Sábado, 28 de febrero de 2015

Ensayo ayuno de líderes

Ayuno congregacional

Isaías 6: 1

Porque hoy consagramos nuestro servicio a Dios.

Porque es un requisito indispensable para servir al señor.

No es fácil consagrarnos a Dios, pero debemos hacer un esfuerzo para cumplir el llamado que
Dios nos ha hecho, pero para eso debemos tener una experiencia cara a cara con el señor.

El ser llamados significa que muchas cosas que hacemos en nuestra humanidad hay que dejarlas
de lado, por seguir ese camino que Dios ha trazado para nosotros; es crear un nuevo estilo de
vida, ser íntegros así como Dios lo es.

Estar en los caminos de Dios y particularmente servirle no significa sentirse mejor o mayor que
los demás, nuestro orgullo no puede estar por encima del servicio a Dios, es decir no podemos
servir con orgullo.

Nuestro servicio a Dios debe estar dirigido a los que no tienen a Jesucristo en su corazón, así
como Dios dirige su amor a los que están perdidos.

Para que nuestro servicio este bien dirigido, debemos primero debemos conocer a Dios, conocer
su corazón , conocer quizá como pensaría Dios en una situación particular, que haría Jesús en
una situación donde se requiera del espíritu santo para salir adelante. Pero para eso debemos
ser imitadores de la santidad de Dios, ser santos como lo es él, como lo es Jesús, esta es un arma
fundamental que todo cristiano debe tener, para así obtener la autoridad de Dios.

Debemos ser limpios de corazón, delante de Dios; él nos conoce así, que, solo Dios nos puede
promocionar porque es quien nos conoce, nuestro corazón no debe guardar rencor ni odio por
los demás, porque si este corazón está limpio y sin manchas; eso se reflejara en nuestro rostro y
será la tranquilidad de Dios en nosotros.

Cuando hemos alcanzado la madurez espiritual, debemos estar siempre listos para obedecer a
Dios y a cumplir en el servicio en que nos ha colocado; siempre trabajando con pasión por lo
que hacemos, con integridad, amor, compromiso y excelencia en todo lo que hacemos.

Siempre debemos estar atentos a la voz de Dios a través de nuestros mentores, lideres
apóstoles, para no desfallecer y alejarnos de Dios, pero también preguntarnos muchas cosas
como: ¿que nos motiva a servirle a Dios?, ¿para qué servirle a Dios?, ¿estamos bien enfocado?,
¿servimos a Dios por motivación sentimental?, ¿estamos dispuestos a aguantar la presión?,
¿hasta dónde deseo llegar?, etc., nunca debemos depender de otros para servirle a Dios, que no

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sea otro el que nos motive a servirle a Dios; que tu entorno laboras o a lo que sea que dedique
cada uno; no afecte ni ponga e duda tus creencias y convicciones puestas en Dios, que tu
motivación no sea un hombre o una mujer para servirle Dios.

Pero como efectos dañinos a la congregación se deben identificar aquellas cosas que no aportan
o edifican a la congregación. Hay que sacarlo de tu vida, para estar siempre del lado correcto.

Dios siempre llega a nosotros en el momento oportuno, él tocara a nuestra puerta y deberemos
estar dispuestos a recibirlo para entregarle todo lo que somos delante de él.

El servicio a Dios debe ser de corazón, estar dispuesto a sacrificar a tu familia, descanso,
almuerzos en familia, tu trabajo aun; no mirar el reloj, no ver el cansancio, llevar siempre el
mensaje de Dios donde nos encontremos y ser siempre los mismos donde nos encontremos.

Carlos Torres B

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COMPROMISO

Hoy delante de Dios y de los hombres, me comprometo a no faltar a los

ayunos de líderes a realizarse en la iglesia en lo que resta del año 2015,
a servirle a Dios con todo mi corazón y disposición.

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Carlos Torres B