Sunteți pe pagina 1din 4

La imprevisibilidad de los cambios de jurisprudencia.

LUNES, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2010 16:10 BLOGS - PROCESAL

Por Abg. Salvador Benaim


La imprevisibilidad de los cambios de jurisprudencia. La visión francesa en la obra: “Les revirements de jurisprudence. Rapport remis à Monsieur Le Premier
Président Guy Canivet”. (1)

Con notas y comentarios sobre la situación venezolana. Trabajo realizado en el año 2008 sin modificaciones a la fecha de esta publicación.

-I- Introducción: Nos parece interesante comentar la visión francesa sobre los efectos de los “cambios de jurisprudencia” (revirement), con el fin de tener a
mano la situación en el “país del código civil”, donde la necesidad de sujeción de los jueces a la palabra exacta de la Ley, no ha cambiado en su esencia desde
los tiempos de la revolución.

Concierne también el tema –y he allí su justificación- por los profundos cambios de jurisprudencia que se presentan en el cotidiano de la actividad judicial de
nuestro país, en un sistema de derecho originalmente enmarcado en postulados y principios de la tradición francesa, pero que hoy en día, luego de evolucionar
en diversas formas y más radicalmente en los poderes de expedir interpretación judicial vinculante por la Sala Constitucional Tribunal Supremo de Justicia,
coexisten dos sistemas: el de la jurisprudencia normativa vinculante (sede constitucional) y el de la jurisprudencia expansiva por autoridad, pero no vinculante
(sede de casación civil, social y el contencioso administrativo).

En Francia, no obstante que el principio de separación de poderes tiene rango constitucional, por la incorporación de la Declaración de Derechos del Hombre y
del ciudadano de 1789 (art. 16) (2) así como la prohibición al juez de dictar decisiones de reglamento (normativas) (art. 5 Código Civil) (3), la realidad es que la
Corte de Casación (4), ha producido una importante evolución -o revolución a veces- del derecho privado. Así por ejemplo, el sistema contemporáneo de la
responsabilidad civil por el hecho de cosas, tiene su origen en una creación jurisprudencial (5).
La obra que comentamos en estas líneas es un Reporte general (el Reporte) hecho por profesores universitarios, para la Corte de Casación, al cual se anexan
una serie de trabajos conexos por la especialidad.
El problema central no es tanto reconocer la existencia de cambios en la jurisprudencia, que no tiene discusión, sino la forma en que estos cambios pueden
insertarse legalmente en el tiempo, así como la conveniencia de instaurar en ese sistema jurídico un derecho transitorio de los cambios de jurisprudencia para
aquellos casos en que se afecten derechos subjetivos.
Tal vez el punto de mayor interés para nosotros sea este problema de establecer límites temporales a los efectos de los cambios de jurisprudencia. Lo que en
esta obra llaman “los efectos nefastos de la retroactividad de los cambios de jurisprudencia”. En principio, para el sistema francés, al no tener la jurisprudencia
el mismo rango de la Ley, equivalencia por lo demás prohibida por la norma constitucional y civil, la aplicación de la jurisprudencia debe hacerse siempre de
inmediato, sin que el problema de la aplicación retroactiva sea un impedimento mayor. Todo porque, en este derecho, aún interpretada la norma de otra
manera, rige la ficción de que sigue siendo la misma ley la que se aplica para solucionar el litigio.
Romper con esta ficción, es también otro de los problemas a que se enfrenta el Reporte: por una parte, tener que reconocer el poder creador de derecho que
está en la jurisprudencia implica una evolución que representa no solo una brutal ruptura en la tradición jurídica, sino en la misma estructura de toda la creencia
republicana, cosa que tal vez a los venezolanos de hogaño no parezca tan difícil y más ahora, cuando se ha aceptado la imposición por el nuevo poder político
de jurisprudencia vinculante, inclusive aquella que afecta el rango constitucional.
Para el Reporte, la propuesta de modulación en el tiempo de los cambios de jurisprudencia no puede contentarse con proveer una solución general, de
aplicación ordinaria, sino que deben estudiarse los diversos casos donde se manifiesta la ruptura del criterio establecido, para definir si es meritoria de
adecuación en el tiempo o debe dársele vigencia de inmediato.
Estas pocas líneas, están guiadas por el sacrificio de la cita doctrinal y en la cita jurisprudencial. Hemos preferido las relevantes, sin ser exhaustivos,
aproximando el tema a las decisiones patrias que pueden tener alguna semejanza en lo que trata el Reporte y que, tal vez, pueden servirnos para garantizar
derechos sustantivos, y de respeto al principio de separación de poderes, base de todo sistema republicano y democrático.

-II-
Retroactividad de los cambios de jurisprudencia

Según el Reporte, por su naturaleza, la interpretación jurisprudencial tiene efectos retroactivos. Como la jurisprudencia no es la ley, en un sistema de
separación de poderes es preciso reconocer que cuando se interpreta esta última, el Juez hace decir a la norma lo que siempre ha querido decir.
Sin embargo, el Reporte reconoce que el sistema no es estático y que el legislador no puede regular las soluciones a todos los problemas que se plantean. Por
eso, se reconoce como inevitable y se admite como saludable, la presencia de cambios en la interpretación jurisprudencial de normas jurídicas.
Pero, se advierte que por el efecto retroactivo que inevitablemente produce, aparecen efectos nefastos: 1.- la imprevisibilidad del derecho e injusticia de los
cambios frente aquellos que no podían anticipar que se produciría el cambio al momento en que habían actuado en su esfera de libertad. 2. Desorganización y
costos del cambio. 3. Menosprecio por la regla de derecho escrito dada por el legislador.
A los fines de la brevedad de este comentario, me concentraré en el primer punto, que considero de mayor actualidad.

-III-
La imprevisibilidad del cambio de jurisprudencia.

Para el Reporte, el cambio de jurisprudencia tiene por efecto, en primer lugar, el de imponer a los justiciables la aplicación de una nueva regla que ignoraban al
momento de realizar el acto y la cual no podían anticipar que aparecería después. Se dice aquí que este es el punto esencial.
El Reporte es claro en que la retroactividad comporta así el riesgo de contradecir las previsiones y anticipaciones de las personas, siendo que es el derecho
mismo el que las había declarado legítimas. El derecho no cambia, sigue siendo la misma regla, pero interpretada de otra forma.
En materia contractual, el riesgo se extiende a una violación de la voluntad de las partes que celebran el acto, cuando habiendo contratado bajo el imperio de
una situación jurídica determinada, su situación jurídica contractual podría ser apreciada a la luz de la nueva jurisprudencia.
Sin embargo, el reporte no es simplista en trasladar todo el problema de la retroactividad, es decir, y esto es conveniente resaltarlo, no por retroactivo el cambio
produce perjuicio sino por su imprevisibilidad, que es lo que se debe evitar. Lo cual traslada el problema a otro punto: si se admite que la jurisprudencia no es la
Ley, y lo que debe ser estigmatizado es la hipótesis o la nueva interpretación jurídica que ella contiene, la que produce el efecto nefasto sobre las previsiones
de los justiciables, hay que ver entonces cuándo un cambio de jurisprudencia es verdaderamente imprevisible y necesita ser encuadrado en el tiempo para
evitar los perjuicios citados.
Se trata de constatar que los cambios de jurisprudencia son heterogéneos y que no todos producen consecuencias injustas e inclusive, pueden no tener
ninguna importancia en las previsiones de los justiciables.

-IV-
Modulación de la retroactividad

Visto que no es el cambio de jurisprudencia y sus efectos retroactivos lo que de por sí produce perjuicio a las personas, sino la imprevisibilidad en el cambio, el
Reporte pasa pues a elaborar un catalogo de casos sobre la imprevisibilidad o no de los cambios de jurisprudencia, basados en la semiótica judicial de ese
país. Estos puntos también pueden referirse a sentencias sobre puntos que no estaban resueltos expresamente con anterioridad, de manera que la decisión,
por sus efectos, se extiende en forma similar a un cambio de jurisprudencia. Sobre este esquema introduciré algunos ejemplos semejantes de nuestro país.
1.- En primer lugar, para el Reporte, el cambio de jurisprudencia no defrauda de ninguna forma las previsiones de las partes, cuando su comportamiento no
habría dependido de la solución jurisprudencial establecida en la época en que ocurrieron los hechos.
2.- En segundo lugar, al contrario de lo anterior, el Reporte indica que se debe reconocer que la decisión de cambiar la jurisprudencia, desconoce las
anticipaciones legitimas de los justiciables, cada vez que un comportamiento de las partes ha sido o habría podido ser orientado por la solución que el cambio
abandona.
3.- En tercer lugar, y en forma general, según el Reporte, es posible que sobre una misma cuestión de derecho, la solución escogida en el cambio de
jurisprudencia, puede o no alterar las previsiones de las partes.
Veamos cada supuesto:
Primer caso: El cambio o la nueva jurisprudencia no defrauda las previsiones de las partes, pues su comportamiento no habría dependido de la solución
jurisprudencial establecida en la época en que ocurrieron los hechos.
Según el Reporte, la mayoría de los cambios de jurisprudencia no afectan las anticipaciones de los justiciables.
Se trata de cambios de jurisprudencia que tienen a mejorar la situación jurídica de los justiciables sin perjuicio para un tercero. Dan por ejemplo, el caso de la
decisión que autoriza el cambio de estado civil de los transexuales, que por cierto, un caso semejante, de reconocimiento de identidad introducido por la
profesora Tamara Marina Adrián (legalmente “Tomás Mariano Adrián” de sexo masculino) espera sentencia desde año 2004 en la Sala Constitucional del TSJ
(Exp. 2004-1310). Si la profesora Adrián tuviese éxito en su querella, los derechos de estas personas serían mejorados y no por ello se podría decir que el
cambio es perjudicial en los derechos subjetivos de los heterosexuales o de los bisexuales no transexuales. Vale citar aquellas decisiones que modifican los
efectos dados a conductas procesales, beneficiando el derecho a la defensa, si bien causan perjuicio en la expectativa procesal que una de las partes podía
tener, no le causa perjuicio en cuanto a la expectativa de derecho sustantivo que tiene en la decisión de fondo. Tal es el caso de la jurisprudencia sobre los
deberes del defensor de oficio, siendo inadmisible que éste no asista a la contestación de la demanda y que por ello se apliquen al demandado los efectos del
artículo 362 del CPC (confesión ficta), cuando precisamente el defensor de oficio está para representar en el proceso al demandado y defender (valga la
redundancia) sus intereses (TSJ-SC S. No. 33 del 26-01-2004).
Es también el caso de varios cambios de jurisprudencia que han mejorado la situación procesal de algún litigante, sin que ello afecte el derecho subjetivo en
litigio. Por citar algunos:
El cambio de criterio en materia de apelación anticipada o ilico modo, que valida la apelación que se dicta el mismo día en que la parte se da por notificada o el
mismo día en que se dicta la sentencia (TSJ-SCC S. Nº 89 del 12-04-2005, que acoge criterio de la Sala Constitucional en sentencia de fecha 29 de mayo de
2001 (caso: Carlos Alberto Campos) y que abandona el criterio del 7 de abril de 1992 (caso: Ángel Oswaldo Gil contra Luciano Pérez Sánchez), que también
se ha extendido a la oposición anticipada del decreto de intimación (TSJ-SCC S. No. 081 del 14-02-2006); a la contestación anticipada de la demanda (TSJ-
SCC S. S. No. 135, del 24-02-2006), que abandona el criterio de la Sentencia TSJ SCC S. No. 317 del 27-04-2004, entre otras), y la validez de la contestación
anticipada en el juicio breve (TSJ-SCC S. No. 135 del 24-02-2006) que abandona el criterio sostenido en la sentencia TSJ SCC S. No. 317 del 27-04-2004; la
validez de la contestación de la demanda realizada el mismo día en que se dé por citado el último de los co-demandados (TSJ SCC S. No. 136 del 15-03-
2007). En estos casos, si bien se perjudica la expectativa procesal de la parte contraria a una ventaja procesal, ello no es un derecho adquirido, por lo que aún
reconociendo la validez del acto, la pretensión sustantiva de la otra parte aún puede prosperar.
El cambio de jurisprudencia en materia de evocación de pruebas evacuadas extemporáneamente (TSJ-SCC S. del 10-10-2006. Exp. 2005-540), donde se
exige la valoración por el juez de estas pruebas aún evacuadas fuera del lapso. Si acaso la contraparte podría resultar contrariada por una tal circunstancia que
es meramente procesal, ello no conlleva necesariamente que su pretensión resulte impróspera.
El cambio de jurisprudencia que niega la citación presunta en el procedimiento monitorio (TSJ-SC S. No. 973 del 26-05-05), si bien extirpa la expectativa de la
parte en la declaratoria de cosa juzgada del decreto de intimación, no era desconocido para los abogados que este criterio ya había producido sus variaciones
anteriores y en todo caso, si bien la celeridad se sacrifica, el valor defensa es mayor y no contradice el derecho subjetivo en que se fundamenta la pretensión.
El cambio de jurisprudencia en materia de pruebas admisibles para la demostración del contrato simulado, mediante la cual se estableció que la correcta
interpretación del artículo 1281 del Código Civil conduce a no hacer distinción en cuanto a las pruebas de las que pueden valerse los perjudicados en el
negocio jurídico simulado y en consecuencia los intervinientes en el acto viciado pueden valerse de los elementos probatorios permitidos en el ordenamiento
jurídico para demostrar la simulación, aunque no haya contradocumento (TSJ SCC S. No. 155 del 27-03-2007), lo cual no altera la posición sustantiva de las
partes en litigio, sino el esfuerzo probatorio, de control y contradicción que cada una debe hacer para sostener sus intereses.
Igualmente, no alteraría las previsiones de las partes, aquella jurisprudencia que declare la validez de una estipulación contractual que no lo era bajo la
jurisprudencia anterior, pues lo contrario sería aceptar que las partes habían incorporado a sabiendas una estipulación que consideraban ilícita. En este caso,
existía la creencia de la licitud y si luego es declarada en alguna jurisprudencia en nada afectará a las partes del litigio. Así por ejemplo, en la sentencia TSJ-SC
S. No. 1471 del 01-08-06, se reconoció el derecho de una señora a ser inseminada artificialmente con el semen del marido fallecido, no obstante que en el
contrato entre éste y la clínica se estableció que para ello se requería la autorización expresa del mismo, cosa evidentemente imposible para el momento en
que ello se demanda por la esposa.
Es el caso de los efectos que podría producir la sentencia del caso que defiende la profesora Tamara Adrián, antes citado. Desde ahora, algunas personas
podrían comenzar a anticipar en sus convenciones el posible cambio de identidad en el contrato, que no podría ser utilizado para excusar su cumplimiento. Por
ejemplo, el contratista advierte que está en proceso de cambio de identidad sexual en un contrato publicitario y que no obstante que en futuro ocurra
efectivamente el mismo, no significará la terminación del contrato. Cosa semejante podría ocurrir en casos de contratos de seguro de vida en caso de vida o de
muerte, donde se hacen anexos al contrato a los fines de prever las consecuencias contractuales de un cambio de sexo o de identidad. Así, de declararse con
lugar la demanda que patrocina la profesora, los contratos no sufrirían por ello, visto que se tomaron las anticipaciones del caso, mas, si es negativa, la
transformación, aún fuera del contexto jurídico, no invalidaría las convenciones.
Algo parecido hubiese ocurrido de reconocerse el matrimonio entre personas del mismo sexo. En estos casos se mejoraría –al menos en el criterio de los
demandantes- la situación jurídica de aquellos que, bajo una unión de hecho, mantenían solamente una comunidad ordinaria de bienes. Sin embargo, una tal
posibilidad (matrimonio) ha sido negada por la Sala Constitucional (TSJ SC S. No. 190 del 28-02-08), cuyo dispositivo no altera la situación actual. Una
persona en esta situación podría haber anticipado su conducta a una sentencia favorable en caso de posibilitarse el matrimonio, pero no podría ignorar la
fuerte posibilidad de que se mantuviera la tendencia conservadora de los magistrados de la Sala Constitucional.
Estos puntos son interesantes a la reflexión venezolana. El cambio de jurisprudencia en lo procesal, cuando mejora la situación de alguna de las partes, si bien
no contenta a la otra, trata un aspecto superior que se le impone, que es la buena administración de la justicia. Este principio afecta la forma de dar justicia,
pero no los derechos subjetivos, sobre los cuales no se extiende el cambio de jurisprudencia.
Luego, lo perjudicial aquí no es que el cambio de jurisprudencia o la nueva interpretación mejore la situación del litigante, sino que el cambio la empeore, como
sucede con la jurisprudencia del procedimiento interdictal, donde la Sala de Casación Civil creó un trámite de contestación a la demanda no previsto en la Ley,
creyendo que mejoraba la situación defensiva de la parte demandada, pero sin atender que la reposición decretada por vía de casación de oficio, se produciría
contra aquel que, aún no habiendo contestado, había ganado el proceso en segunda instancia (6). Es decir, la Sala Civil ordena la reposición al estado de que
el ganador conteste la demanda. Afortunadamente, en sentencia No. 327 del 07.03.08, la Sala Constitucional revisó esta doctrina, cuestionando que
habiéndose dictado sentencia definitiva, tanto en primera como en segunda instancia del procedimiento interdictal, se haya ordenado la reposición de la causa
para que se sustanciara de nuevo desde su inicio, con lo cual vulneró el derecho a la tutela judicial efectiva de todos los sujetos procesales involucrados en la
causa, al introducir una dilación indebida en el ya retardado proceso.
En todo caso, vista la dificultad de establecer categorías generales, el Reporte indica que se debe proceder caso por caso, en la búsqueda de las
anticipaciones que han sido o que habrían podido ser aquellas del justiciable sobre el cual el cambio de jurisprudencia va a llevar algún perjuicio. Es bajo esta
condición que se puede decidir sobre la imprevisibilidad que presenta el nuevo criterio.
2.- En segundo lugar, al contrario de lo anterior, se debe reconocer que la decisión de cambiar la jurisprudencia, desconoce las anticipaciones legitimas de los
justiciables, cada vez que un comportamiento a sido o habría podido ser orientado por la solución que el cambio abandona.
En este caso el justiciable es engañado por la solución en la cual podía creer.
Es el caso, dice el Reporte, cuando el justiciable se expone a ser sancionado por no haber respetado una solución que no podía, sin embargo, conocer y por
ende, anticipar. Ello ocurre, por ejemplo, cuando un comportamiento lícito deviene ilícito por el cambio en la solución jurisprudencial.
En Venezuela, por ejemplo, tenemos la sentencia de la Sala de Casación Civil del 20-05-2005 Exp. AA20-C-2004-000807 (Caso Coccinelle), que muestra
hasta que punto un cambio de jurisprudencia puede defraudar las anticipaciones legítimas de los justiciables al momento de realizar un acto.
En este asunto, la Sala de Casación Civil declaró: “que para todos los casos, inclusive el de autos (subrayado nuestro), el lapso de caducidad a los fines de
que quien tenga el derecho de ejercer el retracto legal, incluso arrendaticio, encontrándose presente y no habiendo sido notificado o avisado de la enajenación
del bien, pueda ejercer éste, será de cuarenta días, empero contados a partir de la fecha en que quedó demostrado haber tenido conocimiento de la predicha
enajenación (subrayado de la Sala), pues si bien el derecho de propiedad (implícito en el ejercicio de la acción de retracto) debe encontrarse garantizado, la
falta de dar aviso o notificación, en casos como el planteado, es la que origina tal incertidumbre y su cumplimiento en modo alguno depende de quien tiene el
derecho a ejercer la acción sino del comprador, vendedor (arrendador) y más recientemente, de acuerdo con la ley vigente, para los casos de retracto legal
arrendaticio, únicamente del adquirente, abandonando expresamente.
Aquí, la SCC abandonó el criterio establecido por la extinta Corte de Casación en Sala Civil, Mercantil y del Trabajo, desde su fallo de fecha 19 de octubre de
1954, caso Amable Dugarte contra Cristina Moza o Meza de Mora y otro, Gaceta Forense Nº 6, Segunda Etapa, página 27 y siguientes, reiterado, entre otras,
en decisión dictada por la también extinta Corte Suprema de Justicia en Sala de Casación Civil, Mercantil y del Trabajo, el 19 de octubre de 1961, caso Carlos
B. Hunter contra María Isabel Gramko de Aristigueta y otra, Gaceta Forense Nº 34, Segunda Etapa, páginas 39 y siguientes; el 5 de mayo de 1999, sentencia
Nº 219, Exp., Nº 97.366, caso Rafic El Halabi El Halabi contra Isabel Teresa Figueredo Escobar y otro; por esta Sala de Casación Civil, el 21 de marzo de
2000, decisión Nº 55, Exp., Nº 99-761, caso José Noel Gómez Castro y otros contra Luís García Dávila y otros. Es decir, más de cincuenta años de
jurisprudencia pacífica.
Este nuevo criterio fue revisado por la Sala Constitucional en sentencia No. 126 del 31-01-07, indicándose que no es el cambio de criterio el que atenta contra
la Constitución y los derechos, garantías y principios que la misma consagra, sino su aplicación inmediata y no a futuro, siendo evidente la lesión a la seguridad
jurídica, a la irretroactividad y a la igualdad de las personas ante la Ley.
Tercer supuesto: Es posible que sobre una misma cuestión de derecho, la solución escogida en el cambio de jurisprudencia, puede o no alterar las previsiones
de las partes.
Esto sucederá, señala el Reporte, por ejemplo, cuando la decisión que contiene el cambio de jurisprudencia valide o, al contrario, prohíba, el comportamiento
analizado. Por ejemplo, si una decisión declara ilícita una determinada conducta jurídica, alterará las previsiones de los contratantes y conducirá a la nulidad de
los actos, pero, si la conducta es declarada lícita, en nada afectará sus previsiones.
Por ejemplo, la sentencia sobre la protección de los accionistas minoritarios (TSJ-SC S. del 20-07-2006 Exp. 05-2397. Caso Milagros de Armas), extiende a
estos una serie de favores jurídicos que no les concede expresamente el texto del código de comercio en las sociedades anónimas de capital cerrado, entre
otros, la posibilidad de hacer auditar los estados financieros antes de la asamblea y de obtener en ese plazo o la posibilidad de que el comisario establezca el
valor de las acciones. Sin embargo, aunque este criterio rompe con el poder omnímodo de las mayorías accionarias en este tipo de sociedades, no por
concederlos se está lesionando los derechos subjetivos de estos o de la junta directiva que debe adaptarse la nueva jurisprudencia para que sus actos no sean
objeto de censura en a instancia judicial.
Estos puntos conducen al reporte a establecer la premisa de que la modulación en el tiempo del cambio de jurisprudencia debe ser distinta de aquellas que
rigen la aplicación de la ley en el tiempo. Señalan que ello no se trata de proteger un derecho adquirido, sino de garantizar el respeto de las expectativas de los
justiciables en todo caso en que esas expectativas no puedan ser consideradas infundadas a la vista del derecho que inicialmente les era aplicable.
Al no existir una regla de modulación general para todos los tipos de cambios de jurisprudencia que se presenten, de tal manera que, caso por caso, pero en
abstracto (no por lo que el justiciable en concreto podría anticipar, sino en los casos semejantes), se establezca si se está lesionando una previsión legítima o
por el contrario, la posibilidad de modificación era susceptible de anticipación, y por ello no afecta los derechos de los justiciables.
De allí que, los efectos en el tiempo del cambio de jurisprudencia, deben ser objeto de un pronunciamiento distinto al que resuelve la sentencia, es decir, una
decisión distinta de lo que se resuelve, pero, claro está en la misma sentencia, lo cual podría servir para apreciar las consecuencias del cambio de
jurisprudencia en su sentido global e inclusive anunciar alguna modificación posterior no declarada en esta.

-V-
Reflexiones finales

El Reporte concluye en la necesidad de modular en el tiempo los efectos de los cambios de jurisprudencia, sobre todo con el fin de evitar el desconocimiento
de las anticipaciones legítimas de los justiciables.
En Venezuela si bien no existe aún un criterio definitivo sobre la modulación de las decisiones judiciales en el tiempo, es de principio que los cambios de
criterio no pueden vulnerar principios como la seguridad jurídica y la confianza legítima del justiciable (S. TSC SC No. 126 del 31-01-2007). Pero no es dado
pensar, en mi opinión, que este pueda ser un principio de aplicación indiscriminada.
En algunos casos los nuevos criterios procesales, cuando son ampliadores de los existentes, se aplican de inmediato e inclusive al caso de autos (por ejemplo,
el caso del cambio de criterio en cuanto al señalamiento de los apoderados en la sentencia y su incidencia en el vicio de forma), como debe ser, y en otros,
cuando restringen se aplican a futuro, pero esto no es realmente uniforme, y para ejemplo, la jurisprudencia de la indebida acumulación de la pretensión de
reconocimiento de existencia de comunidad de bienes y partición de los mismos (TSJ-SCC S. 26-07-2002. Exp. 2001-000590. Ratificada el 06-06-2006. (Caso
Vestalia de la Cruz Ron). En este caso, la demanda se propone conforme la técnica adecuada para el momento y así lo reconoce la Sala de Casación, pero el
cambio de criterio, en este caso productor de la revocatoria del auto de admisión, se extiende a la demanda en cuestión.
La Sala Constitucional, por su parte, ordena la publicación en Gaceta Oficial de sus interpretaciones, que considera vinculantes, lo cual indica que se le otorga
a las mismas el mismo rango de la Ley, luego no podrían tener efectos retroactivos. Pero tratándose de interpretaciones en lo procesal, la no retroactividad
cede a la aplicación inmediata cuando se trata de mayores beneficios a la defensa en juicio.
Esto a veces puede no suceder de esta forma, ya sea porque no se ordena la publicación, ya porque no se dice claramente que es un criterio vinculante y se
necesita precisión al efecto de evitar confusiones, como ocurrió en las sentencias sobre el señalamiento del objeto de la prueba (originalmente TSJ-SCC del 16
de noviembre de 2001, caso: Cedel Mercado de Capitales C.A. contra Microsoft Corporation. Parcialmente modificada en sentencia SCC del 12-08-2004. Exp.
No. 2002-000986. Y abandonada por la Sala Constitucional en S. No. 513 de fecha 14-04-2005.)
En todo caso, la Sala Constitucional ha procurado que el principio de confianza y seguridad prevalezca: “La expectativa legítima es relevante para el proceso.
Ella nace de los usos procesales a los cuales las partes se adaptan y tomándolos en cuenta, ejercitan sus derechos y amoldan a ellos su proceder, cuando se
trata de usos que no son contrarios a derecho.” Con la anterior afirmación, la Sala le dio valor al principio de expectativa plausible, el cual sienta sus bases,
sobre la confianza que tiene un particular, de que un órgano del Poder Público, actúe de manera semejante a la que ha venido actuando, frente a
circunstancias similares o parecidas, a la posición que él esté atravesando en el presente. (TSJ-SC S. No. 956 del 01-06-2001).
Ha reconocido que debe evitarse el fallo con efectos retroactivos: “Al resolver un Recurso de Revisión contra una sentencia emanada de la Sala de Casación
Civil en la que esa Sala decidió abandonar un criterio jurisprudencial previo, señaló lo siguiente: “Quiere dejar claro esta Sala, que no se trata de que los
criterios jurisprudenciales no sean revisados y sincronizados con las exigencias propias del desarrollo y cambio social, sino que esa revisión no sea aplicada de
manera indiscriminada, ni con efectos retroactivos, vale decir, que los requerimientos que nazcan del nuevo criterio, sean exigidos para los casos futuros, y que
se respeten en consecuencia, las circunstancias fácticas e incluso de derecho, que existían para el momento en el cual se haya presentado el debate que se
decida en el presente”. (TSJ-SC del 06-05-2003. Exp. No. 02- 3158, Caso POLIFLEX C.A.).
Las palabras de la Sala Constitucional pueden y no pueden enmarcarse en los efectos que pueden extenderse a todos los cambios de jurisprudencia. Si
decimos que no son retroactivos y se trata de una norma procesal, debemos entender que se aplica de inmediato a la situación en curso, pero si es restrictiva
no podría ser así y hay que darle efectos restrictivos a nuevos casos del futuro. Pero si toca derechos sustantivos, habría que definir si mejoran o no la
situación de un contratante, por ejemplo, una extensión en la interpretación de la caducidad contractual, como ocurrió en el caso de la caducidad para
demandar en los contratos de seguros, que pasó del reconocimiento de su interrupción con la citación judicial del asegurador, hasta el reconocimiento de que
bastaba la presentación del libelo (TSJ-SCC S. No. 735 del 01-12-2003), criterio que terminó plasmado en el artículo 55 de la nueva Ley del Contrato de
Seguros, publicada en la Gaceta Oficial No. 5,553 Extraordinario de fecha 12 de noviembre de 2002. Estas mejoras a la situación contractual preexistente se
aplican de inmediato, pero si fuese una desmejora o una restricción no lo sería tanto.
El Reporte, indica que, lo mejor es la solución preventiva, es decir, la necesidad de que se hagan anticipaciones en las sentencias de posibles cambios de
criterio, de tal forma que los justiciables no sean sorprendidos y puedan anticiparlo en sus contratos o actuaciones jurídicas.
Las técnicas conocidas, según el derecho comparado que estudia en extenso la obra, prona por la política de pequeños pasos o de balones de ensayo. Así por
ejemplo, una decisión que inaugura la nueva decisión, no agota todas las posibilidades, dejando a los justiciables el tiempo de adaptación.
Otra técnica sugerida es la de avisar o advertir que el tema bajo decisión va a sufrir modificaciones a futuro, de tal manera que se incluya en la motiva algún
tipo de pronunciamiento general, no vinculante, y sin relación con la solución que se dicta en la especie.
Si bien no conozco alguna sentencia donde se advierta que algún criterio va a cambiar, si aparece en la jurisprudencia de la SC, sentencias con criterios
generales sobre un tema en particular, sin que el dispositivo dependa de su existencia.
Por ejemplo, en el auto de admisión del caso de ASODEVIPRALARA (Exp. 01-1274), la sentencia dictada el 22 de agosto de 2001, tiene un capitulo dedicado
al "Principio de inmediación", donde se dice:
"La recepción de los medios de prueba ofrecidos debe hacerse en audiencia pública (con las excepciones legales), en presencia del juez que va a sentenciar, a
menos que por no tener este último competencia territorial en el lugar donde se evacuará la prueba, esta deba ser recibida por otro juez. Pero en estos casos,
e indudablemente para mantener la presencia del sentenciador en alguna forma sobre la recepción de la prueba, el artículo 342 del Código Orgánico Procesal
Penal, por ejemplo, establece un procedimiento que lo reputa esta Sala un sub-principio en la materia, cual es que se ordene la reproducción cinematográfica,
o de otra especie (videos, por ejemplo), de los actos probatorios, de manera de crear una inmediación de segundo grado, lo que abre la prueba a este tipo de
inmediación”.
La decisión que aquí se dicta es de admisibilidad de la demanda de intereses difusos y nada más, por lo que este razonamiento no tiene incidencia sobre el
dispositivo, mas anticipa a cualquier persona y al foro jurídico en general que, la Sala Constitucional considera admisible este tipo de evacuación de pruebas,
sin perjuicio o desmedro del principio de inmediación.
El Reporte propone la necesidad de limitar en el tiempo los efectos de la decisión, estableciendo que no se aplica a casos anteriores. Esta solución es rara en
la jurisprudencia francesa, que no puede igualarse con el efecto no retroactivo de la ley. Sin embargo, en Venezuela, esta técnica es usualmente utilizada por el
TSJ, inclusive ya lo había sido en el pasado con la CSJ.
También se inclina porque sea solamente la Corte de Casación la que tenga la facultad de modular en el tiempo los efectos de una decisión, en formación
especialmente establecida para ello, según la estructura francesa. Igualmente, rechaza que se necesite intervención legislativa, pues se trata de una materia
casuística que no será posible reglamentar específicamente.
En Venezuela, las Salas del Tribunal Supremo de Justicia se atribuyen un poder ilimitado, discrecional e incontrolado de modulación en el tiempo de los
cambios de jurisprudencia. En nuestra experiencia hemos observado decisiones donde la nueva solución se aplica de inmediato, al mismo caso en comento,
(Caso Coccinelle), y otras donde se resuelve la aplicación del criterio a futuro.
En nuestra opinión, la modulación en el tiempo de los cambios de jurisprudencia no es un derecho adquirido de los justiciables. En todo caso de cambio, habrá
que diferenciar y dar respuestas según que se trate de un tema de procedimiento o del derecho sustantivo y si en uno u otro caso mejora o desmejora la
situación de los litigantes y la expectativa que ellos tienen en el marco de sus conductas jurídicas.
Notas:
1.- El titulo completo y la edición: Les revirements de jurisprudence. Rapport remis à Monsieur le Premier Président Guy Canivet. Mardi 30 novembre 2004.
LexisNexis Litec, Paris. 2005. Monsieur Guy Canivet era el Primer Presidente de la Cour de Cassation francesa para el momento del Reporte.
2. Declaración de Derechos del Hombre y del ciudadano, tiene rango constitucional, como lo indica la Constitución de 1958 : « Le peuple français proclame
solennellement son attachement aux Droits de l'homme et aux principes de la souveraineté nationale tels qu'ils ont été définis par la Déclaration de 1789,
confirmée et complétée par le préambule de la Constitution de 1946, ainsi qu'aux droits et devoirs définis dans la Charte de l'environnement de 2004 ». El
artículo que consagra la separación de poderes en dicha Declaración es el 16: «Toute Société dans laquelle la garantie des Droits n'est pas assurée, ni la
séparation des Pouvoirs déterminée, n'a point de Constitution.».
3. Art. 5 : « Il est défendu aux juges de prononcer par voie de disposition générale et réglementaire sur les causes qui leur sont soumises ».
4. www.courdecassation.fr
5. V. Arrêt Teffaine del 30 de marzo de 1876 A partir de esta decisión se desarrolla el régimen de responsabilidad por el hecho de cosas, establecido, en líneas
enunciativas, en el primer párrafo del artículo 1386 del Código Civil.
6. Sentencia No. 132 del 22 de mayo de 2001. Parcialmente modificada en sentencia del 02 de abril del 2004, exp. 01-135. En contra (abiertamente), la Sala
de Casación Social: Sentencia No. 493 del 30 de julio de 2003.

DERECHO DE AUTOR: El trabajo que antecede es de libre utilización por los lectores para su aprovechamiento intelectual, academico o profesional. Son
bienvenidas todas las observaciones, comentarios y críticas. Solamente pido que se respete en todo momento mi autoría citandome correctamente en el texto
donde se incorpore la cita, así como el dato o lugar de recolección, conforme la metodología académica de rigor.

Autor:

Salvador Benaim
Points: 25

S-ar putea să vă placă și