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Se considera época precolombina desde la llegada de los primeros seres humanos hasta el
establecimiento del dominio político y cultural de los europeos sobre los pueblos indígenas
americanos. En esta época se forma un contexto histórico que comprende miles de años, y se dan
sucesos tan relevantes como las primeras migraciones humanas desde Asia a través
de Beringia y la revolución neolítica.
Cuando Cristóbal Colón llegó a América, el imperio inca o Tahuantinsuyo estaba en pleno auge,
abarcando una superficie de aproximadamente 4.700 kilómetros.
Más al norte, los aztecas o Mexicas, dominaban el centro y sur del actual México, en
Mesoamérica, gobernados por Ahuizotl (1486-1503). Los mayas son otros de los pueblos
importantes de la cultura precolombina, su legado científico y astronómico es mundial. Se destaca
también la riqueza de su literatura en obras como el Popol Vuh se explica el origen del mundo y de
los indios mayas.
Mientras en Europa, se vivían profundas transformaciones económicas, científicas y culturales,
todos temas importantes de abordar si se quiere entender el contexto histórico.
A la llegada de los españoles, tanto los incas como los aztecas aún conservaban algo de sus
poderosos imperios. La civilización Maya, por su parte, se hallaba en plena decadencia.
También reinaba la confusión y el caos y las pequeñas ciudades, desunidas, no pudieron hacer
frente a la superioridad militar de los europeos.
Literatura inca: con una abundante producción de poesía religiosa, destinada a la recitación y al
canto litúrgico, así como largos poemas narrativos. El teatro es otro de los géneros cultivados. Su
drama más conocido es Ollantay
Literatura maya: esta literatura tiene una gran relevancia en la literatura precolombina ya que en
esta se encuentra uno de los libros más importantes de la literatura precolombina, el cual es el
popol vuh un libro en el en que se explica el mito quiché del origen del mundo y la historia de los
soberanos mayas.
El Popol Vuh, fue descubierto a principios del siglo XVIII por el religioso dominico español
Francisco Jiménez. Contiene las ideas y las tradiciones de este pueblo, la historia de sus orígenes y
la cronología de sus reyes, hasta el año 1550. El Popol Vuh está compuesto por cuatro partes que
cuentan la creación del Universo y del hombre, la historia, las tradiciones y la cronología de los
reyes quichés hasta 1550.
Como no tuvieron contactos con la civilización europea, los mayas quichés crearon una explicación
del nacimiento del mundo muy parecida a la que en el cristianismo proporciona el libro del
Génesis.
Según el Popol Vuh, el mundo era nada hasta que los dioses, el Gran Padre (creador) y la Gran
Madre (creadora de formas) decidieron generar la vida. La intención de los dos era ser adorados
por sus propias creaciones. Primero crearon la Tierra, después los animales y, luego, los hombres.
Éstos fueron inicialmente hechos de barro, pero como el intento fracasó, el Gran Padre decidió
sacarlos de la madera. Pero, los nuevos hombres eran altivos, vanidosos y frívolos, entonces el
Gran Padre los aniquiló por medio de un diluvio. Por este suceso, los dioses no desistieron y, en
una última tentativa, crearon a los hombres a partir de granos de maíz molidos y, de los cuerpos
de aquellos, a cuatro mujeres. Una vez formadas otras tantas familias, los dioses, temerosos de
que a sus criaturas pudiera tentarlas la idea de suplantarlos en sabiduría, disminuyeron la vista e
inteligencia de los ocho. El Popol Vuh también relata las aventuras de dos hermanos gemelos,
Hunahpú e Ixbalanqué, vencedores de las fuerzas malignas e hijos de una de aquellas mujeres que,
pese a su virginidad, los concibió de manera milagrosa.
El Inca era considerado descendiente directo del sol (e hijo supremo): ejercía la máxima autoridad
religiosa.
Su dios supremo era Quetzalcoatl. Eran básicamente politeístas: adoraban al sol, la luna y un dios
civilizador.
Realizaban sacrificios humanos como ofrenda a sus dioses y practicaban cultos destinados a
producir las lluvias. Su calendario influía en la vida cotidiana y creencia religiosa.
La naturaleza: Esta era fundamental en la cultura precolombina ya que existía un lazo vital de la
naturaleza con los indígenas, para los indígenas los lugares se convierten en personajes de los
relatos, la madre tierra se encarga de castigar a quienes le hacen daño y de bendecir a los hijos
que son buenos con ella.
El tiempo: Era considerado como una serie de ciclos sin principio no fin interrumpidos por
catástrofes que significaban el retorno al caos primordial. Pero nunca se acabaría el mundo
porque creían en la palingenesia: la regeneración cíclica del universo.
LA HISTORIA
La historia hace que el pueblo pueda aprender de sus orígenes y de su lugar en el mundo, se crea
la idea de identidad por el origen común para la comunidades primitivas servía como herramienta
para educar a la población sobre las costumbres y actitudes adecuadas de los miembros de la
comunidad. para controlar su comportamiento se crean seres sobrenaturales.
LA DIVERSIÓN
Otros relatos precolombinos son creados para divertir a la población tienen un fin lúcido en el que
los lectores pueden disfrutar imaginando los suceso que le ocurren a un personaje o las relaciones
controvertidas entre los animales.
Personas:
· Los dioses, son los seres superiores todopoderosos
· Los animales, son de vital importancia para el mundo indígena que en algunos relatos son
sagrados.
· Los mortales, son indígenas de la comunidad
Para los precolombinos ni el tiempo es lineal ni el espacio es algo fijo y acabado; por el contrario,
están vivos, recreándose constantemente como elementos dinámicos de la manifestación, por la
perpetua actividad de los espíritus que los generan y conforman.
Los indígenas son artistas naturales. Sienten la belleza y la expresan con facilidad por su cercanía
con la naturaleza y por su sensibilidad por los asuntos humanos. La metáfora consiste en
referirnos a cosas familiares y cotidianas, mediante la comparación con lo que amamos de la
naturaleza y con la belleza encontrada en la imaginación y la vida real. La metáfora, es “la
substancia misma del lenguaje poético”. Y la poesía náhuatl está llena de metáforas.*e.)
Finalmente, la literatura indígena está abierta a lo sagrado. Dios o las divinidades eran y son el
cimiento, el centro y la meta de las culturas indígenas. Lo sagrado es lo que da cohesión y fuerza a
la vida de las comunidades y las personas que pertenecen a los pueblos indios. De modo que la
literatura indígena no podría ser de otra forma: su corazón es lo sagrado.*Los antiguos mexicanos
hicieron poesía épica, lírica, dramática y ritual. La prosa surgió después y siempre tiene una
intención moral, religiosa, social o educativa. En todos los casos, los textos antiguos mostraban la
sabiduría y la belleza con que vivían esos pueblos.
Contexto histórico
Aun cuando no hay alusión a fechas o años, si se tiene solo en cuenta las participaciones de los
reyes incas, Pachacútec y su hijo Túpac Yupanqui, la historia, que abarca diez años, se ubicaría
temporalmente entre los años 1461 y 1471, aproximadamente, siguiendo la cronología
establecida por los estudiosos para el período inca imperial. Los hechos narrados, al menos en su
núcleo, pueden ser reales, aunque serían distorsionados posteriormente hasta convertirse en
leyenda. Las diversas versiones de la leyenda ollantina se inician en 1776 con la referencia de un
manuscrito español al "DegollaHuayna Cápac; el pueblo de Tambo fue después bautizado
como Ollantaytambo. Lo que demostraría que dero" de piedra de Tambo y a la muerte del rebelde
Ollanta ajusticiado por el Inca el Ollantay de la vida real fue castigado en la leyenda y no
perdonado como luego se innovó en el drama.
Lo que no cabe duda es que gran parte de los personajes de la obra son reales, por lo que este
texto, de ser originalmente incaico, debió pertenecer al wanka o drama histórico, uno de los
géneros de la literatura inca, cuya existencia ha sido aseverada por el Inca Garcilaso de la Vega y
otros cronistas.
OBRAS Y AUTORES:
Aztecas
Códex Borgia y Borbonicas.
El Códice Borgia (o Códice Yoalli Ehécatl) es un manuscrito mesoamericano de contenido ritual y
adivinatorio. Se cree que fue escrito antes de la conquista de México, en algún lugar en el sur o el
oeste del estado mexicano de Puebla. El Códice Borgia forma parte del Grupo Borgia, al que da
nombre.
El códice está escrito sobre piel de animal (casi seguramente piel de venado) plegada en 39 hojas.
Cada hoja es un cuadrado de 27 cm por 27 cm (11 x 11 pulgadas), con una longitud total de casi 11
metros (36 pies). Todas las páginas menos la última están escritas e ilustradas por ambas caras, lo
que supone 76 páginas con contenido. El códice se lee de derecha a izquierda.
El Códice Borgia recibió su nombre en honor del cardenal italiano Stefano Borgia, su propietario
hasta su adquisición por parte de la Biblioteca Apostólica Vaticana. En 2004, Maarten Jansen y
Gabina Aurora Pérez Jiménez propusieron que fuera rebautizado con el nombre indígena de Yoalli
Ehecatl, "Noche y viento" en náhuatl, aunque aún no está claro que sus autores fueran nahuas.
Códex Xolotl.
Xólotl (en náhuatl: xolotl, ‘el animal’‘xolotl, animal’)? en la mitología mexica y tolteca es el dios del
ocaso, de los espíritus, de los gemelos y del Venus vespertino, el cual ayudaba a los muertos en su
viaje al Mictlán, señor de la estrella de la tarde (Venus) y del inframundo.
Xólotl era también el dios de fuego. Era el gemelo de Quetzalcóatl, y la personificación maligna de
Venus. Protege al Sol cuando viaja a través del inframundo durante la noche. También llevó
adelante al género humano y le entregó el fuego de la sabiduría. En el arte, Xólotl fue
representado como un esqueleto, un hombre con cabeza de perro - "xólotl" también puede
significar un animal monstruoso con pies invertidos en náhuatl, la lengua azteca. Era también el
patrón del juego Ulama. Es identificado con Xócotl como el dios azteca del fuego.
El Popol
El Popol Vuh (del k'iche' popol wuj: 'libro del consejo' o 'libro de la comunidad'; de popol,
'reunión', 'comunidad', 'casa común', 'junta' y similares; y wuj, 'libro') es una recopilación de
narraciones míticas, legendarias e históricas del pueblo k’iche’, el pueblo maya guatemalteco con
mayor cantidad de población. El libro, de gran valor histórico y espiritual, ha sido llamado Libro
Sagrado o la Biblia de los mayas k'iche'[cita requerida]. Está compuesto de una serie de relatos que
tratan de explicar el origen del mundo, de la civilización, de diversos fenómenos que ocurren en la
naturaleza, etc.
Mayas
Los textos que escribieron tienen el estilo de las oraciones o plegarias: muy respetuosas y con
abundantes repeticiones de frases.
Textos prohibidos:
Memorial de Sololá, o Anales de los cakchiqueles.
Los Anales de los Cakchiqueles, también conocido como Anales de los Xahil, Memorial de Tecpán-
Atitlán o Memorial de Sololá, es un documento escrito en el idioma kaqchikel por miembros del
linaje gobernante Xahil, entre ellos Francisco Hernández Arana Xajilá (de 1560 hasta 1583),
alfabetizado por los frailes franciscanos al principio de la cristianización, y su nieto, Francisco Rojas
(de 1583 hasta 1604),1 compuesto en forma de crónica histórica y épica mitológica, a manera de
libro recopilado.
El documento fue escrito e inicialmente guardado en la ciudad de Sololá, cerca del lago de Atitlán,
adonde fue trasladada por mandato de los conquistadores una parte de la nobleza kaqchikel,
hasta que fue encontrado en los archivos del convento de San Francisco de Guatemala en 1844 (si
bien antes el cronista franciscano fray Francisco Vázquez mencionó, a finales del siglo XVII, textos
kaqchikeles habidos en la biblioteca del convento de su Orden), y posteriormente traducido por el
abad Charles Étienne Brasseur de Bourbourg en 1855 al francés, el mismo traductor de Rabinal
Achí1 y de una de las primeras traducciones del Popol Vuh.
El manuscrito cuenta la historia y la mitología del pueblo kaqchikel, conservada por vía oral
durante siglos y finalmente recogida y preservada por los miembros del patrilinaje Xahil, reyes del
señorío kaqchikel y muy probablemente sacerdotes del culto precolombino. Destaca
primeramente la cosmogonía con la visión mágica del origen divino de los reyes que guarda la
introducción del texto. La parte histórica narra los logros y conquistas de los reyes kaqchikeles y
sus guerreros, la fundación de ciudades y pueblos, y la sucesión de gobernantes hasta la expansión
del reino kaqchikel y la época de la conquista española, que relata con minuciosidad por haber
sido el principal autor, Francisco Hernández Arana, testigo presencial de la conquista y sobre todo,
de la llegada de las tropas de Alvarado a Iximché y la evangelización y la instauración forzosa del
cristianismo con las consecuencias dramáticas de la invasión sobre el pueblo conquistado.
Libros de Chilam Balam (Del que destaca aquel llamado "De Chumayel", estando Chumayel en
Yucatán, México)
Chilam Balam es el nombre de varios libros que relatan hechos y circunstancias históricas de la
civilización maya. Escritos en lengua maya, por personajes anónimos, durante los siglos XVI y XVII,
en la península de Yucatán. A ese nombre se le agrega el nombre de la población en donde fueron
escritos, por ejemplo, el Chilam Balam de Chumayel, etc.
Son fuente importante para el conocimiento de la religión, historia, folclor, medicina y astronomía
maya precolombina.
Los libros del Chilam Balam fueron redactados después de la conquista española. Durante la época
colonial, la mayor parte de los escritos y vestigios de la religión maya fueron destruidos por los
misioneros católicos españoles, al considerar que tales vestigios representaban influencias
paganas y por tanto nocivas para la catequización de los mayas. Los libros Chilam Balam fueron
escritos por los mayas después de la conquista, presuntamente propiciados por los europeos, por
lo que en su redacción se nota ya la influencia de la cultura española, sobre todo en materia
religiosa. Los libros en su conjunto relatan acontecimientos de relevancia histórica consignados
conforme a los katunes (períodos de 20 años) del calendario maya. Los relatos dejan constancia de
las tradiciones religiosas del pueblo original, así como de su devenir histórico. Algunos
historiadores piensan que los libros podrían contener cierta información que habría provenido, a
través de la memoria colectiva, de los escritos destruidos en el auto de fe de Maní del arzobispo
Diego de Landa (1524-1579).
Realizaban sacrificios humanos como ofrenda a sus dioses y practicaban cultos destinados a
producir las lluvias. Su calendario influía en la vida cotidiana y creencia religiosa.
Códices originales:
Códex Dresdensis O Códice Dresde: Se encuentra resguardado en Alemania, se salvo de ser
destruido en 1945 Durante bombardeos que los aliados realizaron, en Alemania durante la
segunda guerra mundial.
Códice de Dresde
El Códice de Dresde o Códice Dresde, también conocido como Codex Dresdensis, es un libro de los
mayas, que data del siglo XI o XII.1 Se cree que este libro, o códice maya, es la copia de un texto
original que lo precede de unos trescientos o cuatrocientos años. Es el libro más antiguo escrito en
América, conocido por los historiadores.
El Códice Dresde consta de 39 hojas, con escritura en ambos lados, con una longitud total de 3,56
metros. Originalmente, el manuscrito había sido doblado en forma de acordeón. En la actualidad,
se exhibe en dos partes, cada una con una longitud de aproximadamente 1,8 metros, en el museo
de la Biblioteca del estado sajón en Dresde, Alemania. El documento ha jugado un papel clave en
el desciframiento de los glífos mayas.
Códex Trocortesianus o Códice Trocortesiano (Sólo parcialmente descifrado)
Incas.
El Códice Tro-Cortesiano o Códice de Madrid (también escrito Tro-Cortesano, Trocortesiano,
Trocortesano o, en latín, Codex Tro-Cortesianus) es un códice maya. Está considerado el libro más
importante del Museo de América de Madrid, y una de las piezas más destacadas de toda la
colección, aunque por necesidades de conservación lo que se expone al público es un facsímil y el
original permanece guardado en la cámara acorazada del museo.
Se trata de uno de los cuatro únicos códices mayas prehispánicos que se conservan, junto con el
Códice de Dresde (Biblioteca Estatal de Sajonia y de la Universidad de Dresde, Dresde), el Códice
de París o Códice Peresiano(Biblioteca nacional de Francia, París) y el Códice Grolier, o Códice
Sáenz, (Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Ciudad de México), cuya autenticidad fue
por mucho tiempo discutida,1 aunque un estudio en profundidad publicado en 2016 por un
equipo de la Universidad Brown(Estados Unidos) aseguró que no solamente es auténtico, sino el
más antiguo de los conservados.
El manuscrito más antiguo de esta obra perteneció al sacerdote Antonio Valdés (siglo XVIII), a
quien por algún tiempo se consideró su autor original; pero existen otros manuscritos divergentes
que han hecho pensar en la existencia de una fuente común, de más remoto origen. La posición
más aceptada actualmente es que la historia contada en el drama es de origen inca, que fue
conservada durante mucho tiempo como tradición oral, hasta que en la época colonial fue
adaptada para su escenificación teatral según el molde occidental, aunque continúa en el
anonimato el autor o autores de tal adaptación. Fue publicado por primera vez en 1857 por
Johann Jakob von Tschudi, en quechua y alemán. La primera versión en castellano apareció en
Lima, en 1868, publicada por José Sebastián Barranca y subtitulada Los rigores de un padre y la
generosidad de un rey; desde entonces han aparecido distintas versiones en diversos idiomas.
Tragedia del fin de Atahualpa
Más allá de aquel teatro que se desarrolló en los primeros momentos de evangelización, y que
podríamos adjetivar como 'misionero', el periodo colonial ha dejado una huella dramática muy
interesante, de enorme valor cultural y escénico: teatro en lenguas indígenas. Obras de diversa
clasificación y de gran relevancia testimonial. Desde aquellas que nos ofrecen una aproximación a
la cultura popular, como son El Güegüence o Macho ratón, en castellano y náhuatl, hasta
reelaboraciones sacramentales al más puro estilo calderoniano, como es el Auto del hijo pródigo,
en quechua. Nuestro estudio se centra en un texto de carácter distinto, en una de las obras
principales de tratamiento histórico: Tragedia del fin de Atawallpa (Atau Wállpaj
p'uchukakuyninpa wankan), en la lengua de los incas, en quechua, donde se dramatiza el
desenlace trágico de Atahualpa a manos de Pizarro, en Cajamarca. Tras plantear las cuestiones
teóricas más relevantes sobre su autoría o transliteración, nos adentraremos en una propuesta de
análisis, esencialmente práctico, desde nuestra especialidad de dramaturgia y dirección escénica,
haciendo hincapié en las relevancias representativas de la pieza y, ya no tanto en lo que pudiera
haber supuesto su representación en su contexto histórico-sociocultural, sino en lo que podría
llegar a suponer hoy en día, pues hablamos de una composición que encierra, tras una dura crítica
hacia Pizarro y los demás conquistadores, la incomunicación cultural.
Viracocha y la creación del mundo inicial
La creación de Viracocha, nuevo mito cosmogónico inca.
En la nueva leyenda de la creación del mundo por Viracocha, que sustituyó al primer mito de la
creación para los incas, se daba al Dios Todopoderoso la facultad de dirigir la construcción de todo
lo visible e invisible.
Viracocha comenzó su obra creadora en las orillas del lago Titicaca, en Tiahuanaco, tallando en
piedra las figuras de los dos primeros seres humanos, del primer hombre y la primera mujer, es
decir, los cimientos de su trabajo. Al darle nombres a las estatuas, éstas cobraban vida, pero en la
oscuridad, porque todavía el dios no había dado luz a la tierra.
Pero cuando Viracocha llamó a los recién nacidos, nadie acudió. Entonces se encontró solo y triste
por la desobediencia de sus hijos y para que entendieran quién mandaba sobre el mundo, envió
una devastadora lluvia de fuego como castigo y purificación, para hacerles recordar su poder y
para encaminar a los soberbios humanos. La lluvia de fuego que salió de las entrañas de la tierra, a
través de los volcanes de Cacha, aterrorizó a los humanos. Al ver que su conducta había causado la
destrucción de su maravilloso mundo, poniendo en peligro su propia existencia, y arrepentidos de
sus faltas, imploraron humildemente perdón ante su buen Dios Viracocha. Éste se sintió satisfecho
al comprobar que había logrado escarmentar a sus criaturas, haciéndoles tomar conciencia de que
todo aquello que habían recibido gratuitamente podían perderlo por la sola voluntad del Dios
Creador.
Con los humanos agrupados a su alrededor, Viracocha se dirigió a un lugar llamado Cosco (la
posterior Cuzco), donde estableció su primer reinado, dando a uno de los arrepentidos hombres el
mando de la primera ciudad y del primer imperio que existió sobre el planeta. Este primer jefe, el
primer Inca designado directamente por la divinidad fue el legendario Allca Huisa, el generador de
la larga y poderosa estirpe de los incas.