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UN AMOR IMPOSIBLE

Capítulo 1: "Edward Esta De Regreso..."

Edward regresa…

No pude explicar lo que paso en ese momento, tal vez fue la sorpresa de ver sus ojos color
de miel…, o el hecho de haberlo visto de la mano de otra... que parecía ser Tanya; un
escalofrió recorrió mi nuca… la cicatriz de la herida de mi pecho se abrió de una manera
contundente y un poco drástica… lo único que podía ver en esos momentos eran los ojos
clavados de Jessica a mi lado…

-Bella… calma... yo sé que esto es duro para ti –entrecerró los ojos un poco y pude notar la
angustia en su tono de voz – pero no tienes porque quedarte aquí parada echando raíces…
vamos... llegaremos tarde a clase de lengua.

Era el primer día del mes de Marzo… justo hace 6 meces que por última vez vi sus ojos
agrios y duros en mi rostro… junto al bosque de la casa de Charlie… ¿Acaso sus palabras
tenían sentido? ¿Acaso era cierto que ya no me amaba? En ese mismo instante que lo vi
abriéndole la puerta de su flamante Volvo y ayudándola a salir fue cuando me di cuenta por
primera vez… que todos estos meses de obstinación y muerte en vida de mi parte no
valieron de mucho, el ya tenía a alguien más… y por más duro que eso pareciera lo tendría
que aceptar….

-Son solo 3 meses mas –Me dije en mi fuero interno –Solo otros malditos tres meses mas y
este sufrimiento habrá terminado.

La clase del señor Banner ya había comenzado…mecánicamente fui hasta el final de la fila
a trompicones… y ahí estaba el... mirándome con los ojos vacios... sin ningún rastro de
remordimiento ¿Qué había sucedido? ¿Aquel día en el claro no se había significado nada
para él?,mientras me hacia todas esas preguntas sentí su mirada clavada en mi rostro… la
respiración se me fue entrecortando... empecé a sentirme mareada y el sollozo que rujia
por salir de mi garganta se hizo cada vez mas fuerte... los ojos se me empezaron a nublar y
una pequeña lagrima resbalo por mi mejilla.

-Señorita Swan… ¿Esta usted bien?...-Bravo ahora al señor Banner le preocupaba mi


estado de ánimo, que alegría!!- ¿Gusta usted que la excuse de mi clase?

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-Si señor Banner la verdad esquíe hoy no me siento muy bien-mi tono de histeria subía
cada vez mas y los ojos de mis compañeros seguían clavados en mi... pero no era eso lo que
me importaba… en si había un par de ojos que eran los que me perforaban como taladros y
me hacían sentir cada vez mas que estaba a punto de colapsarme... un temblor gigante me
empezó a recorrer el cuerpo…las imágenes del claro, de la Graduación, el día de mi
cumpleaños y hasta las imágenes de aquel horrendo día en el bosque me pasaban como
diapositivas por la mente… ¿Cómo pudo ser capaz de regresar?, Qué le hice yo para
merecer esto?.. Me seguía llenando de preguntas… y de repente… sin más ni más me deje
caer en el abismo oscuro que gritaba mi nombre… no sabía dónde me encontraba… las
lagrimas borraban mi vista y me deje caer en el piso del pasillo… sollozando como nunca
antes lo había hecho no supe cuando ni como… pero solo escuche una voz distante que
gritaba…

-¿Bella? ¿Bella? ¡¡¡¡Por dios alguien ayúdeme!!!!-La voz de Mike Newton retumbaba como
taladro en mi cabeza no supe ni cómo ni cuándo ni porque… pero en un abrir y cerrar de
ojos estaba acostada… con la luz de una lámpara fluorescente en mi cara… y la señora Cope
estaba a mi lado…

-Hay hija, que bueno que despertaste… ¡¡¡nos has dado un susto grandisimo!!!-Su voz
sonaba aliviada... casi con un matiz cantarín….

Después de repetirle a la señora Cope mil veces que estaba bien... me dejo salir para ir a la
Cafetería a almorzar algo… Jessica sujetaba mi codo por un lado y Ángela por el otro… solo
había silencio y sus miradas se encontraban por minuto examinando mi cara… me
pregunto cuál era mi expresión… me imagino que no estaba nada bien por el ceño fruncido
que tenían las dos en la frente…

-Bella todo va a estar bien-La voz de Ángela sonaba tranquilizadora-Nada mas cuando
entres por favor no voltees a la meza de los Cullen... así todo va ser mas fácil...

-Si bella –Complemento Jessica- Has como si nunca hubiera existido en tu vida Edward
Cullen... como si nunca lo hubieras conocido. Me resultaba bastante difícil olvidarme de su
voz, de sus facciones, de sus caricias y de sus besos… ¿Cómo demonios esperaban que me
olvidara de él en un minuto?, Tome aire precipitadamente… para no comenzar a
hiperventilar y empuje la puerta de la cafetería, como siempre estaba abarrotada, hicimos
fila y lo único que pude ordenar fue una limonada… llegamos al lugar de siempre a
sentarnos... y me sentí como el primer día de clases... toda la escuela viéndome, viendo mi
reacción ante tal impresionante hecho.. Los únicos tres pares de ojos que no me prestaban
atención eran los de la mesa de enfrente… un sollozo quería salir, me mordí la lengua para
aguantarme las ganas de llorar... y justo como me dijo Ángela y Jess…. Me porte de la
manera más casual posible...

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-Humm... Bella ¿Si quieres podemos saltarnos las 2 siguientes clases eh irnos a Port
ángeles… parece que eso es lo que necesitas más que nada en estos momentos, salir de
aquí?-La vos de Jess parecía preocupada y a la vez emocionada.

-Humm... si Jess... tal vez eso sirva para despejarnos un rato, ¿No lo crees así bella?-La vos
de Ángela estaba llena de curiosidad pero no comprendí ni una palabra que me dijeron… lo
único que hice fue mover la cabeza de arriba abajo en señas de aceptación.

No podía respirar... tenía el hueco de mi pecho abierto y el dolor se extendía hasta el punto
más pequeño de mi cuerpo... no soportaba aquello... su cinismo me volvía loca… tenía
ganas de pararme y gritarle que ¿Por qué me hacia esto? ¿Dónde había quedado todo el
amor que el supuestamente me tenia?... levante un poco la frente y mire por mis pestañas…
la peor escena que pude vislumbrar… Edward, Alice y Tanya riendo de lo más
despreocupados... Edward levantando con un dedo su barbilla para besarla con un beso
suave y rápido… , fue ahí cuando no pude mas y tuve que salir corriendo a tomar aire... no
me importaba quien me hubiera visto o no.. Lo único que me interesaba era salir de ahí…
ya que estaba a punto de caer de nuevo… llegue hasta el edificio tres al sur de la cafetería y
hay me tumbe sobre la acera… esperando a que el monstro que tenia dentro por fin pudiera
salir…, hay tirada en la acera… con las gotitas de lluvia dándome en la cara... me deje llevar
por la tristeza y empecé a tener un flash-back de todas las cosas que me habían sucedido
desde que Edward Cullen llego a mi vida… las buenas y las malas.. Las tristes y las felices...
¿Cómo pude ser tan idiota? ¿Como pude pensar que Edward sentiría tanto amor por mi?
En ese mismo instante decidí, o más bien prometí, que no volvería a derramar una lagrima
por Edward Cullen…, nunca en mi vida… me levante muy levemente aun con el dolor del
pecho a mil por hora... me limpie las lagrimas con la manga de la chaqueta… y me levante...
de repente… intuitivamente voltee para atrás y la vi… una belleza impresionante... el pelo
rebelde con cada punta a diferentes lados... y los ojos color caramelo...

-Bella ¿Te encuentras bien?-Su voz sonaba preocupada... aunque su rostro se mantuviera
sereno-

-Ah... hola Alice...-Mi voz se quebró en la última letra…

-Bella enserio cuanto lo siento, yo le dije que no era bueno regresar aquí pero él no me
escucho…

-No Alice..., no te preocupes no es tu culpa no estoy molesta contigo–Claro que lo estaba...


pero como había prometido antes... ni una sola lagrima mas

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-Bueno... Me tengo que retirar Adiós!

-Bella…, No espera!, ¿Cómo te sientes?-Sus ojos intentaban ver mi alma... pero gracias a
dios había tenido todos esos meces de práctica para controlar mis emociones por el bien de
Charlie...

-Genial Alice, gracias por preguntar... –Mi voz se crispo de histeria- Bueno... estee… me
tengo que ir a clases… me dio gusto en saludarte…adiós...

-Bella… te recuerdo que veo en tu futuro-Sus ojos se llenaron de ternura y compasión- Y no


te veo yendo a clases así que a mí no me engañas… ¿Por qué no mejor…

-Basta Alice... –La interrumpí con una mirada envenenada y mi tono fue mordaz-Lo que yo
haga o deje de hacer eso es algo que a ti ya no te tiene que importar… así que metete en tus
propios asuntos, así que si no te importa me tengo que ir.

Le di la espalda y casi me fui corriendo… sentia sus ojos clavados en mi… pero no me
importaba.. lo unico que en ese momento deceaba con mas fuerza que nada era salir
corriendo de ahy.. e ir a cualquier lugar que estubiera en un radio de 10000 kilometros de
distancia alejada de los Cullen o cualquier cosa que me pudiera recordar a ellos…, subi a mi
camioneta y encendi el motor.. me asuste cuando gruño.. y Sali despasito del
estacionamiento… baje las 2 ventanillas y deje que el viento me diera en la cara.. dejando
una extraña sensacion de lagrimas en mis mejillas… no sabia a donde me dirijia ni que
rumbo habia tomado mi vida… lo unico que sabia era que mientras mas me alejara de
Forks.. mejor estaria, el tiempo se paso volando… y en un abrir y cerrar de ojos me
encontraba afuera de la casita de ladrillos roja… Jacob me estaba esperando afuera… con
Quil y Jared…, al ver mi cara los tres corrieron hacia la camioneta y senti como una mano
me sacaba cargando mientras que otra me acariciaba la coronilla.

-Bella ¿Qué.. que pasa..?¿Que tienes?¿Estas bien?...-La voz de Jacob aun me parecia muy
distante.. como si estubiera del otro lado de la casa gritandome…

-Si.. estoy bien-Habia dicho esa mentira tanto tiempo.. que me salio de lo mas natural…

-Es por esos malditos chupasangre ¿Verdad?-La voz de Quil se torno Sombría y molesta..

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-Si… Bella cariño, ya notamos que trajeron a otra sanguijuela con ellos.. pero no te
preocupes aquí estaras a salvo… Me deje caer en los brazos de Jacob y no supe mas… me
sumergi en un duermevela doloroso… solo escuchaba mi respiracion entrecortada y sentira
como cada vez mas mi corazon iba dejando de latir… una vocesita en mi cabeza empezo a
murmurar una y otra vez ni una lagrima mas… ni una lagrima mas… pero no fue suficiente
para que me calmara… me deje caer en el oyo de sufrimiento que se abria ante mis pies… y
la cara de Edward aparecia ante mi con su media sonrisa picara… luego.. aparecia otra
imagen en l que Edward besaba a una chica… pero no era a mi.. era a Tanya.. con sus
grandes ojos y su cabello negro ondulado hasta la cintura… era igual de bella que Rosalie..
¡Oh cuanto me dolia recordar los nombres de aquella familia a la que un dia quise
pertenecer!.

Abrí los ojos despues de un largo rato, y me encontraba recostada en el pequeño sillon de
la casa de Jacob… entumida y adolorida me levante… y me encontre con 3 pares de ojos
negros como el carbon que me observaban…

-Bella ¿Cómo te sientes?- una voz grave y gutural invadió el ambiente.

-Bien.. estoy bien… -Mi voz sonaba tan poco convincente que ni yo misma me la podria
haber creido.

-Bella.. Demonios… no sufras… por favor-la voz de Jacob sonaba suplicante y


preocupada…-Odio a esos malditos chupasangre.. si no fuera por el tratado ya estarian
mue…. –Dejo la palabra a medias.. por la crispacion de mi rostro.

-Disculpenme enserio por llegar de esa manera tran premeditada pero no sabia a donde
mas acudir…-Y era cierto.. mi mente no dio para mas y me encontraba ya en el camino de
La Push antes de darme cuenta.

-No te preocupes Bella… sabes que aquí es tu casa y puedes llegar cuando gustes-La voz de
Billy me tranquilizo al instante… tanto que casi pense que Jasper estaba al lado mio
utilizando su poder para tranquilizar mi estado emocional.

-Mu.. mu.. muchas gracias… -Tartamudee un poco para aguantarme el sollozo que tenia en
la garganta…-¿Qué hora es disculpen?

-Humm… me parece que son las ocho y tres cuartos..

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-¡Oh no! Tengo que llegar a casa… a hacer mi tarea y la cena o si no Charlie se va a morir
del disgusto… ¿Cuántas horas dormi?

-Humm..-La voz de Jacob se hizo mas suave- Me parece que unas 7 u 8 horas mas o
menos..

-Guau.. ¡Es mucho!...-Me levante del sillon de un brinco-Chicos me gustaria quedarme..-


Mi voz tuvo un tono de tristesa-Pero me tengo que marchar… estee.. Jacob ¿Te importaria
si mañana vengo a visitarte despues de la escuela?

-Claro que no Bella.. sabes que aquí estare…-Se levanto y me abrazo con mas fuerza que la
debida.. su piel llameante me quemo un poco.. pero bueno que esperaba mi mejor amigo
era un licantropo y su piel por lo general era asi.. aunque ahora la senti mas caliente que de
costumbre…

-Muchas gracias a todos… estee… Jake mañana nos vemos…-Me despedí con un ademan
de la mano y Sali casi corriendo a la camioneta… el motor volvio a gruñir.. y de nuevo me
encontraba en un abrir y cerrar de ojos afuera de la casa de Charlie... Fiu.. gracias a dios la
Patrulla todavia no estaba y las luces del porsche estaban apagadas…

Corri hacia la casa porque estaba casi diluviando y tome la llave del alero de la puerta… en
cuanto entre.. prendi las luces y fui directo a la cocina… abri el refrigerador y hay estaba mi
salvacion.. Guau… gracias a dios porque sobro estofado de la noche anterior… lo calente en
el horno de microondas mientras me sumergia en mis pensamientos de nuevo…

Ok.. ¿Qué era lo peor que me podia pasar? Verlo 3 meces mas… con Tanya.. si de por si
verlo era duro… verlo de la mano de otra.. era mucho peor… aun recordaba aquella
sensacion por mi cuerpo… aquella chispa de electricidad que surgio el primer momento en
que lo vi… su belleza griega era algo inaudito..su voz aterciopelada que me derretida… y
ahora en este momento de mi vida.. hoy justamente hoy.. todos esos recuerdos quedaron
reducidos a polvo… la noche se paso lento… muy muy lento… tirada en mi cama con las
piernas entre los brazos como estaba en este momento no escuchaba otra cosa en mi
cabeza que no fuera el nombre de Edward,Edward,Edward,Edward… como una llave que
no esta bien cerrada y cada gotita era edward.. Edward.. Edward… recorde cada una de las
veces que me habia dicho que me amaba, cada palabra que habia utilizado en mi
prescencia, cada sonrisa torcida que le habia visto… y entre mas recordaba mas me daba
cuenta que el dolor del pecho seguia creciendo… me deje caer en las lagrimas…, lo
siguiente que vi fue una luz roja por mi ventana.. y me di cuenta que ya estaba
amaneciendo… me levante a trompicones al baño.. y me agarre fuertemente del lavabo…
no habia visto mi aspecto desde hace mucho tiempo y levante el rostro para verme en el
espejo… parecia un zombie.. estaba mas palida que de costumbre y los ojos se me veian

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inexpresivos.. dos curvas moradas se interponian debajo de mis ojos.. y mi exprecion era
de nada… inescrutable..
Capítulo 2: "Favores.."
¿Por qué de todos los pueblos que había en Estados Unidos de Norteamérica me tenía que
tocar vivir aquí?¿Porque de todos los millones de personas que había en el mundo me tuve
que enamorar de un Vampiro?, y si así es, ¿Por qué me tuve que enamorar del único
Vampiro que sabia exactamente donde lastimarme?...mientras inundaba mi cerebro de
todas esas preguntas desayune una barra de cereal y un vaso de leche… subí a mi
camioneta arrastrando los pies… y de un momento a otro me encontré en el gran
estacionamiento de la escuela de Forks… intente mantenerme lo más alejada del Volvo… y
baje de la camioneta con paso lento… fui a sentarme a las banquitas que estaban afuera de
la cafetería… con la esperanza de no encontrarme a ningún par de ojos acaramelados ante
mi… pero.. Como siempre mi mala suerte tenía que actuar primero… justo al lado mío…
pasaban Edward y Tania agarrados de la mano… Edward le cargaba la mochila y Tania le
daba un beso en la comisura de la boca como agradecimiento… Corrí de su lado… las
imágenes que no quería recordar se vinieron como efluvio a la mente…una gota de sudor
me surco la nuca... me encontraba ya sentada en clase de Lengua… cuando oí un leve
ronroneo que me saco de mis lagunas mentales... voltee los ojos para ver de dónde venia...
y 1 par de ojos acaramelados se juntaron con mi mirada… por más de 1 minuto... estudie
aquel rostro tan familiar... y Edward hizo lo mismo…tenia tantas preguntas por hacerle…
tantas cosas que reclamarle.. Pero no tenia energía para decirle nada… solo para mirarlo…
el señor Banner llamo mi atención... y 2 segundos después que volví a voltear... el ya se
había volteado... y estaba concentrado en sus apuntes de clase… suspire rendida… y
empecé a divagar en mis pensamientos todavía con el dolor del pecho que nunca se iba...
recordé como era mi vida antes de conocer a Edward... y como fue después... muchas cosas
habían cambiado hace ya tanto tiempo… casi no me di cuenta cuando sonó el timbre y tuve
que levantar la vista.. El ya se había esfumado… y yo estaba medio sola en el salón… el día
paso igual de rápido hasta la hora del almuerzo... mi peor pesadilla

-Bella anda vamos... que se va a llenar-La vocecita chillona de Jessica me hizo despertar.

-Si Jess... tienes razón-Esperaba que por favor empezara a parlotear como era su
costumbre para yo poder sumergirme de nuevo en mi mente… el único lugar seguro que
tenia para sufrir en silencio.

-Humm... Bella…no es que quiera ponerle un dedo a la Herida... pero Cullen te está
viendo… y no es una mirada que digamos del todo linda….-Los ojos de Jess se trasladaban
de mi rostro a la mesa de enfrente una y otra vez…

-Ah…-Fue lo único que pude decir antes que el temor me llenara el cuerpo

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-Oye Bella… Humm... estee… estee… ¿Qué planes tienes para hoy?-Note el intento de
Ángela por distraerme eh intente darle un poco de más importancia a la plática mientras
sentía unos ojos inquietos penetrando mi rostro…

-Humm... saliendo de la escuela voy a ir a La Push a visitar a Jacob... y en la noche... no


se… yo creo que nada –Por supuesto que no iba a hacer nada... estaba de un humor de
perros.

-Hay Bella vamos a salir hoy, es Viernes por la noche, ándale di que si si si si si siiii ¿Si? Por
favor sal con nosotras...-La voz de Jess se hizo cada vez más chillona hasta acabar en una
octava...

-Humm... ¿A dónde van a ir?-Mi voz sonaba distraída... claro... porque estaba muy
ocupada disuadiéndome a mi misma de la idea que Edward Cullen casi me aniquilaba con
la mirada…

-Pues a un café que se llama Gossip…-La voz de Ang se escuchaba emocionada...

-Humm... pues si... las acompaño-Lo dije con tono resignado... pero al parecer la emoción
de Jess no dejo verlo…

-¡Yupi! Eh ehh porfinn una salida de chicas!!...

En ese instante sonó el timbre… se acercaba la peor hora de todo el día... la clase de
Biología… Salí de la cafetería a paso lento… intentando retrasarme el mayor tiempo posible
para no tener que ver a mi compañero de Biología... al vampiro de mis sueños... al amor de
mi vida… mientras caminaba hacia el edificio 6 mi respiración se volvió hiperventilación..
Eh intente calmarme antes de doblar la manija de la puerta para entrar al pasillo… esos 5
pasos que me faltaban para llegar a la puerta de Biología se me hicieron lo más duro
posible... no lo quería cerca de mi... podría escuchar mi corazón como sonaba cada vez que
lo veía... como se me subía la sangre a las mejillas cada vez que mis ojos se encontraban
con los suyos... y como lo seguía amando con todo mi ser…. NO BELLA!! NO!!!
Demuéstrale quien manda... demuéstrale que puedes vivir sin él una vocecita gritaba en mi
cabeza…eh intente por todos los lados hacerle caso... llegue con paso lento a la meza de
granito falso... y me senté en mi lugar sin dirigir ni una sola mirada a la silla que estaba al
lado… sentí una torrente de emociones que inundaba mi cuerpo y me dejaba sin aliento…
intente calmarme y me agarre con fuerza a la mesa de granito... dejando caer mi cabeza en
los brazos… ignorando la mirada que tenía clavada en el rostro.. Esa mirada que si veía me

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iba a derretir... esa mirada de sed… esa mirada que yo sabía que era de su propiedad... esa
mirada por la que sigo sufriendo... SU MIRADA.

Por suerte la clase empezó en ese mismo instante... estábamos viendo Tratamiento de las
células madres... un tema que por supuesto... ya había visto en mi escuela de
Phoenix…entonces... no había nada en que concentrarme... Una vez más deje caer mi capa
de pelo negro por mi hombro para crear una pantalla oscura… quise voltear para ver su
expresión... y lo hice… oh oh... vaya error... estaba hay mirándome de una manera
deliberadamente hostil... como la típica mirada que tiene a algo que le repugna... tenía la
mano sobre la nariz… y estaba con su puño cerrado en la rodilla... otra vez... igual que a
inicio de semestre el año pasado… me parecía que tanto tiempo lejos lo había des
inmunizado de mi olor…

La clase paso muy lento... más de lo que yo esperaba…, dieron el toque y voltee el rostro
para tomar mi mochila... el ya se había esfumado…como siempre... tarde un poco en
calmar los temblores que recorrían todo mi cuerpo… y fui directo al Gimnasio... Gracias a
dios la clase fue de teoría del tennis... y me deje llevar de nuevo por mis lagunas mentales...
casi estaba al borde del aturdimiento cuando sentí una mirada clavada en mi cara… voltee
un poco a la izquierda... y ahí estaba ella sentada... la cosa más bella que existe en este
mundo... Tania... con su pelo negro ondulado... y sus ojos grandes me estaba observando…
no de una manera curiosa... más bien emanaba ondas de hostilidad hacia mí y eso se
notaba… no logre apartar la mirada de ella como por 2 minutos... hasta que el timbre sonó
de nuevo... y me regreso a la realidad... un minuto estaba ahí... y al siguiente estaba ya muy
cerca de los vestidores… me sentí mareada y empecé a respirar muy rápido… gracias a dios
ya había acabado este día... ahora si podría ir a La Push a visitar a Jacob… mi propio sol..
Mi amigo licántropo que me había sacado de tantos problemas... que había puesto puntos
en mis heridas… esperaba que eso pasara de nuevo… me volví a meter en mis
pensamientos mientras caminaba en dirección a mi camioneta por el estacionamiento...
solo sentí como unas manos frías me tomaban los brazos... Y gire sobre mi misma para ver
quién era…

Y ahí con una sonrisa plateada y con andares de bailarina estaba Alice... agarrándome con
fuerza... me quede helada de la sorpresa y se me crispo el rostro... no supe que decir...

-Oh! Vamos Bella… no te asustes solo soy yo...-Su voz se torno picara... como un niño
haciendo una broma...

-¿Qué pasa Alice que necesitas?-Dije con la voz mas fría que me salió…

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-MM... nada Bella... solo que escuche que ibas hoy a Port Ángeles-Me sonrió de con mucho
fulgor- y me preguntaba si ¿Podría ir hoy contigo? Me quede helada de la sorpresa y abrí
los ojos como platos... para luego garraspar un poco...

-Humm… Alice... la verdad no creo que sea una buena idea...-Voltee un poco el rostro y me
encontré con la mirada de Edward y Tania clavadas en mi rostro... me dio un leve
escalofrió…-La verdad no me siento muy a gusto... y pues no te quiero hacer pasar un mal
rato Alice, aparte tu y yo ya no somos amigas… Su rostro se crispo con una expresión de
decepción y tristeza… para luego volverse en una expresión de ira...

-Mira Bella... quiero que quede claro que el hecho de que mi hermano ya no esté contigo no
quiere decir que tú y yo dejemos de ser amigas ¿Ok? Lo estoy intentando así que dame una
oportunidad-Me sacudió un poco los hombros y se torno un poco más tierna-Así que te vas
a tener que acostumbrar Bella porque no voy a dejar de ser tu amiga...

Asentí con la cabeza aun aturdida por la mirada de Edward en mi cara…

-Bueno Bella... llego a tu casa en 1 hora para irnos al café Gossip nos vamos en mi carro... y
no me digas que no porque quiero probar mi nuevo Porche… Asentí de nuevo con la
cabeza... aunque mis pensamientos ya estaban muy muy lejos de ahí… me subí a la
camioneta... y saque el celular que Charlie me había regalado para navidad... marque el
primer número de mi agenda y contestaron…

-¿Si diga?

-Humm... ¿Estará por ahí el Jefe Swan?

-Si Bella soy yo... -Ah... papá voy a ir hoy a Port Ángeles con Jess, Ang y este... este... Alice
va a pasar por mí -¿Alice Cullen?-su voz sonó sorprendida

-Este… si… hum... voy a pasar un rato con ella…

-Ok Bella... estee… cuídate mucho hija te quiero

-Yo también te quiero papa

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Y se corto la comunicación… demonios... mientras manejaba me iba dando cuenta del gran
peligro que se me avecinaba en 1 hora... estar con la hermana del amor de mi vida…
mientras él estaba con su nueva distracción... o bueno... así lo había llamado aquel día en el
bosque… sentí como se me hacia un nudo en la garganta…. Pero controle mis emociones…
volví a sacar el celular de mi bolsa y llame sin pensarlo…

-¿Si diga?-Contesto una voz fuerte y gutural...

-¿Jake? ¿Eres tú?

-Si si Bella... ¿Qué pasa?

-Estee... este… me parece que hoy no voy a poder ir a La Push lo siento mucho Jake-y la
verdad si lo sentía mas que nada en este momento...

-Ah... si... Bella estaba a punto de marcarte por eso...-Su voz sonó aliviada- me parece que
yo tampoco voy a poder verte hoy veras... este... salió algo de improvisto y pues... ¿No estás
enojada verdad?-Rio con aquella risa suya que tanto me animaba...

-Ja Ja no Jake no te preocupes otro día será...-Esperaba que fuera más pronto que nada me
urgía desahogarme con alguien que supiera de que se trata la situación en la que estoy en
estos momentos...

-Ha bueno Bella... este... pues yo te dejo-Su voz tomo un matiz de urgencia-Nos vemos
luego cielo... que yo también quiero platicar contigo

-Adiós Jake

-Adiós Bella Y así sin darme cuenta ya estaba afuera de mi casa… con las manos aferradas
al volante... intentando respirar… tranquila... tranquila.. No pasa nada...fua... era muy
bueno ser la única que podía escucharme en mi fuero interno... gracias al cielo por eso...
entre en la casa a paso lento y subí las escaleras arrastrando las piernas... fui directo al
closet a sacar mi bolsita para las salidas y un top limpio… sin pensarlo voltee hacia el piso
del closet... y ahí se encontraba un estéreo torturado por mis uñas... Me hicieron recordar
mi último cumpleaños con los Cullen... cuando las cosas se empezaron a poner difíciles...
cuando Edward se dio cuenta que ya no me amaba como antes... cuando Jasper se lanzo
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contra mí para querer matarme… y de repente todo eso me pareció muy distante... muy
fuera de lugar… me senté sobre la cama solo para no caerme.. Y puse mi cabeza entre las
piernas... el dolor del pecho se hacía de nuevo cada vez más grande… Edward ya está con
otra… Edward ya está con otra... Me decía una y otra vez en mi mente… pero no lograba
comprender esas palabras… llego a un punto en que todo esto... lo que estaba viviendo me
parecía una pesadilla… -Quiero despertar-Gemí entre un sollozo… no se cuanto tiempo
pase así… con las lagrimas escurriéndose por mis mejillas hasta que escuche un clacson
afuera de mi casa y recordé lo que tanto temía... Alice…

Me cambie el top rápidamente y tome mi chaqueta... baje la escaleras corriendo... y Salí


por la puerta disparada... afuera un Porche Turbo amarillo canario me esperaba… me
impresione al verlo... vidrios cromados... asientos de cuero negro... un verdadero coche
deportivo… voltee a ver mi camioneta descolorida y bueno... eran 2 coches demasiado
diferentes... suspire... y por fin subí al deportivo... +

-Hola Bella...-La voz de Alice retumbo en mi mente como campanas...

-Alice-hice un asentamiento con la cabeza...

-Bella esto va a ser súper divertido..., estaba pensando en ir de compras antes de ir a


Gossip ósea digo tus amigas van a llegar como hasta dentro de 3 o 4 horas a el café y
mientras pues podemos…-Su voz se hizo un zumbido... y en mi mente... estaba
impresionada... Alice traía la pulsera que yo le había dado a Edward… la traía en la mano...
ahogue un grito... y cerré los ojos...-¿Bella? ¿Bella? ¿Qué tienes? ¿Que pasa?

Un escalofrió recorrió toda mi piel... y hasta la última de mis terminaciones nerviosas se


pusieron alerta... solté el aire lentamente y abrí los ojos…

-----OOO—Flash back---OOO----

-Edward!!! Mira lo que te compre amor!!!..-Estaba súper emocionada por darle el regalito
a Edward que le había comprado...

-Amor no tenias que comprarme nada!!! Todavía no es nuestro aniversario…-Me dijo


impresionado...

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-Hay Edward no importa!!! Es que vi esto y me acorde de ti amor!!!-Le di la cajita azul
obscuro y la abrió desesperado…. Sus ojos se llenaron de emoción al ver la pulsera de plata
y en él un pequeño dije que traía un corazón (nada femenino por cierto fue una suerte
haberla encontrado)

-Amor muchísimas gracias!!! Te amo es preciosa-Me abrazo y me dio un beso de esos


serios…

----OOO---Fin Del Flash back---OOO---

-Nada Alice... no pasa nada... –Mi voz sonaba vacía... como si la estuviera diciendo una
maquina...

-Bella-La expresión de Alice se volvió seria-Enserio siento mucho lo que estas pasando, le
dije Bella , enserio que le dije que te iba a hacer mucho daño trayendo a Tania aquí a Forks
y presentándola como su novia...-Mis ojos se volvieron a cerrar y sentí la mirada de Alice
clavada en mi rostro.. Estudiándome su voz se hizo más cálida,

-No te preocupes Alice... –Abrí los ojos desmesuradamente y dije con tono frio lo mas frio
que me pudo salir… casi con indiferencia…-En realidad eso ya no importa… creo que hasta
ahora entendí... que –La garganta me ardió y me dio una punzada más fuerte de dolor en el
pecho-Simplemente Edward ya no me quiere… y eso es algo con lo que tendré que lidiar
por los días de mi vida-Reí oscamente- Y así fue como la Oveja se enamoro del León…

Alice me vio con ojos retraídos y cálidos... se callo durante unos minutos y luego soltó el
aire lentamente…

-Bella... enserio no sé cómo puedes soportar esto…-Me miro con curiosidad- Enserio ¿No
te dan ni poquitas ganas de gritarle? ¿Ni de reclamarle nada?

-No Alice...-Mi mente empezaba a divagar de nuevo en aquellos días en los que todo era
miel sobre hojuelas...

-¿Cómo te sientes al respecto Bella?-Su tono era de preocupación… Oh... vamos es Alice...
no le podría mantener secretos... era mi mejor amiga ¿Qué más podía hacer? -Pues...-Me
dolía decir en voz alta como me sentía... la boca se me lleno de un sabor amargo... garraspe
un poco y añadí

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-Estoy muerta en vida Alice, siento como si mi corazón estuviera... no se… como muerto...
me dejo guiar por la cabeza… me siento un hueco en el pecho… como si me hubieran
abierto… y al verlo... –Respire hondo... y volví a cerrar los ojos para que las lagrimas que
ahora rosaban mis ojos no salieran…-Me doy cuenta que haga lo que haga lo sigo
queriendo con la misma intensidad de aquel día en el prado.. De aquella primera noche
que pasamos juntos... de aquel día en que me llevo a su casa… de aquel juego de pelota... de
cuando me salvo de James… de cuando desperté en el Hospital y el primer rostro que vi fue
el de el… de aquella noche de graduación.. Del mi primer cumpleaños con ustedes…
incluso-Garraspe un poco- Aquel día en el bosque… cuando me dijo que ya no me
amaba…yo seguía amándolo con la intensidad del primer día Alice… es algo más fuerte que
yo... algo que me lastima… pero que no lo puedo dejar –Respire hondo esta vez y temblé un
poco- Dirás que soy una masoquista... pero no puedo... simplemente no puedo… Alice me
miraba con su expresión inescrutable... muy concentrada en cada cosa que yo le había
dicho...

-Vaya-Exclamo muy impresionada- Es impresionante cuanto amor sientes por el Bella... es


algo muy extraño lo que sientes por el... dejas que te lastime... pero lo amas... –Abrió los
ojos como platos-Oh Bella... ¿Qué hare contigo? Reí sin ganas

-¿Alice, te puedo pedir un favor? Me miro con ojos curiosos… -MM. eso depende de que
sea Bella

-Por favor... cuando estés cerca de Edward... no pienses en lo que te acabo de decir... no
quiero que sepa lo que yo aun siento por el... por favor…

-Ah… claro Bella no te preocupes... no se enterara de nada… -Muchas gracias Alice... fue
bueno hablar contigo Me miro con ojos satisfechos y me dijo:

-Si... fue bueno hablar Bella...-Me estudio con la mirada unos segundos- Anqué dudo que
ese semblante que tienes se te quite de un día para otro... espero enserio que la situación
mejore... porque no se vale que estés así por culpa de Edward...

-¿Alice? ¿Te puedo preguntar algo?

-MM... claro Bella lo que sea… La mire con ojos compungidos... lo que iba a preguntar iba a
terminar de partirme el corazón... pero tenía que saberlo... tenía que enterarme…

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-Es... este… ¿El es?...-Torcí el gesto-¿Es el feliz? ¿La quiere mucho?-Las ultimas palabras
me salieron entre dientes… Alice me miro impresionada por unos segundos... respiro
hondo algunas veces… y me respondió:

-MM... pues...-Dudo un poco pero al final lo dijo-Pues Bella... te diré, si... si es feliz… si la
quiere... y la quiere mucho...

El latido de mi corazón se paralizo... cerré los ojos pero no pude evitar que 2 lágrimas
gordas salieran por el rabillo del ojo deslizándose por mi mejilla hasta tocar mis labios…
respire hondo aunque no podía... y respondí entre dientes:

-Me alegro por el Alice…-La herida de mi pecho comenzó a arder más fuerte que nunca

-Enserio que haces un sacrificio muy grande Bella-Movió la cabeza en forma de


desaprobación- Nunca había visto a alguien que pudiera amar tanto como tu amas a
Edward… pero te diré... –Lo pensó un poco y se decidió- Algunas veces.. Su expresión
muestra vacio... como que le falta algo... ese brillo en los ojos no es el mismo-Torció el
gesto- Es mas... ya no hace las mismas cosas que antes Bella... cuando estaba contigo... Se
ha vuelto muy amargo... no sé cómo explicarlo...

-Humm…-Fue lo único que pude exclamar… no tenia palabras por el dolor tan grande que
sentía en el pecho…

Un enfrenon... y ya estábamos afuera de un gran centro comercial en Port Ángeles... el


tiempo se me fue tan rápido…entramos por las puertas de cristal y fuimos directas al área
de modas… hay mientras Alice se volvía loca comprando cosas… yo me volvía a sumir en
mi mente…Si la quiere… y la quiere mucho… esas palabras retumbaban en mi mente… me
abrían mas la herida… como mil cuchillos... ¿Cómo podía quererla más de lo que me quiso
a mi? Bueno, ¿Si alguna vez me quiso a mi mejor dicho?... me seguía llenando de preguntas
la cabeza... caminaba con la cabeza desconectada del cuerpo… no sabía a dónde nos
dirigíamos... no sabía cuánto tiempo había transcurrido... los parloteos de Alice se
volvieron lejanos... hasta que su voz se convirtió en un zumbido casi audible… ¿Qué
hubiera pasado si nunca hubiera conocido a Edward? ¿Mi vida seguiría vacía? ¿Seguiría
igual de escéptica como siempre? ¿O ahora estaría de novia con Mike Newton?... un
escalofrió volvió a recorrer mi cuerpo vacio… y regrese a la realidad…

-¿Bella? ¿Bella?- Una voz distante me llamaba hasta que me hizo regresar a la realidad…

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-Estee… ¿Mande Alice?-Dije con aire ausente…

-MM. Nada Bella olvídalo...-Movió la cabeza de un lado a otro-Enserio no entiendo como


pasas todas tus materias si te enfrascas tanto en tus pensamientos…

No conteste… me distraje viendo un gran ventanal de cristal que daba a el estacionamiento


del centro comercial… ya había oscurecido... ¿Cuánto tiempo llevaba perdida en mis
pensamientos? Tendría que ponerle más atención a Alice si no quería que me odiara para
todos los días de su vida… o mejor dicho de su existencia y que me torturara poniéndome
vestidos...

-Bella ya es hora de irnos a Gossip vamos...-Me jalo del brazo arrastrándome hasta llegar al
deportivo...

Me subí todavía ausente….y me quede viendo por el parabrisas lo poco que quedaba del
crepúsculo… las palabras de Edward retumbaron en mis Oídos

Es la hora más segura para nosotros… aunque también la más triste... es el final de otro
día... otro día mas de nuestra existencia... no importa que tan perfecto sea el día... siempre
tiene que acabar…

-Alice...-Las palabras se me salieron de la boca sin pensar...-¿Puedo preguntarte algo?

-Claro Bella…-Me dijo con tono amable

-Mm... ¿Qué opina el de que salgas conmigo?-Torcí el gesto al ver cuánto me dolía decir su
nombre…

-Bueno…-Alice parecía estar recordando cosas…-Pues... la verdad no le gusta... dice que


demasiado daño te hemos hecho…y hasta ahorita no me habla…ni él ni Tania... –Torció el
gesto al decir su nombre- Carlisle y Esme han hablado con el... y le han dicho que no hay
razón por la cual yo no pueda salir contigo... pero él se muestra muy renuente… como
que… le preocupa que nuestra cercanía sea un daño para ti…y termines herida

Ja Ja Ja mas herida de lo que ya estaba no creo... dudo que se pueda... no dije nada y me
mantuve callada… Alice parecía pensativa... pero al final me pregunto

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-MM. Bella... te tengo una pregunta...

-Humm si Alice dime... Lo pensó durante 1 minuto y luego agrego con voz seria pero
curiosa… -No has pensado... Emma este... no se... ¿En seguir tu vida con alguien más?
¿Alguien que no sea Edward?

Pensé mucho en la respuesta... y después de unos minutos conteste… -No Alice… amo a
Edward... con toda mi alma y corazón…-Sentía como un sollozo iba pasando por mi
garganta pero garraspe y lo controle

- No creo que vuelva a amar a nadie de esa manera… y ahora tú ¿Me puedes contestar algo?

-MM. claro Bella…

-¿Cómo fue que empezó con Tania?-La voz me tembló en la última palabra…

-Uy... Bella, ¿De veras quieres escuchar eso?-Me miro con incredulidad...

Asentí con un movimiento de la cabeza porque era incapaz de hablar sin llorar...

-Bueno...-Comenzó con aire abatido- Cuando nos fuimos de aquí… fuimos a Demolí a
visitar a nuestra familia de haya… Edward no iba muy bien qué digamos. Iba ausente...
como si su cuerpo estuviera hay pero su mente estuviera del otro lado del mundo…, cuando
llegamos... Tania... que ya tenía mucho interés en Edward desde hace mucho tiempo lo
noto así... y empezó a acercarse mucho a el... un día de pronto… de la noche a la mañana se
hicieron novios, todos pensamos que iba a ser nada mas por el tiempo que estuviéramos
hay… pero... mm no… ya llevan mucho…

Y una vez mas no pude evitarlo... unas lagrimas grandes y gordas salieron por mis ojos un
sollozo que tenia ahogado salió por mi boca… en todo lo que podía pensar era en las
palabras de Edward aquel día en el Bosque….

Ya no te quiero, necesito distracciones… y tú y yo no podemos estar juntos…

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De un momento a otro ya estábamos afuera del Gossip... y ahí estaban Angú y Jess
esperándonos…

-Hay... Alice, Bella aquí estamos – Grito Jess muy emocionada…

Básicamente pasaron la noche hablando de chicos, la graduación, modas y Gossip… la


noche se me fue rápido porque no participe casi en sus conversaciones... solo emitía un
Oh… o un ahh. En los momentos adecuados... y todas a excepción de Alice dieron por
sentado que yo estaba poniendo atención… si supieran que mi mente se encontraba a mil
kilómetros de distancia… me mordí el labio inferior intentando desviar mi mente de temas
que no me quería acordar... pero era imposible… el dolor que seguía albergando era más
fuerte que yo... me desgarraba por dentro… ¡Hay… si tan solo supiera Edward como me
siento en este momento! Aunque claro, eso no haría diferencia alguna… mínimo sabría
como comportarse enfrente de mí…

El viaje de regreso lo llevamos en silencio… creo que por lo menos Alice sabia que hablar
sobre EL me ponía mal... de un momento a otro ya me encontraba afuera de la casa de
Charlie… las luces del Porche estaban prendidas eso quería decir que Charlie estaría
despierto esperándome… aun era temprano…

-Este… -Balbucee un poco…- Muchas gracias por ir hoy a Port Ángeles Alice… y por
escucharme...

-No hay de que Bella... sabes que estoy aquí para cuando me necesites... y sabes que te
apoyo... eres mi mejor amiga

-Oye Alice...-Dude un poco... pero quería quitarme el sufrimiento de encima-¿Me podrías


hacer un favor?

-Claro Bella dime que pasa.


Capítulo 3: "ProteccióN.."
-MM...no nada Alice... olvídalo!...

-Bella… por dios! Dime ahora mismo cual era el favor que me querías pedir…-Me dijo con
su tono de voz demandante…

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-Am… Alice... quería ver si podías llevarte el estéreo que me regalaron para el día de mi
cumpleaños y… este...-La mire con ojos tristes...

Me miro con un seño en la cara para luego relajarse… yo me mordí el labio- Claro dame el
estéreo y ¿Cuál es el otro favor que me querías pedir?

-Humm... pues… quería ver si... la prox semana podría ir a ver a Carlisle y a Esme-
Obviamente ese no era el favor que yo le quería pedir pero este no era el mejor momento…,
tan solo el pronunciar su nombre me dolía mas que nada en este mundo…

Su mirada se lleno de asombro y parpadeo un par de veces.

-Claro Bella!!! De hecho la prox semana Edward y Tanya van de cacería… así que claro
¿Por qué no?-Me dio su más grande sonrisa

-Humm ok Alice... entonces déjame ir por el estéreo…

-Claro Bella aquí te espero.

Baje del coche corriendo y llegue al porche… abrí la puerta y la cerré con un golpe sordo
detrás de mi… Charlie estaba desparramado sobre el sillón viendo el partido…

-Bella… llegaste temprano…

-Ah... si papá espérame… dame 1 minuto…

Subí corriendo las escaleras y llegue a mi cuarto... abrí mi closet... y tome el estéreo que
estaba enterrado entre varias capas de ropa… tuve una sensación de vértigo… era lo último
que me quedaba de el... aparte de los recuerdos… luche por respirar y no dejarme caer en el
vacío que se abría bajo mis pies…. Baje corriendo las escaleras y
hemes/advanced/langs/en.js" type="text/javascript"> Alice seguía en su Porche… me subí
en el asiento del copiloto y se los entregue…

19
-¿Bella?-Me miro con ojos fulminantes- ¿Sabes lo que van a decir cuando vean este estéreo
masacrado? Voy a tener que ir ahora mismo a comprar uno para entregárselos... sino
créeme que más noche vas a tener a 5 vampiros enojados en tu ventana…

-Ah... lo siento Alice... de veras lo siento mucho...-Lo decía con toda sinceridad...

-No te preocupes tonta yo lo arreglo…-Se rio con su risa cantarina y yo hice una mueca…-
MM. Y aparte de eso... ¿Deseas que te regrese la pulsera?

-No Alice muchas gracias…-La mire con ojos tristes- Por cierto también dile a Carlisle y a
Esme que muchas gracias por los boletos de avión… y dile a Emmet, Jasper y Rosalie que
les agradezco el estéreo… ahh y también gracias a ti Alice...

Como dolía decir sus nombres en voz alta... sentía que me quemaban la garganta con cada
uno... una oleada de tristeza me tomo…y abraze fuerte a Alice…

-Oh Bella enserio como te extraño...-Me miro con ojos perspicaces- Bueno cariño me tengo
que ir… nos veremos el lunes en la escuela…

Me invadió una tristeza inmensa al comprender que Alice ya se iba... aunque la fuera a ver
el lunes era como mi vinculo con los Cullen... con el... al que no quería mencionar…

-Adiós Alice-Musite

Baje del coche y fui directo a mi habitación… tenía muchas cosas en las cuales pensar… en
primera que Edward era feliz… eso era lo único que me reconfortaba de todo esto... aunque
yo estuviera sufriendo… preferiría verlo feliz…me deje sumir en el duermevela… hasta
llegar a la inconsciencia… no soñé con nada... solo el rostro de Edward pasaba por mi
mente, sus largas pestañas, sus ojos de color caramelo, la nariz tan simétrica que tenia, sus
labios de cristal... aquella sonrisa picara que me derretía… su abdomen brillante.. Era un
dios griego… si... realmente ahora si me podía contestar aquella pregunta que antes me
había hecho con tanto ímpetu ¿Me merecía a Edward? Y la respuesta era que no, no había
ninguna razón por la cual yo podría retenerlo, en mi nada era especial… ni un pelo de mi
cabeza… su voz aterciopelada se metía por mi cabeza... sus gruñidos juguetones aquel día
en su casa… la facilidad con la que podía hacer que me mareara cuando me besaba... su
olor dulce la fuerza con la que me cargaba... cuando corría como se sentía... fue una noche
muy muy larga… justo cuando abrí los ojos escuche como Charlie se iba… otra vez Sola..
Como siempre eh estado… sola…

20
Me levante con mucho esfuerzo... hoy era de esos días en los que era mejor quedarte en la
cama… pero tenía muchas cosas que hacer... cosas que esperaba que me sacaran a el de la
cabeza…voltee a mi escritorio y ahí estaba la pulsera una vez más el sufrimiento me
inundo… esto ya era cosa de todos los días… y me iba acostumbrando cada vez más a como
se sentía... aunque no lo niego... me sigue doliendo… me levante rápidamente y tome mi
neceser... y un juego de ropa limpia.. Sin dejar de ver la pulsera... tenía miedo que si me
volteaba por un segundo iba a desaparecer, tal y como desaparecieron todas aquellas cosas,
todas aquellas esperanzas todas aquellas bellezas y recuerdos que me mantenían unida a el
de todas las maneras posibles… aunque seguía habiendo un lazo más fuerte que todo eso…
lo seguía amando... mi corazón seguía latiendo... y todo gracias a que él seguía presente en
mi pensamiento… el agua caliente me hizo regresar a la realidad... el olor de mi champú me
hizo sentir de nuevo Bella…regrese y me puse a recoger mi cuarto..Igual el de Charlie… no
voltee ni una vez haber si la pulsera seguía donde la había visto por la mañana... quería
pensar que todo era una pesadilla... que todo era… una simple imaginación mía… baje a
hacer la cena... y a meter ropa en la secadora... por desgracia mi mente seguía vagando en
los más recónditos escondites de mi existencia… recordaba cómo me sentí aquella vez… mi
primer beso… como lo ataque… Ja Ja Ja me carcajee solo de acordarme…una pequeña
parte de mi mente... Presiento que la coherencia que todavía me quedaba… me decía que
dejara de pensar en el... y era la verdad... me hacía más daño yo sola…pum pum pum….
Uno dos tres martillazos de nuevo al corazón… me regreso a la realidad... o más bien me
regreso al cuerpo el sonido de la secadora... que ya había acabado… puse todo en orden...
saque la cena de Charlie y se la puse en barrita de la cocina... limpie toda la casa... creo que
estoy empezando a desarrollar un trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza... puf… ya
no quedaban más cosas que hacer… subí corriendo las escaleras buscando mi ejemplar
manoseado de Cumbres Borrascosas… y para mi sorpresa la pulsera seguía ahí… sin
pensarlo puse en mi reproductor de discos uno de las nocturnas de Chopin..Y me senté
sobre la cama…la primera canción me hizo recordar… el simple hecho de escucharla me
sumió de nuevo en mis pensamientos una ráfaga de tristeza inundo de nuevo mi mente y
no pude soportar las lagrimas que salieron de mis ya hinchados ojos…inmediatamente
quite el disco y avente la pulsera a la basura…ni una lagrima mas... ni una mas… me dije a
mi misma una y otra vez… pero no me convencí de la idea… afuera... el crepúsculo ya
empezaba a dar sus primeros arrancones de luz… y por mi ventana se filtraban pequeños
rayitos de luz roja…recordé su expresión aquel día.. Triste… ¿como podía haber
transcurrido ya tanto tiempo de eso...? cuando lo recordé lo veía todo tan nebuloso… fuaa...
saque el aire rápidamente y me limpie las lagrimas que sin querer salieron de mis ojerosos
ojos baje las escaleras lentamente y me senté en la mesa de pino de la cocina... recordaba
su aspecto cuando se sentó en la silla que estaba frente a mi… pum pum pum… otros 3
martillazos al corazón... realmente no me importaba... si tener recuerdos sobre el podría
matarme que así fuera… pero preferiría morir antes de olvidar que él había existido…me
pare y me senté en el primer escalón de las escaleras… recordaba aquella vez cuando salte
encima de él.. Y lo bese... recordaba cómo me hizo sonrojar cuando menciono el color de
mi blusa... o si... como añoraba poder sonrojarme….ahora la sangre ya no subía a mi
rostro.. Carecía de color… pum pum pum… otros 3 martillazos al corazón... me mordí el
labio inferior y me senté en el sillón de la sala… recordé como el día de mi cumpleaños
habíamos visto Romeo y Julieta... Ja Ja Ja… de repente su voz resonó en mi cabeza como
un puñado de campanas…

21
"Pues no estaba dispuesto a vivir sin ti…

Incluso aunque supiera que Emmet y Jasper no me iban a ayudar estaba pensando en irme
a Italia y provocar a los Vulturis… nadie provoca a los Vulturis a menor que quieras
morir…

No estaba dispuesto a vivir sin ti… No estaba dispuesto a vivir sin ti…"

Pum pum pum... otros tres martillazos al corazón… ¿Qué había pasado con aquel amor?
¿Donde había quedado?.... me parecía todo una fantasía…todo un lindo sueño que luego se
convertía en pesadilla…. Escuche las llantas de la patrulla de Charlie deslizarse por el
terreno de granito… me apure a la cocina para calentarle su cena en el microondas… y
regresar de mi eterno sueño… escuche la puerta cerrarse… y los pasos cansados de Charlie
hasta llegar a la cocina…

-MM.… Bella huele muy bien-Dijo Charlie con recelo

Básicamente eso fue lo único que se dijo esa noche… subí tranquilamente a mi cuarto a la
espera de volver a caer en mis pensamientos y divagues rápidamente… pero no lo logre...
otra cosa llamo mas mi atención... la pulsera... seguía en mi bote de basura... relucía
porque las luces de afuera de la casa se reflejaban en ella… la herida de mi pecho se volvió a
abrir… me senté al borde de mi cama… para después dejarme caer y poner mi cabeza entre
las rodillas… me mordí el labio inferior tan fuerte que empecé a sangrar rápidamente…me
pare al baño corriendo y me vi en el espejo… seguía igual que esta mañana… igual de
demacrada… blanca como un fantasma… las ojeras seguían bajo mis ojos.. Y el único
cambio que había era que mi labio inferior ahora esta hinchado y sangrando… pero fuera
de eso seguía siendo la misma Zombi... y lo seguiría siendo por el resto de mi vida… hasta
que no encontrara una manera con la cual calmar mi dolor…porque dudo mucho que se
quite algún día... se calmara por supuesto.. Pero quitarse Jamás…. Recurrí de nuevo a los
antigripales para poder dormir... desperté de nuevo cuando las primeras luces del día
entraban por mi ventana... odiaba los domingos… Y UN DEMONIO! pensé en mi fuero
interno… desperté justo cuando Charlie se subía a la patrulla para irse de pesca con Harry
y Billy… bien... de nuevo...sola… la historia de mi vida… me levante muy despacio y voltee
mi cara hacia el bote de basura… la pulsera ya no se encontraba hay… me estremecí… la
busque con la mirada frenética... y estaba ahí al lado de la computadora… ¿Qué demonios
está pasando? Pensé para mis adentros… si fue Alice.. Claro... Alice... no pretendía concebir
esperanzas de ningún tipo... yo sabía que estaba con su novia... y no iba a venir solo por
una estúpida pulsera… hice lo que tenía que hacer de nuevo sin voltear a ver la pulsera...
ahora ya menos metida en mis lagunas mentales porque quería saber cuál era el misterio
de la pulsera.. Es Alice... no tengas ilusión… solo es Alice… Seguí sumida con esa idea hasta

22
que me di cuenta que Charlie estaba abriendo la puerta… y vaya que la tarde se paso
rápido… Charlie llego con una reserva de pescado como para 3 años… los metí al
refrigerador... le di su cena a Charlie y me retire a mi cuarto... esperando que otra vez mi
conciencia fuera demasiado fuerte para sacarme del oyó en el que estaba… pero no paso
así…de nuevo tuve que recurrir a los antigripales.

Al día siguiente solo tenía un recuerdo no muy nítido que me había quedado dormida al
tocar la cabeza con la almohada… me levante a trompicones y me cambie… me vi en el
espejo y si... mi pelo era un caso perdido... me hice una rápida cola de caballo... al parecer
hoy el día estaba seco… no había rastros de lluvia pero aun así estaba nublado... decidí
irme caminando a la escuela... necesitaba urgentemente un poco de aire fresco… mientras
caminaba lentamente por las calles de Forks… me di cuenta en lo mucho que había
cambiado mi vida y mi manera de pensar… en lo mucho que había cambiado yo… en lo
mucho que extrañaba mi vida en Phoenix… pero no tanto como para abandonar la de aquí
mis pensamientos fueron pausados por un siseo que se escucho de uno de los arboles más
cercanos… voltee mi mirada.. Pero no había nada… sentía unos ojos clavados en mi pero no
había nadie… acelere el paso… por el rabillo del ojo vi algo color rojo… rojo anaranjado que
iba corriendo por los arboles en dirección contraria a donde yo estaba... como huyendo de
mi… bah Bella... estás loca… los antigripales te están haciendo daño pensé para mi fuero
interno... por fin llegue a la escuela… pero llegue con tiempo de sobra… el estacionamiento
estaba casi vacío a excepción de los coches de los profesores… ningún chico de mi edad
rondaba a esas horas… me pregunte qué hora seria.. Fui y me senté en las banquitas de
afuera de la cafetería… esperando a que dieran el primer toque para entrar a clases... me
perdí de nuevo en mis pensamientos... la pulsera... la pulsera... la pulsera… era en todo lo
que podía pensar... me estruje los sesos intentando sacar una explicación… pero lo único
que conseguí es que de morderme el labio tan fuerte de nuevo se me volviera a abrir...
aunque no sangraba tanto como el día anterior... y que me doliera la cabeza peor que
nunca… una mano blanca y fría toco mi hombro.. Salte del asiento del susto…

-Hola Bella- Sonrió Alice con su sonrisa color plata…

-Ah... Hola Alice...-No parecía muy emocionado de verla…

-Humm… Bella necesito hablar contigo… -Su voz tenía un matiz de histeria y me preocupe

-Si dime Alice ¿Qué pasa?-Conteste Ansiosa

-MM. Pues bien Bella...-tomo aire y continuo-La he visto regresar… quiere venir por ti… te
quiere a ti...

23
Mire a Alice con expresión comfundida

-No entiendo Alice ¿A qué te refieres?

-Victoria – Sus ojos flamearon—

-No-Sofoque un grito y se me bajo la sangre… ósea que ella había sido a quien había visto
hoy por la mañana... ella era la que me observaba desde los arboles... ella... tan cerca...
estuve tan cerca… me quede fría y congelada del Shock que me dio…

-¿Qué pasa Bella?-Pregunto Alice aun mas ansiosa

-La vi… la vi hoy... me estaba viendo... desde un árbol…

-¿Qué? ¿A qué te refieres con que la viste?-La voz de Alice venia cargada de histeria….

Le conté lo que me había sucedido por la mañana... él porque me había venido caminando
etc. etc.… omití la pequeña parte de la pulsera... no quería que ella me creyera una loca…
Alice no me interrumpió ni un minuto hasta que acabe de contárselo….

-Pues bien Bella... sabes bien que ahora los Cullen vamos a intervenir verdad –Enarco una
ceja perfecta

-No… Alice enserio no... Lo que ella quiere es a mí... nada me ata para seguir huyendo de
ella, antes me ataba –La garganta me quemaba al repetir su nombre- Edward... ahora ya
que no tengo nada que ver con el... no tengo ninguna intención de ponerlos a ustedes en
peligro…

-Bella... mi tonta Bella... estas mal si crees que vamos a dejar que te pase algo malo-Me
acaricio con su pequeña mano nívea la mejilla...-Y cuando me refiero a que vamos a
meternos los Cullen me refiero a todos los Cullen…

Pensé varios minutos hasta captar todas sus palabras….

24
-A no…, no, no, no… el no puede... no debe... –No me salían palabras de la boca...
Edward… peleando por mí... No... Eso no podía pasar...

-Si debe, si puede y si quiere…-Movió la cabeza con una sonrisa…

-No Alice… te repito que de ninguna manera los voy a poner en peligro… punto final de
esta discusión….

-Ja Ja Ja –Alice sufrió un ataque de risa mientras yo la miraba consternada- ¿Enserio crees
Bella que no le preocupas lo suficiente como para defenderte de Victoria? ¿Crees que no
estaría dispuesto a dar la vida por ti?

Ahora fui yo quien sufrió un ataque de risa mientras Alice me miraba consternada…

-Ja Ja Ja claro que no Alice, el tiene cosas más importantes en que pensar que en estar
salvando a Bella – Lo decía mientras me limpiaba las lagrimas con las mangas de la
chaqueta... no sabía si eran lagrimas de risa o de tristeza…

Alice frunció el ceño y note que su mirada se endureció por conforme estudiaba mis
facciones…

-Alice, tienes que aceptar que no es el mismo Edward de antes – Lo dije mas para mí que
para ella… y me dolió hasta el alma-No querría ni siquiera involucrarse en un asunto que
tenga que ver conmigo…., el ya no me ama... no me ama… -y me lo seguí repitiendo una y
otra vez en la cabeza para que se me quedara guardado –Así que por favor Alice no hagas
de esto un lio más grande y si Victoria viene a buscarme que es lo más probable… pues…
dejare que me lleve sin chistar..Créeme es lo mejor

-Bella... enserio no sabes de lo que hablas-Su rostro era serio y como tallado en piedra- Si
por Edward fuera... daría la vida por ti…

-Claro Alice... y por eso me dejo… y ahorita está de la mano de Tanya-Hable lo más
fríamente posible…

-Eso es muy diferente y hasta tú lo sabes...-Se puso a la defensiva y la verdad yo no quería


pelear con Alice… era mi mejor amiga así que le di la razón... o más bien por su lado…

25
-Ok Alice... es diferente… -Lo dije con tono ausente y ella frunció el seño...

Sonó el timbre… puagh… empieza mi tortura… llegue a mi asiento en lengua donde el


señor Banner ya nos estaba esperando con un examen sorpresa Yupi! justo lo que
necesitaba para un día como hoy… Edward estaba muy quieto en el asiento contiguo… pero
no levanto la vista para verme cuando me senté al lado de él… ni tampoco cuando salió de
esa clase... hizo simplemente como si yo no existiera… eso dolió mas que nada en este
mundo... ningún otro dolor se le puede igualar, así paso todo rapidísimo hasta la hora del
almuerzo… pedí una limonada …me senté en el lugar de siempre… y observe justo enfrente
de mi... la escena que se desarrollaba todos los días... hasta que saliera de esa maldita
escuela y me pudiera ir lejos de ahí… Edward besando a Tanya y sonriendo feliz de la
vida… Alice por otro lado tenía la vista clavada en mi rostro… Esboce una sonrisa… la cual
me regreso... pero esa alegría no subió a sus ojos… Edward vio ese gesto y me observo solo
por 2 segundos en los que sus ojos se encontraron con los míos y luego evadió mi mirada
como si nada hubiera pasado… PUM PUM PUM el monstro del dolor del pecho gritaba por
salir… estaba ausente de las platicas que había en mi mesa… viajes a La Push… carnes
asadas… etc. etc... Cosas sin importancia... tome mi limonada lento...y sonó el timbre... de
nuevo a sufrir otra hora fue... ya iba preparada para saber que se sentía tenerlo tan cerca…
tan tan tan cerca... Y no poderlo tocar… llegue... y para mi suerte todavía no llegaba... me
imagino que ha de haber ido a dejar a su niña de cabellos largos y ojos grandes a su salón
como es su costumbre igual que lo hacía contigo retumbo una vocecita en mi cabeza
¡CALLATE! Gruñí para mi fuero interno... estaba tan metida en mi conversación conmigo
misma… que no me di cuenta que el ya se había sentado a un lado mío mirando hacia la
ventana hacia como si yo no estuviera hay por completo… me recordó los 2 meses que no
me hablo después de que me salvo la vida...m… suspire recordando aquellos tiempos... me
miro por el rabillo del ojo para luego volverse a voltear hacia la ventana...la clase empezó
enseguida… sus ojos seguían clavados en la ventana…. Y su puño cerrado descansaba en la
mesa…algunas veces durante la clase volteaba por la cortina que tenia de pelo y admiraba
su belleza… sonó el timbre y me levante lentamente… el por supuesto ya se había
esfumado… me pregunto ¿Qué sentiría al verme? ¿Que pensaría de mi? ¿Se acordaría si
quiera que existo cuando no me ve? Mil preguntas se volvieron a formular en mi cabeza
mientras iba a clase de Gimnasia…de nuevo... sentada… escuchando sin escuchar las reglas
básicas del Tennis... Sentí esa sensación horrible de una mirada clavada en mi rostro... por
supuesto yo sabía quién era... sabia quien me estaba observando… y podía sentir las
hondas de hostilidad que emanaban de su persona… ¿Alguna vez esta situación pararía?
¿Podría llegar a olvidar completamente a Edward Cullen? Buscaba la respuesta en mi fuero
interno, me estruje los sesos… y por fin pude encontrarla… No… esa era la respuesta... no
podría olvidarlo... al único y más grande amor de mi vida... aunque eso ya no se significara
nada para el… para mi si… sus besos... su respiración gélida… sus dedos rosando mi
clavícula… me deje llevar de nuevo por mis pensamientos… me deje caer en el vacío que se
me ofrecía… al parecer ese era el lugar más seguro para mi… ¿Cómo Alice podía pensar si
quiera que Edward lucharía por mi?¿Alice estaba loca?... no, más bien la que estaba loca
hay era yo… que empecé a concebir esperanzas… aunque fuera muy muy dentro de mi…

26
-¡Bella!....-Grito una vocecita cantarina detrás de mi.

Sin pensarlo ya estaba en el estacionamiento... justo a 3 pasos de llegar a la salida para


irme caminando…. No quería voltear… sabía que si me seguía juntando con Alice me haría
mas daño del que se le puede hacer a una persona…

-¡Bella!..-Volvió a gritar la misma vocecita de antes….

Gire sobre mi misma para verla... hay pequeña y meticulosa… con la sonrisa plateada que
tanto recordaba…

-¿Qué pasa Alice?-Conteste con un hilo de voz

-Humm… me preguntaba Bella ¿Te gustaría ir hoy a dormir a mi casa?-su tono de voz era
de curiosidad y ansiedad…

-Estee... Alice... no sé si has notado que ya no soy bien recibida en tu casa…-Por desgracia-
Y tu hermano va a estar hay… así que prefiero no ir… y voy a ir a ver a Jacob hoy a la Push-
Un nudo se me hizo en la garganta al pronunciar las últimas palabras

-Pues no Bella, él y Tanya se van hoy de cacería... y a Carlisle y Esme les encantaría verte…
anda ¡Por favor!... y aparte Jacob puede esperar, prometo solemnemente que yo mañana
misma te llevare hasta la línea del tratado!!! Y te recogeré por favor si???-Sabia que no me
iba a dejar en paz… y era tan capaz de llevarme a la fuerza que solo asentí una vez con la
cabeza…-Bien Bella ¡Yuppy! Paso por ti a tu casa en media hora…-Y así se fue con sus
andares de bailarina… aun seguía teniendo aquella punzada de celos…

Llegue a mi casa 10 minutos más tarde... aun con los ojos de Edward clavados en mi
cerebro… aquella mirada fría que me dedico en clase de biología… ese no era mi Edward…
aquel Edward amoroso y paciente… este era otro... o más bien seria que el verdadero
Edward... o más bien el que yo quería pensar que era así.. Era fruto de mi
imaginación…aunque claro… dudo que mi imaginación de para tanto…

Subí corriendo las escaleras para sacar mi pequeña bolsita de lona que estaba debajo de mi
cama… puse un juego de ropa limpia y mi cepillo de dientes…Pum pum pum... voltee la
cara a mi escritorio y ahí estaba la pulsera… justo donde había estado esta mañana… lo
tome con las 2 manos como si fuera algo frágil…y deje que mi mente volara… que mi mente

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retrocediera a hacia unos cuantos meses… cuando mi vida era la vida que toda persona
quiere… recordé como se sentía estar viva.. El rubor por mis mejillas… mis ojos de
suspicacia cada vez que se le ocurría una idea… y lo decidí… metí la pulsera a mi bolsa de
lona… la iba a dejar en su casa… no quería mas recuerdos que me pudieran lastimar...
aunque de todos modos… ¿De cuantas maneras una persona pude romperle el corazón a
otra, y esperar que siga latiendo?... me inunde el pensamiento con mil preguntas más… y
tuve un flash-back De Edward y de mi… sentados en el bosque.. Aquel horrible día en que
me dijo que ya no me amaba... que tenía otras distracciones… estaba segura que Edward ya
no sentía nada por mi… sus ojos eran diferentes cuando me observaban... Y de nuevo tuve
una punzada de dolor en el pecho que se fue extendiendo a todo el cuerpo... me deje caer
en el piso para luego poner mi cabeza entre las piernas y con una mano tomar mi pecho
para apretarlo… sentía como si me estuvieran destazando por dentro… un clackson me
regreso a la realidad…

-Alice-Gemí….

Baje corriendo las escaleras con mi bolsa de lona… y Salí como un bólido por la puerta… a
Alice no le gustaba que la hicieran esperar… subí rápido al auto y ahí me encontré con
aquella sonrisa plateada que tanto me gustaba…

-Hola Bella, no te preocupes por Charlie… -Puse los ojos en blanco-Esme ya le hablo para
decirle que te ibas a quedar a dormir en mi casa y yo mañana te llevaría a la escuela…

-Ah… gracias Alice…-Puse los ojos en blanco y me mordí el labio…

Recordaba muy bien el camino por el que íbamos… los grandes árboles creciendo al lado
del empedrado... los pequeños rayos de luz que se filtraban por sus copas… aquel camino
que parecía que nunca se iba a acabar y entre todo ese bosque majestuoso… aquella casa
blanca y grande… los recuerdos me inundaron la cabeza… desde donde yo me encontraba…
se podía vislumbrar muy bien el ventanal del cuarto de Edward…. Una punzada de nuevo
me tomo por sorpresa… y el dolor se volvió a extender… Alice me miraba con ojos
ansiosos…

-Bella ya te dije que todo va a estar bien-Tenia una voz serena y en paz-Ellos no están
aquí... se fueron de caza a el noroeste de California y regresan hasta mañana por la
mañana…

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Subí mecánicamente las escaleras del porche y Alice me abrió la puerta… ahí parados en la
entrada estaban Carlisle y Esme… una oleada de varios sentimientos me inundo el cerebro
hasta dejarme sin respiro… Esme corrió a abrazarme…

-Oh Bella cariño… cuanto te extrañábamos-Me abrazo fuertemente y me dio un beso en la


frente…

-Si Bella estábamos ansiosos por volver a verte…-La voz de Carlisle era sincera... ni un
atisbo de mentira…-Vamos pasa pasa…. Tenemos muchas cosas de las cuales platicar…

Me sentí tan familiarizada con aquella casa… todo seguía igual... las pinturas en las
paredes… el piano de cola en el pequeño tapanco de la sala... los sillones blancos… la
televisión de pantalla de plasma… me hicieron recordar muchas cosas…. Me senté en el
sillón blanco que ya tanto conocía… a mi lado izquierdo se sentó Alice... y a mi lado
derecho Esme….

En un momento tenia a Jasper detrás de mi…

-Hola Bella... gusto de verte-Su voz era fuerte pero serena

-Ah... hola Jasper….-Solté con un hilo de voz

-MM. Bella... necesitamos hablar contigo de un tema muy serio-La voz de Carlisle me tomo
por sorpresa… sus ojos eran inescrutables...

-Em... si ¿De que desean hablar?-Mi voz tembló en la última silaba…

-Pues bien-Comenzó Carlisle-Como sabes... Victoria ha regresado…aunque no por eso


tienes que tener miedo… sabes que los Cullen te vamos a proteger... pero necesitamos que
estés siempre cerca de alguno de nosotros para poder ayudarte…-Todos menos uno…
pensé para mis adentros…

-Ah... este... Carlisle-Dude un momento para luego tomar aire y volver a comenzar-No creo
que eso sea posible, mira, Victoria a quien busca es a mi… no a ustedes…así que les pido de
la manera más atenta que por favor, no me malinterpreten, pero mientras menos personas
estén entrometidas en este asunto…mejor será para que nadie este herido

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Cuatro pares de ojos me observaban... unos con gesto de ira y otros con tristeza…

-No Bella… tus eres la que está mal si piensas que te vamos a abandonar ahora-La voz
melodiosa de Esme sonó impaciente...

-Exacto Bella, tu siempre serás parte de esta familia-Agrego Jasper…

-Y siempre vas a tener a nosotros protegiéndote-Dijo Alice…

-Así es... y haremos todo lo que esté en nuestras manos para protegerte pequeña...-
Termino Carlisle…

De repente una oleada de paz me lleno el cuerpo… y un Demonio!!! Jasper!!! Masculle para
mis adentros… si... ahora me sentía así... pero ¿Que pasaría cuando saliera de esa
habitación? Me volvería a inundar la sensación de tristeza... volvería a pensar en aquellas
cosas de las que me había mantenido tan alejada… no dije ni una sola palabra y asentí con
la cabeza…

-Pues bien-la voz de Carslice interrumpió la secuencia de mis pensamientos-Tendrás que


venir todos los días después de la escuela aquí Bella-¿Qué? ¿Carlisle se había vuelto
completa y totalmente loco? ¿No sabía que mi corazón no podría soportarlo? negué con la
cabeza…-¿Por qué no Bella?

-Carlisle... no creo, bueno, este, dudo que a Edward-Su nombre me retumbaba la cabeza-
Le agrade la idea de mantenerme cerca de aquí…-y ni a mí tampoco me gustaba esa idea…

-Humm...-Carlisle lo pensó un momento…-De hecho mi querida Bella… fue su idea que te


mantengamos aquí hasta que atrapemos a Victoria

-¿Qué?-Grite una octava más alta... mis pensamientos no podían imaginarse a Edward
dando esa idea... era simplemente imposible...

-Así es…-Dijo Esme con voz cautelosa

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Para ese entonces mis pensamientos ya volaban a varios kilómetros de ahí… ¿Cómo?
¿Porque Edward quería hacerme tanto daño? ¿Que ganaba con mantenerme encerrada
tanto tiempo en su casa con Tanya a su lado?

-¿Bella?..-La voz de Alice me trajo de regreso a la realidad-Aunque no lo creas… Edward se


sigue preocupando por ti...

-Así es...-Asintió Jasper con la cabeza…

No, no y no... Eso no podía ser posible… estaba en una dimensión desconocida…., no sabía
cuál era la expresión de mi cara… pero por los ojos de Carlisle no podía ser nada buena…

-Bueno Bella... entonces mañana saliendo de la escuela te esperamos aquí...-Carlisle me


sacudió el brazo suavemente…

Lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza…no sabía dónde tenía el cuerpo... no
sabía dónde tenía el alma... no supe cuanto tiempo me perdí viendo hacia la ventana… solo
tenía la extraña sensación de que estaba sola…. Ja Ja sola en una casa de vampiros…mi
mente retrocedió a inicios del marzo pasado... a aquella sensación que me dio al verlo por
primera vez… con su tez blanca y sus ojos hostiles en mi cara.. Tal vez ese era el
sentimiento que la tenia por mí desde el principio…

-Vamos Bella necesitamos hacer la tarea…-Alice interrumpió mis pensamientos una vez
más…

-Si… calculo no se va ha pasar solo

Mientras me desparramaba por el suelo de la habitación de Alice todo se me hizo tan


normal… los días que había pasado en esa casa volvieron a tomar mis recuerdos... y una
vez más me perdí… no supe cómo ni cuándo pero ya era de noche… fui por mi bolsa de lona
y la abrí... –La pulsera- dije para mis adentros… el cuarto de Edward se encontraba
enfrente… y Alice estaba en la cocina… ¿seria muy arriesgado de mi parte llevar la pulsera
al cuarto?¿El oyó en mi pecho se haría mas grande?¿Me echaría a llorar como es mi
costumbre?... las preguntas iban y venían mientras yo cruzaba el corredor y me encontraba
con la gran puerta de madera de su cuarto.. Lo abrí sigilosamente y me metí rápidamente…
todo estaba en oscuras... pero la luz de la luna que se asomaba por su ventanal le daba a
todo un toque de luz plateada... aquí estaba su sillón de cuero negro… y su equipo de
música… puse la pulsera sobre este y me quede mirando por el ventanal… una oleada de

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tristeza me tomo por sorpresa... recordaba aquellos días en los que jugueteaba con mi
Edward… en los que me quedaba dormida sobre su pecho petrerio… y me mareaba con su
exquisito olor.. Rayos… tenía que salir de ahí antes de que me tirara al piso para poner mi
cabeza entre las rodillas…, Salí lo mas rápido que pude… y me volví a meter en el cuarto de
Alice hiperventilando…no podía mantener los ojos abiertos… las lagrimas me lo
impedían... el corazón me dolía mas que nunca y no podía respirar… todo se fue volviendo
negro… y lo siguiente que recuerdo es haber despertado en el sillón de Alice... con Carlisle
a mi lado…

-Bella. ¿Te sientes bien?

-Si si... –Dije con un hilo de voz.

-Te desmayaste porque no has comido nada

-Humm... lo siento-Como esperaba Carlisle que yo siquiera pensara en comer si me la


pasaba pensando en Edward… o cielos... cuanto necesitaba a Jacob en esta situación.

-Pues bien… le diré a Alice que te traiga algo Bella... por favor si necesitas algo solo pídelo…

-Gracias…

Al siguiente minuto Alice ya estaba enfrente de mí con una gran bandeja de fruta, carne y
jugo

-Nos metiste un buen susto eh Bella…-El tono de Alice era de desaprobación.

-Lo siento...-Logre decir por la comida que tenia dentro de la boca...

-Bueno… mínimo teníamos aquí a Carlisle…

-Aja

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Mi pensamiento se encontraba muy fuera de ahí… me encontraba vagabundeando en los
confines de mi existencia… ¿Qué haría Edward al ver la pulsera sobre su reproductor? ¿El
habría sido el que la llevo a mi casa? ¿Se molestaría? Esas y mil preguntas más abordaban
mi mente en ese momento… lo último que recuerdo fue haber acostado la cabeza sobre la
almohada… dormí muchas horas pero para mí parecieron minutos... las manos de Alice me
despertaron…

-Bella ya levántate, floja, tenemos que ir a la escuela

Oh oh… no no no me pregunto si ya habrá regresado… tenía miedo de levantarme de donde


estaba… ¿Por qué de todas las habitaciones de la casa tenía que dormir en la que estaba
justo enfrente de su cuarto?

Me levante a regañadientes y fui directa al baño a arreglarme... no quería pasar ni un


momento extra fuera del cuarto de Alice más que el que fuera suficiente… no me iba a
exponer a las miradas furtivas de Edward y Tanya… no... No me iban a lastimar más…. Salí
cuando estaba lista… un escalofrió recorrió mi espalda… y baje las escaleras casi
corriendo... Alice ya me esperaba en el vestíbulo…

-Vaya que te has tardado eh...-La voz de Alice era de desesperación...

-MM... lo siento… ¿Nos vamos?

-MM. espera un minuto estoy esperando a Edward y a Tanya

Me quede helada… ¿Cómo esperaba Alice que yo estuviera en el mismo auto que Tanya y
Edward? Aunque fueran unos pocos minutos ¿no sabía que iba a morir en cuanto los viera?
¿Que demonios pasaba con Alice?

-Tranquila Bella…, ellos 2 irán en el volvo. Tú te irás conmigo-Pareció notar mi expresión


de espanto…

Resople… no aun así no lo quería ver... bastante duro era con verlo en la escuela… bastante
duro era tener que ir a su casa y todavía querían agregar el que lo viera con Tanya justo a 2
metros de mi… ¿Qué clase de loca, masoquista, enferma era yo?¿Como podía aceptar
aquello?... se me fue el aire... y voltee a ver a Alice que ahora miraba hacia la puerta

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trasera... seguí el camino de su mirada... y lo vi... lo vi ahí entrando de la mano con su
nueva noviecita… riendo…

-Oh hola Alice, Bella-Saludo con tono formal

-Oh Edward… me preguntaba si podríamos irnos ya a la escuela... te recuerdo que necesito


ayuda para la protección de Bella y yo sola no puedo ir…

Tanya me miro con ojos envenenados mientras Edward solo asintió con la cabeza una vez...

-De acuerdo solo déjanos ir a cambiar…

Esperamos otros 3 minutos a que volvieran a bajar de las escaleras vestidos


espléndidamente… Edward llevaba un sweater verde y unos pantalones de mezclilla…
Tanya llevaba un sweater blanco y unos pantalones de mezclilla.. En ese momento una
punzada de celos me tomo por sorpresa y arrugue el ceño… como demonios podían lucir
así con las prendas más comunes… bah… pues si si yo fuera vampiro también me vería
así…

-¿Vamos? –Pregunto Edward cuando bajo por las escaleras observando primero a Alice y
luego dándome un rápido vistazo... me sentí en el abismo negro de nuevo…

¿Qué demonios estaba haciendo hay? ¿Mi seguridad valía tanto para estar aguantando
esto?... no... Preferiría que Victoria me matara... no soportaba la sensación de vacío que
tenía mi cuerpo… una y otra vez los escasos recuerdos me volvían a la mente... y todo
pareció una fantasía… ¿Qué tal si entre Edward y yo no había ocurrido nada? ¿Y si hubiera
sido fruto de mi imaginación? Ohm vamos Bella… despierta... decía mi pequeña vocecita
en mi fuero interno…

Y ahí fue cuando me decidí… nunca más ni una sola lagrima mas por Edward Cullen… lo
olvidaría así fuera lo último que hiciera... y ya sabía la manera… NECESITO A JACOB
URGENTEMENTE!!!
Capítulo 4: "Olvidandome De Ti.."
-MM. ¿Bella? Vámonos que se nos va a hacer tarde!!!...- la voz de Alice me trajo de nuevo a
la realidad…

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-A si Alice, oye, ¿Hoy me vas a llevar a la Push verdad? Necesito ver a Jacob- Ok eso sonó
demasiado desesperado…

-Am si Bella no te preocupes… creo que los licántropos te van a poder cuidar aunque sea un
rato...

No dije nada y me concentre en todo el paisaje que pasábamos a gran velocidad… Ok… mi
plan era olvidar a Edward... aunque sea lo último que haga en toda la vida… necesitaba ver
a Jacob… necesitaba sentirme segura entre sus grandes brazos… y olvidarme de todo y de
todos…

Llegamos a la escuela, y baje del coche lo antes posible, no quería toparme ni con el volvo
de Edward ni con ninguno de los dos pasajeros que traía, Alice me grito

-¡Bella! Nos vemos en la salida, para llevarte a la Push…

Le dije adiós con un ademan de la mano y me precipite a clase de lengua… puagh… de


nuevo tendría que estar con Edward y verle a la cara… una vez más empezaba a sentir el
dolor del pecho… 3 pasos antes de abrir la puerta del salón una voz muy masculina me
trajo de nuevo a la realidad.

-Humm disculpa… ¿Me podrías ayudar?

Voltee y un muchacho del tamaño de Edward delgado y musculoso con grandes ojos color
verde, cabello negro despeinado y piel bronceada me miraba fijamente…

-Ei! ¿Te asuste? Discúlpame es que estoy perdido – Hizo un puchero adorable

-Este... no no te preocupes estoy bien… soy Bella, ¿Cómo te llamas?

-Anthony… mucho gusto Bella

Nos dimos la mano y en ese momento me di cuenta del gran parecido que tenia con
Edward… no no Bella aleja esos pensamientos ahora mismo decía una vocecita en mi
cabeza.

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-Este… te molestaría decirme ¿Dónde es la clase de lengua con el Sr. Banner?

-A si este… -Estúpida Bella te quedaste viéndolo como imbécil- Es en este salón, de hecho
yo voy a esa clase, si gustas acompañarme.

-Ah… muchas gracias –Sonó aliviado- adelante señorita…

Ok, o era mi imaginación, o dios me odiaba y quería que sufriera por el resto de mi
humanidad… ¿Por qué demonios Anthony tenía que parecerse tanto a Edward? ¿Qué
demonios estaba sucediendo? ¿El mundo se iba a acabar? Anthony me regreso de mis
divagues…

-Humm pues bien ¿Dónde me podre sentar?-Sus ojos empezaron a examinar el salón en
busca de un lugar disponible- ¿Tu donde te sientas?

-Este… hasta atrás... –Señale con un dedo mi asiento.

-Humm ¿Te molestaría si me siento adelante tuyo?

-No para nada –Tenia sus ojos verdes clavados en mi cara

Caminamos hacia nuestros asientos, el profesor aun no entraba y muchas de las chicas que
estaban ahí miraban a Anthony o más bien se lo tragaban con la mirada, se hicieron
muchos cuchicheos alrededor de nosotros sobre el muchacho nuevo.

-Y… disculpa mi incumbencia, pero, ¿De dónde vienes?

-Ja Ja no te preocupes, vengo de Vancouver Canadá, mis padres se tuvieron que mudar
para acá porque a mi padre le dieron trabajo en la comisaria de aquí, de hecho… eres Bella
Swan ¿No? Tu papa es el jefe de la comisaria…

Me quede pasmada, ¿Cómo era que me conocía y Charlie nunca había dicho nada que
alguien iba a llegar a trabajar aquí? Mis pensamientos fueron desvaneciéndose cuando

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tuve la desagradable sensación que alguien me observaba, y no era específicamente
Anthony, a mi lado Edward me miraba fijamente y emitió un pequeño gruñido, la
expresión en sus ojos era de ira, ira pura pero ¿Qué hice ahora para que me mirara de esa
manera? El no se podía enojar de esa manera porque él y yo no éramos nada, así que si
quería sentir celos, que mejor se vaya con Tanya, -Aunque eso me este matando por
completo- me dijo mi vocecita en mi fuero interno, Anthony vio en la dirección de mi
mirada y miro fijamente a Edward que parecía que estaba a punto de estallar de puro
coraje.

-¿Y a este que le sucede? ¿Es tu novio?- Me murmuro

Sabía que lo que le iba a responder me iba a matar y lo iba a perder para siempre, y sabia
también por supuesto que Edward estaría escuchando pero tenía que sacármelo de la
cabeza, tenía que hacerlo así fuera lo último que hiciera, así sintiera que me arrancaban el
alma del cuerpo.

-No, el y yo no somos nada- Dije con el tono más casual que me salió. Los ojos de Edward
casi se salían de las orbitas y pude ver su mano agarrándose de la butaca casi rompiéndola

-Ah… ¿Ósea que no tienes novio?-Dijo como quien no quiere la cosa.

-No, no tengo novio –Dije con el tono más frio de lo que fui capaz, si las miradas fueran
puñales Edward ya me hubiera matado desde que llego a clase de lengua.

-Humm – Fue lo único que pudo decir, en ese momento el profesor Banner entro al salón y
empezó su clase, saque mi libreta y justo cuando me disponía a empezar a escribir una nota
apareció al lado de mi mano

Bella:

Hola , espero que todo esto no te este causando problemas , enserió siento mucho el que
Victoria te este persiguiendo prometo encargarme de la situación tan pronto me sea
posible… , me preguntaba, ¿Me podías explicar una vez más como estuvo lo de tu
encuentro con ella ?, por favor ….

Me quede fría una vez más… ¿Qué demonios estaba pasando? Ok, tranquilízate Bella, el
solo quiere saber qué pasa con Victoria para poder protegerte y quitarse tu carga de

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encima, explícaselo, ¡Explícaselo no te quedes como idiota!, Me gritaba mi vocecita
interna.

"Hm… pues, ayer me vine caminando de mi casa a la escuela, y pues la vi entre los arboles
observándome, pero, corrió hacia el otro lado… no sé como que parecía estar huyendo de
algo o alguien..., por cierto, gracias por tu preocupación, pero enserió creo que ninguno de
los Cullen se tenga que meter en esto... ella lo que quiere es a mí y a nadie más…"

Sus ojos leyeron rápidamente aquel párrafo y movió la cabeza con descontento

"Bella no digas tonterías por favor nosotros te metimos en esto nosotros te sacaremos…
por cierto tu pulsera esta en tu bolsa de lona ahí te la deje por la mañana…"

Em... Edward, me parece que esa pulsera es tuya… así que por favor quédatelo... yo no la
quiero..., por cierto gracias por encargarte de victoria…

"No hay de qué y por lo de la pulsera será mejor que te lo quedes tu no quiero tener que
darle explicaciones a Tanya".

Un escalofrió me recorrió la espalda y mi cabeza comenzó a girar

"Ahh, claro, Tanya lo olvidaba... ok... no te preocupes… me quedare con la pulsera para que
no te metas en problemas… bueno... este... espero que las cosas con Tanya vayan bien...
mejor dejemos de mandarnos papelitos si no quieres que el profesor nos regañe… mm
gracias de nuevo…"

Asintió con la cabeza y me dedico una pequeña sonrisa.

¿Qué demonios estaba pasando? ¿Por qué me quería hacer sufrir de esa manera? Me sentía
con un hoyo que amenazaba con traspasarme el cuerpo... ¿Esto no pararía nunca?.. Puf...
mis pensamientos revoloteaban alrededor de mi cabeza… el timbre sonó y empecé a
recoger mis cosas….

-Humm ¿Bella? – la voz de Anthony me saco de mis pensamientos

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-¿Si dime?

-¿Qué clase te toca?-Sus ojos verdes me observaban con detenimiento

-Humm español, ¿A ti?

-Igual, ¿Te molesta si me voy contigo?

-Humm no no para nada.

Todo el camino a clases se la paso parloteando de lo lindo que era vivir en Forks, de sus
papas y de sus hermanos, de cómo le emocionaba estar aquí y muchas cosas más, yo estaba
perdida en mis pensamientos… ¿La mirada que me dio Edward que habrá querido decir?
¿Acaso se habrá enojado porque estaba platicando con Anthony? No, eso no podía suceder,
a Edward no le importaba un rábano lo que yo hiciera, si le hubiera importado no vendría
con Tanya, el sabía lo que estaba haciendo al regresar, lastimarme y matarme en vida…
llegamos a clase de español y yo estaba así o mas perdida en mis pensamientos, Anthony
por enésima vez fue el que me saco de aquella laguna mental que estaba amenazando con
ahogarme.

-Eh… Bella, ¿Me podría sentar a un lado tuyo si no te molesta?

-Ah... claro que no Anthony no hay problema –Lo mire a aquellos ojazos verdes que tenia y
me perdí en ellos, era tan idéntico a Edward, el parecido casi era turbador, aquí esta quien
te puede sacar del oyó donde te dejo Edward, justo frente a ti…No, no, no sacudí la cabeza
para quitarme aquella maldita voz –Que lo más probable es que fuera mi conciencia- el era
nuevo, y yo no tenía derecho a hacer eso…

La clase se me paso rapidísimo y así fueron las siguientes dos clases, por suerte Anthony
tenía todas las clases conmigo, era extraño, pero me sentía bien en su compañía, era como
una distracción escucharlo hablar, me hacia olvidarme aunque fuera un poco de aquel
efluvio de preguntas que gritaba por salir de mi garganta.

El almuerzo llego rápido y con el mi hora de muerte…mientras mi mente se iba a varios


kilómetros de distancia mi cuerpo se quedaba atascado en medio de la cafetería… la voz
chillante de Alice me regreso a la realidad

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-Bella...! Carlisle me dijo que debía ver que comieras... ya que tu desmayo créeme que no lo
puso nada feliz…

Resople

-Ah... vamos Alice... no necesito niñeras… puedo cuidarme sola-masculle entre dientes.

-Aja… si claro Bella..., y ¿Quién es él? – Apunto a Anthony con un dedo

-Ah… Anthony, Alice, Alice, Anthony, el es nuevo aquí en la escuela.

-Mucho gusto Alice encantado de conocerte –Le estrecho la mano y Alice le sonrió

Alice me acompaño a comprar mi desayuno… o más bien ella fue la que lo compro… un
momento después yo iba hacia mi mesa con una bandeja llena de comida- La cual no iba a
comer para nada porque no tenía hambre- y tenía a Alice vigilándome… esto era una
completa y total pesadilla.

Mientras desayunaba la mitad de la cafetería veía al pobre de Anthony que estaba sentado
enfrente de mí...

-¿Siempre son así con los nuevos? – Pregunto con un mohín

-Humm si, eres el juguete nuevo, aparte de que estas guapo - ¿Qué demonios acababa de
decir? ¿Qué demonios me estaba pasando?

-Ah… ósea que ¿Piensas que soy guapo?- Hizo una sonrisa idéntica a la de Edward de lado.

-Humm… pues sí, ¿Quieres que te aplauda?- Le pregunte con sarcasmo

-Ja Ja Ja no, no yo solo decía –Volvió a sonreír

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La hora del almuerzo termino, y la bandeja de comida se quedo así como llego, yo solo
tome una limonada, no tenía ganas de comer nada… sabia que Alice me iba a regañar, pero
¿Cómo esperaba que comiera cuando su hermano me veía desde la otra mesa con cara de
odio? ¿Cómo esperaba que comiera cuando me estaba muriendo por dentro porque su
hermano ya no me amaba? Antes de entrar a clases respire varias veces, ya era una rutina
antes de entrar a clase de Biología, abrí la puerta y hay estaba sentado él con su belleza de
siempre me vio y no me quito la vista de encima…

-Humm Bella ¿Dónde te sientas? –Anthony me saco de mi ensimismamiento

-Humm… ahí –Apunte con un dedo donde estaba Edward

-Demonios, no me voy a poder sentar en esta clase contigo – Me hizo un puchero

-Humm…-Le di una sonrisa y me fui a sentar al lado de Edward…

Al llegar me observaba como si yo hubiera matado a alguien o algo así, me sentí incomoda,
quería que acabara la clase… voltee a la puerta y estaba entrando el profesor

-¿Bella?- Una voz aterciopelada que sonaba como a gloria me hablo

-¿Edward? ¿Qué necesitas?-Necesite de toda mi fuerza para poner cara de nada, sabía que
me iba a lastimar mas, pero necesitaba dejarlo libre, necesitaba que él fuera feliz-Que
bueno ya lo era- Pero que se quitara el peso que yo le daba de encima…

-¿Vas a irte con nosotros hoy verdad?-Me pregunto con aquella voz seductora que tanto me
encantaba

-Humm… si pero Alice me va a llevar hoy a la Push, y de ahí me va a recoger para llevarme
a casa- ¿Ok o Edward se golpeo con la cabeza o no sé qué está pasando? ¿Qué demonios
estaba pasando?

-Ok…-Fue su última palabra antes de que empezara la clase, que se me hizo eterna, de vez
en cuando Anthony volteaba y me dedicaba aquella sonrisa que tanto me gustaba, pero no
era de la persona de la que yo la quería, sino una completa y totalmente diferente,

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demonios, necesitaba ir con Jacob, necesitaba ir con mi amigo licántropo, él era el único
que me podría ayudar en este momento.

La clase de Biología se fue muy rápido igual la de Gimnasia, Tanya no me volteo a ver ni
una sola vez, eso hizo que me sintiera un poco mas cómoda los últimos 10 minutos de clase
la dieron libre y yo me senté en las gradas del auditorio, sola, porque Anthony estaba
jugando tennis y las demás estaban metidas en sus asuntos, me puse mi ipod, subí el
volumen al máximo y una canción empezó a sonar en mi cabeza.

"Have I found you Flightless bird, jealous, weeping or lost you, American mouth big pill
looming"

No, demasiado triste, necesitaba otra cosa, que no me recordara a él…

"AND ALL THE ROADS WE HAVE TO WALK ARE WINDING AND ALL THE LIGHTS
THAT LEAD US THERE ARE BLINDING THERE ARE MANY THINGS THAT I WOULD
LIKE TO SAY TO YOU BUT I DON´T KNOW HOW"

Demonios, no esto era demasiado, me quite mi Ipod y lo avente a mi mochila, fui corriendo
a cambiarme y salir de ahí lo antes posible, quería ver a Jake, necesitaba verlo…

Salí corriendo del auditorio y me fui directa al estacionamiento, Alice ya estaba recargada
en su porche esperándome.

-Bella, te ves muy pálida –Alice me vio con cara de desaprobación- Eso te pasa por no
desayunar nada…

-Oh vamos Alice, ya te dije que yo no necesito niñeras- Puse los ojos en blanco

-Bella- Una voz suave y sensual me grito voltee y Anthony se estaba acercando.

-Humm… Bella, ¿Ya te vas?

-Si, nos vemos mañana- Le di un beso en el cachete y justo cuando me iba a voltear para
irme me agarro del brazo

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-Oye ¿Te importaría si paso por la noche a tu casa?- Sus ojos estaban ansiosos

-Ah… Humm… lo que pasa es que hoy no voy a estar en mi casa, si quieres mejor mañana
nos ponemos de acuerdo – Ok, el iba demasiado aprisa, aparte dudo que a Charlie le guste
que Anthony llegue a la casa.

-Oh, claro, por supuesto, nos vemos mañana Bella- Me dio una sonrisa torcida y se fue
caminando.

-Wow Bella, parece que alguien tiene novio nuevo Ja Ja Ja- Alice se torció de la risa.

-Cállate Alice que graciosa… - Dije con sarcasmo

-Uy, yo solo decía, no te enojes- Puso su cara de borrego a medio morir y no pude más que
sonreírle…

-Alice, me prestas tu celular necesito hablar con Jacob para que me recoja en la línea del
tratado.

-Uh, hablando de eso – Me miro con una expresión de disculpa- No te voy a poder dejar ir
a la Push… discúlpame

-¿Qué? ¿Por qué? Tú lo habías prometido Alice – Chille

-Humm a mi no me mires, échale la culpa a Edward, el me prohibió que te llevara- se


encogió de hombros

¿Qué demonios? El no tenía derecho a prohibirme nada!!!... el y yo no éramos


absolutamente nada, ¿Por qué le importaba tanto que yo fuera a la Push?

-Pues mira Alice, si tu no me llevas me voy a ir yo, tu hermano no tiene derecho a


prohibirme nada- Masculle entre dientes

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-Humm… vas a hacer enojar a Edward si te vas…

-Me importa un bledo…- Le di la espalda y me fui caminando hacia la salida solo serian 10
minutos de caminata a mi casa, tomaría el tributo a los chevys- Ósea mi camioneta- Y me
iría a ver a Jake, ¿Qué demonios pensaba Edward? El ya no podía tomar decisiones
respecto a mi… justo cuando iba cruzando la salida unas manos frías y níveas me tomaron
por detrás y la voz de Edward se escucho.

-¿A dónde crees que vas Bella?

una gota de sudor me surco la nuca....


Capítulo 5: "No Te Importa.."
-No creo que te importe demasiado Edward- Le grite en la cara- Así que ¿Me podrías hacer
el favor de soltarme y meterte en tus asuntos?

-No- Me vio con ojos soberbios- Mientras yo te este cuidando, tu no vas a ir a ningún lugar
que yo no te autorice.- me sonrió con aires de grandeza.

-Ja Ja Ja no me hagas reír Edward Cullen, sabes bien que con los licántropos estoy igual de
segura que con ustedes, así que si me disculpas, me tengo que ir, suéltame ahora.

Nos miramos con rabia fijamente hasta que respiro hondo y me soltó, solo para agarrarme
por la cintura y cargarme hacia su carro.

-Edward bájame en este instante, ¿Quién demonios te crees que eres?- Le gritaba mientras
me cargaba como si fuera una mochila- Bájame como un demonio…!!!.

Todo el estudiantado nos veía con desconcierto, bonita escena has de estar dando
Bella!!!..., me dijo mi voz interna. Me metió en el asiento del copiloto y se subió a su
asiento para luego arrancar a toda velocidad hacia su casa.

-Eres la persona más terca que he conocido en toda mi existencia-Me grito en la cara.

-Y tu el mas entrometido que yo haya visto-Le respondí con el mismo tono.

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Se tomo el puente de la nariz y empezó a respirar hondo sin abrir los ojos, obviamente yo
sabía que no tendría porque preocuparme por la carretera, ya que bueno, estábamos
hablando de Edward, estaciono el auto en un pedazo de tierra y se volteo para mirarme
fijamente.

-¿Sabes el susto que me dio no verte en el estacionamiento?-Me dijo con impotencia.

-A ti que te importa si yo estaba o no en el estacionamiento Edward, ni tu ni nadie me va a


prohibir ver a mis amigos, y menos a Jake- Dije entre dientes.

-Pues ¿Sabes qué? Te comunico que mientras yo te este cuidando, vas a estar en el lugar
donde yo quiera, porque no voy a dejar que andes sola con una manada de hombres lobo
adolescentes y con una asesina psicópata suelta que lo que más desea es matarte, así que,
te vas a tener que atener a lo que yo diga.-Me observaba con aquellos ojos color caramelo
que tanto me mataban, ¿Qué podía hacer al respecto? Obviamente no iba a dejar que me
tratara de esa manera, ya que él estaba con Tanya, pero mi pregunta era ¿Por qué le
preocupa tanto que me pase algo a mí? Regrese de mis cavilaciones y vi que él esperaba
una respuesta de mi parte.

-Ja Ja Ja, disculpa, pensé que Charlie estaba en la comisaria- Lo dije con todo el sarcasmo
posible- y a todo esto, ¿A ti porque te importa tanto que yo siga con vida? ¿No crees que
sería mejor que Victoria me llevara así te ahorras el disgusto y los problemas con Tanya?-
Ouch… eso me dolió más que nada.

La expresión en sus ojos cambio, fue como si lo hubiera agarrado de sorpresa, ¿Qué
demonios estaba pasando? ¿Por qué él me quería hacer sufrir más de lo que yo podía
soportar?

-Humm- Dudo un poco, suspiro y luego prosiguió- Pues, Estee, porque he hecho
demasiado esfuerzo por mantenerte con vida durante todo este año, y no pienso dejar que
Victoria te mate por un error mío por eso me importa tanto, y por favor no seas tan
melodramática ¿Si? Que ella no se va a acercar a ti mientras yo esté aquí, y los problemas
que yo tenga con Tanya no es asunto tuyo.

Arranco el auto y acelero, sus palabras retumbaban como taladros en mis oídos, las
lágrimas empezaron a rosar mis ojos, había empezado a concebir esperanzas incluso antes
de que yo me hubiera dado cuenta, ósea que él no me estaba defendiendo porque aun me
amaba, sino porque era una simple obligación, Edward siempre había sido así, cumpliendo

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promesas y obligaciones, no lo hacía por gusto, una lagrima gorda recorrió mi mejilla y un
sollozo quería salir, gritando por mi boca, me mordí la lengua para ahogarlo, estaba
completa y totalmente segura de una cosa, había perdido a Edward para siempre… en un
abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos afuera de su casa, me baje del auto y azote la
puerta, Alice y Esme salieron corriendo a recibirme.

-Mi querida Bella!... Qué bueno tenerte aquí de nuevo – Oh… por eso amaba a Esme, es
como mi propia madre.

-Bonita escena hicieron ustedes dos en el colegio eh… -La vocecita cantarina de Alice
sonaba burlona.

Resople

-Pues eso díselo a tu hermano que me arrastro al auto.

-Edward Cullen, ¿Qué hiciste qué? –Esme volteo a ver a su hijo con gesto de
desaprobación.

-Si, la lleve de regreso al auto, y no voy a pedir disculpas, más bien ella es la que debería de
estar arrepentida –Me apunto con uno de sus dedos níveos- Yo lo único que estoy haciendo
es hacer que su vida dure un poquito más, y ella me lo pone demasiado difícil.

-Pues nadie te lo ha pedido Edward – Masculle

-Eso es lo que tú crees –Me dijo con tono hostil

Pum… pum… pum… otros tres golpes a mi corazón de por sí ya casi muerto, el no entendía
que yo ya había muerto desde aquel día en el bosque, no ,él no lo entendía, mis ojos se
rozaron de lagrimas y corrí hacia adentro de la casa, subí a la recamara de Alice agarre mis
cosas y baje las escaleras… no quería estar ni un momento más en esa casa… no quería
verlo… esto se me hacía cada vez más duro… el me daba mil razones para odiarlo pero
tenía mil y un razones más para amarlo, esto era demasiado… al bajar las escaleras Alice y
Esme estaban esperándome en el recibidor.

-¿Bella? ¿Porque traes todas tus cosas?....- Alice me vio con exasperación.

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-Alice, llévame a casa, Esme –La voz se me quebró- Muchas gracias por dejarme estar
aquí… pero ya no puedo, no puedo… siento que me estoy muriendo.

-Oh… Bella querida… siento mucho todo esto…-Me abrazo

-Alice por favor, si me quieres, llévame a casa… realmente no quiero estar aquí, no lo
tomen a mal… pero por favor – Empecé a balbucear y a sollozar.

-Calma Bella- Alice me acaricio los cabellos- Anda vamos te llevare a tu casa.

Me despedí de Esme con un beso y fui directamente al coche de Alice… las lagrimas me
impedían ver el camino de regreso a casa… me sentía horriblemente mal… la cabeza me
daba vueltas y era difícil de respirar, pero nada de eso era comparable al dolor del hueco en
el pecho que se extendió a todo mi cuerpo dejándome atolondrada… una vez más me deje
caer en aquel abismo de inconsciencia que ya conocía tan bien… mi alma se encontraba ya
a kilómetros de distancia… ¿Qué alguien me diga qué demonios he hecho para merecer
esto?¿Porque hay tanto desprecio de su parte? ¿Qué le hice?, las preguntas asaltaron mi
mente una vez más, los sollozos no se controlaron… y en un abrir y cerrar de ojos ya me
encontraba afuera de la casa de Charlie… comenzaba el crepúsculo… de nuevo los
recuerdos rondaban por mi mente… el primer beso, el día en el prado, la noche que
pasamos juntos, mi cumpleaños, la graduación… nuevos sollozos salieron de mi boca y lo
que me regreso a la realidad fueron los brazos fríos y fuertes de Alice tomándome por los
hombros.

-Calma Bella, veras que todo esto va a pasar en algún momento – Me susurraba

Me tranquilizo un poco estar con Alice… ella era mi mejor amiga, ella entendía por lo que
estaba pasando, aunque también me dolía demasiado porque era una conexión muy fuerte
con el gran amor de mi vida.

-Muchas gracias Alice- Le dije cuando me tranquilice un poco- Nos vemos mañana.

Baje del coche a trompicones, por suerte Charlie aun no estaba en la casa, subí a mi cuarto
y me tumbe en la cama me tome las piernas con los brazos y me deje ir en aquel
duermevela que tanto me llamaba… no supe cuando ni como, pero me desperté justo
cuando Charlie se estaba yendo al trabajo, mire el reloj de la mesita de al lado de mi cama y

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eran las 9:30am… no había ido a la escuela… gracias a dios, no sé si hubiera sido capaz de
soportar otra tortura como la de ayer.

Me levante de mi cama a regañadientes y fui a tomar una ducha caliente… el olor de mi


champú me hizo sentir de nuevo yo misma… salí del baño y fui directa a mi buro… mi
teléfono celular estaba vibrando… abrí la tapa del teléfono y decía Alice… no… no iba a
contestar… no quería hablar con nadie que no fuera Jake…el era el único que me podría
calmar en este momento, espere a que dejara de vibrar y marque el numero de Jake…

-¿Si diga?

-¿Jake? Soy bella- Bien… estaba en su casa… gracias a dios

-Bella!... que sorpresa escucharte desaparecida… ¿Cuándo vienes a visitarme? Ya te


extraño

-Humm… ¿Te molestaría si voy ahorita?-Por favor que diga que no, que no hay problema
necesito hablar con alguien

-Claro que no, tonta Bella, vente… aquí iremos a algún lugar, a la playa- Se rio con su voz
gutural

-Bueno Jake… llego en una hora, tengo que dejarle la cena hecha a Charlie…

-Claro Bells no te preocupes aquí te espero…

-Nos vemos

-Adiós…

Cerré la tapa del teléfono y una vez más comenzó a vibrar… suspire… no tenía intención de
contestar… no quería escuchar a Alice… así que preferí enviarle un mensaje de texto para
que así se dejara de preocupar.

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Alice:

Hey… estoy bien… no te preocupes… no estaré aquí en mi casa hoy… así que mañana nos
vemos. Besos. Bells.

Listo, mensaje enviado, baje corriendo las escaleras y fui directa a la cocina, no quería
tardarme más de lo necesario haciéndole la cena a Charlie saque todas las cosas del
refrigerador y me puse a hacerle la cena a la mayor velocidad posible, cuando la cena ya
estaba terminada subí corriendo a mi cuarto, tome mi chaqueta y mi celular y fui directo a
mi camioneta.

Arranque y subí a la mayor velocidad posible, lo que mas deseaba era alejarme de Forks,
todo lo que veía, todo lo que sentía y olía me recordaba a él, me puse a pensar en mi vida, y
me di cuenta del cambio tan extremo que había dado de uno año hacia acá, muchas cosas
inesperadas habían pasado… mi vida se había vuelo un completo y total cuento de hadas,
donde lamentablemente yo ya no era la princesa… desearía que nada de esto hubiera
pasado, que Edward nunca se hubiera ido… y siguiéramos siendo los mismos… las lagrimas
desbordaban mis ojos y toda mi felicidad quedo reducida a polvo –O más bien lo que
quedaba de mi felicidad- hasta ese momento no me había dado cuenta que yo no merecía a
Edward, el era demasiado para mi… yo no me lo merecía….

En esos momentos ya me encontraba afuera de la casa de Jake y el estaba afuera


esperándome.

-Hey Bells- Su sonrisa fue sustituida por asombro- ¿Qué, que tienes Bella? ¿Qué te pasa?-
Sus grandes brazos me tomaron por la cintura y me apegaron a su caliente pecho.

No pude más que sollozar por un buen tiempo, Jake me llevo al interior de su cabaña y me
sentó en el sillón, no dijo nada, solo acariciaba mi pelo y algunas veces me daba pequeños
besos en la coronilla… cuando me calme por fin pude hablar con la voz ronca.

-Lo siento mucho Jake, realmente necesitaba verte- Le dije mientras levantaba la cabeza
para ver sus oscuros ojos.

-No te preocupes Bella, solo que me podrías explicar, ¿Cuál es el motivo por el que estés
sufriendo tanto? ¿Acaso es esa maldita garrapata de nuevo?-Su voz se torno siniestra.

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-No, no Jake… es por mi… soy la persona más estúpida que hay en el planeta, tengo que
entender que el ya no me ama y que esta con otra persona que si le puede ofrecer todo lo
que él necesita.

Me abrazo fuertemente y me dijo

-Nunca en tu vida vuelvas a decir eso, más bien tu eres demasiada para ese idiota…
cualquier persona hubiera matado por la oportunidad de estar contigo tal y como él lo hizo

-Gracias gran tonto!... por eso eres mi mejor amigo- Le di un beso en la mejilla

-Y bien Bella, me urgía verte, tengo que contarte muchas cosas- Sus ojos brillaron de la
emoción.

-Ja Ja… ok Jake… pero vamos a la playa, no quiero estar encerrada.

Caminamos por toda la playa de media luna hasta llegar a nuestro árbol y hay en una rama
sobresaliente nos sentamos a admirar el atardecer… el crepúsculo…

-Pues bien Bella, no quiero que vayas a gritar de la emoción ni nada por el estilo ¿Está
bien? Pero… este…-Se agarro las dos manos con fuerza y suspiro- Tengo novia, es Leah…
llevamos una semana… y cada día la amo mas, nunca me di cuenta de que era la persona
perfecta para mi… hasta que tu sabes, se convirtió en hombre lobo y pues estamos juntos –
Sonrió de la forma que mas me gustaba.

Me quede boquiabierta…. Leah una mujer lobo… realmente yo estaba condenada a vivir en
un mundo fantástico.

-Vaya, felicidades Jake- Le sonreí y lo abrase- Wow… ¿Cuándo paso lo de Leah? Pobrecita
me imagino que la ha de haber pasado muy mal.

-Humm… pues sí, primero si estaba muy triste… pero con mi ayuda ya está mejor… te juro
Bella que la amo… es lo mejor que me pudo pasar en la vida… -Suspiro y miro al horizonte.

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-Oh Jake eso es genial!!!... me alegro mucho por ti y por ella.., - Suspire, Ok… todas las
personas a mi alrededor estaban juntas menos yo… una vez mas me quedo claro que yo era
el bicho raro de Forks… o mas bien de toda la existencia.

-Humm… si Bella, pero haber no estoy aquí para seguir hablando de eso, vamos a temas de
más importancia, ¿Cómo sigues de lo de el imbécil de Cullen? Dime si te ha hecho algo,
porque te juro que si así ha sido lo matare –Volvió en su cara aquella mascara amarga que
hacía que mi Jake desapareciera.

-No Jake, más bien yo soy la que siempre esta entrometiéndome en su vida ¿Sabes?...
parece como si el destino me llevara al mismo lugar donde el esta solo para hacernos la
existencia mas indeseable de lo que ya es.

-Bueno y ¿Por qué no te alejas de él y ya? – Lo dijo como si fuera lo más obvio y fácil que
hubiera.

-No puedo Jake… aunque eso quisiera… es algo más fuerte que yo, aparte de que estos días
he estado en su casa, porque me quieren tener protegida porque Victoria ha regresado.-Un
escalofrió recorrió mi espalda al recordar aquel pelo anaranjado y aquella cara con rasgos
felinos.

-¿Qué Victoria a qué?- Se paró de un salto- Demonios Bella… ¿Por qué no me habías dicho
nada? ¿Acaso estas mal?... nosotros te protegeremos.

-No, no Jake… no quiero involucrar a la manada en esto.

-La manada está involucrada desde hace demasiado tiempo- Sus manos comenzaron a
temblar y la máscara amarga resurgió de nuevo.- Y tu eres nuestra prioridad ahora.

-Jake por favor- Las lagrimas amenazaban con salir de mis ojos- No quiero ponerte en
peligro.

En ese momento le dio un ataque de risa que hizo que se sentara, después de secarse las
lagrimas volteo a ver mi expresión que era de escepticismo.

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-Disculpa Ja Ja… es que realmente me hiciste reír, enserio cariño, no te preocupes – Me
abrazo y me llevo a su pecho donde recargue mi cabeza.- Yo voy a estar perfectamente
bien.

Suspire

-Eso espero Jake.

Estuvimos platicando de muchas cosas triviales hasta que oscureció, como extrañaba
hablar con él, hizo que me riera y esquivara el dolor aunque fuera por un rato… y bueno,
me alegraba demasiado que por fin hubiera encontrado a alguien que correspondiera sus
sentimientos, mala suerte que no fui yo.

Cuando llegue a casa, Charlie estaba desparramado en el sillón.

-Hey Bells, llegas un poco tarde.

-Ah… si papa es que estuve en La Push, con Jake

-Humm… está bien… no te preocupes, por cierto –Separo la vista del televisor y me vio con
ojos de curiosidad- Te llego eso- Apunto con su dedo un gran ramo de rosas blancas muy
bonitas que estaba sobre la mesita del teléfono- Te lo trajo Anthony… muy buen chico por
cierto eh Bells…

La voz de mi padre se fue haciendo cada vez más lejana, mire el ramo de rosas y en él había
una tarjetita.

Hola Bella:

Hoy no te vi en la escuela y me preocupe, espero que te gusten las flores y que estés bien,
nos vemos mañana… Por cierto las rosas blancas me recuerdan a ti.

Con cariño

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Anthony.

Me quede boquiabierta… el rubor empezó a subir hacia mis mejillas, tome el ramo de flores
y subí corriendo a mi habitación… lo deje en mi escritorio y lo estuve observando por un
buen tiempo…, el se había preocupado por mi, Anthony era un chico muy lindo, lastima
que se parecía tanto a Edward, que lindo gesto de su parte el haberme mandado flores.
Sonreí ante la idea de hacerme novia de Anthony – no idiota!... no puedes hacer eso lo vas
a lastimar-la vocecita de la conciencia empezó a retumbar en mi cerebro y me saco de mis
cavilaciones… suspire una vez más… no no tonta tonta Bella, yo no podía jugar con los
sentimientos de las personas tal y como lo habían hecho conmigo, eso no era justo.

Mientras pensaba en todo esto se escucho un fuerte golpe en mi ventana, como si la


hubieran abierto… voltee y ahí estaba el… recargado en el marco con la vista fija en aquel
ramo de flores blancas.

-Humm… Bonito buque… aunque yo te hubiera escogido lilas.

Me sobresalte… y me quede congelada.

-Bella, necesito hablar contigo…

Y ahí fue cuando toda mi disposición se quedo reducida a polvo.


Capítulo 6: "Ojos Tristes.."
-Edward, ¿Qué haces aquí?- Sentí como mi corazón se iba acelerando y como el rubor
subía hasta mis mejillas.

-Uh… lastimas mi Ego Bella, vengo a hablar contigo y me corres. –Hizo una expresión de
dolor fingida.

Cambio de lugar de la ventana y se sentó en mi cama, con los brazos atrás de la nuca,
volteo a ver mi buque y los ojos se le llenaron de ira.

-Lindo buque, ¿Quién te lo ha dado?- Su voz sonaba enojada, contenida.

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Parpadee un par de veces, respire profundamente y me fui a sentar a un lado de él en la
cama.

-Anthony, el chico nuevo. –Oh, sí claro Bella, como si le importara. Mi vocecita interna se
burlaba.

Se quedo mirando el ramo fijamente durante algunos minutos hasta que volteo sus ojos a
mi rostro, me miro fijamente por algunos minutos más, respiro hondo y comenzó.

-Bella, he venido a disculparme por mi actitud de ayer, sé que no debería de haberme


comportado de esa manera pero el simple hecho de no verte, me pone ansioso, no sé cómo
explicarlo.- Meneo la cabeza.- Y sé que me porte como un completo estúpido, pero el
simple hecho de pensar en que ibas a estar con ese maldito perro y no te pueda ver me hace
enloquecer.

-Humm, pues hoy fui con él, y mírame no me paso nada- Señale mi cuerpo.

-Si, ¿Sabes lo cerca que estuve de romper el tratado y cruzar la linea para ir por ti?- Sus
ojos denotaban tristeza.

¿Qué demonios? Edward definitivamente se había vuelto loco, ¿Por qué me hacia esto a
mi? El debería de estar con Tanya, es más, el y yo no deberíamos de tener esta
conversación nunca, el me cambio, por ella, ella arruino mi perfecto cuento de hadas,
¿Cómo demonios esperaba Edward que yo reaccionara? ¿Quería acaso que le pusiera mi
mejor sonrisa y le dijera, O si… Eddie no pasa nada vete tranquilo que no veré a nadie?, me
quede congelada por el dolor que empezó a salir de mi pecho… esto era más de lo que yo
podría aguantar… necesitaba decirle que parara. Yo sabía que él se sentía demasiado
culpable por haberme abandonado y por eso había regresado, solo para matar a Victoria he
irse de nuevo con su nueva diosa. Pero preferiría morir en manos de Victoria a tener que
estar aguantando todo esto.

-Bella- Me sacudió el brazo- Por favor di algo, Me estas volviendo loco!!...

-Ed… Edw… Edward- Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos- Basta ya. Tienes que
parar con esto, me estas lastimando. Primero me dices que yo no soy importante- Tome
aire de nuevo- Luego vienes y me dices que te pone ansioso que este con Jacob y que me
quieres tener cerca, te recuerdo que tú fuiste el que me dejo todos estos meses y regresaste
como si nada hubiera sucedido, regresaste con otra persona que por cierto me odia sin

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sentido alguno, me alejaste de tu vida, me alejaste de tu familia, y ¿Todavía esperas que
este aquí con los brazos abiertos esperando a ver cuando vienes?, entiendo que te sientas
culpable por haber puesto a Victoria en mi contra y que quieras acabar con esto, pero, por
favor, no vengas aquí diciéndome que me quieres cuando tus actos demuestran lo
contrario, créeme que sin esto será lo bastante duro cuando te vayas.- Iba a continuar pero
su expresión me dejo sin habla, estaba con los ojos abiertos como platos a causa de la
sorpresa, la boca levemente abierta y tenía las manos hechas puños.

-Edward ¿Te encuentras bien?- Le sacudí un poco el brazo, el tacto con su gélida piel me
hizo recordar aquella primera vez que lo toque, me encantaba, el olor que despedía de él
era lo mejor que había olido en todo el mundo.

-Humm… Bella, discúlpame por causarte todo esto, prometo que en cuanto acabemos con
Victoria dejaremos de molestarte.-Se puso de pie- Me tengo que marchar.

Lo tome por un brazo, pero no me miro.

-Edward, no, no te vayas aun.-Dije en un murmullo, ESTÚPIDA si dejas que te vuelva a


lastimar, mi conciencia me gritaba desde mi mente.

Sus ojos se posaron en los míos y me miro por un largo tiempo, se acerco un poco a mí y
cerré los ojos, el tenerlo tan cerca me hacia querer besarlo, querer tocar su cara, roso mi
mejilla con su dedo y me dio un suave beso en la frente; abrí los ojos un momento después
y se encontraba demasiado cerca de mí, nuestras narices casi se juntaban, su cercanía
debería de ser un delito, que con gusto pagaría, me miro durante otro largo minuto y se
soltó de mi brazo para luego saltar por la ventana, yo me quede petrificada sin poder decir
palabra alguna.

Lo que acababa de pasar me dejo sin respiración era demasiado extraño, tome la almohada
más cercana y grite contra ella ¿Acaso Edward aun me quería?, no, eso era algo en lo que
no me debería de permitir pensar, estaba concibiendo esperanzas de nuevo, no me lo podía
permitir esto me sobrepasaba por mucho; mi corazón se empezaba a hinchar dentro de mí
y mil recuerdos regresaban a mi cabeza, el se iría cuando acabara con Victoria, y no había
ni la mas mínima cosa que yo pudiera hacer para impedirlo, el estaba con otra persona, el
hueco del pecho se abrió aun mas dejándome sin aire tome mis rodillas y las puse contra
mi cabeza, necesitaba un respiro.

Después de estar echada en la cama durante un rato divagando sobre lo que acaba de pasar
me pare de un brinco y tome mi neceser, fui al baño a ponerme mi pijama, cepillarme los

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dientes y hacerme una coleta. Regrese y me acosté, tome la almohada donde él se había
apoyado y la abrase con fuerza a mi lado oliéndola, su olor me encantaba, lo que había
sucedido hace un rato fue mágico, aun no podía creer que eso hubiera pasado realmente.

Justo después de que se fue Edward hace 6 meces pensé que jamás en la vida podría volver
a escuchar a mi corazón acelerándose, ni aquel rubor que subía a mis mejillas, pensé que
siempre en la vida iba a ser desdichada y no creería de nuevo en el amor, lo odie por
haberme dejado de esa manera, le guarde rencor, pero justo cuando sus labios tocaron mi
frente todo eso se me olvido, fue como si nunca hubiera existido dolor alguno. Suspire, me
estaba haciendo ilusiones demasiado rápido. Divague un poco mas recordando aquellos
días de felicidad que pase al lado de Edward. No supe cómo ni cuándo me quede dormida,
mi alarma me levanto, apenas estaba aclarando, Gemí al saber que hoy tendría que ir al
colegio. Me levante titiritando de frio y me puse lo primero que encontré en el closet, mi
mezclilla que ya era indispensable y una blusa azul marino, la blusa que tanto le gustaba a
Edward, suspire, me puse los tennis, mis tennis preferidos, Converse negros y baje
corriendo las escaleras. Tome una barrita de cereal y me la comí de tres mordiscos, tome
un poco de leche directamente de la botella, subí las escaleras corriendo para lavarme los
dientes y arreglarme el pelo. Cuando me vi en el espejo vi a una completa y total extraña.
Tenía un poco de color en las mejillas y mis ojos brillaban, aunque fuera por una razón
incorrecta. Me hice mi coleta y baje las escaleras con la chaqueta en la mano, cerré la
puerta con la llave que estaba abajo del alero y me fui directo a mi camión. Intente
prenderlo pero solo hacia clic, y un demonio!!!..., pensé para mis adentros, bien ahora me
tendría que ir caminando a la escuela. Llegaría tarde por supuesto. Estúpido tributo a los
Chevys.

Sin más que hacer que ir refunfuñando empecé mi caminata, iba viendo el cielo cuando de
repente una mano me toco la espalda, di un grito ahogado y me voltee para ver quién era.

-Hola Bella, ¿Como amaneciste hoy?- Ahí estaba Anthony, con su sonrisa de lado y sus
lindos ojos verdes observándome…. Diablos era tan parecido a Edward.

-Oh, muy bien Anthony, me pegaste un susto gigante, ¿Y tú? ¿Cómo estuvo tu noche?

-Placentera-Hizo su sonrisita de lado, parecía como si se estuviera acordando de algún


chiste privado.

-Humm… que bien, oye, muchísimas gracias por las flores me encantaron- Le sonreí

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-Oh, qué bueno que te hayan gustado, me preocupe un poco al no verte en la escuela y pues
pensé que sería un bonito detalle.

Mi corazón empezó a latir con más fuerza, este chico me ponía nerviosa.

-No te deberías de haber molestado, me sentía un poco enferma, por eso no fui- Si tan solo
supieras la verdad del porque no fui pensé para mi fuero interno.

-No te preocupes princesa, que bueno que te hayan hecho sentir mejor- ¿Cómo me acababa
de llamar? ¿Qué demonios estaba pasando? El rubor subió de nuevo a mis mejillas.

-Estee… y ¿Cómo te fue ayer?- Intente llevar la conversación hacia temas más superficiales,
no quería tener que pasar por eso de nuevo.

-Bastante bien… de hecho hice un amigo nuevo, me parece que se llama Edward Cullen, es
muy buen chico. – Sonrió de esa forma que tanto me gustaba- y me parece que nos
parecemos un poco- Comenzó a reír.

¿Qué Edward qué? ¿Hablo con él? ¿Por qué? Edward nunca habla con nadie que no sea un
vampiro, algo muy grande estaba pasando, ¿En qué demonios estaba pensando Edward?

-Humm…- Fue lo único que alcance a decir.

En un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos en la escuela faltaban 10 minutos para


el toque y ya casi todo el estacionamiento se encontraba lleno, lo cruzamos y justo cuando
íbamos por las escaleras una fría mano me tomo del brazo.

-Hola Bella- Oh, no esa voz era terriblemente familiar… no quería voltear pero tenía que
hacerlo, puse mi mejor sonrisa.

.-Si Edward, ¿Qué se te ofrece?- Le dije con el tono más hipócrita que me salió, esperaba
que él se diera cuenta.

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-Oh, nada, veo que estas un poco ocupada- Sonrió al ver a Anthony, pero no era una
sonrisa buena, era de sus sonrisas traviesas y malvadas.- Solo te quería decir que hoy te
irás conmigo a casa, ya que Alice no trajo su auto hoy.

-Humm, me parece que hoy no podre ir a tu casa Edward, -Lo fulmine con la mirada-
Tengo planes.

Resoplo y me miro con aquellos ojos hostiles.

-No seas ridícula Bella, te irás hoy conmigo y fin de la discusión.-Me sonrió con aquella
sonrisita burlona que tanto odiaba.

-A decir verdad Edward,- Anthony lo miro fijamente- Ella tiene planes conmigo, iremos
hoy a ver una película a Port Ángeles.- Oh, qué lindo intento de ayudarme.

Ok eso había estado demasiado mal, hubiera funcionado si Edward no pudiera leer
mentes, pero obviamente el sabia que esto era una mentira.

-Ah, pues bien Anthony, disculpa por interrumpir sus planes me apena mucho- Claro que
no le apenaba, mentiroso- Pero lo que pasa es que mi madre cocino hoy para Bella, y seria
de muy mala educación dejarla plantada. ¿No crees Bella?- Sus ojos se posaron en mi.

-Estee, si Anthony, me parece que tendremos que dejar la salida para otro día, ¿Qué te
parecía mañana?- Le guiñe un ojo, Edward que estaba a mi lado lanzo un gruñido sordo y
se puso serio.

-Oh, este, claro Bells mañana iremos no te preocupes- Me sonrió como cuando a un niño le
regalan un dulce.

-Bueno Edward, nos veremos al rato, adiós- Le sonreí de la manera más natural que pude,
no sé si fue mi imaginación pero vi que sus ojos casi echaban chispas. Caminamos un poco
hacia nuestra clase de Lengua.

-Anthony, muchas gracias por ayudarme.- Le sonreí.

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-No hay de que preciosa, parecía que necesitabas ayuda con el chico- Se rio por lo bajo.

Entramos a la clase unos minutos antes de que el profesor lo hiciera, tome mi lugar y me
dispuse a abrir mi cuaderno para estudiar un poco de mis apuntes, un pequeño gruñido me
saco de mi ensimismamiento, mi corazón empezó a latir rápidamente, voltee y Edward me
observaba con los ojos más tristes que le hubiera visto en todo lo que llevaba de conocerlo;
su expresión reflejaba tristeza… se me vino a la mente aquel horrible día en el que James
me ataco, cuando estábamos en el salón de espejos… aquella mirada que tuvo cuando sabia
que me estaba yendo… que me estaba muriendo.

No entendí el significado de aquella mirada que me daba, parecía como si estuviera


intentando decirme algo con aquellos ojos acaramelados, así duramos por lo menos 2
minutos observándonos hasta que el profesor empezó a hablar. Desvié la mirada un poco y
cuando voltee, el ya no me observaba, tenía las manos crispadas en dos puños y parecía
querer decir algo.

Desvié mi mirada de nuevo, no quería que se diera cuenta de que lo estaba observando. Me
parecía que el ya tenía suficiente con tener que verme todos los días como para tener que
aguantar aparte mis miradas.

La campana me saco de mis lagunas mentales. Comencé a recoger mis libros


pausadamente mientras veía como el amor de mi vida salía con paso elegante por la
puerta. Una voz me trajo a la realidad.

-Bella ¿Estas lista? –Los grandes ojos verdes de Anthony me observaban de manera
ansiosa.

-Si… vámonos.

Mientras caminábamos por los pasillos de la escuela Anthony iba hablando hasta por los
codos de cual película podíamos ver, que podríamos hacer después de ir al cine etc. etc.…
así pasaron las siguientes 3 clases hasta el periodo del almuerzo, cuando llegamos a la
cafetería desvié mi mirada hacia el piso, no quería observar hacia la mesa de los Cullen.
Sabía que cualquier movimiento en falso me haría caer.

-¿Quieres algo princesa?- Anthony me observaba con una gran sonrisa.

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-Humm… no muchas gracias.

Caminamos hacia la mesa, y ahí estaba Jess con Ang las dos tenían una mirada demasiado
curiosa, nos sentamos de nuevo Anthony enfrente de mí y Jess se acerco a mí.

-Hey Bells, te tengo que peguntar algo- Me susurro al oído.

-Si dime Jess

-¿Anthony y tu tienen algo?- Me dijo con una sonrisita.

-Ja Ja Ja no Jess, para nada- Ok, esto me empezaba a asustar, ¿Acaso habrían notado que
nos gustábamos?

Me miro con ojos curiosos una vez más se rio y se volteo a platicar con Ang. ¿Me pregunto
porque habrá preguntado eso? ¿Era tan notorio?, lo único que si sabía era que Anthony me
gustaba por las razones equivocadas, me gustaba porque se parecía demasiado a Edward,
era un buen chico, pero yo estaba destinada a no volver a creer en el amor por algún
tiempo.

La hora del almuerzo se paso rápido y con ella legaba mi hora de muerte, camine
lentamente con Anthony a mi lado hacia clase de biología una parte de mi deseaba huir de
ahí, pero otra más grande quería quedarse, quería volver a ver la mirada de Edward, quería
saber que le sucedía, porque su mirada me decía tantas cosas.

Llegue a el salón y ahí estaba el, con la mirada perdida hacia la ventana. Anthony me
sacudió un poco el hombro para voltearme hacia donde estaba el.

-Hey Bells, muchas gracias por acompañarme mañana a el cine, enserio necesito salir-
Sonrió de esa manera torcida que tanto me gustaba y me abrazo, me quede congelada ante
ese acto.

-Oh, no hay de que Anthony- Me separe un poco de su abrazo efusivo.

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Me fui a sentar a mi asiento junto a Edward, seguía con la mirada perdida en la ventana,
me preocupaba demasiado que estuviera tan absorto en sus pensamientos. El jamás había
sido asi.

La curiosidad y el preocupamiento me empezaron a llenar la cabeza de preguntas ¿Por qué


estaría así? ¿Qué habría sucedido? ¿Por qué no había visto a Tanya en todo el día con él?
¿Por qué parecía que sufría demasiado? Me mordí la lengua para que las preguntas no
salieran de mi boca, sabría que él no me las contestaría.

Una oleada de tristeza me lleno el cuerpo, ¿Qué tal si el se sentía de esa manera por mi
culpa? TONTA BELLA, sabes que eso no es verdad, no habría posibilidad mi conciencia me
gritaba, la clase comenzó y yo no podía poner atención, cada cinco minutos lo observaba,
pero él no se molesto en voltearme a ver ni una sola vez, la clase acabo y yo seguía perdida
en mis lagunas mentales como siempre, me di cuenta, que daría lo que fuera por saber cuál
era el causante de que él estuviera tan triste, y haría lo que fuera para arreglar esa mirada,
me entregaría hasta a la misma Victoria.

Seguía perdida en mis pensamientos en la clase de Gimnasia, no había escuchado ni una


sola palabra que me hubieran dicho, ni siquiera las de Anthony que ahora se encontraba
jugando, busque con mi mirada a Tanya pero ella no se encontraba ahí, ¿Dónde estaría?
¿Esa sería la razón por la cual Edward estaría así? La clase de gimnasia se paso igual de
rápido, llegaba la hora de la muerte, tendría que salir al estacionamiento he irme con
Edward y Alice, eso me hacia ponerme cada vez más nerviosa, Salí caminando lentamente
por el pasillo que me llevaría hacia ellos. Cuando Salí los vi a los dos ahí esperándome,
Alice sonreía de una manera un poco diferente, parecía más feliz de lo normal, Edward me
observo con los mismos ojos tristes que en la mañana. Me acerque hasta ellos y me rehusé
a ser la primera en romper el silencio.

-Oh, Bella qué bueno que hoy vienes a la casa, Esme esta tan feliz- La voz de Alice se
convirtió en un zumbido, realmente no entendí ni una sola palabra de lo que decía mi vista
seguía clavada en los ojos de Edward, me abrió la puerta del copiloto y me subí en el
asiento trasero.

El camino hacia la casa de los Cullen fue callado, lo único que rompía el pacifico silencio
era la voz de Alice que cantaba la canción de la radio varias octavas por encima de la
misma.

En cuanto llegamos a la casa de los Cullen Edward estaciono el auto, Esme ya nos esperaba
en el pórtico.

61
-Bella, que bueno que viniste- Soltó un pequeño gritito de emoción mientras corría a
abrazarme.

-Ah, muchas gracias por invitarme Esme, cuando Edward me dijo no me pude negar.- Si
claro, como si esa fuera la razón….

Me arrastro dentro de la casa y me sentó en la sala, Edward se fue directo a su habitación


mientras Alice y Esme se quedaban a platicar conmigo, mi curiosidad no pudo más y le
tuve que preguntar a Alice...

-Alice, ¿Y Tanya?- La busque con la mirada.

-Ah, se ha marchado…- Desvió los ojos de mi mirada.

-¿Por qué?-Mi voz sonó como un murmullo.

-Uh, este…- Torció el gesto- Creo que se lo tendrías que preguntar a Edward.
Capítulo 7: ¿Que Demonios..?
-Humm… Alice, no creo que sea buena idea, dudo que tu hermano me lo quiera decir
realmente- Torcí el gesto.

-Eso es lo que tu crees Bell’s – Empezó a dar saltitos alrededor mió.

-Oh, vamos Alice, sabes bien que yo soy a la ultima persona a la que tu hermano le contaría
algo- “por desgracia su confianza en mi se esfumo” pensé en mi fuero interno.

-Pues… -Una sonrisa se dibujo en su boca.

-¿Qué?- Abrí los ojos como platos.

Justo cuando Alice me iba a contestar Esme entro con un plato de comida italiana traída
especialmente de Port Angeles y la puso sobre mi regazo.

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-Anda Bella- Me toco la mejilla- Come lo necesitas. Carlisle nos ha regañado porque cada
vez más anémica.- Me dio un suave beso en la frente y subió hacia su habitación.

No dije nada y comencé a comer, no supe que fue lo que engullí y comencé a divagar; ¿Qué
es lo que Alice me habrá querido decir? ¿Por qué Tanya se habrá ido? ¿Edward estará
realmente triste por eso o será por otro cosa?, la risa musical de Alice me saco de mi mente.

-Bell`s respira te estas poniendo morada- ¡y un demonio! Estaba tan ensimismada en mis
pensamientos que se me olvido respirar.

-Oh, si lo siento Alice – Mis mejillas se tornaron rojas.

-Bell’s que te parece si mañana vamos a Port Angeles de compras ¿Si? ¿Si? Di que si
anda…- Puso su cara de corderito a medio morir con puchero.

-No puedo duendecilla, mañana voy a ir con Anthony al cine- “para mi desgracia” arrugue
el ceño.

Alice abrió tanto los ojos que por un momento pensé que se le iban a salir.

-Bell’s no puedes ir si no es con alguien de nosotros, te recuerdo que hay una vampiresa
sádica intentando matarte- Movió la cabeza con descontento.

-Oh, vamos Alice ya estoy harta, se la pasan siguiéndome todo el día, ustedes también
necesitan un respiro, aparte tu puedes ver si me va a pasar algo.- Otra de las razones por
las que no quería que nadie de los Cullen fueran era porque no quería que Edward se diera
cuenta de que es lo que hago, si el ya me había superado yo lo tendría que hacer también
aunque doliera hasta el alma.

-Pues mira Bella, mientras Victoria siga suelta no vas a estar sola, aparte para que ponerte
en peligro, sabes que mis visiones son subjetivas- Alice se puso seria y me vio con ojos
envenenados.

-Ah, vamos Alice ¿No puedo tener ni un poquito de privacidad?- Cruce mis brazos sobre mi
pecho y tuve el impulso de sacarle la lengua como una niña de cinco años.

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-Isabella- Dio un suspiro y su expresión se suavizo- Yo se que estas incomoda en esta
situación, pero entiende que todo esto es por tu bien. Todos nosotros- Levanto la vista
hacia el techo y la volvió a bajar- nos preocupamos por tu bienestar, así que no nos la
pongas mas difícil de lo que ya esta- Sonrió.

-Oh, si Alice ¿Crees que para mi no es difícil también?- Iba a decirle algunas cosas sobre
Tanya pero mejor me las ahorre, sabia que Edward estaría escuchando.- Y ¿Qué le voy a
decir a Anthony cuando te vea ahí conmigo? “oh, Anthony no te importa que haya traído a
Alice cullen ¿Verdad? Es que mira todo esto tiene una simple explicación- Levante mis
manos dramáticamente- Veras, hay una maldita vampiresa sádica que intenta matarme a
toda costa porque Edward mato a su pareja, pero no te preocupes Anthony todo va a estar
bien ya que toda la familia Cullen me están protegiendo a regañadientes…!!!”- Deje que el
sarcasmo inundara mi voz.

Alice me observaba con los ojos entrecerrados.

-Pues si te gusta, si no, ya no es mi problema- Dijo entre dientes.

Las dos nos quedamos en silencio por algunos minutos, me mataba enojarme con Alice, así
que yo fui la que se disculpo primero.

-Alice, lo siento – Suspire rendida- No debí de haberte hablado así… se que para ustedes ya
es bastante difícil cuidarme como para agregarle esto, pero entiéndeme por favor- Hice un
puchero.

-Hay Bell`s –Se acercó y me dio un abrazo- Se que para ti también es muy difícil todo esto,
y mas porque tienes que estar cerda de… -Volteo su mirada al techo y la volvió a bajar-
Bueno tu sabes, no me puedo ni imaginar como te sientes en este momento- Hice un gesto
de dolor- Pero mira, ¿Qué te parece si yo voy con Jazz al cine y te estamos cuidando sin que
Anthony se de cuenta? ¿Por favor? Prometo que hasta tu te vas a olvidar de que estamos
ahí- Puso su carita de gato con botas.

-Humm… No se Alice, no estoy segura de que se me vaya a olvidar completamente de que


están ahí - Claro que no se me iba a olvidar… y más porque tenia presente que iban a estar
chocando cada uno de mis movimientos y Edward los sabría… “Maldito vampiro lector de
mentes!” pensé en mi fuero interno.

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-Por favor, ¿Si? ¿Si?- Hizo un lindo puchero- ¿Si bella?

-Ah, esta bien esta bien- Reí para mis adentros esta era una frase que Jake me había
pegado, incluso utilice el mismo tono condescendiente que el utiliza. Lo extrañaba mucho.

-¡Yupi!- Alice se paro y comenzó a dar saltitos y a aplaudir por toda la sala.

-Alice, baja un poco tu nivel de felicidad por dios- ¿Cómo demonios alguien podía ser tan
feliz todo el tiempo? Pensé en mi fuero interno.

-Nop- Puso sus manos en las caderas y me observo seriamente- Isabella Marie Swan ¿No
pensaras ir vestida con alguno de tus atuendos extraños mañana verdad?- Me miro de
arriba abajo.

-Si y ¿Qué?- Me sentí incomoda ante su mirada.

-¡Claro que no vas a ir así!- hizo un gesto dramático- Vas a una cita.

-No es una cita Alice solo somos a-mi-gos – Enfatice cada letra.

-Eso es lo que tú crees. – En un movimiento demasiado rápido para que yo lo notara me


cargo… subimos las escaleras rápidamente y ya estábamos afuera de su habitación, alcance
a ver que la puerta de Edward estaba cerrada y después de eso solo sentí el golpe contra la
cama de Alice…

Alice se fue danzando hacia su closet y me empezó a aventar tanta ropa que quede bajo una
montaña de esta en treinta segundos.

-¿Qué demonios? ¿Alice que haces?- Grite.

-Pues te preparo para mañana- Dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

-No es una cita, y yo no necesito que me prepares para mañana- Solté un bufido.

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-Si claro…-hizo un ademán con la mano mientras sacaba más y más ropa.

-Tu estas loca- Dije moviendo la cabeza… sabia que nada me salvaría de esta.

-Ja ja ja lo se… -Suspiro- Jazz siempre me lo dice- Me saco la lengua.

-Y… hablando de Jazz… ¿Dónde esta?- No lo había visto en todo el día y era extraño que
estuviera alejado de Alice.

-Oh, fue a Seattle a recoger a Rose y a Em que llegan hoy- Sonrió.

-Ah... – Fue lo único que alcance a decir.

La tarde se nos fue muy muy rápido, a pesar de mi tortura platicamos del viaje de Rosalie y
Emmet, de la nueva isla que Carlisle le había regalado a Esme en su aniversario, de lo que
habían hecho Alice y Jasper en estos seis meses que no los había visto. En si hablamos de
todos los miembros de la familia Cullen menos de uno, que era el único que realmente me
interesaba… Se lo agradecí en el alma a Alice… no creo que haya podido ser capaz de
aguantar el dolor si hubiese sabido que fue lo que hizo estos seis meses con Tanya, a donde
habían ido y que habían hecho… era simplemente insoportable.

Llego la noche y con ella la hora de irme a casa. Me despedí de Esme y Carlisle; Jazz, Em y
Rose todavía no llegaban. El único que nunca salio para despedirse fue Edward.

En algún momento del viaje me perdí en mi mente. ¿Por qué Edward no se habrá
despedido? Es decir… no somos amigos… pero… por educación. ¿Cuál era la razón de sus
ojos tristes? ¿Habrá algo que yo pueda hacer al respecto?.

La sacudida de hombro que me dio Alice fue lo que me trajo a la realidad.

-Bell’s ya llegamos- Alice me volvió a sacudir el hombro, una sensación de Deja vu me


lleno, se parecía a aquel día en el que fuimos a Gossip y me dijo que Edward era feliz con
Tanya.

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-Ah, si Alice, gracias por traerme- sonreí a medias.

-No, no hay de que Bell’s, por cierto,- Sonrió malignamente- Mañana paso por ti y te traigo
para ayudarte con el maquillaje y la ropa.

-Si, claro- Murmure.

-Bell’s ¿Te pasa algo?- Sus ojos analizaban mi cara.

-No Alice estoy bien- Siempre se me había dado muy mal eso de mentir, y ella lo noto.

-Oh, vamos Bell`s te conozco ¿Qué pasa?- Su voz tomo un tono de preocupación.

- Pues bueno Alice- ¡Vamos idiota, pregunta! La voz de mi conciencia gritaba- hoy, antes de
que Esme me llevara la comida, parecía como si me quisieras decir algo respecto a Edward,
cuando hice aquel comentario tu sabes… en el que yo sabia que el no me diría nada ¿Hay
algo que me quieras decir?- Mis mejillas se tornaron rojas por la vergüenza.

-Ah… eso… pues mira Bell`s yo no soy la persona correcta para decírtelo, pero créeme que
Edward te quiere decir mas cosas de las que tu piensas.

Resople.

-Vaya Alice, eso es de gran ayuda eh- La nota de sarcasmo siguió con una de histeria.

-Bell`s entiéndelo, esta muy confundido… mas de lo que aparenta- Los ojos de Alice se
volvieron tristes.

-Humm… -No sabia que otra cosa decir.

-Bueno Bell`s- Respiro y sonrió- Me tengo que ir… cuídate mucho y nos vemos mañana
eh…

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-Adiós.

No supe ni como ni cuando me baje del auto, mi mente ya viajaba a varios kilómetros de mi
cabeza. ¿Cómo fui tan idiota como para no preguntarle a Edward que tenia? ¿Por qué fui
tan cobarde? El me pidió ayuda con su mirada, el necesitaba hablar con alguien… y yo no
se la di…, necesite de todo mi autocontrol para no ir a estrellarme la cabeza contra la
primera pared que viera… me sentía tan culpable.

-Hey Bell`s llegas temprano- La voz de Charlie me trajo de nuevo a mi cabeza.

-Ah si Char… papa, ¿Ya cenaste?- Demonios… por poco y firmo mi carta de muerte, gracias
a dios (n/a: o mas bien gracias a eddi!!) estaba absorto en el partido.

-Ah, no Bell’s te estaba esperando.

-Ahorita esta la cena papa.

Fui directo a la cocina a sacar los restos del estofado de anoche, los metí al microondas y le
serví la cena a Charlie, quien se la zampo en cinco minutos. Todo estaba en silencio hasta
que Charlie hablo.

-Así que… -Me observo detenidamente.

-Así que ¿Qué?- Me empecé a poner nerviosa… esa mirada no me gustaba.

-Humm… no hay algo que me quieras decirme Bell’s…- Entrecerro los ojos un poco.

-¿Algo como que?- Luche por que mi voz no dejara ver el temblor que recorría mi cuerpo.

Puso sus manos atrás de la nuca y esbozo una mueca burlona.

-Algo como un ¿Papa me dejarías ir mañana al cine con Anthony?- Dijo haciendo una mala
imitación de mi tono de voz.

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-¿Qué?- Grite ¿Cómo demonios se había enterado?- Ah… este… esto, papa es que no le di
mucha importancia- Balbucee- ¿Cómo te enteraste?.

-Anthony me lo dijo, pero ese no es el punto ahora- Seguía con aquella sonrisa burlona- El
punto es que tu señorita no pensabas decirme nada.

-Oh, vamos papa no le di mucha importancia, solo somos amigos- Mis mejillas se tornaron
rojas.

Me pareció escuchar que dijo –Pues eso es lo que piensas tú- pero fue tan bajo que no estoy
segura.

-Papa lo siento, es que no le di mucha importancia por eso no te dije nada.-Roge.

-Bueno Bell’s solo quiero que sepas que para mi no hay problema que salgas con otros
chicos, Anthony es un buen muchacho, quiero que vuelvas a ser la misma Bella de antes…
la Bella que eras antes de que conocieras al maldito Edward Cullen- hice una mueca de
dolor al escuchar su nombre… ¿Cómo se atrevía a nombrarlo ahora mismo?... eso me
lastimaba demasiado.

-Lo intentare- Murmure aun con el dolor en el pecho.

-Bueno Bell’s ve a dormir, no te preocupes… yo limpiare- Me sonrió con ganas.

-Gracia papa, nos vemos mañana.

Me pare y subí a mi habitación en silencio… en cuanto estuve adentro cerré la puerta con
pestillo y también la ventana… me derrumbe una vez mas.

Las palabras de Alice y de Charlie me rondaban una y otra vez la cabeza

“esta mas confundido de lo que aparenta”

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“la bella de antes”

¿Pero porque demonios estaba confundido? El ya había tomado su decisión, había


preferido a Tanya… no había nada que yo pudiera hacer al respecto… y ¿Cómo demonios
Charlie quería que yo fuera la misma Bella de antes? ¿No se daba cuenta de que Edward se
había llevado todo lo que yo era con el?.

Empecé a recordar que fue lo que me ocurrió estos últimos seis meses y básicamente no
podía recordar mucho de lo que hice, recordé que no había sentido nada desde aquel día en
que Edward me había dejado en el bosque de la casa de Charlie, no recordaba que le había
escrito a Renée últimamente, mi vida era un abismo negro y yo seguía cada vez
hundiéndome mas en el.

Recordé la pulsera que Edward había puesto en mi mochila de lona, que ahora se
encontraba bajo varias capas de ropa en mi closet, me pare rápidamente a buscarla y la
encontré, estaba brillando porque las luces de la calle se reflejaban en ella, la tome entre
mis manos como si fuera una frágil pluma.

Las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas, mi corazón destrozado me dolió aun mas
y el hueco de mi pecho se abrió por completo, me deje caer en el piso hiperventilando .
Extrañaba a Edward, claro que lo extrañaba, había perdido al mas grande y único amor de
mi vida.

Me di cuenta, que a la larga lo podría perdonar… porque sabia que el era feliz… y eso era lo
único que realmente me importaba. Me deje caer en aquel abismo que gritaba mi nombre y
no recordé nada más.

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, esperaba ansiosa el frió del piso y su dureza.
Pero en lugar de eso sentí mucha comodidad, la comodidad de mi cama y lo caliente de las
cobijas ¿Quién demonios me había llevado a mi cama? No recordaba haberme levantado
del piso. ¿Cómo es que llegue hasta aquí? “calma Bella, de seguro fue Charlie” la voz de mi
conciencia me tranquiliza “ fue Charlie” me decía una y otra vez. ¿Pero si fue Charlie
porque el seguro de la puerta seguía cerrado y la ventana estaba abierta?. Gire mi cabeza
velozmente hacia varias direcciones, pero no había nadie en la habitación mas que yo , me
gire sobre mi misma para apagar mi reloj despertador y ahí fue cuando me di cuenta que
traía la pulsera de Edward puesta en la mano derecha, alguien había entrado en mi
habitación, y yo estaba segura que no era un simple humano, pero ¿Quién? ¿Quién pudo
haber sido?.

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Unos toquidos en la puerta me regresaron a la realidad.
Capítulo 8: ¿Y Luego..?
-Isabella Marie Swan ábreme la puerta ahora mismo o la derribare, y bien sabes que si
puedo- Chillo Alice.

-Alice- Gemí- Ya voy.

Me levante a trompicones y abrí la puerta, para después regresarme casi corriendo a mi


cama y taparme con las cobijas.

-Vamos señorita- Alice comenzó a saltar en mi cama- Levántate ya que se nos hace tarde.

-No- Gemí- Cinco minutos mas.

-A-HO-RA- me quito las cobijas y me cargo para llevarme al baño.

-Esta bien, esta bien, ya comprendí, ahora ¿Podrías bajarme por favor?

-Claro- Me dejo caer de sentonaso en la taza del baño.

-Ouch- Gemí.

-Oh lo siento Bell`s.

Abrió la llave de la tina del baño y saco su celular, mando un rápido mensaje de texto
mirándome de reojo y luego se rió.

-¿A quien texteas?- Pregunte entrecerrando los ojos con curiosidad, sabia que ese mensaje
tenia algo referente a mi… y me imaginaba a quien iba dirigido.

-A nadie de importancia –Sonrió- Ahora a bañarse floja, aquí te dejo tu atuendo.- Diciendo
esto salio del baño azotando la puerta.

71
Mientras me desnudaba me di cuenta o más bien ya sabía que el mensaje de texto que
había enviado Alice trataba sobre mí, el punto es ¿A quien se lo habría mandado? ¿A
Edward? No, era poco probable, realmente Forks me estaba volviendo loca.

El agua caliente de la ducha me hizo reaccionar y el olor a mi shampoo me trajo de nuevo a


la vida. Mientras me secaba tome la decisión de preguntarle a Alice ¿Que si ella era la que
había entrado en mi habitación por la noche?, no había nada que perder, lo mas probable
es que si haya sido ella, que me vio en alguna de sus visiones y vino a recostarme en la
cama –si bella claro, y tu eres guera y tienes ojos azules, bien sabes quien fue quien entro
no seas IDIOTA- la vocecita en el fondo de mi cabeza me gritaba, sacudí la cabeza un par
de veces para quitarme esa maldita voz de mi mente.

No me había dado cuenta de lo que me había puesto hasta que salí del baño y me dio frió.

-Marie Alice Brandon Cullen- Grite horrorizada- ¿Qué demonios me pusiste?

Traía un sweater color azul marino con escote en V que dejaba ver gran parte de mis
atributos, era muy muy entallado, y unos pantalones muy pero muy muy bajos.

-Ja ja, vamos Bell`s no te quejes- Me hizo su cara de gato con botas- Ahora ven, siéntate
para peinarte y maquillarte.

-¿Qué? Estas realmente enferma si piensas que yo voy a salir así- Apunte mi cuerpo-
Vestida a la calle.

-Ja ja bien Bella- Su voz se hizo mas siniestra- Te recuerdo que te puedo obligar, no tienes
muchas probabilidades que digamos de hacerme cambiar de opinión o de escaparte de mi-
Rió sordamente- Así que tu decides… por las buenas o por las malas.

-Eres la criatura mas peligrosa que he conocido en esta vida- Mi tono era de histeria.

-Lo se, es un talento natural- Sonrió- Ahora… SIENTATE.

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La siguiente media hora fue una completa y total tortura, Alice me rizo el pelo que me caía
en cascada por la espalda, me pinto los ojos de un azul oscuro para que combinaran con el
sweater les puso delineador en la parte interior, así que se veían mas profundos de lo que
ya eran.

-Soy la mejor- Dijo Alice limpiándose una lagrima imaginaria dramáticamente- Ve a verte
en el espejo.

Cuando me vi en el espejo no me reconocí, esa que estaba en el reflejo no era yo, me veía
simplemente hermosa, obviamente no tanto como Rose, Tanya o Alice… pero me veía
realmente bien.

-Rápido Bell`s que se nos hace tarde- Chillo Alice desde mi cuarto.

-Ya voy- Grite dándome el ultimo vistazo antes de irnos.

Nos subimos a su Porche y llegamos a la escuela en menos de 10 minutos, para mi


desgracia nos tuvimos que estacionar al lado del volvo plateado “Maldito propietario de un
flamante volvo” pensé para mis adentros, Edward estaba esperando a Alice ahí recargado
contra este, parecía un dios griego mandado desde el mismo cielo. Respire rápidamente
antes de bajar del Porche, estaba a punto de hiperventilar.

Bajamos y pude ver por el rabillo del ojo como Edward abría los ojos como platos y casi me
comía con la mirada, reí para mis adentros.

-Nos vemos luego Alice- Grite por encima de mi hombro.

-Ja ja si Bell`s hasta luego- Me guiño un ojo.

Camine hasta mi clase de lengua, con la mirada clavada de todos mis compañeros puesta
en mi, parecía el primer día de clases, de nuevo me inundo aquella sensación de querer
desaparecer del mapa.

Llegue hasta la puerta de lengua y ahí estaba Anthony recargado sobre la pared, se veía
realmente bien, si no fuera por el color de su pelo y de sus ojos lo habría confundido
completamente con Edward.

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-Wow Bella, ¿Eres tu?- Me miro de arriba abajo con aquella sonrisa que tanto me gustaba.

“Pues quien si no” pensé para mis adentros.

-Si Anthony, soy yo- Le sonreí.

-Wow, te ves realmente bien- Comenzó a reír.

-Gracias, pero ¿Qué es tan gracioso?- Baje la mirada para darme un rápido vistazo,
esperaba que no se me hubiera olvidado ponerme algo importante.

-Es que combinamos – Dijo apuntándonos.

“Me las vas a pagar muy muy caro Alice” Pensé para mis adentros, esa maldita duendecilla
ya lo había visto. Anthony llevaba un sweater ligero color azul marino, se veía el cuello de
su camisa blanca y sus pantalones eran del mismo color de los míos, llevaba tenis Adidas
blancos.

Una vez mas la sensación de Deja vu me abordo, recordé aquel día en mi casa, antes de ir al
claro con Edward, sacudí la cabeza para quitarme ese recuerdo.

Lo único que atine a hacer fue sonreír.

Entramos al salón y nos fuimos a sentar a nuestros lugares aun riendo, creo que yo reía
más de histeria que de otra cosa.

-Oye princesa, ¿A dónde quieres ir primero hoy? ¿Al cine y luego al Gossip por un café o
primero por un café y luego al cine?- sonrió de esa manera torcida que tanto me encantaba,
aunque no fuera de esa boca que tanto deseaba.

“Habla idiota, o va a pensar que eres retrasada mental” Gritaba la voz de mi conciencia.

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-Ah, pues primero al cine y luego por un café ¿No crees?- Dije aun embobada viendo su
sonrisa, se parecía tanto a Edward que dolía el solo mirarlo.

-Claro princesa- Me acaricio la mejilla- Tus deseos son ordenes para mi.

Justo cuando dijo eso se escucho un bufido casi imperceptible, observe con el rabillo del
ojo a Edward que estaba sentado en el asiento de al lado rígido, viendo hacia el frente con
la mandíbula apretada y la mano crispada en un puño.

-Gracias Anthony- Dije regresando la mirada a aquellos ojos verdes esmeralda que me
observaban.

La clase comenzó enseguida y Edward no relajo su posición ni un momento, el único


cambio que hubo fue que cambio su mirada hacia Anthony, lo veía con tanto odio… que se
me vino a la mente la oración de “si las miradas mataran”, Anthony no parecía ni notarlo,
estaba absorto jugando por detrás de su pupitre con mi mano.

La clase iba demasiado rápido y Edward seguía con aquella mirada de asesinato.

Por fin, para mi buena suerte, sonó el timbre y comencé a guardar mis cosas temblando y
con el corazón mas acelerado de lo normal gracias a la mirada que Edward tenia en su
rostro angelical, no era justo que un ser tan bello pudiera sufrir tanto, una vez mas me
sentí culpable por causarle esto, aparte, la ultima mirada que Edward le había dado a
Anthony antes de salir del salón me dejo petrificada.

-¿Nos vamos princesita?- Anthony sonrió y yo salte del susto.

-Aja- Fue lo único que atine a decir.

Salimos directos a la siguiente clase, Anthony no paraba de hablar como ya era su


costumbre.

-Princesa, saliendo de la escuela te sigo hasta tu casa para que dejes tu camioneta y de ahí
nos vamos ¿Te parece bien?- Puso una sonrisa angelical, pero no era nada comparada con
la de Edward.

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-Ah, no Anthony no traigo mi cacharro, me vine con Alice Cullen- Murmure.

-Ah, tu y ella son muy amigas- No era una pregunta.

-Así es, es mi mejor amiga- “y su hermano el amor de mi vida” pensé en mi fuero interno.

-Oh, me parece que a su hermano no le caigo del todo bien.- Me quede congelada ante esa
suposición, que mas que suposición era la verdad… de nuevo no era una pregunta.

-¿Por qué lo dices?- Dije con el tono más casual que me salió para que no notara el temblor
en mi voz.

-Pues- Se puso un dedo en la barbilla y medito unos segundos- por que el primer día me
trato muy bien, pero cuando vio que me empecé a acercar mucho a ti –Me tomo de la
mano- Como que ya no le caí tan bien, me parece que esta celoso.

Tuve que taparme la boca para no estallar en carcajadas, si claro Edward Cullen celoso, Ja
Ja Ja… yo era un cero a la izquierda en su vida, el ya tenía a su niña de pelo negro y ojos
grandes y yo había dejado de importarle… eso jamás podría pasar… la voz de mi cabeza me
recordó las palabras de Alice.

“Le importas más de lo que piensas…, más de lo que piensas, más de lo que piensas”

Sacudí mi cabeza un par de veces para sacarme esas palabras.

-Pues no tiene razón para estarlo Anthony, el y yo no somos nada- Mi corazón se retorció
ante esas palabras.

-Pues sí, el no se tiene porque meter en esto- Seguía con mi mano entre sus grandes dedos
la levanto y la beso.

-Eh… si- Me quede petrificada ante su beso.

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-Esto- Dijo mirando nuestras manos unidas- ¿Te molesta?

“si”

-No- “y un demonio Bella dile que si” gritaba mi conciencia.

-¿Segura?- Sonrió angelicalmente- ¿Ósea que si te tomo de la mano durante todo lo que
resta del día no te vas a molestar?

“si”

-No, no te preocupes- Mi conciencia me dio un golpe mentalmente.

Fuimos por los siguientes tres periodos de clase tomados de la mano, los estudiantes nos
veían con ojos curiosos, sabía bien lo que estaban pensando. No necesitaba tener el talento
de Edward para saber bien lo que pensaban, se notaba en sus ojos, “despechada” grito mi
vocecita… sacudí mi cabeza para quitarme aquellos enfermizos pensamientos de la mente.

El timbre sonó y era hora del almuerzo, me ponía cada vez más nerviosa el tener que entrar
a la cafetería tomada de la mano de Anthony, sabía lo que parecíamos a simple vista… una
pareja de novios… me estremecí ante aquella idea.

Empuje la puerta de la cafetería, y todas las miradas se giraron hacia nosotros dos, la
sangre empezó a subirme a las mejillas y el corazón me empezó a latir demasiado rápido,
Anthony a mi lado parecía realmente absorto como para darse cuenta de que la mitad de la
escuela nos observaba.

Por inercia voltee a la mesa de los Cullen, y ahí estaba Alice… con una sonrisa de oreja a
oreja… parecía alegramente emocionada y me estaba observando… a su lado estaba
Edward que me observaba de nuevo con aquellos ojos tristes que tanto me habían matado.
Me sentí de nuevo culpable.

-Princesita, ¿Qué vas a querer de desayunar?- Pregunto Anthony con voz ansiosa.

-Humm… nada, solo una limonada- Seguía observando la mesa de los Cullen.

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Nos fuimos a sentar a nuestra mesa habitual, que por desgracia estaba dentro de la vista
periférica de Edward y Alice… la culpabilidad me carcomió toda la hora… a pesar de los
intentos fallidos de Ang y Jess por animarme, me habían dicho.

-Hay Bells, no te sientas culpable el te hizo lo mismo- Dijo Ang con una sonrisa de
suficiencia en la cara.

-Exacto una cucharada de su propio chocolate- Agrego Jess.

Sabía que Edward estaría escuchando eso… por eso no quise agregar nada mas, no quería
que viera lo duro que se me estaba haciendo olvidarlo, ahora el tenia la vista clavada en
algún lugar lejano, como si estuviera pensando en algo detalladamente, para mi sorpresa el
timbre sonó demasiado rápido y mi tortura había llegado.

Anthony me volvió a tomar de la mano y fuimos directos al salón de biología en un


tranquilo silencio, mi mente vagaba muy muy lejos de ahí, ¿Por qué Edward se habría
puesto así? ¿Seria por mí y por Anthony? “No idiota, recuerda que el te dejo no te quiere”
me repetía una y otra vez a lo largo del trayecto hacia el salón.

Por fin llegamos y Anthony se fue a su lugar, no sin antes darme un suave beso en la
frente… camine hacia mi lugar aun embobada.

Edward ya se encontraba ahí con la mirada de nuevo perdida en algún lugar lejano, me
senté a su lado pero el pareció no darse cuenta de mi presencia… no soportaba la idea de
que estuviera de esa manera por mi… así que tuve que juntar todo mi valor para preguntar.

-Ed... Edward- Mi voz se quebró- ¿Estas bien?

Giro a verme con la sorpresa escrita en su cara.

-Si, ¿Alguna razón en especial por la que preguntes eso?- Pregunto con su tono frio y
Cortez que utilizaba para los simples humanos.

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-Humm… no, simplemente te he visto muy triste estos últimos días y me preguntaba si-
Garraspe un poco- ¿Te podría ayudar en algo?

Por un momento sus ojos se llenaron de alguna emoción que no pude reconocer y luego
volvió a poner cara de nada.

-No, muchas gracias. Mejor vete a ocupar de tu noviecito- Utilizo su tono despectivo.

-El y yo no somos novios- Dije enojada.

-Pues eso son lo que parecen. – dijo con un tono cargado de amargura.

-Pues no, te equivocas- Dije mas irritada, no tenía derecho a decirme eso ¿Quién demonios
se creía?

-Humm- Fue lo último que dijo.

Por suerte el profesor comenzó la clase en ese mismo instante, tuve que sostenerme en la
barra para aplacar mis ganas de gritarle, ¿Quién demonios se creía para hablarme así? El
me hizo lo mismo y nunca le conteste tan fríamente… Edward ya no me amaba eso me
quedaba más que claro ahora… las lagrimas luchaban por salir de mis ojos… pero tuve que
respirar varias veces para que se calmaran… Edward me vio por el rabillo del ojo suspiro y
luego se volvió a voltear.

La clase se pasó demasiado rápido como para notarla, estaba demasiado ocupada luchando
contra mi enojo con Edward, era injusto que me tratara así, yo no le había dado ningún
motivo.

El timbre sonó y Edward se levanto igual de rápido como era su costumbre… me pareció
escuchar un “lo siento” pero lo ignore… no iba a sufrir más por ese maldito vampiro.

Anthony llego a mi lado en menos de medio segundo y me volvió a tomar de la mano,


ahora con mucha mas fuerza, no me había dado cuenta que tenia unas manos muy muy
suaves y calidas, me sentí cómoda con su tacto.

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La clase de gimnasia se paso demasiado rápido. Estuve un poco mas cómoda de lo normal
ya que cierta vampiresa que me mataba con la mirada había desaparecido de la escuela
como por arte de magia… aunque aun me seguía preguntando el porque de su huida…
gracias a mi buena suerte la clase se paso demasiado rápido… y el timbre sonó antes de que
me diera cuenta…

Bien eso solo podía significar una cosa... que ya era tiempo de irme con Anthony al cine
ósea que eso quería decir que Alice y Jazz estarían de chaperones ¿No creen que estoy
demasiado grandecita como para saber cuidarme por mi misma?

Anthony me alcanzo en la puerta del gimnasio.

-Princesita ¿Estas lista? –Me tomo de la mano.

-Si listísima- Le sonreí.

Me jalo hasta el estacionamiento… donde otra vez todos los alumnos nos observaban con
ojos curiosos… por el rabillo del ojo vi que Alice me saludaba con la mano y le regrese el
saludo… antes de darme cuenta que Edward estaba a su lado observándome con una
sonrisa de suficiencia en la cara… ¿Por qué sonreirá? ¿Qué será tan gracioso?

-Princesa, déjame te abro la puerta.

Me quede embobada viendo el auto que estaba frente a mi… era un Mustang GT turbo…
negro como la noche…

-Wow ¿Esto es tuyo?- Sonreí

-Ja ja así es princesita.- Anthony cerro la puerta detrás de mi y fue a subirse por su lado.

-Oye… -Mis mejillas se pusieron rojas- disculpa mi incumbencia pero ¿Por qué si tienes
este auto tus papas se vinieron a vivir aquí y tu papa esta trabajando como policía?- Ok tal
vez fui muy dura con mi tono de voz… porque se quedo con la boca abierta por la
impresión… para luego después echarse a reír entre dientes.

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-Vaya!!... ¿Eres muy curiosa lo sabias?- Volvió a reír- Pues… mis papas no me han regalado
el auto, fueron mis abuelos… como soy el único nieto hombre pues… digamos que me dan
todo lo que quiero… aunque yo no lo acepto… no quiero hacer sentir mal a mis papas…
aparte de que no me falta nada.

-Oh, entonces ¿Por qué aceptaste el auto?

-Pues – Se puso serio por un momento- no me lo regalaron, yo trabaje para comprarlo,


veras el verano pasado me fui a New York a trabajar en la empresa de mi abuelo como su
asistente personal… y así fue como me lo compre… no quiero ser el típico hijo de papi… o
mas bien de abuelo- Sonreí ante la idea- que tiene todo lo que quiere cuando quiere…

-Eso es muy noble de tu parte.- Que lindo y tierno era… era tan despreocupado… algunas
veces era tan fácil que Anthony me gustara… pero no, mi cuerpo demandaba unos brazos
diferentes y mi boca unos labios que no eran los de el… me sentí mal por no poder hacer
que me gustara tanto como yo le gustaba a el…

Anthony siguió hablando sobre su escuela, donde era el lugar donde vivía sus amigos etc.
etc.… emití algunos oh`s y ah`s en los momentos adecuados para que pensara que le
estaba prestando atención… pero la verdad era que mi mente ya volaba a varios cientos de
kilómetros de ahí… mas que estar en Forks… mi mente se encontraba junto a Edward…
aunque yo sabia que el no me veía de la misma manera que yo a el lo seguía amando con
cada célula de mi cuerpo… eso dolía mas que nada… porque sabia que el sentimiento no
era mutuo.

Me forcé a pensar en la razón por la cual Edward estaba en Forks… Victoria… un escalofrió
recorrió mi cuerpo… ella estaba esperando a cualquier error por parte de mis cuidadores
para atacarme… cualquier fisura en mi cuidado para matarme… me pregunto si no hubiera
sido menos doloroso que ya hubiera terminado con todo esto. Sabia que Alice y Jazz
estarían siguiendo el auto en este instante… iba a ser demasiado difícil olvidarme de que
ellos iban a estar observando cada uno de mis movimientos y que luego Edward tuviera
que verlos en su mente…

Lo amaba…. Era lo mejor que me había pasado en mi vida… pero tendría que olvidarlo sin
importar que… el ya había seguido adelante… y como había dicho antes sabia que a la larga
lo perdonaría por estar con Tanya… lo único que realmente me importaba era su
felicidad… y sabia que junto a mi no la había encontrado…

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De pronto, de un enfrenan ya estábamos afuera de los cines, este había sido el viaje mas
corto que había tenido en mi vida, o seria que había estado tan perdida en mis
pensamientos que no lo había notado.

-¿Qué quieres ver princesita?- Sonrió de manera angelical.

-Eh… lo que tu quieras Anthony- Me perdí en sus ojos verdes… eran demasiado hermosos y
me tomo de la mano.

Llegamos a las taquillas y Anthony compro boletos para una película de vampiros sádicos…
para variar… era lo que me faltaba… entramos y compramos palomitas y refrescos… yo
estaba con los ojos muy abiertos para ver cualquier señal de jazz o Alice… pero no los vi…
ni siquiera cuando entramos a la sala.

-Princesita ¿Estas bien?- Me dijo con voz ansiosa mientras nos sentábamos en los asientos-
¿No te gusto la película que elegí?- Dios era tan lindo cuando se preocupaba.

-No, estoy bien… lo que pasa es que me da un poco de miedo la película-“si claro idiota
como si esa fuera la razón” pensé en mi fuero interno.

-Oh, no te preocupes princesita aquí estaré para abrazarte si te da miedo- quito el brazo del
asiento y me abrazo.

-Gracias Anthony- Sonreí de corazón.

-No hay de que princesa.

En ese momento empezó la película. Me conmociono un poco la imagen que ponían sobre
los vampiros… era total y completamente falsa… yo estaba mas que segura de eso… los
vampiros no eran aquellos seres horribles que tenían los colmillos llenos de sangre ni esa
fea ropa- Alice hubiera muerto si tuviera que utilizar eso- eran las personas mas sensibles
que existían en todo el mundo… independientemente de que fueran mas rápidos o mas
hermosos que los humanos sentían de igual manera, se enamoraban de igual manera,
sufrían de igual manera…

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Este pensamiento hizo que la herida de mi pecho se abriera una y otra vez… haciéndome
sentir un dolor inmenso… las lágrimas intentaban salir de mis ojos pero las detuve….

Cada vez que me estremecía Anthony pensaba que era por miedo, y me abrazaba con mas
fuerza… hasta el final de la película que yo quede acostada sobre su pecho y el me rodeaba
la cintura con sus brazos. Me sentía realmente cómoda en esa posición, pero el no era con
quien yo quería estar.

-Princesita salgamos de aquí- Murmuro en mi oído, su aliento me hizo estremecer.

Me tomo de la mano y salimos del cine… un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, afuera ya
era de noche y hacia mucho frió…

Anthony al ver eso se quito su sweater dejando ver su camisa blanca entre abierta y su
pecho bien formado… me quede embobada viéndolo y el solo rió entre dientes.

-Anda princesa, te vas a congelar.- Sonrió.

-Oh si disculpa.- Me sonroje.

Me ayudo a ponerme el Sweater pero justo cuando me ayudo a ponerme el cuello, su cara
quedo a centímetros de la mía, podía sentir su aliento en mi cara… olía muy bien… me
acerque un poco mas por inercia y nuestras narices casi se tocaban… puso sus manos en mi
cintura y me acerco un poco mas a el… nuestros labios estaban a un centímetro de tocarse
y…
Capítulo 9: "Para Olvidarme De Ti.."
Y… sus labios se posaron dulcemente sobre los míos, mientras seguían su propio ritmo su
lengua delineo suavemente mi labio inferior y soltó un suspiro. Sabía que estaba besando a
Anthony, pero en mi mente apareció la imagen de Edward, su rostro y sus besos, este era
un beso muy diferente a los que yo había recibido.

Un carraspeo se escucho detrás de mí rompiendo así con nuestro beso.

-Hola Bella- La voz de Emmet sonaba seria y siniestra. Sus ojos observaban hostilmente a
Anthony.

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-Em, Hola, ¿Qué haces por aquí?- Mi voz empezó a temblar, y mis mejillas se tornaron
rojas. Era extraño que Emmet estuviera aquí sabía que algo extraño estaba pasando.

-Oh, tu sabes, lo normal- Seguía con la misma cara seria- Alice y Jazz me han mandado,
creo que deberías de venir conmigo Bella.-Examino una vez más a Anthony y volvió su
mirada hacia mí.- Así que será mejor que nos vayamos.

-¿Qué? ¿Por qué?- Definitivamente algo extraño estaba pasando.

-Por Victoria- Fue lo último que dijo antes de que yo cayera casi en estado catatónico.

Voltee con Anthony y me observaba con ojos ansiosos.

-Te tienes que ir ¿Verdad?- Sus ojos tenían una sombra de tristeza.

-Me parece que sí, es que ha sucedido una emergencia- “una vampira intenta matarme”
dije en mi fuero interno.

-No importa- Sonrió fugazmente pero la felicidad no le llego a los ojos- Lo entiendo, pero
me debes otra salida eh… - Dijo con un tono de voz juguetón- Por cierto, gracias por el
beso.- Susurro en mi oído.

-Claro, cuando quieras salimos- Lo tome de la mano y sonreí.

-Bueno princesita- Me dio un beso en la frente- Cuídate mucho y nos vemos mañana…

Odiaba dejar a Anthony de esa manera, pero no lo podía poner en peligro a él tampoco, las
personas a mi alrededor iban a terminar heridas si no acababa con esta situación de una
vez por todas.

-Adiós Anthony- Le di un beso en la comisura de los labios, lo mire divertida y me fui.

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“Wow, Isabella Marie Swan ¡¿Qué demonios acabas de hacer?!” La voz de mi conciencia
me estaba gritando cada vez mas fuerte… me patee mentalmente por lo que había hecho, le
acaba de dar un beso a Anthony y había coqueteado con el de la manera más cínica
posible… realmente algo andaba mal conmigo… y por alguna razón el rostro de Edward me
apareció en la mente… sentí como si lo estuviera engañando…”lo estas engañando idiota”
la voz de mi cabeza comenzó a gritar, di un largo suspiro.

-¿Lista?- Emmet me saco de mis cavilaciones con su tono sombrío.

-Este, si, Em ¿Qué vio Alice? ¿Por qué estas tu aquí y no ella?- Entrecerré un poco los ojos.

-Creo que deberías de esperar un poco, hasta que lleguemos a la casa Alice te lo explicara
todo ahí.- Parecía nervioso.

-Oh vamos Em, escúpelo ya… Dímelo- Mi voz sonaba histérica y alterada.

-No lo sé Bells creo que deberíamos de esperar…- Pensó un momento y luego asintió.

-¿Qué Em…? Dímelo ya- Puse mi mejor tono de demanda, esto me estaba asustando
realmente.

-Pues… no Bells mejor esperemos… no sé si podre ser capaz de decírtelo yo- Sus ojos
analizaban mi cara mientras salíamos del cine… yo aun traía el sweater de Anthony, su olor
me impregno… mi corazón latía mas rápido que antes y mis manos se empezaron a poner
sudorosas al recordar el beso que nos dimos, pero algo más me tenia nerviosa, la actitud de
Emmet, sabía que algo andaba mal.

-¿Es algo malo verdad? Muy muy malo- susurre. La piel se me puso de gallina mientras
una gota de sudor surcaba mi nuca, sabía que algo extraño sucedía.

-Vamos Bells- Me subió en su espalda y echamos a correr.

Em no dijo nada durante todo el trayecto, ni yo tuve ganas de preguntarle, estaba


demasiado preocupada ensimismada en mis pensamientos como para prestarle atención a
otras cosas. ¿Qué habrá sucedido? ¿Victoria ya vendría a matarme? ¿Qué habría visto
Alice? ¿Estaría en peligro Charlie?, esta última pregunta hizo que me diera cuenta de la

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gravedad de todo esto, sabía que Victoria vendría a buscarme, sabía que ella reconocería
mi olor en este pueblo, y sabia que todas las personas a mi alrededor estarían en peligro,
solo podía pedir que Ang, Jess, Anthony, Charlie y todos estuvieran bien…

Sabía que muy pronto ella estaría cerca de mí, lo podía sentir, sabía que si no se acaba todo
esto de una vez por todas las personas que quería resultarían expuestas a este mundo
mitológico.

Pero un sentimiento más allá del miedo me volvió a llenar, era culpa, por haber besado a
Anthony, sentía como si estuviese engañando a Edward de alguna manera, sabía que no
había hecho nada que él no hubiera hecho frente a mí, pero en mi interior tenía ese
sentimiento que me decía que esta vez si me había pasado de la raya.

Por extraño que parezca seguía teniendo una conexión con Edward, aunque muy poco
visible la seguía teniendo, sufría cuando Edward sufría, Me alegraba cuando Edward se
alegraba, en fin… no soy Jasper ni Alice, pero podía sentir sus estados de ánimo, aunque él
no sintiera lo mismo.

Sabía bien lo que pasaría después de que los Cullen acabaran con Victoria, o que en todo
caso ella acabara conmigo, de nuevo un escalofrió recorrió mi espalda, y no
específicamente porque iba como mono araña de la espalda de Emmet mientras este corría
por el bosque, sino por el miedo que me daba este pensamiento que había alejado de mi
mente con tanto esfuerzo.

Sabía que Edward se terminaría yendo y haciendo su vida, esto nada mas era una parada
en su existencia, pero por más raro que esto pareciera, no me importaba… con haber
pertenecido por lo menos a una parte de su larga existencia me reconfortaba, con saber que
había formado parte en algún momento de su vida y que hice un pequeño cambio me
animaba a seguir adelante, así fuera que estaba casi un 50% segura de que Victoria
terminaría matándome.

El viaje se me hizo muy corto, o seria que yo iba ensimismada en mis pensamientos,que de
un momento a otro ya nos encontrábamos en frente de la casa Cullen, todas las luces
estaban prendidas y se veía un gran movimiento adentro. Em no se paró hasta que
estuvimos en la sala y me deposito gentilmente en uno de sus sillones.

-Vaya, hasta que por fin llegan, me estaban matando del susto- La voz melodiosa de Esme
se escuchaba preocupada.

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-Todo está bien mama, nadie nos siguió- Decía Emmet aun serio.

-¿Qué es lo que está sucediendo Alice?- Mire a Alice sentada enfrente de mi observándome
tristemente con la cabeza sobre las manos.

-Bella, lo siento mucho- Decía una y otra vez- Enserio que lo siento Bella.

-¿Sentir que Alice? Me estas asustando- Mi corazón dio un brinco al ver que sus ojos se
llenaban de tristeza.

-Todo va a estar bien, te lo prometo.- Cada vez me empezaba a sentir más nerviosa, Jazz al
sentir mi estado de ánimo me empezó a mandar hondas de tranquilidad.

-Char… Charlie esta en el hospital Bella, Victoria lo ha atacado pero por suerte llegamos
antes de que lo mordiera- Los ojos de Alice se llenaron de ira.

Y ahí fue cuando me deje ir, no sabía dónde estaba y no me interesaba ir a ninguna parte,
me deje ir en el abismo negro que gritaba por mi ausencia… y ahí me quede por largo rato,
Charlie, No, No, Charlie no… era lo único que me repetía una y otra vez, ¿Cómo había
pasado esto? ¿Por qué Charlie? ¿Por qué no yo?... mi mente volaba en diferentes
direcciones, sentía como si me estuvieran sacando el corazón… el dolor cada vez se fue
apoderando de mi, y me deje llevar en ese dolor, no quería salir de ahí, lo más extraño era
que escuchaba y veía a todos pero sin escuchar ni ver, tenía la vista clavada en algún lugar
lejano…

-Alice, ¿Qué le pasa? Hazla reaccionar- Sollozaba Esme.

-No puedo Mama, ha quedado catatónica- La voz de Alice denotaba tristeza.

-Hablémosle a Carlisle- Dijo Em.

-Está atendiendo a Charlie ¿Recuerdas?- Por primera vez después de mucho tiempo
escuche la voz de Rose.

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Y me deje caer de nuevo en mi mente, no podía hablar ni moverme, me encontraba en un
estado de duermevela con cansancio, sabía que estaban hablando alrededor mío, pero no le
encontraba sentido a sus palabras, lo único que en este momento me importaba era
Charlie, y saber como estaba, quería ir a verlo, pero no podía salir de este estado. El dolor
me envolvió de nuevo y las lágrimas comenzaron a salir por mis ojos, lo extraño es que no
las podía controlar, era como si no pudiera mandar en mi propio cuerpo. Y me quede ahí
inerte eh inmóvil por quien sabe cuánto tiempo.

Sentí un gélido contacto en mi cara, mis ojos enfocaron dos grandes ojos color caramelo y
un mechón de pelo cobrizo, pero aun así no podía salir de mi estado, con forme fueron
pasando los minutos, me volví a enfocar en los ojos que tenía enfrente, me observaban con
desesperación, ira, ansia y tristeza.

Poco a poco fui volviendo a mi cuerpo, mientras esos grandes ojos seguían clavados en los
míos y sus manos gélidas seguían tocando mi cara.

-Bella regresara en si en 16 segundos.- La voz antes alegre de Alice ahora era triste.

Y como dijo, justo 16 segundos después parpadee por primera vez después de quien sabe
cuánto tiempo estar así, sentía los ojos irritados, pero los ojos de Edward no me dejaban
salir del todo de mi estado catatónico.

-Charlie- Fue lo que alcance a decir en un susurro casi inaudible.

-Bella cariño, todo va a estar bien- La voz maternal de Esme se escucho muy lejana.

Aquellos ojos color caramelo seguían clavados en mi cara, y su aterciopelada voz se


escucho casi junto a mi oído.

-Bella, regresa por favor no me hagas esto- Su voz sonaba ansiosa, si es que el terciopelo
podía escucharse así.

-Edward- Enfoque mis ojos con los suyos- Charlie, ¿Dónde está? Quiero verlo.

-Calma Bella, Charlie va a estar bien.- Mientras lo decía me puso sobre su regazo y empezó
a hacer pequeños circulitos en mi espalda.

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-Quiero verlo.- Mi voz era un simple susurro.

-Carlisle lo ha llevado a una clínica en Seattle Bella.- La voz de Esme lleno aquel incomodo
silencio.

-Pero va a estar bien- Rose intento poner una sonrisa en su cara, pero esa alegría no le
llego a los ojos.

-Edward- Puse mis manos en su rostro- Por favor llévame a verlo, quiero verlo- Empecé a
sollozar mientras las lagrimas caían por mis ojos.

-Sh, Bella, tranquila- Me susurro en el oído, su frio aliento me hizo estremecer.

-No- Dije intentando levantarme- Llévame ahora mismo, yo tengo… yo quiero… por favor.
Solo llévame por favor.

Me levante como pude y hice ademan de caminar hacia la puerta, pero las frías manos de
Edward me tomaron de la cintura y me acercaron a su cuerpo para poder abrazarme, una
extraña sensación me recorrió el cuerpo, además del dolor que sentía por Charlie, muy en
el fondo me sentía feliz, porque aunque fuera por un fugaz momento estaba en los brazos
de Edward, del vampiro de mis sueños, aunque él lo hiciera por diferentes razones, por un
solo momento sentí que me quería.

-Bella- El solo sonido de su voz me tranquilizo- Charlie está bien, estamos esperando a que
Carlisle nos hable para poder llevarte, pero te aseguro que todo va a estar bien- Todo esto
me lo dijo con un susurro en el oído, mientras que una de sus manos me tomaba de la
cintura y la otra me sostenía la cabeza contra su pecho.

-Bella, lo siento mucho- Si Alice pudiera llorar, sabría que lo estaría haciendo- Es que no lo
vi, pero te aseguro que Charlie estará bien, Ya lo he visto.

-Si Bella tranquilízate- La voz de Emmet sonaba apagada.

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No supe cuanto tiempo pase llorando en el regazo de Edward, lo único que él podía hacer
era abrazarme cada vez mas fuerte a su pecho, fue una noche demasiado larga, lo extraño
era que yo sabía que por la mañana la situación estaría igual, Edward me dejaría de un
momento a otro, Charlie estaba en el hospital y Victoria estaba a un punto de matarme y
para mi desgracia tenía el maldito sentimiento de culpabilidad por haber besado a
Anthony… este ultimo pensamiento hizo que tuviera un ataque más fuerte de lagrimas, en
el que Edward se asusto y me apretó más a su pecho.

Sabía que les estaba haciendo demasiado daño a las personas que estaban a mi alrededor, a
los Cullen, a Charlie –Y en el que más me dolía pensar- a Edward, sabía que él no se
merecía ni tenía por qué estarme cuidando, el ahorita debería de estar con Tanya.

Un pensamiento empezó a rondarme por la cabeza. Seria todo más fácil si me entregara a
Victoria, en si nada me detenía aquí en Forks, o más bien nada me detenía en esta vida
para irme, Charlie estaría mucho más seguro y Edward por fin podría ser feliz.

Y ahí en medio de los brazos de mi amado fue cuando lo decidí, lo mejor sería entregarme a
Victoria para que todo esto acabara, no sabía bien ni cómo ni cuándo hacerlo, pero sabía
que habría alguna posibilidad, tenía que haberla.

Una sensación de Deja vu me llego al cuerpo, esto era casi lo mismo que cuando estuvo la
situación de James, solo que ahora si nada me unía a la vida.

Mientras estaba perdida en mis pensamientos sobre el regazo de Edward, sentí que se puso
rígido y todos a mí alrededor también, la voz de Alice me saco de mi ensimismamiento.

-Isabela Marie Swan, ¿Qué demonios te ocurre?- Su voz sonaba enfadada, y cuando Alice
se enfada, había que tener miedo.

-¿A qué te refieres Alice?- Intente sonar de lo más casual.

-Lo acabo de ver, tu decisión- Sus ojos flamearon.

-¿Alguien nos puede explicar que está sucediendo?- La voz de Emmet sonaba cansada.

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Mientras que Sentía las miradas de todos sombre mi, Edward acercó sus labios a mi oído y
murmuro.

-Podríamos hablar afuera ¿Por favor?- Lo conocía demasiado bien como para saber que
debajo de esa tranquilidad se cocinaba algo.

Asentí, Edward me levanto del sillón y me tomo de la mano, mientras gruñía.

-Alice, explícales a los demás, voy a tener una plática con Bella- Hizo una mueca.

Alice asintió mientras Edward me jalaba hacia la puerta trasera aun tomándome de la
mano, su tacto hizo que tuviera una descarga eléctrica en todo mi cuerpo, como la primera
vez que me toco en aquel salón de clases.

Caminamos hacia el rio y hay en el borde nos sentamos en unas piedras, todo estaba en
silencio. Edward tenía dos dedos tomándose el puente de la nariz y respirando entre
cortadamente, no supe cuanto tiempo paso hasta que abrió los ojos y me miro firmemente.

-Isabella, ¿En qué demonios pensabas?- Su voz sonaba sombría y enojada.

No dije nada y me quede en silencio observando las hondas de agua que se formaban en el
rio. Una de sus manos tomo mi barbilla para obligarme a verlo.

-Contéstame- Su voz sonaba demandante y ansiosa.

-Todo sería más fácil así Edward,- Me zafe de su mano y voltee a ver el rio- Sabes que si,
dejaría de estorbar.

Todo se quedo en silencio por algunos minutos hasta que sentí unos brazos que me
levantaban y me abrazaban. Recargo su barbilla con mi cabeza y suspiro.

-Bella, ¿Cómo se te ocurre pensar una cosa así? ¿Qué no sabes que eres demasiado
importante? ¿No te ha quedado claro aun?- Su voz sonaba dulce y ansiosa a la vez.

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-Edward, por favor… eso lo dices para que no me sienta miserable en este momento… pero
sabes bien lo que va a pasar cuando ustedes se vayan y yo me quede con Charlie, mi
existencia va a volver a ser vacía y sin sentido.

Me apretó más contra él y suspiro.

-¿Y qué hay de Anthony? ¿Acaso no es tu novio?- Su voz tomo un matiz de enojo.

-No, solo somos amigos.- Murmure contra su pecho. Mis mejillas se tornaron un poco más
rojas.

-¿Y entonces por qué lo besaste?

Eche mi cabeza para atrás para poder observarlo, tenía los ojos cerrados y la mandíbula
apretada, tenía una suave arruga en la frente.

-Para poder olvidarte- Susurre.


Capítulo 10: "EstupÃ-da Mil Veces..."
El silencio volvió a formar parte de la situación “pero que estúpida soy” gritaba en mi fuero
interno.

Edward seguía con los ojos cerrados pero con la expresión mas relajada. Suspire.

Por fin después de estar algunos minutos mas así abrió los ojos, tenía una expresión dulce
y tranquila. Toque su cara con ansias, deseaba más que nada saber que era lo que tenía que
decirme.

-Edward- Su nombre hizo que sintiera mariposas en el estomago- Dime de una vez que
estas pensando, me estas volviendo loca.- Entrecerré un poco los ojos ansiosa.

Me dio un beso suave en la frente y apretó un poco más su abrazo, esto hizo que mi corazón
palpitara más rápido y que la sangre subiera a mis mejillas, se sentía tan bien el estar en
sus brazos.

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-Bella yo…

-¡EDWARD!- Una vocecita de soprano se escucho a lo lejos.

“y un demonio!” pensé en mi fuero interno.

Volví mi mirada hacia la casa, y ahí con su gran belleza estaba Tanya, (n/a: apoco creían
que había desaparecido así por que si? Pues no!!!... jajajaja [Para nuestra desgracia]) ipso
facto Edward me soltó y pude ver su mirada de sorpresa, cuando su piel dejo de tocar la
mía, dejo una sensación de gran vacío y hormigueo.

-Lo siento- Murmuro y se fue caminando a zancadas hacia la casa mientras yo lo miraba
con la boca abierta. Llego junto a Tanya y le dio un dulce y rápido beso de bienvenida en
sus labios, la mirada comenzó a nublárseme y un sollozo luchaba por salir de mi garganta
“estúpida, estúpida, estúpida mil veces” gritaba la vocecita en mi cabeza.

Sentía que me iba a derrumbar de nuevo, alcance a sentarme en una piedra y ahí me deje
caer en ese abismo negro que ya me era tan familiar “estúpida, estúpida, estúpida mil
veces” me volvía a gritar en mi cabeza mientras me pateaba mentalmente.

Había sido una estúpida por haber pensado que Edward aun sentía algo por mí.

Había sido una estúpida por pensar que Tanya ya se había marchado.

Había sido una estúpida por seguir teniendo esperanzas.

¿Qué demonios me estaba sucediendo? Mi cabeza se llenaba de preguntas constantes,


¿Qué me habría querido decir Edward antes de que Tanya llegara? “que ya no te quiere y lo
dejes de molestar idiota!!!...” mi conciencia me gritaba de nuevo. El agujero en mi pecho se
hizo más grande y el dolor me dejo sumida en la negrura.

No puedo decir exactamente cuanto tiempo estuve sentada ahí afuera, no puedo decir
cuánto tiempo estuve llorando, de lo único de lo que fui consciente fue de que el sol ya
empezaba a salir- O más bien empezaba a aclarar ya que en Forks nunca había sol-.

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Mis músculos se fueron tensando hasta quedar completamente recostada en el césped, la
cabeza me daba vueltas y los sollozos se fueron calmando hasta quedar solo como un
quejido muy quedo, casi inaudible…, mis ojos ya secos de tanto llorar me dolían y el
agujero en mi pecho se hizo más grande.

Seguía ensimismada en mi sufrimiento cuando sentí unas pequeñas manos frías


tomándome de los hombros y obligándome a sentar.

-Sh, calma Bella- La voz de soprano de Alice me tranquilizo al instante, mientras sus
pequeños brazos me rodeaban para poder abrazarme.

-Hola- Susurre con mi voz ronca.

-Vamos Bells- tomo de mi mano y me ayudo a levantarme, caminamos con paso lento hacia
la casa- Enserio siento mucho que tengas que pasar por esto Bella, no es justo que tengas
que verlos juntos y que todavía tengas que cargar con lo de Charlie.

-No te preocupes Alice, sabía que esto era algo que terminaría pasando tarde o temprano-
Tome aire para calmar un poco el dolor de mi pecho.

-Bella es que tu no deberías de pasar por esto.

-Es el destino Alice- “el destino me odia” pensé para mis adentros.

-Bella- Dudo un poco- ¿Enserio pensaste en entregarte así sin más ni más a Victoria?- su
tono ya no era de enojo, más bien tenía un matiz ansioso.

-Tranquila, fue solo una de esas ideas que me cruzo por la cabeza Alice- “Que es demasiado
buena por cierto” me dije en mi fuero interno- no te preocupes.

-Eso espero- Me miro dubitativamente- Por cierto Carlisle ha llamado- Me puse tensa
cuando escuche eso- Dice que Charlie está bien aunque aun no despierta por los sedantes.

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Mi cuerpo completo se relajo al escuchar eso, sentí como si me quitaran un peso
imaginario de encima. Charlie estaba bien, gracias al cielo. De haber podido me hubiese
puesto a hacer uno de los bailecitos de Alice si no fuera tan torpe.

-Alice, Alice por favor llévame- dije en un susurro ansioso por que ya habíamos entrado a
la cocina.

-Por supuesto- Se acerco un poco más a mi oreja y su aliento frio hizo que me diera
escalofríos, susurro- Y recuerda Bella, te tengo bien checada, no voy a dejar que hagas nada
estúpido. Ahora eres parte de esta familia.

Y diciendo esto me tomo de un brazo y me jalo hacia la sala, yo todavía estaba un poco
aturdida por sus palabras cuando entre en el salón, lo recorrí con mis ojos y me encontré
con tres figuras que no conocía.

En uno de los sillones estaba Esme, Rose y Emmet tomados de la mano. En otro estaba
Edward y Tanya, Este la tenia rodeada con un brazo mientras ella se recargaba sobre su
pecho “igual que como lo hacía contigo” me dijo la vocecita en mi cabeza. Desvié mí mirada
rápido de ahí, era demasiado doloroso. Jasper se encontraba a un lado mío, tomándome de
un hombro, él sabía lo que yo estaba sintiendo. Y las tres figuras se encontraban frente a
mí, eran dos mujeres y un hombre. Una de Ellas, la rubia rompió el incomodo silencio.

-Hola soy Kate, la hermana de Tanya- Me tendió la mano amigablemente, pero su mirada
era demasiado especulativa como para creérselo.- Tu debes ser Bella.

-Hola- Murmure estrechando su fría mano.

- Ellos son Eleazar y Carmen- Dijo apuntando a los otros dos que tenían cabellera Obscura.

-Mucho gusto- Murmure.

Los dos asintieron en señal de saludo, todo se quedo en un incomodo silencio, pero por
alguna razón yo estaba sintiendo una reconfortante paz interior “es Jazz idiota” me dije a
mi misma. No podía confiar en mis sentimientos cuando él estuviera cerca.

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Observe a todos en la sala y algo en mi hizo clic instantáneo, Tanya no se había ido, había
ido por sus hermanas a Denalí, esa era la razón por la cual ella había estado mágicamente
desaparecida estos últimos días, pero ¿Por qué? ¿Para qué habrían venido? “no te importa
bella, eso es algo que no te tiene porque importar” me pateo mi conciencia internamente y
tenía razón, no me debería de importar.

El agujero en mi pecho se estremeció cuando sentí la mirada de Edward clavada en mi


rostro. Por suerte Alice rompió aquel silencio incomodo.

-Bueno, voy a llevar a Bella a Seattle para que vea a Charlie- dijo con tono demandante y
serio.

-Yo voy- Emmet murmuro.

-Y yo- Dijo Jazz.

-No es necesario que vayan todos- Dijo Alice mientras rodaba los ojos.

-Pero queremos ir!- Dijeron los dos al unisonó.

Alice se encogió de hombros.

-Bueno- Dijo exasperada- esperen, necesito ir por alguna cosas, aparte Bella necesita
arreglarse- Me vio de arriba abajo, su mirada me cohibió- Ven conmigo.

Mientras me jalaba del brazo a su habitación en el tercer piso gemí internamente ¿Por qué
Alice siempre tendría que encontrar alguna manera de arreglarme incluso en las peores
situaciones?

En cuanto entramos a su habitación fue corriendo hacia el closet y saco un juego completo
de ropa, me la dio, y sin decir ni una sola palabra me arrastro hacia el baño.

-Báñate, te estaré esperando- Sonrió y salió dando un portazo.

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Me tome mi tiempo para desnudarme y meterme al baño. Para mi gran sorpresa estaba mi
shampoo de fresa ahí, suspire aliviada, el olor a mi shampoo hizo que me despertara y
viera las cosas más claramente. El dolor en mi pecho aun no se quitaba pero ahora era un
poco más soportable.

Seguía rondando por mi cabeza esa idea de entregarme a Victoria, aunque ahora que lo
veía más claramente, había muchas cosas que no podía dejar, sabia lo mucho que les
afectaría mi muerte, y eso era lo que me detenía, aunque sabía que a Edward más que
afectarle, le ayudaría “quitarse a la humana de encima”. Reí secamente para mis adentros.

Salí de ducharme y me vi en el espejo, la cara la tenia más pálida que de costumbre, dos
manchas moradas se dibujaban bajo mis ojos muertos, porque el brillo de estos ya no
estaba, pero más que eso se veía como si realmente estuviera muerta en vida. Era algo más
profundo que solo lo físico.

Me cambie lentamente con lo que Alice me había dado, era una camiseta blanca de manga
larga con cuello en V y unos pantalones de mezclilla obscura bastante bajos para mi gusto,
pero no tenía ganas de discutir con Alice, así que me los puse sin chistar.

Cuando me estaba secando el pelo con la toalla me di cuenta que algo brillaba en mi
muñeca. Era la pulsera que le había dado a Edward, que brillaba gracias a que las luces del
baño la hacían reflejarse por el dije que tenía colgando, aun la traía puesta, eso me recordó
que alguien había entrado en mi habitación el día anterior, por tantas emociones juntas lo
había olvidado. La curiosidad invadió mi cuerpo “No te emociones Isabella Marie Swan, lo
más probable es que haya sido Alice” me recordé mentalmente para no concebir
esperanzas.

Terminando de secarme el pelo Salí del baño a trompicones y fui directo al cuarto de Alice,
la pequeña duende ya se encontraba ahí esperándome con unas tenazas en la mano y un
cepillo en el otro, si no hubiera estado tan mal me hubiese reído, se veía como una escena
de alguna historia de terror pero cómica. Gemí para mis adentros.

-Oh, vamos Alice ¿Ni porque tenemos prisa puedes dejar de torturarme?- Gruñí.

-No- Soltó una suave risa- vamos Bells entre menos te quejes más rápido terminamos.

Me senté en el banquito refunfuñando una sarta de incoherencias, sabía que en cualquier


discusión con Alice terminaría perdiendo, por que cuando Alice Cullen quería una cosa no

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había poder humano- O en su caso poder sobre humano- que la hiciera cambiar de
opinión. Suspire lastimosamente.

-Oh vamos Bells en unos minutos estarás bellísima- Sonrió maléficamente.

-Si claro Alice estaré Bellísima contra mi voluntad- El sarcasmo inundo mi voz mientras
refunfuñaba. Algo en mi me dijo que era el momento perfecto para preguntar sobre la
pulsera.

-Bella respira- rio entre dientes.

-Alice ¿Te puedo preguntar algo?- Dije en un susurro casi inaudible mientras mis mejillas
se tornaban rojas como un tomate.

-Claro- Acerco su oído a mi boca, con una expresión curiosa.

-¿Fuiste tú la que ayer entro a mi cuarto y me puso la pulsera que le había regalado a
Edward?- Susurre rápidamente.

Alice abrió los ojos como platos y luego hecho la cabeza para atrás para reírse
abiertamente, su risa parecía el sonar de las campanas.

-Oh Bella, jajajaja tu curiosidad es única- hice un mohín- Pues no Bells- Suspiro y sonrió-
yo no fui la que entro- Susurro en mi oído.

-Si no fuiste tú… entonces eso quiere decir…- Me calle al instante, eso no podía ser posible.

-Así es Bells- Susurro casi inaudiblemente- sabes bien quien fue… pero si quieres saber el
porqué tendrás que preguntárselo tu misma.

Me quede atónita al entender sus palabras ¿Por qué Edward habría ido a mi habitación?
¿Qué iría a buscar? Una gota de sudor me surco la nuca. Esto no podía ser cierto el dolor
en mi pecho se extendió mas dejándome sin aire, pero al mismo tiempo sentía mariposas
en mi estomago.

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-Bells respira- Alice sonrió- No entiendo cómo te has salvado de morir asfixiada.

-Ja Ja muy graciosa- como amaba utilizar el sarcasmo!.

-Bien Bells ya estas lista-Sonrió de nuevo- Así que vámonos.

No me vi en el espejo, mi mente ya volaba a kilómetros de distancia ¿Por qué Edward haría


una cosa así? ¿Qué no sabía que me hacía más daño? Baje las escaleras lentamente
agarrándome del barandal de cristal con la mirada fija en mis pies, Jazz y Em ya nos
esperaban en el recibidor, nos iríamos en el Jeep de Emmet.

-Bella querida, veras que todo va a salir bien- La voz maternal de Esme me lleno de cariño,
mientras me abrazaba y me daba un suave beso en la frente.

-Gracias Esme.- Dije de corazón.

-Suerte Bella- Rosalie me sonrió tímidamente.

-Gracias Rose.- Dije devolviéndole la sonrisa.

-Suerte Bella- La voz de Kate hizo que saliera de mi pequeña burbuja de felicidad.

-Gracias Kate- Recorrí la sala con mis ojos, y pude ver por el rabillo del ojo que Edward me
observaba curiosamente, sus ojos color caramelo hicieron que me diera escalofríos-
Carmen, Eleazar, un gusto- suspire y Salí por la puerta del garaje aun con la mirada de
Edward clavada en mi espalda, sabía que estaría pensando en el porqué no me había
despedido ni de él ni de Tanya.

El camino a Seattle se me paso muy rápido, seria porque la mayor parte del tiempo me la
pase dormida con la cabeza en el regazo de Alice, tuve un sueño muy poco usual, o más
bien fue un Flash-Back, yo estaba viendo como Edward entraba a mi cuarto por la ventana,
me cargaba y me metía en la cama, me ponía la pulsera y me daba un suave beso en los
labios y se iba. Lo extraño era que en el sueño podía sentir el dolor que me ocasionaba ver

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que Edward se volvía a ir, me volvía a dejar. Aunque estaba consciente que tarde o
temprano eso iba a suceder. Edward se iría y no habría otra opción.

A lo lejos escuchaba una vocecita que me llamaba “bella, bella!!!...”, se fue haciendo cada
vez mas fuerte hasta que desperté por completo.

-Bella, levántate ya llegamos- Canturreaba Alice al lado mío mientras me sacudía.

-¿Tan rápido?- Gruñí con voz soñolienta mientras me tallaba los ojos.

-Así es querida- Alice quito mis dos manos y las quito de mi cara- Ahora, si no te importa,
deja de tallarte los ojos antes de que te arruines tu maquillaje.

Gruñí una sarta de incoherencias mientras Emmet me ayudaba a bajar del Jeep y Jazz
ayudaba a Alice.

-¿Lista hermanita?- Emmet sonrió alegremente mientras me pasaba uno de sus pesados
brazos por los hombros, me había encariñado mucho con él, era como el hermano mayor
que nunca tuve.

-Eso creo- Dije en un suspiro.

-Veras que todo saldrá bien Bella, Charlie está bien.- Dijo mientras tomaba la mano de
Alice.

Entramos en silencio al hospital, y fuimos directo al cuarto de Charlie, cuando íbamos


cruzando por el Hall una voz masculina muy familiar Grito mi nombre.

-Bella!!!...

Emmet que aun tenía su brazo sobre mis hombros se tenso y me acerco más a él. Gire mi
cabeza un poco hacia atrás y me encontré a Anthony corriendo hacia nosotros.

-Bella- Jadeo- ¿Estas bien?


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-Anthony si estoy bien, ¿Qué haces tú aquí?- La sorpresa inundaba mi voz.

-Mi papa vino a visitar a tu papa, lleva un rato ahí adentro- Apunto el pasillo de las
habitaciones.

-Ah…- Fue lo único que alcance a decir.

-Oye, princesa, siento mucho lo de tu papa- Hizo su sonrisa torcida que tanto me gustaba-
Espero que se cure del todo.

-Gracias Anthony- Le sonreí tímidamente.

-UJUM UJUM- Emmet carraspeo a mi lado.- Bella vayamos a ver a tu papa- Le hecho una
mirada envenenada a Anthony pero este ni se inmuto. Con un poco de esfuerzo logra
zafarme de su brazo que me tenía inmovilizada para acercarme un poco más a Anthony.

-Bueno Anthony, iré a ver a Charlie, ¿Estarás por aquí otro rato?

-Si princesa, estaré aquí un rato mas- Volvió a sonreír.

-Bueno me tengo que ir- Suspire.

Y antes de que me pudiera dar cuenta Anthony me tomo por sorpresa y me dio un rápido
beso en los labios. Sonrió juguetón ante la mirada atónita de Emmet y mía.

-Nos vemos princesa.- Sonrió y se fue.

Todo se quedo en silencio por algunos segundos hasta que Alice llego saltando a mi lado
dando palmaditas y riendo.

-Wow, ese chico sí que es arriesgado- Sonrió intensamente.

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-Es un idiota- Mascullo Emmet.

-Es un estúpido- Gruño Jazz, de Emmet me esperaba esa actitud pero de Jazz no, ahora los
dos parecían los hermanos celosos.

-Bueno, ya… suficiente, si me beso o no ese es mi problema.- Gruñí- Y les pediría de favor
que no pensaran en esto enfrente de su hermano, ya no quiero más problemas con él.

-¿Mas problemas con quien Bella?- Una voz aterciopelada se escucho tras de mí y al
instante me congele.
Capítulo 11: ¡¡¡No!
Y justo en ese momento todo el mundo se me vino encima “y un demonio!” maldije en mi
fuero interno. Gire sobre mi misma lentamente para encontrarme a Edward con aquella
belleza griega que quitaba el aliento, su rostro tenía una expresión de tristeza, sus ojos
decían demasiadas cosas que no pude comprender, pero toda esa magia que salió cuando
nuestras miradas se encontraron desapareció cuando vi con quien venía. Tanya con una
sonrisa burlona en su cara y su mirada despectiva estaba a su lado, venían tomados de la
mano- o más bien Tanya casi se colgaba de esta para estar junto a él-. Mi corazón se detuvo
por un momento para luego empezar a latir desbocadamente, y la sangre subió
rápidamente a mis mejillas.

-Y bien… ¿Con quién no quieres tener más problemas Bella?- Enarco sus dos cejas
perfectas. Esperando mi respuesta.

-Yo… yo… hum… con nadie Edward… no es de tu incumbencia- “BRAVO idiota!!!... aléjalo
mas!!! Anda” me grite sarcásticamente en mi fuero interno.

-Tienes razón- Suspiro y rodo los ojos- Eso a mí no me importa.

Tanya hizo otra de sus sonrisas burlonas y Emmet, Jazz y Alice bufaron.

-¿Qué haces aquí hermanito?-Pregunto Alice con su cara de Borrego a medio morir en una
carretera.

102
-Vine a hablar con Carlisle, así que si me disculpan- Asintió con la cabeza, me dio una
última mirada fugaz de tristeza – O eso me pareció ver en su rostro- Y se fue arrastrando a
Tanya al pasillo de los consultorios.

Después de un largo minuto de silencio en el que intente no llorar con todas mis fuerzas
Alice hablo.

-¿Por qué demonios trajo Edward a esa aquí?- Utilizo el tono más despectivo que pudo.

-No lo sé- dijo Emmet- Pero hay dos opciones, o Edward es un idiota o Tanya “Yo soy
dueña de Eddy” Denalí –imito su voz y una de sus poses y no pude más que reírme-
Chantajeo al idiota de Edward para que la trajera, en todo caso… Edward sigue siendo un
idiota.

Todos rieron ante su comentario, menos yo. Sabía muy bien que a Alice no le caía nada
bien Tanya, pero no sabía que tampoco Emmet y Jazz la soportaban mucho. También me
preguntaba ¿Por qué habían venido? ¿Qué hacia toda la familia de Denalí aquí? ¿Había
algo que me estuvieran ocultando? Ante esa pregunta sentí como si algo me pegara en la
cabeza imaginariamente, había algo que me estaban ocultando… el punto era ¿Qué?..., me
estruje los sesos pensando en que podrían estarme ocultando los Cullen. Y si… “no bella no
pienses en eso” mi conciencia me regaño antes de que acabara la frase y se lo agradecí
infinitamente Edward y Tanya… no… ellos no… ellos no van a…. ellos no iban a hacer eso
que se me estaba viniendo a la mente… o sí? Sentí como si me sacaran todo el aire del
cuerpo y el hoyo en mi pecho temblaba del dolor.

-Hey Bells ¿Sigues aquí?- Alice paso una mano por enfrente de mis ojos.

-A sí, lo siento…- Murmure intentado respirar.

-No te preocupes por ellos- Su tono era de enojo- Ahora lo más importante es ir a ver a
Charlie.

-Tienes razón.- dije suavemente.

-Ahora vamos, Carlisle me dijo donde era…-Sonrió, pero esa alegría no le subió a los ojos.

103
Sin decir ni un comentario mas Emmet me volvió a pasar su musculoso brazo por los
hombros y me dio un suave empujoncito para que caminara, ya que parecía que todo este
tiempo había echado raíces imaginarias en el piso.

Caminamos lento y silenciosamente por los pasillos detrás de Alice y Jazz, parecía un
laberinto, dimos vuelta en unos, pasamos de largo otros, caminamos derecho en algunos,
en fin, si hubiese venido sola me hubiese perdido.

No me había dado cuenta de en que área estábamos hasta que frente de mi vi un letrero
que decía TERAPIA INTENSIVA, mis rodillas temblaron en cuanto comprendí la gravedad
de las palabras… ¿Charlie de veras estaba así de mal? “no idiota… solo lo ataco un
vampiro…!” me regañe mentalmente, pero Carlisle dijo que iba a estar bien… ¿Por qué lo
tenían aun aquí? ¿Charlie estaría realmente bien? Una y mil preguntas me llenaron la
cabeza “maldito el momento en que se me ocurrió venir a Forks!” grite en mi fuero interno.
Mientras entrabamos a el pasillo largo con puertas de los dos lados me di cuenta de que si
yo me hubiese quedado en Phoenix nada de esto me hubiese sucedido, Charlie estaría
ahorita perfectamente bien, Renee no estaría sola, Victoria y James seguirían juntos… y lo
que más me dolió pensar fue que Edward se tendría que haber ahorrado tanto tiempo mal
gastado en mi… mi corazón se volvió a estremecer en cuanto pensé en esto.

Sin darme cuenta ya nos habíamos detenido afuera de una habitación que tenía el numero
10 marcado afuera, suspire y mi corazón se acelero un poco… las manos me empezaron a
sudar y las rodillas me temblaban cada vez mas, Jasper ha de haber sentido mi
nerviosismo, porque de un momento a otro empecé a sentir una gran paz interior, sabía
que de nada iba a servir una vez que estuviera ahí adentro… ya que Jazz no estaría
conmigo.

-Te esperaremos aquí afuera Bells- La expresión de Alice era dubitativa.

Jazz y Em me dieron una gran sonrisa, antes de entrar inhale y exhale un par de veces para
no caer en un estado nervioso.

Abrí la puerta, entre y la cerré detrás de mí, lo que vi me horrorizo completamente. Charlie
estaba postrado en una cama de hospital, con varios tubos a su alrededor y dentro de el, en
su cara tenia moretones, sus brazos y piernas estaban enyesados y se veía completa y
totalmente demacrado. Dios mío… ¿Qué hice? ¿Qué he hecho?. Mis ojos se rozaron al
instante de lágrimas, me mordí la lengua para no sollozar.

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Di unos cuantos pasos para acercarme a una silla que estaba a su lado, me senté y apoye la
cabeza en la cama, lo observe con detenimiento por algún rato; a pesar de todo tenía una
expresión tranquila, parecía como si estuviese soñando con cosas lindas, y eso me
tranquilizo un poco.

La culpabilidad lleno mi cuerpo al recorrer con mis ojos su cuerpo casi destrozado por
Victoria, ¿Qué había hecho?, ¿Por qué a Charlie? ¿Por qué no a mi?.

Las lagrimas empezaron a caer por mis mejillas silenciosamente… realmente yo era un
peligro para todas las personas que estaban a mi alrededor, yo misma era la peor persona
que podría haber conocido.

Mientras me concentraba en que mis lágrimas estaban cayendo sobre las sabanas de
Charlie sentí un fuerte tacto en la cabeza, abrí los ojos y me encontré con Charlie despierto,
una pequeña sonrisa cruzaba su cara ahora un poco deforme por los golpes recibidos. Mi
corazón dio un brinco, me enjuague rápidamente mis lágrimas con las mangas y le sonreí
de vuelta.

-Hola pequeña- Dijo con voz pastosa y ronca.

-Pa… pa…-Tartamudee por culpa de los sollozos que amenazaban con salir.

-Sh… calma Bella- Sonrió suavemente- Todo va a estar bien-Murmuro.

No me salieron palabras, los sollozos tenían atada mi garganta, lo único que atine a hacer
en el momento fue en pararme y darle un suave beso en la frente.

-Vaya Bella- Rio entre dientes- Tendré que ponerme en peligro más seguido chica!!!...
cuanto amor!!!...

Solté una risotada, Charlie estaba bien, el iba a estar bien y eso era lo único que importaba
por el momento.

-Vaya papa ya veo que ni enfermo se te quita lo gracioso.

105
Frunció el seño e hizo un puchero.

-Oh, vamos jefe Swan era solo una broma- Le sonreí tiernamente.

-Tienes razón hija- Me tomo de la mano con su mano enyesada- Maldito animal salvaje-
Gruño- La próxima vez llevare mi rifle.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo completo, la imagen de Victoria atacando a mi padre se


me vino a la mente, sacudí la cabeza para sacarme esa idea, ahora eso no importaba, lo que
importaba es que Charlie estaba bien.

-No va a haber próxima vez papa, tu-Lo apunte con mi dedo- Te vas a quedar en casa hasta
que te quiten todo esto, dudo que puedas atrapar muchos ladrones con la mitad del cuerpo
enyesado.

-Ja Ja tienes razón Bells- Sonrió.

Nos miramos fijamente por algunos momentos, sentía como si me quitaran un grandísimo
peso de encima, sentía que la sangre regresaba a mis mejillas y que mi corazón latía con
normalidad.

-Así que, me parece que voy a estar atado a esta cama de hospital por algunos días más,
pero, tu señorita, no vas a faltar a la escuela- Frunció el seño- Así que te vas a quedar en
casa del doctor Cullen y su señora.

-¿Qué?- Chille- Estas realmente mal Charlie Swan si piensas que yo te voy a dejar aquí, no
voy a ir a la escuela, ni siquiera estamos en exámenes así que…

Me tapo la boca con uno de sus brazos enyesados y yo seguí balbuceando contra este…

-Nada… tú te vas y yo me quedo aquí, saliendo de la escuela podrás venir a visitarme ¿De
acuerdo?- Su tono era demandante, por un momento realmente pareció mi papa.

-De acuerdo- Susurre.

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La tarde se nos paso muy rápido, le conté todo lo que me había pasado de ayer a hoy, evite
los pequeños detalles como “papa entonces Emmet me llevo corriendo por el bosque para
llegar a casa de los Cullen, donde Alice tuvo una visión en la que me iba a entregar a
Victoria” o “papa me bese con Anthony” creo que es mejor para su salud no saber de esas
cosas. Me conto lo que le habían dicho los doctores y sobre sus huesos rotos, los dos brazos
y las dos piernas. Me conto que Jake y Billy ya lo habían visitado y que el papa de Anthony
también.

-Te gusta ese chico ¿Verdad?- Sonrió maliciosamente.

-Papa, solo somos amigos- Me sonroje instantáneamente.

-Si claro Bella, y yo soy Mickey Mouse- Volvió a sonreír.

-Pues, a decir verdad, te pareces un poco eh Papa.- Reímos los dos al mismo tiempo.

Me despedí de él ya entrada la noche, necesitaba descansar un poco al igual que yo, hoy
había sido un día de demasiadas emociones.

Salí del hospital aun sintiéndome tranquila, sabía que Charlie estaría a salvo ahí, ya que a
Carlisle le tocaban los turnos nocturnos.

Todo el viaje de regreso fue en silencio, cada quien iba perdido en su mente, lo que iba a
pasar cuando llegara a casa de los Cullen me preocupaba. Me estresaba tener que estar
bajo el mismo techo que Edward, Tanya y todos los de Denalí. ¿Por qué estarían ellos ahí?
¿Qué era tan importante para que hayan venido todos? Estas preguntas me recordaron la
duda que tenia por la mañana… sabia que los Cullen me estaban ocultando algo… pero
¿Qué era?... tendría que preguntarle a Alice, tarde o temprano me tendría que decir, quiero
decir, estaría viviendo en su casa alrededor de una semana en lo que Charlie salía del
hospital- Me dio un escalofrió solo de imaginármelo- Tendría que decírmelo tarde o
temprano.

Aparcamos en el garaje de los Cullen, en medio de el volvo plateado y el Porche amarillo de


Alice, todas las luces de la casa estaban prendidas, por lo que pude deducir que aun
seguían todos juntos en la sala.

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Cuando bajamos de el Jeep de Emmet, Alice se fue caminando- O más bien danzando-
Hacia adentro de la casa mientras que Jazz y Emmet se ponían cada uno al lado mío.

-Pues bien Bella ya lo sabes- Dijo Emmet serio.

-¿Qué?- Pregunte dubitativamente.

-Anthony nos cae mal- Dijo Jazz en un gruñido.

No dije nada y seguí caminando. Haciendo el intento por reprimir una sonrisa, los dos se
veían tan lindos haciéndola de los hermanos celosos.

-No te hagas la desentendida- Murmuro Emmet con voz siniestra.

-No lo queremos cerca de ti- Dijo Jazz.

-Así que quedas avisada- Finalizo Emmet.

-Ok chicos, no sabía que les tenía que pedir permiso para salir con alguien, pensé que
Charlie estaba en el hospital, pero ya que tanto insisten, le pasare su mensaje- Sonreí.

-Si- Los dos gruñeron al unisonó.

Entre a la casa aun riendo para mis adentros, Jazz y Em eran como los hermanos mayores
que nunca tuve, era tan divertido verlos celosos, anqué supiera que solo había una razón
por la cual hacían eso, y esa razón estaba justamente sentado en la sala tomado de la mano
de su noviecita.

-Isabella querida- La voz de Esme hizo que desviara la mirada de Edward- Que bueno que
ya regresaste cariño… ¿Cómo esta Charlie? ¿Verdad que está bien?.

-Si Esme, va a estar bien- Sonreí débilmente.

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-Oh, qué bueno, te dije que todo iba a salir bien.- Sus brazos me rodearon y me dio un
suave beso en la mejilla.

-Si, tenias razón- Murmure suavemente.

-Bella querida, sube a dormir, estas ya mas muerta que viva…- Me susurro Esme al oído.

-Si Esme- Dije poniendo los ojos en blanco.

Subí las escaleras lentamente, mientras sentía algunas miradas clavadas en la espalda,
sabía que bien a quien pertenecían esos ojos… suspire pesadamente mientras arrastraba
los pies hacia el segundo piso, y de ahí al cuarto de Alice… entre y me deje caer sobre el
sofá…

Sabía bien que algo extraño estaba sucediendo, los Cullen me estaban ocultando algo…
pero ¿Qué era? ¿Qué podría ser?... ¿Por qué todos los de Denalí estaban aquí? ¿Qué iba a
pasar?....

Seguía ensimismada en mis pensamientos con los ojos cerrados cuando sentí que alguien
se sentaba a un lado mío…

-Bells- Dijo Alice con voz suave y tranquila- Ten tu pijama, cámbiate y te llevare a la nueva
habitación de invitados.- Rio suavemente.

-Si Alice.- La vi con expresión dubitativa por algunos minutos… sabia que este era el
momento perfecto para preguntarle qué era lo que estaba sucediendo… así que junte todas
mis fuerzas y abrí la boca.

-Oye Alice…- “Escúpelo ya idiota” me regañe mentalmente.

-¿Si dime Bella?- Me vio con ojos curiosos.

-¿Podría hablar contigo un momento?- Susurre.

109
-Claro, ¿De qué quieres hablar?.

-De algo importante- Musite- Pero podríamos hablar afuera en el rio, no quiero que
escuchen aquí.

Rio entre dientes.

-Claro que si tonta Bella vamos.

Diciendo esto me jalo del brazo y me arrastro por las escaleras, pasamos la cocina y
dejamos la casa, nos acercamos a la orilla del rio y ahí con sus andares de bailarina se sentó
en el césped y dio unas palmaditas a su lado para que también me sentara, así que la
obedecí. Era una noche muy linda, aunque estuviese nublada, el rio estaba iluminado por
la luz de la luna y se veía su reflejo, se escuchaban todos los sonidos de los animales, era un
lugar mágico, lo malo era que se avecinaba una tormenta, se podía sentir en el fuerte ulular
del viento.

-Ahora sí, dime ¿Qué es lo que quieres saber? –Sonrió con aquella sonrisa plateada que
tanto me deslumbraba y me saco de mi ensimismamiento.

-Alice… yo… este…-Empecé a tartamudear.

-Escúpelo ya Bella- Su tono era impaciente.

-¿Hay algo que me están ocultando verdad?- La mire de reojo- algo va a pasar y ustedes no
me quieren decir.

En ese instante se puso tensa y abrió los ojos como platos.

-¿Por qué piensas eso Bella?- susurro.

-Porque todos los de Denalí están aquí… y porque Tanya cada vez que me ve… en sus ojos
hay algo burlón… así que se que algo me están ocultando- Murmure suavemente.

110
Nos quedamos en silencio por algunos minutos. Alice siguió con su postura rígida viendo
en algún lugar lejano, sabía que esto debería de ser demasiado malo, ¿Por qué ella
reaccionaba de esa manera? ¿Qué estaba sucediendo?... no pude aguantar más la ansiedad
y termine rompiendo el silencio.

-Alice dime ya que sucede- Dije con voz ansiosa- Me estas poniendo nerviosa.

-Bella yo no soy la persona adecuada para darte esa noticia- Murmuro con los ojos aun
perdidos.

-¿Ah no? ¿Entonces quien?- Dije con una nota de enfado en la voz.

-Edward y tu tienen que hablar de eso.-musito.

-Alice dímelo tú, sabes bien que tu hermano no me va a contar nada- Rogué con un
puchero.

-No bella- Siguió seria- No puedo, esos son asuntos de Edward y de Tanya

-Por favor Alice, si me quieres realmente dime…. Por favor…- Mi voz se fue haciendo cada
vez más baja hasta que fue casi inaudible.

-No Bella, realmente no puedo.

Y diciendo esto se levanto rápidamente y camino a zancadas hacia la casa, su reacción me


impresiono. Alice nunca se había comportado de esa manera, algo estaba sucediendo…
pero ¿Qué era?.... ¿Que tenían que ver Tanya y Edward en todo esto? este pensamiento
hizo que me imaginase lo peor… sacudí la cabeza para quitarme aquellos pensamientos,
“calma bella, no puede ser tan grave” me tranquilice en mi fuero interno… aunque no sirvió
de mucho.

Me quede por algunos momentos más sentada ahí bajo la cobija de la luna, estrujándome
los sesos para encontrar alguna pista, pero lo único que conseguí fue que me doliera la
cabeza y que me doliera el pecho.

111
Me levante y camine lentamente hacia la casa, todos estaban en la sala, sentados
platicando. Pero en cuanto yo entre se callaron. Esto me hizo sospechar aun más. Pero no
dije nada, seguí mi camino y subí las escaleras, llegue al cuarto de Alice, tome la pijama y
me cambie… deje que mi mente vagara por los confines de mi existencia… recordando
meticulosamente los momentos en que fui feliz con Edward… al menos eso me
tranquilizaría un poco… por lo general cuando estaba triste o nerviosa empezaba a
recordar todos aquellos momentos que viví con él y eso me calmaba.

Cuando me cambie con la pijama azul obscuro que me había dado Alice que era un
pequeño shorcito y una blusa de seda subí rápidamente al tercer piso, donde
probablemente estaría la habitación de invitados.

En el pasillo de arriba había dos puertas, una enfrente de la otra, así que me decidí por la
de la izquierda. Abrí la puerta y entre silenciosamente, prendí las luces y me encontré en
una habitación completamente vacía… lo único que había en medio de esa gran habitación
era una gran caja blanca… parecía de esas cajas donde te entregan los vestidos de novias,
esta estaba abierta y se veía una tela color crema, sedosa… la curiosidad me lleno… ¿Qué
seria eso? ¿Por qué solo tendrían una habitación para esta caja? Justo cuando di un paso
para acercarme a la caja la puerta se abrió a mis espaldas y yo di un salto.

-Bella, la habitación de huéspedes es la de enfrente- Dijo Alice con la expresión seria.

-Oh, lo siento, me confundí.- Murmure con las mejillas rojas por la vergüenza.

-Así es…- Hizo un ademan con la mano para que saliera.

Camine lentamente hasta que me encontré del otro lado de la puerta, Alice la cerro con
llave y se fue. ¿Alice estaba enojada conmigo? ¿Qué había hecho ahora? Suspire
fuertemente y fui a abrir la habitación de huéspedes, al entrar me impresione, en medio de
esta había una cama matrimonial muy alta, todo tenía un delicado equilibrio… era de todos
los tipos de azules con destellos dorados… era muy bella.

Subí de un salto a la cama y me deje caer entre las almohadas… mi cuerpo me lo


agradeció… mis parpados me pesaban así que los cerré, me deje llevar en aquel duermevela
que tanto necesitaba… sabía bien que este misterio tenía que ver con Edward y con Tanya…
pero… porque, que sucedería…. Mi cabeza voló una vez más y caí en la inconsciencia…
soñando con los últimos días que estuve de novia con Edward… sabía que estos
sentimientos y estos recuerdos dejaban un sabor demasiado amargo en mí… pero valía la
pena… Edward era lo único que valía la pena en mi vida…, sabía que a la larga podría

112
superar el verlo a él y a Tanya juntos… lo sabia… aunque me costara mi alma y mi corazón,
su felicidad era más importante para mí que cualquier cosa que quisiera o necesitase.

Sabía que estaba llorando, en mis sueños podía sentir esa sensación de las lágrimas
cayendo por mis mejillas. Aunque no sabía el porqué…

Me desperté muy muy temprano por la mañana, tan temprano que al parecer todavía no
aclaraba afuera… me estire en la cama, intentando desperezarme. Me cambie con la ropa
que supongo Alice me había dejado ahí por la noche, me calce los zapatos y estuve lista en
un dos por tres.

Salí de mi habitación silenciosamente, pensaba en ir al cuarto de Alice a charlar con ella un


rato, no quería que nos enojáramos… ella era mi mejor amiga.

Llegue al cuarto de Alice, pero ella no se encontraba ahí, baje las escaleras pero tampoco se
encontraba en la sala ni en la cocina, ah decir verdad no se encontraban ninguno de los
Cullen. “lo más probable es que fueran a cazar” dije en mi fuero interno.

Fui y me senté en uno de los cómodos asientos de la sala… pensaba ver un poco la
televisión…. Pero unos papeles que estaban sobre la mesita de centro me llamaron la
atención…. Los tome entre mis manos y los leí con ojos curiosos.

“no…” di un grito ahogado dejándome caer sobre mis rodillas. Esto no me podía estar
pasando a mí….
Capítulo 12: "MuñEca De Trapo.."
Sentí el suave piso de mármol sobre mis rodillas, el oyó de mi pecho se desgarro
dolorosamente y las lagrimas salían a borbotones por mis ojos inundando mis mejillas y
dejando un sabor salado al pasar por mi boca, tuve que apoyarme también con las manos
porque sentía que en cualquier momento me iba a desmayar.

“Esto no puede estar pasándome… no por favor” me gritaba en mi fuero interno.

No podía estar en esa casa ni un minuto más, deje la “invitación” y todos los papeles que
esta tenia tirados por el piso, me pare rápidamente y tome las llaves del Porche de Alice
que estaban sobre la mesita. Salí pitando hacia el garaje.

113
Me subí al auto y salí a toda velocidad, sabía que tenía algunos minutos antes de que Alice
me viera y me intentara detener, así que acelere un poco más rápido.

Salí por el camino de terracería a 110 km/h y me dirigí hacia la ciudad. Ya empezaba a
aclarar afuera, aunque la ciudad seguía vacía o eso era lo que yo veía, ya que gracias a la
velocidad a la que iba todo se veía como manchones sin color, todo a blanco y negro, aparte
de que las lágrimas eran otro factor por el cual no se veía nada con claridad.

“Isabella Marie Swan eres la persona más estúpida que hay, ¿Cómo pudiste concebir
esperanzas otra vez?” me gritaba mi conciencia. Y era la verdad, había concebido
esperanzas inclusive antes de que sucediera algo de importancia. ¿Por qué Edward me
había hecho esto? ¿Por qué ayer se había portado tan caballeroso y tierno conmigo y hoy
me lastimaba de esa manera? Las lágrimas seguían cayendo mientras sentía que mi
corazón se iba partiendo lentamente en mil pedazos, haciendo el dolor aun más fuerte.

El velocímetro estaba ya en 180 km/h y subiendo, los sollozos salían por mi boca
privándome del aire para respirar, “¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué me sucedía esto?”.

Pase el letrero que decía “Bienvenido a Forks” a 200 km/h, no podía estar en este pueblo,
ni tampoco en la Push, tenía que salir de aquí, de cualquier cosa que pudiese tener su
esencia, aunque sabía perfectamente bien, que mas que las cosas yo misma era la que lo
invocaba a cada minuto que pasaba, puesto que aunque el ya no me amara yo sí, con cada
una de las células de mi cuerpo, con cada uno de los pedacitos que quedaban de mi
corazón, con cada una de las lagrimas que salían por mis ojos adoloridos, con toda mi
alma.

No sabía bien a donde me dirigía, ni era algo que realmente me importase demasiado, solo
sabía que el auto tenia tanque lleno, así que podía ir a donde quisiera.

El dolor en mi pecho se agrando una vez más, impidiendo respirar por completo, pero aun
así no me detuve, tenía que alejarme de ahí lo más pronto posible, sabía que Alice aun así
no me podría ver… porque no había tomado ninguna decisión de a donde irme. “Una
decisión espontanea” murmure en mi fuero interno.

Las imágenes de todo lo que había sucedido desde que lo conocí me inundaron la cabeza, el
primer día del claro, nuestro primer beso, la graduación, mi último cumpleaños, el día de
su regreso, aquella noche en la que estuvo en mi cuarto, ayer que me tuvo entre sus brazos
sin importarle el dolor que me estaba causando al darme otra vez esperanzas y luego
tirarme a la basura como una muñeca de trapo.

114
El aire se me fue por completo y las lagrimas por fin me nublaron por completo mis ojos,
me tenía que detener, así que me detuve en un mirador que daba hacia un sendero, todo
era verde… todo igual que en Forks… un planeta alienígena.

Baje del auto sin siquiera importarme en cerrar la puerta, corrí hasta donde mis piernas
pudieron y ahí me deje caer sobre mis rodillas.

-¡NO PORFAVOR!- grite con toda la fuerza que me quedaba en mis pulmones de por sí ya
agitados, mientras los sollozos salían de nuevo por mi boca.

Cerré los ojos una vez más dejando que las lagrimas saliesen, levante mi cara para que
diera al cielo, que por cierto estaba extrañamente limpio, sin rastros de nubes que
amenazasen con dejar salir las gotas de lluvia.

Me deje caer en aquel abismo negro en el que ya me era demasiado familiar, deje que mi
mente vagara en los más recónditos rincones de mi maldita existencia, dejándome caer así
en un estado de estupor que calmo un poco el dolor que sentía.

Los rayos de sol me daban en la cara, sabía que Alice no podría acercarse aquí ya que no
podía salir al sol sin causar un choque, “un lugar con sol, un lugar donde siempre haya sol”
me dije en mi fuero interno, intentado pensar en todos los lugares que hubiese soleados
para poder ir, no quería estar ni un momento más en Forks.

A mi mente regreso la imagen de aquella invitación color marfil con letras doradas y
negras, aquel maldito papel… ¿Cómo algo tan simple podía causar tanto dolor?... “el ya no
te ama… y nunca lo hará…” me dije en mi fuero interno.

-Se van a casar- Murmure suavemente mientras otras dos lagrimas gordas caían por mis
mejillas.

Las oleadas de dolor que me habían llegado antes no eran nada comparadas con las que me
llegaban en el momento en que pronuncie esas palabras, sentía como si por cada una de
esas letras mi corazón recibiera una descarga eléctrica.

El amor, las esperanzas, la vida, su sentido en si ya no tenían ningún tipo de significado


que realmente importara para mí. Sentía mi interior destrozado, sentía mi cuerpo sin vida.
115
No supe realmente cuanto tiempo estuve así, hincada y con la luz en la cara, tampoco era
que me importase demasiado, solo fui consciente que el sol cada que se iba poniendo más
alto, hasta quedar casi sobre mi…

Por fin abrí mis ojos, ya sin lágrimas pero aun así rojos e irritados de tanto llorar, aun
sentía que me faltaba aire pero sabía que tendría que salir de ahí antes de que fuera
demasiado tarde.

Me levante lentamente y subí al auto, arranque a toda velocidad y tome la carretera, no me


importaba a donde me dirigía… pero tenía que ser en algún lugar donde pudiera estar
alejada de los demás.

En sí, si Victoria me encontraba o no, si me mataba o me perdonaba ya no me interesaba


en lo más mínimo, una vez más… la vida había dejado de tener importancia para mí.

El velocímetro estaba de nuevo en 180 km/h y subiendo; nunca me había gustado


demasiado la velocidad, pero hoy la necesitaba.

Seguí conduciendo con el acelerador hasta el fondo. Mientras conducía una imagen
demasiado macabra me vino a la mente. Un arco lleno de flores blancas, debajo de este
Edward con un smoking negro, mi sonrisa preferida de lado dibujada en su cara y sus ojos
chispeantes de alegría… a su lado… Tanya con su vestido dorado de seda y su sonrisa
burlona… este pensamiento hizo que me estremeciera…lo sabia… o era idiota o era
masoquista para poder imaginarme eso…, pero, ¿Qué era lo peor que podía pasar?
¿Lastimarme más?.... me parece que eso era física y mentalmente imposible.

Algo comenzó a vibrar en el bolsillo de mis pantalones sacándome así de mis


pensamientos, era mi celular… no recordaba el haberlo traído conmigo. Lo saque y vi que
en la pantalla decía Alice, no conteste… sabia que esto era un error, que lo más probable es
que mi vida estuviese en peligro porque no tenía a nadie quien me protegiese de Victoria…
pero para mí eso ya no tenía importancia, así que avente mi celular al asiento del copiloto y
deje de prestarle atención, aunque sabía que este no dejaría de vibrar en un buen rato.

Conduje a toda velocidad por la carretera, pensaba en ir a Seattle pero sabía bien que ahí
Carlisle –Que lo más probable es que ya estuviese informado de mi huida- Me detendría.

116
Pase de largo Seattle a toda velocidad y seguí manejando, intentando sacar a mi mente del
ensimismamiento y estado de sopor en el que se encontraba.

“se van a casar…. Se van a casar… y no hay nada que puedas hacer al respecto IDIOTA!!!”
me repetía todo el tiempo en mi mente… aunque sabía lo que estas palabras significaban
no las podía entender… no me podía imaginar a Edward, mi Edward “no idiota ya no es
tuyo”-Me susurre mentalmente- Casado con Tanya.

Otra oleada de dolor me recorrió el cuerpo, aunque ya me comenzaba a acostumbrar a la


extraña sensación de vacío con dolor que tenía en mi pecho.

Seguía conduciendo, la flechita del velocímetro ya tocaba el lado derecho, pero seguía sin
importarme. El sol cada vez se ponía más alto, según mis dudosas cuentas ya eran pasadas
del medio día. Pero eso aun seguía sin importarme.

A mi mente se vino la imagen de Charlie en la cama de hospital, sabía bien que si Victoria
acababa conmigo todo sería más fácil para todas las personas que me rodeaban… esa idea
nadie me la podría sacar de la cabeza “todos estarían mejor… mucho mejor…” me decía
una y otra vez en mi fuero interno intentando memorizar aquellas palabras.

Conduje hacia el rumbo de Phoenix… no importándome que el viaje fuera de tres días…
aunque la última vez que había ido solo había sido de uno… una sensación de Deja vu me
lleno el cuerpo, esto era como la vez que iba huyendo de James y Victoria… cuando iba con
Alice y Jazz en el Mercedes de Carlisle. Gracias a dios Reneé se había quedado con la casa
después de mudarse a Jacksonville, según ella era una “excelente inversión”

Las palabras de Edward se me vinieron a la mente “ahora tu eres mi vida… mi vida… mi


vida…” y ahí se quedaron flotando por un buen rato. Llego la tarde, y con ella el crepúsculo
que se ponía frente a mí.

Sabía que podría quedarme en la casa de mi madre sin problema alguno, traía un juego de
llaves… así que podría llegar… estaría ahí uno o dos días hasta que estuviera lo
suficientemente lista para regresar y enfrentarme a mi maldito destino, “si es que
regresaba” murmure en mi fuero interno.

De haber podido hubiese acelerado mas, pero la flecha ya estaba en el tope, jamás había
ido a esta velocidad, pero sabía que entre más alejada de Forks estuviera más seguras
estarían todas las personas a las que amo.

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Deje que mi mente se metiera de nuevo en aquel estado de catatonia en el que me sentía un
poco más segura…, pensé en mi vida antes y después de haber conocido a Edward Cullen, y
en todo lo que esto me traería. ¿Cómo pude caer en esto? ¿La vida realmente me odiaba
tanto?, el dolor del pecho se incremento hasta casi dejarme sin aliento, mientras seguía
perdida en los confines de mi existencia. Seguí conduciendo hasta que empecé a tener
sueño… pero para ese entonces como por arte de magia ya me encontraba en las afueras de
Phoenix… al darme cuenta de esto me impresione, tendría que haber conducido a casi el
triple del límite de velocidad para poder llegar en un solo día a Phoenix.

Dure veinte minutos más en cruzar la ciudad y llegar a mi casa, aparque el auto en el
garaje, tome mi celular del asiento del copiloto y me baje a trompicones del auto, con la
espalda dormida y los ojos casi cerrándose del sueño.

Abrí la puerta con la llave que estaba debajo del alero y la cerré detrás de mí, la casa estaba
a obscuras, pero la luz de la luna se colaba por la ventana.

Subí casi dormida a mi habitación, y me deje caer sobre mi cama, gire un poco mi cabeza
para poder ver hacia la ventana. Luna Nueva. Temblé aunque no tuviera frio.

Y ahí fue cuando me deje ir en los brazos de Morfeo, esa noche no soñé con nada… estaba
demasiado cansada y demasiado adolorida como para poder tener pesadillas. Solo dormí
con aquella extraña sensación que ya se hacia un poco más familiar, la sensación de que me
faltaba algo en mi pecho, el dolor que sentía, y el vacio que añoraba llenar.

Abrí mis ojos al día siguiente, la potente luz del sol entraba por mi ventana traspasando las
cortinas, había dormido horas pero para mí parecían segundos, tenía miedo de despertar
porque sabía que hoy me tendría que enfrentar con la realidad que gritaba mi nombre, el
dolor en mi pecho aun no se iba, y mis ojos ya no eran capaces de dejar salir a las lagrimas,
parecía como si estos se hubiesen secado por completo.

Me estire en mi cama, aun adolorida de la espalda, pero más dolor me causaba el agujero
imaginario en mi pecho. Me levante intentando despabilarme así que fui al baño y me moje
la cara para así salirme de mi estado de ensoñación.

Por primera vez desde hace algunos días me veía en el espejo, me veía realmente diferente.
Mi cara ya no tenía ni una chispa de vida, parecía un zombi… pero eso no me impresiono,
es decir, ¿Cómo esperaba estar después de que mi vida había dejado de tener sentido?

118
¿Feliz, alegre y cantando canciones de un musical?.... no…. Eso nunca iba a suceder, la
alegría se había esfumado de mi vida.

Me agarre el pelo con una coleta y suspire dándome el último vistazo en el espejo antes de
salir del baño y regresar a mi habitación. Tome mi celular y vi “¡¿432 LLAMAS
PERDIDAS?!” grite en mi fuero interno. Alice realmente tendría que estar preocupada. Así
que junte todo mi valor y marque su número, sabía que era lo que me esperaba al otro lado
de la línea, así que respire profundamente. El teléfono no sonó ni dos veces cuando
contesto.

-“Isabella Marie Swan, ¿Dónde estás?”- grito literalmente por el teléfono.

-Calma Alice, estoy bien… no te preocupes- Murmure lo mas suavemente posible.

-“¿Qué no me preocupe? ¡¿Qué no me preocupe?! Bella si no fuera porque soy inmortal ya


me hubiese dado un infarto, Esme está casi muerta porque no sabe donde estas, yo he
intentado ver en tu futuro pero no había podido porque a ti no se te había ocurrido un
lugar a donde ir, Jazz y Em han salido a buscar tu rastro desde ayer por la mañana, Edward
esta como loco…”- gritaba cada vez mas alto, pero cuando pronuncio su nombre la tuve que
parar.

-Basta Alice- Dije con mi tono de voz demandante- Discúlpame por haberlos preocupado
de esa manera ¿De acuerdo?, pero estoy bien… así que ya basta- Chille.

-“Bella-suspiro un poco más calmada- casi muero del susto, ¿Por qué te fuiste? ¿Qué
sucedió? ¿Dónde estás?”- si hubiese podido llorar, lo estaría haciendo.

-Lo siento Alice, estoy en Phoenix, en casa de mi madre… pero por favor no le digas a nadie
en donde me encuentro- “y mucho menos a tu hermano” grite en mi fuero interno- no
quiero que nadie lo sepa.

-“bien, por la tarde estaré por ahí”- Musito con su voz de soprano.

-Está bien Alice- Susurre.

119
-“Por favor no te muevas de ahí hasta que yo llegue ¿De acuerdo?”- su voz sonaba con un
matiz de alivio y de enojo a la vez.

-De acuerdo- Murmure.

-“nos veremos en un rato, adiós Bella”- Murmuro y colgó.

Di un largo suspiro después de colgar el teléfono, “perfecto ahora el duendecito va a venir


por mi” gruñí en mi fuero interno.

De todos modos ¿Qué era lo peor que podía suceder?, Edward y Tanya se iban a casar, yo
saldría de sus vidas, y todo volvería a ser como si él jamás hubiese existido… otra oleada de
dolor me llego al pecho y me deje caer sobre la cama, cerrando mis ojos para volver a
perderme en aquel abismo negro que tanto gritaba por mí, por desgracia, eso fue
imposible.

Las oleadas de dolor seguían yendo y viniendo sin dejarme en paz ni un solo minuto. Cada
vez me iba acostumbrando mas a el dolor que sentía, porque sabía que este no se iba a
quitar en toda mi vida.

“será como si nunca hubiese existido”. La aterciopelada voz de Edward volvió a sonar en el
fondo de mi cabeza, me tape con una almohada intentando desaparecer ese pensamiento.
Sabía que tenía que encontrar alguna actividad para despejarme la mente de ese
sufrimiento. Lo sabía.

Me pare de la cama y baje pitando a la cocina, rezando porque René hubiese dejado alguna
comida enlatada en la alacena, ya que yo no llevaba ni un solo centavo.

Para mi suerte había dejado algunas latas de Atún y galletas, las debió de haber dejado la
última vez que estuvo ahí, porque no parecía que tuviesen mucho tiempo. Las abrí, saque
un plato de los estantes, me lo serví y lo empecé a comer. Mi estomago me lo agradeció.

Mientras comía el atún me di cuenta de que esto que acababa de suceder ya lo sabía desde
hace tiempo, solo que no quería aceptarlo. Sabía que Edward terminaría haciendo una vida
sin mí, junto a Tanya, pero la razón por la cual nunca me obligue a aceptarlo fue porque
jamás lo había visto, ósea, jamás había estado tan cerca de esa situación, por lo cual no me
había afectado tanto.

120
Muy en el fondo también sabía que a la larga lo terminaría aceptando, o más que
aceptando terminaría por seguir viendo, aunque eso fuera el esfuerzo más grande que
alguna vez tuve que hacer…, lo tendría que hacer por Charlie y por Jake, por Ang y por
Jess, por Anthony… y en fin… por todas las personas que me rodeaban… tendría que
sobrevivir con los lindos recuerdos que me quedaban de aquellos primeros días de marzo…
de aquellos meses hasta septiembre… porque si eso era lo único lindo que me quedaba de
el… lo aceptaría sin chistar… era mejor tener algo a no tener nada y hacer como si nunca
hubiese existido.

Lo único que esperaba era que Tanya lo pudiese hacer realmente feliz… eso era lo único a
lo que le ponía esperanzas.

Sabía que Edward se merecía lo mejor, y sabia que yo no era la persona correcta para
dárselo.

Termine de comer mi atún y lave mi plato, subí corriendo las escaleras y fui directo a mi
cuarto, lo que más ansiaba en este momento era darme un baño, así que saque de mi closet
la ropa que no me pude llevar a Forks ya que era demasiado abierta y casi no cubría nada.
Saque unos shorts blancos y una blusa de tirantes color azul claro, fui al baño donde
gracias a dios estaba mi shampoo en el neceser y tome una agradable ducha con agua
caliente.

Mientras las gotas de agua caliente golpeaban contra mi espalda y mi cuello recordé todos
los momentos felices que había pasado con Edward, aunque sabía que esto era masoquista,
era lo único que podía calmar mis nervios. Recordé mi primer beso con él, jamás pensé que
un beso pudiese ser así… porque al fin y al cabo un beso es solo un beso, depende de la
pasión que cada uno le ponga… pero en ese beso hubo más que pura y simple pasión, fue
como si para mí algo hubiese hecho clic en mi vida y de un momento a otro todo se hubiese
puesto en el lugar correspondiente. Recordé aquel día que desperté en el hospital y al
primer rostro que vi fue el de aquel lindo ángel que estaba junto a mi cama. Deje escapar
un suspiro bajo… todos esos recuerdos hicieron que una leve sonrisa se dibujara en mi
cara. Eran los mejores recuerdos y las mejores experiencias que había tenido en mi vida… y
por mucha iban a ser las últimas.

Salí de bañarme y me vestí… aquí gracias a dios hacía calor, ni loca me hubiese puesto esto
si aun siguiera en Forks.

121
Salí de el baño y fui a mi cuarto, aun seguía como lo recordaba, mi cama pegada a la
ventana, el escritorio y el closet de pino, las paredes pintadas de morado…. Era igual a
como lo había dejado.

Me deje caer sobre la cama y me acurruque para poder dormir un poco más, el dolor en mi
pecho se había vuelto más soportable, aunque no del todo, seguía estremeciéndome la
manera en la que se había abierto.

Los ojos empezaron a entrecerrárseme y me deje caer en un estado de duermevela muy


tranquilo, soñando con todas las cosas lindas que Edward y yo habíamos pasado.

Abrí los ojos algunas horas después, afuera el crepúsculo ya estaba poniéndose. Suspire.
Alice no tardaría en llegar.

Me levante y fui al baño, al mirarme al espejo vi que mi pelo estaba hecho una maraña, así
que lo recogí con una simple y sencilla cola de caballo. Un recuerdo se me vino a la mente.

“Tu pelo es una maraña, pero me gusta” Dijo con aquella aterciopelada voz que tanto me
gustaba.

“Humm… me darías otro minuto humano?” pregunte avergonzada.

“Claro” Sonrió y mostro su hilera de blancos dientes.

Sacudí la cabeza un par de veces para quitarme aquel recuerdo, de la primera noche que él
se había quedado conmigo. Suspire una vez más… realmente era la persona más
masoquista que existía.

Escuche el ronroneo de un auto afuera, el sonido me tomo desprevenida y salte del susto.
Baje pitando las escaleras y abrí la puerta, lo más probable es que Alice hubiese venido en
avión y aquí hubiese rentado un auto. Aun con Alice en el volante era humanamente
imposible que hubiese llegado tan rápido.

Abrí la puerta y el auto que se estacionaba afuera de mi casa me dejo pasmada. Era un
volvo, idéntico al de Edward, pero en rojo obscuro, no se veía quien venía ya que los vidrios
estaban completamente polarizados, pero era Alice, lo sabía, aunque mi corazón me daba

122
la pequeña sensación de que podía ser otra persona. Sacudí la cabeza para quitarme esa
idea.

Me quede ahí parada en la puerta de la casa esperando a que mi visita bajara del auto. Y así
lo hizo, ahí con sus andares de bailarina estaba Alice bajando del auto, pero su expresión
tenía algo extraño.

¿Era tristeza? No.

¿Era enojo? Podría ser.

¿Alice estaba avergonzada? Si.

En sus ojos se podía ver eso, si hubiese podido sonrojarse lo hubiese hecho, aunque no
entendía el porqué.

Me saludo con un gesto de la mano mientras que cerraba la puerta. Pero de la puerta del
copiloto salió otra persona. Toda la calma que tenía se vino abajo e ipso facto me
petrifique.

-Edward- Murmure y todo se me vino abajo.


Capítulo 13: "Felicidades Por Tu Boda...!"
“Voy a matar a Alice” grite en mi fuero interno, esto no me podía estar sucediendo, ¿Por
qué a mí? De todos los integrantes de la familia Cullen porque el tenía que haber venido, se
lo dije a Alice, se lo dije maldita sea!!!...

Alice corrió hacia mi y me dio un fuerte abrazo.

-Bella- Chillo dando saltitos- Me has metido el peor susto de mi existencia!!!...- Diciendo
esto me volvió a abrazar pero pego su boca a mi oído, su frio aliento me dio escalofríos- Lo
siento mucho Bella, escucho nuestra llamada, y me amenazo, de que si no lo dejaba venir
conmigo, el vendría a la fuerza- Su tono tomo un tono de enojo- Enserio que lo intente… lo
siento.

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Se separo un poco de mi pero aun tenía sus manos en mis hombros, tomándome como a
una niña pequeña. Sus ojos escrutaban mi cara en busca de alguna señal que pudiese decir
que era lo que estaba pensando, pero yo solo me limite a asentir con la cabeza.

¿Por qué Edward hacia esto? ¿Qué ganaba con venir? ¿Quería verme sufrir más? ¿Acaso
era tan masoquista? Estas y mil preguntas se metieron en mi cabeza en menos de un
segundo, sabía que había venido por alguna razón, pero no la encontraba. El ya tenía a
Tanya, ¿Qué mas quería de mi?...., un escalofrió gigante recorrió todo mi cuerpo al sentir la
mirada de Edward clavada en mi rostro, y en ese momento hasta la última de mis
terminaciones nerviosas se pusieron alerta.

Seguía inmersa en mis pensamientos hasta que la vocecita chillona de Alice me saco del
ensimismamiento.

-Bella, entremos…- Me jalo de un brazo y yo la seguí mecánicamente, aun con las sobras
del escalofrío que me había dado.

Entramos y Alice y yo nos sentamos en un silloncito de la sala, Edward se sentó en el sillón


individual frente a nosotras. A pesar de tenerlo frente a mí no me atreví a levantar la
mirada, sabía que en cuanto me encontrara con aquellos ojos color caramelo me perdería
en ellos y mi fuerza se haría polvo, no me podía dar el lujo de hacer eso, aunque lo desease
con toda el alma. Tenía que dejar a Edward tener su propia vida, el no podía estar siempre
con la humana…. El tenía que ser libre y feliz y yo se lo estaba impidiendo…. “eres una
cobarde….” Gritaba una vocecita en el fondo de mi cabeza.

La sala estaba en silencio, un silencio incomodo. Se podía casi cortar la tención que había
con un cuchillo. Pero dadas las circunstancias yo tendría que ser la primera en hablar,
quiero decir, yo fui la que salió huyendo primero.

-Yo – Tome aire lentamente- Lo siento mucho, si los preocupe- Dije con la mirada aun
clavada en mis manos entrelazadas y el dolor de mi pecho se hacia un poco más agudo.

-No importa Bella, - Dijo Alice con vos cálida- Lo importante es que estas bien y nada te
sucedió, y ahora…- Dudo un poco pero por fin pregunto- ¿Nos podrías explicar el porqué
huiste?.

Ipso facto me congele, no podía decirles el porqué de mi huida, eso solo haría que Edward
se sintiera mas culpable y que yo siguiese arruinando su vida, como esperaban que les

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dijera “Alice, Edward me fui porque me entere de que el amor de mi vida se va a casar con
una maldita vampiresa que por cierto, me odia…!!!!” era algo que no se podía explicar con
palabras. Y tampoco yo quería hablar respecto al tema.

-Bien Bella- La voz de Alice empezaba a dejar al aire su curiosidad- Estamos esperando.

-Fue por… una situación… que me tomo por sorpresa- En ese momento me atreví a
levantar la vista hacia Alice- Pero estoy intentado superarlo.

Edward frente a mi soltó un bufido casi inaudible, y yo volví a bajar la mirada, esta
situación hizo que el agujero en mi pecho se tensara una vez más, pero este dolor se iba
haciendo cada vez más familiar, de todos modos sabía perfectamente que me tendría que
acostumbrar… dudo que se pudiese quitar con el tiempo…

-¿No quieres hablar del tema?- Pregunto Alice con voz amable.

-No, la verdad es que no- Murmure mientras una gota de sudor surcaba mi nuca.

-Ok- Alice tomo mi cara entre sus manos y me obligo a verla- Bella no te voy a obligar si no
quieres- Sonrió cálidamente- Por cierto, René ha marcado como loca al hospital, quiere
hablar contigo. Carlisle le dijo que tú estabas con Esme y conmigo en Los Ángeles
acompañándonos, porque no te podías quedar sola en casa… así que no te preocupes
podemos quedarnos aquí algunos días si quieres- Volvió a sonreír pero esa alegría no le
llego a los ojos.

Al escuchar esto mi corazón destrozado dio un brinco, Reneé, tenía que hablar con ella, se
me había pasado por completo esto. También necesitaba hablar con Jake… recordé la
última vez que lo vi y pareció que había sido hace años… en vez que hace una corta
semana… esto me dio un poco de esperanzas.

-Alice, ¿Puedo llamar a Reneé y a Jake?- Pregunte con un poco de brillo en los ojos.

Edward frente a mi soltó un gruñido y cerro la mandíbula audiblemente ¿Qué demonios le


sucedía? ¿Ahora porque estaba enojado? Por primera vez me atreví a mirarlo, sus ojos se
oscurecieron al instante, en ellos había un dejo de ira, pero ¿Por qué? Sabía bien que Jake
nunca le había caído bien. Pero esa no era una razón para comportarse de esa manera.

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Independientemente de el enojo que me embargo al ver su expresión, me di cuenta de que
en el momento en que lo mire directamente a los ojos todo mi cuerpo pareció relajarse, era
como si el tuviese algún don extraño sobre mi… parecía como si todo el mundo alrededor
desapareciese y quedáramos solo el y yo en alguna clase de burbuja… me perdí de nuevo en
su mirada… y presentía que él hacía lo mismo… lo mire detenidamente, sus facciones, sus
labios… todo… otro escalofrió me recorrió el cuerpo al darme cuenta de lo que estaba
sucediendo. No sabía cuánto tiempo había estado observándolo. Pudieron haber sido
segundos, o horas… la verdad es que eso no tenia demasiada relevancia. “Idiota!!!... deja de
mirarlo… parece que tienes retraso!!!” me gritaba una vocecita demasiado lejana en el
fondo de mi cabeza. Que cada vez se fue haciendo más fuerte hasta que por fin logro
sacarme del ensimismamiento en el que estaba.

Sacudí la cabeza un par de veces para quitarme del todo el hechizo de su mirada, y gire mi
cabeza para ver a Alice que intercambiaba miradas entre Edward y yo… parecía demasiado
extrañada. Pero una vez más… no era algo que me importase demasiado.

-Si Bella- Dijo dubitativamente- Llámales, mientras Edward y yo iremos por las maletas al
auto.

Salte del sillón y subí las escaleras corriendo, por más extraño que pareciese sentía como si
volara, esa mirada que habíamos cruzado Edward y yo había hecho que sintiera un poco de
vida de nuevo en el cuerpo “Estas volviendo a concebir esperanzas IDIOTA!!!”.

Sacudí la cabeza ante ese pensamiento, esperanzas… esperanzas… no… ya no… ni una sola
vez mas… tenía que librarme de esto a como diese lugar… me estaba lastimando a mi
misma y estaba lastimando a Edward…- Al pensar en esto el dolor en mi pecho se hizo un
poco mas fuerte- Así que por esa razón tendría que dejarlo… ya.

Con estos pensamientos llegue a mi cuarto ausente. En mi buro estaba mi celular. Dude un
poco en tomarlo ya que sabía perfectamente que me esperaría una charla demasiado larga
con mi madre respecto a todo lo que había sucedido… y la verdad no sabía si estaba de
humor para aguantar que me estuviese repitiendo todo una y otra vez. Suspire lentamente
y marque el número de la casa de René en Jacksonville, tenía que marcarle. Al fin y al cabo
era mi madre.

El teléfono sonó tres veces y una linda voz contesto el teléfono.

-¿Si diga?

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-¿Mama? Soy yo Bella- Dije cautelosamente.

-Isabella Marie Swan, por fin llamas a la pobre de tu madre, hija no sabes lo preocupada
que he estado por todo lo que ha sucedido con el pobre de Charlie y tu ni una llamada me
habías hecho… ¿Qué piensas?... ok, ok… olvida lo que dije… ¿Cómo estás? ¿Cómo te has
sentido? ¿Estas en Los Ángeles cierto? ¿Cómo te la estas pasando?- dijo todo tan rápido
que no tomo ni un solo respiro, jamás pensé que hubiese una persona que pudiese aventar
tanta cantidad de palabras sin respirar, pero parece que ya la había encontrado.

-Calma mama, respira. Estoy bien…, la estoy pasando fenomenal aquí en Los Ángeles,
aunque extraño a Charlie… pero regresa a Forks en un par de días.- Dije poniendo los ojos
en blanco.

-Oh querida- Reneé comenzó a sollozar- Pobre de ti y de todo lo que está pasando… en
cuanto llegues a Forks iré contigo… no quiero dejarte sola.

Un espasmo recorrió mi cuerpo completo, Reneé no podía ir a Forks, sería ponerla en


peligro… no… no podía permitir eso. El simple hecho de saber que Victoria estaría cerca de
la indefensa de mi madre me puso los nervios de punta.

-Ah, no mama no te preocupes, Carlisle dice que Charlie estará fuera del hospital en
algunos días, así que no hay la razón por la cual vayas hasta Forks, todo estará bien-
Intente sonar lo más alegre y despreocupada del mundo, no quería a Reneé en Forks.

-¿Estas segura hija?- pregunto dubitativamente.

-Si mama no te preocupes- Mentí de nuevo pero con más naturalidad que nunca, esto de
mentir se me estaba empezando a dar bien.

-Prométeme que si necesitas algo no dudaras en llamarme y estaré ahí más rápido que un
rayo.- dijo con voz tierna.

-Te lo prometo mama- Murmure.

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Después de una exhaustiva plática de treinta minutos con Reneé en la que me obligo a
contarle casí todos los detalles de lo que había sucedido últimamente por fin pude colgar. A
veces mi madre podía ser tan exagerada.

Tome el celular una vez más, buscando el teléfono celular de Jake… pero justo antes de que
me pudiese meter a la agenda de mi móvil Alice entro en mi cuarto con sus andares de
Bailarina y su sonrisa plateada, se sentó a un lado de mí en la cama.

-Bella- Dijo quitándome el celular de la mano- Vamos a cenar. Mañana podrás llamar a
Jake. De todos modos Carlisle ha estado en contacto con toda la manada. Así que no te
preocupes todos están enterados de todo lo que ha sucedido.

Sus palabras me dejaron con la boca abierta. Vampiros y licántropos. Licántropos y


vampiros. Juntos. Esto no podía estar sucediendo.

-Ja Ja Bells respira- Dijo Alice pasando una mano por enfrente de mis ojos- Aunque no nos
gusten los chuchos- dijo con un tono despectivo- ellos te quieren, y nos han servido para
cazar a Victoria. Créeme no le queda mucho tiempo teniendo a los licántropos de nuestro
lado- Sonrió con seguridad.

-¿Ellos están con... ustedes? Ósea, ellos los están ayudando- Dije sin aire.

-Si, pero no te preocupes por eso, ya habrá tiempo para hablar del tema- me toco la
mejilla- Ahora vamos a cenar.

-Está bien- Murmure aun perdida en mi mente.

-Respira tonta Bella- Volvió a reír- Oye ¿Quieres salir hoy?.

Ok.. ahora si Alice se había vuelto completamente loca… ya era demasiado tarde... eran las
¡¿8:35 pm?!... era muy temprano.

Alice debió de ver mi expresión de incredulidad y puso su cara de borreguito degollado a


medio morir, como odiaba esa maldita cara.

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-Si Bells, por favor, vamos a salir- Puso un puchero- Por favor, por favor, por favor hazlo
por mí… te prometo no ponerte tacones y que estaremos aquí para antes de las 12 pero por
favor… quiero conocer algo de Phoenix por favor…!!!

-Alice estas completamente loca, no voy a salir hoy… no ves que no tengo ropa, aparte de
que soy un peligro andante para caminar por las calles de Phoenix y por ultimo no creo que
a Edward le guste demasiado la idea…. Y un bono extra estoy demasiado incomoda en esta
situación- Dije casi gritando.

-Bella, Bella, Tonta Bella- Dijo sonriendo- Ropa traigo yo… no te pienso poner tacones,
vamos a salir para que se te despeje un poco la mente, Edward ya acepto en ir porque el
también quiere salir y por ultimo yo sé que esto es incomodo pero te terminaras
acostumbrando por favor- Junto sus manos y puso un puchero… “Como odio a Alice
Cullen”.

-Está bien, está bien… pero antes de las 12 quiero estar aquí- Entrecerré un poco los ojos
con enojo.

-¡Yuppy!- Empezó a dar saltitos por todo el cuarto y a aplaudir.

-Impresionante- Murmure con los ojos clavados en el duende que saltaba- Como algo tan
pequeño puede ser tan nefasto.

-Es un talento natural- Me saco la lengua divertida.

-Bien… empecemos… antes de que me arrepienta.- Dije con un gesto dramático.

Alice bajo las escaleras y subió de nuevo en menos de un minuto con 3 maletas y una caja
inmensa de maquillaje. Suspire esto realmente iba a ser una tortura.

Mientras Alice me arreglaba- O más bien me torturaba- mi mente divago… sabía


perfectamente que esto era lo que necesitaba, salir y despejarme, conocer gente nueva y
intentar sacarme a Edward Cullen de la mente, pero por desgracia no podía, y no es porque
no pudiese lograrlo… sino porque no quería… sabia que esta era una actitud demasiado
sadomasoquista de mi parte… y que al final cuando el se fuera y se casara iba a pagar las
consecuencias muy, muy caras… pero como ya lo había pensado antes… preferiría sufrir
por todo lo que restaba de mi maldita existencia a olvidar siquiera algún detalle de la

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existencia de Edward en mi vida. Sabía que era una actitud estúpida de mi parte, que al fin
y al cabo la única lastimada en la situación sería yo… pero una vez más… no me importaba.
Aparte de que estaba el hecho de que yo tendría que seguir con mi maldita y desastrosa
vida… sabía que si no lo hacía terminaría lastimando a Edward, por no poder superarlo, así
que lo tendría que hacer aunque sintiese que una parte de mi alma se quedara con
el…Edward Cullen jamás podría ser otra cosa que el más puro y simple amor de mi total
existencia. Nadie podría tomar su lugar.

Y ahí, entre fijador y maquillaje lo prometí, prometí que aunque me doliera tendría que
seguir adelante con alguien… con alguien que no fuera Edward… y que lo tendría que
empezar a hacer desde ahorita, a mi mente vino la imagen de Anthony, el perfecto clon de
Edward. Este pensamiento hizo que me diera escalofríos. Era demasiado difícil imaginarse
una vida sin Edward, imaginarme con Anthony era mucho peor, el era un buen chico y
todo, pero era demasiado parecido a Edward y eso sería un recordatorio no solo físico sino
también mental de que Edward algún día existió. Aunque sabía que con el tiempo por lo
físico me vería diferente, renovada o como lo pudiese llamar, por dentro cada sentimiento,
cada célula, cada latido de mi corazón serian de el… y eso nunca nadie lo cambiaria.

-Bella estas lista- Chillo Alice limpiándose una lágrima imaginaria de su cara con gesto
dramático.

Yo todavía seguía ensimismada en los más oscuros recovecos de mi mente cuando me vi en


el espejo. La imagen que vi me regreso a la realidad.

-Marie Alice Brandon Cullen- Grite con furia- No pienso utilizar esto…. Mejor
desnúdame… creo que eso taparía mas- Dije con sarcasmo.

-Oh vamos Bella, aquí hace calor y te ves bellísima,- su mirada y su voz se tornaron más
siniestras- Aparte, no te vas a cambiar… inténtalo si quieres pero te aseguro que saldrás
vestida de esta casa así.

“¿Por qué había aceptado salir? ¿Por qué? ¿Por qué?” mientras me preguntaba esto me
pateaba mentalmente al ver mi reflejo en el espejo. Era yo… pero diferente. Tenía el pelo
rizado en cascada hasta la cintura. Tenía un top estrapless negro con un listón rojo bajo el
busto que terminaba con un moño rojo en la espalda, tenía unos shorts negros que me
quedaban más cortos que mi propia ropa interior y se podían apreciar mis piernas blancas
y mi trasero realmente bien. Mi simple imagen hizo que me pusiera roja. Sabía que no
podría cambiarme de ropa, a menos que quisiera morir en manos de Alice. “Maldita Alice
Cullen te odio!!!” grite internamente. Lo único que me podía calmar era que no llevaría
tacones. En lugar de eso traía unas zapatillas rojas, como de satín que eran de piso. Mis
ojos estaban delineados por afuera y por dentro con delineador negro… y las pestañas se

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veían demasiado espesas, así que mi mirada se veía más profunda que nada, mis labios
rojos por mordérmelos tanto tenían un sutil brillo. En otra ocasión podría decir que si me
veía bien. Pero ahorita era algo que realmente no me importaba.

Suspire pesadamente antes de girarme a Alice.

-Listo…- Gruñí- Ahora ¿Nos podríamos ir? Tengo mucha hambre- Mi estomago gruño al
mismo tiempo.

-Claro- Sonrió malévolamente- Vamos Edward nos espera abajo.

Respire profundamente varias veces para no hiperventilar mientras bajaba las escaleras,
¿Por qué demonios me había metido en esto? Yo no debería de salir así vestida y menos en
el estado de depresión en el que me encontraba en estos momentos “Bravo Isabella Marie
Swan solo a ti se te ocurre!!!..” mi conciencia me pateaba internamente mientras gritaba
esto.

Llegamos abajo y las luces de la casa estaban apagadas, pero la luz de la luna se filtraba por
la ventana, ahí estaba Edward sentado en uno de los sillones, su belleza resaltaba gracias a
la luz que se colaba por la ventana, tenía una camisa negra, abierta de los primeros dos
botones y las mangas dobladas hasta la mitad de su antebrazo, estaba desfajado, y llevaba
unos pantalones medio sueltos de mezclilla, me deslumbre al instante. No podía quitarle la
mirada de encima. “deja de verlo así idiota!!!...” me grite internamente.

Sacudí la cabeza y fije mi mirada en Alice que miraba a Edward divertida y Edward a su vez
me miraba a mí con los ojos abiertos como platos. Su boca estaba en una línea. Eso solo
podía decir una cosa. Problemas.

-Ella no va a salir vestida así- Gruño con voz siniestra.

-Hermanito- dijo Alice con sarcasmo y enojo- va a salir así porque yo lo digo, ¿Alguna
duda?- Dijo entre dientes.

Edward se tomo el puente de la nariz con dos de sus dedos de la mano izquierda, respiro
profundamente y abrió los ojos.

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-Vámonos- Gruño.

Salimos de la casa y nos subimos en el volvo, yo atrás y Alice y Edward adelante. Nadie dijo
ni una sola palabra en todo el camino… solo se podía sentir la tensión que Edward
emanaba de sí mismo. ¿Por qué se había puesto así? No tenía derecho a decirme que era y
que no era lo que yo me podía poner… es decir… si a esas vamos yo le diría que es un
pecado andante… y no lo dejaría salir de su casa. El no tenía derecho alguno en decidir
nada en mi vida. Nada. Aunque me gustaría que lo hiciera. “Tonta Bella deja de pensar así
de el!!!...” me grito mi conciencia. Y tenía razón. Tenía que sacarme a Edward Cullen de mi
mente, lo tenía que hacer.

Llegamos al centro de Phoenix, donde había muchos restaurantes, discos y bares.


Aparcamos en un lugar vacio casi en el centro de la calle y nos bajamos. Yo me sentía
demasiado incomoda con el atuendo que estaba utilizando, así que mis mejillas estaban
pintadas de rojo por tiempo indefinido. Solo rezaba porque no me dijeran nada.

Caminamos hacia un restaurante muy lindo, que tenia mesas afuera con sombrillas y había
lamparas con la luz tenue, había música lounge, así que se podía decir que estaba acogible
el lugar.

Nos sentamos en una de las mesas de afuera y llego el mesero a pedirnos la orden.

-Yo un vaso de coca cola por favor- Dijo Alice con una sonrisa deslumbrante.

-Que sean dos- Dije yo.

-Tres- Apunto Edward con la mirada fija en mi, esta mirada hizo que me diera un
escalofrió, no era una mirada de odio, ni de curiosidad, era una mirada con un sentimiento
que realmente no pude descifrar.

-¿Y de cenar?- Pregunto el camarero.

Dos pares de ojos se posaron en mi rápidamente, obvio, yo era la única que cenaría, “y un
demonio!!!...” pensé en mi fuero interno.

-Humm… ravioles con zetas por favor- Murmure, era lo primero que vi en la carta.

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Al pronunciar estas palabras ipso facto me petrifique… un flash back de una fría noche en
Port Ángeles, de una mesera de veintiún años, de unos individuos queriéndome lastimar,
de un secreto que descubrí, de un vampiro del que me enamore irrevocablemente me
llegaron a la mente. El dolor de mi pecho que por un momento se había calmado volvió a
regurgitar con toda su fuerza, dejándome sin aire. Esto era demasiado difícil, demasiado.

Gire mi vista hacia Edward, que parecía que también se había acordado de aquella noche
en Port Ángeles, solo que esta vez el me desvió la mirada. Como intentado ocultarme
alguna emoción que no quería que yo viera.

Suspire pesadamente, y Edward me observo por el rabillo de su ojo para luego volver a
poner cara de nada. Inescrutable.

-Hay, Bells- Gire a ver a Alice que tenía una sonrisa maliciosa en la cara- Iré a hablar con
Jazz, en un momento regreso- Sonrío con más ganas.

No pude decir nada y me congele, maldita Alice me las iba a pagar luego. ¿Por qué me
quería dejar sola con su hermano? ¿Qué no se daba cuenta de la situación? Maldije
internamente. La mire con ojos asesinos, esto nunca se lo iba a perdonar. Ella simplemente
sonrío.

Se paro con sus andares de bailarina y se desapareció de mi vista, quien sabe a dónde se
fue.

Edward y yo nos observamos por un buen rato, ninguno le desvió la mirada al otro esta
vez. Intentábamos decirnos mil y un cosas con la mirada. Pero por desgracia eso no era
suficiente. Por fin… se digno a dirigirme la palabra.

-Bella- Murmuro con voz enojada- Nunca, me escuchaste, nunca en tu vida vuelvas a
hacerme esto.

-¿De qué hablas?- Luche porque mi voz no dejara ver el temblor que ahora me recorría
todo el cuerpo.

Se acerco un poco más a mí.

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-No vuelvas a desaparecer de esa manera- Sus ojos llamearon.

Me quede en silencio. No sabía que responderle. De lo único de lo que era consciente era
de la gota de sudor que me surcaba la nuca y del temblor que me recorría entero el cuerpo.

-¿Por qué te fuiste?- Pregunto expectante.

Negué con la cabeza.

-Dímelo- Dijo demandante.

Negué con la cabeza una vez más.

-Ahora- Susurro tan cerca de mí que su aliento dulce me golpeo la cara.

Parpadee un par de veces antes de volver a mi cuerpo, me había quedado petrificada por la
cercanía en la que estábamos, si me acercaba unos centímetros más lo podría besar. Claro,
eso no sucedería ni ahora ni nunca. Aunque muriese por hacerlo.

Lo mire fijamente a los ojos, y puse mi cara mas cínica. Tenía que decírselo, tenía que
sacarme esto de la mente y ver cómo reaccionaba. El y yo todavía estábamos demasiado,
peligrosamente demasiado cerca. Este era el momento.

-Felicidades por tu boda- Dije con tono casual y un intento de sonrisa en los labios, pero
esa alegría no me subió a los ojos.
Capítulo 14: "Besos En La Obscuridad.."
Bella POV

¿Era posible que a los vampiros se les callera la mandíbula? Porque si no era posible
entonces no sabia exactamente que era lo que le había sucedido a Edward. En el momento
en que pronuncie aquellas palabras Edward se quedo completa y totalmente inmóvil con la
boca abierta – literalmente abierta- y sus ojos estaban tan abiertos que temí por un
momento de que se le fuesen a salir de las orbitas.

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Aparte de que al pronunciar aquellas palabras mi interior había quedado reducido a puro y
simple polvo, “estúpida, estúpida, estúpida!!!” me gritaba en mi fuero interno, ¿Qué
demonios me había sucedido?, tanto quería saber su respuesta, pero ahora que veía su
reacción se esfumaron todas las ganas de escucharla. El obviamente no esperaba esto, el no
esperaba que yo lo supiese. Pero, digo, ¿Esperaba que yo no me enterase de lo que iba a
ocurrir hasta el día de su boda? ¿Qué me iba a quedar con una maldita sonrisa en los labios
y que le iba a dar mis felicitaciones? No, el sabía demasiado bien lo que sucedería en el
instante en que yo me enterara. Morirme en vida.

Edward siguió con esa cara de impresión, es más, creo que se veía un poco más pálido de lo
normal –si eso era físicamente posible-. Mis ansias subieron, quería una respuesta, así que
tuve que ser yo la que rompiera el silencio.

-Edward- Murmure- ¿Podrías responderme?

-Bella…- Musito- Lo siento… yo… realmente lo siento- Bajo su mirada y crispo sus manos
en dos puños.

Me quede en silencio intentando analizar sus palabras, el decía lo siento, pero no era
porque en realidad lo sintiese, sino por pura y mera cortesía, no lo decía por haberme
hecho sufrir de esa manera. No el nunca diría un lo siento por eso.

El silencio se prolongo, pero yo no iba a ser la que lo rompiera, mi mente en si se


encontraba en un estado de atolondramiento gigante, el dolor en mi pecho se hacía cada
vez mas fuerte conforme respiraba la dulce esencia que venía de Edward, quien estaba a
escasos centímetros de mi, “esto no puede estar sucediendo, esto no puede estar
sucediendo. Despierta por favor DESPIERTA!” me gritaba en mi fuero interno. Me separe
un poco de él, sus ojos color caramelo me tenían hipnotizada, pero no me podía dar el lujo
de estar tan cerca, no cuando tenía la maldita sensación en mis labios de querer besarlo.

-Bella, dime lo que estas pensando por favor- Dijo con tono ansioso.

Negué con la cabeza.

-Nada Edward- Esboce una simple sonrisa, pero esa alegría no me subió a los ojos- No
estoy pensando en nada.

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Un gruñido sordo salió de su pecho, sacándome completamente de mi ensimismamiento,
acerco un poco sus labios a mi oído y dijo con voz enojada, si es que el terciopelo podía
escucharse así.

-Bella, te conozco- suspiro y su frio aliento me dio escalofríos- Así que dime de una vez que
es lo que piensas.- se separo un poco de mí y me volví a perder en su profunda mirada
color caramelo.

-No Edward, tu no me conoces- Al decir esto sentí que algo en mi interior se quebraba.

-¿Acaso has cambiado?- Pregunto enarcando una ceja perfecta.

-Demasiado- Dije suavemente.

Me observo de nuevo, pero ahora su expresión era diferente, sus ojos denotaban tristeza, y
tenía una mueca en la cara. Nos miramos de nuevo por un largo rato, intentando descifrar
lo que cada uno estaba pensando. No sabía cuál era la cara que yo tenía, pero por su
mirada sabía que no estaba del todo bien. Yo había cambiado, demasiado, la vida en si para
mí ya no tenía sentido. El sentido de mi existencia estaba sentado a un lado de mi
observándome. Pero el ya no me pertenecía, mas bien, nunca lo había hecho. Pero yo sí,
cada partícula de mi cuerpo, cada suspiro adquirido, cada respiración, cada latido de el
corazón tenían la marca de Edward, toda mi maldita existencia tenia la marca de Edward.
Aunque eso no le importase demasiado a el por supuesto.

Recorrí cada centímetro de su rostro con mi mirada, sus labios entre abiertos, sus ojos
color caramelo, su nariz simétrica, todo. Su rostro era el de un ángel, un ángel al que yo no
merecía. ¿Qué cosa podría tener yo que lo hiciera quedarse conmigo? Nada. Ni un solo pelo
de mi cabeza valía tanto pena como para merecerlo.

El mesero llego con nuestras bebidas y la comida. Pero yo no me moví ni cambie el curso
de mi mirada. Ni el tampoco lo hizo. Suspiro lentamente y por fin se digno a hablar.

-Come- Me ordeno apuntando con su barbilla el plato.

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Obedecí al instante. Tome uno de los ravioles con el tenedor y me lo metí en la boca, esto
me abrió el apetito como por arte de magia, no me había dado cuenta de cuanta hambre
tenía hasta que sentí el delicioso sabor del raviol recorriéndome toda la garganta.

El me observo sin decir ni una sola palabra. Sabía que no se quedaría así de quieto. Sabía
realmente bien que teníamos esta plática pendiente. Le agradecí al cielo por qué me dejara
comer en silencio, tenía que poner mis ideas en orden. Sabía que si seguíamos hablando
terminaría por decirle toda la verdad, que lo amaba, y que si se casaba con Tanya yo
moriría completamente, más de lo que estaba ahora. Que moría por besar sus labios y que
mataría por ser yo la que estuviese en lugar de Tanya para casarme con él, porque yo,
Isabella Marie Swan, moría por unirme a él, era lo único que deseaba en este momento.
Aunque mi miedo al matrimonio fuera casi una enfermedad, estaba dispuesta a sacrificar
eso por estar con el por el resto de mi humanidad.

Fije mi mirada en el plato mientras cogía otro raviol con el tenedor. No quería verlo, esto
era demasiado difícil, el agujero en mi pecho estaba a la espera de por fin poderse abrir
contundentemente, y yo sabía perfectamente que esa espera no se alargaría mucho.

Gracias al cielo Alice apareció de nuevo, pero no traía una expresión de felicidad. Se dejo
caer en la silla frente a mi y resoplo.

-¿Y bien?- Enarco una ceja perfecta.

-¿Y bien qué?- Dije poniéndome otro raviol en la boca.

Me miro con cara de incredulidad por unos segundos y después agrego.

-Nada, Jazz está bien. Dice que Charlie lo darán de alta para pasado mañana.- Dijo con una
sonrisa.

Me emocione tanto al pensar en eso que casi me ahogo con un raviol. Me tuve que dar
varias palmaditas en el pecho para poder volver a respirar.

-Entonces ¿Nos podríamos ir mañana?- Dije con los ojos abiertos como platos y una
sonrisa dibujada en mi cara.

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-Si, si eso es lo que quieres- Alice asintió con la cabeza dándole una rápida mirada al
vampiro de cabellos bronicios que se encontraba a un lado mío y luego a mi.

-Si, eso es lo que quiero- Musite.

-¿Lista para irnos?- Pregunto Alice.

-Si, estoy lista- Hice una mueca.

Edward le hizo una seña al camarero y este vino hacia nosotros.

-Alguna otra cosa más que les pueda ofrecer- Dijo viéndome a mi, entendí el doble sentido
en sus palabras.

-No- Dijo Edward atrayendo la atención del camarero hacia el- La cuenta por favor- Dijo
con la voz fría y calculadora.

-Por supuesto.- El camarero saco una carpetita de cuero negro y se la entrego a Edward
pero sin dejar de verme.

-Aquí tiene- Dijo Edward al instante mandándole una mirada asesina mientras le
entregaba la carpeta con el dinero.

-Gracias- Dijo el camarero y me volvió a observar con un intento de mirada sexi que mas
que gustarme me dio asco.- Regresen pronto

Edward tomo mi cintura y me saco de ahí. Me tense al instante por su agarre pero camine a
su lado. Cuando estábamos fuera de la vista del camarero me soltó. Dejándome una
sensación de hormigueo donde me había tocado. Extrañe su frio tacto.

-Wow Bells- Chillo Alice saltando y dando palmaditas- Casi te come con la mirada.

Edward a un lado de mi gruño.

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-Eso no es gracioso Alice- Dije con enojo- Hizo eso por la manera en la que vengo vestida, y
todo gracias a ti- Arrugue el ceño.

-Oh vamos Bells- Dijo con una sonrisa malévola- Estas soltera ¿No? Deberías de
aprovechar.

Edward y yo nos tensamos al instante. Hasta ese momento me di cuenta de que yo


realmente estaba soltera. La misma palabra hizo que me diera escalofríos. Edward a mi
lado volvió a gruñir, aunque aun no entendía realmente el porqué de su enojo. El debería
de alegrarse de eso ¿No?, en todo caso él fue el que me dejo así.

-Bueno, bueno no se pongan así los dos- Dijo Alice con un puchero irresistible- No era para
tanto.

-Está bien- Murmure- Solo que no lo había pensado de esa manera.

Los ojos de Edward se posaron en mí, mientras que yo tenía mi mirada baja. Parecía que
mi respuesta lo había impresionado. Pero la pregunta aquí era ¿Por qué? El de seguro
había pensado en eso antes que yo. Aunque algo muy muy dentro de mí que fue creciendo
cada vez más me dijo que no.

-¿A dónde vamos ahora?- Pregunto Alice con una sonrisa de oreja a oreja- Hay que
celebrar que Charlie ya va a salir del hospital ¿No creen?- Hizo un puchero.

-No- Gruñí- Yo quiero dormir.- Aunque en realidad no tenia sueño.

-Oh vamos Bella no seas aguafiestas, ¿Cuándo personas como nosotros- se apunto a sí
misma y luego a Edward- podremos estar en Phoenix otra vez sin correr peligro?

-Cuando ustedes quieran y sea de noche- Contraataque con mi ceño fruncido.

Alice bufo y rodo sus ojos.

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-Bien, vámonos- Gruño.

Caminamos hacia el volvo en silencio y nos metimos en el auto, como siempre en el viaje
de regreso no se dijo ni una sola palabra. Gracias a dios, no podría haber soportado otra de
las locas ideas de Alice por divertirnos, ella tendía a dejarse llevar por el momento. Edward
también estaba muy ausente, parecía perdido en su propio mundo. Con la mirada perdida
en las grandes luces de la ciudad mientras las pasábamos a toda velocidad. Yo iba también
viendo por la ventana, pensando en lo que había sucedido hace rato con Edward, la
realidad me pego como si fuera un guante de box. Edward y Tanya se iban a casar, muy
pronto y para mi desgracia yo no podía hacer nada para evitarlo. Y aunque lo pudiese sabía
que con quien realmente Edward quería estar era con ella, no conmigo, sino ¿Por qué
demonios me había dejado? Los ojos se me empezaron a rozar una vez más de lágrimas,
pero las retuve. No podía hacerle esto a Edward, no podía dejar que viera mi sufrimiento
porque sabía que eso lo haría infeliz. No porque me quisiera ni mucho menos- porque eso
ya me había quedado bastante claro desde hace tiempo- sino porque él era todo un
caballero y odiaba ver a las mujeres llorando. El agujero en mi pecho se tenso dejándome
sin aire. Tuve que respirar pausadamente para regresar a la normalidad.

Estacionamos el auto afuera de la casa y nos bajamos. Todo seguía en silencio cuando
entramos a la casa. Por supuesto Alice lo tenía que romper.

-Así que…- se giro hacia Edward en cuanto entramos a la sala- Tu te irás con Bella mañana
por la noche en avión a Forks. Yo todavía me tengo que quedar aquí haciendo unas cosas-
Dijo con una sonrisa malévola.

Ipso facto me tense, ¿Por qué Alice me quería hacer esto?, no, no esto era una maldita
pesadilla, realmente empezaba a odiar a Alice en este momento.

Edward acepto sin chistar, con un movimiento de su cabeza. El y Alice intercambiaron una
mirada demasiado extraña que no pude descifrar. Solo esperaba que esa mirada no tuviera
nada que ver conmigo.

Me despedí de los dos y subí a mi cuarto. Estaba demasiado agotada y ya pasaban de las
11:00 así que me desvestí con desgana y me puse una pijama que Alice me había dejado
sobre la cama. Era un short y una playerita de tirantes azul obscuro de seda. Me acurruque
en mi cama y me deje caer en el sueño que tanto me llamaba.

Caí en un estado de duermevela que no me ayudo del todo, puesto que aun era consciente
del dolor que tenia dentro de mí, realmente no sabía cómo había sobrevivido todo este

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tiempo. Ninguna persona normal hubiese aguantado todos los sentimientos que yo tenía
encerrados en mi corazón. ¿Por qué Edward tenía que hacerme esto? ¿Qué le había hecho
yo?... aparte de amarlo con toda mi alma. Sabía que era una completa estúpida al estar
amando a alguien al que no pensaba en mí de la misma manera. Pero era lo único que aun
me mantenía con vida. Lo único que realmente me daba un aliento para poder seguir
adelante. El ha sido, es y será el amor de mi vida y aunque el se case, y se vaya no podre
cambiar los sentimientos que tengo por el.

Y ahí me deje caer de nuevo más hondo en el abismo negro de mi sufrimiento. Extrañaba
tanto su tacto contra mi piel. Sus fríos labios sobre los míos. Argh…. Era simplemente
insoportable.

No sé en qué momento de la noche me dormí realmente. Un sueño sin pesadillas. Aunque


aun así sentía el vacio en mi cuerpo, desde hace exactamente 6 meses me sentía así. Como
si no tuviese nada en el cuerpo. Como si toda la alegría de mi mundo se hubiese extinguido.
Como extrañaba ser feliz y poder creer en las cosas. No sabía realmente como había caído
en esto, hace seis meses era la persona más feliz que había en el mundo y hoy era una
huraña. Mi vida dio un giro de 360° y no entendía porque. Estos pensamientos me
acechaban constantemente. Aunque ahora no tenia del todo la energía para poder hacerme
más preguntas. Solo me deje caer en los brazos de Morfeo para que mis parpados
descansaran.

-Bella- La voz chillona de Alice me trajo de nuevo a la realidad.

Gire sobre mi misma y me tape la cara con una almohada, ¿Es que acaso esta duendecilla
no sabía qué hora era?

-Bella ya levántate dormilona- Canturreo mientras saltaba en mi cama.

-Alice por dios, es muy temprano- Gruñí bajo la almohada.

-No- Chillo- Son las 10:00 de la mañana Isabella Marie Swan levántate ahora- Y diciendo
esto me quito las cobijas de encima.

-Eres la cosa más peligrosa que he conocido en toda mi vida- Dije con mi voz pastosa.

-Ja Ja- Rio sarcásticamente- Lo sé, ahora a levantarse. Vamos floja.

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Me estire en la cama y me levante tallándome los ojos, odiaba definitivamente a Alice
Cullen.

-Vamos, vamos- Me empujo al baño- Metete a bañar, ten aquí está tu ropa.

Me dio un juego de ropa limpia y me metió a fuerza al baño. Suspire. Ella nunca iba a
cambiar.

-Rápido Bella, que se nos hace tarde- Chillo mientras ponía sus manos en mi espalda para
seguir empujándome.

-¿Tarde para qué?- Gruñí.

-Tonta Bella, para desayunar y preparar todo para nuestro regreso- Dijo como si fuera lo
más obvio del mundo.

No dije nada y me encerré en el baño. Abrí la llave de la regadera y me comencé a desvestir


mecánicamente. Ningún pensamiento coherente me venía a la mente. Solo varios
recuerdos de Edward y de mi me llenaron la cabeza. Decidí recordarlos todos, una vez más
esto era lo único que me podía subir el ánimo un día como estos. El olor a mi shampoo me
regreso la vida al cuerpo. Fresas. Este olor me hizo tener un flashback de una conversación
que tuve con Edward.

----OoO FlashBack OoO---

El día del partido de beisbol con su familia en el claro Edward pasó por mi en el Jeep de
Emmet. La lluvia me había mojado todo el cabello. Entonces el se acerco para darme un
suave beso en la coronilla. Al instante gimió y yo lo mire sorprendida.

-Hueles deliciosamente a lluvia- comento.

-Pero ¿Bien o mal?- pregunte con precaución.

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-De las dos maneras- suspiro- Siempre de las dos maneras.

---OoO Fin del FlashBackOoO---

Nunca comprendí realmente lo que quiso decir en ese momento. ¿A qué se refería con
siempre de las dos maneras?. Suspire. Edward siempre iba a ser un misterio para mi. Creo
que jamás podría llegar a conocerlo realmente. Eso me entristeció al instante.

Las gotitas de agua caliente que recorrían mi espalda me relajaron completamente. Era lo
que necesitaba, relajarme, porque sabía que en el instante en que estuviera dos horas con
Edward en el avión mi cuerpo se tensaría ipso facto.

Salí de bañarme, me seque el cuerpo y me puse lo que Alice me había dado. Realmente no
le preste mucha atención. Sabía que era algo blanco y unos pantalones de mezclilla muy
bajos y entubados pero no me interesaba realmente. Seguía inmersa en mis pensamientos
mientras me lavaba los dientes. “Edward… si supieras cuanto te amo…” decía una vocecita
en el fondo de mi cabeza. ¿Me pregunto si el alguna vez sabría realmente cuanto lo amo?
¿Habría una persona que lo pudiese amar más que yo?... y la respuesta para las dos
preguntas era un simple y rotundo No… él nunca lo sabría, y por ende no se daría cuenta. Y
no creo que hubiese otra persona que lo amara más que yo, el era mi mundo, aunque él no
lo supiese. Pero creo que era mejor así…. Así no tendría porque preocuparse por algo que
realmente no importaba.

Salí del baño, aunque me encontrase perdida en algún lugar de mi mente camine escaleras
abajo, ahí con todas las cortinas cerradas se encontraban Alice y Edward en la sala
platicando en murmullos bajos, parecía como si se estuviesen peleando. Alice miraba a
Edward enojada y con los brazos cruzados, este la veía con cara divertida pero enojada. Los
dos al verme se callaron al instante. ¿Por qué estarían peleando? Mi curiosidad creció.

-Bells- Canturreo Alice ahora con una sonrisa en la cara- ¿Qué quieres desayunar?

Camine hacia la sala y me senté en uno de los sillones frente a ellos, tome mis piernas con
mis manos y suspire.

-No tengo hambre- Murmure.

Alice puso cara de disgusto.

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-Bella, ya sabes lo que dijo Carlisle sobre tus desmayos- Dijo entre dientes.

-Lo sé- Baje la mirada- Pero enserio no tengo hambre.

La mirada de Edward estaba clavada en mi rostro, esto me ponía demasiado nerviosa, mi


corazón empezó a acelerarse y mis mejillas se tornaron rojas.

-Bien Bella- Alice llamo mi atención una vez más- Hoy te irás a las 6:30 de la tarde con
Edward a Seattle, yo me quedare aquí un rato mas porque necesito hacer algunas cosas y
me iré en el Porche, así que los alcanzare haya más al rato- Dijo lentamente como si se lo
estuviese explicando a un niño pequeño.

-Está bien- Murmure casi inaudiblemente con la mirada de nuevo fija en mis rodillas.

-¿Bella?- Dijo Alice con los ojos perdidos en algún lugar lejano.

Edward al leer su pensamiento puso cara de enojo y frunció el seño.

-¿Si Alice?- Murmure con la vista fija en ella.

-Deberías ir a contestar tu celular- Dijo con una sonrisa en la boca.

En ese momento mi celular comenzó a sonar en el piso de arriba. Me pare rápidamente y


subí pitando las escaleras, llegue a mi cuarto y tome el celular que estaba en la mesita de
noche, era un número desconocido, pero decidí contestar.

-Bue… Bueno- Jadee por el esfuerzo hecho.

-¿Bella?- una voz demasiado sensual y familiar me llego desde el otro lado del teléfono- soy
yo Anthony.

-Hola Anthony- sonreí al instante- ¿Cómo estás?

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-Bien princesa aquí extrañándote- dijo con tono triste- ¿Tu cómo estás?... escuche que te
fuiste a Los Ángeles.

-Ah sí, pero regreso hoy, a las 9:00 de la noche ya estaré en Seattle con Charlie- Dije con
una sonrisa.

-Que bueno princesa, realmente te extraño. Oye ¿Te importaría si te voy a visitar hoy por la
noche?- Dijo con un tono dulce.

-Claro Anthony, me encantaría que fueras- Dije con voz jocosa.

-Bien princesa, entonces ahí estaré a las 9:00 en punto, me tengo que ir… pero te mando
un beso de esos que te gustan- Dijo con tono pícaro y no pude evitar reírme al igual que él,
las imágenes del beso que nos habíamos dado me llegaron a la mente como diluvio.

-Claro Anthony, cuídate y nos veremos luego… igual tu también un beso de esos que te
gustan- Murmure la ultima parte.

-Ah… entonces serán besos tuyos… j aja ja… adiós princesa- Dijo con voz tierna.

-Adiós Anthony- Colgué el teléfono.

A veces era tan fácil que Anthony me gustara, con el todo era más fácil… todo salía más
natural… pero no, el no era la persona a la que yo amaba…. Aunque sabía perfectamente
que él me podría ayudar a superar a Edward. Pero no lo quería utilizar de esa manera. No,
Anthony valía demasiado como para poder hacerle eso.

El día se paso demasiado rápido, yo me la pase sentada en la sala leyendo – O más bien
intentando leer ya que Edward no dejaba de observarme- El cuervo de Edgard Alan Poe.
En realidad no entendí ni una sola palabra de las que había leído porque mi mente viajaba
a kilómetros de mi cuerpo. Pensé en demasiadas cosas, ¿Cómo sería la boda de Edward?
¿Tendría sus gustos? ¿Estaría llena de vampiros? ¿Qué flores pondrían? ¿Qué música
habría? ¿Alice estaría ayudando?.... mil preguntas al respecto me saltaron a la mente….
Aunque sabía que esto me lastimaba lo suficiente como para dejarme sin aire, me daba
demasiada curiosidad saber todos los detalles…. ¿Edward dejaría a Tanya coordinar la
boda o el también ayudaría? ¿Cómo sería su anillo de compromiso? ¿Dónde seria la
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boda?... . Intente imaginármela, y por desgracia si pude… la boda perfecta… con las
personas perfectas… simplemente la vida perfecta. Por supuesto yo no estaba dentro de la
imagen. La imagen que yo tenía de donde estaría cuando la boda pasara era de mi… mas
destruida que nunca, mas lastimada que nadie… esa era mi imagen. Realmente no sabía
cómo le iba a hacer para salir de ese sufrimiento una vez que ocurriera… ni yo misma lo
sabía. Varios suspiros se me escaparon en toda la tarde, por supuesto Edward se daba
cuenta de ellos, porque cada vez que suspiraba Edward ensanchaba mas su mirada, como
intentando ver cuál era la razón por la cual suspiraba. Obviamente no pudo… pero creo que
tenía una pequeña idea por la cual yo estaba tan perdida en mi mente, porque no me dejo
sola ni un instante.

A las seis de la tarde ya nos encontrábamos yendo hacia el aeropuerto en el volvo… todo
iba en silencio… como ya era costumbre…, Edward iba perdido en su mundo, Alice iba
canturreando algo tan bajo que no supe bien que era lo que decía y yo iba en el asiento
trasero con la cabeza entre las manos, el corazón a toda velocidad, mis mejillas rojas y casi
hiperventilando.

-Bella- La voz de Alice me regreso a la realidad.

Levante la cabeza y ya nos encontrábamos en el estacionamiento subterráneo del


aeropuerto.

-Bella llegare luego a Seattle no te preocupes- Sonrió- Ahora bájate o si no perderán el


vuelo- Hizo un ademan con la mano.

-Gracias Alice- Me acerque y le di un beso en la mejilla- Nos veremos luego.

Dicho esto me baje del auto, Edward ya me esperaba en la entrada para los elevadores,
suspire… este iba a ser un largo viaje.

Llegamos al avión casi corriendo, por suerte aun no cerraban las puertas de abordaje.
Subimos y nos sentamos en nuestros respectivos asientos, el mío era el que daba a la
ventana. Por suerte tenía algo en que distraerme, porque todavía me quedaba un vuelo de
dos horas con el amor de mi vida.

Edward a mi lado estaba leyendo un libro, aunque no pude leer el texto porque estaba en
Francés, no sabía de dónde demonios lo había sacado. Yo por consiguiente recosté mi
cabeza en el mullido asiento de primera clase y deje que mi mente vagara de nuevo en

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aquel abismo negro… iba a empezar cuando la aterciopelada voz de Edward llamo mi
atención.

-Bella- Murmuro con sus ojos hipnotizantes en los míos.

-¿Si Edward?- mi voz se quebró en la última letra.

Dudo un poco pero luego hablo.

-Siento mucho de que te hayas enterado de mi boda con Tanya de esa manera- Me vio con
ojos tristes- Yo… te lo iba a decir… solo que no sabía de qué manera.

Sentí como si me sacaran todo el aire del cuerpo, “No por favor… otra vez no!!!” grite en mi
fuero interno, requirió de todo mi autocontrol para poder responderle sin que me pusiera a
llorar.

-No importa Edward- Murmure- De todos modos, ya se veía venir.

Al escuchar esto su expresión se crispo y asintió. No se dijo nada más en todo el viaje. Yo
estaba al borde de la hiperventilación, sentía que cada uno de los huesos de mi cuerpo se
estaban partiendo, sentía que las lagrimas amenazaban por salir de mis ojos, sentía que el
corazón cada vez se iba haciendo más polvo… tenía las manos aferradas al asiento en un
intento de calmar mi ansiedad… aunque me sirvió de muy poco.

Entonces el si se iba a casar, de nuevo la verdad me abofeteo la cara… si antes no lo había


tenido claro ahora si… ahora que él lo había dicho en voz alta no me quedaban dudas… él y
Tanya se iban a casar y no había nada más que yo pudiese hacer.

Una suave lagrima que escapo recorrió mi mejilla y llego hasta mi labio, por suerte estaba
volteada hacia la ventana, pero claro, Edward se daría cuenta, pero no dijo nada… solo se
limito a observarme… como intentando leerme el pensamiento… si tan solo supiera que
dentro de mi había un remolino de emociones que no podía entender…

Todo el trayecto de Phoenix a Seattle me la pase viendo hacia la ventana, perdida en mi


dolorosa mente… por suerte en cuanto llegáramos al hospital no lo vería… necesitaba
ubicarme… necesitaba respirar… ya que su dulce aroma había llenado todo a mi alrededor.

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¿Por qué me sucedía esto a mí? Definitivamente el mundo me odiaba más de lo normal,
esto era producto de mi mala suerte… maldito el momento en que se me ocurrió pisar
Forks… Maldito el momento en que se me ocurrió estar con Edward Cullen… Maldito el
momento en que le entregue mi corazón…

No sabía si era porque yo estaba tan perdida y despistada maldiciendo todo en mi vida o si
me había dormido en algún trayecto del vuelo pero el punto es que de algún momento a
otro ya nos encontrábamos en el aeropuerto de Seattle. Bajamos del avión, yo aun iba
demasiado ausente cuando me subí al volvo plateado… realmente no sabía que sucedía a
mi alrededor… seguía en mi lucha interna por no morir… me pregunte en algún momento
si esto hubiese sido más fácil, si James me hubiese matado… nada de esto estaría
ocurriendo.

Las luces de la ciudad pasaban volando por el camino, ya que Edward seguía manejando
como loco… pero en este momento era algo que realmente no me importaba, si me moría o
no… no me interesaba ni una pizca…

Ni Edward ni yo dijimos ni una sola palabra en todo el viaje hacia el hospital, aparcamos el
auto en un lugar cerca de la puerta y bajamos… el frio que me azoto fue el que me hizo
regresar a la realidad, por poco me empezaban a castañear los dientes… por suerte
llegamos al hall del hospital antes de que eso sucediera.

-Gracias por traerme- Murmure con la vista baja.

-No hay de que- Murmuro el también.

En ese instante levante la vista… parecía que él quería decirme algo… pero una voz llamo
mi nombre en la lejanía.

-Bella!!!...- Conocía perfectamente esa voz

Edward a mi lado bufo.

-Iré con Carlisle- Cuchicheo y se fue a paso firme al pasillo.

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Yo me quede sin habla… ¿Por qué esto me sucedía a mí? ¿Qué era lo que Edward quería
decirme?

-Princesa!!!- Anthony me tomo de la cintura antes de darme tiempo de girarme, me abrazo


fuertemente y me dio un suave beso en la coronilla.

-Hola- Sonreí involuntariamente ante su expresión de cariño.

-Hola princesita- Me observaba tiernamente, como si un niño hubiese encontrado su


juguete preferido.- ¿La pasaste bien en Los Ángeles?.

-Si…- “si tan solo supieras” murmure en mi interior- ¿Y tú? ¿Cómo la has pasado?

-Mal –Frunció el seño- Te he extrañado como no tienes idea- Sonrió, con aquella sonrisa
que me dejaba sin aliento.- Oye princesa- Sus mejillas se pusieron de un color rojo intenso,
se veía tan adorable- Quiero hacerte una pregunta.

-Si dime- Dije jocosamente.

-Tú… me preguntaba si tú…- Se empezó a trabar y yo reí internamente- ¿Quieres ser mi


novia?

Ipso facto me congele, ni siquiera llevábamos tanto tiempo de conocernos, apenas una
semana, dos a lo mucho… y ya me estaba pidiendo ser novios… no… no podía… pero una
vocecita en el fondo de mi cabeza gritaba que si… sabia que él era lo que necesitaba para
sacarme de la mente a Edward. El solo pensamiento de que eso sucediera me lastimo…
pero sabía que era necesario…, sabía que me iba a odiar profundamente por esta decisión
si Anthony salía herido… pero era un riesgo que tendría que correr.

-Si- Murmure.

Sus ojos brillaron de excitación al entender el significado de aquella palabra, tomo mi cara
entre sus manos y me dio un suave, dulce y tierno beso en los labios. Se separo de mí
lentamente y sonrió como nunca antes lo había visto sonreír.

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-Gracias princesa- Murmuro juntando su frente con la mía- Te prometo que no te vas a
decepcionar.

Me quede callada, aun no asimilaba demasiado bien que era lo que estaba sucediendo, era
novia de Anthony, si… pero por alguna extraña razón esto no me decía nada… esas
palabras no las podía poner en una oración coherente.

-Tengo que ir a ver a Charlie- Murmure perdiéndome en sus ojos verdes, en ese momento
me pregunte si Edward habría tenido ese verde en sus ojos cuando era humano. Un
escalofrió recorrió mi espalda.

-Bueno princesa- Me dio otro suave beso en los labios- Nos veremos mañana de acuerdo?...

-De acuerdo- Dije aun perdida en sus ojos verdes.

Me dio un suave beso de despedida y se fue… camine como zombi por el pasillo para ir al
cuarto de Charlie, pero no pude llegar hasta ahí, en uno de los pasillos me detuve y me
apoye contra una pared…”¡¿Que demonios he hecho?!” me grite en mi fuero interno. Mi
corazón estaba acelerado y las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.

De un momento a otro las luces se apagaron, todo estaba a obscuras. Mi corazón dio un
brinco al no poder ver nada, así que me quede pegada a la pared muerta de miedo, nunca
me había gustado la obscuridad. “Todo va a estar bien, es solo un apagón”. Me repetía
internamente.

Las lagrimas caían cada vez más rápido por mis mejillas mientras seguía pegada a la pared,
¿Qué otra cosa me podía suceder hoy?...

Sentí a alguien cerca de mí, me tense en ese instante.

-¿Quién está ahí?- Dije con voz temblorosa.

Pero nadie me contesto…yo ya me empezaba a desesperar, mil imágenes se me vinieron a


la mente… podría ser cualquier persona… incluso Victoria… temblé al pensar en su
nombre.

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Sentí a ese alguien frente a mí, y de pronto dos manos me tenían pegada a la pared… no
sabía quién era, solo escuchaba su respiración…

Estaba a punto de gritar cuando unos labios me callaron.

Me quede congelada, pero luego me deje llevar, ese beso era diferente, esos labios yo los
conocía. Nuestras lenguas hicieron una danza salvaje mientras yo enredaba mis manos en
su cabello y él me tomaba por la cintura con una mano apretándome contra él mientras
que con la otra se detenía de la pared. Esta fue la mejor sensación de mi vida, era el mejor
beso que había tenido, su lengua delineaba mi labio inferior mientras que la mía hacia lo
mismo. Sus manos recorrían mi espalda y un gemido lento salía de su boca, esto hizo que
me pegara mas a el y que profundizara mas nuestro beso hasta casi dejarnos sin
respiración.

Me perdí de nuevo en ese beso, sabía que este estaba llegando a su fin… así que lo
aproveche a como pude, aferrándome más a él, lo sentía venir, mordí suavemente su labio
inferior y se separo de mi, podía escuchar su respiración entrecortada, una sonrisa
apareció en mi rostro..

Me soltó y suspiro cerca de mi oído.

-Ese es un beso verdadero- Dijo con su voz aterciopelada antes de irse.

Ipso Facto me congele, unos segundos después se prendieron las luces. Yo estaba
recargada en la pared hiperventilando y con el corazón latiendo a mil por hora, me deje
caer en el piso y puse mi cabeza entre las rodillas.

-Edward- Murmure.

Y los recuerdos me volvieron a azotar.

Edward POV

151
La furia recorría todo mi cuerpo mientras veía en la cabeza de ese idiota las intenciones
que tenia con Bella… ¿Qué acaso era idiota? ¿Por qué no se daba cuenta de que Bella no lo
quiere?... vi también en su mente cuando le daba un beso fugaz antes de irse ¿A eso le
llamaba besar?... ¿Es que enserio estaba tan idiota que no sabía besar? ¿Y mas no besar los
labios rojos y carnosos de Bella? Enserio que ese chico me empezaba a colmar la paciencia.

Y fue ahí cuando tuve la maravillosa idea, aunque sabía que no tendría que ser rápida
porque no tendría demasiado tiempo. Corrí a velocidad inhumana hacia la caja de
electricidad que estaba en el subterráneo debajo del hospital… Corte la electricidad y subí a
toda velocidad al pasillo donde el olor a Fresias era más fuerte… y ahí escuche el latir de su
corazón rápido y su respiración entrecortada… me pare frente a ella y pude sentir la
tensión en su cuerpo y el miedo que salía por todos sus poros… su olor me llamaba… más
que llamarme me cantaba.

-¿Quién está ahí?-Murmuro de forma tensa… recordé lo adorable que se veía cuando se
asustaba y puse mis dos manos como una jaula para que su cuerpo estuviera entre el mío y
la pared.

Sentí que iba a gritar así que la silencie de la única manera que sabía. Al unir sus labios de
nuevo con los míos sentí una chispa encendida dentro de mí. Ella me tomo del pelo como
recordaba que a ella le gustaba y yo la tome con una de mis manos por la cintura para
acercarla mas a mi… no quería que escapara… me impresiono realmente que ella me
devolviera el beso… así que jure sacarle el mayor jugo posible a sus deliciosos labios que
sabían como a dulce… estos últimos días en Phoenix la había observado y seguía idéntica…
solo que por mi culpa ya no tenía vida en su cuerpo… se movía mecánicamente… ya no se
ruborizaba ni reía de la manera en la que yo recordaba… y me culpe internamente por eso.

Profundice más el beso porque me encantaba como olía… Fresias… mi olor preferido. Los
impulsos me llevaron a querer hacer muchas más cosas con ella ahí… cosas que no me
había imaginado nunca. Así que esa fue mi señal para irme de ahí… no quería que mis
impulsos me llevasen a otros lugares.

Me separe lentamente de ella y sonreí al sentir su aliento tibio contra mi cara.

-Ese es un verdadero beso- Le murmure al oído y sentí que temblaba en mis brazos.

Me fui a velocidad vampírica aun con el dulce sabor de sus labios en los míos...

152
Capítulo 15: "Suspiros Robados.."
Una suave sonrisa jugueteaba por mi boca, mientras que la sangre subía salvajemente a
mis mejillas y mi corazón latía tan desbocado que sentí por un momento que se me iba a
salir del pecho.

-Edward- volví a susurrar y sentí que en mis ojos se prendía una chispa.

¿Qué era lo que acababa de suceder? Sentía que mis pies ya no tocaban el suelo y que los
pedazos de mi corazón se volvían a juntar lentamente. Volví a sentir la lujuriosa sensación
del aire en mis pulmones resecos y mil mariposas me llenaron al instante el estomago
como por arte de alguna extraña magia “Amor…” murmure en mi fuero interno.

Las imágenes, los recuerdos, las sensaciones me volvieron a azotar la mente.


Instintivamente me lleve una mano a la boca, tocándome suavemente con un dedo mis
labios hinchados. Tenía una agradable sensación en el cuerpo… era una sensación que no
sentía desde hace ya bastante tiempo… sentía como si volviera a estar llena de algo… llena
de eso que me faltaba desde el día en que el se fue. Parecía como si la felicidad me hubiese
regresado de golpe.

-Edward-Murmure de nuevo, gozando de la agradable sensación que esa simple palabra


me daba al pronunciarla…

Oleadas de diferentes sentimientos me llegaban por todos lados, cada una causaba un
distinto frenesí que mi cuerpo aceptaba gustoso a su paso. Cada una era algo
indescriptible… algo que no había sentido desde hace ya mucho tiempo.

Extrañe su cercanía en mi cuerpo, sus labios sobre los míos, sus manos en mis caderas y el
olor que el desprendía. La dolorosa pero justa sensación que todo eso dejaba a su paso. Me
estremecí solo de recordarlo.

¿Qué había sucedido?... mi cabeza se lo preguntaba inconscientemente esperando una


respuesta que nunca llegaría… una pregunta sin sentido… una pregunta que no esperaba
ser respondida por mis pensamientos ni por mi boca.

Realmente eso no importaba demasiado… o eso era lo que yo quería sentir en el


momento… la simple dicha que causaron sus labios sobre los míos por esos segundos valía
para tener todas las incógnitas posibles…

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Respire varias veces mas antes de poder ponerme de pie completamente. Aun recargada en
la pared no sabía bien si me estaba engañando o no, pero sentía como si mis pies no
estuvieran en el piso, me sentía extrañamente con una sensación de caída libre…

No sentía en el cuerpo otra sensación que no fuera la de mi corazón que se aceleraba con
cada uno de los recuerdos y las sensaciones dejadas. Ese corazón que había dejado de latir
hace tanto tiempo por fin podía volverlo a sentir sin ningún dolor al alcance.

Extrañamente el hoyo en mi pecho desapareció… pareciese como si este nunca hubiera


estado… como si nunca hubiese existido tal dolor.

Camine ausente por los pasillos, a paso lento ya que tenía mil cosas en la cabeza por las
cuales empezar a pensar.

¿Qué había sucedido? De nuevo la pregunta azotaba en mi cabeza pero aun sin recibir una
respuesta. Me negaba a conseguir respuestas… ya que sabía realmente que en el momento
en el que las consiguiera todo lo que sentía en este instante desaparecería como el polvo
que desaparece con el viento.

La pequeña sonrisa aun no abandonaba mis labios… la ausencia dejaba su propio sabor
amargo que me llenaba toda la garganta… era como haber consumido droga… y ahora era
cuando empezaba a sufrir sus efectos… no queriendo que llegaran las consecuencias.

Camine sin rumbo por los pasillos, intentando perderme de nuevo en las diapositivas que
pasaban por mi mente… ¿Qué significaba este beso?... esa pregunta rondaba fugitivamente
por mi cabeza… pero como antes… me negaba a darme respuestas… no quería que el efecto
de la droga terminara todavía.

Por fin llegue a la habitación de Charlie… me sentía aun en las nubes cuando entre…
Charlie dormía… mejor para mi porque si hubiese estado despierto probablemente se
habría dado cuenta de lo distraída que estaba.

Me deje caer en el sillón al lado de la cama de hospital y solté un suspiro demasiado largo
sin quitar la boba sonrisa de mi cara… “Me beso… Edward me beso…” me repetía
internamente, como intentando grabarme esas palabras sobre mi cerebro… intentando
grabar hasta el mas mínimo detalle de nuestro corto encuentro…

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Suspire una vez mas… su perfume aun me llenaba… no era acido ni cítrico, ni dulce ni
almizclado… era simplemente único. Y ese delicioso perfume aun seguía en mi boca
danzando como palabras al viento.

Suspiros… suspiros por Edward, suspiros por lo que había sucedido… suspiros por como
estaba… suspiros por la vida… lo que había sucedido era como un simple suspiro… que
fácil llego… y fácil se fue.

Me quede dormida con aquella sonrisa en mi cara... aquella sonrisa que hace tanto que no
aparecía en mi rostro… aquella sonrisa con la que torpemente me sentía ansiosa y feliz.
Aquella sonrisa que sabía perfectamente que desaparecería cuando me despertara por la
mañana… aunque realmente no me importaba… aunque deseara con mi alma no despertar
jamás.

En mi mente vagaban las imágenes… su boca contra mi boca… nuestras lenguas


moviéndose en una danza sin final… una danza que pudo haber seguido… pero por
desgracia no lo hizo. Sabía bien que mientras dormía también suspiraba una y otra vez…
llegue a pensar que los suspiros nunca se irían… ¿Cómo se podían ir si soñaba con ellos
todo el tiempo?

Abrió los ojos lentamente esperando a que la realidad me callera encima, mirando aun al
techo… pero todo lo que escuche fue silencio… un silencio profundo y cómodo… me relaje
al instante… quedándome un poco más en la posición en la que me encontraba.

Levante un poco la cabeza y ahogue un grito cuando vi quien me estaba observando desde
el otro lado del cuarto.

Alice estaba con una expresión seria en su cara… parecía enojada… tenía sus bracitos
cruzados sobre su pecho y me veía fijamente.

-Hola Alice- Cuchichee intentando reprimir la sonrisa boba en mi cara.

No dijo nada y se acerco con sus andares de bailarina hacia un lado mío.

-Necesito hablar contigo- Murmuro en mi oído.

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Yo asentí y me pare de la silla, intentando estirarme un poco antes de salir por la puerta.
Alice salió detrás de mí y la cerró detrás de ella.

Me recargue en la pared del pasillo con los brazos cruzados en un abrazo a mi misma
intentado darme un poco de calor a causa del frio.

La expresión de Alice no cambio ni un instante… aun parecía molesta… y me observaba


detenidamente. Suspire de nuevo con impaciencia…, Alice por fin hablo.

-Lo besaste – Dijo con tono acusador.

Me quede petrificada… no me impresionaba que ella lo supiera… me impresionaba su


actitud… no parecía nada feliz.

-Isabella Marie Swan lo besaste- Dijo con tono aun más brusco.

-Si…- Murmure reprimiendo la sonrisa que luchaba por dibujarse en mi cara.

-¿Cómo pudiste? ¿Por qué lo hiciste?- su voz empezó a subir de tono- No lo puedo creer…
¿Por qué hiciste algo así?

Yo la observaba con los ojos abiertos como platos y mis mejillas encendidas.

-¿A qué te refieres Alice? ¿No era eso lo que querías?- Me empecé a enojar- ¿Por qué nos
mandaste solos entonces? ¿Por qué me dejaste sola con el en Phoenix? ¿Por qué?.

Alice se quedo petrificada viéndome con su cara inescrutable… tuvo que respirar
lentamente para poder hablar… sentía que en algún momento de esto… alguna de las dos
iba a explotar.

-Isabella- Dijo mi nombre entre dientes- Te has dado cuenta de lo que hiciste ¿Cierto?...
Edward le ha sido infiel a Tanya por tu culpa… y tu a su vez le has sido infiel a Anthony por
su culpa… ¿Estas consciente de las consecuencias de sus malditos actos?- Chillo furiosa.

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Al fin, como lo esperaba la realidad me cayó encima… sin aviso… una sensación demasiado
extraña empezó a recorrer mi cuerpo haciendo que la felicidad se fuera lentamente…
parecía como si me estuvieran drenando el cuerpo.

Infiel… intente entender esa palabra… lentamente encontré su significado… y lo último que
yo quería fue lo primero que sentí… culpabilidad… culpabilidad por haber engañado a
Anthony… enojo… enojo por saber que gracias a mi Edward le fue infiel a Tanya… odio…
odio a mi misma por haber dejado que la situación se me fuera de las manos, y por
ultimo… felicidad… aunque hubiese sido un poco… no sabía el porqué… pero ese
sentimiento seguía rondándome.

Volví a sentir el espectro de el hueco en mi pecho a la espera de cualquier cosa para poder
abrirse realmente.

Me deje caer lentamente hacia el piso… resbalándome con mi espalda mientras las
lágrimas intentaban inundarme los ojos. Sentí unos pequeños brazos rodeándome los
hombros… pero no les preste demasiada importancia. “¿Qué he hecho?” la pregunta misma
me ahogaba la cabeza… ahora si era hora de empezar a conseguir respuestas.

-Bella- Murmuro Alice ahora un poco más calmada- Lo siento… siento que te hayas
ilusionado de esa manera…

Yo no era capaz de decir palabra alguna… sentía de nuevo que mi corazón se iba
rompiendo lentamente dentro de mí.

-Se lo dije- Musito con su voz de soprano- Por eso peleamos en Phoenix… cuando bajaste a
la sala… le dije que no te ilusionara… le dije que te dejara en paz si su deseo era casarse con
Tanya… pero no me escucho. Y justo cuando venia hacia acá… fue cuando tuve la visión de
todo lo que sucedió.

Deje de escuchar cuando dijo lo de Tanya… sus palabras en si después de ahí dejaron de
tener sentido para mi. El agujero en mi pecho se abrió de nuevo haciendo que todo el aire
que lujuriosamente había guardado antes se saliera como cuando un globo se poncha.

Mis sollozos eran cada vez más altos, me ahogaban… al igual que mis lagrimas… me tuve
que tomar de ambos costados porque sentía como si me despedazaran por dentro.

157
-¿Por qué lo hizo?- Solloce con la cara enterrada en el hombro de Alice.

Se quedo en silencio… tenía que decirme la verdad… lo tenía que hacer… si me iba a
matar… que lo hiciera ahora.

-Dímelo- Solloce de nuevo mirándola a los ojos.

-El… bueno… el…- Suspiro- El lo hizo porque… se entero de que eras novia de Anthony…
y…- Bajo un poco más la voz- Lo hizo para ver que sentías…

-¿Y que mas?- Murmure tan bajo que ni yo misma me pude escuchar del todo bien.

-Para… que no lo pudieras olvidar… y que no pudieses estar con Anthony… de la manera en
la que… tu sabes estuviste con el- Murmuro suavemente.

No dije mas… los sollozos volvieron a salir por mi boca… las lagrimas de nuevo
desbordaron mis ojos… y las oleadas de dolor me empezaban a dejar atolondrada… con
qué facilidad podía irse todo al caño… unos minutos antes era la persona más feliz sobre la
faz de la tierra… y ahora era la muñeca mas rota que se podía encontrar.

Me utilizo, me ilusiono, me beso…. Y luego volvió a romperme… el era la persona más


egoísta que pudiera haber conocido en toda mi vida… Edward Cullen era la persona más
malditamente egoísta que existía.

Las lágrimas aun salían por mis ojos, no las podía parar, ni era algo que yo deseara
realmente ya que era la única manera de desahogarme… “Estúpida si pensaste que
realmente iba a dejar a Tanya por ti… Idiota!!!” una fría voz me decía en el fondo de mi
cabeza… muy en el fondo de mi corazón yo lo deseaba de esa manera… aunque ahora la
realidad me dijera cosas diferentes.

Los bracitos de Alice aun seguían alrededor de mi… intentando protegerme… aunque por
desgracia aquí la única amenaza era yo misma… yo era la que siempre me lastimaba…. Era
una amenaza andante.

158
Respire profundamente como intentando tomar todo el aire que me faltaba de los
pulmones… aunque sabía perfectamente que eso no iba a servir de nada… tendría esta
maldita sensación hasta que me muriera.

Era imposible que me sacara las imágenes de la mente… no podía… y muy en el fondo
tampoco lo quería… el simple hecho de intentar sacarlas me dolía mas que el recordarlas…
aunque no supiera del todo bien la razón por la cual pasaba esto.

No supe bien cuanto tiempo me la pase sollozando en el piso, hecha un ovillo con mi
cabeza en el regazo de Alice… y de nuevo… no era algo que realmente me importase… mi
vida de nuevo ya no tenía sentido alguno… todo se había esfumado.

-Bella- La vocecita de Alice me saco de mi cabeza por unos momentos.

-Humm…- Conteste.

-Vamos a casa- Murmuro.

Me tense al instante… Alice realmente tendría que estar loca si pensaba que yo iría a casa
con Edward ahí… no lo podría ver a la cara… no podría… no… esto no podía estarme
pasando.

Alice noto mi estado y murmuro tan bajo que dude por unos segundos haberla escuchado
bien.

-Prometo que no se te va a acercar, te lo prometo… pero vamos… necesitas dormir y


Charlie no te puede ver así si despierta- Hizo un mohín- Mañana vendremos por el para
llevarlo a casa. Te prometo que Edward ya no te va a molestar.

Lo dude un poco, pero había tanta sinceridad en sus ojos que no pude dudarlo… aparte...
estaría solo algunas horas… ya era tarde así que solo llegaría a dormir y luego a volverme a
ir…

-Si vamos- Dije aun con la voz quebrada por las lagrimas que caían por mis mejillas.

159
Esto era otra prueba que se me presentaba, sabía perfectamente que me tendría que
acostumbrar a verlos juntos… a ver a los dos tomados de la mano… y ver en sus dedos los
anillos que demostraban que estarían juntos por siempre…

Mientras caminábamos por los pasillos en silencio sentía que de nuevo el mundo se me
caía encima… la sensación que había tenido antes de felicidad se había esfumado por
completo y ahora su lugar era tomado por la misma maldita sensación que tenía desde
hace seis meses… esto no podía estar sucediendo de nuevo. Me negaba a aceptar que esto
estuviera sucediendo de nuevo… todo esto debía de ser una pesadilla. Lo sabía… una
maldita pesadilla.

Salimos y una tenue lluvia caía sobre nosotros, el aire soplaba fríamente… me dieron
escalofríos inconscientemente.

Llegamos al Porche de Alice y me subí en el asiento del copiloto… aun ausente y en el


estado de tensión en el que me encontraba… aun no era realmente consciente de lo que
estaba haciendo… ni tampoco lo quería… quería seguir con la maldita idea de que todo esto
era una pesadilla y iba a despertar de un momento a otro en mi cuarto… lo deseaba más
que nada.

Salimos del estacionamiento a 160 km/h… en otras circunstancias me hubiese asustado de


la velocidad… pero ahora era algo que realmente no me importaba… apoye mi cabeza en el
asiento y cerré los ojos, dejando que otras dos lagrimas me salieran de los ojos… las cuales
se confundieron con las gotitas de la lluvia que aun tenía en mi cara.

-¿Bella?- Dijo Alice dubitativamente.

-Si Alice- Murmure muy bajo para que la voz no se me rompiera.

-Por favor olvídalo- Dijo con tono de suplica.

Analice sus palabras… olvidarlo… si hubiese tenido energía me hubiera reído… olvidarlo…
eso nunca iba a ocurrir… si lo olvidaba mi vida dejaría de servir… era lo único que me
mantenía a flote… aunque fuera una simple ilusión.

-No puedo- Susurre muy bajito.

160
-Si puedes- Dijo con tono ansioso- Si puedes Bella, si él lo hizo, tu deberías de hacer lo
mismo… tienes a la persona perfecta para olvidarlo.

Las palabras de Alice me azotaron… “si él lo hizo…” ósea que el si me había olvidado… la
herida en mi pecho se estremeció ante esas palabras. Pero lo peor es que me empezaba a
acostumbrar al dolor que provenía de mi pecho… al dolor del que tanto había huido… y
ahora simplemente me hundía en el.

-¿Bella?- Chillo Alice.

-¿Si Alice?- Dije en un jadeo, intentando recobrar el aire.

-Inténtalo por favor- Dijo con tono de suplica.

Tome aire, estas palabras sabia que me iban a doler… pero tenía que decírselo a Alice…
tenía que descargarme con alguien.

-No puedo Alice…- Suspire- Prefiero seguir sufriendo, y llámame masoquista si quieres,
antes de olvidarlo… él es la única razón en mi vida que aun me mantiene a flote… es lo
único que realmente tiene algo de valor en mi vida. Y aunque él se case… siempre va a ser
el más único y gran amor de mi existencia.

Alice se quedo analizando todas mis palabras, con una expresión inescrutable… su ceño se
fue frunciendo poco a poco hasta que quedo una arruga en su frente marmolea…

-Sabes bien que no te puedes pasar la vida así Bella- Dijo con enojo- No por el… no después
de lo que te hizo.

-No puedo Alice- Me seguía negando mentalmente a la idea.

-Escúchame- Chillo- Si puedes… tienes que hacerlo… tienes que demostrarle… y tienes a
Anthony… ¿No crees que el se merece también una oportunidad? ¿No crees que tú te
mereces una oportunidad para ver si puedes seguir sin Edward?- Escupió el ultimo nombre
como si fuera una maldición.

161
Me quede callada… sabía perfectamente que tenía que intentarlo… solo que algo muy, muy
dentro de mi me decía que no… tenía miedo… miedo de que Edward dejara de aparecerse
en mi cabeza… miedo de dejar de recordar su gélido aliento, su tacto frio… la sensación de
su pecho petrerio contra mi… sus brazos rodeándome… su aterciopelada voz. Tenía miedo.

-No puedo Alice- Solté- Tengo miedo- Dije aun con los ojos cerrados.

-¿Miedo de que?- Murmuro.

-De que Edward se me borre del pensamiento- Al decir esto dos lagrimas gordas me
salieron de los ojos- Tengo miedo de que tarde o temprano… si lo olvido… dejare de
amarlo… y no puedo hacer eso. Simplemente no puedo.

-Bella- Murmuro Alice- Se que al principio va a ser duro porque lo amas… pero tienes que
aprender a vivir sin el… tiendes que dejarlo atrás… yo lo amo como hermano. Pero lo que
está haciendo no tiene nombre- Su voz se escuchaba enojada.

-Lo intentare- Suspire, aun no sabiendo conscientemente que era lo que había dicho.

-Bien,- Suspiro de Alivio- Inténtalo con Anthony, es un gran chico…

-Si, lo es- Dije cuando mas lagrimas se escapaban por mis ojos.

No dijimos nada más en todo el camino… ni yo abrí los ojos, me era más fácil enfrentar la
realidad de esta manera… a tientas. El agujero en mi pecho se había abierto de nuevo,
aunque el dolor ya me era demasiado familiar.

El repiqueteo de la lluvia en el auto era lo único que se escuchaba de fondo cuando


entramos por el caminito de piedras en la casa de los Cullen.

Mi estomago se tenso al instante y una gota de sudor me surco la nuca, “Estúpida… nunca
debiste de haber aceptado venir ¿En qué demonios pensabas Isabella Marie Swan?” me
regañaba internamente.

162
Nos estacionamos entre el descapotable rojo de Rosalie y el Jeep de Emmet, por desgracia
vi también ahí el volvo… eso solo significaba que Edward estaba en casa.

Baje del auto rígida… y Alice llego a mi lado en un abrir y cerrar de ojos, me tomo de la
mano y murmuro.

-Todo va a estar bien, yo te voy a proteger.

Sus palabras me dieron un poco de seguridad, aunque no sirviera de mucho.

Entramos a la casa por la puerta del garaje y al instante sentí dos grandes brazos
rodeándome y dejándome sin respirar.

-¡¡¡Hermanita!!!- Grito Emmet mientras me abrazaba tan fuerte que casi me rompía los
huesos.

-Emmet… no… puedo… respirar…- Dije entrecortadamente.

-Uh… lo siento- Dijo mientras me ponía en el piso pero no dejo de abrazarme… aunque ya
no con tanta fuerza.-Bella- Murmuro en mi oído- Te prometo que no te va a volver a
lastimar lo prometo.

Me tense al instante, ¿Por qué Emmet había dicho eso?... mi mente voló en un millón de
conjeturas, pero una voz me saco de mi mente antes de que pudiera dejar volar mi
imaginación.

-Bella- La voz maternal de Esme me llamo desde detrás de Emmet.

-Esme- Dije zafándome del abrazo de Emmet y corriendo hacia ella para abrazarla.

-Cuanto me Alegra que estés bien- Dijo en medio de un sollozo.

-Lo siento- Dije también con lagrimas en los ojos, Esme no se merecía esto… que estúpida
fui al irme… terminaba hiriendo a todos.
163
-Bueno, bueno basta de cursilerías- Dijo Emmet desde mi espalda como un niño pequeño.
Yo solo reí.

-Vamos arriba Bella- Dijo Alice tomándome de un brazo.

Yo solo asentí con la cabeza, pero en ese momento sentí a Alice tensarse a mi lado y a
Emmet que se ponía delante de mí.

-Déjala en paz- Gruño Emmet.

Yo no podía ver quien estaba en las escaleras, pero tenía una idea demasiado cercana de
quien podría ser.

-No- Dijo una voz demasiado familiar para mí.

Y en ese momento… mi cuerpo dejo de funcionar, el aire se me fue… y me encontré de


nuevo en un abismo negro.
Capítulo 16: "Olvidando Parte I..."
“Esto no está sucediendo, no, esto no está pasando….” Me gritaba en mi fuero interno
mientras intentaba luchar con la obscuridad que me rodeaba completamente, tenía que
salir de ahí… a como diera lugar… aunque muy dentro sentía que aquí nada me podía
lastimar… era como estar en un duermevela tranquilo y sin dolor… solo escuchaba
susurros alrededor mio pero no les encontraba el significado… aunque sabía perfectamente
bien que esto no sería lo suficiente como para escapar de lo que me esperaba.

Abrí mis ojos lenta y cautelosamente no queriendo encontrarme con la realidad y me


encontré con cuatro caras de ángeles que me rodeaban observándome con los seños
fruncidos y todo tipo de expresiones, alivio, enojo, ira, dolor… en fin. Rose, Alice, Jazz y
Em me veían desde arriba como dioses griegos viendo desde el Olimpo y dejaron escapar
un suspiro de alivio cuando vieron mis ojos abiertos. Un fuerte dolor de cabeza me pego,
inconscientemente me lleve las manos a las sienes y empecé a masajeármelas.

-¿Qué sucedió?-Dije con voz pastosa.

164
-Te desmayaste- Contesto la vocecita de soprano de Alice mientras me veía preocupada.

-¿Hug?- Pregunte con cara de incredulidad.

-Si Bells, te desmayaste cuando viste a… bueno tu sabes a quien...- Dijo Jazz mientras me
mandaba olas de tranquilidad.

En ese instante todos los recuerdos me volvieron a la mente como gotas de lluvia cuando
caen. Todos al mismo tiempo. Recordé el haberme desplomado y los grandes brazos de
Emmet rodearme para que no me pegase con el piso, recordé los ojos preocupados de
Edward al verme, los gruñidos que salían de su boca cuando Emmet le dijo que se hiciera a
un lado y el sollozo sofocado que salió de la garganta de Esme, por ultimo recordé los
siseos y movimientos bruscos de Jazz y Rose al quitar a Edward de el camino para que me
pudieran llevar a su habitación. Temblé ante el recuerdo y el dolor de cabeza se hizo más
fuerte.

-¡¡¡Hermanita!!!... ¿Ya te sientes mejor?- Chillo Emmet como un niño pequeño.

-Si, creo que si- Murmure aun aturdida por los recuerdos vagos que me venían a la mente…
pero el que más me golpeaba eran los ojos de Edward sobre mi… recordaba bien esa
expresión. Era la expresión que tenía cuando me encontró en el salón de espejos donde
James estaba a punto de matarme. Otro escalofrió me recorrió el cuerpo y un vacio se fue
apoderando de mi… o más que vacio era el sentimiento de mis ilusiones muertas que
gritaban inconscientemente por ser despertadas.

Sacudí la cabeza un par de veces, estos malditos pensamientos me los tenía que sacar, el
dolor en mi pecho se volvía insoportable… me encontré a mi misma pidiéndole a dios que
me volviera a dejar caer en los brazos de Morfeo… aunque aun así siguiera sintiendo… pero
ya no tanto, como si fuera una medicina que calmaba el dolor… mas nunca lo quitaba.

-Bella- Murmuro Rose sacándome de mi cabeza.

-¿Si Rose?- Enfoque mi mirada en ella.

-Necesitamos hablar contigo- Dijo con el ceño fruncido.

165
-Claro- La duda se apodero de mi cuerpo roto… ¿De que querrían hablar conmigo? ¿Sera
algo malo? ¿Tendrá que ver con el – Me había prometido mentalmente no decir su
nombre- o con Tanya?

Levante mi cabeza y me senté con los pies cruzados en la cama mientras sentía que todo
me daba vueltas. Emmet se sentó a mi lado izquierdo pasándome un brazo por los
hombros, Alice se sentó a mi lado derecho y Jazz y Rose frente a mí.

-Bella- Comenzó Rose viéndome con una extraña expresión en la cara que no supe
descifrar- Tienes que dejarlo ir.

Ipso facto me congele… sabía perfectamente a quien se referían y mi pecho también… ya


que el dolor comenzó subir y bajar por todo el cuerpo dejándome sin aire.

-Bella, esto no es sano para ti- Añadió Jazz que me veía con ojos impacientes- El no va a
cambiar de opinión y solo te esta lastimando.

Una gota de sudor me surco la nuca, esta era la plática que yo no quería tener… con nadie…
sabía perfectamente lo que me iban a decir… pero yo no lo quería escuchar, más que nada
no lo quería aceptar “Edward es diferente… el es diferente… el no ha hecho nada
NADA!!!”… intente levantar las manos para taparme las orejas, pero el brazo de Emmet no
me dejaba… me dio la impresión de que el sabía perfectamente lo que iba a hacer y por eso
no me dejaba moverme.

-Hermanita… por favor… el solo te hace daño… ya no soportamos verte así… no podemos…
no a ti- Murmuro Emmet con voz enojada… jamás en mi vida lo había visto así, con los ojos
entrecerrados y las comisuras de su boca levantadas dejando ver sus dientes… se veía
realmente como un… vampiro.

Mi mente comenzó a comprender sus palabras… aunque su significado no me dijese nada…


podrían decirme lo que quisieran… pero yo sabía perfectamente que nunca lo olvidaría
“nunca te olvidare… nunca amor… nunca” una vocecita me susurraba desde el fondo de mi
cabeza. Y aunque yo supiese que eso estuviera mal… tenía miedo… una parte de mi no
quería dejar ir a Edward, aunque supiese que eso significara ser infeliz por el resto de mi
vida.

-Bella- Alice tomo mi cara con sus dos manitas frías y me obligo a mirarla- Esto te está
destrozando… y si no lo dejas ir… pronto será demasiado tarde. Ve lo que hiciste, huiste

166
hasta Phoenix, dejaste a Charlie en el hospital, estas más delgada que nunca porque no has
probado ni un solo bocado… ¿Es que enserio piensas estar así toda tu vida? ¿A la espera de
que Edward regrese y te diga que te ama?... no puedes seguir así Bells.- Dijo con un tono
maternal.

No podía articular ni una sola palabra… el dolor que tenia internamente me bloqueo todo
lo físico… sabia que lo que me estaban diciendo era la verdad, sabía que yo no podía seguir
así… pero algo me detenía… aunque realmente no sabía que era.

-No puedo…, El es mi vida- Murmure bajando la mirada con los ojos llenos de lagrimas y el
dolor en el corazón.

-Bella- Rose me hablo con voz firme- Mírame Bella- dijo con un tono que no se podía
ignorar, así que subí mis ojos bañados en lagrimas y me la encontré cerca de mí, tomo mi
cara con sus dos manos y me vio a los ojos con expresión demandante- Tu eres fuerte,
Dios, no sé cómo has soportado todo esto. Y por eso eres lo suficientemente inteligente
para hacer lo que es correcto, así que escúchame bien- Dio un largo suspiro pero sin
soltarme ni dejar de observarme- Deja a Edward, deja que haga su vida… tu y el ya no están
juntos y te estás aferrando a una idea que no va a suceder. El ya escogió su camino, y me
duele decirte esto, pero no lo va a cambiar… así que solo déjalo ir.

No fui capaz de decir ni media palabra porque los sollozos salían por mi boca como aire…
“No lo va a cambiar… su camino… no lo va a cambiar por ti” las palabras seguían
retumbando en mi mente como tambores, sabía perfectamente eso… lo sabía desde un
principio, desde que lo vi en la escuela hace ya algunas semanas, lo sabía, solo que no había
sido lo suficientemente fuerte como para pensarlo.

Y ahí en medio de esos bellos ángeles fue cuando todas las conjeturas que me había
formado en la cabeza de un posible cariño de Edward hacia mí se desmoronaron. Nada era
real… todo había sido una pantalla, una maldita pantalla… y sabia que yo había sido la
culpable por haberme dejado llevar. Edward solo me había besado porque era egoísta,
porque no quería verme feliz, porque sabía perfectamente que Anthony podría ser mi
salvavidas. Él lo sabía… y eso le enojaba. Lo sabía desde el primer momento en que vio al
chico en la clase de lengua…

Este pensamiento hizo que me diera un ataque más fuerte de lagrimas, Emmet me paso los
dos brazos y dejo que me recargara en su pecho… llorando más de lo que había llorado
hace ya bastante tiempo.

167
Muchos recuerdos me inundaron la mente, El beso de Edward en la obscuridad… la
sensación de felicidad que me había embargado, sus orbes color miel que me observaban
con diferentes sentimientos que me confundían, recordé aquella noche en el lago de su
casa… la manera en que se había portado… aquella noche en Phoenix cuando me tomo de
la cintura… su roce aun dolía, aun podía sentir el vacio amargo que dejaban sus manos por
mi cuerpo.

-Bella- Emmet me murmuro al oído.- Tranquilízate hermanita… yo se que te duele… pero


tranquilízate- Decía suavemente… y por extraño que pareciese sus palabras lograron parar
un poco las lagrimas que salían por mis ojos, pero no del todo… aun había rastros de el
agua salada que corría por mis mejillas.

-Bella- Alice me miraba con ojos avergonzados- Siento mucho haberte traído hoy aquí… no
pensé que esto fuera tan fuerte para ti, pero te prometo que en cuanto despiertes iremos a
Seattle por Charlie… lo llevaremos a tu casa y no tendrás que regresar aquí… lo siento
mucho- Bajo la cabeza en estas últimas palabras.

La observe por largo rato, también vi los rostros de Jazz, Rose y Emmet… todos me veían
con preocupación… como si fuera una muñeca de cristal que con cualquier cosa se pudiera
romper. Y en todo caso así era, me sentía tan frágil que sentía que hasta el viento en ese
instante me podría destrozar con una sola de sus ráfagas.

Tendría que reponerme, lo sabia… por el bien de todos aquellos a quien amaba…
incluyendo a Edward, sabía que con mi sufrimiento lo único que hacía era lastimarlo… y
eso era algo que no me podía perdonar. Yo no podía lastimar a un ángel… así que aunque
me costara la vida intentaría hacer lo mejor por los demás. Aunque muriese en el intento.
Lo tenía que hacer.

-Todo va a estar bien- Canturreaba Jazz mientras me mandaba olas y olas de tranquilidad
quedando exhausto.

-Bella- Rose llamo mi atención- Prométenos que lo vas a intentar por favor.- Vi en sus ojos
que en verdad quería que yo me repusiera… que en verdad se preocupaba por mí. Así que
tuve que prometerlo, no quedaban más opciones.

-Lo prometo- Murmure hundiendo mas mi cabeza en el hombro de Emmet y cerré mis ojos
para intentar dormirme.

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Todo se quedo en silencio… un silencio muy largo, solo se escuchaba de fondo el latir
rápido de mi corazón. Los pensamientos que tanto había encerrado en un cajón en mi
cerebro se liberaron. ¿Cómo superaría a Edward? ¿Cómo sobreviviría? ¿Edward se pondría
contento por esto?... mil y un preguntas rodaban por mi mente como mariposas en verano.
Las manos me sudaban y la mandíbula me empezó a temblar al empezar a buscar las
respuestas que tanto había evadido…

Las lágrimas salían silenciosas por mis ojos cerrados e hinchados. Las horas parecían
eternas en aquella habitación. No quería abrir los ojos, no, aun no. Quería quedarme un
poco más dentro de mi mente, aquel lugar donde la única persona que podía lastimarme
era yo y mi subconsciente.

Mis recuerdos me inundaron la cabeza… todas las veces que Edward había estado conmigo,
los besos que nos habíamos dado, las caricias llenas de sentimientos que habían inundado
cada parte de nuestro cuerpo.

No supe en qué momento me quede dormida soñando con cosas lindas y agradables,
posibles finales de cuentos de hadas que venían a mi mente donde yo era la princesa y
Edward mi príncipe azul… se que sonaba como una soberana tontería… pero por unos
escasos momentos me hubiese gustado que así fuera. Princesa y príncipe. Cuentos de
hadas, corceles blancos, sapos que hablaban y mariposas de colores que soltaban algún
polvo mágico. Por desgracia mi realidad era otra. Una demasiado diferente.

Y aun así en los sueños podía sentir un leve dolor nebuloso que se extendía por mi cuerpo.

Una voz que gritaba mi nombre se escuchaba a lo lejos, “Bella… Bells… despierta” se hacía
cada vez más cercana… hasta el punto en que desperté de mi sueño y me encontré aun en
los brazos musculosos de Emmet que me observaba con curiosidad.

-Hermanita… estabas hablando en sueños… príncipes y princesas- Intento sofocar su risa


en un ataque de tos… pero no lo logro.

-Lo siento…- “y un demonio!!!” Maldije en mi fuero interno, siempre me tenía que pasar lo
mismo- ¿Dónde están los demás Emmet?- Pregunte mientras me tallaba los ojos rojos y
adoloridos de tanto llorar.

-Rose y Alice han ido abajo por agua y comida para ti- Contesto tranquilamente.

169
No alcance a contestar cuando alguien entro por la puerta. Me tense al instante y escondí la
cara en el hombro de Emmet… pero me tranquilice al instante… solo era Jazz. Una oleada
de paz y calma inundo el cuarto… como por arte de magia.

-Hermanita, sé que no es el momento adecuado… pero te queremos preguntar algo-


Emmet se puso serio, dio un suspiro y apretó su agarre alrededor mío.- ¿No tienes algo que
decirnos a Jasper y a mí?- Sentí el escrutinio detrás de su voz y sus ojos se entrecerraron
un poco al igual que los de Jasper que se sentó a un lado mío.

-¿Algo como que Emmet?- Pregunte en un bostezo.

-Algo como – Empezó a imitar mi voz con sarcasmo- “Hermanito, Jasper… me he vuelto
novia del idiota de Anthony”- Entrecerró un poco más los ojos y Jasper que se encontraba
a un lado mío se tenso.

-Esto… yo…- No sabía por dónde comenzar… sabia que a Jazz y a Em no les caía bien
Anthony… así que no supe bien cómo explicarlo- Yo…. Bueno… y un demonio!!!... si
Emmet y Jasper soy novia de Anthony- Gruñí un poco divertida por sus expresiones de
enojo.

-No nos cae bien- Siseo Jasper a mi lado y yo torcí el gesto.

-Así que, aunque sabemos que está contigo- Dijo Emmet entre dientes- No nos caerá bien-
Me apretó un poco mas casi dejándome sin aire- Y tendrá que pasar nuestro interrogatorio
¿De acuerdo?- Dijo con voz firme.

Tuve que utilizar todo mi autocontrol para no reírme en ese momento, así que solo atine a
asentir utilizando mi pelo como cortina para que no vieran la sonrisa que jugueteaba en
mis labios. Enserio estaban enojados y celosos… como los hermanitos que nunca he tenido.
Por extraño que parezca esto me subió un poco mi estado de ánimo, logro calmar un poco
mi dolor del pecho… aunque no del todo.

-¿Por qué les cae tan mal?- Cuchichee con cara de incredulidad. No conocía a nadie aparte
de ellos dos que les callera mal Anthony. Era una excelente persona.

Emmet abrió la boca, pero en el momento en que iba a contestarme entro Alice y Rose por
la puerta y la volvió a cerrar. Le di una mirada para que supiera que esto no se quedaría así,

170
igual a Jasper. Tenía que haber una verdadera razón por la cual lo odiaran. Y yo la tenía
que saber.

-Bells- Canturreo Alice danzando hasta mi con una bandeja de comida- Te hemos hecho el
desayuno- Frunció el ceño- Aunque no hemos comido en más de 60 años comida
humana… presiento que ha quedado muy bien.

-Gracias Alice- Mire la bandeja frente a mi sin mucho apetito- Pero de verdad no tengo
hambre- Baje la mirada.

-Isabela Marie Swan… Vas a comer AHORA!!!- Dijo Rose con aquel tono suyo que daba
miedo desobedecer.

Negué con la cabeza.

-No tengo hambre… de veras…- Mire por la ventana un momento y se veía que empezaba a
aclarar un poco- ¿Qué hora es?- Pregunte mirando a Alice.

-Las 7:30 de la mañana- Acerco un poco la bandeja hacia mi- Así que señorita “Desvió-el-
tema” comerás A-HO-RA- separo las palabras como si estuviese diciéndolas a un niño
pequeño.

Acepte refunfuñando, a veces Alice podía ser tan… decidida. Picotee mi desayuno, sin saber
en sí que engullía… me perdí en mis pensamientos mientras veía fijamente por la
ventana… escuchando sin escuchar lo que sucedía a mi alrededor. Escuche que Alice decía
algo de ropa, y Rose algo de unos autos… pero al fin y al cabo me perdí, en mi interior mi
conciencia gritaba “Lo tienes que olvidar Isabella… por tu bien, por su bien y por el de los
demás… lo tienes que olvidar” Y por cada una de esas palabras sentía como si me quitaran
una parte de mi interior. Era consciente de lo que sucedería en algunos días… su boda.
Pero aun no me podía hacer a la idea de que Edward realmente se fuera a casar con una
persona que no fuera yo. El hueco en mi interior se volvió a tensar a causa del dolor que
sentía, pero sabía perfectamente que tendría que aprender a lidiar con el… porque ahora si
dudaba demasiado que se fuera… ni siquiera aunque pasaran los años. Me terminaría
acostumbrando… porque será algo con lo que tendría que vivir día a día… año tras año...
hasta que dejase de existir… y aun así dudo que dejara de sentir ese tipo de vacío en mi
interior.

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La luz de la ventana seguía aclarándose y con ella mi mente se iba despejando cada vez
más. Ahora lo veía todo con más claridad… sabía perfectamente lo que tendría que hacer.
Aunque no lo quisiese “Es todo por tu bien Isabella… todo por tu bien” me repetía aquella
vocecita desde el interior de mi cabeza.

-¿Bella?- Pregunto Alice sacándome de mi ensoñación- Báñate y vámonos, Hoy Charlie


sale del hospital- y Diciendo esto me puso de pie me dio un conjunto de ropa limpia y me
empujo hacia el baño.

Hoy a Charlie lo daban de alta, sentía como si cada una de esas palabritas tan simples me
quitaran uno de los muchos pesos con los que cargaba encima… “Charlie por fin estaría en
casa… por fin…”. Una sonrisita de suficiencia se formo en mi cara. Por fin Charlie estaría
bien.

Me bañe rápidamente y me cambie… sin darme cuenta en sí que era lo que traía puesto…
era una playera negra y unos pantalones de mezclilla demasiado bajos, pero por las prisas
no me moleste ni en chistar por la ropa.

Salí pitando del baño hacia el cuarto de Emmet y Rose que era donde Alice me estaba
esperando. Me arreglo el cabello y me pinto rápidamente, en una ocasión normal me
hubiera negado y refunfuñado durante todo ese lapso, pero mis nervios eran tan grandes
por ir por Charlie que deje que jugara a Barbie Bella, de todos modos Alice lo hacía a
velocidad inhumana.

Bajamos las escaleras para ir por las chaquetas y fue cuando caí en cuenta…, no había visto
a la familia de Denalí ni tampoco a Esme… ¿Dónde se encontrarían?

-Alice- Pregunte dubitativamente- ¿Dónde está Esme?

-Ah…- Dudo un poco pero contesto- Se fue de caza ayer con los de Denalí y con el.

No pregunte más. Era normal que se haya ido con ellos… quiero decir, el –A quien me
había negado a pronunciar su nombre por temor a que me rompiera en pedazos- formaría
parte de su familia en muy poco tiempo. Gemí internamente ante el dolor de mi pecho.

Emmet, Jazz, Rose y Alice me acompañaron al hospital, íbamos todos en el Jeep de


Emmet, cuando subimos a el me extraño no ver el Volvo de el estacionado. Pero mi mente

172
inconscientemente repelo ese pensamiento… me había dicho – o más bien obligado-
Internamente a repeler como peste cualquier pensamiento que tuviese que ver con el…
aunque era demasiado difícil, ya que toda mi vida giraba alrededor suyo.

El viaje fue callado, cada quien iba inmerso en sus pensamientos… íbamos a una velocidad
terrorífica, pero no me sentía de ánimos para ponerme a discutir con Emmet respecto a
eso. Iba perdida viendo los manchones de colores que se pintaban en la ventana como
cuadros de museos. ¿Sera feliz?.... esa simple pregunta rondaba por mi cabeza desarmando
todos mis pensamientos. Esperaba realmente que así lo fuera… él se lo merecía. El se
merecía esa oportunidad y esperaba fervientemente que Tanya se la pudiese dar… a
comparación de mí que nada mas servía para darle dolores de cabeza. ¿Estará
enamorado?... Una pregunta nueva regurgito de mis pensamientos… y digamos que eso era
más que obvio… Tanya en si era la mujer que todos quieren… bella tanto como por fuera…
como – Me imagino- Por dentro. “Es que enserio Isabella Marie Swan no hay nada
atractivo en ti como para retenerlo METETELO EN LA CABEZA DE UNA MALDITA
VEZ!!!” me gritaba internamente intentando por todos los medios que esas palabras me
quedaran grabadas en toda mi mente y pensamientos.

Escalofríos internos me recorrían el cuerpo una y otra vez haciéndome estremecer por
dentro. Amargamente disfrutaba de esta situación, porque mínimo era sentir algo diferente
a solo el dolor que me embargaba desde hace ya bastante tiempo

“Tonta, tonta, tonta… Isabella Tonta!!!” me gritaba una de mis mil vocecitas… todas al
unisonó eran verdades que por tanto tiempo había intentado evadir. Me pregunte por un
momento si esto era lo que sentía Edward al escuchar las mentes de los demás, porque en
mi interior había una batalla interna entre diferentes voces. Aunque todas gritasen lo
mismo.

Seguía inmersa en la batalla con mis voces interiores hasta que un grito ahogado me saco
de mi pensamiento.

Alice… Alice había gritado.

-¿Qué sucede Alice?- Chille tomándola de un brazo ya que estaba a un lado mío.

-Bella… Bella- Empezó a murmurar.

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Emmet aparco el Jeep a un lado de la carretera y se giro hacia donde estaba Alice que tenia
la mirada perdida… conocía perfectamente esa expresión.

-¿Qué sucede Alice que viste?- Pregunte tensa… sabia que esa visión tenía que ver
conmigo… murmuro mi nombre.

-Victoria… Bella… Victoria- Sollozo abrazándome.

-Alice que sucede- Hablo Rose mientras le tomaba una de sus manos.

-La vi… a Bella…- Desvió la mirada de mis ojos y se centro en Rose y Jasper que la veía con
cara de preocupación- Muerta...- Murmuro la última palabra.

-Alice ¿De qué hablas?- Dijo Jasper cada vez más tenso.

-Bella… en el bosque de la casa de Charlie- Empezó a hablar tan rápido que se le


atropellaban todas las palabras- Muerta… Victoria la mataba… por un descuido nuestro…
no no no…- Y diciendo esto se tapo la cara con sus manitas y comenzó a sollozar pero sin
lagrimas.

Ipso facto me congele…. “y es que enserio no me puede pasar nada mas???” me pregunte
internamente. No.. Yo realmente tenía la peor suerte de todo el mundo. Me sentía extraña,
porque en realidad no me impresiono demasiado esa visión… lo sabia… sabía desde hace
demasiado tiempo de que había demasiadas probabilidades de que Victoria me matara,
aunque en realidad nunca lo había pensado lo suficiente como para asustarme o algo así.

Emmet arranco el Jeep mientras hablaba a velocidad vampírica… solo entendí algunas
palabras que eran... Carlisle, Bella, casa, protección, pero me perdí toda la conversación.

El ambiente en el auto era cada vez más tenso… Jasper intentaba mandarnos olas de
tranquilidad, pero ni el mismo las conseguía. Alice estaba hablando por teléfono –lo más
probable es que fuera con Carlisle- Rose hablaba con Jasper y Emmet iba concentrado en
la carretera por la que íbamos de nuevo a la mayor velocidad que alcanzara el Jeep.

“Dios… esto sí es demasiada mala suerte” me repetía internamente. Estaba en blanco,


ningún pensamiento coherente me venía a la mente… la única imagen que se aparecía era

174
la cara felina con pelo anaranjado que me acechaba, pero, por extraño que pareciese… más
que miedo me daba alegría verla, una manera más de acabar con el sufrimiento de todos
los que estaban a mi alrededor.

A mi mente se vino otra imagen, la cara de Edward sonriendo de esa manera que tanto me
encantaba y me quitaba el aliento… dios… esto era tan difícil. Sabía perfectamente que si
Victoria me llegaba a matar seria un respiro para todos. Aunque me dijesen lo contrario.

La hora se paso demasiado rápido y de un momento a otro ya nos encontrábamos frente al


hospital. Emmet se estaciono en un lugar que yo pensé sería demasiado pequeño para el
Jeep, pero el lo logro en un solo intento. Bajamos del auto, mis acompañantes estaban
todos tensos. Jazz llego a un lado mío y Emmet del otro, me paso un brazo por los
hombros, Rose se puso detrás de mí y Alice delante. Si hubiesen estado de mejor humor se
hubiese visto graciosa la Escena. Cinco vampiros cuidando a una humana.

Caminamos hacia la entrada y ahí Rose, Jazz y Alice se fueron a los consultorios donde
supuse los estaría esperando Carlisle, Emmet se quedo conmigo.

-Hermanita- Me dijo suavemente aunque se le podía notar lo tenso que estaba- Todo va a
estar bien, te prometí que nada ni nadie te haría daño y pienso cumplir mi promesa-
Sonrió, pero esa alegría no le subió a los ojos.

-Gracias Em- Lo abrace y así nos quedamos por unos minutos que se hicieron eternos,
adoraba a este gran tonto… era como el hermano que en verdad nunca había tenido… igual
a toda la familia Cullen… todos menos una excepción… que era a la persona que mas
amaba en el mundo… aunque el sentimiento no fuese mutuo, este pensamiento hizo que
me doliera mas el pecho y me aferre mas a Emmet en un intento estúpido de calmarme, el
contesto abrazándome un poco más fuerte. Justo cuando íbamos a separarnos Emmet se
tenso al instante y cerro la mandíbula audiblemente.

-Hay viene tu “Noviecito”- Mascullo entre dientes, y yo observe en la dirección de su


mirada.

Frente a nosotros Anthony se estaba acercando con una sonrisa en su rostro, viéndome con
sus orbes verdes que tanto me gustaban. Un escalofrió me recorrió el cuerpo al ver el gran
parecido con el… un dolor mas fuerte me llego, pero no tuve ni tiempo de estremecerme
cuando Anthony ya había llegado a mi lado.

175
-Hola princesita, Cullen- Dijo con amabilidad.

Me separe de Emmet que seguía viéndolo envenenadamente pero Anthony ni se inmuto,


me acerque a mi novio –me patee mentalmente por esto, aunque no supiese el porqué- y le
di un suave beso en los labios.

-Hola- Dije con una sonrisa tímida mientras nos tomábamos de la mano casualmente.

-Hermanita- Gruño Emmet- Ve con Charlie, yo iré con Carlisle- vio a Anthony con
desprecio y sus labios se curvaron hacia arriba- Ve directo con Charlie Bella… no quiero
que te desvíes.- Y diciendo esto se fue a zancadas para el área de consultorios.

Todo se quedo en silencio hasta que vimos que Emmet se perdió de vista y Anthony hablo.

-Princesita- Dijo suavemente tomándome la cara con sus dos manos- Te he extrañado-
antes de poderle contestar pego sus labios con los míos y nos fundimos en un beso suave y
tierno… pero para mi desgracia mis labios deseaban la boca de otra persona y a mi mente
solo se vino la imagen de el a quien no quería nombrar. Esto hizo que rompiera el beso
instantáneamente. Me sonroje al instante pero el solo sonrió con aquella sonrisa torcida
que tanto me mataba.

Le sonreí tímidamente y lo tome de la mano para caminar hacia la habitación de Charlie,


sintiéndome extraña por su tacto cálido al que por cierto no estaba acostumbrada.

-Princesa- Dijo Anthony con tono burlón- ¿Me debería de presentar con el Jefe Swan como
tu novio?- Dijo con una carita angelical que me recordó a las caritas que hacia Alice.

-Esto… am…- “y un demonio!!! ¿Qué hago? ¿Qué hago?”- Si… de todos modos… se va a
enterar- Dije frunciendo el seño. Y era la verdad, lo más probable era que Charlie ya lo
supiera.

Rio entre dientes y me dio un rápido beso que hizo que me sonrojara. El espectro de el
agujero en mi pecho estaba a la espera de hacerme caer, pero Anthony hacia que todo esto
se tranquilizara… su sola presencia hacia que todo estuviera en calma, aunque sabía que la
única razón por la cual sucedía eso era porque era el doble de el amor de mi vida.

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Llegamos a la habitación de Charlie y me puse nerviosa al instante, Anthony sintió eso y
me dio un suave apretón en la mano dándome confianza y yo le sonreí tímidamente antes
de tomar el picaporte y abrir la puerta.

Entramos y Charlie tenía una sonrisa triunfal en su cara, la habitación estaba llena de
felicidad, como si Charlie la iluminara con su sonrisa.

-Hija- Grito- Te he extrañado pequeña- Abrió los brazos para que me acercara y le diera un
abrazo, a lo que yo respondí.

-Lo siento papa, pero Esme me obligo- Dije en un susurro.

-No hay problema pequeña- Contesto emocionado y me dio un beso en la frente.

-Jefe Swan- Dijo Anthony con caballerosidad.

-¡¡¡Anthony!!!- Chillo Charlie como un niño pequeño- Hijo que bueno que vienes por
aquí… hace mucho que no te veía.

-Igualmente Jefe Swan- Dijo Anthony con una sonrisita jugueteando en sus labios.

-Dime Charlie por favor- Dijo mi papa intentando sentirse joven.- Así que… -Me miro
dubitativamente- Ustedes dos…- y al instante me congele ¿Era posible que fuera tan
observador aun en esa cama de hospital?

-Así es Jefe… Charlie- Dijo Anthony con otra sonrisa que iluminaba su cara mientras yo me
ponía de todas las tonalidades de rojo posibles- mi princesita y yo estamos juntos.- y
diciendo esto se acerco y me tomo de la mano.

Por un momento pensé que a Charlie se le iba a descomponer la mandíbula de tanto que
sonreía como niño pequeño.

-Eso es genial chicos los felicito- Dijo con una sonrisa.

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Anthony se acerco a mí y me tomo la cara con las dos manos, giro un poco la cabeza y se
acerco a mí un poco… todo a mi alrededor desapareció… pero escuche a lo lejos silbido bajo
de Charlie… aunque en realidad eso ya no importara. Era como estar en una burbuja
privada. Sus orbes verdes me observaban con pasión, bajaba su mirada de mi boca a mis
ojos y otra vez, hasta que acorto el espacio que nos separaba y me dio un beso cargado de
deseo… al que yo correspondí sin chistar… no era porque me gustase… sino porque me
recordaba demasiado a el…

Me deje llevar y le respondí el beso hundiendo mis dedos en su sedoso pelo negro mientras
él me tomaba por la cintura… estaba demasiado concentrada en nuestro beso cuando
escuche el ruido de una puerta abrirse y me separe al instante.

Frente a nosotros estaba Carlisle que sonreía con tristeza y… -“no no… esto no puede estar
sucediendo… ¿Por qué a mí?..." me gritaba internamente- el detrás de Carlisle con los ojos
llenos de fuego y su boca en una línea… conocía demasiado esa expresión… estaba furioso.

Ipso facto la culpabilidad me llego el cuerpo… aunque sabía que no tenía que sentir eso.
Capítulo 17: "Olvidando Parte II..."
Un escalofrió gigante me recorrió la columna vertebral haciéndome estremecer entre los
brazos de Anthony cuando lo vi a el entrando a la habitación. “y es que enserio esto no se
puede poner peor” me dije en mi fuero interno a modo de reproche.

Me apreté mas a los brazos de mi novio para no caerme, sentía mis piernas como una
gelatina. El entro a la habitación con aire vacilante y una sonrisa cortes se encontraba
dibujada en su boca, aunque con sus ojos estuviese matando a Anthony de mil maneras
posibles, pero este ni se inmuto ante su mirada porque jugaba distraído con un mechón de
mi pelo.

-Espero no interrumpir nada- Dijo Carlisle dándome una sonrisa que no supe descifrar.

-No doctor Cullen pase usted- Contesto Charlie muy emocionado.

Edward se quedo recargado en el marco de la puerta, un aire misterioso lo rodeaba


mientras que clavaba sus orbes dorados en mi. Estos tenían mil emociones… mil cosas que
me quería decir en una sola mirada “Olvídalo… simplemente olvídalo ya!” me grito mi
conciencia pateándome internamente, así que rompí el hechizo de su mirada y me gire a
ver a Anthony que me veía con ojos esperanzados. “Discúlpame amor mío… discúlpame”
pedí disculpas internamente deseando que por un momento el me pudiera leer la mente,

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aunque sabía que eso era imposible. Junte mis labios con los de Anthony en un beso fugaz
y me gire para ver como Carlisle checaba a Charlie. Escuche un leve gruñido proveniente
de la garganta de él pero no me gire a verlo, sabía que si no empezaba en este momento
con mi plan no tendría otra oportunidad, aunque esto me doliera realmente en el alma.

Sentía por dentro un huracán de emociones, mi cuerpo demandaba unos brazos demasiado
diferentes a los que me estaban abrazando ahora mismo, mis labios por igual… aunque
sabía que eso sería imposible. Me dolía en el alma tener que hacer esto, y más enfrente de
el… pero tenía que empezar a olvidarlo… empezar a dejar de amarlo… aunque la vida se me
fuera en ello.

Sentía como si su mirada me atravesara como un rayo laser… sabía perfectamente lo que
intentaba hacer… intentaba tener contacto visual conmigo, pero no lo permití… y como
antes me había preguntado ¿De cuantas maneras se le puede romper el corazón a alguien y
esperar que siga latiendo?

-Bella- Dijo Carlisle suavemente volteándose hacia mí.

-Si dime Carlisle- Dije intentando ocultar el temblor en mi voz.

-Tendrás que ir a recepción a firmar unos papeles- Dijo con una sonrisa.

-Ah claro- Dije poniendo los ojos en blanco pegándome más al cuerpo de Anthony, a lo que
él respondió con otro leve gruñido casi inaudible.

-Te espero aquí princesita- Me susurro Anthony en el odio haciendo que la piel se me
pusiera de gallina.

Asentí y salí de la habitación sin darle una sola mirada al vampiro que se encontraba en la
puerta, sentí que su aroma me llenaba el cuerpo cuando pase a un lado de el, pero eso no
me detuvo… tenía que llegar a recepción antes de que algo sucediera… camine por algunos
pasillos con alivio pensando en que no me seguiría, pero como siempre mi mala suerte
actuó primero.

-Bella- Me dijo El jalándome de un brazo y aprisionándome contra la pared del corredor.

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-Si dime- Conteste sin ninguna expresión en los ojos aunque por dentro me estuviera
muriendo.

Sus manos me aprisionaban de nuevo contra la pared, podía sentir su frio aliento sobre mi
cara, mientras mi corazón se aceleraba a ritmos desiguales y una gota de sudor surcaba mi
nuca.

-¿Qué haces con él?- Pregunto cuando la más extraña de las expresiones le pasaba por la
cara, parecía que se fuera a volver loco.

-¿Con quién?- Murmure con la voz fría.

-Con Anthony- Escupió su nombre como si fuera una grosería.

-Eso es algo que a ti no te importa- Le dije en un susurro cuando me perdí en sus ojos color
miel.

-Me importa y demasiado- Siseo aun con esa expresión extraña.

-No- Lo empuje un poco- No te importa así que ¿Te podrías quitar? No tengo tiempo para
esto Cullen- Dije entre dientes.

-¿Lo amas?- Me pregunto con rabia en la voz pero con tristeza en los ojos.

Resople cansada

-Isabella- rogo- ¿Realmente lo amas como me amaste a mí?

Sus palabras me golpearon como un guante de box, ¿Era dolor lo que escuchaba en su voz?
Un escalofrió recorrió mi cuerpo dejándome sin aliento, “esto es solo un truco bella… un
truco para lastimarte” me convencí mentalmente antes de girarme hacia él.

-¿Por qué te importa tanto?- Dije con el mismo tono de enojo.

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-No me has contestado la pregunta- Volvió a rogar.

Suspire frustrada y cambie mí vista hacia otro lado para que no pudiera ver mis ojos
bañados en lágrimas.

-¿No es que te importe demasiado cierto?- Dije con voz inescrutable- Tu seguirás con
Tanya, yo seguiré con Anthony y tu próximamente formaras parte de los Denalí- Empecé a
hablar más rápido para no dejar escapar los sollozos que me abordaban la boca- Así que
¿Qué importa Edward? ¿No es como si fuera a hacer una diferencia verdad? Terminaras
tomando tu camino y yo el mío.- Me digne a observarlo con los ojos abiertos como platos y
el dolor era tangible en ellos, me daban ganas de abrazarlo pero detuve mis impulsos a
tiempo para ver su reacción.

Se tenso al instante, pareciese como si mis preguntas lo hubieran agarrado por sorpresa. Se
tomo el puente de la nariz mientras se separaba de mí y se recargaba en la pared de
enfrente. Sentí el vacio de su agarre y lo extrañe, deseando que nunca se fuera.

-Discúlpame- Gruño- Esto ha sido un error.

¿Error? ¿A qué se refería con eso?... una y mil preguntas abarcaron mi cabeza al instante…
claro que era un error, error el que me hubiera besado, error el que me siguiera
lastimando, error el que estuviera aquí… error todo lo que ha sucedido.

-Tienes razón- Solté una carcajada amarga y histérica- Esto ha sido un error.

Lo mire durante unos segundos que se me hicieron eternos y por fin me marche de ahí,
dejándolo recargado contra la pared con su mirada clavada en mi espalda. Aun aunque no
los pudiese ver sabia que en sus ojos había tristeza… se sentía en el aire que respiraba, se
sentía en su postura, era tan tangible que casi se podía tocar.

Llegue a la recepción y firme los papeles, lo que más deseaba en ese instante era poder salir
de ese maldito hospital y poder irme a casa. Mi mente viajaba a demasiados kilómetros de
distancia intentado descifrar el significado de los actos de cierto vampiro al que yo amaba…
esto era tan difícil.

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Camine de regreso a la habitación con aire ausente, deseando internamente el poder
encontrármelo… aunque eso no sucedió. “Eres una estúpida Isabella… sabes bien que él no
te quiere… IDIOTA!!!” me gritaba mi conciencia, pero si no me quería ¿Por qué se
comportaba de una manera tan posesiva conmigo?... ¿Por qué me hacia todo esto mas
difícil?... el ya tenía a Tanya, tenía todo lo que alguna vez el quiso, una vida, una persona a
quien amar… y yo había quedado fuera de su panorama… ¿Es que no le era suficiente con
eso? ¿Qué demonios quería de mí?

Las siguientes horas fueron demasiado estresantes, Charlie estaba incomodo y emocionado
por salir, Anthony parecía sanguijuela pegada a mi todo el rato y yo perdida en mi mente
intentando trazar un plan para poder olvidarme del mas único y verdadero amor de mi
vida. Sentía el espectro del agujero de mi pecho a la espera de poder abrirse de nuevo…
aunque no entendía del todo bien como es que iba a suceder eso si ya estaba lo más abierto
que se pudiera.

Sus palabras aun las tenía pegadas a mi cabeza… como oraciones que no se iban

“¿Lo amas?”

“¿Realmente lo amas como me amaste a mi?”

Y no se iban por más que hacia el intento por sacarlas de mi mente… ¿Por qué le importaba
tanto? ¿Qué era lo que quería? ¿Terminar de matarme?

Las lagrimas luchaban por salir de mis ojos pero me mordí la lengua para que no
sucediera, quería llorar por todo lo que me estaba pasando en este momento, pero algo
muy dentro de mi me dijo que no sería bueno para nadie… solo sería el recuerdo constante
de el porqué de mis sufrimientos.

¿Podría seguir mi vida sin Edward?... esa simple pregunta me hacia estremecer de tan solo
pensarla… sabía que podía… pero sería una existencia vacía y sin sentido, alimentada solo
por recuerdos y sensaciones pasadas, justamente de lo que me alimentaba en estos
instantes.

Me había preguntado que si lo amaba, ¿Qué clase de pregunta estúpida era esa?, mi
corazón completo le pertenecía… hasta el más corto de sus latidos tenía su marca… ¿Qué
no era más que obvio?

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Había prometido olvidarlo, y lo iba a cumplir aunque la vida se me fuera en ello. La
felicidad de muchas personas dependía de que yo cumpliera esas promesas… entre ellas la
felicidad de Edward, no lo podía obligar a estar con el recuerdo constante de mi
sufrimiento, yo no podía lastimar a un ángel… y aunque me lastimara a mi misma
intentando alejarlo de mi corazón lo salvaría a el de cualquier clase de sufrimiento…
cualquier clase de problema que mi existencia pudiera acarrearle.

-Bella- La voz de Anthony me trajo de nuevo a la realidad. Enfoque sus ojos verdes que me
observaban con preocupación- ¿Estas bien?

Voltee a ver a Charlie que estaba profundamente dormido en su cama y me tranquilice al


instante. Me gire a mi novio para poder ver su cara.

-Si- Murmure regresando a la realidad- Solo estoy un poco distraída.

Me miro dubitativo por algunos segundos y agrego.

-Bueno princesa llevaran a Charlie en una ambulancia a tu casa porque no se puede mover-
Sonrió dejándome ver sus dientes extremadamente blancos- Así que, me preguntaba si te
gustaría irte ahorita para que prepares el cuarto de Charlie, de todos modos no tardan en
darlo ya de alta.

Lo pensé un momento, lo mejor sería arreglar todo en mi casa para que Charlie se sintiera
cómodo, aparte de que me encantaría salir de ahí lo más pronto posible… aunque me daba
terror dejar a Charlie solo. Anthony pareció entender mi preocupación y se apresuro a
agregar.

-Charlie estará bien princesa, el doctor Cullen lo acompañara en la ambulancia y le dirá


que nosotros nos hemos ido no te preocupes-Susurro suavemente para no despertar a
Charlie que se encontraba roncando en su cama. Sonrió y me dio un beso en la nariz- Así
que vámonos.

Le di una última mirada a Charlie, me levante del regazo de Anthony, camine hacia mi
papa y le di un beso en la frente antes de salir de la habitación a hurtadillas.

Tomo de mi mano y me jalo hacia afuera del hospital. Al instante me puse alerta,
dirigiendo mi mirada hacia todos lados a la espera de ver a alguno de los Cullen, pero para

183
mí desgracia no vi a nadie. Los extrañaba a todos… aunque sabía que no sería el mejor
momento para verlos.

Subí al Mustang de Anthony y el subió a mi lado, salimos a toda velocidad del


estacionamiento “Habrá alguna cosa en la que no se parezca a Él???” me pregunte
internamente mientras me agarraba del asiento por la velocidad a la que íbamos.

Anthony tomo una de mis manos besándola… ese gesto me enterneció al instante, aunque
me recordó que eso lo hacia él, me regañe internamente por estar pensando de nuevo en el
amor de mi existencia. Y sus preguntas seguían retumbando en mi cabeza como
tambores…, ¿Por qué la expresión triste en su rostro? ¿Qué demonios me estaba ocultando
Edward? ¿Qué era?

-Princesa- Dijo Anthony suavemente- ¿Estas bien?... te he notado muy distante.

Me gire y le sonreí… aunque sabía bien que esa alegría no había subido a mis ojos.

-Si… solo estoy un poco…- Suspire- Cansada… por todo lo que ha sucedido- Murmure.

-Humm princesa sabes que puedes confiar en mi ¿Cierto?- Pregunto con una perfecta ceja
enarcada.

Asentí con la cabeza.

-Así que si necesitas algo solo dímelo, quiero lo mejor para ti- Y me dio una de sus sonrisas
torcidas que tanto me gustaban.

-Gracias- Murmure dándole un pequeño apretón a su mano que él me correspondió.

El largo camino de regreso a casa se fue volando en conversaciones sobre temas sin
importancia… y más que eso llena de silencios incómodos que ninguno de los dos
intentaba rellenar… mi mente viajaba a kilómetros de distancia… a mi mente vinieron las
palabras de Alice respecto a victoria… mi muerte se podía sentir cerca, yo misma la podía
sentir a un lado mío… aunque en si era algo que en verdad no me llamaba la atención, la
muerte era algo con lo que había aprendido a vivir desde que me mude a este pequeño y
“seguro” pueblo.

184
A mi mente regreso la imagen de mi dios helénico, observándome con aquellos ojos color
caramelo que hacían que me perdiera de maneras tan diferentes. Lo amaba, más que a mi
vida, más que a cualquier cosa que pudiera querer o necesitar… él era simplemente la
razón de mi existencia.

Suspire.

Pude sentir la mirada especulativa de Anthony en mi cara, solo que me rehusé a hacer
contacto visual con el… no tenía ganas de lidiar con lo que me quisiera decir… mi cuerpo y
mi alma estaban ya cansados… y el problema es que solo una persona podría hacer que eso
cambiara, pero esa persona estaba ahora con una mujer muy diferente a mí. Una oleada
del dolor ya tan familiar me volvió a inundar.

Un amor imposible, así es como yo definiría lo que siento por él, un maldito y desolado
amor imposible.

Empecé a sentir nauseas de tan solo pensar en eso.

Veía como Anthony subía cada vez más la velocidad del auto, aunque no se sintiera del
todo realmente… estaba internamente agradecida por llegar lo antes posible a mi casa;
tenia demasiadas cosas por hacer, mañana habría instituto… tendría que preparar la casa
para Charlie, hacer las comprar, limpiar y por desgracia enfrentarme con la realidad por la
mañana… era a lo que más le tenía miedo, a lo que me pudiese traer el destino al día
siguiente. Aunque juzgando por mi mala suerte no sería nada bueno.

-Princesa- Dijo suavemente Anthony- ¿Quieres que pasemos al supermercado antes de


llegar a tu casa?- Hablaba mientras una leve sonrisa le jugueteaba en sus carnosos labios.

Me deslumbro.

-Ah… si- Dije aun un poco idiotizada por el efecto que sus labios causaban en mí, me
recordaba tanto a la de Edward… al instante me sonroje por pensar en eso.

-Eres tan linda cuando te sonrojas- Murmuro y toco mi mejilla con su cálida mano.

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Mi cara tomo otras diez tonalidades de rojo antes de caer en la realidad.

-Gracias- Susurre con el temblor en mi voz

Rio entre dientes y me volvió a besar la mano que tenia entrelazada con la suya.

Dos horas y 10 bolsas del supermercado después me encontraba ya en mi casa preparando


la cena , ya había limpiado todo, a excepción de mi cuarto… no sé porque presentía que la
esencia de Edward aun seguiría ahí…, la última vez que había estado ahí el también, el
había entrado a mi habitación y me había depositado en mi cuarto. Así que me negué a
limpiarlo hasta que no estuviese completamente sola…, sabía que sufriría internamente al
meterme de nuevo en los recuerdos de Edward, pero sería un dolor que pagaría gustosa
solo por tener algo de el de nuevo conmigo.

Anthony me ayudaba con la cena, este chico no dejaba de impresionarme, su habilidad


para la cocina era excelente… él era simplemente perfecto, pero una vocecita en el interior
de mi cabeza me dijo que no era realmente lo que yo quería... y lo sabía, sabía que no me lo
merecía, pero era el único que me ayudaría a salir de esta, sería el único que me ayudaría a
defenderme de mi misma cuando me quisiera asesinar por dejar de pensar en Edward… lo
sabía, aunque no lo quisiese aceptar.

-Princesa- Dijo Anthony tomándome la cara con una de sus manos para obligarme a
mirarlo.

-Si dime- Dije con una cálida sonrisa en los labios.

Se acerco peligrosamente a mi girando la cabeza y bajando su mirada de mis labios a mi


boca y al revés, había una picara sonrisa en su cara y fuego en sus ojos.

-¿Le importaría a la Señorita Swan darle un beso a su novio por buen cocinero que es?-
Murmuro divertido a solo un centímetro de mi cara.

La simple palabra novio me hizo estremecer, a lo que Anthony malinterpreto como un


gesto positivo y acorto la distancia entre nosotros fundiéndonos en un beso suave y tierno,
su boca buscaba dulcemente la mía abriéndose paso, instintivamente rodee mis manos en
torno a su cuello y entrelace su pelo negro entre mis dedos. El beso empezó a subir de nivel
cuando sus manos se posaron en mis caderas acercándome más a él –Si eso era

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humanamente posible-. “Déjalo ir… Solo déjalo ir Bella” las palabras de Rose retumbaban
en mis oídos como un fino recordatorio… al que me obligue a obedecer, necesitaba más
que nada sacarme este dolor del pecho y haría lo que fuera posible por hacerlo.

Me levanto del piso y me puso sobre la barra de la cocina, haciendo que mis piernas se
entrelazaran en su cintura pero nunca dejando de besarme, sus manos acariciaban
desenfrenadamente mis costados por debajo de mi blusa y la curva de mi espalda. Mis
manos acariciaban sus bien formados pectorales y brazos. En un impulso desenfrenado se
separo un poco de mi y intento quitarse la playera, a lo que yo ayude dejando al aire su
bien formado torso desnudo, mi mirada lo recorrió lujuriosamente mientras lo volvía a
tomar del cuello y lo acercaba a mí para fundirnos en otro beso apasionado.

Su boca era salvaje contra la mía, pero eso no me importaba… necesitaba distracciones,
necesitaba algo que realmente me sacara a Edward de la mente, sus preguntas, sus ojos, su
aliento TODO, aunque cada vez que cerrara los ojos su rostro fuera lo primero que
apareciese atrás de mis parpados no me importaba… necesitaba algo en lo cual distraerme
y esta era mi oportunidad.

Sus expertas manos me quitaron la blusa quedándome casi desnuda de la parte de arriba
de no ser por mi ropa interior negra, me miro algunos segundos como cuando alguien
admira un cuadro, sonrió impresionado y se abalanzo de nuevo hacia mi… me mordió
suavemente el lóbulo de la oreja dejando exclamar un “Humm” que hizo que me
estremeciera y arqueara mi espalda más hacia él.

Los besos estaban cada vez mas desenfrenados y nuestras manos recorrían cada parte de
nuestro cuerpo. Nuestras lenguas exploraban la boca contraria dejándonos casi sin aliento,
pero me negaba a separarme, sabía que si perdía mi concentración todo esto se iría abajo y
la imagen mental de Edward reaparecería haciéndome retroceder. Sus preguntas seguían
retumbándome una vez más.

“’ ¿Lo amas?”

“¿Realmente lo amas como me amaste a mi?”

Estas preguntas hicieron que me diera un ataque de desesperación y me pegue más al


cuerpo de Anthony en busca de algún antídoto para calmarme.

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Separo un poco su boca de la mía y empezó a dejar suaves besos por toda mi clavícula
hasta llegar a mi pecho donde marco la línea de mi escote con sus suaves labios
haciéndome estremecer de nuevo.

Instintivamente tome su suave cabello con las dos manos y volví a acercar su boca a la mía
para poder sofocar el sollozo que gritaba por salir de mi boca y derrumbarme, pero sabía
que no me podía echar para atrás… tenía que empezar a vivir sin Edward, aunque doliera
lo tendría que empezar a hace tal y como él lo hizo sin mí.

Sus dientes recorrieron los tirantes de mi sostén y sus manos buscaron el broche de este en
mi espalda, la temperatura en la cocina empezó a subir, o más bien eran nuestros cuerpos
que se encontraban juntos, mis nervios crecieron cuando sentí que quedaba desnuda
completamente de la parte de arriba, pero no me importo. Quería por un momento en mi
vida dejar de sentir el hueco en mi pecho… fuera como fuera.

Volvió a besar mi cuello, bajando su boca hacia mi pecho. Deje escapar un suspiro cuando
su boca se encontró con uno de mis pechos haciéndome estremecer.

Cerré los ojos, tomando a Anthony de el pelo, haciendo que nos juntáramos mas, no quería
sentir el vacio… eso me destrozaría.

El subió su cara de nuevo a la mía y me beso de nuevo con fiereza. Sus manos estaban ya en
los botones de mi pantalón cuando se escucho el sonido de una ambulancia al inicio de la
calle.

-Mierda- Murmuro Anthony cuando se alejo de mi.

Y ahí fue cuando todo me cayó encima. Vi el torso desnudo de Anthony y luego mire el mío,
me sonroje al instante por qué tan lejos habíamos llegado. La culpa comenzó a inundar mi
sistema tal y como yo había advertido, y las lagrimas empezaron a poblar mis ojos. El único
pensamiento coherente que me embargaba era el rostro de Edward y su mirada triste. “Soy
una estúpida!” me dije en mi fuero interno.

Me baje rápidamente de la barra y me puse el sostén en tiempo record al igual que mi


blusa, en todo este tiempo no me había dignado a ver a Anthony, por pena y porque mi
cara parecía un tomate en primavera.

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Comencé a acomodar toda la comida, pero mis manos estaban temblando tanto que había
empezado a tirar todo. La mano de mi novio me detuvo.

-Tranquila Princesa- Susurro Anthony abrazándome por detrás.

Me gire y le di un fugaz beso.

“A buena hora se te ocurre hacer esto con Anthony en la COCINA ISABELLA!!!” me


reprocho mi conciencia mientras me daba una paliza internamente.

Se escucho cuando abrieron la puerta y varios pasos se escucharon en el hall.

-Isabella- Me congele, esa no era la voz de Charlie.


Capítulo 18: "Hermoso Error.."
Un escalofrió recorrió mi cuerpo completo, reconocería esa voz en donde fuera. Sentí como
el color abandonaba mi cara y mi corazón dejaba de latir lentamente. ¿Por qué el destino se
empeñaba en hacer mi vida más desgraciada? Esto era enserio lo último que me podía
suceder.

Camine mecánicamente al hall mientras los escalofríos seguían recorriendo todo mi cuerpo
y una gota de sudor bajaba por la línea de mi espalda. Anthony tras de mi soltó un suspiro
resignado y me siguió.

No tenia palabras para explicar los sentimientos que me inundaban en ese instante, todos
se juntaban y hacían el mismo efecto que el de un frenesí al momento de consumir alguna
droga prohibida. Estaba completa y totalmente segura que en cualquier momento, si no
hacía uso de todo el autocontrol que conseguí durante los seis meses en los que Edward no
estuvo, colapsaría contra el piso.

Sabía perfectamente las consecuencias que traerían mis actos, pero jamás en mi vida
imagine que todas llegarían al instante, como una ola de mar que me hundió
completamente… vergüenza, arrepentimiento, dolor, ira… pero la emoción que mas me
extrañaba tener era felicidad… felicidad porque por primera vez en mi vida hacia algo por
olvidar a Edward Cullen…. Aunque eso no me sirviese de mucho.

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Mi mirada era aun baja cuando entre al recibidor, sabía perfectamente que mi cara estaba
pálida, el color se había borrado de mi vida.

-Isabella- Volvió a decir esa voz aterciopelada ya tan familiar para mí y al instante subí la
vista.

Ahí con toda la majestuosidad de su belleza estaba Charlie, Carlisle y Edward. El primero
tenía una sonrisa de felicidad extendida en toda la cara, por lo visto no se había dado
cuenta de lo sucedido. Pero en lo que se refería a Carlisle y Edward era diferente. Carlisle
me veía con una sonrisa de tristeza y Edward me veía con enojo, llamas salían por sus
orbes negros, tenía las manos crispadas en dos puños y la mandíbula tensa. Sabía
perfectamente que significaba eso. Problemas.

-Pa… papa- Balbucee rompiendo el hechizo de su mirada- Que bueno tenerte aquí- Corrí a
abrazarlo mientras las traicioneras lagrimas inundaban mis ojos. Aunque no sabía bien si
eran lagrimas de felicidad o de un sentimiento muy diferente.

-A mi también hija- Dijo Charlie mientras me abrazaba con uno de sus brazos enyesados.

Se escucho un carraspeo detrás de mí y me gire para ver quién era. Anthony me estaba
viendo con una cálida sonrisa en su cara.

-Princesa me tengo que ir porque ya se hizo tarde- Se tomo el cuello con una de sus manos-
Vengo mañana por ti para ir al instituto.

Asentí acercándome a él.

-No me arrepiento de nada, te quiero hermosa- Me murmuro en el oído tan bajo que
apenas yo lo pude escuchar antes de abrazarme, me dio un beso cargado de cariño y se fue.

Un incomodo silencio inundo el hall, mientras yo seguía con la vista fija en la puerta donde
segundos antes había salido Anthony, sabía que me tendría que enfrentar con las dos
miradas inquisitivas que ahora me taladraban la espalda y hacían que tuviese escalofríos.

-Ayudare a Charlie a subir a su habitación- Dijo la sedosa voz de Carlisle a mis espaldas.

190
Asentí aun sin dejar de observar la puerta, a la espera de que el mundo me callera encima,
pero para mi desgracia personal no lo hizo.

Escuche pasos en la escalera, seguidos por gruñidos provenientes de la garganta de Charlie


y por ultimo una puerta cerrándose. “Míralo Bella… Míralo” me alenté mentalmente,
esperando que mi cara pacifica fuera lo suficientemente creíble para que no se
transparentara el huracán de emociones confusas que tenia dentro de mí.

Tome aire y el valor que aun tenia y me gire para observarlo, el aun seguía ahí, viéndome
ahora con ojos tristes y desalentadores, tenía las manos relajadas a cada lado de su cuerpo
pero podía ver por lo tenso de su mandíbula que el enojo seguía ahí.

Lo observe un largo rato perdiéndome en sus orbes acaramelados, esos orbes que tanto
tiempo me habían vuelto y me seguirían volviendo loca. No sé porque tuve la extraña
sensación de que intentaba decirme algo… un sentimiento detrás del enojo. Solo que no me
quede a investigarlo. Esto era simplemente más fuerte que yo.

Me gire y fui a zancadas hacia la cocina para poder seguir con la cena que estaba
preparando antes de que todo lo que ahora me atormentaba sucediera. Sentía sus pasos
detrás de mí, solo que no me voltee para verlo… sabía que si lo hacía todo mi autocontrol se
iría al bote.

Tome un cuchillo y me puse a picar la verdura que tenía en la tablita, aun consciente de
que Edward estaba demasiado cerca detrás de mí.

-Bella- Su voz fue un susurro.

-¿Si dime?- Dije aun picando la verdura.

-Mírame- Demando en otro susurro.

Yo no levante la mirada por temor a que viera las lágrimas que llenaban mis ojos, lagrimas
de tristeza y coraje.

191
-¿Qué es lo que necesitas Cullen?- Murmure poniendo las verduras en una hoya.

Suspiro frustrado.

-¿Así va a ser esto?- Pregunto con enojo

-No sé a lo que te refieres- Dije mientras cortaba trocitos de carne.

-¿Me vas a obligar a decirte lo que necesito sin mirarme?-Rogo.

-Estoy ocupada así que dime de una vez que es lo que necesitas- Dije con tono frio.

-Tú lo pediste- Gruño.

-Al grano Cullen- Masculle.

Todo se quedo en silencio por algunos segundos, pareciese como si estuviera debatiendo
consigo mismo entre decirme o no, pero al final hablo.

-¿Sabes en lo que hubiera terminado su jueguito si Carlisle y yo no hubiéramos aparecido?-


Gruño detrás de mí.

Ipso facto me congele.

Ese comentario prendió una chispa en mi de enojo, él pensaba que esto era un jueguito… él
pensaba que yo no era lo suficientemente fuerte como para hacer algo por olvidarlo
realmente… pues obviamente el no me conocía como yo creía… no, el no conocía a la nueva
Bella… y es que ¿Cómo no se podía dar cuenta si el mismo la había creado?, el mismo había
acabado con mis ilusiones, el mismo me había matado en vida.

-Lo que yo haga- Me gire para enfrentarlo- O deje de hacer eso es algo que no te concierne-
Hice una mueca burlona- Y no te preocupes… que este “jueguito”- Hice unas comillas en el
aire- Así como tú lo llamas si va a tener final tarde o temprano.

192
Su cara se crispo, dio un paso alejándose de mi y viéndome con ojos asesinos.

-No sabes lo que dices- Gruño.

-Claro que lo se Edward- Seguía con mi mueca burlona- No hare nada que tu no hayas
hecho ya con Tanya ¿No crees?

“Que se aguante… él empezó”.

-Bella- dijo entre dientes- Tú no estás preparada para eso.

Bufe y puse los ojos en blanco.

-¿Y tu si estabas preparado cuando lo hiciste?- Gruñí exasperada- ¿No era esto lo que
querías? ¿Qué viviera todas las experiencias humanas?-Comencé a hablar más rápido por
temor a que las lagrimas salieran de mis ojos- Ya que tu decidiste por mi respecto a esto…
mínimo déjame decidir cuándo y como quiera cada experiencia ¿No crees? ¿O tengo que
pedirte también autorización para ver cuáles son las adecuadas?- Conteste con sarcasmo.

Los dos nos aniquilamos con la mirada en ese instante… él no tenía derecho a hacerme
esto… ¿Qué era lo que quería? ¿Qué aparte de que se va a casar con Tanya, por su maldito
egoísmo, yo me quede sola? ¿Qué demonios pensaba?, las palabras de aquel día en el
bosque de Charlie retumbaban en mi mente y por cada de esas palabras sentía a mi
corazón achicándose mas y mas.

Sentía de nuevo la sensación de hormigueo en mis manos, deseaba golpear a alguien o


algo… necesitaba sacar la ira contenida que tenia.

Antes de que alguno de los dos pudiera decir algo Carlisle apareció en el marco de la puerta
de la cocina.

-Bella- Dijo con su sedosa voz- Aquí están los medicamentos de Charlie- Me entrego una
bolsita de papel- Son dos pastillas cada ocho horas y el jarabe es por si llegara a sentir

193
demasiado dolor. En cuanto cene ahorita por favor que se duerma, ha sido un viaje muy
cansado desde Seattle hasta acá.

Asentí con la cabeza.

-y ¿Bella?- Su gesto se endureció- Hoy Alice vendrá a dormir aquí, empezaremos la


vigilancia por lo de Victoria…, recuerda que no puedes estar sin ninguno de nosotros.

El miedo apareció en mi semblante como por arte de magia, Victoria me estaba buscando…
Victoria vendría por mí. Un escalofrió recorrió completo mi cuerpo haciendo que me
tambaleara. Las manos fuertes de Carlisle me tomaron por los hombros.

-Carlisle… - Pregunte dubitativa- ¿Hay alguna oportunidad de que ella se acerque a mi?-
Mi voz se quebró en la última palabra.

-No Bella- Negó con la cabeza y apretó más su agarre- No hay oportunidad mientras
siempre estés con alguien de nosotros, Alice te explicara qué es lo que vamos a hacer. Yo
me tengo que ir al hospital. –Me dio un abrazo y un beso en la frente- Cuídate mucho
pequeña.

Me sonrió, pero vi que esa alegría no subía a sus ojos… estaba en peligro, lo sabia… pero no
me sentía así por eso… temía demasiado por las personas que me rodeaban…. Charlie,
Anthony, Ang, Jess… por todas… sabia que estaban en peligro y todo por mi culpa.

-No hemos acabado con esto- Murmuro Edward antes de salir por la puerta y desaparecer
por donde vino.

Me quede ahí en silencio en medio de la cocina intentando entender el significado de sus


palabras. Mordí mi lengua para que no saliera de mi boca el sollozo que tanto había
guardado, aun no me podía derrumbar. Necesitaba estar completamente sola… sabía
perfectamente que lo que me esperaba detrás de la puerta de mi cuarto sería algo que
realmente nadie querría presenciar… “Isabella Marie Swan eres una idiota por seguir
atormentándote así” me regaño la voz de mi conciencia… a la que por cierto no le hice
mucho caso. Edward siempre iba a ser lo más importante en mi vida… un hermoso error…
si eso era lo que Edward era… un hermoso error que había entrado a mi vida para
cambiarla… aunque sus acciones dijeran lo contrario.

194
Termine la cena de Charlie y se la subí, me parecía que mi mente aun no entendía del todo
bien que era lo que había sucedido… Las imágenes de lo que hice con Anthony me venían a
la mente como diapositivas. La manera en la que me había tocado, salvajemente dulce,
despertó un nuevo sentimiento dentro de mí que no supe del todo descifrar. ¿Lujuria?
¿Pasión? ¿Deseo?... no supe cuál de esos tres era… lo que si sabía es que mi cuerpo deseaba
más de esos casuales toques y suaves caricias. Mi cuerpo estaba a la espera, aunque mi
corazón dijera lo contrario, ya que quería esas caricias… pero de otras manos.

-Hija ¿Me estas escuchando?- La voz de Charlie me saco de mi mente.

-Esto… papa... si... si te estoy escuchando- Dije sacudiendo la cabeza para poder volver a la
realidad.

-Hay Bells- Suspiro mi padre divertido- Ese chico Anthony te está volviendo loca.

“No tienes una idea”

-Ja, Ja, Ja haber señor “Yo-hago-bromas” ten tu medicina la necesitas- Dije con una
sonrisa maternal… cuanto había extrañado a Charlie en estos últimos días.

Refunfuño incoherencias mientras se metía las pastillas a la boca y tomaba agua.

-Bien, si necesitas algo solo grítame papa- Lo apunte con un dedo mientras me dirigía de
espaldas a la puerta- Carlisle dijo que necesitabas dormir.

-Si, si mama pensé que ya habías muerto- Dijo en un gruñido.

-Ja, no, soy su reencarnación- sonreí- Así que ahora a dormir, no desobedezcas a tu madre.

-Bien, bien... buenas noches- Dijo en un bostezo mientras se acomodaba en su almohada y


cerraba los ojos.

Cerré la puerta de la habitación de Charlie y me fui a la mía. Necesitaba pensar en todas las
cosas que me habían sucedido hoy.

195
Entre a mi habitación y empecé a caminar de un lado a otro hablando para mí misma
esperando a que llegara el colapso tan familiar que había estado esperando.

-Bien, Edward hoy estuvo más que extraño, casi estuve a punto de hacerlo con Anthony en
la cocina, Edward me dijo que no estaba lista, Edward vino a mi casa, Anthony dijo que no
se arrepentía por casi hacerlo conmigo- Me pare en el instante- ¡Estuve a punto de
HACERLO con Anthony en la cocina!- Chille.

-Wow y yo que pensé que eso de las hormonas no se aplicaba a ti- Dijo Alice mientras yo
saltaba por el susto.

-Alice… no… me… vuelvas… a… asustar… así…- Jadee mientras me ponía una mano en el
pecho para checar los latidos de mi corazón.

-Lo siento, lo siento- Puso sus manitas frente a mí a modo de defensa- Solo que no es mi
culpa que justo cuando yo subía por tu ventana te pusieras a hablar contigo misma- Sonrió.

Me deje caer sobre la cama y resople mientras me ponía las manos en la cara.

-Así que… Bella… ¿No me piensas dar detalles de tu encuentro culinario?- Dijo como quien
no quiere la cosa.

-Alice- Chille- ¿Por qué demonios todo me pasa a mí?

-¿A qué te refieres Bells?- Dijo mientras se sentaba a un lado de mi en la cama.

-Alice- me apoye sobre un codo para verla mejor- Tu hermano llego justo en el momento
en que casi… bueno tu sabes… y un MALDITO demonio!- Chille con mis mejillas en tres
tonos de rojo.

-¿Edward?... espera… no... Espera… ¿Edward?-Dijo con tono de incredulidad. Se quedo


retraída un momento y luego su boca formo una perfecta O antes de chillar- Ya entendí…
¿Qué demonios hacia Edward aquí?- Casi grito.

196
-¿Y me lo preguntas a mí?- Masculle.

-¿Qué fue lo que te dijo?- Pregunto con curiosidad.

Suspire, a este era al punto en el que no quería llegar porque sabía que me volvería a
lastimar de alguna manera u otra. Le conté todo lo que nos habíamos dicho… y por cada
palabra que repetía me sentía peor. La culpa empezó a llenar mi sistema y mi cabeza
empezó a dar vueltas al instante por el huracán de emociones y sentimientos que tenia
dentro de mi intentando salir a como diese lugar.

Alice escucho todo mi relato sin interrumpir, cada vez fruncía mas el ceño en su marmolea
frente y entrecerraba mas los ojos hasta que se quedaron en una línea.

-Edward es un idiota, ya lo sabes- siseo.

-Alice… - Murmure- ¿Por qué me está haciendo esto? ¿Qué es lo que quiere de mi?- Dije
mientras una silenciosa lagrima recorría la piel de mi mejilla.

-No lo sé cariño- Dijo mientras me limpiaba la lagrima con uno de sus fríos y níveos dedos-
Pero sabes que Edward es un egoísta, no entiendo la verdad que es lo que se propone con
todo esto. Pero, por favor Bella, no caigas en su juego de nuevo, por favor no lo hagas.- Su
voz tomo un matiz de enojo.

-Alice lo amo- Solloce con lagrimas en los ojos mientras abrazaba a Alice con todas mis
fuerzas.- El lo sabe, tú lo sabes, Demonios hasta creo que el presidente lo sabe… ¿Por qué
me tiene que hacer las cosas más difíciles de lo que ya son?- Solloce de nuevo contra su
hombro.

-Sh… calma Bella- Canturreaba mientras me acariciaba el pelo- Todo saldrá bien.

Me aferre más a su hombro mientras dejaba salir de una vez por todo todo lo que tenía
dentro. Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos ni los sollozos de mi boca, sentía como
la herida de mi pecho se iba abriendo horrorosamente lento y me dejaba sin aire. ¿Por qué
todo esto era tan difícil? ¿Qué había hecho yo para merecer esto?, lo único que había hecho
en todo este tiempo había sido sobrevivir de esperanzas y recuerdos… no había hecho nada
más que aferrarme a la idea de que Edward muy dentro de el aun me quería… aunque eso
quedo descartado cuando se decidió casarse con Tanya, ese fue el peor día de toda mi

197
existencia. “No te quiere Bella… el ya no te quiere…” me repetía como un mantra dentro de
mi intentado que quedara grabado… aunque lo único que hiciese fuera lastimarme mas.

Su boda seria pronto, lo sabía, aunque me negaba rotundamente a saber la fecha… no


quería saber el día en que perdería al amor de mi existencia completamente. Este
pensamiento hizo que tuviera un ataque más grande de lagrimas y sollozos a lo que Alice
contesto abrazándome mas fuerte. “Edward te amo…” me recordaba instintivamente en mi
fuero interno.

Sabía que esto no iba a cambiar con el tiempo, ni mañana ni dentro de mil años… lo único
que podía hacer con el dolor que sentía era acostumbrarme, intentar respirar y vivir por la
gente que me rodeaba…. No porque yo quisiese sino porque era mi obligación.

¿Alguna vez alguien había amado tanto como yo amo a Edward?, esa pregunta rondaba en
mi cabeza salvajemente terminando con la poca conciencia que me quedaba. ¿Enserio
alguien lo había hecho?... mi subconsciente me dio la respuesta al instante no… nadie lo
había hecho ni lo haría nunca, es más, dudaba que alguien siquiera supiera la existencia de
lo mucho que lo amaba.

No supe en qué momento me quede dormida en los brazos de Alice. Tuve varios sueños y
pesadillas, de todos colores y de todas texturas… pero siempre aparecía la misma persona
en ellas. Edward.

Sabía que hasta en mis sueños seguía llorando… podía sentir la cálida sensación de mis
lagrimas recorriendo mis mejillas y el sabor salado en mi boca que dejaban a su paso. Solo
esperaba poder sobrevivir a su partida sin volver a caer de nuevo en el abismo obscuro que
tanto aclamaba por mi ausencia.

-Bells, Bells despierta- Cuchicheaba Alice mientras me movía el hombro una y otra vez.

-5 minutos mas- Grazne mientras me tapaba la cara con una almohada para que la luz
perlada que se introducía en la ventana no me molestara.

-Levántate ahora, tenemos el tiempo contado para arreglarte- Chillo.

Gruñí.

198
-Isabella Marie Swan levántate ahora- Chillaba de nuevo mientras me quito las cobijas.

-Demonios Alice, eres molesta ¿Lo sabías?- Sisee mientras me tallaba los ojos hinchados y
rojos por tanto llorar con las manos y me estiraba en la cama.

-Lo sé, pero aun así me quieres- Me saco la lengua como una niña de cinco años.

-Lo empiezo a dudar- Dije en un bostezo.

Cruzo sus bracitos sobre su pecho y me miro con los ojos entrecerrados.

-Oh… vamos tonta sabes que si te quiero- Dije con una sonrisita mientras veía como Alice
empezó a dar saltitos por toda la habitación mientras aplaudía.

Alice me empujo hacia el baño para que tomara una ducha… hoy tenia instituto… “maldito
lunes” pensé en mi fuero interno. No me quería encarar con la realidad, sabía que lo
tendría que hacer tarde o temprano, pero no quería hacerlo por el momento.

El olor a mi shampoo me ayudo a regresar a mi mundo. El agua corría caliente por mi


espalda mandándome una sensación de tranquilidad a todo el cuerpo… ¿Por qué las cosas
no podían ser así? ¿Por qué la gente tenía que sufrir de esa manera? ¿Por qué el amor dolía
tanto?

Salí de bañarme y me puse lo que Alice había dejado para mí en el lavabo. Me rehusé a
verme en el espejo por temor a lo que me pudiera enseñar mi reflejo, temor a que ni
siquiera me pudiese reconocer a mi misma… ser una completa y total extraña.

Me lave los dientes y salí a la espera de mi próxima media hora de tortura con la
duendecilla, que por cierto ya me esperaba en la habitación con un cepillo en una mano y
un rizador en la otra.

Suspire.

No dije nada y me senté en el banquito… no serviría de mucho realmente ponerme a pelear


con ella… no había nada capaz de hacerla cambiar de opinión. Ni Jasper mismo lo lograba.

199
-Bells- Chillo Alice mientras trabajaba en mi pelo- Mira ayer no te pude explicar las nuevas
medidas de seguridad que hemos tomado, así que pon atención- Suspiro- No puedes ir sola
a ningún lugar fuera de Forks a excepción que sea con alguno de nosotros o con alguien de
la manada. No puedes estar tu sola por las noches aquí en tu casa… aunque ahora que lo
pienso tampoco de día… así que aquí vamos a estar todos… ¿Te parece bien?... ahh si y por
cierto cuando Charlie no esté en casa te irás a comer a la nuestra…. – Debió de haber visto
mi expresión de perplejidad porque agrego- Y no te preocupes Edward no estará ahí
cuando tu estés… que va a ser muy pocas veces. Listo ya acabe tu cabello ahora… el
maquillaje- Chillo de nuevo.

Yo lo único que atine a hacer fue a asentir con la cabeza… no podía hacer otra cosa, era por
mi seguridad y por nada mas… aparte de que no tenia porque estar con Edward ¿Cierto?...
Emmet no dejaría que él estuviera tan cerca de mí… lo sabia… Emmet me lo había
prometido. Me aferre a esa idea como si mi vida dependiera de ello.

La duendecilla acabo con mi maquillaje y sonrió de felicidad.

-Enserio que me sigo impresionando a mi misma- Dijo limpiándose una lagrima


imaginaria.

Puse los ojos en blanco.

Afuera se escucho el clackson del auto de Anthony, cogí mi mochila le di un beso en la


mejilla a Alice, fui a despedirme de Charlie pero él seguía dormido y baje las escaleras
pitando. Cerré la puerta con la llave que estaba debajo del alero y me subí al auto de mi
novio que me esperaba con una gran sonrisa.

-Hola princesa… Wow… que novia tan hermosa tengo- Se acerco y me dio un beso.

-Hola- Sonreí contra sus labios- Hm… si me vas a dar la bienvenida así todas las mañanas
entonces tendrás que venir por mi todos los días.

Me callo de nuevo con sus labios poniendo una mano en mi cabeza y acercándome más a él
– Si era físicamente posible-.

200
-Claro hermosa- Rio entre dientes- No tienes porque decirlo dos veces… vendré por ti
todos los días si me recibes con esa clase de entusiasmo.

Reí y sacudí la cabeza.

-Princesa necesitamos hablar sobre lo de ayer- Dijo mientras encendía el auto y veía hacia
la calle.

-Si… lo mismo pensaba yo…- Murmure con diez tonalidades de rojo abarcándome las
mejillas de tan solo recordarlo.

-Eres tan linda cuando te sonrojas- Dijo acariciándome una de mis mejillas.

-Anthony- Tome aire- Siento mucho lo de ayer… yo… no debí comportarme así… lo siento
de veras- Solté todo tan rápido que me quede sin aire.

-Princesa… no hay de que pedir disculpas… yo también acepte… y… la verdad- El más lindo
color de rosa coloreo sus mejillas- Hubiera deseado que no nos hubieran interrumpido.-
Murmuro al final.

Solté una risita tonta cuando dijo eso…, muy dentro de mi también desee lo mismo... sabía
que intentándolo sería la única manera de olvidar a Edward.

-Yo pensé desee lo mismo- Dije mientras me sonrojaba de nuevo.

Todo el auto se quedo en silencio, ninguno de los dos sabíamos que decir respecto a mi
respuesta… lo único de lo que fui consciente fue de que los dos estábamos mas sonrojados
y de la sonrisita que se dibujaba en los carnosos labios de Anthony. Un extraño
sentimiento creció dentro de mi… sentía como si estuviese traicionando a algo o a alguien…
aunque eso no tuviese sentido.

-Princesa- Dijo Anthony con aquella sonrisa que tanto me gustaba- Que te parece si
saliendo de la escuela vamos por un café y platicamos bien respecto a esto… con más
tranquilidad- Me guiño el ojo.

201
-Claro- Suspire internamente de alivio… tendría más tiempo para saber realmente lo que
quería y como explicárselo, aunque sabía que al final del día al único al que seguiría
amando y deseando seria a Edward… eso no cambiaria nunca.

Entramos al estacionamiento y aparcamos el auto. Salí de él y Anthony tomo mi mano


mientras yo le sonreía y el veía hacia el frente.

-Wow… no sabía que Cullen pudiera utilizar de esa manera la lengua- Murmuro para sí
mismo.

Seguí la dirección de su mirada y lo que me encontré fue la peor imagen que pude haber
vislumbrado. Edward estaba besándose- Si así se le podía llamar a eso porque mas que
besar parecía tragar- con Tanya. Ella estaba recargada sobre el auto y Edward aplastándola
contra este con sus manos recorriendo todo su cuerpo.

Y ahí mismo sentí como si mi corazón se hubiera partido en mil pedazos y mi autocontrol
hubiera salido volando.
Capítulo 19: "Insensible.."
Sentí como si algo en mi interior se fuera rompiendo lentamente y dejando catástrofe a su
paso. No podía creer lo que mis ojos me estaban enseñando. Quería creer que todo esto era
una burda pesadilla creada por mi subconsciente. Pero por más que intente despertar de
mi horrible sueño no pude. Por más que intente que mis ojos vieran a un lugar diferente no
lo logre, seguían apuntando hacia esa maldita escena. Una vez más sentí que todo respecto
a mi vida dejaba de tener sentido.

Por alguna extraña razón todo por dentro me dolía. Sentía como si cada uno de mis
órganos se fuera apagando, y el centro de mi pecho se fuera abriendo para dejar lugar al
vacio. Recordé el dolor cuando James me rompió la pierna y lo hubiera preferido mil veces
más, mil piernas rotas más por tan solo no sentir el vacio en el centro de mi pecho. ¿Por
qué Edward se empeñaba tanto en herirme de esa manera?, ¿Qué acaso no sabía que sus
acciones me dolían más que sus palabras? ¿Qué por su maldita culpa yo no volvería a ser
feliz nunca más?

-Vamos a clases- Murmure y jale a Anthony de la mano.

El solo asintió y me siguió.

202
Sabía que tenía el tiempo exacto para llegar a clase de lengua, excusarme para ir al baño y
ahí dejar que me llevara el infierno.

Todo el recorrido hacia clase fue en silencio, y se lo agradecí en el alma a Anthony, mi


mente estaba llena de pensamientos incoherentes y mi corazón lleno de dolor, así que no
prestaba demasiada atención a las cosas que sucedían a mí alrededor. Mi mente aun no
entendía realmente lo que había visto en el estacionamiento. Jamás en mi vida pensé que
Edward se comportaría de esa manera… era un total y completo hipócrita consigo mismo.
¿Qué no se supone que era el señor moralidad? ¿Qué no se supone que él nunca traspasaba
los limites?, pues por lo visto me equivocaba… Edward no era ya la persona que yo había
conocido. Y para mi desgracia personal no sabía el porqué de su cambio.

Entramos a clase de lengua y nos sentamos en nuestros lugares, -Mas bien Anthony me
sentó en el mío porque yo era incapaz de mover un musculo sin que me doliera hasta el
alma-.

-Princesa ¿Te encuentras bien?- La voz de mi novio se escuchaba muy lejana, pero aun así
pude notar la ansiedad de su voz.

Yo solo asentí con la cabeza.

-¿Estas segura? ¿No quieres que te lleve a la enfermería?- Pregunto de nuevo con tono
preocupado.

-Necesito ir al baño- Murmure.

Me pare en el instante sin dejar tiempo a que me dijera nada y salí del salón lo más rápido
que mis torpes pies me dejaban.

Llegue al baño pitando y para mi bendita suerte estaban solos. Me tome de uno de los
lavabos y ahí fue cuando todo el mundo se me vino encima.

Empecé a hiperventilar y el dolor de mi pecho se hizo cada vez más extenso hasta el punto
de aplastarme los pulmones y no dejarme respirar. Las lágrimas salían libres por mis ojos
ya acostumbrados y en mi mente se formo un Flash Back de todo lo sucedido en el
estacionamiento. Su cuerpo contra el de Tanya, sus manos en sus caderas subiendo y
bajando por sus costados, su lengua jugando salvajemente dentro de su maldita boca. A mí

203
nunca me había dado un beso así, nunca me había dado un beso con tanta pasión
desmedida. “Porque a ti no te quiere… nunca te quiso… y nunca te va a querer” me dijo una
vocecita proveniente del fondo de mi cabeza, a lo que yo respondí con mas lagrimas.

Me deje caer en el piso tomándome de el torso y apretándome para cerrar el vacio


imaginario que sentía. Pero por primera vez en todos estos largos meses no me sirvió de
nada. Esto ya era más grande de lo que yo podría controlar. Para mi desgracia interna.

No supe realmente cuanto tiempo pase ahí, pudieron haber sido segundos o horas, en si el
tiempo ya era algo sin importancia. El dolor era lo de lo único de lo que estaba consciente.

Sabía que tenía que regresar a clases, sabía que si no me iba en este instante comenzaría a
levantar sospechas de lo sucedido. Así que con todo el dolor interno que tenia me levante y
me vi al espejo. Por suerte Alice me había puesto mascara de pestañas a prueba de agua, ya
que mi maquillaje estaba intacto, lo único que tenia eran los ojos rojos y irritados por mis
lagrimas. Tome un fuerte respiro que me dolió hasta el alma, me limpie las lagrimas y salí
del baño a paso lento. Ya tendría tiempo después para dejarme caer de nuevo.

En el camino a el salón mi mente no pudo dejar de vagar en la inconsciencia, en un estado


de estupor que hacia el dolor un poco más soportable, mas nunca se iba. Edward había
decidido olvidarme, pues yo lo iba a olvidar a él. De nada realmente me servía seguir
enganchada a alguien que no me quisiese. Me hacía daño a mí, a los que me rodeaban y
también a Edward. El nuevo Edward era tan distinto, jamás pensé que él pudiera cambiar
tanto, pero por desgracia me equivoque. El ya no era mi Edward, el era alguien demasiado
diferente y sin sentimientos, y lo que más le encantaba era hacerle daño a la gente a su
alrededor. Y por alguna extraña razón, a mí, más que a los demás.

-Señorita Swan que honor que nos acompañe hoy- Me regaño el profesor con gran
sarcasmo.

-Lo siento- Murmure y fui directa a mi asiento sin darle una mirada a el vampiro estúpido
que tenia a mi lado.

La clase siguió su curso, pero yo estaba ya muy lejos de ahí como para escuchar algo de lo
que estuviesen diciendo. Por primera vez en toda mi existencia me arrepentía de haber
venido a Forks, me arrepentía de haber conocido a los Cullen, me arrepentía de haberme
enamorado de Edward, si, me arrepentía rotundamente de haberle entregado mi amor, me
arrepentía de haberlo esperado seis meses, me arrepentía de no haberme ido a Jacksonville
con mi madre cuando tuve la oportunidad, me arrepentía de que mi primer beso hubiese

204
sido con él, me arrepentía de el simple hecho de haberlo visto en el primer instante en el
que entre en la cafetería el maldito día en que se me ocurrió venir a vivir aquí.

¿Cómo se podía querer a alguien que te hacia tanto daño? ¿Cómo se supone que debería de
sobrevivir a esto y seguir amándolo? Me podrían llamar cobarde si quisieran, pero yo ya
estaba harta, harta de todos, harta de que me estuvieran lastimando, harta de que mi vida
para Edward valiera tan poco.

Un nuevo sentimiento nació dentro de mí, sentía como si todo mi cuerpo se tensara y mi
alma saliese lentamente por mis ojos. Sentía cada vez que mi corazón se iba congelando
lentamente y una oleada de varios sentimientos me inundaran el cuerpo ahogándome en
ellos. ¿Qué era esto que sentía? Era como si todo lo que hubiese en mi cuerpo fuera
drenado y lo hubiesen llenado con nada más que puro aire. Sentía cada una de mis celular
morir y causar un dolor tan grande que no se podía expresar con palabras.

Una última lagrima silenciosa se derramo por mi mejilla.

Lo había perdido, para nunca volverlo a recobrar, y mis sentimientos se habían ido con él.

Mil ideas me vinieron en ese instante, mil promesas por cumplir que tendría que hacer, mil
decisiones que tendría que tomar. Bella Swan se había esfumado, yo solo era la sombra de
lo que algún día fui y las sobras de la esperanza de lo que algún día soñé.

Me prometí internamente no volver a llorar por él, y demonios si no lo iba a cumplir. Sabía
perfectamente que si no encerraba todo lo que sentía ahora en un cajón y cerrarlo de por
vida en ese instante nunca lo haría, nunca podría superarlo. Todo por lo que había
luchado, todo lo que había anhelado, incluyendo mi corazón, quedaría en el olvido, algo
nebuloso que algún día sucedió, y que jamás volverá a pasar.

La clase llego a su fin y sabía que con ella se había ido mi vida. Me levante mecánicamente
de mi asiento aun sin darle una mirada a ese que se sentaba a un lado mío. Tome la mano
de mi novio y salimos hacia nuestra siguiente clase. Podía sentir que Anthony estaba tenso
y lleno de preguntas, pero por el momento no quería ni pensaba responder nada. Mi mente
aun estaba intentando comprender realmente el cambio que había hecho, y mientras
menos personas me interrumpieran en este momento, todo saldría tal y como yo lo había
dicho.

205
Así pasaron las siguientes horas, todas en silencio. Mi cuerpo se sentía vacio, hasta más
liviano, pero no era algo que del todo me gustase, no era que en realidad extrañase del todo
el dolor que había sentido, pero esto era como vivir en un cadáver. Sin vida recorrí mis
periodos de clase de la mano de mi novio, que era lo único que me aseguraba que aun
seguía en la tierra, que aun conseguía moverme y que seguía con vida, o bueno, a como se
le llamare este estado que se parecía tanto al que me había encontrado aquellos primeros
seis meses sin aquel, el que su nombre ya había quedado borrado de mi subconsciente.

Sabía y estaba consciente de que mis ojos no mostraban emoción alguna, que parpadeaba
solo por necesidad y respiraba por la misma. Sabía que a simple vista, parecía un zombi. Y
así permanecería por lo que restase de mi vida.

-Amor ¿Quieres algo de comer?- Pregunto Anthony trayéndome de nuevo a la vacía


realidad.

-No, gracias- Murmure intentando sonreírle, pero esa alegría no llego a mis ojos.

-¿Te encuentras bien princesa?- Dijo tomándome la cara con sus dos fuertes manos.

-Si, estoy perfecta- Volví a susurrar, porque él solo sonido de mi voz me asustaba, era tan
diferente al que yo estaba acostumbrada.

Me dio un rápido beso y me volvió a tomar de la mano.

-¿Segura que estas bien?- Dijo haciendo un puchero.

Solo asentí con la cabeza y le di otro beso, pero no un beso corto, sino un beso de aquellos
que a mi anterior Bella le hubiesen quitado la respiración, pero en ese instante solo
hicieron que el fantasma de mi Bella se escondiera más en su cajón.

Nos separamos lentamente y una sonrisita de suficiencia dibujo sus labios hinchados. Me
tomo de la mano y nos dirigimos a nuestra mesa. Al llegar ahí pude ver que todos los ojos
de la cafetería estaban posados en mí. Lo más probable es que hubiese sido por mi papa,
por su ataque y porque Anthony y yo ya éramos novios. Mi antigua Bella se hubiera
ruborizado y huido de ese lugar, pero a mí en ese instante ni siquiera un poco de color
subió a mis mejillas, esa era una sensación que en verdad iba a extrañar, pero como todo,
había quedado en el olvido.

206
Anthony estaba absorto jugueteando con los dedos de una de mis manos y tomando su
limonada con una pajilla mientras yo lo observaba. No entendía realmente el porqué le
había gustado, ni él porque quería estar conmigo, pero se lo agradecí mentalmente. Las
palabras de Alice rondaban en mi ya vacía mente, carente de alguna emoción.

“El te puede salvar de ti misma”

¿Seria cierto? ¿Aguantaría todo lo que se vendría solo por salvarme de mi misma?
Esperaba que fuera cierto. EL, Charlie y Jake eran los únicos que me mantenían aquí, con
los pies en la tierra y era algo que nunca llegaría a pagárselos completamente.

Mientras estos pensamientos venían a mi mente, los ojos verdes esmeraldas de Anthony se
juntaron con los marrones míos, y pude ver en ellos una expresión que no reconocí. Era
como si el supiese lo que yo estuviese pensando, como si con una sola mirada hubiera
entendido todo lo que yo sentía –O en este caso lo que debería de sentir, porque mi cuerpo
no reaccionaba-. Era como si por un momento, el hubiese visto mi alma.

De alguna manera, ese momento fue tan especial que me hizo sonreír de manera
inmediata, sabía bien que él se daba cuenta que esa sonrisa no era verdadera, y que era
vacía, pero el parecía saber también las razones por las cuales yo me comportaba de esa
manera. Y gracias a lo que hubiese en el cielo –Porque empezaba a dudar realmente de que
alguien nos estuviese observando- No pidió explicaciones ni nada que pudiera ponerme
peor.

Mire sobre el hombro de Anthony, y tres pares de ojos acaramelados me observaban. Veían
cada uno de mis movimientos, pero para mí, ellos ya no tenían importancia alguna, así que
desvíe la mirada. Sabía que de todos modos, de un momento a otro me tendría que
acostumbrar a no verlos nunca más, puesto que lo que fueran a hacer dos de esos pares de
ojos seria pronto, y él se iría, desaparecería por completo de mi vida. De nuevo.

La campana sonó, me levante lentamente de mi asiento y tome la mano salvadora de mi


novio, me aferre a ella como si fuera un salvavidas y mi vida dependiese de ello, a lo que él
respondió soltándome y mejor pasándome la mano por la cintura. El sabía perfectamente
el significado de ese simple agarre, y comprendió que yo lo necesitaba.

El camino a clase de biología fue silencioso, o más bien el silencio estaba lleno de
preguntas que yo me negaba a contestar. Entramos al salón, aun Anthony tomándome de

207
la cintura, y me acompaño hasta mi asiento, donde cierta persona, de la cual su nombre
estaba encerrado en mi cajoncito de recuerdos, ya se encontraba.

Mi salvavidas se agacho hasta quedar a mi altura, me tomo la cara con las dos manos y me
deposito un beso suave y tierno en los labios.

-Te quiero- Murmuro contra estos a lo que yo respondí profundizando mas el beso,
ignorando los pequeños bramidos que salían del pecho de la persona que se encontraba a
un lado mío.

“Yo se lo advertí” Me dije en mi fuero interno.

En el instante en que las manos de Anthony comenzaron a hacer su trayecto por mis
costados para llegar a mi cintura, el profesor entro, acabando con nuestro beso.

-Esto aun no acaba princesita- Murmuro Anthony juguetón antes de morder suavemente el
lóbulo de mi oreja e irse con una sonrisita dibujada en sus sensuales labios.

Suspire rendida y me gire hacia el pizarrón, ignorando por completo a quien tenía a mi
lado que no dejaba de emitir lentos bramidos desde su garganta. Pude escuchar el Tic, tic,
tic de algo cayendo en el piso, a un lado mío, justo donde él estaba. Baje mi rostro hacia el
suelo y vi montones de pequeñas astillas provenientes de nuestra mesa, subí mi rostro
siguiendo su curso y me encontré con la nívea mano de el incrustada en nuestro escritorio,
esta había dejado la marca en la madera y si no se detenía en ese instante traspasaría la
superficie de granito falso.

Gire mi rostro de inmediato al pizarrón, no deseaba encontrarme con sus ojos. Mientras
más rápido empezara a dejar de verlos, seria más saludable para mí.

Un gruñido casi inaudible se volvió a escuchar a mi lado, pero yo no voltee.

Bloquee mis pensamientos de cualquier tipo de tentación que pudiera abrir mi cajón. Tome
notas exhaustivas de la clase, simplemente como si él no estuviese ahí. Por primera vez no
me ruborice, mi corazón no se altero y mi respiración siguió igual. Yo había cambiado. Y él
podía notarlo.

208
Tenía la vaga necesidad de esconderme entre mi cabello, pero eso ya no era necesario, no…
no era necesario para alguien a quien el color se había esfumado de su existencia.

Así siguió toda la clase, entre palabras no dichas y bramidos casi audibles, pensamientos
incoherentes y suspiros imaginarios.

No podía decir que el hoyo en mi pecho había desaparecido, más bien se había extendido,
dejando a mi cuerpo en un estado de negrura del que no quería despertar. Ahora mi cuerpo
y mi mente simplemente se habían vuelto insensibles a cualquier cosa que sucediera a mí
alrededor. Justo como debió de haber sucedido desde hace bastante tiempo.

El timbre sonó y un vago recuerdo de una sensación de alivio me llego, aunque no podía
decir que era eso, porque hacia tanto tiempo ya que no sentía paz, que me era difícil
reconocerla.

Tome de nuevo mi salvavidas y me fui a clase de gimnasia, la última clase de el primer día
de mi nueva vida.

Llegamos y para mi escasa buena suerte –si es que así se le podía llamar- la clase fue
teórica, algo referente al básquet, al que por supuesto no le tome demasiada importancia.

Tenía la cabeza en el regazo de mi novio, mientras el dejaba una línea de besos en mi


cuello. Las luces del gimnasio estaban apagadas, porque nos estaban pasando una película
referente al tema. Así que no había opción alguna de que nos vieran, y más porque
estábamos en la última grada alejados de todos.

En un movimiento gire mi cabeza- Que aun seguía en el regazo de Anthony- Y el agacho la


suya hasta llegar a tocar mis labios. El beso empezó de forma tierna y suave, pero de un
momento a otro se profundizo y subió rápidamente de nivel. Enrede una de mis manos en
su sedoso pelo negro mientras que la otra descansaba en mi abdomen. Nuestras lenguas
estaban en una danza salvaje, y la temperatura comenzó a subir de nivel – O eso es lo que
vagamente sentí-. Nuestras respiraciones eran acompasadas, habíamos encontrado
nuestro propio ritmo. No supe cuanto tiempo estuvimos así, saboreando la boca de cada
uno, pero mi cuerpo pedía mas así que me separe un poco de él y me levante para estar a la
misma altura. Su boca volvió a juntarse con la mía mientras sus manos iban directas a mi
espalda y las mías a su pecho.

209
En un rápido movimiento Anthony me sentó a horcajadas encima de él. Poniendo sus
manos en mis caderas y apretándolas mientras yo enredaba mis brazos en su cuello y me
acercaba más a él –Si eso era posible-. Sus manos subieron por debajo de mi blusa, las
tenia frías, una leve sensación de nostalgia se apodero de mi cuerpo, pero fue retirada
cuando una de sus manos toco uno de mis senos. Su boca callo el gemido que salió de la
mía haciendo que me estremeciera.

Mis manos viajaron a su bien formado pecho, desabrochando los botones de su camisa. El
era cálido, ni frio ni caliente, simplemente cálido.

Su boca dejo un momento la mía y mordió mi lóbulo dejando escapar un suspiro en mi


oído que hizo de nuevo que me pegara más hacia él. Incluso con la ropa se podía sentir
cuando nuestros cuerpos se frotaban y hacían calor propio.

Podía sentir entre mis piernas que nuestro jueguito comenzaba a hacerse algo más. En
otras ocasiones me hubiese asustado, pero ese día, el primero de mi nueva vida, solo quería
olvidar.

Mis manos bajaron lentamente hacia sus pantalones y empezaron a desabrocharlos,


mientras nuestras lenguas seguían en la misma danza. Era aun un poco más emocionante
porque sabíamos que nos podrían ver en cualquier segundo.

Sus manos empezaron a desabrochar mi sostén por debajo de mi blusa mientras pequeños
escalofríos recorrían mi cuerpo. Y un extraño calor empezaba a formarse desde el centro de
mí.

Por desgracia para mi, sentí una mirada destrozando mi espalda, y sabía perfectamente de
quien se trataba. Me separe lentamente de Anthony, mientras lo miraba a los ojos.

-Nos están viendo- Le cuchichee con voz ronca en el oído mientras mordía suavemente su
lóbulo y me quitaba de encima de él.

El giro a todos lados hasta que se encontró con su mirada, aquellos ojos acaramelados que
habían hecho que nuestro jueguito no se llevara a cabo.

-¿La conoces?- Murmuro en mi oído con voz ronca mientras se abrochaba su camisa con
manos temblorosas.

210
-Si, se llama Tanya- Susurre de nuevo.

El asintió.

El fantasma de alguna sensación que no supe descifrar me lleno el cuerpo, pero al fin y al
cabo ¿No era algo que interesase cierto? Esto pasaría tarde o temprano, y que mejor que
fuera con Anthony. ¿Entonces porque si era con Anthony seguía sintiendo el espectro de la
culpabilidad? Yo le estaba dejando el camino libre a él, pero aun así, mi cuerpo no se sentía
del todo bien.

Segundos después de que Anthony se abrocho el último botón de su camisa se prendieron


las luces, y los ojos acaramelados dejaron de observarnos.

Bajamos de las gradas y caminamos lentamente hacia la salida del gimnasio. Una voz
detrás de nosotros llamo.

-Hey Anthony – Mi novio y yo nos giramos para verlo, el entrenador Clapp agitaba sus
manos- ¿Podrías acompañarme a mi oficina un momento? Lo que sucede es que necesito
ver unas cosas sobre el equipo de futbol y dado que eres el capitán necesito de tu ayuda.

Anthony se giro hacia mí y me dio las llaves de su auto.

-Princesa, ten, mete las mochilas al auto por favor- Me dio un suave y fugaz beso, me paso
su mochila y se fue corriendo hacia el entrenador- En un momento voy.

Suspire y salí de ahí a paso lento, camine hacia el aparcamiento donde la mayoría de los
autos se estaban yendo. Entre los pocos que vi que se acercaban a la salida era el Volvo
plateado. Me regañe mentalmente por el simple hecho de acordarme de ellos.

Llegue al Mustang arrastrando los pies y puse las mochilas en el asiento trasero.
Lentamente el aparcamiento se fue quedando sin autos. Solo quedaba el auto de Anthony y
dos autos de los profesores. Anthony se había tardado ya lo suficiente.

211
El auto de mi novio estaba justamente en el espacio de bosque que salía, detrás de mí se
encontraban los arboles y por alguna extraña razón sentí como si alguien me observase
desde ahí. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y baje del auto dispuesta a ir a la escuela en
busca de mi novio.

Abrí la portezuela para poder bajarme, pero en el momento en que apoye mi mano para
recargarme una fría mano tomo la mía.

-Por fin nos encontramos Isabella- Dijo una voz felina y al instante todo se volvió negro.

....................................................................................................

Alice POV

Me encontraba en la sala de mi casa después de otro día de escuela, otro día sin estar con
mi hermanita, otro día en el que Edward tenía que sacar su lado impulsivo y besar a lo que
sea que tiene por prometida –golfa la había llamado Rose- enfrente de todos en el
estacionamiento.

¿Hasta cuándo iba a durar esto? ¿Qué Edward no entendía que el tenía que estar con
Bella? ¿Qué eran hechos el uno para el otro?, pero ¿Cómo no? Edward siempre tenía que
sacar su lado salvaje primero y hacer que la pobre de Bells lo odie más cada día. Genial.

Mi Jazz no estaba, se había ido de caza con Emmet y Rose. Para mi desgracia eterna me
quede con los Denalí, no era que no me cayesen bien, bueno solo había una excepción.
Pero, enserio, ¿Pensaba Edward que yo lo ayudaría a planear su boda? ¿Qué yo traicionaría
de esa manera a Bella? ¿Qué enserio no me conocía? ¿O por estar tanto tiempo con la cosa
que tiene por prometida -“golfa” me recordó mi conciencia- ya se le empezaban a morir las
neuronas?

Gracias al cielo ahorita estaban en el jardín, dios sabe haciendo que cosa. Edward y su golfa
estaban arriba, según ellos terminando con lo que habían terminado en la mañana.
Obviamente sabía que eso no sucedería, si se besarían un rato, se tocarían, pero no
llegarían a hacer nada más. Conocía demasiado bien a Edward Anthony Masen Cullen
como para saber que él no haría eso con alguien que no fuera Bella, porque la seguía
amando. Pero eso si, el "vampirito" se ponia histerico cuando la veia con ese chico
Anthony... "uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido EDWARD!!!" grite en mi fuero
interno para que Edward me escuchara, y lo unico que recibi fue un Gruñido.

212
Me levante rápidamente para subir a mi habitación, tenía que ver que ropa me iba a poner
mañana, cuando llego a mí.

Bella estaba en el auto de Anthony esperándolo, abrió la portezuela y justo cuando iba a
salir.

-Por fin nos encontramos Isabella- Canturreo la voz felina.

Bella giro a verla y su cara fue de espanto mientras ahogaba un grito.

Y entonces todo se volvió negro

-¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOO!!!!!!- Grito Edward saliendo a toda velocidad de su habitación mientras


yo me desplomaba en el suelo.

-Bella- Murmure con la cara entre las manos.

-Alice dime que no es cierto- sollozo Edward mientras me tomaba de los hombros y me
obligaba a mirarlo.

-Es demasiado tarde- Dije en un sollozo

-NOOOOOOO… ESO NO ES CIERTO, ESTAS MINTIENDO, NO ES CIERTO- Y con eso


salió corriendo de la casa, mientras yo intentaba levantarme para hablarles a todos,
teníamos que intentar salvar a Bella, a como diera lugar.
Capítulo 20: "Arrepentimientos.."
Edward POV

Muy pocos entienden las verdaderas decisiones que los llevan a hacer actos tan poco
inteligentes a lo largo de su vida, o simplemente las saben pero no tienen la suficiente
fuerza para aceptarlo, y por lo visto yo era uno de ellos, no tenía la suficiente fuerza. Todo
lo que había hecho a lo largo de estos meses, todo el sufrimiento que había causado, todo,
absolutamente todo no sirvió para salvarla a ella. Solo para acercarla más a su muerte.

213
¿Por qué de todas las personas a las que les podría haber pasado esto, le paso a mi Bella?
¿Por qué fui tan estúpido como para no darme cuenta de todo lo sucedido? ¿Por qué la
lastime tanto? ¿Por qué no le dije la verdad desde un principio?.

-¡¡Demonios!!- Grite mientras golpeaba el tronco de un árbol con mi mano y me dejaba


caer contra el suelo de rodillas.

¿En que demonios pensaba cuando decidí hacer todo esto?. Era el ser mas imbécil que
pudiese existir en la historia. Yo la amaba, la amaba más que a mi propia existencia, más
que a nada en este mundo, y todo lo eche a perder por ser un maldito egoísta. Y ahora ella
estaba sola, en manos de una maldita vampira que quería matarla y yo no podía hacer nada
por ayudarla. Me maldije a mí mismo, quise que en ese mismo instante un meteoro callera
del cielo y me aplastara, quise poder ser yo el que estaba en esa situación y no ella, ella no
había hecho nada para merecerse esto, lo único que hacía era sobrevivir, estaba consciente
de que a cada instante que pasaba con Tanya la lastimaba inmensamente, pero era la única
solución para que se alejara de mi, se alejara del mounstro que la lastimaba con el simple
hecho de vivir, pero en este instante, eso no servía de mucho, ella estaba en peligro y yo no
podía hacer absolutamente nada, me sentía tan impotente. ¿Por qué ella? ¿Por qué?.

Sabía que no solucionaba la situación con estarme odiando a mi mismo en ese instante,
pero no sabía que otra cosa hacer para sacar toda la ira que traía dentro, ya había llamado
a Carlisle, él y Esme estarían aquí en cualquier momento, también Jasper, Rose y Emmet
estaban en camino, ya le había avisado a los perros de la manada, tenía a Alice buscando en
el futuro, había ido al bosque y había buscado el rastro de Victoria, pero estaba por todos
lados, no tenía una dirección concreta. ¿Qué más podía hacer?, mi mente se devanaba en
buscar pistas, alguna que me pudiese llevar a donde estaba Bella, pero no había ni una
sola, nada. Todo esto Victoria lo había planeado con tiempo.

“Edward”- La voz mental de Alice me llamo.

-¿Qué sucede Alice?¿Has visto algo?- Dije con ansiedad en la voz aun tumbado sobre mis
rodillas sin levantar el rostro.

“No, no he visto nada. ¿Cómo te sientes?”- Pensó.

-¿Cómo quieres que me sienta Alice?- Gruñí- ¡¿Cómo demonios quieres que me sienta
cuando el amor de mi existencia podría estar muerta en este instante?!- Grite levantando la
cabeza y poniéndome de pie.

214
-Edward- Chillo- ¡A mí no me hables así!. No es mi culpa que hayas sido lo bastante
estúpido como para dejarla y irte con tu maldita golfa ¿Cierto?.- Me apunto con uno de sus
pequeños dedos-Mas de una maldita vez te lo dije, te lo rogué, TODOS lo hicimos, incluso
Rose.- Sus ojos se volvieron negros.- Pero no, como siempre el idiota de Edward tenía que
seguir sus instintos. Pues ahora aguántate y has lo único que puedes. Sálvala antes de que
sea demasiado tarde y ahora sí, no haya marcha atrás. IDIOTA.

Y con esto, se fue corriendo hacia la casa. “Genial” pensé en mi fuero interno. Era como la
peste inglesa, todas las personas a mi alrededor terminaban o lastimadas o huyendo de mi.

Colores naranjas y rojos se empezaban a colorear en el cielo y hacían su reflejo en el lago


frente a mí. Eran como un aviso, un luminoso aviso que me decía que cada vez me quedaba
menos tiempo para salvar a mi ángel, al único al que había amado, y al que siempre
amaría. ¿En qué demonios pensaba al irme con Tanya? ¿En qué?.

¿Podía un corazón muerto sentir dolor?, porque el mío eso era lo que sentía. Puro y mero
dolor, que, sabía perfectamente que merecía. Merecía todas las torturas posibles y
imaginables, y aun así, ninguna sería suficiente para poder hacerme pagar todo lo que le
hice a Bella. Era un monstro, un maldito monstro que hería a la gente que amaba.

Me deje caer en el pasto, viendo hacia el cielo mientras sollozaba sin lagrimas- De haber
podido llorar lo hubiese hecho en ese instante-. Rezaba silenciosamente en mi mente
porque todo estuviese bien, quería aunque fuese un poco de esperanzas, una simple luz que
me dijera que Bella seguía viva, que ella saldría bien de todo esto y que podría salvarla a
tiempo. Empecé a recordar los últimos seis meses que pase con ella, sin duda los mejores
seis meses de mi condenada existencia. Ella había cambiado mi mundo, justo como un
cometa cuando surca el cielo estrellado, ella era mi corazón, mis pulmones, mis
sentimientos, ella era mi todo, y yo la había lastimado como nadie había lastimado nunca
en la vida. Quería morirme en ese mismo instante.

Si cerraba los ojos podía ver sus dos grandes orbes marrones observándome, aquellos
orbes que me decían todo y nada, aquellos orbes que tanto me encantaban y hacían que
todo lo que estaba a mi alrededor desapareciese por un segundo. Empecé a recordar cada
una de las lindas partes de su cara, sus mejillas que se enrojecían con el mas mínimo de los
toques y la hacían ver tan adorable, sus labios que me llamaban como si fueran algún canto
de las sirenas para que los probara en cada oportunidad que tuviese, aquel brillo suspicaz
en sus ojos cuando sabia que pasaba algo que no le quería decir. Una sonrisa se dibujo en
mis labios, Bella siempre iba a ser el amor de mi existencia sucediera lo que sucediera,
sería la única que siempre seria la dueña de mi corazón y de mis pensamientos. Aunque
por desgracia, la había perdido por estúpido.

215
Incluso si ella se salvara, no querría regresar conmigo, el ser que tanto daño le causo, el
que la dejo abandonada durante seis largos meses y regreso con otra mujer, el que la puso
en peligro. Me odiaba a mí mismo.

Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que apenas y escuche el auto de Carlisle
entrar al garaje, me levante y fui corriendo hacia la casa. Entre a la sala justo cuando el y
Esme entraban en el hall.

-¿Qué sucedió?- Pregunto Esme mientras corría a abrazarme.

-Victoria atrapo a Bella- Murmure tensando todo mi cuerpo.

Esme soltó un grito ahogado mientras se llevaba una de sus manos a la boca y Carlisle
cerró sus puños en un acto reflejo.

-¿Cómo se enteraron?- Gruño mi padre mientras se acercaba a donde nosotros estábamos.

-Yo lo vi…- Dijo Alice con voz apagada mientras se sentaba en uno de los sillones frente a
mí.

Antes de que nadie pudiese decir nada la puerta del porche se abrió y por ella entraron
Rose, Emmet y Jasper. Sus tres rostros tenían diferentes expresiones, odio, tristeza,
incredulidad.

-¿Es cierto lo que escuchamos?- Pregunto Emmet mientras se acercaba a un lado de mi


padre.

Asentí con la cabeza.

-¿Cómo fue que se enteraron?- Pregunto Jasper.

Alice les conto la visión que había tenido, mientras yo me dejaba caer en uno de los sillones
de la sala con la cabeza entre las manos. Mil imágenes me vinieron a la mente, pero en

216
todas aparecía el rostro de mi Bella. Sentía otra vez que me apretaban el corazón al punto
mismo de dejarme sin aire. Era un dolor por encima de todos los que se pudiesen sentir.

-Carlisle ¿Qué vamos a hacer?- Pregunto Emmet con tono de preocupación.

-Edward- Dijo Carlisle con voz ansiosa- ¿Le has avisado a la manada?.

-Si, fui a la frontera y ahí estaba Sam, le conté lo sucedido y supongo que ya le aviso a
todos, fui en busca del rastro de Victoria al bosque , pero estaba por todos lados, no tenía
una dirección concreta- Murmure.

-Bien. Alice, ¿Has visto algo?.

-No, todo lo veo muy oscuro, escucho las voces, pero son un murmullo tan bajo que no se
qué es lo que dicen.-Contesto Alice escondiendo su rostro en el hombro de Jasper que se
había sentado a un lado de ella.

-Carlisle ¿Qué haremos?- Pregunto Esme en medio de un sollozo.

-Esperar, eso es lo único que nos queda… esperar- Murmuro él mientras abrazaba a Esme
que sollozaba secamente.

-¿Dónde está Tanya?- Pregunte a Alice. No la había visto desde hacía rato cuando sucedió
lo de la visión y necesitaba disculparme con ella por haberla dejado de esa manera tan
abrupta en mi habitación.

-¿Se supone que yo tenga que saber dónde está tu golfa Edward?- Contesto con voz acida.

-Alice ¿La has visto?- Volví a preguntar ignorando la manera en que la había llamado. Ella
y Rosalie le habían puesto ese apodo desde hacía ya bastante tiempo.

-¿Y yo que se?, salió por la puerta cuando tú te fuiste diciendo que iba contigo, y tu
próxima familia dijo que iba de caza ¿No deberías de saber tu donde está tu prometida?-
Escupió la última palabra como si fuera una grosería.

217
-Tanya no fue conmigo Alice, nunca estuvo conmigo.- Dije entre dientes.

-Pues entonces no se dónde demonios se haya metido, tal vez fue a ver los preparativos
para la boda ¿No crees? Digo… ya que el peor de sus miedos fue secuestrada por Victoria
debería de estar danzando por ahí dándole gracias al cielo de que Bella haya desaparecido.-
Contesto con una mueca.

-No te atrevas a volver a decir eso- Gruñí con voz enojada mientras me paraba del sillón.

-Tengo razón Edward –Se paro ella también dándome la cara y empujándome con uno de
sus dedos en el pecho- tu lo sabías. Tanya odiaba a Bella por el simple hecho de que
existiera, se sentía tan malditamente amenazada que la quería fuera del camino a toda
costa, ¿Por qué crees que quiso adelantar la boda?, no hay que leer la mente para saberlo.-
Chillo con su vocecita de soprano.

-Tú no sabes nada Alice, no te metas en este asunto.- Masculle entre dientes, sabía que si
me presionaba un poco mas iba a explotar.

-Obviamente se mas que tu “Eddy”- Imito la vocecita de Tanya- Todo esto es tu maldita
culpa, todo. Por tu culpa Bella esta con Victoria, por tu culpa ella podría morirse, por tu
culpa ha sufrido más que nadie en este mundo y dios, mínimo si Victoria la mata va a dejar
de sufrir contigo. Recuerda muy bien mis palabras Edward, si algo le sucede todo va a ser
por tu maldita y estúpida culpa y espero que sufras por eso.-Chillo de nuevo aventándome
contra el sofá. Me empezó a mostrar imágenes mentales de Bella, imágenes que me dejaron
congelado. ¿Yo había hecho eso? ¿Yo le había causado ese sufrimiento a un ángel? ¿Qué
demonios estaba mal conmigo?.

-Basta ya los dos- Nos regaño Carlisle, pero Alice me seguía mirando fijamente
mostrándome una y otra vez las imágenes del rostro crispado de dolor de Bella, de cómo se
agarraba el pecho para no desmoronarse, de la sonrisa que tenía cuando la bese en la
obscuridad, de cómo se derrumbo cuando Alice le dijo la verdad, de todo absolutamente
todo lo que había sucedido a lo largo de estas semanas sin que yo me hubiese dado cuenta.

Me deje caer de nuevo, “¿Qué he hecho?” me preguntaba en mi fuero interno mientras


sentía que todo mi interior colapsaba. Era la peor persona que podría haber existido, me
merecía todas las palabras de Alice y mucho mas. Era un maldito, tanto había cuidado a
Bella de que no la lastimaran y el que le termino dando el tiro de gracia fui yo, yo el que le

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había jurado amor eterno, el que le había prometido que haría lo que fuera para
mantenerla a salvo. ¿Qué demonios me sucedía?.

-Contrólate Hijo, no vas a arreglar nada en ese estado. –Murmuro Carlisle mientras me
ponía una mano en el hombro.

-Yo la amo...- Murmure con voz quebrada.

- Ja, ja, ja ¿A eso le llamas amor Edward?- Contesto Emmet, que me veía con una mirada
envenenada mientras una mueca burlona adornaba su boca.

-No empieces tú tampoco Emmet- Le dije con tono amargo.

-No, tienes que saber la verdad, me lo he callado, o más bien TODOS nos lo hemos callado
para no hacerte incomodar, pero ya es hora de que escuches lo que pensamos- Gruño-
Estoy de acuerdo con Alice. Bella no se merece que la trates así, nunca hizo otra cosa más
que amarte, y dios sabe porque.- Sus ojos se volvieron negros mientras un bramido salía
desde lo hondo de mi pecho- Tu no la amas, nunca la amaste, ¿A eso es a lo que llamas
amor?.

-¡¡¡No digas que no la amo, tú no sabes nada, no eres nadie para decirme que es lo que es el
amor Emmet!!!- Grite mientras me paraba del sillón, lo tomaba de la camiseta y lo
acercaba a centímetros de mi cara. Emmet me podía ganar en fuerza, pero en altura
estábamos iguales.

-Cuando uno ama no lastima- Murmuro mientras sus dos manos tomaban las mías y me
separaban de el- Y porque yo te amo como hermano me voy a aguantar las ganas de
golpearte. Pero lo tienes que saber Edward, si algo le pasa a mi hermanita, nadie, y
escúchame bien maldito estúpido, nadie de nosotros te lo va a perdonar, y lo peor de todo
es que ni tú mismo lo vas a poder hacer. Eso es lo que más te va a matar, que ni tú mismo
te vas a poder perdonar que la persona a la que según tu “amaste” se salvo de ser herida
por tu estupidez.- Me aventó lejos de él y regreso a abrazar a Rose que se había quedado
shokeada por la escena que habíamos hecho.

Me deje caer sobre mis rodillas mientras sollozos secos salían por mi garganta, todo lo que
Emmet y Alice me habían dicho era la verdad. Nunca me lo perdonaría. ¿Qué hice? ¿Qué
era lo que había hecho?¿Porque me sucedía esto? ¿Qué había hecho para que todo cayera
sobre mi?.

219
Solloce con más fuerza.

Sentía como si todo mi abdomen y pecho lo desgarraran y la garganta se me lleno de un


sabor amargo parecido a la hiel, y aun así no era dolor suficiente para saciarme, era un
maldito estúpido y no podía cambiar eso.

Las palabras de Emmet retumbaban en mi mente.

“Cuando uno ama no lastima”

Yo la amaba, de eso no había ni una sola duda, pero ¿Por qué la lastimaba?. Algo en mi
mente estaba realmente mal, ¿Cómo pude siquiera a atreverme a pensar en eso? ¿Cómo la
pude lastimar de esa manera? ¿Cómo dios mío cómo?. Sentía que Jasper mandaba olas y
olas de tranquilidad por toda la sala, pero nada de lo que el hiciera o sintiera me
tranquilizaría, sabía que era el único culpable en todo esto, y eso nada lo cambiaria.

Un grito ahogado de Alice me regreso a la realidad. Y la vi… una visión.

...........................................................................................................................................

Bella POV

Desperté lentamente con un dolor en la cabeza, y mi cuerpo totalmente entumecido.


Esperaba en mi fuero interno que todo fuese una maldita pesadilla. Tenía el vago recuerdo
de haber visto la cara de Victoria, de haber sentido su gélido tacto en mi mano, y luego,
todo se volvió negro. Rezaba silenciosamente porque todo fuese una invención de mi
imaginación y yo no me hubiese topado con ella.

Quería tallarme los ojos porque todo estaba oscuro, pero no podía, algo me tenia atadas las
manos y las piernas, y sea lo que fuese que sea, me rozaba la piel al punto mismo de
cortarme la circulación y quemaba.

Quería gritar pero no podía, algo me tapaba la boca ahogando mis gritos, “No por favor,
que esto no sea lo que estoy pensando, por favor, por favor…” imploraba por dentro. Me

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sentía desubicada y mareada, tenía un buen golpe en la cabeza y las muñecas y los tobillos
me dolían. No podía ver nada, todo era obscuridad, una obscuridad tan grande que sentía
como si estuviese literalmente en un hoyo negro. No había ni un solo indicio de algún rayo
de luz y esto me asustaba.

Las lagrimas comenzaron a amontonarse en mis ojos, causadas por la obscuridad. Le


temía, más que a nada, nunca entendí realmente el porqué de mi miedo, pero ahí estaba, y
ese mismo miedo estaba haciendo que cayera en pedazos.

Súbitamente las luces se prendieron, segándome al instante por la luminosidad que había
aparecido. Mis ojos lentamente se fueron acostumbrando, dejando ver frente a mi una
extensa bodega; las paredes eran de ladrillos que terminaban en un arco, el techo era de
lamina. En la pared que se alzaba a lo lejos, frente a mi había una puerta de metal, de esas
que son muy pesadas y difíciles de mover.

La puerta se abrió, presentándome a Victoria que avanzaba hacia mí con sus andares
felinos, una sonrisa se dibujaba en sus labios dejándome ver la línea de dientes
extremadamente blancos que ella tenía. Un escalofrió recorrió completo mi cuerpo. Ella
me había encontrado.

-Aw… la Bella Durmiente se ha levantado por fin- Dijo con tono amable, que no iba en
nada con su cara, mientras se acercaba mas a mí.

-¿Qué? ¿No puedes hablar?- Volvió a canturrear.

Mis ojos desbordaban lagrimas saladas, sabía que este era mi final, lo sabía. Victoria me
mataría en cualquier momento.

-Uh… la “princesita” no puede hablar- Dijo cuando se ponía frente a mí y me tomaba del
cabello para acercarme a ella.- Te voy a destapar la boquita princesa, pero, si gritas, te juro
por lo que más quieras que vas a sufrir más de lo que ya te espera.

En un movimiento quito la cinta gris que me tapaba la boca haciendo que esta dejara un
ardor alrededor de mis labios y estos me dolieran.

-Aw… ¿Te dolió?- Volvió a decir con voz amable y una sonrisa burlona dibujada en sus
labios.- Hasta que por fin te tengo en mis manos Isabella- Agrego y me solto de el pelo de

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un brusco empujón haciendo que mi cabeza se estampara contra la pared y hiciera el dolor
mas grande.

-¿Por qué me trajiste aquí?- Balbucee entre lagrimas.

-Jajajaja ¿Por qué te traje aquí? ¿Me estas preguntando que porque te traje aquí?- Se sentó
en cuclillas frente a mi- Vaya, pensé que para ser una humana que conocía nuestra
existencia ibas a ser más inteligente princesita, pero ya veo que me equivoque. Pues te traje
aquí para matarte ¿Para qué mas Isabella?.- Dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

-Los Cullen te van a encontrar ¿Lo sabías?- Dije intentando poner un poco de seguridad en
mi voz, pero no se si era para que ella se lo creyese o para que yo tuviese un poco de
esperanzas.

-Jajajaja, ¿Crees enserio que los Cullen te van a buscar Isabella? ¿Si tanto les importas
porque te dejaron sola? ¿Si tanto te amaba Edward porque se va a casar con Tanya?- Una
oleada de decepción me lleno por completo mi cuerpo vacio, ella tenía razón, los Cullen no
tenían porque buscarme, esto no era su culpa y no tenían la obligación de salvarme.

Victoria pareció notar mis pensamientos y la ola de decepción que me llego, porque añadió.

-Lo vez cariño, en todo caso les estaría haciendo un favor- Acaricio mi mejilla suavemente
dejando una de sus manos ahí- Tómalo como nuestro regalo de Bodas para Edward y
Tanya. Yo te mato y tú haces el favor de desaparecer de este mundo. ¿De acuerdo?- Dijo
como si estuviese explicándole las cosas a un niño.

Mas lagrimas salían por mis ojos en el momento en que pronuncio la boda de Edward y
Tanya, todos los sentimientos que me había guardado a lo largo de estas semanas respecto
a ese compromiso afloraron dentro de mi haciendo que tuviera un colapso nervioso.
Sollozos salían por mi boca y mil lagrimas adornaban mis ojos cayendo como gotas de
lluvia.

-¿Dónde estamos?- Murmure ahogadamente.

-En una bodega en Port Ángeles, no hay razón para que te lo oculte mas- Sonrió- Mínimo
para que tengas la satisfacción de saber dónde vas a morir.

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Más lágrimas salieron por mis ojos, sabía que lo inevitable estaba a punto de suceder, que
mi muerte estaba próxima, pero aun así sentía un miedo interno que no me dejaba pensar
con claridad.

-¿Por qué haces esto?- Logre balbucear mientras el sabor salado de las lagrimas me llenaba
la boca.

-Oh princesa es muy fácil,- Hablo como si yo fuese su mejor amiga que no habia visto en
años- Edward mato a James, yo te mato a ti, pareja por pareja y porque aparte una muy
querida amiga me lo pidió y no se lo podía negar.- Rio y su risa se escuchaba como un
gorgoreo de pájaros.

Ipso facto me congele. Se lo habían pedido, una amiga, pero ¿Quién? ¿Quién me podía
odiar tanto como para desearme esto? ¿Quién?.

La puerta se abrió nuevamente, y ahí con su belleza inigualable entraba Tanya. Por un
momento mi corazón dio un latido de esperanza, pensando estúpidamente que los Cullen
habían venido a salvarme, pero todo eso quedo desechado en el bote de basura cuando vi
que cerraba la puerta tras de ella y en su rostro aparecía una sonrisa burlona y maliciosa.

-Pero ¿Mira que tenemos aquí?- Dijo con tono sarcástico mientras se acercaba a donde
estábamos Victoria y yo- La humana por fin se digna a levantarse, ¿Sabes? Empezaba a
pensar que el golpe que te había dado Victoria te había matado o algo así, pero no, por
desgracia sigues aquí- Hizo una expresión de asco.

-Amiga- Chillo Victoria con una suave sonrisa en sus labios- ¿Ya podemos empezar o
todavía no?.

-Claro que si Victoria, solo le quiero decir unas cuantas cosas a Isabella- Dijo con tono
suave y amigable. Se giro a verme y se acuclillo frente a mi- Antes de que mueras, y nos
hagas a todos el maldito favor de desaparecer de este mundo- Apoyo una de sus manos en
mis piernas- Quiero que te enteres de cómo hicimos todo esto, y de cómo fuiste tan
estúpida para caer en nuestras trampas.

“Como podrás notarlo Isabella, Victoria y yo nos conocemos, y le doy gracias al cielo por
eso. Laurent fue a vivir con nosotros a Denalí y ahí fue donde la conocí. Ella deseaba
matarte y yo, desde el primer momento en que supe de ti, también lo quise. Siempre he
amado a Edward, desde que lo vi por primera vez y ninguna humana estúpida me lo iba a

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quitar. Por suerte la oportunidad se presento y bueno, querida, tu sabes que no la
desaproveche.”

“Como sea, en todo caso, tuvimos dos o tres meses para planearlo todo, no sabíamos bien
de qué manera íbamos a lograr acercarnos a ti y a Edward, entonces, como caído del cielo
su estúpido hermano Jasper pierde el control contigo y nos deja el camino libre para hacer
nuestro plan. Sabía perfectamente que los Cullen llegarían a Denalí, ya que, hablaron a mi
casa tres días antes para pedir hospedaje, yo sabía perfectamente que algo sucedía por el
tono apagado con el que el imbécil de Carlisle había hablado, así que Victoria y yo nos
pusimos de acuerdo para que seis meses después de eso ella regresara a Forks y empezara
todo. Por supuesto en esos seis meses no se quedo haciendo nada, Ja, no querida, ella fue
en búsqueda de una de las fases de nuestro plan. Anthony”.

Mis ojos se abrieron de golpe y mi respiración se corto, Anthony, el había sido parte de su
plan. ¿El formaba parte de esto? ¿En qué sentido? Anthony nunca me haría una cosa así, el
nunca sería tan mala persona para hacerme eso. ¿Porque?. Mis músculos se tensaron mas
al sentir que el agarre de Tanya se hacía más fuerte en uno de mis muslos regresándome a
la realidad.

-Estúpida- Con su mano libre Tanya me dio una bofetada en el rostro que hizo que mis
dientes castañearan y que su mano se quedara marcada en mi mejilla dejando un dolor
indescriptible- Hazme caso ¿Si?, no te lo voy a repetir dos veces y – Una sonrisa se dibujo
en sus labios- No creo que tengas otra oportunidad para escucharla porque vas a morir
muy pronto, así que préstame atención.

“Proseguía. Victoria busco a Anthony en todos lados, necesitábamos al doble perfecto de


Edward- Aunque fuese difícil ya que mi Eddy no es comparable con nada- y por fin
encontró a Anthony en Canadá, acepto sin chistar en engatusarte, créeme no era nada
personal contra ti querida, pero, te preguntaras, ¿Cuál era su paga?, muy fácil, convertirlo
en vampiro. Necesitábamos a alguien que se pudiese acercar a ti sin levantar sospechas,
alguien que te pudiera utilizar a su antojo, alguien a quien sabríamos que no te negarías y
que mejor que un hombre para ese trabajo ¿No crees?.”

“Mientras Victoria encontraba a Anthony y lo convencía yo estaba muy ocupada


convenciendo a Edward. El primer día que llego tengo que aceptar que estaba demasiado
triste y devastado- No entiendo la verdad el porqué se deprimió de esa manera por alguien
como tu- Me fue muy difícil convencerlo, pero después de prometerle que todo esto iba a
ser por su bien y que su familia se lo agradecería profundamente acepto que estuviéramos
juntos. Por fin mi sueño dorado, estar con Edward. Así pasamos los siguientes seis meses,
cambiándonos de una ciudad a otra. Edward me tocaba, por supuesto, no sabes cuantas de
esas noches en las que tú estabas dormida en tu cama llorando porque te había dejado, el
me hizo gozar como no tienes una idea, pero siempre terminaba murmurando tu nombre

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al final, y algunas veces hasta me confundía contigo. Pero todo eso quedaba olvidado
cuando recordaba que yo había sido la primera mujer en su vida y tu pronto quedarías
borrada del mapa. Por supuesto la estúpida de su hermana Alice que parece una pixie decía
que eso no era cierto y Edward jamás te traicionaría así. Pero déjame decirte querida, que
todo lo que te estoy contando es verdad, yo si fui la primera mujer en su vida, yo fui a la
primera a la que en verdad toco y a la primera a la que hizo suya y todo fue tan fácil que en
algún momento me llego a aburrir. Los primeros días era como un adolescente lleno de
hormonas, lo quería hacer todo el día y toda la noche, pero, con el tiempo, fue tomando
experiencia y dios mío si tan solo supieras lo bueno que es ahora.”

“Como sea. Pasaron esos fantásticos seis meses y tuvimos que regresar contigo porque la
pixie tuvo la visión de que Victoria regresaba. Te preguntaras como fue que Edward no leía
mis pensamientos. Tuve que ser demasiado cuidadosa, siempre pensar en cosas sin
importancia cuando estaba a un lado de el, con el tiempo se hizo fácil, y el dejo de darle
importancia a mis pensamientos bloqueándolos. Así eh pasado los últimos seis meses y lo
pienso seguir haciendo para toda mi eternidad. Pixie no podía ver absolutamente nada
porque pensábamos en cosas diferentes, sabíamos obviamente como atacar, pero no lo
habíamos decidido hasta que fuese el momento y aparte que Victoria y yo nos veíamos
siempre en territorio Quileute así que, era imposible que nos viera.”

“Para Anthony fue un poco más difícil, sufría tanto intentando esconder sus pensamientos
de Edward que casi le salía humo por la cabeza. El también se juntaba en la Push para
poder tener noticias de Victoria.”

“Y tu querida Isabella, nos lo hiciste todo tan fácil, que prácticamente nos pusiste tu
muerte en bandeja de plata. Sabíamos perfectamente que no te negarías a tener mínimo al
doble de Edward en tu vida, qué harías lo que fuera para sacártelo del alma y pues bien,
Anthony logro todo y tu no pusiste ni una sola traba para que hiciera su trabajo. Aparte de
que déjame decirte querida que te aprovechaste eh, mira que esos espectáculos en la cocina
de tu casa y en el gimnasio son dignos de una película pornográfica.”

“Independientemente de todo también te preguntaras ¿Cómo fue que Edward decidió


casarse conmigo?. Pues tu queridísimo Emmet ayudo con eso, inconscientemente claro
está. El estúpido animal decidió que quería volverse a casar con su Barbie Hueca, ósea
Rose. El punto es que para intentar levantarle el animo a toda la familia propuso una boda
triple, tu hipócrita mami Esme y el sensible de tu papi Carlisle, el suicida de Jasper y la
pixie de Alice, y por último, el animal de Emmet y la hueca de Rose. Te juro que no se cual
pareja de las tres es la más estúpida. De todas maneras, no me fue muy difícil convencer al
incorrompible de Edward, y es que enserio ¿Quién se negaría a un cuerpo como el mío?.
Ok, regresando al tema, acepto muy poco convencido respecto a la boda. Sus hermanos por
supuesto se enojaron con él, Carlisle y Esme le hablaron respecto a las responsabilidades
del matrimonio y todas esas tonterías, pero conociendo a Edward, cumpliría su palabra. Y

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con eso comenzaron todos los planes para nuestra boda, ya que sus hermanos se negaron a
casarse con nosotros. ¡Bah, como si alguien los necesitara!.”

“Todo iba perfecto, fui a Denalí por mis hermanos y hermanas, en el camino me encontré
con Victoria para hablarle respecto al plan, te iba a secuestrar dos días después, cuando
Anthony supuestamente te llevara de regreso a casa, pero algo en el plan salió mal y a
quien termino atacando esa noche fue a tu papa. Los idiotas de los Cullen llegaron a
tiempo y alcanzaron a salvarlo. Victoria iba por ti hacia Port Ángeles pero para nuestra
desgracia personal Emmet llego primero y te llevo a casa de los Cullen. Yo por supuesto
aun me encontraba en Denalí. Victoria me marco histérica y me conto todo lo que había
sucedido, así que, sin pensarlo dos veces regrese con toda mi familia a Forks, bueno todas
menos una, Irina sabia que algo sucedía y no quería formar parte de la situación. Según
ella era una traición a los Cullen. Pero de todos modos su opinión no me importo. En todo
caso, regrese y cual va siendo mi maldita sorpresa que cuando llegue te vi con “mi” Edward
abrazada, maldita estúpida.”

Paro un poco para respirar y cerró sus ojos. Yo estaba shokeada por toda la información
que me había dado, todas las cosas malignas que había hecho.

No tuve tiempo para comprender su relato porque la mano que tenía en mi muslo se apretó
mas y sus uñas traspasaron la tela de mi pantalón de mezclilla y mi piel. Un grito de
desesperación salió de mi boca mientras veía como las níveas manos de Tanya se llenaban
de una sustancia roja que por supuesto era mi sangre. No podía separarla, no podía
tomarme la pierna porque mis manos y mis brazos seguían atados. El dolor que me causo
fue agonizante. Lagrimas de odio y desesperación salían por mis ojos conforme sollozos y
gritos salían por mi boca.

-¡Cállate estúpida!- Chillo- Cállate ahora mismo o te juro que te va a ir peor, esto no es
nada a lo que te espera.

Victoria llego con más cinta y me tapo la boca, haciendo que mis sollozos se hicieran solo
un simple murmullo que desaparecía lentamente en la inmensidad de la bodega.

-Edward me juro que nada había sucedido entre ustedes dos- Hablo como si nunca hubiese
habido interrupción, con la misma sonrisita con la que me había contado todo su relato.
Mis ojos difícilmente la podían ver porque estaban inundados por las lagrimas gordas que
derramaban.- Y obviamente yo le creí. Sabía que por más que Edward quisiera estar
contigo jamás faltaría a su palabra como caballero. Entraste a la sala y por supuesto
conociste a mi familia. Cuando te fuiste tuve la brillante idea de hacerte saber que
próximamente seria la señora de Masen Cullen, esperaba fervientemente que después de
que la vieras decidieras suicidarte y ahorrarme todo esto. Sabía que regresarías y al día

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siguiente todos saldrían de caza, que mejor manera de dejar accidentalmente una de mis
invitaciones de boda en la sala.”

“La primera parte de mi plan salió como yo quería, la encontraste y te fuiste aparte de que
sin yo planearlo, encontraste mi lindo vestido de novia en uno de los cuartos, estaba
esperanzada que después de todo eso decidieras acabar con tu vida. Pero, por desgracia no
te suicidaste. Edward por supuesto se puso como loco porque no estabas, todos los Cullen
se pusieron a buscarte y pasaron la noche por igual, sigo sin entender realmente que es lo
que te hace tan especial para ellos. De todos modos, al día siguiente para mi desgracia diste
señales de vida y ¿Cómo no? La estúpida pixie decidió irte a salvar y como si fueran
imanes, Edward decidió ir también. Me prometió que nada iba a suceder, que cumpliría su
palabra de casarse conmigo y que estuviera confiada. Si claro, ¿Cómo si yo pudiera
confiarme estando tu cerca?.”

“Bueno, después de pasar dos días en los que estuve cerca de ir yo misma y matarte, los
tres decidieron regresar porque iban a dar de alta a esa cosa que tienes como padre, por fin
mi Eddy estaría de regreso. Tuvimos que acelerar todos los planes para que Anthony
cumpliera su parte del trato. Y ¿Cómo no? Tu aceptaste ser su novia.”

“Pero, cual va siendo mi sorpresa cuando me entere de que Edward por su maldito impulso
te había besado en la obscuridad y tu le respondiste”.

Su mano se poso en mi otra pierna y sin antes darme tiempo para saber qué era lo que
hacia sus uñas se enterraron de nuevo en mi muslo. El dolor casi hacia que me desmayara,
la sangre salía a borbotones de mis dos piernas haciendo que el olor a oxido y sal me
mareara. El dolor era tan extenso que empecé a sentir que mi cuerpo perdía las energías y
en cualquier momento cerraría los ojos. Gritos de desesperación salían por mi boca, pero
se veían detenidos por la cinta que la cubría. Quería pararme, quería detener todo esto. Yo
no merecía todo este dolor, yo no había hecho absolutamente nada para que ella quisiese
herirme de esta manera.

-Cálmate idiota, falta poco para acabar con mi historia y ahora si te puedas morir en paz.-
Canturreo con voz amable.- Eddy regreso a la casa, te preguntaras como fue que me entere
de que se besaron, muy fácil. El maldito olor a ti en su boca, sabía perfectamente que se
habían besado. Su boca olía como si hubiesen vaciado un litro de sangre tuya. El me juro
que solo había sido un inocente beso, y que para compensarme adelantaríamos la boda.
Por supuesto que acepte gustosa, esta era mi oportunidad, y obviamente la iba a
aprovechar. Es impresionante lo que pueden hacer algunos sollozos y mi cuerpo juntos
¿No crees Bella? Porque si, esa noche volvimos a estar juntos, y déjame decirte que fue una
de las mejores noches que hemos tenido. Todo ese enojo y pasión desmedida me
impresionaron. Pero no contaba con que la idiota de la pixie te llevaría a casa, Edward casi
se cae de la cama por bajar a verte cuando sintió tu olor, quería aclararte lo del beso. Pero

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¿Cómo no? El animal que tiene por hermano no lo dejo acercarse a ti, y para colmo te
desmayas, haciendo que Edward casi se golpeara a si mismo porque se sentía culpable.”

“Tuve que obligarlo a salir de caza, no quería estar en el mismo sitio donde tú estabas. La
hueca y pixie desde un principio de todo esto me odiaron completamente. Las dos se la
pasaban haciendo comentarios respeto a ti incluyendo también a los idiotas de sus esposos
que también no perdían la ocasión de hacerme saber cuánto te extrañaban, cuanto te
querían, cuanto desearían verte y toda esa clase de cursilería. Y claro ¿Cómo no? Esa vez
no se les paso, cuando vieron que Edward, mi familia y yo salíamos por la puerta de la
cocina hacia el jardín para irnos de caza gritaron que estabas enferma, que Carlisle estaba
preocupado por ti y no perdieron la oportunidad de enseñarle a Edward imágenes tuyas.
Por suerte pude sacar a mi Eddy de ahí antes de que esas dos arpías pudieran convencerlo
de quedarse. Para mi mala suerte Edward no se estuvo tranquilo y a las dos horas que
habíamos salido de su casa regreso y tomo su auto, según él para ir a ver a Carlisle y
hablarle sobre el adelanto de la boda.”

“Gracias al cielo él fue quien te interrumpió en tu escenita pornográfica en la cocina, vio


todo en la mente de Anthony y por supuesto, Anthony le agrego algunos detalles. Estaba
tan benditamente enojado que, como sabes, sus impulsos ganaron y me beso hoy en la
escuela, me beso tan deliciosamente bien que por un momento olvide que estábamos sobre
su auto. Tuvimos que parar porque el idiota del director nos regaño. Para mi buena suerte
Anthony aprovecho todas las oportunidades de besarte y en clase de gimnasia diste otra de
tus escenitas así que inconscientemente deje que Edward viera en mi mente lo que habías
hecho. Llegamos a la casa y las hormonas y su enojo hicieron el trabajo. Justo íbamos a
empezar lo que había quedado pendiente en el estacionamiento cuando la idiota de pixie
tuvo su visión. Al principio me impresione, esto no estaba planeado. Así que tuve que salir
con un plan para poder escaparme de ahí y ver a Victoria. Y pues heme aquí, por fin te
tengo en mis manos Isabella Swan y hoy, gracias al cielo vas a morir y vas a dejar de
molestarnos”.

Se giro a ver a Victoria, que estaba recargada con una sonrisa de suficiencia contra una de
las paredes.

-Es toda tuya amiga- Sonrió alegremente.- Y por cierto, muchísimas gracias por tu regalo
para mi boda- Se miro su mano izquierda y suspiro- Próximamente seré Tanya Cullen
Denalí. Suerte Victoria.- Diciendo esto me dio una última sonrisa y salió por la puerta por
la que había entrado.

Una gota de sudor surco mi nuca y un escalofrió recorrió mi cuerpo completo. Sabía que
este era mi fin y que no me quedaba demasiado tiempo. Deseaba haber dicho tantas cosas
de las cuales me calle, tantas cosas las cuales nunca me di cuenta, tantas cosas que debería
haber hecho.

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¿Han escuchado que cuando estas cerca de tu muerte, tu vida pasa como diapositivas ante
ti?. Porque eso exactamente fue lo que me sucedió en ese instante. Frente a mi pasaban mil
imágenes de todo lo sucedido, los rostros de todos los que conocía se posaron ante mis
parpados en menos de un segundo. Me tome la libertad de dejar los rostros más
importantes para el final. Los Cullen fueron los primeros, aquella familia que tanto me
había dado y tanto iba a extrañar, esa familia a la que algún día soñé pertenecer y para mi
desgracia ajena en eso se quedaría, algún día. Le siguieron mis padres Renne y Charlie,
esos dos rostros me trajeron algo de satisfacción a mi lecho de muerte, mínimo ya no
estarían en peligro después de que yo me fuera de este mundo y podrían vivir su vida
tranquilamente, recordándome tal y como yo los recordaría a ellos. Jake fue el siguiente,
mi propio sol, aquel que me había ayudado tanto a curar mis heridas, mi mejor amigo
licántropo, mi confidente.

Al pensar en la última persona de mi lista una terrible nostalgia me lleno todos los
sentidos, siempre recordaría a Edward, mi corazón siempre le pertenecería y el seria al
único que en verdad amaría después de la muerte. Esperaba sentir el vacio en mi pecho al
que ya me había acostumbrado a lo largo de todos estos meses, pero en lugar de eso no
sentí nada, fue como si el hoyo en mi pecho jamás hubiese existido y tenía una vaga idea
del porque sentía eso; era una pérdida de tiempo seguir sintiéndome así, tenía mis minutos
contados y para mi desgracia eran muy pocos, no los desperdiciaría en sentir dolores
innecesarios, lo único que me quedaba de consuelo es que Edward jamás encontraría otra
persona que lo hubiese amado tal y como yo lo hice y que aunque fuera muy dentro de el,
cuando estuviera en el altar con Tanya, se acordaría de mi.

Ciertamente yo había marcado su vida, y como el me había dicho hace ya muchos meses.

“Nosotros no olvidamos”

Y aunque fuera egoísta eso esperaba, que aunque fuese por algunos segundos al día me
recordara como lo que fui, una humana que marco su vida.

Victoria se paro frente a mi con una suave sonrisa en su rostro. A ella no le tenía rencor,
solo me daba pena, ella me podría entender, había perdido al amor de su vida al igual que
yo, solo que en diferentes circunstancias. Tampoco le tenía rencor a Anthony, obviamente
me sentía traicionada, pero de nada valía afligirme con esos sentimientos en ese instante,
de nada serviría tenerle rencor a Tanya, Victoria o Anthony, nada que yo pudiese sentir
cambiaria ciertamente mi suerte y no pensaba gastar los últimos minutos de mi vida
encolerizada por sus acciones.

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Cerré mis ojos esperando que la muerte me llegara, mientras me despedía de todo lo que
conocía. Y a mi mente solo pudo llegar un nombre.

“Edward”

Las uñas de Victoria se encajaron en mis dos hombros haciéndome heridas.

“Edward”

Una de sus manos rompió dos de mis costillas.

“Edward”

Su pie se apoyo en una de mis rodillas rompiéndola.

“Edward”

Sus dos manos rompieron una de las mías.

“Edward”

Hizo una herida con una de sus uñas a lo largo de mi cuello.

“Edward”

Me deje caer en forma de Ovillo contra el piso mientras Victoria me pateaba el estomago.

“Edward”

Dos últimas lágrimas salieron de mis ojos.

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Mi respiración se fue haciendo cada vez mas leve, sentía que el ritmo de mi corazón iba en
picada y que las energías empezaban a abandonarme lentamente el cuerpo. Ya no sentía
nada, no sentía dolor alguno y todo el sufrimiento fue sustituido por paz. Abrí mis ojos una
vez más, a la espera de poder cerrarlos y morir por fin. Recuerdo que lo último que alcance
a ver fueron un par de ojos color caramelo y un mechón de pelo color bronce. Una sonrisa
apareció en mi boca y mis ojos se cerraron por si solos.

“Edward”- Fue mi último pensamiento antes de que todo se volviera negro.


Capítulo 21: "Dulce Venganza.."
Bella POV

La vida sigue, la gente pasa alrededor. Mi muerte en si no detendría al mundo, el latir de


mi corazón seria otro sonido perdido en la inmensidad del universo, mis lagrimas serian
gotas desahuciadas en la profundidad de el agua salada de el mar y mi cuerpo quedaría
hecho cenizas, cenizas esparcidas por el viento a lo largo del mundo.

La muerte no es en sí sinónimo de sufrimiento o dolor, para mí era mi salida, mi escape,


era salvación. La luz al final de aquel pasillo infernal que por fin pondría un alto a todas las
situaciones que me estaban matando en vida, que eran las que en realidad eran mi muerte.

Luz blanca se veía por doquier, paz interna inundaba mi cuerpo como si me hubiesen
sumergido en ella haciendo que mi cuerpo entero dejara de seguir el dolor patente que
tanto tiempo había estado ahí, y ahora se disponía a abandonar por completo mi ya
inexistente físico.

-Bella yo te amo- Escuche una voz familiar muy lejana, casi como un susurro.

Paz completa, pero solo una cara venia a mi mente. Edward.

Edward POV

-No!!!...- Grite corriendo hacia donde estaba mi Bella. Sus ojos estaban medio abiertos, sus
orbes marrones me observaron con ternura, una lágrima salió silenciosamente por su ojo,

231
cayendo sobre el piso. Sus ojos se cerraron y justo como esa suave lagrima sentí que mi
vida se había acabado.

-No!!!...- Solloce mientras tomaba a Bella entre mis brazos.

-No!!!...- Volví a gritar mientras el suave latido de su corazón se iba apagando poco a poco.

-¡¡¡Carlisle!!!- Gemí mientras veía como mi ángel iba perdiendo la vida lentamente.

“Edward!!!... Corre nosotros nos haremos cargo de Victoria. Corre antes de que sea
demasiado tarde”.- Me grito mi padre con su voz mental.

Salí corriendo con mi ángel en brazos. Teníamos que llegar al hospital antes de que fuera
demasiado tarde. Antes de que mi ángel se fuera al cielo, a donde realmente pertenecía.

-Bella- Le susurraba mientras aceleraba mas mi paso- Bella por favor, no me dejes, Bella yo
te amo.- Un sollozo se escapo de mi garganta haciendo que esta ardiese. Sabía que si
pudiese derramar lágrimas estaría haciéndolo en ese mismo instante.

La rabia corría por todo mi cuerpo, como una especie de adrenalina. Quería matar a
Victoria, quería matar a Tanya, quería matar a Anthony. A todos y cada uno de ellos, a
todos los que la hicieron sufrir, a todos, y por consiguiente yo estaba en esa lista.

Sabía que hacía más de 90 años que mi corazón había dejado de latir, pero en ese instante
sentí como si me lo hubiesen quitado y el vacio me hubiese llenado. Sentía que si Bella
moría se llevaría consigo a lo que alguna vez conocieron como Edward, a lo que alguna vez
fue el hombre más feliz del mundo por el ángel que tenia ahora en sus brazos.

Mis ojos iban de mi ángel al bosque una y otra vez, su cara estaba en paz, como si estuviese
soñando con cosas lindas y agradables, como si estuviese descansando. ¿Qué había hecho
ella para merecer todo esto? ¿Qué?.

El sonido de su corazón se escuchaba cada vez más apagado, cada vez menos fuerte, cada
vez más lejos. Corrí más rápido, tenía que salvarla, Bella tenía que vivir a como diese lugar,
incluso en ese instante sería capaz de haberla mordido, quería a mi Bella y no me
importaba que precio tendría que pagar para que se quedara conmigo.

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Llegamos al hospital. Muchas miradas y pensamientos estaban posadas en mi y en mi
ángel, que aun seguía con la boca tapada por esa cinta gris que había callado sus gritos de
auxilio y sollozos, sus piernas y manos estaban unidas con cuerdas. ¿Qué había hecho ella
para merecer una tortura como esta?. Me odie a mi mismo en el instante, sabía que todo
esto había pasado por mi culpa y que ella moría lentamente por mí. Quería despedazarme
a mí mismo por ser el causante de tan grande sufrimiento.

Deje a Bella en una camilla mientras uno de los doctores de urgencia se la llevaba al
quirófano.

“Dios… ¿Qué le han hecho a esta pobre chica?”- Pensó el doctor antes de que se cerrara la
puerta detrás de él y la camilla.

Sentí en ese momento las rodillas contra el piso, el vacio me inundo por completo
haciéndome estremecer, haciéndome querer morirme en ese momento, pensando
estúpidamente en que eso aliviaría el tormento que ahora era mi vida. Mi Bella, mi
hermosa Bella estaba muriendo, y yo no podía hacer nada por ayudarla.

Mis manos también tocaron el piso mientras los sollozos salían secos por mi boca. Los de
mi especie no necesitaban el aire, pero en ese momento sentía que los pulmones me los
apretaban a tal grado que me impedían completamente tomar una bocanada de oxigeno
sin que me doliese.

En mi mente se amontonaban mil pensamientos, mil ideas y mil conjeturas. La gente


pasaba por mi lado, haciendo caso omiso de mi cuerpo tirado en el piso, haciendo caso
omiso de el sufrimiento que estaba teniendo y que merecía por haber sido tan
completamente estúpido.

Los ojos marrones de mi amada Isabella me observaban cada vez que mis parpados se
cerraban. Empecé a recordar las escenas que había visto en la mente de Alice, como habían
torturado a mi amado ángel hasta casi la muerte, como la maldad de Tanya había crecido
hasta niveles inimaginables y habían destruido al ser más perfecto sobre el planeta, a mi
Bella.

Quería matar a los culpables. Iba a matar a los culpables y nada ni nadie me iba a detener
de hacerlo.

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-Señor- Una enfermera me toco el hombro- Señor necesitamos los datos de la chica que
trajo.

Levante mi cabeza observándola directamente a los ojos. Un escalofrió recorrió su espalda,


sabía que mis ojos estaban negros y que el odio se veía en ellos.

-Señor- La enfermera susurro meneando la cabeza para salir del hechizo de mi mirada-
¿Cuál es el nombre de la chica que trajo?.

-Isabella,Isabella Cullen- Murmure mientras me ponía de pie.

-¿Qué es de usted?- Pregunto mientras apuntaba apurada en una hoja de datos todo.

-Mi esposa- Conteste, y por extraño que pareciese aquella simple palabra me trajo un poco
de alegría al cuerpo, Bella seria mi esposa, claro si después de todo lo que le había hecho
me podría perdonar.

-¿Qué le sucedió?-Pregunto evadiendo mi mirada.

-No lo sé, cuando llegue a mi casa la encontré así- Murmure lo más rápido posible para que
no viera el pánico en mi voz.

La enfermera me vio de arriba abajo y asintió.

-Bien, le avisaremos que es lo que sucede con su esposa Sr. Cullen. Por el momento ella
está en el Quirófano, cuando el Doctor termine saldrá a hablar con usted ¿De acuerdo?.

Asentí con la cabeza mientras me giraba para sentarme en una de las sillas azules que
estaban pegadas a la puerta. El miedo me recorría entero el cuerpo, ¿Y si Bella no se
salvaba? ¿Qué sucedería conmigo? Y si se salvaba, ¿Regresaría a mi lado, regresaría a mi
vida?.

Quería golpearme a mí mismo, quería destrozarme pedazo por pedazo y después


quemarlos, y aun así, el dolor no hubiese sido suficiente. Yo había causado más dolor a la

234
persona a la que más había amado en toda la eternidad, yo había sido el culpable de que su
dolor se convirtiera en sufrimiento.

“Cuando uno ama no lastima”

De nuevo las palabras de Emmet me vinieron a la mente, yo la amaba, de eso no había ni la


menor duda. Pero ¿Por qué la lastimaba? ¿Por qué lastimaba a una de las pocas cosas que
en realidad valían la pena? ¿Por qué?.

Mi mente se llenaba de mil preguntas mientras los minutos pasaban lentamente en el reloj,
minutos en los que el dolor en mi pecho se iba haciendo más grande, el vacio se apoderaba
de mi corazón y las esperanzas se iban acabando hasta quedarse en ceros.

¿Por qué no era yo el que estaba haya adentro en el quirófano? ¿Por qué no era yo el que
pasara todo este sufrimiento?. Ella no lo merecía, ella solo había hecho lo correcto, ella
solo había hecho lo que yo le pedí, seguir adelante.

Bufe.

A mi mente se vinieron todos los recuerdos de aquel día en el bosque tras la casa de
Charlie, aquel estúpido y fatídico día en que se me ocurrió dejarla sola, alejarme de ella
pensando que era la mejor opción, que estaría más segura. Bella jamás estaría segura a
menos que fuera conmigo, y por más egoísta que pareciese, me alegraba de aquello.

Puse mi cabeza entre mis manos, deseando que todo esto fuera una pesadilla, un sueño del
que despertaría tarde o temprano, alguna invención de mi imaginación. Pero para mi
desgracia, yo no podía dormir, así que lentamente tuve que aceptar que esto era mi
realidad, que esto era la maldita realidad en la que los sueños no podían interferir. Aquí no
habría el hada madrina que viniese a salvar a Bella de la muerte, ni el corcel blanco en el
que supuestamente tendría que estar montado yo. No habría hechizos ni magia, sapos que
se convierten en príncipes ni calabazas que se convierten en carruajes. Lo único que si
existía era la bruja malvada, aquella bruja que había hecho sufrir a la adorable princesa
quitándole su felicidad.

Bloquee los pensamientos a mi alrededor, no queriendo escuchar lo que la gente pensara


de mi ni de mis ropas llenas de sangre, sangre de mi amada Bella, sangre que por mi culpa
había sido derramada.

235
-Hijo-Murmuro Carlisle frente a mí.

Levante mi mirada exaltado, había estado tan metido en mis pensamientos que no lo había
escuchado llegar, ni a él ni a Alice. ¿Qué me sucedía?.

-Papa- Murmure mientras sentía que todo se despedazaba dentro de mí.

-¿Qué ha sucedido con Isabella?- Pregunto Carlisle.

-Esta en el quirófano, los doctores están haciendo todo lo posible.- Murmure mientras me
giraba a Alice- ¿Has visto algo Alice?.

-No, todo es decisión de Bella ahora y no la ha tomado- Susurro con sus ojos empañados en
tristeza.

Ósea que todo esto era decisión de Bella, ella tendría que decidir si vivir o morir, ella era la
que al final de todo tenia la decisión. ¿Pero cómo se supone que tomaría la decisión
correcta si yo aun no había tenido tiempo de decirle lo que había sucedido, porque lo había
hecho?.

La ansiedad me llego de golpe, yo no le había dicho que la amaba, ella no lo sabía, ella
seguía teniendo la imagen de un Edward diferente, ella seguía pensando que yo no…

-La amo- Murmure la ultima parte.

-¿De qué hablas?- Pregunto Carlisle.

-Carlisle- Levante mi mirada- Ella no lo sabe, ella piensa que yo la odio, ella piensa que
sigo estando con Tanya. Demonios ella piensa que a mí no me importa.

Me pare exaltado sintiendo todos los músculos de mi cuerpo tensos.

“Calma Edward, ella lo sabe. ¿Crees que con todo lo que le dijo Tanya no lo sabe?. Bella no
es estúpida, lo dedujo antes que nada”. –Me contesto Alice en su mente.
236
Sentí un poco de alivio con las palabras de mi hermana, pero ese alivio rápido se esfumo
cuando a mi mente se vinieron todas las cosas que le había hecho. Todos los besos que le
había dado a Tanya frente a Bella, todas las caricias vacías que mis manos le habían hecho
cuando mi ángel se encontraba cerca, todas las miradas que me tuve que obligar a poner en
cuanto los orbes marrones de Isabella se posaban en mi. Era un maldito estúpido.

-¿Y los otros?- Pregunte a velocidad vampírica para que ninguno de los humanos me
escuchara.

“Emmet ha ido a buscar a Anthony, Rose y Jazz se han quedado en la bodega con Victoria y
Tanya, no quieren comenzar hasta que yo les de la señal.”- Pensó Alice mientras me
mostraba imágenes de las caras asustadas de Tanya y Victoria. Ellas dos se merecían la
peor muerte que pudiera haber para los de nuestra especia y yo se las iba a dar.

-Edward, vayan ustedes dos- Dijo Carlisle-Yo me quedare aquí. Esme ya viene para acá, así
que ustedes dos vayan, sus hermanos los necesitan- Me vio con ojos paternales pero su
tono fue de demanda.

-No me quiero separar de Bella- Susurre bajando la mirada.

-Ella estará segura Edward, estaremos Esme y yo aquí. Necesitan acabar con esto-
Contesto con un tono de voz más suave.

Asentí con la cabeza, sentía que mi corazón de por sí ya casi muerto iba a desaparecer si me
alejaba de Bella pero esto era algo que necesitábamos terminar ahora, por el bien de mi
ángel.

Alice y yo salimos del hospital y nos pusimos a correr hacia la bodega lo más rápido
posible. Mi hermana veía con un deje de regocijo las imágenes de la muerte de Tanya,
Victoria y Anthony.

La sed de venganza se apodero de mí, iban a pagar todo lo que le hicieron a Bella. Iba a
hacer que los tres me rogaran al final que los matara, tal y como habían hecho que mi
amada Bella sufriera. Este iba a ser su fin.

237
No quería ni imaginarme lo que Emmet le haría a Anthony. El nunca confió en ese chico, ni
él ni Jasper. Me sentí de nuevo como un estúpido por no haber investigado más. Si yo
hubiese hecho algo esto no estaría pasando en este momento.

Acelere mas el paso mientras que frente a mí se veía la bodega que estaba escondida entre
los árboles. Se podía escuchar adentro a dos personas riéndose, y conocía perfectamente
las voces.

Entramos por la puerta mientras que gritos agónicos se escuchaban retumbar en las
paredes de la construcción.

-Edward ,Alice- Murmuro Jasper mientras veía fijamente a las dos vampiras que tenía
enfrente- Llegan justo a tiempo.- Soltó una risotada mientras que Victoria y Tanya se
tiraban al piso de dolor.

Me acerque a donde él estaba, agazapándome a su lado mientras veía el sufrimiento


plasmado en esos 2 par de ojos que ahora me observaban con una mezcla de odio y
arrepentimiento.

-Vaya, vaya- Canturree con mi voz aterciopelada- Pero mira ahora los papeles se cambian
¿Cierto?.

-Edward- Sollozo Tanya- Edward déjame explicarte.

-Ja j aja… ¿Explicarme que Tanya? ¿El porque casi matas al amor de mi existencia? ¿El
porque me engañaste para estar conmigo?- Negué con la cabeza lentamente- No sé quién
es más estúpido, si tu por creer que yo te voy a escuchar o yo por estártelo explicando.

Jasper a mi lado jugaba con sus estados emocionales mientras una sonrisa malévola se
dibujada en sus labios.

-Edward yo…- Empezó Tanya, pero su explicación fue callada por un bramido de dolor que
salía por su boca.

Me pare y fui junto con mis hermanas que ahora reían en una de las esquinas de la bodega.

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-Emmet ya viene para acá- Sonrió Rose- Esto será divertido.

Asentí con la cabeza.

-¿Cómo esta Bella?- Pregunto con preocupación en los ojos. En las últimas semanas ellas
dos se habían hecho muy amigas, y por lo que pude apreciar en los pensamientos de Rose
ya la quería como una hermana.

-Aun no sabemos nada- Contesto Alice- Ella aun no se decide.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo entero, mi Bella aun no se decidía si vivir o no.

Rose meneo la cabeza.

-Ella se va a salvar, lo sé. Es una masoquista y te ama- Dijo con una sonrisita- Así que va a
vivir.- Pude ver en su mente que en verdad lo creía.

Las palabras de Rose me dieron un poco mas de esperanza. Bella tendría que vivir, Bella
iba a vivir.

Se escucho un estruendo y luego unos gritos humanos.

La hora había llegado.

En ese instante entro Emmet cargando a Anthony que forcejeaba inútilmente entre sus
brazos.

Mi hermano lo aventó contra el piso, donde también entro en el hechizo de los


sentimientos de Jasper que los tenía a los 3 en un estado de ensoñación para que no
pudiesen escapar.

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-Todo listo- Rio Emmet mientras apretaba sus puños- Déjenme al humano por favor.

-Paren- Chillo Alice- ¿Con quién quieren comenzar?- Una sonrisa se formo en sus labios.

-Anthony- Dijeron al unisonó Rose, Emmet y Jasper.

Alice se encogió de hombros.

-De acuerdo- Murmuro.

Jasper dejo de manipular sus emociones para que estuviera consciente cuando muriese.

-¡¡¡No Por favor!!! Déjenme explicarles- Grito mientras una maraña de imágenes se
formaba en su mente.

-¿Qué nos quieres explicar imbécil?- Gruño Emmet mientras se agazapaba frente a él- ¿El
como por tu culpa mi hermanita esta en el hospital? ¿El porque en cada oportunidad que
tenias querías tener sexo con ella? Maldito desgraciado. Tú no vas a explicar nada.

-Yo la amo- Grito mientras que una ola de sentimientos venia a mi cuerpo.

-¿Tu la amas?-´Gruñí yo- ¿Tu la amas? – Volví a preguntar con incredulidad- Si la amaras
la hubieras protegido de Victoria, pero no, por supuesto tu maldita inmortalidad valía mas
¿No?. Pues ahora afronta las consecuencias IDIOTA.

Iba a contestar algo, pero Emmet no le dio oportunidad.

Las musculosas manos de mi hermano lo tomaron por las piernas y de un suave


movimiento las rompió. Gritos de dolor salían de su boca mientras que mi hermano reía
sádicamente. Con uno de sus brazos rompió su codo izquierdo y con el otro una de sus
manos.

240
Todo lo hacía lentamente, dándonos la oportunidad a mis hermanos y a mí de saborear la
venganza.

Anthony se tiro al piso boca arriba gritando de dolor mientras que Emmet ponía uno de
sus pies sobre su pecho y lo aplastaba. Por alguna extraña y sádica razón el sonido de sus
huesos rompiéndose me trajo satisfacción.

-¿Alguna última petición?- Dijo Em mientras reía socarronamente.

-Dile a Bella que la amo- Susurro.

Emmet no reacciono al instante, se quedo viéndolo shokeado mientras que su boca se abría
un poco.

No aguante más.

Corrí hacia donde estaban ellos, avente a Emmet y yo mismo aplaste las costillas de
Anthony, haciendo que se enterraran en su corazón y pulmones. Sus ojos vedes me
miraron profundamente antes de cerrarse para siempre. Y diablos me alegraba de eso. El
no la amaba, nunca la amo… el simplemente la utilizo, como a una muñeca. Mi Bella no iba
a ser la diversión de nadie y menos de un estúpido humano como él.

Todo a mi alrededor se quedo en silencio, el único sonido que había era el de los gruñidos
sordos que salían por mi pecho rompiendo así con el equilibrio del ambiente.

-Prosigamos- Gruñí mientras le daba una última mirada de odio al cuerpo inerte de
Anthony y me giraba a mis hermanos.

Todos menos Jasper- Que estaba concentrado con Tanya y Victoria- Me veían
consternados.

Empecé a ver en la mente de mis hermanos la escena, toda desde diferentes perspectivas.
Pero todas coincidían en algo, la honestidad en los ojos con las últimas palabras de
Anthony, incluso la de Emmet, que lo seguía odiando aunque estuviese muerto.

241
Anthony amaba a Bella.

Un asco me lleno el cuerpo, si pudiese hubiera podido vomitar en ese momento. ¿La amaba
y le hacía daño? ¿Qué clase de amor era ese? Más bien ¿Ese era amor?.

Una vocecita en el fondo de mi cabeza me decía que yo hacía lo mismo.

Sacudí mi cabeza, quería terminar con esto lo antes posible, quería regresar con mi Bella al
hospital.

-¿Podemos seguir?- Murmure con la vista baja mientras veía como Jasper se divertía
mandándole olas de dolor a Victoria y Tanya. El también había presenciado todo, pero
para mi gusto personal, el juzgaba que había hecho lo correcto.

“Yo también mataría a otro hombre que amara a Alice y la lastimara Edward, no te
preocupes”.- Pensó con un tono fraternal mientras una carcajada salía de su boca al ver
como las vampiras se estremecían en el piso.

-¿Con quien desean seguir?- Pregunte mientras me giraba a ver a mis tres hermanos que ya
estaban prestando atención de nuevo.

-Con Victoria- Gruñeron Rose y Alice al unisonó.

-Edward, Emmet- Dijo Rose con voz siniestra mientras veía fijamente a su objetivo-
Deténganla,. Alice y yo nos haremos cargo.

Mi hermano y yo no hicimos más que obedecer. Nos acercamos a ella y la tomamos por los
brazos. Gracias a la ensoñación en la que Jasper la tenia no puso o ponencia a que nos
acercáramos a ella y menos a que la sostuviéramos.

-Jasper- Canturreo Alice con una sonrisa malévola en la cara- Cariño ¿Nos harías el favor?.

Jasper asintió y saco a Victoria de su ensoñación.

242
Se dio cuenta al instante de lo que estaba sucediendo y empezó a forcejear. Pero no tenía
oportunidad de escapar. Las manos de Emmet y las mías estaban bien aferradas a sus
hombros.

-Haber estúpida- Gruño Rose- Cálmate ¿Si?. Porque si no lo haces te ira peor de lo que ya
tienes planeado. –Sonrió malignamente al ver que Victoria se quedaba en Shock. Rose
había utilizado las mismas palabras que ella había utilizado con Bella.

-Uh, la barbie puede hablar- Canturreo Victoria mientras sus ojos se volvían negros y se
intentaba agazapar- No sabía que el plástico podía tener pensamientos propios.

La mano de Alice voló hacia el brazo de Rose deteniéndola. Nunca y lo repito, nunca le
digas a Rose Barbie si no quieres morir lenta y dolorosamente.

-Aw…- Canturreo de nuevo Victoria- Vaya, Pixie ¿Qué tienes miedo que lastime a la hueca
de tu hermanita? … Porque créeme que eso me haría realmente feliz en este momento.
Matar y lastimar a ti y a tu hermanita tal y como lo hice con la estúpida humana de Bella.

Vi en su mente como había disfrutado sádicamente el romper los huesos de mi amada


Bella, como había sonreído al escuchar sus sollozos y gritos de ayuda.

“Hermano cálmate. Las chicas se harán cargo de esto”.- Me grito Emmet en su mente.

No me había dado cuenta que mi mano se enterraba cada vez más en el hombro de Victoria
haciéndole que sacara gritos involuntarios de dolor.

-Vaya- Hablo Alice con su voz de soprano- Pero si alguien despertó de muy buen humor
¿No crees Vicky?- Sonrió sarcásticamente- Pero no te preocupes, no tengo miedo de que
lastimes a Rose, la estaba deteniendo para que tu pudieras hablar, pero como veo que
tienes tantas ganas de morir- Soltó el brazo de Rose- Adelante.

Rose la miro impresionada y Alice solo asintió con la cabeza.

Mi hermana corrió hacia ella, tomo una de sus piernas y lentamente la arranco, haciendo
que Victoria se estremeciera en nuestros brazos y bramara de dolor.

243
Alice tomo su otra pierna y la arranco con tortuosa lentitud sonriendo mientras lo hacía.

Las mentes de mis hermanas estaban ahogadas por la venganza, por el odio, por el coraje.
Jamás en mi vida las había visto así, pero lo que Victoria le había hecho a Bella no tenia
nombre.

-¡¡¡Perras!!!- Grito Victoria ahogadamente mientras se intentaba zafar inútilmente de


nuestro agarre.

-Aw… Cariño- Canturreo Rose mientras la miraba salvajemente- Cuida esa boquita- Le dio
una cachetada que resonó en toda la bodega- Que conmigo no te va a llevar a ninguna
parte.

Alice comenzó a reír socarronamente mientras de un rápido tirón le quitaba el brazo que
Emmet tenía sostenido, haciendo a Victoria gritar de nuevo.

Rose comenzó a carcajearse y le arranco el otro mientras la veía con fingida preocupación.

-Lo siento Cariño- Se agazapo frente a ella mientras Emmet tomaba los miembros de
Victoria y salía hacia el bosque a hacer una fogata.-¿Te duele? ¿Quieres que pare?.

-Si- los ojos de Victoria la miraron suplicantes.

-Ou… ¿Qué crees? No lo voy a hacer. ¿Acaso tú paraste cuando Bella te lo pidió? ¿Lo hiciste
maldita perra?- Chillo Rosalie cada vez mas enojada.

Alice tomo la cabeza de Victoria entre sus manos y la arranco de un solo tirón.

Rose y Alice se miraron sonriendo mientras cargaban el cuerpo y la cabeza inertes de


Victoria hacia afuera, ya se podía saborear el olor dulzón a vampiro que emanaba de la
fogata que Emmet había hecho en el bosque.

244
Jasper a mi lado reía a carcajadas por la expresión de Tanya y todo lo sucedido con
Victoria.

“Lo siento hermano es que es tan exquisitamente bueno poder vengarme por lo que le
hicieron a Bella… lo estoy disfrutando de verdad”.- Pensó con tono burlón.

Yo solo reí, quien quiera que nos viera pensaría que somos un grupo de locos sádicos
matando gente. Pero esto se sentía tan bien, la venganza era en si un dulce platillo del cual
nosotros nos estábamos atiborrando. Casi podía sentir el éxtasis.

Mis hermanos entraron minutos después riendo.

-Bien- Canturreo Alice- Edward, si nos haces los honores- Apunto con la cabeza a donde se
encontraba Tanya.

Jasper me miro con una sonrisa, le dio una última ola de dolor a Tanya y se alejo a la pared
de enfrente donde estaban recargados mis 3 hermanos.

Era la hora de mi venganza.

Me agazape frente a Tanya mientras ella se levantaba atontadamente de el piso.

-Eddy- Chillo suplicante- Déjame explicarte por favor.

-Si Tanya- Utilice mi voz sensual para que pensara que no había peligro.- Explícame todo
lo que quieras amor.

Dio un suspiro de alivio y se acerco un poco a mí.

-Yo no tuve nada que ver Eddy, Victoria me obligo. Tú sabes que yo nunca le haría daño a
Isabella. Ella me cae muy bien- Mintió con sus ojos muy abiertos y un puchero que le
hubiera roto el corazón a cualquiera. Pero para mi suerte, yo no era cualquiera.

No conteste.
245
-Eddy ¿Me perdonas? ¿Aun nos vamos a casar?- Pregunto esperanzada. ¿Es que acaso esta
mujer estaba idiota o qué?.

Mis hermanos a mis espaldas gruñeron al unisonó.

-Tanya- Me acerque a ella tocando una de sus mejillas.

Mis hermanos gritaban en sus mentes.

“¡¡¿Estas loco Edward que haces?!!”

“Demonios ¡¡NI SE TE OCURRA IDIOTA!!!”

“¡¿Por el amor de todos los cielos la vas a perdonar IMBECIL?!”

“Te matare si lo haces”

Sonreí de lado, ¿Es que acaso no me conocían? Jamás dejaría a esta maldita viva. Nunca.

-Oh, Eddy te amo- Chillo Tanya mientras pasaba sus brazos por mi cintura.

Baje mi cabeza hacia su cuello y mis colmillos traspasaron su piel de granito mientras le
arrancaba parte de esta.

Tanya grito de dolor en mi oído mientras que de un rápido movimiento intentaba alejarse
de mí. Pero yo no la deje.

Mis manos se aferraron a sus hombros desmembrándolos uno por uno con rapidez
mientras chillidos de dolor salían de su boca.

-¡¡¡Edward Por favor!!!- Gritaba entre sollozos secos.

246
-Eso lo hubieras pensado antes de intentar matar a Bella- Dije con voz aparentemente
tranquila.

Arranque una de sus piernas haciendo que callera en el piso. Me agazape sobre ella y hundí
de nuevo mis dientes del otro lado de su cuello arrancando un poco más de su piel
mientras más gritos sordos salían de su garganta.

-¡¡¡Edward para, me lastimas!!!- Volvía a Chillar.

-¿Te detuviste cuando Bella te lo pidió Tanya? ¿Te detuviste cuando escuchaste sus
sollozos? ¿Cuándo la heriste?.

Ella me miro con suplica en los ojos, pero no me importo. Ella sufriría lo mismo que sufrió
mi Bella.

Por fin, tome su cabeza entre mis manos , le di un suave beso en la frente y se la quite de un
tirón.

Por extraño que pareciese me sentía un poco mal, no sabía si era culpa la que embargaba
mi cuerpo o era otro sentimiento. Tanya independientemente de todo había sido la única
que había estado conmigo durante estos últimos seis meses sin mi ángel, había hecho el
dolor un poco más soportable, como una medicina que lo calma mas nunca lo quita.

Emmet y Jasper recogieron los pedazos del cuerpo ya inexistente de Tanya, el olor dulzón
de nuestra especie inundaba el aire haciendo casi imposible respirar.

Afuera la hoguera que había, reflejaba la venganza, la dulce venganza por el sufrimiento de
mi amada Bella. Gracias al cielo esto se había acabado. Mi ángel ya no estaría en peligro
constante, a excepción de mí.

La desesperación y preocupación que habían desaparecido por aquellos momentos


reapareció con más fuerza que nada. Quería correr hacia el hospital y verla. Ella era mi
vida, ella era la razón de mi existencia.

247
-Emmet- Le hable a mi hermano que miraba la hoguera con orgullo.

-¿Si dime Edward?-Dijo con felicidad.

-Hazte cargo del cuerpo de Anthony, necesito ir al hospital.- Murmure mientras corría
hacia el bosque para ir al hospital.

Acelere el paso. Sobre mí la luna ya empezaba a ocultarse, el cielo empezaba a aclararse y


una suave llovizna empezaba a caer sobre mis hombros.

Corrí a más velocidad, intentando alejar todos los malos pensamientos que intentaban
llenar mi mente. Tenía miedo, miedo de perderla, miedo de que no me quisiese, miedo de
que como yo le había pedido, hubiera seguido adelante.

¿Acaso un corazón muerto podría sentir dolor?. Porque si no se podía, no sabia


exactamente que era lo que le sucedía en ese instante.

Mi cuerpo entero gritaba que la había perdido, que extrañaría que su cuerpo encajara tan
perfectamente con el mío como dos pequeñas piezas de puzle. Su olor, su esencia, todo lo
había extrañado tanto, y si no hacia algo jamás los volvería a tener entre mis manos.

Llegue pitando al hospital, entre al hall y busque a mi familia con la mirada.

-Edward- Susurro una voz familiar.

Me gire y encontré a Charlie tras de mí, los ojos rojos y lagrimas escurriendo por sus
mejillas. Temblaba de cuerpo completo mientras que suaves sollozos salían por su boca.

-Me acabo de enterar- Murmuro- Gracias por haberla salvado, gracias por haberla
encontrado. Jamás debí de confiar en ese chico Anthony para que estuviera con ella. Lo
siento.

Veía el piso como si su vida dependiese de ello, sabia lo difícil que se le había hecho decir
esas palabras, así que intente hacérsela más fácil.

248
-De nada Jefe Swan, usted sabe que yo amo a Bella y haría todo por ella- Dije muy seguro,
esperando a ver su reacción.

-Lo sé y por eso gracias- Volvió a murmurar.

En ese instante Carlisle salió de el pasillo de las habitaciones.

-Charlie qué bueno que viniste. Bella esta fuera de peligro.-Dijo con una sonrisa de oreja a
oreja.

Sentí que con esas simples cinco palabras todo el peso que cargaba se había esfumado. Ella
viviría, ella estaría bien. Ella por fin regresaría a ser mi Bella y yo sería suyo por siempre.

-¿Puedo pasar a verla?- Pregunte esperanzado.

Dos pares de ojos me observaron.

Bella POV

Una melodía me despertó. La reconocería en cualquier lugar. Era mi nana.

Abrí mis ojos lentamente, la blancura de las paredes me hizo cerrarlos de golpe. Me
lastimaban la vista.

Quise levantar mi brazo para tallarme los ojos, pero un dolor me detuvo. Sentía como si
una bola de demolición me hubiese pegado y destrozado todo el cuerpo.

Mil imágenes me golpearon la mente como latigazos. Victoria, Tanya, Anthony, la bodega,
un relato, sonrisas siniestras, golpes, uñas, sangre, dolor, infierno, un ángel de ojos
acaramelados y pelo broncinio. Todos y cada uno me llegaron en un segundo haciéndome

249
estremecer y trastornar. ¿Estaba muerta? ¿Esto era el cielo? ¿Qué no se supone que en el
cielo no deberías de sentir dolor?.

-Bella- Una suave voz me murmuro en el oído haciendo que mis ojos se abrieran de golpe.

-Edward- Susurre mientras mil sentimientos me inundaban el cuerpo haciéndome perder


la paciencia.

Ahí estaba el, parado frente a mí con una sonrisa. Bajo sus ojos había dos manchas
violáceas, eso quería decir que no había ido de caza últimamente. Su ropa estaba llena de
sangre, supongo que de la mía. Me miraba con desesperación, ternura, felicidad, mil
sentimientos que no entendía.

-Mi Bella- acerco su rostro hacia mí, sus labios iban directos a mi frente. Pero, como acto
reflejo me quite.

-No- Murmure-No me toques.

Su cara se crispo de dolor “Eres una estúpida Isabella, estás haciendo sufrir a un ángel
IDIOTA!” Me gritaba mi conciencia mientras que me golpeaba internamente.

-Bella, tengo que explicarte…- Comenzó pero yo lo corte.

-No tienes que explicarme nada- Dije viéndolo directamente a los ojos mientras el dolor de
mi cuerpo se hacía más extenso.

-Por favor… solo déjame explicarte- Sollozo mientras suavemente caía hincado al lado de
mi cama.

-No… -Volví a murmurar mientras sentía que mi corazón ya inexistente dolía.

¿Se puede que un corazón destruido se pueda volver a juntar y aun así duela?.
Capítulo 22: "La Caida De Un Ã?Ngel.."
Bella POV
250
-Aléjate por favor- Le rogué mientras las lagrimas intentaban salir de mis ojos.

-No…-Murmuro con la vista fija en el piso.

Yo no conteste, el dolor que me causaba el simple hecho de pensar en mis próximas


palabras hacia que mi dolor físico fuera una dulce tortura. Una vez más, sentía que mi
cuerpo se destrozaría, pero esta vez no era que alguien más lo destrozara con acciones ni
con palabras, era yo misma que lo estaba destrozando con el flujo de las decisiones que
había tomado.

-Bella… yo necesito explicarte, por favor- Su mirada se levanto del piso, sus ojos cargaban
dolor, un dolor que pareciese infinito ante el simple tacto. Pero de nuevo sabía que si yo no
le ponía un alto en ese mismo instante mi corazón –De por sí ya inexistente- Terminaría
por colapsarse.

-No… no quiero hablar contigo- Susurre mientras el dolor se iba haciendo dueño de mi
cuerpo y llegaba hasta mi corazón.

Lo amaba, más que a mi propia vida, más que a él más importante de mis recuerdos, más
que a mi propio cuerpo, más que a mi familia, más que a mis amigos, más que a todo el
mundo. Pero por desgracia, el sentimiento no era correspondido.

-Bella yo…- Comenzó de nuevo, con su tono de voz que casi rayaba en la desesperación.

-No, aléjate de mi Edward. Sal de mi vida, por favor- Le rogué en un susurro mientras que
la respiración se me iba acelerando.

-Bella, tranquila por favor amor, por favor tranquilízate- Susurro mientras que se ponía de
pie y tomaba una de mis manos haciéndome estremecer con su gélido tacto.

Algo hizo chispa dentro de mí.

-No me digas amor- Susurre entrecortadamente- Yo nunca fui tu amor Edward Cullen,
nunca te importe, demonios, nunca fui lo bastante buena para ti. Por eso te fuiste, por eso

251
te juntaste con Tanya ¿No es cierto?. Pues bien, ahora afronta tus decisiones. No vengas
aquí de hipócrita a decirme que me amas cuando los dos sabemos que no es cierto. Te
libero de toda culpa Edward, te libero de todo el remordimiento de consciencia que tus
decisiones han causado. En todo caso soy una simple humana ¿No?- Hice una mueca
burlona- Los humanos somos coladores, olvidamos rápidamente. Pues bien te felicito,
lograste lo que querías. Te voy a olvidar, así me cueste la maldita existencia Edward, te voy
a olvidar.

Ipso Facto su cuerpo entero se congelo. Su mirada perdida en mis ojos, sus manos
tomando fuertemente una de las mías, sus labios entre abiertos intentando encontrar
alguna respuesta coherente –O eso pensé yo- A lo que yo le había dicho. Pero no habría
ninguna, ninguna maldita respuesta que lo salvase de lo que hizo, y en todo caso no lo
podía culpar ¿Cierto?. En el mundo había millones de personas, personas que por supuesto
serian más adecuadas para él, simplemente yo no era una de ellas.

-Bella, por favor… ¿Cómo piensas que yo te haría algo así? ¿Cómo piensas que yo podría
amar a alguien que no fueras…

Iba a interrumpirlo, iba a detenerlo con mis manos si era posible, pero mi corazón lo hizo
mejor que yo.

El aparato holter comenzó a sonar fuertemente mientras que yo sentía que todo en mi
interior se iba haciendo más pequeño, el aire en mis pulmones se escapaba como si tuviese
una fuga y las lagrimas que tanto había luchado por guardar se desbordaron de mis ojos
haciendo su fino recorrido por mis mejillas y terminar en mis labios dejando a su paso el
suave sabor de la sal.

No tuvo tiempo de decir nada más. Los doctores y enfermeras entraron al instante para
checarme. Todo esto era tan difícil.

Los ojos preocupados de Edward me observaban mientras que Carlisle lo sacaba


suavemente del brazo. Era lo mejor que podían hacer en ese instante, no lo quería ver, no
lo quería cerca de mí. Un asco gigante comenzó a secarme la garganta.

Tanya.

252
Mi mente recordó toda su plática en un instante, fue como si mil flashes de cámaras me
hubiesen atacado en un solo segundo, recordé todo lo que me dijo, toda su historia. Toda la
verdad.

Apreté más mis puños mientras todo lo que estaba a mí alrededor iba desapareciendo
lentamente, el rostro de los doctores se iba haciendo cada vez más borroso y el sonido se
iba bajando de volumen hasta quedar como un molesto zumbido que toponeaba mis oídos.

Quede en un suave estado de duermevela, estaba consciente de lo que sucedía a mi


alrededor, las luces de las lámparas fluorescentes me lastimaban los parpados aunque los
tuviese cerrados, mi respiración se volvió gradualmente más lenta y el aparato holter volvió
a la normalidad.

El rostro de Edward aparecía tras mis ojos, como si fuese un luminoso aviso de que en
cuanto los abriese me tendría que enfrentar a la realidad, aquella realidad con la que tanto
había soñado pero que ahora rezaba por que se esfumara.

Esta no era, ni por cerca, la realidad que yo había soñado.

Desee poder ser pequeña, desee jamás haberme enamorado, desee en lo más profundo de
mi alma poder regresar a esa etapa en donde las cosas no importaban, que los rayos de las
tormentas me asustaban y los payasos me divertían, en donde simplemente se disfrutaba y
no se sufría, en donde el amor hacia acto de aparición con imágenes dulces y honestas, no
con sufrimientos y muertes.

Porque eso era lo que yo sentía en ese instante.

Edward estaba muerto ya para mí.

Una sensación de vacío me invadió el cuerpo, y aunque estuviese en el estado de


duermevela podía darme cuenta de lo que estaba sucediendo, esta no era como los típicos
vacios a los que estaba acostumbrada, no, esto era más grande.

Sentía como si me estuviese separando de alguna parte de mí, de alguna parte importante,
y por supuesto sabia a que parte me refería, el corazón.

253
Me impresione.

¿Podría sentir una persona como yo- A la que le habían roto el corazón tantas veces- sentir
dolor alguno?. Una vocecita en el fondo de mi cabeza me dijo que si, era una sensación
demasiado extraña, porque no era como si me estuviesen rompiendo el corazón, era como
si mi corazón jamás hubiese existido, jamás hubiese tenido lugar alguno en mi cuerpo,
jamás hubiese formado parte de mí.

Dentro de mi estado de duermevela constante pude darme cuenta de que yo había perdido
una de las partes más importantes, o quizás la más importante, de mi cuerpo, de mi alma,
de mi mundo.

Había perdido el corazón.

Y de pronto, todo se volvió negro, pero no era como aquel abismo negro al que yo tanto me
había acostumbrado en estos últimos meses. Era una escapatoria, una pequeña obscuridad
en la que no podía sentir dolor, de hecho, no podía sentir nada.

Y prefería quedarme ahí a regresar, a ver las cosas y a enfrentarlas.

Era mi puerta de escape.

Mi obscuridad, de la cual, con suerte, jamás regresaría a lo que me esperase fuera de mi


mente.

Edward POV.

“Hijo cálmate… el que estés así no te llevara a ninguna parte”- La voz mental de Carlisle
intentaba tranquilizarme pero era un esfuerzo innecesario.

Nada podría tranquilizarme en este instante.

254
Las puertas del hospital se veían ya frente a mí, no me había dado cuenta de cómo o
porque pero me encontraba fuera de el edificio, caminando de un lado a otro como león
enjaulado mientras que a mi mente se venían imágenes, muchas imágenes que me
confundían. Los orbes marrones y llorosos de mi ángel eran una de ellas, y junto con esa
imagen me venían las palabras que me había dicho.

“Yo nunca fui tu amor Edward Cullen, nunca te importe, demonios, nuca fui lo bastante
buena para ti”

¿Cómo que nunca fue lo bastante buena para mí? ¿Por qué demonios pensaba ella eso?.

Ella era la cosa más importante que había en mi vida, era por la que seguía en este maldito
mundo, era mi razón de existir. Demonios ella era el amor de mi vida, la persona por la que
tanto había esperado y a la que esperaría por el resto de mi inmortalidad. Ella era mi
corazón, era mi mitad.

Y yo la había perdido como un niño que pierde su juguete.

De la manera más estúpida.

Sus palabras me taladraban la cabeza, las imágenes de su sufrimiento me venían a la mente


haciéndome estremecer. Yo lo había causado, yo era el causante de que esas lágrimas se
derramaran por sus ojos, yo era el causante de los vendajes que tenía en las piernas y
manos, yo era el causante de que su corazón se estuviera debilitando, yo era el causante de
su muerte.

Mi parte egoísta, por supuesto, gano sobre mi parte sensata. Sabía que era malo que yo me
quedara con ella, malo que la rondara, malo que perteneciese a su vida. Pero yo no podría
vivir sin ella, sin ver sus ojos marrones todos los días y el silencio proveniente de su mente.
Aquí no importaba tanto el olor que ella desprendía, ese olor a Fresia que tanto me hacia
enloquecer al principio, aquí lo único que importaba es que si ella se alejaba se llevaría una
parte –y si no es que toda- de mi consigo.

Ella era mi mitad.

255
Para mi desgracia la conocía, la conocía tan perfectamente bien que sabía que esa idea no
se le quitaría de la cabeza, Bella siempre había sido una cabezota… eso me encantaba de
ella, pero por desgracia en este momento no ayudaba de nada.

“Edward… por favor… tranquilízate… ella necesita tiempo. Necesita su espacio por favor”-
La voz mental de Esme me llego de momento mientras que sus dos pequeños brazos me
detenían y me rodeaban la cintura.

Sentí por un momento un poco de paz, pareciese como si Jasper estuviera a un lado mío.
Pero no, el estaba demasiado lejos. Mis hermanos se habían hecho cargo del cuerpo de
Anthony, la verdad no entendí del todo bien que era lo que querían hacer, ni era que me
interesase demasiado. Bella tenía mi mente acaparada en todo momento.

O mejor dicho Bella era mi mente.

Sentía que la cabeza me explotaría de tanto pensar, quería entrar a esa habitación y gritarle
si era necesario que la amaba, que ella era mi sol, que ella era la estrella fugaz que había
surcado mi cielo, ella era lo único que quería y necesitaba para ser feliz, sin ella todo estaría
obscuro, todo seria negro.

Sin ella, nada tendría sentido.

Suspire pesadamente viendo a mí alrededor. Los únicos que por el momento estábamos en
el hospital éramos Alice, Carlisle, Esme, Charlie y yo.

Necesitaba urgentemente ver a mi ángel, necesitaba explicarle todo, necesitaba que me


perdonase. Rogaría si me lo pidiera, me arrastraría mil kilómetros si lo quisiera… todo por
volver a estar con ella, por volverla a tener entre mis brazos y volver a tocar sus labios…
todo porque ella volviera a ser mía.

“Edward lo siento…”- Dijo la voz mental de mi hermana sacándome de mis pensamientos.


Alice estaba a tres pasos de mí, con cara de tristeza.

Yo solo asentí, sabía a qué se refería, sabía que me estaba pidiendo perdón por todas las
cosas que me había dicho y las falsas acusaciones que había hecho. En todo caso la
entendía, yo en su lugar habría hecho lo mismo, habría dicho las mismas cosas y habría
defendido a Bella.

256
Yo era un estúpido. Y ella solo intentaba salvar a su mejor amiga.

“Edward… yo no sé qué decirte… siento haberte hecho todo esto, siento haberte dicho algo
que te lastimara… no era mi intención. Pero sé que ella estará bien Edward… yo lo sé… Ella
estará…”

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una visión.

Todo era negro, demasiado confuso, todo era una maraña de visiones que no tenían
sentido alguno. Yo mordiendo a Bella, Bella siendo una de nosotras, Bella en una cama de
hospital con los ojos cerrados, Bella envejeciendo en la misma cama, pero había algo que
jamás cambiaba en las visiones, yo siempre estaba a su lado y ella jamás despertaba.

Ella estaba en un sueño eterno.

-¿Qué sucede?- Pregunto Carlisle que ahora nos veía con ojos preocupados.

-Ella… Bella…-Susurraba Alice observándome con miles de preguntas en los ojos.

“Tienes que hacerlo”.

Negué con la cabeza… ella no podría… mi Bella no podría… ella no…

“Está enferma Edward, tienes que salvarla”- Contesto Alice mentalmente al ver que yo
volvía a negar con la cabeza.

Antes de que otra cosa pudiera suceder una enfermera salió por la puerta.

-¿Señor Cullen?- Pregunto mientras que la cara de mi Bella abordaba a su mente.

-Si..- Murmure mientras que sentía que todo mi cuerpo se empezaba a debilitar.

257
-El doctor que está atendiendo a su esposa desearía hablar con usted.- Contesto.

Asentí con la cabeza mientras que la seguía dentro del hospital, seguido por Alice, Carlisle
y hasta el final Esme.

Mi mente aun formaba mil conjeturas, los pensamientos de la enfermera no me daban


nada seguro, solo podía ver la cara de mi ángel con sus ojos cerrados, se veía tan tranquila
y tan en paz… que pareciese como si estuviera soñando con cosas lindas. Eso me
tranquilizo un poco.

Llegamos hasta el área de espera donde Charlie se encontraba sentado en una silla, su
mente gritaba mil cosas, gritaba que le dijeran que sucedía, gritaba que estaba preocupado,
gritaba que el gustoso estaría en el lugar de Bella por salvarla.

El la amaba igual o quizás más que yo.

-Señores- Dijo el doctor que atendía a Bella.

Nadie dijo nada.

-Tengo noticias- Continuo- Bien, como saben Isabella despertó, pero por alguna razón que
aun no sabemos… -Dudo un poco- ah caído en… la negrura.

“Dios… no…”-Pensó Carlisle

“Mi hija… ella no…”-Sollozo mentalmente Esme.

“¿Bella? ¿A qué se refiere?”- Grito en su fuero interno Charlie.

“Edward… tu eres el único que la puede salvar”- Chillo Alice en su mente.

258
-Isabella ha caído en coma- Continuo el Doctor- Lo siento mucho, lo único que nos queda
es esperar. Por lo general el paciente se despierta cuando este psicológicamente listo… y
eso es lo que Bella está haciendo… por algo, tal vez por el trauma de lo que le sucedió, se ha
encerrado en su mente. Solo queda tener las esperanzas de que ella quiera despertar.

Las palabras del doctor no tenían sentido, las palabras de mi familia tampoco lo tenían, las
paredes, el oxigeno, el agua, yo mismo… nada tenía sentido en ese instante.

Esto no podía suceder, Bella no podría estar en coma… no… ella había decidido vivir, ella
había decidido seguir adelante. Ella no me podía hacer eso…

Ella no podía estar en coma.

Un grito ahogado salió por mi garganta al comprender a lo que se refería el doctor

“¡Edward cálmate! Ella estará bien. Tu sabes cómo salvarla”-Grito Alice en su fuero interno
mientras me mostraba imágenes de Bella como una de nosotros.

-No…-Gruñí mientras me deslizaba contra la pared en la que segundos antes había estado
recargado.

-Hijo…-Carlisle susurro- Es la única manera y lo sabes.

-No…- Volví a gruñir.

Yo jamás podría condenar a Bella a una vida como la nuestra, jamás podría quitarle su
alma. Ella era un ángel y yo no tenía derecho a condenarla.

Pero, si no lo hacía… la perdería para siempre.

-Edward…- Murmuro suavemente Esme para que solo Alice, Carlisle y yo escucháramos-
Piénsalo...no queda otra alternativa… por favor.

No conteste.
259
Tenía que haber otra alternativa, tenía que haber otra maldita alternativa, esa no podría
ser la única. Yo no la podía condenar, yo no podía someterla a una inmortalidad solo por
ser un simple egoísta, yo no podría.

-Hazlo…- Susurro una voz que no pensaba escuchar.

Charlie.

Ipso facto me congele.

-Hazlo Edward… se que tienes una forma de salvarla… no se cual pero sé que la tienes…
haz lo que sea pero por favor regrésame a mi hija.- Imploro mientras lagrimas salían de sus
irritados ojos, su tono era de desesperación mientras que apretaba sus puños.

¿El lo sabía? ¿El sabia que nosotros no éramos humanos? ¿Desde hace cuanto tiempo lo
sabía? ¿Cómo se había dado cuenta?.

-No puedo…- Murmure suavemente mientras que ponía mi cabeza entre mis manos.

-Lo hare yo- Respondió Carlisle.

Negué con la cabeza.

-Lo hare yo.-Conteste.

Si ella iba a terminar como uno de nosotros entonces seria yo quien lo hiciera posible.
Sentía miedo, miedo de que todo saliese mal, miedo de perder completamente a mi
Isabella, miedo de que ella no sobreviviera.

Pero era peor verla muerta en una cama.

260
No me di cuenta de en qué momento los sollozos comenzaron a salir por mi boca, sollozos
secos que iban acompañados con escalofríos. Sabía que esto era lo que ella quería, ella me
lo había dicho y yo lo había visto en las visiones de Alice, pero aun así… la condenaría.

Y sería algo que jamás en mi inmortalidad me perdonaría.

-¿Cuándo?- Pregunto Esme que se encontraba entre los brazos de Carlisle.

-Hoy… en algunas horas- Contesto Alice mientras yo veía en sus pensamientos como iba a
ser todo.

Sacaríamos a Bella del hospital a escondidas, la llevaríamos a nuestra casa y ahí la


convertiría.

Un suave suspiro salió de mi boca.

Preferiría convertirla antes que separarme de ella.

“Edward tenemos que sacar a Charlie de aquí”- Pensó Carlisle mientras que yo tenía la
mirada perdida en el piso, como si las líneas blancas que este formaba fueran las más
interesantes que existiesen.

Yo solo asentí.

Carlisle se levanto lentamente y fue hacia donde Charlie, yo bloquee todos mis
pensamientos, no podía pensar, no podía ni siquiera respirar.

Tenía que prepararme para esto, tendría que despedirme de la Bella humana… tendría que
despedirme de todos aquellos detalles que tanto me encantaban de ella. Tendría que
despedirme de mi Bella.

Intente imaginarla con ojos rojos y fuerza inimaginable, más bella de lo que ya era, más
impresionante de lo que ya estaba. Pero aun así, sentía un vacio dentro de mí, vacio que
sabía llevaría por el resto de mi existencia.

261
Pero prefería eso a perderla por completo.

Si ella morirá yo moriría con ella, si ella vivía yo viviría con ella. Aunque ella no me
quisiese a su lado.

La rabia empezó a correr por mi cuerpo al pensar en todas las cosas que yo mismo le había
causado, al pensar en todas las heridas que Victoria y Tanya le habían hecho… al pensar en
cómo Anthony la había utilizado.

Pero al fin y al cabo yo era el único que había causado todo.

Gruñí.

Si tan solo me hubiese quedado, si tan solo le hubiese explicado que era lo que sucedía,
cual era la razón por la cual no podíamos estar juntos, la verdadera razón y todo esto jamás
hubiera pasado.

Mejor dicho si ella desde un principio no se hubiera interesando en mi de la misma manera


en la que yo me interese en ella jamás estaríamos en esta situación, ella no estaría toda
golpeada y mucho menos en coma. Ella estaría bien, estaría con alguien como Mike
Newton o Tyler Crowley… alguien que no le causase tanto sufrimiento como yo lo había
hecho.

Y aun así dudaba demasiado que yo la hubiese dejado sola.

Ella siempre sería el único amor de mi vida… ¿En qué maldito momento se me ocurrió una
idea tan estúpida como la de estar con Tanya? ¿En qué momento mi cerebro se quemo
como para aceptar casarme con ella?. Dios… no había palabras que pudiesen explicar que
tan baja persona era yo.

Sentía que el monstro en mi interior ronroneaba suavemente, el monstro del egoísmo se


regocijaba, por fin tendría a mi Bella, por fin seriamos iguales… por fin estaríamos juntos.

Claro… si ella me quería de vuelta.

262
Y esa era una de las muchas razones por las cuales no la quería condenar a una vida como
la nuestra. ¿Y si ella ya no me quería? ¿Y si ella seguía adelante como yo le había pedido?.

Rezaba internamente porque no fuese así.

A mi alrededor nada cobraba sentido, gente pasando a mis lados, sollozos de personas que
perdían algún familiar, pasos, camillas, sangre… todo y nada.

Todo era lo mismo.

Afuera por la ventana caía una suave lluvia mientras que el sol se empezaba a poner ya casi
para el mediodía. Sabía que solo quedaban algunas horas. Y esas pocas horas las quería
pasar junto a mi Bella, disfrutar del suave latir de su corazón que en cuestión de días se
detendría, de su dulce y delicioso aroma que próximamente se convertiría en el típico de
los vampiros.

Quería disfrutar a mi Bella humana.

Me pare silenciosamente del suelo ignorando olímpicamente los pensamientos de mi


familia. Camine por el largo pasillo blanco, ese pasillo que lo único que decía en cuanto lo
mirabas era un signo de muerte.

Llegue hasta la habitación número 12 en la que mi ángel descansaba. Abrí la puerta y me


metí lentamente.

En medio de la habitación estaba una cama y en esa cama un ángel. Mi ángel. Aquel
querubín que había sido mandado desde el mismísimo cielo para quitarme un poco el
sufrimiento. Aquel por el cual daría todos los años de mi inmortalidad.

Me senté a su lado, admirando la belleza de su rostro pacifico, admirando la tranquilidad


que se le veía esparcida en el rostro. Aquel sueño que tanto había cuidado y próximamente
desaparecería.

Suspire.

263
Ella no se merecía esto, pero tampoco se merecía ser condenada. Todo esto era tan
confuso.

La ventana estaba abierta, dejando ver así las gotitas de lluvia que pegaban en el cristal, el
cielo nublado como era normal en Forks, pero que en aquel día se veía mucho más
deprimente que en los otros. ¿O seria que ese día el cielo estaría así porque moriría un
ángel?.

-¿Sabes?- Murmure suavemente aun viendo a la ventana- Cuando te vi en aquella clase de


Biología la primera vez amor… pensé que eras un demonio mandado de mi infierno
personal solo para torturarme- Sonreí suavemente mientras me giraba a ver su rostro, su
pelo esparcido sobre la almohada. Ella era tan hermosa.-Pero ahora me doy cuenta que
más bien eras un ángel, un ángel de salvación que vino a sacarme del verdadero
sufrimiento en el que había estado viviendo. Y más bien yo era el demonio que te hizo la
vida imposible.

“Te amo”- Susurre acercándome a su oído.

Roce sus labios con los míos.

Su piel aun se sentía suave y tersa cuando mis labios la rozaron, sus mejillas, sus parpados,
su frente, sus sienes y volvieron de nuevo a su boca.

La calidez que emanaba era placentera, era la mejor sensación que podría existir.

Me recosté sobre su pecho, escuchando el suave latir de su corazón, aquel corazón que
juraba que podría escuchar a kilómetros de distancia. Ella y yo estábamos tan
sincronizados.

Y por un momento todo se olvido, sus palabras, sus ojos cargados de dolor, mi venganza,
las últimas palabras de Anthony, la despedida.

Todo.

264
Solo quedábamos ella y yo, la suave brisa de la lluvia que llegaba desde la ventana y el
suave latir de su corazón que pronto quedaría detenido.

-Te amo- Volví a susurrar mientras rozaba de nuevo sus labios con los míos.

Todo esto cambiaria, nada sería igual… ya no seriamos el vampiro y la humana, no


seriamos vampiros, no seriamos humanos no seriamos nada.

Seriamos un mismo corazón, seriamos un mismo ser.

Y lo lograría aunque me costara la inmortalidad.

-Perdóname- Murmure

Y en ese momento una suave gota salió de uno de sus ojos.

Y con esa gota desaparecía la humanidad que yo tanto había soñado, la humanidad que yo
tanto había protegido y la humanidad que yo mismo había arrebatado.

Con esa simple gota me despedía de Bella.

Con esa suave agua sabor a sal le decía adiós a lo que alguna vez fue lo más importante que
cuidar.

Con esa suave y simple gota de agua sabor a sal le daba la bienvenida a mi nueva Bella.

A la que yo mismo cree y a la que yo tendría que recobrar.

Y con esa simple lágrima a lo que yo llamaba corazón se desprendía.


Capítulo 23: "Me Despido De Tu Amor..."

265
Los momentos en la vida son contados… las estrellas del cielo te cuentan una historia, las
flores se marchitan día con día y nuevas renacen… lo único que al final del de nuestra vida
siempre existirá será el amor…

Edward POV

“Edward… es hora…”- Pensó Alice desde afuera de la habitación, había pasado las últimas
cuatro horas aquí, viendo como mi Bella vivía cada segundo, cada último segundo de su
vida humana y yo sin poder hacer nada.

Me sentía tan impotente.

-Ya voy- Susurre tristemente mientras le daba un suave beso en la frente a mi ángel que no
había abierto sus ojos, por más que rece, por más que le pedí a el que sea que nos cuide, en
todos los idiomas posibles porque despertara mi ángel, ella no lo hizo.

Ella prefirió quedarse así, dentro de su mente y todo era mi culpa.

En ese instante entro Emmet por la puerta, tenía el rostro desencajado y un aire tristón
que se podía sentir alrededor suyo.

“¿Estas listo?”- Pensó con tono nostálgico mientras veía fijamente a mi ángel, su
hermanita.

Yo solo asentí.

“De acuerdo… hagámoslo”.-Contesto y dio un paso hacia la cama de mi amada.

Toda mi familia se había marchado hacia mi casa, donde estarían preparándose para
cuando llegase con Bella. Los únicos que se habían quedado en el hospital eran Alice,
Emmet y yo. Mi hermana estaba distrayendo a las enfermeras mientras que nosotros
sacábamos a Bella por la ventana. Al principio me había negado a esa idea, se me hacia
completamente absurda. Pero después de que Carlisle explicara que sería imposible dar de
alta a mi ángel ya que ella se encontraba en coma y cualquier cosa la terminaría matando
tuve que aceptar que sacarla a escondidas sería lo mejor. Carlisle se había hecho cargo de

266
Charlie, le había dicho que tendría noticias de Bella pronto, solo que esperara algunos días.
Dios… lo que un padre haría por sus hijos.

Desconecte todos los aparatos que estaban unidos al cuerpo de mi ángel, tomándome mi
tiempo, no queriendo que lo inevitable sucediera. Emmet me veía en silencio, tanto mental
como vocal, sus ojos estaban fijos en mi ángel. Mi hermano obviamente deseaba tenerla
como hermana, pero odiaba la manera en que su transformación sucedería.

Después de algunos segundos en los que desconecte las maquinas – Y creo que mi corazón
por igual-por fin termine, sintiendo que a cada segundo mi ángel se acercaba mas al
momento de su muerte.

-Listo…- Susurre mientras veía a mi querubín que se encontraba aun con su rostro
tranquilo.

Mi hermano solo asintió.

Le di una última mirada mientras que Emmet la levantaba suavemente en sus musculosos
brazos, tan delicadamente como si fuese cristal y en cualquier momento se pudiese
romper. Porque en todo caso eso era lo que era Isabella, una suave pieza de cristal que, si
no teníamos tacto en aquellos momentos, terminaría mas rota de lo que se encontraba.

Suspire pesadamente mientras que le acariciaba el pelo.

Mi mirada recorrió lentamente su cuerpo, viendo cada una de sus manos enyesadas al
igual que sus piernas. Su cara a pesar de varios de los moretones aun seguía siendo
hermosa, ella aun seguía haciéndole honor a su nombre. Bella

En un suave movimiento su bata dejo ver las heridas que las manos de Tanya le habían
dejado en sus níveas y torneadas piernas, hacían un contraste demasiado estrepitoso con
su piel tan blanca. Un escalofrió profundo recorrió mi columna vertebral al ver las marcas
de esas manos en su piel, ella había sido herida, ella había sido lastimada… y ella no tenía
la culpa.

“¡¡¡Maldita Perra!!!”- Pensó Emmet mientras que imágenes de la cara de Tanya le venían a
la mente.

267
“¿Cómo Edward? ¿Cómo demonios la pudo lastimar de esta manera? ¿Cómo alguien
podría lastimar a algo tan frágil como lo es mi hermana? ¿Por qué?”- Pregunto
desesperado mientras que acercaba- si es que se podía- mas a Bella a su pecho,
protegiéndola.

-No lo sé…- Conteste con voz contenida, este no era ni el momento ni el lugar para sacar
todo lo que traía dentro, y sabia que si le contestaba a sus preguntas, que por cierto si sabia
las respuestas, terminaría explotando… y ahora lo más importante era mi ángel, que
descansaba su cabeza contra uno de los hombros de Emmet, como a una niña pequeña, a
un pequeño niño al que le quitan la inocencia.

Y por desgracia, a ella se la habían quitado de la peor manera.

-Vamos- Murmure mientras que apretaba fuertemente los puños en un intento de no


explotar ahí mismo.

Abrí la ventana mientras que las suaves gotas de lluvia se filtraban y me mojaban la cara.
Todo afuera era obscuro, era una noche sin estrellas, una noche sin luna… una noche sin
luz.

Suspire pesadamente mientras que sentía que con cada gotita que caía el dolor se hacía
más extenso. Salte fuera de la ventana hasta el primer piso, estábamos en el tercero,
Emmet sostuvo a mi ángel aun protectoramente mientras que se agazapaba para saltar.
Sabía que Emmet la mantendría segura, pero por inercia cerré los ojos cuando salto, sentía
que con cualquier movimiento errado mi Bella terminaría mas quebrada de lo que ya
estaba.

“Andando”.- Pensó mi hermano mientras que tapaba a mi ángel con su sweater.

Deje que el pasara primero corriendo mientras que yo lo seguía, todo estaba en silencio y la
luna estaba escondida tras varias nubes grises que tapaban su belleza, Emmet no pensaba
en nada, observaba a su vez el rostro de mi amada y el camino, podía ver desde sus ojos lo
mucho que le pesaba todo lo que había sucedido con Bella. Toda mi familia lo sentía, pero
nadie tanto como yo.

En las últimas horas había rogado, pedido, rezado porque Bella despertase y poderla salvar
de condenarla, poderla salvar de una inmortalidad que ella no se merecía. Pero nada había
sucedido, ella estaba segura en su mente y no había querido salir. Ella sabía a qué se

268
enfrentaría si salía de su estado de coma, se enfrentaría a esa maldita realidad que los dos
tanto evadíamos, que los dos tanto rechazábamos.

Estaba consciente que cuando la convirtiera ninguno de los dos nos escaparíamos de esta,
yo tendría que dar demasiadas explicaciones ya que todo esto había sido mi completa y
total culpa, nada de esto hubiese sucedido si yo no hubiera sido tan terco desde un
principio, si yo no hubiese forzado el futuro, si yo no hubiese acabado con su vida.

El bosque pasaba como manchones verdes a nuestros lados, íbamos corriendo lo más
rápido posible, necesitábamos ahorrar tiempo, necesitábamos poner a Isabella segura.

Mi mente era un huracán de pensamientos, sabía que era capaz de detenerme, sabía que
estaba haciendo lo correcto al convertirla, porque preferiría una y mil veces que ella fuera
una de nosotros antes de quedarme una eternidad sin ella. Ella era mi vida, ella era mi
existencia, ella era mi todo.

Y tenía la vaga esperanza de que ese sentimiento fuera correspondido.

Sabía que la había herido de la peor manera posible, que si pudiese yo mismo me metería
en la prisión y jamás saldría de ahí, yo mismo le había arrebatado todo lo que ella era y
alguna vez fue.

Yo mismo había acabado con los dos.

Corrí mas fuerte, antes la sensación de el aire contra mi rostro era lo mejor, ahora solo me
hacía sentir que con cada paso que daba una parte de mi cuerpo se iba quedando atrás, que
todo dentro y fuera de mi se iba desmoronando lentamente hasta dejarme como algo sin
forma, algo que no se podía ver ni sentir.

Yo estaba cambiando y todos lo habían notado.

Rebase a Emmet y a mi ángel, sentía la necesidad de un poco de adrenalina, necesitaba


sacar todos los gritos ahogados, los gruñidos tragados, los sollozos que desde hace mas de
110 años no había podido sacar dentro de mí. Aquellos lamentos que sabía perfectamente
que me merecía.

269
A mi mente vino un flashback de todo lo que había sucedido desde mi regreso, de cómo
llegue a la escuela de Forks, de cómo vi su cara por mi espejo retrovisor, sus lagrimas
agolpadas en sus ojos sin que ella se diese cuenta, su suave y curvilíneo cuerpo tembloroso,
la manera en que me decía todo con su mirada marrón, la electricidad que sentí en esa
primera clase de lengua donde después de seis meses la había vuelto a ver, aquel día en que
me metí a su habitación y vi el ramo de flores que el imbécil de Anthony le había enviado,
su cara emocionada en un intento de ocultar su dolor, aquella vez que se abrió hacia mí y
me dijo que estaba intentando olvidarme- Para mí el peor día de mi condenada existencia-
mientras que se abrazaba a mí como si su vida dependiese de ello, cuando desapareció y
fue a Phoenix, la ansiedad que sentí cuando no la vi, aquel beso robado en la obscuridad
que hizo desde hacía ya bastante tiempo mis labios sentirse vivos, aquella mirada de odio
en su cara cuando le reclame su casi- encuentro sexual con Anthony. En fin, todo lo que
había sucedido en estas últimas semanas, todo el dolor, todo lo que le había hecho sentir,
todo lo que la había hecho sufrir, todo lo que jamás me perdonaría ni aunque viviese cinco
mil años.

Yo era un maldito enfermo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por unas luces, la casa ya se encontraba frente a
nosotros, adentro todo estaba iluminado y los pensamientos de mi familia estaban alerta.

“Por fin ya llegaron”- Pensó mi madre en un suspiro mientras que los tres nos acercábamos
al Porche.

“Edward súbela hasta mi estudio la estamos esperando”- Me ordeno mi padre en su fuero


interno mientras que mi hermano y yo entrabamos por la puerta.

“No te preocupes Edward, intentare tranquilizarla”- Me ofreció Jasper mientras que


Emmet y yo subíamos las escaleras.

“Lo siento mucho…”- Susurro en su mente Rose mientras que poníamos a mi ángel en una
cama de hospital en el estudio de mi padre.

Mi mente estaba trastornada, mi familia estaba alrededor mío, Jasper me tomaba del
hombro mientras que intentaba mandarme olas de paz que de poco me servían, este
sufrimiento jamás se iría. Esto jamás se despegaría de mí.

270
-Tienes que hacerlo- Murmuro Carlisle mientras que sus ojos estaban fijos en mi ángel, que
tenía una expresión de tranquilidad en su rostro.

-Denme un momento a solas con ella, por favor.- Dije bajo mi aliento, en ese instante desee
más que nunca poder llorar, poder ser cálido como ella, poder ser humano y que nada de
esto hubiese sucedido.

Desee poder salvarla de lo que venía.

Mi familia salió silenciosamente por la puerta mientras que yo daba un paso hacia mi
ángel, su respiración era acompasada pero su corazón estaba agitado. ¿Ella lo presentiría?
¿Ella sabría que su vida estaba por terminar? ¿Ella entendería el porqué lo hago?.

-Bella- Susurre mientras que caía de rodillas a su lado y un sollozo seco salía por mi boca.-
Discúlpame amor mío, discúlpame por lo que voy a hacer, discúlpame por haberte
lastimado… discúlpame.- Solloce de nuevo mientras que tomaba suavemente una de sus
manos.

-Te amo- Susurre mientras que mis labios buscaban los suyos y plantaba un beso casto en
ellos.

Su corazón latía lentamente ahora, dentro de mi estado de sollozos estaba impresionado de


cómo unas simples palabras, un simple roce de mi mano podía tranquilizarla de esa
manera. Mi corazón ya muerto dio un brinco, tal vez y solo si la poca suerte que tenia aun
me sonreía, Bella y yo podríamos volver a estar juntos como antes, sabía que lo que había
sucedido no se olvidaría, jamás. Pero tenía mi esperanza de que ella me entendiese.

-Ya es hora- Murmuro Carlisle mientras que ponía una de sus manos en mis hombros.

Di un respingo, no lo había escuchado entrar, el dolor que me consumía era tan grande que
todo a mí alrededor desaparecía lentamente. Todo se hacía nebuloso, toda mi vida se
escapaba y yo no hacia ni el menor intento por detenerla.

Me puse de pie lentamente mientras que apretaba un poco más la suave mano de mi ángel,
mi familia incluida Alice ya estaba presente, todos tenían los ojos puestos en mí y en mi
amado querubín que se encontraba recostada.

271
-Hazlo- Susurro de nuevo mi padre con voz autoritaria.

Acerque lentamente mi boca hacia su cuello, degustando por última vez su olor, aquel que
hacía que mi boca hiciera agua, aquel que era el que me había enamorado de ese lindo
regalo que el cielo me había mandado. Podía sentir su pulso pasando por sus venas, todo a
mi alrededor se quedo en silencio, mis manos temblaban involuntariamente mientras que
movía suavemente la cabeza de Bella hacia un lado y rozaba suavemente mis labios con su
tersa piel.

Di un suspiro.

Mis colmillos traspasaron lentamente su piel haciendo un sonido involuntario mientras


que el delicioso sabor de su sangre llenaba mi boca, no me fue difícil detenerme esta vez.
Bella era lo que más me importaba en ese momento y sufriría el tener que detenerme de
matarla ahí si eso la salvaba.

Me separe lentamente de ella mientras que una de mis manos tomaba uno de sus brazos
enyesados y traspasaba la piel de su muñeca. Hice lo mismo con el otro brazo.

Me separe lenta y tortuosamente de ella mientras que veía como el veneno de los de mi
especie empezaba a hacer estragos en su cuerpo. Mi ángel, dentro de su estado de coma no
hizo ni un solo movimiento, respiraba o más bien jadeaba fuertemente, pero ninguno de
sus miembros se movía. Sus ojos completamente cerrados y apretados mientras que un
suave gemido de dolor salía por su boca. Ella ya no estaba en coma, ella ya se estaba
convirtiendo.

Y yo la estaba perdiendo.

Sentí que algo dentro de mí se rompió con un suave crack… y mi mundo como lo conocía,
como lo había visto hasta ese instante ya no tenía sentido, ya todo estaba cambiando al
igual que mi amada. Pronto seriamos uno mismo y nadie nos separaría. Pronto ella seria
mía de nuevo hasta la eternidad.

Solo esperaba que ella me tomara de regreso.

272
Bella POV

Dolor, dolor infinito, mi cuerpo era una llama completa que era de dolor, sentía que me
quemaba por dentro, sentía que todo a mi alrededor era calor.

Dios estaba en el infierno.

Lo sabía, lo sabia maldita sea. Ardor, dolor de cabeza, ardor, dolor de piernas, ardor, dolor
de manos, ardor, dolor del alma.

¿Qué había hecho para merecer esto?. “Por favor que alguien lo detenga, que alguien me
mate, que alguien HAGA ALGO!!!”.

Dios, no me podía mover, no podía articular una palabra, un grito de ayuda, todo me
detenía, el dolor y el ardor eran tan grandes e inmensos que tenían a mi cuerpo
completamente tenso, no podía mover un simple dedo sin que esto me doliera más. ¿Qué
había hecho yo? ¿Estaba muerta? ¿Estaba en el infierno? ¿En el purgatorio maldita sea?.

Sentía como si le echaran acido a mis huesos y estos se deshicieran lentamente, “Mátenme
ahora, no quiero seguir viviendo”. Este dolor era antinatural, muchas veces antes me había
enfrentado a todo tipo de dolores, pero ninguno como este. Quería llorar, quería que me
aventaran agua para todo el ardor, quería que me aventaran cubos de hielo, el calor era
insoportable, sentía que me estaba cosiendo por dentro, sentía que mi cuerpo perdía las
energías.

Mi cuerpo se iba consumiendo, a mí alrededor todo era obscuro, ni una sola luz que
aplacara esto, ni una sola esperanza. Solo que me matasen. “Por favor, ¿Qué me sucede?
¿Qué me están haciendo?”. Nada de esto merecía la pena, gustosa daría mi vida porque
esto se detuviera, gustosa volvería a pasar por la tortura de Tanya mil veces más si esto
pudiese detenerse.

Tanya.

Lo recordé, ella… mi vida, el cambio, mi corazón, un ángel de ojos color miel y pelo
cobrizo, un beso, un toque, un abandono, una boda. Todo…

273
Recordé todo.

“¿Qué demonios era esto?” Todo era muy confuso, todo era nebulosamente doloroso.

Todo esto era un castigo.

“¿Pero de que maldita sea, de qué?”. Quería llorar, quería huir de lo que fuese que me
estuviese causando esto. Pero no podía, mis músculos parecían dormidos y no querían
despertar, mi cabeza era una gran bomba de fuego que sentía que explotaría de un
momento a otro. ¿Cómo alguien podría soportar esta maldita tortura?.

Mi corazón latía salvajemente, parecía como si el mismo intentara huir, quería sacármelo,
quería quitarlo, quería agarrarlo con mis dos manos y tirarlo lo más lejos posible. Él era el
causante de todo este caos, el por haberse enamorado, el por hacerme sentir este ardor, el
por seguir amando a pesar de todo.

Mi cerebro se sentía hinchado por el calor que desbordaba mi persona, ¿Cómo era que aun
seguía viva si esto era para derretirse?. “Dios… por favor… haz que pare.”

“EDWARD HAS QUE PARE!!!!.”

Edward… Edward… ese nombre retumbaba en mi cabeza, en mi cuerpo, en mi corazón, en


mi mente… ¿Quién era? ¿Qué era?. Dios… todo era demasiado confuso…. El dolor y el calor
no me dejaban pensar con claridad. Sentía que me quemaba viva, que todo esto era un
maldito castigo. ¿Quién demonios era Edward?.

Instintivamente en mi cerebro- si a eso se le podía llamar ya que no sabía ni lo que era-


apareció la imagen de un dios helénico, un ángel.

Mi Edward.

Mil recuerdos me vinieron a la mente como latigazos mientras que sentía como mi corazón
comenzaba a acelerarse más, mandando mas descargas de dolor a todo mi cuerpo, claro, si
eso era posible.

274
¿Alguna vez pararía este maldito sufrimiento?. Todo a mi alrededor ardía, todo en mi ardía
y dolía. Quería gritar, quería llorar, quería golpearme a mi misma y sacarme el corazón si
fuese necesario. “TODO ESTO ERA POR SU CULPA!!!... POR SU MALDITA Y TOTAL
CULPA!!!!.”

Jamás se lo perdonaría.

Jamás le perdonaría el que me hubiese usado, jamás le perdonaría el que me hubiese


utilizado como un trapo. Nada de esto hubiese pasado si él no me hubiese dejado desde un
principio. Nada de esto hubiese sucedido si él me hubiese explicado lo que sucedía cuando
regreso.

Lo odiaba.

Dentro de mi ardor, sentí el odio palpable, sentí que todo lo que alguna vez habíamos
vivido ya no valía nada, ya no era nada. Todo había desaparecido, todas sus palabras ahora
eran suaves murmullos, todas sus miradas ahora eran ojos ciegos, todos sus roces ahora
eran como mil navajas.

Todo el me hacía daño.

Y aun así no podía dejar de amarlo.

Recuerdos. Un prado, dos jóvenes, unos labios fríos y suaves como el cristal, un tacto
congelado, dos manos unidas, luz, diamantes incrustados, belleza infinita, noches sin luna,
aire que topaba con mi rostro, un juego de beisbol, dientes afilados, un salón de espejos,
dolor mucho dolor, un baile, una promesa… todo se rompió.

El león se enamoro de la oveja…. No… eso jamás sucedió, no hubo león enamorado… solo
estaba confundido… no hubo león masoquista… solo estaba jugando. Lo único que en
verdad siempre existió fue la oveja.

Maldita y estúpida oveja enamorada.

“TE ODIO EDWARD CULLEN, TE ODIO!!!!...”

275
Deseaba poder correr, largarme de aquí, alejarme de él. Ahora yo era la que quería a estar a
mil metros de distancia si se pudiese. Lo amaba si… pero ¿Hasta qué punto?.

El, Tanya, una boda. Yo no tenía nada que ver ahí.

Y no era que me interesase porque dudaba demasiado salir de aquí… de este maldito
tormento.

“Dios… alguien ayúdeme.”

Lagrimas, lagrimas calientes bordaban mis ojos… no las veía pero las sentía. Un suave
tacto… tan suave como una pluma en mi rostro. “No… aléjenlo… POR DIOS ALEJENLO.”

Todo cayó en ese instante.

Dolor, ardor…. Corazón agitado.

“ME ESTABAN CONVIRTIENDO.”

Mil bolas de demolición me golpearon al instante, mis pulmones se quedaron sin aire, el
dolor se hizo más extenso. Sonidos, todo a mi alrededor lo escuchaba, música, una persona
hablando, alguien caminando. Bosque… sonidos de un bosque.

Dios… ¿Dónde estaba?.

¿Por qué me hizo esto? Por fin después de tanto sufrimiento había encontrado la manera
de escapar de el… ¿Por qué?. “Me odia, dios… el me odia… yo lo odio.”

Yo lo odio.

276
Mi corazón latió con más fuerza ante la intensidad de mis palabras. Lo amaba, pero lo
odiaba, el había sido diseñado por alguna malvada bruja para terminar con mi existencia,
el ogro disfrazado de príncipe y yo la solitaria princesa.

Quería morir en ese instante.

Quería dejar todo atrás.

¿Qué no se suponía que la muerte era fácil y sin dolor? ¿Dónde quedaban todas esas
farsas?.

“No hubo oveja, no hubo león, no hubo un sueño, nunca hubo un tu y yo.

Solo hubo un tu… pero nunca hubo un yo… todo fue una mentira, que ninguno de los dos
paro.”

Un ataque de ansiedad me empezó a entrar en todo el cuerpo. Temblores recorrían cada


uno de mis músculos mientras que yo me retorcía. Me di cuenta de que entre más me
movía mas dolía. Tal vez y solo tal vez si me quedaba quieta esto se iría poco a poco.

Intente no moverme, apenas y respirar…. Pero todo me costaba demasiado trabajo.

Mi cuerpo cansado y mi corazón acelerado hacían que todo fuese imposible en aquel
instante.

No supe cuanto tiempo pase así, pudieron haber sido segundos, tal vez horas o días… el
tiempo en donde yo me encontraba no tenía sentido.

El ardor fue bajando de las yemas de mis dedos de los pies y manos, algo era algo… esto se
iba haciendo más soportable.

Voces, muchas voces a mi alrededor, cariños, amores… un “estarás bien… discúlpame”


pero nada tenía sentido… ni esa aterciopelada voz, mi cuerpo, mis ojos, el ardor… nada… ni
siquiera mi vida o mi existencia. Todo había terminado.

277
Nada iba a ser igual.

Dolor, mas dolor, mil golpes a la vez. Alguien en mi oído murmuraba suplicas, su aliento
pegaba en mi tímpano mandándome una sensación un poco placentera. Su olor… luz de
sol, chocolate… ¿Quién era? ¿Qué era?.

“Lo siento amor”-Murmuro por ultimo la voz… ¿Es que acaso me estaba volviendo loca?.

Mi corazón a pesar de todo estaba roto, jamás se repondría, jamás saldría de esto. Incluso
aunque llegase a ser igual que antes.

Jamás seria igual para mí.

Un ataque de lagrimas lleno mis ojos, llore, por horas, por días… no me interesaba de
nuevo. Sentía hambre, sed… ardor en la garganta… toda mi garganta. Mil lenguas de fuego
acariciándola.

¿Estaría bien?.

Tiempo, espere más tiempo, necesitaba sentirme segura, mi corazón acelerado cada vez
mas mientras que sollozos se juntaban en mi boca. Dolía, era lo único que dolía, mis
piernas, mis brazos y mi torso estaban libres, fríos. Todo lo que dolía era el corazón.

“Hasta el final seguirás doliendo”

Sentía mi sangre muy pesada, todo a mí alrededor era más sensible. Respiraciones
acompasadas, olores diferentes, voces más tridentes.

Un último latido.

Y con ese latido mis recuerdos se iban.

278
Y con ese latido tu amor desaparecía.

Y con ese latido el odio renacía.

Y con ese latido lo tuyo y lo mío ya no existía.

Abrí mis ojos, una nueva vida.

Gotitas de colores, ojos acaramelados observándome, un mechón de cabello cobrizo frente


a mí.

-Bienvenida- Dijo su aterciopelada voz.

Desee morirme en ese instante.

Tu corazón para mi ya no servía.


Capítulo 24: "Una Nueva Vida Un Viejo Amor.."
Las despedidas no es un "Nunca te voy a volver a ver"... es un simplemente nos veremos
luego... el amor es lo que hace que las personas que se despiden se vuelvan a juntar... a
pesar de lo que pase y el tiempo que transcurra.

Bella POV

-Bienvenida- Dijo su aterciopelada voz.

Abrí los ojos, una nueva vida me esperaba, más que vida la llamaría inmortalidad, era mi
final de película, o de aquella película a la que yo tanto me había aferrado, pero que ahora
despreciaba más allá de las palabras.

Me habían condenado a una existencia sin él.

279
Todo era demasiado luminoso, demasiado confuso. Podía notar las gotitas de polvo
esparciéndose en el ambiente, la luminosidad de las lámparas fluorescentes que habían, las
formas de el pedazo de madera mas alejado de mi, los sonidos de la casa, un automóvil
pasando a distancia, sonidos de el bosque, respiraciones innecesarias, zumbidos, las hojas
cayendo, el rio a kilómetros de donde yo me encontraba, podía escucharlo todo, completa y
absolutamente todo.

-¿Cómo te sientes?- Pregunto una voz suave proveniente de el otro extremo de la


habitación.

Carlisle.

-Yo… no se- Susurre, esta voz me asusto, parecía el sonido de el repicar de campanas en
una iglesia.

-Tranquila- Contesto Carlisle mientras se acercaba a mi- Ahora todo lo veras demasiado
diferente, pero con el tiempo te acostumbraras.

Si siendo humana pensaba que Carlisle brillaba, en ese instante me di cuenta de que estaba
completa y totalmente equivocada. Era como ver a el sol de frente, todo el soltaba un fulgor
a su alrededor. Resplandecía.

Alrededor de mi todo era tan diferente. Me di cuenta en ese instante de todos los pequeños
detalles que había perdido por ser humana, las bellezas escondidas de todas las cosas que
nos rodeaban. Todo era tan extraño.

Un suave toque me recorrió la mano dejando a su paso pequeñas descargas eléctricas,


sabía perfectamente quien era, pero no quería voltear. No quería encontrarme con sus ojos
color miel ni con su pelo cobrizo, no quería encontrarme con sus labios, todo me era
demasiado difícil en ese momento.

No quería encontrarme con él en ese instante.

-Amor, vamos a cazar.-La voz de Edward me hizo recordar algunas memorias como
humana.

280
---OoO Inicio de Flashback OoO---

-¿Tu… ya no… me amas?- Pregunte mientras que me impresionaba de el orden de las


palabras.

-No- Su aterciopelada voz me corto de tajo.

---OoO Fin de Flashback OoO---

-No me digas amor- Lo corte mordazmente con esa nueva voz que era completamente
extraña para mi mientras sacudía la cabeza, no quería que los recuerdos llegaran en este
momento, aun no estaba del todo preparada.

Su expresión se crispo de dolor mientras que retiraba su mano de sobre la mía, que hasta
ahora había tenido unida. Su tacto no era gélido como yo lo había imaginado, era cálido, su
piel era suave y mi cuerpo resintió la ausencia de su toque.

Pero ya todo había cambiado.

El y yo jamás volveríamos a ser los mismos. Yo jamás volvería a ser la adolescente humana
estúpida a la que abandono por seis meses, la idiota que lo amo a pesar de todo, la tonta
que pensó que algún día podrían regresar, no yo jamás volvería a ser la misma. Nada,
nunca volvería a ser igual.

-Edward, yo la llevo.- Hablo Emmet, por primera vez lo veía, sus chinos negros, su gran
sonrisa de niño, su musculoso cuerpo. Parecía un oso, pero aun así su belleza no tenia
comparación.

-No, ella y yo tenemos que hablar de todo esto.- Contesto mientras se ponía de pie.

-Yo no quiero ir contigo- Conteste mientras yo también me ponía de pie. Me sorprendí de


lo fácil que era ahora, pensaba las cosas y en el instante las hacia, no era como antes. Todo
esto era tan extraño.

281
-Tú y yo tenemos que hablar Isabella-Siseo mientras se encaminaba hacia la puerta.

Observe a Emmet en auxilio, yo no quería estar con él, yo no quería estar a solas con
Edward, quería alejar lo máximo que pudiera lo que sabía que era inevitable.

-Hermano, mírala. Está asustada, no quiere ir contigo.- Murmuro mi nuevo hermano


mientras se acercaba a mí y me abrazaba.

-Nada de lo que digas Emmet.- Contesto Edward mientras se giraba sobre sus talones en la
puerta y nos encaraba a los dos.- O dejes de decir la va a salvar de esta. Andando Isabella.

Bufe rendida.

-Pareces mi papa- Gruñí mientras que abrazaba mas fuerte a Emmet.- Hey Em… si no
regreso dile a Charlie que lo quise ¿De acuerdo?- Hice mi intento de broma, pero se vio
poco convincente ya que la voz se me quebró dos veces.

-De acuerdo, pero yo quiero tu colección de libros hermanita.- Emmet contesto levantando
las manos en modo teatral mientras una gran sonrisa se formaba en sus labios.

Yo asentí.

-Vamos- Gruño Edward mientras que hacia un gesto con la cabeza para que lo siguiera.

No tenia ánimos de pelear, todo en mi cuerpo se sentía demasiado extraño, todo era
diferente, de una manera que realmente me asustaba.

Tenía miedo. Y no sabía de qué.

De lo único que estaba total y completamente consciente es que sentía un vacio en el


pecho, mi corazón muerto aun dolía, de una manera inexplicable. Era impresionante como
aun después de tanto sufrimiento, como aun después de una supuesta muerte, un corazón
podía seguir sintiendo de esa manera.

282
Seguí a aquel por el cual mi vida había terminado por las escaleras de la casa, reconocería
el camino hacia la puerta con los ojos cerrados. Pasamos el Hall y salimos por la entrada,
me sorprendió no ver ni a Alice, Jasper, Rose o Esme ahí. Esperaba que alguien por favor
me explicara qué demonios era lo que había sucedido, pero por desgracia nadie lo hizo.

-Sígueme- Susurro lo bastante bajo para que solo yo lo escuchara.

Una brisa removió mi cabello, espere a que el escalofrió recorriera mi cuerpo pero me di
cuenta de que no me sucedía nada. Voltee a verme y me di cuenta de que traía una blusa de
algodón en negro, manga larga de cuello en V con unos pantalones de mezclilla y mis tenis
Converse.

Alice, pensé.

Dios, cuanto deseaba verla en ese momento, la extrañaba tanto.

Edward paso a mi lado como una ráfaga levantando tierra justo tras de él.

Suspire y me eche a correr justo detrás de él.

Era impresionante.

El aire pegándome en la cara, la sensación de que mis pies casi ni tocaban el piso, la
velocidad a la que iba, todo. Me di cuenta de que era fácil alcanzar a Edward, dos de mis
zancadas eran casi seis de sus pasos. Me sentí tan poderosa en ese momento.

Por fin entendí porque Edward jamás chocaba contra los arboles, se podía ver todo
mientras corrías, desde la hoja más pequeña que caía de estos hasta los troncos más
grandes que estaban tirados en la obscuridad. Todo era mágico, era como tener visión de
rayos X.

Los sonidos provenientes de todo el bosque eran como suaves susurros que venían a mis
oídos, animales escondiéndose, pájaros cantando, rocas cayendo, murciélagos volando a
nuestro alrededor. Era todo como un cuento de hadas.

283
Y por un momento se me olvido todo, se me olvido el porqué odiaba a Edward, se me
olvido el porqué había estado en el hospital, se me olvido la familia Cullen, se me olvidaron
los últimos meses, se me olvido Charlie, se me olvido Reneé, se me olvido Jake, se me
olvido quien era, que era y porque estaba ahí.

Todo se borro.

No quería recordar, no quería que la realidad me golpeara de esa manera en la que yo


recordaba, sabía que en el momento en que lo hiciera todo se vendría abajo. Sentía el
espectro de los sentimientos que querían renacer dentro de mí, pero como todo, en cuanto
me cambiaron desapareció.

Mi corazón jamás seria el mismo, los sentimientos se habían borrado, yo era el fantasma
de la persona frágil que algún día fui. Era solo una simple copia, mi cuerpo aun seguía
aquí, pero todo lo que yo era se había esfumado. Todas aquellas cosas lindas que en algún
momento llegue a sentir, o a imaginar que sentía habían desaparecido como por arte de
magia, toda la felicidad se había esfumado, todo y nada para mí ahora eran lo mismo.

Mi corazón se había esfumado junto con aquel último latido.

La nostalgia me inundo el cuerpo, o eso pensé que era. Todas las cosas nuevas eran tan
confusas.

-¿Hueles algo?- Pregunto él mientras corríamos a toda velocidad sacándome así de mis
lagunas mentales.

Menee la cabeza en señal de negación mientras que girábamos hacia la izquierda.

A mi nariz vino un olor exquisito, era como cuando te acercabas después de hacer
demasiado ejercicio a una cocina, los olores te habrían el apetito.

Delicioso.

-Si, ahora lo huelo.- Conteste maravillada mientras que corría en dirección hacia esa
fragancia.

284
Edward corrió tras de mí en silencio dejándome tomar la delantera. Corrí lo más rápido
que mis pies pudieron, deje que mi nariz se embriagara con aquel olor haciendo que la
ponzoña cubriera mi garganta dejando un sabor amargo a su paso. Podía saborear ya en mi
garganta el líquido dulzón de la sangre, la deseaba, la ansiaba, la necesitaba.

Corrí un poco más fuerte, desesperada por la sensación de ardor que mi garganta tenia, era
como si me metieran un cuchillo caliente, era doloroso.

Por fin en uno de los arboles se encontraba el dueño de ese olor tan condenadamente
delicioso.

Un puma.

Subí rápidamente por uno de los arboles, no pensando en lo que estaba haciendo
realmente, me deje llevar por mi instinto animal. Camine lentamente tras mi presa
mientras que este dormitaba pasivamente en una de las ramas de el árbol. Me agazape
preparada para saltar sobre el felino, no podía creer lo increíblemente fácil que era
acercarme tanto a un animal que siendo humana me causaba tanto pánico, seria que en ese
instante me sentía invencible.

Salte sobre mi presa aventándola hacia el piso. El felino no tuvo tiempo de reaccionar, sus
uñas se sentían como suaves cosquillas al contacto contra mi piel mientras que mis
colmillos se hundían en su cuello y el suave y delicioso liquido recorría mi garganta, era
delicioso, era… impresionante.

Los grandes ojos verdes asustados de el felino fue lo último que vi, en ellos se reflejaba el
rostro de una completa extraña, de alguien que yo no reconocía, de una criatura de ojos
rojos y mirada alocada, me vi ahí mismo con toda claridad, esa era la imagen de alguien
que había sido lastimada, de alguien que jamás seria la misma.

De un mounstro.

Mi corazón muerto dolió, pareciese como si le hubiesen dado mil descargas eléctricas en
ese momento, la sangre dejo de saberme bien, pero no me importo, bebí hasta la última
gota de ese delicioso manjar intentando saciar el ardor en mi garganta, dolía, pero yo ya
había sentido dolores mucho más fuertes, un ejemplo el que sentía en ese mismo instante
en mi corazón.

285
-Impresionante.- Murmuro su voz detrás de mi.- Yo no podría haberlo hecho mejor.

Yo no me gire a verlo, sabía que en cualquier momento mis defensas caerían y seria otra
vez la idiota que le perdonaría todo, que lo amaría hasta que el planeta se acabara, que
sería la que entregara todo y no recibiera nada. Seria Bella de nuevo.

-Quiero mas- Murmure aun sin girar a verlo.

-He olido una manada de ciervos hacia el norte, si gustas podemos ir.- Contesto con voz de
nada, no tenía ni una sola emoción.

-De acuerdo- Susurre mientras comenzaba a correr hacia el norte dejando atrás a Edward,
puse toda mi cabeza en los olores, puse todos mis sentidos, todo y absolutamente todo, no
quería dejar espacio para percibir mi dolor, sabía que estaba ahí pero no quería aceptarlo
aun.

Edward y yo terminamos arremetiendo contra la manada, yo mate a un macho y dos


hembras y quede hasta la garganta de sangre, casi podía sentir que estaba hinchada-
Físicamente imposible para los de nuestra especie- Me lamente de mis cualidades
humanas, aquellas a las que iba a extrañar.

Extrañaría el rubor en mis mejillas, el latido salvaje de mi corazón, la calidad de los


cuerpos, todo. Pero creo que lo que más extrañaría de todo serian los sentimientos. Si, ellos
se habían ido junto con mi humanidad.

-¿Regresamos?- Pregunte una vez que había hecho a un lado el cuerpo inerte de el ciervo.

Me digne por primera vez en bastante rato a verlo, aun cuando estaba alimentándose, bajo
la luz de la luna se veía tan perfecto. La luz lunar le iluminaba tenuemente la nívea piel de
su cara y sus mechones despeinados de cabello le caían sobre el rostro haciéndolo ver aun
más angelical, su camisa negra como la noche lo hacía ver como un pecado.

No supe cuanto tiempo estuve observándolo, solamente fui consciente de que estaba casi
babeando- Si eso hubiese sido posible- Cuando sus dorados ojos me observaron y su
sonrisa de lado se dibujo en sus labios.

286
Negué con la cabeza. Ese hombre era completa y totalmente mi perdición, y una parte de
mi cuerpo la necesitaba.

-¿Ya?- Volví a preguntar con impaciencia, me ponía nerviosa estar con él.

-Si, sígueme.- Contesto caballerosamente mientras que se echaba a correr.

Corrí tras de él, dejando que me guiara, aun con mis nuevos sentidos era demasiado fácil
que me perdiera en el bosque, mi sentido de la orientación no mejoraba en mucho si no fue
por el olor. Mi cuerpo estaba aun más tonificado, mis manos se sentían fuertes, yo me
sentía invencible… pero sabía que con sola una palabra de alguien en específico todo este
teatro se vendría abajo.

Esperaba llegar segura a casa de los Cullen antes de poder derrumbarme.

Corrimos un poco más de lo que yo había pensado, no reconocía el olor de lo que tenía
delante, no sabía a dónde nos dirigíamos así que empecé a bajar el ritmo. No quería ir a
otro lugar que no fuera la casa de los Cullen.

-No te detengas, sígueme. Es un atajo.- Contesto a mis silenciosas preguntas mientras el


también bajaba el ritmo para quedar a la par de el mío.

Yo no conteste, hice lo que él me pidió, prefería estar con él a estar sola en medio de el
bosque, seguía teniendo miedo. “Estúpido vampiro egocéntrico y voluble” pensé en mi
fuero interno mientras veía la sonrisa de suficiencia en la cara de Edward.

Mientras corría al lado de la persona que algún día fue lo más importante para mí- Y hasta
ese momento creo que lo era- Me di cuenta de que mi cuento no tendría final feliz, seria de
ese tipo de historias que odias ver en la televisión, la música triste que adorna el ambiente
mientras que las lagrimas salen por los ojos – Solo que en esa situación no habría ya que
no podía producir- los sollozos que ahogas con la mano, el nudo en el abdomen. Si, así
seria mi historia solo que al final no habría caballero de armadura brillante que viniera a
salvar a la damisela en apuros, no habría beso de salvación ni tampoco hada madrina, no
habría ratoncitos amigos ni tampoco una alfombra mágica que viniesen a salvarme, solo
hubo la manzana envenenada y la bruja malvada que arruinaron mi cuento con final feliz.

287
Tanya.

Dios, no la podía culpar de todo, no podía decir que ella tuvo la culpa de todo lo sucedido.
Nada de esto hubiese pasado si Edward no le hubiese dicho que si. Mi cuento seguiría
igual, el seria mi príncipe en su corcel blanco y yo lo esperaría en mi torre.

Pero como siempre eso se queda en el país de los sueños.

Iba inmersa en mis lagunas mentales, no sabía a dónde íbamos y no era algo que me
preguntara fervientemente. Mis dudas, o lo que quedaba de ellas quedaron resueltas en
cuanto lo vi frente a mí.

Nuestro claro.

O bueno, debería de decir el escenario de nuestra mentira.

Edward paso a un lado mío y se sentó en medio de el claro, sus ojos dorados me
observaban expectantes mientras que me hacia señales con una de sus manos para que lo
acompañara.

Esto era a lo que yo le huía. A lo inevitable.

Suspire rendida mientras me acercaba a él, me tumbe justo a su lado y me puse a observar
las estrellas. Si alguien aquí iba a romper el silencio no iba a ser yo. Sabía que las palabras
por el momento no podrían salir por mi boca, el dolor era demasiado grande.

Pasamos así algunos minutos, cada quien perdido en su propio mundo, yo en el de mi


dolor… y el… en el que sea que estuviese, tenía que empezar a dejar de importarme por las
cosas que hiciese, tal y como él lo había hecho conmigo.

-¿En qué piensas?- Murmuro mientras que yo cerraba mis ojos, desee en ese momento
poder llorar, poder sacar el vacio y dolor que tenia por dentro.

-Si te contara no me lo creerías.- Conteste en un susurro intentando ocultar el dolor en mi


voz.

288
-Yo quiero saber todo lo que piensas.- Me rebatió con voz inocente.

-Ja.- Dije con incredulidad mientras que volvía a abrir los ojos y me levantaba para quedar
sentada igual que el.

-¿Qué es lo que quieres Edward? ¿Por qué me traes aquí?- Avente las preguntas de un solo
golpe. Quería hablar lo menos posible, sabía que entre mas abría la boca mas seguía
cavando en el sufrimiento.

-Porque tú y yo necesitamos hablar.- Contesto como si fuera lo más obvio de el mundo


mientras sus orbes dorados se clavaban en los míos.

-De acuerdo. ¿Quieres hablar?, hablemos. ¿Qué demonios ganas con traerme aquí? ¿No lo
entiendes?. Me lastima estar contigo Edward. Por favor si todavía queda algo de la
caballerosidad que había en ti ahórrame todo esto y ve al maldito grano ¿Quieres?. Ya fue
suficiente todo lo que he pasado como para agregarle que tú quieras hablar como gente
civilizada después de tanto maldito tiempo en el que te comportaste como un monstro.-
Dije con rapidez mientras que mis ojos se volvían como dagas, no estaba de humor para
escuchar los rodeos que quería dar. Si me iba a matar que fuera en ese instante, rápido. No
quería sufrir más.

Había un sentimiento en sus ojos, uno que no supe descifrar. Era ¿Dolor? ¿Edward estaba
sintiendo dolor?.

La culpa se empezó a hacer presente en mí, pero no la deje, todo esto se tenía que acabar
en ese instante.

-Quiero explicarte todo lo que sucedió Bella… Por favor.- Susurro mientras el dolor se
hacía más palpable en su aterciopelada voz.

-¿Explicarme qué?- Pregunte enojada, toda esta situación me empezaba a desesperar y el


dolor comenzaba a crecer.

-Como fue que sucedió todo.- Contesto mientras que una de sus manos se acercaba para
acariciar una de mis mejillas.

289
Me quite al instante.

-Tanya ya lo hizo Edward. Ahorra tus explicaciones que a mí no me sirven de nada.- Sisee
mientras el recuerdo de todas las cosas que Tanya me había dicho me vinieron a la mente
como mil flechazos a la vez, todos confundiéndome.

Pero todos esas cosas se vieron opacadas por una más fuerte.

Tanya y Edward ya habían estado juntos.

Un sentimiento de traición comenzó a apoderarse de mi cuerpo mientras que el aire salía


de golpe de mis pulmones, el dolor se hizo más intenso y mis ojos comenzaron a picar,
sabía que no saldrían lágrimas, pero lo deseaba más que nada en ese instante.

-Es que eso es lo tengo que aclarar.- Contesto con voz desesperada mientras que sus manos
tomaban una de las mías en un intento por no dejarme ir.- Por favor Bella escúchame,
escucha lo que tengo que decir, si después de que te lo explique estas dispuesta a irte y a
dejarme lo entenderé pero por favor déjame aclararte todo.- Suplico.

Mi expresión se mantuvo inescrutable, no podía hablar en ese momento sin impedir que
los sollozos saliesen por mi boca así que solo asentí con la cabeza mientras retiraba
suavemente mi mano de entre las suyas. Se me hacía mucho más difícil concentrarme
sabiendo que él me tocaba.

-"El maldito día en que te deje en el bosque de la casa de Charlie- Comenzó mientras yo
hacia una mueca de dolor al recordar ese día, el día en que mi vida acabo.- Me fui directo a
Denalí donde mi familia ya me esperaba. Ninguno de ellos estaba de acuerdo en que yo te
dejara, pero ellos no entendían que yo lo hacía por tu bien. Era peligroso para ti estar
conmigo, lo sabia pero jamás te habías visto en peligro con nadie hasta el día de tu
cumpleaños, el día en que mi propia familia intento acabar con tu vida."

“No podía soportarlo Bella, no podía soportar que tu muerte fuera por mi culpa, así que
decidí estúpidamente que dejarte sería la mejor opción, aunque yo me muriese por dentro
sería lo mejor para los dos, tu para tener una vida humana y feliz y yo para salvarte.”

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“Llegue a Denalí destrozado, como ya te había dicho toda la familia menos Jasper se me
hecho encima pero no me importaban sus opiniones, al final sabia que sin mi estarías
mejor, pero creo que me equivoque, el único lugar donde siempre estarías segura seria a mi
lado.”

“Llegando haya Tania me bombardeo con su mente, sus pensamientos eran de ternura y
comprensión o más bien eso fue lo que ella me quiso dar a entender. Durante toda mi
estancia ahí me convenció, o más bien me impuso que la mejor manera de salir de todo
esto sería intentar olvidarte. Demostrarle a mi familia que yo ya había seguido adelante y
que todo estaría bien para que el tema de nuestra partida, es más de toda tu existencia
quedara sellado. Según ella me haría bien el no acordarme de ti, pero digamos que eso
jamás se pudo, tu siempre has estado en mi mente noche y día, segundo a segundo… no te
podía sacar de mi corazón ya que tu eres mi corazón. Tu eres la única razón por la que yo
seguía con vida”.

“En esos malditos y estúpidos seis meses intente sobrevivir a toda costa, intente distraerme
con todo, viajes, Tanya, mi familia. Pero nada servía amor, ninguna distracción era
remedio para la agonía que sentía al no tenerte a mi lado. Pero me recordaba a cada
momento que esto lo hacía por tu bien”.

“Mi vida, yo… todo como lo conocía dejaron de tener sentido aquel día que te deje. Nada
valía la pena ya para mí. Tenía planeado esperarte, esperar el día en que tu murieras y
después seguirte, yo no podía… más bien jamás podría vivir en un mundo en el que tu no
existas, ni tengo planeado hacerlo.”

“Al finalizar esos seis meses Alice tuvo una visión, Victoria regresaba por ti, me puse como
loco aquel día, quería matarla quería alejarla de ti a como diera lugar. La familia completa,
Tanya y yo tuvimos una reunión, decidimos regresar para deshacernos de Victoria. Tanya
por supuesto no estaba de el todo conforme pero no era algo que me interesara demasiado,
yo lo único que quería en ese mismísimo instante era quitar a todo lo que te pusiera en
peligro. Quería que tu estuvieras a salvo, quería que tu llevaras tu feliz vida humana.”

“Confieso que tenía miedo de verte, yo te amaba, y te sigo amando… pero tenía miedo de
no querer irme en cuanto esto terminara, tenía miedo de que tu ya hubieses hecho tu vida
tal y como yo te lo pedí. Tenía miedo de que ya me hubieses olvidado.”

Suspiro y cerró los ojos mientras se llevaba una de mis manos a sus mejillas y la besaba
dulcemente.

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Los sollozos luchaban por salir de mi boca mientras que mi mente comprendía cada una de
las palabras que me había dicho. Mis ojos perdidos en los suyos mientras que mi corazón
muerto dolía más y más al recordar aquellos seis meses de estado zombi. Los recuerdos me
aturdieron.

-Al llegar a la ciudad me puse eufórico. Ese mismo día por la noche fui a tu casa, quería
verte dormir, quería oler la fragancia tan exquisita que tenias, quería sentirte cerca. Me
sorprendió ver tu ventana cerrada, intente levantarla pero tenía clavos. Mi corazón Bella
jamás había sentido dolor tan fuerte hasta ese momento, sabía que la habías cerrado de esa
manera por mí, sabía que te había hecho demasiado daño, y me arrepentía.

“Respete tu decisión, lo poco que quedaba de mi corazón despareció en cuanto me fui de tu


casa ese día, me sentía herido… sentía que había perdido a la única persona que en verdad
me había amado de la manera en la que yo quería. Me sentía impotente y realmente
estúpido en ese momento.”

“Llegue a casa, todos mis hermanos se habían ido de caza y la única que estaba en ese
momento ahí era Tanya, en nuestra habitación. Llegue hecho un desastre, quería matarme
en ese mismo instante si fuera necesario, pero no pude. En vez de eso cometí el error más
grande que jamás pude haber cometido aparte de haberte dejado aquel día en el bosque de
la casa de Charlie. Me… me acosté con Tanya aquel día.”

En el momento en que pronuncio la ultima oración sentí que todo mi mundo se venía
abajo, todas las barreras que había hecho para alejarme de el dolor se vieron derrumbadas
con tanta facilidad que pareciese que hubiesen sido hechas de papel.

No aguante más y los sollozos secos comenzaron a salir por mi boca mientras que me
levante rápidamente, no podía estar cerca de él. Su simple roce me daba asco, el había
estado con Tanya. Lo único que en verdad nos unía era que en esa situación él y yo
estábamos igual. Pero ahora o más bien hace tiempo el ya había dejado de pertenecerme,
su cuerpo, su vida… su inocencia en si habían sido despojadas por otra persona, y para mi
desgracia esa persona no era yo.

-Por favor… espera.- Gimió mientras se ponía de pie igual que yo, sus brazos intentaban
fundirme en un abrazo pero yo me hice para atrás, el simple hecho de estar junto a él me
daba nauseas.

Comencé a caminar para salir de él claro, no podía estar un segundo más a su lado. Me
sentía herida, sentía que todo en mi vida había terminado. Una parte de mi estaba

292
consciente de lo que hacía, la otra simplemente había regresado al estado Zombi en el que
tanto me había refugiado los últimos meses de mi vida.

-Bella detente- Sollozo mientras que a una velocidad inhumana se ponía delante de mí
para impedirme el paso.- Necesito explicarte todo… por favor.

-Déjame- Murmure con voz entrecortada mientras que mis manos formaban dos puños

-Bella necesitamos hablar- Rogo, el dolor en su voz era más que tactible pero eso a mí ya
no me importaba. El ya no me importaba.

-No vamos a hablar de nada Edward. ¿No puedes entender que yo ya no te quiero en mi
vida? ¿Qué me has lastimado ya lo suficiente? ¿Qué aparte de quitarme el corazón me
arrebataste mi humanidad?. Déjame, por favor te lo pido por última vez. Déjame sola.

Mi voz era un suave murmullo, pero aun así el dolor se podía notar en todas sus
derivaciones, mi corazón muerto dolía cada vez más con una tortuosa lentitud. Una cosa
había sido escuchar esas palabras de la boca de Tanya, pero otra muy diferente escucharlas
de la boca de Edward.

-Por favor- Susurro mientras caía de rodillas y se abrazaba a mis piernas.- Por favor
Isabella déjame explicarte lo que sucedió… por favor…

Me aleje de el caminando hacia atrás. Esto era más de lo que yo misma podría soportar… y
como antes me había dicho, si, lo amaba ¿Pero hasta que punto?.

-Maldigo el día…- Musite mientras que mis ojos se volvían asesinos- Maldigo la hora,
maldigo el minuto… es mas el maldito segundo en que se me ocurrió venir a Forks,
maldigo el momento en que entre a esa cafetería, maldigo el momento en que puse mis
ojos en tu persona, maldigo el momento en que me pusieron en clase de bilogía contigo
¡MALDIGO EL MOMENTO EDWARD CULLEN EN QUE ME ENAMORE DE TI! Eres un
asco, un maldito y completo asco.- Mi voz se había levantado lo suficiente para que fueran
gritos, la furia y el dolor corrían dentro de mí. ¿Cómo era que alguien te podía lastimar de
una manera tan sádica?.

El mounstro que estaba frente de mi me veía con cara de suplica mientras que se levantaba
suavemente de el suelo. Mis manos a mis costados aun cerradas en dos puños mientras que

293
mi mandíbula estaba tensa, el sabor amargo de la ponzoña recorría mi garganta y mi
mirada se había vuelto mortal. Quería huir de ahí, huir de todos… antes de que fuera
demasiado tarde.

-Escúchame- Demando mientras que se acercaba a mí.

Me aleje.

-Por favor Isabella escúchame.- Volvió a rogar extendiéndome una mano.

Yo no la tome.

-Yo te amo.- Susurro mientras que sus orbes dorados hacían contacto con los míos.

“Te amo” esas palabras quedaron resonando en mi cerebro que estaba en blanco… ¿Te
amo?... ¿Amar es eso?... ¿Amar es lastimar? ¿Amar es abandonar?... ¿Qué demonios es
Amar?.

Y no lo aguante más.

Corrí.

Corrí lejos, no me importaba que dirección había tomado, no me importaron sus gritos que
se fueron desvaneciendo conforme la distancia, no me importo la mirada dolida que tenía
en el rostro, no me importo su existencia, no me importo su corazón… no me importo mi
propia vida.

Solo tenía que huir.

Jamás pensé que el lugar más seguro para mi seria estar lejos de Edward, pero hasta ese
momento comprendí que era lo mejor, uno no puede amar y lastimar al mismo tiempo.
¿Qué clase de masoquista había sido yo todo este tiempo? ¿Por qué había soportado
tanto?. Mientras yo sufría el se acostaba con Tanya, mientras yo lloraba el besaba a su
prometida, mientras yo quería acabar con mi existencia él se divertía haciéndola suya.

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Lo amaba… pero no soportaba la propia idea de que él hubiese estado con ella.

Y seguí corriendo, todo lo que mi velocidad me daba, no me importaba que él me siguiera


no me importaba que la familia Cullen me buscara no me importaba que Charlie se
preocupara en esos momentos… nada tenía ya importancia suficiente.

Los sollozos secos volvían a salir por mi garganta, mis ojos picaban pero no sacaban
lagrimas, mi humanidad había sido destruida, estaba condenada a vivir una inmortalidad
sin él, estaba condenada a amarlo de por vida.

¿Qué clase de existencia me esperaba?.

“Corre, corre, corre… corre Isabella corre” canturreaba una voz en mi interior, mientras
que los arboles pasaban a mis costados como manchones verdes, quería huir de Forks,
quería estar lo más alejada posible de todos… y creo que lo había conseguido, necesitaba
un lugar donde derrumbarme, un lugar donde dejar que todas las emociones que tenia
guardadas se descubrieran.

Corrí, y seguí corriendo… más de la cuenta diría yo… el paisaje a mi alrededor cambiaba,
de verde se convirtió a blanco… nieve… ¿Dónde estaba?... no me importaba de el todo, los
jadeos que salían de mi boca eran lo único que cortaba con el silencioso y pacifico
ambiente, todo a mi alrededor era blanco, café y blanco… los arboles estaban tapizados de
esa sustancia mientras que pequeños copos caían desde el cielo.

Nadie, no había nadie a mi alrededor, la soledad era tangible.

Grite.

Grite todo lo que pude, me deje caer en el mullido suelo gritando mientras que me tomaba
de el pecho, el hoyo que hace ya tiempo había tenido volvía a hacerse presente, mi cara
daba con el cielo entonces los suaves copos de nieve comenzaban a tapizarme la cara mi
boca abierta gritando, solo que mis oídos no escuchaban… mis sentidos estaban
bloqueados, todo en mi estaba bloqueado por el momento.

Eran reacciones involuntarias.

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Mi mente masoquista comenzó a imaginarse a Tanya y a Edward en su acto de “amor”… las
manos de el recorriendo cada centímetro de la piel de ella, sus bocas unidas, la textura de
su lengua, todo.

-¡¡MIERDA!!- volví a gritar mientras que mi garganta se ahogaba con un sollozo.

No sé en qué momento comencé a destrozar todo lo que tenía a mí alrededor, árboles,


rocas, troncos, todo.

El ruido que hacían al romperse era lo único que me sacaba de mi estado zombi.

Termine rompiendo el paisaje tal y como habían hecho con mi vida.

Seguí haciendo mi tarea mientras comenzaba a sacar todo lo que tenia dentro.

Odio.

Rencor.

Resentimiento.

Asco.

Traición.

Amor.

Todo esto era una mierda.

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Me volví a dejar caer en el suelo mientras que mi boca sacaba sollozos involuntarios, me
habían arrebatado mi humanidad, mi corazón, mi razón para seguir viviendo. Mi mundo
había quedado vacío, yo misma había quedado vacía.

Y me perdí.

Cerré los ojos y me ahogue en mis pensamientos deseando estúpidamente morirme, nada a
mi alrededor importaba, no importaba que el sol saliese no me importaba que la nieve me
tapizara no me importaba que algún maldito animal salvaje me comiera –Que eso por igual
sería imposible- Ya nada importaba.

Mi mente recordó todo lo que había sucedido, desde su regreso hasta el día de hoy, el dolor
de la conversación que solamente era comparable con el dolor que Tanya, Victoria y
Anthony me habían hecho sentir. Aquel beso que se dieron en el aparcamiento de la
escuela, aquella promesa rota de olvidarlo, todo. Mi mente recordó todo.

Las expresiones, los gestos, las caras, todo…. Jodidamente todo…

Estaba tan inmersa en mis pensamientos sobre mi maldita existencia que no sentí unas
pequeñas manitas tocándome la cara.

-Bella.- La tintineante pero aun así preocupada voz de Alice me trajeron de nuevo a la
maldita realidad.

-Bella contéstame- Volvió a suplicar mientras que mis ojos se abrían lentamente.

-Isabella contéstame.- Rogo mientras que mi vista enfocaba su pequeño rostro, su pelo
puntiagudo, sus finas facciones… dios… Alice era más hermosa de lo que yo había visto
como humana… todos eran mucho más hermosos.

-Jazz ayúdame.- Suplico viendo por encima de mi mientras que el vampiro rubio y
extremadamente misterioso se acercaba a mí.

-¿Bella? ¿Estas bien?- Susurro con voz suave mientras que sus manos me tomaron de la
cara.

297
Yo no me moví.

Jamás lo había notado, independientemente de su hermosura Jasper estaba lleno de


cicatrices, de mordidas… igual a la que James me había dejado a mí en mi muñeca… solo
que él estaba lleno de ellas.

-Estoy bien.- Logre murmurar mientras que me ponía de pie.- ¿Qué hacen aquí?- Pregunte
con voz apagada mientras que me sacudía la nieve de la ropa, no quería verlos a los ojos…
aunque claro no serviría de nada ya que Jasper podría sentir mi estado de ánimo que al
parecer le estaba afectando ya que tenía una mueca de dolor en su bello rostro.

-Tuve una visión.- Contesto Alice mientras que en sus ojos no se veía más que pura y
completa lastima.

-Estoy bien Alice. No quiero lastima, no quiero nada. Yo estoy bien.- Dije para que ella me
creyera… pero una parte de mi también intentaba convencerse de esas palabras.

-Aun siendo vampiro sigues siendo una terrible mentirosa ¿Lo sabías Bella?.- Comento
mientras que su cabecita se hacia a un lado observándome.

-¿Y que se supone que tengo que hacer? ¿Lamentarme por todo lo que ha sucedido?
¿Perdonarlo por haberse acostado con Tanya?, lo siento Alice pero no puedo, no estoy
diciendo que jamás en mi vida lo vaya a perdonar solo estoy diciendo que por el momento
no puedo.- Conteste mientras mi mirada vagaba de un lado a otro evitando los ojos de mis
acompañantes.

-¿Entonces? ¿Qué piensas hacer?- Pregunto mientras que su voz tomaba un matiz tristón.

Me encogí de hombros.

-¿Te vas?- Susurro mientras daba algunos pasos y quedaba frente a mí. Jasper estaba en
silencio, la tristeza era tangible en sus ojos.

-Es lo mejor.- Conteste mientras abrazaba a Alice.

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-Pero todavía ni sabes la verdad completa.- Chillo en mí oído mientras me apretaba más
contra ella.

-Lo sé, pero con lo que me han dicho hasta ahora es más que suficiente Alice… por favor
compréndeme.- Murmure mientras que los sollozos luchaban de nuevo por salir de mi
boca.

-¿A dónde iras? ¿Y Charlie? ¿Y Reneé? ¿Y nosotros Bella? ¿Y mi hermano?.- Continúo con
su voz entrecortada mientras que su cuerpecito temblaba por los sollozos.

-Alice por favor, no me lo hagas más difícil. Voy a regresar, solo necesito tiempo.- Conteste
en un tono de voz bajo.

-Nosotros iremos contigo- Dijo con voz triste mientras que se separaba de mí y ponía su
pequeño bolsito de lado.

-No, la familia y sobre todo Edward los necesita. Charlie también Alice, por favor. Yo estaré
bien.- Rogué, no quería que los Cullen se separaran por mi culpa.

Nos quedamos en silencio por algún tiempo viéndonos a los ojos, ella sabía que yo tenía
razón, ella sabía que no podía dejar así abandonada a la familia solo por mí. Y algo dentro
de mi cuerpo me decía que yo también necesitaba un tiempo sola, necesitaba pensar y
recapacitar todo.

-De acuerdo.- Por fin hablo después de algunos momentos más de silencio.

-Nosotros te llevamos al aeropuerto.- Hablo Jasper, su voz hizo que diera un pequeño
brinquito, se escuchaba seria y triste. Y no era por el ambiente, era porque él iba a ser uno
de los que más sintieran mi partida.

-¿Y los humanos?- Volvió a preguntar Jasper a Alice.

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-Ella estará bien. Tiene un autocontrol impresionante.- Susurro mientras buscaba en su
bolsita un pequeño celular plateado, lo abrió y tecleo unos números. Se puso a hablar en
francés mientras que nos hacía con una seña que la siguiéramos.

Nos echamos a correr.

Mi mente estaba cansada, mi cuerpo tenia energía de sobra pero mi mente pareciese
querer descansar por mucho tiempo, el dolor me inundaba cegándome por completo. Era
algo a lo que para mi desgracia ya me había acostumbrado.

Y algo con lo que tendría que vivir siempre.

Sabía que necesitaba algún tiempo alejada de ellos, todos necesitaban entenderlo. Todo
esto era demasiado para mi, ¿De cuantas maneras puedes romper a un corazón y esperar
que siga latiendo?.

Amaba a Edward, independientemente de lo que hubiese sucedido lo amaba más que a


cualquier cosa que pudiese o quisiese necesitar. Pero necesitaba espacio, el y yo por el
momento no podíamos estar juntos, no después de lo que había sucedido. No después de
todo esto.

Esperaba que el me pudiese amar de regreso, tal y como yo lo hacía.

Y seguí corriendo, consciente al 100 % de lo que hacía, consciente de que me alejaba por mi
propio bien y por el suyo. Sabía que nos lastimaba a los dos en esta decisión pero
necesitábamos la distancia y el tiempo para poder arreglar esto.

Independientemente de eso siempre sabría que él había estado con Tanya, lo sabía y
entendía… pero jamás se me quitaría de la mente de que eso fue traición. Jamás podría
verlo de una manera diferente.

Ninguno de los volveríamos a ser los mismos.

No quería pensar demasiado en lo que estaba haciendo por temor a luego arrepentirme,
por temor a regresar a ser la Bella inocente, por temor a que me lastimaran mas. Cerré mi

300
mente a todo tipo de pensamientos mientras me dejaba llevar por el movimiento a mí
alrededor.

Seguía teniendo miedo.

Mis conocimientos respecto a la vida vampírica eran lo más básicos, cosas que Edward me
había contado a lo largo de nuestra “Relación” si se podía llamar de esa manera. Sabía que
la sangre humana era como decía el “El canto de las sirenas” y que era casi imposible parar
una vez que probabas la sangre humana, sabía que era difícil a acostumbrarse a estar entre
ellos y sabia que se necesitaba de un autocontrol impresionante para no atacar a la gente
que te pasaba de lado. Pero las palabras de Alice me habían tranquilizado lo suficiente
como para creer que todo estaría bien, o eso era de lo que mi mente se había convencido al
final.

El dolor era tan grande que no habría una palabra en específico para describirlo, tenia
aquella sensación que solamente estaba en esta vida por estar, no porque realmente tuviese
algo que hacer. Ya había vivido lo que necesitaba, había sufrido lo que me merecía… pero al
parecer estaba pagando extras de mis acciones porque el sufrimiento era más grande que
cualquier otra cosa, y así seguiría por toda mi existencia.

Delante de mi iban Jasper y Alice, los dos tomados de las manos en un cómodo silencio,
eran perfectos el uno para el otro, los dos se complementaban. ¿Por qué mi historia de
amor no pudo ser así? ¿Por qué me toco sufrir de esta manera? ¿Por qué no pude dejarlo
ir?.

Suspire mientras aumentaba el ritmo de mis pasos, necesitaba sentirme alejada de ahí,
necesitaba sentirme segura. Sabía que Edward se enojaría con mi pequeña amiga y con mi
hermano en cuanto se enterara de lo sucedido, pero era un riesgo que debería de tomar. El
sabía perfectamente que lo necesitaba.

Un olor demasiado dulce y demasiado apetecible me llego a la nariz, era algo que jamás en
mi vida había olido, algo que era deliciosamente apetecible, a su lado el sabor y el olor de la
sangre de aquel puma eran un asco.

-Bella, estamos cerca de la ciudad. Tranquila.- Murmuro Jasper mientras que bajaba su
ritmo y se ponía a la par de el mío. Una de sus manos me toco el hombro y me mandaron
olas de tranquilidad.

301
La garganta empezó a arderme.

-¿Segura que estará bien Alice?- Musito Jasper que notaba mi estado alocado y violento.
Todo se escuchaba demasiado lejano, ese olor comenzaba a hacer estragos en mi sistema
nervioso.

-Isabella.- Nos paramos en seco.

Alice tomo mi cara con sus dos pequeñas manos y la bajo a su nivel para que pudiera ver
sus ojos.

-Escúchame muy bien, tienes todo para lograr esto ¿De acuerdo?. No lo pierdas Isabella,
esto es una prueba para tu autocontrol , lo puedes lograr, lo he visto. Ten.

Me entrego un pequeño paquete de lentillas. Yo la mire interrogativa.

-Póntelos, te los tendrás que cambiar cada dos horas. Tu vuelo es de 10- Me entrego la
bolsita que traía sobre su pecho.- Aquí hay otros 7 paquetes, póntelos en cuando se
disuelvan, no pierdas tiempo. Toma todo el aire que puedas ahorita y en cuanto subas al
avión no respires y si lo haces has lo menos posible. Aquí también hay una tarjeta de
crédito y un pasaporte falsificado.

Mientras hablaba me puse las lentillas que eran de color café, Jasper me tendió su
sudadera blanca, me la puse encima. No había notado que tenía todo el cabello lleno de
hojas y tierra. Me lo recogí en una coleta con una liga que Alice me tendió, me colgué la
bolsita de lado y nos pusimos a correr. Estaba nerviosa.

No sabía qué hacer respecto a lo de los humanos.

Entramos a la ciudad de Vancouver, aun era de noche pero se empezaban a ver los
manchones anaranjados en el horizonte, estaba a punto de amanecer. No había nadie por
las calles así que corrimos lo más rápido que pudimos hacia el aeropuerto. Yo ya había
tomado aire suficiente y no respiraba, sabía que si lo hacía todo se vendría abajo. Aquel
tenue olor dulzón que había olido en el bosque era casi irresistible.

Llegamos al aeropuerto 20 minutos antes de que mi vuelo saliese

302
Y aquí era… mi despedida.

Todo aquí se acababa.

Llegamos con paso humano hacia la barra de vuelos, Alice fue directo hacia una señorita
quien le entrego un boleto, regreso donde Jasper y yo estábamos. Caminamos juntos en
silencio hasta la entrada a los vuelos internacionales.

Me gire para encararlos.

Alice y Jasper me observaban con ojos tristes, los dos tomados de la mano. Mi familia… los
extrañaría… lo sabía perfectamente pero necesitaba tiempo.

-¿Y bien?...- Susurre- ¿A dónde me mandas Alice?.

-Llegaras a Florencia… de ahí tomaras un automóvil y iras directo a Volterra… ahí


entenderás todo Bella. Cuando llegues haya pide hablar con Aro, Marco y Cayo… cuéntales
tu historia. Ellos entenderán tus razones. Carlisle hablara con ellos no te preocupes.-
Murmuro mientras me abrazaba con fuerza.

-Te voy a extrañar.- Susurro en mi oído.- tu reviendras à mon amour

-¿Qué significa eso?- Pregunte con incredulidad. Yo no sabía francés.

-Lo descubrirás luego, Edward manda decirlo.- Contesto mientras que me separaba de ella
lentamente.

-Suerte.- Murmuro Jasper cuando me abrazo- Espero verte pronto…

-Yo también.

303
Di un paso hacia atrás, el dolor de mi huida era algo que no se podía decir con palabras,
una parte de mi corazón si no es que toda se quedaba junto con ellos, con mi familia.

-Cuida a Charlie por favor. Igual a Jake… dile a todos que lo siento… y dile a Edward que lo
amo.- Susurre antes de darme la vuelta y caminar hacia el túnel.

-El dice lo mismo.- Creí escuchar… pero ya estaba demasiado lejos para asegurarme.

Camine lentamente hacia el avión.

Cada paso que daba era un pedazo de mi corazón.

Cada paso que daba mi cuerpo lo extrañaba mas.

Cada paso que caminaba hacia que la distancia fuera más que bastante.

Cada maldito paso que daba hacia que el sufrimiento fuera más grande.

-Te amo…- Susurre deseando fervientemente que el viento le llevara mis palabras a sus
oídos.

Todo esto era un cambio… todo esto tenía que quedar en el olvido.

Me senté en el asiento de primera clase pegado a la ventanilla mientras que veía como las
luces de el aeropuerto y la ciudad desaparecían bajo de mi.

“Pasajeros con destino a Florencia Italia… estaremos por haya en 10 horas


aproximadamente, esperamos que disfruten su vuelo”

Todo esto esperaba que fuera un nuevo comienzo.

Y con ese último latido… lo tuyo y lo nuestro ya no tenía sentido.

304
Capítulo 25: "Una Promesa Eterna Parte I..."
La paciencia termina por agotarse, los recuerdos siguen corriendo en la mente… el amor
jamás se acaba, el corazón aunque muerto este sigue latiente.

Bella POV

1 AÑO DESPUES.

-Bella detente- Sollozo mientras que a una velocidad inhumana se ponía delante de mí
para impedirme el paso.- Necesito explicarte todo… por favor.

-Déjame- Murmure con voz entrecortada mientras que mis manos formaban dos puños

-Bella necesitamos hablar- Rogo, el dolor en su voz era más que tactible pero eso a mí ya
no me importaba. El ya no me importaba.

-No vamos a hablar de nada Edward. ¿No puedes entender que yo ya no te quiero en mi
vida? ¿Qué me has lastimado ya lo suficiente? ¿Qué aparte de quitarme el corazón me
arrebataste mi humanidad?. Déjame, por favor te lo pido por última vez. Déjame sola.

Cerré los ojos ante el recuerdo. Mi corazón muerto empezó a doler al recordar aquellas
palabras, aquella platica que no habíamos terminado hacia ya un año.

Un suspiro escapo de mis labios mientras que una ráfaga de viento me azotaba el rostro.
Mis ojos aun cerrados picaban por las lágrimas que inútilmente mis ojos deseaban poder
dejar salir. Dios… como deseaba ser humana de nuevo.

El dulce sabor de la sangre animal me llego a la garganta, mi cuerpo se puso en forma


automática en posición de ataque mientras que mi boca empezaba a saborear la ponzoña
que resbalaba por mi paladar.

305
Mi cerebro ya estaba acostumbrado a esto, desde hacía ya un año me había acostumbrado
a el mismo sabor, en todo este tiempo mi vida había dado un cambio tan radical que si yo
no lo hubiese vivido jamás lo hubiese creído.

¿Alguna vez han escuchado la expresión "El tiempo se pasa volando"?, Pues bien,
justamente mi vida es así, el tiempo, los segundos, minutos y horas se han pasado con una
rapidez indefinida, todo a mi alrededor cambia en un instante sin yo poder
acostumbrarme. Mi vida tal y como yo la conocía había cambiado completamente desde
aquel día en el aeropuerto. Mi memoria repasaba segundo a segundo aquel día, todo lo
ocurrido. Sus rostros, sus alientos, los sentimientos que tenía a flor de piel y que presiento
qué aun siguen existiendo.

Aquel bizarro día en que todo sucedió me vi perdida en una espiral sin caída concreta, solo
veía que cada vez me adentraba mas y mas en lo que ahora podía llamar "Vida". Tal vez mi
actitud estuviera un poco más madura, como diría Cayo… pero en mi interior todo seguía
igual, el dolor era tan palpable que se me hacia extraño que no lo pudiesen notar. Mi
corazón muerto aun tenía la esperanza de poder latir con el simple hecho de conjurar su
nombre. Noche tras noche durante todo este año lo había recordado, sus ojos, su voz
aterciopelada que por momentos la podía escuchar en mi oído, su aliento golpeándome el
rostro y ese inconfundible aroma suyo.

Y ahora al paso del tiempo mi cuerpo y mi mente desean cada vez mas verlo, algunas veces
mi imaginación inmortal juega tan endemoniadamente conmigo, lo veo en todos lugares,
tras un árbol, en algún cuarto de el castillo donde por el momento me estoy quedando, en
el cuerpo de alguno de mis compañeros, en algún humano transeúnte que se pasea
libremente por Volterra. Mi mente desea tanto volver a verlo.

Al llegar aquel día a Volterra Jane y Alec me habían llevado directamente con Aro, Marco y
Cayo. Les explique las razones de el por qué había huido y para mi poca suerte Carlisle ya
les había telefoneado para explicarles que yo iba a llegar. Ellos me dieron la bienvenida y el
tema de mi huida de Forks quedo zanjado aquel día. Nadie jamás lo volvió a tocar pero eso
no quería decir que no lo pensasen.

Mi trato con los humanos fue paulatino, no dudaba ni un momento de mi autocontrol ya


que había pasado más de diez horas en un vuelo lleno de vivos y su indiscutible olor
pegándome en las fosas nasales, pero era tan grande el vacio que tenia que no me di cuenta
de nada, la garganta me ardía si… pero el dolor de el corazón era aun mas grande. Mi
relación con todos los de la guardia siempre y hasta ahora ha sido muy cerrada, no es que
no quisiese hablar con ellos sino que simplemente las palabras, los pensamientos
coherentes, mis actitudes, sentimientos… todo… simplemente todo se había borrado aquel
día en que había abierto mis ojos a este nuevo mundo.

306
No me quejo de la vida inmortal, era simplemente algo que yo ya sabía de antemano. Mis
movimientos eran más rápidos, mi mente trabaja al cien por ciento y hasta había
encontrado que tenía un don. Era un escudo.

Aro me rogaba porque me uniese a la guardia, yo siempre me negaba. En varias ocasiones


había escuchado ,a aquel al que su nombre hacia quemar mi garganta de tan solo repetirlo,
decir que la guardia de los Vulturis era algo de otro nivel, era como meterse en las grandes
ligas referente a la vida vampírica. Yo lo había comprobado.

A lo largo de este año vi desfilar a un sinfín de rostros humanos por los pasillos de aquel
castillo, al principio mi mente no podía soportarlo y para el bienestar de todos Heidi me
avisaba cada vez que habría banquete para yo poder salir eh ir a dar alguna vuelta por los
alrededores, como lo estaba haciendo en este mismo instante.

Jamás compartí el deseo que ellos tenían por la sangre humana, si olía deliciosamente
bien, pero yo intentaba por todos los medios que tenía que dejar de ser un mounstro. Por
fin comprendía cómo era que la familia Cullen se sentía.

También durante todo este año Alec y Demetri me han enseñado defensa personal en un
burdo intento de sacarme de mi estado depresivo, había aprendido lo suficiente como para
que ningún vampiro o humano se me acercara, pero mi actitud ahí seguía. Yo y mis
actitudes nos acoplábamos realmente a lo que era un vampiro. Un muerto en vida.

Sus palabras aun quedaban penetrantes en mi mente, mi masoquismo hacia que me las
repitiese una y otra vez a cada minuto de el día. Los dos habíamos cometido demasiados
errores, los dos habíamos matado lo que los dos habíamos construido.

Algo dentro de mi me pedía verlos, a él y a toda su familia. Hacía ya un año que no veía
aquellos rostros indiscutiblemente bellos, hacia un año que no veía a Charlie o a Jake…
hacia un año que mi vida había terminado por completo.

Mi mente vagaba hacia varios lugares… mil preguntas se formulaban pero ninguna obtenía
respuesta, yo misma había bloqueado cualquier cosa que pudiese hacer el dolor más fuerte
de lo que ya era. Como había dicho cuando era humana… me termine acostumbrando.

Para algunas personas esta actitud mía hubiese sido completa y totalmente
sadomasoquista, los mismos miembros de la guardia lo decían… y aunque no lo dijeran en

307
voz alta se les podía ver en sus ojos cuando me veían deambular inconscientemente por las
noches en los corredores de aquel castillo, ir de aquí para allá, paseándome bajo los
ventanales que dejaban entrar la luz de la luna.

Hasta el momento no había entendido completamente bien el porqué de mi cambio, no


había entendido como es que Victoria, Tanya y Anthony habían muerto, no había
comprendido como me habían salvado… en si no había comprendido nada desde hacía casi
un año seis meses. Mi vida desde que el me abandono había sido un completo desastre.

Lo único que si comprendía completamente era que yo había cambiado, mi mundo y como
lo conocía habían dejado de existir, yo misma había dejado de existir.

Isabella Swan estaba muerta. Y yo simplemente era el fantasma de lo que algún día fui.

-No- Murmure-No me toques.

-Bella, tengo que explicarte…- Comenzó pero yo lo corte.

-No tienes que explicarme nada- Dije viéndolo directamente a los ojos mientras el dolor de
mi cuerpo se hacía más extenso.

-Por favor… solo déjame explicarte- Sollozo mientras suavemente caía hincado al lado de
mi cama.

-No… -Volví a murmurar mientras sentía que mi corazón ya inexistente dolía.

¿Se puede que un corazón destruido se pueda volver a juntar y aun así duela?.

Mis manos se aferraron con más fuerza al cuello de el león de montaña que yacía frente a
mí ante el recuerdo. Había estado cazando hacia ya un buen rato, según mis cálculos
tendría que regresar ya a el castillo. Aro tendría una junta con todos nosotros referente a
algo importante. Como había dicho anteriormente, yo no era de la guardia pero cuando
Renata o algún otro escudo se tomaba vacaciones yo tomaba su lugar. No era tan divertido
como parecía.

308
Relamí mis labios en un intento de limpiar la sangre que resbalaba de mi boca. Había
perfeccionado mi método de caza hasta el punto que podía llevar vestido blanco y tacones y
salir sin una sola gota derramada. Eso es lo que sucede cuando tienes una inmortalidad por
delante y nada que hacer por las noches.

Con una de mis manos avente el cuerpo ya muerto de aquel animal, aunque sabía que era
mi naturaleza aun no me acostumbraba de el todo. Cada vez que mataba a algún animal y
que este me observaba segundos antes de morir directo a los ojos me sentía como un
completo y total mounstro.

Me arregle el vestido. Heidi siempre me molestaba diciéndome que debería de sacar mis
atributos. Era como una Alice en potencia. Aunque en realidad lo que menos me importaba
en mi vida era la ropa, por mi podría llevar unos jeans y una playera… todo me daba igual
en ese momento.

Comencé a correr por el bosque, corría lo más rápido que podía ya que tendríamos una
junta en el castillo, como antes ya había mencionado. Realmente no sabía el porqué Aro,
Marco y Cayo me querían presente, no era que yo hiciese una gran diferencia al estar ahí,
los escudos estaban completos y yo era a la ultima a la que le interesaba escuchar como
cuando y donde era que iban a matar a algún clan enemigo, porque por lo general para eso
eran ese tipo de juntas.

Manchones verdes pasaban a mis lados, la luna alumbraba mi piel dejando que algunos
destellos salieran provenientes de ella, el aire estaba frio y húmedo… casi como si
estuviésemos en Forks.

Forks…

Aquella palabra trotaba libremente por mi mente. Ansiaba tanto regresar a ese lugar,
verlos a todos y abrazarlos a cada uno de ellos. Saludar a Charlie y a Jake… volver a ser la
misma Bella de antes… la misma que era antes de que aquel ángel de ojos dorados me
abandonara… ¿Los sueños se podrán cumplir?... eso esperaba realmente… regresar el
tiempo y evitar que todo esto pasara.

A lo largo de este año mi vida había sido… vacía. Nada a mí alrededor tenía sentido alguno.
Casi casi me sentía en alguno de esos episodios de televisión en la que el adolescente está
en una etapa de eufanismo e insensibilidad.

309
Mil recuerdos azotaban mi mente sin que yo lo desease. Una clase de biología y una mirada
asesina, un claro y un beso, una graduación y una promesa…. De ahí todo se volvía
realmente confuso. Un día había escuchado a Rose decir que si pensabas demasiado en tus
recuerdos humanos estos no se olvidaban… los míos no se han borrado, claro que los
recuerdo… simplemente duele cuando alguno llega a la mente.

Mis piernas se movían cada vez más rápido, mi nariz capto el olor de los míos por el
camino en el que yo corría. Enserio que toda esta supuesta "Junta" con mis superiores me
cansaba.

Sentí a alguien corriendo a un lado mío y un olor para nada conocido inundo mi nariz , al
instante me detuve, agazapada y lista para atacar. Odiaba encontrarme con vampiros
nómadas porque eran los más agresivos. Alec y yo ya habíamos tenido varios
enfrentamientos con algunos de ellos por intentar llegar hasta el castillo. Eran tan
inmaduros pensando que podrían salir con vida.

Un gruñido sordo salió de mi boca en el instante en que sentí aquella presencia más cerca
de mí.

-¿Quién eres?- Masculle mientras que la comisura de mis labios se curvaba hacia arriba y
dejaba ver mis colmillos.

-¿Bella?- Susurro una voz masculina.

-¿Quién eres?- Volví a gruñir mientras que me agazapaba aun mas.

-¿Bella eres tú?.- Dijo aquella voz con un deje de asombro.

-¿Quién demonios eres?- Pregunte con desesperación, estos jueguitos no me gustaban.

-Soy yo… Carlisle.- Contesto aquella voz que en ese instante hizo hueco en mi mente.

Carlisle… Carlisle… ¿Carlisle?....

310
Mi cuerpo se tenso pero abandone la posición de ataque. ¿Carlisle?... no podía ser cierto,
mi mente me estaba jugando otra de sus tantas tretas. Ellos jamás estarían aquí, ni Rose, ni
Esme, Ni Alice, Ni Jasper, ni Emmet… ni el… no, el no podría estar aquí. Todo esto era un
jodido sueño, todo esto era otro juego de mi imaginación.

-¿Bella… eres tú?- Volvió a preguntar aquella voz mientras que su rostro aparecía frente a
mí. Era… era Carlisle.

-¿Carlisle?- Susurre en medio de un sollozo seco. Los ojos comenzaban a picarme. Tal vez y
solo tal vez… todo esto no era un sueño… el si estaba realmente aquí.

-Bella hija…- Murmuro antes de acortar la distancia y abrazarme. Mis brazos colgaban
inertes a mis lados mientras que todo a mí alrededor comenzaba a dar vueltas. Esto no
podría estar pasándome… el… no ellos no podrían estar aquí ¿Cierto?. Seguramente todo
esto era una imaginación mía y en el momento en que abrazaba a Carlisle este
desaparecería.

-Bella… no sabes cuánto te hemos extrañado.- Me susurro en el oído mientras que sus
manos aferraban mas mi espalda.

Yo no conteste.

No encontraba mi voz, esto era un sueño. Era una jodida imaginación, era… era… era
simplemente irreal.

Mis manos se movieron suavemente a su espalda mientras que mi rostro se enterraba en


su hombro aspirando su delicioso aroma. Dios… cuanto lo había extrañado. Mi memoria
no le hacía justicia, era aun más bello que como lo recordaba.

Los ojos me empezaron a picar mientras que las rodillas me temblaban, algo muy poco
natural en los de mi especie, sollozos secos salían de mi boca mientras que abrazaba a
Carlisle un poco más fuerte.

El era real…

311
Todo a mi alrededor pareció desaparecer por algunos instantes, de lo único de lo que
vagamente estaba consciente era de que tenia a Carlisle abrazándome… ¿Esto era real? ¿El
no desaparecería como todas aquellas imaginaciones mías?.

Mil preguntas rondaban mi cabeza esperando silenciosamente ser contestadas. La emoción


que recorría mi cuerpo sin vida era incomparable. Carlisle estaba aquí… el estaba
realmente aquí.

Mi mente quiso hacer uniones… mis esperanzas de volverlo a ver nacieron en mi corazón
muerto, pero yo las ahogue de inmediato. Yo había cambiado demasiado este último año.
No pensaba igual, mis actitudes como anteriormente había dicho habían desaparecido…
dejando solo el fantasma de lo que en algún momento de mi vida logre ser.

Yo lo amaba… si… pero ¿Aun podríamos estar juntos?.

Carlisle se separo lentamente de mí tomándome por los dos hombros. Su mirada jamás
dejo mis ojos, me escuradriñaba admirado. Casi se podía decir que en sus ojos había
orgullo… solamente que no tuve tiempo de razonarlo, el desvió la mirada hacia atrás de mi
hombro.

-Estas… aquí…- Susurre aun atónita… todo esto parecía una fantasía.

-Bella. Jamás pensé encontrarte por aquí. ¿Cómo has estado hija? ¿Qué has hecho?.-
Pregunto emocionado.

-¿Qué haces aquí Carlisle?- Murmure entrecortadamente mientras que desviaba la mirada
hacia mis zapatos.

Todo se mantuvo en silencio por algunos segundos. No quise voltear a ver a el hombre
frente a mi… simplemente no podía.

-Vine porque Aro me llamo… habrá una junta de clanes porque tenemos que discutir
algo…- Contesto mientras que podía notar como su voz bajaba cada vez mas de tono.

-Oh…- Conteste mientras que jugueteaba con mis manos.

312
-Estoy… tan feliz de verte.- Dijo con emoción en la voz.

-Yo también…- Conteste en un susurro bajo mientras que mi mirada volvía a enfocar su
rostro.

-Vamos… tenemos que ir al castillo.- Sonrió mientras me tendía la mano y yo la tomaba


tímidamente.

-¿Cómo has estado este ultimo año?.- Pregunto con alegría mientras caminábamos hacia la
entrada de Volterra.

Yo me encogí de hombros, aun no podía creer que Carlisle estuviese aquí… estaba por
dentro que explotaba de la emoción, solo que aun estaba demasiado atónita como para
demostrarlo.

-Por lo que veo sigues igual de tímida.- Dijo con dulzura en su voz mientras que le daba un
suave apretón a mi mano.

-Solamente estoy impresionada de que estés aquí…- Y era la verdad, mi mente aun creía
que si me volteaba un poco iba a desaparecer.

Todo se quedo en silencio, mi mirada aun estaba en mis zapatos y un estremecimiento


innecesario paso por mi espalda.

Carlisle estaba aquí… el realmente estaba aquí.

Algo hizo click dentro de mi cabeza.

-¿El viene contigo?- Pregunte en un jadeo mientras que mi mirada se conectaba con la
suya.

El asintió.

313
-Es junta de clanes, tenemos que estar todos aquí, solo que el llegara mañana por la
mañana. Yo vine antes porque Aro quiere hablar con los jefes de los clanes antes que con
los clanes completos.- Sus ojos se tornaron tristes al ver la expresión en mi rostro.

-¿Por qué nadie me lo dijo?- Murmure para mí misma mientras que un gruñido sordo se
empezaba a formar en mi pecho.

-Ellos estuvieron de acuerdo en que yo te lo dijera cuando llegara.- Contesto.

Me detuve ipso facto esto no podía estar pasándome. Yo aun no estaba realmente lista para
volver a enfrentarme con aquellos ojos dorados y pelo broncinio… yo aun estaba
demasiado lastimada, aun no le había perdonado del todo.

Me zafe de la mano de Carlisle y me senté en medio del campo. Tome mis piernas con mis
dos manos mientras que escondí mi rostro en ellas.

"Esto no está sucediendo… esto no está sucediendo" me repetía internamente intentando


hacer que esas palabras hicieran un cambio, solo que por desgracia no causaron nada.

-Bella.- Carlisle susurro mientras se acuclillaba frente a mí y tomaba mi rostro entre sus
dos manos.- Tranquilízate. No tienes que verlo si no quieres, esto va a pasar en la medida
en que estés lista. Yo no te voy a obligar a nada, por eso vine antes. Para poder hablar
contigo.

Mi cabeza me daba vueltas y todo a mí alrededor se hacía nebuloso, era casi como ser un
humano de nuevo. Aquel nudo en el bajo vientre y aquel llanto tragado en la garganta eran
los que mi cuerpo más resentía. ¿Por qué justamente ahora? ¿Por qué?.

-Sh… todo va a estar bien.- Susurro aquel hombre que brillaba casi como el sol frente a mí.

Un sollozo salió de mi boca.

Y en ese momento… más que nunca desee poder dormir, desee que todo esto fuese un
sueño y que amanecería en mi cama en Forks… deseaba tanto que mi vida regresara a ser
la de antes.

314
Más sollozos secos se quedaron en mi garganta. Mis ojos se elevaron hacia el cielo que
estaba tapizado de estrellas. ¿Por qué no podía ser una de ellas?... allá arriba todo era tan…
fácil.

-Bella… Vamos, se nos hace tarde.- Dijo Carlisle mientras que me ayudaba a ponerme de
pie.

-Lo siento.- Susurre mientras que mis manos temblaban involuntariamente.

Caminamos en silencio, era lo mejor. Mi mente era un verdadero revoltijo en esos


momentos. Mil flashbacks se venían a mi mente. Uno tras otro sin dejarme respirar.

-Humm… Bonito buque… aunque yo te hubiera escogido lilas.

Me sobresalte… y me quede congelada.

-Bella, necesito hablar contigo…

..............................................................

-Bella- Murmuro con voz enojada- Nunca, me escuchaste, nunca en tu vida vuelvas a
hacerme esto.

-¿De qué hablas?- Luche porque mi voz no dejara ver el temblor que ahora me recorría
todo el cuerpo.

Se acerco un poco más a mí.

-No vuelvas a desaparecer de esa manera- Sus ojos llamearon.

Me quede en silencio. No sabía que responderle. De lo único de lo que era consciente era
de la gota de sudor que me surcaba la nuca y del temblor que me recorría entero el cuerpo.

315
-¿Por qué te fuiste?- Pregunto expectante.

Negué con la cabeza.

-Dímelo- Dijo demandante.

Negué con la cabeza una vez más.

-Ahora- Susurro tan cerca de mí que su aliento dulce me golpeo la cara.

-Felicidades por tu boda- Dije con tono casual y un intento de sonrisa en los labios, pero
esa alegría no me subió a los ojos.

….......................................................................

Sentí a alguien cerca de mí, me tense en ese instante.

-¿Quién está ahí?- Dije con voz temblorosa.

Pero nadie me contesto…yo ya me empezaba a desesperar, mil imágenes se me vinieron a


la mente… podría ser cualquier persona… incluso Victoria… temblé al pensar en su
nombre.

Sentí a ese alguien frente a mí, y de pronto dos manos me tenían pegada a la pared… no
sabía quién era, solo escuchaba su respiración…

Estaba a punto de gritar cuando unos labios me callaron.

Me quede congelada, pero luego me deje llevar, ese beso era diferente, esos labios yo los
conocía. Nuestras lenguas hicieron una danza salvaje mientras yo enredaba mis manos en
su cabello y él me tomaba por la cintura con una mano apretándome contra él mientras
que con la otra se detenía de la pared. Esta fue la mejor sensación de mi vida, era el mejor

316
beso que había tenido, su lengua delineaba mi labio inferior mientras que la mía hacia lo
mismo. Sus manos recorrían mi espalda y un gemido lento salía de su boca, esto hizo que
me pegara más a él y que profundizara mas nuestro beso hasta casi dejarnos sin
respiración.

Me perdí de nuevo en ese beso, sabía que este estaba llegando a su fin… así que lo
aproveche a como pude, aferrándome más a él, lo sentía venir, mordí suavemente su labio
inferior y se separo de mi, podía escuchar su respiración entrecortada, una sonrisa
apareció en mi rostro..

Me soltó y suspiro cerca de mi oído.

-Ese es un beso verdadero- Dijo con su voz aterciopelada antes de irse.

Ipso Facto me congele, unos segundos después se prendieron las luces. Yo estaba
recargada en la pared hiperventilando y con el corazón latiendo a mil por hora, me deje
caer en el piso y puse mi cabeza entre las rodillas.

-Edward- Murmure.

Instintivamente me lleve una mano a los labios al recordar aquel beso. Recuerdo realmente
bien la sensación de su boca sobre la mía y su agarre en mi cintura. Aquel aliento que me
hacia estremecer de tan solo sentirlo. Dios… como lo extrañaba.

¿Podríamos estar juntos algún día?. Realmente los dos habíamos destruido esto, el por
haberlo empezado y yo por haberlo dejado llegar tan lejos.

Carlisle a mi lado me observaba en silencio, su mirada jamás dejaba mi rostro. Me parecía


que el esperaba que yo tendría algún tipo de ataque, pero no… eso jamás pasaría. Yo había
cambiado, yo me había hecho fuerte, yo era una Isabella demasiado diferente.

Todo nuestro camino hacia el castillo fue en silencio. Sabía que aun no me caía cien por
ciento la idea de que él estaría aquí mañana. No sabía qué hacer, no sabía si lo quería ver o
si necesitaba un poco más de tiempo. Estaba realmente perdida.

317
¿Sería así de fuerte en cuanto lo viera? ¿Podría hablar con él? Es más… olvidándonos de
todo ¿Sería lo suficientemente valiente como para quedarme aquí y verlo?.

Mil y un preguntas se entremezclaban en mi mente en un intento de obtener respuestas.


De algo si estaba realmente segura.

Edward estaría aquí mañana.

Edward… su simple nombre hizo que mi estomago se llenara de mariposas. Mi mente


comenzó a imaginarse cada una de sus facciones. Sus ojos dorados y su pelo broncinio…
sus músculos, su piel… aquellas facciones que eran perfectas.

Mi corazón dolió por milésima vez.

-Bella- La suave voz de Carlisle hizo que regresara a la realidad.

-¿Si?- Susurre. Tenía miedo de romper el silencio tan cómodo que se había formado entre
nosotros.

-Se que eres lo suficientemente madura para tomar tus propias decisiones. Sabes bien que
jamás me he metido en los asuntos de mis hijos y que soy partidario de que cada quien
arregla lo que ha hecho. Pero, por primera vez, te lo ruego no solo como amigo… sino como
padre de Edward, dale una oportunidad de explicarte todo, dale una oportunidad de verte.
Yo sé que esto ha sido demasiado duro para ti… no me puedo ni imaginar la milésima parte
de el dolor que has sentido. Pero yo no puedo ver a dos miembros de mi familia así, porque
tú también formas parte de nosotros, sufriendo de esta manera. Me mata el ver como
Edward se consume día a día. Tu… ¿Es que acaso no te has visto en un espejo?. Necesitan
hablarlo… por favor.- Sus ojos me observaban suplicantes mientras que en su rostro
aparecía una mueca de dolor.

Intente pensar y comprender cada una de las palabras que él me dijo… ¿Me había visto en
un espejo?¿Tanto se notaba mi muerte?¿Tanto daño me había hecho?.

-Carlisle yo…- Murmure.

-¡¡¡Mi querido compañero!!!.- Grito una voz desde la entrada de el castillo. Era Aro.

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-Continuaremos con esta plática más adelante. Solo piénsalo.- Susurro solo para mí y me
dio un suave apretón en la mano.

Yo asentí

-Paz amigo… ¿Cómo has estado todos estos años?.- Contesto Carlisle mientras nos
acercábamos a la puerta del castillo con una sonrisa gentil en su rostro.

-No me quejo.- Sonrió burlonamente mientras que me miraba por un segundo a mí.- Veo
que ya te has encontrado con nuestro diamante en Bruto. Oh Carlisle le he rogado desde
que llego que se una a nosotros… solo que ella no lo desea, aparte de que es "Vegetariana" .
A ver si tu puedes convencerla de lo contrario.

Yo me encogí de hombros. Jamás aceptaría una cosa semejante.

-Cada quien escoge su propio camino Aro. Tú deberías de saberlo mejor que nadie.-
Contesto Carlisle. El tono gentil jamás abandono su voz.

Aro se encogió de hombros.

Caminamos hacia dentro de el castillo. Aro y Carlisle se fundieron en alguna conversación


referente a vampiros, pero mi mente ya se encontraba demasiado lejos de aquí como para
enterarse de algo tan banal como eso.

Mi consciencia aun intentaba entender el hecho de que Edward mañana estaría aquí, de
que después de un año por fin lo vería, podría escuchar su voz, podría…. tocarlo de nuevo.

Mis manos temblaron.

-Bella, si quieres puedes retirarte a tus aposentos. La junta solamente será entre mis
hermanos y los jefes. Gracias por traer a Carlisle hasta acá.- Aro me saco de mi
ensimismamiento con esa sonrisa tan suya.

319
-De Acuerdo.- Dije distante, aun medio perdida en mi mente.

-Nos veremos luego Bella.- Se despidió Carlisle mientras me daba un suave abrazo y un
beso en la frente.- Enserio que me encanto verte de nuevo.

Yo solo asentí mientras que una tímida sonrisa se formaba en mis labios.

Camine con paso rápido hacia mis aposentos. Estos se encontraban en la parte este de el
castillo. Mi cuarto era, si no es que todo, la mayor parte de puro cristal. Solo había una
pared que era de cemento y el piso, todo lo demás era de puro vidrio. Ventanas, techo,
tocador… todo. Supuestamente este había pertenecido a la esposa de Marco, pero ya que
ella había muerto hacía ya mucho tiempo esta habitación no se utilizaba. El al momento de
verme dispuso esta habitación para mi, según el… yo le recordaba bastante a ella.

Al principio sentí que no iba a tener demasiada privacidad que digamos, pero como todo
da hacia el lado este de el castillo, ósea los jardines, por lo general nadie iba por ahí y quien
fuese jamás se le ocurría voltear hacia donde yo me encontraba. Aro había dado esa orden
después de algunos incidentes que se habían presentado con Félix. No era algo a lo que le
diera demasiada importancia.

Entre por las grandes puertas de roble de mi habitación y fui directa al sillón blanco que
daba hacia el ventanal. Aun era de noche y por lo general me gustaba estar ahí, nadie me
molestaba y era completa y totalmente libre de meterme en mis pensamientos sin que me
interrumpiesen.

Tome mis dos piernas y las subí al sillón, las abrace con mis manos y apoye mi cabeza en
las rodillas. La luna aun seguía alumbrándome, mi piel se veía aun más blanca de lo que
por sí ya era.

Mi mente viajo a todos aquellos recuerdos que no quería que me golpearan, que había
evitado por tanto tiempo.

-Te voy a extrañar.- Susurro en mi oído.- tu reviendras à mon amour

-¿Qué significa eso?- Pregunte con incredulidad. Yo no sabía francés.

320
-Lo descubrirás luego, Edward manda decirlo.- Contesto mientras que me separaba de ella
lentamente.

Una vez que llegue aquí a Volterra investigue que era lo que significaban esas palabras en
francés. Tu regresaras a mi amor. ¿Podría ser posible? ¿El estaría seguro de eso? ¿Nos
reencontraríamos en algún futuro?. Mi corazón volvió a doler al pensarlo.

-MM. Bella... te tengo una pregunta...

-Hum… si Alice dime...

Lo pensó durante 1 minuto y luego agrego con voz seria pero curiosa.

-No has pensado…en este... no se... ¿En seguir tu vida con alguien más? ¿Alguien que no
sea Edward?

Pensé mucho en la respuesta... y después de unos minutos conteste.

-No Alice… amo a Edward... con toda mi alma y corazón…-Sentía como un sollozo iba
pasando por mi garganta pero garraspe y lo controle- No creo que vuelva a amar a nadie de
esa manera… y ahora tú ¿Me puedes contestar algo?

-Claro Bella…

-¿Cómo fue que empezó con Tanya?-La voz me tembló en la última palabra.

-Bella, ¿De veras quieres escuchar eso?-Me miro con incredulidad.

Asentí con un movimiento de la cabeza porque era incapaz de hablar sin llorar.

-Bueno...-Comenzó con aire abatido- Cuando nos fuimos de aquí… fuimos a Denalí a
visitar a nuestra familia de haya. Edward no iba muy bien qué digamos. Iba ausente...
como si su cuerpo estuviera hay pero su mente estuviera del otro lado del mundo. Cuando
llegamos, Tanya... que ya tenía mucho interés en Edward desde hace mucho tiempo lo noto
321
así... y empezó a acercarse mucho a él. Un día de pronto, de la noche a la mañana se
hicieron novios, todos pensamos que iba a ser nada mas por el tiempo que estuviéramos
ahí, pero no, ya llevan mucho.

…..............................................................

"Edward me tocaba, por supuesto, no sabes cuantas de esas noches en las que tú estabas
dormida en tu cama llorando porque te había dejado, el me hizo gozar como no tienes una
idea, pero siempre terminaba murmurando tu nombre al final, y algunas veces hasta me
confundía contigo. Pero todo eso quedaba olvidado cuando recordaba que yo había sido la
primera mujer en su vida y tu pronto quedarías borrada del mapa. Por supuesto la estúpida
de su hermana Alice que parece una pixie decía que eso no era cierto y Edward jamás te
traicionaría así. Pero déjame decirte querida, que todo lo que te estoy contando es verdad,
yo si fui la primera mujer en su vida, yo fui a la primera a la que en verdad toco y a la
primera a la que hizo suya y todo fue tan fácil que en algún momento me llego a aburrir.
Los primeros días era como un adolescente lleno de hormonas, lo quería hacer todo el día y
toda la noche, pero, con el tiempo, fue tomando experiencia y dios mío si tan solo supieras
lo bueno que es ahora."

….....................................................................

"Llegue a casa, todos mis hermanos se habían ido de caza y la única que estaba en ese
momento ahí era Tanya, en nuestra habitación. Llegue hecho un desastre, quería matarme
en ese mismo instante si fuera necesario, pero no pude. En vez de eso cometí el error más
grande que jamás pude haber cometido aparte de haberte dejado aquel día en el bosque de
la casa de Charlie. Me… me acosté con Tanya aquel día."

Me puse un puño en la boca para no sollozar.

¿Cómo se supone que dejas pasar todo esto? ¿Cómo se supone que perdones una traición
tan grande? ¿Cómo se supone que ames todavía a alguien que te hizo tanto daño?.

Los sollozos ahogados hacían temblar mi cuerpo mientras que mis manos se aferraban mas
a mis piernas. ¿Es que acaso esto se terminaría algún día?.

Me levante de aquel sillón y fui hacia el closet. Quería bañarme, quería cambiarme de ropa,
quería hacer lo que fuese con tal de que todos los recuerdos se fueran de mi mente.

322
Tome un vestido blanco, era de una tela delgada, casi como si fuera una manta, me
encamine hacia el baño aun con los sollozos atorados en mi garganta. Necesitaba
distraerme porque entre mas lo pensara mas iba a doler.

Entre a el baño, por suerte este si tenía paredes de cemento y no de cristal. Abrí la ducha y
puse la temperatura más alta que alcanzara. Aunque no me quemara quería sentir un poco
de calidez en mi cuerpo.

Me desvestí y me metí. El agua chocando contra mi cuerpo relajo al instante mis músculos,
el olor a mi shampo y a mi jabón de baño hizo que mi mente se despejara un poco, aunque
no lo suficiente como para borrar aquellos recuerdos.

-Bella- Rose me hablo con voz firme- Mírame Bella- dijo con un tono que no se podía
ignorar, así que subí mis ojos bañados en lagrimas y me la encontré cerca de mí, tomo mi
cara con sus dos manos y me vio a los ojos con expresión demandante- Tu eres fuerte,
Dios, no sé cómo has soportado todo esto. Y por eso eres lo suficientemente inteligente
para hacer lo que es correcto, así que escúchame bien- Dio un largo suspiro pero sin
soltarme ni dejar de observarme- Deja a Edward, deja que haga su vida… tu y el ya no están
juntos y te estás aferrando a una idea que no va a suceder. El ya escogió su camino, y me
duele decirte esto, pero no lo va a cambiar… así que solo déjalo ir.

Recargue mi espalda en la pared de azulejos y me deje caer lentamente hacia el piso.

-Isabella- rogo- ¿Realmente lo amas como me amaste a mí?

Sus palabras me golpearon como un guante de box, ¿Era dolor lo que escuchaba en su voz?
Un escalofrió recorrió mi cuerpo dejándome sin aliento, "esto es solo un truco bella… un
truco para lastimarte" me convencí mentalmente antes de girarme hacia él.

-¿Por qué te importa tanto?- Dije con el mismo tono de enojo.

-No me has contestado la pregunta- Volvió a rogar.

Un sollozo volvió a escapar de mi boca. Jamás le conteste esa pregunta, pero creo que la
respuesta era más que obvia. ¿Cómo él podría pensar que yo amaría a otra persona que no
fuera él? ¿Qué no me conocía acaso? ¿Qué no sabía que mi corazón completo le pertenecía

323
desde el momento en que lo vi por primera vez en aquella cafetería abarrotada?
¿Realmente pensaba que yo lo iba a olvidar?.

-¿Por qué lo hizo?- Solloce con la cara enterrada en el hombro de Alice.

Se quedo en silencio… tenía que decirme la verdad… lo tenía que hacer… si me iba a
matar… que lo hiciera ahora.

-Dímelo- Solloce de nuevo mirándola a los ojos.

-El… bueno… el…- Suspiro- El lo hizo porque… se entero de que eras novia de Anthony…
y…- Bajo un poco más la voz- Lo hizo para ver que sentías…

-¿Y que mas?- Murmure tan bajo que ni yo misma me pude escuchar del todo bien.

-Para… que no lo pudieras olvidar… y que no pudieses estar con Anthony… de la manera en
la que… tu sabes estuviste con el- Murmuro suavemente.

¿Es que acaso el jamás se dio cuenta de lo que sentía? ¿Es que acaso no le quedo claro
después de todas las veces que yo le había dicho que lo amaba?.

El agua seguía cayendo sobre mi cuerpo tenso. Mis piernas se encontraban atrapadas por
mis brazos y mi rostro enterrado en mis rodillas. Me dolía, lo sabía. Pero este dolor no era
nada comparado contra el que tuve que vivir durante esas semanas eternas en las que él
estuvo con Tanya.

Y ella misma lo dijo. ¿Cuántas noches me pase llorando en mi cama, cuantas noches me la
pase al lado de mi ventana esperando a que el regresara?. Pero eso jamás paso… el cuento
de el León y la Oveja no sucedió. Mi cuento de hadas termino…

La princesa… esa nunca fui yo.

El príncipe… ese de un momento a otro se esfumo.

324
La bruja … si existió.

Y el cuento de amor jamás se presento.

No supe realmente cuanto tiempo estuve bajo la regadera, con el pelo pegado al rostro por
el agua, mi piel blanca un poco rojiza por el calor de aquella agua.

¿Podríamos estar juntos después de todo lo que sucedió?.

Había sido culpa de los dos, habíamos caído en una espiral de mentiras que ninguno de los
dos hizo ni el mínimo esfuerzo por salir. Los dos nos dábamos donde sabíamos que más
nos dolía. Los dos sabíamos a lo que estábamos jugando.

¿El amor es un juego?.

Esperaba que no lo fuera, porque si así lo era yo ya lo había perdido desde hace mucho.

Me levante lentamente y cerré la ducha, tome una toalla y me seque el cuerpo y el cabello.
El baño estaba lleno de vapor, así que el espejo y todo lo de cristal tenían una ligera capa de
agua sobre ellos.

Me cambie y me cepille el pelo, me lave los dientes y me puse unas valerinas blancas, de el
mismo color que mi vestido.

Me recogí el pelo en un moño suelto y me puse unos aretes de perlas. Regalo especial de
Cayo. Maquille un poco mi rostro, brillo y delineador y salí de nuevo hacia mi habitación.

Me volví a sentar en mi sillón blanco, viendo hacia la luna, recordando.

Serian las tres de la mañana o las dos, no importaba… realmente el tiempo era algo tan
monótono para mí. La fuerza en el cuerpo me faltaba, y no me refería a la energía, me
refería a ese sentido de vida que te descarga la adrenalina.

325
¿Algún día me podría sentir como antes de mi dieciochoavo cumpleaños? ¿Podría volver a
ser la misma? ¿Regresaría aquel brillo a mis ojos?. Esperaba realmente que así fuera, había
dejado hacia ya tanto tiempo de verme en el espejo realmente. De observarme y darme
cuenta de cómo la vida se me escapaba como arena entre las manos.

Y me perdí.

Me perdí en un mar de pensamientos profundos, me perdí en lo que era mi vida, me perdí


en lo que debió de ser mi alma.

Muchas veces me pregunte si los de nuestra especie tenían, creía saber la respuesta. Ahora
sé que no. ¿Podría un ser tan desdichado como yo, poseer un alma? ¿Podría llegar a lo que
sea que hubiese pasando las estrellas algún día?. Esperaba realmente que así fuera.

Mi vista iba y venía en los jardines, siempre esperando a ver alguna diferencia, esperando a
que algo cambiara, esperando a que algo arrasara con aquello que ya era tan normal. Pero
nunca sucedía nada.

Todo seguía siendo lo mismo.

El murmullo de el viento le pegaba a los cristales de mi ventanal, como intentando ser


escuchado. Aquel murmullo que como yo guardaba tantos secretos dentro de su alma,
aquel murmullo que por tanto tiempo había sufrido.

¿Estaba realmente lista para enfrentarme con Edward?. Mi corazón y mi cuerpo gritaban
que sí, mi cabeza y la conciencia gritaban que no. ¿Lo había superado realmente?. Era algo
que tenía que pensarlo demasiado. ¿Había superado el hecho de que Edward se hubiera
acostado con Tanya?.

No lo sabía.

Tenía que verlo todo fríamente, no podía poner los sentimientos enfrente. Sabía lo que
pasaría si lo hacía. Terminaría lastimada.

Más de lo que ya estaba.

326
Puse la cabeza entre mis manos, esperando así estúpidamente encontrar aunque fuese una
respuesta. Y como en los jardines, nada paso.

El silencio a mi alrededor me empezaba a desesperar, pareciese como si estuviese sola en


este mundo, con la luna y las estrellas como espectadoras, nadie más que yo y mi corazón
muerto.

Me lo seguía preguntando.

¿Podríamos volver a estar juntos?.

El corazón muerto de la princesa se partió en dos al intentar responder aquello que en sus
sueños intentaba hacer realidad.

…...........................................................................

-Bella- Susurre mientras que caía de rodillas a su lado y un sollozo seco salía por mi boca.-
Discúlpame amor mío, discúlpame por lo que voy a hacer, discúlpame por haberte
lastimado… discúlpame.- Solloce de nuevo mientras que tomaba suavemente una de sus
manos.

-Te amo- Susurre mientras que mis labios buscaban los suyos y plantaba un beso casto en
ellos.

-Bella- Susurro el vampiro nostálgico que miraba hacia afuera de la ventana del avión
mientras que los recuerdos le azotaban la mente.

El sabia que la había perdido, el sabia que desde aquel día en que le dijo lo que había
sucedido la confianza jamás regresaría. Su corazón muerto le dolía, el cuerpo no
reaccionaba, la suave textura acolchonada del asiento de primera clase se le hacía dura y
fría.

Las gotas de lluvia se empezaban a formar en las nubes que el pasaba a toda velocidad,
todo afuera estaba negro, todo afuera era como su vida. Obscuro y triste.

327
"¿Podríamos estar juntos de nuevo?" se preguntaba el mientras que tentaba a ciegas el
bolsillo izquierdo de su pantalón. Aquella cajita negra aun se encontraba metida ahí, donde
él la había puesto antes de salir de viaje.

Aquella simple pregunta se repetía mil y una veces en su mente, intentando encontrar una
respuesta que lograra convencerle.

El sabia que el daño que había causado era difícil de perdonar, casi imposible si es que se le
podría llamar así. Dentro de el las esperanzas aun seguían nacientes, aun se podía ver en
un futuro, no le importaba que fuese lejano, con ella. Con ella podría ir al mismísimo
infierno si se necesitaba, aquel ángel de pelo marrón era lo único que necesitaba el pobre
vampiro nostálgico para seguir viviendo.

Su cuento de hadas, así como el la había escuchado susurrar tantas veces en sueños,
esperaba ser salvado; no por el príncipe… sino que ahora seria la princesa la que tendría la
última decisión. ¿Podría ser cierto lo que él había escuchado de la boca de todos los
humanos? ¿El amor podría ganarle a la tentación?. Las esperanzas volvían a renacer en el
de una manera siniestra, casi mágica. El esperaba que la princesa se decidiera.

-Pasajeros con destino a Florencia, faltan 3 horas para llegar a nuestro destino.- La voz de
el altavoz lo hizo saltar de su asiento. Tres horas… simples tres horas para estar más cerca
de ella, para tocar su piel, para poder hablar y ver si el cuento de hadas si podía funcionar.

El vampiro de pelos cobrizos recargo su cabeza de nuevo en aquella almohada mullida. La


garganta le ardía, el olor de tantos humanos juntos anteriormente le hubiese volado la
cabeza… ahora en este momento el dolor simplemente era algo que le daba lo mismo. No
había dolor más grande que el de un corazón roto y un alma sin esperanzas.

El la sabia suya, el antes pensaba en tenerla segura. Todo eso había cambiado, el mismo
había contribuido al cambio. ¿Seria capaz de aceptar de regreso a aquel vampiro adolorido
que lo único que hacía era rezar por las noches esperando su regreso?.

Los papeles se habían intercambiado.

Recordó el momento en que se entero que ella había desaparecido, recordó su estado,
aquel en el que había echado raíces desde hacía ya un año. Quiso reírse de sí mismo pero
no pudo, el dolor seguía apresándolo.

328
El seguía sintiendo asco por sí mismo, a pesar de que tantas veces se había metido a la
ducha y había restregado su cuerpo de mármol con una esponja, a pesar de que en sus
arranques de locura se echara ácidos o cloro, a pesar de que se hubiese sumergido en aguas
cristalinas por mucho tiempo. El se seguía sintiendo con asco.

¿Podría el sentimiento irse algún día? ¿Podría aquella pieza de puzzle regresar a sus
manos?.

El rezaba porque así fuera.

Una pequeña mano tomo la suya, volteo la mirada para encontrarse con un rostro corazón
y pelo acaramelado, los ojos que lo observaban eran maternales y por un momento su
corazón pudo sentir un poco de paz.

Esme observaba como su hijo se iba consumiendo día a día desde hacía ya un año. Ella
también tenía la esperanza de poder regresar a su familia a la normalidad antes de…
¿Había palabras para explicarlo?.

El hombre de el corazón destruido miro a su madre y soltó un suave suspiro mientras que
su cabeza volvía a caer contra el respaldo. Las voces a su alrededor las había bloqueado,
odiaba desde hacía un año escuchar cualquier murmullo a su alrededor. Le gustaba estar
en silencio, aquel silencio que sentía cuando estaba alrededor de aquel ángel de pelo
marrón.

Un recuerdo tras otro llegaba a su mente. ¿Podría explicarse aquel dolor?. El recordó lo
que le hizo pasar a su ángel, lo que la hizo sufrir y aquella sensación de vacío doloroso en el
pecho se hizo cada vez más pequeña. Ella debió de haber sufrido más y se lo callo. Ella
había sido más fuerte que el.

-¡¡¡No digas que no la amo, tú no sabes nada, no eres nadie para decirme que es lo que es el
amor Emmet!!!- Grite mientras me paraba del sillón, lo tomaba de la camiseta y lo
acercaba a centímetros de mi cara. Emmet me podía ganar en fuerza, pero en altura
estábamos iguales.

-Cuando uno ama no lastima- Murmuro mientras sus dos manos tomaban las mías y me
separaban de el- Y porque yo te amo como hermano me voy a aguantar las ganas de
golpearte. Pero lo tienes que saber Edward, si algo le pasa a mi hermanita, nadie, y

329
escúchame bien maldito estúpido, nadie de nosotros te lo va a perdonar, y lo peor de todo
es que ni tú mismo lo vas a poder hacer. Eso es lo que más te va a matar, que ni tú mismo
te vas a poder perdonar que la persona a la que según tu "amaste" se salvo de ser herida
por tu estupidez.- Me aventó lejos de él y regreso a abrazar a Rose que se había quedado
shokeada por la escena que habíamos hecho.

El vampiro sabia que las palabras de su hermano eran ciertas. Cuando uno ama no lastima.
¿Entonces que se supone que era lo que él sentía?. El sabia que la amaba, el sabia que
aquel sentimiento de calidez que ella causaba en su corazón era amor, el sabia que la única
que podía hacer que se sintiese de esa manera era ella. Pero una vez más, cuando uno ama
no lastima. ¿Qué había hecho?.

Los pensamientos de el vampiro estaban sumergidos en una laguna sin fondo, en aquella
laguna donde el único salvavidas era Bella… el sabia que solo tendría una oportunidad para
tenerla de vuelta, solo esperaba que funcionara.

La familia de el vampiro lo observaba desde los asientos continuos y anexos, sus


pensamientos bloqueados y las respiraciones acompasadas. Ellos esperaban que aquel
vampiro solitario que ahora se recargaba suavemente en el asiento volviera a ser el mismo.
Ellos resentían su cambio, el era simplemente un espectro de lo que algún día logro ser
cuando estaba con aquella humana que le había robado el corazón. Extrañaban el sonido
de su risa que hacía ya un año que no escuchaban, la luminosidad de su sonrisa que había
desaparecido tan súbitamente de sus labios, aquella casi imperceptible chispa en sus ojos
que lo hacía ver vivo.

¿Podría regresar a él Edward pasado?.

Todos rezaban en silencio porque así fuera.

El vampiro aterrado giro su rostro hacia la ventana de nuevo, imaginándose la manera en


la que ella se vería. La había visto, había seguido el curso de su vida por las visiones de
Alice. Era una dulce tortura que el pagaba encantado. Era la manera más cercana de estar
con ella, lastimaba si… pero el vampiro era un masoquista, sonreía ante las visiones y
disfrutaba de el dulce dolor que estas le provocaban. La amaba… y haría lo que fuera por
estar cerca de ella.

El recordó aquella vez en la que la había visto en la cocina, junto con aquel que el simple
nombre le daban ganas de vomitar la poca sangre que tenia dentro del cuerpo. Recordó el

330
rostro excitado de Bella, el suave y delicioso gemido que salió de su boca cuando la lengua
de el delineo el escote de sus senos.

Apretó el brazo de su asiento fuertemente.

"Edward cálmate" Pensó Jasper alarmado mientras sentía el estado de ánimo de su


destruido hermano subía cada vez más por la ira.

El aludido sacudió la cabeza mientras que las imágenes que se le presentaban a la cabeza
hacían que un gruñido sordo se le formara en la garganta.

El no podía decir ni reclamar nada ya que él lo había causado, ella jamás se hubiese tirado
a los brazos de Anthony si no hubiese sido por su culpa. Él era el único que merecía arder
en el infierno.

De nuevo la mano pequeña tomo la suya y un poco de paz se le paso al instante, Jasper
mandaba ondas extasiado, intentaba calmar a su hermano antes de que sus emociones
hicieran catástrofes en el.

Alice observaba todo mientras que le hacía suaves círculos con el dedo anular a su
prometido en la mano. Intentaba buscar en sus visiones alguna que le diera buenas
noticias, alguna en la que Bella aceptaría regresar con su ya muy destrozado hermano. Pero
nada aparecía, todo estaba en negro… ella aun no se decidía.

Y eso les dolía tanto a Edward como a ella.

El vampiro perdido ahora en un estado de duermevela gracias a Jasper tuvo pensamientos


incoherentes, cuerpos que se unían y pieles en contacto, suaves gruñidos y gemidos… él
pensaba tanto en Bella… a decir verdad en ella era en lo único que pensaba.

Quería que estuviesen juntos de nuevo.

Aquel hombre destrozado cerró los ojos y se dejo caer en sus pensamientos, aun con la
mano de su madre en la suya y el corazón muerto a medio latir.

331
Ella era la que lo mantenía con vida.

Ella era su razón de existir.

Si ella no quería.

El jamás volvería a vivir.


Capítulo 26: "Una Promesa Eterna Parte II..." Parte Final
Bella POV.

-No puedo Alice- Solté- Tengo miedo- Dije aun con los ojos cerrados.

-¿Miedo de que?- Murmuro.

-De que Edward se me borre del pensamiento- Al decir esto dos lagrimas gordas me
salieron de los ojos- Tengo miedo de que tarde o temprano… si lo olvido… dejare de
amarlo… y no puedo hacer eso. Simplemente no puedo.

-Bella- Murmuro Alice- Se que al principio va a ser duro porque lo amas… pero tienes que
aprender a vivir sin él… tiendes que dejarlo atrás… yo lo amo como hermano. Pero lo que
está haciendo no tiene nombre- Su voz se escuchaba enojada.

El agua caía y azotaba la ventana, mi reflejo se veía en el cristal mientras que la suave lluvia
se veía de fondo. Ya eran las seis de la mañana y la lluvia había empezado hacia un rato. Mi
mente no dejaba de carburar ideas y el corazón muerto no dejaba de dolerme. Faltaban ya
pocas horas para verlo y cada vez el nerviosismo se hacía más grande en mi.

-Bella- Jane me llamo desde el otro lado de la puerta.- ¿Puedo pasar?.

-Adelante.- Murmure mientras que seguía con la vista perdida en mi reflejo en el cristal.

Se escucho el click de la puerta al abrirse y cerrarse y el inconfundible olor de Jane lleno


mis fosas nasales.

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-¿Qué sucede?.- Susurre sin moverme de mi lugar.

-El maestro dice que los clanes completos estarán aquí en una hora, necesitamos estar
todos para recibirlos. Aparte,- Dio un suspiro y su tono se hizo de insinuación.- Carlisle ha
dicho que tu perteneces a la familia Cullen y que debes de estar ahí presente.

Mi ceño se frunció al instante.

-Yo no pertenezco a nadie.- Gruñí mientras que me giraba a encararla.

-Hey… a mi no me lo tienes que decir. El fue el que lo dijo.- Puso una mueca en su angelical
rostro mientras que se acercaba un poco más a mi.- Se que vendrá él, y sé que no quieres
tocar el tema. Pero, por favor Bella date una oportunidad de volver a sonreír. Te estás
muriendo por dentro.- Su voz sonaba preocupada.

Yo no dije nada, el silencio se apodero de la situación.

El corazón comenzó a doler de repente con una rapidez indefinida. ¿Era tan obvia?. Al
parecer así era.

Jane me sonrió por última vez antes de salir por la puerta, dejándome así sola de nuevo en
la grandeza de mi habitación de cristal. Me sentía como en una pequeña casa de muñecas,
todos observándome desde afuera pero sin poder hacer nada por dentro.

Regrese a mi lugar inicial en la ventana, recordando las palabras de Jane en mi mente.

"El maestro dice que los clanes completos estarán aquí en una hora, necesitamos estar
todos para recibirlos."

Algo hizo click en mi mente.

El tiempo se acercaba, ya no quedaban días ni horas…. Simplemente quedaban minutos


para que aquel bello y doloroso rostro apareciera frente a mí.

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Los sollozos ocultos quisieron volver a salir de mi boca.

¿Estaba lista?, ¿Estaba realmente preparada para lo que se venía?.

No sabía la respuesta.

Aquella mujer que miraba su reflejo era una completa extraña para mí. El pelo recogido en
un moño suelto, el vestido blanco de tirantez, la tez pálida, los labios rellenos, los ojos
acaramelados con unas espesas pestañas… ella era una completa desconocida, a pesar de
que era yo misma.

Me había matado.

Una gota callo justo en el ojo de mi reflejo y se escurrió por el rostro… desee llorar, desee
poder ser humana y haberme muerto de una buena vez. Desee que esto jamás me hubiera
pasado.

Pero ahora yo era un vampiro.

El tiempo a mi alrededor se iba con rapidez, pero yo jamás abandone mi posición junto a él
cristal. Estaba consciente de que me necesitaban haya afuera pero mi mente estaba
dormida. Estaba intentado encontrar alguna manera de salvarse de lo que se le avecinaba.
Estaba consciente de que lo vería mas no sabía de qué manera reaccionaria.

Di un último suspiro y una última mirada a aquella extraña que se veía en el cristal, a
aquella querida desconocida que era mi futuro.

Di la vuelta y camine hacia la puerta con paso lento, no queriéndome enfrentar a lo que sea
que estuviese detrás de ella. Tenía miedo y no sabía cómo lidiar con él.

Sentía que con cada paso que daba mi supuesta valentía se iba haciendo más pequeña.
Necesitaba mantener la mente en frio, necesitaba distraerme para no aceptar lo que sabía
que era contundente.

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El aire llegaba a mis pulmones de forma apresurada mientras caminaba por aquel pasillo
de altos paneles de madera y suaves alfombras aterciopeladas. El nerviosismo aumentaba
desmesuradamente mientras que las luces de el pasillo iban siendo apagadas una a una por
la suave luz grisácea que traspasaba los ventanales.

Hoy era un día nublado, aquellos días en que los de la guardia podían salir sin descaro
alguno a Volterra y ser vistos por los humanos. En lo personal no me gustaban ese tipo de
juegos previos a la comida. Prefería quedarme aquí antes que ir… pero ahora mismo
mataría por poder salir y escaparme de lo que me esperaba.

Llegue al hall aun con la mente perdida en mis propios pensamientos. ¿Han sentido lo que
es no poder salir de las trampas de tu cerebro?. Pues así me sentía yo, su cara, su sonrisa,
sus ojos, todo me tenía en un masoquista intento de hipnotización que estaba funcionando
realmente.

-Bella- Murmuro con sus ojos hipnotizantes en los míos.

-¿Si Edward?- mi voz se quebró en la última letra.

Dudo un poco pero luego hablo.

-Siento mucho de que te hayas enterado de mi boda con Tanya de esa manera- Me vio con
ojos tristes- Yo… te lo iba a decir… solo que no sabía de qué manera.

Sentí como si me sacaran todo el aire del cuerpo, "No por favor… otra vez no!!!" grite en mi
fuero interno, requirió de todo mi autocontrol para poder responderle sin que me pusiera a
llorar.

-No importa Edward- Murmure- De todos modos, ya se veía venir.

-Bella.- Me llamo Alec sacándome de los recuerdos.

Sacudí la cabeza algunas veces para regresar a mi realidad.

-¿Qué sucede?.- Respondí mientras que una cálida mano se pasaba por mis hombros.

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-¿Lista para darles la bienvenida a los Clanes?. No te pongas nerviosa, algunos de ellos si
son bastante cerrados y con cara de pocos amigos, pero estoy seguro de que les
encantaras…- Mi mente estaba perdida en los recuerdos mientras que la voz de Alec se
escuchaba como un zumbido en mi oído. Odiaba recordarlo… pero a la vez amaba ver su
cara en mis pensamientos.

-Edward, por favor… eso lo dices para que no me sienta miserable en este momento… pero
sabes bien lo que va a pasar cuando ustedes se vayan y yo me quede con Charlie, mi
existencia va a volver a ser vacía y sin sentido.

Me apretó más contra él y suspiro.

-¿Y qué hay de Anthony? ¿Acaso no es tu novio?- Su voz tomo un matiz de enojo.

-No, solo somos amigos.- Murmure contra su pecho. Mis mejillas se tornaron un poco más
rojas.

-¿Y entonces por qué lo besaste?

Eche mi cabeza para atrás para poder observarlo, tenía los ojos cerrados y la mandíbula
apretada, tenía una suave arruga en la frente.

-Para poder olvidarte- Susurre.

Y jamás lo olvide, el siempre fue, es y será lo único que necesito para poder sobrevivir. Y no
era que no lo amase… aquí lo que importaba era que yo hubiera superado lo que nos había
separado y que el aun quisiese estar conmigo.

-… Y así Bella… los Clanes se forman por más de tres personas. Aunque bueno tu lo vas a
investigar ahora porque ya llegaron los primeros.- Termino Alec mientras que yo levantaba
la mirada al instante. Sentía mariposas en el estomago y el corazón se me empezó a
calentar. Esperaba que fueran ellos.

336
-Hola.- Dijo una suave y femenina voz.- Soy Maggie y nosotros somos del Clan irlandés.-
Aquella pequeña de Rizos cobrizos hizo que saltara un poco de mi lugar a un lado de Alec.
Odiaba a mi corazón, empezaba a tener esperanzas antes de que nada sucediese.

-Hola. Soy Alec y ella es mi compañera Bella.- Musito mi amigo vampiro a un lado mío
viendo fijamente a esa pequeña que tenía una belleza inigualable.- Adelante por favor, los
guiare hacia la sala de juntas.

La mujer corpulenta y el hombre hermoso que venían tras de la pequeña de rubios rojizos
siguieron a mi amigo por el pasillo. A mi lado Jane se burlaba un poco de la cara de idiota
de su hermano. Yo… seguía perdida en mis pensamientos.

-Ya llegaron los siguientes.- Mascullo Jane mientras que ponía una mueca de desacuerdo
en su angelical rostro. A ella no le gustaban estas juntas, se sentía desplazada.

-Hola, soy Benjamín, nosotros somos del clan Egipcio.- Dijo aquel muchacho moreno,
realmente bello mientras que una sonrisa suave se formaba en su rostro y una mano se
tendía para que yo la alcanzara.- ¿Tu eres?.

-Soy… Bella.- Murmure mientras que tomaba su mano.

-Mucho gusto Bella.- Volvió a sonreír brillantemente.

-Síganme los guiare hacia la sala.- Susurre mientras que me daba la vuelta para caminar
pero una pequeña mano me impidió el paso.

-No, permíteme llevarlos yo.- Dijo la pequeña Jane con una sonrisa de complicidad en la
mano.- A ti te tocara el próximo Clan.

La fulmine con la mirada pero deje que pasaran. Benjamín me dio una sonrisa fugaz antes
de seguir a Jane.

Empecé a hiperventilar.

337
¿Qué iba a hacer?. Yo aun no estaba lista para verlos, yo aun no podía… no quería. No, esto
no era lo que yo había pensado.

Unos olores demasiado conocidos inundaron mi nariz.

Seguía dándole la espalda a la puerta, no queriendo darme la vuelta para no enfrentarlos.


Tal vez, todo esto sería un sueño y despertaría en mi cama en Forks junto con Charlie.
Rogaba porque así fuese.

-Bella.- Una tintineante voz chillo a mis espaldas.

Me gire lentamente, sosteniendo el aire. Mi corazón muerto empezaba a doler cada vez con
más fuerza. Los ojos me picaban por las lagrimas contenidas. Todo era demasiado duro.

-¡¡¡Bella!!!.- Chillo Alice en el momento en que su cuerpo se estampo contra el mío y sus
brazos rodearon mi cintura.

Yo no tenía voz para hablar.

-Dios, mírate. Qué hermoso vestido, que hermosa estas tu.- Sollozo contra mi hombro. Mis
manos no sabían hacia dónde ir, yo estaba perdida. Mi mirada aun no dejaba el piso, no
quería encontrarme con esos rostros conocidos. No estaba preparada ¿Qué no lo entendían
los demás?.

-Isabella.- Susurro la voz maternal de Esme, fundiéndome en un abrazo maternal en el


momento en que Alice dejo mi cintura.- Te he extrañado tanto.- Susurro en mi oído.

Mis manos viajaron hacia su espalda, suaves como una pluma. Mi mente seguía bloqueada,
mi cuerpo estaba en shock y mi mirada seguía clavada en el piso de mármol.

Mi nariz percibió su olor, aquel tan irreconocible. Luz de sol, chocolate y menta. Mi mente
no le había hecho justicia a aquella esencia. Nada le había hecho justicia a aquel hermoso
vampiro que estaba hasta atrás de todos los de su familia.

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Levante mi mirada, con la poca valentía que ya quedaba en mi cuerpo exhausto y me
encontré con unos mechones de cabello cobrizo y unos ojos acaramelados observándome
fijamente. Su belleza era dolorosamente tentadora, el era un pecado andante. El… era un
dios griego.

Tres pares mas de ojos me veían emocionados. Rose, Emmet y Jazz. Solo que lo penetrante
de sus miradas se volvió lejano en el momento en que me tope con aquel al que su nombre
era una suave compota en el viento.

Todo alrededor de nosotros se detuvo. El tiempo, las personas, murmullos y pensamientos.


Solo éramos el y yo en nuestra burbuja. Solo eran aquellos ojos que tanto había anhelado
observar. Aquellos en los que el dolor y el arrepentimiento era demasiado palpable.
Aquellos en los que mi rostro se reflejo.

Edward estaba aquí.

El corazón volvió a doler.

¿Se han perdido en algún momento de sus vidas viendo algo? ¿Han sentido como si todo a
su alrededor pasara rápido y ustedes siguieran en el mismo lugar?. Eso mismo me paso a
mí en ese instante.

Todo a mi alrededor iba en cámara lenta mientras que el y yo seguíamos en nuestra


burbuja.

El león decepcionado había regresado a la oveja engañada.

La historia de amor ¿Se cumpliría?.

-Escúchame- Demando mientras que se acercaba a mí.

Me aleje.

-Por favor Isabella escúchame.- Volvió a rogar extendiéndome una mano.

339
Yo no la tome.

-Yo te amo.- Susurro mientras que sus orbes dorados hacían contacto con los míos.

"Te amo" esas palabras quedaron resonando en mi cerebro que estaba en blanco… ¿Te
amo?... ¿Amar es eso?... ¿Amar es lastimar? ¿Amar es abandonar?... ¿Qué demonios es
Amar?.

Y no lo aguante más.

Corrí.

Mil y un Flashbacks venían a mi mente en ese mismo instante. Todos haciendo que mi
corazón se sintiera aun mas destruido que nunca. Todos haciendo una gran masa de dolor
que pronto explotaría en mi interior. Tenía que salir de ahí lo antes posible. Tenía que huir.

Corte el hechizo de su mirada.

Mi cabeza daba vueltas, estaba mareada casi como si fuese un humano. Cerré los puños y
baje la mirada mientras que una tranquilidad inesperada me ahogaba el cuerpo.

Era Jasper.

Sentía que en mi interior todo estaba por colapsarse, sentía que toda esa supuesta valentía
que había adquirido a lo largo de este año había quedado reducida a polvo en el momento
en que lo vi. ¿Cómo se supone que debería de reaccionar? ¿Debería de correr a sus brazos y
olvidar todo lo que sucedió? ¿Debería de tomar una actitud fría y distante? ¿Qué debía de
hacer?.

Mi mirada viajo hacia Emmet mientras que mis manos se abrían en un impulso de querer
abrazarlo. El pareció comprenderlo porque me dio uno de esos inolvidables abrazos de oso
mientras que despeinaba mi cabello.

340
Le di un abrazo suave a Rose quien me sonreía y un cálido abrazo a Jasper que parecía que
estaba emocionado, ya que el ambiente a nuestro alrededor empezó a sentirse así. Jamás
levante o volví a hacer contacto con la mirada a aquel al que sabía que me perdería una vez
que estuviera dentro de sus orbes dorados.

Me dolía demasiado como para volver a hacer el intento.

Con un ademan de la mano les pedí que me siguieran, aun no había dicho ni una sola
palabra quería evitar el hacerlo, no sabía si podría reencontrar mi voz de nuevo.

Nadie dijo nada mas en el transcurso del pasillo, se podía sentir la tensión en el aire. Mis
rodillas temblaban involuntariamente mientras que los ojos me seguían picando por las
lagrimas que no podían salir.

Cruzamos las puertas de maderas, se escuchaban voces y risas del otro lado. La mayoría de
los Clanes ya habían llegado, solo faltaban Los Cullen y otro que no sabía su nombre.

En cuanto entramos Carlisle se puso frente a nosotros, con una suave sonrisa tomo y beso
la mano de Esme mientras que hacia un asentimiento a todos sus hijos.

Nadie dijo nada, y lo agradecí internamente.

Sentía la mirada clavada de Edward en mi nuca, tuve que luchar con todo mi autocontrol
para no observarlo de nuevo, era un pecado que no me podía dar el lujo de tener.

Caminamos hasta los lugares que se nos habían sido asignados, por supuesto y por petición
de Carlisle a mi me habían puesto junto a ellos. En ese momento desee poder ser invisible.

Me senté entre Esme y Alice. Mi respiración era irregular y mis manos temblaban de los
nervios. Las miradas de Alice y Esme se encontraban por segundo en mi rostro. La mirada
penetrante de Edward seguía estando pegada a mí, Jasper controlando mis emociones. Los
únicos que no parecía importarles nada eran Emmet y Rose, quienes se estaban besando
suavemente.

Tuve celos.

341
Quería tener lo que ellos tenían, quería poder besar al amor de mi vida, quería que todo
regresara a lo que era antes, quería ser la Bella feliz. Quería mi historia de cuento de hadas.

Las miradas furtivas que Edward me echaba eran aun mas fuertes. La incomodidad iba
subiendo de nivel y mi cuerpo lo estaba resintiendo. Mis manos temblaban cada vez mas y
mis piernas se sentían de gelatina.

-Mira nada más que tenemos aquí.- Dijo una voz femenina. Levante mi mirada al instante
solo para encontrarme con unos ojos dorados que me observaban con odio.

Kate.

-Tu fuiste la que termino matando a mi hermana ¿No es así?.- Pregunto cínicamente
mientras que yo en mi lugar me tensaba y un gruñido se formaba en mi garganta.- Me
alegro de ver que no estás con Edward. Mínimo, el karma se ha regresado Isabella.

¿Esta mujer que se creía?

-¿Por qué no mejor te callas Kate?. Tu hermana era una perra y eso hasta tu lo sabías.-
Contraataco Alice mientras que se ponía de pie y se acercaba a la vampira que estaba frente
a nosotras.

Sus palabras dolieron.

-No hables así de ella. Era una mujer enamorada.- Se acerco mas a Alice y Jasper al
instante se puso a su lado.- Tu hermano y esta perra- Dijo apuntándome a mi.- Tuvieron la
culpa. Ella jamás habría hecho nada si Edward no la hubiera herido. Pero bueno, mínimo
jamás lograron estar juntos y eso es lo que me queda. Tanya termino ganando aquí.

No lo soporte mas y me levante de mi asiento, yo no había tenido la culpa. Tanya era la que
se había interpuesto entre los dos. Aparte ¿Quién se creía para venir a hablarme a mi así?

-Mira, tu hermana era una maldita. Ella lo sabía, sabía que Edward y yo terminaríamos
juntos y por egoísta no lo quiso así. No me vengas a echar la culpa de las estupideces que

342
hizo Tanya ¿De acuerdo?. Ella se lo busco, ella fue mala. Y por extensión tu terminas
siendo igual de patética que ella, tu no lo comprendes y no espero que lo hagas. Pero
mínimo piensa en tus palabras antes de hablar ¿De acuerdo?. Ni aunque lo intentes le
harás honor a tu hermana. Qué bueno que murió, era una jodida amenaza para la vida
vampírica. Y tu cuídate, si no quieres que te pase lo mismo.- Gruñí mientras que la
fulminaba con los ojos

Ella no se inmuto.

-¿Es una amenaza Isabella?.- Siseo mientras una mueca burlona se le formaba en el rostro.

-Tómalo como quieras. Pero luego no digas que yo no te lo advertí.- Masculle y me di dos
pasos antes de que unas uñas se aferraran con fuerza a mi brazo.

-A mi no me amenaces.- Gruño mientras que me mostraba los dientes. Todos a nuestro


alrededor se quedaron en silencio viendo la escena.

-Te doy tres segundos para que me sueltes.- Gruñí mientras que cerraba los ojos en un
intento de calmarme. Alec y Demetri siempre me habían dicho que tenía problemas con
eso de la furia.

-¿O si no que?.- Reto.

La gota que derramo el vaso.

No le di tiempo para que agregara nada más. Una de mis manos tomo la suya y la avente
hacia la pared extrema. Sentí unos fuertes brazos tomándome por los hombros y
deteniéndome antes de que me le echara encima.

Era Emmet.

-Te lo advertí estúpida. En tu vida me vuelvas a tocar si no quieres llevar la misma suerte
que tu hermana. Eres igual de patética que ella. Yo ok, jamás estaré con Edward, pero
mínimo no tuve que recurrir a otras maneras para tenerlo en mis manos ¿Verdad?. Tu
hermana era una zorra, y Edward un idiota por caer en sus redes así que por mi quédatelo,
haz con él lo que desees. Tu y él para mí no valen nada.- Grite furica mientras me soltaba

343
de el brazo de Emmet con una maniobra que Demetri me había enseñado y me echaba a
correr no queriendo escuchar nada más.

Salí por la puerta a toda velocidad, esto ni siquiera en mis más recónditos sueños habría
sucedido.

La ira recorría mi cuerpo mientras que salía por las puertas del castillo. La lluvia me caía
sobre el pelo mientras que los recuerdos me venían a la mente.

Me deshice el moño que traía en la cabeza y seguí corriendo hacia los jardines, la lluvia
empapándome todo el cuerpo y la furia corriendo libre por mis venas.

Sus palabras… Argh sus malditas y jodidas palabras. Odiaba todo esto, odiaba esta
situación. Odiaba que ella tuviera razón, odiaba a Tanya, odiaba a Forks, odiaba mi
vulnerabilidad, odiaba la situación… lo odiaba todo. Odiaba haberme enamorado de un
vampiro.

Odiaba todo incluyéndolo a él, pero a la vez lo amaba.

El corazón siempre jugando con nosotros, haciéndonos caer en sus trampas del destino.
Jamás dándonos pistas, siempre haciendo que nos arrepintamos de nuestras acciones.

El dolor regreso.

Seguí corriendo, pase los jardines, me importaba realmente poco la junta, me importaba
poco quien estuviera preocupado, si Aro, Marco o Cayo estarían preocupados, me
importaba poco quien estuviera, me importaba poco si caía un maldito meteorito en este
instante y acababa con la tierra.

Solo necesitaba huir, despejarme.

El dolor iba subiendo de volumen. Edward no le había dicho nada a Kate. ¿Sentiría lo que
ella dijo? ¿Habría amado realmente a Tanya? ¿Habría logrado olvidarme con ella si nada
de esto hubiese sucedido?.

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El corazón volvió a doler.

Corrí, como aquel día en que renací, corrí, lo más rápido, lo mas jodidamente salvaje que
pude. La lluvia había hecho que el pelo se me pegara al rostro y el vestido a mi cuerpo
transparentándose. Pero no me importo.

El dolor hacia que mis pulmones se achicaran y el aire que no necesitaba antes ahora fuera
más que necesario. Todo a mi alrededor dejo de tener sentido, podría haber corrido días o
solo podrían haber sido minutos. El tiempo se había detenido.

En realidad estaba detenido desde hacía ya un año.

Cerré mis ojos esperando que la muerte me llegara, mientras me despedía de todo lo que
conocía. Y a mi mente solo pudo llegar un nombre.

"Edward"

Las uñas de Victoria se encajaron en mis dos hombros haciéndome heridas.

"Edward"

Una de sus manos rompió dos de mis costillas.

"Edward"

Su pie se apoyo en una de mis rodillas rompiéndola.

"Edward"

Sus dos manos rompieron una de las mías.

"Edward"

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Hizo una herida con una de sus uñas a lo largo de mi cuello.

"Edward"

Me deje caer en forma de Ovillo contra el piso mientras Victoria me pateaba el estomago.

"Edward"

Dos últimas lágrimas salieron de mis ojos.

Mi respiración se fue haciendo cada vez más leve, sentía que el ritmo de mi corazón iba en
picada y que las energías empezaban a abandonarme lentamente el cuerpo. Ya no sentía
nada, no sentía dolor alguno y todo el sufrimiento fue sustituido por paz. Abrí mis ojos una
vez más, a la espera de poder cerrarlos y morir por fin. Recuerdo que lo último que alcance
a ver fueron un par de ojos color caramelo y un mechón de pelo color bronce. Una sonrisa
apareció en mi boca y mis ojos se cerraron por si solos.

"Edward"- Fue mi último pensamiento antes de que todo se volviera negro.

Yo morí por él, yo sufrí toda esa maldita tortura por él, yo aguante que me restregara en la
cara a Tanya, yo iba a aceptar que se casara, yo… yo di la vida completa por él.

-¡¡¡Yo morí por ti maldita sea!!!.- Grite mientras que me paraba en seco. La lluvia cayendo
todavía, el campo frente a mí extendiéndose, el cielo gris, casi negro. Las plantas
crecientes.-¡¡¡Yo morí por ti!!!.- Volví a gritar casi sin fuerzas.

Me deje caer contra el suave y mullido pasto mientras que las gotitas caían con más fuerza
sobre mi rostro, mojándome más de lo que ya estaba.

El dolor de el corazón ahora si era casi imparable. Los colores dorados a mi alrededor del
maíz se hacían negros, los olores se hacían amargos, las lluvias mas acidas. Lo único que
jamás cambiaria era el cielo, el era lo que iba acorde conmigo. Era negro.

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Estaba tan confundida. No sabía ni que pensar, ¿El aun me quería? ¿Estaríamos igual?
¿Me habría olvidado con Tanya? ¿Por qué no me defendió?.

Mil preguntas volvían a caer en mi mente.

Solo que yo no tuve la energía para contestar.

Cerré mis ojos deseando más que nada poder dormir, aunque sabía que esto era imposible.
Me tome, aun en mi posición ovillada, las rodillas con las manos, ¿Podría alguna vez dejar
de sufrir de esta manera?.

Ni una sola palabra de su boca, ni un solo sonido de su aterciopelada piel. El no hizo


nada… demonios absolutamente nada.

El corazón dolió un poco más.

Un sonido se escuchaba lejano, creo que eran mis propios sollozos callados por el agua de
la lluvia. Dentro de mi estado de inconsciencia comprendí que esto casi podría ser un
diluvio. El agua era cada vez más fuerte.

Pero ¿Qué le quedaba a un inmortal como yo?.

No podría morir, simplemente estaba aquí para pagar cualquier cosa que hubiese hecho en
mi otra vida. Esa cosa mala que aun no lograba comprender.

Mi cuerpo tenía temblores involuntarios gracias a los sollozos que emanaban de mi boca.
El dolor era tan tangible que ni el propio Jasper hubiese podido aguantar. Todo esto era mi
peor pesadilla.

-Bella, tranquila por favor amor, por favor tranquilízate- Susurro mientras que se ponía de
pie y tomaba una de mis manos haciéndome estremecer con su gélido tacto.

Algo hizo chispa dentro de mí.

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-No me digas amor- Susurre entrecortadamente- Yo nunca fui tu amor Edward Cullen,
nunca te importe, demonios, nuca fui lo bastante buena para ti. Por eso te fuiste, por eso te
juntaste con Tanya ¿No es cierto?. Pues bien, ahora afronta tus decisiones. No vengas aquí
de hipócrita a decirme que me amas cuando los dos sabemos que no es cierto. Te libero de
toda culpa Edward, te libero de todo el remordimiento de consciencia que tus decisiones
han causado. En todo caso soy una simple humana ¿No?- Hice una mueca burlona- Los
humanos somos coladores, olvidamos rápidamente. Pues bien te felicito, lograste lo que
querías. Te voy a olvidar, así me cueste la maldita existencia Edward, te voy a olvidar.

Como deseaba ser un colador, el corazón dolía y para desgracia para nosotros los
inmortales el olvidar era imposible.

Un suave sollozo escapo de mi boca otra vez.

Pude pasar ahí mil horas, mil días…. Todo estaba obscuro en el cielo y no me importaba.
Nada en si me importaba ya, solo quería morir y dejar todo esto atrás.

-Bella.- Escuche un susurro, pero a causa de el ruido de la lluvia intransigente que caía
pensaba yo que era solo mi imaginación.

Cerré de nuevo los ojos.

-Bella, contéstame.- Volví a escuchar aquella voz llena de dolor. La imaginación jugaba
duro conmigo.

Unas cálidas manos tomaron mis hombros, mi cabeza se encontró con un pecho petrereo y
un silencio proveniente del corazón.

Era… el.

-¿Estas bien?.- Pregunto mientras que una de sus manos empapadas hacia circulitos en la
piel expuesta de mi espalda.

Yo no conteste, todo esto era un hermoso sueño del que no quería despertar.

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-Bella, por favor contéstame.- Aquella aterciopelada voz se escuchaba herida.

-Solamente no te vayas.- Rogué.- No me dejes.

-Nunca.- Un suave beso fue depositado en mi cabeza mientras que mis ojos cansados se
volvieron a cerrar. No podía dormir, pero la sensación de estar en los brazos del fruto de
mi imaginación era el cielo.

Ahí pase un buen rato, en los brazos de aquel sueño, con la lluvia mojándonos. Todo el
mundo parecía ahora tan pequeño cuando estaba en aquellos fuertes y cálidos brazos.
Nada me importaba, nada que sucediera fuera de este sueño.

El príncipe inventado había renacido.

La princesa había vivido.

El cuento en si… intentaba tener sentido.

Porque lo tuyo y lo nuestro había existido.

-¿Por qué me engañaste?.- Murmure mientras que una de mis manos tocaba una de sus
mejillas. Mis ojos aun cerrados, mi espalda recargada contra su pecho, todo esto podría
haber sido una bonita postal.

-Yo…- Suspiro, mis ojos aun cerrados con fuerza esperando escuchar aquellas palabras a
las que tanto había rehusado. ¿Esto era un sueño?. Rogaba porque así lo fuera, aunque
sabía que la realidad era otra.

Todo se quedo en silencio. Mi pregunta esperando a ser contestada.

-¿Recuerdas aquel día Bella?. ¿El día de el prado?.- Pregunto de repente, yo asentí aun con
los ojos cerrados.- Tengo tanto miedo de que si te digo ahora todo huyas de mi Bella. Tengo
tanto miedo de volverte a perder.- Sus manos se aferraron a mi cintura.

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-Dímelo- Susurre mientras que levantaba una de mis manos y depositaba una suave caricia
en su mandíbula. Era tiempo de saber toda la verdad, aun no estaba preparada para
enfrentarme a lo que venía. Pero necesitaba saberla.

-Yo se que después de lo que paso con Tanya no quieres saber nada mas, pero necesito
decirte varias cosas.- Tomo aire, la lluvia seguía cayendo, me atreví a levantar la mirada
hacia su rostro. Mi memoria no le había hecho justicia.

-Yo... antes que nada quiero que sepas que jamás te deje de amar Bella. Tú siempre has
sido y serás mi razón de existir. Siempre… siempre serás la otra parte de mi corazón.-
Temblé ante sus palabras.- Cometí el error de ser impulsivo, de enredarme con Tanya, de
lastimarte más de una vez. Yo fui el que te mate y me arrepiento tanto de eso. Ni aunque
viva cuatro mil años me lo voy a poder perdonar.

"Odiaba ver que cada día tu luz se iba apagando, la vida se te iba de las manos Bella.
Odiaba que todo esto fuera por mi culpa pero sabía que era lo mejor, tú jamás estarías a
salvo conmigo. Y creo que hasta cierto punto eso quedo comprobado."

"Mil veces te fui a ver dormir en tu habitación, el día en que te puse esa pulsera en tu suave
y frágil muñeca, tu aliento cálido me encantaba. El golpeteo de tu corazón era la mejor
melodía, en fin. No creo que te tenga que decir todo lo que tu humanidad significaba para
mí. Pero más que eso tu eres la persona por la que mi mundo vale la pena. Este año sin ti
ha sido una… es mas no hay palabras para describirlo."

"Cuando te convertiste en esto mi hermoso ángel, cuando te tuve que convertir por los
errores que yo mismo cometí, sufrí mas de lo normal. Aun no me puedo perdonar el que yo
haya sido el que te robo tu humanidad. El que hizo que te condenaras a una existencia y
todavía te seguí lastimando. ¿Enserio Bella qué demonios va mal conmigo?."

"Una cosa llevo a la otra, tú te enteraste de mi boda, comenzaste una relación con Anthony.
Casi… casi haces el amor con él. Mi mundo entero se vio destruido y sé que el tuyo estaba
peor y sé que yo era el causante de eso pero… simplemente no podía Bella… soy una
criatura demasiado egoísta como para dejarte ir. Yo te amo, sé que es una excusa
demasiado patética para lo que te hice sufrir pero te amo."

Cerró sus ojos mientras que su mandíbula se volvía a tensar. Yo esperaba atenta, aun
dentro de sus brazos. Esperaba a que el prosiguiera con el dolor de mi pecho. Pero al
parecer el esperaba una respuesta de mi parte.

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-Edward, este último año que viví sin ti… yo tampoco tengo palabras para describirlo. ¿Por
qué? ¿Por qué no me buscaste antes?. Sabes mejor que nadie que te amo, que a pesar de
todo lo que el destino nos hizo vivir te amo. Me duele, no tienes una idea de cuánto,
imaginarte con Tanya.- Mi voz se rompió.- Pero esto que siento.- Apunte mi corazón.- No
se va… jamás me deja. Es un recordatorio constante de que tu si exististe. De que tú eres al
que amo.

-Bella.- Susurro.- Yo… tenía miedo. Por eso le dije esas palabras a Alice. Tu reviendras à
moun amour. Sabía que tarde o temprano los dos nos terminaríamos encontrando mi
amor. Sabía que los dos tendríamos que arreglar esto. Es un mundo muy pequeño para dos
personas que viven por siempre.

Me quede en silencio. Aun no tenia las respuestas que quería, mi corazón había dejado de
doler un poco cuando me dijo que me amaba pero… ¿Qué hubiera pasado si no?.

-Si yo jamás me hubiese metido en lo de Tanya. ¿Me habrías olvidado con ella?.- Cerré los
ojos al esperar la respuesta.

-¿Qué aun no te queda claro?.- Sollozo contra mi pelo.- Yo te amo a ti y solamente a ti


Bella. Jamás podría amar a otra persona que no fueras tu. Jamás.

-¿Por qué jamás me lo dijiste?.- Mi mano acaricio su nariz. Su piel contra la mía… cálido
contra cálido era la gloria. Pequeñas descargas eléctricas se sentían en las yemas de mis
dedos. Mi corazón dejo de doler por un segundo.

-Porque tenía miedo. No quería que tú te pusieras en peligro por mi culpa.- Murmuro
mientras que su mano acariciaba mi mejilla. El que él me tocara era con lo que había
soñado desde hacía ya más de un año. Y ahora aquí estaba, acariciando suavemente mis
mejillas. Esto era el cielo.

"Te amo Bella… Sé que aun no me perdonas por lo de Tanya y en realidad no espero que lo
hagas así de rápido. Se lo que me merezco por haberte engañado. Solo quiero que sepas lo
mucho que te amo y que quiero estar contigo siempre… así sea en este momento o más
adelante. Pero quiero que sepas lo que siento."

Metió una de sus manos en su bolsillo izquierdo del pantalón. Saco una pequeña cajita y la
abrió, mis ojos se abrieron como platos cuando vi el anillo que había dentro. Era… el anillo

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más hermoso que había visto. La suave banda de oro con la piedra encima… llena de puros
pequeños diamantes cortados por una red de oro. Era clásico… era... hermoso.

-Te pido, que hagamos una promesa. Sé que tu aun no estás lista para esto. Sé que aun
tienes demasiadas cosas que pensar y que saber. Pero quiero hacer esto. Juremos juntos
aquí bajo la lluvia que tanto tu me perteneces como yo a ti, que en cuanto estés lista
estaremos juntos por siempre y para siempre. Sé que tu aun necesitas tiempo, pero quiero
que sepas que solo estaré esperando una señal para hacerte mi esposa, para que tu Bella
Swan pertenezcas tanto como yo te pertenezco a ti. Solo esperare algo para venir y llevarte
de regreso a Forks y hacerte mía por fin. Prometámoslo por favor.

En sus ojos brillaba algo que no supe descifrar. En ese momento supe que aun no podía
perdonarlo del todo. Pero que en algún tiempo podríamos estar juntos.

Deslizo la argolla en mi dedo anular y en ese instante algo hizo click en mi corazón. El
dolor se esfumo como si jamás hubiese existido.

-Lo prometo- Susurre mientras que me giraba para estar frente a él.

Todo volvió a tener sentido.

Y así las dos almas perdidas volvieron a estar juntas de nuevo. Las dos piezas del puzzle se
volvieron a juntar en el rompecabezas de la vida.

Ella se sentía segura en sus brazos, el se sentía feliz con el tesoro que tenía en las manos.
Todo a su alrededor se hizo más colorido, todo quedo en perfecto estado.

Aquella promesa los había regresado a la normalidad.

Después de tanto tiempo Romeo pudo estar con Julieta. La historia de amor empezaba a
tomar forma, aunque fuera todo iniciado desde aquella promesa.

Las manos de la hermosa desconocida subieron un poco a el cuello de el vampiro roto.


Oveja y León juntos otra vez. El se acerco lentamente hacia sus labios, a esos labios que
moría por tocar. Ella con suavidad acorto la distancia que los separaba y los rozo con
cuidado. El quiso beber mas de el elixir de aquellos carnosos frutos que tenía enfrente y

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tomo su labio inferior con los suyos, ella cerro sus manos en su cabello, jugueteando con
el… así como le encantaba hacerlo.

Los dos sabían que todo en sus vidas empezaba a tomar forma. El león volvió a caer
enamorado de la oveja que dejo de ser estúpida. Las almas perdidas volvieron a
reencontrarse.

Las manos de él se aferraron a las caderas de ella, mientras que el se iba haciendo para
atrás suavemente hasta quedar recostado en el piso con aquel dulce ángel encima. El sabia
que esto era el paraíso. Ahora, en estos instantes, ya no importaba la lluvia que los mojaba,
no importaban las hojas ni los maizales, no importaba el mundo fuera de su burbuja. Los
dos querían disfrutar de aquella sensación de nostalgia en sus cuerpos, querían estar
juntos y unidos en todos los aspectos posibles.

Ella estaba enamorada, el lo estaba también. Los dos formando una simple historia que
había tardado en nacer.

Ella lo había enamorado con su ternura, el la había pescado con su caballerosidad.


Palabras no dichas y llantos aguantados, hermosos cumplidos y reclamos… todo eso y
mucho mas se dijo en aquel suave y tierno beso. Cuando sus bocas hicieron contacto la vida
volvió a tener sentido para los dos. Las estrellas empezaban a bajar a su nivel para que
pudiesen tocarlas.

Sus manos siempre estuvieron unidas.

Las manos de ella empezaron a desabotonar la camisa de él, que se encontraba pegada por
la lluvia a su hermoso torso. Las manos de el subieron de a poco su blanco vestido, que se
encontraba casí dibujado en la piel lechosa de la hermosa desconocida que tenia encima.

Los dos estaban seguros de querer hacer esto. Era para cerrar aquella promesa que los dos
habían tenido.

Al ángel las alas le habían renacido de nuevo, al león su instinto había regresado.

Ella termino de desabotonar su camisa y la retiro suavemente, deleitándose con la mirada


en aquel marcado pecho. El subió aquel vestido hasta sus torneadas piernas, con la mirada
pidió permiso y ella levanto las manos para que le sacara el vestido.

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Era su primera vez. La primera vez que dos ángeles harían el amor.

El se maravillo con la belleza de su desnudez. Jamás había visto algo parecido.

Ella se sentía apenada, pero la mirada de él le dijo todo.

Ella sabía que él pensaba que era hermosa.

La boca de el león se acerco a sus senos suavemente, degustando el sabor de los pezones de
el ángel. Ella hecho su cabeza para atrás para dejar escapar un suave gemido. Su lengua
contra su piel era una sensación indescriptible.

Las manos de el ángel viajaron hacia su cabello y las manos de el león viajaron hacia su
cadera.

En un suave y rápido movimiento él se puso encima de ella. Ella lo observaba con ternura
en los ojos mientras que pensaba en todas las sensaciones que él le proporcionaba con su
simple toque. El la miraba admirado porque jamás pensó encontrar una mujer tan bella.

De un suave tirón retiro sus pantalones, la lluvia aun pegándoles en sus pieles. El sabor de
la piel de su ángel con el de la lluvia hacía que fuera un manjar digno de dioses.

El la beso tiernamente mientras que le quitaba su ropa interior. Beso y succiono sus ya
muy erectos pezones mientras que ella dejaba escapar suaves gruñidos que para él fueron
demasiado excitantes.

Las manos de el recorrieron cada curva escondida en aquel frágil cuerpo que tenia debajo,
ella recorrió con sus manos las líneas de la musculatura de aquel dios griego que tenia
encima.

Los dos se disfrutaban mutuamente.

El busco su mirada cuando se posiciono de nuevo sobre ella, ella lo observo y asintió.

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Entre suaves palabras de amor y promesas. Juramentos y te amos, el entro en ella.
Lentamente. Ella cerró los ojos ante el dolor que este le proporcionaba… era dolor sí, pero
no por eso era menos agradable.

El se detuvo en lo que ella se acoplaba, la sensación de estar dentro de ella y que sus
paredes lo cubrieran era hermosa. No había otra manera de describirlo.

Tomaron un ritmo suave, ella moviendo las caderas contra las de él, acostumbrándose al
nuevo inquilino que estaba en su cuerpo. Las gotas de lluvia pegaban aun mas contra la
piel de este. Todo era un paraíso. Una fantasía.

-Te amo Bella- Gruño el contra su cuello.

-Te amo Edward.- Gimió ella con sus cabellos en las manos.

El jamás abandono su mirada, sus manos recorrían suavemente su piel mientras que sus
caderas aumentaban el ritmo.

Sabía que aunque por el momento no estuvieran juntos se pertenecían mutuamente. Esto
era algo que tenían que pasar, los haría más fuertes y su amor sería completamente eterno.

Ella dejo escapar suaves gemidos y gruñidos, el estaba a punto de terminar.

Ella subió más sus caderas en una posición precaria, esperando sentirse mas
compenetrada con él.

Lo consiguió.

Los dos pudieron tocar las estrellas y el cielo juntos, a pesar de la lluvia sus cuerpos se
sentían calientes. Sus jadeos se escuchaban pero eso a ellos no les importaba.

Los dos se amaban y los dos lo sabían

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El príncipe por fin pudo salvar a la princesa, el cuento de hadas se pudo hacer real. El
corazón regreso a su lugar y aquella promesa era la que tenía que actuar.

Aquella promesa que los dos sabían que tarde o temprano los dos tenían que cumplir y así
llegar a la felicidad.

Con un beso sellaron lo que los dos prometieron, con un beso empezó aquella historia de
amor.

Con un beso Edward y Bella… se regresaron el corazón.

Y aquella promesa quedo ahí. Guardada, esperando ser cumplida por sus protagonistas.
Aquella historia de amor esperando ser hecha por los ángeles que ahora la vivian. ellos que
ahora volvían a estar juntos.

FIN

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