die 20 Julü
IV.
ann. 1660, mandavit... exhiberi indul-
tum authenticum ex archivio apostólica
desumptum, ac interim obstinen. I g n o -
ramus (añade Benedicto X I V ) an tale
indultum in lucem unquam produc-
tum fuerit.» L o mismo dice San L i -
gorio (lib. 6, núm. 378); y Herdt (nú-
mero 168) cita un decreto general de
la Sagrada Congregación, de 31 de
Marzo de 1744, que dice que el indul-
to que alegaban los monjes numquam
hucusque fuit ostensión.
Herdt, en el mismo número, cita
un decreto de la Sagrada Congrega-
ción, de 27 de Agosto de 1707 (nú-
mero 3626), el cual declara que si los
superiores regulares bendicen orna-
mentos para otras iglesias ajenas, pe-
can, porque ejercen un acto que les
está prohibido, pero los ornamentos
quedan benditos: «Paramenta non esse
denuo benedicenda: ex decreto,» etc.; y
añade H e r d t : «Praster Episcopum,
abbates, et regularium superiores,
nullus alius, nec vicarius, nec proto-
notarius paramenta benedicere potest,
nisi ex speciali indulto apostólico. Sa-
cra Rituum C o n g r e g a t i o , 16 Maji
1626, et 17 Julü 1627.')
2076. P. ¿Qué otras cosas se ne-
cesitan para la celebración de la
Misa?
R. Se necesita el cáliz, que debe
ser, dice la rúbrica, de oro ó plata:
«aut saltem habere cuppam argenicam
intus inauratatn , et simul cum patena
itidem inaurata.» ( T i t . i,De prccparal.)
Después dice: «Calicis cuppa debet esse
áurea, vel argéntea, vel stanuea, non
aerea vel vitrea.» (De defect., tit. 10,
núm. 1.) San L i g o r i o , en el lib. 6,
núm. 370, dub. 3, dice que la segun-
da rúbrica, cuando permite que la copa
del cáliz sea de estaño, y sin exigir
que esté dorada, se ha de entender si
la iglesia es pobre. E l usar de cáliz
que fuese todo de estaño ya estaba
permitido (tantum ratione paupertatis)
in cap. Ut calix, dist. i , De consecrat.
San L i g o r i o tiene por más probable
que la rúbrica que ordena que la copa
DE LA
del cáliz esté dorada por la parte in-
terior tan sólo obliga sub levi (en el
lugar citado, y en el Homo apostólicas,
tomo 3, apénd. 3, núm. 1 1 7 ) . L o mis-
mo dicen L u g o , T o u r n . y otros.
* L a s recientes declaraciones de la
Sagrada Congregación de Ritos in-
culcan la observancia de las rúbricas
en orden á la materia del cáliz y de la
patena, como se ve por la siguiente
declaración: « A n permitti possit calix
vel patena pro S. Missas sacrificio ex
cupro bene deaurato pro ecclesiis pau-
peribus?» A cuya pregunta contestó:
.«Serventur rubricas.» Respecto del co-
pón, contestó la misma Sagrada Con-
gregación de R i t o s : « A n saltem per-
mitti possit ciborium, seu sacra pixis
ex cupro deaurato? í t e m monstrantia
et lúnula? — R . Affirmative.» Y lo
mismo debe decirse del viril. (Véase
Mach, núm. 187, 12 edición. L e h m -
kuhl, tomo 2 , número 229 , en la
nota.) *
L a Sagrada Congregación de Ritos,
respondiendo en 11 de Julio de 1S63
al señor obispo de Oviedo, y en 13 de
Junio de 1871 al vicario capitular de
L e ó n , declaró que ni en las actuales
circunstancias (por los continuos r o -
bos de los sacrilegos ladrones) «se
podían conservar las Sagradas F o r -
mas en copones de vidrio;» pero que
éstos podían ser ex solida decentique
materia.
2077. P. ¿Laconsagración de los
cálices y patenas obliga sub gravi?
R. San L i g o r i o (Homo aposlolicus,
tomo 3, apénd. 3, núm. T 1 7 ) , G o u s -
set ( t o m o 2, núm. 323), Gury ( t o m o 2,
núm. 394) y la opinión común, dicen
que obliga sub gravi. Esta consagra-
ción tan sólo la puede hacer el Obispo
para las iglesias de su diócesis, ó para
las iglesias de otro obispado con la
licencia del Diocesano del territorio.
E l Obispo, sin indulto.pontificio, no
puede delegar á ningún sacerdote,
aunque sea abad, la facultad de con-
sagrar cálices ó patenas: «licet abbas
ex privilegio apostólico cálices in ser-
TOMO I I .
EUCARISTÍA. 385
vitium propricc ecclesiae consecrare
valeat.» (Decret. gen., 27 Sept. 1659,
núm. 1 8 5 6 . — V é a s e á H e r d t , n ú m e -
ro 169, quccr. 1, 3.) Con delegación
del Papa puede el simple sacerdo-
te consagrar vasos sagrados, t e m -
plos, etc.
2078. P. E l copón y el viril ó
custodia, ¿se deben consagrar ó ben-
decir?
R. E s indudable, según la opinión
comunísima, que no se deben consa-
grar. En el Pontifical R o m a n o no se
encuentra que en su bendición se use
de la unción del crisma; y en el R i -
tual R o m a n o «benediclio pyxidis, como
nota San L i g o r i o , adnotatur inter eas
quas non indigent unctione chrisma-
tis.v ( L i b . 6, núm. 384.)
E n cuanto á la bendición del co-
pón, aunque algunos autores dicen
que no es necesario bendecirle, San
L i g o r i o (núm. 385) prueba victorio-
samente que es más probable que se
debe bendecir: así lo prescribe la rú-
brica CD¡ cekbr. Miss., tít. 2, núm. 3),
y lo dicta la recta razón, porque toca
inmediatamente la Eucaristía. L o
mismo dice Benedicto X I V , Instit. 21,
núm. 120; y Santo T o m á s , 3 . p., a
q. 82, art. 3, dice así: «In reverentiam
hujus Sacramenti, a milla re contingi-
tur nisi consecrata; unde et corporale
et calix consecrantur, et similiter raa-
nus sacerdotis ad tangendum hoc Sa-
cramentum.» D e donde infiere recta-
mente Herdt (núm. 169, qua?. 2) que
también se debe bendecir la cajita en
que se lleva el V i á t i c o , y la media luna
en que se coloca la Hostia consagrada
cuando se expone en la custodia. Por
último, añade que es laudable bende-
cir toda la custodia para la exposi-
ción del Santísimo. Pero se ha de no-
tar que para bendecir estas tres cosas
basta la facultad delegada del Obis-
po; y Herdt afirma: «posse benedici
ab e o , qui habet facultatem benedi-
cendi vestimenta sacerdotalia , idque
fieri per benedictionem quas in mis-
sali inscribitur: Benedictio tabernaculi,
2
5
3 S6 LIBRO VI. TRATADO
seu vasculi pro sacrosancí.i Euch.ir istia
conserva nda.»
2079. P . ¿Quién puede tocar
vestiduras y vasos sagrados?
R. i . ° E s indudable que los se-
glares pueden tocar las vestiduras sa-
gradas y todo lo demás que no toca
inmediatamente el cuerpo y sangre de
Cristo; porque, como dice San L i g o -
rio (lib. 6, núm. 382), el capítulo Al-
taris y el capítulo Vestimenta, dist. i ,
De consecrat., ó no contenían precepto
ó, si le contenían, fué abrogado por
el uso, según sentencia comunísima:
Suárez, Cóncina, Scavini (tomo 4,
n ú m . 330), etc.
2.° Benedicto X I V , Instit. 34, nú-
mero 18, hablando de los vasos sa-
grados, dice así: «Certum est (iicet
mitiores recentium scriptorum opi-
niones sequi v e l i m u s ) sacerdotibus
tantum ac diaconis potestatem ñeri,
ut sacra vasa contingant, in quibus
Christi corpus et sanguis habean-
tur.» San L i g o r i o trata eruditamente
este punto en el lib. 6, núm. 382, y
IV.
sacrorum vasorum, dicendum est de
tactu corporalium.» El Santo añade
que por privilegio de Calixto I I I y
Sixto I V los religiosos legos sacrista-
nes pueden tocar los vasos sagrados
(y por consiguiente corporales y puri-
ficadores), y por comunicación do
privilegios pueden también las monj as
sacristanas. El novísimo Fontana, en
la palabra Di conv r>is, núm. 13, cita
un privilegio pontificio, que concede
á todos los legos dominicos que puedan
toar cálices y lavar los corporales.
E n cuanto á las otras personas le-
gas, no cometen culpa alguna si to-
can el cáliz ó la patena mediante m:
v e l o ; ni aun cuando toquen estas ce-
sas con la mano desnuda, si hay cual-
quier causa racional; y si no hubiese
causa alguna, tan sólo es pecado ve-
nial: quia non reputatur hcec materia
gravis, dice San L i g o r i o ; y lo mismo
dice H s r d t , con la sentencia común.
Cualquier lego puede tocar la cus-
todia, cuando no tiene la Eucaristía;
é igualmente tocar, coser y lavar los
DE LA
continendum calicem cum patena:
alba, cum ab ea manica (una m a n g a )
abscinditur (aunque sea por brevísimo
t i e m p o ) : cingulum, cum ita rumpitur,
ut neutra pars cingere possit: stola,
cum non potest humeros operire; et
idem dicendum, si aliqua ejus pars
scinditur, quamvis statim sarciatur,
quia j a m suam formam amisit.» Esto
se entiende cuando la casulla, al-
ba, etc., perdieron la forma, lo cual
sucedería cuando la parte no bendita
que se añadiese de una vez (por ejem-
plo, á una alba ó casulla) fuese mayor
que la parte bendita; pero no pierden
la bendición cuando paulatinamente
en diversos tiempos se añaden a l g u -
nos pedazos, y se compone el alba ó
la casulla, «quia moraliter eadem ves-
tís manet, et pars addita, tamquam
quid accessorium, sequitur naturam
sui principalis;» y esto aun cuando se
renueve en diversos tiempos paulati-
namente la mayor parte del alba, etc.
2081. P . ¿ C u á n d o pierden la
consagración los vasos sagrados? .
EUCARISTÍA. 387
razón es, porque perdió la forma sus-
tancial de cáliz apto para el sacrificio;
otra cosa sería si, no habiendo per-
dido la fovma, hubiese tenido algún
deterioro que se pudiese compon;-r
con algunos golpes de martillo, por-
que en esto no habría notable mu-
tación.
3.
0
Cuando la copa se separa del
pie, sea con violencia ó sin ella, el
cáliz pierde la consagración; pero no
la perdería si la copa fuese torneada
y no estuviese fija al pie, sino que se
armase y desarmase cuando se qui-
siere; porque, como dicen L u g o , Suá-
rez, Bonacina, Herdt y San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 371) con la sentencia
común, «tune calix per separationem '
revera formam non perdit, cum ejus
partes sine novo artificio jungi pos-
sint.»
P . E l cáliz cuya copa está dorada,
¿pierde la consagración si se dora de
nuevo?
R. Aquí se han de distinguir tres
cuestiones: 1 . Sobre si se puede con-
a

dice que es opinión común que peca
mortalmente el que, no siendo sa-
cerdote ó diácono, toca los vasos sa-
grados cuando contienen la E u c a -
ristía. Herdt dice que peca mortal-
mente «sive tangat nuda mana, sive
mediante alio instrumento;» pero ex-
corporales, la palia y los purificado-
res, después que fueron lavados una
vez por quien podía hacerlo.
Cuando hay que fundir ó recompo-
ner los cálices, patenas, custodias,
copones, etc., no se debsn execrar
antes (esto es, magullar ó romper);
R. E l muy erudito Herdt ( n ú -
mero 169, queer. 3) compendia la res-
puesta en las siguientes palabras:
«Generaliter dici potest (vasa sacra
amittere suam consecrationem), dum
per fractionem vel aliter amittunt
figuram aut formxm esseniialem sub
sagrar en un cáliz ó patena no dora-
dos. A esta cuestión ya se ha dicho,
con San L i g o r i o , que, si no hay causa
razonable, sería tan sólo pecado venial
consagrar en cáliz ó patena consagra-
dos, pero que nunca fueron dorados
por la parte interior. 2 . Sobre si un
a

ceptúa, y con razón, cuando ocurriese
necesidad ó peligro de profanación; y
así podría una monja tomar la par-
tícula que cayese dentro de la clausura
al dar la comunión el sacerdote, etc.
E n cuanto á los vasos sagrados que
no contienen la Eucaristía, dice San
L i g o r i o que no sólo pueden tocarlos
los subdiáconos, sino también los
puede tocarlos cualquier lego para
fundirlos ó componerlos, porque hay
causa racional. ( V é a s e á Herdt, nú-
mero 169, queer. 4, y el decreto de la
Sagrada Congregación de 20 de Abril
de 1822.)
2080. P. ¿Cuándo pierden la
bendición los ornamentos sagrados?
R. San L i g o r i o trata esta cuestión
qua sunt consecrata aut benedicta,
seu dum fiunt inutilia et inepta ad con-
venientem usum ad quem sunt conse-
crata aut benedicta. Unde calix amit-
tit consecrationem:
i.° «Quando in ejus fundo fit fora-
men quamvis exiguum: non tamen si
foramen fiat in loco superiori, ita ut
sine periculo in eo consecrari possit;»
cáliz ó la patena dorados pierden la
consagración cuando paulatinamente
pierden todo el dorado. A esto respon-
den Silvio, Ferraris, Herdt, Scavini,
L u g o , Suárez, San L i g o r i o (lib. 6,
núm. 370, dub. 1), con la sentencia
común, que no pierden la consagra-
ción. L a s razones, véanse en el Santo.
3 . Si un cáliz ó una patena consa-
a

acólitos: « N o n liceat cuilibet ministro
tangere, nisi subdiacono, aut acolytho
in secretario vasa dominica.» Pueden
también tocarlos los tonsurados, por
costumbre legítima. Pueden también
los legos « qui in habitu clericali
ecelesiis inserviunt: hi enim in eccle-
sia muneribus clericorum funguntur.
E t idem quod dictum est de tactu
en el lib. 6, núm. 3 7 1 , y asienta pri-
mero este principio general y seguro:
« V e s t e s sacras execrantur (pierden la
bendición) quando ita destruuntur, ut
perdant suum usum.» Descendiendo
después á poner algunos ejemplos,
dice: «Corporale tune amittit bene-
diclionem, cum redditur ineptum di-
minutione vel fractione ad decenter
ó como dicen Roncaglia, Diana y San
L i g o r i o (lib 6, núm. 370, 4), «non
vero si foramen sit in loco superiori,
ita ut calix bene possit sacras species
retiñere.»
2.
0
«Quando ita frangitur, ut non
amplius, vel non nisi indecenter, sacri-
ficio inservire possit, licet per breve
tempus, et facile reparari queat.» L a
grados se doran de nuevo, aunque
graves autores fueron de parecer que
no perdían la consagración, y el mis-
¡ mo San L i g o r i o opinó en un principio
de esta manera en el citado número
(dub. 3), pero al fin dice, allí mismo,
que habiendo meditado mejor la cues-
t i ó n , es de parecer que pierden la
consagración si se doran de nuevo;
388 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 389
«quia tune superficies calicis, qua? convertere: secus, si non totaliter dif- y lo había dicho antes Santo T o m á s . San L i g o r i o , siguiendo á otros graves
immediate contactum habet sanguinis formetur. Hinc non licet ex veteri Es indudable que las albas, casu- autores, dice que nunca se puede ce-
Christi, sine consecratione remanet: casula vestes profanas resarciré. E t llas, etc., se pueden hacer de vestidos lebrar sin ninguna vestidura sagrada,
tanto magis quod, ut testantur Bar- hoc adhasret ei, quod dicit D i v . T h o - profanos; v. gr.: «planetam ex veste «cum sit intrinsece mal-mí celebrare
bosa et alii plurimi, talis est praxis mas. Ideo alii dicunt non licere hujus- sérica muliebri.» Véase á San L i g o r i o sine vestibus saciis, vel sine altari, ob '
Ecclesia et recepta consuetudo cálices modi vestes ad tisus profanos venderé, (lib. 6, núm. 376). irreverentiam quas sacrificio inferre-
denuo consecrandi, cum denuo inau- aut oppignorare.» Cuando las vesti- 2084. P. ¿Cómo peca el sacer- tur... Est prasceptum adeo rigurose
rantur.» L o mismo dicen Herdt, Sca- duras sagradas están muy gastadas c dote que celebra sin alguna de las acceptum ab Ecclesia, ut in nullo casu
vini, Gury, etc. P o r último, la Sagra- rotas, deben quemarse, ó aprovechar vestiduras sagradas? dispensasse sciitur; et propterea ves-
da Congregación de Ritos, preguntada se para componer otras vestiduras sa- R. i . ° Como muy bien dicen Suá- tes reputantur ut quid intrinsecum cul-
por el obispo d e L i e j a : «Ucrum calix gradas, como dice Herdt (núm. 168, rez, L a y m a n , Tamburino, Busembau, tui tanti sacrificii.» ( L i b . 6 , núm. 289.)
et patena suam amittant consecratio- queer. 3), y añade: « E a , quas benedicta citados por San L i g o r i o en el mismo «Quapropter hic subintrat prasceptum
nem per novam deaurationem, et sic non fuerunt, ut candelabra, tapeta. número, puede haber pecado mortal naturale reverentiasinquocumque casu
indigeant nova consecratione? Sacra manutergia, etc., profanis usibus ap- en usar en la Misa de vestiduras sa- debitas sacrificio, a quo prascepto me-
Congregatio respondendum censuit: plicare non est illicitum, sicut si quid gradas muy rotas ó inmundas. E s tus mortis non excusat,» dice después
Affirmative: amittere nimirum, et in- ex his desit, ex profanis congruenter verdad que, como el Santo dice, ci- San L i g o r i o (núm. 377, dubit 2).
digere juxta expósita: 14 Junii 1845.» mundis accipi, et deinde priori usui tando á Tamburino, difícilmente se Billuart toca de paso esta cuestión
( N ú m . 4866.) (profano) reddi potest.» L o s cálices y verificará «ut vestes et reliqua supel- en la disert. 8 . , De Euchar., art. 10,
a

L a patena pierde su consagración ! vestiduras sagradas se pueden vender lex sint valde sive enormiterimmunda;* donde dice que «juxta omnes est pec-
si se rompe tan enormemente que no cuando hay justa causa, pero para y añade el Santo: « U t i vero corporali catum mortale sine altari consecrato
pueda servir convenientemente para servicio de otra iglesia, como dicen et aliis paramentis non enormiter i m - celebrare: nec id licet ullo casu, nisi
el uso que se hace de ella: en cuanto Ferraris, Herdt, etc. Véanse los nú- mundis, esset tantum v e n í a l e , i m o forte mortis, non tamen in contem-
al dorado, apliqúese todo lo que se ha meros 3805 y siguientes. nullum peccatum, si alia haberi non ptum religionis intentas.» E n el mismo
dicho del cáliz. 2083. P. L o s cálices y demás, possint. Additque T o u r n . non peccare artículo (de vestibus sacris) dice lo mis-
E l copón pierde la bendición cuan- ¿quedan consagrados por el solo he- qui uteretur corporali etiam notabili- mo acerca de celebrar sin ninguna
do se rompe notablemente, del mismo cho de celebrar con ellos? ter immundo in necessitate, nempe, si vestidura sagrada. Benedicto X I V tra-
modo que el cáliz; y también cuando R. San L i g o r i o , con la opinión más ipse vel alii deberent alias omittere ta este punto en el lib. 3 Di sacrificio
en la copa se hace un agujero, que se común, dice que no. L o mismo dicen sacrum de prascepto.» Missa, cap. 7, núm. 3, y después de
teme que por él puedan salir las par- Croix, L u g o , los Salmaticenses y otros 2.° E s indudable que un párroco exponer el parecer de Cayetano y Sil-
tículas. L a custodia y la media luna muchos autores. L a s razones pueden no puede celebrar la Misa sin ninguna vio, que opinan como San L i g o r i o ,
(donde se coloca la hostia en la expo- verse en el Santo (lib. 6, núm. 380). vestidura sagrada, aun cuando un en- añade: «Quod durum videtur Baldello,
sición del Santísimo) pierden la ben- L a principal es: «quia non est certum, fermo hubiera de morir sin V i á t i c o , ó nisi Ecclesias c o n t e m D t u s existeret.»
dición cuando en ellas se hace tal i m m o omnino negatur, quod per con- el pueblo quedar sin Misa en un día E l eruditísimo cardenal Bona ( l i -
inmutación, que no pueden servir de- tactum Sacramenti resremaneantcon- festivo. E n esto convienen hoy todos bro 1, cap. 5, § 2, Rerum litar gicarum),
centemente para su uso; y la media secratas; prout pavimentum, si ibi de- los autores. defiende calurosamente que los Após-
luna la pierde además cuando se re- cidat Sacramentum, nullo modo re- L a gran cuestión es sobre si para toles usaron en la Misa de vestiduras
nueva el dorado. ( H e r d t , núm. 169, manet sacratum.» Ninguna cosa se evitar la muerte propia ó ajena es lí- eclesiásticas, contra H u g o de San V í c -
quesr. 3, 4.) puede consagrar para el sacrificio, cito celebrar sin ninguna vestidura tor y algunos otros autores, que fue-
2082. P. ¿Pueden destinarse á sino por medio de la bendición desig- sagrada. H a y dos opiniones: las dos ron de opinión contraria. N o obstante,
usos profanos los cálices y demás va- nada por la I g l e s i a , como dice el convienen en que si la celebración se confiesa que Jesucristo instituyó la
sos sagrados, y las vestiduras sa- Santo. pide en desprecio de la religión, ó se Eucaristía sin mudar las vestiduras
gradas? L a cosa, una vez consagrada, no ha de seguir escándalo público, no es ordinarias que usaba: « F a t e m u r qui-
R. San L i g o r i o , en el lib. 3, nú- pierde la consagración ó bendición, lícito celebrar la Misa sin ninguna dem Christum non aliis quam propriis
mero 4 1 , siguiendo la opinión de Suá- aunque se abuse de ella sacrilega- vestidura sagrada, aunque el sacer- vestibus indutum hoc Sacramentum
rez, P a l a o , Bonacina y Roncaglia, mente para usos profanos; porque, dote pierda la vida. Si no concurriese (Eucharistias) instituisse;» y poco des-
dice que si los vasos sagrados y ves- c o m o muy bien dice Herdt (núm. i 6 8 r
ninguna de estas dos circunstancias, pués añade: « E t si aliquando com-
tiduras sagradas «ita totaliter i m m u - queer. 2), «quod semel est benedictum, muchos autores dicen que ad vitandam munibus indumentis uti instans ne-
tentur ut ad communem materiam tale manet quandiu in eadem forma mortem sería lícito, porque el celebrar cessitas c o e g i t , non aliis sane quam
redeant, sicut si calix igne vel ferro existit, nisi aliud in jure exprimatur.» con ara y vestiduras sagradas es pre- illis, quas tune honestiores habeban-
ad communem massam argenti reduca- L o mismo dicen Sporer, W i g a n d t , cepto meramente eclesiástico, que no tur. N e c improbabile puto, quod quas-
t u r , tune licet in usum profanum I San L i g o r i o (lib. 6, núm. 376) y otros 7
obliga con detrimento de la vida; pero dam ex illis in sacros usus introducta
 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 39 1

39«
mente, como dicen Herdt (núm. 166, H a y algunas iglesias de regulares
^ E n ^ ^ S f l n ^ ^ ' f " V L P
L A C S t o I a
« c e también á las * « -
e r t e n
qucer. 2) y Croix, citado por San L i - que tienen el privilegio de que los
E n vista de lo expuesto ^salva la \yares. Acerca del manípulo, San L i g o -
gorio ( l i b . 6, núm. 395). En cuanto sacerdotes seculares ó regulares de
reverencia debida al Doctor San L i - rio le cuenta también entre las mayo-
al purificador,dice el S a n t o ( n ú m . 389) otra Orden que celebran en ellas,
gorio), me parece probable que se pue- res; pero otros autores dicen que el
que no es necesario que esté bendito; puedan acomodarse al misal de aque-
de celebrar sin vestiduras sagradas manípulo, el a m i t o y el cíngulo per-
que si no se puede encontrar buena- llas iglesias, como le tiene la de este
para salvar la vida, cuando no se p i - tenecen á las vestiduras menores. Así
mente, no hay culpa alguna en cele- Colegio de dominicos de Ocaña, con-
diese en desprecio de la religión, ó opinan Quarti y Herdt (núm. i6í>;.
brar sin él; que en este caso se usa en cedido por Pío I X en 28 de Febrero
interviniese público tscándalo. Creo Según la diversa graduación que de
su l o g a r de un pañito l i m p i o , que no de 1856, que está fijo en la sacristía
también, como cosa probable, que en las vestiduras hacen los autores, asi
puede destinarse después á usos pro- de esta iglesia.
la persecución del Anticristo, en cuyo son después diversas sus resoluciones,
fanos, pudiendo destinarse para puri- L o s confesores y capellanes de mon-
tiempo, como dice San Agustín, los porque unos llaman mayores á las
ficador. jas pueden decir la Misa de los Santos
sacerdotes celebrarán en las cavernas que otros llaman menores.
Aunque la rúbrica del clero romano de que rezan el Oficio las religiosas
de los montes, no tendrán inconve- San L i g o r i o dice que peca mortal-
ordena que el mismo sacerdote lleve de aquel convento; pero si las Misas
niente los ministres de Dios en cele- mente el que celebra sin estola ó sin
el cáliz cuando sale á celebrar, en son propias de aquella Orden á la cual
brar sin vestiduras sagradas en tan manípulo, y lo mismo si celebra con
España se acostumbra á llevarle al no pertenece el que celebra, debe de-
angustiosas circunstancias. N o me pa- estola ó con manípulo que no estén
altar antes que el sacerdote salga á cir la del común con su propio misal.
rece suficientemente fundado lo que benditos; pero que no hab:á pecado
decir Misa, porque San Pío V conce- * León X I I I , por un decreto Urbis
dice San L i g o r i o , que es malo ab in- si hay grave necesidad. Como es una
dió á los españoles este p r i v i l e g i o ; y , 'et Orbis de 9 de Diciembre de 1895,
trínseco celebrar con las vestiduras misma la bendición de las vestiduras
como dice San L i g o r i o (lib. 6, núme- confirmó la sentencia de la Sagrada
ordinarias; y el doctísimo cardenal sagradas, en caso de necesidad se po-
ro 395), les concedió también que, no Congregación de R i t o s , dada el 9 de
Bona, si bien defiende que desde los dría adaptar una estola para maní-
yendo á celebrar, puedan llevar los Julio del mismo año acerca de la
tiempos apostólicos los sacerdotes pulo, y viceversa: Herdt (núm. i66¡,
corporales fuera de la bolsa. .obligación de celebrar la Misa según
usaron de vestiduras particulares, pero Mer., Lohner, etc.
P . ¿Puede celebrarse la Misa sin |tl calendario de la iglesia en la cual
no tiene inconveniente en admitirque, Celebrar sin cíngulo, ó con cíngulo
misal? se c e h b r a , abrogando con su supre-
en casos de urgente necesidad, usasen no bendito,aunque no haya necesidad,
R. E s indudable que para la cele- ma autoiidad todos los rescriptos ó
de las vestiduras comunes. Es claro no es mortal. T a m p o c o es mortal ce-
bración de la Misa debe haber misal decretos generales ó particulares d a -
que si, como dice San L ' g o r i o , fuera lebrar sin amito, al menos para aque-
que á lo menos contenga el canon; si dos en contrario. H e aquí el texto del
malo ab intrínseco el celebrar sin v e s - llos que no usan de él para cubrir la
bien San L i g o r i o , siguiendo á L u g o , decreto: «Omnes et singuli sacerdo-
tiduras sagradas, nunca hubieran c e - cabeza. Concluye San L i g o r i o que, si
L a y m a n , Suárez, los Salmaticenses tes, tan saacuLres quam regulares,
lebrado los Apóstoles sin ellas, ni a u n no hubiese cíngulo ni amito, podrá
y la sentencia cemunísima, afirma ad ecclesiam conflrentes, vel ad ora-
en caso de necesidad. lícitamente el sacerdote celebrar sin
que, si el sacerdote no pudiese encon- torium publicum, Missas quum San-
P o r último, recuerdo haber leído ellos, con tal que tenga alguna cau-
trar fácilmente misal, podría lícita- ctorum tum beatorum,etsi regularium
hace algunos años en un periódico sa razonable para decir Misa: «nem-
mente celebrar sin él, con tal que por p r o p n a s , omnino celebrent Ofñcio
católico de Madrid que P í o I X había pe, fervor devotionis, vel opportunitas
la pasada experiencia conociese que ejusdem ecclesia? vel oratorii confor-
dispensado para celebrar sin vestidu- eleemosynas sacerdoti nondiviti.» ( L i -
moralmente no había peligro de equi- mes, sive illas in R o m a n o , sive in
ras sagradas á los ilustres sacerdotes, bro 6, núm. 337.)
vocarse. ( L i b . 6, núm. 330.) regularium Missali contineantur; ex-
confesores de-la fe, desterrados á S i - L o s corporales deben, sub gravi, es-
Peca mortalmente el sacerdote obli- clusis tamen peculiaribus ritibus or-
beria por el emperador de Rusia. Su- tar benditos, á no ser que hubiese ne-
gado al rito romano que usa del misal dinum propriis. Si vero in dicta eccle-
j e t o este mi parecer á la determina- cesidad grave de celebrar sin ellos,
de los regulares, que tienen diverso sia, vel oratorio, officium ritus du-
ción de la Iglesia; y me he detenido dice San L i g o r i o , lib. 6, núm. 386, ó
rito, aun cuando celebre en las iglesias plici inferioris agatur, unicuique ex
sobre este punto porque, atendidos los con ellos no benditos.
de éstos (decreto de la Sagrada Con- celebrantibus liberum sit Missam de
míseros tiempos que htmos alcanza Soto, Scavini y otros dicen que la
gregación de 19 N o v i e m b r e 1622); Reqiie peragere, vel votivam, vel etiam
do, y que, si Dios no lo remedia, nos palia no es necesaria sub gravi, pues
pero no pecaría cuando no pudiese de oceurrenti feria; iis tamen excep-
presagian otros más míseros todavía, que se puede suplir cubriendo el cáliz
observar su propio r i t o , pues en este tis diebus, in quibus prasfatas Missas
tal vez convendrá que se declare esta con un corporal doblado, y que basta
caso podría acomodarse al misal de rubricas Missalis Romani, vel S. R. C.
cuestión por el R o m a n o Pontífice cualquier causa razonable.
los regulares, exceptuadas las oracio- Decreta prohibent.» (Acta S. Sedis,
0
3. H a y vestiduras sagradas que E n cuanto á la bolsa de los corpo-
nes desde el canon hasta la sunción, mens. Febr. i8g6.) *
se llaman mayoics, y otras que se lla- rales, el velo del cáliz, el atril del
como afirman San L i g o r i o , Croix, 2085. P. ¿Se puede celebrar Mi-
man menores. L a s mayores son la ca- m i s a l , el purificador y el pañito de
Tamburino, Scavini (t. 3, núm. 119, sa si no hay ministro que ayude al
sulla y el alba, según todos. E s opi- limpiar los dedos al ofertorio (manu-
Missale) y la opinión común. sacerdote?
nión más común y más probable que tergium) no son necesarios absoluta-
 LIBRO VI. T R A T A D O
392
R. «Certum est apud omnes, dice
San L i g o r i o , l i b . 6,núm. 391,esse mor-
tale celebrare sine ministro, ex ca-
pit. Pi'oposuit 9, De fil. presb., ubi dici-
tur: Non enim sohis presbyter Missarum
solemnia potest sine minisíri suffragio
celebrare. V e r u m (añade el Santo), com-
muniter doctores dicunt licitum esse
celebrare sine ministro, urgente ne-
cessitate ministrandi V i a t i c u m . » L o
mismo opinan L u g o , Suárez , etc.
Silvio dice así: «Si alioquin aut ipse
sacerdos aut alius sit sine V i a t i c o
moriturus» (in 3 part. D i v i T h o -
M m
mas, q. 83, art. 5).
E s también bastante común la opi
nión de L u g o , T o u r n . , Diana y otros
que afirman que se puede celebrar sin
ministro para que el pueblo oiga Misa
en un día de precepto; si bien en este
caso sería difícil que faltase un hom-
bre que sirviese las vinajeras, mudase
el misal y tocase la campanilla. Si se
tratase solamente del celebrante, que
había de quedar sin Misa en un día
de fiesta si no celebraba sin ministro,
Diana dice que el sacerdote bien p o -
día hacerlo lícitamente: T o u r n e l y y
S i l v i o , en el lugar citado, ni lo con-
denan ni lo aprueban: San L i g o r i o
refiere la opinión de estos autores, y
nada añade.
Benedicto X I V refiere la opinión
de S i l v i o , y después la de Giberto,
que lo reprueba; pero Lambertini
nada resuelve (De sacrificio Misxz, li-
bro 3, cap. 7, núm. 3). ¿Qué podré y o
decir sobre una cuestión que unos sa-
bios tan eminentes dejaron indecisa?
Preferiría no oir Misa en un día fes-
t i v o , antes que celebrar sin ministro
alguno; pero si hubiese uno que no
supiese responder, con tal que muda-
se el misal, diese las vinajeras, etc.,
no tendí ía reparo en celebrar con ese
ministro, por no perder la Misa en un
día de fiesta; porque una gran parte
de las respuestas del ministio son pa-
labras que el sacerdote le podía apun-
tar, y las demás decirlas el mismo
sacerdote. E s t o me parece que lo hu-
IV.
biera hecho también San L i g o r i o , pues
en el número citado dice así: «Proba-
biliter dicunt Salmanticenses, quod
celebrans non faciat scrupulum, si mi-
nister male pronuntiet, nec facile cor-
rigat errores, ne turbet seipsum, ve!
circumstantes, vel ordinem Missas;
quamvis moneat Croix cum Gobat,
quod celebrans suppleat omissa a mi-
nistro. Rationabiliter advertit L u g o ,
minorem necesitatem sufficere ad
celebrandum cum ministro nesciente
responderé, quam sine ministro.» Esto
confirma mi opinión.
2086. P. ¿Pueden en algún caso
las mujeres ayudar á Misa?
R. E s doctrina corriente que la
mujer nunca puede subir al altar á
dar las vinajeras, etc. Esto no podría
excusarse de pecado mortal, dice San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 392), con la opi-
nión común, «ex cap. i.° Inhibendmn,
De coh.ib. cler., ubi fceminis o m r i n o
interdicitur celebranti ministrare. Et
ideo bene advertit L a y m a n , urgente
necessitate, satius esset celebrare sine
ministro quam cum fcemina minis-
trante. »
N o obstante, no está prohibido que
las mujeres, estando apartadas del al-
tar, respondan al sacerdote, como di-
cen L u g o , W i g a n d t , L a y m a n , San
L i g o r i o , etc. E n el día no hay duda
sobre esto, porque la Sagrada Con-
gregación de R i t o s , en 27 de Agosto
de 1836 (núm. 4633), declaró: «sacer-
dotem, ómnibus sibi prius commode
dispositis quae ad sacrificium oceurre-
re possunt, ne mulieres immediate in-
serviant altari, posse uti ministerio
mulieris tantum pro responsis: sacer-
dote sibi ipsi vinum et aquam minis-
trante ac librum transferente;» pero
esto se entiende tan sólo en el caso
de que faltase varón. (Véase á Herdt,
núm. 209.)
2087. P. ¿Hay obligación de co-
locar una cruz sobre el altar, mien-
tras se celebra la Misa?
R. L a rúbrica del MisalfDeprcepav.
altar is et ornamentis ejusdem) dice así:
DE LA EUCARISTÍA.
«Super altare collocetur Crux in m e -
dio.» L a costumbre general en el día,
es que se coloque una cruz con la
imagen de Cristo crucificado; y B e n e -
dicto X I V dice que es digna de a l a -
banza esta costumbre (en su constitu-
ción Accepimus, de 16 de Julio de 1746:
se halla en el apéndice i . ° De sacrifi-
cio Missce, § Scriptores). N o obstante,
San L i g o r i o , con la opinión común,
dice (lib. 6, núm. 393), que el Cruci-
fijo no se requiere en el altar con tan-
to rigor como la Cruz, porque con esta
sola hay la representación del sacrifi-
cio cruento del Calvario.
N o hay necesidad de poner otro
Crucifijo, cuando en «el altar en que
se celebre obtiene el primer lugar un
Crucifijo pintado ó cubierto, c o m o
dice Benedicto X I V en el lugar cita-
do, y esto mismo había declarado la
Sagrada Congregación en 1663.
H e visto algún sacerdote que (no
habiendo alguna causa particular) te-
nía reparo en celebrar en altar donde
estuviese reservado el Santísimo, pero
en el día no hay motivo alguno para
este escrúpulo: porque si bien el C e -
remonial vigente en tiempo de C l e -
mente V I I I aconsejaba, ut máxime de-
cens, que los sacerdotes, no intervi-
niendo alguna causa, se abstuviesen
de celebrar donde estaba depositado
el Santísimo, pero, como dice B e n e -
dicto X I V en el lugar citado (§ Ter-
tio loco), cesó el motivo de aquella
ordenación, y concluye a s í : «Juxta
prassentem disciplinara sacra E u c h a -
ristia conservatur in tabernáculo quod
est positum super uno ex altaribus
ecclesias, et quod in eo passim Missa
celebratur.tt
Habiéndome educado con un pá-
rroco muy instruido y virtuoso, vi
que siempre celebraba en el altar ma-
yor, donde estaba reservado el Santí-
simo, y lo mismo hacen en esta villa
de Ocaña todos los párrocos y sacer-
dotes, y creo que lo mismo sucederá
en todas partes.
Cuando se celebra en altar donde
393
está depositado el Santísimo, no bas-
ta la pequeña Cruz que está fija sobre
el tabernáculo, dice Benedicto X I V ;
y cita un decreto de la Sagrada C o n -
gregación, de 16 de Junio de 1663 (nú-
mero 1663), el cual ordena que a d e -
más se ponga otra Cruz en medio de los
candeleros, y que, si allí no estuviese
bien, se ponga más abajo, de modo
que esté á la vista del pueblo y del ce-
lebrante mientras se dice la Misa.
2088. P. Cuando se celebra en
el altar donde está expuesto el Santí-
simo, ¿debe ponerse un Crucifijo e n -
tre los candeleros durante la Misa?
R. Muchos autores resuelven afir-
mativamente sin ninguna restricción,
fundados en la declaración dada por
la Sagrada Congregación de Ritos
en 14 de Mayo de 1707; pero este de-
creto no llegó á publicarse, como dice
Benedicto X I V en su constitución
Accepimus, en la cual se resolvió últi-
mamente que se atienda á la cos-
tumbre de cada diócesis; esto es, que
en donde hay costumbre de colocar
en el altar donde está expuesto el
Santísimo un Crucifijo mientras la
Misa, se observe, y donde no hay cos-
tumbre, no se introduzca; que es lo
que se había ordenado en 2 de Sep-
tiembre de 1741 por un decreto de la
Sagrada Congregación.
Herdt (núm. 172, qu<zr. 4) dice que
el Crucifijo que se ponga mientras la
Misa en el altar donde esté expuesto
el Santísimo, ha de colocarse de modo
que no impida la vista de la Sagrada
Eucaristía, y que convendrá quitar el
Crucifijo del altar después de termi-
nada la Misa, si el Santísimo queda
expuesto. Aunque las rúbricas no o r -
denan que haya Crucifijo en los alta-
res fuera de la Misa, dice Herdt que
se conserve, al menos en el altar ma-
yor, para hacerle reverencia cuando
el sacerdote pasa por delante de él
yendo á celebrar á otro altar, como
prescriben las rúbricas. E s t o se e n -
tiende en el caso de que no esté e x -
puesto el Santísimo.
394 LIBRO VI. TRATADO
2089. P . E l que haya Crucifijo,
ó al menos Cruz, en el altar mientras
se celtbra la Misa, ¿obliga sub gravi?
R. San L i g o r i o , en el l i b . 6, nú-
mero 393, dice que, aunque Renci y
Aversa afirman que obliga bajo peca-
do mortal, Suárez, L a y m a n , Tour-
nely, Merati, Filiucio, Vázquez, con la
sentencia comunísima, niegan que
obligue sub gravi; y Cóncina dice:
«Crucem non esse tantas necessitatis,
ut sine ea non possit celebrare (sacer-
dos) cum rationabili causa.» «Cete-
r u m , prosigue San L i g o r i o , nullo
modo excusan potest, saltem a ve-
niali, sacerdos qui celebrat sine Cru-
ce, ex decreto Benedicti X I V , edito
anno 1746, ubi dicitur: « U t nullo
tno.lo fiat sacrificium nisi Crucifixus
inter candclabra ita promineat, ut
sacerdos ac populas eumdem Crucifi-
xum fucile et commode intueri possint;
et imago non sit ita tennis et exigua,
ut ipsias sacerdotis et populi oculos
pene effugiat.» Este decreto está real-
mente concebido en términos muy
graves, y , en mi concepto, él fué el
que detuvo á San L i g o r i o para no re-
solver abiertamente esta cuestión;
porque siendo solamente dos los au-
tores que cita en favor de la opinión
de que es pecado mortal celebrar sin
Cruz, y confesando por otra parte que
es comunísima la opinión de los g r a -
vísimos autores que niegan que sea
mortal (algunos de ellos probabilio-
ristas severos), el Santo, no obstante,
se contenta con decir: «Nullo modo
excusari potest, sal'.em a veniali,» etc.
D i r é mi humilde parecer: Benedic-
to X I V , en el lib. 3 De sacrificio Mis-
sa , c a p . 1 3 , n ú m . 1 , dice así:
«Quasstio est inter auctores, mortali-
terne, aut venialiter peccaret, qui in
altari, unde Crux abesset, Missam
celebraret. Aversa, De sacrif, Missce,
q. 2, sect. 3, putat, illum graviter
peccare. Sed communis opinio est, non-
nisi venialem culpam illum c o m m i t t e -
re.» Ahora bien: esta obra de B e n e -
dicto X I V se publicó en R o m a bajo
IV.
la dirección del mismo Benedicto X I V
(sub ipsius auctoris cura) en el año
174S, como se lee en el prefacio de
la edición de Madrid de 1 7 7 6 , que
tengo á la vista. Si el citado Pontífice
en su decreto de 1746 hubiera im-
puesto culpa grave al que celebrase
sin Cruz, creo que cuando dos años
después publicó y perfeccionó su obra
De sacrificio Misiee, hubiera quitado
aquellas palabras: «Communis opinio
e s t , nonnisi venialem culpam illum
committere qui in altari, unde Crux
abesset, Missam celebraret.» E n vista
de esto, tengo por notablemente más
probable que no peca sino venialmen-
te el que sin causa alguna celebra la
Misa sin que haya en el altar Cruci-
fijo ni Cruz; porque ninguno m jor
que Benedicto X I V puede ser intér-
prete de lo que dijo en su decreto
de 1746, que él mismo, en el lib. 3.
De sacrificio Missce, que dio á luz dos
años después.
Billuart, en el lugar citado, tan sólo
dice: « E s t plurium sententia non esse
mortale celebrare sine Cruce , aut
Crucifixo, secluso contemptu aut sean-
dalo.» Herdt dice: «Crucem sub veniali
requiri in altari in quo celebratur,
communis est opinio, nisi habeatur
necessitas;» porque si hay necesidad,
no es culpa alguna (núm. 172). En
vista de esto, tengo por sólidamente
probable y seguro que el celebrar sin
Cruz ni Crucifijo tan sólo es pecado
venial; y que no sería culpa alguna si
hubiese cualquier causa razonable,
por ejemplo, si se hubiese de omitir
la celebración de la Misa, aun en un
día de trabajo.
2090. P . ¿Cuántas candelas se
han de encender en la Misa?
R. L a rúbrica dice así: «Super al-
tare collocentur candelabra, saltem
dúo, candelis accensis, hinc et inde
utroque latere.» ( E x cap. Litteras ult.,
De celebr. Miss.)
i.° Convienen todos en que peca
mortalmente el que celebra sin luz
alguna.
DE LA
2.
0
E s opinión común que en nin-
gún caso, ni aun para dar el V i á t i c o ,
se puede decir Misa sin ninguna luz,
como dicen L u g o , Belarmino, San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 394), y otros.
Si estando el sacerdote en la Misa se
apagasen las velas y no pudieran e n -
cenderse, el sacerdote, dice San L i -
gorio, debe dejar la Misa, cuando esto
suceda antes de la consagración: si
hubiese consagrado ya, debe conti-
nuar, porque la integridad del sacri-
ficio, que es de derecho divino, así lo
exige.
3.
0
L a s luces deben, sub gravi,
ser de cera, según la sentencia común;
porque, como dice San L i g o i i o , el
uso de sebo ó de aceite en la celebra-
ción de la Misa «est indecentissimtis et
prorsus alienas ab universali Ecclesias
consuetudine:» no obstante, el Santo
Doctor, con la sentencia común, aña-
de que, si hay causa grave (no por
mera devoción) y no interviene es-
cándalo, sería lícito celebrar con sebo
ó aceite. L o mismo dicen Herdt, Sca-
vini, etc.
4. San L i g o r i o , con la sentencia
0
común, afirma que tan sólo es pecado
venial celebrar con una sola vela de
cera; y que bastaría la mera devoción
de celebrar para excusar de toda cul-
pa, si el sacerdote no pudiese hallar
dos velas, y no hubiese escándalo.
Si hubiese muy grave necesidad,
autores recomendables afirman, dice
Herdt, que con causa grave, y no in-
terviniendo escándalo, se puede decir
Misa con una vela de sebo, ó con una
lamparilla de aceite. M e parece muy
razonable esta opinión, porque los
autores convienen en que con causa
grave se puede celebrar con dos velas
de sebo; luego también se podría con
una si un pueblo se hubiese de quedar
sin Misa, ó fuese necesario celebrar
para dar el Viático á un enfermo. E l
ser una vela ó dos, no es cosa sustan-
cial; y por esto, como se ha dicho,
basta una causa leve para celebrar
con una sola vela de cera.
EUCARISTÍA. 395
L a Sagrada Congregación concedió
á los misioneros de Oceanía que, si
no pudiesen hallar velas de cera, c s -
lebrasen con bujías de esperma de
ballena, atendidas su luz brillante y
limpieza: «Permitti posse, d u m n o d o
preces veritate nitantur.» (Decreto
de 7 de Septiembre de 1850.)
E n las Misas privadas no se han de
encender más de dos velas, si no es
Obispo el que celebra, aun cuando sea
canónigo ó dignidad (decreto de la
Sagrada Congregación de i g de Julio
de 1659, núm. 184S), ni aun cuando
sea vicario general (decreto de 7 de
Agosto de 1629, núm. 552). « N e c
abbates aliique usu pontificalium gau-
dentes, qui Episcopo sunt inferiores
!
( i e c r e t ' i m genérale 27 Sept. 1659,
núm. 1856).» Herdt, en el núm. 1 7 3 ,
queer. 3, añade: « P r o Missis autem
privatis Episcoporum deat in festis
soltmnibus accendi quatuor candelas,
in alus festis non ita solemnibus et
feriis sufficiunt duas juxta Casremo-
niale Episcoporum.» ( L i b . 1, cap. 29,
núm. 4.)
2 0 9 1 . P ¿Qué se dirá de una co-
munidad religiosa que, si bien en las
Misas privadas no pone sino dos v e -
las sobre la mesa del altar, pone otras
dos en las gradas superiores en honor
de la imagen que ocupa el lugar prin-
cipal?
R. Aunque no he visto tratada in
terminis esta cuestión, creo que la co-
munidad que tal haga no falta á la
rúbrica; porque las velas encendidas
que se colocan, no sobre la mesa del
altar, sino en las gradas superiores,
no se ordenan propiamente al sacri-
ficio, sino á honrar la imagen princi-
pal del altar. L a costumbre general
de los fieles así lo hace, ofreciendo en
sus necesidades algunas candelas,
para que ardan, mientras se celebra
la Mi.-a, en obsequio del Santo prin-
cipal de aquel altar: así se hace tam-
bién en la iglesia de este Colegio en
todas las Misas privadas, colocando
! dos velas sobre la mesa del altar, y
396 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 397

otras dos en las gradas superiores con
el mismo fin.
E n cuanto á las Misas cantadas
solemnes, no está determinado el nú-
mero de velas que se han de encen-
der. Herdt dice que le parece se han
encender cuatro en las Misas menos
solemnes, y seis en las más solemnes,
si bien no está prohibido encender
mayor número.
Cuando la Misa se celebra con ex-
posición del Santísimo Sacramento,
la Iglesia permite que se pongan cuan-
tas velas se quiera, con tal que el nú-
mero no sea menor que el que la ru-
bí ica exige. Clemente V I I I mandó
que estuviesen siempre ardiendo vein-
te velas. Benedicto X I V (Instit. 30,
r.úm. 17) ordenó que para la exposi-
ción del Santísimo «duodecim saltem
cerei circumardeant» ( 1 ) . Inocen-
cio X I , en 20 de Mayo de 1689, dis-
puso que á lo menos ardiesen diez
velas de cera blanca. Un decreto de la
Sagrada Congregación de Ritos, de 13
de Marzo de 1698 (núm. 3315) de-
claró que durante la exposición del
Santísimo habían de estar encendidas
seis candelas á lo menos. Herdt dice
que esta es la costumbre en la dióce-
sis de Malinas, cuando se expone el
cuanto conviene saber sobre la expo-
sición del Santísimo Sacramento.
A ella me r e m i t o , por no alargarme
demasiado.
ARTÍCULO IV
Del color de las vestiduras sagradas.
2092. P. En cuanto al color de
las vestiduras sagradas, ¿debe el sa-
cerdote conformarse con las rúbricas?
R. San L i g o r i o tiene por notable-
mente más probable que peca el sacer-
dote que sin justa causa no se confor-
ma en el color de las vestiduras con
lo que las rúbricas prescriben (lib. 6,
números 378 y 379, Quarta vero sen-
tentia) ; pero añade (en el núm. 378,
dub. 5): uBene tamen censent Sporer et
Quarti hanc rubricam non obligare
sub gravi, nisi scandalum adsit, puta,
si in die Paschatis vel in quacumque
die festiva celebraretur vestibus ni-
gris.»
Concluye el Santo que como esta
rúbrica tan sólo obliga bajo peca-
do venial , basta cualquier causa ra-
zonable para no observarla, como
si no hubiese suficiente número de
ornamentos del color del día por la
torizase para hacerlo (Scavini, tomo 4, palabra consuevit para denotar que no
núm. 80, al fin). se prohibe en un todo que se p-cedan
* L a Sagrada Congregación de R i - usar otros colores. L a s casullas y dal-
tos, en 29 de Marzo de 1851, contes- máticas de tela de oro están en uso. E l
tó negativamente á la siguiente p r e - color azul no se puede usar sin dis-
gunta: « A n sacra paramenta colorís pensa de la Santa Sede (decreto de
aurei inservire possint pro coloribus 23 de Febrero de 1839). E l papa
albo, viridi et rubro?» Ponemos á conti- P í o I X concedió á los señores a r z o -
nuación las siguientes declaraciones de bispos de Z a r a g o z a y de Granada, en
la misma Sagrada Congregación: « A n 1 1 de Julio de 1867 , que pudiesen
sacra paramenta auro máxime saltem usar de color azul en la fiesta de la
ex parte contexta proquocumque colo- Purísima Concepción. Creo que t a m -
re, exceptis violáceo et nigro inservire bién concedió esto mismo á algunos
possint? — S. R . C. 28 A p r . 1S66 otros obispos de España.
respondit: Tolerandam esse locorum E l color blanco denota gozo, ale-
consuetudinem relate tantum ad pa- gría, pureza.
ramenta ex auro contexta.» E l encamado se usa en la fiesta de
1) « A n paramenta coloris flavi va- Pentecostés, porque el Espíritu Santo
leant pro quocumque colore , nigro descendió en forma de lenguas de
excepto?—2) N u m paramenta con- fuego; y en las fiestas de los m á r t i -
fecta ex sérico et alus coloribus flori- res, porque derramaron su sangre por
busque intertexta, ita ut vix dignosca- D i o s .
tur color primarius et praedominans, E l verde es un término medio entre
usurpari valeant mixtim saltem pro los otros colores , y así se usa en los
albo, rubro, et viridi? — 3) N u m pla- tiempos que ni están destinados espe-
neta?, stolas et manipula possint con- cialmente á la alegría, ni á la peniten-
fici ex tela linea vel gossypio , vulgo cia y tristeza; esto es, desde la octava
percallo , coloribus prascipuis tincta de la Epifanía hasta la Septuagésima,
aut depicta? — S. R. C , 23 S e p - y desde Pentecostés al Adviento.
temb. 1837 respondit: Ad i . , nega-
u m E l morado (quasi pallidus et l i v i -
tive; ad 2 . , negative; ad 3 - , res- dus) significa mortificación, peniten-
u m u m

Santísimo en la Misa, en las Víspe-
ras ó por algún motivo (núm. 1 7 3 ,
queer. 3); y esta es la última determi-
nación general que he visto sobre esta
materia. Pero se ha de notar que,
como la concesión para exponer el
Santísimo pertenece al Diocesano, si
é>te señala el número de velas que se
han de encender, debe obedecer, no
sólo el clero secular, sino también el
mucha concurrencia de sacerdotes , ó
porque la iglesia no tuviese sino un
terno de lujo para las fiestas.
E l Santo dice que según Quarti y
Merati (contra T u r í n ) , el color dorado
sirve para todos los colores ; pero la
Sagrada Congregación en 20 de Marzo
de 1851 respondió que no servía el
color clorado para todos los colores;
pero si la tela fuese de oro y hubiese la
pondit: serventur rubrica et usus om- cia, dolor; y por esto se usa en el A d -
nium Ecclesiarum , qua; hujusmodi viento, Cuaresma, Misa de Pasión, de
Inocentes, etc.
casulas non admittunt.»
E l negro signifícala muerte,que nos
« A n liceat ubique terrarum in fim-
briis et manicis albarum et aliarum priva de la luz de la vida ; y por esto
vestium sub velo transparenti fundum se usa en el Viernes Santo, recordan-
rubrum mittere; vel an sit privilegium do las tinieblas que oscurecieron toda
Italiae , Hispaniae , etc. R. N e g a t i - la tierra en la muerte de Nuestro S e -
ve: S. R. C. 17 Aug. 1833.» ( S c a v i - ñor Jesucristo ; y se usa en todas las
ni-Del Vecchio, tomo I V , edición 1 4 . , Misas y Oficio de difuntos , en que
a

regular; porque en esta materia los

costumbrede que sirviese para blanco,
religiosos están sujetos al Diocesano,
como puede verse en la Institución 30,
verde y colorado, sería lícito (decreto
de 28 de Abril de 1866).
que publicó Lambertini siendo carde-
nal-arzobispo de Bolonia. E n ella 2093. P. Por razón de la po-
trata con su acostumbrada erudición breza ¿se podrá usar del color blanco,
colorado y verde en una misma ca-
sulla?
R. L a Sagrada Congregación res-
(1) C u a n d o l o m a n d ó L a m b e r t i n i , n o
era l ' a p a , s i n o tan s ó l o a r z o b i s p o de B o - pondió, en 23 de Mayo de 1846 , que
lonia. se recurriese al Obispo para que au-
núm. 382.) * pedimos que Dios libre á las almas
E n cuanto al número de colores del Purgatorio de las tinieblas de aquel
que se pueden usar en la Misa, he lugar. (Véase á Inocencio I I I , lib. 1,
aquí lo que dice la rúbrica: « P a r a - cap. 64, y á Herdt, núm. 163, donde
menta altaris , celebrantis, et m i n i s - trata con su acostumbrada erudición,
trorum debent esse coloris convenien- claridad y laconismo esta materia.)
tis Officio et Missas diei secundum
usum Romanae Ecclesia;, quae quinqué
coloribus uti consuevit: albo , rúbeo,
viridi, violáceo et n i g r o . » Nótese la
 LIBRO VI. TRATADO IV. DE LA EUCARISTÍA. 399
398
días de la Semana Santa , Purísima grada Congregación de Ritos de 26 de núm. 3) dice así: «Missas votivas in
ARTÍCULO V Concepción y Asunción de Nuestra Enero de 1 7 9 3 ) ; y como las fiestas Missis privatis diei possunt, pro arbi-
Señora, Natividad de San Juan Bau- suprimidas para los fieles no han te- trio sacerdotum, quacumque die Offi-
De las Misas votivas.
tista, día de los Apóstoles San Pedro nido variación alguna en cuanto á la cium non est dúplex, d o m i n i c a , etc.
solemnidad de la liturgia , si se c e l e - Id vero p.issim non fiat, nisi rationabili
2094. Me alargaría demasiado si y San Pablo, de T o d o s los Santos, del
bran en sus propios días , tiene lugar de causa, et, quoad fieri potest, Missa
descendiese á tratar en particular de Patrono principal del reino, y del T i -
]a prohibición. cum Officio conveniat.» San L i g o -
todas las disposiciones litúrgicas que tular de la iglesia.
5. E n cuanto á las Misas priva- rio y Msrati dicen que faltaría (se su-
se han dado sobre los días en que se 2. E n cuanto al Patrono, se ha de
0
0

das votivas rezadas ó cantadas, non pone levemente) el sacerdote que sin
pueden celebrar Misas votivas y de notar que la prohibición de las Misas
pro re gravi, se prohiben en los d o - causa alguna celebrase frecuentemen-
Réquiem. ( V é a s e á San L i g o r i o , lib. 6, votivas solemnes en ese día se entien-
mingos y en toda fiesta doble , y ade- te (passim) Misa votiva en los días per-
núm. 418 y siguientes; á Scavini, úl- de del Patrono principal del reino
más desde l a v i g i l i a d e N a t i v i d a d hasta mitidos; porque si bien la rúbrica dice
tima edición, tomo 4, desde el núme- para todo el reino, del de la provincia
el 13 de Enero inclusive, Miércoles de «pro arbitrio sacerdotum,» añade que
ro 87 hasta el 92; á Herdt y al Padre para toda la provincia, del de una pa-
Ceniza, desde el D o m i n g o de Ramos sin causa razonable no se haga con fre-
Mach , Tesoro del sacerdote , 6 . edi- rroquia para toda aquella parroquia
a

hasta la dominica in Albis inclusive, cuencia, por convenir que la Misa, en

ción, desde la pág. 299 hasta la 309, (decretos de la Sagrada Congregación
desde la vigilia de Pentecostés en cuanto sea posible, concuerde con el
y en la pág. 328 , 11 edición , hasta de Ritos de 29 de Enero de 1753, Oficio del día. E l Santo añade que en
toda la octava, y la octava del Corpus
la pág. 330, 1 2 . edición, desde el 12 de Septiembre de 1778 , 27 de
a

los días en que es permitida la Misa

Christi, como consta de varios decre-
núm. 204 en adelante.) T a n sólo diré Marzo de 1779, etc.) votiva basta para causa el que lo pida
tos de la Sagrada Congregación de
lo más principal. 0
3. T a m p o c o puede decirse Misa así el que da el estipendio, ó que el
Ritos.
i.° Misa votiva es la que no se solemne votiva pro re gravi vel publica celebrante tenga especial devoción de
conforma con el Oficio del día , y se en las dominicas de primera clase P. ¿Cómo peca el que dice Misa v o -
decirla de algún' misterio ó de un
celebra, ó por voto, ó por alguna de- (además de las ya dichas), primera de tiva ó de Réquiem en un día prohibido?
Santo en particular. ( L i b . 6, núme-
voción particular del que la encarga ó Adviento, primera de Cuaresma , do- R. San L i g o r i o , siguiendo á Soto,
ro 419.)
del que la celebra. Puede ser rezada ó minica i;; Passione, in Ramis Palma - L u g o , los Salmaticenses , etc., dice
solemne: puede celebrarse por una runí, in Albis; ni en el Miércoles de así: «Communiter negant (esse moríale), San L i g o r i o dice además que si
causa privada ó por una causa públi- Ceniza, ni en toda la Semana Santa, secluso scandalo et contcmp/u. R a t i o , bien, como se ha dicho, el sacerdote
ca. L a causa será pública cuando in- ni en las vigilias de Pentecostés y de quia non videtur in hoc adesse nota- puede celebrar Misa votiva en los días
bilis perversio ritus.» ( L i b . 6, núme- permitidos, cuando lo pide el que da
teresa al bien c o m ú n ; como una la Natividad del Señor. E n estos días,
ro 420.) Pero el Santo añade que R o n - el estipendio, pero que cumple con
sequía , inundación , guerra , peste, si se quiere celebrar alguna Misa so-
caglia dice que es mortal decir Misa decir la Misa del Oficio del día, por
terremoto, etc. Será privada cuando lemne por algún motivo , se ha de
votiva privada en las fiestas solemnes. ser esto más conforme á la voluntad
el motivo no afecta al bien común; decir la Misa del día. L a .Misa con-
Escobedo lo tiene por más probable, de la I g l e s i a , que dice: Quoad fieri
como el buen éxito de un pleito de un ventual debe también ser del Oficio del
y San L i g o r i o concluye así: «Saltem potest, Missa officio conveniat. Se e x -
particular, la salud de una persona día (decreto de la Sagrada Congrega-
in Missa publica dicerem hoc (in festis ceptúa el caso en que se pida la Misa
privada que no interese al bien públi- ción de 16 de Enero de 1627); y esto
solemnibus) difficulter posse excusari en un altar privilegiado, pues enton-
co, etc. Una profesión solemne religio- se manda con tanto rigor, que por dos
a gravi scandalo.» Ssavini copia las ces, si se podía celebrar Misa de Ré-
sa tampoco se considera causa grave decretos de la Sagrada Congregación,
palabras de San L i g o r i o , y después quiem, se debería hacer; porque cele-
pública , según decreto de la Sagrada de 25 de Junio de 1 6 1 1 y de 18 de
añade: «Ceterum nullum est pecca- brando del Oficio del día, se pierde la
Congregación de Ritos de 24 de Julio Enero de 1612, se ordena que los ca-
tum Missas votivas dicere etiam in indulgencia plenaria. ( L i b . 6, núme-
de 1863 , y lo mismo dice Scavini nónigos que no celebren la Misa con- ro 422.)
diebus velitis , si urgeat publica vel
(tomo 3 , núm. 202) de la primera ventual del Oficio del día, non lucren-
gravis causa, v. gr., necessitas plu- * L a Sagrada Congregación de R i -
Misa que celebra un sacerdote. tur distributiones. Por esta razón , las
vias, ingruentis belli , vel pestis, so- tos declaró el 20 de Mayo de 1892
2095. 2. P. Esto supuesto: ¿en comunidades religiosas, cuando quie-
0

lemnis gratiarum actio ob publicam que la Misa votiva del Sagrado Cora-
qué días está prohibida la Misa solem- ren celebrar Misa solemne votiva ó de causam.» ( T o m o 3, núm. 202.) Se en- zón de Jesús puede celebrarse con la
ne votiva por causa grave pública? Réquiem en los días en que se puede tiende en los días que no están excep- solemnidad con que se celebran las
R. Por muy grave y pública que decir , la comunidad celebra además tuados en todo evento , como queda Misas votivas con Gloria y Credo y
sea la causa , no se puede celebrar otra del Oficio del día. dicho. única oración, aun cuando la Misa se
Misa solemne votiva: 4." Por ú l t i m o , en las parroquias
2096. P. E n los días en que se diga rezada y sin canto, con motivo
r.° E n los días de la Natividad donde no se celebra sino una sola Misa,
permite la Misa votiva , ¿se puede de los ejercicios del primer viernes de
del Señor , Epifanía , Pascua de R e - no se puede celebrar Misa solemne
ésta decir sin causa alguna razonable? cada mes, los cuales, por concesión de
surrección , Ascensión , Pentecostés, votiva en ningún domingo ni fiesta de
R. L a rúbrica del misal (tít. 4, L e ó n X I I I ( D e c . Urbis et Orbis, 28 de
Corpus Christi, en los tres últimos precepto del año (decreto de la Sa-
 LIBRO VI. TRATADO
40o
Junio de 1892), pueden practicarse
por la mañana con la aprobación del
Ordinario, con tal que en aquel día no
ocurra alguna fiesta del Señor ó fiesta
de primera clase, ó feria, vigilia ú oc-
tava de las privilegiadas, aunque sean
fiestas dobles de segunda clase, según
la muy reciente declaración de la S a -
grada Congregación. N o obstante,
ténganse presentes las dos resolucio-
nes siguientes contenidas en las con-
testaciones que la misma Sagrada
Congregación dio á las consultas ele-
vadas por el señor obispo de Macao,
en China: « 1 . Utrum presbyter qui
a
Missam conventualem de Octava O m -
nium Sanctorum die 2 Novembris ce-
lebrat, possit ex parte uti concessione
a Benedicto Papa X I V facta R e g n o
Lusitaniae dicendi tres Missas pro de-
functis, alias duas Missas de Requie
celebrando? 2 . Utrum occurrente pri-
a
ma feria sexta N o v e m b r i s , die quo
fit commemoratio Omnium Fidelium
Defunctorum, liceat Missam votivam
celebrare de Sanctissimo Corde Jesu
juxta decretum Sacras Rituum C o n -
gregationis 28 Junii 1889? 3 . a
Et
quatenus affirmative ad I I , utrum ea-
dem die apud Lusitanos liceat cele-
branti prsedictam Missan v o t i v a m ,
duas alias de Requie celebrare? 7 .
Utrum sacerdos qui festo Nativitatis
D o m i n i , vel die secunda Novembris
in Lusitania, tres Missas consecutive
legit, quin ab altari recedat teneatur
post unamquamque Missam recitare
ter A v e Maria, Salve R e g i n a et c e -
IV. DE LA EUCARISTÍA. 4 OI
del superior local el que fuesen de 5.
0
Cuando un cadáver insepulto
ARTÍCULO VI color negro ó morado. está depositado en un lugar muy pró-
4.0
E n todos los días no compren- x i m o á la iglesia (cosa que puede su-
De la Misa de Réquiem.
didos en el núm. 2 del párrafo ante- ceder por algunos m o t i v o s ) , si no se
rior, se puede celebrar una Misa, prez- ha celebrado por él la Misa solemne,
2097. i . ° E n cuanto á la Misa
senté corpore (decreto de 20 de Enero se puede celebrar por él la Misa can-
privada ó rezada de Réquiem, no pue-
de 1752), a u n cuando sean días de tada de réquiem diei depositionis, aun-
de decirse en los días en que no se
primera clase en la fuerza, si son se- que sea en fiesta doble de segunda
puede decir Misa votiva privada ó
midobles en la solemnidad, como la clase según el rito romano, ó fiesta de
rezada. ( V é a s e el núm. 2094, 5.)
primera dominica de Adviento, pri- precepto; poniéndose una tumba mor-
2.
0
Ninguna Misa de Réquiem, por
mera de Cuaresma, las dominicas de tuoria mientras se celebra el funeral
solemne que sea, adhuc corpore pre-
Pasión, de R a m o s y la dominica in (decreto de 16 de Septismbre de 1816).
sente, puede decirse en los días que se
Albis (decretos de 9 de Abril de 1S08 Si el cadáver se hubiese enterrado
expresaron en el núm. 2094, 2 y 4.
y de 23 de Septiembre de 1837): igual- en el mismo día ó en el precedente
E n la dedicación de la iglesia mayor
mente en todos los días de segunda sin haberse celebrado Misa de Ré-
tampoco se puede cantar Misa de Ré-
clase; en los domingos y fiestas de quiem, se le podrá decir, con tal que
quiem. Si se trata del aniversario de
precepto y obligación de oir M i s a ; no sea día de rito de primera ó s e -
una iglesia particular, sucede lo mis-
en las cinco octavas privilegiadas de gunda clase, ni de fiesta de precepto;
mo respecto de aquella iglesia. (Véase
la Natividad del S e ñ o r , Epifanía, pues si lo fuese, la Misa de Réquiem
á Scavini, tomo 4, núm. 90.)
Resurrección, Pentecostés y Corpus se cantará en el día inmediato siguien-
3.
0
Estando expuesto el Santísimo.
Christi; asimismo en las ferias privi- te. (Decreto de la Sagrada Congrega-
sea por las Cuarenta H o r a s , sea por
legiadas, que son Miércoles de Ceniza, ción de R i t o s de 9 de Septiembre de
otro cualquier m o t i v o , no se puede ce-
lunes, martes y miércoles de la Se- 1816.)
lebrar Misa de Réquiem ni en el altar
mana Santa; como también en las vi- L a s Misas solemnes dejadas por el
de la exposición, ni en otro alguno de
gilias privilegiadas de Epifanía, Pen- testador para que se celebren anual-
la iglesia, durante el tiempo de la ex-
tecostés y N a t i v i d a d del Señor (de- mente en el día aniversario de su muerte,
posición (decreto de 19 de Diciembre
cretos de 23 de Mayo de 1603 y de y lo mismo las exequias del día ter-
de 1829); pero se podría celebrar Misa
27 de Marzo de 1779); pero la Misa cero, séptimo y trigésimo (contando
de Réquiem en las capillas del cuerpo
de Réquiem ha de ser cantada, prcesen- desde el día de su muerte ó de la de-
de la iglesia, si el Santísimo estuviese
te cadavere, y una sola Misa (decreto posición del cadáver, según sea cos-
expuesto en alguna capilla subterrá-
de 23 de Mayo de 1846). Cuando se tumbre de los lugares), se podrán c e -
nea (decreto de 27 de Febrero de 1847).
dice que se ha de cantar en los días lebrar con una sola M:sa solemne de
a
ó sólo estuviese expuesto el copón, y
anteriores una sola Misa, se entiende Réquiem en dobles menores y m a y o -
no se viese el Santísimo; y aun así no
á un mismo difunto; porque si estu- res; pero no en los días de primera y
se podría, si la exposición fuese por segunda clase, ni en las fiestas de pre-
causa pública: «dummodo oratio co- viesen de cuerpo presente dos ó más
cadáveres, cada uno tiene derecho á cepto, ni en octava privilegiada.
ram Sacramento non sit ex publica
la suya distinta. Si en los casos de este número no
causa.» (Decreto de 7 de Mayo de
E n cuanto á cantar dos ó más Ofi- pudiesen celebrarse en el día, por ser
i74 -)
6
/

cios de difuntos por un mismo difunto impedido, se pueden trasladar al día

teras orationes jussu Sanctissimi D o -
mini Nostri L e o n i s Papa? X I I I re-
citandas post Missam privatam, an
potius semel tantum post tertiam
Missam?» « A d I . Affirmative; ad I I ,
Negative, juxta Rubricas; a d I I I , Pro-
visum in prascedentibus; ad V I I , Ne-
gative, et preces prasscriptas recitentur
in fine ultimas Missas.» ( i o M a y o 1895.)
Por último, se exceptúa el día de la
Conmemoración de todos los fieles
difuntos, porque en este día la Sa-
grada Congregación, en 16 de Sep-
tiembre de 1801, permitió rezar el
Oficio de difuntos, cantar la Misa so-
lemne, y decir Misas privadas de Ré-
quiem durante la exposición del San-
tísimo, con tal que no se celebre en
el altar de la exposición. E n cuanto á
los ornamentos para la celebración de
la Misa de Réquiem en este día, la
Sagrada Congregación dejó al arbitrio
en uno de esos días, está permitido,
con tal que sea una sola la Misa que
se le cante: « T o l e r a n d a m (consuetu-
dinem) quoad Officium defunctorum,
tollendam quoad Missam, quas única
esse debet juxta decreta alias edita.»
(Decreto de 23 de Mayo de 1846.) Se
ha de notar que si por despedir el ca-
dáver un hedor intolerable se tuviese
que enterrar sin llevarle á la iglesia,
goza de los mismos privilegios que si
se celebrase prénsente corpore.
TOMO I I .
siguiente, ó anticiparse al día prece-
dente, según decreto de la Sagrada
Congregación de 23 de Mayo de 1603,
y se dirá la Misa de Réquiem señalada
para el aniversario (decreto de la S i -
grada Congregación de 5 de Julio de
1698). Si las Misas no fueren solem-
nes sino rezadas , la Misa debe ser
del Oficio del día (decreto de la Sa-
grada Congregación, de 10 de E n e -
ro de 1663).
6.° Cuando se recibe la primera
2b
402 LIBRO VI. TRATADO
noticia de que ha muerto alguna per-
sona en un lugar distante, se le puede
cantar una sola Misa de die obitus en
los días de rito doble mayor ó menor,
que no sean fiesta de precepto, ni oc-
tava privilegiada, ni dobles de pri-
mera ó segunda clase; porque si o c u -
rriesen, se trasladará la Misa solemne
de Réquiem al día siguiente (decretos
de 4 de M a y o de 1680, de 27 de Marzo
d e i 7 7 g y d e 7 de Septiembre de 1816).
E n la vigilia de la Epifanía se podría
cantar la Misa de Réquiem por los
motivos expresados en este número y
en el anterior (decreto de 27 de Marzo
de 1779); pero no se podría celebrar
Misa rezada de Requie?n por este mo-
tivo en día de rito doble (decreto de
10 de Enero de 1663).
7.
0
L a s demás Misas de difuntos
que no tienen día fijo deben cantarse
del Oficio del día, si se piden para un
día de' rito doble (decreto de 23 de
A g o s t o de 1776). N o basta que los
fieles pidan por devoción Misa de Ré-
quiem en fiesta doble (decreto de 3 de
Diciembre de 1701); ni que la pidan
los parientes del difunto, aunque éste
haya dejado muchas Misas (decretos
de 31 de M a y o de 1670 y de 13 de
Julio de 1709); ni aun cuando el tes-
tador haya ordenado que sean de Ré-
quiem, si no las dejó por vía de ani-
versario, como queda dicho; porque
IV.
dummodo hoc fíat in die anniversaria
obitus.»
C o m o se han disminuido tanto los
Oficios semidobles según el rito roma-
no, ó simples según el dominicano, si se
recibieron muchas Misas votivas y
no alcanzan los días semidobles para
poder cumplirlas en el tiempo debido,
el sacerdote cumple diciéndolas del
Oficio, según consta de una declara-
ción de la Sagrada Congregación, he-
cha ex gratia speci.üi Pontificia, de 19
de Mayo de 1614; como puede verse
en Merati, pág. 1 1 6 , y en San L i g o -
rio, lib. 6, núm. 417. Por esta razón,
y en atención á la escasez de recursos
del clero y de las religiosas en Espa-
ña, algunos Prelados alcanzaron de
Pío I X que en las iglesias parroquia-
les de sus respectivas diócesis se pu-
diesen cantar algunas Misas de Ré-
quiem en día de rito doble. E l señor
arzobispo de Zaragoza alcanzó p r i v i -
legio para dos días cada semana. El
señor arzobispo de Valencia para tres
días; extendiendo la gracia á las igle-
sias de religiosas; pero siempre « e x -
clusis duplicibus primas et secundas
classis, festis de prascepto servandis,
feíiis, vigiliis, octavisque privilegia-
tis;» y además rebajando los días con-
cedidos si hubiese alguno ó algunos
semidubles en la semana, aunque no se
rebajará si hubiese entierro cor poye
previente (decretos de 20 de Febrero y
DE LA EUCARISTÍA.
4 e 1 6 7 6 ) . E n orden al canonizado,
aunque no esté inscrito en el Martiro-
logio R o m a n o , con tal que conste de su
canonización, puede celebrarse de él
Misa votiva, aun cuando en el Oficio
y Misa de aquel día no se haya hecho
conmemoración de él. Se podrá decir
Gloria en su Misa votiva rezada, si
aquel día es el aniversario de su muerte
(decreto de la Sagrada Congregación
de 3 de Junio de 1676). Fuera de este
caso, no se dice Gloria en las Misas
votivas rezadas, á no ser en las de
Sancta María, si fuesen en sábado, y en
la de los Angeles en común ó en par-
ticular (decreto de 2 de Septiembre
de i ó g o ) . E n las demás votivas can-
tadas tan sólo se dirá Gloria cuando
se dicen pro re gravi.
2.0
E n ninguna Misa rezada voti -
va se dice Credo. T a m p o c o se dice en
la votiva cantada, si no es pro re gravi
(decreto de 2 de Septiembre de 1690).
Se exceptúa el caso en que hubiese
privilegio especial, como le tienen los
dominicos para la Misa del R o s a r i o ,
Salve Radix, en los sábados en que
tiene lugar, si hay Credo en la Misa
del día. Cuando se celebra M i s a voti-
va en una infraoctava de la V i r g e n ,
debe decirse la Misa de la infraoctava,
y no la votiva del tiempo (decreto de
13 de Enero de 1674).
3. E l prefacio de la Misa votiva
0
403
pondientes secreta y posteommunio.
Cuando se pide votiva del Santísi-
mo Sacramento, se dirá la votiva del
Corpus, no la del día de la fiesta prin-
cipal.
Si se dijese Misa votiva de la P a -
sión, ó de alguno de los instrumentos
de ella, se dirá la votiva, si la hay en
el misal. Si no la hubiese, se dirá la
votiva de Passione, ó de Cruce. E n la
Misa votiva de Cruce, si es tiempo pas-
cual, no se dirá la oración Deus, qui
Unigeniti; sino Deus, qui nobis.
Cuando se pide Misa votiva de la
Virgen, no se dirá la propia de su
Concepción ó de otra de sus fiestas ó
advocaciones que no tienen Misa voti-
va, sino una de sus cinco votivas, se-
gún fuere el tiempo; pero se podrá de-
cir de aquella fiesta propia de la V i r -
gen en cuya octava se pidiere la Misa
votiva (decretos de la Sagrada C o n -
gregación de 13 de Enero de 1674 y
12 de Marzo de 167S).
L a Misa de la fiesta principal de
Nuestra Señora de los Dolores sirve
para su Misa votiva; pero se omite la
secuencia, se dice la colecta luterveniat,
y en el prefacio Et te in transfixione. En
las Misas votivas siempre se omite la
prosa (decreto de 16 de Septiembre
de 1673).
L a Misa votiva de los Angeles está
después del común de los Santos. Esta

aunque Gabanto (part. 1. , tít 5, nú-

a
mero 2, litt. A) cita un decreto de la
Sagrada Congregación de i . " de Sep-
tiembre de 1607, que dice: «Posse to-
lerari Missas de Réquiem in duplici festo
quod non est de prascepto, ut testato-
rum voluntates adimpleantur,» pero
este decreto fué derogado por otro
posterior de 5 de Agosto de 1662, y
por otros decretos, como dicen Merati,
pág. 159, y San L i g o r i o , lib. 6, nú-
mero 421. E l Santo añade: «Sacra
Congregado Rituum, 1 9 Junii 1700,
(in Ind., núm. 547) declaravit posse
dici Missas cantatas de Réquiem in festo
duplici minori, si parochiani saspius
petant per annum pro aliquo defuncto,
25 de Junio de i8Ó2, como puede
verse en el P. Mach, Tesoro del sacer-
dote, edición de 1873, pág. 306; edi-
ción 12, núm. 209).
ARTICULO V I I
De lo que se ha de observar en las Misas
votivas.
2098. P. ¿Qué se ha de obser-
var en las Misas votivas?
R. i . ° N o se puede decir Misa v o -
tiva en los días permitidos, sino de
Santo canonizado: los Beatos no tienen
ese privilegio (decreto de 3 de Junio
debe ser el mismo que el de la fiesta Misa se dice también en el entierro de
principal, si le tiene propio: si no le los párvulos bautizados, si en aquel día
tiene, se dice el de la infraoctava, si le cabe Misa votiva; si no cabe, se dice la
hay:' si no hay, se dice del tiempo, del día , sin conmemoración de los
como de Cuaresma, ó Pasión, ó tiem- Angeles, y en este último caso el color
po pascual: si tampoco le hubiese, se de los ornamentos de la Misa debe ser
dice del común. el del día; pero para conducir el pár-
L a Misa votiva de la Santísima T r i - vulo á la iglesia y para el entierro el
nidad, en acción de gracias, no es la preste y los ministros usarán orna-
del día de la fiesta, sino la votiva de mentos de color blanco.
la Santísima T r i n i d a d . Cuando se pide Misa votiva de un
2099. H a y Misa votiva del Espí- Santo del cual se reza en aquel día, se
ritu Santo; pero si la Misa se cele- dice su Misa según el rito que tenga.
brase para implorar la gracia del E s - Cuando no se reza de él en aquel día
píritu Santo, no se dice la oración y cabe Misa votiva, se dirá la Misa del
Deus, qui corda fidelium; sino Deus, día propio del Santo si no tiene M i s a
cui omne cor patet, con sus corres- votiva propia; y si el Santo no la tu-
 404 LIBRO VI. TRATADO IV.
DE LA EUCARISTÍA. 405
viese ni propia ni votiva, se tomará 2.° Si el sacerdote no advierte
del común. que la hostia estaba corrompida ó no ción, la Misa no quedaba perfecta, por trar la materia que faltaba, debería
A l fin de la Misa votiva privada era de trigo hasta después de la sun- haber sido ilegítimos muchos de los esperar, dice Scavini (edición de 1865,
siempre se dice Benedicamus Domino, ción del sanguis, la rúbrica ordena signos hechos antes en que se hacía tomo 3, núm. 191), para completar el
inclusa la de Beata Virgine in sabbato: que se tome otra hostia y se ponga mención del sanguis que no estaba en sacrificio. L a rúbrica dice que el sa-
en las demás Misas votivas de la V i r - vino en el cáliz con un poquito de el cáliz; y si se repetían los signos, cerdote debería esperar aüquandiu,
gen y en la de A n g e l e s , se dice: He, agua, y después de hecha la oblación sería un contrasentido, porque se ha- y Scavini dice: « P e r illud aüquandiu
Missa est. E n las Misas privadas de de ellas, al menos mentalmente, se cía en muchos de ellos expresa men- plerique intelligunt quadrantem, aut
Réquiem y en las solemnes siempre se consagren las dos materias, c o m e n - ción de la hostia consagrada como mediam horam.» N o obstante, yo creo
dice Rcquiescantin pace, y el E v a n g e - zando desde Qui pridie quam pateretur, presente, siendo así que estaba ya con- que aunque fuese como una hora el
lio de San Juan, aunque en la Misa é inmediatamente suma el corpus y el sumida. Véase á Santo T o m á s (3. p.,a tiempo que esperase, podría hacerlo;
del Oficio del día se diga de la feria. sanguis, y termine la Misa. E l motivo q. 83, art. 6 ad 4."'"), cuya opinión y me fundo en que San L i g o r i o (li-
por que la rúbrica manda en este caso abrazó la rúbrica del misal en tiempo bro 6, núm. 355) dice que si un sacer-
ARTICULO V I I I que no sólo se consagre nueva hostia, de San P í o V . Pero el doctísimo Maes- dote muriese después de la consa-
sino también nuevo vino, es, como tro D o m i n g o Soto siguió la opinión gración, aunque sea de una sola es-
De los defectos que pueden ocurrir en la dicen Suárez y Benedicto X I V (De de Santo T o m á s , cuando la Misa se pecie, ó después de la sunción de la
celebración de la Misa. sacrificio Missa, lib. 3, cap. 15, núm. 2 ) , celebraba privadamente; pero si se hostia consagrada , otro sacerdote,
para que el sacrificio sea perfecto y celebraba en público, dice que bien aunque no estuviese en ayunas, debe-
2100. L o s defectos pueden ocu- ordenado; pues de otro modo se hu- podría ponerse solamente vino con un ría sumir el sanguis para completar el
rrir, ó por parte del pan, ó del vino, ó biera consagrado y sumido el sanguis poquito de agua en el cáliz, consa- sacrificio, con tal que no hubiese pa-
del agua, ó de la forma. s o l o , antes de consagrar el corpus grarlo, sumirlo inmediatamente, y sado desde la sunción de la hostia por
i.° E n cuanto al pan, si el sacer- Christi. terminar la Misa, para de este modo el otro sacerdote sino cerno una hora
dote antes de la consagración advierte (per unam circiter horam); y que si
2101. 0
3 . Si el sacerdote advier- evitar el escándalo ó turbación de los
que la hostia está corrompida, ó no es te antes de la consagración que en el pasase más tiempo, no sería un mismo
fieles. Esta explicación de Soto fué re-
de trigo, penga otra hostia, ofrézcala, cáliz no hay sino agua ó vinagre, etc., sacrificio. L u e g o , según San L i g o r i o ,
cibida con grande aplauso, dice B e -
al menos mentalmente, y continúe la ponga vino con un poquito de agua, si no se interrumpe sino como una
nedicto X I V (en el citado cap. 15,
Misa desde donde se hallaba; pero si ofrézcalo, y prosiga la Misa. Si lo hora, es un mismo sacrificio, y por
núm. S'; tanto, que la adoptó la rú-
el sacerdote lo advirtiese después de advierte después de la consagración, consiguiente bien puede el celebrante
brica del misal en tiempo de Clemen-
la consagración, y aun después de la pero antes de la sunción, vierta en un esperar ese tiempo para buscar la ma-
te V I I I ; y así, después de poner la
sunción de la hostia, pero antes de la vaso el licor, purifique el cáliz, ponga teria que le falta, y lo mismo puede
rúbrica antigua, añade: v Vel si Missa
sunción del sanguis, debe tomar otra vino con un poquito de agua en el cá- hacer el sacerdote para completar el
celebretur in loco publico, ubi plures
hostia, ofrecerla, saltem mentaliter, liz, y consagre, comenzando desde sacrificio de otro sacerdote que muere
aisint, ad evitandum scandalum, po-
consagrarla, comenzando desde las Simili modo, etc. después de haber consagrado, aunque
terit apponere vinum cum aqua, et
palabras Qui pridie quam pattretur, y sea una sola especie. Tamburino dice
4.
0
Si el sacerdote no advierte facta oblatione ut supra, consecrare, que bien puede otro sacerdote termi-
sumir inmediatamente las dos espe-
hasta después de la sunción que no et statim sumere, ac prosequi e s t e r a . » nar la Misa, aunque hubiesen pasado
cies consagradas, a u n cuando hubiese
había sido vino, sino agua ó vina- Esta es la conducta que, según Silvio siete horas; pero esta opinión es i m -
tomado ya la otra hostia que no era
gre, etc., lo que se había puesto en el (in 3 .
a111
part. D i v i Thomas, q. 80, ar- probable, como lo son algunas otras
de t r i g o ; porque la perfección del sa-
cáliz, ya lo advierta después de la sun- tículo 8), se puede seguir, después de de este, por otra parte, docto escri-
crificio, que es de derecho divino, pre-
ción de la hostia, ó ya después de la publicada la rúbrica en tiempo de tor. Si el celebrante muriese antes de
valece contra el precepto eclesiástico
sunción de la hostia y el cáliz, Santo Clemente V I I I . la consagración, no puede otro sacer-
del ayuno natural. Si no había sumi-
T o m á s dice que ha de tomar una nue- 2102. P. Si cuando advierte el dote continuar la Misa, porque no
do la primera hostia corrompida, ó
que no era de trigo, dice la rúbrica va hostia, poner vino en el cáliz con sacerdote que la hostia está corrom- hay necesidad.
que la suma el sacerdote después de la un poquito de agua, ofrecerlo todo, pida, ó no es de trigo, ó que en el cá-
sunción de las dos especies sacramen- consagrar las dos especies, comenzan- liz no hay vino de vid, se encontrase 2103. P. ¿Qué ha de hacer un
tales, ó que la dé á otro sacerdote para do desde Qui pridie quam paterelur, y con que no se puede hallar materia sacerdote si , estando celebrando,
que la suma, ó la conserve en un desde allí continuar de nuevo la Misa. apta, ¿qué debería hacer? ocurriese absolver á un moribundo y
lugar decente. E s t o último no con- L a razón es, porque, sumida ya la R. Si esto lo advierte antes de la no hubiese otro confesor?
viene hacerlo, si la hostia está corrom- hostia consagrada, no habría recto consagración, deje la Misa; si lo a d - R. Esta cuestión la trata Benedic-
pida, porque causará náuseas, ó algún orden si se consagrase el vino solo; vierte después de la consagración vá- to X I V en el lib. 3 De sacrificio Missa,
daño á la salud. porque, si se omitían los signos y d e - lida de una de las especies, se ha de cap. 15, núm. 15, y dice que es c o -
más desde la consagración á la sun- distinguir: si esperando un cuarto de mún la opinión del doctísimo S i l v i o
hora, ó media hora, se podía encon- (in .
3 part. Div. Thomae, q. 83,
a m
 o6 LIBRO VI. T R A T A D O
4
art. 3, queer. 3), el cua dice que aun
1
cuando el sacerdote hubiese consa-
grado ya, puede interrumpir notable-
mente la Misa « v e l ad baptizandum
infantem moribundum, vel ad exci-
piendam confessionem infirmi; quo-
rum ille alioquin sine baptismo, iste
sine sacramento PcenitentisB esset
moriturus;» y añade S i l v i o : « í d e m
judicium est, si Extremaunctio foret
administranda infirmo, qui aliud sa-
cramentum non potest recipere:»
«quae o m n i a , dice Benedicto X I V ,
cceteri omnes admiitunt.* E n este caso,
dice Quarti (Ad rubricas tnissalis, par-
te 2. , tít. 3, sect. 3 . , cap. 3), el ce-
a a
lebrante t'd.bere dili gentissime curare,
ut Sacramentum custodiatur, nisi for-
te consultum melius existimaverit,
IV
veces menor, otras mayor, unas veces
reservada, otras no reservada) im-
puesta contra los que comunicaban
con los notoiios percusores de cléri-
g o s , «cujus delictum nulla tergiver-
satione poterat celari, nec aliquo suf-
fragio excusan.» E n el día los n o t o -
rios percusores de clérigos, si no es-
tán excomulgados nomina'.iin a Papa,
no son vitandos. * H o y indudable-
mente lo son. (Santo Oficio 9 E n e -
ro 18S4). (Véase t i núm. 3261.) *
3.
0
Si alguna vez sucediese que
un excomulgado vitando asistiese á
la M i s a , he aquí lo que dice el d o c -
tísimo D o m i n g o Soto, cuya doctrina
abrazó Benedicto X I V {De iacrificio
Misses, lib. 3, cap. 1 5 , núm. 14), y es
doctrina común: «Quid si, dum s a -
DE LA EUCARISTÍA.
se, causase náusea al sacerdote el ha-
ber caído en el vino, se quitará éste,
se pondrá otro, se ofrecerá y se conti-
nuará la Misa.
Si se hubiese consagrado ya, hay
que distinguir: si la cosa que cayó en
el cáliz no fuese venenosa ni provoca-
se á v ó m i t o , he aquí lo que ordena la
rúbrica del misal: «Si post consecra-
tionem ceciderit musca vel aliquid si-
m i l e , et fiat nausea sacerdoti, extra-
hat e a m , et lavet cum v i n o ; finita
Missa, comburat, ac combustio ejus-
modi in sacrarium projiciatur. Si au-
tem non fuerit ei nausea, nec ullum
periculum timeat, sumat cum san-
guine. »
Por último, dice la rúbrica que si
después de la consagración «aliquod
407
tomar el cáliz consagrado en el que
hay veneno; y que los ejemplos que
cita San Gregorio Turonense (Histo-
ries, lib. 3, cap. 31) demiraripossumus
magis quam imitan: ñeque enim t e n -
tandus est Deus, multique sanctitate
prseclari viri, cum se vel in hostia, v e l
in cálice venenum suscepisse depre-
hendissent, ea, quas opus sunt. a d h i -
buere remedia.» ( V i d e Lupum ad Con-
cilium Florentinum sub Victore I I ,
tomo 4, primas editionis, I I I . )
Me alargaría demasiado si enume-
rase todos los casos y accidentes que
pueden ocurrir en la Misa, pero lo di-
cho me parece que es lo más necesa-
rio: lo demás puede verse en las rú-
bricas del misal; puede verse también
á Santo T o m á s (3. p., q. 83, art. 6).
a

illud in tabernáculo recludere , et
postquam redierit, Missam inde, ubi
eam intermiserat, repetere.» Si no
había consagrado el celebrante, debe
continuar la Misa cuando vuelva, si la
interrupción no es sino de una hora;
pero si la interrupción fuese mayor,
ha de volver á comenzar la Misa, por-
que no se reputaría un mismo sacri-
ficio, como dice San L i g o r i o .
Cuando el sacerdote no puso un
poquito de agua en el v i n o , si se
acuerda antes delaconsagración, debe
ponerla con el mayor disimulo que
pueda: si se acuerda después de la
consagración, no debe ni puede poner-
la, porque no quedaría consagrada el
cerdos celebrat, hujusmodi (vitandus)
excommunicatus ingrederetur e c c l e -
siam, faciendum esset? Respondetur,
cessandum esse quousque exeat: quod
si exire noluerit, expellatur sine scan-
dalo tamen et percussione; si tamen
id fieri non potuerit, et canon non
fuerit ineceptus, cessandum omnino.
I m m o forsan, ut Innocentius insinuat
in cap. Nuper, nisi consecratio inece-
pta fuerit, cessandum est, quia illic
incipit sacrificium. Facta autem con-
secratione, necesse est usque ad sum-
ptionem procederé , quia strictius
praeceptum est integritatis Sacramen-
ti, quam excommunicatos excluden-
di.» (In 4 Sent., dist. 22, q. 1 . , ar-
a
venenosum ceciderit in calicem, vel
quod provocaret vomitum, vinum con-
secratum reponendum est in alio cá-
lice, et aliud vinum cum aqua appo-
nendum denuo consecrandum, et fini-
ta Missa, sanguis repositus in panno
ligneo vel stuppa tandiu servetur,
doñee species vini fuerint desiccatae,
et tune stuppa comburatur, et c o m -
bustio in sacrarium projiciatur.»
Benedicto X I V , en el citado capí-
tulo 1 5 , núm. 1 2 , dice que sin espe-
cial revelación de Dios no se puede
E n cuanto á los defectos que pueden
ocurrir en la forma, se ha dicho lo
suficiente en el capítulo tercero, De la
Eucaristía como sacramento, y al fin
del mismo capítulo se dijo en qué
casos se debe repetir la forma. Bene-
dicto X I V encarga á los sacerdotes
que procuren instruirse en estos d e -
fectos que pueden ocurrir en la Misa;
y dice bien, porque, si no están p r e -
parados y prevenidos de antemano,
se hallarán turbados y perplejos cuan-
do les ocurran.

agua. tículo 4); y Benedicto X I V añade: TRATADO QUINTO

2104. P. ¿Qué conducta ha de
observar el sacerdote si, estando ce-
lebrando , entrase en la iglesia un
excomulgado vitando?
R. i . ° Si el excomulgado es tolera-
do, puede el sacerdote proseguir la
Misa, y aun invitarle á que la oiga,
porque la constitución de Martino V
Ad eviianda scandala, permitió á los
fieles comunicar, aun in sacris, con
los excomulgados tolerados.
2° L a constitución Apostolices Se-
dis de P í o I X , de 12 de Octubre
de 1869, quitó la excomunión (unas
« F a c t a autem communione, reliquum
Missas, si excommunicatus non abie-
rit, continuandum est in sacristía, aut
in alio decenti loco, ut cemmuniter
docent auctores.»
2105. P. ¿Qué ha de hacer el
sacerdote si cayese en el cáliz a'guna
cosa antes ó después de la consagra-
ción?
R. Si antes de la consagración ca-
yese en el vino alguna cosa no vene-
nosa, y no causase náusea al cele-
brante, se saca y se sigue la Misa: si
fuese venenosa, ó, aunque no lo fue-
Del s a c r a m e n t o de la P e n i t e n c i a .
2106. Antes de comenzar á tra- en el cual se contienen todas las cues-
tar de este Sacramento, me parece \ tiones prácticas de la T e o l o g í a moral.
conveniente transcribir las graves pa- ' i.° E l Santo Doctor, hablando de
labras del Doctor San L i g o r i o , para da importancia del estudio de este tra-
que los jóvenes estudiantes y todos tado, dice así: « A g g r e d i a m u r opus ad
los confesores nos persuadamos de la hunc tractatum de sacramento Pceni-
g r a v e obligación que tenemos de es- tentias exponendum, cui utique omni
tudiar con mucha atención este tra- sludio pres cesteris sedulo incumbendum,
tado del sacramento de la Penitencia, \ cum in ipso totius Theologias moralis
 4 o3 LIBRO VI. TRATADO
summa, et quasstiones magis ad pra-
xim spectantes contineantur.» ( L i b . 6,
n ú m . 426.)
2. Hablando después del modo
0
con que se ha de conducir el confesor
en la elección de opiniones, dice en
el mismo número: « A n t e omnia m o -
nitum velim confessarium, ut suas
agnoscat partes, nempe, judicis, patris,
et medid, ad munus suum aqua lance
exercendum: sicut enim nimia be-
nignitas iniquitatum fcmentum est,
sic nimia severitas fit pluribus via ad
desperationem... Qua de re sapienter
advertit S. Bonaventura: «Cavenda
»est conscientia nimis larga, et nimis
«stricta; nam prima generat piassum-
«ptionem , secunda desperationem,
«prima scepe salvat damnandum, se-
»cundacontra damnat salvandum.»
3. Comparando después los da-
0
ños que se siguen del abuso en seguir
opiniones demasiado rígidas ó dema-
siado anchas, confiesa San L i g o r i o
que es mucho mayor y más frecuente
el daño que han hecho á la Iglesia los
confesores laxistas, que los rigoristas.
H e aquí las palabras del Santo Doctor
en el lugar citado, hablando de los
muy rígidos: «Non modice animarum
saluti obsunt, qui per nimiam auste-
ritatem pcenitentes ita deterrent, ut
ipsi vel peccata sua reticeant, aut sic
arctati jugum disciplina? abjiciant,
laxisque habenis in vitiorum ccenum
miserabiliter deinde se immergant.»
Hablando de los confesores laxos,
dice así: «Non dubito, quin majori
quidem detrimento semperin Ecclesia
fuerint confessarii nimis indulgentes,
cum major hominum pars ad vitia
proni sint.»
2107. 4 0
San L i g o r i o pone una
excepción muy sabia y muy impor-
tante, en orden á no seguir en el con-
fesonario doctrinas severas. Dice que
cuando las opiniones benignas apar-
tan del pecado formal (único que es
ofensa de D i o s ) , el confesor, « i n
quantum licet, debet sequi sententias
benigniores; quando opiniones benigna
V.
\exponunt pcenitentem periculo peccati
formalis, tune confessarius sequi debet
opiniones rigidiores, quoniam istse in
hoc casu sunt magis pcenitentibus
salutares. Sanctus T h o m a s de V i l l a -
nova confessarios in hoc condescentes
vocat eos impie pios. Hasc eharitas
est contra charitatem.» (Praxis con-
fessarii, núm. 114.) E n el núm. 64
había dicho: « E t in hoc generaliter
a.dvertendum, quod ubi agitur de pe-
riculo peccati formalis, et praecise pec-
cati turpis, confessarius quanto magis
rigorem cum pcenitente adhibebit,
tanto magis ejus saluti proderit; et
tanto magis cum illo immanis erit,
quanto magis benignus erit in per-
mitiendo, ut Ule in occasione maneat,
aut se i m m i t t a t . »
H e querido hacer estas advertencias
para precaver á los jóvenes estudian-
tes contra algunos escritores moder-
nos ( p o c o s , afortunadamente), que
apartándose de las sanas, sólidas y
nada rígidas doctrinas de San L i g o r i o ,
ensanchan las opiniones morales has-
ta un punto que, si no se ataja en
tiempo, llegaremos dentro de algunos
años al laxismo del siglo X V I I , que
tantos daños causó á la Iglesia. Se
nota en algunos pocos autores un em-
peño en impugnar como severas las
opiniones de San L i g o r i o . ¡Cosa sin-
gular! Este Santo Doctor fué acusado
terriblemente de laxo, é impugnado
cruelmente como laxista cuando pu-
blicó su Teología Moral á mediados
del siglo pasado, y aún continuaba la
guerra contra el Santo á principios
dtl presente; pero algunos pocos le
impugnan ahora como rigorista. Las
Vindicias Alfonsianas, cuya lectura
recomiendo á todos los que deseen
instruirse sólidamente en las muchas
cuestiones más difíciles de la T e o l o -
gía moral y en t i sentido genuino de
las obras morales de San L i g o r i o ,
son, en mi humilde concepto, una de
las obras literarias más importantes
y más provechosas que se han publi-
cado en el presente siglo: la doctrina
DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 409
de San L i g o r i o queda vindicada v i c - la verdadera penitencia, de la cual se
toriosamente por sus sabios y dignos trata en este capítulo.
hijos. 2109. L a virtud de la penitencia
puede considerarse como acto ó como
hábito. Considerada como acto (pres-
De la penitencia como virtud, cindiendo del sacramento de la Peni-
tencia), se define: «Dolor perfectus de
peccatis, assumptus propter Deum
summe dilectum, cum proposito sa-
CAPÍTULO ÚNICO
tisfaciendi, et de esetero non peccan-
N O C I Ó N , N A T U R A L E Z A , É I N S T I T U C I Ó N d i . » Esta es la contrición perfecta,
D E L A P E N I T E N C I A COMO V I R T U D
único medio que tuvieron los pecado-
res para justificarse antes de que Je-
2108. L a palabra penitencia se sucristo instituyese el sacramento de
deriva de pcenitet, esto es, pcenam te- la Penitencia, y único que tienen
itere, en cuanto el hombre tiene pena, ahora los fieles para que se les per-
dolor, sentimiento y pesar de alguna donen los pecados mortales cuando
cosa. Otros dicen que se deriva de no pueden recibir el sacramento de la
pcenio (arcaísmo por punió), en cuanto, Penitencia, fuera de los casos en que
como dice el Padre San Agustín, per accidens se perdonan por los Sa-
cramentos de vivos con sola la con-
«homo semper punit in se ulciscendo
trición imperfecta. E s verdad que en
quod commisit peccando.»
la ley de gracia el pecador, al hacer
L a penitencia es diversa, según el
contrición perfecta, además del dolor
motivo que nos mueve á tener pena ó
propter Deum summe dilectum, ha de
sentimiento de alguna cosa. Unas ve-
tener propósito explícito, ó al menos
ces el dolor ó pena proviene de que
implícito, de confesarse á su tiempo,
quisiéramos que no hubiera sucedido
si le es posible.
una cosa buena ó mala, en la cual no
tuvimos parte; como el padre tiene Esta contrición lleva consigo la in-
pena por la muerte de su hijo, por el fusión de la gracia, de la caridad, de
incendio de su casa, etc. Otras veces la virtud de la penitencia, de todas
nos dolemos de una cosa mala que hi- las virtudes sobrenaturales, en fin, y
cimos deliberadamente, y en este sen- de los siete dones del Espíritu Santo:
tido dijo Cicerón: «Sapientis est nihil, así es que perdona todos los pecados
quod pcenitere possit, faceré.» Esta mortales.
pena ó dolor de una cosa que hicimos L a virtud de la penitencia, como
deliberadamente, á veces no tiene otro hábito, se define: «Habitus superna-
motivo que nosotros mismos: tal es la turalis infusus a Deo, inclinans v o -
pena del esclavo que tiene pena del luntatem ad detestationem proprii
mal que hizo , porque su amo le peccati, cum proposito emendationis
azota; y la que tuvo Esaú cuando et satisfactionis.»
vendió su primogenitura por un plato L a penitencia es virtud especial,
de lentejas. Esta penitencia es falsa, porque tiene un objeto propio y pecu-
y por esto dice San P a b l o , hablando liar, á saber, «operari ad destructionem
de Esaú: «Cupiens hasreditare bene- proprii peccati prateriti, in quantum
dictionem, reprobatus est: non enim est Dei offensa; quod non pertinet ad
invenit pcenitentiae locum, quamquam rationem alterius virtutis,» como dice
cum lacrymis inquisisseteam.» ( H e b . , Santo T o m á s ( 3 . p., q. 85, art 2).
a
cap. 12, v . 17.) Otras veces el h o m - N o es virtud teológica, porque su
bre tiene pena y dolor del pecado que objeto inmediato no es Dios, sino los
hizo, porque es contra Dios; y esta es actos humanos, con los cuales, d e -
 4io LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 411
testando las culpas, da satisfacción á satisfacer por otra por la pena del pe- do una nueva vida. 2. Detestación y
0
á peccatis retrahitur: quartus actus est
Dios y le desagravia: «sed Deus se cado perdonado en cuanto á la culpa, dolor intimo de los pecados cometi- motus spei, quo quis sub spe venia?
habet, sicut ille, ad quem est justi- pero la culpa no se puede perdonar dos. 3 . Propósito de dar satisfacción
0
consequendse a s s u m i t propositum
tia, )> como dice el Santo Doctor en el sino por la penitencia del que la co- por ellos. L o s luteranos y calvinistas emendandi: quintus actus est motus
lugar citado (ad 3 . ) .
u m
metió. dicen que para la verdadera penitencia charitatis, quo alicui peccatum dis-
L a virtud de la penitencia es parte Si se trata de la remisión de peca- basta que el pecador deje de pecar y plicst secundum seipsum, et non j a m
de la justicia conmutativa, como dice dos mortales, es necesario que la de- emprenda una nueva vida, sin necesi- propter supplícia: sextas actus est mo-
el Angélico Maestro (art. 4); porque testación sea, al menos implicile, uni- dad del dolor; pero este error está re- tus timoris filialis, quo propter reveren-
el hombre tiene el más sagrado de los versal, porque no se puede perdonar probado por el Tridentino, que dice tiam Dei aliquis emendam Deo v o -
deberes de rigurosa justicia conmuta- á una persona un pecado mortal sin así: «Declarat Sancta Synodus, hanc luntarius offert.» Hasta aquí Santo
tiva de servir á Dios, y por consi- que se le perdonen todos. H e aquí có- contritionem non solum cessationem Tomís.
guiente de desagraviarle y satisfacerle mo lo prueba Santo T o m á s : i . ° «Nul- a peccato, et vitas novas propositum, D e esta angélica doctrina se sigue
cuando le ofendió. E s verdad que no lum peccatum potest remitti sine gra- et inchoationem, sed veteris etiam que el acto de la verdadera penitencia
puede satisfacerle condignamente (sen tia. Omne peccatum mortale contra- odium continere... E t certe qui illos por parte del afecto del hombre, por
ad aqualitatem) por la ofensa; pero riatur gratias, et excludit eam. Unde Sanctorum clamores consideraverit: lo común, procede, como de primer im-
D i o s se contenta con que el hombre impossibile est quod unum peccatum « T i b i soli peccavi, et malum coram pulso, del temor servil, aunque el acto
haga lo que pueda, como dice Santo sine alio remittatur. 2° Non potest »te feci: laboravi in gemitu m e o . . . , » del temor filial es el próximo é i n m e -
T e m a s (art. 3 ad 2 . ) . P o r consi- esse veré pcenitens, qui de uno pceni-
um
et alios hujus generis, facile intelli- diato principio de donde procede la vir-
guiente, la virtud de la penitencia está ¡tet, et non de alio. Si enim displice get, eos ex vehementi quodam an- tud de la penitencia: «Peccatum prius
en la voluntad, cerno la justicia, d e j r e t ei illud peccatum quia est contra teactas vitas odio, et ingenii peccatorum incipit homini displicere, máxime pec-
la cual es parte, no subjetiva, sino Deum super omnia dilectum (quod re- detestatione manasse.» (Sess. 14, capí- catori, propter supplícia, quas respicit
potencia], porque no satisface á Dios, quiritur ad rationem veras pceniten- tulo 4, De pcenitentia.) timor servilis, quam propter Dei
secundum tzqualitatem , como se ha tiae), sequeretur, quod de ómnibus 2112. P. ¿Cuál es el orden de offensam vel peccati turpitudinem,
dicho. peccatis pceniteret» ( 3 . p., q. 86, ar-
a
los grados por donde el pecador llega quod p e r t i n e t a d e h a r i t a t e m ( a d i . ) ; »
um

2110. L a penitencia es virtud in- tículo 3). al término de su justificación por me- y aunque el primer temor se llama
fusa y sobrenatural, porque su último Se dice cum proposito emendationis, dio de la virtud de la penitencia? servil, es útil y prepara para la gracia,
acto es el temor filial, que está n e c e - porque el propósito de evitar las cul- R. Según la vía común y ordina- como lo definió e l T r i d e n t i n o (sess. 1 4 ,
sariamente junto con la gracia y con pas venideras está de tal manera uni- ria, son seis, según Santo T o m á s can. 5), y como lo prueba Santo T o -
la caridad, que son infusas y sobre- do con la verdadera penitencia de las (3 p., q. 85, art. 5), al que no sola-
a
más: «Ipse etiam motus timoris pro-
naturales . L a penitencia, secundum culpas pasadas, que no es posible que mente siguieron los teólogos, sino que cedit ex actu Dei convertentis cor:
quod est virtus, hace que el pecador ésta subsista sin aquél, y por esto dijo unde dicitur (Deuter., cap. 5, v. 2 9 ) :
el Tridentino confirmó su doctrina
aparte su voluntad de la criatura, que el Padre San Gregorio: «Pcenitentia «Quis det eos talem habere mentem
(sess. 6 . , cap. 6). Dice el Á n g e l de
a

era su último fin, y se convierta á est, mala prasterita plangere, et plan- »ut timeant me?» E t ideo, per hoc
las Escuelas que la penitencia, con
Dios, como á su último fin verdadero, genda iterum non committere.» quod pcenitentia a timore procedit,
(Ho- siderada como hábito (esto e s , en
amándole sobre todas las cosas, d o - mil. 34 in E v a n g . ) D e modo que, non excluditur quin procedat ex actu
cuanto es virtud sobrenatural), «im-
liéndose del desorden de su vida p a - como dice Santo T o m á s , la falta de Dei convertentis cor.» ( A d 3 . ) u m

mediate a D e o infunditur sine nobis

sada y proponiendo la enmienda. • No siempre suceden todos los seis
verdadero propósito es la causa de las principaliter operantibus, non tamen
actos que enumera Santo T o m á s : hay
E s t a conversión es obra del todo ¡ frecuentes recaídas sine nobis dispositive cooperantibus.»
conversiones que comienzan por la
superior á nuestras fuerzas naturales: Se añade et satisfactionis, porque el Nosotros cooperamos á nuestra con-
gratitud de los beneficios divinos, por
«Converte n o s , D o m i n e , ad te, et pecador, si está de verdad arrepentí- versión, pero ayudados y prevenidos
la representación de la bondad infini-
convertemur.» (Thren., cap. 5, v. 2 1 ) ' do, debe tener propósito, al menos por las gracias actuales sobrenaturales
ta ; hay conversiones instantáneas,
H e aquí la definición dogmática del implícito, de dar satisfacción, no sólo de D i o s . como la de San P e d r o , San Pablo y
Tridentino: « S i quis dixerit sine pras- á Dios, sino también muchas veces á En cuanto al orden de los actos con otros Santos; pero éstas son excep-
veniente Spiritus Sancti inspiratione los hombres, si los escandalizó, ó los que el pecador se convierte á una ver- ciones. Conviene que el confesor es-
atque ejus adjutorio hominem crede- ofendió y damnificó en sus intereses, dadera penitencia, el primer principio tudie el carácter del penitente, su
re, sperare, diligere, aut pcenitere pos- ó en su honor, fama, etc. es «Dei operado convertentis cor, se- instrucción, su estado de mayor ó
se sicut oportet , ut ei justificatio- 2111. P. ¿Cuántos actos se re- cundum illud ( T h r e n . , cap. 5, v . 21): menor endurecimiento en la culpa.
nis gratia conferatur , anaihema sit.» quieren para la verdadera penitencia «Converte nos, D o m i n e , ad te, et H a y pecadores de noble corazón, á
(Sess. 6 . , can. 3.)
a

ó contrición del pecador? «convertemur.» Secundas actus est mo los cuales se atrae mejor con la re-
Se dice ad detestationem proprii pec- R. T r e s : i . ° V o l v e r sobre si, reco- tus fidei: tertius est motus timoris presentación de los divinos beneficios,
cati, porque si bien una persona puede nociendo sus extravíos y emprendien- t e n ü i s , quo quis timore suppliciorum
 DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 4^
412 LIBRO VI. TRATADO V.
exactitud en su Teología Moral cuan- (ad i . ) : « A charitate derivatur aliquis
u m

de la bondad de Dios y de la hermo- R. T o d o s los hombres viadores que do dice: « E n la V i r g e n Santísima no actus dupliciter. U n o modo sicut ab
sura de la virtud, que con las amena- pueden pecar. D e aquí es que, como
hubo penitencia en acto, porque j a - ea elícitus: et talis actus virtuosus non
zas del castigo; pero comunmente, hábito, hubo virtud de penitencia en
más pecó; pero la hubo en hábito, requirit aliam virtutem préster charita-
como dice Santo T o m á s , el pecador todos los que recibieron la gracia san-
porque pudo pecar; y esto sólo bas- tem; sicut diligere bonum, gaudere
comienza á aborrecer sus culpas por tificante desde Adán, aun cuando no
taba para que tuviese miedo al pecado, de eo, et tristari de opposito.» L a San-
el temor del castigo (propter supplicia), tuviesen uso de razón; porque, al in-
se doliese de él, y lo detestase.» ( T r a t . V I , tísima Virgen aborrecía el pecado, te-
y acaba por aborrecerle, movido del fundirse la gracia, se infunden con punto 3, núm. 2 . ) En estas palabras nía displicencia de él por medio de la
temor filial, esto es, por el sentimien- ella los dones del Espíritu Santo, con hay una contradicción; porque si el caridad; se dolía de los pecados aje-
to de haber ofendido á Dios, Padre todas las virtudes teológicas y mo- hábito de la penitencia producía en nos, los detestaba por medio de la ca-
amoroso é infinitamente bueno. En rales. la Santísima Virgen miedo al pecado, rida l; pero en esto no tenía influencia
los ninivitas, que hicieron verdadera Se exceptúa solamente Jesucristo, dolor y detestación del pecado, sin el hábito de la virtud de la peniten-
p e n i t e n c i a , comenzó su conversión que era impecable: en cuanto Dios, duda alguna estos son actos del há- cia, la cual, puesta en aclo, «expellit
por el temor de los castigos con que como es claro; en cuanto hombre: bito de la penitencia. omne peccatum (proprium) effective,
los amenazaba el profeta Jonás, pero porque desde el primer instante in quantum operatur ad destructio-
También incurre en otra equivoca-
terminó por una perfecta contrición, de su concepción fué comprensor; nem peccati, prout est remissibile ex
ción el Sr. Sánchez en el mismo pun-
esto es, por íntimo dolor de la divina 2.°, porque la naturaleza humana, divina gratia, homine cooperante,»
to, núm. 5, cuando dice: « E n la pe-
ofensa. L a conversión del hijo pródi- unida hipostáticamente á la persona corno dice el A n g é l i c o Maestro en el
nitencia, como hábito, se detestan, no los
g o comenzó cuando reflexionó sobre del H i j o de Dios, era impecable in- mismo artículo (ad 3 . ) ; y como Ma-
pecados cometidos, sino los que se pue-
u m

las miserias á que le habían reducido trínsecamente: la razón es, porque, ría Santísima no tuvo pecado alguno,
den cometer. E n la penitencia, como
sus extravíos: « I n se reversus, dixit: como aetiones sunt suppossitorum, si todos sus actos de odio, displicencia,
acto, se detestan, no los pecados que
Quanti mercenarii in domo patris mei Jesucristo pudiera pecar, este defecto se pueden cometer, sino los que se dolor de los pecados ajenos, etc., eran
abundant panibus, ego autem hic fa- se atribuiría al H i j o de Dios. han cometido y a . » E n estas palabras elícitos por la caridad, y no por el há-
me pereo!» Después, reconociendo L a virtud de la penitencia, en cuan- hay un error filosófico; porque el há- bito de la penitencia. E l liíbito, en
que tenía un padre bondadoso, y arre- to al acto, la hubo en todos los que bito solo, separado de sus actos, tan fin, de la virtud de la penitencia en
pentido de haberle ofendido, lleno de pecaron, al menos venialmente. De sólo da aptitud á la potencia, prepa- la Santísima V i r g e n , y en Adán antee
confianza filial, con la más profunda las personas adultas, aunque hubo rándola y disponiéndola para poder del pecado, no prorrumpió en aeto di
humildad y dolor le dijo: « P a t e r , pec- algunos Santos que no pecaron mor- obrar con facilidad acerca de la ma- dolor, etc., sino que los preparaba,
cavi in coslum et coram t e ; j a m non talmente, tan sólo María Santísima teria que es su objeto especial. Si á una «ut sic essent animo dispositi, ut, si pec-
sum dignus vocari filius tuus.» tuvo el especial privilegio de ser exen- virtud se la pone obrando, ya no se la catum praecessisset, dolerent,» como
T o d o lo dicho hasta aquí de la v i r - ta de toda culpa original, mortal y considera como mero hábito, sino en dice Silvio en la exposición del cita-
tud de la penitencia, separada del sa-; venial: así es que en la Señora no
1
acto. Ahora bien; si el hábito de la do artículo de Santo T o m á s .
cramento de la Penitencia, se entien- hubo acto de penitencia, pero hubo penitencia en la Virgen la hacía d o -
E n los ángeles no hubo ni hay há-
de tan sólo cuando el pecador tiene el hábito, porque, absolutamente ha- lerse del pecado, y detestarlo, se se-
bito de penitencia: no en los buenos,
contrición perfecta, porque la atrición blando, era pecable, si bien, por un guiría que en la Señora hubo acto de
que fueron glorificados, porque no te-
sola no justifica sin el Sacramento, privilegio singular de Dios, fué impe- penitencia. L a razón es, porque la
nían pecado; y si bien antes de su
ni causa la gracia, ni, por consiguien- cable: no obstante, hay algunos teó- virtud de la penitencia, puesta en
confirmación en la gracia eran peca-
te, es virtud infusa y sobrenatural de logos, como dice Billuart, que niegan ejercicio, tan sólo tiene por objeto
bles, no podían cometer pecado que
la penitencia. L a razón es, porque el que la V i r g e n tuviese el hábito de la específico el dolor y detestación del
fuese remisible, como ahora se dirá.
que está en pecado mortal no puede virtud de la penitencia, fundados en pecado propio pasado, como dice San-
N o en los que antes eran buenos y
tener otras virtudes infusas que la fe que el hábito no se da cuando sus ac- to T o m á s : « I n pcenitentia invenitur
después se rebelaron, porque su pe-
y la esperanza, aunque muertas. L a tos son absolutamente imposibles , specialis ratio laudabilis, scilicet, ope-
cado era irremisible. L a razón es, por-
atrición es un acto bueno, saludable de cua'quier parte que venga la imposi- ran ad destructionem peccati prcsteriti,
que, como dice San Juan Damasceno
y sobrenatural: se puede llamar acto bilidad. in quantum est Dei offensa, quod non
(De Pide Orth., lib. 2, cap. 4): «Quod
•virtuoso, porque es efecto de los auxi- N o me parece fundada la anterior pertinet ad ra'ionem alterius virtutis»
est homini mors, hoc est angelis ca-
lios sobrenaturales de las gracias ac- opinión, porque el hábito de la virtud ( . p., q. 85, art. 2).
3
a

sus;» y, como dice Santo T o m á s : « F i -

tuales del Espíritu Santo, que dispo-
nen al pecador para la justificación;
pero no es virtud verdadera infusa de
la penitencia, porque no justifica.
2113. P. ¿Quién es el sujeto ca-
de la penitencia es perfección : así es nis hominis est mors sua; finís autem
Si se habla de la detestación ó del
que le conservan los bienaventurados angelí est terminus electionis sua?,
odio en general al pecado, ó de la dis-
en la gloria, donde son impecables. qua bono adhassit vel malo. Unde si-
plicencia de él, esto pertenece á la ca-
( V é a s e á Santo T o m á s , in 4 Senl., cut homines post mortem in bono
ridad, no á la virtud de la peniten-
dist. 14, q. i . , art. 3, sol. 3.") confirmantur vel in malo, ita et ange-
cia; porque como dice Santo T o m á s
a

paz de la virtud de la penitencia? ¡ E l Sr. Sánchez no se expresa con

4 i4 LIBRO VI. T R A T A D O
li post conversionem vel aversionem.»
(In 2 Sent., dist. 7 . , q. 1.*, art. 2, ha-
a
cia el fin del cuerpo del artículo.) E l
objeto material de la penitencia es el
pecado remisible por el arrepentimien-
to, como dice Santo T o m á s ; y como
los ángeles no se mueven de la d e -
terminación que una vez hicieron, se
sigue que « c u m materia pcenitentiae
(peccatum remissibile) non possit eis
competeré, non adest eis potentia
exeundi in actum; et ideo nec habitus
eis convenit; et ideo angelí susceptivi
pcenitentias virtutis esse non pos-
sunt.» ( I n 4 Sent., dist. 14, q. 1. ,
art. 3, sol. 4 . )
a
En los que se condenan tampoco
hay hábito de penitencia, porque es-
tán obstinados en el mal y despoja-
dos de todas las virtudes y de todos
los auxilios sobrenaturales. En los
Santos permanece el hábito de la pe-
nitencia; pero, como dice Santo T o -
más en el mismo artículo, sol. 3 . ,
«non hab.bit eumdem actum quem mine
habet sed alium, scilicet, gratias agere
D e o pro misericordia relaxante pec-
cata;» así como conservan la virtud
de la templanza, aunque no con los
mismos actos que en esta vida.
2114. P. ¿Cuándo obliga el acto
de contrición perfecta?
R. L a Iglesia no ha determinado
hasta ahora el tiempo en que per se
obliga el precepto de hacer acto de
contrición perfecta. L o s autores están
muy divididos en esta cuestión; pero
i.° Convienen comunmente en que,
fuera del artículo de la muerte, el que
está en pecado mortal cumple confe-
sándose con contrición imperfecta ,
porque se pone en gracia.
2.° Convienen también comun-
mente en que peca mortalmente el
que está en pecado mortal mucho tiem-
po, y no se convierte: i . ° Porque á lo
menos debe sub gravi confesarse una
vez cada año y comulgar en la Pas-
cua. 2. Hoc tamen, dice San L i g o r i o
0
(lib. 5, núm. 437, dubit. 1), est per se
loquendo, sed per accidens puto nullo
V.
modo excusari a mortali qui, existens
in mortali per notabile tempus, differ-
ret pcenitentiam ; tum quia pecca-
ret contra prasceptum charitatis ergo,
Deum, quod saltem pluries in anno
quemcumque obstringit, juxta dicta
(lib. 2, núm. 8); tum quia peccaret
contra charitatem erga seipsum, cum
se exponeret próximo periculo nova-
rum culparum, tentationibus succum-
bendo: ratio, patet ex eo quod docet
Divus T h o m a s i . 2 . * , q. 109, art. ó'
a
(quem sequuntur Gonet et Ronci-
g l i a ) , ubi ait: Sine gratia justificante,
a
quod diu ( h o m o ) maneat absque pec-
cato mortali , esse non potest. Un !e
et Gregorius dicit (super E z e c h . ,
homil. 12), quod peccatum quod mox
per pcenitentiam non deletur, suo
pondere ad aliud trahit.»
L a sólida razón que da Santo T o -
más en el m i s m o lugar para probar
que el pecador, si no se convierte
a
pronto , cae en otros pecados mor-
tales, es la siguiente: «In repentinis
homo operatur secundum finem prcecon-
ceplum el secundum habitum pr&existcn-
tem, ut Philosophus dicit in 3 Ethic,
cap. 8; quamvis ex pr<z/ii;dUatione ra-
tionis homo possit aliquid agere pr;e-
ter ordinem finís prasconcepti, et pnc-
ter inclinationem habitus: sed quia
homo non potest semper esse in tali
prcsmedilatione, non potest contingere ut
diu permaneat quin operetur secun-
dum convenientíam ( v e l consequen-
tiam, según otras ediciones) volunta-
tis deordinatse a D e o , nisi cito per
gratiam ad debitum ordinem repare-
tur.» Por último, la dilación de la
penitencia trae consigo el peligro de
eterna condenación, como dice el Es-
píritu Santo: « N o n tardes convertí ad
D e u m , et ne difieras de die in diem:
súbito enim veniet ira illius, et in tem-
pore vindictas disperdet t e . » (Ecle-
siástico, cap. 5, versículos 8 y 9);
cuyas palabras contienen precepto,
según graves autores.
E n vista de estas razones podero-
sas, San L i g o r i o concluye diciendo
DEL SACRAMENTO
que le parece ancha la opinión de los
Salmaticenses, L u g o , Layman y otros
que entienden por tiempo notable
el espacio de un año; porque dilatan-
do tanto tiempo el salir del pecado
mortal, no podría cumplir el precepto
de hacer actos de caridad, que, según
el Santo, obliga sub gravi cada mes,
ó al menos, según la sentencia co-
mún, sxpe in anno (Homo apostólicas,
tract. I V , núm. 13); pero añade en el
lib. 6, núm. 437: « N o n negó tamen
quod peccatores, praasertim rudes, ab
hoc peccato dilatas pcenitentias ob in-
advertentiam ut plurimum, immo fere
semper excusari possunt.»
r
2115. P. ¿Hay precepto de hacer
acto de contrición en el artículo de la
muerte?
R. Respecto de aquel que está en
pecado mortal y no tiene copia de con-
fesor, es manifiesto que está obligado
á la contrición, no sólo en el artículo,
sino también en el peligro de muerte;
la cuestión es sobre si el que se con-
fesó bien con atrición sobrenatural en
el artículo de la muerte, está obliga-
do adán ís á hacer acto de contrición.
Graves autores dicen que no, porque
es moralmente cierto que el moribun-
do está justificado, y así está en su
derecho siguiendo lo seguro; esta opi-
nión la siguen L u g o , los Salmaticen-
ses y otros muchos. P e r o Suárez,
Sánchez, Cóncina, Bonacina, Valen-
cia y otros dicen que el moribundo
debe hacer contrición perfecta; por-
que en tan solemnes momentos, de
que depende la salvación, se ha de
buscar lo muy seguro. T a l vez la con-
fesión fué mala por cualquier defecto;
tal vez no está el moribundo bautiza-
do por cualquier descuido del bauti-
zante; por último, hay precepto grave
de hacer acto de caridad en aquella
hora, y éste no se puede hacer si ocu-
rre la memoria de algún pecado, si
no se hace al mismo tiempo contri-
ción, como opina San L i g o r i o , lib. 6,
núm. 437, dubit. 2. E l Santo dice
que las dos opiniones son probables,
DE LA PENITENCIA. 4i5
pero que la de Suárez y Cóncina
«omnino est consulenda, cum agatur
de summo salutis negotio, cujus pe-
riculum est irreparabile. I m m o (nóte-
se bien) dico, omnino sequendam ab eo
qui esset in actuali articulo mortis;
tune enim quisque tenetur elicere
actum charitatis (ut tenendum cum
Suárez , H o l z m . , et Spor. cum
March, etc.), cui nemo potest satis-
facere, si, oceurrente memoria peccati,
ex eodem charitatis motivo peccatum
non detestetur.»
Aquí tan sólo advertiré tres cosas:
i . Que me adhiero á la opinión de
a
San L i g o r i o ; pero como los fieles en-
fermos casi siempre, después de c o n -
fesarse bien, ignoran invenciblemente
la obligación de hacer actos de contri-
ción y de caridad, á los párrocos y
confesores toca excitarlos á que hagan
esos actos.
E l P. Gury (edición de Barcelona,
de 1863, tom. 2, núm. 145), hablan-
do de esta cuestión, dice así: « U l e
qui in articulo mortis suscipit sacra-
mentum Pcenitentiae, i . ° , non vide-
tur teneri ad actum contritionis ex-
plicitum, cum moraliter certus sit se
fuisse justificatum per solam attritio-
nem cum Sacramento; ita L u g o et
alii communiter contra plures; 2. , te-
0
netur autem, juxta communem senlen-
tiam, elicere actum charitatis perfec-
tas, cujus prasceptum urget in primis
in articulo mortis. In praxi autem se n -
per moribundi excitandi sunt, quan-
tum fieri potest, tum ad actum c h a -
ritatis, tum ad actum contritionis.»
(S. Ligorius, lib. 6, núm. 447.)
E l P. Gury da á entender en estas
palabras que San L i g o r i o dice lo q ie
le atribuye; pero hay grande diferen-
cia. San L i g o r i o dice expresamente
que aunque las dos opiniones son pro-
bables, pero que, cuando el enfermo
se encuentra ya in actuali articulo mor-
tis, omnino sequend.i est la opinión de
los que dicen que debe hacer acto de
contrición, aunque se haya confesado
con atrición sobrenatural. E l P. Gury,
 i6 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
4
417
en sus últimas ediciones, varió nota- 2116. L a contrición perfecta obli-
pero como Sacramento fué instituida mentum, pro fidelibus, quoties post
blemente lo que había dicho en las ga per accideus al que está en pecado por Jesucristo. baptismum in peccata labuntur, ipsi
anteriores; pues hablando de la obli- mortal, si tiene que recibir Sacra- 2. L a penitencia, c o m o virtud,
0
Deo reconciliandis, a Christo D o m i n o
gación de hacer acto de caridad en la mento de vivos, ó tiene que adminis- no justifica sin la contrición perfecta; institutum. anathema sit.»
hora de la muerte, en las últimas trar algún Sicramento, ó ejercer mi- como Sacramento basta la contrición 2120. P. E l sacramento de la P e -
ediciones dice así: «2.° Tenetur autem nisterio sagrado que exija estar en inperfecta, ó sea la atrición sobrena- nitencia ¿es secunda post naufragium
juxta quosdtim, qui dicunt praeceptum gracia, ó insta algún precepto que nc tural. tabula, y por consiguiente distinto
charitatis perfecta; urgere in primis se pueda cumplir en pecado mortal, 3. L a penitencia, como virtud,
0
realmente del sacramento del Bautis-
in articulo mortis.» D e modo que lo como sucede con el precepto de hacer es causa de la gracia por modo de mo, al cual llama la Iglesia prima tá-
que en la edición de Barcelona había actos de caridad, ó se ve tan acosado disposición ex opere operantis; pero bida post naufragium?
seguido como sentencia propia, adhi- de tentaciones en materia grave, q;e como Sacramento causa la gracia efi- R. H e aquí la definición dogmática
riéndose á la sentencia ccmún, después con fundamento teme caer en ellas si cientemente, como causa instrumen- del T r i d e n t i n o , en la ses. 14, can. 2:
lo cita como opinión ajena; y la que no se confiesa ó hace acto de contri- tal, ex opere operato. «Si quis , sacramenta confundens,
llamaba antes opinión común, des- ción perfecta. E n varias partes de esta 4.0
L a penitencia, como virtud, ipsum baptismum pcenitentice sacramen-
pués dice QUE es opinión de pocos: obra se ha dicho que el que falta ai fué necesaria al pecador en todas las tum esse dixerit, quasi hasc dúo sa-
«juxta quosdam, qui dicunt.» precepto per accidens. no peca con cramenta distincta non sint; atque ideo
edades del mundo, pues de todos los
E l P . Balleiini está mucho más nuevo pecado contra este precepto, pecadores hablaba Jesucristo cuando pcenitentiam non rede secundam post
ancho, mejor diré, inexacto; pues, sino contra aquel por cuyo motivo dijo: « N i s i pcenitentiam habueritis, naufragium tabulam appellari, ana-
hablando de la sentencia de San L i - obliga el motivo per accidens. (Véase omnes similiter peribitis » (Lucas , thema sit.»
gorio, que afirma (lib. 2, núm. 23) ser el núm. 2127.) cap. 13, v. 3); de modo que siempre 2121. P. ¿El sacramento de la P e -
doctrina común y probabilísima que el 2117. P. ¿Cuáles son los efectos
fué y es necesaria necessitate medii y nitencia tiene virtud para perdonar
enfermo en t i artículo de la muerte, de la penitencia como virtud? con necesidad de precepto natural y todos los pecados, si el penitente va
a u n cuando esté en gracia, debe hacer R. L o s efectos de la penitencia con las debidas disposiciones?
divino, que se reduce al primer p r e -
acto de caridad, Balleiini afirma con como virtud y de la penitencia como cepto del D e c á l o g o . L a penitencia, B. M o n t a n o , N o v a c i a n o , N o v a t o
todo magisterio que á favor de esta Sacramento, son los mismos en espe- como Sacramento, tan sólo es nece- y otros herejes dijeron que el sacra-
opinión del Santo ñeque ulla solida cie, con la diferencia de que el sacra- saria necessitate prcecepti divini et eccle- mento de la Penitencia no podía per-
ralio apparet, sive intrínseca, sive extrín- mento de la Penitencia los produce iiastici en la ley de gracia, y puede donar ciertos pecados muy graves:
seca; siendo así que San L i g o r i o , en ex opere operato, ó sea por la virtud suplirse por la contrición perfecta con sus discípulos dijeron que ningún pe-
el lugar citado, y las Vindicias Alfon- intrínseca del Sacramento, y así, cce- propósito de confesarse, si hay opor- cado grave cometido después del bau-
sianas, pág. 150, citan á favor de la teris paribus, más abundantes. A d e - tunidad. tismo podía ser perdonado por la I g l e -
opinión de San L i g o r i o (fundados en más, cada Sacramento produce gra-
5.0
L a penitencia, como S a c r a - sia (véase á Billuart, diss. 1. , De a

muy graves razones) á L a y m a n , B o - cia sacramental, la cual por ordenación mento, exige necesariamente mate- pcenitentia secundum quod est Sacramen-
nacina, Hurtado, Sporer, Marchan., divina, da derecho á ciertos auxilios ria, forma y ministro; pero como vir- tum, art. 1.) Jesucristo dijo á San P e -
Tourn., Antoine, Suárez, T o l e d o , Va- especiales que Dios concede á su tiem- tud nada de esto exige. dro y á los Sumos Pontífices, sus su-
lencia, Coninch., Filiucio, Trullench, po á los que los reciben dignamente, cesores : « E t quodcumque ligaveris
los Salmaticenses, H o l z m a n , W i - y que, cceteris paribus, no se conceden super terram, erit ligatum et in coelis,
gandt, Gotti, Ferraris, Charmes, E l - al que no recibe el Sacramento. En De la penitencia como Sacramento. et quodcumque solveris super terram,
bel, A m o r t , Ilsung, Reuter, Billuart, cuanto á los demás efectos comunes, erit solutum et in ccelis.» (Matth.,
Cárdenas, etc. O m i t o los textos de se dirá cuando se expresen los efectos cap. 16, v. 19.) Después dijo á los
estos autores y de otros, por no alar- de la penitencia como Sacramento. Apóstoles y á sus sucesores: « A m e n
garme demasiado. E l que quiera i n - 2118. P. ¿En qué se distingue CAPÍTULO PRIMERO dico v o b i s : qucecumque alligaveritis
formarse mejor, vea las Vindicias Al- la penitencia como virtud, de la peni- DE LA N A T U R A L E Z A , NECESIDAD É I N S - super terram, erunt ligata et in ccelo:
fonsianas en el lugar citado, y no p o - tencia como Sacramento? TITUCIÓN DEL SACRAMENTO DE LA
et qucecumque solveritis super terram,
drá menos de admirarse de que el R. i . ° E n su institución; como vir- erunt soluta et in ccelo.» (Matth.,
PENITENCIA.
P . Ballerini afirme que la opinión de tud existió desde la creación de Ad4n, cap. 18, v. 18.) Esta potestad que
San L i g o r i o no tiene á su favor razón á quien Dios la infundió como hábito tiene la Iglesia de perdonar á una per-
2119. P. ¿La confesión sacra-
alguna intrínseca ni extrínseca. Por des-, en el estado de la inocencia; y des- sona todos los pecados, no es para una
mental es verdadero Sacramento?
gracia, el P. Balleiini incurre muchas pués de su caída se justificó por el vez solamente, sino que cuantas v e -
R. E s dogma de fe, definido por el
veces en estas equivocaciones en las acto de la virtud de la penitencia, y lo ces reincida en los mismos pecados,
Tridentino (sess. 14, can. 1): « S i quis
notas que puso á las últimas edicio- mismo cuantos adultos pecadores se otras tantas veces le puede perdonar
dixerit in catholica Ecclesia pceniten-
nes de Gury. justificaron antes de la ley de gracia; la Iglesia, si se arrepiente sincera-
tiam non esse veré et proprie Sacra-
TOMO II. 2
7
4 i8 LIBRO VI. T ÜATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.

mente, como consta del citado can. i
del Tridentino: « P r o fidelibus, quoties
post baptismum in peccata labuntur,
ipsi Deo reconciliandis.»
2122. P. ¿Cómo se define el sa-
cramento de la Penitencia?
R. T i e n e dos definiciones: una físi-
ca, y otra metafísica. L a definición
metafísica es: «Sacramentum N o v a ;
L e g i s , institutum a Christo D o m i n o ,
eausativum gratiaa remissivce peccato-
•rum post baptismum commissorum,
vel in ipsius receptione.» L a física es:
«Actus pceniténtis sub proscripta ver-
borum forma a sacerdote habente po-
testatem prolata.» D e modo que este
Sacramento conviene con los demás
Sacramentos en haber sido instituido
terea (Sancta S y n o d u s ) , etsi contri-
tionem hanc aliquando charitate per-
fectam esse contingat, hominemque
D e o reconciliare priusquam hoc Sa-
cramentum actu suscipiatur; ipsam
nihilominus reconciliationem ipsi con-
tritioni, sine Sacramenti voto, quod in
illa includitur, non esse adscribendam.»
(Ses. 14, cap. 4.) N o obstante, creo,
con Billuart (De sacram. Prvnit..
diss. 1. , art. 4, § 2), que se justifica
a
el pecador que hace un acto de per-
fecta contrición, aunque no se acuer-
de de la confesión, ó por inadverten-
cia, ó por olvido natural, ó por i g n o -
rancia invencible. L a razón es, porque
el que hace un acto de contrición per-
fecta tiene propósito de cumplir todos
gorio (lib. 6 , núm. 663) dice que
Santo T o m á s fué de esta opinión
(in 4 Sent., dist. 1 7 , q. 3 . , art. 1,
a
quasstiunc. i . ) ; pero el Angélico, si
a
bien se mira,' tan sólo dice y prueba
que este precepto divino de la c o n f e -
sión es afirmativo, y que así, «proba-
bilis videtur eorum opinio qui dicunt,
quod non tenetur homo ad statim con-
fitendum, quamvis periculosum sit
differre.» (Habla del que está en peca-
do mortal.) Después dice que por el
canon Omnis utriusque sexus se manda
la confesión anual; pero que atendida
la naturaleza del precepto divino afir-
mativo, ante Ecclesia statutum etiam
minus debebatur. (Se entiende de de-
recho divino.) E n el Suplemento de
porque el Lateranense I V dice: «Sal-
tem semel in anno fideliter confiteatur;»
pero San Antonino, Cano, Medina,
L u g o , los Salmaticenses, con la opi-
nión común, dicen que no está obli-
gado, porque el Tridentino dice ex-
presamente que no obliga la confesión
de los veniales: « Venialia taceri citra
culpam posse.» San L i g o r i o dice que
esta opinión es cierta (veriorj. ( L i b . 6,
núm. 667.) E l Santo cita á Santo
T o m á s en favor de la primera opinión,
fundado en aquellas palabras del An-
gélico: « E x vi Sacramenti non tene-
tur aliquis venialia confiten, sed ex
institutione Ecclesia, quando non ha-
bet alia quas confiteatur.» (In 4 Sent.,
dist. 17, q. 3, art. 1, quasstiunc. 3 . a

por Jesucristo, y en causar la gracia los preceptos que le obligan; y así ad 3 u n l

) ; pero Santo T o m á s , á conti-
la 3 . p., q. 6, art. 3, dice así: « A d
a

ex opere operato; pero se distingue de tiene voto implícito de confesar des- nuación de las palabras que cita San
confessionem dupliciter obligamur.
los demás en su materia, forma y pués aquellos mismos pecados de que L i g o r i o , añade: «Velpotest dici secun-
Uno modo ex jure divino, ex hoc ipso
efectos. N i n g ú n otro Sacramento tie- hace contrición; y tal vez por esto dum quosdam , quod ex decretali
quod est medicina: et secundum hoc
ne por materia remota los pecados, ni mismo dijo el Concilio que el voto de prsedicta (omnis utriusque sexus) non
non omnes tenentur ad confessionem,
por materia próxima los actos del pe- la confesión se incluye en la contri- obligantur nisi illi qui habent peccata
sed illi tantum qui peccatum incur-
nitente, ni está instituido per modum ción perfecta: «Sine Sacramenti voto, mortalia (nótese bien), quod patet ex
runt mortale post baptismum.» E l
judicii. quod in illa (contritione) includitur.» eo quod dicit , quod debent omnia
Angélico no se contrae exclusivamen-
E n la ley de gracia, el que está en peccata confiten, quod de venialibus
2123. P. ¿Cómo es necesario el pecado mortal al hacer contrición, te al artículo de muerte, como opinan
«intelligi non potest, quia nullus om-
sacramento de la Penitencia? algunos autores.
debe proponer, si se acuerda, confe- »nia confiten potest; et.secundum hoc
R. H e aquí la definición dogmática sarse á su debido tiempo. Aunque el derecho divino no deter- »ille, qui non habet mortalia, non
del T r i d e n t i n o : «Si quis negaverit minó las veces que debe el hombre «tenetur» ad confessionem venialium,
confessionem sacramentalem vel insti- 2124. P. ¿Cuándo obliga el pre- confesarse en la vida, el Concilio La- sed sufficit ad prseceptum Ecclesias
tutam vel ad salutem necessariam esse cepto de la confesión? teranense I V impuso precepto grave implendum, ut se sacerdoti reprassen-
jure divino..., anathema s i t . » E s , R. P o r derecho divino obliga per se de confesarse una vez en el año á t o - tet, et se ostendat absque conscientia
pues, indudable que el sacramento de á todos los bautizados que pecaron dos los que pecaron mortalmente des- mortalis esse, et hoc ei pro confessione
la Penitencia, no sólo es de precepto mortalmente después del bautismo. pués del cumplimiento pascual del año reputatur.»
divino para todos los que pecaron E s indudable que les obliga en el ar- precedente. E l decreto dice así: « O m -
mortalmente después del bautismo, tículo ó peligro de muerte. Cuándo se nis utriusque sexus fidelis, postquam Debemos admirar la angélica com-
sino que el Tridentino enseña: i . ° Que ha de considerar que hay peligro de ad anuos discretionis pervenerit, omnia prensión de Santo T o m á s ; porque en
in re vel in voto es tan necesario para muerte, véase lo que se dijo en el nú- sua solus peccata, saltem semel in su tiempo graves autores, entre ellos
ellos como el bautismo á los no bau- mero 1891, cuando se trató de la obli- anno , fideliter confiteatur proprio el Seráfico Doctor San Buenaventura,
t i z a d o s : «Sacramentum Posnitentias gación de recibir la Eucaristía en sacerdoti, et injunctam poenitentiam juzgaron que el canon del Latera-
lapsis post baptismum ad salutem est igual caso de peligro de muerte. studeat pro viribus implere, alioquin nense I V , publicado en el año de 1215,
necessarium, ut nondum regeneratis 2125. P. ¿Obliga á los mismos et vivens ;;/; ingressu Ecclesias arcea- que imponía precepto de confesar cada
ipse baptismus.» (Ses. 14, cap. 2.) algunas veces en la vida? tur, et moricns christiana careat sepul- año, comprendía también á los que
2. 0
Se dice in re vel in voto, por- R. i . ° E s doctrina común que per tura.» (Ses. 1 5 , can. 8.) no tenían sino pecados veniales de
que en la ley de gracia, aunque la se no obliga inmediatamente después 2126. P. E l que no tiene sino aquel año; pero Santo T o m á s prueba
contrición perfecta justifica al peca- del pecado, porque el pecador puede pecados veniales, ¿está obligado á con- evidentemente (quod patet) que no
dor, pero es necesario que lleve en sí justificarse por la contrición perfecta. fesarlos para cumplir el precepto de podía entenderse de los que tan sólo
el voto explícito, ó al menos implíci- Fuera del peligro de muerte, según la confesión anual? tenían veniales. L a razón que alega
t o , del sacramento de la Penitencia, algunos autores, no obliga per se la R. San Buenaventura, Silvio y al- el Doctor Angélico es la misma y la
como dice el Tridentino: « D o c e t prse- confesión por precepto divino. San L i - gunos otros autores dijeron que sí, ! única que alegaron después San L i g o -
|20 LIBRO VI. TRATADO
r i o , Cayetano, C a n o , Medina, Suá-
rez, etc. Así es que S i l v i o , en el Su-
plemento de la 3 . p., art. 3, quczr. 1,
a
dice que Santo T o m á s se inclina á
esta opinión, etiamsi aliud videatur sen-
tire in corpore.
E n el día es doctrina corriente que
el que no tiene pecado mortal de aquel
año, no está obligado á la confesión,
ni tampoco á presentarse al confesor;
porque el canon Omnis utriusque sexus
no mudó lo mandado por derecho di-
v i n o (el cual no obliga á confesar sino
al que tiene pecado m o r t a l ) ; tan sólo
determinó la confesión anual para el
que pecó mortalmente en aquel año.
T a m p o c o fijó el tiempo pascual para
la confesión: el que cometió pecado
mortal, por ejemplo, en A g o s t o , y se
confesó entonces, ya cumplió el pre-
cepto de la confesión; y si» no peca
mortalmente después, puede, sin vol-
ver á confesarse, comulgar en la Pas-
cua. E s verdad que no revelaría mu-
cha humildad el q u e , no habiendo
confesado en todo el año, se acercase
á comulgar sin confesarse. E l T r i -
dentino alaba y recomienda la cos-
tumbre general que tienen los fieles
de confesarse en la Cuaresma; «Jam
in universa Ecclesia, cum ingenti ani-
marum fructu, observatur mos ille sa-
lutaris confitendi sacro illo et máxime
acceptabili tempore Quadragesimaa :
quem morem hasc Sancta Synodus
máxime probat, el amplecütur tamquam
pium, et mérito relinendum.it (Sess. 14,
cap. 5.)
E l precepto eclesiástico de la con-
fesión obliga quamprimum al sacer-
dote que, estando en pecado mortal y
no teniendo copia de confesor, cele-
bra urgente necessitate, absque pravia
confessione ( T r i d e n t i n o , sess. 13, ca-
pítulo 7.) (Véase lo que se dijo en el
núm. 1884.)
E l precepto divino de la confesión
obliga per accidens al que, estando en
pecado mortal, quiere comulgar: por-
que la Iglesia interpretó que el A p ó s -
tol hablaba de la confesión cuando,
V.
dirigiéndose á los que no estaban en
gracia y querían comulgar, dijo: « P r o -
bet autem seipsum homo, et sit de
pane illo edat» ( I ad Cor., cap. 1 1 ,
v. 28); y así lo declaró el Tridentino
en la sess. 13, can. 2.
2127. L a confesión obliga tam-
bién per accidens al que está en pecado
mortal; y, pareciéndole que no puede
excitarse á la contrición perfecta, *n¡
adquirir la contrición saltem prudente;-
existimatam (como dicen Billuart en el
tratado De Sacramentos en común,
diss. 5, art. 5, y el P. Moran en el nú
mero 2570, citando á V a l e n c i a ) , * ha
de administrar algún Sacramento o
ejercer algún ministerio que exige el
estado de gracia, ó recibir Sacramen-
to de vivos, ó (en el mismo caso) cum-
plir con la obligación de hacer actos
de caridad en los tiempos debidos.
T a m b i é n obliga per accidens al que co-
noce que no vencerá las tentaciones ó
no saldrá del pecado si no se confiesa;
porque, como dice Billuart en la di-
sertación citada (art. 3, § 1, dico 3,
De sacram. Pcenit.), «qui tenetur ad
finem, tenetur ad media quas finí adi-
piscendo existimat necessaria.»
Y a dije en otra parte que el que no
cumple un precepto que tan sólo obli-
ga per accidens, no comete nuevo peca-
do distinto. Por ejemplo: el lego que
comulga fuera del cumplimiento pas-
cual con conciencia de pecado mor-
tal, no comete un pecado mortal por-
que no se confesó, y otro distinto por-
que comulgó en mal estado, sino un
solo pecado de sacrilegio, porque co-
mulgó en pecado mortal: el que pre-
viendo con fundamento que sucumbe
á las gravísimas tentaciones que pa-
dece contra la castidad si no ora ó se
confiesa, no comete nuevo pecado por
faltar al precepto, que entonces le
obligaba per accidens, de la oración ó
confesión, y tan sólo peca contra la
castidad. L a razón es, porque cual-
quier virtud, no sólo nos manda que
no la violemos, sino también que la
defendamos y no la pongamos volun-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 421
{ariamente en peligro próximo de per- él en la primera confesión. Otra cosa
derla, como dicen comunmente los sería si antes del cumplimiento pas-
teólogos. Así es que pecaría m o r t a l - cual se hubiese confesado por d e v o -
mente contra la castidad el que ad- ción de solos veniales, y después c o -
vertidamente y sin causa se pusiese metiese mortal; en este caso debería
en peligro próximo de fornicación, sub gravi confesarse para cumplir con
a u n cuando por algún accidente no el precepto, como dice San L i g o r i o
fornicase después. (lib. 6, núm. 669), con la opinión
2128. P. E l que en la Pascua se común.
confiesa de solos veniales y no confe- 2129. P. E l que teniendo pecado
só un pecado mortal que tenía, ¿cum- mortal no cumple á su tiempo con el
ple con el precepto eclesiástico de la precepto de la confesión anual, ¿está
confesión anual? obligado á hacerlo quamprimum pueda
B. Si la confesión fué sacrilega buenamente?
por haber callado voluntariamente el R. V é a s e lo que se dijo en el nú-
pecado mortal ó por defecto grave- mero 1899 sobre los que no cumplen
mente culpable en el examen, no cum - con el precepto de la comunión p a s -
pie, porque sería sacrilega la confe- cual, y apliqúese á los que no cum-
sión, y el Papa Inocencio X I , en 2 de plen con el precepto de la confesión
Marzo de 1676, condenó la proposi- anual á su tiempo; con la sola dife-
ción siguiente (es la 54): «Qui facit rencia de que el precepto de la confe-
confessionem voluntarie nullam, sa- sión manda que ésta se haga saltem
tisfacit prascepto Ecclesi:e;» pues, co- semel in anno. San L i g o r i o tiene por
mo muy bien dice San L i g o r i o , con- más probable que debe confesarse
fessio nulla non est vera confessio. Si la quamprimum; porque el precepto anual
comunión se hizo en gracia, porque el «non est assignatum ab Ecclssia ad
olvido del pecado mortal fué inculpa- finiendam obligationem, sed ad eam
ble, hay dos opiniones: Suárez, L a y - solicitandam.» ( L i b . 6, números 297
man y otros dicen que debe volver á y 668.)
confesarse, porque la confesión de so- 2130. P. ¿Cuántos pecados co-
los veniales no fué adimpletiva del mete el que, teniendo muchas veces pro-
precepto anual; pero otros autores, porción de cumplir el precepto de la
dice Scavini (tomo 3, núm. 516, edi- confesión anual, lo dilata por mucho
ción de 1865), afirman que cumplió tiempo?
con el precepto anual: «quia, cum
R. Scavini se adhiere á la opinión
mortale sitremissum ob bonam fidem,
de los que dicen que s i , cuando se le
sola remanet obligatio illud submit-
ofrece la ocasión de confesarse, r e -
tendi clavibus Ecclesias, cum primum
nueva positivamente el propósito de
fiat confessio: sed proprie illud non
no confesarse, peca mortalmente to-
amplius est in anima.» C o m o los fie-
ties quoties renueva su perversa volun-
les no entienden de estas cuestiones,
tad; mas si tan sólo no aprovecha la
y creen generalmente con buena fe que
ocasión, no se multiplica el pecado,
confesándose bien y comulgando en
sino que comete uno nuevo cada año:
la Pascua á nada más están obligados
pero San L i g o r i o dice: «Dicunt Sylv.,
hasta el año siguiente, y o de manera
L a y m . , Valent., etc., unum peccatum
alguna me atrevería á obligar á vol-
committi continuatum; sed probabi-
ver á confesarse al que sólo confesase
liter dicunt Bonacina, Suarez, L u g o ,
veniales en el cumplimiento pascual,
V á z q u e z , etc., toties peccari, quoties
aunque después se acordase de uno
occasiones opportunas offeruntur; cum
mortal olvidado inculpablemente: tan
illud peccatum non perseveret in ali-
sólo le obligaría á que se acusase de
quo effectu, sed tantum in malo pro-
422 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 423

pósito , propter quod j a m multipli- plere illud, tenetur praevenire.» (Ho- do: procuraba ayudarlos al dolor, y precepto pascual en un año, hasta
cantur peccata, cum per longum tem- mo apostolicus, tract. X I I , núm. 35., los absolvía sub conditione; y según que se abre en el año siguiente; y
pus perduret.» (Homo apostolicus, Me parece sólida y convincente esta Scavini (tomo 3, núm. 357, edición como en esto hay variaciones, cada
tract. X I I , núm. 36.) razón, pues lo mismo sucede en otros de 1865), es opinión comunísima que, uno aténgase al plazo señalado en el
2131. P. E l quepor su culpa no preceptos semejantes; el que prevé cuando no se ha de aclarar dentro de lugar donde se halla.
cumplió en dos ó más años con el pre- que, si no comulga en la Semana San- breve tiempo si tienen uso de razón, L a confesión para el cumplimiento
cepto de la confesión anual, ¿cumple ta, no ha de poder después cumplir «pueros esse sub conditione absolven- del precepto anual de la confesión
con una sola confesión, hecha, por con el precepto de la comunión pas- dos, si non ex paschali prascepto, sal- puede hacerse en cualquier parroquia
ejemplo, en este año, con el precepto cual, debe hacerlo en la Semana San- tem ne forte diu maneant in peccato ó convento, y con cualquier confesor
de este año y de los años anteriores? ta; el que prevé que, si no oye Alisa el mortali: Croix, L a y m a n , Mazzotta, secular ó regular, aprobado por el Or-
R. Unos dicen que sí y otros que domingo á las siete de la mañana, no Sporer, aliique communissime;» y yo dinario del lugar donde se oye la con-
no; pero San L i g o r i o (Homo apostoli- ha de poder oiría después, debe oir la añadiría que los niños en tan tierna fesión. N o se necesita la licencia del
cus, tract. X I I , núm. 37, y lib. 6, nú- Misa de las siete de la mañana. L u e - edad están expuestos á enfermedades párroco; tanto que Scavini (en el
mero 669) tiene por cosa cierta (verior go a pari en el caso puesto de la con- peligrosas y violentas, que pasan i n - t o m o 3, núm. 359, edición de 1865),
sententia), con Castropalao, V i v a , fesión. advertidas, y no acudiendo á tiempo, después de haber probado con la de-
Hurtado, los Salmaticenses y otros, mueren sin confesión. finición de tres Papas (Alejandro I V ,
2133. P . Puesto que el Latera -
que se debe distinguir: si en la confe- nense dice que todo fiel debe confe- Scavini, en el lugar citado, añade Juan X X I I y Clemente V I I I ) que por
sión de este año confiesa pecados sarse postquam ad anuos discretionis per- sabiamente: «Graviter errant confessa- propio sacerdote para cumplir el pre-
mortales de los años pasados y del venerit, ¿en qué edad comienza á obli- rii qui sibi commissos pueros num- cepto pascual de la confesión no se
presente, cumple con una sola confe- gar este precepto? quam ante primas communionis asta- entiende solamente el propio párroco,
sión; pero si en la confesión de este tem absolvere volunt: alia est enim sino cualquier confesor aprobado por
R. T e n g o por notablemente más pro-
año confiesa mortales del año ó años discretio quas requiritur ad confes- el Ordinario de la diócesis donde se
bable que este precepto eclesiástico
pasados, pero del año presente con- sionem, et alia quas ad communío- confiesa, añade en una nota: « I m o
de la confesión anual obliga á los ni-
fiesa tan sólo veniales, si después c o - n e m . » A d e m á s , la absolución es de S. Congreg. Episcoporum, anno 1554
ños, si consta que pecaron mortal-
metiese alguno mortal en este mismo suma necesidad para los niños que declaravit quod, si Episcopus juberet,
mente, aunque no hubiesen cumplido
año, debería volver á confesarse; por- pecaron mortalmente: i . ° Por la gran ne quis confessiones audiret sine li-
siete años. E l Lateranense no señala
que la confesión de solos veniales del dificultad de que, en caso de enferme- centia curati, talis decreti nulla ha-
[edad, sino que dice: « O m n i s utrius-
año presente no fué adimpletiva del dad v i o l e n t a , sepan hacer contri- benda sit ratio.» L a razón es, porque
Jque sexus fidelis, postquam ad annos
precepto de la confesión anual. E l ción. 2 . Porque en las enfermedades el Obispo no puede mudar las d e c i -
discretionis pervenerit.» Por lo tanto, 0

Santo da la poderosa razón siguiente: de los niños suele haber descuidos siones del Papa.
cuando consta qne un niño pecó mor-
«Communiter enim docent doctores, graves en llamar al confesor por no
talmente por haberse adelantado el 2 1 3 5 . Antes de concluir esta ma-
et m é r i t o , quod si quis confitetur sola conocerse el peligro en que se hallan,
uso de la razón antes de cumplir- teria del precepto de la confesión,
venialia in principio anni, et ante aparte del temor mal entendido de los
siete años, San L i g o r i o dice que pro- conviene tratar del precepto grave
finem committit mortale, tenetur illud padres de no afligir á los hijos, y de
culdubio teneretur (Homo apostolicus, impuesto á los médicos por Inocen-
intra illum annum confiten . » Me los médicos por no afligir á la fami-
tract. I I , núm. 37), porque este niño cio I I I (in cap. Cum infirmitas, 1 3 ,
agrada en todas sus partes la opinión lia; y así conviene absolverlos, cuando
tiene verdadera discreción y discerni- de pcenit. et remiss.), y confirmado por
del Santo Doctor. se confiesan en salud.
miento para conocer el bien y el mal, San Pío V in motu proprio que empie-
2132. P . E l que pecó mortal- y capacidad para conocer lo que es 2134. P. ¿En qué tiempo se ha za: Super gregem, publicado en 1566.
mente al principio de este año, ¿esta- pecado mortal. Cuando se duda posi- de cumplir el precepto de la confesión E l decreto de San P í o V dice así: « N e
rá obligado á confesarse luego si pre- tivamente si tiene uso de razón, dice anual? medicus incipiat curare infirmum,
vé que, no haciéndolo entonces, no ha el Santo que, si no cumplió siete años, R. E l Lateranense señaló para la nisi eum moneat de confessione fa-
de tener en todo aquel año otra opor- se presume que no le tiene. L a razón confesión el espacio de todo un año: cienda, nec ultra tres dies eum invi-
tunidad de confesarse? es, porque en caso de duda se ha de «saltem semel in auno;» y aunque,per sat, nisi scripto confessarii resciat
R. H o l z m a n dice que no; pero San atender á lo que ut in pluribus cou- se loquendo, el año se habría de contar eum esse confessum. E t ut medici,
L i g o r i o , siguiendo á L u g o , etc., dice tingit. desde Enero á Diciembre, pero, como antequam doctoratus gradum a s s u -
que debe confesarse antes que se im- dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 662), mant, jurent se hoc prasceptum ob-
Prescindiendo de si á ciertos niños
es doctrina corriente que el año se servaturos, et Ordinarii illos non ad-
posibilite para hacerlo: «quia cum iste obliga ó no el precepto de la confe-
cuenta de Pascua á Pascua, porque mittant in suis dioscesibus, nisi conr>-
j a m peccaverit mortaliter (in prassenti sión, y o , cuando los he hallado ins-
esta es la costumbre general de la titerit de hoc juramento.»
a n n o ) , j a m contraxit obligationem truidos, con pecados graves, al menos
confitendi in illo anno; quare, si prae- materiales, y dudaba si tenían uso de Iglesia; mejor diré que se cuenta des- San L i g o r i o trata lata y erudita-
videt quod postea non possit a d i m - razón, por esto solo no me he deteni- de que se abre el cumplimiento del mente sobre la interpretación de es-
 424 LIBRO
tos decretos (lib. 6, n ú m . 664), y
después de referir varias opiniones,
siguiendo á graves autores, resuelve
la cuestión del modo siguiente, al que
VI. TRATADO V.
cia en materias religiosas, ó por res-
petos humanos, no avisan la necesi-
dad de la confesión hasta que el e n -
fermo ya no puede confesarse. San
DEL SACRAMENTO
no eran sacerdotes. Aunque la I g l e -
sia, iluminada por el Espíritu Santo,
en la ordenación de los presbíteros
les da la potestad de perdonar los pe-
DE LA PENITENCIA.
así los pecados que borra la penitencia
se pueden llamar su materia, según
comparación del Catecismo R o m a n o
(p. 2 . , De sacram. Pcenit,, núm. 14).
a

en un todo me adhiero:
i.° E l médico cumple con avisar
por medio de otros al enfermo, que su
enfermedad exige que se confiese.
2.0
Que para cerciorarse el médi-
co de que el enfermo se confesó, no
es necesario el escrito del confesor;
basta que se lo aseguren personas
fidedignas.
3. 0
Si después de avisado el en-
fermo, éste se obstinase en no confe-
sarse y hubiese para él peligro de
muerte, si el médico le abandonase,
entonces el médico puede continuar
curándole; porque, como dicen Caye-
tano, Navarro, Suárez, L u g o , Cónci-
na y otros, estos decretos no son con-
trarios á la caridad, la cual, en cuan-
to es posible, favorece también á los
obstinados: y Benedicto X I V ( N o t i -
fic. 22, núm. 17) afirma que esta es
la común sentencia de los teólogos y
de los canonistas.
Aunque los decretos pontificios, en-
tendidos según su literal contexto y
según la opinión más probable, no
sólo hablan de las enfermedades mor-
tales de presente, sino también cuan-
do hay peligro de que puedan hacerse
mortales; pero como, según Cayeta-
no, Victoria, Sánchez, los Salmati-
censes, Cóncina y otros, los decretos
pontificios no obligan sino según fue-
ron aceptados por el uso común (se-
cundum quod sunt usu recepta), de aquí
es que, según los citados autores, los
expresados decretos y el juramento
no obligan en España, en donde, ó
no fueron recibidos, ó fueron abro-
gados.
. San L i g o r i o añade: « I d e m q u e tes-
tatur M a z z o t t a , loquens de nostro
L i g o r i o exclama con razón: «Utinam
constitutiones prseiictae observaren-
tur! Quot infirmi damnationem vita-
rent, qui ob medicorum oscitantiam
confessionem procrastinando, aut in-
confessi aut male confessi disce-
dunt!» Muchos males pueden evitar
los párrocos si reclaman de los médi-
cos (con energía prudente) cuando o b -
servan que descuidan su deber; avi-
sando también desde el pulpito á las
familias que no sean morosas en dar
parte al párroco cuando tengan enfer-
mos graves, por más que el médico
no ordene que se confiesen. E s t o mis-
mo debemos hacer los predicadores
cuando se ofrezca la ocasión, espe-
cialmente cuando hay mucho concur-
so que asista al sermón.
* Prescindiendo de los decretos
pontificios de que se hace mención en
el texto, los médicos están estricta-
mente obligados á avisar al enfermo,
ó bien á alguno de los parientes, la
necesidad en que se halla el doliente
de confesarse siempre que la enfer-
medad sea peligrosa. *
2136. P . ¿Cuándo fué instituí-
do el sacramento de la Penitencia?
R. E l Tridentino lo declaró en las
siguientes palabras (sess. 14, cap. 1,
De Pcenit.): nDominus sacramentum
Pcenitentice tune pracipue instituit,
cum a mortuis excitatus, insufflavit
in discípulos suos, dicens: «Accipite
Spiritum Sanctum: quorum remiseri-
tis peccata, remittuntur eis; et quo-
rum retinueritis, retenta sunt.»
(Joann., cap. 20, vers. 22 y 23.) El
Tridentino dice: Tune precipite insti-
tuit, porque, como dice Billuart (De
sacram. Pcenit., diss. i . , art. 4, § 1),
a
cados, Jesucristo, por varias causas
que omito por brevedad, cuando or-
denó de sacerdotes á los Apóstoles en
la noche de la Cena, les dio potestad
sobre su sagrado cuerpo natural y
físico, pero hasta después de resuci-
tado no les dio potestad para perdo-
nar los pecados á los fieles, que son
el cuerpo místico de Jesucristo, como
dice Billuart.
Sobre esta cuestión dice Santo T o -
más que si bien Jesucristo en el ca-
pítulo 16 de San Mateo, v. 19, deter-
minó el oficio y potestad de los sacer-
dotes, pero que como la eficacia y
virtud del sacramento de la Peniten-
cia provienen de la pasión y resurrec-
ción de Jesucristo, por esto no la ma-
nifestó á los Apóstoles hasta después
de su resurrección: «Efficaciam hu-
jus sacramenti (Pcenitentia?) et ori-
ginem virtutis ejus manifestavit post
resurrectionem (Lucae, cap. ult., ver-
sículo 47), ubi dixit, quod oportet
prerdicare in nomine ejus pcenitentiam el
remissionem peccatorum in omnes gentes,
praemisso de passione et resurrectio-
ne: ex virtute enim nominis Jesu
Christi patientis et resurgentis hoc
Sacramentum efficaciam habet in r e -
missionem peccatorum» (3." p., q. 84,
art. 7.)
CAPÍTULO II
DE LA MATERIA REMOTA DEL
SACRAMENTO DE LA P E N I T E N C I A añadir los autores que también per-
2137. E n el sacramento de la dos mortales cometidos in ipsius ba-
Penitencia hay materia remota y ma- ptismi receptione;. pero esto se ha de
A esta materia remota suelen llamar
los teólogos materia externa ó circa
quam, á diferencia de la materia pró-
xima, la cual es parte esencial del Sa-
cramento, y , por lo tanto, parte inter-
na «ex qua conficitur Sacramentum.»
P . ¿Qué pecados son materia r e -
mota de este Sacramento?
R. i . ° E l pecado original no es
materia remota de este Sacramento;
porque, como dice Santo T o m á s ,
aproprie dicimur pcenitere de his, quae
nostra volúntate commisimus...; et
peccatum origínale non est nostra vo-
lúntate peractum.» T a m p o c o son ma-
teria válida remota de este Sacramen-
to los pecados actuales cometidos
antes del bautismo, porque éstos se
perdonan por el bautismo. L a razón
es, porque, antes de recibir este Sacra-
mento, ninguno es subdito de la I g l e -
sia, y así ésta no tiene potestad sobre
los no bautizados: por el Tridentino
declaró que el Sacramento de la Peni-
tencia fué instituido «ad reconcilian-
dos fideles post baptismum lapsos. »
(Sess. 14, cap. 2.)
2.° H a y materia remota necesaria
y voluntaria. L a materia necesaria
son los pecados mortales cometidos
después del bautismo; porque, como
dice Santo T o m á s en el lugar citado,
«ad deletionem peccati mortalis hoc
sacramentum (Pcenitentiaa) est princi-
paliter institutum;» y lo mismo dice el
Tridentino: « A d reconciliandos fide-
les post baptismum lapsos.» Suelen
tenecen á este Sacramento los peca-

teria próxima. L a materia remota de entender sólo en el caso de que se

regno (Ñapóles), dum ait juramentum
S. P i i V ex usu recepto (ut etiam
mihi constat) tantum in morbis peri-
en el cap. 18 de San Mateo, v . 18.
este Sacramento son los pecados, non consumase ó continuase su comisión
prometió á los Apóstoles la potestad
acceptanda, sed detestanda et destruenda, después de terminada la forma del
de perdonar los pecados cuando les
como dice Santo T o m á s ( 3 . p., q. 88, bautismo, porque de otro modo no
a

culosis o b s e r v a n . » L a desgracia es dijo: «Quezcumque solveritis,» etc.;

art. 2): así como decimos que la leña pertenecen á la materia del sacramen-
que muchos médicos, ó por indiferen- pero no se la dio entonces, porque aún to de la Penitencia.
que el fuego consume es su materia,
426 LIBRO VI. TRATADO
3. 0
L a materia voluntaria, aun-
que suficiente, de este Sacramento
son los pecados v e n i a l e s ; porque,
como queda dicho, no hay obligación
de confesarlos, y este Sacramento,
como dice Santo T o m á s en el lugar
citado, no fué instituido principalmen-
te para perdonar los veniales. T a m -
bién son materia voluntaria, aunque
suficiente, del sacramento de la Peni-
tencia los pecados mortales que fue-
ron ya absueltos airéete y perdonados.
L a s graves cuestiones que hay sobre
esta materia se tratarán cuando se
hable de la confesión.
2138. P . ¿Cuál es la materia
próxima del sacramento de la P e n i -
tencia?
R. Son los tres actos del penitente:
coráis contritio, oris coufessio, et operis
satisfactio. H e aquí la definición dog-
mática del Tridentino: «Si quis nega-
verit ad integram et perfectam pecca-
torum remissionem requiri tres actus
in pcenitente, quasi materiam sacra-
menti Pcenitentia;, videlicet, contri-
tionem, confessionem, et satisfactio-
n e m , qua; tres partes pcenitentise di-
cuntur..., anathema sit.» (Sess. 14,
can. 4).
Aquí se ha de notar que á los tres
actos referidos el T r i d e n t i n o los llama
quasi materiam, no porque no sean
verdadera materia próxima de este
Sacramento ( c o m o equivocadamente
quieren algunos), sino porque en los
otros Sacramentos la materia es algu-
na cosa exterior física y natural; ó
simple, como el agua en el Bautismo,
ó compuesta, como el crisma en la
Confirmación, etc.; pero en la P e n i -
tencia son los actos humanos, dice
Santo T o m á s ( 3 . p., q. 90, art. 1
a
ad 2 . ) . E l Catecismo R o m a n o dice
u m
lo mismo que Santo T o m á s : « D o c e n -
dum est in eo máxime hoc sacramen-
tum (Pcenitentia) ab alus differre,
quod aliorum sacramentorum materia
est aliqua res naturalis, vel arte effec-
ta; sacramenti vero Pcenitentia; quasi
materia sunt actus pcenitentis, nempe,
V.
contritio, confessio et satisfactio, ut a
Tridentina Synodo declaratum est...
Ñeque vero hi actus quasi materia a
Sancta Synodo appellantur, quia vera:
materice rationem non habeant, sed
quia ejus generis materia; non sint.
quas extrinsecus adhibeatur, ut aqua in
Baptismo, chrisma in Confirmatione-
(part. 2 . , De sacram. Pcenit., cap. 5,
a y explicó en el capítulo De la peniten
n ú m . 1 3 ) . ( V é a s e á Billuart, De
sacram. Pcenit., diss. 1 . , art. 2.)
a de que la contrición perfecta en la
2139. P . ¿Por qué los tres actos
referidos se requieren para la materia
próxima de este Sacramento?
R. D i c e Santo T o m á s que no pu-
diendo el pecador reintegrar á Dios
según la igualdad de la ofensa que le
hizo por el pecado mortal, el hombre
le da la satisfacción que puede y Dios
le pide. Para volver á la amistad de!
Señor, su conversión debe tener tres
condiciones:
i.
a
T e n e r voluntad de resarcir las
injurias hechas á D i o s : esto lo hace
por la contrición.
2.
a
Sujetarse al arbitrio y volun-
tad del sacerdote, que representa á
D i o s : esto lo hace por la confesión.
3.
a
Sujetarse á la pena debida á
sus pecados: esto lo hace por la satis-
facción,
L a contrición y la confesión son
actos esenciales al Sacramento. La
satisfacción in voto también es esen-
cial, esto es, el deseo de cumplir la
penitencia, si es posible; porque el
que se confiesa con verdadera dispo-
sición, siempre lleva este propósito, á
lo menos implícito; pues como dice
Billuart, con todos los teólogos, «non
potest esse contritio vera, qua; non
includit propositum satisfaciendi . »
L a satisfacción in re, ó sea cumplida
de hecho, no siempre es necesaria,
como sucede en los moribundos, que
( n o siendo levísima) no tienen fuerzas
ni tiempo para cumplirla.
DEL SACRAMENTO
CAPÍTULO III
DE LA CONTRICIÓN
2140. L a contrición es de dos
maneras: perfecta é imperfecta. L a
contrición perfecta es la que se definió
cia como virtud; con la sola diferencia
ley de gracia, para que justifique al
pecador, es indispensable que esté
acompañada del propósito, á lo menos
implícito, de confesar á su tiempo los
pecados mortales de que se hizo con
trición perfecta. H e aquí la declara-
ción del Tridentino: « D o c e t praeterea
(Sancta Synodus), etsi contritionem
hanc aliquando charitate perfectam
esse contingat, hominemque D e o re
conciliare priusquam hoc Sacramen-
tum actu suscipiatur; ipsam nihilomi-
nus reconciliationem ipsi contritioni,
sine sacramenti voto, quod in illa in-
cluditur, non esse adscribendam. >
(Sess. 14, cap. 4.)
2141. P . Si uno que está en pe-
cado mortal, y olvidado inculpable
mente de sus culpas hiciese un acto
de perfecta caridad, sin acordarse del
dolor, ¿se justificaría?
R. S e justificaría; pero este acto de
caridad, si bien contiene implícita y
virtualmente la contrición perfecta,
no serviría para materia próxima de
la confesión, porque ésta exige ne-
cesariamente el dolor formal de los
pecados; y por ésto dice Santo T o -
más: «Contritio est dolor per essen-
tiam, et est actus virtutis pcenitentia; (in
Supplem., 3 p., q. i . , art. 2 ad i . ) .
a a u u l
L o mismo dice el Catecismo R o m a -
no, part. 2 . , cap. 5, núm. 23.
a
2142. P . ¿Cuál es el motivo prin-
cipal por el cual se debe hacer la con-
trición perfecta?
R. Aunque sea probable la opinión
délos que dicen que basta que se haga
por haber ofendido la justicia de Dios
ó su sabiduría, fundados en que quid-
DE LA PENITENCIA. 427
quid in Deo est, Deus est, no obstante,
Suárez, Croix, A r r i a g a , Dicastillo,
Scavini y otros muchos dicen que es
indispensable que se haga por haber
ofendido á la divina bondad. V á z q u e z ,
no sólo lleva esta opinión, sino que
dice que la primera es errónea. San
L i g o r i o dice que es opinión común y
más probable que la contrición se
debe hacer «ex solo motivo charitatis,
nempe, divinse bonitatis offensce, qua-
tenus complectitur omnes divinas per-
fectiones. R a t i o , quia in Tridentino
(sess. 14, cap. 4), requiritur, ut con-
tritio sit charitate perfecta, id est,
informata; objectum autem charitatis,
ut communiter docent doctores, est
Deus quatenus est infinita bonitas,
nempe, radix et aggregatio omnium
perfectionum.» ( L i b . 6, núm. 436J.
L o mismo dice expresamente el C a t e -
cismo Romano de San P í o V : «Cum
perfecta contritio sit charitatis actio,
quas ab eo timore, qui filiorum est,
proficiscitur, patet eumdem contritio-
nis et charitatis modum statuendum
esse... Si uti Deus summum bonum est
inter omnia qua; diligenda sunt, ita
etiam peccatum summum est malum
inter omnia quas odisse homines d e -
bent, illud sequitur, ut quam ob causam
Deum summe diligendum esse confi-
temur (su infinita bondad), ob eamdem
rursus peccati summum odium nos
capiat necesse est» (part. 2. , cap. 5,
a
núm. 27). Se trata de la materia esen-
cial de un Sacramento, y , por lo tan-
to, no se puede seguir en la práctica
la primera opinión.
2143. P . Cuando se dice que el
dolor de contrición debe ser summo
appretialive en la voluntad, ¿se exige
que lo sea igualmente en la parte sen-
sitiva?
R. Santo T o m á s , con su angélica
comprensión , expresó en pocas pala-
bras esta importante cuestión filosófi-
co-teológica.
i.° D i c e que cuanto el dolor de la
voluntad es de objetos más próximos
á la parte sensitiva, tanto más redun-
 428 LIBRO VI. TRATADO
da á ésta el dolor de la voluntad ; y
así vemos que cuando el dolor de la
voluntad es de la pérdida de una per-
sona ó cosa sensible querida, el ape-
tito sensitivo se interesa con más in-
tensión; pero si hay mucha virtud en
la persona que se duele, la voluntad
suele moderar el dolor sensitivo para
que no se exceda.
2." D i c e el Santo que, cceteris px-
ribus, las potencias sensitivas se mue-
ven más por los objetos propios sen-
sibles que por la redundancia del dolor
de la voluntad; y así vemos que una
madre , aunque esté verdaderamente
contrita , se mueve más sensiblemente
por la muerte de un hijo que por el
dolor de sus culpas.
3.0
C o m o el dolor sensible proce-
de del sentimiento de la lesión del
sentido, y como los defectos corpora-
les son más manifiestos y próximos
al sentido, de aquí es que estos males
causan mayor impresión sensitiva.
Una persona de virtud, pero nerviosa
y muy sensible, á la que sacaron, por
ejemplo, una muela, cuando recuerda
el dolor que padeció, experimenta una
impresión sensitiva más fuerte que cuan-
do recuerda una culpa grave que c o -
metió; pero esta misma persona magis
parata esset pati eamdem pcenam , quam
ccmmittere eamdem culpam. L o cual
prueba que, aunque no haya intensión
de dolor y detestación en la parte sen-
sitiva, la hay , no obstante, en la v o -
luntad.
4.0
C o m o las inmutaciones corpo-
rales se siguen inmediatamente de las
pasiones de la parte sensitiva, de aquí
es que del dolor sensible ó de un daño
sensible, por lo común, proceden más
pronto y más fácilmente las lágrimas
que del dolor de contrición verdade-
ra , el cual es de un mal espiritual.
Así vemos que una mujer piadosa
derrama abundantes lágrimas porque
se le murió un perrito ó un pájaro; y ,
por más que l o procure , no puede
muchas veces derramar una lágrima
cuando se prepara para la contrición;
V.
y, no obstante, en \a.voluntadtiene más
intenso dolor de sus culpas que de la
muerte de mil pájaros.
H e querido citar esta sabia doctri-
na de Santo T o m á s para que los
jóvenes confesores no atiendan pre-
cisamente (y siempre) á ciertas exte-
rioridades de los penitentes. L a s lá-
grimas del penitente, si son efecto de
un dolor verdadero, «summopere optan-
dce et commendandce sunt. Quamquam,
si id minus consequi nobis liceat
(dolor sensibilis) ut perfecta s i t , vera
tamen et eff.cax contritio esse potest,
Saepe enim usu v e n i t , ut quce sensibus
subjecta sunt, magis quam spiritualia
nos afficiant. Quare nonnulli inter-
dum majorem ex filiorum o b i t u , q u a T i
ex peccati turpitudine doloris sensura
capiunt,» dice el Catecismo Romano
(part. 2 . , cap. 5, núm. 28), cuya doc-
a
trina es un extracto del citado artículo
de Santo T o m á s .
L o demás que conviene saber acerca
de la contrición perfecta como virtud,
ya se ha dicho en el capítulo prece-
dente; y lo que resta saber de la con-
trición como parte del Sacramento, se
dirá á continuación, en el capítulo
siguiente, en que se tratará de la atri-
ción.
CAPÍTULO IV
DE- L A ATRICIÓN, Ó SEA DE LA
CONTRICIÓN IMPERFECTA
2144. P. ¿Qué es dolor de atri-
ción ó contrición imperfecta?
R.. « D o l o r de peccatis contra Deum
commissis, assumptus propter pcenas
inferni, amissionem gratiae , vel g l o -
riie , vel propter deformitatem pecca-
ti, cum proposito confitendi, et satis-
faciendi, et de csetero non peccandi.»
P. ¿En qué se distinguen la atri-
ción y la contrición perfecta?
R. Se distinguen en sus principios;
porque la contrición nace de la cari-
dad y del temor filial; la atrición nace
DEL SACRAMENTO
del temor servil, acompañado con acto
de fe, de esperanza y amor inicial.
Se distinguen en sus motivos: la
contrición mira á Dios como á infini-
ta bondad ofendida , y este es el m o -
tivo del dolor; la atrición mira á Dios
como justiciero en el orden sobrena-
tural: el temor de las penas del infier-
no, ó la fealdad del pecado, ó la pér-
dida de la gracia ó de la gloria , son
los motivos del dolor de haber ofendi-
do á D i o s .
Se distinguen en sus efectos ; por-
que la contrición perfecta, con propó-
sito de confesarse, justifica al pecador;
pero la atrición sola no justifica, si no
se junta con el sacramento de la P e -
nitencia ; exceptuados algunos casos
en que justifica per accidens sin la con-
fesión, cuando de buena fe se reciben
Sacramentos de vivos , del modo que
se dijo ya, y se puede ver bien e x p l i -
cado en Santo T o m á s ( 3 . p., q. 79,
a
art. 3, al fin del cuerpo).
Antes de resolver la tan difícil como
controvertida cuestión sobre si es ne-
cesario el amor inicial de Dios en la
atrición sobrenatural que justifica con
el sacramento de la Penitencia , me
parece conveniente transcribir en com-
pendio la doctrina de Santo T o m á s
sobre las diversas especies de temor,
según las expresó angélicamente en la
q. 19 de la 2. 2.<e Recomiendo su
a
lectura al que desee enterarse profun-
damente en esta m a t e r i a , pues no he
visto autor alguno que la trate con
tanta profundidad, laconismo y cla-
ridad.
2145. E l temor puede ser de
cinco maneras: mundano, servilmen-
te servil, servil ut sic, inicial, y filial
ó casto.
E l temor mundano es cuando el
hombre se aparta de Dios por temor
de algún mal temporal con que le
amenazan, ó por temor de que le qui-
ten algún bien temporal; esto es, que
tiene al mundo por su último fin. L a
razón es, como dice el Angélico, por-
que el temor nace del amor , y así el
DE LA PENITENCIA. 429
temor mundano nace del amor mun-
dano como de mala raíz, y por lo
tanto siempre es malo ( 2 . 2. -', q. i g
a a
;
art. 3).
E l temor servilmente serviles cuan-
do el hombre se aparta del pecado por
temor de la pena , dispuesto á come-
terle si no hubiera pena. Este t e m o r ,
tratándose de pecados mortales, siem-
pre es culpa grave , porque el que lo
tiene conserva su voluntad desorde-
nada en cuanto al último fin;retiene la
voluntad de pecar, aunque algunas
veces no ejecuta el acto exterior por
temor servil de la pena.
Conviene mucho que los confesores
penetren bien esta doctrina, para con-
jeturar sobre las disposiciones de los
penitentes. Un temor servilmente ser-
vil aparece algunas veces como una
gran contrición, y puede estar a c o m -
pañada de gemidos y lágrimas, espe-
cialmente en aquellos pecadores que
por espacio de muchos años cometie-
ron grandes crímenes, pero sin perder
la fe. Estos, si se hallan en la hora de
la muerte, aterrados con la presencia
del juicio de Dios y de la proximidad
de las penas del infierno que les ame-
nazan, prorrumpen en grandes g e m i -
des, suspiros y lágrimas , y , no obs-
tante , su penitencia puede ser falsa,
como muy bien dice el l i m o . Barcia,
hablando de la penitencia que se deja
para la hora de la muerte. T a l fué la
penitencia de Esaú, Antíoco, Judas y
otros.
Por último , Santo T o m á s , nada
rígido ni exagerado , compendió en
pocas palabras la doctrina anterior,
pues en el lib. 4 de las Sentencias,
dist. 20, q. i . , art. 1, quasstiunc. i . "
a
ad i . , dice así: «Antiochus veniam
u m
consecutus fuisset, si veré pcenituis-
set; sed non habuit veram pceniten-
tiam , quia non ex amore justitiae de
peccatis commissis dolebat, sed timore
pcence quam expectabat , vel dolore
pcenae quam sustinebat. E t hoc etiam
multis in fine pcmitentibus contingit;
quia non est facile , ut affectus quem
43° LIBRO VI. TRATADO
homo íoto tempore vitse suas inclina-
vit in aliquid , súbito ad contrarium
retrahatur.»
2146. E l temor servil ut sic es
cuando el hombre se aparta del peca-
do y su duele de haber ofendido á
Dios por temor de la pena , pero no
tiene la voluntad dispuesta á ofender
á Dios, aunque no hubiera pena con-
tra el pecado. E l temor servil es bueno
y saludable; porque, como dice Santo
T o m á s , «timor servilis est a Spiritu
Sancto: quia super illud R o m á n . , 8:
Non accepistis spiriliwi servituti, etc.,
dicit glossa ford. August. , tract. I X
in Epist. Joannis , ante m e d . ) : Unus
spiritus est qui facit dúos timores,
scilicet, servilem et castum;» y el T r i -
dentino d i c e : « S i quis dixerit gehennaa
metum, per quem ad misericordiam
Dei de peccatis dolendis confugimus,
vel a peccato abstinemus , peccatum
esse , aut peccatores pejores faceré,
anathema sit.» (Ses. 6, can. 8.)
2147. E l temor inicial no se dis-
tingue esencialmente del temor filial
ó casto; los dos están juntos con la
gracia de Dios,' con la sola diferencia
de que el temor filial se mueve á obrar
tan sólo por el amor de la justicia; pero
el temor inicial , aunque se mueve á
obrar por el amor de la justicia, tiene
junto también el temor de la pena. E l
temor filial está en aquellos que son
perfectos ; el inicial en los que , aun
cuando están en gracia de Dios , no
llegaron todavía á la caridad perfecta,
ó. como dicen los teólogos, están en la
vía de los principiantes. Esta es la doc-
trina de Santo T o m á s en el art. 8 de
la citada cuestión i g .
E l temor filial ó casto es el que no
teme la pena del pecado, sino la ofen-
sa que éste hace á D i o s , y la separa-
ción que el pecado causa entre Dios
y el alma. Como este temor filial está
siempre junto con la caridad, cuanto
ésta más crece, tanto más crece aquél;
asi como un buen hijo, cuanto más
tiernamente ama á su padre, tanto
más le reverencia, teme ofenderle, y
V.
procura estarle sujeto, como dice San-
to T o m á s (in 4 Sent., dist. 20, q. 1,
art. 1, quaestiunc. 1 . ad i . )
a u m
E l temor filial se llama también
casto, porque, cuando el alma llega á
la caridad perfecta, se hace un ma-
trimonio espiritual entre D i o s y el
alma, como dicen los doctores místi-
cos, y una unión tan íntima entre los
dos, que el alma, enamorada de su
Criador, le ama, le reverencia y teme
ofenderle, mucho más, sin compara-
ción, que una castísima esposa teme
ofender á un esposo queridísimo.
L o s confesores que mediten bien
esta doctrina del Angélico Maestro
adquirirán mucha luz para conocer las
disposiciones de los penitentes, el es-
tado de virtud en que se encuentran
para sugerirles los medios conducen-
tes á fin de rectificar los motivos de
su dolor, si no vienen bien dispues-
tos, y si traen la atrición servil, con-
vertirla, con la divina gracia, en con-
trición perfecta.
2148. Esto supuesto, se pregun-
ta: ¿qué clase de dolor se necesita
para que el pecador se justifique, r e -
cibiendo el sacramento de la P e n i -
tencia?
R. Cuestión es ésta tan difícil de
resolver, y tan controvertida entre los
doctores católicos, que se han escrito
tomos en folio sobre ella, no sólo en
Europa, sino también en la América
española. Me alargaré algún tanto,
por ser cuestión muy importante, si
bien remitiéndome á los doctores es-
colásticos, que tratan latamente esta
cuestión.
i.° E n el día es cierto que la con-
trición perfecta no es disposición ne-
cesaria para recibir fructuosamente el
sacramento de la Penitencia; porque
si bien antes del Concilio de Trento
H u g o de San Víctor, Ricardo V i c t o -
rino, Guillermo Antisiodorense, San
Alberto Magno, Alejandro de Ales,
San Buenaventura, San Raimundo de
Peñafort, San Bernardino de Sena, el
T o s t a d o y otros graves autores defen-
DEL SACRAMENTO
dieron que el pecador sin la contri-
ción perfecta no podía justificarse por
el sacramento de la Penitencia, pero
esta opinión, si bien no está conde-
nada expresamente por la Iglesia,
está del todo anticuada, y reputada
comunmente como falsa. San L i g o r i o ,
hablando de ella, dice: «Certum et
commune est apud doctores non requi-
ri contritionem perfectam, sed suffi-
cere attritionem.» ( L i b . 6, núm. 440.)
E l Tridentino está bastante expre-
so sobre esta materia, pues dice así:
« I l l a m vero contritionem imperfec-
tam, quas attritio dicitur, quoniam vel
ex turpitudinis peccati consideratio-
ne, vel ex gehennas et pcenarum metu
communiter concipitur, si voluntatem
peccati excludat, cum spe venia?, de-
clarat, non solum non faceré hominem
hypocritam et magis peccatorem, ve-
rum etiam donum D e i esse, et S p i r i -
tus Sancti impulsum, non adhuc qui-
dem inhabitantis, sed tantum rnoven-
tis, quo pcenitens adjutus viam sibi ad
justitiam parat. E t quamvis sine sa-
cramento Pcenitentise per se ad justi-
ficationem perducere peccatorem ne-
queat, tamen eum ad Dei gratiam in
sacramento Pcenitentia: impetrandam dis-
ponit.» (Sesión 14, cap. 4.)
D e las anteriores palabras del T r i -
dentino infiere rectamente el doctísi-
mo Cóncina que la contrición perfec-
ta, no sólo no es necesaria para la
justificación con el sacramento de la
Penitencia, sino que, además de ser
falsa, y «contra el unánime sentir de
los teólogos que escribieron después
del T r i d e n t i n o , no parece que se pue-
de conciliar con la potestad de las
llaves.» Como el P . Cóncina fué ca-
lumniado sobre esta materia, porque
unos dijeron que exigía la contrición
perfecta como materia necesaria para
la confesión; otros, como el P. C ó n -
cina exige en la atrición una caridad
tenue é imperfecta, creyeron que ha-
blaba de la virtud de la caridad como
hábito infuso, y por consiguiente justi-
ficante; pero todo esto es falso, según
DE LA PENITENCIA. 431
consta de las siguientes palabras li-
terales de éste, aunque muy severo,
pero doctísimo y meritísimo escritor.
Dice así: «Quczres. Damnata ne est
sententia hsec quse contritionem per-
fectam delentem culpam requirit ad
sacramentum Pcenitentias suscipien-
d u m ? — R e s p . Falsam illam communi-
ter theologi omnes, quibus subscribo, ju-
dicant.» Pero más adelante concluye
así. « R e l a t a sententia de perfecta con-
tritione, quae culpam deleat, non ita
facile cum potestate clavium compo-
ni valet; quamvis haec dúo variis viis
consociare illius auctores studeant.
Idcirco omnes theologi jure nunc hanc
sententiam rejiciunt; non quod sit ab
Ecclesia peculiari decreto proscripta
sed quia reipsa falsa est, et clavium po-
testati derogare videtur.)) ( L i b . 1, De
sacram. Pcenit., diss. 2 . , cap. 1, nú-
a
mero 5.)
E l Angélico Doctor , elevándose
sobre los célebres doctores que habían
exigido la contrición perfecta como
materia necesaria para la confesión,
enseñó en el siglo X I I I lo mismo que
trescientos años después enseñó (si
bien no lo definió) el Tridentino, y es
hoy doctrina corriente en la Iglesia.
H e aquí las palabras de Santo T o -
más: «Per solam contritionem dimitti-
tur peccatum, antequam absolvatur.
Quandoque contingit quod aliqui non
perfecte contriti vivtute clavium gratiam
contritionis conseqiiíintur.» (Quodlib. 4,
art. 1.)
2149. 2. T e n g o por notablemen-
0
te más probable que la atrición for-
midolosa, si no va junta con algún
amor inicial de D i o s , explícito ó im-
plícito, no es suficiente disposición
próxima para recibir fructuosamente
el sacramento de la Penitencia. Me
fundo en las razones y autoridades
siguientes:
E l T r i d e n t i n o , en la sesión 6 . ,
a
cap. 6, hablando de la preparación
necesaria para la justificación por el
sacramento del Bautismo en los adul-
tos (y con mayor razón para la j u s t i -
 432 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 433
ficación por el sacramento de la P e n i -
me vobis placet, an ad gratiam justi- amoris; nec negamus illud requiri etiam la caridad, que es c o m o , por decirlo
tencia), exige primero el acto de fe, ficationis assequendam in sacramento in Sacramentis mortuorum, dum C o n - así, el compendio de todas las virtudes.»
después el acto de esperanza, por el Pcenitentise aliquU actus charitatis erga cilium ibi agit praasertim de justi- Si, según el Sr. Sánchez, la atrición
cual «ad considerandam Dei miseri- Deum, non quidem perfectus, sed im- ficatione per b a p t i s m u m . Sed qua- incluye necesariamente (por fuerza) to-
cordiam se convertendo, in spem eri- perfectas, et per se ad justificationem hs, quaeso, amor a Concilio requiri- das las virtudes, y es imposible que
guntur, fidentes Deum sibi propter insufñciens sit necessarius, affirmanti tur?» etc. D e estas palabras se infiere haya un dolor sobrenatural, aunque
Christum propitium fore (nótese bien), sententiae semper adhassi, eamque in que se equivocó el Sr. Sánchez cuan- sea imperfecto (esto es, a t r i c i ó n ) ,
illumque tanquam omnis justitiae fon- Academia Romana Societatis Jesu pu- do en su Teología Moral, tratado V I , que, al menos de una manera i m p l í -
tem diligere incipiunt; ac propterea blice docui... Quam opinionem aliqui punto 4, núm. 2, dice que San A l - cita, no contenga la caridad, conjunto
(por este amor inicial de D i o s ) m o -ex eadem Societate preceptores a m - fonso L i g o r i o se aparta bastante de de todas las virtudes, se sigue necesa-
ventur adversus peccata per odium plexi erant, et ante et post me alius la opinión de Cóncina, y que, refu- riamente que la atrición justifica sin
aliquod, et detestationem.» aliusque Theologias praaceptor in la confesión; que la atrición no sólo
tando sus argumentos, «hace ver que
L a s anteriores palabras del Triden- eodem gymnasio propugnavit.» puede haber verdadera y legítima exige el amor inicial de San L i g o r i o
tino me bastarían para abrazar la Benedicto X I V (en el lib. 7 De Sy- atrición sin amor inicial, ó sea, que y la caridad tenue, ó sea la caridad
sentencia de los que afirman ser ne- nodo Dicecesana, cap. 13, núm. 6) dice no es admisible la doctrina de Cón- imperfecta, como acto y no como hábito
cesario el amor inicial de Dios en la así: « Q u a m v i s ante Tridentinum com- cina.» justificante, del P. Cóncina, sino tam-
atrición, y con mayor razón cuando muniter theologi docuerint ad Dei i.° San L i g o r i o admite expresa- bién la caridad virtud ó hábito justi-
se trata de la materia esencial próxi- gratiam in sacramento Pcenitentia; mente la necesidad del amor inicial, ficante, como admite el Sr. Sánchez.
ma de un Sacramento; añadiré, no obtinendam satis esse contrilionem im- conformándose con las palabras del 2150. Billuart no conviene con
obstante , algunas autoridades de perfectam, quam jam tum attritionem Tridentino, y no se diferencia de Cón- San L i g o r i o en que en el acto de fe
autores muy respetables y nada sos- nuncup.ibant; attritionis tamen nomine, cina sino en no admitir en la atri- y de esperanza se incluya siempre el
pechosos de rigoristas. nunquam dolorem intellexerunt de ción la necesidad de la caridad tenue, principio de amor de D i o s , que e x i g e
E l cardenal Belarmino (lib 2, De peccatis aliunde excitatum quam ex aunque no justificante , que exige el Tridentino; porque puede suceder
arte moriendi, cap. 6), dice así: « A d motivo charitatis seu omnino sejunclum Cóncina. 1) muy bien que el pecador se detenga
sacramentum Pcenitentise rile susci- ab aliquo saltem remisso, tenui, debili, 2.
0
N o convengo en que «hoy pa- en el acto de fe y en el acto de la es-
piendum... requiro ut ex toto corde seu imtiali amore benévolo Dei.» rece más común la opinión de los esr peranza, sin pasar de hecho al acto
displiceat tibi quod in Deum pecca- San L i g o r i o , en el lib. 6, desde el colásticos que niegan la necesidad del del amor inicial y al dolor sobrenatu-
veris..., idque amore Dei.» E n el libro núm. 4-(-0, trata latamente esta cues- amor inicial en la atrición necesaria ral de la atrición por medio del odio
De Pcenit., cap. 14, dice así: « P c e n i - tión, y compendiando su doctrina, para la confesión,» como en el lugar y de la detestación de sus pecados,
tentes, si Christum super omnia dili- dice: i . ° Que para conseguir la gracia citado afirma el Sr. Sánchez; porque que exige el T r i d e n t i n o en la ses. 6. ,
a

gunt, ac vera Dei charitate flagrant,
j a m apud Deum remissionem conse-
cuti sunt... Si autem per inchoatam
dilectionem Dei (ut Concilium T r i d e n -
tinum loquitur, sess. 6 . , cap. 6) pau-
a
latim disponantur ad gratiam, non
habent illi quidem remissionem pec-
catorum, sed ñeque ex eorum numero
habendi sunt quos Apostolus execra-
tur; ille siquidem eis tantum anathe-
ma dicit, qui Christum nec perfecte
en el sacramento de la Penitencia se
exigen, según el T r i d e n t i n o , los actos
explícitos (al menos in actu exercito)
de fe y de esperanza. 2 . Que se ne-
0 tres conditiones ad pcenitentiam qua;
cesita también initium amoris, puesto
que el T i i d e n t i n o a f i r m a : «Deum
tamquam omnis justitia; fontem dili-
gere incipiunt, ac propterea moventur
adversus peccata per odium aliquod,
et detestationem.» Pero el Santo con-
cluye que este amor inicial está nece-
si bien los autores modernos no con- cap. 6. Después de citar las palabras
vienen en explicar este amor inicial, literales de este Concilio, dice así:
«Quibus verbis Concilium requirit
pero en el sentido en que le explica
San L i g o r i o , es comunísima en el día
agi debet ante baptismum, scilicet,
la sentencia que afirma que es nece-
fidem cui conjungitur timor, spem,
sario el amor inicial; si bien en el
et inchoatam dilectionem; atqui non
sentido de acto explícito de amor de
minor, imo major requiritur pceniten-
Dios, como le explica el P. Cóncina,
tiaad sacramentum Pcenitentise, quam
es menos común esta opinión.
ad Baptismum: e r g o , » etc. (De sacram.
3.0
E l Sr. Sánchez, á los pocos
Pcenitentia, diss. 4. , art. 7, § 3.)
a

renglones de las palabras citadas , se

nec imperfecte diligunt.» sariamente incluido en los actos del
E l cardenal Palavicini, tan entera- temor de la divina justicia: Timor Dei
do en el espíritu de las decisiones del initium dilectionis ejus. ( E c c l i . , capí-
Tridentino, cuya historia escribió, no tulo 25, v. 16.) Por el acto de la espe-
sólo defendió la necesidad del amor ranza del perdón comienzan á amar á
inicial, sino que consignó la misma Dios, como autor de su justifica-
opinión que Cóncina defendió des- ción, etc.
pués. E n su Carta-respuesta á los pas- En el núm. 442, respuesta al obji-
tores de Gante, dice así: « E q u i d e m in ciunt 3, el Santo dice así: «Nonnega-
hac quaestione, super qua compellere mus ad justificationem requiri initium
contradice á sí m i s m o , y abraza una
opinión sin comparación más rígida
que la de Cóncina. Dice así: « 3 . y a
última. Porque como la atrición por
fuerza incluye todas las virtudes, y
no excluye ni puede excluir ninguna,
claro es que es de todo punto imposi-
ble el que haya un dolor, sobrenatural,
aunque sea imperfecto, que, al menos
de una manera implícita, no contenga
TOMO II
Añade después este doctísimo teó-
logo que la atrición necesaria para
conseguir la gracia en el sacramento
de la Penitencia exige que haya odio
á todo pecado mortal, propósito de no
cometerle y amor de Dios, si bien i m -
perfecto; porque «nemo est sufficien-
ter dispositus ad gratiam in Sacra-
mento consequendam, quandiu m a -
net conversus ad creaturam, tamqtam ad
28
434 LIBRO VI. T R A T A D O
finem ultimum; in hoc enim sita est
tota peccati inordinado et malitia...:
necesse est ergo qnod actu prceverat
Deum ómnibus, et de facto ipsum ha-
beat pro fine ultimo, quod est actua-
lis amor, et non simplex propositum
amandi.»
D e las anteriores palabras de Bil-
luart se infiere claramente que el
amor inicial de Dios, necesario para
la atrición, si bien no incluye la cari-
dad predominante (porque si la inclu-
yera justificaría por sí sola) , pero
debe incluir un amor inicial sobrena-
tural predominante, aunque imper-
fecto; porque de no ser así, se segui-
ría, como muy bien dice Billuart, que
el pecador atrito recibía la absolución
convertido actualmente á la criatura
como á último fin , prefiriéndola á
Dios; esto es, sin deponer actualmen-
te, por ejemplo, el odio á sus e n e m i -
gos, ó el amor á la usura, etc. En
este sentido dice Cóncina que el atri-
to debe tener amor predominante de
Dios; pero por la palabra predominan-
te no entendía amor justificante, sino
amor en el sentido en que lo explicó
Billuart; si bien fué singular en lla-
marle caridad actual verdadera «de
la misma especie que la caridad ha-
bitual, en lo cual ciertamente se equi-
v o c ó . » E n lo demás, Cóncina dijo lo
mismo que Billuart y que el doctísi-
mo cardenal Palavicini, cuyas pala-
bras quedan copiadas: « A n ad gra-
tiam justificationis assequendam in
sacramento Pcenitentia; aliquis actus
charitatis erga Deum, non quidem per-
fectus, sed imperfectus, et per se ad
justificationem insufficiens sit neces-
sarius, affirmanti sententia; semper
adhassi, eamque in Academia R o m a -
na Societatis Jesu publice docui.»
Algunos autores se asustan al oir
que en la atrición se exige acto de ca-
ridad, creyendo que se habla de la ca-
ridad virtud; pero Santo T o m á s dice
así: «Dicendum, quod actus charitatis
potest dici dupliciter: vel qui est ex
chántate; et hoc non est nisi in ha-
V.
bente charitatem; vel qui est ad cha-
ritatem, non sicut meritorius, vel g e -
nerativus, sed sicut praaparativus; et
sic actus charitatis ante charitatem ha -
bitam haberi potest, sicut faceré justa
est ante habitum justitiae.» ( I n 2
Sent., d i s t . 3 . , q. 4. , in resp. ad i . " . )
a a m
Por último, esta cuestión es con-
trovertible , y cada uno puede se-
guir la opinión que le parezca, con
tal que no ponga censura teológica á
la contraria; porque esto lo prohibió
Alejandro V I I en 5 de Mayo de 1667,
imponiendo excomunión mayor lata
á los que impongan censura teológi-
ca.ó nota injuriosa á los que defien-
dan la necesidad del amor inicial en
la atrición, ó á los que nieguen la ne-
cesidad de este amor inicial. E s ver-
dad que esta excomunión no existe
ya, porque la quitó la constitución
Apostólica Sedis, de P í o I X .
Y o me adhiero á la opinión de Bil-
luart, porque tratándose de la mate-
ria esencial para un Sacramento, y
siendo, en mi concepto, probable esta
opinión, me atengo á la segura ( 1 ) , y
a u n los que defienden la contraria
aconsejan calurosamente que el con-
fesor procure excitar en sus peniten-
tes , no sólo el amor inicial, sino
también la contrición perfecta. Me
parecen bien las siguientes palabras
con que Bouvier termina esta cues-
tión : «Qualis autem amor requiratur,
an amor spei sufficiat, an amor ini-
tialis sit necessarius definiré non aggre-
dimur: semper hortandi sunt fideles ad
sacramentum Pcenitentia; accedentes,
ut Deum propter se diligant vel saltem
(1) * T a m b i é n es s e g u r a la o p i n i ó n de
S a n L i g o r i o , p u e s c o m o d i c e el m i s m o ,
(lib. 6, n ú m . 442, al final): « V e r u m nostra
s e n t e n t i a u t i q u e p r o d e r i t , ut s i q u i s acce-
dat c u m sola a t t r i t i o n e , n o n se r e t r a h a t ab
h o c S a c r a m e n t o , et c o n f e s s a r i u s n o n reji-
ciat t a m q u a m i n d i s p o s i t u m . » M a r c dice
q u e esta s e n t e n c i a es h o y m o r a l m e n t e cier-
t a , y la o p u e s t a , q u e r e q u i e r e a m o r pre-
d o m i n a n t e , n o es p r o b a b l e . ( T o m o 2, nú-
m e r o 1C77.) *
DEL SACRAMENTO
diligere incipiant: confessarius autem
anxius esse non debet circa natu-
ram amoris in pcenitente existentis.»
( T o m o 3, De Pcenit., cap. 1, art. 3,
| 2.) Este autor no admite la atrición
meramente formidolosa, si no va
acompañada de amor inicial; si bien
no se atreve á resolver si basta el
amor inicial de la esperanza ó se nece-
sita otro amor que exige Billuart y
llama amor de benevolencia. Y o creo
que muchos pecadores hacen malas
confesiones, no por falta de acto de fe
y de esperanza, sino por falta de amor
inicial que los impela á la detestación
verdadera de sus pecados, como en
mi concepto dice el Tridentino, en el
lugar citado.
2151. P. ¿Basta para motivo de
la atrición necesaria para el sacra-
mento de la Penitencia el temor de
¡as penas temporales, en cuanto el
hombre conoce por la fe que Dios
las envía y castiga con ellas los p e -
cados?
R. Suárez, L u g o , Sporer y otros
dicen que basta ese motivo. San L i -
gorio tiene por más probable esta opi-
nión; porque el Tridentino (ses. 1 4 ,
cap. 4) pone por motivo suficiente de
la contrición impsrfecta el que se
haga «ex tmtu gehennce et pcenarum;
cum ibi Concilium adducat exem-
plum pcenitentia; ninivitarum, qua;
concepta fuit ob metum excidii suae
civitatis. Secunda vero sententia n e -
gat, et hanc tenent Cóncina, Canus,
item H u r t , Pasq., et Cárdenas. R a -
tio, quia licet Tridentinum dicat « e x
metu gehennce et pxnarum,» non ta-
men distinguit gehennae vel pcenarum;
unde probabiliter ponit utrumque pro
eodem: cum enim pcena peccati mor-
talis sit asterna, de malo aeterno pce-
nitens timere debet. Prima sententia,
concluye San L i g o r i o , videtur proba-
bilior; nam gehenna cunetas comple-
ctitur asternas pcenas, et ideo, dicen-
te Concilio et pcenarum, aliquid aliud
praater pcenam a;ternam intelligendum
est. At cum secunda non careatsua pro-
DE LA PENITENCIA. 435
babilitate, saltem extrínseca, puto tu -
tius in praxi servandam esse.»
Confieso que no me agrada que al-
gunos teólogos hayan sutilizado t a n -
to una cuestión en la que se trata de i
dolor de atrición, esencialmente nece-
sario para la validez del sacramento
de la Penitencia. L a fealdad natural
del pecado del hurto, de la mentira,
del adulterio, de la bestialidad, etc.,
en cuanto se conoce por la razón na-
tural, no es m o t i v o suficiente para la
atrición sobrenatural del sacramento
de la Penitencia; pues bajo este a s -
pecto la conocieron los gentiles, y al-
gunos detestaron su fealdad. E s ne-
cesario que la fealdad del pecado sea
detestada en cuanto es conocida por
la fe sobrenatural, y contraria á la
ley eterna; pues del mismo modo el
temor de una enfermedad, pobreza,
sequía, infamia, son castigos que la
razón natural, sin la fe teológica,
puede conocer que son castigos de
Dios por los pecados de los pueblos, y
desde este punto de vista no pueden
ser motivo de la atrición sobrenatural,
materia indispensable para la confe-
sión.
N o sólo los cismáticos y los here-
j e s , sino también los gentiles, ofrecen
ayunos y expiaciones en las grandes
calamidades para aplacar á Dios ó á
sus falsas deidades. E s , pues, nece-
sario examinar atentamente el motivo
del temor ó dolor causado por esos
males temporales. L a enfermedad, la
infamia, la pérdida de los bienes tem-
porales suelen ser ocasión de la con-
versión , pero no motivo suficiente
para la atrición sobrenatural. L a peni-
tencia de los ninivitas, cuando el pro-
feta Jonás les anunció la destrucción
de su ciudad, fué ocasionada por el
temor del castigo temporal; pero el
verdadero motivo final fué el dolor de
perfecta contrición, que los justificó,
y por esto añade el Tridentino: « P l e -
nam pcenitentiam egerunt, et miseri-
cordiam a D o m i n o impetrarunt.»
Scavini se inclina á que las penas
4 3 6 LIBRO VI. T R A T A D O
temporales con tal que se crea con fe
teológica que son castigos de Dios
por los pecados, pueden ser motivo
suficiente para la atrición necesaria
en la confesión. Aunque yo no llevo
esta opinión, la respeto; pero no con-
v e n g o con las siguientes palabras que
añade Scavini: « U t patet exemplo ni-
nivitarum, quorum dolor non fuit con-
ceptus nisi ob metían excidil civitatis,
quod iisdem minabatur D e u s , c l a -
mante Joña: Adhuc quadraginta dies,
et N i n i v e subvertetur.» ( T r a c t . X ,
disp. i . , cap. 2, art. i , quaer. 2.) E s -
a
tas palabras de Scavini contienen una
equivocación notable y muy trascen-
dental; porque si el dolor de los nini-
vitas no hubiera tenido otro motivo
nisi ob metum excidii civitatis, induda-
blemente hubieran quedado en pecado
mortal, y no hubiera dicho el T r i d e n -
tino que «plenam pcenitentiam e g e -
runt.» Esto hubiera bastado (si acaso)
para la atrición, pero no para la con-
trición perfecta, única que entonces
podía justificarlos, por no estar insti-
tuido el sacramento de la Penitencia.
E s preciso repetirlo: las penas tempo-
rales, y aun las eternas , no son sufi-
ciente motivo para la contrición per-
fecta; tan sólo pueden ser ocasión.
Benedicto X I V , con su privilegiada
inteligencia, comprendió la necesidad
de no confundir esta materia. E n el
lib. 7, cap. 34, núm. 3, De Synodo
Dicecesana, dice así: « A d v e r t e n d u m
tamen, ne quis confundat motivum
pcenitentiam, cum occasione qua ad
pcenitentiam excitatur; etenim multi,
morbo aliove temporali malo vexati,
perpetrata crimina mente revolvunt,
et, D e i gratia auxiliante, illa ex m o -
tivo superno serio detestantur , sicuti
accídit ninivitis, qui timore mortis tem-
poralis ac subversionis urbis, quam
Joñas pisenuntiabat, c o m m o t i , per
v e r a m , sincera m , et supernaturalem
contritionem ad Deum conversisunt.»
2152. Supuesto que el dolor debe
ser universal, se pregunta: si una per-
sona que tiene un p e a d o mortal de
c
V.
blasfemia y otro de hurto se olvidase
inculpablemente del último y sólo se
arrepintiese de la blasfemia por su
especial y horrenda malicia, ¿se con-
fesaría bien?
R. i . ° C o m o los penitentes, por lo
común, al hacer el dolor se arrepien-
ten de sus pecados en cuanto son
ofensas contra D i o s , a u n cuando ten-
gan mayor horror especial á unos que
á otros y no puedan tenerle d e t e r m i -
nadamente á los olvidados, no obs-
tante, los incluyen virtualmente, por-
que no los excluyen. D e aquí es que
si la atrición ó contrición es legítima,
tiene el penitente la disposición vir-
tual de detestar todas las culpas mor-
tales si las recordase: por lo tanto,
su dolor es universa!. Además, los
penitentes, por lo c o m ú n , se acusan
de todo lo o l v i d a d o , y los confesores
se lo recuerdan también.
2.
0
Si se diese el caso de que e!
penitente restringiese verdaderamente
el dolor tan sólo á alguno de los p e -
cados mortales, excluyendo los demás
la confesión sería nula.
2153. P. E n este último caso,
¿sería válido é informe el sacramento
de la Penitencia?
R. San L i g o r i o , siguiendo á Suá-
rez, L u g o , Gonet y otros autores,
afirma que bien se puede dar sacra-
mento de la Penitencia válido é i n -
f o r m e ; esto es, que sea válido, pero
que no produzca entonces sus efectos.
Se fundan estos autores en la doctri-
na de Santo T o m á s en el art. i . ° de
la q. g . del Suplemento de la 3 .
a a
parte, donde realmente así lo afirma.
Elbel, Félix Potestas, S i l v i o , Cón-
cina, Billuart y casi todos los esco-
tistas dicen que no se puede dar sa-
cramento de la Penitencia válido é
informe; porque, si tiene todas las
cualidades esenciales y el dolor fué
universal, formal ó virtualmente, to-
dos los pecados olvidados inculpable-
mente quedan perdonados indirecta-
mente, y la confesión fué válida: si
falta alguna de las condiciones esen-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
d a l e s , la confesión fué nula. E n cuan-
to á la autoridad de Santo T o m á s ,
véase al doctísimo Silvio, en el c o -
mentario del citado art. donde,
en mi concepto, prueba victoriosa-
mente: i . ° , que si el sacramento de
la Penitencia es válido, no puede ser
informe; 2 . , que Santo T o m á s , en la
0
q. 29, art. 8, del Suplemento de la
3 . parte, retractó tácitamente lo que
n
había dicho en el art. i . ° d e la q. 9 . a
Billuart (cum plurimis aliis ihomistis)
sigue y prueba la opinión de Silvio
(Desacram. Pcenitenticz, diss. 7. , art. 1,
a que el Ritual R o m a n o favorece á esta
en la respuesta al objicies 1): otros t o -
mistas piensan de otra manera, pero
la cuestión no es de mucha importan-
cia para la práctica, porque todos los
confesores obligan á renovar la con-
fesión nula, y consideran como tal la
que se hizo sin el dolor necesario.
2154. P. ¿Debe hacerse el dolor
antes de la confesión, ó basta que se
haga antes de la absolución?
7?. San L i g o r i o , en el Homo apos-
:
tólicas, tract. X V I , núm. 19, fué de
opinión que el dolor debía preceder á
la confesión, ó al menos que, si se
hacía la confesión sin haberse hecho
el dolor, el penitente debía volverse á
acusar en general de los pecados con-
fesados. L o s Salmaticenses son de
opinión que esta acusación en general
no es de necesidad: que la usan algu-
nos confesores para quitar todo escrú-
pulo sobre el dolor del penitente: « S o
lent confesarii, si de interna dispo-
sitione pcenitentis dubitent, excitare
illum ad dolendum de peccatis paulo
ante explicatis, quod fit, si dicatur:
de peccatis narratis doleo, et me acenso.»
San L i g o r i o , en la obra lata, defendió
otra opinión distinta de la que sos-
tuvo en el Homo apostólicas; pues
siguiendo á Suárez, L u g o , N a v a r r o ,
T o l e d o y otros, afirma que basta que
el dolor preceda á la absolución; que
la confesión no dejaba de ser dolo-
rosa, porque el dolor se sensibilizaba
lo bastante con la petición de la abso-
lución que el penitente hacía después
437
de confesarse, ó a u n cuando no la pi-
diese, la esperaba humildemente: «per
petitionem seu expect.itionem absolutio-
nis; sic etenim confessio bene Sacra-
mentalis evadit.» ( L i b . 6, núm. 445.)
Diré mi humilde parecer: la prác-
tica común de los confesores se con-
tenta con que el dolor preceda á la
absolución, y les parece que el dolor
se sensibiliza suficientemente cuando
el penitente, después de confesarse,
se inclina á decir el acto de contrición,
esperando que se le absuelva. Parece
opinión, pues dice así: «Audita con-
fessione ( c o n f e s s a r i u s ) ad dolorem
efficacibus verbis adducere conabi-
tur,» etc. N o obstante, persuadido,
como lo estoy hace a ñ o s , de que la
mayor parte de las confesiones nulas
lo son por falta de dolor (pues los
penitentes rudos se acercan muchas
veces sin haber hecho dolor), no es
fácil que le hagan debidamente d e s -
pués de la confesión, antes que el
sacerdote pronuncie la forma; y así
conviene excitarles á hacer el dolor
antes de la confesión.
H a y algunos confesores que confie-
san tan de prisa, que se contentan
con oir brevemente los pecados, poner
la penitencia, y dar inmediatamente
la absolución. D e aquí es que el peni-
tente que no tiene costumbre de hacer
actos de contrición, y que tal vez está
turbado, no hace debidamente el dolor
en el brevísimo espacio que media en-
tre la confesión y la pronunciación de
la forma. H e tenido la costumbre de
inculcar á los fieles desde el p u l p i t o y
el confesonario que después del exa-
men, y antes de acercarse al confe-
sonario, digan dos ó tres veces el
acto de contrición con ánimo de que
les sirva para la confesión. Así lo
practican las personas devotas, los
religiosos y los sacerdotes. Cuando
he tenido fundamento para dudar del
dolor del penitente, le exhortaba á
que le formase allí mismo, y después
dijese: me acuso de todos los pecados que
43§ LIBRO VI. TRATADO
he confesado. Este modo de obrar es
conforme á la opinión de L a y m a n ,
P a l a o , Cóncina, Coninch, San L i g o -
rio, en el Homo apostolicus, y otros.
Unnsquisque in sensu sao abnndet.
* Estas dos opiniones bien enten-
didas, como dice San L i g o r i o , lib. 6,
núm. 445, y M a r c , redentorista y fiel
discípulo de San L i g o r i o , tomo I I ,
núm. 1669, coinciden, porque tanto
los que dicen que el dolor debe pre-
ceder á la confesión, como los que
afirman que es suficiente que se haga
antes de la absolución, pretenden que
la confesión no sea una simple narra-
ción, sino una acusación dolorosa y
sacramental, la cual se consigue ha-
ciéndola con ánimo de obtener la ab-
solución; y el dolor se hace sensible
«per petitionem vel expectationem ab-
solutionis,» en lo cual están conformes
los que sostienen la primera opinión,
verificándose que no hay verdadera
discrepancia entre las dos opiniones;
y la segunda, entendida del modo que
se ha dicho , es enteramente segura:
y siendo asi, lo que importa es que el
confesor audita confessione, como dice
el Ritual R o m a n o , ad dolorem effica-
cibus verbis adducere conetur, especial-
mente cuando se trata de penitentes
rudos, ó bien se duda de la interna dis-
posición del penitente, cualquiera que
éste sea. Por tanto, es digna de censu-
ra la práctica de algunos confesores,
los cuales no sólo no preguntan á los
penitentes, sino que ni les dejan acabar
la confesión, diciendo después de oir
uno que otro pecado: «ea, vamos, bas-
t a , » y sin más les dan la absolución.
Estas intempestivas interrupciones so-
lamente pueden practicarse en casos
d a d o s , con personas escrupulosas ó
con almas cuyo espíritu es bien cono-
cido del confesor, nunca con personas
desconocidas, porque á veces algunas
empiezan la confesión por la acusa-
ción de faltas l e v e s , para confesar al
fin las más g r a v e s ; pero asustadas y
turbadas al ver los apuros é interrup-
ción del confesor, se exponen fácil-
V.
mente á callarlos. E n fin, una confe-
sión hecha con tanta precipitación y
ligereza no produce más que efectos
contrarios á los que intenta obtener el
penitente al acercarse al tribunal de
la reconciliación. Jaugey, citado por
A l a r e , núm. 1806.
Respecto de los penitentes que no
se acusan sino de faltas leves, los con-
fesores suelen, para asegurar el do-
lor, indicarles la acusación de alguna
falta grave de la vida pasada, ó bien
de algún pecado venial ya confesado
y enmendado, del cual se presuma
puedan formar verdadero dolor y pro-
pósito. *
2155. P. Para que el dolor de
atrición ó contrición sea materia apta
de la confesión, ¿es necesario que al
hacerle se ordene á la confesión?
R. San L i g o r i o , en el lib. 6, nú-
mero 447, dice que es más probable
que no es necesario que al hacer el
dolor se ordene á la confesión; pero
que como es probable que se debe
renovar al tiempo de confesarse si el
anterior no se ordenó á la confesión,
y como se trata de la materia próxima
esencial de este Sacramento, dice el
Santo Doctor que en la práctica se
debe seguir la opinión de Busembau.
Bonacina y Cóncina, que afirman que
el dolor no vale si no se ordena á la
confesión. L o mismo repite San L i g o -
rio en el Homo apostólicas, tract. X V I ,
n ú m . 21, donde dice así: «Sed quia
prima sententia (la de Cóncina, etc.),
etiam est probabilis, ideo in praxi se-
quenda.»
L a razón en que se fundan Cóncina
y los demás que siguen esta opinión
es, «quia sicut minister, aut etiam
suscipiens alia Sacramenta, debet per
intentionem ordinare materiam ad
Sacramentum, prout ablutionem ad
B a p t i s m u m , vel tactum materias ad
Ordinationem; ita etiam suscipiens
sacramentum Pcenitentias debet ad
illud ordinare dolorem, qui est hujus
Sacramenti materia.» Esta razón no
me parece despreciable. Además, en
DEL SACRAMENTO DE LA
materias y formas de Sacramentos no
pueden seguirse opiniones probables,
ni aun más probables, cuando no son
ciertas moralmente; sino que se debe
seguir la opinión segura, si la hay,
como dice San L i g o r i o (lib. 1, nú-
mero 48), y ésta es la sentencia c o -
munísima de los teólogos después que
Inocencio X I condenó la siguiente
proposición (es la i . ) : «Non est illici-
a cum sententia illa non sit certa, nostra,
tum in Sacramentis conferendis sequi
opinionem probabilem de valore Sa-
cramenti, relicta tutiore,» etc.
E l P. Ballerini llama ra~onci!la (ra-
tiuncula) al fundamento en que se
apoya San L i g o r i o . E l que quiera
enterarse de la ligereza con que proce-
dió este Padre en usar de esta pala-
bra despreciativa (ratiuncula), vea las
Vindicias Alfonsianas, pág. 412 y si-
guientes, donde los dignos y sabios
hijos de San L i g o r i o refutan victorio-
samente las objeciones del P. Balleri-
ni. L o mismo que San L i g o r i o y Cón-
cina dijeron otros muchos autores.
Hablando del que hizo atrición ó con-
trición sin ordenar el dolor á la prime-
ra confesión, Bonacina dice absoluta-
mente ( q . 3, part. 2 . , núm. 17) que
a
debe hacer nuevo dolor, si se confiesa.
Busembau, jesuíta, dice: « N o n potest
sine novo dolore ad id (sacramentum
Pcenitentias ) accederé. » Cárdenas,
jesuíta, dice: «Requiri quod ille dolor
antecedens referatur ad confessio-
n e m . » Gobat (cas. 6, núm. 159), el
ancho probabilista Gobat, hablando
de Raulero, el cual afirmaba que bas-
taba el dolor sin ordenarle á la confe-
sión, dice: «Nollem tamen ego sequi
hanc doctrinam respecta mei: quia spe-
ctantia ex institutione Christi ad valo-
remSacramenii, sunt potius scrupulose
quam aliquantulum laxe observanda.»
A estas palabras añade Sporer: «Sic
Ule ( G o b a t ) , sic ego, sic et tu» 1 De
Pcénit., núm. 289.) L a Croix, también
jesuíta, y por cierto nada escrupuloso,
dice (part. 2. , núm. 2S7): «Prasposi-
a
t u s , Bonacina , Dicastillo , aliique
plurimi probabilius dicunt deberé (do-
PENITENCIA. 439
lorem elici ex intentione confessionis),
quia alias non est actio sacramentalis.
Quamvis concederemus quod senten-
tia dicens non requiri ut dolor sit eli-
citus ex intentione confitendi esset
probabilior, tamen ejus praxis foret
illicita, et damnata est ab Innocen-
tio X I in i . propositione: nunc hic
a
agitur de valore Sacramenti; ergo
quas tutior est, debet in praxi teneri, ne
Sacramentum exponatur periculo nul-
litatis.» Mazzotta , también jesuíta
(De Contrit., cap. 1, § 3, dice: «Hasc
secunda sententia (la de Cóncina) v i -
detur probabilior, adeoque in praxi se-
quenda.»
Reuter, docto jesuíta, probabilista
moderado, dice así (De Pcenit., cap. 2,
q. 2): «Practice loquendo (dolor) debet
elici ex intentione confessionis, hanc-
que et absolutionem prascedere. R a t i o
primas partís est, quia dolor, ut Sa-
cramentum constituat, debet ad id
ordinari; non videtur autem ordinari,
nisi per intentionem Sacramenti su-
scipiendi; nam ex natura sua eo non or-
dinatur, cum possit elici de venialibus,
et peccatis alias confessis, cum inten-
tione non confitendi. Ita Dicastillus,
L a Croix et alii quorum sententia,
cum probabilis sit, et agatur de valore
Sacramenti, in praxi tueuda.» Antoine,
también jesuíta, dice: «In praxi elici
debet contritio ex intentione confessionis
vel absolutionis; et qui, nihil cogitans de
confessione, contritionem elicuit, debet
etiam denuo eliccre...; tum quia pars
debet referri ad c o m p a r t e m , et illi
moraliter uniri, ut totum cum illa
constituat; tum quia contritio sine
relatione ad Sacramentum non esset
actio sacramentalis. E t quamvis forte
contrarium, quod docet L u g o , esset
probabilius, tamen non est omnino
certnm.»
Por último, Billuart abraza un tér-
mino medio, pues concluye así: «^4í si
contritio prcecedens nidio modo referatur
ad confessionem, ut si hodie dolens non
cogites de confessione crastina, nec
 440 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 441
(nótese bien) eras confitens recorderis B. Esta cuestión la trata San L i - una opinión de tenue probabilidad. to de la Penitencia, al cual no se or-
doloris hesterni, invalide confiteris, gorio en el lib. 6, n ú m . 446, y tiene
2157. P. Cuando el penitente, denó por el penitente.
nisi novum dolorem concipias; quia por absolutamente falsa la opinión de
inmediatamente después de la absolu- 3. E l ejemplo de una misma
0

pars debet referri ad compartem, et Suárez, Escobedo y otros, que afir-

ción, se acuerda de un pecado mortal agua en el bautismo, que puede ser-
confessio sacramentalis et valida de- man que el dolor persevera para la olvidado inculpablemente, ¿puede el vir para muchos bautismos, es i m -
bet esse dolorosa, qualis non potest confesión aunque hayan pasado mu - confesor volver á darle la absolución pertinente; porque una misma agua,
esse nisi per dolorem aliquo ex his chos años, con tal que no se hubiese para absolverle directamente del peca- considerada antes de la aplicación á
modis ad se relatum.» (De Pcenit., retractado. Refiere después varias opi- do olvidado sin que el penitente haga este ó á aquel bautismo, es materia
dissert. 4 . , art. 8, petes 3.) Billuart, niones, y no expresa determinada-
a
nuevo dolor? remota del bautismo, así como unos
si bien exige que el dolor se ordene á mente el tiempo que pueda durar mismos pecados son materia remota
R. San L i g o r i o trata esta cuestión
la absolución, se contenta con que, virtualmente. E n el Homo apostólicas, de muchas confesiones; pero así como
en el lib. 6, núm. 448, y dice que la
a u n cuando se hubiese hecho ayer sin tract. X V I , n ú m . 20, concluye así: sentencia más común afirma que se una misma ablución de una misma agua
orden á la confesión, el penitente, al « E g o vero cum Roncaglia non dubito le puede absolver directe del pecado (que es la materia próxima del bau-
confesarse en el día siguiente, diga: asserere, quoties confessio derivat ex olvidado sin nuevo dolor. Así opi- tismo) no puede servir para bautismos
« E l dolor que hice ayer, le ordeno á la peccatorum dolore, semper virtualiter nan L u g o , Anacleto, V i v a , Gobat, distintos numéricamente, del mismo
confesión de ho}'.» perseverare per unum aut alterum modo un mismo dolor (aunque perse-
Moya, etc. Se fundan estos autores
Confieso que no convengo con esta diem, dum illa confessio est doloris en que de la primera absolución y de vere virtualmente) no puede servir
opinión de Billuart, porque el dolor effectus. Secus a u t e m , si quis ex la segunda se hace un stlo Sacramento para distintas absoluciones. San L i -
es la materia próxima del sacramento mera devotione, aut ad votum, aut moralmente; y que como pasó poco gorio dice que esta segunda opinión
de la Penitencia; y si cuando se hizo pcenitentiam implendam confitere- tiempo entre una y otra absolución, es probable, immo probabilior, y con-
ayer sin orden á la confesión no era t u r . » el dolor de la primera absolución per- cluye: «//i praxi omnino sequendam esse
materia válida, según Billuart, tam- E l doctísimo P. Cóncina resuelve severa virtualmente para la segunda. dicunt Croix et Cóncina, saltón tu-
poco puede serlo, aunque se ordene á sólida y lacónicamente esta cuestión. Además, dicen que una misma mate- tius censeo teuendam.»
la confesión, en el día siguiente. L a D i c e así: «Concedo analogiam quam- ria próxima parcial puede servir para
T e n g o por notablemente más pro-
razón es, porque el dolor de ayer es dam inter civile et sacraméntale fo- muchos Sacramentos, como vemos
bable que, prescindiendo de la mayor
un acto «transeúnte, y si ayer era ma- rum. Discussio enim causee senten- que tina mis?na agua sirve para mate-
ó menor probabilidad especulativa que
teria nula porque no se ordenaba á la tiam prascedat oportet; et licet inter ria de muchos bautismos.
tenga la opinión primera, en la prácti-
confesión, la ordenación del día si- discussionem causa; et prolationem
L a segunda opinión dice que, en el ca debe hacer nuevo dolor el que in-
guiente no puede revalidarle.» Aquí sententia; tempus fluat, necesse haud caso anterior, el penitente no puede mediatamente después de ser absuel-
tiene lugar aquel dicho jurídico: «Quod est causas discussionem repetere. Haec recibir la segunda absolución directa to ha de recibir otra absolución de un
ab initio nullum est, non potest tractu omnia fatemur. « N e g a m u s vero non del pecado olvidado, sin hacer nuevo pecado olvidado. E l P. Ballerini se
temporis convalescere;» ó como sa-1 »esse renovandum tempore absolutio- dolor, y se funda: equivoca ciertamente cuando en la
biamente dice L a Croix: «Sicut ablu- I »nis dolorem elicitum ante dies, aut
i.° E n que el primer juicio de la nota que pone al P . Gury (tomo 2,
tio facta sine intentione baptizandi, »hebdomades, aut mensem.» ( T o m o 9,
confesión primera está ya terminado núm. 448, pág. 332), hablando de la
quamvis immediate post referretur ad i lib. 1 , diss. 3 . , cap. 1, núm. 4.)
a
por la primera absolución; y , por lo segunda sentencia que aprueba San
baptismum, et adderetur forma, non Y o creo que no conviene que los tanto, para recibir una absolución L i g o r i o como más probable para la
esset actio sacramentalis, nec pars fieles se enteren de estas cuestiones, nueva se necesita nueva materia próxi- práctica, dice así: «Ñeque auctoritas
baptismi:» luego, a pari, lo mismo se y lo mejor será exhortarlos á que, ma del nuevo Sacramento, distinto nu- igitur, ñeque solida ratio ulla suffra-
ha de decir del dolor, que también es cuando van al templo á confesarse, méricamente del primero. gatur isti opinioni.»
materia próxima; con la sola diferen- se preparen con actos de contrición,
2.° E n que el dolor persevera mo- i.° E n cuanto á la probabilidad
cia de que el dolor, si se hace en or- y repitan el acto de contrición al re- ralmente, pero no persevera como par- intrínseca de la opinión de San L i g o -
den á la confesión (como que ésta cibir la absolución. Sólo en un caso te ó materia próxima para la segunda rio, Cóncina, Suárez, etc., ya se han
está instituida per modum judicii), ad- se puede seguir la opinión ancha, y es, absolución; así como queda probado expuesto las razones, á las cuales el
mite alguna dilación entre él y la cuando el confesor se encontrase con que la contrición ó atrición que se ha P . Ballerini no da respuesta ni solu-
forma de la absolución, como se dirá un enfermo destituido muchos días an- hecho en la mañana de hoy por pura ción alguna satisfactoria, contentándo-
en la cuestión siguiente; dilación que tes del uso de los sentidos; pues en devoción y sin orden á la confesión, se con decir que nada valen: Nec so-
no se admite entre la ablución y la este caso debe darle la absolución sub no puede servir para materia próxima lida ulla ratio, etc.
forma del bautismo. conditione, porque tal vez le habrá re- de la confesión de esta tarde; porque 2.0
E n cuanto á la probabilidad
2156. P. ¿ P o r cuánto tiempo novado sensiblemente, aun cuando si bien, absolutamente hablando, el extrínseca, hay muchos autores gra-
puede perseverar el dolor que se h i z o , ninguno lo advirtiese; y además, en dolor persevera virtualmente, pero no ves en favor de San L i g o r i o , cuya
ordenándole á la primera confesión? casos tan apurados, se puede seguir es materia próxima apta del sacramen- autoridad (y sea dicho sin ánimo de
442 LIBRO VI. TRATADO
ofender) es sin duda alguna de in-
comparable mayor peso que la del
P . Ballerini. E l doctísimo Suárez,
jesuíta, dice que de los pecados que
no fueron perdonados directamente
debe hacerse una nueva confesión y
darse una nueva absolución: « E x illis
vero necesse est fieri novum Sacramen-
tum, numero distinctum a precedente,
quia constat distincta materia, et for-
ma, et distinctum habet effectum,
quem significat.» (Véase á este autor,
disp. 18, sección 4 . , núm. 7.)
a
E l docto L a Croix, jesuíta (lib. 6,
part. 2 . , núm. 712), dice que no se
a San L i g o r i o , dice así: « N e c auctori-
puede seguir en la práctica la opinión
que defiende ahora el P . Ballerini:
«•Est iüicita et damnata ab Innocen-
tio XI, uti constat ex dictis: senten-
tia illa non est certa, et agitur de va-
lore Sacramenti; ergo in praxi eligen-
da est opposita tutior. U n d e , si quis,
etiam statim post absolutionem, r e -
cordans peccati, illud addat, debeat-
que ab eo absolví, tenebitur renovare
dolcrem: alioqui hasc secunda absolu-
tio exponetur periculo nullitatis, ideo-
que peccabitur mortaliter.»
H o l z m a n , aunque en la especulati-
va cree que es más probable la opi-
nión de L u g o , dice que en la práctica
no se puede llevar sin pecado esta opi-
nión, y lo prueba latamente [De Pce-
nit., núm. 511.) Por no alargarme d e -
masiado, tan sólo diré que á la prác-
tica común de los confesores de no
exigir nuevo dolor, que alega V i v a ,
dice H o l z m a n : «Contra enim est: nam
peritorum confessariorum praxis p o -
tius facit in contrarium...; ita excepi
ex ore plurium, quos desuper ex p r o -
fesso interrogavi. Horum proin exem-
plar et tu imitare, nisi Sacramentum
periculo frustrationis citra necessita-
tem exponere malis, non sine gravi
peccato sacrilegii,»
Reuter, jesuíta (De Pcenit., n ú m e -
ro 287), hablando del caso presente,
dice así: « I n praxi tamen renovandus
est dolor.» L o mismo dice V o i t : « I n
praxi prsestat novum elicere dolorem,
V.
ut tutius procedatur in iis, quae per-
tinent ad valorem Sacramenti.» (De
Pcenit., núm. 508.)
L o mismo opinan Antoine, jesuíta
(De Pcenit., cap. 1, art. 1, q. 6 . .
resp. 3. ), y Cuniliati, etc. E n cua-
a me fundo en que, como dice Santo
renta y cuatro años de confesor, ja-
más he oído á confesor alguno que
diese la absolución sin nuevo dolor á
ningún penitente que confesaba peca-
dos mortales olvidados.
E l P. Ballerini se equivocó nota-
blemente cuando, hablando de esta
opinión, que para la práctica defiende
tas, nec solida ratio ulla suffragatur
isti opinioni,» Se equivocó también
cuando se empeñó en probar que el
que confesó bien sus pecados, si des-
pués vuelve á ponerlos por materia de
otras confesiones, no necesita hacer
nuevo dolor para ser absuelto, y que
basta que no se retractase el dolor que
hizo cuando los confesó la primera
v e z , esto es, que el dolor permanezca
habitualmente. D e modo que con el
dolor que hizo una vez hace dos años,
si después ni le retractó ni pecó mor-
talmente, bien podrá confesarse trein-
ta ó cuarenta veces sin renovarle; y
en este caso cada una de las confe-
siones sería un sacramento completo
y distinto en número de las otras con-
fesiones, y no obstante se quiere que
la materia próxima de todas ellas sea
una sola y una misma en número.
Si se pusiese en práctica la opinión
anterior, se seguiría que las personas
piadosas seculares ó regulares que
tienen costumbre de confesarse cada
ocho días, y muchas de ellas no tie-
nen pecado grave en muchos años, no
tendrían que hacer dolor alguno para
confesarse mientras no cometiesen
culpa grave nueva; bastaría que, ha-
ciendo el dolor una vez para confe-
sarse, recibiesen después la absolu-
ción sin renovar el dolor, con tal que
no le hubiesen retractado. Esta opi-
nión es contraria al sentido común de
los fieles, de los sacerdotes, de los
DEL SACRAMENTO
religiosos, y á la costumbre general
de los confesores. Sería de la más fa-
tal consecuencia si se pusiese en prác-
tica, porque, en mi concepto, esas
a confesiones serían nulas; sobre todo
T o m á s , la costumbre de la Iglesia es
de tan grande autoridad, que destru-
ye las opiniones particulares de cua-
lesquiera autores.
2158. P. E l que tan sólo con-
fiesa pecados veniales ¿está obligado
sub gravi á formar dolor de ellos?
R. San L i g o r i o trata esta cuestión
en el lib. 6, núm. 449, dubit. 1, y
dice que Natal Alejandro, Juenin y
Geneto (1) son de opinión que tan
sólo es pecado venial confesar culpas
veniales sin llevar dolor de ellas: se
fundan en que, si no intentan profa-
nar el Sacramento, no hay sino leve
irreverencia en frustrar el efecto del
Sacramento en materia leve. Esta
opinión es contraria al común sentir
de los teólogos, como muy bien dice
San L i g o r i o , porque e s grave culpa
hacer voluntariamente un Sacramen-
to nulo.
A l que tiene tan sólo pecados ve-
niales, bien puede el confesor decirle
que comulgue, sin absolverle; pero si
no tiene dolor de algunos de los vé-
niales que confiesa, ni el confesor le
puede absolver, ni el penitente (si co-
noce que no le tiene) puede recibir la
absolución. Y o en algunas ocasiones
he dicho que comulguen, sin dar la
absolución, especialmente á personas
jovencitas que desde la última comu-
nión no tenían sino faltas muy leves,
y no tenían materia grave conocida
iie la vida pasada. Si ha pasado algún
tiempo notable desde la última abso-
lución, se las puede absolver sub con-
(1) E s t o s tres a u t o r e s s o n c o m u n m e n t e
m u y r í g i d o s en sus o p i n i o n e s , p e r o en esta
cue&tión son d e m a s i a d o b e n i g n o s , verifi-
c á n d o s e a q u e l d i c h o c o m ú n de q u e no h a y
escritor rígido que no tenga alguna opi-
n i ó n l a x a , ni e s c r i t o r l a x o q u e n o t e n g a
alguna opinión demasiado severa.
DE LA PENITENCIA. 443
dilione cuando se duda si tienen dolor
verdadero do los veniales, que confie^
san: porque no carezcan por mu-
cho tiempo de la gracia del Sacra-
mento; 2.°, porque tal vez tengan
culpa grave que no conozcan ó no re-
cuerden; y esta es la sentencia de San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 449.) ( V é a s e la
nota al núm. 2154.)
2159. P. E l que no confiesa sino
pecados veniales ¿basta, que tan sólo
tenga atrición de algunos de ellos?
R. E s doctrina corriente que basta
arrepentirse de algunos en particular;
porque como los veniales no son ma-
teria necesaria, bien puede haber d o -
lor suficiente, por ejemplo, de los
hurtos leves, y no de las palabras
ociosas; ó de las mentiras leves, y no
de alguna falta leve en la templan-
za, etc. Así opinan Suárez, L u g o ,
Cóncina, Antoine, San L i g o r i o ( l i -
bro 6, núm. 449, dub. 2), etc. E l
Santo añade: «Recte etiam dicit Croix
cum Suarez, quod bene quisque potest
doleré de venialibus deliberatis, et pro-
ponere omnia illa vitare; de semide-
liberatis autem sufficit doleré quod
ea commiserit, et in posterum velit
attendere ad ipsa vitanda , quantum
humanas fragilitati permittitur. E t
hsec sunt juxta doctrinam D . Thomas,
qui ( 3 . p., q. 87 , art. 1 ad i . ) sic
a u m
ait: Pcenitentia de peccatis mortali-
bus requirit, quod homo proponat
abstinere ab ómnibus et singulis; sed
ad pcenitentiam venialium requiritur,
quod homo proponat abstinere a sin-
gulis, non tamen ab ómnibus , quia
hoc infirmitas hujus vita non patitur;
debet tamen habere propositum se
prasparandi ad venialia mimtenda.»
Sobre cuyas palabras dice sabiamente
Silvio , en el comentario de este ar-
tículo, conclusión 2 . : «Circa respon-
a
sionem ad i . u m
observandum est d i s -
crimen pcenitentias peccatorum m o r -
talium a pcenitentia venialium ; quod
ad illam requiritur propositum vitan-
di singula et universa , quod fieri
potest per gratiam: ad hanc vero suf-
 444 LIBRO VI. TRATADO IV. DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 445
ficit propositum vitandi singula , ita mal ó explícito , porque en el dolor lib. 1 , dissert. 3 . , cap. 1, núm. 15.)
a

scilicet (nótese bien), «ut nuilum pla- verdadero se incluye necesariamente L a razón anterior de Cóncina , p o -
ceat ac nullius retineatur affectus,
CAPÍTULO V el propósito virtual de no pecar. Así derosa realmente, la había alegado ya
etiamsi apud se non statuat, quod ab1 opinan Suárez, Bonacina y otros. Melchor Cano para probar la necesi-
D E L PROPÓSITO DE L A E N M I E N D A
ómnibus collective abstinebit ; quiaL San L i g o r i o dice que la segunda y dad del propósito explícito. Después
hoc infirmitas hujus vita; non patitur, tercera opinión son más probables; pero de decir que el Concilio Florentino y
2160. P . ¿Qué es propósito de la
et moraliter ac secundum legem ordi- enmienda? que como la primera es suficientemen- el Tridentino definieron la contrición:
nariam fieri non potest, ut omnia o m - te probable, y como se trata de la ma- « A n i m i dolor ac detestatio de peccato
R. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 451)
nino evitet, quamvis nullum sit, quod teria próxima del sacramento de la commisso cum proposito non peccandi
le define así: « P r o p o s i t u m firmum
vitare non possit.» E l no cometer pe- Penitencia , se debe seguir la primera de caetero,» a ñ a d e : «Ñeque potest
importat, ut pcenitens habeat volun-
cado alguno v e n i a l , siendo persona opinión en la práctica , la cual está diei Concilium loqui de proposito im-
tatem omnino deliberatam non reci-
adulta , fué privilegio singular conce- autorizada por un coro de eminentes plicito..., quod vana esset talis deter-
dendi, et sit animo ita dispositus, ut
dido á ¡a Santísima Madre de D i o s . doctores antiguos y modernos (lib. 6, m i n a d o et explicatio contritionis, si de
nullius mali timore et nullius boni
núm. 450), El doctísimo Belarmino, implícito proposito intelligeretur. E t
H e querido transcribir las palabras cupiditate peccatum in posterum ad -
hablando de ella (De Pcenit. , lib. 2, simili quoque ratione interpretaremur
de Santo T o m á s y de Silvio , porque mittere velit;» ó s e a : n Propositum fir-
cap. 6 ) , dice así: « E t quidem v e t e - ad contritionem cordis pertinere i m -
el Sr. Sánchez, en su Teología Moral mum non peccandi de castero.»
res t h e o l o g i , ut Petrus Lombardus, plicite doleré de peccato commisso.»
(trat. V I , punto 3, núm. 1) hace supo- P . E s t e propósito ¿debe ser explí- Alexander H a l e n s i s , Sanctus T h o - (Antes del medio de la parte i . , Re- a

siciones que no pueden admitirse en cito, ó basta que sea implícito?

mas, Scotus, Durandus, Albertus, et lectio de pcenitentia.)
la práctica. Dice así: «También habrá R. H a y tres opiniones: la primera alii simpliciter docent, de ratione con-
materia nula, ó faltará materia de con- dice que para el sacramento de la P e - Santo T o m á s exige expresamente
tritionis esse cum detestationem pec-
fesión , cuando se trate de una alma nitencia es necesario un propósito for- para la justificación , propósito de no
cati, tum propositum bene vivendi: et
tan pura que , por estar confirmada en mal y explícito: las razones se dirán pecar en lo futuro, del mismo modo
quamvis non distinguant ínter fórma-
gracia, jamás haya sido manchada ni después. que el dolor de los pecados pasados.
le et virtuale propositum, tamen satis
aun con la culpa venial.» Después pone H e aquí sus palabras: «Quamvis ad
La segunda dice que si el dolor se aperte indicant de fornndi esse locutos.
varias advertencias al confesor sobre pcenitentiam, in quantum est pceni-
hace por motivo universal, basta ti Id quod apertius postea docuerunt
la conducta que ha de observar con tentia, non pertineat respectus ad fu-
propósito virtual, incluso en el mismo Adrianus V I , T h o m a s , Cajetanus,
estas almas que nunca cometieron culpa turum, tamen in quantum est emen-
dolor. Así opinan L u g o , Cárdenas, Dominicus a Soto et Melchior Ca-
venial. Esta suposición del Sr. S á n - datoria ofensa; commissas in Deum,
L a y m a n , N a v a r r o , los Salmaticenses nus. N o n defuerunt tamen pauci quí-
chez es enteramente gratuita; porque, exigit respectum in futurum, scilicet,
y otros. dam qui contra disputaverint, ac v i r -
exceptuada la Santísima Madre de propositum de cetero cavendi: et hoc
L a razón principal que alegan es, tuali proposito , quod in peccatorum
Dios , es doctrina comunísima de los propositum intelligitur in hoc quod
porque el Tridentino (sess. 1 4 , cap. 4) detestatione includitur, contenti, fór-
doctores católicos , con Santo T o - dicit (1), flenda iterum non committe
dice que la atrición, si excluye la vo- male propositum necessarium esse
más, que no hubo j a m á s Santo algu- re ; id est , habere propositum non
luntad de pecar y se hace con la espe- negaverint... Sed nobis (concluye B e -
no que no cometiese algún pecado ve- committendi.» ( I n 4 Sent., dist. 14,
ranza de ser perdonado, dispone al larmino) communis ac trita a veteri-
nial. E l Tridentino (sess. 6 . a
Dejustif., q. i . , art. 1 , sol. 6 . ad 4 - ) . L o
a a u m

penitente para conseguir la gracia en bus vía semper visa est tutior et com-
can. 23), dice así: « S i quis hominem mismo dice en la 3 . p., q. 90, art. 4: a

este Sacramento. modior.»

semel justificatum dixerit... posse in
tota vita peccata omnia, etiam venia- L a tercera opinión dice que si el
lia, vitare, nisi ex speciali D e i p r i v i - penitente, al hacer el dolor, piensa
l e g i o , quemadmodum de Beata V i r g i - I acerca de la vida que ha de empren-
ne tenet Ecclesia , anathema s i t . » Si der después (si cogitct de vita futura),
algún autor ha exceptuado á algún es necesario que haga propósito formal
Santo, especialmente al Bautista, co- y explícito de enmendarse, porque de
munmente se entiende que no tuvo otro modo sería sospechosa su peni-
pecados veniales del todo delibe- <tencia , y no se cumpliría lo que dice
jados. el Tridentino , á saber , que el peni-
tente debe dar principio (por el propósi-
to) á una nueva vida: inchoare novam
vitam. Pero que si el penitente no
piensa del tiempo futuro, como suce-
derá al que está en el artículo de
muerte, no se necesita propósito for -
«Pertinet ad pcenitentiam ut deteste-
A las anteriores palabras de Belar- tur peccata praeterita cum proposito
mino añade el doctísimo Cóncina: immutandi vitam in melius , quod est
«Utinamhanc tritam a veteribus viam quasi pcenitentia; finis.»
perambulare omnes novi casuistas vel- O m i t o otros muchos autores que
lent... Concilium Tridentinum prseter pudiera citar en favor de la necesidad
dolorem , utique efficacem, absolu- del propósito formal ó explícito de no
tum et universale propositum requirit pecar, necesario en el dolor para con-
(sess. 14, cap. 4). Si propositum (nó- fesarse. L a s razones alegadas y los
tese bien) necessarium ad Sacramen-
tum in dolore contineretur, frustra
Concilium expresse propositum requi- (1) A l u d e S a n t o T o m á s á la d e f i n i c i ó n
rit. H o c non est dicendum: ergo pro- q u e d i e r o n S a n A m b r o s i o y S a n A g u s t í n
positum expressum et fórmale neces- de la p e n i t e n c i a : « P c e n i t e n t i a est p r e t é r i t a
sarium est.» (De sacram. Pcenitent.,
m a l a p l a n g e r e , et p l a n g e n d a iterum non
committere.»
446 LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO
autores citados prueban que se equi- R. San L i g o r i o , en las cinco pri- en otras posteriores. Cuando el San-
vocó Gury cuando , hablando de esta meras ediciones de su Teología Moral to reformó algunas opiniones ante-
opinión , dijo: Quam pauci quídam te- lata (siguiendo á Suárez y á Bonacina) riores en las últimas ediciones de la
nent (tomo 2, núm. 462, pág. 940); á dijo que en el caso propuesto no de- obra lata, á ésta se ha de estar, y no al
cuyas palabras añade el P. Ballerini: bía renovar la confesión hecha con Homo apostolicus, ni á los compendios,
«Bene auctor ( G u r y ) hanc opinionem buena fe sin propósito explícito. L o como muy bien dicen los muy sabios
paucis tribuit.» Después pone varias mismo opinó en los siguientes com- redentoristas autores de las Vindi-
adiciones al citado pasaje de Gury, en pendios: Instruzione e pratica, etc., cias Alfonsianas. «.Recle igitur (son
las que no faltan inexactitudes y equi- capítulo 16, núm. 26, publicado hacia sus palabras, pág. 459, nota 2. ) ad-
a
vocadas interpretaciones, como puede el año de 1756 ; Homo apostólicas, vertunt editores Mechlínensis (1845)
verse en las V indicias Alfonsianas, pá- tract. X V I , n. 26, publicado en 1759;
r et Taurinensis (1847) in adnotatio-
ginas 443 y siguientes. Confessore de la gente di campagna, ne ad hunc numerum 450 apposita:
E l Sr. Sánchez, en su Teología Mo- cap. 1 5 , núm. 8, publicado en 1764; «Contrariamos. Alfonsus) stabilit sen-
ral, trat. V I , punto 4, núm. 1, dice I pero en la sexta edición de la Teología tentiam in Homo apost., tract. X V I ,
así: « E l propósito de no pecar puede Moral lata, publicada en 1767, retrac- núm. 26. Ast cum constet Auctorem
ser explícito ó implícito. E l explícito tó esta opinión, y en el lib. 6, al fin magnam Theologiarn Moralem prae
esel mejor, pero basta también el i m - del núm. 450, después de referir la opi- textu Homo apostolicus semper curas-
se, eamque in dies ad finem vita; us-
plícito, ó el que se incluye en el dolor nión de Belarmino, Suárez,Croix,etc.,
que emendasse (quod de Homo apos-
y detestación de la culpa. ( L i g o r i o , los cuales dicen que «post factum, si
tolicus dici nequit), ipsa utique Homo
Theologia Moralis, lib. 6, núm. 450.)» bona fide confessus fueris cum vero
apostolicus prasferenda; ac proinde in
E n primer lugar, llama la atención dolore sine proposito formali, non te-
qussstione praesentí, sententia Aucto-
que el Sr. Sánchez, en una cuestión neris confessionem repetere; quia esto
ris in magna Morali tenenda est.»
tan trascendental y tan controvertida communius non liceat Sacramentum
en que se trata de la materia próxima suscipere cum opinione quse non sit 2161. Aunque me alargue algún
esencial de un S a c r a m e n t o , afirme moraliter certa, ne Sacramentum ex- tanto, me veo precisado á deshacer
con tanta seguridad que basta el pro- ponatur periculo frustrationis, tamen un argumento del P. Ballerini en una
pósito implícito , sin hacer mención non teneris repetere confessionem, si nota que pone al P. Gury ( t o m o 2,
de que hay opiniones muy respetables probabiliter valide es j a m confessus, núm. 462, pág. 492; en otra edición,
por una y otra parte. E n segundo lu- cum praafatum periculum tum a m - pág. 281). Dice que post factum no
DE L A PENITENCIA. 447
ción alguna; porque cuando el Santo
dice en el citado núm. 505 que in du-
bio standum est pro valore actus, se en-
tiende cuando consta que se puso el
acto sustancial mente cierto, y tan sólo
se duda de alguna circunstancia se-
anidaría de él. Por ejemplo: cuando
á uno le consta que confesó sus pe-
cados, pero después duda si los ex-
plicó bien, ó si el confesor los enten-
dió todos; en este caso, el penitente
á nada está obligado, porque la c o n -
fesión fué válida ciertamente, y enton-
ces, en cuanto á la circunstancia de que
se duda, vale el principio: « I n dubio
standum est pro valore actus , ut
communiter tradunt doctores cum
L a y m a n et N a v a r r o , qui dicit: Prce-
sumptio pro actus valore prcsponderat
aliis;i> pero San L i g o r i o añade: «Quan-
do adest praeceptum, et dubitatur an
actus impletionis fuerit positus vel
n e , possidet obligatio praacepti;» y
como cuando uno se confiesa sin pro-
pósito explícito se duda sobre la validez
de su atrición ó contrición, así como
se duda de la validez de Jas confesio-
nes del que se confiesa ignorando,
aunque sea invenciblemente, el mis-
terio de la Trinidad ( 6 . edición, li-
a

gar, se equivocó notablemente en citar plius non adsit.» Esta es la razón que debió San L i g o r i o afirmar que el que
bro 2, núm. 2), de aquí es que enes-
sin ninguna restricción á su favor á el Santo tuvo antes para llevar esa hizo una confesión con buena fe, con
tos dos casos, y en otros semejantes,
San L i g o r i o ; porque el S a n t o , en el opinión, como se puede ver en el lu- verdadero dolor, pero sin propósito
San L i g o r i o (nótese bien) en la sexta
núm. 450, si bien afirma que es más gar citado del Homo apostolicus. «Ni- explícito , debía renovarla; porque
edición y en las posteriores de su obra
probable que basta el propósito implí- hilominus (aquí entra la retractación) confesando el Santo que es más pro-
lata de Teología Moral dice que se de-
cito, añade que, como es suficiente- nec etiam voleo htiic sententia acquies- bable que basta el propósito implíci-
ben repetir las confesiones. D e modo
mente probable que es necesario el pro- cere: ratio, quia cum prima opinio (la to, aunque dice que es suficientemen-
que en todos estos casos tiene lugar
pósito explícito ó formal, «ante f a - necesidad del propósito explícito para te probable que no basta, post factum
el principio general que pone San L i -
ctum tutius sequenda e s t . » E n el el valor de la confesión) sit sufficien- con buena fe no debió imponer obli-
gorio en el tratado De conscientia, 6 . a

Homo apostolicus (tract. X V I , núm. 26) ter probabilis, pcenitens, qui gravem gación de renovar la confesión, sin
edición, núm. 34: «Certus de debito,
contradecirse á sí mismo. L a razón es,
está más explícito; dice así: « C e t e - culpam et certam perpetravit, tene- et dubius de solutione, tenetur sol-
porque en el lib. 6, núm. 505, dice
rum quia prima sententia (que el pro- tur de ea confessionem explere, non vere. »
así: « H i c sedulo advertendum, non
pósito debe ser explícito) est satis pro- tantum probabiliter, sed etiam certe
esse cogendos pcenitentes ad repeten-
babilis, ante factum illa sequenda est;» validam.» Por último, entre las proposiciones
das confessiones, nisi moraliter certo
pero aún hay más, como luego diré. Como los compendios arriba cita- de la segunda serie que retractó el
constet eas fuisse invalidas, ut recte
P. Si el penitente se confesó con dos, incluso el Homo apostolicus, son Santo y se añadieron á la edición 6 . , a

dicunt Croix, etc. R a t i o quia posses-

buena fe, sin hacer propósito formal anteriores á la sexta edición de la obra se halla la siguiente (es la 1 . ) , que
a

sio stat pro valore confessionum prae-

ó explícito, y después advierte que lata de San L i g o r i o , publicada en 1767, por su importancia y generalidad voy
teritarum, quamdiu de earum nullita-
ciertamente ni se acordó de la vida ninguna fuerza tiene la opinión con- á transcribir literalmente: «Si quis
te non constat.» A este argumento del
futura, ni por consiguiente tuvo pro- signada en dichos compendios, pues- (dice) probabiliter judicet se implevis-
P. Ballerini (fuerte en la apariencia)
pósito formal, ¿deberá renovar la con- to que el Santo la retractó después se votum, horas canónicas, sive pce-
se responde que no hay contradic-
fesión? en la edición sexta de su obra lata y nitentiam, ad teneatur eam satisface-
44« LIBRO VI. TRATADO
re si adhuc probabile sit vel dubium non
imfilevissel Negant plures auctores (li-
bro i , núm. 76 de la edición 5 . ) ; sed
a
(he aquí la retractación) oppositum
est tenendum, quia posidet obligalio jam
contracta, doñee certe fuerit impleta.»
Se equivoca, pues, el P. Ballerini
diciendo que San L i g o r i o se contra-
dijo á sí mismo en la cuestión del
propósito explícito. San L i g o r i o , re
melius perpensa, mudó de opinión en
esta y en otras muchas cuestiones.
Así lo hicieron San Agustín, Santo
T o m á s y otros Doctores. Cuando se
trató de declarar Doctor de la Iglesia
al Santo, se opuso este reparo por el
fiscal de la causa; y he aquí la res-
puesta del defensor: «In quo potius
laudandus et admirandas est, aliisque
exemplo esse posset, Utinam omnes
theologi, tan rigidiores quam benig-
niores, eamdem semper in veritate
inquirenda sollicitudinem adhibuis-
sent, eamdemque sanctam intentio-
nem, omni cupiditate glorias, et par-
tium studio, omnibusque praejudiciis
expertem, adhibuissent!» (Vindicies
Alphonsiancz, pág. g o o , en una nota.)
Una de las cosas que ha de estudiar
el que quiera saber la opinión del
Doctor San L i g o r i o , es el elenco de
las proposiciones que el Santo retrac-
tó: primero retractó 99, y últimamen-
te 26. Se hallan al fin del tomo 3 del
Homo apostolicus, y en la obra lata
antes del Praxis confessarii. Se ha de
notar que la 24 que retractó en las 99
primeras, la moderó en la 10 de
las 26 últimas.
H e concluido sobre esta cuestión
difícil é importante. Me he alargado
mucho, porque me pareció convenien-
te y a u n convenientísimo decir algu-
nas cosas dignas de saberse para la
resolución de otras cuestiones graves
enlazadas con ésta.
2162. Se dirá que si el propósito
formal ó explícito de la enmienda es
necesario para el valor de la contri-
ción, se siguen dos graves inconve-
nientes:
V.
i.° Que las partes de la materia
próxima del sacramento de la P e n i -
tencia no son tres, como dice el T r i -
dentino, á saber: contrición, confe-
sión y satisfacción; porque si el pro-
pósito explícito fuese necesario, serían
cuatro. A esta dificultad responde San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 450): «Sed bene
respondet P. Cóncina, quod contritio
duobics constat, nempe, dolore et propo-
sito explícito; » y yo añadiré que el
Concilio Tridentino y el Florentino,
en la definición de la contrición, ex-
presan el propósito de no pecar en ade-
lante: «dolor de peccato commisso cum
proposito non peccandi de cetero.»
2.
0
Se dirá que esta opinión l l e -
naría de escrúpulos á los penitentes,
pues dudarían si habían hecho, con e!
dolor, el propósito explícito de la en-
mienda. A esto respondo dos cosas:
la primera es que, al menos en E s -
paña, los Catecismos de la doctrina
cristiana, en el acto de contrición
con que nos preparamos para confe-
sarnos, expresan esa cláusula: Y pro-
pongo firmemente la enmienda de nunca
más pecar. L a segunda es que rarísi-
ma vez sucederá que un penitente
haga verdadero dolor de sus culpas,
sin que haga propósito explícito de la
enmienda; porque, como sabiamente
notan los autores de las Vindicias .-17-
fonsianas (pág. 463), no es necesario
que el propósito se exprese vocalmen-
te: además, el que de verdad se arre-
piente, por lo común antes piensa en
la enmienda que en el dolor formal:
el penitente que omite el propósito
explícito de apartarse de las ocasio-
nes próximas de pecar; y de poner los
medios para vivir bien en adelante,
ordinarie nec verum, nec sufficientem
dolorem habet.» L o mismo dice Scavi-
ni en su última edición ( t o m o 3, nú-
mero 437): «Ceterum hoc inquietare
non debet, cum vix eveniat, quod pceni-
tens veré contritus propositum etiam
explicitum omittat; etsi ad hoc non re-
flectat, quod non est necesse.»
í L o s autores de las Vindicias Alfon-
DEL SACRAMENTO
sianas hacen una sabia advertencia á
los confesores sobre el cuidado que
han de tener en procurar que sus p e -
nitentes, si están muy inclinados á un
vicio, formen propósito firme de en-
mendarse, y al efecto les recuerden
las palabras de San L i g o r i o (lib. 6,
núm. 451): « H i c ante omnia adver-
tendum, rem valde difficilem esse
quod peccatores frequenter ex consuetu-
dine in mortalia labentes, cum vero
proposito ad confessionem accedant;
quapropter confessarius in hoc sedulo
incumbere debet, máxime si pcenitens
alicui vitio magnam habuerit adhaa-
sionem.»
2163. P. ¿Qué cualidades debe
tener el propósito?
R. San L i g o r i o (en el lib. 6, nú-
mero 4 5 1 ) y Cóncina ( l i b . 1, De
sacram. Pcenit., dissert. 3 . , c a p . 2, § 4,
a con sus fuerzas, sino con el auxilio
núm. 2) con la opinión común, dicen
que son t r e s : 1 . Que sea firme.
a
2 . Que sea universal. 3 .
a a
Que sea
eficaz.
E l propósito debe ser firme; esto es,
que no sea una veleidad ó voluntad
condicionada de no pecar, sino una
deliberación absoluta de no pecar
mortalmente por ningún motivo; pero,
como muy bien dice Cóncina, siguien-
do á Santo T o m á s , no se deben pro-
poner al penitente hipótesis que pue-
dan servirle de tentación; por e j e m -
plo, decirle: «Si te quemaran á fuego
lento, ¿renegarías de la fe? Si te hi-
cieran R e y , ¿cometerías un h o m i c i -
dio?» etc.; porque, como dice Cónci-
na, «ejusmodi hypotheses singulares ali-
quorum pcenitentium phantasiam de-
bilem conturbare possent;» y lo mismo
había dicho Santo T o m á s .
2164. P. ¿Qué se ha de decir de
un penitente que dice en la confesión:
«Padre, yo no quiero volver á pecar,
pero creo ciertamente que he de v o l -
ver á recaer en el pecado mortal?»
R. San L i g o r i o propone esta cues-
tión en el lib. 6, núm. 451, y dice que
Suárez, L a y m a n , Navarro y otros son
de opinión que se puede creer que este
TOMO II.
DE L A PENITENCIA. 449
propósito es firme; porque es compa-
tible que una persona tenga en la v o -
luntad un firme propósito de no volver
jamás á pecar mortalmente, teniendo
al mismo tiempo en el entendimiento
un juicio cierto de que recaerá, funda-
do en el conocimiento práctico que
tiene de su pasada fragilidad. Pero
San L i g o r i o , siguiendo á Busembau,
Croix y Cóncina, dice que si bien es -
peculativamente puede haber en la vo-
luntad firme propósito de la enmien-
da, junto con el conocimiento de la
recaída, pero que, cuando uno cree
ciertamente que recaerá, en la práctica
hace sospechar ciertamente (practice
certam suspicionem prabet) que no tiene
verdadero propósito. Por lo tanto, an-
tes de absolverle, se le debe disponer
para que conciba esperanza de que, no
divino, se conservará en gracia. E l
Santo no dice absolutamente que se le
niegue la absolución, sino que se le dis-
ponga antes de absolverle, hasta l o -
grar que espere, «non per vires suas, sed
per Dei auxilium liberatum iri a pecca-
tis suis.»
Otra cosa sería si el penitente tan
sólo temiese que había de recaer, aten-
dida su pasada fragilidad; porque este
temor no se opone á la firmeza del
propósito, antes bien, siendo modera-
do, es conveniente, y revela humil-
dad: « B e n e potest consistere voluntas
resipiscendi, dice el Santo en el nú-
mero citado, cum timore lapsus ex mu-
tatione voluntatis. Hinc recte inquit
G e r s o n , quod pcenitens confessario
interroganti: «credis tu quod num-
»quam cades in tale peccatum? res-
npondeat: ego fragilis formido lapsum,
»non tamen voló nunc casum: de fu-
»turo misericordias Dei me commen-
» d o , deprecans ut me custodiat a pee -
« c a t o : quod si ceciderit fragilitas
« m e a , deprecor ut resurgam.»
Confieso que esta opinión de San
L i g o r i o me parece muy racional. N o
se comprende cómo un penitente, des-
pués de confesar sus pecados de usu-
29
45° LIBRO VI. TRATADO
ra, de fornicación, ó de herejía, y
preguntado por el confesor si tiene
propósito firme de la enmienda , le
responda: «Padre, no quisiera volver á
pecar, pero creo ciertamente que he de
volver á ser usurero, que he de volver
á fornicar, y á ser hereje.» E l Padre
Cóncina, á quien sigue San L i g o r i o ,
dice rectamente: « Q u o m o d o hsec dúo
componi possunt? Certo credis, et
seis te relapsurum; et una sincere et
firmiter promittis te non relapsurum?
Sincere et ex toto corde promittis
donare Patritio cenfum áureos, et si-
mal certo credis, et seis te non dalurum?
Unde hoc monstruum? Clamat in (suis)
Confessionibus (lib. 8, cap. 9) Sanctus
Augustinus: Imperat voluntas sibi, et
non fit quod imperat?» N o se ha de en-
tender con rigor esta sentencia. E s
doctrina corriente de todos los teólo-
gos que la recaída no siempre es prue-
. ba de que no fué sincero el dolor de la
confesión; pero al menos, cuando el
propósito es sincero, no debe haber al
mismo tiempo de la confesión la actual
y cierta persuasión de que se volverán
á cometer los mismos pecados morta-
les de que se arrepiente sinceramente.
2165. P. ¿Cuándo se dirá que el
propósito es universal en orden á los
pecados mortales?
R. San L i g o r i o trata lacónica y
sólidamente esta cuestión (en el lib. 6,
núm. 451, 2), y dice que si bien es
verdad que el que desde la última con-
fesión no cometió sino un pecado mor-
tal, bastará que el dolor recaiga deter-
minadamente sobre ese pecado, por-
que el Tridentino (sess. 14, cap. 4),
hablando de la contrición, dice que
«est animi dolor, ac detestatio de pec-
cato commisso,» pero que el propósito
de no pecar mortalmente debe ser De la definición y condiciones generales
universal, esto es, de no cometer en
adelante ninguna culpa grave, porque
así lo expresa el Concilio: Cum propo-
sito non peccandi de extero; á cuyas pa- confesión sacramental?
labras añade sabiamente el Santo:
«Partícula autem non utique importat
priorum peccatorum post baptismum
propositum universale vitandi omnia
commissorum, facta sacerdoti legiti-
V.
mortalia. Secus est de proposito circa
venialia, in his enim sufficit (ut docet
D . T h o m a s 3 . p., q. 87, art. 1,
a
ad i . ) , quod pcenitens proponat ab-
u m
stinere ab aliquo(por ejemplo, demen -
tiras leves) absque eo quod proponat
abstinere ab ómnibus;» como se ha
dicho ya anteriormente (núm. 2159).
2166. P. ¿Cuándo se dirá que el
propósito es eficaz?
R. San L i g o r i o , en el citado nú-
mero 451, 3, dice, con la sentencia
comunísima, que la eficacia del pro-
pósito no se puede decir que faltó
siempre que el penitente recae en los
mismos pecados: sucede que después
de un firme propósito sobrevienen
ocasiones tan provocativas, ó pasio-
nes tan vehementes, que vencen el
propósito anterior de la voluntad, aun
cuando al hacerle fuese eficaz: «prout
Sanctus Petrus (dice el Santo) veré
proposuit potius mori, quam Christum
negare, et tamen ad primam ancilkp
vocem negavit.» E l propósito del pe-
nitente, para que sea eficaz en el acto
de confesarse, debe: i . ° T e n e r la de-
terminación sincera de la voluntad de
no volver á pecar mortalmente. 2 . Po-0
ner los medios necesarios para evitar
los pecados mortales, especialmente
las ocasiones próximas voluntarias, y
hacer que las ocasiones necesarias
próximas pasen á ser remotas; como
se dirá después, cuando se trate de la
absolución.
C A P Í T U L O VI
DE L A C O N F E S I Ó N
ARTÍCULO PRIMERO
de la confesión.
2167. P. ¿ C ó m o se define la
R. «Accusatio sacramentalis pro-
DEL SACRAMENTO
trio judici, ad eorum absolutionem vir-
tute clavium Ecclesiae obtinendam.»
Se dice accusatio, porque, como dice
el Padre San Agustín, Dios no perdo-
na al que se excusa, sino al que se
acusa. H a y penitentes que procuran
disculpar indebidamente sus culpas,
y, lo que es peor, cargan toda la res -
ponsabilidad á otros. Conviene hacer
entender á esta clase de penitentes lo
que dice Dios por medio del Santo R e y
Profeta (en el salmo 3 1 , v. 5): « D i x i :
Confitebor adversum me injustitiam
meam D o m i n o : et tu remisisti impie-
tatem peccati m e i . »
Se dice sacramentalis, esto es, no
una mera acusación fuera de confe-
sión.
«Propriorum peccatorum post bap-
tismum commissorum:» en cuyas pa-
labras se expresa la materia válida de
este Sacramento, esto es, los pecados
personales; no el original, ni los per-
sonales cometidos antes del bautismo,
como queda dicho.
« F a c t a sacerdoti legitimo judici:» se
designa el ministro legítimo. i . ° Sólo
el sacerdote verdadero tiene la potes-
tad de orden para absolver virtute cla-
vium. 2 . H a de tener además la po-
0
testad de jurisdicción, pues de otro
modo la absolución es nula, porque su
sentencia no sería pronunciada por
juez legítimo, como se probará des-
pués.
2168. P. ¿Qué condiciones debe
tener la verdadera y fructuosa c o n f e -
sión?
R. Santo T o m á s (in Supplem. 3. p., a
q. 9 . , art. 4) prueba que si bien no
a
todas son necesarias, pero es conve-
niente que reúna las dieciséis condi-
ciones siguientes:
Sit simptex, humilis confessio, pura, fideiis,
atque frequens. nuda, discreta, libens. verecunda,
integra, secreta, lacri/mabilis, accclcrala,
foríis et aecusans, et sit parere parata.
Simplex: sencilla, sin mezclar rela-
ciones impertinentes á la confesión.
L a s personas que tengan necesidad
de consuelo ó de consejo por otros mo-
DE LA PENITENCIA. 451
tivos, pueden exponerlo al confesor
después de la absolución, dice San
Antonino.
Humilis: humilde en el interior,
reconociéndose pecador y miserable;
en el exterior, confesándose con m o -
destia, sin audacia ni descaro.
Pura: con la recta intención de o b -
tener el perdón de sus culpas; no por
vanidad, etc.
Fideiis: con veracidad, esto es, no
diciendo más ni menos que los peca-
dos que hizo; pero de esta condición
se dirá más después.
Frequens: conviene mucho que se
haga cada cierto tiempo; si es posi-
ble, cada semana, ó cada mes, ó á lo
menos en las fiestas principales, aun-
que no se haya cometido culpa grave.
L a frecuente confesión, si se hace
bien, es medio eficacísimo para curar
á los consuetudinarios, contener á los
que se hallan en ocasión próxima,
excitar á los tibios y adelantar á los
fervorosos. Por esto el demonio ( v a -
liéndose de los herejes y de los malos
cristianos) hace tan cruel y tan conti-
nua guerra á la confesión frecuente.
L o s jansenistas, en el sínodo ó con-
ciliábulo de Pistoya, declararon que
convenía confesar los pecados venia-
les, pero añadieron: «Sed non tantope-
re frequentari, ne nimium contempti-
biles reddantur ejusmodi confessio-
nes.» Esta proposición fué condenada
por P í o V I «uti temeraria, perniciosa,
sanctorum ac piorum praxi a Sancto
Concilio Tridentino probatae contra-
ria.» (Constitutio Auctorem fidei, nú-
mero 39.) Uno de los medios más efi-
caces de que se valen los libertinos para
apartar á los fieles de la frecuencia de
la confesión, es llamar beatos, hipó-
critas, ociosos, etc., á los que frecuen-
tan los Santos Sacramentos.
Nuda: la confesión no ha de hacer-
se con palabras oscuras y ambiguas,
sino sencillas, claras y sin rodeos.
Discreta: Santo T o m á s dice que
aquí la discreción consiste en que el
penitente «majora peccata cum majori
452 LIBRO VI. T R A T A D O
pondere confiteatur.» T a m b i é n con-
siste la discreción del penitente en
usar de palabras lo más decentes que
sea posible, y en elegir un docto é
instruido confesor.
Libens: que se haga espontánea-
mente; pero no será mala aunque se
haga con alguna repugnancia, como
sucede á algunos hijos de familia y á
otros que viven en colegios, pues con
tal que se confiesen bien después, es
fructuosa.
Verecunda: que la acusación se haga
con modestia, pudorosa y v e r g o n z o -
sa, y no con especie de jactancia.
2169. Integra: que se confiesen
todos los pecados mortales; pero de
esta integridad se hablará después.
Secreta: no sería nula la confesión
que se hiciese públicamente; pero,
atendida la presente disciplina de la
Iglesia, el escándalo que pudiera cau-
sar en los fieles y el respeto debido al
mismo Sacramento, conviene mucho
que la confesión sea secreta, pues por
esto se llama confesión auricular, esto
es, hecha al oído del sacerdote. E l T r i -
dentino explicó en pocas palabras esta
condición: «Caeterum quoad modum
confitendi secreto apud solum sacer-
dotem, etsi Christus non vetuerit quin
aliquis in vindictam suorum scelerum
et sui humiliationem, tum ob aliorum
exemplum, tum ad Ecclesia; offensaa
aadificationem , delicta sua publice
confiten possit, non est tamen hoc
divino praecepto mandatum, nec satis
consulte humana aliqua lege prcecipere-
tur, ut delicta, praesertim secreta, pu-
blica essent confessione aperienda.»
(Sesión 14, cap. 5.)
2 1 7 0 . Lacrymabilis: esto es, acom-
pañada de un dolor verdadero. D e
esto ya se trató suficientemente en el
cap. 3.
Accelerata: esto es, que, cuando el
hombre cae en pecado mortal, es con-
venientísimo que acuda prontamente á
lavarse en esta saludable piscina; ya
porque es remedio más fácil y más
fructuoso que la contrición, ya por
V.
lo que se ha dicho en la palabra fre*
quens.
Fortis: esto es, «ut, scilicet, propter
verecundiam veritas non dimittatur,»
dice Santo T o m á s . E l Espíritu Santo
nos dice en el Eclesiástico, cap. 4,
lo que podemos aplicar al penitente:
« P r o anima tua ne confundaris dicere
verum. Est confusio adducens g l o -
riam et gratiam... N o n confundaris
confiten peccata tua.» San Buena-
ventura aconseja que el penitente con-
fiese primero los pecados que le cau-
san mayor rubor (De puritate conscien-
tice), y así le será fácil confesar los
otros pecados menos vergonzosos.
Accusans: véase lo que se ha dicho
sobre la palabra aecusalio en la defini-
ción de la confesión. E s un vicio
harto común en las mujeres el acusar
y descubrir faltas graves de sus espo-
sos, hijos, criados ó extraños, para
excusar las faltas propias. Conviene
enseñarlas á confesarse sencillamente
de sus pecados. Alguna vez hay que
tolerar sus desahogos para consolar-
las, dirigirlas y enseñarlas cómo se
han de conducir. Además, hay casos
en que los motivos que tuvieron las
excusan de culpa grave en dichos y
acciones que serían mortales si se
considerasen sin esas circunstancias.
Et sit parere parata: esto es, que ti
penitente vaya dispuesto á cumplir
lo que el sacerdote le mande formal-
mente; pero de esto se tratará en par-
ticular más adelante.
Habiendo tratado de las condicio-
nes generales de la confesión, tanto
de las que son de necesidad como de
las que son de decencia, conviene ex-
plicar ahora en particular algunas
más esenciales.
P. ¿Cuántas condiciones son nece-
sarias para que la confesión sea vá-
lida?
R. Pueden reducirse á cuatro: ut
sit vera, integra, lacrymabilis et obe-
diens.
DEL SACRAMENTO
ARTICULO II
De la primera condición , que es la
verdad.
2171. L a primera condición de
la confesión sacramental consiste en
que el penitente no mienta en la con-
fesión.
P. ¿Cómo peca el que miente en la
confesión?
R. Es indudable que peca m o r t a l -
mente el que advertidamente niega un
pecado mortal que ha cometido y del
cual no fué absuelto, ó se acusa de
un pecado mortal que sabe que no ha
cometido; y lo mismo cuando el p e -
nitente, preguntado por el confesor,
niega cosas que son gravemente ne -
cesarías para la confesión; como las
ocasiones próximas, reincidencia ú
otras circunstancias notables que el
confesor debe saber sobre restitu-
ción, etc.
Cuando el penitente miente adver-
tidamente, negando algún pecado ve-
nial que cometió, ó acusándose de un
pecado venial que no hizo, ó negando
algún pecado mortal ya confesado y
a b s u e l t o , algunos autores afirman
que peca mortalmente, porque dicen
que se hace grave irreverencia al Sa-
cramento. «Parece incompatible, dice
Grosin (trat. V I , cap. 4, preg. 32),
tener dolor de hurtillos leves, en cuan-
to son ofensas de Dios, y estarle ofen-
diendo al mismo tiempo con las men-
tiras leves.»
Otros autores distinguen; sí se
miente en materia leve total, c o n v i e -
nen comunísimamente en que es pe-
cado mortal, porque, faltando e n t o n -
ces la materia necesaria para la ab-
solución, se haría voluntariamente un
Sacramento nulo, lo cual sería una
grave y sacrilega irreverencia; esta
sentencia es cierta.
Si se miente en materia leve parcial,
por ejemplo, acusándose de hurtos
leves verdaderos, y negando falsa y
DE LA PENITENCIA. 453
advertidamente que dijo dos mentiras
leves, en este caso, según Suárez,
L u g o , Antoine, Anacleto y otros, si
realmente se arrepiente de los hurti-
llos, la confesión es buena, si bien,
como se supone, peca venialmente en
las dos mentiras. San L i g o r i o dice
que esta opinión es común, et omnino
tenenda (lib. 6, núm. 496). L a razón
del Santo es: i . ° Porque ni el pecado
venial es materia necesaria de la con-
fesión, según el T r i d e n t i n o , ni el mor-
tal confesado ya y absuelto. 2° Por-
que «negatio venialis commissi, vel
mortalis jam confessi non excedit
malitiam simplicis mendacii. » L a
autoridad que se alega de Santo T o -
más (2. 2 . , q. 66, art. 1), no viene
a ae
al caso; porque cuando el Santo dice:
« S i confiten noluerit veritatem, quam
dicere tenetur, vel si eam mendaciter
negaverit, mortaliter peccat,» habla
sola?nente del testigo que en el juicio
civil no quiere declarar la verdad que
está obligado á declarar jurídica-
mente.
Me adhiero á este parecer de San
L i g o r i o , pero exceptuaría dos casos
en que no veo cómo se pueda soste-
ner esta opinión: i . ° Cuando el peni-
tente no pusiese por materia próxima
sino mentiras l e v e s ; pues no se com-
prende c ó m o pueda haber verdadero
dolor de otras mentiras leves, si al
mismo tiempo está mintiendo l e v e -
mente. 2 . Cuando el confesor pregun-
0
ta sobre pecados que, si bien fueron
leves, ponen en ocasión muy peligro-
sa de conducir á caídas graves. E l
confesor tiene algunas veces riguroso
derecho á inquirir é impedir estas oca-
siones, especialmente en materia de
castidad, Fuera de estos casos, tengo
por notablemente más probable que
la mentira leve en la confesión ex se es
pecado venial. D i g o ex se, porque por
conciencia errónea sería mortal en los
que llevasen la opinión de Cayetano,
Grosin y otros, que dicen que es mor-
tal. L a razón de Grosin no me hace
fuerza, pues nimis probat; porque se
454 LIBRO VI. T R A T A D O
seguiría que no podría haber verdade-
ro dolor de una especie de pecados
veniales en la confesión, conservando
afecto actual á otra especie de venia-
les; lo cual es falso, como se ha dicho
con Santo T o m á s , San L i g o r i o y la
sentencia común.
Aquí se ha de notar que el que
miente en la confesión en materia
grave, diciendo que cometió un p e -
cado mortal que sabe que no le hizo,
ó negando un pecado mortal que sabe
que cometió, ó así lo cree, aunque sea
erróneamente, comete dos pecados
mortales, uno contra la virtud de la
religión por la injuria grave al Sacra-
mento, otro contra la virtud de la ve-
racidad en materia grave.
ARTÍCULO III
De la integridad de la confesión,segunda
condición.
2172. L a integridad de la con-
fesión es de dos maneras: integridad
material é integridad formal, como
dice San L i g o r i o , lib. 6, núm. 465;
otros dicen integridad física é i n t e -
gridad moral, pero es lo mismo.
P. ¿En qué consiste la integridad
física de la confesión?
R. Creo muy conveniente transcri-
bir literalmente una parte de las pa-
labras del Tridentino en la sesión 14,
cap. 5, con las cuales se pueden re-
solver varias cuestiones que se susci-
tan sobre esta materia. D i c e a s í :
«Universa Ecclesia semper intellexit,
institutam esse a D o m i n o integram
peccatorum confessionem, et ómni-
bus post baptismum lapsis jure divino
necessariam existere.» Donde se ve la
necesidad de la integridad física de la
confesión de todos los pecados morta-
les cometidos después del bautismo; y
esto por precepto divino. Después dice
el Concilio que como los sacerdotes,
virtnte clavium, han de ejercer un j u i -
cio justo absolviendo ó no absolvien-
do, según convenga, é imponiendo
V.
penas proporcionadas á las culpas de
los penitentes, no basta que éstos se
acusen en general de sus culpas mor-
t a l es,sino que se deben acusar en
particular de todas ellas; y añade: « E x
his colligitur oportere a pcenitentibus
omnia peccata mortalia, quorum, poú
diligentem siti discussionem, conscien-
tiam habent, in confessione récense-
r i . . . ; nam venialia, quibus a gratia
Dei non excludimur, et in quas fre-
quentius labimur , quamquam recto...
in confessione dicantur, taceri tamen
citra culpam, multisque alus remediis
expiari possunt... Colligitur prseterea,
etiam cas circumstaniias in confessione
explicandas esse quas , speciem peccati
mutant... Reliqua autem peccata qiue
diligenter cogiianii non oceurrunt, in
universum in eadem confessione in-
clusa esse intelligentur.»
Aquí se dice:
i.° Que se ha de hacer un diligen-
te examen de todos los mortales.
2.0
Que si bien es laudable, pero
no hay obligación de confesar los pe-
cados veniales.
3.0
Que hay obligación de confe-
sar las circunstancias de los pecados
mortales que mudan de especie.
4.0
Que los pecados mortales 6
sus circunstancias que mudan de es-
pecie, si se olvidan inculpablemente,
se perdonan indirectamente por la
confesión; y así, aunque la confesión
no tendrá integridad materialmente
material, pero tendrá la integridad
material formal ó física necesaria.
E s t o supuesto, la integridad mate-
rial ó física consiste en que el peni-
tente, después de un examen diligente,
se acuse del número de los pecados
mortales cometidos después del bau-
t i s m o , no confesados, ó mal confesa-
dos, de los olvidados, ó que por cual-
quier motivo tan sólo indirectamente
fueron absueltos; de las circunstan-
cias que mudan de especie en materia
g r a v e ; como el que hurtó materia
g r a v e de lugar sagrado, el que come-
t i ó acciones impuras con parienta o
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 455
con persona que tiene voto de casti- autores arriba citados. San L i g o r i o
dad; la ocasión próxima de pecar, la (lib. 6, núm. 478) se conforma con
reincidencia preguntada por el confe- esta opinión, y la prueba del modo
sor, y a u n cuando no la pregunte, si siguiente: «Hic error numeri moraliter
el penitente advierte que es necesario non est circa substantiam, quia, juxta
expresarla, porque la reincidencia es humanum modum loquendi, in nu-
motivo no pocas veces para la sus- mero décimo, addita illa dictione plus
pensión de la absolución, y siempre minusve, moraliter includitur u n d e c i -
exige que el confesor aplique r e m e - mus, et ideo sic habet communis praxis
dios espirituales más poderosos y ade- fidelium, qui non putant se esse obli-
cuados. gatos ad explicandum modicum nu-
Debe el penitente, después de exa- merum, quando illum cum incerti-
minar diligentemente su conciencia, tudine, dicendo plus minusve, e x p o -
confesar el número cierto, si le recuer- suerit.»
da, ó aproximado, cuando no está E l Santo da un aviso prudente á
cierto del número fijo; en cuyo caso los confesores en orden á cierta clase
basta decir, por ejemplo; «he blasfema- de consuetudinarios que pecaron con
do tantas veces, poco más ó menos;» tanta frecuencia, que no es posible
y a u n si no pudiese hacer un cálculo ¡ calcular el número. E s t o tiene lugar
aproximado, basta que diga: tantas especialmente en miradas , deseos ,
veces, poco más ó menos, cada día, ó complacencias , palabras obscenas ,
cada semana, ó cada mes. maldiciones, blasfemias ó cosas s e -
2173. P. Cuando el penitente mejantes en pecadores endurecidos;
dice: «he blasfemado, ó he perdido los cuales, si se les pregunta el n ú -
tantas Misas, poco más ó tnenos,» ¿qué mero, importunados por el confesor,
número se comprende en aquellas pa- «solum divinando respondent, centies,
labras poco más ó menos? millies: sed quis prudens eis fidem
prasstabit? Unde melius faciet confes-
R. Esto se ha de entender á juicio
sarius, si diligenter statum conscientics
de hombres prudentes. Y o creo que se
exquirat; et exinde interrogando pce-
puede seguir la opinión de L u g o , C a -
nitentem de lapsibus plus minusve in
basucio, Tamburino, Roncaglia, Fa-
die vel hebdómada, vel mense, saltem
gúndez, Sánchez, citados por Busem-
in confuso numerum peccatorum apre-
bau y San L i g o r i o (lib. 6, núm. 466):
hendat durante consuetudine c o m -
dicen que cuando se dice tres veces,
missorum, quin certum judicium fa-
poco más ó menos, se comprenden
ciat cum periculo errandi.» ( L i b . 6,
dos ó cuatro veces; si se dice diez, se
. núm. 466.) Expresando si tuvieron
comprenden ocho ó doce; en treinta
se comprenden veintisiete ó treinta y• algunas temporadas en que no pe-
tres; en ciento, noventa y cinco ó1 carón.
ciento cinco; en mil, novecientos cin- E n cuanto á la especie de pecado,
cuenta ó mil cincuenta. Cuando el! no basta confesar la especie suprema,
penitente, después de un diligente: es necesario expresar la especie ínfi-
examen, se acusa diciendo, por ejem-• ma. U n o que hubiese fornicado, no
plo: «he perdido en este año por mii cumpliría d i c i e n d o : « m e acuso de
culpa diez Misas, poco más ó menos,» haber pecado gravemente contra la
aunque después se averigüe que fue- castidad;» debería acusarse en parti-
ion doce, no tiene que volver á acu-• cular de haber fornicado, y lo mismo
sarse; porque el confesor ya entendió) de cualquier otra distinta especie de
ó debió entender que en el modo de ex-- impureza, é igualmente en otras es-
presar diez, poco más ó menos, se c o m -- pecies de pecados: el que impaciente-
prendían las d o c e , como dicen los3 mente deseó la muerte á su prójimo
 456 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 457
no basta que se acuse de que deseó un Juenin, W i g a n d t , Cano, Cayetano, lius est; sed addendum quas ad aliam tatem peccati mortalis habebit, quod ex
mal g r a v e , etc., y así en otros casos. Cóncina y otros. speciem mortalis trahunt: cujus ratio necessitate confiteri tenebitur. Sic
Cuando el penitente violó, por e j e m - L a segunda opinión dice que no est, quod venialia non sunt de neces- igitur hujusmodi circumstantias ag-
plo, la virtud de la castidad, y no hay obligación de confesar las cir- sitate confessionis, sed solum mor- gravantes, «quas non trahunt in aliud
pudiese recordar la especie ínfima, cunstancias notabiliter aggravantes que talia, quas quantitatem infinitam «genus peccati, non credo quod a l i -
debería y le bastaría acusarse de haber tan sólo afectan al ?nodo, duración, in- quodammodo habent: et quia cir- »quis teneatur confiteri.» N o puede
pecado mortalmente contra la casti- tensión, etc., del acto del pecado, por- cumstantias aggravantes quas aliam estar más claro el A n g é l i c o .
dad una ó más veces, y lo mismo en 1 que sería motivo de incertidumbres, speciem peccato non tribuunt, vel tri- E l Maestro Soto dice así: « D i v u s
igual caso si hubiese pecado contra I ansiedades y escrúpulos para el con- buunt quidem, sed non mortalis peccati, T h o m a s sententiam mutasset, si v i -
otra virtud. Si hubiese pecado mor- fesor y el penitente si se impusiese non sunt de necessitate confessionis. tam usque ad finem suas Summce pro-
talmente, y , después de examinarse esta obligación; pero que se deben T a m e n eadem confiteri perfectionis duxisset;» pero á estas palabras añade
convenientemente, no pudiese recor- confesar cuando las circunstancias est, sicut et de venialibus dictum est.» San L i g o r i o : «Hsec tamen prophetia
dar contra qué virtud, le bastaría de- notablemente agravantes pertenecen E l Santo, en la misma sol. 5, res- est P . Soti, non vero sententia Divi
cir que había pecado mortalmente. al quid del pecado, esto es, á la inte- puesta ad 2 . , enseña la misma doc- Thornaa.» ( L i b . 6, núm. 468.)
u m

E n orden á las circunstancias, las gridad sustancial del pecado in indivi- trina, y dice que la determinada canti- L a segunda razón, aún más pode-
hay que mudan de especie, y las hay duo; por ejemplo, la cantidad del hurto. dad de la malicia del pecado ni la rosa, en favor de esta opinión de San-
que no mudan de especie, pero son L a razón que alegan es, porque de conocen ( c o m u n m e n t e , se entiende) to T o m á s y de San L i g o r i o , es la doc-
notablemente agravantes; y las hay otro modo el confesor no podría for- el confesor ni el penitente: « U n d e trina del Tridentino en la sesión 1 4 ,
que no agravan notablemente la ma- mar el debido juicio de la sustancia del sufficit quod cognoscat quantitatem cap. 5, donde declara minuciosamente
licia del pecado. Véase desde el nú- pecado. «¿Cuánto (dicen) debe variar quas ex specie peccati consurgit.» las cosas que se deben expresar en la
mero 61 al 69 inclusive, donde expli- el juicio sobre la malicia del que roba confesión; y hablando de las circuns-
Cóncina y algún otro autor quisie-
qué suficientemente esta diferencia dos pesos á un rico labrador, y del que tancias de los p e c a d o s , dice así:
ron dar una interpretación gratuita á
de circunstancias. L a s circunstancias le roba veinte mil pesos?» Esta opi- «Colligitur prasterea, etiam eas cir-
las anteriores palabras de Santo T o -
que tan sólo agravan levemente la ma- nión la defiende Sporer, el cual cita cumstantias in confessione explicandas
más; pero San Antonino, Cayetano y
licia, no hay obligación de confesar- en su favor á L a y m a n , Suárez y B u - esse quee speciem peccati mutant; quod
Soto dicen que Santo T o m á s , en el
las, aun cuando muden de especie, sembau. sine illis peccata ipsa ñeque a posni-
lugar citado de los Sentenciarios, fué
porque no hay obligación de confesar tentibus integre exponantur, nec j u -
L a tercera opinión dice que, per se indudablemente de opinión que no ha-
los pecados veniales, como queda di- dicibus integre innotescant; et fieri
loquendo, no hay obligación de confe- bía obligación de confesar las circuns-
cho: esto es indudable. nequeat, ut de gravitate criminum
sar las circunstancias notabiliter aggra- tancias notabiliter aggravantes, si no
2174. P. ¿Hay obligación de vantes. Esta sentencia es, según San mudaban de especie. L o mismo dijo recte censere possint, et posnam, quam
confesar las circunstancias que no L i g o r i o (lib. 6, núm. 468), la más pro- posteriormente el Angélico Doctor en opportet, pro illis pcenitentibus impo-
mudan de especie, pero son notabiliter bable, y cita en favor de ella á San el opúsculo 12, q. 6 (Responsio ad nere.» L u e g o si se expresan las cir-
aggravantes? I Bernardo, San Buenaventura, Escoto, Lectorem Bisunlinum): «Circumstan- cunstancias que mudan de especie, hay
R. Expondré las tres opiniones pro- L u g o , San Antonino, Cabasucio, Pa- tias aggravantes, dice, quas non trahunt lo bastante «ut peccata integre e x p o -
bables que hay sobre esta cuestión, ludano, N a v a r r o , V á z q u e z , Valencia, in aliud gemís peccati non credo quod nantur, integre innotescant confessa-
remitiendo al que desee informarse Palao, Bonacina, etc. Dice el Santo aliquis teneatur confiteri.» Santo T o - rio, eorum gravitas recte censeri pos-
por extenso de ellas, á San L i g o r i o , que Santo T o m á s dio gran peso á más explica claramente allí mismo sit, et debita pcenitentia imponi.»
lib. 6, núm. 468, donde las trata só- esta tercera opinión; porque, según qué entiende por aquellas palabras:
Esta razón es muy poderosa; p o r -
lida y eruditamente. su costumbre, en pocas palabras com- in aliud genus peccati trahunt. Dice así:
que de las palabras del Concilio se
L a primera opinión dice que hay pendió las pruebas más principales y «Circumstantiae dicuntur in aliud g e -
infiere que ni por derecho eclesiástico
obligación de confesarlas, porque su | deshizo los argumentos de la opinión nus trahere, quas specialem repugnan-
se exige más, ni tampoco por derecho
conocimiento hace mudar notable- contraria. H e aquí las palabras del tiam important ad aliquod praacepto-
divino. Jesucristo se contentó con exi-
mente el juicio del confesor, ya en Doctor A n g é l i c o (in 4 Sent., dist. 16, rum divinas legis: sicut furtum s i m -
gir que se expresasen los pecados
cuanto á la malicia del penitente, ya q. 3, art. 2, sol. 5): «Quidam dicunt, plex repugnat huic praecepto: Non
mortales y las circunstancias graves
en cuanto á la penitencia que se le quod omnes circumstantiae quas ali- furtum facies; si autem furtum in loco
que mudan de especie; y creemos que
debe imponer. E l Catecismo R o m a n o , quam notabilem quantitatem peccato sacro committatur, habet j a m repug-
así lo quiso Jesucristo, porque así lo
part. 2 . , cap. 5, n ú m . 47, dice que addunt, confiten necessitatis est, si nantiam ad aliud prcEceptum, quod est
declaró el Tridentino, auténtico intér-
a

acerca de los pecados mortales se han memorias occurrant. A l i i vero dicunt, de veneratione sacrorum, et sic additur
prete de la voluntad divina; y siendo
de explicar las circunstancias qucsfira- quod non sint de necessitate coníiten- nova species peccati: unde consequens
tan completa y tan perfecta la ense-
vilatem valde augent, vel minuunt. Esta dse, nisi circumstantiaa quaa ad aliud est quod addat aliam repugnantiam ad
ñanza de la Iglesia, el Tridentino,
opinión la defienden Suárez, Sánchez, genu's peccati trahunt, et hoc probabi- legem D e i ; et ideo et novam deformi-
que tan circunstanciadamente explicó
 458 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 459
la materia necesaria de la confesión, tución, el lucro cesante ó daño emergente. exceptuados. E n cuanto á las palabras nal por el cual hurtó; y lo mismo en
así como expresó las circunstancias y la disposición en que se halla el pe del Catecismo de San Pío V , es n e - otros casos semejantes, en que el fin
que mudan de especie, del mismo nitente de hacer la restitución. cesario explicarlas en un sentido lato, es circunstancia que muda de especie.
modo hubiera expresado también las 4.0
C o m o los penitentes, por l porque, como muy bien dice San L i - A s í opinan Croix, Scavini (tomo 3,
que agravan notablemente, si fuera común, no conocen la diferencia entre gorio, si se entendiesen en un sentido núm. 518), etc. Esta opinión me pa-
necesario confesarlas. E l Tridentino las circunstancias que mudan de es- literal riguroso, serían falsas; porque rece muy razonable.
enseñó la misma doctrina que habían pecie y las que tan sólo agravan no- dicen que se deben explicar las c i r - 2176. P. Si una persona se acu-
seguido San Bernardo, Santo T o m á s , tablemente la malicia, conviene darles cunstancias qiíce pravitatem valde au- sa tan sólo de pecados veniales, y
San Buenaventura y San Antonino. el siguiente consejo del docto y pru- gent, vel minuunt. D e suerte que del después añade: «Me acuso además de
San L i g o r i o también se adhirió á esta dente Careno: «Cuando la persona con misino modo manda confesar las cir- los pecados de toda mi vida, especial-
sentencia como más probable. la cual has pecado, ó el lugar donde cunstancias notabiliter aggravantes, que mente (por ejemplo) de tres Misas que
Diré mi humilde parecer. Creo que, pecaste, ó el modo con que pecaste, las notabiliter minuentes pravitatem. perdí por mi culpa en días festivos,» si
per SÍ loquendo, no hay obligación de te causa un v i v o remordimiento (de « Q u o d , dice el Santo, non est credi- estas Misas las había perdido después
confesar las circunstancias notabiliter su particular malicia), acúsate de esta bile: quis enim unquam dixit, quod de la última confesión, ¿cumplirá acu-
aggravantes. D i g o per se loquendo, por- circunstancia, para que el confesor for- si quis confiteretur homicidium, et sándose de esa manera?
que hay casos en que per accidens se me juicio sobre si la circunstancia taceret illud commisisse ex vehementi R. N o se confesaría íntegramente;
deben expresar: muda de especie ó tan sólo agrava passione, vel in rixa, sacrilegam fa- porque, según el uso común, con ese
i.° Cuando el confesor las pre- notablemente.» H a y muchos casos tan ceret confessionem? Unde debemus modo de acusarse daba á entender que
gunta al penitente; porque entonces oscuros, que los teólogos más emi- fateri hic mentem Catechismi non sa- las tres Misas perdidas estaban ya
debe hacerlo, como consta de la Ins- nentes no convienen entre sí sobre si tis intelligi.» confesadas y absueltas en otra confe-
trucción (en lengua italiana) que B e - sus circunstancias mudan de especie sión, y que tan sólo se ponen c o m o
2175, P. Si un penitente, por
nedicto X I I I puso al fin del Concilio ó tan sólo agravan notablemente. materia voluntaria para mejor formar
olvido inculpable, no confesó una cir-
que celebró en R o m a en 1725; en la Con estas advertencias y excepcio- cunstancia mortal que mudaba de es- el dolor. P o r lo tanto, ni el confesor
cual, después de decir que los teólogos nes me adhiero á la opinión de que no pecie, ¿deberá volver á confesar el pe- podría informarse del estado actual del
están divididos sobre si se deben con- hay obligación de confesar las cir- cado mortal para expresar la circuns- penitente, ni guardar equidad en la
fesar las circunstancias que agravan cunstancias notabiliter aggravantes. tancia que no confesó, ó le bastará imposición de la penitencia. Esto mis-
notablemente la malicia del pecado, y Esta opinión es muy útil para que los confesar solamente la circunstancia? mo debe hacer el que hace confesión
dejando la cuestión sin resolver, añade confesores, cuando se trata de peca- general, para que el confesor pueda
R. Si la circunstancia no confesada
que el penitente debe tener por cierto que
dos de impureza, del uso del matri- formar juicio del estado presente del
se puede expresar suficientemente sin
está siempre obligado á responder con monio, etc., no tengan escrúpulo en penitente; debe explicar las culpas
volver á confesar el pecado, basta con-
verdad, cuando el confesor le pregun- omitir ciertas preguntas, que, no sien- graves que cometió después de la úl-
fesar aquélla; por ejemplo: el que para
ta en orden á sus pecados para cono- do de circunstancias que mudan de es- tima confesión, y el confesor podrá
matar á un hombre pasó por una he-
cer el estado de su conciencia: «In- pecie, es mejor pasarlas en silencio. graduar, la penitencia que le ha de
redad ajena haciendo grave daño á
somma abbiate per massima, que il E n esta materia es mil veces mejor imponer. Algunos autores sienten de
los sembrados, si confesó ya el homi-
penitente e obligato semper a rispon- quedarse corto en las preguntas, que otro modo, pero no me agrada su opi-
cidio y se olvidó de la circunstancia
dere con veritá quando il confessore excederse; porque así se salvan la pu- nión.
del daño grave que causó en las mie-
lo interroga intorno ai suoi peccati reza del Sacramento, la reputación ses ajenas, le basta acusarse después, 2177. P. Para la integridad de
per sapere lo stato di sua conscienza.» del confesor, la edificación del peni- diciendo: « M e acuso de haber hecho la confesión ¿es necesario explicar el
2.0
Cuando la circunstancia nota- tente, y tal vez peligros á los dos. con advertencia daño grave en las número de personas con las que el pe-
blemente agravante trae consigo cen- Por último, no conviene predicar mieses ajenas.» Pero si la circunstan- nitente pecó?
sura ó reservación que no tiene el pe- esta doctrina, por el abuso que harían cia gravemente culpable que muda de R. T a m b u r i n o , L a Croix, Bonacina,
cado sin esa circunstancia, en ese de ella los ignorantes. especie no se pudiese expresar sufi- Scavini (edición de 1865, tomo 3, al
caso debe expresarlo el penitente, si L a solución á los argumentos de cientemente sin volver á confesar el fin del núm. 518) y otros, dicen que
lo conoce; y si no lo conoce, el confe- los que defienden la primera ó segun- pecado, debería confesarse otra vez si no hay alguna particular circuns-
sor tiene derecho y deber de pregun- da opinión, véase en el lugar citado del pecado con la circunstancia, pero tancia que mude de especie, no hay
tarlo, si advierte que hay fundamento de San L i g o r i o . T a n sólo diré que el expresando que el pecado se había obligación de expresar el número de
para creer que así sea. Ritual R o m a n o no dice absolutamen- confesado y a ; por e j e m p l o : el que personas con las que se pecó, á no ser
3.0
Cuando se trata de hurto ó te que se deben confesar siempre las hurtó materia grave para embriagar- que el confesor, para el acierto en la
restitución, por lo común el confesor circunstancias que no mudan de es- se, para corromper á una mujer, etc., dirección del penitente, lo pregunte.
debe inquirir el cuánto, para saber el pecie, sino las circunstancias sciiu ne- si tan sólo confesó el hurto, debe v o l - « H i n c , dicen, qui fornicatus est cum
daño causado, el modo de hacer la resti- cessanas, esto es, en los casos arriba ver á confesar el hurto y el fin crimi- tribus diversis, vel ter cum eadem,
 .460 DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 461
LIBRO VI. TRATADO V.
satisfacit dicendo se íer fornica tum; parentes et filios est secundum se in- de distinta especie del incesto con pa- guinitate conjunctam: et ideo quia
peccatum enim non mutat speciem eo decens et repugnans naturali rationi;-! rientes en segundo ó tercer grado de unum est propter alterum, ejusdem
quod cum pluribus sit commissum.11 E n pero respecto de los otros consanguí- consanguinidad. rationis inconvenientiam facit c o n -
este caso, si la fornicación fué con neos, «non ita habent ex se ipsis inde- Así opinó también Santo T o m á s en sanguinitas, et affinitas» (2. a
2. , 36

tres mujeres públicas, convengo en centiam (si commisceantur), sed va- el opúsculo 12, cuestión 6 . , donde,
a
q. 154, art. 9 ad 2 . ) . L o m i s m o
u m

que es igual que si fuera tres veces riatur circa indecentiam secundum después de haber dicho que no hay dicen L u g o , Sánchez, T a m b u r i n o ,
con una mujer pública; pero por lo consuetudinem et legem humanam obligación de confesar las circuns- Cayetano, Soto, San L i g o r i o (lib. 6,
común se juntan circunstancias nota- v e l d i v i n a m . » tancias notabiliter aggravantes si no núm. 469) y otros.
bles que, ó mudan de especie, ó traen mudan de especie, y que, si es posible, 2179. P. ¿ H a y obligación de
| L a segunda opinión dice que el in-
consigo ocasión próxima, ó escándalo, el penitente no debe descubrir la per- confesar la circunstancia de haber pe-
cesto entre hermanos carnales muda
y que exigen por parte del confesor sona con quien pecó, añade: «Si vero cado en tiempo sagrado?
de especie, y se debe expresar en la
la aplicación de diversas medicinas speciem peccati exprimere non possit nisi R. E s opinión comunísima en el
confesión; de modo que no basta decir
1

espirituales. D e muy diverso modo se exprimendo personam cum qua p e c - día que no hay necesidad de explicar
que se ha tenido cópula con persona
han de curar dos personas de las cua- cavit, puta, si cum sorore concubuit ne- que se pecó en día de fiesta, aunque
consanguínea en grado prohibido, sino
les la una cayó muchas veces con su cesse est ut exprimendo peccati speciem, sea solemne, porque los pecados no
que ha de expresarse que eran her-
novia, y la otra cayó tantas veces con exprimatpersonam.» Si el Santo D o c - son las obras serviles que se prohiben
manos.
muchas personas, no por enamora- tor no hubiera creído firmemente que en esos días. Así opinan Cayetano,
miento, sino por haberse prostituido E s cuestión dificilísima de resolver,
el incesto entre hermanos era de dis- Soto, N a v a r r o , Suárez, L u g o , los
el penitente. pero diré mi humilde parecer. Creo
tinta especie del incesto con otros con- Salmaticenses, citados y seguidos por
que no se verificará jamás que el Papa
P. ¿Hay obligación de expresar la dispense para que dos hermanos se sanguíneos, no hubiera obligado á ex- San L i g o r i o (lib. 3, núm. 273.) N i los
circunstancia del grado determinado casen, ni tampoco los ascendientes presar esta circunstancia personal, penitentes explican ni los confesores
del incesto? sino que hubiera dicho: concubuit cum preguntan si los pecados se cometie-
con los descendientes en línea recta,
consanguínea, puesto que había dicho ron en día de fiesta. Cuando Santo
R. i . ° E s indudable que se debe aunque no sean padres con hijos. San
allí mismo que tan sólo había obliga- T o m á s , en la 2 . 2 . , q. 122, art. 4
a a5

expresar cuando se cometió con con- L i g o r i o tiene por cosa cierta que se
ción de confesar las circunstancias ad 3 . , dice: «Magis contra hoc prcz-
u m

sanguínea en el primer grado en línea debe expresar el incesto del suegro

que mudan de especie; y si el haber
recta: ut inter patrem et filiam, aut inter con la nuera, y de la suegra con el
pecado con una hermana no mudara
matrem et filium. San L i g o r i o , siguien- yerno. Pues bien: no veo y o por qué
de especie según el A n g é l i c o , no hu-
do á L u g o , etc., dice, que se debe no se deba expresar c o m o de distinta
biese mandado expresar que era her-
expresar, «an pater peccarit cum filia, especie el incesto entre hermanos car-
mana, para no infamarla. ( V é a s e el
vel cum matre filius, cujus culpa ha- nales y entre los abuelos y sus nietos:
núm. 911.)
bet diversam malitiam ratione specialis porque, en mi concepto, hay más feal-
2178. P. ¿Se distingue en espe-
reverentiez matri debitae.» ( L i b . 6, n ú - dad cuando se verifica entre herma-
ceptum (observationis sabbati) ágil qui
peccat in die festo, quam qui aliud
corporis opus licitum facit,» no habla
el Santo de la obligación del precep-
t o , sino del fin del precepto; y , como
dicen los teólogos, siguiendo al San-
to, finísprcecepti non caiitsub prcecepto.
L é a s e la citada respuesta (ad 3 . ) , y
u m

mero 470.) nos, y aún mayor entre el abuelo y la cie el incesto entre consanguíneos del
incesto entre afines? se verá que el Angélico habla del fin
2. 0
E l Santo dice que es más pro- nieta, que entre suegro y nuera. del precepto: ut homo vacet rebus divi-
bable que muda de especie el incesto R. Aunque los Salmaticenses y al-
En cuanto á la citada autoridad de nis. E n el lib. 3 de las Sentencias,
entre el suegro y la nuera y entre la Santo T o m á s , el A n g é l i c o no quiso gunos otros autores dicen que son de
dist. 37, art. 5, quasstiuncula 2 . , dice
a

suegra y el yerno; porque debe respe- decir que el incesto entre los herma- especie distinta, la opinión más pro-
que si bien, místicamente hablando, los
tarse la especial reverencia que se nos no era hoy de especie distinta del bable, siguiendo á Santo T o m á s , dice
pecados se llaman obras serviles, pero
debe tener entre estas personas, seme- incesto entre otros consanguíneos co- que, exceptuados los casos ya expre-
que el tercer precepto del D e c á l o g o
jante á la que se tiene entre los padres laterales más remotos, sino que el sados (entre el suegro y la nuera y
1
no entiende por obras serviles sino
y los hijos (en el núm. 469). entre la suegra y el yerno), no hay
matrimonio entre padres é hijos es de aquellas «ad quorum exercitium ser-
3. E n cuanto á los consanguíneos tal manera contrario al derecho na- obligación de manifestar en la confe-
0
vos dipuiatos habernos,9 esto es, las
en línea colateral, hay dos opiniones tural primario, que es indispensable in sión si eran consanguíneos ó afines,
obras serviles distintas de las que lla-
igualmente probables, dice San L i g o - omni eventu; pero el enlace entre dos ni si eran parientes en segundo, ter-
mamos liberales.
rio (núm. 470). L a una dice que todos hermanos es contrario al derecho na cero ó cuarto grado: basta decir que
los incestos son de una misma espe- tural secundario, y , por lo tanto, le se pecó incestuosamente con persona M e he detenido algún tanto sobre
cie, aunque se verifiquen entre her- dispensó Dios en los primitivos tiem- en grado prohibido; explicando, se su- esta cuestión, porque hay autores
manos carnales. E l Santo afirma que pos para la propagación y conserva- pone, si fué cópula ó tocamiento, etc. muy graves que opinaron de otra ma-
esta opinión es de Santo T o m á s ( 2 . ción del género humano. Así opinan
a L a razón es, porque, como dice S a n - nera. Véase á Cóncina, tomo 5, li-
2.®, q. 154, art. 9 ad 3 - ) , donde m u y graves doctores, los cuales afir-
u m to T o m á s , «persona affinis conjungi- bro 1, De Eccles. prcecept., diss. 2 . , a

d i c e : «quod solum c o m m i x t i o inter man que el incesto entre hermanos es tur alicui propter personam consan- cap. 2, donde, si bien se aparta de
462 LIBRO VI. T R A T A D O
San L i g o r i o , sigue un término medio
(números 20 y 21). N o obstante, pue-
de suceder que algunas clases de pe-
cados cometidos en días festivos se
deban expresar en la confesión, como
dice San L i g o r i o en el lib. 3, núme-
ro 46, donde pregunta si es sacrilegio
pecar en día festivo, y responde que
L u g o , los Salmaticenses, L e s i o y
otros dicen que no; pero añade: «Nisi
notabüis irreverentia irrogetur cultui
d i v i n o , ut si quis in die veneris san-
cti exhiberet comcedias, ludos públi-
cos,» etc. L o mismo dice Scavini
( t o m o 3, núm. 363.)
Scavini, en el mismo número, dice
que no hay obligación de expresar en
la fornicación cuándo el amo pecó con
su criada: «quia herus non tenetur ex
riguroso ofñcio spiritualem ejus (an-
cillce) curam suscipere, speciali o b l i -
gatione seclusa.» Dice también que no
debe expresarse «circumstantia peccati
contra sextum Decalogi prasceptum
intra confessarium et pcenitentem ex-
tra confessionem commissi.» L o mis-
mo dice San L i g o r i o (lib. 3, núme-
ro 451); pero los dos exceptúan el
caso en que confessarius esset parodias;
porque, como dice San L i g o r i o , «pa-
rochus peccans cum tali pcenitente,
peccat etiam contra justitiamj cum ex
justitia teneatur suas oves pascere ex
T r i d e n t i n o , non solum verbo, sed
etiam exemplo;» y , como añade Sca-
vini, el párroco está obligado de jus-
ticia, no sólo á cuidar que sus feli-
greses se aparten del pecado, «sea
etiam in foro externo curam (eorum)
spiritualem suscipere.» ( L i b . 3, nú-
mero 46, nota 3 . )
a
2180. P. ¿ H a y obligación de
confesar los pecados mortales du-
dosos?
R. H a y cuatro especies de duda
en esta materia: «dubium facti, du-
bium qualitatis, dubium speciei, d u -
bium confessionis.»
Dubium facti es cuando el peniten-
te duda si ha cometido un pecado.
Dubium qualitatis es cuando sabe
V.
que ha cometido un pecado , pero
duda si es mortal ó venial.
Dubium speciei es cuando sabe que
cometió un pecado mortal, pero duda
á qué virtud se opone.
Dubium confessionis es cuando sabe
que cometió un pecado mortal, y su
especie, pero duda si le confesó.
Esto supuesto, digo: Cuando hay
dubium facti, si la duda es positiva,
esto es, cuando por una y otra parte
hay iguales razones de que se come-
tió y de que no se cometió pecado
mortal, aunque los probabilioristas
dicen que hay obligación grave de
confesarle, porque en su sistema in
dubiis tulior pars est sequenda; pero San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 473), siguiendo
á Suárez, Sánchez, Silvio, Bonacina,
Anacleto, H o l z m a n , los Salmaticen-
ses, Gerson y otros, dice que la sen-
tencia comunísima niega que en ese
caso haya obligación de confesar los
pecados dudosos; porque, según el
probabilismo moderado, cualquiera se
puede conformar en estas materias
(en que no se trata del valor del S a -
cramento) á la opinión igualmente
probable. L a razón principal es «quia
non est pro delicto dubio onus cer-
tum imponendum: nec in dubio an
lex existat, adest legis obligatio, ut
sapienter ait Benedictus X I V . » ( N o -
tif. 80, núm. 19.)
T r e s argumentos principales opo-
nen los probabilioristas contra la opi-
nión de San L i g o r i o : i . ° Que el T r i -
dentino, en la sesión 14, cap. 5,
dice: «Oportere a pcenitentibus omnia
peccata mortalia quorum, post dili-
gentem sui discussionem, conscientiam
habent, in confessione recensere.» Es
así que los pecados mortales dudosos
están en la conciencia del penitente
como dudosos; luego debe confesarlos
como dudosos. A esto responde el
Santo que el Tridentino no dice que
el penitente debe confesar todos los
pecados mortales qua sunt in conscien-
tia, sino que dice «quorum conscientiam
habel, quod importat habere notitiam
DEL SACRAMENTO DE
certam peccati: conscientia enim (ut
ait S. Bernardus) nihil aliud est, nisi
coráis scientia, et judicium practicum de
peccato commisso. Conscientia autem
dubia nec est scientia, nec judicium, sed
suspensio judicii: unde minime dici
potest habere conscientiam peccati,
qui nullam (vel solum dubiam) ratio-
nem habet quod illud commiserit.»
E l segundo argumento es la s i -
guiente autoridad de Santo T o m á s
(in 4 Sent., dist. 2 1 , q. 2 . , art. 3 ad
a
3 . ) : « E t similiter pericido se com-
u m
mittit qui de hoc quod dubitat esse
mortale, negligit confiten. Non tamen
debet asserere illud esse mortale, sed
cum dubitatione loqui, et judicium
sacerdotis expectare, cujus est discer-
nere inter lepram et lepram.» A cuyas
palabras responde San L i g o r i o : « I b i
Sanctus Doctor revera non loquítur
de eo qui post diligentiam efformat
sibi judicium quod peccatum suum
sit dubie mortale, et ideo dubium de-
ponit ex regula prasfata, nempe, quod
non datar certa obligatio, ubi deliclum
est dubium; sed loquitur de eo qui cer-
tus est de sua actione mala, et nescit
discernere an fuerit vel ne m:>rtalis:
hic utique tenetur diligentiam a d h i -
bere, ut dubium deponat: unde cum
nescit dubium deponere, tenetur stare
judicio confessarii, cujus est discerne-
re inter lepram et lepram.» ( L i b . 6,
al fin del núm. 474.)
E l tercer argumento es la práctica
de los fieles, que cuando dudan si
han cometido un pecado mortal, se
acusan de él. A esto responde San
Ligorio:
i.° Que con razón se duda si los
fieles se acusan de los pecados dudo-
sos positivamente, porque crean que
tienen obligación, ó más bien para
mayor tranquilidad de su conciencia.
2. 0
Porque dice H o l z m a n que la
práctica de los fieles de confesar los
pecados mortales dudosos positiva-
mente tal v e z (forte) se continuó por
error, y éste no puede introducir cos-
tumbre.
LA PENITENCIA. 463
Por último, el Santo concluye así:
«Ceterum, in praxi (ordinarie loquendo)
omnino suadenda est pcenitentibus con-
fessio mortalium tam negalive quam
positive dubiorum, cum id ordinarie
prosit ad conscientias tranquillitatem.
Dixi ordinarie, nam scrupulosi omni-
no eximi debent ab obligatione confi-
tendi peccata dubia: ipsi enim tan-
tum confiten tenentur certa mortalia
et de quibus certe,numquam sint con-
fessi, ut communiter docent Sánchez,
Cajetanus, Medina,» etc. ( L i b . 6,
núm. 476.)
E n el número siguiente añade el
Santo: « í t e m eximi debent ad obliga-
tione confitendi peccata dubia ii qui
sunt timoratas conscientias, et non
solent delibérate lethaliter peccare: hi
enim in dubio rationabiliter, i m m o
moraliter certo credere possent non
consensisse, quia prassumptio sumi-
' tur ex communiter contingenti-
bus, etc. E converso oppositum est
censendum de eo qui est assuetus de
facili in peccata mortalia prolabi,quia
in dubio prassumitur iste consensisse:
si enim obstitisset, utique recordaretur
conatus illius quem sibi intulisset ad
tentationem repellendam . » Hasta
aquí San L i g o r i o .
Me parecen muy bien estas adver-
tencias del Santo: no impugnaré yo
su opinión, considerada especulativa-
mente; pero fuera de estos dos casos
en que se trate de personas escrupu-
losas ó de vida virtuosa, el común de
los fieles no sabe deponer la conciencia
del pecado mortal dudoso, ni conviene '
dejar á su juicio esta determinación; y,
salvo meliori judicio, este es, en mi
concepto, el sentido genuino de las pa-
labras de Santo T o m á s , comunmente
hablando.
Por último,Scavini (edición deiS65,
tomo 3, núm. 519), aunque tiene por
más probable que no hay obligación
de confesar en salud los pecados mor-
tales dudosos positiva ó negativa-
mente, añade, y con razón, que esta
opinión non indiscriminatim publican-
 4 4
6 LIBRO VI. T R A T A D O
da; y Bolgeni (nada rígido por cierto),
aunque defiende especulativamente la
misma opinión de San L i g o r i o , añade
sabia y prudentemente el siguiente
aviso que, traducido del italiano lite-
ralmente, dice así: «Cualquiera cono-
ce á primera vista el abuso que la
ignorancia y las pasiones podrían ha-
cer de esta opinión, si se dijese públi-
camente á los fieles que no tenían
obligación de confesar los pecados du-
dosos. Aquí tiene lugar lo que dice
San Agustín: Utile est ut taceatur ali-
quod verum propter incapaces. Por otra
parte es cosa cierta que, cuando hay
duda sobre si se pecó mortalmente,
hay verdadera obligación de examinar la
acción para deponer la duda, si es posi-
ble. E l pueblo ignorante, que por sí
mismo ni puede ni debe hacer este exa-
men , las más veces no tiene otro
medio que exponer sus dudas al con-
fesor. D e aquí nace la obligación que
tiene el común del pueblo, ó sea el
vulgo ignorante (il grosso popólo), de
confesar los pecados dudosos. A s í ,
pues, los Catecismos y los catequistas
deben inculcar la confesión de los pe-
cados dudosos; sin que esto pruebe
que nuestra decisión (considerada en ¡
sí misma, se supone) no sea verdade-
ra.» Este raciocinio de Bolgeni me
parece concluyente.
P. ¿Qué debe hacer el penitente
que en la hora de la muerte, ó antes
de la comunión, después de haberse
confesado en salud, tan sólo tiene un
pecado mortal dudoso positivamente
cometido después de la última confe-
sión?
R. San L i g o r i o , en el núm. 475,
hablando del pecado mortal dudoso
antes de la comunión, dice que es pro-
bable que el penitente puede comul-
gar, y que á lo más deberá hacer un
acto de contrición, ó confesarse po-
niendo otra materia, callando el pe-
cado dudoso. Respetando la opinión
de San L i g o r i o , yo aconsejaría eficaz-
mente que confesase el pecado dudo-
so; y como en ese caso no se puede
V.
absolver sino condicionalmente, le
diría que pusiese materia cierta de la
vida pasada. Esto es en cuanto á la
comunión de las personas no escru-
pulosas ni virtuosas, en salud; porque
si se tratase de la hora de la muerte
y hubiese pecado mortal dudoso posi-
tivamente y cometido después de ha-
ber recibido entonces los Sacramen-
tos, como se trata de unos momentos
tan solemnes, y por otra parte la con-
trición perfecta es tan difícil, e x h o r -
taría eficacísimamente al enfermo á
que se confesase otra vez, para asegu-
rar su salvación en tan terrible y de-
cisivo trance.
E n cuanto al pecado mortal mera -
mente existimado, es claro que no es
materia válida de la confesión; pero si
el penitente, por conciencia errónea,,
creyese que le había cometido, debe-
ría confesarle, porque no haciéndolo,
obraría contra su conciencia, é incu-
rriría en lo que dice San Pablo: « O m n e
quod non est ex fide {esto es, omne
quod est contra dictamen conscien-
te), peccatum est.»
L a segunda duda es dubium quali-
tatis: este caso es como el anterior, y
por consiguiente apliqúense las m i s -
mas reglas. Cuando el penitente sabe
que cometió una acción pecaminosa,
y duda si es mortal ó venial, se-
gún todos los autores, debe examinar
si es mortal ó venial.2. Si, hecho el
0
debido examen, queda en duda, y
puede por un principio reflejo deponer
la conciencia dudosa, diciendo quod
lex dubia non obligat, según San L i g o -
rio es bastante probable que no está
obligado á confesar ese pecado. Y a se
dijo lo que debe hacer si tiene que
comulgar ó se halla en la hora de la
muerte. 3 . Si no sabe deponer la
0
conciencia, debe confesar ese pecado.
4. Como por lo común el pueblo no
0
sabe examinar y distinguir inter lepram
et lepram, se ha de inculcar á los fieles
que expongan esos pecados al confe-
sor. 5. A los escrupulosos y personas
0 L i g o r i o me parece muy racional, por-
timoratas se les ha de decir que bien
DEL SACRAMENTO
pueden comulgar aunque no hayan
confesado esos pecados; y á los pri-
meros conviene prohibirles que se acu-
sen de ellos. (Véase el núm. 108.)
L a tercera duda es dubium speciei:
es evidente que los pecados mortales de
esta clase se deben confesar; porque,
como el penitente sabe que son culpas
graves, aun cuando dude á qué virtud
se oponen, según todos los teólogos
debe acusarse de ellas.
2181. P. Si un penitente se acu-
só en la vida pasada de un pecado,
expresando las circunstancias necesarias,
pero creyendo él y el confesor que era
venial ex genere suo, ó creyendo los dos
que no había sino una malicia grave
específica, cuando realmente eran dos
ó más; si después el penitente ó el con-
fesor, ó los dos, advierten que el peca-
do acusado era mortal ex genere suo, ó
que, además del pecado principal, ha-
bía una circunstancia mortal que mu-
daba de especie, que no conocieron ni
el confesor ni el penitente, ¿debería
éste volver á confesarlo cuando lo
advirtiese?
R. N o tiene obligación alguna el
penitente de volver á confesarse de lo
que había confesado, dice San L i g o -
rio (lib. 6, al fin del núm. 478). « R a -
tio, quia hoc casu j a m pcenitens expo-
suit confessario suum peccatum uti in
sua conscientia erat tune, et nunc est,
et in prassenti nihil novi oceurrit, nisi
quod cognoscat nunc materiam illius
peccati esse gravem, quod prius n e s -
ciebat.» Otra cosa sería, dice el Santo
(núm. 500), si no hubiese explicado una
circunstancia que muda de especie,
pues en ese caso debería expresarla;
por ejemplo, si se hubiese acusado de
haber tenido cópula con una mujer, y
no hubiese expresado que era casada,
ó parienta, ó en lugar sagrado; en estos
casos debería expresar después cual-
quiera de estas circunstancias, porque
mudan de especie. L a opinión de San
que de otro modo serían intermina -
bles las ansiedades de los penitentes
TOMO I I .
DE LA PENITENCIA. 465
sobre las confesiones hechas con bue-
na fe, en las que, habiéndose expli-
cado todo lo necesario, había interve-
nido alguna ignorancia del penitente
ó del confesor.
E n cuanto á la cuarta duda, dubium
confessionis, San L i g o r i o , en las pri-
meras ediciones de su obra lata, fué
de opinión que cuando el penitente
creía probablemente que había confe-
sado el pecado mortal que ciertamen-
te había cometido, no tenía obligación
de confesarle; pero después retractó
esta opinión. E n la edición 8 . , publi-
a
cada en 1 7 7 9 , en el segundo elenco de
las proposiciones retractadas, dice así:
« A n teneatur pcenitens confiten mor-
tale peccatum certo commissum, si
tantum probabiliter reputet se illud con-
fessum fuisse? N e g a n t Suarez, L u g o ,
Salmanticenses et alii. Sed dico cum
Cóncina et alus eum teneri peccatum
illud clavibus subjicere, cum dubia sil
confessio, ei certa sit confessionis obli-
gatio. »
E l Santo añade á continuación:
« N o n autem reprobo quod iidem citati
auctores tradunt, nempe, quod ille qui
diligens fuit in suis peccatis confiten-
dis, si postea dubilat an aliquod pecca-
tum omiserit, postífu'am multum elap-
sum sit tempus a quo illud patravit,
non tenetur ad confitendum, cum pos-
sit credere eo casu moraliter certe j a m
de illo confessum fuisse; et subjungit
P. Cóncina, pag. 338, num. 43, quod
si quis prius ex prava consuetudine in
plura peccata lapsus fuerit, et postea sit
veré conversus per constantem vitae
integritatem, si tune dubitet an omise-
rit in confessione generali vel particu-
lari facta cum debita diligentia ali-
quod peccatum vel circumstantiam,
confessarius prohibeat illi ne recogitet
quidem de prceterita vita, sed potius im-
ponat ut piis meditationibus tempus
impendat. Scrupulosi autem minime
tenentur peccata prseterita confiten,
nisi certi sint quod illa nunquam con-
fessi fuerint, ut communissime dicunt
Cajetanus, Navarrus, etc. Adduntque
3°
466 LIBRO VI. TRATADO
Sa, Spor., et alii, scrupulosum non te-
neri confiteri, nisi qua potest jurare
fuisse mortalia, et nunqaam dixisse.»
( L i b . 6, núm. 477.)
2182. P. E l que se acusó dicien-
do: «Me acuso de que dudo si he jurado
una vez advertidamente con mentira,
ó perdido una Misa en día de fiesta
por mi culpa,» etc., si después recuer-
da con certeza que cometió estos peca-
dos, ¿deberá volver á acusarse de ellos
como ciertos?
R. San L i g o r i o trata esta cuestión
en "el lib. 6, núm. 478, y dice que aun-
que T a m b u r i n o , E l b e l , Sporer y otros
opinan que no hay obligación de v o l -
ver á confesarlos, porque el penitente
los expuso la primera vez con buena
fe, según estaban en su conciencia,
y fué absuelto de ellos directamente,
pero el Santo dice que es común la
opinión contraria de Busembau, Cón-
cina, Diana, Roncaglia, etc. L a razón
es, porque para el j uicio que ha de for-
mar el confesor de la gravedad de los
pecados mortales, de la sustancia del
pecado, de la'penitencia que ha de im-
poner, y aun muchas veces de la dis-
posición de los penitentes en orden á
la absolución, hay una notabilísima
diferencia entre los pecados mortales
dudosos y los ciertos.
E l Padre Ballerini, citando á Gury,
que defiende esta opinión (tomo 2,
núm. 480, pág. 362, ó 292 en otra edi-
c i ó n ) , no sólo la impugna, sino que
dice que es menos común. N o me de-
tendré en impugnar lo que dice el Pa-
dre jesuíta: el que quiera convencerse
de lo infundado de su aserción, vea
las Vindicias Alfonsianas, pág. 472 y
siguientes. A l l í verá que L u g o fué el
primero que en 1638 defendió que no
había obligación de volver á confesar
el pecado mortal confesado como du-
doso, aunque después se averiguase
que era cierto. Pero el doctísimo
L u g o concluyó con esta moderación:
«Ceterum, quia in re morali non est
facile recedendum a communi sententia,
nolo in hoc puncto aliquid definiré,
V.
sed securiorem partem consulere.»
¡Ojalá que todos hubieran imitado la
conducta de este doctísimo teólogo
jesuíta!
D e los autores que escribieron des-
pués de L u g o , hay un ejército de doc-
tores que defendieron como cierta ó
como comunísima la sentencia de San
L i g o r i o . N o transcribo sus palabras
por no alargarme: pueden verse en el
lugar citado de las Vindicias Alfonsia-
nas. E l P. Vicente Cándido, dominico,
Maestro del Sacro Palacio en tiempo
de Inocencio X , S i l v i o , Mateo Moya,
jesuíta y probahilista ancho, Martín
Pérez, jesuíta, Andrés Mendo, jesuíta,
los Salmaticenses, nada severos, Luis
de Schildere, jesuíta, Gobat, jesuíta
y probabilista ancho, Illsung, jesuíta,
L a Croix, jesuíta, harto benigno, W i -
gandt, Félix Potestas, Mazzotta, j e -
suíta, Billuart, Ferraris, Amort, V o i t ,
jesuíta, Gousset, Frassinetti, Grassi,
Gabriel de V a r c e n o , S c a v i n i , etc.,
escritores nada rígidos, y otros mu-
chos que o m i t o , afirman que hay obli-
gación de volver á confesar como
cierto el pecado mortal que se había
confesado como dudoso, si después se
averigua que fué cierto.
2183. P . Si no se puede confe-
sar el pecado sin descubrir el cómpli-
ce, y por lo tanto sin infamarle, ¿se
podrá callar el pecado?
R. i . ° Si se trata de un pecado
venial, ó de un pecado mortal ya con-
fesado con todas las circunstancias
que se deben expresar, en estos casos
no se puede descubrir el cómplice,
porque los veniales son materia vo-
luntaria, y lo mismo los mortales bien
confesados y absueltos directamente;
por lo tanto, en el caso de que aqué-
llos se confiesen por devoción, ó éstos
se vuelvan á confesar para materia
cierta, no hay necesidad ni se puede
expresar el cómplice, porque no hay
justa causa para poder infamarle.
2.
0
Si no se ha confesado el pe-
cado mortal, y no se puede confesar
íntegramente sin descubrir el cómpli-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
ce, Navarro, S p t o , J n o c e n c i o I I I ( c o m o hermana tenía que confesar el pecado
escritor privado) y algunos pocos m á s con esta circunstancia; y , por lo tanto,
dijeron que se debía omitir la integri- como dice San L i g o r i o , «complex,
dad de la confesión, por no infamar al consentiendo in peccato, jam amisit
prójimo; porque el precepto de guar- jus ad suam famam in ordine ad con-
dar la fama del prójimo es natural, y fessionem.»
así es más fuerte que el precepto di- Pero se ha de notar que todos los
vino meramente positivo. Pero hace autores que defienden esta opinión
tiempo que prevaleció como común la convienen, como dice Suárez (et in
opinión contraria, que dice que cuan- hoc omms conveniunt, dist. 34, sect. 2. , a
do el penitente no puede confesarse núm. 1 ) , en que si el penitente puede
cómodamente con un confesor que no 1 cómodamente buscar un confesor que
conozca al cómplice, debe confesar no conozca al cómplice, debe confe-
íntegramente el pecado, a u n cuando sarse con él. E s t o mismo había dicho
el cómplice quede infamado para el Santo T o m á s en el lugar citado, don-
confesor. L a razón es, porque el pe- de, después de afirmar que el herma-
nitente, por derecho divino, debe ha- no debs expresar en la confesión la
cer íntegra la confesión siempre que circunstancia de que coucubuil cum
se pueda lícitamente. E s así que en sorore, añade á continuación: «Sed, si
el presente caso puede hacer lícita- fieri potest, debet quaerere talan con-
mente la integridad física, porque fessorem, qui personam sororis penitus
como dice Santo T o m á s , 2. 2 . , non cognoscat.» E n esto no hay duda,
a a9
q. 73, art. 2, «si verba per quas fama dice San L i g o r i o , y es opinión co-
alterius diminuitur proferat aliquis mún; de modo q u e , según el Santo
propter aliquod bonum necessarium, (lib. 6, núm. 489), es improbable la
debitis circumstantiis observatis, non opinión de Tournely, R ; n z i y Fagna-
est peccatum, nec potest dici d e - no, que niegan esta obligación.
tractio.» A s í es que el Santo D o c - 2184. P . ¿Cuándo se dirá que el
t o r , hablando del caso presente en el
penitente no puede cómodamente bas-
opúsculo 12, q. 6, dice así: « S i vero
car otro confesor que no conozca al
speciem peccati exprimere non possit
cómplice, y, por lo tanto, puede de-
nisi exprimendo personara cum qua
clararle lícitamente en la confesión?
peccavit, puta, si cum sorore concu-
R. Según graves autores y San L i -
buit, necesse est ut exprimendo pec-
gorio, puede en los casos siguientes:
cati speciem exprimat personam.» L o
i.° Si urge peligro de muerte, ó el
mismo había dicho San Bernardo (in
precepto de la confesión ó comunión
Form. Monástica Vitce): « D e n u l l o s i -
anual.
nistre loquaris, nisi in confessione,
2.° Si el penitente, no celebrando
ubi non potes'aliter manifestare pec-
ó no comulgando, incurriese en la
catum t u u m . » L o mismo dijeron San
Buenaventura, San Antonino, Silves- nota de infamia.
tre, Cayetano, Suárez, L u g o , Gonet,
0
3. Si para buscar otro confesor
Cóncina, V á z q u e z , T o l e d o , etc. San tuviese que estar en pecado mortal,
Ligorio defiende esta misma senten- aun cuando fuese un solo día: etiam
cia, lib. 6, núm. 489. per diem, dice el Santo.
0
4. Si, atendidas las circunstan-
0
3. E l argumento de los contra- cias, se puede creer que la persona
rios no tiene fuerza, porque el que cómplice, al cometer el pecado, cedió
pecó, v. g r . , con una hermana suya, el derecho que tenía á su fama: «ut
en el mismo hecho renunció interpre- si frater peccavit cum sorore, quam
tativamente á su fama, porque sabía. scit sejungi non posse a comitatu ma-
(ó por lo menos debía saber) que.su. tris, ut alium adeat confessarium.»
 4 68 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 469

5. Si el penitente dificultosamen-
0
t e se pudiese acomodar con otro con-
fesor que no conociese al cómplice de
sus pecados, c o m o sucede á algunos
penitentes.
6.° Si para buscar confesor que
no conociese al cómplice tuviese que
privarse de ganar un jubileo ó una
indulgencia plenaria.
7. Dice el Santo: «Seepe excusan-
0
tur matres et uxores manifestantes pec-
cata filiorum et virorum confessario
qui hos n o v i t : id enim communiter
faciunt ad consilium petendum, vel
ad leniendum dolorem; alioqnin ipsis
nimis durum foret novos confessarios
adire.»
8.° « S i quis, propter consolatio-
R. Benedicto X I V , en su constitu-
ción Suprema, de 1745, en su consti-
tución Ubi primum , dirigida á los
reinos de Portugal y de los Algarbes
en 1746, y en su bula Ad eradicandum,
dirigida á toda la Iglesia en 28 de
Septiembre de 1746, prohibió severa-
mente los abusos de algunos confeso-
res que obligaban á sus penitentes á
descubrir el cómplice de sus pecados.
i.° Benedicto X I V prohibió bajo
pecado mortal á los confesores exigir
de los penitentes el nombre del cóm-
plice.
2.0
Impuso suspensión (ferendaí
de oir confesiones á los que exigían
que los penitentes les revelasen los
cómplices de su pecado, bajo la pena
exceptúa al penitente de la obligación
de denunciar; y la razón es, porque
tendría que infamarse, descubriendo
que había cometido una culpa grave
en compañía de otra persona.
L a segunda excepción es que no
hay obligación de denunciar al confe-
sor que por mera simplicidad impruden-
te y mala obligase al penitente á reve-
lar el cómplice, bajo la conminación
de negarle la absolución; pero que su
acción «iis circumstantiis est desti-
tuía, quas de prava credulitate, vel de
mala adhresione ad praxim in nostro
brevi reprobatam tamquam ad licitam,
vel alio quovis modo de prava credu-
litate suspectum reddant.» (Bulario de
Benedicto X I V , tomo 2, const. 8 . , | San L i g o r i o (lib. 6, núm. 4 9 T ) ,
a
esta doctrina como lícita, estaría e x -
comulgado ( T r i d e n t i n o , sesión 7.*,
can. 11, De sacram. in genere).
E n la constitución Apostolices Sedis,
de P í o I X , su fecha 12 de Octubre
de 1869, se declara vigente la exco-
munión de Benedicto X I V por las si-
guientes palabras: « í t e m docentes vel
defendentes tamquam licitam praxim
inquirendi a pcenitente nomen c o m -
plicis, prouti damnata est a Benedic-
to X I V in constitutione Suprema,
7 Julii 1745; Ubi primum, 2 Junii
1746; Ad eradicandum, 28 Septembris
1746.» Es la primera de las e x c o m u -
niones reservadas al Papa de un modo
no especial.

nem quam sentit ab amico vel docto
confessario , nollet alium quaerere;
cum plures doctores, ut Navarrus,
L e s i u s , Azorius, Cajetanus et T a m b .
dicant non esse plus quam veníale
manifestare crimen proxími uni vel
alteri viro probo: unde ait T a m b u r i -
nus, satis excusari ab hujusmodi cul-
pa veniali qui ob prasfatam causam
crimen complicis cogniti confessario
prudente patefaceret. » Hasta aquí
San L i g o r i o , lib. 6, núm. 490.
Se ve que no es necesario grande
m o t i v o para que el penitente quede
desobligado de buscar un confesor
que no conozca al cómplice. Además,
como los penitentes, por lo común,
ignoran esa obligación, hay otro caso
que no pone San L i g o r i o ; y es, cuan-
do habiéndose acusado ya de pecados
g r a v e s , tuviese que descubrir al cóm-
plice conocido del confesor. E n este
caso sería cosa dura para el penitente
suspender la prosecución de la confe-
s i ó n , obligarle á comenzarla de nue-
vo con otro que no conociese al cóm-
p l i c e , y tener que pasar otra vez la
vergüenza para repetir los pecados
confesados.
2 1 8 5 . P . ¿Puede el confesor man-
dar ó rogar al penitente que le mani-
fieste el nombre del cómplice de su
pecado?
de negarles la absolución si no los
manifestaban.
3.0
« U t quicumque ansas fueritdo-
cere licitam esse hujusmodi praxim,
prout ea in relato nostro brevi repro-
batur, vel scribere aut loqui preesunt-
pseril in hujusmodi damnatas praxis
defensionem, vel ea quae in dicto brevi
contra eorumdem praxim decreta sunt
impugnare, aut in alienos sensus te-
meré detorquere aut interpretari, in-
cidat ipso fado in excommunicatio-
n e m , a qua non possit nisi a Nobis
a b s o l v í . » Esta excomunión mayor
lata está subsistente, porque la bula
Apostolices Sedis, de P í o I X , la pone, y
es la primera de las 17 excomuniones
reservadas al P a p a , que comienza:
« í t e m docentes, vel defendentes tam-
quam licitam praxim inquirendi a pce-
nitente nomen complicis,» etc.
0
4 Impone pena de excomunión
lata reservada á los que no denuncien
dentro del tiempo señalado (treinta
días) á los confesores de quienes les
consta que exigen de los penitentes el
nombre del cómplice de su pecado,
bajo la conminación, si no lo hacen, de
negarles la absolución. D e modo que si
el confesor no amenaza con negar la
absolución, no debe ser denunciado.
A q u í se han de notar dos excepciones
que hace Benedicto X I V : i . a
Que
pág. 54.) D e modo que tan sólo debe siguiendo á Cóncina, dice que B e n e -
ser denunciado el que obra con esa dicto X I V tan sólo quiso prohibir el
perversidad que expresa el Papa. H o y abuso de algunos confesores, los cua-
en España, según el derecho vigente les «tum procurandes complicis (ut lo-
(que es el común de la I g l e s i a ) , basta
quitur bulla) correctionis, aliorumque
que la denuncia se haga dentro de bonorum specioso praatextu colorare,
treinta días. tum emendicatis quibusdam d o c t o -
E l Sr. Sánchez en su Teología Mo- rum opinionibus defenderé non dubi-
ral (trat. V I , punto 13, núm. 25), ha- tarent;» después de cuyas palabras
blando de la perniciosa costumbre de añade San L i g o r i o : « P e r o los confe-
obligar á los penitentes á descubrir sores bien pueden, y aun deben inqui-
el nombre de sus cómplices, dice así: rir de los penitentes cuanto es nece-
«Por esto Benedicto XIV en los m e n - sario para la integridad de la confe-
cionados breves, no sólo condenó esta sión , como las circunstancias que
tan reprobada costumbre, sino que mudan de especie;» por ejemplo: «si
impuso además pena de excomunión persona complicis in peccato turpi sit
mayor lata, y sometió al Tribunal de in primo gradu, vel nupta, vel ligata
la Inquisión á los que la aconsejasen y voto, vel habitet in eadem domo,«
siguiesen.» Aquí hay una equivoca- aun cuando el confesor, por explicar
ción; porque Benedicto X I V no i m - estas circunstancias, venga en cono-
puso excomunión á los que aconseja- cimiento del cómplice, porque todo
ban ó practicaban esta costumbre, sino esto es necesario para proveer lo con-
á los que la enseñaban ó defendí an como veniente á la conciencia y dirección
lícita, que son dos cosas muy diferen- espiritual del penitente, c o m o dice el
tes; porque el aconsejar un robo ó Santo; y Scavini añade rectamente
ejecutarle es un pecado contra justi- que en estos casos el confesor «non
cia; pero enseñar ó defender que es exquirit formaliter nomen complicis,
lícito, es una herejía; el que aconseja sed nonnisi per accidens complex d i -
al bautizante que no tenga intención gnoscitur.» ( L i b . 3, núm. 366.)
de bautizar á un niño, ó él mismo le 2186. P. ¿Hay algunos casos en
bautiza sin intención, aunque peca que el confesor pueda y deba obligar
gravísimamente, no está e x c o m u l g a - al penitente á descubrir en el fuero
do; pero el que enseñase ó defendiese externo á su cómplice?
 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 471
R. E s indudable que los hay, si de
disp. i . , cap. 1, art. 2, después de:
a
que si bien rara vez puede el confesor los pecados formales , sino en confe-
otro modo no se pueden evitar los
§ 2, núm. r, queer. 6), sino también preguntar al penitente el nombre del sar todos aquellos que , atendidas las
graves daños que amenazan á un ino-
en la edición de Milán de 1865, co- cómplice, y aún m ís rara vez obligarle presentes circunstancias , se pueden y
cente ó al bien común; y si, pudiendo
rregida y aumentada. Véase el t o m o 3., á que le revele, pero no quiere decir deben confesar. L a dificultad consiste
y debiendo hacerlo el penitente, se
núm. 366, donde, después de decir que no sea lícito y aun conveniente en fijar las causas que excusan de la
resistiese, el confesor puede imponer-
con San L i g o r i o : «Sed nunquam ipsi en algún caso extraordinario; porque integridad física ó material.
le precepto formal grave, como dice
i confessario licebit dicere: «manifesta Benedicto X I V , tan exacto en su len- A dos se reducen las causas que
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 492); pero
mihi,» añade: « N i s i forsan solus con- guaje, si nunca pudiera hacerse, no excusan de la integridad material de
el Santo añade que, atendido el rigor
• fessarius valeat damnum cavere, quod hubiera di-ho «raro evmire posse, ut la confesión , á saber: la impotencia
de la bula de Benedicto X I V , y el
rarum est, nec facile supponendum.r liceat confessario complicis nomen ex- física y la impotencia moral. Excusa
tenor de sus palabras, «ad finem vi-
Esta opinión de Scavini es de algún quirere,» etc., sino que hubiera dicho: la impotencia física, porque impossibi-
tandi proximi infamiam, Sacramenti
peso, porque además de escribir en «nunquam evenire posse ut liceat,» etc. lium nidia est cb'.igatio. L a moral es
injuriam, sigilli violationem, scanda-
1 Italia, y además de haber sido más de Ahora bien: ¿qué intérprete más autén- cuando algún daño grave y extrínseco,
lum, etc., prout exprimitur in bulla,
I veinte años vicario general de la dió- tico y competente de estas tres c o n s - espiritual ó temporal, amenazase pro-
non est licitum confessario nomen
cesis de Novara, no reformó en la se- tituciones apostólicas de Benedic- bablemente al penitente , ó al confe-
complicis exquirere ad finem faciendse
gunda edición de su obra, perfeccio- to X I V puede haber, que el mismo sor, ó á un tercero, si se hiciese la
correctionis;» que cuando sea necesa-
nada, publicada en 1865, lo que había Benedicto X I V , que habla de esta integridad material. L a razón es, por-
rio imponer al penitente la obligación
dicho en la edición de 1847. manera ocho años después de haber- que el precepto divino meramente posi-
de revelar al cómplice para evitar
graves males, se le dice que le mani- A mi modo de ver, hay todavía dos las promulgado? tivo de la integridad física no obliga
fieste á quien pueda evitarlos; pero razones á favor de esta sentencia: 2187. P. Si el penitente, espon- con grave detrimento extrínseco. « N o n
que nunca es lícito al confesor decir i.
a
Que el penitente, en el caso táneamente y de su propio m o t i v o , censetur moraliter possibile,quod fieri
al penitente: revélamele á mí; «sed propuesto con todas sus ciicunstan- rogase al confesor que corrigiese á su nequit sine gravi i n c o m m o d o . »
nunquam licebit confessario dicere: re- cias, tiene obligación grave, por dere- cómplice, ¿podría hacerlo lícitamente 2 1 8 9 . E l daño que amenaza debe
vela mihi;i> esto dice San L i g o r i o en cho natural, de manifestar el cómplice t i confesor? ser grave , porque el precepto divino
t i lugar citado. L o mismo expresan á su confesor, único que en el caso dado
1
R. E s indudable que el confesor de la integridad física es grave; y así
el Compendio Salmaticense (tracta- puede evitar los tan graves males que puede hacer la corrección en este una causa leve no excusa de su c u m -
t u s , X X V I I , núm. 106), y Gury (tomo 2, amenazan; y el confesor, al obligarle caso, porque no hay ley que lo prohi- plimiento.
núm. 501). N o obstante, yo creo que por precepto á que cumpla este sagra- ba; pero, como dicen San L i g o r i o E l daño debe ser extrínseco á la con-
(si bien rarísima v e z ) pudiera muy do deber, no parece que se opone al (lib. 6, núm. 492, y en el Homo apos- fesión; porque la molestia del examen,
bien suceder algún caso de tan graves \ espíritu de la bula de Benedicto X I V , tolicus, tract. X V I , núm. 41) y S c a - la vergüenza de manifestar sus peca-
consecuencias y tan urgente, que sólo ' ni y o creo que este gran Papa le qui- vini ( t o m o 3, núm. 366, nota i . ) , por dos, el trabajo de cumplir la peniten-
a

el confesor pudiera evitar los gravísi- siese excusar de esta obligación; ni

lo común no conviene que el confesor cía, e t c . , no excusan de la integridad
m o s males que amenazaban si el pe- al prohibir los abusos de los confeso-
tome este encargo en la confesión, física ó material , porque estas i n c o -
nitente no le descubría el cómplice. res quisiese incluir este caso singular.
«quia difficulter assumere poterit is- modidades son intrínsecas á la confe-
Así opinan S o t o , L u g o , Mazzotta, 2. Benedicto X I V , ocho años tud onus sine peiiculo scandali et sión; y si éstas bastasen , los pecado-
a

D i a n a , Aversa y el comentador de después de haber publicado la bula

offensione sui ministerii.» Por lo co- res, las más veces, no confesarían sus
A n t o i n e , citados por San L i g o r i o . citada (esto es, en 1746) en su última mún los fieles se incomodan mucho culpas. Descendiendo á enumerar las
edición De Synodo Dicecesana, publi- cuando sospechan que alguno los acu- causas extrínsecas que excusan de la
Bouvier dice que en un caso raro
cada en 1754, después de manifestar só en la confesión; pero, si hubiese integridad f í s i c a , pueden reducirse
el confesor bien podría obligar al pe-
los males que se seguían de la perni- causa grave, bien podría hacerlo con las contenidas en los versos si -
nitente á que le manifestase el cóm-
ciosa práctica de obligar á los peni- cautela en algún caso particular, pues guientes:
plice, cuando se tratase de un mal
tentes á descubrir el nombre de su 2190.
grave «quod prcecaveri non possit ñeque no está prohibido.
cómplice con el especioso pretexto de
per alium, et quod ipse confessarius Mu tus el oblitus, moribundus, surdus et infans;
corregirle, añade las siguientes nota- Qui sibi, presbylero, fralnve pericia vegetar;
praecavendi spem habeat fundatam; ARTÍCULO IV
bles palabras: «Certum tamen est raro Quem scrupnli exagilanl, aut sacri pacía sigilli.
in hoc etiam casu máxima opus erit
evenire posse, ut liceat confessario De las causas que excusan de la Mulus:
intcgri es doctrina corriente que
cautione.» ( T o m o 3, De Pcenit., capí-
complicis nomen a pcenitente scisci- los mudos están obligados á confe-
tulo 4, De confessione, art. 2, § 7, De dad física de la confesión.
tari, multoque minus ad illud sibi sarse , no sólo en peligro de muerte,
manifestatione complicis). L o mismo
patefaciendum eumdem obligare. »
dice Scavini, no sólo en la edición 2188. N o hay causa alguna que sino también para el cumplimiento
( L i b . 6, cap. 1 1 , núm. 1.) Del sentido
de 1847, dedicada á P í o I X (tract. X , excuse de la integridad formal, por del precepto pascual, con tal que ten-
genuino de estas palabras se infiere
que ésta no consiste en confesar todos gan ó puedan adquirir alguna instruc-
 472 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 473
ción sobre este Sacramento ; y si el además, como puede verse en las eru- nal inequívoca se confiesa ó pide la San Agustín, San Antonino, T a m b u -
confesor puede percibir sus pecados ditísimas Vindicias Alfonsianas, pá- absolución, se le debe absolver a b - rino, los Salmaticenses y otros. N i se
por medio de señales , deben hacer, ginas 936 y 937 , defendieron esta solutamente ; y conviene absolverle diga que en este caso no hay dolor ni
hasta donde sea posible , integridad sentencia Suárez , Escobar , A v e r s a , cuantas veces dé nuevas señales de materia sensible ; porque á esto res-
f í s i c a ; y si fuesen poco instruidos, Arriaga , Dicastillo , G o r m a z , Char- dolor , dice San L i g o r i o (lib. 6, nú- ponden los autores citados que tal vez
ó el confesor no los entendiese, basta m e s , Antoine , Gousset , Neyraguet, mero 480): en esto no hay duda. el moribundo en algún lúcido inter-
que manifiesten algún pecado, ó que Panzuti, Galani, Scavini, Frassinetti, valo , conociendo su peligro, desee la
2.° A l moribundo destituido ente-
en general manifiesten que son peca- Martinet. D e modo que en el día es absolución, tenga dolor y le sensibili-
ramente de los sentidos , con tal que
dores y den alguna señal de su dolor comunísima esta sentencia. Gury , en ce «signis veré sensibilibus , nempe,
haya alguna persona que le hubiese
y propósito , como dicen San L i g o r i o la edición de Barcelona de 1863 (aun- per suspiria, motus corporis, saltem
oído desear la absolución, ó dar seña-
(Homo apostólicas, tract. X V I , núme- que ya había abrazado el probabilismo per ansiam respirationem, quamvis
les de dolor antes de perder el uso de
ro 35), Scavini y la sentencia común. ancho), en el tomo 2, núm. 503, de- tune ista signa confessarius non perci-
los sentidos, el confesor puede y debe
Scavini dice que cuando los mudos fendió la opinión de San L i g o r i o , di- piat: sufficiunt enim talia signa in
absolverle. Esta es doctrina ciertísi-
saben leer (como en el día sucede con ciendo que era común: « I t a commu- tanta necessitate, saltem ex prudenti
ma , confirmada por varios Concilios
frecuencia), suelen tomar un libro de niter S. L i g o r i u s , núm. 479;» pero en dubio praesumpta, ad dandam absolu-
provinciales, dtfendida por innumera-
examen de conciencia, le recorren con las últimas ediciones de su obra mudó tionem sub conditione, quae Sacramen-
bles doctores, como puede verse en
la vista, y con el dedo señalan é indi- de sentencia. E s t o nada tiene de par- ti injuriam reparat, si forte desit ma-
San L i g o r i o (bb. 6, núm. 481). Santo
can al confesor en qué materia y cuán- ticular ; pero lo notable es que, pre- teria Sacramenti,» dice San L i g o r i o .
T o m á s , en el opúsculo 65, De Sacra-
tas veces pecaron. guntando: « A n muti scientes scribere ( L i b . 6, núm. 482.)
mento Unclionis, citado por San L i g o -
2191. P. E l mudo que sabe es- teneantur scripto confiten ad pro- rio, dice lo mismo; pero este opúsculo 2194. 0
4. T e n g o por suficiente-
cribir, ¿está obligado á confesarse por curandam confessionis integritatem?» es apócrifo, ó es por lo menos dudoso mente segura la opinión de San L i -
escrito? responde así: «Communior sententia que sea del A n g é l i c o Maestro, y por gorio (lib. 6, núm. 483, y en el Homo
R. Autores g r a v e s , especialmente negat...; psrmitti tamen id potest.» esta razón se imprimió en letra más apostólicas, tract. X V I , núm. 34.),
en el siglo X V I , fueron de opinión Si cuando Gury hizo las primeras edi- pequeña que la de los opúsculos au- H o l z m a n , Merbesio, Car., Spor., Gor-
que el mudo no tenía esa obligación ciones de su obra era común la sen- ténticos , como puede verse en la co- maz , Scavini (tomo 3, núm. 415),
porque este modo de confesarse siem - tencia de San L i g o r i o , y la defendió, rrectísima edición romana de todas Gury ( t o m o 2, núm. 506), yotros, que
pre llevaba el peligro de manifesta- ¿cómo abraza después la opinión con- las obras de Santo T o m á s , hecha por afirman que tratándose de una perso-
ción de los pecados á otras personas; traria , y la llama mas común , siendo mandato y á expensas de San P í o V . na católica, se la puede y debe absol-
pero San L i g o r i o tiene por notable- así que desde que escribió San L i g o - L o mismo dicen Echard y el doctor ver sub conditione (si apponis veram ma-
mente más probable, y en el día más rio apenas hay un autor moderno que dominico Morelles , que tengo á la leriam, ego te absolvo, etc.), a u n cuando
común, la sentencia de los que dicen no defienda la sentencia del Santo? vista. E l Ritual R o m a n o , aprobado un accidente ó herida mortal la sor-
que debe confesarse por escrito , no Por último, Santo T o m á s dice expre- por la Silla Apostólica, dice hablando prenda en el acto del pecado, v. gr.,de
sólo en peligro de muerte, sino tam- samente: «In eo qui usum linguce non del moribundo: «Veletiamsiconfitendi desafío, adulterio, robo, etc. L a razón
bién para el cumplimiento del precep- habet, sicut mutus , sufficit quod per desiderium, sive per se, sive per alios es, porque a u n cuando no pueda el
to pascual, con tal que el mudo pueda scriptum aut nutum confiteatur...: ostenderit, absolvendus est.» (De sacram. confesor percibir su dolor y deseo de
confesarse sin peligro de que otros quando non possumus uno modo, de- Pcenit., § Ordo ministrandi.) Sobre si la absolución , tal vez le sensibilice
vean el p a p e l , ó sin una molestia bemus secundum quod possumus con- en el caso presente sedebe dar la abso- por algún suspiro , por la respiración
extraordinaria (lib. 6, núm. 479). L a fiten'» (in 4 Sent., dist. 17, q. 3 . , ar-
a
lución absolutamente ó sub conditione, violenta, etc., como se ha dicho en el
razón poderosa es, porque «qui tene- tículo 4, sol. 3 ad 2 . ) .
unl
hay opiniones. M e parece más proba- número precedente. Y no obsta el que
tur ad finem, tenetur etiam ad media ble la opinión de San Antonino, Suá- haya sido sorprendido en el acto del
non difficilia.» E l peligro de manifes- 2192. Oblitus: el que se olvidó de rez , Bonacina , W i g a n d t , etc. , que pecado; porque, como dice el Santo,
tación, si hay cautela, no es frecuen- sus pecados, a u n cuando crea ó sepa dicen que se debe dar sub conditione; se puede presumir prudentemente de
te; y no pocas personas, por mera que los cometió, si, hechas las conve- y San L i g o r i o dice que hoc tutius vi- cualquier católico que , colocado en
devoción, hacen una confesión gene- nientes diligencias , no los puede re- detur. tan apurado trance, si tuvo ó tiene
ral por escrito , cuidando de rasgar | cordar en particular, claro es que algún lúcido intervalo, desea del m e -
luego el papel. cumple con acusarse de ellos en ge- 3. 0
E n el día es opinión suficien- jor modo posible evitar su condena-
neral, expresando que está cierto de temente segura que se debe dar la ción. Esta doctrina es conforme á lo
Esta sentencia la defienden muchí- haber pecado mortalmente alguna vez absolución sub conditione al moribundo que dice San Agustín hablando de los
simos autores graves. San L i g o r i o ó muchas; y debe confesarlos después, que, habiendo vivido cristianamente, catecúmenos que, viviendo en habi-
cita quince, entre ellos á L u g o , Ana- si se acuerda. fué sorprendido por un accidente y no tual adulterio, eran atacados de un
cleto , Bonacina , E l b e l , Roncaglia, 2193. Moribundus: i . ° Al mori- pudo pedir confesión. Esta doctrina golpe mortal, sin poder dar señales
los Salmaticenses , V á z q u e z , etc.; y bundo, si de palabra ó por alguna se- es corriente y conforme á lo que dicen
 474 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 475
de penitencia. Dice el Santo que es lución, diesen señales de dolor; por- de la integridad material; basta que el lib. 3, núm. 372, y sigue á San L i -
de parecer que se les debe bautizar, y que la mayor parte de esos infelices por alguna señal manifieste, del modo g o r i o , transcribiendo casi literalmen-
da la siguiente razón: «Quis enim no- son meramente unos charlatanes ba- que pueda, que pecó; y el confesor, te sus palabras. Algunas veces me ha
vit utrum fortassis adulterinas carnis ladrones, que por vanidad ó por sin- según el concepto que pueda formar ocurrido este caso, y he obrado de!
illecebris usque ad baptismum sta- gularizarse dicen lo que les viene á la de sus disposiciones, le absolverá ab- modo que dice San L i g o r i o .
tuerant retineri? Quas autem baptis- boca , pero no tienen arraigada en su solutamente ó bajo de condición; pero 2197. Infans: esto es, cuando ni
matis, eadem reconciliationis est cau- entendimiento la herejía formal. Así si es persona instruida que, aunque el penitente conoce el idioma del con-
sa, si forte pcenitentem finiendas vitas vemos que, de ciento de esa clase de perdió del todo el oído, puede y sabe fesor, ni el confesor el del penitente.
periculum prasoccupaverit.» ( L i b . 2, hombres, apenas se halla uno que no confesarse con limpieza y exactitud, E n este caso, si el penitente no pue-
De adultcr. conjug., cap. 28.) se confiese en la hora de la muerte ; n o está exenta de la integridad m a - de cómodamente hallar confesor que
L a íazón fundamental de esta opi- cuando lo permite la enfermedad. terial. lo entienda, y urge el precepto pas-
nión es, porque en Sacramentos de ¡ 2195. P o r último, San L i g o r i o H a y persona que oye con dificul- cual ó peligro de muerte, basta que
tanta necesidad, y en casos tan ur- dice que cuando se trata de un mori- tad, pero esforzando el confesor la se confiese con algunos signos gene-
gentes, basta una tenue probabilidad bundo destituido del uso de los senti- v o z , puede confesarse bien: ésta no es rales, a u n cuando no pueda manifes-
para que se puedan administrar lici- dos y que no da nueva señwl de dolor,
1 propiamente soroa, sino teniente de tar sino que es pecador y tiene dolor,
tamente sub conditione, c o m o dice San no se le debe absolver muchas veces oído (en latín siirdaster). E l confesor ó un solo pecado venial. A q u í se ha
L i g o r i o (lib. 6, núm. 482), siguiendo «sub conditione inlra lrevé spalium iem- debe confesar á estas personas en un de notar que en el día es opinión su-
á S o t o , N a v a r r o , F i l g u e r a , V i v a , poris, nisi bis, vel tei, servato propor- lugar apartado, para que puedan ha- ficientemente segura que el penitente
Croix, etc. San L i g o r i o dice sabia- tionata distantia; quia revera tune ces- cer integridad material. que no puede confesar íntegramente
mente, en el mismo número, que en sat necessitas quas adfuit in antece- sus pecados por no encontrar confe-
P. Cuando la persona sorda ó te-
los casos en que el confesor puede ab- dentibus absolutionibus praostitis . sor que entienda su idioma, no está
niente de oído comenzó á confesarse,
solver lícitamente al e n f e r m o , debe Secus vero dicendum , si destitutio obligado á confesarse por medio de
si el confesor lo advierte, ¿qué debe
hacerlo. L o mismo afirman Silvestre, perseverat per longum tempus.» ( L i - intérprete:
hacer?
Cayetano, Suárez, V á z q u e z y otros; y bro 6, al fin del núm. 482.) Me agra- i.° Porque esta sería una carga
R. San L i g o r i o trata esta cuestión
se fundan en el capítulo Si presbyter, da el término medio que abraza San gravísima, expondría á la revelación
en su excelentísimo tratado titulado
que dice: «Si presbyter pcenitentiam L i g o r i o , evitando el extremo vicioso de los pecados, causaría irrisión, etc.
Praxis covfessarii, núm. 104, y dice
negaverit moribundo (se supone inde- de los antiguos, que casi nunca daban
que si el confesor advierte en el prin- 2. 0
Porque el Concilio Florentino
bidamente), reus erit animarum.» la absolución sub cond.tione á los mo- cipio de la confesión que el penitente dice que el penitente «solus peccata
Se ha de notar que aquí se habla ribundos destituidos del uso de los es sordo ó teniente de oído, debe de- confiteatur.í
de un moribundo católico sorprendido sentidos, si habían recibido todos los cirle en alta voz que vuelva, y que, 3. 0
Porque la Sagrada Congrega-
en pecado actual, y que no' puede pe- Sacramentos; y evitando el otro ex- como es sordo, le confesará cuando ción del Concilio, en 28 de Febrero
dir confesión; porque si es hereje, no tremo, también vicioso, de algunos no haya gente; pero si lo advirtiese de 1633, declaró «posse et dtbere absol-
se le puede absolver, si no pide expre- (como y o he visto) que cada minuto en el curso de la confesión, no puede ví pcenitentem qui non vult uti inter-
samente la absolución, dice San L i g o - absuelven sub conditione al morib indo decirle en alta v o z que vuelva, de prete.»
rio: «Hasretici enim (son sus pala- destituido ya del uso de los sentidos. modo que lo perciban los circunstan- San L i g o r i o (lib. 6, núm. 469), si-
bras), etiamsi in eo casu dent signa E l que asiste á esa clase de moribun- tes; porque éstos sospecharían que le guiendo á Cayetano, Soto, los Salma-
posnitentise, non debent absolví, nisi dos, antes de absolverlos sub conditio- despedía porque había confesado a l - ticenses, P a l a o , e t c . , dice que ni en
expresse absolutionem petant, quia ne, debe avisarles que hagan dolor de guna cosa grave, y se quebrantaría el la hora de la muerte hay obligación
tales numquam prudenter prsesumi
v
sus pecados, acepten la absolución, y s i g i l o de la confesión. E n este caso, de valerse de intérprete, á no ser que
valent ea signa piasbere in ordine ad que, si pueden, sensibilicen el dolor, si después de oirle cree que está dis- el moribundo dudase de que tenía
confessionem, a qua summopere ab- aunque sea con la respiración más puesto, absuélvale absolutamente; si contrición; pero aun en ese caso, se-
horrent.» ( L i b . 6, núm. 483.) Con- fuerte ó con algún movimiento exte- duda de su disposición, absuélvale sub gún el Santo y la opinión común,
v e n g o con San L i g o r i o , cuando se rior, del modo que puedan; pero el conditione: y como los circunstantes bastaría que tan sólo se acusase de un
trata de herejes afiliados públicamen- confesor absuélvalos sub conditione han de percibir la penitencia que se pecado venial en particular por medio
te á una secta; pero si se trata, por las veces que señala San L i g o r i o . le i m p o n e , ésta debe ser leve. San del intérprete, y después se arrepin-
ejemplo, de muchos españoles que en aunque no perciba signo alguno exte- L i g o r i o resuelve esta cuestión del tiese y acusase de todos sus pecados
el día dicen blasfemias hereticales, se rior. mismo modo en el l i b . 6, núm. 644, en general. L o mismo dicen Gury y
mcfan del P a p a , niegan el infierno, y dice: «Casum istum apud doctores Scavini. Santo T o m á s , en el lugar ci-
se burlan de la confesión, e t c . , y o los 2196. Surdus: hay sordo que
non inveni, sed obvius est, et valde tado en el núm. 2191, dice que el pe-
absolvería sub conditione si, aunque no nada oye, ni puede responder á las
quandoque missionarios a n g i t . » Sca- nitente, cuando no puede de otro
pudiesen pedir expresamente la abso- preguntas del confesor, ni sabe e x - vini trata también esta dificultad en modo, debe" valerse del intérprete;
plicar sus pecados: éste está exento
 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 477
pero en tiempo del Santo Doctor era tando ya en su casa el V i á t i c o y la este privilegio es en favor del confe- ritarum confessionum timore vexatur,
diferente la disciplina de la Iglesia, y gente esperando, tuviese que renovar sor, si éste, despreciando el peligro ut docent communiter,» dice San L i -
cuando no había confesor, los mori- muchas confesiones mal hechas; ó con de infección, quisiese oir toda la con- gorio (Homo apost., tract. X V I , nú-
bundos, por humildad, decían sus pe- un sacerdote que se confesase para fesión, el enfermo debería hacer inte- mero 19): la razón es la general; esto
cados á un l e g o ; pero posteriormente celebrar, estando ya el pueblo espe- gridad física, si la enfermedad se lo es, que se seguiría una, no sólo grave
al Florentino, al Tridentino y al d e - rando la Misa. P e r o como dice San permitía, como dice San L i g o r i o (en (que sería bastante m o t i v o ) , sino gra-
creto citado de la Sagrada Congrega- L i g o r i o , no sería motivo para la inte- el Homo apostolicus, tract. X V I , núme- vísima ansiedad, si no se le excusase
ción, es segura la doctrina de San L i - gridad moral el que, por tardar mucho ro 39). Scavini (lib. 3, núm. 367, en de la integridad física.
gorio. P e r o siendo cierto que en ese el penitente en una confesión ordina- una nota hacia el fin) dice que el con- 2203. P. ¿Qué condiciones se
caso basta acusarse por el intérprete ria, creyesen los circunstantes que fesor, aunque prevea con fundamento han de reunir y qué se ha de tener
de uno venial, yo de manera alguna tenía muchos pecados ( l i b . 6, n ú m e - que será inficionado por la peste, he- presente para que el penitente pueda
dejaría de confesar el pecado dudoso, ro 486). T a m p o c o se podría hacer in- roica charitate ductus, puede ceder de hacer integridad moral?
si m e encontrase en ese peligro de tegridad moral por razón de concurrir su derecho y oir toda la confesión, si R. Cuando se trata de la impoten-
muerte. mucha gente en alguna festividad , ó aliud non obstet. Supongo que Scavini, cia moral por razón de algún daño
2198. «Qui sibi, presbytero, fra- para ganar alguna indulgencia. I n o - por aquellas palabras si aliud non obs- que se tema con fundamento, Gury
trive pericia veretur; quem scrupuli cencio X I , en 2 de Marzo de 1G76, con- tet, entiende: á no ser que fuese necesaria ( t o m o 2, n ú m . 497) dice que sólo se
exagitant, aut sacri pacta sigilli.» E n denó la proposición siguiente (es la la vida del párroco ó confesor. Y o he pueden callar aquellos pecados que no
estos dos versos se comprenden todos 59): «Licet sacramentaliter abscluere di- asistido en muchas ocasiones á tísicos, se pueden manifestar sin gravísimo in-
los casos en que hay impotencia mo- midiata tantum confessione, ratione en epidemias de cólera-morbo y tifus; cómodo: «ex quorum manifestatione se-
ral de hacer integridad material en la magni concursus pcenitentium, qualis, jamás he temido el contagio, jamás queretur gravissimum i n c o m m o d u m ; »
confesión, «por razón de algún daño v. g r . , potest contingere in die magnas por temor de él he aconsejado la inte- pero yo creo, con San L i g o r i o , que no
grave extrínseco que amenaza, ó al alicujus festivitatis, aut indulgentiae.» gridad moral de la confesión; pero hay se necesita una gravísima, sino que
penitente, ó al confesor, ó á un ter- epidemias tan contagiosas y malignas, basta una grave molestia. H e aquí las
3.
0
Cuando insta el peligro de un
cero.» Pondré algunos ejemplos. E l que en ellas, tan sólo meramente por la palabras del Santo: « S i ex confessio-
naufragio ó de una batalla ó cosa se-
confesor aplicará prudentemente la integridad física de la confesión, no ne alicujus peccati prudenter pcenitens
mejante, basta que se acusen todos
anterior regla general á otros casos hubiera creído heroico, ni siquiera lau- posset timere grave damnum spiritua-
en general, pidiendo absolución, ó que
semejantes; porque el precepto divino dable, exponer mi vida á un peligro le, aut temporale, proprium aut a l i e -
se acusen de cualquier pecado, arre-
de la integridad física ó material de fundado de perderla. L a vida no es num,» etc. (Homo apost., tract. X V I ,
pintiéndose de todos. E n este caso el
la confesión no obliga con detrimento propiedad nuestra; no podemos expo- núm. 39.)
confesor ó simple sacerdote (si no hay
grave extrínseco, según sentencia c o - nerla sin justa causa, y la integridad'
confesor) los absuelve á todos bajo 2.° El temor del mal debe ser fun-
munísima. física en ese caso no es necesaria.
una forma, diciendo: « E g o vos absol- dado, esto e s , prudente; que por esto
Otra cosa sería si el confesor se detu-
2199. i . ° Cuando hay peligro de v o ab ómnibus censuris et peccatis dice el Santo: Si prudenter timeat.
viese, y aun expusiese su vida por
que el penitente muera ó pierda el uso vestris in nomine P a t r i s , » etc. 3.
0
Que el penitente no pue daha-
confortar á un apestado muy tentado
de los sentidos si hace integridad ma- 2 2 0 0 . 4." «Siprudenter praevidea- llar sin grave molestia otro confesor
ó necesitado del confesor para exci-
terial, el confesor, oído algún pecado, tur quod confessarius sit abusurus con el que pueda hacer íntegramente
tarle á la contrición, etc. Este es mi
le dice que se acuse en general de to- tali manifestatione, vel contra pceni- su confesión sin temor de ese daño
parecer, salvo meliori.
das sus culpas, le excita y ayuda al tentem ipsum, eum, v. gr., sollicitan- grave.
dolor, y le absuelve. Y o no he tenido do ad turpia, vel damnificando; vel 2202. 6.° «Si confessio non pos- 4.0
Que el penitente tenga enton-
reparo en hacer lo mismo con los contra tertium, v. g r . , ipsum i n f a - sit fieri integre sine revelatione sigilli ces necesidad de confesarse. Algunos
moribundos, cuando sentían grande mando, etc.; vel si mulier prudenter sacramentalis: ut dictum est de sur- autores dicen que se necesita, ó peli-
ansiedad y debilidad en proseguir la prasvideat confessarii lapsum propter dastro qui confitetur alus adstantibus: gro de muerte, ó urgencia del cum-
confesión por los dolores de la enfer- magnam suam fragilitatem.» vel si cum fundamento praevideatur plimiento del precepto pascual, «vel
medad y por su decaimiento. E n este confessarius revelaturus: vel si con- si longo tempore alioquin confessio
2201. 5 . Si amenaza al confe-
0

caso conviene atender principalmente fessarius ad aecusandum suum pec- esset differenda;» pero San L i g o r i o
sor algún daño grave en el caso de
á que formen el dolor y empleen en catum, quod confitendo commisit, de- añade: «Dicunt L u g o , Henr., etc.,
hacerse integridad material; v. gr.: si
esto las pocas fuerzas físicas y mora- beat aliquid explicare, ex quo intelli- apud Salmant., De Pcenit., cap. 8,
amenazase al confesor peligro p r o -
les que tienen. gatur peccatum sui pcenitentis. Nullo n ú m . 1 2 3 , sufficientem (causam)
bable de contagio ó algún otro grave
2.° Cuando el confesor viese que mal, haciendo la integridad material. quippe casu licet sigillum sacramén- etiam habere, qui esset in peccato
el penitente incurriría en infamia si Entonces basta oir un solo pecado, tale revelare.» mortali, et deberet per dúos vel tres
hiciese integridad material. E s t o p o - dolerse y acusarse, de todos en g e n e - dies alium confessarium expectare.»
7.
0
«Excusatur ab integritáte ma-
dría suceder con un enfermo que, es- ral, y absolver al enfermo; pero como ( L i b . 6, núm. 487.)
teriali scrupulosus qui jugiter praate-
 47» LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 479.

5. Pero se ha de advertir que no privadas, dice elSr. Sánchez: « L a cues- te 1 . , desde el núm. 7 hasta el 22.»
a
0
tienen espíritu de D i o s , sino orgullo
se puede callar en los casos anteriores tión relativa á si conviene ó no tener A esto respondo:
y presunción de sí m i s m o s , quitando
sino aquel ó aquellos pecados, ó cir- confesor fijo ó permanente, es de difí- 1.° Que la gran dificultad está en
á las almas esta santa y necesaria li-
cunstancias de los pecados, de cuya cil resolución.» Esta proposición, p r o - encontrar un confesor perfecto; pero,
bertad. Esos penitentes tal vez nece-
manifestación se teme el daño grave. nunciada tan absolutamente, no pue- cuando no le hay con todas las cua-
sitan los consej os de otro director más
6.° Si después hubiese tiempo y ilustrado, como con gravísimas pala- de sostenerse: es un error en ascética lidades, Dios le suple, si el penitente
proporción de confesar sin peligro de es humilde.
bras dice el muy iluminado doctor muy pernicioso. N o recuerdo haber
daño grave los pecados que no se con- místico San Juan de la Cruz, repren- leído j a m á s autor ascético que no re- 2.
0
Cóncina dice lo mismo que to-
fesaron, debería hacerse, para que diendo severamente á esos imperti- comiende de un modo especial á las dos los teólogos; y en el lugar citado,
fuesen absueltos directamente, y cum- nentes y presumidos confesores. (Lla- personas que quieren adelantar en la lejos de favorecer al Sr. Sánchez, re-
plir el precepto divino de la i n t e g r i - ma del amor viva, canción 3 . , § 12).
a
virtud, la elección de un buen confe- prueba en un todo su opinión. H e
dad material. aquí sus únicas literales palabras: « S i
2 2 0 5 . Aquí me pareca convenien- sor fijo, á quien comuniquen todo su
2204. P. E l que tiene habitual- sermo sit de pcenitentibus inferioris
te llamar la atención sobre una cues- interior, inclinaciones, defectos, ejer-
mente un confesor, al cual acude tan conditionis, qui nec Jactare confessa-
tión que D . Miguel Sánchez mueve cicios, etc. Esta es, dice San F r a n -
sólo cuando tiene faltas veniales, pero, riorum spem, nec incutere timorem
en su Prontuario de Teología Moral, cisco de Sales, la advertencia de las
cuando comete faltas g r a v e s , se con- valent,vix indispuiaíionem vocaripotest
trat. V I , punto 13, núm. 19, á saber: advertencias: el encontrar un perfecto
fiesa con otro, ¿obrará bien y cumpli- quod istis absolute habere confessarium
sobre si conviene que los Príncipes y confesor.
rá con la integridad de la confesión si stabilem expediat; dummodo doctus sit,
Reyes tengan confesor fijo. E n cuan- Pudiera citar varios pasajes de San
nada dice después á su confesor ha- probus, et in Scripturis Sanctis ver-
to á los Príncipes y R e y e s , nada digo, Basilio, de San Juan de la Cruz, de
bitual? satus.» Rarísima vez se verá persona
porque no creo que producirá resul- Santa Teresa de Jesús, de Scaramel-
adelantada en la virtud si, teniendo
R. i . ° Una de las cosas más reco- tado alguno. li, de Pinamonti, etc., etc., en que,
oportunidad y proporción de escoger un
mendadas por los doctores ascéticos E l Sr. Sánchez cita á Cóncina, el si bien se aconseja que se dé á las
director sabio, virtuoso y experimen-
es que el penitente escoja un director cual trata latamente esta cuestión, y almas libertad para ir algunas veces
tado, no se sujeta á ninguno, sino que
espiritual de toda su confianza, al después de exponer las razones en pro con confesores extraordinarios, todos,
se confiesa con el primero que en-
cual descubra con claridad toda su y en contra, aunque se inclina á que todos, reconocen la necesidad de tener
cuentra. Repito que esto no obsta para
conciencia. D e otro m o d o , el médico no conviene que los Reyes y magnates un director fijo que, si es posible,
que convenga ir algunas veces con
espiritual no podrá curar las dolencias tengan un confesor fijo, pero si una ó sea sabio, virtuoso y experimentado.
otro confesor extraordinario, como
espirituales del penitente, ni aplicarle dos veces al año se confiesan con un Así lo hacen en las comunidades los
dice Santa Teresa; si bien la San-
los ejercicios adecuados, ni fijar el confesor extraordinario sabio y vir- religiosos y religiosas, las personas
ta, una vez tomado un confesor, no
número de comuniones, ni apartarle tuoso, al cual comuniquen los asuntos devotas en el siglo, sean eclesiásticas,
sabía dejarle, y en una de sus cartas
de los peligros, por ignorar sus caídas graves de su conciencia, de su gobier- sean legas (véase á San Juan Clíma-
dice que en una ocasión se vio obli-
graves y las ocasiones que le precipi- no, y el método y dirección de su con- co, en su tan justamente celebrada
gada, por orden del cielo, á dejar un
tan al pecado mortal. fesor ordinario, en este caso, concluye Escala Espiritual, escalón 4 . , no l e -
0

confesor, con harto sentimiento suyo.

2. 0
Si las caídas del penitente no Cóncina (§ 2): «Judicium in hac cau- jos del principio, donde encarece la
son frecuentes, ni traen consigo oca- sa meum penitus suspendo, utpote necesidad de escoger un buen direc- L a Iglesia ha ordenado, con gran
sión próxima, ni reato de o d i o , ó de
non necessarium.» E s t o en cuanto á tor fijo, como lo hicieron todos los sabiduría, que á las monjas se les dé
restitución que no se hizo, ó cosa se- ¡
los R e y e s y magnates. A l a b o la m o - Santos). L o s inconvenientes que ale- algunas veces confesor extraordina-
mejante, el penitente que siente mu- deración de Cóncina, porque no veo ga el Sr. Sánchez no provienen de rio; mas esto nada tiene que ver con
cha vergüenza y suma repugnancia yo razón sólida para reprobar absolu- tener confesor fijo, sino de que, ó no la cuestión presente:
en declarar á su confesor algún pe- tamente que los Reyes tengan confe- es bueno, ó el penitente no lo es. E s - i.° Porque la monja está cerrada,
cado mortal, hará bien en confesarse sores fijos. ¡Ojalá que los Reyes tu- tos abusos nada absolutamente prue- y no puede salir de clausura para des-
con otro confesor, por no exponerse á vieran siempre por confesores fijos á ban: la humana miseria abusa de todo | ahogarse con otro confesor.
un sacrilegio; y así hacen muy mal hombres santos y sabios, como lo hi- lo bueno, hasta de la frecuencia de la 2.° Porque puede tener una gran
los confesores que manifiestan d i s -cieron muchos Monarcas de España y confesión y de la comunión. repugnancia, y hasta causa justísima,
gusto á sus penitentes cuando advier- de otros reinos! Fuera de desear que Concluye el Sr. Sánchez diciendo: para no ir con el confesor ordinario.
ten que han confesado con otros: los confesores de los Reyes no vivie- « P o r esto repetimos que el cargo de 3.
0
P o r q u e la monja en algunos
i.° Porque los exponen á callar ran en el Palacio real, sino en sus confesor fijo, y mucho más cuando se institutos no escoge el confesor á su
sacrilegamente los pecados. casas particulares, como lo hizo el trata de confesor fijo de los R e y e s , gusto, sino que tiene que acomodarse
2. 0
Porque revelan celos necios é venerable Sr. Claret, cuando fué con- ofrece muchas y muy grandes dificul- al que le dan los prelados. D e aquí es
impertinentes. fesor de Isabel I I . tades. Véase á Cóncina, Theol. Christ., que puede suceder más fácilmente que
3. 0
Porque dan á entender que no tamo 9, lib. 2, dist. r . , cap. 1 2 , par- necesite de confesor extraordinario.
a

2206, E n cuanto á las personas

 480 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 481

4. 0
L a Iglesia, para que la monja miento de culpa grave, si bien con-
que necesita confesor extraordinario viene que haga examen de los venia-
pueda acercarse sin temor de ser no- les para enmendarse, humillarse, y
tada, obliga á todas las religiosas á para que el confesor conozca el e s t a -
que se presenten al extraordinario, do de su alma, pero, absolutamente
pero á ninguna obliga á confesarse hablando, bien podría bastar que se
con él. Mas en las personas seglares arrepintiese de materia grave de la
no hay este temor, porque, aun cuan- vida pasada y de lo olvidado, y se
do tengan confesor fijo, pueden ir con confesase. L o mismo se ha de decir
otro cuando les plazca. * Véase el de- de los buenos religiosos y religiosas,
creto Quemadmodum, en el Apéndice y de los buenos sacerdotes que cele-
primero, que trata, en el núm. 4, d é l a bran diariamente. Conviene que ha-
nueva disposición acerca de los con- gan examen para confesarse; pero si
fesores extraordinarios. * no hubiese tiempo, el examen no les
es absolutamente necesario.
E n cuanto á los pecadores, el exa-
ARTÍCULO V
men debe hacerse con aquella seria
diligencia que los hombres prudentes
Del examen de conciencia. [ponen en los negocios de grave im-
portancia; porque el Tridentino dice
2207. P. ¿Qué otra cosa se exi- post diligentem sui discussionem; y si en
g e para la integridad física ó material el mismo lugar expresa que por la ab-
de la confesión? solución se perdonan también los pe-
persona instruida y su confesión es
enredada, ¿qué ha de hacer el con-
fesor, si el penitente no ha hecho
examen?
R. Si la confesión es de mucho
tiempo, y el confesor ve que no se
puede suplir la falta de examen, debe
oir lo que el penitente recuerde; y , si
no hay causa para hacer integridad
moral, decirle con amabilidad que se
examine y vuelva , señalándole un
breve plazo. H e aquí las autorizadas
palabras del Catecismo R o m a n o (par-
te 2 . , cap. 5, núm. 60): «Si sacerdos
a
hujusmodi homines prorsus imparatos
cognoverit, humanissimis verbis a se
dimittet; hortabiturque ut ad cogitan-
da peccata aliquod spatium sumant,
ac deinde revertantur. Quod si forte
affirmaverint se in eam rem omne
studium contulisse (quoniam sacer-
doti « m á x i m e verendum est, ne semel
«dimissi amplius non redeant), au-
otros semejantes, que suelen vivir olvida-
dos de su salvación eterna.
2209. E l Santo añade que aún
sería peor si estas personas hubiesen
callado sacrilegamente en las confe-
siones algún pecado g r a v e , aun cuan-
do hubiesen de repetirse confesiones
de muchos años (quamvis repetendce es-
sent confessiones multorum annorum);
«porque, si se les despide sin e x a m i - '
narlas y absolverlas, hay el peligro
mayor de que no vuelvan y perezcan.»
ARTÍCULO VI
De la tercera y cuarta condición de la
confesión.
2210. L a tercera condición nece-
saria para la buena confesión es que
sea lacrymabüis, esto es, dolor osa; por-
que, como dice Santo T o m á s en el
Suplemento de la 3 . p., q. 9 . , ar-
a a

R. Que el penitente, antes de con- cados olvidados, pero añade: quce di- »diendi erunt; praesertim si emen- tículo 4 ad 5 . , por lágrimas aquí no
u m

fesarse, haga el examen conveniente ligenter cogitanti non occurrunl. De «dandae vitas studium» aliquod prsese- se entienden las lágrimas materiales
de los pecados mortales que cometió modo que el penitente que tiene ta- ferant, adducique possint ut negli- de los ojos, que no están en nuestra
desde la última confesión. E l T r i d e n - lento para examinarse debidamente, si gentiam suam accusent, quam se alio potestad, a u n cuando estemos verda-
tino, en la ses. 14, cap. 5, d i c e ^ se olvida de algún pecado mortal por tempore diligenti et accurata medita- deramente contritos, sino las l á g r i -
«Oportere a pcenitentibus omnia pec- haber faltado al examen advertid mien- mas de la mente, esto es, el dolor de
tione compensaturos promittant.»
cata mortalia, quorum, post diligen- te con negligencia grave, se confiesa la voluntad; ó, como dice el A n g é l i -
Esto se entiende de las personas
tem sui discussionem conscientiam ha- mal. E s verdad que no se exige una co: « A d quintum dicendum, quod in-
que tienen disposición y capacidad
bent, in confessione recenseri.» H a y diligencia suma, un cuidado diligentí- telligendum est de lacrymis mentís.»
para hacer examen; porque, si se tra-
D e esta condición ya se trató lata-
precepto divino de confesar todos los simo; esto sería muy molesto, y ade- tase de personas rudas, San L i g o r i o
mente cuando se habló del dolor.
mortales, como queda dicho; luego más ocasionaría ansiedades y escrú- (Praxis confessarii, núm. 20) dice que
también implícitamente hay precepto pulos: basta una diligencia regular y obran mal los confesores que despi- L a cuarta condición necesaria para
divino de recordarlos; porque si está prudente: el Tridentino no dice «post den á las personas rudas, mandándo- la confesión es que sea obediens, esto
mandado el fin, también lo están los diligentissimam sui discussionem,» ni les que se examinen mejor: que este es, que el penitente vaya dispuesto á
medios regulares para conseguirle. dice «quce diligentissime cogitanti non cumplir la penitencia que el confesor
es un error intolerable, como muy bien
E n cuanto al tiempo que se debe occurrunt,» sino que dice post diligen- dice el P. Señeri. L a razón es, por- le imponga, y á ejecutar lo que le
emplear en el examen, no pueden tem, etc., qum diligenter, etc. D e aquí que esa clase de personas rudas é mande en orden á restituir lo que
darse reglas fijas, porque algunos tie- es que, respecto de las confesiones ignorantes, por más que trabajen, deba, á apartarse de las ocasiones
pasadas, si el penitente obró con bue- próximas y demás obligaciones que
nen una vida arreglada y frecuentan dificultosamente podrán examinarse
na fe, rarísima vez se le debe obligar deba cumplir.
los Sacramentos, de modo que no co- con la exactitud que lo hará el confe-
á renovar las confesiones, aunque por 2211. P. ¿Está obligado el pe-
meten pecados mortales; ó si alguna sor, preguntándoles con paciencia, y
inadvertencia ó ignorancia no haya nitente á cumplir la penitencia que el
vez caen, se confiesan inmediatamen- examinándolas por los diez manda-
hecho el examen conveniente. Se le confesor le impone?
te, ó están siempre atormentados con mientos de la ley de D i o s , por los de
inculca que en adelante sea más di-
el remordimiento de aquella culpa. la Iglesia, por los pecados capitales, i ¿ . San L i g o r i o , en el Homo apos-
ligente, que se acuse de la falta que
Estas personas pueden examinarse en por las obligaciones de su estado y tolicus, tract. X V I , núm. 55, dice que
pudo haber cometido, y si no obsta
muy poco tiempo. Cuando una perso- oficio; y que esto tiene lugar especial- cuando la penitencia es razonable y el
otro impedimento, se le absuelve.
na devota comulga dos ó tres veces mente en criados de servicio, cocine- confesor la impone bajo pecado mor-
2208. P. Cuando se confiesa una
en la semana, y no tiene remordí- ¡ ros, carreteros, alguaciles, soldados y tal, el penitente está obligado sub
TOMO II. 3'
 LIBRO VI. T R A T A D O
gravi á aceptarla; «quia in hoc con-
fessarius est verus judex, cui ille (pce-
nitens) parere debet.» Pudiera suceder
que un confesor imprudente pusiera
tan enorme y exorbitante penitencia,
que el penitente «putaret illam nimis
gravem respectu sui peccati, aut sal-
tem suarum virium, et confessarius
nollet eam moderari;» pues en este
caso, dice el Santo, el penitente pue-
de lícitamente no recibir la absolución
y buscar otro confesor. P o r el con-
trario, si la penitencia fuese razona-
ble y el penitente por mera negligencia
no quisiese aceptarla, «non videtur
posse excusari a culpa g r a v i . » ( L i -
bro 6, al fin del n ú m . 516.) N o sólo
peca mortalmente el que omite ¿oda
la penitencia, si es grave, sino tam-
bién el que omite una parte notable
de ella, si es materia grave. Si el
confesor impuso de penitencia diez
comuniones, y el penitente omite una,
San L i g o r i o , en el Homo apostolicus,
tract. X V I , núm. 57, después de afir-
mar que no peca mortalmente el que
debiendo (por penitencia sacramen-
tal) comulgar todos los meses, dilata-
se una comunión seis ú ocho días,
añade : « I m o Croix cum Gobat,
Steph., etc., putat non esse mortale
si ex decem communionibus unam
omitteret;» pero el Santo en la obra
lata (lib. 6, núm. 521), en las últimas
ediciones, no admite esta opinión. H e
aquí sus palabras: « P u t a t autem
Croix, num. 1277, cum Gobat. et
Steph. quod ex decem communioni-
bus omitiere unam non sit mortale,
sed huic non acquiesco.»
2212. P . Fuera del caso prece-
dente, en que por justa causa el p e -
nitente no aceptase la penitencia y
buscase otro confesor, ¿cómo peca el
penitente que no cumple la peniten-
cia grave que se le impone por peca-
do grave?
R. E s indudable qtue peca mortal-
mente, si no tiene justa causa que le
excuse; porque, como dice San L i g o -
rio (ésta es doctrina corriente), «in
V.
hoc confessarius est verus ejus judex
cui ille parere debet;» pero si la pe-
nitencia fuese leve, es opinión común,
| dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 517),
que, aunque se omita toda, no ?s
mortal: «quia materia levis non est
capax obligationis g r a v i s . » Ni obsta
que el Sacramento quede incompleto
en esta parte: «quia illud j a m est
completum essentialiter; completio au-
tem integralis per materiam levem
non obligat nisi leviter secundum
materiam.» N o obstante, San L i g o -
rio hace aquí dos advertencias:
i.a
Que cuando los pecados v e -
niales son de tal naturaleza que dis-
ponen mucho para el pecado mortal,
bien puede el confesor imponer peni-
tencia grave, con el fin de apartar de
aquel peligro al penitente; y éste, si
quiere ser absuelto, estará obligado á
aceptarla y cumplirla.
2.a
Que cuando un confesor ve
que á un penitente no se le impuso la
debida penitencia por los mortales
ya confesados, si los volviese á suje-
tar á la confesión, el confesor puede
imponerle penitencia grave, la cual,
aceptada, deberá cumplir el peni-
tente.
Pero como esto no se acostumbra,
y causaría extrañeza á muchos peni-
tentes, me parece que, si el penitente
no lo pide (á no ser que sea muy dó-
c i l ) , rara vez convendrá poner peni-
tencia grave por pecados absueltos
ya, y por los que el penitente cumplió
la penitencia que se le impuso. Si se
trata de una confesión general, aun-
que sea voluntaria, y el penitente
confiesa muchos pecados mortales de
la vida pasada, fácilmente aceptará
alguna penitencia grave.
2213. Por penitencia grave se
entiende aquella que , si estuviera
mandada por la Iglesia, obligaría sub
mor¿ali; como un ayuno, una confe-
sión, una comunión, una Misa, las
vísperas del Oficio de difuntos, los
siete salmos penitenciales, una terce-
ra parte del rosario, ó cosa semejan-
DEL SACRAMENTO
te. El penitente, no sólo debe obedecer
en orden á cumplir la sustancia de la
penitencia, sino también las circuns-
tancias de ella. Si el confesor le man-
da rezar arrodillado una parte de ro-
sario, peca si, no teniendo justa cau-
sa, la reza sentado ó de pie: lo m i s m o
si se le manda rezar una estación al
Santísimo brachiis extensis; bien que,
en donde no hay esta costumbre, no
conviene imponer esa postura.
En orden al pecado mortal ó v e n i a l
que comete el que no cumple la peni-
tencia del modo ó con las circunstancias
que le impuso el confesor, dice sabia-
mente San L i g o r i o (lib. 6, al fin del
núm. 5 1 7 ) : «Nuili dubium, quod omis-
sio circumstantiae erit saltem venia-
lis: quando vero erit vel ne mortalis,
pendet ex molestia levi aut gravi quam
affert circumstantia, vel per se, vel
respective ad pcenitentem, prout sig-
nificaverit confessarius pcenitentiam
imponens. Ita communiter Sánchez,
L u g o , » etc.
Dije que San L i g o r i o resolvía sa -
biamente esta cuestión, porque no me
agrada el modo con que la resuelve
Scavini, citando á Croix, ó á lo m e -
nos no impugnándole. D i c e así: «Si,
v. gr., injunctum sit orare flexis geni-
bus, censet Croix non esse mortale si
omittatur genuflexio: si vero injun-
ctum sit orare brachiis expansis, dicit
esse mortale si haec omittatur cir-
cumstantia; quia non primum, sed se-
cundum in genere molestice grave est.»
( T r a c t . X , disp. 1 . , cap. 2, art. 3,
a
qucer. 8.) Y o creo que esta resolución
no es exacta, porque se ha de atender
al mucho ó poco tiempo que dure la
circunstancia de la oración, y no pre-
cisamente al modo. U n rosario entero,
ó sean las tres partes del rosario, por
ejemplo, que se mandasen rezar de
rodillas, sería, en mi concepto, falta
grave si, no habiendo justa causa, se
rezase sentado: por el contrario, una
estación que se mandase por peni-
tencia rezar en cruz, no sería falta
grave si el penitente la rezase senta-
DE LA PENITENCIA. 4«3
do. «Quando vero erit vel ne mortalis
(omissio), pendet ex molestia levi aut
gravi quam affert circumstantia, vel
per se, vel respective ad pcenitentem,»
como muy bien dice el Santo.
2 2 1 4 . P. Esta condición obediens
¿obliga al penitente á aceptar la peni-
tencia medicinal que le impone el con-
fesor, diciendo, por ejemplo: «Si
vuelve usted á cometer este pecado,
le impongo de penitencia que rece una
parte de rosario?»
R. Diana y algunos otros dicen
que el confesor no puede imponer
esta clase de penitencia, porque no es
juez ni médico de los pecados que el
penitente ha de cometer, sino de los
pecados que ha cometido; pero San
L i g o r i o , con la opinión común y n o -
tablemente más probable, dice que el
confesor usa de su derecho imponien-
do esta clase de penitencias medici-
nales; porque suponiendo que impo-
ne, como debe, la justa penitencia por
los pecados cometidos por el penitente,
la otra penitencia no es propiamente
por los pecados que ha de cometer el
penitente, sino pro commissis sub con-
ditione reincidenticz. ( L i b . 6, núme-
ro 524.) E s t o me parece cierto y muy
conforme á la práctica general de los
confesores sabios y prudentes.
2215. P. Por esta condición de
la obediencia, ¿dentro de cuánto t i e m -
po debe el penitente cumplir la peni-
tencia?
R. Si el confesor fijó plazo, debe
cumplirse en él; si, como suele suce-
der, el confesor no fija tiempo deter-
minado dentro del cual se deba c u m -
plir la penitencia, el penitente debe
cumplirla cuando pueda cómodamen-
te, aunque sin ansiedad.
2 2 1 6 . P . ¿Cuándo pecará mortal-
mente el penitente que sin justa causa
dilata el cumplimiento de una peni-
tencia que se le impuso sin señalarle
el tiempo fijo en que la debía cumplir?
R. Si la penitencia es medicinal,
pecará mortalmente si advierte que la
dilación, aunque no sea larga, trae
4 8 4 LIBRO VI. TRATADO
consigo peligro fundado de caída ó de
recaída en pecado mortal.
Si la penitencia es meramente sa-
tisfactoria, ó sea vindicativa, y es
leve, ya se ha dicho que no hay peca-
do mortal, aunque se dilate mucho
t i e m p o , ni a u n cuando no se cumpla,
dice San L i g o r i o . Si es g r a v e , hay
opiniones.
i.° A no ser que el confesor lo
mande expresamente, es ciertísimo
que no hay obligación de cumplir la
penitencia antes de comulgar. A l e -
jandro V I I I , en 2 de A g o s t o de 1690,
4
condenó la siguiente proposición (es
la 22): «Sacrilegi sunt judicandi, qui
jus ad communionem percipiendam
prsetendunt, antequam condignam de
delictis suis pienitentiam egerint.11
2. 0
San L i g o r i o dice que le pare-
ce muy rígida la opinión de Ronca-
glia, quien tiene por pecado mortal
diferir sin causa, por espacio de quin-
ce días, una penitencia grave mera-
mente vindicativa; que le parecía de-
masiado benigna la opinión de R e n z i ,
el cual dice que no es grave la dila-
ción de la penitencia que no llega á
seis meses; por último, el Santo abra-
za la opinión de Croix, que dice que
la dilación de un mes de la penitencia
meramente vindicativa no es pecado
mortal, porque «non reputatur gravis
dilatio, quae non affert grave prasju-
dicium rei prcBceptce.ii
L o s Salmaticenses (De sacram. Pce-
nit., cap. 10, núm. 65) dan á enten-
der que aquel á quien se impuso de
penitencia comulgar cada mes, peca-
ría mortalmente si, no habiendo justa
causa, lo dilatase cuatro días; pero
San L i g o r i o dice que si la comunión
se puso como penitencia meramente
satisfactoria y no hay peligro de r e -
caída, no es mortal aunque se dilate
seis ú ocho días después de cumplido
el mes. Y o , cuando he tenido que
poner penitencia meramente v i n d i c a -
tiva grave, he procurado dar plazo
algún tanto largo, para mayor quie-
tud del penitente.
V.
2217. P. Cuando el confesor
manda por penitencia á una persona,
por ejemplo, que ayune los cuatro sá-
bados siguientes ó en la vigilia de la
Concepción y Natividad de la V i r g e n ,
si no ayuna en esos días, ¿estará obli-
gado á hacerlo después?
R. San L i g o r i o , en el Homo apos-
tolicus, tract. X V I , núm. 57, dice:
que el que no cumple la penitencia
en el día que se le señala, debe cum-
plirla después , porque el confesor
intenta principalmente que cumpla la
obra mandada, y el tiempo se fija
como cosa accesoria; esto es induda-
ble. «Quando a confessario assigna-
tur dies, semper ille intelligitur acces-
sorie destinatus, nempe, ad sollicitan-
dam, non autem ad finiendam obliga-
t i o n e m ; » pero añade: « D i c u n t ta-
men Bonacina, Coninch., Gobat, etc.,
quod, si confessarius imponit com-
munionem singulis Beatse Virginis
festis, aut jejunium quolibet sabbato
in ejus honorem, elapso illo die, ter-
minatur obligatio; quia tune videtur
confessarius velle obligare jejunium
tantum ad diem i l l u m . »
E l Santo parece abrazar allí esta
opinión; pero en la obra lata ( l i b . 6,
núm. 525) no la admite. Después de
referir las anteriores palabras, dice
así: «Sed haec opinio nec mihi arridet;
tum.quia semper principaliter intendi-
tur a confessario jejunium, et acceso -
rie dies; tum quia, quando materia
est divisibilis, qui non potest implere
t o t u m , tenetur ad partem.» Otra cosa
sería en los votos personales, dice San
L i g o r i o (lib. 3, núm. 220); porque en
éstos, si no consta expresamente lo con-
trario, el que hizo voto de ayunar la
víspera de San José por devoción al
Santo, si no ayuna en ese día, no está
obligado á ayunar después. L a razón
de diferencia es, porque la penitencia
se pone principalmente para satisfacer
por la pena temporal que ordinaria-
mente queda después de absuelta la
culpa, y el día tan sólo se fija por el
confesor accesoriamente; pero el voto,
DEL SACRAMENTO
cuando se hace para un día fijo, por
lo común, es principalmente por grati-
tud de un beneficio recibido en aquel
día, ó en honor de la V i r g e n , ó de
algún Santo en una festividad deter-
minada.
2218. Explicadas ya las cuatro
condiciones principales que debe t e -
ner la confesión: vera, integra, lacry-
ptabilis et obediens, se pregunta: ¿debe
hacerse la confesión vocalmente?
R. E n la extravagante ínter cun-
etas, de privileg.,s& dice: « N i s i articulus
necessitatis oceurrat, sanctificanda
est oris confessio.» D e modo que aun
cuando no hay precepto expreso de
que la confesión se haga vocalmente,
dice San L i g o r i o , siguiendo á graves
autores , que en el día tiene fuerza
de precepto la costumbre general de
la Iglesia de confesarse vocalmente
(lib. 6, núm. 229). L o mismo dice y
prueba Santo T o m á s (In Supplem.,
3. p., q. 9 . , art. 3). N o obstante,
a a
San L i g o r i o , siguiendo á Cano, Cón-
cina, los Salmaticenses, Tamburino
y otros, dice que, con grave causa,
bien puede el penitente entregar al
confesor un papel en que estén escri-
tos sus pecados, y que después que el
confesor los haya leído al penitente,
éste diga: « M e acuso de todos estos
pecados.» Esta es doctrina común,
dice San L i g o r i o en el Homo apostóli-
cas, tract. X V I , núm. 27. Esta opi-
nión es consolatoria, porque hay casos
en que, especialmente las jóvenes,
tienen suma vergüenza, y no tienen
valor para expresar ciertas culpas.
P . ¿Cuál es la causa grave que
basta para confesarse por escrito del
modo dicho?
R. San L i g o r i o en la obra lata dice
así: « O b angorem gutturis, impedi-
mentum linguas, aut si puella supra
modum verecunda in explicando voce
sua peccata valde gravem difficulta-
tem sentiat.» E n fin, cualquier otra
causa semejante; et hujusmodi, como
dice el Santo en el lugar citado del
Homo apostolicus.
DE LA PENITENCIA. 485
ARTÍCULO VII
Cuándo es nula la confesión, y cómo se
ha de revalidar.
2219. Esta importantísima y di-
ficilísima materia la trata sólida y
eruditamente San L i g o r i o en el lib. 6,
desde el n ú m . 498 hasta el 305, y en
el Homo apostólicas, tract. X V I , desde
el núm. 42 hasta el 46. En medio de
tantas y tan variadas opiniones, unas
rígidas y otras anchas, me adhiero en
un todo en este artículo á lo que dice
el Santo.
L a confesión puede ser inválida, ó
por parte del confesor, ó por parte
del penitente.
Por parte del confesor: i . ° Si absol-
vió sin jurisdicción. 2 . Si no dijo la
0
forma de la absolución, ó no la p r o -
nunció válidamente. 3 . ° S i no entendió
pecado alguno; si entendió alguno,
la absolución es válida, si el peni-
tente la recibió con buena fe, aunque
el penitente, cuando lo sepa, deberá
confesar los pecados que el confesor
no o y ó , para salvar la integridad físi-
ca. 4 . E s nula la absolución si el
0
penitente se confiesa con mala fe,
porque advierte que el confesor está
distraído en la confesión, ó se duer-
me, ó es conocidamente ignorante, ó
no sabe discernir la gravedad de los
pecados, ó absuelve fácilmente á los
indispuestos.
2220. P. Si el penitente, después
de haberse confesado con buena fe,
advierte que el confesor no percibió
algún pecado, pero no sabe cuál, ¿qué
debe hacer?
R. Si la confesión es breve, es opi-
nión comunísima que debe repetirla
toda; pero si es larga, á nada está
obligado; porque no es de creer, que
en este caso Dios obligue con tanta
molestia al penitente á la integridad
física, esto es, á que tenga que repe-
tir una confesión larga, tan sólo por-
 4$6 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA.

que el confesor no percibió alguno de pecado contra castidad;» ó en el pe- gencia gravemente culpable, no c o n -
los pecados, pero que percibió los cado de fornicación con la parienta fiesa algún pecado mortal.
demás. Así opinan L u g o , Sánchez, se hubiese acusado solamente de haber 3.
0
Si recibe la absolución no t e -
los Salmaticenses, San L i g o r i o (lib. 6, fornicado, cuando advirtiese la omi- niendo el debido dolor ó propósito. Si
núm. 499, al fin), con la opinión sión, debería, para cumplir con la in- debiendo y pudiendo restituir materia
común. tegridad física, expresar que el pecado grave que debe, no quiere hacerlo; y
Si el penitente se confesó con bue- contra castidad había sido molitiei, y lo mismo, en igual caso, si no quiere
na fe con un confesor que no sabía que la fornicación había sido con una restituir la honra ó la fama que quitó
discernir el número ni las especies de parienta. (Véase á San L i g o r i o , lib. 6, injustamente; á no tener alguna justa
los pecados, con tal que el penitente números 500 y 504.) E n el mismo causa que le excuse.
explicase bien sus culpas, á nada está lugar dice sabiamente el Santo que ei 4.0
« S i corifitetur peccatum turpe
obligado; pero si no explicó íntegra- confesor no está obligado á formar un apud eumdem complicem,» fuera de
mente sus culpas, debe suplir lo que juicio cierto del número y gravedad los casos que se exceptúan en la bula
le faltó para la integridad, cuando de todo lo confesado; esto es muchas de Benedicto X I V .
advierta el defecto, como dicen L u g o , veces imposible; basta que le forme
2221. P. Cuando se revalida una
los Salmaticenses y San L i g o r i o . D e de las cosas fáciles y claras: sed tan-
confesión nula, ¿debe el penitente vol-
aquí infieren San L i g o r i o y otros tum de obviis et claris.
ver á acusarse de los pecados que con-
autores que los rústicos y los mucha-
Por parte del penitente es nula la fesó en ella?
chos que con buena fe confesaron mu- confesión:
B. Esta gravísima cuestión la
chos años sus pecados sin conocer
i.° Si estaba excomulgado; por- trata San L i g o r i o en el lib. 6, nú-
distintamente el número, ni las espe- que esta censura priva de la recepción
mero 502, y en el Homo apostolicus,
cies, ni la gravedad, ó el confesor por de cualquier Sacramento. tract. X V I , núm. 44. V o y á compen-
su ignorancia no lo comprendió, en N o obstante, hay casos en que la diar la doctrina del S a n t o , á la cual
estos casos, si los penitentes lo ad- absolución recibida con buena fe, no me adhiero en un todo. Dice así:
vierten después, á nada están obliga- sólo sería válida y lícita, sino también i.° Si una confesión es larga, y
dos, si expresaron en la confesión en alguna ocasión sería obligatoria la por justas causas se dilata la absolu-
todo lo necesario para la integridad confesión. San L i g o r i o , hablando del ción por mucho tiempo, es indudable
física; si no lo expresaron, deben con- que tiene excomunión reservada y se que, cuando el penitente está en dis-
fesar después lo que advierten que halla en necesidad urgente de comul- posición de ser absuelto, no es nece-
omitieron, pero no reiterar la acusa- gar para evitar escándalo ó la nota de sario que vuelva á acusarse de los
ción de las culpas que manifestaron. infamia, dice que bien podría y aun pecados ya confesados; basta que el
Como se trata de una materia que debería confesarse, aun cuando el con- confesor se acuerde en confuso del es-
ocurre con frecuencia, pondré algún fesor no tuviese facultad para absol- tado de la conciencia del penitente,
t j e m p l o . U n joven se acusó de peccato verle de la censura, poniendo otra ma- como dicen Navarro, Suárez, Cóncina,
molitiei, creyendo con buena fe que teria de la cual le absuelva directa-
L a y m a n y San L i g o r i o , con la sen-
eia pecado venial, y lo mismo creyó mente el confesor, y confesado después tencia común.
su confesor; cuando después conozca con otro confesor que tenga facultad
2. Si la confesión fué nula tan
0
por ser sentencia comunísima, dice
San L i g o r i o : et hoc commune est apud
omnes. ( L i b . 6, núm. 502, dubium 1.)
3.0
Si la confesión fué nula por
parte del penitente, porque no tuvo
dolor, ó calló maliciosamente pecados
mortales, ó el confesor no tenía juris-
dicción, San L i g o r i o dice que es pro-
bable la sentencia de Suárez y de Cón-
cina, que dicen que en este caso debe
repetirse toda la confesión, porque no
fué sacramental; pero que la senten-
cia más común y no menos probable
dice que no es necesario repetirla, y
que basta «si confessarius recordetur
status pcenitentis, vel resumat n o t i -
tiam ejus in confuso, et posnitens in
communi se aecuset de ómnibus prius
confessis;» porque aunque la primera
confesión no se hizo á un juez l e g í t i -
mo, y a u n cuando se concediese que
no fué sacramental, pero unida la no-
ticia que conserva el confesor con la
ratificación que en la segunda confe-
sión hace el penitente, es bastante.
A d e m á s , añade el Santo, es proba-
ble, como dice Croix, que la primera
confesión, aunque nula, fué sacramen-
tal, porque se hizo in ordine ad abso-
lutiouem recipiendam , y además hay
motivo para llamarla sacramental, en
cuanto, aunque nula, obliga al sacer-
dote al sigilo sacramental (lib. 6, nú-
mero 595, Secunda vero). E s t o último
me parece indudable, esto es, que to-
das estas confesiones, aunque nulas,
llevan consigo la obligación del sigilo

que es mortal gravísimo, á nada más para absolverle directamente del pe-
tstá obligado, y lo mismo si una per- cado y de la censura aneja reservada.
sona se acusó de haber fornicado con E l evitar el escándalo es de derecho
una prima carnal, pero creyendo por natural, y así prevalece contra el pre-
ignorancia que era menor pecado que cepto eclesiástico que prohibe á los
si hubiese fornicado con una persona excomulgados recibir los Sacramen-
txtraña no parienta. E n estos casos tos. E l evitar la nota de infamia au-
el penitente explicó todo el pecado y toriza también al excomulgado para
las circunstancias necesarias, y a u n confesar y comulgar, porque la prohi-
cuando después advierta que la cir- bición eclesiástica no obliga con grave
cunstancia del incesto es gravísima y detrimento: unde valide tune et licite
m u d a de especie, á nada está obliga- pcenitentiam suscipit.
d o ; pero si in peccato molitiei se hubie- 2° E s nula la confesión cuando
se acusado diciendo solamente: «he el penitente, por malicia ó por negli-
sacramental.
sólo por defecto del confesor, v. gr.,
porque no dio la absolución, ó porque San L i g o r i o vuelve á tratar esta
no tuvo intención de absolver, es doc- cuestión en el Homo apostolicus, trac-
trina corriente que el mismo confesor tatus X V I , núm. 44, y está más i n -
puede absolver al penitente, sin que clinado á que de cualquier principio
éste vuelva á acusarse de los pecados que nazca la nulidad, sea del confesor,
confesados; basta, como en el caso sea del penitente, no hay necesidad
anterior, que el confesor se acuerde de repetir toda la confesión, por las
en confuso del estado de la conciencia razones ya expresadas; y que esta opi-
(y yo añadiría que el confesor debe te- nión es muy común y muy probable:
ner presente la penitencia que impuso «Communis cum Navar., Sanct. A n -
la primera v e z , y el penitente cumplió tón., S y l v . , V á z q u e z , Medina, L u g o ,
con buena fe, para ponerle menor pe- L a y m a n , S a , Bonacina, Valentía,
nitencia). En esto no hay duda alguna, T a m b . , A versa, Croix, Salmant., etc.,
 488 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 489
et est valde probabilis.» Cuando algu- que entonces, dice San L i g o r i o (Homo R. San L i g o r i o , en la obra lata (li- los pecados de toda la vida. Esta será
nas veces me ha sucedido con algunos apostólicas, tract. X V I , núm. 4.4), bas- bro 6, núm. 5 0 5 ) , y en el Homo apos- necesaria cuando el penitente se con-
penitentes, que habían callado los pe- taría que el penitente en la confesión tolicus (tract. X V I , núm. 46), admite fesó siempre mal. Cuando tan sólo
cados , yo no les obligaba á repetir se acusase en general de .todos los pe- como segura la regla siguiente: «Qui hizo alguna confesión nula, por callar
toda la confesión anterior nula, con- cados que antes había dicho fuera de post suas confessiones, ut plurimum voluntariamente algún pecado mortal,
tentándome con que se acusasen en confesión; porque unida esta acusa- cito et sine aliqua resistentia iterum ó por no llevar verdadero dolor, ó no
particular del sacrilegio que habían ción sacramental en general con la cecidit, certe censendus est nullum hacer propósito formal de no pecar,
cometido, y si habían mentido en la noticia distinta que el confesor con- vel nimis tenuem habuisse dolorem basta que revalide aquella confesión y
confesión, y lo que habían callado, y serva de lo que se le dijo fuera de vel propositum.» E l Santo da la ra- las siguientes. Pudiera muy bien su-
después en general de todo lo demás confesión, basta para la integridad zón que sigue: « T u n e enim revera ceder que una persona hiciese volun-
que habían confesado conmigo en la física de este Sacramento. moraliter certum est confessiones fuis- tariamente una confesión nula, y des-
confesión mala. 2 2 2 3 . P. Cuando el penitente hizo se nullas: nam ille qui in confessione pués se olvidase inculpablemente de
2222. P. Una persona refiere bien su confesión, pero no se le dio la veré dolet et proponit emendationem, este sacrilegio, haciendo después bue-
mere históricamente sus pecados á un absolución, si, pasado algún tiempo, nas confesiones por espacio de muchos
saltem per aliquod tempus a peccato se
confesor; si después se confiesa con el confesor le absuelve, ¿será necesario años: en este caso tan sólo debería re-
abstinet, saltem aliquem conatum ad-
el mismo, ¿deberá repetir y acusarse que el confesor recuerde distinta- novar la confesión que hizo volunta-
hibet ante relapsum. Aliter vero d i -
distintamente de los mismos pecados mente los pecados antes confesados? riamente nula, y no las que hizo des-
cendum, si per aliquod tempus perse-
que antes le había dicho en la con- pués con buena fe.
R. San L i g o r i o , siguiendo á San veraverit, vel ante casum aliquam
versación privada, ó será bastante que Antonino, T o l e d o , V á z q u e z y otros, saltem resistentiam prsestiterit.» A d - L a confesión general será también
diga: « M e acuso de todos los pecados dice que es bastante si recuerda el es- viértase que el Santo usa de la con- necesaria al que nunca supo los d o g -
que referí á usted en la conversación tado de la conciencia del penitente: y junción disyuntiva vel; y así, para que mas que necessitate medii deben creerse
que tuvimos?» que a u n es suficiente si recuerda la no sea reincidente formal, basta, ó explícitamente para salvarse. D i g o
R. L u g o y Aversa, citados por San penitencia que le impuso: «quia ex que haya permanecido algún tiempo que nunca supo, porque alguna vez
L i g o r i o (lib. 6, núm. 5 0 2 , Non autem sola pcenitentia? notitia potest confes- sin recaer, ó que, si recayó poco des- puede suceder que, habiéndolos apren-
placet), dicen que basta que el confe- sarius debitum formare judicium pce- pués, haya hecho algún esfuerzo for- dido en algún tiempo, se olvidasen
sor se acuerde en confuso de los peca- nitentis status.» ( A l fin del citado nú- mal antes de sucumbir á la tentación. por descuido culpable, indolencia, ó
dos que le contó privadamente el p e - mero 44.) Pero si ni el confesor r e - E n cuanto á las confesiones de los por haberse entregado la persona á
nitente, y que éste, en la confesión, cuerda el estado de la conciencia del reincidentes de las cuales se duda una vida desarreglada y criminal.
se acuse de ellos en común, diciendo: penitente, ni éste ni aquél recuerdan positivamente si fueron válidas, léase 2226. L a confesión general no
« M e acuso de todos los pecados que la penitencia impuesta, el penitente con atención lo que se ha dicho en el será necesaria, sino conveniente:
conté á usted; pero San L i g o r i o tiene debe volver á confesar sus pecados, capítulo quinto, esto es, cuando consta i.° A los q u e , habiendo tenido
por cierto que en este caso el peniten- saltem in confuso; y el Santo Doctor que la confesión se hizo realmente en una vida poco arreglada, tienen algu-
te debería repetir en la confesión todos da la poderosa siguiente razón: «Quia cuanto á todo lo que le es esencial nos temores sobre sus confesiones pa-
los pecados , porque el Tridentino sacerdos debet judicium formare, sal- para lo válido, y tan sólo se duda de sadas, y desean alcanzar una verda-
manda que en la confesión se expli- tem in confuso, de statu pcenitentis, alguna circunstancia omitida tal vez dera paz de conciencia, aunque no
quen todos y cada uno de los pecados, tam ad dandam absolutionem, quam con buena fe, que no es de esencia tengan fundamento positivo contra la
lo cual no se verificaría siguiendo la ad pcenitentiam injungendam, qua? in del Sacramento: entonces no es nece- validez de sus confesiones pasadas.
opinión de L u g o , porque la relación tali casu utique debet imponi ad fa- sario revalidar la confesión; basta ex- 2. A los que pasaron muchos
0

primera privada no fué sacramental, ciendum Sacramentum integrum.» E s plicar la circunstancia que se omitió, años en cargos, oficios y negocios de
verdad que si el confesor, sin infor- responsabilidad, que absorbían toda
por no haberse hecho en orden á la si mudaba de especie.
marse in confuso ni acordarse de los su atención: á éstos, para recoger su
confesión: la acusación en general
pecados anteriormente confesados, espíritu y prepararse para una buena
hecha en la confesión, cuando el con-
diese la absolución, ésta sería válida, ARTÍCULO V I I I muerte, les conviene retirarse por unos
fesor no se acordaba ya sino confusa-
si el penitente la recibiese con buena cuantos días de toda ocupación terre-
mente de la relación que se le hizo
fe, porque recaía sobre pecados confe- De la confesión general. na, y hacer una buena confesión g e n e -
mere históricamente, no basta, porque
sados al mismo confesor. ral, aun cuando no haya fundamento
no es acusación al confesor de los pe-
cados en particular. 2224. P . ¿Qué reglas ha de o b - 2225. L a confesión general pue- grave de que sus confesiones pasadas
Otra cosa sería si el confesor se servar el confesor para conjeturar de ser: i . ° , necesaria; 2 . , conve- fueron nulas.
0

acordase distintamente de todos los pe- prudentemente los casos en que los niente; 3. , perjudicial.
0 3. Conviene también á los orde-
0

cados mortales que se le habían ma- reincidentes deben reiterar sus confe- L a confesión general, rigurosamen- nandos, á los que han de abrazar el
nifestado antes históricamente; por- siones? te hablando, abraza la acusación de estado religioso, ó tomar el estado de
 490 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.

matrimonio, ó después de haberse I en ocuparse de las pajas que ven en acuerda de algunos pecados mortales I a u n cuando se le olviden en la confe-
casado. I los ojos ajenos, teniendo en los suyos olvidados, basta que los confiese en sión algunos pecados mortales ya con-
4. E s conveniente á los que tie-
0
tantas vigas. Este defecto, dice San las confesiones siguientes, según los fesados y absueltos, por haber sido
nen una enfermedad que conduce Juan de la Cruz, es harto frecuente en vaya recordando. negligente en el examen. 2 . Que si
a

paulatinamente á la muerte, como la los principiantes fervorosos, y por 2.° E l confesor, siempre que se tuviese algún pecado muy vergonzoso,
tisis; á los que tienen síntomas de cierto es muy perjudicial y peligroso, trata de una confesión general, con- ya absuelto, de la vida pasada, y sin-
ataques apopléticos, etc. L a vejez, y si no se cura en tiempo; porque suele viene que diga al penitente que puede tiese suma repugnancia en manifes-
sobre todo la decrepitud, son una en- D i o s permitir caídas estrepitosas. hacerla con otro sacerdote de su con- tarlo otra vez, no peca en callarlo. Y o
fermedad incurable; y á todos los que P o r último, la confesión general es, fianza, si así le parece mejor, para que así lo he practicado con los penitentes
nos hallamos en este caso, como que ordinariamente hablando, muy conve- obre con perfecta libertad. Este aviso que hacen por mera devoción confesión
estamos ya á las puertas de la eterni- niente á todos una vez en la vida. es muy importante. general; y para obrar de esta manera
dad, nos conviene prepararnos con D i g o ordinariamente, porque la confe- 3.0
Cuando se trata de la confe- me he fundado en que los fieles, por
una confesión general ó semigeneral. sión general, 110 siendo por una rigurosa sión general necesaria, convendrá que conciencia errónea, creen comunmente
D i g o semigeneral, porque la confesión necesidad, no se debe permitir: el penitente se acuse primero de los que en una confesión general, aunque
general de toda la vida muy rara vez pecados cometidos después de la últi- sea por pura devoción, están obligados
i.° A las personas escrupulosas, ó
la aconsejaría yo á personas que la ma confesión, para que el confesor se
tan tímidas y de imaginación tan á un examen riguroso, y que pecan
han hecho bien una vez: basta que la informe del estado actual de su con-
exaltada, que, por lo común, la confe- mortalmente si no se acusan de todos
hagan de los pecados que cometieron ciencia, de si tiene hábitos viciosos,
sión general, lejos de tranquilizarlas, los pecados mortales de toda su vida
después de aquélla. P o r esto las per- odios, restituciones que debe y puede
las inquieta más y las aflige; moles- de que se acuerdan, aun cuando los
sonas piadosas, ó bien cada año, ó hacer entonces, de si se halla en algu-
tan al confesor infinitas veces, le qui- hayan confesado bien en la vida pa-
cuando hacen ejercicios espirituales, na ocasión próxima voluntaria ó nece-
tan mucho tiempo sin utilidad, y nun- sada. Para librarlos de estos peligros,
suelen acusarse compendiosamente de saria; pues importa conocer todo esto,
ca acaban la confesión general. les hacía yo las dos anteriores adver-
las faltas más notables de aquel año, á fin de desembarazar el camino para
2227. 2 . L a confesión general,
0
tencias, porque me parecían y me pa-
ó desde los últimos ejercicios que hi- la absolución, quitando los obstáculos
citando no es necesaria, no es conve- recen muy convenientes.
cieron. A l que tiene una vida proba y que se opongan á una verdadera c o n -
niente si el penitente no la acepta de
arreglada, si hizo bien una confesión versión; y además en este tiempo el
general, no le conviene recordar mi-
buena voluntad. E l confesor debe con-
confesor no sólo puede preparar mejor
CAPITULO VII
tentarse con exponer sus ventajas,
nuciosamente las faltas de la juventud, al penitente, sino también asegurarse
porque si el penitente las rechazase, DE LA SATISFACCIÓN SACRAMENTAL
que están perdonadas, y cuya m e m o - de sus buenas ó malas disposiciones.
nada se adelantaría; antes bien, deján-
ria tal vez manchará su imaginación, Si el penitente no quiere de modo a l -
dole en plena libertad, tal vez más Se ha probado en el capítulo I I que
excitará pasiones que le turbarán y guno quitar estos impedimentos, sería
adelante la misma persona la pedirá la materia próxima del sacramento
serían peligrosas, ó por lo menos m o - inútil la confesión general.
con instancia, y entonces la hará con de la Penitencia son los tres actos
lestas.
gusto y con mucho provecho espiri- 4.0
Cuando los pecados de las con- del penitente, á saber: Coráis contri-
5. 0
H a y personas que después de tual de su alma. fesiones pasadas fueron absueltos de- tio, oris confessio, et operis satisfactio.
haber cometido muchos pecados, se 2228. E n cuanto al método que bidamente, el penitente, al hacer la Habiéndose tratado de los dos prime-
convierten á D i o s , y abrazan una ha de observar el confesor cuando se confesión general voluntaria , debe ros, resta tratar del tercero: la satis -
vida ascética, con mucha oración y trata de que el penitente haga una acusarse por separado de los pecados facción sacramental. Aunque la buena
frecuencia de los Santos Sacramen- confesión general: cometidos después de la última con- confesión perdona el reato de la pena
tos; pero como la soberbia todo lo co- i.° Aun cuando sea rigurosamente fesión: porque éstos manifiestan eterna de todos los pecados mortales,
rrompe, estas personas se convierten necesaria, no conviene que al principio el estado presente de su conciencia; pero, por lo común, queda algún reato
algunas veces en severos censores de entre el confesor, como suele decirse, 2 . , porque como nunca fueron absuel-
0 de pena temporal, por la cual es ne-
la vida ajena, criticando y hasta des- con espada en mano, imponiéndola tos, á ellos especialmente ha de aten- cesario satisfacer ó en esta vida ó en
preciando á los que cometen algunas con precepto: es más conveniente en der el confesor para proporcionar la el Purgatorio. L a penitencia que i m -
faltas. A estos Aristarcos que tienen trar suavemente ponderando sus ven- penitencia de obligación. pone el confesor se ordena á satisfa-
tanta presunción, conviene curarlos, tajas; exponiendo después las causas 5. Cuando la confesión general
0
cer en todo ó en parte por esta pena.
aconsejándoles que, para más purifi- que hay para ella; haciendo ver al pe- no es necesaria, conviene que el confe- L a penitencia que impone el confesor
carse, conocerse y humillarse, hagan nitente que, con el auxilio de un buen sor advierta al penitente dos cosas, no es parte esencial del sacramento de
compendiosamente una confesión g e n e - confesor, el examen es cosa muy fácil; antes de comenzarla: 1 . Que como la
a
la Penitencia, porque se puede salvar
ral de su vida; para que, refrescando que si con sinceridad se acusa de lo hace por mera devoción, y sus peca- la validez aunque el confesor, ó por
la memoria de sus enormes culpas, el que se acuerde, lo demás queda per- dos están ya absueltos, no está obliga- tratarse de un moribundo que no oye,
confesor les haga ver c u a n mal hacen donado; y que si más adelante se do á un examen riguroso; y que no peca ó, aunque sea sano, por olvido ó n e -
 492 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.

gligencia, no la imponga. N o obstan-
te, es parte integral de este Sacra-
mento , como lo definió dogmática-
mente el T r i d e n t i n o (ses. 1 4 , can. 4.
Véase el cap. 2 ) . Y a u n se podrá lla-
mar parte esencial de este Sacramen-
to en cuanto el penitente no puede
Tridentino, las penitencias medicina-
les «medentur peccatorum reliquiis,
et vitiosos habitus male vivendo com-
paratos contrariis virtutum actionibus
tollunt...» D e modo que se imponen
directamente «ad novas vitas custo-
d i a m , e t infirmitatis medicamentum.»
nitencia;» y la razón es, porque se
llenaría de escrúpulos y ansiedades al
enfermo, temiendo que no cumplía la
penitencia si tenía alguna impacien-
cia. « H o c enim, dice el Santo, potest
esse illi (infirmo) multorum scrupulo-
lorum occasio.» (Homo apostolicus,
3. 0
San L i g o r i o , en el lib. 6, nú-
mero 507, y al fin del núm. 510, dice
que la regla anterior que impone obli-
gación sub mortali al confesor de im-
poner penitencia grave al penitente
que confiesa pecados mortales, tiene
dos excepciones : 1 . Cuando éste tu-
a

tener verdadero dolor y propósito si, Pero se ha de notar que si bien las tract. X V I , núm. 49.) viese una vehementísima contrición.
al menos virtualmente, no está dis- penitencias satisfactorias ó vindica- San L i g o r i o , en el mismo número, 2 . Cuando antes de confesarse hu-
a

puesto á dar satisfacción á Dios cum-
pliendo la penitencia que se le impon-
ga; si bien el cumplimiento de hecho
no es parte esencial.
ARTÍCULO PRIMERO
De la imposición de la penitencia.
2229. Antes de tratar en particu-
lar de la clase de penitencia que el
confesor ha de imponer á cada peni-
tente, y de la obligación que tiene de
imponerla, se han de tener presentes
las autorizadas palabras del T r i d e n -
tino (ses. 14, cap. 8). D i c e así: «De-
bent ergo sacerdotes D o m i n i , quan-
tum spiritus et prudentia suggesserit,
pro qualitate criminum, et posniten-
tium facúltate, salutares et c o n v e -
nientes satisfactiones injungere.»
2230. E n el mismo capítulo dice
tivas se dan principalmente para sa-
tisfacer por los pecados pasados, tam-
bién son medicinales secundariamen-
te; porque cualquiera buena obra, sea
mortificación, sea oración, sea limos-
na, sirve para preservar del pecado;
y cualquier penitencia m e d i c i n a l ,
cumplida en gracia, es satisfactoria.
2231. P. ¿Está obligado el con-
fesor á imponer penitencia?
R. Exceptuado el caso de un m o -
ribundo destituido de los sentidos, es
indudable que el confesor está obli-
gado á imponer satisfacción sacra-
mental al penitente. E l T r i d e n t i n o ,
en el citado cap. 8 de la ses. 14, dice:
«Debent sacerdotes Domini... pro qua-
litate criminum... satisfactiones injun-
gere. »
2232. P. ¿Puede el confesor im-
poner penitencia leve cuando el peni-
tente confiesa un pecado mortal?
dice que los Salmaticenses advierten
rectamente que si el enfermo puede sa-
tisfacer por sus pecados por medio de
limosnas, debe hacerlo; porque « q u i -
libet tenetur eam faceré, quam potest,
pcenitentiam.» Esto es muy justo;
porque reduciéndose todas las peni-
tencias á tres clases, á saber, oración,
ayuno y limosna, el que por falta de
fuerzas no puede practicar las dos
primeras, debe satisfacer con la ter-
cera, y con mayor motivo cuando la
limosna es tan poderosa en la pre-
sencia de Dios, como dijo Daniel á
Nabucodonosor: «Peccata tua eleemo-
synis redime.» ( D a n . , cap. 4, v . 24.)
Además, la limosna es satisfactoria,
como dice Santo T o m á s : « D a r é elee-
mosynam ponitur inter opera satis-
factoria, in quantum miseratio de-
fectum patientis ordinatur ad satis-
faciendum pro culpa,» como en este
caso lo hace el enfermo (2. 2. , a
biese practicado muchas acciones sa-
tisfactorias. L o mismo dicen Cayeta-
no, Navarro, Suárez, Escobedo. Y o
añadiría que las penitencias volunta-
rias, practicadas por devoción por el
penitente antes de confesarse, podrían
bastar, si las hizo estando en gracia
por un acto de contrición perfecta;
pero si estaba en pecado mortal, no
eran satisfactorias, y por lo tanto
creo que tan sólo podrían bastar para
que se le disminuyese la penitencia.
E n todo caso, por más contrito que
esté el penitente, y por más obras
buenas que haya practicado antes de
confesarse, siempre el confesor debe
imponer alguna penitencia, para que
sea íntegro el Sacramento, como dice
el T r i d e n t i n o ; y esta es la práctica
universal de todos los confesores. Esta
es también la doctrina de San L i g o -
rio (lib. 6, núm. 507), de los Salma-
ticenses, P a l a o , etc.

el Concilio que las penitencias que el R. i . ° E s indudable, según San q. 32, art. 1 ad 2 . ) . Me parece muy
u m

confesor impone pueden ser satisfac- 2233. P. E n los casos ordina-

L i g o r i o y la sentencia comunísima,
torias ó vindicativas, y pueden ser
que á los moribundos no se les ha de
medicinales. Son satisfactorias ó vin-
imponer penitencia grave, sino que se
dicativas las que se imponen princi- les ha de dar una levísima que cum-
palmente para castigar los pecados pa- plan entonces, y señalarles la que de-
sados y satisfacer á Dios por las in- ben cumplir en tiempo oportuno, si
jurias cometidas: «ad prasteritorum convaleciesen. Son palabras del R i -
peccatorum vindictam et castigatio- tual R o m a n o . Y cuando el caso apu-
nem,» dice el Tridentino. Son medi- ra, basta que pronuncien con el confesor
cinales las penitencias que se impo- , los nombres de Jesús, Marta y José, ó
nen para apartar al penitente de las algún acto de amor de D i o s ; si no
ocasiones y peligros de volver á pe- pueden vocalmente, que lo hagan con
car, para curar las reliquias de los pe- el corazón.
cados perdonados en cuanto al reato
San L i g o r i o , siguiendo á Bonacina,
de la culpa, y para destruir, por medio
dice rectamente que no conviene po-
del ejercicio de las obras buenas, los
ner de penitencia á los enfermos « q u e
malos hábitos materiales que se con-
sufran con paciencia las molestias y
trajeron, porque en lo moral contraria
dolores de la enfermedad. E s t o se
contrariis curantur; ó, como dice el
aconseja, pero no se impone por p e -
fundada esta, sentencia.
2.0
Si el penitente no tiene i m -
pedimento para cumplir la penitencia,
el confesor está obligado, sub gravi á
imponerle alguna penitencia grave si
confesó pecados mortales; pero si tan
sólo confesó pecados veniales ó mor-
tales ya confesados y absueltos, es
suficientemente probable que el con-
fesor tan sólo pecaría venialmente no
imponiendo penitencia alguna, dice
San L i g o r i o en el Homo apostolicus,
tract. X V I , núm. 47, siguiendo á L u -
g o , los Salmaticenses y otros. L a ra-
zón debe ser la misma que se dijo en
el art. 6, cuando se habló del pecado
que comete el penitente que no cum-
Otros confesores, por el contrario,
ple una penitencia leve.
cargan á todos los penitentes que tie-
rios, ¿cuánta penitencia ha de impo-
ner el confesor al penitente?
R. Cuestión es ésta de muchísima
importancia, en la que suelen equivo-
carse muchos confesores. L o s unos
ponen levísima satisfacción á todos
los penitentes, aunque hayan cometi-
do muchos y graves crímenes. A é s -
tos conmina el Tridentino con las si-
guientes graves palabras: « N e si forte
peccatis conniveant, et indulgentius
cum pcenitentibus a g a n t , levissima
quasdam opera pro gravissimis d e -
lictis injungendo, alienorum peccato-
rum participes efficiantur.» (Sss. 14,
cap. 8.)
 494 LIBRO VI. T R A T A D O
nen muchos pecados mortales de tan
duraderas y tan pesadas penitencias,
que éstos muchas veces las abando-
nan enteramente, y , creyéndose per-
didos, se entregan á toda clase de pe-
cados. V o y á copiar las graves pala-
bras de San L i g o r i o : « E x his ó m n i -
bus colligitur, quam imprudenter se ge-
rant confessarii, qui magnas i m p o -
nunt pcenitentias , quas prasvident
pcenitentes non impleturos. O quam
plures confessarii indocti inveniuntur
(loquor experientia doctus in missio-
nibus, in quibus fere triginta annos
sum versatus), qui non dubitant ab-
solvere eos qui sunt in próxima occa-
sione peccandi, vel recidivi indisposi-
ti, et insipienter putant ipsos curare
graves imponendo pcenitentias ! ex I
quo fit, quod illi, etsi pcenitentiam
acceptent, ut absolutionem carpant, ta-
mem post absolutionem o b t e n t a m ,
«quia nullum eis remedium prasscri-
ubitur, quo prseserventur,brevi misere
»relabuntur, pcenitentiam non i m -
»plent, et ab ejus gravitate deterriti,
deinde a confessione abhorrent, et sic
in peccatis diu tabescunt.» ( L i b . 6, al
fin del núm. 510.)
2234. E l Concilio de T r e n t o , en
el lugar antes citado, hablando de los
confesores, dice que «pro qualitate cri-
miuum et pcenitentium facúltate saluta-
res et convenientes satisfactiones ( d e - ,
bent) injungere.» E n vista de esto,
se pregunta: ¿ cómo se concilia la
doctrina del Concilio con la suavidad
de San Ligorio?
R. Estas palabras del Concilio se
han de interpretar según las entendie-
ron los escritores sabios y santos.
Como dice San L i g o r i o , aquellas pa-
labras pro pcenitentium facúltate, no
sólo se han de entender de la facultad
del cuerpo , sino también del espíritu.
Cuando el penitente tiene poca virtud,
cuando su espíritu está muy débil é
imperfecto , si se le impone mucha
penitencia, es de temer que la deje
toda: hará como algunos niños que,
si se les señala de una vez mucha lec-
V.
ción , la abandonan toda ; y como un
fuego pequeño, el cual se apaga si de
una vez se echa en él mucha leña,
como dice Santo T o m á s (Quodlib. 3,
art. 28). E l Tridentino está bien ex-
preso: no quiere que se atienda s o l a -
mente al número y gravedad de los
pecados confesados , sino también á
las facultades corporales y espirituales
del penitente, como lo explicó el Ri-
tual R o m a n o : « P o s t r e m o confessarius
salutarem et conveniente»! satisfactio-
n e m , quantam spiritus et prudenüa
suggesserit, injungat , habita ratione
status, conditionis, sexus, et dispositio-
nis pcenitentium.» (De sacram. Pcenit.)
Medítense bien estas palabras , y
el confesor tendrá mucho adelantado
para graduar la conveniente penitencia.
A un militar no se le puede imponerla
penitencia que se impondría á una
persona que está en su casa y puede
disponer libremente de sí misma á
todas horas. A las mujeres, que ordi-
nariamente son más dóciles y más de-
votas, se les puede imponer más pe-
nitencia que á los hombres indevotos.
A los niños se les ha de imponer poca
penitencia respectivamente , y se les
han de ordenar cosas que cumplan
cuanto antes, porque se olvidan pronto
de lo que se les mandó. El Catecis-
mo R o m a n o añade sabiamente que
se atienda también á la disposición
del penitente: et dispositionis pceniten-
tium.
Además , el Tridentino y el Cate-
cismo R o m a n o dicen que el confesor
imponga peninencias convenientes y sa-
ludables; y, como dice San L i g o r i o ,
siguiendo á graves autores, ¿cómo se
podrá decir saludable y conveniente la
penitencia que, según prevé el confe-
sor, el penitente no tiene virtud bas-
tante para cumplirla? «Ñeque enim
salutares sunt pcenitentia tam graves ac
diuturnse, ut, spectata pcenitenlis fragi-
lítate, periculosum sit, ut eas omittat:
nam tune in ejus exitium verteren-
tur.» ( L i b . 6, n ú m . 509.) San Carlos
Borromeo dice: «Talem imponat pceni-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 495
tenliam , qualem a pcenitente prcestari de penitencias, que el que se condene
posse judicet; si ita expediré viderit, pos no haberlas cumplido.
illum interroget an possit, an vel dubitet 2235. P. ¿Qué clase de peniten-
pcenitentiam sibi injunctam perage- cia ha de imponer el confesor?
re; alioquin eam mutabit, aut minuet.it E. Comunmente los autores, si-
(In Instruct. Confess.). San Antonino guiendo á Santo T o m á s (en el Suple-
( 3 . p . , tít. 16, cap. 21), dice: « D e b e t
a
mento de la 3 . p., q. 15, art. 3), la
a
confessarius daré talem pcenitentiam, reducen á tres especies , á saber:
quam credat verisimiliter pcenitentem limosna, ayuno y oración. L a razón es,
implere, ne, ipsam violando , deterius porque la satisfacción ó penitencia
ei contingat.» consiste en que, para reparar las ofen-
sas hechas á D i o s , debemos sacrificar
El Ritual Parisiense dice: « C o n f e s -
en su honor alguna de las cosas que
sarius pcenitentem interroget an possit
nos pertenecen. Pues bien: todos los
pcenitentiam sibi injunctam peragere,
bienes que poseemos se reducen á tres
alioquin eam pro sua prudenüa i?nmutet
clases: bienes del alma , bienes del
aut minuat.i< San Juan Crisóstomo,
cuerpo y bienes exteriores. Por la l i -
aunque escribía en el tiempo en que
mosna nos privamos de los bienes
el rigor de la disciplina eclesiástica
exteriores; por el ayuno , de los del
era más severo , hablando de la peni-
cuerpo; por la -oración , consagramos
tencia sacramental,dice: «Exea re do-
y sometemos á Dios los bienes del
cemur, quod non solum ad peccatorum
alma, humillándonos en su presencia.
naturam , verum etiam ad mentem
habitumque peccantium oporteat mo- A estas tres especies se reducen
deran pcenitentiam.» ( H o m i l . 43 in todas las otras obras satisfactorias;
cap. 28 Matth.) porque, como el Angélico dice allí
Santo T o m á s dice: Melius «sí quod mismo (ad 5 . ) , por ayuno se entien-
u m
sacerdos pcenitenti indicet quanta pce- de todo aquello que puede ser mortifi-
nitentia esset sibi pro peccatis injun- cación del'cuerpo: «quidquid ad afflic-
genda, et injungat nihilominus aliquid tionem corporis pertinet.» Por limosna
quod pcenitens tolerabiliter ferat...; et se entiende cualquier acción que se
hsec, qua; praater injunctionem expres- haga en utilidad del prójimo: todas
sam facit,, accipiunt majorem vim ex- las obras de misericordia , espiritua-
piationis culpae praeterita; ex illa ge- les y corporales, se incluyen en la li-
nerali injunctione, qua sacerdos dicit: mosna. Por oración se entiende toda
«Quidquid boni f e c e r i s , sit tibí in acción en que se da á Dios culto y
remissionem peccatorum;» et quantum veneración de latría: «quaacumque
ad hoc talis satisfactio est sacramen- latria exhibetur D e o , orationis accipit
talis , in quantum virtute clavium est rationem.» Así es que por oración se
culpas commissa; expiativa.» (Quodli- entienden también las confesiones,
bet. 3, art. 28.) L a razón fundamental las comuniones , visitas de iglesias,
de que el confesor ha de ser indul- actos de fe, esperanza y caridad, aun-
gente en orden á la penitencia cuando que sean internos, oración mental,
teme que el penitente, por más que la lección espiritual, etc., como dice San
merezca , no ha de cumplir una peni- L i g o r i o (Homo apostólicas^tract. X V I ,
tencia muy grave , es porque , como núm. 53), siguiendo la sentencia co-
dice San L i g o r i o , en este sacramento mún de los doctores.
de la Penitencia «magis intenditur
2236. Aquí se ha de notar , con
emendado et salus pcenitentis, quam
Santo T o m á s , que, en cuanto se pueda
satisfactio pro pcena.it ( L i b . 6, núme-
buenamente, conviene que las tres expre-
ro 503.) Más vale que vaya al Purga-
sadas especies de penitencia se a c o -
torio por no haber satisfecho con gran-
moden á las tres clases á que se redu-
 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA 497
49 6

cen todos los pecados, á saber: concu- na son penitencias ex se muy útiles, rebus spiritualibus agenten). Monet
piscentia camis, concupiscentia oculorum comunmente hablando ; pero la expe- autem S . Franciscus Salesius, non
et superbia vites; imponiendo de p e n i - riencia enseña , como dice San L i g o - esse gravandum pcenitentem multis
tencia la limosna á los a v a r o s , el rio (Homo apostolicus, tract. X V I , nú- rebus, ne confundatur, et terrefiat.»
ayuno á los sensuales, y la oración á mero 54) , que algunas veces se con- Esta advertencia es muy importante,
los blasfemos , impíos y soberbios. vierten en perjudiciales para los que porque hay confesores que, aun en
Muchas veces no se pueden aplicar no las acostumbran, y así no las cum- confesiones de veniales, ponen tres ó
estas penitencias con esta proporción, plen. L a s palabras anteriores del San- cuatro cosas distintas, y los peniten-
porque, ó hay imposibilidad física , ó to Doctor se han de entender con dis- tes no se acuerdan después. E s m e -
moral, ó repugnancia del penitente. creción ; porque hay personas que , ó jor poner cosas de una especie, que
H e aquí la doctrina de Santo T o m á s por su mucha docilidad , ó porque muchas de distinta especie.
sobre la aplicación de estas tres clases desde luego se convierten tan sin- 2237. P. ¿Cuándo puede el c o n :
de penitencia: «Congruum est ut in ceramente, que el confesor bien po fesor disminuir la penitencia?
quo quis peccavit, in hoc puniatur, et drá imponerles algunas de esas pe- R. i . ° A los moribundos y á los
quod peccati commissi per satisfac- nitencias; y cuando hay temor de que enfermos débiles, si bien se les ha de
tionem radix a*bscindatur; «tamen no las cumplirán , el confesor exhor- señalar la penitencia que han de cum-
quodlibet horum pro quolibet peccato tará con celo á que las practiquen, sin plir si convalecen, como queda dicho
satisfacere potest.» Unde ei qui non imponerlas bajo de culpa. anteriormente.
potest unum ex his perficere, injungi- 2. A los que vienen con contri-
V o y á copiar las autorizadas pala - 0
habla de la penitencia que es necesaria
como medicina preservativa; ésta no se
debs disminuir, por más que el peni-
tente esté arrepentido, ó sea débil, ó
gane un jubileo; porque sería una te-
meridad ponerle voluntariamente en
peligro ó en ocasión próxima volun-
taria de pecar: «Qui potest occaúontra
proximam statim removeré , et non
removet, est in actuali transgressione
prescepii et ideo indispositus. Si talis vel-
let absolví antequam occasionem d e -
serat , esset indispositus , quia se
constitueret in probabili periculo i n -
fringendi propositum; ac propterea
confessarius qui eum absolveret, i p -
sum relinquendo in tali periculo, uti-
que peccaret,tam contra officium judi-
éis, quam medici; quia absolveret in-

tuv aliud, et prcecipue eleemosyna, quas bras de San L i g o r i o , que merece tanto ción extraordinaria; porque ésta r e - dispositum, non applicando illi reme-
aliorum vices supplere potest.» ( E n crédito por su heroica santidad , por dium suas saluti necessarium,» dice
mite mucho de la pena temporal, y
el citado artículo, ad 3."™) San L i g o r i o (lib. 6, núm. 454, hacia
su sabiduría , por su prudencia y por hasta la puede remitir toda. N o obs-
el m e d i o ) .
L a razón por que cualquier obra su experiencia. D i c e así en el número tante, el confesor ha de imponer a l -
buena se puede poner de penitenciaes, citado: «Satisfactiones útiles genera • guna penitencia, para que sea íntegro 2239. P. Aquellas palabras que
porque «en el presente estado de nues- tim pro ómnibus has solent esse, n i m i - el Sacramento, como dicen los S a l - después de la forma de la absolu-
tra naturaleza caída y corrompida» es rum, aggregari ad aliquam congrega- maticenses, Palao, San L i g o r i o , etc. ción pronuncia el confesor, diciendo:
aflictivo todo lo bueno; y hasta la ora- tionem: quolibet vesperi (saltem ad ( L i b . 6, núm. 507.) «Quidquid boni feceris, vel mali sus-
ción, «quamvis habeat suavitatemspi- tempus) actum doloris elicere, et quo- 0
3. Cuando el penitente tiene una tinueris, sit tibi in remissionem pec-
ritus, habet tamen aflictionem camis,» libet mane propositum renovare, di- disposición muy tierna, de modo que catorum,» etc., ¿tienen virtud para
como dice allí mismo el Angélico cendo cum Sancto Philippo N e r i o : si se le impone mucha penitencia (por elevar á satisfacción sacramental to-
(ad i . ) ; y también la caridad, cuan- « D o m i n e , ne auferas hodie manus
u m
más que la merezca), se teme que no das las acciones buenas que haga
to más se aumenta, tanto más se debi- tuas a me , ne tui proditor efficiar:» la cumplirá. después el penitente?
lita la fuerza y petulancia de la carne, visitare quotidie Sanctissimum Sa- 2238. 4 . Cuando se confiesa en
0
É. L a opinión común y notable-
como dice San Gregorio: «Dum crescit cramentum, et imaginem quoque Ma- tiempo de jubileo, ó de indulgencia mente más probable, dice San L i g o -
in nobis fortitudo amoris intimi, in- nee Sanctissimas, ab eis perseveran- plenaria; pero, como no se sabe quién rio, es la de Santo T o m á s , que afir-
firmatur proculdubio fortitudo camis.» tías gratiam postulando: Rosarii sal- gana la indulgencia plenaria, el con- ma (Quodlib. 3, cap. 28) que todas
(Sobre E z e q . , homil. 15.) Conviene tem tertiam partem et ter salutatio- fesor ha de imponer una penitencia esas buenas obras tienen razón de sa-
que el confesor pregunte al penitente si nem Angelicam mane, meridie, et que, aunque sea leve respecto de las tisfacción sacramental: «Virtute cla-
le viene bien la satisfacción que le im- vesperi, dicendo: Mater mea, adjuva me culpas confesadas, sea en sí grave, vium sunt culpas commissas expiati-
p o n e ; y si manifestase repugnancia, hodie, ne in Deum peccem. Hanc tamen absolutamente considerada, si el pe- vas;» y á esto añade sabiamente San
será bueno mudársela. H a b l o de la pcenitentiam, ter recitandi Salutatio- nitente confesó pecado mortal. E n el L i g o r i o : «Quia Ecclesia non frustra,
penitencia satisfactoria ; porque si se nem A n g e l i c a m cum prasdicta suppli- día no se puede dudar de que en tiem- sed ad hoc quidem verba illa proferri
trata de la medicinal ó preservativa, catione, ego plerumque solitus fui in- po de jubileo se debe imponer alguna prasseripsit, ut omnia opera pcenitentis,
ó de la restitución que debe y puede penitencia, pues Benedicto X I V , en quamvis ex ejus electione fiant, ad
jungere, aut saltem considere iis, qui
hacer el penitente , el confesor m u - su encíclica ínter presteritos, dice que satisfactionis sacramentalis meritum
non solebant eam frequentare: cum
chas veces no puede condescender eleventur.» ( L i b . 6, núm. 504.)
cubitum iverint, dicere in lecto: si la opinión contraria es laxa. (Véase
lícitamente con los deseos del peni-
mine mihi morandum fuisset in inferni á San L i g o r i o , lib. 6, núm. 519.) 2240. P. ¿Puede imponerse de
tente , antes bien sería una piedad
igne; aut dicere: veniet dies, quo mihi in Se ha de notar que cuando se refie- penitencia á alguna persona que tome
cruel.
hoc lecto moriendum erit: qui legere ren las causas justas que pueden con- el estado religioso?
L a frecuencia de los Santos Sacra- sciunt, et potissimum ecelesiastici, currir para disminuir las penitencias San L i g o r i o dice que es opinión co-
m e n t o s , la oración mental y la limos- quotidie legere aliquem librum de satisfactorias ó vindicativas, no se mún entre los doctores que no se pue-
TOMO II. 32
4 9 8 LIBRO VI. TRATADO
de (lib. ó, núm. 5 1 1 ) . L o mismo dice
Scavini (tomo 3, núm. 383, edición
de 1865); y da la razón: Quia id esset
nimis duriim: cita en favor de esta
sentencia á Santo T o m á s ( 2 . 2 . ,
a a3
q. 62, art. 3), y le cita también San
L i g o r i o , en la misma cuestión, art. 2;
pero S i l v i o , no en el comentario del
art. 3, sino en el quarilur 2, c o n -
clusión 6. del art. 2, tan sólo dice
a
que el que «por fraude ó violencia
impidió á otro entrar religioso, debe
restituir del modo que allí dice, pero
que no está obligado el danmifi-
cador á entrar religioso para satisfa-
cer por la injusticia que cometió;» y
da la convincente razón siguiente:
«Nidlus invitas cogendus est religio-
nem proñteri, sed ea debet liberrime
suscipi.»
Me parece muy fundada la doctri-
na de San L i g o r i o , Silvio y Scavini,
respecto del que no tiene vocación de
religioso: solamente me queda una
duda respecto de lo que con tanta uni-
versalidad dice San L i g o r i o , esto es,
«que no se puede imponer de peniten-
cia el entrar religioso.» La. razón que
tengo para dudar, es la misma doc-
trina del Santo, que en el lib. 4, nú-
mero 78, pregunta: «¿Cómo peca el
que, viéndose llamado al estado reli-
gioso, contradice á la vocación divi-
na?» E l Santo responde: «Et quidem,
si quiscrederet, quod in sseculo manens
damnationem incurreret, tum ob suam
fragilitatem quam inter sseculi occa-
siones expertus est, tum ob carentiam
auxiliorum, quaa in religione haberet,
non potest excusari a peccato gravi,
cum in grave discrimen salutis suaa
se injiciat.» Ahora bien: parece cierto
que el confesor, como penitencia me-
dicinal y preservativa, puede imponer
precepto de aquélla cosa á la que el pe-
nitente está obligado sub gravi: es así
que, según San L i g o r i o , el penitente
que se sintiese verdaderamente lla-
mado por Dios al estado religioso, y
por la experiencia que tenía de su
fragilidad creyese que, atendidas las
V.
ocasiones de pecar y la falta de auxi-
lios en el siglo, se condenaba, peca-
ría mortalmente no entrando r e l i g i o -
so; luego parece que se le podía i m -
poner de penitencia que entrase r e l i -
gioso.
Confieso que no veo respuesta sa-
tisfactoria á esta razón. Si se dijese
que entraría religioso invitas, esto no
es verdad, porque el precepto de las
cosas que nos obligan no nos fuerza;
tan sólo nos recuerda el deber. L a sen-
sualidad, la tibieza, ó nuestra m a l i -
cia, contradicen; pero hagamos que
recobren su legítimo imperio la recta
razón, la buena y obediente voluntad,
dirigidas por la ley eterna, y así se-
guiremos la vocación d i v i n a . Este es
mi parecer; pero si fuese realmente
contra la opinión común, sapieniiores
dixerint.
2241. P. ¿Puede imponerse de
penitencia á una persona que se case?
R. San L i g o r i o , en el mismo nú-
mero 5 1 1 del lib. 6, dice que L e a n -
dro y algunos otros afirman que se
puede imponer en un caso extraordi-
nario en que el confesor vea que es
el único remedio para aquella persona,
atendida su constante fragilidad; pero
el Santo dice: «Sed melius hoc repro-
bant L a y m a n , et Scob. cum F a g u n -
dez; quia matrimonium omnimodam
requirit liberiatem.» Scavini, en el lu-
gar citado, dice lo mismo, copiando
á San L i g o r i o ; y añade que el peni-
tente, si se le impusiese esa peniten-
cia de casarse (por su incontinencia),
podría usar de otros remedios para
ser casto, y que entonces no estaba
obligado á casarse; y como no cum-
plía la penitencia, el Sacramento no
quedaría perfecto é íntegro: mutilum
remaneret Sacramentum.
Respeto la opinión de San L i g o r i o
y de Scavini; pero en un caso extraor-
dinario creo que el confesor, después
de tantear todos los medios para sa-
car á una persona soltera ó viuda del
vicio de la impureza, podría decirle
seriamente en la confesión: « O usted
DEL SACRAMENTO
pone en práctica los ejercicios nece-
sarios para contenerse, ó procure t o -
mar el estado de matrimonio.» Me
fundo en que San Pablo, en la 1 . Car- a
ta á los Corintios, cap. 7, después de
desear que todos fuesen vírgenes como
él, añade: «Sed unusquisque proprium
donum habet, ex D e o ; » y concluye
que las personas solteras y viudas,
«si non se continent, nubant: m e -
lius est enim nubere quam uri.» San-
to T o m á s , comentando este pasa-
je, dice así (lect. i . ) : «Non
a
quilibet
hoc donum accepit a Deo, ut conti-
neat. Unde dicit ( A p o s t o l u s ) : Quod
si non continent, id est, si donum con-
linenlia non acsepertfit, nubant, id est,
matrimonio jungantur, secundum il-
lud I ad T i m . , cap. 5, v. 14: «Voló
júniores nubere; et assignat rationem,
subdens: « M e l i u s est enim nubere
quam uri,» id est, concupiscentia su-
peran... N a m nubere bonum est, li-
cet minus; uri autem est malum.»
Cuando el precepto ó miedo que se
impone á una persona para que se
case es justo, no quita la verdadera
libertad necesaria-para el m a t r i m o -
nio: así vemos que al joven que violó
á una doncella con palabra de matri-
monio, a u n cuando lo repugne, se le
obliga á casarse con ella, si no hay
otra causa justa.
L a razón de Scavini no tiene fuer-
za: porque la penitencia es d i s -
yuntiva, ó te contimes, ó te casas; y así
el penitente queda con libertad de ca-
sarse ó n ) casarse: 2 . , esta peniten-
0
cia es medicinal ó preservativa de los
pecados futuros; pero el confesor debe
ademis poner penitencia absoluta y sa-
tisfactoria por los excesos pasados de
impureza; y así el Sacramento queda
íntegro, et non remxnet mutilum, como
equivocadamente supone Scavini. E s -
ta es mi humilde opinión, que sujeto
á cual|uier otro mejor parecer.
2242. P . ¿Puede el confesor im- prescindiendo de aquellos casos en
poner por satisfacción una penitencia que es indispensable reparar el escán-
pública?
R. Conviene mucho que el confe- sucedería en el caso del concubinario,
DE LA PENITENCIA. 499
sor se fije bien en la resolución de
esta importante cuestión, para ni re-
velar indirectamente el s i g i l o , ni fal-
tar por no obligar al penitente á cum-
plir lo que debe.
i.° Es doctrina corriente que el
confesor no puede poner penitencia
pública por pecados ocultos, porque
este tribunal, por institución divina,
es oculto: además se haría odioso este
S a c r a m e n t o , y se revelaría indirec-
tamente el sigilo. Así sienten Santo
T o m á s , Suárez, N a v a r r o , San L i g o -
rio, Billuart, con todos los teólogos:
«Sacerdos pro peccato occulto pcenam
inferens publicam, revelator est con-
fessionis, aut proditor criminis,» dice
Santo T o m á s , in 4 Sent., dist. 9 . , ar-
a
tículo 5, sol. i .
a
2. 0
Cuando el penitente, 71011 ex vi
hujus tribw.ialis pxnitentice, sino por l.i
naturaleza del pecado que cometió, con-
trajo obligación de dar pública satis-
facción, es indudable que el confesor
puede y debe obligarle á que cumpla
su obligación. Así lo afirman Santo
T o m á s (in 4 Sint., dist. 14, q. 1. , a
art. 5, qusestiunc. 1 . ) , Suárez, los
a
Salmaticenses, San L i g o r i o (lib. 6,
núm. 512), con la sentencia comuní-
sima; porque el confesor en estos ca-
sos no hace sino declarar al penitente la
obligación que tiene, prescindiendo de la
confesión; y así, como muy bien dice
Billuart (De saeram. Pcenit., diss. 9 . , a
al fin del art. 6), «debet cogeré c o n -
cubinarium ad expellendam concubi-
nam, usurariumad deserendas usuras,
publicum calumniatorem, aut haereti-
cum ad retractandas publice c a l u m -
nias aut haereses. A d haeo enim inde-
pendenter a pracepto confessarii ipse
(pcenitens) jure natura tenetur, et ea
adimplere debuisset, antequam se tri-
bunali sisteret.»
3. N o obstante, San L i g o r i o , si-
0
guiendo á graves autores, dice que,
dalo por una pública penitencia, como
5oo LIBRO VI. TRATADO
usurero, público calumniador, ú otro
delito semejante, en otros casos en
que el pecador público puede dar sa-
tisfacción pública sin imponerle peni-
tencia pública , no debería ponérsela,
si la repugnaba; porque en este caso
bastaría que el penitente reparase el
escándalo «per publicara frequentiam
Sacramentorum, visitationes ecclesia-
rum, auditionem Missarum, ingres-
sum in aliquam congregationem, ubi
pietatis opera exercentur, e t s i m i l i a . »
( L i b . 6, núm. 512.) Me parece bien
esta doctrina, y creo que ésta es la
práctica de los confesores prudentes.
2243. P. ¿Se puede imponer de
penitencia una obra meramente in-
terna?
R. E s sentencia común que se pue-
de imponer, como lo afirman Suárez,
L u g o , los Salmaticenses, San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 514), y otros. L a razón
es, porque, como dice Billuart {De sa-
cram. Pcenit., diss. 9 . , art. 8, § 2),
a
los actos meramente internos de con-
trición, de caridad, la oración m e n -
tal, etc., son meritorios y satisfac-
torios: estos actos, además de ser so-
brenaturales , traen consigo alguna
mortificación; y aunque en sí son me-
ramente internos, se sensibilizan por la
imposición del confesor y la acepta-
ción del penitente.
L o s mismos autores dicen como
cosa cierta que también se puede i m -
poner de penitencia la omisión de
alguna buena obra, por ejemplo, la
suspensión del a y u n o , de la c o m u -
nión, etc. i . ° Porque hay casos en que
el ayuno perjudica á la salud, y los
hay en que el penitente abusa de la
frecuente comunión. 2. E l confesor
0
puede también tomar esas disposicio-
nes para humillar al penitente, ó pro-
bar su obediencia; pero esto último
rara vez conviene hacerlo, como dice
San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 514), s i -
guiendo á L u g o ; y aun no se podría
hacer, «quando omissio illius operis sit
forte occasio a l u s judicandi, quod a
confessario in pcenitentiam fuerit in-
V.
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
juncta;» pues en este caso se revelaría
confesor, como dicen Cóncina, L a y - bus orationi vacent, aepro ómnibus, et
indirectamente el sigilo.
man, Sánchez, Elbel, los Salmati- prassertim pro iis qui ex hac vita in
2244. P. ¿Pueden imponerse de
censes, Bonacina, San L i g o r i o (lib. 6, Domino decesserunt, preces D e o fun-
penitencia las obras de precepto?
núm. 513), etc. Otra cosa sería si se d a n t . » ( P a r t e 2 . , cap. 5 , núm. 79.)
a
R. Es doctrina corriente, contra
impusiese oir una Misa cada semana; 2246. P. Si un penitente, des-
E s c o t o , Antoine y algunos pocos, que
porque en ese caso se entiende que se pués de recibir la absolución, confiesa
se pueden poner de penitencia aque-
oiga en día que no sea de obligación. un pecado olvidado, ¿bastará decirle:
llas obras á las cuales el penitente
2245. P. ¿Se pueden poner de « t e sirve la misma penitencia que te
estaba obligado por precepto natural,
penitencia algunas oraciones ó buenas impuse antes?»
ó d i v i n o , ó eclesiástico, ó por voto.
obras, diciendo al penitente que las i?. San L i g o r i o , siguiendo á R o n -
Así opinan V i c t o r i a , S o t o , Navarro,
aplique por las almas del Purgatorio? caglia y otros, reprueba la opinión de
S u á r e z , L u g o , los Salmaticenses,
R . L a opinión comunísima y nota- Bonacina y Croix, que dicen que es
S á n c h e z , San L i g o r i o (lib. 6 , núme-
blemente más probable de San L i g o - bastante aplicar la misma penitencia.
ro 513), con la sentencia comunísima.
rio (lib. 6, núm. 14, dubit. 2), L u g o , L a razón del Santo es, porque si bien
L a razón fundamental es la que pone
Anacleto, H o l z m a n , Aversa, los Sal- se puede imponer de penitencia, como
Santo T o m á s en el Quodlib. 3, art. 28;
maticenses, Billuart, etc., siguiendo á queda probado, una obra que es de
que dice así: «Opus quod quis facit
Santo T o m á s , dice que se puede. L a precepto divino ó humano, pero no se
ex injunctione sacerdotis dupliciter
razón en que se fundan estos doctores puede poner una obra que está ya
valet pcenitenti: uno modo ex natura
es la misma del Angélico que se ex- antes mandada por el mismo título de
operis; alio modo ex vi clavium. Cum
puso en el número precedente, á sa- satisfacción sacramental. Esta razón
enim satisfactio a sacerdote absol-
ber: «que la acción impuesta de pe- me parece convincente; porque la sa-
vente injuncta sit pars pcenitentia?;
nitencia tiene dos clases de satisfac- tisfacción que tiene aquella obra ex
manifestum est quod in ea operatur
ción:» la una ex opere operantis, por opere operantis y ex opere operato ya se
vis c l a v i u m , ita quod amplius valet
la misma naturaleza de la buena obra; aplicó por los pecados de la anterior
ad expiandum peccatum quam si pro- confesión. Y o en la práctica he segui-
la otra ex opere operato, ex virtute cla-
prio arbitrio faceret.» Esta sólida doc do y pienso seguir la conducta s i -
vium, ó, lo que es lo mismo, por vir-
trina del Angélico es muy importante guiente: cuando en una confesión g e -
tud intrínseca sobrenatural del Sacra-
para los confesores, cuando se en- neral necesaria, ó en una particular
mento. E l penitente aplica por las
cuentren con penitentes cargados de en que se confesaron muchos pecados
ánimas del Purgatorio la satisfacción
crímenes y temen que no cumplirán mortales, después de imponer la pe-
ex opere operantis, pero le queda para
penitencias muy graves. Se les aplican nitencia y haber dado la absolución,
sí la satisfacción ex opere operato, ó sea
de penitencia las Misas que oigan en el penitente vuelve para acusarse de
la que procede ex virtute clavium, la
día de fiesta, y otras cosas que han varios pecados olvidados, si éstos no
cual, como dice Santo T o m á s , amplias
de cumplir de precepto, como ayunos, varían notablemente el estado que y o
valet ad expiandum, seu ad satisfacien-
si les obligan, la confesión y c o m u - anteriormente había formado de su
dum; y esta satisfacción ex opere ope-
nión del precepto pascual, etc. Es conciencia, le pongo penitencia grave,
rato animabas Purgatorii communicari
verdad que, como advierten los cita- absolutamente considerada, pero muy
non potest, como dicen los S a l m a t i -
dos doctores, esto no se ha de hacer moderada respectivamente á los peca-
ticenses ( T r a c t . V I , cap. 10, punct. 3,
sino atendida la fragilidad del peni- dos que confesó la segunda vez.
núm. 37), porque es personalísima del
tente, ó su imposibilidad.
penitente. E l confesor no perjudica al 2247. P. ¿Se puede imponer la
Cuando el confesor impone una
penitente, porque lo que éste pierde penitencia después de la absolución?
Misa ó un ayuno de penitencia, si no
de satisfacción, lo gana con mucha R. E s sentencia comunísima que
expresa otra cosa, se entiende que ha
ventaja en el mérito, como dice el se puede poner inmediatamente des-
de oir Misa y ayunar en días que no
Angélico. E l Catecismo R o m a n o dice pués ó antes de la absolución, antes
son de precepto para el penitente. Por
que entre las penitencias más saluda- que marche el penitente; porque a u n
el contrario, si el confesor manda á
bles, una de las principales es orar así se unen m o r a l m e n t e l a confesión,
un penitente que por espacio de un
por las almas dtl Purgatorio; y diri - la absolución y la imposición de la
mes oiga Misa todos los días, en los
giéndose á los confesores, les dice así: penitencia, como dicen Diana, los
festivos de aquel mes no está obligado
« S ; d ex omni satisfactionum genere Salmaticenses, San L i g o r i o (lib. 6,
á oir sino una Misa, porque así se
máxime convenit pcenitentibus prceci- núm. 615), y otros. N o obstante, es
interpreta por equidad la intención del
ptre ut cettis aliquot et definitis die- mejor ponerla antes de la absolución:
502 LIBRO VI. TRATADO
i.° Porque esta es la práctica c o -
mún.
2.° Porque se observa la forma
del juicio vindicativo, en el cual el
reo no es absuelto antes que prometa
la enmienda y la satisfacción.
3.
0
Para que el confesor, por la
aceptación ó no aceptación de la pe-
nitencia, vea si el penitente tiene la
disposición necesaria para recibir la
absolución. E n cuanto á algunas pe-
nitencias medicinales, es necesario
muchas veces que el penitente las
acepte antes de la absolución, al me-
nos para que el confesor vea su bue-
na disposición. Si el confesor se o l -
vidó, bien puede ponerlas inmediata-
mente después de la absolución, an-
tes que se retire el penitente.
2248. P. ¿Puede el confesor im-
poner penitencia g r a v e , que tan sólo
obligue sub levi?
R. i . E l confesor no puede impo-
u
ner penitencia que no obligue ni sub
gravi ni sub levi, porque entonces no
sería p e n i t e n c i a , sino consejo: lex
quce non cbligat, non est lex (ni precep-
t o ) , sed consilium, como muy bien dice
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 518, du-
bit. 3.)
2.
0
Para mí es cierto moralmen-
te que el confesor puede imponer una
penitencia grave bajo culpa leve; por-
que, como se probó en el núm. 184,
la obligación grave ó leve en estas
cosas depende de la voluntad del que
las manda. E l confesor es legislador
y juez en este Sacramento, como dice
San L i g o i i o : es verdad que, como el
Santo añade, el confesor, por lo común,
díbe poner alguna penitencia grave,
cuando se trata de pecados mortales;
pero sirve esta opinión para que d e s -
pués ponga otra penitencia mayor
tantum sub levi, cuando, atendida la
debilidad del penitente, teme que no
cumplirá una penitencia justa, pero
mayor que la que su virtud permite.
E n el caso de que el confesor vea que
al penitente se le expone á faltar, más
vale que siga la sapientísima regla de
V.
Santo T o m á s de Villanueva, tan ala-
bada por San L i g o r i o (lib. 6, núme-
ro 510, al fin del párrafo ídem for-
íius), á saber: « H o c judicio meo ita
perficies, si facilem unam (pceniten-
tiam) injunxeris, et acriorem consu-
lueris.» Óptima praxis, añade San L i -
gorio en el mismo número.
2249. P. ¿ P u e d e el confesor
mudar la penitencia que se impuso á
un penitente?
R. i . ° San L i g o r i o tiene por cierto
(verius), siguiendo á Suárez, N a v a r r o ,
los Salmaticenses, Cóncina y otros,
que ningún confesor puede mudar la
penitencia impuesta, sino en la con-
fesión, ó «statim post absolutionem.
antequam jcenitens d i s c e d a t ; quia
tune tantum videtur moraliter ídem
perseverare judicium.» ( L i b . 6, nú-
mero 529, dubit. 3.)
2. 0
E l Santo , al principio del
mismo número, tiene también por
cierto, con la opinión común, que el
mismo confesor que la impuso, si re-
cuerda en confuso el estado de la
conciencia del penitente, la puede
mudar.
3.0
Si el mismo confesor no re-
cuerda cosa alguna de la confesión
en que impuso la penitencia, ó se tra-
ta de otro confesor que no conoce los
pecados por los que se impuso la pe-
nitencia, hay dos opiniones proba-
bles, según San L i g o r i o (al principio
del núm. 529, y en t i Homo apostoli-
cus, tract. X V I , núm. 61). Soto, Suá-
rez, L u g o , T a m b u r i n o , Sporer, Sil-
vio, V á z q u e z , H o l z m a n , Cóncina, los
Salmaticenses, Roncaglia y otros di-
cen que se dtbe repetir la confesión
para poder mudar la penitencia:
i.° Porque como la penitencia no
se puede mudar sino en un juicio sa-
cramental, el confesor no puede ejer-
cer este juicio si no se le manifiestan,
al menos en confuso, los pecados por
los que se impuso la penitencia.
2.0
Cuando la penitencia es me-
dicinal, el confesor, al mudar la peni-
tencia, no puede aplicar una conve-
DEL SACRAMENTO
niente medicina equivalente, si no cono-
ce los pecados por los cuales se i m -
puso.
L a segunda opinión, bastante pro-
bable según San L i g o r i o (satis proba-
bilis), dice que el confesor no necesi-
ta tener noticia de los pecados por los
cuales se impuso la penitencia; que,
conocida ésta, bien puede poner otra
equivalente, porque no se trata de
formar juicio sobre los pecados ab-
sueltos ya, sino tan sólo de la i m p o -
sibilidad ó imbecilidad del penitente
para cumplir la penitencia. San L i -
gorio no decide resueltamente la cues-
tión, aunque parece inclinarse más á
esta segunda. Scavini (tomo 3, n ú -
mero 384) no hace sino transcribir lo
que dice San L i g o r i o . Gousset ( t o -
mo 2, núm. 470) se inclina á la se-
gunda sentemia, y añade (en esto
convienen las dos opiniones), que, en
el caso de acusarse el penitente de los
pecados por los que se le impuso la
penitencia, «non est necesse singula
peccata repetere, sed tantum prseci-
pua, quantum sufficit ad notitiam
ctnfusam habendam status pceniten-
tis.» Gury (tomo 2, n ú m . 532) dice
que, aunque la segunda es probable,
la primera le parece más probable,
por las razones que se han expuesto.
Billuart lleva la primera opinión, fun-
dado en las mismas razones (De sa-
cram. Pcenit., diss. 4 . , al fin del ar-
a
tículo 5). Y o no inquietaré al que con
buena fe siga cualquiera de las dos
opiniones especulativamente; pero en
cuanto á la práctica, diré mi humilde
parecer.
Si se trata de ciertas penitencias
que son casi de una misma especie,
no tendría inconveniente en mudar-
las, sin que el penitente expresara
los pecados por los cuales se las i m -
pusieron. Pondré algunos ejemplos:
si el confesor mandó rezar un rosario
de rodillas, y el penitente dice que se
cansa mucho, le diría que le rezase
sentado; si le mandaren que oiga diez
Misas tn diez días continuados, y me
DE LA PENITENCIA. 503
pide que las quiere cumplir en veinte
días interpolados,porque algunos días
está algo ocupado, no veo dificultad
en concedérselo, y así en otros casos
semejantes. Mas si se tratase de cierta
clase de penitencias que en su mayor
parte son medicinales y preservativas,
yo no las mudaría sin exigir del p e -
nitente que me manifestase las cau-
sas por las que se las había impuesto
el confesor; por ejemplo, cuando el
penitente me dijese que el confesor le
había mandado de penitencia conte-
nerse de ir al teatro, ó apartarse de
tal compañía, de leer novelas amato-
rias, ó cosa semejante; porque estas
prohibiciones no se hacen de un modo
absoluto y bajo de culpa sino cuando
al penitente, por sus circunstancias,
le son gravemente peligrosas ; en
estos casos el confesor ni debe ni
puede mudar las penitencias medici-
nales, sin exigir antes el motivo por
que se impusieron.
L a s justas causas para mudar
penitencia, ó disminuirla, son la ne
cesidad, la utilidad notable, la grave
dificultad en cumplirla, el peligro de
transgresión, el exceso evidente de la
satisfacción impuesta, etc. En estos
casos el confesor prudente, no sólo
puede, sino que aun debe- algunas ve-
ces conmutar ó disminuir la peniten-
cia impuesta, a u n cuando no lo pida
el penitente.
E n cuanto al mismo penitente, es
doctrina corriente de San L i g o r i o ,
con el común de los doctores, que no
puede mudar la penitencia ni aun en
otra cosa evidentemente mejor. L a
razón es, porque esto lo hace el c o n -
fesor virtute clavium, y así ex opere
operato es satisfactoria la penitencia
que impone ó conmuta; y el peniten-
te ni tiene la potestad de las llaves, ni
por consiguiente la penitencia que él
se impusiese sería satisfactoria ex ope-
re operato. Véase á Billuart, en el l u -
gar citado (dico 2), y á San L i g o r i o
(Homo apostolicus, tract. X V I , núme-
ro 61).
 5«4 LIBRO VI. TRATADO
2250. P . ¿Puede el confesor in-
ferior mudar la penitencia que el
superior impuso por casos reserva-
dos?
7?. H a y dos opiniones: N a v a r r o ,
Vázquez, los Salmaticenses y otros
dicen que puede; porque una vez ab-
sueltos los pecados reservados, éstos
y la penitencia que se impuso por
ellos quedan ya sin reservación a l g u -
na: pero Gonet, L u g o , H o l z m a n , V a -
lencia, Renzi, Sporer, Cóncina, B i l -
luart, San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 529,
dubit. 2) y la sentencia más común,
dicen que no puede; porque aunque
los pecados no quedan ya reservados,
la sentencia dada por el superior sobre
la penitencia queda reservada para el
inferior: «principium enim certum
est, quod inferior nihil potest in l e -
g e m superioris,» como dice el Santo;
pero añade que el inferior podría mu-
darla, «si gravis accideret causa, et
non esset facilis accessus ad superio-
rem; quia tune inferior licite posset
pcenitentiam commutare ex prezsum-
pta superioris licentia.» Me agrada la
sentencia de San L i g o r i o .
ARTÍCULO II
De la aceptación y cumplimiento de la
penitencia.
2251. P. ¿Está obligado el pe-
nitente á aceptar y cumplir la peni-
tencia?
R. Aunque algunos autores dijeron
que el penitente podía no aceptar la
penitencia, otros dijeron que tan sólo
estaba obligado á cumplirla en el caso
de que la aceptase; pero estas dos opi-
niones, tomadas así generalmente,
son falsas y hasta temerarias, según
Suárez; y algunos autores dicen que
después del Tridentino son heréticas.
Benedicto X I V , en su encíclica ínter
prceteritas (tomo 3 de su Bularlo, pá-
gina 170, § 65) dice expresamente
que así como el confesor está obliga-
do á poner penitencia, así el peniten-
V.
te está obligado á aceptarla. T o d a s
las cuestiones más importantes acer-
ca de la aceptación, dilación, omi-
sión en todo ó en parte de la peniten-
cia, se trataron en el artículo sexto
del capítulo anterior, cuando hablé
de la cuarta condición que debe tener
la buena confesión, esto es, obediens.
Aquí tan sólo añadiré la resolución
de algunas cuestiones que allí no se
tocan.
P . ¿Qué debe hacer el penitente
que se olvidó de la penitencia que le
impuso el confesor?
R. H a y dos opiniones probables:
San Antonino, Bonacina, Silvio y
otros dicen que debe volver á confe-
sar los principales pecados, para que
se le imponga la condigna penitencia
y quede íntegro el Sacramento; qui
enim tenetur ad finem, tenetur ad media.
Por el contrario, Victoria, Soto, N a -
varro, Suárez, los Salmaticenses, B i l -
luart (en el art. 4 c i t a d o ) , V á z q u e z ,
con la sentencia común, convienen:
en que si puede buenamente pre-
guntar al confesor qué penitencia le
impuso, debe hacerlo; 2. , que si no
0 penitente cumple sustancialmente la
puede cómodamente preguntarle, ó
éste se olvidó de la penitencia que im-
puso, el penitente á nada está obliga-
do, porque la penitencia es para él
imposible, y que, absueltos ya direc-
tamente sus pecados, no se le puede
obligar á que vuelva á confesarlos:
hoc enim gravissimum esset onus. San
L i g o r i o (en el lib. 6, núm. 520), des-
pués de referir los autores que defien-
den la una y la otra opinión y las ra-
zones de la una y de la otra parte,
concluye así: «Utraque sententia est
probabilis.» E s verdad que en el Homo
apostolicus, tract. X V I , núm. 59, ha-
blando de la segunda opinión, dice:
«Sed communiter, et valde et forte magis
probabiliter negant (la obligación de
repetir la confesión) Suarez... et alii,
et hoc etiamsi culpabiliter oblitus fuisset
(pcenitentiae).» Gousset defiende tam-
bién esta opinión ( t o m o 2, núm. 469).
N o inquietaré á quien la practique,
DEL SACRAMENTO
pues me parece sólidamente probable
en las confesiones ordinarias; pero en
una confesión general enredada y nece
saria, si me ocurriese que el penitcnct
se había olvidado de la penitencia que
en ella le había impuesto otro confe-
sor, le preguntaría en general sobre las
penitencias en materia de restitución,
odio, ocasiones próximas y cosas se-
mejantes, para ver si recordaba de
esta manera las penitencias, especial-
mente medicinales; y si además se
animaba á recibir con buena voluntad
alguna penitencia satisfactoria por los
pecados graves confesados, se la im-
pondría, sin obligarle á que declarase
los pecados. D e esta manera se con
cilian de algún modo las dos opiniones.
2252. P. E l penitente que cum
plió la penitencia en pecado mortal,
¿debe repetirla?
R. San L i g o r i o trata esta cuestión
en el lib. 6, números 522 y 523; y
después de referir las diversas opmio
nes que hay sobre esta materia, con-
cluye diciendo que la opinión más
común y más probable afirma que el
penitencia aun cuando esté en pecado
mortal: «etiamsi habeat actualem affec-
tum ad peccatum mortale; quia ad adi.n-
plendum praeceptum satisfactionis
sufficit poneré opus p aecepti , licet
r
praecepti finis non obtineatur. Res
pondetur autem ad textum D i v i T h o
mas; quod ibi Sanctus Doctor non lo
quitur de adimpletione satisfactionis
injunctae, sed tantum de ejus mérito,
quod non potest haberi sine chari-
tate.»
San L i g o r i o alude á lo que dice
Santo T o m á s en el Suplemento de
la 3. ' p., q. 14, art. 2, donde el A n -
a manet corporis debilitatio, et ex elee-
gélico pregunta: « U t r u m quis extra
charitatem existens possit satisfacere
de peccatis ante contritis?» y responde
que no; porque si bien las culpas están
perdonadas quoad reatum pcenez esterna,
mas si el hombre vuelve á caer en pe-
cado mortal, la pena temporal que
quedó de las culpas perdonadas no se
DE LA PENITENCIA. 505
remite por las obras buenas satisfac-
torias que el hombre haga después
estando en pecado mortal, porque,
como es enemigo de D i o s , el Señor
no las acepta; «et ideo (concluye el
Santo Doctor) sine charitate opera
facta, non sunt satisfactoria.» E n esto
convienen todos los teólogos; y Santo
T o m á s no trataba en este lugar de la
cuestión presente, esto es, de si cum-
plía la penitencia impuesta el que la
ejecutaba estando en pecado mortal.
E n el artículo siguiente pregunta
el Santo si la satisfacción que se hizo
por el que estaba en pecado mortal
revive cuando el hombre se pone en
gracia. Después de probar que no
revive, Santo T o m á s plantea in ter-
minis la cuestión presente en el argu-
mento tercero que se opone á sí mis-
mo, del modo siguiente: «Si alicui
pro peccatis commissis injuncta fue-
rint jtjunia, « e t in peccatum cadens
»ea perfecerit, non injungitur, cum
»iterum c o n f i t t t u r , ut jejunia illa
»iteret.» Injungeretur autem, ei, si
per ea satisfactio non impleretur. E r g o
per pcenitentiam sequentem opera
praecedentia satisfaciendi efficaciam
accipiunt.»
Si Santo T o m á s hubiera pensado
como dicen San L i g o r i o y Scavini,
hubiera respondido que, aunque no
merecía, por estar en pecado mortal,
pero que cumplía la satisfacción sa-
cramental. Pues bien; oigamos la res-
puesta literal que da el Santo á su ar-
gumento : (i A d tertium dicendum,
quod aliquez satisfactiones sunt ex
quibus manet aliquis effectus in satis-
facientibus, etiam postquam actus sa-
tisfactionis transiit: sicut ex jejunio
mosynarum largitione substantise di-
minutio, et sic de similibus. E t tales
satisfactiones in peccatis factez non
oportet quod iterentur; quia quantum
ad hoc quod de eis manet, per pceni-
tentiam Deoacceptae sunt (no porque
revivan, sino porque el hombre puesto
en gracia ofrece á Dios la debilidad
506 LIBRO VI. TRATADO
causada por el ayuno y la diminución
de intereses causada por la limosna):
«satisfactiones autem (nótese bien)
«qua? non relinquuntaliquem effectum
»in satisfaciente, postquam actus
»transiit, oportet quod iterentur, sicut
»est de oratione et similibus. Actus
»autem interior, quia totaliter transit,
«nidio modo vivificatur, sed oportet
«quod iteretur.» E n estas palabras se
ve claramente que Santo T o m á s no
dijo absolutamente que las penitencias
cumplidas en pecado mortal no se de-
bían repetir cuando el penitente se
ponía en gracia; antes bien afirma ex-
presamente que se debían repetir
aquéllas «quae non relinquunt aliquem
effectum in satisfaciente,» c o m o la
recitación de algunas oraciones, que
no deja después de sí efecto alguno
en el que la practicó.
Diré mi humilde parecer: tengo por
más probable la sentencia de Santo
T o m á s , especulativamente hablando;
pero como los penitentes con la mejor
buena fe creen comunmente que, aun
cuando estén en pecado mortal, cum-
plen la penitencia ejecutando lo que
el confesor les manda, y los confeso-
res generalmente tan sólo pregunta-
mos si la cumplieron, sin inquirir si
estaban ó no en gracia, de aquí es
que, en la práctica, todos seguimos la
opinión de San L i g o r i o . Añádese á
esto que la gravedad de la penitencia
depende también de la intención del
confesor que la impuso; y no parece
que éste exige en el día, á lo menos
sub gravi, que se cumpla en estado
de gracia. E l que quisiera hoy em-
prender otro camino, exigiendo que se
repitiese la penitencia cumplida en
pecado mortal, turbaría á los peniten-
tes, inquietaría su conciencia, y se
expondría á la crítica si el penitente
lo divulgaba ó consultaba con otros
confesores. Dije sub gravi, porque San
L i g o r i o afirma que peca venialmente
el que cumple la penitencia sabiendo
que está en pecado mortal; «quia po-
neret obicem effectui partiali Sacra-
V.
menti,» esto es, á la satisfacción ex
opere operato por la pena temporal que
suele quedar de las culpas absueltas
en la confesión.
2253. P. ¿ Puede una persona
cumplir la penitencia por medio de
otra?
R. i . ° Si se trata de la restitución
de una deuda, bien puede el acreedor
perdonarla. Si el penitente debe apli-
car algunas Misas ó indemnizar algún
daño por vía de restitución, quedaría
libre si el confesor ú otro sacerdote se
le ofreciese á aplicarlas sin limosna,
y lo mismo otro cualquiera que se
comprometiese á indemnizar el daño;
con tal que el penitente tuviese pru-
dente fundamento para creer que
cumplirían lo que prometían.
2 . ° Cuando hay justa causa, pue-
de el confesor permitir al penitente
que encargue á otro el cumplimiento
de la penitencia satisfactoria; porque,
como dice Santo T o m á s : aunque
uno no puede merecer por otro, puede
sati;Tacer; 2 . , porque el que pide á
0
otro por favor que satisfaga en su
nombre, por la humillación de supli-
cárselo, satisface también.
3.0
E l penitente, cuando se trata
de penitencias personales satisfacto-
rias, como ayunos, confesiones, ora-
ciones ó cosas semejantes, no puede,
sin licencia de su confesor, encargar
á otro que las cumpla. H e aquí la
proposición condenada por A l e j a n -
dro V I I : «Pcenitens propria auctori-
tate substituere alium potest, qui loco
ipsius pcenitentiam adimpleat » ( E s
la 1 5 . ) Si el confesor se lo permite,
puede, porque, como se ha dicho, en
el hecho de humillarse á pedir este
favor, satisface en parte; y además,
el confesor, que es el juez en este Sa-
cramento, le autoiizó para hacerlo.
2254. P. ¿ H a y obligación de
cumplir la penitencia antes de co-
mulgai ?
R. Aunque es laudable si la peni-
tencia es pequeña, pero no hay tal
obligación si el confesor no lo manda.
DEL SACRAMENTO
Alejandre V I I I , en 7 de Diciembre
de 1690, condenó la siguiente propo
sición: «01 diñen prcemittendi satisfa
clioncm absolutioni induxit non politia
aut institutio Ecclesia?, sed ipsa Christi
lex et ptaescriptio, natura rei idipsum
quodammodo dictante.» ( E s la 16.)
Y condenó también la siguiente pro-
posición (es la 2 2 ) : «Sacrilegi sunt
judicandi, qui jus ad communionem
percipiendam praetendunt antequam
condignam de delictis suis pceniten-
tiam egerint.» Es verdad que, como
muy bien dice Dens, y lo hacen los
confesores prudentes, cuando el pe-
nitente no está todavía dispuesto para
la absolución, se le puede exhortar á
un acto de contrición perfecta, impo-
niéndole alguna penitencia medicinal
y satisfactoria, y así se va disponien-
do para la absolución. E l confesor
ha de tener en cuenta la penitencia
que el penitente cumplió antes de re-
cibir la absolución, para ponerle m e -
nor penitencia cuando después le ab-
suelva.
2255. P. L o s que, sin acordarse
de que se lo habían mandado de p e -
nitencia, practicasen lo que se les
había impuesto, ¿cumpliiían con la
peritencia?
R. San L i g o r i o tiene por probable
que, en el hecho de aceptar la peni-
tencia, si el penitente ejecuta aquella
obra olvidado de que se le impuso por
el confesor, cumple la penitencia
(Homo apost., tract. X V I , núm. 58).
L a razón e s , « quod pcenitens in
acceptando pcenitentiam utique ani-
mum eam adimplendi habet; unde
quoties ille ponit opus injunctum,
saltem ponit id ex intentione habitúa-
li habita et non retractata pcenitentiae
saiisfaciendi.» San L i g o r i o añade:
« E t in hoc, cur non suflicit intentio
habitualis, cum hab'tualis sufficit
ad suscipiendum qucdl bet Sacramen-
tum?» En esto último (quodltbet Sa-
cramentum) creo que San L i g o r i o pa-
deció una distracción; porque el San-
to, en el lib. 6, núm. 8 1 , dice recta-
DE LA PENITENCIA. 507
mente que para recibir Sacramentos
«sufficere (intentionem) habitualem,
id est, aliquando habitam et non re-
tractatam...; et hoc procedit in ómni-
bus Sacramentis, prezter pcenitentiam
et matrimonium.11 Después, en el nú-
mero siguiente, prueba que en el sa-
cramento de la Penitencia y en el del
Matrimonio, el que los recibe debe
tener necesariamente intención actual
ó virtual; que no basta tampoco la
intención habitual en Ja penitencia,
«cum ibi requirantur pro materia actus
pcenitentis, qui non possunt quidem
haberi sine volúntate saltem virtuali
recipiendi Sacramentum.» Q a e no
basta tampoco la intención habitual
en el matrimonio, porque vcum uier-
que conjux non selum sit suscipiens, sed
cti.xm miniiter Sacramenti, in singulis
eorum certe requiritur intentio qua-
lis in minislris aliorum Sacramento-
rum exigitur, ut díximus in n ú m e -
ros 16 et 18» (del mismo lib. 6). En
el núm. 16 el Santo prueba, con la
común de los doctores, que la inten-
ción habitual no basta j a m á s en el
ministro, porque ésta puede haberla
en los dormidos: «et hujusmodi in-
tentiones non faciunt ut actio sit eli-
cita humano modo, ut requiritur in
ministro, a quo procedunt Sacramen-
ta tanquam a causa operante.»
2256. P. Si al penitente se le
impusieron algunas oraciones de pe-
nitencia, ¿podra cumplirlas mientras
oye una Misa de precepto?
R. Si el confesor no dispuso expre-
samente otra cosa, se puede, v . gr.,
rezar un rosario de penitencia, mien-
tras se cumple con el precepto de la
Misa en un día festivo, porque no son
incompatibles los dos preceptos, dice
San L i g o r i o , con la sentencia comuní-
sima {Homo apostólicas, tract. X V I ,
núm. 57); del mismo modo que, mien-
tras se oye la Misa de precepto, se
puede cumplir el precepto del rezo del
Oficio divino.

5o8 LIBRO VI. TRATADO
ARTÍCULO III
De la satisfacción que se imponía anti-
guamente á los penitentes, según los
cánones penitenciales.
2257. Aunque los cánones peni-
tenciales no tienen hoy fuerza de obli-
gar, porque desde el siglo I V en el
Oriente, y desde el siglo V I I en el
Occidente, cayeron en desuso, pero
San Antonino en el siglo X V , el Cate-
cismo R o m a n o y San Carlos B o r r o -
meo en el siglo X V I , recomendaron á
los confesores (y per consiguiente á los
predicadores) que manifiesten á los
fieles algunas de las severísimas pe-
nitencias más comunes que la Iglesia
imponía á algunos pecados: para
que reciban con buena voluntad l a a
moderadas penitencias que hoy i m p o -
nen los confesores; 2 . , para que ten-
0
gan horror á cieitos pecados y se per-
suadan de su gran malicia, al ver las
terribles penas con que la Iglesia
(Madre benigna) los castigaba en esta
vida. Por lo tanto, siguiendo el ejem-
plo de San L i g o r i o (iib. 6, núm. 530)
y de Scavini (tomo 3, núm. 5 2 5 ) , voy
á poner aquí, al fin de la satisfacción
sacramental, los más principales cá-
nones penitenciales, siguiendo el o r -
den de los preceptos del Decálogo;
transcribiéndolos de San L i g o r i o en
el lugar citado.
2258. «Circa primum prceceptum.
1. Qui a fide desciverit, pcenitentiam
aget annis decem.— 2. Qui auguriis
et divinationibus servierit, quive in-
cautationes diabólicas fecerit, pceni-
tens erit annis s e p t e m . — 3 . R e s c i -
piens furta in astrolabio, pcenitens
erit annis duobus.—4. Si quis ligatu-
ras aut fascinationes fecerit, pceni ens
erit dúos a n n o s . — 5 . Qui magos con-
suluerit, in pcenitentia erit annos
quinqué.
o Circa secundum prceceptum. 1. Qui-
cumque sciens pejeraverit, 40 dies in
pane et aqua, et septem sequentes
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 509
V.
decim a n n i s . — 2 . Si quis patrem aut filiam suam spiritualem, quam, scili-
annos pceniteat, et nunquam sit sine
matrem, fratrem aut sororem occide- cet, baptizavit, vel quas sibi confessa
pcenitentia; et nunquam in testimo-
rit, toto vitas suas tempore non susci- fuit, debet pcenitentiam agere duode-
nium recipiatur, et post hasc commu-
piat corpus Domini nisi in obitu, ab- cim annos. E t si crimen sit manifes-
nionem percipiat.—2. Qui perjurium
stineat a carne et vino dum vixerit, tum, debet deponi, et peregrinando
in ecclesia fecerit, pcenitentiam agat
jejunet secunda et quarta et sexta fe- duodecim annos pceniteat, et postea
annos d e c e m . — . Si quis Deum vel
3
r i a . — 3 . Si quis hominem occiderit, monasterium intret, tota vita sua mo-
Beatam V i r g i n e m , vel aliquem San-
ad januam ecclesias semper erit, et raturus ibidem.—9. P r o adulterio sep-
ctum publice blasphemaverit, p r o fori-
in obitu communionem recipiet.— tennii et decennii pcenitentia imponi-
bus ecclesias diebus dominicis septem
4. Qui homicidii auctor fuit ob consi- tur. Pro ósculo seu amplexu impúdi-
in manifestó, dum Missarum s o l e m -
lium quod dedit, pcenitentiam aget co, triginta dierum pcenitentia sta-
nia aguntur, stet, ultimoque ex illis
quadraginta dies in pane et aqua, cum tuitur.
die sine pallio et calceamentis, liga-
septem sequentibus a n n i s . — 5 . Si qua íiCircas eptimum prceceptum.—1. Si
tus corrigia circa collum; septemque
mulier sponte abortum fecerit, pceni- quis furtum de re minori fecerit, pce-
prsecederitibus feriis sexlis in pane et
tentiam aget annos tres; si nolens, nitentiam aget annum u n u m . — 2 . Qui
aquajejunet, ecelesiam nullo modo
quadragesimas t r e s . — 6 . Qui nolens furatus est aliquid de ecclesias supel-
ingressurus. Singulis j a m illis septem
filium oppresserit, pcenitentiam aget lectili vel thesauro, vel pecuniam
diebus dominicis tres aut dúos aut
dies quadraginta in pane et aqua, ole- ecelesiastieam, oblationesve ecclesias
unum pauperem pascat, si potest;
ribus aut leguminibus; abstinebii ab factas, pcenitens erit annos s e p t e m . —
alioquin alia pcenitentia afficiatur.
uxore dies totidem. Deinde pcenitens 3. Qui decimam sibi retinuerit, aut
Recusanti ecelesiae ingressus interdi-
erit tres annos per legitimas ferias; daré neglexerit, quadruplum restituet,
catur, et in obitu ecelesiastica careat
tres prasterea quadragesimas in anno et pcenitentiam aget dies viginti pane
sepultura.— 4. Qui votum simplex
observabit.—7. Qui sceleris ocultandi et aqua.—4. Qui usuras accipit, rapi-
violaverit, pceniteat tribus annis.
causa filium necavit, pcenitentiam nam facit, pcenitentiam aget annis
iiCirca tertium prceceplum. 1. Qui
aget annos d e c e m . — S . Si quis per tribus, uno in pane et aqua.
opus aliquod servile die dominico fes-
iram subitam aut per rixam hominem f>Girca oct.ivum prceceptum. 1. Qui
tove fecerit, pcenitentiam aget tres
necarit, pcenitentiam aget annos tres. falso testimonio consenserit, pceni-
dies in pane et a q u a . — 2 . Si quis je-
9. Si quis aliquem vulneraverit, vel tens erit annos q u i n q u é . — 2 . Falsa-
junia a S. Ecclesia indicta violaverit,
ei aliquod msmbrum prasciderit, pce- rius in pane et aqua pcenitentiam agat
pcenitentiam aget dies viginti in pane
nitentiam aget unum annum per le- quamdiu v i v i t . — 3 . Si quis de próxi-
et aqua.—3. Qui in Q uadragesima j e -
gitimas ferias.—10. Si quis ictum mo detraxerit, pcenitens erit dies sep-
junium violaverit, pro uno die pceni-
próximo dederit nec nocuerit, tridui tem in pane et aqua.
tentiam aget dies septem.—4. In
pcenitentiam aget in pane et aqua. »Circa nonum et decimam prceceptum.
Quadragesima carne sine inevitabili
tCirca sextuui prceceptum. 1. Si lai- 1. R e m alienam nefarie concupiscens,
necessitate vescens, in Pascha non
cus solutus cum fcemina soluta con- avarusque, pcenitens erit tribus annis.
communicet ; ac prasterea a carne
cubuerit, pcenitens erit tres a n n o s . — 2. Si quis concupiscit fornicari, si
abstineat.
2. Qui turpiloquio, aspectuque pollui- Episcopus, pcenitens erit annos sep-
»Circa quartum prceceptum. 1. Oui
tur negligens, pcenitentiam aget vi- tem: si presbyter, quinqué: si diaco-
parentibus maledixerit, quadraginta
ginti dies.—3. Qui cum uxore sua nus, vel monachus, tres: si clericus,
dies pcenitens sit in pane et aqua.—
turpiter concubuerit, pcenitens erit aut laicus, annos dúos.
2. Qui parentes injuria affecerit, tres
quadraginta dies.—4. Qui cum dua-
annos.—-3. Qui percusserit , annos
bus sororibus fornicatus fuerit, aut ARTÍCULO IV
septem.—4. Si quis contra Episco-
filiam spiritualem violaverit, perpe-
pum, pastorem et patrem suum in- De la satisfacción por medio de las
tuam pcenitentiam a g e t . — 5 . Qui in-
surrexerit, in monasterio ómnibus
cestum fecerit (non ita enormem), indulgencias.
diebus vitas suas pcenitentiam aget. --
pcenitens erit duodecim annos. —
5. Si quis Episcopi aut ministrorum
6. Qui monialem violaverit, pcenitens C o m o las indulgencias tienen tanta
ejus, vel parochi sui prascepta c o n -
sit annos d e c e m . — 7 . Si qua mulier virtud ex opere operato para satisfacer
tempseiit vel irriserit, pcenitentiam
cerussa, aliove pigmento ss oblinit, ut á Dios por las penas que ordinaria-
aget dies quadraginta in pane et aqua.
alus viris placeat, pcenitentiam aget mente quedan después de perdonada
iiCirca quintum prceceptum. 1. Qui
annos t r e s . — 8 . Si presbyter cognovit la culpa, y como los confesores pue-
presbyterum occiderit, pceniteat duo-
 LIBRO VI. TRATADO
den valerse de este m e d i o , poniendo
por satisfacción á los penitentes algu -
na obra piadosa á la que estén conce-
didas indulgencias, rectamente trata
San L i g o r i o de las indulgencias al fin
de la satisfacción sacramental ( l i b . 6,
desde el núm. 5 3 1 ) . H a y muchos li-
bros escritos sobre las indulgencias, y
á ellos me remito: aquí tan sólo toca-
ré las cosas más piincipales, cuya no-
ticia conviene á todos los confesores y
predicadores.
P. ¿Cómo se define la indulgencia?
R. « Remissio pcenas temporalis,
peccatis actualibus j a m remissisquoad
culpam debitas, extra sacramentum
Pcenitentise facta ab eis qui habent
potestatem thesaurum Ecclesias spiri-
tualem dispensandi.»
2259. L a indulgencia se divide:
i.° E n plenaria y parcial. L a ple-
naria es la que perdona toda la pena
que debe aquel á quien fueron remi-
tidos sus pecados en cuanto á la cul-
pa; de modo que el que gana perfecta-
mente una indulgencia plenaria, si
muriese entonces, su alma entraría
en el cielo sin pasar por el Purgatorio.
L a parcial no perdona toda la pena,
sino una parte, mayor ó menor según
sea la indulgencia.
2.° L a indulgencia se divide en
perpetua y temporal. E s perpetua la
que se concede sin limitación de tiem-
po. N o es preciso que el concedente
diga: para siempre; basta que la con-
ceda indefinidamente; v. g r . : «Concedo
cuarenta días de indulgencia al que
rece una Salve delante de esta ima-
gen.» Esta dura mientras no manifieste
su revocación el que la concedió, ú
otro que pueda revocarla. L a temporal
es la que se concede por tiempo deter-
minado, v. g r . : durante la celebración
de un Concilio, ó durante una epide-
mia, etc.
2260. 0
3 . Se divide la indulgen-
cia en local, real y personal. Es local
la que se concede á un lugar determi-
nado, como capilla, iglesia; la dual,
si se concede indefinidamente, dura
V.
mientras conserve sustancialmente su
forma la cosa á la que se concedió.
Real es la que se concede á un rosario,
corona, medalla, etc. Esta conserva
las indulgencias mientras no pierda
la forma. Un rosario, aunque se rom-
pa por una parte ó se rompa algún
grano, no pierde la bendición ni las
indulgencia?; pero, si se rompa en dos
pedazos, pierde la bendición. L o s r o -
sarios, cruces, crucifijos y medallas
que tienen las indulgencias de Santa
B r í g i d a , y tienen la bendición del
Papa ó de un delegado por concesión
de Su Santidad, cuando la persona á
l a q u e se adjudicaron definitivamente
los dona á otra, ó los vende, pierden
las indulgencias. Esta condición se ha
puesto para que las cosas á que se
concedieron indulgencias por la ben-
dición apostólica se tengan en mayor
aprecio. Personal es la que se concede
á los cofrades de alguna hermandad,
á los religiosos de alguna Orden, ó á
alguna persona en particular; co no el
privilegio personal de altar privile-
giado.
* L a s indulgencias en las coronas
y rosarios están ligada? á los granos
de tal suerte, que aunque el cordón ó
la corona se rompa voluntaria ó in-
voluntariamente, no se pierden las
indulgencias , por más que todos los
granos se separen y mezclen. Bsren-
gar, Les indulgences, Paris, 1S93, obra
aprobada por la Sagrada Congrega-
ción, 15 de Abrii de 1890 (MacH., 12
edición, núm. 5 1 1 , pág. 765.) T a m -
poco pierden la bsndición «si globuli
quatuor vel quinqué deperduntur, si
amico prsestantur seu commodantur
ad coronam simpliciter recitandam,
non vero ad indulgentias lticrandas.
U t enim pereant indulgentias coronis
aliisque rebus mobilibus affixas, requi-
ritur finis dandi vel prasstandi pro
communicatione indulgentiarum, si-
cuti expresse legitur in Elencho Indul-
gentiarum typis impresso et a Stcra
Congregatione approbato.» (S. C, I . 10
Januar. 1839). L o s rosaiios benditos
DEL SACRAMENTO
pierden las indulgencias en los casos
siguientes : si alicui donantur , vel
quoties non dantur immediate vel me-
díate a persona facultatem habcnte
eas distribuendi; morte domini, quia
indulgentias non transeunt personam
prioris d o m i n i ; si amico prasstantur
seu commodantur eo fine, ut indul-
gentias lucretur: A n , qui emit cruces,
numismata, e t c . , ut ea distribuat,
postquam benedicta fueiint cum ap-
plicatione indulgentiarum , possit ho-
rum petere pretium ab accipientibus
sine culpa vel sine periculo indul-
gentias amittendi? An amittantur tan-
tum, quando quis sibi eas res proprias
fecerit et usus fuerit cum intentione
lucrandi indulgentias?—Resp : N ; g a -
tíve ad primam partem; ad secundam,
non indi^ere responsione. ( S . C. I . 12
Febr. 1847). *
§ '-°
De la potestad de conceder indulgencias.
2261. L o s montañistas primero,
después los waldenses, wiclefitas, L u -
tero, Calvino, los jansenistas y los
incrédulos modernos, se burlan de las
indulgencias; pero es dogma de fe:
i . ° , que las indulgencias son m:ty
saludables al pueblo cristiano; 2. , que
0
la Iglesia tiene pottstad para conce-
der indulgencias.. He aquí el decreto
dogmático del T i i l e n t i n o : «Cum po-
testas conferendi indulgentias a Chris-
to EcclesicB concessa sit, atque hujus-
modi potestate divinitus sibi tradita
antiquissimis etiam temporibus illa
usa fuerit, Sacrosancta Synodus in-
dulgentiarum usum christiano populo
máxime salutarem, et S icrorum Con-
ciliorum auctoritate probatum , in
Ecclesia retiuendum esse doc:t et piasci-
pit, eosque anathemate damnat, qui
aut inútiles esse asserunt, vel eas con-
cedendi in Ecclesia potestatem esse
negant.» (Sess. 25, Decretnm de indul-
genliis.)
2 2 6 2 . P. ¿De dónde provienen
DE LA PENITENCIA. 5 1 1
las indulgencias que los Prelados con-
ceden á los fieles?
R. Del tesoro de la Iglesia, esto es,
de las infinitas satisfacciones de Cris-
to; porque bastando una sola gota de
su preciosísima sangre para satisfacer
por todos los pecados del mundo, de-
positó en la Iglesia el tesoro sobrante
inagotable de sus satisfacciones; tomó
también las obras satisfactorias de
María Santísima, que no las necesi-
taba la Señora, porque no tenía culpa
alguna; y , por último, del sobrante de
las satisfacciones de todos los bien-
aventurados, muchos de los cuales,
hiendo toda la vida muy santos, fue-
ron penitentísimos, y muchos millo-
nes de ellos sufrieron martirios p r o -
longados y dolorosísimos.
Machos herejes se burlaron de este
tesoro de la Iglesia; pero L e ó n X c o n -
denó las proposiciones impías de L u -
tero sobre este error; Gregorio X I I I ,
las de B a y o ; y lo mismo hizo Pío V I
en su bula Auctorem fida. W i g a n d t se
adelanta más, y dice que es de fe,
fundándose en la extravagante de
Clemente V I que comienza Unigéni-
tas: «Christum per effussionem s a n -
guinis sui infinitum Ecclesias militan-
ti thesaurum adquisivisse, et qui eo usi
sunt, Dei amici facti sunt, et dispen-
sandus est nunc pro totali, nunc pro
partiali remissione pivnx temporalis pro
peccatis debitas. Ad cujus quidem
thesauri cumulum Beatissimas Dei
Genitricis, et omnium electorum a
primo justo usque ad ultimum merita
adminiculum prasstare noscuntur . »
Donde se ve que las indulgencias no
perdonan culpas mortales ni veniales,
sino las penas de las culpas perdo-
nadas ( 1 ) .
Aquí se ha de notar que los méritos
(1) Sería una temeridad negar que exis-
te el tesoro de la Iglesia; pero aunque Wi-
gandt atírma que es de fe que existe, el
común de los teólogos no adelanta tanto;
porque la extravagante de Clemente V I ,
si hien lo afirma, pero no hay en ese lugar
definición dogmática.
 LIBRO VI. TRATADO
(propiamente hablando) de María San-
tísima y de los Santos no se nos apli-
can; porque el mérito finito es perso-
nal, y el operante no le puede aplicar
á otro, como enseñan los teólogos. Se
exceptúa Cristo, el cual con su pasión
y muerte, no sólo satisfizo sobreabun-
dantemente por todos los pecados del
género humano, sino que, como Ca-
beza, mereció para nosotros, miem-
bros suyos, el perdón de nuestros pe-
cados y la vida eterna; como lo prue-
ba Santo T o m á s en los cinco prime-
ros artículos de la q. 49 de la 3 . a España es cosa corriente que los Arzo-
parte.
2263. P. ¿Quiénes pueden con-
ceder indulgencias?
R. C o m o las indulgencias aplican
los bienes comunes de la Iglesia, tan
sólo puede conceder indulgencias el
que actualmente es Prelado de la I g l e -
sia, dice Santo T o m á s ; y de aquí in-
fiere el Santo, á quien siguieron co-
munmente los teólogos: i . ° Que el
Papa, como tiene la plenitud de la po-
testad pontifical en toda la Iglesia
«quasi rex in regno, ideo potestas fa-
ciendi indulgentias plene residet in
Papa; quia potest faceré indulgentias,
prout vult, causa tamen existente le-
gitima. Sed Episcopi assumuntur in
partem sollicitudinis, quasi judices
singulis civitatibus praepositi. E t ideo
potestas faciendi indulgentias in Epis-
copis est taxata secundum ordinationem
Papce: et possunt faceré secundum
quod est eis taxatum, etnon amplias.»
(Supplem. 3. p., q. 26, art. 3.)
a3
D e aquí es: i . ° Que los Obispos no
pueden conceder indulgencias plena-
rias jure ordinario, porque les está
prohibido: solamente pueden conce-
der el número de indulgencias plena-
rias que el Papa les dispensa en su
consagración ó después.
2 2 6 4 . 2.° L o s Obispos, por dis-
posición del Concilio Lateranense I V ,
tan sólo pueden, por derecho ordina-
rio, conceder cuarenta días de indul-
gencia perpetua á sus subditos por
cualquier causa legítima, a u n cuando
V. DEL SACRAMENTO
éstos se hallen fuera de su diócesis; partibus infidelium, no puede conceder
porque esta jurisdicción no es conten- indulgencias; porque, como dice Bou-
ciosa, y así e n nada ofende al Obispo vier, caret jurisdictione; y carece de
de la diócesis extraña. E n la dedica- jurisdicción porque no tiene s u b -
ción de una iglesia de su diócesis, el ditos.
Lateranense I V da al Obispo la facul- E n cuanto á los vicarios generales,
tad de conceder un año de indulgen- aunque algunos canonistas Íes atribu-
cia (relat. in 6, De Pcenit., cap. Ro- yen la facultad de conceder cuarenta
mana fin., 1. v, t. x ) . días de indulgencia, en el día no se
3. 0
L o s Arzobispos, Patriarcas y puede seguir esta opinión; porque,
Primados, según Scavini (tomo 3, como dice Benedicto X I V (De Synodo
núm. 349), no pueden conceder sino Dicecesana, lib. 2, cap. 9, núm. 7), la
cuarenta días de indulgencia; pero en Sagrada Congregación del Concilio,
preguntada sobre si el vicario capitu-
bispos pueden conceder en su dióce- lar podía conceder indulgencias, res-
sis (1) ochenta días de indulgencia. pondió: Vicarias capitularis se absti-
L o s Cardenales, por costumbre legí- neat. Por lo tanto, dice Benedicto X I V ,
tima, pueden conceder cien días de si bien la Sagrada Congregación no
indulgencia t n la iglesia de la cual decidió la cuestión en el terreno es-
son Obispos; y a u n cuando no sean peculativo, prohibió que los vicarios
realmente Obispos, pueden conceder
capitulares concediesen indulgencias.
los cien días de indulgencia en las
Ni los Generales de las Ordenes
iglesias de sus títulos (cap. Nostro, de
religiosas, ni los párrocos, ni los vi-
pcenit. et remiss.); si bien esto se les
carios foráneos pueden conceder in-
concede, dice Bouvier, que lo pueden
dulgencias, á no ser que éstos ú otros
hacer «festis solemnibus, quando di-
ministros tengan facultad delegada;
vinis officiis assistunt.»
porque es indudable que el que tiene
L o s Legados a latere pueden conce- potestad ordinaria de conceder indul-
der siete años y siete cuarentenas de gencias, puede delegar en otro esa fa-
perdón en el territorio de su jurisdic- cultad , aunque el delegado no sea
ción. L o s Nuncios de Su Santidad sacerdote, porque no se trata de acto
pueden conceder en el territorio de su de orden, como dice Santo T o m á s (in
nunciatura apostólica, dice Gury ( t o - Supplem. 3 . p., q. 26, art. 2).
a Bouvier, en el lugar citado, art, 7.
mo 2, núm. 143), «100 vel 200 aut Cuando se conceden indulgencias
300 dierum, sed minus quam unius por tiempo determinado (por ejemplo,
anni, subditis suis.»
por siete a ñ o s ) , el tiempo no se co-
A d e m á s , como la concesión de in-
mienza á contar desde el día de la pu-
dulgencias no pertenece á la potestad blicación del rescripto , sino desde la
de orden, sino á la potestad de juris- fecha en que el rescripto se dio en
dicción, el Obispo electo y confirmado Roma. Cuando la concesión de las
canónicamente puede conceder indul- indulgencias es perpetua, ó lo que es
gencias, a u n cuando no esté consa- lo mismo, por tiempo indeterminado,
grado. Por el contrario, el Obispo con- no expiran con la muerte del que las
sagrado, pero que es dimisionario ó concedió: «quia gratia non expirat
tan sólo tiene el título de Obispo in morte concedentis;» ó, como dice la
regla 16 in 6: « D e c e t concessum b e -
neficium esse mansurum.»
(1) C u a n d o el O b i s p o c o n c e d e i n d u l -
2265. E n cuanto al Concilio g e -
g e n c i a s á u n a i m a g e n de u n a iglesia de su
d i ó c e s i s , es c o s a c o r r i e n t e q u e las p u e d e n neral, es más probable que, secluso
g a n a r los f o r a s t e r o s q u e v i e n e n de otra Pontífice, no puede conceder indul-
d i ó c e s i s . ( B o u v i e r , l u g a r c i t a d o , art. 2.) gencia plenaria, como puede verse en
TOMO II.
DE LA PENITENCIA. 513
Silvio (art. 2 de la q. 26, del Suple-
mento á la 3 . parte). E l Concilio de
a
Basilea, que la concedió, no tiene au-
toridad alguna.
D e las c o n d i c i o n e s n e c e s a r i a s p a r a g a n a r
las indulgencias.
2266. Varias son las condiciones
necesarias para ganar las indulgen-
cias :
1. a
Si la indulgencia exige que el
que la ha de ganar debe formar inten-
ción de alguna cosa determinada,
v. gr., de orar por la paz, etc., en
este caso es cierto que para ganar las
indulgencias se necesita tener i n t e n -
ción actual ó virtual de ganarlas; pero
cuando la concesión tan sólo dice, por
ejemplo: «el que rece una parte de
rosario, gana tantas indulgencias; y
sí el rosario está bendito, gana ade-
más tantas,» en este caso hay dos
opiniones: L u g o , L a Croix y otros
dicen que basta poner la obra, que es
lo único que exige el que la concede.
Billuart y otros dicen que es preciso
que haya intención actual ó virtual:
«nam repugnat illum lucrari indul-
gentiam, quam non intendit,» dice
Comunmente dicen estos autores que
la intención virtual para ganar las
indulgencias dura todo un día, y que
basta hacerla una vez en la mañana.
T e n g o por mucho más probable la
primera opinión de L u g o ; porque,
como dicen Calzada, Erins, Porres,
Diana, Barufaldo y W i g a n d t (tracta-
tus X I V , exam. 3, De indulgentiis,
núm. 95:
i.° E l que concede la indulgen-
cia, tan sólo pide que se ponga la
obra que señala.
2. 0
« S i unus justus ( y esta razón
es muy poderosa) alteri etiam igno-
ranti suas satisfactiones applicare po-
test, etiam snmmus Ecclesice Pastor po-
terit homini ignoranti, a sensibus alieno,
33
514 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 515
jamjam morituro, thesaurum E c c l e - terminada, aunque éste ignore la i n - art. 2, núm. i o , donde dice: « E p i s - puede ganar para las almas del P u r -
siae applicare.» dulgencia que se le concede. copi possunt concederé indulgentias gatorio esta clase de indulgencias,
Sin embargo , en la práctica llevo 2268. 2 . Que el que ha de ga-
a
pro suis tantum subditis , licet extra cuando el que las concede no exige
para mí y aconsejo á otros la segunda nar las indulgencias esté bautizado; dicecesim existentibus, et tantum per comunión, ni confesión, ni que estén
opinión; porque, en materia de indul- porque el no bautizado no es subdito modum absolutionis, adeoque solis vi- contritos los que las ganen para las
gencias, el efecto de ellas no depende de la Iglesia. H a y , no obstante, gra- vis.» N o obstante, es cierto que á los ánimas; como no lo exigen las indul-
de la opinión más ó menos probable ves autores que opinan que se pueden religiosos y á los lugares exentos de gencias de la Bula de la Cruzada en
de los particulares, sino de lo que aplicar por los catecúmenos que están la jurisdicción episcopal pueden apro- los días en que se saca ánima, ó,
realmente exige el que las concede. en gracia. Me parece más probable vechar las indulgencias del Obispo aunque no se saque, se pueden visi-
2267. Cuando el que concede la que no se puede, porque no hay ju- de aquella diócesis, como lo prueba tar cinco altares.
indulgencia ó jubileo dice que se pida risdicción sobre ellos. Ferraris (núm. 11), con la opinión San L i g o r i o , siguiendo á L u g o y á
por la paz y concordia entre los prín- 3.a
Que esté en gracia, si es que comunísima. T a m b i é n dice (núm. 12) W i g a n d t , tiene generalmente por cier-
cipes cristianos, victoria, etc., es doc- ha de ganar para si la indulgencia; y que es opinión comunísima que el to (verior) que el que está en pecado
trina corriente que basta pedir por la si se aplica por otro, éste debe estar Obispo puede delegar en un clérigo la mortal no puede ganar indulgencias
intención del que la concedió. en gracia; porque, como dice Santo facultad que tiene de conceder cada por los difuntos; y se funda en que
N o obstante que en la práctica es T o m á s , á quien comunmente siguie- vez cuarenta días de indulgencia; pero «nemo potest alteri applicare indul-
más segura la opinión anterior, no ron los teólogos: «Qui non est conse- que no puede delegarla en un lego, gentiam, nisi prius eam fecerit suam.»
convengo con el Sr. Sánchez, que en quutus operationem Dei in remissio- «cum laici jure humano removeantur ( L i b . 6, núm. 534.) Con la venia del
la Exposición de la Bula de la Cruzada, nem culpa?, non potest consequi re- a muneribus ecclesiasticis,» como Doctor San L i g o r i o digo que esta ra-
trat. I , núm. 13, pregunta: «Qua in- missionem pcenae a ministro Ecclesia; dicen Suárez , Bonacina , L a b o - zón no tiene lugar en el último caso;
tentione fieri debent opera prasscripta nec in indulgentiis, nec in foro pceni- rius, etc.; aunque Silvio afirma que el porque este principio de San L i g o r i o
ad indulgentias adipiscendas?» Y res- tentiali.» (In Supplem., 3 p., q. 27, Papa ex absoluta potestate puede dele- tiene fuerza cuando el que aplica la
ponde: «Certissimum est opera hasc art. i . ) garla en un lego. (In comment. Sup- indulgencia es principal agente, pero
inutilia prorsus esse, si materialiter 2269. P. ¿Puede ganar indul- plem., 3 . p., q. 26, art. 2.)
a
no cuando es mera causa instrumen-
sive absque ulla intentione indulgen- gencias en favor de las almas del Pur- 2.° L a indulgencia, aunque sea tal, que realmente no hace sino poner
tias lucrandi fiunt. Qui etenim indul- gatorio el que está en pecado mortal? aplicable á las ánimas del Purgatorio, la acción prescrita; pues entonces la
gentias concedit, vult ut, qui illas lu- R. Santo T o m á s afirma como doc- si se concede principalmente á los indulgencia pasa inmediatamente del
cran desideret, modo humano sive ra- trina corriente que, cuando el que vivos, me parece probable que no Papa á las ánimas del Purgatorio. H e
tionali operetur; et qui opera praescri- concedió la indulgencia autoriza al puede ganarla el que está en pecado aquí cómo responde B lluart á la
pta sine intentione indulgentias lu- que la gane para que pueda aplicarla mortal. N o para sí, y esto es induda- única razón que opone San Ligorio:
crandi exequitur, profecía modo huma- j por los difuntos, aprovecha á éstos; ble, como se ha dicho: no para las «Ñeque dicas, ipsum non posse i n -
no sive rationali non procedit. Necessum « n o n enim est aliqua ratio quare ánimas, porque como él no la puede dulgentiam alteri applicare nisi prius
est idcirco, ut non solum opera prae-1 Ecclesia transferre possit communia ganar primero, tampoco la puede dar eam faciat suam; facit enim eam
scripta peragat, sed illa quoque cum merita , quibus indulgentia; innitun- á otros. N o obstante, es probable la suam, non accipiendo ejus effectum,
debita intentione peragat.» Estas ase- tur, in vivos,et non in mortuos» (q.71, opinión contraria. sed potestatem eam alteri applicandi,
veraciones del Sr. Sánchez son exa- art. 10) ; pero sobre si será necesario 3.
0
Cuando la indulgencia se ad quod non requiritur status gratise,
geradas é inexactas; porque el que que esté en gracia el que las aplica, concede directamente para que se apli- sicut nec in concedente indulgen-
reza, por ejemplo, con devoción un se ha de notar: que por las ánimas del Purgatorio, tiam.» ( T r a c t . De censuris, diss. 3 de
Credo ante un Crucifijo, sin saber que i.° Para que el que gana indul- como sucede en los días en que se indulgentiis, art. 6, petes 5.)
están concedidas indulgencias por esa gencias pueda aplicarlas por las al - saca ánima, y cuando se suspenden Silvio dice que es probable que, si
oración, no por esto deja de orar modo mas del Purgatorio, es necesario que muchas indulgencias en tiempo de ju- el rescripto pontificio no expresa otra
humano, sive rationali; y así es falso se exprese en la concesión que lo pue- bileo, pero el Papa añade que las i n - cosa, no es necesario estar en gracia
que esta clase de obras sean ciertí- de hacer. De modo que el Obispo, si dulgencias suspendidas se pueden ga- para ganar indulgencias por las áni-
simamente prorsus inutilia, si materia- no tiene especial delegación del Papa, nar para las almas del Purgatorio; en mas del Purgatorio (comentario del
liter, etc.; porque si, como se ha di- no puede autorizar para que se apli- fin, cuando la concesión está conce- Suplemento de la 3 . p., q. 7 1 , ar-
a

cho, y es indudable, puedo yo aplicar quen por los difuntos los cuarenta bida en estos términos ú otros e q u i - tículo 10, conclus. 5. ). Bouvier dice
a

la satisfacción de una obra mía por días de indulgencia que puede conce- valentes: « E l que haga esto, gana así: «Probabilius est eam (indulgen-
otra persona que ignora mi aplica der á sus subditos. Véase á Silvio, tantas indulgencias para las almas tiam) applicari posse defunctis ab ho-
ción, no se ve por qué no ha de poder en el comentario del Suplemento de del Purgatorio;» en todos estos casos mine in statu peccati mortalis consti-
el Papa aplicar una indulgencia al que la 3 . p., q. 7 1 , art. 10, concl. 5. , y
a a
tengo por notablemente más proba- tuto: nam opera praescripta non sunt
practique devotamente una obra de- á Ferraris, en la palabra Indulgentia, ble que el que está en pecado mortal cama meritoria indulgentia, sed tantum
 LIBRO
condiiiones sub quibus conceditur...
Ita Navarrus, Suarez, Sylvius, Bona-
cina, Billuart et midti alii, contra paít-
eos, qui sestimant statum gratias esse
necessarium.» ( T o m o 3, De Pcenit.,
cap. 10, art. 6, hacia el fin.) C o m o
Bouvier opinan además Graff., Mo-
nacell., Félix Potestas, R a y n . , Henr.,
Diana, T r u l l . , Croix, R e g i n . , T o l e d o ,
Gabr., Portell, Palao y otros m u -
chos.
Por último, Santo T o m á s , en el
Suplemento de la 3 . p., q. 27, art. 3
a porque se presume ser ésta la in-
ad 2 . , disuelve la única razón de la
u m
opinión contraria en que se apoyaron
L u g o , San L i g o r i o y otros. H e aquí
las palabras del A n g é l i c o : «Si tamen
sic fieret indulgentia: «ille qui facit,
» v e l pro quo hoc fit, habet tantam in-
» d u l g e n t i a m , » valeret ei pro quo fit.
Nec tamen (nótese bien) iste qui facit
hoc opus, daret alteri indulgentiam,
sed ille qui indulgentiam sub tali forma
facit.» D e modo que el Angélico des-
truye la única razón de W i g a n d t y
San L i g o r i o : « n e m o potest alteri
applicare indulgentiam, nisi prius
eam fecerit suam;» porque en estos
casos, dice Santo T o m á s , practicada
la obra por el que aplica la indulgen-
cia, pasa inmediatamente la indulgen-
cia del Papa á las almas del Purgato-
r i o , sin que entre primero en posesión
de ella el que hace la obra. « N e c ta-
men iste qui facit hoc opus, daret al-
teri indulgentiam, sed ille qui indul-
gentiam sub tali forma facit,» dice el
Angélico.
M e he detenido algún tanto sobre
esta cuestión, porque además de la
probabilidad intrínseca y extrínseca
que tiene la opinión de N a v a r r o , Suá-
rez, etc., es también más piadosa. Si
los fieles que están en pecado mortal
se persuadiesen de que no ganaban
las indulgencias, ni sacaban ánima
en los días que dice la Bula de la
C r u z a d a , r.o visitarían los altares, ni
practicarían otras buenas obras que
los fieles hacen por el aliciente d é l a s
indulgencias para sccorrer á las a l -
VI. TRATADO V.
mas, especialmente de sus padres y
parientes difuntos.
L a cuarta condición es que se cum-
plan todas las obras que prescribe el
que concede la indulgencia. H a y al-
gunos autores que opinan que no se
gana la indulgencia si se omite una,
cosa levísima; pero otros, en mi con-
cepto con más fundamento, dicen que
si la cosa omitida es levísima, se
gana; v. gr.: si en una parte del ro-
sario se omitiese un Padrenuestro:
tención del concedente; quia de mini-
mis non curat prcetor; 2. , por parte de
0
la cosa prescrita: quia parum pro nihi-
lo reputatur. Otra cosa sería si la cosa
mandada que se omite fuese respecti-
vamente considerable; como si, pres-
cribiéndose cinco Padrenuestros y cinco
Ave Marías, se omitiese un Padre-
nuestro y una A v e María, ó se omi-
tiese una cosa que en sí es grave; come
si se concediese indulgencia plenaria
al que en un año ayunase treinta
viernes, no la ganaría el que tan sólo
ayunase veintinueve: y con esto se
da solución á los argumentos de
W i g a n d t , que lleva la opinión con-
traria. ( T r a c t . X I V , De indulgentiis,
exam. 3, núm. 93.)
2270. P. Si para ganar alguna
indulgencia se exige confesión, ¿es
siempre necesario hacerla?
R. 1° E s indudable que á los que
tienen la laudable costumbre de con-
fesarse cada semana, les basta la co-
munión para ganar las indulgencias
concedidas en los días de aquella se-
mana (indulto de 9 de Diciembre
de 1765 y decreto de la Sagrada Con-
gregación de Indulgencias de 15 de
Noviembre de 1841); pero el Papa
exceptúa la comunión del jubileo y de
las indulgencias que se conceden ad
instar jubilcui, porque en éstas siem-
pre ha de preceder la confesión del
día ó de la víspera. Aunque la indul-
gencia de totiesquoties déla Porciúncu-
la se llama jubileo, no lo es en rigor,
¡ y basta la confesión semanal en los
DEL SACRAMENTO DE L A
que tienen costumbre de confesarse
cada ocho días. Aquí advertiré de paso
(porque me consta que sobre este
punto hay equivocaciones) que en las
iglesias de los suprimidos conventos
de Franciscanos no se puede ganar la
indulgencia de la Porciúncula, si no
se obtiene un indulto particular de la
Santa Sede. Adviértase también que
Benedicto X I V , en 23 de Diciembre
de 1741, concedió que se pudiese g a -
nar la indulgencia de la Porciúncula
en las iglesias de las religiosas Claras
Franciscanas; y el erudito P. Calzada
prueba que este privilegio se extiende
también á las Capuchinas.
E n cuanto á los que no tienen cos-
tumbre de confesar cada semana,
Pío V I I , en 12 de Junio de 1822, con-
cedió que el que confesaba, por ejem-
plo, el domingo, podía ganar con la
sola comunión las indulgencias de
aquella semana, sin nueva confesión;
pero ( y esto nótese bien) este indulto
tenía la cláusula restrictiva de que no
podría ganarse con la sola comunión
la indulgencia sino en los parajes
donde hubiese escasez de confesores:
ubi adest inopia confessariorum.
El Sr. Sánchez, en su revista titu-
lada El Consultor de los Párrocos, n ú -
mero 28, de 7 de Noviembre de 1872,
dice que el P. Moran se equivocó en
afirmar que el que no tiene costum-
bre de confesar cada ocho días no
puede ganar con la sola comunión las
indulgencias concedidas dentro de
aquella semana: á esto responde el
P. Moran que no dijo con esa genera-
lidad que no se podían ganar con la
sola comunión las indulgencias de la
semana, sino que tan sólo las podían
ganar donde no hubiese copia de confe-
sor. Esta es la verdad, como consta
expresamente del decreto de Pío V I I ;
y Scavini, que en la edición de 1S47
y en la de 1855, tomo 2, pág. 277,
había dicho sin restricción que á los
que no tenían costumbre de confesar
cada ocho días les bastaba la c o m u -
nión en toda la semana que seguía á
PENITENCIA.
la confesión, tuvo que retractar esta
opiniónenlaedición de Milán de 1865;
pues en el tomo , núm. 396, dice
3
l así: « I m o decreto ejusdem Sacras
Congregationis, approbato a P i ó V I I
12 Junii 1822, permissum est, ut
confessio etiam pro alus sufficiat qui
singulis hebdomadis confiten non so-
lent, iis tamen in locis, ubi adest inopia
confessariorum, et quoad indulgentias
quas oceurrunt infra hebdomadam ab
ultima confessione. Ceterum, etsi re-
quiratur confessio, non obstante statu
gratias, non tamen requiritur de n e -
cessitate absolutio, prout declaravit
Sacra Congregatio Indulgentiarum 15
D e c e m b . 1841.»
L a resolución anterior se ha mira-
do como de tanto interés , que , ha-
biéndose suplicado por el obispo de
Verona que se concediese el privilegio,
á los que no tenían costumbre de con-
fesar cada semana , de que con una
confesión pudiesen ganar todas las
indulgencias de aquella semana con
sola la comunión, quitando la cláusu-
la restrictiva ubi adest inopia confessa -
riorum, la Sagrada Congregación r e s -
pondió: Non expediré , como puede
verse en el lugar citado de Scavi-
n i , pág. 305, nota 3 . H e querido
a
aclarar este punto para deshacer la
equivocación de El Consultor de los
Párrocos, que anda en manos de todos;
y aun el Sr. Sánchez deja esta cues-
tión irresoluta en la Exposición de la
Bula de la Cruzada (trat. I, punto 1,
núm. 17), donde si bien afirma que
el P. Moran cita un decreto en contra
de su opinión , su fecha 12 de Marzo
de 1855; pero como no expresa sus
palabras , los lectores han de creer
más bien lo que dice anteriormente el
Sr. Sánchez , á saber: «Ipsa Congre-
gatio, decreto 12 Junii 1822, addidit:
«Permissum est, ut confessio etiam
«pro alus, nempe , pro iis qui singu-
»lis hebdomadis confiten non solent,
«sufficiat, si facta sit octo ante fes -
»tum diebus.» V i d e hasc decreta apud
Scavini , Theologia Moralis, tomo 2,
5*8 LIBRO VI. TRATADO
tract. X , disp. 1 . , cap. 2, art. 3,
a
q. 7 . , editionis anni 1855, pági-
a
na 277.»
L a cita de Scavini en la edición de
que se hace mérito , no tiene fuerza
alguna , porque , como se ha dicho,
retractó esta opinión en la edición
de 1865 en cuatro tomos ; y la refe-
rencia que se hace al decreto de 12 de
Junio de 1822, cuyas palabras cita el
Sr. Sánchez, omite las importantes
palabras restrictivas ubi adest inopia
confessanorum.
A pesar de lo expuesto , se conce-
dieron en Francia algunos indultos
particulares para tiempo determinado,
por los cuales se concede á los que
confiesan dos veces cada mes que, si
no cometieron pecado mortal después
de la última confesión, puedan ganar
con sola la comunión las indulgencias
que pidan confesión. Bouvier dice que
había conseguido esta gracia para su
diócesis. En España no hay privilegio,
al menos que yo sepa.
* L a s palabras infra hebdomadam,
del decreto de 1822, no deben enten-
derse de una semana entera que pre-
cede á la semana en que cae la fiesta;
de modo que la confesión hecha, por
ejemplo, en domingo , baste para ga-
nar una indulgencia del sábado de la
semana siguiente , tametsi tune trede-
cim dies inter confessionem et festivita-
tem intercessissent (15 Dic. 1841, 295,
ad i . ) , sino que debe ser la confe-
m cinco Gloria Patri. L a oración , á lo
sión quolibet decurrente septem dierum
spaiio , y quatuerdecim dierum spatio
para los que tienen indulto infra duas
hebdómadas, 23 N o v . 1878, y cumple
el que se confiesa singuhs hebdomadis
et stato die, ex. gr. sabbato; y teniendo
indulto, alternis hebdomadis stato die, 25
Febr. 1886. (Acta S. Sedis, t. 18,
p. 412.) *
2271. P. Cuando la persona no
tiene sino pecados veniales, si la indul-
gencia se concede rite confessis, ¿es
preciso confesarse para ganarla?
R. L a mayor parte de los teólogos
antiguos opinaron que no era necesa-
V.
r i o ; pero hoy es indudable que es ne-
cesaria la confesión, como consta de
un decreto de la Sagrada Congrega-
ción de Indulgencias de 19 de Mayo
de 1759, aprobado por Clemente X I I I ,
que mandó que se publicase y tuviese
fuerza de ley. Aquí no se habla de
los que tienen costumbre de confesar
cada semana.
2 2 7 2 . Cuando la indulgencia ple-
naria se concede veré contritis, sin aña-
dir confessis , basta estar en gracia de
Dios; no es preciso hacer acto de con-
trición (decreto de la Sagrada Congre-
gación, aprobado por P í o I X en 17 de
Diciembre de 1870J. Véase ActaSanctcz
Sedis, tomo 6, pág. 388 , donde pone
la discusión razonada de los consulto-
res, que precedió á este decreto.
Por un decreto de 12 de Junio
de 1822 , aprobado por P í o V I I , se
concedió que cuando se exigía comu-
nión, bastaba hacerla en la vigilia de
la fiesta; pero Pío I X , en 6 de Octubre
de 1870, amplió este decreto , conce-
diendo que se pudiese ganar comul-
gando la víspera , a u n cuando no se
concediese la indulgencia para día de
fiesta, cerno cuando se concede para
un viernes ó un domingo de Cuares-
m a , etc. (Acta S. Sedis , tomo 6, pá-
gina 197).
Cuando se dice: Qui pie ecclesiam
aliquam visitaverint, basta que se recen
cinco Padrenuestros, cinco Ave Marías y
menos en parte, debe ser vocal ; por-
que Benedicto X I V , hablando de las
preces que se han de rezar para ganar
el j u b i l e o , exige que sean vocales al-
gunas de ellas. Además , P í o I X , en
1 5 de Marzo de 1852 , concedió á los
sordomudos el privilegio de que se les
pudiesen conmutar las oraciones que
se prescriben á los fieles para ganar las
indulgencias, en otras obras buenas,
cuyo privilegio fuera inútil si bastase
la oración mental cuando se prescri-
ben oraciones en la visita de iglesias
ó de alguna imagen. Es verdad que el
Papa bien puede conceder indulgen-
DEL SACRAMENTO
cias por un acto puramente mental,
como concedió indulgencia plenaria á
algunos cofrades por invocar con el
corazón el nombre de Jesús en la hora
de la muerte, y hay indulgencias t a m -
bién concedidas á los que tienen o r a -
ción mental, etc.
2273. L a s preces señaladas para
ganar una indulgencia pueden rezarse
en compañía con otros, comocuando
se reza en familia el Santo Rosario,
la visita de ighsias para el jubileo, etc.
(Decreto de 20 de Febrero de 1820,
aprobado por Pío V I L )
Las preces que obligan por voto, ó
por penitencia, ó el Oficio divino á ios
beneficiados, no sirven para ganar las
indulgencias , como dice B e n e d i c -
to X I V en su Institución 53, núm. 7,
y en su encíclica ínter pretéritos , de
3 de Diciembre de 1749, § 53.
Cuando se ordena que para ganar
una indulgencia, además de la confe-
sión y comunión, se han de practicar
otras obras, basta que el que la ha de
ganar esté en gracia cuando practica
la última obra de las mandadas. Así
lo afirma como cosa indudable Bene-
dicto X I V en su Institución 48 , nú-
mero 10 , siguiendo á Soto, Suárez,
Passerini y al común de los teólogos.
Cuando se ordena en la concesión
de la indulgencia que se pida por la
paz y concordia entre los príncipes
cristianos , extirpación de las here-
jías, etc., es doctrina común que basta
pedir en general por la intención del
que concedió la indulgencia. V i v a ,
Ferraris, A v i g n a n i , Minderer, Calza-
da (q. 50).
2274. L a quinta condición para
ganar indulgencias es ser subdito del
que las concede, aunque basta estar en
su territorio: por esto los peregrinos
ú otros que pasan por un territorio
extraño , pueden ganar las indulgen-
cias concedidas á las imágenes , alta-
res , etc., de aquel territorio. Cuando
el que concede las indulgencias es
delegado, al que las gana le basta ser
subdito del delegante; y así, el obispo
DE LA PENITENCIA. 519
de Córdoba, por ejemplo , puede con-
ceder ochenta días de indulgencia en
Sevilla, si el Arzobispo de esta dióce-
sis le delega todas sus facultades res-
pecto de sus subditos. P e r o se ha de
notar que cuando por diversos Obis-
pos que se sucedieron en una diócesis
se conceden , por ejemplo , cuarenta
días de indulgencia á íos que recen
una Salve á una imagen, es más pro-
bable que el que quiera ganar muchas
veces los cuarenta días de indulgencia
ha de rezar otras tantas veces la Salve,
como dicen V o i t , núm. 655, y otros.
Véase á Gury, t o m o 2, núm. 1053; y
según un decreto de 6 de Agosto
de 1874, de la Sagrada Congregación
de Indulgencias , cuando un Obispo,
por ejemplo , concede cuarenta días
de indulgencia á una imagen en d i ó -
cesis extraña, ó á los que lean un libro
publicado en otra diócesis, las indul-
gencias son apócrifas respecto de las
personas que no son sus subditas.
(Véase el decreto original en la R e -
vista titulada La Cruz , año de 1874,
t o m o 2, pág. 518.) Se entiende que
son apócrifas las indulgencias cuando
el Obispo que las concede á subditos
extraños no tiene la delegación del
propio Obispo de éstos.
2275. L a sexta condición para el
que ha de ganar indulgencias es que
no tenga excomunión mayor, porque
ésta priva de la participación de los
bienes espirituales comunes de los fie-
les. (Véase á los Salmaticenses, t. 1,
trat. De la Bula de la Cruzada, cap. 1,
núm. 83.)
2276. Se ha de notar que anti-
guamente eran nulas las indulgencias
concedidas á medallas ó rosarios de
hierro, ó de madera, ó de vidrio; pero
en el día á todas estas materias se
pueden conceder indulgencias. T a n
sólo se exceptúan aquellas materias
que son sumamente frágiles por su
disposición, como el papel, el vidrio
soplado (vitrum insuffiatum), esto es,
el vidrio demasiado pulido y delicado,
y lo mismo la madera muy delicada;
 520 LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 521
pero las cuentas del rosario de hierro, diese limosna «prout unicuique sugge- aplicada por un alma del Purgatorio
vidrio fuerte y sólido , ó de madera § 3-° ret devotio, vel quantum quisque pro produce siempre todo su efecto, porque
fuerte, pueden hoy recibir indulgen- arbitrio judicaverit;» pero no bastaría de otra manera la Iglesia (cuya auto-
D e las c a u s a s p o r las q u e se p u e d e n c o n -
cias, por haberlo así declarado la Sa- una módica limosna cuando el Papa ridad es tan grande) no aplicara t a n -
c e d e r i n d u l g e n c i a s , y d e sus e f e c t o s .
grada Congregación de Indulgencias, dijese que cada uno diese limosna pro tas Misas é indulgencias á favor de
como puede-verse en Gury , tom 02, 2278- L a indulgencia concedida sua facúltate. una sola alma por espacio de años y
núm. 1058 ; en M a u r e l , pág. 131 , y sin causa alguna, no será válida; por- 2279. E l Papa y los que con su hasta de siglos. T a m p o c o me parece
en El Amigo de la Religión, de 23 de que, como dicen los teólogos, siguien- autoridad conceden indulgencias pue- que una indulgencia aplicada por una
Octubre de 1853. do á Santo T o m á s , ni el Papa mismo den ganar las mismas indulgencias persona difunta que está en el Purga-
Acerca de las medallas, cruces, ro- es dueño del tesoro de la Iglesia para que conceden á sus subditos. L a ra- torio no produzca efecto alguno, sino
sarios, crucifijos, escapularios, cande- distribuirlo á su arbitrio, sino con cau- zón es, porque, como dice Santo T o - que producirá más ó menos sufragio,
las del Rosario, etc., que tienen con- sa conveniente. Santo T o m á s dice más (en la cuestión citada, art. 5, según ella haya merecido en vida; y
cedidas indulgencias para la hora de así: «Quaacumque causa adsit, quas in sol. 4 . ad i .
a u m
et 3 . ) , si bien nin-
u m esta opinión me parece más conforme
la muerte: es probable que el mo- utilitatem Ecclesias vergat et h o n o - guno puede ejercer en sí mismo acto á la célebre sentencia de San A g u s -
ribundo las gana aun cuando no las rem D e i , sufficiens est ratio indul- de jurisdicción, pero puede participar tín (De cura pro mortuis, cap. 2), que,
tenga en el mismo momento de la gentias elargiendi. E t ideo indulgen- de los bienes temporales ó espiritua- hablando de los sufragios que se ofre-
muerte , con tal que las haya tenido tias simpliciter tantum valent, quan- les que por un acto de jurisdicción cen por las almas del Purgatorio,
alguna vez estando ya en el artículo de tum prasdicantur, dummodo ex parte dispensa á otros; porque el efecto in- dice así: « A u t ad hoc proficiunt, ut
la muerte; 2. , que no es necesario dantis sit auctoritas, ex parte reci-
0
mediato de la indulgencia es la remi- sit plena remissio: aut certe ut tole-
que tenga esas cosas al cuello, ó en la pientis charitas, ex parte causas pie- sión de la pena, y no el acto de juris- rabilior fiat ipsa damnatio.» D e esta
mano, ó pegadas al brazo; es bastan- tas, qua; comprehendit honorem Dui dicción: «Indulgentia non per modum manera se concilian de algún modo
te tenerlas sobre la cama, ó cerca del et proximi utilitatem. X e c in hoc fit sententias datur, sed per modum d i s - las dos opiniones contrarias.
moribundo , aun cuando éste no las magnum forum de misericordia D e i , pensationís cujusdam , quam homo
De todos modos, no conviene pre-
vea, ni las toque, ni recuerde que las ut quídam dicunt, nec justitias divi- potest faceré ad seipsum, » dice el
dicar al pueblo la opinión de Suárez;
tiene; si bien lo más seguro es que el nas derogatur; quia (nótese bien) n i - Angélico.
porque los fieles, aplicada una indul-
moribundo tenga junto á sí de algún hil de pcena d i m i t t i t u r , sed unius
2280. P. L a indulgencia plena- gencia plenaria, ó una Misa á favor
modo las cosas dichas, como se'hace pcena alteri computatur.» ( I n 4 Sent.,
ria ó parcial, ¿produce infaliblemente de una persona difunta, tendrían por
para ganar la indulgencia plenaria, diss. 20, q. art. 3, sol. 2. ) Estoa

su efecto? inútil aplicar más sufragios. L o i m -

teniendo adherida á la mano del c o - es, las penas y dolores de C r i s t o , de
R. Respecto de los vivos, es opi- portante es inculcar á los fieles que
frade moribundo la candela del santo María Santísima y de los Santos se
nión común que, si concurren todas sean muy devotos de las almas del
Rosario. (Véase á San L i g o r i o , lib. 6, aplican al que gana las indulgencias,
las circunstancias debidas , siempre Purgatorio, para que, cuando ellos
núm. 534 ; y á Gury , tomo 2, nú- para librarle de las penas que éste
É

produce su efecto; porque se concede vayan á aquel lugar de expiación, el

mero 1060.) merecía. Además se ha de advertir
per modum absolutionis a pcena. R e s - Señor les sea más propicio; porque,
que el que concede la indulgencia,
2277. L a séptima condición es pecto de las almas del Purgatorio, como dijo Jesucristo: «Bienaventura-
atiende también al estado y posibili-
que el que ha de ganar del todo una hay opiniones: Suárez y otros afir- dos los misericordiosos, porque ellos
dad del que la ha de ganar. A un mo-
indulgencia plenaria no ha de tener man que las indulgencias producen alcanzarán misericordia.»
ribundo, por ejemplo, le concede una
pecado alguno venial que no esté per- infaliblemente todo su efecto; W i - 2281. Cuando se conceden cien
indulgencia plenaria si, estando con-
donado en cuanto á la culpa, ni ha de gandt, Billuart, San L i g o r i o y otros días ó cincuenta años de indulgencia,
trito, pronuncia una vez el nombre de
tener afecto á pecado alguno venial. dicen que no producen infaliblemente no se quiere decir que se perdonen
Jesús, y no la concede á un sano.
E s t o es cierto; pero también lo es que ningún efecto, porque, como no son otros tantos días ó años dePurgatorio,
Cuando concede indulgencia plenaria
el que cumple con todo lo prescrito subditas de la Iglesia, tan sólo se les sino que se perdona otro tanto tiempo
al que da limosna para construir un
por el concedente ganará la indulgen- aplican por modo de sufragio; y así de penitencia de la que se imponía
templo, dice Santo T o m á s , en el l u -
cia respecto de las penas de los m o r - que «Deus ipsas acceptat tantum ad por los antiguos cánones penitencia-
gar citado (ad 3 . ) , un pobrecito que
u m

tales perdonados, y de los otros v e - ¡
niales remitidos, como con la opinión 1
común dice San L i g o r i o en el Homo ;
apostolicus, tract. X V I , núm. 63.
diese para este fin un denario, gana-
ría toda la indulgencia; pero con un
denario no la ganaría un rico, «quem
i descuidar después los ayunos, las pri-
non decet ad opus tan pium et fru-
ctuosum tam parum daré;» á no ser
que el Papa, al conceder el jubileo ó
la indulgencia, dijese que cada uno
suum beneplacitum.»
E l que desee enterarse por extenso
de esta cuestión, puede ver á F e r r a -
ris, en la palabra Indulgentia, art. 3,
desde el núm. 16, donde defiende con
calor y erudición la opinión de Suá-
rez. Diré mi humilde parecer: no me
parece que una indulgencia plenaria
les, como dice la opinión común. N o
se crea que á los que ganan indulgen-
cias parciales ó plenarias les conviene
vaciones y las mortificaciones corpo-
rales, porque esta clase de penitencias
sujetan la carne al espíritu, amorti-
guan las malas inclinaciones, m i t i -
522 LIBRO VI. TRATADO
gan el ímpetu de las pasiones, elevan
el espíritu á Dios, y aumentan el mé-
rito esencial de la caridad, que es infi-
nitamente mejor que la satisfacción
de la pena, como dice Santo T o -
más: «Quamvis hujusmodi indulgen-
tia? multum valeant ad remissionem
pcena, tamen alia opera satisfactionis
sunt magis meritoria respectu prcsmii
essentialis, quod in infinitum melius est
quam dimissio pcense temporalis.»
( I n 4 Sent., dist. 20, q. u n i c , sol. 2 .
a
ad 2 . ) .
u m
2282. P. ¿En qué tiempo se han
de cumplir las obras ordenadas para
ganar una indulgencia?
R. Si se trata de la confesión y
comunión, pueden hacerse la víspera
por la mañana, como se ha dicho ya.
E n cuanto á la visita de la iglesia,
esto es, del altar mayor ó de algún otro
altar, puede hacerse en las festivida-
des desde que se tocan las campanas
para las primeras vísperas de la fiesta
hasta que se pone el sol en el día de la
fiesta. Si no se tocase á vísperas en
aquel pueblo, se atiende á cuando to-
can á vísperas en el pueblo inmedia-
to, ó en la diócesis, ó á la costumbre
general. Si no se concede la indul-
gencia á festividad, sino, por ejemplo,
al primero ó segundo domingo del
mes, ó á un viernes determinado, ó
cuando se saca ánima, etc., entonces
la visita se ha de hacer desde la media
noche antecedente á la media noche
siguiente, esto es, en un día natural.
O m i t o otras muchas cuestiones
acerca de las indulgencias, que se
pueden ver en los autores que tratan
difusamente de esta materia. Sin dis-
minuir el mérito de otras obras, es
recomendable por su exactitud, laco-
nismo y autoridad la duocécima edi-
ción del precioso libro titulado Rac-
colta di orazioni e pie opere per le quali
sonó siate concédate dai Sommi Pontefi-
ci le S. Indulgenze, que traducido al
castellano dice así: «Colección de ora-
ciones y obras piadosas, á las cuales
los Romanos Pontífices han concedi-
V.
do santas indulgencias.» E s t e libro
tiene al fin un decreto de la Sagrada
Congregación de Indulgencias, de 28
de A g o s t o de 1849, firmado por el
Prefecto, cardenal Asquini , por el
cual, no sólo se declara auténtica esta
duodécima edición romana (cuyo ori-
ginal se conserva en las actas de
aquella Sagrada Congregación), sino
que se ordena que á ella se acuda
cuando se suscite alguna duda sobre
la concesión de algunas indulgencias,
ó sobre las condiciones que se exigen
para ganarla. Este libro se halla tra-
ducido ya al castellano. T a m b i é n es
recomendable el libro compuesto por
Maurel sobre indulgencias, aprobado
por la Sagrada Congregación, cuyo
título es: Le chrétien eclairé sur la na-
ture et V usa ge des indulgences; esto es:
« E l cristiano instruido sobre la natu-
raleza y el uso de las indulgencias,»
cuyo libro también se halla traducido
al castellano: omito otros autores que
tratan bien esta materia.
2 2 8 3 . P. ¿Cómo se define el j u -
bileo?
R. «Indultum pontificium, quo et
plenaria indulgentia, et certa privile-
gia conceduntur determinata opera
exequentibus.»
E l jubileo, en cuanto á la remisión
de todas las penas temporales debi-
das á todos los pecados perdonados
en cuanto á la culpa, conviene con la
indulgencia plenaria, pero añade á
ésta las facultades que se expresan
en la concesión del jubileo.
E l jubileo puede ser ordinario ó ex-
traordinario. E l ordinario fué instituí-
do por Bonifacio V I I I en el año 1300,
y ordenó que se celebrase cada cien
años: Clemente V I dispuso que se ce-
lebrase cada cincuenta años: G r e g o -
rio X I , cada treinta y tres años: Pau-
lo I I y Sixto I V , cada veinticinco.
P r i m e r o se celebra en R o m a , y dura
un año entero: en el año siguiente se
publica en todo el orbe católico, y
dura menos tiempo.
H a y también jubileo extraordinario,
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 523
el cual conceden algunas veces los de 1 7 4 9 , hizo una alocución á los
Papas con motivo de algún suceso Cardenales, en la cual, entre otras
extraordinario, ó para obtener la ter- cosas, dice así: «Difficultates (circa
minación de una guerra, ó de alguna facultates jubilsei) in unum conge-
persecución contra la Iglesia, etc. Así rere , et quasliones omnes de medio
vemos que se concedió en 1 7 3 5 , en tollere non prcstermittemus.11 Después
1741, y P í o I X le concedió en 1846, añade: «Ideo doctores constitutiones
en 1851, en 1854, y en 1864. aliorum Pontificum/íi¿sointerpretasse,
En cuanto al tiempo en que se pue- quia non bene verba ipsorum perpende-
de ganar el jubileo y las veces que se runt.11 Este inmortal Pontífice, c u m -
han de hacer las visitas, el Papa suele pliendo lo que había prometido en 3
dejarlo al arbitrio prudente de los Or- de Diciembre de 1 7 4 9 , publicó la
dinarios , porque son diferentes las constitución ínter prccteritos (se halla
circunstancias de los países. en el tomo 3 de su Bularlo, pág. 140),
Por lo común se ordenan unas mis- en la cual explicó el jubileo que e n -
mas obras y se conceden unas mismas tonces concedió á la Iglesia: es de
facultades á los confesores para el tanta importancia esta constitución,
jubileo ordinario que para el extraor- que las reglas establecidas en ella sir-
dinario: no obstante, se ha de atender vieron de norma para los jubileos
á lo que el Papa determina; por ejem- posteriores, exceptuadas aquellas que el
plo: en el jubileo ordinario de 1875 Papa mude ó modifique en el jubileo qué
se exhortaba á la limosna, pero no se conceda. L a Sagrada Congregación de
prescribia. Indulgencias, preguntada: «An in ju-
bilceo tum ordinario, tum extraordi-
Cuando se ordena que se dé limos-
nario servandce sint omnes regules a B e -
na, si no la conmuta el confesor, no
se dispensa á los pobres; si bien éstos nedicto X I V traditae, quibus non ad-
cumplen con dar cuatro maravedís ó versatur bulla jubilsei? responsum fuit
un pedazo de pan. L o s religiosos y a Sacra Congregatione Indulgentia-
los hijos de familia cumplen con la rum: Affirmative: 16 Febr. 1852.»
limosna que dan por ellos sus padres Por lo tanto, voy á transcribir las
y superiores; pero conviene que los reglas más importantes que prescribe
superiores lo hagan presente á sus Benedicto X I V para la inteligencia
subditos. del jubileo.
2 2 8 4 . L a confesión deben hacer- i. a
Por las palabras veré pceniten-
la aun aquellas personas que tienen tibus et confessis se entiende una c o n -
la laudable costumbre de confesar ca- fesión válida; tanto, que San L i g o r i o
da semana. Para cumplir con la co- tiene por más probable que el que
munión, no basta la que se hace para hace.una confesión nula, aunque sea
el cumplimiento del precepto pascual; con buena fe, no gana el jubileo, ni le
y aunque varios Obispos pidieron esta quedan absueltas las censuras reser-
gracia, Su Santidad no accedió á la vadas (lib. 6, núm. 536, al fin del
súplica, como consta de una respues- qiiísritur 2).
ta de la Sagrada Congregación de 2. Todas las visitas de las igle-
a
Obispos y Regulares dada al vicario sias se han de hacer en un mismo día;
capitular de Milán en 6 de Marzo de esto es, que si se manda visitar tres
1847, porque el fin de Su Santidad veces cinco iglesias, en cada uno de
es que se aumente la frecuencia de la los tres días se han de visitar las
sagrada comunión. cinco iglesias. E l día se ha de contar
2285. Para resolver las innume- de media noche á media noche, ó
rables cuestiones que movieron los desde las vísperas de un día á las vis-
autores, Benedicto X I V , en 5 de Mayo peras del día siguiente.
 524 LIBRO VI. TRATADO
3. a
E n tiempo de jubileo se sus-
penden todas las indulgencias plena-
rias y parciales á favor de los vivos,
pero esto se entiende para R o m a ; por-
que fuera de ella el mismo Benedic-
to X I V concedió que todas las indul-
gencias concedidas á los vivos, pero
aplicables por los difuntos, se podían
ganar, con tal que se aplicasen por las
almas del Purgatorio, y a u n después
amplió esta facultad, concediendo que
a u n las que no eran en otro tiempo
aplicables por los difuntos, lo eran en
V.
5. Aunque el jubileo concede á
a Sobre este punto se ha de advertir
los confesores facultad de absolver de
todas las censuras reservadas al Papa,
no se entienden las doce que le están
reservadas speciali modo por la cons -
titución Apostolices Sedis, si en la con-
cesión del jubileo no se hace de ellas
especial mención. E n el jubileo que
Nuestro Santísimo Padre L e ó n X I I I
publicó para el año de 1S79 se auto-
rizó á los confesores para absolver de
las censuras reservadas al Papa modo
speciali, inclusa la herejía. A l cómpli-
DEL SACRAMENTO
que si el penitente puede satisfacer
en el acto, debe hacerlo, pues de otro
modo la absolución sería inválida,
porque el Papa en sus palabras no
habla de pura monición, sino que las
pone como condición rigurosa, como
afirma San L i g o r i o (lib. 6, núm. 536,
quesr. 7), siguiendo á Suárez, V á z q u e z un voto de esta naturaleza «naturam
y otros; pero el Santo añade que si
el penitente no puede entonces satis-
facer, basta que jure que lo hará cuan-
to antes le sea posible. Esto es indu-
DE LA PENITENCIA. 525
en la reincidencia es necesario que
ésta se exprese en el derecho (ex cap.
Ad reprimendam, De offic. ordin).
9.a
N o se pueden conmutar por
el jubileo los votos, cuando esto re-
dundaría en perjuicio de tercero; tal
es el voto de perseverancia en alguna
congregación: y la razón es, porque
assumit contractus et reciprocas obli-
gationis inter voventem et congrega-
tionem.» ( § 66.)
10. E l que después de haberse
a

tiempo de jubileo; de modo que si las ce venéreo jamás se le puede absolver dable, porque así lo dice Benedic- confesado cometiese un pecado mor-
indulgencias se aplican por las almas por el jubileo. * (Véase la nota á la to X I V en su constitución Convocatis,
tal, debería volver á confesarse, para
del Purgatorio, no se suspende indul- censura segunda, gencrali modo reser- como puede verse en el tomo 3 de su
que la última obra del jubileo se prac-
gencia alguna. vata, en el núm. 3419.) * Bulario, pág. 160, núm. 27.
ticase en gracia ( § 73); pero no debe-
H a y además algunas indulgencias 6* C o m o las facultades que se 2286. San L i g o r i o , en el mismo ría repetir las visitas, ó ayunos, ó l i -
á favor de los v i v o s , que no se sus- conceden en el jubileo se ordenan y lugar, dice que se puede decir que mosna que hubiese practicado en p e -
penden en tiempo de jubileo; como son preparación para ganarle, el que satisfizo á la parte para ser absuelto, cado mortal, con tal que las hubiese
las que se conceden á los moribundos, no tiene intención de conseguirlo y de cuando dispuso las cosas de tal m a - ! hecho con ánimo de honrar á D i o s , y
las que se conceden por rezar á sus cumplir las obras prescritas, no puede nera que hay certeza moral de que se! no por un fin vano ( § § 75, 76 y 79).
tiempos el Ángelus Domini, etc., ó por ser absuelto de censuras reservadas, cumplirá la satisfacción, como si de- 11. Cuando se pide oración, bas-
a

acompañar al Viático, las de las Cua- ni se le pueden conmutar votos ( § 62). positase l o que debe en manos del ta la vocal: el que ora mentalmente
renta Horas, las de la Bula de la Cru- E n esto no hay duda; porque el que confesor ó de otra persona de c o n - es digno de alabanza, pero ha de aña-
zada. Véase la constitución de Bene- así obra, no tiene intención verdadera fianza. Igualmente se le podría absol- dir alguna oración vocal: «Aliquam
dicto X I V , Cum nos nuper, de 17 de de ganar el jubileo. ver si la parte ofendida concediese tamen vocalem orationem adjungat.»
Mayo de 1749, donde trata de la sus- dilación de la satisfacción, ó la per- (§ 83.)
7. L o s confesores no pueden ab-
a

pensión de las indulgencias, y de las solver de reservados ni conmutar v o - donase. Cuando la satisfacción se debe 12. E l que después de haber ga-
a

facultades que comunmente se con- tos en virtud del jubileo , sino dentro
ceden. P o r último, el jubileo no su- de la confesión y en las iglesias d e -
prime las indulgencias que por dere- signadas (§ 63 de la citada constitu-
cho ordinario pueden conceder los ción de Benedicto X I V ) (1); y cuando
Cardenales, los Obispos, los L e g a d o s absuelven en virtud del jubileo, deben
y Nuncios: tan sólo suspende las con- imponer penitencia, ne mutilum ma-
cedidas por el mismo Papa, como lo neat Sacramentum (§ 65). E s verdad
prueba el P . Calzada, cuestión 33, que se debe disminuir la penitencia
t o m o 1. satisfactoria cuando el penitente gana
4.
a
E n el A ñ o Santo se suspenden un jubileo ó una indulgencia plenaria.
dar al fisco, ó al juez, bien se le puede nado el jubileo repite las obras seña-
absolver antes de hacer la restitución. ladas, puede ganar otra indulgencia
Cuando el penitente tiene imposi- plenaria, pero tan sólo la primera
bilidad de satisfacer, se ha de distin- vez puede gozar de las facultades que
guir: si la imposibilidad es temporal, concede el jubileo ( § 84); y a u n no
se le puede absolver, previa la p r o - podrá ganar otra indulgencia plenaria
mesa con juramento de que satisfará cuando ésta se concede para ciertos
cuanto antes pueda: « N o n eum absol- días determinados, á no ser que el
vant, nisi juret se satisfacturum;» son concedente exprese otra cosa.
palabras de la constitución Convocatis, 13. E l que en el jubileo fué ab-
a

á los regulares las facultades de ab- de Benedicto X I V . Si el impedimento suelto de las censuras y se le conmu-
8. Para absolver en el jubileo, se
a

solver de pecados reservados al Papa
y de conmutar votos: § 26 y 32. E s
verdad que la constitución Apostolices
Sedis derogó en un todo los privilegios
que tenían los regulares de absolver
de las censuras reservadas al Papa,
no sólo en tiempo de jubileo sino
también fuera de él. E s verdad tam-
bién que en el día pueden hacerse con
la pagela de R o m a , que concede m u -
chas facultades.
de satisfacer es perpetuo, no hay nece- taron votos, si después, por veleidad,
manda dar antes satisfacción á la
sidad de exigir juramento. Esta es la deja de cumplir las demás obras pres-
parte ofendida. P o r parte ofendida no
sentencia de San L i g o r i o y de otros critas para el jubileo, no por eso rein-
se entiende el juez, sino la persona
autores ( l i b . 6, núm. 536, quesr. 7.) cide en las censuras, ni se invalida
que padeció la ofensa ó el daño (§ 66).
2287. P . Cuando el absuelto de la conmutación hecha de los votos
las censuras no satisface después, por (§ 86).
(i) B e n e d i c t o X I V , e n el § 63 d e l a bula
ínter prcetoritos, q u e cita S a n L i g o r i o , n o
su culpa, según había prometido con 2288. P . ¿Cómo pecaría el que,
dice q u e deba h a c é r s e l a c o n m u t a c i ó n de juramento, ¿reincide en las mismas? habiendo sido absuelto de los reserva-
v o t o s ni la a b s o l u c i ó n d e r e s e r v a d o s in R. Sporer, V i v a , San L i g o r i o (en dos, por mera negligencia, no cum-
ecelesiis etesiguatis. E s t o lo d i c e B e n e d i c -
el mismo lugar), Sa y otros, dicen pliese las demás obras?
to X I V e n la b u l a Convocatis, r e s p e c t o de
las i g l e s i a s d e R o m a . que no reincide, porque para incurrir R. Suárez, Vázquez y otros dicen
526 LIBRO VI. T R A T A D O
que pecaría mortalmente, y se fundan
en que contravendría á la intención
del Pontífice en materia g r a v e , pues
el Papa concedió la facultad de absol-
ver de censuras y reservados « t a m -
quam médium ad jubilasum lucran-
d u m . » « E t hanc sententiam , dicit
Benedictus X I V in prasfata constitu-
tione ínter prceteritos (§ 86), fultam
esse subsistenti ratione; quia in ma-
teria gravi contraveniret intentioni
P o n t i f i c i s , » e t c . P o r el contrario,
Sánchez, L u g o , Bonacina y la opinión
más común, dice San L i g o r i o (nú-
mero 537, quceritur 3), afirman que no
sería pecado mortal. L a razón es,
«quia (son palabras del Santo) hujus-
modi obligatio non respiciturimposita
ñeque ex natura jubilasi, ñeque ex
Pontificis aut confessarii prcecepto; et
in dubio de prascepto nemo ad illud
tenetur.»
14.a
A las monjas y á las novi-
cias, si bien se las autoriza para con-
fesarse con cualquier confesor en
tiempo de jubileo, peroBenedicto X I V
en su constitución Celebrationem, dada
en i . ° de Enero de 1 7 5 1 , declaró que
han de elegir un confesor aprobado
por el Ordinario del lugar para confe-
sar en el monasterio que le elige. L o s
regulares en tiempo de jubileo pueden
elegir un sacerdote, aunque sea secu-
lar, con tal que esté aprobado por el
Ordinario del lugar, cuyo confesor
los podrá absolver de pecados y cen-
suras reservadas, como á los fieles, y
a u n de los que son reservados en su
O r d e n . Así lo concedieron Grego-
rio X I I I y Alejandro V I L
2289. E l que fué absuelto en el
jubileo, pero se olvidó de confesar al-
gún pecado ó censura reservada, es
indudable que se quitó la reservación
si el confesor tuvo intención de ab-
solverle de todos los reservados, a u n
de los que no confesaba por olvido
natural; pero si no tuvo esa intención,
V á z q u e z , Silvestre y otros dicen que
no se quita la reservación. San L i g o -
rio (en el número citado, quceritur 4),
V.
siguiendo á Suárez, Sánchez y otros,
tiene por notablemente más probable
que se quita la reservación, y que pue-
de ser absuelto después de los pecados
y censuras reservados por cualquier
simple confesor; porque el penitente,
en virtud del jubileo, adquirió dere-
cho á las gracias que se conceden;
además es de presumir que el con-
fesor, al darle la absolución , quiso
impartirle todo el favor que podía; y
que así como le absolvió indirecta-
mente de los pecados olvidados, así
le quitó indirectamente la reservación
de e l l o s .
2290. E n el núm. 538 pregunta
San L i g o r i o : ¿quiénes se entienden
«nomine infirmorum, captivorum et
itinerantium, quibus vi jubilasi pos-
sunt commutari aliqua ex operibus
injunctis?»
Respuesta: i . ° C o m o se dirá en el
número s i g u i e n t e , algunas de las
obras que se señalan para el jubileo
no se pueden conmutar. 2 . Dice San
0
L i g o r i o que «nomine infirmorum
niunt omnes valetudinarii qui absque
notabili detrimento aut difficultate
nequeunt opera illa praestare. E t tales
existimantur etiam senes. Captivi au-
tem dicuntur, qui contra propriam vo-
luntatem alicubi detinentur: his con-
ceditur commutatio, vel prorogatio
operum ad lucrandum jubilasum. D e -
mum, itineruntibiis prorogantur opera
injuncta usque ad reditum: et non te-
netur quis suum iter differre (intellige,
si cpmmode differri nequit): ita Holz-
man, etc., qui recte id extendit etiam
ad illum, qui prima hebdómada non
est jubilasum lucratus et potuit lu-
cran. Dicit etiam L u g o , quod si quis
in itinere perveniat ad locum , ubi
jubilaBum promulgatur , poterit illic
incipere opera , et prosequi in iti-
nere.»
2291. E n cuanto á la limosna
que se señala para ganar el jubileo,
hay que atender á las palabras del
Papa. Si dice que se dé «quantum pro
sua cuique facúltate visum fuerit,» un
DEL SACRAMENTO
pobre cumpliría con una módica l i - '
mosna, pero no un rico; si dijese:
«prout unicuique suggeret devotio,
vel quantum quisque pro arbitrio judi-
caverit,» Pascualígero dice que la l i -
mosna se ha de dar « j u x t a cujusque
facultates;» pero F r . T e o d o r o del E s -
píritu Santo afirma que basta cual-
quier limosna, por pequeña que sea.
Me parece más fundada esta opinión
cuandoelPapadice: «quantum quisque
pro arbitrio judicaverit.» Si el Papa
dijese: qui dederit eleemosynam, y nada
más, San L i g o r i o resuelve con mucho
acierto la cuestión del modo siguiente:
si la limosna se prescribe solamente
para ejercer la misericordia con los
pobres, entonces basta dar cualquier
cantidad; así opinaron también Suá-
rez, Cárdenas y otros: pero si la li-
mosna se destina para hacer un t e m -
plo, un hospital ó cosa semejante,
entonces la persona rica no ganaría
el jubileo si diese una limosna muy
módica. Esto mismo había dicho
Santo T o m á s , cuyas palabras quedan
ve-
ya citadas.
2292. P. Cuando el Papa autori-
za á los confesores para conmutar vo-
tos y algunas obras de las prescritas
para el jubileo, ¿cuáles son las obras
que se pueden conmutar, y de qué
manera se han de conmutar los votos?
ü . E n cuanto á la conmutación de
los votos, por lo común se exceptúan
siempre los votos perfectos y perpe-
tuos de castidad, de religión, y de vi-
sitar los santos lugares de Jerusalén.
También se exceptúan, como queda
dicho, los votos cuya conmutación
redundaría en perjuicio de tercero.
Cuando el jubileo, al conceder la
facultad de conmutar votos, comienza
diciendo: « C o m m u t a t i o votorum fiat
dispensando,» se ha de atender e x -
presamente á la c o n m u t a c i ó n , de
modo que la materia subrogada no
sea notablemente menor; pero otra
cosa se ha de decir cuando la facultad
de conmutar comienza diciendo: « D i s -
pensatio votorum fiat commutando»
DE LA PENITENCIA. 527
(§ 45 de la citada constitución); pues
entonces puede disminuirse la m a t e -
ria subrogada.
Para hacer la conmutación de v o -
tos no se necesita causa especial;
basta aquella por la cual se concedió
el privilegio del jubileo, como dice
San L i g o r i o , con la opinión común.
E n cuanto á las obras señaladas
para el jubileo, cuando se da facultad
para conmutarlas, se exceptúan la
confesión y la comunión; pero se p o -
drán conmutar á los muchachos:
«praster quam cum pueris:» si no se
expresa esa facultad, tampoco se pue-
den conmutar las visitas de las i g l e -
sias, ni se pueden conmutar en otras
obras que sean por otra parte de obli-
gación: «aliunde debita,» á no ser
que el Papa diga, por ejemplo, que
los ayunos se hagan en alguna de las
cuatro témporas, ó en la Cuaresma
(§ 53)- L a conmutación se ha de ha-
cer en obras análogas á las mandadas
por el Papa: «in opera ejusdem na-
turas.» ( § 55.)
Se ha de advertir que, como queda
dicho, las visitas de las iglesias se
han de hacer cada una en un mismo
día; además, se han de hacer todas en
una misma semana: y aunque algu-
nos autores son de otra opinión, San
L i g o r i o (en mi concepto, con razón)
tiene por más probable que todas las
obras que se prescriben para ganar el
jubileo se han de practicar precisa-
mente en una sola semana, escogien-
do una de aquellas que se dan de tér-
mino; de modo que no se dividan
practicando parte de ellas en una se-
mana, y la otra parte en otra. E l
Santo Doctor se funda: en que esta
es la práctica de los fieles; 2 . , en que
0
así lo expresa el sentido genuino de
las palabras literales del indulto pon-
tificio, que dicen así: «Qui proces-
sioni interfuerint, vel ecclesias d e -
signatas visitaverint, et feria quarta,
sexta, ac sabbato alterius ex duabus
hebdomadis jejunaverint, pariterque
Isua peccata confessi, et SS. C o m m u -
528 LIBRO VI. TRATADO
nione refecti fuerint, eleemosynam-
que tribuerint,» etc.
L a s anteriores palabras dicen ex-
presamente que todas las obras se-
ñaladas para el jubileo deben practi-
carse, no parte en una semana y parte
en otra , sino todas en una misma
semana: «alterius ex duabus hebdo-
madis,» á no ser que el Papa diga
otra cosa.
Me he alargado sobre la materia de
indulgencias y del jubileo, porque al-
gunas de las cosas que se dicen sobre
el último pueden dar luz á los confe-
sores para conducirse en otras m a t e -
rias análogas.
2293. Para completar el tratado
de las indulgencias, me parece con-
veniente trasladar literalmente la sú-
plica que el doctísimo é ilustrísimo
Sr. D . F r . Joaquín L l u c h elevó á la
Sagrada Congregación en 6 de A g o s -
to de 1874, siendo obispo de Sala-
manca, y la respuesta que le dio la
Sagrada Congregación. D i c e a s í :
«Hispanias mos est, quod christifide-
les Episcopos alios a proprio exorent
ut indulgentias concedant sive quas-
dam preces recitantibus, sive aliqua
religionis vel charitatis opera per-
agentibus, aut libros pietatis legenti-
bus, adeo ut dierum indulgentias sic
concessarum ingens aliquando sit nu-
meras. Initio librorum a typographia
Barchinonensi, Librería Religiosa nun-
cupata, editorum legitur : « Varios
«Prelados de España han concedido
«2.480 días de indulgencia á todas
»las publicaciones de la Librería R e -
wligiosa.» Cum autem ex jure com-
muni indulgentias tantummodo pro-
priis subditis a facultatem ordinariam
habentibus concedí valeant, hincque
solus Dicecesanus ex jurisdictione
sibi dumtaxat competenti eas elargia-
tur, non levis suspicío occurrit, quod,
quamvis in Hispania antiqua vigeat
consuetudo ut Episcopi indulgentias
etiam extra suas diceceses et non sibi
subditis concedant, apocryphas reve-
ra sint indulgentias ab exteris E p i s -
V.
copis sic concessas. Huic sententia;
favet decretum istius Sacras Congre-
gationislndulgentiarum in Massilien.,
17 D e c . 1838. Quapiopter F r . Joa-
chim L l u c h , Episcopus Salmantinus
tt Administrator Apostolicus Civita-
tensis, ne in ecclesiis suas curas com-
missis indulgentias apocryphas publi-
centur, solutionem sequentis dubii a
Sacra Indulgentiarum Congregatione
humiliter expostulat, nempe:
»Suntne reputando; apocryphse in-
dulgentias ab Episcopis extra propriam
dicecesim et pro non sibi subditis in
Hispania concessas et in posterum
concedendfe vi tantummodo facultaiii
ordinariez? Respondetur: Affirmative:
juxta decretum ejusdem Sacr;e C o n -
gregationis, quod sic se habet (Massi-
l i e n . ) : Titius civitatis Massiliensis
apud se possidet ac retinet devotarn
quamdam Deiparas V i r g i n i s effigiem
in tabula coloribus pictam, cui E p i s -
copus ordinarius adnexuit quadragin-
ta dierum indulgentiam adquirendam
a christifidelibus nonnullas preces
ante ipsam recitantibus. Rursus quot-
quot alios Episcopos per illam civita-
tem transeúntes idem T i t i u s exorat, ut
unusquisque alios quadraginta dies
de indulgentia prasfatas imagini con-
cedat. Quaaritur a Sacra Congrega-
tione, quid dicendum sit de prasdictis
concessionibus, quidque de Episcopis
transeuntibus sine permissu Ordinarii
indulgentias concedentibus?
«Sacra Congregatio respondit: « I n -
dulgentias, quas ut supra a nonnullis
Episcopis pro aliquibus precibus re-
citandis ante imaginem Beatas Marías
Virginis sunt impertitas, nullius ro-
boris sunt, ac re vera apocryphse, prés-
ter illam, nempe, quadraginta dierum,
quam prima tantum vice Episcopus
dicecesanus ex jurisdictione sibi dum-
taxat competenti est elargitus. Die 17
Decembris 1838.
» I t a reperitur in regestis Secreta-
rias hujus Sacras Congregationis I n -
dulgentiis et S S . Reliquiis praspositae.
In quorum fidem, e t c . — D a t u m R o -
DEL SACRAMENTO
mas, ex eadem Secretaria, die 22 A u -
gusti 1874.—Dominicus Sarra, S u b -
s t i t u t u s . » — H a y un sello que dice:
« L a u r e n t . , T i t . S. A g n e t . extra mur.,
S. R . E . Presb. Card. B A R I L I , S. Con-
gregat. Indulg. et S S . R e l i q . Presf.
— Salamanca g de Septiembre de
1 8 7 4 . — E L O B I S P O . — D . S. B.»
2294. Para no confundir lo d e -
cretado por la Sagrada Congregación,
se ha de tener presente:
i.° Que en esta declaración no se
prohibe á los Obispos conceder indul-
gencias fuera de su diócesis á los fie-
les que son sus subditos.
2. T a m p o c o se prohibe á un
0
Obispo conceder indulgencias fuera
de su diócesis á los fieles que no son
sus subditos, si lo hace con la delega-
ción del propio Obispo de las personas
á las cuales concede indulgencias.
3. 0
T a m p o c o se prohibe (al menos
este es mi parecer) que á una imagen
á la cual un Obispo concedió cuaren-
ta días de indulgencia rezando delan-
te de ella una Salve, pueda el Obispo,
su sucesor en la diócesis, conceder
otros cuarenta días de indulgencia
rezando tanbién una Salve ó una
A v e María, y que lo mismo pueda
hacer el sucesor de éste en la misma
diócesis; advirtiendo solamente que
si lo que se ordena rezar es una m i s -
ma cosa, por ejemplo, una Salve,
para ganar las indulgencias cuya con-
cesión se repitió por diversos Obispos
de aquella diócesis, se ha de repetir
también otras tantas veces la recitación
de la Salve.
4. 0
E n una palabra: el decreto de
la Sagrada Congregación tan sólo de-
clara apócrifas aquellas indulgencias
que un Obispo, sin delegación, y sola-
mente en virtud de sus facultades pro-
pias y ordinarias, concede fuera de su
diócesis á las personas que no son sub-
ditas suyas. E n esta parte había un
error en el vulgo, y aun entre las per-
sonas instruidas, pues se creía que
las indulgencias concedidas por di-
versos Obispos de España á un libro
TOMO II.
DE L A PENITENCIA. 529
publicado en Barcelona (como los de
la Librería R e l i g i o s a ) podían ganarse
todas por el que leyese en cualquiera
diócesis de España un capítulo pu-
blicado por aquella asociación; y no
es así, sino que en la provincia de
T o l e d o , por ejemplo, el que lea un
capítulo de un libro publicado en
Barcelona por la Librería R e l i g i o s a ,
tan sólo puede ganar ochenta días de
indulgencia, si es que las concedió el
arzobispo de T o l e d o , pero no podrá
ganar el que es s u b d i t o de este P r e -
lado las indulgencias concedidas á
ese libro por los Prelados de otras
diócesis. Esta acumulación de miles
de indulgencias concedidas á una sola
oración ó lectura por Obispos de di-
versas diócesis á personas no subditas
suyas, era un abuso muy frecuente
no sólo en- España, sino también en
Francia y (como y o he visto) en A m é -
rica.
* L a Sagrada Congregación de I n -
dulgencias, 7 de Abril de i 8 g 4 , sub-
sanó todos los defectos hasta la fecha
cometidos en la erección del V i a -
Crucis, en virtud de las especiales fa-
cultades concedidas á la misma Con-
gregación por Nuestro Santísimo Pa-
dre L e ó n X I I I , á petición del Ministro
General del Orden de Menores Obser-
vantes. (Véase La Ciudad de Dios,
vol. 34, pág. 226.) A s i m i s m o ponemos
á continuación la subsanación de t o -
das las erecciones de cofradías del
Santísimo Rosario ad cautelam, como
se ve en la resolución siguiente de la
Sagrada Congregación de Indulgen-
cias. «Beatissime Pater: F r . Vincen-
tius L e o Sallua, Archiep. Calcedon.,
O. P., ad Sacri Pedis osculum provo-
lutus, Sanctitati Vestras exponit, ut
sequitur. Plurimas sunt in Orbe toto
SSmi. Rosarii Confraternitates de
quibus, vehemens enascitur dubium,
utrum rite fuerint erectas (attentis
formalitatibus canonicis, quse erectio-
nem prascedere et sequi d e b e n t ) .
Unde ad evitandum grave damnum,
quod imminet eis christifidelibus, qui
34
53o LIBRO VI. TRATADO
adscripti praedictis Confraternitatibus
sic invalide erectis, non amplius lu-
crarentur Indulgentias a S S . Pontifi-
cibus elargitas, Orator S. V . depre-
catur, ut dignetur generalem conce-
deré sanatoriam in favorem omnium
praedictarum Confraternitatum usque
nunc erectarum. E t Deus. E x audien-
tia S S m i . die 28 Sept. 1S93. SSmus.
D . N . L e o Papa X I I I petitam sana-
tionem benigne concessit.— Datum
Roma? ex Secretaria S. C. Indulg.
Sacrisque Reliq. praepositse die 28
Sept. 1893. (Ciudad de Dios, vol. 34,
pág. 142).
L a misma Revista, vol. 24, pági-
na 384, refiere las indulgencias que
L e ó n X I I I concede á los que practi-
can el devoto ejercicio de los quince
sábados en honor de la Virgen Santí-
sima del Rosario, lo que omitimos
por consultar á la brevedad, como
también la relación de las hermosas
instituciones del Rosario viviente,
del Rosario perpetuo y de la última,
que lleva el nombre de Guardias de
honor á la Reina del Santísimo R o -
sario, las cuales han sido aprobadas
y enriquecidas con indulgencias por
los R o m a n o s Pontífices, en especial
por P í o I X y el actual Pontífice
L e ó n X I I I , el cual con sus admira-
bles encíclicas se ha propuesto reno-
var las instituciones de la Edad Me-
dia, sobre todo las del siglo X I I I .
Para propagar en el pueblo cristiano
la devoción al Santo Rosario de Ma-
ría, instituido por Santo D o m i n g o de
Guzmán, y promover la devoción del
mes de Octubre en honra de María
Santísima, L e ó n X I I I ha publicado
dieciséis documentos, bajo distintas
formas, desde el año 1883 hasta el
año de 1898, mereciendo con justicia
el dictado de Pontífice del Rosario de
María. Véase el Acia pro Societate
SS. Rosarii; La Rosa áurea, del Pa-
dre L e i k e s ; La Rosa mística, del P a -
dre Martínez V i g i l , hoy dignísimo
obispo de O v i e d o , y El mes de Octubre,
del P. M o r a n . *
V.
CAPÍTULO VIII
DE LA FORMA D E L SACRAMENTO D E LA
PENITENCIA
2295. P. ¿Cuál es la forma del
sacramento de la Penitencia?
R. L a forma completa y conve-
niente, tal cual se pone en el Ritual
R o m a n o , dice que el confesor, des-
pués que haya impuesto la peniten-
cia, diga: «Misereatur tui omnipotens
» D e u s , et dimissis peccatis tuis, per-
»ducat te ad vitam asternam. A m e n . »
Deinde, dextera versus pcenitentem
elevata, dicit: « I n d u l g e n t i a m , abso-
»lutionem et remissionem peccatorum
»tuorum tribuat tibi omnipotens et
»misericors Dominus. A m e n . D o m i -
»nus noster Jesús Christus te absol-
» v a t , et ego auctoritate ipsius te a b -
»solvo ab omni vinculo e x c o m m u n i -
«cationis, suspensionis et interdicti,
»in quantum possum et tu indiges.
« D e i n d e ego te absolvo a peccatis
«tuis, in nomine Patris (efformet
vsignum crucis), et Filii, et Spiritus
»Sancti. A m e n . Passio Domini N o -
»stri Jesu Christi, menta Beatae Marías
i) V i r g i n i s et omnium Sanctorum ,
«quidquid boni feceris et mali susti-
unueris sit tibi in remissionem pecca-
utorum, augmentum gratias, et prae-
» m i u m vitas ¿eternas. A m e n . »
L o s D o m i n i c o s , según su liturgia
aprobada por el Papa, tienen algunas
variaciones accidentales en las preces
que preceden y subsiguen á la forma
de la absolución, y en ésta dicen:
« E g o te absolvo ab ómnibus peccatis
tuis, etc.»
E l Ritual Romano dice: i . ° , que
la palabra suspensionis se debe omitir
con el penitente que no haya recibido
al menos la prima tonsura, porque el
lego no es capaz de suspensión;
2. , que, si urge peligro de muerte,
0
basta decir: « E g o te absolvo ab ó m -
nibus censuris et peccatis, in nomine
Patris, e t c . »
DEL SACRAMENTO DE
2296. P. ¿Son de esencia de la
forma todas las palabras que pone el
Ritual Romano?
R. i . ° Es cosa cierta que son esen-
ciales las palabras absolvo te. L a opi-
nión más común y más probable dice
que con estas solas palabras sería vá-
lida la absolución; porque la palabra
te declara presente la persona del peni-
tente, y habiendo precedido la c o n f e -
sión de los pecados, por las c i r c u n s -
tancias se expresa suficientemente la
materia (a peccatis tuis) por la pala-
bra absolvo. Así se expresan Santo
T o m á s ( 3 . p., q. 84, art. 3), el Ca-
a
tecismo R o m a n o (part. 2. , núm. 14),
a
San Antonino, Cayetano, N a v a r r o ,
Cóncina, Billuart, etc.; pero como
Pedro Soto, Mayor, Gabriel, Aversa,
Palao y otros dicen que las palabras
a peccatis tuis son esenciales á la for-
ma, no sólo sería pecado mortal si se
omitiesen, sino que debería repetirse
la forma sub conditione, como dicen
Billuart, Bouvier, etc. L a razón es,
porque la opinión contraria, como di-
cen San L i g o r i o (lib. 6, núm. 430),
Elbel, los Salmaticenses, H o l z m a n y
Roncaglia, es probable; y como se
trata del valor del Sacramento, no se
puede seguir la opinión más probable,
sino la sentencia moralmente cierta.
2.
0
E n cuanto á las preces Mise-
reatur tui, etc., Indulgentiam, etc., es
indudable que no pertenecen á la
esencia de la forma. E l T r i d e n t i n o
no las pone como de precepto. E n la
sesión 14, cap. 3, dice: «Alias preces
laudabiliter adjunguntur;» y el Ritual
Romano dice: « I n confessionibus fre-
quentioribus omitti potest Miserea-
tur, etc., et satis erit dicere: Dominus
noster usque ad illud Passio,» etc.
Preguntada la Sagrada Congregación
si aquellas palabras: « U s q u e ad illud
Passio,» etc., se habían de entender
exclusive ó inclusive, en 27 de Febrero
de 1847 respondió: Intelligendum ex-
clusive (Scavini, tomo 3, núm. 529.)
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 430, du-
bit. 3) dice: « C o m m u n i t e r doctores
LA PENITENCIA. 53*
dicunt, omnes has preces posse o m i t •
ti sine ullo peccato.» Convengo en
que no hay precepto de que se recen
dichas preces; pero la Iglesia las
añadió laudablemente á la forma: lau-
dabiliter, como dice el Tridentino:
2 . , las puso en el Ritual Romano.'
0
3. , los confesores las dicen comun-
0
mente; 4 . , mientras se rezan el Mi-
0
sereatur é Indulgentiam, se da lugar al
penitente para que haga ó renueve el
dolor. E n cuanto al Passio, etc., yo
nunca le omitiría; porque, como dicen
Santo T o m á s (Quodlib. 3, artícu-
lo 28) (1), San Antonino, San L i g o -
rio (lib. 6, núm. 430, dubit. 3) y
otros, «per verba illa (Passio, etc.).
elevantur omnia bona opera pceni-
tentis ad satisfactionem sacramenta-
lem.»
E s indudable que el pronombre
ego no es esencial á la forma, porque
se expresa suficientemente en el ver-
bo absolvo.
E s también cierto que no son esen-
ciales las palabras in nomine Pa-
tris, etc.; porque Jesucristo, cuando
instituyó este Sacramento, dijo: Quo-
rum remiseritis peccata, sin añadir in
nomine Patris, etc., como lo había ex-
presado en el Bautismo: Baptizantes
eos in nomine Patris. N o sólo no es
esencial la expresión de la Santísima
T r i n i d a d , sino que es opinión comu-
nísima de Soto, Valencia, Bonacina,
P a l a o , los Salmaticenses, San L i g o -
rio, Ssavini, etc., que su omisión no
es pecado mortal. Aunque algunos
dicen que ni es venial su omisión, á
San L i g o r i o le parece cierto que es
(1) H e a q u í las p a l a b r a s d e S a n t o T o -
más e x p r e s a n d o la v i r t u d q u e t i e n e el
quidquid boni feceris, e t c . , r e s p e c t o de las
o b r a s q u e el p e n i t e n t e h a c e , n o i m p u e s t a s
de p e n i t e n c i a : >Q.ua3 ( o p e r a ) prajter i n j u n -
c t i o n e m e x p r e s s a m (confessarii) facit, a c -
cipiunt majorem vim expialionis culpa;
praeterita; e x illa g e n e r a l i i n j u n c t i o n e ,
q u o ; s a c e r d o s d i c i t : Qjiidquid boni feceris.
sit tibi in remissionem peccatorum: talis
s a t i s f a c t i o est s a c r a m e n t a l i s , in q u a n t u m
v i r t u t e c l a v i u m , etc.»
532 LIBRO VI. TRATADO V.
pecado venial; porque la invocación Florentino y Tridentino. E l Angélico
de la Santísima Trinidad es juxta Doctor, á pesar de su inimitable m o -
consuetudinem Ecclesia; (lib. 6, núme- destia, j u z g ó que era tan perniciosa
ro 430, dubit. 3.) E l Sr. Sánchez la defensa de la forma deprecativa;
(Del sacramento de la Penitencia, pun- que dio una muy severa censura a!
to 7) está tan exagerado contra el autor del libro y á la opinión que de-
que omitiese (se supone sin desprecio fendía. A l responder á su Maestro Ge-
formal) en las palabras de la absolu- ntral (cap. 1 ) , comienza así: « P e r -
ción la expresión de la Santísima lecto libello a vobis exhibito, inveni
T r i n i d a d , que cualquieía que lea sus assertionem cujusdam valde temera-
muchas y severas declaraciones, no riam, dicentis, quod sacerdos absol-
podrá menos de creer que cometería vendo uti non debet hac forma: Eg<:
un gravísimo sacrilegio. te absolvo. Quod quidem prcesuviptuo-
2297. P. ¿Es válida para el sa- sum judico, quiarepugnat e v a n g e l i c e
c r a m e n t o de la Penitencia la forma dictis. Dicit enim Dominus Petro
meramente deprecativa, por ejemplo: (Math., 16): «Quodcumque solver i-
absolvat te Deus ab ómnibus peccatis super ttrram, eiit solutum et in c « •
iuis? lis; quod ad usum clavium pertinere
R. Scavini (tomo 3, núm. 529), in- ostenditur,» etc.
quiriendo sobre si basta la forma de- Después añade Santo T o m á s que
precativa ó es necesaria la indicativa, en todos los Sacramentos se usa la
aunque defiende la necesidad de la forma indicativa, exceptuado el de la
segunda, dice: Qucestio magna est. Extremaunción, t i cual fué publicado
B o u v i e r (De Pcenit., cap. 6, art. 2), (por revelación divina) por el Apóstol
después de decir que hay graves au- Santiago, el cual dice en su Carta ca-
tores por una y otra parte, se conten- nónica: «Oratio fidei salvabit infir-
ta con afirmar que es más probable m u m , » etc.; y el Santo da la razón
que no es válida la forma deprecati- por qué en tste Sacramento la forma
v a . Para mí no hay cuestión sobre
es deprecativa. Después añade Santo
esta materia, ni en el día tiene proba- T o m á s la razón fundamental siguien-
bilidad alguna la opinión de Morin, te: « V e r b a Scripturas, qua; máxime
Juenin, W i t a s e y T o u r n e l y , que tra- sunt sectanda, non faciunt mentic-
taron de desenterrar una opinión que nem de aliqua deprecatione, sed ma-
Santo T o m á s había sepultado en el gis verbo indicativo utitur. N o n enim
siglo X I I I . dicit: Qucecumque petieris esse solven-
DEL SACRAMENTO
folio en pulverizar los argumentos del
autor del citado libro; y le parecieron
de tan ninguna fuerza, que, al c o -
menzar su refutación, en el cap. 2
principia así: «Sicut autem temerarius
est in asserendo, ita vaniloquus in
probando, dum frivola qucedam pro
rationibus inducit,» etc. Concluye la
refutación de los argumentos del autor
del libro en el cap. 5, diciendo que,
lejos de ser demostraciones, apenas
merecen el nombre de razones aparen-
tes: « N o n solum demonstrationes non
sunt, sed vix apparentes rationes j u d i -
cari possunt.»
E l Concilio Florentino confirmó
canónicamente la doctrina de Santo
T o m á s , declarando que la forma le-
gítima de la penitencia era: Ego ab-
solvo te. E l T r i d e n t i n o , en la sess. 14,
cap. 3, definió la forma en las si-
guientes palabras: « D o c e t Sancta Sy-
nodus sacramenti Pcenitentias for-
mam, in qua prcecipue ipsius vis sita est,
in illis ministri verbis positam esse:
Ego te absolvo,» etc.
Por último, San L i g o r i o , después
de afirmar que la forma deprecativa
en este Sacramento es nula, según la
sentencia comunísima de Cayetano,
Soto, Suárez, L u g o , los Salmaticen-
ses, etc., añade: « S e d quidquid sit de
hoc, hodie certum est, et de fide, de-
bitam formam esse indicativam, ut
declaravit Tridentinum.» (Sess. 14,
DE LA PENITENCIA. 533
Santos Padres y Doctores de la I g l e -
sia, la tradición constante de la I g l e -
sia romana (madre de todas las igle-
sias), sin cuidarse mucho de las cos-
tumbres contrarias de esta ó de aque-
lla iglesia particular.
2298. P. Se ha de dar la abso-
lución verbalmente sub pcena nullitatis,
ó puede darse con alguna otra señal?
R. Excepto el sacramento del M a -
trimonio, que se funda en el contrato
de los contrayentes, y éstos son el
ministro, todos los demás Sacramen-
tos, como definió el Florentino (in
decreto Eugenii), constan de palabras.
E l T r i d e n t i n o , como queda dicho,
hablando de la forma de la peniten-
cia, no sólo dice que son las palabras,
sino que las señala: «Docet prasterea
Sancta Synodus, sacramenti Pceni-
tentias formam, in qua prcecipue ipsius
vis sita est, in illis ministri verbis po-
sitam esse: Ego tí absolvo.» (Sess. 14,
cap. 3.) Además, la práctica cons-
tante y universal de la Iglesia lo c o m -
prueba, porque se cree que esta fué l-i
voluntad de Cristo. Santo T o m á s
compendió en pocas palabras esta
verdad. Dice así: «Solus Deus per
auctoritatem et a peccato absolvit, et
peccatum remittit; sacerdotes tamen
utrumque faciunt per ministerium, in
quantum, scilicet, verba sacerdotis in
hoc Sacramento instrumentaliter o p e -
rantur in virtute divina, sicut etiam
in aliis Sacramentis» ( 3 . p., q. 84,
a

E l Maestro General de la Orden de da, erunt soluta; sed quascumque sol- cap. 3.) art. 3 ad 3 - ) . E s , pues, indudable,
u m

Predicadores envió al Angélico M a e s -
tro un libro (no se expresa el nombre
del autor), en el cual se defendía que
la forma del sacramento de la P e n i -
tencia debía ser deprecativa, y que
era nula si se decía: Ego absolvo te a
peccatis iuis. Santo T o m á s , para cum-
plir lo que su Prelado le pedía, dio
su voto razonado en cinco capítulos,
que forman el opúsculo 22. E l A n g é -
lico Maestro trató con tanta solidez,
claridad y laconismo esta cuestión,
que desde entonces ha sido la doctri-
na comunísima de los teólogos, con-
firmada por los Concilios generales
veris, erunt soluta. Si ergo illa tantum
dicuntur esse soluta qua; habens cla-
ves solverit, qui autem petit aliquid
esse solvendum non solvit, miror qua
temeritate aliquis asserit esse solutum,
quem habens claves non significat se
solvere, sed solum rogat esse solven-
dum... N o n ergo est forma in sacra-
mento Pcenitentia; «absolutionem et
remissionem tribuat tibi omnipotens
Deus.» sed « e g o absolvo te.» Este
opúsculo del Doctor Angélico es ge-
nuino.
Santo T o m á s , á pesar de su laco-
n i s m o , emplea cinco columnas en
Me he detenido sobre esta cuestión,
porque algunos escritores, doctos por
otra parte, se pagan demasiado de la
erudición de los críticos, cuando la
resolución de cuestiones de esta na-
turaleza no se ha de buscar en algu-
nos rituales antiguos, ó en las cos-
tumbres de algunas provincias de los
griegos. L a s formas de los Sacramen-
tos, en la parte esencial, son inmuta-
bles; y así, las fuentes para encontrar
la verdad son la Sagrada Escritura
(que es adonde acudió Santo T o m á s
en esta cuestión), los Concilios gene-
rales, las decisiones pontificias, los
según la opinión comunísima de los
doctores católicos, que la absolución
no es válida si no se expresa con pa-
labras.
2299. P. ¿Puede darse la abso-
lución al ausente?
R. A fines del siglo X V I y princi-
pios del X V I I hubo una cuestión muy
célebre, especialmente entre los teó-
logos españoles, sobre si se podía con-
fesar y absolver á los ausentes ; pero
Clemente V I I I dirimió para siempre
este punto, pues en 20 de Junio de
1602 publicó una constitución, por la
534 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 535
cual condenó «ad minus uti falsam, mayor lata reservada al Papa contra
gando yo para América, di la absolu- P . ¿Cuándo se dirá que hay causa
temerariam, et scandalosarn» la pro- «docentes vel defendentes, sive pu-
ción sub conditione á un marinero que justa para absolver sub conditione?
posición que decía: « L i c e r e per litte- blice sive privatim, propositiones ab
cayó en el agua, el cual se hundía en R . i.° E s opinión común que
ras sive per internuntium confessario Apostólica Sede damnatas sub ex- las aguas y volvía á subir; se hallaba puede el confesor hacerlo cuando duda
absenti sacramentaliter confiten et ab communicationis pcena latas senten- á más de cuatrocientos metros de dis- prudentemente si absolvió ó no: Suá-
eodem obsente absolutionem obtine- tias.» Aquí se habla de los que defien- tancia; si hice bien ó mal, no lo p u e - rez, L u g o , los Salmaticenses, San
r e . » Además, prohibió, bajo pena de den cualquiera proposición no herética do asegurar con certeza: mi intención L i g o r i o (lib. 6, núm. 432), etc.
excomunión lata reservada á Su San- condenada por el Papa; porque el que fué recta, y si me sucediese un caso 2.
0
Si el confesor duda si tiene
tidad, «ne deinceps ista propositio pu- defendiese una proposición herética semejante, obraría del mismo modo; jurisdicción, con tal que el penitente,
blicis privatisqne lectionibus, concio- (se supone con contumacia) incurri- porque in extremis extrema sunt ten- dice el Santo, hubiera de carecer por
nibus, et congressibus doceatur, nevé ría en la primera de las doce exco- tanda. largo tiempo (din) de la absolución,
unquam tamquam aliquo casu probabilis muniones que la citada constitución se le puede absolver sub conditione;
N o es necesario que el penitente
defendatur, imprimatur, aut ad pra- reserva de una manera especial al R o - pero añade que en este caso se debe
oiga las palabras de la absolución,
xim quovis modo deducatur.» E s , pues, mano Pontífice. antes bien es un defecto pronunciarlas advertir al penitente que confesó pe-
indudable que ni en Ja hora de la * Sería también inválida la abso- en voz que se oiga á alguna distan- cado mortal, que tan sólo se le a b -
muerte, por más grande que sea la lución por teléfono, porque se dirigi- cia; pues si alguna vez hay necesidad suelve «sub conditione, ut si postmo-
necesidad del penitente, se le puede ría al ausente, aunque dada con pa- de suspender ó negar la absolución, dum forte notum fiat quod confessa-
confesar ni absolver si está ausente. labras expresas. (Véase Nouv. Revuc los circunstantes, si tal vez sabían la rius revera carebat jurisdictione, pce-
E l doctísimo y virtuosísimo Suárez, Theol., tomo 19, pág. 393, citada por forma, comprenderían que no se le nitens iterum confiteatur peccata illa,
con la mejor buena fe, publicó una Marc, tomo 2, núm. 1663.) L o mis- absolvía. D i g o esto, porque he cono- ut debet.»
interpretación del anterior decreto de mo afirma Scavini-Del Vecchio en el cido á algún confesor á quien se oían 3.0
Cuando uno se halla en nece-
Clemente V I I I , diciendo que la pro- compendio, tomo 2, núm. 912, ha- distintamente las palabras de la ab- sidad grave de comulgar y el confe-
hibición se había de entender cumula- blando de ia confesión por telégrafo.* solución á veinte pasos de distancia. sor duda si está dispuesto, debe ab-
tive, esto es, que no se podía confesar 2300. P. ¿A cuánta distancia del 2301. P . ¿Puede darse la abso- solverle sub conditione; pero el que ha
y absolver al ausente; pero que disjun- penitente le puede absolver el con- lución sub conditione? de comulgar, dice el Santo, «non pos-
ctive no estaba prohibido, y que era fesor?
R. Esta cuestión la trata Benedic- set accederé ad communionem, nisi certo
probable que se podía confesar al au- R. Si el penitente se marchó del to X I V , con su acostumbrada erudi- dispositus ad illam, vel saltem proba-
sente por carta , con tal que se le ab- confesonario y el confesor no le a b - ción, en el lib. 7, De Synodo Dicecesa- biliter, juxta alios citandos num. 475,
solviese estando presente; pero Pau- solvió por olvido ó por turbación, na, cap. 15. San L i g o r i o , con la opi- ad hoc ut servet praeceptum Apostoli,
lo V , en 14 de Julio de 1605, reprobó dicen varios autores que , si no le nión comunísima, dice: « Q u e si la quod omnes accedant firobati: unde
la interpretación de Suárez, y dio un puede llamar sin nota, le puede ab- condición es de pretérito ó de presen- in mero dubio negativo suas dispositio-
decreto (Sanctissimus decrevit) m a n - | solver aunque esté á veinte pasos de t e , y está cumplida , es válida la ab- nis nemo potest communionem sus-
dando que se arrancase del tomo 4 de distancia; porque, como dice San L i - solución. Si la condición es de futuro, cipere.»
las obras de Suárez, en la disputa- gorio (lib. 6, núm. 429), basta que el es nula, aun cuando dijese: absolvo te, * « N o n solum (dice Marc, en el nú-
ción a i , la sección 4 . , que tiene el si- penitente esté moralmente presente :
a
si Deus cognoscit, quod restiíues.» Pero mero;i663, qucer. 4. ), confessarius non
0

guiente título: « U t r u m de necessitate «Hasc autem moralis prassentia (aña- ¿será lícito en algún caso usar de for- debet eos (los absueltos sub conditione)
confessionis sit, ut pcenitens sacerdo- de el Santo) reputatur illa, intra quam ma condicionada en el sacramento de ad sacram communionem invitare,
ti praesenti,» etc.; y mandó también homines communi voce, quamvis al- la Penitencia? San L i g o r i o (lib. 6, sed debet, si possit, prudenter eos ab
que la sección arrancada no se susti- tiori, loqui possunt et solent. Censet núm. 43) responde: «Affirmative cum illa suscipienda avertere; si tamen,
tuya con otra. Tamburinus, quod si quis aliquando communi doctorum contra aliquos, juxta añade, sint j a m ex se determinati...,
H e querido hacer esta relación para non posset nisi a longe absolvi, puta, sententiam allatam núm. 28, dum- vel si ex denegatione communionis
prevenir á los jóvenes contra la lige- si rueret a tecto, tune absolutio sub modo justa adsit causa.» E l Santo, en magnum timeatur malum, relinquan-
reza ó ignorancia de algunos poquísi- conditione danda esset.» Esta es una el citado núm. 28 del mismo libro 6, tur in bona fide, et moneantur, ut ad
mos escritores que trataron de eludir cuestión de apreciación. Aquí se ha de dice que es opinión común que peca contritionem denuo sese excitent.»
las condenaciones de Clemente V I I I tener presente que en casos muy ui- mortalmente el que sin justa causa ad- (Konings, n ú m . 1344.) L o mismo
y Paulo V . L a excomunión mayor gentes y de tanta trascendencia basta ministra cualquier Sacramento sub afirma S c a v i n i - D e l Vecchio, tomo 3,
lata reservada al Papa que fulmina- una tenue probabilidad para absolver conditione; porque, si no hay necesidad núm. 347, edic. 14.
ron contra los contraventores, está bajo de condición: así vemos que los ó grave utilidad, se hace injuria al
* Sólo en la duda de hecho, v. g r . ,
vigente; porque P í o I X , en su consti- capellanes castrenses dan la absolu- Sacramento administrándole con du-
cuando duda si recibió la jurisdicción
tución Apostolices Sedis, de 12 de O c - ción á bastante distancia á la tropa da de si producirá efecto alguno .
del Sr. Obispo, ó si se la concluyó,
tubre de 1869, impuso excomunión que va á entrar en batalla; y nave- (Véase lo que se dijo en el cap. 2.)
debe advertir el confesor al penitente
 536 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 537
que confesó pecado mortal que tan transfretaturus, de muliere cito pari- dilata absolutione, brevi illi certo dis- conscientise suae testimonio uti causa
sólo se le absuelve sub conditione, «ut tura, cujus partus periculosi esse so- positi redeant,» dice el Santo Doctor. efficienti justificationis, cum hanc non
si postmodum forte notum fiat, quod lent, etc. Ñ e q u e obstat quod postea 3.
0
Cuando un penitente no pone operetur conscientia bene vero gratia
confessarius reveracarebatjurisdictio- sic absoluti c o m m u n i c e n t ; illorum otra materia sino imperfecciones de Dei. Celebris Martini dictum oraculum
ne,pcenitens iterum confiteatur pecca- communio non erit sacrilega ; nam las que hay duda si son veniales, se alio modo explicat; nempe, de certi-
ta illa, ut debet, i> como dice el P. M o - supponimus in bona fide versan. I m o le debe decir que ponga materia de la tudine fidei, cui falsum subesse non
ran con San L i g o r i o ; mas no en la si communicans sit in statu mortali vida pasada; y si no pudiese recor- potest.»
duda positiva de derecho, es decir, culpas, et ad communionem accedat darla, se le absolverá sub conditione i.° E l Apóstol no hablaba en el
cuando por la autoridad de los docto- cum attritione bona fide in gratiam cada cierto tiempo, y especialísima- sentido que dice Scavini; porque todo
res la jurisdicción del sacerdote es restituetur.»* mente en el artículo ó peligro de el contexto de las anteriores palabras
probable; v. g r . , en el error común
2302. P . Cuando se duda si el muerte; ya por no privarle de la gra- manifiesta que San Pablo quería decir
puede el confesor dar la absolución
penitente trae verdadero dolor y pro- cia sacramental, ya también porque que ni el testimonio de otros, ni el
absolutamente, porque subsistiendo pósito, ¿se le puede absolver sub con- tal vez tendrá algún pecado mortal testimonio de su conciencia, le daban
grave causa, la Iglesia supliría cier ditione'? que no recuerde ó no le parezca gra- seguridad cierta de que estaba en gra-
tamente la jurisdicción, en caso de
R. Vázquez, Sporer, Palao y al- ve. Por último, el confesor debe re- cia, porque podían equivocarse. T i r i -
que no existiera. (Véase el núm. 1657
gunos otros dicen generalmente que petir sub conditione la forma cuando n o , exponiendo este pasaje, dice así:
y Marc, núm. 1663, qucsres. 4.) *
se puede; pero dice con razón San duda si la pronunció bien, ó si la al- « N i h i l , seu nullius infidelitatis mihi
* E s opinión común que puede ser L i g o r i o que esta opinión no se puede teró sustancialmente; pero no cuando conscius sum; non ideo tamen justifi-
absuelto el penitente bajo de condi- admitir con esa generalidad. E l con- la mutación fuese accidental. Si en catus sum, seu justus habeor coram
ción, no solamente en la extrema ne fesor, con los dudosamente dispues- lugar de decir: « E g o te absolvo a pec- D e o . Ipse enim videt forte nevos in me,
cesidad, sino también cuando, de no tos, debe suspender la absolución, no catis tuis,» hubiese dicho « E g o tibi quos ego non video.» D e l mismo modo
absolverle, puede amenazar notable concurriendo alguno de los casos que remitto peccata tua» ó « E g o tibi con- exponen este texto San Ambrosio, el
detrimento á su alma, y la duda que exceptúa San L i g o r i o en el mismo dono peccata tua,» no se debería re- Crisóstomo, San Agustín y San Basi-
existe no se puede vencer inquisitione, número. Son los siguientes: petir la forma sub conditione; porque, lio, que dice así: «Majorem offensa-
ó sea «zelo confessarii,» dice el mismo i.° A l reincidente, cuando no trae aunque era gravemente ilícita la va- rum partem non intelligimus quidem,
Scavini, núm. 347. Según el mismo señales extraordinarias de dolor, no cum tamen in multis omnes offenda-
riación, la forma es ciertamente v á -
autor, es lícito absolver bajo de con se le puede absolver ni a u n sub condi- mus.» Véase á T i r i n o , Calmet, H u g o
lida.
dición, en la duda de si la materia es tione, á no ser que estuviese en peli • de San Caro, etc., y , por último, á
2303 . Aquí pregunta Scavini
suficiente y los penitentes no pueden gro de muerte; ó cuando se teme pru- Santo T o m á s en el comentario de ese
(edición de 1865, tomo 3, núm. 530:)
poner cierta materia de la vida pasa- dentemente que el pecador, si no se capítulo, lección 1 . : «Nihil mihi con-
a

« A n pcenitens possit esse certus de

da, no sea que permanezcan en el pe le absuelve sub conditione, no volverá scius sum; id est, non habeo alicujus
obtenta remissione suorum peccato-
cado. L o mismo debe decirse de los al confesor, y se endurecerá y pudrirá peccati mortalis conscientiam...; sed
rum? Responde diciendo, como todos
penitentes piadosos que no se acusan en sus pecados «in peccatis suis ta- non in hoc justificatns sum; id est, non
los autores católicos: Que ninguno
más que de imperfecciones, y nada bescet, et non amplius ad confessio- sufficit ad hoc quod me justum pro-
puede estar cierto, certitudine fidei di-
cierto pueden manifestar de la vida nem redibit,» dice el Santo. nuntiem; quia possunt aliqua peccata
vina ni de evidencia humana, de que
pasada, á los cuales, una vez al mes, in me latere, quse ignoro, secundum
2° Se puede absolver sub conditio- se le han perdonado los pecados, si no
se les puede absolver bajo de condi- illud psalmi 18, v. 13: Delicta quis
ne á los muchachos y semifatuos, de ha tenido revelación divina; pero que
ción. (Marc, tomo 2, núm. 1663.) intelligit?»
los que se duda si tienen perfecto uso puede tener una certeza moral ó con-
Cuándo se ha de absolver á los niños
de razón; á éstos se les puede absol- jetural, por el testimonio de su buena 2.° E n el caso de que San Pablo
y niñas, véase el núm. 2488 del a u -
ver sub conditione,principalmente si han conciencia. E n esto convengo con hubiera hablado de la causa eficiente
tor. «Probabiliter absolví possunt sub
confesado algún pecado mortal cierto Scavini; pues los justos, en llegando de la justificación, se equivoca S c a -
conditione sponsi proxime matrimo-
ó dudoso, no sólo por no privarles de á la perfección, gozan (por lo común) vini en decir que es la gracia de D i o s ;
nium celebraturi, sed dubie dispositi,
'a gracia sacramental, sino porque no de paz y seguridad; pero no convengo porque la gracia es la causa formal de
si dubium confessaiii zelo vinci non
queden tal vez en pecado mortal- con la interpretación que da Scavini la justificación, y D i o s es la causa
possit; si sfccus sacramentum sunt
Esto se entiende cuando no hay espe- á aquellas palabras del Apóstol ( I ad eficiente. (Véase el T r i d e n t i n o , ses. 6,
certo profanaturi, et inabsoluti di-
ranza de que luego tendrán perfecto Cor., cap. 4 , v. 4): « N i h i l mihi con- De justif., cap. 7.)
missi non amplius reddituri. (Scavi-
uso de razón; pues otra cosa se ha scius sum, sed non in hoc justifica- T a m p o c o convengo con Scavini en
ni, ubi supra.) í t e m , dice el mismo
de decir de los que lo tienen, por- tus sum ; » á saber , dice Scavini: lo que dice á continuación: « D e pro-
autor en el mismo lugar, si agatur de
que cuando están dudosamente dis- «Apostolus non negat allatis verbis se pitiato peccato noli esse sine metu
milite ad bellum mox ituro, de viato-
puestos, se les debe suspender la a b - esse justificatum, sed docet tantum (Ecclesiast., cap. 5, v. 5): id accipien-
re, qui j a m j a m sit procellosum mare
solución «quia adest via et spes quod, dum non quasi debeas de remissione du-
justificationem suam non inniti huic
 538 LIBRO VI. TRATADO
hitare, sed non debes esse sine omni
metu, ne in idem relabaris. Si aliter
textus acciperetur, contineret sensum
veré et omnino contradictorium: dice-
ret, n e m p e , peccatum propitiatum
simul et non propitiatum, id est, r e -
missum simul et non remissum, quod
esse non potest.» Este raciocinio pa-
rece ingenioso, pero no es sólido; por-
que si bien aquellas palabras «noli
esse sine metu» pueden entenderse
«ne iterum relabaris,» pero las pala-
bras «de propitiato peccato» no quie-
ren decir precisamente del pecado per-
donado realmente, s i n o , como dice
Cornelio á L a p i d e , con la sentencia
común: «De propitiato peccato noli esse
sine metu, sensus est: esto confidus...
tibi peccatum esse propitiatum et
condonatum; noli tamen de eo esse
securus et sine metu, ne forte confi-
dentia, pcenitentia et dispositio tua
sit falsa.»
L o mismo había dicho antes H u g o
de San Caro, y dijeron después T i r i -
no, el P. Scío, y sobre todo el Espí-
ritu Santo nos dice: «Sunt justi sa-
pientes, et opera eorum in manu D e i ;
et tamen nescit homo utrum amore, an
odio di gnus sit.» (Ecclesiast., cap. 9,
v. 1.) « N e m p e (añade T i r i n o ) certa et
infallibili scientia, quse excludat o m -
nem formidinem de opposito. N a m
talis sine peculiari revelatione non
habetur in hac vita, ut definit T r i -
dentinum.» E l T r i d e n t i n o , en la se-
sión 6, cap. 9, d i c e : «Quilibet dum
seipsum, suamque propriam infirmita-
tem et indispositionem respicit, de sua
gratia formidare et timere potest.»
Finalmente, el que tiene su espíritu
tranquilo por el testimonio de su con-
ciencia, ha de procurar la confianza
y la paz interior, pero sin dejar de vi-
vir con santo temor: « C u m metu et
tremore vestram salutem operamini,»
como dice San P a b l o . ( A d P h i l i p -
penses, cap. 2, v. 12.)
2304. P. ¿Cuánta es la virtud
de la absolución?
R. L o s protestantes dicen que la
V.
fe sola perdona los pecados; que el
confesor no absuelve realmente como
juez de los pecados, sino que declara
que están perdonados; pero el T r i -
dentino definió dogmáticamente: «Si
quis dixerit absolutionem sacramen-
talem sacerdotis non esse actionem ju-
dicialem, sed nudum ministerium pro-
nuntiandi et declarandi peccata esse
remissa confitenti; modo tantum cre-
dat se esse absolutum..., anathema
sit.» (Ses. 14, can. 9.)
CAPÍTULO IX
D E L MINISTRO D E L S A C R A M E N T O DE L A
PENITENCIA
2305. L o s herejes waldenses en-
señaban dos errores hereticales en
esta materia: que el l e g o , si era
bueno, tenía facultad de absolver de
los pecados; 2. , que el sacerdote, si
0 lares así reprobados no podrían con-
era malo, quedaba privado de la po-
testad de absolver de los pecados.
Estas dos herejías fueron condenadas
en el Tridentino (ses. 14, can. 10):
«Si quis dixerit sacerdotes qui in pec-
cato mortali sunt, potestatem ligandi
et solvendi non habere, aut non solos
sacerdotes esse ministros absolutionis,
sed ómnibus Christi fidelibus esse
dictum: Quaecumque ligaveritis, etc.,
anathema s i t . » E s t o mismo había
sido definido en los Concilios Cons-
tanciense, Lateranense I V y Floren-
tino.
2306. Antiguamente había cos-
tumbre de q u e , faltando sacerdote,
los moribundos decían sus pecados á
un l e g o , como dice Santo T o m á s (In
Supplem., 3 . p., q. 8); pero esto era
a
un acto de humildad que, según da á
entender el A n g é l i c o , se creía obliga-
torio en aquel t i e m p o ; mas el mismo
Santo Doctor afirma que no era ver-
dadero Sacramento, porque en el ar-
tículo 2 ad 3 . dice que el que en
u n i
este caso había dicho sus pecados á
un lego, si después tenía proporción,
era necesario «quod iterum confiteatur
DEL SACRAMENTO
sacerdoti, cum copiam habere potuerit,
quia Sacramentum perfectum non
fuit.» D i c e también: «Qui laico confi-
t e t u r . . . , sacramentalem absolutionem
non consequitur.il
E l P. Morin se empeña en probar
que antiguamente los diáconos absol-
vían de los pecados en peligro de
muerte, cuando faltaba un sacerdote;
pero Bouvier dice que esta aserción
es falsa y próxima á herejía, atendida
la definición del Tridentino. E n el día
no sería lícita la confesión antigua no
sacramental hecha á los legos en p e -
ligro de muerte: porque sería con-
tra la costumbre de la Iglesia; 2. , por-
0
que daría ocasión á fomentarla here-
jía de los luteranos, que, en caso de
necesidad, dan facultad de absolver
hasta á las mujeres.
ARTÍCULO PRIMERO
De la aprobación necesaria para
confesar.
2307. Aunque el sacerdote, al
recibir el presbiterado, recibe la po-
testad de orden para perdonar los pe-
cados , cuando el Obispo le dice:
«Accipe Spiritum Sanctum, quorum
remiseris peccata,» etc. ; pero no la
puede ejercer ni lícita ni válidamente,
mientras no tenga jurisdicción: « P e r -
suasum semper in Ecclesia Dei fuit,
et verissimum esse Synodus hsec con-
firmat, nullius momenti absolutionem
esse deberé, quam sacerdos in eum
proferí, in quem ordinariam aut sub-
delegatam non habet jurisdictionem,»
dice el T r i d e n t i n o (ses. 14, cap. 7).
Se v e , pues, que para absolver váli-
damente, además de la potestad de
orden, se necesita la de jurisdicción.
2308. P. ¿ Cómo se define la
aprobación del confesor?
R. «Juridicurn t e s t i m o n i u m , quo
Episcopus fidem facit se talem sacer-
dotem judicare idoneum ad sacra-
mentales fidelium confessiones in sua
dicecesi audiendas.»
E l Tridentino (en la ses. 23, capí-
DE LA PENITENCIA.
tulo 15) ordenó lo siguiente: « Q u a m -
vis presbyteri in sua ordinatione a
peccatis absolvendi potestatem acci-
piant, decemit tamen Sancta Synodus
mdlum, etiam regulare?», posse con-
fessiones sacularium, etiam sacerdo-
tum, audire, nec ad id idoneum repu-
t a n , nisi aut habeat parochiale bene-
ficium, aut ab Episcopis per examen,
si illis videbitur esse necessarium, aut
alias idoneus judicetur, et approbatio~
nem, quse gratis detur, obtineat; privi-
legiis et consuetudine quacumque, etiam
immemorabili, non obstantibus.»
D e aquí se infiere:
i." Que en el día los regulares no
pueden ya confesar á los seculares,
ni a u n á sacerdotes, sin la aprobación
del Ordinario del lugar donde oyen
las confesiones. Así es q u e , si bien pe-
caría el Diocesano negándoles injus-
tamente la aprobación, pero los regu-
fesar válidamente. Alejandro VII
condenó la proposición siguiente (es
la 13): «Satisfacit prascepto annuas
confessionis qui confitetur regulari,
Episcopo praesentato, sed ab eo in-
juste r e p r ó b a t e »
2. 0
E l Diocesano puede dar la
aprobación sin previo e x a m e n , aun-
que obraría ilícitamente si por otra
parte no tiene razón para formar jui-
cio prudente de la idoneidad del apro-
bando. E l Diocesano puede también
(y así se hace algunas veces) delegar
en otro la aprobación para confesor;
porque, como dice San L i g o r i o , « E p i s -
copus potest hanedare approbationem
etiam per alios, nam hic est actus non
ordinis, sed jurisdictionis.» (Homo
apostolicus, tract. X V I , núm. 74.)
L a aprobación puede hacerse con
limitación de personas, ó de tiempo, ó
de lugar.
De personas, como si se le aprobase
para hombres, pero no para mujeres;
ó para seglares, pero no para r e l i -
giosas.
De tiempo; por ejemplo, de seis
meses.
 54» LIBRO VI. TRATADO
De lugar; por ejemplo, para tal p a -
rroquia, ó pueblo, y nada más.
2309. P. ¿Puede el Obispo revo-
car sin justa causa la aprobación que
había dado absolutamente?
R. Sobre si la aprobación conce-
dida absolutamente por el Obispo puede
éste revocarla sin justa causa, hay opi-
niones, como puede verse en San L i -
gorio (lib. 6, núm. 551); pero el San-
to, hablando de la opinión de Suárez
y otros que dicen que la revocación
hecha sin justa causa sería nula, dice
a s í : « A t hanc opinionem vix in praxi
probabilem censeo, quia injustitia r e -
vocationis deberet esse luce clarior, et
abesse quodcumque hallucinationis
periculum: sed hoc vix accidere potest,
cían innúmera; possint esse causa justos
apud Episcopum revocandi approba-
tionem, quae ignorentur a confessa-
rio.» Me parece convincente la razón
del Santo, pues tal vez el Obispo tie-
ne motivos ocultos, que no puede ma-
nifestar sin grave daño de tercero, ó
que le constan suficientemente, pero
no se pueden probar en el fuero ex-
terno.
2310. Con justa causa puede el
Obispo llamar á nuevo examen á los
sacerdotes que él mismo ó su antece-
sor habían aprobado absolutamente:
puede también restringir la aproba-
ción que había dado , y todo esto
puede hacerlo igualmente con los re-
gulares; tanto, que en una cuestión
que algunas Ordenes regulares y los
Jesuítas sostuvieron con el Obispo de
Angers, Alejandro V I I , para dirimir
de raíz esta cuestión, en 30 de E n e r o
de 1639 condenó como temeraria y
errónea la proposición siguiente: « N o n
possunt Episcopi limitare seu restrin-
gere approbationes quas regularibus
concedunt ad confessiones audiendas,
nec ulla ex parte revocare;» pero si el
Obispo lo hiciese ab irato (porque al
fin es hombre), daría cuenta á Dios
del daño espiritual que causase á los
fieles, de la infamia del religioso y del
escándalo que se siguiese. E s verdad
V.
que, cuando lo hiciese con motivo
justo, no tiene obligación de dar ra-
zón de la revocación que hace.
L o s confesores seculares ó regula-
res cuya aprobación haya sido l i m i -
tada de cualquier manera por ei Obis-
po, no pueden aprovecharse del pri-
vilegio de la bula de la Cruzada que
tengan los penitentes; deben atenerse
en un todo á la limitación hecha por
el Obispo: así consta de la bula Apos-
tolici minisierii, dada por Clemente X I I
para España, y extendida después
para toda la Iglesia por Benedic-
to X I I I , como puede verse en la bula
de Benedicto X I V , Apostólica indulta,
§ 3, n ú m . 100. Véase también á Ca-
basucio, T. F., lib. i , cap. 1, núm. 14,
y cap. 10, núm. 13. Véase además á
San L i g o r i o , lib. 6, núm. 552; y , por
último, á Benedicto X I V , Instit. 86,
núm. 9. Sobre este punto no queda ya
duda alguna.
2311. P. ¿Puede el párroco invi-
tar á un párroco de otra diócesis para
que confiese á sus subditos?
R. Graves autores, entre ellos Suá-
rez, L u g o , W i g a n d t , Cóncina, etc.,
dicen que puede, porque el párroco,
al recibir la colación de la parroquia,
queda aprobado para toda la Iglesia; y
se fundan en que el Tridentino dice
así: « N u l l u m posse confessiones audi-
re, nec ad id idoneum reputan, nisi
aut parochiale beneficium, aut Episcopi
approbationem obtineat;» pero en el
día no se puede sostener esta opinión,
si el párroco llamado á otra diócesis
no está aprobado por el Ordinario de
ésta. Benedicto X I V trata esta cues-
tión en la Instit. 86, núm. 7, y trae
la siguiente declaración de la Sagrada
Congregación del Concilio, de 3 de
Diciembre de 1701. H e aquí la con-
sulta: « A n curati unius dicecesis voca-
ti a parochis aliena; dicecesis possint
in ista audire confessiones tam suo-
rum subditorum quam alienorum abs-
que licentia Episcopi?» Responsum
fuit: «Affirmative quoad subditos: ne-
g a t i v e quoad alios.»
DEL SACRAMENTO DE LA
Dos cosas declara aquí la Sagrada
Congregación:
i." Que el párroco puede confesar
á sus feligreses en diócesis ajena sin
aprobación del Obispo de aquella dió-
cesis, porque se trata del ejercicio de
su jurisdicción con sus s u b d i t o s en el
fuero de la conciencia.
2.a
Que no puede confesar en dió-
cesis donde no está aprobado por el
Ordinario del lugar donde se confiesa
el penitente, aun cuando el párroco de
éste le invite para que confiese á sus
feligreses.
ARTÍCULO II
De la jurisdicción del confesor.
2312. P. ¿Cómo se define la ju-
risdicción en la presente materia?
R. «Potestas qua sacerdos, ut j u -
dex, fert in alterum, tamquam in sub-
ditum, sententiam in foro conscien-
tiae.» D e modo que la aprobación da
testimonio de la idoneidad del sacer-
dote para confesar; la jurisdicción le
da subditos sobre los cuales pueda
ejercer el ministerio.
P. ¿En qué se distingue la potestad
de orden de la potestad de jurisdic-
ción?
R. i . ° E n que la potestad de orden
se da á todo sacerdote en su ordena-
ción; la de jurisdicción la confiere el
superior legítimo, cuando le da s u b -
ditos.
2.° E n la potestad de orden todos
los sacerdotes son iguales, pero no en
la de jurisdicción.
3.0
L a potestad de orden es inva-
riable é indeleble, porque se funda en
el carácter sacerdotal; la d e j u r i s d i c -
ción puede aumentarse, ó disminuir-
se, ó quitarse del todo.
2313. L a jurisdicción se divide
en ordinaria y delegada. Ordinaria es
la que poseen los que tienen el cargo,
oficio ó beneficio al cual está aneja la
cura de almas; esto es, la que tienen
todos los pastores, como el Papa en
PENITENCIA. 541
toda la Iglesia, el Obispo en su dió-
cesis, el Arzobispo en tiempo de visi-
ta en sus sufragáneos, el párroco en
su parroquia y los superiores regula-
res respecto de sus subditos.
L a jurisdicción delegada es la que
se concede por aquel que tiene la or-
dinaria. E l Papa puede conceder la
delegada para toda la Iglesia, el Obis-
po sobre sus diocesanos, el párroco
sobre sus feligreses al confesor apro-
bado allí por el Ordinario del lugar
del penitente, como queda dicho: el
General de una Orden regular sobre
todos los individuos de ella, el P r o -
vincial sobre los de su provincia, y el
local sobre los individuos de su comu-
nidad, pero según las leyes respectivas de
cada instituto regular.
Participan de la jurisdicción ponti-
ficia respecto de este Sacramento el
penitenciario del Papa, el L e g a d o a
latere, los Nuncios apostólicos en el
territorio de su nunciatura, los G e n e -
rales de las Ordenes, etc. También la
participan los vicarios generales de
los Obispos; porque, como dice San
L i g o r i o , con la sentencia común y
más verdadera, el vicario general del
Obispo, en el hecho de ser nombrado,
«jurisdictionem habetordinariam tam
in civilibus quam in spiritualibus, non
j a m ab Episcopo, sed a canone, cum
faciat ipse unum Tribunal cum Epis-
copo, ut habetur ex cap. 2 (De con-
suet., in 6, et cap. Romana, de appell.,
in 6). Se exceptúan aquellas faculta-
des que no competen al Obispo por
derecho ordinario común. T a m p o c o
puede el vicario general entender en
aquellas causas criminales que exigen
un castigo notable, ni en la permuta-
ción, unión, erección y colación de
beneficios. N i puede visitar la dióce-
sis, ni reunir Sínodo, ni absolver de
los casos que por derecho canónico
están reservados únicamente al Obis-
po, ni absolver de los casos que el
Obispo se reserva únicamente á sí
mismo. T a m p o c o dispensa de las irre-
gularidades que provienen de delito
542 LIBRO VI. T R A T A D O
oculto, ni puede conceder dimisorias,
á no ser queelObispo estuviese ausen-
te por mucho tiempo y á larga distan-
cia. T a m p o c o puede dispensar en j u -
ramentos y votos, ni en los estatutos
episcopales y sinodales.
2314. L a jurisdicción ordinaria
para la absolución puede adquirirse,
dice Billuart (De sacram. Pcenit.,
diss. 6.", art. 2, petes 5), de los modos
siguientes:
i.° Por razón de domicilio ó cuasi
domicilio.
2.° P o r privilegio del estado; como
sucede con los que son de la familia
d e los Cardenales, los cuales están
sujetos á éstos en orden al sacramento
de la Penitencia.
3. 0
L o s novicios están sujetos á
sus superiores: también los comensales
de los conventos, á los cuales pueden
confesar los regulares, darles la c o -
munión para el cumplimiento pascual,
y también el Viático y la Extremaun-
ción , pero no los sacramentos del
Bautismo y del Matrimonio. (Véase á
Billuart en el lugar citado.)
4. 0
Se adquiere la jurisdicción o r -
dinaria por interpretación del dere-
cho, ó sea por tácita voluntad de los
Ordinarios, confirmada por la cos-
tumbre; como los viajeros y peregri-
nos pueden confesarse con los confe-
sores del lugar donde se hallan, ya sea
por devoción, ya para cumplir con el
precepto pascual, si en este tiempo no
pueden cómodamente hacerlo en su
pueblo, como lo declaró Eugenio I V .
E s verdad que su propio párroco tiene
derecho á exigirles testimonio de h a -
ber cumplido estos preceptos. Asimis-
mo los vagos , como no tienen d o m i -
cilio en parte alguna, para este Sacra-
mento adquieren derecho de domicilio
ó cuasi domicilio en el lugar por donde
pasan.
5.0
Por razón de error común, jun-
to con título colorado.
2315. L a jurisdicción delegada
unas veces se delega directamente,
.otras indirectamente. L a delegada di-
V.
rectamente es la que se delega al
sacordote para que absuelva. L a dele-
gada indirectamente es cuando el su-
perior legítimo concede á una persona
la facultad de elegir confesor que la
absuelva hasta de reservados, si así lo
expresa ; ó que absuelva á otros que
la persona delegada designe. E n este
caso, como la jurisdicción termina en
el sacerdote elegido, la facultad de
elegir puede delegarse á legos , y a u n
á mujeres , como sucedía con la aba-
desa de las Huelgas de Burgos.
2316. P. ¿De cuántos principios
puede provenir la jurisdicción dele-
gada?
R. D e tres: ab homine, a jure, a
consuetudine. Ab homine, cuando el que
tiene jurisdicción ordinaria concede
á alguno la facutad de confesar, ó de
elegir confesor: es igual que la c o n -
ceda por escrito, ó de palabra , ó por
algún signo. A jure , cuando el dere-
cho canónico, una ley, ó bula, ó cons-
titución pontificia concede á ciertas
personas la facultad de absolver ó de
elegir confesor: tal es la que concedió
Gregorio I X por las siguientes pala-
bras: « C u m pro dilatione pcenitentiae
periculum immineat animarum, per-
mittimus Episcopis et alus supe-
rioribus , necnon minoribus prselatis
exemptis, ut etiam prczter superioris
sui licentiam, providum et discretum
sibi eligere possint confessarium.»
( L i b . 5, Decret., tít. 38, De pcenit. et
remiss.) E n cuanto á los prelados r e -
gulares inferiores , atiéndase á las
leyes de su instituto.
Aquí por Obispo se entienden tam-
bién los que están ya electos y confir-
mados por el Papa , aunque no estén
consagrados, y a u n cuando sean titu-
lares. L o s que tan sólo están electos,
no tienen jurisdicción alguna, porque
les falta la misión del Papa ; y puede
muy bien suceder que los R e y e s y los
Gobiernos , ó por ignorancia , ó por
malicia, elijan y presenten para Obis-
pos á sacerdotes indignos por sus ma-
las costumbres, ó tal vez por sus m a -
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 543
las doctrinas. E n España , en Cuba, 3.
0
« E s más. Pueden autorizar á
en Filipinas hemos visto los escánda- los religiosos de su Orden para que
los, las turbaciones y cismas que cau- se confiesen con un simple sacerdote,
saron algunos desatentados sacerdo- aunque sea secular. En este caso el
tes que, estando solamente electos por clérigo regular no debe usar de su
elGobierno civil, pero no confirmados p r i v i l e g i o , eligiendo un sacerdote in-
por el Papa, se intrusaron en el g o - digno , que está excomulgado ó sus-
bierno de las diócesis. Estos d e s - penso por su propio prelado.»
venturados ambiciosos cismáticos son 4.
0
« L a s Ordenes religiosas tie-
reos delante de Dios de todos los in- nen privilegio especial para que sus
mensos males que causan á los sacer- individuos, sin consentimiento de sus
dotes y católicos fieles ; lo son tam- prelados, no se confiesen con confeso-
bién de la perdición de los muchos res extraños á su Orden. (San L i g o -
que, ó por temor, ó por especulación, rio, lib. 6, núm. 575)-»
ó por malicia, sucumben al cisma.
5.
0
« E l sacerdote regular que re-
2 3 1 7 . L o s Obispos degradados no ciba las licencias del Obispo sin el
parece que gozan del derecho de ele- permiso de su superior inmediato, pe-
gir confesor, dice Billuart, «quia ha- cará más ó menos gravemente, según
bentur tamquam si non essent Epis- sea el rigor de las constituciones
copi;» pero añade que gozan de este de su Orden en este punto; pero si
privilegio los Obispos depuestos, exco- ejerce las licencias , las absoluciones
mulgados , suspensos; «quia licet i n - que dé serán válidas. (Salmanticenses,
terdicatur eis usus ordinis et juris- t r a c t . V I , De sacram. Pcenit., cap. 1 1 ,
dictionis, non privantur tamen gratiis punct. 7, números 109 y i r o ) . » Hasta
et privilegiis.i) ( E n el lugar citado, aquí el Sr. Sánchez.
De jurisdictione delegata, petes 2.) L a s resoluciones anteriores exigen
Por prelados superiores se entienden alguna explicación ; y como la mayor
los Generales de las Ordenes, los P r o - parte de los religiosos exclaustrados
vinciales, los Abades exentos de la de España se hallan en una situación
jurisdicción episcopal, y los Cardena- pobre y precaria, muchos de ellos sin
les. Por prelados inferiores se entien- libros , y otros en países montuosos
den los prelados locales, como P r i o - donde no tienen personas con quienes
res, Guardianes, Rectores, etc. consultar, en obsequio suyo voy á ex-
2318. P. ¿Pueden los prelados plicar esta materia con cuanta clari-
regulares elegir confesor fuera de su dad me sea posible.
Orden? 2319. A lo primero respondo:
R. E l Sr. Sánchez, en su Teología cuando se afirma que los prelados re-
Moral (trat. V I , punto 9 , núm. 16), gulares pueden autorizar á sus subdi-
dice así: tos para confesar á los religiosos de
i . ° « L o s prelados regulares tenían su Orden sometidos á su jurisdicción,
y tienen facultad para aprobar á los esto no es cierto , hablando tan gene-
sacerdotes que han de oir las confe- ralmente. H a y que atender á la legis-
siones de sus subditos, ó sea los frai- lación de cada instituto en particular.
les de su Orden sometidos á su juris- E n la Orden de Predicadores , ni los
dicción. (Cóncina, tomo 9, lib. 2, prelados locales , ni aun los P r o v i n -
diss. 2, cap. 3, punt. u n i c , núm. 1).» ciales , pueden dar la licencia de con-
2.
0
Dice el Sr. Sánchez : « L o s fesar á sus subditos, ni aun respecto
prelados regulares pueden autorizar á de los religiosos sujetos á su jurisdic-
los clérigos seculares para que confie- ción , sino previo el examen y el nú-
sen á los frailes que sean sus sub- mero de examinadores que prescribe
ditos.» la legislación dominicana. T a n sólo
 544 LIBRO VI. TRATADO
el Maestro General puede exponer de
confesores á los simples sacerdotes de
su Orden , dispensando el examen ó
exámenes que prescribe la legislación.
Véase la distinción 2 . , cap. 12 , d e -
a
claración 4 . , números 978 y siguien-
a
tes de la última publicación de las
Constituciones de la Orden de P r e d i -
cadores, edición de P a r í s , a ñ o d e 1872,
aprobada por el Capítulo general de
Gante, celebrado en 1 8 7 1 .
2320. A lo segundo digo que,
según la última legislación , los r e l i -
giosos Dominicos , cuando no tienen
á la mano sino tres confesores de la
Orden, pueden confesarse con cual-
quier confesor secular ó regular de
otra Orden , como se puede ver en el
núm. 101 de las citadas Constitucio-
nes; privilegio que antes no tenían los
Dominicos , y se les concedió en el
Capítulo general de Gante, con auto-
ridad pontificia. (Ordinal, pro con-
fess., 7.)
Cuando un religioso Dominico tu-
viese á la mano cuatro confesores de
su Orden, n i su prelado local , ni a u n
su Provincial pueden darle facultad
para confesarse con confesor que no
sea de su Orden ; y si lo hiciese , su
confesión , no sólo sería ilícita , sino
también inválida; á no ser que tuviese
autorización del Maestro General de
su Orden, como se lee en el citado
núm. 101: «Ordinamns ad majorem
conscientiarum libertatem , ut fratres
extra Ordinem confiteri valeant, guan-
do ditos vel tres tantummodo confessarios
ex Ordine ad manum habere possunt.
Ubi vero ad manum habentur quatuor
confessarii ex Ordine, confessio extra
Ordinem facta absque licentia Magistri
Ordinis esset non tantum illicita , sed
plañe invalida.»
Pero se ha de notar que si bien el
Maestro General de la Orden de P r e -
dicadores puede autorizar á sus s u b -
ditos para que , aunque haya cuatro
confesores Dominicos á la mano, pue-
dan confesarse con confesor secular ó
regular de otra Orden, no lo puede
V.
hacer cuando existiesen á la mano
doce religiosos Dominicos expuestos
de confesores: «Solus (Ordinis) Magis-
ter potest alicui fratri concederé , ut
cum adest copia confessarii (hodie
quatuor confessariorum) ex Ordine.
nihilominus extra Ordinem sua pec-
cata confiteatur, in istis tamen conven-
tibus in quibus non sunt duodecim
Patres ad fratrum confessiones expo-
siti. )> ( V i d e Fontana, Confess. Frat. 3,
supra núm. 101.)
2321. E n cuanto á lo tercero, el
Sr. Sánchez siguió la opinión de los
Salmaticenses, Suárez, San L i g o r i o y
otros que afirman, no que siempre pue-
dan los prelados regulares autorizar á
sus subditos para que puedan confe-
sarse con un simple sacerdote , aunque
sea secular (esto no lo he visto en nin-
gún autor), sino que lo pueden hacer
cuaudo 110 tienen confesor de su Orden.
L a s razones en que se apoya San L i -
gorio pueden verse en su Teología Mo-
ral, lib. 6 , núm. 575. N o obstante,
sea lo que fuere de otras Ordenes r e -
ligiosas que puedan tener algún pri-
vilegio que yo ignoro, en cuanto á la
Orden de Predicadores , no creo que
su Maestro General pueda dar facultad
paraque sussúbditos se confiesen váli-
damente con un simple sacerdote secu-
lar ó regular de otra Orden; y esta es
la opinión de W i g a n d t , Antoine, Cón-
cina , V á z q u e z y otros. Esta opinión
me parece notablemente más proba-
ble; y me fundo:
i.° E n que en más de cincuenta
años de religioso Dominico jamás he
visto ni oído que ninguno de mi Orden
(fuera de peligro de muerte) se haya
confesado con un simple sacerdote
secular.
2.0
Scavini , que en la edición
de 1847 había llevado la opinión de
San L i g o r i o , en la edición en cuatro
tomos de 1865 (tomo 1 , núm. 550,
nota i . ) , después de referir la citada
a
sentencia del Santo, añade: «Hodie
tamen v o l u n t , neminem regularium
posse confiteri nisi sacerdoti ad confes-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 545
siones adprobato.» E l docto J . A . del ó no haya en el convento doce confe-
Vecchio, canónigo de la catedral de sores Dominicos.
Novara, que cinco años después de la A continuación del párrafo anterior
muerte de Scavini publicó su Teolo- añaden las Constituciones: « E x pri-
gía Moral, en el tomo 1, núm. 486, vilegio autem Innocentii V I I , quod
edición de 1874, dice así: «Superio- in compendio privilegiorum nostro-
res regulares, qui ex proprio Ordine rum continetur, potest frater in itine-
facultatem habent deputandi confes- re positus, aut quomodolibet ex prae-
sarios, nisi obstet statutum vel constitu- lati obedientia extra conventum m i s -
tio, possunt licentiam impertiri suis sus, sua peccata sasculari sacerdoti,
subditis, ut tam intra quam extra vel etiam confessori aiterius Ordinis
claustra degentes confiteantur cuili- confiteri.»
bet sacerdoti, tam sseculari quam al- E n vista de esto, no se puede afir-
terius Ordinis, si tamen ad confessio- mar que los prelados regulares pue-
nes adprobatus; ut patet ex resolu- den dar á sus subditos licencia para
tione Sacras Congregationis Concilii que se confiesen con cualquier simple
18 Sept. 1 7 6 9 . E t Pius I X , brevi sacerdote secular ó regular fuera de
28 Sept. 1852, indulsit Cappuccinis, su Orden, si no tienen especial privi-
ut a confessario extraneo possint obti- legio concedido á su instituto. Se ha
nere sacramentalem absolutionem, etiam de notar también que ni el mismo
quoad casus per statuta Ordinis re- prior de un convento puede confesar-
servatos, incursasque proinde censu- se con un confesor de fuera de su Or-
ras, praastita tamen obligatione se, den, sino en los casos en que pueden
statim ut primum licuerit, superiori sus subditos: tan sólo se concede al
suo regulari prassentandi, et ab ipso prelado local que pueda confesarse
absolutionem impetrandi. Ita B u z - ¡¡ con un simple sacerdote religioso de
zarri, Collectanea in usum decretaría su Orden (Constituciones de la Or-
S. Congregat. Episcoporum et Regu- den de Predicadores, edición de P a -
larium. » rís de 1872, aprobadas por el Capítulo
L a novísima concesión anterior de general de Gante celebrado en 1871,
núm. 595).
Pío I X parece no tiene igual lugar
respecto de los Dominicos, los cua- E n cuanto á lo cuarto: en las O r -
les, fuera de los casos arriba excep- denes regulares, en las que se conce-
tuados, no pueden confesarse fuera de por el mismo derecho canónico-
de su Orden. A d e m á s , el texto de las regular del instituto que se puedan
Constituciones dominicanas impresas confesar en casos determinados con
en R o m a en 1690, dist. i . , cap. 14, confesor secular ó regular de otra Or-
K
texto 3, letra C, dice literalmente así: den, si la concesión no tiene restricción
«(Magister Ordinis) potest etiam ex alguna, entonces el religioso no nece-
legitima causa fratribus licentiam sita pedir licencia á su prelado para
daré, ut confiteantur sacerdoti saecu- usar del privilegio. U n D o m i n i c o ,
lari vel regulari (nótese bien), alias le- por ejemplo, que se encuentra en par-
gitime expósito, aiterius Ordinis, quan- te donde no tiene á la mano sino tres
do copiam confessoris Ordinis nostri confesores de su Orden, puede lícita-
habere non possunt.» Y a se ha dicho mente confesarse con cualquier con-
que en el día, por concesión de Pío I X , fesor secular ó regular de otra Orden
el Maestro General puede dar licencia sin pedir licencia á sus prelados r e -
á todos los religiosos de la Orden para gulares, porque esto se lo conceden
las leyes de su Orden (apoyadas en la
que puedan confesarse con cualquier
autoridad de P í o I X ) , sin restricción
confesor secular ó regular de otra Or-
alguna. E s verdad que el confesor
den, con tal que no tenga á la mano
TOMO II.
5|6 LIBRO VI. TRATADO
que elija fuera de su instituto no po-
drá absolverle de los casos ó censu-
ras reservadas en su Orden, á no ser
que tenga su instituto algún privile-
gio especial, como le tienen los Ca-
puchinos, concedido por P í o I X , se-
gún se ha dicho en el párrafo i . ° de
este número.
2322. A lo q u i n t o : aunque anti-
guamente los autores se dividieron
sobre si eran válidas las absoluciones
dadas á los seculares por los regula-
res no expuestos de confesores por su
Orden, y a u n contra la voluntad de
su prelado, en el día, según las Cons-
tituciones de la Orden de Predicado-
res publicadas en 1S72, la legislación
vigente es la siguiente, como se lee
en la distinción 2 . , cap. 1 2 , núme-
a
ro 983: « S i vero frater qui recepit ab
Episcopo non tantum approbationem,
sed etiam jurisdictionem (ut hodie
fieri solet), ab audientia confessio-
num saecularium per suum prselatum
quomodocumque suspendatur, valide
absolutiones impertietur; prout decla-
ravit Sacra Congregatio Episcopo-
rum et Regularium die 2 Martii 1866.
Sed subditus ita faciens graviter pec-
caret, nec uti posset privilegiis, quas
regularium propria sunt.»
L a resolución anterior, en cuanto
á la validez de las absoluciones, es
general para todos los regulares que
no tengan en contra algún privilegio
especial. T a m b i é n me parece que pe-
can mortalmente los regulares de
cualquier instituto que sin estar ex-
puestos por su Orden, ó estando sus-
pensos por su prelado de oir confe-
siones, no obstante confiesan á se-
glares. C o m o es una materia impor-
tante, voy á transcribir literalmente
el decreto de la Sagrada Congrega-
ción (al que se refieren las Constitu-
ciones dominicanas), la cual pregun-
tada:
i.° « U t r u m religiosus non appro-
batus juxta leges proprii Ordinis a suo
superiore, vel ipso invito, cum sola fa-
cúltate Ordinarii valide excipiat con-
V.
fessiones saecularium; 2. , an superio-
0
res regulares jurisdictionem haben-
tes possint suos subditos suspendere
ab audiendis confessionibus saecula-
rium, etiam ex informata conscien-
tia; 3 . , an valeat suspensio oretenus
0
d a t a , et absque scripto enuntiata:
4 . , an absolutio impertita ab eo qui
0
tali suspensione est innodatus, sit va-
lida; 5 . , an qui hujusmodi absolu-
0
tionem attentat, irregularitatem in-
currat? Sacra Congregatio, 2 Mar-
tii 1866, respondit: Ad i . : affirma-
u m
tive, Ad 2 . : affirmative, ita tamen ut
u m
religiosus suspensas illicite, non vero in-
valide confessiones excipiat. Ad 3. : af-
firmative, cum feratur per modum pree-
ceptiparticularis. Ad 4 . : affirmative.
unl
Ad 5 . : provisum in prczcedent.bus;
u m
esto e s , no incurre en irregularidad.
P o r último, aunque el Prior en la
Orden Dominicana no puede por sí
solo dar facultad para confesar re-
ligiosos subditos suyos á un simple
sacerdote religioso que también es su
subdito, pero el miamo Prior puede
confesarse con un religioso simple sa-
cerdote que sea de su Orden. H e aquí
las palabras literales de la última
edición de las Constituciones de la
Orden de Predicadores (dist. 2. , ca-
pítulo 2, núm. 595): « P r i o r , ex pri-
vilegio, potest ehgere sibi confessa-
rium inter fratres Ordinis non appro-
batos ad confessiones audiendas. S;d
non potest valide confiteri aut valí-
de permitiere ut fratres confiteantur
extra Ordinem, quando habentur ad
manum quatuor confessarii ex Ordi-
n e . » (Romae, 1868; Gandavi, 1871;
Ordinal, pro confess., 7.)
2323. Cuando un instituto tiene
privilegio particular de que sus indivi-
duos puedan confesarse con cualquier
confesor secular ó regular de otra Or-
den, aprobado por el Ordinario, este
privilegio no habla con las monjas;
porque éstas, aun en tiempo de jubileo
(como se dijo en su l u g a r ) , en el que
se les da facultad de elegir confesor,
deben elegir precisamente uno que ten-
DEL SACRAMENTO
ga facultad del Ordinario de aquel lu-
gar para confesar monjas de su insti-
tuto; y esto tiene siempre lugar a u n
respecto de las monjas que no están
sujetas al Ordinario; si bien entonces
sus superiores regulares presentan sus
s u b d i t o s al Ordinario para que los
apruebe, como dice San L i g o r i o (li-
bro 6, núm. 577); y esta es costum-
bre general. L a Sagrada Congrega-
ción expresó también que no basta la
sola aprobación del prelado regular,
a u n cuando la monja tan sólo confe-
sase culpas veniales.
Si el Obispo da licencia á un.sacer-
11111
dote secular ó regular para confesar
monjas de una Orden determinada ó
de un monasterio, debe atenerse á la
limitación. Cuando el Obispo da li-
cencias para confesar monjas sujetas
á ambas filiaciones, quiere decir que
las licencias se extienden á las suje-
tas al Ordinario y á las exentas. E n
Méjico no se puede confesar á las
monjas Recoletas, si no se expresan en
las licencias, a u n cuando se den li-
cencias generales para confesar mon-
jas. N o sé si en España habrá en al-
gunas diócesis esto mismo. E n este
arzobispado de T o l e d o no hay esa
a
costumbre ó restricción.
2324. San L i g o r i o tiene por cier-
ta (verior) la opinión común, que afir-
ma que las monjas sujetas al Ordinario
incurren en las censuras y casos re-
servados que el Obispo impone gene-
ralmente para su diócesis. L o mismo
dice Scavini (in veriori et communi
sententia), en el tomo 3, núm. 550.
En cuanto á las monjas no sujetas
al Ordinario, hay dos opiniones. Unos
dicen que incurren, porque G r e g o -
rio X V , en su constitución Inscrutabi-
li, manda que los confesores de mon-
jas sean aprobados por el Obispo de
aquel lugar; y que así como el Obispo
puede reprobar ó restringir la j u r i s -
dicción en cuanto al tiempo, lugar ó
personas , así parece que,, puede en
cuanto á ciertos casos reservados.
Otros dicen que no incurren en los
DE LA PENITENCIA. 547
reservados del Obispo, porque Gre-
gorio X V dijo que el Obispo podía
limitar la jurisdicción quoad tempus,
locum, et personas de los que aprobaba
para confesores de monjas exentas de
su jurisdicción; pero no lo expresó en
cuanto á los casos reservados por el
Obispo, porque además las monjas
exentas ya tienen los casos reservados
por sus prelados regulares. Scavini
( t o m o 3, núm. 550, edición de 1865)
dice que probablemente se puede seguir
esta segunda opinión: «quia est tan-
tum Episcopi confessarios earum ap-
probare quoad idoneitatem, non vero
eis jurisdictionem limitare ( L i g o r i u s ,
Opus mor., lib. 6, núm. 602 ) . » T a n
sólo advertiré que Scavini no está
exacto en citar á San L i g o r i o ; porque
poniendo probabiliter aislado, significa
adversative, esto e s , que la opinión se
puede seguir con seguridad; pero cuan-
do se pone prob.ibilitír comparative,
entonces ya es otra cosa; y mucho
más cuando se trata (como aquí) de
la jurisdicción necesaria para el valor
del Sacramento. Pues bien; San L i -
gorio no dice que es probable adversa-
tive que las monjas exentas no incur-
ren en los pecados reservados y c e n -
suras sinodales ó episcopales (que para
el caso es igual), sino que dice que
prob.ibiliter incurren, y que adhuc pro-
babiliter no incurren. Para quitar du-
das, convendría que el Obispo e x -
presara su intención cuando concede
licencias para confesar monjas, d i -
ciendo que las concedía también para
absolverlas de reservados sinodales.
2325. P. ¿Qué disposiciones ca-
nónicas hay en orden al confesor de
monjas?
i?. Y a se ha dicho que el confesor
ordinario de las monjas h a d e tener
aprobación especial del Ordinario para
confesarlas. Benedicto X I V , en su
bula Pastoralis cures, de 5 de A g o s t o
de 1748, declaró:
i.° Que se había de dar además
á las monjas un confesor extraordi-
nario dos ó tres veces cada año, como
548 LIBRO VI. TRATADO
lo determina expresamente el T r i d e n -
tino (sesión 25, cap. 10).
2.° E l confesor extraordinario de
las monjáfs debe ser nombrado por el
mismo gue nombra al confesor o r d i -
nario, esto es, por el Obispo, si las
monjas están sujetas al Ordinario, ó
por su prelado regular, si las monjas
están exentas de la jurisdicción del
Obispo.
3. 0
A l confesor extraordinario se
deben presentar en el confesonario,
no sólo todas las monjas y novicias,
sino también todas las mujeres que por
causa de educación ó por cualquier otro
motivo moran en el convento cum de-
bitis facultatibus. Pero Benedicto X I V
añade que si bien las monjas y segla-
res deben presentarse todas al confe-
sor extraordinario, no están obligadas
á confesarse con él; basta que se acer-
quen «ad salutaria mónita etiam e x -
tra sacramentalem confessionem ab
ipso accipienda.» E s t o se ha de o b -
servar, no sólo en los conventos, sino
también en los conservatorios de mu-
jeres. (Episcopi hoc idem observent cum
conservatoriis.)
* L a Sagrada Congregación con-
testó afirmativamente á las tres pre-
guntas siguientes: « i . A n loca in qui-
a
bus excipi solent confessiones monia-
lium habenda sint ut loca destinata
ad audiendas confessiones, vel ut vera
confessionalia? 2 . A n idem dicen-
a
dum sit de locis constructis ad for-
mam eorum in quibus excipi solent
confessiones monialium claustralium,
in quibus excipiuntur confessiones
mulierum degentium in locis, quas
v u l g o dicuntur conservatorii? 3 . Qua-
a
tenus habenda sint ut vera confessio-
nalia, utrum talia censenda sint so-
lum quoad moniales et alias degentes
in pTsedictis l o c i s , an etiam quoad
alias mulieres extraneas?» *
2326. 4 . Si el prelado regular
0
no diese á sus monjas en los tiempos
debidos el confesor extraordinario,
dice el mismo Papa que le puede
nombrar el Obispo, y que el prelado
V.
regular, al menos una vez en el año
debe nombrar un confesor secular ó
regular de otra Orden; y que si no lo
hace, le nombre el Obispo. Si el Obis-
po no diere á su debido tiempo ti
confesor extraordinario, autoriza á las
monjas para que acudan á R o m a al
Penitenciario m a y o r , cuando están
sujetas al Obispo y no á los regu-
lares.
5.
0
Si, después de concedido á sus
tiempos el confesor extraordinario, al-
guna monja manifestase repugnancia
insuperable para confesarse con el or-
dinario, dice Benedicto X I V que, ti
la monja está sujeta al Ordinario,
éste l e dé un confesor secular ó re-
gular de otra Orden. Si no está sujeta
al Ordinario, debe dársele el prelado
regular; y si la monja pidiese un con-
fesor que no tuviese licencias para
confesar monjas, se ha de procurar
que el Ordinario se las d é , «pro exci-
pienda saltem illius monialis confes-
sione, et pro tot vicibus, quot expediré
judicaverit eumdeiii approbet.ii Si el pre-
lado regular no quisiese de modo al-
guno señalar para la monja un confe-
sor extraordinario, puede hacerlo el
Obispo nombrando un confesor secu-
lar ó regular de otra Orden, «cui illa
semel v e l pluries confiteatur peccata
sua, et a quo absolví possit.»
6.° Ordena además este gran Pon-
tífice que los Ordinarios concedan
también confesor extraordinario á la
monja sujeta á su jurisdicción que lo
pida, estando gravemente enferma; y
que le puede dar á las monjas sujetas
á los prelados regulares, si éstos en
igual caso no quisiesen darle á sus
subditas que lo pidiesen. Añade y re-
pite que le consta por experiencia que la
concesión de confesores extraordina-
rios ha producido excelentes resultados.
Una monja cerrada que, como mujer,
es sumamente vergonzosa, muy sus-
ceptible, tal vez hipocondríaca, se ve-
ría fácilmente expuesta á perderse si se
la obligase á confesarse con un sacer-
dote al cual, con razón ó. sin ella, tu-
DEL SACRAMENTO
r
viese una gran repugnancia en mani-
festar sus pecados.
2327. Benedicto X I V se queja
de aquellos prelados que en esta parte
se muestran severos; pues dirigién-
dose á los Obispos y prelados regula-
res, dice así: «Quapropter, Venerabi-
les F r a t r e s , ecclesiarum Antistites,
atque dilectos filios, quarumcumque
religiosarum mulierum rectores, hor-
tamur in Domino, etenixe monemus, ut
eamdem viam, quoad fieri potest, in-
sistere non recusent, et non adeo dif-
ficiles se prasbeant peculiaribus monia-
libus extraordinarium confessarium
aliquando expetentibus, quin potius
(nótese bien) nisi aut monialis postul.xn-
tis aut confessarii requisiti qualitas aliter
faciendum suadeant, earumjustis pre-
cibus obsecundare studeant.» D e mo-
do que en esta materia hay causa para
negar el confesor particular á la mon-
ja que le pide singularmente, cuando
«aut monialis postulantis, aut confes-
sarii requisiti (postulad a moniali)
qualitas aliter faciendum suadeant.»
Y o creo que si el confesor que pide la
monja fuese conocidamente de e x c e -
lentes prendas morales y de conocida
prudencia, bien se podría conceder,
sin atender á las cualidades de la
monja: Extremis morbis, extrema reme-
dia. U n buen director enderezará á
una monja ligera, ideática y díscola,
á lo menos comunmente hablando.
2328. P o r último, dice Benedic-
to X I V que el confesor extraordina-
rio, concluida su c o m i s i ó n , no puede
volver á aquel convento bajo ningún
pretexto; pero esto se ha de entender:
i.° Que con motivo de haber sido
confesor extraordinario, no le queda
ningún derecho para tratar con las
monjas; porque jam functus est muñe-
re suo.
2.
0
Que donde está vigente la pro-
hibición de tratar con las monjas bajo
gravísimas penas, si no se obtiene
antes la licencia del Obispo ó de la
prelada del monasterio autorizada por
el Obispo, los confesores extraordi-
DE L A PENITENCIA. 549
narios, terminado su oficio, quedan
sujetos á las leyes de la prohibición
general, como los demás sacerdotes,
según sabiamente nota Cliquet en el
último apéndice del tomo 2. A l l í mis-
mo dice y prueba que en España, ó
no estuvo jamás v i g e n t e , ó fué a b r o -
gada por una costumbre inmemorial
la tan rigurosa prohibición de los P a -
pas acerca del trato y comunicación
con las monjas. E n toda España, lo
mismo he visto en M é j i c o , lo mismo
sucede en Filipinas, para hablar á las
monjas basta la licencia de su prela-
da. B o u v i e r , obispo de Maine, dice
que lo mismo sucede en Francia; y
que la prohibición «circa aditum ad
moniales et collocutionem cum illis
non videtur recepta in Gallia, vel con-
trario usu fuit modificata... Nisi ergo
dicecesanus Episcopus aliquid specialiter
statuat circa hoc punctum, consuetu-
dini apud nos universaliter receptes tut.i
conscientia stare possumus.» (1) ( T o -
mo 5, De secundo Decalogi prcecepto,
cap. 2, art. 3, punct. 3.) Pueden, pues,
ser confesores ordinarios y extraordi-
narios de un convento y tratar con
sus monjas los que antes han sido
confesores extraordinarios en el m i s -
m o , como si no lo hubieran sido.
Concluyo este punto con las sabias
palabras de C l i q u e t , el cual dice que
si bien en España no está vigente la
prohibición de las bulas pontificias,
mas por otra parte es preciso confesar
que el trato frecuente de las religiosas
con sus confesores, ya sean ordina-
rios, ya extraordinarios, y de materias
que no son precisas para la dirección
de las conciencias, «suele producir
envidias, confusiones, discordias y
faltas de respeto y sujeción al confe-
sor.» Este aviso es muy importante,
porque una monja amiga de rejas
(1) N o o b s t a n t e la c o s t u m b r e l e g í t i m a
de p o d e r h a b l a r á l a s m o n j a s c o n la s o l a
l i c e n c i a d e la p r e l a d a , si el O b i s p o r e s p e c -
t i v o d i s p u s i e s e o t r a c o s a , se le d e b e r í a o b e -
decer.
 55« LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 551
nunca será perfecta. Fuera de algún la ascética y mística. E l V e n e r a b k bentes, prout expediré sibi videtur; et sobre si la Iglesia suple la jurisdic-
caso preciso, no conviene que el con- Granada y Pinamonti, de la ascética. approbatio valet usquedum verbis aut ción. San L i g o r i o , aunque confiesa
fesor trate con sus confesadas, sean ó Scaramelli es también recomendable facto revocetur.» ( E n el lugar citado, que la opinión más común dice que
no monjas. por su extensión y claridad. T o d o punto 4.) Creo que esta misma cos- la Iglesia no suple la jurisdicción,
E n el tiempo en que el confesor confesor ha de procurar instruirse en tumbre se observa en España. Scavi- tiene por probable que la suple: « E t
extraordinario confiesa á una c o m u - estas materias; pues, sobre todo sin ni, que escribió en Italia y fué tal vez ideo probabiliter d i c u n t , non esse
nidad ó colegio de educandas, el con- conocimientos de la T e o l o g í a ascéti- treinta años vicario general de la dió- obligandos fideles ad repetendas con-
fesor ordinario no puede confesar ni ca, ninguno puede ser buen confesor, cesis de N o v a r a , después de referir el fessiones bona fide factas apud sacer-
a u n á la prelada, ni a l a s novicias, ni aun de personas seglares. ¡Ojalá decreto de la Sagrada Congregación dotem qui ex communi errore con-
dice Benedicto X I V . todos los confesores se informaran de 4 de Mayo de 1696 que prohibe fessarius reputabatur.» ( L i b . 6, nú-
2329. E l confesor ordinario ó ex- detenidamente del nunca bastante- que los confesores ordinarios duren mero 572, al fin.)
traordinario de monjas debe reunir mente alabado tratado titulado Praxis en su oficio más de tres años sin pró- E l Sr. Sánchez (pág. 180 de su
las tres cualidades siguientes: «aetatis confesarii, de San L i g o r i o ! Castelvé- rroga de la Sagrada Congregación de Teología Moral) dice así: «Cóncina,
maturitas, morum integritas, pruden- tere es muy apreciable también por su Obispos y Regulares, dice así: « A d - siguiendo su sistema de inclinarse á
t¡83 lumen: quas quidem dotes (dice solidez y laconismo: cualquier sacer- vertunt tamen non pauci, posse E p i s - la parte más rígida, dice que es falsa
el m i s m o P a p a ) in e o , qui ad hujus- dote puede aprenderle fácilmente. copos sinere ut ultra triennium in y laxa la opinión de los que suponen
modi munus adhibetur, necessarias * V é a s e en el Apéndice núm i lo muñere adhuc perduret, si sacerdotes que en este caso la Iglesia suple la
esse omnes fatentur.» Además, el con- que Su Santidad L e ó n X I I I dispone idonei deficiant.» ( T o m o 3, núm. 446, jurisdicción para que las absoluciones
fesor de monjas ha de estar enterado: acerca de los confesores extraordina- edición de 1865.) sean válidas.» E s notable que mi
i.° D e la regla y constituciones rios por el decreto Quemad modum de H a y varios decretos de la Sagrada buen amigo el Sr. D. Miguel Sánchez,
de las religiosas que ha de confesar; 17 de Diciembre de 1890 en el nú- Congregación del Concilio (dice S c a - tanto en su Teología Moral como en
porque, no sabiéndolas, incurriría en mero 4. * vini en una nota del mismo número), su revista titulada El Consultor de los
muchos yerros. L a s Franciscanas, que prohiben deputar para confesor Párrocos, no pueda hablar de Cóncina
2330. L o s confesores ordinarios
por ejemplo, tienen en su regla mu- de las monjas no deben durar más de ordinario de monjas á los vicarios sin herirle con el apodo de rigorista.
chos preceptos que las obligan bajo tres años en su oficio. San L i g o r i o generales (quia móntales de ipsis non San L i g o r i o reconoce, como yo re-
pecado mortal. A las Carmelitas Des- (lib. 6, núm. 577) dice así: «Elapso confiderent), ni á los penitenciarios, ni conozco de buen grado, que Cóncina
calzas la regla las obliga sub levi, las triennio, declarantur suspensi ab au~ á los párrocos, ni á los regulares; fué en muchas cuestiones demasiado
constituciones no les obligan per se á diendis ipsarum (monialium) confes- pero añade: « N i s i Episcopi expediré severo; pero el Santo tiene en mucho
culpa alguna, sino á la pena que i m - sionibus, nisi licentiam Sacrae Con- censuerit, ne eorum officia detrimen- aprecio á Cóncina, y le sigue muchí-
tum caperent.» E n España las mon- simas veces, contra la opinión de mul-
ponga la prelada. A las Dominicas la gregationis obtineant. E t hoc valet
jas casi siempre tenían y tienen por titud de probabilistas anchos que han
regla y constituciones no las obligan etiam pro confessariis conservatorio-
confesores á los religiosos de su O r - defendido muchas proposiciones que
per se á culpa alguna, sino á la pena rum. Putat tamen probabiliter de
den, si tienen proporción; en el día están condenadas por la Iglesia, y
que les imponga la prelada. Alexander, quod si aliquis confessa-
hay conventos en que los párrocos contra cuyos autores no tiene el se-
2.° E l confesor de monjas, como rius eligitur pro supplemenío, bene po-
son los encargados de dirigirlas y ñor Sánchez una sola palabra de cen-
que ha de dirigir personas consagra- test confirman per aliud triennium
confesarlas, y en muchas partes tie- sura. E n nuestros días no están las
das á seguir el camino de la perfec- post tempus supplementi; quia prohi-
nen que hacerlo por necesidad. corrientes á favor del probabilioris-
ción, debe estar bien enterado en la bitio de non eligendo confessario ul-
mo severo de Cóncina (que y o re-
T e o l o g í a ascética; y como apenas hay tra triennium, prout odiosa, stricte 2331. P. E l error común ¿suple pruebo), sino que saca la cabeza el
convento, especialmente de los obser- accipienda est de electione ordinaria, la jurisdicción? laxismo corruptor (que y o detesto).
vantes, en que no haya alguna monja non extraordinaria.» R. Si está unido con el título colo- Contra éste ha de esgrimir su pluma
contemplativa, es necesario que los Bouvier, obispo de Maine, hablan- rado, todos los teólogos convienen en el Sr. Sánchez: en el día no hay con-
confesores de religiosas tengan algu- do de esta prohibición, dice que si que la Iglesia suple la jurisdicción, cinistas, sino, ó ligorinos, ó laxistas.
nas nociones de la T e o l o g í a mística. bien los vicarios de las monjas no porque de otro modo no tendrían los
E s verdad que también se encuentran pueden continuar después de tres fieles medio para saber quiénes eran Volviendo á la cuestión, digo que
personas seglares de mucha perfec- años sin licencia de la Sagrada Con- los confesores con jurisdicción, pues para mí la opinión de Cóncina es, no
ción, que tienen necesidad de confe- gregación, «sed hujusmodi restrictio- to que el título colorado está dado sólo la única segura en la práctica,
sores que tengan esos conocimientos. nes apud nos (en Francia) non exis- tratándose de la jurisdicción necesa-
por el superior l e g í t i m o , si bien tiene
Según mi humilde parecer, San Juan tunt: Episcopi solent approbare pro un defecto oculto que le vicia. ria para la validez de la absolución,
de la Cruz es el primero de los maes- audiendis monialium confessionibus Si el error común está sólo y sin sino también la más común y la más
tros científicos místicos y ascéticos. regulares aut sasculares sacerdotes, título colorado (aunque haya título probable. Benedicto X I V , en la N o t i -
Santa T e r e s a es la gran maestra de liberos, aut curam animarum j a m ha- fingido ó p u t a t i v o ) , hay opiniones ficación ó Institución 84, núm. 2 1 ,
 552 LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
después de referir las dos opiniones, ita decisum referunt a Sacra Congre- siguiendo á H o l z m a n y á otros, tiene cede así con la jurisdicción, que bien
concluye así: «Sed memoria dignis- gatione Concilii 11 Dec. 1683. E t por más probable que se puede absol- la puede suplir la Iglesia, y así la pro-
simum est quod accidit Patavii, quum sane ordo publicas obstat quominus in ver con jurisdicción dudosa en los posición condenada no habló de la
Innocentius X I jubilseum indixis- societate bene constituía quis publico casos siguientes: jurisdicción.
set... I d memorat clericatus: sed nos fungatur ministerio, si nullam a su- i.° Si hay peligro de muerte (en Otros muchos autores dicen que se
rem integram ex Actis Sacra: C o n - periore delegationem aut titulum ha- esto no hay duda alguna). puede generalmente absolver con ju-
gregationis desumptam ponemus.» buerit.» 2.0
Si urge el precepto de la con- risdicción probable, «modo opinio sit
P o n e toda el acta; pero por brevedad N o se diga que lo mismo sucede fesión anual. veré probabilis, gravi fulcita ratione
pondré un extracto de ella. con el error común junto con título 3.0
Si el penitente que estaba en et auctoritate.» L a impugnación de
Unos misioneros capuchinos anun- colorado; porque el ministro que t i e - pecado mortal hubiese de incurrir en las razones en que se funda esta o p i -
ciaron el jubileo, y confesaron á mu- ne el titulo colorado , en el hecho de nota de infamia, si no celebraba ó nión puede verse en San L i g o r i o ,
chas personas: algunos de los Capu- que «datus fuit a superiore l e g i t i m o , comulgaba. lib. 6, núm. 573.
chinos no habían obtenido licencia del et ex se est capax collationis jurisdic- 4. 0
«Addunt Salmanticenses, si L a tercera opinión, que es la de
Ordinario de aquella diócesis, á otros tionis,» supone ciencia y virtud en el sacerdos teneretur celebrare ex o b l i - San L i g o r i o , dice que no es lícito
se les habían terminado las licencias, sujeto, si bien por algún impedimen- gatione. Sed vide núm. 432.» usar de la opinión probable para la
pero los fieles tenían buena fe cuando to oculto la colación es nula. E n este A l l í dice el Santo que en estos ca- absolución, sino «quando adest causa
confesaban con ellos, y había error caso hay la aprobación pública de la sos se dé la absolución sub conditione gravis necessilaiis, aut magncB utilitatis,
común; no obstante, el Obispo con- idoneidad del promovido. N o sucede (si possum), y que se avise al peniten- ut ajunt Elbel et W i g a n d t , vel causa
sultó á la Sagrada Congregación: esto mismo cuando tan sólo hay error te para que, si se viese después que rationabilis , ut inquiunt Suarez et
i> Primo, an licite; secundo, an vali- común; pues puede suceder que idio- el confesor no tenía jurisdicción, vuel- Sporer.» L a razón de esta opinión,
de dicti Cappuccini saecularium c o n - tas, falsarios, intrusos, y tal vez per- va á confesar aquellos pecados. Des- que siguen gravísimos autores, es la
fessiones exceperint? versos de malas ideas, sin título al- pués añade el Santo ( n ú m . 571): que dan San L i g o r i o , Coninch, C u -
i) Sacra autem Congregatio, die n guno colorado, se entremetan á con- «Probabiliter autem censet Suarez et niliati, etc. Gonet la compendia en
Decembris anno 1683, ita respondit: fesar. Salmant. cum Aversa (contra Salas las siguientes palabras: «Responde-
» A d primum, illiciíe. E l Sr. Sánchez puede seguir la et C o r n e j . ) , in iis casibus pceniten- tur validam esse absolutionem, si sa-
» A d secundum, invalide; sed non opinión que le plazca; pero y o , sin tem non teneri ad confessionem, sed cerdos ministret sacramentum Pcsnilen-
esse inquietandos illos qui bona fide ser rigorista, sigo en esta ocasión la tantum ad contritionem, qua semper tiae in casu necessitatis cum jurisdic-
confessi sunt. Attamen (nótese bien) opinión de Cóncina, que es la más eget, etiamsi confiteatur;» y la razón tione probabili. D i x i si ministret in
si ipsi confessi resciverint, eosdem común, y, en mi concepto, la única es, porque sería dudosa su disposición casu necessitatis, quia nunquam Ecclesia
teneri reiterare confessionem.» D e segura; también es la más probable, para comulgar si, estando en pecado supplet jurisdictionem, nisi sit neces-
modo que se declaran nulas las con- y la que siguen, no sólo muchos pro- mortal, se confesase sin contrición sitas.» ( T o m o 5, disp. 9 . , núm. 47.)
a

fesiones hechas con buena fe y con babilioristas, sino también R o n c a - perfecta con un sacerdote cuya j u r i s - San L i g o r i o viene á decir lo mismo:
error común. glia, Sporer, Elbel, Scavini, Sánchez dicción fuese dudosa. « N o n praesumitur, nidia justa causa
Bouvier, después de referir la opi- y otros probabilistas. Unusquisque in accedente, velle ( E c c l e s i a m ) connivere
2333. P. ¿Puede el confesor ab-
nión de los que dicen que cuando hay sensu suo abundet. L a citada declara- merce hbertati sacerdotum.»
solver lícitamente con jurisdicción
error común, la Iglesia suple la j u r i s - ción de la Sagrada Congregación del probable? E l P . Ballerini, en una nota que
dicción, añade: «Alii vero non pauci Concilio tiene para mí muy grande R. Algunos autores (pocos) dicen pone á Gury, tomo 2, núm. 549, i m -
neganí, praecipue quia talis jurisdictio autoridad. absolutamente que no es lícito, por- pugna fuertemente á San L i g o r i o ;
potius praesumitur quam judicatur Cuando el error es privado de al- que Inocencio X I c o n d e n ó l a siguien- pero las Vindicias Alfonsianas (p. 5 . , a

existere; est igitur dubia: porro juris - guna ó de pocas personas, es opinión te proposición (es la 1. ): a
« N o n est q. 9. ) defienden victoriosamente al
a

dictione dubia uti non licet.» ( T o m o 3,
De Pcenit., cap. 7, art. 2, § 4.)
Scavini (edición de 1865, tomo 3,
núm. 424), aunque por lo común si-
gue literalmente á San L i g o r i o , en
esta ocasión se aparta del Santo, y
dice así: «Attamen communior sen-
tentia (hodie in praxi admissa) cum
Alassia, Bussembau, Roncaglia, Cón-
cina, Sylvest., Spor., etc., negat suf-
ficere solum errorem sine titulo: et
comunísima que la Iglesia no suple
la jurisdicción; porque los que llevan
la opinión de que con t i solo error
común suple la Iglesia la jurisdicción,
se fundan en que entonces se hace
propter publicam utiliialem; lo cual no
tiene lugar cuando el errores de algún
particular ó de algunos pocos.
2332. P. ¿Puede el sacerdote ab-
solver con jurisdicción dudosa?
R. San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 5 7 1 ) ,
illicitum in Sacramentis sequi opinio- Santo Doctor (páginas 485 y siguien-
nem probabilem de valore Sacramen- tes).
ti, relicta tutiore,» etc. Esta opinión P. ¿Cuáles son las causas por las
no tiene séquito; la proposición c o n - que se puede absolver con jurisdic-
denada, como dicen W i g a n d t , Gonet, ción probable?
San L i g o r i o y el común de los docto- R. San L i g o r i o responde primero
res, habla de las opiniones acerca de en general (lib. 6, núm. 573, y Homo
las materias y formas de los Sacramen- apostólicas, tract. X V I , núm. 91):
tos, porque en éstas, si hay equivoca- « C u m concurrit causa aliqua graviter
ción, por mejor intencionada que sea, rationabilis;» después dice que sería
no las puede suplir la Iglesia; no su- suficiente causa:
554 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 55!
i.° «Si pcenitens prczcipue istius habeant jurisdictionem a Christo, sed mente X tan sólo prohibió que una la sentencia común, siguiendo á Santo
confessarii auxilio indigeret.» ab Ecclesia, ut supra, hodie post de- persona que tiene pecados reservados en T o m á s , que dice así: «Vicarius non
2.0
Si el cómplice de su pecado cretum Innocentii non prassumitur su diócesis pasase á otra diócesis á potest totam suam potestatem com-
fuese conocido del confesor que tiene Ecclesia velle eis conferre jurisdic- confesarse in fraudem reservationis; y municare, sed potest partem.» (Quod-
jurisdicción cierta, y desconocido del tionem, cum ipsis expresse prohibeat así, cuando el penitente no tiene re- libet. 12, art. 31.) L a segunda manera
que tiene jurisdicción probable. uti tali jurisdictione.» ( L i b . 6, núme- servados, puede ir á otra diócesis á es cuando el superior delega á alguna
3.0
Si, no confesando con el que ro 543.) Esta opinión me parece muy confesarse, aunque sea con el único persona, no el oficio, sino la jurisdic-
tiene jurisdicción probable, hubiese fundada; porque a u n cuando quisiera fin de no confesarse con su párroco, ción, como aneja perpetuamente al
peligro de hacer confesión sacrilega. decirse que Inocencio X I prohibió el «quia non operatur in fraudem qui oficio ó dignidad que esta persona tie-
4.0
Si el penitente temiese incur- uso de la jurisdicción, pero no la anidó; utitur jure suo.» ne; en cuyo caso la jurisdicción se
rir en aversión ó sospecha nociva, si á esto responde el Compendio Salma- L o s Obispos, a u n cuando tan sólo reputa ordinaria, y el que la tiene
se confesaba con el que tiene juris- ticense, en mi concepto de un modo sean titulares, y a u n cuando no estén puede subdelegarla. T a l es la facultad
dicción cierta. convincente, diciendo: «Sacerdos sim- consagrados, con tal que estén confir- que el Tridentino, por el capítulo
5.0
O tuviese que abstenerse por plex gaudebat dicta jurisdictione dele- mados por el Papa, pueden llevar Liceat, concede á los Obispos, de ab-
mucho tiempo de la confesión, ó per- gata ab Ecclesia ex legitima consueta- consigo un confesor aprobado, y con- solver de las censuras ocultas que e s -
der una singular indulgencia, ó ur- diñe; qua penitus sublata (Papes repro- fesarse con él en una diócesis ajena; tán reservadas al Papa (cap. 6, De
giese el precepto de la confesión. E n batione), caret j a m jurisdictione in ea pero si no le llevan consigo, deben con- reform.) Pero la bula Apostolices Sedis
estos casos puede confesarse con sa- fundata, Unde non solum peccaret fesarse con sacerdote aprobado por el de P í o I X restringió esta facultad en
cerdote que tan sólo tiene jurisdicción graviter simplex sacerdos, sed etiam Ordinario de la diócesis donde se cuanto á las excomuniones reservadas
probable. (Véanse las Vindicias Al- invalida esset ejus absolutio, secluso hallan. Así lo declaró la Sagrada Con- speciali modo al P a p a , a u n cuando
fonsianas, pág. 486 y siguientes, don- periculo mortis aut privilegio pceni- gregación del Concilio, y lo confirmó sean ocultas; pues de éstas ni los
de defienden sólidamente esta opinión Gregorio X I I I (Scavini, tomo 3, nú- Obispos pueden hoy absolver sin d e -
tentis.» ( T r a c t . X X V I I , núm. 217.)
contra el P. Ballerini.) mero 421, en una nota). legación especial del Papa, como se
2335. P. ¿La jurisdicción se ad-
dirá cuando (Deo dante) se explique
2334. P. ¿Puede el simple sa- quiere algunas veces por la costum - 2336. P. E l que tiene jurisdic-
dicha constitución apostólica. Aquí
cerdote absolver de pecados veniales? bre? ción delegada para absolver, ¿puede
tan sólo diré que se exceptúan los i m -
R. Muchos y muy graves autores R. L a costumbre legítima da j u - subdelegarla?
pedidos de acudir á R o m a .
defendieron en los tiempos antiguos risdicción, porque se funda en la tá- R. Comunmente hablando, el de-
que el simple sacerdote valide et licite cita aprobación de los Prelados. E s legado no puede subdelegar si no se * Véanse los números 207 y 2365,
podía absolver de pecados veniales, y verdad que los que tienen esta facul- le concedió expresamente. Se excep- en donde se explica la legislación hoy
en algunas partes así se hacía; pero tad por la costumbre legítima, no túa: vigente acerca de la absolución de los
en el día es indudable que pecaría pueden confesarse sino con confesor i.° E l caso en que haya sido d e - reservados papales, cuando el peni-
mortalmente el simple sacerdote que, aprobado por el Ordinario, ó con un legado por el príncipe «tamquam per tente no puede acudir á R o m a para
fuera del artículo ó peligro de muerte, párroco. Esta permisión ó privilegio officium, non vero si eligitur persona obtener la absolución. *
ó de privilegio que tuviese el peniten- le tienen los Reyes y príncipes, tan propter suam peritiam, aut si ei c o m - 2337. P. L a jurisdicción delega-
te, absolviese de veniales; porque sólo para sus personas modo supremo mittitur alicujus causas executio.» da para absolver ¿expira con la muer-
Inocencio X I , en su decreto de 12 de gaudeant dominio, como dice Scavini 2.
0
También podrá subdelegar te del que la concedió?
Febrero de 1679, no sólo prohibió á (lib. 3, núm. 421). L o s peregrinos, cuando la delegación se dio ad univer- R. L a delegación general dada por
los Obispos «ne permittant ut venia - por costumbre universal, tienen tam- sitatem causarum; pero esto, dice San el Papa no expira con su muerte. L o s
lium confessio fiat sacerdoti non appro- i bién el privilegio de confesarse con L i g o r i o (lib. 6, núm. 566), puede su- Salmaticenses y San L i g o r i o (lib. 6,
bato ab Episcopo,» sino que, dirigién- cualquier confesor aprobado por el ceder de dos maneras: la primera núm. 559) dicen que la delegación
dose á los simples sacerdotes, les cuando se hace la delegación para general dada por el Papa termina con
Ordinario del lugar donde se encuen-
hace la terrible conminación siguien- todas las causas, encomendando un su muerte tan sólo cuando hace la
tren, aunque sea para cumplir con el
t e : « S i quicumque sacerdotes secus oficio al cual está aneja jurisdicción, concesión diciendo: Usque ad benepla-
precepto de la Iglesia; pues si bien el
egerint, sciant D e o se rationem esse, aun cuando el oficio no sea propio, citum nostrum ó ad arbitrium nostres
Lateranense (in cap. Omnis, de pcenit.
reddituros.» como el de vicario ó vicepárroco, ó v i - voluntatis, ú otro equivalente. E n
et remiss.) dice: Confiteatur proprio sa-
A d e m á s , San L i g o r i o , siguiendo á cerdoti; pero Clemente V I I I primero, cerrector, en ausencia del párroco, ó cuanto á las licencias de confesar da-
Cóncina y á otros autores, dice que y después Clemente X (en la bula Su- cuando éste no es aún sacerdote. das por el Obispo sin limitación, tam-
le parece bastante probable que el prema), declararon que por propio sa- Estos vicarios pueden subdelegar una poco expiran con su muerte, aunque
simple sacerdote no puede absolver ni cerdote se entendía cualquier sacerdo- parte de su jurisdicción para esta ó el Obispo ponga: Por el tiempo de nues-
válidamente de los veniales: « Q u i a , te aprobado por el Ordinario del lugar aquella causa, pero no toda su juris- tra voluntad; pues se entienden perpe-
pósito quod simplices sacerdotes non j donde el penitente se confesaba. Cle- dicción, como dice San L i g o r i o , con tuas, á no ser que el que las dio ó al-
556 LIBRO
guno de sus sucesores las revoque; y
esta es la costumbre general.
Si la delegación fué en particular,
por ejemplo, para oir la confesión de
una persona, entonces, según L u g o ,
los Salmaticenses , San L i g o r i o y
otros, la facultad delegada expira con
la muerte del delegante; á no ser que
el delegado hubiese comenzado ya en-
tonces la confesión, pues en ese caso
puede terminarla después de la muer-
te del delegante; porque, según prin-
cipio de derecho, judicium semel in-
clwcitum compleri debet.
* Para conocimiento de los misio-
neros que emprenden navegaciones
ultramarinas, se pone la siguiente re-
solución de la Sagrada Congregación
del Santo Oficio , dada á la consul-
ta hecha por el Procurador general
de misioneros Dominicos filipinos, á
saber:
«Beatissime Pater: F r . Raymundus
Martínez V i g i l , Ordinis Prsedicatorum
et Provincia; Philippinarum Procura-
tor generalis in curia Matritensi et
Romana, ad S. V . pedes humiliter
provolutus, facultatem postulat, qua
religiosi sui Ordinis qui transmarina
petunt, et antequam e portu exirent
facultatem audiendi confessiones ab
Episcopo vel alio Ordinario accepe-
runt, hanc auctoritatem retiñere, et
ea uti valeant, etiamsi in navigatione
ad aliam navim ex alio portu proce-
dentem se transferant, ut hodie com-
muniter accidit; non obstante quod
in secunda navi aliquis forsitan sit
sacerdos approbatus et e x p o s i t u s . » —
« F e r i a I V die 18 Decembris 1 8 7 8 . —
SSmus. D. N . D . L e o Divina Provi-
dentia P P . X I I I in sólita audientia
R . P. D . Adsessori S. Officii imper-
tita, audita relatione supplicis libelli
una cum E m m o r u m . ac R m o r u m . D D .
Generalium Inquisitorum suffragiis,
benigne annuit pro gratiae juxta
preces. Contrariis quibuscumque non
obstantibus. — J. V E L A M I , Sanctae,
Suprema; et Universalis Inquisitionis
N o t a r i u s . — H a y un s e l l o . — E s copia.
VI. TRATADO V.
F r . R a m ó n Martínez V i g i l . — M a d r i d
23 de Enero de 1879».
D e esta concesión pueden hacer uso
los religiosos que gozan del privilegio
per viam communicationis, encontrán-
dose en iguales circunstancias. *
ARTÍCULO III
De la absolución del que se halla en
artículo ó peligro de muerte.
2338. P. ¿Quiénes tienen facul-
tad para absolver al que se halla en
artículo ó peligro de muerte?
R. E s indudable que el grave peli-
gro de muerte y el artículo de muerte
se distinguen físicamente. H a y peli-
gro de muerte cuando la persona tiene
un prudente temor de que se le ha de
seguir la muerte de aquel peligro.
Scavini pone los siguientes ejemplos:
« I n gravi morbo, tempore pestis, in
partu difficili, in praelio, in longa n a -
vigatione , in operatione chirurgica
ardua; idem dicendum de illo qui est
in probabili periculo incidendi in
amentiam, et de captivis apud infide-
les cum exigua spe libertatis, si cre-
dantur nullos alios sacerdotes habitu-
ros.i) ( T o m o 3, núm. 425, en una
nota.)
E n estos y otros casos semejantes
el peligro de muerte y el artículo de
muerte se equiparan para las faculta-
des de absolver, como dice San L i g o -
rio, con la sentencia verdadera y co-
munísima de los teólogos ( l i b . 6, nú-
mero 561): así se infiere del capítulo
Si quis suadente 29, caus. 1 7 , q. 4,
donde dice: «Nullus Episcoporum illum
pra;sumat absolvere, nisi mortis ur-
gente periculo; y el Ritual R o m a n o
dice: «Si vero quis confiteatur in pe-
riculo mortis constitutus, absolvendus
est ab ómnibus peccatis et censuris,
quantumvis reservatis (cessat enim
tune omnis reservatio): sed prius, si
potest, cui debet satisfaciat: ac si
periculum evaserit, et aliqua ratione
superiori, a quo alias esset absolven-
D E L SACRAMENTO
dus, se sistere teneatur, cum primum
poterit, coram eo se sistat, quidquid
debet pracstiturus.» (De sacram. Pcenit.,
Ordo eum ministrandi, hacia el fin.)
D e modo que en el día ninguno duda
que para el caso presente el artículo
de muerte y el peligro de muerte son
una misma cosa.
E l artículo de muerte, dice Staph
(§ 588), «ille dicitur, quo mors certo
vel saltem probabilius proxime secu-
tura praevidetur.» Scavini hace una
advertencia importante á los párrocos,
y faltando éstos á los sacerdotes, para
que obren sin escrúpulos sobre los en-
fermos. Dice así: «Generatim anima-
rum pastor in determinando gradu
periculi non sit anxius; sufficit justus
timor, ne morbus iste progrediatur
in mortem: moneat etiam populum,
ut in casu infirmitatis SS. Sacramen-
ta mature petant, ne, morbo ingra-
vescente, aagroti, ut fieri solet, minus
dispositi inveniantur.i) ( T o m o 3, nú-
mero 4 2 1 , nota 3, edición de 1865.)
Esto supuesto, respondo á la pre-
gunta con las palabras del Tridentino
(ses. 14, cap. 7): «Verumtamen pie
admodum, ne hac ipsa occasione ali-
quis pereat, in eadem Ecclesia Dei
custoditum semper fuit, ut nulla sit
reservatio in articulo mortis; atque
adeo omnes sacerdotes quoslibet pce-
nitentes a quibusvis peccatis et cen-
suris absolvere possunt.»
2339. P. ¿Puede el simple sacer-
dote absolver al moribundo estando
presente un confesor aprobado?
R. T o d o s convienen en que, fuera
de los casos exceptuados, que luego
se dirán, pecaría mortalmente si lo
hiciese. L a gran cuestión es sobre si
sería válida la absolución: hay opinio-
nes. Muchos graves autores dijeron
que era válida, por varias razones que
pueden verse en Billuart (De sacram.
Pcenit., diss. 6, art. 8); pero San L i -
gorio tiene por notablemente más
probable que el simple sacerdote no
puede ordinariamente absolver válida-
mente al moribundo, si está presente
DE LA PENITENCIA. 557
un confesor expuesto en aquella d i ó -
cesis. El Santo Doctor, en la primera
edición de su obra lata, fué de opinión
que la absolución sería válida; pero
después, habiendo meditado mejor, la
retractó en las siguientes ediciones,
lib. 6, núm. 562 (es la 82, retractada
en las 99 primeras proposiciones del
elenco que se pone en el tomo 3 antes
del Praxis confessarii).
San L i g o r i o , para retractarse, se
fundó principalmente en la grande
autoridad del Ritual R o m a n o , apro-
bado y mandado observar inviolable-
mente por Paulo V , que dice así: «Sed
si periculum mortis immineat, appro-
batusque desit confessarius, quilibet
sacerdos potest a quibuscumque cen-
suris et peccatis absolvere;» y añade
San L i g o r i o : «Possunt igitur simpli-
ces sacerdotes absolvere, si desit ap-
probatus confessarius; ergo non pos-
sunt, si adsit approbatus.» L a s demás
razones véanse en San L i g o r i o (lib. 6,
al fin del núm. 562).
Además , el Catecismo R o m a n o
(part. 2. , cap. 5, núm. 55), dice así:
a
«Si mortis periculum imminet (nótese
bien), et proprii sacerdotis facultas non
datur, ne hac occasione aliquis pereat,
in Ecclesia Dei custoditum fuisse
Concilium Tridentinum docet, ut uni-
cuique sacerdoti liceret non solum
omni peccatorum,» etc.
L a opinión de San L i g o r i o era c o -
munísima en su tiempo entre los doc-
tores más graves anteriores al Santo,
especialmente los que escribieron des-
pués de la publicación del Ritual R o -
mano aprobado por Paulo V . Muchos
doctores que escribieron antes, fueron
de opinión que la absolución era vá-
lida, como Navarro, Pedro L e d e s m a ,
S a , Rodríguez ( M a n u e l ) , Anglés,
V e g a , Villalobos, Corrado, Sairo, C o -
mitolo, Coriolano. Pero se ha de no-
tar que antes de publicarse el Ritual
R o m a n o habían defendido la senten-
cia que últimamente abrazó San L i -
gorio, los doctísimos Francisco de
Victoria, Suárez, Valencia, Sánchez,
 558 LIBRO
L a y m a n , R e g i n a l d o , Coninch, e t c .
E n cuanto á Jos modernos, apenas se
halla quien no siga la opinión de San
L i g o r i o . Scavini afirma que es comu-
nísima, y que, per se loqueado, no cree
lícito apartarse de ella ( t o m o 3 , nú-
mero 426); y Billuart, que trata eru-
ditamente esta cuestión en el lugar
citado, concluye diciendo que si bien
no niega que es probable la opinión
de los que dicen que la absolución es
válida, pero añade: «Sed ex verbis
Ritualis habemus nostram (que es la
de San L i g o r i o ) esse certam, et per
eam innui a contrario sensu oppoútam
non esse cert.im, nec in praxi tenendam.»
E l P. Ballerini, en una nota á Gury,
tomo 2, núm. 551, impugna la opi-
nión de San L i g o r i o , y además dice
que no es decisiva la autoridad del
Ritual R o m a n o . L a solución á los ar-
gumentos que aduce puede verse en
las Vindicias Alfonsianas, part. 5 . ,
q. 10, pág. 503. T a n sólo diré, de
paso, que la autoridad del Ritual R o -
mano, aprobado solemnemente por
Paulo V y después por Benedicto X I V ,
es de inmenso mayor valor que la au
toridad, no sólo del P. Ballerini, sino
también de todos los autores qne cita
en su favor. Además, los autores que
defienden la opinión de San L i g o r i o
son de mayor autoridad en la repúbli-
ca literaria que sus contrarios, como
se puede ver en las citadas doctísimas
Vindictas Alfonsianas, desde la pági-
na 501 en adelante.
* N o obstante, véase lo que dice la
siguiente declaración del Santo Ofi-
cio. « N o n sunt inquietandi qui tenent
validam esse absolutionem a sacer-
dote non approbato, etiam quando
advocari seu adesse potuisset sacer-
dos approbatus; et qui tenent validam
esse absolutionem in eodem mortis
articulo concessam a peccatis reser-
vatis, sive simpliciter sive cum cen-
sura per sacerdotem non habentem
jurisdictionem in reservata etiamsi
advocari seu adesse potuisset sacerdos
habens prasdictam jurisdictionem.»
VI. T R A T A D O V.
(Santo Oficio, 29 de Julio 1 8 9 1 . V i d e
Act.i S. Sedis, vol. 29, pág. 574.) *
2 3 4 0 . P . ¿Hay algunos casos en
que el simple sacerdote pueda absolver
al que se halla en artículo ó peligro
de muerte, aunque se halle presente
un confesor aprobado por el Ordinario
de aquel lugar?
B. L a resolución del número a n -
terior se ha de entender per se loquen-
do; porque per accidens hay varios ca-
sos en que el simple sacerdote puede
probablemente absolver válida y lícita-
mente al que se halla en artículo ó
peligro de muerte, a u n cuando esté
presente un confesor aprobado y ex-
puesto por el Ordinario del lugar. L o s
casos en que se puede, según San L i -
gorio (lib. 6, núm. 563), Scavini ( t o -
mo 3, núm. 426) y otros graves au-
tores, son los siguientes:
i.° Si el confesor aprobado n o
a
quisiese ó no pudiese absolver al mo-
ribundo; porque en este caso es cier-
tísimo que de hecho se ha de conside-
rar como si no hubiese confesor apro-
bado.
2. Es también cierto que, cuan-
0
do el confesor aprobado está nomina-
tim e x c o m u l g a d o ó suspenso, debe el
simple sacerdote ser preferido p a r a l a
abiolución del moribundo ó del que
se halla en peligro de m u e r t e .
3.0
Si el confesor que está pre-
sente no está aprobado en aquella
diócesis; porque en este caso se repu-
ta como simple sacerdote en aquel
lugar. Suárez, Sánchez y Z a m b r a n o
dicen que debía ser preferido el con-
fesor aprobado en otra diócesis; y si
bien yo no llevo esta opinión como de
obligación para lo válido ni para lo l í -
cito de la absolución, pero si el m o -
ribundo ó el que está en peligro de
muerte tuviese una confesión enreda-
da, no sería prudente preferir un sim-
ple sacerdote inexperto, á un confesor
docto y práctico aprobado en otra dió-
cesis.
4. 0
Si el moribundo ó el que se
halla en peligro de muerte tuviese tan
DEL SACRAMENTO
grande horror á confesarse con el
confesor aprobado por el Ordinario,
que hubiese peligro de hacer una con-
fesión sacrilega; pues entonces se pre-
sume el consentimiento de la benigni-
dad de la Santa Madre Iglesia, ne hac
occasione aliquis pereat. L o mismo se
ha de decir probablemente si el enfer-
mo ó el que está en peligro de muerte
tuviese gran dificultad é incomodidad
en confesarse con el confesor aproba-
do; v. g r . , porque es consanguíneo,
ó e n e m i g o , aut objectum peccati.
5. Si, comenzada ya la confesión
0
con un simple sacerdote, sobreviniese
el confesor aprobado, porque el pri-
mero adquirió ya jurisdicción , por
aquel principio del derecho: Judicium
semel inchoatum compleri debet ( c a p i -
tul. Gratum, et cap. Relatum); y lo
mismo si fué nula la confesión hecha
con el simple sacerdote, aun cuan-
do sobrevenga un confesor aprobado,
bien puede el simple sacerdote volver
á confesar al enfermo, porque no ter-
minó el j u i c i o comenzado : «quia re-
vera habuit jurisdictionem ad priorem
confessionem, quse non censetur fini-
ta, cum invalida fuerit absolutio i m -
pertita,» como dice el Santo, siguien-
do á L u g o , Sánchez, los Salmaticen-
ses, etc.
6.° E l simple sacerdote debe i n -
dudablemente ser preferido «casu quo
sacerdos approbatus fuisset complex
infirmi in peccato turpi;» pero de esto
se tratará más adelante con mayor
extensión.
2341. San L i g o r i o , en el mismo
número, hace dos advertencias:
1.a
Si el enfermo, por no haber
confesor aprobado, recibió bien la ab-
solución de un simple sacerdote, pero
se olvidó inculpablemente de algún
pecado mortal, no puede confesarse
con el mismo simple sacerdote si hay
ya confesor aprobado. L a razón es,
porque es nueva confesión; y respec-
to de la primera, como que fué váli-
da, está ya terminado el juicio. ( V é a s e
la nota al núm. 2339.)
DE LA PENITENCIA. 559
2.
a
Si bien es verdad que cual-
quier confesor, y a u n el simple sacer-
dote (en los casos dichos) puede a b -
solver al moribundo ab ómnibus censu-
ris et peccatis, pero con la diferencia
de que, una vez absuelto de los peca-
dos reservados sin censura, no queda
obligación alguna de presentarse al
superior, a u n cuando recobre la salud;
mas si tiene censuras reservadas, y
cuando está ya confesándose con un
simple sacerdote ó con un confesor
que no tiene facultad extra mortis ar-
ticulum para absolver de aquéllas, so-
breviene un superior ó confesor que
tiene facultad ordinaria ó delegada
para absolver de ellas, el moribundo
debe suspender la confesión; recibir
la absolución de las censuras reser-
vadas, y después concluir la confesión
y recibir la absolución de los pecados
de mano del confesor ó simple sacer-
dote que había comenzado la confe-
sión. L a razón es, porque como dicen
los Salmaticenses (De sacram. Pcenit.,
cap. 1 1 , núm. 36), siguiendo á L u g o ,
Aversa y á T o m á s Sánchez, «siqui-
dem, etiam si ab aliquo absolutus in-»
veniretur, deberet adhuc se subjicere
ipsi superiori: quare dum potest id
faceré antequam a peccatis absolvatur,
debet.» (Véase el núm. 2339.)
L o mismo dice San L i g o r i o (lib. 6,
núm. 563, dubit. 1 ) . L a razón de di-
ferencia entre la absolución de los pe-
cados reservados y de las censuras
reservadas en el artículo ó peligro de
muerte, consiste en que el absuelto
de censuras reservadas, si después
puede, debe presentarse al superior,
no para ser absuelto «sed ut manda-
tis ejus pareat, et satisfactionem offe-
rat;» y si, pudiendo, no lo hace, r e -
incide en las mismas (specie) censuras
que antes tenía (cap. Eos qui, de sent.
excomm. i n 6). ( V é a s e el núm. 2339.)
Pero se ha de notar que cuando
San L i g o r i o , en el citado lib. 6, n ú -
mero 563, afirma que el que ratione
articidi vel periculi mortis fué absuelto
de censuras reservadas, debe presen-
 560 LIBRO VI. TRATADO
tarse después al superior; esto debe
entenderse cuando fué absuelto de
censuras reservadas al Obispo; p o r -
que si las censuras eran reservadas al
Papa, el Santo tiene por fundamento
probable que por razón de estas cen-
suras, aun cuando salga del peligro,
no tiene obligación alguna de presen-
tarse al Obispo (si no se trata de per-
cusión de clérigo), sino tan sólo al
Papa, si no tiene impedimento (lib. 7,
núm. 92).
* E n el día, el que en el artículo ó
peligro de la muerte es absuelto de
las censuras reservadas á la Santa
Sede, speciali modo, tiene obligación
de presentarse al Papa si recobra la
salud; mas no si es absuelto de las
censuras reservadas modo genevali ,
como consta por la siguiente declara-
ción del Santo Oficio, dada el 28 de
Junio de 1892:
« I I I . Utrum auctores moderni
post constitutionem Apostolices Sedis
(contra jus commune, cap. Eos qui 22,
De sent. excomm. in 6, v . 1 1 ; cap. Ea
noscitur 13, De sent. excomm., v. 39;
• e t contra Rituale R o m a n u m , De Pee-
nitent., tít. 3, cap. 1, núm.' 23), recte
doceant, ei qui in articulo mortis a
quolibet confessario a quibusvis cen-
suris quomodocumque reservatis ab-
solutus fuerit, tune solummodo i m -
ponendam esse obligationem: se sis-
tendí Superiori, recuperara valetudine,
si agatur de absolutione a censuris
speciali modo Papas reservatis, an h u -
jusmodi recursus ad Superiorem etiam
necessarius sit in absolutione a cen-
suris simpliciter Summo Pontifici re-
servatis?
Ad I I I . Affirmative ad primam
partem; negative ad secundam par-
tem.»
Mas el que en el artículo ó peligro
de la muerte ha sido absuelto de las
censuras reservadas speciali modo al
Papa, tiene el deber de presentarse á
Su Santidad recuperada la salud, sub
pcena reiñcidentice (S. O. 14 de Enero
de 1892), para someterse á los man-
V.
datos de la Iglesia; y esta obligación
de estar dispuesto á obedecer envuel-
ve en sí la carga de recurrir al Sumo
Pontífice, ora sea por sí m i s m o , ora
por medio del confesor, y de obedecer
á sus mandatos, ó de pedir nueva ab-
solución del que tiene la facultad de
absolver de las censuras reservadas al
Sumo Pontífice de un modo especial:
así se expresa el Santo Oficio en i c
de A g o s t o de 1891:
« A d I I . Obligationem standi man-
datis Ecclesias importare onus sive
per se, sive per confessarium, recur-
rendi ad S. Pontificem, ejusque man-
datis obediendi, vel novam absolutio-
nem petendi ab habente facultatem
absolvendi a censuris S. Pontifici spe-
ciali modo reservatis.»
E l Santo Oficio, en la declaración
de 14 de Enero de 1892, dice que
«obligationem standi mandatis Eccle-
sias importare onus sive per se, sive
per confessarium ad S. Pontificem
recurrendi;» y nada más.
Se infiere, pues, de la resolución
del Santo Oficio, dada en 17 de Junio
de 1891, que, en el día, el que es
absuelto, en el artículo ó peligro de
muerte, de la censura incurrida por la
percusión del clérigo (cum non potesi
adiri Pontifex, cap. De ccetero 1 1 , et
cap. Ea noscitur), no tiene obligación
de acudir al Obispo antes de la abso-
lución, según antiguamente disponía
el derecho común; pues el Santo Ofi-
cio, en la declaración arriba expresa-
da, exime de la obligación de presen-
tarse al Papa al que es absuelto en
aquel artículo de las censuras reser-
vadas modo generali, no obstante las
disposiciones del cuerpo del derecho,
cap. Eos qui 22, De sent. excomm. in 6,
tit. i r ; cap. Ea noscitur 1 3 , De sent.
excomm., tit. 39; et contra Rituale
R o m a n u m , De Poznit., tít. 1 1 1 , capí-
tulo 1, núm. 23; por lo cual hoy no
tiene aplicación lo que dice el P. Mo-
r a n cuando afirma que, si se trata de
la percusión del clérigo, tiene el a b -
suelto obligación de presentarse al
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
señor Obispo, cum non potest Pontifex San L i g o r i o . * ( V é a s e el núm. 1657,
adiri. E n orden á la absolución de los en la nota.) *
casos reservados al señor Obispo y de E l Compendio Salmaticense tiene
las censuras al mismo reservadas, por cosa cierta que el Tridentino
tanto en el artículo de la muerte ó (sess. 14, cap. 7) no distingue, sino
fuera de él, no han introducido ningu- que dice que «ne hac ipsa occasione ali
na variación las recientes declaracio- quis pereat..., omnes sacerdotes (no dice
nes de la Sagrada Penitenciaría y del católicos, ni no excomulgados v i t a n -
Santo Oficio, si se exceptúa la que se d o s ) quoslibet pcenitentes,» etc. D e
acaba de referir, á saber: que el que aquí infiere rectamente el docto autor
es absuelto en la hora de la muerte del Compendio Salmaticense: « U n d e
de la censura incurrida por la percu- quilibet sacerdos, esto hasreticus, de-
sión del clérigo, no está obligado á gradatus, aut vitandus, valet in mor-
acudir al señor Obispo antes de su tis articulo absolvere a quibuscumque
absolución del modo explicado. * peccatis et censuris, quantumvis alias
2342. P. Si no hubiese en el ar- reservatis; quia, ex pietate Ecclesias,
tículo ó peligro de muerte sino un in articulo mortis nidia est reservatio.11
sacerdote excomulgado , ó suspenso ( T r a c t . X X V I I , núm. 209.)
vitando, ó degradado, ó cismático, ó Scavini (tomo 3, núm 427, edición
hereje público , ¿podría el moribundo de 1865) dice así: « S i agatur de ne-
recibir de él válida y lícitamente la cessitate, nempe, de moribundo ab-
absolución? solvendo (alio sacerdote deficiente),
R. Muchos autores antiguos fueron non obstante contraria quorumdam
de opinión que no podía, por varias sententia, dicimus ipsum quoque (in-
razones que pueden verse en San L i - trusum, hasreticum, schismaticum,
gorio, lib. 6, núm. 560; pero el Santo nominatim et publice excommunica-
concluye así: « R e c t e dicit continuator tum, aut suspensum, si verus sit
Tournely, quod in hoc casu bene po- sacerdos) in hoc casu absolvere posse
terit sacerdos hasreticus vel e x c o m - valide et licite: semper enim urget
municatus vitandus (absenté alio) ab- ratio ne quis pereat.» P o n e después la
solvere moribundum sub conditione; resolución de Inocencio X I , que, como
quia in extrema vel urgenti necessi- queda dicho, refiere el cardenal Albi-
tate, ex communi sententia doctorum, cio, y otra de P í o V I , de la que ha-
Soto, N a v a r r o , Sánchez et alus lici- blaré á continuación. Adviértase que
tum est uti opinione adhuc tenuis Scavini no es ancho, escribe novísi-
probabilitatis.» mamente en Italia después de haber
Se cita en contra de este parecer sido más de treinta años vicario g e -
una declaración de la Sagrada Con- neral de la diócesis de Novara, y , por
gregación del Concilio; pero San L i - lo tanto, en estas materias tiene au-
gorio responde así: «Cardinalis A l b i - toridad.
tius, part. i . , De inconst., cap. 18
a Bouvier (nada laxo) dice lo mismo,
et 19, refert, quod hasc declaratio non y después de alegar otras razones,
reperitur in registro Sacras Congrega- añade: «Ucee sententia in pluribus tra-
tionis; signum quod illa foras non ditur ritualibus, et a multis admissa
e x i e r i t , vel quod in desuetudinem est Episcopisgallicanis tempore schis-
abierit, tamquam communi sententias matis anni 1 7 9 1 . 4 . Quia Pius V I ,
0
opposita. í d e m refert, quod, cum hu- hac de re consultas, respondit die 1 .
a
jusmodi dubium ad Innocentium X I Aprilis 1794, non esse improbandam ra-
delatum fuisset, Pontifex prcecepit non tionem quam inierunt nonnulli g a l l i -
amplius dubitandum de veritate primee cani prassules, qui in articulo vel pe-
riculo mortis Pcenitentiee sacramentum,
sententice affirmativee,» que es la de
TOMO II. 30
562 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 563
quod est secunda post naufragium tabula, sacram. Pcenit., cap. 1 1 , núm. 28), acerca del cómplice venéreo, conviene prohibición pontificia, y sin tener
a sacerdotibus juratis, ac etiam a pa- que dicen así: «Colligitur secundo, poner por fundamento de esta mate- causa alguna, se entremetiese á absol-
rochis intrusis recipi posse permise- captivos qui detinentur apud infideles ria la bula de Benedicto X I V , de r.° de ver á su cómplice, habiendo otro con-
runt, deficiente quovis alio catholico absque ulla, vel arte cum exigua spe Junio de 1 7 4 1 , que empieza Sacra- fesor. B.-nedicto X I V , en 8 de Febre-
s a c e r d o t e . » (Colleclion genérale des libertatis, posse audiri et absolví a mentum Pee úlentia. Dice así: ro de 1845, expidió el breve Apostolici
Brefs, tomo 2; pág. 482.) quolibet sacerdote, si postea credatur «Auctoritate Apostólica et nostras muneris p irtes, en el cual declara:
Billuart (diss. 6. , De Sacram. Pce- nullum sacerdotem habituros, ut recte
a

potestatis plenitudine interdicimus i.° Que cuando hubiese de seguir-

nit., art. 8) dice lo mismo, y añade, docent auct. decissionis casuum ar- et prohibemus, ne aliquis eorum extra se infamia ó escándalo si el confesor
con la opinión c o m ú n , confirmada 1 tic. mort., cap. 4, dub. 4, núm. 23; et casum extrema necessitatis, «nimirum, no absolviese á su cómplice, ó por no
por P í o V I , que esto tiene lugar igual- Gran., tract. X , disp. 4, sect. 2, nú- »in ipsius mortis articulo, et deficien- haber otro sacerdote ó porque, aun-
mente en el artículo y en el peligro mero 10.» Siguió también á los Sal- »te tune quocumque alio sacerdote que le hubiese ó se pudiese buscar,
de muerte. San L i g o r i o dice también: maticenses, que dicen (núm. 24) que »qui confessarii munus obire possit,» esto no se podía verificar sin escánda-
«Jam compertum est, in morte omnes en la presente materia es lo mismo el confessionem sacramentalem perso- lo ó sin nota de infamia del confesor
sacerdotes etiam degrádalos posse ab- peligro de muerte que el artículo de nas complicis in peccato turpi atque cómplice ó del penitente, que en este
solvere a quocumque peccato et cen- muerte. Por último, el Sr. Sánchez inhonesto contra sextum Decalogi caso la absolución sería válida y lícita.
sura reservata. E t hoc non solum había dicho (pág. 169), siguiendo á prasceptum commisso excipere audeat: 2.
0
Que si el confesor absolviese á
in a r t i c u l o , sed etiam in periculo los Salmaticenses (núm. 20), que en subíala propterea Mi ipso jure quacuin- su cómplice entremetiéndose sin ne-
mortis, ut sententia communissima el artículo ó peligro de muerte podía que auctoritate et jurisdictione ad qua- cesidad á absolverle, ó le absuelve
et verior affirma.» absolver cualquier sacerdote, aunque lemcumque personam ab hujusmodi pretextando falsamente motivos de in-
E n vista de lo expuesto, me parece fuese cismático, y aun hereje: ¿cómo culpa absolvendam, adeo quidem, ut famia, ó de intento fuese omiso y ne-
cierto moralmente que se puede y se dice después que el cautivo en cues- absolutio, si quam impertierit, nidia gligente en precaverlos, entonces la
debe seguir la sentencia de San L i g o - tión, si bien puede confesarse con un atque irrita omnino sit...: et nihilomi- absolución es válida, ne talis anima
rio. D i g o que se debe, porque cuando .-imple sacerdote, no lo puede hacer nus, si quis confessarius secus faceré pereat; pero no sólo sería gravemente
el confesor puede socorrer la necesi- con un cismático, ni mucho menos ausus fuerit, majoris quoque excom- ilícita, sino que el sacerdote que tal
dad gravísima del prójimo, debe ha- con un hereje, si no temí por su vida? municationis pcenam, a qua absol- hiciese incurriría ipso fado en exco-
cerlo lo.mismo en el artículo que en el El cautivo de que se trata, aun cuan- vendi potestatem Nobis solis nostris- munión mayor reservada á Su Santi-
peligro de muerte. D e aquí se infiere d o esté sano, teme con fundamento que successoribus dumtaxat reserva- dad; y según la constitución Apostó-
que si un cristiano se hallase cautivo que no volverá á tener proporción de mus, ipso facto incurrat. Declarantes lica Sedis de Pió I X , es reservada al
de infieles y no tuviese probabilidad de otro sacerdote; y así los autores, mi- etiam et decernentes, quod nec etiam Papa modo speciali (es la 10), mejor
hallar más adelante sacerdote alguno rando el espíritu del T i i l e n t i n o , ne in vi cujuscumque jubilasí, aut etiam diré, nudo sp.cialissimo; porque no se
con jurisdicción para absolverle, se le aliquis pereat, le consideran in periculo Bullae, quae apellatur Cruciatae S a n - puede absolver de ella por la Bula de
podiía considerar en aitículo de muer- mortis en la presente materia, aunque cta;, aut alterius cujuslibet indulti, la Cruzada, ni por un jubileo, á no ser
te, y podría ser absuelto por un sim- de presente no temí por su vida y tenga confessionem dicli complicis hujusmodi que se exprese esta facultad.
ple sacerdote; y si no hubiese sino un robusta salud. Este cautivo no teme quisquam valeat excipere, eique sacra- L a s palabras del breve aclaratorio
cismático ó h e r e j e , podría hacerlo por su vida de presente, pero teme por mentalem absolutionem elargiri.» de Benedicto X I V son las siguientes:
también. E n vista de las razones ex- su salvación, porque no tiene proba- 2344. Como las anteriores pala- « Q j o d si idem sacerdos aut quovis
puestas, yo así opino, salvo meliori. bilidad de que en algún tiempo tendrá bras de Benedicto X I V no autorizan modo sese, nulla gravi necessitate
E l Sr. Sánchez, en su Teología Mo- ocasión de volver á tener sacerdote que al sacerdote cómplice para absolver á compulsus, ingesserit, aut ubi infa-
ral (trat. V I , punt. 9, núm. 4), sigue le absuelva; y así se le reputa en peli- su cómplice venéreo sino concurrien- mias vel scandali periculum timetur,si
la doctrina de San L i g o r i o ; pero aña- gro de muerte como al que, estando do reunidas las dos condiciones si- alterius sacerdotis opera requirenda
de que si el cautivo « n o teme por sano en el puerto, se va á embarcar guientes: i . , que éste se halle en ar-
a sit, ipse ad id periculum avertendum
su vida, no debe confesarse con un para una navegación larga y peligro- tículo de muerte; 2 . , que no haya
a congrua media adhibere de industria
cismático, ni mucho menos con un sa. Para mí la equivocación del señor sacerdote alguno que pueda confesar neglexerit..., quamvis hujusmodi ab-
hereje . Antes que confesarse con D . Miguel Sánchez es clara y mani- al moribundo, de aquí surgieron gra- solutio valida futura sit..., non inten-
sacerdotes apóstatas, debe procurar fiesta. vísimas dudas: i . ° , sobre si sería vá- dimus enim pro formidando mortis
justificarse excitándose á verdadera lida la absolución dada por el confe- articulo eidem sacerdoti, quantumvis
contrición, é implorando con filial ARTÍCULO IV
sor cómplice cuando, de no hacerlo, indigno, necessariam jurisdictionem
confianza la misericordia de Dios.» Del cómplice venéreo. se había de seguir grave infamia al auferre, ne hac ipsa occasione aliquis
N o parece muy consecuente en esta confesor ó á su cómplice moribundo; pereat: nihilominus sacerdos ipse vio-
parte el Sr. Sánchez, porque citó y 2343. Antes de resolver algunas 2. , sobre si sería válida la absolución
0 latas ausu ejusmodi temerario legis
siguió antes á los Salmaticenses (De importantes cuestiones que ocurren cuando el confesor, despreciando la poenas nequáquam effugiet; ac p r o -
5 4
6 LIBRO VI. TRATADO V, DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 565
pterea latam in dictaconstitutione ma- intelligi quemlibet sacerdotem, esto lo indispensable para hacer una bue- de Juan, ejecutase el magnetismo a u n
j o r e m excommunicationem... Nobis scientia et prudentia non prasditum...; na confesión; porque semejante sacer- con mujeres, ¿se les debería conside-
et huic Sanctas Sedi reservatam incu- sed haec intelligentia nimis delicata dote simple non potest munus obire con- rar á ambos cómplices venéreos en la
rret, prout illum eo ipso incurrere de- est: sacerdos hcereticus, vitandas, aui fessarii. E n cuanto al hereje, no creo materia de que aquí se trata?
claramus, volumus, atque statuimus.» etiam degradatus confessario complici que Benedicto X I V quiso preferirle al E. Scavini (tomo 3 , núm. 486,
i.° Se ha de notar que esta bula prasferendus esset, quod minime est confesor cómplice: del excomulgado edición de 1874, anotada por J. A . del
comprende á todos los confesores se- prcesumendum. Ideo dicta clausula non vitando no sé qué decir; pero del con- Vecchio) dice que por sólo ejercer el
culares y regulares de cualquier digni- materialiter, sed moraliter et pruden- fesor excomulgado no vitando, si no magnetismo no se pueden reputar
d a d , sin excepción alguna, etiamsi ter est intelligenda. Si enim adesset hay otro inconveniente, creo que debe cómplices venéreos, «nisi revera ma-
Episcopi, aut Cardinales sint, pues así sacerdos adeo simplex ut vix scirei ser preferido al cómplice venéreo, gnetismum exercendo simul una con-
lo expresa: cujusctitnque dignitatis. proferre formam absolutionis, ut ali- porque el excomulgado no vitando no tra sextum peccaverint.»
2° Aun cuando el Papa conceda á quando se reperisse testatur Eximius está privado de jurisdicción. 4.
0
« N e c sunt reservata mortalia
un confesor facultad amplísima de Doctor, aut qui fere penitus ignorare! 2346. «Ne... confessionem sacra- dubia ex dubio facti vel juris; quia
absolver de todos los pecados y censu- disponereet instruere pcenitentem pro mentalem personas complicís in pec- non videntur superiores velle reser-
ras, inclusa la herejía, en jubileo ó suscipienda absolutione, ut accidit cato turpi, atque inhonesto contra vare dubia, nisi expresse declarent,
fuera de él, nunca se entiende que multis, hi, inquam, sunt quasi non sextum Decalogi prasceptum commis- et hoc (inquit Sanctus L i g o r i u s ) est
puede absolver á su cómplice venéreo, essent; quia inepte munus confessarii so, excipere audeat.» ¿Cómo se en- juxta communem sententiam. í d e m cen-
como se expresa también en la bula: obire possunt. N a m de istis potest tienden estas palabras de la bula? sent Salmanticenses si adsit dubium,
« T a m e t s i . . . quovis privilegio et indul- quodammodo dici: Ne iradas bestib R. i . ° « N o m i n e personas compil- an graviter pcenitens peccaverit, licet
to, etiam specialissima (nota) mentio- animas confitentes tibi. Itaque in dicta éis venéreas intelligitur sive vir, sive confessarius certum mortale c o m m i -
ne digno suffultis.» Así vemos que clausula intelligitur s a c e r d o s , esto fosmina, dummodo fuerit complex serit: quia bulla intelligenda est de
P í o I X , en los tres jubileos de 1846, non approbatus, tamen aliquantulum formalis aliquando cum confessario in complici formali in peccato (lib. 6,
1869 y 1875 dio facultad para absol- instructus, prudens, et cordatas, aut peccato mortali externo contra sex- núm. 554); et quidem quando solum
ver de la herejía, etc., pero no de la discretus in communi opinione; ita ut tum Decalogi prasceptum necessario constat unum ex eis pecasse mortali-
excomunión del que indebidamente sciat prasparare et disponere pceni- in confessione explicando, etiamsi ter, est complicitas venérea materia-
absolvió á su cómplice. tentem pro confessione rite facienda, peccatum fuisset commissum a c o n - lis, sed non formalis.»
0
3. « E x t r a casum extremes neces- máxime pro ultima suas vitas.» Hasta fessario antequam esset sacerdos. * E l que absuelve al penitente
sitatis, nimirum, in ipsius mortis ar- aquí dicho autor. Me parece que debe- 2° «Debet esse complex formalis cómplice in peccato turpi con ignoran-
ticulo, et def cíente tune quocumque alio ría ser preferido el sacerdote igno- non solum interne, sed etiam exter- cia crasa ó supina, incurre en la ex-
sacerdote,» etc. Por artículo de muerte rante; porque el breve Apostolici mu- ne: nam nullum peccatum mere in- comunión décima d é l a bula Apostoli-
se entiende también el probable peligro neris de Benedicto X I V , de 8 de F e - ternum Ecclesia reservavit. Debet ex ces Sedis, de las speciali modo reserva -
de muerte, y esto es cierto; porque ne brero de 1745, explicando la bula an- utraque parte esse grave etiam exter- das. ( S . O . 16 de Enero de 1892.) *
aliquis hac occasione pereat, es opinión terior Sacramentum Pcemientice, dice ne; ita ut si unus ex duobus etsi i n - 2347. «Quceritur: Si pcenitens
comunísima que el artículo y el peligro generalmente que el cómplice venéreo terne consensisset, non manifestas- complex confiteatur alia mortalia,
de muerte en esta materia son equiva- no puede absolver á su cómplice, con set externe, tune gravis non esset erit valida absolutio?
lentes, como queda ya probado; y por tal que haya un sacerdote, «etiamsi complicitas venérea: ut inquit San- R. » Distinguendum est , inquit
esto en ambos casos el simple sacer- simplex fuerit, sive alias ad confes- ctus Ligorius (lib. 6, núm. 554) cum Sanctus L i g o r i u s (núm. 555): si de
dote puede absolver, si no hay confe- siones audiendas non approbatus,» communi. peccato turpi pcenitens fuerat j a m
sor expuesto. sin exceptuar á los ignorantes; mas 3.
0
» D e b e t esse mortale peccatum airéete absolutus, confessio est valida,
2345. E n cuanto á aquella cláu- como esta cuestión es difícil, dejo á etiam externum ex utraque parte; quia pcenitens non est j a m complex
sula: Et deficiente tune quocumque alio los sabios la decisión. Fuera de de- quia nullum peccatum veníale est re- formalis, sed denominative; si nondum
sacerdote, se pregunta: si no hubiese sear que este caso se consultase á servatum nisi exprimatur, ut dicunt fuerat de peccato turpi directe absolu-
entonces sino el sacerdote cómplice, R o m a . omnes. Si inhonestatis peccata sint tus, absolutio est irrita; quia tune
y un sacerdote hereje, degradado ó Pero se ha de notar que cuando venialia, non comprehenduntur, sive pcenitens adhuc est complex forma-
vitando, ¿quién debería ser preferido? digo ignorante, no hablo del simple sint venialia ex parvitate materias, lis, et bulla dicit: «atque ideo abso-
B. Esta cuestión comunmente no la sacerdote q u e , como dice Suárez, sive ex defectu advertentias aut con- »lutio nulla atque irrita omnino sit.»
traen los autores. E l Compendio Sal- apenas supiese pronunciar la forma sensus; quia venialia non sunt de « U t quasdam dubia resolvantur in
maticense (tract. X X V I I , núm. 364) de la absolución, ó que, no sabiendo obligatione in confessione exprimen- prassenti materia, Sacra Pcenitentia-
dice así: «Inquires 4. Quis intelligatur el penitente lo necesario para salvar- da, ut ibidem inquit Sanctus L i g o - ria die 7 Februarii 1755 edidit decre-
sacerdos in illa clausula: Quimunus se, ni fuese apto para instruirle en rius, et declaravit T r i d e n t i n u m . » tum quo declaratur sub benedictina
confessari obire possit? Aliqui putant los misterios necesarios, ni enseñarle P. Si P e d r o , confesor, ayudado constitutione comprehendi casus s e -
 LIBRO VI. T R A T A D O
566
quentes: i . ° Quando peccatum c o m -
missum non fuit operis consummati
(ut copula, pollutio, e t c . ) , sed sufficit
mortale in tactibus, aut verbis gravi-
ter impudicis consistens. 2 . Quando0
peccatum commissum fuerit cum
confessario , antequam iste fuisset
sacerdos. 3 . Quando peccatum com-
0
missum fuit in juvenili setate, et
complex pcenitens pras verecundia
semper illud in confessione reti-
cuit. 4 . Quando complex non ex ve-
0
recundia, sed ex oblivione illud pec-
catum non fuisset confessa, e t a d c o n -
spectum confessarii complicis illius
peccati tune primo recordatur. Ita
apud Fidelem del Valle in opuse, su-
per hanc Constit., ubi fol. 2 . affert 0
litteraliter decretum.» (Véase á Echa-
tri, part. 2. , tít. 7, núm. 534..)
a
2348. E l autor anónimo de un
folleto publicado en Rieti en 1875 por
mandato del l i m o . Sr. Obispo de
aquella diócesis, F r . E g i d i o Mauro
(dominico),explicando la constitución
Apostolices Sídis sobre el presente caso
del cómplice venéreo, en la pág. 24,
núm. 62, dice así: «Peccatum turpe
hic est omnis actus externus libidino-
sus. A n et turpia colloquia?» Affirmat
S. Alphons., lib. 6, núm. 554. Ne-
gant alii ( A m o r t , De Pcenit., disp. 10,
§ r, q. 6. S c a r p i z z a , etc.) « E t for-
a
lassis verius ex mente Benedicti X I V ,
De Synod., lib. 7, cap. 14, núm. 4.
N o me parece fundada la anterior
opinión; porque si bien A m o r t , I t u -
rriaga y Scarpazza opinan como el
autor del citado folleto, la opinión de
San L i g o r i o es la más común, y, en
mi concepto, la única sólidamente
probable. Porque el citado decreto de
la Sagrada Penitenciaría de 7 de F e -
brero de 1755 declara expresamente
que en la constitución de B e n e d i c -
to X I V sobre el cómplice venéreo se
comprende: i . ° «Quando peccatum
commissum non fuit operis consum-
mati (ut copula, pollutio, e t c . ) , sed
sufficit mortale in taclibus, aut verbis
graviter impudicis consistens;» y sa-
V.
bido es cuánta importancia tiene una
declaración de la Sagrada Penitencia-
ría, pues se puede presumir que, tra-
tándose de una materia tan impor-
tante y delicada, no se daría sin con-
sultar al Papa. 2. L a constitución de
0
Benedicto X I V comprende general-
mente al cómplice formal «in peccato
turpi atque inhonesto contra sextum
Decalogi pizeceptum;» y pregunto:
las conversaciones mortalmente obs-
cenas, ¿no son contra el sexto p r e -
cepto del Decálogo?
San L i g o r i o tiene por cosa cierta
que las conversaciones obscenas mor-
tales se comprenden en la reserva-
ción del cómplice venéreo: «ut certe
dicendum sentio cum pluribus doctis
quos consului super hoc judicio, ab
alus immerito in dubium r e v ó c a t e
i . ° Quia verba generaba generaliter
accipienda sunt. 2 . Quia leges etiam
0
pcenales sunt in sensu preprio et na-
turali interpretando;; et in sensu na-
turali veiba bullas: In peccato turpi
atque inhonesto contra sextum prceceptum
quaecumque peccata turpia sine dubio
comprehendunt,» etc. ( E n el citado
núm. 554.)
Scavini (tomo 3, núm. 445) tiene
por cierta la opinión de San L i g o r i o ,
fundado en las mismas razones. Ala-
sia dice lo mismo. Gury, nada rígido,
dice que «nomine peccati turpis v e -
nit... licet sit solus tactus turpis, aui
col'oquium inhonestum.» ( T o m o 2, nú-
mero 585.)
E l citado folleto, publicado en
Rieti, cita en su favor á Benedic-
to X I V (De Synodo Dicecesana, lib. 7,
cap. 14, núm. 4); pero se equivoca,
porque en el lugar citado antes bien
se comprenden igualmente las con-
versaciones mutuas mortalmente i m -
puras, pues p r o h i b e , «ut sacerdos
illius personae confessionem excipiat,
cum qua impudicitia scelus admisit.»
Más abajo dice: «cum quo inhoneste
peccavit.»
Ahora bien: «Quid intelligitur no-
mine impudicitias?» Santo T o m á s
DEL SACRAMENTO
responde así: «Impudicitia pertinet
ad quosdam actus civenvístanles actum
venereum: sicut sunt oscula, tactus,
et alia hujusmodi;» y por alia hujusmo-
di se comprenden las conversaciones
gravemente deshonestas. L o s auto-
res, cuando tratan de impudicitia inter
conjuges , las comprenden. Billuart
(tract. V I , De speciebus luxurice, ar-
tículo 16) pone este epígrafe: « D e
impudicitia tactus, osculi, amplexus,
aspectus, turpiloquii,» etc.; y el ar-
tículo 17, De impudicitia inter conju-
ges, dice así: «Quaecumque oscula,
tactus, amplexus, aspectus, turpilo-
quia libidinosa inter conjuges,» etc.
N o cito más autores, porque no me
parece necesario; para mí bastaba el
deertto de la Sagrada Penitenciaría;
pero como á algunos podría causar
demasiada impresión el citado folle-
to, publicado novísimamente en R i e t i ,
me pareció conveniente impugnar su
opinión.
* E l Santo Oficio, en 28 de Mayo
de 1S78, declaró que están compren-
didos los coloquios torpes en la pro-
hibición de Benedicto X I V . *
2349. P. Si el cómplice se con-
fiesa con su cómplice, y se olvida del
pecado de complicidad venérea, ¿será
válida la absolución?
R. Scavini dice así:
i.° Que si el confesor absolvió al
cómplice sin advertir que lo e r a , « v a l e t
absolutio, ex Alasia, Stuardi et a l u s
contra Grassi: ratio, quia bulla prce-
sumptionem et temerarium ausum r e -
quirit ad nullitatem: ergo si ignoran-
tia fuerit tantum crassa et supina,
non vero afiectata, absolutio valebit.
Idque ideo magis, quia hic jurisdi-
ctionis privatio habet rationem pcena;,
et exccmmunicationem comitatur.»
(Tract. X , en la adnotación h. 1.) N o
todo lo que aquí dice Scavini es ver-
dadero; porque si bien es cierto que
no se incurre <n la excomunión si se
da la absolución al cómplice por igno
rancia crasa, pero la bula quita toda
jurisdicción y autoridad al confesor
DE LA PENITENCIA. 567
respecto de su cómplice, no sólo res-
pecto del pecado de complicidad, sino
también del mismo penitente: « I n hu-
jusmodi peccati et pcenitentis genere
jurisdictione careat.» Respecto de su
cómplice, es menos que un simple
sacerdote; y por esto en la hora de la
muerte éste es preferido á a q u é l .
¿Quién le da, pues, la jurisdicción en
este caso? ¿La inadvertencia? N o ,
porque ésta no la daría al simple
sacerdote si se hallase presente un
confesor no cómplice. * (Véase el nú-
mero 2346, en la nota.) *
E l Co n pendió Salmaticense (en el
tract. X X V I I , núm. 357) hace la si-
guiente pregunta: « A n absolutio com-
plici data bona fide sit valida? R . Ne-
gative. Quia bona fides, ignorantia,
aut oblivio possunt excussare a culpa,
sed non dant actui valorem. Idcirco
actus contra legem irritantem positus
semper est invalidus, licet aliquando
ex ignorantia, aut bona fide sit lici-
tus. Unde, si confessarius peccateum
fcemina sibi ignota, sive nocte in di-
versorio, sive in itinere, et illa subin-
de ignorans confessarium fuisse suum
complicem, eidem confiteatur, abso-
lutio est invalida, quia est actus p o -
situs contra legem irritantem: nec error
particularis tribuit jurisdictionem. Sic
sunt resolvendi alii casus, qui oceur-
rere, aut fingi possunt, et ratione ma-
terias consulto omittantur.
2.0
Después dice Scavini: « V a l e t
quoque absolutio data a confessa-
rio pcenitenti, qui jnculpabili oblivio-
ne omisit peccatum complicitatis :
quia absolutio in hoc casu nullatenus
cadit super peccatum complicitatis:
unde non absolvit complicem directe
a peccato turpi, quod prohibetur.» Pero
yo pregunto: ¿Se necesita alguna j u -
risdicción para absolver indirecte del
pecado mortal de complicidad? Claro
es que si; y por esto el simple sacer-
dote no puede absolver ni indirecte de
pecado alguno mortal, fuera del peli-
g r o de muerte. A d e m á s , la bula ex-
presa que ningún confesor se debe
568 LIBRO
reputar legítimo y aprobado respecto
de su cómplice.
3.0
D i c e , por ú l t i m o , S c a v i n i :
« V a l e t etiam probabilius haac absolu-
tio, licet confessarius adveríat pceniten-
tem inculpabili oblivione non con-
fiteri peccatum complicitatis: quia
etiam cum hac scientia verificatur
non absolvere directe a peccato com •
plicitatis. Ita Alasia.»
N o convengo con Scavini ni con
Alasia; porque, como muy bien dice
Echarri (tract. V I I , De confessario
cómplice, desde el núm. 449), la prohi-
ción de la bula no se hizo in pcenam
pcenitentis, como sucede con los peca-
dos reservados, «sed in pcenam con-
fessarii, cui adimitur facultas audiendi
confessionem illius pcenitentis. Unde
confessarius in hac parte respectu
complicis non est habendus tamquam
confessarius, sed potius tamquam sa-
cerdos simplex, i m m o et deterioris
conditionis... Unde nec potest audire
confessionem c o m p l i c i s , cum bulla
dicat: « N e aliquis sacerdos confessio-
»nem sacramentalem persones compli-
«cis in peccato venéreo excipere au-
»deat.»
Haec prohibitio non est reservatio
(continúa el docto E c h a r r i ) , sed n e -
gatio totius approbationis et juris-
dictionis, seu positiva reprobatio erga
personam sic complicem. Unde non
potest pcenitens a confessario c ó m -
plice absolví, quando ab illo ignora-
tur hsec prsesens inhibitio.» ( Y lo mis-
mo cuando no a d v k r t e que es su cóm-
plice.) « U n d e sequitur, confessarium
complicem durante complicitate for-
mali (esto es, mientras el penitente
no haya sido absuelto directamente del
•pecado torpe por otro confesor), non
retiñere jurisdictionem in peccata alia
adhuc venialia pcenitentis; quia res-
pectu illius in illo casu est positive
veprobatus et minus quam si foret sim-
plex sacerdos.» San L i g o r i o dice que
cree nula la absolución que el confe-
sor da á su cómplice en cuanto á otros
pecados: « H o c infero, dice, ex verbis
VI. TRATADO V.
ejusdem bullae, ubi dicituí: Atque ideo
absolutio nulla atque irrita omnino sit.»
( L i b . 6, núm. 555.)
H e manifestado mi parecer y las
razones en que me fundo: no obstante,
como Scavini, en su edición de 1865,
núm. 554, defiende los casos anterio-
res, y añade: ex Alasia, Stuardi et aliis,
y en la edición que después de la
muerte de Scavini se publicó en 1874,
adicionada por J. A . del Vecchio, se
defiende la misma opinión respecto
de los casos citados, y al terminar las
razones en que se funda, dice así:
« I t a plures; vid. P a v o n e , Spicilegio
eccles. a. 155, it. La lucefra le tenebre;
Griffini, in constitutionem Benedic-
ti X I V De non absolvendo cómplice:
A m o r t , Iturriaga,» en vista de todo
esto dejo á los sabios la resolución de
esta delicada cuestión; aunque y o ,
mientras no vea otras razones, no se-
guiré la opinión de Scavini, de Scar-
pazza, etc.
* L a misma opinión lleva Scavini-
Del Vecchio en la edic. 1 4 . , de 1890,
a hinc inde, dice Ninzatti, t o m o 2, 1363
y en el día es cierto que el confesor
cómplice no queda privado de toda
jurisdicción en orden á los pecados
del penitente cómplice, como se ve
por la declaración siguiente: « Q . An
censura et privatio jurisdictionis lo-
cum habeat, si complicitatis pecca-
tum non subjiciatur clavibus?—R.Ne-
gative. Etenim quaesitum fuit: An in-
currat censuras in absolventes com-
plicem in peccato turpi latas, qui
complicem quidem absolvit, sed com-
plicem, qui complicitatis peccatum in
confessione non declaravit? R a t i o , du-
bitandi esse videtur, quia talis sacer-
dos, etiamsi complex sacrilege hujus
peccati confessionem o m i t t e r e t , et
ipse culpabiliter ab interrogando ab-
stineret, non tamen absolvit ab hujus-
modi complicitatis culpa, utpote non
declarata nec subjecta clavibus.» Et
S. Poenit., 16 Maii 1887, respondit:
«Privationem jurisdictionis absolven-
di complicem in peccato turpi, et ad-
nexam excommunicationem quatenus
DEL SACRAMENTO
confessarius illum absolverit, esse in
ordine ad ipsum peccatum turpe, in
quo idem confessarius complex fuit.
Tenetur nihilominus confessarius sa-
cerdoti, qui hac ratione complicem,
non tamen a peccato complicitatis,
absolvit, omni studio ob oculos pone-
re enormitatem delicti sui, et abomi-
nabilem abusum sacramenti Pceni-
tentiae; nec aliter ei potest beneficium
absolutionis impertiré, quam praemis-
sa gravissima adhortatione, ut offi-
cium confessarii dimitiere studeat,
nec non imposita obligatione, ut a
confessionibus complicis audiendis
in posterum omnino abstineat, mónita
eadem persona complicis, si denuo
compareat, ut de peccato complici-
tatis, et ceteris invalide confessis,
apud alium confessarium se accuset.»
(Véase N i n z a t t i , núm. 1362 ; Marc,
núm. 1783.)
« A n extra mortis articulum dentur
casus in quibus confessarius compli-
cem licite absolvat?—R. Disputant
ad 2 , interpretes constitutionum
u m
Sacramentum Pcenitenues et Apostolices
Sedis. In tanta opinionum varietate
(contesta el mismo autor) videtur tuto
in praxi sequi posse sententia quae
docet, in casu necessitatis confessa-
rium posse directe complicem absol-
vere ab aliis peccatis, indirecte vero
a peccato complicitatis. E o d e m enim
modo hic ratiocinandum est ac quan-
do agitur de absolutione illius, qui
peccatis reservatis implicatus abso-
lutione indiget, quia, v . g r . , Missam
celebrare tenetur. Casus autem ne-
cessitatis habetur, si urgeat prascep-
tum annuse confessionis et c o m m u -
nionis, et poenitens alium adire non
possit, quin infamia vel scandalum
inde oriatur; vel etiam in locis m i s -
sionum, ubi alium sacerdotem num-
quam vel nonnisi post plures annos
habendi spes non datur.» (Véase á
Lehmkuhl, tomo 2, núm. 937, excu-
satio a censura aderit, núms. 4 y 5; y
los Salmaticenses, en el apéndice al
DE LA PENITENCIA. 569
trat. V I , 286, por el P. José de Jesús
María, anotador de la Bula de la San-
ta Cruzada.)
E s indudable que no es inválida la
absolución dada al penitente cómpli-
ce dispuesto por otra parte, pero que
inculpablemente omitió en la confe-
sión el pecado de complicidad, « e x
prsefato enim responso S. Pceniten-
tiarise, 16 Maii constat Sacerdotem
jurisdictione sua non privari,» dice
Marc, tomo 2, núm. 1784. *
2350. Scavini pone varios casos,
siguiendo á Alasia, en los cuales el
confesor no puede absolver á su cóm-
plice. Algunos de ellos se han resuelto
y a ; tan sólo expresaré los que faltan.
«Invalide absolvit:
i.° «Pcenitentem cum quo conve-
nit de seducenda muliere ( y lo mismo
de viro), licet postea non seduxerit;
quia verificatur hunc pcenitentem esse
socium conventionis iniquas contra cas-
titatem.
2.
0
«Pcenitentem qui ipsi permi-
serit (et magis si ipsum invitaverit),
ut peccaret cum propria uxore vel
filia; quia permitiendo (vel invitando)
participat de crimine confessarii, ideo-
que complex et particeps unum idem-
que sunt.
3.
0
«Pcenitentem, a quo solum
audivit turpes sermones, si ostendit
eos sibi placeré; quia exterius se com-
placendo de illis participavit, ideoque
est complex peccati turpis.
4.
0
«Pcenitentem impuberem com-
plicem; quia prohibitio facta confes-
sario absolvendi complicem reserva-
tionis speciem non habet, cum ipsi,
non aliis confessariis potestas absol-
vendi auferatur: nec est certum quod
impubertas eximat a reservatione.
5.0
«Pcenitentem qui a peccato
complicitatis fuit ab alio confessore in-
directe absolutus; nempe, si ex oblivio-
ne inculpabili in aliis confessionibus
alteris confessoribus factis hoc pec-
catum non manifestaverit; quia d o -
ñee ab altero absolvatur directe a
cómplice nequit absolví.
57o LIBRO VI. TRATADO
6.° «Poenitentem generalem suo-
rum peccatorum confessionem facien-
tem, si certum sit aut dubium confes-
siones anteactas fuisse invalidas; quia
tune manifestaretur peccatum (com-
plicitatis) confessario (complici), cu-
jus juiisdictio aut nulla aut dubia es-
set; unde confessio primo casu nulla,
secundo illicita esset. Aliud dicen-
dum, si confessiones acteantae vali-
das fuissent.
7.0
«Confessarius, qui puellam
dormientem, vel reluctantem impu-
dice t a n g i t , quamvis (fuera de un
caso de necesidad) non debeat ejus
confessionem excipere, ne in pericu-
lum gravius peccandi se conjiciat; ta-
men si absolvat, valide absolvit.»
2351. P. Por la bula Sacramen-
tum Pcenitentia;, ¿en qué penas incurre
el confesor que absuelve á su c ó m -
plice venéreo, fuera del artículo ó pe-
ligro de muerte, deficiente tune alio
sacerdote?
R. Incurre en excomunión mayor
lata, reservada al Papa; y por la cons-
titución Apostólica; Sedis esta excomu-
nión está reservada al Papa modo spe-
ciali (es la 1 0 ) ; de manera que, aun
cuando sea oculta, ni los Obispos por
el capítulo Liceat del Tridentino pue-
den absolver de ella al confesor cóm-
plice que la incurrió, ni se le puede
absolver aunque tenga bula de la
Cruzada, por haberlo dispuesto así
P í o I X , y consta expresamente de la
misma bula actual y novísima de la
Cruzada; y aun en los jubileos excep-
tuó P í o I X la absolución de esta cen-
sura, si no se hace de ella expresa
mención.
P. ¿Puede el confesor absolver á su
cómplice fuera del articuló ó peligro
de muerte si, de no hacerlo, se ha de
seguir escándalo ó infamia, ó le ame-
nazan con la muerte?
R. N o puede; porque ni en esos ca-
sos tiene jurisdicción, y además sería
fingir Sacramento, lo cual es intrín-
secamente m a l o . N o puede, como no
lo podría hacer un simple sacerdote;
V.
y sabido es que el» confesor cómplice
es de peor condición que el simple
sacerdote, como luego se dirá. (Véase
el núm. 2349 e
^ nota: An extra
n a
mortis articulum, etc.?
2352. P. E l sacerdote que con-
fiesa á su cómplice venéreo en los ca-
sos en que le está prohibido, pero no
le absuelve, ¿incurre en la excomu-
nión impuesta por Benedicto X I V ?
R. E l Sr. S í n c h e z , en su Teología
Moral (trat. V I , punto 1 1 , núm. 5)
dice así: «Benedictos X I V , constitu-
tione Sacramentum Pcenitentia;, decla-
ravit confessarium carere jurisdictio-
ne ad absolvendum complicem suum
in peccato contra sextum Decaiogi
prseceptum; eumque incurrere ipso
facto excommunicationem reserva-
tam, si illius confessionem excipere
audeat, vd ipsum absolvere, excepto
articulo mortis,» etc. Hasta aquí el
Sr. Sánchez.
Antiguamente se dudó sobre si el
que confesaba, pero no absolvía á su
cómplice, incurriría en la excomu-
nión, como puede verse en San L i g o -
rio (lib. 6, núm. 556); y aun se dio al
Santo una declaración de la Sagrada
Penitenciaría , su fecha 9 de Julio
de 1 7 5 1 , que dice a s í : « N o n vitari
excommunicationem a prasdicto con-
fessario per fictionem absolutionis;» si
bien el Santo Doctor dice á continua-
ción que esta respuesta no es confor-
me á la constitución de Benedic-
to X I V , que exige, además de la con-
fesión, la absolución , y no basta la
ficción de ella. L o mismo dice Sca-
vini en la edición de 1 8 7 4 (lib. 3 ,
núm. 4 8 7 ) : « Ñ e q u e eam (excommu-
nicationem) incurrent confessarii, si
complicem audirent, attamen minime
absolverent, vel tantum fingerent absol-
vere; quia bulla? revera loquuntur de
absolutione data.» Pero sea de esto lo
que fuere, en el día no se puede dudar
que el sacerdote que sin causa confie-
sa, pero no absuelve á su cómplice, si
bien peca mortalmente, no incurre en
excomunión ; porque P í o I X , por su
DEL SACRAMENTO DE
constitución d e i 2 d e Octubre de 1 8 6 9 ,
que comienza Apostólica Sedis , no la
fulminó sino contra nabscluentes c ó m -
plices in peccato turpi,» etc. ( E s la 1 0
de las reservadas al Papa modo spe-
ciah.) Por lo tanto, el Sr. Sánchez no
debió decir disyuntivamente, «si con-
fessionem excipere audeat, vel absol-
vere;» sino conjuntivamente «excipe-
re audeat et absolvere.»
* E l confesor cómplice que ab-
suelve al penitente cómplice in peccato
turpi, como se ha dicho en el núme-
ro 2 3 4 9 , no incurre en la excomunión
si el penitente oculta el pecado de
complicidad consciente ó inconscien-
temente; pero incurrirá si le indujo á
la ocultación directa ó indirectamen-
te, según la declaración de la Sagrada
Penitenciaría, 1 9 de Febrero de 1 8 9 6 :
«Directe autem confessarius inducit
poenitentem, quando positive et expli-
cite eum praemonet de tacendo pecca-
to complicitatis , quia , v. gr. , illud
jam novit et declaratio illius esset in-
utilis. Indirecte vero inducit, quando
confessarius suadere conatur poeniten-
tem , sive quod actio turpis cum ipso
commissa non est peccatum, sive sal-
tem non tam grave,utde ipsoinquieta-
ri debeat; unde pcenitens concludit ipsi
licere non declarare tale peccatum, et
ab eo declarando revera abstinet.»
(Acta S. Sedis, mens. Febr. 1 8 9 6 . ) H e
aquí la declaración: « E x c o m m u n i c a -
tionem reservatam in bulla Sacramen-
tum Pcenitentia non effugere confessa-
rios absolventes vel fingentes absolve-
re eum complicem, qui peccatum qui-
dem complicitatis, a quo nondum est
absolutus , non confitetur , sed ideo
i t a s e g e r i t , quia ad id confessarius
poenitentem induxit, sive directe, sive
indirecte.» Se dice que el confesor
finge la absolución cuando exterior-
mente procede de tal modo, que por
señas ó por palabras, ó de otra mane-
ra, hace creer al penitente que le ha
dado la absolución, aunque realmente
no la haya dado ; pero si le advierte
que no le puede dar la absolución , y
LA PENITENCIA. 57i
para no revelar el sigilo hará alguna
señal ó gesto, ó rezará alguna oración,
en este caso habrá disimulación, pero
no simulación , ni se incurrirá en la
censura. *
2353. P. ¿Cuándo se dirá que el
confesor no hizo las debidas diligen-
cias para evitar el compromiso de es-
cándalo ó de infamia que se pudiera
s e g u i r , si él mismo no absolvía al
cómplice?
R. i . ° Para incurrir en la censura
es preciso que omitiese ex industria (de
intento) practicar las debidas diligen-
cias , y además que la omisión fuese
grave. «Sed si omissio congruas dí-
ligentias non fuerit ita fraudulenta,
sed unice oriunda ex inopia consilii,
turbatione, etc., tune pcenas latas non
incurrit, quia non neglexit de indus-
tria: et hac circumstantia requiritur in
secunda bulla ad prasdictas pcenas in-
currendas.
2.
0
»Si ex inconsideralione et igno-
rantia, etc., judicaret hic et nunc ca-
sum urgentis necessitatis emergeré,
in quo ipse possit suum complicem in
articulo mortis constitutum absolvere;
etiamsi in tali judicio falleretur , et
talis ignorantia esset graviter culpa-
bilis, dum tamen non esset dolosa et
affectata, licet peccaret mortaliter ab-
solvendo , censuras latas non incur-
r e r e t ; quia non absolveret prasump-
tuose.
* Según se ha dicho en la nota 2 3 4 9 ,
hoy la ignorancia crasa ó supina no
excusa de incurrir en esta censura;
por consiguiente, no es necesario que
le absuelva prasumptuose , para ser
reo de ella. *
3.0
Si confessarius aliquis primo
debitas adhibere diligentias dolóse et
de industria neglexit, si postea i 11 í ne-
gligentiae veré posniteat, si postmo-
dum inexcusabiliter periculum infa-
mias, vel scandali revera immineat,
tune pcenas latas non incurrit, quam-
vis moribundo absolutionem impen-
dat. Non incurrit tempore n e g l i g e n -
tiae , quia nondum a b s o l v i t ; nec cum
 LIBRO VI. T R A T A D O
572
impertitur absolutionem , quia cum
sit tune veré pcenitens , j a m non a b -
solvit ex dolo, prasumptuose,ut in bulla
requiritur , sed ex motivo necessita-
tis , et deest contumacia ad incurren-
das censuras omnino necessaria. Ita
Echarri, tomo i (De Sacr., tract. V I I ,
núm. 47S). ( V é a s e lo que se ha dicho
en el período anterior.)
2354. P. «Quid si puella nimis
pudibunda qua; rem habuit cum con-
fessario obfirmate renuit confiten cum
alio confessario praasente , et mors
immineat, quid faciendum?»
R. «Si verecundia sit adeo gravis,
ut aninii passionem inducat (ut potest
accidere in fceminis prascipuas juveni-
bus),quamvisaliqu¡ absolute resolvant
absolutionem esse denegandam p r o -
pter indispositionem pcenitentis, qui
decreto pontificis renuit se subjicere,
tamen Echarri (núms. 485 y 486), j u -
dicat (et quidem recte , ut mihi vide-
tur) , in tali casu mitius posse proce-
dí; quia ex una parte sacerdos complex
semper retinet jurisdictionem, ut vali-
de absolvat (ne hac occasione aliquis
p e r e a t ) , et cum, ut supponitur , in
praesenti casu non procedat dolóse et
prassumptuose , licite etiam absolvit.
E x alia parte obligatio quam habet
pceitens ad aperiendum suum pecca-
tum alteri confessario, non est de jure
naturas, nec positivo divino, sed de
jure positivo ecelesiastico inducto per
prassentem constitutionem: leges au-
tem ecelesiasticas utpote humanas obli-
gant humano modo, et non supra vires
nec ad nimis ardunm , ut concedunt
omnes.»
Gury (tomo 2, núm. 586) pregun-
ta : « A n sacerdos possit absolvere
complicem in mortem, si hic alteri
confiten recuset? — R. Affirmandum
videtur, si aliunde sit dispositus , ne,
¡•cilicet, pereat aut saltem ne ejus
seterna salus periclitetur.» Gousset,
tomo 2, núm. 489, dice expresamente
lo m i s m o .
Me parece racional esta opinión,
atendido el espíritu del decreto de Be-
V.
nedicto X I V , Apostolici muneris , res-
pecto de los moribundos ; y también
parece conforme á lo que se ha dicho
del simple sacerdote , que en un caso
idéntico de extremada vergüenza del
moribundo para confesarse con otro
confesor, lo puede hacer con el simple
sacerdote, no sólo en é s t e , sino en
otros casos semejantes, si el penitente
se halla en artículo ó en peligro de
muerte: así lo afirma San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 563), siguiendo a g r a v e s
autores. Aquí me parece conveniente
advertir que si bien el confesor (cuan-
do tiene oportunidad de hacerlo) debe
avisar á su cómplice gravemente en-
fermo que llame á otro sacerdote que
le confiese, y aun decirle la tan severa
prohibición de Benedicto X I V , esto
se entiende cuando se espera que el
cómplice obedecerá; pues si se tratase
del caso que pone Echarri , de la jo-
ven tan extremadamente vergonzosa
que manifieste una repugnancia in-
vencible á confesarse con otro sacer-
dote , creo firmemente que no con-
vendría hablarla de esas bulas ponti -
ficias , inquietando su conciencia y
poniéndola en mala fe sin ningún
provecho. E n dejarla en su i g n o -
rancia y buena fe no se perjudica al
bien común , ni se trata de cosas ne-
cesarias necessitate medii ad salutem:
por lo tanto, se la puede absolver , si
por otra parte está dispuesta.
E l Compendio Salmaticense dice
primeramente que si avisado el enfer-
mo por el confesor su cómplice de que
no le puede absolver por prohibición
pontificia, el enfermo, no obstante, in-
sistiese en que no tenía valor para con
1
fesarse con otro: «Dicendum videtur
(son palabras del citado Compendio)
non posse absolví dictum pcenitentem
reluctantem alteri confiten , quia re-
nuit subjici pontificias dispositioni;»
pero á continuación concluye así: « V e -
rum si adesset alia causa intrinseca
•magna reluctantice prcesertim in fcemi-
nis, quarum fragilitas et animi i m -
becillitas majori commiseratione est
DEL SACRAMENTO
sublevanda, arbitror posse absolvísuppo-
sitis aliis requisitis.» ( T r a c t . X X X V I I ,
núm. 363.)
A continuación de las palabras cita-
das de Echarri , este autor dice lo
mismo que el Compendio S a l m a t i -
cense, esto es, que en un caso extremo
de una suma vergüenza de la joven
citada, bien se la podría absolver por
su cómplice , aun cuando aquélla tu-
viese noticia de las bulas pontificias,
si por otra parte tenía buena fe; por-
que no es difícil juntar ésta con la
creencia de que el precepto meramen-
te eclesiástico no obligaba con tanto
detrimento. Y o , en caso semejante,
la absolvería por lo menos sub condi-
tione; pues no me parece que Bene-
dicto X I V , tan sabio , tan piadoso y
tan enemigo del rigor, quisiese c o m -
prender este caso; y q u e , si se le hu-
biese preguntado, le exceptuaría, «ne
formidando mortis periculo talis ani-
ma periret.x
2355. P. ¿Se ha de decir lo mis-
mo de la absolución del cómplice
fuera del artículo ó peligro de muerte?
R. 4 . D e ninguna manera; porque
0
Benedicto X I V quitó toda jurisdic-
ción, y declaró nula la absolución del
cómplice venéreo , exceptuando única
y exclusivamente el artículo ó peligro de
muerte , faltando otro sacerdote , etc.
Si sucediese que una persona tuviese
tanta y tan insuperable vergüenza y
repugnancia que abandonaba del todo
los Sacramentos si no se confesaba
con su cómplice , no restaba otro r e -
curso que acudir al Papa , «qui forte
licentiam absolvendi concederet: ut
sibi in simili ab Innocentio X I fuisse
concessum testatur V i v a . » (Véase á
Ferraris , Sollicitatio ad turpia, nú-
mero 58.) Son palabras de Echarri,
tract. V I I , núm. 484. T e n g a n esto
presente los confesores, si les ocurrie-
se un caso extraordinario de esta na-
turaleza.
5.0
E l confesor cómplice puede
absolver valide et licite cuando hay
otro confesor ó simple sacerdote, pero
DE LA PENITENCIA. 573
no quiere confesar al cómplice; ó cuan-
do está tan distante que, moralmente
hablando, no se le puede llamar; ó
cuando hay fundado peligro de que el
enfermo muera sin confesión si no le
absuelve el confesor cómplice.
2 3 5 6 . 6.° El Compendio Salmati-
cense dice cuerdamente que, en cuan-
to á los medios congruentes de que se
ha de valer el confesor para no verse
en la precisión de confesar á su cóm-
plice venéreo, «ejus prudenti arbitrio et
conscientias esse reünquendum.» L a
ausencia temporal del párroco, p r e -
textando un viaje , es uno de los m e -
dios que proponen los autores, encar-
gando á otro sacerdote que confiese á
los enfermos. Esto podrá hacerse a l -
gunas veces en pueblos en que hay
otros sacerdotes ; pero si el párroco
está solo, se halla en país montuoso, y
tiene otros enfermos graves, no siem-
pre podrá hacerlo. Se dice que se ex-
cuse con que está ocupado en algún
negocio grave; pero esto podrá hacerlo
si tiene vicario ó hay otros confeso-
res: casos habrá en que si el c ó m -
plice es párroco y el enfermo le lla-
ma pública y exclusivamente , no sea
fácil evitar el escándalo ó la infamia,
sobre todo cuando el enfermo se obs-
tina en llamar al párroco ó á su con-
fesor ordinario , y especialmente si la
familia toma parte. Si el confesor pue-
de avisar á su cómplice que no le lla-
me, entonces, si el enfermo se aviene,
es fácil evitar el compromiso. E l con-
fesor encomiéndese á Dios para que
le ilumine, y después obre con pru-
dencia y serenidad lo que le parezca
más conveniente; porque si debe sub
gravi poner los medios congruentes
para evitar el confesar y absolver sin
necesidad al cómplice, también debe
sub gravi evitar el escándalo ó la infa-
mia del enfermo, y además interesa
mucho que no se infame á sí mismo,
pues se imposibilitaría para desem-
peñar con fruto su ministerio. E n fin,
como dice el Compendio Salmaticen-
se, «si coram D e o facit quod debuit
 LIBRO VI. TRATADO
574
absolutio erit licita, et censuram non
incurret. E contra illicita erit absolu-
tio, censuramque incurret, si gravite/
negligat adhibere opportuna media.»
( T r a c t . X X V I I I , núm. 363.) E n las
últimas palabras no está del todo
exacto el Compendio Salmaticense:
para incurrir en la censura no basta
que el confesor cómplice haya pecado
mortalmente, por haber sido grave-
mente negligente en no precaver los
compromisos de escándalo ó infamia,
para no tener que absolver á su cóm-
plice: es necesario que esta omisión
haya sido de intento; de industria negle-
xerit, dice Benedicto X I V .
2357. L o s simples sacerdotes que
sin causa se entremetiesen á absolver
á sus cómplices, no incurrirían en la
censura; porque Benedicto X I V tan
sólo la fulminó contra los sacerdotes
confesores que tal hiciesen, como dice
Scavini, lib. 3, núm. 553, y aparece
del contexto de las bulas.
Cuando el penitente fué absuelto
ya directamente del pecado venéreo,
en la última edición de Scavini, a n o -
tada por J. A . del Vecchio (1874), se
lee que el confesor cómplice nunca le
puede absolver del pecado de compli-
cidad ya absuelto directamente, si no
pone otra materia, porque respecto de
aquel pecado nunca puede tener juris-
dicción, y añade: « E t en quo sensu
Benedicti X I V ad episcopum Brugna-
tensem responsio intelligenda e s t , in
qua ait complicem absolví non posse
etsi centies ab alus absolutum. Si
vero pcenitens alia peccata confitea-
tur, perinde erit ac si quis simul cum
materia necessaria aliam non neces-
sariam affert; tune absolutio cadit in
materiam necessariam et aptam.» ( V .
Ballerini, Gury adnotator.)
E l Compendio de Scavini, com-
puesto por J. A . del Vecchio ( t o m o 2,
núm. 723) dice así: « A n confessarius
possit absolvere complicem suum ab
alus peccatis, quorum ipse non fuit
c o m p l e x ? — R . Si complex de peccato
turpi fuit j a m ab alio confessario va-
V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 575
bre los casos reservados. N o trataré L o s que gozan de autoridad cuasi epis-
lide absolutus, et illud nunc iterum
ahora de los casos que tienen adjunta copal pueden también reservar casos,
confiteatur confessario complici uti
excomunión reservada al Papa ó al según un decreto de la Sagrada C o n -
materiam tantum sufñcientem, abso-
Obispo, porque esto pertenece al tra- gregación del Concilio, que cita F a -
lutio valet, si caetera necessaria non
tado de las Censuras, en donde (Deo gnano. (Véase á San L i g o r i o , lib. 6,
desint. Cessat tune omnis indisposi-
dan te) se hablará también de la cons- núm. 578.) L o s párrocos no pueden
tionis suspicio, ob quam pontifex vi-
titución Apostolices Sedis. reservar casos , según doctrina co-
detur jurisdictionem confessario ab-
P. «Quid est casuum reservatio?» rriente; porque si bien en los tiempos
stulisse.»
R. «Limitado jurisdictionis alicui antiguos lo hicieron, en el día no pue-
Por ú l t i m o , las bulas tan sólo pro-
concessse pro excipiendis fidelium con- den, por haberse abrogado su facul-
hiben absolver directamente á su cóm-
fessionibus;» ó más breve: «negatio tad por la costumbre.
plice venéreo: si fuese cómplice en cual-
jurisdictionis circa aliquod peccatum.» C o m o los herejes no pierden oca-
quier otra materia, no hay prohibición
P. ¿Puede la Iglesia reservar a l - sión de c a l u m n i a r á l a Iglesia católica,
alguna de absolverle, si bien, fuera de
gunos casos? ¿Fué conveniente que dijeron que los Obispos no podían re-
un caso de alguna necesidad, no sería
los reservase? ¿Qué fines se propuso servar casos, de modo que no fjese
conveniente que el penitente se confe-
en reservarlos? válida la absolución del confesor; pero
sase con su cómplice, y esto tiene
R. H e aquí la doctrina católica, el Tridentino los anatematizó con las
mayor razón cuando se trata del cóm-
enseñada por el Concilio T r i d e n t i n o siguientes palabras: « S i quis dixerit
plice venéreo absuelto ya directamen-
(sess. 1 4 , cap. 7): « M a g n o p e r e . . . ad Episcopos non habere jus reservandi
te de su pecado; porque en el primer
christiani populi disciplinam pertinere sibi casus, nisi quoad externara poli-
caso, como dice Santo T o m á s , minól-
Sanctissimis Patribus nostris visum t i a m , atque ideo casuum reservatio-
es t verecundia, y en el segundo, propter
est, ut atrociora quaedam et graviora nem non prohibiré quominus sacerdos
periculum {in Supplem., 3 . p., q. 26,
a
crimina non a quibusvis, sed a s u m - a reservatis veré absolvat, anathema
art. 2). Scavini, en el tomo 3, núme-
mis dumtaxat sacerdotibus absolve- sit.» (Sess. 14, can. n . )
ro 445, en una nota, pone las siguien-
rentur.» Así como vemos que en lo Después fué condenada por la bula
tes palabras, que están tomadas casi
gubernativo los negocios más graves Auctorem fidei la siguiente proposición
literalmente de Gousset ( t o m o 2, nú-
se reservan á las supremas autorida- (es la 4 1 ) del conciliábulo jansenista
mero 489): « V e r u m si quis pudor ma-
des en las causas civiles y criminales, de Pistoya: «Propositio Synodi a s -
neat in sacerdote, qui miseranda fra-
y la última sentencia se pronuncia por serens, reservationem casuum nunc
gilitate peccatum turpe cum alio pa-
los tribunales superiores; y así como temporis alius non esse quam impro-
traverit, etsi j a m remissum, si quis
cuando las enfermedades son gravísi- vidum ligamen pro inferioribus sacer-
honor Sacramento debitus, numquam
mas y complicadas se confía la cura- dotibus, et sonum sensu vacuum pro
in posterum complicis confessionem
ción á médicos peritísimos y de expe- pcenitentibus assuetis non admodum
excipiet. Insuper periculum novi lap-
riencia, así ha querido la Iglesia que curare hanc reservationem.» H e aquí
sus, aut saltem gravis tentationis in
en las gravísimas enfermedades del la censura: « F a l s a , temeraria, male
directione talis pcenitentis facile su-
alma, que son más graves, más per- sonans, perniciosa, Concilio T r i d e n -
biré potest. Advertendi igitur sunt tino contraria, superioris hierarchicaa
fideles quoad fieri potest, ne unquam niciosas y más difíciles de curar que
potestatis lassiva.»
in posterum, secluso necessilatis casu, las del cuerpo, se confíe su absolución
á los ministros superiores de la I g l e - 2360. P. ¿Qué condiciones ha de
illum adeant confesarium a quo semel
sia, que tienen mayor pericia para tener el pecado para que el superior
sollicitati fuerint.»
hacer comprender al pecador la enor- le pueda reservar?
midad de sus culpas, y aplicarle, no R. i . ° E s sentencia común que el
ARTÍCULO V
sólo la conveniente penitencia vindi- Obispo puede reservar válida-nente al-
cativa, sino también las penitencias gunos casos sin justa causa, si bien
De los casos reservados.
medicinales que le preserven de rein- pecaría mortalmente, como dice S i n
cidir. L i g o r i o , con la sentencia común (li-
2358. Antes de terminar el tra-
2359. P. ¿Quiénes pueden reser- bro 6, n ú m . 579).
tado de la necesidad que tiene el con-
var casos? 2.0
N o conviene reservar sino
fesor de la potestad de jurisdicción
R. E l Papa en toda la Iglesia, el aquellos pecados que son muy graves,
para ejercer la potestad de orden que
Obispo en su diócesis, los prelados atrociora queedam et graviora crimina,
recibe al ordenarse de sacerdote, con-
regulares respecto de sus subditos. dice el Tridentino. N o obstante, pue-
viene dar algunas noticias exactas so-
 LIBRO VI. TRATADO
57 6
de suceder que el Obispo reserve al-
gunos pecados que en sí sean veniales,
pero atendido el fin que se propone el
superior, sean graves alguna vez. San
Francisco de Sales impuso e x c o m u - .
nión á los que comiesen y bebiesen
en la taberna en tiempo de los divinos
Oficios. E s verdad que en esta y otras
materias no se ha de olvidar el distin-
gue témpora et concordabis jura. Aten-
dida la indiferencia y corrupción de
nuestros tiempos, creo que conviene
usar en la reservación de los casos la
moderación de P í o I X en la diminu-
ción de las censuras latas. L o s apuros
son para los confesores; porque los
penitentes, por lo común, si se les
dice que tienen pecados reservados, ó
no vuelven, ó tiene el confesor que
acudir por el correo al Obispo para ob-
tener la facultad de absolver. Además,
sabido es que en el día en muchos
pueblos son muy pocos los que toman
la bula de la Cruzada.
3. L o s pecados, cuando se reser-
0
van, si no se expresa otra cosa, han
de ser completos en su genero. Cuando
se reserva el homicidio, el incesto, etc.,
no se reservan estos crímenes si no
se consumaron, por más que se hu-
biese hecho el conato ó tentativa para
cometerlos. San L i g o r i o (lib. 6, nú-
mero 582) dice así: «Incestus vel sodo-
mía extra vas non reservatur. Sodomía
imperfecta, v. gr., maris cum fcemi-
na non reservata intelligitur; ut T o u r n
cum Silv., C o n c , ex div. T h o m . ( 2 .
a
2. , q. 154, art. 1), ubi ad sodomiam
m
requirit accessum ad indebitum se
xum.»
2361. 4 . N o se deben reservar
0 do lugar, como la opinión de que el
los pecados meramente internos; por
que como se probó latamente en el
núm. 1 7 2 , la Iglesia no puede prohibir
ni mandar los actos meramente inter
nos , como dice Santo T o m á s , con
muchos gravísimos teólogos. Por lo
tanto, no parece conveniente que ni
el Papa, ni mucho menos los Obispos,
los reserven, aun cuando, absoluta
mente hablando, los puedan reservar.
V.
A l menos no recuerdo haber oído ni
leído que el Papa, ó algún Obispo c
prelado regular reservasen algún pe
cado meramente interno. Aun en la
opinión de los que dicen que se pue-
den mandar ó prohibir los actos me-
ramente internos, su reservación lle-
naría de ansiedades y escrúpulos á los
confesores y á los penitentes.
5. San L i g o r i o (en el mismo nú-
0
m e r o ) , aunque dice que, según la sen-
tencia verdadera y común, la Iglesia
puede reservar los pecados meramen-
te internos, porque «reservando pec-
cata interna, non judicat de illis, sed
de absolutione ab illis, quas est actus
externus,» concluye así: « A d v e r t i t ta-
men Tamburinus Ecclesiam nunquan,
consuevisse hujusmodi peccata inter-
na reservare.»
2362. 6.° L o s pecados reserva-
dos deben ser ciertos: así es que San
L i g o r i o afirma con' la sentencia co-
mún:
i.° Que cuando se trata de un pe-
cado reservado, y hay dubium jacú,
esto es, que el penitente duda si pecó
ó no mortalmente, puede ser absuelto
de él por cualquier simple sacerdote
confesor. L a razón es «quia reserva-
tio est strictas interpretationis; unde
debet intelligi de peccatis certe gravibus.»
2.° L o mismo se ha de decir con
la sentencia común, cuando hay du-
bium juris, esto és, cuando se duda si
un pecado está ó no reservado; por-
que, en primer lugar, el confesor está
en la posesión de absolver, de la cual
no se le debe privar cuando tan sólo
hay duda de la reservación: en segun-
simple confesor puede absolver cuan-
do hay dubium juris, es común y cier-
tamente probable, es también cierto,
dice San L i g o r i o , que en el caso de
ser falsa, la Iglesia suple la jurisdic-
ción; «quia Ecclesia supplet jurisdic-
tionem ex ratihabitione de prezsenti,
cum videat sic communiter practican,
et ob bonum animarum annuit.» ( L i -
bro 6, núm. 573.)
DEL SACRAMENTO
L a Iglesia, cuando ha querido re-
servar los pecados dudosos, lo ha ex-
presado, como lo hizo Clemente V I I I
reservando de un modo especial al
Papa los pecados contenidos en la
bula de la Cena (que hoy está abro-
gada) «etiam dubiis in bulla Ccena;
reservatis,» si bien en 1602 mandó
quitar las palabras dubie reservatis; y
en la extravagante Perlectis se declara
que cuando se duda si la percusión
del clérigo es leve ó grave, se debe
tener por grave; pero estas dos sin-
gulares excepciones prueban la sen-
tencia de San L i g o r i o , porque exceptio
firmat regulam in conlrarium.
3.
0
Cuando los pecados dudosa-
mente reservados pro joro interno se
tienen por ciertos en el fuero externo,
el simple confesor puede absolver de
ellos en la confesión; porque si bien
el penitente en el fuero externo no
puede ser testigo a favor suyo, «aliud
tamen est in foro interno, ubi omnino
credendum est pcenitenti, cum ipse
tantum possit esse conscientias suas
testis,» dice el Santo; ó como dice
Santo T o m á s (opuse. 12, q. 6 ad
Lectorem Bisuntinum), en la confe-
sión «credendum est pcenitenti dicenti
pro se et contra se.»
4.
0
E s opinión común que el que
fué absuelto por un simple confesor
de un pecado dudoso, si después ave-
rigua que era cierto, no está obligado
á presentarse al superior que tenga
autoridad sobre él; porque, como el
pecado dudoso fué absuelto directa-
mente, se quitó directamente la re-
servación, como dicen San L i g o r i o ,
L u g o , los Salmaticenses, etc. Es ver-
dad, añade el Santo, que deberá con-
fesar á cualquier simple confesor el
pecado como cierto, que antes había
confesado como dudoso; como se dijo
ya al hablar de la integridad material
de la confesión. Hasta aquí San L i -
gorio (lib. 6, núm. 600).
2 3 6 3 . 5. Scavini (edición de 1874,
0 P í o I X Apostolices Sedis, exceptuando,
tomo 3, núm. 434) dice que, según una
declaración de la Sagrada Congrega-
TOMO II.
DE LA PENITENCIA. 577
ción del Concilio, de 26 de N o v i e m -
bre de 1600, los Obispos tan sólo pue-
den reservar á su jurisdicción aquellos
pecados «quas j a m non sint specialiter
reservata Sedi Apostólicas.»
6.° Cuando se reserva un pecado,
si se comete de modo que sea grave
interiormente, pero leve exteriormen-
te, no se incurre en la reservación,
porque los superiores no intentan r e -
servar pecados que no sean hic et nunc
mortales interna y externamente; y
pone el siguiente ejemplo: «Pósito
quod alicubi reservaretur impudicitia
cum moniali, qui ejus manum leviter
et simpliciter tangeret affectu libidi-
noso non incurreret reservationem,
quia talis actus externus per se non est
mortalis culpa.» E s t o es cierto, y no
serían cómplices venéreos si uno de
los dos no hubiese pecado gravemente
externe, aunque interiormente fuese
pecado mortal su pecado.
2364. P. ¿ D e cuántas maneras
son los pecados reservados?
R. Papales, episcopales y regu-
lares.
L o s casos reservados papales sin
censura son dos: el primero es el que
se contiene en la bula Sacramentum
Pcenitenticz, de Benedicto X I V , que
dice así: « E t quoniam improbi quídam
homines reperiuntur, qui innoxios
sacerdotes apud ecelesiasticos judices
falso sollicitationis insimulant, quae-
cumque persona quas execrabili hu-
jusmodi flagitio se inquinaverit, vel
per seipsam innocentes confessarios
impie calumniando, vel scelesie procu-
rando ut id ab alus fiat... spe absolu-
tionis obtinendas, quam Nobis et suc-
cessoribus praadictis reservamus, per-
petuo careat.»
E l P. José Mach, en su obra Tesoro
del sacerdote ( 6 . edición, pág. 651),
a
dice que con la bula de la Cruzada se
puede absolver de los doce casos re
servados especialmente en la bula de
no obstante , la herejía mixta, el cri-
men del que absuelve al cómplice in
37
57§ LIBRO VI. TRATADO
peccato turpi, y el pecado falso denun-
iiantis sollicitantem. Y añade: «No se
hace mención de dicho caso en la cons-
titución ya citada, porque está reser-
vado sin censura, y allí se trata úni-
camente de los reservados con censura
latee senteniiee. Queda, pues, en vigor
el decreto de la Sagrada Inquisición
respecto de dicho caso. Así me lo
afirmó el señor arzobispo de Z a r a g o -
za, y así se deduce de la respuesta
dada por Su Santidad á la comisión
de los señores Obispos españoles,
como lo escribió el de Cuenca á su
provisor.»
Hasta aquí el P. Mach. Esta es una
manifiesta equivocación, porque la
bula Apostolicee Sedis nada inmutó
respecto de las facultades que concede
la bula de la Cruzada, y esta fué la
respuesta que dio Pío I X á la comi-
sión de Obispos españoles, como me
lo aseguró el señor arzobispo de Z a -
ragoza; y además este mismo señor
así lo consignó expresamente en la
sólida y erudita explicación que pu-
blicó en Z a r a g o z a en 1873 sobre la
inteligencia de la constitución Aposto-
licee Sedis. E n la pág. 187 dice así:
« U n a duda ocurrió á los Obispos es-
pañoles al tiempo de publicarse esta
constitución, y fué si derogaba ó no
los privilegios de la bula de la Santa
Cruzada, por los cuales se concede á
los fieles que la toman la facultad de
poder elegir confesor aprobado por el
Ordinario, que los absuelva en el fue-
ro de la conciencia (nótese bien) «de
todos los pecados y censuras reserva-
das, sin más excepción que el crimen
de la herejía y la censura impuesta al
confesor que absuelve á su cómplice
in peccato turpi,» fuera del artículo
de la muerte, y a u n en éste si lo hace
sin necesidad. E l Padre Santo, con-
sultado sobre esto, respondió de viva
voz que nada se alteraba respecto á los
privilegios de la Cruzada.» Hasta aquí
el señor arzobispo de Zaragoza.; y tia, impuesta al confesor que absuel-
como antes de la bula Apostolicee Sedis
se podía por la bula de la Cruzada
V.
absolver el pecado falso denuntiantis
sollicitantem, lo mismo indudablemente
se puede hoy, se supone, satisfacía
parte, porque ésta es una condición
general cuando se absuelve por la
Cruzada. * E l P. Mach corrigió en
las siguientes ediciones la equivoca-
ción de que habla el autor en este nú-
mero. *
E l Sr. Pedigini, arzobispo de Bari,
en una eruditísima circular dirigida
en 1873 al clero y fieles de su dióce-
sis, dice expresamente (pág. 53) que
por una respuesta de la Sagrada Con-
gregación de la Inquisición, publicada
por mandato de Pío IX, se declaró que
en nada se alteraron las facultades
concedidas por la bula de la Cruzada,
y que por ella el confesor puede ab-
solver (semel in auno et semel in articulo
mortis) de todos los pecados reserva-
dos de cualquier manera al Papa, aun
de aquellos que exigen especial mención,
exceptuados solamente dos, á saber: la
herejía mixta y la excomunión mayor
lata, en que incurre el confesor que ab-
suelve indebidamente á su cómplice in pec-
cato turpi. « A d e c c e z i o n e di due soltan-
to, cioe la eresia esternata, e la sco-
munica contratta del confessore , che
abbia assoluto il c ó m p l i c e . » Esto
mismo se expresa en la bula de la
Cruzada publicada en este año; esto
es, doce años después de la constitu-
ción Apostolicee Sedis. Dice así: « P u e -
dan elegir por confesor á cualquier
presbítero secular ó regular que esté
aprobado por el Ordinario, y recibir
de él, en el fuero de la conciencia, la
absolución de cualesquiera pecados y
censuras reservados y reservadas á
cualquier Ordinario, y también á la
Silla Apostólica, excepto el crimen de
herejía (se supone mixta de interna y
externa); y en cuanto á los eclesiás-
t i c o s , exceptuada también la censura
de que trata la constitución de B e -
nedicto X I V , Sacramentum Pceniten-
ve indebidamente á su cómplice ve-
néreo.»
DEL SACRAMENTO
E s , pues, indudable que con la bula
de la Cruzada se puede absolver al
•falso calumniador del confesor sobre
solicitación: se supone, satisfacía parte,
del modo que exige la misma bula
generalmente para la absolución de
censuras y casos reservados, y de la
manera que señalan los teólogos que
se ha de cumplir esta cláusula, y se
dirá en su lugar.
2365. E l segundo y último caso
reservado al Papa sin censura, es el
siguiente, según lo pone San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 580): « S i quis accipiat
dona a regularibus utriusque sexus, nisi
prius totum restituerit, si dona valeant
pluris decem scutorum romanorum,
vel si valeant minoris, saltem partem
ad arbitrium Pcenitentiarii.»
E l Sr. Sánchez en su Teología Mo-
ral (trat. V I , punto 10, número 2 ,
nota a.' ), dice: « L o s dos únicos casos
t
reservados al Papa sin censura son: el
que comete el que acusa á un sacer-
dote como solicitante en la confesión,
sin serlo, y la culpa del que recibe
dones de los regulares que valgan más
de diez escudos romanos (1), y no resti-
tuye ( V . L i g o r i o , lugar citado, n ú -
mero 580).» Estas palabras del señor
Sánchez son conformes á lo que de-
cían algunos autores: que para incu-
rrir en este caso reservado, los dones
que se recibieran de los regulares ha-
bían de ser considerables (dona conside-
rabilia). Y o estuve muchos años en
esto mismo, pero esta es una equivo-
cación; porque, como se ve en las pa-
labras de San L i g o r i o , no se necesi-
tan diez escudos para incurrir en la
reservación papal. L a diferencia con-
siste en que si la donación es de más
precio que de diez escudos, y el peni-
tente tiene posibilidad de restituir, no
se le puede absolver hasta que resti-
tuya toda la cantidad que por dona-
ción recibió de alguna persona regu-
(1) Diez escudos r o m a n o s son diez pe-
sos f u e r t e s e s p a ñ o l e s , p o r q u e c a d a e s c u d o
r o m a n o vale veinte reales v e l l ó n .
DE LA PENITENCIA. 579
lar; pero si la cantidad es de menor
valor, obtenida la autoridad del P e n i -
tenciario mayor del Papa, se le puede
absolver después que haya restituido
la parte que la Penitenciaría le señaló. •
H e aquí las palabras de Scavini:
« P o r r o statim ac donum pertingit ad
materiam gravem casus est reservatus, a
quo tantum confessarius potest absol-
vere ( nondum facta restitutione ) ,
quando pcenitens bene dispositus non
valet eam de prassenti adimplere. A t si
valet restituere, non potest absolví,
nisi prius totum restituerit, si dona
valeant pluris decem scutorum romano-
rum. Quod si valeant minoris, aucto-
ritate obtenta a Pcenitentiario majori
potest absolví, si partem restituat ad
arbitrium S. Pcenitentiariae. Ita bulla
Religiosa, Clementis V I I I ; Nuper,
Urbani V I I I , et Pastor Bonus, Bene-
dicti X I V . »
P e r o se ha de notar:
i.° Que este caso reservado al
Papa lo incurre el que recibe los do-
nes, no el que los da.
2.° L a constitución apostólica De
largitione munerum no habla de lo que
dan los religiosos y religiosas con
licencia de sus prelados por vía de li-
mosna, gratitud, medicina, piedad; por-
que la Iglesia no prohibe estos actos
de virtud, y el que recibe tampoco
peca.
Se ha de notar también que los que
cometen los dos anteriores pecados
reservados al Papa sin censura incu-
rren en la reservación, aunque la igno-
ren invenciblemente, porque se reser-
van principalmente ratione gravitatis;
á diferencia de los reservados papales
con censura, que no se incurre en la
reservación si se ignora la censura;
San L i g o r i o (lib. 6, números 580 y
581), con la opinión común, porque se
reservan principalmente ratione cen-
sura.
Si se puede hacer con cautela la
restitución , conviene que se haga
alguna indemnización al convento
perjudicado . Hasta aquí B e n e d i c -
58o LIBRO VI. TRATADO
to X I V , en el § 26 de su constitución
Pastor Bonus, de 13 de Abril de 1744
(es la 95 del tomo 1 de su Bularlo).
P o r la bula de la Cruzada, satis/acta
parte del modo que dicen los autores,
se puede absolver de este pecado.
T a m b i é n , dice Scavini ( t r a c t . X ,
disp. 1 . , cap. 4, art. 2, queer. 2),
a
puede un confesor absolver de este pe-
cado cuando el que recibió los dones
hizo ya la restitución, ó si teniendo
omnímoda imposibilidad de hacer-
la, promete sinceramente verificarla
cuanto antes pueda.
* Y a se ha dicho, en la nota al nú-
mero 207, que hoy, por la razón de la
imposibilidad de acudir á R o m a , no
pueden los Sres. Obispos absolver de
las censuras y casos reservados al
P a p a , sino al percusor de clérigo, al
tenor del art. 2 de las reservadas modo
generali, y en las circunstancias e x -
presadas en el núm. 3449.
A u n q u e en el núm. 207 se explicó
la disciplina vigente acerca de las cen-
suras reservadas al Papa, pero como
la materia es tan importante, y propio
este lugar, se resume aquí brevemente
lo que allí se expresó más por extenso.
L a jurisprudencia, pues, hoy v i g e n -
te acerca de la absolución, extra articu-
lum mortis, de las censuras reserva-
das al P a p a , es la siguiente:
i.° E l simple confesor puede a b -
solver directe de todas, aun de]ss spe-
ciali medo reservadas, injunctis de jure
injungtndis, en casos verdaderamente
urgentes, y cuando, de no hacerlo, se
sigue escándalo ó infamia, «sub pcena
reincidentiaa, nisi intra mensem, sal-
tem per epistolam et per médium
confessarii recurrat ad S. Sedem.»
( S . Ofic. 23 y 30 de Junio 1886, 7 de
Junio de 1891, 17 de A g o s t o y 7 de
N o v i e m b r e del mismo año.)
2.
0
E l mismo confesor puede ab-
s o l v e r , del mismo modo y con las
m i s m a s condiciones, aunque no inter-
v e n g a escándalo ni infamia, «sed du-
rum valde est pro pcenitente in gravi
peccato peimanere per tempus neces-
V.
sarium ad petitionem et concessionem
facultatis absolvendi a reservatis.»
(6 de Junio de 1891, confirmado por
Su Santidad el 16 del mismo mes
y año.)
3.
0
Un misionero que, hallándose
de paso en una población, en donde
no puede detenerse, se encuentre con
un penitente que ha incurrido en cen-
suras reservadas al Papa, puede absol-
verle, exigiéndole la promesa de escri-
bir dentro de un mes á la S. Peniten-
ciaría, callando, si quiere, el nombre, y
standi illius mandatis quin confessarius
scribat (7 de N o v . de 18S8). También
puede acudir á la S. Penitenciaría por
medio de otro confesor (28 de Mayo
de 1888). (Ninzatti, tomo 2, núme-
ro 1346. Véase la advertencia que al
fin del núm. 207 (nota) se hace sobre
I este caso.)
4.
0
E l temor de que sean abiertas
' las cartas dirigidas á R o m a no es mo-
tivo suficiente para acudir al señor
Obispo en demanda de absolución dé-
los reservados papales, aunque sea dé-
la censura por el pecado de complici-
dad en materia deshonesta (7 de N o -
viembre de iSSS).
| 5. 0
Últimamente, el 9 de N o v i e m -
bre de 1898, resolvió el Santo Oficio
ad i . et 2 . q u e : «quando ñeque
u m u m
confessarius ñeque pcenitens episto-
lam ad S. Fcenitentiariam mittere pos-
sunt, et durum sit pcenitenti adire
alium confessarium, in hoc casu, li-
ceat confessario poenitentem absolve-
re, etiam a casibus S. Sedi reserva-
tis, absque onere mittendi epistolam.
Facto verbo cum S S m o . » Su Santidad
aprobó esta resolución el 17 de No-
viembre de 1898. (Acta S. Sedis, volu-
men 3 1 , pág. 402.) Este caso puede
ocurrir en tiempo de misiones, de
ejercicios, de confesor extraordina-
rio, etc., cuando ni el confesor se
puede detener, ni el penitente sabe es-
cribir, ó en otros casos análogos. *
2366. L o s casos reservados epis-
copales son de tres m a n e r a s : por
derecho común, por reservación en sí-
DEL SACRAMENTO
nodo, ó sean reservados sinodales, ó
por reservación que fuera de sínodo
hace el Obispo solo.
E n cuanto á los reservados al Obis-
po por derecho común, se tratará de
ellos cuando se explique la constitu-
ción Apostulica Sedis de P í o I X . Estos
se llaman reservati Episcopis.
L o s reservados episcopales sinoda-
les son los que reservan los Obispos
en sínodo: éstos permanecen mien-
tras no sean revocados. L o s reserva-
dos episcopales fuera de sínodo expi-
ran con la muerte del Obispo, porque
son como los preceptos formales del
Obispo ó del prelado regular, que e x -
piran con su muerte ó por su remo-
ción del oficio; á no ser que el Obispo
(como puede hacerlo) exprese que per-
manezcan reservados mientras él mis-
mo no los revoque ó su sucesor. L o s
unos y los otros se dicen reservati ab
Episcopis.
L o s reservados ab Episcopis unas
veces se reservan con censura, otras
sin ella. E n cuanto á los reservados
sin censura, aunque algunos autores lo
niegan, San L i g o r i o , siguiendo á Sán-
chez, Cóncina (cum alus communissi-
me), tiene por cosa cierta que incurren
en la reservación los que la i g n o -
ran invenciblemente; «quia reservatio
non est quidem peería respiciens pceni-
tentem, sed restrictio jurisdictionis
respiciens confessarios; et de hoc non
videtur dubitandum.» Cita el cap. 7
de la sesión 14 del Tridentino, y aña-
de que la reservación no se impone
solamente para que los penitentes, por
temor de la reservación, se aparten de
los pecados más graves, «sed etiam
ut recipiant a superioribus pceniten-
tias et mónita, ac remedia opportu-
niora, quae non nisi a prudentioribus
applicari expedit: ergo cum in i g n o -
rantibus non cesset adasquate finis re-
servationis, reservatio non cessat.»
( L i b . 6, núm. 581.) L o mismo dice
Gury (tomo 2, núm. 5 7 1 ) , con la opi-
nión comunísima.
2367. P. ¿Incurren en los reser-
DE LA PENITENCIA.
vados episcopales con censura ( q u e
los hay en varias diócesis) los que
ignoran invenciblemente la reserva-
ción?
R. W i g a n d t y algunos otros dicen
que no, porque en estos casos la re-
servación es indivisible de la censura;
y como no incurren en ésta (por igno-
rarla invenciblemente), tampoco i n -
curren en aquélla; pero San L i g o r i o ,
con la sentencia más común, dice que
es indudable que no se incurre en la
censura, pues en ésta nunca se incu-
rre cuando hay ignorancia invencible;
pero que se incurre en la reservación
del pecado, porque los reservados epis-
copales, aunque tengan censura ane-
j a , se reservan principalmente ratione
gravitaiis, y secundariamente ratione
censura; y por esto en la tablilla de
los casos reservados se dice así: «Ca-
sus reservati quibus est annexa e x c o m -
municatio;» por el contrario, en los
reservados papales se reserva principal
c indivisiblemente la censura, y no i n -
curriéndose ésta, es hoy indudable que
no se incurre en la reservación del
pecado (lib. 6, núm. 582), a u n cuando
sea de herejía mixta.
2368. P. ¿Cuántos son los r e -
servados regulares?
R. Para evitar que algún prelado
regular, por un celo indiscreto, coar-
tase demasiado la jurisdicción de los
confesores respecto de sus subditos,
Clemente V I I I decretó que los p r e -
lados regulares no pudiesen r e s e r -
var sino los once casos siguientes:
i . ° «Apostasia a religione, etiam re-
tento habitu. 2. Nocturna ac furtiva
0
e monasterio egressio. 3 . Veneficia,
0
incantationes et sortilegia. 4. P r o -0
prietas contra votum paupertatis, quae
sit peccatum m o r í a l e . 5. Furtum
0
mortale de rebus monasterii. 6.° L a p -
sus carnis voluntarius opere consum-
matus. 7 . Juramentum falsum in j u -
0
dicio l e g i t i m o . 8.° Procuratio, consi-
lium, vel auxilium ad abortum fcetus
animati, etiam effectu non sequuto.
9. Occisio vel vulñeratio, seu g r a -
0
583 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 583

vis percussio cujuscumque personas.
1 0 . Falsificado manus, vel sigilli
0
officialium monasterii. n . ° Malitio-
sum impedimentum, retardatio, aut
apertio litterarum a superjoribus ad
inferiores, vel contra.» Estos pecados
no están reservados para los regula-
res, si de hecho no los reservan los pre-
lados regulares. Y o , en más de cin-
jurisdicción eclesiástica. 2. E l sim-
nis, ob privilegium religioni conces-
s u m , » dice allí mismo San L i g o r i o ,
siguiendo á Mazzotta, Sánchez y
otros.
2369. P. ¿Quién puede absolver
de los reservados episcopales?
R. i . ° E l que los reservó, ó su su-
cesor, ó delegado, ó superior en la
0
perna, dice así: «Habentes facultatem
absolvendi ab ómnibus casibus Sedi
Apostólica? reservatis, non ideo a c a -
sibus ab Episcopo reservatis possunt
absolvere.» Se exceptúa el jubileo,
porque en ese tiempo, cuando el R o -
mano Pontífice concede á los confe-
sores facultad para que puedan absol-
ver (á los que ganan el j u b i l e o ) de los
confesar más luego, ó por un nego-
cio, ó por buscar confesor desconoci-
do, ó más docto y prudente, ó por al-
gún otro motivo semejante. Me pare-
ce segura esta doctrina.
E l Santo dice después que la per-
sona que, sabiendo que un pecado es
reservado en su patria, se fuese á c o -
meterlo en otra diócesis donde no era

cuenta años de vivir en el claustro, no
he visto que prelado alguno domini-
cano reservase ninguno de estos once
pecados en los conventos donde me he
hallado.
Pero Clemente V I I I , si bien prohi-
bió á los prelados regulares que por sí
solos reservasen más de los once cita-
dos pecados, les concedió que, con el
consentimiento del Capítulo general,
pudiesen reservar pecados para toda
la Orden; y con el consentimiento del
Capítulo provincial, para toda una
provincia.
P. L o s prelados regulares por sí
solos, además de los once pecados ci-
tados, ¿podrán en otras materias m a n -
dar alguna cosa bajo de excomunión
reservada á sí mismos?
R. Aunque Busembau dice que
pueden, San L i g o r i o , siguiendo á L u -
g o , Sánchez, H o l z m a n y otros, dice
que no pueden, y da la siguiente ra-
z ó n , en mi concepto, convincente: quia
hoc esset indirecte velle reservare et eludere
prohibitionem Clementis;» y el Santo
cita un decreto de la Sagrada Congre-
gación de Obispos y Regulares de 7
de Julio de 1 7 1 7 , que así lo declaró.
L o s religiosos exentos, como muy
bien dice San L i g o r i o (lib. 6 , núme-
ro 583), no incurren en los reserva-
dos episcopales, ni los incurren sus
n o v i c i o s , ni sus familiares, « m o d o
inibi sint quasi de familia, et c o n t i -
nui commensales:» así lo determinó
Clemente V I I I en su bula Superna. Si
un novicio, antes de serlo, hubiese
incurrido en algún pecado reservado
al Obispo, no puede ser absuelto de él
por un simple confesor secular: «Sed
poterit absolvi a confessario r e l i g i o -
reservados al Papa, se entiende tam- reservado, con el fin de obtener allí
ple confesor puede en artículo ó peli-
bién de los reservados al Obispo, aun más fácilmente la absolución, ésta
gro de muerte, aun estando presente el
cuando en la concesión del jubileo no se podría ser allí absuelta: «quia non
superior, absolver de todos los pecados
exprese, como con la sentencia común j a m migraret in fraudem reservatio-
reservados sin censura; porque, como
dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 537, nis pro absolutione obtinenda, ut ha-
muy bien dice Scavini ( t o m o 3, nú-
queer. 8). betur in bulla Clementis, sed migraret
mero 439, edición de 1865), en ese
2371. P. E l que cometió un pe- alio ne incurreret reservationem.» Esto
trance expresa el Tridentino que «nul-
cado reservado en su diócesis, si se parece indudable, porque el penitente
la est reservatio, atque ideo omnes
confiesa en otro obispado donde no es en este caso cometió el pecado en lu-
sacerdotes quoslibet poenitentes a qui-
reservado, ¿puede absolverle allí cual- gar donde no es reservado.
busvis peccatis et censuris absolvere
possunt.» D e modo que, absuelto en- quier simple confesor? 2372. P. Y si una persona h u -
tonces de pecados reservados sin cen- R. San L i g o r i o tiene por cierto, biese incurrido en su patria en un pe-
con la sentencia comunísima , que cado con censura reservada, ¿podría ser
sura, no queda con la obligación de
puede ser absuelto por cualquier sim- absuelto de ésta por cualquier confe-
presentarse al superior, aunque d e s -
ple confesor (lib. 6, núm. 589): «Ra- sor en otra diócesis donde la censura
pués salga del artículo ó peligro de
tio, quia sic habet universalis consuetudo, no es reservada?
m u e r t e ; pero si fuese absuelto de pe-
cados que tenían censura reservada, ut peregrini quoad confessionem re- R. Aunque Passerini y algunos
debe presentarse al competente supe- putentur uti Íncola? loci, ubi versan- otros dicen que sí, San L i g o r i o , si-
tur . Haecque consuetudo approbata guiendo á W i g a n d t , etc., dice que no
rior cuando pase el peligro: «Idque
est consensu prselatorum et máxime puede: « R a t i o , quia tota facultas sim-
praecipitur in j u r e , non quidem ut
Eugenii I V , qui uti ferunt L u g o et plicis confessarii absolvendi a censu-
iterum absolvatur, quia j a m a censu-
Salmanticenses a p p r o b a v i t , quod ii ris habetur ex cap. Nuper, De sent. ex-
ris et peccatis absolutus fuit, sed ut
qui in alieno episcopatu bona fide ver- comm. in 6: ibi autem dicitur simplex
se ostendat absolutum, obedientem et
santur, se gerant in ordine ad confes- confessarius non posse absolvere a
paratum ad majorem pcenitentiam
sionem sicut íncola illius loci.» censuris, quando sunt reservatae; qua-
accipiendam, si superiori videbitur;
Pero no podría ser absuelto por un propter in censuris reservatis confes-
quod si pcenitens neglexerit, reincidii
simple confesor en otra diócesis, si el sarius simplex nihil potest.» ( L i b . 6,
in eamdem (specie) censuram.» Lo
penitente hubiese salido de su o b i s - núm. 590.) E s t a es regla general,
mismo dice San L i g o r i o en el lib. 6,
pado á otro donde no es reservado in tanto en las censuras reservadas im-
núm. 563.
jraudem reservationis. San L i g o r i o puestas a jure, como en las impuestas
* E s t o se entiende respecto de los
(después de impugnar otras explica- ab homine, una v e z que se haya incu-
reservados episcopales y de los reser-
ciones) dice que obraría el penitente rrido en ellas, por aquel principio del
vados papales speciali modo , mas no
in jraudem reservationis cuando partie- derecho: Ejus est absolvere, cujus est
de los reservados modo generali. (Véa-
se á otra diócesis con el fin principal ligare.
se el núm. 2341.) *
de obtener la absolución del pecado 2373. P. E l peregrino que co-
2370. P. E l confesor que obtuvo
reservado en su patria, y de declinar mete un pecado reservado fuera de su
licencia de R o m a para absolver de
el juicio del propio Pastor. Pero no diócesis, ¿incurre en la reservación?
todos los casos reservados al Papa
obraría infraudem reservationis, añade R. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 591)
con censura ó sin ella, ¿puede con
el Santo, si partiese á otro obispado dice que sí: porque, ratione delicti,
esta sola facultad absolver de los p e -
por algún fin honesto, á saber: ó para en el hecho de pecar en aquel territo-
cados reservados al Obispo?
ganar una indulgencia, ó para c o n f e - rio extraño, se hace subdito del P r e -
R. E s indudable que no puede ,
sarse con menor incomodidad, ó para lado diocesano en cuanto á la reser-
porque Clemente X , en su bula Su-
 534 LIBRO
vación; a . ° ( y esta es l a razón más
principal), porque la reservación de
los casos mira y liga principalmente
á los confesores; y así en aquel terri-
torio donde son reservados, «confes-
sarius non potest absolvere peregri-
VI. TRATADO V.
ción de los pecados olvidados, puesto
que dice antes de la absolución de los
pecados: In quantum possum et tu in-
diges, e t c . A esta opinión se adhirió
San L i g o r i o en la primera edición de
su obra lata, publicada en 1748; pero
DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 585
tumbre general, dice que se quita la vero tolli reservationem, si animum
reservación; pero como la confesión mutet. í t e m recte addit Bonacina
fué nula, hay obligación de renovarla semper teneri pcenitentem, etiamsi
con cualquier simple confesor para que postea ab inferiore de illo peccato re-
se perdonen las culpas. servato absolvatur, implere pceniten-
2376. P . Cuando la confesión tiam a superiore impositam. 3 . E x c i -
0

nos, nisi juxta limites jurisdictionis, después, en la segunda edición de 1755 hecha con el que tiene facultad de pienda est confessio invalida, sive cúl-
quam habet a suo Ordinario;» pero (lib. 6, núm. 597), la modificó, como absolver de reservados es culpable- pate, sive incúlpate facta in jubilaeo;
si el caso reservado tiene adjunta ex- puede verse en las Vindicias Alfonsia- mente nula, ¿se quita la reservación quia ibi cum Pontifex non praebeat
comunión, dice el Santo que no la in- nas, páginas 572 y 573. de los pecados reservados que confesó facultatem absolvendi reservata nisi
curriría el peregrino por no ser s u b d i - E s decir, que San L i g o r i o , según el penitente? ad finem, ut fideles lucreniur jubilaum,
to de aquel Obispo, y , por l o tanto, non censetur velle auferre reservatio-
lasVindicias Alfonsianas, dice: i . ° Q u c R. San L i g o r i o dice, en el número
tampoco es contumaz; pero el Obispo nem, si illi jubilaeum non lucrantur.»
queda quitada la reservación del pe- siguiente, que es muy probable la opi-
puede muy bien ligar con censuras al
cado olvidado cuando hay algún mo- nión de los que afirman que no se 2377. P . E l que cometió un p e -
subdito extraño que delinque en su
tivo positivo para creer que el que a b - quita la reservación; porque no es de cado reservado en la confianza de ob-
diócesis, citándole antes que marche
solvió quiso quitar la reservación, ut creer que el superior quiera que el tener licencia de la absolución de los
del territorio del Obispo. L a razón es,
recte dicit Cóncina. 2." « V e l nisi pceni- penitente sacrilego reporte la utilidad reservados, ¿puede ser absuelto de
dice el Santo (lib. y, núm. 26): «Quia
tens (ut ait Suarez) ad hunc finem de que se le quite la reservación por aquel pecado?
quicumque delinquens sortitur forum
advertat superiorem vel habentem fa- una confesión voluntariamente nula y R. Ledesma, L u g o , los S a l m a t i -
illius loci ubi delinquit.» ( E x lib. 2,
cultatem, ut ab ómnibus reservatis criminal. Pero añade que la opinión censes y San L i g o r i o , con la opinión
tit. 2, De foro competenti, cap. 3.)
absolvatur, et hanc suam intentionem de los que dicen que se quita la r e - común, dicen que puede ser absuelto,
L o mismo dice Gury: « L i c e t E p i s - illi manifestaverit.» 3 . « N e c n o n bene
0 servación si se confesaron los pecados porque esa confianza no obsta al v e r -
copus non possit ferré censuram in ¡ excipit Suarez, quando privilegium reservados, «est longe communior, nec dadero arrepentimiento. Cuando la
peregrinum ante monilionem, saltem fuerit concessum in favorem pceni- caret sua probabilitate; alius enim est Iglesia no quiere conceder una facul-
probabilius, potest tamen postquam tentis , prout est privilegium Jitbilcei finis confessionis, alius reservationis; tad al que hizo un mal en confianza
deliquerit in loco, et eum citaverit.» E s et bullee Cruciatcz.» Fuera de estos tres finis confessionis est, ut remittatur de ella, lo expresa, como lo hizo cuan-
más: el Obispo puede continuar el casos, es más probable que no se qui- 'peccatum; finis autem principalis et do declaró que no aprovechaba la
juicio comenzado contra el reo si éste, ta la reservación del pecado olvidado. directus reservationis est, ut hujus- bula de composición al que hizo el
después de citado, se ausentase á otra L a razón es, porque, como dice San modi peccata reservata committentes daño en la confianza de componerse
diócesis. subjiciantur judicio superioris; ergo con esa bula.
L i g o r i o , «ad auferendam reservatio-
Si el que delinquió es s u b d i t o del nem requiritur, ut peccatum subjicia- cum subditus peccatum siutvi superiori
2378. P . Cuando se concedió l i -
Obispo, aun cuando se marche á otra tur judicio superioris, eo quod finis deferí, et pcenitentiam ab eo impositam
cencia á un confesor para absolver de
diócesis antes de ser citado, su pro- reservationis e s t , nedum ut pceniten- acceptat, etiamsi sacrilege confitea-
reservados á un penitente determina-
pio Obispo puede excomulgarle, c o m o tes a peccato absterreantur, sed etiam tur, j a m obtinetur finis reservationis,
do, ¿se entiende de los pecados reser-
dice San Ligorio ( l i b . 7, núm. 22), ut convenientem medicinam et p c c - quamvis non dimittatur peccatum.
dos cometidos a u n después de conce-
donde explica con claridad esta cues- nitentiam recipiant;»y aunque el San- Quod autem peccator ex tali iniquita-
dida la licencia?
tión. te commodum reportet, hoc per acci-
to admite que es probable la contra- R. Si la licencia se concedió preci-
dens evenit.»
2374. P. E l que se confesó con ria , añade q u e , si hubiese algún samente para los pecados que confesó
un sacerdote que podía absolver de motivo positivo para creer que el su- N o obstante, el Santo siguiendo á ya el penitente, ó se determina el nú-
pecados reservados que tenía el peni- perior no hubiera absuelto de aquel W i g a n d t , L u g o , Suárez y Vázquez, mero de pecados reservados para cuya
tente, si éste se olvidó de confesar- pecado, si se le hubiese manifestado, dice que la reservación no se quitaría: absolución se pide la facultad, enton-
los, ¿se quitará la reservación? entonces es del todo indudable que no i.° Si advertida ó inadvertidamente ces es claro que no vale para absolver
R. San L i g o r i o trata esta cuestión se había quitado la reservación al pe- el penitente no hubiese confesado el de otros; pero si la licencia de absol-
en el lib. 6, núm. 597, y dice que la cado olvidado. ( L i b . 6, núm. 597.) pecado reservado; «quia minivie prce- ver de reservados se concedió indefi-
sentencia comunísima afirma que se 2375. P. Cuando el penitente sumitur superior in tali sacrilega con- nidamente para absolver á un penitente
quita la reservación al pecado reser- hace una confesión inculpable?nenie fessione velle auferre reservationem en particular, es sentencia comunísima
vado olvidado, de modo que cualquier nula con el superior, que podía absol- peccati sibi non delati. 2 . í t e m ex-
0 y muy probable que se le puede ab-
simple confesor puede después absol- verle de los reservados que confesó, cipit Suarez, si pcenitens habuerit solver de los reservados cometidos
ver directamente de él, porque se pre- ¿se quita la reservación de éstos? animum non vitandi in posterum pec- después de concedida la facultad de
sume que el superior ó delegado tuvo R. San L i g o r i o , siguiendo la opi- catum illud reservatum, vel non i m - absolver. Así sienten L u g o , Passeri-
intención de absolver de la reserva- nión común de los doctores y la cos- plendi pcenitentiam impositam; dicit n i , Mansi, los Salmaticenses, A v e -
5 86 LIBRO VI. TRATADO
sa, San L i g o r i o y otros. E l Santo,
siguiendo á Roncaglia, pone dos e x -
cepciones á la regla anterior: i . Que a
los pecados reservados no fuesen co-
metidos con grande distancia después
de concedida la licencia, esto es, más
de un mes después (puta ultra men-
sem). 2 . T a m p o c o podría absolver de
A
los pecados reservados cometidos des-
pués, si licenlia imper/ita fuerit intuito,
alicujus festivitatis.ii ( L i b . 6, núme-
ro 601.)
2379. P. Si un penitente se o l -
vida inculpablemente de confesar un
pecado reservado, ó le confiesa, pero
el confesor, no creyendo que es reser-
vado, le absuelve con buena fe, ¿será
válida la confesión?
R. E s t a cuestión es m u y i m p o r -
tante y muy consolatoria:
i.° San L i g o r i o , siguiendo á Suá-
rez, L u g o , los Salmaticenses, C ó n c i -
na, con la sentencia común y más
probable, dice que si bien el simple
confesor, sin justa causa, no puede ab-
solver de los pecados no reservados
al que los tiene reservados, pero que
si el penitente se confiesa con buena
fe, ignorando que el pecado es reser-
vado (y pone otra materia), queda ab-
suelto directe de los no reservados é
indirecte de los reservados.
2.° Que lo m i s m o sucede cuando
el penitente se confiesa de pecados no
reservados, y por olvido inculpable no
se acuerda de los reservados. L o que
aquí se dice de la validez de la abso-
lución de los pecados no reservados,
de los que absuelva válidamente el
confesor, no se opone á lo que dije
cuando traté de la absolución del c ó m -
plice venéreo, porque respecto de éste
el confesor cómplice no tiene juris-
dicción alguna; es menos que un s i m -
ple sacerdote. (Véase la nota al n ú -
mero 3449, An extra mortis, e t c . )
3. Cuando el penitente se e n -
0
cuentra en la necesidad de confesar-
se, ó porque tiene precisión de comul-
gar ó celebrar, ó de cumplir con el
precepto pascual, ó ha de estar mucho
V.
tiempo sin confesarse, en estos caso:-;
la Iglesia, dice el Santo (lib. 6, nú
mero 596), suple la jurisdicción; pero
como los reservados no quedan ab-
sueltos sino indirecte, debe volver á
confesarse de ellos con un confesor
que tenga facultad para absolverlos
directamente. L o mismo dice Scavini
(tomo 3, núm. 549, edición de 1865).
E s también opinión de San L i g o r i o
(en el número citado) que sucede lo
mismo cuando en iguales casos el pe-
nitente tiene censuras reservadas: « E t
cum haec sententia, concluye el San-
to, sit communis et valde probabilis.
i m m o certe probabilior, bene potest
deduci in praxim, nam est moraliter
certum quod cum opiuione probabili
Ecclesia supplet jurisdictionem, ut
probavimus num. 573;» pero el San-
to en este número advierte que no es
lícito usar de opinión probable en la
jurisdicción del sacramento de la Pe-
nitencia, ni es de creer que la Iglesia
supla la jurisdicción, sino «quando
adest causa gravis necessitatis, aut mag-
na; utilitaiis, ut ajunt Elbel et ~\Vi
: esto mismo en su incomparable Pra- de la Comunión pascual, y la blasfe-
gandt, vel causa rationabilis, ut in-
quiunt Suarez et Sporer.»
2380. P. Cuando comienza á
acusarse un penitente de un pecado
reservado ó de censura reservada, si
el confesor carece de jurisdicción
para absolverle, ¿qué conducta deberá
observar?
R. Scavini ( t o m o 3, núm. 443)
dice así: «Confessarius iste statim
audito peccato reservato, «quin ultra
«poenitentem audiat, ipsum mittat ad
«facultatem habentem; ñeque se debet
«offerre ad licentiam postulandam,»
ne finis reservationis defraudetur, qui
est, tum ut difficultate absolutionis
retrahantur homines a gravioribus
peccatis, tum ut graviores morbi a
peritioribus mediéis curentur. Excipe,
nisi aliter suadeat charitas, ut ipse
veniam petat a superiore; quo in casu
reliqua audiat peccata, ac implebit
confessionem, tum ut congrua media
prasscribat, tum ut videat an alia ha-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 587
beat peccata reservata. Dein eum ab- oyendo toda la confesión, puede dis-
solvendi facultatem sibi a superiore poner al penitente para que cuanto
comparabit; qua obtenía, confessa- antes deje las ocasiones próximas,
rius non uíaíur, quin prius pcenitenti quite los hábitos viciosos, los odios,
patrati sceleris gravitaíem ostendat, y dé la satisfacción conveniente; y de
et salutarem satisfactionem eidem este m o d o , obtenida la facultad del
imponat.» superior para absolverle de los peca-
Atendida la frialdad de la mayor dos y censuras reservadas, puede el
parte de los pecadores, y la sabia y confesor inferior absolverle y ponerle
benigna conducta presente de la I g l e - en vía de salvación.
sia en materia de censuras y pecados 2381. P o r estas razones me pa-
reservados, para que el pecador no se rece poco caritativa la conducta de
abandone ni descuide el salir de su algunos confesores, que tan luego
miserable estado, al menos comun- como un penitente se acusa de alguna
mente hablando, creo que el confesor censura ó pecado reservado, lo despi-
obrará caritativa y prudentemente den secamente: de donde proviene que,
oyendo toda la confesión del peniten- aburrido el pecador, abandona la con-
te y procurando obtener después del fesión y se endurece en el pecado, tal
superior las facultades necesarias para vez no volviendo á confesar hasta la
absolverle. muerte. Por esta razón, c o m o dije en
E n España hay la ventaja de tomar otro lugar, atendido el estado actual
la bula de la Cruzada, y más de una de desmoralización; que la mayor par-
vez he pedido á mis prelados licencia te de los fieles no toman la bula de la
para tomarla para sacar á los peni- Cruzada; que en muchísimos pueblos
tentes de apuros, cuando éstos no po- de España, tal vez la mayor parte, no
dian tomarla. San L i g o r i o enseña cumplen á su tiempo con el precepto
xis confessarii, núm. 80, donde dice mia pública y otros pecados reserva-
así: « E t quod pertinet ad censu- dos en muchas diócesis son tan fre-
ras, si quis accedat irretitus a censura, cuentes; atendidas todas estas cosas,
aut casu reservato, super quo confes- creo (salvo el mejor parecer de los
sarius facultatem non habeat, j a m Sres. Obispos) que sería conveniente,
supra diximus actum esse charitatis, ó disminuir los reservados sinodales,
ut confessarius adeat Episcopum pro ó autorizar fácilmente á todos los con-
facúltate obtinenda.» fesores para absolver de ellos; c o m o
respecto de las censuras lata; sententia
P o r último, según Santo T o m á s ,
lo hizo sabiamente P í o I X en su bula
conviene que el confesor, a u n cuando
Apostólica; Sedis. Si bien se mira, t o -
no pueda absolver al penitente de al-
das las molestias y a u n gastos de co-
gunos casos reservados, oiga toda su
rreo para obtener la facultad de absol-
confesión, para que conozca el estado
ver de reservados gravitan sobre el
de su conciencia y la gravedad de sus
confesor, además del peligro de que
culpas; dejando al superior (si no con-
no vuelva el penitente.
cede facultad al confesor) la absolu-
ción de la reservación. «Etiamsi
sacerdos non possit de ómnibus ab-
solvere, tenetur sibi omnia confiteri,
ut quantitatem totius culpas cognos-
cat, et de illis de quibus non potest
absolvere, ad superiorem remittat.»
(In 4 Sent., dist. 17, q. 3, art. 4,
sol. 2 ad 4 . ) . Además, el confesor,
u m
 3 88 LIBRO VI. TRATADO
CAPITULO X
DE OTRAS CUALIDADES QUE DEBE RE-
UNIR EL MINISTRO DEL SACRAMENTO
DE LA PENITENCIA.
ARTÍCULO PRIMERO
De la ciencia que debe tener el confesor.
2382. Habiendo tratado de la
aprobación y jurisdicción necesarias
en el ministro del sacramento de la
P e n i t e n c i a , se sigue hablar de otras
cualidades que deben adornar al mi-
nistro de este Sacramento. Hablaré en
este artículo de la ciencia que debe
tener.
E l confesor, en la administración
de este Sacramento, es juez, médico y
doctor ó maestro. D e estos tres oficios
dificilísimos que desempeña, fluyen
naturalmente las graves obligaciones
que tiene de poseer la ciencia necesa-
ria para desempeñarlos debidamente.
2383. C o m o juez, debe conocer
hasta dónde se extiende su jurisdic-
ción. Debe saber distinguir cuáles pe-
cados son mortales y cuáles veniales,
qué circunstancias mudan de especie;
pero esto no es necesario en cada una
de las materias, porque muchas veces
no es posible: «sufficit, como dice San
L i g o r i o (lib. 6, núm. 627), con la opi-
nión comunísima, sisciat hoc judicare
in iis quce communiter occurrunt: reliqua
autem audiat et absolvat. L i c e t in
aliquo casu confessarius non discernat
quae sint gravia aut levia; si pcenitens
bona fide dicit peccatum suum, con-
fessio valet; et quamvis postea adver-
tatur fuisse mortale, non est cur re-
petatur in alia confessione.»
E l confesor debe saber los casos
reservados, las censuras más comunes,
también las irregularidades y suspen-
siones que más fácilmente pueden ocu-
rrir á los ordenandos y á los clérigos.
Debe tener un conocimiento regular
de la naturaleza y cualidades de los
V.
contratos, del cómo y cuándo se ha de
hacer la restitución en la damnifica-
ción de los bienes espirituales y cor-
porales. Debe saber las disposiciones
que ha de tener el penitente para re-
cibir fructuosamente el sacramento de
la Penitencia: examen, dolor, propó-
s i t o , integridad de la confesión, etc.
H a de saber aplicar la penitencia pro-
porcionada á la gravedad y cualidad
de las culpas, pues de otro modo no
podrá juzgar convenientemente sobre
ellas.
2384. C o m o médico, debe saber
aplicar los medios conducentes para
arrancar del pecador los malos hábi-
tos , señalándole aquellas prácticas
piadosas que parezcan más eficaces
para apartarle de las ocasiones próxi-
mas, y para la adquisición de las vir-
tudes; teniendo siempre presente la
edad, estado, posición, ocupaciones y
las fuerzas, no sólo físicas, sino tam-
bién morales del penitente. Para ad-
quirir todos estos conocimientos , ha
de tener algunas nociones, no sólo de
la ascética, sino también de la mís-
tica. Nunca se alabará bastante el
opúsculo verdaderamente de oro de
San L i g o r i o , titulado Praxis confessa-
rii, del cual hablaré después más lata-
mente.
2385. C o m o maestro, debe tener
unas regulares nociones de la T e o l o -
gía dogmática y moral para poder
instruir á los fieles en los dogmas que
deben creer, en los preceptos de Dios
y de la Iglesia que deben guardar, en
los Sacramentos que han de recibir,
en las obras de misericordia que de-
ben practicar, en los impedimentos
del matrimonio, en las obligaciones
respectivas del estado y oficio de las
personas que confiesa; al menos debe
conocer las más generales y comunes,
porque en el discurso de la vida se
hallará en la precisión de que se acer-
quen á sus pies tal vez Obispos, canó-
nigos, párrocos, beneficiados, confe-
sores, jueces, abogados, médicos, tes-
tigos, comerciantes, militares, amos,
DEL SACRAMENTO
sirvientes, casados, etc., y bien se
deja ver cuánta ciencia se necesita
para dirigir con acierto á cada una de
estas personas. N o me admira que el
doctísimo Gerson (tract. De Orat.) di-
jese «que no hay ciencia más difícil
ni que pida más desvelo y aplicación,
que la T e o l o g í a m o r a l . » Cada día ocu-
rren nuevos casos intrincadísimos,
nuevas leyes eclesiásticas y civiles,
nuevos decretos pontificios y declara-
ciones de las Sagradas Congregacio-
nes. V e a n , pues, los confesores el de-
ber que tienen de continuar siempre
el estudio de la T e o l o g í a moral.
2386. E l Doctor San L i g o r i o en
el Homo apostolicus (tract. X V I , nú-
mero 100), á pesar de su prudente
benignidad, dice así: « E t ut brevibus
me expediam, affirmo in statu dam-
nationis esse eum confessarium, qui
sine sufficienti scientia ad confessio-
nes excipiendas se exponit. Deus ipse
his verbis eum exprobrat: «Quoniatn
»tu scientiam repulisti repellam te ne
»sacerdotio fungaris mihi.» N e c ex-
cusabit eum Episcopi approbatio, cum
cognoscit manifesté se inhabilem: a p -
probatio enim non infundit scientiam
necessariam, sed supponit. Dico ma-
nifesté, dum qui tantum dubitaret, bene
potest , imo debet quiescere in sui
superioris judicio confisus, si saltem
seduliori studio se habilem reddere
satagat. Át nidlus confessarius intermit-
iere debet Theologice moralis studium;
quia ex tot rebus tam diversis et inter
se disparibus, quae ad hanc scientiam
pertinent, multa quamvis lecta, quia
rarius accidunt, temporis progressu e
mente decidunt, qua de re oportet
semper frequenti studio eas in memo-
riam revocare.» (Véase lo que dije al
principio de esta obra, números 3 y 4.)
Por último, como dice San L i g o r i o
(lib. 6, n ú m . 628), no se necesita
igual ciencia en todos los lugares y
con toda clase de penitentes: « E x c u -
satur tamen confessarius qui caret
sufficienti scientia, si adsit neccessi-
tas, nimirum, si aliter pcenitentes de-
DE LA PENITENCIA. 589
berent diu carere confessione, ut eve-
nit captivis; et idem dicunt L u g o et
Salmanticenses cum Suarez pro par-
vis oppidis, aut triremibus, ubi (ut
ajunt), si haberi nequeunt docti sacer-
dotes, deputari possunt minus docti,
quales possint haberi. Admonendi ta-
men hi de obligatione addiscendi.»
ARTICULO II
De la prudencia del confesor en orden á
las preguntas que ha de hacer al pe-
nitente.
2387. L a prudencia es una de
las virtudes más necesarias al hom-
bre: es la sal de todas las virtudes,
pero muy especialmente es necesaria
á un confesor; porque la prudencia le
enseña la elección del tiempo, ocasión
y medios convenientes para convertir
á los pecadores, despertar á los tibios
y adelantar á los fervorosos.
i.° E l confesor no ha de hacer
sino aquellas preguntas que son ver-
daderamente útiles para conocer el
estado y disposiciones del penitente,
ó necesarias para la integridad de la
confesión.
2 . ° Respecto de aquellas personas,
principalmente si son conocidas, que
se confiesan con frecuencia, cuando se
ve que se acusan convenientemente
en lo que pertenece á las obligaciones
de su estado y á la integridad de la
confesión, no hay obligación de pre-
guntarles más.
3.
0
E n cuanto á los penitentes
rudos que, según parece, no exami-
naron bien su conciencia, como suele
suceder con los que tienen poco temor
de Dios, ó hace tiempo que no se con-
fesaron, ó hacen una confesión gene-
ral que les es necesaria, sobretodos éstos,
véase el examen de conciencia que
pone San L i g o r i o en el Praxis confes-
sarii, desde el núm. 2 al 48; y los con-
fesores podrán tomar de este precio-
sísimo tratado, más ó menos, según la
clase de penitentes que se les presente.
59° LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 59i
E l Santo, no sólo enseña las pre- lias, tengan entendido que no pocos summo et exquisito , sed humano et fesores que se contentan con oir los
guntas generales que se han de hacer, enfermos, ó morirán sin Sacramentos, mediocri, et conformiter ad capacita- pecados , y si el penitente está dis-
según la prudencia del confesor crea ó los recibirán cuando no están en tem pcenitentis. N o n enim hic atten- puesto, le absuelven, y si no lo está,
c o n v e n i r , sino que al mismo tiempo disposición de hacerlo debidamente dendum est solum ad integritatem lo despiden al momento, tal vez seca-
resuelve clara, lacónica y prácticamen- (núm. 52). V a después el Santo deta- materialem confessionis, sed etiam ne mente, sin decirle una palabra. E l
te muchas cuestiones importantes y llando las preguntas que se han de summa et nimia industria in exami- confesor, con la mayor caridad , debe
difíciles que había tratado con exten- hacer á los Obispos negligentis cons- nandis reddatur sacramentum Pce- hacer las advertencias y correcciones
sión en su obra lata de moral. cientia (núm. 53); á las monjas (nú- nitentibus onerosum et odiosum.» L o convenientes á los penitentes; p u e ;
A l l í el Santo Doctor advierte que el mero 54); á los jueces ( n ú m . 5 5 ) ; á mismo dicen los Salmaticenses, Spo- a u n los que vienen dispuestos necesi-
confesor, cuando se le presente un los escribanos (núm. 56); á los médi- rer, Gury (tomo 2, núm 6 1 5 , en una tan muchas veces avisos y correccio-
penitente que parece no tener con- cos (núm. 57); á los boticarios (nú- nota). nes saludables. D e no obrar así , se
ciencia delicada, no se ha de conten- mero 58); á un comerciante (núm. 59); 2.
A
Cuando se trata de pecados sigue que se vean tan pocas conver-
tar con preguntarle en general sobre el á los sastres (núm. 60); á un corredor contra la castidad, el confesor ha de siones verdaderas en el cumplimien-
cumplimiento de los deberes de su es- ó vendedor de almoneda (núm. 61); á ser muy circunspecto , como se dijo to de Iglesia , y tan pocos fieles que
tado ú oficio, sino que ha de descen- los barberos ( n ú m . 62). C o m o las cuando se trató de las circunstancias frecuenten los Santos Sacramentos, la
der en particular á inquirir al menos cuestiones más importantes que re- que se deben expresar en la confesión. lección espiritual, el santo R o s a -
sobre las obligaciones más principa- suelve San L i g o r i o en estos números, Se ha de comenzar á preguntar sobre rio, etc.
les. P o r ejemplo : si es un simple ó las he tratado ya, ó se resolverán los pensamientos , deseos y delecta- E l confesor, cuando el penitente
sacerdote, se le pregunta cómo c u m - (Deo dante) en sus propios lugares, no ciones morosas. Después se ha de pre- tiene verdadera necesidad de instruc-
plió con el Oficio divino , cómo c e l e - me detendré ahora más sobre este guntar sobre las palabras obscenas, el ción, de avisos y correcciones, detén-
bra la Misa , si dilató mucho tiempo punto: tan sólo repetiré que los confe- fin con que se pronunciaron , cuántas gase el tiempo necesario, aunque estén
la celebración de las Misas que le en- sores, en cuanto á las preguntas que veces, qué clase de palabras, y delan- esperando otros penitentes; porque,
cargaron , si ejerció la negociación ó han de hacer á la diversa clase de pe- te de quiénes. E n cuanto á los peca- como sabiamente dice San L i g o r i o
comercio , etc. ( N ú m . 49.) Si es pá- nitentes , vean á San L i g o r i o en los dos de obra se ha de expresar la es- (núm. 7), «parum refert quod alii e x -
rroco, se le pregunta si cumple con la lugares citados (1). pecie de pecados , el estado de las pectent aut inconfessi discedant: Con-
predicación, con la enseñanza del Ca- personas que pecan y con quiénes fessarius enim de hoc tantum qui sibi
2 3 8 8 . D o s advertencias importan-
tecismo ; si procuró que cumpliesen tes haré antes de terminar este ar- pecan , cuántas veces, etc.; cuidando nunc confitetur, non vero de aliis, in die
de no abrir los ojos para pecar, espe- judicii rationem reddere debet;» y el
con la Iglesia, no sólo los adultos,sino tículo :
cialmente á los niños y niñas. Santo , citando á San Francisco Ja-
también los niños y niñas cuando lle- i. Que no todas las preguntas
a

garon á la edad competente , procu- que ponen los autores se han de ha-
rando instruirlos antes; cómo corrige cer á todos los penitentes , sino que,
á los que no cumplen con los precep- como dice San L i g o r i o (Praxis confes-
tos de Dios y de la Iglesia , y á los sarii, n ú m . 18), «interroget tantum
que dan escándalo con su conducta de peccatis in quae faciliter incidere
criminal; cómo cumple con la admi- possunt, spectata eorum capacítate.»
nistración de los Sacramentos á los Véase á Billuart, diss. 6 . De Pcenit., a
que los piden en salud , y muy espe- art. 10, § 2 , donde dice que el con-
cialmente con los enfermos , visitán- fesor, al preguntar al penitente, debe
dolos, consolándolos y excitándolos á contentarse con un examen regular y
que reciban en tiempo los Santos Sa- mediano; no debe ser sumo: « N o n
cramentos ; venciendo con prudente
perseverancia los obstáculos que suelen (1) M e atrevo á aconsejar encarecida-
oponer la negligencia de los enfermos, m e n t e á t o d o s l o s s a c e r d o t e s q u e se h a g a n
los respetos mundanos de los médicos c o n el Homo apostolicus, d e S a n L i g o r i o ;
y la compasión mal entendida de los p o r q u e , d e j a n d o o t r a s m a t e r i a s i m p o r t a n -
t í s i m a s q u e e n c o n t r a r á n e n esta o b r i t a , so-
parientes y amigos. Si los párrocos, b r e t o d o el t r a c t . X X I es d e m á x i m a im-
cuando tienen noticia de la gravedad p o r t a n c i a p a r a l o s c o n f e s o r e s ( s e titula
de la enfermedad de sus feligreses, no Praxis confessarii, y se h a l l a e n el t . •\).
se revisten de una santa fortaleza; si C o n f i e s o q u e y o , si c o m o s o y u n d e c r é p i t o
o c t o g e n a r i o f u e r a j o v e n , le e s t u d i a r í a al
no están dispuestos á sufrir algunos pie d e l a l e t r a : t a n g r a n d e c r e o s u i m p o r -
vier,añade: «Melius est paucorum con-
ARTÍCULO I I I fessíones rite factas a u d i r e , quam
multorum inordinatas et sine fructu.»
De la conducta que ha de observar el 2390. Cuando el sacerdote con-
confesor para curar á los pecadores. fiesa mujeres devotas que frecuentan
los Sacramentos , especialmente esas
2389. Como el confesor es m é - que llaman beatas , San L i g o r i o dice
dico de las almas , no se ha de con- «quod sermo debet esse brevis et rigi-
tentar con hacer las convenientes pre- dus;» exceptuadas algunas que tienen
guntas al penitente , y averiguar el gran dificultad en confesarse , ó por-
número y especies de sus pecados; ha que caminan por vías extraordinarias,
de procurar descubrir el origen, causas ó porque se hallan atormentadas de
y ocasiones de donde provienen para apli- escrúpulos: no obstante, conviene en-
car los medios conducentes , á fin de señarlas y obligarlas á reconciliarse
arrancar la raíz y las causas, y cortar lo más breve posible; porque: i . ° , dan
las ocasiones de donde nacen. D e otro motivos de crítica , hacen al confesor
modo los pecadores jamás se enmien- emplear mucho tiempo que pudiera
dan, porque ni conocen la enfermedad destinar á los pecadores y á personas
espiritual que tienen, ni los medios ocupadas ó rústicas é ignorantes, que
que han de ejecutar para curarla. Con tienen más necesidad y rara vez pue-
razón se lamenta San L i g o r i o (Praxis den ó quieren confesarse; 2. , porque
a

desaires del enfermo ó de las fami- t a n c i a . confessarii, núm. 6) de aquellos con- las hay que por envidia , celo , igno-
59 LIBRO VI. TRATADO
2
rancia ó soberbia exigen que se em-
plee con ellas mucho tiempo en re-
conciliarlas cada semana ó cada tres
ó cuatro días. E l confesor, después de
haberlas instruido convenientemente
en el camino de la perfección , debe
obligarlas á que se confiesen breve y
sencillamente ; y si no obedecen por
capricho , decirles que se vayan con
otro director. E l confesor ha de dar
por más bien empleado el tiempo que
gaste en instruir á las personas igno-
rantes en los misterios y preceptos
más necesarios , y en disponer á los
pecadores que vienen indispuestos;
porque , como dice San L i g o r i o en
el mismo número , « q u a m perperam
agunt illi confessarii, qui, si pceniten-
tem indispositum nanciscuntur, ne cum
illo aliqnid insumant temporis , statim
a se eum abire jubent. Sciant propte-
rea istiusmodi confessarii, validis niti
rationibus sententiam illorum docto-
rum , qui volunt pro viribus teneri
confessarium pcenitentem, licet acce-
dat indispositus , ad absolutionem
disponere; consideranda ei proponen-
do, v . gr., injuriam maximam qua
Deum suis sceleribus afficit, pericu-
lum imminens ejus damnationis,»etc.
( N ú m . 7.)
Terminadas las preguntas sobre el
número de los pecados , examinadas
las raíces y ocasiones de las culpas, y
dados los convenientes avisos para
preservar al penitente de la recaída,
apartándole de las ocasiones y c o n -
fortándole con saludables consejos, el
confesor ha de procurar exhortarle al
dolor con patéticas y fervorosas re-
flexiones; pues San L i g o r i o , dirigién-
dose á los confesores , les hace la si-
guiente importante advertencia: Los
confesores y predicadores hemos de e n -
señar á los penitentes poco instruidos
que no se contenten con hacer examen
de conciencia , sino que, después de
examinarse y antes de acercarse al con -
fesor, hagan el dolor de sus culpas;
porque no es cosa tan fácil que lo
hagan mientras reciben la absolución.
V.
E l Santo dice así (núm. 10): «Post
debitas correctiones sive monitiones,
praestat ut laboretur ad disponendum
pcenitentem ad absolutionen per actus
veri doloris et propositi: quocirca mo-
mios esse voló confessarios, perpaucos
esse illos pcenitentes, prassertim ru-
des, qui prseposito actu doloris ad
confitendum accedunt.»
E l Santo pone después algunas bre-
ves reflexiones que el confesor puede
dirigir al penitente para excitarle pri-
meramente á la atrición; v. g r . : « F i l i
m i , ubi nunc esse deberes in seter-
num? In inferno? A h ! in illo igne
semper cruciandus esses ; nec tibi
ulla spes amplius restaret, ut te illinc
eripere posses! ibi esses moraturus ab
ómnibus derelictus, a Deo rejectus
per totam aeternitatem! Igitur te pce-
nitet D e u m offendisse, propter infer-
num, quem meruisti?» San L i g o r i o
añade sabiamente que no es acto de
verdadera atrición «si quis diceret se
pcenitere peccati commissi, quia me-
ruit infemum, sed opus habet ut di-
cat se pcenitere offendisse Deum, prop-
ter quod meruit infernum.»
Esta advertencia (de la cual hablé
ya cuando se trató de la atrición) es
muyimportante á los confesores, para
que sepan distinguir entre la atrición
verdadera y necesaria y la atrición
aparente é insuficiente. ¿Qué pecador
católico hay que, especialmente en la
hora de la muerte, no sienta mucho
haber pecado, por temor del infierno,
cuya existencia cree por la fe teológi-
ca? N o obstante, si no le pesa real-
mente de haber ofendido á D i o s , su
atrición es falsa, por más que se afli-
j a , gima y llore. Su dolor será como
la penitencia de Judas, c u a n d o , con-
fesando su pecado ante los judíos y
arrojándoles el dinero que había re-
cibido por la venta de Jesús, dijo:
«Peccavi tradens sanguinem Justum.»
(Matth., cap. 27, vers. 3 y 4.)
Por último, el Santo dice que el
confesor, después de excitar al peca-
dor á la atrición, lo exhorte á la con-
DEL SACRAMENTO
trición perfecta. Para esto propónga-
le la bondad y santidad infinita de
Dios, en cuya presencia pecó: la ca-
ridad, generosidad y misericordia de
Dios para con el hombre, que tanto
resplandecen en los beneficios de la
creación, de la conservación, del mis-
terio de la Encarnación, Pasión y
Muerte de Jesucristo, en la institu-
ción de los sacramentos del Bautis-
mo, Confesión, Eucaristía, etc. Si el
confesor es instruido, y sabe desen-
trañar estos grandes beneficios y mi-
sericordias de Dios, hará mucho fru-
to; porque, como dice Benedicto X I V ,
en su bula Apostólica, § 12, las exhor-
taciones del confesor son más efica-
ces que los sermones:
i.° Porque el penitente está más
dispuesto y dócil.
2.° Porque las exhortaciones se
aplican con más acierto á sus necesi-
dades y circunstancias presentes.
3.
0
Porque el confesor usa de un
estilo más sencillo, sin buscar aplau-
sos; y por esta rectitud de su inten-
ción y celo, Dios da unción á sus pa-
labras, y les da eficacia, especialmen-
te si el confesor es hombre de oración.
2391. Permítaseme advertir en
este lugar que una de las causas prin-
cipales por que los predicadores no
hacen tanto fruto en el p u l p i t o como
los confesores en el confesonario, es
porque muchos de aquéllos, con ad-
vertencia ó sin ella, ponen más cui-
dado del que conviniera en buscar
palabras escogidas, frases casi mito-
lógicas y hacer composiciones almi-
baradas y superficiales, que en hablar
sencilla y lógicamente al corazón del
pueblo cristiano. A éstos llamaría San
Pablo cymbalum tinniens ( I ad Cor.,
cap. 3, v. 1), óprurientes auribus ( I I ad
T i m . , cap. 4, v. 3). H a c e muchos años
que estoy persuadido de que este i n -
tolerable abuso es una de las causas
principales de que, habiendo cente-
nares de sermones cada año en las
ciudades, sean tan pocas las conver-
siones de pecadores.
TOMO I I .
DE LA
PENITENCIA.
ARTÍCULO I V
De la bondad, caridad, paciencia
y fortaleza del confesor.
2392. P. ¿Cuál debe ser la bon-
dad ó virtud del confesor?
R. E l confesor, como dice San Juan
de la Cruz (Subida al Monte Carmelo,
l i b . 2, cap. 18), engendra secreta
y ocultamente su espíritu (bueno ó
m a l o ) en el penitente, su discípulo é
hijo espiritual. Dice también (Subida
al Monte Carmelo, lib. 3, cap. 44) que,
por más alta que sea la doctrina que
(el sacerdote ó confesor) predique, y
por más esmerada que sea la retórica
y subido el estilo con que va vestida,
no hará de suyo ordinariamente más
provecho, que tuviere el espíritu (del
predicador ó confesor). Véase todo el
capítulo. Añádase á esto que un con-
fesor ejemplar es venerado, obedecido
é imitado por sus penitentes.
San L i g o r i o trata esta cuestión en
el Praxis confessarii (núm. 1), donde
dice:
i.° Que San P í o V afirmaba: « H a -
beantur idonei confessarii,ecce omnium
christianorum omnímoda reformatio.
Non est enim dubitandum quin, si
omnes confessarii ea pollerent scien-
tia et morum bonitate, quas tantum
ministerium exigit, nec mundus ita
peccatorum cceno deturpatus esset,
nec infernus tot baptizatorum a n i -
mabus repleretur.» D i c e el Santo que
no basta que el confesor esté en
gracia; que debe tener además una
positiva bondad para poder dar doble
alimento espiritual: esto es, á sí mis-
mo y á las almas que dirige.
2.° Debet tot peccatorum ulcera ira-
ciare quin se deturpet: cum mulieribus
et adolescentibus síepe versari, earum
confessiones de iis rebus de quibus
magnopere erubescunt excipiendo ,
quin sibi aliquid damni evenisse sentiat.
3?
594 LIBRO VI. TRATADO
Para andar entre el fuego y no que-
marse, entre el lodo y no mancharse,
debe el confesor tener gran virtud, y
sobre todo una gran pureza y mucha
oración, no sólo vocal, sino también
mental.
E n cuanto á la caridad, San L i g o r i o
en su Homo apostólicas (tract. X X I ,
números i y siguientes) dice que el
confesor, considerando que es padre
(y así le llama el penitente) ha de re-
cibir á todos con amor, especialmen-
te á los grandes pecadores, á los p o -
bres y miserables, á los ignorantes y
afligidos; porque éstos son los más
necesitados. E l Santo Doctor se que-
ja de algunos confesores, que tan sólo
ocupan el tiempo en personas devotas,
y apartan de sí á las pecadoras; las
cuales, despechadas, toman horror
al Sacramento y se abandonan á to-
dos los vicios. «Secas boni confessarii
agtmt; cum ad se hujusmodi peccato-
res confluunt, benigne hos accipiunt,
et quasi victor capta praeda exultant,
perpendentes sibi sortem contigisse
animam de manibus dsemonis eripere.
Sciunt hoc Sacramentum proprie non
pro justis fuisse constitutum, sed pro
peccatoribus... Sciunt quoque Chris-
tum protestatum fuisse his verbis:
« N o n enim veni vocare justos, sed pec-
»catores.» (Marci, cap. 2, v. 17.) Debe
animar á los pecadores á que se con-
fiesen de todos sus crímenes con con-
fianza, prometiendo tratarlos con todo
amor y benignidad.
2393. E l confesor, en el discur-
so de la confesión, no ha de manifes-
tar tedio ó disgusto, ni hacer correcciones;
á no ser que, dice el Santo, «pceni-
utens sit ita animo durus autpetulans,
»ut plura et atrociora peccata sine
»ullo rubore et sine ulla displicentia
«animique sensu exponeret; quia tune
»opus habet pro viribus efficere, ut a
«pcenitente, quanta sit illorum defor-
0 mitas et magnitudo percipiatur. Ad-
»vertat tamen ne eum exasperet aut
uperterreat.» Quapropter postquam
eum, quantum opus fuerit, correxe-
V.
rit, statim ei animum faciat ad reli-
qua peccata confitenda, dicens: «eja,
»frater, vis te ab hoc vitio resipisce-
»re? E s t o animo hilari. Enarra reli-
»qua peccata, nihil reticens. Cave,
wqufeso, ne sis aliquod sacrilegium
Dcommissurus; hoc enim esset ma-
Dximum peccatorum, quas hucusque
Dcommisisti. Igitur dic omnia animo
«forti, vince te ipsum: confitere ora-
»nia sincere: Deus enim paratus est
« t i b í parcere.»
Fuera del caso que pone el Santo,
no conviene que el confesor interrum-
pa al penitente para reprenderle. Ni
conviene interrumpirle en su acusa-
ción, á no ser que ocurra algún ca^o
que exija que el confesor le examine
en el acto por su responsabilidad fie
restitución ó reservación, etc., para
que no se le olvide después.
2394. Debe el confesor tener
una paciencia inalterable, porque es
sumamente necesaria para sufrir á
muchos penitentes fastidiosos, im-
pertinentes, tal vez groseros, tími-
dos, escrupulosos, rudos, ignorantes,
reincidentes y muy cansados con sus
relaciones inútiles. E s verdad que el
confesor ha de procurar corregir y en-
mendar los defectos de los penitentes
fastidiosos y cansados; pero esto lo
conseguirá mejor con la mansedum-
bre, usando un lenguaje urbano y mo-
derado. L a impacieacia del confesor
todo lo precipita, ofende, irrita, es-
candaliza al penitente, y le hace odio-
sa la confesión. P o r esto dijo el Após-
tol Santiago: «Patientia opus perfe-
ctum habet.» (Cap. 1, v. 4.) Cuando
el confesor está en el confesonario,
se dice comúnmente que está sen-
tado en el banco de la paciencia;
y un experimentado sacerdote decía
que para ser buen confesor se exigían
veinticinco grados de ciencia, cincuen-
ta de prudencia y ciento de paciencia.
L a paciencia y la mansedumbre sue-
len vencer el corazón del pecador más
obstinado.
2395. Por último, el confesor ha
DEL SACRAMENTO
de huir del rigorismo que exaspera y
del laxismo que corrompe: ha de te-
ner la fortaleza necesaria para no do-
blegarse ante los respetos humanos.
Cuando el cumplimiento de su deber
así lo exige, ha de decir la verdad
cuando convenga á los ricos y m a g n a -
tes, como á los pobres, á los eclesiás-
ticos, ya sean párrocos, ya estén cons-
tituidos en las mayores dignidades;
imitando al Bautista que, si bien con
decoro, reprendió con santa fortaleza
los escándalos del rey Herodes, y así
le dijo: « N o n licet tibi habere uxo-
rem fratris tui.» (Marci, cap. 6, ver-
sículo 18.)
2396. San L i g o r i o , después de
enumerar todas las virtudes y cuali-
dades que deben adornar á un buen
confesor, concluye así: « E t ut omnia
> único verbo complectar, debet esse
»in charitate dives, in mansuetudine
«mellifluus, in prudentia gravis. Qua
« d e ' r e ut hae omnes partes, ut par
»est, adimpleantur, non vulgari opus
«est bonitate (nótese bien); quam
¡>certe numquam assequetur ille, cui
«oratio non est perfamiliaris nec me-
«ditatio est quotidiana; etenim alia
»via lucem et gratias huic tanto mu-
»neri (etiam ipsis angelicis humeris, ut
ndici solet, formidando) necessarias
nobtinere nemo potest.» (Praxis con-
fessarii, núm. 1.) Y o creo firmemen-
te, con San L i g o r i o , que un confe-
sor, en medio de los peligros del s i -
glo, de tantas ocasiones y distraccio-
nes, es dificilísimo que pueda preser-
varse y ser fervoroso si no tiene t o -
dos los días oración mental, lección
espiritual y un ratito de examen de
conciencia. Sin la oración mental di-
ficilísimamente podrá conservarse en
gracia un sacerdote en el siglo.
DE LA PENITENCIA. 595
ARTICULO V
De la fidelidad del confesor, ó sea del
sigilo de la confesión.
Definición, o r i g e n y g r a v e d a d de la o b l i -
g a c i ó n del s i g i l o .
2397. P. ¿Cómo se define el s i -
gilo?
R. «Sigillum sacraméntale est obli-
gatio tacendi ea, quse audiuntur in
confessione vel in ordine ad illam,
absque expressa et spontanea licentia
pcenitentis.»
P. ¿Cuál es el origen de la obliga-
ción del sigilo?
R. E s de derecho divino; porque,
como dice Santo T o m á s , Jesucristo,
al instituir la confesión, quiso que
así como Dios no revela los pecados
del que se confiesa, así el ministro
que hace sus veces y le representa no
pudiese j a m á s faltar al sigilo: «et
ideo, dice el Santo, de necessitate
Sacramenti est quod quis confessio-
nem celet.» ( I n 4 Sent., dist. 21,
q. 3, art. 1, quaestiunc. 2 . , sol. 1 . ) ; a a
y en el art. 2. , sol. u n i c , dice que el
0
sigilo debe guardarse «primo et prin-
cipaliter, quia ipsa oceultatio est de
essentia Sacramenti, in quantum
(sacerdos) scit illud ut Deus, cujus
vicem g e r i t . a d confessionem.» Esta
es la razón radical y fundamental
por que el sigilo es inviolable in omni
eventu, aun cuando hubiera de p e r e -
cer todo el mundo. E s de tal manera
mala ab intrínseco la violación del s i -
gilo, que ni admite parvedad de m a -
teria si se viola con perfecta delibera-
ción, ni hay potestad creada que pue-
da dispensar la violación: «Papa non
potest licentiare eum (confessarium) ut
dicat; quia non potest faceré ut sciat
ut homo: quod potest qui confitetur.»
(Ad i . ) . Sólo el penitente puede
u m
dispensar el sigilo; pero entonces ya
no hay sigilo, porque el confesor sabe
59 6 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 597
ut homo lo que antes tan sólo sabía ut R. Aunque algunos autores se ex- la Iglesia para que le ayude con sus R. Suárez y San L i g o r i o dicen que
Deus. rplican de otro modo, me agrada la consejos, y satisfacer de algún modo entre los doctores antiguos fué opi-
Santo T o m á s añade que secundaria- copinión de San L i g o r i o . Dice que el precepto de la Iglesia. Esta opinión nión común que un prelado, si tenía
mente la violación del sigilo está pro- ttiene tres malicias la violación del si- no me parece improbable; porque, n o t i c i a l a confesión de la indigni-
hibida también por el derecho divino; £gilo: la primera, de sacrilegio contra como dice Billuart, in dubio favendum dad de un s u b d i t o para el oficio que
porque éste manda la confesión, y eel Sacramento; la segunda, de infide- est sigillo. ( A l fin del citado art. 1.) desempeñaba, no podía removerle, s i
por consiguiente los medios condu- 1lidad grave, por la tácita y onerosa 2400. P. Si un penitente se con- de esta separación se había de seguir
centes. Pues bien: si el sigilo se vio- \promesa á que se obliga el confesor fiesa con un lego ó con un .sacerdote alguna sospecha probable de revela-
lase, muchos penitentes se apartarían cde guardar secreto; la tercera, de de que no está aprobado, ¿hay obliga- ción del sigilo; pero añade Santo T o -
de este Sacramento, ó no confesarían ttracción, si no es público el pecado ción de sigilo? más: « S i vero per amotionem pec-
fielmente sus pecados. cque se revela ( l i b . 6, núm. 635). R. Si el penitente sabe ciertamente catum nullatenusmanifestaretur, tune
L a obligación del sigilo nace ade- P. ¿De qué confesión nace la obli- que dice sus pecados á un lego ó á alia occasione accepta, posset subdi-
más del derecho natural por tres ra- | gación del sigilo? un sacerdote que no puede confesar, tum ab administratione removeré; et
zones, como dice Billuart (De sacram. R. E s opinión comunísima que la no hay sigilo, porque no hay c o n f e - deberet hoc faceré cum debita cautela,
Pcenit., diss. 8 . , art. i ) :
a
cobligación del sigilo, de que ahora se sión sacramental ni intención de ha- si talis administratio esset subdito
i. a
Porque infama al prójimo. ttrata, nace de toda confesión sacra- cerla, como muy bien dicen üury (nú- periculosa in posterum.» (Quodlib. 5,
2. a
Porque viola la religión del imental, y de sola la confesión sacra- mero 648), Scavini (núm. 465), etc.; q. 7. , art. 13.) L o mismo dijeron San
a

secreto. imental: «ex omni et sola confessione pero que habría sigilo si el penitente Buenaventura, Alejandro de A l e s ,
3. a
Porque miente: «quia dicit ea ssacramentali;» porque, como dice- creyese que el lego era confesor y Gabriel, Paludano y otros. Pero en el
se scire ut homo, quae tamen nescit ut íSanto T o m á s en el lugar citado (ar- que el sacerdote tenía jurisdicción; día no se puede practicar esta doctri-
h o m o , sed ut Deus seu Dei Vicarius.» ttículo 1, sol. 1 . ad 2 . ) : «Prascep-
a u m
«quia ex parte pcenitentis confessio na, porque Clemente V I I I en 26 de
Por último, el derecho eclesiástico ttum de confessione servanda conse- esset sacramentalis:» ó como dice el Mayo de 1594 expidió un decreto, en
prohibe también la violación del sigi- <quitur ipsum S a c r a m e n t u m ; » pero doctísimo P. Cóncina, en el primer el cual dice así: «Tam superiores pro
lo. E l capítulo Sacerdos, De Pcenit., <esto necesita explicación. caso el error del penitente era acerca tempore existentes, quam confessarii
dist. 6 . , dice así: «Sacerdos ante om-
a
2399. P. ¿ H a y obligación del del derecho, el cual «nequit subjicere qui postea ad superioritatis gradum
nia caveat, ne de his, qui ei confiten- ¡s i g i l o cuando el penitente, por indis- laicum tali obligationi» (sigilli). En fuerint promoti, caveant diligentissime,
el segundo, cuando el lego se finge ne ea notitia, quam de aliorum pec-
tur peccata, recitet... Ñ a m si hoc fe- |puesto, no recibe la absolución?
sacerdote, el error es de hecho, y así catis in confessione habuerunt, ad ex-
cerit, deponatur, et ómnibus diebus R. E s doctrina comunísima que
hay obligación de sigilo. teriorem gubernalionem utaniur.»
vitas suas ignominiosus peregrinando <obliga el sigilo, por más que el peni-
p e r g a t : » y el Concilio Lateranense I V , 1tente esté obstinado, con tal que haya N o habría sigilo sacramental si E l anterior decreto ne confessio red-
siendo pontífice Inocencio I I I , en el 1confesado algún pecado. Así lo afir- constase ciertamente que una persona dalur odiosa se extendía, no sólo á los
canon Omnis utriusque sexus, dice así: 1man San L i g o r i o , L u g o , Roncaglia, se acercó fingiendo confesión, y que regulares que expresaba, sino también
« C a v e a t omnino sacerdos, ne verbo, !los Salmaticenses y otros, siguiendo tan sólo vino á burlarse del confesor, á los seculares; porque, como dicen
aut signo, aut alio quovis modo a l i - :á Sentó T o m á s , el cual pone la nota ó á robarle ó seducirle (como sucedió San L i g o r i o y otros autores, hay la
quatenus prodat peccatorem;» y aña- de errónea á la opinión de algunos de algunas veces), ó á quejarse. Busem- misma razón. A d e m á s , Inocencio X I
de que si el confesor presumiese r e v e - su tiempo que decían «quod sacerdos bau, Scavini y Diana advierten que en 1682 condenó generalmente el uso
lar el sigilo, «non solum a sacerdota- non tenetur servare sub sigillo con- en estos casos, aunque no hay sigilo, de la proposición que decía que , con
li officio deponendum decernimus, fessionis nisi peccata de quibus pcenitens es prudente guardar secreto; Billuart tal que no hubiese directa ó indirecta
verum etiam ad agendam pceniten- emendare promittü;i) porque, añade el y Gury nada dicen: en mi humilde revelación del sigilo, se podía usar de
tiam perpetuam in arctum monaste- Santo, «haec opinio videtur errónea, opinión, ocasiones habrá en que será la noticia de la confesión, a u n con
rium detrudendum.» C o m o advierte cum sit contra veritatem Sacramen- laudable y hasta obligatorio tomar gravamen del penitente, en el caso
Billuart, es evidente, por el contexto ti... Confessio non desinit esse sacra- alguna providencia y manifestarlo á de que, no haciendo uso de esa noti-
de las palabras, que estas penas son mentalis, quamvis ille qui confitetur algunas personas que conviniese que cia, se hubiese de seguir mayor daño
ferendas. L e s que violan el sigilo no emendationem non proponat.» (In 4 lo supiesen para preservarlas de ase- al penitente. «Mandantes (dice el decre-
deben ser denunciados, á no ser que Sent., dist. 21, q. 3 . , art. 1, sol. 1.
a a sinos, ladrones, y tal vez de seduc- to de la Sagrada Inquisición aproba-
tengan el error de que el sigilo no ad i . ) . Billuart, citando á Silvio,
u m ciones y solicitaciones dirigidas por do por Inocencio X I ) universis sacra-
obliga tan rigurosamente, como dice dice que obligaría el sigilo cuando el manos ocultas ó por mujeres procaces, menti Pcenitentise ministris, ut ab ea
Scavini (tract. V I I I , disp. 1. , cap. 4, penitente, aunque venga sin dolor,
a como más de una vez ha sucedido. doctrina in praxim deducenda prorsus
queer. 3, Sed dices.) sin propósito y sin ánimo de recibir abstineant.» Aquí se ha de notar que,
2401. P. ¿Puede el prelado va-
2398. P. ¿Cuántos pecados c o - la absolución, viene con ánimo de su- como consta del contexto de las p r o -
lerse para gobernar de lo que sabe por
mete el que viola el sigilo? jetarse al sacerdote como ministro de hibiciones anteriores y como sabia-
la confesión?
59§ LIBRO VI. T R A T A D O
mente nota el doctísimo maestro do-
minicano Bancel, por estos decretos
no se condenó la doctrina especulativa
que defendieron Santo T o m á s , San
Buenaventura y otros eminentes sa-
bios católicos, sino que se prohibió el
uso de ella; porque, como dice el ci-
tado Bancel, «quia difficile foret in
ipsius praxi evitare omne inconve-
niens,» muy justa y muy sabiamente
los dos citados Pontífices prohibieron
generalmente que se practicase.
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 657),
para explanar mejor el sentido de la
prohibición pontificia, pone los si-
guientes ejemplos:
i.° N o es lícito al confesor cerrar
en un aposento al penitente para que
n o vaya á matar, ó robar, etc., si tan
sólo por la confesión tiene noticia de
su perversa determinación.
2. N i en igual caso puede despe-
0
dir al criado ladrón, ni quitarle las
llaves que antes le confiaba, ni mani-
festar al penitente un semblante más
austero, ni negarle su anterior comu-
nicación amigable, ni sacar el dinero
del arca, ni quitar las llaves, cuando
hace esto exclusivamente para librar-
se del peligro de la persona que en la
confesión le manifestó su infidelidad
pasada ó sus perversos intentos para
lo futuro; «quia omnia hac, dice el
Santo, redundarent in gravamen seu
exprobrationem pcenitentis.»
3. 0
E s indudable que el sigilo
obliga a u n después de la muerte del
penitente: porque el penitente
tiene derecho á su fama aun después
de muerto; 2 . , porque esta manifes-
0 que si bien el penitente (no siguién-
tación haría odiosa la confesión á los
vivos: 3 . , porque el confesor no sabe
0 licencia al confesor para que use de la
sino ut Deus los pecados del penitente
difunto.
4. 0
E s también ciertísimo que si
no puede hacer integridad en la c o n -
fesión sin violar el sigilo, debería ca-
llar aquel pecado; como si fuese n e -
cesario levantar la v o z de modo q u e '
otros oyesen, ó expresar una circuns-1
tancia que revelase el sigilo, etc.; en ]
V.
estos casos y otros semejantes, si hay
precisión de ser absuelto, debe hacer-
se integridad moral.
24Ü2. P. Cuando el confesor su-
piese tan sólo por la confesión que
algunos le preparaban asechanzas
para robarle, prenderle ó matarle,
¿podría con algún pretexto huir ó pre-
caverse del peligro?
R. San L i g o r i o , siguiendo á L u g o
dice que es cosa cierta que puede ha-
cerlo, con tal que concurran dos con-
diciones: i . , que por la cautela que
a
tome ninguno advierta que el peni-
tente confesó aquel pecado; 2 . , que a
de esta cautela no se siga gravamen
ó molestia alguna al penitente (lib. ó,
núm. 659).
L a gran cuestión es sobre si el con-
fesor podría hacerlo cuando otrak
personas, sabedoras ya del pecado del
penitente, viendo la fuga del confesor,
hubiesen de conjeturar que lo hacía
porque el penitente le había confesa-
do aquel pecado. Muy graves autores,
entre ellos Soto, Silvio, Adriano,
Gabriel, Bonacina, W i g a n d t , Lay-
man, etc., dijeron que era lícito; pero
Navarro, Suárez, Medina, los Salma-
ticenses, San L i g o r i o (en el mismo
número) y otros dicen que no sería
lícito huir en ese caso, «eo quod, po-
sitis talibus circumstantiis, nempe,
scientias aliorum criminis et confes-
sionis pcenitentis, fuga illa esset vera
revelatio non solum confessionis fac-
tae, sed etiam peccati confessi;» y aun
el Santo añade ( c o n t r a C u n i l i a t i ,
tract. X I V , cap. 4, § 7, núm. 10),
dosele daño grave) está obligado á dar
noticia de la confesión, pero en el caso
de que injustamente se negase á con-
cederla, el confesor no podría huir,
a u n cuando solo el penitente advirtiese
que usaba de la noticia de la confe-
sión: «id minime admittendum puto;
nam licet absit gravamen pcenitentis,
adest vero indirecta saltem revelatio
notitias in confessione habitae.»
' DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 599
2403. P. Si el confesor ve á un por cualquier molestia ó impertinen-
penitente que por la confesión sabe cia, á no ser que, tanteados todos los
que no tiene dolor, ó es pesado, ó mo- medios regulares, no pudiese conti-
lesto, ó tiene la conciencia enreda- nuar dirigiéndole sin muy grave m o -
da, etc., ¿podrá huir de él ó negarse lestia, porque se turba é inquieta su
á confesarle? conciencia con la enredada confesión
R. Si otros advirtiesen que tal vez del penitente; en este caso bien podría
por alguna de estas causas huía el dirigirle al párroco ó á otro sacerdote,
confesor, ó el penitente creía que con á quien fuese más fácil confesarle.
este proceder le echaba en cara sus E n todo caso, sea ó no el párroco
defectos conocidos por la confesión, el confesor, puede y conviene que, si
es doctrina corriente que el confesor, la persona es tan pesada que quiera
si no tiene otra justa causa, no puede que se empleen con ella una ó dos
huir ni rehusar su confesión; pero si 1 horas en su reconciliación (y hasta
nadie lo advirtiese, dice Roncaglia, las hay que exigen que se las confiese
bien podría el confesor ocultarse , más de una vez en un día), las sujete
«quia tune nulla in alus oriretur sus- fuertemente fijándoles un día cada
picio.» San L i g o r i o no admite esta semana y una hora determinada en
opinión de Roncaglia, porque después que no inquieten á los otros peniten-
del decreto de Clemente V I I I , y aún tes. Cuando la persona confesada es
más especialmente de Inocencio X I , prudente y tiene verdadera necesidad,
el confesor, aun cuando no haya r e - por ser ciertamente escrupulosa, 6
velación directa ni indirecta del sigi- por caminar por vías extraordinarias
lo, no puede usar de la noticia de la de la perfección, el confesor ha de
confesión cuando se ha de seguir algún esforzarse en tener mucha paciencia;
gravamen ó perjuicio al penitente, y el pero cuando se trata de personas ca-
confesor en este caso lo causaría i n - prichosas, tal vez envidiosas y pre-
dudablemente al penitente , puesto suntuosas, el confesor ha de usar de
que le hubiera confesado, si no se un prudente y saludable rigor. Si se
hubiera aprovechado de la noticia que marchan por resentimiento y se aban-
tenía por la confesión acerca del mal donan, culpa de ellas será; porque es
estado ó de las impertinencias del pe- menos mal que una sola persona se
nitente. Me parece muy fundada la pierda, que no que turbe á muchas
opinión de San L i g o r i o . personas confesadas que tienen que
abandonar á su director por no poder
D i r é mi humilde parecer; me ad- sufrir las molestias de una confesada
hiero á la opinión de San L i g o r i o . Si impertinente.
el confesor es el propio párroco del
penitente, difícilmente podrá excusar- Puede suceder también que la per-
se en la confesión de continuar su- sona de que se trata insista tenaz-
friendo las impertinencias del peni- mente en que no va con otro confesor,
tente, porque al fin es su oveja; no ó porque no se atreve, ó porque cono-
obstante, si por las circunstancias ce que no habrá fácilmente quien la
particulares del párroco le fuese su- sufra tantas impertinencias; en este
mamente molesta la dirección del pe- caso el confesor se encuentra en bue-
nitente, por ser de poca libertad ó na posición para exigirle que remueva
poca ciencia, y el penitente se avinie- los impedimentos que hasta entonces
se á ir con otro director de más liber- había opuesto; que obedezca ciega-
tad y discreción, bien podría dirigirle mente las reglas que el confesor le
á él. tiene señaladas, y se confiese breve y
sencillamente para no inquietar á los
Si el confesor no fuese párroco ni
otros penitentes; que si lo hace, con-
prelado, no debe despedir al penitente
 6oo LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 601

tinuará confesándola; este método mer caso revelaría indirectamente ei sunt, aliqua ex circumstantiis pen- ma de los doctores, siguiendo á Santo
suele producir excelentes resultados. sigilo al penitente; en el segundo, se dent; quia aliquando est et aliquando T o m á s , que dice así: « H o m o non ad-
San L i g o r i o advierte, por último, seguiría un daño ó gravamen al peni- non est violandi sigilli periculum. I d - ducitur in testimonium, nisi ut homo,
que si el confesor tiene otra causa tente en quedarse sin Misa; y así en circo plura pendent ex prudentia con- ideo potest jurare se nescire, quod scit
justa para no confesarle que no per- | ambos casos, atendidos los decretos fessarii, qui, nisi sit expertus et cir- tantum ut Deus.» (In 4 Sent., dist. 21.
tenezca al sigilo, está en su derecho de Clemente V I I I y de Inocencio X I , cumspectus, et silendo et loquendo q. 3, art. t , quaestiunc. 1 ad 3 - ) . u m

en ocultarse ó negarse; porque si en creo que el confesor debería celebrar pro circumstantiarum varietate laede- Vázquez dice que la opinión contra-
nada se mueve por la noticia de la en la iglesia violada. re secretum valet. Silentium tamen ria de Gabriel es errónea.
confesión, no es responsable, aun 2405. P. ¿ E s lícito seguir opi- est ordinarium et validius reme- E l confesor, preguntado sobre las
cuando el penitente sospeche que lo nión probable en materia de sigilo? dium.» confesiones, puede responder que nada
hace por la noticia de pecados ó mo- R. San L i g o r i o dice: « N e m i n e m sabe, ó que se lo pregunten al peni-
lestias que adquirió en la confesión: posse uti scientia habita ex confes- § 2." tente, ó ( y esto es lo mejor, dice San
«nam si revera confessarius ob jus- sione, nisi certum sit moraliter, aut De las personas q u e e s t á n o b l i g a d a s L i g o r i o ) responder que esas cosas no
tam causam se excusaret, revera tune saltem certe probabilissimum, quod á guardar sigilo. se preguntan. Si le preguntasen si ha
pcenitentis suspicio esset temeraria, ex tali usu nulla eveniat confessionis de comulgar la persona que confesó,
quam confessarius vitare non t e - revelatio, et nuilum pcenitenti grava- 2406. P. ¿Quiénes están obliga- responderá: «Pregúntele usted á ella
netur. i) m e n . » L a razón e s , porque «aliter dos á guardar sigilo? si quiere comulgar.»
2404. P. Si el confesor por sola probabile gravamen pcenitenti infer- R. i . ° E s doctrina común que está Si al confesor se le preguntase,
la confesión supiese que una iglesia retur, ob quod confessio odiosa ei red- obligado al sigilo, no sólo el verda- aunque fuese conjuramento, que res-
había sido violada, ¿podría y a u n de- deretur. E t non est licitum uti opi- dero confesor, sino también el fingi- pondiese sin equivocación si el peniten-
bería celebrar en ella? nione probabili in prsejudicium juris do, y aun el lego que, fingiéndose te había confesado tal pecado, podía
R. Silvio, L a z , Sporer, Bonacina certi quod alter possidet: pcenitens sacerdote, oyese la confesión, i g n o - responder qne no lo sabía; pero en estos
y otros dicen que el confesor puede autem possidet jus ne occasione sua? rándolo el penitente; porque, como casos lo mejor es, dice el Santo, res-
y debe celebrar, porque no parece confessionis ullum patiatur gravamen. dice rectamente Gury, siguiendo á ponder: «¿Cómo hace usted estas pre-
que la Iglesia quiera que en ese Quidquid igitur alibi dixerim, re a c - San L i g o r i o y la doctrina comunísi- guntas acerca de la confesión?» ( L i -
caso obligue al confesor la ley ecle- curatius perpensa, puto hic omnino ma: «Quoties quis confitetur in ordine bro 6, núm. 646.)
siástica que prohibe á otros celebrar, dicendum non licere uti opiniouibus, ex ad Sacramentum, qui eum audit, qui- 2407. 2. Está obligado al sigilo
0

antes bien prefiere proteger el sigilo: quarutn usu certum non sit moraliter cumque sit, contrahit eo ipso sigilli
pero L u g o , Aversa y Tamburino son nuilum pcenitenti gravamen inferri.» obligationem: secus enim odium Sa-
de opinión que el confesor no podía ( L i b . 6, núm. 633.) L o mismo dice cramenti sequeretur.» ( T o m o 2, nú-
Gury (tomo 3, núm. 650).
celebrar, porque urge por una parte el mero 651.) L o mismo dice Cóncina
precepto de no celebrar en iglesia v i o - Por último, San L i g o r i o concluye (tomo 9, lib. 2, De sacram. Pcenit.,
lada, y por la otra ni se revela á otros así (lib. 6, núm. 661): «Aunque el diss. 3, cap. 12, núm. 29): « S i quis
el sigilo, ni se sigue daño alguno al confesor en esta materia del sigilo, confiteretur laico fingenti se sacerdo-
penitente; y San L i g o r i o añade: « E t tan grave y peligrosa, debe ser muy tem, tum is esset obnoxius sigillo
haec sententia videtur satis probabilis cauto, para que los penitentes no su- sacramentali ; quia error est meri
cum Mazzotta (nótese bien), si revera fran gravamen alguno injusto de la facti, et pcenitens invincibili ignoran-
nuilum sequatur pcenitentis grava- confesión, « t a m e n non tenetur cavere tia existimavit esse sacerdotem.»
men, et nuíla fiat revelatio indirecta; omnes leves conjecturas, quas fucile maii- 2.0
Están obligados al sigilo todos
puta si confessarius justum exponat tiosi faciunt, sed tantum ne prmbeat sus- aquellos á quienes de cualquier ma-
przetextum alibi celebrandi.» ( L i b . 6, piciones probabiles de peccatis auditis, nera llegó lícita ó ilícitamente la noti-
núm. 66o.) Si el penitente, al confe- ut dicunt L u g o , etc., ex D i v o T h o - cia de la confesión ó de los medios
sar que la iglesia estaba violada, ad- m a ; » ó como dice Cóncina (tomo 9, ordenados á ella. D e aquí deduce rec-
vierte que el confesor nada sabía, no lib. 2, De sacram. Pcvnil., diss. 3, tamente San L i g o r i o , siguiendo á
sería difícil que al ver después que no cap. 1 2 , núm. 28): « U t paucis omnia graves autores, los siguientes corola-
quería celebrar en ella, sospechase que perstringam, confessarius cautissimus rios (lib. 6, números 646 y 647):
se valía de la noticia de lo que le ha- sit in loquendo de auditis in confes- i.° E l confesor, preguntado sobre
bía confesado: pudiera suceder t a m - sione, ut dictum est alias et dicen- los pecados que oyó en la confesión,
bién que el penitente se quedase sin dum saspius est. Declinandum tamen puede responder que nada sabe, aun-
Misa, por no querer el confesor cele- est aliud extremum, ne plus justo si- que sea con juramento y preguntado
brar en la iglesia violada. E n el pri- gillum arctetur. E o r u m , quaa dicta por el juez. Esta es doctrina comunísi-
el superior al cual se presenta el p e -
nitente absuelto del pecado reservado
para que le imponga la conveniente
penitencia; ó cuando el confesor le
pide facultad para absolver de reser-
vados; p o r q u e , como dicen L u g o ,
Cóncina y otros, «petitio illa est quae-
dam inchoata confessio, quatenus or-
dinatur, ad absolutionem obtinendam;
tum quia alioquin confessio reddere-
tur odiosa.»
3.
0
E s más probable que el intér-
prete de la confesión está obligado al
s i g i l o ; porque aun cuando algunos
autores lo niegan, pero San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 647, 3) dice que es más
probable que está obligado: lo mismo
habían dicho Suárez, L u g o , los S a l -
maticenses, Bonacina y otros muchos,
entre ellos Cóncina, que en el lugar
citado dice así: «Quoniam licet inter-
pres non se teneat ex parte confessa-
rii, tamen partem habet in hoc Sa-
cramento;» y en esta materia no se
602 LIBRO
puede seguir la opinión probable,
como se probó anteriormente.
4. Están obligados al sigilo los
0
que casualmente ó de intento oyeron al-
gún pecado que confesaba el peniten-
te. Esta es opinión común, dice el
Santo. Otra cosa sería, añade, si el
penitente, para su humillación, hicie-
se una confesión pública; y la razón
es, porque el penitente, en el hecho
de confesarse de esta manera, pone
fuera de sigilo su confesión.
5. 0
Están obligados al sigilo to-
dos aquellos á los que se reveló sacri-
legamente alguna cosa que era de con-
fesión; y los mismos que adquirieron
de esta manera la noticia, no pueden
hablar entre sí de estas cosas. Esta
es doctrina común, dice San L i g o r i o ,
siguiendo á los Salmaticenses, Cón-
cina, etc.
2408. P. L a persona consultada
por el confesor con licencia del p e n i -
tente, ¿está obligada al sigilo?
R. H a y tres opiniones, como puede
verse en San L i g o r i o ( l i b . 6, nú-
mero 648). L a sentencia notablemen-
te más probable y más común es la
de Santo T o m á s , que, hablando del
caso presente y del intérprete, dice
así: «Ule ad quem notitia devenit
mediante sacerdote ex volúntate con-
fitentis, participat in aliquo actum sacer-
dotisa et ideo simile est de eo et de
interprete; nisi forte peccator velit
quod Ule absolute sciat et libere.»
mismo dicen San A n t o n i n o , Pedro
Soto, N a v a r r o , Suárez, L u g o , Silvio,
San L i g o r i o y otros.
Si el penitente no quita expresa y
absolutamente el sigilo cuando auto-
riza al confesor para consultar, el
consultor está obligado al sigilo; pero
advierte el Santo dos cosas: 1 . , que a
mientras no está terminada la c o n f e -
sión, el doctor ó persona consultada
puede hablar cuantas veces crea con-
veniente con el confesor; 2 . , que si
a
el mismo penitente diese licencia á
otro confesor para que se consultase
con el mismo consejero sobre el mismo
VI. TRATADO V.
pecado, el Santo tiene por cierto que
el consejero puede valerse y hablar
con el segundo confesor de lo que le
dijo el primero: «quia cum pcenitens
licentiam prasbet secundo confessario
ut de suo peccato loquatur cum eodem
consiliario, sicut certo creditur pceni-
tens nolle aliud consilium nisi rectum,
ita certo prassumitur velle quod ipse
doctor (vel non doctor) libere loquatur
de ómnibus quas scit a primo confes-
sario, et qua; pertinent ad rectum
consilium praestandum.»
2409. P. Si el penitente, antes
de confesarse, consulta con una per-
sona sobre el modo de hacer la con-
fesión con otro confesor, ¿estará obli-
gada al sigilo la persona consultada?
R. Aunque algunos autores dicen
que estaría obligada al sigilo, Suárez,
Palao, Aversa, Billuart y San L i g o -
rio dicen que habrá secreto natural,
pero no sigilo sacramental; y se fundan
en aquella sentencia general de Santo
T o m á s : «Sigillum confessionis non se
extendit nisi ad ea, de quibus est
sacramentalis confessio (in 4 Sent.,
dist. 2 . , q. 3, art. 1, sol 2. ). Otra
a a
cosa sería si el penitente, pensando
confesarse con un sacerdote, le mani-
festase antes, en una conversación,
sus pecados para mejor informarle de
la confesión que quería después hacer
con él. E n este caso el confesor esta-
ría obligado al sigilo, porque, como
Lo
muy bien dice San L i g o r i o en el mis-
mo lugar (lib. 6, núm. 649), «talis
manifestatio est qucedam inchoata confes-
sio, dum pcenitens tune prasmittit ma-
nifestationem sui peccati, ut citius
postea confessionem expediat.»
2410. P. E l que encuentra un
papel donde están escritos los pecados
del penitente ¿está obligado al sigilo?
R. Soto, Navarro, Suárez, L u g o ,
los Salmaticenses, W i g a n d t , Bona-
cina, L a y m a n , Scavini, San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 650), con la sentencia
comunísima, dicen que no está obli-
gado al sigilo. Me parece moralmente
cierta esta sentencia, y no tengo por
DEL SACRAMENTO DE LA
fundada la opinión contraria de An-
toine, Sporer, etc.; porque, como dice
Santo T o m á s , «sigillum confessionis
non se extendit nisi ad ea, de quibus
est sacramentalis confessio:» ó como
dice San L i g o r i o : «Obligatio sigilli
sacramentalis non provenit nisi ex ac-
tuali confessione; at scriptura illa non
est confessio, sed tantum praeparatio
ad confessionem. Manifestatio l e g e n -
tis non redderet quidem odiosam con-
fessionem sed tantum scriptionem pec-
catorum, ad quam nullus obligatur.»
P e r o convienen todos en que pecaría
gravemente el que leyese ( y aún más
el que publicase) el papel donde una
persona tuviese escritos sus pecados;
«nisi certo scirent, dice el Santo, ibi
mínimas culpas et quotidianas conti-
neri.»
Pero hay casos en que estarían
obligados al sigilo los que leen los
pecados escritos, dice San L i g o r i o en
el mismo número, siguiendo á graves
autores. i . ° Si el mudo se confiesa
por escrito al confesor presente, y otro
leyese entonces casualmente aquel es-
crito: «quia tune legens revera hau-
rit notitiam peccatorum ex actuali
illius confessione.» 2. E l que leyese la
0
carta donde se pide licencia al supe-
rior para absolver de un caso reser-
vado; porque esta petición es parte
de la confesión. 3.° Si se leyese el
papel de los pecados que quedó o l v i -
dado en el confesonario después de
hecha la confesión, ó después de ha-
berlo entregado al confesor para hacer
la confesión; «quiaporrectio illa (char-
tae, in qua sunt scripta peccata) est
quaedam inchoata confessio,» como
muy bien dice el Santo. Scavini pone
otro caso que me parece muy pru-
dente; y es, cuando una persona ruda
(y yo añadiría: ó escrupulosa), deseando
hacer una confesión exacta, rogase á
otra persona de confianza que, dic-
tando ella sus pecados, se los escri-
biese; porque en este caso el que los
escribió «proxime concurrit ad c o n -
fessionem, estque tanquam médium
PENITENCIA. 603
et canalis qui proxime influit.» ( T o -
mo 3, núm. 467.)
2411. P. ¿Falta el confesor al
sigilo si habla con el penitente de los
pecados que le ha confesado?
R. i . ° E s sentencia comunísima y
verdadera, dice San L i g o r i o , que el
confesor, dentro de la confesión, pue-
de hablar con el penitente de los pe-
cados que le dijo en otras confesiones,
porque esto es indispensable para di-
rigir bien al penitente, para corregirle,
para darle los medios convenientes,
y a u n , si es reincidente ó está en oca-
sión de pecar, para absolverle ó no
absolverle. E s verdad que, si no hay
motivo racional, no conviene refrescar-
le los pecados pasados ya absueltos;
no porque se revelase el sigilo, sino
porque no sería prudente avergonzarle.
2.° Inmediatamente después de la
absolución, y antes de separarse el
penitente, es doctrina corriente y cos-
tumbre general que el confesor puede
hablar al penitente de lo confesado,
como antes de la absolución; porque,
como dicen Navarro, L u g o , los S a l -
maticenses, Cóncina y la sentencia
comunísima, «licet Sacramentum sit
completum, tamen judicium adhuc
moraliter perseverat.» (San L i g o r i o ,
lib. 6, núm. 652.)
3.0
Es sentencianotablementemás
probable que el confesor, después de
marchar el penitente, no puede hablar
con él de los pecados, sin que antes
obtenga su expresa licencia. E s más;
ni puede hablarle de los defectos que
el mismo confesor cometió en la con-
fesión, sin obtener antes su licencia;
porque, como dicen Victoria, Soto,
Sánchez, L u g o , los Salmaticenses,
Valencia, S i l v i o , San L i g o r i o (lib. 6,
núm. 623) y otros, «licet monitio illa
fiat ad reparandum defectum p r e t é -
ritas confessionis, attamen cum non
sit cum illa conjuncta et judicium j a m
fuerit completum, evadit illicita, eo
quod esset quasdam peccati exprobra-
tio, et ideo odiosam confessionem red-
deret; » pero añade el Santo que esto
 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 605

se entiende si el juicio sacramental
quedó perfeccionado por haberse dado
la absolución; pero si el confesor se
olvidó de absolver ó pronunció mal
la forma, entonces es muy probable
{valde probabiliter) que, sin pedir l i -
cencia al penitente, le puede decir que
no le absolvió: «tune enim revera
nulla intervenit peccati exprobratio. >
L o mismo opinaron Croix , Stoz,
Arria ga.
4. San L i g o r i o , Suárez, L u g o ,
0
Salmaticenses, Cóncina, etc.; porque,
como muy bien dice San L i g o r i o , en
el número citado, «sigillum confes-
sionis est institutum tantum in f a v o -
rem pcenitentium.» E l confesor, por
prudencia, hará muy bien en usar de
la licencia con moderación.
2413. P. ¿Cómo debe ser la li -
cencía concedida por el penitente para
que el confesor pueda usar de ella?
R. i . ° D e b e ser formal y expresa la
licencia; y así no basta la presunta,
más que le haya dado licencia el pe-
nitente, conviene que, si es posible, no
le infame.
D e lo dicho se infiere que si el pe-
nitente suplicase al confesor que co-
rrigiese al cómplice de su d e l i t o , el
confesor, si creía que convenía, bien
lo podía hacer, aunque con cautela y
prudencia. Tamburino y algunos otros
dicen que no se puede, porque los pe-
cados del cómplice caen bajo el sigilo;
pero esta razón no tiene fuerza alguna,
que se aparte de ciertas compañías
peligrosas, y para precaver á las per-
sonas confesadas de su ruina espiri-
tual (especialmente á las j ó v e n e s ) ;
de cuyos consejos, si la confesada los
propalase, se seguirían funestísimas
consecuencias para el confesor, y a l -
gunas veces hasta se pondría en ries-
go su vida. Esta advertencia convie-
ne hacerla al pueblo cuando se expli-
can en el pulpito las cosas necesarias
y convenientes para la confesión; y

los Salmaticenses, Cóncina y la o p i - porque si bien caen bajo el sigilo, conviene también que el confesor e n -
tácita, interpretativa y virtual, a u n
nión común convienen en que, si el pero éste, como queda probado, se cargue al penitente el secreto, cuando
cuando cediese en beneficio del peni-
penitente habla el primero con el con- instituyó solamente en favor del peni- le da consejos saludables cuya propa-
tente.
fesor de algún pecado que le confesó, tente, y éste, como se probó también, lación pudiera ser perjudicial, bien
2. Debe haberse dado libre y es-
0

sea hombre, bien sea mujer.

el confesor puede continuar la conver- puede hacer que sus pecados y los de
pontáneamente; y así, no se podría
sación; pero el Santo advierte que en sus cómplices no sean de sigilo, auto-
usar de la licencia que el confesor
ese caso el confesor tiene que guardar rizando al confesor para revelarlos.
obtuvo por la fuerza, ó por un modo § 3-°
todavía el sigilo respecto de otras Ni se diga que la confesión se haría
injurioso, ó por dolo, ó por miedo re-
personas; «quia licet pcenitens extra odiosa, porque tan sólo se ha de evi- D e l o b j e t o del sigilo.
verencial. Como muy bien dice San
confessiontm loquatur, censetur t a - tar el odio que retraería á los peni-
L i g o r i o , no se entiende que no es del
men non pra;bere confessario aliam tentes de la confesión; «non autem 2416. P. ¿Qué cosas son objeto
todo libre la licencia tan sólo por el
licentiam quam dependenter a confes- quodeumque odium, quod aüi irratio- del sigilo?
hecho de que el confeser la pida, con
sione peracta.» ( L i b . 6, al fin del nú- nabiliter sumerent,» como sabiamen- R. E s regla fundamental y gene-
tal que el penitente acceda espontá-
mero 651.) te dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 641),
ral que se viola el sigilo siempre que
neamente á la petición del confesor.
siguiendo á Santo T o m á s , San A n t o -
el confesor, valiéndose de la noticia
2412. P. Si el penitente dice al Otra cosa sería si la licencia se obtu-
nino, Navarro y Suárez, con la sen- de la confesión, revela directa ó indi-
confesor: « D o y á usted licencia para viese por ruegos importunos, ó por
tencia comunísima. rectamente el pecado ó cosa que r e -
que fuera de confesión use usted y solo miedo reverencial.
hable conmigo y con todo el mundo 3. L a licencia no ha de estar
0 2415. P. ¿Está obligado el pe- dunde en gravamen del penitente.
de todos los pecados que confesé á revocada; porque el penitente, a u n nitente al sigilo sacramental? Son objeto del sigilo:
usted,» ¿podrá el confesor usar de esta cuando la hubiese dado libre y espon- R. Algunos pocos opinaron que es- i.° T o d o s y cada uno de los p e -
licencia? táneamente, puede revocarla válida- taba obligado ; pero esta opinión está cados mortales, aun en general, y así
R. Aunque E s c o t o , Durando y a l - mente, a u n sin causa alguna. Véase del todo anticuada y no tiene probabi- violaría el sigilo el confesor que dije-
gunos pocos antiguos dijeron que no á San L i g o r i o (núm. 651), y á Scavini lidad alguna ; porque , como dicen se: « P e d r o me confesó un pecado
podía, pero esa opinión está del iodo ( t o m o 3, núm. 470, edición de 1S65). Suárez, L a y m a n , los Salmaticenses, mortal.» T a m b i é n lo violaría si reve-
anticuada. L a doctrina comunísima San L i g o r i o (núm. 647), con la sen- lase un pecado venial en particular,
2414. E l confesor en esta m a t e -
y la costumbre general de todos los tencia comunísima y la costumbre y como si dijese: « P e d r o me confesó
ria ha de ser prudente:
confesores afirman que el confesor, sentir general de los fieles, el sigilo una mentira leve.» L a razón es por-
i.° Procure no pedir licencia sin
con la licencia del penitente, puede causa racional. sacramental fué instituido solamente que, según los autores, el sigilo no
usar de la noticia adquirida por la en favor de los penitentes, y no de los admite parvedad de materia, y tan
2.0
Cuando use de la licencia, no
confesión; y se fundan en la siguiente confesores. Es verdad que el peni- sólo por falta de perfecta deliberación
diga que es cosa de confesión, sino
lacónica demostración de Santo T o - tente está obligado á un secreto na- no habrá pecado mortal. Otra cosa
que hable de ella c o m o - d e cosa que
más: «Potest autem pcenitens faceré, tural muy riguroso respecto de aquellas sería si el confesor dijese en general:
sabe fuera de confesión (y así es real-
ut illud quod sacerdos sciebat ut Deus, cosas que el sacerdote le dijo en la « P e d r o se confesó de una culpa ve-
m e n t e ) ; porque si da á entender que
sciat etiam ut homo: quod facit, dum confesión, cuando su divulgación puede nial,» porque en esto no se le ofendía,
es de confesión, podrían escandali-
eum licentiat ad dicendum: et ideo si traer daños ó disgustos al confesor. E l como muy bien dicen Navarro, Suá-
zarse los oyentes.
dicat, non frangit sigillum confessio- secreto natural en estos casos obliga rez, L u g o , los Salmaticenses, H o l z -
3.0
Cuando el confesor, por dis- con tanto mayor rigor al penitente, man, etc. L o mismo dice San L i g o -
nis.» (In 4 Sent., dist. 21, q. 3, art. 2,
posición del penitente, en salud ó en cuanto que el confesor se ve precisado rio (lib. 6, núm. 640). Pero estos au-
in corp.) L o mismo dijeron N a v a r r o ,
la hora de la muerte, ha de hacer al- más de una vez á dar consejos para tores y el Santo añaden, con razón,
Suárez, L u g o , W i g a n d t , L a y m a n , los
guna restitución que le encargó, por
 6o6
LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 607

que no podría decir el confesor que el detur magnam v i m habere.» N o obs- 3. Graves autores (entre ellos
que riñó con los vecinos, ó á su ma-
0

penitente había confesado muchos pe-
cados veniales (non autem plura venia-
lia). L a razón es porque esta decla-
ración era en gravamen del penitente.
Y o nunca diría que el penitente con-
fesó un pecado venial; porque, si bien
no se revelaría el sigilo, los ignoran-
tes se escandalizarían.
2.° Si el confesor dijese: « N o ab-
solví á P e d r o , » violaría indudable-
mente el sigilo, porque todos cree-
rían que el penitente no estaba d i s -
puesto para la absolución. T a m b i é n
violaría el sigilo si dijese que le ha-
bía impuesto una penitencia grave,
ó si la penitencia que manifiesta el
confesor «non est de minimis, quae
plerumque solent imponi pro v e n i a -
libus levissimis.» (Ho?no apostolicus,
trac. X V I , núm. 153.)
3. Son objeto del sigilo las cir-
0
dre porque adulteró, ó de que no c o -
rrigió á su hermano que hurtó, la riña,
el adulterio y el hurto obligan al s i -
g i l o , como dice San L i g o r i o , siguien-
do á graves autores; pero el Santo
añade que si uno dijese: « M e acuso
de haberme alegrado de un homicidio
que ayer al mediodía se cometió pú-
blicamente en medio de la p l a z a , » en
este caso el homicidio no caería bajo
sigilo: «quia cum homicidium sit pu-
blice notum, et per accidens lateat
confessarium, non censetur illud velle
sigillo subjicere.» ( N ú m . 153, y lib. 6,
núm. 641.) Y el Santo concluye: «Caa-
terum, ubi nuilum adest periculum
revelationis vel gravaminis pceniten-
tis, minime cadit sub sigillo objectum
peccati.» Esta es regla ciertísima.
6.° E n cuanto á las virtudes, re-
tante que esta razón no haya hecho L u g o , N a v a r r o , Roncaglia, M a z z o t t a )
fuerza al P. Ballerini, no puede ne- dicen que no caen bajo sigilo los de-
garse que tiene gran probabilidad , fectos del penitente que el confesor
porque está apoyada en la respetabi- conoce por el modo de confesarse ó
lísima autoridad de L u g o , Roncaglia, por sus acciones, por ejemplo, que es
Mazzotta, Croix, Stoz, V i v a , San L i - tartamudo ó balbuciente, rudo, impa-
gorio, Benedicto X I V , Gury, etc., que ciente, irresoluto; y se fundan en que
sin duda pesa más en la balanza que la de estas faltas no se acusa el penitente
apreciación particular del P. Ballerini. en la confesión, sino que son defectos
2417. P. ¿Viola el sigilo el con- que en ella comete; pero San L i g o r i o ,
fesor que revela los defectos natura- siguiendo á Palao, Antoine, Cóncina,
les del penitente, cuya noticia adqui- Sporer, R e n z i , Tamburino y otros,
rió en la confesión, por ejemplo, que dice (y en mi concepto con mucha
es plebeyo, pobre, ignorante, sordo, razón) que en el caso de que sean odio-
molesto, etc.? sos aquellos defectos, y conociéndolos
el confesor con ocasión de la confe-
M. San L i g o r i o , en el lib. 6, nú-
sión mientras el penitente confiesa
meros 642 y 643, y en el Homo apos-
sus pecados, si el confesor los m a n i -
tolicus, tract. X V I , núm. 154, trata
festase, haría odiosa la confesión;
esta cuestión, acerca de la cual están
pero el Santo añade: «Tantummodo
divididos los autores; pero el Santo,
prima sententia (la de L u g o , etc.) l o -
como lo tiene de costumbre, apar-

velaciones y demás gracias especiales cum habere posset, quando omnino

cunstancias de los pecados explicadas tándose del rigor y del laxismo, abra-
del penitente que manifiesta en la constaret cenfessario pcenitentem ex
en la confesión , ó inmediatamente za el término medio, y resuelve la di-
confesión, se ha de distinguir: si ma- illius defectus manifestatione minime
después de la absolución, siempre que ficultad del modo siguiente, al que en
nifiesta estas cosas para explicar al- gravari.» E s t a misma excepción á fa-
se explicasen en orden á la confesión; un todo me adhiero:
gún defecto cometido, ó para manifestar vor de la primera opinión de L u g o la
como si uno se acusase de haberse
su ingratitud á Dios, entonces caen i.° L o s defectos naturales del pe- pone el Santo, algo más latamente,
ordenado siendo espurio, ó de haberse
bajo el sigilo; pero si el penitente las nitente, que éste manifiesta en la con- en el Homo apostolicus, tract. X V I ,
jactado de ser docto, siendo ignoran-
manifiesta al confesor para que éste fesión para explicar sus pecados, es núm. 154. Dice así: «Nihilominus hoc
te; en estos casos el ser espurio y el
conozca el estado de su alma, enton- sentencia común que caen bajo el si- (el no descubrir los defectos natura-
ser ignorante caen bajo sigilo, porque
ces no caen bajo de sigilo. Así r e - g i l o ; y así opinan Suárez, L u g o , les del penitente) intelligitur tantum
son circunstancias odiosas que se ex-
suelven esta cuestión L u g o , R o n c a - Anacleto, los Salmaticenses, San L i - pro iis defectibus, quorum manifes-
plicaron para acusarse" de los pecados;
glia, Mazzotta, Croix, Stoz, V i v a , San gorio (núm. 642) y otros. Además, el tationem éx se segre potest ferré pce-
pero San L i g o r i o añade: «Caeterum
L i g o r i o (lib. 6, núm. 641, 3). B e n e - Santo, siguiendo á L u g o y á otros, nitens, ut esset dicere quod sit hebes
recte notant Coninch., T a n n . et Dia-
dicto X I V resuelve del m i s m o m o d o añade que esos defectos caen bajo si- mente (de entendimiento obtuso, poco
na, quod non adest obligatio sigilli
esta cuestión en el lib. 3, cap. 7, de gilo, a u n cuando el penitente no los perspicaz), natura iracundus, rudis,
de illis, quse a pcenitente tantum per
su inmortal obra De beatificaiione et manifieste para explicar su pecado, incapáx, pauper (si ille est civilibus
accidens narrantur, et minime ad
canonizatione Sanctorum, cuando trata sino para que el confesor conozca me- natalibus); non vero (nótese bien)
confessionem vel ad peccatorum e x -
de los confesores que son llamados jor el estado de su conciencia. cum sunt defectus qui rubori aut expro-
plicationem conferunt.»
por testigos en estas causas E s digno 2.
0
E l Santo, con la opinión co- brationi ei non sunt, ut est esse caecus,
4. 0
Son objeto del sigilo los pe- de verse todo el capítulo citado. mún, dice que si el confesor conociese surdus, mendicans et hujusmodi; et
cados del cómplice del p e n i t e n t e , los defectos del penitente porque éste contra jam communiter innotescunt.it
E l P. Ballerini, en la primera nota
aunque éste los manifieste sin nece- espontánea é impertinentemente los
que pone al núm. 657, t o m o 2, del
sidad é imprudentemente en la c o n - descubriese sin ningún orden á la E l P. Ballerini, en una nota á
P . Gury (edición de 1875), hablando
fesión; como dicen Suárez, Vázquez, confesión, no caerían bajo sigilo. Gury (tomo 2, núm. 664), dice: « N o n
de las virtudes y dones extraordina-
San L i g o r i o ( n ú m . 152) y la senten- « R a t i o , quia cum pcenitens tales de- enim quodvis confessarii dictum vel
rios que el penitente manifiesta al
cia común. fectus ultro detegat sine ullo ordine factum, ex quo molestia, dedecus,
confesor « a d melius declarandam
5.0
Cae también bajo el sigilo el proprii peccati malitiam propter i n - ad explicanda peccata, eos minime damnum, aut gravamen pcenitentis
objeto del pecado que confesó el peni- gratitudinem,» dice que «allata ratio, censetur subjicere (nec subjicere pos- sequatur, pertinet ad fractionem si-
tente; por ejemplo: si un hijo se acu- cur virtutes ac dona evadere queant set) clavibus sigilli, cum ad confes- gilli sacramentalis, sed solum ex quo
sa de que tuvo odio á su padre por- materia sigilli sacramentalis, non v i - sionem nihil pertineant.» revelatio aliqua directa vel indirecta
608 LIBRO
sequatur eorum quas ad sigillum per-
tinent.» Estas palabras de Ballerini
suponen que no siempre hay violación
del sigilo cuando el confesor, aprove-
chándose de lo que sabe solamente por
la confesión, manifiesta alguna cosa
de cuya revelación se sigue al peni-
tente pudor, molestia, dedecus, damnum,
vel quodlibet gravamen; cuando justa-
mente en el hecho de seguirse alguno
de los citados daños al penitente por
la manifestación de las cosas de con-
fesión, hay revelación indirecta del
sigilo.
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 633) dice:
i.° Que no es lícito usar de opi-
nión probable en perjuicio del derecho
cierto que otro tiene; y que como el
penitente tiene derecho cierto á que no
se le infiera ningún gravamen por ra-
zón de su confesión, de aquí es que el
confesor no puede usar de opinión
probable en materia de sigilo, cuando
de la manifestación de las cosas de
confesión se hubiese de seguir al pe-
nitente ó á sus cómplices algún gra-
vamen: «Quidquid igitur alibi dixe-
rim, re accuratius perpensa, puto hic
omnino dicendum, non licere uti opi-
nionibus ex quarum usu certum non sit
moraliter nullum pcenitenti gravamen
inferri.» ( L i b . 6, núm. 633.)
2. D e lo dicho se infiere que el
0
P . Ballerini no debió coartar la doc-
trina del P. Gury, que es la misma de
Busembau y de San L i g o r i o ; esto es,
que hay revelación indirecta del sigilo
siempre que el confesor manifieste
cosas que sabe puramente por la con-
fesión, si de su revelación se sigue al
penitente vergüenza, molestia, ó cual-
quier gravamen; ó como dice San L i -
gorio, «omnia, quorum revelatio sacra-
mentum redderet onerosum vel odio-
sum.ii (Lib. 6, núm. 634.)
3. Supuesta esta sólida doctrina,
0
se ve que San L i g o r i o no fué rígido en
decir que se revelaba indirectamente
el sigilo cuando se manifestaba que el
penitente era rudo, irresoluto, moles- al P. Gury, t o m o 2, núm. 657) tiene
to, etc.
VI. TRATADO V.
2418. P. ¿Viola el sigilo el c o n -
fesor si descubre los pecados que el
penitente cometió en la confesión; por
ejemplo, si se impacientó ó dijo pala-
bras injuriosas y contumeliosas contra
el confesor ó contra otras personas?
R. Aunque L u g o dice que no le
viola, porque el penitente no confiesa
estos pecados, sino que los comete á
la vista del confesor, pero San L i g o -
rio (lib. 6, núm. 643) dice que, aun-
que esos pecados no sean materia de
sigilo, su manifestación envuelve p e -
ligro de revelación de sigilo, porque
hacen formar un juicio probable de
que el confesor no quiso absolver al
penitente, ó le reprendió severamente
por alguna culpa notable: propter ali-
quam culpam graviorem. M e agrada
esta sentencia del Santo.
2419. P. ¿Violará el sigilo el
confesor que dice que un penitente es
escrupuloso, si tan sólo lo sabe por el
modo que tuvo el penitente de confe-
sarse?
R. Algunos autores dicen que, si el
confesor, por el modo de confesarse el
penitente, conoció que era escrupulo-
so, ó es público que lo es, no hay
inconveniente en decirlo fuera de con-
fesión; pero San L i g o r i o (lib. 6, nú-
mero 644) dice que esto no puede
admitirse con esa generalidad, porque
muchos toman á mal que los tengan
por escrupulosos. E l Santo añade pru-
dentemente: «Tantum id admitti pos-
set, si minime redundaret in g r a v a -
men pcenitentis, prout fiacile acciderc
potest loquendo de saecularibus, qui
potius laudantur, cum dicitur de eis
quod sint scrupulosi; hoc enim pro iis
qui seculo versantur, indicium est
bonas et timoratas conscientias. Secus
si dicatur de prazlato, confessario et simi-
libus, quibus scrupulositas est signum
mentís confusas et irresolutas.» L o
mismo dicen Castropalao, Hurtado,
Coninch, Sporer, Tamburino, etc.
E l P. Ballerini (en la nota que pone
por muy rígida la opinión de San L i -
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 609
gorio, pero á mí me parece muy racio- 1razón es, porque algunos sospecha-
nal la doctrina del S a n t o ; porque es 1rían que el penitente buscaba confesor
preciso no perder de vista en esta ma- <extraordinario, porque había cometido
teria las dos reglas generales siguien- ;algún crimen grave que no se atrevía
tss del Santo Doctor: 1 . , no se puede ;á manifestar á su confesor ordinario.
a
usar de la noticia de la confesión sin Cuando el penitente se confiesa públi-
1
violar el sigilo, cuando directa ó indi- •camente, es señal de que no tiene in-
rectamente se revela el pecado confe- •conveniente en que lo diga el con-
sado (Homo apostolicus, tract. X V I , :fesor.
2422. P. Cuando el confesor no
núm. 156); 2. , ó cuando (nótese bien)
a
«se sigue algún gravamen al peniten- absolvió al penitente, y le piden la
te, ó á los cómplices del pecado con- cédula ó testimonio de haberle confe-
fesado.» E l P. Gury (tomo 2, núme- sado, ¿cómo extenderá la certifica-
ro 664) explica con acierto esta regla ción?
del Santo. R. San L i g o r i o trata esta cuestión
2420. P. ¿Revela el sigilo el con- en el lib. 6, núm. 639, y también en
fesor que, preguntado si dio la abso- el Homo apostolicus, tract. X V I , nú-
lución á Pedro, responde que le a b - mero 162, donde la resuelve del mis-
solvió? mo modo, aunque más lacónicamente.
R. Per se no hay revelación de s i - Dice así: «Diversas sunt sententias,
gilo: no obstante, no conviene respon- sed communior et probabilior cum
der afirmativamente: la razón es, por- L a y m . , R o n c , Croix, Spor., Elbel,
que si otro día le preguntan si dio la H o l z m . , etc. (contra B o n a c . et L u g o ) ,
ita distinguunt: si schedula loquitur
absolución al mismo Pedro ó á otra
de sola confessione, illa non debet
persona, y realmente no la dio, no sa-
negari; quia si negaretur, ex una
brá qué responder. N o puede decir que
parte revelaretur pcenitentis indispo-
sí, porque mentiría, y esto es intrín-
sitio; ex alia, si concederetur, non j a m
secamente malo: si calla ó evade la
testificaretur absolutio data, sed tan-
respuesta, inferirán que no le absol-
tum confessio facta, quas j a m revera
vió, puesto que en la otra ocasión res-
facta est. Secus autem, si confessa-
pondió que le había absuelto. Por esta
rius deberet scribere schedulam, quod
razón conviene responder siempre:
pcenitens sit absolutus; quia tune non
«esas preguntas no se hacen á los
obstat sigillum, cum mendacium juxta
confesores;» y si los padres ó m a e s -
omnes sit intrinsece malum, et in
tros preguntan si pueden comulgar nullo casu dicendum est. A t t a m e n , si
los hijos ó discípulos que el sacerdote schedulaa essent j a m impressse, et ibi
poco antes confesó, se les responde: assereretur etiam absolutio data (quod
« E s o pregúnteselo usted á ellos.» a praslatis permitti nunquam deberet),
2421. P. ¿Revela el sigilo el con- tune mihi videtur probabile cum alus
fesor que dice : « H e confesado á (quos consului) licite posse eam pras-
Pedro?» beri etiam non absolutis, saltem cum
R. Per se loquendo, es lícito decirlo; palam eam petunt; quia tune confes-
pero si el penitente dijese de palabra sarius nec dicit nec scribit aliquod
que no quería que se supiese que se mendacium, sed tantum facit illam
había confesado, ó lo manifestase con actionem materialem prasbendi sche-
hechos ( v . gr., viniendo á escondi- . dulam, quam casteroquin negare non
das), entonces el confesor revelaría el potest, quin pcenitentis indispositio-
sigilo, como dicen R e g i n a l d o , N a v a -¡ nem manifestet.»'
rro, Mercer.; y San L i g o r i o añade
(lib. 6, núm. 638): « E t recte consen- Para evitar compromisos á los con-
tiunt Sporer, H o l z m a n cum alus.» L a. fesores, cuiden los prelados y párro-
TOMO II. 39

6io LIBRO
eos, cuando dan cédula ó testimonio
de la confesión á un penitente, de
nunca expresar que le absolvieron, sino
tan sólo que le confesaron. U n Sínodo
Novariense (pág. 1 2 9 ) , hablando con
los confesores, les dice así: «Quoties
auditaa confessionis testimonium ali-
cui prasbendum sit, sive data, sive di-
lata absolutio fuerit, nade testentur se
illius confessionem excepisse.» T o d o esto
es conforme á lo que dice B e n e d i c -
to X I V (Instit. 4 5 , núm. 1 0 ) ; porque
si á una persona se da cédula ó testi-
monio de haberla absuelto, y á otra
tan sólo de haberla confesado, «suspi-
candi locus praebetur, et sigillum con-
fessionis violatur... T e s t i m o n i u m de
peracta confessione tribuendum sine
ulla absolutionis mentione.»
§ 4-°
De algunos otros casos en que se
v i o l a r el s i g i l o .
2423. E l sigilo se puede violar,
no sólo directamente, sino también
indirectamente. S e viola directamente
cuando el confesor revela expresa-
mente alguna cosa objeto del sigilo,
que tan sólo sabía por la confesión. Se
revela indirectamente cuando el confe-
sor dice ó hace alguna cosa que da á
otro motivo para sospechar el pecado ó
defecto conocido solamente por la
confesión; ó que al penitente ó á otros
puede causar v e r g ü e n z a , molestia,
deshonra, daño, gravamen, aun cuan-
do el que lo oye ó lo observa k> su-
piese ya; porque en todos estos casos
se haría odiosa la confesión. E s más;
aun cuando no haya peligro de nin-
guno de estos daños, no conviene
decir delante de seglares: « E s t e caso
me sucedió en la confesión con un
penitente;» porque, aunque en esto no
hay revelación de sigilo, las personas
sencillas se admiran.
Cuando hay que hacer una consul-
ta, aun cuando sea con licencia del
penitente, no hay necesidad de ex-
presar que se oyó en la confesión; es
VI. TRATADO V.
mejor hacerla consulta ut sic: i . ° , por-
que se hace con más libertad; 2 . , por- 0
que si bien, una vez autorizado por
el penitente, puede consultar, como
dice Santo T o m á s , á quien siguen
todos los teólogos, pero el Angélico
añade prudentemente: « T a m e n debet
cavere scandalum dicendo, ne tractor
sigilli reputetur.» ( I n 4 S e » r . , dist. 2 1 ,
art. 2 ) . T a m b i é n ha de ser cauto,
dice el Santo (art. 3), cuando sabe
fuera de confesión un pecado que oyó
también en confesión. E n este caso:
no ha de servirse en nada de la
inoticia de la confesión; 2 . , dice el0
' A n g é l i c o : «Potest dicere: scio illud,
quia vidi (aut audivi). N o n potest di-
cere: ego audivi hoc in confessione;
.tamen propter scandalum vitandum
' (si hay peligro de el) debet abstinere,
ne de hoc loquatur, nisi necessitas
immineat.»
puede
2424. P. E l que predica á las
monjas de un monasterio en el que
confiesa, ¿puede reprender las culpas
que le confesaron aquellas religiosas?
R. Diana y Maldero dicen que no
puede, quia confessa fucile suffundun-
tur pudore; pero San L i g o r i o añade
sabiamente: « H o c tamen intelligen-
dum, si confessarius loquatur de ali-
qua culpa «particulari cujusdam mo-
»nialis, vel illius monasterii; secus si
«loquatur de defectibus qui commu-
«niter» in ómnibus monasteriis solent
vel possunt perpetrari.» ( L i b . 6, núme-
ro 654.) Esta doctrina de San L i g o -
rio es muy cierta; pues de otro modo
ningún confesor de un monasterio
podría predicar á estas monjas.
2425. P. ¿Viola el sigilo el con-
fesor que dice que en tal lugar se c o -
meten graves crímenes, si tan sólo
los sabe por la confesión?
i í . San L i g o r i o , siguiendo á gra-
ves autores, dice: «Sententia commu-
nissima et longe probabilior docet,
quod si oppidum sit parvum (puta, si
non constet tribus millibus hominum
circiter), tune violatur sigillum. Ra-
t i o , quia licet tune non reveletur per-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 611
sona, tamen cum revelatio emanet in R. E s c o b a r , Cándido y algunos
infamiam totius communitatis, r e - pocos dicen que es lícito; pero San
dundat etiam in gravamen pceniten- L i g o r i o (lib. 6, al fin del núm. 654),
tis, qui illius communitatis est mem- siguiendo á San Antonino, Navarro,
brum; et ideo ex tali revelatione red- P a l a o , Cóncina, Diana y otros tiene
deretur ei odiosa confessio... Secus por cosa cierta que viola el siglo, por-
que realmente cada uno de los reli-
vero si oppidum sit amplum, et c r i -
giosos de aquel convento padecería
mina sint publica.» ( L i b . 6, núme-
detrimento en su fama. E l Santo
ro 6 5 4 , dubit. 1.)
añade que no violaría el sigilo « ( u t
E l Santo, en el Homo apostolicus,
rationabiliter ait P. Cóncina contra
tract. X V I , núm. 1 5 8 , explica más
D i a n a ) , si tantum diceret, se audisse
circunstanciadamente la cuestión, y
peccatum (grave) religiosi cujusdam
dice así: «Dubium tamen restat, quod-
Ordinis; quia haec non est revelatio
nam oppidum dicatur parvum , et
sigilli, nec redundat in gravamen pce-
quodnam magnum. E g o sic dicerem,
nitentis, cum in quolibet ordine aliqui
sicut aliorum etiam cepi consilium;
mali sint; unde nec oritur scandalum,
ut dici possit: liie regnat, v. gr., blas-
nec infamatur religio, nisi (recte l i -
phemia, requireretur ut oppidum cons- mitat P . Cóncina) religio illa esset
taret saltem tribus millibus personis arctioris observantiaa.» E l P. Balleri-
circiter; sed minus si tantum d i c e r e - ni, en las notas que pone al P. Gury
tur: hic committuntur multa peccata (tomo 2, núm. 6 6 6 ) , impugna con
gravia, quin nominentur in specie. excesiva acrimonia esta sólida d o c -
Ut nominetur autem aliquod pecca- trina de San L i g o r i o ; pero las Vindi-
tum afferens infamiam (quod tamen cias Alfonsianas (páginas 6 2 4 y si-
esset etiam publicum), meo judicio guientes) han confutado victoriosa-
requiritur ut oppidum sit valde popu- mente las equivocaciones en que in-
lo frequens, v. gr., 6 aut 7 millibus currió el P. Ballerini.
animarum. Si concionator vero habe-
ret notitiam peccatorum extra confes- 2427. P. Si el penitente se acu-
sionem, potest majore libértate loqui; sa de que no es sacerdote ó confesor
sed pariter cautione utendum est, ne y que, no obstante, confiesa; si el
suspicionem revelationis ingerat illis, confesor acostumbraba á confesarse
qui ei confessi sunt.» con este fingido confesor, ¿violará el
sigilo si después no se confiesa con él?
Bueno será, principalmente en l u -
gares de poca población, que el pre- R. Sánchez dice que no puede con-
dicador, antes de sentarse en el con- tinuar confesándose con él; «quia ex
una parte non potes simulare suscep-
fesonario, se valga del párroco ó de
tionem Sacramenti; ex alia non violas
algunas personas de confianza, para
sigillum omitiendo te confiteri, sic
informarse de los pecados públicos
enim nihil revelas de crimine pceni-
que dominan en la población; aunque
tentis, cum innumerae possint esse
siendo en el día (por desgracia) tan
causas mutandi confessarium;» pero
general y tan pública la corrupción
San L i g o r i o , siguiendo á L u g o , M a z -
de costumbres, el predicador tiene
zotta y otros, tiene por cierto (verius)
anchuroso campo donde extenderse,
que puede y debe presentarse al mis-
sin peligro de revelar el sigilo.
mo confesor fingido; porque, aunque
2426. P. ¿Viola el sigilo el con-
omitiendo ir con él no haya violación
fesor que dice que un religioso de tal
del sigilo, «semper tamen adest quas-
convento le confesó un pecado m o r - dam odiosa exprobratio pcenitentis.
tal, con tal que no dé motivo para Ñeque tune oportet tibi simulare S a -
sospechar de la persona particular cramentum (quod revera esset intrin-
que lo cometió?
 6l2 LIBRO VI. T R A T A D O
sece m a l u m ) , sed potes illi ficto sa-
cerdoti vel confessario simpliciter ali-
quod peccatum manifestare sine inten-
tione absolutionis; quod in hoc casu
non esset illicitum, cum tua cooperaiio
ad peccatum illius esset tantum materia-
lis,» dice San L i g o r i o (lib. 6, núme-
ro 66o). E s t e caso es muy raro; pero
si me sucediese: cuando el falso
confesor se confesase conmigo, le pe-
diría licencia en la confesión ó fuera
para usar de la noticia y no tener
que confesarme con él; 2 . , si no me
0 Definitio
la diese espontáneamente, seguiría la
opinión de San L i g o r i o , haciendo
actos de contrición hasta que pudiese
confesarme con otro sin peligro fun-
dado de dar en cara al penitente con
una tácita reprensión odiosa.
2428. P . Si el confesor conoce
sólo por la confesión la indisposición transcribam Benedicti X I V constitu-
V.
DEL SACRAMENTO
nitatis, et prcseminentice, aut q u o v i s
ARTICULO V I privilegio et indulto munitos, qui a l i -
quem pcenitentem , quascumque per-
De sollicitatione in confessione.
sona illa sit, vel in actu sacramenta-
lis confessionis, vel ante vel i m m e d i a -
2430. Hujus materias cognitio
te post confessionem, vel occasione,
ómnibus confessariis valde necessaria
aut pretextu confessionis , vel etiam
est; unde non cursim, ut quídam
extra occasionem confessionis in con-
auctores faciunt, pertractanda.
• fessionali, sive in alio loco ad confes-
siones audiendas destinato aut electo,
§ cum simulatione audiendi ibidem confes-
et dei'ormitas sollicitalionis ir. sionem, ad inhonesta et turpia sollici -
confessione. tare vel provocare sive verbis, sive
signis, sive nutibus, sive tactu , sive
Inquiritur i.° «¿Quid est sollici- per scripturam aut tune aut post le-
tatio?»
gendam , t e n t a v e r i n t , aut cum eis
R. « P r o v o c a t i o ad res venéreas, illicitos et inhonestos sermones vel
facta a confessario vel simplici sacer- tractatus temerario ausu habuerint.
dote sub datis clausulis.» Meminerint prasterea omnes et singuli
«Brevitati consulens, solummodo
sacerdotes ad confessiones audiendas
constituti , teneri se ac obligari suos
DE L A PENITENCIA. 613
fesores, tanto la constitución de G r e -
gorio X V como la presente, aunque
no bajo la pena de nulidad del e x a -
men; mas esta cláusula no debe en-
tenderse con todo rigor, sino que bas-
tará que en los exámenes se hagan las
preguntas convenientes para que los
examinadores formen idea de que el
examinando está impuesto en la doc-
trina, que contiene la bula Sacramen-
tum PcenitenticB, como se colige de la
disposición de Su Santidad dada en
26 de Enero de 1S85, la cual previe-
ne que tanto en los exámenes de opo-
sición á curatos, como para la reno-
vación de licencias ministeriales, se
examine y pregunte sobre el conteni-
do de la referida Bula. [Bol. ecles. de
Burgos, según el Bol. ecles. de Barce-
lona, 21 Junio r S S j . ) ( V é a s e Mach,
pág. 946, 1 2 . edición, núm. 604.) *
a

del penitente, ¿podrá negarle la c o - tionem, quse incipit Sacramentum Pcc- 2 4 3 1 . P. Estas disposiciones pon-
pcenitentes , quos noverint fuisse ab
munión si la pide privadamente? nitentice, datam Romas i . " Junii 1 7 4 1 , tificias p e n a l e s , ¿son de las que se
aliis ut supra sollicitatos, sedulo m o -
R. Santo T o m á s (in 4 Sent., dist. g . , per quam confirmat bullam Grego-
a
llaman odiosas, y que, por lo tanto, se
nere juxta oceurrentium casuum cir-
q. u n i c , art. 5, sol. i . ) , San B u e - rii X V , editam die 30 Augusti 1622,
a
han de interpretar estricta y r i g u r o -
cumstantias de obligatione denun-
naventura , San Antonino y otros et alia decreta prascedentia, et decla- samente?
tiandi locorum Ordinariis prasdictis
muchos graves doctores antiguos fue- rationes. E n verba Benedicti X I V :
personam quez sollicitationem commi- R. Una ley se llama odiosa, no por
ron de parecer que, si el pecador es
« E x motu proprio, et ex certa scien- serit , etiamsi sacerdos sit qui juris-
oculto y pedía privadamente, se le el fin que se propone el legislador,
tia, ac matura deliberatione nostra dictione ad absolutionem valide i m - sino por la materia de la misma ley;
podía y debía negar la comunión;
prasfatas litteras hujusmodi, ac omnia pertiendam careat ; aut sollicitatio y como la presente materia del soli-
pero después del decreto de Inocen-
et singula decreta prasdicta ad illa- inter confessarium et pcenitentem mu- citante es penal , la ley se ha de
cio X I , dado en 1683, está prohibido
rum interpretationem et declaratio- tua fuerit, sive sollicitationi pceni- interpretar rigurosamente. D e aquí
bajo pecado mortal practicar esa opi-
nem emanata, Apostólica auctorita- tens consenserit, sive consensum m i - es que:
nión, como se dijo en el núm. 2401.
te tenore prassentium «approbamus, nime prasstiterit, vel longum tempus
2429. P . ¿Hay alguna pena lata »et confirmamus, illisque ómnibus i.° « Confessarius vel sacerdos
post ipsam sollicitationem jam efflu-
contra los que violan el sigilo de la » e t singulis inviolabilis Apostólica? simplex qui ad furtum, vel homici-
x e r i t , aut sollicitatio a confessario,
confesión? dium, vel ad aliud crimen non vene-
ufirmitatis robur adjicimus;» atque non pro se ipso, sed pro alia persona
reum intra Pcenitentias sacramentum
R. N o hay ninguna pena lata. E n etiam, quatenus opus sit, denuo com- peracta fuerit. Caveant insuper dili-
sollicitat, non est ex vi harum constitu-
el día, dice Scavini (tomo 2, n ú m e - mittimus, et mandamus ómnibus lo- genter confessarii , ne pcenitentibus,
tionum ut sollicitans denuntiandus.»
ro 909), no hay obligación de denun- corum Ordinariis omnium regnorum, quos noverint j a m ab alio sollicitatos,
ciar como sospechosos de herejía á provinciarum, civitatum, dominiorum 2.0
«Nec ex vi harum legum est de-
sacramentalem absolutionem imper-
los confesores que revelan el sigilo, et locorum universi orbis christiani in nuntiandus non sacerdos , qui , fingens
tiant, nisi prius denuntiationem pras -
sino cuando tienen el error de que el se confessarium , sollicitaret, aut cri-
suis respective dicecesibus , ut dili- dictam ad effectum perducentes de-
sigilo no obliga, ó no obliga tan r i - men carnale in tali confessione c o m -
g e n t e r , omnique humano respectu linquentem indicaverint competenti
gurosamente: «si per errorem doctri- mitteret; quia leges pwnales non sunt
posposito, inquirant et procedant con- judici , vel saltem se , cum primum
naliter teneant illud non obligare, extendendas de casu in casum. T a m e n
tra omnes et singulos sacerdotes, tam poterunt, delaturos spondeant ac pro-
vel non ita rigurose.» ( E d i c i ó n 1 4 . , ex alia constitutione Benedicti X I V
a
mittant.» * Benedicto X I V , al final
saeculares quam regulares quomodoli- incipiente Sacerdos in cetemum denun-
lib. 2, núm. 8 3 6 , ex communiori et del decreto Sacramentum Pcenitentia:,
bet exemptos, ac Sedi Apostólica? im- tiandus est Tribunali Inquisitionis
probabili sententia. quiere y manda que todos los señores
mediate subjectos, quorumcumque Or- omnis non sacerdos , q u i , fingens se
Obispos cuiden de que sea leída aten-
dinum, Institutorum, Societatum, et sacerdotem aut confessarium,celebrat
tamente en la aprobación de los con-
Congregationum , et cujuscumque dig- elevans hostiam aut calicem , vel proferí

LIBRO
verba absolutionis, et fit reus degrada-
tionis et traditionis brachio sasculari.»
2432. P. Inquires: «Cur potius
sollicitatio ad turpia et non ad alia
crimina comprehendatur in dictis pro-
hibitionibus?»
E. « E n verba Benedicti X I V di-
centis (loco citato) quod «hoc crimen
(attenta humana fragilitate), nisi tarn
severis pcenis prohiberetur, frequen-
tius esset, et saspius in tribunali pce-
nitentife c o m m i t t e r e t u r , quam alia
alterius generis. E t nisi adesset de-
nuntiandi o b l i g a t i o , cum máximo r e -
ligionis detrimento serperet, si impu-
nitum remaneret.»
P. Inquires: «Quot peccata c o m -
mittit sacerdos sollicitans in confes-
sione?»
R. Grosin (edición de Barcelona
de 1S52 , adicionada y corregida por
el S r . Claret) en la pág. 1 5 3 , dice así:
«A lo menos son ¿res: el i . " contra cas-
tidad; el 2 . por la circunstancia QUIS,
0
VI. T R A T A D O V.
persona solicitada esté dispuesta ••.
pecar si la invitan: «ut meretrix, quia
certe sibi infert ruinam graviter ma-
jorem opere complendo illud particu-
lare peccatum.»
Quanta sit hujus criminis enormi-
tas, et quantum bono publico religio-
nis intersit horum sacerdotum denun
tiatio, satis declarat Benedictus X I \
in sua áurea bulla Sacramentum P<v-
nitentice per sequentia v e r b a : «No-.
itaque mature perpendentes quanti
momenti sit ad asternam animarum
salutem ea (decreta)ubique observan,
et quantum ad infirmas oves curar, -
das et decorem sanctas Ecclesiaa D e
:
retinendum intersit, ne aliqui sacerdo-
tes , Pcenitenti;e sacramento nefarie
abutentes, pcenitentibus pro curation-,
vulnus, pro pane lapidem, pro pisce
serpentem , pro medicina venenum
porrigant; sed animo secum recolen-
tes, se a Christo Domino praesides et
judices animarum constituios, ea sanc-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 615
nitentem mutua fuerit, sive sollici- tentem qui petiisset ab eo confessio-
tationi pcenitens consenserit, sive nem, esset denuntiandus, non propter
consensum minime prasstiterit ; ut hanc secundam clausulam,sed propter
exprimitur in eadem bulla Sacramen- tertiam occasione confessionis, quoties
tum Pcenitentice. confessarius uteretur illa petitione ad
Pariter denuntiandus est, etsi solli- eum sollicitandum; secus vero cum
ea tantum uteretur ad colloquendum,
citatio ad venérea fiat solum verbis,
et deinde tentatus sollicitasset.
vel signis , vel nutibus , ut patet ex
2436. 0
3 . Impiediate post confes-
bulla.
sionem intelligitur, quando nulla alia
Quas dicta sunt de vero confessario
mediat actio inter confessionem et
circa sollicitationem ad venérea et de
sollicitationem. Sed si immediate post
ejusdem denuntiatione , pariter intel-
confessionem dicit pcenitenti: expecta
ligenda sunt de simpliei sacerdote sol-
me paidisper, et post intervallum venit
licitante ; nam Benedictus X I V ait:
et sollicitat, quin prius habeat tracta-
« E t i a m s i sacerdos sit, qui jurisdictio-
tum de negotio magni momenti, esset
ne ad absolutionem valide impertien-
denuntiandus. Proculdubio etiam est
dam careat.»
denuntiandus , si diceret pcenitenti:
2434. H i s prasnotatis, dico quod
hodie me expecta domi tuce , et postea
sex modis juxta bullas pontificias po-
nulla occasione negotü magni m o -
test sollicitatio perpetrari:
menti eam vel eum sollicitaret. H i s
i.° In actu sacramentalis confes-
duobus casibus, inquit Sanctus L i g o -
sionis: ad hoc sufficit, inquit Sanctus
rius (lib. 6, núm. 677), ex circum-
L i g o r i u s (lib. 6, núm. 676) , ut con-
stantiis judicandum an probabiliter
fessio sit incepta , licet non perfecta;

esto es, contra el voto de castidad que
tiene el confesor; el 3 . contra rem sa-
0
titate , quas sublimitati ac dignitat; intenta fuerit sollicitatio et negotium
sufficit quod pcenitens inceperit accu-
muneris convenit, tam veneranduir. ut médium; an vero negotium princi-
sationem, et confessor, interrumpens

cram , por la injuria hecha al Sacra- Sacramentum administrent,» etc. paliter, et sollicitatio evenit post per
eum , sollicitationem faciat. Pariter
mento. A más de esto habrá malicia accidens propter tune in negotio exor-
denuntiandus est confessarius, si in
de escándalo, si el penitente no estaba tam tentationem.
confessione apponat médium ex se í n -
determinado á pecar; y también pue- Denuntiandus certe confessarius,
differens, quod tamen ex circumstan-
den mezclarse las demás especies de E x p e n d u n t u r m o d i et clausulas c o n s t i t u - inquit Sanctus L i g o r i u s (al fin del
t i o n u m a p o s t o l i c a r u m , q u i b u s sollicita-
tiis postea cognoscatur appositum ad
lujuria , como es adulterio , si la per- mismo número), si statim post c o n -
tio fieri p o t e s t . sollicitandum; ut esset si dicat pceni-
sona solicitada era casada; de incesto, fessionem ducat puerum in cubiculum
tenti, ut expectet eum domi, vel si in-
si era parienta,» etc. Hasta aquí Gro- et sollicitet; quia tune statim ponit si
2433. A n t e omnia notandum, terroget ubi habitet , et postea in
sin. M e parece más probable y más quod nihil refert utrum persona solli- non sollicitationem, saltem illius m é -
domo eum sollicitet: vel in confessio-
conforme á Santo T o m á s y á San L i - citata fcemina sit an vir, púber an im- dium, í t e m si, audita confessione fce-
ne tribuat pcenitenti chartam postea
gorio la opinión del Compendio Sal- púber, dummodo perfectum usum ratio- minas, dum ea ad deosculandum ma-
legendam, in qua sollicitatio ad vene-
maticense (tract. X X V I I , punct. 2 1 , nishabeat; quia bullaenondistinguunt, num accedit, confessarius illam tur-
rea contineatur.
núm. 330), donde dice que «ad minus\ sed loquunturgeneraliter: unde semper piter tangeret. San L i g o r i o , en el
2435. 0
2 . Immediate ante confes-
regulanter committit quinqué (morta- denuntiandus sollicitans. Homo apostolicus, tract. X V I , al fin
sionem. Hasc verba stricte intelligenda
lia): i . , c o n t r a c a s t i t a t e m ; 3 , c o n - del núm. 167, dice: « í d e m , si i m m e -
sunt, inquit Sanctus L i g o r i u s (Homo
u m u m
D e i n d e , veré sollicitat confessarius,
tra proprium votum; 3 . , contra r e - qui tentat pcenitentem ad hoc, ut in- diate post confessionem illa acceden-
apostolicus, tract. X V I , núm. 167),
u m

verentiam Sacramenti; 4 . , contra ducat aliam personam ad secum pec- te ad sibi deosculandam manum, con-
ita ut nullum intercedat intervallum
u m

reverentiam loci, dum fit in ecclesia.» candum, ut habet bulla Gregorii X V , fessarius malitiose adstringeret manum
inter sollicitationem et confessionem,
(San L i g o r i o dice que «omnes actus sive ut ipse vel ipsa cum alio peccet, illius:» vel, dum est ante ipsum ut
ut communiter dicunt doctores. Si au-
externi graviter turpes habiti in e c c l e - ut ait bulla Benedicti X I V ; nam in confiteatur, pedibus aut manibus tur-
tem, dum mulier ante sedem confes-
sia sunt sacrilegia: lib. 3, núm. 461); his casibus inhonestos tractatus ha- piter tangat illam.
sionalem confessura m a n e t , sacerdos
5 . , scandali contracharitatem.» San bent cum pcenitente. Sunt verba bullas H i c notandum est, quod A l e x a n -
non casu sed ex proposito manibus
u m

L i g o r i o (lib. 2, n ú m . 47) cree , con Benedicti. der V I I damnavit sequentem propo-

aut pedibus eam tangeret , certe de-
Cayetano , Navarro y otros , que hay sitionem (est 6. ): «Confessarius qui
a

Denuntiandus confessarius, etiamsi nuntiandus esset.

pecado de escándalo aun cuando la i sollicitatio inter confessarium et pce- Si confessarius sollicitasset pceni- in sacramentali confessione tribuit
 6i6 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 617

pcenitenti chartam postea legendam, ciña, si ante confessionem confessa- prastextu confessionis sollicitare fos-
N o veo cómo esta opinión de San
in qua ad venerem incitat, non cense-
L i g o r i o y Scavini pueda concillarse rius et pcenitens mutuo fuissent igno- minam ad prasstandum consensum.
tur sollicitasse in confessione.» E t
con la respuesta cuarta de la Supre- ti, et occasione cognitas levitatis ipse í d e m puto dicendum, si confessarius
quamvis propositio solum exprimat
ma Inquisición , de 2 de Febrero domum mulieris adeat et sollicitet. advocetur a matre puellas ut filias
chartam datam in sacramentan confes-
de 1661, aprobada por Benedicto X I V í t e m recte ait dicendum R o n c a - confessionem excipiat, et ipse ad cu-
sione, eadem omnino videtur esse ra-
en la bula Sacramentum Pcenitenti ce, glia, etc., si confessarius sollicitat biculum accedat cum pravo fine ad
tio, si charta detur immediate ante vel
como puede verse en el lugar citado per epistolam, vel si confessarius ob- alloquendam puellam de confessione,
immediate post confessionem, dummo-
de Scavini, queer. 7, al fin del art. 4, tineat vel petat a muliere consensum nempe, eam interrogando an velit
do confessarius per illam chartam in-
y en la última edición, tomo 3, nú- copula; promittendo ejus confessio- confiteri, vel dicendo se advocatum
citet ad venerem. fuisse ad audiendam ejus confessio-
mero 580. Preguntada la Suprema nem audire.»
2437. 0
4. Occasione, vel pretexta Inquisición: «4. An confessarius qui n e m , et deinde sollicitet; quia tune
2439. «Prcstextu confessionis de-
0

confessionis. «Dicitur sollicitatio facta fosminam in confessionario dicentem etiam sollicitaret prastextu confessio-
nuntiandus est confessarius, inquit
occasione confessionis, quando con- se velle in crastinum confiteri sollici- nis. í d e m dicendum puto, quando
Sanctus L i g o r i u s (lib. 6, núm. 679),
fessarius vel pcenitens invitat ad con- tat et a confessione dissuadet, sit confessarius in loco ad confessiones
qui ex pravo fine fíete invitat mulie-
fessionem veram; prcstextu vero confes- denuntiandus? — Sacra Congregatio audiendas deputato et sub confessio-
rem ad confessionem, et deinde sol-
sionis, quando ad confessionem fic- Supremas el Universalis Inquisitionis nis figura sive specie simulat, ad
licitat: Cóncina, Roncaglia, etc. Si
t a m , » inquit Sanctus Ligorius (lib. 6, respondit: « S i sollicitatio fiat extra illudendos spectantes, confessionem
vero confessarius vadit ad sollicitan-
núm. 67S),sequens Concinam et alios. locum confessionis, et absque prcstextu audire, et sollicitat: tune enim de-
dam fosminam, petendo licentiam a
E t primo, ex occasione confessionis' eonfessionis, censuerunt negativam opi- nuntiandus est, non j a m quia sollici-
suo superiore sub prastextu c o n f e s -
denuntiandus est confessarius, qui, I nionem esse probabilem; secus si in con- tat prastextu confessionis, sed quia
sionis, mérito dicunt Salmanticenses,
rogatus ad confessionem, divertit et I fessionario, seu in loco confessionis.» sollicitat simulando confessionem in
Roncaglia, etc., non esse denuntian- loco ad ipsam deputato.» Me adhiero
sollicitat, esto nondum sederit, nec Esta respuesta fué aprobada por B e -
dum, quia tune prastextus confessio- en un todo á lo que dice San L i g o r i o
mulier fuerit genuflexa, ut ibidem nedicto X I V , como queda dicho. Por
nis non est respectu pcenitentis, sed en este número (679).
inquit Sanctus L i g o r i u s . consiguiente, si no hay pretexto de
respectu superioris. N e c est denun-
Dnbitatur i . ° A n denuntiari debeat confesión, ni es «in confessonario vel 2440. 5 . «Vel etiam extra occa-
tiandus qui convenit cum muliere, ut
0

confessarius, qui, rogatus a fcemina, loco confessionis,» non est denun- sionem confessionis in confessionali,
ad eludendos domésticos se fingat
ut eras ejus confessionem excipiat, tiandus; porque la palabra probabilem
asgrotam, et ipsum accersat domum sive in alio loco ad confessiones a u -
eam s o l l i c i t a t ? — R . Sanctus L i g o r i u s se toma aquí adversative, ct non com-
ad patrandum peccatum; quia tune diendas destinato aut electo, cum si-
(ibidem) refert duas opiniones: prima parative ad probabiliorem, y así se pue-
non verificatur quod confessarius sol- mulatione audiendi ibidem confessionem,
dicit, quod est denuntiandus, quia de seguir.
licitat prastextu confessionis, sed tan- ad inhonesta et turpia sollicitare vel
j a m verificatur sollicitasse occasione
I 2438. Dnbitatur 2 . A n denun-
0
tum quod «prastextu confessionis pec- provocare, sive verbis, sive signis,
confessionis : ita Cóncina , M a z z o t - sive nutibus, sive tactu, sive per
tiari debeat confessarius, qui, ob fra- «catum exequitur; ita ut prastextus
ta, etc. Secunda opinio dicit non esse, scripturam aut tune aut post l e g e n -
gilitatem mulieris auditam in ejus «confessionis non j a m ordinetur ad
denuntiandum, quia talis sollicitatio d a m , tentaverint, aut cum eis illici-
confessione, postea eam domi sollici- «sollicitationem,» sed ad familiares
non est próxima confessioni facien- tos et inhonestos sermones vel tracta-
taverit? decipiendos. E t tanto minus puto
das, sed potius conventio de confes- tus temerario ausu habuerint,» in-
sione facienda: ita Palaus, etc.; et E. Salmanticenses, Leander et alii esse denuntiandum confessarium, si
quit Benedictus X I V in sua bulla
Sanctus Ligorius addit: «Sed hoc non dicunt, quod non est denuntiandus; mulier, nulla conventione prasmissa,
Sacramentum Pcenitentice.
officit, quominus sollicitatio dicatur sed Sanctus Ligorius (lib. 6, núme- prastextu confessionis ipsum advocet
2441. Quesritur i . ° Si sollicitatio
facta occasione confessionis. Unde pri- ro 678, dubit. 2 ) , sequens Conci- et sollicitet, quamvis deinde rem ha-
ma; sententia; me subscribo.» Scavi- nam, etc., dicit: «Secunda tamen sen- beat; quia ex bulla tune confessarius fíat in confessonario, est denuntian-
ni, in prascedenti editione, solum d i - tentia probabilior affirmat. R a t i o , quia denuntiari debet, quando ipse sollici- dus confessarius, etsi non adsit simu-
cit sic: «Denuntiari debet confessa- cum sollicitatio impulsum habeat a tat prastextu confessionis; at in hoc latio confessionis?
R. Palaus, Salmanticenses, et alii
rius, qui, rogatus a fcemina, ut ejus confessione , bene verificatur quod casu non confessarius, sed pcenitens
confessionem excipiat, eam mine sollici- occasione confessionis fiat sollicita- prastextu confessionis confessarium dicunt quod, etsi sollicitatio fiat in
tat» (tract. X , disp. i . , cap. 4, art. 4, tio. Satis autem prassumitur confes-
a sollicitat. Secus vero censeo dicen- confessionario, semper requiritur si-
quesr. 5): sed Scavini non dicit, ut sarius usus fuisse notitia confessionis dum, si confessarius extra confessio- mulatio confessionis; sed hasc opinio
ejus confessionem eras excipiat: in ad sollicitandum, si, post audita pec- nem sollicitaret et fcemina renueret, non est hodie solide probabilis, ut
erudite probat Sanctus Ligorius (li-
ultima vero editione anni 1865, to- cata turpia pcenitentis suamque pro- timens diffamationem, et ideo confes-
bro 6, núm. 680) ex decreto Pauli V ,
mus num. 483, sententia; Sancti L i - pensionem ad venerem ostensam, i n - sarius ei suaderet ut fingens se asgro-
terroget de domo ubi habitat, an ma- quod dicit sic: « D i e 10 Julii 1 6 1 4 , i
n

gorii et Cóncina; adhseret. tam eum accerseret ad peccandum;

neat sola, et similia; vel, ut ait Con- gener. Congr. S. Romanas et Univer-
quia tune veré diceretur confessarius
 6i8 LIBRO VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 619
salis Inquisitionis coram S S . Paulo I alio loco quocumque, ubi confessiones Mariae fuit convictus et punitus ob
dum; quia etsi atiento solo j u r e natu-
Papa V facta relatione quod multi audiuntur seu ad confessionem au- sollicitationem Antonia; Factam.»
rali non deberet denuntiari, attentis
confessarii tractant cum mulieribus diendam electo, non denuntiandus, Este caso apenas sucederá, porque
tamen bullís pontificiis denuntiandus
«in confessionali extra occasionem nisi interveniat etiam simulatio confessio- los jueces mandarían examinar á An-
est: quia Pontifex magis quam emen-
«confessionis de rebus inhonestis; nis, inquiunt Sanctus L i g o r i u s , S c a - tonia: pero si sucediese, no parece
dationem rei, ejus punitionem inten-
«Sanctissimus decrevit, ut contra hu- vini, etc. Simulado confessionis tune que había necesidad de que, si A n t o -
dit, ad damnum Ecclesiae reparan-
«jusmodi confessarios procedatur in habetur, quando confessarius, ita se nia sabía que el solicitante había sido
dum et ad resartiendum scandalum;
«Sancto Officio.» San L i g o r i o prueba gerit, seu talia efficit, ut mérito credi convencido por su propia confesión y
ideoque sancivit denuntiationem esse
que este decreto de Paulo V no está possit ipsum actu audire confessio- castigado suficientemente, ella denun-
faciendam, nulla correptione fraterna
derogado por la bula de Gregorio X V . nem.» H i n c Sanctus Ligorius (lib. 6, ciase, por haber cesado del todo la
praemissa, quae utique praemittenda
E l Santo concluye poniendo en caste- núm. 680) et alii dicunt, quod cum razón de la ley; á no ser que ignora-
esset, si emendatio rei, et non puní-
llano el siguiente edicto de la Supre- confessarius adest in loco deputatc sen los jueces alguna circunstancia
tío intenta principaliter esset.
ma Inquisición R o m a n a , su fecha 10 (aut electo) ad audiendas confessio- notable que Antonia debiese denun-
de Marzo de 1677, en el cual no se nes, et fcemina genurlexa ibi adstat, Si confessarius fuit convictus et
ciar. Como es dificilísimo que se re-
trata precisamente de los solicitantes, earnque sollicitat, j a m denuntiandus punitus pro una sollicitatione, si aga-
unan todas estas circunstancias, debe
sino de todos los que deben ser d e - est; quia ipse manendo ibi audiens tur de altera sollicitatione anteriore
ordinariamente denunciar la persona
nunciados á la Inquisición como h e - poenitentem, jam satis in gerit spectan- vel posteriore de qua non fuit denun-
solicitada.
rejes ó sospechosos de herejía. Véase tibus credulitalem quod illa (vel ille > tiatus, procul dubio de ea denuntiari
este decreto en Félix Potestas(tomo 2, confiteatur, ideoque ipso facto j a m si- debet: et similiter si agatur de una Benedicto X I V , en su bula Sacra-
part. 2 . , núm. 216): «Deben denun- mulat confessionem audire, etiamsi
a eademque sollicitatione, de qua de- mentum Pcenitentiez, aprobó las respues-
ciar, si saben ó tienen noticia que al- confessarius nec voce, nutu sive ali- nuntiatus fuit, sed non plene convi- tas de la Sagrada Congregación de la
guno ó algunos, contra los decretos ó qua actione, puta, applicando aures, ctus, et proinde nec fuerit satis puni- Suprema Inquisición de R o m a , que
constituciones apostólicas, han abu- simulet confessionem audire. Secus tus, ut inquit Sanctus L i g o r i u s ( l i - explican la bula de Gregorio X V de 30
sado del santo sacramento de la P e - dicendum, si in aliquo loco, quamvis bro 6, núm. 687) cum communi. D u - de Agosto de 1622, que empieza Uni-
nitencia, sirviéndose de la confesión electo ad confessionem, extra lamen bium ergo est (prosequitur Sanctus versi Dominici gregis. Para evitar re-
(nota) ó confesonario para fines desho- confessionarium, D o c t o r ) , si de eadem sollicitatione peticiones, creo conveniente ponerlas
sacerdos sollicitaret
nestos, solicitando en él á los peniten- fceminam stantem vel sedentem aut cu- j a m fuerit satis convictus et punitus. literalmente como se encuentran en
tes á cosas torpes, y teniendo con ellos bantem; eo quod tune non adesset si- N e g a n t esse obligationem denuntian- Scavini (tomo 3, núm. 580, pág. 456)
conversaciones de cosas ilícitas y mulatio confessionis.» di Acuña, Seraphin., Hurt., etc., apud con las notas del mismo autor, que
no convenientes al fin para que fué S a l m a n t . , cap. 4, núm. 73. Sed longe las aclaran y en parte las modifican.
instituido.» «Quapropter (infiere r e c - probabilius affirmant Salmant., nú- D i c e así: « H i c opera? pretium est de-
tamente el Santo), talis confessarius mero 74, cum B o n a c , T r u l l e n c h . , I clarationes datas a S. Congregatione
§ 3-°
saltem denuntiandus est ex hoc edicto, D i a n a ; tum quia non constat de emen- Suprema circa bullam Gregorii X V ,
Q u i n a m s a c e r d o t e s s o l l i c i t a n t e s sint
quia abutitur confessionario ad sollici- datione, tum quia non eximitur m u - et a Benedicto X I V confirmatas, af-
denuntiandi.
tandum.» L o mismo dicen y prueban lier ab obligatione denuntiandi, quia' ierre, sic relatas a cardinali A l b i t i o :
el Compendio Salmaticense (trata- alius denuntiavit, dum unaquceque per- Cum, me instante, fuissent proposita
2443. Si sacerdos sollicitans mor-
do X X V I I , números 334 y 335), Gro- tuus est, in probabiliori sententia non sona sollicitata omnino denuntiare te- (in Suprema Inquisitione R o m a n a )
sin (tract. V I , cap. 14, pregunta 10), est denuntiandus; quia tune totus l e - netur, sive sint, sive non sint alii de- infrascripta dubia, facto per Qualifi-
y Scavini (tomo 3, al fin del núme- gis finis cessat ómnino; frustra enim nuntiantes.» E s cierto que los S a l - catores aecurato eorum examine, in
ro 483). maticenses, en el trat. X X I , cap. 4, infrascriptam devenerunt sententiam,
infamaretur defunctus sacerdos, ut
núm. 74, convienen con lo que dice quam eadem S. Congregatio Supre-
inquiunt Sanctus L i g o r i u s (lib. 6, nú-
Pero se ha de notar que para que aquí San L i g o r i o en las dos primeras ma; et Universalis Inquisitionis ap-
mero 692) et Scavini (tomo 3, núme-
sea denunciado el confesor que solici- cuestiones; pero respecto de la últi- probavit, et servari mandavit 11 F e -
ro 434, edit. 1865) cum communi.
ta ad venérea á una persona, si bien ma, cuando se trata de una sola soli- bruarii 1661.
P. Quid si confessarius fuerit emen-
no es necesario que intervenga simu- citación por la cual confessarius fuit
datus, vel judicatus ac punitus, vel i.° » A n sit denuntiandus confes-
lación de confesión cuando la solici- denuntiatus, plene convictus et punitus,
bonse famae? sarius, qui dat pcenitenti chartam in
tación se hace en el confesonario; dicen que no debe ser denunciado.
R. Si confessarius sit certo e m e n - confessione, postea domi legendam,
pero, c o m o luego se dirá, es necesa- H e aquí sus palabras al fin del nú-
datus, Sotus, L u g o et alii censet non in qua ad venerem sollicitabat?
rio que la persona solicitada esté en mero 74: « S o l u m veram judicamus (la
esse denuntiandum; sed Sanctus L i - É. » D o m i n i Qualificatores censue-
el confesonario. opinión que dice que el solicitante no
gorius (lib. 6, n u m . 686), Suarez, B o - runt esse denuntiandum, et negati-
2442. « S i vero sollicitatio ad tur- nacina, Salmanticenses, Scavini et debe ser denunciado por el peniten-
vam opinionem non esseprobabilem.»
pia non fíat in confessionario, sed in alii recte affirmant esse denuntian- t e ) , quando in prima denuntiatione
Scavini pone á esta respuesta la nota
 620 LIBRO
siguiente: (Non item esse, si tantum
tribueret libros romanienses mulieri
ad amores in genere excitandos (nisi ex
manifestis adjunctis ipsa sollicitatio
eruatur): haberetur enim nonnisi re-
VI. TRATADO DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 621
V.
dictina certum est esse denuntiandum 1de que la solicitación no hubiese sido
retar quod sacerdos eo levi actu ani-
confessarium ipsum qui sollicitaret pee- :mutua: «tune enim erit complicitas,
mum habuerit ulterius progrediendi,
nitentem ad peccandum cum alio;» y 1erit mutuus consensus, sed confessa-
tune censenda est sollicitatio g r a v i s . »
lo mismo (como se ha dicho al prin- :rius non erit sollicitans.»
L o mismo dice Scavini (tomo 3, nú-
cipio del § 2 de este capítulo ) «si L a s anteriores razones de San L i -
mero 580, nota 2. ), y me parece muy
a

mota provocatio, ut dicunt.» L i b r o s
romanienses son los que en español
4.
confessarius tentat pcenitentem ad gorio son ciertamente poderosas; pero
fundada esta interpretación.
hoc, ut inducat aliam personam ad en el día no se puede seguir la opi-
« A n confessarius qui fcemi-
0

llamamos romances, coplas, novelas secum peccandum , ut habet bulla nión del Santo Doctor, porque, como
nam in confessonario dicentem se velle
no deshonestas, pero de amores. Gregorii X V ; » pero esto no se opone dice el autor de la última edición de
in craslinum confiten sollicitat et a
2.° « A n confessarius consentiens confessione dissuadet, sit denuntian- á la respuesta aprobada por Benedic- Gury (Romas, 1875), tomo 2, en una
sollicitationi, sed statim desistens de dus? to X I V , que sólo excusa al que man- nota al núm. 590, en la instrucción
illa turpi materia loqui, differendo da al confesor que solicite mandado de la Suprema Universal Inquisición,
R. » S i sollicitatio fiat extra locum por otro. Esta nota está tomada de su fecha 20 de Febrero de 1867, di-
illius complementum ad aliud tem-
confessionis, et absque praetextu con- San L i g o r i o , lib. 6, núm. 691. rigida á todos los Ordinarios del orbe
pus, et non prasbendo absolutionem
fessionis, censuerunt negativam opi- católico ( § 2), se leen las siguientes
pcenitenti, incidat in posnas conten- 8.° Esta pregunta se omite; por-
nionem esse probabilem; secus si in palabras: «Denuntiare oportet quem-
tas in bulla Gregorii, et sit denun- que ya se ha dicho que, según la bula
confessionario seu in loco confessio- cumque sacerdotem, etiam jurisdic-
tiandus? nis.» Sacramentum Pcenitentia, «confessa-
tione carentem, sollicitantem in con-
R. «Censuerunt (Qualificatores) in-, rius denuntiandus est, etsi sollicita-
S e ha de notar que cuando aquí se fessione, vel etiam pcenitentis sollicita-
cidere, et confessarium esse denun- tio inter eum et pcenitentem mutua
dice probabilem, se entiende suficien- tioni consentientem , quamvis statim
tiandum, rejecta opinione contaría, fuerit.»
temente segura, porque el probabilem dissentientem de turpi materia loqui,
quam non esse probabilem censue- 9.
0
« A n confessarius sollicitatus,
runt. no se toma comparativo, sino adversa- illius complementum ad aliud tempus
si metu inductus sollicitationi con-
Uve; y así se ha de entender en Santo differentem et non prasbenfcem abso-
3.
0
» A n confessarius s o l i c i t a n - T o m á s , San L i g o r i o , Scavini, etc., sentiat, sit denuntiandus?
lutionem pcenitenti.»
do, propter parvitatem materise, sit R. «Censuerunt esse denuntian-
cuando ponen probabiliter, y no hay
denuntiandus? d u m , et negativam opinionem non 10. « A n confessarius incidat in
comparación con otra opinión. Véase
R. »Cum in rebus veneréis non de- á Scavini, tomo 3, núm. 580, en una esse probabilem.» posnas constitutionis apostólicas c o n -
tur parvitas materias, et si daretur, in nota, edición de 1S65: « I l l u d proba- 2444. Algunos graves autores, tra sollicitantes, si sollicitet mulie-
re prassenti non daretur, censuerunt bile est in usu Theologias, si cum alia entre ellos los Salmaticenses, son de rem in aliis Sacramentis, scilicet, Ba-
esse denuntiandum, et opinionem con- opinione non fiat comparatio, idem est opinión, «quod confessarius qui solli- ptismi, Matrimonii, et sit denuntian-
trariam non esse probabilem.» ac dicere quod opinio illa valida ra- citationi consentit, etsi non ipse sol- dus, et denuntiatus possit ab Inqui-
Sanctus L i g o r i u s ( l i b . 6, núm. 683) tione sustinetur, et tuto teneri po- licitet, est denuntiandus; quia per sitoribus puniri?
dicit et probat, quod ad denuntian- test.» Véase lo que dice este mismo bullam Gregorii X V debent denuntia- R. «Quoad utrumque articulum
dum confessarium requiritur «quod i autor explicando la presente materia ri non solum confessarii sollicitantes, censuerunt opinionem negativam esse
actus sollicitationis sit peccatum gra- (tomo 1, núm. g ) . 2
sed etiam qui inhonestos tractatus ha- probabilem.
ve, ita ut certe putetur ipse in eo gravi- buerint. Sed Sanctus Ligorius ( l i b . 6, 11. « A n confessarius qui sollici-
0
5. « A n sacerdos carens jurisdi- núm. 681) cum Bonacina et aliis plu- tat pcenitentem ad actus illicitos ex-
ter peccasse, cum talis denuntiandus
ctione,» etc. Esta se omite, porque, rimis dicit, quod pcenitens potest qui- tra actus venéreos, sit denuntiandus?
sit tanquam suspectus de fide; at
como queda dicho, Benedicto X I V , en
n e m o potest censeri suspectus de fide, dem denuntiare confessarium, qui non R. «Censuerunt opinionem nega-
su bula Sacramentum Pcenitentice, ex-
qui tantum venialiter peccat. H i n c sollicitat, quamvis consentiat, sed tivam esse probabilem.
presó que el simple sacerdote solici-
B e n e d i c t u s X I V (que aprobó estas res- quod non tenetur, nec ad hoc potest 12. » A n confessarius, si laudet
1
tante debe ser denunciado.
puestas) hoc sollicitationis crimen ap- obligari: i . ° , quia Gregorius X V man- pcenitentem de pulchritudine et v e -
pellat nefariam improbitatem. E x alia 6.° » A n interpres, si sollicitet in dat confessariis, ut moneant pceniten- nustate, dicatur illam sollicitare et
confessione pcenitentem, sit denun- tes de obligatione denuntiandi con- ideo sit denuntiandus?
vice actus qui in se estlevis contra cas-
tiandus?
titatem (por ejemplo, cuando no es fessarios (nótese bien), quos noverint R. «Censuerunt, si laus illa sit
perfectamente deliberado) nequit fieri R. «Censuerunt opinionem nega- fuisse ab aliis (confessariis) sollicita- seria, et nihil pravas intentionis redo-
gravis in sacramento; alias quodlibet tivam non carere probabilitate. tos; 2. , por la gran dificultad que; leat, negativam opinionem esse pro-
0

peccatum veníale in materia veracita- 0

7. » A n mandans confessario, ut
tis, patientias, vel humilitatis evade- in confessione sollicitet, sit denun-
tiandus?
ret grave in sacramento, quod nemo
asserit... Omnes tamen conveniunt, R. «Censuerunt opinionem negati-
quod si ex circumstantiis certe conjice- vam non carere sua probabilitate.»
Nota de Scavini. « E x bulla Bene-
tendrán los penitentes en denunciar• babilem. Si vero secus, non esse pro-
en este caso, en el que ellos eran los; b a b i l e m . »
únicos autores; 3. , por la gran difi-
0
13. Esta la omito, porque ya se
cultad que habría en que denunciasen1 ha tratado de ella.
sin infamarse á sí mismos en el caso» 14. « A n quis teneatur denuntiare
Ó22 LIBRO VI. TRATADO
confessarium sollicitantem, si hoc au-
divit non a fidedignis, sed solum a
levibus personis?
B. «Censuerunt opinionem nega-
tivam non carere probabilitate.» E s
doctrina común y corriente que no
debe ser denunciado.
15. » A n sit denuntiandus confes-
sarius, qui sedens in confessionario
sollicitat mulierem staníem ante c o n -
fessionarium, non simulando confes-
sionem?
R. uCensuerunt opinionem n e g a -
tivam non carere sua probabilitate.»
Algunos han creído que esta cláu-
sula no tiene hoy lugar, porque se
opone á ella el edicto de la Suprema
Inquisición R o m a n a de 10 de Marzo
de 1677, que se transcribió hacia el fin
del anterior § 2. Así opinó Scavini
en su edición de 1865 (tomo 3, hacia
el fin del núm. 483); pero, en mi con-
cepto, se equivocó manifiestamente;
porque Benedicto X I V , en su bula
Sacramentum Paeniteutics, dada en
1 7 4 1 , aprobó la anterior cláusula 15,
que expresamente exime de denun-
ciar al confesor «qui sedens in con-
fessionario sollicitat mulierem stan-
tem ante confessionarium, non simu-
lando confessionem.» A d e m á s , aquel
edicto habla del confesor que tiene
tratos indecentes ó conversaciones
ilícitas con la persona que está en el
confesonario, pues expresamente dice:
solicitando en él; que es cosa muy d i s -
tinta de solicitar desde él. E n la últi-
ma edición de Scavini, hecha en 1874
por el señor canónigo J. A . del V e c -
chio, se enmendó la equivocación de
Scavini; porque el autor dice así: « Ñ e -
que est denuntiandus sacerdos, qui
sedens in confessionario sollicitat mu-
lierem stantem ante illud, non tamen
simulando confessionem» (tomo 3, al
fin del núm. 401). E n vista de esto,
hay que atenerse á la bula de B e n e -
dicto X I V , que se dio más de sesenta
años después del edicto de la Supre-
ma Inquisición R o m a n a .
16. « A n denuntiandus confessa-
V.
rius, qui audiens confessionem dat
donum mulieri, ita ut hoc facto dica-
tur illam sollicitasse?
R. « í d e m respondendum quod ad
duodecimum. San L i g o r i o trata esta
cuestión y la que se resolvió en la d e -
claración 12 en el lib. 6, núm. 703, y
las resuelve del modo siguiente: «Con-
fessarius, qui in confessione laudat
mulierem de pulchritudine, si ex modo
loquendi aut alus circumstantiis di-
gnoscitur laudare ex pravo affectu,
tune est denuntiandus ; secus si lau-
daret ex quadam imprudentia vel ani-
mi levitate. Si confessarius dederit
in confessione pcenitenti donum ma-
gni valoris vel insolitum, recte sub-
dunt auctores citati ejus malitiam
conjiciendam esse ex adjunctis, nem-
pe, ex conditione pcenitentis ( y o aña-
diría, et confessarii), ex quantitate et
qualitate doni, et ex modo quo fit, etc.
Casterum, quando verba vel facta sunt
ambigua, confessarius non est de-
nuntiandus, nisi de ejus pravo affectu
moralis habeatur certitudo.»
A l fin de las dieciséis respuestas
anteriores de la Suprema Inquisición,
añade Scavini en el lugar citado (edi-
ción de 1S65): «Hactenus ex cardina-
li Albitio (in opere De Inconstantia in
Fide, cap. 38, núm. 65). Hasc autem
omnia in singula decreta Benedi-
ctus X I V in bulla Sacramentum con-
firmavit his verbis: Plura subinde a
congregatione Venerabilium Fratrum
nostrorum S. R . E . Cardinalium ad-
versus haereticam pravitatem Gene-
ralium Inquisitorum sub die n mensis
Februarii anno Domini 1661 prodie-
runt decreta (que son las dieciséis
precedentes declaraciones). Nos i t a -
que... omnia et singula decreta pras-
dicta... Apostólica auctoritate tenore
praesentium approbamus et confirma-
mus, illisque ómnibus et singidis invio-
labilis Apostolices firmitatis robur adji-
cimus.» D e modo q u e , si no fueron
modificadas, derogadas ó explicadas
posteriormente por autoridad compe-
tente, se han de tener por reglas se-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 623
guras en esta materia. « N u n c oportet pecuniam dedisset, peccases? Affirmat
quasdam alias quaestiones dilucidare, Roncaglia esse denuntiandum, si mu-
quas in anterioribus declaratíonibus lierem postea affirmative responden-
non resolvuntur expresse. E n quomo- tem non objurget, et postea d o m i ,
do eas resolvit Sanctus L i g o r i u s (li- oblata pecunia, eam sollicitet. E t
bro 6, núm. 704).» consentit Potestas, num. 588.
2445. Qucsritur i . ° Si confessa-
0
7. Si dicat mulieri : cur etiam
rius dicat pcenitenti: «Tecum nuberem, mecum non es humana ? vel mulieri
confitenti turpe desiderium dicat con-
si essem scscidaris, esset denuntian-
fessarius: de hoc agemus post confessio-
dus?»
nem, erit denuntiandus?—-R. Potestas
R. Sanctus L i g o r i u s respondet,
et Tancredi affirmant, quia hasc verba
quod probabilius est denuntiandus;
sunt satis ostensiva intentionis inho-
quia hujusmodi verba videntur m á x i -
nestas; tamen Sanctus L i g o r i u s addit:
me excitativa ad venerem, et, cum
«Sed in his dico perpendendas esse
sint ad confessionem impertinentia,
circumstantias, nam aliquando pos-
mérito sapiunt sollicitationem.
sunt non esse sollicitationes.»
Qucsritur 2° E s t denuntiandus con-
2446. Qucsritur 8.° Denuntian-
fessarius, qui dicit m u l i e i i : « M e m e n -
dus pcenitens, qui in confessione sol-
to mei, quia te ex corde diligo?»
licitat confessarium?
R. Sanctus L i g o r i u s dicit (et qui-
R. Sanctus L i g o r i u s (lib. 6, núme-
dem recte) quod explorandum est ex
ro 689) habet pro certo (verius) non
circumstantiis.
esse denuntiandum: i . ° Quia leges
Qucsritur 3 . Est denuntiandus con-
0
pcenales non sunt extendendas de casu
fessarius , si dicat mulieri in confes-
in casum. 2° Quia, ut patet, sunt di-
sione: «Expecta me hodie domi tute,
versas rationes pro denuntiatione con-
quia habeo tecum loqui,» et postea
fessarii. 3 . Quia esset suspicio reve-
0
domi tractet de inhonestis?
lationis sigilli, si confessarius pceni-
R. «Denuntiandus est; quia sollici-
tentem denuntiaret.
tatio illa facta in domo dicitur mora-
Qucsritur g.° Est denuntiandus lai-
liter facta in confessione: ¡ta recte
cus vel non sacerdos sollicitans in
dicit Potestas,» inquit Sanctus L i g o -
confessione, simulans se confessa-
rius. rium?
4.
0
í d e m dicendum est , inquit R. Sanctus Ligorius (lib. 6, nú-
Sanctus L i g o r i u s , si dicat confessa- mero 688), Salmanticenses et R o n -
rius mulieri: «Haec tua peccata cade- caglia dicunt, quod est denuntiandus,
re me fecerunt in pollutionem invo- non ratione sollicitationis ex bulla
luntariam, tanto magis si dicat vo- G r e g o r i i X V , sed ex constitutione (21)
luntariam,» ita Potestas, etc. Gregorii X I I I , quas incipit Officii no-
5.
0
Si dicat mulieri: « N o l o te au- stri partes; ubi dicit (cláusula 3. ) d e -
a
dire in confessione, ne aliquid mihi nuntiandos esse Inquisitioni (hoy á
contingat,quia amoretuicaptus sum,» los O b i s p o s ) « e o s qui ad ordínem
modo haec dicat mulieri petenti con- «presbyteratus non promoti Missas
fessionem, haac verba videntur esse «celebrant, aut sacramentaliter con-
provocativa ad inhonesta, et profe- »fessiones audiunt.» ( V é a s e á los Sal-
runtur occasione confessionis. í d e m maticenses, tract. X X I , cap. 4, nú-
putat Roncaglia, si dicat: totum me mero 27.) San L i g o r i o , en el número
commovere sentio ex affectu, quo te prose- citado, añade las palabras del edicto
quor, inquit Sanctus L i g o r i u s . de la Inquisición general, que e x p r e -
6.° Denuntiandus est confessa- san que deben ser denunciados aque-
rius, si mulieri asserenti tentationem llos que, no estando ordenados de sacer-
íurpem repulisse dicat: sed si aliquis
 624 LIBRO VI. TRATADO
dotes, usurpan celebrar Misa, aunque
no hayan pronunciado las palabras de la
consagración, ó presumen administrar
el sacramento de la Penitencia, aun-
que no se haya venido al acto de la abso-
lución. E n vista de esto, no parece pro-
bable la opinión contraria de Pa—
lao, etc.
« N o t a n d u m , quod sunt denuntian-
di omnes sacerdotes sollicitantes, cu-
juscumque dignitatis sint, conditionis,
prcveminentice, absque ulla exceptione, ut
habetur ex bulla Sacramentum Pceni-
tenlicv.»
§ 4-"
Quinam teneantur denuntiare.
2447. i . ° Tenetur denuntiare
persona sollicitata, sive fcemina sit,
sivé vir, etiamsi impúber, d u m m o d o
perfectum usum rationis habeat, ut
dicunt omnes cum Sancto L i g o r i o (li-
bro 6, núm. 695).
2. 0
Tenentur denuntiare ceteri om-
ites, qui sollicitationem certo sciunt,
etiamsi alii denuntiaverint, etsi illam
probare nequeant (Sanctus Ligorius
eodem numero), etsi crimen sit occul-
tum et á longo tempore perpetratum; et
etiamsi sciatur sub secreto naturali,
ut cum sententia communi inquit
Sanctus L i g o r i u s (lib. 6, núm. 698):
quia nemo tenetur ad secretum, etiam
juramento promissum, quando secre-
tum vergit in damnum commune. Ita
etiam Sanctus T h o m a s ( 2 . 2.*, q. 68,
a
art. 1 ad 3 . ) ubi sic dicit: « N o n est
u m
contra fidelitatem, si revelentur se-
creta propter bonum commune, quod
semper prasferendum est bono privato.
E t ideo contra bonum commune nui-
lum secretum licet recipere; » aun
cuando se jure guardar secreto, se
debe denunciar; porque juramentttm
non est vincidum iniquitatis, como dice
el Doctor Angélico (2. 2 . * , q. 89,
a
art. 7): «Juramentum non est servan-
dum in casu quo est peccatum (lo que
se j u r a ) , vel boni impeditivum. Secus
vero, ajunt, si sollicitatio sit mani-
V.
festata (añade San L i g o r i o ) ad peten-
dum consilium; nam propalatio secre-
ti esset tune contra humanum com-
mercium, et etiam contra publicum
bonum, quod certe in consiliis expeten-
dis intervenit.» L o mismo dicen Sca-
vini ( t o m o 3, núm. 486) y Analecta
Juris Pontificii, año de 1859. *
2448. Quesritur 3 . Pcenitens qui
0
consentit sollicitationi confessarii, te-
netur eum denuntiare?
R. Utique: quia hodie definitum est
a Benedicto X I V in sua bulla Sacra-
mentum Pcenitentiee, in qua dicit pceni-
tentem deberé demuntiare confessa-
rium sollicitantem, sive sollicitationi
pcenitens consenserit, etc. Ratio est, in-
quit Sanctus L i g o r i u s (lib. 6, núme-
ro 700), quia mulier (aut vir) in hoc
casu citra periculum sua? famas p o -
test denuntiare sollicitantem, quin se-
ipsam manifestet, dum ipsa etiam
in terrogata potest negare proprium
consensum, et quidquid inde sequu-
tum fuerit, ut habetur ex decreto S. I n -
quisitionis apud Pitton., num. 694,
edito 27 Sept. 1724, ubi dictum fuit:
« S i mulier consentit confessario solli-
citanti, non tenetur suum consensum
manifestare, nec potest super hoc ab
Episcopo interrogan.»
2449. Quceritur 4. "Pcenitens sol-
licitatus, tenetur aliquando d e n u n -
tiare per epistolam vel internuntium?
R. Salmanticenses, Roncaglia, et
alii affirmant; et Sanctus Ligorius
(lib. 6, num. 698) fundatus bulla Be-
nedicti X I V habet pro certo (verius)
deberé denuntiare ( m o d o absit pericu-
lum propriaa infamias) per epistolam,
vel aliam personam, vel monendo ju-
dicem, ut mittat notarium in domum
suam; qui enim tenetur ad finem, te-
netur etiam ad media.
2450. Quceritur 5. Si persona
0
sollicitata non possit, vel nolit adduci
ad denuntiandum, confessarius, tene-
tur vices pcenitentis supplere?
R. Sanctus L i g o r i u s (lib. 6, núme-
ro 699) et alii dicunt: non expe-
diré quod confessarius assumat in se
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 625
hoc onus deferendi denuntiationem se de mucha trascendencia, tal vez
vice pcenitentis, vel eam excipiendi, daría justo motivo al Obispo diocesa-
quia sic non paucis detractionibus et no para indagar con cautela.
«Jam dictum est, quod sacerdos
periculis exponeretur; 2. , quod con-
0
fessarius non tenetur vices pcenitentis sollicitans, etsi sit emendatus, de-
suscipere, etiamsi pcenitens non pos- nuntiandus est a pcenitente; et quan-
sit aut nolit denuntiare. N a m commu- tumvis sit spes emendationis, potest
nis doctorum sententia, et universa- procederé ad denuntiationem nulla
lis sensus ac usus omnium confesso- prasmissa correptione fraterna. Ita de-
rum hanc onerosissimam obligatio- cretum Alexandri V I I , editum 8 Ju-
nem non agnoscunt. Casterum non lii 1660.» Santo T o m á s ( 2 . 2. q. 33,
a a1
negamus (concludit Sanctus Ligorius art. 7), á quien siguieron Soto, Cano,
L u g o , Palao y otros teólogos, fué de
cum V i v a et T a m b u r i n o ) quod in ali-
opinión que se había de denunciar sin
quo casu, puta, si alicubi publicum
la previa corrección fraterna, «nisi
immineret damnum, nec alia pateret via
forte aliquis firmiter czstimaret quod
ad illud vitandum, posset confessarius
statim per secretam admonitionem
obligari ex lege charitatis ad hujusmo-
possit hujusmodi mala impediré;»
di onus suscipiendum: sed hoc raro
pero Santo T o m á s , S o t o , Cano, etc.,
accidet. Esto es muy consolatorio.
trataron esta cuestión atendiendo so-
Post dicit Sanctus L i g o r i u s : « í t e m
lamente al derecho natural y divino so-
notat Mazzotta (pag. 443), quod in
bre el orden de la corrección frater-
decreto S. Inquisitionis dictum fuit,
na; pero posteriormente la Iglesia,
quod si ñeque apud ipsum confessa-
por justísimas causas del bien común, ha
rium possit pcenitens induci ad d e - determinado que se pueda denunciar
nuntiandum, tune recurratur ad San- sin la previa corrección fraterna, y
ctam Sedem (órgano Sacras Pceniten- que se debe denunciar aunque el so-
tiariae): et aliquando S. Sedem, in licitante esté enmendado.
casu magnas verecundias et panici ti-
2451. P. ¿Cómo se ha de hacer
moris, rescripsisse dando facultatem
confessario absolvendi pro ea vice la denuncia, y á quién?
R. Sanctus L i g o r i u s (lib. 6, nume-
pcenitentem citra onus denuntiandi.»
Scavini (tomo 3, núm. 581) addit, ro 685) dicit cum gravibus auctori-
quod «anno 1860 Sacra Pcenitentiaria bus Episcopos sollicitantes denun-
dispensavit pro gratia pcenitentem solli- tiandos esse Pontifici; et quod nomi-
citatum a declinando proprium nomen ne Episcoporum comprehenduntur
aliisque formalitatibus, sed sollicita- Episcopi etiam titulares , et etiam
toris nomen vult confessario aperien- non consecrati, modo sint confirmati:
dum cum facúltate illud Episcopo in- ítem Nuntii, L e g a t i , et A b b a t e s j u -
risdictionem quasi episcopalem ha-
dicando.» Casos habrá tan apurados
bentes (1).
en que, como dice Mazzotta, citado
por San L i g o r i o , en R o m a se dispense Respectu eseterorum, forma jurídica
del todo. Scavini dice que de una d e - et ordinaria pro denuntiationibus per-
nuncia hecha por una carta anónima agendis, secumdum Scavini (tomo 3,
no se hace caso alguno (habetur omni- num. 486), hasc est: « U t persona sol-
no insufficiens), porque es de ningún licitata adeat Ordinarium Ioci ( v e l
valor, y además abriría la puerta para
calumniar á sacerdotes inocentes; y
y o añadiré que si el denunciante, por
(1) Q u a n d o denuntiandi sunt Episco-
pi, L e g a t i , e t c . , d e n u n t i a t i o n o n d i r i g i t u r
motivos extraordinarios, no pudiese a d O r d i n a r i u m l o c i , sed ad R o m a n u m
expresar su nombre, pero citase per- P o n t i f i c e m per S. Poenitentiariam, vel S u -
sonas de probidad, y la denuncia fue- premam Inquisitionem R o m a n a m . .
TOMO II. 40
 6 6 LIBRO VI. T R A T A D O
2
inquisitores, si ibi est tribunal), et
publici notarii opera assumatur. Si
persona sollicitata non possit induci
ut se sistat personaliter Episcopo,
vel quia timet, aut rubore afficitur,
vel segrotat, vel alio impedimento aut
gravi incommodo detinetur (como su-
cede por lo c o m ú n ) , id agere debet
per epistolam vel internuntium, p r o -
prium nomen et cognomen subscri-
bendo (y poniendo las señas de su re-
sidencia). Cseterum ex indulto S. I n -
quisitionis, annuente Pontífice, facta
est facultas Episcopis et inquisitori-
bus delegandi ad denuntiationes exci-
piendas quemcumque confessarium,
qui bene instruatur, et juramentum
emittat de siientio servando, et ride-
liter sibi munus commissum exercen-
d o . » Aunque San L i g o r i o dice (y dice
bien) que el confesor no debe encar-
garse de hacer la denuncia sino en un
caso extraordinario, pero si la persona
no sabe escribir, bien puede el confe-
sor escribir la denuncia al superior en '
nombre del penitente, si éste se lo
suplica y le autoriza para explicar to-
das las circunstancias.
(i Confessarius tenetur sub gravi
monere suos pcenitentes, quos nove-
rint fuisse sollicitatos, etsi praevi-
deant quod non obedient monitioni.
i . ° Quia agitur de bono communi.
2 . Quia licet in principio renuant,
0 excipiat. Superior poterit tamen dele-
fortasse parebunt postea, quando con-
fessarius eis minetur negationem a b -
solutionis , nisi denuntiationem ex-
equantur. Ita Sanctus L i g o r i u s , qui id
tenet pro certo.» (Homo apostolicus,
tract. X V I , num. 1 7 8 , cum com-
muni.)
* « R e g u l a generalis est, ut monitio
fiat de obligatione denuntiandi in
omni eventu; at casus potest contin-
gere (ait Frassinetti) in quo prudentia
aliud suggerit; ut si ad confitendum
accedat mulier quae illico in longinqua
(puta in A m e r i c a m ) est profectura.
Confessarius auctoritatem non habet
denuntiationem recipiendi, ipsa autem
se Episcopo prasentari nequit. Si con-
V.
fessarius ipsam admoneat de obliga-
tione , ejus conscientiam turbaret;
praestat illam in bona fide reilnquere
et absolvat ipsam monendo, ut statim
ac pervenerit ad locum suum, in con-
fessione aperiat adhuc suam conscien-
tiam prout nunc, ut novus confessa-
rius videat et judicet quid agendum.
Verum juxta alios primus confessa-
rius bene potest recipere denuntiatio-
nem ex rationabiliter prassumpta su-
perioris delegatione; vel mulierem
admonendo, ut denuntiationem per-
agat cum primum poterit.
Si persona sollicitata nequeat vel
recuset adire superiorem ecclesias-
ticum seu Ordinarium dicecesis pro
denuntiatione, confessarius habita a
pcenitente licentia, ad illum recurrat,
reticitis tamen nominibus personas
sollicitata; ac sollicitantis; de quibus,
nondum habita delegatione, inquirere
nequit. Sed in supplicatione dicat
tantum: T i t i u s vel T i t i a a quodam
confessario sollicitata , cum induci
nequeat ad personaliter coram Epis-
copo denuntiandum, petit humiliter,
ut compartiendo ejus infirmitati, d e -
l e g a d o fiat infrascripto confessario,
qui juxta normam in Synodo tradi-
tam, emisso, tacto E v a n g e l i o , jura-
mento de veritate dicenda et siientio
servando sub pcena, denuntiationem
gare alium a confessario juxta cir-
cumstantias.» (Scavini, tomo 3, nú-
mero 516, § 8, 1 4 . edición.) Véase
a
el Apéndice 2 . 0
del procedimiento
contra los solicitantes en la confe-
sión. *
2452. Qucsritur 1 . ° Cum sollici-
tatio est dubia, confessarius debet
imponere pcenitenti onus denuntia-
tionis?
R. Sanctus L i g o r i u s , sequens R o n -
cagliam, Concinam, Salmanticenses
et alios, tenet pro certo (cum commu-
niori et veriori sententia) non esse
denuntiandum: i . ° Quia dubia in me-
liorem partem interpretatio facienda
est. 2 . Quia in dubio nemo est pri-
0
DEL SACRAMENTO DE LA
vandus fama quam possidet. 3. Quia 0
bulla; pontificia; dicunt denuntiandos
esse sollicitantes, sed nequit diei solli-
citans, de quo dubitatur an veré sol-
licitaverit; nam crimen dubium non
est crimen.
Después añade sabiamente San L i -
gorio: « i . ° Exc'piíndum tamen est cum
Cóncina, et Roncaglia, si accedant
indicia vehementia de sollicitatione;
nam licet ista non sint omnino e v i -
dentia, tamen, cum tantum adsint ex
una parte, satis fundant moralem cer-
titudinem de sollicitatione. 2. 0
Exci-
piendum est, si verba de se preseferant
sollicitationem, et solum dubitatur an
confessarius ad malum finem ea pro-
tulerit, tune enim praesumptio desu-
mitur ex communiter accidentibus;
praeterquamquod praesumptio ipsius
finis est accipienda juxta proprieta-
tem verborum.»
2453. E l confesor no está obli-
gado á denunciarse á sí m i s m o :
1° Quia nemo tenetur seipsum p r o -
dere. 2° Porque las bulas no le impo-
nen esa obligación. E s verdad, dice
Benedicto X I V ( D ; Synodo Dicecesana,
lib. 6, cap. 1 1 , § 8), que «si reus ad se
aecusandum coram tribunali compa-
reat antequam sollicitatus ad illum
denuntiandum accedat,» ex consueta
tribunalis pietate , tamquam sponte
t-omparens salutaribus dumtaxat i m -
positis pceais dimittitur (nótese b i e n ) .
Nec aliter se res habet, ubi sollicitans
judicibus se sistat semetipsum incu-
sans, etiam postquam a persona sol-
licitata fuerit denuntiatus; tune enim,
si ab única tantum persona praeventus
fuerit, non amplius quidem, uti sponte
comparens , verum ac si esset sponte
somparens, salutaribus solum multa-
tus pcenis dimittatur.
2454. Qucsritur. Persona sollici-
tata , antequam denuntiet , potest
commonefacere confessarium, ut sibi
pro videat se praesentando superiori,
ut mitius puniatur?
R. Benedictus X I V , loco citato,
n u m . 10, dicit cum Suarez, Sánchez,
PENITENCIA. 627
Escobar, etc., quod «si persona solli-
citata renuit denuntiare, propterea
quod nondum sollicitantem fraterne
admonuit, id damnatur ab A l e x a n -
dro V I I ; verum si est disposita ad
omnino denuntiandum, sed priusreum
admonet ut sibi provideat, hoc nulla
adhuc lege aut decreto vetatur; cum sic,
et correptionis naturale praeceptum, et
simul denuntiationis positivum adim-
pleatur.» Este eminentísimo y pru-
dentísimo sabio había dicho en el pá-
rrafo anterior (núm. g ) , que este aviso
de la persona solicitada al solicitante,
si bien algunas veces podrá ser perni-
cioso, otras podrá ser útil; y así es
que los Obispos no deben prohibirle
en sus edictos ó constituciones, sino
que, si conviene ó no, « á spiritualium
directorum prudentia definiri debet.»
Después, en el párrafo 12, da solu-
ción al argumento de los que dicen
que este aviso caritativo de la perso-
na solicitada impediría el castigo del
delincuente ; y responde así : « E c -
clesiastica tribunalia misericordiam
asque ac justitiam fovent, atque id
prezeipue spectant, ut delinquentes ad
bonam frugem convertantur.»
Aunque esta doctrina no la pronun-
ció Benedicto X I V como Papa, sino
como doctor particular (como lo pro-
testa en el prólogo de su inmortal
obra De Synodo Dicecesana), es, no
obstante, de inmenso peso su voto:
i.° Por las razones en que funda
su parecer.
2.
0
P o r q u e cuando dio la última
mano á esta obra, contaba trece años
de pontificado.
3.
0
P o r ser tan grande su autori-
dad para todos los sabios.
2455. P. ¿En qué penas incurre,
la persona solicitada que no denuncia
al solicitante?
ir!. L a Inquisición de España ful-
minaba excomunión mayor lata reser-
vada contra la persona solicitada que,
pudiendo, no denunciaba al confesor
solicitante dentro de seis días; pero
como ya no existe entre nosotros este
628 LIBRO VI. TRATADO
Tribunal, basta que se denuncie den-
tro de un mes, que se ha de comenzar
á contar desde el día en que la perso-
na solicitada tenga noticia de esta
obligación; que es lo que está dis-
puesto por el derecho común canóni-
co, como dice San L i g o r i o en el li-
bro 6, al fin del núm. 693, y Scavini,
tomo 3, núm. 486, edición de 1865.
Advierten también San L i g o r i o y
Scavini (en los mismos números) que
la personasolicitada que incurrió yaen
la excomunión mayor reservada (por-
que culpablemente no hizo la denuncia
dentro del m e s ) , si después denuncia,
la excomunión deja de ser reservada, y
puede absolver de ella cualquier sim-
ple confesor. Scavini cita en este sen-
tido una declaración de la Sagrada
Penitenciaría, de 22 de M a r z o de 1832.
« H o c tamen semper intelligendum
(dice San L i g o r i o allí m i s m o ) si j a m
fuerit impleta denuntiatio.» Este era
el derecho antiguo; pero en el día,
por la constitución Apostolices Sedis,
de P í o I X , la excomunión mayor del
que no denuncia en tiempo debido es
lata, pero no reservada, y así puede
absolver de ella cualquier confesor.
2456. P. ¿Puede ser absuelta la
persona solicitada antes de hacer la
denuncia?
R. i . ° Si dice que no quiere de-
nunciar, no se la puede absolver.
2 . Si seriamente promete denunciar,
0
se la podrá absolver si hay causa justa
para diferir la denuncia; por ejemplo,
dice Scavini (en el número citado):
«si ministri tribunalis (vel Episcopus)
longe distent, vel si sit necessitas
communicandi ad vitandum scanda-
l u m , vel ob lucrandum jubilasum, et
possit credi persona? quod certo sit
denuntiatura.» Así lo dice la bula Sa-
cramentum Pcenitentics, pues manda
que no se absuelva á las personas so-
licitadas antes que denuncien, «vel
saltem se, cum primum poterunt, de-
laturos spondeant ac promittant.»
2457. Quesritur i . ° Confessarius,
potest audire confessionem personas
V.
ab ipso sollicitatae ad venérea? E t si
sollicitatio non sit ad venérea?
R. Si pcenitens etiam exterius con-
sensit sollicitationi, sunt cómplices ve-
nerei, de quibus j a m late tractavi. Si
non consensit exterius, proculdubio
potest absolvere.
Si sollicitatio sit ad peccata non
venérea, licet cómplices sint, confes-
sarius potest valide absolvere, nisi in
illa dicecesi aliter ab Episcopo sit or-
dinatum; ut legitur de Sancto Carolo
Borromaeo, qui in sua Synodo dicece-
sana Mediolanensi I X declaravit irri-
tam et nullam absolutionem quam
confessarius impertiret pcenitenti so-
cio suo in quocumque crimine, etiam
minimo, ut videre est apud Sanctum
L i g o r i u m (lib. 6, in appendice post
numerum 705); pero esta reservación
no es general, sino propia de aquella
diócesis en que el Obispo la imponga.
Sed conveniunt omnes quod , etsi
persona sollicitata ad venérea non
consenserit, non expedil ut pcenitens
redeat ad confessarium sollicitantem.
nisi in casu urgentis necessitatis;
nam hoc esset perniciosum, et utrique
periculosum. Sed si accedat ad confi-
tendum, non tenetur confessarius qui
sollicitavit monere pcenitentem de
obligatione denuntiandi: et si de hoc
interrogetur, potest evadere directam
responsionem, quia nemo tenetur seip-
sum prodere.
Quceritur 2. 0
Quas pcenas incurrit
confessarius sollicitans?
R. Benedictus X I V , die 21 Augus-
ti anni 1745 publicavit decretum (nu-
mero X L I I ) (1) quo decernit, quod in
posterum sacerdotes tam saeculares
quam regulares cujuscumque Ordinis,
Instituti, Congregationis et Societa-
tis, etiam de necessitate exprimendae,
vel in actu sacramentalis confessio-
nis, sive illius occasione, aut pras-
textu, ad turpia sollicitantés, vel sa-
(1) In bulla quae i n c i p i t :
congregatione S. Romee et Universalis
quisitionis, e t c . , de 5 de A g o s t o d e 1745.
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 629
orificio Missae abutentes ad sortile- j palabras: «Notandum est pcenas h u -
gia..., perpetuam inhabilítate»! incurrent jusmodi omnes, et ipsam inhabilita-
ad praefati sacrificii celebrationem. tem ad sacrosanctum Missas sacrifi-
Num autem hasc inhabilitas incurra- cium celebrandum in decreto B e n e -
tur ipso facto, an requiratur sententia dicti X I V 5 Augusti 1745 praescri-
declaratoria criminis, Sanctus L i g o - ptam, esse tantum ferendas sententia?.»
rius in prima editione sui operis m o - 2458. P. Si de hacer la denun-
ralis dixit, quod pcenas privativa? seu cia hubiese de sobrevenir al penitente
inhabilitationes lata? incurruntur ipso un daño grave, ¿estaría obligado á
facto; sed postea ( l i b . 6, num. 705), hacerla?
hanc sententiam moderavit, dicens: R. L o s Salmaticenses (tract. X X I ,
«1,° Sententiamdeclaratoriambene cap. 4 , punt. 4 , desde el num. 86)
requiri etiam quoad pcenas privativas dicen: i . ° , que el temor de que ha de
sive inhabilitantes casu quo reus non sobrevenir algún daño grave ha de ser
possit exequi pcenam sine propria infa- fundado, racional y prudente; 2°,
mia, prout ordinarie in nostro casu que el mal que se tema ha de ser de
eveniret si sacerdos sollicitans d e b e - consideración, como muerte, infamia,
ret per longum tempus se abstinere a destierro g r a v e , pérdida notable de
celebrando. D i c o per longum tempus, sus bienes; porque cuando amenazan
nam si de brevi super dictam inhabi- estos males, timor cadit in virum cons-
litationem posset impetrare dispensa- tantem.
tionem, et interim sine sua infamia Hechas estas advertencias, los Sal-
celebrationem intermitiere, teneretur maticenses refieren la opinión de los
ab ea abstinere. que afirman que, suceda lo que sucediere,
2. Quod probabiliter potest affir- el penitente debe denunciar al confe-
0
mari, ignorantiam invincibilem e x - sor solicitante: porque el bien
cusare ab hac inhabilitate incurrenda, común de la religión se interesa en
juxta ea qua? dicentur de irregulari- que así se haga; 2 . , porque el bien
0
tate ex delicto.» ( L i b . 7, núm. 351.) público espiritual de los fieles así lo
Hasta aquí San L i g o r i o . Pero poste- exige, pues por la denuncia se evitarán
riormente la Sagrada Penitenciaría, los males que causaría el solicitante
preguntada por Mariano Coceo, canó- si no se le denunciase.
nigo de la iglesia Andriense, sobre si L o s Salmaticenses abrazan un tér-
esta pena era lata, respondió:«Pcenam mino medio. Dicen que la persona
perpetuas inhabilitationis ad sacrificii solicitada y otras personas que lo
Missae celebrationem a Benedicto X I V saben están excusadas regularmente
contra sacerdotes sollicitantés ad tur- de denunciar, cuando temen con fun-
pia inflictam non incurrí in foro con- damento algún daño grave: por
scientias nisi post juridicam denuntia- la razón poderosa que alega la pri-
tionem et condemnationem. Datum mera opinión; 2. , porque no siempre
0
Romas 22 Martii 1832.» Véase á Sca- se siguen los gravísimos males que
vini, tract. X , en las Adnotationes al alega la opinión segunda; «nam po-
fin de la letra R. test accidere quod confessarius, alias
bonae vitas, semel sollicitet raptus ab
L o mismo había declarado en 10
aliqua passione vehementi, amore li-
de Febrero de 1875; y, por último, en
bidinis potius quam despectu Sacra-
la instrucción de la Congregación del
menti; et tune non est obligatio de-
Santo Oficio, su fecha 20 de Febrero
nuntiandi cumpericulo gravis damni.»
de 1867, dirigida á todos los Obispos
( N ú m . 89.)
del orbe católico, se quitó toda c o n -
In generali
troversia sobre este punto, pues en el L o s Salmaticenses (núm. 91 j aña-
In-
§ 12 se leen las siguientes literales den q u e habrá casos en que la per- 1
 630 LIBRO VI. TRATADO
sona solicitada tenga obligación de
denunciar aun con peligro de perder
la vida; «ut si sollicitans sit magna;
auctoritatis, et seducendo pcenitentes
frequenter hoc crimen committeret,
ex quo juste timeretur tune despe-
ctus hujus Sacramenti, quod timore
sollicitationis ardens desiderium illud
recipiendi in pcenitentes tepesceret.
In hoc ergo casu credimus teneri fide-
les ad sollicitantem, etiam cum pe-
riculo vita;, denuntiandum, quia b o -
num commune et religionis omni
damno privato praaponderat.»
L a opinión de los Salmaticenses,
con la distinción que hacen, me pa-
rece muy racional:
i.° Porque es cosa dura exponer
á un penitente á peligro de conde-
narse, si no tiene gran virtud, pues
no arrostrará fácilmente el peligro de
perder su vida por hacer una denun-
cia aislada y que no tiene gran tras-
cendencia.
2.° Porque la Santa Sede dispen-
só alguna vez para que se pudiese
absolver á la persona solicitada sin
hacer la denuncia in casu magna vere-
cundia et panici timoris, como afirman
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 6gg) y Sca-
vini (tomo 3, núm. 381).
3. 0
Porque la persona solicitada,
si bien cuando no puede hacer la
denuncia personalmente al superior
( c o m o ordinariamente sucede) debe
hacerla por un tercero ó por medio
de una carta, pero San L i g o r i o a d -
m i t e c o m o cosa corriente que no está
obligada á valerse de estos medios
sino cuando «moraliter non adsit pe-
riculum infamias.» (Homo apostolicus,
tract. X V I , núm. 176.) L u e g o , según
el Santo Doctor, si hay peligro de
infamia, no está obligada á hacer la
denuncia.
4. 0
E n la instrucción dirigida por
la Congregación del Santo Oficio á
todos los Obispos del orbe católico,
su fecha 20 de Febrero de 1867, se
hace mención de la dispensa de de-
nunciar al solicitante concedida á las
V.
mujeres de Pernambuco, concebida
en los términos siguientes ( § 8): «Pro
missiontbus Pernambuci in America
die 22 Januarii 1627 declaratum fuit:
mulleres, videlicet, sclliciiatas non te-
neri ad denuntiationem, si ministri In-
quisitionis et vicarii Episcopi in lon-
ginquis regionibus degentes sine gravi
incemmodo adiri nequeunt.»
Se ha de advertir que esta dispensa
fué concedida exclusivamente á las
mujeres pro missiontbus Pernambuci, y
la Sagrada Congregación prohibe á
los Ordinarios que la extiendan á
otros lugares de su jurisdicción: « P r o -
fecto a locorum Ordinariis efficien-
dum est, ne ad loca suae jurisdiction:
subjecta applicare oporteat quod prc
missionibus Pernambuci in America
1627 declaratum furt.» (Esta instruc-
ción puede verse en la edición de
Scavini, anotada por J . A . del Vec-
chio, año de 1S74, tomo 3, núm. 542.
Véase el Apéndice núm. 2.)
E n vista de las anteriores razones,
tengo por cierta la opinión de los Sal-
maticenses, de que no obliga la de-
nuncia del solicitante cuando, en el
caso de hacerse, amenaza un daño
grave á la persona solicitada; y ade-
más (nótese bien) se trata de una
solicitación aislada, y no de muy
graves consecuencias. Por el contra-
rio, si se trata de una solicitación
cual la describen los Salmaticenses,
«ut si sollicitans sit magna; auctori-
tatis, et seducendo jeenitentes hoc
crimen frequenter committeret,» etc.,
entonces, aun con peligro de la vida,
debería hacerse la denuncia.JDirémás:
yo no exigiría que el solicitante fuese
magna auctoritatis, como quieren los
Salmaticenses; porque si un párroco
ó un confesor secular ó regular soli-
citasen con esa frecuencia y con ese
escándalo, debería ser denunciado á
todo trance: «quia talis sollicitatio
frequens et ad diversas personas non
accideret sine divulgatione, gravissi-
m o damno pcenitentum, et publico
scandalo fidelium.» E n estos casos la
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 631
persona solicitada, al hacer la de- aquellos penitentes que falsamente
nuncia, debe advertir al Ordinario los acusan ante los jueces eclesiásticos á
graves peligros que la amenazan, los confesores, imponiéndoles inicua-
para que el superior proceda con suma mente el delito de sollicitantes in con -
fessione ad inhonesta; comprendiendo
discreción y cautela.
Cuando la persona, por ejemplo, en esta reservación el pecado de los
fué solicitada en Madrid, la denuncia que mandan ó aconsejan esta c a -
se debe hacer al obispo de Madrid; y lumnia. H e aquí las palabras de la
si el sacerdote solicitante no está ya bula: «Quacumque persona quae exe-
en esta diócesis, la denuncia, no obs- crabili hujusmodi flagitio se inquina-
tante, se hace al obispo de Madrid, y verit, vel per seipsam innocentes c o n -
éste, examinada la persona solicitada, fessarios impie calumniando, vel sce-
remite la denuncia y todo lo actuado leste procurando, ut id ab aliis fiat...,
al Obispo en cuya diócesis se halla el spe absolutionis obtinendas , quam
solicitante, «si necessarium judicave- Nobis et successoribus pra;dictis re-
rit.» ( S c a v i n i , tomo 3, núm. 400, en servamus, perpetuo c a r e a t » , etc. Aquí
se ha de notar:
una nota.)
L o s confesores no pierdan de vista i.° Que no incurre en dicha re-
la advertencia que comunmente hacen servación el penitente que acusa ca-
los autores. H a y mujeres tan viles, lumniosamente al confesor de haberle
tan envidiosas é iracundas, que por inducido en la confesión á otra espe-
resentimiento, celotipia, odio ó v e n - cie de pecado que no sea de lujuria;
g a n z a , calumnian á los confesores y en esto convienen todos.
2. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 973)
más inocentes; y además, en estos
0
tiempos en que hay tantos incrédulos dice así: «Advertunt tamen Salmanti-
y el clero tiene tantos enemigos, se censes in appendice de Bulla Crucia-
puede temer que no falten mujerzue- tae (cap. 6, números 231 et 232), id
las que por instigaciones malignas ó (la reservación del pecado) intelligi
por cohecho se presten unas veces á de suasione efficaci, ita ut ipsa sit
solicitar á sacerdotes celosos (como causa injusta; denuntiatíonis sequuta.
ha sucedido), y otras á calumniarlos Addunt, citato núm. 232 in fine, in-
de solicitación. « N e simus (dice muy telligi, «nisi suasio ante exsequutio-
bien Scavini) nimis festini in i m p o - »nem denuntiatíonis efficaciter revo-
nendo pcenitenti onusdenuntiationis.» «cetur.»
Si no hay certeza ó indicios vehemen-
tes, sino tan sólo una duda positiva CAPÍTULO XI
rigurosa de si hay ó no solicitación,
DE LA CONDUCTA QUE H A DE OBSER-
no se debe mandar al penitente que
denuncie: «tum (dice Scavini, tomo 3, VAR EL CONFESOR EN ORDEN Á LA
núm. 487), quia verba in partem me- ABSOLUCIÓN.
liorem accipienda sunt; tum quia in
2460. Antes de resolver las difi-
dubio nemo privandus est fama quam
cilísimas y muy trascendentales cues-
possidet.»
tiones que ocurren frecuentemente á
2459. P. ¿En qué pena incurre
los confesores sobre la presente m a -
el penitente que calumniosamente acu-
teria, se ha de notar que son pocos
sa de solicitante á un confesor que
los sacerdotes que no falten en orden
está inocente?
á la absolución, ó por demasiado se-
R. Benedicto X I V , en su bula Sa-
veros, ó por demasiado indulgentes,
cramentum Pcenitentia, reservó al Papa,
como muy bien dice San L i g o r i o . E s
sin censura, la absolución del falso
indudable que, por lo común, falta-
calumniador; esto es, el pecado de
 632 LIBRO VI. TRATADO
mos más por la excesiva benignidad,
y se cumple aquella célebre senten-
cia: « N o n esset tanta facilitas peccan-
di, si non esset tanta facilitas absol-
vendi.» (Belarmino.) Grandes bienes
resultarían á la Iglesia si todos los
confesores siguiésemos, en orden á la
absolución, una conducta uniforme,
ateniéndonos en la práctica á las muy
sabias, muy moderadas y muy pru-
dentes doctrinas de San L i g o r i o .
ARTÍCULO PRIMERO
Cuándo se lia de dav, suspender ó negar
la absolución.
2461. i . ° E l confesor, comun-
mente hablando, está obligado sub gra-
vi á dar la absolución al penitente que
confesó sus pecados y tiene las debi-
das disposiciones. L a razón es , por-
que el confesor, en el hecho de oir la
confesión, se obligó por un cuasi con-
trato á absolver al penitente, si no
está indispuesto. Además, se le pri-
varía de la gracia del Sacramento, y
tal vez, irritado al ver que sin grave
motivo se le negaba la absolución, ó
tomaría tedio á la confesión, ó busca-
ría otro sacerdote y tendría la moles-
tia de volver á confesar las mismas
culpas de que no se le absolvió.
2462. 2 . Dije comunmente, por-
0
que hay algunas ocasiones (diga lo
que quiera el P. Ballerini) en que el
confesor puede y a u n conviene que no
absuelva al penitente que viene con
las disposiciones necesarias, dilatándo-
le la absolución por algunos pocos
días; porque si bien como juez puede
absolverle, puede también como m é -
dico tener algún motivo racional para
dilatarle por algún poco tiempo la ab-
solución, á fin de que reconozca me-
j o r la gravedad de sus culpas, ó sea
más diligente en huir las ocasiones
de pecar, ó en practicar los ejercicios
espirituales, ó se humille más, ó aca-
be de enmendarse de algún hábito de
casos en que es necesario diferii ó n e -
pecados veniales que le detiene en el
gar la absolución, se pregunta: ¿qué
V.
camino de la perfección cristiana.
H a y casos en que debe suspenderle la
absolución aunque esté dispuesto, dice
San L i g o r i o . « R a t i o , quia pcenitens,
quamvis habeat jus ad absolutionem
ratione confessionis peractae, non t a -
men habet jus ut statim absolvatur;
confessarius enim, cui non solum j u -
diéis, sed etiam medici competit mu-
ñas, bene potest, mimo meo judicio te-
netur differre absolutionem , quando
judicat tale remedium esse necessario
utile saluti sui pcenitentis.» ( L i b . 6,
núm. 462.) Me parece excelente esta
doctrina, practicada con prudencia.
N o obstante, el confesor ha de consi-
siderar atentamente si hay urgencia de
comulgar, y además si el penitente se
irritará porque, estando dispuesto, no
se le absuelve, y así se seguirá m a -
yor mal.
3. 0
Cuando el penitente, por pura
devoción, se confiesa dos, tres ó más
veces cada semana, algunos confeso-
res, si no tiene alguna falta particu-
lar, no le absuelven sino una vez cada
semana. Con tal que pongan materia
cierta de la vida pasada, se vea que
se han preparado convenientemente y
tratan seriamente de su aprovecha-
miento, yo he absuelto á esa clase de
personas aun cuando se acerquen dos
ó tres veces cada semana; pero si acu-
den otras personas más necesitadas,
se debe advertir á aquéllas que no las
impidan confesarse. E s t o me parece
conforme á la respuesta que en 1839
dio la Sagrada Congregación de Obis-
pos y Regulares, que dice así: «Sacra-
mentalem absolutionem rite dispositis
non esse, prcesertim per modum regules,
differendam, ne Sacramenti gratia
priventur, licet fortasse nec gravia nec
nova habeant, sed dumtaxat peccata
j a m per sacerdotis absolutionem de-
leta iterum confiteantur.» (Aualecta
Juris Pontificii, ann. 1862: De la fre-
cuente comunión.)
2463. Para decir con acierto los
DEL SACRAMENTO
certeza ha de tener el confesor de la
disposición del penitente para poder
absolverle?
R. E s muy prudente y fundada la
resolución de San L i g o r i o acerca
de esta dificilísima é importantísima
cuestión:
i.° C o m o dice Santo T o m á s ( 2 . a
i . , q. 47, art. 9 ad 2 . ) : «Certitudo
35 u m
non est similiter quasrenda in ó m -
nibus, sed in unaquaque materia se-
cundum proprium m o d u m : sed quia
materia prudentias sunt singularia
contingentia, circa quas sunt opera-
tiones humanas, non potest certitudo
prudentias tanta esse, quod omnino
sollicitudo tollatur.»
2.° « U n d e , añade San L i g o r i o ,
quoad nostrum propositum spectat,
sufficit quod confessarius habeat pru-
dentem probabilitatem de dispositione
pcenitentis, et non obstet ex alia parte
prudens suspicio indispositionis; alias
vix ullus posset absolví, dum quas-
cumque signa posnitentium non pras-
stant nisi probabilitatem dispositio-
nis... E t hoc videtur satis exprimí in
Catechismo R o m a n o (De Pcenit., nú-
mero 60), ubi dicitur: «Si audita con-
«fessione (sacerdos) judicaverit ñeque
»in enumerandis peccatis diligentiam,
» n e c i n detestandis dolorem pcenitenti
omnino defuisse, absolví poterit.» Ergo
semper, añade San L i g o r i o , ac confes-
sario positive non innotescit pceniten-
ti omnino defuisse dolorem, ipsum ab-
solvere potest.» ( L i b , 6, núm. 461.)
2464. P. ¿A quiénes se ha de ne-
gar la absolución?
R. Según el Ritual R o m a n o , se
debe negar la absolución:
i.° A los que al confesarse no dan
señal alguna de dolor, ó no quieren
usar de los remedios necesarios para
su enmienda.
2.0
A los que no quieren perdonar
á los que les ofendieron; pero el ofen-
dido tiene derecho á exigir que el ofen-
sor le indemnice ó resarza los daños
que le causó contra justicia conmuta-
tiva.
DE LA PENITENCIA. 633
3.
0
N o se puede absolver á los que
no quieren deponer los odios y e n e -
mistades que tienen contra sus próji-
mos; porque, como dice Jesucristo:
«Si perdonareis á los hombres sus pe-
cados, también vuestro Padre Celes-
tial os perdonará vuestros delitos.
Mas si no perdonareis á los hombres,
tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestros pecados.» (Matth., cap. 6,
vers. 14 y 15.) « U n juicio (dice el P a -
dre San Cipriano) pronunciamos con-
tra nosotros mismos siempre que pe-
dimos á Dios que nos perdone como
perdonamos á los otros, si no quere-
mos perdonar á los que nos han ofen-
dido.» ¡Terrible sentencia!
4. N o se puede absolver á los que
0
han dañado gravemente á otros en sus
intereses, honra ó fama, y, pudiendo
buenamente, no quieren restituir; por-
que, como dice el Padre San Agustín,
«non remittitur peccatum, nisi resti-
tuatur ablatum.»
5. T a m p o c o se puede absolver
0
á los padres y superiores que, viendo
los excesos de sus hijos y subditos y ,
pudiendo buenamente, no los evitan,
ó al menos los corrigen; porque, como
dice el Apóstol ( I ad T i m . , cap. 5,
v. 8): «Si quis autem suorum, et má-
xime domesticorum. curam non ha-
bet, fidem negavit, et est infideli d e -
terior.»
6.° N o se puede absolver á los que
están en ocasión próxima de pecar y ,
pudiendo sin daño grave, no la q u i e -
ren dejar, ó sin justa causa dan á otros
ocasión próxima de pecar y no q u i e -
ren desistir de su acción.
7. T a m b i é n se debe negar la ab-
0
solución á los que ignoran vencible ó
invenciblemente los artículos de la fe,
cuyo conocimiento es necesario neces-
sitate medii para salvarse.
2465. P. ¿A quiénes sé ha de
suspender la absolución?
R. E s regla general que se ha de
suspender la absolución al penitente
cuando su disposición es dudosa, e x -
ceptuados aquellos casos en que, por
 634 LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 635
intervenir necesidad grave, se puede absolución á los que son gravemente E s t a doctrina de San L i g o r i o , que tores que condenan como absolutamen-
absolver sub conditione. negligentes en instruirse en las obli- es comunísima, tiene, según el Santo, te falsas algunas opiniones que son
A q u í se ha de tener presente que, gaciones más principales del oficio ó algunas excepciones: sólidamente probables, bien que sus
cuando la disposición del penitente profesión que desempeñan; como abo- i.a
Cuando se trata de las dispo- contrarias también son probables.
es dudosa, el confesor no ha de sus- gados, médicos, jueces, párrocos, con- siciones que debe llevar el penitente, Pondré algunos ejemplos: el contrato
penderle y despedirle inmediatamente, fesores, etc.; porque están en peligro como dolor verdadero de sus culpas, trino, ¿es usurario? L o s clérigos en el
como hacen algunos confesores, sino próximo de cometer errores trascen- propósito firme de la enmienda, etc., día, ¿son dueños de las rentas de sus
que ha de hacer lo posible para dis- dentales. ó cuando el confesor duda si tiene beneficios eclesiásticos? E l que en el
ponerle. H e aquí las graves palabras jurisdicción para absolver al peniten- día de fiesta se abstiene de obras ser-
T a m b i é n se ha de suspender la ab-
de San L i g o r i o (lib. 6, núm. 608): te, éste debe sujetarse al parecer de viles y tan sólo oye Misa, ¿cumple sus-
solución á los que están en ocasión
« H i c adverte cum Busemb., cui con- su confesor. E s verdad que hay casos lancialmente con el precepto de la san-
próxima, y á los consuetudinarios
sentiunt Spor., núm. 798, et L a y m . , en que si el penitente decto y de pro- tificación del día festivo? Sería, en
reincidentes, del modo que se dirá en
cap. 13, núm. 10, cum Suar. et L l a - bidad conoce claramente que el confe- mi concepto, peligroso obligar hoy al
los artículos siguientes.
mas, quod confessarius tenetur quan- sor es muy rudo é ignorante y que penitente, bajo la pena de negarle la
2466. P. ¿Puede y debe el con-
tum potest ad disponendum suum sin motivo no le quiere absolver, pue- absolución, á que se abstuviese del
fesor suspender la absolución al peni-
pcenitentem, qui indispositus accedit. de buscar otro confesor instruido que contrato trino hecho con sinceridad,
tente que quiere seguir su opinión y
Quocirca nescio quomodo a culpa ex- le absuelva. T a m b i é n creo que cuan- del modo que se dijo en su lugar; ú
no quiere conformarse con la del con-
cusan possint desides illi confessarii do un confesor ignorante duda si tiene obligar hoy al clérigo, bajo la pena
fesor?.
qui statim ac noverint pcenitentem facultad para absolver al penitente, de negarle la absolución, á restituir,
non satis dispositum, dimittunt, nulla R. Algunos autores afirmaron um-
si éste es persona conocidamente doc- si malgastó algunas rentas de su b e -
aut valde módica prsemissa diligentia versalmente que, como el confesor es ta y de probidad y asegura como cosa neficio eclesiástico; ó condenar al que
ad eum curandum. Dico enim, quod juez y maestro en la confesión, el pe- cierta que el confesor tiene jurisdic- en el día de fiesta se contentase con
confessarius tenetur ex rigorosa obli- nitente estaba obligado á conformar- ción, bien puede el confesor sujetar sólo oir atentamente una Misa. Bien
gatione charitatis eum disponere quan- se con todas sus opiniones; pero la prudentemente su juicio al del peni- sé que hay autores graves que así
tum valet, exponendo ipsi deformita- | sentencia comunísima de San Anto tente y absolverle. opinan; pero otros no menos, ó acaso
tem peccati, valorem divinas gratias, ¡niño, Victoria, San Raimundo, Soto, más respetables, y con razones, en
periculum damnationis et similia, Suárez, los Salmaticenses y otros 2. D i c e San L i g o r i o que el con-
a

mi humilde concepto, más poderosas,

etiamsi multum temporis in hoc im- muchos dice que si la opinión del pe- fesor no puede absolver al penitente
defienden las contrarias opiniones; y
penderé debeat. Nec ei cura esse debet, nitente acerca de la licitud de una acción que se obstina en seguir una opinión
yo absolvería á los que así obrasen
quod alii pcenitentes expectent; nam tune es probable, aun cuando al confesor temeraria: « S i confessarius pro sua
con buena fe, porque no sólo no las
confessarius non tenetur attendere ad le parezca que su opinión contraria es opinione habet principium certum, cui
creo falsas, sino que las creo más
bonum aliorum, sed tantum sui pce- más probable, no puede obligar al nuilum videt patere respomum, et clare
probables.
nitentis, pro quo tantum illo tune, penitente á que desista de su parecer, cognoscit opinionem pcenitentis (quam-
non vero pro aliis, rationem est D e o ni negarle por esto la absolución. L a vis aliqui doctores eam tueantur) niti 2467. P. Si el penitente con i g -
redditurus.» razón es, dice San L i g o r i o (lib. 6, falso fundamento, ac rationes illius norancia invencible practica con bue-
inúm. 604), «quia confessarius non procederé ex fallaci aequivocatione, na fe una opinión conocidamente fal-
L a absolución se ha de suspender est judex controversiarum circa opi- tune dico cum Navarro et Sancto A n - sa, ¿deberá el confesor sacarle siempre
á los que con negligencia gravemente niones quas pcenitens sequi teneatur, tonino, confessarium non posse pceni- del error, a u n cuando tema que el
culpable no procuran aprender las sed tantum judex dispositionis pceni- tentem absolvere quem videt pertina- penitente no obedecerá por su débil
cosas necesarias necessitate prcecepti, ó tentis; alioquin, si pcenitens, v. gr., citer velle sequi opinionem evidenter virtud?
no cuidan de que las aprendan sus |esset doctior confessario, et vellet erroneam.» P e r o el confesor atienda
R. Esta cuestión se explicó sufi-
hijos y las demás personas que están sequi opinionem quam ipse non sine cuidadosamente á las palabras del
cientemente en el núm. 503. ( V é a s e
á su cuidado; porque si después de avi- fundamento reputaret probabiliorem Santo opinionem evidenter erroneam;
también á San L i g o r i o , lib. 6, desde
sados siguen en la misma indolencia aut etiam certam, posset confessarius porqué San L i g o r i o dice, allí mismo,
el núm. 610 hasta el 616 inclusive),
gravemente culpable, no están en denegare illi absolutionem , si teneret que no debe negarle la absolución
y á Neyraguet (tract. X X I I , cap. 5,
buen estado. E s verdad que algunas opinionem contrariam quae esset forte «cum opinio pcenitentis aliqualem ha-
art. 2, punct. 3.)
veces no son reos de culpa grave, por- in se errónea; sed hoc nullo modo bet probabilitatem, ita ut confessa-
que, ó se olvidan del aviso del confe- videtur posse dici, cum dici nequeat rius, esto eam non habeat ut solide
sor, ó le toman como un consejo, ó quod eo casu pcenitens peccet sequen- probabilem, tamen non reputet omni-
no tuvieron medios oportunos para do opinionem suam; at si non peccat, no falsam.»
instruirse. j a m est dispositus, utque talis jus
habet ad absolutionem.» Esta doctrina es muy importante,
T a m b i é n se ha de suspender la porque se encuentran algunos escri-
 6j6 LIBRO VI. TRATADO V.
en las demás materias en que se d u d a r
ARTÍCULO II de una ley ó precepto; después aplica
esta doctrina del modo siguiente :
De la conducta que ha de observar el
«Occurrunt graves rationes, ob quas
confesor con los penitentes que se ha- vir prudens sapienter judicare potest
llan en ocasión de pecar. me lapsurum in novum crimen mor-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 637
olra mitad no pecó ; y así hay igual- graves castigos. L o mismo sucede con
dad de probabilidad. E s í a doclrina es los hijos de familia que no pueden
tan laxa , que , si se pracíicase , con dejar la casa paterna en la cual tienen
razón exclama el doctísimo y virtuo- la ocasión próxima , y en otros casos
sísimo jesuíta P. Miguel E l i z a l d e en que no se puede dejar la ocasión
(lib. 8, cuestión 15, part. 3 . ) : Viam próxima sin grave detrimento de la
a

í a l e , si accessero ad hanc d o m u m ; paradisi everteret, et infemum impleret. fama, ó dejando el oficio del cual pen-
2468. P. ¿Cómo se define la oca- viceversa alise rationes etiam g r a v e s ,
E s doctrina corriente, dice San L i g o - de la subsistencia ú olro grave daño
sión de pecar? ob quas alius seque prudens pronun- r i o , que es una misma cosa querer el semejaníe.
R. «Quodcumque objectum extrin- tiaret me non lapsurum; ergo possum 2471. L a ocasión próxima nece-
pecado mortal que ponerse sin causa
secum quod allicit ad peccatum, seu sine nota temeritatis et imprudentiat me
en peligro cierto de pecar mortalmen- saria puede ser pressens et in esse , ó
in quo peccandi periculum contine- committere tali occasioni; certo non
te, aunque no haya sino probabilidad absens et non in esse. Se llama présenle
tur.» L a palabra extrinsecum se pone commissurus, si liquido (clara, ma- ó in esse , cuando la persona tiene
de que caerá en pecado mortal.
para designar la noción de la ocasión nifiestamente) scirem me in illa(occa-
2 4 6 9 . L a ocasión puede ser próxi- siempre ó casi siempre la ocasión
propiamente tal; porque cuando el p e - sione) admissurum istud grave pecca-
ma absoluta ó ex natura sua , y p r ó - consigo; como el que tiene en su casa
ligro de pecar no proviene de algún l u m . Adeoque fas est per se loquendo
xima relativa. E s próxima absoluta la sirvienta con la cual peca frecuen-
objeto externo, sino del m i s m o que committere se periculo probabili peccandi
aquella «in qua homines positi ut plu- l e m e n í e ; la mesonera que peca fre-
peca solamente, entonces es peligro, fuortaliter.» Aquí se habla general-
rimum peccant; quia valde impellit ad cuentemente con los que se hospedan
pero no ocasión; y esto se llama peli- mente, atendiendo solamente al sis-
peccaíum;» los ejemplos son obvios, y en su casa, etc.
gro, hábito ó costumbre de pecar; algu- tema probabilista; pero esta opinión
se pondrán algunos más adelaníe. E s L a ocasión ausente seu non in esse
nos la llaman ocasión intrínseca; pero es falsa y perniciosísima. Cuando no
de ésta se tratará en el artículo si-1 hay justa causa, no es lícito exponerse ocasión próxima relativa ó per accidens es la que no está presente, sino que la
guíente. I á un peligro probable de pecar for- aquella «quae licet non sit apta de se va á buscar el que se pone en ella:
ad homines communiter índucendos como el que va á la casa de juego en
L a ocasión se divide en próxima y malmente, como lo prueba San L i g o -
in peccatum , relate tamen ad talem que frecuentemente blasfema , ó hace
remota. E s remota cuando el objeto rio (lib. 5, n ú m . 63, y lib. 6 , núme-
personam fragilem est aptissima.» fraudes gravemente ilícitos; ó va á la
no trae consigo peligro probable de ro 453), siguiendo á Santo T o m á s y
E s t o se verifica cuando una persona taberna, donde frecuentemenle se em-
pecar, ó in qua homines positi raro á otros graves autores. L a s dos razo-
puesta en aquella ocasión cayó fre- briaga ; ó visita una casa donde vive
peccant. N o hay obligación de evitar nes que alega Gobat no tienen solidez.
cueníemeníe, ó, habiendo caído algu- una persona con la que peca frecuen-
las ocasiones remotas, porque sería N o la primera, porque sin justa causa
na vez , prevé prudentemente y teme temente.
necesario salirse del mundo, el cual «est illicitum uti opinione probabili
con fundamento que, aíendida su fra- 2472. P. Supuestas estas nocio-
está lleno de lazos y peligros remotos. cum periculo damni alieni spiritualis
gilidad , volverá á caer si se pone en ciones generales , ¿se puede absolver
Se exceptúa el caso en que el confe- vel t e m p o r a l i s , ut certum est apud
la misma ocasión. al que está en ocasión de pecar?
sor viese que la ocasión remota, si se omnes; quanto magis id non licebií,
2470. L a ocasión puede ser vo- R. Siguiendo la sabia doctrina de
continuaba en ella, pronto pasaría á ubi periculum imminet proprice animes?»
ser próxima. como dice San L i g o r i o (lib. 5, núme- luntaria ó necesaria. E s voluntaria San L i g o r i o , no se puede absolver:
ro 63). N o la segunda razón , porque, aquélla in qua quis est pro suo velle, i.° A los que , aunque no pequen
Ocasión próxima es in qua homines
como dice el Sanio allí mismo, cuan- cuando una persona la busca de in- hallándose en la ocasión voluntaria,
positi peccant frequenter; porque, como
do hay probabilidad de que se caerá tento , ó está en ella , pero la puede dan escándalo á otros, y no obstaníe no
muy bien dice San L i g o r i o ( l i b . 6, quieren dejarla , como dice el Santo
si se pone en la ocasión, «licet pecca- dejar fácilmente.
núm. 452), siguiendo á graves auto-
tum sit incertum, an sit vel ne com- L a ocasión necesaria puede ser ne- (lib. 6, núm. 452) con la opinión c o -
res, para que la ocasión sea próxima
miílendum, certum tamen est periculum cesaria físicamente ó moralmente. mún. T a m b i é n se ha de obligar á
respecto de una persona, no es nece-
peccandi.» Será necesaria físicamente la ocasión dejar la ocasión externa voluntaria,
sario que el que está en ella peque
«quse nidio modo vitari potesí;» como cuando se junta con ella la pasión ó
casi siempre, ni las más veces; basta que
De la doctrina de Gobat se seguiría si pusiesen presos en un mismo cala- tentación; como sucedería si una sir-
peque frecuentemente: «etsi non fere
el funestísimo absurdo de que el hom • bozo á un hombre y á una mujer pros- vienta fuese solicitada con instancia
semper, nec frequentius, frequenter
bre que sin necesidad visiía sesenta tituida y provocativa. Será necesaria por su a m o , y la criada fuese frágil y
tamen cecidit,» dice el Santo.
veces á una mujer en un mes, y peca moralmente la ^ocasión «quae absolute poco devota; «nam si esset pietati de-
Algunos autores laxos, entre ellos con ella veinte ó treinta veces, puede
loquendo deseri p o t e s t , sed non sine dita , añade el Santo , et cauta , et
el P. Jorge Gobat (tract. V I I , caso 16, sin causa visitarla después, porque en opportuna adhiberet remedia ad t e n -
peccato, vel sine gravi damno temporali;»
núm. 225, pág. 595), afirman que en cada visita es probable que caerá , y laliones repellendas ac passioni ob -
como el militar que peca habitualmen-
materia de ocasiones de pecar se es probable que no caerá, pueslo que viandum, tune eam non obstringerem
te en la milicia y no puede desertar
puede seguir el probabilismo, c o m o en la mitad de las visilas pecó y en la ad occasionem auferendam.» N o obs-
sin desobedecer y sin exponerse á muy
 6 8
3
LU3R0 VI. TRATADO V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 6
i9
tante, si la criada podía (sin sufrir |
peccandi non est fugíenda, quando causa» afferat extraordinaria signa doloris; cero, á saber: cuando el penitente no
grave perjuicio) encontrar otros amos ¡ aliqua utilis aut honesta non fugiendi
quia tune propter hujusmodi signa aprendió que la ocasión era próxima
virtuosos, y o , con cuanto celo pudie- I occurit.»
confessarius prudenter potest judicare y que tenía grave obligación de aban-
se, le aconsejaría que lo hiciese, para
Por último, otros dijeron que cuan- non adesse in pcenitente periculum donarla inmediatamente; en cuyo caso
librarse de las molestias de su a m o ; y
do se ha de seguir algún bien espiri- illud proximum infringendi proposi- podrá ser absuelto por la vez primera
además , porque estando en su casa,
tual ó temporal para nosotros ó para íum; signa enim illa indicant pceni- antes que deje la ocasión ; mas no la
pudieran ser tan continuas, provocati-
el prójimo , es lícito buscar directa- tentem uberiorem recepisse gratiam, segunda vez, porque en este caso, an-
vas y acaso violentas las solicitacio- i
mente la ocasión próxima de pecar; qua magis constanter se geret in occa- tes de dejarla, no se le podría absol-
nes , que al fin fuese vencida y su-
pero he aquí la proposición condenada sione removenda. Nihilominus , ait ver, nisi forte afferat signa extraor-
cumbiese. E n tentaciones contra la
por Inocencio X I (es la 63): «Licitum Roncaglia, quod ipse etiam in hoccasu dinaria doloris, ut supra.» (Billuart,De
castidad, el que huye, vence.
est qucerere directe occasionem proxi- absolutionem differret usque dum occa- sacram. Pcenit., diss. 6, art. 10, §-5.)
2.° E l que está en ocasión próxi- mam peccandi , pro bono spirituali
sio auferatur (nótese bien) si absolutio Además, puede absolvérsele «si gravis
ma voluntaria , nunca , ni aun en la vel temporali nostro vel p r o x i m i . »
commode differri posset: et ita (añade causa cogat, ut statim absolutio c o n -
hora de la muerte, puede ser absuel-
2473. P. Si el penitente, cuando el Santo) etiam ego agerem. cedatur (Marc, tomo 2, núm. 1822),
to, si se obstina en no querer dejarla,
viene á confesarse, está en ocasión «Excipiendus 2 . , cum V i v a casus
0
quia, ex gravi causa, et cum debitis
porque éste ama el peligro próximo
próxima, ¿se le podrá absolver si pro- quo pcenitens, si absolutio differatur, cautelis, licet se et alterum exponere
formal de pecar , quod vitandum est.
mete seriamente dejarla? non possit ad conffessarium rediré, periculo, quod tune remotum redditur;
« I n t e l l i g e , si periculum sit consensus;
R. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 454), vel nonnisi post longum tempus; tune proinde, cum pcenitens est in quadam
non autem simplicis tentationis,» dice
siguiendo á San Carlos Borromeo, enim, si ille j a m fuerit confessus pec- necessitate recipiendi absolutionem ,
San L i g o r i o , en el lugar citado. D e
-

distingue: si la ocasión próxima es de cata sua et confessarius prudenter j u - antequam occasionem tollat, censetur
esto no puede dudarse después que
las que llaman ausentes ó qua non sunt dicare valeat eum firmam habere v o - ac si esset in occasione necessaria,
Inocencio X I condenó la siguiente
in esse , como el que se embriagó por luntatem tollendi occasionem statim adeoque habet j u s , ut statim absol-
proposición (es la 61): «Potest aliquan-
ir á la taberna , ó blasfemó por ir al ac poterit, tune potest et debet ipsum vatur.» Según el m i s m o , en el lugar
do absolví qui in próxima occasione
juego, ó fornicó por ir á una casa de absolvere, quia tune pcenitens habet citado, se juzgan causas graves las
peccandi versatur , quam potest et non
prostitutas , si no es consuetudinario jus ut statim absolvatur. N a m hoc siguientes:
vult omitiere , quin imo directe et ex
reincidente formal y promete seria- casu tale periculum (infringendi pro- « 1 . Periculum mortis: si, nempe,
proposito quasrit, aut ei se ingerit.»
a

mente apartarse de la ocasión , bien positum) de próximo fit remotum; si- pcenitens mortifere asgrotet et occasio
E s necesario que se siga daño ver- puede absolvérsele hasta tres veces:
cut enim ratione gravis damni(ut infra statim removeri nequeat, sive quia
daderamente grave en la vida, ó fa- « R e c t e docet Sanctus Carolus quod,
dicetur) non tenetur pcenitens occasio- non adest tempus, sive quia gravis
ma, ó hacienda , para que la ocasión si pcenitens firme proponat ab ea se
nem auferre, eo quod periculum per se infamia vel grave scandalum ex tali
próxima deje de ser voluntaria y pase c a v e r e , potest per unam aut duas
proximum ratione illius necessitatis dimissionesuboritura sunt, prout saepe
á ser forzosa ; y como algunos proba- etiamque tres vices absolví. Quod si
evadit remotum, ita in casu nostro pe- contingit S, L i g . (lib. 6, núm. 455).
bilistas ensancharon demasiado sobre ; postmodum emendatio non apparet,
esta materia, Alejandro V I I , en 18 de | differri ei debet absolutio, doñee ille riculum illud infringendi propositum 2. Periculum
a
infamia;, si, n e m p e ,
Marzo de 1666, condenó la proposi- cumeffectu occassionem derelinquat.» iit remotum ratione magni oneris, necessitatsm habeat eadem vel p ó s -
ción que decía (es la 41): « N o n est I quod pcenitens deberet subiré iterum tera die matrimonium ineundi aut
P e r o si se trata de las ocasiones
obligandus concubinarius ad ejicien- próximas presentes, esto es, qua con- repetendi confessionem apud alterum: communionem recipiendi, quatenus
dam concubinam, si hasc nimis utilis sislunt in esse, dice San Carlos Borro - tune enim est in morali necessitate absque gravi infamia abstinere n e -
esset ad oblectamentum (vulgo regalo) meo que, por más promesas que haga recipiendi absolutionem. Hoc tamen queat S. L i g o r . (lib. 3, num. 436).
concubinarii, dum, deficiente illa, ni- el penitente , no se le puede absolver non admittendum, si pcenitens ab alio Similiter, si confiteatur tempore mis-
mis aegre ageret vitam, et aliae epulae hasta que de hecho deje la ocasión confessario jam fuerit admonitus de sionis, et nequeat, absque nota infa-
tedio magno concubinarium afficerent, próxima voluntaria; y añade San L i g o - occasione tollenda, et non abstulerit; mias , occasionem statim amoveré.
et alia fámula nimis difficile inveni- rio: « E t hanc sententiam censeo. (sal- quia tune habetur tamquam recidi- Quo in casu , remittenda est occasio-
retur.» vus, et minime est absolvendus, nisi nis amotio ad aliquas hebdomades
tem ordinarie loquendo) omnino se-
forte afferat extraordinaria signa do- post missionem, sub ea tamen con-
Otros dijeron que basta alguna cau- quendam;» y cita las palabras de un
loris, ut supra.» Hasta aquí San L i - ditione, ut statim, si fieri possit, ali-
sa útil ú honesta para eximir de la coro de graves autores que dicen lo
gorio, cuya doctrina me parece sabia qua cautio adhibeatur, v. gr., renun-
obligación de dejar la ocasión próxi- m i s m o . Después pone el Santo a l g u -
y prudentísima. tiatio conductionis, utque prasseri-
ma; pero esta opinión fué condena- nas excepciones, y dice así:
* A los dos casos en los cuales se bantur remedia ad prsecavendum
da por Inocencio X I en 2 de Marzo
« D i x i ordinarie loquendo: nam mé- puede dar la absolución al que está relapsum. Ita S. Leonardus a Portu
de 1679. L a proposición condenada
rito excipiendus est: cum L u g o , en ocasión próxima voluntaria, según Mauritio (Disc. Mist., núm. 22).
decía así (es la 62): «Próxima occasio
H o l z m a n et Spor., casus quopcenitens dice el autor, se puede añadir el ter- 3. a
Periculum damni spiritualis, si,
640 LIBRO VI. TRATADO
videlicet, prudenter timendum sit, ne
pcenitens, ob dilationem absolutionis,
cum necdum inconstans fuerit, a con-
fessione alienetur et in peccatis ta-
bescat; quia tune dilatio periculum
infringendi propositum potius auge-
ret (Berardi, núm. 49, 50). In m e -
moratis autem casibus, confessarius
poenitentem admonere deberet , ne
confidat se in posterum obtenturum
esse absolutionem, nisi promissis ste-
terit (Aertnys, De occas., núm. 8, I I I ) .
Quod si pcenitens j a m alias ab alio
confessario de removenda occasione
admoniius fuerit, nec admonitioni o b -
temperavit: ut recidivus habendus est,
nec proinde absolví potest, nisi affe-
rat extraordinaria doloris signa.» *
2474. P . ¿Puede el confesor ab-
solver al que se halla en ocasión pró-
xima necesaria?
R. San L i g o r i o trata sólidamente
esta cuestión en el lib. 6, núm. 4 5 1 ,
y dice:
i.° Impugna á los pocos que dicen
que siempre se ha de obligar al peni-
tente á que deje la ocasión próxima
necesaria de pecar, aunque se le haya
de seguir cualquier detrimento en la
vida, en la fama ó en los bienes de
fortuna; pero esta opinión es contra
el sentir común de los doctores.
2° El Santo, con la opinión co-
mún, dice que al que no puede remo-
ver la ocasión próxima sin escándalo,
ó grave perjuicio de la vida ó fama ó
bienes de fortuna, bien puede absol-
verle el confesor si el penitente viene
arrepentido con firme propósito de la
enmienda y de practicar los medios
conducentes para no recaer. L a razón
es, porque la ocasión de pecar no es
«en sí misma propiamente pecado, ni
induce necesidad de pecar, y puede
estar junta con el verdadero dolor del
pecado y firme propósito de no rein-
cidir.»
D e aquí infieren los doctores que
puede muy bien absolverse á los que
no quieren dejar algún oficio, negocio
ó casa, como cirujanos, párrocos, sir-
V.
vientes, militares, mesoneros, etc., si
de hacerlo tienen que sufrir grave de-
trimento, siempre que tengan verda-
dero dolor y propósito de corregirse y
de poner los medios conducentes, por-
que entonces el peligro de pecar no es
formal, esto es, non est proxime confín-
ctum cum peccato (quod semper vitan-
dum e s t ) , sino que el peligro de pecar
es material y remoto, por razón de la
necesidad y de los medios que se p o -
nen para evitar la recaída; y como no
es probable que reincidirá, se verifica
que «occasio de se est próxima, et pe-
riculum peccandi remotum,» como dice
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 452).
N o obstante que San L i g o r i o admi-
te esta doctrina, pone después el pá-
rrafo siguiente: « H a : sententias pro-
babilissima? s u n t : verum in praxi
omnes conveniunt expediré, ut iis,
qui versantur in occasione próxima
etiam necessaria, differatur absolutio.
I m m o , ut ego quid sentiam in hac re
ingenue dicam, numquam absolvercm
eum qui est in occasione próxima extrín-
seca (nam de intrínseca aliter infra
loquar), praesertim si occasio sit de
materia turpi (nótese b i e n ) , semper
ac absolutio commode differri posset.
Censeo enim quod confessarius tam-
quam mediáis tenetur aptare suo pceni-
tenti remedia opportuniora, ut ille
suam faciat salutem , reorque nullum
aliud aptius antidotum ministrar i posse
ei;» porque, añade, si se les absuelve,
es muy temible que, teniendo presen-
te la ocasión próxima, no pongan los
medios convenientes para no recaer,
y vuelvan al pecado: por el contrario,
si se les dilata la absolución, serán
más diligentes en cumplir dichos me-
dios y en resistir á las tentaciones,
por el temor de que el confesor les
niegue otra vez la absolución; y esto,
a u n cuando el penitente traiga seña-
les extraordinarias del dolor, con tal
que no se vea una necesidad especial de
absolverlos.
T a l vez alguno me tendrá por muy
riguroso, dice el Santo: « S e d ego cum
DEL SACRAMENTO
posnitentes offendissem hujusmodi
occasionum laqueis irretitos, sic sem-
per egi, et semper agam. Quisque in
suo sensu abundet. Utinam vero o m -
nes confessarii cum hujusmodi pceni-
tentibus ita se gererent; multo qui-
dem minora crimina committerentur,
et longe plures anima? perditionem
vitarent! E g o sentio et dico quod ubi
agitar de liberando pcenitente a pec-
cato formali, licet permittatur m a n e -
re in materiali, tune confessarius cu-
rare debet, in quamtum christiana
prudentia concedit, uti opinionibus
benignioribus, gravi tamen funda-
mento roboratis. Ubi tamen opinio-
nes benignas propinquius admovent ad
periculum peccati formalis, ut accidit
in hac materia occasionis próximas,
dico «quod confessario uti expedit
«sententiis rigidioribus; sic enim ma-
»gis consulet suorum pcenitentium
»saluti.» ( L i b . 6, núm. 456.)
Cuando se trata de un penitente
que está en ocasión próxima necesa-
ria, y , habiendo sido ya amonestado
por otro confesor, no puso cuidado
en practicar los medios que se le pres-
cribieron para no recaer, sino que
reincidió del mismo modo, entonces
dice el Santo en el mismo número:
«omnino dimittendum esse sine abso-
lutione, nisi forte extraordinaria signa
doloris exhibeat; et etiam huic adhuc
extraordinaria compunctione donato,
ordmarie loquendo, absolutionem de-
negarem, quando (nótese bien) com-
mode absolutio posset differri.»
* L o s siguientes ejemplos sirven
para aclarar esta difícil cuestión:
Mulier debet malle pras penuria
perire, quam frequentare domum, ubi
donatur muneribus, quae j a m trans-
ierunt, vel probabiliter, mox trans-
itura sunt in stipendium meretricium.
2." Pcenitens debet deserere confes-
sarium, licet utilem, si soleat ex ejus
alloquio consentiré in delectationem
impuram. 3 . H o m o , a multo tempo-
0
re furax , debet dimittere officium
quod eum ad furandum impellit.
TOMO II,
DE LA PENITENCIA. 641
4 . Gulosus debet vitare convivía;
0
ebriosus tabernas; libidinosus fami-
liaria et privata colloquia cum fcemi-
nis, etc., etsi justam ita colloquendi
causam sibi habere videatur. 5. A d o -0
lescens et puella, intuitu matrimonii
sese frequentantes, non sunt absol-
vendi, nisi occasio ex próxima fiat
remota, per media a confessario pras-
scribenda (cf., núm. 826). 6.° Non est
absolvendus filius familias peccans
cum ancilla, quas secum in domo pa-
terna habitat, nisi prasseriptis a c o n -
fessario remediis diligenter utatur,
atque ita occasionem veré removeat.
V e r u m , hujusmodi occasio non potest
generatim removeri nisi per alter-
utrius (filii, nempe, vel ancillas) e m i -
grationem. (Marc, núm. 1S25.) *
2475. P . ¿Cuáles son los medios
que el confesor ha de prescribir al
que está en ocasión próxima necesa-
ria para preservarle de la recaída?
R. San L i g o r i o dice que los r e m e -
dios para los que están en esa ocasión
(prcBsertim peccati turpis) son: aumen-
tar la oración, mayor frecuencia de
Sacramentos, renovar todos los días
delante de un Crucifijo el propósito
de no pecar, no tratar á solas con la
persona que es objeto de la ocasión,
huir su vista, y otras cosas semejan-
tes (lib. 6, núm. 455). Además, á to-
dos se ha de aconsejar la más tierna
devoción á María Santísima, rezando
el santo Rosario con este fin, una A v e
maría cada hora, y meditar un rato,
ó al menos leer diariamente sobre los
N o v í s i m o s ; pues dice el Espíritu San-
to: « I n ómnibus operibus tuis memo-
rare novissima tua, et in asternum
non peccabis.» (Eccles., cap. 7, v. 40.)
2476. P . A l que se halla en oca-
sión próxima necesaria y, después de
tanteados todos los medios, reincide
siempre de una misma manera, ¿se le
puede absolver antes que de hecho deje
la ocasión?
R. Aunque algunos autores dicen
que se le puede absolver toties quoties,
con tal que traiga suficiente dolor y
41
642 LIBRO VI. TRATADO
propósito, San L i g o r i o tiene por cier-
to (verior sententia), siguiendo á C a -
y e t a n o , N a v a r r o , Suárez y otros,
«hunc non posse absolví, nisi occa-
sionem deserat, cum jactara adhuc vi-
ta, si opus sit, quando nulla emenda-
tio, nec probabiiis spes emendationis
appareat. R a t i o , quia homo tenetur
cum omni jactura vitare periculum
proximum peccati formalis. E t licet ali-
quando ob justam causam possit per-
mitti periculum peccati, numquam
tamen potest permitti peccatum: cum
autem nulla spes apparet emendatio-
nis, periculum utique fit fórmale, et a
peccato sejungi non potest, et ideo
omnino est vitandum cum quocum-
que damno temporali etiam vitas. H i c
enim currit illud Marci, cap. 9, v. 46:
«Si oculus tuus scandalizat te, ejice
eum,» etc.: et aliunde Lucas, cap. 9,
v . 25: «Quid prodest homini si m u n -
dum universum lucretur, animas vero
suaedetiimentum patiatur?» Sscus vero
dicendum cum H o l z m . et alus c o m -
muniter, si in prassenti hujusmodi
pcenitens afferat extraordinaria signa
doloris: tune enim j a m effulget spes
emendationis.» Téngase presente lo
que queda dicho, según la práctica de
San L i g o r i o ; esto es, que á los que
están en ocasión próxima externa,
aunque viniesen con señales extra-
ordinarias de dolor, les suspendía la
absolución si se 'la podía diferir cómo -
d amenté.
ARTÍCULO III
De la conducta que lia de observan el
confesor con los consuetudinarios y
reincidentes, en orden á la absolu-
ción.
24.77. P. ¿Quién se puede llamar
consuetudinario?
•R. «Qui ex repeíitione peccati ejus-
dem speciei contraxit habitum peccandi
in illa specie.»
Por hábito de pecar se entiende aquí
«propensio seu facilitas peccandi in ali-
V.
qua materia per actus repetitos com-
parata.» Pero se ha de notar que aquí
se trata del penitente que se acusa
por primera vez de la mala costumbre;
porque si ya confesó esta costumbre
y recayó, es consuetudinario reinci-
dente.
P. ¿Cuántas veces ha de recaer
una persona para que pueda adquirir
el hábito de pecar en una materia?
7?. N o se puede dar regla cierta:
i . ° E l que en poco tiempo repite mu-
chas veces una misma especi; de pe-
cado, por lo común adquiere más fá-
cilmente el hábito que el que peca
otras tantas veces, pero con interrup-
ción de más largo tiempo. 2 . Cuando0
el pecado se repite, no por pasión y
afecto al objeto del pecado, sino por
temor de algún mal que amenaza, por
miedo reverencial, ó por remediar,
por ejemplo, una gran necesidad pro-
pia de su familia ó de sus hijos, pero
conservando al mismo tiempo grande
horror á aquella clase de pecado, no
se forma fácilmente hábito: así que,
quitada la causa extrínseca que pre-
cipita á condescender á la culpa, está
ya curado el penitente. 3 . Algunas
0
especies de pecados son más pegajo-
sas, y la repetición de éstos produce
más pronto el hábito, como en los de
impureza.San L i g o r i o (Praxis confes-
sarii, núm. 70) dice que, por lo c o -
mún, cinco veces en el mes pueden
bastar para producir hábito, si se co-
metieron con algún intervalo de tiem-
po, pues de otro modo parecería s e r l a
continuación de un mismo pecado.
A d e m á s , se forma más fácilmente el
hábito si se trata de pecados externos,
porque los actos pecaminosos mera-
mente internos no estragan tanto la
naturaleza ni tienen tanta eficacia
para producir un hábito vicioso, como
los pecados externos. Después añade
el Santo: « I n materia fornicationum,
sodomiarum et bestialitatum multo
minor numerus (quam quinquies in
mense) habitum queit constituere:
q u i , ex. g r . , semel in mense fornicare-
DEL SACRAMENTO
tur per annum, bene hic habituatus
dici potest.» Hechas estas i m p o r t a n -
tes advertencias:
2478. P. ¿El confesor ha de ab-
solver al penitente habituado ó con-
suetudinario?
R. Si no está en ocasión p r ó x i m a
¡pues de ésta ya se trató en el artícu-
lo precedente), ni es reincidente for-
mal (de éste se tratará después), el
confesor puede y debe absolver al me-
ro consuetudinario que c o n las seña-
les ordinariis de verdadero dolor y
propósito serio de enmendarse con-
fiesa ingenuamente sus pecados, por
muchos que sean, a u n cuando tenga
hábito ó hábitos diversos de cometer-
los, y aunque en nada se haya en-
mendado antes de la confesión. S o n
palabras de S i n L i g o r i o (lib. 6, n ú -
mero 459), y dice que esta es doc-
trina corriente (sententia communii-
sim.i). «Ratio, quia talis pcenitens ex
una parte non est praeatmendus malus,
ita ut velil indi-positus ad S a c r a m e n -
tum accederé; ex alia bene praesumitur
disposilus, dum peccata sua confitetur,
cum ipsa spjntaaea confessio sit signum
ronlritionis, nisi obUel aliqua positiva
praesumptio in contrarium (como si no
quiere restituir pudiendo, ó no quiere
reconciliarse con s u enemigo, si tiene
odio que no quiere deponer, ó no quie-
re aceptar los medios necesarios para
desarraigar la mala costumbre, etc.):
omnes enim conveniunt, quod dolor
per confessionem manifestatur... A t -
iende quae docet Catechismus R o m a -
ñus, De Pcenit., núm. 60: «Si, audila
íteonfessione, judicaverit (sacerdos) nec
jiin enumsrandis peccatis diligentiam,
»nec in detestandis dolorem pceni-
oitenti (nótese bien) omnino defuisse,
«absolví poterit.»
San L i g o r i o , en el Homo apostolicus,
tract. ult., num. 8, dice así: « S i el há-
bito pecaminoso estuviese muy arrai-
gado, puede el confesor diferir la abso-
lución al consuetudinario para expe-
rimentar la constancia del penitente,
poniendo en práctica los medios pres-
DE LA PENITENCIA. 643
critos, y á fin de que conciba mayor
horror á su v i c i o . » Pero esto se ha do
entender cuando la absolución se pue-
de dilatar cómodamente, como muy
bien dice Scavini; y como dice San
L i g o r i o del que no puede sin gran
dificultad quitar la ocasión próxima,
y está dispuesto á practicar los m e -
dios que el confesor le prescriba, pues
á éste dice que se le debe absolver
cuando no se le puede dilatar cómoda-
mente la absolución. Por lo tanto, si
el consuetudinario que tiene las d i s -
posiciones que quedan dichas tiene
necesidad de comulgar, ó no ha de
poder volver á confesarse en mucho
tiempo (y yo añadiría: ó se ha de tur-
bar demasiado, ó tal vez irritarse por
su tierna virtud y desesperarse, ó tal
vez no v o l v e r ) , tengo por cierto que
no conviene dilatarle la absolución,
no sea que por buscar lo mejor, se
pierda todo.
* N o obstante, si el habituado ó
consuetudinario en pecado grave fue-
re clérigo y quisiere en breve recibir
órdenes sagradas se le dtbe suspen-
der la absolución algún tiempo para
que se dedique á extirpar el hábito
vicioso, porque al que ha de recibir
órdenes sagradas debe exigirse bon-
dad positiva, como se dirá en el nú-
mero 2633.
2479. P. ¿Qué se entiende por
reincidente?
R. * R ¡incidente en general es
aquel que, después de la confesión,
ha caído en los mismos pecados; por
eso distinguen los autores dos clases
de reincidentes, á saber: formales y
materiales. Reincidente formal es,
según la mente de San Alfonso, aquel
que: contrajo el hábito del peca-
do; 2. , que fué amonestado en otra
0
confesión; y 3. , que recayó en los pe-
0
cados de costumbre del mismo ó casi
del mismo modo «nullo adhibito emen-
dationis studio, nec ullo ex mediis
prasseriptis impleto.» E s reincidente
material aquel á quien falta una ú
otra de las tres condiciones referidas;
 LIBRO VI. TRATADO
y este reincidente ha de ser tratado,
ó como un simple pecador, ó como
consuetudinario, según se ha dicho
en el núm. 2478; distinción muy im-
portante, que deben tener presente
los confesores .en orden á la absolu-
ción. (Homo apostolicus, tract. ult.,
núm. 9; Vindic. Alph., p. 6, cap. 1,
tomo 2, pág. 276, citados por A l a r e ,
tomo 2, núm. 1828 )
2480. P. E s t o supuesto, se pre-
gunta: ¿se puede absolver al reinci-
dente formal?
R. H a y tres opiniones, dice San
L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 459): la primera
dice que si además de la reincidencia
formal no hay otra causa (como odio
que no quiere deponer, ó restitución
que, pudiendo buenamente y debien-
do, no quiere hacer, ó cosa semejan-
t e ) , se puede absolver al reincidente
toties quoties, con tal que diga seria-
mente que se arrepiente y propone en-
mendarse. Esta opinión la defienden
Juan S a n c i o , laxo ó laxista (como le
llama Scavini, tomo 1, núm. 1 1 9 ,
edición de 1865), y algunos pocos.
L o mismo defiende calurosamente el
P. Juan Bautista Faure, de la C o m -
pañía de Jesús, en un opúsculo t i t u -
lado «Dubitationes theologicas de j u -
dicio practico... super consuetudinariis
ac recidivis,» e t c . , impreso en Barce-
lona en 1849.
San L i g o r i o dice que esta opinión
es falsa, y la supone implícitamente
incluida en la proposición 60, conde-
nada por Inocencio X I , que decía:
«Pcenitenti habenti consuetudinem
peccandi contra legem D e i , naturas,
aut Ecclesias, etsi emendationis spes
nulla appareat, nec est neganda nec
differenda absolutio (nótese bien) dum-
modo ore proferat se doleré et p r o p o -
nere emendationem.»
Después dice el Santo: « D i c u n t
vero Sánchez, L a y m a n , L u g o , Palaus,
V i v a cum aliis, quod, his non obstan-
tibus, bene poterit absolví recidivus
usque ad tertiam vel quartam vicem,
etiamsi eodem modo relapsus fuerit, et
V.
nullum adhibuerit remedium. Veneror
tantorum doctorum auctoritatem, sed
ego eorum opinioni nm/iquam acquies-
ccre potuil; etenim cum poenitensjam
fuerit in alia confessione admonilus, et
eodem modo ceciderit, nullumque ad se
emendandum conatum adhibuerit, ea-
dem suspicio utique recurrit, qua fit
ut confessarius non possit habere de
ejus dispositione moralem certüudinem,
sufficientem respective ad hoc.Sacra-
mentum, ut infra explicabitur.» L a
razón es, dice el Santo en el párrafo
precedente, porque el confesor en estas
circunstancias no puede formar juicio
probable prudente de su dolor verda-
dero y firme propósito: «qui enim fir-
miter proponit (bene ait L u g o ) rem
sibi moraliter possibilem, non ita fa-
cile sui propositi obliviscitur, sed sal-
tem per ahquod tempus perseverat, et
difficílius aut rarius cadit.»
L a segunda opinión dice que nunca
se debe absolver al consuetudinario
reincidente, si no consta su enmienda
poruña larga experiencia. E s t a opinión,
dice San L i g o r i o , contiene un rigor
intolerable (cum rigore intolerabili di-
cit, e t c . ) . « R a t i o est, quia relapsus 7
tametsi prasbeat aliquam suspicionem,
non tamem certum. exhibet signum in-
dispositionis; bene enim contingere
potest quod pcenitens veré habuerit
firmam voluntatem non relabendi, et
tamen vi pravi habitus sit relapsus,
ut advertit S. Anselmus (De simil.,
cap. 189), dicens, quod consuetudi-
narii pravo usu irretiti, nolentes in eadem
vitia dejiciuntur. Unde quoties pceni-
tens affert signa extraordinaria doloris,
per illa tollitur suspicio illa de indispo-
sitione (prosigue San L i g o r i o ) ; et tune
confessarius prudenter judicare p o t e -
rit suum pcenitentem satis esse dispo-
situm. Unde rede ait P. Milante in
propositione 60 damnata a Innocen-
tio X I supra relata, quod ibi non ex-
cluditur absolute consuetudinarius ut-
cumque talis, sed qui nullam dat emen-
dationis s'pem.Igitur consuetudinarius
qui dat aliquam emendationis spem,
A
DEL SACRAMENTO
modo hsec sit solida et fúndala, potest
absolví. Nec verum est quod sola tem-
poris probatio unicum sit signum mu-
tata voluntatis; nam voluntatis mutatio
pendet a divina gratia, quas tempore
non indiget... L n o aliquando alia si-
gna praesentis dispositionis multo me-
lius manifestant mutationem volun-
tatis, quam experientia temporis: nam
signa illa directe indicant dispositio-
nem pcenitentis, experientia vero tan-
tum indirecte. A d e o ut non raro eve-
nire poterit quod aliquis etiam longo
tempore se a vitiis pro mundi hujus
honéstate contineat, ut ait Gregorius,
et nihilominus non sit rite dispositus.
Propterea quoties pcenitens affert vera
signa doloris et propositi, toties bene
absolví poterit,» etc. Véase todo este
párrafo del Santo, al fin del núm. 459.
* L a tercera opinión sostiene que
para absolver al reincidente consue-
tudinario, ó sea formal, se requiere
que traiga señales extraordinarias. *
2481. Nótese bien que cuando
San L i g o r i o dice que se difiera por al-
gún tiempo la absolución á los meros
consuetudinarios reincidentes formal-
mente, no quiere decir que se les di-
late por mucho tiempo. H e aquí sus
literales palabras:
« D i g o por algún tiempo, porque á
los reincidentes, así en culpas leves
c o m o graves, no es preciso dilatar la
absolución por años ó meses, como
con demasiado rigor pretenden Juenin
y Merbesio: «Verius dicendum absolu-
tionem non differri deberé plusquam
ad ocio vel decem dies, prout dicitur ab
auctore libelli, cui titulus Instruz.,etc.,
ibique citatur Ludovicus Habert. H i
censent dilationem mensis esse ex-
cessivam et periculosam; quia post
tantum temporis difdcile pcenitentes
redibunt. E t huic favet N . SS. Bene-
dictus X I V in sua epístola eneyelica
quae incipit Apostólica (In Bullario, 2482.
t o m o 3, pág. 143 § 22); ubi alloquens reincidente ¿se le puede absolver des-
confessarios qui ex justa causa diffe- de luego si viene con señales extraor-
runt pcenitentibus absolutionem, sic dinarias de dolor y propósito?
hortatur: Illos qicantocius ut revertan-
R. San L i g o r i o , siguiendo la opi-
DE LA PENITENCIA. 645
tur invitent, atque ánimos addant, ut
ante rediium ea qua illis agenda prascri
b un tur (nótese bien) rite perficiant, ex
quo fiet (practicando bien los medios
que les prescribió el confesor) ut ad
sacraméntale forum regressi absolutionis
beneficio donent-.ir. Ad summum, prosi-
gue San L i g o r i o , dico, absolutionem
differendam usque ad quind.cim dies.
D i x i si pcenitens sit relapsus ex causa
intrínseca ( c o m o blasfemia, polu-
ción, e t c . ) ; nam si reinciderit ex oc-
casione extrínseca, differendam esse
usquedum tullatur occasio, si sit volun-
taria; si vero necessaria, doñee pericu-
lum reincidendi ex próximo fiat remo-
tum. E t ad hoc, ordinarie loquendo,
certe non sufficiet dilatio decem vel
quindecim dierum.»
Después dice -el Santo que cuando
el penitente reincidió por causa ó fra-
gilidad intrínseca (ut aceidit in pecca-
tis pollutionis, delectationis morosas,
odii, blasphemias, et similium) «raro
puto differendam esse absolutionem reci-
divo sufficienter disposito per signum
extraordinarium..., quia in tali pceni-
tenti magis sperandum profuturam
fore gratiam S t c r a m e n t i , quam dila-
tionem absolutionis:» por el contrario,
cuando la reincidencia del consuetu-
dinario proviene de ocasión extrínse-
ca, hay casos en que se suspende la
absolución convenientemente (si se
puede dilatar cómodamente), aun cuan-
do el penitente esté dispuesto ( c o m o
queda d i c h o ) , para que se asegure
más su conversión y sea más solícito
en practicar los medios convenientes
para no recaer; y si no hubiese alguna
causa particular que exija la pronta
absolución, convendrá dilatar por al-
gunos días la absolución, á no ser
que, como dice San L i g o r i o , el con-
fesor crea que la dilación ha de ser
más bien nociva que provechosa.
P. Al mero consuetudinario
6 6
4 LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 647
nión comunísima de los doctores, J «ut poenitentes recidivi in culpas v e - que el llanto, dice el Santo Doctor en gún impulso extraordinario, como por
dice que se le puede absolver sin di- «niales, sacrilegas aut saltem invali- el Homo apostolicus (tract. ult., nú- un sermón que oyó, por la muerte de
lación. L a razón es, porque aun cuan- »das confessiones peragant. H i n c , mero 12). Pero aquí se ha de notar un a m i g o , por el temor de un inmi-
do la reincidencia anterior del con- «diligenter satagat confessarius ad que no basta que el penitente diga nente azote del cielo, como terremoto,
suetudinario parezca que da motivo «non absolvendos indistincte tales sencillamente que le pesa y tiene p r o - inundación, peste, etc.
para sospechar que el penitente está «pcenitentes; tune etenim, etiamsi illi pósito; esto lo dirán todos los reinci- 6. a
Si confiesa los pecados que
indispuesto, pero cuantas veces traiga «sint in bona fide, ipse tamen non po- dentes: por verba cordialia entiende había callado sacrilegamente en otra
señales extiaordinarias de dolor ver- »terit a sacrilegio excusar), absolulio- San L i g o r i o algo más, y la prudencia confesión.
dadero y propósito firme, otras tantas »nem impertiendo eis, qui ad absolu- del confesor ha de graduar cuándo 7.
a
Si antes de confesarse resti-
desaparece esa sospecha ; porque, «tionem non satis dispositi judicari parece que las palabras del penitente tuyó lo que había hurtado, ó la fama
npraesumplio ccdit veritati: et confessa- «possunt. i) (Praxis, núm. 7 1 ; M a r c , nacen de un corazón realmente arre- que había quitado.
rius (dice S:avini, siguiendo á San núm. 1829.) Bero en estos casos pro- pentido. 8. a
Si después de las exhortacio-
L i g o r i o ) tune pottrit prudenter, j u d i - cure el confesor que el penitente for- 2.
a
E l menor número de pecados nes del confesor, asegura el penitente
care rcenitentcm btne dispositum, me verdadero dolor de alguno de los (después de la última confesión); pero que adquirió nuevo y mayor conoci-
cum eum videat uberiori gratia dona- pecados confesados, ó que se acuse de esto se ha de entender en el caso de mitnto de su iniquidad ó del peligro
tum, qua, n e m p e , fit constantior.» algún pteado más grave de la vida pa- que el penitente se hubiese hallado de su condenación.
E s más: con tal que traiga señales sada, y que forme de él verdadero en las mismas ocasiones y tentaciones de Por último, San L i g o r i o dice que
extraordinarias, se ha de absolver al dolor. (Véase el núm. 215 ]..) * pecar por un tiempo notable, v. gr., algunos autores añaden que son tam-
mero consuetudinario reincidente, a u n 2483. P. ¿Cuíles son las señales por veinte ó treinta días el que antes bién señales extraordinarias suficien-
cuando al confesor -le parezca que, extraordinarias de dolor y propósito? acostumbraba á caer muchas veces á tes, cuando el penitente consuetudi-
atendidas todas las circunstancias, ha K. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 460), la semana; ó si cayó luego, fué des- nario reincidente formalmente hace
de volver á caer; parque el confesor, siguiendo á muchos y muy graves- pués de una gran resistencia. promesas de practicar los medios para
para absolver ó no absolver al peni- doctores, pone las siguientes: 3.
a
E l cuidado y diligencia que enmendarse, ó de cumplir más exac-
tente, ha de mirar á las disposiciones a
1. Un gran dolor, manifestado puso el penitente para la enmienda; tamente los que antes se le habían
que tiene de presente, no á lo que suce- por lágrimas ó suspiros, con tal que como, por ejemplo, si huyó con cui- prescrito; pero el Santo dice que no
derá después, como muy bien dice San sean de veidadera compunción. N o dado de la ocasión, si ejecutó los me- hay que fiar del todo (omnino) de las
L i g o r i o (lib. 6, núm. 460), con la obstante, el confesor ha de procurar dios presciitos por el confesor; si promesas de los penitentes; porque
opinión común; y cita las siguientes investigar t i origen de estas lágrimas; ayunó, oró, oyó Misas, ó hizo limos- sucede que, con tal de obtener la a b -
palabras de L u g o : «Dispcsitio suffi- «nam revera, ut bene ait P. Milante, nas para hacer una buena confesión solución, prometen fácilmente cum-
ciens est dolor et propositum prassens, hujusmodi lacryn a;, prczsertim plir todo lo que el confesor les ordena,
inmu- y disponerse para la absolución.
non emendatio futura; atque ita pce- lieribus, non semper sunt signa vera: y no pocas veces no se cuidan des-
4.
a
L a confesión espontánea, pero
nitens poterit absolví, licet judicetur pceni ten tice; quandoque enim prove- pués de cumplirlo (¡ed non raro postea
no si se hace por el cumplimiento
negligunt); y añade, que, según Croix,
relapsurus.» Si no fuera así, poquísi- niunt ex aliqua passione quam pceni- pascual ó por piadosa costumbre de
son también señales extraordinarias
mos pecadores de los que se confie- tentes exponunt, vel «ex motivo nega- confesarse en ciertos días determinados;
cuando el penitente reincidente afir-
san sólo una vez en el año podrían «tac absoiutionis, vel damni passi aut ni si la hace impelido por sus padres,
ma que luego que recayó se arrepin-
ser absueltos. « i m m i n e n t i s (propter peccata c o m - amo, ó maestro, sino que la hace sólo
tió; si desea satisfacer, si acepta de
* E l confesor tendrá presente esta » m L s a ) . » Caeterum lacrymas pceni- por su voluntad y verdaderamente
buen grado una gran penitencia, si
doctrina de San L i g o r i o , aun cuando tentium ut ¡luvimum oriuntur ex com- inspirado por la luz divina, con el fin
protestetur ex seipso malte morí quam
se tiate de pecados veniales: «quam- punctione cordis, «máxime si effun- de recibir la gracia. Esta confesión
vcl.ibi; y el Santo añade: «Hasc signa
vis enim communiter admittitur, fa- «dantur post auditam concionem vel espontánea del reincidente sería sufi-
dico saltem deserviré posse ad alia
cilius absolví posse eos, qui prolabun- «monitionem confessarii praebentis ciente señal de su disposición, espe-' signa dispositionis adjuvanda.»
tur in peccata levia, eo quod occasio- «aliquod compunctionis m o t i v u m . . . : cialmente si tuvo que hacer un nota-
nes eorum frequentiores sint; attamen, •«qUapropter oidinarie, nisi aliud per- ble esfuerzo para confesarse; como si 2484. Estas st nales extraordina-
cum sit communis sententia, grave «cipiatur oppcsitum, credendus estpaz- tuvo que emprender un largo viaje, ó rias de la disposición de los reinci-
esse peccatum et sacrilegium, abso- »nitens ex inspiratione Dei lacrymas abstenerse del lucro ó ganancia de dentes consuetudinarios, que autori-
lutionem recipere super levibus con- «effundere.» aquel día (en el Homo apostolicus pone: zan al confesor para absolverlos, no
fessis sine vero dolore et proposito; A ñ a d e allí el Santo que también «ó abstenerse de un notable lucro»), fueron inventadas arbitrariamente por
nec sufficere doleré de multitudine son señal extraordinaria de dolor las sufrir una grave incomodidad, ó su- los escritores, sino que fueron autori-
seu de numero excessivo talium cul- palabras del penitente que nazcan del perar un gran conflicto interno ó ex- zadas por los hombres sabios y pru-
parum, quin dolor habeatur de aliqua corazón (cordialia verba), las cuales terno. dentes: por lo tanto, se pueden seguir
in particulari: «facile accidere potest, pueden á veces ser signos más ciertos 5. a
Si se confiesa movido por a l - sin temor alguno, y aun sería t e m e -
 6 8
4
LIBRO VI. T R A T A D O V.
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 649
ridad el creer que dieron estas reglas de que no pudiese sin grave incomo-
tad, y se puede esperar que Dios le bus verbis; et puto bene multos posse
por pasión ó por espíritu de partido, didad, se le tratará como al que está
ayudará más con la gracia de la a b - disponi, si confessarius sit animarum
dice San L i g o r i o al fin del mismo en ocasión próxima necesaria.
solución y de la comunión: no así en zelo succensus. Huc faciunt prascla-
número.
E s más: aun cuando la persona no la ocasión extrínseca; porque si se le rissima verba L e o n i s P P . X I I , cons-
Nota i .
a
Para entender bien las haya caído ni una sola v e z , pero si
absuelve antes de romper con ella, tit. Charitate Christi, anno 1825, ait
importantísimas y dificilísimas cues- puesta en una ocasión se halla tan
fácilmente olvidará la fuga de la oca- enim, quod plures pcenitentes persas-
tiones que se tratan .en este artículo tentada, tan inclinada á pecar que,
sión, y los medios prescritos por el pe ex imparatis parati fieri possint, si
y en el precedente, se ha de tener atendida su fragilidad y la vehemen-
confesor, y así reincidirá: et sic sine modo sacerdos viscera indutus mise-
presente que el penitente puede estar cia de la tentación, hay fundada pro-
dubio relab'tur, dice el Santo. ricordias Christi Jesu, qui non venit
en ocasión próxima, sin ser consuetu- babilidad de que caerá si no se apar-
Nota 3.* Algunos autores acusan vocare justos, sed peccatores, sciat
dinario ni reincidente; por ejemplo: si ta de aquel peligro, se la ha de tratar
á San L i g o r i o de riguroso en la ma- studiose, patienter, mansuete ( n o -
llevó á su casa una mujer para vivir como á persona que está en ocasión
teria de este artículo y del precedente; tentur singula verba) cum ipsis a g e -
amancebado, y después de haber p e - próxima.
pero el Santo modera y suaviza su re. Docet quod recidivus, qui nihil
cado una sola vez con ella, se va á
San L i g o r i o pone diversas reglas aparente rigor cuando pone tantas ominus remanet dubie dispositus, ad-
confesar.
para los que están en ocasión próxi- señales extraordinarias que autorizan huc potest absolví; sub conditione
Puede ser meramente consuetudina- ma, para los meros consuetudinarios, tamen, si jure timendum sit, ne semel
al confesor para creer dispuesto al
rio; como si después de haberse ha- para los reincidentes formales y al dimisus in absolutus a Sacramentis
penitente; que no siendo el pecador
bituado á blasfemar, ó á pecar consi- mismo tiempo consuetudinarios: á los alienetur, et in profundum veniat; vel
muy endurecido, no es difícil que
go mismo contra la pureza, confiesa confesores toca informarse atenta- si amplius non habuerit opportunita-
traiga alguna de esas señales, ó que
por primera vez alguno de estos habí mente del estado de cada uno de sus tem confitendi, máxime vero, si aga-
con las patéticas exhortaciones del
tos gravemente pecaminosos. penitentes, para aplicar conveniente- tur de moribundo, qui adjuvandus est
confesor se mueva á verdadero dolor
Puede ser consuetudinario reinci- mente esta sabia doctrina de San L i - y propósito, ó al menos con sus con- omni, quo potest modo.» (S. Alphons.,
dente, sin estar en ocasión próxima; gorio. sejos y con los medios que le prescri- lib. 6, núm. 438.)
como si después de haber confesado 2485. Nota 2 . A l penitente con-
a ba se disponga prontamente para vol-
Finalmente, no siguiéndose los in-
los malos hábitos anteriores, recae en suetudinario reincidente que está en ver luego dispuesto.
convenientes indicados en la dilación
los mismos pecados del mismo ó ocasión próxima e x t i í n s e c a , a u n cuan-
* uHisce verbis, signa extraordina- de la absolución, ésta, si se cree con-
casi del mismo modo, y se va á con- do venga con señales extraordinarias,
ria, terrentur multi; sed inepte; non veniente, debe ser breve, « i d est, per
fesar. se puede y algunas veces se debe di - enim sic appellantur, quasi esse de- octo vel decem dies, si peccatum pro-
Puede ser consuetudinario reinci- latar la absolución, si commode fieri
beant quid rarum, magnum et diffi- cedit ex fragilitate intrínseca; imo
dente, y estar también en ocasión possit; pero al consuetudinario que no
cile; sed ut distinguantur a signis or- aliquando ad tempus brevius, v. gr.,
próxima presente; como si pecó fre- está en ocasión próxima extrínseca, dinariis, quse consistunt in simplici ad diem, vel horam, vel etiam ad ho-
cuentemente con la concubina que si trae señales extraordinarias, por lo confessione, et recitatione formulas ras quadrantem. Si vero ex causa ex-
tiene en su casa, se confesó, y des- común no se debe dilatar la absolu- contiitionis; vel in simplici responsio- trínseca, v. gr., ex occasione próxima
pués reincidió con ella del mismo ó ción: la razón de esta diferencia es, ne pcenitentis, qui interrogatus an procedit, dilatio longior esse potest,
casi del mismo modo; ó en ocasión porque en la extrínseca el objeto mue- doleat et proponat, simpliciter res- v. gr., unius mensis, si ex circum-
próxima ausente, como si el que tiene ve vehementemente los sentidos, in- pondit, affirmative.» (Berardi, citado stantiis requiritur.» (Marc, tomo 2,
costumbre de embriagarse cuando va clinados siempre al mal por la c o - por el Compendio de Scavini-Del V e c - núm. 1815, 2. ) Pero en este último
0

á la taberna, se confiesa, y después rrupción del pecado original, excita chio, núm. 6go.) caso no dirá al penitente que no vuel-
recae del mismo ó casi del mismo I vivas imaginaciones, es necesario un va hasta dentro de un mes, sino den-
San L i g o r i o (in Praxis confies.) dice:
modo: también estará en esa ocasión I grande esfuerzo para apartarse de él y tro de una semana más ó msnos, se-
«Semper ac aliquod adest s i g n u m ,
próxima ausente el que, por ejemplo, hacer que el peligro próximo pase á gún las circunstancias, teniendo siem-
quo prudenter possit judicari pceni-
va una sola vez cada año á una feria, i ser remoto. pre presente lo que dice el citado
tentem mutasse voluntatem, bene ab-
y hospedándose siempre en una m i s - 1
N o sucede así en la mera costum- autor en el núm. 1816, en la nota:
solví potest.» Scavini-Del V e c c h i o ,
ma posada, peca una sola vez con la bre; porque como ésta no tiene obje- « P r o diversitate locorum et tempo-
para vindicar á San L i g o r i o de la nota
mesonera siempre ó casi siempre que to extrínseco impelente, no mueve de riguroso, con que algunos le califi- rum frequentius vel rarius expedit
va; porque, aunque sea una sola vez tan eficazmente como la ocasión, y can, se expresa del modo siguiente: differre absolutionem. Sic in magnis
al año, convienen los autores en que así el -mero consuetudinario no tiene « V u l t (Sanctus L i g o r i u s ) , ut confes- urbibus vel in regionibus impiis, ubi
para este hombre, y lo mismo para la que hacerse tanta violencia para abs- sarius non dimittat pcenitentem ea fides collapsa est, vix unquam expe-
mesonera, es una verdadera ocasión tenerse del pecado; y c o m o el hábito signa specialia non prasseferentemjsed diré videtur, ut differatur absolutio;
próxima, y no se le podrá absolver, vicioso es una cosa intrínseca, su ex- sub rigurosa obligatione est disponen- secus alibi, ubi fides viva est.» Se
si no muda de posada; y en el caso tirpación depende de la propia volun- dus exhortatione ferventi et cordiali- entiende cuando el pecado procede
650 LIBRO VI. TRATADO
ex fragilitate intrínseca y el penitente
está dispuesto. Esta doctrina tiene
lugar considerando al confesor como
juez; mas considerándole como m é -
dico, puede y a u n debe en algunos
casos suspender la absolución al pe-
nitente aun bien dispuesto, cuando
juzgue prudentemente que la suspen-
sión de la absolución será provechosa
ó ayudará á la enmienda y salud e s -
piritual del penitente, como dice San
L i g o r i o ( L i b . 6, 462, ceeterum.) *
2486. Advierte San L i g o r i o , con
otros autores, que cuando el confe-
sor no puede absolver á un peniten-
te, i . , le ha de despedir caritativa y
u
cortésmente; 2. , le ha de manifestar
0
que lo hace con sentimiento suyo, y
por bien del mismo penitente; 3 . , le 0
ha de señalar breve plazo para que
vuelva, por ejemplo, una semana,
a u n cuando crea que en tan pocos
días no vendrá dispuesto; porque si
se le señala, por ejemplo, un mes, se
entibiará y se emperezará, ó tal vez
recaerá muchas veces en ese largo
plazo, y teniendo vergüenza de pre-
sentarse otra vez al confesor, se e n -
tregará desesperado á una vida ente-
ramente licenciosa. Por el contrario,
si viene luego, se irá sosteniendo y
confortando con los consejos del con-
fesor. Estas tres advertencias son
muy importantes.
Nota 4 . a
San L i g o r i o , aunque al-
guna vez dice que el confesor ha de
tener certeza moral de la disposición
del ptnitente para que pueda absol-
verle, pero en el núm. 461 del lib. 6,
donde trata de intento esta materia,
dice así: « U n d e quoad nostrum pro-
positum spectat, sufficit quod con-
fessarius habeat prudentem probabili-
latem, et non obstet ex alia parte pru-
dens suspicio indispositionis: alias vix
ullus posset absolvi, dum quaecumque
alia signa pcenitentium non prae-
stant nisi probabilitatem dispositio-
nis,» etc.
Nota 5 . a
E l Santo concluye estas
dificilísimas cuestiones diciendo que
V.
«la demasiada facilidad en absolver
es causa de la condenación de mu-
chas almas.» « L u g e n d a est anima-
rum ruina, cujus cansa sunt tot ¡nuil
confessarii indistincte absolvendo tot
recidivos, qui, cum repererint confes-
sarios qui semper t.im fíale eos abtol-
vunt, amittunt horrorem in peccando,
et pergunt ad putiescendum in cceno
vitiorum usque ad m o i t e m » (Praxis
confessarii, núm. 71); y en el lib. 6,
al fin del núm. 464, después de decir
que la demasiada rigidez no es menos
dañosa cuando no se absuelve á los
dispuestos, y que no debe tener menor
escrúpulo el que no absuelve á los dis-
puestos que el que absuelve á los in-
dispuestos, concluye así: «Sed, quod
dolendum est, máxima pars confessa-
riorum undique, nullo prorsus signo
extraordinario exhibito, indiscnmi-
natim sine ulla admonitione nulloque
piaastito remedio, hujusmodi rtlapsis
semper absolutiontm impertiuntur, et
hoc est unde ruma tot animarum
emanat.»
ARTÍCULO IV
De la conducta que ha de observar el
confesor con los niños y niñas.
§ i.°
2487. i . ° Grande es el mérito de
los confesores que se dedican con asi-
duidad á la instrucción y formación
de las personas jovencitas. E l confe-
sor ha de tratar con caridad y afabi-
lidad á todos los penitentes, pero e s -
pecialmente á los niños y niñas. E s -
tas criaturas, si se las trata con cari-
ño, aman tiernamente á su confesor,
depositan en él toda su c o n f i m z a , y
le franquean todo su corazón. P o r el
contrario, si el confesor es desabrido
y las riñe con aspereza, se atemori-
zan, enmudecen, ya no dicen más pe-
cados, y toman tedio á la confesión.
Cuando los niños son muy perversos,
conviene en algunas ocasiones valer-
DEL SACRAMENTO
se de reflexiones fuertes; pero aun
entonces no se ha de perder de vista
aquella saludable máxima: «Fortiter
in rebus, et suaviter in modo.»
2.
0
E l confesor ha de procurar
que los niños se acostumbren á acu-
sarse por sí mismos de los pecados de
que se acuerden: de este modo el con-
fesor conoce la instrucción y malicia
que tienen, si hicieron examen, y
además no se les olvidan los pecados
que examinaron. E l confesor no les
ha de interrumpir en su relación, si
no omiten alguna circunstancia que
mude de especie; ya sea que se acu-
sen por sí mismos, ya que digan sus
culpas preguntados por el confesor;
de manera alguna conviene que el
confesor los reprenda, ni a u n que les
haga reflexiones, hasta que terminen
del todo de decir sus pecados, porque
se turbalían si se les interrumpiese y
corrigiese.
3.
0
E l confesor ha de informarse
de la instrucción que tienen sobre la
doctrina cristiana, cuando no le cons-
ta por otras confesiones que saben lo
necesario. Conviene que el confesor
les instruya en los dogmas cuyo co-
nocimiento explícito es necesario ne-
cessitate mtdii para salvarse. Deben
saber también las cosas necesarias
para hacer una buena confesión, y
las disposiciones para comulgar d i g -
namente, especialmente si han de re-
cibir este divino Sacramento. Si el
confesor no pudiese detenerse enton -
ees á instruiílos en lo más necesario,
cítelos para otro día en que pueda
hacerlo más despacio. Conviene que
el confesor tenga prepaiadas algunas
de las personas confesadas suyas,
discretas y virtuosas, que se presten
á la instrucción de los niños, de las
niñas, y aun de las personas m a y o -
res pobres, que ni van ni han ido á la
escuela, ni tal vez tienen quien las
enstñe.
4.0
E n cuanto á las preguntas San L i g o r i o (Praxis confessarii, núme-
que se han de hacer á los niños y j ó - ro 37) que se les pregunte si han blas-
venes del uno y del otro sexo, no se femado ó (y tal vez lo comprenderían
DE LA PENITENCIA. 651
puede dar una regla uniforme: hay
que atender á su edad, discreción y
malicia. A todos se puede preguntar
si en las confesiones anteriores calla-
ron algún pecado por vergüenza; pero,
antes que respondan, conviene adver-
tirles: que si no los confiesan
entonces, la confesión no les sirve;
2 . , que en el día del juicio todos los
0
pecados que callen se publicarán para
su confusión en presencia de sus pa-
dres, parientes, conocidos y de todo el
mundo: que en el infierno los d e m o -
nios los atormentarán por toda la
eternidad, les echarán en cara las cul-
pas que callaron, y las publicarán
delante de todos los condenados, para
su tormento y vergüenza; 3 . , les dirá
0
que el confesor, aun cuando le despe-
dacen y le quemen vivo, no puede de-
cir á persona alguna ni un pecado
levísimo de los que confiesen; 4.°, con-
viene prometerles que no se les reñi-
rá, aunque hayan cometido muchos y
muy grandes pecados. Con este m é -
todo m e ha sucedido que muchos,
muchísimos niños, niñas y a u n jóvenes
mayorcitos manifestasen los pecados
que habían callado mucho tiempo. Me
sucedió también alguna vez que, des-
pués de haberse acusado de algún pe-
cado, la criatura me dijo con mucha
viveza: Pero no lo diga usted á mi ma-
dre. H e dicho todo esto, porque la ex-
periencia de cuarenta y tantos años de
t j e r c e r el ministerio me enseñó cuánto
importa preparar y enseñar á los que
comienzan á acusarse, para que ten-
gan ánimo: y estas advertencias son
muy convenientes, no sólo para los
niños y niñas, sino también para las
personas jóvenes mayores que vienen
la primera v e z , especialmente si son
mujeres, que suelen ser más vergon-
zosas y no tienen valor para confesar
cierta clase de pecados.
5 E n orden á las cosas que ha
0
de preguntar á los niños y niñas, dice
652 LIBRO VI. TRATADO
mejor) si han dicho palabras injurio-
sas contra Dios ó los Santos, ó cosas
santas: si han jurado, cuántas veces,
y de qué manera: si han oído Misa
con atención en los días festivos; si
estaban hablando ó jugando con otros:
si fueron desobedientes á sus padres,
si les dijeron en su presencia palabras
injuriosas, ó se mofaron de ellos, ó les
levantaron la mano.
Cuando los niños faltan al honor y
respeto que deben á sus padres, si se
puede buenamente, se les dice que les
pidan perdón, y vuelvan para absol-
verlos después; pero si conviene no
dilatarles la absolución, ó sienten
mucha repugnancia y suma vergüen-
za, no conviene mandarles que pidan
perdón, ni ponérselo de penitencia;
porque tal vez, aunque entonces die-
sen palabra, ó no prometerían since-
ramente, ó no lo cumplirían, y así
creerían que pecaban mortalmente.
C o m o muy bien dice San L i g o r i o ,
basta aconsejárselo, diciéndoles que no
pecan aunque no lo hagan; porque
hay una presunción cierta de que, al
menos por lo común, dispensan los pa-
dres esta obligación, á trueque de que
no ofendan segunda vez á Dios; y
añade el Santo (núm. 2 1 ) que obran
imprudentemente los confesores que
mandan á los niños ó niñas en estos
casos que besen los pies á sus padres,
ni aun siquiera la mano, cuando no
tienen costumbre; pues los hay tan
vergonzosos, que de manera alguna
se atreven. L o demás, véase en el
cuarto precepto del D e c á l o g o , núme-
ro 830.
E l confesor ha de ser muy circuns-
pecto en el modo de preguntar sobre
la castidad á los niños y jovencitos
del uno y del otro sexo. H e visto
algún autor que dice que, si pregun-
tadas estas criaturas si han tenido
pensamientos deshonestos, responden
que no, no se proceda á preguntar
más. Confieso que con esa generali-
dad no soy de esta opinión. Pasaron
aquellos felices tiempos que yo cono-
V.
cí, en que, por lo común, los niños y
niñas, y aun los jóvenes, eran muy
inocentes; pero en el día está tan an-
ticipada la malicia, que no se puede
ponderar bastantemente. E s verdad
que hay niños y niñas de ocho, diez,
d o c e , catorce años muy inocentes,
debido, después de Dios, al celo y ex-
quisita vigilancia de los padres, y más
especialmente de las madres; pero,
por lo común, convengo con San L i g o -
rio en que, especialmente cuando no
han venido con el mismo confesor
algunas veces, se les hagan las si-
guientes preguntas. E l Santo dice así:
« E l confesor empiece á preguntar de
lejos y con palabras generales si han
cometido algún pecado torpe, y en
primer lugar si han dicho malas pala-
bras; si han enredado con chicos ó
chicas, y si aquellos juegos los hicie-
ron á escondidas. Pregúnteles des-
pués si han ejecutado acciones torpes.
Muchas veces, aunque las nieguen, es
conveniente hacerles preguntas suges-
tivas para sorprenderlos: v. gr.: « Y
dime ahora, ¿cuántas veces has hecho
esto? ¿cinco? ¿diez?» ( E s mejor p r e -
guntarles un número grande, para que
no tengan vergüenza de decir el m e -
nor.) Pregúnteles con quién duermen,
y si han jugado en la cama con las
manos.
A las jóvenes pregúnteles si han
tenido amores con algún joven, si han
tenido pensamientos, palabras ó tac-
tos, y en vista de sus respuestas p r o -
ceda á hacerles las preguntas necesa-
rias. Cuando las niñas se acusan de
acciones feas, no se les ha de pregun -
tar an adfuerit seminis effusio, ni tam-
poco á los niños; pues se daría oca-
sión á que aprendiesen lo que ignora-
ban, ó á que entrasen en curiosidad
de saberlo. Pregunte también á los
niños y niñas si han llevado cartas ó
recados de hombres á mujeres; y á las
j ó v e n e s , si han recibido regalos de
personas sospechosas, como de casa-
dos, ó j ó v e n e s de muy superior fortu-
na, ó que no aspiran al matrimonio, ó
DEL SACRAMENTO
están consagrados solemnemente á
D i o s . Esta advertencia del Santo
Doctor no la olviden los confesores.
Pregúnteles si han cometido algún
hurto, ó perjudicado á otros en sus in-
tereses, ó encubierto á otros para que
lo hiciesen. En fin, la prudencia del
confesor graduará las preguntas que
ha de hacer á las personas jovencitas,
atendidas todas sus circunstancias; y
si las ha confesado ya otras veces,
según el conocimiento práctico que
tenga de ellas. H a y niños y niñas de
tanta formalidad y discreción, que el
confesor, después de haberlos i n s -
truido y formado en la virtud, no ne-
cesita hacerles pregunta a l g u n a , y
puede fiarse de la acusación que ellos
mismos hacen.
2488. En cuanto á la absolución
de los niños y niñas, San L i g o r i o
{Praxis confessarii, núm. 38) dice que
si consta que tienen uso de razón y
responden convenientemente á las
preguntas del confesor; si compren-
den que con su pecado han ofendido
gravemente á Dios, y especialmente
que han merecido el infierno, en este
caso, si traen las debidas disposicio-
nes y la instrucción necesaria en la
doctrina cristiana, se les ha de absol-
ver sin condición alguna; pero si son
consuetudinarios reincidentes formal-
mente, se les ha de tratar del mismo
modo que á los adultos consuetudina-
rios que reinciden formalmente, si no
traen señales extraordinarias; si bien
á estas criaturas, por su volubilidad y
falta de perfecta malicia, se las puede
absolver sin exigir tanto como á las
personas mayores.
Cuando estos niños y niñas, por la
manera con que se confiesan, cuando
por sus modales no guardan la debida
compostura, enredan con las manos,
vagueando con los ojos hacia todas
partes, de modo que el confesor duda
si tienen perfecto uso de razón, San
L i g o r i o dice que en este caso se les
debe absolver sub conditione en peligro
de muerte y también para el c u m p l i -
DE LA PENITENCIA. 653
miento pascual, y mucho más si han
confesado pecado mortal dudoso; pues
hay justa causa para absolverlos sub
conditione, porque tal vez quedarían
en estado de condenación si no se les
absolviese. Añade el Santo que, cuan-
do se duda si tienen uso de razón, se
les ha de absolver sub conditione cada
dos ó tres meses, aunque sólo lleven
pecados veniales, para que no carez-
can por mucho tiempo de la gracia
sacramental, y quizá de la gracia san-
tificante, si tal vez tienen algún peca-
do mortal oculto. L a razón por que á
estos dudosamente dispuestos se les
puede absolver sub conditione, y no á
los reincidentes que tienen perfecto
uso de razón, si no traen señales ex-
traordinarias, es porque de éstos se
tiene esperanza que han de volver
pronto dispuestos; pero no se puede
tener esa esperanza de los que se duda
si carecen del perfecto uso de razón.
E l confesor ha de excitar á estos
niños, del modo más conveniente á su
capacidad, á que formen el dolor de
sus pecados, diciéndoles que Dios es
la bondad infinita, que los crió, los
conserva, se hizo hombre, padeció,
murió y resucitó para salvarlos, etc.;
diciendo con ellos despacio el acto de
contrición, y haciendo que ellos vayan
repitiendo cada cláusula. Si no se les
ayuda de este modo, por lo común se
distraen por la volubilidad de su ima-
ginación, y rezan maquinalmente el
acto de contrición; y esto mismo se
ha de hacer con los enfermos muy
graves, que por la debilidad del cere-
bro, por la intensidad de la enferme-
dad, por lo agudo de los dolores, y por
estar muchas veces desmemoriados,
ni pueden fijarse ni atender seriamente
á lo que dicen ó deben decir, si el con-
fesor no los ayuda, excita y llama fre-
cuentemente la atención. Conviene
sobremanera excitarlos á la más tier-
na devoción á María Santísima, á q u e
recen diariamente el santo Rosario y
también una Avemaria cada hora que
dé el reloj.
 LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO DE L A PENITENCIA. 655
6
54
2489. Cuando los niños y niñas vendrá diferirle la ejecución por algún ros 2 1 y 2 3 , cuan gravísimo pecado confesor. H e aquí sus palabras: «Sise
van creciendo y manifiestan inclina- tiempo, para experimentar si es firme cometen aquellos padres que fuerzan ve que el confesor tiene inclinación á
ción al estado religioso , conviene y perseverante su vocación, especial- á sus hijos á abrazar , contra su v o - alguna vanidad, múdese; porque sien-
aprovechar esta ocasión para apartar- mente si es persona voluble ó tomó luntad , el estado eclesiástico ó reli- do él vano , h.irá que los demás lo sean
gioso. » también.» A d e m á s , podrá ser motivo
los de los peligros, excitarlos á la fre- aquella determinación en tiempo de
cuencia de los Santos Sacramentos, misiones ó ejercicios espirituales; por- « P o r lo que hace á las doncellas justo de mudar de confesor la falta de
de la oración, de la lección espiritual, que suelen tomarse entonces ciertas (continúa el Santo) que desean con- doctrina , cuando de esto , dice San
y aun de la oración mental, instru- determinaciones que se desvanecen sagrar á Dios su virginidad , el c o n - L i g o r i o , se tenga una presunción cier-
yéndolos según su capacidad, c o m o se luego que pasa el primer fervor. Si el fesor no les permita, mientras viven ta. Por lo demás, dice Santa Teresa
en el siglo , hacer voto de castidad que puede muy bien el penitente con-
dijo en otro lugar. Pero si se trata que aspira á ser religioso es movido
perpetua, si no conoce que están bien sultar sus dudas con otros directores
ya formalmente de tomar estado, el principalmente de un fin munda-
fundadas en las virtudes , instruidas instruidos , y aun algunas veces es
confesor les dirá que se encomienden no, v. gr.. tener una vida m i s cómo-
en las reglas de la vida espiritual, y absolutamente necesario hacerlo (cap. 5
mucho á Dios para que los ilumine y da , librarse i , u . u . . o w de
^ sus
o n . , pai¡entes de dura
sobre todo ejercitadas en la oración.» del mismo libro, núms. 1 , 2 y 3,donde
sigan la voz del Señor. E l confesor no condición, complacer á sus padres que
2491. El confesor, dice San L i - trata admirablemente esta materia).
se atreva á determinarles otro estado le obligan á ello , «el confesor no le
que aquel para el cual el penitente permita la entrada; porque en estos y gorio, no ha de prohibir ni manifestar Pero no es causa bastante para
juzga prudentemente que Dios le otros casos semejantes no hay verda • disgusto en que sus penitentes, espe- mudar de confesor el que el penitente
llama. dera vocación , sin la cual tendrá un cialmente si son mujeres, y sobretodo sienta alguna aversión al confesor, ó
Si se trata de la vocación al estado fatal resultado su ingreso en el m o - si son jóvenes, vayan á confesarse con que parezca que no da crédito á sus
religioso, «el confesor ha de pesar nasterio.» otros confesores; antes ha de darles á palabras; porque , como d i : e Santa
2 4 9 0 . En el número siguiente(40i entender que se complace en que Teresa, esta repugnancia es muchas
bien en su conciencia la Orden ó con-
hayan ido con otro, y aun debe man- veces una tentación del de/nonio; así
vento que quiere escoger el j o v e n ó la pone el S a n t i las siguientes notables
darles que lo hagan alguna vez, para como lo suelen ser otras imaginacio-
joven ; porque si allí está relajada la palabras: «Si algún joven pretendiese
que se desahoguen, si tienen alguna nes en materia de castidad que con el
observancia regular, más cuenta le hacerse presbítero secular, no sea fá-
cosa que no convenga decirla á su mismo confesor padecen algunas ve-
tendrá (ordinariamente hablando)que- cil el confesor en concedérselo sin una
confesor ordinario. Y a dije en otro ces, con harto horror suyo, las jóvenes
darse en el siglo; porque agregándose larga y probula experiencia de su buen
lugar el modo terrible con que San castas. E l confesor les ha de prohi-
á convento inobservante, se conducirá fin, y ciencia ó c 1p.1ci.L1d suficiente. L o s
Juan de la Cruz trata á lus confesores bir que expresen con quién fueron
del propio modo que los otros; y aque- sacerdotes seculares tienen verdade-
que obran de otra manera (Li'una de tentadas; y si conoce que no consien-
llo poco bueno que practicaba en el ramente la misma, ó, por mejor decir,
amor viva, canción 3 . , § 1 2 ) . San L i -
a
ten, que no se acusen de ellas, ni a u n
siglo, lo olvidará fácilmente en aque- 111 lyor obliga ion que los religiosos, que-
gorio añade que el confesor no aconse- en general. E l que el confesor sea
lla religión , como sucede á muchos, dándose, por otra parte , en los 7/iismos
je al penitente que vaya con otro, algún tanto áspero, no es motivo para
por desgracia.» Son palabras literales peligros del siglo ; por lo cual , para cuando es persona muy escrupulosa y dejarle. Conviene que el confesor con
del Santo (Homo apostolicus, Praxis que uno sea buen sacerdote en el teme prudentemente que, «si acude á las jóvenes ya púberes , sobre todo si
confess irii, núm. 39). siglo, en el que pocas veces , por no otro confesor que no conoce su con- son virtuosas, más bien sea algún
Después añade San L i g o r i o : « S i es decir ralísima vez, se encuentran bue- ciencia, habrá de sufrir notable in- tanto seco que cariñoso ; pero esto se
una Orden donde la observancia está nos sacerdotes (in quo raro , ne dicam quietud.» N o obstante , yo no la i m - entiende después que hayan tomado
en su vigor, y el joven no tiene inha- rarissime, boni inveniuntur), es menes- p í d i í í a si, después de avisarla , insis- confianza para acusarse de sus p e -
bilidad, ni es enfermizo, ni sus padres ter que antes haya hecho una vida tiese en ir con otro. cados.
tienen de él mucha necesidad, el con- sumamente ejemplar , separado de los
fesor ha de informarse del espíritu y juegos, lejos de la ociosidad y de las E n cuanto á mudar de confesor 2492. San L i g o r i o , hablando de
fin que se propone en abrazar el esta- malas compañías, frecuentando debí- (cuando éste tiene las cualidades con- las j ó v e n e s , dice que «no se consienta
do religioso. Si se propone huir de los damente la oración y los Sacramen- venientes) , el S a n t o , con la doctrina que los hombres les compongan el
peligros del mundo para salvarse más tos: sed , quis est hic , et laudivimm común, dice lo mismo que San Fran- cabello, ni que las enseñen á leer , ni
fácilmente ó para hacer penitencia de eum? De otro molo se expone á una cisco de Sales; esto es , que «no debe mucho menos á escribir.» ¡Cuántas
sus pecados, ó para entregarse á la condenación ca~i cierta, mucho más si variarse de confesor sin un poderoso jóvenes sencillas han tenido que la-
motivo;» pero que «tampoco conviene mentar la pérdida de su alma por ha-
oración , e t c . , y si por otra parte no lo hace por conseguir el fin que se
ser invariable en este punto, si sobre- ber aprendido á leer! Cuiden de que
hay algún impedimento personal, ni propusieron sus padres, que es aumen-
vienen causas legítimas. L a falta de las enseñe alguna mujer, ó algún her-
el confesor ni persona alguna puede tar los bienes de su casa (pressertim si
bondad, dice Santa Teresa (Camino mano pequeño (y aun esto con caute-
sin culpa grave disuadirle de su santo hoc faeiat ut obiemperet parentum fini,
de Perfección, cap. 4, núm. 8), puede l a ) , y si no lo hacen así, niegúeles la
propósito, dice Santo T o m á s ; si bien qui est res domesticas augere). « Y a diji-
ser una causa justa para mudar de absolución, como también á las madres
alguna vez , dice San L i g o r i o , con - mos (añade el Santo), en los núme-
6 6 LIBRO VI. T R A T A D O V. DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 657
5

que lo consienten; porque si estas cosas E n este número, después de expo- rum judicio ea sedulius consideranda ( praecipue pcenitentia; ) in periculo
no son ocasión próxima de pecar, pol- ner varias razones , el Santo Doctor relinquo.» mortis, aut cum requisitas fuerit per
lo menos son no poco peligrosas. I concluye así: «His positis,non video quo- 2494. E n la obra lata {Praxis seipsum (núm. 623, v. 2, resp. 2 . et a

' modo sacerdotes illi , qui ob desidiam confessarii, núm. 51) el Santo Doctor, 3 . ) . Dico per seipsum, quia, cum
a

ab hoc onere se subtrahunt , possint hablando del confesor, además de lo ipse potest, non satisfacit illa per
ARTÍCULO V esse tuti in conscientia, et excusari ab que se ha dicho del simple sacerdote alios ministrando (lib. 4, núm. 127,
exprobratione Domini , ac a supplicio acerca de la obligación de confesar, Hinc).
De la conducta que ha de observar el damnationis inflicto servo illi otioso
dice así: «Si accedit ad confitendum 4. 0
An moribundis debitam praa-
confesor con los simples sacerdotes, qui talentum abscondit, ut habetur aliquis confessarius, de cujus idonei- stiterit assistentiam.
con los confesores, párrocos y Obispos, Matth., 25, v . 18; quem textum inter- tate prudenter dubitatur, interrogetur 5. 0
A n in dominicis condones ha-
pretes (ut Cornelius a L a p i d e , Cal- an studio sufficientem operam dederit, buerit; etenim parochus, cum non est
met , et Tirinus , cum S. Ambrosio) et an studere pergat; nam, ut diximus legitime impeditus, omitiendo c o n -
2493. L o s confesores han de te-
proprie explicant de eis qui possunt num. 18 in fine, ad bene exercendum d o n a n per mensem conlinuum, aut per
ner la fortaleza necesaria para p r e -
sua opera procurare animarum salu- officium excipiendi confessiones non tres menses discontinuos intra annum,
guntar á todas las personas que se
tem, et negligunt. Notent hoc (ait satis est aliquando studuisse. í t e m , a doctoribus non excusatur a gravi
acerquen á confesarse sobre el cum-
Cornelius) qui ingenio, doctrina, aliis- an absolvcrit eos qui manebant in culpa (lib. 3, núm. 269, Hinc obiter).
plimiento de sus respectivos debres y que dotibus sibi a Deo datis non
obligaciones , cuando no les consta utuntur ad suam aliorumque salutem occasione próxima peccati; aut erant 6.° An debitas largitus sit elee-
que lo hacen exactamente. recidivi, nec extraordinaria signa sua; mosynas, habens beneficium pingue
ob desidiam vel metum peccandi; ab his
E n cuanto al simple sacerdote, enim rationem reposcet Christus in dispositionis afferebant.» congruam excedens.
cuando no se .conoce su conciencia, die judicii. Nedicanthujusmodi sacer- Si se acercase un párroco cuya con- 7.° A n attenderit ad instruendos
dice el Santo que se le ha de pregun- dotes satis suam obligationem exple- ducta ignora el confesor, San L i g o r i o , in doctrina christiana pueros et rústicos
tar: i . ° « A n satisfecerit horis canoni- re, si alio modo animabus subveniant, en el núm. 52, dice que se le ha de circa mysteria fidei et media ad salu-
cis et oneribus Missarum , vel an has nempe, tnstruendo, corrigendo, preguntar: tem. Praesertim an instruxerit rudes
orando,
per mnltiim tempus distulerit celebra- quin sacramentum confessionis m i - i.° « A n attendat ad debitas cor- circa dolorem peccatorum necessarium
re. 2. An negotiationem exercuerit. nistrent; nam illis ienentur subvenire
0 rectiones erga subditos, praecise erga ad obtinendam absolutionem; necnon
eos qui aliquo tenentur odio, aut cum pueros circa communionem cetate, qua
An nimis festinanter Missam absol- in eo quod indigent ad propriam salu-
aliqua turpiter conversantur, aut do- j a m ad eam sunt idonei, nimirum,
vat: nam si infra quadrantem hora; tem. Si enim proximus indiget cibo,
mos sponsarum frequentant. E t de ordinarie loquendo, ab anno décimo
illam terrninat, ipse a culpa gravi n e - in cibo debes ei subvenire, non in ves-
hac materia loquendo, hujusmodi pa- usque ad duodeeimum, vel ad sum-
quit excusan, etiamsi Missa sit de Ré- tibus. Saepe autem accidit in oppidu-
rochus valde advertatur ad non ac- mum ad decim un qu.wtum (lib. 6, nú-
quiem, ut non sine magno fundamen- lis, quod plures forte non egent instril-
cipiendas promissiones mutuas m i - mero 301, Sed hic). Sciendum enim,
to plures doctores docent: infra enim ctione aut monitione, quia forte j a m
trimonii, nisi parum antequam nuptias S. Carolum Borromaeum suis paro-
tam breve spatium non est possibile sunt satis instructi, et parati ad c o n -
sint contrahendaa, ut prudentes paro- chis prsecepisse, quod ad communio-
Missam absolvere sine magna verbo- fessionem; sed déest ipsis sacerdos, qui
chi agunt, alioquin omne tempus illud nem idóneos redderent pueros statim
rum et coeremoniarum negligentia;sal- eorimi confessiones excipiat. Nec valet
usque ad matrimonium peccatorum ac ad decimum annum pervenissent
tem nequit Missa celebrari cum ea dicere, quod sacerdos simplex, si t e -
tempus erit. (ibidem). At quídam parochi renuunt
gravitate et decentia, qu;e tanto sacri- neretur confessiones excipere, tenere-
2 . ° An invigilet ut sui subditi abs- etiam pueris qui ad annum pervene-
ficio convenit. Insuper ex Missa nimis tur tantum ex charitate; sed haec rint duodeeimum Eucharistiam mini-
festinanter celebrata oritur etiam gra- non obligat cum gravi incommodo. qin exceptione personarum paschale
strare: et cur? ut incommodum effu-
ve scandalum laicorum, quibus, ut ait prout esset labor insumendus ad acqui- impleant praeceptum. Quot personas
giant illos instruendi.
Bellarminus, videtur hujusmodi sacer- rendam scientiam satis necessariam in missionibus invenimus, praesertim
dotes non credere quod in Missa rea- ad excipiendas confessiones. « N a m majoris existimationis, quae per inul- 8.° Interroget sedulo an facile et
liter sit praesens divina Christi D o m i - respondetur, quod licet exercitium tos annos praeceptum implere o m i s e - ob humanos respectus attestationes
ni majestas;» pero de esto ya se trató confessiones excipiendi sit opus cha- runt, quin parochus eas admonuerit, in scriptis dederit initiandis necessa-
en otro lugar. «Praeterea non erit i m - ritatis, tamen non oritur ex simplici et opportuna adhibuerit media ad ip- rias, ut illi possint ordines suscipere;
proprium sacerdotes interrogare an in motivo charitatis, sed ex proprio sa- sarum resipiscentiam! (1). in hoc enim oportet quod. parochi non
sola notitia negativa sint contenti,
ipsorum patria magna sit penuria con- cerdotis officio, cui ex Christi institu- 3. An Sacramenta ministraverit
0

fessariorum. E o enim casu posset ali- tione haec obligatio est annexa, eique
quis sacerdos teneri ad se reddendum satisfacere debet sacerdos, quando (1) E s v e r d a d q u e , a d m i t i d a la l i b e r t a d dicadores pueden h i c e r m u c h o por m e d i o
urget populi necessitas. Haec mihi
idoneum ad confessiones excipiendas, civil de c u l t o s casi e n t o d o s los r e i n o s , la de los a v i s o s y c o r r e c c i o n e s c a r i t a t i v a s y
dicenda videntur; cueterum sapientio-
ut validis rationibus probavimus» (nú- Iglesia n o t i e n e e x p e d i t a toda su a c c i ó n en p r u d e n t e s para atraer las o v e j a s e x t r a -
mero 625). el f u e r o e x t e r n o ; p e r o los p á r r o c o s y p r e - viadas.

TOMO II. 42
6 8
5 LIBRO VI. TRATADO V.
cum debeant habere positivam de ipso- exemplarem se prasbere; alioquin,
rum probitate et Sacramentorum fre- quomodo poterit suos ecclesiasticos
quentia; et ideo tenentur particulari- corripere, puta, ne cum mulieribus
ter de his ómnibus certiorari. Quando- versentur, ñeque ludos vetitos fre-
que inveniuntur ordinandi mille cul- quentent, si de his malum ipse tri-
pis onerati, qui vix semel in anno bueret exemplum?» (Praxis confessa-
communionem receperint, immo qui rii, núm. 53.)
etiam prfeceptum paschale omiserint, 2496. Respecto de la conducta
et deinde audacter attestationes pa- que el confesor ha de observar con
rochi praasentant de morum honesta- otras diferentes clases de penitentes,
te et Sacramentorum frequentia. Isti en parte se trató ya, ó se trata en
j a m postea ordines suscipiunt, et scan- diversos lugares de esta obra; lo de-
dalum fiunt populo; et de ómnibus más, véase en el Praxis confessarii de
ipsorum flagitiis parochus equidem San L i g o r i o , en los diferentes núme-
rationem Deo reddere debet , nam ros que se han citado ya. H e hablado
Episcopi in hoc parochis credunt; sed de intento de los simples sacerdotes,
Episcopi seduliores fidem non pne- de los confesores, de los párrocos y
stant parochis in hac materia tam de los Obispos, porque de éstos de-
gravi, a qua salus pendet populorum. pende especialmente el bien de la so-
2 4 9 5 . Si accedit Episcopus ne- ciedad: Talis populus, qualis sacerdos.
gligentis conscientiae, confessarius in- El nunca bastantemente alabado em-
terroget: perador Carlos V decia en tono festi-
i.° A n debitam adhibeat diligen- vo: « P o r una P triplicada conjeturo
tiam (praster scientiaa examen) in se yo el estado de una ciudad ó repúbli-
certiorando de positiva probitate o r - ca; á saber, pastor, del cual depende
dinandorum , prout sacri cañones , la Iglesia; preceptor, del cual depende
Tridentinum, et Apostolus imponunt. la educación de la juventud; y pretor
2.° A n approbet ad confessiones ó gobernador, del cual depende la a d -
sacerdotes sat in moribus et doctrina ministración de justicia.»
expertos. Aliter illi plus damni quam Fuera de desear que todos los j ó -
utilitatis afferent. venes confesores se hiciesen con un
3.0
Quomodo redditus mensas ex- librito de oro, titulado Manual de Con-
pendat, et applicet. Ut enim probabi- fesores (dos tomitos en 8.°), publicado
mus (lib. 3, num. 492), Episcopi, la primera vez por J . Gaume, Esta
dempta honesta sua sustentatione, obrita contiene importantísimas ad-
reliqua tenentur pauperibus elargiri. vertencias y consejos para los m i n i s -
4." Quomodo residentise obliga- tros del sacramento de la Penitencia,
tioni satisfacit; etenim nec etiam per tomados de los apreciables autores
tres menses a Tridentino concessos siguientes: El Sacerdote santificado,
ipse a sua dioecesi potest abscedere, San Leonardo de Puerto Mauricio,
ut Pontifex Benedictus X I V declara- San Alfonso María de L i g o r i o , San
vit, si ex futili causa sive ob meram Francisco de Sales, San Felipe Neri,
oblectationem abesset. San Francisco Javier y San Carlos
5.
0
Quomodo invigilet ad inqui- B o r r o m e o . Se ha de notar que El Sa-
renda suarum ovium scandala, ut cerdote santificado, San L e o n a r d o de
ipsa reparet meliori modo, quo poterit, Puerto Mauricio y el Doctor San L i -
implorando etiam subsidium brachii gorio son de opinión que, exceptuados
sascularis, si oportet. algunos casos, no hay obligación de
6.° Interroget, quomodo se gerat expresar en la confesión las circuns-
in bono exemplo exhibendo; certe tancias notabiliter aggravantes; San
enim pnelatus speciali modo tenetur Francisco de Sales y San Carlos Bo-
DEL SACRAMENTO
rromeo son de parecer que se deben
expresar; San Francisco Javier y San
Felipe Neri no tocaron esta cuestión,
pero esta variación no se debe a d m i -
rar, porque los Santos no siempre
fueron de un mismo modo de pensar
en las cuestiones controvertibles. Fue-
ra de desear que los confesores y los
jóvenes estudiantes que aspiran á ser-
lo se instruyeran profundamente en
esta obrita tan interesante para la
práctica del confesonario.
ARTICULO VI
De la obligación que tiene el confesor de
enmendar las faltas notables cometidas
en la administración del sacramento
de la Penitencia.
2497. Cuando el confesor, con
culpa ó sin ella, no advirtió al peniten-
te la obligación de restituir, ó inde-
bidamente le dijo que tenía obligación
de restituir, ó le dijo positivamente
que no la tenía, véanse los números
1340 y 1341, donde se explicó esta
materia. Cuando les defectos ó erro-
res son en otras materias, he aquí la
prudente resolución de San L i g o r i o
(lib. 6, números 619 y 620, y Praxis
confessarii, núm. 116).
i.° Si el error consistió en no ha-
ber absuelto válidamente al penitente,
si se erró sin culpa, el simple confesor
no está obligado á sufrir un grave
daño para enmendar el error c o m e t i -
do. L a razón es, porque la caridad no
obliga con tanto detrimento. D i g o el
simple confesor, porque si está obliga-
do de justicia ratione officii et stipendii
( c o m o el párroco y el Obispo), debe"rá
reparar el grave daño espiritual de sus
subditos. (Véase á San L i g o r i o , en el
lugar citado, y en el lib. 2, núm. 40.)
Estaría también obligado sub gravi
el simple confesor á enmendar el error
que cometió sin culpa, si administró
nulamente la absolución al que estaba
en peligro de muerte, ó en peligro de
no volver á confesarse fin periculo am- L i g o r i o que si el error cometido por
DE LA PENITENCIA. 6
59
plias non confitendi); porque en estos
dos casos, dice el Santo, charilas obli-
gat etiam cum gravi incommodo.
Cuando el simple confesor cometió
culpa grave en el error que causó la
nulidad del sacramento de la Peniten-
cia, aunque graves autores dicen que
no está obligado con grave daño suyo
á avisar al penitente la nulidad de la
confesión, San L i g o r i o dice que está
obligado; porqne si bien tomó por pura
caridad el cargo de confesar á esa
persona, mas una vez que la confesó,
«tenetur ex officio et ex quasi contra-
ctu cum pcenitente inito rite ipsi m i -
nistrare Sacramentum: unde si inva-
lide ministraverit et sua culpa (gravi),
tenetur utique, etiam cum suo gra-
vi damno (petita licentia a pcenitente),
illum de errore monere... Pcenitens,
si monitus esset ( a confessario de
nullitate confessionis) , posset sine
confessione aliter, sibi providere e l i -
ciendo actum contritionis: at c o n -
fessarius non potest ipsum inscium re-
linquere in tanto gravi suo damno ca-
rentiaa gratias sacramentalis. Diximus
petita licentia, nam probabilius..., si ex
monitione gravis sequeretur offensio
pcenitentis, non tenetur tune confes-
sarius nec potest monere, quia sigillum
lasderetur, juxta dicenda num. 622.»
E l Santo añade que si el penitente
se confesó después con otro, el confe-
sor anterior no estaría ya obligado á
avisarle con grave daño suyo, porque
se cree moralmente cierto que se jus-
tificó, y lo mismo si comulgó; porque,
según Santo T o m á s y la opinión co-
mún, la Eucaristía causa per accidens
primera gracia al que con buena f e ,
creyendo que está en gracia, la recibe
teniendo atrición.» ( L i b . 6, n ú m e -
ro 619,) E n todos estos casos se ve
claramente que se trata de una c o n -
fesión de pecado ó pecados mortales,
no de una reconciliación de faltas ve-
niales, exceptuada la hora ó peligro
de muerte.
E n el número siguiente dice San
66o LIBRO VI. TRATADO
el confesor fuese solamente sobre la
integridad de la confesión, por ejem-
plo, si inculpable ó culpablemente no
•preguntó las especies y número de los
pecados, á nada está obligado el
confesor respecto del penitente; á no
ser que volviese á confesarse con el
mismo confesor y pudiese suplir bue-
namente la falta. Pero si el confesor
le indujo positivamente á que no con-
fesase las especies y número de peca-
dos (que debían explicarse), hay que
distinguir: si este mal consejo le dio
con culpa grave suya, debe pedir l i -
cencia al penitente para hablarle de
aquella confesión, y si se la da, des-
engañarle del error; pero esto se en-
tiende en el caso de que el confesor lo
pueda hacer sin escándalo y sin grave
daño suyo, porque así como el grave
daño excusa al penitente de la inte-
gridad de la confesión, así también
excusa al confesor. Si el confesor sin
culpa grave suya erró, basta una cau-
sa mucho menor para excusarle de
desengañar al penitente. D e lo dicho
infieren rectamente Suárez, L u g o ,
T a m b u r i n o , Filiucio, Arriaga y San
L i g o r i o que el confesor que con buena
fe desobligó al penitente de expresar
la especie y número de los pecados,
regularmente no está obligado á avi-
sarle: «quia regulariter (dico semper)
sine incommodo et rubore id faceré
non potest,» dice el Santo.
Adviértase que, terminado el juicio
de la confesión y habiéndose marcha-
do el penitente, Victoria, S o t o , los
Salmaticenses, L u g o , Sánchez, S i l v i o ,
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 622) y otros
dicen que el confesor no puede e n -
mendar el error que cometió en la
confesión sin pedir antes licencia al
penitente: « e o quod, dice el Santo,
esset quaedam peccati exprobratio, et
ideo odiosam confessionem redderet.»
V.
CAPITULO XII
DE LOS EFECTOS D E L SACRAMENTO
DE LA PENITENCIA
ARTÍCULO ÚNICO
2498. i . ° E s de fe que el sacra-
mento de la Penitencia perdona todos
los pecados mortales al que lo recibe,
con las debidas disposiciones: por la
gracia santificante que causa ex opere
operato borra todas las culpas graves.
L a razón es, porque, como dice San-
to T o m á s , un pecado mortal no es
compatible con la gracia, pues son
dos contrarios que se excluyen nece-
sariamente: «Effectus divina: dilectio-
nis in nobis, qui per peccatum tolli-
tur, est gratia qua homo fit dignus
vita asterna, a qua peccatum mortale
excludit.»
2.0
E l sacramento de la Peniten-
cia no sólo causa la gracia santifican-
te, sino también la infusión de todas
las virtudes sobrenaturales perdidas,
y de los siete dones del Espíritu San-
to. L a razón es, porque, como dice
Santo T o m á s , «sicut ab essentia anima?
effluunt ejus potentias, quas sunt ope-
rum principia, ita etiam ab ipsa gratia
effluunt virtutes in potentias anima;,
per quas potentias moventur ad actus»
( 1 . 2. , q. n o , art. 4 ad i .
a :rl
). L o
11111
mismo se ha de decir de los dones del
Espíritu Santo, que son también ne-
cesarios para conseguir la vida eter-
na; porque no basta que las virtudes
perfeccionen las potencias y les den
aptitud para ser movidas por la recta
razón, sino que el hombre que está en
gracia debe tener perfeccionadas y
aptamente dispuestas las potencias
«ut homo efficiatur prompte movilis
a Deo, seu a divina inspiratione, se-
cundum illud R o m á n . , cap. 8, v. 14:
« Q u i spiritu Dei aguntur, ii sunt filii
D e i , et hasredes;» et in psalm. 142,
v. 10, dicitur: «Spiritus tuus bonus
DEL SACRAMENTO
deducet me in terram rectam,» como
dice Santo T o m á s ( i . 2. , q. 68, ar-
a x
tículos 1 et 2).
D i g o que infunde las virtudes per-
didas, porque si el que cayó en peca-
do mortal no perdió la fe ni la espe-
ranza (como sucede frecuentemente),
cuando se justifisa, no se le infunden
de nuevo estas dos virtudes, sino que
se vivifican para el mérito por la cari-
dad que se infunde en la justificación,
y en este sentido se dice que la fe y la
esperanza están muertas sin la cari-
dad; pero en cuanto á la esencia, la fe
muerta en el pecador es numérica-
mente la misma antes de caer en pe-
cado mortal que después de haber caí-
do y después de haberse justificado.
Véase cómo lo demuestra Santo
T o m á s : «-Ídem est habitas fidei forma-Ice
et informis. Cujus ratio est, quia ha-
bitus diversifioatur secundum illud
quod per se ad habitum pertinet. Cum
autem fides sit perfectio intellectus,
illud per se ad fidem pertinet, quod
pertinet ad intellectum. Quod autem
pertinet ad voluntatem, non per se
pertinet ad fidem, ita quod per hoc
fidei habitus possit diversifican. D i s -
tinctio autem fidei formatas et infor-
mis est secundum id quod pertinet
ad voluntatem, id est, secundum cha-
ritatem, non autem secundum illud
quod pertinet ad intellectum. Unde
fides formata et informis non sunt
diversi habitas;» y en la respuesta
ad 4. " dice: « P e r hoc quod fides for-
1 11
mata fit informis, non mutatur ipsa
fides, sed mutatur subjectum fidei,
quod est anima ( 1 ) ; quod quidem ha-
bet fidem sine charitate, quandoque
autem cum charitate.» L o mismo su-
cede con la esperanza; porque la e s -
peranza informe ó muerta está junta
(1) Qjtod est anima: nota, subjectum me-
diatum se e n t i e n d e ; p o r q u e el A n g é l i c o
había p r o b a d o en el a r t . 2 q u e « c r e d e r e
¡inmediata est a c i u s i n t e l l e c t u s ; q'iia o b j e -
c t u m h u j u s a c t u s est verían, q u o d p r o p r i e
p e n i n e t ad i n t e l l e c t u m . »
DE LA PENITENCIA. 661
[con algún amor imperfecto, dice San-
to T o m á s , en cuanto el hombre ama
á Dios «non secundum seipsum sicut
amicum, sed in quantum amat beati-
tudinem quam sperat a Deo; sed spes
formata provenit a charitate, et spe-
rat bonum a Deo ut amico;» pero en
cuanto hábito sobrenatural es uno
mismo eniitative et numerice la espe-
ranza formada y la informe; porque
en el objeto y la razón formal convie-
nen la formada y la informe.
3. 0
Perdona también los pecados
veniales: cuando el penitente tie-
ne displicencia formal de ellos; y los
perdona con mayor eficacia que los
sacramentales, porque éstos los per-
donan ex opere operantis, y el sacra-
mento de la Penitencia por virtud in-
trínseca, ó sea ex opere operato: «quia
per omnia Sacramenta Novas L e g i s in
quibus confertur gratia peccata venia-
lia remittuntur;» 2 . , se perdonan
0
también con la sola displicencia vir-
tual; esto es, cuando el que se confie-
sa (y a u n cuando no se confiese) «tali
modo fertur secundum affectum in
Deum et res divinas, ut quidquid sibi
oceurreret quod eum ab hoc mota retar-
daret, displiceret ei, et doleret se com-
misisse, etiamsi actu de illo non cogi-
taret» (3. p., q. 87, art. 1).
a
D e modo que, aunque tan sólo ex
opere operantis, se perdonan también
los veniales sin la confesión al que
hace un acto fervoroso de caridad ó
de fervorosa contrición perfecta, si
tiene el afecto dispuesto del modo
que dice Santo T o m á s en las palabras
anteriores.
4.
0
Este Sacramento , recibido
fructuosamente, perdona siempre la
pena eterna de los pecados mortales:
en cuanto á la pena temporal, perdona
más ó menos, según la contrición
fuere más ó menos intensa y la cari-
dad más ó menos perfecta. L a razón
es, porque, como dice Santo T o m á s ,
por la gracia santificante «tollitur
aversio mentís a Deo simul cum reatu
pcenas asternas; remanet tamen (ordi-
65 3
LIBRO VI. TRATADO
Hartamente) illud quod est materiale, I
scilicet, inordinata conversio ad b o -
num creatum, pro qua debetur reatus
pcena; temporalis» ( 3 . p., q. 86, ar-
a
tículo 4 ad i . ) . D i g o que no perdo-
u m
na siempre toda la pena, porque con el
Sacramento puede perdonarse toda la
pena cuando es intensísima la contri-
ción; y aun sin el Sacramento, como
se dice de la Magdalena y del Buen
Ladrón, cuyas conversiones fueron
milagrosas.
E n el artículo siguiente prueba el
Santo que ordinariamente, después de
perdonado el pecado mortal, quedan
ciertas disposiciones materiales desor-
denadas hacia el bien conmutable,
que más bien que hábitos se han de
llamar disposiciones; «qua; dispositio-
nes ex praecedentibus (illicitis) actibus
causatae, dicuntur peccati reliquia;; r e -
manent tamen debilitatas et diminu-
ta;, ita quod homini non dominen-
tur...; sicut etiam remanet fomes post
baptismum.» Pero en la respuesta ad
i. añade el Angélico Doctor, que
u m
Dios alguna vez «tanta commotione
convertit cor hominis, ut súbito con-
sequatur perfectam sanitatem spiritua-
lem, non solum remissa culpa, sed
sublatis ómnibus peccati reliquiis ut pa-
T tem, quam cum perturbatione animi
tet de Magdalena (Lucas, cap. 7).» H e
querido citar estos pasajes del Santo:
para que se comprenda en pocas
palabras qué se entiende por reliquias
de los pecados; 2°, para que se vea
también el efecto primario del sacra-
mento de la Extremaunción; esto es,
borrar los rastros y reliquias de la
mala vida pasada; aunque de esto se
hablará más latamente en su lugar.
2499. 0
5. L a s obras que hace el
hombre, según está elevado al orden
sobrenatural, pueden ser de cuatro
maneras: vivas, muertas, mortíferas
y mortificadas. Son obras vivas las
obras meritorias que hace el hombre
estando en gracia de D i o s . Son obras
muertas las que son buenas objetiva-
mente y sin circunstancia que las
m a l e e , pero no proceden de la gracia,
V.
sino que se hacen por el que está en
pecado mortal. Son mortíferas las,
obras que destruyen la gracia, que es
la vida del alma; esto es, son los pe-
cados mortales. Son mortificadas las
obras meritorias que hizo el hombre
en gracia de D i o s , pero que, cayendo
después en pecado mortal, quedan
mortificadas. E s t o supuesto:
2500. P. Cuando el pecador se
justifica por el sacramento de la Peni-
tencia, ¿qué obras reviven?
R. i . ° N o pueden revivir ni las
obras mortíferas, como es claro, por-
que fueron pecaminosas; ni las obra?
muertas, por más que fuesen buenas
objetivamente, porque mal puede revi-
vir lo que nunca v i v i ó .
2.
0
Aunque no es de fe, es doctri-
na cierta que las obras mortificadas
reviven cuando el pecador se justifica.
Esta es la sentencia casi unánime de
los teólogos, siguiendo á Santo T o -
más, el cual prueba ( 3 . p., q. 89, ar-
a
tículo 5) esta doctrina con las pala-
bras del profeta Joel (cap. 2): « R e d -
dam vobis annos, quos comedit locus-
ta;» sobre cuyas palabras la glosa in-
terlineal, tomada de San Jerónimo,
dice así: « N o n patiar perire uberta-
amisistis.» «Sed illa ubertas (añade
Santo T o m á s ) est meritum bonorum
operum, quod fuit perditum per pecca-
tum. E r g o per pcenitentiam r e v i v i -
scunt opera meritoria prius facta.»
Después dice el Angélico (ad i . " " ) 1
que las obras meritorias mortificadas
siempre quedan en la aceptación divi-
na, y que si bien no pueden conducir
al cielo, no es porque D i o s no las
acepte, consideradas en sí mismas, sino
por el impedimento del pecado mortal
que opone el que las hizo: «Opera in
charitate facta non abolentur a Deo
(per subsequens peccatum mortale),
in cujus acceptatione remanent; sed
impedimentum accipiunt ex parte ho-
minis operantis: et ideo remoto impe-
dimento (el pecado mortal) quod est
ex parte hominis operantis, Deus im-
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA. 663
plet ex parte sua illud quod opera A la anterior doctrina del Angélico
merebantur.» Maestro dio grande peso el T r i d e n t i -
2501. P. Cuando el que estaba no cuando, hablando de la justifica-
en pecado mortal se justifica, ¿resu- ción del pecador y de la gracia que
cita á igual virtud que tenía antes de entonces r e c i b e , dice así: «Justi-
haber caído e n e l pecado mortal? tiam in nobis recipientes, unusquis-
R. Cuestión es esta muy contro- que suam secundum propriam m e n -
vertida entre los teólogos escolásti- suram, quam Spiritus Sanctus p a r t i -
cos, y á ellos me remito. Véase á Bil- tur singulis, prout vult, et secundum
luart (De sacram. Pcenit., art. 5, § 3), propriam cujusque dispositionem et
que trata con su acostumbrada clari- cooperationem.» (Ses. 6, cap. 7 De
dad esta cuestión. Como para la prác- justif.) N o se crea que esta cuestión
tica no se puede determinar cosa cier- es adiáfora para la T e o l o g í a moral;
ta, me limito á copiar las palabras de porque la resolución de Santo T o m á s
Santo T o m á s (ibid., art. 2), que dice excita á todos, y más especialmente á
así: «Manifeslum est, quod forma; quas los que después de una vida fervorosa
possunt recipere magis et minus (como cayeron en pecado mortal, á que, al
hacer una buena confesión, se esfuer-
lo son la gracia y las virtudes) inten-
cen á una contrición muy fervorosa,
duntur et remittuntur secundum diver-
| á fin de resucitar á una gracia tanto ó
sam dispositionem subjecti ( i . 2 . ,
a : e
más fervorosa que la que tenían antes
q. 52, art. 1 et 2, et q. 66, art. 1).
de haber caído en la culpa. Esto deben
Et inde est quod secundum quod m o -
aconsejar á los grandes pecadores los
tas liberi arbitrii in pcenitentia est
ministros de Dios en el pulpito y en
intensior vel remissior, secundum hoc
el confesonario.
pcenitens consequitur majorem vel
minorem gratiam. Contingit autem 2502. 6.° Este Sacramento, ade-
intensionem motus posnitentis quan- más de la gracia santificante común,
doque proportionatum esse majori causa la que los teólogos llaman sa-
gratias quam fuerit illa a qua cecide- cramental; esto es, que, además de
rat per peccatum, quandoque autem justificar, da derecho á ciertos auxi-
asquali, quandoque vero minori. E t lios divinos para conseguir el fin r e s -
ideo (nótese bien) pcenitens quando- pectivo de cada Sacramento: «Gratia
que resurgit in majori gratia quam sacramentalis addit super gratiam
prius liabuerat, quandoque autem in communiter dictam et super virtutes
asquali, quandoque etiam in minori: et dona quoddam divinum auxilium
et eadem est ratio de virtutibus quas ad consequendum Sacramenti finem;»
ex gratia consequuntur.» Esta doctri- son palabras de Santo T o m á s ( 3 . p.,
a
na de Santo T o m á s es impugnada por q. 62, art. 2). Billuart, aplicando el
muchos, especialmente por aquellos efecto de esta gracia al sacramento de
que, si bien alaban mucho la doctrina la Penitencia, dice así: «Gratia sacra-
del Santo, se apartan frecuentemente mentalis pcenitentias est gratia habi-
tualis cum perfectione et vigore speciali,
de ella, como muy bien dice Silvio
et ordine ad auxilia necessaria pro
(in 3.a111
part., q. 89, art. 2); pero
peccatis plangendis, delendis etcavendis »
este doctísimo teólogo prueba sóli-
Si se dijese que para todo esto basta
damente la opinión del Santo Doctor,
la gracia santificante ayudada de los
disuelve los argumentos de los contra-
siete dones del Espíritu Santo y de
rios, y cita en su favor á los insignes
las virtudes teologales y morales, á
teólogos Paludano, Capreolo, Pedro
esto responde Santo T o m á s , diciendo:
Soto, Cayetano, Báñez, Estío, Duran-
«Gratia virtutum et donorum suffi-
do, Bonacina, Ricardo, Alejandro de
cienter perficit essentiam et potentias
Ales, San Buenaventura.
 66 4 LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 665

anima?, quantum ad generalem ordina- \ et paradisum reseras, contritum sa- mera unción es la que se llama de los mas Unctionis, cujus materia est oleum
tioncm actuum anima, sed quantum ad ñas, omnem tristitiam exhilaras, vi- catecúmenos, y se administra á los olivas per Episcopum benedictum.
quosdam effectus speciales qui requi- \ tam de interitu revocas, statum res- niños en el pecho y en las espaldas H o c autem Sacramentum non debet
runtur in vita christiana, requiritur tauras, honorem renovas, fiduciam antes de derramar sobre su cabeza el dari nisi infirmis, quando timetur de
sacramentalis gratia» (ad i . ) ; y en das, vires reformas, gratiam abun-
u m
agua y pronunciar la forma del bau- periculo mortis, qui debent inungi in
la respuesta ad 2 . añade que si bien ' dantiorem refundís! Omnia ligata tu
u m
tismo. L a segunda es la unción que locis quinqué sensuum, videlicet, in
la gracia, los dones y las virtudes dan . solvis, omnia soluta tu custodis, ora- inmediatamente después de pronun- oculis propter v i s u m , in auribus pro-
suficiente remedio respecto de los p e - ; nia adversa tu mitigas, omnia confu- ciar la forma del bautismo hace el pter auditum, in naribus propter odo-
cados presentes y futuros, «sed quan-1 sa tu lucidas, omnia desperata tu ani- sacerdote con el sagrado crisma, en rem, in ore propter gustum vel locu-
tumad praterita peccata quae transeunt m a s . » ( S e r m . de Pcenit.) forma de cruz, en la parte superior tionem, in manibus propter tactum,
actu et remanent reatu , adhibetur | E n atención á los admirables efec- de la cabeza, ó sea en la coronilla de in pedibus propter gressum: quídam
homini remedium specialiter per Sa- tos que causa el sacramento de la Pe- la cabeza del bautizado (in summitate autem inungunt in renibus, ubi viget
cramentum » ! nitencia, con mucha razón dice el capitis, como dice el Ritual R o m a n o ) . libido. F o r m a autem hujus Sacra-
E l sacramento de la Penitencia, nunca bastantemente alabado Cate- L a tercera es la que hace el Obispo menti est ista: «Per istam unctionem et
recibido con las debidas disposicio- cismo de San P í o V : «Nihil profccto confirmante en la frente del confir- \)suam piissimam misericordiam indul-
nes, causa ordinariamente grande paz tam proderit fidelibus, nihilque majorem mando. L a cuarta es la que se hace ygeat tibí Dominas quidquid deliquisti
y alegría al que lo recibe, esfuerza á illis alacritaUm pcenitentia; suscipien- en las dos manos á los que son orde- »per visum,» et similiterin alus. Mi-
practicar buenas obras, anima la espe- daa afferet, quam si a parochis (añá- nados de sacerdotes, y en las manos nister hujus Sacramenti est sacerdos.
ranza y la paciencia, da resignación dase: y los predicadores y confesores) y en la cabeza á los que son consa- Effectus autem hujus Sacramenti est
en las enfermedades, en la pobreza y scepe explicatum fuerit quantum ex ta grados de Obispos. L a quinta es la \sanatio mentís et corporis.» E l célebre
en todas las tribulaciones. San Juan utilitatem capiamus. V e r é enim d e r t c - que se hace en la consagración de decreto del Concilio Florentino sobre
Crisóstomo compendió los efectos de ¡ nitentia illud diei posse intelligent, altares, iglesias y vasos sagrados. L a la Extremaunción (pro instructione Ar-
la verdadera penitencia en las siguien- | ejus quidem radices amaras fructus vero sexta y última es la de los enfermos, menorum, sub Eugenio I V , añ > 1439),
tes hermosas palabras: «O fcenitentiaf suavissimos esse.» (Part. 2 . , De Pcenit.
a que comúnmente se llama Extrema- está tomado casi literalmente de las
quas peccata, Deo miserente, remittis, [ sacram., cap. 5, núm. i S . ) unción, ó Sacramentum exeunlium, ó citadas palabras de Santo T o m á s . L o
Vnctio sacri olei. L o s griegos le lla- omito por brevedad.
man sanctum oleum, oraiio unctioni
2505. P . ¿La Extremaunción es
olei con juncia.
verdadero Sacramento?
TRATADO SEXTO 2504. P. ¿Cómo se define la E x - R. Según la opinión más probable,
tremaunción? los primeros herejes que negaron que
Del s a c r a m e n t o de la Extremaunción. R. L a definición metafísica es: la Extremaunción era verdadero S a -
«Sacramentum Noves L e g i s institu- cramento, fueron L u t e r o y Calvino.
tum a Christo D o m i n o , causativum Este decía que era un Sacramento
gratias remissivae reliquiarum pecca- fingido, et histrionicam hypocrisim. D e
2 5 0 3 . E l Catecismo de San Pío V, los párrocos, instruyesen sólida y fre- torum post Baptismum commissorum aquí es que algunas biblias protes-
al tratar de la Extremaunción (p. 2 . , A
cuentemente á los fieles sobre los ine- vel in ipsius receptione.» L a física es: tantes quitaron la Epístola de S a n -
cap. 6, n ú m . 1), dice que si los fieles fables efectos que causa la E x t r e m a - « U n c t i o he minis infirmi facta a sacer- tiago, diciendo que no era canónica,
se convenciesen de los poderosos au- unción en los enfermos, desaparece- dote cum oleo consecrato, sub pras- para de este modo enervar la fuerza
xilios sobrenaturales que este Sacra- rían en gran parte la indiferencia, el scripta verborum forma.» concluyente de aquellas palabras del
mento causa en los enfermos de peli- descuido, la prevención y hasta el ho- Antes de tratar de varias cuestio- cap. 5 de su Carta: «Infirmatur quis
gro, le recibirían con gusto, acepta- rror con que por muchos cristianos es nes que ocurren acerca de este Sacra 1 in vobis? Inducat presbyteros E c c l e -
rían con resignación la m u e r t e , y mirado este Sacramento. mentó, voy á copiar literalmente lo siae, et orent super eum, ungentes eum
además darían gracias inmortales á que dice de él Santo T o m á s , hacia el oleo in nomine Domini. E t oratio
Jesucristo porque no sólo al nacer fidei salvabit infirmum, et alleviabít
CAPÍTULO PRIMERO fin del opuse. 5, donde con su a n g é -
eum Dominus, et si in peccatis sit,
nos proporcionó el Bautismo, que nos lico ingenio compendió en muy pocas
franquea las puertas de la vida eterna, NOCIÓN, DEFINICIÓN J£ INSTITUCIÓN palabras, á mediados del siglo X I I I , remittentur ei.» Otros protestantes
sino que además, por medio de la E x - lo que hoy es doctrina común en cuanto admiten la Carta del Apóstol Santia-
DE ESTE SACRAMENTO
tremaunción, nos expedito, al tiempo á la práctica, por más que en cuanto g o , pero dicen que la Extremaunción
de morir, el camino para entrar pron- á la especulativa se hayan dividido las puede ser administrada por los legos
Se llama Extremaunción, porque es
tamente en el cielo. opiniones de los autores. Dice así: ancianos: así es que aquellas palabras
la última de las unciones que a d m i -
Si los predicadores, y especialmente «Quintum Sacramentum est E x t r e - del Santo Apóstol (mejor diré, del
nistra la Iglesia á sus hijos. L a pri-
666 LIBRO VI. TRATADO
Espíritu Santo) inducatpresbyteros Ec-
clesia, las traducen del modo siguien-
te: llame á los ancianos de la Iglesia.
H e recogido algunas de estas biblias
prohibidas (de que hoy está inundada
la pobre E s p a ñ a ) , y las que he visto,
todas traducen del mismo modo. T a n
herejes son los primeros como los se-
gundos, porque el Tridentino condenó
como herejes: i . ° , á los que negasen
que la Extremaunción era verdadera
y propiamente Sacramento; 2°, á los
que negasen que fué instituido por Je-
sucristo y promulgado por el Apóstol
Santiago; 3. , á los que dijesen que es
0
meramente un rito recibido de los Padres,
ó una invención ó ficción humana; 4 . , 0
condenó á los que dijesen que debía
mudarse el rito que observa la Iglesia
romana.
H e aquí la definición dogmática
del Tridentino: «Si quis dixerit E x -
tremam Unctionem non esse veré et
proprie Sacramtntum á Christo D o -
mino nostro institutum, et a Beato
Jacobo Apostólo promulgatum, sed ri-
tum tantum acceptum á Patribus, aut
figmentum humanum, anathema sit.»
A d e m á s , condenó como herejes á los
protestantes que decían que el Após-
tol Santiago, porla palabra presbyteros,
no entendía sólo á los sacerdotes, sino
también á los ancianos legos: « S i quis
dixerit presbyteros Ecclesias, quod
Beatus Jacobus adducendos esse ad
infirmum inungendum hortatur, non
esse sacerdotes ab Episcopo ordina-
tos, sed Eetate séniores in quavis com-
m u n i t a t e ; ob idque proprium E x -
tremas Unctionis ministrum non esse
solum sacerdotem, anathema sit.»
(Sesión 14, can. 4.) A d e m á s : « S i quis
dixerit Extremas Unctionis ritum et
usum quem observat sancta romana
Ecclesia repugnare sententias Beati
Jacobi Apostoli, ideoque eum mutan-
dum, posseque a christianis absque
peccato contemni , anathema s i t . »
(Sesión 14, can. 3.)
2506. P. ¿Instituyó Jesucristo
inmediatamente este Sacramento, ó
VI.
le instituyeron los Apóstoles por i n s -
piración divina?
R. Santo T o m á s dice que algunos
autores de su tiempo decían que ha-
bía sido instituido por los Apóstoles;
pero el A n g é l i c o (in Supplem., ¿.
ÍV
p.,
q. 29, art. 3) impugna este parecer
con cuatro razones sólidas, que omito
por brevedad; porque, después de la
citada definición dogmática del T r i -
dentino, sería por lo menos temeridad
negar que este Sacramento fué insti-
tuido inmediatamente por Jesucristo,
como (entre otros) dice Billuart al fin
del art. 1 De Extrema Uuclione. H e di-
cho que sería por lo menos temeridad,
porque el doctísimo Silvio, en el c o -
mentario del citado artículo de Santc
T o m á s , dice que sería herejía. He
aquí sus palabras: « A r t i c u l o tertio
docet (Sanctus T h o m a s ) hoc Sacra-
mentum essea Christo immediate ins-
titutum. Qua doctrina est fidei, definita
| in Concilio Tridentino.» (Sess. 7 et 14.*
Si se dijese que en ninguna parte
del E v a n g e l i o se hace mención de que
Jesucristo instituyese este Sacramen-
to, á esto se responde, con Santo T o -
más en el citado artículo (ad i . ) , u m
«quod multa Dominus fecit et dixit,
quas in E v a n g e l i o non continentur;»
y añade que los Evangelistas hicieron
principalmente mención de los Sacra-
mentos necesarios para la salvación y
para la disposición eclesiástica; y así
hablaron expresamente de la institu-
ción del B a u t i s m o , de la Penitencia,
de la Eucaristía y del Orden.
2507. P. ¿Cuándo instituyó Cris-
to este Sacramento?
R. Santo T o m á s (in Supplem., 3. p., a5
q. 29, art. 3 ad i . ) , Billuart y otros,
u m
dicen que de este Sacramento se hizo
alguna insinuación en el cap. 6 de San
Marcos, donde se dice que los A p ó s -
toles oleo ungebant infinitos, y lo mis-
mo dice el T r i d e n t i n o : « A Christo
D o m i n o nostro apud Marcum quidem
insinuatum.» (Sess. 14, can. 1.) E n
cuanto á la institución formal de este
S a c r a m e n t o , se cree comunísima-
DEL SACRAMENTO DE LA
mente que fué en el tiempo interme-
dio entre la resurrección de Cristo y
su ascensión al cielo, pues en este
tiempo se mostró muchas veces resu-
citado á los Apóstoles: « P e r dies qua-
draginta apparens eis, et loquens de
regno D e i . » (In Act. Apost., cap. 1,
v. 3.) D e estos cuarenta días tienen
origen varias tradiciones divino-apos-
tólicas, que los Apóstoles recibieron
de la boca de Jesucristo; y el Padre
San L e ó n , hablando de ellas, dice:
«Magna in eis confirmata sunt Sacra-
menta, magna revelata sunt myste-
ria.» ( S e r m . de Ascens.) C o m o la
Extremaunción es complemento y
perfección del sacramento de la P e -
nitencia, parece que así como éste fue
instituido formalmente después de la
resurrección de Cristo, así también
aquél. (Billuart, De Extrema Vnctione,
art. 1, en la respuesta al objicies 5.)
N o se puede hoy sostener la o p i -
nión de San Buenaventura, que decía
que la Extremaunción fué instituida
por los Apóstoles, por inspiración di-
vina, después de la ascensión de Cris-
to al cielo; porque en este caso no hu-
biera sido instituida inmediatamente
por Jesucristo, lo cual, como queda
dicho, no puede defenderse después
de la definición dogmática del T r i -
dentino; tanto, que Belarmino afirma
que es de fe que los Sacramentos fue-
ron instituidos inmediatamente por
Jesucristo. S o t o , Gotti, Berti, Billuart
y otros dicen que no es ciertamente
de fe, pero que no se podría negar sin
alguna temeridad.
CAPÍTULO II
DE LA MATERIA REMOTA DEL SACRA-
MENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN
2508. P. ¿Cuál es la materia re-
mota de la Extremaunción?
R. « O l e u m olivarum ab Episcopo
benedictum, seu consecratum.»
i.° E s ciertísimo que la materia
válida de este Sacramento es sola-
EXTREMAUNCIÓN. 667
mente el aceite de olivas; porque d i -
ciendo el Apóstol Santiago en su Car-
ta canónica (cap. 5) «ungentes eum
(infirmum) oleo,» se entiende el de
oliva. L a razón es, dice Santo T o -
más (in Supplem., q. 29, art. 4), «quia
oleum principaliter nominatur olivas
liquor, cum alii liquores solum ex si-
militudine ad ipsum olei nomen acci-
piant.» E l Concilio Florentino (pro
instructione Armenorum) hizo la s i -
guiente declaración: «Quintum Sacra-
mentum est Extrema Unctio, cujus ma-
teria est oleum oliva per Episcoptmi
benedictum.» Esta es la práctica uni-
versal de la Iglesia y la sentencia
unánime de los doctores católicos.
2.
0
Graves autores opinaron anti-
guamente que el aceite de olivas s e -
ría materia válida para la E x t r e m a -
unción, aunque no estuviese bendito
por el Obispo, como puede verse en
Benedicto X I V (De Synodo Dicecesana,
lib. 8, cap. 1, núm. 4); pero, para la
práctica, tengo por cierto que en el día
no se puede tener por materia válida.
L a razón es, porque así lo expresó el
Florentino; y además, el Tridentino
dice así: «Ex apostólica traditione per
manus accepta... intellexit Ecclesia, ma-
teriam esse oleum ab Episcopo benedi-
ctum.» (Sess. 14, cap. 1.) San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 709) dice que la sen-
tencia comunísima afirma que es n e -
cesario que esté bendito por el Obispo,
como sintieron Santo T o m á s , Cónci-
na, etc. « R a t i o , quia Concilia in hoc
dogmatice locuta sunt;'unde utrum-
que ad valorem hujus Sacramenti re-
quiri declararunt.»
•'Además, Paulo V , en 13 de Enero
de 1655, proscribió ut temerariam et
errori proximam sequentem proposi-
tionem: «Quod Sacramentum Extre-
mas Unctionis oleo episcopali bene-
dictione non consecrato ministran va-
lide possit;» y Gregorio X V I , en 14
de Septiembre de 1S42, aprobó el si-
guiente decreto de la Sagrada I n q u i -
sición: « N o n posse in casu necessita-
tis parochum ad validitatem sacra-
 668 LIBRO VI. T R A T A D O VI. DEL SACRAMENTO DE L A EXTREMAUNCIÓN. 669

mentí Extremas Unctionis uti oleo a se I dos los lugares de la Iglesia oriental sólo el óleo que el Obispo bendice E l párroco está obligado sub gravi
benedicto.» L o mismo declaró P í o I X donde no hubiese costumbre en con- para los enfermos es materia válida. á mandar por los santos óleos que
en 10 de Enero de 1850, como dice trario. San L i g o r i o dice que las dos opinio- cada año consagra el Obispo de la
Scavini (tomo 3, núm. 492). Benedicto X I V (en el lib. 8 De Sy- nes son probables, y que, como se diócesis en el día de Jueves Santo:
D . Miguel Sánchez, en su Teología nodo Dicecesana, cap. 1 , núm. 4) hace trata del valor del Sacramento, no se cuando lleguen los nuevos, debe que-
Moral (trat. V I I , punto 1, núm. 5) mención de su anterior constitución, puede seguir la de Suárez, porque en mar los antiguos y echar las cenizas
dice así: «Algunos teólogos dicen que y hablando de la potestad del Papa esta clase de cuestiones sobre la ma- en la piscina, ó echarlos en el vaso
si por error se administrase la E x - para la bendición del óleo de los e n - teria y forma de los Sacramentos nun- de la lámpara que arde delante del
tremaunción con óleo no bendito por fermos, delegada en un simple sacer- ca se ha de perder de vista que I n o - Santísimo.
el Obispo, ó no destinado para este dote, dice así: « R e s videtur exploratis- cencio X I condenó en 2 de Marzo Si por cualquier evento se conclu-
fin, debería repetirse la unción con el sima, quam nemini liccal in quxstionem de 1679 la siguiente proposición (es yese el santo óleo antes de poder pro-
óleo propio, para no exponer á nulidad adducere; siquidem in Ecclesia orien- la i . ) : « N o n est illicitum in Sacra-
a porcionarse otro, como puede suceder
el Sacramento.)) Este lenguaje es muy tali mos viget a mille et amplius anuís mentis conferendis sequi opinionem en tiempo de peste ó de falta de Obis-
flojo: en el día no algunos teólogos, in ea receptus, ut ipsimet presbyteri, probabilem de valore Sacramenti, nisi po, he aquí lo que dispone el Ritual
sino todos, dicen que después de los cum se accingunt ad infirmum un- id vetet lex, conventio, aut periculum R o m a n o : « S i forte intra annum ali-
decretos citados de Paulo V , Grego- g e n d u m , oleum in ea sacramentali gravis damni incurrendi. Hinc sen- quo modo (oleum bsnedictum) ita de-
rio X V I y P í o I X , debe tenerse por unctione adhibendum benedicant.» tentia probabili tantum utendum non ficiat ut sufficere non posse videatur,
nula la Extremaunción administrada est in collatione baptismi, ordinis nec aliud benedictum haberi queat,
H a y tres clases de óleo s a n t o , que
con óleo bendito por un simple sacer- sacerdotalis aut episcopalis.» Con ra- módico oleo non benedicto in minori
el Obispo bendice en el día de Jueves
dote. Véase el tomo 3 de la edición zón, pues, San Carlos Borromeo de- quantitate superinfuso reparari pos-
Santo:
última de Scavini, núm. 406, donde cretó lo siguiente: «Parochus, si per sit.» A tres onzas, v. gr., de óleo
i.° Oleum infirmorum, que sirve
dice asi: « A d e o ut inutiliter vel in ex- errorem aliud oleum quam quod infir- bendito se podrá mezclar una onza de
para la Extremaunción y para la con-
trema necessitate Sacramentum ad- morum est ad asgrotum ungendum óleo no bendito.
sagración de campanas por la parte
ministretur cum oleo a simplici sacer- adhibueiit, etiamsi chrismatis aut * « I m o , licet admixtionem pluries
exterior, pues para la parte interior se
dote (sine pontificia delegatione) be- renovare, modo admiscendum oleum
usa el crisma. cathecumenorum sit, ut erratum emen-
nedicto, i) sit semper in minori quantrftite, et
2. 0
El óleo de los catecúmenos, que det, olei sacri, quod proprium infir-
2509. P . ¿Puede un simple sacer- se usa para la unción que se hace en morum est,unctionemeidem adhibeat, vera necessitas hoc requirat.» (Marc,
dote, por delegación del P a p a , bende- el pecho y en las espaldas (ínter sca- tuneque Sacramenti formam iteret.» tomo 2, núm. 1874, en la nota.) *
cir válida y lícitamente el óleo de los pulas) á los que van á recibir el Bau- (In Syn. V Mediolanensi, anno 1579, * « N o n licet parocho assidue retine-
enfermos? tismo: se usa también para consagrar tomo 15, Concil., pag. 590.) re domi sacrum oleum excepto casu
R. i . ° N o se puede sostener la opi- las manos de los nuevos sacerdotes y N o obstante, en un caso de necesi- magnas distantias ab ecclesia: quo
nión de Suárez (De Extrema Unciione, para otras consagraciones, como de dad en que faltase el óleo de los en- casu omnino servetur rubrica quoad
cap. 1, n ú m . 8) y de algunos otros R e y e s , etc. fermos, se debería usar con forma con- honestam et decentem, tutamque cus-
teólogos, que negaron al Papa la po- dicional del crisma ó del óleo de los todiam.» ( I t a S. R. C , 16 Dec. 1826.)
3.
0
E l crisma, ó sea el óleo mez-
testad de delegar en un simple sacer- clado con bálsamo, que se usa en la catecúmenos, como opinan San L i g o - L o mismo contestó la Sagrada C o n -
dote la bendición del óleo de los e n - Confirmación, en las ceremonias del rio, Roncaglia, Billuart, Scavini, etc.; gregación al señor arzobispo de San-
fermos; esto, en el día, sería temeri- Bautismo, después de administrado pero si después hubiese proporción tiago de Galicia el 15 de Noviembre
dad, porque, como dice Benedicto X I V , este Sacramento, y en otras varias del óleo de los enfermos, se debería de 1890: « D i x i m u s assidue, nam
hace más de mil años que en la I g l e - consagraciones, como del cáliz, de la repetir sub conditione el Sacramento, subdit S. Alphonsus; recte parochus
sia oriental los simples sacerdotes patena, del altar, de una campana como dicen San L i g o r i o , Scavini, in sua domo oleum sanctum in nocte
bendicen el óleo para la E x t r e m a - por la parte interior, etc. (Véase el Viva y otros. L o mismo estableció servare potest, dum probabile pericu-
unción, y los Papas, no sólo no re- Pontifical R o m a n o . ) San Carlos Borromeo. (Act. Mediol., lum praevidet, ut si vocatus ad con-
P- 4-) ferendam Unctionem , prassto non
probaron esta costumbre, sino que la 2510. P. E l crisma ó el óleo de
D e lo dicho se infiere la diligencia esset.» ( L i b . 6, núm. 730, Praxis,
aprobaron expresamente, como lo hizo los catecúmtnos, ¿son materia válida
núm. 275.) *
Clemente V I I I en la instrucción que para la Extremaunción? con que el párroco ha de procurar que
dio á los Obispos latinos que vivían R. A u n q u e , hablando especulati- no se confundan las tres ampollas ó 2511. P . Para hacer la unción
entre los griegos; y Benedicto X I V , vamente, es probable la opinión de vinajeras que contienen el crisma, el de un sentido y para una unción del
en su constitución Etsi pastoralis (to- Suárez, Gonet y L a y m a n , que dicen óleo de los bautizandos, y el de la crisma, ¿bastará una sola gota?
m o 1 de su Bularlo, constit. 57, § 4, que es válida, es algo más probable, Extremaunción; poniendo á cada una R. S u á r e z , Filiucio , R e g i n a l d o ,
núm. 1, pág. 172), aprobó casi lite- dice Billuart, la sentencia de S i l v i o , el rótulo correspondiente, y teniéndo- Trullench y otros, dicen que no basta;
ralmente el anterior decreto para t c - B e l a r m i n o , Barbosa, que dicen que las custodiadas bajo llave. «quia (dicen) ungere proprie est oleum
670 LIBRO VI. TRATADO
per partes diffundere.» San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 709), siguiendo á varios
autores, tiene por más probable que
basta una gota: «quia qui ungit una
stilla olei, veré ungit, cum oleum plus
quam alii liquores diffundatur; at
quia prima sententia (la de Suárez)
non est improbabilis (y se trata del
valor del Sacramento), in praxi se-
quenda est. Pro valore autem Sacra-
menti, recte dicunt Salmanticenses
(cap. 2, núm. 12) cum Dicast. et
Aversa, quod sufficit intingere in oleo
extremum digiti et ungere;» y esta es
la costumbre general.
E n cuanto á las razones de con-
gruencia del por qué el aceite de oliva
fuese escogido para materia de la E x -
tremaunción, véase á Santo T o m á s ,
en el Suplemento de la 3 . p., q. 29,
a
art. 4, y el Catecismo de San P í o V ,
p. 2. , cap. 2, núm. 5. Que el aceite
a
debe estar consagrado ó bendito, y poi-
qué, véase el art. g. Que debe estar
consagrado por el Obispo, y por qué,
véase el art. 6.
CAPÍTULO III
DE LA M A T E R I A PRÓXIMA DE LA EXTRE-
MAUNCIÓN
2512. P. ¿Cuál es la materia
próxima de este Sacramento?
R. E s la unción que con el santo óleo
hace el sacerdote en cada uno de los
cinco sentidos. Esta unción se ha de
hacer en forma de cruz en cada uno
de los sentidos, con el dedo pulgar de
la mano derecha.
A q u í se ha de notar: Que si bien
es probable especidativamente que para
la validez de la Extremaunción bas-
ta la unción de un solo s e n t i d o ,
para la práctica, dice San L i g o r i o (li-
bro 6, núm. 710), se debe seguir la
sentencia que afirma ser necesarias
para la validez del Sacramento las
unciones de los cinco sentidos. Este
es el parecer de Santo T o m á s (In
Supplem., 3 . p . , q. 32, art. 6), de
a
VI.
San Buenaventura, S o t o , Suárez, V a -
lencia, Cóncina, los Salmaticenses,
Elbel, Bonacina, Billuart, Gousset,
Bouvier, Scavini.
Benedicto X I V , en el capítulo c i -
tado (núm. 2), dice así: «Citatur pro
hac sententia Sanctus T h o m a s ; sed
auctor Supplemeuli, 3." p., q. 32, art. 6,
exponsns Ángelici Pncceptoris mentem,
dubitanter loquitur , inquiens : Illa
unctio ab ómnibus observatur, quae fit
ad quinqué sensus, quasi de necessi-
tate sacramenti.» Pero estas palabras
son literales de Santo T o m á s , copiadas
ad pcdem littenc del lib. 4 de las Sen-
tencias (dist. 23, q. 2, art. 3, sol. 2 . ) ,
como todo el Suplemento de la 3 '
parte está copiado del expresado lib. 4
de las Sentencias. Billuart (De
ma Unctione, art. 2, § 3, dico) dice, y
en mi concepto con razón, que cuando
Santo T o m á s dijo «quasi de necessi-
tate Sacramenti, partícula Q U A S I non
est ibi minuens, sed asserens; perinde ac
si dixisset, tamquam seu qualiter o b -
servan debent, quae sunt de necessi-
tate Sacramenti; quo sensu Joannes
dicit in E v a n g e l i o (cap. 1): « V i d i m u s
gloriam ejus quasi Unigeniti a Patre,»
id est, qualeni decet Unigenitum Patris.
E t articulo quinto praecedenti probat
(Sanctus T h o m a s ) unctionem non
deberé fieri in toto corpore, sed in
partibus quae sunt radices peccatorum.
Istas autem radices esse quinqué sen-
sus docet hoc articulo sexto.»
A estas razones de Billuart se pue-
de añadir otra, en mi concepto, c o n -
cluyente. E l A n g é l i c o Doctor (en la
q. 30, art. 1 ad 3. ) dice expresa y
11111
magistralmente que las cuatro uncio-
nes primeras solamente disponen y
preparan para causar la gracia, y que
sola la quinta unción del quinto sen-
tido produce la gracia sacramental,
de la cual fluyen todos los efectos que
causa la Extremaunción.
D e modo que, según Santo T o m á s ,
ninguna de las cuatro primeras uncio-
nes causa efecto alguno parcial sacra-
mental, sino que solamente la quinta
DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 671
unción (aunque también reuniendo la biendo necesidad, se administra sub con-
virtud de aquéllas) causa todos los ditione con una sola unción; porque,
efectos de este Sacramento. H e aquí como dice Billuart, «cum non certo
las palabras de Santo T o m á s : « A d constet de invaliditate Sacramenti sic
tertium dicendum, quod, quando sunt collati (con una sola unción), melius
multae actiones ordinatae ad unüm est in extremis conferri dubium quam
effectum, ultima est formalis respectu nullum,! como se hace en otros Sacra-
omnium praecedentium, et agit in vir- mentos. E n este caso, dice San L i g o -
tute earum; et ideo in ultima unctione rio, es mejor que la forma se pronun-
gratia infunditur, qua? effectum sa- cie del modo siguiente: « ( S i ita valet
cramento praebet.» Otros graves auto- S a c r a m e n t u m ) per istam sanctam
res piensan que cada unción produce unctionem indulgeat tibi Dominus
por sí sola el efecto parcial del sentido quidquid deliquisti per sensus , v i -
que se unge. Unusquisque in sensu suo sum, auditum, odoratum, gustum et
abundet. Me parece más probable la tactum.»
A
opinión del Angélico Maestro, y para E n cuanto á la unción de los r í ñ o -
l
la práctica la única aceptable, sobre nes, todos convienen en que no es
la necesidad de las cinco unciones en esencial; en las mujeres se debe omitir
Extre- los cinco sentidos externos. siempre: « R e n u m unctio in mulieri-
2513. Cuando en un caso par- bus, honestitatis gratia, semper omitti-
ticular hay temor de contagio, se tur,» dice el Ritual R o m a n o . E n
teme que el enfermo muera antes cuanto á los hombres, dice así: «Omit-
de hacer las cinco unciones , dice titur etiam in viris, quando infirmus
San L i g o r i o (y en esto no hay duda) commode moveri non potest;» y Sca-
que entonces se haga una sola un- v i n i , hablando de I t a l i a , dice así:
ción en un solo sentido, y aun será « H o d i e quoad omnes omittitur.» ( T o -
mejor en la frente (in capite), porque mo 3, núm. 493, edición de 1865.)
de la cabeza tienen origen los ner- E n España, en muchas partes, sucede
vios de los cinco sentidos, como lo mismo que en Italia; pero cada pá-
dice el Santo, siguiendo á Benedic- rroco aténgase á la costumbre de su
to X I V (De Synodo, lib. 8, cap. 3, diócesis.
núm. 5): « I m m o in pnedicto eventu L a unción de los pies no es necesa-
cónsultius esse ut caput, e quo omnium ria necessitate Sacramenti: pero donde hay
sensuum nervi descendunt, sub eadem costumbre, debe hacerse; si bien, dice
forma.universali inungatur.» San L i - Scavini (núm. 584), «satis erit, si ea
gorio, los Salmaticenses, Scavini, etc., pars ungatur pedum quae commode
dicen, y con razón, que en este caso potest; nec refert si ambo ungi non
se pronuncie la forma condicional- possint causa morbi, vel difficultatis,
mente, y si después lo permitiese la vel quia unus est obtruncatus, nam
enfermedad, se hagan las unciones de haec unctio est tantum pars inte-
cada uno de los cinco sentidos repi- grans.»
tiendo sub conditione en cada uno la * Es cierto que cuando se teme que
forma correspondiente. Esta permi- el enfermo muera antes de hacer las
sión de administrar la Extremaunción, cinco unciones, se debe administrar el
en caso de necesidad, con una sola Sacramento de la Extremaunción con
unción y en un solo sentido, no prueba una sola unción sub conditione, como
(como algunos equivocadamente ale- dice el autor, y después, si la enfer-
gan) que no son esencialmente nece- medad da tiempo, hacer las cinco un-
sarias las cinco unciones, sino que ciones; pero no es lo mismo en tiempo
siendo probable que lo son y probable de contagio, como afirma San L i g o r i o
que no lo son, en caso de duda y ha- (lib. 6, núm. 710), el cual, después
 672 LIBRO VI. T R A T A D O

de haber dicho que es probable... que 2515.

VI.

L a s unciones se han de
en tiempo de peste se puede adminis- hacer en forma de cruz: por ejemplo,
trar la Extremaunción con una sola cuando se ungen los dos ojos con una
unción del modo dicho, añade: « V e - sola forma, al ungir el derecho, se
rum cum alii doctores communiter d i c e : « P e r istam sanctam unctio-
rtpugnent, tutius saltem erit (quod nem ^ et suam piissimam miseri-
r
•
•
B
DEL SACRAMENTO

E n el día las unciones se hacen

comunmente en los párpados si el e n -
fermo puede buenamente cerrar los
ojos; y si no puede, se hacen en las
sobrecejas, juxta ángulos
DE LA

oculorum,
EXTREMAUNCIÓN.

en esta parte el sacerdote siga la cos-

tumbre de su diócesis, como respon-
dió la Sagrada Congregación de I n -
dulgencias en 27 de A g o s t o de 1836.
673

Si el enfermo está mutilado, el R i -

suadent L a y m . et Diana) eo casu ' cordiam (y pasando á ungir el ojo iz- como dice Scavini, citando algún R i - tual R o m a n o dice así: «Pars loco illi
unum oculum, aurem, manum et os quierdo, se continúa diciendo) indul- tual. próxima inungatur, eadem verborum
velociter sine crucis forma ungere, geat yfr tibí Dominus quidquid per En cuanto á las orejas, se hacen f o r m a . » L o mismo había dicho y pro-
dicendo unicam formam complecten- visum deliquisti;» y así en cada uno las unciones en cada uno de los lóbu- bado Santo T o m á s : « A d tertiam quas-
tern reliquas.» * de los sentidos que tienen dos órga- los, ó en la parte inferior de cada ore- stionem dicendum, quod mutilati
2514. E n cuanto al sentido que nos ó miembros. E l que se hagan las ja, pero no en la espira ó caracol de inungi debent quanto "propinquius
tiene dos órganos, como los ojos, ore- unciones en forma de cruz no es ne- las orejas, porque habría después di- esse potest ad partes illas, in quibus
j a s , manos, pies, la unción, en cuan- cesario para la validez de la Extre- ficultad para limpiar el santo óleo: unctio fieri debuerat: quia quamvis
to á lo válido, basta ciertamente que maunción, como muy bien dice Bil- «non ín hélice vel alveolo ejusdem non habeant membra, habent tamen
se haga en tino de los dos órganos; luart, con la opinión común: « N o n de aurículas, idque ut facilius tergi pos- potentias animas, quas illis membris
esto es, en un ojo, en una oreja, etc.; necessitate Sacramenti, sed prascepti, sint,» dice Scavini. debentur, saltem in radice, et inte-
pero si 110 hay causa que excuse, debe ex ritualibus.» Ni el Florentino ni el E n cuanto á las narices, dice Sca- rius peccare possunt per ea qua: ad
sub gravi hacerse en los dos ojos, en Tridentino hacen mención de que la vini: « U n g a n t u r nares foris, quas partes illas pertinent, quamvis non
las dos orejas, etc. D i g o si no hay unción se haga en forma de cruz; sunt nasi alas laterales, ad evitandum exterius.»
causa que excuse, porque, como dicen es rúbrica del Ritual R o m a n o . San sternutationem, qua? aliter faciendo Aunque el Ritual R o m a n o ordena
comunmente los autores, cuando hay L i g o r i o (lib. 6, núm. 72S) dice: «Oaw- facile oriretur» (si la unción se h i c i e - que las unciones se hagan mojando
peligro de infección, ó al enfermo no muñe est esse tantum veníale omit- se por dentro). * V e l extremitas sum- en el óleo la extremidad del pulgar
se le puede volver cómodamente, ó iere signum crucis inter ungendum.» mitatis nasi, única unctione. * (Marc. de la mano derecha, si el sacerdote
está expirando, basta para lo lícito Hablando del caso en que constase num. 1S75.) le tuviese inutilizado por enfermedad,
ungirle un ojo, una oreja, etc. que el enfermo había muerto antes de E n cuanto á la boca, si el enfermo bien podría hacer la unción con otro
Cuando un sentido tiene dos órga- haberse hecho todas las unciones, puede, se hace la unción en los labios dedo: hay alguna diócesis en que las
nos, se unge primero el derecho. El «presbyter (dice el Ritual R o m a n o ) cerrados; y si no pudiese buenamen- unciones se hacen con una varita,
orden con que se deben ungir los sen- ultra non procedat, et prasdictas ora- te cerrar los labios, se hace en el la- pero esto no se debe hacer donde no
tidos, es el siguiente: primero los dos tiones omittat. Quod si dubitet an bio inferior. hay costumbre: se exceptúa el caso
ojos, con una unción cada uno, pero vivat adhuc, unctionem prosequatur En cuanto á las manos, á los que en que hubiese peligro de contagio,
las dos unciones bajo una sola forma; sub conditione, pronuntiando for- no son sacerdotes se hace la unción pues entonces en todas partes se pue-
y dice el Ritual R o m a n o : « D u m mam, dicens: Si vivis, per istam san- en la palma de las manos, «vel in de hacer con una varita suficiente-
oculos, aures, et alia corporis membra ctam unctionem etc. alia viciniori si in palma non possit, mente mojada la punta con el santo
interius tamen.» A los sacerdotes, óleo: la varita se ha de quemar des-
qua? paria sunt sacerdos ungit, caveat 2516. P. ¿En qué parte del ór-
dice el Ritual, se les ungen las manos pués, si es de madera, ó limpiar, si
ne alterum ipsorum inungendo Sacra- gano de cada sentido se ha de hacer
en la parte exterior, porque, al orde- es de plata.
menti formam prius absolvat quam la unción?
amba hujusmodi paria membra per- R. N o están del todo conformes los narse de presbíteros, les consagraron * N o obstante, téngase presente la
urxerit.))' Después los oídos, después autores, y así el sacerdote acomódase ya las dos manos por la parte i n t e - siguiente contestación ad quassitum:
las narices, después la boca, después á la costumbre recibida generalmente rior, ó sea en la palma de ellas. « A n in dicesesi, in qua invaluit usus
las manos, después los pies. San L i - en la diócesis donde se halla. San En cuanto á los pies, se hace, se- pro Extrema Unctione stylum seu vir-
gorio dice que es válido el Sacramen- Gregorio Magno (en su Sacramentarlo gún Scavini, en el metatarso, que es gulara argenteam adhibendi, ipse usus
to a u n cuando se varíe el orden en la apud Menandrum) dice así: «Multi la parte situada entre el tarso y los tuto continúan possit?—S. R. C , 9
unción de los cinco sentidos, porque sacerdotes infirmum perungunt in dedos: San Carlos dice que se haga Maii 1857, respondit: N e g a t i v e , re-
esta inversión no varía la significa- quinqué corporis sensibus; id est, in en las plantas de los pies. B lluart, mota necessitatis causa. »> (Ninzatti,
ción de la Extremaunción; pero el superciliis oculorum , et in auribus por el contrario, dice que se haga en tomo 2, núm. 146S, en la nota.)*
que advertidamente lo hiciese sin deintus, et in narium summitate sive la parte superior ó empeine de los
causa, pecaría mortalmente, según la exterius, et in labiis exterius, et in pies; no en las plantas, «ne sanctum
sentencia común; «quia esset contra manibus exterius, id est, deforis.» N o oleum videatur conculcari.» C o m o
usum Ecclesiaa in re notabili.» ( L i - hace mención de los pies ni de los rí- no se trata de una unción esencial,
bro 6, hacia el fin del núm. n o . ) ñones. cada uno aténgase á la costumbre de
su país. Diez dice como Billuart; pero
T O M O TT.
 LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 675
cuya autoridad es tan respetable, ter est i n hoc Sacramento (Extremas mienza la forma, junta á lo que sigue,
1

CAPÍTULO IV
DE L A FORMA DE LA EXTREMAUNCIÓN
2517. P. ¿Cuál es la forma de
este Sacramento?
R. E s indudable que Jesucristo de-
terminó la materia y forma de cada
Sacramento; de los unos in specie ín-
fima, de otros in genere. E l decreto
del Florentino, después de numerar
los siete Sacramentos, dice así: «Hac
omnia Sacramenta tribus perñciuntur,
v i d e l i c e t , rebus tamquam materia,
verbis tamquam forma, et persona m i -
nistri conferentis Sacramentum cum
intentione faciendi quod facit E c c l e -
dice así: « P e r istam sanctam unctio-
nem indulgeat tibi Deus quidquid
oculorum, etc., vitio deliquisti.» He
querido referir estas formas, para ave-
riguar después cuáles son las pala-
bras esenciales ó no esenciales en la
forma.
L o s que administran la Extrema-
unción deben usar de la forma que
pone el R i t u a l R o m a n o , que dice así:
«Hujus autem Sacramenti/br»Zíi, qua
sancta romana Ecclesia utitur, solem-
nis illa precatio est, quam sacerdos ad
singulas unctiones adhibet, cum ait:
Per istam sanctam unctionem et suam
piissimam misericordiam indulgeat
tibi Dominus quidquid per visum d e -
Unctionis), quia curatio interiorum si se hace invocative, puede ser muy
vulnerum non potest perfecte significan bien una verdadera deprecación. E n
nisi per appositionem medicinas ad cuanto á algunos Rituales « ( a Menar-
•diversas vulnerum radices: et ideo do et Martene productis) in quibus
plures actiones sunt de perfectione ¡solum adhibetur verbum ungo,» con-
Sacramenti.» Y no importa que un fieso que se me hace muy difícil creer
Sacramento tenga diversas formas (y que un sacerdote se acercase á la casa
a u n materias), porque esto no quita de un' enfermo á administrar solem-
que sea un solo todo perfecto; c o m o nemente este Sacramento, y sin decir
vemos que el pan y el vino que son otra cosa antes ni después, pronunciase
consagrados con distintas formas, no esta sola palabra: ungo.
son sino un solo sacramento de la Santo T o m á s , en el siglo X I I I ,
Eucaristía; y lo mismo un solo cuerpo confirma esto m i s m o ; porque en el
humano consta de carne, huesos, etc., art. 8.° de la citada q. 29, donde prue-
y una sola casa se compone de tierra, ba que es nula la forma indicativa en
piedra, madera, rejas de hierro, etc. la administración de este Sacramento,
(in Supplem., 3 . p . , q. 29, art. 2, ó se opone á sí mismo este argumento
a

sia; quorum si aliquod desit, non perfi- liquisti.» Cuando se ungen las orejas, sea in 4 Sent., dist. 23, q. 1, art. 1, de los contrarios: « I n quibusdam
citur Sacramentum.» Santo T o m á s (in se dice la misma forma: tan sólo en sol. 2. ) Véase el Catecismo de San ecclesüs dicuntur hasc verba in colla-
a

4 Sent., dist. 23, q. 1, art. 4, sol. i . ) a

lugar de per visum se muda per audi- Pío V , p. 2 . , cap. 6, núm. 4, donde tione hujus Sacramenti: « U n g o hos
a

prueba que es necesario que haya una
forma que determine la materia de este
Sacramento, porque el aceite de su
naturaleza es indiferente : « Cum
(oleum) ad multa se habere possit...
E t prasterea Jacobus totam vim hujus
Sacramenti videtur constituere in
oratione, qua est forma hujus Sacramen-
ti;» y concluye: «Et ideo pr a dicta opi-
nio (dicentium quod nulla est forma
hujus Sacramenti) prasumptuosa vide-
tur et errónea.» Después dice que si
bien no todas las palabras de la f o r -
ma acostumbradas on esenciales, «illa
verba quas sunt de essentia formas,
scilicet, oratio deprecativa, ab ómni-
bus dicuntur; sed alia quas sunt de
bene esse, non observantur ab ómni-
bus.» ( A d 2 . )uni
L a forma que señala el Florentino
para la unción de los ojos es la s i -
guiente: « P e r istam unctionem et
suam piissimam misericordiam i n -
dulgeat tibi Dominus quidquid deli-
quisti per visum , e t c . , et sic simili-
ter in aliis membris.» E l Tridentino
(sess. 14, cap. 1, De Extrema Unctione)
dice así: « I n t e l l e x i t Ecclesia... for-
mam esse illa verba: Per istam unctio-
nem,» etc. E l CatecismodeSan P í o V ,
tum: cuando las narices, per odoralum:
cuando la boca, per gustum vel locutio-
nem; cuando las manos, per tactum:
cuando los pies, per gressum; cuando
los ríñones (si hay costumbre), ptr
lumborum delectationem, como se ex-
presa en el Ritual Romano (Ordo mi-
nistrandi sacramentum Extremes
ctionis.)
Aunque para administrar la Extre-
maunción hay distintas unciones y á
cada una se repite la forma, con al-
guna variación, no hay sino un solo
Sacramento; porque, como dice Santo
T o m á s : «'Vertió modo dicitur unum nu-
mero, sicut perfectum aliquod quod
ex pluribus partibus constituitur; ut
domus, quas est multa quodammodo
etiam actu, sed illa multa conveniunt
in aliquo uno: et hoc modo quodlibet
Sacramentum dicitur unum, in quan-
tum multa quas sunt in uno Sacra-
mento, adunantur ad unum signifi-
candum vel causandum, quia Sacra-
mentum significando causat... Quan-
do autem perfecta significado (alicu-
jus Sacramenti) non potest esse nisi
per plures actiones, tune plures actio-
nes sunt de perfectione Sacramenti,
sicut patet de Eucharistia, et simili-
extracta casi literalmente el citado ooculos oleo sanctificato in nomine
artículo del Doctor A n g é l i c o . » P a t r i s , » etc. E r g o videtur quod in
2518. P. L a forma indicativa hoc consistat forma hujus Sacramen-
¿sería válida para el sacramento de t i . » Se ve, pues, que ya tuvo noticia
la Extremaunción? Santo T o m á s de esos Rituales que
R. E n el terreno especulativo tiene citan los contrarios; no es nuevo h a -
alguna probabilidad, al menos extrín- llazgo de los críticos modernos. H e
Un- seca. H e leído con mucha atención á aquí la respuesta del Santo: « A d ter-
Benedicto X I V (De Synodo Dicecesana, tium dicendum, quod verba illa i n d i -
lib. 8, cap. 2), y confieso que no me cativi modi, quas secundum morem
hacen fuerza las razones de los q u e ' quorumdam prasmittuntur orationi ,
defienden esa opinión. A todos los non sunt forma hujus Sacramenti,
Rituales que se citan con esa forma, sed sunt dispositio ad f o r m a m , in
responde el cardenal Sanctorio: «Sed quantum intentio ministri determina-
et libri et ritus ecelesiarum qui pro tur ad actum illum per illa v e r b a . »
ea parte citantur quod habent verba E n el citado art. 8.° de Santo T o m á s
indicativa, paulo post habent etiam se prueba con muchos argumentos
verba deprecativa... Quare quasstio que, según la costumbre general de la
inanis et frustránea est.» ( I n suo Ri- I g l e s i a , según el literal y genuino
tuali, pág. 324). E s verdad que B e - sentido del Apóstol Santiago y el uso
nedicto X I V dice que en algunas for- de la Iglesia romana, sólo la forma
mas no es fácil hallar la forma depre- deprecativa (y no la indicativa) es la
cativa , y pone por ejemplo la del forma esencial del sacramento de la
antiguo Pontifical de Narbona, que Extremaunción. L o mismo había d i -
decía: « I n nomine Patris, et F i l i i , et cho en la respuesta ad 2 . U M
del ar-
Spiritus Sancti regnantis in sascula tículo precedente: « I l l a verba, quas
sasculorum, accipe sanitatem corpo- sunt de essentia formas, scilicet, o r a -
ris, et remissionem peccatorum t u o - tio deprecativa, ab ómnibus dicuntur;
rum.» Y o creo que la invocación de sed alia quas sunt de bene esse, non
la Santísima T r i n i d a d con que co- observantur ab ómnibus.»
6 6 LIBRO
7
E l Catecismo de San P í o V pre-
gunta: «Qua forma perficiatur hoc
Sacramentum?» Y responde: « F o r m a
hujus Sacramenti est verbum et s o -
lemnis illa precatio quam sacerdos ad
singulas unctiones adhibet, cum i n -
quit: « P e r istam sanctam unctíonem,
» e t suam piissimam misericordiam
«indulgeat tibi D e u s , » etc. Quod
autem haec vera sit et propria hujus
Sacramenti forma, Sanctus Jacobus
significat, cum ait: « E t orent super
e u m . . . ; et oratio fidei salvabit infir-
m u m . » E x quo licet cognoscere for-
mam precationis modo proferendam
t-.sse; tametsi quibus potissimum ver-
bis accipienda sit Apostolus non ex-
presserit. Verum hoc ad nos fideli Pa-
trum íradilione p e r m a n a v i t , ita ut
omnes Ecclesias eam formae rationem
retineant, qua omnium mater et ma-
gistra sancta Ecclesia romana utitur.
N a m etsi aliqui nonnulla verba i m -
mutant, cum pro indulgeat tibi Deus
ponunt remittat vel parcaí, interdum
etiam sanet quidquid commisisti; tamen
quoniam nulla fit sententia; immuta-
tio, constat eamdem ab ómnibus for-
mam religiose servari.» ( Part. 2 ,
cap. 6, núm. 6).
E n vista de la forma deprecativa
que para la Extremaunción ponen el
Florentino, el Tridentino (ses. 14,
cap. 1, D e Extrema Uncí.), el Catecis-
mo de San P í o V , el Ritual R o m a n o ,
la costumbre general de las Iglesias
latina y griega, y en vista de que la
forma deprecativa es esencial, según
Santo T o m á s , San Buenaventura,
A l t i s , Soto, Suárez, R e n z i , B e l a r m i -
110, Natal Alejandro, Valencia, Mer-
besio, Filiucio, Silvio, Billuart, Gous-
set, Scavini, Frassinetti, etc., etc.,
no es de admirar que San L i g o r i o
abrace como cierta moralmente (commu-
nis et verior) la sentencia que dice que
la forma deprecativa es esencial para
el valor de este Sacramento, y que es
nula la indicativa.
D e todos modos, si se usase de la
forma indicativa, se cometería un
VI. T R A T A Ü O VI.
gran pecado; porque sine gravi flagi-
tio, dice Benedicto X I V en el lugar
citado, no puede mudarse la depreca-
tiva del Ritual R o m a n o ; y el que tal
hiciese, debería, según la sentencia
comunísima, repetir las unciones sub
conditione con la forma deprecativa.
A l g u n o dirá que siendo de fe, defi-
nido en el Tridentino (ses. 14, can. 3),
que la forma deprecativa de que usa
la Iglesia romana es legitima, conforme
á lo que dice el Apóstol Santiago, y
que no se debe mudar; y siendo, por
otra parte, dudoso y muy dudoso que
sea válida la forma indicativa, no
había precisión de que y o emplease
tanto tiempo en defender la necesidad
de la forma deprecativa en la a d m i -
nistración de la Extremaunción; pero
lo hice para prevenir á los jóvenes es-
tudiantes contra algunos autores m o -
dernos que se expresan de un modo
que dan á entender que, en cuanto á
lo válido, igualmente se puede usar
de la forma indicativa que de la d e -
precativa para la Extremaunción.
Don Santos Grosin (trat. V I I , cap. 1,
pregunta 12), asienta magistralmente
las siguientes palabras: « P o r lo que
toca á la institución y al valor de
este Sacramento (de la E x t r e m a u n -
ción), es indiferente que (la forma) sea
indicativa ó deprecativa... N i anti-
guamente en muchas iglesias, y acaso
en toda la Iglesia latina, se observó
sino forma indicativa en la adminis-
tración de este Sacramento, como se
puede ver en Juan Morino (Morin, I):
administr. sacram. Pcenit., lib. 8, capí-
tulo 16) y otros muchos.» Hasta aquí
el Sr. Grosin.
N o cito otros autores modernos por
no alargarme; tan sólo diré que Juan
Morin, con su vasta erudición y seve-
ra crítica, deslumhró á no pocos t e ó -
logos; pero si bien Morin fué escritor
meritísimo para la Iglesia por haber
descubierto útilísimos documentos de
la antigüedad, no obstante, flaqueó
mucho en la decisión de las cuestio-
nes teológicas. Morin no era gran teó-
DEL SACRAMENTO DE L A
EXTREMAUNCIÓN. 677
l o g o , como se ve en la biografía de L i g o r i o piensan los Salmaticenses,
su vida; impugnó casi sistemática- Palao, Bonacina, Filiucio, H o l z m a n ,
mente á los más respetables teólogos Escobedo, Dícastillo, Trullench, B i l -
escolásticos. E s preciso leerle con luart, Sporer, L a y m a n , Scavini, D i e z ,
alguna prevención en materias teoló- Bouvier, Gury, Grosin, etc. T o d o s
gicas, porque no pocas veces se apar- estos autores juzgan no ser necesarias
ta del común sentir de los teólogos para la validez. E s verdad que estas
más eminentes. L a crítica ilustrada y palabras per suam piissimam misericor-
sobria, es útilísima; pero en materias diam son muy convenientes, porque,
teológico-dogmáticas ha causado mu- como dice Santo T o m á s , ellas mani-
chos daños cuando se la ha querido fiestan el atributo divino que obra en
extender más allá de sus justos lí- este Sacramento, á saber, la divina
mites. misericordia. ( I n 4 Sent., dist. 23,
2519. P. ¿Son esenciales todas q. 1 , art. 4, sol. 3 )
las palabras de la forma que pone el Estas palabras per istam unctionem,
Ritual Romano? ú otras equivalentes, son necesarias
B. Sobre esta cuestión, como en para l o válido , porque determinan la
otras muchísimas morales de libre materia para este S a c r a m e n t o , cum
discusión, hay tan diversos pareceres, oleum sit indifferens ad multa, como
c o m o diversas son las apreciaciones dice Billuart (De Extrema Unctione, ar-
d e los teólogos. E s indudable que tículo 3, petes 1); y sin estas palabras
peca el que en la Iglesia latina no non exprimeretur actio ministri, seu con-
observa literalmente la forma siguien- fectio Sacramenti, como dicen Suárez,
te del Ritual R o m a n o : « P e r istam los Salmaticenses, Scavini , etc.
sanctam unctionem >J<¡ et suam piis-
L a s palabras indulgeat tibi Dominus
simam misericordiam indulgeat tibi ( ó cosa equivalente) son esenciales;
Dominus quidquid per visum deli- porque la palabra indulgeat es depreca-
quisti. A m e n . » O en lugar de per visum tiva y contiene la oración. L a palabra
poner per auditum, etc., según el sen- tibi expresa el sujeto al que se a d m i -
tido que se unja. nistra el Sacramento. L a palabra Do-
E s indudable que la palabra san- minus expresa al que se dirige la ora-
ctam no es esencial, porque no se ción , en cuyo nombre se hacen las
halla en la forma que ponen el F l o - unciones , y el que ha de ser causa
rentino y el Tridentino. Aunque al- principal de los efectos de la E x t r e -
gunos graves autores opinan de otra maunción. Ungentes eum (infirmum)
manera, y el Sr. Sánchez (trat. V I I , in nomine Domini, como dijo el A p ó s -
punto 1, núm. 7) dice que no puede tol Santiago cuando , inspirado por el
aceptar de ninguna manera que sea Espíritu Santo, promulgó este Sacra-
válida la forma omitiendo las pala- mento, que había instituido Jesucris-
bras per suam piissimam misericordiam, to antes de su ascensión á los cielos.
es sentencia probabilísima que las pa- T a m b i é n son esenciales las pala-
labras et suam piissimam misericordiam bras quidquid deliquistij porque, como
no son esenciales; porque, como dice muy bien dice Billuart, «per haac ver-
San L i g o r i o en el lib. 6, núm. 7 1 1 , ba significatur effectus principalis Sa-
dubit. 2, «eo ipso quod sacerdos dicat * a m e n t i , qui est remissio peccato-
indulgeat tibi Deus (ó D o m i n u s ) , satis rum.» Algunos dicen que estas pala-
orat divinam misericordiam. Omnes bras están implícitamente contenidas
tamen conveniunt quod omittere pras- en el verbo indulgeat;pero se engañan,
dicta verba esset quidem mortale, dice B i l l u a r t ; porque el verbo tndul-
cum esset omissio in re notabili, et geo tiene una significación más u n i -
contra usum Ecclesiíe.» Como San versal que remitió y condono: indulgeo,
 6 S
7 LIBRO VI. TRATADO
según el Calepino , significa obscquor,
consentio, inservio, facile concedo,
plus aequo remitto. « U n d e omittendo
quidquid ddiqtristi, non significaretur
determínate principalis effectus Sa-
cramenti ; y lo mismo dicen los S a l -
maticenses , Tournely , Scarpazza,
Scavini, Croix, Mazzotta , San L i g o -
rio (lib. 6, núm. 711), etc.
2520- P. ¿Es esencial en la for-
ma expresar el sentido que se unge,
por ejemplo, quidquid deliquisli per vi-
stan ó per auditum, y así en los demás?
R. H a y opiniones: y , como dice
Billuart, es dudoso si valdría el Sa-
cramento no expresando cada uno de
los cinco sentidos (per vistan, etc.) en
cada una de las cinco formas y un-
ciones respectivas de los cinco senti-
dos. Así opinan Aversa, Ñuño, Palao,
A n g l é s , Leandro y los Salmaticenses.
Bouvier dice lo mismo: «Dubium est,
an expressio uniuscujusque sensus sit
essentialis.» ( T o m o 3 , De Extretna
l 'ndione, cap. 3.) Gury (nada rígido)
dice que las palabras esenciales de la
forma son: « P e r istam unctionem in-
dulgeat tibi Dominus quidquid deli-
quisti, cum verbo sensum exprimeníe,
seu per visum,» etc. P o r lo tanto, t r a -
tándose del valor del Sacramento , se
ha de tener por esencial la expresión
de cada sentido, porque este Sacra-
mento produce en cada sentido un
efecto especial (edid. de 1875, tomo 2,
núm. 683, quceritnr 2).
Cuando ungidos, por ejemplo, dos
sentidos, muere el sacerdote , otro
presbítero debe continuar y terminar
las unciones que falten, como dice Santo
T o m á s (in Supplem., 3 . p., q. 29,
a
art. 2 ad 3 . ) , San Carlos, San L i -
u m
gorio y otros. Si no hay interrupción,
no debe repetir la unción y la forma
sobre el órgano del sentido ó sentido*
que ungió el otro sacerdote; pero si
hubo interrupción, por ejemplo, de un
cuarto de hora, dicen algunos autores
que se deben hacer todas las unciones,
repitiendo las que se habían hecho,
diciendo la forma sub conditione: así
VI.
opina San L i g o r i o (lib. 6, núm. 724)..
Santo T o m á s dice que si muere el
sacerdote que hizo una parte de las
unciones, debe terminarlas otro sacer-
dote , pero que no debe comenzar
desde el principio , repitiendo las que
se hicieron, y da la siguiente razón:
«Quia unctio in eadem parte facta
tantum valet ac si consecraretur bis
eadem hostia , quod nullo modo fa-
ciendum est.» Si se dijese que se va-
rió de ministro, ya responde el Santo
Doctor: « N e c tamen ministrorum plu-
ralitas tollit unitatem hujus Sacra-
menti, quia instrumentaliter tantum
operantur: mutatio autem martello-
rum non tollit unitatem operationis
fabri.» ( I n 4 Sent., dist. 23, q. 1. , a
art- 1, sol. 2 ad 3. '").
11
CAPÍTULO V necesidad , por ser indispensable la
DEL MINISTRO DE ESTE SACRAMENTO
2521. P. ¿Quién es el ministro
de este Sacramento?
R. Es de fe que sóh el sacerdote es el
ministro de este Sacramento: así lo
definió el Tridentino, contra los pro -
testantes , en la sess. 14 , De Extre-
ma Unct., can. 4: «Si quis dixerit pres
byteros Ecclesiae, quos Beatus Jaco-
bus adducendos esse ad infirmum
inungendum hortatur, non esse sacer-
dotes ab Episcopo ordinatos, sed aeta-
te séniores in quavis communitate;
obidque propriumExtremae Unctionis
ministrum non esse solum sacerdo-
tem, anathema sit.»
E n cuanto á la solución de los ar-
gumentos de los pro testantes , véase
á Billuart (De Extrema Unct., art. 5)
y á otros teólogos escolásticos. Santo
T o m á s prueba: i . ° , que el lego no
puede ser ministro d e la Extremaun-
ción , con este breve raciocinio: « I n
hoc Sacramento fit remissio peccato-
rum ; sed laici non habent potestatem
dimittendi peccata: ergo non possunt
hoc Sacramentum valide ministrare.»
E n cuanto á lo que se lee en la h i s -
DEL SACRAMENTO DE LA
toria de los monjes de Egipto y en la
vida de Santa Genoveva , que ungían
con óleo á los enfermos , dice Santo
T o m á s que estas curaciones no eran
sacramentales , sino debidas á la de-
voción especial de los que daban ó
recibían el óleo , ó era por la gracia
gratis data, que se llama gratia sanita-
tum (in 4 Sent., dist. 23, q. 2. , art. 1,
a sentido, es nula aquella unción.
sol. i . )a
2.
0
Que el diácono en ningún caso
puede administrar la Extremaunción,
porque ex officio «non habet nisi vim
purgativam , non autem illuminati-
vam: unde cum illuminatio fiat per
gratiam, et gratia in hoc Sacramento
conferatur , ideo non potest hoc Sa-
cramentum conferre.» A los diáco-
nos se les permite bautizar , non ex
officio, sino por comisión, en caso de
recepción del bautismo; pero nunca se
les puede comisionar para la Extre-
maunción, porque no siendo de tanta
necesidad, no se les dio la potestad de
orden para administrarla (sol. 2. , y a llos les delegan su facultad. Si ocurre
ad 2 . ) .
u m
E n el día , en la Iglesia, latina está
mandado sub gravi que un solo sacer-
dote administre la Extremaunción, ex-
ceptuado el caso ya dicho en que,
muriendo el sacerdote ó atacado de
un accidente antes de hacer todas las
unciones, las tuviese que continuar
otro sacerdote, ó se viese que expiraba
el enfermo antes que un solo sacerdo-
te terminase la unción de los cinco
sentidos. Entre los griegos está en
práctica que administren la E x t r e -
maunción siete sacerdotes , ó por lo
menos tres; pero Alejandro I I I definió
«quod sacerdos , uno praesente clerico,
et etiam solus potest infirmum u n g e -
re» (cap. Qiuesivit, E x t r a v . , tit. 4,
De verb. signific.) ; y así lo hacen los
griegos en caso de necesidad. Véase
la constitución de Benedicto XIV
sobre los ritos de los griegos , la cual
comienza Etsipastoralis, § 5, núm. 2.
T a m b i é n Benedicto X I I I , en 1724,
concedió á los griegos que si no po-
EXTREMAUNCIÓN. 679
dían hallar siete ó tres sacerdotes, uno
solo administrase la Extremaunción.
E n todo caso , cuando dos ó más ad-
ministran la Extremaunción , cada
uno debe decir la forma sobre el sen-
tido que unge; porque es doctrina co-
munísima que, si uno unge un sentido
y otro dice la forma sobre el mismo
2522. P. ¿Puede cualquier sacer-
dote administrar la Extremaunción?
R. Cualquier sacerdote, aun cuan-
do esté suspenso, excomulgado vitan-
do , degradado , aun cuando sea cis-
mático, hereje, apóstata, puede admi-
nistrar válidamente este Sacramento;
porque su validez depende únicamente
de la potestad de orden, que es i n d e -
leble, como el carácter sacerdotal, y
del cual sólo Dios puede privarle, como
dicen todos los teólogos.
E n cuanto á lo lícito , sólo le pue-
den administrar el propio Obispo ó el
propio párroco, que son los ministros
ordinarios, ú otros sacerdotes si aqué-
una grave necesidad, porque el minis-
tro ordinario ó delegado no puede ó
no quiere administrar la Extremaun-
ción , y la urgencia del peligro de
muerte del enfermo no diese lugar
para acudir al superior, es ciertísimo
que un simple sacerdote puede en este
caso y debe administrar este Sacra-
mento. Dicen algunos autores que la
razón es, porque en estas circunstan-
cias hay la licencia ciertamente pre-
sunta del párroco ó del Obispo: otros,
entre ellos Suárez, L a y m a n , los S a l -
maticenses , San L i g o r i o (lib. 6, n ú -
mero 7 2 3 ) con la opinión común,
dicen, y con razón , que en todo caso
hay la delegación expresa del Papa,
como luego se dirá.
2523. P. ¿En qué pena incurre
el sacerdote que sin jurisdicción ordi-
naria ó delegada , y sin justa necesi-
dad , se entremete á administrar la
Extremaunción?
R. Si es sacerdote secular , peca
mortalmente, porque usurpa jurisdic-
 68o LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 681
ción ajena en materia grave. Si es luntad del párroco se entremetiese á dentro de los muros exteriores que plicado. Véase á Ferraris, en el lugar
sacerdote regular, incurre además en dar la Eucaristía para el cumplimien- tienen entrada y salida á la calle y sus citado, núms. 66, 67 y 68, donde dice:
excomunión mayor, reservada al Papa to pascual, pero no incurriría en esta
habitaciones, están fuera ele la clausu- «Qui sunt veré de familia et famuli
(Clement. De privilegiis, lib. 7,cap. 1 ) . excomunión, porque tan sólo c o m -
ra, no gozan de ninguno de los expre- diu noctuque degentes in eorum mo-
E s t a excomunión está hoy subsistente, prende á los religiosos que sin licen-
sados privilegios, como consta de las nasteriis sub omnímoda subjectione
y es la 14 de las reservadas al R o m a n o cia del párroco administrasen la Euca -
palabras del Tridentino, de la consti- eorum praslatorum (qui hoc ipso sunt
Pontífice de un modo no especial en la ristía per Viaticnm.
tución Superna, de Clemente X , de veré de familia et continui c o m m e n -
constitución novísima de P í o I X , que 2524. L o s prelados regulares peí varios decretos de la Sagrada Congre- sales religiosorum), eximuntur a sub-
comienza Apostólica Seáis. Dice así: sí mismos, ó por un religioso sacer-
gación del C o n c i l i o , especialmente jectione ordinariorum, et gaudent pri-
« R e l i g i o s o s prersimientes clericis aut dote delegado, pueden dar la E x t r e -
del de 14 de Agosto de 1568, como vilegiis religiosorum. His tamen pri-
laicis, extra casum neccssitatis, sacra- maunción y el V i á t i c o á sus criados,
puede verse en Ferraris, en la palabra vilegiis non gaudent saaculares illi qui
mentum Extremes Unctionis, aut E u -
domésticos y continuos comensales, Approbatio pro confessionibus, art. 1. tantum ipsis monasteriis deserviunt,
charistiam per Viaticnm ministrare abs-
del mismo modo que la Eucaristía L o mismo dice Benedicto X I V (en el sed in eis non sunt de familia nec con-
que parochi licentia.» T a n sólo incu-
para cumplir con el precepto pascual, lugar citado, núm. 8), donde pone tinui commensales, sed cum sascula-
rren en esta excomunión los sacerdo-
y para las exequias y enterramiento otro decreto igual, de 22 de N o v i e m - ribus exteris extra monasteria habi-
tes regulares que, sabiendo la prohibi-
en sus iglesias: esta es doctrina co- bre de 1 7 2 1 . tant et vivunt, ut expresse statuit Cle-
ción y la censura, administran la E x -
munísima. Pero conviene explicar al- 2525. Se v e , pues, que los que mens X per illa verba: Non autem
tremaunción ó el V i á t i c o á los feligre-
gún tanto las condiciones que e x i g e el trabajan diariamente en un convento, illorum qui tantum ipsis deserviunt.
ses del párroco, sin licencia expresa
derecho canónico para que los prela- pero por la noche se marchan á dor- Ita Turanus, Félix Potestas, Dona-
de éste, ó al menos racionalmente pre-
dos regulares obren con seguridad y mir á sus propias casas, no están com- tus, et alii.»
sunta. Si ignoran la prohibición ó la
eviten reclamaciones. prendidos en estos privilegios, porque T a m p o c o gozan de estos privilegios
censura, a u n cuando sea con ignoran-
E n cuanto á los sirvientes de los no pernoctan permanentemente en la los que enferman en los monaste-
cia crasa gravemente culpable, no in-
curren en ella, porque está impuesta regulares y sirvientas de las monjas clausura. rios, «sed non sunt veré de familia et
contra los que lo hacen prcesumentes; y (pues éstas gozan de los mismos pri- E n cuanto á las personas que m o - continui commensales» (como no lo
por la misma razón no la incurriría vilegios), como dice el Tridentino ran habitualmente en los monasterios, son advenes). A éstos ha de adminis-
el que, a u n cuando supiese la p r o h i - (ses. 24, cap. n \ , se exigen las tres «quae inibi sunt veré de familia et trar el Viático y la Extremaunción el
bición y la censura, creyese, por una condiciones siguientes: «Qui prasdic- continui commensales , » según la párroco en cuyo término está el m o -
equivocación, que había verdadera tis locis ( monasteriis ) aut militiis constitución Superna, de Clemente X , nasterio, á no ser que el mismo párro-
necesidad de administrarla inmedia- actu inserviunt, ac intra eorum septa no sólo pueden recibir el Viático, la co autorizase á los religiosos para
tamente, ó que tenía licencia presunta ac domos resident, subque eorum obe- Extremaunción y la Eucaristía para administrarles estos Sacramentos. E l
del párroco; porque el obrar equivoca- dientia vivunt;» sobre cuyas palabras, el cumplimiento pascual de mano de entierro deberá hacerse en la iglesia
damente y el obrar presuntuosamente hablando de la obligación que tienen los regulares del monasterio, sino parroquial, si el difunto no dispuso otra
tienen muy diversa significación. los fieles de hacer la comunión pas- también ser absueltos de sus pecados cosa en su testamento; y a u n en este
cual en la propia iglesia parroquial, por los confesores del monasterio ex- último caso el párroco tiene derecho
Aquí se debe advertir que en un dice Benedicto X I V , en la I n s t i t u - puestos para confesar á los religiosos, á la cuarta funeral que allí sea de
caso extremo, del modo que se explicó ción 55, núm. 7 (estas Instituciones «aun cuando no tengan la aprobación >•costumbre legítima. (Véase el núme-
en el párrafo anterior, el Papa autori- las compuso L a m b e r t i n i siendo arzo-
del Ordinario de aquella diócesis.» ro 3459-)
za á los prelados regulares (y á cual- bispo de Bolonia): «Quare parochiam
Así está expreso terminantemente en L a s educandas, colegialas y comen-
quier simple sacerdote) para adminis- adire debet in Paschate, qui aliqua ex
la citada constitución Superna, de Cle- sales continuas de los monasterios de
trar la Extremaunción y el Viático his (tribus) conditionibus careat, licet
mente X , donde dice que sin licencia monjas gozan de los privilegios de
sin licencia del párroco. L a exco- in asde versetur quas pertineat ad mo-
del Ordinario «possunt tam prcslati re- cumplir allí con la comunión pascual,
munión reservada al Papa dice así: nasterium, eique conjugatur, ipsius-
gulares quam confessores regularium recibir el Viático y la Extremaunción;
«Religiosos prassumentes clericis aut que circuitu per muros exteriores inclu-
eorumdem monasteriorum seu colle- de que se las haga allí el entierro y se
laicis, extra casum necessitatis,» etc. datur, quippe per domum monasteria,
giorum audire confessiones illorum las sepulte intra clausuram; todo esto
Donde se ve que, habiendo justa ne- per septa vero claustra (todo lo que
sascularium, qui inibi sunt veré de fa- independientemente del párroco, del
cesidad, P í o I X autoriza á los sacer-
está dentro de clausura) a Tridentina milia et continui commensales, non mismo modo que á las religiosas de
dotes regulares para administrar la
Synodo intelliguntur.» autem illorum qui tantum ipsis deser- aquel monasterio: «quia sunt veré de
Extremaunción sin licencia del pá-
D e aquí es que los sirvientes de los viunt;» esto es, que son trabajadores familia et continuas commensales.»
rroco.
religiosos y los demandaderos ó de- del monasterio, pero no moran per- 2526. P. Para que un simple
Por último, si bien pecaría g r a v e - mandaderas de las monjas que viven manentemente en la clausura, etc., sacerdote administre la E x t r e m a u n -
mente el religioso que contra la v o - en casas contiguas á los monasterios como e x i g e el Tridentino y queda ex- ción fuera de un caso de necesidad,
682 LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 683
¿basta la licencia probablemente pre- el pastor suspenso puede administrar est tamen valde utile: unde non prse- tive.—Ad I I . Tolerari posse, ut in loco
sunta del párroco? la Extremaunción , y San L i g o r i o sumitur Christus, qui illum instituit propinquo sacro vel saltem honesto
R. Aunque algunos autores lo nie- añade: « E t quidem probabiliter, si ad subsidium infirmorum in ultimo et decenti Sacrum Oleum asservetur,
gan, San L i g o r i o dice que basta la alius desit.» ( L i b . 6, num. 723.) Sca- agone pugnantium, voluisse eos, ne cauto ne ex Sacri Olei prsesentia ipse
licencia probablemente presunta; y vini dice así: «Attamen (suspensusí vestes omittantur, tanto bono p r i v a -
lusus approbari, vel p r o m o v e d videa-
cita en favor de esta opinión á Palao, excusatur a peccato et ab irregulari- ri» (Homo apostolicus, tract. X V I I , tur, ñeque ex condicto (es decir, por
Valencia, Sa, Bonacina, Dicastillo, tate, si gravis adsit causa functiones núm. 13, y obra lata, lib. 6, núme- convenio) fiat? — A d I I I . Negative.
los Salmaticenses: lo mismo dice V o i t exercendi et alioquin actus qui poni- ro 726). (Acta Sandez Sedis, v o l . 2 6 , pági-
(tomo 2, núm. 190). Se h a d e notar tur sit validus (como sucede en la Ex- 2.0
E l administrar la Extremaun- na 447.) *
que cuando San L i g o r i o cita una opi- tremaunción); proacepta enim E c c l e - ción sin luz, si no hay causa, dice el
nión que, por ejemplo, dice que no se sias per se non censentur obligare cum Santo (lib. 6, núm. 728), es pecado
puede lícitamente hacer tina cosa, y nada tanto onere.» ( T o m o 1, núm. 939, I CAPITULO VI
venial: si hay urgencia de adminis-
dice en orden á su probabilidad, si el edición de 1865.) Esta opinión me trarla, no hay culpa alguna. D E L SUJETO D E E S T E SACRAMENTO Y
Santo dice después (como sucede en parece muy segura. 3.0
Administrar la Extremaunción D E L A S DISPOSICIONES QUE D E B E
esta cuestión) que probablemente es lid- 2528. P. ¿Qué se necesita en el sin ministro, aunque no haya causa, TENER PARA RECIBIRLE.
io hacer aquella cosa, esta es la opinión ministro para administrar este Sacra- es tan sólo pecado venial: si hubiese
de San L i g o r i o (lib. 6, núm. 722). mento? urgencia de administrarla, no es p e - 2530. P. ¿A quiénes se ha de ad-
2527. P. E l párroco que está ex- R. Para lo válido, basta que tenga cado alguno (núm. 726). E n este caso ministrar este Sacramento?
comulgado ó suspenso, ¿puede admi- intención actual ó virtual; para lo l í - no admita el sacerdote el ministerio R. A solas las personas bautizadas
nistrar lícitamente la E x t r e m a u n - cito, que esté en gracia, tenga j u r i s - de una mujer, sino que administre el que tienen ó de quienes se duda si
ción? dicción y observe los ritos prescritos Sacramento sin ministro. tienen uso de razón, ó le han tenido,
R. San L i g o r i o , siguiendo á Suá- por la Iglesia. 4.0
Según el Santo, los Salmos y se hallan enfermas de peligro pro-
rez, Bonacina y otros, dice que es 2529. P. ¿Cómo peca el sacer- penitenciales y las Letanías que pone bable de muerte.
notablemente más probable (porque dote que administra la Extremaun- el Ritual R o m a n o no obligan bajo de i.° L a persona ha de estar bauti-
dice probabilius adversative) que el pas- ción sin ministro ó sacristán que le culpa alguna, son de mero consejo; zada, porque el bautismo es janua Sa-
tor excomulgado no puede adminis- asista, ó sin luz, ó sin sobrepelliz ó pero las oraciones que prescribe el cramentorum; y es indudable que el
trar lícitamente la Extremaunción. estola? Ritual obligan indudablemente bajo que no está bautizado no puede reci-
E l Santo nada más añade; pero pare- i 2 . Como son tan varias las apre- culpa mortal, si se falta en materia bir válidamente Sacramento alguno.
ce conforme á su doctrina y á la común ciaciones de los escritores, en cada grave. Se exceptúa el caso en que 2. 0
E l que no tiene uso de razón
de los teólogos que en este caso en una de estas cuestiones hay diversas fuese inminente la muerte del enfer- ni le ha tenido, y recibió el bautismo,
que el párroco no puede administrar opiniones; pero yo seguiría con toda mo; porque entonces, como lo pres- no tiene obstáculo alguno que le im-
este Sacramento, puede hacerlo otro seguridad la sentencia de San L i g o - cribe el R i t u a l , el sacerdote debería pida entrar en el cielo inmediatamente
sacerdote que no esté excomulgado, rio, que reúne las circunstancias de omitir las oraciones, hacer las uncio- después de la muerte, ni el demonio
para que el enfermo no muera sin la haber sido un excelente canonista nes con la forma, y suplir después las le puede combatir con tentaciones,
Extremaunción . Si la excomunión muy instruido en la liturgia, haber oraciones que se omitieron, si el en- pues no puede pecar, por carecer del
fuese oculta y no se hubiera de seguir escrito en Italia, haber sido muchos fermo sobrevive. uso de la razón. Se dirá que podría re-
infamia al párroco ó escándalo al pue- años Obispo y haber así tenido m u - * L a Sagrada Congregación de la cobrar la salud; pero este es un efec-
blo, bien podría, puesto en gracia, cha práctica, mucha sabiduría, heroi- Penitenciaría, en 16 de Septiembre to muy secundario de este Sacramen-
administrar la Extremaunción. E n ca santidad, mucha prudencia, y es- de 1893, dio las siguientes contesta- to y , subía to principali, corruit acceso-
caso de necesidad, como si el enfermo tar tan recomendada y aprobada su ciones á las preguntas que la dirigió rium. Esta es doctrina c o m i e n t e ,
no puede recibir otro Sacramento, doctrina. A s í , pues, digo con el San- el señor obispo de Ciudad Rodrigo : como dicen Santo T o m á s , San L i g o -
creo que bien podría el excomulgado to D o c t o r : « I . Potestne Praelatus consentiré, quod rio y el Ritual R o m a n o .
administrarla, como dicen los Salma-
i.° Que si no hay urgente necesi- Sacerdos spectaculo (plaza de t o - 3.
0
Cuando se duda si el enfermo
ticenses (al fin del trat. V I I , n ú m e -
dad, peca mortalmente el sacerdote ros) assistat, secum habens Sacrum tiene ó ha tenido uso de razón ( a u n
ro 11.)
que da la Extremaunción sin estola y Oleum? — I I . Pósito quod indecens cuando no tenga siete años), se l e
E n cuanto al párroco suspenso, sobrepelliz (los Dominicos usamos ro- appareat, in loco próximo Sacrum debe administrar sub conditione la E x -
Frassinetti (tomo 2, núm. 519) dice quete). Si hubiese temor de que el en- Oleum ad cautelam asservari ? — tremaunción; porque la condición qui-
que, según la opinión más probable fermo muriese si no se le adminis- I I I . Potestne tolerari quod sacerdos, ta la irreverencia al Sacramento, si
(probabilius) un párroco suspenso no traba sin estola y sobrepelliz, se le vi etiam consuetudinis, circo adsit? no tuvo ni tiene uso de razón; y si le
puede administrarla Extremaunción; podría dar lícitamente: «quia licet hoc Sacra Pcenitentiaria, mature perpen- tuvo, tal vez le pone en gracia, si
pero Escobedo (núm. 165) dice que Sacramentum non sit necessarium, sis expositis, respondet: Ad I. Nega- está en pecado mortal, a u n cuando
 684 LIBRO VI. TRATADO VI.
sólo tenga atrición; porque ex aürito en el día es sentencia comunísima
fit contritas: además de los otros efec- que la Extremaunción dada al que
tos que causa este Sacramento, como tan sólo está levemente enfermo, no
dicen L u g o , R e n z i , Scavini, San L i - sólo sería gravemente i l í c i t a , sino
gorio (lib. 6, núm. 719) y otros. también nula. Santo T o m á s aclaró en
2531. P. ¿Es sujeto capaz de la pocas palabras esta cuestión, y dio
Extremaunción el que está sano? solución al único argumento de los
R. E s indudable (contra Juenin, y contrarios. Dice así: « H o c Sacramen-
en parte contra R o n c a g l i a ) que sería tum est ultimum remedium quod E c
nula la Extremaunción dada á un clesia potest conferre quasi immediate
sano. E l unánime sentir de los teólo- disponens ad gloriam: et ideo illis
gos católicos, con Santo T o m á s (in 4 tantum infirmantibus debet exhiben',
Sent., dist. 23, q. 2, art. 2), así ha qui sunt in statu exeuntium, propter
entendido las palabras del Apóstol hoc quod aegritudo nata est mortem
Santiago: Infirmutttr quis in vobis? etc. indicare, et de periculo timetur.» ( I n 4
L o mismo determinó Eugenio I V (in \Sent., dist. 23, q. 2, art. 2, sol. 2. ) a
Instructione ad Ármenos), diciendo: ' E l A n g é l i c o se había opuesto á sí
« H o c Sacramentum dari non debet mismo el siguiente argumento, que
nisi infirmo de cujus morte timetur;» es el único de los contrarios: « V i d e -
y el Tridentino así lo declaró (sess. 14, tur quod in qualibet infirmitate hoc
cap. 3): «Declaratur esse hanc Unctio- Sacramentum dari debeat; quia (Ja-
nem infirmis adhibcndam.» Esta es la
cobi, cap. 5) ubi hoc Sacramentum
práctica universal de la Iglesia.
traditur, nulla infirmitas determina-
Si se dijese que los griegos acos- tur: ergo in ómnibus infirmitatibus
tumbraron á ungir á los sanos, á esto debet hoc Sacramentum conferri.» H e
se responde, ó que algunos griegos aquí la solución del Santo: « A d pri-
erraron sobre este punto, como dicen mum ergo dicendum, quod quaslibet
Raynaudo, González y otros, ó que la infirmitas augmentata potest mortem
unción d é l o s sanos no era sacramental, inducere: et ideo si genera infirmita-
sino ceremonial, como opinan el doc- tum pensantur, in qualibet asgritudi-
tísimo dominico P. Goar, y otros es- ne potest dari hoc Sacramentum, quia
critores griegos, á cuyo parecer se in- Apostolus non determinat infirmita-
clinan Benedicto X I V , Billuart, Bou- tem aliquam: sed (nótese bien) si pen
vier, etc.: pero sea de esto lo que fuere, setur infirmitatis modus et status, non
como dice y prueba Benedicto X I V
semper debet hoc Sacramentum dari;»
(De Synodo Dkecesana, lib. 8, cap. 5,
y nótese que aquí el non debet equiva-
n ú m . 5), no puede dudarse en el día
le á non potest; porque el Angélico, en
de que «solum infirmum esse s u b j e -
el mismo artículo, usa de las palabras
ctum capax Extremas Unctionis; una-
non debet, hablando de los sanos y de
nimem quippe theologorum consen-
los niños que no llegaron al uso de la
sum efficax esse argumentum ad ca-
razón, á los cuales, según el Santo
tholicum dogma stabiliendum docet
Doctor y la sentencia unánime de los
Melchior Canus, De Locis Theologicis,
doctores católicos, no se puede admi-
lib. 8.°, cap. 2 et sequent.»
nistrar válidamente la Extremaun-
2532. P. ¿Es válida la Extrema- ción. L o mismo que dijo Santo T o -
unción administrada á una persona más, definió Eugenio I V en el decre-
DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 6S5
aquel non debet equivale ciertamente § 56, tomo 4), cum infirmi sibi c o n -
en este decreto á non potest. stant et sui compotes sunt.» Muchas
E s t o supuesto, ha de tenerse pre- veces mueren los enfermos sin E x t r e -
sente : maunción, y muchísimas veces la r e c i -
i.° Que hay casos en que la E x - ban cuando ya están privados del uso
tremaunción no se puede dar ni lícita de la razón, ordinariamente por la
ni válidamente: como á los sanos ó preocupación de los m é d i c o s , que
levemente enfermos. creen no se debe dar sino cuando el
2.0
Se puede dar válida y lícita- enfermo está próximo á expirar: fre-
mente á los que tienen enfermedad cuentemente tienen la culpa los p a -
en la que se j u z g a prudentemente que rientes del enfermo, que, por una cruel
el enfermo se halla en peligro de muer- compasión de no afligirle, le ocultan
te, aun cuando no sea de muerte próxi- la necesidad en que se halla de recibir
ma. H e aquí las palabras de San L i - la Extremaunción y el Viático, y, lo
gorio: «Communiter docent doctores, que es peor, hasta la confesión. ¡Cuán-
valide et licite posse dari Extremam- tos enfermos se condenan por no r e -
Unctíonem statim ac prudenter judi- cibir los Sacramentos, ó por recibirlos
cati'.r infirmus laborare periculo m o r - cuando no están ya en perfecto uso
tis, etsi adhuc non próximas.» de razón!
Para dar la Extremaunción basta E l Catecismo de San Pío V , de
que haya una fundada probabilidad de tanta autoridad, dirigiéndose á los
que la enfermedad constituye al d o -
párrocos, les dice así: «Gravissimepec-
liente en peligro de muerte, aunque
cant, qui illud tempus asgroti ungendi
no sea próxima: de modo que en el observare solent cum j a m omni salu-
día es doctrina corriente que s i e m - tis spe amissa, vita et sensibus carere
pre que se puede dar el Viático , se bxcipixl. Constat enim, ad uberiorem
puede lícita ( y ordinariamente con- Sacramenti gratiam percipiendam pl 1-
viene) dar la Extremaunción. H e aquí rimum valere, si asgrotus, cum in eo
las palabras de San L i g o r i o (lib. 6, adhuc integra mens et ratio viget,
núm. 714): « H i n c rede ait Castrop., fidemque et religiosam animi v o l u n -
núm. 12.: Quapropter censerem q.cotíes tatem afierre potest, sacro oleo linia-
Viaticum infirmo ministratur, statim tur.» (Part. 2, cap. 6, núm. 9.)
et ministrari Unctionem posse et ex-
Añádase á esto que el enfermo pue-
pediré. Quia j a m censetur infirmitas
de reconciliarse, ó por lo menos hacer
grave periculum vita; inducere.» B e -
dolor de sus pecados; y entonces, si
nedicto X I V , en la bula Ex quo, dice
tuviese algún pecado mortal que ig-
así: « N e sacramentum Extremas Unctio-
norase, ó hubiese hecho confesión
nis ministretur bene valentibus, sed
nula por ignorancia inculpable, t e -
iis dumtaxat qui gravi morbolaborant.»
niendo después atrición sobrenatural,
« U n d e (concluye el Santo), recte dicit
la Extremaunción le causaría per ac-
Castrop.: Quoties Viaticum infirmis
cidens la primera gracia santificante;
ministratur, statim et ministrari un-
como, siguiendo á Santo T o m á s , di-
ctionem posse et expediré,» etc
cen comúnmente los teólogos, ha-
2533. ;.° Como rectamente dice blando de los Sacramentos de vivos.
San L i g o r i o , el párroco debe dar la E l P. Mach, en su Tesoro del sacer-
Extremaunción «cumurget periculum dote, edición 6 . , pág. 607, dice que
a

que está levemente enferma?
B. Aunque algunos autores dijeron
que sería válido el Sacramento, por-
que el Apóstol Santiago dice general-
mente: Infirmatnr quis in vobis? pero
to dirigido á los Armenios, por las si-
guientes palabras: « H o c Sacramen-
tum dari non debet nisi infirmo de
cujus morte timetur;» y , como dice y
prueba San L i g o r i o (lib. 6, núm. 713),
próximas mortis; et tune non est ex- cuando el enfermo comienza á que-
pectandum ultimum vitas tempus, sed darse en cama, se le debe administrar
ministrandum est Sacramentum, si- el sacramento de la Penitencia: que
cut prascipit Benedictus X I V (in En- cuando la enfermedad se agrava, de
chol. Grcvc, bula 53 en su B alario, manera que pone al enfermo en peli-
686 LIBRO VI. TRATADO
gro de muerte, se le debe administrar
el santo V i á t i c o : por último, cuando
aumenta el peligro, de suerte que vaya
el enfermo acercándose á la muerte, hay
que administrarle la Extremaunción.
D e estas palabras del P. Mach se se-
guiría que tan luego como un enfermo
tiene que hacer cama, debería confe-
sarse; lo cual será laudable, pero o r -
dinariamente no hay tal deber; excep-
tuadas algunas enfermedades, que
desde luego se presentan con s í n t o -
mas alarmantes, como el cólera-mor-
bo, el tifus declarado, una calentura
tan fuerte que desde el principio ame-
naza al cerebro, un amago de apo-
plejía, etc.; pero hay muchas i n d i s -
posiciones benignas que obligan á
hacer cama, sin que ofrezcan peligro
alguno de muerte. E n estos casos el
párroco se expondría á un desaire, y
á ser tenido por ridículo, si quisiera
imponer ese deber tan sólo porque el
enfermo comienza á hacer cama.
E n cuanto al santo V i á t i c o , dice
muy bien el P . Mach, se ha de admi-
nistrar cuando la enfermedad se agra-
va, de modo que pone al doliente en
peligro de muerte. E n cuanto á la
Extremaunción, según el contexto na-
tural de las palabras del P. Mach,
pudieran creer los párrocos jóvenes
que la Extremaunción no puede darse
siempre inmediatamente después del
V i á t i c o , sino que es preciso esperar á
que se aumente el peligro de muerte,
de suerte que se ha de esperar á que,
creciendo el peligro, el enfermo se
acerque á la muerte. A esto digo que,
cuando el enfermo no presenta sínto-
mas de muerte próxima ni peligro de
delirio, y se halla próximo el párroco,
no es ilícito esperar algún tiempo más
después del V i á t i c o ; pero es lícito y
aun conveniente administrar siempre la
Extremaunción inmediatamente des-
pués del Viático, como queda proba-
do con la autoridad de Benedicto X I V ,
de San L i g o r i o , Scavini, etc.; y así
se evitará que muchos enfermos m u e -
ran sin recibirla, ó que la reciban
VI.
cuando ya perdieron el uso de la ra-
z ó n , como sucede muchísimas veces.
2534. C o m o se trata de una ma-
teria importante, y acerca de la cual
hay muchos descuidos, voy á copiar
un párrafo de Frassinetti que, tradu-
cido literalmente del italiano, dice
así: «Se introdujo saludablemente en
muchos lugares, inclusa la ciudad de
París, la costumbre de administrar la
Extremaunción inmediatamente des -
pues del V i á t i c o . Desgraciadamente
entre nosotros, no sólo los seglares,
inclusos los médicos, sino también un
considerable número de eclesiásticos (es
necesario decir la verdad), y entre
ellos muchos párrocos, tienen fija la
preocupación de que (después de ad-
ministrar el V i á t i c o ) no es convenien-
te ni a u n lícito dar la Extremaunción
hasta que la enfermedad se agrave de
tal manera, que algunos quieren que
la salud del enfermo sea del todo des-
esperada, y el peligro de muerte, no
sóio sea próximo, sino que amenace
ser inminente. Desgraciadamente no
son pocos los que opinan de esta ma-
nera, y algunos de éstos tienen siem-
pre entre las manos á San L i g o r i o
para consultarle como á su teólogo
moralista (Manuale praltico del párroco
novello, números 561 y 562). Véase á
Scavini (tomo 3, núm. 584, edición
de 1865.)
Conviene también advertir que los
que esperan á que el enfermo esté e x -
pirando para darle la Extremaunción,
privan al doliente de uno de los efec-
tos de este Sacramento, que es dar
salud al cuerpo, si conviene al bien
espiritual del enfermo. L a razón es,
porque si bien Jesucristo dio virtud á
este Sacramento para causar la salud
cuando conviene al doliente, quiere
que sea ayudando á la naturaleza ó á
las medicinas, pero no haciendo un
milagro en el moribundo cuya salud
está del todo desesperada. Esta es la
vía ordinaria de su virtud sobrenatu-
ral: sólo en algún caso extraordinario
causa curaciones milagrosas. D e aquí
DEL SACRAMENTO DE LA
es que los que reciben tarde la E x t r e -
maunción, casi todos mueren, y por
esto la Extremaunción aterra más á
los enfermos y á sus familias. Si se
administrase á su debido tiempo, mu-
chos enfermos sanarían, y así dismi-
nuiría el temor inmoderado que se
tiene á la Extremaunción.
2535. L a Extremaunción no se
puede dar á los dementes que nunca
tuvieron uso de razón, porque no ne-
cesitan de este Sacramento para e n -
trar inmediamente en el cielo después
de su muerte, ni pueden ser inducidos
al pecado formal por las tentaciones
del demonio, como queda dicho. A d e -
más á éstos, como asimismo á los
niños infantes, no les compete, como
dice, Santo T o m á s , la forma de la
Extremaunción, «quia non peccaverunt
per visum, et auditum, etc.; et nulli
dari debet Sacramentum, cui non
competit forma Sacramenti» (in 4
Sent., q. 23, art. 2, quasstiuncula 4. );a
pero si los dementes, y lo mismo los
furiosos, tuvieron uso de razón alguna
vez, se les ha de dar la Extremaun-
ción, con tal que no conste que la d e -
mencia ó furia les sorprendió en p e -
cado mortal é impenitentes, lo cual
dificilísimamente puede constar; pues
San L i g o r i o dice que al ebrio m o r i -
bundo, nisi constet esse in mortali, se
le ha de dar la Extremaunción.
2536. Se ha de dar también á los
que de resultas de una quimera se
hallan moribundos y sin habla; «quia
praesumuntur se conteri in illo extre-
mo statu.» (lib. 6, núm. 7 1 3 , dubit. 3.)
L a misma razón hay respecto de otros
que son sorprendidos por enfermedad
peligrosa en el acto del hurto, de la
fornicación, y , según yo creo, de un
desafío; porque comúnmente estos úl-
timos, ó ignoran la excomunión i m -
puesta á los duelistas, ó no la advier-
ten; y de todos modos se presume
que éstos y otros semejantes, a u n
cuando no puedan hablar, se arrepen-
tirán de sus pecados en aquellos so-
lemnes momentos, por más que no
EXTREMAUNCIÓN. 687
puedan dar señales exteriores. Para
que la Extremaunción cause la pri-
mera gracia en el que está en pecado
mortal, basta que el enfermo mori-
bundo que procuró con buena fe la
contrición perfecta, llegue á la atri-
ción, aunque de manera alguna la
sensibilice: cosa que no sucede en la
absolución, la cual, si bien aprovecha
al que tiene atrición, es necesario que
se sensibilice realmente de alguna manera,
aunque no es necesario que el confe-
sor lo perciba. Por esto alguna vez
puede ser necesaria la Extremaunción
al que no puede recibir válidamente
la absolución.
2537. E n cuanto á los pecadores
obstinados que no quieren convertirse
á D i o s , claro es que no se les puede
dar la Extremaunción, como dice el
Ritual R o m a n o ; el cual también dice
que no se puede dar á los excomul-
gados, pero se supone que habla de
los excomulgados rebeldes; porque si
dan señales de dolor ó piden la abso-
lución, se les absuelve de la excomu-
nión y de sus pecados, y se les admi-
nistra después la Extremaunción. •
A las embarazadas, precisamente por
razón del parto ( a u n cuando sea el pri-
mero, y aunque otras veces hayan te-
nido partos peligrosos de muerte),
dice San L i g o r i o , con la opinión co-
mún, que no se les puede dar la E x -
tremaunción mientras tan sólo sien-
tan los dolores comunes del parto:
«quia tune non adhuc laborat (fcemi-
na) periculosa infirmitate;» pero aña-
de (también con la sentencia común)
que se le habría de dar la Extrema-
unción «si mulier j a m cceperit gravis-
simis cruciatibus divexari, ita ut j a m
actu sit in próximo periculo mortis;
quia tune revera j a m periculose infir-
matur.»
N o se puede dar la Extremaunción
á los sentenciados á muerte, ni á los
que van á entrar en batalla , ó e m -
prender una navegación peligrosa, ó
cosa semejante: la razón es porque,
aunque están en peligro de muerte,
 688 LIBRO VI. TRATADO
no están enfermos de peligro: únicos
que son sujetos capaces de recibir este
S a c r a m e n t o , como queda probado.
« Oportet quod per curationem corpo-
ralem signifcetur curatio spiritualis hu-
jus S a c r a m e n t i , etiamsi sanatio cor-
poralis non sequatur. E t ideo solum
illis hoc Sacramento sanitas spiritua-
lis dari potest, quibus curatio corpo-
ralis competit, scilicet, infirmis... E t
ideo hoc Sacramentum illorum tantum
cxeunlium est, quibus curatio corporalis
competit.» Hasta aquí Santo T o m á s ,
en el Suplemento de la 3 . parte, a
q. 32, art. 1, ad i . u m
et 2 . , á quien
u m
siguieron comunmente los teólogos, y
así lo ordena el Ritual Romano. Se
exceptúa el caso en que alguno de
éstos se pusiese aliunde enfermo ó
fuese herido peligrosamente.
2538. P . Cuando un adulto, in-
mediatamente después de recibido el
Bautismo, enfermase de peligro ó fue-
se herido de un accidente instantá-
neo, ¿se le podría dar la Extremaun-
ción ?
R. Sancio y Escobedo dicen que no,
porque el Bautismo quita todas las
reliquias del pecado: el Sr. Sánchez
en su Teología Moral (trat. V I I , pun-
to 2), lleva la misma opinión, y se
funda en que no ha tenido tiempo de
pecar: no obstante, según la sentencia
común de Suárez , L a y m a n , San L i -
gorio y otros muchos, se puede y con-
viene darle la Extremaunción:
i.° Porque es falso que el Bautis-
mo borre en los adultos todas las re-
liquias del pecado; esto es, torpor ad
bonum ac pronitas ad malum. E l Bau-
tismo perdona á los adultos el pecado
original y los pecados mortales actua-
les, no sólo en cuanto al reato de la
pena eterna , sino también en cuanto
al reato de la pena temporal del Pur-
gatorio; pero no borra todas las reli-
quias del pecado original, aumentadas
después, como dice Santo T o m á s (en
el Suplemento-de la 3 . parte, q. 32),
a
por los pecados actuales. Esto perte-
nece á la Extremaunción: « H o c Sa-
VI.
cramentum non datur contra reliquias
originalis peccati, nisi secundum quod
sunt per actualia peccata quodammo-
do confortatas.»
2.° N o es cierto lo que dice el
Sr. Sánchez, que el adulto recién bau-
tizado, si es atacado de repente de
una enfermedad peligrosa, no ha teni-
do tiempo para pecar ; porque en los
dolores y gravísimas molestias de un
ataque tan fuerte puede fácilmente
pecar, tener impaciencias , no resig-
narse á m o r i r , ser combatido fuerte-
mente por el demonio; y asi le es muy
conveniente la Extremaunción para
fortalecerle con la gracia sacramental
que causa, y a u n para quitar ó miti-
gar los dolores de la enfermedad, ó al
menos darle resignación y paciencia
para sufrirlos por amor de Dios.
2538. A los mutilados de un
miembro, á los mudos, á los sordos y
á los ciegos se les debe dar la Extre-
maunción «quanto propinquius fieri
potest ad partes illas in quibus fieri
debuerat,» dice Santo T o m á s , y da la
siguiente razón: «Quia quamvis non
habeant membra, habent tamen po-
tentias animae, quae illis membris de-
bentur saltem in radice; et interius
peccare possunt per ea quae ad partes
illas pertinent, quamvis non exte-
rius.» ( Q . 32, art. 7, in Supplem.,
3 . parte.)
a quam hanc permissionem nequáquam
T a m b i é n se debe dar la E x t r e -
maunción á aquellos viejos que sin
tener enfermedad alguna particular,
ni sentir dolor , se ve que de día en
día desfallecen visiblemente. «Dunda
est seni nullum dolorem experienti, sed
prse senio deficienti: veré quippe sunt
infirmi,» como con la sentencia co-
mún dice Bouvier. A los que casual ó
voluntariamente tomaron un veneno
mortífero, se les debe confesar, dar el
Viático y la Extremaunción ; porque
aun cuando no se haya desarrollado
del todo el efecto maligno del veneno,
ya están graves y muy peligrosamen-
te enfermos.
2540. P . ¿Hay obligación de ad-
DEL SACRAMENTO DE LA
ministrar el Viático antes de la E x -
tremaunción?
R. E l que desee enterarse por ex-
tenso de esta materia en orden á las
diversas costumbres que hubo en la I g l e -
sia sobre la administración de la
Extremaunción antes y después del
V i á t i c o , y las atendibles razones para
variar, vea á Benedicto X I V en el l i -
bro 8 De Synodo Dicecesana, cap. 8,
números 1 y 2. H e aquí lo más im-
portante para la práctica:
i.° E n la Iglesia latina de tal ma-
nera prevaleció la costumbre de admi-
nistrar el Viático antes de la E x t r e -
maunción , «ut Catechismus Concilii
(son palabras de Benedicto X I V ) ,
Sanctus Carolus Borromaeus in suis
Instructionibus , ac innúmera ritua-
lia, E x t r e m a m Unctionem post Viati -
cum praeberi decreverint.»
2.
0
Sigue Benedicto X I V : «Sed
licet res ita se habeat, aliqua n i h i l -
ominus ritualia collecta a Pouget
Extremam Unctionem ante Viaticum
conferri permittunt, si segrotus ex pió
desiderio se melius ad Eucharistiam
praeparandi ita secum fieri expostulet.
ídem indulget etiam cardinalis de
Rohan, in suo Rituali Argentinensi...
Apud Cistercienses etiam hodie perse-
verat mos antiquus unctionem prae-
mittendi Viatico... Verum nos, quam-
improbemus... nihilominus in locis in
quibus hic mos obsolevit, vigetque dis-
ciplina a Concilii Tridentini Catechis-
mo praescripta, non fucile permittere-
mus ab hac recedi solum ad indul-
gendum privatae et peculiari infirmi
devotioni ; sed potius parochis injun-
geremus ut E x t r e m a m Unctionem pe-
tentibus ante Viaticumsuaderent tutius
ct utilius fore Ecclesiae romanas ritui
ac usui, a majori parte Ecclesiae ca-
tholicae jam accepto , se accommoda-
re.» (De Synodo Dia-cesana, lib. 8,
cap. 8, núm. 2.)
San L i g o r i o ( l i b . 6, núm. 7 1 7 ) cita
la anterior sentencia privada de Bene-
dicto X I V , y concluye diciendo que
TOMO II.
EXTREMAUNCIÓN. 689
el recibir la Extremaunción antes del
Viático , ó no es pecado alguno , ó
apenas es venial: «aut nullum erit
l peccatum, aut vix v e n í a l e , ut dicunt
Suarez,» etc. Atendidas las palabras
de Benedicto X I V , de tanta autori-
dad como doctor privado; atendida la
ordenación del Ritual R o m a n o , apro-
bado y mandado observar por Pau-
lo V , y atendida la costumbre gene-
ral de España , tengo por cierto que
sería pecado venial, no existiendo al-
guna causa, recibir la Extremaunción
antes del V i á t i c o .
E l Ritual R o m a n o dice así: «Illud
in primis ex generali Ecclesiae con-
suetudine observandum est , ut , s:
tempus et infirmi conditio permitiai,
ante Extremam Unctionem, Pceniten-
tiae et Eucharistiae sacramenta infir-
mis praebeantur.» (De sacram. Extre-
mes Unct.)
2541. P. ¿Qué disposiciones se
requieren para recibir la Extremaun-
ción?
R. i . ° Para lo válido, basta que el
enfermo tenga intención actual, ó vir
tual, ó habitual de recibirla; y en caso
de que el enfermo hubiese ya perdido
el uso de los sentidos, basta la inter-
pretativa para administrársela.
2.
0
Para lo lícito , debe estar en
gracia de Dios; y si está en pecado
mortal, debe confesarse, porque no
sólo es Sacramento de vivos, sino tam-
bién complemento del de la Peniten-
cia, como dice Billuart, con la opinión
común de los teólogos , siguiendo á
Santo T o m á s . Gury, después de refe-
rir la sentencia de Billuart que exige
la confesión , ó al menos contrición,
al que estando en pecado mortal ha
de recibir la Extremaunción , añade:
« V e r u m in tali casu ipsa attritio suffi-
cere posse videtur: est enim simul
Sacramentum mortuorum, et pecca-
ta mortalia simul remitiere potest:
Salmanticenses , núm. 13 , et alii.»
( T o m o 2, núm. 693.) L a Extremaun-
ción , como he dicho con Sanio T o -
más y la opinión común, causa la gra-
44
 6go LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 6gr
cia primera per accidens; pero el que I tenía contrición perfecta , pero real-
casi literalmente y confirmadas por sino cuando parece que conducen al
tiene conciencia de pecado mortal y mente no tuvo ni atrición sobrenatu-
la infalible autoridad de la Iglesia. enfermo á peligro de muerte: « E t in
tan sólo atrición conocida, debe c o n - ral; si después , creyendo que estaba
E n la q. 3 3 del Suplemento de la 3 . a
talibus, dice el Angélico, non debet
fesarse ó hacer contrición; de otro en g r a c i a , hiciese acto de atrición
parte dice así: fieri unctio, nisi quando videntur per-
modo la Extremaunción no le justifi- sobrenatural, ¿la Extremaunción pro-
i.° Cuando el Sacramento tiene ducere ad periculum mortis.» Si el
caría. L o s Salmaticenses no dicen otra duciría entonces sus efectos?
un efecto perpetuo, porque imprime enfermo, añade el Santo Doctor, sa-
cosa, como equivocadamente supone R. E s más común entre los teólo- carácter (que es indeleble), no se pue- liese de este peligro de muerte durante
Gury. H e aquí sus literales palabras:
gos, y notablemente más probable, de reiterar; pues parecería que el Sa- la misma enfermedad (de hidropesía,
«Ac ex omnium sententia docent Suá-
que los tres Sacramentos que impri- cramento no había tenido eficacia tisis, e t c . ) , y después la misma en-
rez , Valentía , qui omnes in eo c o n -
men carácter (Bautismo, Confirma- para producir su efecto, y así se le fermedad tuviese una recrudescencia
veniunt, quod hoc Sacramentum con-
ción y O r d e n ) , recedente fictione, pro haría injuria. ( A r t . 1.) tal que sobreviniese un nuevo peligro
sequenter habeat vim et efficaciam, ut
ducen sus efectos, con tal que d e s - 2.
0
Cuando el Sacramento no t i e - de muerte, se podría repetir la E x t r e -
praebere possit primam gratiam justi-
pués de haberlos recibido del modo ne un efecto perpetuo, se puede reite- maunción; porque entonces, dice el
ficantem, et faceré hominem de impio
que dice la pregunta, no se cometiese rar sin injuria del Sacramento, para Santo Doctor ( i b i d . ) , «quasi est alius
justum si, n e m p e , inveniat peccata
pecado mortal; pues si se cometió, no que el efecto perdido se recupere con infirmitaiis status, quamvis non sit
mortalia in anima, de quibus infirmus
bastaría poner la atrición sobrenatu • e l tiempo; y como la salud del cuerpo alia infirmitas simpliciter.»
habeat attritionem tantum, nec fuerit
ral solamente, sino que sería precisa y del espíritu (que es el efecto de este Esta doctrina de Santo T o m á s está
de illis confessus; (nótese ahora) ma-
la contrición perfecta, ó la atrición Sacramento) se puede perder después confirmada por el Tridentino en la
neat tamen in bona fide, vel quia in-
vincibiliter non cognoscit et advertit con la absolución. que se obtuvo una vez por la E x t r e - sesión 1 4 , cap. 3 , donde dice: «Quod
talia peccata, vel quia putat se de E n cuanto á los cuatro Sacramen- maunción, por esto se puede reiterar si infirmi post susceptam hanc un-
illis contritum aut rite confessum.» tos que no imprimen carácter, en m i sin injuria de este Sacramento. (Ar- ctionem convaluerint, iterum hujus
(Tract. V I I , De Extrema Unct., cap. 3 , concepto es mucho más probable que, tículo 1.) Sacramenti subsidio juvari possunt,
núm. 2, que es el mismo número que remota fictione, no producen sus efec- 3.0
Para fijar cuándo se ha de rei- cum in aliud simile discrimen i n c i d e -
cita G u r y . ) tos; pero de esta cuestión ya se habló terar la Extremaunción, se ha de rint:» y el Ritual R o m a n o dice así:
en el tratado De los Sacramentos en ge- tener presente que este Sacramento, « I n eadem infirmitate hoc Sacramen-
N o es esta cuestión meramente es- neral, números 1654 y 1655. no sólo mira la enfermedad, sino tam- tum iterari non debet, nisi diuturna.
peculativa, sino muy práctica; porque bién el estado de la enfermedad; «quia sit, u t cum infirmus convaluerit, et
los párrocos excitarán á los enfermos, non debet dari nisi infirmis qui se- iterum in periculum mortis incidit.»
aun cuando estén confesados ya , á
CAPÍTULO VII cundum humanam asstimationem v i - Se ha de notar diligentemente que,
que antes de recibir la E x t r e m a u n - dentur morti appropinquare. Quaedam a u n en las enfermedades crónicas, no
ción, ó se reconcilien , ó hagan dolor D E L A R E I T E R A C I Ó N D E L A E X T R E M A - autem infirmitates non sunt diutur- se debe reiterar la Extremaunción tan
de sus pecados; para que si, ignorán- nre.» ( C o m o el tifus, tabardillo, pul-
UNCIÓN Y DE L A OBLIGACIÓN DE sólo porque el enfermo sienta algún
dolo ellos, estuviesen en pecado mor- monía, e t c . ) E n estas enfermedades,
RECIBIRLA. alivio; es necesario que cese aquel peli-
tal , la Extremaunción les cause per si el doliente llegó á un estado en gro de muerte y sobrevenga otro nuevo.
accidens la primera gracia, y no por que, por hallarse en peligro de muer- En la tisis, cuando el enfermo se
esto se puede llamar Sacramento de 2543. P. ¿ L a Extremaunción te, se le d i o la Extremaunción, no se halla muy adelantado en el último
muertos; porque las cosas no se deno- puede reiterarse? puede decir que salió de aquel estado grado y sin esperanza alguna de vida,
minan ab eo quod est per accidens, sed R. Acerca de la reiteración de la hasta que curó de aquella enferme- suele el paciente ser atacado de una
ab eo quod est per se: no hay más Sa- Extremaunción, hubo diversas y con- dad, y hasta entonces no se puede tos tan maligna, que le deja con p o -
cramentos de muertos que el Bautis- trarias costumbres, y consiguiente- reiterar la Extremaunción: « N o n re- quísima respiración y á punto de m o -
mo y la Penitencia. mente contrarias y diversas opinio- cedit ab statu illo, nisi infirmitate rir: si en este extremo se l e d a la E x -
3." El que recibiese la Extre- nes, cuya relación no tiene hoy u t i l i - curata: et ita non poterit iterum in- tremaunción, no se debe repetir, a u n
maunción en pecado mortal , sin es- dad'práctica, y así las omito por b r e - ungi.» ( A r t . 2.) cuando el tísico se sosiegue de aquel
forzarse á tener contrición, cometería vedad. E l que desee enterarse por ex- 2544. Después dice el Angélico ataque fulminante de tos. y a u n cuan-
un sacrilegio muy grave, si no le ex- tenso sobre este punto, vea á B e n e - que hay otras enfermedades diutur- do se levante de la cama, si continúa
cusaba la ignorancia ó la inadverten- dicto X I V , De Synodo Dicecesana, nas, esto es, de larga duración, como el misino peligro de muerte y no hay
cia inculpable. lib. 8, cap. 8, en los números 3 y 4. la tisis, la hidropesía, ¡a enfermedad esperanza de salvarle. E n este caso
2542. P, E l que recibió infruc- Santo T o m á s trató esta cuestión del hígado y otras semejantes, que no varió el estado mortal de la enfer
tuosamente la Extremaunción por- con tanta solidez, claridad y laconis- tienen, como suele decirse, muchos medad, sino que vanaron los sínto-
que , estando en pecado mortal , la m o , que sus resoluciones, como dice altos y bajos. E n estas enfermedades mas accidentales de ella. L o s tísicos,
recibió creyendo con buena fe que Benedicto X I V , han sido admitidas no se debe dar la Extremaunción cuando están más serenos, y a u n se
 692 LIBRO
levantan de la cama, mueren de re-
pente sentados en una silla. H a g o esta
advertencia, porque vi un caso en que
un sacerdote celoso quería repetir la
Extremaunción á un tísico del todo
desahuciado, porque después de un
ataque que le ahogaba por instantes,
se serenó de aquellas terribles congo-
VI. TRATADO VI.
secus si per notabile tempus, ut d i -
cunt W i g a n d t , num. 3, et Spor., nu-
mero 3, cum Suarez, C o n c . , R e g . , etc.,
puta per mensem, ut ajunt B o n a c ,
punct. 6, num. 4, et V i v a , art. 3,
num. 5, cum T r u l l e n c h . » S e ve, pues,
que no se debe reiterar, si no se re-
novó el peligro que había desaparecido.
DEL SACRAMENTO DE LA
medios para confortar su alma, como
los tuvieron muchos, aun de los San-
tos, que no pudieron recibir la E x t r e -
maunción, y se salvaron.
H a y una gran cuestión entre los
teólogos sobre si hay ó no precepto
divino ó eclesiástico que per se et di-
EXTREMAUNCIÓN. 693
después) hay casos en que el enfermo
pecaría mortalmente si no la pidiese,
y mucho más si, ofreciéndosele, la
rechazase. Santo T o m á s dio mucho
peso á esta opinión, pues en el lib. 4
de las Sentencias, dist. 23, q. 1, art 1,
quaastiunc. 3 ad i . , dice que los
u m

j a s , y aun se levantó y estuvo senta- recte obligue á todos los enfermos de Evangelistas hicieron mención expre-
2545. P. Y cuando en estas en-
do en un sofá; pero de tanta g r a v e - peligro de muerte á recibir la E x t r e - sa de la institución divina de los sa-
fermedades crónicas hay duda sobre si
dad, que (como él decía) estaba á maunción. Merbesio, Cóncina, H a - cramentos del Bautismo, Penitencia,
el peligro de muerte se renovó ó es el
media respiración, y murió á los po- bert, Roncaglia, Drouven, Pedro Soto, Eucaristía y Orden, porque «ad salu-
mismo, ¿se puede reiterar la E x t r e -
cos días. N o se le repitió la E x t r e m a - Charmes, Cuniliati,Bouvier, Lárraga, tis necessitatem et ad ordinem eccle-
maunción?
unción. ilustrado por Grosin (trat. V I I , cap. 3, siasticae dispositionis pertinent;» pero
R. Si la duda es puramente nega-
pregunta 5» ) y algunos otros afirman
a
que no hicieron mención expresa de
E l Sr. Sánchez, en su Teología tiva, no se debe reiterar: se debe en-
que hay precepto divino grave de re- la Confirmación ni de la Extremaun-
Moral (trat. V I I , punto 2), hablando tonces observar el decreto del T r i d e n -
cibir la Extremaunción: ción, porque estos dos Sacramentos
de la reiteración de la E x t r e m a u n - tino, que tan sólo permite reiterar la
ción, si bien pone la doctrina corrien- Extremaunción «si infirmi convalue- i.° Promulgado por el Apóstol «ñeque sunt de necessitate salutis, nec
te del Ritual R o m a n o y la común de rint;v y por lo tanto, como dice San Santiago en su Carta canónica, cuan- ad dispositionem sive distinctionem
los teólogos, que queda expresada, L i g o r i o en el número citado, debe ser d o dice: Inducat presbyteros, etc. ( c a - Ecclesiae pertinent.» A Santo T o m á s
pero, hablando por su propia cuenta, probable que el enfermo salió del anti- pítulo 5). siguieron los Salmaticenses (trat. V I I ,
pone una opinión que no puede ser guo peligro de muerte; lo cual no se 2. Promulgado también por el
0 cap. 4, punt. 2, núm. 10 y siguien-
admitida. D i c e literalmente así: "Si verifica cuando tan sólo hay duda Tridentino, cuando dice: « N u l l a ra tes), que dicen así: «Per se loquendo et
se trata de una sola enfermedad cró- negativa. Pero si se duda positivamen- tione audiendi sunt qui docent... hanc secluso scandalo et coutemptu, non est
nica ó muy larga, como el peligro no, te de si es el mismo ó nuevo peligro Extremam Unctionem figmentum esse mortalenon suscipere Extremam U n -
se renueve, la Extremaunción no debe de muerte, entonces conviene incli- humanum, vel ritum a Patribus ac- ctionem. Ita docet communis senten-
repetirse nunca sin que. pasen muchos narse a la reiteración; porque, como ceptum, nec mandatnm Dei, nec pro- tia cum D i v o T h o m a , Paludano, Na-
días, por lo menos un mes, después 1 dice Benedicto X I V (De Synodo, li- missionem gratiae habentem.» varro, Covarr., Suarez, Coninchio,
de la última vez que se recibió.» E l bro 8, cap. 8, n ú m . 4), y le sigue San L a y m . , Bonacina, Gabriel, Sylvest.,
3.
0
Si no hay precepto divino de
Sr. Sánchez se equivoca'en decir que L i g o r i o , «tune expediré ad Sacramen- 'Cajetano , V i c t o r i a , R u a r d , H e n r . ,
recibir la Extremaunción, no parece
ni es una sola la enfermedad crónica, ti iterationem propenderé, eo quod haec Valent., Dian. Quia non apparet fun-
que habían de pecar gravísimamente
aun cuando el peligro no se renueve, se sit uniformior veteri Ecclesiae consuc- damentum talis obligationis.»
contra caridad y contra justicia los
debe reiterar la Extremaunción pasa- tudini, ut per eam novum spirituale párrocos que, pudiendo, no la admi- San L i g o r i o , en el lib. 6, núm. 733,
do un mes; porque perseverando la subsidium infirmo obveniat.» nistran. dice que esta opinión es común y bas-
misma enfermedad y no renovándose 4.
0
Parece que el común de los tante probable (communis et satis pro-
el peligro, ni al mes ni a u n después 2546. P. E l enfermo de peligro
fieles aprehende como grave la obli- babais), y además de los autores que
de más tiempo se puede reiterar. de muerte, ¿está obligado á recibir el
gación de recibirla; y la gran solicitud citan los Salmaticenses á favor de
sacramento de la Extremaunción?
E l Sr. Sánchez precisamente se que se observa en procurarla, junta ella, el Santo añade á D o m i n g o Soto,
R. Convienen todos los autores en
equivocó, porque vio en San L i g o r i o que este Sacramento, ex vi suce insli- con la costumbre general de toda la H o l z m a n , V i v a , Croix, Sporer, Elbel,
(lib. 6, núm. 715) que después de un tutionis, Iglesia, parece señal cierta de que, al Escobedo, E s t í o , Silvio, Sambove,
no es necesario necessitate
mes se puede reiterar la Extremaun- medii ad salutem: menos en nuestros días, si no hay Habert: á los citados añádanse Ferrer,
ción al doliente crónico que convaleció precepto divino cierto, la costumbre Billuart (DeExtrem. Unct., art. 7), Gotti
i.° Porque ni en la Escritura, ni
del peligro de muerte, y se encontró en la tradición, ni en los decretos de general introdujo un precepto ecle- (al fin del tract X I , De Extrem. Unct.,
mejor por un tiempo notable , por los Concilios ó de los Papas se hace siástico. art. 7). Santo T o m á s , no sólo llevó
ejemplo, de un mes. H e aquí sus pala- mención de esta necesidad, como se g.° Sin duda habría escándalo esta opinión cuando escribió los S e n -
bras, hablando de las enfermedades hace del Bautismo, de la Eucaristía harto general en un pueblo si un en- tenciarios, que era muy j o v e n , sino
crónicas, ó de larga duración: « U n d e y de la Penitencia. fermo, pudiendo, no quisiese recibirla. también en su inmortal y última obra,
dicit Roncaglia (q. 7, R . 2) non suf- 2547. L a otra opinión, mucho la Suma Teológica, confirmó esta sen-
2. E s t e Sacramento es comple-
0

ficere infirmum per quatuor vel quin- más común, dice que per se et directe tencia; pues en la 3 . parte, art. 4 de
a

mento de la Penitencia, y supone al

qué dies ita se melius habuisse, ut enfermo en gracia. no hay precepto divino ni eclesiástico la q. 65 dice que la Extremaunción es
videatur mortis periculum evasisse, que obligue á recibir la E x t r e m a u n - tan sólo ntc&sariacomo conveniente para
\.° Porque el enfermo tiene otros mejor conseguir el fin, así como el ca-
ción, si bien per accidens (como se dirá
 694 LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 695
bailo lo es para caminar más cómoda- todo esto no parece que incluye p r e - po, no sólo la confesión, sino también no hay precepto alguno; y esto es una
mente. cepto alguno. ¿Quién dirá que hay la administración del V i á t i c o . E l Ca- protesta continua contra la introduc-
2548. Pero se ha de notar d i l i - precepto de orar por estar triste, ó de tecismo R o m a n o (De Extrem. Unct., ción de la costumbre.
gentemente que los autores que d e - cantar por estar sereno? Se confirma •núm. 12), después de haber expuesto Por último, en el sistema moral de
fienden la opinión de Santo T o m á s poderosamente esta interpretación de la preparación conveniente para reci- San L i g o r i o , que yo s i g o , no hay obli-
convienen en que pecaría mortalmen- los doctores citados por las autoriza- bir este Sacramento, concluye: « F i d e - gación de admitir un precepto de cuya
te per accidens: das palabras del Tridentino, en la les... una máxima re cohortandi sunt, existencia se duda; y mucho menos
i.° E l que per contemptum no r e - sesión 14, cap. 1, donde dice que este ut hujus saluberrimi olei Sacramen- cuando hay mayor probabilidad en
cibiese la Extremaunción, como dice Sacramento fué recomendado y p r o - tum sánete et religiose sibi adminis- contrario, como en mi concepto su-
el Tridentino en la ses. 14, cap. 3: mulgado por el Apóstol Santiago. trandum curent.» cede aquí.
« N e c vero tanti Sacramenti contem- 0
2. Se objeta que el Tridentino.. 3.
0
Se dice que si no hubiera pre- 2549. Hasta ahora he tratado la
ptus absque ingeníi scelere esse posset.» en la misma ses. cap. 3, dice: «Nulla cepto divino ó eclesiástico de recibir cuestión en el terreno especulativo;
2. 0
Cuando, de no recibirla, se ratione audiendi sunt, qui docent hanc la Extremaunción, no tuvieran los pero en la práctica se ha de exhortar
hubiese de seguir escándalo g r a v e . unctionem vel figmentum esse huma- párrocos tan grave obligación de ca- patéticamente á los enfermos á que
3. 0
Cuando el enfermo, teniendo num, vel ritum a Patribus acceptum, ridad y de justicia de administrarla á reciban este Sacramento. Diré más:
conciencia de pecado mortal, no pu- nec mandatum Dei, nec promissionem sus feligreses; pero esto no es verdad, al menos en España, no veo cómo se
diese recibir otro Sacramento; porque gratise habentem.» E l P. Cóncina porque los párrocos tienen grave obli- pueda evitar el escándalo público si
siendo tan difícil la contrición, expon- dice: «Clariusne sacra Synodus expri- gación de muchas cosas que los feli- un enfermo no quisiese aceptar la E x -
dría su salvación eterna, teniendo en mere divinum mandatum poterat?» A greses no tienen grave obligación de tremaunción : hasta se sospecharía
su mano un medio ordinario y fácil esto responden los doctores que d e - hacer; como de confesarles y darles mal de sus creencias. Pero se dirá: si
para, con sola la atrición, existimada fienden la doctrina de Santo T o m á s : la comunión en los jubileos, fiestas yo pienso de esta manera, ¿á qué fin
contrición, justificarse. (San L i g o r i o , que el Tridentino, en aquel lugar, principales y cuando lo pidan racio- haber empleado tanto tiempo inútil-
lib. 6, núm. 733.) condena los errores de los protes- n a l m e n t e ; predicarles y enseñarles el mente en probar que, especulativamen-
0
4. Si el enfermo se viese tan tantes, que decían todo lo que allí Catecismo, sin que los fieles, si están te hablando, no hay precepto que, di-
combatido de tentaciones y dolores, reprueba el Concilio; y así dice el instruidos, tengan obligación de asis- recte et per se, obligue á recibir este
que apenas pudiese resistir. Sería gran mismo Concilio que Cristo había ins- tir; volver á dar el Viático al enfermo Sacramento?
temeridad y abandono de su salvación tituido la Extremaunción, había man- q u e , después de cierto tiempo de la A esto respondo que San L i g o r i o
si en estos solemnes momentos no dado que existiese en la Iglesia, que primera vez que le recibió, lo desea afirma que si un enfermo, por su
buscase el remedio tan eficaz que la los ministros la administrasen; pero con ansia y lo pide, etc.; y no obstan- complexión nerviosa ó por otra causa
Iglesia le ofrece, y que Jesucristo ins- no impone un precepto directo á los te, el enfermo no tiene obligación de semejante, se asustase mucho de re-
tituyó para confortar al enfermo con- fieles de que la reciban, porque ya recibirle segunda vez. cibir el Viático (que ciertamente obli-
tra los terribles ataques del demonio, había dicho en el cap. 1 que el Após- ga sub mortali), se le podría decir que
4.
0
L a costumbre general de los
para excitar la confianza en Dios, sua- tol Santiago tan sólo la había reco- comulgase, y nada más; y al darle la
fieles en proporcionar la Extremaun-
vizar los crueles dolores de la enfer- comunión, en lugar de decir: « A c c i p e
mendado á los fieles (commendatum). ción á los enfermos, es muy laudable.
medad, ó dar paciencia para sufrirlos. (frater vel sóror) Viaticum,» se dijese
E n el mismo cap. 3, al fin, tan sólo ¡Ojalá fuera mayor su solicitud! M u -
Exceptuados estos casos, tengo por dice que pecan gravísimamente los chos, muchísimos son los que creen como en la comunión ordinaria: Cor-
notablemente más probable que no que desprecian este Sacramento; y el que obliga sub gravi la recepción de pus Domini nostri, etc. Pues bien; si
hay precepto grave divino ni eclesiás- can. 3 tan sólo condena á los que d i - este Sacramento; y muchos no se m o - yo encontrase una persona enferma
tico que obligue per se ei directe á r e - cen que se puede despreciar la Extre- verían á buscar la Extremaunción si que se confesase bien, pero que estu-
cibir la Extremaunción. maunción. Inocencio I (ad Decentium), supieran que no era de precepto; pero viese tan nerviosa y tan asustada del
i.° L a s palabras del Apóstol San- ¡ exponiendo las palabras del Apóstol si la costumbre se funda en ignorancia, temor de la muerte que se angustiaba
t i a g o inducat presbyteros, etc., no creo Santiago, dice así: «Fideles segroti no puede inducir precepto. Para que al hablarla de la Extremaunción, y o ,
que contengan precepto formal: es sancto oleo perungi possunt, et eo om • se introduzca una costumbre, se ha persuadido como estoy de que no hay
una admonición, exhortación patética; nibus christianis uti licet.» E n el ca- de atender á la opinión de los hom- precepto directo de recibirla, no la
porque, como sabiamente nota el doc- pítulo Quod in te, de pcenii. et remiss., bres sabios y prudentes (véase el nú- apuraría demasiado; y si se pudiera
t í s i m o cardenal Gotti, el Apóstol San- se prohibe administrar la E x t r e m a - hacer sin escándalo, dejaría correr el
mero 226, regla T . ) : cuando la ma-
r

tiago dice primeramente: «Tristatur unción á los moribundos en tiempo de curso de la enfermedad sin violentar
yoría de éstos reclama, no puede pre-
aliquis vestrum? Oret. . E q u o animo entredicho; y no parece que la Iglesia á la persona enferma, y cuando hu-
valecer la costumbre,y ya se ha citado
est? P s a l l a t ; » y á continuación añade: hubiera hecho esta prohibición si hu- biese perdido el sentido, procuraría
el coro de eminentes doctores españo-
«Infirmatur quis in vobis? Inducat biera precepto divino de recibirla; así que se fuese á buscar la Extremaun-
les y extranjeros que afirman y prue-
«presbyteros,» etc. E l contenido de como la Iglesia permite en aquel tiem- ción. Rarísimos son estos casos, pero
ban, en las obras que publicaron, que
 696 LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 697
á mí me sucedió uno. Si este parecer nus pastor vitam dat pro ovibus sui
se á San L i g o r i o , en el Homo aposto-
s
2552. Antes de concluir este ar-
es ó no errado, sapientes dixerint. Ca- (Joann., cap. 10, v. 1 1 ) , no quieren
licus, tract. V I I , núm. 28.) E s verdad tículo, me parece conveniente adver-
sos habrá en que el enfermo pueda decir que el párroco debe ponerse en
que, en igualdad de circunstancias, tir dos cosas:
omitir el pedir la Extremaunción sin el peligro fundado de perder la vida,
primero se ha de atender á la confe- a
i. Que se equivocan notablemen-
que se siga escándalo. por cualquier bien espiritual de sus ove- sión de los moribundos que á la E x - te algunos pocos autores que afirman
2550. P. ¿Cómo está obligado el j a s , sino como y cuando con la doctri- tremaunción de los ya confesados. que hay desprecio formal de la Extre-
párroco á dar la Extremaunción á sus na corriente interpreta Santo T o m á s
E n cuanto á los sacerdotes particu- maunción en el solo hecho de que el
feligreses? (in Joann., cap. 10, v, lect. 3. ): *Sp¿-
a

lares, si no hubiese párroco que admi- enfermo, pudiendo recibirla, no lo

R. Bajo pecado mortal; y faltando ritualis gregis salus pneponderat cor-
nistrase la Extremaunción, cualquier haga.
justa causa, no sólo pecaría contra ca- porali vitas pastoris: ideo, cum pericu-
sacerdote secular ó regular puede ad- Esto es falso; porque, como dice
ridad, sino también contra justicia. lum imminet de gregis salutc debet quis-
ministrarla: « i m o ex charitate, dice Santo T o m á s ( 2 . 2.^, q. 186, art. 9
a

L a gran cuestión es sobre si está obli- que spiritualis pastor corporalis vitai
muy bien Scavini ( t o m o 3, núm. 497, ad 3 u m
) , á quien comunmente siguie-
gado en tiempo de peste á dar la E x - sustinere dispendium pro gregis salutc:
edición de 1865), debet sub gravi (qui- ron los teólogos más eminentes, «tune
tremaunción. San L i g o r i o (lib. 6, nú- et hoc est, quod Dominus dicit: « B o -
libet sacerdos) illud ministrare, si ur- quis committít aliquid vel transgredi-
mero 729) dice así: «Regulariter non\ nus pastor animam suam, id est, v i -
geat asgroti necessitas, et ratione scan- tur ex contemptu, quando voluntas ejus
tenetur pastor cum periculo vit;e daré tam c o r p o r a l e m , ponit pro ovibus
dali, quod adesset in administratio- renuit subjici ordinationi legis vel re-
hoc Sacramentum, nisi infirmus a lon- suis.» El feligrés que está reciente-
nem recusando.» Aquí conviene repe- gulas, et ex hoc procedit ad faciendum
go tempore sit confessus et verisimili- mente confesado, no está en peligro
tir lo que dice San L i g o r i o acerca contra legem vel regulam. Quando
ter censeatur esse in mortali: ita com- probable de condenarse, aunque no
de la obligación que tiene un simple autem e converso propter aliquam pavti-
muniter Suárez, etc.» Esto mismo reciba la Extremaunción; y así el pá-
sacerdote de absolver á un moribundo cularem causam (puta concupiscentiam
dice el Santo en el Homo apostolicus rroco no está obligado á exponer su
que está en pecado mortal y no hay vel iram) inducitur ad aliquid facien-
(tract. V I I , núm. 6), y cita en favor vida para dársela.
otro que le absuelva, a u n cuando el dum contra statuta legis vel regulas,
de esta opinión á Suárez, Castropa-
E s verdad que, al menos en E s p a - sacerdote tenga que hacerlo cum pe- «non peccat ex contemptu, sed ex ali-
lao, Sporer, los Salmaticenses y otros.
ña, no sería fácil evitar el escándalo riculo vita (lib. 6, núm. 624), y da la »qua alia causa; etiamsi frequenter ex
L o mismo dice Billuart (De Extrema
público si el párroco se negase á dal- razón siguiente: «Quia esto in rigore «eadem causa, vel alia, simile pecca-
Vnctione, art. 7, petes 2.)
la Extremaunción á un apestado; por- loquendo posset moribundus per con- »tum iteret...« Frequentia tamen pec-
E l Sr. Sánchez en su Teología Mo- que el vulgo no entiende de estas tritionem sibi providere, tamen non cati dispositive inducit ad contem-
ral (trat. V I I , punto 2) dice así: « E l cuestiones, y cree que el párroco tie- potest negari quod magno periculo ex- ptum, secundum illud Proverb. 18:
párroco debe dar la Extremaunción á ne siempre obligación de administrar- ponatur ille suas asternae salutis, si « I m p i u s , cum in profundum venerit
sus feligreses en tiempo de peste ó la. Sería necesario instruir antes al absque absolutione relinquatur. E t si «peccatorum, comtemnit.» D e modo
epidemia. Sólo podrá librarse de esta pueblo desde el pulpito. cut cum certa est damnatio proximi que en todos los pecados hay dos co-
obligación en el caso de que necesite si non absolvatur, teneris certam mor- sas: acto del pecado y causa del peca-
2551. Aquí se ha de notar que en
preservarse del peligro de contagio, tem subiré; ita dico, cum proximus do. E n el acto convienen todos los que,
( l a s epidemias de un pueblo ocurren
no por su bien, sino para el bien general est in probabili periculo damnationis, por ejemplo, culpablemente comen
muchos casos agudos en que los en-
de sus feligreses. Y decimos que no teneris ei subvenire cum probabili pe- carne en un viernes de Cuaresma;
fermos pierden el uso perfecto de la
por su bien, porque en este punto, rlado mortis ex lege charitatis (se trata pero se distinguen en la causa por que
razón, y , ó no pueden confesarse, ó
tratándose del bien general de los fe- del sacerdote particular), quas obligat la comen. Si la comen porque culpa-
se duda de la validez de su confesión.
ligreses, los deberes del párroco se in pari periculo exponere vitam t e m - blemente ignoran la doctrina cristiana,
H a y otros que oyen, pero no pueden
encierran en la máxima del E v a n g e - poralem ad salvandam vitam proximi es pecado de ignorancia: si la comen
sensibilizar el dolor, y de los cuales
lista, de que el buen pastor da su vida spiritualem. Si tamen (nótese bien) sa- porque, los precipitó una pasión de
una gran parte, ó por su ignorancia,
por sus ovejas: Bonus pastor animam cerdos nesciat eum esse in mortali, non gula, es pecado de fragilidad. Si tie-
ó por falta de uso, ó por los dolores y
suam dat pro ovibus suis.» tenetur absolvere cum periculo vitas.» nen el hábito de comer carne todos los
postración, no harán ni saben hacer
N o convengo con la opinión del se- dolor de sus pecados si el párroco ú días, aunque sean de vigilia, porque
Si el enfermo recibió otros Sacra- les gusta mucho, es pecado de elec-
ñor Sánchez, tan umversalmente p r o - otro sacerdote no les excita y ayuda:
mentos, «communiter doctores hanc ción, ó sea de malicia: si la causa por
nunciada, acerca de la obligación per y como la Extremaunción produce
obligationem (simplicis sacerdotis mi- que comen carne en esos días es porque
se del párroco de dar la Extremaun- primera gracia al moribundo que tie-
nistrandi Extremam Unctionem infir- no quieren sujetarse á la ley que manda
ción á los apestados, con peligro fun- ne atrición sobrenatural (aunque no
mis, deficiente parocho) per se loquen- la abstinencia, entonces, y sólo enton-
dado de perder la vida, fuera del caso se sensibilice), de aquí es que el pá-
do esse tantum sub veniali, mérito opi- ces, se peca por desprecio: «per con-
que, con la sentencia comunísima, rroco en esos casos, ó un delegado
nantur; quia eo casu moraliter non temptum legis vel regulas.» D e aquí
exceptúan San L i g o r i o , Suárez, etc. suyo, no puede negarse, por regla ge-
prassumitur infirmus graviter indige- es que, si no se recibe la E x t r e m a -
Aquellas palabras de Jesucristo: Bo- neral, á dar la Extremaunción. ( V é a -
re.» ( A l fin del tratado V I I , núm. 9.)
 6gS LIBRO VI. T R A T A D O VI.
DEL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN. 699
unción ó por negligencia, ó pereza, ó
Santo T o m á s explica estos efectos dad é ineptitud para el bien , prove-
porque al enfermo le repugna el ruido
de la gente, el humo de las velas, ó
CAPÍTULO VIH de la Extremaunción con su acostum- niente del pecado o r i g i n a l , y aumen-
brado orden admirable , laconismo, tada por los pecados actuales: «et
le excita gran temor de la próxima DE LOS EFECTOS DE LA EXTREMA- solidez y claridad en el Suplemento contra hanc debilitatem homo robo-
muerte, entonces la omisión de la E x - UNCIÓN de la 3 . p. , q. 3 0 , arts. 1 y 2 . E n
a
ratur per hoc Sacramentum,» añade
tremaunción no procede de desprecio.
compendio dice así: el A n g é l i c o . Este entorpecimiento,
E s necesario comprender bien esta
2553. P. ¿Cuáles son los efectos i.° Cada Sacramento, si se recibe debilidad , flaqueza y dificultad que
doctrina de Santo T o m á s , para no po- de la Extremaunción?
debidamente, causa ex opere operato, siente el hombre para el bien (si n o
ner pecados mortales donde no los
R. L o s teólogos escolásticos con- per se et directe, efecto especial princi- es muy virtuoso) , aunque esté en
hay; porque contemptus semper davina-
vienen generalmente en los efectos pal y peculiar suyo, que se llama sa- gracia de Dios, y la propensión, incli-
bilis est.
admirables que causa la Extremaun- cramental. nación, prontitud hacia lo malo, y la
2.
a
Si, como queda probado, no ción recibida con las convenientes dificultad en huir de ello , se llaman
2.0
Así como el Bautismo produ-
hay precepto directo et per se de reci- disposiciones; pero mueven muchas reliquias del pecado , ó secuelas , conse-
ce gracia re generativa , la Confirma-
bir la Extremaunción, per se no es ne- cuestiones sobre cuál es el efecto pri- cuencias y efectos del pecado original,
ción corroborativa de la fe, la Peniten-
cesaria para salvarse; ni el enfermo (si mario de este Sacramento, cuáles son aumentadas por los pecados actuales;
cia remisiva de los pecados cometidos
no hay escándalo ó desprecio, ni se los secundarios , cuáles son los efectos y esto aun cuando estén perdonados
después del Bautismo y es una resu-
siente muy tentado), si está confesa- que causa per se directe,y cuáles ex con- en cuanto á la culpa , y también en
rrección espiritual, y la Eucaristía
do á su satisfacción, tiene obligación sequenti. P e r o , como muy bien dice el cuanto á la pena t e m p o r a l ; como si
causa gracia unitiva y transformativa
de recibirla. E l Sr. Sánchez dice tam- P. Cóncina, para la práctica son cues- el enfermo hubiese ganado entonces
en D i o s , así el sacramento de la
bién que « n o hay precepto ninguno tiones de poca importancia: lo que mismo una indulgencia plenaria.
Extremaunción produce una gracia
que obligue á recibir la Extremaun- conviene es conocer bien los saluda-
santificante que es curativa, esto es, 6," Por la anterior explicación del
ción: sin embargo... (añade), el que la bles efectos que causa , explicarlos
curación espiritual del alma. « E x t r e m a Angélico, no me parece cierto lo que
rechazase por no parecerle necesaria, será con claridad á los fieles en el pul-
Unctio est quasdam spiritualis sanatio dice el Sr. Sánchez hacia el fin del
un temerario, que se expone á perder pito, y , cuando haya oportunidad, en
vel medicatio.» ( A r t . 1.) trat. V I I , que el principal efecto de la
eternamente su alma por su sacrilega las conversaciones privadas, para que
presunción.» ( A l final del trat. V I L ) lo reciban en la enfermedad con viva 3.0
Así como los médicos no orde- Extremaunción es perdonar «el reato
Esta proposición g e n e r a l , sin nin- fe, confianza y devoción; y así se qui- nan medicinas corporales á los muer- de la pena t e m p o r a l , en el cual con-
gún adjunto ni explicación , es contra- tará en gran parte el temor excesivo tos , sino á los vivos que están en- sisten las reliquias del pecado;» y que
ria á lo que en el mismo párrafo había que muchos tienen á la Extremaun- fermos , así Jesucristo no ordenó la para la remisión de esta pena fué ins-
dicho el Sr. Sánchez; porque si el en- ción. Sensible es d e c i r l o ; pero por curación espiritual directa y prima- tituido per se este Sacramento. Esta
fermo es persona instruida que está desgracia son pocos los predicadores riamente por medio de la Extrema- pena, como queda dicho, puede estar
convencida de que ningún precepto hay que se ocupan en explicar bien al unción para los que están muertos del todo perdonada por una indulgen-
que obligue á recibir la Extremaunción, pueblo las gracias y efectos saluda- espiritualmente por la culpa mortal cia plenaria , quedando aún muy v i -
y por otra parte no hay per accidens bles de este Sacramento. original, ó por la mortal actual: para gorosas las reliquias del pecado: por
alguna obligación por alguno de los limpiar de estos pecados ordenó el el contrario, pueden quedar muy debi-
motivos que se han enumerado , el Primeramente voy á copiar las pa- Bautismo y la Penitencia. litadas las reliquias, efecto de los pe-
enfermo tiene razón en creer que no le labras del T r i d e n t i n o , que nos enseña 4.0
T a m p o c o tiene por efecto per cados (debilitas ad bonum, et pronitas
es necesaria: si creyera que no le era la doctrina católica acerca de los efec- se et primario la remisión de los v e - ad malum) , y quedar , sin embargo,
útil y conveniente , era un error anti- tos de este Sacramento. Dice así en niales, porque para esto está también alguna pena temporal para el Purga-
católico; pero en creer que per se no le la ses. 1 4 , cap. 2 : «Hujus Sacra- instituido el sacramento de la P e n i - torio, como se lee de algún Santo,
es necesaria, ni es presunción sacrile- menti res est gratia Spiritus Sancti; tencia, que los perdona directamente; hoy canonizado , que estuvo algún
ga, ni siquiera presunción; si bien per cujusunctio delicta, si qua; sint adhuc y ellos solos, si hay dolor, son mate- poco tiempo en el Purgatorio. E s ver-
accidens, como se ha explicado, podrá expianda, ac peccati reliquias abster- ria esencial suficiente para la a b s o - dad, como dice Santo T o m á s , que la
haber escándalo, temeridad y presun- g i t . e t asgroti animam alleviat, et con- lución. Extremaunción, en cuanto q u í t a l a
ción ; pero algún caso habrá en que firmat, magnam in eo divina; miseri- debilidad espiritual (que es su efecto
5.0
E l efecto propio principal di-
no haya ninguna de estas tres cosas; cordias fiduciam excitando, qua infir- primario), «ex consequenti, in quantum
recto et per se de la Extremaunción
y así no conviene pronunciar proposi- mus sublevatus et morbi incommoda debilitatem tollit, reatum pcenas tem-
es sanar el alma de aquellos defectos
ciones tan universales. et labores levius fert, et tentationibus poralis diminuil: quia eamdem pos-
que la enferman espiritualmente, dis-
dasmonis calcáneo insidiantis facilius nam (satisfactoriam) levius portat fortis
minuyendo la perfección de su vigor
resistit, et sanitatem corporis inter- quam debilis,» y así es más satisfac-
espiritual para los actos de la gracia y
dum,ubi saluti animas expedierit, con- toria; pero añade el Angélico: « U n d e
de la gloria; de modo que aunque está
sequitur.» non oportet quod propter hoc minua-
en gracia de D i o s , tiene cierta debili-
 joo LIBRO VI. TRATADO VI. DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.
tur satisfactionis mensura» (art. i 2555. 8." Por último, no por vir-
ad 2 . ) . Así vemos que esos enfer-
U M
tud natural del óleo con que el enfer-
mos que reciben la Extremaunción, mo es ungido, sino por virtud divina,
si bien se les pone penitencia satis-
factoria levísima, pero se les señala la
la Extremaunción, recibida en tiempo
oportuno y con las debidas disposicio-
TRATADO SÉPTIMO
que deben cumplir si sanan. nes, causa la salud corporal al enfer-
25-54. Dice el S a n t o , al fin del mo, si le conviene para bien de su alma; Del sacramento del Orden.
citado art. i . ° : « D i c e n d u m quod prin- porque, como dice Santo T o m á s (ar-
cipalis effectus hujus Sacramenti est tículo 2 ) , la salud del cuerpo es un
remissio peccatorum quoad reliquias efecto secundario de la Extremaun-
A d R o m . , cap. 13, v. 1.) L a razón
peccati, et ex consequenti quoad culpam, ción, pues el principal es la salud es-
si eam inveniat;» y en la respuesta piritual del alma; y como el operante CAPÍTULO PRIMERO es, porque es propio de la sabiduría
ordenar todas sus obras; y como Dios
ad 2 .
u n l
da la razón: « Q u a m v i s enim que obra según la recta razón nunca
DEL ORDEN EN GENERAL todo lo hizo y dispuso por su infinita
culpa quoad macidam sine contritione produce el efecto secundario sino según
sabiduría, omnia ir. sapientia fecisti
non dimittatur, tamen hoc Sacramen- conduce á la consecución del efecto
2556. L o s cinco Sacramentos de (salm. 103, v . 24), de aquí es que el
tum per gratiam quam infundit, facit principal, de aquí es que «ex hoc Sa-
que hasta aquí he tratado convienen orden (del cual resulta la hermosura)
quod motus liberi arbitrii in peccatum cramento non semper sequitur corpo-
y aprovechan á cada uno de los fieles brilla admirablemente en .todas las
íesto es, la atrición) sit contritio, si- ralis sanatio , sed quando expedit ad
en particular; pero los dos que restan criaturas del universo. Así vemos que
cut etiam in Eucharistia et Confir- spiritualem sanationem: et tune semper
no fueron instituidos principalmente en la gloria los espíritus angélicos es-
matione potest accidere... (sicut dic- eam inducit, dummodo non sit impe-
por Jesucristo tan sólo para el bien pri- tán divididos en nueve coros, que for-
tum est in 4 Sent. , dist. 7 , q. 2, dimentum ex parte recipientis.» D e
vado del que los recibe, sino para el man tres jerarquías : los cuerpos ce-
art. 2, quasstiunc. 1 . ad 3 . ; et q. 3, modo que la Extremaunción , dice el
a u m

bien común de la Iglesia, á saber: el lestes influyen en los terrestres: en el

art. 2, quaestiunc. 2. ; et dist. 19, q. 1, Angélico (ad 3. ), «ex sua forma ha-
a
11111

Orden, para perpetuar la Iglesia dán- mismo cuerpo humano unos m i e m -

art. 3, quaestiunc. i . ; et 3 . p., q. 72, bet efficaciam, quantum ex de se, ad
a a

dole hijos espirituales, y el Matrimo- bros influyen en los otros y los d i -

art. 7 , et q. 7 9 , art. 3.» Añade que sanationem corporalem.» Pero a l g u -
nio para perpetuarla dándole hijos se- rigen.
por esto el Apóstol Santiago, al ha- I nos no reciben la s a l u d , porque re-
blar de la remisión de los pecados, ciben el Sacramento con malas d i s -
1 gún la carne, como dice D o m i n g o D é l a anterior doctrina infiere San-
para manifestar que sólo ex conse- posiciones, ó porque, aun siendo j ó - Soto (in 4 Sent., dist. 24, q. 1, art. 1). to T o m á s que teniendo la Iglesia ca-
quenti los perdona la Extremaunción, venes, llegaron al grado de la santi- Esto mismo había dicho Santo T o - tólica un estado medio entre el estado
habla condiciónalmente, diciendo: «Si dad que Dios les había prefijado: más, hablando del Orden: «Ordo d a - de la naturaleza y el de la gloria, qui-
in peccatis sit, dimittentur ei, scilicet, «Consummatus in brevi explevit tém- tur non in remedium unius personas, so Jesucristo que también hubiese or-
quoad culpam: non enim semper delet pora multa» (Sap., cap. 4, v . 13); o sed totius Ecclesias.» (In Supplem., den en ella (in Supplem., q. 34, art. 1):
peccatum, quia non semper invenit: sed porque Dios quiere que los jóvenes 3 - ' p-, q- 35- - 1 ad r.un»)
a r t « U t quidam aliis Sacramenta trade-
semper remittit quoad debilitatem pras- mueran bien dispuestos, para que no rent, suo modo D e o in hoc assimilati,
dictam, quam quídam reliquias peccati se extravíen si sanan: «Raptus est, ne quasi D e o cooperantes, sicut et in
ARTÍCULO PRIMERO
dicunt.it E n el cap. 73 del lib. 4 Con- malitia mutaret intellectum e j u s , aut corpore naturali quaedam membra
tra Gentes las llama también sequelas ne fictio deciperet animam illius." Noción, definición é institución aliis influunt;» y añade el Angélico
peccati. Véase, pues, allí, donde trata ( S a p . , cap. 4, v. 1 1 . ) del Orden. que de este modo se verifica lo que
angélicamente de la Extremaunción. dice San Dionisio, ó sea el autor de
H e referido los efectos de este Sa- L a palabra orden, tomada general- la Eclesiástica Jerarquía ( c a p . 5 ):
0
7. Con la sanidad espiritual que cramento según la doctrina de Santo mente, se define, según el Catecismo « H a n c legem naturalem imposuit
causa en el alma la Extremaunción, T o m á s . Confieso que, no sólo me pa- de San P í o V (p. 2. , De sacram. Ord.,
a ómnibus Deus, ut ultima per media
el enfermo se recrea y alegra en el rece cierta, sino que, en mi humilde núm. g ) : «Dispositio superiorum et reducerentur et perficerentur, et me-
espíritu y aun en el cuerpo, se alienta concepto, el A n g é l i c o fué el primer inferiorum rerum quas inter se aptas dia per prima.» Ahora se va á tratar
su esperanza, sufre con paciencia los autor que profundizó y explicó á radi- sunt ut una ad alteram referatur.» del orden eclesiástico, esto es, del
dolores, acepta resignado la muerte, ce con toda claridad, de un modo con- O bien: «Parium dispariumque rerum Orden en cuanto es Sacramento, y
desprende su corazón de los afectos veniente, esta materia tan oscura. del orden jerárquico de la Iglesia.
sua cuique loca tribuens dispositio,»
terrenos, y adquiere fuerzas para com- Otros autores la explican de otra ma- Hablaré brevemente dei orden jerár-
como dice el Padre San Agustín (De
batir contra los terribles ataques que nera: Unusquisque in sensu suo abundít. quico.
Civitate Dei, lib. 19, cap. 13). Este
en aquellos solemnes y decisivos mo-
orden resplandece en todas las obras 2557. P . ¿Cómo se define la j e -
mentos mueve el demonio contra los
de Dios, como dice el Apóstol: «Quas rarquía eclesiástica?
atribulados moribundos.
autem sunt, a D e o ordinatas sunt.» R. «Cert'us hominurr. status, in
702 LIBRO
quo varii sunt distincti ac subordina-
ti gradus, quibus Christus Dominus
spiritualem potestatem tribuit, ut E c -
clesiam suam regerent, et divina re-
ligionis mysteria in ea celebrarent ac
distribuerent.»
E s de fe que existe en la Iglesia
una jerarquía instituida por derecho
divino. H e aquí el canon d o g m á t i c o
del Tridentino ( i ) : « S i quis dixerit in
Ecclesia catholica non esse hierar-
chiam divina ordinatione institutam,
quae constat ex Episcopis, presbyte-
ris, et ministris, anathema sit.» E s t o
mismo dicta la razón natural; porque
si ninguna sociedad civil, ni a u n do-
méstica, puede subsistir sin alguna
autoridad que la dirija y gobierne,
mucho menos podría subsistir la Igle-
sia si no tuviese superiores autoriza-
dos por D i o s para dirigirla, enseñarla
y gobernarla; porque estando exten-
dida por todo el universo, sería una
sociedad anárquica si no tuviese su-
periores autorizados que la gober-
nasen.
E n esta jerarquía de derecho divino
hay facultad de orden y facultad de
jurisdicción. L a jerarquía de orden
se define: «Potestas peragendi ex offi-
cio ritus sacros.» L a de jurisdicción
es: «Potestas publica fideles regendi
in ordine ad cultum D e i et animarum
salutem.»
L o s grados de la jerarquía de or-
den son tantos cuantos son los órde-
nes en la Iglesia, y de los cuales se
hablará después. E n la jerarquía de
jurisdicción obtiene el primer grado
por derecho divino el R o m a n o P o n t í -
fice, en el cual reside la universal y
suprema jurisdicción en toda la I g l e -
sia católica sobre los fieles y sobre los
pastores. Después tienen jurisdicción
por derecho divino los Obispos, aun-
que subordinada al Papa.
A la jerarquía eclesiástica pertene-
(i) S e s i ó n 2 3 , c a p . 4, De sacram.
nis, c a n . 6.
VI. T R A T A D O VIL
cen también por derecho divino los
presbíteros y ministros, si bien el T r i -
dentino no expresó cuáles son estos
ministros; aunque hoy es sentencia
comunísima de los teólogos que ordi-
nariamente se comprenden los diáco-
nos. Santo T o m á s y otros gravísimos
teólogos, que afirman y defienden que
el subdiaconado y cada uno de los
cuatro órdenes menores son verdade-
ro Sacramento, defienden, por consi-
guiente, que cada uno de ellos perte-
nece á la jerarquía instituida por d e -
recho divino.
2558. P. ¿Qué es Orden como
Sacramento?
R. «Signaculum quoddam E c c l e -
siae, quo spiritualis potestas traditur.»
(In ordine ad Eucharistiam.) Santo
T o m á s , en el lugar citado (q. 34,
art. 2). Signaculum es el género de
esta definición, y quiere decir signwu
exterius, dice el Santo; y en esto con-
viene el Orden con los otros Sacra-
mentos. L a s palabras quo spiritualis
potestas traditur son la diferencia; por-
que aquí potestas, dice el A n g é l i c o ,
«proprie nominat potentiam activan:
cum aliqua praeeminentia.» E l efecto
principal y propio del Sacramento del
Orden es causar la gracia potestativa
active, cosa que no produce ninguno
de los otros Sacramentos; porque si
bien en el Bautismo se da una potes-
tad espiritual para recibir los otros
Sacramentos, pero su efecto principal
es la ablución interior del alma, y
además esa potestad es nava, recibir los
Sacramentos, no para darlos; y así es
potestad pasiva, como dice el Angélico
en el mismo lugar. E s , pues, exce-
lente la definición metafísica del O r -
den del docto y fiel discípulo de San-
to T o m á s , el P. Fr. Francisco Lárra-
ga: «Sacramentum Novas L e g i s ins-
titutum aChristo Domino causativum
gratia? potestativa: ad exercendum
ecclesiasticum ministerium.» T a m -
bién es buena la definición física que
Ordi- pone del Orden: « T r a d i t i o et acceptio
materia in qua talis ordo debet exer-
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 703
ceri, sub praescripta verborum forma se encuentran dos protestantes ins-
a ministro prolata.» truidos que tengan unas mismas
P. ¿Cuándo fué instituido el sa- creencias religiosas. S e apartaron del
cramento del Orden? magisterio infalible del R o m a n o P o n -
R. Jesucristo le instituyó en la no- tífice, y se sujetaron á la suprema
che de la Cena y ordenó de sacerdo- potestad civil, bien sea ésta hombre,
tes á los Apóstoles cuando les dijo: bien sea mujer; de modo que puede
« H o c facite in meam commemoratio- decirse con verdad que en Inglaterra,
nem.i) (Lucae, cap. 22, v. 19.) hace años, la reina Victoria es la pa-
pisa de los ingleses protestantes.
ARTÍCULO II ¡Justo castigo de D i o s ! «Commuta-
verunt veritatem D e i in mendacium.
Existencia del sacramento del Orden Evanuerunt in cogitationibus suis,
y número de los Ordenes. et tradidit Mos Deus in reprobum sen-
sum: dicentes se esse sapientes, stulti
2559. P. ¿Es de fe que el Orden facti sunt.» ( A d R o m . , cap. 1, v. 25.)
es verdadero Sacramento? 2560. P. ¿Es de fe que el sacra-
R. E l primero tal vez que negó la mento del Orden existe en la Iglesia
existencia del sacramento del Orden, católica?
fué L u t e r o . E n el libro De Captivit. R. H e aquí la definición d o g m á t i -
Babyl., hablando de este Sacramen- ca del Tridentino, en la ses. 23, ca-
to, con su acostumbrada petulan- non 3: «Si quis dixerit Ordinem sive
cia dice así: «Sacramentum hoc E c - sacram ordinationem non esse veré et
clesia Christi ignorat; inventumque proprie Sacramentum, a Christo D o -
est ab Ecclesia Papae.» E l fin diabó- mino institutum, vel esse figmentum
lico que se proponía este heresiarca quoddam humanum, excogitatum a
está consignado en las siguientes pa- viris rerum ecclesiasticarum imperi-
labras del mismo: « N i s i fallor, si ruat tis; aut esse tantum ritum quemdam
hoc Sacramentum et commentum ali- eligendi ministros verbi D e i et Sacra-
quando, vix subsistet ipse Papatus.» E n mentorum, anathema s i t . »
esto no se equivocaba aquel blasfe- Medítense con atención las pala-
mo; pues si, por un imposible, los bras del anterior canon del T r i d e n t i -
incrédulos lograran desterrar de la no, y se verá que en él se condenan
Iglesia el sacerdocio, no les fuera d i - expresamente muchos errores de los
protestantes. E n lo demás sobre este
fícil destruir el Papado y la misma
punto, me remito á los teólogos esco-
Iglesia: « T r a n s l a t o enim sacerdotio,
lásticos.
necesse est ut et legis translatio fiat.»
( A d Hebr., cap. 7, núm. 12.) L o s 2561. P. ¿Es lo mismo Orden
protestantes comunmente afirman que que ordenación?
todos los fieles, por el Bautismo, se R. Aunque algunas veces se toman
hacen sacerdotes, y que para ejercer promiscuamente, pero en rigor se dis-
el ministerio les basta la misión ó in- tinguen; porque la palabra ordenación
vestidura de la autoridad civil, significa la acción por la cual un
hombre es puesto ó colocado en algún
Estos desgraciados herejes, d e s -
orden, ó sea la bendición y consagra-
preciando la infalible proposición de
ción del mismo con las palabras y ce-
la Iglesia, se acogieron al libre exa-
remonias prescritas, así es que con-
men, ó sea al sentido privado de cada
uno; y como las apreciaciones de los siste en la acción transeúnte del mi-
hombres son tan diversas, de aquí nistro que ordena; pero el Orden es
provino que se dividieron y subdivi- una cosa fija y permanente, ó sea el
grado en que es colocado el ordenado
dieron en tantas sectas, que apenas
 7 o 4 LIBRO VI. 1R A T A D O
por el acto de la ordenación. Se v e ,
pues, que la ordenación es la causa,
el Orden es el efecto: aquélla es Sa-
cramento, éste no: aquélla es una
cosa sensible, que consiste en la apli-
cación de la materia, la forma y de-
más acciones exteriores; el Orden es
insensible, y consiste en la potestad
espiritual que recibe el ordenado.
2562. P . ¿Cuántos son los órde-
nes?
R. V o y á transcribir el cap. 2 de la
ses. 23 del T r i d e n t i n o ; porque ade-
más de expresar el número de los ór-
denes, da mucha luz para la acertada
resolución de algunas cuestiones que
se tratarán más adelante. D i c e asi:
«Cum autem divina res sit tam sancti
sacerdotii ministerium, consentaneum
fuit, quo dignius et majori cum vene-
ratione exerceri posset, ut in E c c l e -
sias ordinatissima dispositione plures
et diversi essent ministrorum ordines,
qui sacerdolio ex officio deservirent; ita
distributi, ut, qui j a m clericali tonsu-
ra insigniti essent, per minores ad
majores ascenderent. N a m non solum
de sacerdotibus, sed et de diaconis
sacras litteras apertam mentionem fa-
ciunt; et quas máxime in illorum or-
dinatione attendenda sunt, gravissi-
mis verbis docent, et «ab ipso Eccle-
«sias initio sequentium Ordinum no-
i>mina, atque uniuscujusque eorum
»propria ministeria,» subdiaconi, sci-
licet, acolythi, exorcistas, lectoris, et
ostiarii, in usu fuisse cognoscuntur,
quamvis non pari gradu. N a m sub-
diaconatus ad majores ordines a P a -
tribus et Sacris Conciliis refertur, in
quibus et de aliis inferioribus frequen-
tissime legimus.»
2563. P. ¿ E s Sacramento cada
uno de estos siete órdenes?
R. Es de fe que el sacerdocio es
verdadero Sacramento, y consta de la
anterior definición dogmática del T r i -
dentino: pues siendo el sacerdocio el
primero y más eminente entre todos
los órdenes, al cual se dirigen todos
los demás, puesto que son grados y
VIL
escala para ascender á él, es claro,
según la sentencia de todos los teólo-
gos, que la definición del Tridentino
recayó sobre el sacerdocio.
Aunque antes del Tridentino algu-
nos pocos teólogos negaron que el
diaconado fuese Sacramento, no ten-
go noticia de que después de este
Concilio teólogo alguno de gran fama
pusiese en duda que era Sacramento.
Algunos afirman que esto es de fe.
fundados en el can. 6 de la ses. 2 3 ,
donde el Tridentino dice así: « S i quis
dixerit in Ecclesia catholica non esse
hierarchiam divina ordinatione insti-
tutam, quas constat ex Episcopis,
presbyteris, et ministris, anathema
sit:» no obstante, otros gravísimos
teólogos afirman que no es de fe (por
lo menos quoad nos) que el diaconado
sea Sacramento, si bien convienen en
que es ciertísimo. Silvio y otros doc-
tísimos autores afirman que no se
puede negar sin temeridad.
E n cuanto al subdiaconado y á los
cuatro órdenes menores, los teólogos
están divididos: algunos dicen que el
subdiaconado es Sacramento, pero no
los cuatro órdenes menores: otros, que
ni el subdiaconado ni los cuatro órde-
nes menores son Sacramento: otros,
por último, dicen que tanto el subdia-
conado como los cuatro órdenes m e -
nores son Sacramento. E s t o y persua-
dido de que mientras la Silla Apostó-
lica no defina la cuestión, cada uno
abundará en su sentido: diré, no obs-
tante, mi humilde parecer, en vindi-
cación de la doctrina de Santo T o -
más, que afirma y defiende que el
subdiaconado y cada uno de los órde-
nes menores es verdadero Sacra-
mento.
2564. E l P . Juan Morin impug-
nó calurosamente la opinión de Santo
T o m á s con tanta abundancia de do-
cumentos de la antigüedad, que al
P. Perrone le parecieron decisivos {De
Ordine, cap. 2, números 81 et 82, de
multiplici Ordinum numero et digni-
tate). Este erudito jesuíta compendia
DEL SACRAMENTO
las clases de argumentos en que se
funda Morin para negar la razón de
Sacramento al subdiaconado y á los
cuatro órdenes menores, y las reduce
á las cuatro siguientes, á saber: i .
« E x illorum veterum testimoniis, qui
expresse affirmant, crescente fidelium
multitudine, ab Ecclesia pro oppor-
tunitate prasfatos ordines institutos
e s s e . — 2 . E x istorum ordinum, modo
a Billuart, Cóncina, Cuniliati, Ferrer,
unius, modo alterius, aut etiam plu-
rium cessatione, additione, imminu-
tione, abrogatione et instauratione,
quaa certe in rem divinitus institutam
cadere non p o s s u n t . — 3 . E x monu-
a
mentis et testimoniis, quas probant
istorum ordinum respectivam subor-
dinationem in altiorum ordinum p r o -
motione saspe non fuisse servatam,
ita ut lectores, ex g r . , creati fuerint
quin prius fuerint ostiarii; acolythi
quin unquam fuerint ostiarii; lectores,
exorcistas; diaconi quin prius fuerint
subdiaconi; quas rursum pro arbitrio
non fecisset Ecclesia, nisi censuisset
ad divinam institutionem hos ordines
minime p e r t i n e r e . — 4 . Demum, ex fine
a
quem juxta Romanorum Pontificum
et Conciliorum testimonia sibi potis-
simum prasstituit Ecclesia in his o r -
dinibusinstituendis et conferendis,ne,
scilicet, neophyti sacrorum rudes et
tyrones statim presbyterio inaugura-
rentur antequam fidei dogmata et Sa-
cramentorum casremonias didicissent.
Jam vero, si deest his ordinibus divi-
na institutio, evidens est ipsis nulla
ratione dignitatem sacramentalem et
collationem gratise ex opere operato
posse competeré.»
E l P. Perrone, después de referir
estas cuatro clases de argumentos,
quedó tan convencido de la opinión
de M o r i n , que dice así: «Quatuor
porro argumenta, seu potius argu-
mentorum classes, quas affert M o r i -
nus, nos inclinant, imo et trahunt in
sententiam n e g a n t e m . »
2565. Confieso que las cuatro
clases de argumentos que aduce M o -
rin, lejos de convencerme, m e parecen
T O M O TI.
DEL ORDEN. 7°5
muy inferiores á las que aducen S a n -
to Tomás y el coro de doctores escla-
recidos que siguen su opinión, á sa-
ber: San Buenaventura, Ricardo, P e -
a
dro de Palude, Capreolo, Victoria,
Pedro Soto, Domingo Soto, Belarmi-
no, Valencia, Melchor Cano, S i l v i o ,
Bonacina, los Salmaticenses, el doc-
tísimo teólogo y crítico Rúbeis, Gotti,
Puig, Xarrié, y otros muchos que
omito por brevedad, y afirman que el
subdiaconado y cada uno de los cua-
tro órdenes menores son verdadero
Sacramento. Muchos de estos autores
habían visto todos los argumentos de
Morin, y sin embargo no les habían
hecho la fuerza que al P. Perrone: es
más; los autores que le habían prece-
dido previnieron sus argumentos y
los disolvieron victoriosamente: los
autores que escribieron después de
Morin, los refutaron de un modo con-
vincente. E l que desee enterarse á
fondo de esta cuestión, vea á Pedro
Soto, De Instit. Saceydot., lect. 4 ; á
D o m i n g o Soto (in 4 Sent., dist. 2 4 ,
q. i . , art. 4 , concl. 6 et 7 ) ; al doc-
a
tísimo Gabriel Valencia ( t o m o 4 ,
disp. 9 . , q. i . , punct. 4, De sacram.
a
a
Ord.); á Silvio (en el Suplemento de
la 3 . p. de Santo T o m á s , q. 37, art. 2,
a
qxunr. 1, concl. 3 y 4 ) ; á Billuart (De
sacram. Ord., diss. 1 . , art. 3 , § 2 ) , y
a
se convencerá de que toda esa multi-
tud de Rituales, textos y autoridades
antiguas que con tantos desvelos r e -
unió Morin, están contestados sufi-
cientísimamente por los anteriores
esclarecidos doctores.
Gabriel Valencia (en el lugar cita-
do) afirma que la doctrina de Santo
T o m á s , que defiende que cada uno de
los siete órdenes es Sacramento, es
más probable y más común; que es
la que se debe seguir, especialmente
por el poco valor de las razones en que
se fundan los que impugnan al An-
gélico: « M á x i m e , cum aliorum argu-
menta facile solvi possint, ut videbi-
mus,» etc.; y trae también una auto-
45
 yo6 LIBRO VI. TRATADO
ridad de San Agustín, que afirma
( c o m o después lo hizo Santo T o m á s )
que todo Orden que no se puede r e i -
terar, es Sacramento.
E l Eminentísimo Cardenal Belar-
mino, hablando de los cuatro órdenes
menores, dice así (tomo 3 , lib. único
De sacram. Ord., cap. 8): «Absolute
tamen probabilior sententia est, quse
ordines omnes Sacramenta essedocet,
quam ea quas id negat. P r i m o , quia
id asserunt omites veteres scholastici,
Durando excepto. E t ex recentioribus
gravissimi quique, ut Franciscus Vic-
toria in Sitmma de Sacramentis, Petrus
a Soto, lect. 4 De sacram. Ord., et
alii. T e r t i o , id videtur sensisse Con-
cilium Florentinum. U b i enim dixit,
sacramentum Ordinis esse sextum
Sacramentum, et materiam hujus Sa-
cramenti esse id quod porrigitur in
ordinatione, continuo ponit exempla
de ordine sacerdotis, diaconi, et sub-
diaconi, et addit, idem de alus ordi-
nibus intelligendum. Ñeque dissentit
Concilium Tridentinum; nam sess. 23,
cap. 2, septem ordines numerat; et
postea, cap. 3, absolute ordinem Sa-
VIL
DEL SACRAMEN m DEL ORDEN. 707
t i a ; » y cita en su favor, además de
«proprie Sacramentum a Christo D o - á saber, que «crescente fidelium mul-
San Buenaventura, á Santo T o m á s ,
» m i n o institutum.» E r g o tum sub- titudine, ab Ecclesia pro opportuni-
E s c o t o y R i c a r d o , al Concilio I V Car-
diaconatus, tum minores ordines vi- tate prsefatos ordines institutos esse,»
taginense y al Concilio de T r e n t o ; da
dentur juxta Tridentini mentem esse esta proposición, tal cual se expresa,
solución á diez argumentos de los
veré ac proprie Sacramenta.» (De sa- es enteramente falsa, porque la I g l e -
contrarios, resolviendo las principales
cram. Ord., núm. 704.) sia no instituyó esos órdenes, sino
dificultades que opone Juan Morin.
N o cito más autores, por no alar- que, como dice Santo T o m á s , en la
Billuart, en el lugar citado, dice
garme demasiado; pero con los nom- primitiva Iglesia, por la escasez de
que es más común y más probable la
brados hasta aquí se verá que estuvo ministros, se encargaba á los diáco-
sentencia que afirma que el subdia-
inexacto el P. Perrone cuando dijo nos los ministerios inferiores, y todas
conado y cada uno de los cuatro ór-
que, si bien graves teólogos afirmaban las potestades de los órdenes inferio-
denes menores son Sacramento. L o s
que el subdiaconado y cada uno de res (distintas realmente entre sí) es-
doctísimos teólogos P u i g y X á r r i é ,
los cuatro órdenes menores eran Sa- taban implícitamente contenidas en
que hace diecinueve años publicaron
cramento, «sed alii asque docti et ma- el diaconado; pero, ampliado después
su obra teológica en Barcelona, dicen
jores etiam numero negant.» ( E n el el culto divino y aumentado el núme-
así: «Subdiaconatum autem ac reli-
lugar citado.) Hubiera sido de desear ro de los ministros, la Iglesia no insti-
quos quatuor ordines quos recensui-
que Perrone hubiese expresado los tuyó el subdiaconado y los órdenes
mus, et qui communiter minores di-
nombres de los que niegan que el menores (pues ya estaba cada uno de
cuntur, esse Sacramenta, quamvis
-subdiaconado y cada uno de los cua- ellos instituido por Cristo como S a -
non adeo certum sit, prout de diaco-
tro órdenes menores son Sacramento, cramento), sino que «quod implicite
natu, est tamen communior et proba-
para que, comparándolos con los que Ecclesia habebat in uno Ordine, ex-
bilior sententia. Siquidem Concilium
lo afirman, se viera si la sabiduría y plicite tradidit in diversis; et secun-
Florentinum in decreto unionis defi-
el peso de autoridad de aquéllos era dum hoc dicit Magister in littera (in
nit Ordinem in genere esse Sacramen-
igual á la de éstos. Léanse con de- 4 Sent., dist. 24, p. 1 , in fine) quod
tum, inquiens: Sextum sacramentum
tención las palabras citadas de Belar- Ecclesia alios ordines sibi instituit.»
est Ordinis. Sub ordine autem tam-
mino, y se verá que los doctores an- (Santo T o m á s , in 4 Sent., dist. 24,
quam sub genere ponit presbytera-
tiguos, comenzando por Santo T o - q. 2. , art. 1 ad 2 . )
a um

tum, diaconatum, subdiaconatum, et

cramentum esse dicit. Quarto, mino- más, todos, excepto Durando, defen-
reliquos, quos recensuimus. E r g o hi L a anterior exposición que hace
res ordines non possunt iterari,- igitur dieron la doctrina del Doctor A n g é l i -
omnes ordines sunt Sacramenta; spe- Santo T o m á s de las palabras del
imprimunt characterem; igitur Sa- c o ; y continuando después desde el
cies enim participat rationem ge- Maestro de las Sentencias, aunque á
cramenta sunt. principio del siglo X V I desde el maes-
neris.» algunos les parece violenta, es en un
tro Victoria, los tres célebres d o c t o -
todo conforme á las palabras de Pedro
« U n a est objectio in contrarium; Después añaden: « T r i d e n t i n u m pa- res del T r i d e n t i n o , Pedro Soto, D o -
L o m b a r d o en el principio de la citada
quia si quot ordines sunt, tot Sacra- riter, sess. 23, cap. 2, dicit esse sep- mingo Soto y Melchor Cano, los doc-
menta esse ponamus, j a m Sacramen- t e m ordines, singulos nominando; et dist. 24; pues dice que los siete órde
tísimos jesuítas Belarmino y V a l e n -
ta non erunt septem, sed quatuor- cap. 3 declarat, per sacram ordinatio- nes que después nombraron los Con-
cia, con los demás doctores citados,
decim. cilios Florentino y Tridentino (y allí
nem gratiam conferri, et ordinem hasta Puig y Xarrié, aparecerá hasta
expresa también el Maestro de las
«Respondeo, omnes ordines licet esse veré Sacramentum. Haec autem la evidencia que el P. Perrone se equi-
Sentencias), «septem sunt spiritua-
sint per se singuli Sacramenta, tamen intelligi debent de quacumque ordi- vocó comparando la sabiduría y la
lium ofliciorum gradus, sive ordines,
unum Sacramentum censeri , quia natione, et de quocumque ordine, autoridad de los que defienden la opi-
sicut ex Sanctorum Patrum dictis
unum sunt; quia ad unum ftnem omnes cum propositio indefinita in materia nión de Morin con los que defienden
aperte traditur, et capitis nostri, sci-
referuntur.)) Hasta aquí Belarmino. dogmática ¿equivaleat universali. í t e m la del Doctor A n g é l i c o . Se ve, pues,
licet, Jesu Christi, exemplo monstra-
E l doctísimo Silvio (en el lugar ci- Concilium Tridentinum , ibidem , que la doctrina que defiende Santo
tur, «qui omnium officia in semetips<>
tado, concl. 3) afirma y prueba que can. 2, definit: « P n e t e r sacerdotium T o m á s es notabilísimamente más pro-
«exhibuit, et corpori suo, quod esc
es probabilísimo que el subdiaconado «esse in Ecclesia catholica alios or- bable extrínsecamente que la que de-
«Ecclesia, eosdem ordines observan-
es Sacramento; y , entre otras razo- »dines, et majores et minores, per fiende Juan Morin. Examinemos las
«dos reliquit. Septem autem sunt pro-
nes, aduce, como Belarmino, la auto- «quos veluti per gradus quosdam in razones en que se apoya este autor,
«pter septiformem gratiam Sancti
ridad del Concilio de T r e n t o . E n «sacerdotium tendatur;» et can. 3 y veremos también que es más pro-
«Spiritus, cujus qui non sunt partici
cuanto á los órdenes menores, dice immediate sequenti definit pariter, bable intrínsecamente la opinión del
«pes, ad gradus ecclesiasticos indign -
así: «Minores ordines esse Sacramen- sine ulla limitatione, « O r d i n e m sive Angélico.
«accedunt.» E n estas palabras con-
ta communior et probabilior est senten- «sacram ordinationem esse veré ac fiesa expresamente el Maestro de las
2566. E n cuanto á la primera,
 708 LIBRO VI. TRATADO VII. DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 709

Sentencias que los siete órdenes (quo- Ecclesia initio sequentium ordinum institutionem hos ordines minime dist. 52) determinatum est, quod ad
rum gradus et nomina sunt: ostia- nomina, atque uniuscujusque eorum pertinere,» se responde que estas pala- majores ordines se non ingerat qui
rius, lector, exorcista, acolythus, sub- propria ministeria, subdiaconi, scili- bras del argumento de Morin las pro- prius minoribus officiis se non humi-
diaconus, diaconus , sacerdos) son cet, acolythi , exorcist;e, lectoris et nunció Santo T o m á s en el siglo X I I I , liavit; et inde est, quod qui ordinantur
verdaderos Sacramentos instituidos ostiarii, in usu fuisse cognoscuntur, sin que de ellas sacase la consecuen- per saltum secundum cañones ( i n
por Jesucristo, y que causan la gracia quamvis non pari gradu. N a m subdia- cia que deduce el P. Perrone. L á s t i m a Decret. in argum.Serf contra, c i t . ) , non
á los que los reciben; por último, que conatus ad majores ordines a Patribus es, por cierto, que Morin, tan d i l i - reordinantur, sed id quod omissum
indignamente se acercarían á los gra- et Sacris Conciliis refertur, in quibus gente investigador de la antigüedad, fuerat de prascedentibus ordinibus,
dos eclesiásticos los que antes no los et de aliis inferioribus frequentissime no hubiese leído con atención las cues- eis confertur.» Se ve, pues, que Santo
hubiesen recibido. legimus.i) Esta doctrina del Triden- tiones sobre el sacramento del Orden T o m á s previno en el siglo X I I I el
Se infiere claramente que Santo tino, al que concurrieron las mayores en el Suplemento de la 3 . p. de la
a
argumento de Morin, Goario y otros
T o m á s interpretó genuinamente las eminencias literarias del orbe católico, Suma del A n g é l i c o , porque en ellas críticos; pero, nótese bien, Santo T o -
palabras de Pedro L o m b a r d o . N o destruye de raíz las aserciones de Mo- hubiera encontrado, no sólo los prin- más no dice que todos se ordenasen
quiso decir este autor que Ja Iglesia rin, Goario y demás críticos que si- cipales argumentos que puso contra per saltum en los tiempos antiguos,
instituyó el subdiaconado y los cuatro guen la opinión de Perrone. la doctrina del A n g é l i c o , sino también sino que dice: « E t i a m in primitiva
órdenes menores, como equivocada- la solución satisfactoria á todas las Ecclesia aliqui ordinabantur in pres-
E n cuanto á los griegos, en los pri-
mente pretenden algunos autores, meros siglos de la Iglesia es más pro- dificultades. Contrayéndome al pre- byteros, qui prius inferiores ordines
sino que, por la escasez de ministros, bable que conferían siete órdenes, sente argumento de Morin y á la con- non susceperant.» Por último, Santo
el diácono desempeñaba sus oficios. como puede verse en Scheltrato (ad secuencia que de él deduce el P. P e - T o m á s demuestra que, si bien los que
S i se entendiese de otra manera, el Conc. Antioch., diss. 4.", cap. 1 7 ) ; en rrone, veamos la respuesta de Santo se ordenan de sacerdotes sin haber re-
Maestro de las Sentencias hubiera Hallier (De sacr. elect. et ordin., p. 2, Tomás. cibido los órdenes inferiores pueden
incurrido en un error heretical y en ejercer los oficios de éstos, pero que
sect. 1, cap. 1, art, 1, § 4, núm. 27): Pregunta el A n g é l i c o Maestro:
una contradicción, diciendo por una esto no prueba que el subdiaconado y
en San I g n a c i o , mártir, en su Carta á « U t r u m character unius ordinis de
parte que los siete órdenes causaban cada uno de los cuatro órdenes meno-
los antioquenos; en el Sínodo L a o d i - necesitate praesupponat characterem
la gracia, y que habían sido instituí- res no sean Sacramento, sino que
cense y en otros, según puede verse aiterius ordinis?» Y el Santo Doctor
dos por Jesucristo, y eran verdadera- «inferior potestas comprehenditur in
en Billuart (De sacrament. Ordinis, da la siguiente respuesta: «Sed con-
mente sacramento del Orden, y afir- superiori virtute, como dice el A n g é -
diss. 1, art. 2.) E s cierto que muchos tra: si omittatur aliquid in Sacramen-
mando por otra que el subdiaconado lico.»
griegos no cuentan sino cuatro órde- to quod sit de necessitate Sacramenti,
y los cuatro órdenes menores habían oportet quod Sacramentum iteretur:
nes, los tres mayores y el lectorado; 2569. E n cuanto á la cuarta s e -
sido instituidos por la Iglesia. L a sed si aliquis accipiat sequentem ordi-
pero no es porque no los confieran, rie de argumentos de M o r i n , según
Iglesia no puede instituir Sacramen- nem, prastermisso primo, non reordi-
sino que los administran con distintas los extracta el P. Perrone, á saber:
tos, como lo definió el T r i d e n t i n o en natur; sed confertur ipsi quod deerat,
ordenaciones: el acolitado y el ostiaria- « E x fine quem juxta Romanorum
la ses. 7 De Sacramentis in genere, secundum statuta canonum (De cleric.
do le administran con el subdiacona- Pontificum et Conciliorum testimonia
can. i . per saltum prom., üecr., lib. 5, tít. 29,
do, y muchos de los orientales confie- sibi potissimum prasstituit Ecclesia
2567. E n cuanto á la segunda ren el exorcistado con el lectorado ó cap. Tuce litterce); ergo prascedens in his ordinibus instituendis et confe-
clase de argumentos de Morin que con el diaconado. L a solución á los ordo non est de necessitate sequentis. rendis, ne, scilicet, neophyti sacrorum
compendia el P. Perrone, se funda en diversos textos que cita Morin puede «Respondeo dicendum, quod non rudes et tyrones statim presbyterio
una falsa suposición: nunca la Iglesia verse en Pedro Soto, D o m i n g o Soto, est de necessitate superiorum ordi- inaugurarentur antequam fidei d o g -
romana instituyó, aumentó, ni dismi- Valencia, Billuart, en los lugares cita- num quod aliquis minores ordines mata et Sacramentorum casremonias
nuyó ninguno de los siete órdenes, dos, y muy especialmente en S i l v i o , prius habeat, quia potestates sunt didicissent,» etc. E s t e argumento vale
c o m o sabiamente advierte B e n e d i c - en el comentario de la q. 37 del Su- •distinctae, et una, quantum est de sui muy poco; porque si bien el recibir en
to X I V , rectificando la falsa aserción plemento de la 3 . p. de Santo T o -
a ratione, non requirit aliam in eodem distintos tiempos los órdenes menores
de Morin (De Synodo Dicecesana, lib. 8, más, art. 1, quceritur 1, concl. 4. subjecto: «et ideo etiam in primitiva y el subdiaconado da lugar para que
cap. g, al fin del núm. 8). P o r otra «Ecclesia aliqui ordinabantur in pres- los ordenandos se instruyan m e j o r e n
2568. E n cuanto á la tercera se-
parte, Morin en esas aserciones gene- «byteros, qui prius inferiores ordines la religión y ejerciten los órdenes reci-
rie de argumentos de Morin, á saber,
rales contradice abiertamente al Con- «non susceperant;» et tamen poterant bidos, pero éste no fué el fin principal
que se daban per saltum muchas veces,
cilio de T r e n t o , que en la ses. 23, omnia quae inferiores ordines possunt, de la institución, sino, como dice San-
ordenando de diáconos á los que no
cap. 2, después de afirmar que la Sa- quia inferior potestas comprehmditur in to T o m á s , porque la Iglesia ha que-
habían sido subdiáconos, y así en los
grada Escritura hace expresa mención superiori virtute, sicut sensus in intel- rido «quod ad majores ordines se non
demás; á lo que añade el P. Perrone
del sacerdocio y del diaconado, añade lectu, et ducatus in regno: sed postea ingerat qui prius minoribus officiis
«quse rursum pro arbitrio non fecisset se non humiliavit.it Esto mismo ha-
las siguientes palabras: «Et ab ipso per constitutionem Ecclesias (in D e c r .
Ecclesia, nisi censuisset ad divinam
 7io LIBRO VI. TRATADO VIL
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 711
bía dicho San Gregorio Magno (in recibiese no estando en gracia; pero
en la Penitencia se confiere esa exce- esta naturaleza sucede muchas veces
epist. n o E t h e r i o , Lugdunensi E p i s - Gregorio Valencia responde del modc
lencia de potestad ni esa plenitud del que un escritor que tiene fama de
copo, can. 2): «Ordinate ergo ad ordi- siguiente: « A d quartum argumentum,
Espíritu Santo, por esto no hay i m - erudito se aparta del común sentir de
nes accedendum est. N a m casum quod est Navarri, respondeo primo:
posición de las manos en la adminis- los doctores más esclarecidos, y des-
appetit , qui ad summa loci fasti- Qtuzdam esse vera, licet sint dura. Dein-
tración del Bautismo y de la Peniten- pués se hace como moda el seguirle
gia, postpositis gradibus, per abrupta de dico, non omnino durum id esse;
cia, ni en el de la Extremaunción y á ciegas , sin examinar profunda-
quserit ascensum.» nam ut vitet aliquis in susceptione
del Matrimonio. Esta misma razón mente la cuestión. Eruditísimos y
A d e m á s , otra de las causas por que illorum ordinum peculiare peccatum
subsiste respecto del subdiaconado y muy doctos fueron M o r i n , G o a r i o ,
fueron instituidos estos órdenes antes moríale, satis est conari bona fide ad
de los cuatro órdenes menores, por- Perrone, etc.; pero en las materias de
de ascender al presbiterado, es la que habendam contritionem; quod non est derecho divino, como es la presente,
que su potestad no es inmediata ni
pone el T r i d e n t i n o (ses. 23, cap. 2), admodum difficile.» (Disp. 9, quas- vale más para mí la autoridad de San-
próxima acerca de la confección de la
á saber: « C u m divina res sit tam síiuncula i . tt
De sacram. Ord. quoad to T o m á s , de San Buenaventura, R i -
Eucaristía.
sancti sacerdotii ministerium, consen- ejus subsí., parí. 4.) cardo, Palude, Victoria, Pedro Soto,
San L i g o r i o añade en el mismo lu-
taneum fuit, quo dignius et majori San L i g o r i o , en el lib. 6, núm. 736, D o m i n g o S o t o , Belarmino, S i l v i o , los
gar que el no poderse reiterar el sub-
cum veneratione exerceri posset, ut in dice que es probable la opinión de Salmaticenses, etc., que la de todos
diaconado ni los cuatro órdenes me-
Ecclesiae ordinatissima dispositione Sanio T o m á s , que afirma que el sub- los críticos modernos.
nores, no prueba que cada uno de
plures et diversi essent ministrorum diaconado y cada uno de los cuatro
ellos sea Sacramento, y el Santo da
ordines qui sacerdotio ex officio deser- órdenes menores son verdadero Sacra-
la siguiente razón: « N e c obstat dice- ARTÍCULO III
virent;» que es lo mismo que había m e n l o , pero que se inclina más á que
re, quod nullus ex septem ordinibus
definido el Tridentino en la ses. 23, no lo son; y se funda principalmenle
iterari possit: ergo in singulis i m p r i - División de los Ordenes.
can. 2, donde dice que los órdenes en que no hay imposición de las ma-
mitur character; quod imprimí non
mayores y menores son como grados nos en la colación de esíos órdenes.
potest nisi per Sacramentum. N a m 2571. L o s Ordenes se dividen en
ó gradas para subir al sacerdocio. A esía dificulíad del Santo Doctor ya
respondetur, nec consecrationes ec- mayores y menores. L o s mayores son
Advierte también el Tridentino que el había dado solución Santo T o m á s en
clesiarum iterantur, ñeque ideo cha- subdiaconado, diaconado y presbite-
que quiera ascender á órdenes m a y o - el lib. 4 de las Sentencias, dist. 24,
racterem imprimunt, nec sunt Sacra- rado. L o s menores son ostiariado,
res se ha de examinar cómo se con- q. 2, art. 3, donde dice que en el sa-
menta.» Pero á esta réplica ya había lectorado, exorcistado y acolitado.
dujo en el ejercicio de los menores cerdocio y en el diaconado el Obispo
prevenido la respuesta Santo T o m á s , P. ¿En qué se distinguen los Or-
(ses. 23, cap. 14). Por último, en el hace la imposición de las manos á los
en la q. 34 del Suplemento de la 3- p., a
denes mayores de los menores?
cap. 17 del lugar citado afirma que ordenandos; porque, «per manus i m -
art. 3 ad 3 . , donde dice así: « A d
u m
R. i . ° E n sus materias, formas y
las funciones de los órdenes «a diaco- posilionem datur pleniíudo graíias,
tertium dicendum, quod non omnis efectos. 2. E n que los mayores tie-
0

natu ad ostiariatum, ab Apostolorum per quam ad magna officia siní idonei:

benedictio quae hominibus adhibetur,
temporibus in Ecclesia laudabiliter el iía solis diaconibus el sacerdotibus
vel consecratio, est Sacramentum;
receptas,» etc.; donde se ve que desde fit manus impositio;» pero que en el
quia et monachi, et abbates benedi-
los tiempos apostólicos existieron en subdiaconado y en los cuatro órdenes
cuntur, tamen illas benedictiones non
nen anejo voto perpetuo solemne de
castidad y son impedimento dirimen-
te del matrimonio, pero los menores
no. 3 . L o s Ordenes mayores se lla-
0

la Iglesia el subdiaconado y los cua- menores tan sólo se bendice á los or-
sunt Sacramenta; et similiter nec r e - man sagrados, y los menores no. E s
tro órdenes menores, digan lo que denandos, porque no se les destina
galis inunctio; quia per hujusmodi verdad que, en cierto sentido, a u n los
quieran Morin y los demás críticos para tan altos oficios, ni, por consi- menores se pueden llamar sagrados.
benedictiones non ordinantur aliqui
modernos. Convenientísima fué, por guiente, se les comunica tan abun- H e aquí las palabras de Santo T o m á s :
ad dispensationem divinorum Sacra-
cierto, la institución divina de los seis dante gracia. Esto mismo dijo Santo « O r d o sacer dicitur dupliciter: uno
mentorum, sicut per benedictiones
órdenes que preceden al sacerdocio, T o m á s en los últimos años de su vida modo secundum se, et sic quilibet
ordinis. E t ideo non est simile.» L o
para que se prueben la conducta, la (3." p., q. 84, art. 4), donde afirma ordo est sacer, cum sit Sacramentum
que dice Santo T o m á s de la bendición
vocación y la continencia de los que que tan sólo en la administración de quoddam; alio modo ratione materias
de los abades y consagración de los
aspiran á tan alto ministerio. los sacramentos de la Confirmación circa quam habet aliquem actum, et
templos, apliqúese del mismo modo
2570. Se preguntará: si el sub- y del Orden (del diaconado y sacer- sic ordo sacer dicitur qui habet ali-
á la consagración de las vírgenes, de
diaconado y cada uno de los cuatro docio) se hace la imposición de las quem actum circa rem aliquam con-
los vasos sagrados, etc. Pero basta ya
órdenes menores fuesen verdadero manos: en la Confirmación, porque secratam: et sic sunt tres ordines sa-
lo dicho sobre esta cuestión. Alguno
Sacramento, ¿pecaría gravemente el se da la plenitud del Espíritu Santo; cri, scilicet, sacerdotium et diacona-
extrañará que me haya extendido
que recibiese alguno de ellos en peca- y en el Orden (del diaconado y sacer- tus, qui habent actum circa corpus
tanto sobre una materia que será
do mortal? d o c i o ) , porque se confiere «qusedam Christi et sanguinem consecratum, et
cuestionable mientras no hable la Si-
R. Navarro dice que sería cosa excellentia potestatis in divinis mys- subdiaconatus, qui habet actum circa
lla Apostólica: diré francamente el fin
dura imponer culpa grave al que los teriis;» y como ni en el Bautismo ni vasa consecrata; et ideo eis etiam con-
que me propuse. E n las cuestiones de
 712 LIBRO VI. TRATADO VII. DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 713
tinentia indicitur, ut mundi sint qui 5.
0
E l lector recibe potestad para 2573. P. ¿No es también Orden 2. Porque las cosas que hacen
0

sancta tractant.» (In Supplem., 3. - p., a

q. 37, art. 3 .) 4 . Se distinguen en
0
que los mayores llevan consigo la
obligación de rezar las horas canóni-
cas; pero los ordenados de menores
no están obligados al Oficio divino, á
no ser que por otro motivo tengan
este deber, como los beneficiados y
los religiosos profesos solemnemente.
5 . E n que los menores se pueden re-
0
cibir todos en un día y los mayores
no, á no intervenir dispensa.
2572. P. ¿Por qué son siete los
Ordenes?
R. E l Angélico Maestro, en el Su-
plemento de la 3 . p., q. 37, art. 2,
a
explicó con su acostumbrada claridad
y precisión la razón por qué los Or-
denes son siete; cuya doctrina, no sólo
instruir ex officio á los catecúmenos
que, si bien tienen voluntad de creer
la doctrina católica, no están aún ins-
truidos convenientemente en ella para
recibir la Eucaristía.
6.° H a y fieles que tienen fe y es-
tán suficientemente instruidos, pero
tienen impedimento para comulgar
por los ataques violentos con que los
turban y atormentan los demonios; y
para conjurar á estos energúmenos
recibe potestad de orden el exorcista.
7.
0
«Quídam sunt omnino infi-
deles (dice Santo T o m á s ) , credere
nolentes ; et hi totaliter etiam a vi-
sione divinorum et a ccetu fidelium
arcendi sunt; et hoc pertinet ad os-
tiarios. »
E n los primitivos tiempos de 1;>
la primera tonsura?
B. E l Sr. Sánchez, en su Teología
Moral (trat. V I I I , punto 2, núm. 2)
dice así: «El P. Lárraga sigue la opi-
nión de que la prima tonsura no es
orden, sino una disposición para re-
cibir los órdenes: Dispositio ad ordines
suscipiendos. Esta opinión pudiera im-
pugnarse, recordando que la primera
tonsura tiene materia propia, forma
especial, y sólo se confiere, como los
órdenes menores, por el Obispo, ó por
el sacerdote que tenga autorización
de la Santa Sede para ello. Además,
la primera tonsura no se recibe más
que una vez, y produce efectos de
grandísima importancia. Son los si-
guientes: i . ° Convierte al tonsurado
de lego en clérigo;» y á continuación
los tonsurados, que son cantar las
divinas alabanzas, no exigen alguna
potestad de orden, sino, como dice
Santo T o m á s , se requiere solamente
«qua;dam deputatio ad tale officium, et
hoc fit per coronam; et ideo non est
ordo, sed prasambulum ad ordinem.»
Aunque la primera tonsura no i m -
prime carácter ni e s Orden, no obs-
tante, no se puede conferir sino por
el Obispo; porque, como dice Santo
T o m á s , por la primera tonsura «de-
putatur homo ad divinum cultum; et
ideo talis deputatio debet fieri per
summum ministrum , scilicet, per
Episcopum, qui etiam vestes benedi-
cit, et vasa, et alia omnia quas ad di-
vinum cultum applicantur.» ( E n el
citado artículo ad 2 . ) . E n la res-
u m

siguieron los teólogos, sino que la
confirmaron también el Florentino y
el T r i d e n t i n o . E l Angélico dice sus-
tancialmente así:
E l sacramento del Orden se o r d e -
na al Sacramento de la Eucaristía,
que es el sacramento de los Sacramen-
Iglesia, y aun después, estuvo prohi-
bida con gran rigor la comunicación
con toda clase de excomulgados, por-
que todos éstos eran vitandos; mas,
según la presente disciplina, se ha
mitigado mucho la prohibición, como
en parte se dijo ya, y aún se dirá más
refiere los demás privilegios de los puesta ad 3 . u m
dice el Angélico que
tonsurados. aunque el tonsurado, en el hecho de
Aunque el Sr. Sánchez en otro lu- hacerse eclesiástico, «in altiori est
gar se adhiere á la opinión de los que statu quam laicus, non tamen habet
dicen que la primera tonsura no es ampliorem potestatis gradum, qui ad
Orden, pero los jóvenes que lean las ordinem requiritur.»
palabras anteriores del Sr. Sánchez 3. L a primera tonsura no produ-
0

tos; y así la distinción de los Ordenes
se ha de tomar con relación á la E u -
caristía, porque la potestad del orden
ó es para consagrar la misma Euca-
ristía, ó para ejercer algún ministerio
ordenado á este Sacramento:
i.° Si la potestad que se da por el
Orden es para la consagración de la
Eucaristía, ó sea ad conficiendum cor-
pus et sanguinem Christi, entonces es
el sacerdocio.
2. 0
Si se recibe potestad de orden
para dispensar la Eucaristía, ó para
entregar próximamente al sacerdote
en vasos sagrados la materia que éste
ha de consagrar, es el diaconado.
3. 0
Si se recibe potestad para pre-
parar en vasos sagrados y poner sobre
el altar la materia que el sacerdote ha
de consagrar, es el subdiaconado.
4. 0
Si se recibe potestad para pre-
parar en vasos no sagrados y ofrecer
al diácono la materia que el sacerdo-
te ha de consagrar, es el acolitado.
(Deo dante) en la explicación de la
constitución Apostólica; Sedis.
En los primeros siglos de la Iglesia
muchos de los ordenados de menores
ejercían las funciones propias de su
orden en los días festivos, así como
los.diáconos y subdiáconos ejercían
las suyas. Esta laudable costumbre
desapareció con el tiempo. E l Conci-
lio de T r e n t o ( s e s . 2 3 , De reforma -
tione, cap. 17) exhortó patéticamente
á los Obispos á fin de q u e , en cuanto
les fuese posible cómodamente , se
restableciese la antigua costumbre;
pero por desgracia se adelantó muy
poco, porque los oficios propios de los
minoristas los desempeñan comun-
mente los diáconos, ó los subdiáco-
nos, ó los legos; como, hablando de
Francia, afirma Bouvier (De Ordine,
cap. 2, art. 2): lo mismo sucede en
España, en muchas partes de Italia,
en Méjico, y supongo que en otras
naciones.
creerán también que es opinión par- ce interiormente ninguna potestad
ticular del P. L á r r a g a que la primera espiritual para dispensar Sacramen-
tonsura no es Orden, ó, por lo me- tos; es una mera deputación para el
nos, que en el día tiene grande p r o - oficio eclesiástico, y así no se reite-
babilidad la opinión de que es Orden. ra; no porque imprima carácter, sino
E s cierto que en los siglos anteriores porque, hecha una vez la deputación,
algunos teólogos y muchos canonistas basta para toda la vida: así como la
defendieron que la primera tonsura profesión solemne religiosa, la ben-
era verdadero Orden, fundados en los dición de las vírgenes, de l a s vesti-
muchos privilegios que goza. duras sagradas, hechas una v e z , no
Santo T o m á s , en la q. 40 del Su- se reiteran , y sin embargo no i m -
plemento, art. 2, afirma y prueba primen carácter ni son Sacramento.
que la primera tonsura no es Orden: 4. 0
L a primera tonsura no produ-
i.° Porque en la colación de cada ce ex opere operato efecto alguno de
uno de los órdenes se hace mención grandísima importancia: tiene los pri-
en la forma de la potestad que se da vilegios que la Iglesia concede al
al que se ordena; y en la colación de tonsurado, si observa las condiciones
la primera tonsura no se hace men- que prescribe el Tridentino, y una
ción de potestad alguna: « I n colla- gran parte de ellos la gozan los r e l i -
tione cujuslibet ordinis fit mentio de giosos que no están tonsurados, y
aliqua potestate data; non autem in hasta los novicios, los donados y a u n
collatione coronas (prima; tonsura;): L s mcnjas.
ergo non est ordo,» dice el A n g é - 5. 0
E n la colación de la tonsura
lico. no hay propiamente materia ni forma.
714 LIBRO VI. T R A T A D O
6.° Sólo el Obispo puede dar la
primera tonsura, pero esto no prueba
de modo alguno que es Orden: así
como sólo el Obispo puede bendecir
las campanas, vasos sagrados, vírge-
nes sagradas, y sin embargo ninguna
de estas cosas es Orden. «Sicut poli-
tica ponit legem inferioribus, scili-
cet, quisquam debeat exercere et quantum
et qualiter,» como dice Aristóteles (1
Ethic, cap. 2), del mismo modo,
dice Santo T o m á s , pertenece al Obis-
po admitir al grado eclesiástico por
la tonsura á los que entran en el es-
tado eclesiástico, que es como el no-
viciado preparatorio para los ór-
denes.
E l Tridentino manifiesta clara-
mente que la primera tonsura no es
Orden, pues en la ses. 23, cap. 2,
después de decir que en la Iglesia
hay diversos órdenes, añade que estos
órdenes están distribuidos de manera
«ut qui j a m clericali tonsura insigni-
ti essent, per minores ad majores
ascenderent.» E l Catecismo R o m a n o
(p. 2, cap. 7), después de haber dicho
t n el núm. 12 que los órdenes son
siete, y haberlos enumerado del modo
que queda dicho, al tratar en el nú-
mero 13 de la primera tonsura, dice
así: «Incipiendum autem est a prima
tonsura, quam quidem docere oportet
quamdam praeparationem esse ad or-
dines accipiendos. U t enim homines
ad Baptismum exorcismis, ad M a t r i -
monium sponsalibus prasparari s o -
lent; ita quum tonso capillo D e o de-
dicantur, tamquam aditus ad ordinis
Sacramentum illis aperitur.» E n fin,
esta sentencia de Santo T o m á s fué
general entre los doctores antiguos, y
la defendieron, con el A n g é l i c o , San
Buenaventura, Escoto, Palude, San
Antonino, Pedro Soto, V á z q u e z , V a -
lencia, Silvio, R e n z i , Barbosa, Palao,
Billuart: todos los autores que escri-
bieron en el siglo pasado y en el p r e -
sente, al menos que yo sepa, defen-
dieron esta opinión. E s verdad que el
doctísimo F a g n a n o , á quien San L i -
VIL
gorio llama rigoristarum facile prin-
ceps, defendió calurosamente la con-
traria.
2574. P. ¿Es orden sacramental
el Episcopado, ó sea orden sacramen-
to propiamente d i c h o , distinto del
presbiterado?
R. Antes de entrar de lleno en
esta cuestión teológica, conviene pri-
meramente exponer lo que hay de
cierto y definido por la Iglesia acerca
del Episcopado.
E l Concilio de T r e n t o , en la se-
sión 23, can. 6, dice así: « S i quis di-
xerit in Ecclesia catholica non esse
hierarchiam divina ordinatione insti-
tutam, quse constat ex Episcopis,
presbyteris, et ministris, anathema
sit.»
E n el can. 7 definió lo siguiente:
« S i quis dixerit Episcopos non esse
presbyteris superiores, vel non habe-
re potestatem confirmandi et ordi-
nandi, vel eam quam habent illis
esse cum presbyteris communem, vel
ordines ab ipsis collatos sine populi
vel potestatis saacularis consensu aut
vocatione Írritos esse, aut eos qui nec
ab ecelesiastica et canónica potestate
rite ordinati nec missi sunt, sed
alíunde veniunt, legítimos esse verbi
et sacramentorum ministros, anathe-
ma sit.»
E s t a doctrina que definió el T r i -
dentino, la había consignado expre-
samente Santo T o m á s en sus obras
teológicas. Confieso ingenuamente
que no añadiría una sola palabra más,
si no hubiera visto en el P. Perrone
(tract. De Ord., cap. 2) que, inqui-
riendo sobre si el Episcopado es or-
den y Sacramento propiamente tal,
distinto del presbiterado , en muy
pocas palabras decide esta cuestión
con un magisterio y autoridad, como
si se tratase de una doctrina corrien-
te y cierta, decidida ya por una auto-
ridad irrefragable. Algunos c o m p e n -
dios de moral que he visto, sin to-
marse el trabajo de examinar profun-
damente esta cuestión, copian literal-
DEL SACRAMEN1 O D E L
mente aquellas notables palabras del
P. P e r r o n e : i . ° « V e t e r e s plerique
scholastici censuerunt Episcopatum
ñeque ordinem esse proprie dictum,
ñeque proinde Sacramentum, sed so-
lam extensionem presbyteratus, seu
ut alii loquuntur, simplicem deputatio-
nem extrinsecam ad aliquas functiones
seu ministeria, quibus peragendis non
erat idoneus presbyter. Verum sen-
tentia nunc temporis communis et
omnino tenenda hasc est, Episcopa-
tum et ordinem esse specie distin-
ctum a presbyteratu, et Sacramen-
tum.»
2.° Después dice Perrone que
Santo T o m á s , en el lib. 4 de las Sen-
tencias, dist. 24, q. 2 (debe decir 3),
art. 2, «ad quasstionem utrum Epis-
copatus sit ordo, respondet: Episco-
patus non est ordo.»
3.0
Para probar su opinión, añade
el P. Perrone: « S i enim res ad Scrip-
turam exigatur, nullum dubium su-
peresse posse videtur. N a m si ad ordi-
nem et ad Sacramentum constituen-
d u m , » etc.
4. 0
Dice después que el cardenal
Capissucchi refiere que él mismo vio
casi ochenta autores que defienden
que el Episcopado no es Sacramento
distinto del sacerdocio: añade que
esta misma sentencia la defendieron,
además del Maestro de las Senten-
cias, Santo T o m á s , San Buenaven-
tura, E s c o t o , Inocencio V , Es-
tío, etc.; pero este inmenso peso de
autoridad lo sacude fácilmente el
P. Perrone con las siguientes pala-
bras: « A d e o verum est, quod scripsit
Canus, theologorum numerum obrue-
re^neminem deberé.»
5.
0
Añade el P. Perrone: « I n hoc
etiam nostro Collegio R o m a n o paulo
ante Societatis extinctionem adhuc
eadem sententia publice propugnaba-
tur (que el Episcopado no era Sacra-
mento distinto del presbiterado), ut
constat ex thesibus, circa quas exa-
men instituitur iis qui cooptan cu-
piunt in Collegium S. Bonaventurae
ORDEN. 715
in Urbe ex fratribus Minorum con-
ventualium, denuo recusis anno 1833,
Diss. 14, thes. 4. » a
6.° E l P. Perrone concluye con
esta notable epifonema: « A t t a m e n ,
nedum probabilis nunc haec sententia
(la de Santo T o m á s ) censetur, sed
jam a nonnullis censura notatur.»
V o y á responder á los argumentos
del P . Perrone. E n cuanto á lo pri-
mero, no solamente los antiguos es-
colásticos de los siglos X I I y X I I I ,
sino también insignes doctores que
florecieron en los siglos sucesivos
hasta nuestros días defendieron que el
Episcopado no es Sacramento pro-
piamente tal, sino que es una exten-
sión del presbiterado; si b i e n , como
orden jerárquico, es distinto realmen-
te del presbiterado y superior á él en
potestad de orden y de jurisdicción.
T o d o esto lo enseñó Santo T o m á s en
diversos lugares de sus obras, y lo
definió después dogmáticamente el
Tridentino en los cánones ya c i -
tados.
2575. Se equivoca notablemente
el P. Perrone cuando afirma que es
sentencia común en nuestro tiempo
(verum sententia nunc temporis commu-
nis, e t c . ) . E l doctísimo y eruditísimo
cardenal dominicano F r . Raimundo
Capissucchi, en su obra titulada Con-
troversia Theologicce selecta, en la con-
troversia 28, trata latamente la pre-
sente cuestión, desde la pág. 822 has-
ta la 884, y prueba con todo género
de argumentos que el Episcopado es
orden jerárquico distinto del presbi-
terado, del mismo modo que lo defi-
nió el Tridentino, «pero que no es
propiamente Sacramento distinto del
presbiterado.» Refiere los doctores
que siguieron esta sentencia, y los
lugares de sus obras en donde lo afir-
man, y asegura que casi todos ellos
los vio en sus fuentes. Y o no copiaré
todas las citas ni todos los autores
que pone este escritor, por no alar-
garme demasiado. Añadiré algunos
autores posteriores á Capissucchi, que
 7i6 LIBRO
publicó su obra hacia el año 1669; y
aparecerá que, sin interrupción, desde
el Maestro de las Sentencias hasta
nuestros días la sentencia de Santo
T o m á s fué defendida por un coro de
doctores que por su autoridad y por
su sabiduría pesan mucho más en la ba-
lanza que los que defendieron la opi-
nión del P. Perrone. H e aquí los nom-
bres de los principales que defendieron
que el Episcopado no es propiamente
Sacramento distinto del presbiterado:
el Maestro de las Sentencias, San P e -
dro D a m i á n , San Alberto M a g n o ,
Santo T o m á s , Alejandro de A l e s , San
Buenaventura, San Antonino, Escoto
(in 4 Sent., dist. 24, q. 1) (algunos
niegan que Escoto llevase esta sen-
tencia), Pedro de Palude (q. 6, en el
lugar citado), H u g o de San Víctor,
Ricardo, Juan Capreolo, el Ferrarien-
se (Maestro General de la Orden de
Predicadores), D o m i n g o Soto (célebre
doctor en el T r i d e n t i n o ) , Silvestre,
Pedro de L e d e s m a , Martín Ledesma,
V i g u e r i o , Dionisio Cartujano, Juan
Gerson (canciller de la Universidad
de París), el Panormitano, el carde-
nal T o r q u e m a d a , D i e g o Covarrubias
(obispo de A v i l a ) , el Abulense, Gui-
llermo Durando, Raynerio de Pisa,
A z o r , Ñ u ñ o , T o m á s Hurtado, E s t í o ,
Deza, Francisco A m i g o , Serafín Cap-
poni, V i c e n t e Cándido (maestro del
Sacro P a l a c i o ) , F i l i u c i o , V i v a l d o ,
C o m i t o l o , H o m o b o n o , los Salmati-
censes, Gonet, Billuart, el cardenal
G o t t i , Cóncina, Ferrer, el Compendio
Salmaticense, Gury, y últimamente
los doctísimos maestros Puig y Xarrié,
que publicaron sus Instituciones Teoló-
gicas en 1863.
E n vista de este coro de doctores
eminentes que hasta nuestros días
defendieron que el Episcopado no es
propiamente Sacramento ni orden sa-
cramental distinto del presbiterado, no
sé cómo se atreve el P. Perrone á de-
cir á secas que la opinión contraria
es común, y tan común, que en el día
ya no hay cuestión sobre este punto:
VI. TRATADO VIL
«Controversia itaque viget, seu potius
viguit de Episcopatu, e t c . , » dice el
P. Perrone en el lugar citado. E s más;
añade que la opinión que dice que el
Episcopado es Sacramento distinto
del presbiterado, no sólo es común,
sino que hay un deber de seguirla ab-
solutamente: « V e r u m sententia nunc
temporis communis et omnino tenenda
hasc est, Episcopatum et ordinem esse
specie distinctum apresbyteratu, et Sa-
cramentum» (Prczlect. Theolog., tract.
De Ordin., núm 78). E l muy docto
D . Bouix (tomo 1, De Episcopo, par-
te i . , sect. 2. , cap. 1, § 1) hace las
a a
siguientes reflexiones sobre las ante-
riores palabras de Perrone: «Fateor
dubitare me, an sufficienti fundamen-
to nitatur asertio hasc, esse prsedictam
sententiam hodie omnino tenendam;
quod idem est ac dicere, j a m non
posse oppositam in scholis catholicis
licite propugnari. Nam usque ad vici-
niora omnino témpora de hac quses-
tione loquuti sunt doctores catholici
tamquam in utramque partem libere
disputata.» E n efecto, dice muy bien
Bouix, porque el mismo P . Perrone,
en el lugar citado, confiesa que en su
Colegio R o m a n o se defendió pública-
mente la opinión de Santo T e m a s
hasta poco antes de la extinción de la
Compañía de Jesús, en el último ter-
cio del siglo pasado, «ut constat ex
thesibus per id temporis evulgatis.»
Scavini (edición de 1865, tomo 3,
núm. 597), después de citar á Santo
T o m á s (y porcierto nocon exactitud),
añade: « V e r u m sententia communior,
imo nunc temporis communis et om-
nino tenenda docet Episcopatum esse
ordinem a presbyteratu distinctum;»
de modo que no hizo sino copiar á
Perrone, y atribuir á Santo T o m á s lo
que el Santo no dijo, á saber: que
el presbiterado no era orden distinto
del Episcopado: Santo T o m á s dice
que es orden, pero no orden sacra-
mental.
Perrone dice también: «Adhuc as-
truitur in thesibus circa quas examen
DEL S A C R A M E N ro
instituitur iis qui cooptari cupiunt in
Collegium S. Bonaventurae in Urbe
ex fratribus Ord. Minorum c o n v e n -
tualium, denuo recusis a n . 1833,
diss. 14, thes. 4. ;» y concluye el
a
párrafo el P. Perrone, diciendo: « A t -
tamen, nedum probabilis nunc haec
sententia censetur, sed jam a nonnullis
censura notatur.» Me causa extrañeza
que el P. Perrone no se contente con
decir que es cornac la opinión que él
defiende, que hay obligación de seguir-
la (communis et omnino tenenda), que
no sólo no es probable la contraria,
sino que a u n algunos la hacen digna
de censura. Algunos pocos han tenido
el atrevimiento de censurar la opinión
de Santo T o m á s , arrogándose una
facultad que sólo compete á la Iglesia;
pero Benedicto X I V , en su constitu-
ción In postremo, de 20 de Octubre de
1756, § 17, impuso silencio á los que
quieran censurar la una ó la otra opi-
nión, pues declaró que ambas son de
libre controversia. Entre otras cosas,
dice así: «Cum nemo prohibeat disce-
ptare num Episcopatus sit ordo a pres-
byteratu distinctus , an character in
episcopali consecratione impressus
differat vel potius sit ampliatio quae-
dam characteris in collatione p r e s -
byteralis ordinis impressi;» y añade
Bouix: « E r a t ergo adhuc libera B e -
nedicti X I V tempore utriusque sen-
tentia; propugnatio. Nullum autem,
quod sciam, adducitur postea ema-
natum Sedis Apostólica; decretum,
ex quo directe vel indirecte colligi
valeat omnino tenendam unam, om-
nino deserendam alteram. Equidem
probabilitas opinionis qua; tenet Epis-
copatum non esse ordinem a presby-
teratu distinctum, valde imminui
potuit a doctoribus Benedicto X I V
posterioribus. Si, nempe,communi con-
sensu eam non tantum rejecerint, sed
omnino deserendam pronuntiaverint,
potuit inde omnis ejus probabilitas
evanescere. Sed num revera ita com-
muni consensu docuerint, mihi non
satis constat, et difficile forsan probari
DEL ORDEN. 717
posset. Quapropter non auderem huic
sententia; notam ullam inurere, aut
eam illicitam pronuntiare, doñee ma-
j o r innotuerit auctoritas, quse ei o p -
poni valeat.»
E n cuanto á lo segundo, el P. P e -
rrone, como queda dicho, afirma que
Santo T o m á s , preguntando si el Epis-
copado es Orden, responde secamente:
«Episcopatus non est ordo.» E l P . P e -
rrone se equivoca: Santo T o m á s , en
el lugar citado, dice así: « A d secun-
dam qusestionemdicendum, quodordo
potest accipi dupliciter: uno modo se-
cundum quod est Sacramentum; et sic,
ut prius dictum est, ordinatur omnis
ordo ad Eucharistiae sacramentum:
unde cum Episcopus non habeat po-
testatem superiorem sacerdote, quan-
tum ad hoc non erit Episcopatus ordo.
A l i o modo potest considerari ordo se-
cundum quod est officium quoddam
respectu quarumdam actionum sacra-
rum; et sic, cum Episcopus habeat
potestatem in actionibus hierarchicis
respectu corporis mystici supra sacer-
dotem, Episcopatus erit ordo; et secun-
dum hoc loquuntur auctoritates i n -
ducía;.» E n el opuse. 18, De perfectione
vites spiritualis, cap. 2 4 , confirma esto
mismo, y dice así: «Quod vero quarto
proponitur, quod Episcopatus non est
ordo, hoc manifesté continet falsitatem
si absolute intelligatur... Habet enim
ordinem Episcopus per comparatio-
nem ad corpus Christi mysticum,-» etc.
E n la respuesta ad 2 . dice el An-
u m
gélico : « A d secundum dicendum,
quod ordo, secundum quod est Sacra-
mentum imprimens characterem, o r -
dinatur specialiter ad sacramentum
Eucharistia;, in quo ipse Christus
continetur, quia per characterem ipsi
Christo configuramur: et ideo licet
detur aliqua potestas spiritualis E p i s -
copo in sui promotione respectu a l i -
quorum Sacramentorum, non tamen
illa potestas habet rationem chara-
cteris: et propter hoc Episcopatus non
est ordo, secundum quod ordo est quod-
dam Sacramentum.» Y , por último, en
 T

71S LIBRO VI. TRATADO VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 719
la respuesta ad 3.*"" concluye: « A d opinión acerca de si el Episcopado es Episcopus. In qua manus impositio- modo graves, secum habeat, poterit
tertium dicendum, quod potestas epis- Sacramento distinto del presbiterado. ne data est gratia Spiritus Sancti.» L o sane adversum plurimos stare. N o n
copalis non est tantum jurisdictionis, sed E l Angélico Maestro (in 4 Sent., mismo dice sobre aquellas palabras enim numero haec judicantur, sed pon-
etiam ordinis, ut ex dictis patet, s e - dist. 2 . , q. 1, art. 2 ad g . ) afirma
a u m del cap. 4, v. 14, de la primera carta dere.-» Pregunto: los Santos Doctores
cundum quod ordo communiter a c c i - que cuando se consagra alguna perso- á T i m o t e o : « N o l i negligere gratiam, y eminentísimos teólogos que quedan
pitur. * na para un oficio, Dios le da su g r a - quae in te est, quaa data est tibi per citados y defienden que el Episcopa-
Se v e , pues, que Santo T o m á s afir- cia para que lo desempeñe con el prophetiam cum impositione manuum do no es propiamente Sacramento dis-
ma que el Episcopado es orden jerár- acierto que conviene. « A d quamlibet presbyteri.» « A l i a versio (dice Santo tinto del presbiterado, ¿no son de ma-
quico superior al presbiterado, no sólo eminentiam status datur aliqua san- T o m á s ) habet presbyterii; id est, illo- yor peso, de mayor autoridad y de ma-
en la potestad de jurisdicción, sino ctificatio, cum sit ibi necessarium spe- r u m , qui si imposuerant manus, non yor sabiduría que los que defienden la
también en la potestad de orden, como ciale auxilium gratia;, sicut in conse - in quantum homines, sed in quantum contraria? ¿Por qué, pues, el P. P e -
lo definió después el Tridentino. San- cratione R e g u m , et monachorum, et presbyteri. E t haac impositio signifi- rrone los mira con tanta indiferencia?
to T o m á s niega que el Episcopado monialium... N o n tamen habent r a - cat collationem gratiae (nótese bien), 2.
0
Melchor Cano, en el lugar c i -
sea orden sacramental, ó sea, Sacra- tionem Sacramenti, sed solum illam «non quod ministri dent gratiam, sed tado, dice así: « T h e o l o g o r u m scholas-
mento distinto del presbiterado; y eminentiam per quam homo efficitur »quod significet datam a Christo.» ticorum, etiam multorum, testimo-
esto no sólo no es contra el T r i d e n - sacrorum dispensator;» y esta gracia L a solución al argumento anterior nium, si alii contra pugnant viri doc-
tino, sino que es más conforme á lo la da Dios en la consagración de los de las palabras de San Pablo en los ti, non plus valet ad faciendam fidem
que el Tridentino manifiesta, como Obispos, «nisi sit impedimentum ex dos lugares citados en las cartas pri- quam vel ratio ipsorum vel gravior
luego se dirá. parte suscipientis. Sed tamen hu- mera y segunda á T i m o t e o , en que etiam auctoritas comprobarit;» y no se
E n cuanto á lo tercero, el P. Perro- jusmodi (consecrationes) Sacramenta principalmente se funda Belarmino, puede dudar, al menos en mi humil -
ne dice: «Si enim res ad Scripturam non dicuntur, quia non sunt instituía ya había sido prevenida satisfactoria- de concepto y en el de otros que son
exigatur, nullum dubium superesse posse ad curationem morbi peccati, sicut mente por el doctísimo dominicano verdaderamente sabios, que las razo-
videtur.» Hubiera sido de desear que alia Sacramenta.» (Dist. 38, q. 1, ar- Juan Capreolo, en 1410: el doctísimo nes de Santo T o m á s no han sido con-
el P . P e r r o n e , en lugar de decidir tículo 5 ad 2 . . )
um maestro D o m i n g o Soto había resuel- testadas hasta hoy victoriosamente.
magistralmente, hubiera descendido Sobre las anteriores palabras dice to todas las dificultades de B e l a r m i - Diré más: no he visto un solo argu-
á probar teológicamente; pues sin ci- el doctísimo Rúbeis: «Sacramenta cu- no á mediados del siglo X V I , antes mento de los contrarios que no se le
tar lugar alguno de la Sagrada E s - rant morbum peccati per gratiam ex que Belarmino existiese, y el erudití- haya opuesto á sí mismo Santo T o -
critura, pronuncia magistralmente que opere operato collatam; qui morbus simo y doctísimo cardenal dominicano más; pero desgraciadamente han to-
su opinión consta de la Sagrada E s - consistit, ut, inquit Divus T h o m a s , Capissucchi da solución convincente mado los argumentos y no han pues-
á los textos del Apóstol San Pablo to las soluciones del Angélico M a e s -
critura. H e visto diferentes autores vel in peccato, vel in debilítate spiri-
que se oponen contra la doctrina de tro: esto sucede muchas veces á los
teólogos y expositores de la Sagrada tus ad exequenda spiritualia. Sat vero
Santo T o m a s (Controversia 28, § 13). que impugnan á Santo T o m á s .
Escritura, de los cuales los unos de- est, ordinationem episcopatus ex opere
fienden la opinión de Santo T o m á s , operantis gratiam conferre ordinato, Véase también á Billuart (De sacram. Además, Melchor Cano, en el lugar
y los otros la del P. Perrone: ninguno ut ea, qua par est, dignitate ac d e - Ord., diss. 4, De Episcopatu, art. 1). citado por el P . P e r r o n e , favorece
de ellos aduce más textos de la Sagra- centia ministros Ecclesiae instituat.» E n cuanto á lo cuarto, el P. Perro- muy poco á este Padre, pues dice así:
da Escritura, sobre esta cuestión, que T e n g o por más probable y conforme ne, para evadirse del inmenso peso «Certe ubi variae sunt doctissimorum
dos; el primero está tomado de aque- á Santo T o m á s que en la consagra- de autoridad de tantos santos docto- hominum discrepantesque sententia;,
llas palabras de San Pablo en la pri- ción del Obispo se causa la gracia ex res y eminentísimos teólogos que im- academicorum temperamentum imita-
mera carta á T i m o t e o , cap. 4: « N o l i opere operato, porque la potestad del pugnan su opinión, dice así: « A d e o ri, et a rebus incertis certam assensio-
negligere gratiam qua: data est tibi... carácter sacerdotal se amplia á nueva verum est, quod scripsit Canus, theo- nem cohibere debemus. « Quid enim
cum impositione manuum presbyteri.» potestad de o r d e n , como luego se logorum numerum obruere neminem «tam temerarium tamque indignum
E l segundo, las palabras del mismo dirá, sin que por esto el Episcopado deberé.» E n efecto: Melchor Cano, en «sapientis gravitate atque constantia,
Apóstol en la segunda carta á T i m o - sea un Sacramento distinto del pres- el lib. S De Locis Theologicis, cap. 4, »ut idem Cicero elegantissime tradit,
teo, cap. 1: « A d m o n e o t e , ut resu- biterado; y así en esto me aparto de concl. i . , pone esas palabras que cita
a «quam quod non satis explórate per-
scites gratiam, qua; est in te per impo- Rúbeis. el P. Perrone; pero ciertamente no «ceptum sit et cognitum, id sine ulla
sitionem manuum m e a r u m . » Pues Comentando el Angélico aquellas estuvo muy feliz este Padre en citar á »dubitatione defenderé? Quo loco sane
bien: los dos pasajes del Apóstol los palabras de San Pablo ( I I ad T i m . , Melchor Cano: «arguendi sunt scholastici nonnulli,
interpretó Santo T o m á s en el si- cap. i , v. 6): « A d m o n e o te, ut resusci- i.° Porque el doctísimo dominica- »qui ex opinionum, quas in schola ac-
no dice así: « I n scholastica disputa- «ceperunt, praejudiciis, viros alias ca-
glo X I I I en sus incomparables Co- tes gratiam Dei, quae est in te per im-
tione plurium auctoritas obruere theo- »tholicos notis gravioribus inurunt,
mentarios sobre las Cartas de San positionem manuum mearum,» dice
logum non debet: sed, si paucos viros, «idque tanta facilitate, ut mérito r i -
P a b l o , sin que por esto mudase su a s í : « Q u o , scilicet, ordinatus erat
 LIBRO VI. TRATADO VIL DEL S A C R A M E N LO D E L ORDEN. 721
720
consagrar el cuerpo de Cristo y absol-1 cío: «porque el Episcopado, decía el
"deantur.» E l P . Perrone tiene de to T o m á s , tampoco faltó alguno que
ver de los pecados (can. 1). Este no Patriarca, es Orden, y no se comple-
doce á veinte teólogos, doctores en impuso censura á la del P. Perrone:
es el Episcopado, sino el presbitera- ta por el sacerdocio» (cap. 14, núme-
Universidades, profesores públicos de pero, como muy bien dice Melchor
do. E n el canon 2 define que á este sa- ro 15 del citado libro); y Ayala, obis-
gran crédito, escritores de mucho m é - Cano, tan temerarios son los unos
cerdocio se asciende como por grados po de Segovia, pidió lo mismo (nú-
rito, Cardenales insignes, muchos de como los otros; y como añade este
por los seis órdenes mayores y meno- mero 6); pero el Concilio no hizo
los cuales eran sin duda tan profun- doctísimo teólogo : «Sane arguendi
res, que ya había expresado anterior- caso de los tres oradores, y aprobó
dos teólogos escolásticos como el Pa- sunt scholastici nonnulli, qui ex opi-
mente. E n el canon 3 define que este los decretos y cánones como se leen
dre Perrone; y aquí no hablo de los nionum, quas in schola acceperunt,
orden ó sagrada ordenación es pro- hoy, que, en mi concepto, son en un
que este Padre llama plerique vetevés praejudiciis, viros alias catholicos no-
piamente Sacramento. Claro está que todo conformes á la doctrina de San-
(que son innumerables), sino de los tis gravioribus inurunt, idque tanta
no hablaba del Episcopado, porque to T o m á s , como lo es también la
que escribieron desde el siglo X V I I , facilitate, ut mérito rideantur.» El car-
doctrina del Catecismo R o m a n o (p. 2,
denal dominicano Capissuchi (Con- esta definición es dogmática, y si hu-
que defienden la doctrina de Santo cap. 7, números 11 y 12).
troversia 28, de Episcopatu, q. 1, § 2) biera hablado del Episcopado, no hu-
Tomás.
biera habido cuestión después. E n el Alguno extrañará que en una obra
E n cuanto á lo quinto, fuera de de- dice así: «Bartholomasus de L e d e s m a
can. 4 dice que por la sagrada orde- de T e o l o g í a moral práctica me haya
sear que confesando el P . Perrone, apud Villalobos ait, sententiam d o -
nación se infunde el Espíritu Santo extendido tanto en una cuestión que
como confiesa, que los jesuítas, hasta centem Episcopatum non esse ordi-
en el ordenando, que imprime carác- pertenece propiamente á la T e o l o g í a
su extinción en el último tercio del nem, communem esse Sanctorum Pa-
ter, y que el que una vez fué sacer- escolástica. Confieso ingenuamente
siglo pasado, defendían en su célebre trum et Conciliorum, et, ut mínimum,
dote, no puede pasar á ser lego. E s que me duele el ver que algunos
Colegio R o m a n o que el Episcopado temerarium esse dicere, quod prima
manifiesto que aquí no se habla del autores tratan con tanto desdén á
no era Sacramento distinto del pres- tonsura et Episcopatus sint ordines
Episcopado. En este canon termina Santo T o m á s ; y algunos de ellos (y
biterado, y confesando también que, in Ecclesia.» Esto es, que el Episco-
el Tridentino el sacramento del Or- sea dicho sin ánimo de ofender) ni
cuando escribía su obra, defendían lo pado no es Orden sacramental. siquiera han comprendido al Angélico
Aunque son para mí de tanto pre- den, y en el canon 5 comienza á d e -
mismo los que habían de ser recibidos Maestro, y, por lo tanto, no han po-
finir acerca de la Extremaunción.
en el Colegio de Franciscanos de San cio las razones y la autoridad de los dido ponderar las razones en que se
E l Tridentino, en los cánones ó,
Buenaventura de R o m a ; fuera de de- que defienden que el Episcopado no fundó. Cuando se trata de cuestiones
7 y 8 trata de la jerarquía instituida
sear, repito, que dijera el P . Perrone es propiamente Orden sacramental como la presente, que son de institu-
en la Iglesia por derecho divino, de
qué decisión pontificia, ó qué d o c t o - distinto del presbiterado, confieso que ción divina, y que Santo T o m á s exa-
la superioridad de los Obispos sobre
res eminentes han venido á destruir pesa más la autoridad del Concilio minó con tanta detención, es preciso
los presbíteros en la potestad que
la opinión de Santo T o m á s , de San Florentino y del Tridentino, que si mirarse mucho antes de apartarse del
tienen de ordenar y confirmar, etc.;
Buenaventura, de San Alberto M a g - bien no definieron, se inclinaron más Príncipe de los teólogos, del Á n g e l
donde se ve que el Concilio define la
no, de Alejandro de A l e s , de Paluda- á la doctrina del Angélico Maestro. de las Escuelas.
excelencia y superioridad del Episco-
no, de D o m i n g o Soto y del coro de E l Florentino, en el decreto de Euge-
pado como orden jerárquico, pero no Debo advertir, semel pro semper, que
tan eminentes sabios que en los siglos nio I V , dice primero: « S e x t u m sacra-
le colocó en el Orden como Sacra- si á algunos de los que lean esta
posteriores hasta nuestros días vinie- mentum est Ordinis,» etc.: refiere la,
mento. Esto es tan cierto, que en el obra, especialmente á los que no han
ron defendiendo la doctrina de Santo materia y forma del presbiterado, dia-
Tridentino había algunos Padres que cursado la T e o l o g í a escolástica, les
T o m á s acerca de la cuestión presente. conado y subdiaconado; y después,
pensaban como el P. Perrone, los fuese molesto estudiar las cuestiones
N o , y mil veces no: mientras Santo hablando de los órdenes menores,
cuales, viendo que el Concilio, en los escolásticas que trato con mucha ex-
T o m á s y San Buenaventura tengan añade: « E t sic de aliorum ordinum
cánones que había redactado sobre tensión, en su mano está no detener-
fieles discípulos, no será opinión c o - formis.» N i una palabra del E p i s c o -
los órdenes como Sacramento, no había se en ellas.
mún, ni mucho menos omnino tenenda, pado dice aquí el Concilio.
E l Tridentino, en los cánones acer- expresado el Episcopado, reclamaron 2576. P. El Obispo consagrante
la que afirma que el Episcopado es un
ca del sacramento del Orden, si se para que se pusiese como Orden y y el sacerdote que es consagrado
Sacramento propiamente tal, distinto
Sacramento distinto. Así lo pidió Obispo, ¿deben sub gravi estar en gra-
del presbiterado. Esta opinión es de leen con atención y desapasionadamen-
Melchor Cornelio, orador del rey de cia de Dios?
aquellas de las que dijo muy bien el te, se verá que en los cuatro primeros
Portugal, como puede verse en el R. Según los que defienden que el
Padre San Agustín: In dubiis, libertas. tan sólo habla del presbiterado y de
cardenal Palavicini, en su Historia Episcopado es verdadero Sacramento,
E n cuanto á lo sexto: «Attamen, los seis órdenes inferiores á él. Para
del Concilio de Trento (lib. 18, cap. 12, distinto del presbiterado, es evidente
nedum probabilis nunc hsec sententia mí está tan terminante, no la defini-
núm. 9); también reclamó el patriarca que el uno y el otro deben estar en
(la de Santo T o m á s ) censetur, sed ción, sino la mente del Concilio, que
de Venecia, y se opuso á que se con- gracia. E n cuanto á los que afirman
j a m a nonnullis censura notatur,» no puede estar más. Desde el canon 1
signase en la sesión que los órdenes que no es Sacramento distinto, t a m -
aunque algunos teólogos quisieron al 4 inclusive habla del sacerdocio vi- bién es cierto que exigen que estén
tenían su complemento en el sacerdo-
censurar la presente doctrina de San- sible y externo, que tiene potestad de
TOMO II 4 c
 722 LIBRO VI. TRATADO
los dos en gracia; porque el E p i s c o -
pado es un orden jerárquico tan s u -
blime, es tan solemne y tan impo-
nente la consagración de un Obispo,
e s t á n elevada y tan importante la
potestad de orden y de jurisdicción
que se comunica por la consagración,
que sería un gran sacrilegio a d m i n i s -
trar este Orden ó recibirle en pecado
mortal; porque todos convienen en
que en la consagración del Obispo se
infunde la gracia de D i o s , a u n aque-
llos que niegan que el Episcopado es
Sacramento distinto del presbiterado.
L o s unos dicen que se infunde ex ope-
re operato, y se fundan en que, siendo
el carácter la disposición próxima
que dispone para la gracia, como dice
Santo T o m á s (in 4 Sent., dist. 4,
q. 3, art. 2, sol. 3 . ) , extendiéndose
a
el carácter del presbiterado en la con-
sagración del O b i s p o , se infunde
también nueva gracia por la consa-
gración. Otros dicen que se infunde
ex opere operantis, si el consagrado no
pone impedimento.
Esta última explicación no se opo-
ne á lo que dice San P a b l o en la car-
ta primera á T i m o t e o (cap. 1, v. 6):
<( Admoneo te, ut resuscites gratiam
D e i , qua; est in te per impositionem
manuum mearum;» porque, como muy
bien dice Bouix (tract. De Episc.,
cap. 1, | 2, argum. 1), las palabras
del Apóstol pueden muy bien enten-
derse de la imposición de las manos
que hizo á T i m o t e o cuando le ordenó
de presbítero; y así se elude también
el argumento de B e l a r m i n o , que para
probar que el Episcopado es Sacra-
mento distinto del presbiterado, afir-
ma que no se podrá probar por la S a -
grada Escritura que la sagrada o r d e -
nación es verdadero Sacramento, si
no se admite esta opinión. V o y á
trasladar literalmente las palabras de
Bouix:
« F a t e o r ejusmodi argumentum non i
mihi videri omnino peremptorium.
Possunt enim adversarii dicere: « T i -
»motheum ordinavit simul Sanctus
VIL
«Paulus presbyterum et Episcopum:
«quem morem conferendi simul pres-
«byteratum et Episcopatum apostoli-
céis temporibus viguisse, tenent Peta-
DVÍUS, Mamachius, aliique eruditi. Qua-
utenus ergo illa T i m o t h e i ordinatio
«fuit collatio presbyteratus, verus ordo
¡
»fuit et verum Sacramentum; proinde
«potuerunt illam ordinationem citare
» P a t r e s Tridentini tamquam exem-
nplum sacramenti Ordinis, quin ideo
«sequatur admissum ab ipsis fuisse
«Episcopatum tamquam ordinem et
«Sacramentum distinctum a presby-
«teratu.»
2577. E l Obispo tiene potestad
de orden y de jurisdicción. L a potes-
tad de orden la recibe en la consa-
gración; la potestad de jurisdicción la
recibe desde el momento en que fue
electo y confirmado por el Papa para
un territorio determinado; de modo
que desde entonces, aunque no esté
consagrado Obispo, puede desempe-
ñar por sí mismo los actos de j u r i s -
dicción respecto de los subditos que
se le señalaron, y puede también de-
legar á otro Obispo consagrado para
que ejerza en su diócesis los actos de
orden del Episcopado.
E l electo para un obispado no pue-
de ser consagrado Obispo, si no es
sacerdote; lo contrario sucede cuando
uno se ordena de sacerdote sin haber
recibido el diaconado ni los demás
órdenes inferiores, porque puede ejer-
cer válidamente los oficios de todos los
órdenes que no recibió; pero la con-
sagración como Obispo del que no
fuese sacerdote, sería nula, y nulos
serían también los actos de orden que
ejerciese, nulos los órdenes y nulas
las confirmaciones, etc., que hiciese.
L a razón de diferencia es, porque el
sacerdocio no contiene eminente y
virtualmente los órdenes inferiores,
y el Episcopado no contiene eminen-
temente el sacerdocio; es necesario
recibir formalmente el sacerdocio para
que uno sea consagrado válidamente
Obispo. Esta es una de las razones en
DEL SACRAMENTO
que se apoyan Santo T o m á s y los
que siguen su opinión para probar
que en el presbiterado termina el úl
timo grado del Orden como Sacra-
mento; esto es, en cuanto se ordena
á tener potestad sobre el cuerpo ver-
dadero de Cristo, y que bajo este as-
pecto el Episcopado no es superior al
presbiterado. Es verdad que, en cuan-
to á la potestad sobre el cuerpo mís-
tico de Cristo, esto es, sobre la I g l e -
sia, es de fe que el Episcopado es un
orden jerárquico superior al sacerdo-
cio en la potestad de orden y en la de
jurisdicción.
ARTÍCULO IV
De la materia y forma del Orden en
general.
2578. Para proceder con alguna
claridad, conviene advertir la dife-
rencia que hay entre los órdenes que
se llaman jerárquicos y lo son por
institución divina, y aquellos sobre
los que es cuestionable si son ó no
verdaderos Sacramentos. E n cuanto
á los primeros, hay gran diferencia
entre la Iglesia griega y la latina. E n
la Iglesia griega, para la ordenación
de los Obispos, presbíteros y diáconos
no se usa de otra materia que de la
imposición de las manos, acompaña-
da de las correspondientes oraciones,
que son la forma de la ordenación.
En la Iglesia latina, en la ordena-
ción de los presbíteros y de los d i á -
conos, además de la imposición de las
manos, hay la entrega y aceptación
de los instrumentos, como luego se
dirá; en el subdiaconado y en los ór-
denes inferiores no hay imposición
de manos, sino instrumentos especia-
les para cada orden, como se dirá des-
pués.
2 5 7 9 . H a y una controversia muy
reñida entre los teólogos sobre si A las anteriores palabras del F l o -
basta la imposición de las manos en rentino responden los que defienden
la Iglesia latina para la ordenación la opinión contraria á Santo T o m á s ,
de los sacerdotes y diáconos, ó es que este Concilio no hablaba de la
DEL ORDEN. 723
necesaria también la entrega de los
instrumentos. Esta cuestión me ocu-
paría mucho tiempo, si me detuviese
á enumerar las razones y los argu-
mentos de la una y de la otra parte;
y como no es muy importante para la
práctica, me remito á los teólogos es-
colásticos. T a n solo diré que, de las
cuatro opiniones en que se dividen los
teólogos, la que me parece aceptable
y única segura en la práctica es la
que afirma que la imposición de las
manos y la entrega de los instrumen-
tos forman la materia esencial y com-
pleta del presbiterado y del diaconado.
H e aquí las palabras de Santo T o m á s
(in Supplem. q- 37, r t . 5)
a :
«Quia principalis actus sacerdotis est
consecrare corpus et sanguinem Chris-
ti, ideo «in ipsa datione calicis sub
«forma verborum determinata charac-
«ter sacerdotalis imprimitur.»
Para que se vea en cuánto aprecio
tuvo la Iglesia la doctrina de Santo
T o m á s , voy á copiar literalmente el
decreto del Concilio Florentino (pro
instruci. Armen., sub Eugenio I V ) ,
que está tomado casi al pie de la letra
del opúsculo 5 del Angélico Maestro.
D i c e así: «Sextum sacramentum est
Ordinis; cujus materia est illud, per
cujus tradilionem coufertur ordo: sicut
presbyteratus traditur per calicis cum
vino et patenae cum pane porrectio-
nem; diaconatus vero per libri E v a n -
geliorum d a t i o n e m ; subdiaconatus
vero per calicis vacui cum patena va-
cua superposita traditionem: et simi-
liter de aliis per rerum ad ministeria
sua pertinentium assignationem. F o r -
ma sacerdotii, talis est: «Accipe p o -
«testatem offerendi sacrificium in
«Ecclesia pro vivís et mortuis, in no-
« m i n e P a t r i s , et F i l i i , et Spiritus
« S a n c t i : » et sic de aliorum ordinum
formis, prout in Pontificali R o m a n o
late continetur.«
724 LIBRO VI. TRATADO
materia esencial del presbiterado y
del diaconado, sino de la materia inte-
gral ó accidental. L a respuesta no se
combina muy bien con las palabras
literales del Concilio, pues dice así:
«Sextum sacramentum est Ordinis;
cujus materia est illud, per cujus tradi-
iionem confertur ordo: sicut presbyte-
ratus traditur per calicis cum vino et
patenas cum pane porrectionem,» etc.
i.° Porque cuando el Obispo en-
trega el cáliz con vino y la patena con
hostia al ordenando de presbítero, se-
gún el Concilio, entonces se le confie-
re el presbiterado, y lo mismo respec-
• tivamente el diaconado; lo cual no
pudiera ser si la entrega de los i n s -
trumentos fuera tan sólo materia acci-
dental, y con mayor razón cuando la
imposición de las manos no se hace
entonces, sino después.
2.° Porque el Concilio dice que
por la entrega de los instrumentos en
el presbiterado y en el diaconado se
confieren estos dos órdenes, y á conti-
nuación dice que el subdiaconado se
confiere por la tradición del cáliz va-
VIL
edito pro instructione Armenorum: id
sane non fuisset illos instruere, sed deci-
pere. Aliunde, cum Concilium assignat
materiam et formam aliorum Sacra-
mentorum non intelligit accidentalem -
sed essentialem; cur aliter intelligeret in
hoc Sacramentor'i)
N o ha sido mi ánimo demostrar que
es verdadera la opinión de Santo T o -
más, porque, si bien yo la sigo, respe-
to la opinión de los contrarios: tan
sólo me propuse hacer ver que no ca-
rece de fundamentos graves la sen-
tencia del Angélico Maestro: y la Igle-
sia la ha respetado tanto, que manda
reiterar la ordenación del presbítero,
del diácono y del subdiácono cuando
por cualquier contingencia, aunque sea
inculpable, no se hizo la entrega de los
instrumentos; y, por lo tanto, la opi-
nión contraria de nada sirve para la
práctica. Aunque San L i g o r i o , en el
lib. 6, núm. 7 4 1 , afirma que es más
probable que el latino que fuese orde-
nado con la sola imposición de las
manos, sin otra materia, quedaría
válidamente ordenado, sin embargo,
en la práctica dice que se debe se-
DEL SACRAMENTO
•cluye que, siendo probable esta s e -
gunda opinión, y tratándose del valor
de un Sacramento, se debe seguir abso-
lutamente: « E t cum haec sententia sit
etiam probabilis, recte dicunt doctores
prasfati omnino in praxi tenendam.»
Y a en tiempo de Santo T o m á s e s -
taban divididos los autores sobre si
•era necesario ó no el contacto físico
de la materia por parte del ordenando
para la validez del Orden. E l Angélico
Maestro, con su innata modestia, si
bien tiene por más probable que se
necesita el contacto físico, no decide
magistralmente la cuestión, sino que
usa del verbo videtur. H e aquí sus
palabras: «Quia enim potestas ordinis
accipitur a ministro, sed non a mate-
ria, ideo porrectio materics magis est de
essentia Sacramenti quam tactus: t a -
men ipsa verba formas videntur osten-
dere quod tactus fitaterice sit de essentia
Sacravienti, quia dicitur: Accipehoc vel
illud.)) (In Supplem., 3 . p., q. 3 4 ,
a
art. 5 ad 3."' )
11
2581. Nada más diría sobre esta
cuestión, porque para la práctica con- Teología Moral (edic. 4 . , impresa en
DEL ORDEN.
«scrupulo ac tuta prorsus conscientia»
(3 Decemb. i 6 6 r , in una Galliarum);
á cuyas palabras pone la siguiente
nota el P . Ballerini: «Prasfata decisio
recentius ab eadem Congregatione
confirmata est. Etenim cum similis
casus Romas pro neosacerdoteCollegii
R o m a n i Socittatis Jesu evenisset,
P. Perrone, operibus theologicis no-
tissimus, Sacram Congregationem R i -
tuum de illo interrogavit; quas idem
omnino responsum dedit ex declara-
tione authentica j a m prius facta, occa-
sione scrupuli fratris Ephrem, die 21
Januarii 1 8 6 3 .
nCasterum nemini ordinato rationa-
bilis et fundatus scrupulus inesse po-
test. N a m in praxi Episcopi solent
ita procederé, ut in re tanti momenti
tutiorem viam semper teneant. Aliun-
de tot ministris et officialibus incum-
bit munus invigilandi de ritu in ordi-
natione servando, ut moralis certitudo
habeatur quod omnia recte et valide
gesta fuerint.»
E l P. Varceno, en el t o m o 2 de su
a

cío con la patena vacía encima, y que

lo mismo sucede con los otros órdenes
inferiores « p e r rerum ad ministeria
sua pertinentium assignationem;» y
como ni en el subdiaconado ni en los
cuatro órdenes menores hay imposi-
ción de las manos por el Obispo, se
seguiría que la ordenación seria nula,
si el Concilio, al hablar de la entrega
ó asignación de los instrumentos, ha-
blase de la materia accidental del
Urden.
3." E l Florentino, en un decreto
doctrinal y de tanta trascendencia,
lejos de enseñar á la Iglesia católica
la doctrina genuina acerca de la ma-
teria y forma del sacramento del O r -
den, la hubiera oscurecido. H e aquí
las graves palabras del doctísimo B i l -
luart (diss. 2 , De mat. et form. singu-
lorum ordinum, art. 1 , dico 1 ) : «Absur-
dum autem foret dicere Concilium in-
lellexisse de materia et forma acciden-.
tali, et siluisse de essentiali in decreto
guir la opinión más segura, tocando
los instrumentos que usan los latinos
(Núm. 742.)
2580. P . Para la validez de la
ordenación, ¿es necesario que el orde-
nando toque físicamente los instru-
mentos?
R. San L i g o r i o , en el lib. 6, núme-
r o 7 4 3 , dice que hay dos opiniones pro-
bables: la una opina que no es nece-
sario; «quia, humano modo loquendo,
hoc ipso quod aliquis rem alteri offe-
rat et alter significet aliquo sensibili
signo acceptare illam, j a m censetur
acceptare, esto non tangat.» L a otra
opinión, dice el Santo Doctor, es más
común, y afirma ser necesario el con-
tacto físico de los instrumentos para
la validez del O r d e n ; así como en el
Bautismo, en la Confirmación y en la
Extremaunción es necesario, para la
validez, el contacto físico del que re-
cibe estos Sacramentos. E l Santo con-
venían los defensores de la una y de T u r í n ) , De sacram. Ord., art. 2, dice
la otra opinión en que se debía repetir así: «Quaritur: A n requiratur physi-
la ordenación cuando constaba que el cus instrumentorum tactus?—R. D ú -
ordenando no había tocado la m a t e - plex est sententia. Ssntentia affirmans
ria; pero el P. Gury, en la edición de est tutior, et ideo in praxi sequenda.
Barcelona de 1 S 7 0 , tomo 2, De Ordi-\ Attamen sententia negativa etiam tuta
ne, cap. 2, núm. 7 0 2 , dice así: «Qua-^ dicenda est ex decisione Sacras Con-
j'es i . ° : An requiratur tactus physicus gregationis Rituum; et eadem C o n -
instrumentorum ? — Respond . : Dicit gregatio id rursus confirmavit in Ro-
Sanctus Ligorius, núm. 7 4 3 , duplicem mana, 2 1 Januarii 1 8 6 3 . »
dari sententiam probabüem, et c o n - E l que no está al corriente sobre
sequenter tutiorem in praxi sequen- esta cuestión, creerá de buena fe que
dam esse. Attamen sententia nega- es cosa cierta y determinada que no
tiva tata dicenda est ex decisione Sacra es necesario el contacto físico de los
Congreg. Rituum. E t e n i m cum reli- instrumentos en el sacerdocio, diaco-
giosus quídam gallus, n o m i n e E p h r e m nado y demás órdenes para la validez
Chasteau, ñeque calicem ñeque pate- de la ordenación; pero mucho se equi-
nam tactu physico in sua ordinatione vocaría, en mi concepto, el que así
ad presbyteratum tetigisset, scrupulo j u z g a s e . L o s sabios autores de las
motus, casum Sacras Congregationi Vindicias Alfonsianas (p. 4 , q. 3 , art. t
Rituum proposuit. Sacra autem Con- et sequentibus) tratan con su a c o s -
gregatio ad scrupulum fratris Ephrem tumbrada solidez, erudición y c l a r i -
respondit: «Posse continuare celebrá- dad la presente cuestión.
is tionem S S . Sacrificii absque ullo
Afirman que el P. Gury no refirió
 726 LIBRO VI. T R A T A D O
con exactitud el decreto de la Sagrada
Congregación, cuando dice: « A t t a m e n
sententia negativa tata dicenda est ex
decis. Sacra; Congregationis Rituum.
E t e n i m cum religiosusquidam gallus,
nomine Ephrem Chasteau, ñeque cali-
cem ñequepatenam tactu physico in sua
ordinatione ad presbyteratum teti—
gisset, scrupulo motus, casum Sacra;
Congregationi Rituum proposuit.» L a
razón es, porque el citado Ephrem
Chasteau no dijo que no había tocado
el cáliz y la patena, sino que tenía es-
crúpulo de no haber tocado el cáliz; y
así consta de la respuesta de la Sa-
grada Congregación, como se lee en
la colección auténtica de Gardellini
(2143). H e aquí sus literales palabras:
« A d scrupulum fratris Ephrem Chas-
teau proagentis Recollectorum Gallias,
nempe, se non tetigisse tactu physico ca-
licem in sua ordinatione ad presbyte-
ratum: «Sacra Congregatio respon-
» d i t : Posse continuare celebrationem
» S S . Sacrificii absque ullo scrupulo
» a c tuta prorsus conscientia. D i e 3
« D e c e m b . 1661.» Aquí se v e :
i.° Que no se hablaba sino del
escrúpulo de no haber tocado el cáliz.
2. u
Que no había certeza alguna,
sino un mero escrúpulo de no haberle
tocado.
3. 0
Que en esta declaración de la
Sagrada Congregación no se resolvió
la trascendental cuestión de derecho
sobre si es necesario el contacto físico
de los instrumentos para la validez de
la ordenación del sacerdocio , d i a c o -
nado, etc., sino una cuestión de hecho
sobre el escrúpulo que tenía el religio-
so Chasteau acerca de si había tocado
el cáliz cuando se ordenó de sacer-
dote.
4. 0
Se prueba que esto es así,
porque habiéndose dado el decreto
en 1661 , ninguno de los autores que
trataron esta cuestión antes ó después
que San L i g o r i o , ha hecho aprecio de
esta resolución; antes bien muchos y
muy graves doctores han seguido d e -
L a s Vindicias Alfonsianas , en el
fendiendo hasta nuestros días que el mismo artículo, hacen la siguiente
VIL
contacto físico de los instrumentos
por parte del que se ordena de sacer-
dote , etc. , es necesario para la vali-
dez de la ordenación. Esto prueba
evidentemente que ninguno considéra-
la citada declaración de la Sagrada
Congregación de R i t o s , dada en 1661,
como una decisión de derecho de la
cuestión trascendental ventilada entre
los teólogos católicos, sino como una
declaración acerca del escrúpulo de un
hecho particular circunstanciado.
5.
0
L a declaración dada al P . Pe-
rrone en 1863, que alegan los Padres
Gury y Balleiini , respecto de un j e -
suíta que dudaba de , la validez de
su ordenación , tiene la misma solu-
ción que el caso anterior del religioso
Ephrem Chasteau , puesto que con-
fiesan estos autores que los dos casos
eran semejantes: Similis casus Romee prc
neosacerdoie Collegii Jiomani Societatis
Jesu , etc.; y, por lo tanto, al escrúpu-
lo del Padre jesuíta la Sagrada Con-
gregación dio la misma respuesta que
había dado al escrúpulo de Chasteau:
«Qua; (Sacra Congregatio) idem omni-
no responsum dedit, ex declaratione
authentica jam prius facta occasione
scrupulifratris Ephrem.» Pero todavía
hay más, cerno se ve por la respuesta
que dan las Vindicias Alfonsianas, en
el lugar citado, al fin del art.
« Q u o a d alteram posteriorem decisio-
nem Sacrae Rituum Congregationis
diei 21 Januarii 1863 a ciar. Ballerino
cum P . Gury allegatam, sequentia
advertimus. Ista decisio non reperitur
nec in triplici appendice ad Gardelli-
nium nuper evulgata, nec in regestis
Sacrae Rituum Congregationis : unde
conjicere l i c e t , ciar. P. Perrone non-
nisioretenus Sacram Congregationem
de isto casu interrogasse. Cum autem
de simili casu sermo sit, similitercon^
cludendum est Sacram Congrega-
tionem definitionem quasstionis inter
theologos controversa; non inten-
disse.»
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 727
prudente reflexión: « N e m i n e m insu- rendo ut ab ómnibus ordinandis veré,
per latet, regulariter ad Sacram Con- physice et realiter tangatur materia
gregationem Concilii spectare quass- tradita: quce praxis per traditionem ex
tiones circa valorem Sacramentorum Christi institutione profecta esse vi-
inter theologos controversas definiré; detur. T u m etiam , quia in quolibet
et ideo j a m ex hoc capite praasumi Sacramento habente materiam neces-
non potest in hoc casu particular! se est, ut suscipiens contingat illam,
fuisse intentionem Sacra; Ritum Con- sicuti patet in Baptismo , Confirma-
gregationis definiendi sententiam qua; tione, et alus. Objectiones adversario-
physicum instrumentorum tactum re- rum simul diffuse refellit, et Mas-
quirit improbabilem esse, nec mereri trium citat, qui refert Clementem VIII
ut ipsius ulla ratio habeatur.» aliquos , omisso tactu physico , ab epis-
L a edición de Gury de 1875 , ano- copo Sagiensi ordinatos , sub condi-
tada por un teólogo romano , rectifica tione reordinari preecepisse.»
lo que había dicho Gury de que era D s modo que esta opinión, además
segura la sentencia de los que afirma- de ser más común y autorizada, tiene
ban que para la validez de la ordena- á su favor á los autores que defienden
ción no era necesario el contacto físi- la opinión contraria especulativamen-
co de los instrumentos por parte del te , pues apenas se encuentran algu-
ordenando, fundado en la citada res- nos que no afirmen que, en cuanto á
puesta de la Sagrada Congregación Xa. práctica, se ha de t e n e r l o / necesario
de R i t o s . E l teólogo romano pone la para la validez el contacto físico de
siguiente nota á las palabras de Gury los instrumentos por parte del orde-
(pág. 400): «Scire hic opus e s s e t , an nando. Por lo tanto , esta cuestión ni
Sacra Congregatio de dubio juris, vel se ha definido ni se definirá jamás,
potius de dubio facti responderit, cum mientras no la decida la Silla A p o s -
scepe contingat ut ejusmodi responsa tólica: ni creo que ninguna de las Sa-
non juris queestiones, sed casum particu- gradas Congregaciones la decida sin
larem respiciant. Quod autem hoc pos- que preceda la aprobación del R o m a -
teriori sensu citata Sacras Congrega- no Pontífice.
tionis resolutio sit accipienda , suadet D e las demás dificultades acerca de
mentio scrupuli quas ibidem oceurrit; la materia y forma de cada orden en
etenim si de jure quasstio fuisset, du- particular , se dirá más adelante en
bium hujusmodi, ob oppositas theolo- sus lugares respectivos.
gorum sententias, nomine scrupuli
traducere a praxi Sacras C o n g r e g a -
ARTÍCULO V
tionis alienum videretur.»
Por último, la opinión que afirma Del ministro del Orden en general.
ser necesario el contacto físico de los
instrumentos, no sólo es más común 2582. E l ministro del sacramen-
entre los teólogos más eminentes, in- to del Orden es de dos maneras: or-
cluso Santo T o m á s , sino que está dinario y extraordinario. E l ministro
expresa en el Pontifical R o m a n o , que, ordinario es solamente el Obispo. E l
hablando del Obispo que hace los ó r - Concilio Florentino (in decreto Unio-
denes , le dice así: »Moneat ordinan- nis) dice así: «Ordinarius minister
dos, ut instrumenta, in quibus character hujus Sacramenti (Ordinis) est Epis-
imprimitur, tangant;» y las Vindicias copus; » y el Tridentino, en la ses. 23,
Alfonsianas (en el art. 2 citado) aña- can. 7, definió dogmáticamente lo si-
den: « U t advertit Fagnanus, quod ex guíente: « S i quis dixerit Episcopos
perpetua Ecclesia; praxi ab ómnibus non esse presbyteris superiores, vel
Episcopis observa tur, sollicite requi- non habere potestatem confirmandi
 LIBRO VI. T R A T A D O VII. DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 729
et ordinandi, vel eam quam luibent illis cor-epíscopos eran verdaderos O b i s -
bla del subdiaconado, sino del sacer pensión, aunque sea perpetua y ecle-
esse cum presbyteris communem..., ana- pos consagrados.
docio y del diaconado, que siempre siástica, ni una capellanía laical.
thema sit.» E s , pues , un dogma ca- En cuanto á los diáconos , aunque fueron tenidos por sagrados y mayo 2. a
Que no se hubiese obtenido el
tólico que sólo el Obispo válidamente graves autores afirman que Inocen-
res propter immediatam relationem ad beneficio en fraude del Obispo del
consagrado es ministro ordinario del cio V I I I en 1489 concedió á los aba-
corpus Christi (como dice el A n g é l i c o ) origen ó del domicilio.
sacramento del Orden. Dije válida- des del Cister la facultad de conferir
qualis est sacerdos, qui illud conse 3. a
Que, deducidas las cargas del
mente consagrado, porque aun cuando el diaconado á sus subditos, la opi-
crat, diaconus qui ministrat, non sub- beneficio, quede lo suficiente al orde-
sea excomulgado vitando, cismático, nión más común y más probable no
diaconus.» nando ad congruam vita susteniatio-
hereje, degradado, son válidos los ór- tiene por auténtico dicho privilegio;
2584. Aunque el Obispo es el nem; advirtiendo que si los frutos del
denes que confiera , porque la potes- porque ni se encuentra en el Bularlo
ministro ordinario del Orden, no pue- beneficio no bastasen, no se puede
tad episcopal que se le imprime en la R o m a n o , ni es de creer que los mon-
de ordenar sino á los propios subdi- suplir añadiendo patrimonio.
consagración es indeleble; y esta po- jes hubiesen dejado caer en desuso
tos: Unusquisque a proprio Episcopo or E n cuanto á la tasa para la c o n -
testad lleva consigo un carácter dis- semejante privilegio , si realmente lo
diñe tur, dice el Tridentino (ses. 23, grua sustentación, se ha de atender
tinto del que se imprime en el presbi- tuviesen, ni se hace mención de él en
cap. 8). Por propio Obispo se entien- á la señalada en la diócesis donde
terado, ó ya sea, como quieren otros, el Concilio Tridentino. Por último, el
de en este lugar aquel en que el orde- está el beneficio, si éste pide la resi-
una extensión del carácter del presbi- privilegio que se cita contiene una
nando nació, no casualmente, sino dencia; y si no la pide, se ha de aten-
terado, como queda probado, y es la | concesión repugnante ; porque en su
por estar allí domiciliados sus padres der á la señalada en el lugar del do-
opinión que más me agrada. primera parte supone que el abad del éste se llama subdito del Obispo ra micilio del ordenando. E n cuanto á si
Aunque el Maestro de las Senten- Cister pidió facultad para conferir la tione originis. * Pero el que per accidens se han de rebajar de la tasa las car-
cias dejó irresoluta esta cuestión, primera tonsura y los órdenes m e n o - naciese en un lugar en el cual viviese gas de Misas que tiene el beneficio,
Santo T o m á s la puso en tan clara res, y la concesión da facultad para tiempo suficiente para contraer impe esto se deja al arbitrio y conciencia
luz, que arrastró en pos de sí á todos conferir el subdiaconado y el diaco- dimento canónico, debería presentar de los Ordinarios: «qui, spectatis lo-
los doctores católicos, como dice el nado; esto es, el Papa , sin que se le al Obispo ordenante letras testimo corum et personarum conditionibus,
P. Perrone (De Ordine, cap. 4, núme- pidiese , concede un privilegio que niales del Obispo del sitio en que ca vel in particularibus eventibus sta-
ro 136), donde dice así: « N u n c j a m a jamás se había concedido, y que, s e - sualmente nació. * tuant, vel etiam in synodo per m o -
pluribus S 3 3 c u l i s sola viget Sancti Tilo- gún Santo T o m á s y otros graves t e ó -
E l segundo modo de hacerse sub- dum legis decernant an onera Missa-
ma doctrina , cui suffragium accésit logos, no podía conceder el R o m a n o
dito del Obispo es ratione domicilii; rum sint aut non sint detrahenda e
universa: Ecclesia:, ordinationes ab haj- Pontífice.
esto es, que haya habitado diez años redditibus beneficii, e quibus ordinan-
r e t i c i s , schismaticis ac simoniacis dus suam honestam sustentationem
V o y á copiar lo que dice el A n g é l i - en aquella diócesis, ó trasladado á
factas validas omnino esse habendas. est percepturus» (lib. 12 De Synodo
co Maestro acerca de este punto: « A d ella la mayor parte de sus bienes y
Irrito prorsus conatu Hyacintus Sba- Dicecesana, cap. 9, n ú m . 6, in fine),
tertium d i c e n d u m , quod Papa, qui permanecido allí por algún tiempo al
ralea, post Morinum, contrarium sua- donde trata esta materia con su acos-
habet plenitudinem potestatis pontifi- arbitrio del Ordinario de aquel lugar;
dere tentavit in disput. de sacris pra- tumbrada erudición y solidez.
calis, potest committere non E p i s c o - pero en ambos casos ha de jurar que
vorum ordinationibus.»
po ea, quas ad episcopalem dignitatem tiene intención de permanecer allí 2586. E l cuarto título es ratione
2 5 8 3 . E l ministro extraordinnrio pertinent, dummodo illa non habeant siempre. Son palabras de la bula Spe- famidatus. Para que este título sea
del Orden, en cuanto á la colación immediatam relationem ad verum cor- culatores, publicada en 1694 por I n o - suficiente, han de concurrir tres c o n -
de la primera tonsura y los cuatro [ pus Christi: et ideo ex ejus c o m m i s - cencio X I I . diciones:
órdenes menores , por comisión del 'sione aliquis sacerdos simplex potest 2585. E l cuasi-domicilio en una i. Que por espacio de un trienio
a

R o m a n o Pontífice, puede serlo el sim-
ple sacerdote. Esto consta del derecho
canónico, y está consignado expresa-
mente en el Tridentino. E n cuanto al
presbiterado , en el día es opinión
corriente que el R o m a n o Pontífice no
puede dar comisión á un simple sacer-
conferre minores ordines et confirma-
re, non autem aliquis non sacerdos;
nec iterum sacerdos majores ordines,
qui habent immediatam relationem ad
corpus Christi , supra quod conse-
crandum Papa non habet majorem
potestatem, quam simplex sacerdos.»
diócesis no es título bastante para íntegro moralmente el familiar de un
poder ser ordenado por el Obispo de Obispo haya permanecido al servicio
aquel lugar. E l tercer título para p o - suyo y alimentádose también á costa
der ser ordenado por el Obispo de una del Obispo, a u n cuando el trienio se
diócesis es cuando el ordenando ad- hubiese comenzado antes que el Obis-
quiere un beneficio eclesiástico, y le po fuese promovido al episcopado.
posee en alguna diócesis; pero para 2. Que el Obispo, dentro del tér-
a

dote para ordenar presbíteros ; y la (In Supplem., 3 . p., q. 3S, art. 1

a
que este título sea bastante, han de mino de un mes de haber ordenado á
opinión de algunos teólogos y cano- ad 3. " )
11 1
concurrir las siguientes circunstan- un familiar suyo (que tenga la prime-
nistas antiguos que defendieron lo
Billuart advierte que cuando Santo cias: ra condición), le ha de dar un benefi-
contrario, en el día está anticuada. Se
T o m á s dice que el Papa no puede co- 1.
a
Que sea verdaderamente be- cio eclesiástico cuyos réditos sean su-
fundaban en que algunos cor-episco-
misionar á un simple sacerdote para neficio eclesiástico; y así, no se repu- ficientes ad congruam sustentationem.
pos ordenaban de presbíteros; pero esos
conferir los órdenes mayores, no ha- tan tal ni el título de Misas, ni una Aunque algunos antiguos canonistas
 7J0 LIBRO
fueron de opinión que el Obispo cum-
plía con que se formase patrimonio
al así ordenado, en el día no se puede
sostener esta opinión, por haber de-
clarado lo contrario la Sagrada Con-
gregación del Concilio, ni tampoco
cumple ordenándole á título de algu-
na pensión.
3. a
E l familiar así ordenado ha
de presentar las testimoniales de su
edad, costumbres, etc., del propio
Obispo de la diócesis donde nació y
del de su domicilio, a u n cuando el
ordenando hubiese salido de su país
VI. TRATADO VIL
pero esía opinión no puede sostener-
se, porque el Tridenlino exige la li-
cencia expresa del propio Obispo; y
esío se hizo para quitar equivocacio-
nes y disgusíos eníre los Prelados.
(San L i g o r i o , lib. 6, núm. 789.)
2588. E s más probable que e!
Obispo que ordena á un subdito ajeno
que presenta las dimisorias de su
Obispo propio no puede dispensar ai
ordenando de alguna irregularidad ó
de otro canónico impedimento, si le
tiene; porque las dimisorias tan sólo
le autorizan para que le ordene, á nc
DEL SACRAMENTO DEL
al Obispo de la diócesis; y si el con-
vento estuviese situado in territorio
ntdlins dicecesis, deben dirigirse las di-
misorias al Obispo más próximo al
convento.
En el caso de que el Obispo propio
ó el más próximo (si el convento se
encuenlraen lerrilorio nullius dicecesis)
no hagan órdenes en aquella lémpora,
los superiores regulares pueden diri-
gir las dimisorias á cualquier oíro
Obispo; pero en esfe caso los regula-
res que se han de ordenar por otro
Obispo que no sea el de su diócesis,
ORDEN. 733
puede dar dimisorias (sin expresa c o -
misión de su Obispo) para que los
Diocesanos de éste puedan ser orde-
nados por el Obispo de otra diócesis:
ex cap. 3, De temp. ordin.
E l vicario general y gobernador,
sede vacante, de una diócesis pueden
dar dimisorias á sus súbdilos para
que puedan ser Ordenados por el Obis-
po de otra diócesis; pero no lo pueden
hacer durante el primer año de la va-
cante, ó sea el año del luto. Así lo
determinó el Tridentino en la se-
sión 7 . , cap. 10; y si el Capítulo
a

natal en la edad infantil, «saltem ad
testificandum de natal ibas ac célale, prout
a Sacra Congregatione resolutum re-
ferí P. Zacharias.» Son palabras de
San L i g o r i o , en el lib. 6, al fin del
núm. 789.
Se consideran familiares del O b i s -
po, para ser ordenados por él, los que
ser que se exprese en ellas la delega-
ción para dispensar de la irregulari-
dad ó de algún oíro impedimenío ca-
nónico (San L i g o r i o , en el lugar cila-
do, dnbit. 2). L a razón de lo primero
es porque es principio de ambos de-
rechos, canónico y civil, que los pri-
vilegios no se exlienden fuera del caso
además de las dimisorias de su pre-
lado regular, es indispensable que lle-
ven también testimonio del vicario ge-
neral, ó del canciller, ó del secretario
del propio Obispo, en que conste que
ésíe se halla ausente de la diócesis, ó
que, aunque está en ella, no hace ór-
denes. E n este caso, los regulares no
diese las dimisorias, incurriría en
entredicho, y los así ordenados, si
los órdenes son menores, no gozan
de privilegio alguno clerical; y si re-
cibieron órdenes mayores , quedan
suspensos de su ejecución, al arbitrio
del Obispo futuro;' pero el Tridenti-
no, en el mismo lugar (ses. 7. , ca- a

lienen las íres aníeriores condiciones,
a u n cuando no vivan en la casa del
Obispo, con í a l que vivan en el lugar
donde eslá el Obispo, ó cerca de él.
Otra cosa sería si viviesen á diez l e -
guas de distancia de donde vive el
Obispo, como dicen unos, ó á la dis-
tancia de dos dietas, esto es, á dos
días de camino, como dicen otros.
* A los cuatro tílulos anteriormen-
í e enumerados hay que añadir hoy
oíro título, que es el de excardinación
de una diócesis é incardinación en
oíra, al tenor del decreto de la Sagra-
da Congregación del Concilio de 20
de Julio de 1898, que empieza ^4 pri-
vas Ecclesia sceculis, como se puede
ver en el Apéndice núm. 4 . * 0
2587. P. Cuando no hay ningún
tílulo jusfo para que el Obispo orde-
ne al subdito ajeno, ¿baslará que ten-
ga la esperanza fundada de que el
Obispo propio del ordenando aprobará
la ordenación hecha?
R. Algunos autores fueron de opi-
nión que si los dos Obispos tenían ín-
tima amistad, bien podría el uno or-
denar á los s u b d i t o s del oíro si íenía
fundada esperanza de la ralihabición;
que expresan; y cuando los casos son
diferenles, de la concesión del uno no
se puede inferirla concesión del oíro,
á no ser que aquél esíé necesariamen-
íe conexo con ésíe. Cuando el Obispo
da dimisorias á un súbdiío suyo para
que oíro Obispo le confiera el subdia-
conado, si aquél á quien se dan las
dimisorias no esíuviese confirmado,
ni hubiese recibido la prima lonsura,
ni los órdenes menores, bien puede el
Obispo á quien se dio facultad de or-
denarle de subdiácono , confirmarle y
conferirle la prima íonsura y los ór-
denes menores; porque aquí la conce-
sión de lo mayor incluye necesaria-
mente la concesión de lo menor, y
realmeníe en esta materia de la orde-
nación lodo períenece á un mismo
género, inclusa la Confirmación, que
debe preceder á la ordenación. San
L i g o r i o (lib. 6, n ú m . 788), Scavini
(edición de 1874, l o m o 3, núm. 549)-
2589. E n cuanto á los regulares,
su Obispo propio es aquel en cuyo
terrilorio está situado su convento;
así es que los superiores de los regu-
lares, cuando sus subditos se han de
ordenar, deben dirigir las dimisorias
necesitan más dimisorias que las de pítulo 10), exceptúa á aquellos que se
su prelado regular, y el ya dicho tes- llaman coartados, y permite que el
timonio de que no se celebran órde- Capítulo, sede vacante, ó sea el go-
nes en el territorio de su propio bernador y vicario general, pueda dar
Obispo. las dimisorias. Por coartado (arctatus)
se entiende, no solamente el que p o -
E l prelado regular faltaría al pre-
see el beneficio, ó tiene derecho á él,
cepto de Clemente V I I I si de intento
como quería Croix, sino también
(ex industria) esperase á que el propio
aquel que tan sólo fué presentado
Obispo no hiciese órdenes, para de
esta manera poder enviar sus subditos para beneficio, aun cuando no esté
al Obispo de otra diócesis; y añade tonsurado, como lo declaró la Sagra-
San L i g o r i o : « E t praecipitur obser- da Congregación por las siguientes
vantia hujus decreti (Clementis V I I I ) palabras: «Vicarius capitularis, sede
sub pcena privationis vocis el officii.» vacanle, intra annum potest conce-
T o d o esto fué confirmado por B e n e - deré litteras dimissorias ad primam
dicto X I V en su bula Impositi nobis, tonsuram ei qui estpraseniatus a per-
año 1 7 4 7 , en la cual determina tam- sonis laicis ad beneficium ecclesias-
bién que el tal regular debe ser exa- ticum juris patronatus ipsorum, ut
minado por el Obispo; pero se ha de ille obtinere valeat.»
entender que debe, cuando no le cons-
A las anteriores palabras de la Sa-
ta moralmente la capacidad del orde-
grada Congregación añade San L i g o -
nado; y así los Obispos muchas veces
rio (lib. 6, hacia el principio del nú-
no examinan á los regulares.
mero 788): « Recte tamen dicit Croix,
2 5 9 0 . E l vicario general del Obis- loe. c i t . , cum G a r c í a , U g o l i n o et
po no puede dar licencia á un Obispo R i c c i o , non dici arctalum eum, cui
de otra diócesis para que celebre ó r - aliquis vult resignare beneficium, r e -
denes en la diócesis de que es v i c a - quirens ordinem, quo ille caret.»
rio general, á no ser que tenga para 2591. P í o I X , en su constitución
ello especial m a n d a t o ; ni tampoco Apostolices Sedis, de 12 de Octubre
 732 LIBRO VI. TRATADO VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 733
de i86g, impuso la siguiente suspen- dichos Obispos excomulgados, etc.. necesario para exigir las testimoniales Obispos en cuyas diócesis hubiesen
sión lata, reservada al Papa: « 6 . a
no incurre propiamente en suspen- para el ordenando que moró fuera de permanecido por el espacio de tres
Suspensionem ab ordine susceptoipso sión; porque no es lo mismo incurrir la diócesis donde va á ordenarse, dice meses, extendiéndose después esta
jure incurrunt, qui eumdem ordinem en suspensión de orden que en sus- así: « Si tamen hac in re quasratur disposición á los clérigos seculares,
recipere prsesumpserunt ab excom- pensión del ejercicio del Orden: cuan- aliqua regula, tutissime posset aptari como puede verse en la resolución in
municato, vel suspenso, vel interdicto do se impone suspensión del Orden, illa, quas viget de litteris testimonia- Firmana, del g Septiembre de 1893.
nominatim denuntiatis, aut ab baere- hay propiamente censura; pero cuan- libus de siatu libero pro matrimonio Pónense á continuación las disposi-
tico vel schismatico n o t o r i o : eum do tan sólo se impone suspensión de: contrahendo ab illis exhibendis, qui ciones que el decreto Auctis, publica-
vero, qui bona fide a q u o p i a m eorum ejercicio del Orden, no es propiamente commorati fuerint tantum temporis do en 4 de Noviembre de 1892 por la
est ordinatus, exercitium non habere suspenso ni irregular, sino impropia- in variis locis, ut documentum liberi Sagrada Congregación de Obispos y
ordinis sic suscepti, doñee dispense- mente, «quatenus ante dispensatio- status existimetur necessarium.» Regulares, contiene en los números
tur, declaramus.» nem peccat ministrando in susceptis. > 1 y 2 acerca de las dimisorias que los
Scavini está más expreso, pues dice
Para la inteligencia de la anterior (Thesaurus in doctissimo opere D: que para probar que el que trata de Superiores de los Institutos religiosos
suspensión se han de notar aquellas paenis eccles., part. 2. , verb. Ordo, a
contraer matrimonio es libre, basta deben conceder á sus subditos para
palabras: cap. 24.) que no haya llegado á seis meses el ordenarse; omitimos el preámbulo,
i.° Que para incurrir en ella es 2592. E n cuanto á las penas en tiempo que el contrayente estuvo en por brevedad: « I . Firmis remanenti-
preciso que los ordenandos tengan que incurre el Obispo que sobre esta diócesis ajena, y que esto mismo pue- bus constitutions S. Pii V , diei 14
conocimiento de la censura, porque materia falta á lo prescrito por el de servir de regla para el que se ha de Oct. anni 1568, incipiente Romanus
el Papa dice: «Qui eumdem ordinem Tridentino, he aquí la tercera sus- ordenar y estuvo algún tiempo en otra Pontifex , et declaratione sanas m e -
recipere prczsumpserunl.» « I d est, dice pensión que aquel Concilio impo- diócesis: « T e m p u s autem commora- morias Pii P. P. I X , edita die 12 mens.
el doctísimo A v a n z i n i , scieníer recepe- ¡ ne: « 3 . Suspensionem per annum ab
a tionis in aliena dicecesi, ur neces- Junii anni 1S5S, quibus Superioribus
runt ordinem ab eis, a quibus recipi ordinum administratione ipso jure in- sarias sint testimoniales illius E p i s - Ordinum regularium prohibetur, ne
non debet; et hsec suspensio est R o - curruntordinantes alienum subditum. copi, solet communiter determinan litteras dimissoriales concedant novi-
mano Pontifici reservata;» de modo etiam sub pnctextu beneficii statim ad sex menses, ut in matrimoniis tiis aut professis votorum simplicium
que la ignorancia, aunque sea crasa conferendi aut j a m collati, sed mini- pro statu libero.» (Edición de 1874, triennalium, ad hoc ut titulo pauper-
ó supina, excusa de incurrir en ella. me sufflcientis, absque ejus Episcopi tomo 3, núm. 547, nota 3.) tatis ad S. S. Ordines promoveri v a -
2.° Si el Obispo que da los órde- litteris dimissorialibus, vel etiam sub- leant; easdem dispositiones extendun-
* L a Sagrada Congregación del San-
nes, aunque esté excomulgado, sus- ditum proprium, qui alibi tanto tem- tur etiam ad Instituía votorum s i m -
to Oficio, 16 de Septiembre de 1894,
penso, ó entredicho, no está denun- pore moratus sit, ut canonicum im- plicium, ita ut horum Institutorum
contestó del modo siguiente á varias
ciado, no incurre en esta suspensión pedimentum contrahere ibi potuerit, Superiores non possint in posterum
preguntas que elevó á la resolución
el que recibe scieníer de él los órde- absque Ordinarii ejus loci litteris litteras dimissoriales concederé pro
de aquel Sagrado Tribunal el Señor
nes; pero la incurrirá, aunque no esté testimonialibus.» S. S. Ordinibus, vel quomodocumque
obispo de Urgel, acerca de las letras
denunciado , si el Obispo es hereje ad sacros Ordines alumnos promove-
2593. P. ¿Cuánto tiempo se ne- testimoniales que debían exigir los
ó cismático notorio. ré titulo mensas communis, vel m i s -
cesita para que el ordenando que vivió Sres. Obispos cuando los ordenandos
sionis, nisi illis tantum alumnis, qui
E l que con buena fe recibe los ór- fuera de la diócesis tenga necesidad hubiesen estado en muchas diócesis,
vota quidem Simplicia, sed perpetua
denes de cualquiera de los Obispos de las letras testimoniales del Dioce- á saber: « P r o clericis ordinandis j a m
j a m emiserintet proprio Instituto sta-
anteriores, no incurre en suspensión sano donde residió, para que se pueda militiaa addictis, sub posna a consti-
biliter aggregati fuerint; vel qui sal-
reservada, porque las palabras doñee calcular que pudo contraer allí algún tutione Apostolices Sedis comminata,
tem per triennium permanserint in
dispenselur, como dice el citado A v a n - impedimento canónico? requiri litteras testimoniales Ordina-
votis simplicibus temporaneis quoad
zini, «continent clausulam proal de R. Aquí no se trata de posibilidad rii in cujus dicecesi per trimestre com-
ea Instituta, quas ultra triennium per-
jure. In jure autem haec dispensatio física, la cual puede contraerse en un morati fuerint, et quatenus Ordinarii
petuam differunt professionem. R e v o -
non est reservata, uti constat ex a l l e - momento, sino de la posibilidad jurí- litteras plenum testimonium non red-
catis ad hunc effectum ómnibus i n -
gatis juris capitibus.» H e aquí las dica, que atiende á las circunstancias dant, Episcopus, obtenta ad hoc fa-
dultis ac privilegiis jam obtentis á
palabras de G r e g o r i o I X (in cap. De cúltate ab Apostólica Sede, provideat
de los lugares y de las personas; por- S. Sede, necnon dispositionibus c o n -
ordinatis ab Episcopo qui renuntiavit per juramentum suppletorium.»
que la ley no atiende á aquello que trariis in respectivis Constitutionibus
episcopatui): « C u m clericis qui ab ex-
puede suceder, sino á lo que más fre- Y a antes la Sagrada Congregación, contentis, etsi tales Constitutiones
communicato Episcopo ignoranter or-
cuentemente s u c e d e ; «ad quod ut in en un decreto dado el 27 de N o v i e m - fuerint a S. Ssde Apostólica appro-
dines receperunt, per suos poterit
pluribus accidit;» leg. Non ad ta ff., bre de i 8 g 2 , super disciplina regulan, batas.—II. H i n c notum sit oportet, de
Episcopos dispensari.»
de legibus. acordó que los religiosos que hubie- generali regula haud in posterum dis-
Aquí se ha de notar que el que con E l doctísimo A v a n z i n i , explicando sen estado en el servicio militar d e - pensatum iri, ut ad Majores Ordines
buena fe recibe los órdenes de uno de esta suspensión, respecto del tiempo bían presentar testimoniales de los
734 LIBRO VI. TRATADO
alumnus Congregationis votorum s o -
lemnium promoveatur, quin prius s o -
lemnem professionem emiserit, vel
per integrum triennium in votis sim-
plicibus perseveraverit, si alumnus
Instituto votorum simplicium sit ad-
dictus. Quod si interdum causa l e g i -
tima occurrat, cur quispiam Sacros
Ordines suscipiattriennio nondumex-
pleto, peti poterit ab Apostólica Sede
dispensatio, ut Clericus vota solemnia
nuncupare possit, quamvis non exple-
verit triennium; quoad Instituta vero
votorum simplicium, ut vota Simpli-
cia perpetua emittere possit, quamvis
non expleto tempore a respectivi Ins-
tituti Constitutionibus prasscripto pro
professione votorum simplicium per-
petuorum.» (Acia S. Sedis, volum. 25,
pág. 3 1 2 ) .
Surgieron algunas dudas acerca de
la inteligencia del anterior decreto, por
lo cual el E m m o . Cardenal Richard,
arzobispo de París, elevó las siguientes
consultas á la Sagrada Congregación
de Obispos y Regulares: « I . Utrum
nunc post decretum Auctis instituta
votorum simplicium, libere possint
sine indulto speciali alumnis suis d i -
missoriales litteras ad ordines conce-
d e r é . - I I . Quatenus afñrmative, utrum
hasc decisio restringenda sit ad insti-
tuta votorum simplicium s o l a e p i s c o -
pali auctoritate et approbatione m u -
n i t a . — I I I . Utrum nunc post decretum
Auctis instituta votorum simplicium
libere possint sine indulto speciali
alumnos suos promoveré ad ordinem
sacrum titulo mensas communis vel
alio s i m i l i . — I n Congregatione g F e b .
1 8 9 4 S. C , mature perpensis ó m n i -
bus propositis dubiis censuit rescri-
bendum prout rescripsit: Ad I . Nega-
iive. A d I I , Provisum in primo. Ad I I I
Negative. Datum Romas, ex Secreta-
ria S. C. E p . et R e g . , 12 Februarii
1 8 9 4 . (Acta S. Sedis, v o l . 2 6 , pá-
gina 1 1 6 ) . *
2594. E n cuanto al hijo ilegíti-
m o , se ha de atender al origen de la
madre: en cuanto al expósito, se ha
VIL
de atenderal lugardonde fuéexpuesto:
en cuanto al infiel convertido, al lugar
donde fué bautizado ( P a b l o I I I , cons-
titución Cupienies.—Varceno. De sa-
cram. Ord., cap. 2, art. 1 ) .
Más cosas pudieran decirse acerca
del ministro del Orden; pero me alar-
garía demasiado, y así me remito á
los teólogos y á los canonistas, que
tratan con más extensión esta ma-
teria.
CAPITULO II
ARTÍCULO PRIMERO
Del sujeto del Orden.
2595. P. ¿Cuántas cosas son ne-
cesarias en el sujeto del Orden para
la válida ordenación?
R. T r e s : que sea varón, que esté
bautizado, y que tenga intención.
Se necesita que sea varón, porque
las mujeres son incapaces, por dere-
cho divino, de recibir el sacramento
del Orden. Así consta de la práctica
universal de la Iglesia, del unánime
sentir de los teólogos católicos, y de
la Sagrada Escritura; porque el Após-
tol, en la primera carta á T i m o t e o ,
cap. 2, dice expresamente esto m i s -
mo: « D o c e r e autem mulieri non per-
mitto: mulieres in ecclesia taceant;
non enim permittitur eis loqui, sed
subditas esse...; turpe est enim mu-
lieri in ecclesia loqui.» Santo T o m á s ,
en el Suplemento de la 3 . parte, q. 39,
a tores que refutan esta fábula de Juana
art. 1, prueba que la mujer es incapaz
de recibir válidamente el Orden, por-
que en todo Sacramento la cosa sig-
nificada debe corresponder al signo;
y como el orden sacramental significa
cierta eminencia de grado, no puede
corresponder á la mujer, que por su
sexo tiene estado de sujeción: « M u -
lierem in ecclesia docere non permitto,
nec dominan in virum,» dice San P a -
blo ( I ad T i m . , cap. 2.) Si las muje-
DEL SACRAMENTO
res fuesen capaces de recibir órdenes,
no hubiera sido excluida de ellos la
Santísima Madre de Dios. L o s m o n -
tañistas, como dicen San Epifanio
(haeresi 49) y San Agustín (lib. De
Hceresibus, cap. 2 7 ) , conferían á las
mujeres, no sólo el diaconado y pres-
biterado, sino también el Episcopado:
pero éste es uno de los errores de
aquellos herejes.
Se hace mención en la historia
eclesiástica, con bastante frecuencia,
de episcopisas, presbíteras, diaconi-
sas y subdiaconisas; pero estos n o m -
bres se daban á aquellas mujeres cu-
yos maridos eran consagrados Obis-
pos, ú ordenados de presbíteros, etc.
En cuanto á las diaconisas, si bien
tenían alguna especie de consagra-
ción, no era orden sacramental, sino
que se las deputaba para asistir á las
mujeres adultas que se habían de
bautizar, á fin de que en el bautismo
de inmersión nada apareciese inde-
cente; para abrir la puerta de la iglesia
á las mujeres ; acompañarlas cuando
habían de ir á visitar á algún Obispo
ó presbítero; enseñarles los rudimen-
tos de la fe, etc. Véase á B i l l u a r t , al
fin de la diss. 3 . De sacram. Ord.,
a
primera digresión histórica.
E n cuanto á Juana la Papisa , i n -
glesa, es una pura fábula forjada por
los herejes para burlarse de la reli-
gión católica, y aceptada, por falta de
criterio, por algunos escritores católi-
cos. Véase á Billuart, en el lugar ci-
tado (digresión segunda histórica De
Joanna Papissa), el cual cita los au-
la Papisa, á saber: Baronio, Belarmi-
no, Florimundo, el ministro calvinista
Blondelo, el maestro dominicano L e -
Quien (Oriens Christianus, tomo 3 ,
pág. 3 8 1 y siguientes), Natal Alejan-
dro (in Hist. Eceles., sasc. I X , dis-
sert. 3 ) . L o s que tienen verdaderas
papisas son los protestantes , como
sucede hace años en Inglaterra con la
Después , en el mismo artículo,
actual reina Victoria, á la cual r e c o -
como el Santo es de opinión que el
nocen los protestantes ingleses como
Episcopado no es propiamente Sacra-
DEL ORDEN. 735
supremo Jerarca de su iglesia an-
glicana.
E l sujeto del Orden debe estar bau-
tizado. N o es necesario detenerse sobre
este punto , porque convienen todos
los autores católicos en que el Bautis-
mo es el fundamento de todos los
otros Sacramentos, y que sin él n i n -
gún otro se puede recibir válidamente;
tanto, que aun cuando uno fuera san-
tificado en el vientre de su madre,
como el Bautista , tendría necesidad
de ser bautizado para ser capaz de
recibir los otros Sacramentos; y aun-
que no consta de la Sagrada E s c r i -
tura , pero se cree piadosamente que
María Santísima, preservada de toda
culpa original y actual, fué bautizada
para poder recibir el sacramento de la
Eucaristía.
E n cuanto á los infantes , aunque
Durando y Tournely dicen que no
pueden recibir válidamente el Orden,
hace siglos que la angélica doctrina
de Santo T o m á s es generalmente
admitida en la Iglesia católica. H e
aquí el discurso de Santo T o m á s , en
el Suplemento de la 3 . p., q. 3 9 ,
a
art. 2: « T o d o s los Sacramentos que
exigen el acto del que recibe el Sacra-
mento , no los pueden recibir los i n -
fantes ; porque careciendo del uso de
la razón, no pueden prestar su c o n -
sentimiento; por ejemplo, la Peniten-
cia , en la cual los actos del que se
confiesa son la materia del Sacramen-
to; y el Matrimonio, en el que la ma-
nifestación del consentimiento en los
contrayentes es la forma del Sacra-
mento. Otra cosa sucede en los que
no exigen acto para su recepción,
sino que se da alguna potestad por
virtud d i v i n a , como en el Bautismo,
en la Confirmación y en el Orden. D e
aquí es que, como la potestad que se
da precede al acto, no se exige el acto
del que recibe el Sacramento, ni por
consiguiente el uso de la razón.»
736 LIBRO VI. T R A T A D O
mentó distinto del presbiterado, y que
no da facultad alguna nueva sobre el
verdadero cuerpo de Cristo , sino sobre
su cuerpo místico , que es la Iglesia,
dice así el Angélico: «Sed ad Episco-
patum requiritur actus suscipientis
curam animarum pastoralem; et ideo
est etiam de necessitate consecratio-
nis Episcopalis, quod usum rationis
habeat. Quídam autem d i c u n t , quod
ad omnes ordines requiritur usus ra-
tionis de necessitate Sacramenti; sed
eorum dictum ratione vel auctoritate
non confirmatur.»
Aquí se ha de notar:
i.° Que el infante ordenado de
órdenes mayores no está obligado á
guardar castidad ni á las Horas canó-
nicas, á no ser que después de haber
llegado á los dieciséis años de edad,
consintiese espontáneamente en tener
por válida la ordenación que recibió
en la infancia, dice Benedicto X I V .
2596. 2 . Se ha de notar tam-
0
bién que, aunque parece que Santo
T o m á s no admite que sea válida la
ordenación de un infante para el Epis-
copado, sin embargo, Billuart {De Or-
dine, diss. 3., art. 3, § 1), dice así:
« V e r u m dúo distinguenda sunt in
Episcopo, scilicet, extensio characte-
ris seu potestas, et cura pastoralis
animarum atque Ecclesia;, quacum
init matrimonium spirituale: ad hoc se-
cundum requiritur consensus, non ad
primum. E t hoc sensu intelligendum
esse Sanctum T h o m a m docent nobi-
les ejus interpretes Paludanus, D o -
minicus S o t o , G o n e t , etc.»
Esta doctrina de Santo T o m á s está
confirmada por Inocencio I I I , ex
cap. Tuce litiera, de clerico per saltum
ordinato, lib. 5, tít. 29, ubi Innocen-
tius I I I (son palabras de B i l l u a r t , en
el lugar citado) eum qui , susceptis
minoribus ordinibus infra annos dis-
cretionis, omisso diaconatu, ad sacer-
dotiurn promotus fuerat, jubet o r d i -
nari diaconum , non vero iterari mi-
nores ordines ante annos discretionis
collatos: ergo censebat illos valide
VIL
c o l l a t o s ; » y allí mismo cita Billuart
otros ejemplos. Véase también á M o -
rin, p. 3, De sacr. ordinat. , exerc. 5.
y á Martene, lib. 1, De Antiquit. Rit.,
cap. S, art. 3.
2597. 3." Para que el orden re-
cibido por un adulto sea válido, nc
basta que ni dé su consentimiento ni
le niegue, esto es, que esté neutral: es
indispensable que preste su consenti-
miento positivo. L a opinión de Ca-
yetano {in Commentariis 3 . a
partís
Sancti Tliomaz, q. 58) que dice que
;
aunque el adulto bautizado no con-
sienta en recibir el Sacramento , con
tal que no disienta y se mantenga
neutral lo recibe válidamente, es fal-
sa, como lo prueba victoriosamente
Soto (in 4 Sent., dist. 5 , q. u n i c .
art. 7). Silvio (in 3.' > partem Divi
,n
Thomae, q. 68, art. 7), después de
haber discutido largamente sobre esta
cuestión, concluye así: « E x j a m dictis
certum est, non sufficere quod quis ñe-
que sit volens, ñeque sit nolens; quia
talis non habet intentionem recipiendi
Sacramentum.» Valencia (t. 4, suo-
rum Commenlariorum Thcolog.,disp.4,
q. 3, punct. 2), dice: «Quod si neuter
prorsus aliquis esset, id est, qui ñeque
vellet ñeque nollet suscipere ; putavit
Cajetanus , si sic baptizaretur , fore
baptismum validum , sed admodum
false id putavit , ut multis argumen-
tis probat Sotus.»
T o d a s estas autoridades están co-
piadas literalmente del Bularía de
Benedicto X I V , en su constitución
apostólica dirigida Venerabili Fratri
Archiepiscopo T a r s e n s . , que comien-
za Postremo mense , de 28 de Febrero
de 1747 (tomo 2 , pág. 186). E n el
núm. 48 de dicha bula apostólica, ha-
blando de la decretal de Inocencio I I I
(enla quese fundaba equivocadamente
Cayetano), concluye así: «Itaque Pon-
tificis postea asserentis Sacramento
imprimí characterem «quando non in-
»venit obicem contraria; voluntatis,»
nemo non videt hanc mentem esse,
baptismatis haberi effectum «quando
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 737
tionem necessarius sit consensus or-
»quis vel in actu assensum praebeat,
d i n a n d i ? — R e s p . Affirmant omnes.
11 vel j a m ante praebuerit.» Quod si
H o c enim docet Innocentius I I I ,
Pontifex ea in sententia fuisset , sus-
cap. Majores extra De baptismo, ubi
cipiendo baptisma «satis esse volun-
11 tatem non obsistentem, utique non de- haac habentur: Ule qui numquam con-
sentit, sed penitus contradicit, nec
«crevisset, ut revera statuit, in amen-
rem, nec characterem suscipit Sacra-
utibus voluntatem necessario requiri
menti. Quod non minus de ordinatio-
11 antecedentem.» Esta cuestión la trata
ne, quam de baptismo verum habet.
San L i g o r i o en el lib. 6, números 80
Qui tamen non absolute contradicit,
y Si , y dice que los ordenados en la
sed tantum conditionali coactione or-
infancia, si á los dieciocho años de su
dinatur , puta , cum aliquis, conscius
edad aprueban la ordenación , deben
propriae infirmitatis, nollet absolute
guardar castidad , están obligados á
o r d i n a r i , sed cogente Episcopo , aut
las Horas canónicas , tienen impedi-
plebe, ordinatur, hunc valide ordina-
mento dirimente para contraer matri-
tu'm esse docent juris canonici inter-
m o n i o , y pueden ejercer los órdenes
pretes: quia, ómnibus spectatis , non
recibidos en la infancia. Esta es d o c -
reluctatur.» Estas últimas palabras
trina aceptada en el día por la senten-
de C ó n c i n a , si bien se meditan , no
cia comunísima de todos los teólogos,
quieren decir que basta que el orde-
como dice San L i g o r i o .
nando se muestre positivamente neu-
L a cita que pone San L i g o r i o en
tral, sino que, si bien al principio r e -
este l u g a r , diciendo que á los die-
sistía, al fin condescendió á la volun-
ciocho años de edad se dé opción á los
tad del Obispo y del pueblo; y así dio
ordenados en la infancia para que de-
por fin su consentimiento.
liberen si quieren ó no abrazar el orden
Ahora veamos lo que dice el C o m -
sagrado, refiriéndose á la bula de B e -
pendio Salmaticense en el lugar cita-
nedicto X I V ínter sollicitas, de 4 de
do: «Inquires 5. — An ad validam ordi-
Mayo de 1 7 4 5 , creo que está e q u i v o -
nationem necessarius sit consensus
cada ; porque Benedicto X I V , en el
ordinandi? H a n c quaestionem totidem
tomo 1 de su Biliario, pág. g n , que
verbis excitat P. Cóncina, et respon-
comienza Eo quamvis, § 28, dice que
det: Affirmant omnes; sed vix unus
se les debe preguntar, cuando tienen
affirmat universaliter, quia alias par-
diecisiete años de edad , si aprueban
vuli non possent valide ordinari. I g i -
su ordenación. Creo que esta es doc-
tur ad validam ordinationem absolute
trina corriente.
non requiritur consensus ordinandi,
Me he extendido algún tanto sobre
nisi in adultis, ut dictum est suprade
este punto, porque el Compendio S a l -
baptismo. « I m o ut adulti valide ordi-
maticense (al que yo mucho aprecio),
»nentur aut baptizentur, sufficit quod
en el trat. X X X , cap. 1, punt. 2, nú-
»non contradicant,» ut habetur in
mero 16, hablando del consentimien-
textu cap. Majores, laudato contra
to necesario para la validez del Orden
suam universalem positionem ab ipso
en los a d u l t o s , dice así: « I m o ut
P. Cóncina, lib. 1, diss. 2 De Ordine,
adulti valide ordinentur aut baptizen-
cap. 9, num. ult.»
tur , sufficit quod non contradicant, ut
E l Compendio Salmaticense incu-
habetur in textu cap. Majores, laudato
rrió en dos equivocaciones notables
contra suam universalem positionem
en este lugar: la primera, en atribuir
ab ipso P. Cóncina, lib. 1, diss. 2, De
á Cóncina que en el párrafo citado
Ordine, cap. 9, num. ult.» E n el lugar
hablaba de los párvulos, cuando ex-
que cita el Compendio Salmaticense,
presamente afirma que lo misrr.o se
el muy docto P. Cóncina dice así:
ha de decir del Orden que del B a u -
«Quaest. 6 . — A n ad validam ordina-
a
TOMO II.
 73» LIBRO VI. TRATADO VII.
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 739
tismo; y Cóncina, como tan gran teó- bitas m o r u m , scientia, astas legitima,
l o g o , sabía, y como tan buen católico interstitia, titulus, ordinatio gradatim 2599. L a segunda condición que de: «Antiqui etiam cañones prohibent
creía que los párvulos, para recibir et non per saltum, ac tándem i m m u - ha de tener el ordenando es la recti- ne semel inter clericos deputati «ad
válidamente el Bautismo, no era n e - nitas ab irregularitate; quae brevitei tud de intención, «scilicet, dice Billuart, «militarem expeditionem vel munus
cesario que tuviesen consentimiento probantur et explicantur.» ut, abdicatis curis sascularibus, libe- »aliquod sasculare pertranseant, sub
propio. L a segunda equivocación del rius et devotius Deo serviat. Unde oanathematis pcena.» V i d e Calcedo-
E s la primera disposición la voca-
Compendio Salmaticense consiste en ción divina; porque, como dice San peccat mortaliter qui sacras militias nensis Concilii, canonem septimum,
defender que en los adultos, para r e - Pablo ( c a p . 5 ad H e b r o s o s ) : « N e c adscribitur principaliter et prascise, ut Turonici quartum , et Triburiensis
cibir válidamente el Bautismo ó el quisquam sumit sibi honorem, sed obtineat pingue beneficium, sicque septimum ac vicesimum. Hujus ana-
Orden, basta que no contradigan, esto qui vocatur a Deo tamquam A a r o n . » lautius ac honorificentius v i v a t , ut thematis meminit quoque, ut adhuc
docet auctor (S. T h o m a s ) 2 . a
2. ,
a3 persistentis Sanctus Raymundus in
es, que estén neutrales: « I m o ut adul- Esta vocación e s , en mi concepto, la
q. 185, art. 1, de Episcopo appeten- Summa;» pero en el día, dice San L i -
ti valide ordinentur aut baptizentur, principal condición para que el orde-
te episcopatum propter divitias. R a - gorio (lib. 6, núm. 785, dubit. 2), «per
sufficit quod non contradicant.» E l nando pueda cumplir debidamente las
tio est, quia utitur fruendis, et fruitur se loquendo certum est (clericum ini-
texto que cita el Compendio S a l m a - obligaciones del sublime estado que
utendis in re gravi. Secus tamen si tiatum in minoribus, qui uxorem du-
ticense in cap. Majores, no tiene fuer- abraza. Cuando los A p ó s t o l e s , ha-
principaliter intenderet Deo serviré, cit) non peccare graviter: immo nec
za alguna, porque no tiene la inteli- biendo oído las obligaciones de los
et secundario frui beneficio. í d e m sub etiam leviter, si ob justam causam
gencia que le da este autor, como lo casados que Jesucristo les exponía, le
eadem distinctione plures censent de hoc facit, puta, ad sedandas inimici-
prueba la interpretación que le dio dijeron: Ergo non expedit nubere , Je-
eo qui tonsuram tantum et minores tias aut tentationes carnis, ad subve-
Benedicto X I V , siendo Papa, cuyas sucristo les respondió: « N o n omnes
ordines suscipit eo prascise animo, ut niendum fosminas pauperi, etc.; alias
palabras quedan ya citadas. capiunt verbum istud, sed quibus da-
beneficiis et privilegiis clericalibus ad non excusabitur a veniali. Dixi per se
L a opinión del Compendio S a l m a - tum est:» esto es, no todos son capa-
tempus fruatur, et exinde ducat uxo- loquendo, nam utrum graviter peccet
ticense es, no sólo contraria á Santo ces de vivir en el estado de celibato, qui certus de sua vocatione ad statum
T o m á s ( 3 . p., q. 88, art. 7), sino sino aquellos á quienes el Señor con-
a rem, aut aliter statum clericalem di-
ecclesiasticum, ab ea recedit ut sascu-
también á la opinión comunísima de cede el don de la continencia. Creo mittat; quod tamen alii non probant.»
lo fruatur, vide dicta t o m . 1, lib. 4, '
los teólogos; porque, como dice B i l - firmemente que la mayor parte de las Hasta aquí el docto Billuart, en el
num. 7S, ubi diximus de hoc me-
luart , «qui se habet mere passive, desgracias que hay en el mundo p r o - lugar citado.
tuendum, ne forte existat in malo sta-
seu, ut dicunt, neutraliter, ñeque vo- viene de que los hombres se equivo- 2800. P. ¿Cómo peca el que re-
tu.» San L i g o r i o , en el mismo núme-
lens, ñeque nolens, a fortiori qui re- can en la elección de estado. Del cibe algún orden sin ánimo de subir á
ro, hablando del que entrase novicio
luctatur, non percipit Sacramentum. acierto en esta materia depende en órdenes mayores?
sin ánimo de profesar, dice que con
Excipio Eucharistiam, quia cum con- gran parte la salvación del hombre. R. E s sentencia común y cierta,
dificultad se le podría excusar de pe-
sistat in re permanenti, independen- L o s predicadores y los confesores de- dice San L i g o r i o (lib. 6, núm. 785),
cado mortal, «propter damna t e m p o -
ter a qua vis intentione, tam susci-¡ bemos inculcar mucho á los fieles que que no peca mortalmente, y aun es
ralia et incommoda , quas religioni
pientis, quam ministrantis, remanet pidan incesantemente á Dios que los probable que ni peca venialmente:
tune frustra afferret.»
Sacramentum.» (De Sacram. in comm., . ilumine en el acierto sobre esta im- •«quia nullo jure prasscribitur alicui ad
diss. 6, de subjecto Sacramentar•um.) superiores ordines ascenderé, nisi quis 2602. Después pregunta el San-
portante materia: no sólo hablo de
acceptet beneficium requirens sacer- to Doctor: « A n peccet qui minores
los ordenandos, sino también de los
dotium vel ordinem sacrum, prout ordines aut primam tonsuram susci-
ARTICULO II que han de tomar el estado de matri-
sunt beneficia curata, seu ea quibus pit animo effugiendi forum laicale et
monio ó conservarse célibes, porque
De las cosas necesarias para la lícita sunt annexa onera cantandi Missam, postea redeundi ad sasculum?» A u n -
en todos los estados hay gravísimas
recepción del sacramento del Orden. E v a n g e l i u m , vel Epistolam, ut habe- que Palao y Escobedo defienden que
obligaciones y peligros, y Dios no
tur ex T r i d e n t . » (Sess. 22, cap. 4.) no comete culpa alguna, San L i g o r i o
niega sus auxilios á los que, habiendo
2601. P. ¿Cómo peca el clérigo dice que esta opinión no tiene bastan-
2598. N o todos los autores c o n - pedido el acierto al Señor con fervo-
qué, estando ordenado de menores, te probabilidad: que es probable la
vienen en el número de las c o n d i c i o - rosas oraciones, abrazan aquel estado
contrae matrimonio? opinión de L a y m a n , Sánchez, N a v a -
nes ó disposiciones que se requieren á que Dios los llama; y hablando de
R. Antiguamente estaba prohibido rro, etc., que dicen que peca m o r t a l -
para recibir lícitamente los órdenes. los ordenandos, dice Billuart en el lu-
á los clérigos, a u n de menores, retro- mente cuando uno recibe los órdenes
Billuart los enumera del modo si- gar citado: «Quia altissima munia et
ceder del estado eclesiástico, y hasta proponiéndose por fin principal e v a -
guiente (De sacram. Ord., diss. 3, gravissima onera ad quas vocatur or-
el siglo X I I I no se les permitió retro- dirse de un juicio secular que ya se
art. 3, § 2): «Novem conditiones seu dinandus, exerceri non possunt abs-
-ceder de dicho estado, aunque fuesen inició contra él; pero que si tan sólo
dispositiones requiruntur in ordinan- que speciali Dei auxilio. ínter varia
minoristas, como dice Juenin (in Com- se ordena por huir en general del j u i -
do ad licitam susceptionem ordinum, autem vocationis indicia potissimum
ment. Hist. et Dogm., diss. 9, q. 8, cio secular, peca venialmente, ratione
scilicet, vocatio, recta intentio, p r o - est recta intentio.» deordinationis finis ab Ecclesia intenti.
•cap. 4); y Berti (lib. 36, cap. 17) aña-
74o LIBRO VI. TRATADO
P o r último, San L i g o r i o tiene por
más probable la opinión de Victoria,
L e d e s m a , los Salmaticenses, etc., que
afirman que peca mortalmente el que
se ordena con el fin principal de huir
del juicio secular, a u n cuando no se
haya iniciado todavía contra el orde-
nando . E l Santo D o c t o r se funda
en aquellas palabras del Tridentino
(sess. 23, cap. 4): «Tonsura non ini-
tientur ii, de quibus probabilis con-
jectura non sit eos non sascularis j u -
dicii fugiendi fraude, sed ut D e o fide-
lem cultum prasstent, hoc vitae genus
elegisse.» A las anteriores palabras
añade San L i g o r i o : « C u m ergo hoc
crimen Concilium fraudem appellet,
ideo nequit excusari a gravi culpa qui
sic ordinatur; quia graviter defraudat
Ecelesiam, abutendo suis sacris m i -
nisteriis ad fines temporales.»
Aquí se ha de notar que aunque San
L i g o r i o llama más probable á la últi-
ma opinión, la mayor probabilidad no
es notable , sino tenue ; porque si la
tuviera por notablemente más proba-
ble , según su sistema moral acerca
del probabilismo , no llamaría proba-
ble á la segunda.
2603. L a tercera condición es
probitas morum: sobre la cual dice B i l -
luart: « T e r t i a dispositio est probitas
morum ex Tridentino, sess. 23,cap. 12,
ubi loqueos de ordinandis, dicit:Sciant
tamen Episcopi non singulos in ea
astate constitutos deberé ad hos o r d i -
nes assumi, sed dignos dumtaxat, et
quorum probata vita senectus est. E t
cap. 14, de promovendis ad sacerdo-
tium: Ita, inquit , pietate , et sanctis
moribus sint conspicui, ut pncelarum
bonorum operum exemplum et vita;
mónita ab iis possint expectari. Qua-
lis debeat esse Episcopus, docet Apos-
tolus, I ad T i m . , cap. 3, et ad T i t . ,
cap. 1. Qualis presbyter, ibidem.
Qualis diaconus , I ad T i m . , 5. Qui
conscius peccati mortalis sine prasvia
confessione aut contritione ordines,
etiamsi minores, suscipit, peccat mor-
taliter ; secus si tonsuram ; quia , se-
VIL
cundum nos , minores sunt Sacra
m e n t a , non tonsura.» Hasta aquí
Billuart, en el citado ¿? 2, Probitas
morían.
* L a doctrina que el autor indica
en las palabras anteriores con refe-
rencia á Billuart, no se puede aplicar
á los que llevan de buena fe la opi-
nión de que las órdenes inferiores a]
diaconado no son Sacramentos; pues
como dice el P. L á r r a g a , citando á
Benedicto X I V , aunque es cosa ilíci-
ta y torpe recibir en pecado mortal
cualquiera de las órdenes menores, no
obstante, advierte á los señores Obis-
pos el mencionado Pontífice: «non
posse indubitanter sacrilegii damnari
qui cum conscientia peccati lethali'
Ordines diaconatu inferiores suscipere
non reformidant... ne tali pacto , aut
controversiam ignorare, aut illam vi-
deatur decidere.» (De Synod. Diceces..
lib. 8, cap. 9.) *
Por esto el Tridentino impone á los
Obispos la mayor vigilancia en averi-
guar las cualidades morales de los que
se han de ordenar. E n la ses. 23,
cap. 5, De reformatione, dice así: «Ad
minores ordines promovendi bonum a
parocho, et a magistro scholas in qua
educantur, testimonium habeant. Hi
vero qui ad singulos majores erunt
assumendi, per mensem ante ordina-
tionem Episcopum adeant, qui paro-
cho, aut alteri cui magis expediré v ¡ -
debitur , committat, ut nominibus ac
desiderio eorum qui volunt promove-
ri publice in ecclesia propositis, de
ipsorum ordinandorum natalibus,asta-
te, moribus, et vita a fide dignis dili-
genter inquirat , et litteras testimo-
niales , ipsam inquisitionem factam
continentes , ad ipsum Episcopum
quamprimum transmittat.»
Santo T o m á s , en el Suplemento de
la 3 . p., q. 35 , art. 1 ad 3. " , dice
a 1 11
asi: « A d idoneam executionem ordi-
num non sufficit bonitas qualiscumque,
sed requiritur bonitas excellens.» En
la cuestión siguiente (art. 4 ad 3. ""} 1
dice que no basta que el Obispo no
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 741
tenga noticia alguna contra la probi- aliquis: si hoc observaretur, deficerent
dad del ordenando, «sed amplias exi- utique in Ecclesia ministri. Recte res-
gitur, ut secundum mensuram ordinis pondet ad hoc idem Benedictus X I V
vel officii injungendi diligentior cura in bulla supra citata ex Concilio L a -
apponatur, ut habeatur certitudo de teranensi: «Melius est pauciores habe-
qualitate promovendorum , saltem ex »re ministros, sed probos atque útiles,
testimonio aliorum.» E l Angélico, en »quam plures qui nequidquam sunt
la 2 . 2. ', q. 184, art. 8, dice que
a :i
«valituri.»
debe ser mayor la santidad del que re- 2604. Y no se diga que si los
cibe un orden sagrado, que la de un Obispos van con tanta delicadeza en
religioso profeso que no recibió nin- la elección de ordenandos , faltarían
gún orden; y da la razón: «Quia per ministros á la Iglesia; porque , como
sacrum ordinem aliquis deputatur ad dice Santo T o m á s , si no obra de esa
dignissima ministeria , quibus ipsi manera , será Pastor infiel; y si obra
Christo servitur in Sacramento alta- como debe, Dios proveerá. H e aquí sus
ris, ad quod requiritur (nota) major palabras (in Supplem. , 3.* p., q. 36,
sanctitas interior quam requirat etiam art. 4): «Respondeo dicendum , quod
religionis status.» a D o m i n o describitur fidelis servus,
qui constitutus est supra familiam
Decía San Bernardo: « A d ordines
suam, ut det illi tritici mensuram: et
admittendos esse tantum probatos, non
ideo infidelitatis reus est qui alicui
probandos;» y San L i g o r i o añade:
<¡ Qua de re Episcopi in hac probatione supra mensuram ejus divina tradit;
expetenda non debent esse contenti hoc autem facit quicumque indignos
simplici attestatione parochorum, qui, promovet: et ideo crimen mortalecom-
humanis ducti respectibus in hujus- mittit, quasi summo Domino infide-
modi attestationibus concedendis, fa- lis, et prascipue cum hoc in detrimen-
cile clericis indulgent, ne in se attra- tum Ecclesias vergat et honoris divini,
hant ipsorum odium , eorumque pro- qui per bonos ministros promovetur.
pinquorum ; sed insuper ab aliis fide Esset enim infidelis terreno domino,
dignis , capta secreta informatione, qui in ejus officio aliquos inútiles
certi fieri debent non solum quod poneret.
initiandus non fuerit malus, nempe, » A d primum ergo dicendum, quod
quod non fuerit rixosus , non dederit Deus numquam ita deserit Ecelesiam
scandalum, frequentando ludos, pra- suam, quin inveniantur idonei minis-
vas conversationes , etc. , sed etiam tri sufficientes ad necessitatem plebis,
quod ille sit positive bonus , scilicet, si digni promoverentur , et indigni
quod vitam agat spiritualem, sit assi- repellerentur. E t si non possent tot
duus in ecelesiis, Sacramenta fre- ministri inveniri, quot modo sunt,
quentet et orationem, vivat a sassula- melius esset habere paucos ministros
ribus segregatus , sociis morigeratis bonos quam multos malos, ut dicit
comitetur, studio vacet, modesta uta- Beatus C l e m e n s . »
tur veste, etc. Quod si praelatus scive-
2 6 0 5 . L a cuarta condición es que
rit clericum alicujus publici scandali
el ordenando tenga la ciencia c o m p e -
nota intinctum fuisse, tune non satis
tente , atendido el orden que recibe.
erit communem probationem de eo
E l T r i d e n t i n o , en la ses. 23, De re-
exigere, sed opus erit plurimum anno-
formatione, cap. 4, hablando de los que
rum experientia emendationem ejus
se han de tonsurar, dice así: « P r i m a
comprobare; juste enim tune metuere
tonsura non initientur, qui sacramen-
debet, ne ille pietatem affectet, ut ad
tum Confirmationis non susceperint,
ordines perveniat , quibus susceptis,
et fidei rudimenta edocti non fuerint,
ad pristinam redibit pravitatem. Dicet
quique legere et scribere nesciant, et
 742 LIBRO VI. T R A T A D O VII. DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 743
de quibus probabilis conjecturanon sit sagrados en los Institutos religiosos de sacerdote «deberé quidem scire ea, en que viven apenas se ofrece un caso
eosnonsascularis judicii fugiendi frau- « V I . Professi tum votorum solem- quez spectant ad sacrificium et sacra- en que tengan que administrar el sa-
de, sed ut D e o fidelem cultum pras- nium , tum simplicium ab Ordinariis menta Baptismi ac Extrema? Unctio- cramento de la Penitencia; y añade
stent, hoc vitae genus e l t g i s s e . » locorum ad Sacros Ordines non ad- nis, quorum est minister: circa vero el Santo que otra cosa se ha de decir
E n cuanto á los que han de recibir mittantur, nisi, praster alia a jure sta- sacramentum Pcenitentias, non requi- de los religiosos que profesan la vida
órdenes menores, el Tridentino en la tuta, testimoniales litteras exhibeant. ri in eo tantam scientiam, quanta est activa: « I n his enim (son sus pala-
ses. 23, cap. 1 1 , De reformatione, dice quod saltem per annum sacras theolo necessaria confessario approbato. Un- bras) eadem scientia requiritur, qua
así: «Minores ordines iis, qui saltem gias operam dederint , si agatur de de infero, quod quilibet simplex sacer- egent alii sacerdotes.»
latinam linguam intelligunt, per tem- subdiaconatu: ad minus per biennium. dos debet habere aliqualem scientiam N o convengo enteramente con San
porum interstitia, nisi aliud E p i s c o - si de diaconatu, et quoad presbytera- circa materias magis obvias quas per- L i g o r i o en que un simple sacerdote
po expediré magis videretur, c o n f e - tum, saltem per triennium, prasmisse tinent ad sacramentum Pcenitentias, que vive en comunidad, aunque sea
rantur.j> tamen regulari aliorum studiorum cu saltem pro casibus necessitatis , in de los mendicantes, tenga obligación
2606. P. ¿Puede e} Obispo dar rriculo.ii * quibus confessiones excipere tenetur.» de instruirse en la ciencia moral tanto
órdenes menores al que no sabe la 2607. P. Supuesto que el que se San L i g o r i o , después de citar varias como un secular que se ordena de sa-
lengua latina? ordena de subdiácono y el que tom; autoridades, concluye esta cuestión cerdote; porque en los pueblos, espe-
R. Aunque algunos autores fueron posesión de un beneficio eclesiástico del modo siguiente: « U n d e concludo, cialmente en los de montaña, puede
de opinión que el Obispo podía dis- están obligados sub gravi á las Hora; quod promovendi ad sacerdotium non suceder con facilidad que un simple
pensar sobre esta m a t e r i a , porque canónicas, ¿podrá el Obispo ordenar possunt tuta conscientia ad ordina- sacerdote se vea precisado á confesar
parece que las palabras citadas del de subdiácono ó dar un beneficio ecle- tionem accederé, nisi saltem univer- á los moribundos, y, por lo tanto, con-
Concilio, según su sentido genuino y siástico al que aún no sabe ordenar el saliora principia, quibus solvant dubia viene que esté instruido en los prin-
literal , le autorizaron para dispensar Oficio divino, pero se presume con saltem communiter oceurrentia pro- cipios generales de la moral. E n cin-
á los que se habían de ordenar de fundamento que prontamente estará xime moribundis ; necnon tenentur cuenta y cuatro años de religioso no
menores , igualmente de los intersti- instruido? distincte scire quomodo se gerere de- recuerdo sino un solo caso en que un
cios que de entender la lengua latina, R. Sánchez , los Salmaticenses y beant circa moribundos , nempe , religioso, simple sacerdote, tuviese
pero los Salmaticenses, Sánchez, N a - San L i g o r i o tienen por cierto que ei quando possint eos absolvere. A n in que confesar á un moribundo; y esto
varro y San L i g o r i o (lib. fi, núm. 790) Obispo puede, con tal que , mientras articulo vel periculo mortis, et quali sucedió en un despoblado, en tiempo
dicen (y así lo entienden c o m u n m e n - no esté bien instruido , rece con otro periculo ; an prassente confessario de^cólera morbo.
te los doctores) , que el Concilio dio compañero que sepa. approbato; an absolute, v e l c o n d i t i o - Santo T o m á s , en el Suplemento de
facultad á los Obispos para dispensar n a t e ; quando moribundum possint
2608. E n cuanto á los que han la 3 . p., q. 36, art. 2, en la respuesta
a

los intersticios , pero no la inteligen- censere dispositum ad absolutionem;

de ser ordenados de sacerdotes, deben ad i . , dice.así: « A d primum ergo
u m

cia de la lengua latina. San L i g o r i o quid debeat imponere illi, si habeat

tener la ciencia que señala el Triden- dicendum, quod sacerdos habet dúos
añade: «Verum non videtur improbába- casus vel censuras reservatas. Hinc
tino en los capítulos 14 y 15 de la actus, unum principalem supra corpus
le cum Sanch. et Rebuff., ibidem, consequenter Episcopus, ne commu-
sesión citada, á saber: «ut ipsi ad po- Christi verum, et alterum secundarium
quod si ordinandus non adhuc sciat nicet peccato illius qui petit sine tali
pulum docendum ea quas scire ómni- supra corpus Christi mysticum; secun-
linguam latinam quantum oportet, scientia ordinari , debet, antequam
bus necessarium est ad salutem , ac dus autem actus dependet a primo, sed
sed de brevi certo speratur fore ut ordinet, certus fieri de tali ejus i d o -
ad ministranda Sacramenta, diligenü non convertitur; et ideo aliqui ad sa-
addiscat, tune poterit Episcopus eum neitate, vel saltem quod de brevi ille
examine prascedente, idonei compro- cerdotium promoventur, quibus c o m -
ordinare; sed melius quidem , meo j u - addiscet; alias nescio quomodo posset
bentur.» mittitur primus actus tantum; sicut
dicio, faciet, si non ordinet.» esse tutus in conscientia. T a n t o ma-
2609. P. ¿Cómo se han de en- religiosi, quibus cura animarum non
' E n cuanto á los que han de ser tender aquellas palabras del Concilio gis quod undique constat hujusmodi committitur; et a talium ore lex non
ordenados de subdiáconos y diáconos, que exigen del ordenando de sacerdo- ordinatos, post acceptum presbytera- requiritur, sed solum quod Sacramen-
el Concilio , en el lugar citado (capí- te que debe saber qua; necessaria sunt t u m , omne studium abjicere, eo quod ta conficiant; et ideo talibus sufficit,
tulo 13), dice así: « U t sint litteris, et ad ministranda Sacramenta? ad nullum aliud exponi debent exa- si tantum de scientia habeant, quod
iis quas ad ordinem exercendum per- men, quod erat unicus omnium stu- eaquas ad Sacramentum perficiendum
R. Aunque Palao y V á z q u e z son de
tinent, instructi.» Cuando se hable parecer que al que se ordena de sacer- diorum scopus.» spectant, rite servare possint. Alii
del diácono y subdiácono se dirá cuá-' dote le basta saber «quas requiruntur autem promoventur ad alium actum,
E n cuanto á los religiosos que pro-
les son los oficios de cada uno. ad bene ministranda, non j a m Pceni- qui est supra corpus Christi mysti-
fesan la vida meramente contempla-
* Su Santidad L e ó n X I I I , por el tentias , sed Baptismi et Eucharistiaa cum; et a talium orepopulus legem re-
tiva, no tienen obligación de estar
decreto Auctis, citado en el n ú m e - sacramenta,» pero San L i g o r i o , si- quirit; unde scientia legis in eis esse
tan instruidos en la moral cuando se
ro 2593 , manda lo siguiente respec- guiendo á los Salmaticenses, L a y - debet, non quidem ut sciant omnes dif-
ordenan de presbíteros, dice San L i -
t o á los que han de recibir órdenes man , etc. , dice que el que se ordena ficiles qiurstiones legis, quia in his,
gorio, porque en el retiro y soledad
 744 LIBRO VI. TRATADO VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 745
debet ad superiores recursus haberi, vita senectus sit. Regulares quoque veinticinco; y que esta es la costum- se cumple, en el hecho de que, pi-
sed ut sciant ea, qua: populus debet nec in minori aetate, nec sine diligen- bre general de la Iglesia. Por lo tanto, diéndose veinticinco años de edad
credere et observare de lege. Sed ad ti Episcopi examine ordinentur; pri- la opinión de los autores que cita el para sacerdote, se puede ordenar á la
superiores sacerdotes, scilicet, E p i s - vilegiis quibuscumque, quoad hoc, Sr. Sánchez, y la de los Salmaticen- hora inmediatamente después de ha-
copos, pertinet, ut etiam ea quae dif- penitus exclusis.» (Ses. 23, cap. 12. ¡ ses que la siguen, no la seguirá en el ber cumplido los veinticuatro, y lo
ficultatem in lege faceré possunt, E l Obispo no puede dispensar acer- día ningún Obispo. mismo en el diaconado y subdiacona-
sciant; et tanto magis, quanto in ma ca de la edad prescrita por el Triden- Scavini (última edición de 1874, do respectivamente.
jori gradu collocantur.» tino para los que reciben órdenes tomo 3, núm. 55S, nota r . ) impugna
a
2610. D e l mismo modo se equi-
N o obstante lo que he dicho de los mayores. también la opinión del Sr. Sánchez, vocan los que, defendiendo esta o p i -
regulares mendicantes, que no nece Según declaración de la Sagrada de los Salmaticenses, etc., y dice así: nión, añaden que el joven ó la j o v e n
sitan tanta ciencia moral para orde Congregación del Concilio, la edad «Probabilius autem est non posse que profesase, v. gr., en la mañana
narse de sacerdotes, la costumbre, al señalada para los órdenes mayores quempiam ordinari mane illius diei, del día i . ° de M a r z o , haría profesión
menos en el Orden de Predicadores se entiende que está cumplida cuando in cujus vespera complet aetatem re- válida aunque hasta la tarde de aquel
es exigir de ellos, en un examen for- ya se principió: inceptum pro completo quisitam; nam mane non potest dici mismo día no cumpliese dieciséis
mal, que tengan las nociones genera habetur; si cumplió veintiún años hoy, revera aetatem illam attigisse; sic, años. E s t o es falso y contrario al
les para absolver á un moribundo podrá ordenarse mañana de subdiá- v. gr., pro subdiaconatu aetas debet T r i d e n t i n o , que ordena que ninguno
cuando no hay copia de confesor. E cono; de diácono, si cumplió veinti- esse annus vigesimus secundus in- pueda profesar válidamente hasta
verdad que para el subdiaconado y el dós años hoy; y de sacerdote, si cum- cceptus, unde qui annum vigesimum haber cumplido dieciséis, y que el año
diaconado basta que sepan lo necesa plió los veinticuatro; pero no podría primum non veré complevit, minime de noviciado debe ser entero y c u m -
rio para el debido desempeño de su ordenarse en la mañana si no cumple potest dici annum vigesimum secun- plido de momento in momentum, como
orden respectivo. N o sucede así en la edad hasta la tarde de aquel día. dum attigisse. ( V . Ferraris, verbo lo declaró también la Sagrada C o n -
los clérigos seculares; porque como E l presbítero D . Miguel Sánchez, Annus, Altas.» gregación del Concilio en i . ° de F e -
inmediatamente después de recibir el en su Teología Moral, trat. V I I I , pun- L a s dos razones que alega el señor brero de 1613. H e aquí las palabras
presbiterado se les destina á la cura to 3, núm. 12, dice así: « E l que ha- Sánchez en favor de la opinión de los de Ferraris, en el lugar citado, n ú -
de almas, ó por lo menos se exponen biendo de ordenarse por la mañana, Salmaticenses, no tienen fuerza en mero 2 5 : « A d e o ut professio facta
de confesores, se les obliga á instruir cumple la edad en el mismo día por este lugar; la primera, que dice parum nondum completo anno, etiam per mo-
se en la T e o l o g í a moral cuando se la tarde, se supone que tiene la edad pro nihilo reputatur, se entiende en dicum tempus, esset nulla, ex eadem
examinan para recibir el diaconado. cumplida; porque, como dicen Ledes- aquellas materias en que el derecho Sacra Congregatione Concilii, quae 21
L a quinta condición es que el or ma, Diana, Trullench y Escobar, lo no expresó otra cosa; pero en la re- Januarii 1627 declaravit professionem
denando tenga la edad legítima. E l poco en este caso se reputa por nada, cepción de los órdenes el derecho se- emissam non completo anni curriculo,
T r i d e n t i n o , si bien expresó las cuali y además en las cosas favorables el ñaló, por ejemplo, que el presbiterado etiantper duas horas tantum, non v a -
dades que han de tener los que reci día comenzado se considera como no se reciba por el ordenando «usque lere. »
ben la primera tonsura ó los órdenes completo. Salmant., tract. V I I I , De ad vigesimum quintum annum;» y el 2611. A continuación dice el se-
menores, no señaló edad determinada. Ord., cap. 5, punct. 1, núm. 31;» que hasta por la tarde no cumple los ñor Sánchez que algunos teólogos
Benedicto X I V , en su bula ínter sol- pero San L i g o r i o (en el lib. 6, núme- veinticuatro años, no se puede decir afirman que. al computar la edad para
licita, ordenó que no se recibiese la ro 799, hacia el fin) tiene por notable- con verdad que, ordenándose por la ordenarse, debe descontarse el día del
prima tonsura antes de la edad de mente más probable (puesto que, ha- mañana, cumplió lo mandado por el año bisiesto, suponiendo que la I g l e -
siete años. Para los órdenes menores blando de la primera opinión, no dice Tridentino, que dice que «usque ad sia no exige sino 365 días, como di-
no hay señalada edad alguna, aunque si tiene probabilidad alguna) que no vigesimum quintum annum» no se cen los Salmaticenses en el lugar ci-
la costumbre es, como dice B e n e d i c - basta que el que, por ejemplo, se ha ordene; y lo mismo respectivamente tado, punto 1, núm. 33; y añade el
t o X I V , «ut conferantur ab anno 7. de ordenar de subdiácono en la ma-
0 del diácono y subdiácono: «Nullus in Sr. Sánchez que esto puede seguirse
ad 14. ™»
11 posterum ad subdiaconatus ordinem ó justificarse cuando el Obispo sea
ñana del sábado, cumpla veintiún
E n cuanto al subdiaconado, no se ante vigesimum secundum, ad diaco- muy anciano, ó se tema su muerte, ó
años por la tarde; porque diciendo el
puede recibir antes de la edad de natus ante vigesimum tertíum, ad q v e será desterrado, ó en los países
T r i d e n t i n o que ninguno se ordene de
veintidós años; el diaconado antes de presbyteratus ante vigesimum quin- gentiles, ó se tema que los sacerdotes
ubdiácono hasta los veintidós años,
los veintitrés, y el sacerdocio antes tum aetatis suae annum promoveatur.» no podrán ordenarse en mucho tiem-
ni de diácono hasta los veintitrés, ni
(Sess. 23, cap. 12, De reform.) po; que en estos casos no solamente
de los veinticinco; y añade el T r i d e n - e sacerdote hasta los veinticinco, se
tino: «Sciant tamen Episcopi, non infiere legítimamente que se han de T a m p o c o tiene fuerza la segunda podrá descontarse el día que añade el
singulos in ea setate constitutos de- haber cumplido respectivamente los razón del Sr. Sánchez, á saber, que año presente bisiesto, sino también
beré, ad hos ordines assumi, sed dig- veintiuno, veintidós y veinticuatro, é en todas las cosas favorables inceptum los cinco ó seis días de los demás
nos dumtaxat, et quorum probata niciado los veintidós, veintitrés y pro completo habetur; porque aquí ya años bisiestos que se embeben en los
746 LIBRO VI. TRATADO VIL
veinticuatro años cumplidos que debe 1 dispensare ad certum tempus, saltem
tener el que se ordena de sacerdote; pro beneficio curato, ubi est necessi-
de modo que, si cumple veinticuatro tas vel utilitas Ecclesia;.» E l Santo
años el día 6 de Marzo de este año, Doctor no explica el privilegio que
se podrá ordenar el día i . ° del mismo alega Croix , ni yo lo he visto jamás.
mes. San L i g o r i o dice que esta o p i - 2612. Para obtener un benefi-
nión de Barbosa y algunos otros es cio eclesiástico, el agraciado ha de
falsa «(sed, verius negant Bonacina, tener catorce años iniciados, dice e!
Sánchez, etc.) R a t i o , quia ad aetatem Tridentino (ses. 23, cap. 4). Si el be-
requisitam anni sunt computandi jux- neficio es curado, ó es dignidad á la
ta consuetudinem Ecclesia;, quas recte cual está aneja cura de almas, ha de
statuit de quatuor in quatuor annos tener venticinco años incoados. Si es
addi unum diem, propter horas qua? dignidad que no tiene cura de almas,
in quolibet anno supersunt.» ( L i b . 6, basta que tenga veintidós años incoa-
num. 800,) dos. Para que uno sea consagrado
N o he visto autor alguno que ad- O b i s p o , el derecho canónico exige
mita que se pueden rebajar los cinco que tenga treinta años cumplidos
ó seis días de los años bisiestos que (cap. Cum in cunctis, Extra, lib. 1, tí-
se embeben en los veinticuatro años tulo 6). Se exceptúa Francia, que tie-
cumplidos que debe tener el que se ne el privilegio de que sus Obispos
ordena de sacerdote. L o s Salmaticen- puedan ser consagrados á los veintisie-
ses, en el lugar citado, impugnan te años de edad. L o s años de edad que
como contrario al rito y costumbre señala el Tridentino no se han de
general de la Iglesia que se rebaje ni computar desde el día en que se reci-
un solo día de los (por ejemplo) vein- bió el bautismo, sino desde el día del
ticuatro años cumplidos para o r d e - nacimiento. Aunque el Papa dispensa
narse de sacerdote por razón del b i - algunas veces en la edad para recibir
siesto que caiga en el año en que uno los órdenes, por lo común no lo hace
se ha de ordenar de sacerdote. A d e - sino para el sacerdocio, y ordinaria-
más, dicen los Salmaticenses que el mente comete al Diocesano el juicio
rebajar cinco ó seis días de los bisies- sobre la causa que se alegue en las
tos que embeben los veinticuatro años preces para la dispensa.
del que se ha de ordenar de sacerdo- En cuanto á los Cardenales, no fué
te, no lo admite autor alguno: ab óm- siempre igual el número. P í o I V creó
nibus negatur. hasta setenta y seis, á cuyo número
L o s casos que pone el Sr. Sánchez, ni antes ni después se l l e g ó . Sixto V
en que se pueden rebajar los días de mandó que el número de Cardenales
los años bisiestos, no sé yo que estén fuese de setenta, y que en adelante,
en práctica, ni he oído que en E s p a - por ningún motivo ni pretexto, se pu-
ña, en las actuales circunstancias diese aumentar este número, decla-
que hemos atravesado, haya sucedido rando nula cualquier elección que en
caso alguno. E n Filipinas hay privi- los tiempos venideros se hiciese de
legio pontificio para que los misione- un número mayor (in sua const. incip.
ros se puedan ordenar de sacerdotes Postquam verus Ule, § 4, per m e d . ) .
cumplidos los veintitrés años. Claro está que la determinación de
San L i g o r i o , después de haber di- Sixto V se ha de entender mientras
cho en el lib. 6, al fin del núm. 800, que otro R o m a n o Pontífice no la de-
«quod nullo modo possunt Episcopi rogase. E l mismo Sixto V determinó
in aetate dispensare,» añade: « V e r u m - que de estos setenta Cardenales, seis
tamen dicit Croix, núm. 2314, hodie habían de ser O b i s p o s , cincuenta
ex speciali privilegio posse Episcopos presbíteros y catorce diáconos. En
DEL SACRAMENTO
cuanto á los Obispos, ya se ha dicho
que deben tener treinta años cumpli-
dos. Para ser Cardenales diáconos han
de tener veintidós años; y si no hu-
biesen recibido el diaconado, deben
hacerlo dentro de un año: en el caso
de que no lo hiciesen, he aquí lo que
determinó Sixto V en su citada cons-
titución Postquam (§ 6): « Ñ e q u e post-
hac quispiam in diaconum Cardina-
lem assumi possit, nisi saltem in
vigésimo secundo suas astatis anno
fuerit constitutus, ita ut omnino i n -
tra annum ad sacrum diaconatus or-
dinem valeat et debeat promoveri;
alioquin, si anno elapso ad ipsum dia-
conatus ordinem promotus non fuerit,
eo ipso tam in consistorialibus ac
ómnibus alus actibus et negotiis car-
dinalitiis, quam etiam, juxta consti-
tutionem felicis recordationis Pií I V
pracdecessoris nostri super reforma
tionem conclavis editam, in electio
ne R o m a n i Pontificis, voce activa et
passiva omnino careat , ac privatus
existat.»
2613. L a sexta condición es que
se observen los intersticios.
P. ¿Cómo se definen los intersti-
cios?
R. « E a temporis intervalla, qua;
inter unum et alium ordinem excu-
rrere debent.» L o s intersticios han
sido puestos sabiamente por la I g l e -
sia para que los ordenandos e j e r c i -
ten el orden recibido, se aficionen á
los oficios de la Iglesia, rectifiquen y
prueben su vocación, adelanten en la
ciencia y en la virtud, para que á su
tiempo puedan recibir y desempeñar
los altísimos ministerios del sacerdo-
cio; ó, como dice el Concilio de Sár-
dica, entre cada uno de los órdenes
se exige «non minimi temporis lon-
gitudinem, per quod et fides, et m o -
rum probitas, et constantia, et mode-
ratio possit dignosci.» Antiguamente,
como dice el eruditísimo Berti (De
Theologicis Disciplinis, tomo 3, lib. 36,
cap. 19), según se infiere de una car-
ta del Papa Siricio dirigida al obispo
DEL ORDEN. 747
de Tarragona H i m e r i o (cap. 9 y 10),
se ordenaba que los que habían reci-
bido el lectorado antes de la puber-
tad, permaneciesen en el oficio de
acólitos y subdiáconos hasta los trein-
ta años de edad; y que, recibiendo
entonces el diaconado, hasta cinco
años después no pudiesen recibir el
sacerdocio; pero en el día debemos
atenernos á la ordenación del T r i d e n -
tino, que determinó lo siguiente:
i.° Que entre cada uno de los ór-
denes menores haya algún intervalo;
pero añade: Nisi Episcopo aliud expe-
diré videbitur. L a costumbre general,
dice Billuart, es «ut tonsura et m i -
nores ordines simul eodem die con-
ferantur, et subdiaconatus post unum
vel alterum d i e m , » y realmente así
se hace en España, al menos en a l -
gunas diócesis.; pues en la tarde del
viernes de las témporas se dan los
cuatro órdenes menores, y en el sá-
bado siguiente el subdiaconado; con
tal que «necessitas aut Ecclesice utilitas,
judicio Episcopi, ita exposcat,» dice
el Tridentino, Se prohibe bajo pecado
mortal recibir en un mismo día los
cuatro órdenes menores y el subdia-
conado ( no interviniendo dispensa
pontificia); y el que tal hiciese, que-
daría irregular para recibir otros ór-
denes (decreto de la Sagrada Congre-
gación del Concilio de 21 de Febrero
de 1728, y Benedicto X I V , en la N o -
tificación 16).
2614. E n cuanto á los intersti-
cios entre el subdiaconado y el diaco-
nado, debe mediar un año, nisi aliud
Episcopo videatur; donde se ve que
basta cualquier causa razonable para
que el Obispo dispense.
E l que sin dispensa no observa los
intersticios, peca mortalmente; é i n -
curre en irregularidad si recibe en
un mismo día dos órdenes sagrados
(cap. Litteris, de temp. ordin.) Entre el
diaconado y el sacerdocio debe inter-
venir un año de intervalo; nisi ob Ec-
clesice utilitatem (son palabras del T r i -
dentino), ac necessitatem aliud Episcopo
74S LIBRO VI. TRATADO
videatur. San L i g o r i o (lib. 6 , n ú -
mero 7 9 5 ) dice que de las anteriores
palabras del Tridentino se infiere que
el Obispo no puede dispensar el año
de intersticios, á no ser que interven-
gan reunidas la utilidad y la necesi-
dad para que el diácono se ordene
de sacerdote; pero Scavini ( t o m o 3 ,
núm. 564, edición de 1 8 7 4 ) dice que
la Sagrada Congregación del Concilio
declaró que las anteriores palabras
del Tridentino se han de entender
disyuntivamente; de modo que la sola
utilidad, con tal que sea notable y
cierta, basta para que el Obispo dis-
pense del año de intersticios entre el
diaconado y el sacerdocio: « I n stylo
enim (son palabras de S c a v i n i ) , má-
xime antiqui temporis, partículas vel,
et, ac adhibebantur tamquam synoni-
mae, ut videri potest apud Ducange
in ejus celebri Glossario. Quoad Epis-
copatum requirit Tridentinum , ut
consecrandus Episcopus in sacro o r -
dine antea saltem sex mensibus sit
constitutus.»
2615. » N o t a n d u m : Dispensatio-
nem interstitiorum ad Episcopum
pertinere etiam quoad regulares. N o n
potest tamen probabilius Episcopus
dispensare subditum alterius sibi di-
missum sine habita facúltate. H a n c
potestatem esse etiam vicarii genera-
lis, si habeat mandatum genérale:
item capitularis, cum succedat in or-
dinaria jura Episcopi: ita Sacra Con-
gregatio Concilii. 11
Benedicto X I V (lib. 9 De Synodo
Dicecesana, cap. 1 6 , núm. 6) dice que
los regulares no pueden dar dimiso-
rias á sus subditos para que se orde-
nen, dispensando los intersticios, por-
que esto pertenece exclusivamente á
los Obispos, y cita varios decretos de
la Sagrada Congregación, pero aña-
de: « A t t a m e n Sedes Apostólica post
Tridentinum nonnullis regularium or-
dinum istitutis privilegium concessit
exceptionis ab interstitiis;» y que, por
lo t a n t o , cualquiera determinación
sinodal que prohibiese á los regulares
VIL
ordenarse no observando los intersti-
cios, «esse reformandam quoad eos
regulares qui habent privilegium c o n -
cessum post T r i d e n t i n u m . »
2616. L a séptima condición es
que el ordenando tenga título legítimo.
P. ¿Cuál es título legítimo para re-
cibir los órdenes?
R. E l título en la presente materia se
define: vjus ad congruam sustentatio-
nem, qua valeat clericus decenter vi-
vere, quin cogatur mendicare, aut ali -
quam artem suo statui alienam exer-
cere.»
L a Iglesia ha procurado que los
que se ordenan tengan un modo d e -
cente de vivir, á fin de que no se ocu-
pen en negocios que sean impropios
de su estado; y para que no hubiese
omisión sobre esta materia si el Obis-
po admitiese á los órdenes al que no
tiene título de congrua sustentación,
el derecho canónico le impone el d e -
ber de alimentar al ordenado hasta
tanto que tenga modo decente de v i -
vir; y lo mismo si diese dimisorias
para que le ordene otro Obispo (ex
cap. Cum secundum, de prcebeudis, et
cap. Recepimus, de célate et qualitate
ordin.).
Si el Obispo encomendase á los exa-
minadores la revisión del título de
congrua sustentación de los ordenan-
dos, y , siendo realmente insuficiente,
ellos lo aprobasen con mala fe, éstos
están obligados pro rata parte á dar
congrua sustentación al ordenando; y
si ellos fueren insolventes, se puede
reclamar contra el Obispo (glossa in
dict. cap. Cum secundum).
Si las sagradas órdenes se hubiesen
conferido por distintos Obispos sin el
título competente de congrua susten-
tación, cada uno de ellos está obliga-
do pro rata parte á dar sustentación al
ordenado (ex cap. 4 , De prcebendis).
2617. E l Obispo y los demás ya
dichos no estarán obligados á dar ali-
mentos al ordenado sin título:
i.° Si hicieron las debidas dili-
gencias para que el título fuese ver-
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 749
dadero, y por un caso fortuito desapa- N a d a se habla aquí respecto de éste,
reció, ó se descubrió que era ficticio. ni del que se ordena con título fingi-
2.0
Si el clérigo ordenado tiene, do, por lo cual queda derogada la sus-
por otra parte, con qué vivir decente- pensión en que antes de ahora incu-
mente, ó puede adquirirlo por traba- rrían; pero peca gravísimamente y
jos honestos, ó su padre es rico y estará sujeto á las penas que se le im-
puede sustentarle decentemente; por- pongan.
que los padres por derecho natural 2. 0
Incurre en suspensión por un
están obligados á dar alimentos con- año de conferir órdenes (ipso Jacto) el
venientes á sus hijos, como dicen los Obispo que ordena á algún subdito
Salmaticenses, Barbosa y San L i g o - ajeno, aunque sea bajo pretexto de
rio (lib. 6, núm. 8 1 3 ) . darle al instante un beneficio, ó des-
Si el título de congrua sustenta- pués de habérsele dado, pero insufi-
ción con que se ordenó el subdiácono ciente, si el ordenando no lleva dimi-
pereciese casualmente, el ordenado sorias de su propio Obispo.
no puede subir á un orden mayor sin 3. 0
Incurre también en suspen-
nuevo título, como dice San L i g o r i o sión lata de dar órdenes por un año el
en el lugar citado, siguiendo á otros Obispo que, no existiendo un legítimo
autores. privilegio, confiriese un orden sagra-
Hasta el siglo X I I no se introdujo do sin título de beneficio ó patrimonio
en la Iglesia la necesidad del título de á un 'clérigo que vive en una congre-
congrua sustentación, porque el orde- gación en la cual no se hace profe-
nando estaba asignado perpetuamen- sión solemne, ó, aun cuando se haga,
te á alguna iglesia que le sustentaba. el religioso no ha profesado solemne-
Inocencio I I I fué el primero que in- mente.
trodujo la necesidad del título para el 4. 0
Y a se ha dicho que el subdiá-
subdiaconado, porque lo elevó á o r - cono ( y lo mismo el diácono) que se
den sagrado; para el diaconado y sa- ordenó con título no puede subir á un
cerdocio ya se había introducido a l - orden m a y o r , si el título hubiese
gún tiempo antes. desaparecido por un caso fortuito;
Aunque en algunas partes se or- pero si tiene de un modo permanente
denó que se exigiese título para reci- con qué vivir honestamente, no se le
bir la primera tonsura, generalmente debe inquietar en el ejercicio del or-
en todos los demás reinos no se exige den recibido.
el título sino para recibir los órdenes 2619. P. ¿De cuántas maneras
sagrados. puede ser el título de congrua susten-
2618. P. ¿Qué penas hay contra tación para que se puedan recibir los
los que ordenan sin el título de con- órdenes mayores?
grua sustentación? R. Se puede recibir el orden mayor
R. P o r la constitución Apostólica titulo paupertatis, y también titulo suj-
Sedis, de P í o I X , incurren: ficientice, á saber: de beneficio ecle-
i.° E n suspensión reservada al siástico, capellanía laical, de pensión
Papa, y queda privado de conferir ór- eclesiástica y de patrimonio.
denes, el Obispo que ordena á alguno Titulo paupertatis se ordenan lícita-
sin título de beneficio ó patrimonio mente los religiosos profesos solem-
con pacto de que el así ordenado no nemente, porque la comunidad á que
ha de pedirle alimentos. Esta suspen- pertenecen tiene obligación de mante-
sión recae sobre el pacto. N o habién- nerlos. L o s novicios no se pueden or-
dole, el que ordenase sin título que- denar ( a u n cuando la Orden á que
daría'obligado por el derecho á m a n - pertenezcan lo permita); y San P í o V,
tener al ordenado, como se ha dicho. en la-constitución 7 5 , que comienza
 LIBRO VI. TRATADO
75°-
Romanas, lo prohibió tan severamen-
te, que impuso pena de suspensión al
novicio que recibiese órdenes m a y o -
res sin patrimonio; y P í o I X prohibió
que los religiosos de profesión simple
recibiesen órdenes mayores.
A fin de que un beneficio eclesiás-
tico sirva de justo título para recibir
órdenes mayores, se requiere:
i.° Que se posea pacífica y c a n ó -
nicamente, pues de otro modo no ser-
viría para sustentación del ordenan-
do: que sea perpetuo, como lo es el
estado clerical: que los réditos del
beneficio sean bastantes, según la
tasa sinodal, para la honesta susten-
tación del ordenando.
2.
0
L a capellanía laical, para que
se revista en esta ??tateria de la natura-
leza de beneficio eclesiástico y sirva
de título, es necesario que el patrono
legal así lo reconozca en la curia epis-
copal, dándola por título al ordenan-
do, y comprometiéndose á no repe-
tirla mientras el clérigo no haya con-
seguido otro título.
3.
0
E n cuanto á la pensión e c l e -
siástica, se ha de decir lo mismo y
aplicar en un todo lo que se acaba de
exponer de la capellanía laical; y lo
mismo ha de decirse en un todo de los
legados piadosos. Si el beneficio ecle-
siástico , la pensión eclesiástica ó el
legado piadoso no bastasen para -for-
mar el título de congrua sustentación,
puede completarse añadiendo otros
bienes hasta llegar á lo señalado por
la tasa sinodal.
4.
0
Según el Tridentino, tan sólo
se pueden ordenar á título de patri-
monio aquellos «quos Episcopus judi-
caverit assumendos pro necessitate
vel commoditate ecclesiarum» (Sess.
2 i , cap. 2). Scavini (última edición
de 1874, tomo 3 , núm. 560) dice así:
«Patrimonium autem debet esse:
i . ° Perpetuum.— 2. Fundatum in
0
reditu certo, fixo ac libero, et hypo-
theca munitum (si fundetur ex toto
vel ex parte in aliqua domo, debet
esse fructífera, id est, talis ut ratione
VIL
locorum possit l o c a n , et insuper ab
incendio assecurata) ( 1 ) . — 3 . In cu-
ria episcopali approbatum, atque ad
taxam synodalem conflatum. Pensio
laicalis (et patrimonium) potest con-
stituí sub clausula doñee clevicus conse-
quatnr alia bona: sed prior titulus non
extinguitur, doñee novus ab Episcopo
subrogetur.» (Sacra Congregatio, 12
Julü 1687.)
Puede también constituirse el pa-
trimonio en un censo redimible, con
tal que el Obispo exija el compromiso
de que, en caso de redimirse el censo,
el dinero se imponga en otro rédito
cierto (Benedicto X I V , Notif. 16).
Scavini añade: « í t e m potest constituí
tam in Montibus (Sac. Congreg. C o n c ,
29 Junii 1704), quam in syngraphis
nominativis debiti publici (cartelle,
cedolej, si tamen hypothecaa suppo-
nantur, ut passim fit.» (Acia Sancta;
Sedis, vol. 1 , pág. 344, Sacri patrimo-
nii). Véase esta declaración de la Sa-
grada Congregación del Concilio de 2
de Marzo de 1861, que expresa esto
mismo.
T a m b i é n se puede formar el patri-
monio sobre las obligaciones que se
impone un conde ó una comunidad,
que se comprometen con sus bienes
á alimentar á un clérigo, como e x -
presa San L i g o r i o (lib. 6, núm. 1 1 7 ) ,
porque el Tridentino no pone la limi-
tación de que el patrimonio se cons-
tituya sobre cosa estable. L o s padres
pueden también constituir patrimonio
á sus hijos; pero los bienes que seña-
len deben computarse como legítima
del hijo, á no ser que expresamente
dijesen que no se computasen; pero,
en todo caso, el padre no podrá per-
judicar á la legítima legal de los
otros hijos. E s verdad que en España
las leyes autorizan á los padres para
mejorar en el tercio y quinto á a l g u -
no de sus hijos ó nietos legítimos.
(ij E n E s p a ñ a , á lo m e n o s e n t i e r r a s
m o n t a ñ o s a s , no están aseguradas de in-
cendios.
DEL SACRAMEN
y así podría usar de este privilegio.
0 * Según el Código civil, art. 808,
constituyen la legítima de los hijos y
descendientes legítimos las dos terce-
ras partes del haber hereditario del
padre y de la madre; sin embargo,
podrán éstos disponer de una parte de
las dos que forman la legítima, para
aplicarla como mejora á sus hijos y
descendientes' l e g í t i m o s : la tercera
parte restante será de libre disposi-
ción. (Véase el núm. 1024.)'*
2620. P . Si el hijo quisiese or-
denarse de sacerdote, invito suo paren-
te, ¿estaría obligado el padre á for-
marle patrimonio?
R. San L i g o r i o (lib. 6, núm. 819)
responde afirmativamente: lo mismo
dicen.Sánchez, Barbosa, los Salma-
ticenses, etc. E l Santo Doctor añade
que el padre puede ser compelido por
el juez eclesiástico á que lo haga (su-
pongo que esto se ha de entender si
el padre tiene posibilidad moral, y tan
sólo hasta donde alcance la legítima
del hijo): «pariter ac pater cogi potest
ad assignandam, prout tenetur, do-
tem filiae, quae dignum matrimonium
contraxit, vel quae cupit religionem
ingredi, ut dicunt L ó p e z , et Adven,
apud Salmanticenses, ibid.»
Si el producto del beneficio no c u -
briese la tasa sinodal, pero el defecto
fuese módico, se podría ordenar con
él lícitamente; pero no si el defecto
fuese notable.
2621. L a tasa sinodal se ha de
computar según la establecida en la
diócesis donde está el beneficio, si
éste pide residencia; pero si no la
pide, se ha de atender á la señalada
en la diócesis de donde es originario
el beneficiado, según lo declaró m u -
chas veces la Sagrada Congregación
en 1701, 1708 y 1 7 1 3 , como dice B e -
nedicto X I V , citado por San L i g o r i o
(lib. 6, núm. 815), y fué confirmado
por Inocencio X I I y Benedicto X I I I .
E l Santo D o c t o r explica largamente
otras cosas que pueden servir de títu-
lo, y otras que no lo pueden ser; las
r o DEL ORDEN. 751
que omito por brevedad, y pueden
verse en el número citado.
2622. E l título del servicio de
alguna iglesia, que antiguamente era
ordinario, hoy es extraordinario, y no
puede servir, si no hay indulto apos-
tólico.
E l título de misión tampoco sirve á
los que quieren recibir órdenes mayo-
res, si no interviene indulto apostóli-
co: y los que se han de ordenar de
esta manera han de prometer con j u -
ramento que se consagrarán perpe-
tuamente á las misiones extranjeras,
como puede verse en la instrucción de
la Sagrada Congregación, De tit. or-
dinat., 27 April 1871.
2623. P . ¿Puede uno ordenarse
titulo industria; propriae, por ejemplo,
un pintor , un maestro de escue-
la, etc.?
R. Aunque algunos dijeron que era
título suficiente, en el día no se puede
sostener esta opinión, porque, como
dice Benedicto X I V , la Sagrada Con-
gregación del Concilio declaró que
ese no era título legítimo; y con ra-
z ó n , porque la propia industria puede
desaparecer fácilmente por una enfer-
medad ó por otra causa. Además, B e -
nedicto X I V declaró que el título no
se había de fundar en esperanzas,
sino en realidades: ut in re, non in spe
consíituatur. Véase á Scavini (edición
de 1874), tomo 3, núm. 670. Véase
también la obra Acta Sancta; Sedis,
tomo 5, pág. 1 1 3 .
E n cuanto á si se han de deducir
las limosnas de las Misas para gra-
duar si la renta del beneficio llena
cumplidamente la tasa sinodal, me
parece que dije en otro lugar que la
Sagrada Congregación declaró que
e s t o s e deja á la conciencia y juicio
de los Obispos, «qui spectatis loco-
rum et personarum conditionibus, vel
in particularibus eventibus statuant,
vel etiam in synodo per modum legis
decernant an onera Missarum sint
vel non detrahenda e reditibus bene-
ficii.»

752 LIBRO VI. TRATADO
Se ha de notar diligentemente que
si alguno se ordenase á título de pa-
trimonio que se le donó, pero p r o m e -
tiendo al donante que tan luego como
se ordenase le había de devolver el
patrimonio, en este caso, si el donan-
te no tuvo verdadero ánimo de donar-
lo, el clérigo está obligado á restituir
el patrimonio, porque con una dona-
ción fingida no se adquiere derecho
alguno; pero si el donante tuvo r e a l -
mente ánimo de donar, si bien el clé-
rigo pecó en hacer semejante pacto,
no tiene obligación de restituir el pa-
trimonio, porque t s e pacto fué nulo,
como dice Benedicto X I V (Notif. 2 7 ) ,
por ser contrario al Tridentino, que
estableció «ut sine licentia Episcopi
alienari, aut extinguí, vel remitti nul-
latenus possit.»
P. E l clérigo que por otra parte
adquirió un medio de sustentarse de-
centemente de un modo permanente
sin necesidad de su patrimonio, ¿po-
drá renunciar á éste sin licencia del
Obispo?
R. H a y tres opiniones: la primera
dice que puede; la defienden muchos
y muy graves autores, como puede
verse en San L i g o r i o (lib. 6, núme-
ro 8 2 4 ) . Se fundan principalmente en
aquellas palabras del Tridentino (se-
sión 2 1 , cap. 2 ) : « A t q u e illa (nempe,
patrimonia, beneficia, e t c . ) deinceps
sine licentia Episcopi. alienari nullate-
nus possint, doñee beneficium suffi-
ciens sint adepti, vel aliunde habeant
unde vivere possint.» L o s que de-
fienden esta opinión infieren de las
palabras anteriores que si el ordena-
do no puede renunciar su patrimonio
sin licencia del Obispo hasta que ad-
quiera por otra parte un medio decen-
te de vivir, cuando le haya adquirido
puede renunciar el patrimonio sin li-
cencia del Obispo. E l argumento, en
mi concepto, aunque no es desprecia-
ble, no es concluyente.
L a segunda opinión dice que la
enajenación del patrimonio sin licen-
cia del Obispo, teniendo el clérigo,
VIL
por otra parte, de qué vivir decente-
mente, sería ilícita, pero válida; y
Suárez añade que sería válida la en-
ajenación aun cuando no tuviese de
qué vivir; pero esta sentencia de Suá-
rez no tiene probabilidad sólida, por
ser contraria á lo determinado por el
T r i d e n t i n o , cuyas palabras se han
citado en la respuesta á la pregunta
anterior.
L a tercera sentencia dice que aun
cuando el ordenado in sacris haya ad-
quirido por otra parte un medio decen-
te y permanente de vivir conveniente-
mente, no puede renunciar el patri-
monio sin licencia del Obispo. Así
opinan Croix, Barbosa, Escobedo, los
Salmaticenses, V á z q u e z , etc., y aña-
den que la enajenación del patrimo-
nio, no sólo sería ilícita, sino tam-
bién inválida. Se fundan:
i.° E n que la licencia del Obispe
se exige cuando el ordenado tiene por
otra parte un modo decente de vivir;
porque cuando no le tiene, ni el Obis-
po puede dar la licencia de renunciar-
le, fuera de algunos casos extraordi-
narios que señalan los autores.
2.0
Porque el patrimonio, una vez
constituido y aprobado por el Obispo,
se numera entre los bienes eclesiásti-
cos, como consta del capítulo Quam-
quam, de censib., in 6 .
3.0
Porque Benedicto X I V , en la
Instit. 26, núm. 9, cita una declara-
ción de la Sagrada Congregación, de 4
de Febrero de 1 6 5 2 , que dice así:
«Renuntiationem patrimonii, ad cu-
jus titulum clericus simpliciter sacris
ordinibus fuit initiatus, absque licen-
tia Episcopi factam, non sustineri,
etiam post assecutionem beneficii ad
ejusvitam sustentandam sufficientis.»
E n vista de las anteriores razones,
San L i g o r i o se adhiere á esta última
opinión, y añade: « A d v e r t e hic aliud
decretum emanatum a Sacra Congre-
gatione Concilii, 5 Febr. 1 6 0 4 , ubi
decisum fuit non esse vetitum clerico
hypothecare patrimonium, quoad eam
tamen partem fructuum, qua: supersit
DEL SACRAMENTO
ad ejus sustentationem, non laute,
sed tenuiter vivendo, juxta judicis
ecelesiastici arbitratum.» ( L i b . 6 , nú-
mero 824.)
Me he alargado sobre este punto,
porque muchas veces por simplicidad
é ignorancia, y algunas veces por ma-
licia, se cometen muchas faltas en
esta materia; y así conviene que los
párrocos jóvenes y los confesores
tengan alguna instrucción sobre ella.
2624. L a octava condición es
que no se ordenen per saltum, esto es,
que hasta recibir la primera tonsura
no reciban algún orden menor, ni re-
ciban el orden mayor hasta después
de haber recibido los cuatro órdenes
menores. E l que traspasase este or-
den pecaría mortalmente, y además
incurriría en suspensión lata, impues-
ta por el Tridentino en la sess. 23,
cap. 4 4 , De reformatione. D e esta
suspensión, si el clérigo no ejerció el
orden mal recibido, puede absolver el
Obispo.
Aunque San L i g o r i o , Sánchez y
Bonacina son de opinión que el que
recibe los órdenes menores antes que
la primera tonsura, si bien peca mor-
talmente, no incurre en dicha suspen-
sión del ejercicio del orden recibido,
pero no creo que en el día se pueda
sostener esa opinión; pues el E m i -
nentísimo Sr. Cardenal D . Fr. Ma-
nuel García G i l , en la sólida explica-
ción que hizo de la constitución Apos-
tólica Sedis (pág. 2 0 1 ) , hablando de
esta suspensión impuesta á los que se
ordenan per saltum, dice así: « L a Sa-
grada Congregación declaró que tiene
lugar esta suspensión, aunque se trate
de órdenes menores, ó se haya omiti-
do sólo la prima tonsura.»
Una de las causas por que está
mandado que los órdenes se reciban
gradualmente, es porque no es equi-
tativo , como dice Santo T o m á s ,
«quod ad majores se ingerat, qui
prius in minoribus non s e e x e r c u i t . »
(In 4 Sent., dist. 24, q. 1.) E s indu-
dable, según todos los autores, que la
TOMO II
DEL ORDEN. 753
colación del orden mayor antes de
haber recibido el menor, es válida; y
así se lee en la historia de la Iglesia
que algunos se ordenaban per saltum;
y la razón es, porque en cada orden
se da una distinta potestad. E s v e r -
dad que, según la presente disciplina,
no se puede lícitamente ordenar per
saltum, como queda dicho. Se excep-
túa el Episcopado, pues éste no se
puede recibir válidamente antes del
sacerdocio, según sentencia comuní-
sima de los doctores. E l que recibiese
el sacerdocio sin haber recibido n i n -
guno de los otros órdenes inferiores,
podía ser consagrado Obispo y ejer-
cer válidamente su ministerio episco-
pal, si bien no podría hacerlo lícita-
mente antes de recibir los órdenes que
no había recibido.
2625. L a novena condición que
se exige para ordenarse lícitamente
es que el ordenando no sea irregular,
ni esté suspenso, ni e x c o m u l g a d o ;
porque la censura priva de la partici-
pación de los bienes comunes de la
Iglesia, y la irregularidad hace inhá-
bil para recibir órdenes, como lo dice
su misma definición. H e aquí las pa-
labras de Scavini (edición de 1 8 7 4 ,
tomo 3 , núm. 5 6 3 ) : « H i n c ex P o n t i -
ficali Episcopus, antequam ordinare
incipiat, sub excommunicatione prae-
cipit ne alterutro impedimento l i g a -
tus accedat; sicut nec minime descri-
ptus, aut non approbatus, aut extra-
neus, protestando se nolle tales ordi-
nare. « S i tamen nihilominus accede-
»ret, esset valide ordinatus; quia non
»est supponendum Episcopum revera
»voluisse alligare suam intentionem
«tali protestationi.» Sed illa verba ha-
bsntur dicta tantummodo ad terro-
rem, si tamen aliud certo non constet;
nam si certo constat contraria inten -
tío Episcopi, absolute iteranda ordi-
nario; et si intentio sit dubia, ordina-
rio sub conditione repetenda.»
Aquí se ha de advertir que Scavini,
al fin de las palabras anteriores, pone
las siguientes citas: Benedictus X I V ,
48
 754 LIBRO VI. TRATADO
De Sacrif., lib. 3, cap. 10; L i g u o r i ,
Op. Mor., lib. 6, núm. 784. Pudiera
creer alguno que Benedicto X I V y
San L i g o r i o resuelven la cuestión del
mismo modo que Scavini; pero hay
alguna notable diferencia. Benedic-
to X I V , en el lugar citado por Sca-
vini, trata con su acostumbrada eru-
dición la dificultad presente; y com-
pendiando lo más esencial, dice así:
i.° Que si el Obispo se concreta-
se á lo que ordena el Pontifical R o -
m a n o , la ordenación indudablemente
sería válida, porque el Pontifical tan
sólo dice que el Obispo mande á los
ordenandos que, bajo pena de e x c o -
munión, no se acerquen á recibir los
órdenes si tienen impedimento canó-
nico; y no añadiendo más, «patet or-
dinationem validam esse,» dice aquel
gran Pontífice ; y añade: «Difñcultas
tune oritur, cum Episcopus pontificales
prcetergressus limites,-vel per edictum
publicum vel quovis alio modo decla-
ret sibi non esse intentionem ordi-
nandi eum qui aliquo canónico defec-
tu sit implicitus, ut bene advertit
cardinalis de L u g o , De Sacramentis in
genere, disp. S, sect. 7, núm. 119.»
2.
0
Benedicto X I V dice que, se-
gún Serry, esa conminación del Obis-
po solamente se hace ad terrorem: que
Cabasucio añade que no es creíble de
modo alguno que el Obispo quisiese
exponer á nulidad el Sacramento, y
que así opinan otros muchos: no obs-
tante, añade: «Quíestio haec versata
est et aecurato subjecta examini in
Sacra Congregatione Concilii, «quse
»propensior semper fuit in eam sen-
il tentiam, ut invalida esset ordinatio
«ejus qui cum canónico impedimento
«ordinem suscepisset ab Episcopo qui
«declarasset sibi intentionem non esse
uordinandi accedentes cum ejusmodi
«impedimento, ut videre est in addit.
«ad N a v a r r u m , » etc.
Después Benedicto X I V refiere una
declaración de la Sagrada Congrega-
ción del Concilio, en la cual, pregun-
tada ésta si era válida la ordenación
VII.
de uno que se presentó á ordenarse
antes de la edad legítima, después de-
haber hecho el Obispo la protesta d e
que no quería dar órdenes sino á los
que tuvieran la edad legítima, «res-
ponsum fuit ex communi sententia
recepisse vacuam manus impositio-
nem. Quas- resolutio fuit in Congre-
gatione habita die 23 Januarii 15S6.»
Añade Benedicto X I V : « S i alguno
duda de la autenticidad de esta decla-
ración, vehementer fallitur. E a m enim
resolutionem refert celebris F a g n a -
nus, qui tot annos secretarii muñere
obeundo inclaruit, in cap. Tuae littera-,
núm. 1 5 , de clerico per saltum pro-
moto: atque ipsi nos eam reperimus
in veteri manuscripto.» Dice después,
en el núm. 7, que la anterior declara-
ción de 1586 fué aprobada por el R o -
mano Pontífice, mandando al Obispo
que remitiese la forma de que se ha-
bía valido antes de ordenar, para ver
si realmente había tenido intención
de no conferir los órdenes á los que
tuviesen algún impedimento canóni-
co. ( N ú m . 5.)
San L i g o r i o , en el lib. 6, núm. 784,
tratando esta cuestión, después de re-
ferir la opinión de los que afirman que
es válida la ordenación, añade: «Sed
melius docet N . S S . P. Benedictus X I V
in celebérrimo opere D É Sacrificio Mis-
sce, sect. 2, § 70. ubi ex decreto Sacra:
Congregationis Concilii dicit in hoc
casu interrogandum esse Episcopum
ordinantem de sua intentione; et si
ipse asserat suam intentionem pro-
testationi alligase, ordinationem ab-
solute iterandam esse; si vero Epis-
copi intentio sit dubia, ordinatio est
sub conditione repetenda.»
Ferraris no aprueba que se ponga
en esos aprietos á los ordenandos,
pues ha sucedido haber en algunos
pueblos grandes dudas y hasta escán-
dalos, como dice Benedicto X I V en
el lugar citado, con un Obispo ( F r a y
Antonio González de A c u ñ a ) que hizo
dicha protesta, y preguntado después
respondió resueltamente que no había
DEL SACRAMENTO
tenido intención actual, ni virtual, ni
siquiera habitual, de ordenar á los
mulatos. L a Sagrada Congregación
declaró nulas aquellas ordenaciones,
y dijo: «Supplicandum esse Sanctis-
simo quatenus jubeat ómnibus India-
rum Episcopis ne deinceps prasumant
in ordinatione conditionalem intentionem
habere, eosque animadvertat, indos et
nigros, omnesque ab eis per paternam
vel maternam lineam descendentes
nullo jure ab ordinum aliorumque
Sacramentorum receptione arcendos
esse, dummodo caetera per sacros ca-
ñones requisita habeant et o b s é r -
vente
Muy sabia y muy prudente fué la
ordenación de la Sagrada C o n g r e ía-
&
ción, mandando á todos los Obispos
de Indias que en la ordenación no
tengan intenciones condicionales. E s -
to mismo compendió en pocas pala-
bras el doctísimo cardenal de L u g o ,
que en el lugar citado dice a s í : «Non
debet res adeo gravis dubiis exponi;
unde si casus accideret, ego sacerdoti
eo modo ordinato cum tali impedi-
mento consulerem, ut, si comnaode
potest, adeat eumdem Episcopum,
ej usque intentionem exploret qualis
fuerit. Quod si hoc fieri non possit,
recipiat iterum sub conditione ordinem,
ne maneat in illo dubio cum periculo
invaliditatis aliorum Sacramentorum
qua; ex sacerdotio dependent.» M e
adhiero en un todo á la opinión de
L u g o , pues me parece que es bastan-
te, observando estrictamente lo que
dispone el Pontifical R o m a n o , con-
minando con excomunión mayor á los
•que scienter se acercan á recibir órde-
nes con algún impedimento canónico,
y así se evitarán las dudas y ansieda-
des que quedan dichas, cuando el
Obispo protesta que no quiere ordenar
á los que se acerquen á ordenarse con
algún impedimento canónico.
A las anteriores condiciones que
pone Billuart para que uno se pueda
ordenar lícitamente, se ha de añadir
lo que pone el Tridentino, á saber,
DEL ORDEN. 755
que aun para recibir la primera ton-
sura se exige la previa Confirmación:
« P r i m a tonsura non initientur qui
sacramentum Confirmationisnon sus-
ceperint.» ( S e s . 23, cap. 4.)
2626. P. ¿Obliga bajo pecado
mortal que el ordenando, a u n cuando
tan sólo reciba la primera tonsura,
haya recibido la Confirmación?
R. Hay opiniones: Bonacina, T o -
ledo, T a n n e r o , Aversa, Ferraris (en
la palabra Ordo, art. 2, núm. 31) y
D. Miguel Sánchez, en su Teología
Moral (pág. 2S8, num. 9), afirman
que obliga bajo pecado m o r t a l ; si
bien Ferraris confiesa que la opinión
más común de los doctores dice que
tan sólo sería pecado venial: « U n d e
si qui non confirmati scienter ad ordi-
nationem accederent, peccarent sal-
tem venialiter, ut tenent communius
doctores.»
L a segunda opinión, de Tamburino
y otros, dice que las palabras del T r i -
dentino son de puro consejo; pero
esta opinión es laxa.
L a tercera opinión, que es la de
S i n L i g o r i o (lib. 6, núm. 786), dice
que tan sólo es pecado venial recibir
los órdenes sin estar confirmado. H e
aquí las palabras del Santo Doctor:
« A l i i tándem communiter, ut Suar.,
tom. 3, d. 38, sect. 1; Navar., cap. 22,
num. 9; L a y m . , tract. I I I , cap. 5,
q.iczr. 4; P a l . , De Confirm., punct. 8,
num. 6; Mazzott., loe. cit,; S ú m a n t . ,
cap. 4, num. 73, cum V i c t , et Philib.,
ac Barbosa, De potest. Episc, alleg. 2,
num. 1 5 , cum A z o r . , V a l . , Reg-,
Molf., V i v a l d . , etc., probabilius di-
cunt Confirmationem non requiri sub
obligatione gravi, sed requiri quidem
sub levi; quia licet verba Tridentini
potius indicent deesntiam quam pra>
ceptum, tamen in hoc contraire non
excusatur a levi saltem deordina-
tione.»
C o m o en las materias de aprecia-
ción (á las que pertenece la presente),
es más probable aquella que tiene á
su favor mayor número de autores
 756 LIBRO VI. TRATADO VIL
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 757
graves, y además, como cuando hay capítulos 1 1 y 1 3 ) ordena que los que
duda sobre si hay ó no precepto, no han de recibir órdenes han de haber cando aquellas palabras de Alejan- varios los anotadores de dicha Biblio-
se debe imponer, según el sistema del ejercido el orden recibido en la iglesia dro I I I que autorizan á los Obispos teca; y si bien es cierto que algunos
probabilismo moderado de San L i g o - á la cual están asignados; pero parece para conferir los órdenes menores á añadieron cosas muy útiles , otros
rio, me adhiero en un todo á la opi- que San L i g o r i o abraza la sentencia uno ó dos, unum aut dúos, dice así: añadieron cosas que, en lugar de per-
nión del Santo Doctor. de los Salmaticenses, que dicen que «Numquid plures? Utique, dummodo feccionar, afearon dicha Biblioteca.
L a s razones del Sr. Sánchez no las palabras del T r i d e n t i n o no i m p o - non videatur generalis ordinario.» Uno de ellos, anónimo, que tiene el
prueban suficientemente que las pa- nen precepto grave de ejercer el orden L a Sagrada Congregación de Ritos, signo ó manecilla tí": Additiones ex
labras del Tridentino impongan pre- recibido antes de ascender á otro ma- en 1 6 de Marzo de 1 8 3 3 , declaró que aliena mana, trató de corregir indebi-
cepto grave; porque si bien se impone yor. H e aquí las palabras del Santo «minores ordines conferri possunt in damente las anteriores palabras (en el
en el mismo lugar del Tridentino en Doctor (lib. 6, núm. 8 0 1 ) : «Sed pu- festis de p r e c e p t o vel in festis dupli- núm. 138 del mismo artículo), que
donde se ordena que los que se hayan tant Salmanticenses (cap. 4, núm. 7 4 ; cibus qua; erant de praecepto ante rectamente había consignado Ferraris
de tonsurar deben estar instruidos en hoc non esse de pnecepto gravi, cum reductionem;» y en 12 de Noviembre en el núm. 1 2 , H e aquí las palabras
los rudimentos de la fe, etc., no es verba Concilii magis sint consultiva, de 1 8 3 1 declaró que los Obispos que del adicionador: « P r i v i l e g i u m reci-
cierto que de un mismo modo se ordena estaban facultados para dar órdenes piendi ordines extra témpora illis
quam praaceptiva, nempe, illa: At in
por el Tridentino la necesidad de e s - en días festivos, los podían dar en los dumtaxat regularibus suffragatur, qui-
unoquoque ordine , juxta prceceptum
tar instruidos en los rudimentos de la días de fiesta suprimidos y en las bus post Concilium Tridentinum no-
Episcopi, se exerceant, e t o >
fe los que se han de tonsurar, que el fiestas de los Apóstoles, con tal que minatim atque recta concessum est;
2628. E n cuanto al tiempo en
que estén confirmados. E l Sr. Sánchez los órdenes, si eran mayores, se die- vel, si fuerit antea concessum, fuerit
que se pueden conferir los órdenes:
pregunta la razón de la diferencia: á sen por la mañana. in forma non communi, sed specifica
i.° Según el Pontifical R o m a n o ,
esto se responde que hay una grave postmodum confirmatum.» Esto no es
la primera tonsura se puede conferir 2629. P. ¿Tienen privilegio los
deformidad en recibir la primera ton- verdad, porque las palabras de B e n e -
en cualquier tiempo, á cualquier hora regulares para poder ser ordenados
sura, ingresar en el estado eclesiástico dicto X I I I de} Concilio R o m a n o , c i -
y en cualquier lugar. •extra temporal
y gozar de sus privilegios, sin saber tadas por Ferraris en el núm. 1 2 ,
2.0
L o s órdenes menores, si hay R. Ferraris, en la palabra Ordo,
los rudimentos de la fe; pero no hay manifiestan que el anotador de Ferra-
art. 2, números 1 1 y 1 2 , dice así:
esta deformidad en que uno reciba costumbre legítima, se pueden dar á ris se equivocó manifiestamente; pues,
« E x privilegio Summi Pontificis pos-
los órdenes sin estar confirmado. todos generalmente en la Feria IV según quedan ya citadas, dicen así:
sunt valide et licite conferri ordines
Esta cuestión, en cuanto á la prácti- ó V I antes de la ordenación general « Q u o vero ad regulares privilegia a
majores extra dicta témpora; Papa
ca, es de poco momento, porque los de los órdenes mayores: también se Summis Pontificibus habentes, sive
enim secundum plenitudinem potes-
señores Obispos no iniciarán de pri- pueden dar los órdenes menores en expresse, sive per viam communicationis
tatis de jure potest supra jus dispen-
mera tonsura, ni menos ordenarán, cualquier día festivo, con tal que sea concessa.» Se equivoca, pues, el adi-
sare, textu expresso in cap. Propo-
al que no esté confirmado: es verdad de precepto, como lo expresa el P o n - cionador, cuando añade: « P e r com-
suit 4 , De concess. praeb. E t de facto
que basta que el ordenando jure en tifical R o m a n o , y no se confieran sino municationem igitur privilegium hoc
saspe saspius dispensat cum pluribus.
manos del Obispo que recuerda haber á uno ó dos, como se lee in cap. De haud acquiritur.»
Et ad hoc, validum et stabile privile-
recibido la Confirmación. Así lo de- eo , De temp. ordin.: « L i c i t u m est
gium habent regulares omnes, ut n o - 2630. Benedicto X I I I , en su
claró la Sagrada Congregación del Episcopis dominicis et aliis festivis
vissime declaravit Benedictus X I I I in constitución Pretiosus, de 26 de Marzo
Concilio en 6 de Mayo de 1 6 1 7 , lo diebus unum aut dúos ad minores or-
Concilio R o m a n o , celebrato 1 7 2 5 ,
de 1 7 2 7 , habiendo sabido que algunos
cual prueba que no es tan grave la dines promoveré.» Según Silvestre,
tít. 5, De temporibus ordinationum,Obispos tenían reparo en ordenar
obligación de recibir la Confirmación San Antonino, Inocencio I V , R e n z i ,
cap. 2, ibi: «Quo vero ad regulares extra témpora á los religiosos Domini-
antes de los órdenes. Véase á Scavini los Salmaticenses, San L i g o r i o (li-
"privilegia a Summis Pontificibus cos, porque no los había expresado
(edición de 1 8 7 4 , tomo 3 , núm. 5 5 6 ) . bro 6, núm. 7 9 4 ) , Scavini (edición
»habentes, sive expresse, sive per noviinatim en el Concilio R o m a n o ,
D o m i n g o Soto (in 4 Sent., dist. 2 4 , de 1 8 7 4 , t o m o 3, núm. 565) y la opi-
»viam communicationis concessa, sa- dio la siguiente declaración: «Quia
q. 1, art. 4 , no lejos del fin), dice así: nión que podemos llamar comunísi-
»cros, videlicet, ordines extra témpora vero ad aures nostras pervenit, non
«Quapropter sine Confirmatione esset ma , aquellas palabras de Alejan-
«suscipiendi, cum privilegia ipsa in obstante nostra, ac etiam novissimi
verum S a c r a m e n t u m : nihilominus dro I I I que autorizan á los Obispos
»suo robore persistant, nec iis dero- R o m a n i Concilii per nos habiti, tit. 5,
nonnullum peccatum esset, si quis para conferir los órdenes menores a
«gatum fuisse constet, decernimus cap. 2, sententia quod regulares v i -
scienter non confirmatus ordinaretur, uno ó dos, no se han de entender
«proinde regulares eosdem absque gore suorum privilegiorum tuto et
etiam in Episcopo, si eum ordinaret; taxative, sed exemplificative; esto es, «novo indulto apostólico tuto posse absque novo indulto apostólico extra
quamvis nulla ratio cogat, ut credatur que no hay inconveniente en que se
«extra témpora ordinari.» témpora sacris initiantur, etiam post
esse mortale.» dé á mayor número, con tal que no
parezca que se hace una ordenación Corno puede verse al principio del dereta Concilii Tridentini , a non-
2627. E l Tridentino ( s e s . 2 3 , general. Así es que la glosa, expli- t o m o 1 de la Biblioteca de Ferraris nullis etiam Episcopis in dubium
(edición de Madrid de 1 7 9 5 ) , fueron revocari an inter tales regulares, licet
758 LIBRO VI. T R A T A D O VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 759
indefinite nominatos, recenseri de- si cantera quae necesario requiruntu bien los ejercicios espirituales para «Quamvis interior perfectio ad hoc re-
r

beant fratres praedicti Ordinis Prsedi-
catorum; motu, scientia, et auctori-
tate praedictis, declaramus, eosdem
fratres ex nostra, ac etiam dicti R o -
mani Concilii definitione eodem pri-
vilegio frui ac potiri posse, et deberé;
et, quatenus opus sit, pariformiter
dispensantes super quacumque con-
traria dispositione, de novo illud idem
privilegium pro singulari nostra erga
praedictum Ordinem, intra cujus di-
efficiant, ac praesertim spiritualibus:
exercitiis de more operam dedisse
scriptum deferunt testimonium.»
H e querido extenderme sobre este
punto, porque algunos autores, por
no estar suficientemente instruidos en
esta materia, oscurecieron é involu-
craron este punto, con perjuicio de
los regulares. L o principal es que los
regulares no exijan de sus Diocesa
nos como un deber de justicia, sino
que los confesores, aprovechando la
ocasión en que están más fervorosos
los ordenandos, les fijen un método
de vida para en adelante sobre la ora-
ción mental diaria, lección espiritual,
examen diario de conciencia y fre-
cuencia de la santa confesión cada
ocho días.
2633. P. Si un ordenando se
presentase en los días de ejercicios,
«qui esset habituatus in vitio turpi
quiratur, quod aliquis digne hujus-
modi actus exerceat.» E t in eadem
qusestione (art. 8.°) dicit, sacerdotem
excellere religiosum quantum ad dig-
nitatem, quia per sacrum ordinem ali-
quis deputatur ad dignissima minis-
teria, quibus ipsi Christo servitur in
Sacramento altaris, ad quod requiri-
tur (nota) major sanctitas interior,
quam requirat etiam religionis status,
í t e m (q. 186, art. 1 ad 3 . ) loquens
um

lectissimum sinum adhuc versari glo-

que les pidan por favor que los orde- ac oceulto, qui ad ordines sacros as- pariter de probitate clericorum et mo-
riamur, dilectione, iisdem fratribus
nen extra témpora; porque el Obispo lo cenderé velit sine praevio continentiae nachorum, dicit: «Ordines sacri prae-
signanter, spzcifi.ee, et in individuo con-
puede hacer lícitamente por sí mismo, experimento, poterit absolví a confes- exigunt sanctitatem, sed status r e l i -
cedimus, quatenus a Dicecesano, eoque
ó dando las testimoniales para otro sario directore? gionis est exercitium quoddam ad
renuente aut non valente, a quocum-
Obispo; pero no está obligado á ha- R. San L i g o r i o , en el lib. 6, nú- sanctitatem assequendam: unde p o n -
que catholico Episcopo ordines extra
cerlo cuando á los prelados regulares mero 67, dice así: « U t quis ad sacri dus ordinum imponendum parietibus
témpora suscipere; et Episcopi ipsis
les plazca. ordinis dignitatem accedat, non suf- j a m per sanctitatem desiccatis, sed
conferre libere et licite valeant, juxta
2631. Si algún clérigo obtuviese pondus religionis desiccat pañetes,
declarationem Sancti Pii V in bula ficit simplex et actualis status gratiae,
indulto pontificio para que se le dis- id est, homines ab humor evitiorum.»
Etsi mendicantium, et decretum Cle- sed requiritur etiam bonitas praecel-
mentis V I I I , et uberius explicata in pensen los intersticios, la dispensa se lens et habitualis. E t ideirco pceni- E l Doctor San L i g o r i o , en el lib. 6,
dicto Concilio R o m a n o nostro, tit. 5, comete al arbitrio del Obispo, como tens qui e luto habitualium libidinum núm. 69, dice que en alguna ocasión
cap. 1, et tit. 2 1 , cap. 2.» lo declaró Inocencio X I I en 14 de mox emersit, quamvis conversus, quia puede suceder que el ordenando tenga
Diciembre de 1693. E l dispensar los tamen pravis habitibus irretitus adhuc tal compunción y tanta abundancia
Algunos dijeron que la constitución intersticios no pertenece á los prela- de gracia, «quod clericus, quantum-
infirmus existit, is vix capax erit a b -
Pretiosus había sido revocada por Cle- dos regulares, sino al Obispo: es ver- vis in vitio carnis consuetudinarius
solutionis, sed non ordinis sacri. P r o -
mente X I I ; mas, como dice Patuzzi dad que éste ha de deferir á las cau- et recidivus, tali compunctionis gratia
pterea quod, si quis taliter affectus
(Eihic. Christiana, tract. X , cap. 8, sas que alegue el prelado regular, a Deo sit donatus, ut dignus existi-
et a sanie vitiorum nomdum purgatus
num. 7), este Papa tan sólo ordenó como consta ex aliis decretis Sacra Con- metur quod gradum sacri ordinis sta-
ad altaris fastigium ascenderé audet,
que los Obispos pudiesen no ordenar, gregationis, según dice Ferraris en la tim assumere possit; et ideo tune ca-
nisi prius sufficienti probetur experi-
si no lo tenían por conveniente, no pax bene evadet absolutionis, q u a m -
palabra Ordo, art. 2, núm. 132. m e n t o , iste prout temerarius etiam
por falta de privilegio de los regula- vis praacedenti experimento non sit
1 2632. Otra de las condiciones sacramentalis absolutionis manifes-
res, sino porque los Obispos no q u e - probatus. Probatio quidem non solum
que se requieren para que uno se or- tatur indignus. Unde Sanctus Ber-
rían tomarse este trabajo; y , como exterior, sed etiam interior, ut d i x i -
dene lícitamente, es que haya hecho nardus (De conv. ad Cleric, cap. 21)
dice Fontana en el lugar citado, así mus, in hujusmodi pcenitentibus ab
ejercicios espirituales; y aunque I n o - scripsit: «Nullus ad ministerium alta-
lo declaró la Sagrada Congregación de Ecclesia necessario postulatur, sed
cencio X I I , respecto de Italia, mandó ris accederé debet, nisi cujus castitas
Indulgencias en 30 de Abril de 1734. | non necessario requiri dicimus pro-
que se hiciesen por diez días, aun ante susceptum ordinem fuerit appro-
Dicho privilegio concedido á los bationem temporis.»
para los órdenes menores, ordinaria- bata.» E t hic notandum, quod id quod
regulares «recipiendi ordines extra tém-
mente no se hacen sino para los ór- dictum est de vitio luxuriae, idem Después el Santo Doctor añade,
pora, regularibus mendicantibus ab-
denes mayores, al menos en España. dicendum de quocumque alio, nimi- en el núm. 71: « N o n quidem n e g a n -
solute concessit Clemens V I I I , et
Así lo declaró la Sagrada Congrega- rum ebrietatis, avaritiae, blasphemias, dum hujusmodi conversiones extra-
novissime Benedictus X I I I , Instit.
Eccles. 23, núm. 5. Ita ait S. L i g o - ción de Obispos y Regulares en 9 de odii, etc. Quod autem ad sacros ordi- ordinarias esse, nec saipe evenire, ñe-
rius, Theol. Moral., lib. 6, num. 797, Octubre de 1682, y lo confirmó des- nes suscipiendos minime sufficiat sim- que etiam in exercitiis spiritualibus
dubit. 3.» pués Clemente X I , en 1710. plex gratia sanctificans, sed ultra r e - quse ad sacros ordines praemitti s o -
L o s Obispos no han de dispensar quiratur interior perfectio, constat ex lent; quoniam plerumque ad ejus-
P o r último, Benedicto X I V , siendo los ejercicios espirituales á los orde- modi exercitia promovendi coacti ac-
consensu communi Sanctorum P a -
cardenal y arzobispo de Bolonia, en nandos , principalmente de órdenes cedunt. Ideoque alia extraordinaria
trum et D o c t o r u m , qui uno ore illam
la Instit. 23, núm. o , dijo así: «Ipsis mayores, para que éstos vean qué es- signa debet confessarius in suo pceni-
efflagitant. E t in primis Sanctus T h o -
(regularibus) in posterum ordines ex- píritu les conduce al sacerdocio, y rec- tente agnoscere, ut ei ad sacrum or-
mas ( 2 . 2.* , q. 184, art. 6), loquens
a

tra témpora conferre non desinemus, tifiquen su vocación. Convienen tam- dinem ascenderé permittat. Quod si
de exercitio sacrorum ordinum, ait:
 7 6c LIBRO VI. TRATADO VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 761
quandoque (licet raro) tales conver- rem extraordinaria signa non absol- lugar citado, núm. 123: «Ordinatus num. 828 , et epist. Bened. X I V , Ex
siones extraordinarias accidant, nulla verem: nam nulla infamia, scandalum a Papa, etiam honoris causa, sine li- quo dilectas.' Gury , atento á su rigu-
patet ratio cur in eo casu magis dis- nullum, si dicat se velle maturius de centia Papas non potest ab inferiori roso laconismo , resuelve la cuestión
positum ad ordines suscipiendos pce- tanto statu perpetuo eligendo, cogi- ad superiores ordines promoveri (ibid. con toda generalidad en sentido afir-
nitentem evincat longi temporis pro- tare, et melius se disponere, ut vel § 3 et 7). Ordinatus a Papa non est mativo, pero necesita alguna explica-
bado , quam manifesta cordis vera et ipsi optimi faciunt, qui aliquando propterea a jurisdictione sui Episcopi ción. San L i g o r i o la trata con más
vehemens contritio, ac voluntas adeo tanta celsitudine territi se retrahunt. exemptus.» (Ibid., § 18,) extensión.
firma, quas innixa spe divinorum au- Si non vult acquiescere, ipse videat 2635. P. L o s regulares, cuando E n el lib. 4, núm. 75, dice así:
xiliorum, prascipue actualium, quas in coram D o m i n o , si nihilominus possit reciben órdenes, ¿están obligados á «Quczritur 2.—Quid dicendum de cle-
sacramento Ordinis a D e o impertiun- tuto accederé, perfecte eo in casu con- prometer obediencia á su Ordinario? ricis aut aliis beneficiariis non cura-
tur ut caste et honeste in Ecclesias tritus. Quantum in me est, cum ne- tis? Respondeo: quamvis isti ex officio
R. « I n ordinatione regularium ser-
ministeriis vita ducatur, non solum cessitas in quam se conjecit fuerit et honéstate teneantur suos Episcopos
vetur clara dispositio Pontificalis R o -
se emendare proponat, sed etiam om- certiorare de suo religionem ingre-
voluntaria, si in eo non cernam mani quoad formulam: « P r o m i t t i s
nia media opportuna adhibere quas diendi proposito, non peccant tamen,
extraordinaria omnino emendationis «Ordinario tuo obedientiam,» etc. Sic
valeant tum concupiscentiam refras- ut declarat N. S S . Benedictus X I V
signa non absolverem, ne fiam c o m - Sacra Congregatio Rituum die 22
nare, tum dignum eum reddere ut in bulla mox citata, si id omittant ob
plex illius peccati et consectariorum. > Julii 1848 in Gandavensi.» L a razón
sacra adeat mysteria; i m m o pcenitens metum reverentialem, ne forte ab ejus
Mas estas señales extraordinarias, en de esta promesa no es porque los re-
ex illo singulari dono contritionis j a m desiderii implemento revocentur. Cer-
el caso que tratamos, deben estar re- gulares estén sujetos á la jurisdicción
inceperit instanter et enixe castitatem tum autem est non posse Episcopos
vestidas de ciertas circunstancias más del Obispo con la misma amplitud
a D e o postulare, et simul concupis- impediré suos clericos ne religionem
extraordinarias que las que se califi- con que lo están los clérigos seculares,
centias ardorem notabiliter imminu- ingrediantur, ut habetur in cap. Cle-
can de tales en un reincidente formal sino para que les obedezcan en las co-
tum in se cognoscat, ita ut j a m pa- rici 19, q. 1, ubi ex Concil. T o l e t . I V
ordinario. (Véase Mach, «reincidente sas en que le están sujetos según el
ratum se sentiat ad castitatem ser- dicitur: «Clerici qui monachorum pro-
y ordenando,» núm. 600, pág. 935, derecho canónico.
vandam. Quod si sufficienterprobatus positum appetunt , quia meliorem
existimatur qui per aliquod tempus se edic. 1 2 . ; Frassineti, tomo 2, no- 2636. P. ¿A qué están obligados
a

vitam sequi cupiunt, liberos eis ab

continens habitum extirpare curave- ta 1 5 1 . ) * los sacerdotes seculares en virtud de
Episcopo in monasteria elargiri opor-
rit, multo magis is probatus censerit 2634. D e cualquier manera que la promesa de obediencia que en su
tet ingressus , nec interdici proposi-
debet qui per specialem Dei gratiam ello sea, el Obispo que rehuse dar ór- ordenación hacen al Obispo?
tum eorum qui ad contemplationis
vehementi contritione manifesté com- denes á alguno que los pretende, ó R. H e aquí cómo lo explica Bene-
desiderium transiré nituntur.» Hunc
punctus est. Diuturnitas temporis ideo no quiere ascender á orden mayor á dicto X I V (in const. Ex quo dilectas,
et consimiles cañones laudat et appro-
sufficiens creditur probado, quia si- uno que ya es subdiácono ó diácono, de 14 de Enero de 1747): « A g n o s c i -
bat prasfatus N . Pontifex. Necnon
gnum est firmas voluntatis p(eniten- no está obligado á manifestar la cau- mus presbyterum hujusmodi promis-
affirmat id non tantum intelligi de
tis; attamen non raro evenire solet, sa por que lo hace, ni el así rechazado sionís vigore ea lege inter alias adstri-
religionibus vitas contemplativas, sed
quod aliquis etiarn longo tempore se puede interponer apelación alguna: ctum teneri, ut a servido ecclesias cui
etiam activas.
a vitiis pro mundi hujus honéstate no le resta otro medio que elevar sus addictus fuerit discedere nequeat sine
contineat (juxta verba Sancti G r e g o - quejas á la Silla Apostólica. Así lo licentia Episcopi.» «Declarat tamen, quod Episcopus
r i i ) ; sed horum magis est timendus declaró la Sagrada Congregación del 2637- P. E n virtud de esa pro- bene posset revocare suum clericum
relapsus quam eorum qui talem con- Concilio (in R e m e n s i , die 21 Aprilis mesa de obediencia quehacen al Obis- a religione, si ejus ingressus gravi de-
tritionis gratiam ostenderent, ut pru- 1668). E s más: si el Obispo suspen- po los sacerdotes cuando se ordenan, trimento esset ecclesias, cui erat addi-
dens confessarius directe eos volun- diese á algún párroco de la cura p a s - y con mayor razón los párrocos, ¿po- ctus, his verbis: Quod vero jus certis
tatem immutasse cognoscat ; unde tora! en virtud de la facultad que le drán aquéllos y éstos entrar religiosos in casibus certisque de causis compe-
recte prudentem ac fundatam spem da el Tridentino (ses. 14, cap. 1) para sin la licencia v aun contra la volun- tit superiori ordinis laxioris, ut suum
concipere possit, quod promovendus que pueda hacerlo ex causis sibi nolis, tad del Obispo? subditum regularem ad strictiorem
auxilio divinas gratias, et mediis quas si el párroco, menospreciando la sus- R. H e aquí la respuesta que da ordinem digressum, etiam post so-
adhibere ipse proposuit, castitatem pensión del Obispo, continuase cele- Gury (edición de 1S75, tomo 2, nú- lemnem professionem in eo emissam,
servabit, juxta illud Tridentini (in brando y ejerciendo la cura de almas, mero 7 1 7 ) : «Affirmative: constat ex repetere et revocare v a l e a t ; idem si -
cap. cit. 13): Qui sperent, Deo au- incurriría en irregularidad, como lo jure canónico, cap. Dúo sunt, can. 19, militer certis in casibus , justisque
ctore, se continere posse.» declaró la Sagrada Congregación del q. 2, ubi ab Urbano I I statuitur pres- exigentibus causis , Episcopo compe-
Concilio en 21 de Junio de 1626. bíteros vel parochos volentes transiré tit, ut suum clericum sascularem ordi-
* S c a v i n i - D e l V e c c h i o , tomo i , E l Papa, como es claro, puede or- ad aliquod monasterium posse libere ni regulari adscriptum repetere pos -
núm. 658, edic. 1 4 . , pág. 525, dice denar á cualquier clérigo de la Iglesia
a
discedere , etiam contradicente E p i s - sit. H o c tradit clarissimus canonum
sobre el caso presente: « S i non vide católica; pero añade Ferraris, en el copo. Vide Sanctum L i g o r i u m , lib. 6, doctor Innocentius I V ad saspe cita-
762 LIBRO VI. T R A T A D O VII.
tum cap. Licet, de regid. , cujus ruec po , afirma que no hay obligación de
sunt verba: Clericus potest transiré aplicarlas por la intención del Obispo;
ad religionem , non petita licentia, porque éste tan sólo prescribe á lo*
etiamsi contradicatur: crederemus ta- ordenados que oren por é l , y por lo
men quod posset eum repetere , si ex tanto ellos pueden recibir estipendio
transitu suo prima ecclesia gravem sus- por esas tres Misas ; ni a u n hay obli-
tineret jacturam... Satis itaque provi- gación alguna de decirlas hasta que
sum est etiam Episcopo qui factum ocurran días no i m p e d i d o s , esto es,
clerici sui ad regulada claustra se in- días en que tengan lugar las Misas
vito digressi impugnare velit. Caate- votivas; y aun entonces, como queda
rum , cum accidisset casus quod ar- dicho, pueden recibir estipendio.
chidiaconus quidam ad Societatem 2639. A l l í mismo pregunta San
Jesu transisset, et E m m u s . Cardina- L i g o r i o si el nuevo presbítero que ce-
lis Quirinus, conquerens quod se lebra con el Obispo y pronuncia las
invito hoc fecisset, integro libello palabras de la consagración al mismo
typis edito contendebat, ut Papa de- tiempo que él, puede recibir estipen-
clararet clericos non posse sine E p i s - dio por aquella M i s a ; y el Santo
copi licentia religionem ingredi; nos- Doctor responde del modo siguiente:
ter Pontifex respondit , uti in simili « N e g a t L a Croix (lib. 6, part. 2, nú-
casu Divus Gregorius (epist. 35, li- mero 2323), eo quod petens Missam
videtur requirere Missam cum omni -
ber 12) cuidam alii Episcopo respon-
bus caeremoniis et actionibus qua
derán T a l e s clericos nedum a suo
peraguntur a sacerdote in altari. Sed
proposito non esse impediendos , sed
potius ad perseverantiam hortandos aliter opinatur Benedictus X I V (De
et confirmandos.» Sacrificio Misses , lib. 3 , cap. 16 , nú-
2638. P. ¿Cómo peca el ordena- mero 10), urgens exemplum sacerdo-
do que omite la recitación de las pre- tum grascorum. cum Episcopo cele-
ces que por modo de penitencia impo- brantium, qui alias plerumque carere
ne el Obispo á los que se han orde- deberent eleemosyna.»
nado? 2640. P . ¿Qué obligación tienen
R. Suárez, L e s i o y otros dicen que los ordenandos en cuanto á recibir la
obligan bajo pecado mortal. Soto, Eucaristía en el día en que se or-
Valencia, Diana, Palao y otros dicen denan?
probablemente , según San L i g o r i o , R. H e aquí la respuesta de San
que no se imponen sino bajo obliga- L i g o r i o (lib. 6, núm. 801): cRequi-
ción de decencia ; á lo menos , dice ritur 1 3 , prout prsescribit Pontificale,
Croix, no obligan bajo culpa grave, ut ordinandi Eucharistiam accipiant;
porque los Obispos no han expresado sed hoc non sub mortali, ut ait Croix
hasta ahora que obligaban bajo peca- (núm. 2225) cum Gobat. I m m o nec
do mortal. Esta opinión me parece la sub levi tenentur communicare ini-
más probable; porque cuando San L i - tiandi ad ordines minores, ut dicit
gorio, hablando de ésta, dice que pro- idem Croix cum communi, ut asserit.
bablemente se puede seguir , y de la Presbyteri autem verius tenentur com-
primera nada dice, el probabiliter del municare sub mortali, cum ipsi veré
Santo Doctor se entiende adverscitive, celebrent cum Episcopo , ut diximus
y por consiguiente suficientemente ex D i v o T h o m a , núm. 799, dubit. 3.»
probable (lib. 6, núm. 829). Scavini (edición de 1874 , t o m o 3,
E n cuanto á la aplicación de las tres n ú m . 567) viene á decir lo m i s m o .
Misas que impone el Obispo, San L i - 2641. E n cuanto al lugar en el
gorio, en el mismo l u g a r , después de que se han de hacer las ordenaciones,
referir las palabras que dice el O b i s - he aquí las palabras del Tridentino
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.
(ses. 23, cap. 8): «Ordinationes sacro- según se halla en el Pontifical R o -
rum ordinum , statutis a jure tempo- mano: « F i l i i dilectissimi , ad sacrum
ribus, ac in cathedrali ecclesia, voca- subdiaconatus ordinem promovendi,
tis praesentibusque ad id ecclesia; c a - iterum atque iterum considerare de-
nonicis, publice celebrentur. Si autem betis attentequod onus ultroappetitis.
in alio dicecesis loco , praasente clero Hactenus enim liberi estis , licetque
loci, dignior (quantum fieri poterit) vobis pro arbitrio ad sascularia vota
ecclesia semper a d e a t u r ; » y añade transiré: quod si hunc ordinem sus-
San L i g o r i o (lib. 6, núm. 798): «Scio ceperitis , amplius non licebit a pro-
tamen plures Episcopos etiam ordines posito resilire ; sed Deo , cui serviré
sacros soleré in privato sacello con- regnare est , perpetuo famulari ; et
ferre: forte hodie sic usus habet. Adde, castitatem , illo adjuvante , servare
nomine loci etiam requiri existentiam oportebit; atque in ecclesia; ministerio
Episcopi in propria dicecesi; nam si semper esse mancipatos. Proinde,
ipse conferret ordines in dicecesi alie- dum tempus est, cogítate: et si in
na, incurreret suspensionem ab exer- sancto proposito perseverare placet,
citio pontificalium, et ordinatus ab in nomine Domini huc accedite.»
exercitio ordinis suscepti, ex Trident.
E l Concilio de T r e n t o declaró que
(sess. 6, cap. 5). H o c tamen recte
era nulo el matrimonio de los ordena-
dicunt Salmant. (cap. 4, n ú m . 7 5 ) c u m
dos in sacris, como también el de los
B o n a c , Philib., Villal. , H e n r . , etc.,
regulares profesos solemnemente: «si
non intelligi de collatione primae ton-
quis dixerit clericos in sacris ordini-
sura;, cum hasc sine pontificalibus con-
bus constituios, vel regulares castita-
feratur. Sí autem Episcopus, rogatus
tem solemniter professos posse matri-
ab alio , in ejus dicecesi generalem
monium contrahere , contractumque
ordinationem habeat, poterit ordinare
validum esse, non obstante lege e c -
non solum subditos suos , sed etiam
clesiastica vel voto , anathema sit.»
aliarum dicecesium, ut Salmant. (nú-
(Ses. 24, canon 1.)
mero 76) cum iisdem auctoribus et
L a constitución Apostolices Sedis, de
communi; quia Tridentinum (loe. c i t . )
P í o I X , impone excomunión mayor
hoc prohibuit casu tantum quo aliquis
lata, reservada al Ordinario, á los clé-
Episcopus prastextu cujusdam privile-
rigos ordenados in sacris, como t a m -
gii vellet in alterius dicecesi ordinare
bién á los religiosos ó monjas que
sine illius licentia.»
presuman contraer matrimonio des-
pués de haber hecho voto solemne de
castidad; y asimismo á todos los que
ARTÍCULO III
presuman contraer matrimonio con al-
De las obligaciones de los ordenados. guna de dichas personas.
E n la Iglesia griega es diferente la
2642. Varias son las obligacionesdisciplina, como puede verse en la
de los ordenados. Se ha tratado de constitución Etsi, de Benedicto X I V ,
ellas en diversos lugares de esta obra:y en otra que comienza Eo quamvis,
ahora me voy á concretar á tratar en las que permite á los que se casa-
solamente de la obligación que tienen ron con vírgenes y después se orde-
naron in sacris, que puedan continuar
en la Iglesia latina todos los clérigos,
desde los Obispos hasta los subdiáco- en el uso del matrimonio. Se excep-
nos inclusive, á guardar perpetua con- túan los Obispos, á los cuales está
tinencia. prohibido, después de consagrados
E l Obispo , hablando con los que Obispos, usar del matrimonio con-
han de recibir el subdiaconado , les traído antes de ordenarse in sacris.
dirige la siguiente literal alocución, 2643. P . Uno que fuese promo-
 7 6 4 LIBRO VI. TRATADO VIL DEL S A C R A M E N ' ["O D E L ORDEN. 765

vido á los órdenes sagrados ignorando
invenciblemente la obligación de la
continencia, ¿estaría, no obstante,
obligado á guardarla?
R. L a opinión común de los teólo-
gos afirma que estaría obligado á
guardar castidad, ya sea en virtud
del voto implícito que en la Iglesia
latina se incluye en la recepción del
orden sagrado, como dice Santo T o -
más: ((Etiamsi quis verbotenus (vo-
tum) non emittat, ex hoc ipso tamen
quod ordinem suscipit secundum ri-
tum occidentalis Ecclesife, intelligi-
tur emississe» (in 4 Sent., dist. 37,
q. 1 . , art. 1 , sol. unic. , y en
a
la 2. 2 . ' , q. 88, art. 11); ó bien sea
a a
in sacris; porque las funciones sagra- la inclinación natural que tienen t o -
ex causa injusta, quamvis probabilius
das exigen mucha limpieza de vida, dos los hombres á la unión marital y
sit non teneri ad votum sic ordina-
y por esto todos los Santos Padres á la conservación de la especie hu-
tum, quia votum, ex quo provenit
ensalzaron á porfía las excelencias de mana, y sabido es que ésta no se pue-
castitatis obligatio, metu gravi injus-
la virginidad. Además, el sacerdocio de conservar convenientemente sino
te extortum est nullum, cum tota
exige un hombre enteramente descui- por el matrimonio.
ratio voti in omnimoda libértate sita
dado de los negocios del mundo para A estas objeciones de los incrédu-
sit, máxime quando agitur de voto
que, desembarazado del cuidado de los se responde:
quod rarissime dispensatur; in praxi
-la esposa y de los hijos, se consagre i.° Que las palabras de la Sagra-
tamen consultum fuit, ut clericus ta-
libre é independientemente al pulpito, da Escritura contienen la bendición
liter ordinatus petat dispensationem,
al confesonario, á la asistencia de los y fecundidad que Dios dio al género
quam Sacra Congregatio Concilii j a m
enfermos, no sólo en las dolencias humano en su creación, pero no un
alias elargita est, ubi solide metus
ordinarias, sino también en las epi- precepto impuesto á todos los hom-
ille probari valeat.»
demias; dedicándose además asidua- bres de contraer matrimonio, á lo
2645. P. ¿Obliga el celibato por mente al estudio, á la oración y á los
menos para todos los tiempos. E n el
derecho divino á los ordenados tu Oficios divinos de la Iglesia. T o d o
sacris? principio del mundo, y en su restau-
esto es casi imposible que lo cumpla ración después del diluvio, existió

R. Obliga tan sólo por ordenación debidamente un sacerdote que tiene

por precepto de la Iglesia, que manda este precepto de propagar el género
de la Iglesia, ya sea por voto explíci- que complacer y cuidar á una espo-
la continencia á los ordenados in sa- humano; pero propagado suficiente-
to ó implícito, como quiere Santo sa, mantenerla, educar á sus hijos,
cris; pero de todos modos, si los or- mente, cesó el precepto; de otra m a -
T o m á s , ya por precepto de la Iglesia, darles carrera, educar y dotar á sus
denados in sacris violasen la castidad, nera, ni Cristo ni los Apóstoles hubie-
que manda hacer este voto, el cual hijas, de modo que apenas le queda
pecarían también contra religión , ran aconsejado la virginidad perpetua.
es solemne, como lo declaró Bonifa- tiempo sino para proporcionarse me-
porque la Iglesia manda la continen- 2. E l Apóstol no manda que el
0
cio V I I I . Por lo mismo que el celi- dios para enriquecerlos; y así leemos
cia ex motivo religionis; y en el acto Obispo tenga una sola mujer. C u a n -
bato de los ordenados in sacris pro- en los periódicos de Inglaterra que
de recibir uno el orden sagrado, se do dice: Episcopus unius uxoris vir,
viene de disposición de la Iglesia, ya once obispos protestantes dejaron á
entiende que quiso abrazar las obli- quiere decir que no sea bigamo; pues
sea por voto, ya sea por precepto, la sus familias, en la hora de la muerte,
gaciones que incluye, a u n cuando las s i s e entendiese de otra manera, el
Iglesia puede dispensar en dicho voto, más de cincuenta millones de fran-
ignorase invenciblemente, entre las mismo Santo Apóstol hubiera faltado,
como dicen comunmente los teólogos cos (Loyal-national-Repeal-Association,
cuales se cuenta la continencia per- pues afirma que conservaba la v i r g i -
con Santo T o m á s (2. 2.*", q. 88,
a
1849). Con razón, pues, dijo el A p ó s -
petua. Scavini ( edición de 1874 , nidad: « V o l ó enim omnes vos esse
art. 11): « N o n est essentialiter anne- tol ( I ad Cor., 7): «Qui cum uxore
tomo 3, núm. 595, nota 1. ) añade:
a
(continentes) sicut meipsum» ( I ad
xum debitum continentias ordini sa- est, sollicitus est quse sunt mundi,
vExcipiunt aliqui, si haec ignorantia Cor., cap. 7, v. 7); y en el mismo ca-
cro, sed ex statuto Ecclesia:. Unde quomodo placeat uxori, et divisus
sit positiva, ut si quis sacris initietur pítulo, v. 38, dice: «Qui matrimonio
videtur quod per Ecclesiam possit est.»
ratus sibi propria uxore uti licere, jungit virginem suam, bene facit; et
dispensari in voto continentiae solem-
quia graecos novit illa uti.» 2647- Faltan, pues, á la verdad qui non jungit, melius facit.» Es,
nizato per susceptionem sacri o r -
los protestantes cuando dicen que el pues, de fe que la virginidad es mejor
2644. P. E l que se ordenase mo- dinis. »
vido principalmente por un miedo celibato eclesiástico de la Iglesia lati- que el matrimonio.
2646. E l celibato en los ordena-
grave que se le impusiese por una dos in sacris es muy conforme á la na se opone á la autoridad de la S a - 3. Cuando el Apóstol dice ut jú-
0

causa extrínseca, ¿estaría obligado á tradición apostólica. San Jerónimo, grada Escritura, á la antigüedad ecle- niores nubant, aconsejaba á las j ó v e -
la continencia perpetua y demás obli- hablando de los Apóstoles, dice así: siástica y al ministerio sagrado. nes fornicarias que se casasen; por-
gaciones del orden sagrado? L o s libertinos dicen que el celibato que, como dice en otra parte, melius
«Christus virgo, virgo Maria, utrius-
R. Si el miedo que se le impusiese que sexus virginitatis dedicavere prin- eclesiástico es contrario á la ley na- est nubere, quam uri ( I ad Cor., cap. r,
fuese por causa justa, como si el Obis- cipia; Apostoli vel virgines, vel post tural, la cual manda á todos los hom- v . 7).
po, por la escasez de ministros, obli- nuptiás continentes.» P í o I X , en el bres multiplicar el género humano, y 4. T a n lejos está el celibato de
0

gase á uno á que se ordenase, dice Syllabus, núm. 72, condenó la si-
Scavini: o Probabilius videtur sic or- guiente proposición d e N u y t z : « B o n i -
dinatum obligatione castitatis lígari; facius V I I I votum castitatis in o r d i -
quia esset irrationabiliter invitus; nec natione emissum nuptias nullas red-
talis metus tolleret omnino volunta- dere primus asseruit.»
rium, ac multo minus votum irritaret.
E l celibato eclesiástico es muy con-
Quod si gravis ille metus sit incussus forme á la santidad de los ordenados
en comprobación citan aquel texto ser contrario al derecho natural, que
del Génesis (cap. 1, v. 28), cuando las naciones esparcidas por todo el
Dios dijo: «Crescite et multiplicami- mundo veneraron á las vírgenes; y
ni, et replete terram.» E l Apóstol así leemos de las vestales, que fueron
dice también: « U t Episcopus sit unius tan celebradas entre los romanos; y
uxoris vir; et júniores nubant.» Este hasta los mejicanos, cuando sacrifi-
derecho divino está confirmado por caban innumerables víctimas huma-
766 LIBRO VI. T R A T A D O
ñas á las falsas deidades, tenían sus
vestales ó vírgenes consagradas al
culto de Theolenancin (la gran Madre
de los dioses), y merece contarse que
en aquel mismo lugar se ha erigido
una magnífica colegiata (en la cual
y o he predicado y celebrado algunas
veces), dedicada á la gran Madre del
verdadero D i o s , bajo el título de
Nuestra Señora de Guadalupe; y uni-
do al templo se erigió un monasterio
de vírgenes sagradas, para dar culto
indeficiente á la Santísima Reina de
las vírgenes. Sólo los sensualistas
desprecian la virginidad y descono-
cen su mérito y excelencia; cosa nada
extraña, porque muchos, muchos de
ellos, sumergidos en la lujuria, oscu-
recieron las luces de la inteligencia,
y no pueden ver la belleza de la pu-
reza virginal: « A n i m a l i s homo non
percipit ea quae sunt spiritus D e i . »
( I ad Cor., cap. 2, v. 14.)
Vienen, por último, los políticos, y
claman incesantemente contra esa
multitud de conventos de frailes y
monjas, porque dicen que son estéri-
les, inútiles, é impiden el aumento
de población. ¡Cuánto sofisma! ¡Cuán-
ta falsedad! L a s religiosas, con sus
edificantes ejemplos, moralizan las
poblaciones, y con sus oraciones
atraen las bendiciones del cielo sobre
los reinos.
2648. E n cuanto á los religiosos,
confesando, predicando, enseñando
pública y privadamente, introducen
la paz en las familias, deshacen las
enemistades, preservan la juventud
de la prostitución, reconcilian á los
casados, poniendo entre ellos la unión
marital é impidiendo los divorcios,
destierran la holgazanería, los jue-
gos, etc. T o d o esto, no sólo promue-
ve el bien procomunal, sino también
el aumento de la población.
Además, es un error harto vulgar
creer que la felicidad de un reino se
ha de medir por el mayor número de
sus habitantes; porque si así fuera,
r.o sólo China, sino también el impe-
VIL
rio de Méjico cuando era idólatra y
semisalvaje, fueran las más civiliza-
das y felices naciones del mundo.
E s falso también que el aumento
de los religiosos y de las religiosas
sea incompatible con el aumento dt
la población. Italia, atendida el área
que ocupa, á pesar de haber tenido
mayor número de religiosos y religio-
sas que otras naciones, tenía, á pro-
porción, más número de habitantes
que la misma China. España misma,
en los tiempos de su mayor piedad y
aumento de religiosos y religiosas,
era justamente cuando se hallaba en
mayor pujanza, en mayor riqueza, y
puede decirse que daba la ley á casi
todas las demás naciones.
L o s religiosos , especialmente en
España, desde el punto de vista ma-
terial, desmontaron países incultos,
fundaron pueblos y ciudades, p r o m o -
vieron la agricultura y las artes.
E n cuanto á las ciencias, basta
pasar lista sobre el número de San-
tos Doctores, esclarecidos teólogos,
eminentes escriturarios, escritores as-
céticos y místicos, elocuentísimos
oradores, etc., y se verá que s i s e
arrancan de las bibliotecas sus escri-
tos, desaparece la mayor parte de
nuestras glorias literarias. Dejando
aparte los doctores de la antigüedad,
y haciendo sólo mención de los que
escribieron en los últimos siglos, te-
nemos á Torquemada, Victoria, Mel-
chor Cano, D o m i n g o Soto, Pedro
S o t o , Medina, Báñez, Juan de Santo
T o m á s , Salmerón, L á y n e z , Suárez,
L u g o , Valencia, los Salmaticenses y
otros mil teólogos esclarecidos: ade-
más, San Juan de la Cruz, Santa T e -
resa de Jesús, San Pedro de A l c á n -
tara, escritores excelentes en la mis-
tica: el V . Granada, titulado con j u s -
ticia el Cicerón de la lengua castella-
na y uno de los escritores de más
mérito en la ascética: el incompara-
ble Fr. L u i s de L e ó n , el V . Cádiz,
L a n u z a , Calatayud, el elocuentísimo
Santo T o m á s de Villanueva, el prín-
DEL SACRAMENTO
cipe de los escritores de la historia
de España, P. Juan de Mariana, je-
suíta, y el muy erudito, también j e -
suíta, L o r e n z o Hervás de Panduro.
Añádase á esta gloria de los reli-
giosos españoles la de haber civiliza-
do un nuevo mundo para España,
desde Yucatán hasta el cabo de Hor-
nos (dos mil leguas de continente),
una gran parte del África, del Japón,
Tunquín, Formosa, las ricas y her-
mosas islas Filipinas. Considérense,
en fin, todas estas glorias de los reli-
giosos, y se verá c u a n dignos son, no
de desprecio, sino de lástima y com-
pasión aquellos escritores imberbes
que pronuncian magistralmente que
los religiosos son estériles, inútiles á
la sociedad, remoras del aumento de
la población: ¡ellos sí que son remoras
de la verdadera civilización, que ex-
travían el buen sentido de los pue-
blos; verdaderos pigmeos, de los que
la sociedad jamás recibió bien algu-
no! Clamen estos escritores contra
esos celibatones que no toman el es-
tado del matrimonio, no por amor á
la castidad, sino por cálculo y sen-
sualidad; que no quieren sufrir las
cargas del matrimonio, pero son los
corruptores de las doncellas virtuosas
y de las fieles casadas.
2649. Además de las cosas que
son necesarias para que uno se orde-
ne, voy á copiar lo que dice Monacelli
(Formularium Légale Practieuin, De
ccllat. ordinum, formul. 1 . ) , según lo
a
refiere Pedro Avanzini en su expli-
cación de la constitución Apostólica
Sedis.
PROMOVERI NON POSSUNT:
N o n baptizati; cap. Veniens , de
presbyt. non baptiz.
Illegitimi; can. Presbyter, 56 dist.
Minores natu; can. Qui in aliquo, 51
dist.
Non confirmati; Concil. T r i d . , se-
sión 23, cap. 4 . , De reform.
0 tener el ordenando, porque en parte
Neophyti; dicto can. Qui in aliquo,
can. Quoniam, 48 dist.
DEL ORDEN. 767
U x o r a t i ; E x t r a v . Joannis X X I I ,
Antiquae.
Bigami; can. Si quis, 33 dist., et
tot. tit. De bigam. non ordinandis.
Criminosi; can. Laici, dist. 33;
Concil. T r i d . , sess. 14, cap. 7, De
reform.
Infames; can. Infames 6, q. 1. a
Publicis rationibus impliciti; can.
Legem, 53 dist.
Servi; can. De servorum, De serv.
non ordin.
Eunuchi; can. Si quis, 55 dist.
Corpore vitiati; can. Illitteratos, 36
dist.
Insigniter deformes; can. fin., 51
dist.
Amentes et furiosi; dict. can. Qui
in aliquo.
Energumeni; can. Communiter, 33
dist.
Peregrini et ignoti: dict. can. Qui
in aliquo.
Ebrietati et guise dediti; cap. 23,
De vita et honéstate clericorum.
Usurarii manifesti; cap. Episcopus,
47 dist.
Rudes et ignari; Concil. T r i d . , se-
sión 23 per tot.
Irregulares; cap. Saepe, De temp.
ordin., in 6.
Suspensi.
Interdicti.
Excommunicati.
Morbo comitiali laborantes.
L a n i i , cauponse, m i m i , histriones.
Qui saeva exercuit, vel denuntiavit,
secuta pcena vel . mutilatione, can.
Communiter, can. Clerici, dist. 23,
cap. unic. De vita et honesl. cleric,
in 6; Clement. I, eod. tit., can. His
quibus 23, q. 8, cap. Sententia sangui-
nis, ne clericor. vel monachor., cap. Ex
litteris, De excess. prcelat.
N o me detengo en la explicación de
cada uno de los impedimentos que
para recibir los órdenes pone Mona-
celli, ni de las condiciones que ha de
se trató y a , y lo restante se tratará
cuando se hable de las irregularidades.
7 6S LIBRO VI. TRATADO
DE LAS HORAS CANÓNICAS
CAPÍTULO ÚNICO
* i . E l P. M o r a n trata en el lib. V ,
trat. V , cap. 4, art. 2, de la o b l i g a -
ción de restituir por la omisión del
Oficio divino y por la falta de resi-
dencia (véanse los números 1416 y
siguientes); pero no trata en toda la
obra de las Horas canónicas. Para
suplir esta omisión añadimos el pre-
sente tratado.
ARTÍCULO PRIMERO
Horas canónicas: su número y su origen.
2. P. Quid sunt Horas canónicas?
R. Sunt publicas ac statas preces,
ex sacrorum canonum decreto ab e c -
clesiasticis personis, nomine Ecclesias,
D e o persolvendas.
Se llaman Horas, porque se han de
decir en ciertas y distintas horas del
día; y canónicas, porque se deben r e -
zar según las reglas establecidas por
los sagrados cánones. L l á m a n s e tam-
bién Oficio divino, porque están i n s -
tituidas para el culto de D i o s , y ecle-
siástico, porque se dicen en nombre
de la Iglesia y por personas eclesiás-
ticas. T a m b i é n reciben la denomina-
ción de Breviario, porque contienen
las lecciones abreviadas de las Sagra-
das Escrituras y de las homilías de
los Padres, distribuidas en cada uno
de los días del año. A n t i g u a m e n t e
recibían otras varias denominaciones,
ya de Obra de Dios, ya de Curso ecle-
siástico, ya, en fin, simplemente de
Oficio ó Psalterio. Consta de tres par-
tes principales, á saber: de salmos,
himnos y oración que se llama Col-
lecta, porque recoge en uno todos los
votos del pueblo y los presenta á D i o s
por el ministerio del sacerdote. L a
Collecta expresa, principalmente en
las fiestas de los Santos, la nota ca-
VIL
racterística del Santo cuya fiesta ce-
lebra la I g l e s i a , según aquello del
Eclesiástico, cap. 44, v. 20: Non est
inventas similis Mi.
3. L a s Horas canónicas son siete,
según el rito actual de la Iglesia, á
saber: Maitines con Laudes (que tam-
bién se llaman Oficio nocturno ó ma-
tutino); Prima, T e r t i a , Sexta, Nona,
Vísperas y Completas, según aquello
de David (Psal. 1 1 8 ) : septies in d>e
laudein dixi tibi; y también para re-
presentar los siete misterios de la Pa-
sión de Cristo Nuestro Señor, al tenor
de los siguientes versos:
II.TC sutil, sr'plcnis. propter q u a p s a l l i n i u s ,
1
luiría
Matutina li¡:¡it C h r i s t u m . q u i crimina p u r g a t .
Prima rcplel s p u l i s ; causa m dat Tertia m o n i s :
Se.ila cruci tiectil; lalus ejus ¡Sinna liipartit:
Vespcra ilcponit; t ú m u l o Completa rcpottit.
L o s Maitines con Laudes y las V í s -
peras se llaman Horas mayores; las
demás, menores. L a Pretiosa no es
hora, sino una conmemoración de los
Santos y difuntos.
Aunque algunas iglesias particu-
lares tuvieron como dos H o r a s dis-
tintas los Maitines y L a u d e s , sin em-
b a r g ó l a Iglesia romana las consideró
siempre como una, rezándolos á con-
tinuación, menos la vigilia de la Nati-
vidad del Señor; pero sea que se con-
sideren como dos H o r a s , ó como una
sola, se pueden separar, aun sin causa
( B i l l u a r t , Tratado de la Religión,
dis. 2, art. 8, § 2 ) ; mas en este caso
se han de terminar los Maitines con
la oración del Oficio del día, con el
versículo Dominus vobiscum, etc., y
if. Fidelium animes, etc., y también con
el Pater noster , según la sentencia
que defiende San Alfonso de L i g o r i o
(lib. 4, núm. 167, De Horis canonicis).
confirmada por la S. R. C. en i . ° de
Febrero de 1886. (Véase Scavini-Del
Vecchio, tomo 2, núm. 38, edic. 1 4 . !
4. E l uso de las Horas canónicas,
en cuanto á la sustancia, trae su ori-
g e n del tiempo de los Apóstoles,
como consta de los Actos Apostólicos,
cap, 2, v. 42. Mas hasta el siglo I V
DEL SACRAMENTO
no tuvo una forma determinada, su-
friendo ésta varias modificaciones
hasta el siglo X V I , en que San P í o V
la fijó por su bula, que empieza Quod
a nobis, aboliendo el uso de cualquier
otro Breviario, excepto el que las cor-
poraciones ó iglesias particulares h u -
biesen usado por constitución ó cos-
tumbre legítima más de doscientos
años. Más tarde, en el siglo X V I I , Cle-
mente V I I I y Urbano V I I I , y última-
mente en nuestros días L e ó n X I I I ,
reconocieron y aprobaron de nuevo el
Breviario publicado por vez primera
por San P í o V , como obligatorio á
todos los individuos que estuviesen
obligados al rezo de las Horas c a n ó -
nicas, con la excepción arriba indi-
cada. (Véase el Breve de L e ó n X I I I ,
dado en 28 de Julio de 1882.)
Siendo, por tanto, el Breviario R o -
mano obra de tantos ilustres P o n t í f i -
ces, tantas veces reconocido y en-
mendado, se comprende la veneración
con que debe ser acatado, no sólo en
cuanto se refiere al culto eclesiástico,
sino también en cuanto á los mismos
hechos históricos, teniendo en cuenta
que en su reconocimiento y enmien-
da ha intervenido el concurso de mu-
chos sabios. « A t t a m e n , dice Bene-
dicto X I V , De Ss. Beatificatione, lib. 4,
p. 2 . , cap. 13, ita ut vetitum existi-
a sub gravi?
man non possit debita cum modestia
et gravi fundamento, quas oceurrunt
in factis historiéis, difficultates expo-
nere, easque judicio Sedis Apostólicas
supponere, ut eorum veritatem et ro-
bur perpendat, si quando manus i t e -
rum admoveatur ad Breviarii R o m a n i
correctionem.»
5. P. San P í o V , al abolir el Bre-
viario antiguo, ¿quitó á los que están
obligados al rezo la obligación de re-
a
zar el Oficio de la V i r g e n , el de difun-
tos, los Salmos penitenciales y gra-
duales?
R. S i n P í o V , quitando en g e -
neral la obligación que existía de
rezar en el coro el Oficio parvo de la
Virgen , el Oficio de difuntos , \os
TOMO II.
DEL ORDEN.
Salmos penitenciales y graduales ,
dejó en vigor la costumbre de rezar
el Oficio parvo en el coro, donde la
hubiese, mas no fuera del coro; con-
cediendo cien días de indulgencia á
los que, cuando la rúbrica lo prescri-
be, rezan el Oficio parvo y el Oficio
de difuntos, y cincuenta á los que di-
gan los Salmos penitenciales y gra
duales. L o s que usan el Breviario
R o m a n o están también obligados, se-
gún la común opinión de los teólogos,
á rezar el Oficio de difuntos el día 2
de N o v i e m b r e , el cual puede rezarse
el día anterior, según Scavini-Del
V e c c h i o , t o m o 2, núm. 31. (Véase
Billuart, tract. De religione, dis. 2,
art. 8, § 3; Marc, núm. 2207, y San
L i g o r i o , lib. 4, núm. 161). E s t e Santo
Doctor llama cierta á esta opinión
(verius) «affirmandum cum communi.
R a t i o , quia hasc obligatio j a m intro-
ducta est ex consuetudine, quas cum
universe et constanter cum gravi in-
c o m m o d o observetur, non est ab ea
recedendum, juxta dicta, lib. 3, nú-
mero 1009.» T a m b i é n tienen o b l i g a -
ción de rezar las Letanías de los San-
tos en el día de San Marcos y en los
tres días de Rogaciones (1).
P. L a obligación de rezar las L e -
tanías en los referidos días, ¿obliga
R. H a y dos sentencias: la primera,
más común, afirma que sí, dice San
L i g o r i o ( l i b . 4, núm. 161): « R a t i o ,
quia in Rubrica sic dicitur: qui non
intersunt processioni L i t a n i a r u m , di-
cant illas privatim post Matutinum
(1) « I n s u p e r p r o C h o r o a d d i c t i s a d e s t
e t i a m g r a v i s o b l i g a t i o prceter O f f i c i u m
d i v i n u m recitandi statutis diebus a Rubri-
ca n o t a t i s , O f l i c i u m B . V i r g i n i s , et D e f u n -
c t o r u m , P s a l m o s p c e n i t e n t i a i e s et g r a d u a -
les. Ucee t a m e n o b l i g a t i o est t a n t u m p r o
illis q u i a c t u in C h o r o O f f i c i u m r e c i t a n t ,
et q u i d e m p r o iis l o c i s , u b i adest hasc c o n -
s u e t u d o , ut in N o v a r i e n s i . N e q u e u n t a u -
t e m a n t i c i p a r i , q u i a s u n t o n u s diei e x
S . R. C . 31 A u g . 1839, 2
Sept. 1741.»
(Scavini-Del Vecchio, t o m o 2, n ú m . 31,
en la nota. •
4¡i
770 LIBRO VI. TRATADO VIL
DEL SACRAMENTO D E L ORDEN. 771
cumsuis precibus et orationibus...» L a gative, etc., cuilibet Decreto contra- tantibus quibuscumque. D i e 2 Apri- Santo T o m á s , quodlib. 1, art. 1 5 ,
segunda sostiene que no: « R a t i o isto- rio derogatum esse per subsequens lis 1 8 9 9 . — C . Prasnestinis, C A R D . M A Z - «quia laudes D e o debet, quasi unus
r u m , quia nullibi adest hoc prascisum Genérale Decretum datum die 6 Mar- Z E L L A , S. R . C. Prafectns.— D i o - homo, sufficit quod semel Officium
prasceptum obligans sub g r a v i . . . Ideo tii 1894 , quo prohibentur Litanñe M E D E S P A N . , S. R. C , Secretarias.)) dicat.»
(concluye San L i g o r i o ) , hanc secun- quascumque, nisi extent in Breviario, L o s individuos de las iglesias y de P. Y s i el beneficio es tenue, ¿esta-
dam sententiam improbabilem dicere aut in recentioribus editionibus R i - las corporaciones que, al tenor de la rá obligado á rezar el Oficio divino?
non audeo; sed prima mihi magis tualis R o m a n i ab Apostólica Sede constitución Quod a nobis, de San R. Véase la resolución en el nú-
arridet quia (ut asserunt C o n t . T o u r n . approbatis. Atque ita servari manda- Pío V , usan del Breviario privilegia- mero 1425, lo mismo que todo lo que
et Anací.) ubique viget consuetudo vit , fecha ut supra.— C A J . , C A R D do, se ajustarán á los rezos que por se refiere á la restitución por la omi-
recitandi L i t a n i a s , quas est óptima le- A L O I S I - M A Z Z E L L A , S . R . C. Prcefectus. costumbre legítima ó disposiciones sión del rezo de las Horas y falta de
gum interpres.» —ALOISIUS T R I P E P I , S. R. C. Secre- particulares se hallaren en uso en sus asistencia al coro por parte de los ca-
P. E l que reza los Maitines con los tarias.)) (Analecta O. P., v o l . 2, pági- respectivas iglesias ó institutos. L o s nónigos, y cuanto se refiere á la falta
L a u d e s el día anterior, ¿puede tam- na 3S7.) E n las últimas ediciones dei religiosos de votos solemnes de a m - de residencia de los pastores, desde el
bién unir á este rezo el de las L e t a - Breviario no se encuentran más L e - bos sexos de Santo D o m i n g o están núm. 1416 en adelante.
nías el día de San Marcos y en los tanías que las del Dulce Nombre de obligados, bajo pecado mortal, á re- 7. Segundo. T o d o clérigo de ór-
días de Rogaciones? j Jesús, las Lauretanas y las de los zar, tanto en el coro como fuera, ade- denes mayores está obligado al rezo
R. N o puede, según una decisión Santos. N o obstante, pueden publi- más de las Horas canónicas, el Oficio del Oficio divino bajo pecado mortal,
de la Sagrada Congregación de Ritos carse otras Letanías, además de las parvo de la V i r g e n y los Salmos gra- si recibió espontáneamente el Orden
(15 de Junio de 1776), et communiori indicadas, mediante la revisión y duales, cuando la rúbrica lo prescri- sagrado; esta grave obligación se i n -
Doctorum sententia ( A e r t n y s , Theol. aprobación del Ordinario (const. O fifi- be, y el Oficio de difuntos todas las fiere de la costumbre, que tiene fuerza
Moral, t o m o 1, núm. 48); á esta opi- ciorum, Decretos generales, núm. 19), semanas del año, excepto las dos se- de ley (Billuart, tract. De Relig.,
nión llama San L i g o r i o cierta: ncom- las cuales podrán los fieles rezar en manas de Pascua de Resurrección y diss. 2 . , art. 8, § 2), y de Benedic-
a

munius et verías sentiunt V i v a , etc. privado, mas no en público, sin la Pentecostés; también están obligados to X I V , constit. Eo quamvis tempore,
Ratio, quia verum non est quod L i - aprobación de la Sagrada C o n g r e g a - al rezo del Miserere, etc., aun fuera 4 Maii 1745, donde d i c e : «Cohasret
tanias conjugantur cum Matutino, sed ción de R i t o s (Santo Oficio, 18 de del coro, según rúbrica; pero al rezo enim Ordini sacro diurnum pensum
sunt quid distinctum, quia illse reci- Abril de 1860). Véase Pennacchi, / ) : de los Salmos penitenciales, de las Horarum canonicarum; illudque v e -
tantur loco assistentias ad processio- comm. const. Officiorum, núm. 5 7 . — Letanías de San Marcos y de las R o - teri traditione acceptum, et i m m e m o -
nem, quas assistentia ipsis diebus na- Acta Sancto; Sedis, vol. 30, fase, ó, Ja- gaciones no están obligados cuando rabili consuetudine in more positum
turalibus est affixa et ideo si officium no asisten á coro.
nuarii, 1898). N o están prohibidas las fuisse, docet communior theologorum
S. Marci transfertur, non transferun-
Letanías compuestas á modo de pre- opinio.» Entre l o s griegos no existe
tur Litanias.» ( L i b . 4, n ú m . 174, De
ces, con tal que estén aprobadas por una ley expresa que les obligue; pero
Hor. can.) ARTICULO II
el Ordinario. a u n respecto de ellos ha prevalecido
L a Sagrada Congregación, el día Más tarde la Sagrada Congregación De los que están obligados al rezo del la laudable costumbre de rezar el
28 de N o v i e m b r e de 1895, prohibe el ha concedido el rezo de las Letanías Oficio, como afirma el mismo Bene-
Oficio divino.
rezo dé cualquiera Letanía que n o se del Sagrado Corazón de Jesús, apro- dicto X I V e n la constitución Eo quam-
halle en el Breviario ó en las recien- badas por la misma, á varias dióce- vis. S e ha dicho si recibió espontánea-
6. L a obligación del Oficio divi-
tes ediciones del Ritual R o m a n o sis y á las religiosas de la Visitación mente los órdenes sagrados; porque
no afecta: primero, á todo beneficia-
aprobadas por la Sede Apostólica. H e y sus iglesias. los que se ordenan impelidos por mie-
do, sea ó no ordenado in sacris, el cual
aquí la declaración: Ú l t i m a m e n t e , L e ó n X I I I , por un do grave injusto, no están obligados
está obligado á rezarlo bajo pecado
« A Sacra Rituum Congregatione decreto Urbis et Orbis, dado en 2 de al rezo del Oficio divino y á las de-
mortal, y a por precepto eclesiástico,
expetitum fuit: Utrum Litanias S S . Abril de 1899, ha extendido á toda la más cargas anejas al Orden sagrado,
y a por justicia, «quia beneficium da-
Cordis Jesu, quas per Decretum Pine- Iglesia l a aprobación de las referidas como afirma Benedicto X I V en la re-
tur propter officium,» de tal manera
rolien., quod circumfertur, quamvis Letanías por las siguientes palabras: ferida constitución Eo quamvis, á no
que, omitiéndolo culpablemente, está
á Sancta Sede approbatas non fue- « E a propter Sanctissimus Dominus ser que ejerzan libremente el orden
obligado en conciencia á la restitu-
rint, permissas dicuntur, saltem extra Noster (concluye el indicado Decreto), recibido. (Véase el núm. 2644). Dice
ción. A s í consta del Concilio Latera- también que si un Obispo ordenase ir.
functiones stricte litúrgicas, recitari ut Litanias Sacratissimi Cordis Jesu
nense V , celebrado bajo L e ó n X , en sacris á un párvulo y a bautizado antes
aut cantari possint in ecclesiis vel j a m probatas et indulgentiis tercen-
la sesión 9 . (1517), y de la bula Ex del uso de razón, ó antes de la puber-
a

oratoriis publicis? — Eadem vero Sa- torum dierum auctas ubique terrarum,
próximo, de San P í o V , año 1 5 7 1 ;tad, ó á un adulto antes de la edad
cra Rituum Congregatio ad relatio- tum privatim, tum publice recitari et
mas no estaría obligado á rezar dos ó legítima, pecaría el Obispo, aunque
nem infrascripti Secretarii, re mature decantan in posterum valeant conce-
más Oficios si poseyese muchos bene- los tales quedarían valide ordenados;
perpensa, respondendum censuit: Ne- deré dignatus est. Contrariis non obs-
ficios eclesiásticos, porque, como dice
 772 LIBRO
pero que antes de los dieciséis años
no estarían obligados al voto de casti-
dad ni á rezar el Oficio divino, y que
pueden casarse, si no es que, cumpli-
dos los dieciséis años, ratificasen el
Orden recibido; y , finalmente, que no
pueden ejercer el Orden antes de la
edad legítima señalada en el Tridenti-
n o . (Véase L á r r a g a , trat. V I I I , Del
sacram. del Orden, pregunta 13, y Sca-
vini-Del Vecchio, tomo 2, núm. 3 1 ,
edición 14. ) a
VI. T R A T A D O VIL
9. T e r c e r o . Están obligados bajo
pecado mortal todos los religiosos de
votos solemnes de ambos sexos des-
tinados al servicio del coro. Esta obli-
gación nace de una costumbre que
tiene fuerza de ley; así lo entiende el
común sentir de los teólogos y la
práctica constante de todas las reli-
giones, cuya práctica es bastante para
constituir derecho; por tanto, la sen-
tencia contraria fué tenida por los
DEL SACRAMENTO
Breviario los legos y las hermanas
conversas ; ni comprende dicha o b l i -
gación á los religiosos de la Compañía
de Jesús, no ordenados in sacris. L o s
hermanos legos y las conversas deben
rezar lo que prescriben sus constitu-
ciones y regla, al tenor de las mismas.
L a obligación de rezar el Oficio
divino en el coro no incumbe i n m e -
diatamente á los particulares, sino á
la comunidad; de manera que, en pri-
DEL ORDEN. 773
cos, á saber, dos ó tres, como consta
por la declaración de la Sagrada Con-
gregación del Concilio, 31 de M a r z o
de 1696. (Marc, tomo 2, núm. 2264,
y Ferraris, verb. Canonicus, art. 5,
núm. 50.) L o s religiosos legos, ó de
la obediencia, no forman parte del
coro, aunque es verdad que un r e l i -
gioso profeso que está obligado al
Oficio divino, cumpliría con la obli-
gación rezándolo en privado con un

T o d o clérigo ordenado in sacris,
como también todo beneficiado, está
obligado al rezo del Oficio divino;
pero es preciso que los beneficiados
tengan jus in re, ó plena posesión del
beneficio, «nisi sit tale beneficium,
cujus fructus statim a collatione seu
vacantia obveniunt beneficiario , et
modo per ipsius negligentiam non
stet, quin in possessionem immitta-
tur» (Billuart, tract. De Reí., diss. 2,
art. 8, § 3, 5), aunque estén, por otra
parte, excomulgados, suspensos, en-
tredichos, degradados y encarcelados.
Respecto de los que se hallan conde-
nados á galeras, San L i g o r i o es de
parecer que no están obligados; y
la razón que da es porque en tal cir-
cunstancia el rezo del Oficio divino
cedería en deshonra del orden religio-
so, si en medio de tanta gente desal-
mada diesen á conocer el estado de
su profesión, y también porque e s -
tando en situación tan miserable, pa-
rece que no se les debe gravar con esa
carga. ( L i b . 4, núm. 142). Aunque el
Santo Doctor habla en este caso de
los religiosos condenados á galeras,
lo mismo debe entenderse de los clé-
rigos ordenados in sacris, como se
desprende del dubit. 3 del mismo nú-
mero 142.
8. L a obligación de rezar el Oficio
empieza desde la hora en que el c l é -
rigo recibe el orden sagrado, el bene-
ficiado el beneficio y el religioso hace
la profesión solemne. (San L i g o r i o ,
lib. 4, núm. 140; Billuart, tract. De
Reí., diss. 2, art. 8, § 3.)
teólogos españoles por improbable,
falsa, perniciosa, escandalosa, teme-
raria, reprensible, etc., á cuya censu-
ra suscribieron los teólogos de casi
todas las Ordenes, D o m i n i c o s , Mer-
cenarios , Agustinianos, Francisca-
nos, Carmelitas calzados y descal-
zos, Jesuítas y las Universidades de
Sevilla, Z a r a g o z a y Coimbra ( B i l -
luart, tract. DeRelig., diss. 2, art. 8,
§ 3 ) . N o obstante, si constase no existir
en alguna Orden religiosa tal costum-
bre, no habría tal obligación en ella.
( L i b . 4, núm. 142.) ( M a r c , t o m o 2,
núm. 2204.)
L o s religiosos de votos solemnes,
como se ha dicho de los clérigos or-
denados in sacris, están obligados al
rezo divino, aunque estén excomul-
gados, suspensos, entredichos, degra-
dados , encarcelados, ya sean pró-
fugos, ya apóstatas. Respecto á los
que han sido expulsados, hay opinio-
nes: según Billuart, están obligados
( d i s s . 2 , art. 8, § 3 ) ; pero San L i -
gorio es de parecer que no, si están
echados por sentencia (lib. 4 , núme-
ro 142.) ( M a r c , tomo 2, núm. 2205.;
L o s así expulsados, ordenados in sa-
cris, deben rezarlo según el Breviario
R o m a n o , porque permanece en ellos
el fundamento de esta obligación, que
es el Orden. (Billuart, diss. 2, art. 8,
§ 3.) L o s religiosos que viven fuera
del monasterio están obligados al rezo
del Breviario de su Orden: los novi-
cios y las novicias no están obligados,
porque en lo favorable se consideran
c o m o religiosos, mas no en lo odioso.
T a m p o c o están obligados al rezo del
mer lugar, afecta á los superiores, religioso lego, así como también si lo
los cuales pecan gravemente si por rezara con otra persona seglar al efec-
negligencia se omite en el coro el rezo to instruida.
de las Horas, ó se cumple de un modo E n la Orden de Predicadores, ha-
inconveniente; y en segundo lugar, biendo tres religiosos de coro asigna-
cumple á los particulares, los cualesdos ó deputados, obliga el Oficio
están obligados estrictamente á pro- divino bajo severas penas, a u n en
curar que se rece del modo debido, los pequeños conventos ó vicarías.
porque la obligación de los oficios de
(Const. núm. 69.)
la comunidad, en faltando el supe- L o s Sres. Obispos están obligados
rior, recae en los miembros de la á vigilar para que el Oficio divino se
misma. L o s particulares, cuando no rece ó se cante debidamente; mas
asisten á coro, deben rezarlo en pri-ellos, hablando en general (per se lo-
vado, bajo culpa grave, á no ser que
quendo ), como dice San L i g o r i o en el
causa legítima los excuse. (Véanse los
lugar arriba citado, no están o b l i g a -
números 8 y 49.)
dos á asistir á coro, ni a u n en los
P. ¿Cuántos religiosos bastan para días de fiesta, ya porque ésta es la
que obligue el precepto de rezar las costumbre, ya también porque deben
Horas canónicas en el coro? dedicarse á negocios más graves.
R. E s cierto que, habiendo cuatro E n orden á los religiosos cuyo fin
religiosos libres y expeditos que estén principal es la salvación de las almas,
asignados ó deputados á una comu- como el de la Orden de Predicadores,
nidad, obliga este precepto; si son según Billuart (diss. 2 . De Religione.
a
menos, no les obliga, según San L i g o - art. 8, § 3), no estarían obligados al
rio (lib. 4, núm. 143); como tampoco, coro, aunque fuesen cuatro ó cinco,
aun siendo cuatro, en el caso de estar si continuamente estuviesen dedica-
enfermos ó legítimamente ocupados. dos á la predicación de la palabra de
E s probable que los novicios entran á Dios, al ministerio del sacramento de
formar parte del coro, y a u n bastan la Penitencia, á la visita de enfermos
ellos s o l o s ; pero regularmente, no ó á otros oficios de caridad, ya por la
ocurriendo un caso muy raro, s i e m - benigna interpretación de esta dispo-
pre concurren con ellos algunos Pa- sición de la Iglesia, ya también por-
dres y profesos. (Compendio S a l - que al fin primario de la religión de-
maticense, tomo 3, trat. X X X I De ben ceder los otros fines secundarios.
Horis canonicis; San L i g o r i o , lib. 4, «Peccabunt tamen, dice Billuart (ibi-
núm. 143.) E s también probable que d e m ) , superiores, si alios otiosos ad
bastan tres religiosos para constituir chorum non compellant, juxta cle-
coro; mas si se trata de canónigos ó mentin. 1 De celebrat. Miss. Ipsi autem
beneficiados destinados al coro, están particulares sine causa absentes a
obligados á tenerlo, aunque sean po- choro, vel silentes in choro, aut priva-
 774 LIBRO VI. TRATADO
tim recitantes, peccare poterunt vel |
ex vi regula; , si obliget ad culpam,
vel ratione scandali, aut indevotionis,
aut inobedientiae. Peccare vero morta-
liter , si sine causa omittant sequi
chorum per unam diem, ut docet D o -
VIL DEL SACRAMENTO DEL
ó en las rúbricas del Breviario, en
ARTÍCULO III otro rito superior, ni extiendan á un
lugar los oficios concedidos á otro.
De la forma y orden de rezar (Gardell., núm. 4501 ad 6): «Officia
el Oficio divino. propria pro aliqua dioecesi vel pro
Ordine religioso a S. Rituum Con-
ORDEN. 775
ras seguirán los Maitines y Horas, 5
Oct. 1697 (Gard., 3452); pero ya des-
pués rezarán siempre según el nuevo
calendario, aunque debiesen repetir
ú omitir algún Oficio aquel a ñ o .
(Mach, pág. 94, núm. 1 1 7 , edic. 1 2 . a

natus, tomo 4, tract. X V I I I , q. 21, 10. T o d o s los que están obliga- gregatione approbata vim legis obti- L o s canónigos y beneficiados están
et ex ipso W i g a n d t , ñeque ratione, dos al Oficio divino deben rezarlo se- nent, quamvis privilegii rationem ha- obligados al Oficio de la propia i g l e -
ñeque auctoritate est fundatum modo gún la forma que establece la consti- beant. Quinimo, Officia particularia, sia, aunque estén ausentes de ella: los
sint alii sufficientes ad persolvendum modo tantum permissivo concessa, maestros y alumnos que viven en un
tución Quod a nobis, de San Pío V ,
officium.» obligatoria evadunt, si fuerint semel Seminario, están obligados al Oficio
dada el día 7 de Julio de 156S, como
L o s religiosos profesos de votos se ha dicho en el art 1, núm. 4. S e - usu recepta. (S. R. C. die 2 M a i i i S o i . ) de la iglesia unida al Seminario, aun-
simples, como se dice en el núm. 3730 gún declara el mismo Pontífice en la (Marc, núm. 2208, tomo 2). Deben, que celebren la Misa en otra parte
de la obra, no están obligados al rezo constitución Ex próximo, no satisfa- sobre todo, tener presente, además del (Gard., 5145; S. R. C , 7 Sept. 1830).
privado del Oficio divino, aunque de- cen á su oficio si usan de otro Brevia- Breve Apostólico de L e ó n X I I I , de 28 L o s clérigos no beneficiados, si están
ben asistir al coro como los de votos rio, ni los beneficiados hacen suyos de Julio de 1882, los decretos sobre ausentes de su propia diócesis, pueden
solemnes. ( S . C o n g r . , super Statu los frutos, á no ser que se obtenga fiestas primarias y secundarias, de 2 conformarse con el Oficio del lugar
Regularimn, 6 de A g o s t o de 1858.) dispensa legítima, exceptuando, como de Julio y 27 de Agosto de 1893, el donde están, pero no están obligados
L o mismo resolvió la Sagrada C o n - se ha dicho, las iglesias y las religio- de 5 de Febrero de 1895, y otros que á ello; antes bien, es mejor acomo-
gregación de Obispos y Regulares nes que usaban de Breviario propio, se pueden ver en los autores rubri- darse al propio calendario, para evitar
tratando de los profesos simples de quistas, especialmente el decreto d e n confusiones ( S . R. C. 12 N o v . 1S31)
aprobado por legítima costumbre dos-
los Hermanos Menores (6 de A g o s t o de Diciembre de 1897. (Véase Mach, (Marc. núm. 2209).
cientos años antes de la publicación
de 1882): « N o n teneri ad normam re- Tesoro del sacerdote, 1 2 . edición, nú-
a

del Breviario de San P í o V . Preguntada la Sagrada Congrega-

scripti sancta3 memoria; P i i I X , die 6 mero 121 y siguientes, pág. 198, el
E n el rezo divino, para cumplirlo ción de Ritos: « I I I A n satisfacit obli-
Augusti 1858.» Esta misma jurispru- cual trata con extensión de estas nue-
debidamente, es preciso además ajus- gationi suae clericus in ordinibus sa-
dencia se debe aplicar á todas las re- vas disposiciones, y el Acta S. Sedis,
tarse al propio calendario, ó de la pro- cris constitutus, qui sponte vel i n v i -
ligiosas de votos simples, aunque es- tomo 30, páginas 433 y siguientes,
pia religión, de modo que todas las tatus se adj ungit clero, Officium ab
tén destinadas al coro y recen el Ofi- donde se leen las Tablas de Ocurren-
dudas que ocurran deben resolverse Officio ipsius clerici diversum cañen-
cio divino según el Breviario R o m a n o cia y Concurrencia , el Catálogo de
al tenor de lo que el calendario orde- ti vel recitanti?—Resp. Ad 3."™ Ne-
ó según el Breviario del propio insti- Fiestas primarias y secundarias, las
na en cuanto á la traslación de las gative, secluso privilegio; 27 de E n e -
tuto, las cuales no están obligadas adiciones y variaciones que se han
fiestas, color de los ornamentos, etc., ro de 1899.» (Acta S. Sedis, tomo 3 1 ,
sub gravi, á no ser que expresamente; introducido en las rúbricas generales
pág. 416). L o s Padres de la Compa-
se contenga este precepto en su regla «etiamsi quibusdam videatur proba- y especiales del Misal R o m a n o , al te-
ñía tienen indulto especial, para que
legítimamente aprobada. E n Francia bilior sententia opposita kalendario; nor del decreto Vrbis et Orbis de 1 1
en tiempo de ejercicios los sacerdotes,
existen muchas comunidades de esta S. R. C. 23 de Mayo de 1S35,» "
t r a
de Diciembre de 1897, publicado en 7
sean seculares ó regulares, y aun be-
clase, donde, según la presente dis- tándose, se entiende, de casos dudo- de Enero de 1898.) (Acta S. Sedis,
neficiados «simul recitantes Officium
ciplina de la Iglesia, no hacen votos sos y controvertidos y estando el ca- tomo 30, pág. 648.)
loci,in quo exercicia spiritualiaobeunt
solemnes, aunque tengan su coro y lendario aprobado por superior c o m - sub directione... Patrum Societatis
las demás observancias religiosas con petente secular ó regular; pero no 11. P . L o s regulares que pasan
Jesu... hoc ipso obligationi divini Of-
la misma regularidad y más rigor cuando se viese una equivocación ma- de un convento á otro, ¿á qué calen-
ficii satisfaciant, quocumque demum
que en algunos conventos de monjas nifiesta que se opone claramente á las dario deben ajustarse en el rezo d i -
titulo Horas canónicas ipsi persol-
claustrales, como sucede, v . gr., en rúbricas (Carpo, Kalend. perp., edit. 3 . . a vino?
vant... Sub lege tamen et conditione,
el convento de religiosas dominicas pág. 182; Mach, pág. 225, núm. 1 3 1 , R. L o s religiosos que pasan á otro
ut Hora; canónica; insimul persolvan-
de Nuestra Señora de Prulle, en Fran- edición 1 2 . ) . a
convento rezarán por el camino se-
tur.» (Sagrada Congregación de R i -
cia, fundado en el siglo X I I I por el L o s que están encargados de la for- gún el calendario de aquel de donde
tos, 7 de Julio 1864.) L o s que gozan
Patriarca Santo D o m i n g o , y reciente- mación del calendario deben ajustar- salieron; mas llegados al nuevo, cum-
de esta clase de privilegio deben ajus-
mente restablecido. se al decreto de la Sagrada C o n g r e - plirán, aun in privata recitatione extra
tarse á las cláusulas del indulto, v. gr.:
g a c i ó n , aprobado por Urbano V I I I , chorum, conformándose con el decreto
los Padres de las Misiones y algunas
por el cual se prohibe á los Ordina- de la S. R . C , de 14 Mayo de 1803.
otras Ordenes.
rios y á los superiores regulares que Mas no los religiosos de Institutosque
muden por propia autoridad el rito no están obligados al coro ( S . R . C. L o s religiosos Dominicos, cuando
indicado en el Calendario R o m a n o , 18 Septiembre 1S77). A las V í s p e - salen por cualquier causa del conven-
 776 LIBRO VI. T R A T A D O VIL
to en que están asignados, deben re- tiene á mano otro, v. gr., el Benedic-
zar según el calendario del convento tino ú otro semejante, está obligado
del cual salieron durante la ausen- á rezar según éste; porque teniendo
cia (Cceremoniale Ord. Pred.) en ar- dos preceptos acerca del Oficio divino,
monía con la declaración de la Sa- el uno general de rezarlo, y el otro de
grada Congregación de R i t o s , 30 de rezar según una forma determinada,
A g o s t o 1602; pero los que en tiempo si no puede satisfacer al rezo del se-
de Cuaresma, por razón de la predi- gundo modo, debe cumplirlo del pri-
cación, existen fuera del convento, de- mer modo, rezando las Horas, que es
ben rezar al tenor del calendario de el precepto general, aunque sea por
la provincia, según el siguiente d e - otro Breviario: de esta opinión es
creto: « T e m p o r e Quadragesimae, di- también Billuart (tract. De Belig.,
vini verbi praecones commorantes^ ex- diss. 2, art. 8, § 5); mas los Salmati-
tra ccenobium tenentur se conforma- censes son de contrario parecer, por-
ri ordini divini Oficii vicinioris vel que dicen que el precepto del Oficio
ejus ex quo disceserunt, et ad quod divino es indivisible, es decir, de re-
rediré post Pascha t e n e n t u r ? — R . Ad zarlo, y de rezarlo bajo una forma
neutrum tenentur; sed se conformare dada, lo cual infieren de las palabras
debent ad Provincia; calendarium , de la Bula de San P í o V , en donde se
sine ulla diversitate pro ómnibus quo- dice: « N i s i hac sola forma satisfacere
libet anno extensum.» ( S . R . C. 31 posse.» « H o c tamen, non obstante,
A u g . 1839; Ceremonial. Ord. Prczd., concluye San L i g o r i o , prima opinio,
A p p . letra C, pág. 620.) L o s religiosos ut magis pia et rationabilis mihi se-
huéspedes deben rezar según el calen- quenda videtur.»
dario del convento en que se hospe-
P. L o s individuos de las iglesias y
dan; después de salidos de él, según el
calendario del convento de su asigna- de las religiones que, al tenor de la
ción. (Rubric. Brev. I X , 2, y el Ceremo- bula de San Pío V, no aceptaron para
nial. Ord. Prced., núm. 338.) Mas si el coro el Breviario R o m a n o , ¿pueden
salen en los meses de Mayo ó de Octu- en privado rezar según él?
R. N o cumplirán con la obligación
bre para dar misiones, ejercicios espi-
rituales, predicar, ú otros ministerios los regulares q u e , teniendo Breviario
análogos, deben rezar según el calen- propio de la Orden y rezando privada-
dario del convento de donde salieron. Jmente fuera del coro, se sirviesen del
( V é a s e el Analecta O. P., v o l . 2, pá- R o m a n o . N o obstante, ahora, en Es-
gina 457.) E s indudable que si se hos- paña, los que por razón de las circuns-
pedan en una residencia ó vicaría en tancias sirven alguna parroquia en
la que no se reza en el coro, deben calidad de curas ó de vicarios, si bien
acomodarse al calendario del convento es verdad que rezando en particular
propio. (Véase la declaración de 18 de deberán regirse por el calendario de la
Septiembre de 1877, citada anterior- Orden, con todo, en la Misa pro po-
mente.) pido deben, en los días festivos, c o n -
formarse con el de la diócesis, 23
12. P. L o s que están obligados al Mayo 1846 ( G a r d e l , núm..5050). L o
rezo del Breviario R o m a n o , si carecen mismo debe decirse de los párrocos
de él, pero tienen á mano otro, v. gr., que, perteneciendo á alguna Congre-
el Benedictino, ¿están obligados á re- gación religiosa de votos simples,
zar el Oficio por el Benedictino? tengan calendario propio, 12 Sep-
B. H a y varias opiniones sobre el tiembre 1884 (Gard., 5924). E l Obis-
particular, como refiere San L i g o r i o po regular debe rezar según el rito de
(lib. 4, núm. 158); según unos, el su diócesis,y deberán conformarse con
que carece de Breviario R o m a n o y el rezo del Obispo los capellanes regu-
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 777
lares ó seculares que recen con él; r i zar ciertamente la parte de la cual
de Junio de 1605 (Gard., 265). (Véase duda, porque no se puede cumplir una
Mach, pág. 194, núm. 17, edic. 1 2 . ) ley cierta por una observancia dudo-
a
San L i g o r i o , en el apénd. 3, De Exam. sa, á no ser que sobrevenga alguna
ordinandorum, núm. 7 1 , dice: «Proba- circunstancia especial que le desobli-
bile est, si alio pergis potes recitare ; gue de la repetición del r e z o , como
Officium illius loci, nisi fueris religio- sucede con los escrupulosos, á los
sus, quia teneris tune recitare Offi- cuales nunca se les debe obligar á re-
cium Breviarii tui Ordinis; ita L a y m . , petir, porque en esta clase de perso-
H o l z m . , Bonac. Castropal., et alii.» nas, generalmente hablando, sus du-
N o obstante, Billuart, en el lugar ci- das no son verdaderas dudas, sino
tado, juzga que si en alguna diócesis vanas aprensiones; pero si se trata de
existe costumbre comunmente recibi- una duda en sentido lato, y tiene el
da, viendo y no contradiciendo los que duda una probabilidad, ó bien
superiores, que los particulares usan concibe una fundada presunción de
en privado del Breviario R o m a n o , que nada ha omitido, no está obliga-
aunque el coro use de su propio B r e - do á repetir. San L i g o r i o (lib. 4, n ú -
viario, no deben ser condenados, por- mero 150) dice: « U n d e docent aucto-
que en este caso hay consentimiento, res, quod bene excusaris a repetendo,
al menos tácito, del Obispo y del Ca- si non memineris te dixisse aliquid,
pítulo; y por otra parte, la costumbre et habeas justam conjecturam creden-
puede derogar la ley: «Cseterum nihil di quod dixeris; puta, si recordaris te
tale, dice, in meo Prasdicatorum Or- incepisse Psalmum, Lectionem, vel
dine, in quo á supremo ejus capite Horam, et postea non data opera dis-
preeceptum est fórmale, non utendi tractus, vel non interruptus, te i n v e -
alio Breviario quam Breviario Ordi- nías in fine Hora;, legendo vel memo-
nis.» Cada religioso se ajustará á las riter recitando ea, in quibus ordinarie
disposiciones y costumbres legítimas non soles errare. í t e m , si ordinarie
de su respectiva Orden. non soleas dicere Horam posteriorem,
nisi post priorem, prudenter potes
13. P. Y si el religioso de la Or-
credere, te nihil omissise.» «Si vero
den que tiene Breviario propio, dis-
(dice en el mismo número) dubites an
tinto del Breviario R o m a n o , se halla
totam H o r a m dixeris vel non, cen-
en un lugar en que no tiene á mano
sent S a l m . quod si sa;pius tali dubio
más que éste, ¿deberá rezar por él?
labores non teneris repetere, quia
B. C o m o en todos los Breviarios tune facile prassumitur tale dubium
se encuentran muchas cosas confor- oriri a scrupulis: secus si raro.»
mes al Breviario propio del que uno
usa, deberá rezar, si constituye parte 15. P. ¿Qué orden debe seguirse
notable, las cosas que están confor- en el Oficio divino?
mes con su propio Breviario, así como R. Se debe rezar según la ocurren-
dicen los autores que el que carece cia de los Oficios y orden de las H o -
de Breviario debe rezar, si es cosa ras, marcado en el Breviario.
notable, lo que sabe de memoria. (San 16. P. ¿Cómo peca el que no se
L i g o r i o , lib. 4, núm. 157.) ajusta al calendario aprobado por el
14. P. ¿Qué debe hacer el que legítimo superior en cada diócesis ó
duda si ha omitido alguna cosa en el religión?
Oficio divino? R. T o d o s los que están obligados
B. E n la duda estrictamente tal, al rezo de las Horas canónicas deben
es decir, en la negativa ó positiva, ajustarse á la distribución de tiempos
cuando por ambas partes ocurren ra- y días señalada en el calendario, r e -
zones igualmente probables, debe r e - zando, v. gr., del Oficio de D o m i n i -
778 LIBRO VI. TRATADO VIL
ca, de Feria, de Vigilia ó de fiesta de to, c o m o , v. gr., si rezara del Oficio
S a r t o s según se prescribe en él, de de un Santo en lugar de la Dominica,
tal manera que se hace reo de pecado debería añadir nueve Salmos toma-
mortal el que á cada paso y por su an- dos del primer Nocturno de la D o m i -
tojo se aparta del orden establecido nica. Si advirtiese el error antes de
en el calendario. Aunque el cambio concluir todo el rezo, v. gr., después
fuera hecho una sola vez, cuando fuere de haber rezado Maitines, puede pro-
muy notable, v . gr., si el día de seguir el mismo Oficio ó rezar lo
R a m o s se rezara el Oficio pascual, ó demás del Oficio del día, lo cual es
el día de la Natividad del Señor el preferible, dice San L i g o r i o , (lib. 4,
Oficio de Feria, sería pecado grave; núm. 1 6 1 , queer. 5); y según declara-
la razón es, porque en ambos casos ción de la S . R . C . , 7 de Junio de
se aparta de la disposición y de la 1673, citada por M a r c , tomo 2, nú-
mente de la Iglesia en materia nota- mero 2210 ( G a r d . , 2634).
ble; por tanto, con razón condenó L a segunda causa para mudar el
Alejandro V I I I la siguiente proposi- Oficio sin pecado, es la conformidad,
ción: « I n die Palmarum recitans v. g r . , si yendo de viaje se detiene
Officium Paschale satisfacit pnecep- uno algún tiempo en la diócesis ó en
t o ; » mas si la mutación fuere leve, es el pueblo donde se celebre solemne-
decir, en otro Oficio igual ó casi mente alguna fiesta por el pueblo y
igual, aunque se hiciera sin causa, clero : en este caso puede rezar el
sería pecado venial, según siente Bil- Oficio que en él se reza.
luart, porque en este caso no se apar- L a tercera causa por la que se
taría notablemente de la disposición puede mudar el Oficio sin pecado, es
y de la mente de la Iglesia (tract. De la compañía ó sociedad, por cuya ra-
reliq., diss. 2, art. 8, § 5). Del m i s - zón los capellanes y comensales de
mo parecer es San L i g o r i o (apénd. 3 los Cardenales y de los Obispos pue-
De Exam. ordin., núm. 70); pregunta den conformarse con ellos; lo mismo
el Santo en el lugar citado: « A n se ha de decir respecto de aquellos
autem sit mortale mutare in sequale, que hacen ejercicios espirituales en
vel quasi? Adest hinc inde dúplex casas religiosas, mas no del capellán
plurimorum sententia, aaquius tamen de las monjas, según decreto de la
S. R. C. de 21 Marzo 1795, M a r c ,
videtur esse mortale, si mutatio sit
núm. 2210. (Gard. 4464, in Conim-
frequens; veniale si raro, puta, ter vel
quater in anno; et nuilum, si id ali- bricen.) « A l g u n o s añaden, dice B i l -
quando fiat cum causa, nempe, itine- luart, en el lugar antes citado, que
ris, studii, etc.» E l Santo Doctor tra- basta para la mutación del rezo una
ta con más extensión esta cuestión devoción singular y fervorosa hacia
en el lib. 4, núm. 1 6 1 , queer. 3. algún Santo; pero la mejor devoción,
L a s causas racionales para esta añade, es obedecer á la prescripción
mutación, no sólo son la imposibili- de la Iglesia. San L i g o r i o admite esta
dad ó notable dificultad, sino tam- causa con tal que no sea in officium no-
bién, en primer lugar, el error invo- tabiliter brevius.» ( L i b . 4, núm. 161.)
DEL SACRAMENTO
oración , lección ó conmemoración
por otra, ¿debe después suplirse ó
repetirse?
P. Como este caso puede suceder
fácilmente, ponemos á continuación el
parecer de los graves teólogos salma-
ticenses, tract. X V I , cap. 1, punct. 3,
núm. 18: « I l l u d autem (dicen en el
referido lugar), ut certum ducimus,
quod si semel in choro prseter inten-
tionem, bona fide, aut propter erro-
rem, vel inadvertentiam, aliquid prse-
termittitur, vel mutatur, ut si una
homilía loco aiterius, vel una oratio
aiterius loco recitetur, vel certe prse-
termissa sunt, nec tune, nec postea
debent in choro repeti (privatim fa-
ciant quidquid voluerint). Quia j a m
chori obligationi satisfactum est, et
licet ex advertentia aliquid omittere
sit veniale; ex errore, vel inadverten-
tia, nuilum. T u n e autem illud repe-
tere esset confusionem parere, Offi-
cium interrumpere, et notam ex se
causare; postea ad nihil prodest, cum
obligatio chori non sit sicut privata,
ut in vertendo Officium possit sup-
plere d e f e c t u s ; sed solum est, ut
Officium debitis circumstantiis per-
solvatur, quibus deficientibus suo
loco, postea ea supplere ad nihil, nisi
ad notam et confussionem deservit,
et forte ad scandalum, etc.» Cunilia-
ti, tract. I V , cap. 1 1 , De Horis cano-
nicis, se adhiere á este parecer, y el
Compendio Salmaticense, por el Pa-
dre F r . Antonio de San José, en el
tomo 3, tratado X X X I , dice lo mismo
que los Salmaticenses.
L o propio se ha de decir cuando
en el coro, por error ó equivocación,
se dicen unas Vísperas en lugar de
otras, porque siempre resultan Víspe-
DEL ORDEN. 779
debe rezarlo después, en el día que lo
marca el calendario; y el que omitió
el Oficio, sea por error ó equivoca-
ción, ó por otra causa justa, no pue-
de trasladarlo á otro día, no impedi-
do, como consta por la declaración de
la Sagrada Congregación de R i t o s ,
de 17 de Junio de 1633 (Gard., 2634),
según refiere M a r c , núm. 2210.
18. P. ¿Qué es lo que exige el
orden de las Horas en el rezo di-
vino?
R. Que se guarde el orden que
prescribe el Breviario, á saber: que
primero se recen Maitines con L a u -
d e s , luego Prima, T e r c i a , Sexta y
Nona, y últimamente Vísperas y C o m -
pletas, y que á la recitación de los
Maitines del día siguiente preceda la
de las Horas del día anterior. L a i n -
versión de este orden, si se hace sin
causa racional, aunque sea con fre-
cuencia , no haciéndolo por despre-
cio, sólo es pecado venial (San L i g . ,
Exam. ordin., núm. 74), y ninguno si
interviene causa racional, por ejem-
plo, si uno es invitado para rezar con
un compañero, ó si tiene obligación de
asistir al coro antes de haber rezado
las Horas anteriores; en una palabra,
las mismas causas que aduce San L i -
gorio para excusar de pecado venial
al que antepone ó pospone el tiempo
de rezar las H o r a s , se pueden aplicar
al que invierte el orden de las mismas.
L a s causas son las siguientes: « C o n -
cio paranda vel audienda. periculum
supervenientis oceupationis sive labo-
ris, major devotio sive quies, tempus
aptius ad studendum, et simile. Ita
communiter.» ( L i b . 4, núm. 173.) L o
mismo dice Billuart, hablando de la
inversión de las Horas fuera del coro
(tract. De relig., diss. 2 . , art. 8, § 6).
a

luntario, cuando uno inadvertidamen-
te reza un Oficio en lugar de otro;
en este caso, al advertir el error, no
está obligado á repetir el omitido,
sino que puede continuar, sin falta
alguna, el rezo del mismo Oficio, á
no ser que la mutación fuese notable,
en cuyo caso debería suplir el defec-
Cuando se dice que las causas indica-
das son bastantes para mudar el Ofi-
cio, se debe entender que la muta-
ción no sea en Oficio notablemente
más breve.
17. P. Cuando en el coro sucede
alguna mutación del Oficio por error ó
inadvertencia, diciendo, v. gr., una
ras por Vísperas, ó sea Officium pro
Officio, y no es de presumir que la
I g l e s i a quiera obligar dos veces á la
comunidad al cumplimiento de una
obligación.
E l que por equivocación ó error
rezó en un día de un Santo del cual
no debió rezar según el Oficio del día,
19. P. L a inversión del orden de
las Horas en el c o r o , ¿es pecado
mortal?
R. Esta cuestión es controvertible;
pero San L i g o r i o se inclina á la parte
negativa, hablando del orden y del
tiempo en que se debe decir el Oficio
 8o LIBRO VI. TRATADO VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.
7

divino. E n el lib. 4, núm. 1 7 1 , dice L o s Laudes se rezaban hacia la que la circunstancia del tiempo ó del niza y los domingos, según el rito
lo s i g u i e n t e : ' «Affirmant C o n c . et aurora; Prima, á la salida del sol; orden no pertenece á la sustancia del romano, para imitar de alguna mane-
Salm., cum Suar., A z . , Sot., P a l . , T e r c i a , á las nueve de la mañana, precepto, sino que es cierta ceremo- ra la práctica antigua, según la cual
F i l l . , R e g . et T a m b . , modo anticipa- Sexta hacia el mediodía, y Nona á las nia accidental; y nótese que, en opi- se rezaban las Vísperas á la caída
d o vel postpositio sit rotabilis , et tres de la tarde, ó sea en el tiempo nión de los mismos autores que s o s - del sol; pero rezando en particular no
desit aliqua legitima causa excusans. medio entre el mediodía y la puesta tienen que obliga sub gravi la circuns- es obligatorio. E l tiempo en que pue-
R a t i o , tum quia cañones pluries r e - del sol. Respecto de los L a u d e s , hay tancia del tiempo en el rezo del coro, den rezarse las Vísperas antes de co-
petunt H o r a s recitandas esse statutis que notar que eran considerados por añaden que el Obispo, ó el superior mer en Cuaresma, puede adelantar-
horis et temporibus, tum quia talis algunas iglesias, según se ha indicado respectivo, puede dispensar por causa se una hora; pero lo más regular es
inversio g r a v e m involvit deformita- al principio, como rezo diurno, y se racional sobre dicha circunstancia. decirlas después de la Misa conven-
tem. N e g a n t vero C a j . , L a y . , Sanch., rezaban antes de P r i m a ; pero la I g l e - (Véase Cuniliati, tract. I V , De Horis tual, la que siempre se concluye tarde
B o n . , Gav., ac Trull., Tañer., D i a - sia Romana siempre los consideró canonicis, cap. 1 1 , § 3, 7.) en las catedrales.
na, etc. ap. Salmant. R a t i o , quia hu- como unidos á los Nocturnos : es- E l tiempo, pues, legítimo, en el es- E n privado, ó sea fuera del coro,
jusmodi circumstantia temporis vel te tiempo ó distinción de Horas en tado presente, para rezar las Horas puede rezarse válidamente todo el
ordinis non pertinet ad substantiam la actualidad no está en vigor. (Bil- canónicas en el coro, es el siguiente: Oficio desde el punto de la media no-
praacepti, sed est quaedam coeremonia luart, tract. De relig., diss. 2 . , art. S,
a
Vísperas y Completas por la tarde, che antecedente hasta el punto de la
accidentalis. Utraque est probabilis, desde las dos en adelante; Maitines y media noche del día siguiente; y los
sed h¿ec secunda videtur probabilior, 21. Según la disciplina actual, no Laudes, sea por privilegio apostólico, Maitines desde la tarde anterior. L a s
eo quod non constet de gravi prasce- hay uniformidad en cuanto al tiempo ó por costumbre, desde la hora media Vísperas y Completas, válida y lícita-
ptosuper hac reimposito.» L o mismo del rezo del Oficio divino. H o y ape- entre las doce y la puesta del sol, has- mente, pueden decirse desde el me-
afirma el Santo D o c t o r en el apénd. 3, nas se rezan los Maitines y Laudes á ta la mañana siguiente, antes de la diodía hasta la media noche, y las
Exam. ordin., núm. 74. j media noche , excepto en algunas Misa conventual; luego las Horas me- Horas menores del mismo modo,
Corporaciones religiosas que guardan nores P r i m a y T e r c i a , desde la auro- desde media noche hasta las doce del
ARTICULO IV tan laudable costumbre. En algunas ra hasta el mediodía, y Nona hasta mediodía; y según algunos, Sexta y
iglesias, colegiatas y catedrales, se- las tres de la tarde; y según algunos Nona hasta las tres de la tarde. L a s
Del tiempo y lugar en que se debe rezar gún sus costumbres respectivas, los Sexta, hasta después de comer. Se ha Horas menores pueden rezarse lícita-
el Oficio divino. rezan á la madrugada; pero más c o - dicho por privilegio apostólico, porque mente sin causa antes de la aurora, ó
munmente el día anterior por la tar- sin él , según Scavini-Del Vecchio, después de la media n o c h e , según
20. E l tiempo del rezo de las H o - de, á la hora competente, acomodan tomo 2, núm. 34, ex S. R. C , los Scavini-Del V e c c h i o , tomo 2, nú-
ras canónicas puede considerarse s e - d o s e , bien sea al tiempo verdadero Maitines y Laudes no se pueden re- mero 34; Gury, tomo 1, núm. 63, y
gún su primitiva institución, según que indica el reloj solar, bien al tiem- zar habitualmente en el coro la tarde Bucceroni, t o m o 1, núm. 149, De
la actual costumbre de las iglesias, y po medio que señalan los relojes pú- anterior Suele concederse temporal- Instituí. Theol. moral. « R a t i o est, ex
con respecto al tiempo en que los par- blicos, según declaración de la Sa- mente, v. g r . , para diez a ñ o s , si las quo sublata est antiqua consuetudo
ticulares pueden rezarlas. grada Penitenciaría de 18 de Junio causas son temporales, como el poco Horas illas tempore determinato reci-
. L o s antiguos clasificaban de d i s - de 1873. número de canónigos, la ancianidad tandi; nulla alia lex vel consuetudo
tinto modo que ahora las H o r a s n o c - , ó la mala salud de los m i s m o s , y obligationem imposuit eas solum tem-
P o r tanto, en las iglesias catedra-
turnas y d i u r n a s ; llamaban Oficio I les, colegiatas y conventuales deben también la necesidad de adminis- pore auroram subsequente persolven-
nocturno á las Vísperas, Completas y acomodarse los canónigos beneficia- trar el sacramento de la Penitencia di.i) (Bucceroni, ibidem.) L o s Maiti-
Maitines: las Vísperas se rezaban á la dos y religiosos, en cuanto al tiempo, por los capitulares. T a m b i é n se con- nes con más razón en privado, como
caída del sol; las Completas al a n o - á los estatutos ó costumbres legíti- cede el privilegio perpetuo cuando se ha dicho hablando del rezo del
checer, ó sea en la primera vigilia de mas vigentes en las respectivas i g l e - las -causas son perpetuas , como la coro, se pueden rezar válida y lícita-
la noche; Maitines, ó sea los tres N o c - sias. L a anticipación ó posposición inclemencia del aire, etc. Este existe mente el día anterior, dichas las H o -
turnos, en las restantes vigilias en de este tiempo, sin causa, es al menos en España; ó si no, por costumbre ras del día, á la hora media entre el
que distribuían la noche; el segundo pecado v e n i a l , con mucha más razón generalmente practicada, los Maiti- mediodía y la puesta del sol, hasta las
Nocturno á media noche; el tercero que lo es en el rezo particular; mas nes se rezan en nuestras catedrales la Horas del día siguiente, y con causa
al canto del gallo, ó sea á las tres de aunque el cambio sea notable, si hay tarde anterior, después de rezadas hasta las doce de la noche. (Billuart,
la mañana, y en la cuarta vigilia, que para ello causa legítima que lo justi- Vísperas y Completas, viéndolo y con- tract. De relig., diss. 2, art. 8, § 6.)
terminaba al empezar la aurora, r e - fique, excusa de pecado, según afirman sintiéndolo los Sres. Obispos.
zaban L a u d e s y P r i m a ; por lo cual el mismo Cóncina y demás autores 22. P. ¿Cómo obliga la rúbrica
los Laudes , P r i m a , T e r c i a , Sexta que se han citado en el núm. r g . Y a L a s Vísperas deben rezarse en el de que se digan Maitines y L a u d e s
y N o n a se llamaban Oficio diurno. se ha dicho en el expresado número coro en Cuaresma antes de comer, antes de la Misa?
quitados los tres días después de Ce- R. E s más probable que falta ve-
782 LIBRO VI. T R A T A D O
nialmente el que sin causa dice Misa
sin rezar los Maitines y L a u d e s ; esta
es opinión comunísima. (San L i g o r i o ,
lib. 4, núm. 171.) Véase la tontesta-
ción que da el P. Moran, en el núme-
ro 1951 de esta obra, á la indicada
pregunta, en armonía con lo que re-
suelve San L i g o r i o en el lugar indica-
do, y Billuart, también en el poco ha
citado.
P. ¿Cómo pecan los Prelados que
sin justa causa celebran la Misa con-
ventual antes de rezar los Maitines?
R. Según sentencia verdadera, p e -
can mortalmente, á no intervenir una
causa grave, y además pública, que
evite el escándalo, como dice San L i -
gorio, lib. 4, núm. 348. ( V é a s e el nú-
mero 1952, en donde resuelve el Pa-
dre Moran, con el mismo criterio, esta
cuestión.)
23. P. ¿Es lícito rezar Maitines y
Laudes á las dos de la tarde del día
anterior?
R. C o m o ya se ha indicado, para
rezarlos válida y lícitamente, el tiem-
po legítimo por costumbre es la hora
de Vísperas, es decir, la hora en que
el sol en su curso se aproxima más al
ocaso que al mediodía (San L i g o r i o ,
lib. 4, núm. 173). E n confirmación
de esta doctrina, Ninzatti trae una
respuesta de la Sagrada Congrega-
ción de R i t o s , de 18 de Marzo 1876;
mas elevada á la referida Sagrada
Congregación la siguiente pregunta:
« A n prasdicta responsio ita intelligen-
da sit, ut ille non satisfaceret obliga-
tioni suas, qui cum Matutinum cum
Laudibus Vespere diei praecedentis
recitaret priusquam sol médium cur-
sum teneret inter meridiem et occa-
sum?» contestó: «Consulantur proba-
ti auctores.» « P o r r o (añade N i n z a t t i ,
tomo 1 , núm. 807) probatos auctores
fere omnes patientissime consuluit
eorumdemque sententias retulit apud
ephem. Nouvelle Rev. Theol., tomo 19,
pág. 197 et seq. el. Waffelaert,
s. th. d., suaque doctissima disserta-
tione luculenter probavit minime suas
VIL
obligationi satisfacere, qui Matutinum
cum Laudibus vespere diei praeceden-
tis recitaret priusquam sol médium
cursum teneat inter meridiem et oc-
casum, nisi speciale privilegium ha-
beat, vel consuetudo in dicecesi jam
prasseripta id ei permittat. Sed dicet
quis: quare S. Congr. non respondit
simpliciter et directe, non satisfacere,
qui prasfatum terminum prsevenit.
Proculdubio quia, juxta communem
probatorum auctorum doctrinam, tuto
recitari potest ante prasdictum tem-
pus ubicumque consuetudo usum in-
duxit.n Algunos, para afirmar que
pueden rezarse los Maitines después
de rezar las Vísperas y Completas, se
escudan con la autoridad de Santo
T o m á s (quodlib. 5, a. 8, ad 1 ) , donde
dice el Santo Doctor: «Quantum ad
ecelesiasticum Officium, et solemni-
tatem celebrandi, incipit dies a V e s -
peris: unde si aliquis post dictas V e s -
peras et Completorium dicat Matuti-
nas, j a m hoc pertinet ad diem sequen-
t e m ; » pero de estas palabras de San-
to T o m á s sólo se desprende que,
rezadas las Vísperas y Completas á la
caída del sol, según el rito antiguo y
canónico, se podían rezar los Maiti-
nes y Laudes. (Véase L e h m k u h l , to-
mo 2, núm. 625; Suarez, L e s i o , Croix,
Reginaldo y el Compendio Salmati-
cense, quien, apartándose de los Sal-
maticenses en este punto, así entien-
de estas palabras. (Tratado X X X I ,
tomo 3, núm. 38, De Horis cano-
nicis.)
L a declaración de la Sagrada Con-
gregación de R i t o s de r6 de M a r z o de
1876 no dirime la cuestión presente,
porque esa declaración solamente dice
que «privata recitatio Matutini cum
Laudibus diei sequentis incipi potest
quando sol médium cursum tenet in-
ter meridiem et occasum.» E l a r g u -
mento más fuerte contra los que de-
fienden la sentencia afirmativa, se
deduce del principio de posesión sos-
tenido por San L i g o r i o , á saber: que
una ley cierta que está en posesión
DEL SACRAMENTO
(como es la obligación de rezar á la
hora debida el Oficio divino), no se
satisface con el cumplimiento p r o -
bable de la misma, sino que se r e -
quiere un cumplimiento moralmente
cierto. (S. L i g . , lib. 1 , tract. I , De
Consc, números 26, 27, 28 y 29.)
E n el presente caso la ley es cierta,
como se ha dicho, y el cumplimiento
dudoso; porque si B a l l e r i n i , en el
núm. 65, tomo 2 de Gury refiere dieci-
nueve autores en pro, las Vindicias
Alfonsianas, en la pág. 929, primera
edición, aducen más de veinte autores
en contra; por consiguiente, resulta
dudoso el cumplimiento del Oficio
rezando los Maitines á las dos de la
tarde y , por tanto, la probabilidad ex-
trínseca aparece equilibrada; en cam-
bio, resulta mayor y más fundada la
probabilidad intrínseca, basada en el
principio indicado de San L i g o r i o y
en la tabla que desde antiguo se for-
mó en R o m a , señalando la hora con-
veniente para rezar Maitines, según
la diversidad de las estaciones; por
lo cual, el que los reza á las dos de
la tarde no parece satisfacer la obli-
gación, así como tampoco satisfaría
al rezo de las Horas menores del día
siguiente si las rezara poco antes de
la hora de las doce de la noche ante-
rior. N o obstante, al que alguna que
otra v e z , por error ó inadvertencia,
recitara los Maitines á esa hora, pa-
rece que no se le debería obligar á r e -
petirlos, como dice Bucceroni, tomo 2,
núm. 153: « e t sane praxim affirmare
possumus ex certa scientia piorum
virorum, qui licet alteri adhasreant
sententias, si tamen Matutinum ex
distractioneincipiantante horam pras-
scriptam a tabella non ideo existimant
se graviter peccare, si iterum non re-
citent. E t hanc sententiam post cla-
rissimum Ballerinium plures in pras-
senti tenent et probati doctores.» L o
mismo dice el Cardenal d'Annibali,
núm. 455 de su Teología Moral, y trat. X X X I , núm. 8); y no sólo en
Lemhkuhl, tomo 2, núm. 625; y pa-
rece que también las Vindicias Alfon-
DEL ORDEN. 783
sianas se inclinan á esta benignidad
cuando, al combatir á Ballerini, afir-
man que este autor trata de d e m o s -
trar «licitum esse, saltem accedente
causa, Matutinum semper anticipare,
duabus horis post m e r i d i e m . » (Véase
el apend. 3, Exam. ordin., núm. 74,
Elench. qq. ref. núm. 51.)
L a Santa Sede suele conceder fre-
cuentemente el privilegio de rezar los
Maitines y Laudes á las dos de la
tarde, añadiendo esta cláusula, acce-
dente rationabili causa, ó bien bajo la
cláusula ratione ministeriv. mas si el
privilegiado los reza á esa hora, no
existiendo la causa racional, cumple
con el Oficio, aunque peca venial-
mente: y lo m i s m o debe decirse del
que lo reza sin que exista la razón
del ministerio. (Véase M a r c , tomo 2,
núm. 2212.) Pero este privilegio no
prejuzga las opiniones de los que en
pro y en contra sostienen que se pue-
den ó no rezar los Maitines á las dos
de la tarde; porque, como dice Suárez,
tratado X X I I I , cap. 8, núm. 274, De
Religione, «hocargumentum infirmum
est, quia multa in privilegiis conce-
duntur, non quia necessaria sunt, sed
quia petuntur vel propter timorem
seu scrupulum, vel ob dubitationem
ex variis opinionibus ortam remo-
vendam, vel quia quod petitur, ex ri-
gore juris non licet et pendet ex c o n -
| suetudine: quas incerta et varia esse
potest.»
24. P- ¿Dónde se debe rezar el
Oficio divino?
R. En las iglesias catedrales, en
las colegiatas y en las iglesias de los
regulares dedicados al coro, debe re-
zarse en el coro, ó en la iglesia, ó en
la sacristía, si está unida á la iglesia;
y con causa, en la sacristía, aunque
esté separada de aquélla (San L i g o -
rio, lib. 4, núm. 143; Compendio Sal-
maticense, De Hor. canon., tomo 3,
la sacristía, sino en el capítulo de los
religiosos ó en cualquier lugar decen-
te, si el coro ó la iglesia amenazan
784 LIBRO
ruina, especialmente en los climas en
que ocurren terremotos, etc. Se ha de
rezar en público, observando las cere-
monias prescritas en los respectivos
Ceremoniales. E n privado se puede re-
zar en cualquier lugar, con tal que sea
compatible conla atenciónéintención,
(San L i g o r i o , lib. 4, núm. 129; M a r c ,
núm. 2213), sea paseando, sentado,
de rodillas, acostado en cama con
justa causa, viajando en coche, en
VI. TRATADO VIL
hablando en especial de la intención
necesaria para el rezo divino, se pue-
de definir del modo siguiente: un acto
de la voluntad con el cual se propone
uno rezar el Oficio divino con ánimo
de orar y alabar á Dios. Pero este
acto no es necesario que sea expreso
ó, como se dice, in acta si guato, sino
que basta que lo sea in acta implícito
ó exercito, v . gr., si al llegar la hora
de rezar se toma el Breviario y sin
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 785
interna y externa: la atención pura- non curans, et sic quasi per totum
mente externa no es otra cosa que una Officium, videtur mortale: secus si
modesta composición exterior del que proponit velle attendere et distrahitur;
reza pronunciando exactamente las scilicet, cum advertit displicet ei.»
palabras, con exclusión de toda obra (Véase en Billuart, contestación á la
exterior incompatible con la atención objeción tercera, tract. De religione,
interna, aunque por otra parte se dis- diss. 2, art. 8, § S.)
traiga la mente voluntariamente: la 31. P. L a atención interna, ¿á
interna es la que se ha explicado, ó cuántas cosas puede dirigirse?
sea la que se tiene, evitando toda dis- R. A tres , según Santo T o m á s
tracción interna voluntaria en cosas ( 2 . 2. , q. 83, art. 13): «una quidem,
a a3

ferrocarril, ó á caballo, procurando
evitar las distraciones; aunque siem-
pre que se pueda cómodamente, debe
rezarse en lugar apartado de todo
bullicio y estrépito, observando, no
obstante, las inclinaciones ó ceremo-
nias que el rito respectivo prescribe;
v. g r . , el rito dominicano ordena que
se haga inclinación de cabeza al Glo-
ria Patri, etc., y al pronunciar los
nombres de Jesús, de María y del
Patriarca Santo D o m i n g o (Cceremo-
niale O. P., números 147 y 148.)
25. P. ¿Es lícito rezar el Oficio
divino en lugares inmundos?
E. Unos, como Soto, V i v a , Anací.,
Cónc. y Spor. sostienen que es p e -
cado venial, si se hace sin causa, por-
que esto parece que envuelve alguna
irreverencia; mas otros, como S á n -
decir expresamente « v o y á rezar,» se
reza. N o es necesaria la intención ac-
tual, ó sea de presente, ni basta la
habitual, ó sea la que ha s i d o , pero
que no continúa en los medios, co-
mo, v . gr., en un demente ó dormido:
se requiere la virtual, es decir, la que
ha existido y la que continúa en los
medios, como la tiene el que, ha-
biendo formado implícita ó explícita-
mente intención de rezar, se distrae
contra su voluntad. E s necesario,
pues, rezar el Oficio divino para su
validez con alguna intención de orar
y alabar á Dios; porque el rezo de las
H o r a s , según manda la Iglesia, i m -
plica acto de religión, oración y culto
que debemos á Dios; y siendo el rezo
del Breviario de sí indiferente para el
culto de Dios, para el estudio, ó para
la curiosidad, es preciso determinarlo
extrañas al rezo divino: la mixta in- dice el Santo Doctor, qua attenditur
cluye las dos. ad verba, ne aliquis in eis erret: se-
29. P. Para cumplir con el rezo cunda, qua attenditur ad sensum ver-
divino, ¿basta la atención puramente borum: tertia, qua attenditur ad finem
externa? orationis, scilicet, ad Deum , et ad
R. Véase el P . M o r a n , núm. 796, rem pro qua oratur.» Cualquiera de
donde dice, con San L i g o r i o y la opi- ellas basta. A la oración hecha sola-
nión común, que no se cumple con el mente con la atención externa, llama
precepto del rezo divino con sola la Jesucristo en el E v a n g e l i o hipocresía:
atención externa. (Append., Exam. «populus hic labiis me honorat,
ordin., núm. 75, lib. 4, núm. 177.) cor autem eorum longe est a m e »
N o obstante, San L i g o r i o llama bas- (Matth., 15, 8); el derecho canónico
tante probable á la opinión contraria. «cuerpo sin alma» al prescribir que
(S. L i g . , ibidem.) en la oración , « corpus pariter et
30. P. E n vista de lo dicho en el anima tendatur in D e u m » ( C . 33, De
número anterior, el beneficiado que consecrat., dist. 5) y el antiguo Código
reza con atención puramente externa, español dice que la oración que «face
esto es, con compostura en lo exterior, home sin devoción, tal es como car-
pronunciando bien las palabras y no bones no encendidos, e como v o z del
ocupándose en obras externas incom- buey, cuando brama.» ( L e y i 8 , t í t . 10,
Part. i . )a

chez, Salm., etc., ninguna culpa reco-
nocen, porque estando Dios en todas
partes, no es irreverencia invocarle en
todo lugar, conforme á lo que dice el
Apóstol: « v o l ó viros in omni loco
orare» ( I T i m . , 2, 8) y el rey David
(salmo 102, v. 22): «in omni loco do-
minationis ejus benedic anima mea
D o m i n o . » (San L i g o r i o , lib 4, nú-
mero 179.)
ARTÍCULO
Del modo de rezar las Horas
§ i- 0
D e la i n t e n c i ó n , a t e n c i ó n y d e v o c i ó n .
26. D e la intención en general y
su división trata el P. Moran en el nú-
mero 1620 (véase este n ú m e r o ) ; mas
por algún acto del que lo reza, el cual
acto es la intención, del modo expli-
cado.
27. P. ¿Se necesita intención de
cumplir con el precepto del Oficio di-
vino?
R. E s indudable que no se necesi-
ta. (Véase el P. M o r a n , núm. 795;
San L i g o r i o , lib. 4, núm. 1 7 6 , y el
apénd. 3, Exam. ord., núm. 75.)
V 28. L a atención es el acto del en-
tendimiento, ó sea consideración ó
canónicas.
advertencia de la mente á alguna
cosa. Para cumplir con el rezo divino
es necesaria al menos la virtual, y no.
es preciso que sea actual, ni basta la
habitual, según se ha dicho, hablando
de la intención. L a atención se divide
en interna y externa, y en mixta de
patibles, pero distrayéndose volunta-
riamente en el interior en cosas im- 32. P. ¿Qué acciones son compa-
pertinentes, ¿está obligado á restituir tibles ó incompatibles con la atención
los frutos del beneficio? interna?
R. Véase la resolución en el n ú - R. Son acciones incompatibles, en
mero 1423 de la obra. E n el mismo sentir de todos los moralistas, con la
número vindica con razón el P. M o r a n atención interna, v. g r . , leer cosas
á Santo T o m á s de la opinión de los distintas al Oficio divino, pintar, es-
que presentan al Santo Doctor como cribir, hablar en el coro más ó m e -
defensor de la atención puramente nos, mientras el otro coro reza,
externa, v . gr., San L i g o r i o , lib. 4, prestar atención con fijeza á los que
núm. 177; Marc, tomo 2, núm. 2216, hablan, vestirse con grande prisa,
y Aertnys, lib. 4, trat. I I , núm. 56. prestar grande aplicación á alguna
Algunos atribuyen la misma opinión acción exterior, y otras cosas seme-
á San Antonino, pero equivocadamen- jantes: así como son, por el contrario,
te, porque el Santo Arzobispo de F l o - compatibles el pasearse modestamen-
rencia dice lo siguiente en la Summa te, andar á caballo, coger alguna que
confessionali, 3 p., Interrogatorii, ca- otra hierba ó flor, mirar los campos,
pítulo 1 1 , De Clericis, pág. 319: « S i vestirse modestamente y sin gran pre-
mens circa alia vagatur voluntarie cipitación, peinarse, lavar las manos
TOMO II.
50
786 LIBRO VI. TRATADO
ó la cara, ú otras cosas semejantes;
teniendo presente que ciertas acciones
que para algunos son distractivas,
para otros no lo son, como dice San
L i g o r i o con Bonacina (lib. 4, núme-
ro 176). Véase B i l l u a r t , tract. De
relig., diss. 2, art. 8, § S. E n corro-
boración de esto aducen los autores
el ejemplo de los antiguos monjes
que, dedicándose á la labor exterior,
se ocupaban en sus r e z o s , y los
sacerdotes,por prescripción de la Igle-
sia, deben orar exteriormente mientras
se revisten para decir Misa; y se con-
firma con la reciente declaración de
la Sagrada Congregación, que permi-
te rezar el Rosario en familia, ocu-
pándose á la vez en labores que son
compatibles con la intención inter-
na, v . gr., coser, etc., ganando las
indulgencias (30 Noviembre 1883).
Advertimos de paso que esta declara-
ción favorece á los que sostienen la
necesidad de la atención interna para
cumplir con el rezo divino; porque en
tanto dice la Sagrada Congregación
que se pueden ganar las indulgencias
del Rosario dedicándose á ciertas la-
bores exteriores, en cuanto cree que
éstas son compatibles con la atención
interna; de lo contrario, no añadiría
la cláusula «mientras sean compati-
bles las obras exteriores con la aten-
ción interna.»
Para consuelo de las personas que
tienen que asistir á coro á las altas
horas de la noche , ponemos á conti-
nuación las siguientes palabras , to-
madas de San L i g o r i o (lib. 4, núme-
ro 176, prope finem): « S i quis autem
vexetur a somno, sed adeo resistit, ut
pronuntiet suam partem , et distincte
audiat versículos alterius partís, bene
satisfacit. Sanch. cum N a v . et L e a n d .
cum pluribus theologis. A i t tamen
Sanch. cum eod. N a v . non excusan a
veniali: modo (intelligendum) possit
recitationem differre ad tempus oppor-
tunius.»
33. P. ¿Satisface al Oficio divino
el que, al rezarlo, se ocupa inadverti-
VIL
damente en alguna cosa incompatible
con la atención interna, v. gr., si
contempla con detención algunas pin-
turas ó inscripciones?
R. Billuart contesta á la pregunta
affirmative probabilius, con tal que no
se omita cosa notable. « R a t i o est
(dice), quia sicut involuntarie distra-
ctus interne satisfacit, licet Ecclesia
praseipiat attentionem internam , sic
involuntarie distractus externe satis-
facit, licet Ecclesia praecipiat atten-
tionem e x t e r n a m . E t alias infiniti
forent scrupuli , cum distractiones
saspe oriantur ex occupatione externa,
puta, ex improvisa oculorum evagatio-
ne.» San Ligorio dice lo mismo, ha-
blando en general, á saber: «Quod si
exerceas aliquam actionem externam,
et non advertas per illam impediri
internam, non teneris postea repetere;
hoc tamen, añade, intelligendum , si
actio de se sit compossibilis cum at-
tentione interna.» (Lib. 4, núm. 176.)
34. P . ¿Peca mortalmente el que
reza las Horas canónicas estando en
pecado mortal?
R. San L i g o r i o (lib. 4, núm. 178),
después de haber referido varias opi-
niones , dice lo siguiente: « Verior ta-
men, es decir, ciertamente , et com-
munior sententia est, quod iste satis-
facit; et non peccat mortaliter, ut
sentiunt Sánchez cum N a v . et Croix.
cum Corduba. Ratio , quia ex una
parte recitado Officii non est actus
ordinis s a c r i , quamvis imponatur
constitutis in sacris: ex alia quamvis
iste nihil sibi i m p e t r e t , cum tamen
oret nomine Ecclesia?, bene potest
obtinere pro alus. Quod autem oret
nomine ecclesia? cum proposito pec-
candi, non videtur tanta irreverentia
ut damnetur de mortali, licet non vi-
deatur posse excusari saltem a venia-
li, ut dicit Croix cum Corduba. Caste-
rum non auderem de peccato ullo
damnare alium ex devotione orantem,
qui actualem voluntatem peccandi
haberet. Alias teneremur hos hortari
ut ab omni oratione abstinerent.»
DEL S A C R A M E N rO
35. P . ¿Cómo peca el que se d i s -
trae en el Oficio divino?
R. Sí se distrae voluntariamente
en parte notable, v. gr., en una hora
menor ó cosa equivalente, cometerá
pecado m o r t a l ; si en menos , pecado
venial. «Casterum, dice muy bien San
L i g o r i o , conveniunt omnes quod , ut
dicatur quis non implere, oportet, ut
non solum advertat distractionem,
sed adhuc ut plene advertat se distra-
hi ab Officio; alias licet voluntarle se
distrahat, non tamen voluntarie se
distrahit a recitatione. Scrupulosus»
autem propter distractiones numquam
tenetur repetere.» (De Exam. ordin.,
append. 3, núm.75; lib. 4, núm. 177.)
Se requiere, pues, para pecado mortal
que conozca plenamente que está dis-
traído en el Oficio, y que , ad virtién-
dolo, continúe distraído voluntaria-
mente en parte notable.
36. D e las palabras del Concilio
de Trento,sess. 24 De reform., cap. 1 2 ,
se infiere con claridad que se debe
rezar el Oficio divino devotamente,
porque manda el Concilio en este lugar
que se obligue á los clérigos á que
cumplan con el Oficio, y que lo recen
en el coro reverenter , distincte , devo-
teque; es decir, que se rece con aten-
ción externa que denotan las palabras
modesta corporis compositio , y distin-
cte, que implica la recta pronuncia-
ción de ellas, que es precisamente lo
que constituye la atención externa;
luego la palabra devote arguye la n e -
cesidad de la atención interna: de lo
contrario, el Concilio la hubiera aña-
dido inútilmente. (Billuart, lugar a n -
tes citado.) D e la devoción se debe
decir lo que se ha dicho acerca de la
atención, es decir, que la voluntad
formada al principio de rezar el Oficio
divino debidamente, continúe en los
medios, ó sea en virtud, no admitien-
do distracciones voluntarias , aunque
las padezca el que reza muchas é i m -
portunas , porque la verdadera d e v o -
ción consiste en la prontitud de la
voluntad actual ó v i r t u a l , y no en la
DEL ORDEN. 787
exención de distracciones involunta-
rias que algunas veces experimentan,
a u n los que procuran rezarlo reveren-
ter, atiente et devote.
San L i g o r i o , en el núm. 177, pone
al fin algunos remedios para apartar
las distracciones, á saber: i . ° , al e m -
pezar el rezo, formar intención de
alabar á Dios; 2. , renovarla al Gloria
0
Patri ó al principio de cada salmo;
3.°, representarse en su interior a l -
gún misterio de la pasión del Señor;
4. , procurar recogimiento exterior,
0
teniendo á raya los sentidos. Sobre
t o d o , téngase presente lo que dice en
La Monja santa , cap. 14 , del Oficio
divino, núm. 1, á saber: que cien ora-
ciones privadas no tienen tanta efica-
cia como una súplica dirigida en el
Oficio divino , porque ésta se hace al
Ssñor en nombre de toda la Iglesia...
«firmiter nobis persuasum habeamus,
dice el Santo en otro l u g a r , post
S S . Missas sacrificium, nullum pretio-
siorem in Ecclesia thesaurum reperiri
Officio divino, ex quo quotidie ilu-
mina gratiarum haurire pissumus.»
(Opuse. L'Officio strapaszato.) ( M a r c ,
tomo 2, núm. 2217.)
§ 2.°
De la pronunciación, integridad y conti-
nuación del Oficio divino.
37. L a pronunciación debe ser
vocal, porque, como dice Santo T o m á s ,
el rezo del Breviario es una oración
común que se ofrece á Dios por los
ministros de la Iglesia en persona de
todo el pueblo fiel, por quien se ora,
lo cual no puede verificarse si la ora-
ción no es vocal; por eso , con mucha
sabiduría, ha instituido la Iglesia que
los ministros digan las Horas canóni-
cas en alta v o z para que llegue á n o -
ticia de todos (2. 2. , q. 83, art. 12),
a x
por lo cual no cumple con el precepto
del Oficio divino el que sólo mental-
mente lee el Breviario, ni cumplen
ios que lo rezan entre dientes ó sin-
copando las dicciones y las palabras,
7 88 LIBRO VI. T R A T A D O
ni los que lo abrevian y se precipitan
notablemente; de tal manera, pues,
debe formarse la voz, que el que reza
pueda oirse á sí m i s m o , á no ser que
obste la sordera ó el sonido de las
campanas ó algún otro ruido, como
siente Billuart (tract. De relig. ,diss. 2,
art. 8, § 7). Según San L i g o r i o , opi-
nan lo mismo P a l . , Suar., P e l l i z . ,
R e g . , A n t . , Spir. apud S a l m . , los
cuales aducen la misma razón que
B i l l u a r t , porque , como dicen estos
autores , para que la oración sea v o -
cal, debe proferirse con la v o z ; pero
las palabras que tan solamente se
modulan entre dientes , no forman
voz, sino que más bien son incoación
de la v o z . E l mismo Santo Doctor
dice que satis probabiliter satisfacen,
en opinión de L a y m . , Azor., Spor.,
Cont. Tourn. , Diana, S a l m . , Rodr.,
T r u l l . y L e a n d . con Silvio, «cujus
doctrinam magni asstimat B e n e d i c -
tus X I V : sane ad satisfaciendum huic
praecepto non praecipitur auditio, sed
tantum recitatio , id est, vocalis pro-
nuntiatio verborum ; atqui hasc ha-
beri potest clare et distincte , licet a
recitante verba non audiantur. U t
enim habeatur vera vocalis pronun-
tiatio sufficit, ut formetur aliquis ver-
borum sonitus , etsi modicus et vix
sensibilis ; hic porro sonitus semper
fit cum verba proferuntur; quia profer-
ri n e q u e u n t , quin per linguam et
labia fiat aliqua aeris compressio , ex
qua necessario aliqualis sonitus enas-
catur, oportet. E s t autem solummodo
per accidens, si sonitus iste audiatur
vel non audiatur.» ( L i b . 4, núm. 163.)
S c a v i n i - D e l V e c c h i o , t o m o 2, edi-
ción 14, núm. 4 1 , a ñ á d e l o siguiente,
en la nota: « E t si tamen prsestet, ut
recitans se ipsum audiat, ad auferen-
dum periculum syllabas syncopandi.»
E n algunas religiones, v. gr., en la
Orden de Predicadores, se manda que
cuando se rezan las Horas canónicas
en privado, de tal manera se digan,
que pueda oir su propia v o z el que las
reza , si no está sordo ú obsta alguna
VIL
I otra cosa (dist. i . , cap. 1, decl. 3,
a
núm. 60); cada religioso se atempe-
rará á las prescripciones de su respec-
tiva religión.
38. P. E l que está obligado al
rezo, ¿puede en privado rezar con un
compañero?
R. Puede, según la opinión c o m ú n
la práctica de todos los sacerdotes
y el Concilio Basil., § Qualiter ore; y
en este caso, si son dos los que rezan,
deben alternar en los himnos, salmos
y cánticos; las lecciones, antífonas y
responsorios basta que los diga uno,
prestando el otro la atención debida.
Si se reúnen tres, cuatro ó más para
rezar, no pueden formar más que dos
coros , diciendo el uno los himnos,
salmos y cánticos, alternando con el
otro coro; de modo que se faltaría á
la costumbre de la Iglesia si uno d i -
jera un verso de un salmo, el segun-
do o t r o , y el tercero otro ; ni se
debe empezar el verso correspondien-
te hasta que el compañero termine
el suyo, porque de lo contrario el so-
cio no puede hacer moralmente suyo
lo que no o y e , y por consiguiente no
rezará el Oficio divino enteramente, lo
que es de necesidad: lo mismo debe
hacerse cuando son muchos los que
forman los dos coros. ( B i l l u a r t ,
tract. De relig., diss. 2, art. 8, § 7.)
39. P. E l sordo que reza en pri-
vado con un compañero, pudiendo él
rezar solo, ¿satisface al precepto si no
hace suya la parte del otro, rezándola
en voz baja?
B. H e aquí lo que Billuart dice
sobre este particular: « C u m quilibet
vi prascepti teneatur ad totum Offi-
cium, si partem suam non faciat re-
citando, debet faceré suam audiendo.
E t ideo non crederem surdum reci-
tantem cum socio, cum possit solus,
satisfacere prascepto; secus tamen si
recitaret in choró. R a t i o , disparitatis
est, primo quia cum, ut suppono, t e -
neatur adesse choro , non censetur
Ecclesia voluisse talem adstringere
ad recitandum bis officium; secundo,
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.
789
quia, cum sit pars corporis mystici, R. Si de tal manera trunca las pa-
oratio chori censetur propria cuilibet labras, dice San L i g o r i o (lib. 4, n ú -
ejus membro obicem voluntarium non mero 165), que no muda el sentido
ponenti. Quas duse rationes non cur- de ellas notablemente, no está obli-
runt pro recitatione libera cum so- gado á repetirlo, á no ser que le cons-
cio.» ( T r a c t . De relig., diss. 2, art. 8, te que el socio omitió una parte nota-
§ 7.) L o mismo sienten, aduciendo ble: «putarem tamen (añade el Santo
;
las mismas razones, Suárez, Escob., Doctor) te non excusari á veniali, si
R o n c , Sa y Rocafuil, citados por San ultro recitas cum tali socio mutilante,
L i g o r i o (lib. 4, núm. 163 , quczr. 3). nisi adsit aliqua causa, nimirum, si
Son también del mismo parecer los inviteris a superiore vel persona v a l -
Salmaticenses y el Compendio S a l - de g r a v i , aut simili causa.» Sobre
maticense; mas San L i g o r i o , en el este caso y análogos, téngase presen-
lugar citado, dice que le place más la te la advertencia que hace Billuart,
sentencia opuesta, con P a l a o , Sánchez con B o n a c , L e s i o y otros, á saber:
y E l b . : «qui dicunt surdum lucran que no es improbable que si el exceso
quidem distributiones, sed teneri ad de la falta no es enorme, rara v e z
repetendum non audita. N e c verum será pecado mortal; porque según la
est quod ille sic obligatur ad dúplex regla comunmente recibida, de tal
Officium, nam tenetur tantum ad sup- manera debemos proceder en las c o -
plendam partem non auditam. Ultra sas morales, que no se dé entrada á
quam quod bene potest eodem t e m - los escrúpulos, pues de lo contrario
pore satisfacere , submisse dicendo se daría lugar á muchas ansiedades
partem alterius chori. Secus vero di- de espíritu si por algunas leves mu-
cunt S a l m . , E l b . , Tambur . cum tilaciones que de tantas causas p u e -
Suar., de surdastro qui possit aliquo- den provenir, se dijera que constitu-
ties audire, et prasstet attentionem ye al fin de todo el Oficio materia de
quam potest. E t hoc probabile est, pecado mortal: lo mismo dice San
saltem si advertat in Breviario, quas L i g o r i o (lib. 4, núm. 143).
in confuso audit, ita ut bene perci-
41. Integridad.—Pertenecen
piat quse dicuntur.» San L i g o r i o cita á la
á los Salmaticenses en favor de esta integridad del Oficio d i v i n o , según el
opinión; pero hay en esta cita una Breviario R o m a n o , el Padrenuestro,
equivocación, porque estos autores, A v e y Credo que se dicen en el prin-
en el tratado X V I de las Horas canó- cipio y fin de las Horas, como se nota
nicas, cap. 1, punto 3, núm. 24, sos- en las Rúbricas: fuera del coro, la
tienen la opinión de Billuart, Suá- antífona de la V i r g e n no se ha de
rez, etc., hablando del sordo, cuando añadir por precepto, á no ser en el fin
reza en público en el coro, á diferen- de los Laudes y en las Completas: el
cia de cuando reza en privado; en Confíteor Deo y el Misereatur, á la
cuyo caso dicen que no cumple si no Prima y á las Completas, pueden re-
zarse alternando con el compañero;
reza en v o z baja la parte que le c o -
rresponde, porque no forma un cuer- pero no hay obligación de hacerlo, á
po místico, como lo forma cuando no ser en el coro, según declaración de
reza en el coro: lo mismo dice el la Sagrada Congregación del Concilio
Compendio Salmaticense, trat. X X X I ,de 12 de Noviembre de 1831, in Mar-
cap. 1, de las Horas canónicas, pun- sorum ad 42 (Gard., 4669). (Véase
to 2, núm. 14. Marc, tomo 2, núm. 2214J Aunque
no pertenecen á la integridad del Ofi-
40. P. E l que reza el Oficio d i - cio las oraciones Aperi y Sacrosanctcz,
vino con un compañero que trunca conviene rezarlas, ya como prepara-
ción para rezarlo atentamente, y a
las sílabas, ¿satisface?
790 LIBRO VI. TRATADO
también para conseguir la remisión
de las faltas que por fragilidad se
hubiesen cometido en é l , añadien-
do un Pater y Ave al fin de la ora-
ción Sacrosancia. E s necesario que
ésta se rece Jlexis genibus, según re-
solvió la Sagrada Congregación de
Indulgencias (5 de M a r z o de 1855) y
aprobó P í o I X en 12 del mismc mes.
E l mismo Papa, por especial gracia,
concedió que eiiam non Jlexis gembus
recitari possit ab iis, qui legitime impe-
diii fnerint infirmitatis tantum causa.
( S . C. Indulg., 26 Julio 1S55.) Siendo
esta oración más bien una reparación
de las faltas cometidas que una in-
dulgencia verdadera, no queda sus-
pendida durante el jubileo. S e puede
rezar al fin de todo el Oficio, ó des-
pués de cada Hora, excitándose al
dolor, porque tiene la propiedad de un
sacramental. ( S c a v i n i - D e l V e c c h i o ,
t o m o 2, núm. 207 )
42. P. ¿Cómo peca el que falta á
la integridad del rezo del Oficio d i -
vino?
R. L a misma ley que prescribe el
rezo de las Horas canónicas, manda
que se reciten íntegramente; por lo
tanto, es reo de pecado mortal el que
omite culpablemente parte notable,
ya sea en, una misma H o r a , ya en
distintas Horas de un mismo día.
P. ¿Qué se reputa parte notable en
el rezo particular?
R. Parte notable, dejando á un
lado las varias opiniones de los doc-
tores, se reputa más probable y más
comúnmente una Hora menor, ó parte
equivalente; porque aunque no sea
una cosa notable respecto de todo el
Oficio, lo es considerada en sí misma
y atendido el fin de la Iglesia; así
sienten Billuart, tract. De religione
diss. 2, art. 8, § 7, y San L i g o r i o ,
lib. 4, núm. 147. Se dice parte nota-
ble, ya sea en la misma Hora, ya en
las distintas del mismo día, porque
muchas omisiones l e v e s , aun en dis-
tintas H o r a s , pueden constituir parte
notable suficiente para pecado mor- j
VIL
tal; á la manera que si uno en un mis-
mo día de ayuno tomase materia par-
va muchas veces, podría al fin pecar
mortalmente contra el precepto del
ayuno, pero no si la tomase en distin-
tos días; porque el precepto del ayu-
n o , como el de las H o r a s , está li-
gado á su propio día de tal manera,
que, expirado el día, expira el precep-
to. Por tanto, el que en un día emitió
las Horas ó parte notable de ellas, no
está obligado á suplir esta omisión al
día siguiente. Dicen comunmente los
autores, con San L i g o r i o , lib. 4, nú-
mero 143, que aquellos que , estando
ocupados en algún ministerio que per-
tenece al coro , omiten muchas cosas
leves, no están obligados á suplir, por-
que el coro de quien son miembros y
con quien ferman un cuerpo místico,
suple por ellos: y esto aunque omitan
un salmo entero, con tal que, añade el
Santo, la omisión no se alargue de-
masiado. Véase al Santo Doctor en
el número citado, en donde se extien-
de á más particularidades sobre esta
cuestión. L a misma doctrina es apli-
cable al que toca el órgano y da á los
fuelles, y , en fin, á los que se ocupan
en los oficios necesarios del coro; aun-
que es verdad que las cosas que se
puedan preparar cómodamente antes
del Oficio, se deben disponer con anti-
cipación, en cuyo caso admite Billuart
esta doctrina. ( T r a c t . De religione,
diss. 2, art. 8, § 7.)
43. P. ¿Y qué omisión se requie-
re en el coro para pecado grave?
R. Según los Salmaticenses, Suá-
rez, P e l l i z . , e t c , en la omisión del rezo
en el coro se requiere menos cantidad
para pecar gravemente que en la reci-
tación privada: «sed probabiliter (dice
San L i g o r i o , lib. 4, núm. 143), id
negant B o n . et H o l z m . cum T a m b . et
Babenst., qui dicunt illam esse omis-
sionem gravem in choro, qua; gravis
est in Officio privato.».
P. ¿Peca gravemente el que el Sá-
bado Santo omite las Vísperas?
R. Algunos lo afirman, porque es
DEL SACRAMENTO
una H o r a entera, y la Hora y el nú-
mero de las Horas caen bajo precep-
to; mas otros lo niegan, y con más
probabilidad; porque aunque la Hora
entera y el número de las Horas cai-
gan bajo precepto, no obstante, la
materia es leve, lo cual excusa de pe-
cado mortal en las cosas mandadas.
Billuart, en el lugar arriba citado, y
San L i g o r i o en el lib. 4, núm. 147,
dicen que es probable que no peca
mortalmente el que omite todas las
Vísperas del Sábado Santo.
P. E l que omite culpablemente un
Nocturno entero ó cosa equivalente,
¿cometerá pecado mortal?
R. Sí, porque, como se ha dicho,
toda omisión voluntaria que equival-
ga á una Hora menor, constituye pe-
cado mortal.
44. P. ¿Cuántos pecados comete
el que en un día deja el rezo de las
siete Horas canónicas?
R. Algunos opinan que siete peca-
dos mortales; pero es cierto, con San
L i g o r i o , que sólo comete un pecado
mortal, más ó menos grave según que
omita más ó menos Horas; la razón es,
porque aunque todas las Horas están
preceptuadas, no lo están con precep-
tos distintos, sino que se unen por un
solo precepto, á modo de un solo Ofi-
cio. Pueden, no obstante, ocurrir m u -
chos pecados mortales, si el que las
omite reitera muchas veces al día
la voluntad anteriormente revocada.
Véase Billuart, en el lugar citado; San
L i g o r i o , lib, 4, núm. 148; Exam. or-
din., núm. 68, y el núm. 285 de esta
obra, sobre la distinción numérica de
los pecados.
P. ¿ Cuántos pecados comete el
que, v. gr., arroja el Breviario al mar
con ánimo de no cumplir con el rezo?
R. Comete tantos pecados morta-
les cuantas omisiones del Oficio divi-
no pudo y debió prever, según la doc-
trina del voluntario in causa, á cuyo
parecer llama cierto San L i g o r i o (ve-
rior), lib. 4, núm. 149, y es conforme
á la doctrina de Santo T o m á s ( i . 2 / ,
a T
DEL ORDEN. 791
q. 76, art. 3 ad 3, et q. 7 7 , art. 7 y
2. 2 . , q. 150, art. 4.) (Véanse los
a a i
números 21 y siguientes sobre el v o -
luntario indirecto.) N o obstante , si
seriamente se arrepintiera y propusie-
ra satisfacer en cuanto le fuera posi-
ble la omisión ú omisiones involunta-
rias siguientes, no se le imputarían á
culpa. (Véase Navarro, De oratione,
cap. 1 1 , núm. 38.)
45. P. ¿Satisfacen al coro los que
rezan en voz baja el verso que les
toca, prestando atención al verso que
toca al otro coro?
R. Hablando del coro en general,
satisfacen. L a razón es, porque no se
requiere que los que rezan en un coro
oigan las voces de todos los que re-
zan en el otro, porque una parte cons-
tituye un cuerpo místico con la otra, y
así mutuamente se comunican; al
contrario debe decirse de los canóni-
g o s , quienes, si no cantan, pierden
tanto las distribuciones como los fru-
tos de la prebenda. (Véase San L i g o -
rio, lib. 4, núm. 163 y lib. 3, n ú m e -
ro 675, v. dub. 4.)
P. E l que reza en el coro el Oficio,
ó bien fuera del coro, con compañero
ó compañeros, ¿está obligado á repe-
tir aquellas cosas que no percibe
bien?
R. Hablando en g e n e r a l , todos
convienen, dice San L i g o r i o , lib. 4,
núm. 163, que si no oye por ruido ó
estrépito de los demás, ó por otro im-
pedimento, satisface; pero sobre si
satisface ó n o , si deja de oir por
culpa del coro, ó del compañero ó so-
cios, hay dos opiniones: la primera
niega, y la sostiene B o n a c , Croix y
Pal. «qui ait te lucrari quidem distri-
butiones chori, sed teneri ad repeten-
dum; modo (ut dicit Bonac.) pars non
audita sit notabilis, secus si módica.
Ratio, quia audiens non potest c o m -
municare in iis, quas non percipit.» L a
segunda afirma, y la defienden Spor.,
Sabinus, T a m b . , F e l , Pot. y los Salm.
con Trull., Dian., Pasq. et Pelliz., etc.,
los cuales juzgan que satisface si
 792 LIBRO VI. T R A T A D O VIL
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.
atiende cuanto puede, aunque por de- venial. L a razón de la primera parte
793
tines se pueden separar sin causa, Hora, núm. 5): del mismo modo re-
fecto del coro ó del compañero no per- es porque, si es culpable de i r r e v e -
con tal que la dilación no sea más de suelven los autores del que inculpa-
ciba las cosas que se dicen. Favorece rencia el que, hablando con el R e y ,
tres horas, porque según la disciplina blemente carece del Breviario, por
también á esta opinión San Antoni- divierte la conversación á otros asun-
antigua, así se rezaban en las vigilias aquello del Derecho: impossibilium
no, 2 p., t. g, c. 1 2 , quien dice: «Si tos, mucho más lo será el que, ha-
de la noche, como se ha dicho en el nulla est obligado (1. 185 ff., De reg.
quis lectionem vel aliud quod in cho- blando con el R e y de reyes por la ora-
núm. 3; mas habiendo causa, puede jur); mas el que carece de Breviario
ro legitur, non intelligat propter le- ción, la interrumpe sin causa, y m e z - ser la dilación más larga, aunque sea inculpablemente, está obligado á re-
gentis ineptitudinem , non peccat, cla los coloquios divinos con los de pasando toda la noche entre Noctur- zar de memoria lo que sepa, si es
dummodo conetur intelligere saltem las criaturas; y además este proceder no y Nocturno (San L i g o r i o , lib. 4, parte notable, que llegue á constituir
verba,» y á esta opinión llama San | implica una infracción del orden e s - núm. 167; Exam. ordin., núm. 74.) una Hora menor; pero no si lo que
L i g o r i o bastante probable y muy con- tablecido por la Iglesia en el rezo d i - Cuando la interrupción en una Hora sabe de memoria no llega á parte no-
forme á la benignidad de la Iglesia; lo vino. L a razón de la segunda parte es breve, no es pecado, aunque se table, «ni subveniali, quia talis m ó -
contrario estaría expuesto á muchas es porque no aparece ley alguna na- haga sin causa, por aquello de que dica pars, seorsum sumpta, non cen-
ansiedades, porque el compañero d e - tural ni positiva que prohiba tan se- par uní pro nihilo reputatur. L a s causas setur aestimabilis ad finem a lege in-
bería estar siempre solícito para sa- veramente esta interrupción, máxime justas para interrumpir el Oficio sin tentum.» A q u í conviene traer á la
ber si está ó no obligado á repetir la teniendo en cuenta que cualquier sal- pecado son las siguientes, según San memoria la proposición condenada
parte no oída; y porque en el caso de m o , cualquier h i m n o , cualquiera ora- L i g o r i o (lib. 4, núm. 168): utilidad por Inocencio X I , que es la siguiente:
que se trata, por razón de la sociedad ción y aun cualquier versículo del propia ó ajena, la urbanidad, la de- «Qui non potest recitare Matutinum
y juntamente por la aplicación que Oficio divino tiene un sentido com- voción, oir en confesión á alguno que et Laudes, potest autem reliquas H o -
pone, moralmente se une á la o r a - pleto, independientemente de los de- no esperaría con gusto, ó anotar algu- ras, ad nihil tenetur, quia major pars
ción que el coro ó el socio ofrece á más, y es por sí una oración, ó ala- na cosa que por el momento ocurra trahit ad se minorem.» Cuando la
D i o s . Y el Santo Doctor afirma, en el banza, ó sentencia, ó instrucción. para quitar las distracciones, ó. para materia del precepto es divisible, si
mismo número, que es cierto que no Algunos citan en contrario el canon que no se olvide ; en fin , cualquier no se puede cumplir toda, debe c u m -
es necesario en el coro oir á todos, Nullus, de Consecvat., dist. 1; mas en causa racional y honesta. (Billuart, plirse la parte que se pueda, así como
sino que «sufficit unum audire, et este canon se habla de la interrupción tract. De relig., diss. 2. art. 8, § el que debe ciento y no tiene para
sufficit audire in confuso saltem par- de la Misa, y no del Breviario. « E t S 7-) pagar más que cincuenta, está obli-
tem alterius chori, licet distincte ne- ideo (dice Billuart) quantacumque sit gado á pagar los cincuenta.
queat audire, ut S a l m . qui testantur interruptio, modo totum Officium i n - ARTICULO VI
2.
0
Que están excusados los que
hoc docere fere Doctores omnes.» tra viginti quatuor horas compleatur,
De las causas que excusan del rezo no pueden rezar sin grave daño de la
46. P. E l verso que corresponde I lethalis peccati arguere non auderem;
salud, porque los preceptos eclesiásti-
al órgano cuando alguna H o r a es can- | tutius tamen cum Navarro et alus divino. cos no obligan con notable detrimen-
tada, ¿debe rezarse en v o z baja, ó repetitionem ex integro consulerem,
to de la vida, etc.; y aunque el daño
basta que se atienda al órgano? ubi valde notabilis foret interruptio 49. L a s causas que excusan de la no sea presente, sino futuro, con tal
R. Algunos afirman que basta aten- sine causa.» L o mismo sostiene San
obligación del rezo divino pueden r e - que haya peligro, v . g r . , si el enfer-
der al órgano, porque la Iglesia pare- L i g o r i o (lib. 4, núm. 168.)
ducirse á dos, á saber: á la impoten- mo teme con fundamento que le pue-
ce que el sonido de los órganos lo S. L o s Laudes se pueden sepa- de perjudicar el rezo; mas en tal caso,
4 cia y á la dispensa. L a impotencia
toma por canto, aunque, según otros, rar de los Maitines sin pecado y sin lo seguro es pedir dispensa al supe-
puede ser física ó moral: impotencia
esto no consta, y en consecuencia causa, como ya se ha dicho en el nú- rior, ó sujetarse al juicio del médico
física, en el presente caso, es aquella
sostiene Billuart, como más proba- mero 3; porque aunque se consideren ó de un varón prudente y experto, y
que, según el curso natural, ya por
ble y más seguro, que lo que p e r t e - con los Maitines como una H o r a sola,
1
a u n , según San L i g o r i o , puede aquie-
falta de fuerzas, ya por carecer de me-
nece al órgano debe rezarse, bien sea I la práctica, a u n entre los timoratos, tarse con el parecer de su propio j u i -
dios, no es posible el rezo; y la moral
en v o z baja por los particulares, bien ! es ésta: y después los Laudes se han cio, si cree prudentemente, que puede
la que no permite cumplir este deber
en voz alta por uno solo, como se de empezar, como se nota en el psal- formarlo; mas si, no obstante lo dicho,
sin grave detrimento propio ó ajeno.
practica en muchas religiones, verbi- terio, sin Padrenuestro y Avemaria, persevera la duda y se teme que el
D e lo cuál se deduce:
gracia, en la Orden de Predicadores. según lo declaró y mandó que se ob- rezo le dañará gravemente, ni está
i.° Que excusa el olvido natural,
47. Continuación.—La pronuncia- servara la Sagrada Congregación de obligado, ni puede rezar; porque se
la ceguera, la carencia involuntaria
ción debe ser continuada, es decir, R i t o s , en 18 de Mayo de 1833 y 7 de debe preferir el precepto natural de
del Breviario; mas el ciego debe rezar
que una vez comenzada una H o r a , no Febrero de 1886. ( V é a s e Nouvelle Re- conservar la salud al precepto de la
lo que sabe, aunque no está obligado
debe interrumpirse sin causa; pero vue Theologique, t o m o 20, pág. 602, Iglesia, á no ser que lo hiciera por
á aprender de memoria lo que ignora,
aunque la interrupción sea notable y citado por N i n z a t t i , t o m o 1, n ú m e - amor de la virtud, secluso periculo mor-
ni á oir á otro, porque á esto no le
sin causa, no será más que pecado ro 818.) L o s tres Nocturnos en Mai- tis. « S i vero dubium tantum sit, an
obliga el precepto (Sylvest., verbum
 794 LIBRO VI. T R A T A D O
indispositio pertingat ad excusandum,
tum cum lex recitationis possideat,
et dubium sit de exemptione, utique
lex est implenda. H o c tamen currit
quando sit purum dubium; secus si
sit probabile j u d i c i u m . » ( L i b . 4, nú-
mero 154.) Además, dice el Santo
Doctor, en el mismo, lugar que «satis
excusantur qui prudenter credunt vel
timent ob Officii recitationem eis fore
proventuram notabilem gravedinem
capitis, vel cruditatem stomachi aut
virium lassitudinem, vel si credant
febrim tardius esse remittendam. Ita
Sanch., H o l z . , Anací., Conc. et Salm.
cum T r u l l . et P e l l i z . ex c. Clericus 3,
dist. 91, ubi dicitur, quod excusat ab
Officio inasqualitas corporis, quod non
significat morbum g r a v e m , ut bene
advertit Croix. E t hoc probabiliter
admittitur, etiamsi infirmus per m a -
gnam diei partem aliquem legeret li-
brum ad animum solandum, ut di-
cunt Sánchez, etc.»
3.0
Que los convalecientes están
también relevados del rezo por algu-
nos días durante la convalecencia,
más ó menos, según las fuerzas del
sujeto, aunque puedan celebrar Misa,
como dice San L i g o r i o , lib. 4, núme-
ro 154: « N o n solum actu asgrotantes,
sed etiam convalescentes ex gravi
morbo excusari ab Officio per aliquot
dies ad arbitrium prudentis, doñee
vires reficiantur. Ita communiter
Cont. T o u r n . , Conc. , E l b e l et alii
aa. supra cit. E t hoc admittendum,
etiamsi isti Missam celebrarent, ut
S a l m . cum aliis.»
4. 0
Que el que no puede rezar las
H o r a s no está obligado á rezar otra
cosa ni á oir al que las reza, ni á bus-
car sustituto; porque el precepto de
rezar es personal y la obligación i m -
puesta por la Iglesia es de rezar tal
Oficio, ordenado por ella; ni prescribe
que se recen otras oraciones en lugar
del Oficio que no se puede cumplir
(San L i g o r i o , lib. 4, núm. 154). N o
obstante, la gratitud obliga á los b e -
neficiados y religiosos á rogar por los
VIL
fundadores y bienhechores, aunque ei
cuándo y el cómo no está prescrito.
( B i l l u a r t , tract. De relig., diss. 2,
art. 8, § 9).
5. Que también están dispensa-
0
dos del rezo los que no lo pueden
cumplir sin escándalo ó notable de-
trimento del prójimo, ó no pueden de-
jar las ocupaciones propias del oficio ó
de la caridad, v. g r . , los predicadores
que no pueden omitir el sermón sin
escándalo ó nota; los confesores que
por todo el día están ocupados en oir
confesiones, las cuales no se pueden
diferir, especialmente en tiempo de
misiones; están asimismo exceptua-
dos los que se consagran á la pacifi-
cación de las familias y á la asisten-
cia de los enfermos; también los que
deben atender por su oficio á la de-
fensa de conclusiones públicas, como
asimismo los que se preparan para la
pública lección, á fin de conseguir
una cátedra ó algún grado académico,
si la ocupación fuese de todo el día,
ó no se pudiese diferir sin daño pro-
pio ó ajeno; mas en todos los casos
referidos, los así ocupados, si pueden
anticipar ó posponer el rezo sin gran
dificultad, están obligados á hacer-
lo; por lo cual rarísima vez sucederá
el caso de que los indicados puedan
omitir el Oficio sin culpa. ( V é a s e San
L i g o r i o , lib. 4, núm. 156).
50. L a dispensa puede ser papal,
episcopal y regular.
E l Sumo Pontífice puede dispensar
en esta ley, así como en las demás
leyes eclesiásticas; la dispensa será
válida, mas ilícita si se hace sin justa
causa; con ésta, será válida y lícita
(Billuart, tract. De relig., diss. 2,
art. 8, § 9; San L i g o r i o , lib. 4, nú-
mero 159).
E l Obispo no puede dispensar sino
con causa y con alguno en particular y
para breve tiempo; la causa para dis-
pensar puede ser, v. gr., si se duda
de la moral impotencia del clérigo.
E l vicario general del Obispo no pue-
de dispensar, á no ser que tenga es-
DEL SACRAMENTO
pecial mandato del mismo (San L i
gorio, lib. 4, núm. 159).
L o s prelados regulares, aun los
conventuales, pueden dispensar á sus
subditos válida y lícitamente con jus-
ta causa, porque tienen sobre ellos
jurisdicción casi episcopal, y además
en sus privilegios se les concede esa
facultad. T o d o impedimento dudoso
se puede considerar como justa causa
para dispensar el rezo; v. gr., si se
duda si puede rezar el enfermo todo
ó parte, pueden dispensarle del todo ó
de la parte, porque de lo contrario,
sería muy peligroso al bien de las
almas y ocasión de continuas perple-
jidades; los graves escrúpulos que al-
gunos padecen en el rezo divino son
causa más que suficiente para relevar-
los del rezo del Breviario. (Billuart,
tract. De relig., diss. 2, art. 8, § 9).
51. E l Papa,.por la Sólita vigésima
sexta, concede á los Obispos de U l -
tramar la facultad de conmutar el
Oficio en el Rosario ú otras oraciones
á los ministros, cuando no puedan
llevar consigo el Breviario, ó no pue-
dan rezar el Oficio divino por algún
impedimento legítimo. E l Sr. G a i n -
za dice, explicando esta Sólita, lo si-
guiente: «Con esta Sólita pueden los
señores Obispos quitar las ansieda-
des de algunos párrocos ó sacerdotes
celosos, que en Cuaresma ó fiestas de
gran concurso no se atreven á seguir
la opinión de los autores que dan por
excusados del Oficio divino á los con-
fesores que se dedican á su ministe-
rio durante muchas horas en un día.
E n el caso de que la causa sea ó no
bastante para usar de esta opinión,
la dispensa, en virtud de esta Sólita,
zanja la dificultad.
« E n corroboración de lo dicho,sirve
el privilegio que en 2 de Agosto de
1751 concedió Benedicto X I V á los
Padres Agustinos calzados de estas
islas (las F i l i p i n a s ) , á instancia de su
Procurador el M . R d o . P. F r . Manuel
de San Nicolás, dispensando del rezo
á los que en el tiempo de cumpli-
DEL ORDEN. 795
miento pascual se dediquen al confe-
sonario durante cinco horas cuando
menos. D e este privilegio pueden
gozar los religiosos de las demás Cor-
poraciones; pero unos y otros deben
rezar los Salmos penitenciales.» {Fa-
cultades de los Obispos de Ultramar,
pág. 167, 2 . edición.)
a
52. L o s regulares' de uno y otro
sexo gozan de algunos privilegios
acerca del Oficio divino; indicaremos
algunos, remitiendo al lector á San
L i g o r i o , De Statu religioso, lib. 4,
núm. 60 y siguientes, donde trata de
los privilegios de las monjas y de los
religiosos. Clemente V I I concedió á
las monjas clarisas el privilegio por
el cual pueden satisfacer con el Oficio
de las legas, si á juicio del Prelado,
del confesor ó de la abadesa, no están
bien instruidas en el Oficio del coro;
según los Salmaticenses, este p r i v i -
legio fué concedido á todas las mon-
jas (tratado X V I , De Flor, can., c. 3,
punct. 7, num. 61 et 62).
E l mismo Clemente V I I concedió
á todos los regulares enfermos, y á
los enfermeros, que pudiesen cumplir
con el Oficio divino rezando seis ó
siete Salmos designados previamente
por el superior, y siete Padrenuestros
y dos Credos: es de advertir que por
enfermos se entienden aquí aquellos
cuya enfermedad, por sí sola, no les
dispensa del rezo. Inocencio I V con-
cedió á las monjas de Santa Clara, y
por consiguiente á todas las demás por
comunicación, que puedan satisfacer
rezando el Oficio de las legas en lugar
de las Horas canónicas, por cualquiera
causa racional, á saber: si la monja
es escrupulosa ó está muy fatigada,
ú ocupada en ministerios útiles de la
Comunidad. Según los Salmaticenses,
las religiosas pueden hacer uso de
este privilegio sin licencia de los su-
periores; y según los mismos y P e -
lliz., si la monja por casualidad omi-
te el Oficio de las legas, no peca grave-
mente, porque entonces se la conside-
ra como lega, la cual no está obligada
 796 LIBRO VI. TRATADO VII. DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.
797
al rezo de su Oficio bajo pecado m o r - R. Según L e a n d r o , está excusado L i g o r i o ) magnum illi incommodum R. E l doctísimo dominicano Sera-
tal; mas San L i g o r i o en el Homo apos- absolutamente; pero San L i g o r i o dice afferret; máxime si ex recitatione ve- fín Capponi dice que Constantino
tolicus, tract. X X , De privil. reg. , in con otros autores (verius, ciertamente) risimiliter crederet contrahere capitis M a g n o , en un edicto que publicó,
part., cap. 4, punto 2 , n ú m . 107, dice: que se han de tener presentes las cir- gravedinem, virium lassitudinem, aut afirma que habiendo ofrecido á San
« H o c non mihi placet; etenim hujus- cunstancias del sujeto; porque si el tardiorem febris remissionem.» ( L i - Silvestre, Papa (de quien había reci-
modi privilegio monialis non transit enfermo puede rezar sin grave i n c o - bro 4, núm 154.) * bido el bautismo), una corona de oro
in qualitatem laica;, sed tantum Offi- modidad en los días en que está libre purísimo adornada de piedras precio-
cium ejus choristas transit et commu- sas, el Papa no quiso ponerla sobre la
de calenturas , no hay causa para CAPÍTULO III
tatur in illud laicae.» excusarlo. E n el caso que le amenace tonsura ó corona que había hecho en
53. E l que carece del Oficio p r o - la calentura en el día correspondiente, DE LOS ÓRDENES EN PARTICULAR su cabeza en honor del Príncipe de
pio, pero tiene á mano el Oficio c o - ¿deberá adelantar ó posponer el rezo? los Apóstoles San P e d r o ; y dijo aquel
mún, debe rezar según éste. Según algunos, no está obligado, por- grande Emperador en su edicto: «Ipse
P. E l que no puede rezar solo, ¿está que á cada Hora corresponde su tiem- ARTÍCULO PRIMERO vero Beatissimus Papa super coronam
obligado á buscar compañero que le po, fuera del cual no existe la obliga- clericatus , quam gerit ad gloriam
ayude? ción: y la anticipación es privilegio De la prima tonsura. Beati Petri, omnino ipsa ex auro non
R. Si puede encontrar cómodamen- favorable, del cual no está obligado á est passus uti corona;» á cuyas pala-
te un compañero gratuito, está obliga- usar. Mas San L i g o r i o , con otros m u - 2650. P. ¿Cómo se define la pri- bras añade el doctísimo Capponi:
do ciertamente (verius), por la razón de chos (inelius), afirma que está obliga- ma tonsura? « E c c e quod reputavit Beatus S y l v e s -
que todo precepto que se puede cum- do: la razón es, porque se manda rezar ter majoris dignitatis coronam cleri-
R. E l P. L á r r a g a la define: c D i s -
plir aplicando los medios ordinarios, el Oficio dentro de la latitud de todo el positioad ordines suscipiendos.» Otros calem , quam coronam Imperatoris
se debe cumplir: se dice que si puede día; por tanto, cuando urge ya el pre- autores la definen así: « R i t u s sacer auro et margaritis intextam.» Me ha
hallar socio gratuito sin gran inco- cepto , está el enfermo obligado á ab Ecclesia institutus, quo laicus ba- parecido conveniente decir todo esto,
modidad, porque no está obligado á cumplirlo en el tiempo que puede; así ptizatus et confirmatus tonsione capil- para que todos los eclesiásticos vea-
buscarlo con estipendio, ni con gran como el día de fiesta, el que no puede lorum in clerum adsciscitur.» mos con cuánta veneración miraron
molestia, como dicen los S a l m a t i c e n - oír Misa cerca del mediodía, está obli- Y a se ha probado que la prima los Santos la corona clerical y los
ses, B o n a c . , Suar., N a v . , V i l l . , etc. gado á oiría antes, según aquella re- tonsura no es Orden, y se han expues- grandes deberes que nos recuerda.
(San L i g o r i o , lib. 4, núm. 158.) gla que dice: «cum quis manente vi to las condiciones que ha de tener el P. ¿Es muy antiguo el origen de
P. Y el beneficiado que no puede prascepti estimpediendus tenetur pras- que la ha de recibir. Ahora se pregun- la corona clerical?
rezar solo, ¿está obligado á buscar un venire:» á la opinión contraria llaman ta: ¿ es conveniente que los que se R. L o s críticos no convienen sobre
compañero, pagándole el estipendio laxa los Salmaticenses, y con razón, adscriben al estado eclesiástico sean esta materia; pero es indudable que
correspondiente de los frutos del be- dice San L i g o r i o . « V e r u m t a m e n (aña- tonsurados en forma de corona? su origen se pierde en la oscuridad de
neficio? de) valde probabile est cum H o l z m . ,
i?. H e aquí la respuesta de Santo los tiempos, y que su figura fué siem-
Spor., et Elbel, quod ille qui non po-
R. H a y dos sentencias; la primera T o m á s : « E i s qui ad divina ministe- pre redonda. E l que desee enterarse
test recitare Matutinum die sequenti,
lo afirma, la segunda lo niega. San ria applicantur, competit rasura, et con alguna extensión sobre esta ma-
non tenetur in praecedenti anticipare;
L i g o r i o dice: « U t r a q u e sententia est tonsura in modum corona? rationas teria, puede leer á Berti ( l i b . 36 De
tune enim est obligatio anticipandi
probabilis. Hinc dico, quod si talis figuras; quia corona est signum regni Theologicis Disciplinis, cap. 3), donde
Officium, quando obligatio prascepti
beneficiarius omisit Officium, eo quod et perfectionis, cum sit circularis: illi asienta esta proposición: «Clericalis
j a m est incepta; quod autem Matu-
non adhibuit socium, et in bona fide autem qui divinis ministeriis appli- tonsura obtinuit in Ecclesia ab Apos-
tinum possit diei praecedenti die, non
fiuctus perceperit, potest eos retiñere; cantur, adipiscuntur regiam dignita- tolorum astate, et instituta fuit ut cle-
I est ex prascepto, sed ex privilegio a
quia melior est conditio possidentis. tem, et perfecti in virtute esse debent. rici distinguerentur a laicis.» Entre
' consuetudine introducta; quo nemo
Secus, si ille nondum perceperit, sed Competit etiam eis ratione subtra- otras cosas, dice así: «Anicetus, G r e -
tenetur uti.»
innixus probabilitati secundas senten- ctionis capillorum, et ex parte supe- gorius Turonensis, Sidonius Apolli-
tia; velit percipere; quia non potest riori per rasuram, ne mens eorum narius, et Beda... docent clericos ab
E l que por su enfermedad está cier-
inchoari possessio cujuscumque rei, temporalibus oceupationibus a con- initio Ecclesias in vértice fuisse tonsos,
to de que no puede rezar todo el O f i -
nisi cum certitudine juris, ut alibi templatione divinorum retardetur, et ut more nazarenorum Deo dicarentur,
cio y duda si puede rezar parte, á
j a m dictum est. Propterea dico, quod ex parle inferiori per tonsuram, ne et D o m i n o consecrad agnoscerentur:
nada está obligado: y se le excusa r a -
si hic velit fructus percipere, tenetur eorum sensus temporalibus obvolvan- etiam Petrum coronam clericalem
cionalmente del rezo de todo el O f i -
socium adhibere.» ( L i b . 4, núm. 158.) tur.» (Supplem., 3 . p., q. 40, art. 1.) gestasse; et addunt aliqui, hanc ab
a

cio para evitarle ansiedades y perple-

54. P. E l que sufre calenturas jidades de espíritu, no sabiendo qué 2651. P. ¿Cuándo tuvo principio ipso usurpatam in memoriam domini-
llamadas tercianas ó cuartanas, ¿está es lo que puede y está obligado á r e - en la Iglesia la corona de los tonsu- cas passionis.» Aunque Scavini no ad-
excusado del rezo divino? rados? mite esta antigüedad de la tonsura,
zar: «haec enim anxietas (dice San
79» LIBRO VI. TRATADO VIL
fundado en que no es verosímil «quod su herencia; que se le cortan los c a -
christiani illo persecutionis tempore bellos para que renuncie las cosas su-
voluerint aliquo signo externo et pa- perfluas del mundo y se consagre á
tenti notario (edición de 1865, t o m o 3, una vida más perfecta, manifestando
núm. 592); pero no me parece de mu- esta mutación en el vestido, en sus
cho peso esta razón, porque sabido es modales y en sus acciones. L o s privi-
que no sólo los Apóstoles, sino t a m - legios con que la Iglesia le honra al
bién los cristianos de los primeros recibir la prima tonsura, le manifies-
tiempos, hacían pública profesión de tan los compromisos á que se obliga.
la fe católica. El Pontifical R o m a n o dice á los ton-
2652. P . ¿Cuál es la materia y surados que en adelante «habitu h o -
forma de la prima tonsura? nesto, bonisque moribus atque operi-
R. L a primera tonsura, como que bus D e o placeré studeant;» y esto es
no es Sacramento, no tiene propia- muy justo, porque, como dice Salvia-
mente materia ni forma. S e puede no , « assumptio religiosi nominis
DEL SACRAMENTO
digo del foro, y no del fuero, porque
la palabra fuero es genérica, que abra-
za todos los privilegios de alguna cla-
se del Estado, como fuero militar,
eclesiástico, etc.; pero la palabra foro
comprende solamente una especie del
fuero eclesiástico. E l privilegio del
foro los exime de comparecer ante las
autoridades civiles para ser juzgados,
sentenciados y castigados, exceptua-
dos los casos que señala el derecho
canónico. Véanse los Salmaticenses,
en el cap. 7 citado, puntos 1 y 2.
2654. Dejando aparte muchas
cuestiones controvertibles entre los
DEL ORDEN. 799
possit quodammodo jure naturali et di-
vino concessam, non quia Deus imme-
diate hanc exemptionem concesserit,
vel quia lex naturalis eam immediate
praecipiat, sed quia dictat esse a prin-
cipibus concedendam, cum sit valde
rationi et juri divino consentaneum
ut bona ecclesiastica, quae D e o conse-
crata sunt (et ideo bona dominica v o -
cantur in canonibus Apost., can. 4),
sint libera ab exactionibus principum,
ne Deus ipse videatur obligari ad sol-
venda tributa. Conclusio sic stabilita
est e x p r e s s a D i v . T h o m . , R o m . , c a p . 13,
lect. i . ad illud: « I d e o tributa prae-
a

decir que es cuasi materia la ceremo-
nia eclesiástica con que el Obispo
corta un poco de pelo al tonsurado.
Edmundo P o m e r recibió la primera
tonsura teniendo peluca, y de ella
cortó el Obispo algunos cabellos; y
habiéndose movido después la duda
sobre si estaba bien tonsurado, la Sa-
grada Congregación de R i t o s , en 25
de Septiembre de 1846, dio la siguien-
te respuesta del S m o . Padre P í o I X :
«Sanctissimus, attentis expositis su-
latamente cada uno de estos privile-
per tonsura peracta, benigne annuit
sponsio est devotionis.»
2 6 5 3 . P . ¿De qué privilegios goza
el tonsurado?
R. Por el derecho canónico debe
gozar de cuatro privilegios, a u n cuan-
do no tenga beneficio eclesiástico:
del beneficio del canon; 2. , del
0
privilegio del foro; 3. , de la inmuni-
0
dad de tributos; 4. , se hace capaz de
0
recibir beneficios eclesiásticos.
Me alargaría demasiado si explicase
teólogos católicos, y otras muchas
que no están en práctica por abuso de
los Gobiernos civiles, se ha de tener
por cierto que las personas eclesiásti-
cas están exentas, aun por derecho
divino , de la potestad secular en
cuanto á las cosas espirituales, en
cuanto á los litigios y causas mera-
mente eclesiásticas , como elección
de prelados, ordenación de ministros,
y otras semejantes: así consta expre-
samente del derecho canónico (in cap.
»statis. A b hoc tamen debito, inquit,
1» liberi sunt clerici ex privilegio prin-
»cipum quod quidem aaquitatem na-
«turalem habet.» Ubi utramque par-
tem nostras assertionis proponit.»
Sea cual fuere el origen, divino ó
canónico, de las inmunidades ecle-
siásticas, se han de tener presentes
las tres siguientes proposiciones, con-
denadas por Pío I X en el Syllabus, á
saber:
«i. Ecclesiae et personarum ec-
a

gios. E l que desee enterarse por ex- Si imperator, dist. 96), ubi Joannes, clesiasticarum immunitas a jure civili
pro sanatione, quatenus opus est, a
tenso de esta materia, puede ver á los P a p a , inquit: « A d sacerdotes Deus ortum habuit (num. 30).
quocumque defectu, adeo ut nihil sil
Salmaticenses, trat. V I I I de su Teo- voluü quae Ecclesiae disponenda sunt
ullerins renovandum;» y sabido es que »2. Ecclesiasticum forum pro
a

logía Moral, cap. 7, donde explican pertinere, non ad saeculi potestates.»

el Papa no puede suplir la materia temporalibus clericorum causis, sive
esta materia con su acostumbrado Además, el Concilio Romano I I I dice:
esencial, si realmente lo fuese. civilibus, sive criminalibus, omnino
acierto y claridad. Son tantas las in- «Ecclesiasticarum facultatum solis
de medio tollendum est, etiam incon-
E n cuanto á la forma, puede decir- novaciones que los Gobiernos civiles, sacerdotibus disponendi indiscusse a
sulta et reclamante Apostólica Sede
se que hacen veces de ella las siguien-¡ y especialmente las revoluciones, h i - Deo cura commissa docelur.*
(num. 31).
tes palabras: « D o m i n u s pars hasredi- cieron acerca de los privilegios de los
E n cuanto á la exención del foro »3. Absque ulla naturalis juris
a

ditatis meaa, et calicis mei: tu es qui clérigos, que en muchas partes apenas
secular concedida á los eclesiásticos et aequitatis violatione potest abrogan
restitues hasreditatem meam m i h i . » ha quedado otro privilegio que el del
por el derecho canónico y civil res- personalis immunitas, qua clerici ab
Preguntada la Sagrada Congregación canon, concedido primeramente en el
pecto de materias no puramente espi- onere subeundae exercendasque militiaa
de R i t o s si estas palabras las había siglo X I I por Inocencio I I , que co-
rituales y eclesiásticas, no convienen eximuntur; hanc vero abrogationem
de decir solamente el tonsurado, ó munmente se llama privilegiutn cano- los autores en fijar su origen, ni hay postulat eivilis progressus, máxime
también el Obispo que administraba nis. Así es que Bouvier, en el tomo 4
uniformidad en fijar los términos de in societate ad formam liberioris re-
la tonsura, respondió que éste «profe- de suTeología, tract. De Ordine, cap. 2,
su extensión. giminis constituta.» ( N ú m . 32.)
rat juxta morem.» art. 1, después de enumerar estos
Hablando de la inmunidad de tri- * Ninzatti, fundándose en la tercera
E n las palabras que dice el tonsu- privilegios, hablando de Francia, dice
butos, he aquí lo que dicen los Sal- proposición condenada por P í o I X en
rado, si las reflexiona bien, compren- así: « S o l u m nunc, saltem apud nos,
maticenses (cap. 7, dub. 1): « R e s - el Syllabus, afirma lo siguiente en el
derá que esta ceremonia le recuerda remanet privilegium canonis.» Este
pondeo dicendum, hanc immunitatem tomo 1, núm. 409: « N o n peccat cle-
que muda del estado secular al estado privilegio se explicará, Deo dante,
«non esse immediate a D e o factam, ricus, qui ex lege conscriptionis ad
eclesiástico, y se acerca á la dignidad cuando se trate de la constitución
»nec ex jure naturali aut divino insti- exercitum sorte vocatus, nec aliter se
de los órdenes. L a palabra griega Apostólica; Sedis.
«tutam, sed solum ex privilegio prin- i subtrahere valens, medicum pecunia
cieos, id est, sors, le dice que Dios es
E n cuanto al privilegio del foro, »cipum et pontificum.» Tametsi dici | i m p e l l i t , ut ipsum ad militiam in-
 8oo LIBRO VI. TRATADO VIL
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 801
eptum declaret, etiamsi per accidens et ad hoc recurrentes ad forum sascu-
aliquod damnum inde alteri juveni in lare, ejusque mandata procurantes, mismo número 354: « E s t immunitas sit, quoad potest faciliorem viam ten-
ipsius locum sufficiendo sequatur. edentes, aut auxilium, consilium, vel personalis, seu personas ecclesiasticas tare d e b e r e n t , quin tamen proprio
R a t i o , quia lex illa, quae clericum ad favorem p r e s t a n t e s . exemptio a personalibus oneribus, muneri, quod manifestum sit, defi-
militiam c o g i t , prorsus injusta et quas componi non possint cum san- ciant.» Esto conviene tenerlo presen-
» V I I . Cogentes sive directe, sive
nulla est, ut patet ex prop. 32 a indirecte, judices laicos ad trahendum ctitate et officiis clericalibus, sive ea te; porque, atendidas las presentes le-
P i ó I X in Syllabo damnata, quae sic ad suum tribunal personas ecclesias- sint, onerosa, sive honorífica. H i n c yes civiles, puede suceder fácilmente
j a c e t : «Absque ulla naturalis juris et ticas praster canonum dispositiones: immunes esse debent a servitio mili- que un clérigo se vea obligado á ser
«asquitatis violatione potest abrogan ítem edentes leges vel decreta contra tari, a vilibus operibus, ab assumen- testigo, sin tener lugar de acudir al
«personalis immunitas, qua clerici ab libertatem aut jura Ecclesias.» da tutela, ab onere recipiendi milites Diocesano. E n este caso debe protes-
«onere subeundas exercendaeque mili- hospitio, a capitis censu seu tributo tar, y decir «se id non agere ideo ut
2655. E n orden á la inmunidad
quod personis imponitur (lib. 1, Cod. reus pcena sanguinis puniatur, sed ad
ntiae eximuntur; hanc vero abrogatio- real, se ha de atender á los Concor-
Theod., de Episc. et cleric; lib. 1 , Cod., defensionem sui aut suorum, vel j u s -
» n e m postulat civilis progressus, ma- datos celebrados en cada reino entre
de siv. cap., etc.); in aliquibus tamen titias publicas utilitatem,» como man-
« x i m e in societate ad formam liberio- el Papa y los Gobiernos civiles. L a
usu derogatum est. Quibus privilegiis dó Bonifacio V I I I , para que el cléri-
»ris regiminis constituía.» Después edición de Scavini, con las adiciones
adde privilegium tum compeleniia; in g o no incurriese en irregularidad, se-
pregunta el mismo autor: «Quid di- de J . A . del V e c c h i o , publicada en
clericalis ordinis honorem inductum guida la muerte.
cendum sit de medico, qui petitam Milán en 1874, en el tomo 1, nú-
declarationem facit, et acceptam p e - mero 354, dice lo siguiente: «Caste- ex cap. 3 Eduardus clericus, de solut., 2657. P . ¿Qué conducta deberán
cuniam retinet?—Resp. Medicus licite rum in regno Sabaudias, ex litteris quo clericus impar solvendo debitis, observar los Obispos cuando las au-
petitam declarationem f a c i t , modo L e o n i s X I I , 14 Maji 1828, et ferme nequit ad id obstringi, nisi prius de- toridades civiles atrepellan á su vista
verba, quibus utitur, aliquem verum ubique ab hoc onere hodie eximuntur ductis ad honestam sustentationem las inmunidades eclesiásticas?
sensum habeant; v . g r . , licite dicere tantum res, quas nihil afferunt utilita- necessariis.» R. H e aquí la respuesta de Scavi-
potest:—Uber est,—inhabilis vel ineptas tis temporalis, uti ecclesias ipsae, cos- 2656. P . ¿Qué ha de hacer un ni, en el lugar citado, núm. 35S: « A u -
est ad servitium militare; nequit vero meteria, vasa, vestes sacras ad cultum eclesiástico si un juez civil quisiese diendus Benedictus X I V (De Synodo,
dicere: ineptus est ob malam valetu- pertinentes, et s i m i l i a . » atropellarle, violando los Concorda- lib. 9, cap. 9 num. i x ) : «Basculares
dinem, si hasc bona esset. í t e m licite tos, las costumbres legítimas y dere- »potestates, ait Guillelmus, Duran-
E n cuanto á la inmunidad local, he
medicus moderatam acceptam pecu- aquí las palabras de Scavini, en el chos de los clérigos? »dus júnior, quidquid ad ecclesiasti-
niam retinet; nam suam actionem, mismo número: « E s t immunitas loca- R. Scavini (edición de 1874, t o - »cam jurisdictionem, potissime quoad
non debitam ex stricta justitia, pote- lis, seu j u s loco sacro concessum, ut mo 1, núm. 357) dice así: «Frassi- «temporalia pertinet, sibi competeré
netti, Compendio della Teol., notat: «putant.» Huic judicum sascularium
rat pretio moderato venderé, quatenus ibi existentes vel eo confugientes tuti
Ecclesiastici protestationem emittere consilio ab initio obstiterunt Pontífi-
arduam et periculo non vacantem.» fiant a potestate laicali (et dicitur
deberent contra talem violentum abu- ces M a x i m i , et sanctissimi ecclesia-
(Cfr. Villada, Casus conscientia, tomo 2, 'jus asyli); ex constitutionibus Cum
sum, et cederé v i , quin provocent rum Antistites; sed cum illos a pro-
p á g . 322.) * alias, 1 5 9 1 , In supremo, 1734, etc. Ex
apertas violentias, quae non inser- posito dimovere nequiverint, ad evi-
Además, aunque la Iglesia se ve constitutione Apostólica; Sedis Pii I X
viunt nisi ad majores Ecclesias i n j u - tanda majora mala, inolescentes in
atropellada por los Gobiernos civiles, immunitatem asyli ecclesiastici ausu
rias inferendas. Clerici, tune vi ceden- dies contra ecelesiastieam jurisdictio-
y especialmente por las revoluciones, temerario violari jubentes vel violan-
do, probarent se prudenter agere, et nem consuetudines dissimularunt et
acerca de las inmunidades y fueros tes incurrunt ipso facto excommuni-
evangelicam mansuetudinem osten- tolerarunt; quandoque Pontífices con-
canónicos de los clérigos, no por esto cationem Papas reservatam. L o c a quas
dere ; ñeque timendum scandalum, sultius duxere id ipsum privilegio
cesa de clamar contra esos abusos; y immunitate gaudent sunt, quae ritu principibus concederé, quod propria
no teniendo armas materiales con que ac speciali benedictione publico D e i nam populus, perspiciendo ecclesias-
ticos cederé violentias illatas, quin auctoritate jampridem sibi usurpave-
defenderse, hiere á los violadores con cultui perpetuo dicantur, vel fidelium rant. Jam vero cum desperandum
las armas espirituales que recibió de cineribus condendis sacrantur. í t e m provocent inútiles ac damnosas oppo-
sitiones, temporum tristitiam deplo- j a m sit, ut potestas sascularis intra
Jesucristo. E n la constitución Apos- alia loca pia, ut xenodochia, nosoco- constituios sibi ab antiquo limites
tólica; Sedis de P í o I X , de 12 de Octu- mia, seminaria et ccenobia, palatium rat, commiserando moderationem op-
contineri patiatur, imprudenter age-
bre de 1869, entre las excomuniones Episcopi, et quae auctoritate Ecclesias pressorum. Est tamen regula jugiter
ret Episcopus, si in sua synodo ali-
mayores latas reservadas speciali modo erecta fruuntur privilegiis immunita- ab ecelesiasticis tenenda, ut in con-
quid decerneret, quo jurisdictionem
al Papa, se encuentran las dos si- tis. í t e m sodalitia, acdes canonicales, flictu cum civili auctoritate ante om-
sibi olim jure communi attributam
guientes: nia fiat ad Episcopum recursus,
domus parochialis non longe dissita recuperare tentaret; rem quidem im-
« V I . Impedientes directe vel indi- ab ecclesia et a parocho habitata.» et adamussim adimpleant quod ipse
possibilem aggrederetur, et sine ulla
recte exercitium jurisdíctionis eccle- prasseribit aut consulit. Quod si huic
E n cuanto á la inmunidad perso- Ecclesias-utilitate graviter apud prin-
siasticas, sive interni, sive externi fori, nal, he aquí lo que dice Scavini en el consultationi non fiat locus ob tem-
cipem offenderet. Quare suo muneri
porum angustiam, et statim agendum
TOMO II.
5'
802 LIBRO VI. TRATADO
satis abunde facturum se credat, si
ad hasc tria animum intendat:
2658. » i . N e princeps ssecularis
sibi unquam arroget jus sacrorum;
hoc est, ne in ullo rerum eventu se
immisceat in causis primi generis,
mere, scilicet, spiritualibus et eccle-
siasticis. 2. N e judex laicus eam quo-
quepartem jurisdictionis invadat, qua;
hactenus perseverat intacta; nisi enim
Episcopus ejus vindicem statim se
prasbeat, hanc pariter pedetentim
amittet. 3. Ubi aut privilegio, aut le-
g i t i m a consuetudine fori ecclesiastici
limites ultra juris communis sanctio-
nes ampliati sunt, quod ceteroquin
perquam raro contingere scimus, cu-
rabit Episcopus, ne sua incuria aut
conniventia contrahantur.»
Se han de tener también presentes
las disposiciones pontificias que de-
rogan en muchos casos los privilegios
de los clérigos seculares y regulares;
por ejemplo: acerca de la inmunidad
local concedida á los que cometen al-
gún crimen, en el caso de que se aco-
jan á un lugar que goce del privile-
gio de asilo, hay muchas excepciones
en que este derecho no favorece, por
haberlo así dispuesto Gregorio X I V ,
Benedicto X I I I , Clemente X I I y B e -
nedicto X I V . Este último Papa, en
su constitución apostólica Officii nos-
tri, de 15 de Marzo de 1750. ( E s
la 39 del tomo 3 de su Biliario, pá-
gina 278.)
L o s casos exceptuados en que los
criminales no gozan del privilegio de
inmunidad local, según las disposi-
ciones pontificias, y según los refiere
el muy docto F r . A n t o n i o de San
José, carmelita descalzo, en el tomo 3
de su Compendio Salmaticense de la
Teología Moral, son los siguientes,
refiriéndose á la bula de Benedic-
to X I V . Dice así:
« P r i m o , exclusit (Gregorius X I V )
públicos latrones. Ule dicitur publicus
latro, qui palam et publice furatur,
aut per insidias in via publica, aut in
domibus privatorum violenter. Sed
VIL
debet constare esse publicum latro -
nem... •
« S e c u n d o , « v i a r u m grassatores,
«qui itinera frequentata et publicas
«stractas obsident, ac viatores ex in-
«sidiis aggrediuntur.« Viarum gras-
sator dicitur ille, qui Ímpetu graditur
in viis publicis et frequentatis, ut via-
tores expoliet, vulneret, vel occidat.
Cum istis numerantur depopulatores
agrorum, qui, videlicet, agros alíenos,
segetes, vineas, oliveta, aut fructus
devastant, ac destruunt.
« T e r t i o , «qui homicidia et mutila-
«tiones membrorum in ipsis ecclesiis
« v e l ccemeteriis committere non ve-
»rentur.« T a l e s sive existentes in ec-
clesia occidant vel mutilent existen-
tem extra ecelesiam, et potiori jure si
existentes extra ecelesiam occidant
existentem intra ecelesiam illam :
mandantes autem vel consulentes oc-
cisionem in ecclesia non excluduntur
ab immunitate; quiaprivatio inmuni-
tatis est lex pceualis, qua; limitari de-
bet tantum ad expressum.»
«Quarto, qui prodiíione proximum
suum occiderit. Verum licet ex consti-
tutione Gregoriana solum proditor ho-
micida immunitatis privilegio e x c l u -
d a t u r ; ex laudata tamen B e n e d i -
cti X I V , § 9, de omni homicidio
directo , etiam in rixa commisso ,
dummodo casuale non sit, aut ex ne-
cessaria defensione, idem dicendum
est. Comprehendit enim « q u e m e u m -
»que homicidam, sive virum, sive
«mulierem, sive laicum, sive eccle-
«siasticum ssecularem, aut cujusvis
«ordinis regularium regularem, qui
«etiam báculo, aut saxo proximum
suum occiderit.»
Benedicto X I V , en su citada bula
Officii nostri, § 7, define que quita la
inmunidad local á los homicidas, ya
sean hombres, ya mujeres; y hablan-
do de los regulares, dice que quedan
privados «omnes et singulos, cujus-
cumque ordinis, congregationis, m i -
litiae, et instituti regulares, tam in ip-
sis expresse professos, quam illis
DEL SACRAMENTO
quomodolibet adscriptos, cujuscum-
que gradus et conditionis extiterint,
etiamsi ex ipsorum ordinum p r i v i l e -
gio, seu alias, quselibet expressa et
individua mentio de ipsis eorumqué
ordinibus, ad hoc ut sub praesentis aut
prasmissarum constitutionum censu-
ra comprehendantur, habenda f o r e t . »
Continúa el Compendio Salmati-
cense expresando los casos en que no
tiene lugar la inmunidad local: «Quin-
to, excluduntur assasini. Dicitur assa-
sinus, qui pecunia aliove quocumque
pretio conducitur ad christianum oc-
cidendum. Sufficit autem promissio
etacceptio pretiipro tali occisione, ut,
ea secuta, excludatura privilegio i m -
munitatis. Sed mandantes, aut con-
sulentes, et idem est de mediatoribus,
et complicibus, vel fautoribus assa-
sinatus, incurrunt dictam pcenam,
etiam morte non secuta. ( E x cap. 1,
de hom. in 6.)
« S e x t o , hceresis. Ratione istius i m -
munitate privantur hasretici, cum sit
gravissimum crimen Ecelesiam D e i
funditus evertens. T d e m intelligas de
recipientibus, oceultantibus, defen-
dentibus, aliove modo hasreticis auxi-
lium prasstantibus. si, quatenus hcere-
tici sunt eis opitulentur; secus esset
in foro interno, si, quia amicus aut
consanguineus, aliquis eis auxilium
praeberet. In quo etiam casu privare-
tur immunitate in foro externo, quia
prassumeretur suspectus hasresis, cui
non suffragatur immunitas.
« S é p t i m o , privantur, hujusmodi
privilegio «reí laasae majestatis in per-
«sonam ejusdemmet principis.« Cri-
men lassse majestatis in personam
principis est quaelibet illius laesio,
percussio, vulneratio, machinatio, se-
ditio, conjuratio vel proditio... Fabri-
cado autem vel falsificado monetse,
licet sit crimen laasae majestatis, non
tamen in personam principis, sed in
ejus statum.
«Benedictus X I V in laudata c o n -
stitutione alium addit casum quo im-
munitas nullatenus v a l e t , videlicet,
DEL ORDEN. 803
pro violatione ipsius immunitatis,
quando magistratus, judices aut e o -
rum officiales ab Ecclesia delinquen-
tes extrahunt, vel ipsa loca immunia
obsident, aliisque artibus confugien-
tes ad illa impediré temeré praesu-
munt, vel alimentis eis denegare ef-
ficiunt. Similiter excipiuntur subri-
pientes et asportantes ex malo fine
Eucharistiam, et etiam mandantes,
ut habetur in bulla ejusdem Pontifi-
cis, incipiente Ab augustissimo. data
5 Martii 1744.» ( T r a c t . X X X I X ,
cap. 2, punct. 3, números 64 ad 71).
Scavini dice que si un juez secular
se viese alguna vez impelido á violar
alguna inmunidad de los clérigos,
acuda á la autoridad eclesiástica com-
petente, y ésta, si le es posible, le
autorizará para que pueda hacerlo.
2659. P. ¿Cuántas cosas se ne-
cesitan para que el tonsurado y los
ordenados de menores gocen de los
privilegios clericales?
R. E l Tridentino, en la sesión 23,
cap. 6, De reformatione, hablando de
los tonsurados y de los que recibieron
órdenes menores, dice así: « I s etiam
fori privilegio non gaudeat, nisi be-
neficium ecelesiasticum habeat; aut
clericalem habitum et tonsuram defe-
rens, alicui ecclesia; ex mandato E p i s -
copi inserviat; vel in S;minario cleri-
corum, aut in aliqua solióla, vel U n i -
versitate, de licentia Episcopi, quasi
in via ad majores ordines suscipien-
dos versetur.»
2660. P. Si el clérigo tonsurado
ó que recibió órdenes menores no
observase las condiciones mandadas
por el T r i d e n t i n o para gozar del p r i -
vilegio del foro, ¿perdería también el
privilegio del canon?
R. Scavini (edición de 1874, tomo 1,
núm. 354, hacia el fin) dice así: « S a -
cra Congregatio Immunitatis Eccle-
siasticae, 20 Septembris 1860, jussu
Pontificis declaravit quod clericus
quando, ob non observatas conditio-
nes Tridentini (sessione cifata), fori
privilegium amittit, ipso facto ami-
804 LIBRO VI. T R A T A D O
sisse censetur cuneta privilegia cleri-
calia, ita ut considerari debeat uti
persona mere laica, etiam in causis
criminalibus, ac pcenalibus effectibus,
quin trina monitio, vel peculiaris de-
clarado de hac amissione requiratur.»
( V . L u c i d i , De Visitatione Ss. Lh/ii-
num, lib. i , pág. 469.—Acta, etc.,
tomo 3, pág. 4 3 3 . — M o r o n i , Diziona-
rio, verbo hnmuniid.)
Confieso que las anteriores palabras
de Scavini persuadirán á cualquier
j o v e n estudiante, y aun al que no lo
sea, de que el clérigo que perdió el
privilegio del foro, pierde siempre el
privilegio del canon y los demás pri-
vilegios eclesiásticos; pero, en mi
concepto, mucho se equivocaría el
que opinase de esta manera. Benedic-
to X I V , en su célebre obra De Synodo
Dicecesana, lib. 12, cap. 2, prueba eru-
ditísimamente que la pérdida del pri-
vilegio del foro, si no se junta alguna
otra circunstancia, no basta para per-
der el privilegio del canon y los d e -
más. L o prueba con muchas decla-
raciones de la Sagrada Congregación
del Concilio y con casos prácticos que
ocurrieron. D e modo que no se puede
seguir la opinión de Suárez y de al-
gunos otros que juzgaron de otra
manera.
Benedicto X I V , hablando de la re-
solución que recayó contra la senten-
cia de un Obispo que había declarado
que un clérigo que no había observa-
do las condiciones que prescribe el
T r i d e n t i n o para que los tonsurados
y minoristas gozasen de los privile-
gios del foro, no sólo había perdido
éste, sino también todos los privile-
gios clericales, dice que la Sagrada
Congregación respondió en 10 de Ju-
nio de 1684 que la disposición sino-
dal del Obispo no se podía sostener:
« N u l l a habita ratione synodalis cons-
titutionis, respondit illum amisisse
dumtaxat privilegium fori. Etenim
solum studium adigendi clericos ad
gestandas vestes clericales non potuit
synodo Theatinas esse sufficiens cau-
VII.
sa cur clericis adimeret privilegia,
quas, juxta probabiliorem et commu-
niorem sententiam, Tridentinum r e -
liquit intacta; siquidem cum verse-
mur in materia pcenali, odiosa, et
restrictiva juris communis, Tridenti-
ni verba non esse extendendx ultra pri-
vilegium fori, quod unice exprimuni
2661. En vista de lo que dice
Benedicto X I V , se pregunta: la carta
declaratoria que cita Scavini , de
P í o I X , en la que ordenó, en 20 de
Septiembre de 1860, que el clérigo
no ordenado in sacris que no observa-
se lo que el Concilio de T r e n t o de-
terminó en la ses. 23, cap. 6, De re-
formalione, pierda con el privilegio
del foro todos los privilegios clerica-
les ipso fado, sin necesidad de decla-
ración ni monición alguna, ¿se ex-
tiende á toda la Iglesia católica?
R. D e la manera que lo pone Sca-
vini, sin restricción alguna, así pu-
diera entenderse; pero y o creo firme-
mente que ese decreto tan sólo se
extiende á los dominios pontificios,
porque se dio en lengua italiana, cosa
que no se hace en los decretos urbis
et orbis. H e aquí cómo lo pone el tomo
3 de la obra Acta ex iis decerpta qiuc
apud Sanctam Sedem, etc., pág. 433:
«Epístola declaratoria circa privile-
gia clericorum. D i e 20 Septembris
1 8 6 0 . — L a Santitá di nostro Signore
P i ó Papa I X ha dichiarato, che il
chierico non in sacris, sia célibe, sia
conjugato, allorche per non avere
esattamente osservato quanto e dis-
posto dal sacrosanto Concilio di
T r e n t o (sess. 23, cap. 6, De reforma-
tione), perde il privilegio del foro,
s'intenda, e sia ipso jure et ipso ficto
decaduto da tutti i privilegi clericali
per modo che debba esser considerato
e trattato come persona meramente
laica, anche nelle cause criminali e
per gli effetti penali, senza che da ora
in poi si richieda la precedente trina
monizione, o la dichiarazione parti-
colare sopra tale decadenza.»
«Superior declaratio, dice el doctí-
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 805
simo Avanzini, quaa ad singulos ordi- portancia, sino porque son inferiores
narios pontificia; ditionis, ann. 1860, en dignidad á los tres mayores.
missa est, latine sic sonat: Sanctissi- E l ostiariado, que es el menor en
mus Dominus noster Pius Papa I X dignidad entre los cuatro menores,
declaravit clericum in sacris ordinibus tiene dos definiciones. L a metafísica
non constilittum, sive caelibem, sive es: «Sacramentum Novas L e g i s insti-
matrimonio junctum, cum, quod ea tutum á Christo Domino, causativum
quaa sacrosanctum Concilium T r i - gratias potestativas ad aperiendum por-
dentinum, sess. 23, cap. 6, De refor- tas ecclesiae dignis, et claudendum
niatione , disposuit , diligenter non
indignis.» L a física es: « T r a d i t i o et
observaverit, privilegium fori amittit, acceptio clavium sub prasseripta v e r -
habendum esse destitutum, atque ipso borum forma ab Episcopo consecrato
jure et ipso fado destituí ómnibus cle- prolata.» Estas definiciones del muy
ricorum privüegiis, ita ut haberi trac- docto P. L á r r a g a me parecen preferi-
tarique debeat tamquam persona bles á las de Scavini y de otros auto-
mere laica, etiam in causis crimina- res, por ser más breves y lacónicas,
libus, et ad effectus pcenales, quin fáciles de conservar en la memoria;
jam nunc ac deinceps triplex a d m o - las de Scavini, por ejemplo, tendrán
nitio, sive peculiaris declaratio, ipsum todo el mérito que se quiera, pero,
in hanc pcenam incidisse opus sit. como son descriptivas, difícilmente
Vide appendicem V I I I . » las conservan los jóvenes en la m s -
Ahora bien; esta declaración de moria. E s regla de buena lógica que
Pío I X fué dirigida solamente á los la definición sea compendiosa, en
obispos del Estado Pontificio, y por cuanto sea posible.
lo tanto no comprende á toda la I g l e - Debo advertir que como algunos
sia; además se redactó en lengua ita no son de opinión que los cuatro ó r -
liana, pues la redacción latina es de denes menores y el subdiaconado sean
Avanzini, todo lo cual prueba que no verdadero Sacramento, los que así
abraza á toda la Iglesia católica. E n opinen, fácilmente pueden variar la
mi concepto, la doctrina de Benedic- definición metafísica de cada uno de
to X I V , que emitió como doctor pri- estos órdenes. Por ejemplo, cuando
vado en su inmortal obra De Synodo se define el ostiariado, en lugar de
Dicecesana, y queda referida, es la más decir : «Sacramentum Novas L e g i s
fundada y la más probable. Por lo institutum á Christo Domino, causa-
tatito, el tonsurado ó minorista que tivum gratias potestativas ad aperien-
pierde el privilegio del foro por no dum, e t c . » , pueden decir: « O r d o ab
observar lo dispuesto en la ses. 23, Ecclesia institutus quo confertur ali-
cap. 6, De refonnalione, si no hay cui specialis potestas ad aperiendum
algún otro m o t i v o , no pierde el pri- portas ecelesias dignis, et claudendum
vilegio del canon, ni debe ser consi- i n d i g n i s ; » omitiendo las palabras
derado como un simple lego. Este es «Sacramentum Novas L e g i s institu-
mi parecer, salvo meliori. tum a- Christo Domino, causativum
gratias;» puesto que esta es cuestión
ARTICULO II de libre controversia, y cada uno pue-
De los órdenes menores en particular. de abundar en su sentido.
§ '-° 2663. P . i . ° E l que recibe el
Del ostiariado. ostiariado, ¿dehs tocar dos llaves ó
basta una sola? 2. Si la llave fuese
0
2662. L o s cuatro órdenes que de madera, ¿sería materia válida para
preceden al subdiaconado se llaman el ostiariado? 3. L o s que reciben el
0
menores; no porque sean de poca i m - ostiariado, ¿pueden tocar muchos á
8o6 LIBRO VI. TRATADO
un mismo tiempo la llave ó llaves,
bastando que el Obispo pronuncie
sobre ellos una sola forma, ó es ne-
cesario que cada uno toque sucesiva-
mente, y que el Obispo pronuncie
sobre cada uno la forma del ostia-
riado?
B. L a Sagrada Congregación de
Ritos, en n de Marzo de 1820, dio
respuesta á las tres preguntas ante-
riores del modo siguiente: « A d i . :u m
quamvis, una clavis esse possit materia
sufficieus, servandum tamen esse r u -
bricam, quas praecipit claves traden-
das; quae, sive argéntese sint, sive fér-
rea:, sive lignecE, dummodo aptse ad
aperiendum , constituunt materiam
remotam hujus ordinis. Ad 2.""': affir-
mative ad utramque partem, dummo-
do qui simul ordinantur ostiarii tan-
gant manu dextera claves, dum Epis-
copus profert formam.» E n cuyas pa-
labras se incluye la respuesta á las
tres preguntas que se han hecho.
Se elevó á la Sagrada Congrega-
ción de Ritos la siguiente pregunta
acerca de la ordenación del ostiario:
«Quando ostiarius, archidiácono c o -
mitante, claudit et aperit fores eccle-
siae, debetne claudere et aperire etiam
cum c l a v i , praesertim si in foribus
oratorii, ubi confertur ordo non adsit
clavis?» L a Sagrada Congregación,
en 12 de Noviembre de 1881, respon-
dió: Non est stricte necessarinm.
E n cuanto á la campanilla que se
da al ostiario, cuando es ordenado,
para que la toque ligeramente, es una
ceremonia eclesiástica que se debe
observar, pero es doctrina corriente
de los autores que no es materia
esencial, sino una laudable ceremo-
nia, de la cual no hay memoria en el
Concilio I V Cartaginense; y no es de
extrañar, porque las campanas no
existieron antes del siglo V I I I .
E n cuanto á los oficios del ostia-
rio, véase el Catecismo de San P í o V
(part. 2, De sacram. Ord., cap. 7,
núm. 15). N o me detengo en trans-
cribir sus palabras, porque ordinaria-
VIL
mente los sacristanes ú otros legos
hacen lo que antiguamente hacían los
ostiarios. N o obstante, grande era en
la antigüedad la dignidad de este or-
den, aunque es el mínimo entre los
cuatro menores, como se infiere de las
siguientes palabras del Catecismo Ro-
mano, que en el número citado dice
así: « M a g n a m autem in antiqua Ec-
clesia hujus ordinis (ostiarii) dignita-
tem fuisse, ex eo intelligitur, quod
his temporibus in Ecclesia servari
animadvertimus. N a m thesaurarii offi-
cium, qui erat idem sacrarii custos
quod ad ostiarios pertinebat, inter
honestiores Ecclesiae functiones etiam
nunc habetur.»
2664. L a forma de este orden
son las siguientes palabras que dice
el ordenante al que recibe el ostia-
riado: « S i c age, quasi redditurus Deo
rationem pro his rebus, quae his cla-
vibus recluduntur.»
P. ¿Cuándo fué instituido el ostia-
riado?
R. Billuart, en el tratado De sacra-
mento Ordinis, diss. 1, al fin del art. 3,
dando ya por supuesto que el sacer-
docio fué instituido en la noche de la
Cena, dice así acerca de la institu-
ción de los otros órdenes: «Quando-
nam autem (Christus) instituit, in-
certum est. Probabiliter dicitur, eos
instituisse vel in ultima ccena, quan-
do Apostólos ordinavit sacerdotes, vel
eo tempore quo post resurrectionem
cum Apostolis conversatus est, lo-
quens de regno D e i , et suam Eccle-
siam formans.»
N o obstante, Santo T o m á s , San
Buenaventura y algunos otros auto-
res señalan el tiempo en que Jesu-
cristo instituyó cada uno de los órde-
nes menores; pero esto no se ha de
entender sino como una cosa proba-
ble. E l P. Maestro F r . Francisco L á -
rraga, siguiendo á estos autores, en el
tratado V I H del Orden, § 1, dice así:
« P . ¿Cuándo instituyó Cristo este
orden del ostiariado?—R. L o institu-
y ó cuando echó del templo á los que
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 107
compraban y vendían en él (Matthsei, por Jesucristo cuando abrió el libro
cap. 21).» de Isaías y leyó : Spiritus Domini su-
per me. (Lucas, cap. 2.)
§ 2.»
Del lectorado. § 3-°
Del e x o r c i s t a d o .
2665. E l segundo orden menor
es el lectorado: tiene dos definiciones: 2666. El tercer orden menor es
L a metafísica es: «Sacramentum N o - el exorcistado. Su definición m e t a f í -
vae L e g i s institutum á Christo D o m i - sica es: «Sacramentum Novas L e g i s
no, causativum gratiae potestativas ad institutum á Christo D o m i n o , causa-
legendum prophetias Veteris et N o v i tivum gratiae potestativas ad conju-
Testamenti.» L a física es: « T r a d i t i o randum dasmones et tempestates.» L a
:
et acceptio libri Prophetiarúm sub física es: « T r a d i t i o et acceptio libri
prasscripta verborum forma ab Epis- exorcismorum sub prasscripta verbo-
copo consecrato prolata.» rum forma ab Episcopo consecrato
L o s oficios del lector pueden verse prolata.»
en el Catecismo R o m a n o , en el capí- L a materia remota del exorcistado
tulo 7 citado, á continuación de los es cualquier libro en que estén escri-
oficios del ostiario. Aunque algunos tos los exorcismos, ó el Pontifical, ó
creyeron que los lectores podían pre- el Misal: la próxima es la entrega de
dicar, fundados en algunos Pontifica- uno de estos libros en que estén escri-
les en que se leía: « L e c t o r e m oportet tos los exorcismos. L a forma de este
legere ea quae prasdicant,» el muy eru- orden son las palabras que dice el or-
dito Berti, en el lib. 36, De Theologi- denante al tiempo de entregar dicho
cis Disciplinis, cap. 4, prueba que los libro, á saber (si hay más de un orde-
lectores no hacían sino leer desde el nando): «Aecipite,et commendate me-
pulpito la parte del Evangelio que morias, et habete potestatem impo-
después había de explicar el Obispo. nendi manus super energúmenos, sive
L a materia remota de este orden baptizatos, sive cathecumenos.» E s -
es el libro de las Profecías del V i e j o tas palabras están tomadas del can. 4
y N u e v o Testamento: el Breviario, el del Concilio I V Cartaginense.
M i s a l , la Biblia ó cualquier otro libro Aunque los que han recibido este
donde estén escritas á lo menos dos orden tienen la potestad in actu primo
profecías, una del V i e j o y otra del de exorcizar, la Iglesia, por justos
N u e v o Testamento, bastaría para ma- motivos, no lo permite sino á los sa-
teria válida de este orden. L a próxi- cerdotes, y a u n éstos han de tener li-
ma es la entrega del mismo libro. cencia especial de su Obispo. Esta
L a forma de este orden son las pa- prohibición alcanza á los clérigos,
labras que el Obispo dice al ordenan- sean seculares, sean regulares. H e
do al entregarle el libro de las P r o f e - aquí las palabras de Benedicto X I V
cías, á saber: « A c c i p e , et esto verbi en la encíclica que en 2 de Junio de
D e i relator,» etc. (si es uno solo); si 1751 dirigió al primado y obispos de
son dos ó más, les dice: «Aecipite, et P o l o n i a , que comienza Magno cum
estote verbi Dei relatores, habitud, si animi nostri dolore: « N e ullus sacer-
fideliter et utiliter impleveritis offi- dos, vel ssecularis, vel regularis, exor-
cium vestrum, partem cum iis q i i cizare audeat, sive in sua, sive in
verbum D e i bene administraverunt ab aliena ecclesia, sive intra, sive extra
initio.» coenobium, quin prius a vobis appro-
batus sit, atque ita, quin ante licen-
Se cree probablemente por algunos
tiam a vobis obtinuerit. H o c illud ést
autores que este orden fué instituido
 So8 LIBRO VI. T R A T A D O
quod prasstari debet...» (§ 34, tomo 3
de su Bulario, pág. 377.)
Algunos creen probablemente que
Jesucristo instituyó este orden cuando
dijo al demonio que estaba posesiona-
do de un hombre: Obmulescz, et e.xi de
homine (cap. 1, de San Marcos, v. 25;
y en el v. 34): « E t dasmonia multa
ejiciebat, et non sinebat ea loqui, quo-
niam sciebant e u m . »
§ 4-°
Del acolitado.
2667. E l cuarto y último de los
órdenes menores es el acolitado :
«Acolythus, juxta vim nominis grasci,
idem est, ac famuluset pedisequus.»
Su definición metafisica es: « S a c r a -
mentum Novas L e g i s institutum á
Christo D o m i n o , causativum gratias ¡
potestativa; ad administrandum urceo-
los, et.portandum candelabrum.» L a
física es: « T r a d i t i o et acceptio urceo-
lorum vacuorum et candelabri cum
' céreo non accenso sub prasscripta ver- \
borum forma ab Episcopo consecrato
prolata.»
L a materia remota del acolitado
son las vinajeras vacías, y un cande-
lera con una vela apagada: la materia
próxima es la entrega de estas dos co-
sas . Defienden varios autores que
ambas cosas son materia esencial del
acolitado, si bien la más principal es
la entrega de las vinajeras. Aunque se
debe observar el rito que prescribe el
Ceremonial, esto es, que las vinaje-
ras estén vacías y la candela apagada,
pero igualmente sería válida la orde-
nación aunque las vinajeras estuvie-
sen con vino y agua y la vela del can-
delera encendida.
Preguntada la Sagrada Congrega-
ción de Ritos: « A n instrumentum bu-
gia de candela serviens Episcopis ad
librum, possit esse materia ordinis
acolythorum loco candelabri? Sacra
Rituum Congregatio, 8 Junii 1709,
respondit: Negative.»
Los oficios del acólito, según el
VII.
Catecismo de San P í o V , en el cap. 7
ya citado, núm. i S , son los siguien-
tes: « E o r u m munus est, ministros
majores, subdiaconos et diáconos, in
altaris ministerio assectari , eisque
operam daré. Pneterea lumina defe-
runt et asservant cum Missa; sacrifi-
cium celebratur, prascipue vero cum
Evangelium legitur: ex quo cerofera-
rii alio nomine vocati sunt.»
L a forma de este orden es la que
pone el mismo Catecismo R o m a n o
en el lugar citado, y se puede ver en
el Ceremonial Episcopal. E l que de-
see enterarse con mayor extensión
acerca de cada uno de estes cuatro
órdenes menores , vea al eruditísimo
Berti, en el cap. 4 citado , y á otros
autores que tratan latamente de esta
materia.
ARTÍCULO I I I
•.De los tres órdenes mayores , subdiaco-
nado, diaconado y sacerdocio.
§ 1.°
Del s u b d i a c o n a d o .
2668. Aunque el subdiaconado
subsistió desde el principio de la I g l e -
sia , y se hace mención de él en la
antigüedad , no fué orden sagrado en
el sentido de que tuviese aneja la
obligación de continencia perpetua;
puede decirse que era orden sagrado,
atendidas las facultades y potestad
que el subdiácono recibía cuando se
le ordenaba, como eruditamente lo
prueba Berti en el lib. 36 citado , De
Theologicis Disciplinis, cap. 5, comen-
tando aquellas palabras del T r i d e n t i -
no , ses. 23 , cap. 2: «Subdiaconatus
ad majores ordines a Patribus et sa-
cris Conciliis refertur;» á cuyas pala-
bras añade el eruditoBerti la siguiente
reflexión: «Qua; verba dum recentio-
res referunt ad Concilia et ad P a -
ires sceculorum posteriorum t a n t u m -
modo,hujus interpretationis nequeunt
DEL SACRAMENTO
aptamaliquam rationem proferrejeum
potius phrasi illa Tridentini exprimí
videatur vetuset universalis traditio.»
E l subdiaconado fué elevado á la
categoría que hoy tiene , después de
Urbano I I , porque este Papa , en
el Concilio de Bsnevento celebrado
en 1091 , y presidido por él mismo,
decía: «Nullus in Episcopum eligatur,
nisi qui sacris ordinibus religiose v i -
vens inventus est: sacros autem ordi-
nes dicimus diaconatum et presbyte-
ratum.» ( L a b b é , tomo 10.) Se cree
comunmente que Inocencio I I I elevó
el subdiaconado á la categoría de or-
den sagrado , con la obligación de
perpetua continencia; y además tiene
la obligación grave de rezar las Horas
canónicas.
L a definición metafisica del sub-
diaconado es la siguiente: «Sacra-
mentum Novas L e g i s institutum
Christo Domino , causativum gratia;
potestativas ad inserviendum diácono
in sacrificio Miss;e, et cantandum so
lemniter Epistolam in ecclesia cum
manipulo.» L a física es: « T r a d i t i o et
acceptio calicis vacuiet patenas vacuas
sub prasscripta verborum forma ab
Episcopo consecrato prolata.»
E l oficio del subdiácono en nuestros
días lo describe el Catecismo de San
Pío V (De sacram. Ord., part. 2, nú-
mero 19): «Cujus munus e s t , ut n o -
men ipsum declarat, diácono -d altare
inservire. Sacra enim l i n t e a , vasa,
panem et vinum , ad sacrificii usum
necessaria, parare debet. Nunc Epis-
copo et sacerdoti aquam prasbet, cum
manus in Missas sacrificio abluunt.
Epistolam etiam, quas olim a diácono
in Missa recitabatur, subdiaconus l e -
git , ac tamquam testis ad sacrum
assistit, prohibetque ne sacerdos sa-
cra faciens a quopiam perturban
possit.»
L a materia remota del subdiacona-
do es el cáliz con la patena , sin pan
ni vino: la próxima es la tradición ó
entrega del cáliz y de la patena , que
debe tocar el ordenando. E l cáliz y la j
DEL ORDEN. 809
patena deben estar consagrados. T o d o s
convienenen que esto es necesario por
precepto grave: en cuanto á si es ne-
cesario para lo válido que estén con-
sagrados , aunque Diana y algunos
pocos dijeron que no era necesario
necessitate Sacramenti, esta opinión no
se puede seguir en la práctica; porque,
según la sentencia más común y más
fundada , todo él ministerio del sub-
diácono es acerca de los vasos sagra-
dos, como puede verse en San L i g o -
rio, l i b . 6 , núm. 747 , y en Bouvier,
tomo 4, De Ord., cap. 2, art. 3.
Scavini (edición de 1S74 , tomo 3,
núm. 534) se adhiere á la opinión de
San L i g o r i o , el cual, en el lib. 6, n ú -
mero 746, afirma que, en la práctica,
se ha de seguir la opinión ds Croix y
de algunos pocos que dicen que para
la validez de la ordenación del sub-
diácono el Obispo debe también hacer
la entrega del libro de las Epístolas,
pronunciando la forma correspondien-
te. H e aquí las palabras del Santo
Doctor , en el citado número: « H i s
tamen non obstantibus, censeo cum
Croix , num. 2109 , in praxi senten-
tiam, nempe , quod tam traditio cali-
cis quam traditio libri Epistolarum
sit materia próxima subdiaconatus, se-
quendam esse utpote non improba-
bilem.»
Confieso que esta opinión de San
L i g o r i o no me parece sólidamente
probable: *
i.° Porque los autores que d i -
cen no ser necesaria la entrega del
libro de las Epístolas, son de mucha
mayor autoridad, entre ellos el Maes-
tro de las Sentencias, Santo T o m á s ,
Vázquez, Gonet, Valencia, Bonacina,
Palao y los Salmaticenses.
2.0
B o u v i e r , en el lugar citado,
hablando de los que exigen la entrega
del libro de las Epístolas como ma-
teria esencial , dice: «Sed immérito;
hasc enim circumstantia in collatione
istius ordinis nunc usitata , olim erat
inaudita, et vix a quadringentis annis
existit.»
 LIBRO VI. TRATADO VIL
Aunque es fuerte la razón de B o u - en el cáliz, para mezclarlo con el vino-
vier, todavía es más poderosa la razón tener la patena levantada desde el
que pone Billuart, que dice así (De ofertorio hasta el fin del Pater noster:
sacram. Ord., diss. 2, art. 3 , dtco 1): purificar el cáliz; llevar la cruz en las
«Materia totalis subdiaconatus est tra- procesiones; lavar los corporales y los
ditio calicis vacui et patena; vacua; for- purificadores.
ma vero haec verba: « V i d e t e cujus E l subdiaconado es impedimento
«ministerium vobis traditur: ideo vos dirimente del matrimonio; lleva con-
oadmoneo , ut ita vos exhibeatis , ut sigo la obligación de perpetua conti-
» D e o placeré possitis.» P r o b . Hanc et nencia en la Iglesia latina, y desde la
non aliam tam materiam quam for- más remota antigüedad estuvieron
mam assignant Concilium Carthagi- obligados los subdiáconos á guardar
nense I V , can. 5; Concilium Floren - continencia. San Epifanio (haeresi 59)
tinum, in decreto Unionis; S. T h o m a s , dice así: «Quin eum qui adhuc in
in 4 Sent., dist. 25, q. i , a r t 1 ad 2 . ;
u m
matrimonio degit, et liberis dat ope-
consequentcr in ea traditione c h a - rara, tametsi unius sit uxoris vir, ne-
racter imprimitur.» quáquam tamen ad diaconi, presbyte-
Aunque en el terreno especulativo ri, Episcopi, aut hypodiaconi ordinem
tengo esta opinión por cierta moral- a d m i t t i t ; sed eum dumtaxat qui ab
mente , mas como se trata del valor unius uxoris consuetudine se conti-
de un Sacramento y la opinión del nuerit, aut ea sit orbatus: quod in his
Doctor San L i g o r i o es para mí tan locis praecipue fit , ubi ecclesiastici
respetable, creo que, para la práctica, cañones accurate servantur.»
conviene seguir la opinión del Santo, 2669. E l doctísimo Drouven (De
que es también la de Croix y de a l - Re Sacram., lib. 8 , part. 2 , sect. 2,
gunos pocos autores ; esto es , que al § 12), prueba eruditamente que desde
que se ordena de subdiácono le entre- el principio de la Iglesia hasta el si-
gue el Obispo el libro de las Epísto- glo V I I «ipsisetiam subdiaconis in E c -
las, además del cáliz y la patena. E n clesia orientali non modo licitum non
estas materias debemos sacrificar fuisse post susceptam ordinationem
nuestra convicción privada á la s e n - inire matrimonium, sed ne eo quidem
tencia segura. uti permissum quod foret ante ordina-
L a forma del subdiaconado cuando tionem contractum;» pero en el ca-
se entregan al ordenando el cáliz y la non 13 del Concilio Constanciense,
patena, son las mismas palabras que celebrado en 1 4 1 3 , se permitió á los
pone Billuart en el párrafo anterior. subdiáconos , diáconos y presbíteros
E n cuanto á la forma que pronuncia que pudiesen continuar en el uso del
el Obispo cuando entrega al ordenan- matrimonio contraído legítimamente
do el libro de las Epístolas , es la si- antes de haber recibido orden sagra-
guiente: « A c c i p e librum Epistolarum, do. L a Iglesia romana, aunque jamás
et habe potestatem legendi eas in aprobó este canon,como lacontinencia
ecclesia sancta Dei , tam pro vivis perpetua no es de derecho divinoen los
quam pro defunctis.» clérigos, «graecos ab usu matrimonii
L o s oficios del subdiácono son: non abstinentes non ideo anathemate
prepararel pan y e l vino para la Misa; feriit, sed patientissime toleravit , et
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 811
legítima que tenían, no pueden pasar P. L a imposición de las manos
á segundas nupcias, como tampoco se que hace el Obispo antes de la entre-
permite contraer el primer m a t r i m o - ga del libro de los E v a n g e l i o s , ¿es
nio á los que están ya ordenados m también materia esencial del diaco-
sacris. n a d o ? — Y las palabras que entonces
Respecto de los Obispos, fué cons- dice el Obispo, á saber: « A c c i p e Spi-
tante disciplina entre los griegos que, ritum Sanctum ad robur, et ad resis-
una vez ascendidos á esta dignidad, tendum diabolo ettentationibusejus,»
debían guardar perpetua continencia. ¿son también forma parcial esencial
E n un principio era costumbre que del diaconado?
viviesen < on sus legítimas esposas, R. T e n g o por más probable que el
como si fuesen hermanos; pero des- diaconado tiene dos materias parcia-
pués, para evitar sospechas del p u e - les esenciales, á saber, el libro de los
blo, se ordenó que se separasen de Evangelios y la imposición de las
ellas. manos; y dos formas parciales e s e n -
En tre ios griegos no se administra el ciales, que son las palabras ya citadas,
subdiaconado como entre los latinos, que dice el Obispo cuando entrega al
porque no hay otra materia ni forma ordenando el libro de los E v a n g e l i o s ,
que la imposición de las manos, y las y las que dice antes, cuando impone
palabras que dice el Obispo cuando las manos al ordenando. H e aquí có-
ordena al subdiácono. mo prueba esta sentencia el doctísimo
E l subdiaconado, según el Maestro Billuart: «Probabilius est diaconatus,
de las Sentencias (in 4 Sent., dist. 24, sicut presbyttratus, in Ecclesia l a t i -
De suhdiaconis), fué instituido «quan- na duplicem esse materiam et formam,
do Dominus linteo se praecinxit, et scilicet, impositionem manuum,» etc.
mittens aquam in p e l v i m , pedes d i s - « P r o b . i . ° Quia Concilium Cartha-
cipulorum l a v i t , et linteo t e r s i t . » ginense I V , can. 4, ex una parte assi-
(Joann., 13). gnat pro materia diaconatus imposi-
tionem manuum Episcopi: «Diaconus,
§ 2." «inquit, cum ordinatur, solus E p i s -
«copus qui eum benedicit, manum
Del diaconado.
»super caput illius ponat; quia non
2670. E l diaconado tiene dos de- »ad sacerdotium, sed ad ministerium
finiciones. L a metafísica es: «Sacra- «ordinatur.» Non est autem verisimile
mentum Novae L e g i s institutum á Concilium aliquid accidéntale assi-
Christo D o m i n o , causativum gratiae gnasse, omisso essentiali. E x altera
potestativa: can tandisolemniterEvan- parte, Concilium Florentinum, in de-
gelium in ecclesia cum manipulo et creto Unionis, assignat pro materia
stola.» L a física es: «Traditio et ac- traditionem libri Evangeliorum. Ut
ceptio libri Evangeliorum sub prae- ergo ha; duae Synodi concilientur, di-
scripta verborum forma ab Episcopo cendum est duplicem esse materiam
consecrato prolata.» et formam, ut in c o n c l u s i o n e . — 2 °
L a materia remota del diaconado, Uterque ritus refertur in Pontificali
según Santo T o m á s , es el libro de los tamquam materia et forma diacona-
Evangelios: la próxima es la actual t u s . — 3 . In impositione manuum, de
0

servir al diácono en el ministerio del
altar. Antiguamente no subía al altar,
como en nuestros días, ni cantaba so-
lemnemente la Epístola en la Misa,
c o m o lo hace ahora. A l subdiácono
toca también poner un poco de agua
etiamnum tolerat , i m m o ad commu-
nionem suam admittit.» Aquí se ha
de notar que si bien se permite la
continuación en el uso del m a t r i m o -
nio á los que se ordenaron in sacris
entre los griegos, si muere la esposa
entrega de dicho libro. L a forma son qua magis dubitatur, confertur gratia,
las siguientes palabras que dice el ut patet ex ejus forma, adjuncto T r i -
Obispo al ordenarle: « A c c i p e potesta- dentino, ut supra: ergo est verisimi-
tem legendi Evangelium in ecclesia liter pars Sacramenti.»
Dei, tam pro vivis, quam pro defun- E n cuanto á los argumentos que se
ctis, in nomine D o m i n i . » hacen contra esta doctrina de Billuart,
 8l2 LIBRO VI. TRATADO VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 813
que es también la de Santo T o m á s , | de las manos del Obispo se daba la jus traditionem confertur ordo; sicut cramenta administranti, prassto esse,
véase á dicho autor (De sacram. Ord., plenitud de la gracia á los que se or- presbyteratus tj-aditur per calicis cum et in Missas sacrificio Evangelium le-
diss. 2, artículos i y 2). denaban de diáconos y de sacerdotes. vino, et patena; cum pane porrectio- g e r e . » Antiguamente pertenecía al
Aunque de paso, no puedo desen- H e aquí sus palabras: « P e r manus nem: diaconalus vero per libri Evange- diácono administrar la Eucaristía sub
tenderme de rectificar las equivoca- impositionem datur plenitudo gratiae, liorum dationem.» L a solución que dan utraque specie á los fieles, en las igle-
ciones en que incurrió Bouvier, en el per quam ad magna officia sint idonei; á la autoridad del Concilio F l o r e n - sias donde había esa costumbre: en
lib. 4 de sus Instituciones Teológicas. et ita solis diaconibus et sacerdotibus tino los que se apartan de Santo T o - el día puede administrar la Eucaristía
Hablando de esta materia (De Ord., fit manus impositio, quia eis competit más queda contestada suficientemente á los fieles del modo que se dijo cuan-
tomo 4, cap, 2, art. 4, § 2), después dispensatio Sacramentorum, quamvis en el art. 4 de la materia y forma del do se trató de esta materia. Puede
de decir las opiniones que hay acerca uni ut principali, et alteri sicut m i - Orden en general (cap. 1). también bautizar solemnemente con
de la materia esencial del diaconado, nistro.» Se ve, pues, que Santo T o -
3 ~ E s cierto que algunos escrito- licencia del párroco, y, habiendo causa
atribuye á Santo T o m á s la siguiente más hablaba de la imposición de las suficiente, como se dijo cuando se ha-
res se apartan en muchas cuestiones
sentencia: « P l u r e s volunt solam libri manos como de parte parcial esencial bló del ministro del Bautismo solem-
de la doctrina de Santo T o m a s . Cuan-
Evangeliorum traditionem esse ma- de la ordenación del diácono , porque ne. P o r último, puede también pre-
do se trata de puntos controvertibles,
teriam hujus Sacramenti essentialem: sólo los Sasramentos producen la gra- dicar, pero obteniendo antes la licen-
cada uno puede abundar en su sen-
sic S. T h o m a s , qui, Supplem., q. 37, cia ex opere operato; cosa que no pue- cia del Obispo. En este sentido y con
tido; pero tal vez hubiera sido de de-
art. 5, ad 5 - , ait: Inipsa libri datio- den hacer los ritos accidentales de los
ll,n

estas restricciones se han de entender

sear que Bouvier hubiese seguido mu-
ne imprimüur character; et post ipsum mismos. aquellas palabras que el Obispo dice
chas veces las sentencias de Santo
Bonacina, V á z q u e z , etc.;» y poco des- al que se ordena de diácono: « P r o v e -
Gury (edición de 1875, anotada por T o m á s , y alegado con más frecuen-
pués añade Bouvier: « E r g o S. T h o - hendí, filii dilectissimi, ad leviticum
un teólogo romano, tomo 2, pág. 670) cia sus razones: tal vez no hubiera
mas suam emittit opinionem nullis ordinem, cogítate magnopere ad quan-
afirma que Santo T o m á s retractó su tenido que llevar á R o m a su obra
testimoniis Patrum innixam, et in hoc, tum gradum Ecclesias ascenditis. Dia-
opinión en esta última obra, porque para que los teólogos romanos corri-
sicut in pluribus aliis punctis deseritur.ii conum enim oportet ministrare ad al-
dice que en el sacramento del Orden giesen, enmendasen y aclarasen mu-
i.° N a d a más lejos de mí que tare, baptizare ei predicare. i>
hay imposición de las manos, cuando chas equivocaciones en que Bouvier
disminuir el mérito del Sr. Bouvier;
se da una excelente gracia del E s p í - había incurrido en las siete primeras
porque si bien yo no soy fiel discípulo Pedro L o m b a r d o , en el lib. 4 de las
ritu Santo; y que con esto quiso decir ediciones de sus Instituciones Teológi-
suyo, respeto, como debo, su celo, su Sentencias, dist. 2\, dice que Jesu-
que el subliaconado y los cuatro ór- cas; y para que se vea la exactitud de
erudición y su dignidad episcopal; cristo instituyó el diaconado « q u a n -
denes menores no son verdadero Sa- esta aserción, v o y á copiar las pala-
pero todo esto no impide que advier- do post ccenam Sacramentum carnis
cramento. Mucho se equivocó el ano- bras que pone en el Monitum Auctoris
ta que Bouvier se equivocó notable- et sanguinis discipulis dispensavit.»
tador de Gury, porque esto mismo lo de su 8 . edición, ó sea en la 1 0 . , que
mente en afirmar que Santo T o m á s a a
(Matthasi, 6, 41.)
había dicho Santo T o m á s en los Sen-
no había puesto para materia del dia- tengo á la vista. Dice así: «Forsan
tenciarios.
conado sino la entrega del libro de enim in elucubrationibus nostris quas- § 3-°
los E v a n g e l i o s ; porque si bien en la 2.° N o estuvo muy respetuoso el dam aderant non satis conformia d o -
Del presbiterado.
q. 37 del Suplemento, art. 5 ad 5 - , Sr. Bouvier con el Á n g e l de las E s -
u m ctrinis a Sancta Sede magis probatis,
afirma que al diácono se le imprime cuelas cuando tan secamente dijo: et alia quas, contra voluntatem nos- 2672. E l presbiterado tiene dos
el carácter cuando se le da el libro de «Sanctus T h o m a s suam emittit o p i - tram, ad sensum minus rectum, ex definiciones. L a metafísica es: « S a -
los Evangelios, en el cuerpo del mis- nionem nullis testimoniis Patrum inni- verbis incaute positis, detorqueri po- cramentum Novas L e g i s institutum á
mo artículo pone estas palabras: « E t xam; et in hoc, sicut in pluribus aliis tuissent. Hasc omnia sedulo refor- Christo D o m i n o , causativum gratiae
ideo solis diaconis et sacerdotibus fit punctis, deseritur.o Santo T o m á s n o manda curavimus. Plures animadver- potestativas conficiendi corpus et san-
manus imposirio, quia eis competit hacía estas afirmaciones, muy e s p e - siones, nobis petentibus, propositas guinem Christi.» L a física es: « T r a -
dispensado Sacramentorum; quamvis cialmente tratándose de la materia gratanter accipientes, quasdam abstu- ditio et acceptio calicis cum vino et
uni sicut principali, et alteri sicut mi- esencial de un Sacramento, sin estar limus vel addidimus, quasdam vero patenas cum hostia sub prasseripta
nistro.» E n cuyas palabras quiso d e - apoyado en gravísimos fundamentos; immutavimus aut clariori modo ex- verborum forma ab Episcopo conse-
cir Santo T o m á s que la imposición y esto es tan cierto, que el Concilio pressimus; ita ut irreprehensibilem crato prolata.»
de las manos era parte de la materia ecuménico Florentino, celebrado por exhibeamus doctrinam; quemadmo- P. ¿Cuál es la materia esencial del
esencia] de la ordenación del diácono. Eugenio I V en 1429 (in decreto pro dum semper nobis fuit in votis.» presbiterado?
instructione Armsnorum), puso las s i -
2671. L o s oficios del diácono R. Dejo en su lugar la probabilidad
L a prueba es que el Santo Doctor guientes palabras, copiadas casi l i t e - son, como dice el Catecismo de San que tengan en el terreno especulativo
afirma, mejor diré, había afirmado ralmente del opúsculo 5 del A n g é l i c o P í o V : «Episcopum perpetuo sequi, las diversas opiniones de los autores
ya en el lib. 4 de las Sentencias, dis. 24, Maestro: «Sextum sacramentum est Or- concionantem custodire , eique , et sobre esta cuestión: unos dicen que la
q. 2, art. 3, que por esa imposición dinis, cujus materia est illud, per cu- sacerdoti'sacra facienti, vel alia Sa- materia esencial del presbiterado con-
 LIBRO VI. TRATADO
siste solamente en la imposición de
las manos, a u n en la Iglesia latina;
otros defienden que en la Iglesia lati-
na es la entrega al ordenando del cáliz
con vino y de la patena con hostia; y,
por último, la tercera opinión de los
que defienden que la materia total
esencial son las dos cosas reunidas,
esto es, la entrega del cáliz con vino
y de la patena con hostia, con la for-
ma que pronuncia el Obispo cuando
d i c e : « A c c i p e potestatem offerendi
sacrificium D e o , Missasque celebran-
di, tam pro vivis quam pro defunctis,»
y la imposición de las manos por el
Obispo, con la forma que entonces
pronuncia, diciendo: « A c c i p e Spiri-
tum Sanctum: quorum remiseris pec-
cata, remittuntur eis, et quorum r e -
tinueris, retenta sunt.»
2673. P. Como en la ordenación
de los presbíteros se hace tres veces
la imposición de las manos del Obis-
po, se pregunta: ¿en cuál de ellas con-
siste la esencia de este orden?
R. i . ° Parece que no consiste en
la primera imposición de las manos,
porque entonces el Obispo no pronun-
cia forma alguna.
2.
0
T a m p o c o consiste en la terce-
ra imposición de las manos, en cuan-
to á ordenarse de sacerdotes para
recibir la facultad de consagrar el
cuerpo y sangre de Cristo: la razón es,
porque los latinos no usaban de esta
tercera imposición de las manos en
los doce primeros siglos de la Iglesia,
y además los sacerdotes que recibie-
ron la segunda imposición de las ma-
nos, antes de recibir la tercera, ha-
bían consagrado ya en la Misa con el
Obispo, lo cual prueba que ya estaban
ordenados de sacerdotes: no obstante,
el ordenando de sacerdote que des-
pués de la comunión no recibiese la
imposición d é l a s dos manos del Obis-
po, cuando le dice: «Accipe Spiritum
Sanctum: quorum remiseris peccata,
remittuntur eis, et quorum retinueris,
retenta sunt,» no recibiría completa-
mente toda la facultad del sacerdocio;
VIL
porque si bien podría consagrar v á l i -
damente el cuerpo y la.sangre de Cris-
to, pero no recibiría in actu primo la
facultad de absolver de los pecados.
Así dicen muchos graves teólogos, ha-
blando de los Apóstoles; esto es, que
en la noche de la Cena recibieron la
potestad de consagrar el cuerpo y la
sangre de Cristo, pero la facultad de
absolver de los pecados la recibieron
después de la resurrección de Jesu-
cristo. H e aquí las palabras de Santo
T o m á s en el lib. 4 de las Sentencias,
dist. 24, q. 2, art. 3 ad 2 . : « D o m i -
u m
nus discipulis dedit sacerdotalem p o -
testatem quantum ad principalem ac-
tum ante passionem in Ccena, quando
dixit (Matth., 26, 26): Accipite et man-
dúcate: unde subjunxit (Lucas, 22,
19): Hoc facite in meam commemora-
tionem. Sed post resurrectionem dedít
tis sacerdotalem potestatem quantum
ad actum secundarium, qui est ligare
et absolvere.»
Concluyo esta dificilísima cuestión
poniendo las palabras de Benedic-
to X I V (De Synodo Diacesana, lib. 8,
cap. 10, núm. 12), en donde, aunque
yo acabo de probar que la primera i m -
posición de las manos en la o r d e n a -
ción del presbítero no es parte e s e n -
cial de este orden, no obstante, m e
adhiero en un todo, en cuanto á la
práctica, á las siguientes palabras de
este gran Pontífice, que dice así:
«Quare, ut ad propositum redeamus,
cum valde incertum sit an is, de quo
in casu, per secundam manuum i m -
positionem esset rite ordinatus, id
utique faciendum erat quod prasscribit
Gregorius I X in cap. Presbyter, De
Sacram. non iterand., ubi in casu haud
absimili decrevit: « N i h i l esse iteran-
» d u m , sed caute supplendum quod
»per errorem extitit praetermissum;»
quod prsecipue in illo rerum statu ser-
vandum erat, ne Sacramentum quod
| in multorum sententia censebatur un-
dique perfectum, iterationis periculo
subjiceretur, quemadmodum optime
atque ad rem omnino apposite adno-
DEL SACRAMENTO
tavit Natalis A l e x a n d e r , Theologie
Dogm. et Moral. (De sacram. ord.,
cap. i . ° , art. 7, § 2, in fin.) inquiens:
« U n d e si quis horum rituum, qui ad
»materiam vel formam pertinet se-
»cundum varias theologorum o p i n i o -
»nes, in ordinatione fuisset omissus,
» v . gr., manuum impositio prima, vel
»adjuncta oratio, aut calicis cum vino
»et aqua, et patenas cum hostia tra-
»ditio, adj uñeta ve formula verborum,
»aut unctio, aut denique manuum
«impositio postrema, vel hasc verba
«ipsam concomitantia: Accipe Spiri-
»tum Sanctum, etc., supplere deberet
«Episcopus quod in ordinatione fuis-
«set incaute prastermissum, ut colli-
«gitur ex cap. Pastoralis, et ex cap.
o Presbyter extra, De Sacramentis non
•Diterandis.»
E n el núm. 13 continúa Benedic-
to X I V : «Quia autem nonnulli non
iníimi theologi dixerunt impositionem
manuum , prasambulam porrectioni
instrumentorum, simul cum hac in
unam coalescere materiam, qua una
cum verbis ab Episcopo instrumenta
exhibente prolatis prima confertur
sacerdotalis potestatis pars, conficien-
di nimirum corpus Christi; ideirco
Sacra Congregatio, scite animadver-
tens prasviam illam manuum imposi-
tionem, jamdiu ante peractam, non
posse moraliter conjungi cum tradi-
tione instrumentorum quas postmo-
dum fieret, ut etiam hujus opinionis,
in re tanti momenti, rationem ali-
quam haberet, toiam ordinationem
sub conditione iterandam rescripsit.»
2674. F. ¿Cuáles son los oficios
del presbítero?
R. Según el Pontifical R o m a n o ,
son los siguientes: Offerre, benedicere,
prceesse, predicare, et baptizare. Su
principal oficio es ofrecer sacrificios á
Dios; porque, como dice el Apóstol
(cap. 8 ad Hebr., v. 3): « O m n i s pon-
tifex ad offerendum muñera et hostias
constituitur.» E l sacerdote también
puede bendecir las cosas y las perso-
nas, exceptuadas aquel'as cosas que
DEL ORDEN. 815
exigen alguna licencia especial, como
sucede en la bendición de rosarios, de
escapularios de la Purísima y otras
semejantes. En orden á praesse, pre-
dicare, et baptizare, se exige el legíti-
mo consentimiento del superior.
En cuanto á las cualidades que
debe tener el ordenando de sacerdote,
se dijo cuando se trató, en el cap. 2,
del sujeto del Orden. E n cuanto á la
necesidad que tiene el simple presbí-
tero de la potestad de jurisdicción
para poder absolver válidamente de
los pecados, se trató ya en el sacra-
mento de la Penitencia.
E l presbiterado, en cuanto á la po-
testad de consagrar el cuerpo y san-
gre de Cristo, fué instituido en la no-
che de la Cena: en cuanto á la facul-
tad de absolver de los pecados, se dio
á los sacerdotes la potestad después
de la resurrección de Jesucristo, como
dice Santo T o m á s , con la opinión
común de los teólogos.
2675. L a palabra presbyter es
griega, que en latín se interpreta sé-
nior; pero esta palabra, como muy
bien dice el Maestro de las Sentencias
(in 4 Sent., dist. 24), «non modo pro
astate vel decrepita senectute, sed
propter honorem et dignitatem quam
acceperunt, presbyteri nominantur
qui morum prudentia et maturitate
conversatione prascellere dicuntur in
populo.» Se ha de tener presente que
la palabra sénior, como dice el C a t e -
cismo de San P í o V , se ha de e n t e n -
der «non solum propter astatis matu-
r i t a t e m , quaa huic ordini máxime
necessaria est, sed multo magis pro-
pter morum gravitatem, doctrinam, et
prudentiam. Ut enim scriptum est
( S a p . , cap. 4, vers. 8 y 9): Senectus
venerabilis est non diuturna, ñeque
annorum numero c o m p u t a t a : cani
autem sunt sensus hominis, et astas
senectutis vita immaculata.»
Algunos protestantes, para probar
que la potestad de administrar los Sa-
cramentos conviene á todos los fieles,
cuando la Sagrada Escritura habla de
8i6 LIBRO VI. TRATADO
los presbíteros, dicen que siempre se
han de entender los ancianos, aunque
sean legos; y así interpretan aquellas
palabras del Apóstol Santiago en el
cap. 5, v. 14, cuando dice: « I n f i r -
matur quis in vobis? Inducat prcsby-
íeros Ecclesia, et orent super eum,
ungentes eum oleo in nomine Domi-
ni: » cuyas palabras inducat presbyteros
Ecclesiae no las traducen diciendo:
llame á los presbíteros de la Iglesia;
sino « l l a m e á los ancianos de la I g l e -
sia,» entendiendo por ancianos los se-
glares viejos, lo cual es una manifies-
ta herejía, porque la Extremaunción
administrada por los legos es nula.
Antes de concluir sobre el presbite-
rado, me parece conveniente trans-
cribir literalmente las palabras de
Billuart, que por su claridad y solidez
son, en mi concepto, las más preferi-
bles á la explicación que hacen otros
autores sobre la materia y forma del
presbiterado. E n la dis. 2, art. 1, De
materia et forma singulorum ordinum,
dico 1, dice así: « D ú p l e x potestas con-
fertur sacerdoti in sua ordinatione:
una ín corpus Christi verum ad illud
consecrandum; altera in corpus Chri-
sti mysticum ad illud pascendum et
judicandum in foro interiori. Unde
quamvis sacerdos ut sic, abstrahendo
ab hoc vel illo statu, sit tantum ad
sacrificandum, sacerdos tamen Novae
L e g i s , et prout est a Christo institu-
tus, est ad sacrificandum et judican-
dum; sicque est simul sacrificator et
judex: nec potest esse perfectus et
completus sacerdos Novae L e g i s , nisi
per utramque potestatem. Atqui per
porrectionem instrumentorum cum
hac forma : Accipe potestatem, etc.,
confertur prima potestas; et per i m -
positionem manuum cum hac forma:
Accipe Spiritum Sanctum: quorum remi-
serispeccata, etc., confertur secunda:
ergo.
« Ñ e q u e dici potest secundam c o n -
ferri ín prima, aut vice versa; tum
quia ñeque ex parte Sacramenti, ñe-
que ex naturali concomitantia sunt
VIL
inter se connexae, sed sunt potesta-
tes omnino diversae; tum quia una
non significatur per materiam et for-
mam alterius, Sacramenta autem non
conferunt effectum quem non signifi-
cant (in 4 Sent., dist. 24, q. 2, art. 3
ad 2 . ) ; tum denique quia Christus
u m
ipse has potestates seorsim et diverso
tempore contulit ; potestatem enim
consecrandi contulit in ultima Ccena,
potestatem autem rerrJtttndi peccata
post resurrectionem, dum, insufllan-
do in discípulos, ait illis: Aecipite Spi-
ritum Sanctum: quorum remiseritis p:c-
cata, etc.»
Después pone la siguiente conclu-
sión: «Dico 2" Materia et forma pres-
byteratus apud graecos est sola impo-
sitio manuum cum his verbis: Divina
gratia, etc., ut supra. Prob. Certum
est tx ómnibus euchologiis et om-
nium consensu graecos numquam ad-
hibuisse ñeque nunc adhibere ad or-
dinationem presbyteri instrumento-
rum porrectionem , sed solam ma-
nuum impositionem, cum verbis cita-
tis; et tamen non est minus certum
validas esse apud illos presbyterorum
ordinationes, cum Ecclesia nunquam
illas improbaverit, quin imo permit-
tat eas hoc ritu fieri Romae, sicque
ordinatos Missam faceré nobis au-
dientibus; quod esset idololatria, si
non essent veré ordinati. Nec in Con-
cilio Florentino de earum validitate
ullum dubium motum e s t . »
§ 4 o
Del Episcopado,
2676. L a palabra Obispo es muy
antigua, y tenía varias significacio-
nes, aun antes de la venida de Jesu-
cristo. Entre los atenienses había un
magistrado á quien llamaban obispo,
esto es, explorador según unos, ó de-
fensor, según otros. E l mismo Cice-
rón (lib. 7, epist. 11 ad Atticum)
dice que á él le llamaban obispo. H e
aquí sus palabras: « E g o negotio prae
DEL SACRAMENTO
sum non turbulento: vult enim me
Pompejus esse quem tota Campania
et marítima ora habeal episcopum, ad
quem summa negotii referatur.»
E l doctísimo Mamachi, en su c é l e -
bre obra De Originibus et Antiquitati-
bus Christianis (lib. 4, part. 1, cap. 4)
pone dieciocho nombres con que eran
honrados y conocidos los Obispos; y
omitiendo los demás por brevedad,
tan sólo pondré el último, que era el
tratamiento que mutuamente se daban
los Obispos, esto es, «co-episcopos,
collegas, fratres, comministros, con-
sacerdotes;» pero en el día comun-
mente son conocidos tan sólo con el
nombre de Obispos. L a razón la da
Mamachi en el lugar citado; esto es,
que los cristianos, «cum in sacris
Novi Testamenti litteris legerent
Episcopos saspe vocari eos qui prae-
fecti ecclesiis fuissent, describique
virtutes quibus ornati deberent es-
se , aptum id vocabulum censuisse,
quod unum omnium máxime adhibe-
retur.»
2677. P. E l nombre de Obispo,
¿conviene propiamente al electo y
preconizado por el Papa, aunque no
esté consagrado?
R. Antes de responder á la pregun-
ta, conviene transcribir las palabras
que el Obispo consagrante dice al que
se consagra de Obispo, ásaber: « E p i s -
copum oportet judicare, interpretan,
consecrare, ordinare, offerre, baptiza-
re, et confirmare;» de cuyas palabras
se infiere que el sacerdote electo Obis-
po y preconizado por el Papa no pue-
de llamarse absolutamente Obispo en
toda la extensión de la palabra, por-
que, si no está consagrado, no tiene
la potestad de orden; y así se dice
comunmente: A ., electo obispo de N.
T que in Apostolorum locum successerunt;
N o obstante, autores gravísimos afir-
man que se le puede dar el nombre de
Obispo absolutamente al preconizado
por el Papa, aunque no esté consa-
grado; «et máxima ratione: quia tune
plenam potestatem quoad jurisdictio-
nem habet, quamvis quoad ordinem
TOMO II
DEL ORDEN. 817
consecratio requiratur;» y lo mismo
afirma González (in Decret., tomo 1,
cap. 7, De resevifrt., núm. 3.)
2678. P. ¿"Cómo se define el
Episcopado?
R. «Ordo supremus quo datur pres-
bytero potestas specialis confirmandi,
ordinandi, de fide judicandi, et con-
secrandi res ad divinum cultum per-
tinentes, et ecelesiam sibi commis-
sam r e g e n d i . »
C o m o en el Obispo hay potestad de
orden y potestad de jurisdicción, estas
dos potestades son separables. L a
potestad de jurisdicción puede hallar-
se sin la del orden, como sucede en
los Obispos preconizados por el Papa,
pero aún no consagrados: la potestad
de orden sin la de jurisdicción se
halla en los Obispos consagrados que
no tienen subdito alguno, como suce-
de en los Obispos dimisionarios, ó que
por sus delitos fueron despojados ca-
nónicamente de toda jurisdicción ecle-
siástica. Esta doctrina es indudable,
aun en la opinión (en mi concepto
menos probable) de los que afirman
que el Obispo, al consagrarse, recibe
inmediatamente de D i o s la jurisdic-
ción; porque dado, y no concedido,
que así fuese, los defensores de la una
y de la otra opinión convienen en que
esa jurisdicción in actu primo seu in
radice no sería ejercible válidamente
hasta tanto que el Obispo consagrado
tuviese subditos en quienes la pudiese
ejercer.
2679. P. ¿Son sucesores de los
Apóstoles los Obispos?
R. E s indudable que en cierto sen-
tido son sucesores de los Apóstoles;
porque el Tridentino, en la ses. 23,
cap. 4, hablando de los Obispos, dice
lo mismo afirma el Concilio Florenti-
no en el decreto pro instructione Arme-
norum; pero no se pueden decir suce-
sores de los Apóstoles en cuanto á la
extensión de su jurisdicción, porque
cada uno de los Apóstoles recibió j u -
risdicción en todo el mundo, pero los
S2
8i8 LIBRO VI. TRATADO
Obispos, sus sucesores» no la recibie-
ron sino para determinado territorio.
A todos y á cada uno de los Apósto-
les dijo Jesucristo: Amen dico vobis,
quczcumque alligaveritis... ( M a t t h . , ca-
pítulo 18, v. i S ) . Sicut misit me Pater,
et ego mitto vos (Joan., cap. 20, v. 21.)
Euntes in manduvi universum... pre-
dícate omni creaturcE ( Marci , capí-
tulo 16, v. 15.) Euntes ergo docete om-
nes gentes baptizantes eos (Matth., ca-
pítulo 2S, v . i g . )
Algunos pocos autores fueron de
opinión que los Apóstoles no habían
recibido esa jurisdicción universal en
toda la tierra inmediatamente de Je-
sucristo, sino inmediatamente de San
Pedro, por parecerles que así se salva-
ba mejor el primado de honor y de
jurisdicción que San P e d r o tuvo, no
sólo sobre los fieles de todo el mundo,
sino también sobre los mismos A p ó s -
toles; pero, en mi concepto, se equi-
vocan, porque esa jurisdicción univer-
sal que cada uno de los Apóstoles te-
nía en toda la tierra, era un privilegio
personal que no se transmitió á los
Obispos, sus sucesores; y además su
jurisdicción estaba subordinada á San
Pedro, como suprema Cabeza que era,
y supremo Pastor que había de apa-
centar á los fieles y á los Obispos.
Por esto Jesucristo, cuando preguntó
tres veces á San Pedro si le amaba, y
el Santo Apóstol le respondió afirma-
tivamente, á la primera respuesta le
dijo: Pasee agnos trieos, y después le
dijo: Pasee oves meas. Véase á Suárez
(De Fide, part. i . , disp. 10, sect. i . ,
a a
núm, 1 ) , y á Belarmino [De Romano
Pontífice, lib. 4, cap. 22.)
Aunque convienen los doctores ca-
tólicos en que todos los Apóstoles
fueron Obispos, no convienen en si
todos ellos fueron ordenados Obispos
inmediatamente por Jesucristo. A u n -
que esto me parece más probable, no
me detengo en esta cuestión.
2680. P. ¿Cuál es la materia y
forma del Episcopado?
R. Para mí es del todo indudable
VIL
que pertenece á la esencia de la orde-
nación del Obispo la imposición de
las manos que hace el consagrante
cuando, juntamente con los dos asis-
tentes, al imponer las manos sobre la
cabeza del que ha de ser consagrado
Obispo, le dicen: Accipe Spiritum San-
ctum; y luego el consagrante, después
de una breve oración, canta ó pro-
nuncia á manera de prefacio otra más
larga.
W i g a n d t (Tribunal Confessarior.,
tract. X V , exam. 8, núm. 109) dice
lo siguiente: «Materia próxima ordi-
nationis episcopalis es dicta unctio,
uti et manuum impositio.» Bouvier
(tract. De ord., cap. 2, art. 6, § 2)
dice que ni es esencial á la ordena-
ción del Obispo que el consagrante y
los dos Obispos asistentes pongan el
libro de los Evangelios sobre la cer-
viz y las espaldas del que ha de ser
consagrado, porque, al verificarse esta
ceremonia, el consagrante no dice for-
ma alguna; ni tampoco es esencial la
unción del que ha de ser consagrado
Obispo, porque, como prueba el doc-
tísimo Drouven (De Re Sacram., lib. 8,
part. 2, sect. 6 , § 8), aunque esta ce-
remonia es antiquísima en la Iglesia
latina, no hace mención de ella el
Concilio I V Cartaginense, ni Concilio
alguno celebrado en España antes
del siglo V I I . « U n d e (concluye Drou-
ven) superest ut in manuum imposi-
tione collocetur; casteraaque memorata:
CEeremonias sint ritus ab Ecclesia suc-
cessive inducti ad essentiam minime
pertinentes, ad ampliorem officii ac
debiti pastoralis explicationem.»
Dejo esta cuestión á los teólogos y á
los canonistas; y si bien tengo por no-
tablemente más probable la opinión
de Drouven y de los demás autores
que la siguen, no me parece muy i m -
portante para la práctica, puesto que
los que defienden una y otra opinión
convienen en que, si se hubiese omiti-
do alguna de las ceremonias dichas,
se debería suplir antes que el Obispo
ejerciese el ministerio pastoral.
DEL SACRAMEN
r o DEL ORDEN. 819
2681. P. ¿Cuántos Obispos de- referente H e n n o , testatur se vidisse
ben concurrir para la consagración de dúo indulta Innocentii X , quorum
un Obispo? uno concedebat ut Jacobus de la T o r r e
R. Son tantas y tan diversas las consecraretur archiepiscopus Ephesi-
opiniones sobre la respuesta á ' e s t a nus a solo episcopo Neritensi, qui fuit
pregunta, que me alargaría demasia- postea Alexander V I I , modo assiste-
d o si entrase de lleno en esta cues- rent dúo in ecelesiastica dignitate
tión. Algunos autores dicen que es de constituti; et altero permittebat suf-
derecho divino que concurran tres fraganeo Leodiensi consecrari in epi-
Obispos á la consagración de un O b i s - scopum Dionyensem a quolibet A n -
po, de tal modo, que ni el R o m a n o tistite catholico, modo concurrerent
Pontífice pueda dispensar sobre esta dúo abbates mitrati.»
institución divina, como dice B e n e - O m i t o otros ejemplos que ponen
dicto X I V (De Synodo Dicecesana, l i - Billuart y otros autores, y me conten-
bro 13, cap. 1 3 , núm. 4). Esta opi- to con citar la autoridad de Benedic-
nión la defienden Morin y Tournely en to X I V (De Synodo Dicecesana, lib. 13,
los lugares que cita Benedicto X I V ; cap. 13), donde afirma que si bien esta
de modo que no habla con exactitud cuestión no está definida por la Silla
Bouvier cuando dice ( t o m o 4, tract. De Apostólica, se puede tener por segura
ordine, cap. 7, art. 2, sect. 1): <¡0m- en la práctica, aun cuando diciendo el
nes pariter fatentur Episcopum ab úni- Papa que dispensaba para que pudiese
co Episcopo, ex dispensatione S u m m i hacerse la consagración del Obispo
Pontificis, valide et licite ordinari por un Obispo solo, asistiendo dos
posse. i) sacerdotes, la hiciese sólo el Obispo
Billuart (De sacram. Ord., diss. 4, consagrante; si bien esto sería ilícito,
art. 3) trata esta cuestión con su pero válido.
acostumbrada erudición , solidez y Bouix (tract. De Episcopo, part. 2,
claridad. cap. 3) pone la siguiente proposición,
i.° Prueba que desde el principio que es la 2. : « A d validam consecra-
a
de la Iglesia hubo precepto eclesiás- tionem sufficit unus Episcopus: ad
tico de que, si no había causa grave licitam autem requiruntur tres, nisi
que lo impidiese, asistiesen tres O b i s - pontificia dispensatio interveniat;» y
pos á la consagración de un Obispo. concluye así: « S e d etiamsi fiat conse-
2. 0
Dice así: «Suppono etiam ut crado absque ullis assistentibus et
certum, quidquid dicant aliqui, ordina- absque obtenía pontificia dispensatio-
tionem episcopalem ab uno tantum, ne, adhuc valida erit, quamvis illicita.
ex dispensatione pontificia, esse et Fuit mature id discussum sub A l e -
licitam et v a l i d a m . » E n comproba- xandro V I I occasione alicujus conse-
ción de esta aserción, añade Billuart: crationis e j u s m o d i , contra formam
<u.u
Sanctus G r e g o r i u s , lib. 10, canonum absque indulto pontificio
epist. 64, interrogatus ab Augustino, peractaa. Prtefatus Pontifex in suis
anglorum Episcopo: an posset solus litteris datis 26 Novembris 1 7 1 8 . . . ,
Episcopus ordinare? sic respondet: salutaribus pcenitentiis tam ordinato-
« E t quidem in anglorum ecclesia, in ri quam ordinato injunctis, ratam
«qua adhuc solus tu Episcopus i n v e - firmamque, sed illicitam consecratio-
»niris ordinare Episcopum non aliter nem pronunciavit.» (De Synodo Dice-
«nisi sine Episcopis potes.» Añade cesana, lib. 13, cap. 13, núm. 10.)
Billuart, citando á Henríquez (tomo 4,
2682. Cuando alguno es p r o m o -
cap. 20): « G r e g o r i u m X I I I concessisse
vido á Obispo y preconizado en el
patriarchae .Ethiopia;, jesuíta;, ut so-
Consistorio pontificio, debe prestar
lus consecraret Episcopos. 3 . Herinx,
0
juramento de fi lelidad y de obedien-
 DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 821
820 LIBRO VI. T R A T A D O VIL
esse absolute invalidas. Prob. ex in- orden del Episcopado son sacrilegas
cía á la Silla Apostólica. Si el promo- nando de Obispo, las cuales compen- sufficientia formas in his ordinationi- y heréticas.
vendo está en Roma, debe hacer este dia Billuart del modo siguiente: bus adhibita?. P r i m o , Christus est 2. L a oración que hace el consa-
0

juramento y la profesión de fe ante el «Sic autem statuitur in hoc Rituali auctor omnium Sacramentorum, et grante es también sacrilega y heréti-
auditor del Papa; si es fuera de R o m a , (el de Eduardo V I ) : i . ° Episcopus quorum formas non determinavit in ca, pues pide á Dios que conceda al
debe hacerse ante el Nuncio apostóli- ordinator exigit ab ordinando manda- specie, determinandas reliquit non que es consagrado virtud para guar-
co ú otro que haga sus veces. tum regium, loco bullarum Summi alicui ecclesia? particulari, aut priva- dar lo que prometió sacrilega y heré-
E l electo Obispo y preconizado en Pontificis. 2. E x i g i t juramentum de
0
tis nominibus; alioquin tot forent Sa- ticamente: Deus omnipotens... concedat
el Consistorio, dentro de tres meses, suprema regís potestate in spirituali- cramentorum formas, quot sunt par- insuper vires ac facidtatem A D H . E C (las
contados desde el momento en que bus et temporalibus, rejiciendo omnes ticulares ecclesias, aut privati homi- promesas juradas hereticales que hizo
tiene noticia de su promoción, debe exíraneas potestates , superioriiates, el num conventus; sed universa? et uni inmediatamente antes) efficaciter pr<zs-
consagrarse, bajo la pena de perder audoritates: consequenter auctoritatern suas Ecclesias. Atqui ordinationum tanda.
los frutos del obispado; y si dejase Papas et Conciliorum. 3 . 0
Interrogat anglicarum forma non est ab E c c l e -
3.0
Esta forma singular, distinta
pasar otros tres meses sin consagrar- an sibi persuasum habeat se vocatum esse sia determinata, sed a privatis nomi-
esencialmente de la que hacen los
se, ipso fado queda privado del obis- ¡juxta voluniatem Christi, et constitutio- nibus, laicis et hasreticis: ergo, etc.
griegos y los latinos, no pudo intro-
pado. nem Jiujus regni, quas in eo sita est, ur, »Secundo. Forma secundum se et ducirla la iglesia anglicana, iglesia
abdicata Summi Pontificis obedientia seorsim ambigua, et ex adjunctis cir- particular, laical, cismática y heréti-
ARTÍCULO IV et Ecclesias Romanas doctrina, pro- cumstantiis aperte hasretica, non est ca. Dice muy bien el doctísimo B i l -
pugnentur nova? hasreses receptas in sufficiens ad validam ordinationem; luart; todas las sutilezas del P. L e
Se prueba la nulidad de las ordenaciones Anglia. 4 . Interrogat utrum persua-
0
atqui talis est forma ordinationum Courayer quedan pulverizadas con es-
anglicanas. sum habeat Sacras Scripturas sufficien- anglicarum: e r g o , etc. Prob. min. tas razones.
ter ad salutem requiri; consequenter D a m dicitur: Deus omnipotens concedat A d e m á s , el docto Sr. Kenrik , c o -
2683. E n cuanto á la validez de inútiles et rejiciendas esse traditiones. facultatcm A D H . E C cfficaciler presstan-^ adjutor de Filadelfia, en América,
las ordenaciones anglicanas, puede 5 . Interrogat num paratas sit fidelem
0
da, non significatur quid per t o A D pone otro argumento fortísimo para
verse á Billuart (De sacram. Ord., et diligentem operam impenderé ad ex- H.-EC sit intelligendum, ideoque ambi- probar que las ordenaciones anglica-
diss. 3, append. ad art. 2 . ) , donde terminandam quamcumque
u m peregrinam, guum; attentis autem interrogatis et nas de los protestantes son nulas ;
trata esta cuestión con su acostum- erroneam, verboque divino contrariam responsis immediate prascedentibus, porque depuestos violentamente todos
brada erudición y claridad. Este pun- doctrinam, aliosque tam privatim quam evidens est per v¡ A D HJEC intelligi los Obispos católicos de Inglaterra,
to difícil puede considerarse bajo dos publice ad ídem faciendum provocare hasreticam doctrinam in his conten- Parker, nombrado arzobispo de Can-
aspectos: atque excitare. Hasc autem doctrina tam, atque perinde esse ac si dicere- torbery por el gobierno protestante,
i.° E n cuanto á la validez ó nuli- peregrina, errónea, et verbo divino tur: Deus concedat tibi vires et facul- fué la fuente de donde provino la or-
dad de la forma de que usan los angli- contraria, in sensu interrogationis est tatem ad propugnandum primatum denación de todos los Obispos pro-
canos en la ordenación de sus Obispos, manifesté romana. H i s igitur interro- regis in spiritualibus, ad debellandam testantes que se sucedieron en Ingla-
conforme al Ritual de Eduardo V I , gationibus aperte continetur doctrina auctoritatern Sedis Apostólicas, ad terra; y como hay graves dudas sobre
aprobado por el falso Sínodo de L o n - hasretica, Ecclesia? Romana? directe impugnandas traditiones, ad concul- si Parker fué ordenado realmente por
dres, celebrado en 1562. contraria.» candam doctrinam Ecclesias R o m a - algún Obispo, de aquí es que se duda
2.0
Se puede considerar su validez Después continúa Billuart: « P o s t - nas, et ad asserendos errores n o v a t o - también si fueron válidas las ordena-
ó nulidad en cuanto á la validez ó nu- quam Episcopus designatus ad ha?c rum; hasc enim omnia continentur in ciones hechas por Parksr y por los
lidad de la ordenación de Obispo de omnia interrogata suis responsionibus interrogatis et responsis immediate demás que le sucedieron. E n compro-
prascedentibus: ergo, etc. Atque hoc bación de los motivos que hay para
Parker, del cual descienden todos los affirmativis satisfecit, Episcopus con-
duplici argumento arbitror exsufflari dudar de la válida ordenación de Par-
Obispos protestantes que hubo des- secrator, impositis super illum mani-
omnes argutias P . L e Courayer, ideo- ksr, y consecuentemente de todas las
pués. Billuart tan sólo considera la bus, formam ordinationis pronuntiat
que supervacaneum esse plura adde- ordenaciones anglicanas hechas des-
cuestión desde el primer aspecto, y his verbis: Deus omnipolens , Pater
re; quas tamen si videre cupiat curio- pués, véase lo que dice Kenrik en su
prueba que son nulas dichas ordena- noster ccdeslis, qui hanc tibi voluniatem
sus lector, adeat scriptores prius lau- opúsculo; y como pudiera muy bien
ciones de Obispos de los anglicanos, concessit, concedat insuper vires ac fa-
datos.» suceder que muchos no le tuviesen á
y por consiguiente nulas también las cultattm A D ii.íic effeaciter prcastanda,
ordenaciones de sacerdotes que aqué- ut opus istud suum, quod inecepil in te, la mano, se halla copiado literalmen-
Compendiando el anterior impor-
llos hacen. L a oración ó forma de que absolvat, teque integrum ac inculpabilem te en el tomo 2 del Curso completo de
tante raciocinio de Billuart, se puede
se valen los protestantes para consa- inveniat in illo supremo die, per Jesum Teología, anotado y publicado por
reducir:
grar sus Obispos es un conjunto de Christum Dominum nostrum. Amen. J. P . M i g n e , edición de París de 1841,
i.° A que las promesas juradas
pág. 59. T a n sólo copiaré el siguien-
blasfemias, pues recae sobre las p r o - H i s suppositis, que hacen en Inglaterra al recibir el
mesas y juramentos que hace el orde- «Respondeo: Ordinationes anglicas
 822 LIBRO VI. T R A T A D O
te importante párrafo del expresado
opúsculo, que dice así:
«Consuetudo autem Ecclesias R o -
manas, que conversos a secta anglica-
na cum suis honoribus non suscipit,
sed, si presbyteri vel Episcopi habiti
fuerint et in clerum catholicum ad-
scisci velint, eos ordinationis integro
ritu sacra donat potestate, argumen-
tum est haud leve explosas penitus
esse omnes rationes quibus nituntur
ordinationes anglicanae. Constat quip-
pe eam semper agnoscere ordinatio-
nes graacorum, et casterorum qui ab
ea disjuncti sunt schismate, vel has-
resi, qui tamen ritum essentialem
ordinandi servant, et nefas ducere eas
iterare; quapropter nonnisi veritate
manifesta censenda est anglicanas
prorsus respuisse tamquam nullius
momenti.»
E l que desee enterarse más por ex-
tenso de la presente cuestión, puede
leer á los Padres Hardouin, Boucat,
á Tournely, y al docto dominicano
Miguel L e Quien, en su Disertación
sobre la validez de las ordenaciones in-
glesas, publicada en París en 1725
(dos tomos en 1 2 . ° ) , y en su obrita
titulada Nulidad de las ordenaciones in-
glesas, demostrada de nuevo, así con los
heclws como en derecho, contra la de-
fensa del R d o . P. L e Courayer: P a -
rís, 1730 (dos t o m o s en 12.°).
* L e ó n X I I I , por sus Letras apostó-
licas que empiezan Apostolices cures el
caritatis, declaró una vez más nulas
las ordenaciones anglicanas, por las
siguientes palabras:
«Itaque ómnibus Pontificum D e -
cessorum in hac ipsa causa decretis
usquequaque assentientes, eaque ple-
nissime confirmantes ac veluti reno-
vantes, auctoritate Nostra, motu pro-
prio, certa scientia, pronuntiamus et
declaramus , ordinationes ritu angli-
cano actas , irritas prorsus fuisse et
esse, omninoque nullas...
» D a t u m Romas , apud Sanctum
Petrum anno Incarnationis, D o m i n i
millesimo octingentesimo nonagésimo
VIL DEL SACRAMENTO DEL ORDEN. 823
sexto, idibus Septembribus, Pontifica- denó á San Bonifacio obispo de G e r - ¡ poco religiosas. Así se observa que en
tus N o s t r i , anno decimonono.» (Acta mania, sin que sus habitantes tuvie- > las elecciones populares para los P a r -
S. Sedis, vol. 29, pág. 202.) * sen de ello noticia alguna. E l e m p e - j lamentos se promueven tumultos; por
rador V a l e n t i n i a n o , cuando alguno ¡ medio de sediciones y seducciones son
ARTÍCULO V recurría á él pidiéndole que nombrase ' elegidos muchas veces los más indig-
obispo de Milán, respondía: Majus est^ nos: cuando un gobierno civil es de
De la elección de los Obispos y ministros viribus meis istud negotium. malas ideas, tiene mil medios para
inferiores. L o que se dice de la elección de los hacer triunfar sus candidatos. Una
Obispos, se debe decir también de la cosa semejante sucedería en la I g l e -
2684. E n cuanto á la elección de elección de los sacerdotes y demás sia si Jesucristo no la hubiera dotado
los Obispos, fué diferente la disciplina ministros inferiores, como lo prueba : de una independencia absoluta de la
de la Iglesia. E n los tiempos apostó- el docto dominicano Salzano en su ! potestad civil y del voto de los legos
licos no tuvo intervención alguna el Curso de Historia Eclesiástica, lib. 2, ¡ para la elección de los ministros del
cap. 4. Omito sus razones por no alar-' santuario.
poder civil, ni tampoco intervino el
pueblo, como lo prueba docta y eru- garme demasiado. i T i e m p o s hubo en que el pueblo
ditamente P í o V I en la carta que con E n el día los incrédulos hacen los ' tuvo alguna parte en la elección de
fecha 10 de M a r z o de 1791 dirigió al más desesperados esfuerzos para e n - \ los Obispos, como se puede ver en la
cardenal Rochefoucauld, que por mu- tremeterse en la elección de los Obis- ¡ Historia eclesiástica y en muchos au-
cho t i e m p o se conservó inédita en la pos y de los demás ministros de l a ' tores que tratan este punto. Puede
Biblioteca Vaticana, y que publicó Iglesia, persuadidos de que s i l o s g o - J verse á Bouix, tomo 1, De Episcopo,
Agustín Theiner en 1857. E n esta biernos civiles ó la plebe tuviesen voto | part. 2, capítulos 1 y 2; pero por jus-
eruditísima carta demuestra aquel en la elección de los ministros de la tas causas, la Iglesia mudó la disci-
gran Pontífice que las elecciones a n - Iglesia, lejos de ser elegidos los me- plina antigua, y quedó reservada ex-
tiguas de los Obispos y de los demás jores, triunfarían los más osados, los elusivamente al R o m a n o Pontífice la
ministros de la Iglesia no se hicieron más intrigantes, tal vez los de ideas confirmación de los Obispos.
j a m á s por el pueblo. Jesucristo eligió
él solo á los doce Apóstoles (de q u i e -
nes son sucesores los Obispos), y á
los setenta discípulos (de quienes son
sucesores los sacerdotes), sin inter-
vención alguna del pueblo.
San Pablo eligió á T i m o t e o , obispo
de E f e s o ; á T i t o , obispo de la isla de
Creta, y consagró por sí mismo á
Dionisio Areopagita, sin buscar la in-
tervención del pueblo, como dice E u -
sebio (Hist. Eccles., lib. 3, cap. 4.).
Del mismo modo San Juan E v a n g e -
lista instituyó á Policarpo obispo de
Esmirna (San Jerónimo, De Viris
Illustr., cap. 17). Igualmente fueron
instituidos innumerables Obispos en
países distantes é infieles, en el P o n -
to, en Galacia, en Bitinia, en el Asia,
por los Apóstoles en las iglesias que
ellos mismos habían fundado, sin que
tuviesen intervención alguna los g o -
biernos civiles ni el pueblo. San B a -
silio eligió á Enfrenio obispo de N i -
cópoli, sin pedir el consentimiento de
sus habitantes, y San Gregorio I I o r -
 APÉNDICE PRIMERO
( V É A N S E LOS N Ú M E R O S I 9 I O
Novísimas disposiciones que contiene el decreto Q U E M E Í D M O D U M
acerca de la confesión y comunión de personas religiosas
de ambos sexos.
Quemadmodum omnium rerum hu-
manarum quantumvis honesta; sanc-
taaque in se s i n t ; ita et legum sa-
pienter conditarum ea conditio est, ut
ab hominibus ad impropria et aliena
ex abusu traduci a c pertrahi valeant;
ac propterea quandoque fit, ut i n t e n -
tum a legislatoribus finem haud a m -
plius assequantur; i m o et aliquando,
ut contrarium sortiantur effectum.
Idque dolendum vel máxime est
obtigisse , quoad leges plurium C o n -
gregationum, Societatum aut Insíi-
tutorum sive mulierum , qua; vota
Simplicia aut solemnia nuncupant,
sive virorum professione ac r e g i m i -
ne penitus laicorum; quandoquidem
aliquoties in illorum Consíiíutioni-
bus conscientiae manifestatio permissa
fuerat, ut facilius alumni arduam per-
fectionis viam ab expertis supsriori-
bus in dubiis addiscerent: e contra a
nonnullis ex his intima conscientiae
scrutatio, quas unice sacramento Pce-
nitentia; reservata e s t , inducta fuit.
Itidem in Constitutionibus ad trami-
t e m SS. Canonum prasscriptum fuit,
ut sacramentalis confessio in hujus-
modi Communitatibus fieret respecti-
vis confessariis ordinariis et extraor-
dinariis;aliunde superiorum arbitrium
eo usque devenit, ut subditis aliquem
extrordinarium confessarium denega-
verint, etiam in casu quo, ut proprias
Y 2329.)
conscientiae consulerent, eo valde i n -
digebant. Indita denique eis fuit dis-
cretionis ac prudentia? norma, ut suos
subditos rite sancteque quoad peculia-
res pcenitentias ac alia pietatis opera
dirigerent; sed et ha? per abusionem
extensa in id etiam extitit , ut eis ad
Sacram Synaxim accederé v e l pro
lubitu permisserint, vel omnino inter-
dum prohibuerint. H i n c factum est,
ut hujusmodi dispositiones , qua; ad
spiritualem alumnorum profectum, et
ad unitatis pacem et concordiam in
Communitatibus servandam foven-
damque salutariter ac sapienter cons-
tituías j a m fueranl, haud raro in ani-
marum discrimen , in conscienliarum
anxietatem, ac insuper in externas pa-
cis turbationem versas fuerint, ceu
subditorum recursus et querimonia;
passim ad S . Sedem interjectas e v i -
dentissime comprobant.
Quare Smus. D . N . L e o , D i v i n a
Providentia Papa X I I I , pro ea qua
prasslat erga lectissimam hanc sui
gregis portionem peculiari sollicitudi-
ne, in Audientia habita a me, Cardi-
nali Prasfecto S. Congregationis E . et
R. negotiis et consultationibus P r e -
positas, die decimaquarta Decembris
1890, ómnibus sedulo diligenterque
perpensis, hasc quas sequuntur, voluit,
constituit atque decrevit:
«I. Sanctitas Sua irritat, abrogat,
 826 APÉNDICES. •ICES. 827
et nullius in posterum roboris decla- constitutione quas incipit Pastoralis perioribus, generalibus, provinciali- Lazaristas y otras semejantes, no obs-
rat quascumque dispositiones Consti- cures, Sanctitas Sua Prassules Supe- bus et localibus Institutorum, de qui- tante que en estas Congregaciones
tutionum, piarum Societatum, I n s t i - rioresque admonet, ne extraordina- bus supra, sive virorum, sive m u l i e - existen muchos hermanos legos; en
tutorum mulierum sive votorum sim- rium denegent subditis confessarium rum, ut studiose aecurateque hujus cambio que comprende á los Herma-
plicium sive solemnium , nec non quoties, ut proprias conscientias con- decreti dispositiones observent sub nos de las Escuelas cristianas y á
virorum omnimode laicorum , etsi sulant, ad id subditi adigantur, quin poenis contra superiores Apostólicas todas las demás Congregaciones de
dictas Constitutiones approbationem iidem superiores ullo modo petitionis Sedis mandata violantes ipso facto in- condición laical; á la Congregación de
ab Apostólica Sede retulerint in for- rationem inquirant, aut asgre id ferré currendis. las Hijas de la Caridad, fundada por
ma quacumque , etiam quam ajunt demonstrent. A c ne evanida tam pro- »VIII. Denique mandat, ut pras- San Vicente de Paul, la comprende
specialissimam, in e o , s c i l i c e t , quod
vida dispositio fiat, Ordinarios exhor- juxta modum, es decir, que la ejecu-
sentis decreti exemplaria in vernacu-
cordis et conscientias intimam mani- tatur, ut in locis proprias dioceseos. ción del decreto pertenece al Superior
lum sermonem versa inserantur Con-
festationem quovis modo ac nomine in quibus mulierum Communitates General que por tiempo fuere, sea por
stitutionibus prasdictorum piorum in-
respiciunt. Ita propterea serio injungi sí, sea por medio de los Visitadores,
existunt, idóneos sacerdotes faculta - stitutorum, et saltem semel in anno,
Aloderatoribus ac Moderatricibus hu- «salva tamen delegatione Apostólica
tibus instructos designent, ad quos stato tempore in unaquaque domo,
jusmodi Institutorum , Congregatio- Ordinariorum locorum in casu negli-
pro Sacramento Pcenitentke recurrere sive in publica mensa, sive in capitu-
num ac Societatum, ut ex propriis gentias Superiorum Congregationis
cas facile queant. lo ad hoc specialiter convocato alta
Constitutionibus, Directoriis ac Aía- Alissionis.» (Acta S. Sedis, tomo 24,
»V. Quod vero attinet ad permis- et intelligibili voce legantur.
nualibus prasfatas dispositiones omni- pág. 190.)
sionem vel prohibitionem ad Sacram » E t ita Sanctitas Sua constituit
no deleantur penitusque expungantur.
Synaxim accedendi eadem Sanctitas atque decrevit, contrariis quibuscum- E l 17 de A g o s t o de 1891, con m o -
Irritat pariter ac delet quoslibet ea de
Sua decernit, hujusmodi permissio- que, etiam speciali et individua men- tivo de algunas consultas elevadas
re usus et consuetudines etiam i m m e -
nes vel prohibitiones dumtaxat ad tione dignis, minime cbstantibus. por el señor obispo de Alálaga, decla-
morabiles. ¡
confessarium ordinarium vel extra- » D a t u m Romas, ex Secretaria me- ró: que pertenece al superior ó
»II. Districte insuper prohibet | ordinarium spectare, quin superiores moratas S . Congregationis Episcopo- superiora del convento ó casa el con-
memoratis Superioribus ac Superio- ullam habeant auctoritatern hac in re rum et R e g u l a r i u m , die 17 Decembiis ceder el confesor extraordinario de los
rissis cujuscumque gradus et pras- sese ingerendi, excepto casu, quo ali- 1S90.—J. C A K D . B E R G A , Prcsfectus.— designados por el Sr. Obispo á los
eminentias sint, ne personas sibi sub- quis ex eorum subditis post ultimam F R . A L O I S I U S , Episcopus Callinicen., subditos ó subditas que lo solicitaren
ditas inducere pertentent directe aut sacramentalem confessionem C o m - Secretarms.íi (Véase Acta S. Sedis, t o - para tranquilidad de su conciencia;
indirecte, prascepto, consilio, timore, munítati scandalo fuerit, aut g r a - mo 23, pág. 505.) 2. , que el superior, cualquiera que
0

minis, aut blanditiis ad hujusmodi vem externam culpam patraverit, d o - L a misma Sagrada Congregación sea, no puede negar el confesor e x -
manifestationem conscientias sibi per- ñee ad Poenitentias sacramentum de- de Obispos y Regulares ha dado varias traordinario, ni manifestar exterior-
agendam ; subditisque e converso nuo acceserit. mente que lleva á mal tal petición, y
declaraciones sobre la inteligencia del
prascipit, ut superioribus majoiibus i) V I . Alonentur hinc omnes, ut ad que está obligado á atender á sus sú-
anterior decreto, en diferentes fechas,
denuntient superiores minores, qui plicas, aunque vea que la necesidad
Sacram Synaxim curent diligenter se las cuales ponemos á continuación.
eos ad id inducere audeant; et si aga- es fingida ó aprehendida como tal por
prasparare et accederé diebus in p r o - A n t e todo, el E m m o . Cardenal Prefec-
tur de Moderatore vel Aloderatrice ellos, sea por escrúpulos, ó por cual-
priis regulis statutis; et quoties ob to escribió una carta, en 20 de E n e r o
Generali denuntiatio huic S. C o n - quier otro defecto mental; no obstan-
fervorem et spiritualem alicujus pro - de 1891, en nombre de Su Santidad,
gregationi ab iis fieri debeat. te, cumple á los superiores a m o n e s -
fectum confessarius expediré j u d i c a - á todos los Arzobispos, Obispos, etc.,
»111. H o c autem minirne impedit, verit, ut frequentius accedat, id ei ab tar á los subditos que no pueden pe-
diciendo que «manifestatio conscien-
quominus subditi libere ac ultro ape- ipso confessario permitti poterit. V e - dir confesores extraordinarios, á no
tias, quocumque nomine veniat, o m -
rire suum animum superioribus va- rum qui licentiam a confessario obti- ser cuando se vean obligados para
nino prohibetur, tum pro monasteriis
leant ad effectum ab illorum pruden- nuerit frequentioris ac etiam quoti- atender á la necesidad de la propia
monialium, etiam votorum solemnium,
tia in dubiis ac anxietatibus consilium dianas Communionis, de hoc certio- conciencia; 3 . , que están abrogadas
0

tum pro Institutis votorum simpli-

et directionem obtinendi pro virtu- rem reddere supen'orem t e n e a t u r ; las constituciones de los Institutos
cium utriusque sexus, i i s , dumtaxat,
tum acquisitione ac perfectionis pro- quod si hic juxtas gravesque causas religiosos de ambos sexos, aunque
virorum Institutis exceptis, natura ac
gressu. estén aprobados por la Santa Sede,
se habere reputet contra frequentio- regimine prorsus ecelesiasticis.» (Acia
«quibus vetatur, ne moniales sive re-
»IV. Piasterea firmo remanente res hujusmodi Communiones , eas S. Sedis, tomo 24, pág. 190.) E n ar-
ligiosi Sacram Eucharistiam recipiant
quoad confessarios ordinarios et ex- confessario manifestare teneatur, cu- monía con esta carta, declaró, en 15 de
ultra certos et statutos dies.» (Acta
traordinarios Communitatum, quod a jus judicio acquiescendum omnino Abril de 1 8 9 1 , que no comprendía el S. Sedis, tomo 25, p á g . 109.)
Sacrosancto Concilio Tridentino pras- erit. decreto Quemadmodum á las C o n g r e -
scribitur in sess. 25, cap. 10 De Regid. «VIL Eadem Sanctitas Sua insu- gaciones eclesiásticas, v. gr., los Sa- A las dudas propuestas por un s e -
et a s. ra. Benedicti X I V statuitur in per mandat ómnibus et singulis su- lesianos de D . Bosco, Rosminianos, ñor obispo de Italia, d i o , en i . ° de
 828 APÉNDICES.

Febrero de 1892, las siguientes c o n - « A d I V . Moneat Ordinarius m o -

testaciones: niales et sórores, de quibus agitur,
«I. E l favor concedido á las m o n - dispositionem articuli 4 Decreti Quem-
jas de recurrir á un confesor extraor- admodum exceptionem tantum legi
dinario, quoties ut proprice conscieniies communi constituere pro casibus vera;
considant, ad id adigantur, ¿es tan ili- et absolutas necessitatis, quoties ad
mitado é incondicional q u e pueden
usar de él constantemente, sin recu-
id adigantur, firmo remanente, quod
a S. Concilio Tridentino et a C o n s t i -
APÉNDICE SEGUNDO
rrir j a m á s al confesor ordinario, y sin tutione s. m. Benedicti X I V , incipien. (CORRESPONDIENTE A L NÚM. I957.)
que puedan ser reprendidas en este Pastoraiis cures prasseriptum habetur.»
punto ni a u n por el Obispo, é impe- Entre estas declaraciones, dadas al
didas de alguna manera, si se dejasen señor obispo de Italia, y las anterio- Varias resoluciones de la Sagrada Congregación de Ritos
guiar de razones insulsas y dignas de res al señor obispo de Málaga, pare- sobre oratorios públicos, semipúblicos y privados,
desprecio?—Ad I . Negative. ce existir alguna contradicción; pero y erección de oratorios.
»II. L o s confesores designados, en el fondo n o existe, porque aunque
¿tienen algún deber de conciencia de al señor obispo de Málaga se le dice
negarse á oir las confesiones de las que el superior tiene siempre obliga-
monjas , cuando reconocen que no ción de acceder á las súplicas del sub- DECRETUM SUPER ORATORIIS di sacrum satisfacere valent. Hujus
existe motivo plausible que las obligue dito que pide confesor extraordinario, generis oratoria sunt quas pertinent
SEMIPUBLICIS
á recurrir á ellos?—Ad I I . Affirmative. | pero también se le añade que el sub- ad Seminaria e t C o l l e g i a ecelesiastica;
»>III. S i muchas Hermanas ( y , lo dito debe ser amonestado que no pue- A Sacra Rituum Congregatione ad pia Instituía et Societaíes votorum
que es peor aún, la mayor parte de de pedir tal confesor, si n o tiene ver- saspe postulatum est, quasnam orato- simplicium, aliasque Communitates
ellas) recurriesen constantemente á dadera necesidad de él. E n la c o n - ria ceu semipublica habenda sint. sub regula sive statutis sallem ab
alguno de los confesores designados, testación al señor obispo de Italia se Constat porro oratoria publica ea Ordinario approbatis: ad Domus spi-
¿debe callar el Obispo, ó intervenir reconoce en el Obispo la facultad de esse, quas auctoritate Ordinarii ad rilualibus exercitus addictas; ad Con-
de alguna manera, á fin de que que- impedir que las monjas abusen del publicum D e i cultum perpetuo dedi- vicíus et Hospitia juvenluíi liíteris,
de á salvo la máxima establecida en recurso al confesor extraordinario; cata, benedicta, vel etiam solemniter scientiis, aut artibus instiluendas des-
la Bula Pastoraiis, que dice: « G e n e - pero cuando se pregunta de qué m e - consecrata, januam habent in via, v e l tinata; ad Nosocomia, Orphanotro-
raliter statutum esse dignoscitur, ut dio legal puede disponer para ello, se liberum a publica via fidelibus uni- phia, nec non ad Arces et Carceres:
pro singulis monialium monasteriis le contesta lo mismo que se dijo al versim pandunt ingressum. Privata e atque similia oratoria, in quibus ex
unus, dumtaxat, confessarius depute- señor obispo de Málaga, á saber: que contra stricto sensu dicuntur oratoria, instituto aliquis christifidelium costus
tur? — A d I I I . Negative ad primam ,se recuerde á las monjas que sólo convenire solet ad audiendam Missamí.
quas in privatis asdibus in commodum
partem; affirmative ad secundam. Quibus adjungi debent capellas, in cce-
pueden usar de ese favor ó privilegio alicujus personas, vel familias ex i n -
11IV. Y dado que deba intervenir <cuando hay verdadera necesidad. (La dulto Sanctas Sedis erecta sunt. Quas meterio rite erectas, dummodo in Mis-
l e g a l m e n t e , ¿qué providencia podrá Ciudad de Dios, tomo 29, Sección ca- médium inter has: dúo locura tenent, sas celebratione, non iis tantum ad
tomar? nónica, páginas 536 y 537.) ut nomen ipsum indicat, oratoria se- quos pertinent, sed aliis etiam fide-
mipublica sunt et vocantur. U t autem libus aditus pateat. Voluit autem San-
quaslibet ambiguitas circa hasc orato- ctitas Sua sarta et tecta jura ac pri-
ria amoveatur, Sanctissimus Dominus vilegia oratorium, quibus fruuntur
Noster L e o Papa X I I I ex Sacrorum E m i . S . R . E . Cardinales, R m i . S a -
Rituum Congregationis consulto, sta- crorum Antistites, atque Ordines Con-
tuit et declaravit: oratoria semipu- gregationesque Regulares. A c praste-
blica ea esse, quas etsi in loco q u o - rea confirmare dignata est Decretum
dammodo p r i v a t o , vel non absolute in una Nivernen., diei 8 Martii 1879.
publico, auctoritate Ordinarii erecta Contrariis non obstantibus quibus-
sunt; commodo tamen, non fidelium cumque. D i e 23 Januarii 1 8 9 9 . —
omnium nec privatas tantum personas C. C A R D . M A Z Z E L L A , E p . Prasnestin.,
aut familias, sed alicujus communi- S. R. C. Prcef.—L. S.—D. PANIZI,
tatis velpersonarum ccetui inserviunt. S. R. C . Secret. (Acta S. Sedis, tomo 30,
In his omnes, qui sacrosancto Missas pág. 412.)
sacrificio intersunt, prascepto audien-
8 o
3
APÉNDICES.
Nivemen. Dubia quoad licentiam
celebrandi Missas in oratoriis publi-
cis e t c . — R m u s . D . Stephanus A n t o -
nius L e l o n g , episcopus Nivernen.,
quae sequntur Sacra; Rituum Congre-
gationi exposuit, opportunam decla-
rationem seu resolutionem humillime
expostulans, videlicet:
I. Potestne Episcopus jure o r d i -
nario concederé licentiam etiam plu-
res Missas qualibet die celebrandi:
in capellis seu oratoriis publicis pia-
rum C o m m u n i t a t u m , etiam earum
qua; clausuram non habent? 2 . , in 0
capellis seu oratoriis piarum C o m -
munitatum, qua; licet non habeant
ingressum in via publica, inserviunt
tamen quotidianis exercitiis totius
Communitatis? 3 . , in capellis seu
0 necessaria ista secundaMissa, ut com-
oratoriis ad personas quidem privatas
pertinentibus, sed quaa sunt publica
vel semipublica in eo sensu quod ha-
beant ingressum in via publica vel
prope viam publicam, ut semper cui-
libet volenti intrare permittatur?
II. Potestne Episcopus alia ora-
toria praeter capellam seu principale
oratorium erigere in piis Communita-
tibus, sive ob numerum sacerdotum
ibi degentium ut ab ómnibus Missa
dici possit, sive in gratiam infirmo-
rum, qui nequeunt adire capellam seu
oratorium principale?
III. Potestne Episcopus jure pro-
prio concederé facultatem asservandi
S S m u m . Sacramentum: in Eccle-
siis seu capellis publicis quae tamen
titulo parochiali non gaudent, et si
utilitatibusParceciae inserviant? 2. , in
0
capellis piarum Communitatum pu-
blicis, id est, quarum porta pateat in
via publica vel in área cum via publi-
ca communicante, et quae habitanti-
bus ómnibus aperiuntur? 3. , in capel-
0
lis seu oratoriis interioribus piarum
Communitatum, quando non habent
capellam seu oratorium publicum in
sensu expósito, ut evenit, ex. gr., in
Seminariis?
IV. Potestne Episcopus jure pro-
prio licentiam concederé uni Sacerdo-
ti secundam Missam diebus dominicis
aut festivis de praacepto celebrandi:
i . ° , in oratoriis seu capellis quae a
S. Sede vel vi Indulti ab ea concessi
fuerunt approbata, quando propter
distantiam a parochiali ecclesia ista
secunda Missa proficere potest voto
parochianorum , qui aliter Missam
non audirent vel saltem difficillime?
2 . , in duabus ecclesiis in eadem pa-
0
rochia existentibus, quando pro utra-
que deservienda unicus adest sacer-
dos, et tamen non sine detrimento
religionis Missa in una tantum cele-
braretur ? 3 . , in eadem ecclesia
0
quando aliter pars sat notabilis p a -
rochianorum Missam non audiret?
4. , quando valde utilis est, sin autem
0
municari a fidelibus cum majori fa-
cilítate et aedificatione frequentius
possit?
Sacra itaque Rituum C o n g r e g a t i o ,
referente subscripto Secretario, hisce
postulatis sic respondit:
Ad I. Episcopus utatur jure suo
in ómnibus casibus expositis.
Ad I I . Si porro ex piarum C o m -
munitatum conditione necessaria sit
erectio alterius oratorii, pro ejus erec-
tione facultas erit a Sancta Sede obti-
nenda.
Ad III. Implorandum est I n d u l -
tum a Sancta Sede quoad omnia pos-
tulata.
Ad I V . Pósito quod Episcopus
j a m facultatem obtinuerit a S. Sede
concederé sacerdotibus suae Dicecesis
indultumbis in die festo sacrum litan-
di, erit suae prudentiae hac speciali
facúltate in casu necessitatis pro po-
puli bono uti, si vero ejusmodi facúl-
tate ipse non sit instructus, eam im-
petrare poterit. Atque ita respondit ac
declaravit. D i e 8 Martii 1879.
Ita reperitur in Actis et Regestis
S. R. Congregationis, die 23 Janua-
rii 1 8 9 9 . — D . P A N I C I , S. R. C. Secre-
tarius. (Acta S. Sedis, t. 30, pág. 413.)
APÉNDICE TERCERO
(CORRESPONDIENTE
Del procedimiento contra los solicitantes en la confesión.
Magnum scelus et abominatio pes-
sima indubitanter provocatio ad res
venéreas in sacramento Pcenitentiae a
sacerdote facta, est; ideoque mirum
non est si ecclesia, quae omni sancti-
tate ministros suos praedictos vult,
tanta severitate sollicitationem ad
turpia in confessione detestetur et pu-
niat.
E t revera hoc peccatum nefandum
est contra sacramentum, de quo abu-
titur sacerdos; contra pcenitentes, qui-
bus scandalum demoniacum prasbet;
contra justitiam, si sollicitans esset
parochus vel similis ; i m m o etiam
contra ipsum sollicitantem et contra
bonum commune, sicut dicit Alsina
in suo opere Tlieologúe Moralis, capí-
tulo 12, tract. X I I I , núm. 782, lib. 2.
Casus, qui denuntiationem juridi-
cam hujus criminis petunt, et de qui-
bus hic non agimus, sicuti norma in
hoc criminali processu procedendi,
necnon pcenas, quibuscum hujus d e -
licti puniuntur rei, aperte et adamu-
sim in bulla Benedicti X I V Sacra-
mentum Pcenitentia: , const . G r e g o -
rii X V , qua; incipit Universi, confir-
mante, numerantur.
Sic enim, hoc judicium pcenale,
quod semper summarium est, a de-
nuntiatione sollicitati, qui a Papa
Benedicto X I V in bulla citata inno-
datus est graviter obligatione perso-
nali sollicitantem Ordinario suo de-
nuntiandi, infra mensem a die, quo
AL NUM. 2459.)
advertitur obligatio, sub pcena e x -
communicationis latas sententia; ne-
mini reservataa, ex const. Apost. Se-
dis, Pii I X , a qua omnis confessarius
absolvere potest, facta denuntiatione,
vel si serio promittat pcenitens, quam
primum poterit, denuntiare, incipit.
Hasc denuntiatio coram Episcopo,
ejusve delegato cum interventu eccle-
siastici viri, qui notarii partes teneat,
fieri d e b e t ; omnesque juramentum
de silentio servando emitiere debent;
et si oceurrat casus ut confessarius
aliusve sacerdos ab Episcopo depute-
tur ad denuntiationes recipiendas abs-
que interventu notarii, quod solum-
modo extra urbem fieri potest, tune
juramento emisso de silentio servan-
do, fideliterque munus suum a d i m -
plendo, denuntiationes recipit, et ad
Episcopum caute ipsas statim trans-
mittit, quin confecti actus exemplum
aut aliquod vestigium sibi retineat.
Sic S. C. Inquis,, 20 Febr. 1867.
In dicto decreto S. C. Inq. non
paucae regula; circa normam in hoc
judiciali processu procedendi dantur,
ut deducitur ex his verbis: « E a est
hujus Inquisitionis consuetudo, ut
post unam alteramve denuntiationem
rescribatur, quod denuntiatus obser-
vetur, ita... ut quam primum per no-
vas denuntiationes res explorata erit,
in judicium vocandus sit. A d fórmale
examen vocantur parochi, vel proba-
tas fidei, spectatasque virtutis viri,
 852 APÉNDICES.
prassertim ecclesiastici, qui cum jura-
mento de veritate dicenda et de s e -
creto servando... examinentur. Hisce
diligentiis peractis, reus in judicium
adducitur... juramento dicenda; veri-
tatis obstrictus responderé debet. Ca-
vetur solertissime, ne denuntiantium
nomina manifestentur et ne sacra-
méntale sigillum quoquomodo viole-
tur. Quando prospecta evaserit pa-
trati criminis veritas, reo ad defen-
sionem, prout jura exposcunt, admis-
so, deveniendum erit ad illi interdi-
cendum in perpetuum ne confessiones
excipiat. Easdem causas... definitas et
executioni j a m traditas perpetuo si-
lentio omnino premantur.
«Pcenas in sollicitantes sunt: perpe-
tua inhabilitas ad Missam celebran-
dam et rite confessiones audiendas,
privatio beneficiorum, dignitatum,
officiorum; nec non perpetua ad illa
inhabilitas post juridicam denuntia-
tionem et condemnationem, sed dili-
genter adverte, omnes has pcenas esse
lerenda; sententia;.» Ita declaravit
S. C. Inq. 20 Febr. 1867.
Formula; observandas in hoc crimi-
nali judicio ab iis, qui nominatim de-
legantur ad denuntiationes recipien-
das absque interventu notarii, juxta
normam positam in fine instructio-
nis S. C . Inq. 2 0 Febr. 1867, j a m c i -
tatas, sunt sequentes.
D i e . . . mensis... anni...
Sponte personaliter comparuit c o -
ram me infrascripto sistente i n . . .
JICES. 833
tenus, e t c . = R e s p o n d i t : Recte (si ad guíente, que, literalmente copiada,
stitit tactis S S . Dei E v a n g e l i i s (quas
propriam conscientiam exonerandam dice así:
sua manu tangere f a c i a t ) , exposuit
denuntiasse se dicet.) (Si a sollicita-
prout infra videlicet.
tione plus uno mense propter lapsum « N o n raro ad hanc Congregationem
( H i c persona denuntians vernáculo
fuerit erit etiam interroganda.) S. Romanas et Universalis Inquisitio-
sermone declarare debet, se scire o s -
Interrogata: Cur tamdiu distulerit nis transmittuntur ab Ordinariis vel
tentam esse ab Ordinario loci faculta-
prasfata denuntiare proprio Ordinario a Sacra Posnitentiaria denuntiationes
tem recipiendi absque interventu n o -
et conscientiam suam exonerare?— contra confessarios sollicitantes pos-
tarii , quod ad suam conscientiam
Respondit: (^Notabit responsionem.) nitentes ad turpia, et saspe accidit, ut
exonerandam expositura est, propte-
in denuntiationibus ipsis inducantur
rea quia justis de causis eidem
(ACTUS CLAUDATUR HAC RATIONE) alias poenitentes vel uti certo ad turpia
R v m o . Antistiti se sistere nequit,
sollicitatas, vel tantum ex indiciis in-
deinde narrare continuo debet, quas
Quibus habitis et acceptatis, etc., ducta, quas tamen de denuntiatione
ad sollicitationes ei factas attinent,
dimissus (vel dimissa) fuit juratus emittenda obligatione juxta sacros
seu verba fuerint, seu scripta, seu
(vel jurata) de silentio servando ad cañones satis non fecerunt. N e autem
actus, accurate describendo locura.,
novumtactum SS. D e i Evangeliorum crimen tam infandum absque debitis
tempus, occasionem, vices et singula
(super E v a n g e l i u m iterum jurabit): et animadyersionibus maneat S. Con-
adjuñeta, necnon utrum in actu con-
in confirmatione prasmissorum se sub- gregatio ad tramítem Apostolicarum
fessionis, an prius vel post sacramen-
scripsit (et si scribere nesciat) et cum Constitutionum induit locorum Ordi-
talem absolutionem ea evenerint. N o -
scribere nesciret, prout asseruit, fecit nariis, ut inductas poenitentes oppor-
minare debet confessionalem sedem
signum crucis (signum crucis cálamo tuno examini subjiciant, ut inde lega-
et ipsum confessarium sollicitantem,
faciendum ab ea e x i g e t ) . (Postquam les probationes in processualibus ta-
et quatenus hujus nomen et c o g n o -
denuntians se subscripserit, aut sig- bulis resultent.
men, aut ignoret, aut oblita fuerit,
num crucis fecerit, subscribet se d e - » V e r u m experientia compertum est
describet accurate illius personam,
legatus hoc modo.) Acta sunt hasc per hujusmodi examina non ita scite seu
omnes distinctas characteres notan-
me N . N . ab I l l m o . et R v m o . Antis- legaliter assumi a judicibus delegatis,
do, ita ut ille recognosci possit. A n i -
tite N . N . ut supra specialiter dele- ita ut saspius causas ipsas, alioquin
madvertat delegatus, non esse inter-
gatum. graviores et in damnum ac scandalum
rogandam personam denuntiantem
Integrum deinde actum directe fidelium vertentes , prosequi datum
utrum consensum ad actum turpem
ad proprium Ordinarium delegantem non sit.
quocumque modo prasstiterit vel re-
transmittet, una cum instructione et «Quapropter ne in posterum ex
cussaverit, cum ipsa ad suos defectus
litteris acceptis, nihil omnino apud se enuntiatis defectibus in examinibus
manifestandos non teneatur. Hisce
retinendo. assumendis causas contra sollicitantes
scriptis, prout narrantur, delegatus
infectas remaneant, S. Suprema hasc
quas sequuntur, ñeque aliud prasterea
L a precedente fórmula de interro- Congregatio opportunum, i m m o n e -
quidpiam requirit.)
gatorio debe usarse cuando la decla- cessarium censet locorum Ordinariis
Interrogata: A n sciat vel dici au-
ración se toma á la misma persona instructionem juxta decreta et ordina-
dierit dictum N . N r