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EXPEDIENTE : Nº 2711-30-2011-2JIP

ESPECIALISTA : Álvaro Silva


ESCRITO : Nº 01
CUADERNO :
SUMILLA :

ABSUELVE TRASLADO.

SEÑOR JUEZ DEL SEGUNDO JUZGADO DE INVESTIGACION


PREPARATORIA DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE HUAURA
HUACHO

JOSE ALFREDO JUNIOR SOLIS VIZCARDO, en


la Investigación seguida contra KEVIN FRANCIS
LOPEZ AREVALO y otros, por el delito de Lesiones
Leves, en mi agravio; a Ud. respetuosamente me
presento y digo:

Que, de conformidad con el Art. 350 del Nuevo


Código Procesal Penal, absuelvo el traslado de la Resolución Nro. Uno, de fecha
tres de octubre del 2012, la misma que para el efecto cumplo con objetar el
monto de la Reparación Civil, ello de conformidad con el artículo 350 Inc. 1.g),
propuesta por el Representante del Ministerio Publico; para los fines de ley
expongo lo siguiente:

1. El señor representante del Ministerio Publico, ha solicitado como


Reparación Civil a favor de la Agraviado, en el monto de S/. 1,000.00,
suma que es irrisoria, dado a la conducta de los acusados.

2. Que, en este caso el monto de la Reparación Civil debe de sujetarse de


acuerdo al tipo de delito Doloso, por el cual propongo la suma de S/.
2,000.00 (Dos mil nuevos soles), que deberán pagar en forma solidaria
los acusados.

3. El monto de la Reparación Civil, también se deberá de considerar El


Daño Moral, el mismo que se considera de acuerdo a lo siguiente:
Daño Moral:
Es evidente que tratándose de una Responsabilidad Objetiva por mandato
legal, mi persona ha sufrido psicológicamente, ya que los acusados como
reitero me agredieron físicamente si razón alguna, al extremo de poner en
zozobra a mi familia, quienes al enterarse de este hecho delictivo han venido
sufriendo moralmente, ya que me hubieran podido causar lesiones graves a mi
persona.
DOCTRINA.— Clasificación del daño. "(…) Si bien es cierto que el concepto de daño ‘es un concepto
destinado a variar en el tiempo’, la doctrina es unánime al clasificar el daño en dos rubros, a saber:
1) Daño patrimonial: Consiste en la lesión de derechos de naturaleza económica, que debe ser reparada.
Este, a su vez, se clasifica en:
1.1) Daño emergente: Es la pérdida que sobreviene en el patrimonio del sujeto afectado por el
incumplimiento de un contrato o por haber sido perjudicado por un acto ilícito, o como sostiene un sector autorizado
de la doctrina italiana, ‘la disminución de la esfera patrimonial’ del dañado.
1.2) Lucro cesante: Se manifiesta por el no incremento en el patrimonio del dañado (sea por el
incumplimiento de un contrato o por un acto ilícito). Es ‘la ganancia patrimonial neta dejada de percibir’ por el
dañado.
2) Daño extrapatrimonial o subjetivo: Tradicionalmente, esta voz del daño era entendida como aquella en
la que se ‘lesiona a la persona en sí misma, estimada como un valor espiritual, psicológico, inmaterial’
entendiéndose como sinónimo de daño moral. Dentro de la actual sistemática de nuestro Código Civil, la categoría
de daño extrapatrimonial o subjetivo (concebido como daño no patrimonial a los sujetos de derecho) comprende el
daño a la persona, entendido como la lesión a los derechos existenciales o no patrimoniales de las personas y al
daño moral, definido como ‘el ansia, la angustia, los sufrimientos físicos o psíquicos, etc.’, padecidos por la víctima,
que tienen el carácter de "efímeros y no duraderos". Dentro de la categoría de daño moral, se distingue el daño
moral subjetivo, que lo sufre de manera directa el propio sujeto, del daño moral afectivo, entendido como la lesión a
la relación afectiva respecto de sujetos, animales o bienes. (...). Una autorizada doctrina ha resistematizado la voz
del denominado daño a la persona, partiendo de la clasificación de los daños desde dos puntos de vista: el primero,
por la naturaleza del ente afectado, dentro del cual encontramos el daño subjetivo (daño de los sujetos de
derechos), que comprende al daño sicosomático (daño biológico y daño a la salud) y al daño a la libertad (daño al
proyecto de vida), en contraposición al cual se encuentra el daño objetivo (daño a los objetos de derecho). El
segundo criterio clasificatorio está en función de las consecuencias del hecho dañoso, configurándose así el daño
personal o extrapatrimonial y el daño extrapersonal o patrimonial. En mi opinión, el daño a la persona debe ser
entendido como aquel que lesiona los derechos o legítimos intereses de naturaleza no patrimonial, tanto de las
personas naturales como de las personas jurídicas. (…)" (ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las Personas,
Lima - Perú, Edit. Rhodas, Edic. 2006; pág. 480 a 482)

DOCTRINA.— Daño a la persona y daño moral. "(…) Como he expresado anteriormente, frente al daño
patrimonial surge otro, de naturaleza extrapatrimonial, el cual ha sido denominado de diversas maneras, a saber:
"daño no patrimonial", "daño extrapatrimonial", "daño extraeconómico", "daño biológico", "daño a la integridad
psicosomática", "daño a la vida de relación", "daño inmaterial", "daño a la salud". Dentro de este orden de ideas, la
doctrina no se manifiesta uniforme respecto del significado de los términos "daño a la persona" y "daño moral". Unos
opinan que se tratan de categorías sinónimas, otros las distinguen.
La doctrina francesa tiende a confundirlos. Entre nosotros, Osterling y Cárdenas expresan que el: "Daño
moral es el daño no patrimonial, es el inferido en derechos de la personalidad o en valores que pertenecen más al
campo de la afectividad que al de la realidad económica".
Fernández Sessarego los distingue, afirmando que: "En esta materia observamos que la doctrina y la
jurisprudencia general y tradicionalmente han considerado al daño moral como un dolor, un sentimiento de pena, un
sufrimiento, un turbamiento". Para este autor, si bien daño a la persona y daño moral son idénticos en cuanto su
contenido extrapatrimonial, ambos difieren, puesto que la relación entre el primero y el segundo es de género a
especie.
A propósito de la denominación "daño a la persona", Cárdenas Quirós opina que "(...) resulta más propio
referirse al 'daño subjetivo', esto es, al daño ocasionado al sujeto de derecho, en sustitución a las expresiones 'daño
a la persona' o 'daño personal', que resultan estrechas para incluir todas las situaciones que pueden configurarse. Al
daño subjetivo se le opondría el daño no subjetivo. De este modo se colocaría al sujeto de derecho como punto
medular de referencia para formular la distinción entre uno y otro daño, alejándonos de la clasificación que distingue
al daño en patrimonial y no patrimonial y que tiene como eje al patrimonio".
En efecto, el término más adecuado para referirse a este tipo de daño es el de "daño subjetivo", por
cuanto, también lo pueden sufrir el concebido y las organizaciones de personas no inscritas, los cuales,
técnicamente, no son personas. Me aúno a la posición que ubica al hombre como eje y centro del derecho, sin
embargo, la expresión más feliz para el daño patrimonial, debería ser la del "daño objetivo", por cuanto, al ocasionar
merma, justamente, a los objetos de derecho, éste se puede determinar exactamente. (...)". (ESPINOZA
ESPINOZA, Juan. Derecho de las Personas, Lima - Perú, Edit. Rhodas, Edic. 2006; pág. 485 a 486)

DOCTRINA.— La prueba del daño. "Podemos sentar el postulado de que la víctima debe demostrar la existencia
del perjuicio del cual reclama indemnización. La equidad, como instrumento para cuantificar monetariamente la
indemnización (…) es inservible en cuanto a la existencia del perjuicio, que debe ser establecida por cualquiera de
los medios probatorios legales.
(…) Lo que ocurre es que muchas veces, al demostrar el incumplimiento, necesariamente se está
probando la existencia del perjuicio. Así, por ejemplo, si el depositante establece que el depositario incumplió su
obligación de restituir la cosa depositada, automáticamente está demostrando un perjuicio equivalente al valor de la
cosa. En este caso, si el damnificado pretende perjuicios adicionales, necesariamente tendrá que demostrarlos.
En cambio, se darán casos en que el incumplimiento contractual por si solo no sirve para demostrar la
existencia de un daño. Piénsese, por ejemplo, en la acción resolutoria interpuesta por una de las partes, en cuyo
curso el actor no demostró perjuicio alguno derivado del incumplimiento. En tales circunstancias, si el demandante
no había entregado al demandado su prestación, es claro que mientras no demuestre algún daño derivado del
incumplimiento, la sentencia no podrá ser condenatoria en cuanto a indemnización. Por el contrario, si ya el
demandante había cumplido su obligación, automáticamente tiene derecho a que se le restituya su prestación; pero
si pretende indemnización por perjuicios adicionales, deberá demostrarlos.

POR TANTO:

Pido a Ud. Señor Juez, proveer conforme a ley.

Huacho, 22 de Octubre del 2012.

………………………………………………..
REYNALDO RIVERA SANTIBAÑEZ
ABOGADO
C.A.H. Nº 419

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