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ENTREVISTA: PRIMER TRASPLANTE DE GANGLIOS LINFÁTICOS PARA LINFEDEMA EN CHILE

15 marzo, 2016

entrevista

Por Carlos Montes Z.

A cargo del Cirujano Plástico de la Pontificia Universidad Católica, Microcirujano Reconstructivo


formado en Taipei, con estudios en Cirugía Plástica Estética en Nueva York, don Alejandro Ramírez,
se llevó a cabo el primer trasplante de ganglios linfáticos para linfedema en Chile.

Doctor, ¿qué nos puede decir de este primer trasplante en el país? ¿En qué consiste?

Respecto al procedimiento: El linfedema es una enfermedad debilitante para muchos pacientes.


Consiste en la acumulación de linfa en alguna parte del cuerpo, habitualmente las extremidades.
Efectivamente es primera vez que se realiza esta cirugía en el país. El objetivo de ésta es llevar
ganglios sanos a donde hace falta. Estos funcionan “succionando” el linfedema. De esta forma se
mejora es drenaje linfático de la extremidad afectada, disminuye su diámetro, y las molestias y los
problemas asociados. En este caso puntual, la paciente sufre linfedema en su extremidad inferior
derecha. Recibió tratamiento en el extranjero con respuesta parcial, por lo que se planificó un
trasplante de ganglios. El 11 de marzo, en una cirugía de más de 9 horas se trasplantaron ganglios
tomados de su axila izquierda a la ingle derecha. Para realizar el trasplante de tejido se reconectó
bajo la visión de un microscopio una arteria, 2 venas y un canal linfático.

La honesta y crítica visión del paciente

Camila Sapag Sánchez, 22 años:

Cuéntanos tu experiencia con respecto al trasplante.

Bueno, la cirugía contó con un gran equipo médico. Una oncóloga, un cirujano plástico
especializado en microcirugía, mi kinesióloga, anestesista, etc. Todos expertos en

el manejo del tema. Básicamente monitorearon los ganglios de mi zona


toráxica, sacando 3 de ellos sin riesgo de generar secuelas en la

zona. Trasplantaron ese colgajo de 3 ganglios en mi zona inguinal

derecha uniéndolos para mantenerlos vivos. Además de eso, me

realizaron una liposucción en toda la extremidad para reducir el

volumen. Es una cirugía lenta, que necesita mucha concentración y

experticia porque son zonas delicadas, y la recuperación posterior es

un poco dolorosa y lenta.

Al tratarse de ganglios linfáticos, ¿funciona con lista de espera, igual que un corazón o pulmón?

Es una transferencia ganglionar en donde se trasladan ganglios de la

zona toráxica, lugar seguro sin riesgo de daño linfático, hacia otra

parte del cuerpo, en mi caso la ingle. Como medida de prevención antes

de la cirugía, es necesario realizar una linfocintigrafía para la

marcación de ganglios mediante un líquido de contraste, el cual

permite durante la cirugía monitorear que no se vean afectados los

ganglios de la zona donde se extraen los ganglios para el trasplante.

No funciona con lista de espera, sino que el trasplante se hace desde

el propio cuerpo. En mi caso, me extrajeron un colgajo de 3 ganglios

de la zona toráxica y los trasplantaron en la zona inguinal conectando

los ganglios nuevos a arterias y venas. Además, en esa misma unión el

doctor me realizó anastomosis.

¿Cómo contactaste al doctor que te operó?

Un día fui al centro médico El Golf a hacerme un drenaje linfático,

donde trabaja mi kinesióloga experta en linfedema Angela Villella y

ella me comentó que había llegado a Chile el doctor Alejandro Ramirez


de la Universidad Católica. Se había ido un año a Taiwán a

aprender la técnica del transplante de ganglios con expertos en el

tema, entonces se nos abrió la posibilidad de contactarlo e

implementar ese tipo de cirugía en Chile. Los especialistas en

microcirugía reconstructiva son cirujanos plásticos, y el doctor

Alejandro Ramirez nos dio confianza y seguridad con sus conocimientos

y manejo del tema.

Antes de hacerlo, ¿había un plan B? Entiendo que tuviste que viajar fuera de Chile.

Mira, a mi me diagnosticaron Linfedema el año 2011. Llegué a la

clínica a Urgencia pensando que me había picado un bicho o algo así

porque desperté con la pierna derecha muy hinchada. Cuando me hice los

exámenes pertinentes, un doctor vascular me dio el diagnóstico,

diciéndome que era una enfermedad para toda la vida, y que la única

solución eran las medias de compresión, el drenaje manual y el vendaje

multicapas.

Me quedé con eso un par de años, resignada a mi condición hasta que

con la ayuda de mi mamá, empezamos a descubrir que sí existían

tratamientos alternativos, que sí existían opciones de mejorar la

calidad de vida pero lamentablemente no en Chile y de muy alto costo.

Nos comunicamos con Estados Unidos, Argentina, pero finalmente

decidimos viajar a España donde nos acogieron muy bien, donde se nota

el interés de los médicos y la inclusión de la patología en el

servicio de salud. En España el doctor Lasso me hizo 5 anastomosis

linfático- venosas (conectar vasos linfáticos a las venas) y obtuve

una mejoría. Reduje la hinchazón de mi pierna, no del todo pero sí me


alivió un montón y evitó que el volumen de mi pierna aumentara.

Con eso, descubrimos también que no solo se puede realizar una sola

intervención, sino que se puede intentar una, dos, tres veces incluso

combinando técnicas.

Es muy triste que en Chile el Linfedema no sea un tema que esté sobre

la mesa de los temas médicos, porque un sinfín de mujeres que son

víctima del cáncer de mamas terminan con Linfedema en un brazo, o yo

en mi caso por una negligencia médica, debido a la biopsia de un

ganglio inginal en la cual se produjo una extracción de una importante

masa ganglionar sin tener las precauciones requeridas, produciendo

obstrucción en el drenaje linfático; aún más, el resultado de la

Biopsia no arrojó ninguna patología quedando el Linfedema como secuela

de esta intervención.

Los doctores en nuestro país no están informados de los avances que

existen en el tratamiento de esta enfermedad y eso de cierta forma

hace que los pacientes se condenen a una mala calidad de vida, se

encierren en su condición y se sientan desesperanzados y solos.

No sólo hay linfedemas secundarios, también hay linfedemas primarios

que son congénitos. Mi caso es secundario, porque es producto de una

mala manipulación de los ganglios en una biopsia.

Una vez recuperada, ¿vida normal?

Absolutamente. Dos semanas de reposo relativo, luego continuar con

sesiones de drenaje linfático manual y vendajes multicapas pero con

total movilidad y posibilidad de realizar una vida normal.

Sí hay que decir que el Linfedema genera un grado de discapacidad


porque imposibilita realizar ciertas actividades sobre todo cuando uno

es joven. Osea, yo no puedo hacer mucho ejercicio de rebote, no puedo

hacer caminatas muy largas porque se me inflama, y tengo que tener

ciertas precauciones como no hacerme heridas, porque existen muchos

riesgos que van de la mano del Linfedema. Pero por otro lado, siempre

me he dicho a mi misma que no voy a cambiar por la enfermedad. Sí me

adapto a ella pero en ningún grado he dejado de hacer las actividades

que me gustan. Por ejemplo me voy a acampar un par de días donde sé

que voy a realizar ejercicio físico y llevo mis vendas y mis cosas

para cuidarme. Hay que aprender a incorporar esta enfermedad y no

dejar que te paralice porque el efecto psicológico es fuerte. Las

pacientes tienden a esconderse, a sentirse abandonadas, con la

sentencia de que es una enfermedad progresiva que no tiene mejora y

que finalmente produce mucho daño en la autoestima.

Para cerrar, ¿qué se siente ser parte de la historia médica del país?

Me parece relevante tener el privilegio de poder ser la cara visible

que represente tantos casos silenciosos, ocultos, desprotegidos,

ignorados, de personas que el día de mañana tendrán la oportunidad de

mejorar su condición, de tener una vida más plena, feliz y que los

médicos especialistas (vasculares, cirujanos plásticos y kinesiólogos)

tomen conciencia y reaccionen frente a la necesidad de capacitarse,

leer, asistir a congresos y hacerse cargo responsablemente de muchos

pacientes que están a la espera de ser atendidos.

También creo relevante insertar esta enfermedad en el sistema de

salud, ya que no existe código Fonasa ni cobertura de isapre, y los


tratamientos son de alto costo y sólo se pueden cubrir con

recursos propios. En ese sentido, hay personas de escasos ingresos que no

tienen posibilidades de atención.

Yo espero que mi caso se difunda para que todas las personas que

padecen Linfedema vean que sí hay alternativas, que sí existen médicos

con voluntad de ayudar, que saben y se informan. Que sepan que el

diagnóstico no es tan dramático como parece, que no están solos y que

hay un millón de gente con la misma condición. En Facebook se creó un

grupo que se llama Linfedema Acción, y es impresionante ver la

cantidad de gente que tiene esta enfermedad y que no sabe cómo

manejarla.

Mis papás tienen los recursos para poder pagar los tratamientos, tengo

la suerte de poder viajar a España, tengo la suerte de poder ahora

tratarme en Chile, y quiero que toda la gente tenga esa misma suerte.

Me parece insólito que el drenaje manual pase por algo estético y no

lo cubra el servicio de salud, porque un drenaje linfático no es lo

que hacen en los centros de estética, un drenaje linfático es una

técnica médica que ayuda a mejorar la calidad de vida de personas

agobiadas. No puede ser que sólo 30 kinesiólogos sean certificados en

Drenaje Linfático con la cantidad de casos que existen en nuestro

país. No puede ser que exista un mal manejo de ganglios en cualquier

manipulación del cuerpo, porque los ganglios son fundamentales para

todo el funcionamiento del cuerpo.

No puede ser que uno vaya a una consulta médica y sepa más que el

doctor de la enfermedad, eso es un claro reflejo de la ignorancia y de

la poca importancia que se le da a esta patología en el país.


Quiero ser parte de la historia médica pero no por los logros

científicos, sino que por los logros humanos. Quiero que el trasplante

de ganglios, las anastomosis y las distintas técnicas sean accesibles

a cualquier persona de nuestro país, y no una oportunidad que esté

mediada por la situación económica, porque no es justo.

Estoy muy contenta del resultado de la cirugía, sin duda, pero quiero

que esto sirva de apoyo para esta patología tan poco manejada en

Chile, quiero facilitarle a las personas el contacto con profesionales

que manejen y ayuden el tratamiento de la enfermedad, y sobre todo,

quiero que el tratamiento sea de fácil acceso para mejorar la calidad

de vida de miles de personas.

¿Cómo contactar al profesional? A los teléfonos +56 2 22062129 y +56 2 22063758, al correo
contacto@dralejandroramirez.cl o en Av. Vitacura 5063, oficina 304.

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