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HISTORIA DEL ARTE// TEMA No.

2.01 a América del Norte


EL ARTE EN AMÉRICA PRECOLOMBINA: Formas de comprender el arte. América
del Norte.
Existen varias conjeturas respecto al origen de las poblaciones de América del Norte. La
más aceptada sugiere que proviene de Asia, al cruzar el estrecho de Bering hace 40.000 y
14.000 años. Estos pueblos primitivos dejaron una gran variedad de vestigios como
utensilios, refugios en cavernas y ruinas de entierros en túmulos de tierra y piedras. Los
primeros utensilios en América datarían de hace 13.000 años, fecha que se considera
como el inicio del Paleolítico en la tribu Clovi de Nuevo México, no obstante, la
manipulación de objetos por el hombre ha sido un hecho quizá desde siempre. La
apariencia de estas piedras es detectable a partir de la diferencia en su forma respecto a
las piedras que se encuentran en la naturaleza. Al pasar de los años, esta fabricación de
herramientas en América del norte se fue perfeccionando hasta que en el 300 d.C en las
región de las planicies en del territorio que hoy corresponde a Estados Unidos se inventó
el arco y la flecha, marcando el final del Paleolítico. El inicio del Neolítico finalmente se da
desde el 300 hasta 1492 con la llegada del hombre europeo.
Arte de las cavernas
La pintura rupestre desempeña un papel secundario en la sociedad primitiva de América
del norte. Aunque la técnica era ampliamente conocida, no dependía de una roca y su
empleo se limitaba al coloreado de objetos de madera o del propio cuerpo humano, a
veces con dibujos muy intricados. Sin embargo, una variante de arte rupestre, los
petroglifos o tallas en la propia piedra, fue de mayor extensión y uso. Esta técnica consistía
en labrar con trazos rápidos y seguros, actividades grupales, de caza, comunitarias o
como parte de acciones tribales. Los primeros registros de petroglifos datan del último
período del Paleolítico, hace 30.000 años, y se muestran ya como obras de gran
refinamiento, luego de un proceso de desarrollo que se desconoce por completo. ¿Qué fue
lo que impulsó al hombre a tallar sobre la piedra? Su finalidad, seguro de mayor
trascendencia que un decorado, fue posiblemente parte de rituales para asegurar el éxito
de la caza. Esta hipótesis se debe a que el hombre del Paleolítico quizá no distinguiera
claramente entre una imagen y la realidad: al trazar el animal, creía que era el propio
animal real, o al trazar al animal creía incluso que daba vida al animal. El artista, entonces,
al producir resultados contrarios al proceso natural, actuaba como un mago. De ahí que la
calidad de un dibujo era fundamental para garantizar la creación o caza de un animal real y
en buenas condiciones que sirva de alimento a toda una tribu. (1)
Los trazos de estas imágenes, sin embargo, no destacan por su realismo, pertenecen más
bien al terreno de la abstracción propio del arte del siglo XX. Si las primeras abstracciones
de Kandinsky se dirigían a registrar lo característico de algo, es probable que el mago-
tallador (si lo relacionamos con el pintor ruso) no se empeñe en dar vida a una especie
específica de animal cuadrúpedo, sino a todas las especies de cuadrúpedos, de ahí la
necesidad de vincular la calidad de un dibujo no al parecido de este con la realidad sino a
su síntesis. Pero lo mágico y misterioso no pertenecen solo al arte abstracto, sino al
expresionista del siglo XX: cuando Paul Klee dijo “un pintor no debe pintar lo que ve sino lo
que se verá”, ilustra con claridad la actividad de un mago-tallador creador de vida del
paleolítico. En Idaho, Estados Unidos, es famosa la iconografía de un petroglifo de hace
20.000 años sobre una leyenda india de entidades que vinieron de las estrellas y de una
posible guerra galáctica. Las tallas muestran las imágenes de los seres que vinieron a la
tierra, su interacción con los habitantes de una antigua ciudad, una posterior guerra y la
consecuente destrucción que se produjo. Sea esto un mito o no, destaca la complejidad
creciente de la iconografía: una vez vencidos los miedos al frío y al hambre aparecen otros
miedos que se exteriorizan en el arte; lo que resulta de un posible anhelo de alejarse de
los cambios del mundo y acceder a ellos por vía indirecta al tallar en la roca. De hecho, la
frase “acceder por vía indirecta” pertenece, una vez más, al terreno de Klee. (2)

Los túmulos y el arte terreo


Los túmulos son acumulaciones artificiales de material sobre la tierra de planta circular o
elipsoidal que contienen tumbas o sepulcros. En Estados Unidos son comunes a lo largo
de las riberas del río Misisipi y en las regiones costeras del golfo de México, algunos de
ellos incluso se remontan desde el 3.000 a.C, hasta la llegada del hombre europeo a
América. (3) Al igual que un menhir o un dolmen europeo, los túmulos a más de contener
la función de tumba, se ubican en el suelo para ordenar el espacio en torno a ellos. Desde
esta perspectiva un túmulo actúa como un hito que atrae la mirada sobre sí, del mismo
modo que una escultura lo hace al ubicarse en medio de una plaza. Aunque inicialmente
los túmulos se ubicaban de manera asilada, poco a poco empezaron a relacionarse y
articularse entre sí formando centros sagrados no solo de importancia religiosa sino
también civil. Al respecto destacan los túmulos en efigie, llamados así, por ganar en
complejidad y adquirir formas de animales con fines mágico-religiosos como el túmulo de
la Gran Serpiente en el sur Ohio (400 d.C). Esta representación del reptil de unos 500m de
longitud se extiende a lo largo de la cima de un risco, junto a un riachuelo. En el punto más
elevado sobresale una cabeza que se señala por un túmulo de piedras que pudo
originalmente haber constituido un altar. En este caso, la topografía natural sirvió de
condicionante para una obra de arquitectura paisajística de tanta calidad como el arte de
las cavernas.
¿Hasta qué punto este monumento puede ser clasificado dentro de la arquitectura? No
debemos pensar en la arquitectura como una noción reservada solo a espacios cerrados,
existen arquitectos de jardines, parques y campos de juegos. Los espacios de deportes y
anfiteatros son también parte de la arquitectura.
Si consultamos a los antiguos griegos que son quienes acuñaron el termino “arquitectura”
que representa algo más elevado que la “tectura corriente” o construcción, del mismo
modo que un arzobispo posee cualidades superiores que la de un obispo. Se trata,
entonces, de una estructura que por su solemnidad, escala, orden y durabilidad destaca
por sobre las construcciones más primitivas. Un griego desde luego hubiera otorgado al
túmulo de la Gran Serpiente la categoría de arquitectura, a sabiendas de que no es preciso
encerrar el espacio para definirlo o articularlo. Si la arquitectura es el arte de “dar forma al
espacio de acuerdo a las necesidades y aspiraciones humanas”, hallamos que el túmulo
de la serpiente resulta más que digno del título. (4)

Pinturas
Luego de la llegada del hombre europeo, la cultura primitiva (llamada así por la forma de
vida apegada a la naturaleza y no por un nivel de avance artístico muy cercano al del siglo
XX) en América del norte empezó a declinar, excepto en ciertas regiones particularmente
inhóspitas, que continuó porque nada vino a interrumpirla o trastornarla. Los indios Nootka
de la isla de Vancouver construyeron casas de madera bastante grandes, con paredes de
tablas alisadas que, hasta el siglo XIX, se ornamentaban con escenas realistas sacadas de
la mitología tribal: aves-truenos, ballenas asesinas, serpientes-relámpago y lobos.
Animales que fueron reproducidos desde un pasado milenario infinitas veces; se asocian a
fórmulas de construcción pictórica tradicionales perfectamente establecidas. Como si de
fichas de un rompecabezas se tratasen, el trabajo del pintor consistía en hacer coincidir los
contornos de una figura, por ejemplo, el ave-trueno, con los contornos del resto de figuras.
Cuando esta fórmula fallaba, se trataban a las figuras de los animales como planos
transparentes que se superponían, de manera que detrás del cuerpo de un ave podía
verse o hacerse coincidir con la parte faltante del cuerpo de una ballena. Esta fórmula de
transparencia recuerda algunas faces del Cubismo en donde las leyes espaciales del
mundo real se encuentran fragmentadas y redefinidas en espacios pictóricos cuya
coherencia no se encuentra en la perspectiva cónica o las leyes de la gravedad, sino en
las leyes de la forma.

Máscaras
La máscara constituye otro ejemplo del arte primitivo de América del norte que ha
superado el paso del tiempo sin mayor modificación. La variedad de formas, materiales y
funciones es casi ilimitada en ella. Hay máscaras realistas, abstractas, fantasiosas incluso;
algunas representan animales, o combinaciones de estos y seres humanos en todas las
formas posibles. Su significación, por lo general y al igual que los mitos de Nootka es casi
imposible de definir, aunque siempre de ceremonias con misterios celosamente guardados
por una tribu o sociedad. Un ejemplo de realismo y que incluso cae en el naturalismo es un
casco de la cultura Tinglit (1888) que impresiona por su expresión de fiereza con la
finalidad de desconcertar al enemigo. O, una máscara esquimal de Alaska (inicios siglo
XIX) construida con bastones y ramas atadas que indican una transferencia de rasgos
faciales dispares (un ojo humano o la boca de un animal) y describen el mito tribal de un
cisne que empuja las ballenas blancas hacia los cazadores. Y, un último ejemplar que
procede de un túmulo (año 1000), construido con una concha de mar convexa de gran
tamaño, en la que se han realizado pocas operaciones: pulir los bordes y perforar tres
orificios sencillos pero de gran evocación: al parecer este tipo de máscaras servían para
retener el espíritu del difunto bajo la tierra.

2.01 b Mesoamérica
Profesores: Iván Sinchi, Iván Quizhpe
Asignaturas: Historia del Arte 1
Facultad: Diseño, Arquitectura y Arte
Escuela: Arquitectura
FORMAS DE COMPRENDER EL ARTE EN MESOAMÉRICA:
LA CALIDAD COMO FORMA DE RESPETO A LOS DIOSES:
Mesoamérica es una región del continente americano ubicada en la mitad sur de México,
la totalidad de Guatemala, El Salvador, Belice; así como el oeste de Honduras, Nicaragua
y Costa Rica. Aquí se dio el desarrollo de variadas civilizaciones que se reflejan en la
cantidad de culturas, idiomas y etnias, entre ellas los Mayas, Mexicas y Olmecas. La
presente descripción no pretende ser más que una leve aproximación a la complejidad de
Mesoamérica, cuya particularidad como región cultural, quizá radica en la unidad dios-
hombre como base de su cosmovisión. Si se entiende por cosmovisión, a los mitos y
creencias que dominan los pensamientos y acciones del hombre frente al mundo; es aquí
donde el arte adquiere sentido, al observarse no como un producto aislado, sino un signo
que revela “las claves”(1) de relación entre la vida del hombre, los dioses y los diversos
sistemas político, económico, social y cultural de una realidad.
La documentación de los hechos en las civilizaciones Mesoamericanas fue una constante.
Los Mayas, por ejemplo, registraron su vida a través de sistemas logográficos, llamados
así, por componerse de elementos visuales o glifos que servían para designar los
números, días, años o conceptos variados como el día, noche, alegría, muerte, fertilidad o
la designación de elementos y fenómenos de la naturaleza. Los glifos mayas se
encuentran en diversos soportes, ya sea en libros o códices como el Tro-Cortesiano,
el Dresde y el París; manuscritos como el Chilam Balam y el Popol Vuh o como petroglifos
tallados en construcciones religiosas y monumentos conmemorativos de piedra. Este
conjunto de glifos y sus variantes, de hecho, son las fuentes del amplio conocimiento que
actualmente se tiene de la religión, historia, folklore, medicina, agricultura y astronomía
mayas. En efecto, la cosmovisión de este pueblo no se basa en conjeturas de teóricos del
arte (como el ritual del mago-artista en el arte rupestre de América del Norte de H.W.
Janson), sino en realidades fundadas en documentos concretos.

La estructura de la realidad: representación de la cosmovisión maya


Bajo este contexto, el artista quien estaba a cargo de la realización de los glifos, fue un
miembro dilecto de la sociedad, pues su obra articulaba el correcto funcionamiento de la
colectividad. El rigor de la disciplina artística se aprendía al repetir una tradición ya sea de
grabado en piedra, de pintura, escultura o el manejo de un textil que se perpetuaba de
generación en generación, donde la calidad de la obra, de hecho dependía de la calidad
de la propia repetición. Si se entiende por calidad a lo sobresaliente, el aprendizaje de
alcanzar este exceso o esta aproximación se debía quizá a la posición comprometedora
del artista; por una lado para hacer productos dignos del servicio a los dioses y por otro
para perpetuar a través de los mitos la existencia de las tradiciones, costumbres y
estructura de la sociedad. La cosmovisión maya se integraba de 3 planos existenciales:
cielo, tierra y submundo; 5 deidades principales: 3 creadoras, 2 demoníacas; 13
constelaciones, 9 niveles del inframundo y 5 clases sociales. Es en esta estructura de la
realidad donde la obra de arte actuaba como medio de transmisión de las reglas de
teogonía de los dioses a los hombres, un lugar donde el hombre incluso honraba al dios
con su propio sacrificio corporal. De ahí, que las páginas de un códice no suponían solo la
ilustración de un concepto, suponían obras de arte utilitario: los glifos no solo contenían
información gráfica o signos, llevaban implícitos procesos de formación y construcción
basados (consciente o inconscientemente en el artista) en la proporción visual, el rigor de
la geometría y la composición de una obra. En definitiva la pagina de un códice, una obra
de arquitectura y una escultura eran libros al aire libre o guardados que dependiendo del
contexto formaban el espacio y a la vez informaban a la ciudadanía.

La elección mítica del emplazamiento: Códice Boturini


México, Museo de Antropología. Inicios siglo XVI.
Del mismo modo, los orígenes del imperio Mexica comúnmente llamado Azteca, son
conocidos gracias a la existencia del Códice Boturini que narra con imágenes los orígenes
míticos de un pueblo que habitaba una isla llamada Aztlán, ahí edificaron 3 teocalis o
pirámides en torno a las cuales se ubicaban las viviendas que conformaban este pequeño
mundo mítico. Según la orden de su dios Huitzilopochtli (Colibrí Izquierdo) estos habitantes
primitivos tuvieron que abandonar Aztlan e iniciaron una peregrinación de 200 años. Según
esta leyenda, la deidad promete que encontrarían un lago similar al de la ciudad mítica con
un islote, en el cual habría una roca y sobre la roca un nopal y, sobre el nopal un águila
devorando una serpiente. Es en este lugar donde se debía fundar Tenochtitlán la ciudad
imperial que sobre el lago Texcoco funcionaría como la capital de Mexica, el nombre del
imperio que la deidad recomendó nombrar. Esta ciudad que llego a tener 200.000
habitantes antes de la llegada de los españoles, fue fundada en 1325 y constituía una
representación de los mitos de Aztlán que trasladados a un espacio real restringen la
manera en que se debe configurar el urbanismo y el ordenamiento de una ciudad
amparada en la proteccción de un dios y organizada según sus imposiciones.
Tenochtitlan interpela al lugar desde un sistema de orden previo establecido en el Código
Boturini: en este caso la condición más exigente de situar una ciudad sobre un lago es el
principal estímulo para unirse al dios y establecer la identidad como espacio urbano y
capital de un imperio. Esta circunstancia que podía haberse eludido es la base para una
conexión intensa con los alrededores: el reflejo del agua, la posición de las montañas, el
recorrido del sol en el cielo, las visuales desde la ciudad y su repercusión en el paisaje;
son las condiciones que sustentan el carácter específico o único de la capital Mexica.
Además, la posición religiosa de esta ciudad en el lugar, aspiró a la calidad no solo en la
construcción visual del espacio, sino en la calidad de la tecnología: en la agricultura con
las chinampas, islas artificiales sostenidas por pilotes y en la ingeniería con la creación de
sistemas de pilotaje de madera para la cimentación de las edificaciones, o en la
producción de sistemas de acueductos para dotar de agua a la ciudad.
En definitiva, la cosmovisión Mesoamericana, tiende a ser la misma a pesar de las
diferencias: el politeísmo y los sacrificios humanos no eran específicos a los Mayas, eran
generales a la región y pertenecían a lo cotidiano. Las representaciones de los dioses
perseguían la condición de hacer visible lo invisible o de hacer que los mitos sean reales
(2). Esta posición de expresar lo visionario con la realidad incide de manera práctica
incluso en el urbanismo en el caso de Tenochtitlán, en la arquitectura de Pirámides o en el
tallado de estelas. No obstante ¿En qué consisten los mitos mesoamericanos? Son
respuestas a los fenómenos de la naturaleza cuyo origen inexplicable a la razón se atribuía
a la fantasía de un dios cuyo temor garantizaba una ineludible calidad: así se asignaban
deidades para el agua, lluvia, viento, muerte o guerra que se representaban en un
vocabulario de figuras de hombres, serpientes y jaguares: los integrantes del mundo que
conoce y ha observado con atención, son los medios para dar apariencia física a creencias
cuyo origen desconoce y por ende teme. No obstante, este vocabulario de elementos no
solo se dirigía a figurar con excelencia a las deidades, su rigor se extendía a la ciencia: la
numeración maya a más del sistema numérico de puntos y rayas, tenía dos formas de
numeración más: la cefalomorfa con variantes de la cabeza; y la antropomorfa con figuras
completas del cuerpo humano (3).

Numeración maya: Detalle del Códice de Dresde.

1. KENNEDY, Alexandra, Élite y la nación en obras, visualidades y arquitectura del


Ecuador, 1840-1930. Cuenca: Universidad de Cuenca. 2016. Contraportada.
2. CASTEDO, Leoplodo, Historia del Arte y la Arquitectura Latinoamericana, desde la
época precolombina hasta hoy. Santiago: Pomaire, 1970.
3. ALANIZ, Rolando Inscripciones en monumentos mayas. 1997.
2.02 América del Sur 1/2
Formas de Comprender el Arte en América del Sur
Clase: 1/2
Docente: Manuela Cordero S.

Estructura de la clase
En nuestras dos clases anteriores, iniciamos desde el norte nuestro recorrido por la
historia de los pobladores de América antes de la llegada de los españoles, sabemos que
este encuentro marcó un antes y un después tanto para América como para Europa, el
hallazgo implicó grandes movimientos de personas entre ambos continentes y una violenta
colonización de la mano de la cruz y la corona, por la tierra y el oro. Esta historia nos
construye y constituye, es por esto que insistimos en la importancia de reconocer y
conocer la historia de los pueblos que poblaron y pueblan lo que hoy conocemos como el
continente americano.
Civilizaciones de muy larga data, nos interpelan hoy en la cultura viva de nuestros pueblos
y la diversidad étnica de América, su historia ha sido reconstruida por las voces
transmitidas de generación en generación y por los estudios que de estos pueblos se han
realizado desde disciplinas como la arqueología, la antropología y la historia.
Este tema nos tomará dos encuentros, en el primero haremos un recorrido rápido por la
larga historia de América del Sur y sus manifestaciones artísticas y culturales
precolombinas, a fin de que las y los estudiantes cuenten con una imagen global de la
diversidad de estas civilizaciones y pueblos, en nuestro segundo encuentro, nos vamos a
concentrar en el estudio de cuatro grupos culturales, estos serán los Taínos en las Antillas
mayores, los Incas en los Andes, los Tupí – Guaraní en el Chaco y los Zenú, en el caribe
Colombiano, con el propósito de hacer un recorrido comparativo y situado.
Antes de comenzar, recordemos,
¿Qué entendemos como prehistoria de América?
Se denomina “prehistoria americana”, al tiempo transcurrido desde que el ser humano
pasó a América desde Asia, hace más de 10.000 años, hasta la llegada de Cristóbal Colón
a una isla en el archipiélago de las Antillas cuya localización exacta aún es motivo de
debate, los registros de los cronistas la identifican con el nombre de “Guanahani”.
La mayoría de arqueólogos, historiadores y antropólogos contemporáneos están en su
mayor parte de acuerdo con las mismas líneas generales de la historia americana antigua,
incluyendo su cronología, el momento en que surge o decae tal o cual cultura o estado y el
tipo de influencia que éstas ejercieron, por lo que se puede sintetizar su desarrollo cultural
en cinco períodos.

 Paleo indio entre 15.000 y 10.000 años a.C.


 Arcaico entre 10.000 y 3.000 años a. C.
 Formativo entre 3.000 años a.C. y 1 d.C
 Clásico entre 1 d.C. - 1000 años d.C.
 y Postclásico 1000 d.C - 1500 años d.C.

En el periodo formativo pueden apreciarse ya algunos de los rasgos del desarrollo pleno
de la civilización precolombina. En ese periodo temprano América estaba conformada por
jefaturas tribales aisladas y reinos pequeños cuyas respectivas culturas se desarrollaron,
en su mayor parte, independientes unas de otras. Sin embargo, existen pruebas de la
amplia difusión de algunas ideas religiosas y motivos visuales. Tanto la civilización Olmeca
de México, como la cultura de San Agustín en Colombia y la cultura Chavín en Perú
adoraban a una deidad felina y todas compartían una iconografía artística muy similar.
Durante el periodo clásico se desarrollaron imperios muy complejos. Sus dirigentes eran
generalmente sacerdotes, en lugar de los sacerdotes-guerreros que gobernaron más tarde
las civilizaciones posclásicas, y las culturas se difundían o asimilaban más rápidamente.
Aunque suele considerarse un periodo pacífico, los estudios arqueológicos más recientes
han demostrado que la mayoría de las civilizaciones del periodo clásico eran guerreras.
Las conquistas y el comercio produjeron una acumulación de riqueza que se utilizó para la
construcción de centros ceremoniales y grandes ciudades, así como para la creación de
objetos de uso personal cada vez más lujosos y objetos funerarios o rituales de gran
calidad.
El periodo postclásico se caracteriza por las frecuentes guerras provocadas por las
presiones socioeconómicas derivadas del aumento de la población, el desarrollo técnico y
el agotamiento de recursos naturales (como lo muestra el caso Maya). Las culturas y
civilizaciones de este periodo son las mejor documentadas, debido a que los cronistas
españoles recogieron sus impresiones personales o recopilaron historias de los
conquistados.
¿Cómo estaban distribuidos en el territorio?
Las características naturales de América del sur permitieron que el desarrollo de las
culturas asentadas en este territorio sea variado y prolífero. Así como las categorizaciones
temporales, las categorías espaciales también han sido propuestas desde las disciplinas
de antropología, arqueología e historia, estudiando los asentamientos humanos
prehispánicos en diferentes áreas culturales cuyos límites siempre pueden ser difusos.
El estudio del Área Andina se ha dividido en las áreas septentrional, central, centro-sur,
meridional y extremo sur, región cultural de gran importancia que la constituyen los
actuales territorios nacionales del sur de Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, forman el área
central andina, famosa sobre todo por la arquitectura y los trabajos textiles de los incas y
otros pueblos anteriores, como los chimúes.
Entre Mesoamérica y el Área Andina queda el área intermedia, el tercer gran centro de
civilización de la América precolombina. Las Antillas y el norte de Venezuela forman el
área Caribe, región que la integran la parte sur de América Central con Nicaragua, Costa
Rica y Panamá, el norte de Venezuela, Colombia y el norte de Ecuador. La región de las
islas del Caribe, es el enclave de los pueblos Taíno y Caribe, estos territorios tuvieron una
cultura material poco desarrollada, aunque son apreciables su cerámica y trabajos en oro,
especialmente los del pueblo chibcha.
Sudamérica se completa con las áreas amazónica, Brasileña oriental, Chaco, Pampeana y
Fueguina, que comprenden la Amazonía, la costa de Brasil, Chile y el conjunto de
Paraguay, Uruguay y Argentina, región en la que habitaban los pueblos araucanos, los
mapuches, los patagónicos (Chile - Argentina), los guaraníes (Argentina Paraguay) y los
tupis (Brasil).
Durante el siglo XIX y gran parte del XX se consideraba que estas regiones eran entidades
culturales separadas, pero las investigaciones arqueológicas más recientes han
demostrado que existió una fluida interrelación cultural entre ellas, que provocó
significativas semejanzas culturales.
El arte precolombino
El arte precolombino es la manera como se designa al conjunto de realizaciones artísticas
e intelectuales como escultura, arquitectura, arte rupestre, cerámica, textil, metalista y
pintura realizadas en el continente americano durante el período de América precolombina.
Este es el elemento principal que permite el conocimiento y reconocimiento de las
civilizaciones precolombinas, la prueba de su nivel de desarrollo y la capacidad de
transformación de su medio ambiente.
Las sociedades precolombinas eran principalmente agrícolas, el cultivo del maíz se
convirtió en el alimento principal de Mesoamérica mientras en la región andina lo fue la
papa. La religión fue primordial en el desarrollo de la cultura precolombina y las creencias
y ritos en gran medida estaban condicionados por preocupaciones relacionadas a la
productividad y la fertilidad de la tierra, que relacionado con sus conocimientos de
astronomía les permitía a estos pueblos establecer las épocas más apropiadas para
siembras y las cosechas. Gran parte del arte y arquitectura de la época están relacionadas
con la vida cotidiana, la fertilidad, los astros, y su relación con la naturaleza a través de la
representación de animales míticos en muchos casos antropomórficos.
Manifestaciones artísticas por áreas culturales
En la zona intermedia, destaca el trabajo en oro y cobre, de las culturas Quimbaya, San
Agustín, Chibcha, Calima y Tairona, elementos que se elaboraban mediante el
procedimiento artesanal de la cera perdida, la fabricación de finas láminas decoradas con
motivos de alambre o cintas de figuras antropomorfas muy estilizadas. También tejían en
algodón y trabajaban en cerámica.
Los indígenas kunas de Panamá son famosos desde antes de la conquista hasta hoy por
su excelente técnica textil. La expresión más importante de lo anterior son las molas,
tradición que tiene sus inicios en la pintura del cuerpo (tatuajes), que luego fue transferida
a la tela. Las molas representan el pensamiento cosmogónico, una visión gráfica del
mundo lleno de colorido y pleno del significado antropomorfo y zoomorfo. Las llamativas y
coloridas figuras geométricas pintan escenas mitológicas, la creación del mundo, flora y
fauna de la región que habitan los "indios" Kuna, también en Panamá se aprecia una
cultura emparentada con la chibcha: la Coclé elaboradora de excelente metalurgia.
En Ecuador, la cultura Tolita, ubicada en el Océano Pacífico y datada entre el 600 y el 100
a. C., produjo piezas de oro, cobre y platino únicas en sus dimensiones, ya que son
notablemente pequeñas. Narigueras en forma de aro, orejeras en forma de carrete, clavos
nasales, figuras antropomorfas y bezotes formados con numerosas bolitas que dan la idea
de una flor, pendientes de filigrana y anillos con piedras. También eran famosos
comerciantes de su arte, y sus obras fueron apreciadas en todo el continente americano.
Se han encontrado piezas de esta cultura en regiones muy distantes a Ecuador.
Área Caribe
La mayor parte de los objetos precolombinos de la zona caribeña proceden de las islas
antillanas de Puerto Rico, Jamaica, Haití y República Dominicana. Estas islas estaban
habitadas principalmente por los arawak, procedentes de la desembocadura del río
Orinoco en Venezuela. Por esa razón su arte está íntimamente relacionado con el del
norte de Sudamérica. Los arawak se establecieron en Puerto Rico alrededor del 200 d.C. y
su cultura perduró hasta la conquista española. Los objetos característicos de este pueblo
están hechos de hueso, madera y piedra. Incluyen espátulas para provocar el vómito como
purificación por motivos religiosos, dijos o bancos ceremoniales de madera tallada para los
sacerdotes o jefes, y los cemíes o trigonolitos, piedras triangulares labradas con figuras de
animales o seres humanos que representan a los dioses más importantes y espíritus de la
naturaleza.
Área Andina
En el Perú civilizaciones como las de Caral (una de las primeras civilizaciones del planeta),
Casma, Chavín, Moche/Mochica, Paracas, Nazca, Chan Chan, Etén, por su parte,
tardíamente los quechua siendo sus soberanos la "casta" de los inca lograron una
civilización sintética de las culturas de la Costa y de las montañas así como del Norte
(zona ecuatorial) y del Sur (por ejemplo del horizonte Tiwanaku) entre las expresiones
artísticas más impresionantes de la civilización quechua se hallan los templos, los
palacios, las obras públicas ("tambos", "collcas", pucaras, caminos, puentes, acueductos) y
las ciudades-fortalezas estratégicamente emplazadas, como Machu Picchu. También
destacan su técnica textil que todavía en la actualidad es posible ver en el Perú, Bolivia y
el Norte de Argentina actual. En toda América también destaca el Arte plumario como
importante forma de expresión de todos los pueblos indígenas.
En el caso de Argentina, la zona con más fuerte influencia andina será el Noroeste
Argentino o NOA, por otra parte, el noreste argentino estará más influido por las culturas
amazónicas
Área Amazónica
La mayor parte del arte amazónico se realizaba con materiales perecederos como la
madera, las plumas y las fibras vegetales. La cerámica precolombina más importante de
esta región se ha encontrado en Brasil, en el delta del río Amazonas. En Santarém se han
descubierto vasijas que datan de 1250 a 1500 d.C. aproximadamente, con elaboradas
formas figurativas. De los túmulos fechados entre el año 1000 y el 1250 de la isla de
Marajó se han extraído objetos de cerámica pintada, decorados con incisiones y
complicados dibujos, así como enormes urnas funerarias. En la isla de Maraca se han
encontrado jarrones retrato de hombres sentados.
...continúa en clase 2

Referencias:
Museo Chileno de Arte Precolombino: http://www.chileantesdechile.cl/
Revista Credencial, Colombia:
http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/las-manifestaciones-
artisticas-en-la-epoca-precolombina
Alcina Franch, Juan (2009) Las Culturas Precolombinas de América, Alianza Editorial.
Castedo Leopoldo (1972) Arte precolombino y colonial de la América Latina, Navarra,
Salvat.
WIKIPEDIA. Arte precolombino:
https://es.wikipedia.org/wiki/Arte_precolombino#CITAREFArellano2002

2.02 América del Sur 2/2


Formas de entender el Arte en América del Sur
Clase 2/2
Docente: Manuela Cordero S.
Retomando el tema que nos convoca, como se indicó en la clase pasada, ahora nos
adentraremos en las características de cuatro culturas representativas de América del sur,
el propósito de este recorrido es el de resaltar la importancia de estos pueblos cuya cultura
pervive en nosotros. Comenzaremos desde el sur con el pueblo Guaraní en el Paraguay,
Argentina, Brasil, Bolivia y Uruguay, pasaremos a visitar a los Zenú en el caribe
colombiano para subir a las Antillas mayores y conocer los Taínos, finalmente
regresaremos a los Andes para hacer un breve repaso por el Imperio Inca.
Los Guaraníes
Los guaraníes o avá, son un grupo de pueblos nativos sudamericanos que se ubican
geográficamente en Paraguay, noreste de Argentina (en ciertas zonas de provincias de la
Región del Litoral), sur y suroeste de Brasil (en los estados de Río Grande del Sur, Santa
Catarina, Paraná y Mato Grosso del Sur) y sureste de Bolivia (en los departamentos de
Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca) y en el extremo norte de Uruguay.
Investigaciones arqueológicas mostrarían que este grupo étnico existiría a partir del siglo V
(500 a.C.), fueron protagonistas de intensas migraciones que, a partir de territorios
localizados en la parte este de Brasil actual, los llevaron en el siglo XII d.C. a ocupar gran
parte de los territorios donde aún hoy se encuentran sus descendientes.
El mito de origen de los Guaraní, habla de dos hermanos Tupí y Guaraní, gemelos que se
pelearon y debieron separarse, Tupí se dirigió hacia el norte, mientras Guaraní hacia el
sur. Los arqueólogos hablan de los Tupí-Guananí, dos pueblos unidos por el mismo idioma
y costumbres. Los descendientes de los míticos hermanos penetraron en la selva,
utilizando canoas y balsas para viajar por los ríos de la cuenca del Paraná, escogían un
lugar y levantaban su aldea, al poco tiempo sus campos dejaban de ser fértiles, tomaban
sus pertenencias y se marchaban en busca de mejores tierras, el pueblo Guaraní antes de
la conquista española era un pueblo preeminentemente nómade.
Los antiguos Guaraníes manufacturaban cestos por simple necesidad inmediata o ya
cestos más duraderos con alguna expresión ornamental. Entre los modernos Guaraníes se
han mantenido la factura de cestos. En las antiguas aldeas, el cesto, la criba y el "tipiti",
estrujador de la mandíoca (yuca) amarga, simbolizan el verdadero "aguiyé-bienestar"
subsistencia.
Los Guaraníes habrían sido de los primeros pueblos contactados con los conquistadores
españoles y los portugueses, estos contactos estuvieron marcados por una fuerte
presencia misionera católica de la orden de la Compañía de Jesús y por las expediciones
en búsqueda de esclavos organizadas por los portugueses, los territorios ocupados por
esta etnia fueron objeto de permanentes disputas entre el Imperio Español y el Reino de
Portugal. Los Jesuitas redujeron a los indígenas a misiones, que funcionaron entre los
siglos XVII y XIX. cerca de 30 conjuntos habitacionales y administrativos fueron
levantados por los indígenas.
Hoy los Guaraníes siguen siendo un muy importante grupo cultural en los territorios del
noroeste Argentino, el sur de este de Bolivia, Paraguay, Brasil y el norte de Uruguay, aún
hoy luchan por la defensa de su cultura y territorio.
Los Zenú
Los sinuez o zenúes son un pueblo amerindio cuyo territorio ancestral está constituido por
los valles del río Sinú, el San Jorge y el litoral Caribe en los alrededores del Golfo de
Morrosquillo, en los actuales departamentos colombianos de Córdoba y Sucre. El
poblamiento del litoral caribe colombiano se inició hace más de 4.000 años, hace 6.000
años los habitantes de la región, moldearon una de las cerámicas más antiguas de
América.
La explotación de ricos yacimientos de oro y la fabricación de joyas constituyeron el
principal producto de esta región, sus grandes templos y santuarios guardaban enormes
ídolos de madera enchapada en láminas de oro y varios objetos del mismo metal que
despertaron la avidez de los conquistadores y dieron origen a saqueos.
Fueron grandes orfebres y alfareros, son muy reconocidos sus adornos en oro fundido y
batido, así como la técnica de la filigrana que conseguían mediante la técnica de cera
perdida. Representaron la figura humana así como saurios, aves, animales acuáticos,
felinos, que fueron frecuentes en la decoración de recipientes, rodillos y pintaderas. Por
estar asentados en una zona con abundante agua, desde aproximadamente 200 a.C. en
adelante, los sinúes formaron una especie de sociedad hidráulica, construyeron un sistema
de canales de drenaje, que les permitía controlar las inundaciones y adecuar las zonas
para la vivienda y los cultivos, este sistema se expandió progresivamente, llegando a cubrir
hasta 500.000 hectáreas de suelo cenagoso hacia el año 1000, este sistema para la
gestión del agua fue utilizado por 1.300 años.
En el siglo XI se destacaba el gran centro religioso de Finzenú, en el valle de Sinú, que
estaba bajo la dirección de una mujer que controlaba varias poblaciones. Con la conquista
española, se inició un proceso violento de despojo de las tierras de las comunidades
sinúez. hacia el siglo XV, el contacto con los colonizadores produjeron grandes cambios en
la cultura, como la pérdida de su capacidad organizativa tradicional que fue desarticulada,
dando lugar a la formación de haciendas, mercedes de tierras y adjudicaciones a labriegos
españoles y mestizos.
En la cultura Zenú, las mujeres fueron símbolo de fertilidad, sabiduría y respeto, los
personajes femeninos eran representados con frecuencia en la cerámica y se colocaban
en tumbas como símbolo de fertilidad humana y agrícola. Para los sinúez, el mundo
parecía ser un gran mimbre, en la que los seres vivos fueron colocados, Este simbolismo
se refleja en los patrones de las redes de pesca, textiles, cerámica y orfebrería.
Los Taínos
Pueblo precolombino de las Bahamas, las Antillas Mayores y el norte de las Antillas
menores. Pueblo procedente de América del Sur (actual Venezuela), especialmente del río
Orinoco, pasaron de isla a isla, reduciendo o asimilando a los pobladores.
En el momento de la llegada a Colón en 1942, había cinco cacicazgos taínos en el
territorio de La Española (hoy Haití y República Dominicana), y los mayores asentamientos
de población podían llegar hasta 3000 personas. Bartolomé de las Casas en su “Historia
General de Indias”, relata que en el año 1508 quedaban unos 60.000 taínos en la isla
Española. Cada poblado estaba dirigido por un jefe de la tribu, estos tenían el privilegio de
llevar colgantes de oro llamados guanin, vivían en bohíos rectangulares y se sentaban en
taburetes de madera cuando recibían huéspedes.
Los poblados estaban organizados en claros de la selva, tierra adentro, con dos clases de
habitáculos: el bohío (vivienda común circular de los habitantes del yucayeque) y el caney
(más grande, rectangular y con ventanas, donde habitaba el cacique con su familia). Estas
viviendas se construían con hojas de hinea (que se recoge en ríos y lagos), y maderas de
los árboles de capá prieto y canela cimarrona. Para dormir usaban hamacas tejidas de
algodón (la palabra hamaca es voz taína). La vestimenta de los taínos era ajustada al
medio tropical en el que habitaban, los españoles hallaron a los hombres cubiertos con
taparrabos, a las mujeres casadas con un delantal de paja, algodón y hojas llamado
naguas, las mujeres solteras andaban desnudas, Ambos sexos se aplicaban pintura
corporal negra, blanca, roja y amarilla, decorando sus cuerpos con tatuajes religiosos para
protegerse de los malos espíritus, y horadaban sus orejas y labios con oro, plata, piedra,
hueso y concha.
Es un arte marcado por la religión, ya que sus más destacadas obras eran objetos usados
para el servicio religioso. Destacan los instrumentos utilizados en la ceremonia de
la cohoba, tales como espátulas, inhaladores, platos, cemíes y duhos. Además hay
figurillas y vasos-efigie que muestran la posición utilizada en este ritual: piernas flectadas y
manos en las rodillas. Otro tipo de elementos destacable son los adornos personales,
constituidos por coronas y cinturones de huesos de pescado y piedra, así como los
collares y esculturas en miniatura que se colgaban en la frente y cuello. Su cerámica era
monocroma y exhibe motivos antropomorfos, zoomorfos y geométricos realizados
mediante incisión o punteado, así como modelados y asas decoradas. Entre las formas
destacan los vasos efigies de forma humana. Son característicos de los taínos unas
pequeñas esculturas de piedra pulida, llamadas “trigonolitos” por su característica forma de
tres puntas. Se relacionarían con ritos agrícolas, ya que guardan cierta semejanza con los
montículos utilizados para cultivar y suelen encontrarse en los campos de cultivo.
Los taínos tenían una creencia religiosa politeísta, como muchos indígenas de las
Américas. La divinidad principal era YaYa. El rasgo más característico de la mitología taína
fue considerar a los espíritus respecto a los hombres y animales, plantas y seres
inanimados. Este animismo confería al Bohití o bohíque, médico brujo, grandes poderes, al
ser el encargado capaz de comunicarse con los espíritus. Para este fin confeccionaban
ídolos de algodón, piedra, hueso, concha y otros materiales, que recibían el nombre de
cemíes. Los cemíes tenían poderes sobre el hombre, ya que en ellos residían los espíritus
de antepasados muertos, rocas, árboles, etc.
Los taínos, practicaban un juego característico, el batú que se jugaba en un espacio
llamado batey, se jugaba con una pelota hecha de raíces de la planta de Cupey y
rebotaba, el batú se jugaba en dos equipos de quince personas cada uno y tenían que
mantener la pelota en el aire utilizando sus hombros, codos, caderas o cualquier otra parte
del cuerpo excepto manos y pies.
Los Incas
El imperio Inca es reconocido como el más grande en de la América prehispánica, supone
el último periodo de unificación cultural del mundo andino, varios autores indican que su
comienzo se dió entre los siglos XII y XIV, cuando las primeras familias se acomodaron en
el valle del Cuzco, la antigua capital del imperio, hasta que la invasión española terminó de
manera brutal con el imperio hacia 1532. El Incario controlaba una población estimada en
12 millones de habitantes, en lo que representaría hoy Perú, Ecuador y también una gran
parte de Chile, Bolivia y Argentina.
Su origen se explica por una serie de mitos, entre los que el más conocido se refiere a
Manco Cápac, uno entre cuatro hermanos, que luego de una larga travesía, escoge el
valle del Cuzco como asentamiento tras hundir con facilidad su vara de oro en el suelo.
Tras desposar a su hermana Mama-Ocllo fundará el linaje de los incas. La verdadera
expansión del imperio comenzó en 1438, de la mano de Pachacutec, el Reformador, y
continuó con diversos incas hasta alcanzar el sur de Colombia y el norte de Chile y
Argentina. La conquista del reino del Gran Chimú fue decisiva ya que marcó las pautas
para la organización del imperio y Chan-Chan fue el modelo que inspiró la construcción de
un nuevo palacio en Cuzco para cada soberano y la continuación del culto a la memoria
del Inca difunto.
Los Incas llamaban a su territorio Tawantinsuyu, lo que en Quechua, el idioma inca,
significa Las Cuatro Partes. Un territorio de diversos terrenos y climas marcados, que
comprendía una larga banda desértica en la costa, entrecortada por ricos valles irrigados;
las altas cumbres y los profundos valles fértiles de los Andes; y las cumbres montañosas
de la selva tropical al Este, se extendió por 4000 kilómetros a lo largo de la Cordillera de
los Andes, sin conocer la rueda ni una buena vía hídrica para transportar los excedentes
agrícolas, por lo que el imperio se fortalecieron varias comunidades y pueblos a lo largo
del imperio.
Antes de la construcción del Imperio Inca, la región estaba habitada por varios pueblos y
grupos sociales avanzados, muchos de ellos se mantuvieron bajo el dominio Inca,
conservando su identidad aún cuando estaban ligados política y económicamente a los
Incas. El Quechua fue el idioma oficial y hablado en la mayoría de las comunidades hasta
la llegada de los Españoles, pero al menos 20 dialectos locales subsistieron en varias
partes del imperio.
La religión del estado estaba basada en la adoración del sol, los emperadores Incas eran
considerados descendientes del Dios Sol y adorados como divinidades. El oro era su
símbolo, muy explotado para el uso de los dirigentes y miembros de la elite, no como
moneda de intercambio, sino principalmente con objetivos decorativos y rituales. La
religión dominaba toda la estructura política. Desde el Templo del Sol en el centro de
Cuzco, se podían trazar líneas imaginarias en dirección de los lugares de culto de las
diferentes clases sociales de la ciudad.
Las prácticas religiosas consistían en consultas de oráculos, sacrificios como ofrenda,
transes religiosos y confesiones públicas. El ciclo anual de fiestas religiosas estaba
regulado por el calendario inca, extremadamente preciso, así como el año agrícola. Debido
a este aspecto entre otros, la cultura inca se parecía mucho a algunas culturas de la mezo-
América tal como los Aztecas y los Mayas.
En cuanto a la organización social, el ayllu fue la célula social básica de la organización
inca, en este se unían los individuos que tenían parentesco común por línea paterna. En la
cima de la organización social y política estaba el Inca, gobernante por derecho divino, que
ocupaba el lugar más alto en la sociedad junto con su familia. El Inca podía tener varias
esposas, pero para mantener la pureza de sangre su esposa principal o Coya debía ser su
hermana, entre sus herederos se elegía el heredero (el Auqui) que era entrenado en las
labores de gobierno acompañando al Inca. El Inca era asistido por “los orejones”(eran
llamados así por grandes adornos que deformaban sus orejas), funcionarios y sacerdotes
pertenecientes a la nobleza.
Los incas tenían una sociedad muy jerarquizada, con distintos grupos sociales:

Uno de los intereses principales del Estado Inca fue el de convertir en productivos el mayor
número posible de tierras. Por ello se realizaron grandes obras de ingeniería, en forma de
redes hidráulicas de canalizaciones, acueductos, obras de drenaje y los característicos
andenes, a modo de escalinatas gigantescas. Los sistemas de andenerías, entre los 3.000
y 4.300 metros de altitud, permitieron cultivar pendientes que incluso sobrepasan los 60° y
ayudaron a evitar la erosión natural. Además de transformar el paisaje para un mejor
aprovechamiento del mismo, parecería que los Incas buscaron ordenarlo, estructurarlo, y
al mismo tiempo embellecerlo, a base de esas perfectas masas escalonadas, de
proporciones ajustadas, que pueden considerarse como obras de arte a escala
monumental.
Grandes y precisos constructores, edificaron paredes perfectamente ajustadas en las que
es imposible introducir una lámina de cuchillo. Desarrollaron un sistema altamente
funcional de arquitectura pública, sus ciudades estaban diseñadas con un sistema de
avenidas principales atravesadas por calles más pequeñas convergentes en una plaza
abierta rodeada de edificios para la administración y templos. En las zonas altas, las
construcciones eran de un solo piso, con un perfecto ensamblado de piedras talladas,en
las zonas bajas, costeras u orientales se pudo encontrar el uso de ladrillos de adobe.
Otra de las grandes obras de los Incas es el camino del Inca Qhapaq Ñan, el Sistema Vial
Andino. Como lo indica el Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO, se trata de una
vasta red viaria de unos 30.000 km construido por los incas a lo largo de varios siglos, con
el fin de facilitar las comunicaciones, el transporte, el comercio y la defensa. “Este
extraordinario sistema de caminos se extiende por una de las zonas geográficas del
mundo de mayores contrastes, desde las cumbres nevadas de los Andes que se yerguen
a más de 6.000 metros de altitud hasta la costa del Pacífico, pasando por bosques
tropicales húmedos, valles fértiles y desiertos de aridez absoluta”. Se extiende a los largo y
ancho de la Cordillera de los Andes, uniendo obras maestras de arquitectura e ingeniería
dedicadas a actividades de comercio, alojamiento, almacenamiento de mercancías e
importantes sitios religiosos. Fue inscrito en la lista de patrimonio Mundial de la UNESCO
en el año 2014.
Los incas fueron dotados de una gran capacidad de sincretismo, perfeccionaron la artes ya
existentes en los territorios en los que se asentaron, creando un estilo propio. Conocieron
un desarrollo espectacular en el manejo de las fibras, como la lana y el algodón, y el tinte
como colorantes naturales, para ser hiladas con la ayuda de ruecas y tejidas en
rudimentarios telares, aún son conocidos los telares de cintura. Se producían textiles con
fines ceremoniales, se utilizaba el brocado, el bordado y la tapicería. Los motivos
producidos eran zoomorfos policromos, con diseños geométricos de gran colorido.
Los objetos de metal ocuparon un lugar muy importante en el ajuar de la realeza Inca, se
encontraron trabajos en cobre, bronce, plata y oro, siendo el repujado y calado de láminas
el procedimiento más utilizado. Los alfileres y prendedores para sujetar prendas de vestir,
el tupu en lengua quechua, fueron elementos de uso común. Colgantes, collares, aretes,
anillos y brazaletes y pulseras fueron realizadas. Se encuentran también objetos rituales,
utilizados como amuletos y ofrendas, que representan animales y figuras humanas.
En cuanto a la cerámica, ésta fue modelada a mano, en el caso de las vasijas, ya que los
Incas no conocieron el torno, usaban la técnica del cordón. También se usaban moldes, lo
que permitió la fabricación de cerámica en serie. Los alfareros incas no inventaron ninguna
técnica distinta a las conocidas en épocas anteriores, sin embargo su cerámica se
caracterizó por sus formas equilibradas, un pulimento notable y la preponderancia de
motivos geométricos. Los tipos más característicos y propios fueron el aríbalo, una vasija
globular de base cónica, cuello cilíndrico de borde evertido con un apéndice zoomorfo en
la base del cuello y dos asas en forma de lazo; el kero, un vaso de uso ceremonial
utilizado por el Inca y la nobleza; y una gran variedad de cuencos y platos de muy diversas
formas y decoraciones.
Otro trabajo muy importante de los Incas constituye el trabajo en piedra, representaciones
zoomorfas de auquénidos (llamas, vicuñas y alpacas) y fitomorfas (mazorcas de maíz),
que son conocidas como conopas, y a numerosos cuencos y recipientes llamados
popularmente morteros.
Cierre:
A manera de cierre este rápido recorrido por cuatro importantes y diversas culturas de
América del Sur, nos muestra que la historia del territorio Americano tiene muy larga data,
una historia interrumpida por la avanzada del imperio Español que dejó trunco un
desarrollo tecnológico y cultural que ha dejado testimonio tanto en los vestigios materiales,
como estructuras, esculturas, piezas en metal, madera y cerámica, pero sobre todo y
mucho más importante en la cultura viva que ha sido transmitida de generación en
generación a los pueblos, comunidades y etnias que han pervivido hasta nuestros días.
Referencias:
Referencias Guaraníes:

 http://indigenas.bioetica.org/mono/inves63.htm
 http://hablemosdeculturas.com/guaranies/
 http://www.portalguarani.com/965_branislava_susnik/12958_cesteria_indigena_ensayo
_de_branislava_susnik_.html

Referencias Zenú:

 https://www.historiacultural.com/2011/12/cultura-zenu-sinu.html
 http://expertconsulting.com.co/Colombia/Sinu/Sinu.html
 https://es.wikipedia.org/wiki/Zen%C3%BA
 https://fundaciondavinci.org/wp/cultura-finzenu-katia-y-zenues-colombia/

Referencias Taínos:

 http://www.proyectosalonhogar.com/Enciclopedia_Ilustrada/Indios_Tainos.htm
 http://www.precolombino.cl/culturas-americanas/culturas-precolombinas/caribe/taino/

Referencias Incas:

 https://www.artehistoria.com/es/contexto/el-arte-inca
 https://www.portaleducativo.net/cuarto-basico/780/Incas-Organizacion-social
 https://whc.unesco.org/es/list/1459
 http://www.tareasfacil.info/Arte-y-Musica/Arte-Latinoamericano/Arte-inca.php
 https://www.tierra-inca.com/peru/incas.php
 http://museoroperu.com.pe/
 Soledad Hoces de la Guardia Ch. et Ana María Rojas Z., « Vestimenta de mujeres en
la nobleza Inca. Ajuar textil en el enterratorio del Cerro Esmeralda y sus relaciones con
los textiles en miniatura de estatuillas. », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne],
Colloques, mis en ligne le 16 décembre 2016, consulté le 04 novembre 2018. URL :
http://journals.openedition.org/nuevomundo/69833 ; DOI : 10.4000/nuevomundo.69833

2.03 Arte Precolombino en Ecuador


América no es solo un "nuevo" continente que Colón y los europeos que llegaron
posteriormente hallaron, tiene una historia de miles de años. No nos referiremos a aquella
gente que habitó la América precolombina como "aquellas tribus", nos referimos a ella
como "las culturas prehispánicas, los grupos étnicos precolombinos", en efecto eran
culturas de una alto nivel de organización.
Se impone, pues, abordar el arte precolombino del territorio del actual Ecuador justamente
desde las perspectiva de la habilidad técnica en coordinación con las reglas establecidas
por la sociedad. Aunque ello implica una visión parcial de la vida de los pueblos
precolombinos, tiene la virtud de resaltar la poderosa creatividad y el notable ingenio de los
antiguos pobladores del territorio ecuatoriano, que, ciertamente, dieron muestras de que el
goce estètico no es de ningùn modo patrimonio de las civilizaciones occidentales.
En Ecuador, cuando hablamos de megadiversidad, no solamente hacemos referencia al
imponente entorno biológico natural, sino que nos referimos al factor humano.
Periodización básica Ecuador

 Precerámico (12000 a.C. - 4000 a.C)


 Formativo (4000 a.C. - 500 a.C.)
 Desarrollo regional (500 a.C. - 500 d.C.)
 Integración (500 d.C. - 1500 d.C.)

El arte de la cerámica.
La Cultura Valdivia: la aparición de la cerámica en el Ecuador
(4000 y 1500 a.C. Se extendió a lo largo de los valles fértiles de la costa, la cuenca del Río
Guayas y el sur de Esmeraldas)
La cerámica apareció en América y en Ecuador en la cultura Valdivia, hace unos cinco mil
quinientos años. Su origen es uno de los grandes enigmas de la arqueología ecuatoriana.
Desde sus comienzos, la cerámica valdiviana comprende tres tipos de vasijas claramente
discernibles: una olla grande de cuello alto, otra globular con cuello corto pero bien
marcado y un cuenco hemisférico. Estas vasijas a menudo tienen engobe rojo e incisiones
en el cuello.
Un importante desarrollo artìstico del Formativo es la tradición de las figurinas, que surgió
en la cultura Valdivia y se difundió hasta Mesoamérica y los Andes centrales. Como su
nombre lo indica, las figurinas son pequeñas figurinas humanas modeladas en arcilla. En
el caso de Valdivia, esta tradición pone énfasis, sobre todo, en la representación de la
mujer.
http://boletinmuseoprecolombino.cl/wp/wp-content/uploads/2015/12/bol2-02.pdf (Vínculo de
interés, relación entre cerámica Valdivia y cultura Jomon de Japón)
Cultura Machalilla: la continuidad
(1600 y el 950 a.C. vivieron en la Costa ecuatoriana en algunos de los lugares
anteriormente ocupados por los Valdivia, desde la provincia del Oro, en el sur, hasta la
provincia de Esmeraldas, en el norte)
La cerámica de la cultura Machalilla, que siguió a la de Valdivia, continuó con las formas
básicas valdivianas, añadiendo como decoración un ahumado o bruñido negro con líneas
grabadas después de la cocción de vasijas. Las figurillas machalilla, como las valdivianas,
son sólidas, aunque de mayor tamaño y, curiosamente, de sexo masculino. Su aspecto
general es más bien tosco y estilizado, con narices prominentes y ojos en grano de café.
Muy frecuentes son también las filas de perforaciones a lo largo de la cabeza o de las
orejas, que acaso alojaban plumas de adorno.
Cultura Chorrera: la innovación
(950 y 350 a.C., ocuparon la Costa del Ecuador y se extendieron dentro del territorio, a lo
largo de las costas del río Guayas y sus ríos tributarios)
La cerámica de la cultura Chorrera, de finales del Formativo, trajo consigo innovaciones
formales y decorativas como el uso del engobe blanco leonado o rojo, la pintura negativa a
base de ahumado negro, y la pintura iridiscente. La cerámica doméstica continuó con las
formas de la cerámica machalilla; en cambio, la de uso social, religioso y funerario alcanzó
grandes niveles de variación y sofisticación plástica y decorativa.
Una importante innovación es la botella silbato con pico y asa, que deriva de la botella en
asa de estribo machalilla. Se trata de vasijas finamente acabadas con tricromía, ahumado,
bruñido rojo e incisiones, con representaciones fitomorfas y zoomorfas, y con un largo pico
acompañado de dos silbatos. El efecto acústico es impresionante: mientras se vierte el
líquido en la botella suenan los silbatos con tonos debidamente controlados. No falta el
apoyo gráfico del sonido con la representación en la vasija de un tocador de rondador. Si a
ello se añade la pintura iridiscente con que están decoradas algunas de las botellas, cabe
imaginar la sofisticación estética de una ceremonia social o religiosa de la cultura
Chorrera.
La diversificación del arte
El período de Desarrollo Regional se caracteriza por el surgimiento de numerosas culturas
locales que se desarrollan en relativo aislamiento, como Jama Coaque, Guangala, Chone,
Bahía, La Tolita, etcétera. Cabe señalar la aparición de la metalurgia y del trabajo de
piedras semipreciosas y la generalización del comercio a larga distancia, demostrado por
el intercambio de obsidiana y de la concha Spondylus.
Jama-Coaque: nuevas tradiciones
(350 a.C. y el 1530 d.C. habitaron en la costa ecuatoriana desde el cabo de San Francisco
hasta Bahía de Caráquez, principalmente en los valles de Jama y Coaque)
La cultura Jama-Coaque inicia una tradición de vasos compuestos y recipientes polìpodos
de tres, cuatro y hasta cinco pies, a veces con piedrecillas en su interior, que producen un
sonido similar al de un sonajero. Las figurinas están elaboradas en molde, sobretodo su
cara anterior, y llevan narigueras, orejeras y bezotes, lujosos vestidos ceremoniales y en
algunos casos hasta armaduras. Característica de esta cultura es la representación de los
ojos en forma de “D”.
De manera particular construyeron casas-templo de forma rectangular en las que el
chamán realizaba ceremonias, ofrendas y atendía a su comunidad.
https://www.pinterest.es/karycedjai/sellos-jama-coaque/?lp=true Vínculo de interés. Sellos
Jama Coaque.
La Tolita: el florecimiento de la cerámica y la metalurgia
(350 a.C. y el 350 d.C. en la Costa norte del Ecuador a lo largo de la provincia de
Esmeraldas y se extendieron hacia la región de Tumaco en el departamento de Nariño, en
Colombia)
La cerámica consta de botellas de dos picos, cántaros y vasos con trípodes bulbosos,
compoteras pintadas de blanco y rojo sobre leonado, a veces combinadas con pintura
negativa.
Las figurinas son de tamaño variable, constituyen verdaderas esculturas de cerámica. Hay
representaciones de animales mitológicos, felinos con lengua larga colgante, y animales
comunes, sacerdotes, hombres y mujeres en actividades cotidianas, figuras con máscaras,
enfermos y ancianos.
La cultura Tolita es también conocida por la impresionante cantidad de objetos de metal
que ha producido, particularmente de oro y platino: anillos, narigueras, máscaras, agujas,
tachuelas, cuentas y anzuelos.
A juzgar por las representaciones en cerámica y orfebrería, la gente adoraba seres
míticos, mitad humano y mitad caimán, jaguar o serpiente, considerados como deidades y
espíritus protectores.
http://www.enciclopediadelecuador.com/historia-del-ecuador/cultura-tolita/ Vínculo de
interés, Cultura Tolita
La masificación del arte.
El desarrollo cultural alcanzó en el período de Integración su máxima expresión con el
surgimiento de extensos cacicazgos, como los de Manta, Milagro-Quevedo y Caranqui. Se
levantaron por doquier montículos con fines religiosos o habitacionales y se construyeron
obras de infraestructura agrícola, tales como camellones, pozos y terrazas.
Este período marca un importante momento de expansión demográfica del Ecuador
aborígen. En consecuencia, la tecnología se diversificó más y se especializó para
responder a un cúmulo de necesidades, inexistentes en épocas anteriores.
La cultura Manteña: prosperidad material y desarrollo artìstico
La cultura Manteña es una de las más conocidas de este período, no sólo por sus vestigios
arqueológicos, sino también por la información escrita dejada por los cronistas.
La producción de objetos ceremoniales de piedra, que comenzó ya en el período anterior,
se generalizó a gran escala. Columnas, estelas y sillas de piedra en forma de “U”, todas
ellas con relieves de figuras humanas, pájaros y animales, muestran el gran aparato que
rodeaba las ceremonias civiles y religiosas de los manteños. Las representaciones de la
“mujer heráldica” en las estelas sugieren la importancia del culto a la fertilidad en esta
cultura.
Las figurinas, tanto masculinas como femeninas, están hechas a mano y en molde, con
superficies ligeramente pulidas y generalmente de color negro. Las figuras están de pie,
aunque son muy conocidas las figurinas de los individuos sentados en sillas similares a las
de piedra recuperadas en los sitios arqueológicos.
Milagro - Quevedo: metalurgia y “cocinas de brujo”
(700 y el 1530 d.C., se asentaron a lo largo del sistema fluvial del río Guayas, incluyendo
sus principales ríos afluentes: Daule y Babahoyo, desde el golfo de Guayaquil hasta Santo
Domingo de los Tsáchilas)
La excelencia metalúrgica caracteriza a esta cultura. Vasos de oro de una sola pieza,
collares, narigueras y aretes, a veces montados de turquesas y mullos, son algunos
objetos que fabricó este pueblo recurriendo a las más variadas técnicas. El cobre se usaba
para objetos de uso diario, como cinceles, agujas, hachas y anzuelos, así como las
famosas hachas-moneda que, a menudo, constituyen ofrendas funerarias.
La cerámica, en cambio, es modesta, sin mayor alarde estético y atenta a su funcionalidad
cotidiana. Lo mismo puede decirse de las figurinas toscas de arcilla; las mejor talladas
están hechas en piedra con figuras humanas y animales. En la zona de Quevedo se ha
hallado una vajilla muy característica de esa cultura, se trata de un conjunto de ollas,
platos o vasijas trìpodes cuyas paredes ostentan como decoración plástica pájaros, sapos,
culebras, seres humanos, etcétera. Tal profusión de elementos decorativos han inducido a
los arqueólogos a bautizar expresivamente estas vasijas como “cocinas de brujo”.
La Sierra norte: cerámicas de Capulí, Tuza y Panzaleo
En la Sierra norte se encuentran dos conjuntos cerámicos contemporáneos entre sí, Capulí
(también conocido como Negativo del Carchi) y Tuza. El primero está conformado por
platos hemisféricos, ollas globulares, compuestas y trípodes, compoteras y las conocidas
ollas zapatiformes (en forma más bien de babucha o mocasín), generalmente decoradas
con pintura negativa. Las figurinas tienen el torso largo y desnudo y muestran al individuo
sentado en un banco. Es típica la representación de un abultamiento en la mejilla que
sugiere el consumo de la coca, razón por la que a estas figuras se las denomina
“coqueros”.
En el conjunto de Tuza las formas cerámicas son similares a las de Capulí, pero la pintura
de las vasijas es positiva, con fondo claro y los bordes de color rojo oscuro. Los motivos
predominantes son los guerreros y gran variedad de animales, principalmente aves,
cérvidos, murciélagos y monos.
La Sierra central y sur: estilos de Puruhá, Cashaloma y Tacalshapa
En la sierra central las secuencias cerámicas de Guano, Elén Pata y Huavalac han sido
agrupadas bajo el nombre de Puruhá. Piezas características de esta cultura son las ollas
globulares de boca ancha, las ollas trìpodes con pies de forma de hoja de penco, los platos
con mango y los cántaros antropomorfos con la representación plástica de una cabeza
humana, y una pintura negativa o de bandas rojas en el cuerpo del recipiente.
En la Sierra sur hay una serie de estilos cerámicos que tal vez surgieron a raíz de
episodios migratorios relativamente recientes. Los estilos más consistentes son los de
Cashaloma y Tacalshapa, aparentemente contemporáneos.
El estilo Cashaloma agrupa vasijas pintadas generalmente de un engobe marrón, a veces
combinado con pintura crema goteada libremente o siguiendo algún patrón lineal o zonal.
Son características las copas en forma de campana invertida que a veces se alarga hasta
constituir una especie de “florero”con base anular.
La cerámica Tacalshapa, en sus comienzos, empleó pintura blanca sobre rojo con diseños
geométricos escalonados, pero luego perdió calidad y la decoración se restringió al
engobe tojo simple o a líneas rojas sobre el color natural. Las formas más comunes son
cántaros lenticulares (cantimploras) de cuello alto ornado con una o dos maras modeladas,
con ojos circulares hechos con canuto.
La región cañari, particularmente la zona de Chordeleg-Sigsig, es también conocida por su
extraordinaria metalurgia, lamentablemente perdida en gran parte, ya que en el siglo XIX
los huaqueros saquearon numerosas tumbas y fundieron innumerables piezas de oro.

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