Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Tipos de supositorios
Los supositorios pueden destinarse a tres objetivos bien diferenciados, que, en
ocasiones, condicionan el tipo de excipientes que se vaya a utilizar y el
procedimiento de preparación de la forma farmacéutica:
Acción mecánica. Este tipo de
supositorios, destinados a provocar la
evacuación en casos de estreñimiento, se
formula con excipientes hidrófilos del tipo
de la glícero-gelatina. La glicerina por su
acción hidrotrópica deshidrata la mucosa y
provoca su exudación, lo que favorece el
peristaltismo. La adición de catárticos
refuerza la acción evacuadora.
Efectos locales. En general, se busca un efecto astringente y sedante a nivel
de la mucosa rectal y de los esfínteres para aliviar los síntomas de prurito y
dolor que acompañan a las
manifestaciones hemorroidales; los
supositorios se formulan con excipientes
grasos y los fármacos empleados pueden
ser astringentes, anestésicos locales,
vasoconstrictores y, en ocasiones,
antisépticos y antiinflamatorios. Otras
veces se persigue una acción
antiparasitaria local, en
cuyo caso se formulan
con antihelmínticos específicos.
En ambos casos resulta conveniente que los principios
activos se cedan lentamente para lograr efectos
duraderos y evitar una absorción sistémica rápida.
Efectos generales o sistémicos. Los supositorios que
tienen este fin están concebidos para la absorción del
fármaco que contienen, con paso de éste a la circulación
general y obtención de efectos sistémicos similares a los
que se obtienen por administración oral o parenteral.
Excipientes de los supositorios
Los excipientes utilizados para la preparación de los supositorios tienen que ser
adecuados para que la forma farmacéutica preparada se funda en el recto a 37 °C
o se disuelva en el líquido acuoso que baña la zona de administración. Además,
deben reunir una serie de propiedades que, en líneas generales, son las siguientes:
Deben ser inocuos y bien tolerados por la mucosa rectal, que es, como se
sabe, bastante sensible e irritable.
Han de ser inertes frente a los fármacos que se les incorporan y, al mismo
tiempo, estables frente a la acción de agentes externos.
Tienen que presentar una consistencia conveniente, ni muy blandos ni
excesivamente rígidos o quebradizos. Deben solidificarse en un intervalo de
temperatura bastante reducido para asegurar la homogeneidad del
supositorio.
Han de presentar cierto poder de retracción al enfriarse para facilitar el
vaciado del molde.
. Son probablemente los más utilizados debido a que poseen una acción
emoliente que contrarresta, en parte, la acción irritante que puedan presentar
algunos Deben permitir la liberación rápida y completa del principio activo en
el recto, excepto cuando se adaptan a una cesión controlada del mismo.
No todos los excipientes disponibles reúnen las cualidades descritas, por lo que, en
determinados casos, es necesario recurrir a la adición de coadyuvantes específicos
que mejoren sus propiedades.
Preparación de supositorios
El procedimiento de obtención de supositorios por fusión es el que generalmente se
utiliza a escala industrial. Las etapas del procedimiento pueden esquematizarse
como sigue:
Preparación de supositorios por fusión
Tratamiento del excipiente. El primer paso consiste en fundir el excipiente
a una temperatura lo más baja posible, en cubetas de doble pared por las
que circula un fluido a la temperatura adecuada. En el fondo de la cubeta se
dispone un tamiz que retendrá los fragmentos de excipiente que no se hayan
fundido. La masa fundida se pasa, a través del tamiz, al mezclador.
Incorporación del principio activo. Si el principio activo es insoluble en la
masa y debe incorporarse como suspensión, el tamaño medio de partícula
debe ser inferior a 100 micras, fundamentalmente por dos razones: para
evitar la sedimentación en el transcurso del enfriamiento y para facilitar su
disolución en el recto. Si el principio activo es insoluble en la masa, pero
soluble en agua, puede incorporarse la solución acuosa en forma de
emulsión. Esta técnica presenta a veces algunos inconvenientes relativos a
la absorción del medicamento.
Homogeneización de la masa. La homogeneidad de la mezcla constituida
por el principio activo y el excipiente, se lleva a cabo en la cubeta de doble
pared a temperatura estrictamente controlada. En la cubeta existe un
dispositivo de agitación conveniente (de hélice, de turbina, etc.), y en el caso
de las suspensiones y emulsiones la homogeneidad puede mejorarse
mediante el paso a través de un molino coloidal. La agitación debe
mantenerse mientras dure el llenado de los moldes para evitar la
sedimentación del principio activo.
Moldeo. Frecuentemente, los moldes se enfrían antes del llenado para
acelerar la solidificación de la masa. Para el vertido se utilizarán técnicas
variables, aunque la más generalizada es la circulación de los moldes
mediante cintas sin fin, por debajo del conducto dosificador. Los moldes se
llenan con un ligero exceso.
Enfriamiento de la masa. Se realiza, generalmente, en dos tiempos. Tras
un enfriamiento previo, se procede al raspado del exceso de masa, y tras el
enfriamiento final, se procede al vaciado o desmoldeo. El enfriamiento puede
llevarse a cabo en grupos frigoríficos estáticos o en túneles frigoríficos. En
este último caso se trataría de dos túneles consecutivos por cuyo interior
circulan los moldes; a la salida del primer túnel se efectúa el raspado y a la
del segundo se procede al vaciado.
Tipos de moldes
Existen diferentes tipos de
receptáculos para el moldeado
de los supositorios. Los moldes
manuales son los utilizados
habitualmente para pequeñas
producciones. Constan de dos
barras metálicas con medios
alveolos que se mantienen,
unidas mediante tornillos.
En los moldes para el llenado automático todas las operaciones se realizan
mecánicamente: el llenado de los alveolos se efectúa con bombas dosificadoras
que depositan en los alveolos el volumen exacto de masa medicamentosa, por lo
que se hace innecesario el raspado. El proceso continúa con el enfriamiento y
vaciado. En este caso los moldes deben hallarse a una temperatura cercana a la
de la masa fundida. De esta manera se evita que aparezca una concavidad en la
base del. supositorio debida a la retracción de la masa.
En la actualidad se utiliza frecuentemente los moldes embalaje de materiales
termomoldeables. En estos moldes embalaje se inyecta un volumen, exactamente
medido, de la masa fundida. De este modo se evita el desmoldeo. Después del
enfriamiento el orificio superior por el que se realiza el llenado se cierra mediante
una banda adhesiva. Los moldes embalaje deben estar perfectamente calibrados y
no se usan lubrificantes. La contracción, de la masa es suficiente para facilitar el
desmoldeo en el momento de uso.