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LAS CLASES DEL PUEBLO EN EBULLICIÓN.

PARDOS Y MULATOS EN LA INDEPENDENCIA


DE CARTAGENA 1809-1815*

JORGE CONDE CALDERÓN**


EDWIN MONSALVO MENDOZA***

RESUMEN

En 1810 la mayoría de pardos y mulatos de la ciudad de Cartagena poseía de manera simultánea la


condición de vecinos, artesanos y milicianos, lo cual los convirtió en una de las clases del pueblo
que desempeñó un papel decisivo en el proceso de Independencia de la ciudad de Cartagena de
Indias. Esta artículo analiza los diferentes momentos de ese proceso a través del cual, ese grupo so-
cial fue acumulando un relativo poder político logrando que algunos de sus líderes o jefes ocuparan
empleos claves en la formación del Estado libre, soberano e independiente de Cartagena de Indias.
El análisis está sustentado en un cuerpo documental formado por los periódicos, las gacetas del
Estado, las representaciones de los ciudadanos, boletines militares, hojas sueltas y pasquines.

Palabras clave
Pardos, Mulatos, Milicianos, Vecinos, Participación política.

ABSTRACT

In 1810 most brown and mulattos in the city of Cartagena had simultaneously the condition of
neighbors, craftsmen and militia, which became one of the classes of the people who played a de-
cisive role in the process of independence of the city Cartagena de Indias. This article discusses the
different stages of the process through which this social group was accumulating political power
on making some of their leaders or chiefs hold key jobs in the formation of free, sovereign and
independent of Cartagena de Indias.
The analysis is supported by a documentary body formed by the newspapers, the gazettes of the
State, the representation of citizens, military newsletters, flyers and leaflets.

Keywords
Brown, Mulatto, Militia members, Neighbors, Political participation.

Recibido: Febrero 7 de 2012 Aceptado: Marzo 15 de 2012


* Este trabajo hace parte del proyecto de investigación “La Independencia y la construcción del Estado nacional
en Colombia, 1810-1850”, financiado por la Universidad del Atlántico y la Universidad de Caldas.
** Doctor en Historia de América Latina, Universidad del Atlántico, Colombia.
jorgecondecalderon@gmail.com
*** Magíster en Historia Moderna, Universidad de Caldas, Colombia).
edwinmonsalvo@gmail.com

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1. Introducción pardos y mulatos con artesanos y sec-


tores populares. En síntesis, la lectura
La independencia de la ciudad y pro- de los trabajos de estos historiadores
vincia de Cartagena de Indias hace permite llegar a conclusiones como
parte de los procesos políticos y so- la de que pardos y mulatos tenían una
ciales acontecidos entre 1810 y 1815 identidad común y hasta conciencia
cuando la participación del pueblo de raza.4
fue notoria e irrefutable. La evidencia
inmediata de este fenómeno le permi- A nuestro modo de ver, el principal
tió a ese heterogéneo conglomerado problema que presentan los trabajos
social y racial convertirse en uno de citados es que desconocen la estruc-
los actores con el mayor registro en la tura social cartagenera de 1810, la
documentación de la época. Tanto así cual mantenía incólume los valores
que ha provocado trabajos polémicos españoles. A lo anterior se agregan
como los de Alfonso Múnera,1 Aline tres elementos presentes a lo largo de
Helg2 y Marixa Lasso.3 ellos: la homogeneización de pardos
y mulatos, la caracterización mecáni-
Los trabajos de los tres autores tienen ca y simple de pardos y mulatos igual
como denominador común el tema de a sectores populares y la poca o nin-
la raza e independencia. En ellos apa- guna referencia a la forma como con
rece la irrupción política de pardos y las reformas borbónicas comenzaron
mulatos en 1810-1811 como un ele- a introducirse formas de participación
mento decisivo en la independencia política de los indígenas y de los par-
absoluta de Cartagena de Indias. Tam- dos y mulatos, hasta entonces nove-
bién se observa una identificación de dosas.5

En efecto, durante la égida borbóni-


1. Múnera, Alfonso (1998). El fracaso de la nación.
Bogotá: Coedición Banco de la República-El Ánco- ca pardos, mulatos, zambos y negros
ra, 2005 y Fronteras imaginadas: La construcción libres, en otras palabras los libres de
de las razas y de la geografía en el siglo XIX colom-
biano. Bogotá: Planeta. todos los colores fueron incorporados
2. Helg, Aline (2004). Liberty and equality in Ca- a las clases del pueblo o el estado lla-
ribbean Colombia, 1770-1835. University of North
Carolina Press y “Raíces de la invisibilidad del afro-
caribe en la imagen de la nación colombiana: inde-
pendencia y sociedad, 1800-1821”. Museo, memo- 4. Saether, Steinar (2010). “Estudios recientes sobre
ria y nación, editado por: Gonzalo Sánchez Gómez raza e Independencia en el Caribe colombiano”. En:
y María Emma Wills Obregón (Comps.), Bogotá: Historias de raza y nación en América latina. Ed.
Museo Nacional de Colombia, 2000. Claudia Leal y Carl Langebaek (Comps.). Bogotá:
3. Lasso, Marixa. “El día de la independencia: una Universidad de los Andes, pp. 381-406.
revisión necesaria. Acción política afrocolombiana 5. Ver Claudia Guarisco (2003). “El reformismo
y narrativas patrióticas criollas, Cartagena 1809- borbónico y la participación política de indios y
1815”. En: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En estado llano en el Valle de México”. En: Jahrbuch
línea], Debates, 2008, Puesto en línea el 09 junio für Geschichte Lateinamerikas. N° 40, pp. 97-121.
2008. URL: http://nuevomundo.revues.org/32872, También ver Marcela Echeverri (2006). “Conflicto
y “Un mito de armonía racial: raza y patriotismo en y hegemonía en el suroccidente de la Nueva Grana-
Colombia, 1810-1812”. En: Revista Estudios Socia- da”. En: Fronteras de la Historia. N° 11, pp. 355-
les, N° 27, (2008), pp. 32-45. 386.

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no, a través de instituciones como las afán por ser aceptados socialmente,
milicias que reforzaban su calidad de también se apropiaron y practicaron
vecinos. En muchos lugares el hecho tales valores hasta el punto que, a fi-
generó tensiones y conflictos entre nales del siglo XVIII constituían una
esos sectores y las autoridades y nota- subdivisión o calidad del estamento
bles locales, quienes vieron amenaza- español.7
dos sus privilegios y estatus social. La
mayoría de las veces las confronta- Pero la modificación socio-política
ciones mantuvieron como argumento sustancial de finales del siglo XVIII
central el desconocimiento de los de- fue la consolidación del vecino y el
rechos de los libres de todos los colo- miliciano desde el ámbito institucio-
res debido a creencias que sanciona- nal. La mayoría de las veces, ambas
ban de manera negativa la ‘mezcla de condiciones estaban representadas
sangre’, la esclavitud de sus ancestros en la misma persona. En los centros
o simplemente, la ‘mancha de sangre urbanos localizados en los litorales
negra’. o áreas costaneras ese estatus estuvo
mediatizado por el elemento racial, ya
No obstante, pardos y mulatos partici- que las milicias fueron cuerpos mili-
paron y fueron incluidos enfrentando tares integrados por vecinos libres de
prejuicios sociales como el señalado todos los colores: pardos, morenos,
arriba. Esto no significó que la socie- blancos, zambos, negros libres.
dad dejara de ser jerarquizada. Por el
contrario, mantuvo una concepción No obstante, el punto de partida de la
vertical de los oficios, obsesionada nueva transformación política fue el
por cuestiones de honor y reputación, vecino. Era evidente que él como su-
en la cual todos sus integrantes se es- jeto habitaba con otros en un mismo
forzaban por demostrar la pureza de pueblo, tenía su hogar y contribuía a
su estado y el valor de sus activida- las cargas o repartimientos colectivos.
des, a las cuales buscaban diferen- Por lo tanto, para que un individuo
ciar (y elevar) de las actividades de adquiriese esa categoría no necesaria-
los demás.6 Lo significativo del caso mente tenía que ser originario de un
fue que, como consecuencia de esa lugar. Debía permanecer y formar par-
política del reformismo borbónico, la te activa de él mediante compromisos
mayoría de pardos y mulatos, en su para su mantenimiento y mejora, ya
que solo a través del cumplimiento de
ese deber se construían lazos sociales
6. Herzog, Tamar (2002). “Vecindad y oficio en Cas-
tilla: la actividad económica y la exclusión política
en el siglo XVIII”. En: Furor et Rabies: violencia,
conflicto y marginación en la edad moderna, edi- 7. Guarisco, Claudia (2003). “El reformismo borbó-
tado por José Z. Fortea, Juan E. Gelabert, Tomán nico y la participación política de indios y estado
A. Mantecón (Comps.), Santander: Universidad de llano en el Valle de México”. En: Jahrbuch für Ges-
Cantabria. pp. 239-252. chichte Lateinamerikas. N° 40, pp. 97-121. p. 97.

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que manifestaban la inserción del su- Por tal razón, a las actividades coti-
jeto en una comunidad y su adhesión dianas que desarrollaba el vecino se
a sus intereses. Su comportamiento agregaban las de carácter público:
doméstico, en la medida en que ex- milicias, policías, postas, acudir en
presaba una experiencia de colabora- defensa del territorio (Patria), ofi-
ción cotidiana en un lugar concreto, cios cuyo desempeño proporcionaba
podía traducirse en un lugar determi- reconocimiento y distinción social
nado como una experiencia en la Pa- a los artesanos que demostraban las
tria. Por todas las acciones realizadas mayores destrezas. Sin embargo, al-
en y a favor del lugar de residencia, gunas veces el reconocimiento social
el individuo demostraba ser capaz de era logrado luego de querellas lega-
disfrutar y ejercer derechos y prerro- les que colocaban al descubierto un
gativas políticas. entramado de relaciones clientelares
como ocurrió en 1779 durante el largo
Asimismo, la vecindad era la perte- pleito sostenido entre notables y arte-
nencia a una corporación urbana con sanos cartageneros.9
la cual sus miembros se identificaban
y les permitía acceder a derechos y pri- Por otra parte, en Cartagena, la ne-
vilegios. En una sociedad corporativa cesidad de reforzar el sistema defen-
como la hispana tardocolonial y la de
sivo español en las Indias, los dere-
1810 ello no significaba una garantía
chos y privilegios del vecino fueron
de igualdad, como la entendemos hoy,
fortalecidos con el estatus militar por
sino a la certeza de merecer un trato
la creación borbónica de las milicias
diferencial que atribuía a cada quien
disciplinadas. Estos cuerpos militares
lo suyo según el grupo (corporación)
divididos en regimientos, batallones
al cual pertenecía. Esta construcción
y compañías reclutaban vecinos de
de la sociedad dejaba en claro que la
todos los colores. Aunque el modelo
condición de vecino no procedía de la
se consideró un fracaso, las milicias
ley, sino de un común acuerdo sobre
lo que significaba la existencia de una lograron mantenerse en medio de las
comunidad política y sobre lo que su- peripecias de la indisciplina militar,
ponía pertenecer a ella. Ahora bien, las dudas sobre su lealtad hacia las
este acuerdo se formó a partir de la autoridades españolas y los avatares
fuerza de la costumbre local y la teo- financieros. La incapacidad para con-
ría del derecho de inspiración romana
(ius commune).8
9. El conflicto fue principalmente entre el alcalde de
primer voto Francisco García del Fierro y el alguacil
mayor del Tribunal de la Inquisición José López de
Tagle. Pero también se vieron involucrados el maes-
8. Herzog, Tamar (2000). “La vecindad: entre con- tro Bartolomé Ponce y los armeros Pedro Romero y
dición formal y negociación continua. Reflexiones José Antonio Pereira, pardos los tres, los cuales no
en torno a las categorías y redes personales”. En: eran unos artesanos cualesquiera, con la cara tiznada
Anuario IEHS, N° 15, pp. 123-171. p. 127. por la fragua.

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trolar la expansión del sistema mili- en la jerarquía urbana de la ciudad de


ciano y la proliferación de cuerpos Cartagena.12
inútiles fueron algunos de los mayo-
res fracasos de la política colonial.10 Entonces la clase, el estatus y su vi-
sión corporativa de la sociedad car-
Por consiguiente, en la Cartagena de tagenera fueron los elementos que
moldearon profundamente las accio-
1810, milicianos y artesanos se inte-
nes políticas de los pardos y mulatos.
graban en la misma persona y eran
En 1810, la mayoría de ellos poseían
portadores de los privilegios corpora-
de manera simultánea la condición de
tivos y del fuero militar del período vecinos, artesanos y milicianos. Ello
colonial. En apoyo de esta afirmación los convirtió en una de las clases del
está el censo realizado por el comi- pueblo que desempeñó un papel deci-
sario del barrio de la Santísima Tri- sivo en el proceso de Independencia
nidad de Getsemaní, quien, luego de de la ciudad de Cartagena de Indias.
concluir su labor señalaba una lista Esta ponencia analiza los diferentes
de “setecientos treinta y cinco indi- momentos de ese proceso a través del
viduos, los doscientos cuarenta y uno cual, ese grupo social fue acumulan-
milicianos, los trescientos ochenta do un relativo poder político logrando
matriculados (artesanos), y los ciento algunos de sus líderes o jefes ocupar
y cuatro que no lo son y tienen edad empleos claves en la formación del
para ello, y los nueve restantes sus Estado libre, soberano e independien-
te de Cartagena de Indias. El análisis
esclavos”.11 También llama la aten-
funcionará en tres momentos. Pri-
ción, que para entonces Getsemaní
mero, desde la conformación de las
había perdido su condición de arrabal
Juntas de Gobierno en 1810 hasta la
y alcanzaba reconocimiento de barrio proclamación de la Independencia
y parroquia con lo cual fue integrado absoluta el 11 de noviembre de 1811;
luego, los acuerdos políticos acorda-
dos para la conformación de la Con-
10. Kuethe, Allan (2008). “Decisiones estratégicas vención Constituyente encargada de
y las finanzas militares en el siglo XVIII”. Por la
fuerza de las armas. Ejércitos e independencias en redactar la Constitución del Estado de
Iberoamérica, editado por Juan Marchena y Manuel Cartagena, la cual fue firmada por tres
Chust (Eds.), pp. 83-100. Castelló de la Plana: Uni-
versitat Jaume I, y del mismo autor “Las milicias dirigentes de la clase de los pardos.
disciplinadas: ¿Fracaso o éxito?”. En: Fuerzas mi-
litares en Iberoamérica, siglos XVIII y XIX, editado
Finalmente, el devenir de ese Estado
por Juan Ortiz Escamilla (Coord.), pp. 19-26. Méxi-
co: El Colegio de México, Centro de Estudios His-
tóricos, Universidad Veracruzana, 2005.
11. Archivo General de la Nación (AGN), Fondo 12. Los otros barrios eran: Santo Toribio, La Mer-
Milicias y Marina, Tomo 48, fo. 726-734. Para este ced, San Sebastián y Santa Catalina. Sus censos se
caso son muy útiles los censos ubicados en este fon- encuentran, en su orden: AGN, Colonia Miscelánea,
do por la información detallada que proporcionan: Legajo 2, fo. 148-155; Censos varios, tomo 6, fo.
manzana del barrio, número de casa, nombres, colo- 259-260; Fondo Miscelánea, Legajo 31, fo. 1014-
res, oficios, edades. 1015 y Censos varios, tomo 6, fo. 615-619.

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provincial con sus tensiones socio- convocaba seguía siendo el mismo de


raciales y la lucha faccional por el antes de 1810.
control del Colegio Electoral.
Del pueblo del cual se habla estaba
2. De las Juntas de 1810 a la Inde- conformado por clases y estados pro-
pendencia absoluta de 1811 pios de la sociedad estamental colo-
nial apelotonada en sus murallas, di-
El 13 de agosto de 1810, luego de vidida en varios órdenes o calidades.
instalada la Junta Suprema Provincial De esta manera, los criterios de clases
Gubernativa de Cartagena de Indias, sociales combinaban los índices de
al estilo de la de Santafé y para evitar posición jerárquica (orden, estado,
“la agitación y el tumulto”, se anun- calidades), con las de la fortuna (ni-
ció por bando público la celebración vel socioeconómico). Ahora bien, el
cívico-religiosa que seguiría durante orden social al cual protegería de “la
dos días. Los actos, tanto en el día agitación y el tumulto”, era aparente,
como en la noche, estuvieron presi- ya que todas estas clases y grupos so-
didos por las autoridades, prelados y ciales tenían una composición racial
cuerpos (civiles y militares), con la diversa; esto originaba prácticas de
participación de todos los vecinos y exclusivismo entre ellas y en el inte-
“la afluencia del pueblo de todas las rior de cada una. Sostener ese orden
clases y estados que paseaban las ca- era imposible, sobre todo porque la
lles y las hacían resonar con cánticos crisis iniciada mucho antes mantenía
de alegría”.13 un estado latente.

Aquí el ritual festivo no es lo intere- En efecto, en el caluroso mes de mayo


sante: lo importante es lo que nos re- de 1810 los enfrentamientos, que da-
vela: la idea de pueblo de la época. La taban de finales del año anterior, entre
importancia es aún mayor por tratarse el gobernador de la provincia Francis-
de un año que inauguraba un proceso co Montes y el cabildo de la ciudad
de inflexión y quiebre político, con de Cartagena acaudillado por los re-
el establecimiento de nuevas institu- gidores José María García de Toledo
ciones o cuerpos sociales y políticos, y Miguel Díaz Granados, alcanzaron
para emplear el lenguaje de los acto- su máxima temperatura. Los cruces
res del momento. Además, porque la de oficios entre los dos poderes eran
movilización política del pueblo fue incesantes. En ellos se transpiraba el
clave antes y después del 13 de agos- temor de la “subversión del orden”.
to. También, porque el pueblo que se Es posible que en una ciudad en la
cual todos (notables blancos, pardos,
artesanos, negros, milicianos) se sen-
13. Extraordinario de las Noticias Públicas de Car- tían iguales ya que convivían en los
tagena de Indias, 29 de agosto de 1810, No. 140.
(Cursivas nuestras). mismos barrios estuviera claro que el

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orden a subvertir era el del goberna- que le profesaba el pueblo, “como in-
dor.14 finidad de veces se lo hemos dicho”.
También porque solo a él podía atri-
Dos oficios del 15 del mes señalado buírsele “el cisma político introducido
parecen confirmar lo que solo tene- de repente” cuando, incumpliendo los
mos como una posibilidad. El gober- protocolos, reconoció el Consejo de
nador les comunicó a los regidores Regencia dentro de los cuarteles sin la
sobre rumores acompañados con un presencia de los Alcaldes ordinarios,
“denuncio por escrito de estar prepa- los dos regidores y del Procurador
rada en esta plaza una conmoción o general, “según ha sido costumbre en
alboroto popular contra el Gobierno ocasiones semejantes”. Pero una de
y cuerpos militares”, la cual estalla- las faltas graves del gobernador había
ría en la noche o al día siguiente. Ha- sido no comunicar previamente sobre
ciendo uso de una delicada candidez ese acto al “Muy ilustre Cabildo, que
y cierta dosis de cinismo, los regi- es el que primero debe hacerlo, como
dores le manifiestan “la sorpresa que es quien representa todas las clases
nos causa no solo su asunto, sino los del pueblo”.16
términos insignificantes en que está
concebido, toda la vez que U. S. no Otra actuación que comprometió al
nos individualiza la clase de nove- gobernador fue su decisión de confor-
dades que pueden excitar la indicada mar la División de Artilleros con ex-
conmoción, ni la especie de desorden clusión de “los patricios vecinos, que
en que debemos vigilar, para que no a la par con los europeos estaban alis-
se lleve adelante, cuando no sabemos tados para voluntarios”, prefiriendo,
que haya comenzado”.15 al final, a los segundos con el ánimo
de introducir una “odiosa distinción
Los regidores no solo señalaban su entre estas dos clases”, como manifes-
desconocimiento de la supuesta con- taba al Cabildo el comisionado regio
moción sino que también trivializa- don Antonio Villavicencio. Entonces,
ban las inquietudes del gobernador y para evitar “aumentar el escándalo”
le atribuían su temor a la desconfianza causado por las providencias toma-
das por el gobernador, los regidores
decidieron acuartelar las milicias y
14. Como anota Julián Ruiz (2007). “La prolifera- recoger “todas las armas del poder del
ción de talleres de diversos artesanos llenaba los ba-
jos de las casas hasta el punto de no poder distinguir armero Pedro Romero”; ya el gober-
los barrios más nobles de los populares”. Citado en nador había ordenado lo mismo con el
“Medio ambiente urbano en Cartagena de Indias: un
juez y unos herreros”. En: Fernando Navarro Anto- Regimiento Fijo y los voluntarios. Sin
lín (Coord.), Orbis Incognitvs: Avisos y legajos del
Nuevo Mundo: Homenaje al profesor Luis Navarro
García. España: Universidad de Huelva, vol. 1, 144.
15. Corrales, Manuel (1883). Documentos para la 16. Corrales, Manuel (1883). Documentos para la
historia de la provincia de Cartagena. Tomo I. Bo- historia de la provincia de Cartagena. Tomo I. Bo-
gotá: Imprenta de Medardo Rivas, p. 65. gotá: Imprenta de Medardo Rivas, p. 66.

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duda, se trataba de un juego de estra- En ese ambiente caldeado, la tarde del


tegias de dos poderes civiles alinean- 14 de junio comenzó el movimiento
do sus fuerzas militares. del pueblo dirigido por Pedro Romero
y Juan José Solano, quienes también
Ello funcionaba de esa manera porque estaban “encargados en el barrio Ji-
la política de la ciudad giraba en tor- maní de atraerse un gran número de
no a los aspectos militares, la organi- hombres de valor y de resolución, que
zación de las milicias, el sistema de estuvieran prontos al primer llama-
rango, el honor que conllevaba vestir miento de García Toledo”.18 A la mo-
uniformes, el poseer títulos militares vilización del pueblo se unieron una
y el sistema de reclutamiento. Esto parte de la tropa del Regimiento Fijo y
hacía que todo lo vinculado con las otra del cuartel de Artillería. Mientras
milicias estuviese íntimamente liga- tanto, el oficial de guardia del puente
do a la política de la ciudad, así como que separaba a la ciudad del barrio de
a cuestiones de honor, raza y estatus Getsemaní, “había cerrado la puerta,
social. y por haber pretendido pasar alguna
porción de gentes del Arrabal, había
Un segundo momento de la crisis que corrido ya alguna sangre”. Igualmen-
intentó solucionarse provisionalmen- te, “una porción considerable de hom-
te con la creación el 22 de mayo de
bres del pueblo corrían a apoderarse
una Junta de Gobierno conservado-
de la sala de armas y artillería”. Al
ra de los derechos de Fernando VII
final, el cabildo decidió, “para acallar
sobrevino el 14 de junio. Entonces,
las inquietudes del pueblo”, separar
la movilización del pueblo fue fun-
al gobernador, reemplazándolo por el
damental para deponer y expulsar al
teniente del Rey Blas de Soria, quien
gobernador Francisco Montes, bajo
quedó ejerciendo el empleo en los
el pretexto de practicar una conducta
afrancesada y desconocer el acuerdo mismos términos anteriores.19
del 22 de mayo. Durante los veinti-
cinco días transcurridos entre las dos Debe verse sin duda en ese momento
fechas, la nota predominante fue la la primera fase del advenimiento de la
circulación de pasquines, cartas anó- guerra de opiniones –con “el carácter
nimas infamatorias y avisos fijados funesto de civil”– donde se abrió el
con carbón en las paredes, la mayoría espacio para una negociación implíci-
de ellos contra el gobernador.17 ta sobre el tema de la igualdad entre
las antiguas élites, grupos emergentes

17. Uno de los pasquines redactado en forma de dé-


cima, decía: “En el club de Jacobinos/En que os jun- 18. Corrales, Manuel (1883). Documentos para la
táis por la noche,/Proferís a troche y moche/Millares historia de la provincia de Cartagena. Tomo I. Bo-
de desatinos./Más a muchos patriotas finos/que sa- gotá: Imprenta de Medardo Rivas, 127.
ben vuestra opinión,/Desarmarán la traición/A que 19. Corrales, Manuel (1889). Efemérides y anales
maldad os inclina,/Pues si vela Catilina/No se duer- del Estado de Bolívar. Tomo II. Bogotá: Casa Edito-
me Cicerón” (Corrales, 1883: 62). ra de J. J. Pérez, pp. 23-25.

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y los sectores populares. Las arengas, der insurreccional y desfile marcial,


las negociaciones, los ascensos inusi- movilizó para sostener a la Junta las
tados de algunos personajes del pue- cinco compañías del cuerpo de volun-
blo permiten pensar que las categorías tarios blancos y cinco de pardos, que
que fijaban el lugar de cada persona con el nombre de Patriotas había for-
son abandonadas poco a poco y em- mado e instruido esta. Delante de la
pezaron a mostrar otra faceta. Enton- plaza y calles inmediatas una multitud
ces, para mayor seguridad, se crearon del pueblo se agolpaba con machetes,
los batallones de patriotas voluntarios lanzas, trabucos y escopetas para el
de pardos y blancos. El primero co- mismo efecto. Un testigo y actor de
nocido con el nombre de Lanceros de los acontecimientos, el teniente del
Getsemaní tuvo como jefe a Pedro batallón de patriotas pardos Manuel
Romero, quien fue elevado al rango Trinidad Noriega, señalaría que entre
de coronel de los ejércitos de la pro- los objetivos de los sublevados contra
vincia de Cartagena. la Junta estaba el de “mandar a Espa-
ña a sus principales y ahorcar aquí los
No obstante, las primeras amenazas de segunda clase”.20
importantes para el nuevo orden apa-
recieron al año siguiente. La de ma- Corregida y arreglada la situación,
yor dimensión fue la insurrección del la Junta Suprema cartagenera siguió
Regimiento “Fijo”, en la mañana del gobernando: expediría decretos, nom-
4 de febrero de 1811. La causa del braría en empleos públicos, revocaría
levantamiento fue el nombramien- nombramientos. Ya había convocado
to realizado por la Junta como jefe a las elecciones parroquiales y de-
interino del Regimiento del teniente partamentales con el primer regla-
coronel del Regimiento Auxiliar de mento electoral del 11 de diciembre
Santafé José María Moledo, quien de 1810, que incluyó con derecho al
había sido uno de los instigadores del voto a blancos, indios, mestizos, mu-
levantamiento del 20 de julio en San- latos, zambos y negros, con tal de que
tafé de Bogotá. Su personalidad gene- fueran padres de familia o tuvieran
raría el mayor descontento entre los casa poblada o vivieran de su trabajo.
soldados, la mayoría manejados por También reorganizó territorialmen-
los oficiales, quienes los indujeron a te la provincia, planteó la necesidad
la desobediencia so pretexto de que él de establecer las tres ramas del poder
no era nativo de la ciudad. Una vez público y advirtió sobre el peligro
movilizados por el capitán Miguel de que ella misma siguiera concen-
Gutiérrez y algunos oficiales, los sol- trando todos los poderes: Ejecutivo,
dados se dirigieron en columna hacia
donde se reunía la Junta de Gobierno.
Para sofocarlos, el poder civil que 20. Corrales, Manuel (1889). Efemérides y anales
del Estado de Bolívar. Tomo II. Bogotá: Casa Edito-
ellos trataban de intimidar con su po- ra de J. J. Pérez, p. 69.

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Judicial y Legislativo, por lo que del pueblo”, como era llamada en la


propuso la redacción de una Cons- época de la Independencia, percibie-
titución que sellaría el nuevo pacto ron la movilización popular como un
social. Intentando hacer realidad esto peligro latente contra sus privilegios e
último, cuatrocientos ochenta y seis intereses sociales. Al mismo tiempo,
vecinos firmarían el 19 de junio de algunos de sus miembros la supieron
1811 una representación para que “sin canalizar en el contexto de la lucha
pérdida de tiempo se forme nuestra faccional, propia de un período de
Constitución”.21 inestabilidad y crisis institucional du-
rante el cual estaba en juego el control
La mencionada representación cons- del poder político.
tituyó un rechazo abierto a lo pro-
puesto por las Cortes españolas de la Desde mediados de 1811 las opinio-
Isla de León y tuvo como fundamen- nes de los cartageneros se dividieron
en favor de una de las dos facciones
tos los principios imprescriptibles de
que dominaban el ambiente político
justicia e igualdad de derechos. En
de la ciudad: Los toledistas agrupados
Cartagena, desde el inicio de la Inde-
alrededor de la figura del abogado y
pendencia, el tema racial estaría en el
hacendado José María García de Tole-
centro de los debates constitucionales
do, y los piñeristas, en torno a los her-
para definir la condición del nuevo
manos Gutiérrez de Piñeres, Germán,
ciudadano-vecino, como también en Gabriel y Celedonio. Los primeros
el escenario político para confrontar también fueron reconocidos como el
la estigmatización racialista sobre la partido de los aristócratas y los otros
participación y movilización de los el de los demagogos, por sus ideas
sectores populares. Para estos últimos radicales y estrecha relación con los
sus actuaciones no solo adquirieron sectores populares de artesanos, mu-
dimensiones políticas insospechadas latos, pardos y negros.
sino también la posibilidad de imagi-
nar la Nación, sostener la libertad y la La posición de los Piñeres se fue ra-
igualdad establecidas por la forma de dicalizando a la vista de unas nuevas
gobierno de la República o hacer uso elecciones para una proyectada Con-
del sistema representativo y las elec- vención del Estado de Cartagena. En
ciones desde su propia forma mentis o las últimas, en medio de hechos acalo-
esfera cultural. rados, los toledistas habían obtenido
la presidencia de la Junta Suprema de
Por el contrario, los ciudadanos-nota- Gobierno. Ahora, los Piñeres temían
bles, la sanior pars o “parte más sana que aquellos, desde el Gobierno, ma-
nipularan las elecciones a su antojo.

21. Corrales, Manuel (1889). Efemérides y anales En ese ambiente político, que ya
del Estado de Bolívar. Tomo II. Bogotá: Casa Edito-
ra de J. J. Pérez, p. 72. anunciaba la decisiva movilización

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del pueblo, tuvieron lugar los sucesos y fuertes recriminaciones por parte
del 11 de noviembre de 1811, fecha de los bandos en disputa. La demora
en la cual fue convocada la Junta Su- en aprobar una propuesta definitiva
prema cartagenera para una más de movió la muchedumbre a irrumpir de
las tantas sesiones de Gobierno que nuevo en la sala, agraviando de pala-
realizaba. Con el fin de evitar una bra a quienes se oponían a la decla-
nueva victoria de los toledistas, desde ratoria de Independencia absoluta de
tempranas horas del 11 de noviembre, España. Al final, la presión popular
los Piñeres reforzados por lazos fa- obligó a su aprobación y otras de in-
miliares pusieron en acción su red de terés general como la tridivisión del
intereses electorales. Para el efecto, poder público, el destierro de los im-
contaron con la ayuda del abogado Ig- plicados en actos contrarrevoluciona-
nacio Muñoz, llamado popularmente rios y la convocatoria de una conven-
“El Tuerto”, que contaba con el apoyo ción constituyente para los primeros
de su suegro Pedro Romero de reco- días del siguiente año. Aunque los
nocida influencia entre los habitantes sectores populares y sus dirigentes
de Getsemaní. pardos y mulatos fueron decisivos al
momento de la declaratoria de Inde-
Ante la propuesta de levantar las se- pendencia, ninguno de ellos firmó el
siones de la Junta sin resolver la de- Acta definitiva.22
claración sobre el tipo de vínculo que
debía mantenerse con las autoridades 3. De la convención general del Es-
que representaban a la Corona espa- tado a la Constitución de 1812
ñola, desde Getsemaní una muche-
dumbre encabezada por dirigentes Lo que sí dejó claro la movilización
pardos y mulatos, luego de asaltar la del pueblo y la declaración de Inde-
Sala de Armas, localizada en la Pla- pendencia absoluta fue la consolida-
za de la Aduana, se dirigió al lugar ción de un sector de pardos y mulatos
de sesiones, en una de las salas de la con dos características singulares que
Gobernación, adonde irrumpió en- lo convertiría en un sector intermedio
furecida. La muchedumbre armada entre los notables y los sectores popu-
y respaldada por el batallón patriota lares. La primera característica fue su
Lanceros de Getsemaní, al frente del independencia política de los notables
cual estaba Pedro Romero, en medio cartageneros con quienes siguieron
de gritos y amenazas terminó aposta- manteniendo relaciones clientelares,
da frente a la Gobernación esperando estableciendo alianzas y practicando
una decisión de la Junta al respecto, negociaciones abiertas o tácitas. La
la cual les sería comunicada por uno
de los “comisionados del pueblo”. En
estas circunstancias, la sesión de la 22. Pombo, Manuel y Guerra, José (1951). Consti-
tuciones de Colombia. Tomo II. Bogotá: Biblioteca
Junta avanzó en medio de agitaciones Popular de Cultura Colombiana, pp. 75-83.

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otra característica fue que, converti- Acta de la Declaración de Indepen-


dos en un grupo de poder emergente, dencia del 11 de noviembre de 1811.
sus relaciones con los sectores popu- Aunque fue elegido a la Convención
lares se mantuvieron en el plano de por instancia de su cuñado Juan de
las movilizaciones políticas con el ob- Dios Amador, quien argumentó que
jetivo principal de ampliar el sentido Pombo tenía redactada una “excelente
del liberalismo y extender la noción Constitución”, tampoco estuvo entre
de ciudadanía. los firmantes que aprobaron la Car-
ta definitiva de Cartagena de Indias.
Los anteriores elementos permiten Al parecer, su pretendida condición
explicar la inclusión y participación aristocrática lo llevó a distanciarse de
de Pedro Romero como uno de los 36 todos esos acontecimientos, algunos
vocales como integrantes de la Con- de ellos suscitados por la irrupción de
vención General del Estado de Carta- los sectores intermedios de pardos y
gena instalada el 21 de enero de 1812 mulatos de la ciudad.24 Por el contra-
(Corrales: 1889: 77).23 A partir de ese rio, estos últimos lograron que al final
momento el ejercicio de la soberanía tres de ellos: Pedro Romero, Cecilio
del pueblo residió en la Convención, Roxas [Rojas] y Remigio Márquez,
la cual como cuerpo constituyente, aparecieran entre los firmantes de la
suprimió la anterior Junta de Gobier- Constitución del Estado Libre, Sobe-
no, eligió por unanimidad de votos rano e Independiente de Cartagena de
a José María del Real para ejercer el Indias promulgada el 14 de junio de
poder Ejecutivo y nombró a Germán 1812.25
Gutiérrez de Piñeres como Prefecto
con la función principal de presidirla. La Constitución fue publicada, re-
Ambos empleos cesarían una vez es- partidos algunos ejemplares entre el
tuviera elaborada la Constitución del público y fijada a la vista del pueblo
Estado. cartagenero en paredes o muros de
algunas calles de la ciudad. La nueva
Las sesiones de la Convención ocu- figura de Presidente Gobernador con-
paron cinco meses. En medio de ellas vocó a los poderes Judicial, Legislati-
hubo ingresos y abandonos de nuevos vo y Senado para una augusta función
y antiguos vocales. El abandono más amenizada con música. Esta reunión
polémico fue el del notable José Igna- se realizó con los funcionarios de toda
cio de Pombo, quien en su momento
integró la Junta Suprema de Cartage-
na. Sin embargo, se negó a firmar el 24. “Papeles impolíticos recibidos de Cartagena, y
publicados impolíticamente para Cartagena y sus
sequaces”, La Bagatela, Santafé de Bogotá, 16 de
febrero de 1812, N° 34.
23. Corrales, Manuel (1889). Efemérides y anales 25. Pombo, Manuel y Guerra, José (1951). Consti-
del Estado de Bolívar. Tomo II. Bogotá: Casa Edi- tuciones de Colombia. Tomo II. Bogotá: Biblioteca
tora de J. J. Pérez. Popular de Cultura Colombiana, pp. 93-171.

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la municipalidad, contadores genera- bleas primarias y colegios electorales,


les y ministros del tesoro público, permitieron un reacomodo político de
quienes recorrieron la plaza central los viejos y nuevos actores sociales
en carruajes adornados. El Presidente que pugnaban por lograr el control del
Gobernador presidió el desfile lanzan- poder político, el cual se consideraba
do monedas a la multitud agolpada en reafirmado en representaciones como
los lugares de su publicación. El des-
la de que “la soberanía del Pueblo de
file lo cerraba la marcha de los cinco
Cartagena estaba representada en el
batallones de milicias y patriotas del
Estado.26 Colegio Electoral”. Por lo tanto, era
el cuerpo al que solo podía dirigirse
La Constitución del Estado de Carta- el “Pueblo, para pedir, no pan, sino la
gena, promulgada tres meses después pública salud”.29
de la gaditana, fue considerada por un
contemporáneo como una Carta “cu- En tales circunstancias, las eleccio-
yas bases eran bien liberales”, confirió nes del mes de noviembre de 1814 en
toda su importancia a los conceptos el recinto del Colegio mostrarían las
de representación y soberanía.27 Su fuertes rivalidades entre las faccio-
texto consagraba la reforma de algu- nes políticas por controlar el poder,
nos temas que habían sido redactados
lo cual se consideraba realizado con
de manera provisional con el propó-
la consecución de los principales em-
sito de modificarlos posteriormente,
en una labor que comenzó a finales de pleos de la provincia. Por ejemplo el
1813.28 Pero su reforma sustancial co- de gobernador, al cual aspiraban Gar-
rrespondía a un cuerpo constituyente cía Toledo y Gabriel Piñeres. La lucha
alrededor del cual se originaría la ma- electoral por el máximo empleo pro-
yor disputa interfaccional: el Colegio vincial tuvo su primer obstáculo en el
Electoral. acalorado debate que originó el tema
sobre la validez de los votos de los
4. Los pardos amenazan al cuerpo sustitutos o apoderados por los susti-
electoral tuyentes. Aunque hubo acuerdo en no
contabilizar los votos de los apode-
Las elecciones y sus cuerpos, asam-
rados en igual proporción a la de los
principales o poderdantes; al parecer,

26. Gaceta del Estado de Cartagena, 6 de agosto de


1812, N° 17.
27. Restrepo, José Manuel (1974). Historia de la 29. Biblioteca Nacional de Colombia (BNC), Fondo
revolución de Colombia. Medellín: Bedout, tomo I, Pineda 166 (Pieza 12): “El honor vindicado y breví-
p. 204. sima exposición de los motivos que han obligado al
28. Las modificaciones menores de la Constitución pueblo de Cartagena a rechazar el nombramiento de
cartagenera pueden seguirse a través de la Gaceta gobernador en el señor García Toledo”, Cartagena
del Estado de Cartagena, 30 de diciembre de 1813, de Indias: Imprenta del Gobierno por el C. Manuel
N° 90 y siguientes. González y Pujol. Año de 1815, Quinto.

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ninguna de las facciones respetó lo fi- republicanas, planteó la necesaria re-


nalmente aprobado.30 nuncia de los dos cónsules y elegir un
solo gobernador “del todo imparcial
El debate, que parecía tener como para no perturbar la igualdad y la
trasfondo la forma de evitar obscu- unión de sus conciudadanos: ejem-
recer la justicia y la libertad de las plo que solo se veía en las antiguas
elecciones, escondía intimidades re- Repúblicas Griegas en que el espíritu
veladoras del funcionamiento del Co- republicano llegó a su perfección”.31
legio Electoral. Por ejemplo, denun-
ciado por abusar “de la sana confianza A estas alturas, surgió cierto distan-
de los pueblos”, que en las elecciones ciamiento entre la posición política de
departamentales conferían una mayo- Medrano y Angulo con relación a los
ría de cinco a seis sufragios, a García Piñeres y Muñoz. Los dos primeros
Toledo se le acusó de repartir la vota- habían servido a los segundos, per-
ción “entre sus comensales, criados y tenecientes al sector de los notables,
amigos” con el propósito de asegurar- como catalizadores en sus pugnas
se la elección de Gobernador. contra el otro sector representado en
los aristócratas. En particular, Me-
A partir de ese día y durante un mes, drano con más ascendencia social so-
las sesiones de la Asamblea Electoral
bre el pueblo mostraría mayor manejo
transcurrieron en medio de tumultos
de su participación en la contienda
populares encabezados por los secto-
electoral sin renunciar a su ideario de
res intermedios de milicianos, artesa-
clase, opuesto al de “unos hombres,
nos, pardos, mulatos y zambos. Con
enemigos de nuestro sistema, que
el fin de neutralizar las posiciones ra-
pretenden llevar al cabo sus ideas
dicales de algunos de los intermedia-
de aristocracia, aunque se pierda la
rios como Pedro Medrano, sustituto
Patria”.32
de Gabriel Piñeres, y Antonio Angulo
–partidarios de no admitir renuncia a
los ya elegidos–, se pronunciaron vo-
31. “Continúan los Documentos…”. Década Misce-
ces moderadas. El secretario del cuer- lánea de Cartagena, Cartagena, 13 (121), 9 de febre-
ro 1815. Entre quienes presentaban renuncias de sus
po electoral, Ignacio Cavero, reto- empleos estaban: Ignacio Muñoz, Luis Echagaray,
mando las palabras de Germán Piñe- Lambi, José de los Santos Gordon, Basilio del Toro,
García Toledo.
res, que llamaban a conciliar los áni- 32. Similares palabras fueron pronunciadas tanto
por los Piñeres como por Medrano y Angulo en
mos divididos, y apoyándose también las sesiones del Colegio, por lo que el documento
en el ejemplo de las antiguas virtudes “El honor vindicado…”, tal vez, lo elaboraron los
Piñeres con la colaboración de Pedro Medrano y
el impresor Antonio Angulo. Los Piñeres y Angu-
lo representaban en el Colegio al departamento de
Mompox, mientras que Muñoz lo era por Getsema-
ní. Pedro Medrano, quien procedía del sector de los
30. “Documentos oficiales sobre el grande crimen artesanos, como diputado del Colegio fue elegido
cometido por los facciosos. Sesion del Colegio apoderado electoral por las parroquias de los barrios
Electoral del 17 de diciembre”, Década Miscelánea de Nuestra Señora de la Merced y de la Santísima
de Cartagena, Cartagena, (11), 19 de enero 1815. Trinidad de Getsemaní.

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Por el curso seguido por los aconteci- pero que les sirvió para adelantar la
mientos durante el largo mes de enero persecución y represión contra los
del año quinto de la Independencia, dirigentes de los sectores populares
parece indudable que la participación ejercida por Gual, “puesto al frente de
de Medrano alcanzaba mayores nive- los extranjeros”.34 Las que si no pare-
les de movilización política que la del cían pertenecer al mundo de lo proba-
otro dirigente artesano Pedro Romero, ble fueron las medidas represivas, he-
quien, aunque luego de los aconteci- chas efectivas y complementadas con
mientos de 1811 terminó apartándose señalamientos perversos para des-
de García Toledo y los Piñeres, toda- prestigiar a los “frenéticos caudillos”
vía en 1815, gozaba de la confianza del pueblo. Así, los milicianos a las
de los notables. “órdenes del famoso Cecilio Roxas”
fueron señalados como “lo más co-
La movilización popular liderada por rrompido de su digno batallón”, antes
Medrano y respaldada por los mili- de ser enviados a las cárceles de Bo-
cianos de Cecilio Roxas estaba regida cachica (Jiménez, 1948: 93).
por una tensión étnica y se consideró
tanto o, tal vez, más peligrosa que la Mientras que los Piñeres, Muñoz y el
de Romero. Con semejante caracteri- presbítero Gordon fueron desterrados
a Norteamérica, adonde no lograron
zación de los hechos y personajes se
llegar quedándose en Haití, parece ser
consideró como mejor opción mane-
que otros de los dirigentes utilizaron
jar la situación por la vía militar, en-
sus parentescos, padrinazgos, rela-
tregándoles facultades ilimitadas al
ciones familiares y hasta clientelares
general venezolano Pedro Gual, de
para atenuar los efectos de las medi-
quien se decía conoció que no pue-
das punitivas. Por ejemplo, el Ayu-
den estos hombres vivir en asociación
dante Mayor del Batallón de Cecilio
por ser irreconciliables con el orden y Roxas le escribía, desde Jamaica, a
tener, además, “su proyecto de poner quien él llamaba “mi benefactor” y
al célebre Medrano de Dictador”, lo del que no dudaba en “favorecerme
cual de ser realizado, significaría “la y que allanará el decreto de mi liber-
ruina de la República”.33 tad, sin nota por el destierro, y con el
goce de mis empleos, según lo han
Es probable que las ambiciones dic- obtenido los otros indultados; porque
tatoriales de Medrano fuesen inexis- mi hijo Andrés me asegura que usted
tentes y solo era un proyecto producto le ofreció hacer por mí todo…Yo no
de la imaginación de los aristócratas soy autor, fomentador, ni el caudillo

33. “Concluyen las operaciones del Exército del 34. Los extranjeros eran los militares venezolanos,
Magdalena desde el 22 de diciembre hasta el 18 de que expulsados de su territorio por la contraofensiva
enero”, Década Miscelánea de Cartagena, Cartage- de los pardos llaneros liderados por el comandante
na, 14 (133), 19 de febrero 1815. español José Boves, inmigraron a Cartagena.

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de los acontecimientos que se dice Echeverri, Marcela (2006). “Conflic-


contra la Patria. ¿Cómo es, pues, que to y hegemonía en el suroccidente de
se me considera que permanezca en la Nueva Granada”. En: Fronteras de
el destierro, al igual que los Piñeres la Historia, pp. 355-386, N° 11.
y Muñoz? ¿Cómo es que se me consi-
dera con más delito que Castillo, Me- Guarisco, Claudia (2003). “El refor-
drano, &.a que han sido indultados? mismo borbónico y la participación
Asombrado estoy de esto. ¿Y cómo política de indios y estado llano en el
es que el Coronel D’Elhuyar también Valle de México”. En: Jahrbuch für
es indultado, y yo no? Debo guardar Geschichte Lateinamerikas, N° 40,
silencio, y todo lo dejo a la discreción pp. 97-121.
de usted, suplicándole de nuevo, pa-
drino de mi corazón, el pronto despa- Helg, Aline (2000). “Raíces de la in-
cho, doliéndose de este su ahijado”.35 visibilidad del afrocaribe en la imagen
de la nación colombiana: indepen-
Como lo señalaba Cajar en su carta, dencia y sociedad, 1800-1821”. En:
parece que muchos de los prisioneros Museo, memoria y nación, editado
y otros favorecidos con medidas si- por Gonzalo Sánchez Gómez y María
milares lograron regresar ya que fue- Emma Wills Obregón (Comps.). Bo-
ron registrados en la relación de los
gotá: Museo Nacional de Colombia.
individuos que defendieron hasta el
último momento el Estado Libre, So-
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