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La república del

fraude y su crisis
Política y poder en tiempos de
Roberto M. Ortiz y Ramón S. Castillo
(Argentina, 1938-1943)
La república del
fraude y su crisis
Política y poder en tiempos de
Roberto M. Ortiz y Ramón S. Castillo
(Argentina, 1938-1943)

Ignacio A. López

Rosario, 2018
López, Ignacio A.
La república del fraude y su crisis. Política y poder en tiempos de Roberto M. Ortiz y Ramón S.
Castillo : Argentina, 1938-1943 / Ignacio A. López. - 1a ed . - Rosario : Prohistoria Ediciones, 2018.

294 p. ; 23 x 16 cm. - (Historia argentina / Barriera, Darío G.; 36)

ISBN 978-987-3864-87-2

1. Historia. 2. Historia Argentina. 3. Historia Política Argentina. I. Título.

CDD 320.982

colección Historia Argentina - 36

Composición y diseño: Lorena Blanco


Edición: Prohistoria Ediciones
Imagen de Tapa: Portada de Caras y Caretas, núm. 2009, Buenos Aires, 29 de octubre de 1938.
Diseño de Tapa: mbdiseño

Este libro recibió evaluación académica y su publicación ha sido recomendada por reconocidos
especialistas que asesoran a esta editorial en la selección de los materiales.

TODOS LOS DERECHOS REGISTRADOS


HECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY 11723

© Ignacio López

© de esta edición:
Email: prohistoriaediciones@gmail.com
www.prohistoria.com.ar

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido su diseño tipográfico y de portada, en
cualquier formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin expresa autorización del editor.
Este libro se terminó de imprimir en América Ediciones, Buenos Aires, Argentina
en el mes de marzo de 2018.
Impreso en la Argentina

ISBN 978-987-3864-87-2
“En política, por lo demás, puedo citar mí ya larga y va-
riada experiencia, no siempre es lo lógico y lo previsto lo
que ocurre, sino lo ilógico e imprevisto”.

Roberto M. Ortiz, 13 de enero de 1941, declaraciones en


La Nación.
ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS ................................................................................... 11

INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 13

PRIMERA PARTE
El bienio de Roberto M. Ortiz y la primavera aperturista (1938-1940)............. 25

CAPÍTULO I
Moderato (febrero de 1938 - abril de 1939) ...................................................... 27

CAPÍTULO II
Andante vivace (abril de 1939 - febrero de 1940) ............................................. 71

CAPÍTULO III
Allegro (marzo de 1940 - junio de 1940) ........................................................... 95

SEGUNDA PARTE
La sucesión de Ramón S. Castillo y el ocaso de la república del fraude ........... 125

CAPÍTULO IV
Presto agitato (junio de 1940 - febrero de 1941) ............................................... 127

CAPÍTULO V
Vivacissimo (febrero de 1941 - mayo de 1941) .................................................. 163

CAPÍTULO VI
Adagio (mayo de 1941 - junio de 1942)............................................................. 185

CAPÍTULO VII
Grave (junio de 1942 - enero de 1943) .............................................................. 219
CAPÍTULO VIII
Finale con moto (febrero a junio de 1943) ........................................................ 239

CONCLUSIONES ............................................................................................. 267


Apéndice I ......................................................................................................... 271
Apéndice II......................................................................................................... 283
Apéndice III ....................................................................................................... 287

FUENTES INÉDITAS y FUENTES IMPRESAS ............................................. 291


AGRADECIMIENTOS

E
ste libro es resultado de una tesis doctoral defendida en el Departamento de His-
toria de la Universidad Torcuato Di Tella. Un jurado integrado por los profesores
Juan Carlos Torre, Leandro Losada y José Zanca fue crucial en aportar valio-
sas sugerencias y recomendaciones que en una segunda corrección del escrito fueron
incorporadas. Francis Korn, además de supervisarme en una beca interna doctoral en
CONICET, fue central para corregir y repensar este manuscrito y darle “forma de libro”.
Los doctores Elena Piñeiro y Luciano de Privitellio me acompañaron con brillan-
tez y perspicacia en el diseño de la tesis y sus preguntas. A ellos debo el modo de
abordar los problemas de este período, y aunque todos los errores aquí cometidos sean
propios, en estas páginas se verá su influencia.
Una larga lista de generosos y prestigiosos comentaristas como Fernando Devoto,
Ezequiel Gallo, Miranda Lida, Samuel Amaral, Fernando Rocchi, Joel Horowitz y Alis-
tar Hattingh fueron sagaces lectores de distintas partes de este libro, en varias etapas a
lo largo de los años que demandó esta investigación. En este último período, Paulina
Alberto y Jesse Hoffnung-Garsok fueron grandes amigos que me hospedaron en una
estancia posdoctoral en la Universidad de Michigan y sin proponérselo, colaboraron
grandemente para el impulso final de redacción y puesta en imprenta del manuscrito.
No quisiera dejar agradecer especialmente las clases impartidas por el profesor Tulio
Halperin Donghi en el posgrado de Historia de la Universidad Torcuato Di Tella y lo
influyente que han sido en mí sus ideas y observaciones sobre este período en particular.
Eduardo Patrón Costas, Miguel Ángel Culaciati (nieto) y Manuel Fresco (hijo)
me abrieron la puerta de sus casas y en forma desinteresada me brindaron valiosa
información de sus antepasados. Ignacio Labaqui fue esencial para posibilitar el en-
cuentro con la familia Patrón Costas. El personal de las bibliotecas y archivos que
puede recorrer en algunas provincias fue también fundamental para lograr extraer
la mayor cantidad de información posible, y siempre fui asistido con generosidad y
calidez profesional.
Una lista de grandes amigos –jóvenes scholars– me acompañaron en el difícil pro-
ceso de construcción de la tesis y sus problemas: Noelia Fernández, Mercedes López
Cantera, Benjamín García Holgado, Ignacio Mamone, Martín Mangiantini, Ángeles
Castro Montero, María Eugenia Santiago, Ezequiel Méndez, Mauro Amorosino, Ho-
racio García Bossio, Mauro Saiz y Fernando Domínguez Sardou, entre otros, fueron
colegas incondicionales.
Este libro está dedicado a la memoria de mi abuela Elsa, de mis tíos, y en especial,
a mi madre, Ana María. Esta querida familia fue siempre un pilar de apoyo, amor
incondicional y una fuente inagotable de anécdotas.
INTRODUCCIÓN

“El maravilloso y lánguido Sobre las Olas, del


mexicano Juventino Rosas, por ironía inconcebi-
ble y poco seria, sonaba en varias radios mientras
el depuesto presidente Castillo se balanceaba en las
aguas del Río de la Plata, a bordo del barco en el que
había buscado refugio”.

Ulyses Petit de Murat, La noche de mi ciudad, 1979.

L
as primeras horas de la fría mañana del 4 de junio de 1943 fueron, sin duda,
dramáticas para los tripulantes del Drummond. El pequeño rastreador con la
insignia de comandante supremo de las fuerzas de Mar a orillas del Río de
la Plata albergaba al presidente Castillo, a algunos de sus ministros, y a un grupo de
militares leales. Las presiones del ministro de Marina, contraalmirante Mario Fincati,
se orientaban a responder con bombardeos a la ciudad de Buenos Aires y una contrao-
fensiva con sede en la Escuela de Mecánica de la Armada que pudiese contener a la
insurrección que encabezaba el general Arturo Rawson desde Campo de Mayo y que
se dirigía a Casa Rosada. La operación tardaría no menos de 24 horas en hacerse efec-
tiva. Pero la propuesta del contraalmirante fue rápidamente descartada. Pocas horas
después, el Drummond dejó a sus pasajeros ilustres en el regimiento VII de Infantería
de La Plata, y el presidente Castillo entregó su renuncia en el mismo sitio al que había
concurrido trece años antes el presidente radical Hipólito Yrigoyen, con igual destino.
Lejano había quedado aquel septiembre victorioso de 1930 para muchos de los que
debieron alejarse para siempre del poder a partir de ese junio. ¿Cómo fue la evolución
de la política argentina durante la presidencia de Roberto M. Ortiz y Ramón Casti-
llo para que derivase en tan trágico final? ¿Cuáles fueron los programas y proyectos
presidenciales de ese último período constitucional de los años treinta? ¿Qué carac-
terísticas presentaron las prácticas políticas, electorales y partidarias del oficialismo,
pero también de la oposición? ¿Fue la insurrección del 4 de junio de 1943 un resultado
inevitable de la dinámica política o, por lo contrario, una de las “soluciones posibles”?
Estas serán algunas de las preguntas que intentaremos responder en este libro.
El hundimiento del segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen y el triunfo de la revo-
lución de 1930 pronto habían hecho visibles dos proyectos políticos en el seno de los
victoriosos de la revolución septembrina. Por un lado, el fallido plan corporativista de
José Félix Uriburu, que ante la imprecisión ideológica y la oposición creciente del arco
político –aún de los triunfadores golpistas–, terminó por naufragar. Cercano a las expe-
14 La república del fraude y su crisis

riencias autoritarias de España e Italia durante los años veinte, Uriburu buscaba la liqui-
dación del sufragio universal y la transformación del sistema de representación liberal en
uno corporativo.1 Sabemos que pronto sus aspiraciones fueron desechadas por el triunfo
radical de abril de 1931 en la provincia de Buenos Aires, y los deseos del dictador dieron
paso a las gestiones de los más “legalistas” que convocaron a elecciones en noviembre de
ese año. Frente a la prohibición del gobierno provisional de una fórmula encabezada por
Marcelo T. de Alvear que alcanzase a los despojados antes del poder, el radicalismo optó
por la abstención electoral, y posibilitó que en las elecciones presidenciales compitieran
con mayores chances las coaliciones formadas por el general Agustín P. Justo y Lisandro
de la Torre. El primero, encabezó la Concordancia, que unió a demócratas nacionales,
radicales antipersonalistas y socialistas independientes; el segundo, junto con el socialista
Nicolás Repetto, logró coaligar a las fuerzas progresistas y de izquierda democrática: el
Partido Demócrata Progresista y el socialismo en la Alianza Civil.2
En esas elecciones se impuso cómodamente el general Justo. Su gobierno durante
1932 y 1938, surgido de los comicios condicionados por la abstención del radicalismo,
encaró la difícil tarea de restaurar la institucionalidad democrática, sustentada por una
frágil legitimidad, y coartada tanto por los levantamientos radicales de los años 1932 y
1933, como por impugnadores e intelectuales que desde la derecha atacaban las bases
mismas del sistema democrático.3 La vuelta del radicalismo a la arena electoral nacional
en 1935, permitió, aún desde una retórica legalista y democrática, que el gobierno de Justo
condicionase mediante mecanismos institucionales y prácticas fraudulentas, el retorno del
radicalismo al poder y limitase su inserción institucional. La sucesión presidencial hacia el
año 1936 debía ser conducida, según el presidente saliente, para garantizar la continuidad
de la Concordancia, y su posible retorno al poder luego de un mandato constitucional.4

1 Halperin Donghi, Tulio, La Argentina y la tormenta del mundo: idea e ideologías entre 1930 y 1945,
Buenos Aires, Siglo XXI, 2003; Finchelstein, Federico, Fascismo transatlántico. Ideología, violencia
y sacralidad en Argentina y en Italia, 1919-1945, Buenos Aires, FCE, 2010.
2 Galletti, Alfredo, La realidad argentina en el siglo XX. La política y los partidos, Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica, 1961; Schillizzi Moreno, Horacio, Argentina contemporánea. Fraude y
entrega, 1930-1943, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, t. II, 1973; Ferrero, Roberto, Del fraude a la
soberanía popular, 1938-1946, Buenos Aires, Ediciones La Bastilla, 1980.
3 Halperin Donghi, Tulio, Argentina en el callejón, Buenos Aires, Editorial Arca, 1964; del mismo autor,
La República imposible (1930-1945), Buenos Aires, Ariel, 2004; Macor, Darío, “Partidos, coaliciones y
sistema de poder”, en Alejandro Cattaruzza (dir.), Crisis económica, avance del Estado e incertidumbre
política (1930-1943), Buenos Aires, Editorial Sudamericana, Nueva Historia Argentina, t. VII, 2001,
pp. 49-96; De Privitellio, Luciano, “La política bajo el signo de la crisis”, en Cattaruzza, Alejandro
(dir.), Crisis económica, avance del Estado e incertidumbre política…, cit., pp. 96-142; del mismo
autor, “La vida política”, en Alejandro Cattaruzza (coord.), Argentina. Mirando hacia adentro, Madrid,
Fundación Mapfre-Santillana Ediciones, 2012, pp. 39-90. Sobre conservadores y nacionalistas, cfr.
Tato, María Inés, “¿Alianzas estratégicas o confluencias ideológicas? Conservadores y nacionalistas
en la Argentina de los años treinta”, Montevideo, Cuadernos del CLAEH, núm. 91, 2005, pp. 119-135;
y “Nacionalistas y conservadores, entre Yrigoyen y la «década infame»” en Bertoni, Lilia Ana, y De
Privitellio, Luciano (Comp.), Conflictos en democracia. La vida política argentina entre dos siglos,
Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2009, pp. 149-170.
4 Macor, Darío y Piazzesi, Susana, “La cuestión de la legitimidad en la construcción del poder en la
Ignacio A. López 15

En este contexto, emergió en el elenco concordancista la figura de Roberto Ortiz,


antiguo militante radical, funcionario del presidente Marcelo T. Alvear (1922-1928)
y más recientemente, ministro de Hacienda de Justo, quien fue señalado como el can-
didato más aceptable para sucederlo y garantizar el débil equilibro entre las fuerzas
oficialistas. El candidato triunfó en las elecciones de septiembre de 1937 y gobernó
el país por dos años hasta que a mediados de 1940 debió abandonar temporariamente
el poder por el deterioro de su estado de salud. Su breve experiencia fue un hito en la
restauración constitucional percibida por muchos de sus contemporáneos como un in-
tento reformista que buscó garantizar prácticas electorales más honestas. Su sucesor,
Ramón Castillo, reemplazó a Ortiz a mediados de ese año y ensayó el último intento
de las fuerzas conversadoras por dirigir los destinos de la república en un panorama
de hegemonía demócrata y participación subordinada de los radicales.
Los primeros estudios del ciclo que se cerró en 1943 y que pueden entenderse
como revisionistas,5 privilegiaron en su análisis la reflexión económica y el enjuicia-
miento al fraude electoral durante aquellos años. Estos autores estudiaron a fondo las
características de la política económica implementada a partir de 1932, esencialmente
los principales acuerdos comerciales de carácter internacional de la década, y anun-
ciaron irregularidades y negociados informales –y sectarios– que implicaban a los
principales ministros del gabinete nacional. Autores como Julio y Rodolfo Irazusta o
José Luis Torres, escribieron al calor de los acontecimientos, y sus escritos sirvieron
para operar políticamente de acuerdo a sus simpatías ideológicas.6 Tal como lo ha se-
ñalado Darío Macor, a fines de los años cincuenta, y ya pasada la experiencia peronis-
ta, algunos núcleos intelectuales y empresas editoriales como Sur, Contorno y, desde
el universo académico, Imago Mundi, fueron determinantes para generar en ese clima
de época una imagen de los años treinta como una “oscura edad media” precedente
a la revolución peronista. En ese sentido, la temprana obra de José Luis Romero7

Argentina de los años treinta”, Cuadernos Sur Historia, núm. 34, Bahía Blanca, 2005, pp. 9-34; Béjar,
María Dolores, “La construcción del fraude y los partidos políticos en la Argentina de los años treinta”,
Cuadernos del CISH, núm. 15-16, 2004, pp. 65-97. Sobre Agustín Justo, cfr. de Privitellio, Luciano,
Agustín P. Justo. Los nombres del poder, Buenos Aires, FCE, 1997; Fraga, Rosendo, El general Justo,
Buenos Aires, Emecé Editores, 1993.
5 Algunas obras de importancia sobre este período: Irazusta, Rodolfo e Irazusta, Julio, La Argentina y el
imperialismo británico. Buenos Aires, Colección El Mundo de hoy, Editorial Tor, 1934; Torres, José
Luis, La década infame 1930-1940, Buenos Aires, Freeland, 1973 (primera edición en 1944); Palacio,
Ernesto, Historia de la Argentina, Buenos Aires, Editorial Revisión, t. IV, 1975 (primera edición Peña
Lillo Editor, 1954); Jauretche, Arturo, FORJA y la década infame, Buenos Aires, Corregidor, 2010
(primera edición Editorial Coyoacán, 1962); Rosa, José María, Historia Argentina, Buenos Aires,
Editorial Oriente SA, t. XII, “La década infame 1932-1943”, 1980; Galasso, Norberto, “La década
infame”, Cuadernos para la Otra Historia, Centro Cultural Enrique Santos Discépolo, 2006.
6 Torres, José Luis, Algunas maneras de vender la Patria, Buenos Aires, Freeland, 1973 (primera edición
en 1940). También algunas obras de Torres con el mismo objetivo: Los perduellis. Los enemigos
internos de la Patria, Buenos Aires, Freeland, 1973 (primera edición Editorial Padilla & Contreras,
1943); La oligarquía maléfica, Buenos Aires, 1973 (primera edición 1953).
7 Romero, José Luis, Las ideas políticas en Argentina. México, Fondo de Cultura Económica, 1956.
16 La república del fraude y su crisis

permite prefigurar en su edición de 1956 –la primera data de 1946– la idea de una
década del treinta como “laboratorio de transición” en la que se rastreaban elementos
del fascismo transatlántico devenido en criollo y que terminarían por consolidarse en
forma más o menos definida tras la revolución de 1943 y con la experiencia peronista.8
La obra de Félix Luna durante la experiencia frondicista, Alvear9 también fue funda-
mental –en parte por su éxito editorial– para consolidar una determinada imagen de
la clase política de aquellos años y las frustraciones de un radicalismo que ya había
dejado de ser partido mayoritario pero que encontraba en los años treinta explicacio-
nes de su debacle política.
Algunos autores de la corriente historiográfica autodenominada “izquierda nacio-
nal”,10 como Jorge Abelardo Ramos y Rodolfo Puiggrós, y dentro de un mismo clima
político-cultural de los años sesenta y setenta, detuvieron su mirada sobre violaciones
en torno a la práctica del sufragio y la corrupción inherente de ese sistema político.
La “década infame”, ergo, no fue más que la restauración de relaciones económicas
y políticas de “vasallaje” o “colonialismo” entre la oligarquía argentina y el imperio
británico. El sistema institucional fue, pues, reflejo de este tipo de vinculaciones pa-
sando inadvertido en este análisis las densas relaciones entre los actores del sistema
político-económico, así como también sus condicionantes externos.
En esas décadas también surgieron una serie de trabajos sociopolíticos sobre los
años treinta que pusieron la atención sobre aspectos globales del período y sus pro-
cesos. Estos estudios analizaron no sólo el mundo político sino también los actores
partidarios centrales del elenco gobernante y la oposición, los grupos económicos, la
Iglesia, el Ejército y demás organizaciones o grupos de presión. El mencionado tra-
bajo de José Luis Romero catalogó al período que va desde el año 1930 a 1943 como
la “república conservadora” o “democracia fraudulenta”, una especie de paréntesis
histórico coartado entre la república radical y la república de masas, en el marco de
una visión más amplia de la historia argentina contemporánea.11 El trabajo de Alberto
Ciria fue central ya que uno de sus aportes más novedosos fue dar una visión de la
década como objeto histórico unitario. Como señala Macor, el trabajo de Ciria se
caracterizó por su enfoque académico a pesar de estar imbuido en un “denuncialismo

8 Macor, Darío, “Imágenes de los años treinta. La invención de la década del treinta en el debate
político intelectual de la Argentina sesentista”, Documento de Trabajo, núm. 3, Programa de Estudios
Interdisciplinarios de Historia Social CAID 93-94, UNL, Santa Fe, 1995, p. 10.
9 Luna, Félix, Alvear, Buenos Aires, Sudamericana, 1958.
10 Alguno de los principales autores y obras de esta corriente para el período: Ramos, Jorge Abelardo, El
sexto dominio, 1922-1943, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1973 (primera edición 1953); del mismo
autor, Historia política del Ejército argentino. De la Logia Lautaro a la industria pesada, Buenos
Aires, Colección La Siringa, Peña Lillo Editor, 1959. Cfr. también: Puiggrós, Rodolfo, Historia
crítica de los partidos políticos argentinos, Buenos Aires, Editorial Argumentos, 1956; La democracia
fraudulenta, Buenos Aires, Editorial Corregidor, 1974 (primera edición Jorge Álvarez Editor, 1968);
Hernández Arregui, Juan José, La formación de la conciencia nacional, 1930-1960, Buenos Aires,
Ediciones Continente/Peña Lillo, 2011 (primera edición Orestes Gráficos, 1960).
11 Romero, José Luis, Breve historia de la Argentina. Buenos Aires, Eudeba, 1965.
Ignacio A. López 17

apasionado”, pero a su vez, por la diversidad de enfoques en el tratamiento de los


problemas de la década, con abundante material y fuentes primarias.12
A mitad de los años sesenta, apareció uno de los primeros escritos de Tulio Hal-
perin Donghi sobre los años treinta, en el que se realiza una crónica de treinta años
de “anormalidad permanente” y de un “orden político en perpetua crisis” en el que
el autor privilegia una mirada más amplia de la historia política desde el primer gol-
pe militar hasta los años de Arturo Frondizi. El escrito, si bien comparte los rasgos
atribuidos a los años treinta presentes en el clima político-intelectual de ese momento
(fraude, corrupción, política elitista y antipopular), tiene la particularidad de intro-
ducir a aquella década como un breve ciclo dentro de una visión más general del
desarrollo político reciente del país –ya configurado por la experiencia peronista y la
proscripción–, y caracterizado según Halperin Donghi por dos rasgos esenciales: la
imposibilidad de construir mayorías sostenidas y la presencia ineludible de las Fuer-
zas Armadas en la vida pública.13
A inicios de los años setenta, trabajos como el de Murmis y Portantiero14 en “Cre-
cimiento industrial y alianza de clases en la Argentina, 1930-1940” (Estudios sobre
los orígenes del peronismo) reconstruyeron, en su análisis económico sobre la década
del treinta, la reflexión y los principales argumentos de las corrientes de izquierda
marxista y trotskista. Los autores exploraron los debates en torno al clivaje “intereses
industriales vs. intereses agroexportadores” reseñando algunos de los más importan-
tes trabajos sobre la economía del período. En este sentido, estos autores realizaron
importantes definiciones en torno a la articulación de estos intereses con las agru-
paciones políticas, y cómo la instrumentación de la política económica respondió,
de alguna u otra manera, al resultado de estas disputas de intereses. En un segundo
trabajo sobre “El movimiento obrero en los orígenes del peronismo” discutieron al-
gunas de las hipótesis fundamentales sobre la estructuración de intereses e incentivos
de la que parte Gino Germani para explicar el surgimiento del liderazgo carismático
de Juan Domingo Perón, y que tienen en la experiencia política de los años treinta una
explicación ineludible.15
En las décadas del setenta y ochenta, Robert Potash y Alan Rouquié buscaron
analizar la política y el Ejército durante la primera mitad del siglo XX.16 Estos estu-
dios no solo pusieron en la escena al Ejército como actor central del sistema político,

12 Ciria, Alberto, Partidos y poder en la Argentina moderna (1930-1946), Buenos Aires, Jorge Álvarez
Editor, 1964.
13 Halperin Donghi, Tulio, “1930-1960. Crónica de treinta años”, en Argentina en el callejón, Buenos
Aires, Editorial Arca, 1964, pp. 75-181.
14 Murmis, Miguel, y Portantiero, Juan Carlos, Estudios sobre los orígenes del peronismo, Buenos Aires,
Siglo XXI Editores, 2006 (primera edición Siglo XXI Editores, 1971).
15 Germani, Gino, Estructura social de la Argentina, Buenos Aires, Raigal, 1955 y Política y sociedad en
una época en transición (de la sociedad tradicional a la sociedad moderna), Buenos Aires, Paidós, 1962.
16 Potash, Robert, El ejército y la política en la Argentina: 1928-1945. De Yrigoyen a Perón, Buenos
Aires, Sudamericana, 1971 (Buenos Aires, Hyspanoamérica, 1986); Rouquié, Alan, Poder militar y
sociedad política en la Argentina, Buenos Aires, Emecé, 1981.
18 La república del fraude y su crisis

sino que señalaron la creciente complejidad burocrática e ideológica a lo largo de


los años veinte y treinta. Un sugerente trabajo de Mark Falcoff y Ronald Dolkart17
desde la academia norteamericana hacia mediados de la década buscó sistematizar el
período desde una visión completa y multidisciplinaria y evitando lo que los autores
consideraban una visión maniquea de la historia sobre esos años (una “conservadora”
y otra “nacionalista”). La obra reconstruyó el mundo político, económico y cultural,
pero, sin embargo, no logró escapar del todo de un análisis histórico subordinado al
surgimiento del peronismo como resultante invariable del sistema político surgido a
raíz de la revolución de 1930.
A mediados de los años ochenta, Juan Carlos Portantiero y Juan Carlos Torre
proporcionaron una interpretación sistémica de la política durante ese fin de ciclo
en vistas del fenómeno de masas que surgió a partir de 1943: el peronismo. Pero
al mismo tiempo que señalaban una creciente “brecha” en la Argentina de los años
treinta, entre una sociedad y una economía en movimiento, y un sistema político que
se tornaba más cerrado, revaluaron las capacidades de liderazgo de los presidentes de
la coalición gobernante en cuanto éstos encarnaron salidas posibles al problema de la
legitimidad del Estado.18 Estos trabajos y las hipótesis en ellos propuestas, constituyen
un punto de partida extraordinario para valorar la dinámica del proceso político por
sí mismo.
La producción sobre historia política en los últimos treinta años, al ritmo del creci-
miento de los debates en la universidad y el ámbito científico, complejizó las miradas
sobre el período estudiado. Trabajos sobre el conservadurismo bonaerense y las prác-
ticas fraudulentas cruzaron la política en el distrito con un análisis más meticuloso
sobre las prácticas del partido más importante de los años treinta: el Partido Conserva-
dor de la provincia de Buenos Aires.19 Desde una perspectiva nacional, Darío Macor
y Susana Piazzesi, María Dolores Béjar y Luciano de Privitellio se han referido a la
cuestión del fraude electoral y la relación entre reproducción en el poder y la produc-
ción de legitimidad en el sistema.20 Estos estudios advirtieron las complejas relaciones

17 Falcoff, Mark y Dolkart, Ronald (ed.), Prologue to Perón. Argentina in Depression and War, 1930-
1943, Berkeley/Los Angeles/London, University of California Press, 1975.
18 Portantiero, Juan Carlos, “Transformación social y crisis de la política”, Suplemento “La Argentina de
los años 30. Momentos y figuras de la crisis”, La Ciudad Futura. Revista de Cultura Socialista, 1987,
pp. 14-15; Torre, Juan Carlos, La Vieja Guardia Sindical y Perón, Buenos Aires, Sudamericana, 1990;
y “La crisis argentina de principios de los años cuarenta y sus alternativas. El peronismo y los otros”
(Apéndice) en La Vieja Guardia Sindical y Perón, Buenos Aires, Eduntref, 2006, pp. 246-255.
19 Walter, Richard, La provincia de Buenos Aires en la política argentina, 1913-1943, Buenos Aires, Emecé,
1987; Melón Pirro, Julio César, “Legislación y práctica electoral en la década de 1930. La ´Ley trampa´ y
´el fraude patriótico´” en Melón Pirro, Julio César y Pastoriza, Elisa (Ed) Los caminos de la democracia.
Alternativas y Prácticas Políticas 1900- 1943, Buenos Aires, Universidad Nacional de Mar del Plata,
Biblos, 1996, pp. 163-179. También Béjar, María Dolores, “El gobierno de Manuel Fresco. Entre la justicia
social y el fraude patriótico”, Cuadernos del CISH, N. 2-3, 1997, pp. 79-124; y El régimen fraudulento. La
política en la provincia de Buenos Aires, 1930-1943, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005.
20 Macor, Darío y Piazzesi, Susana, “La cuestión de la legitimidad…”, cit.; Béjar, María Dolores, “La
construcción del fraude...”, cit., de la misma autora: “Otra vez la historia política. El conservadurismo
Ignacio A. López 19

entre la elite política y las prácticas del fraude, y señalaron como éste fue un recurso
clave no solo para el control sucesorio sino que se transformó en mecanismo de im-
pugnación de resultados para oficialistas y opositores, y en un dispositivo para dirimir
disputas entre las mismas elites.
Pero más importante aún, una serie de trabajos comenzaron a discutir la misma
noción de “década”, analizando esos años en términos de continuidades y rupturas
con períodos históricos anteriores y posteriores, y flexibilizando así las fronteras de-
masiado rígidas a los grandes procesos políticos, sociales y culturales de la Argentina
de entreguerras.21 En línea con estas nuevas interpretaciones surgió la Biblioteca de
Pensamiento Argentino editada por Tulio Halperin Donghi que publicó dos volúme-
nes sobre el largo ciclo político que se abrió en 1916 y culminó en 1943-46 (Vida y
muerte de la República Verdadera y la República Imposible).22 Como señaló Luciano
de Privitellio, en dicha dicotomía de fases republicanas, una “verdadera”, otra “impo-
sible”, el director de la Colección encerraba una sugerencia perspicaz: la idea de que
los años treinta eran una continuidad de la era radical con una clara interrupción que
fue el golpe militar de septiembre. Esa república, en el fondo, era la misma. La noción
de “república reformada”, un período amplio que abarcó la era radical y la restaura-
ción conservadora como una unidad, es sin duda, perspicaz. Sobre todo, atendiendo a
que entre 1930 y 1943 se asiste, como señaló Luciano de Privitellio, al agotamiento
definitivo del ensayo abierto en las reformas electorales de 1912-1916.23
Por último, la producción historiográfica en las provincias logró en los últimos
años articular miradas locales con las nacionales, y el conocimiento sobre los distintos

bonaerense en los años treinta”, Anuario del IEHS, UNICEN, Tandil, núm. 1, 1986, pp. 199-227; y “El
régimen fraudulento desde la dinámica facciosa del conservadurismo bonaerense”, Revista de Historia,
Año 1, núm. 1, Mar del Plata, 2005; De Privitellio, Luciano, “El imperio de la voluntad popular: el
fraude y el estudio de las elecciones en la primera mitad del siglo XX” en La Fundación Cultural.
Ágora, Espacio de Historia y Ciencias Sociales, núm. 38, Fundación Cultural Santiago del Estero,
2009; del mismo autor, “Las elecciones entre dos reformas”, en Sábato, Hilda, Ternavasio, Marcela, De
Privitellio, Luciano, Persello, Ana Virginia, Historia de las Elecciones en La Argentina 1805 – 2011,
Buenos Aires, El Ateneo, 2011, pp. 135-213.
21 Cfr. Korn, Francis y Romero, Luis Alberto (comp.), Buenos Aires/Entreguerras. La callada
transformación, 1914-1945, Buenos Aires, Alianza Editorial, 2006; también De Privitellio, Luciano y
López, Ignacio, Presentación al dossier “La década de 1930”, núm. 53, julio 2015, disponible en: http://
historiapolitica.com/dossiers/dossier-la-decada-del-treinta/; cfr. también Ballent, Anahí, Las huellas
de la política. Vivienda, ciudad, peronismo en Buenos Aires, 1943-1955, Buenos Aires, Prometeo/
UNQ, 2005; Gutiérrez, Leandro y Romero, Luis Alberto, “Sociedades barriales, bibliotecas populares
y cultura de los sectores populares: Buenos Aires, 1920-1945”, Desarrollo Económico, Vol. 29, núm.
113, 1989, pp. 33-62; Lida, Miranda, “El catolicismo de masas en la década de 1930. Un debate
historiográfico”, Folquer, Cynthia y Amenta, Sara (comps.), Sociedad, cristianismo y política: tejiendo
historias locales, Tucumán, UNSTA, 2010. Una contribución reciente que articula el caso nacional con
aspectos internacionales es la de Nállim, Jorge, Transformación y crisis del liberalismo. Su desarrollo
en la Argentina en el período 1930-1955, Buenos Aires, Gedisa, 2014.
22 Halperin Donghi, Tulio, Vida y muerte de la república verdadera (1910-1930), Buenos Aires, Ariel,
2000 y La República imposible (1930-1945)…, cit.
23 De Privitellio, “La vida política...”, cit., pp. 40-41.
20 La república del fraude y su crisis

procesos y actores en distintas escalas se ha visto enriquecido en las últimas dos déca-
das. Emergieron importantes contribuciones desde la dinámica del proceso político,24
las capacidades estatales de las administraciones provinciales,25 los partidos políticos
a escala local,26 y la sociabilidad regional,27 además de un nutrido número de inves-
tigaciones sobre los territorios nacionales durante la primera década del siglo XX.28

24 Algunos trabajos ya mencionados para el caso santafesino de Macor y Piazzesi, “Organizaciones


partidarias”, cit., pp. 107-132; también Nación y provincia en la crisis de los años treinta, Santa Fe,
Universidad Nacional del Litoral, 2006; y una compilación de trabajos sobre Santa Fe y Córdoba:
Macor, Darío y Piazzesi, Susana (eds.), Territorios de la política argentina. Córdoba y Santa Fe,
1930-1945, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 2009. Para el caso cordobés: Tcach, César
(coord.), Córdoba Bicentenaria. Claves de su historia contemporánea, Córdoba, Universidad Nacional
de Córdoba/Centro de Estudios Avanzados, 2010. Para Mendoza: Lacoste, Pablo, Los “gansos” de
Mendoza. Aporte para el estudio de los partidos provincianos y del modelo conservador, Argentina
(1880-1943), Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1991; y del mismo autor: La Unión
Cívica Radical en Mendoza y en la Argentina (1890-1946), Mendoza, Ediciones Culturales de
Mendoza, 1994.
25 Cfr., Bacolla, Natacha y Solís Carnicer, María del Mar, “A propósito del uso político del aparato
estatal y la construcción de partidos políticos en la Argentina. Reflexiones sobre el peronismo en clave
comparada: Corrientes y Santa Fe, 1946-1949”, Revista SAAP, Buenos Aires, vol. 6, 2012, pp. 67-95.
26 Sobre Corrientes, cfr. Solís Carnicer, María del Mar, “Autonomistas, liberales y radicales en Corrientes.
Actores, prácticas e identidades políticas en conflicto (1909-1930)”, Prohistoria, Año XIII, núm. 13,
Rosario, 2009, pp. 31-50. También: Solís Carnicer, María del Mar, “La cultura política en Corrientes.
Partidos, elecciones y prácticas electorales (1909- 1930)”, Tesis de Doctorado en Historia, Universidad
Nacional de Cuyo, Facultad de Filosofía y Letras, 2006 y de la misma autora: Liderazgo y política en
Corrientes: Juan Ramón Vidal, 1883-1940, Corrientes, Moglia Ediciones, 2005. Para Tucumán, cfr.
Lichtmajer, Leandro y Parra, Graciana, “Revisando la crisis de los partidos desde una escala provincial.
Radicales y conservadores en Tucumán (1940-1943)”, Revista de Historia Americana y Argentina,
Mendoza, vol. 49, 2013 y Parra, Graciana, “Los demócratas tucumanos: entre el conservadurismo
nacional y la Concordancia. La intervención a la provincia de Tucumán, 1933-1934”, Anuario del
Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti”, núm. 11, 2011, pp. 85-106. Para Salta, cfr.:
Correa, Rubén y Abrahan, Carlos Fernando, “Nota para una historia de los partidos políticos en Salta.
Radicalismo y organización Obrera. La experiencia del Centro Obrero Radical (C.O.R), 1926-1929”,
Documento de Trabajo núm. 10, Serie Voces y Argumentos, Córdoba, 2006. Para el caso santafesino:
Piazzesi, Susana, Conservadores en provincia. El iriondismo santafesino. 1937-43, Santa Fe, UNL,
2010; y Mauro, Diego, Reformismo liberal y política de masas. Demócratas progresistas y radicales
en Santa Fe (1921-1937), Rosario, Prohistoria, 2013.
27 Roldán, Diego, “Imágenes, juegos, rituales y espacios. Las Interacciones socioculturales entre elites y
sectores populares durante la entreguerra. La incultura en Rosario (Argentina)”, Historia, São Paulo-
Brasil, 2009, vol. 28, pp. 683-714.
28 Cfr. Arias Bucciarelli, Mario (coord.), Diez territorios nacionales y catorce provincias. Argentina,
1860/1950, Prometeo, Buenos Aires, 2012; Casullo, Fernando, Gallucci, Lisandro y Perren, Joaquín,
Los estados del Estado. Instituciones y agentes estatales en la Patagonia, 1880-1940, Rosario,
Prohistoria Ediciones, 2013; algunos dossiers de historiapolítica.com también vinculados a provincias
y territorios nacionales: Favaro, Orietta y Iuorno, Graciela, Reflexiones en torno a los estudios sobre
Territorios Nacionales (dossier), núm. 6, julio 2010, disponible en: http://historiapolitica.com/dossiers/
territorios/ y Favaro, Orietta, Los partidos políticos en Argentina. Un archipiélago de entramados
con fuerte arraigo territorial (dossier), núm. 28, julio 2012, disponible en: http://historiapolitica.com/
dossiers/ppterritoriales/
Ignacio A. López 21

Intentamos revisar en este libro algunas conjeturas. En primer lugar, en ese segun-
do período constitucional de la restauración de 1932 se dio una evolución particular
del proceso político caracterizado a su vez por la creciente crisis de los acuerdos forja-
dos dos décadas antes por las reformas Sáenz Peña, y acelerado por el vaciamiento de
liderazgos. En parte, debido a que la sucesión presidencial de 1937 se basó en acuer-
dos fraudulentos más visibles y éstos fueron percibidos cada vez más como ilegítimos
ante la opinión pública y el resto de los partidos políticos, acelerando los debates
sobre la viabilidad del gobierno restaurado. Pero también, por la reconfiguración del
tablero político debido a la desaparición de líderes que garantizaban el sostenimiento
de esa particular democracia –ya sea con cuotas de popularidad (Alvear u Ortiz) o
por su habilidad de gestar acuerdos entre dirigentes y actores clave (Justo)–. En este
contexto, como lo señaló Juan Linz, la presencia de individuos con características y
cualidades únicas resultó ser decisiva para la supervivencia de ese tipo de regímenes.29
En su análisis histórico sobre diversas democracias occidentales durante el siglo XX,
Linz consideró que éstas tuvieron “probabilidades razonables” de supervivencia y
consolidación total, pero que ciertas características y acciones de importantes actores
disminuyeron esas probabilidades, o en otros casos, fueron centrales para lograr su
estabilidad.30
En segundo lugar, fue en esa especial coyuntura de fines de los años treinta y
principios de los cuarenta, cuando los proyectos presidenciales sobre la viabilidad
del sistema democrático adquirieron mayor intensidad política y los debates insti-
tucionales se hicieron más agudos, al calor del conflicto mundial y la polarización
ideológica. Sostenemos que ambos presidentes, Roberto Ortiz y Ramón Castillo, se
mantuvieron, con matices propios, en los márgenes del universo sáenzpeñista del cual
eran herederos: uno en un tono reformista (Ortiz); el otro en variante conservadora
(Castillo). Ambos buscaron resolver los problemas inconclusos de la democratización
de 1912-1916, en un contexto de acelerado agotamiento de la era de reformas abierta
dos décadas antes, pero en el que de hecho existían distintas alternativas de solución
política.31 En este sentido, en esta investigación se busca indagar en la historiografía
sobre el período y tratar de precisar los programas políticos e institucionales de ambos
presidentes.
Por último, la investigación busca poner en primer plano la autonomía de la po-
lítica y reevaluar las capacidades de liderazgo de los dos presidentes de fines de esta
república restaurada, ya que creemos que probaron ser cruciales como motores del
proceso político.32 Pretendemos entonces reconstruir el modo en que los presiden-

29 Linz, Juan, La quiebra de las democracias, Madrid, Alianza Editorial, 1996, p. 16.
30 Linz, La quiebra..., cit., p. 25.
31 Devoto, Fernando, “Para una reflexión en torno al golpe del 4 de junio de 1943”, Estudios Sociales,
Universidad Nacional del Litoral, núm. 46, primer semestre de 2014, pp. 171-186.
32 Este trabajo se nutre de una serie de aportes teóricos desde la academia norteamericana que analizan
a través la institución presidencial en las democracias modernas en clave histórica, cfr. Neustadt,
Richard, Presidential Power and the modern presidents. The politics of leadership from Roosevelt to
22 La república del fraude y su crisis

tes Roberto Ortiz y Ramón Castillo edificaron su capital político, fijándonos en su


gravitación en las situaciones provinciales, las redes partidarias y las relaciones que
entablaron con las diferentes líneas dentro de las Fuerzas Armadas. Revisaremos y
discutiremos interpretaciones “clasistas”, demasiado deterministas, sobre la dinámica
de los procesos históricos.33 El “tormentoso” escenario global fue crucial en los cli-
vajes y alineamientos de la política doméstica, pero ésta mantuvo, sin embargo, su
autonomía. La dinámica del proceso político merece, por tanto, volver al primer plano
de análisis. En este sentido, la investigación busca nutrirse de la producción reciente
sobre historia política durante fines del siglo XIX e inicios del XX para este particular
contexto de fines de los años treinta e inicios de los cuarenta.34
En los capítulos siguientes buscaremos recrean la política argentina en un contex-
to mundial “tormentoso”.35 Analizaremos como ambos presidentes compartieron un
mismo ciclo de poder (la “república del fraude” inaugurada en septiembre de 1930
con el golpe militar), aunque con tempos distintos. De esta manera, la denominación
de los capítulos adquiere ritmos diferentes de acuerdo con el devenir del proceso
político e institucional. Los registros mediante los cuales el libro intenta abordar la
política durante esos años son básicamente dos: primero, a través de las redes políticas
a nivel federal y en las provincias (lo que permite reconsiderar liderazgos y prácticas
políticas), y el segundo, través de algunos conflictos institucionales y políticos crucia-
les, en la arena electoral y en la parlamentaria.
En el capítulo I (moderato) rastrearemos algunos rasgos esenciales de la trayecto-
ria política de Ortiz y explicaremos las estrategias de construcción de bases de poder
propias durante los primeros meses de gobierno, tanto en los asuntos militares como
su despliegue en la política de las provincias. En el capítulo II (andante vivace) ex-
plicaremos el avance del poder presidencial en algunos casos provinciales como San
Juan, Santiago del Estero y Catamarca, además de profundizar en algunas ideas que

Reagan, Nueva York, The Free Press, 1991 (primera edición, John Wiley & Sons, 1960) y Skowronek,
Stephen, The politics presidents make. Leadership from John Adams to George Bush. Cambridge/
London, The Belknap Press of Harvard University Press, 1993.
33 Cfr. por ejemplo, estudios desde enfoques de sociología política: Blacha, Ernesto, “Acerca de la elite
en la Argentina (1930-1943)”. Anuario del Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti”,
Año 5, núm. 5, 2005, pp. 476-496; también Blacha, Ernesto, La clase política argentina, 1930-1943.
La oposición ausente y la pérdida de poder, Bernal, UNQUI, 2015.
34 Sobre la especificidad de lo político, cfr. Stone, Lawrence, “The revival of the Narrative Reflexions
on a New Old History”, Past and Present, núm. 82, 1979, pp. 3-24; y Halperin Donghi, Tulio, “El
resurgimiento de la historia política. Problemas y perspectivas” en Bragoni, Beatriz, Microanálisis,
Buenos Aires, Prometeo, 2004. Para el caso argentino, véase la producción sobre historia política de
Béjar, “Otra vez la historia política...”, cit. Para el período anterior, Alonso, Paula, “La reciente historia
política en la Argentina del ochenta al Centenario”, Anuario del IEHS, UNICEN, Tandil, núm. 13, 1998,
pp. 393-418; y Jardines secretos, legitimaciones públicas. El Partido Autonomista Nacional y la política
argentina de fines del siglo XIX, Buenos Aires, Edhasa, 2010. También de Castro, Martín, El ocaso de la
república oligárquica. Poder, política y reforma electoral, 1898-1912, Buenos Aires, Edhasa, 2012.
35 Halperin Donghi, La Argentina y la tormenta del mundo…, cit. También Nállim, Transformación y
crisis del liberalismo..., cit.
Ignacio A. López 23

inspiraron al presidente sobre su accionar concreto en materia política. Los detalles


de los casos provinciales buscan ilustrar los alcances y límites de la democratización
que el presidente impulsaba a nivel federal. En el capítulo III (allegro), indagaremos
sobre la intervención federal a la provincia de Buenos Aires y cómo fue visible en esos
meses “primaverales” su política de apertura y democratización para gran parte de los
actores del sistema político, y su recepción en el Congreso, en la prensa y en la opi-
nión pública. En el capítulo IV (presto agitato) describiremos el inicio del cambio de
un proyecto presidencial a otro: el traspaso de mando de Ortiz a Castillo y el comienzo
de la provisionalidad que duró unos largos meses. Observaremos también cómo el
ámbito legislativo se volvió escenario para plantear el escándalo de El Palomar y el
trasfondo político que tuvo la investigación senatorial; además de indagar sobre la
política en las provincias que desplegó el vicepresidente en funciones en sus primeros
meses y su nuevo juego de alianzas. En el capítulo V (vivaccisimo) intentaremos des-
cribir la crisis abierta a partir de enero y febrero de 1941 y cómo el Senado fue nueva-
mente escenario para plantear el caso político de enfermedad del presidente, con con-
secuencias políticas y sucesorias de gravedad. En el capítulo VI (adagio) se describe
la senda presidencial una vez resuelto el conflicto político de la enfermedad de Ortiz y
se explican las estrategias desplegadas por Castillo en el terreno militar y la política en
las provincias, a través del análisis de algunos casos provinciales como Buenos Aires,
San Juan, Catamarca y Jujuy. En el capítulo VII (grave) se relatan los acontecimientos
surgidos a raíz de la muerte del presidente Ortiz y el fin de la provisionalidad hasta
la muerte de Justo, como así también la política presidencial desplegada en algunos
casos provinciales como Tucumán y Corrientes. En capítulo VIII (finale con moto) se
busca repasar los últimos hechos políticos y militares que resultaron en el golpe de
1943, además de señalar algunos rasgos sobresalientes de la campaña (fallida) de ese
año. En la reconstrucción de esos hechos, se pretende reinstituir la imprevisibilidad
que rodeó a los acontecimientos, así como también las consecuencias inesperadas de
las acciones de los mismos actores.

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