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María Eliana Jeria

Diego Pérez
25 de Enero, 2019

Ensayo acerca las nociones de Humanismo y


Posthumanismo.
Introducción

Este ensayo es una aproximación a los conceptos de humanismo y posthumanismo, visto


desde una perspectiva filosófica, el cual busca mostrar un amplio panorama acerca de lo que ambos
términos significan o representan. Para esto, se abordaran otros temas de interés acerca del
humanismo como lo son el cuerpo político y la idea de muerte en Heidegger, además, de su
definición y origen; para así llegar hasta la noción de posthumanismo, del cual me referiré
especialmente a su contexto y al futuro que pueda tener éste en relación del ser humano en esta
época de velocidad y contante cambio. Es así, como se abordara cientos de años de historia de una
forma breve y acotada, mostrando y describiendo las definiciones necesarias para entender el tema,
o los tópicos más importantes para comprender el sentir humanista. Finalmente se compartirá
algunas apreciaciones personales con respecto al humanismo y posthumanismo, centrándose en
hipotetizar acerca de lo que podría venir para la humanidad en un futuro quizás no muy lejano,
además, de referirme acerca del humanismo y su estado actual frente a un mundo que no tiene
cabida para sus nociones tradicionales.

Para comenzar, es importante intentar definir qué es el humanismo, debido a que es un tema
principal a tratar en este ensayo. Como muchos términos abstractos, el humanismo es difícil de
definir de forma precisa y clara, además, cuenta con diferentes nociones dependiendo del punto de
vista en que se mire. Para este ensayo, el humanismo será observado desde el punto de vista
filosófico, con esto aclarado, se puede recurrir a diferentes fuentes para intentar encontrar una
definición satisfactoria. La Real Academia Española, por ejemplo, define el humanismo de tres
maneras, siendo el primero “cultivo o conocimiento de las letras humanas”, el segundo
“Movimiento renacentista que propugna el retorno a la cultura grecolatina como medio de restaurar
los valores humanos”, y por último el tercero “Doctrina o actitud vital basada en una concepción
integradora de los valores humanos”. De estas definiciones, la más próxima al campo de la filosofía
sería la tercera, porque es la menos limitante y más omniabarcadora (Montecinos, 2011), pero aun
así no es un término del todo satisfactorio, porque como dijo Nietzsche la noción de precisión y
claridad no es lo que más le sienta a la filosofía, sino más bien las nociones de investigación,
interrogación e interpretación de fenómenos (Montecinos, 2011). Por ello, tomaremos las
aproximaciones de diferentes autores, para así nutrirnos de distintos puntos de vista. Por un lado,
Montecinos (2011) se refiere acerca del humanismo de la siguiente manera:

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“Por eso, al margen de consideraciones de épocas o de determinada cultura,
podemos decir que la preocupación por el hombre es en sí mismo la idea fuerza que ha
dado origen a lo que hoy conocemos como humanismo. Cuando el hombre empezó a
darse cuenta de su propia humanidad es cuándo aparece el humanismo en toda su
plenitud. Un humanismo que, entendido en su sentido más amplio, significa un
conjunto de actitudes e ideas que hacen del hombre el objeto preferencial de sus
reflexiones desde los periodos más remotos hasta los más contemporáneos.”

Es así como la definición de Montecinos va más allá de una preocupación por la cultura de
otra época, un concepto ligado netamente a las letras o ha alguna ideología política, sino un término
que esta centrado en lo que es la esencia del ser humano, y como éste interpreta su propio yo con
respecto al mundo que lo rodea, además de como este concepto se va modificando al pasar el
tiempo. Por otro lado, Ferrater (1941) definió humanismo como:

“Se ha llamado principalmente a la tendencia que durante el Renacimiento produjo


el amor y el culto a la Antigüedad clásica, considerada como un ejemplo de afirmación de
la independencia del espíritu humano y, por tanto, de su valor autónomo y dignidad. El
humanismo queda así ligado históricamente al Renacimiento, pero su concepto general es
indudablemente mas amplio. Según Burckhardt, el humanismo significa el descubrimiento
del hombre en cuanto hombre y, consiguientemente, la reafirmación de todo lo humano,
tanto en el sentido del individualismo como en el sentido de la «humanidad». (…) En la
actualidad se ha manifestado nuevamente una tendencia humanista, pero no ya sólo como
resurrección de la Antigüedad clásica, sino cómo manifestación de la necesidad de un
nuevo ideal humano en vista de la irrupción de una crisis en la modernidad. Este
humanismo se ha desenvuelto en múltiples formas y desde diferentes puntos de vista,
hablándose de un humanismo cristiano, de un humanismo socialista, de un neohumanismo
liberal, etc. En todos los casos, sin embargo, el humanismo actual intenta substituir la
noción renacentista y moderna del individuo por la más completa de la persona (véase),
haciendo del humanismo no un culto a una entidad abstracta –la humanidad–, ni una
exaltación del individuo considerado como átomo social, sino más bien un imperativo de
respeto a la personalidad humana, al hombre en cuanto portador del espíritu.” (1941, pp.
257)

Ferrater aleja el humanismo de la directa conexión que se le otorga con el renacimiento,


ampliando así la visión que se tiene sobre éste hacía algo más de lo meramente renacentista, sino
como una respuesta a las problemáticas sociales modernas, así como también lo hace el
posthumanismo del cual hablaremos más adelante. De esta manera se logra formar de una manera
muy rudimentaria una idea acerca de que entendemos como humanismo, logrando así una noción
básica acerca de este tema fundamental, aun así, todavía quedan interrogantes como, dónde se
origino esta inquietud en el hombre, cual es el inicio de esta corriente filosófica.

El concepto de humanismo esta fuertemente arraigado y ligado con el siglo XV y XVI en el


renacimiento, además de con el re-descubrimiento de la literatura greco-romana. Es así, como
popularmente la gente asocia el humanismo con una noción de erudición y letras, conceptualizando
el término con una imagen de pensadores profundos, poetas apasionados o profesores letrados. Sin

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embargo, si pensamos en el humanismo desde el sentido más amplio, el humanismo puede ser
encontrado en uno de los estadios de desarrollo más primitivos, como lo es el homo sapiens
(Montecinos, 2011). Desde el punto de vista de la historia, no se puede negar que el arte juega un
papel decisivo para la expresión humanista, por lo tanto no se puede descartar las contribuciones
más primitivas realizadas por nuestros ancestros, los cuales ya mostraban expresiones artísticas,
además de ritos para diferentes eventos como la muerte de un ser queridos, y lograron domesticar
otras especies para su propio beneficio (además de domesticarse a ellos mismos según los
hallazgos y las interacciones que realizaban con su ambiente) (Montecinos, 2011). Es así como
especificar el origen del humanismo es tan difícil como definir el humanismo en sí, se pueden
tener opiniones o teorías de cuando comenzó, se puede trazar el momento exacto desde cuando el
término se comenzó a popularizar, pero el humanismo en sí pudo haber empezado desde que el
hombre existió, por lo tanto un origen exacto se encuentra extraviado entre el limbo prehistórico
y las convenciones tradicionales encontradas en culturas como las greco-romanas, sin poder ser
claramente definido (Montecinos, 2011).

Aun cuando, el apuntar a una fecha exacta como el origen del humanismo es imposible, aun
podríamos especular el porqué empezó. El humano creo el humanismo al pensar conscientemente
acerca de las nociones de humanidad y la esencia de lo que es o no un humano. Los seres humanos
siempre estamos cuestionándonos nuestro entorno y cómo funciona el mundo que vemos pero no
controlamos (no en su totalidad al menos). Es así que llego un momento después de muchos
tiempo, en que los humanos nos cuestionamos, qué somos, qué es un ser humano, y qué nos
diferencia del resto. El humanismo es entender que existimos, haciendo una analogía simple, es
como un ser ficcional que se dio cuenta de su condición ficcional, y raíz de esto comienza a
reflexionar acerca de su existencia y que hará a partir de este conocimiento, es estar consciente
que no somos dioses ni bestias, somos humanos y como tales nos comportamos y regimos con
normas humanas que nosotros mismos creamos a partir de este constante cuestionamiento, es así
como incluso las propias normas que en algún momento impusimos como humanos fueron
cambiando, porque cruzaban los limites de la deshumanización para nosotros o con nosotros
mismos, es así, como hoy en día la esclavitud ha sido prohibida (mayormente) por atentar a los
derechos humanos que nosotros mismos nos otorgamos solo por haber nacido humanos, éste es
solo un ejemplo de como la visión de mundo a evolucionando, amoldándose a las nuevas creencias
y paradigmas que como seres humanos creemos, es así como el concepto de lo que es humano ha
cambiado, variando y perfeccionándose según las necesidades de cada época.

Una de las herramientas principales que utiliza el humanismo es la lengua, no es sorprendente


debido a que históricamente se le ha atribuido un rol significativo, sino primordial, a la lengua
como un eje central de la condición humana. Sin embargo, desde el punto de vista filosófico, la
lengua es una herramienta humana usada para la domesticación, o el proceso de formar personas.
Es así como por ejemplo, en “El político” de Platón (1955), éste no diferencia entre un político y
un pastor, porque ambos practican el arte de educar a un rebaño, obviamente uno lo hace en un
sentido literal y el otro figurativo. De este modo, la palabra se posiciona como el principal
instrumento de domesticación que tiene el humano para sus iguales, una herramienta perfeccionada
para adoctrinar al cuerpo político y así separar a los humanos de lo salvaje. Es por esto que
indudablemente debemos dar un vistazo al pasado, para familiarizarnos con el concepto de cuerpo
político y como este influye en el desarrollo del humanismo. Los orígenes de este término, pueden
ser rastreados hasta Platón con su teoría del organicismo (Otero, 2006). Para explicar en palabras

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simples de que trata el modelo político del organicismo, podemos hacer una analogía entre el
cuerpo político y el funcionamiento del cuerpo humano, en donde cada órgano cumple funciones
distintas y especializadas para hacer funcionar una máquina mucho más grande (Otero, 2006). Para
que este modelo funcione, se necesita de un sistema que lo maneje y arbitre, es así como tenemos
los conceptos de virtud y alma; Platón plantea que, en el alma de cada hombre debe dominar lo
racional por encima del instinto, es así como este organismo debe ser gobernado por personas
virtuosas, quienes se destaquen por su pensamiento racional (Otero, 2006). Lo interesante acerca
de la metáfora organicista, es que se destaca el pensamiento político, gracias a Platón, como algo
que es esencialmente humano, y por lo tanto, algo que necesita perfeccionarse, porque es en sí
imperfecto (Otero, 2006). Como ya mencione anteriormente, la política se definió como algo
esencialmente humano, y es así como, la palabra se posiciona en la misma categoría, al ser la
herramienta utilizada por excelencia. Muchas veces cuando se le pregunta a una persona, qué es
lo que nos diferencia del resto de los animales, una respuesta común es la lengua, el ser capaz de
comunicarnos a un nivel mucho más complejo y enmarañado, que quizás, un patrón auditivo o un
rugido organizado. Desde el punto de vista de alguien mas bien ignorante filosóficamente, pero
amante lingüística, no puedo decir que están equivocados; aun cuando se haya demostrado en el
último tiempo que, existen animales cuyos patrones lingüísticos pueden ser similares a los
humanos, la connotación detrás de la palabra es completamente distinta, los animales escuchan y
se comunican, pero no conceptualizan ni adoctrina como lo hacen los humanos. Con esta breve
reflexión, quiero pasar al siguiente gran tema del humanismo, el cual es la idea de muerte que
plantea Heidegger.

Referente a la obra de Heidegger, Manzano (2011) establece:

“La obra de Heidegger de 1927 se aleja de una concepción metafísica con respecto
a la existencia humana; para él, la búsqueda de la filosofía ya no se refiere a un origen
divino o mítico, sino que la existencia se da dentro del tiempo en el que ésta es
determinada. Por otro lado, los conceptos de esencia y existencia no aparecen bajo la
consigna de mostrar dos mundos al parecer irreconciliables; en el lugar de estos dos polos
Heidegger devela una novedosa forma de observar al hombre, la de la existencia; el
término para designar al hombre es el Dasein, pero también este término es el de
existencia. Heidegger después de volver a plantear la pregunta por el ser, considera que es
necesario realizar la analítica ontológico existenciaria, dentro de este análisis se encuentra
la relación que el Dasein guarda con el mundo, (…) Así es como se instaura dentro de Ser
y Tiempo la temática de la muerte como fenómeno irreferible e irrepetible de la existencia
del Dasein. ” (2011, pp. 80)

Es así como la noción de muerte es conectada con el ser y la problemática humana. Los
humanos viven su vida con muchas incertidumbres, sin embargo, la única certeza que tiene su
existencia es la muerte, la cual alcanzara a todos por igual en algún momento. Siempre se ha
escuchado relatos del pasado, en donde poderosos reyes pasan su vida persiguiendo la
inmortalidad, esta inquietud por vencer a lo único que el humano no ha podido evitar, se relaciona
con como, sin importar tu poder, habilidad o capacidad, al final de tu existencia, morirás de todas
formas. Siempre pensamos en la vida como un proyecto que construir a futuro, pero nunca en la
muerte como un fin inevitable, nos pasamos considerando a la muerte como una deuda por pagar,

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una injusticia imparable (Azarte, 2011). Ahondando en lo que significa la muerte, el autor agrega
(Azarte, 2011):

“Pensar la muerte es estar vuelto hacia ella, estar vuelto hacia la muerte es morir
porque reservamos el término morir para la manera de ser en la que el Dasein está vuelto
hacia su muerte. Según esto, debe decirse: el Dasein nunca fenece. Pero sólo puede dejar
de vivir en la medida en que muere” (Ibíd.: 267). De esta forma el Dasein muere en cada
momento que se vuelve hacia la muerte, en cada instante que su tez palidece ante el horror
de su inminente fin. El Dasein, de cierta manera, existe al par que su cuerpo tiembla ante
el abismo de la muerte, la vida se nos presenta entonces como la conciencia de la
posibilidad más real; no hablamos de la vida iluminada bajo la concepción biológica sino
del sentido ontológico de la vida donde sólo está la visión de la muerte sin horizonte
alguno. En cierto modo, Heidegger nos hace pensar que la pregunta por el sentido del ser
sólo puede llevarse a cabo sobre la cuestión de la muerte.” (2011, pp. 81)

Sin divagar más acerca de Heidegger, al final Azarte (2011) argumenta que no podemos
cuestionarnos el sentido del ser, el porqué existimos, sin antes reflexionar acerca de nuestra muerte,
el ser humano solo reconoce su existencia al aceptar que su paso es fugaz y finito. Esto ciertamente
no es ajeno, el tiempo es una preocupación universal, una dimensión incontrolable que deteriora
todo a su paso, si los seres humanos tuviéramos control sobre éste, en este caso específico para
impedir la muerte, toda la realidad humana, el paradigma sobre el que esta pavimentado la creencia
humanista, cambiaría radicalmente, porque nuestra realidad cambiaría, nuestro ser sería
reconstruido, nuestras reglas serían desechadas para dar paso a un nuevo orden. Ciertamente estos
cambios no son exclusivamente reservados para un cambio trascendental en la esencia humana,
sino también, para un cambio acerca del mundo que nos rodea y el como interactuamos con éste,
es así como, hoy en día hemos llegado a una nueva época que, lentamente, esta dejando al
humanismo en el pasado para perseguir lo que viene a continuación, cuál será el siguiente paso
que dará el ser humano con respecto a su esencia y especialización, pues llegar a una etapa
posthumana.

Desde hace 40 años aproximadamente que, el mundo de las letras comenzó a usar términos
como decostrucción, posmodernismo, poscolonialismo, etc. Los cuales cuestionaban los cimientos
de la vida moderna, rechazando el orden preestablecido por las diferentes ideologías gobernantes
de la época (Chavarría, 2013). Chavarría (2013) se refiere al posthumanismo como:

“Una nueva era, un nuevo siglo, el de la velocidad y el ciberespacio. El siglo del


empoderamiento de las periferias frente a las metrópolis, el de la revolución digital. El
siglo XXI, que dejaba atrás el humanismo tradicional para dar paso a otras concepciones
de lo humano y a otras subjetividades, el cyborg, el hombre numérico, el hombre
simbiótico. En efecto, los humanismos del siglo XX que tenían como base epistemológica
el logos y el hombre como medida de todas las cosas, ya no se adecuaban a las nuevas
sociedades de la información, de la velocidad, de la ciencia y de la tecnología. Ese
humanismo tradicional, inspirado en la cultura del libro y en el canon de los fundadores
de la filosofía y la historia occidental, parecía que se estaba quedando obsoleto frente a los
descubrimientos de la neurociencia que daban respuestas nuevas a los viejos conceptos de
razón, emoción y consciencia. Nuevos descubrimientos sobre el funcionamiento del 5

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cerebro humano y el desarrollo de las biotecnologías transformaban las antiguas ideas
sobre la naturaleza humana.” (2013, pp. 4)

El humanismo no pudo adaptarse a la velocidad e instantaneidad de las nuevas tecnologías,


el estar tan sumergido en un acervo de información saque que el aburrimiento se vuelve una parte
esencial de las mentes jóvenes, las cuales teniendo todo a su disposición se ven abrumados por un
flujo de información exhorbitante. De esta forma el autor (Chavarría, 2013) agrega sobre el
posthumanismo:

“Los humanismos eurocéntricos, ya no respondían satisfactoriamente a las


inquietudes de las nuevas generaciones que pasaban gran parte de su tiempo en el
ciberespacio, y a quienes la ciencia les hablaba de la posibilidad de transformar sus
cuerpos, sus mentes y su potencialidad con la magia de la ciencia y la tecnología. Como
afirma Céline Lafontaine: “…la sociedad contemporánea, con su gran cuota de tecnologías
de información y de la biotecnología, también tiene la esperanza de ver finalmente la
aparición de un nuevo hombre, capaz por su gran flexibilidad de adaptarse a los caprichos
de los flujos de comunicación constantes” (2000, pp.60). El siglo XXI y el acelerado
desarrollo de la ciencia y la tecnología despertaron, sin duda, la imaginación y las
posibilidades hacia nuevas creaciones tecnológicas que fueran cada vez más parte
intrínseca de los humanos. Época en que también hay un claro predominio de la cultura y
el pensamiento visual sobre la cultura letrada.” (2013, pp. 5)

El foco del humanismo era la domesticación humana a través de palabra, la lectura, la


erudición, etc. Desafortunadamente, la nueva época que estamos viviendo dejo atrás aquel ideal
humanista, debido a como lo plantea Sloterdijk, el humanismo ha demostrado ser poco exitoso al
domesticar al hombre, menos aun en este siglo de la instantaneidad, de las tecnologías
comunicacionales, biotecnologías y la globalización (Chavarría, 2013). Es así como el ser humano
esta buscando otros medios para la domesticación, además de inquietarse por otras problemáticas,
quizás la incesante persecución de la muerte ha impulsado al hombre a buscar algo más allá de lo
humano, algo que perdure tanto como las ambiciones del hombre, algo que rompa todos los
paradigmas conocidos sobre la humanidad, y que probablemente abra millones de debates acerca
de la ética futura. Quizás estas ideas solo pertenecen a la ciencia ficción, o quizás estamos más
cerca del futuro ampliamente representado en la cultura del cine, futuro que parecía tan
descabellado como aterrador, hoy podría ser una consideración de hacía adonde va caminando esta
humanidad, que poco a poco va quitándose capaz, no para deshumanizarse, sino para avanzar a un
estado más allá del humano.

Conclusión
En conclusión, la evolución del humanismo fue lenta pero constante, adaptándose a cada estadio
distinto en que se encontrará la humanidad; sin embargo, el cambio radical que ha experimentado
el mundo gracias a las nuevas tecnologías que, siguen perfeccionándose más rápidamente que nada
anteriormente visto, fue un ritmo que el humanismo no pudo seguir. Es aquí donde llega el
posthumanismo a tomar el puesto dejado por el anterior, el futuro parece incierto y prometedor en
ciertos aspectos, mientras que para otros, sus más grandes miedos se están cumpliendo. Es así

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como se discute acerca de la programación genética como la nueva técnica de formación, en vez
de la antes usada palabra, es que al parecer en este muevo mundo digital no hay tiempo para leer
o escuchar algo tan inocuo como aburrido, como leí entre alguno de los estudios, las letras han
sido reemplazada por lo visual, esta sociedad esta tan sobre estimulada que es difícil llegar de
manera significativa a la gente. En lo personal no le temo al cambio, y pienso que era el paso
lógico que debía hacer la humanidad en algún momento; algo que siempre me inquieto con
respecto a la muerte, no era el hecho de que fuera inevitable, siempre he estado dolorosamente
hiper consciente de esto, sino lo que pasaba con aquellas personas que, aunque su cerebro estuviera
en perfecto estado, su cuerpo evitará su libertad debido al deterioro. Como computadoras
funcionales y caprichosas, era evidente que un impedimento para nuestro desarrollo era esta cárcel
en la que fuimos puestos al azar, la cual más temprano que tarde se descompone guiándote al
inevitable final. Es quizás, esta preocupación por la falta de tiempo, o la falta de libertad, que llevo
a los científicos y eruditos de este tiempo a estudiar la biotecnología, el camino es largo y muy
complicado por ahora, pero creo que es interesante pensar en donde estará posicionada la
humanidad en 20 años más, en donde se encontrará la humanidad, o en que parte de la historia se
habra quedado.

Referencias

Montecinos, H. (2011). EL Humanismo según la filosofía – Critica.cl. [online] Critica.cl.


Available at: http://critica.cl/literatura/hola-mundo [Accessed 3 Jan. 2019].

Plato. (1955). Platon el politico. Madrid: Inst. de estudios politicos.

Diccionarios. (2019). Retrieved from http://www.rae.es/recursos/diccionarios

Ferrater, J. (1941). Humanismo | Diccionario de filosofía. Retrieved from


http://www.filosofia.org/enc/fer/1941257.htm

(PDF) El cuerpo político. Available from:


https://www.researchgate.net/publication/33397968_El_cuerpo_politico [accessed Jan 24 2019].

Manzano Azarte, J. (2011). El sentido de la muerte en Ser y Tiempo de Heidegger [Ebook] (pp.
80 - 81). México.

Heidegger, M. (2003), Ser y tiempo, Editorial Trotta, Madrid.

Heidegger, M. (1971), Ser y tiempo, Fondo de Cultura Económica, México.

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Dvorsky, G. “Better Living through Transhumanism”. The Humanist; May/June 2004.

Chavarría, G. (2013). El posthumanismo y el transhumanismo: transformaciones del concepto de


ser humano en la era tecnológica.

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