Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Derecho penal en sentido subjetivo: la potestad represiva estatal es el derecho-deber del Estado
de aplicarle la pena establecida por la ley al participe de un delito.
Fundamentos del D.P. subjetivo:
1) Material: responde a la pregunta acerca de por qué se pueden imponer sanciones penales.
2) Político: apunta a resolver el interrogante sobre por qué el Estado está habilitado para castigar.
La misión del D.P. se relaciona con el modelo de Estado al que pertenece; liberal o autoritario.
Legitimación y limites al ejercicio de la potestad de castigar que tiene el Estado, a los fines de
evitar arbitrariedad por su parte:
Derivados del fundamento material:
Necesidad de la intervención: la intervención penal del Estado solo es legítima cuando es
indispensable para el mantenimiento de su organización.
Exclusiva protección de bienes jurídicos.
Humanidad: debe resguardarse la autonomía ética del individuo y el respeto de la persona
evitando que los instrumentos legales utilizados puedan atentar contra su dignidad.
Derivados del fundamento político:
consisten en una garantía política fundamental para proteger al ciudadano, según la cual,
éste debe poder conocer de antemano cuales conductas están tipificadas por la ley como
delitos y que sanciones tienen previstas (principio de legalidad en la represión)
Fuentes del Derecho Penal: En nuestro sistema legal penal la única fuente de producción y
conocimiento es la ley.
De producción: indica de donde emana o surge la norma jurídica (la autoridad que la
dicta).
De conocimiento: la forma en que el derecho se transmite a la sociedad. Es la
manifestación de esa voluntad de donde emana la norma jurídica.
La costumbre: no es fuente del derecho penal argentino. Puede utilizarse a los fines de
interpretar elementos normativos (jurídicos y culturales) de algunos tipos penales.
Los "principios generales del derecho": Tampoco es fuente de conocimiento en el ámbito
penal. Puede ser utilizados por el juez como elemento de ayuda para la interpretación de
ciertos ámbitos.
La jurisprudencia: Se utilizan como modelos a seguir (precedentes) determinadas
decisiones emanadas, por ejemplo, de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. No
obstante ello, no pueden ser considerada, bajo ningún punto de vista, como fuente del
derecho penal.
La analogía: Este principio no puede tener aplicación en el derecho penal si es utilizado
"en contra del imputado". Se prohíbe al juez llenar los vacios de punición mediante la
aplicación de una norma creada para un caso similar, pero que no se adecua al que tiene
bajo estudio. La conducta que no está expresamente prohibida en el ámbito penal, se
encuentra fuera de su alcance.
La ley penal: las normas emanadas del órgano legislativo que respecta las siguientes
características; escrita, general, abstracta y que describe la conducta que de ser desplegada o
desarrollada por el eventual infractor podrá ser pasible de ser considerada como delito y
susceptible de ser sancionada.
Elementos: toda norma penal está conformada por dos elementos: un supuesto de hecho
(identificado con el tipo penal) y una consecuencia jurídica (identificada con la pena o medida de
seguridad).
Caracteres:
Escrita
Estricta (precisa)
Exclusiva: solo mediante ella se pueden crear tipos penales y sus consecuencias jurídicas.
Obligatoria
Irrefregable: no pierde vigencia por desuso. Solo otra ley de igual jerarquía puede
derogarla o modificarla.
Igualitaria
Constitucional
Descriptiva de tipos no comunicables entre sí, no pueden integrarse tipos penales con
otros preceptos de la ley penal (analogía legal)
El federalismo y la ley penal: según su fuente de producción las leyes penales pueden ser
clasificadas en:
En sentido amplio, cuando el tipo recurre a otra ley emanada de la misma instancia
legislativa.
En sentido estricto, cuando el tipo recurre a otra norma jurídica emanada de distinta
instancia legislativa, es decir, de una autoridad diferente.
Decretos de necesidad y urgencia: prohibidos en materia penal (art 99 inc. 3° 3er. Párrafo de la
CN)
Normas primarias: son las que están dirigidas a los ciudadanos, prohibiendo el desarrollo
de determinadas conductas.
Normas secundarias: están dirigidas a los jueces, con el objeto de que éstos impongan
sanciones penales que correspondan a quienes violen las normas primarias.
Validez temporal de la ley penal: analizar la validez temporal de la ley penal implica determinar si
existen excepciones que extiendan la vigencia de la ley mas allá de su vida legislativa.
Ley penal as benigna: en primer lugar, resulta necesario advertir que no existen criterios generales
y uniformes para determinar la mayor benignidad de una ley sobre otra, sino que, deberá ser, en
cada caso particular, el juez quien determine qué ley aplicar. El juez no puede realizar una
combinación entre los aspectos más favorables de las dos leyes, sino que debe aplicar una sola ley,
porque de otra forma estaría construyendo una nueva ley, lo que está prohibido. El concepto de
benignidad solamente comprende al tipo penal y a la pena.
La cosa juzgada: la retroactividad y la ultraactividad de la ley penal posibilitan a que una sentencia
firme pueda ser modificada por una ley posterior más benigna. La sentencia firma pasa a ser lo
que se denomina cosa juzgada.
Las leyes intermedias: puede suceder que entre la ley vigente al momento del hecho y la ley
vigente al momento de la sentencia, exista otra ley que tuvo vigencia en el tiempo intermedio
entre la comisión del hecho y su juzgamiento. El art. 2° del CP: "Si la ley vigente al tiempo de
cometerse el delito fuera distinta de la que existía al pronunciarse el falo, o en el tiempo
intermedio, se aplicara siempre la más benigna". Estamos frente a lo que se denomina la
ultraactividad de la ley penal más benigna. Esta solución es la única que permite evitar la
desigualdad de trato que se produciría en caso de lentitud de un proceso frente a otras causas que
tramitaron con mayor celeridad.
Las leyes interpretativas: son aquellas que aclarando, determinan el contenido de otra ley que
puede entenderse de varios modos o admite distintas interpretaciones. También rige el principio
de irretroactividad de la ley penal y sus excepciones, la ultraactividad y retroactividad de la ley más
benigna: siempre que se trate de una interpretación autentica.
Medidas de seguridad: el art. 5 de CP establece las consecuencias del delito: penas curativas,
educativas y eliminatorias.
Validez espacial de la ley penal : bajo este título se estudia al conjunto de disposiciones
legales dictadas por los Estados con el objeto de determinar el ámbito espacial de imperio
de sus leyes penales. Criterios a fin de establecer el alcance espacial del D.P.:
Principio territorial: es válida la ley penal del lugar donde se comete el delito. No
interesa donde deba producir sus efectos o la nacionalidad del autor o sujeto
pasivo. El art. 1 del CP prescribe la validez de la ley penal para los delitos
cometidos en el territorio argentino o en los lugares sometidos a su jurisdicción,
dichos lugares son aquellos que aun estando fuera del territorio propiamente
dicho, se encuentran amparados por el pabellón nacional.
Lugar de comisión del delito: teorías. En ocasiones, el comportamiento y
el resultado acontecen en territorios distintos conformando los
denominado delitos a distancia, a los fines de determinar si lo relevante es
el lugar del comportamiento o de el resultado delictivo la doctrina elaboro
tres teorías:
De la acción: el delito se comete en el territorio en el que se
desarrolla el comportamiento delictivo.
Del resultado: solo tiene en cuenta el lugar en el que se produce el
resultado material del delito.
Mixta o de la ubicuidad: advierte que tanto el comportamiento
como el resultado del delito tienen la misma relevancia jurídica y
resultan suficientes para determinar la ley penal aplicable. Ésta es
la adoptada por el ordenamiento jurídico argentino.
Otra cuestión que genera problemas es la de los delitos de
transito: que son aquellos en lo que el proceso ejecutivo recorre
más de una jurisdicción.
Principio real o de defensa: este principio propone la validez de la ley penal
nacional para los delitos cometidos en el extranjero, cuando éstos deban afectar
bienes jurídicos cuya titularidad ejerza el Estado Nacional y puedan incidir en su
integridad como tal
Principio de la personalidad o nacionalidad:
Principio de la personalidad activa: postula como criterio de la validez la
nacionalidad del sujeto activo del delito. La ley penal del país debe seguir
al súbdito donde quiera que vaya atento las implicancias que se asignan al
vinculo de nacionalidad que une al autor del delito con su Estado. Este
principio no rige en forma directa en el D.P. sino que se encuentra
indirectamente recogido por la ley de Extradición.
Principio de personalidad pasiva: sostiene el imperio de la ley penal del
Estado frente a los delitos cometidos contra sus nacionales aun en el
extranjero. Principio no acogido por nuestro derecho positivo. Rige
solamente para los llamados delitos contra el derecho de gentes.
Derecho penal por representación: cuando por motivo no se puede extraditar, el tribunal en cuyo
poder se encuentre, podrá ser juzgado aplicando la ley de su país en representación de la del
Estado requirente. El art. 12 de la ley de extradición regula el supuesto de opción del nacional a
ser juzgado por la ley argentina por hechos cometidos en el extranjero.
Extradición: es el acto por el cual un Estado entrega a un individuo a otro Estado con el objeto de
someterlo a juicio penal o a la ejecución de una pena. Clases:
Para von Liszt acción era una conducta humana que modificaba el mundo exterior. Los
elementos de esta teoría era la manifestación de voluntad y el resultado. El resultado es el
que causa una modificación en el mundo exterior y este a su vez es causado o proviene de
la manifestación del sujeto. La vinculación entre el resultado y la manifestación del sujeto
se explica a través del nexo de causalidad. Esta concepción se empantanaba cuando
debía explicar la acción en los delitos de omisión. En virtud de ello von Liszt modifico su
definición y señalo que "acción era conducta voluntaria hacia el mundo exterior", con ello
la voluntariedad quedaba como supraconcepto.
Para Beling "la acción debe afirmarse siempre que concurra una conducta humana llevada
por la voluntad, con independencia en que consista esa conducta". Existe acción, si
objetivamente alguien ha emprendido cualquier movimiento o no movimiento, a lo que
subjetivamente ha de añadirse la comprobación de que en este movimiento corporal o en
esa falta de movimiento animaba una voluntad. La acción es analizada en su aspecto
externo, sin consideración sobre lo que el sujeto quiso realizar, sin considerar el contenido
de esa voluntad.
Concepción finalista de la acción: el sistema finalista de la acción es creación de Hans Welzel. Para
Welsel "acción humana" era el ejercicio de la actividad final. Lo que da su carácter "final" a la
acción es que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever las consecuencias y por ello,
fijarse diversos objetivos (proyectar) y dirigir planificadamente su actuación a la consecución de
esos objetivos. Deducía de ello que el legislador no podía prohibir causaciones de resultados, sino,
acciones finales dirigidas por la voluntad. Su concepto de acción final era solo compatible con los
delitos de comisitos de dolo directo.
Concepto social de acción: para los autores que se enrolan en estas teorías todas las conductas
delictivas se caracterizan como fenómenos sociales.
Responsabilidad penal de las personas jurídicas: en nuestro ordenamiento legal existen numerosas
disposiciones en donde directa o indirectamente se hace referencia a la responsabilidad penal de
los entes ideales. La mayoría rechaza la responsabilidad penal de las personas jurídicas, basada en
la vieja máxima proveniente del derecho romano "societas delinquere non potest". Se sostiene
que la persona jurídica no posee capacidad de accionar sino que lo hace a través de sus órganos o
representantes, que no posee subjetividad y por ende no podría actual con dolo o culpa y que de
imponérsele pueden ser superados sin mucho esfuerzo.
El tipo penal o delictivo: Concepto: descripción abstracta de la conducta prohibida por la norma, es
efectuada por el legislador. El tipo penal equivale a aquello en que el hecho consiste, el supuesto
de hecho. El tipo delictivo no es el hecho punible, sino uno de sus elementos, pues el hecho
punible comprende:
Tipicidad: es el resultado de un juicio u operación mental llevada a cabo por el interprete o el Juez,
que permite determinar que la conducta objeto de examen coincide con la descripción abstracta
con tenida en la ley penal.
Tipo de garantía: esta función del tipo, en sentido amplio, deriva del principio de legalidad, que
asegura que solo los comportamientos descriptos previamente en la ley penal serán sometidos a
castigo. Este postulado exige al legislador: precisión y uso adecuado del lenguaje en la redacción
de la ley penal, incriminación de conductas especificas y afectación de bienes jurídicos.
El tipo complejo: la construcción del tipo complejo se efectúa mediante la descripción objetiva y
subjetiva de la conducta.
Dolo : el dolo es el elemento subjetivo por excelencia, motivo por el cual nos encontramos
con que la mayoría de los delitos previstos en la Parte Especial del CP son tipos dolosos.
o Elementos:
Cognitivo: conocimiento. El autor debe saber que realiza el hecho, que
hecho realiza y las circunstancias que lo rodean.
Volitivo: intención o voluntad de realización del tipo penal. El sujeto debe
querer realizar el hecho.
o Clases de dolo:
Dolo directo: cuando la acción o el resultado típico constituyen el objetivo
perseguido por el sujeto. Ej. El sujeto quiere matar a alguien y lo mata
Dolo indirecto: resultados no querido directamente por el autor, pero que
aparecen unidos de modo necesario e ineludible al resultado
comprendido en la intención del sujeto. Ej. Quien coloca la bomba en un
avión para matar a un pasajero determinado. La muerte del resto de los
pasajeros es una consecuencia no buscada por el autor pero ligada al
efecto querido.
Dolo eventual: cuando el sujeto que realiza la conducta conoce que
probablemente se produzca el resultado típico, y no deja de actuar por
ellos. Este es el umbral mínimo del dolo.
Criterios distintivos entre acción y omisión: acción se expresa positivamente con un hacer
y omisión se manifiesta negativamente como un no hacer.
Concepto natural de omisión: la acción es propia del autor cuando su comportamiento ha
sido impulsado causalmente por su voluntad, lo que no ocurre con la omisión, pues en un
caso de olvido, una inactividad puede resultar ajena a un efectivo impulso voluntario. Esta
visión naturalista, que prescinde de toda valoración, tanto en la acción como en la omisión
existe una manifestación de voluntad equivalente, no siento posible de esta manera
diferenciarlas a partir de ello.
Concepto normativo entre acción y omisión: omitir no implica no hacer nada, sino no
hacer algo que el derecho esperaba y exigía que hiciese. La doctrina dominante entiende
que tanto la acción cuanto la omisión no pueden captarse sino a través de la instancia
valorativa. Atento a que la voluntad de la norma solo puede expresarse ordenando no
hacer esto o hacer aquello, necesariamente habrá que adoptar la forma de mandatos o
prohibiciones.
Clases de omisión:
o Propia: la norma se limita a ordenar el desarrollo de cierta conducta.
o Impropia: la norma ordena el desarrollo de una determinada conducta y que
mediante el desarrollo de la misma se evite un resultado lesivo para el bien
jurídico protegido.
Sistema del C.P. argentino respecto del delito imprudente: se han ideado básicamente dos
sistemas reguladores de los delitos culposos. El primer sistema es el que prevé una causa
genérica que se incluye en la parte general, es decir que influye o tiene incidencia en toda
la parte especial, en donde se establece que cada delito doloso puede a su vez ser
cometido en forma culposa (sistema abierto). Este sistema atentaba contra los principios
de legalidad, en efecto, quedaba un poder amplísimo en mano de jueces o fiscales que
debían decidir en cada caso concreto si una conducta podía o no ser cometida en forma
culposa. Esto presentaba en la práctica graves contradicciones e inconvenientes.
El otro sistema, que es el seguido en nuestro país, es el de "numero cerrado". Aquí se
establecen ya en la parte especial los tipos culposos especialmente determinados. En nuestro
derecho los delitos culposos están establecidos específicamente en la parte especial del CP, es
a través del art. 18 de la CN en donde encontramos el principio de legalidad y la limitación
necesaria para no expandir el margen de punibilidad.
Por su gravedad: culpa grave y culpa leve. Culpa insignificante: hasta el año 2000 nuestro
CP no distinguía entre la culpa grave y culpa leve. No obstante con la modificación sufrida
por el art. 278 CP la distinción fue incorporada. Esta distinción sirve para determinar la
medida de culpabilidad, y por ende, la pena a imponer al eventual imputado.